filosofar para seguir creciendo

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 F  ilosofar  Filosofar para seguir creciendo Carlos E. Echeverría  Laureate International Universities ®

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Para los estudiantes de unitec

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  • Filosofarpara seguir creciendo

    FilosofarFilosofarpara seguir creciendo

    La Filosofa atesora la sabidura de los principales pensadores de todos los pueblos. A este acervo se llega por el Filosofar, momento de produccin intelectual en respuesta a las trascendentales preguntas que sabe plantear la Filosofa. Se trata de un proceso dinmico que debe involucrar integralmente a cada persona que en l participa, sin importar cunto de lo que se logre permanecer en el depsito de sabidura de los grandes filsofos

    FILOSOFAR para seguir creciendo va dirigido de modo especial a quienes se estn formando como profesionales, pero puede ser de provecho para toda persona que se niegue a vivir en pequeez intelectual o en rutina existencial.

    Carlos E. Echeverra

    PEAR

    SON

    CU

    STOM

    PUB

    LISHIN

    G

    CMAN

    978-970-26-1495-1

    Laureate International Universities

  • F I LOSOFARpara seguir creciendo

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  • F I LOSOFARpara seguir creciendo

    Carlos Eduardo Echeverra Coto

    Universidad Gregoriana en FilosofaRoma, Italia

    Maestra en Tecnologa EducativaILSE Grupo de Investigacin Universidad Almeira

    Profesor de Filosofa, Axiologa y ticaUniversidad Tecnolgica Centroamericana

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  • Editor: MariaElenaZaharArellano e-mail:[email protected]: JosHernndezGarduo

    DiseodePortada: DianaEcheverraMondragn

    PRIMERAEDICIN,2008

    D.R.2007diseoytipografapor PearsonEducacindeMxico,S.A.deC.V. Atlacomulco500-5piso Col.IndustrialAtoto,C.P.53519, NaucalpandeJurez,Edo.deMxico

    CmaraNacionaldelaIndustriaEditorialMexicana.Reg.Nm.1031.

    CarlosE.Echeverra,sujetoalicenciadePearsonEducacin

    Reservadostodoslosderechos.Nilatotalidadnipartedeestapublicacinpuedenreproducirse,registrarseotransmitirse,porunsistemaderecuperacindeinformacin,enningunaformaniporningnmedio,seaelectrnico,mecnico,fotoqumico,magnticooelectroptico,porfotocopia,grabacinocualquierotro,sinpermisoprevioporescritodeleditor.

    Elprstamo,alquilerocualquierotraformadecesindeusodeesteejemplarrequerirtambinlaautorizacindeleditorodesusrepresentantes.

    ISBN 10: 970-26-1495-3ISBN 13: 978-970-26-1495-1

    ImpresoenMxico.Printed in Mexico.

    1234567890-10090807

    [email protected]

    Datos de catalogacin bibliogrfica

    Echeverra, Carlos E.

    FILOSOFAR PARA SEGUIR CRECIENDO

    PEARSON EDUCACIN, Mxico, 2008

    ISBN: 970-26-1495-3rea: Filosofa. Universitarios

    Formato: 18.5 23.5 cm Pginas: 128

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  • Estimados estudiantes y docentes de UNITEC:

    Me da mucho gusto saludarles y poner en sus manos este libro de texto que es parte de un innovador proyecto dirigido a Ustedes.

    La Universidad Tecnolgica Centroamericana est comprometida desde 1987, ao de su fundacin, con la calidad y la excelencia acadmica al punto de ser un estilo de vida en permanente mejora, que les involucra a Ustedes y tambin a los recursos y metodologas de enseanza y apren-dizaje propios de las diversas carreras profesionales que ofrecemos.

    A inicios de los 90s UNITEC incorpor el modelo educativo centrado en el estudiante y apoyado en tecnologas de vanguardia para dar respues-ta a los retos que el mundo global plantea, a tal punto que actualmente esta Universidad forma profesionales y ciudadanos en Honduras que sean capaces de desenvolverse competitiva y exitosamente en los esce-narios del mundo globalizado.

    La alianza estratgica que hemos emprendido con el Grupo Editorial Pearson es garante de la calidad que encontrarn, no slo en los con-tenidos temticos de los libros de texto con estndares internacionales, sino tambin en su diseo didctico y a la incorporacin de los recursos que permitirn el trabajo autnomo y personalizado va web, tan caracte-rstico del estilo de aprendizaje en la sociedad del siglo xxi.

    Este esfuerzo complementa la sistemtica profesionalizacin de los do-centes mediante el Sistema de Excelencia en la Enseanza, conocido como Programa SENECA, que les posibilita el perfeccionamiento de su prctica, convirtindose en el sello de la docencia en UNITEC.

    Auguro condiciones muy favorables donde el aprendizaje ser inevitable, no slo durante sus aos de formacin profesional sino durante toda su existencia: Que les persiga el deseo por avanzar, por descubrir nuevas cosas, por ampliar el conocimiento acerca de lo que somos y a dnde vamos, pero sobre todo ayudando a construir el camino que elegimos Que cosechen muchos xitos y satisfacciones!

    Fraternalmente

    Romn ValladaresRector de UNITEC

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  • A Vilma Mondragn, compaera en la vida y permanente asesora profesional, por ser quien es; por sus sugerencias

    oportunas en materia didctica y por su dilogo filosfico.

    A mis alumnos del CEUTECT-UNITEC del 2007, y a todos aquellos para quienes el filosofar no slo es una obligacin, sino un placer.

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  • EsmideberagradeceraDianaEcheverraporlarealizacin de la portada, a Beatriz Echeverraporsuapoyoenlaimpresindeborradoresyes-caneo, y a todosmis hijos por los comentariosycrticasvaliosasquemepermitirnmejorarmipensarymiactuar.

    Anticipo agradecimientos a mis nietos Diego,Sebastin,AndreaeIsabellaporlamismarazn,yaque,aunqueannolosaben,meayudarnavalidarloqueaquescribo.

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  • Contenido

    Introduccin xv

    Captulo 1

    Mirando dentro de s 1Autoconocimiento 1Serencontexto 6Lectura 7Ejercicio 8

    Captulo 2

    El sentido de la vida 13Lectura 19Ejercicio 23

    Captulo 3

    Del conocer al conocimiento 27Latemprananecesidaddelconocimiento 27Lectura 35Ejercicio 37

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  • Captulo 4

    Filosofa, ciencia y mtodo 39Elconocimientocientco 39Lalosofaylasciencias 41Elmtodo 42Lectura 45Ejercicio 48

    Captulo 5

    El mundo de los valores 51Losomnipresentesvalores 51Laaxiologa 52Naturalezadelvalor 53Origendelvalor 54Categorasyjerarquasdelvalor 57Elvalorcomocriteriodeseleccinydeaccin 59Coherenciaycompromiso 60Lectura 61Ejercicio 63

    Captulo 6

    Los valores y la cultura 65Culturaydiversidaddevalores 65Dinmicasocialdelosvalores 67Conictosaxiolgicosinterpersonales 69Lecturas 72ejercicio 75

    Captulo 7

    De la moral a la tica 77Moralytica 77Fundamentacindelamoral 78Elactomoralyeljuiciomoral 80Libertad 82Laconcienciamoral 83Problemticaactualyrelativismomoral 85Lectura 87Ejercicio 92

    XII CONTENIDO

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  • Captulo 8

    Profesionalismo emprendedor 95Laprofesin 95Elvalordeltrabajo 96ticaprofesional 97Compromisopersonalycomunitario 98Formandoemprendedores 99Elesprituemprendedor 101Elliderazgo 103Elespritudeservicio 103Lectura 105Ejercicio 107

    Referencias 109

    CONTENIDO XIII

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  • LosltimosaosdelsigloXXyprimerosdelXXIhanestadodominadosporelposmodernismo.Sintratardehacerunbalanceentresuselementos,queconsideropositivos(aperturahaciaelpensamientodeotros,tolerancia,etc.)ylosnegativos(relativismomoral,relativismoepistemolgico,etc.)tareaenlaqueseinvolucraronenaosrecientesautoresdetodoelmundo(comoCamacho,2002),1espertinenteenelpresentetextoreferirsealllamadodesfondamientodelaracionalidad.Estoequivaleacuestionarlavalidezdelaraznparallegaraunaverdadaceptableyaprobadauniversalmente,cualconvienealaciencia,o,almenos,admisibleyaceptadaporamplioscolectivosquesuscribenunavisinsimilardelserhumano,elmundoylavida(porejemplo,desdelalosofa)oquecompartenunamismavivenciacultural.

    Noeslaprimeravezqueseponeendudalacapacidadracional,des-deelescepticismogriego,pasandoporotrosescepticismos,relativismosyantiintelectualismosdetodalaya,niserlaltima.Ycomoantes,tambinahorasedebeenfrentarlaparadojadearmarlainseguridaduniversal,conlasolacertezadeestanicaarmacin.

    Si lapocarecientehacuestionadodetalmodolaracionalidad,malnegocio es para la losofa, que tiene en la actividad racional suprinci-palherramientacreativaysuprincipalinstrumentodecrticaydecambio.Noesdeextraarelpocoaprecioque,juntoconelabiertodesprecioylamuchaignoranciaenrelacinasta,selehaotorgadohastaenlapropia

    1Camacho,Luis(2002),Lasvocesdelaresistencia:reaccionescontraelrelativismoenepistemologaylosofadelaciencia. Revista de Filosofa,UniversidaddeCostaRica,volu-menXL,nm100,EUCR,SanJos,CostaRica pp.29-35.

    Introduccin

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  • XVI INTRODUCCIN

    institucinuniversitariaquelalosofamismacontribuyafundareneldoblesentidodeestablecerydefundamentar,yendonde,histricamen-te,hatenidotambinsubaluarte.Aunconelantiposmodernismoquere-cientementehasurgidocomoresultadodeunainevitablerazndialctica,seintentatodavaminimizaryhastadesterrarlaracionalidadloscadeloscentroseducativos.2

    Enunsiglodeextraordinariodesarrollocientcoytecnolgico,ell-sofocontinuardandosuaporte,porlomenosentantosubsistanbrechascarentes de razn cientca, pero existentes y profundas. El lsofoconstruirpuentesentre lascienciasnaturalesy lassociales,entreel tec-nologismoyelhumanismo,entrelacienciaylatica,fomentandoelpen-samientocrticoyalertandoencontradelosdogmatismosdelaraznylaarroganciadequienescreenserdueosdelaverdad.

    Peseaello,algunosinsistenenquelalosofapodrahaberagotadosuquehacer.Habrllegadoalnoalamuertedelalosofa?

    Desdequeelhombremodernoseatreviapensarporsupropiacuenta,noshainvitadoyaalamuertedeDios,alamuertedelcapitalismo,alamuertedelsocialismo,alamuertedelametafsica,alamuertedelalosofa,alamuertedelhombre,alndelasideologas,alndelasutopas,alndelosimperios,alndeloscolonialismos,alndelahistoria.Noesnecesarioirmuylejosparatropezarconunaprocesinoconunaiglesiallenadeelesfervientes,paraverqueDiosnohamuerto.Tampocosenecesitaindagarmuyprofundamenteparatoparseconideologas,utopasyotrosdifuntosvivos.3

    Estoyconvencidodeque,peseapretritosyfuturosatentados,laraciona-lidadseguirtancampantecomosiemprey,conella,suhijapredilecta:lalosofa.Loque,comosabemos,noesningnantdotocontraelerror,nipeoranningunagarantadequeatendercomoesdebidolaqueyoconsiderosumsnoblemisin:contribuiraorientar,darrumboysentidoalavidacotidianadelosmillaresdemujeresyhombresquetransitamosporlavidaduranteunascuantasdcadas.

    Aesamisinestndedicadaslassiguientespginas,asabiendasdequenopuedealcanzarsefcilmentesinelauxiliodelprofesor-facilitadorodellsofo-amigoqueoriente,conduzcalareexinoladiscusin,ypermitaqueuyanconespontaneidad,peroconmtodo,latertulia,eldebateyeldilogoentremuchospensantesodeliberantes.Sitansloselograraconestaspginassacardelamodorraexistencialo intelectualaalgunos,nossabramoscaminandoenladireccincorrecta.

    2Savater,Fernando(2005),Adisalalosofa?El Pas,Espaa,25demayo,citadoenElheraldo,26dejunio,aoxxv,edicin8142,Tegucigalpa.

    3Serrano,Augusto(1995),La aventura del conocimiento, EdicionesS.e.H.,Tegucigalpa,p.428.

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  • Estelibropretendeserunareexinacercadeunomismoydesuentor-no.Quiereayudaracomprenderalmundoylavida,perosobretodoacom-prenderseyacomprometerse.Aunqueestdirigidoajvenesuniversitarios,notieneporqusernecesariamenteunlibrodetexto.Noobstante,podraserviraesepropsitoconunslaboounaguadidcticaadecuada.

    EnvariosdelosprogramasdeeducacinsecundariaenCentroamrica,elcursodelosofaestdedicadoahacerunapretadocuento(mejorquerecuento) de la historia de la losofa, y a pasar revista a las principalesdisciplinasloscas.Aunquetalescontenidoshayansidobienmanejados,pudiesenobjetarse,yaseaporsupretensinenciclopdicaoporladistan-ciaqueguardanconlasrealidadesdenuestrasociedad.Perosuexistenciaobligaahacerotracosaanivelsuperior,porloquepareceoportunorecu-perarelcarctercuestionadoryformativoqueunprimercursouniversitariopuedetenerenlaperspectivadeunaformacingeneralcomoparteconsti-tutiva,nodivorciada,delaformacinprofesional.

    Noesvanorecordarqueelxitodetalcursonosemideporunacali-cacinaprobatoria,sinoporlosconceptos,procedimientosyactitudesquepudierendesdelsergenerados,tantomssinoduranunperiodoacadmi-cosinoquetienenunefectoresidualdurantemuchosaos.

    Porcierto,nohayformacinprofesionalintegralsinformacinhumana.Noseentiendaestocomoesferasseparadas,nisiquieracomplementarias;elprofesionalesunaunidadquenosemanejademodoesquizoide;esdecir,porunlado,suejercicioprofesionaly,porotro,suvidaprivada.Aunqueloanteriornodescartaquedebehabermomentosenquelounonodebeinterferirconlootro,noesmenosciertoquenopuedoescindirloquesoy,loquecreo,loquepiensooloquesiento.Losdiversosmbitosenlosqueactuamosrecibendenosotroselefectodenuestranicapersonalidad.

    Laspersonasquenuncasepudieronacercaralautnticolosofar,onorecuerdanconagradolalosofaquealgunavezquizmalestudiaron,tie-nenmuyconsecuentementeunaideamuyperegrinaacercadelasunto.Heododecir,porejemplo,quelalosofadetalentrenadordeftbolcon-sisteenablandarprimeroaladversario.Tambinescuchrecientementeaunprofesionalmencionarquelnoperdatiempolosofando,sinoquesededicabadellenoalaaccin.

    Esperoqueestostalesyotrosprjimosquepiensanosimplementeha-blandeestasuertepuedanentendersiesquelleganaleeryainteriorizartodoestoquelalosofaesunaactividadmuydignaymuyseria,abso-lutamentevinculadaconlavidaylacotidianidad(aunque,claroest,conunagrancapacidadparatrascenderlas)yquepuedellegaraserapasionantey,paraalgunosdenosotros, francamenteadictiva.Vale lapenadedicarletiempo.

    En Garabandal de la Cinega,Santa Luca,

    octubre de 2007.

    INTRODUCCIN XVII

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  • Mirandodentro de s

    1

    Tienen ojos y no ven

    Jeremas, V, 21

    Captulo

    1

    Autoconocimiento

    La primera tarea de la fi losofa, no en el orden de aparicin histrica sino en importancia por lo que debera ser tam-bin la primera al iniciarse en el fi losofar, es la del propio conocimiento. Se atribuye a Scrates el haberlo planteado en primer trmino:

    SCRATES. Sabramos cul es el arte que mejora la calidad del calzado si no conocisemos el zapato?

    ALCIBADES. Imposible.SCRATES. Y segn esto, tampoco sabramos qu arte per-

    feccionar la hechura de los anillos si no conocisemos el anillo.

    ALCIBADES. Cierto.SCRATES. Avancemos otro paso. Podramos saber qu

    arte mejora al hombre de no saber quines somos noso-tros mismos?

    ALCIBADES. Imposible.SCRATES. Y puede darse que sea una bagatela conocerse

    a s mismo y que fuese un bobo quien escribi aquellas

  • 2 FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO

    palabras sobre el templo de Delfos4, o se trate, por el contrario, de una cosa difcil y no apta para todos?

    ALCIBADES: Me ha parecido, Scrates, que es cosa de todos, pero tal vez se trate de una tarea extremadamente difcil.

    SCRATES. Bien! Puede, Alcibades, ser fcil o no, pero para nosotros el problema es ste: si nos conocemos a nosotros mismos, conoceremos tam-bin el cuidado que debemos tener con nosotros mismos; si no, no lo co-noceremos nunca.5

    Y el dilema sigue siendo conocerse o no conocerse. Pero desde el punto de vista del proceso de humanizacin, entendido en el orden generacional como el conquistar nuevos y superiores estadios de humanidad, y en el orden individual como la tarea de realizacin personal; no cabe otra alternativa real: hay que conocerse. O dicho de otra manera: no podemos moralmente hablando dejar de interrogamos acerca de nosotros mismos, como indi-viduos y como especie.

    De esta suerte, la primera pregunta fi losfi ca es: quin soy? Pero aten-cin con dar respuestas superfi ciales. En el plano de las relaciones sociales, cuando se me hace tal pregunta, me basta con contestar: soy Carlos, Diego,Sebastin o Gerardo o bien Vilma, Marcela, Beatriz o Diana. Nuestro nombre resume nuestro ser. Pero en el horizonte fi losfi co tal respuesta se revela ampliamente insufi ciente.

    Hemos de ahondar acerca de lo que somos. Si agrego: soy fi lsofo, arquitecto, ingeniera, profesora o albail podra recibir el siguiente comentario: te pregunto quin eres, no qu eres. Si alego que lo que soy es parte de quien soy, no habr mayor problema para recibir la aprobacin de mi interlocu-tor. Pero no es menos cierto que apenas estoy al inicio de un camino. Se trata de un viaje que ha de llevarme al interior de m mismo.

    Hace unos aos vi una pelcula en la que unos cientfi cos viajeros slo recuerdo (para regodeo de los psicoanalistas) a la actriz Raquel Welch eran miniaturizados con su nave submarina, e inyectados al torrente sanguneo de un paciente. Se trataba con certeza de un viaje alucinante al interior de un ser humano. En el ejercicio de iniciacin fi losfi ca se invita a penetrar en una interiorizacin an mayor: la del espritu, aunque unos preferirn hablar de l como pensamiento, otros como psiquis, en tanto que otros, ms habituados al lenguaje tcnico, como Nos. Pero eso no importa mucho, al menos por ahora; lo importante es entrar, a ver qu hallamos.

    4En el templo de Delfos estaba escrito: Concete a ti mismo.5Platn (2004), Alcibades, citado en Atlas Universal de Filosofa, editorial Ocano, Bar-

    celona, p. 606.

  • FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO 3

    Por supuesto, no hay una nica ruta para realizar esta introspeccin, ni propongo algo nuevo. Pero hay algunos temas que no se pueden soslayar, independientemente del orden en que se aborden.

    La pregunta quin soy? puede ser desagregada en muchas otras: en qu o en quin creo?, a qu le doy importancia?, cules son mis principales valores?, cmo los jerarquizo?, qu signifi ca para m la vida?, qu espero yo de ella?, cules son mis mayores fortalezas?, cules mis debilidades?, a quines quiero?, qu signifi cado tiene para m la familia?, qu quiero yo para mi pas?, cmo quiero que sea mi vida profesional?, por qu quisiera ser recordado?, qu representan para m religin, poltica y dinero?, cules son mis principales metas a corto y largo plazos?, qu cosas o situaciones me gustan o me disgustan ms? Qu me hara profundamente feliz?

    Y as el individuo podra seguirse preguntando y reaccionando ante la respuesta con nuevos cuestionamientos. El hacerlas con un asesor especia-lizado y respetuoso podra llevar a muchos a profundidades insospechadas que, tal y como postulara Scrates, nos daran, adems del conocimiento de nosotros mismos, la posibilidad de nuestro propio mejoramiento o supe-racin. Por eso no nos sorprende que al hablar del humano como especie, algunos lo defi nan como un ser de posibilidades, tal como lo hicieran existencialistas italianos (Abbagnano).

    Al ahondar sobre la naturaleza humana destaca, en efecto, esa capacidad puede decirse que permanente para la superacin. Que se aproveche o no, es otra historia. No se habla de posibilidad de cambio en el orden fsico, qumico o biolgico, natural en muchos seres, sino de superarse; entendiendo por ello que se logran cambios positivos en lo esencial de la persona.

    La superacin no cabe en la agenda de Dios. Eres libre de creer en lo no, pero si crees, me parece que no crees en un dios devaluado, suscep-tible de mejoras, sino en uno perfecto, todopoderoso y omnisciente. Por otra parte, la superacin o perfeccionamiento esencial no es viable en el animal. A ste se le puede amaestrar, lo que podra signifi car una degradacin de su condicin esencial. Pue-de aprender trucos un caballo, un perro, un mono, etc. Algunos animales interactan con los seres humanos en forma extraordinaria y sorprendente, lo que nos hace decir que son realmente inteligentes; pero la cuestin es si ese aprendizaje representa o no un perfeccio-namiento.

    Recuerdo muy claramente cierta ocasin en que cuando era nio fuimos toda la familia al circo. Haba un mono realmente encanta-dor. Vesta pantalones vaqueros azules, una camisa rojiza a cuadros, de manga larga, y un sombrero de paja. Daba vueltas al escenario

  • 4 FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO

    en un triciclo rojo, igualito al que tenamos mi hermano y yo. Comi, no re-cuerdo qu, en un bol, para lo cual utilizaba torpemente una cuchara, tiraba comida en la mesa y a su alrededor, pero no creo que haya sido mayor que los estragos que algunos de nosotros hacamos. Cuando el chimpanc fi nali-zaba su presentacin, iniciaba los aplausos que todos nos apresurbamos a continuar, acompaados con gritos capaces de asustar a otro animal menos acostumbrado a estas efusiones de la multitud.

    Al crecer perd muchos recuerdos, sin embargo no he olvidado al moni-to y sus monadas. Hoy s que no eran monadas sino humanadas, es decir, cosas de humanos y no de monos. De hecho, si se hubiese devuelto a aquel primate cirquero a su hbitat natural en alguna selva mesoamericana, es probable que no hubiese podido ya ganarse la vida, pues se encontraba francamente desmonizado. De tal forma que no se perfeccion su esencia de mono, sino que, por el contrario, se deterior irreversiblemente.

    Pero cuando cada uno de nosotros nos preguntamos: puedo ser me-jor?, puedo ser ms humano?, la respuesta siempre ser: s. Siempre puedo ser mejor persona, un profesional ms efi ciente, alguien mejor pre-parado. Puedo amar ms a los mos y ser ms amable con los dems. Puedo conocer ms cosas, aprender otro idioma, estudiar nuevos procedimientos. La realizacin personal no debera tener un punto terminal, salvo el caso de enfermedades totalmente incapacitantes que concluyen con la muerte. He tenido el privilegio de conocer ancianos que aprenden, que hacen planes, que contribuyen a un mejor futuro para los dems.

    Creo, al igual que Jos Ingenieros (1956), que:

    Toda juventud es inquieta. El impulso hacia lo mejor slo puede esperarse de ella: jams de los enmohecidos y seniles. Y slo es juventud la sana e ilumi-nada, la que mira al frente y no a la espalda; nunca los decrpitos de pocos aos, prematuramente domesticados por las supersticiones del pasado: lo que en ellos parece primavera, es tibieza otoal, ilusin de aurora que es ya un apa-gamiento de crepsculo. Slo hay juventud en los que trabajan con entusiasmo para el porvenir, por eso en los caracteres excelentes puede persistir sobre el apeuscarse de los aos. Nada puede esperarse de los hombres que entran a la vida sin afi ebrarse por algn ideal; a los que nunca fueron jvenes, parceles descarriado todo ensueo. Y no se nace joven, hay que adquirir la juventud, y sin un ideal no se adquiere.6

    Se trata pues de vivir a plenitud. Y para poderlo hacer hay que empezar por conocerse, mirando hacia uno. No se crea que es reciente la invitacin a mirar dentro s. El fi lsofo estoico Marco Aurelio que tambin fue empe-rador de Roma propona buscar all la fuente del bien:

    6Ingenieros, Jos (1956), El hombre mediocre, EUDEBA, Buenos Aires.

  • FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO 5

    [...]Retirarse en uno mismo es posible en cualquier momento que se desee.Oh s! En ningn lugar ms que en su propia alma podr retirarse un hombre con mayor tranquilidad y de la manera ms sencilla. Sobre todo aquel que guar-de en su interior cosas tan preciadas, que slo con mirarlas se obtenga paz para el corazn, y por esa paz entiendo una disposicin de orden perfecto. En conse-cuencia, reglate continuamente con este lugar de retiro y renueva tu vida.7

    Por supuesto que la fi losofa tiene una compleja misin, fruto de su ac-tivar a lo largo de los ltimos 26 siglos. O, dicho de otro modo, tiene varias misiones, por lo general interrelacionadas. Las ms sobresalientes tienen que ver con las reas fundamentales que giran alrededor de tres problemas bsicos: el ser, el conocer y el actuar, a los que se refi eren la metafsica, epistemologa y tica, respectivamente.

    La misin que aqu se reivindica para el fi losofar se ubica en el cuerpo de las disciplinas ticas. Precisamente se enfatiza actualmente la llamada tica del desarrollo, que prefi ero denominar tica de la superacin o tica de realizacin; segn la cual, el sentido moral no consiste nicamente en evitar el mal y hacer el bien, sino tambin en desarrollar o realizar al mxi-mo nuestras potencialides como individuos y como especie.

    En este sentido, es misin de la fi losofa y, consecuentemente, es misin del fi lsofo, apoyar a los dems en este esfuerzo de ver claro en su vida y en su entorno. En el marco de la tradicin socrtica, as lo plantea Platn como moraleja del Mito de la caverna (Libro VII de La Repblica). Y en la actualidad se vuelve a insistir en esta tarea. 8

    Acostumbro exhortar a mis alumnos diciendo: piensa, que no due-le. No obstante, he tenido que cuestionarme ltimamente este comenta-rio, pues tengo la impresin de que para algunos individuos el pensar por s mismos representa un esfuerzo bastante grande, casi dirase doloroso. Gente de mis aos, y hasta de muchos menos, al descubrir en el espejo una silueta francamente regordeta o constatar en la bscula esos kilos de ms, acuden presurosos al gimnasio ms prximo, dispuestos a edifi carse una nueva imagen, volviendo al ejercicio con determinacin y entusiasmo. Esa noche, o al da siguiente, el dolor les recuerda la ubicacin exacta hasta del ms discreto de sus msculos. Ser posible, de manera semejante, que por falta de una gimnasia mental pueda dolerles el cerebro a estos no pensantes arrepentidos? Sea como fuere, en este caso, como en el de la gimnasia fsica, vale la pena sobreponerse y perseverar en el intento.

    Para conocerse ser necesario aprender a pensar. Y esto se consigue a base de ejercicio, redescubriendo el porqu y el para qu del pensamiento y estudiando el pensamiento de los grandes hombres y mujeres de la fi losofa, las ciencias, las artes, la tecnologa, etctera.

    7Marco Aurelio (2004),Coloquios con uno mismo, citado en Atlas Universal de Filosofa, Ocano, Barcelona, pp. 670-671.

    8Cfr. Marinoff, Lou (2001), Ms Platn y menos Prozac, Ediciones B, S.A., Barcelona.

  • 6 FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO

    Jimnez Guerrero (1994) se pregunta en qu consiste fundamentalmen-te saber pensar y, aunque admite que se trata de una pregunta compleja que requerira de una respuesta detallada y rigurosa, adelanta una respuesta sencilla y clara, de carcter aproximativo:

    La educacin de la inteligencia abarca, esencialmente, los siguientes aspectos:

    Conocer las propias capacidades y limitaciones; aceptarse como se es, pro-ponerse mejoras concretas.

    Plantearse proyectos valiosos y saber los medios para lIevarlos a la prctica. Tener actitudes positivas de confi anza, apertura, receptividad, etctera. Tener capacidad crtica; detectar y saber contrarrestar las manipulaciones. Pensar coherentemente en trminos lgicos. Saber inferir conclusiones correctas. Adquirir el hbito de refl exionar. Saber observar, defi nir, comprender, analizar, sintetizar, aplicar y valorar. Seguir un mtodo de estudio o trabajo efi caz. Tener una escala de valores acorde con la realidad total de la persona. Saber resolver inteligentemente los problemas o situaciones que se plan-

    tean. Saber tomar decisiones prudentes, valorando las alternativas. Saber adaptarse a nuevas situaciones y a procedimientos nuevos. En resumen, saber pensar es saber lo que se quiere y cmo conseguirlo".9

    Ser en contexto

    La meditacin que resulta del esfuerzo por tener conciencia de s conduce inexorablemente a una paradoja: soy, pero no soy solo, soy en contexto, estoy en el mundo, en la historia, con los otros; soy yo y mi circunstancia, como deca Ortega y Gasset.

    Al identifi carme me descubro como ser humano; es decir, un ser psico-biosocial, compartiendo el reino de los vivos, con todo lo que ello signifi ca en trminos fsicos, qumicos, biolgicos y antropolgicos.

    Pero sobre todo, mi contexto es humano, con sus determinaciones his-tricas, temporales, geogrfi cas y, especialmente, sociales.

    No hay un yo sin t. Una persona sola no existe como persona, porque ni siquiera llegara a reconocerse a s misma como tal. El conocimiento de la propia identidad, la conciencia de uno mismo, slo se alcanza mediante la intersubjetividad.10

    9Jimnez Guerrero, Antonio (1994), Ensear a pensar, Coleccin Hacer Familia, Ediciones Palabra, S.A., Madrid.

    10Yepes Store, Ricardo, Fundamentos de Antropologa. Un ideal de excelencia humana, Eunsa, Pamplona, p. 82.

  • FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO 7

    LECTURA

    Una fi losofa propia

    Marinoff, L.11

    Todo el mundo tiene una fi losofa de la vida, pero pocos gozamos del pri-vilegio o el tiempo libre necesario para sentarnos a esclarecer sutilezas. Tendemos a irlo haciendo sobre la marcha. La experiencia es una gran maestra, pero tambin precisamos refl exionar sobre nuestras experiencias. Necesitamos pensar con una postura crtica, buscando pautas de conducta y situndolo todo en un contexto general para abrimos camino en la vida. Comprender nuestra propia fi losofa puede ayudarnos a evitar, resolver o abordar muchos problemas. Nuestra fi losofa tambin puede ser el origen de los problemas que padecemos, de modo que debemos evaluar las ideas que sostenemos para modelar un punto de vista que obre en favor nuestro, no en contra.

    []Pese a la fama que ostenta, la fi losofa no tiene por qu resultar intimidante, aburrida o incomprensible. Gran parte de lo que se ha escrito sobre el tema a lo largo de los aos sin duda encaja en una o ms de esas categoras pero, en el fondo, la fi losofa investiga cuestiones que todos nos preguntamos: Qu es una buena vida? Qu es el bien? En qu consiste la vida? Por qu estoy aqu? Por qu debera obrar correctamente? No son preguntas fciles, y sus respuestas tampoco lo son; de lo contrario no seguiramos dndoles vuelta una y otra vez. Dos personas distintas nunca llegarn automticamente a las mismas respuestas. No obstante, todos con-tamos con un conjunto de principios como puntos de partida, tanto si somos conscientes de ellos y podemos enumerarlos como si no.

    Lo mejor de disponer de miles de aos de pensamiento en los que ins-pirarse, es que muchas de las mentes ms sabias de la historia han profundi-zado en estos asuntos y nos han cedido un legado de ideas y directrices que cabe aprovechar. Ahora bien, la fi losofa tambin es algo personal; usted tambin es fi lsofo. Tome cuanto pueda aprender de otras fuentes, pero si lo que quiere es encontrar una forma de ver el mundo que le d resultado, tendr que tomarse la molestia de pensar por su cuenta. La buena noticia es que, con el debido incentivo, usted es perfectamente capaz de pensar por s mismo.

    11Marinoff, Lou (2001), op.cit., p. 18-19.

  • EJERCICIO

    8 FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO

    ObjetivoConocerse a s mismo.

    PropuestaContesta con la mayor honestidad, y sin palabras complicadas, por lo menos15 de las siguientes preguntas. Es correcto dar una primera respuesta provi-sional, y despus mejorarla hasta obtener la defi nitiva. Para mayor precisinse requiere que todo el ejercicio se haga por escrito.

    SugerenciaComparte tus respuestas con tu maestro, un familiar, un amigo, un fi lsofo, un profesional de las ciencias conductuales, siempre que sea una persona que te inspire confi anza y que no pretenda forzarte a pensar como l o ellaquisieran que lo hicieras.

    Preguntas1. Quin soy y qu soy?

    2. En qu o en quin creo?

  • SEGUIR CRECIENDOFILOSOFAR, PARA S 9

    3. A qu le doy importancia?

    4. Cules son mis principales valores?

    5. Cmo los jerarquizo?

    6. Qu signifi ca para m la vida?

    7. Qu espero de ella?

    8. Cules son mis mayores fortalezas?

  • 10 FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO

    9. Cules son mis principales debilidades?

    10. A quines quiero?

    11. Qu signifi cado tiene para m la familia?

    12. Qu quiero yo para mi pas?

    13. Cmo quiero que sea mi vida profesional?

    14. Por qu quisiera ser recordado?

  • EGUIR CRECIENDO FILOSOFAR, PARA SE 11

    15. Qu signifi ca para m la religin?

    16. Qu signifi ca para m la poltica?

    17. Qu signifi ca para m el dinero?

    18. Cules son mis principales metas a corto plazo?

    19. Cules son mis principales metas a largo plazo?

    20. Qu cosas o situaciones me gustan ms?

  • 12 FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO

    21. Qu cosas o situaciones me disgustan ms?

    22. Qu me hara profundamente feliz?

    23. Por qu vale la pena luchar?

    24. Qu debera escribirse en mi epitafi o?

  • El sentidode la vida

    13

    El sentido no puede ser inventado,

    debe ser descubierto.

    Joseph Fabry

    Captulo

    2

    Quiz una de las preguntas de mayor raigambre fi losfi ca de todos los tiempos y en todas las latitudes sea la relativa al sentido de la vida, entendiendo por tal el signifi cado y la razn de ser de la existencia humana. Prueba de ello es que est presente en todas las culturas, aunque no necesa-riamente en textos deliberadamente fi losfi cos. En poesas y refl exiones sobre la muerte, prosa de carcter religioso, cuentos, novelas, etc., son abundantes las referencias a este inquietante asunto.

    Para ilustrarlo no recurro inicial-mente a textos de la antigedad clsica de Egipto, Grecia o Roma, ni a tratados teolgicos, ni a los siglos de oro de las diversas literaturas de las grandes lenguas actuales. Comienzo con algo ms cerca-no a nosotros: el pensamiento amerindio, tanto el precolombino como el registrado en los primeros aos de contacto con el colonizador europeo.

    En la literatura nhuatl hay gran can-tidad de ejemplos:

  • 14 FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO

    Sobre la tierra, acaso puedes ir en pos de algo?12

    La pregunta no puede ser ms clara ni ms apremiante, se quiere saber la razn misma de nuestra existencia. Aunque circunstancialmente es cues-tionable la capacidad del ser humano para llegar a un conocimiento ver-dadero:

    Acaso hablamos algo verdadero aqu?Nadie habla aqu de verdad.13

    Pero tambin se dan afi rmaciones fuera de toda especulacin:

    No es verdad que vivimos,no es verdad que estamos aqu en la tierra.Yo tengo que dejar las bellas fl ores,tengo que ir en busca del sitio del misterio!Pero por breve tiempo hagamos nuestros los hermosos cantos.14

    Aqu ya no se trata de una pregunta, sino de un primer desconcierto acer-ca de una vida sorprendentemente corta, a cuyo fi nal se impone ir tras el misterio; en tanto, hay que cultivar bellas fl ores y entonar hermosos cantos. Adems se tiene la certeza de que la vida es irrepetible:

    Acaso una vez ms vendremos a vivir?Tu corazn lo sabe as:Slo una vez venimos a la vida!15

    En el Popol Vuh los formadores crearon a los hombres para tener quien les rindiera culto y sumisin:

    Y dijeron Huracn, Tepeu y Gucumatz: Hay que reunirse y encontrar los medios para que el hombre que formemos, el hombre que vamos a crear, nos sostenga y alimente, nos invoque y se acuerde de nosotros.16

    E hicieron a los hombres de madera, pero no tenan alma ni entendimiento:

    12Len-Portilla, M. (1979), La fi losofa nhuatl estudiada en sus fuentes, Editorial IASA, Mxico, p. 57.

    13Ibidem, p. 60.14Garibay, A. (1979), La literatura de los aztecas, Editorial Joaqun Mortiz, p. 57.15Ibidem, p. 53.16Recinos, A. (1969), [Traduccin, introduccin y notas] Popol Vuh (1544), FCE, p. 28.

  • FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO 15

    []ya no se acordaban del Corazn del Cielo y por eso cayeron en desgracia. Fue solamente un ensayo un intento de hacer hombres

    En seguida fueron aniquilados, destruidos y deshechos los muecos de palo y recibieron la muerte.17

    Entonces se intent de nuevo:

    De tzit se hizo la carne del hombre, pero cuando la mujer fue labrada por el Creador y el Formador, se hizo de espadaa. []Pero no pensaban, no habla-ban con su Creador y su Formador, que los haban hecho, que los haban crea-do. Y por esta razn fueron muertos, fueron anegados.18

    Hasta que tuvieron xito en su tarea:

    A continuacin entraron en plticas acerca de la creacin y formacin de nues-tra primera madre y padre. De maz amarillo y de maz blanco se hizo su car-ne; de masa de maz se hicieron los brazos y piernas del hombre. []Y como tenan apariencia de hombres, hombres fueron: hablaron, conversaron, vieron, oyeron, anduvieron Fueron dotados de inteligencia, alcanzaron a conocer todo lo que hay en el mundo. []Grande era su sabidura. []Y en seguida acabaron de ver cuanto haba en el mundo. Luego dieron las gracias al Creador y al Formador: En verdad os damos gracias dos y tres veces. Os damos gracias por habernos creado.19

    Se ve claro el sentido del vivir propuesto por los sabios para del pueblo maya-quich: llevar una vida conforme a la voluntad de su Creador, darle gracias y rendirle culto. Pero tambin la vida tiene una fi nalidad en el cono-cer y en el socializar.

    En la literatura incaica encontramos elementos anlogos:

    En los siglos antiguos toda esta regin de tierra que ves, eran unos grandes mon-tes y breales, y las gentes en aquellos tiempos vivan como fi eras y animales brutos, sin religin ni polica. []Nuestro padre el Sol, viendo los hombres tales, se apiad y hubo lstima de ellos y envi del cielo a la tierra un hijo y una hija de los suyos, para que los doctrinasen en el conocimiento de nuestro padre el Sol, para que lo adorasen y tuviesen por su dios, y para que les diesen preceptos y leyes en que viviesen como hombres en razn y urbanidad, y viviesen como hombres racionales y no como bestias.20

    17Ibidem, p.30.18Ibidem, p.30. (El tzit es el frjol de las vainas rojas del rbol de pito; la espadaa es una

    planta herbcea que se usa para tejer petates.)19Ibidem, pp. 104-106.20De la Vega (Inca) G. (1606), Comentarios reales, citado en Tradiciones peruanas

    (1986), Canoa Editores, San Salvador, pp. 78-79.

  • 16 FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO

    Si se fuerza una sntesis entre los pensamientos az-teca, maya e inca habra que indicar que para las grandes culturas amerindias hay tres grandes senti-dos de la vida: el primero es de naturaleza religio-sa, pues religa al ser humano como criatura con su Dios, en tanto que el Creador se acuerda del hombre y es providente. Un segundo sentido es de ndole ontolgica, con implicaciones epistemol-gicas: somos seres racionales, capaces de conocer y destinados a interactuar con nuestro medio. El tercero es claramente social, pues cada generacin de seres humanos tiene como misin contribuir a edifi car una sociedad ms organizada y al servi-cio de los individuos que la integran. En stas y en otras sociedades, el encontrar y declarar un sentido a la existencia no implica necesariamente actuar en forma consecuente, segn se puede apreciar.

    Muchas son las respuestas de la Filosofa a lo largo de su historia, a tal grado que se ha llegado a sostener que la vida no tiene sentido, esto como resultado de un desencanto radical. Incluso hay opiniones idnticas o similares, que surgen y ceden su lugar a otras para de nuevo aparecer. Veamos algunas de ellas.

    HENRY DAVID THOREAU: Ser fi lsofo no consiste en el mero formular pensa-mientos sutiles, ni siquiera en fundar una escuela Consiste en resolver algunos de los problemas de la vida, no en el mbito terico, sino en el prctico.

    CONFUCIO: A los quince me dediqu en cuerpo y alma a aprender. A los trein-ta haba plantado el pie fi rmemente sobre la tierra. A los cuarenta ya no sufra ante las perplejidades. A los cincuenta saba cules eran los mandatos divinos. A los sesenta los escuchaba con odo dcil. A los setenta poda seguir los dictados de mi propio corazn, pues ya no deseaba ir ms all de los lmites del bien.

    SIMONE DE BEAUVOIR: Declarar que la existencia es absurda es negar que se le pueda dar sentido alguna vez; decir que es ambigua es afi rmar que su signifi -cado nunca es el mismo, que constantemente ha de ser adquirido.

    MARTIN BUBER: Cmo podra existir el hombre si Dios no le necesitara y cmo existiras t? Necesitas a Dios para ser, y Dios necesita de ti, pues es ste el signifi cado de tu vida.

    ZHUANGZI: El hombre sabio contempla lo inevitable y decide que no es inevi-table El hombre comn contempla lo que no es inevitable y decide que es inevitable.

  • FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO 17

    DALAI LAMA: Si contribuyes a la felicidad de otras personas, encontrars el verdadero bien, el autntico signifi cado de la vida.

    JEREMY BENTHAM: La naturaleza ha puesto a la humanidad bajo el gobierno de dos amos soberanos, el dolor y el placer. Son slo ellos que sealan lo que debemos hacer y quienes determinan lo que fi nalmente haremos.

    ARISTTELES. La felicidad alcanza hasta donde llega la facultad de pensar, y cuanto mayor sea la facultad de pensar de una persona, mayor ser su felici-dad.

    BHAVAGAD GITA: Es mejor cumplir con nuestro deber, por defectuoso que pueda ser, que cumplir con el deber de otro, por bien que uno lo pueda hacer.

    THOMAS CARLYLE: Todo trabajo es noble; una vida de ocio no est hecha para ningn hombre, ni hace ningn bien.

    GOTTFRIED LEIBNIZ: Ningn hecho puede ser cierto y existir, ni ninguna afi r-macin verdadera, sin una razn sufi ciente para que sea as y no de otro modo; aunque con mucha frecuencia estas razones permanecen ocultas para noso-tros.

    PLATN: El ms alto objeto del conocimiento es la naturaleza esencial del Bien, de donde procede todo el valor que otorgamos a todo lo bueno y correcto.

    PITGORAS: El hombre que no sea dueo de s mismo nunca ser libre.

    JEAN PAUL SARTRE: El hombre no es ms que lo que hace de s mismo. ste es el primer principio del existencialismo.

    JUAN PABLO II: Muchas personas avanzan por la vida dando traspis al borde del abismo sin saber adnde van. A veces esto ocurre porque aquellos cuya vocacin es conferir una expresin cultural a su pensamiento ya no miran a la verdad, puesto que prefi eren el xito fcil a la labor de investigar pacientemente lo que hace que la vida merezca la pena.

    FRIEDRICH NIETZSCHE: El hombre es el animal que se hace promesas a s mismo.

    ALBERT EINSTEIN: Slo es digna de vivirse una vida consagrada a los dems.

    ALBERT CAMUS: Si los hombres no siempre pueden conseguir que la historia tenga sentido, siempre pueden actuar de tal forma que sus propias vidas lo tengan.

  • 18 FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO

    LOGAN PEARSALL SMITH: El buscar sin desmayo una perfeccin inalcanzable, es lo nico que da sentido a nuestra vida.

    EL TALMUD: No ests obligado a terminar tu obra, pero tampoco ests en liber-tad de renunciar a ella.

    OG MANDINO: Slo el hombre, a su modo, tiene la ltima decisin sobre cmo vivir su vida.

    Las diversas opiniones de los fi lsofos son otras tantas propuestas para cada uno de quienes refl exionan sobre este tema. Nos indican posibles respuestas para crear la propia y que ntimamente nos convence. Se puede coincidir

    con grandes pensadores, o bien se puede inaugurar una nueva respuesta. Lo que s queda claro es que el encontrarla nos per-mite dar orientacin a nuestra existencia.

    En el lenguaje coloquial, ms cercano a nosotros, antes que ser ingenieros, empresa-rios, mdicos, astronautas, pedagogos, etc., somos hombres y mujeres que nos inquieta-mos desde nuestra infancia por nuestra misin en el mundo, por el sentido de nues-tra vida.

    El sentido de la vida no es independien-te de los contextos en los que cada uno de nosotros llega a la vida, crece y se desen-vuelve laboralmente. La mayora de las fa-milias en el mundo entero proponen algu-nas respuestas a sus hijos desde el mbito de sus ms caros valores. La sociedad en la que vivimos nos presenta la vida cargada de signifi cados desde la interpretacin de su propia cultura. Lo mismo proponen las iglesias y las asociaciones a que se pertene-ce. Y, por supuesto, las organizaciones en las que se trabaja contribuyen al proponer misin, visin, valores y principios organi-zacionales. No es menos cierto que cada quien debe decidir y conservar un equilibro sano, con coherencia e integridad, entre lo que el entorno quiere, sugiere y demanda, y las propias convicciones. Lo que no se vale,

    es pasar por la vida sin cuestionarse al respecto, sin hacer la respectiva elec-cin, o sin proponerse vivir en consecuencia.

  • FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO 19

    LECTURA

    La vida humana total

    Luis Jos Gonzlez lvarez21

    La vida humana total, (es) el bien moral por excelencia. [] Cul es la rea-lidad trascendente, ese ideal, ese bien ltimo que sustenta todos los bienes inmediatos? Nosotros creemos que es la vida personal. La mxima aspiracin del ser humano, en cualquier poca, cultura y religin, consiste en vivir. La vida es aquello que todos defendemos por encima de cualquier cosa.

    Ahora bien, qu entendemos por vida? [] La vida humana es una vida racional, la vida de un ser personal, con un sentido de realizacin singular en un mundo de valores espirituales, con unas aspiraciones trascendentes, con un deseo de felicidad total y de inmortalidad, con una conciencia de fraternidad universal. La vida fi siolgica, el bienestar material, y la salud fsica, son apenas una dimensin del vivir humano en plenitud.

    [] La vida as entendida, como realizacin plena de todas las dimen-siones que constituyen al ser humano en cuanto tal, es el mximo bien a que podemos aspirar. A ella estn subordinados todos los valores. [] Algunos bienes son prioritarios para garantizar una vida digna, como son los bienes que aseguran la subsistencia. Para quien no tiene asegurado el pan cotidia-no, el pan constituye una aspiracin prioritaria, aunque en s mismo no sea un bien muy elevado. A un pueblo que se debate por subsistir en medio de la miseria, de poco sirve que le prediquen elevados ideales de vida.

    El resultado de una vida plena es la felicidad. Si queremos alcanzarla, tenemos que aprender a vivir como personas. Cules son las posibilidades y tambin las exigencias de una vida personalizada? [] Se hace necesario intentar una descripcin de la vida del ser humano en cuanto persona. La ri-queza de facetas que presenta nuestra vida hace difcil cualquier intento de describirla. Pero de su clarifi cacin depende el que encontremos el camino para la realizacin personal y para la liberacin y el desarrollo social.

    El ser humano se manifi esta como una potencialidad de orden superior al nivel orgnico animal, producida por un mayor desarrollo y complejidad del cerebro. Cada uno de nosotros percibimos esa potencialidad como un ncleo de conciencia profunda que se autoposesiona y se responsabiliza de todos nuestros actos. Dicho ncleo de conciencia, por denominarlo de algu-na forma, se prolonga en diversas direcciones que constituyen las dimensio-

    21Gonzlez, Luis Jos (2002), tica, Editorial El Bho, Bogot, pp. 78-80 y 85-99.

  • nes de la vida personal. [] Nuestro propsito consiste en describirlas con toda su potencialidad para poder identifi car lo que sera la vida personal perfecta, la plenitud de vida personal, tanto colectiva como individual.

    Interioridad

    Nuestra vida [] est dotada de una dimensin de profundidad que nos permite ser conscientes no slo de nuestros propios actos, sino de nuestro mismo ser. No somos cosas, objetos que estn ah sin ms, a merced de las fuerzas y presiones de la naturaleza o la sociedad. Somos sujetos dotados de una vida interior que nos invita a recogernos y renovar las fuerzas en la interioridad del ser. Mientras el hombre viva perdido entre las cosas, total-mente distrado, alienado, sin vida interior, su existencia ser inautntica. La perfeccin de la vida personal crece a medida que el hombre se diferencia del medio y se recoge sobre s mismo para autoimprimirse una vida de conciencia y de autodominio. La meditacin es el motor que impulsa el desarrollo de esta dimensin profunda. Ella enriquece su mundo interior de valores, ideales y consagraciones que se convierten en fuente de vitalidad hacia el exterior.

    Corporeidad

    El que hayamos comenzado a presentar el ser personal por la dimensin de la interioridad, obedece exclusivamente a que ella constituye la faceta ms relevante de la vida humana frente al mundo animal. La corporeidad nos resulta ms familiar por ser algo sensible y porque la sociedad con-tempornea la ha valorizado, tratando de colocar en la satisfaccin de sus apetencias la fuente segura de bienestar. [] Debemos evitar dos deforma-ciones que trastornan frecuentemente el equilibrio que debe reinar entre interioridad y corporeidad. La primera consiste en menospreciar nuestro cuerpo, con todas sus tendencias y manifestaciones, como la parte degra-dante del compuesto humano. Segn ella, lo que defi nitivamente tiene va-lor en el hombre es su alma, su espritu, a cuyo cuidado debe dirigir todos sus esfuerzos. La segunda deformacin consiste en despreciar todo lo que tradicionalmente ha sido vinculado al alma, al espritu, a la vida interior. En este caso se reduce la existencia humana a su animalidad, descono-ciendo o negando cualquier asomo de una realidad inmaterial constitutiva de su ser. Ambas posturas son insostenibles debido a su reduccionismo. El hombre es un ser vivo corpreo, animado por la razn, que le confi ere una vida consciente, transformadora de todo ser corporal. [] Estamos encarnados en la naturaleza desde nuestra concepcin. Debemos luchar con la naturaleza o en contra de ella para hacer de nuestra vida una vida ms humana, es decir, ms confortable y digna. Y esto lo mismo nos obliga como individuos que como pueblos.

    20 FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO

  • Comunicacin

    La persona no se realiza en el aislamiento. Desde que nacemos vivimos vin-culados a un grupo y en l desarrollamos nuestras capacidades. La comuni-cacin constituye una dimensin clave de la existencia humana. [] Cada persona se encuentra rodeada de un mundo de personas, en el que puede sentirse acogida o rechazada. A pesar de las doctrinas de amor desarrolladas en el seno de las grandes religiones, el enfrentamiento y la violencia han proseguido su desarrollo dentro de la vida social. [] La comunin slo se alcanza cuando se han adoptado una serie de actitudes que ponen a una persona al servicio de otras. Es necesario comenzar por salir de uno mismo y abrirse al otro. Luego se debe comprender al otro. Una vez comprendido se le debe aceptar responsablemente, con todos sus valores y sus necesida-des. Al mismo tiempo uno se da, entrega sin reserva su propio ser al otro. Y fi nalmente se busca que la relacin sea duradera, manteniendo fi delidad al otro. Apertura, comprensin, aceptacin, donacin, fi delidad, constituyen los actos bsicos que perfeccionan el amor y sobre los que se edifi ca la comunin entre personas.

    Afrontamiento

    La vida de la persona se caracteriza tambin por la capacidad de hacer frente, reafrontar. Tanto la naturaleza como la misma sociedad ofrecen mil obstculos a su desarrollo. Slo el que da la cara, que no vuelve la espalda a los acontecimientos, alcanza la singularidad de su vida personal. Es el mis-mo esfuerzo por superar las difi cultades lo que hace de cada persona un ser singular, original frente a los dems. El hombre necesita responder a las pro-vocaciones del medio. Unas veces las respuestas son afi rmativas: consisten en decir s, en aceptar, en adherir. Otras veces son negativas: consisten en decir no, en protestar, en rechazar. La eleccin puede ser de adhesin o de ruptura. [] La fuerza interior crece poco a poco, a medida que la voluntad se afi rma una y otra vez mediante actos de decisin. La fuerza del afronta-miento se revela como una pasin indomable propia del hombre libre, por la cual l se levanta y ataca en cuanto huele la amenaza de servidumbre o degradacin. La revuelta contra la domesticacin, la resistencia a la opre-sin, el rechazo del envilecimiento constituyen un privilegio inalienable de la persona humana.

    Libertad

    La libertad del hombre se explica por su racionalidad. Cuanto mayor sea su capacidad crtica o lucidez de juicio, mayor y ms efi caz ser su libertad. Esto no nos debe inducir a pensar que la libertad humana es ilimitada o absoluta. [] Estas limitaciones no constituyen en ningn modo un empo-brecimiento de la libertad. Cada opcin concreta supone una renuncia y un

    FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO 21

  • compromiso. Aparentemente ellos reducen el campo de las posibilidades; pero en realidad lo acrecientan: la persona habr crecido en el ejercicio de la libertad. [] El hombre libre no es el que rechaza todo vnculo que lo comprometa. El verdadero hombre libre es aquel que responde, que se compromete. Slo as la libertad fortalece la unin, la responsabilidad y la consagracin de las personas.

    Trascendencia

    La vida de la persona est abierta y dirigida hacia realidades que la tras-cienden. El sujeto humano va adquiriendo ao tras ao la identidad como persona, en un movimiento de autosuperacin, orientado por la atraccin de realidades que no forman parte de su ser actual. Lo que permite al hom-bre no estancarse en un determinado modo de vida es su capacidad para descubrir realidades superiores, por las que se siente atrado. Sin estas rea-lidades, que le proporcionan nuevos horizontes de vida, su necesidad de superacin se crispara sobre s misma en una actitud de rumia masoquista y destructiva. [] Cual sea el trmino de ese movimiento de trascendencia o la realidad trascendente para el hombre, constituye otros temas de opcin personal. [] Para el hombre religioso la divinidad constituye su mxima realidad trascendente. Hacia ella dirige su admiracin y sus aspiraciones. En ella sita el conjunto de cualidades que constituyen la perfeccin del ser en cualquier orden. Esas mismas cualidades del ser perfecto, u otras similares, son el ideal trascendente del hombre no religioso. Si prescindimos de la creencia en Dios, el comn denominador, tanto para el creyente como para el no creyente, reside en las manifestaciones de perfeccin del ser.

    Accin

    La persona humana se realiza, fi nalmente, en y por la accin. La accin, entendida en su sentido ms amplio y comprensivo como actividad integral del hombre o la fecundidad de su ser, es la mejor expresin del desarrollo personal. En ese sentido, podemos decir que la existencia humana es accin y que el grado de su perfeccin es proporcional a la perfeccin de su ac-cin. Ahora bien, no cualquier accin contribuye al desarrollo del hombre. [] Su actividad puede perfeccionarlo o degradarlo. Depende de que en ella se desarrollen con equilibrio todas las dimensiones del ser personal que hemos venido analizando. El hombre que es consciente de ellas proyectar su accin como un compromiso de perfeccionamiento propio y colectivo. Su accin dejar de ser un distractivo o un medio penoso para conseguir el sus-tento diario y se convertir en la expresin gozosa de toda su fuerza creati-va. En otras palabras, su accin dejar de resultarle un elemento de opresin para convertirse en el instrumento efi caz de su liberacin y realizacin.

    22 FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO

  • EJERCICIO

    ObjetivoAyudarte a hacer un esfuerzo de refl exin muy personal para determinar qu signifi cado o razn le encuentras t a la vida en general y, en particular, cul es el sentido de tu propia existencia.

    PropuestaContesta con la mayor honestidad, y sin palabras complicadas, a por lo me-nos siete de las siguientes preguntas, respetando preferiblemente el orden en que se plantean. Es correcto dar una primera respuesta provisional, y des-pus mejorarla hasta obtener la defi nitiva. Para mayor precisin se requiere que todo el ejercicio se haga por escrito.

    SugerenciaComparte tus respuestas con tu maestro, un familiar, un amigo, un fi lsofo, un profesional de las ciencias conductuales, siempre que sea una persona que te inspire confi anza y que no pretenda forzarte a pensar como l o ella quisieran que lo hicieras.

    Preguntas

    1. Cunto vale para ti la vida, es decir, cunto valoras el hecho de estar vivo?

    FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO 23

  • 2. Cmo valoras tu modo de vida, dicho en otras palabras, la manera habitual que tienes de vivir?

    3. Con el transcurrir de los aos, si descubres enfoques ms integrales o que te apasionan ms, crees que vale la pena revisar tus tradicionales respuestas a estas dos preguntas?

    4. Si tuvieras que asociar tres valores muy importantes al estilo de vida que llevas, cules seran?

    5. Qu tan bien te sientes actualmente contigo mismo(a)? Ests cons-ciente de cmo vives, o no acostumbras refl exionar sobre ello?

    6. Crees que tienes el control de tu vida o simplemente te dejas llevar en la vida?

    24 FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO

  • 7. Cmo encajan los dems en tu vida? (Puedes distinguir entre quienes son ms especiales para ti y quienes lo son menos.)

    8. Si tienes metas profesionales y laborales, cules son?

    9. Si tienes metas familiares o sentimentales, cules son?

    10. Si tienes metas de otro tipo, cules son?

    11. Crees en Dios y en la trascendencia a una vida despus de la vida?

    FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO 25

  • Del conoceral conocimiento

    27

    Si bien nuestro conocimiento comienza

    en la experiencia, no por eso orignase

    todo l en la experiencia.

    E. Kant

    Captulo

    3

    La temprana necesidad del conocimiento

    Desde los albores de la humanidad, no se tuvo tan slo una curiosidad por conocer, sino una verdadera necesidad de ello. A medida que sta cobraba conciencia de s misma, poco a poco fue comprendiendo que esta necesidad estaba asociada a la sobrevi-vencia misma de la especie..

    El instinto primario llevaba al Homo sapiens del horizonte primitivo a satisfa-cer sus necesidades elementales como cazador-recolector. El descubrimiento, y posteriormente la fabricacin, de las he-rramientas que le facilitaron las labores de caza y recoleccin de frutos y hierbas comestibles, fue un paso decisivo. Luego vino la tarea de perfeccionar esos indis-pensables utensilios. Otro salto enorme fue la domesticacin del fuego, con la si-guiente tarea de conservarlo y reproducir-lo cada vez ms fcilmente. Finalmente,

  • 28 FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO

    vendra la domesticacin de algunas plantas y animales, lo cual habra de marcar la transicin entre las sociedades nmadas y las primeras sedentarias.

    Esto es una rpida descripcin de un lento proceso de progreso desde el puro y simple conocer, es decir, percibir, recordar y tratar de entender lo que se tiene delante, hasta el conocimiento, como depsito del saber lo que quiero o necesito saber, que abarc miles de aos. En ste hay dos elementos fundamentales, de los cuales es necesaria su presencia: la observacin y la experimentacin. Slo as puede explicarse todo este avanzar en el dominio del entorno. Hubo que observar la consistencia y forma de las rocas para de-terminar cul podra ser la herramienta de mejor calidad. Y se tuvo que hacer mltiples experimentos para fi nalmente escoger el material ms resistente, as como la empuadura ms adecuada o la tcnica de ataque ms efi caz.

    Luego aparece otro elemento caracterstico de los procesos cognos-citivos, al igual que los dos anteriores: la representacin. Ciertamente las primeras representaciones fueron cerebrales, aunque no se tuviera plena conciencia de qu cosas fuesen esas imgenes mentales o aun las ms abs-tractas ideas del cazador. En tales actividades, la memoria era ampliamente exigida, hasta que un da a alguien se le ocurri crear representaciones pictricas que ayudaran a ese afn. De esa forma, el relato de una escena de caza queda grabado en la pared de una caverna. Se socializa an ms la comunicacin, ya iniciada con el habla. Y con los primeros petroglifos se va cimentando los primeros pasos de la escritura.

    El ser humano descubri, adems, que entre ms se adentraba en el co-nocimiento de la naturaleza, mayores se revelaban los campos por conocer y que, entre ms ampliaba su conocimiento, ms vasto se le haca el hori-zonte por conquistar, inicindose as un proceso de carcter prcticamente infi nito. Y habiendo asociado correctamente que el conocimiento de las cosas le facilitaba las actividades cotidianas, sinti la necesidad de ampliar la esfera de sus conocimientos. En este intento abandon parcialmente el sentido comn para abrazar otras formas de apropiarse del mundo, lo que no siempre produjo los ms felices resultados.

    Diversas formas de apropiacin de la realidad

    El sentido comn, fruto de la cotidianidad, permite acceder al conocimiento ordinario. Por la experiencia acumulada pronto se entendi que un golpe dado con un palo en la cabeza, inmediatamente sera seguido por un gran dolor; que entre ms inclinado era un terreno, era ms difcil caminar en l; y que, a pesar de la montaas, el paisaje pareca extenderse en un plano indefi nido. Hoy comprendemos que el sentido comn no poda darnos, de primera intencin, la idea de una Tierra esfrica.

    La imaginacin permita anticipar lo que poda ser o suceder, en base a la experiencia y el sentido comn. Pero se empez a escuchar ms a la imaginacin que a lo comprobado, por lo que se cay en el terreno fants-

  • FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO 29

    tico del mito, aunque no exento de cierta lgica. As, el fuego del volcn era explicado por un ser que atizaba una enorme fragua en las entraas de la Tierra. Una deidad, con su carro de fuego, apareca todas las albas por el Este, y se retiraba al ocaso por el Oeste, dando lugar al ciclo del da y de la noche. No obstante, el mito tiene en el fondo el mismo propsito de la ciencia, pues trata de explicar cmo funciona el mundo natural al igual que el social. En efecto, hay mitos de conducta, que al mostrar los castigos a que fueron sometidos quienes se apartaron del orden social prescrito, o las recompensas obtenidas por quienes lo siguieron, indicaban claramente un camino moral al pueblo.

    El trmino mito signifi ca decir o narracin, y generalmente se le identifi ca como fbula, engao, ilusin, etc., este signifi cado es de larga tradicin, puesto que fue introducido por el racionalismo griego cuando llev a cabo su crtica demoledora contra la mitologa clsica.22

    La magia, por su parte, manifi esta el mismo propsito de la tecnologa, ya que trata de dominar las fuerzas de la naturaleza y las de la sociedad para ponerlas a su servicio. Es vlido el intento de sustraerse a la gravedad, o evitar que la enfermedad acabe con un ser querido, o desear el amor recproco de la mujer amada. Pero el camino del mago es limitado e inadecuado: se pretende ganar la partida mediante conjuros y ritos no proporcionados al objeto perseguido. Pero sin gente dedicada al mito y a la magia no habramos llegado an al co-nocimiento cientfi co y al desarrollo tecnolgico que por ahora tenemos.

    A travs de la magia el ser humano ya no se siente a merced de las fuerzas natu-rales, ya que el mago cree efectivamente que puede lograr determinados fi nes, e incluso provocar algunos fenmenos naturales como, por ejemplo, hacer llover mediante su voluntad, la que puede verse favorecida obteniendo el apoyo de seres sobrenaturales. Tales prcticas son llevadas a cabo por medio de compli-cados ritos, los que para ser efectivos deben realizarse repitiendo ciertas frases y observando ciertas reglas en un orden que no puede variar.23

    Ni el mito ni la magia han desaparecido. Adems de que an hay en nuestros das poblaciones al margen de la civilizacin, en sta viven no slo gente sencilla y crdula, que transmite oralmente viejas creencias, sino que hasta profesionales, polticos, estudiantes y otros, rinden culto a numerosas su-persticiones, consultan adivinos, encargan trabajos a brujas y hechiceros, actan guiados por el horscopo, la cartomancia o el vud, evitan los gatos negros y eligen hoteles que han hecho desaparecer como por encanto el piso decimotercero. Otros buscan saberes esotricos, algunos de los cuales

    22Mondragn, V. et al., comp. (2006), Filosofa, antologa comentada, UNAH, Tegucigal-pa, p. 5.

    23lvarez de Bittner, Mara Cayetana (1986), Filosofa, SUED-EDUNAH, Tegucigalpa, p. 37.

  • 30 FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO

    son fruto de conocimientos milenarios, capaces de generar nuevos rumbos cientfi cos, mientras que otros se enraizan en creencias quiz atractivas pero sin ninguna posibilidad de ubicarse en el camino de la racionalidad.

    Una mencin especial merece la religin. En ella encontramos maneras de entender la realidad circundante, aunque tambin la trascendente por el hambre de inmortalidad que aqueja al ser humano desde siempre. Algunos enfoques emparentan a la religin con una u otra forma de apropiarse la rea-lidad, ya que hay religiones mtico-mgicas; pero tambin se encuentran reli-giones con teologa y con revelacin, tales como el judasmo, el cristianismo o el islam. En estas ltimas, la creencia en Dios no lleva a la divinizacin de las fuerzas de la naturaleza, no se descarta la actividad cientfi ca y ms bien se emplea la razn humana para analizar la coherencia del dogma en la ac-tividad teolgica. Adems, la revelacin es indicativa de un Dios que sale al encuentro de sus criaturas, en lugar de ser el producto de ellas, como en el caso de las religiones mtico-mgicas. En otras palabras, se constata que la mayora de los creyentes y practicantes de las religiones teolgicas no des-cartan una apropiacin racional del mundo. No obstante, hay dos fenmenos que contrastan con ello: por una parte, la ignorancia religiosa, que hace que junto con la fe se den un sinnmero de prcticas mtico-mgicas entremezcla-das; por otra, se registra un avance del fundamentalismo religioso, capaz de presentar batalla a los logros de la ciencia y la tecnologa en nombre de una interpretacin literal, antihistrica y desculturizada de sus textos sagrados.

    El enfoque actual de numerosos lderes religiosos ha superado el viejo antagonismo entre fe y razn.

    Una simple mirada a la historia antigua muestra con claridad cmo, en distintas partes de la Tierra marcadas por culturas diferentes, brotan al mismo tiempo las preguntas de fondo que caracterizan el recorrido de la existencia humana: quin soy?, de dnde vengo y a dnde voy?, por qu existe el mal?, qu hay despus de esta vida? Estas mismas peguntas las encontramos en los escritos sagrados de Israel, pero aparecen tambin en los Veda y en los Avesta; las en-contramos en los escritos de Confucio y Lao-Tse y en la predicacin de los Tir-thankara y de Buda; asimismo, se encuentran en los poemas de Homero y en las tragedias de Eurpides y Sfocles, as como en los tratados fi losfi cos de Platn y de Aristteles. Son preguntas que tienen su origen en la necesidad de sentido que desde siempre acucia el corazn del hombre. De la respuesta que se d a tales preguntas, en efecto, depende la orientacin que se d a la existencia.

    La Iglesia, por su parte, aprecia el esfuerzo de la razn por alcanzar los objetivos que hagan cada vez ms digna la existencia personal. Ella ve en la fi losofa el camino para conocer verdades fundamentales relativas a la exis-tencia del hombre. Al mismo tiempo, considera a la fi losofa como una ayuda indispensable para profundizar la inteligencia de la fe y comunicar la verdad del Evangelio a cuantos an no la conocen.24

    24Juan Pablo II (1998), Fides et Ratio, Carta Encclica, El Vaticano.

  • FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO 31

    El conocimiento racional, propio de la fi losofa y de las ciencias, es el modo de apropiacin de la realidad que de-bemos considerar hoy en da como ver-dadero conocimiento. Cuanto se hable de aqu en adelante del conocimiento pertenece a este orden racional. Ello no signifi ca, por supuesto, que se descar-ten o minimicen los aportes histricos de las otras formas de apropiacin o que se desconozca su presencia en la sociedad de hoy, as como el valor que a cada una de ellas corresponde.

    En efecto, encontramos, por ejem-plo, mil formas en que se manifi estan magias y mitos contemporneos, que van desde arraigadas prcticas supers-ticiosas, hasta formas ms sofi sticadas que, arrogantemente, se autodeno-minan fi losfi cas o cientfi cas, aunque claro est, habr que admitir que la racionalidad no es el nico camino transitable para el ser humano.

    Pero el camino de la racionalidad es por cierto antiqusimo. No resul-ta fcil al pensamiento contemporneo conceder a los pueblos primitivos la capacidad o tan siquiera la posibilidad de romper, parcialmente al menos, con el mito, la magia y el sentido comn, para instaurar un pensa-miento incipientemente sistemtico. Lienhart (1953) trazaba una lnea de separacin entre nuestras formulaciones y las del hombre primitivo, ya que nosotros pensamos acerca del pensamiento y el primitivo no.25

    Criticando esa forma de pensar, Radin (1968) escriba:

    Creo que mucho yerra Lienhart []por creer que la necesaria refl exin elabo-rada y sistemtica sobre el pensamiento mismo no pudo haberse realizado a falta de un mtodo para conservar los pensamientos, refl exiones, demostraciones de verdad y falsedad, etc., a travs de una larga lista de pensadores; es decir, a falta de escritura. A prima facie no hay nada en las civilizaciones primitivas que impida las tentativas de reformulacin fi losfi ca. Existen en ellas individuos de temperamento fi losfi co, las lenguas son adecuadas, la estructura social no pone obstculos en el camino. Dado que los pueblos aborgenes no conocan la escritura, toda la informacin se recoga oralmente. Y personas extraas mi-sioneros, viajeros, etngrafos indujeron a los indgenas a proporcionarla (y la pusieron por escrito).26

    25Lienhart, G. (1953), Modes of Thought in Primitive Society, Blackfriars, Oxford, pp. 269-278.

    26Rodin, Paul (1968), El hombre primitivo como fi lsofo, EUDEBA, Buenos Aires, pp. 27-28.

  • 32 FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO

    En otro orden de ideas, tres tpicos fundamentales han interesado a los fi lsofos sobre el conocimiento: su posibilidad, naturaleza y origen.

    Posibilidad del conocimiento

    Una de las preguntas que se ha hecho la fi losofa a lo largo de su historia es la de si el conocimiento es posible. Pareciera que est fuera de lugar, pero tiene su lgica. Al observar que las cosas cambian, ya sea por apare-cimiento, nacimiento, crecimiento, movimiento o desaparecimiento, caben las preguntas: cmo conocer realmente las cosas, si hoy est de un modo y maana de otro?, se puede afi rmar algo con certeza de ellas si estn en permanente cambio?

    Se han dado numerosas respuestas, segn se resume:27

    DOGMATISMO (Presocrticos). Exagerada confi anza en la razn humana. El conocer no es problema.

    IDEALISMO (Platn). Es posible llegar al conocimiento superando el mundo sensible; concentrndose en las esencias y no en las apariencias.

    ESCEPTICISMO (Pirrn, Arcesilao, Sexto Emprico). Imposibilidad de formular juicios.

    RELATIVISMO/SUBJETIVISMO (Protgoras, sofi stas). No hay verdades absolu-tas, la verdad depende del sujeto (subjetivismo) o de las cualidades del objeto (objetivismo).

    CRITICISMO (Aristteles, Descartes, Kant). El conocimiento es posible, pero hay que fundamentarlo crticamente.

    PRAGMATISMO (Nietzche, James, Dewey). Se conoce, pero la verdad es prc-tica, til o valiosa.

    FENOMENOLOGA (Husserl). Se puede conocer mediante un proceso de depu-racin para llegar a la cosas mismas, a las esencias. Sujeto contemplativo.

    FILOSOFA DE LA PRAXIS (Antonio Gonzlez). Realismo consciente, dialctica entre sujeto y objeto.

    Sin desconocer la importancia de cada una de estas posturas, me parece que el estado actual de las discusiones fi losfi cas y sobre todo cientfi cas se ubican sin mayores sobresaltos en el Criticismo.

    27Cfr. Mondragn, V. et al., (2006), op. cit., p. 93.

  • FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO 33

    Origen del conocimiento

    Una segunda cuestin que ha interesado a los fi lsofos de todos los tiempos fue acerca del origen del conocimiento. O lo que es lo mismo: dnde co-mienza?, qu es lo que lo desencadena?, o acaso son las ideas eternas? Se tuvo claro que en todo esto la razn y los sentidos deberan de desempear algn papel importante.

    Se han dado numerosas respuestas, segn se resume:28

    REMINISCENCIA (Scrates, Platn). El alma recuerda las ideas previamente contempladas en el mundo de las ideas. Es necesaria una estrategia para ello: la mayutica.

    INTELECTUALISMO (Aristteles, santo Toms). Los sentidos suministran el ma-terial que ha de ser pensado. Las ideas tienen fundamento en la realidad.

    RACIONALISMO (Descartes, Espinoza, Leibniz). El origen del conocimiento est en la razn. Las cosas no son como son en s mismas sino como las pen-samos.

    EMPIRISMO (Hobbes, Locke, Berkeley, Hume). La fuente del conocimiento est en la experiencia y en los sentidos. El conocer es un fenmeno sensible.

    APRIORISMO (Kant). El conocimiento surge por sntesis entre los datos aporta-dos por la experiencia y la estructura a priori del sujeto.

    CONSTRUCTIVISMO (Piaget, Vigostky, Bruner, Cole). Los conocimientos son construidos por cada individuo, en base a sus experiencias de aprendizaje.

    Podemos sentirnos cmodos con la perspectiva intelectualista, tanto como con la constructivista.

    Naturaleza del conocimiento

    El tercer gran tema de los tericos del conocimiento es el referido a su natu-raleza. Algo as como preguntarse: de qu est hecho el conocimiento?, o bien qu debemos entender por conocimiento?

    Se han dado numerosas respuestas, segn se resume:29

    REALISMO (Aristteles, santo Toms). Conocer es reproducir la realidad. Los objetos tienen existencia independientemente del sujeto que los conoce.

    28Cfr. Mondragn, V. et al., (2006), op. cit., p. 96.29Cfr. Mondragn, V. et al., (2006), op. cit., p. 84.

  • 34 FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO

    IDEALISMO (Berkeley, Fichte, Schelling, Hegel). Confusin de lo real con lo percibido. Lo real es creacin del espritu. Ruptura con el plano real objetivo. Conocer es actividad del sujeto.

    POSITIVISMO (Comte, positivistas, neopositivistas). Prevalece el objeto cuanti-fi cable y verifi cable frente al sujeto. Lo objetivo garantiza la verdad.

    CONSTRUCTIVISMO y DECONSTRUCTIVISMO (Guba, Lincoln, Foucault, D-rrida). Conocimiento no es descubrimiento sino construccin. Se reivindica la identidad del sujeto, con sus pensamientos, afectos, valores, conductas y pro-ductos simblicos.

    El realismo y el constructivismo son capaces de re-unir una mayora de opiniones en nuestros das con otras posturas fuertemente representadas.

    Generalizacin del conocimiento

    El conocimiento riguroso fue en la antigedad patrimo-nio de pocos: fi lsofos, cientfi cos, mdicos, matemti-cos y arquitectos. Con la instruccin pblica, la cantidad y variedad de cientfi cos, la globalizacin y las comu-nicaciones, hace que la universalizacin sea un hecho, pese a sus contradicciones internas.

    Aun as, tal parece que el conocimiento no est re-solviendo las ingentes necesidades del hombre de hoy.

    No. Los tiempos no han llegado a la mayora de edad. Precisamente no, porque las dos cosas que parecan condicin sufi ciente (la ciencia desarrollada y la abundancia en la produccin) no han logrado eliminar los disparates sociales que da a da nos toca sufrir. Las matanzas entre los pueblos, las hambrunas ac-tuales en lugares precisos del planeta, cuando todos sabemos que hay alimentos sufi cientes, son slo dos ejemplos, entre otros, que dan fe de esta situacin. Y, sin embargo, estamos hoy, a pesar de estos horrores, ms cerca de las etapas soadas que hace 200 aos. Aunque slo sea porque el mundo malgr lui, ha generado relaciones, dimensiones, riqueza, posibilidades inditas, que podran servir de cimiento sobre el quehacer, lo que hasta ahora slo soado: que haya pan, paz y justicia de verdad, esto es, simplemente para todos.30

    30Serrano, Augusto (1995), La aventura del conocimiento, Coleccin LOGOS, Ed. BCH, San Miguel de Tegucigalpa, pp. 362-363.

  • FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO 35

    LECTURA

    El sentido comn

    Wartofsky, M. (1968)31

    Gran parte de nuestro conocimiento es saber prctico: se refi ere, con los pies muy en el suelo, a cmo hay que hacer las cosas, cmo se alcanzan los objetivos y cmo hay que actuar en situaciones corrientes. Este conoci-miento de sentido comn es comn porque es de esperar que cualquiera lo posea, y constituye, por tanto, un cuerpo de verdades familiares y ubicuas que apenas se articulan con vistas a la refl exin crtica por lo frecuentes que son y lo bien atrincheradas que se encuentran en el comportamiento y en el lenguaje prctico. Es cierto que gran parte de l se expresa en la literatura de un pueblo, as como en su acervo de mximas y tcnicas. [] Pero el contenido de sentido comn de este patrimonio se asimila de tal manera que pasa a formar parte del entendimiento tcito: sus verdades son obvias, se dan por sentadas y sobre ellas no se refl exiona, aunque se encuentren in-corporadas en forma lingstica y se expresen en el lenguaje ordinario de los hombres como dichos proverbiales, giros lingsticos o remedios caseros.

    Lo caracterstico de tal conocimiento de sentido comn es que no es ni explcitamente sistemtico ni explcitamente crtico. [] Es a grandes rasgos completo y se encuentra listo para su utilizacin inmediata, como corres-ponde a la propiedad comn de una cultura, al conjunto de previsiones certeras referentes a lo que todo el mundo debiera saber de las actividades corrientes y bsicas de la vida cotidiana, y en consecuencia proporciona previsiones seguras en materia de actividad humana. Las funciones que des-empea posibilitando del trabajo ordinario y la vida social, y delimitando la aleatoriedad y el peligro en la accin, son de importancia inapreciable.

    El sentido comn no es ni tan invariable ni tan universal como para no cambiar segn los entornos y periodos histricos. El sentido comn de una generacin resulta ser, a veces, el sin sentido de la generacin siguiente; en otros tiempos era de sentido comn cerrar las ventanas al pernicioso aire nocturno; actualmente es de sentido comn mantener las habitaciones bien ventiladas por la noche.

    [] En defensa del sentido comn cabe decir que se forma lenta y cuidadosamente, que se ensaya de modo efi caz en reas de la ms amplia

    31Wartofsky, Marx W. (1968), Introduccin a la fi losofa de la ciencia, Alianza Editorial, Madrid.

  • 36 FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO

    experiencia comn, que su ncleo ha estado formndose durante quiz un milln de aos y que constituye la condicin de la sociabilidad y de la co-munidad en los aspectos prcticos de la vida y el trabajo.

    [] La creencia de sentido comn se toma, con toda la (inconsciente) buena fe, como indudable; y el mero desafo a tal fe se considera como inconcebible, o como una seal clara de la irracionalidad o de la extrema idiotez del desafi ador. Por eso Pierce (1955) ha caracterizado al sentido comn como acrtico por su propia naturaleza, y es aqu donde el sentido co-mn, con toda su amplitud y potencia inductiva, se separa del pensamiento cientfi co y del anlisis fi losfi co, que son crticos por naturaleza.

  • EJERCICIO

    FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO 37

    ObjetivoProfundizar crticamente la capacidad de pensar y el desarrollo del conoci-miento, valorando su funcin, sus lmites y difi cultades.

    PropuestaContesta con la mayor honestidad y sin palabras complicadas a por lo me-nos siete de las siguientes preguntas. Es correcto dar una primera respuesta provisional, y despus mejorarla hasta obtener la defi nitiva. Para mayor pre-cisin se requiere que todo el ejercicio se haga por escrito.

    SugerenciaComparte tus respuestas con un maestro, un familiar, un amigo, un fi lsofo, o una persona que te inspire confi anza y que no pretenda forzarte a pensar como l o ella quisieran que lo hicieras.

    Preguntas 1. Has dudado de tu capacidad de pensar?

    2. Cul es para ti la mayor ventaja de poder conocer?

    3. Sabes qu te interesa conocer ms y qu menos?

  • 38 FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO

    4. En quin confas ms, en tu mente o en tus sentidos?

    5. Te inclinas a la magia o a la supersticin?

    6. Qu papel representa para ti la religin?

    7. Ahora que eres universitario, sigues empleando tu sentido comn?

    8. Te sientes cmodo con el pensamiento crtico?

    9. Cul es tu principal difi cultad de aprendizaje?

    10. Crees que el conocimiento pueda resolver los diversos problemas de la sociedad mundial actual?

  • Filosofa, cienciay mtodo

    39

    La obra de la ciencia no

    es nunca defi nitiva.

    E. Cassirer

    Captulo

    4

    El conocimiento cientfi co

    Desde la antigedad diversos pueblos y culturas aprendieron tempranamente la diferencia entre el saber comn y el cono-cimiento cientfi co, lo cual no quiere decir que todo lo que la antigedad consider ciencia deba hoy ser considerado como tal. La ciencia, como todo producto humano, es fruto de un proceso de perfeccionamiento. Si bien en varias pocas se ha credo ha-ber llegado a decirlo todo en un campo determinado (el fi n de la fsica, el fi n de la historia), se acepta hoy como algo lgico y necesario la temporalidad o, por decirlo de una mejor manera, la transitoriedad y provisionalidad de los paradigmas cientfi cos.

    Por ciencia entendemos un co-nocimiento riguroso, posible gracias a una metodologa que ha de seguirse estrictamente y que se expresa en con-ceptos y leyes cientfi cas, o, como sue-

  • 40 FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO

    le decirse, en teora cientfi ca. Los griegos distinguieron bien entre la dxa () la opinin y la epistme () conocimiento concep-tual. No es menos cierto que se trata de una generalizacin, pues en estricto sentido, con independencia del idioma utilizado, no hay ciencia, sino ciencias. Cada ciencia es un abordaje especializado a un segmento de la realidad. La fi losofa en cambio mira la generalidad, es decir, lo comn de todas ellas, su raz o fundamento, por lo que desarrolla una fi losofi a de la ciencia. Examinemos esto ms detenidamente.

    Grandes aportes han hecho a la fi losofa de la ciencia pensadores de la talla de Popper, con su teora de la falsacin; o de Kuhn, con la provisiona-lidad de los paradigmas cientfi cos, abonando con ello el pensamiento cr-tico y precaviendo en contra de los dogmatismos en las ciencias. Tal parece que a partir de estos postulados los fi lsofos podran tener cada vez menos trabajo. Pero,

    []mientras haya fi lsofos de la ciencia empeados en enfundar a sta en in-tolerables corss de hierro fi lsofos que ayer eran metafsicos, hoy positivistas y maana quin sabe quienes deseen entretenerse en arrancar de la fi loso-fa la mala hierba del dogmatismo tendrn trabajo asegurado para largo.32

    Cada ciencia objetiva la realidad desde el punto de vista que le es propio o especfi co. Consideremos un ro caudaloso, un fsico podra ver en l una energa potencial que, con ayuda de ingenieros electricistas, podra conver-tirse en energa cintica y ser aprovechada en forma de energa elctrica. Un bilogo vera tanto en el ro como en su cuenca un determinado nicho eco-lgico, hbitat natural de especies de varios reinos biticos, que con ayuda de naturistas y ecologistas hay que preservar. Un administrador de empresas tursticas captara de inmediato el potencial del lugar que, con ayuda de inversionistas, arquitectos e ingenieros civiles, puede convertirse en lugar de esparcimiento para unos y generacin de empleo y de riqueza para otros. Un qumico estara interesado en examinar esta agua y determinar su pu-reza, su eventual contaminacin y sera capaz de proponer, con auxilio de limnlogos y microbilogos e ingenieros hidrulicos, su aprovechamiento para el consumo humano. Un telogo establecera de inmediato una co-nexin entre esta agua y el bautismo, y recordara numerosas referencias bblicas al agua como elemento purifi cador y restaurador. Y se trata, no hay duda, del mismo ro.

    Durante mucho tiempo, en particular desde mediados del siglo XIX hasta fi nales del XX, se propuso aceptar como ciencias nicamente a las llamadas ciencias positivas; es decir, a las comprobables empricamente, de preferen-cia con instrumental matemtico. Se pretendi llegar a una mxima objetiva-cin, excluyendo cualquier contaminacin subjetiva, como si la ciencia no

    32Maguerza, Javier (1973), Introduccin a Lakatos, I. y Musgave, A. (1975), La crtica y el desarrollo del conocimiento, Grijalbo, Barcelona.

  • FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO 41

    fuese tambin un producto humano. No es menos cierto que con frecuencia las llamadas ciencias sociales incurran en innecesarios vicios especulativos y en falta de rigor y exactitud. Hoy en da se tiende a reconocerle a ambas su estatus cientfi co, siempre y cuando sigan un mtodo preciso, reconocien-do que el objeto de estudio de las ciencias naturales tiene un comportamiento regular o constante, sin perjuicio de los enfoques relativistas; mientras que el objeto de estudio de las ciencias sociales, siendo en ltima instancia el ser hu-mano, tiende a comportarse en forma distinta, tanto a nivel individual como colectivo, por el slo hecho de estar dotado de voluntad.

    A comienzos del siglo XXI se constata que se ha establecido una socie-dad de la informacin y de la comunicacin. El Homo sapiens actual puede ser denominado homo reticularis33 por estar contextualizado por un sin-nmero de redes y relaciones. Por ello mismo se est convirtiendo en un anacronismo hablar de pases perifricos, al menos desde el punto de vista de la informacin. Un estudiante de Centroamrica, por ejemplo, tiene prc-ticamente el mismo acceso a fuentes del conocimiento que sus coetneos de Nueva York, Madrid, Pars, Nairobi, Beijing, Sydney o Santiago, aunque requiere del dominio de idiomas y un conocimiento tecnolgico elemental. La diferencia estar en lo que hagamos de esta informacin. Procesada me-diante herramientas del pensamiento crtico puede abrirnos las puertas a la sociedad del conocimiento, en la que el presente siglo pretende convertir a la humanidad. Habr que aprovechar o fabricar las oportunidades.

    Una sociedad del conocimiento ser tambin una sociedad de alta tecnologa, puesto que sta es consecuencia natural de la ciencia. Aqu se impone una visin desde la fi losofa, concretamente desde la tica, pues importa que toda esta ciencia y tecnologa estn al servicio del desarrollo humano sostenible, equitativo y solidario, mas no a merced de la domina-cin, la destruccin o la muerte.

    La fi losofa y las ciencias

    Qued establecido que las ciencias tienen un inters y una visin diferen-ciada al abordar el conocimiento e interpretacin de la realidad. La fi loso-fa, por el contrario, no se interesa en tal o cual segmento o particularidad de la realidad, sino que se pregunta: qu es la realidad? Cada ciencia formula un conjunto de hiptesis, leyes y conceptos en base al mtodo que le es pro-pio. Toca a la fi losofa preguntarse: cmo formular una buena hiptesis?, cmo se establecen las leyes cientfi cas?, qu es un concepto? y cul es la importancia y naturaleza de los mtodos cientfi cos?

    Es propio de la fi losofa buscar la totalidad, vale decir, una visin glo-bal o de conjunto de las cosas, indagar sobre los elementos comunes. Le

    33Cfr. Echeverra, C. (1992), La educacin del Homo reticularis, en Paradigma, nm. 11, marzo, p. 38.

  • 42 FILOSOFAR, PARA SEGUIR CRECIENDO

    interesa buscar el sentido y el contexto de los seres. En primer lugar se preocupa por la propia existencia humana, lo que somos, el signifi cado de nuestra vida y de nuestra vocacin social. Se interesa por su interior, saber cmo se piensa, cmo se conoce, cmo estar seguro de llegar a la verdad. Indaga tambin acerca de la conducta humana, cmo comportarse adecua-damente a nivel personal y colectivo, tanto en el mbito profesional como empresarial. Se interesa por productos humanos muy concretos y establece, adems de una fi losofa de la ciencia, del arte, derecho, de la historia, de la educacin, de la religin, de la poltica, etctera.

    La fi losofa da, a la postre, una visin generalizada, integradora e inte-gral del universo, el hombre y la sociedad, penetrando en causas y efectos, en naturalezas y contextos, en comportamientos y en prospectivas.

    Histricamente, la fi losofa ha tenido un inters focalizado. En la pri-mera etapa griega el nfasis se le dio a la refl exin sobre la naturaleza, en la poca de oro de la Filosofa tica el inters se centr en el ser humano. Con los estoicos y epicreos se enfoc en la tica. Los neoplatnicos se pre-ocuparon por el mundo de las ideas. La patrstica primero y la escolstica, luego, refl exionaron primordialmente sobre la intervencin de Dios en el mundo, as como la relacin entre fe y razn. El empirismo habra de ha-cer nfasis en el conocimiento experimental, mientras que el racionalismo debe su nombre a su afn por indagar en el mundo de la razn. La crtica, el pensamiento positivo, la existencia humana, el conocimiento lgico, la sociedad, la vida, el lenguaje y hasta la sinrazn han sido temas p