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  • Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos

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    LOS FRAUDES CIENTIFICOS

    Pablo C. Schulz1 e Issa Katime2

    1) Departamento de Qumica, Universidad Nacional del Sur, Baha Blanca, Argentina. Correo electrnico: [email protected] 2) Grupo de Nuevos Materiales. Departamento de Qumica Fsica. Facultad de Ciencias. Campus de Lejona. Universidad del Pas Vasco. Vizcaya. Espaa. Correo electrnico: [email protected]

    In Memorian a Joseba Pagazaurtundua

    INTRODUCCION

    En ocasiones, diversos investigadores recurren a la distorsin de sus resultados, debida

    a la presin por destacar en el medio cientfico. Pero esta motivacin no es necesariamente la

    nica para producir distorsiones en la ciencia, como se ver en el desarrollo de este estudio.

    Esto ha ocurrido en todos los tiempos, pero se ha intensificado con el aumento de la

    importancia de la ciencia en la sociedad. Surge una pregunta: Qu tan extendida se ha vuelto

    est prctica en nuestros das? (1).

    Para el gran pblico resulta casi imposible poner en duda la rectitud del cientfico. La

    ciencia representa la imagen propia del rigor y la objetividad. Por esta razn, los medios de

    comunicacin social presentan muy a menudo las opiniones de los cientficos sobre tal o cual

  • Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos

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    tema de actualidad (problemas sociales, problemas energticos, catstrofes diversas) como

    argumentos indiscutibles, y hasta como argumentos de autoridad. La idea de deshonestidad

    en ciencia es repugnante. Es un artculo de fe entre los cientficos tomar como garantizada

    la integridad de sus colegas. Uno puede pensar que son locos, obtusos, simples, idiotas o

    alucinados, pero nunca piensa que falten a la verdad en forma consciente.

    La ciencia constituye un sistema cuyo objetivo es la comprensin de la naturaleza y

    cuyo producto es el conocimiento. Este resultado de la actividad cientfica difiere de otras

    formas de conocimiento en tres propiedades bien definidas: 1) no es absoluto, como son los

    dogmas religiosos o los decretos reales, sino que ms bien es tentativo y perfectible; 2) est

    basado en el estudio de la naturaleza, en lugar de ser producto del mero raciocinio o de la

    obediencia a reglas generales arbitrarias; 3) permite hacer predicciones sobre acontecimientos

    futuros, que si se confirman lo refuerzan y si fracasan lo ponen en duda (2). El conocimiento

    producido por la ciencia no es ni completo ni permanente. Al contrario, se trata de una serie

    de hechos, leyes y teoras que cubren segmentos restringidos de la realidad (los que han sido

    accesibles a la metodologa y a los conceptos de cada poca) y que, adems, se han ido

    modificando de manera ms o menos radical a travs de los tiempos. Sin embargo, toda la

    majestuosa estructura de las ciencias se basa en un postulado: los cientficos dicen

    solamente la verdad, tal como ellos la entienden. En otras palabras, los cientficos, cuando

    hablan o escriben de sus experiencias cientficas, no dicen mentiras (2).

    Conviene distinguir entre la mentira y el error. Errores cometen todos los hombres y

    mujeres de la ciencia, humanum sum1. Los investigadores tienen conciencia de que el

    conocimiento generado por su trabajo es probabilstico e incompleto, pero cuando lo

    proponen estn convencidos de que, por el momento, es lo mejor que existe. La mentira es

    otra cosa: es una afirmacin cuya falsedad le consta a quien la formula, sea porque la

    invent o porque tiene pruebas de que no es cierta. El mentiroso sabe perfectamente bien

    que lo que dice no es cierto, pero de todos modos lo dice, seguro de que los dems le van a

    creer. Y por lo menos por un tiempo, que va de algunos das a milenios, se le cree.

    El quehacer cientfico es arduo pero altamente gratificante y slo debe ejercerlo quien

    encuentra ah su verdadera vocacin y sus razones para vivir. Ser investigador no consiste en

    una elegante investidura para deslumbrar a la sociedad; es por el contrario, una actitud interna

    de creatividad, honestidad y humildad. Es, parafraseando a Scrates, saber que poco o nada se

    sabe (3).

    1 ) Humanos somos.

  • Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos

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    La ciencia est orientada a descifrar los misterios del Universo. La investigacin

    cientfica y su instrumento, el mtodo cientfico, son los medios de que se vale la ciencia para

    descubrir, paso a paso, la verdad de los fenmenos naturales. El cientfico, manipulador de

    estos instrumentos, trabaja inmerso en un ambiente de imparcialidad, observando reglas

    precisas, analizando datos, planteando hiptesis y estableciendo leyes generales. La ciencia

    encuentra sus cimientos en una plataforma de objetividad para el anlisis y la interpretacin

    del Universo, declara Jaques Monod (4). Por lo tanto, si el cientfico busca la verdad, resulta

    paradjico suponer siquiera que en el mbito de su labor existiera un intento de falsearla.

    Inventar una "verdad" que a priori se sabe que es falsa sera tanto como traicionarse a s

    mismo. Sera, en otras palabras, una forma de pretender buscar la explicacin de los

    fenmenos naturales por la va de la mentira.

    Parecera entonces que un cientfico jams podra mentir. Es entendible y previsible

    que se equivoque; o humanamente explicable que su interpretacin de los fenmenos sea

    incorrecta o incompleta: es parte de la falibilidad del proceso. Pero, ser posible que en

    forma deliberada se fabrique un experimento, se omitan datos relevantes o se plagien otros

    para mrito propio? Un anlisis bibliogrfico e histrico pone de manifiesto que en el

    quehacer cientfico existen el fraude y la deshonestidad, aunque su magnitud no se ha

    establecido con precisin. Este hecho constituye a su vez un descubrimiento cientfico: la

    ciencia puede ser objeto del falseamiento y de distorsin por parte de los investigadores sin

    tica.

    Bronowski (5) propone que la ciencia genera valores ticos y sociales como la

    honestidad, la humildad y la necesidad de cooperacin e intercambio social. En la historia de

    la poltica o en la de las finanzas se conocen numerosos fraudes. Pero son mucho menos

    conocidos los que se producen en los medios cientficos y, sin lugar a dudas, son mucho ms

    sorprendentes pues, acaso no es la bsqueda del saber una de las actividades humanas ms

    desinteresadas y filantrpicas?. Sin embargo, la historia de las ciencias no carece de ejemplos

    que demuestran que, a veces, los sabios tambin engaan. Encontrar algunas manzanas

    podridas en el cesto de los frutos de la investigacin cientfica de nuestra poca es

    indudablemente un toque de alarma, porque despierta la sospecha de que el fenmeno de

    putrefaccin pudiera extenderse y minar as la slida estructura de la credibilidad cientfica.

    Lo ms estremecedor (pero no demasiado sorprendente, como se ver en el anlisis

    posterior) es el hecho de que las mentiras cientficas que han surgido en los ltimos aos

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    provienen de centros de investigacin de reconocido prestigio internacional. Por esto resulta

    oportuno hacer un anlisis y una reflexin de este fenmeno.

    La gente no se imagina (o se figura mal) que los resultados cientficos son, a pesar de

    todo, productos de una actividad humana que son sujetos a discusin y pueden concluir con

    acuerdos o, en el peor de los casos, ser impuestas por la autoridad de una "eminencia

    cientfica"; que colman las esperanzas de sus autores al confirmar sus convicciones

    ideolgicas, polticas o religiosas o al satisfacer diversas ambiciones (ascenso, fama, etc.).

    Debido a eso, la actividad cientfica no est a cubierto del escndalo de los fraudes en mayor

    medida que la actividad poltica, financiera, etctera (1).

    Algunos casos son clebres e incluso han saltado al primer plano de la actualidad muy

    recientemente, tales como el affaire de la crotoxina en la Argentina. Otros slo se conocen en

    el seno de crculos restringidos de especialistas. Los fraudes descubiertos -pues no siempre

    puede el observador distinguir entre un trabajo mal hecho o un resultado anunciado

    prematuramente y otro algo "arreglado" o incluso inventado- constituyen un captulo poco

    conocido de la sociologa de las ciencias; tal como se ver, estos engaos desempean un

    excelente papel revelador del modo como "funciona" la ciencia, tanto a escala epistemolgica

    como a escala de "institucin". Salvo en casos muy raros, es difcil distinguir entre un fraude,

    un trabajo mal hecho o un resultado enunciado prematuramente, como podra ser el caso de la

    fusin fra.

    La aparicin cada vez ms frecuente de artculos dedicados a la discusin de la

    inconducta cientfica puede ser un indicio de su mayor difusin, o solamente de un

    conocimiento ms difundido de unos pocos casos. En abril de 1991 hubo al menos cinco

    conferencias sobre inconducta cientfica sostenidos por los National Institutes of Health en

    Maryland, EE.UU. En febrero de 1991, la revista Science se refiri al fraude como una

    industria en crecimiento. En 1992, slo en los EE.UU., 1500 cientficos han sido

    considerados sospechosos de cometer fraude.

    Todas las ramas de la ciencia tienen sus falsarios, desde la medicina hasta la fsica y

    la matemtica pura. Sin embargo, los fraudes parecen ms frecuentes en las ciencias

    relacionadas con la vida que en otras disciplinas, quizs por la importancia econmica de

    esta ciencia, con la facilidad con que se puede aducir la difcil reproducibilidad por

    diferencias biolgicas de los especimenes y por la fuerte componente emocional cuando se

    trata de pretendidas curas milagrosas, que oscurece el raciocinio de quienes estn

    involucrados directamente, los pacientes estafados y sus allegados. En 1997, la oficina de la

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    integridad en la investigacin (ORI) del Department of Health & Human Services public en

    su informe anual que haban cerrado 49 casos de inconducta cientfica en 1996 y recibido 196

    acusaciones de fraude cientfico, principalmente relacionados con falsificacin de datos y

    fabricacin de historias clnicas realizadas para ensayar tratamientos para enfermedades

    serias.

    En una profesin en la cual decir la verdad es la primera regla, la mentira no debe tener

    ningn lugar. Si se trata de averiguar cmo es y cmo funciona el mundo real, en primer lugar

    debe proscribirse lo falso, que no corresponde a la realidad. Sin embargo, la ciencia es un

    producto del hombre. Somos nosotros los que inventamos y generamos el conocimiento

    cientfico, y somos seres humanos. En tanto que humanos, los cientficos estamos sujetos a

    pasiones, intereses, ideales, tormentos, ambiciones, odios, deseos, sueos y presiones. Aunque

    la mstica de la ciencia predica que no se debe mentir, ocasionalmente los factores humanos

    mencionados son difciles de conciliar y pueden sobrepasar la resistencia de una persona

    generando una mentira.

    Sin embargo, por su propia estructura, la ciencia cuenta con una serie de mecanismos

    de seguridad que garantiza una corta vida a cualquier mentira: el espritu crtico y la

    incredulidad propia de los cientficos, que si no son congnitas se adquieren rpidamente por

    deformacin profesional: la tradicin de no aceptar nuevos hechos y/o teoras hasta que no

    han sido puestas a prueba en laboratorios distintos al de su origen, preferiblemente con

    mtodos diferentes; la capacidad analtica de los miembros de los comits editoriales de las

    buenas revistas cientficas, quienes celosamente cuidan que lo que finalmente se publica

    tenga buenas probabilidades de ser verdadero; la vigilancia no intencionada pero muy

    eficiente resultante de la naturaleza abierta del trabajo cientfico; que casi siempre se realiza a

    la vista de todo el mundo, etc. (2).

    Para evitar que comunicados errneos, incorrectos o incluso fraudulentos sean

    publicados, las revistas cientficas cuentan con comits editoriales formados por revisores,

    que adems de evaluar la calidad y originalidad de los textos, se encargan de detectar posibles

    plagios, publicaciones repetitivas, usurpacin de ideas, falsos juicios, etc. Pese a eso, el Dr.

    Jerome Jacobsen testific en el Congreso de los EE.UU. que un 25% de los informes

    cientficos (de medicina) podran estar basados al menos en parte en datos que han sido

    ocultados o manipulados intencionalmente.

    A los requisitos mnimos para que un trabajo no sea rechazado se suman otros que se

    escapan de las manos de un investigador, como son la competencia despiadada entre las

  • Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos

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    revistas de mayor prestigio, que reciben ms material aceptable para su publicacin que el que

    pueden incluir en sus pginas. Determinadas publicaciones causan obsesin en los cientficos.

    Aqullas cuyo ndice de impacto, es decir, el nmero que califica cuntas veces un artculo de

    una determinada revista aparece citadas en otras, es muy alta, son bombardeadas con

    artculos. La razn es que una publicacin en una revista de alto ndice de impacto suele dar

    ms puntaje al autor, en ciertos modos de calificar a stos. Entonces, en las revistas ms

    influyentes rigen a veces criterios subjetivos de aceptacin, como la coherencia del trabajo

    con la lnea editorial, la nacionalidad de los firmantes o el hecho de que stos pertenezcan a

    crculos dominantes del campo cientfico considerado, las materias de moda en el momento,

    etc., lo que puede influir en el prestigio de los autores con factores ajenos a su trabajo y

    seriedad.

    Aunque por lo general terminan descubiertos, muchas veces con prontitud, tanto los

    errores como las mentiras pueden tener una larga vida en la ciencia, pese a los mecanismos

    de autocontrol existentes. La falta o la incorrecta utilizacin de un mtodo cientfico, el

    respeto a los principios religiosos, el temor a contradecir a una eminencia e incluso la

    misma ignorancia han provocado que muchas aberraciones cientficas intencionadas o no

    se hayan mantenido durante siglos. La persistencia de los errores en la obra de Aristteles en

    el mbito de la filosofa natural por casi dos mil aos es un ejemplo en que el respeto del

    maestro mezclado con la autoridad religiosa se combinaron para mantener el equvoco. Se

    lleg, por ejemplo, en la Universidad de Oxford, a castigar con multas a profesores que

    ensearan materias distintas a las explicadas por Aristteles.

    La mejor forma de ver las mltiples facetas de la inconducta cientfica es analizar

    algunos de los (desgraciadamente) numerosos ejemplos que se han dado en la historia.

    LA DEFINICIN DE LA INCONDUCTA CIENTIFICA

    Antes de ver los distintos tipos de fraudes y sus motivaciones, es conveniente delimitar

    el objetivo de este trabajo. Para ello, debemos definir qu es fraude o inconducta cientfica, y

    qu no lo es, aunque sea una prctica reprobable. Esta no es una tarea fcil, como lo muestra

    que luego de aos de discusin, an hay desacuerdos entre los expertos.

    Obviamente, en cuanto ser humano, el cientfico puede realizar actos delictivos o al

    menos reprobables. No es parte de la inconducta cientfica (o el fraude cientfico, segn

    prefieren denominarlo algunas personas) por ejemplo, el desviar para uso personal el dinero

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    que se le da para un proyecto de investigacin: eso es un simple hurto o una defraudacin. La

    inconducta cientfica se refiere a acciones ms especficas. El gobierno federal de los EE.UU.

    ha intentado por aos definir inequvocamente la inconducta cientfica. La White House

    Office of Science & Technology Policy (OSTP) ha intentado establecer un consenso sin xito.

    Segn la Academia Nacional de Ciencias de los EE.UU., una definicin bastante

    acertada del fraude cientfico es: Se considera fraude la fabricacin, falsificacin y el

    plagio en la propuesta, ejecucin o comunicacin de los experimentos. Se excluyen los

    errores de juicio, los errores de registro, seleccin o anlisis de datos, las divergencias de

    opiniones que afectan a la interpretacin de los resultados, y las negligencias no

    relacionadas con el proceso de investigacin.

    Otra definicin es: La inconducta cientfica significa la fabricacin, falsificacin,

    plagio u otras prcticas que se desvan seriamente de la que comnmente son aceptadas en

    la comunidad cientfica para proponer, conducir o informar una investigacin. No incluye

    el error honesto o diferencias honestas en la interpretacin de los datos.

    Existe una propuesta de modificacin de esta definicin, que expresa que el fraude

    cientfico es plagio, fabricacin o falsificacin intencional de datos, procedimientos de

    investigacin o anlisis de datos, u otras representaciones deliberadamente falseadas al

    proponer, conducir, informar o revisar investigaciones (6).

    Una definicin ms genrica de fraude cientfico es toda accin deliberada que

    atenta contra la credibilidad de los informes cientficos.

    Estas definiciones son las aceptadas corrientemente por el Public Health Service y la

    National Science Foundation de los EE.UU. Uno de los paneles de discusin sobre el tema

    que proliferaron hace escasos aos prefiere, en lugar de "otras serias desviaciones de las

    prcticas aceptadas de investigacin", que incluira por ejemplo conflictos de inters o mal

    uso de los fondos, "prcticas cuestionables de investigacin", lo que incluira acciones que

    violan valores tradicionales de la prctica de investigacin, pero caen escasamente en la

    inconducta, como mantener registros inadecuados, usar mtodos estadsticos o de medicin

    inadecuados, dar autora de trabajos por contribuciones insustanciales o saltarse las revisiones

    por pares antes de publicar los resultados (7). Algunos de estos ejemplos son ms trabajos

    chapuceros que fraude, excepto si son efectuados intencionalmente. Es decir, entre la prctica

    aceptada y el fraude flagrante, hay una extensa zona gris (8).

    Debe distinguirse el resultado de la inconducta cientfica de los errores. Los errores

    surgen frecuentemente de una interpretacin equivocada o de una sobreestimacin de

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    resultados. Son inherentes de la ciencia y frecuentemente, necesarios para el avance de la

    misma. Como dijera el famoso fsico ingls Joule, "la forma de no cometer errores es no

    escribir trabajos".

    Otra situacin que debe ser distinguida de la inconducta cientfica de la realizacin de

    un trabajo chapucero. En este sentido, hay una zona gris de procedimientos cuestionables,

    incluyendo fallas al obtener datos primarios, eliminacin de puntos o datos conflictivos,

    deficiente definicin de parmetros relevantes, fallas en aleatorizar apropiadamente un diseo

    experimental. Pueden deslizarse errores al escribir, revisar o editar trabajos. Los instrumentos

    pueden haber perdido la calibracin o haber sido mal ledos. Las muestras pueden haberse

    clasificado errneamente, o puede haber habido una mala percepcin debido a preconceptos.

    La investigacin cientfica va desde una locura casual (que a veces consigue ser publicada)

    hasta los estudios hechos con extremadamente altos estndares de control de calidad. Pero los

    trabajos chapuceros o cuestionables no son fraude.

    El sabotaje de experimentos de otros puede ser considerado un caso de inconducta

    cientfica, y en muchos casos la sancin sera ms seria si se tratara de esta forma que como

    un simple acto de vandalismo. Lo mismo ocurre con el uso incorrecto de los fondos de

    investigacin, que se considera un fraude comn. Pero no entra en las definiciones habituales

    de fraude cientfico.

    TIPOS DE FRAUDE CIENTIFICO Y EJEMPLOS HISTORICOS

    Invencin de datos y experimentos enteros Este es un tipo de fraude de caractersticas muy particulares: el falsario simplemente

    informa experimentos que no realiz, o datos que no obtuvo. Muchos consideran este tipo de

    fraude como el peor de todos. Veremos algunos ejemplos, y en algunos de ellos se puede

    apreciar la dificultad inherente a la demostracin de la existencia del fraude. Aqu se

    consideraran, ante todo, los fraudes espectaculares reconocidos.

    Las encuestas de Burt

    El mayor de los fraudes descubiertos recientemente es el de Sir Cyril Burt. Sus

    trabajos se orientan hacia un aspecto particularmente importante de la psicologa, ya que se

    trata de la herencia de las facultades intelectuales. Se hereda la inteligencia o se adquiere y

    desarrolla a lo largo de la vida? Esta pregunta posee particular importancia social y poltica y

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    las controversias son, en este campo, muy vivas. Ahora bien, el trabajo de Burt constituye el

    principal argumento de los partidarios de la transmisin hereditaria de la inteligencia. La

    exactitud de estos resultados es por lo tanto, esencial. Burt, que muri en 1972 a los ochenta y

    ocho aos de edad, fue considerado durante toda su vida como uno de los grandes maestros de

    la psicologa en Inglaterra. Slo despus de su muerte surgieron crticas, a veces virulentas,

    contra sus resultados. Los trabajos de Burt se basan en el estudio del cociente de inteligencia

    (C.I.) de los gemelos univitelinos2 separados, es decir, de los gemelos verdaderos que, por

    diversas razones, han sido educados por familias distintas. Si los C.I. de tales parejas de

    individuos -que tienen exactamente los mismos genes- son similares, se debe a que la

    educacin en los distintos medios no repercute en las facultades intelectuales y por lo tanto, es

    un argumento de peso a favor del carcter hereditario de la inteligencia. Y las conclusiones de

    todos los trabajos de Burt apuntan en ese sentido: para l, los C.I. de los gemelos verdaderos

    que viven separados son muy prximos y, por consiguiente, la inteligencia es, ante todo,

    hereditaria.

    Al final de su vida, Burt, anciano y sordo, no estaba ya en condiciones de efectuar las

    pruebas del C.I. en las distintas localidades del pas donde se encontraban, separados, los

    gemelos univitelinos. Entonces publicaba sus trabajos con dos colaboradoras, Conway y

    Howard, de las que precisamente se supona que realizaban las encuestas. Pero en 1976,

    Oliver Gillie, periodista del Sunday Times, de Londres, afirm despus de una ardua

    investigacin que estas dos colaboradoras slo haba existido en la imaginacin de Burt, que

    su nombre era desconocido en la Universidad de Londres, de la cual se consideraba que

    dependan y que nadie recordaba haberlas visto nunca. Si esto era cierto, se comprobaba que

    la obra de Burt era un fraude monumental y sus resultados amaados de pies a cabeza para

    demostrar las tesis del autor.

    La aclaracin de la inexistencia de las "colaboradoras" de Burt condujo a numerosas

    anlisis de sus trabajos, en los cuales se hallaron entonces datos sospechosos. En sus clculos

    estadsticos aparecieron extraas anomalas. Como es de suponer, los gemelos verdaderos no

    son muy numerosos y Burt los fue "encontrando" poco a poco a lo largo de su vida. Por

    consiguiente, sus sucesivos artculos que tratan sobre pares de gemelos cada vez ms

    numerosos estn espaciados por largos perodos de tiempo: 15 pares en 1943, 21 pares en

    1955, ms de 30 en 1958 y 53 en 1966. Pero, dato curioso, el coeficiente de correlacin entre

    los C.I. resulta ser, en todos las casos, exactamente el mismo con los tres decimales siempre

    2) Gemelos originados a partir de un mismo vulo, por divisin mittica de ste despus de la fecundacin. Los

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    idnticos. Los coeficientes de correlacin eran de 0,944 para los gemelos criados juntos, y de

    0,771 para los que haban sido criados por separado. Esos resultados sugeran que la herencia

    jugaba un papel importante sobre la inteligencia: lo innato era ms importante que lo

    adquirido. La permanencia de tal coeficiente de correlacin preciso deviene altamente

    improbable cuando el tamao de la muestra es tan pequeo. El anlisis estadstico detallado

    de una de las obras de Burt, "Inteligencia y movilidad social", realizado por el psiclogo

    norteamericano D.D. Dorffman en 1978, demostr de forma muy clara que, sin duda alguna,

    Burt "fabricaba" sus resultados.

    Finalmente, la prueba definitiva del fraude, o an mejor de los fraudes de Burt, la

    aport el psiclogo britnico Leslie Hearnshaw, en un libro publicado en 1979 (9).

    Paradjicamente, la hermana de Cyril Burt haba encargado en 1971 a este cientfico, tambin

    historiador de las ciencias, que escribiera la biografa de su hermano. Hearnshaw era, en esa

    poca, un gran admirador de Burt y, adems, haba pronunciado la oracin fnebre del clebre

    sabio. En el curso de su trabajo, Hearnshaw tuvo ocasin de consultar la correspondencia de

    Burt y el diario personal que llev durante toda su vida: all encontr la confesin de sus

    fraudes. As, en diciembre de 1968, Christopher Jencks, psiclogo de Harvard, escribi a Burt

    para pedirle sus datos originales sobre los cincuenta y tres gemelos verdaderos que vivan

    separados. En su diario, Burt consign que pas toda la primera semana de enero de 1969

    "calculando" los datos sobre los gemelos para Jencks (esto significa, evidentemente, que

    "construa" unos supuestos datos brutos a partir de las correlaciones que ya haba publicado).

    Hearnshaw lleg a la conclusin de que, prcticamente Burt no haba hecho

    observaciones reales despus de la Segunda Guerra Mundial: slo los datos acerca de los

    quince primeros pares corresponden a observaciones verdicas.

    Hearnshaw tambin encontr pruebas de otros fraudes cometidos por Burt. As, el

    psiclogo invent totalmente sus resultados sobre el descenso del nivel escolar en Inglaterra,

    publicados en 1969. El psiclogo deca haber realizado encuestas entre 1955 y 1965 en

    decenas de escuelas; Hearnshaw no encontr ningn vestigio de que se hubieran realizado

    estas encuestas que, por otro lado, habran requerido numerosas colaboraciones. Constituye

    un tercer fraude, segn Hearnshaw, el que Burt atribua en sus escritos una importancia

    exagerada al anlisis estadstico de los factores de la inteligencia. Por ltimo, en un cuarto

    fraude, parece que, como jefe de seccin del British Journal of Psychology, invent ms de

    una veintena de colaboraciones (cartas, reseas, notas) a dicha revista. Estos escritos, que

    gemelos univitelinos son genticamente idnticos.

  • Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos

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    firmaba con seudnimos y en que llegaba incluso a responder a una nota que l haba escrito y

    publicado bajo otro nombre, le permitan sobre todo citar sus trabajos, exponer sus propios

    puntos de vista y dar la impresin de que continuaba investigando, aunque se hallaba jubilado

    desde 1950.

    Por qu lleg Burt hasta ese extremo y cmo lo hizo? Una primera respuesta es que l

    estaba ntimamente convencido de que su hiptesis -el carcter hereditario de la inteligencia-

    era correcta. Segn muchos testigos era de naturaleza algo paranoica y sin duda este carcter

    patolgico le condujo a anteponer sus convicciones personales a la objetividad cientfica, en

    total contradiccin con la idea fundamental del mtodo cientfico y tambin con sus propios

    propsitos. Prueba de ello y nueva paradoja es que, en 1967, el propio Burt analiz el modo

    como la subjetividad individual puede falsear el trabajo cientfico: "La propensin a

    incrementar la importancia de nuestras propias demostraciones... el deseo de evitar los

    juicios o reserva y, quizs por encima de todo, el deseo incesante de conciliar nuestras

    observaciones anteriores y las presentes de modo que se "ajusten" a nuestros principales

    deseos, todo ello constituye tendencias naturales del espritu humano, tan inconscientes como

    automticas. Esto pide mucho tiempo y disciplina para hacer de un hombre un observador

    verdaderamente cientfico, objetivo y preciso"(10). Burt hablaba en este artculo de la medida

    en que las mdium estn propensos al engao en el campo de la investigacin parasicolgica.

    Despus de tal declaracin, quin poda imaginar que Burt haca precisamente aquello que

    denunciaba tan sutilmente? Sin duda, hay que aadir semejante duplicidad a su personalidad

    paranoica. Por la misma razn, Hearnshaw sugiere que, a fin de cuentas, los fraudes de Burt

    se explican porque, a buen seguro, haba preferido engaar antes que ver triunfar a sus

    adversarios. Quiz sea demasiado sencillo desembarazarse del caso Burt diciendo que se

    trataba de un "loco" porque sino, cmo se explica que los siclogos no hayan criticado sus

    trabajos hasta despus de su muerte?

    Para complicar an ms la situacin, un libro publicado en 1991 por Ronald Fletcher

    (11) sostiene que la acusacin de fabricar datos que se formul sobre Sir Cyril Burt no es

    cierta, y que es un producto espreo de la poltica y la publicidad entrometida en la ciencia.

    Sostiene que, por ejemplo, la inexistencia de las asistentes de Burt es desmentida por el

    testimonio de los que las conocan y por registros escritos. Los cuadernos que registraban los

    datos de Burt, que podra haber provisto evidencia directa sobre correlaciones arregladas,

    fueron destruidos poco despus de su muerte por la secretaria de Burt por sugerencia de Liam

    Hudson, uno de los ms vehementes adversarios de Burt. Las pruebas de fraude seran slo

  • Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos

    12

    circunstanciales, segn Fletcher. Los coeficientes de correlacin eran 0,77 en los 15 pares de

    gemelos homocigotos informados en 1943, 0,771 en los 21 de 1955, 0,771 en los ms de 30

    de 1958, y 0,771 en la muestra de 53 en 1966. Algunos de los datos no son independientes, y

    el nmero total de pares independientes sera 30. Segn Fletcher es posible que Burt haya

    adicionado los nuevos casos a los anteriores sin preocuparse de recalcular sus coeficientes de

    correlacin (que haca a mano), lo que podra ser interpretado slo como un trabajo hecho en

    forma descuidada, y no un fraude. Teniendo en cuenta los 82 aos que Burt tena en 1966,

    esto podra ser perdonable. Adems, varios estudios independientes actuales dieron resultados

    similares a los de Burt. Aparte del escndalo que produce buenos dividendos a los periodistas,

    podra ser un ataque de los partidarios de la influencia ambiental sobre los partidarios de la

    hereditabilidad de la inteligencia, lo que tiene muchos componentes polticos mezclados con

    los cientficos. El libro concluye que Burt era excntrico, a veces descuidado, pero es culpable

    de desidia ms que de fraude. Claro que el mismo libro de Fletcher podra ser acusado de lo

    mismo: un intento de los partidarios de la hereditabilidad de la inteligencia de rehabilitar a su

    principal sostn, frente a los partidarios de la influencia ambiental...

    Otra causa posible de todo el embrollo fue presentada por Isaac Asimov (12, pag.

    316). Dice que puede haber un impulso apremiante por demostrar que la inteligencia de un

    individuo, por ejemplo, est determinada por la herencia y que la educacin y el trato

    civilizado poco pueden hacer para despejar la inteligencia de un idiota. Esta teora tiende a

    perturbar un esquema social muy ventajoso para los que ocupan los peldaos superiores de

    la escala social y econmica. Las clases altas se sienten tranquilizadas al pensar que

    aquellos de sus congneres que viven en la miseria se encuentran en esta situacin a causa de

    sus propias carencias hereditarias, y que es intil preocuparse demasiado por ellos. Ntese

    que la posicin es totalmente coincidente con la teora de la raza superior y los

    subhumanos, sostenida por la biologa y sociologa nazis. Por cierto, los trabajos de Burt

    han sido usados por racistas para probar que los negros son sistemticamente menos

    inteligentes que los blancos (esto no quiere decir que el mismo Burt fuera racista).

    En ltima instancia, este caso es una muestra de la complejidad inherente a los casos

    de investigacin de fraude cientfico.

    El mtodo ha sido proseguido por los seguidores de Burt. El psiclogo norteamericano

    Lewis Madison Terman escribi cinco enormes libros sobre los genios y los supergenios. Pero

    un estudio de los protocolos de Terman descubri que los clculos de coeficiente de

  • Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos

    13

    inteligencia (CI) fueron frecuentemente modificados al alza. Aparentemente, sus asistentes le

    proveyeron simplemente los CI superiores que l deseaba (13).

    Franz Moewus y los orgenes de la biologa molecular

    En el captulo de los resultados y datos inventados, Franz Moewus tambin es

    tristemente clebre. De su enorme y variada obra cientfica, realizada durante casi treinta

    aos, hoy no queda prcticamente nada. A pesar de todo, en un "Cold Spring Harbor

    Symposium", celebrado en 1951, el genetista norteamericano T.M. Sonneborn present a F.

    Moewus como uno de los pioneros de la biologa molecular (14). En su exposicin, T.M.

    Sonneborn afirm asimismo que, gracias a Franz Moewus, el alga unicelular Chlamydomonas

    eugametos era el ser vivo mejor conocido desde el punto de vista gentico (al comprobarse el

    fraude de F. Moewus, este ttulo recay de hecho en el bacilo intestinal comn; Escherichia

    colli (1)).

    El "xito" de Moewus consista en haber desmontado "pieza a pieza, por lo menos,

    setenta genes y su accin sobre la morfologa, fisiologa y bioqumica de la clula de la

    Chlamydmonas. T.M. Sonneborn incluso lleg a decir en su alocucin en este simposio de

    1951 que Moewus mereca del todo las mayores recompensas (clara alusin, sin duda, al

    premio Nobel). Del mismo modo, el botnico estadounidense J.R. Raper declaraba, en 1952,

    que, "si se confirmaban los resultados de Moewus, habr que considerarlos entre los xitos

    ms notables de la biologa del siglo XX" (15).

    Para dar una idea de la extraordinaria complejidad de estos trabajos, aqu se limitan los

    comentarios al caso de la sexualidad de la Chlamydamonas. Segn Moewus, la vida sexual de

    la Chlamydomonas eugametos se poda describir as: clulas individuales expuestas a la luz

    empezaban por adquirir flagelos, y pasaban a ser mviles; se caracterizaban como machos o

    hembras; se atraan unas a otras para formar grupos de ms de 100 individuos; en el seno de

    estos grupos adquiran la capacidad de copular dos a dos. Moewus "descubri" que una

    hormona controlaba cada una de estas etapas: una permita la adquisicin de los flagelos; otras

    dos, la determinacin del sexo (macho o hembra); dos ms la cpula de las clulas sexuales. En

    1938, Moewus se asegur la colaboracin del bioqumico alemn Richard Kuhn, que acababa de

    obtener el premio Nobel de Qumica de ese ao por sus trabajos sobre los carotenoides. Moewus

    "descubri" que sus hormonas eran, precisamente, carotenoides. En 1940, su trabajo alcanz la

    "cumbre" que sedujo a gran nmero de bilogos de la poca: las etapas hormonales y de

    conducta de la sexualidad de la Chlnydomonas eugamentos se encadenaban exactamente como

  • Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos

    14

    etapas de la transformacin qumica progresiva de una molcula inicial, la protrocrocina. Un gen

    regulaba cada una de las etapas de la transformacin qumica. Esto pareca tanto ms verosmil

    cuanto que en aquel entonces, en Francia, Boris Ephrussi demostraba -y en esta ocasin de forma

    autntica- que cada una de las etapas de la produccin de pigmentos responsables del color de los

    ojos de la Drosophila est controlada por un gen (de ah procede la famosa idea de la biologa

    molecular "un gen-un enzima"). Pero Moewus iba mucho ms lejos que Ephrussi: haba

    "reducido", por vez primera en la historia de la biologa, toda una parte de la vida de un ser vivo

    a sus mecanismos elementales: los genes y los factores qumicos. Por consiguiente, se trataba de

    un trabajo pionero en el campo de la biologa reduccionista moderna que, segn las propias

    palabras de F. Crick, tiene por objeto explicar todo lo biolgico desde el punto de vista de fsica

    y qumica. Para todos los bilogos, la obra de Moewus presentaba, por lo menos, "una

    apariencia de acabado y perfeccin muy raramente alcanzados en biologa" (16).

    Pero hoy se sabe que este fabuloso sistema de genes y factores qumicos nicamente ha

    existido en la imaginacin de Moewus. A decir verdad, las dudas sobre el trabajo de Moewus

    surgieron en 1939. En esa fecha, el clebre genetista britnico J.H.S. Haldane advirti que en

    ciertas publicaciones de Moewus los datos presentaban una dispersin estadstica

    extraordinariamente pequea (17). En 1941, el bilogo alemn Karl Ptau tambin critic los

    resultados estadsticos (18).

    Pero todo esto ocurra durante la Segunda Guerra Mundial, y hubo que esperar a la

    dcada de los 1950 para que la obra de Moewus volviese a estar en el "banquillo de los

    acusados" ante la comunidad cientfica internacional. En el nterin las dudas crecan, e incluso

    T.M. Sonneborn, durante su exposicin en el "Cold Spring Harbor Symposium" de 1951, tuvo

    que admitir, a pesar de su profunda admiracin por Moewus, que estaban "ante trabajos muy

    profundos, o bien ante una gigantesca superchera" (14). En 1952; J.R. Raper efectu un

    balance riguroso de las numerosas incoherencias del sistema de factores qumicos "descubiertos"

    por Moewus, y demostr que su sistema no poda poseer la significacin biolgica que le atribua

    (15). En 1954, H. Frster y L. Wiese desmintieron totalmente el papel de las sustancias

    carotenoides en la sexualidad de la Chlamydomonas (19).

    Ese mismo ao, Moewus y su mujer fueron invitados por el genetista norteamericano

    Francis J. Ryan a su laboratorio para volver a realizar sus experimentos bajo su control. Al

    principio de esta estancia que dur diecisis meses, Moewus public un breve trabajo en que an

    mantena que hay hormonas flavonoides que determinan el sexo de la Chlamydomonas (20).

  • Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos

    15

    Pero el equipo de F.J. Ryan, asociado a Moewus, no pudo volver a encontrar ni los

    resultados correspondientes a este breve trabajo que, no obstante, se haban obtenido en aqul

    laboratorio, ni los otros resultados importantes de Moewus (21). Igualmente, la investigadora

    alemana M. Hagen-Seyfferth desminti el efecto de las hormonas sexuales, en una publicacin

    de 1959 (22). La gentica de los determinantes del sexo, segn Moewus, no pudo ser confirmada

    por los genetistas estadounidenses R.A. Lewin (Universidad de Yale) y C. Shields Gowans

    (Universidad de Missouri) en los experimentos que se iniciaron hacia 1952 y se desarrollaron

    durante ms de veinte aos (16).

    Un botnico alemn, que conoca bien a Moewus desde antes de la guerra, redact, en

    1958, el acta de acusacin (23). El artculo, publicado en alemn, quiz no tuvo la repercusin

    que debera haber tenido en la comunidad cientfica internacional, pues demostraba

    fehacientemente que Moewus no haba realizado las experiencias que pretenda haber

    efectuado. Por ejemplo, para observar la aparicin de los flagelos bajo el efecto de la hormona

    denominada crocina, Moewus deca haber realizado preparaciones microscpicas en que haba

    fijado las clulas con alcohol, y despus clasificaba las clulas en flageladas y aflageladas.

    Renner comprob que en esas condiciones todos los flagelos se separaban de las clulas.

    Por otro lado, H. Frster y L. Wiese, y posteriormente M. Hagen-Seyfferth, verificaron

    que las clulas aflageladas cultivadas en agar, cuando se las coloca en agua pura, desarrollan

    flagelos espontneamente sin necesidad de luz ni de crocina. Entonces, Renner acusa: "La

    excesiva presentacin de experimentos presuntamente realizados (en 1938-1939) bajo el efecto

    de luz de diferentes longitudes de onda, de la crocina, de 15 glcidos, de otras 60 molculas

    orgnicas y de 20 inorgnicas sobre clulas aflageladas, no tiene mayor fundamento que la

    imaginacin del autor: a la Clamydomonas eugmetas le basta con el agua para recuperar sus

    flagelos". Renner prosigue su acusacin sobre todos los dems aspectos de la obra de Moewus,

    basndose en la correspondencia que mantuvo con l (desde 1939 hasta 1957), en que no le

    responda o lo haca con datos insatisfactorios. Entre otras muchas imposibilidades tcnicas,

    Renner cita el intercambio de opiniones que, desde antes de la guerra, sostuvo con Moewus

    sobre los experimentos de fecundacin de Polytama, otra alga unicelular. Si Moewus hubiera

    efectuado realmente los experimentos que haba publicado, debera haber observado 9600

    acoplamientos al da, lo que slo requiere de 3 a 4 segundos para cada observacin. Por aqulla

    poca, Renner le pidi que le comunicara su plan de trabajo. Moewus le respondi que con la

    colaboracin de un ayudante y con varios microscopios, era capaz de realizar 5000

    observaciones de acoplamiento por da de trabajo, ya que, como era zurdo, trabajaba ms aprisa

  • Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos

    16

    que nadie. Pero Renner le advirti que an faltaban 4600 observaciones para que la cuenta fuese

    correcta. Moewus no respondi a esta objecin. Renner lleg a la conclusin definitiva de que

    las experiencias de Moewus no merecan ni siquiera ser criticadas, pues eran, sencillamente,

    inventadas, y por eso nadie poda volver a hallar los resultados de Moewus. Escribi esta

    conclusin a Moewus el 24 de febrero de 1958 y le pidi que se defendiera. No obtuvo

    contestacin.

    La obra de Moewus, despus de haber sido considerada la ms brillante del siglo XX,

    desapareci totalmente de las publicaciones cientficas. As, en el "Compendio de Biologa

    General", de P.P. Grass, se formula esta triste observacin (24): "Los trabajos de Moewus sobre

    la sexualidad de Chlamydomonas tuvieron una gran resonancia; desgraciadamente... los

    resultados que l aport no han podido ser obtenidos de nuevo por los bilogos que han

    intentado verificarlo. Por haberse convertido en sospechosa, la obra de Moewus no puede

    figurar en un manual clsico".

    Spector y el origen del cncer

    En la primavera de 1981 una nueva superestrella de la investigacin del cncer hizo su

    aparicin. Mark Spector, de slo 24 aos, bajo la tutela de su profesor, Efrain Racker, propuso

    una elegante teora sobre el origen del cncer, basada en slidos experimentos que, muchos

    pensaron, podra hacerlo merecedor del premio Nobel de Medicina. En tan slo 28 meses

    Spector pretendi demostrar que la ATP-asa sodio-potasio dependiente es fosforilada por una

    serie de cuatro enzimas conocidas como proteinocinasas, que se activan sucesivamente en la

    clula cancerosa en un proceso de "cascada". Segn Spector en ese breve lapso haba aislado

    y caracterizado los cuatro enzimas responsables del proceso (trabajo que generalmente toma

    varios aos, an a investigadores avezados y en laboratorios bien equipados). Su hiptesis y

    datos experimentales encajaban perfectamente con lo nuevos descubrimientos del cncer, en

    especial con la demostracin de que algunos oncogenes codifican la sntesis de una

    proteinocinasa. Los bilogos moleculares calificaron los descubrimientos de Spector de

    espectaculares y unificadores: no obstante, cuando otros investigadores trataron de repetirlos

    o aplicarlos, encontraron que no podan hacerlo. En la Universidad de Cornell, en el Instituto

    Nacional del Cncer y en otros prestigiados laboratorios surgieron dudas sobre la probidad del

    "genio" de las proteinocinasas (25). En poco tiempo se desenmara el acertijo: Mark Spector

    haba falsificado sus experimentos. Nuevamente, un brillante investigador y una gran veta en

    la investigacin cientfica se desmoronaban. Lo ms sorprendente, quiz, fue descubrir que el

  • Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos

    17

    joven genio no tena siquiera el grado de bachiller y que haba logrado engaar a todo el

    sistema hasta obtener un puesto privilegiado que le permiti llegar a los estratos ms elevados

    de la ciencia. Como dijera Richard McCany, bioqumico de Cornell, "si Spector hubiera

    propuesto sus ideas slo como una hiptesis, podra ser reconocido como un genio" (25). En

    verdad un muchacho sin estudios que logr infiltrarse en la elite cientfica del cncer y ser

    considerado como un futuro candidato al premio Nbel debe considerarse como un genio

    aunque fuera slo de la ciencia-ficcin.

    Imanishi-Kari y Baltimore

    El virlogo David Baltimore, presidente de la Universidad de Rockefeller y Premio

    Nbel en 1975 por su descubrimiento de una propiedad fundamental de los virus oncognicos

    protagoniz un escndalo en asociacin con la inmunloga Thereza Imanishi-Kari por haber

    esta ltima alterado los resultados de un ensayo en el que los genes de un ratn imitaban

    misteriosamente a los de otros. La parte del trabajo que fue cuestionada, no pudo ser

    reproducida en otros laboratorios, y el trabajo sostena que un gene externo (transgene)

    injertado en un ratn influy la actividad de los genes nativos en forma que simula a la del

    transgene. Esto tiene singular importancia en el descubrimiento de cmo trabaja el sistema

    inmunolgico. Intervinieron expertos forenses del servicio secreto (debido a que haba

    involucrados fondos para investigacin del gobierno de los EE.UU.) analizando el papel, la

    tinta y los diversos materiales incluidos en los cuadernos (bastante mal llevados) de

    laboratorio de Imanishi-Kari, as como la letra de las notas manuscritas. Concluyeron que los

    cuadernos haban sido alterados para ocultar el fraude (26). Ms de una docena de pginas

    fueron escritas fuera del orden cronolgico, las fechas fueron alteradas en otras, y algunas

    pginas que supuestamente fueron escritas en 1984 y 1985 realmente lo fueron en 1986,

    despus de la publicacin del trabajo en cuestin, y despus de la denuncia de la posible

    falsificacin. Esta inmunloga de la Universidad de Tufts haba fabricado los datos

    publicados en Cell (27) y tratado de cubrir sus acciones con ms falsificaciones. Baltimore,

    aunque no fue acusado de fraude, debi renunciar a su presidencia de la Rockefeller

    University debido a la controversia sobre su responsabilidad en el affaire. El caso fue

    denunciado por una joven estudiante posdoctoral, Margot OToole, no como un fraude, sino

    como un error en la literatura que debera ser corregido, e inicialmente no fue tomado en serio

    por dos prestigiosas universidades, Tufts y el Massachusetts Institute of Technology, que

    concluyeron que no era necesario hacer nada. La acusadora fue expulsada del grupo de

  • Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos

    18

    investigacin (dirigido por Imanishi-Kari) y encontr por mucho tiempo dificultades en

    conseguir trabajo en el medio acadmico. Este se dio prisa en conceder ms credibilidad a los

    investigadores con mayor status, en lugar de la posdoctoranda, y consecuentemente la

    sancion. Esto hace que muchos fraudes no sean denunciados por quienes los detectan, debido

    a que es mal visto quien los denuncia. En realidad la responsabilidad de Baltimore es la de

    haber asumido la defensa a capa y espada de Imanishi-Kari, sin aceptar la posibilidad de

    haber sido l mismo una vctima del fraude. Un exceso de orgullo, el no querer aceptar su

    propia falibilidad, y no querer estar relacionado con un fraude, lo llevaron por un camino que

    no poda tener un final feliz. El caso ilustra una de las dificultades en la investigacin de los

    fraudes cientficos: el sistema suele apoyar al falsario si es una personalidad importante de la

    ciencia, y a sospechar de los motivos del denunciante. Es ms importante evitar el escndalo

    que saber la verdad...

    Un resultado demasiado seguro...

    Tambin se encuentran en las publicaciones cientficas diversos fraudes reconocidos

    por sus autores. As, en neurobiologa, el descubrimiento en 1974 de las encefalinas, morfinas

    intracerebrales, desencaden tal conmocin en los neurobilogos que el nmero de trabajos

    sobre las propiedades de estas molculas fue creciendo a una velocidad vertiginosa durante

    los dos aos siguientes. De este modo, el 22 de julio de 1976 apareci en Nature un artculo

    en que investigadores alemanes de un reputado laboratorio de bioqumica, el de Hamprecht,

    exponan sus experiencias con la leucina-cefalina en cultivos celulares de neuronas. Segn

    ellos los efectos bioqumicos de la leucina-cefalina sobre el metabolismo de las neuronas

    comportaban principalmente una accin sobre una molcula conocida por los bilogos como

    "segundo mensajero intracelular", el AMP cclico (28). A decir verdad, esto no tena nada de

    extraordinario: esta accin tambin la realiza la morfina, y ello indicaba, una vez ms que la

    morfina de origen vegetal y las morfinas intracerebrales actan del mismo modo sobre el

    tejido nervioso. Slo que las experiencias descritas en este artculo jams se realizaron, tal y

    como reconoci ms tarde, en Nature, Robert J. Gullis (29): Estaba tan seguro de sus ideas

    que no se molest en efectuar la experiencia! En realidad haba publicado de este modo ocho

    artculos en diferentes revistas cientficas desde 1973, antes de ser obligado a confesar sus

    engaos.

  • Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos

    19

    Schubert y los quelantes del plutonio

    En un campo cercano, el de la qumica, se ha puesto de manifiesto otro embuste. En

    mayo de 1979, mientras se celebraba un congreso en Tokio, el qumico norteamericano Jack

    Schubert confes que su colega S.K. Derr haba "inventado" los resultados que haban

    publicado conjuntamente (30). Segn estos resultados, exista una "preparacin especial" de

    quelantes del plutonio que permitan a estas sustancias franquear las barreras celulares y

    trasegar del tejido heptico y de los tejidas seos el plutonio que hubiera podido acumularse

    all accidentalmente. Por consiguiente, un tratamiento mediante esos quelantes habra sido

    ideal, por ejemplo, para descontaminar a los trabajadores de la industria nuclear accidentados.

    Se comprende todo el inters que estos trabajos haban suscitado, tanto ms crebles cuanto

    que J. Schubert es un especialista mundialmente reconocido. Una vez ms, en los Estados

    Unidos, el efecto inmediato del descubrimiento de este fraude fue el de rebajar los crditos

    concedidos para este tipo de trabajos que, sin embargo, son prometedores, no slo en el

    campo de la descontaminacin de los accidentados, sino tambin en el del posterior

    tratamiento de los desechos nucleares.

    La publicidad subliminal

    En los aos 1950, el investigador de mercados y psiclogo aficionado neoyorquino

    James Vicary dijo haber observado en sus experimentos que presentar intermitentemente la

    frase "Coma palomitas" en cine o televisin aumentaba las ventas de palomitas de maz. El

    espectador no poda leer el mensaje, deca, pero ste se le grababa en la mente de manera

    subliminal.

    La posibilidad de condicionar y manipular en secreto la conducta de la gente era

    inquietantemente orwelliana; de ah que mucha gente pidiera la intervencin de la Comisin

    Federal de Comunicaciones de Estados Unidos. Sin embargo, Vicary no pudo repetir sus

    hallazgos en una demostracin hecha ante ella. La CBC, cadena de radio y televisin

    canadiense, hizo un experimento similar: inst subliminalmente al pblico de cierto programa

    de televisin a llamar en ese momento, pero las llamadas no aumentaron.

    Vicary nunca expuso sus descubrimientos en ninguna publicacin especializada, y si le

    pedan que repitiera el experimento, su equipo fallaba o arrojaba resultados contrarios a los

    esperados. En 1962, Vicary admiti que no haba investigado lo suficiente y que su

    informacin era demasiado escasa como para tenerla en cuenta. Lo cierto es que la persuasin

  • Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos

    20

    subliminal no funciona, pero persiste la idea contraria y algunos publicistas siguen

    promovindola (31).

    Galileo Galilei y la experimentacin cientfica

    Los cientficos estn divididos en dos grupos: los empiristas, que sostienen que

    ninguna afirmacin sobre el mundo natural es vlida si no pasa por la contrastacin

    experimental, y los racionalistas, para los cuales la verdad se puede alcanzar a travs del

    intelecto, mediante razonamiento puro. Son considerados platnicos: la teora expresa

    que la esencia de las teoras no procede de la experiencia sino de la razn. La ciencia, segn

    este enfoque, se hace a priori. La experimentacin es irrelevante, e incluso superflua. Esta

    diferencia filosfica se puede rastrear hasta el siglo IV a.C., donde los griegos clsicos

    oponan el trabajo manual al trabajo intelectual, o la prctica a la teora. Poder probar que el

    padre de la fsica moderna, Galileo, era empirista o racionalista, dara un fuerte espaldarazo a

    los seguidores de una u otra corriente, y ello ha causado una fuerte controversia en la

    actualidad.

    Galileo Galilei es considerado con justa razn el padre del mtodo cientfico moderno,

    el mtodo experimental. Si bien posiblemente no lo invent, es quien lo sistematiz y propag

    a partir de sus experimentos. Afirma en sus escritos (inclusive los inditos) que realiz

    numerosas experimentaciones a partir de las cuales dedujo las leyes naturales que regan los

    fenmenos estudiados. Pero en los aos 1920-1930, varios historiadores de la ciencia pusieron

    en duda su versin. Segn ellos, Galileo no poda, con los medios de que dispona, realizar

    mediciones suficientemente precisas como para sacar conclusiones de sus experimentos.

    Autores como Paul Tennery (32) y Alexandre Koyr (33) afirman que a lo sumo los

    pretendidos experimentos eran experimentos mentales. Llegaron a negar siquiera la

    posibilidad de realizar esos experimentos, sin molestarse en verificar por si mismos si sus

    afirmaciones eran ciertas. Claro, como verdaderos racionalistas, eso hubiera sido un

    contrasentido. Si sostienen que razonando se puede llegar a la verdad, no es necesario

    verificar si un experimento se puede o no realizar. Basta que mediante un razonamiento se

    demuestre que no se puede realizar. Que el razonamiento pueda no corresponder con la

    realidad, es inconcebible. Llegaron a decir que a Galileo le caba la gloria y el mrito de

    haber sabido prescindir de experimentos (en absoluto indispensables, como lo demuestra el

    mismo hecho de haber podido prescindir de ellos) y prcticamente irrealizables con los

    medios experimentales a su disposicin. Aparte de la inconsistencia de citar una supuesta

  • Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos

    21

    prueba experimental para sostener su afirmacin (lo que est entre parntesis), Koyr est

    acusando al padre de la fsica moderna de uno de los peores fraudes cientficos, la invencin

    de experimentos y resultados que no se efectuaron en la prctica.

    En los aos 1960-1970, otros historiadores analizaron los escritos inditos del sabio

    italiano, y en muchos casos realizaron los experimentos descritos, y encontraron que pese a la

    penuria de instrumental preciso debido a la baja tecnologa de la poca, estos experimentos

    confirman la informacin consignada por Galileo en sus papeles. Todo el andamiaje

    apriorstico de Koyr se vino abajo, aunque qued en pi algo: si bien Galileo se bas en

    experimentos, tambin debi realizar un considerable trabajo de abstraccin y

    conceptualizacin para obtener los esquemas tericos correctos y rebatir una gran cantidad de

    pseudoevidencias acumuladas a lo largo de los siglos.

    Esto lleva a una causa de sesgo en los trabajos cientficos, que fcilmente cae en el

    fraude: la defensa de una tesis cara al investigador. No se puede decir que Koyr haya

    cometido fraude al afirmar que los experimentos de Galileo no se podan realizar. Analiz al

    menos los ms importantes experimentos del italiano y refut la posibilidad de hacerlos con

    detalle, sobre una base puramente mental. No afirm haber tratado de efectuarlos y que no

    funcionaron, as que en principio no minti. Pero sus razonamientos estaban equivocados,

    porque otros cientficos s pudieron repetir los experimentos, obteniendo los resultados

    informados por Galileo. Al no tener un mtodo objetivo para determinar si sus razonamientos

    eran correctos, se equivoc.

    Este no es un problema menor. Las ideas racionalistas no solo son sostenidas por

    algunos epistemlogos e historiadores de la ciencia, tambin algunos cientficos las sostienen,

    a veces conscientemente, a veces inconscientemente. Como seres humanos, los cientficos a

    veces tenemos tendencia a los extremismos: un extremismo extendido, actualmente

    incentivado por el auge de los ordenadores, es la creencia de que lo que sale de un ordenador

    es la palabra revelada de Dios. Muchos cientficos tericos confan ms en los resultados

    escupidos por la impresora de su PC, que en la realidad palpable. Creen que el modelo es la

    fiel representacin matemtica de la realidad fsica, y que no hace falta contrastar los

    resultados de los modelos con la realidad. Desde la prediccin de las catstrofes ecolgicas a

    los efectos de un medicamento, todo puede ser predicho con un modelo adecuado, sin

    necesidad de experimentos. La idea se ha extendido incluso a medios no cientficos, y

    asociaciones de derechos de los animales se oponen a la experimentacin de nuevos

    medicamentos con ellos, alegando que la modelacin por ordenador puede sustituir a las

  • Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos

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    crueles torturas infligidas en nombre de la ciencia a las pobres criaturas indefensas.

    Obviamente, no saben que lo que se conoce de biologa, con ser inmensamente superior al

    conocimiento que se tena apenas 40 aos atrs, es todava una gota de agua frente a un

    inmenso mar de cosas que ignoramos. Un modelo puede predecir los efectos de fenmenos y

    relaciones que ya sabemos, pero no lo que ni siquiera sospechamos que existe.

    El lector habr adivinado a esta altura del trabajo que los autores no son racionalistas.

    Pero no es enemigo de los tericos. Son muy necesarios. Alguien debe unir los fenmenos

    naturales, a veces sin conexin aparente entre s, en una teora armnica que los explique y

    permita hacer predicciones. Pero esa teora est siempre sujeta a revisin, sobre la base de la

    confrontacin de las consecuencias de la teora con la experiencia. La historia de la ciencia

    est llena de teoras que parecan explicar los hechos, hasta que algo las contradijo, y fueron

    reemplazadas por otras, que eventualmente corrern la misma suerte. En qumica, la teora del

    flogisto pareca explicar la combustin en forma muy racional, hasta que a Lavoisier se le

    ocurri verificar si se conservaba la masa de un sistema que sufra dicho fenmeno. Sin esa

    comprobacin experimental, todava seguiramos creyendo que los cuerpos combustibles

    tienen la esencia de la llama, el flogisto3, que se va cuando el cuerpo arde, dejando materia

    deflogisticada, y que el flogisto tiene peso negativo. Es decir, un racionalista puro, si se

    equivoca en su razonamiento, est condenado a estar eternamente en el error.

    La falsificacin de pruebas El problema de inventar resultados de experimentos que no se han realizado es que a

    veces se necesitan presentar pruebas. El paso siguiente, si se quieren cubrir las huellas del fraude

    con una cortina de humo, es falsificar las pruebas que apoyen las teoras o los resultados del

    falsario. Examinemos algunos de los ejemplos que nos ofrece la historia de la ciencia.

    El sapo falsificado de Paul Kammerer

    Hay un fraude que reviste particular importancia para la historia de la biologa: el del

    sapo falsificado de Paul Kammerer, bilogo viens de principios del siglo XX.

    Este asunto constituy un episodio crucial y trgico de la querella entre los partidarios de

    la herencia de los caracteres adquiridos (teora de Lamarck, pero que Darwin tambin admiti) y

    los seguidores de la teora de Weisman, para los que esto era imposible. Paul Kammerer,

    zologo del Instituto de Investigaciones Biolgicas de Viena, a partir de 1909 sostuvo que haba

    3) Principio inflamable que supuestamente contenan todas las sustancias combustibles.

  • Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos

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    realizado toda una serie de experiencias que, segn l, probaban la herencia de las caracteres

    adquiridos (34). La polmica se centr, sobre todo, en sus experiencias con el sapo partero Alyfes

    obstetricans, animal esencialmente terrestre. Se acopla en tierra y el macho no posee cepillo

    copulador, es decir, callosidades en las manos y los antebrazos. Por el contrario, los machos de

    numerosas especies de ranas y sapos que copulan en el agua, poseen estos cepillos copuladores.

    Segn un razonamiento estrechamente "utilitarista" que prevaleca en la poca (y que rige

    todava a menudo en nuestros das), estos rganos permitiran al macho agarrarse fuertemente a

    la hembra durante la cpula. Desde el punto de vista del utilitarismo, esto pareca ser

    enteramente una adaptacin: los anfibios acuticos necesitan estos cepillos, ya que sin ellos

    resultara difcil el abrazo en el agua, donde el cuerpo de la hembra es resbaladizo. Y siguiendo

    con el mismo criterio, el sapo partero que se empareja en tierra no precisaba estos cepillos

    porque la piel de la hembra es lo suficientemente seca y spera. A partir de 1909, Kammerer

    afirm haber inducido a unos sapos parteros a acoplarse en el agua; posteriormente, los machos

    as tratados adquiran cepillos copuladores, y este carcter se transmita hereditariamente, de

    modo que en la quinta generacin tratada de esta manera, todo los machos los posean. El sapo

    de vida terrestre adquira estas estructuras anatmicas cuando era obligado a realizar su abrazo

    copulatorio en el agua, tarea de por s muy ardua y difcil, y las transmita a su progenie. Por

    esto, los experimentos de Kammerer eran una demostracin perfecta de la herencia de caracteres

    adquiridos, pero casi imposibles de reproducir.

    A partir de 1910 se entabl la controversia entre Kammerer y William Bateson, el

    genetista britnico ms conocido en aquella poca y weissmaniano convencido. Despus de varios

    episodios, Kammerer realiz, en 1923, un viaje a Inglaterra para dar una serie de conferencias, y

    llevaba consigo un frasco en el que haba el ltimo ejemplar conservado que le quedaba de los

    sapos transformados. Pero los partidarios y adversarios de Kammerer no pudieron ponerse de

    acuerdo sobre lo que vean en el sapo. Por consiguiente, la visita de Kammerer a Gran Bretaa

    acab en "tablas". El asunto volvi a la actualidad en 1926, cuando G.K. Noble, conservador del

    Museo Americano de Historia Natural, visit el Instituto de Investigacin Biolgica de Viena, y

    le autorizaron a examinar el famoso sapo (en aquella ocasin Kammerer se haba ausentado del

    Instituto, y fue su director, Karl Przibram, quien recibi a Noble). En su carta a Nature, del 7 de

    agosto de 1926, G.K. Noble manifestaba que con la ayuda de una lupa binocular no observ

    callosidades, ni espinas o asperezas en las manos del sapo. Por el contrario, haba advertido que

    las superficies ventrales y dorsales de la mano izquierda eran de color negro, y que esta capa

    negra pareca proceder de una capa profunda de la piel. Entonces examin minuciosamente esta

  • Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos

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    pata y vio una sustancia colorante negra extendida en gruesas capas que, sin posibilidad de error

    identific como tinta china. De este modo habla sido falsificado el famoso sapo. En una carta a

    Nature, que acompaaba a la de Noble, Karl Przibram reconoca que el espcimen examinado

    actualmente no tena ya callosidades ni espculas pero que las haba tenido anteriormente y que

    las numerosas dificultades para realizar demostraciones por el mundo le deban de haber

    deteriorado y hecho perder sus espculas. En cuanto a la tinta china, reconoca que alguien haba

    debido inyectarla, probablemente para luchar artificialmente contra el blanqueamiento

    progresivo generado por la luz del da sobre la zona negra original de la mano. Segn Przibram,

    el responsable no era el propio Kammerer, pues l haba permitido las investigaciones.

    Kammerer se suicid el 23 de septiembre de ese mismo ao, y envi una carta a Przibram en la

    cual juraba que no era el autor del fraude. Por otro lado, no es absolutamente cierto que

    Kammerer se hubiera suicidado a causa de este asunto. Segn ciertos rumores, "pudo influir en

    la decisin fatal de poner fin a su vida el hecho de que una artista vienesa, de la que estaba

    enamorado, no se decidi a seguirle a Mosc" (34) (el nuevo poder sovitico haba invitado a

    Kammerer a establecerse en la URSS).

    Quin administr esta fraudulenta inyeccin de tinta china? Przibram sugiri, en un

    artculo necrolgico, que en 1918 un colega, envidioso hasta extremos delirantes, haba intentado

    refutar falsamente las "cambios hereditarios" obtenidos en la salamandra (otra experiencia de

    Kammerer), y que despus este hombre haba pasado una temporada en un hospital psiquitrico.

    No habra intentado el mismo "sabio loco" desacreditar a Kammerer realizando el fraude? El

    escritor Arthur Koestler, que en 1972 public un libro sobre este tema, sugiere que tambin

    pudieron haber habido razones polticas. Kammerer era conocido en Viena por sus ideas

    comunistas y el gobierno sovitico le haba ofrecido continuar en la URSS sus investigaciones

    sobre la herencia de los caracteres adquiridos. Koestler sugiere que, al producirse la ascensin

    del nazismo en la Universidad de Viena en 1925-1926, tal vez un militante nazi quiso deshonrar

    al comunista Kammerer. De todas formas, si se hubiera querido desacreditar mediante este

    procedimiento la tesis de la herencia de los caracteres adquiridos, adems de perverso, habra

    resultado perfectamente intil. Un descubrimiento realizado en 1924 anulaba toda conclusin

    sobre los Alytes acuticos de Kammerer: se haba descubierto en la naturaleza un Alytes terrestre

    que presentaba cepillos copuladores. Por consiguiente, los sapos de Kammerer podan tener

    perfectamente cepillos copuladores, sin que su rgimen acutico interviniera para nada en ello.

    Este trgico episodio seala varias caractersticas del fraude cientfico (suponiendo que

    lo era y no un error o un intento de desacreditacin), las cuales parecen repetirse en casos ms

  • Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos

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    recientes: primero el responsable era un individuo talentoso, bien informado y con una slida

    formacin acadmica; segundo, trabajaba en un instituto de reconocido prestigio; tercero,

    public la mayor parte de sus trabajos en revistas cientficas de primer orden: cuarto, present

    sus trabajos ante auditorios del mejor nivel acadmico, y quinto, convenci, por un tiempo al

    menos, a una buena parte de la comunidad cientfica.

    Los ratones teidos de Summerlin

    El apao del sapo de Kammerer lleva ahora a otro caso de fraude ms reciente, los

    ratones de Summerlin. En 1973, La Recherche (35) dio cuenta de los espectaculares resultados

    del inmunlogo norteamericano W.T. Summerlin. Este investigador trabajaba en el instituto

    Sloan Kettering, uno de los centros de investigacin de ms renombre mundial, bajo la direccin

    del no menos prestigiado inmunlogo Robert A. Good.

    Se conoce de sobra el problema que plantean los injertos entre individuos no

    emparentados; si se inserta a un sujeto, o receptor, un rgano o un tejido procedente de un

    donante no emparentado, las defensas inmunitarias del receptor lo rechazan rpidamente. Para

    evitarlo, se suele administrar al receptor un tratamiento inmunosupresor, que disminuye la

    reaccin de rechazo, pero tambin merma la resistencia del receptor a las infecciones y a los

    tumores. Summerlin tuvo la idea de realizar un cultivo de rganos con fragmentos de piel antes

    de injertarlos. Daba la impresin de que los fragmentos as cultivados perderan su condicin de

    tejido extrao: aparentemente no suscitaban ya reaccin inmunitaria y pareca factible el injerto

    definitivo sin recurrir al tratamiento inmunosupresor. Mediante esta tcnica, Summerlin haba

    obtenido varios resultados supuestamente notables, especialmente injertos persistentes de piel de

    ratones blancos en ratones grises y, en el caso de la especie humana, de piel de mujer blanca en

    un hombre negro. Estos trabajos presentaban perspectivas muy prometedores para la ciruga y el

    tratamiento de quemaduras.

    Lo experimentos de Simmerlin impresionaron al propio Good y a inmunlogos de la talla

    de Medawar, Benacerraf y Kumbel; sin embargo, otros investigadores pronto empezaron a tener

    dificultades para reproducir sus resultados y a plantear dudas sobre la validez de sus teoras.

    Por desgracia, la gran esperanza suscitada por estas investigaciones dur poco tiempo.

    Summerlin no consigui reproducir su primeros resultados, lo cual los hizo sospechosos a las

    ojos de la comunidad cientfica. Exasperado, al tener que enfrentarse con una inminente

    comisin investigadora, Summerlin debi querer, sin duda, salvar su prestigio. La noche del 27

    de marzo de 1974 procedi a maquillar los ratones, tiendo con un marcador de fibra su pelaje

  • Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos

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    para hacer creer que los injertos haban arraigado. Pero aquella misma noche fue sorprendido

    realizando su fraude, y, por ello, suspendido de su empleo. La expectacin cientfica, los rumores

    de un premio Nobel y el futuro promisoria para pacientes que requeran trasplantes se

    desvanecieron en un instante (36, 37).

    Summerlin era un brillante investigador en el rea de la inmunologa dermatolgica, que

    lleg a ser conocido como el "muchacho de oro de la dermatologa". Trabajaba tanto, que

    frecuentemente dorma en su laboratorio y empezaba sus labores a las cuatro de la madrugada;

    daba, adems, la apariencia de ser un cientfico compulsivo, que en forma genuina haba

    dedicado su vida entera a la investigacin. Estuvo en los mejores laboratorios y obtuvo el

    asesoramiento, la crtica y la colaboracin de los hombres ms prominentes de su campo; sus

    artculos se publicaron en las revistas cientficas de mayor trascendencia (37). Sus acciones no

    pueden explicarse por ignorancia o por ingenuidad; por el contrario, son el resultado de un

    ingenioso pero malvolo plan para obtener notoriedad y prestigio.

    En un artculo crtico muy interesante (38), el profesor Prunieras, que haba intentado

    reproducir por su cuenta los resultados de Summerlin en ratones, hace un balance de este caso.

    Llama la atencin sobre el hecho de que el crdito otorgado a los extraordinarios resultados de

    Summerlin proceda de la conjuncin de dos factores: los resultadas cientficos, que parecan

    convincentes, y la garanta de eminentes especialistas internacionales, tales como el profesor

    Robert Good. Si los resultados cientficos se han revelado, finalmente, como inexactos - no

    existe injerto de piel persistente- diversas circunstancias pudieron hacer creer momentneamente

    en un xito, y especialmente la persistencia - nunca explicada- de regiones de pelo blanco en el

    lugar de la cicatriz de los injertos en el receptor; tales regiones de pelo blanco podan mover a

    pensar, a priori, en la permanencia de la piel del donante. Finalmente, el gesto de Summerlin

    quizs fue la accin desesperada de un investigador que crey encontrar un resultado importante,

    que obtuvo unas conclusiones demasiado aprisa y que no supo resistir las exigencias de la

    comunidad cientfica que le peda cuentas.

    Interesa sealar que recientemente varios grupos de inmunlogos (por ejemplo, el de

    Kevin Lafferty, en Australia, o la unidad de trasplantes del Hospital Hammersmith, de Londres)

    realizaron experiencias similares a las de Summerlin, en las cuales parecen haber tenido xito.

    As, pues, es una pena que el fraude de Summerlin desacreditara durante varios aos este tipo de

    trabajos, que merecan ser efectuados mucho antes.

  • Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos

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    El caso de von Darsee

    El episodio de Summerlin no es, por desgracia, un caso aislado de fraude. John R. von

    Darsee, un brillante investigador de Harvard que a los 33 aos contaba con cerca de 100

    publicaciones, incurri en el mismo error. Se asoci con Braunwald, uno de los cardilogos ms

    prestigiados de la Universidad de Harvard y colabor con un captulo de su Opus magnum:

    "Hart Disease: A Text Book of Cardiovascular Medicine", publicada en 1980 en dos tomos de

    2000 pginas cada uno. Su trabajo estaba orientado al estudio de ciertos medicamentos y

    procedimientos que permitan una dramtica recuperacin despus de un infarto de miocardio.

    Su labor era ardua y eficaz, sus datos limpios y consistentes, pero lleg el da en que aparecieron

    las sospechas. Algunos de sus colegas dudaron que von Darsee pudiera llevar al cabo tantos

    experimentos y otros lo vieron "fabricar" ciertos registros electrocardiogrficos cuando le

    solicitaron sus datos experimentales para confirmar algunos manuscritos que estaban por

    enviarse a publicacin. En 1981 se haba establecido que el doctor von Darsee, en los informes

    de sus investigaciones en Harvard y Emory, sola incluir afirmaciones y datos falsos con la

    intencin de presentar resultados y conclusiones exitosas sobre investigaciones en las que haba

    fracasado. Despus de un complicado proceso de auditora, el brillante joven de Harvard confes

    que haba fabricado muchos de sus datos (39, 40).

    Ninnemann y los fondos federales de investigacin

    El inmunlogo John L. Ninnemann, Ph. D., cuando era profesor de la Universidad de

    Utah, fragu datos experimentales para obtener subsidios federales por 1,2 millones de dlares.

    Este fraude puso en el tapete la discusin de si las universidades son vctimas o coconspiradores

    de tales personajes, ya que las universidades involucradas (la de Utah y la de California) tuvieron

    que devolver el triple de lo defraudado por Ninnemann. Sin embargo, ambas universidades

    avalaron los pedidos de Ninnemann, pese a haber sido advertidas de problemas con su trabajo.

    J.T. Condie, que fuera tcnico jefe de laboratorio en el de Ninnemann en el Departamento de

    Ciruga de la Universidad de Utah, donde realizaba investigaciones sobre la causa de la

    supresin del sistema inmunolgico luego de quemaduras, en 1983 haba encontrado

    discrepancias entre los registros de laboratorio de la investigacin y las informes de Ninnemann

    en publicaciones y congresos. Cuando lo inform en el Departamento, se le dijo que callara.

    Ninnemann recibi una reprimenda de la universidad y se cambi a la de California en San

    Diego. Irnicamente, Ninnemann fue perifricamente involucrado en otro sonado caso de fraude

    cuando era un investigador joven: en 1974, era investigador en el Instituto de Investigaciones del

  • Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos

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    Cncer Sloan-Kattering de Nueva York, donde William T. Summerlin colore los parches

    negros sobre ratones blancos con una lapicera de fibra, cuando fallaron sus experimentos de

    supresin del rechazo de injertos de piel. Ninnemann fue uno de las investigadores que no pudo

    reproducir los resultados que haba informado Summerlin (41).

    El hombre de Piltdown4

    A propsito del caso Kammerer, que quizs se trataba de un asunto de rivalidades

    personales, se ha visto que el fraude puede tener por objetivo desacreditar a un colega. Parece

    que el clebre caso del "crneo de Piltdown" pertenece a este tipo, si se han de creer las

    revelaciones hechas en 1978, ante de morir, por el gelogo britnico J.A. Dougias (42).

    El 18 de diciembre de 1912 hubo una reunin en Burlington House, Piccadilly,

    Londres, sede de la Geological Society de Inglaterra. Dos hombres se dirigieron a la audiencia

    expectante: Charles Dawson, secretario de la Sussex Archaeological Society, y Arthur Smith

    Woodward, gelogo del British Museum. Anunciaron haber encontrado el crneo humano

    ms antiguo jams desenterrado en la isla. Ello halagaba la vanidad britnica, fuertemente

    sacudida por el xito de franceses y alemanes en desenterrar fsiles antiqusimos. El eslabn

    perdido era ingls, y consecuentemente Inglaterra era la cuna de la humanidad. El espcimen,

    llamado el hombre de Piltdown, ocup un lugar de honor en los catlogos de fsiles por

    cuarenta aos (43).

    El crneo de Piltdown, fue considerado el famoso "eslabn perdido entre el mono y el

    hombre, previsto por la teora de la evolucin: el crneo de este fsil se caracterizaba como

    perfectamente humano, mientras que la mandbula pareca (y con motivo!) la de un

    chimpanc. En 1953, el British Museum tuvo que reconocer oficialmente que el "hombre de

    Piltdown" era una falsificacin: se haba combinado un crneo de hombre moderno con una

    mandbula de orangutn y el conjunto haba sido cuidadosamente amaado para dar la

    impresin de "antiguo".

    En 1953 se descubri el engao, que haba resistido por cuarenta aos a las

    investigaciones de los mejores especialistas del mundo. Fue planeado y ejecutado en algn

    momento entre 1907 y 1911. La falsa calavera de homnido fue fabricada con el crneo de un

    hombre moderno que fue engrosado por una enfermedad sufrida durante su vida, dndole un

    aspecto primitivo, y media mandbula inferior de un orangutn, de la cual fueron removidas

    4) Localidad de Gran Bretaa en el condado de Sussex Oriental, situada al NO de Uckfield. En sus inmediaciones fueron descubiertas en 1912 unas osamentas, conocidas con el nombre de hombre de Piltdown o Eoanthropus Dawsoni.

  • Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos

    29

    partes que podan descubrir su procedencia, y cuyos dientes haban sido limados para parecer

    dientes humanos, y un canino alterado suelto. Al mismo tiempo se plantaron en el lugar

    artefactos antiguos y huesos de mamferos extintos. En total, se colocaron 37 piezas de hueso

    y piedra, cada uno cuidadosamente elegido para un determinado propsito, cada uno alterado

    y teido hasta alcanzar la coloracin de la grava donde se los encontr. Lo que es ms, otros

    diez fragmentos de huesos humanos y animales fueron preparados y plantados en dos lugares

    diferentes de la zona de Piltdown. Desde 1912 a 1913 los fragmentos fueron descubiertos,

    muchos de ellos por Dawson, algunos por Smith Woodward, y el canino arreglado, por

    Pierre Teilhard de Chardin, un seminarista jesuita que se transform luego en un famoso

    paleontlogo y evolucionista. Smith Woodward us el crneo y la mandbula para reconstruir

    una cabeza completa del homnido. Si bien muchos cientficos encontraron sospechoso el

    material, muchos otros lo tomaron por legtimo. Sin embargo, an los ms crticos no

    sospecharon que era un fraude. Hubo algunos que sospecharon la verdad, como G.S. Merritt,

    del Smitsonian Institute, en 1930, que fue disuadido de publicar sus conclusiones por sus

    colegas. En 1953, el antroplogo Joseph S. Weiner y el anatomista Wilfrid E. Le Gros Clark,

    ambos de la Universidad de Oxford, y Kenneth P. Oakley del British Museum of National

    History, probaron la falsedad (43).

    En 1972 aparecieron dos libros sobre este tema: en uno de ellos se acusaba al

    anatomista australiano G.E. Smith, de haber querido ridiculizar al eminente paleontlogo

    Arthur Smith Woodward, conservador del British Museum y principal "defensor " del crneo

    de Piltdown, con el fin de apropiarse de su cargo. En otro libro, publicado tambin en 1972,

    se inculpaba a otro conservador, el del museo de Hastings, de haber querido vengarse por una

    promesa incumplida efectuada por Charles Dawson, autor del descubrimiento del crneo de

    Piltdown. Se sugiri que el autor del fraude podra haber sido Teilhard de Chardin. Segn las

    revelaciones de Douglas, el autor no sera otro que su antecesor en la ctedra de geologa de

    Oxford, William Sollas. El objetivo habra sido ridiculizar a su colega Woodward, por envidia

    profesional. Otras hiptesis sugeran que el autor del fraude haba podido ser el propio

    Dawson, (conocido ya como simulador), que conoca perfectamente el terreno, tuvo la

    oportunidad de plantar los falsos fsiles y estaba desesperado por fama y reconocimiento por

    la comunidad cientfica, y quera ser miembro de la Royal Society. Fue nominado varias

    veces desde 1913, pero siempre sin xito, hasta que falleci en 1916. Pero l no tena acceso a

    las 47 piezas plantadas en los tres sitios de Piltdown, ni tena suficiente conocimiento de las

    varias disciplinas cientficas necesarias para producir un fraude tan exitoso. Necesitaba al

  • Revista Iberoamericana de Polmeros Volumen 4(2), Abril 2003 Schulz y Katime Los fraudes cientficos

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    menos un cmplice. Un cientfico con la preparacin necesaria y el acceso al material

    necesario para la farsa: crneos humanos, restos de mamferos extintos, una mandbula de

    mono, y antiguas herramientas de piedra. El historiador Ian Langham de la Universidad de

    Sydney concluy en 1984 que fue Arthur Keith. Este no haba sido sospechado antes, por

    haber cubierto cuidadosamente sus huellas. Por ejemplo, simul estar enfermo en la poca de

    los descubrimientos. Sin embargo, el anlisis de su diario, publicaciones y cartas dan indicios

    de que menta, y que intent cubrirse en su diario. Sabiendo que el crneo era

    patolgicamente engrosado, fue fcilmente rastreado hasta el Royal College, donde Keith

    trabajaba, y que tiene la mayor coleccin de esqueletos patolgicos del Reino Unido.

    Ya antes de la conclusin de su culpabilidad, Keith haba sido acusado por colegas de

    publicar informacin falsa. Por ejemplo, en 1914, E. Smith escribi de l que tena la

    tendencia de publicar basura que l sabe que es falsa. Tobias da algunos ejemplos ms de

    esta opinin de los colegas de Keith.

    Parece que Keith tena dos motivos para el fraude. Uno era el establecimiento de un

    concepto particular de la evolucin humana, el otro era simplemente el deseo de avanzar en la

    carrera y la ambicin. Keith crea que los ancestros humanos tenan crneos esencialmente

    iguales a los actuales, y que el espesor mayor no era importante. Habra plantado los falsos

    fsiles para probar su teora, al ver que las excavaciones en serio no daban muestras de

    antiguos crneos de la forma correcta segn l. El otro motivo surge de que de toda la gente

    involucrada en el affaire, Keith fue el que ms se benefici en su carrera. Desde el comienzo,

    Keith aplaudi el descubrimiento con gran entusiasmo, llamando al fsil uno de los

    descubrimientos ms notables del siglo XX, uno, quizs no accidentalmente, que verificaba

    toda su teora acerca de los orgenes de la humanidad. En 1912, Keith no era miembro de la

    Royal Society, y su candidatura fue rechazada dos veces. Alcanz el honor en 1913. En 1921,

    fue ennoblecido como Sir Arthur Keith. Muri en 1955, escapando a su descrdito.

    Gupta y los fsiles del Himalaya

    A fines de la dcada de 1970 comenzaron a circular rumores acerca de la confiabilidad

    de los trabajos cientficos del gelogo indio Vishawa Jit Gupta, profesor de la Universidad del

    Punjab e