extractos de conceptos completo agosto 2015

8/17/2019 Extractos de Conceptos Completo Agosto 2015

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RENÉ

EXTRACTOS

GUÉNON


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Presentación


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La complejidad de la Obra de René Guénon, conduce a un estudio más o menos profundo de lamisma, de manera que, para algunos de sus lectores -más bien diríamos: seguidores y discípulos, dadoque mucos lo consideramos un !aestro- se ace preciso algo más que una simple "isi#n de la misma$%s una Obra de estudio y consulta, más que de simple lectura& pues, cuando uno se a introducido enella, si a percibido, en algo, la "o' de (radici#n, esa misma percepci#n le incita a seguir adelante en

ese estudio que a iniciado$ )alificar la Obra de Guénon como de simple lectura, como si fuera decarácter no"elesco, sería, creemos, para mucos de su lectores, una erejía$ *unque no cabe descartar aaquellas mentes pri"ilegiadas, que, con una simple lectura, abarcan la total comprensi#n de la Obraguenoniana$

+ara los que no nos encontramos en ese pri"ilegiado grupo, el repaso de libros como El Simbilsmo de la Cruz, El Hombre y su Devenir según el Vedanta, El Reino de la Cantidad y losSignos de los Tiempos o Los Principios del Clculo !n"initesimal , entre otros, se ace necesario& nos#lo para la comprensi#n de ciertos aspectos, sino porque la simple re-lectura, actuali'a la asimilaci#nde conceptos, enriqueciendo ese conocimiento te#rico que el propio Guénon considera, junto a laconcentraci#n, como fundamental para el progreso espiritual del ombre, tal como lo e.presa en#riente y #ccidente y en La $eta"%sica #riental $

+ues bien, ese no perderse en la gran rique'a de la Obra guenoniana, nos lle"#, al principio, a ir elaborando un diccionario /lo decimos así, por aquello de ser"irse del orden alfabético0 de los términossánscritos que aparecían en la misma& y como ello implicaba re-leerla toda, la puesta en marca de laempresa, implicaba también la aparici#n de conceptos que no queríamos ol"idar& así, cuando leímos latemática de la sangre, en el 1ltimo párrafo del capítulo: &'lgunas #bservaciones sobre el (ombre 'dam)* del libro &+ormas Tradicionales y Ciclos C,smicos), decidimos apuntar aparte ese 1ltimo párrafo, como concepto a no ol"idar$ * la sangre, siguieron otros tantos, como la circulatura delcuadrado, el *pur"a, los metales, el carácter adi"inatorio y un largo etc2, que, al alcan'ar lasdiecisiete páginas, la l#gica nos indic# que no sería malo acudir de nue"o al orden alfabético para no perderse$ 3 eso es lo que a conlle"ado a la elaboraci#n de este compendio, al que emos titulado%.tractos, pues todo ello, como podrán comprobar, está e.traído de las Obras de René Guénon, conindicaci#n del libro, capítulo, párrafo o nota, a fin de que el lector pueda acudir a los mismos, si deseaampliar el estudio de lo que trata lo e.traído en sí$

* nosotros nos aporta cierta utilidad que, creemos, puede acerse e.tensi"a a todos aquellos que,el que se nos califiquen de guenonianos, no s#lo no nos molesta, sino que nos enorgullece, aunque elorgullo, tal como indica Guénon, sea algo a trascender$


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Introducción

4eg1n la opini#n de !assimo 4caligero, los lectores no encontrarán en la nuestra Obra más quedistinciones conceptuales singularmente precisas, pero de orden puramente dialéctico, yrepresentaciones que pueden ser preliminarmente 1tiles, pero que, bajo el punto de "ista práctico ymetodol#gico, no acen a"an'ar un solo paso más allá del mundo de las palabras acia lo uni"ersal5$*unque ay que tener en cuenta que esto lo escribe 4caligero en su obra Esoterismo moderno- L.opera


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e il pensiero di Ren/ 0u/non, y que s#lo el título, 6esoterismo moderno5, es ya bastante significati"o& primero porque constituye una contradicci#n en los términos mismos, y después porque,e"identemente, no ay nada de 6moderno5 en nuestra obra, que es por el contrario, bajo todas lasrelaciones, e.actamente lo opuesto del espíritu moderno$

4ea como fuere, querríamos saber c#mo la e.presi#n de una "erdad, de cualquier orden que sea, podría acerse de otra manera que por palabras /sal"o en el caso de las figuraciones puramente

simb#licas, que no están en causa aquí0 y bajo la forma 6dialéctica5, es decir, en suma discursi"a, queimponen las necesidades mismas de todo lenguaje umano, y también c#mo una e.posici#n "erbalcualquiera, escrita o inclusi"e oral, podría ser, en "istas de lo que se trata, más que 6preliminarmente1til5& sin embargo, nos parece aber insistido suficientemente sobre el carácter esencialmente preparatorio de todo conocimiento te#rico, que es e"identemente el 1nico que pueda ser alcan'ado por el estudio de una tal e.posici#n& lo que, por lo demás, no quiere decir en modo alguno que, a este títuloy en estos límites, no sea rigurosamente indispensable para todos los que quieran después ir más lejos$*gregaremos seguidamente, para descartar todo equí"oco, que, contrariamente a lo que se dice a prop#sito de un pasaje de nuestro 'percepciones sobre la !niciaci,n, jamás emos entendido e.presar en ninguna parte nada de 6nuestra e.periencia interior5, que no concierne y no puede interesar a nadie,ni tampoco de la 6e.periencia interior5 de quienquiera, puesto que ésta es siempre estrictamente

incomunicable por su naturale'a misma$(ambién sería interesante aclarar que, cuando en nuestra Obra decimos 6nosotros5 y no yo,

significa que lo que e.ponemos se aplica, por supuesto, a todos aquellos que entienden colocarse en un punto de "ista estricta e integralmente tradicional$

4iempre emos lamentado que los ábitos de la época actual, no nos ayan permitido acer aparecer nuestras obras bajo la cubierta del más estricto anonimato, lo que al menos ubiera e"itado, aalgunos, escribir mucas necedades, y a nosotros mismos tener demasiado frecuentemente el trabajo derese7arlas y de rectificarlas$

&!niciaci,n y Realizaci,n Espiritual)* cap1 !!* prra"os 23 y 43* y notas 2y 5 $


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Abel

/Ver Espacio* Tiempo y $ovimiento0$

A


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Abstinencia

/Ver 'scesis0$

Acción

&El Simbolismo de la Cruz)* cap1 V!!!* prra"o 63 $%n lo que representa a la acci#n, lo que "ale esencialmente es la intenci#n, pues es lo 1nico que

depende enteramente del ombre mismo, sin que la afecten o modifiquen las contingencias e.teriores,como puede ocurrir con los resultados de la acci#n$ La unidad en la intenci#n y constante tendenciaacia el centro in"ariable e inmutable, se representan simb#licamente mediante la orientaci#n ritual, yaque los centros espirituales terrestres, son los reflejos del "erdadero y 1nico )entro de toda la!anifestaci#n$

&El Esoterismo islmico y el Tao%smo)* cap1 7* prra"o 263 $La acci#n no es más que una simple modificaci#n momentánea y transitoria, un elemento

ínfimo de la 6corriente de las formas5, un punto de la circunferencia de la 6rueda c#smica5$ (odo loque es arrastrado en las re"oluciones de la rueda, cambia y pasa& s#lo permanece lo que, estando unidoal +rincipio, se tiene in"ariablemente en el centro, inmutable como el +rincipio mismo& y el centro, alque nada puede afectar en su unidad indiferenciada, es el punto de partida de la multitud indefinida delas modificaciones que constituyen la !anifestaci#n uni"ersal$

riente y #ccidente)* cap1 !!!* prra"o 83 $8emos dico en otra parte c#mo consideran los orientales la limitaci#n de la acci#n y de sus

consecuencias, c#mo oponen bajo este aspecto el conocimiento a la acci#n: la teoría e.tremo orientaldel 6no actuar5, la teoría ind1 de la 6liberaci#n5, son cosas inaccesibles a la mentalidad occidentalordinaria, para la que es inconcebible que se pueda pensar en liberarse de la acci#n, y toda"ía muco

más que se pueda llegar a ello efecti"amente$ 9ncluso la acci#n no se considera com1nmente más que bajo sus formas más e.teriores, las que corresponden propiamente al mo"imiento físico: de aí esacreciente necesidad de "elocidad, esa trepidaci#n febril, que son tan particulares a la "idacontemporánea& actuar por el placer de actuar, eso no puede llamarse más que agitaci#n, ya que en laacci#n misma ay algunos grados que obser"ar y algunas distinciones que acer$

Acción y actividad

&!niciaci,n y Realizaci,n Espiritual)* cap1 77V!* prra"os 93 y último$6*cci#n5 y 6acti"idad5, tienen e"identemente un origen com1n, pero que, sin embargo, no

tienen ni el mismo sentido ni la misma e.tensi#n$ La acci#n se entiende siempre como una acti"idad deorden e.terior, que no depende propiamente más que del dominio corporal, y es precisamente, en eso,en lo que se distingue de la contemplaci#n y en lo que parece, inclusi"e, oponerse a ella de una ciertamanera& aunque, aquí como por todas partes, el punto de "ista de la oposici#n tenga for'osamente uncarácter ilusorio y aunque sea más bien de un complementarismo de lo que se trata en realidad$

+or el contrario, la acti"idad tiene un sentido más general y se aplica igualmente en todos losdominios y a todos los ni"eles de la %.istencia: así, para tomar el ejemplo más simple, se abla enefecto de acti"idad mental, pero, incluso con toda la imprecisi#n del lenguaje corriente, apenas se podría ablar de acci#n mental& y, en un orden más ele"ado, se puede ablar también de acti"idad


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espiritual, lo que es efecti"amente la contemplaci#n /distinguida, por supuesto, de la simplemeditaci#n, que no es más que un medio puesto en obra para llegar a ella y que pertenece toda"ía aldominio de la mentalidad indi"idual0$

8ay incluso algo más: si se considera el complementarismo de lo 6acti"o5 y de lo 6pasi"o5, encorrespondencia con el 6acto5 y la 6potencia5 tomados en el sentido aristotélico, se "e sin esfuer'o quelo que es más acti"o es también, y por eso mismo, lo que está más pr#.imo del orden puramente

espiritual, mientras que el orden corporal es aquel donde predomina la pasi"idad& de aí deri"a estaconsecuencia, que no es parad#jica más que en apariencia, de que la acti"idad es tanto mayor y másreal cuanto más alejado del dominio de la acci#n está el dominio donde se ejerce$

%l 6no-actuar5 /:ou;:ei0, o lo que es su equi"alente en la parte iniciática de las demás(radiciones, implica, para aquel que a llegado a él, un perfecto desapego al respecto de la acci#ne.terior, como por lo demás de todas las demás cosas contingentes, y eso porque un tal ser se sit1a enel centro mismo de la 6rueda c#smica5, mientras que esas cosas no pertenecen más que a sucircunferencia$

&!niciaci,n y Realizaci,n Espiritual)* cap1 77V!!* prra"o 23 $ebemos precisar que el desapego de la acci#n, del que ablábamos a prop#sito del 6no-actuar5,

es ante todo una perfecta indiferencia en lo que concierne a los resultados que pueden obtenerse de ella, puesto que esos resultados, cualesquiera que sean, no afectan ya realmente al ser que a llegado alcentro de la 6rueda c#smica5$

&$iscelnea)* cap1 !* prra"o 56*


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La acci#n implica cambio, es decir la destrucci#n incesante de formas que desaparecen para ser reempla'adas por otras& son las modificaciones, que llamamos nacimiento y muerte, los m1ltiplescambios de %stado que debe atra"esar el ser que toda"ía no a alcan'ado la Liberaci#n o latransformaci#n final, empleando esta palabra, transformaci#n, en su sentido etimol#gico, que es el de pasaje fuera de la forma$ %l apego a las cosas indi"iduales, o a las formas esencialmente transitorias y perecederas, es propio de la ignorancia& las formas no son nada para el ser que se a liberado de ellas, y

por eso, incluso durante su residencia en el cuerpo, no le afectan en nada sus propiedades$

Acción y Conte!lación

&Estudios sobre el Hinduismo) cap1 !!* prra"os 23* 93* 43* uien dice oposici#n o contraste dice, por ello mismo,desarmonía o desequilibrio, es decir, algo que no puede e.istir más que bajo un punto de "ista

particular y limitado$)onsiderando la contemplaci#n y la acci#n como complementarias, nos empla'amos en un punto de "ista ya más profundo y más "erdadero$ 4e trataría entonces de dos elementos igualmentenecesarios que se completan y se apoyan mutuamente, y que constituyen la doble acti"idad, interior ye.terior, de un solo y mismo ser, ya sea cada ombre tomado en particular o la umanidad consideradacolecti"amente$

+odemos decir que consiste precisamente en que Oriente mantiene la superioridad de lacontemplaci#n, en tanto que Occidente, y especialmente el Occidente moderno, afirma por el contrariola superioridad de la acci#n sobre la contemplaci#n& por ello emos e.puesto en obras precedentes, quela contemplaci#n es superior a la acci#n, como lo inmutable es superior al cambio$ ?o siendo la acci#nmás que una modificaci#n transitoria y momentánea del ser, no puede tener, en ella, misma su principio

y su ra'#n suficiente& si no se enla'a con un +rincipio, que está más allá de su dominio contingente, noes mas que una pura ilusi#n& y ese +rincipio del cual saca toda la realidad de la que es susceptible, y sue.istencia y su posibilidad misma, no pueden encontrarse sino en la contemplaci#n o, si se prefiere, enel conocimiento$

%n la organi'aci#n social de la 9ndia, que no es más que una aplicaci#n de la doctrina metafísicaal orden umano, las relaciones del conocimiento y de la acci#n están representadas por las de las dos primeras castas, los =ra>manes y los ?>atriyas, de las cuales son respecti"amente las funciones propias$ 4e dice que el =ra>mn es el tipo de los seres estables, y que el ?>atriya es el tipo de los seresm#"iles o cambiantes& así, todos los seres de este mundo, siguiendo su naturale'a, están principalmenteen relaci#n con el uno con el otro, pues ay aí una perfecta correspondencia entre el orden c#smico yel orden umano$ (ambién el =ra>mn es superior al ?>atriya, como el conocimiento es superior a laacci#n, en otros términos, la autoridad espiritual es superior al poder temporal$

* los ?>atriyas pertenece normalmente todo el poder e.terior, puesto que el dominio de laacci#n es el mundo e.terior& pero este poder no es nada sin un principio interior, puramente espiritual,encarnado por la autoridad de los =ra>manes y en el cual encuentra su 1nica garantía "álida$ * cambiode esta garantía, los ?>atriyas deben, con ayuda de la fuer'a de la que disponen, asegurar a los =ra>manes el medio de cumplir en pa', al abrigo del trastorno y de la agitaci#n, su propia funci#n deconocimiento y de ense7an'a& es lo que se representa bajo la figura de S@anda, el 4e7or de la guerra, protegiendo la meditaci#n de 0anAs>a, el 4e7or del conocimiento$ (ales son las relaciones regulares dela autoridad espiritual y del poder temporal& y si fueran siempre y en todas partes obser"adas, ning1nconflicto podría nunca le"antarse entre uno y otra, ocupando cada uno el lugar que debe corresponderle


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en "irtud de la jerarquía de las funciones y de los seres, jerarquía estrictamente conforme a lanaturale'a de las cosas$ Los @ramanes no tienen que ejercer más que una autoridad in"isible, que,como tal, puede ser ignorada por el "ulgo, pero que no deja de ser el principio de todo poder "isible&esta autoridad es como el pi"ote alrededor del cual giran todas las cosas, el eje fijo alrededor del cualcumple el mundo su re"oluci#n, el centro inmutable que dirige y regula el mo"imiento c#smico sin participar en él& y esto es lo que representa el antiguo símbolo de la es"ástica, que es, por esta ra'#n,

uno de los atributos de 0anAs>a$*ctualmente, los Occidentales no son "erdaderamente más que ombres sin )asta, no ocupandoninguno de ellos el lugar y la funci#n que con"endría a su naturale'a$

La actitud para la contemplaci#n es más general en la 9ndia que en cualquier otra parte: la participaci#n en la (radici#n, en efecto, no es plenamente efecti"a más que en la medida en que indicala comprensi#n de la doctrina, y ésta consiste antes que nada en el conocimiento metafísico, puesto quees en el orden metafísico puro donde se encuentra el principio del cual deri"a todo el resto$

&'utoridad Espiritual* Poder Temporal* cap1 !7* nota 8 $+ensamos aquí en el relato e"angélico bien conocido, en el cual !aría y !arta pueden

considerarse efecti"amente como simboli'ando respecti"amente lo espiritual y lo temporal, en tantoque corresponden a la "ida contemplati"a y a la "ida acti"a$ 4eg1n 4an *gustín /Contra +austum, AA,BC-BD0, se encuentra el mismo 4imbolismo en las dos esposas de Eacob: Lia / laborans0 representa la"ida acti"a, y Raquel /visum principium0 la "ida contemplati"a$ *demás, en la 6Eusticia5 se resumentodas las "irtudes de la "ida acti"a, mientras que en la 6+a'5 se reali'a la perfecci#n de la "idacontemplati"a& y se encuentran aquí los dos atributos fundamentales de !elquisedec, es decir, del principio com1n de los dos poderes espiritual y temporal, que rigen respecti"amente el dominio de la"ida contemplati"a y el de la "ida acti"a$ +or otra parte, para 4an *gustín igualmente / Sermo 7L!!! deVerbis !saiae, c$ C0, la ra'#n está en la cima de la parte inferior del alma /sentido, memoria ycogitaci#n0, y el intelecto en la cima de su parte superior /que conoce las ideas eternas que son lasra'ones inmutables de las cosas0& a la primera pertenece la ciencia /de las cosas terrestres ytransitorias0, a la segunda la 4abiduría /conocimiento de lo absoluto y de lo inmutable0& la primera serefiere a la "ida acti"a, la segunda a la "ida contemplati"a$ %sta distinci#n, equi"ale a la de lasfacultades indi"iduales y supra-indi"iduales y a la de los dos #rdenes de conocimiento que lescorresponden respecti"amente& y también se puede apro.imar a esto este te.to de santo (omás de*quino: 6icendum quod sicut rationabiliter procedere attribuitur naturali p>ilosop>iae, quia in ipsaobser"atur ma.ime modus rationis, ita intellectualiter procedere attribuitur divinae scientiae, eo quodin ipsa obser"atur ma.ime modus intellectus5 / !n =oetium de Trinitate, q$ F$ art$ , ad$ H0$ 4e a "isto precedentemente que, seg1n ante, el poder temporal se ejerce seg1n la 6filosofía5 o la 6ciencia5racional, y el poder espiritual seg1n la 6Re"elaci#n5 o la 64abiduría5 supra-racional, lo quecorresponde muy e.actamente a esta distinci#n de las dos partes inferior y superior del alma$

Acción y reacción

&La 0ran Tr%ada)* cap1 7!7* último prra"o$La acci#n y reacci#n del binomio )ielo-(ierra produce toda modificaci#n$ )omien'o y

cesaci#n, plenitud y "acío /aquí se trata propiamente de lo 6"acío de forma5, es decir, del estado a-formal0, re"oluciones astron#micas /ciclos temporales0, fases del 4ol /estaciones0 y de la Luna& todoesto es producido por esa causa 1nica, que nadie "e, pero que funciona siempre$ La "ida se desen"uel"eacia una meta, la muerte es un retorno acia un término$ Las génesis y las disoluciones/condensaciones y disipaciones0 se suceden sin cesar, sin que se sepa su origen, sin que se "ea sutérmino /puesto que el origen y el término están ambos ocultos en el +rincipio0$ La acci#n y la reacci#ndel )ielo y de la (ierra son el 1nico motor de este mo"imiento5, que, a tra"és de la serie indefinida de


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las modificaciones, conduce a los seres a la 6transformaci#n5 final /salida del )osmos0 que lesde"uel"e al +rincipio 1nico del que an salido$

/Ver- Principio de !nercia0/Ver el !nvariable $edio0$

Aconteciientos aun no reali"ados

$iscelnea)* Tercera Parte* cap1 V!* nota 286 $4e podría igualmente ablar, por singular que ello pueda parecer a primera "ista, de una

correspondencia, tanto fisiol#gica como psicol#gica, de los acontecimientos a1n no reali'ados, pero delos cuales el indi"iduo porta en sí las "irtualidades& esas "irtualidades se traducen por predisposicionesy tendencias de #rdenes di"ersos, que son como el germen presente de los e"entos futurosconcernientes al indi"iduo$ (oda diátesis es en suma una disposici#n orgánica de ese género: unindi"iduo porta en él, desde su origen /ab o"o, se podría decir0, tal o cual enfermedad en estadolatente, pero esta enfermedad no podrá manifestarse más que en circunstancias fa"orables a su

desarrollo, por ejemplo, bajo la acci#n de un traumatismo cualquiera o de cualquier otra causa dedebilitamiento del organismo, lo mismo que una tendencia psicol#gica que no se manifiesta por ning1nacto e.terior, no por ello es menos real$

Actualidad !eranente

&'utoridad espiritual* Poder Temporal)* pre"acio* prra"os 23* 43 y último$ ?o tenemos el ábito, en nuestros trabajos, de referirnos a la actualidad inmediata, pues lo que

tenemos constantemente en "ista, son los +rincipios, que son, podríase decir, de una actualidad permanente, porque están fuera del tiempo& e incluso si salimos del dominio de la metafísica pura para

considerar algunas aplicaciones, lo acemos siempre de tal manera que esas aplicaciones conser"an unalcance completamente general$*sí pues, por nuestra parte, entendemos colocarnos e.clusi"amente en el dominio de los

+rincipios& es lo que nos permite permanecer enteramente al margen de toda discusi#n, de toda polémica, de toda querella de escuela o de partido, cosas en las cuales no queremos ser me'clados ni decerca ni de lejos, a ning1n título ni a ning1n grado$

+ermaneciendo absolutamente independiente de todo lo que no es la "erdad pura ydesinteresada, y bien decidido a mantenerlo, nos proponemos simplemente decir las cosas tales cualesson, sin la menor preocupaci#n de agradar o de desagradar a nadie& no tenemos nada que esperar ni delos unos, ni de los otros, y ni siquiera contamos con que los que podrían sacar alguna "entaja de lasideas que formulamos, nos lo agrade'can de alguna manera& y, por lo demás, eso nos importa muy

poco$ *d"ertimos una "e' más que no estamos dispuestos a dejarnos encerrar en ninguno de loscuadros ordinarios, y que sería perfectamente "ano buscar aplicarnos una etiqueta cualquiera, puestoque, entre las que tienen curso en el mundo occidental, no ay ninguna que nos con"enga en realidad& por otra parte, algunas insinuaciones que "ienen simultáneamente de los lados más opuestos, nos anmostrado también muy recientemente que era bueno reno"ar esta declaraci#n, a fin de que las gentes de buena fe sepan a qué atenerse y no sean inducidos a atribuirnos intenciones incompatibles con nuestra"erdadera actitud y con el punto de "ista puramente doctrinal, que es el nuestro$

Iuera del "inculamiento a los +rincipios, no pueden obtenerse más que resultadoscompletamente e.teriores, inestables e ilusorios$


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Ad#n$Eva

&El Simbolismo de la Cruz)* cap1 !!!* prra"o 43 y nota 9 $4e debe comprender que la totali'aci#n efecti"a del ser, al estar más allá de toda condici#n, es la

misma cosa que lo que la doctrina ind1 llama la 6Liberaci#n5 / $o@s>a0, o lo que el %soterismoislámico llama la 69dentidad 4uprema5$ +or lo demás, en esta 1ltima forma tradicional, se ense7a queel 68ombre Jni"ersal5, en tanto que es representado por el conjunto 6*dam-%"a5, tiene el n1mero de 'lla>, lo que es en efecto una e.presi#n de la 69dentidad 4uprema5$ * prop#sito de esto, es menester acer una precisi#n que es en e.tremo importante, ya que se podría objetar que la designaci#n de6*dam-%"a5, aunque sea ciertamente susceptible de transposici#n, no se aplica, en su sentido propio,más que al estado umano primordial: es que, si la 69dentidad 4uprema5 no está reali'adaefecti"amente más que en la totali'aci#n de los %stados m1ltiples, se puede decir que en cierto modo yaestá reali'ada "irtualmente en el 6estado edénico5, en la integraci#n del %stado umano lle"ado a sucentro original& centro que, por lo demás, es el punto de comunicaci#n directa con los demás %stados$

%l n1mero FF, se da por la suma de los "alores numéricos de las letras que forman los nombres

'dam :a Ha:B$ 4eg1n el 0/nesis ebraico, el ombre, 6creado maco y embra5, es decir, en unestado androgínico, es 6a la imagen de ios5& y, seg1n la (radici#n islámica, 'lla> orden# a losángeles adorar al ombre /orBn, 99, HK& A;99, F& A;999, B0$ %l estado androgínico original es el%stado umano completo, en el que los complementarios, en lugar de oponerse, se equilibran perfectamente$ *gregaremos solamente, que, en la (radici#n ind1, una e.presi#n de este estado seencuentra contenida simb#licamente en la palabra Hamsa, donde los dos polos complementarios del ser están, además, puestos en correspondencia con las dos fases de la respiraci#n, que representan las de la!anifestaci#n uni"ersal$

Ad#n nobra a todos los seres de este undo

&La 0ran Tr%ada)* cap1 !7* prra"o 43 y notas 8 y 6 $* estos seres, al contrario, el 6ombre primordial5, en lugar de situarse simplemente entre ellos,

los sinteti'aba a todos en su umanidad plenamente reali'ada & debido a su 6interioridad5, que en"ol"íatodo su %stado de e.istencia, como el )ielo en"uel"e a toda la !anifestaci#n /ya que es en realidad elcentro el que contiene todo0, los comprendía en cierto modo en sí mismo como posibilidades particulares inclusas en su propia naturale'aC& y es por eso por lo que el 8ombre, como tercer términode la Gran (ríada, representa efecti"amente el conjunto de todos los seres manifestados$

Ade!to

%l término cino en puede traducirse igualmente, como ya lo emos indicado, por el 68ombre5 y por la 68umanidad5, entendiéndoseésta ante todo como la naturale'a umana, y no como la simple colecti"idad de los ombres& en el caso del 6ombre "erdadero5,68ombre5 y 68umanidad5 son plenamente equi"alentes, puesto que a reali'ado integralmente la naturale'a umana en todas sus

posibilidades$

C %s por eso por lo que, seg1n el simbolismo del Génesis /99, M-C0, *dam podía 6nombrar5 "erdaderamente a todos los seres de estemundo, es decir, definir, en el sentido más completo de esta palabra /que implica determinaci#n y reali'aci#n a la "e'0, la naturale'a

propia de cada uno de ellos, que él conocía inmediata e interiormente como una dependencia de su naturale'a misma$ N %n eso como entodas las cosas, el 4oberano, en la tradici#n e.tremo oriental, debe desempe7ar un papel correspondiente al 6ombre primordial5: 6Jn

príncipe sabio da a las cosas los nombres que les con"ienen, y cada cosa debe ser tratada seg1n la significaci#n del nombre que él le da5/ Liun;yu, cap$ A9990$


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&'preciaciones sobre la !niciaci,n)* cap1 7L!V* última nota$Recordamos que el 6adepto5 es propiamente aquel que a alcan'ado la plenitud de la iniciaci#n

efecti"a$ *lgunas escuelas esotéricas acen no obstante una distinci#n entre lo que llaman 6adeptomenor5 y 6adepto mayor5& estas e.presiones deben comprenderse entonces, originariamente al menos,como designando a aquel que a llegado a la perfecci#n respecti"amente en el orden de los 6!isterios!enores5 y en el de los 6!isterios !ayores5$

Adivinatorio %car#cter&

&El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos)* cap1 V* último prra"o$!ucas cosas que se consideran oy como 6fabulosas5, no lo eran de ning1n modo para los

antiguos, y que incluso siempre pueden no serlo tampoco para aquellos que an guardado, con eldep#sito de algunos conocimientos tradicionales, las nociones que permiten reconstituir la figura de un6mundo perdido5, así como pre"er lo que será, al menos en sus rasgos generales, la de un mundofuturo, ya que, en ra'#n misma de las leyes cíclicas que rigen la !anifestaci#n, el pasado y el por"enir se corresponden anal#gicamente, de suerte que, piense de ello lo que piense el "ulgo, tales pre"isiones

no tienen en realidad el menor carácter 6adi"inatorio5, sino que se basan enteramente sobre lo queemos llamado las determinaciones cualitati"as del tiempo$

&S%mbolos +undamentales de la Ciencia Sagrada* cap1 7L!V* nota $La copa oracular es en cierto modo el prototipo de los espejos magicos, y a este respecto

debemos formular una obser"aci#n importante: la interpretaci#n puramente mágica, que reduce lossímbolos a un puro carácter adi"inatorio o talismánico, seg1n los casos, se7ala determinada etapaen el proceso de degradaci#n de esos símbolos, o más bien de la manera de comprendérselos, etapa por lo demás, menos a"an'ada -ya que pese a todo se refiere a1n a una ciencia tradicional- que lades"iaci#n enteramente profana que no les atribuye sino un "alor puramente estético& con"ieneagregar, por lo demás, que solo bajo la cobertura de esta interpretaci#n mágica ciertos símbolos

pueden ser conser"ados y trasmitidos, en estado de super"i"encias foll#ricas$*cerca de la copa adi"inatoria, se7alemos a1n que la "isi#n de todas las cosas como presentes, si se la entiende en su "erdadero sentido /el 1nico al cual pueda adjudicarse la infalibilidadde que se trata e.presamente en el caso de Eosé0, está en relaci#n manifiesta con el simbolismo deltercer ojo, y por lo tanto también con el de la piedra caída de la frente de Lucifer, donde ocupaba ellugar de aquél& por lo demás, también a causa de su caída perdi# el ombre mismo el tercer ojo, esdecir, el sentido de la eternidad, que el Graal restituye a quienes logran conquistarlo$

riente y #ccidente)* cap1 !!* prra"o 223 $8ay incluso una aplicaci#n adi"inatoria, que los cinos consideran por lo demás como una de

las más inferiores de todas, y cuya practica abandonan a los juglares errantes$4i Leibnit' se ubiera encontrado en contacto directo con los cinos, éstos qui'ás le ubieran

e.plicado /pero, ilo0, aun con muy buenasra'ones para preferir, como más adecuada, la representaci#n proporcionada por las 6lineaciones5 de


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Io-i, cuyo objeto propio y directo está en el dominio metafísico$

Adivino

&Estudios Sobre la +ranc;$asoner%a y el Compagnonage !! G'neFos)* cap1 V!!* nota 29 $

La palabra adi"ino misma no está menos des"iada de su sentido, pues etimol#gicamente tienerelaci#n directa con divinus* y significa entonces intérprete de los dioses$ Los ar1spices /de aves spicere* obser"ar las a"es0 e.traían presagios del "uelo y el canto de las a"es, lo cual es de relacionar más especialmente con el lenguaje de los pájaros, entendido aquí en el sentido más material, peroidentificado aun así con la lengua de los dioses, pues se consideraba que éstos manifestaban su"oluntad por medio de tales presagios, y las a"es desempe7aban entonces un papel de mensajeros,análogo al que se atribuye generalmente a los ángeles /de donde su nombre mismo, pues es precisamente el sentido propio de la palabra griega ngelos0 * bien que tomado en un aspecto muyinferior$

Adona' &Estudios sobre la +ranc;$asoner%a y el Compagnonage !!)* cap !V* prra"o


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del 6umanismo5, es decir, de la reducci#n de todas las cosas a un punto de "ista e.clusi"amenteumano, se llega poco a poco al materialismo o al positi"ismo: que uno niegue e.presamente, como el primero, todo lo que está más allá del mundo sensible, o que uno se contente, como el segundo /que por esta ra'#n ama llamarse también 6agnosticismo5, aciéndose así un título de gloria de lo que no es enrealidad más que la confesi#n de una incurable ignorancia0, con negarse a ocuparse de ellodeclarándolo 6inaccesible5 o 6incognoscible5, el resultado, de eco, es e.actamente el mismo en los

dos casos$&Los Estados $últiples del Ser)* cap1 7V!* prra"o 53 y nota 6 $ 4iendo el conocimiento total, adecuando a la +osibilidad Jni"ersal, no ay nada que sea

incognoscible o, en otras palabras: no ay cosas inteligibles, ay solamente cosas incomprensibles, esdecir incognoscibles s#lo por nosotros en cuanto seres condicionados$ Ob"iamente la e.presi#nagn#stico, que etimol#gicamente quiere decir sin conocimiento, es un imposible$

A(ua

&Estudios sobre la +ranc;$asoner%a y el Compagnonage !!)* cap V* prra"o 263 $%ntre los di"ersos significados constantes del agua, en las más antiguas (radiciones, ay uno

que es más particularmente interesante destacar aquí: se trata del símbolo de la Gracia y de laregeneraci#n que pro"oca en el ser que la recibe$ Recordemos el agua bautismal, las cuatro fuentes deagua "i"a del +araíso terrenal, así como el agua "ertida por el )ora'#n de )risto, manantial inagotablede la Gracia$

Ale(or)a

&'preciaciones sobre la !niciaci,n)* cap1 7V!!* prra"o 63 $

e allo agoreuein, literalmente 6decir otra cosa5$

Ale(r)a %Carencia en Gu*non&

&!niciaci,n y Realizaci,n Espiritual)* cap1 7V* última nota$*pro"ecaremos esta ocasi#n para se7alar también accesoriamente un reproce particularmente

grotesco que se nos a eco, y que en suma se relaciona también con el mismo orden de ideas,queremos decir con la intrusi#n de la sentimentalidad en un dominio donde legítimamente no podríatener acceso: Qparece que nuestros escritos tienen el gra"e defecto de 6carecer de alegría5 >ué algunascosas nos causen alegría o no, eso no puede depender en todo caso más que de nuestras propias

disposiciones indi"iduales, y, en sí mismas, esas cosas no inter"ienen para nada en nuestros escritos,que son totalmente independientes de semejantes contingencias& eso no puede ni debe pues interesar anadie, y sería perfectamente ridículo y fuera de lugar introducir algo de eso en la e.posici#n dedoctrinas tradicionales al respecto de las cuales las indi"idualidades, y la nuestra tanto como toda otra,no cuentan absolutamente para nada$

All+,


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&Estudios sobre la +ranc;$asoner%a y el Compagnonage !! G'neFos)* cap1 V!!* prra"o 23 ynota 44$

(etragrama cuya composici#n jeroglífica designa muy claramente al +rincipio de la)onstrucci#n Jni"ersal$ %n efecto, simb#licamente, las cuatro letras que forman en árabe el nombre de 'llB>, equi"alen respecti"amente a la regla, a la escuadra, al compás y al círculo, este 1ltimo siendoreempla'ado por el triángulo en la !asonería de 4imbolismo e.clusi"amente rectilíneo$

Al-uiia

&'preciaciones sobre la !niciaci,n)* cap1 7L!* prra"os 93* 53* 83 y 63* y notas 9* 5 y 22$/%l;@imyB0 %sta palabra es árabe en su forma, pero no en su raí'& deri"a "erosímilmente del

nombre de ?Ami o 6(ierra negra5 dado al antiguo %gipto, lo que indica toda"ía el origen de que setrata$

%l 8ermetismo es una doctrina, y la *lquimia es solo una aplicaci#n suya$La *lquimia tiene su correspondencia e.acta en doctrinas como las de la 9ndia, del (íbet y de la

)ina, aunque con modos de e.presi#n y métodos de Reali'aci#n naturalmente bastante diferentes$

La *lquimia, que, por así decir, se podría definir como la 6técnica5 del 8ermetismo, es enrealidad un 6*rte Real5, si se entiende por ello un modo de 9niciaci#n más especialmente apropiado ala naturale'a de los @s>atriyas$ 8emos dico que el 6arte real5 es propiamente la aplicaci#n de la9niciaci#n correspondiente& pero la *lquimia tiene, en efecto, el carácter de una aplicaci#n de ladoctrina, y los medios de la 9niciaci#n, si se consideran colocándose en un punto de "ista en ciertomodo 6descendente5, son e"identemente una aplicaci#n de su principio mismo, mientras quein"ersamente, desde el punto de "ista 6ascendente5, son el 6soporte5 que permite acceder a éste$

%n el mundo árabe la *lquimia material, a sido siempre muy poco considerada y, a "eces,asimilada incluso a una suerte de brujería, mientras que, por el contrario, se tenía en un onor muyele"ado a la *lquimia 6interior5 y espiritual, designada frecuentemente bajo el nombre de @imyB es; saBda> o 6*lquimia de la Ielicidad5$

+or lo demás, eso no quiere decir que sea menester negar la posibilidad de las transmutacionesmetálicas, que representan la *lquimia a los ojos del "ulgo& pero es menester reducirlas a su justaimportancia, que no es mayor en suma que la de e.periencias 6científicas5 cualesquiera, y no confundir cosas que son de un orden totalmente diferente$

' priori, no se "e por qué no podría ocurrir que tales transmutaciones sean reali'adas por procedimientos que dependen simplemente de la química profana$ +ero es perfectamente admisible,que aquel que a llegado a un cierto grado en la práctica de la alquimia 6interior5, sea capa', por esomismo, de efectuar transmutaciones metálicas u otras cosas del mismo orden, pero eso a título deconsecuencia completamente accidental, y sin recurrir a ninguno de los procedimientos de la pseudo-alquimia material, sino 1nicamente por una suerte de proyecci#n al e.terior de las energías que lle"a ensí mismo$ O bien, para un ser que a alcan'ado un Grado de Reali'aci#n más ele"ado, puede tratarse deuna acci#n e.terior de "erdaderas influencias espirituales, como la que se produce en los 6milagros5 delas Religiones$

+or lo demás, agregaremos que aquellos que poseen realmente tales poderes se abstienencuidadosamente de acer e.ibici#n de ellos para impresionar al gentío, e incluso no acengeneralmente ning1n uso de ellos, al menos fuera de ciertas circunstancias particulares, donde suejercicio se encuentra legitimado por otras consideraciones$

Al-uiia y .u)ica


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&La Crisis del $undo $oderno)* cap1 !V* prra"o 2I3 $La "erdadera *lquimia era esencialmente una ciencia de orden cosmol#gico, y, al mismo

tiempo, era aplicable también al orden umano, en "irtud de la analogía del 6!acro-cosmo5 y del6!icro-cosmo5& además, estaba constituida e.presamente en "ista de permitir una transposici#n aldominio puramente espiritual, que confería a sus ense7an'as un "alor simb#lico y una significaci#n

superior, y que acía, de ella, uno de los tipos más completos de las 6ciencias tradicionales5$Lo que a dado nacimiento a la >uímica moderna, no es esta *lquimia con la que no tiene ensuma ninguna relaci#n, sino una deformaci#n suya, una des"iaci#n en el sentido más riguroso de la palabra& des"iaci#n a la que dio lugar, qui'ás desde la %dad !edia, la incomprensi#n de algunos, que,incapaces de penetrar el "erdadero sentido de los 4ímbolos, tomaron todo al pie de la letra y, creyendoque no se trataba, en todo eso, más que de operaciones materiales, se lan'aron a una e.perimentaci#nmás o menos desordenada$ 4on esos, a quienes los alquimistas calificaban ir#nicamente de6sopladores5 y de 6quemadores de carb#n5, quienes fueron los "erdaderos precursores de los químicosactuales& y es así como la ciencia moderna se edifica con la ayuda de los restos de las ciencias antiguas,con los materiales reca'ados por éstas y abandonados a los ignorante y a los 6profanos5$ *gregamostoda"ía que los supuestos reno"adores de la *lquimia, como se encuentran algunos entre nuestroscontemporáneos, no acen por su parte más que prolongar esta misma des"iaci#n, y que susin"estigaciones están tan alejadas de la *lquimia tradicional como las de los astr#logos lo están de laantigua *strología& y es por eso por lo que tenemos el dereco de afirmar que las 6cienciastradicionales5 de Occidente, están "erdaderamente perdidas para los modernos$

Altos (rados //asoner)a0

&Estudios sobre la +ranc;$asoner%a y el Compagnonage !!)* cap !V* prra"os 2I3* 223* 293 y24* y notas 26* 2K* 9I y 99$

La 9niciaci#n mas#nica, que se refiere esencialmente a los S!isterios !enoresS, como todas las9niciaciones de oficio, concluye por eso mismo en el grado de !aestro, ya que la Reali'aci#n completade este Grado implica la restauraci#n del estado primordial$

%sto conduce naturalmente a preguntarse cuáles podrían ser, en la !asonería, el sentido y lafunci#n de los Saltos gradosS, en los que algunos, y precisamente por esta ra'#n, an querido "er solamente algo SsuperfluoS, más o menos in1til y "ano$

%n realidad, debemos en primer lugar distinguir aquí dos casos: por un lado, el de los Gradosque tienen un "ínculo directo con la !asoneríaH y, por otro, el caso de los Grados que puedenconsiderarse "estigios o recuerdos de antiguas organi'aciones iniciáticas occidentales que se injertaronen la !asonería, o que llegaron a Scristali'arseS de alguna manera alrededor de la misma$ La ra'#n deser de estos 1ltimos Grados, dejando aparte su interés puramente Sarqueol#gicoS /lo que e"identementesería una justificaci#n totalmente insuficiente desde el punto de "ista iniciático0, es, en suma, el ecode que conser"an lo que a1n puede mantenerse de las 9niciaciones de que se trata, y ello de la 1nicamanera en que puede acerse, tras su desaparici#n en cuanto formas independientes$

8abría ciertamente muco que decir de este papel Sconser"adorS de la !asonería y de la posibilidad implícita que encierra de suplir en cierta medida la ausencia de 9niciaciones de otro ordenen el mundo occidental actual$ +ero ello está totalmente fuera del argumento que tratamos, y essolamente el primer caso, el de los Grados cuyo 4imbolismo se relaciona más o menos estrecamentecon el de la !asonería propiamente dica, el que nos concierne directamente aquí$

8ablando en general, estos Grados pueden ser considerados como constituyendo propiamente

H ?o se puede sin embargo decir estrictamente que formen parte integrante de ella, con la sola e.cepci#n del Royal *rc$


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determinadas e.tensiones o desarrollos del grado de !aestro& es indiscutible en principio que éste es de por sí suficiente, pero de eco la e.cesi"a dificultad para discernir todo lo que contieneimplícitamente, justifica la e.istencia de estos desarrollos posterioresK$ 4e trata pues de una ayuda paraquienes quieren reali'ar lo que toda"ía no poseen sino en forma "irtual$ *l menos, tal es la intenci#nfundamental de estos grados, sean cuales fueren las reser"as que podrían acerse sobre la mayor omenor eficacia práctica de tal ayuda, sobre la cual lo mínimo que puede decirse es que en la mayoría de

los casos está lamentablemente empobrecida por el aspecto fragmentario y muy frecuentementealterado, bajo el cual se presentan actualmente los rituales correspondientes$ +ero lo que debemos tener presente es el principio, que es independiente de estas consideraciones contingentes$ +or otro lado, y adecir "erdad, si el Grado de !aestro fuera más e.plícito, y si todos los que a él acceden estu"ieran"erdaderamente cualificados, sería en el interior de este Grado donde estos desarrollos deberían tener su lugar, sin que ubiera necesidad de acerlos objeto de otros Grados nominalmente distintos delmismoB$

*ora bien, y es aquí donde queríamos llegar, entre los altos grados en cuesti#n ay algunosque insisten más particularmente sobre la Sb1squeda de la +alabra perdidaS, es decir sobre aquello queconstituye el trabajo esencial de la !aestría& incluso ay algunos Grados que ofrecen una S+alabrareencontradaS, lo que parece implicar la culminaci#n de la b1squeda& pero, en realidad, esta S+alabrareencontradaS es siempre una nue"a S+alabra substitutaS, y de acuerdo con las consideracionese.puestas anteriormente, es fácil comprender que no pueda ser de otro modo, ya que la "erdaderaS+alabraS es rigurosamente incomunicable$

*sí es en particular con respecto al Grado del Royal 'rc>* el 1nico que debe ser consideradocomo estrictamente mas#nico, ablando con propiedad, y cuyo origen operati"o directo no ofrece dudaalguna& de alguna manera es el complemento normal del grado de !aestro, con una perspecti"a abiertaa los S!isterios !ayoresS$

%l término que representa en este grado la S+alabra reencontradaS se presenta, como mucosotros, bajo una forma muy alterada, lo que a dado lugar a "arias suposiciones en cuanto a susignificado& pero, seg1n la interpretaci#n más autori'ada y plausible, se trata en realidad de una palabracompuesta, formada por la reuni#n de tres nombres di"inos pertenecientes a tres (radiciones diferentes$8ay aquí al menos una indicaci#n interesante desde dos puntos de "ista: en primer lugar, esto implicae"identemente que la S+alabra perdidaS es considerada como constituyendo un nombre di"ino&después, la asociaci#n de estos diferentes nombres, no puede e.plicarse de otro modo que como unaafirmaci#n implícita de la unidad fundamental de todas las formas tradicionales& pero es ob"io que talconjunci#n, a partir de nombres pro"enientes de diferentes lenguas sagradas, no es toda"ía más quealgo totalmente e.terior y no podría de ninguna manera simboli'ar adecuadamente la restituci#n de la(radici#n +rimordial, y que, en consecuencia, no es realmente sino otra S+alabra substituidaS$

ebe quedar claro que lo que estamos diciendo se refiere al Royal 'rc> del Rito inglés, que, a pesar de la similitud del título, tiene muy pocas relaciones con el Grado denominado Royal 'rc> o" Henoc>, una de cuyas "ersiones se con"irti# en el grado HT del Rito %scocés *ntiguo y *ceptado, y enel cual la S+alabra reencontradaS está representada por el (etragrama mismo, grabado sobre una planca dorada colocada en la Sno"ena b#"edaS$ La atribuci#n de este dep#sito a Henoc> constituye, por otro lado, en lo que concierne al (etragrama ebreo, un e"idente anacronismo, pero puede

K *l menos como una ra'#n subsidiaria, ay que indicar el eco de que los siete Grados con los que contaba la antigua !asoneríaoperati"a, están reducidos a tres$ *l no conocer esos Grados los fundadores de la !asonería especulati"a, se originaron gra"es lagunasque, a pesar de ciertas SrectificacionesS posteriores, no an podido subsanarse por completo en el marco del actual sistema de tres gradossimb#licos$ ?o obstante, ay algunos Saltos gradosS que parecen ser tentati"as por remediar esta falta, aunque no puede decirse que seaya logrado en su totalidad por carecer de la "erdadera transmisi#n operati"a indispensable para ello$

B %l !aestro, al poseer la plenitud de los derecos mas#nicos tiene especialmente el de conocer todos los conocimientos incluidos enla forma iniciática a la cual pertenece& es lo que e.presaba en otro tiempo bastante claramente la antigua concepci#n del !aestro en

todos los Grados, que parece completamente ol"idada oy.


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interpretarse como el indicio de una intenci#n de remontarse asta la (radici#n +rimordial, o, por lomenos, Santedilu"ianaS$

SLa palabraS del grado de Rosa-)ru' se refiere claramente al punto de "ista de una formatradicional determinada, lo que nos sit1a en todo caso muy lejos del retorno a la (radici#n +rimordial,que está más allá de todas las formas particulares$ @ajo este aspecto, como bajo mucos otros, el gradodel Royal 'rc> tendría sin duda más ra'ones que el de Rosa-)ru' para considerarse como el nec plus

ultra de la iniciaci#n mas#nica$&Estudios sobre la +ranc;$asoner%a y el Compagnonage !! G'neFos)* cap1 V!* prra"os 23* 93*

53 y último$8emos "isto, en un precedente artículo, que comportando la 9niciaci#n mas#nica tres fases

sucesi"as, no puede en ella aber más que tres Grados, que representan esas tres fases& parece resultar de aí que todos los sistemas de altos grados son completamente in1tiles, al menos te#ricamente, puesto que los rituales de los tres Grados simb#licos describen, en su conjunto, el ciclo completo de la9niciaci#n, 4in embargo, de eco, siendo simb#lica la 9niciaci#n mas#nica, forma unos !asones queno son sino el 4ímbolo de los "erdaderos !asones, y ella les tra'a simplemente el programa de lasoperaciones que tendrán que efectuar para llegar a la 9niciaci#n real$ %s a este 1ltimo fin al que tendían,al menos originariamente, los di"ersos sistemas de altos grados, que parecen aber sido precisamenteinstituidos para reali'ar en la práctica la gran Obra de la cual la !asonería ense7aba la teoría$

)on todo, ay que reconocer que, bien pocos de esos sistemas, alcan'aban realmente el fin quese proponían& en la mayor parte, se encuentran incoerencias, lagunas, redundancias, y algunos ritualesson de muy débil "alor iniciático, sobre todo cuando se los compara con los de los Grados simb#licos$%stos defectos son, por otra parte, tanto más sensibles cuanto que el sistema comprende un mayor n1mero de grados$ %sta multiplicidad de grados es tanto más in1til cuanto que se está obligado aconferirlos por series$ %n el siglo A;999, cada uno quiso in"entar un sistema para él, siempre injertado,entiéndase bien, sobre la !asonería simb#lica, de la cual no se acía más que desarrollar los principiosfundamentales, interpretados demasiado frecuentemente en el sentido de las concepciones personalesdel autor, como se "e en casi todos los Ritos erméticos, Uabalísticos y filos#ficos, y en las Ordenes de)aballería y de 9luminismo$

e aí naci#, en efecto, esta prodigiosa di"ersidad de Ritos, de los que mucos no e.istieron jamás más que sobre el papel, y de los cuales es casi imposible desembrollar la istoria& todos los quean intentado poner un poco de orden en ese caos, an debido renunciar a ello, a menos que, por unara'#n cualquiera, ayan preferido dar, de los orígenes de los altos grados, e.plicaciones más o menosfantásticas, a "eces incluso totalmente fabuladas$

+ensamos nosotros que los rituales iniciáticos no pueden ser considerados como la obra de unao de "arias indi"idualidades determinadas, sino que son constituidos progresi"amente, por un procesoque nos es imposible precisar, que escapa a toda definici#n$ +or el contrario, los rituales de aquellos deentre los altos grados que son casi insignificantes presentan todos los caracteres de una composici#nficticia, artificial, creada en todas sus pie'as, por la mentalidad de un indi"iduo$

8aría falta que los (alleres de los altos grados fuesen reser"ados a los estudios filos#ficos ymetafísicos, demasiado descuidados en las Logias simb#licas& jamás se debería ol"idar el carácter iniciático de la !asonería, que no es, ni puede serlo, quienquiera que lo aya dico, ni un club político,ni una asociaci#n de socorros mutuos$ 4in duda, no se puede comunicar lo que es ine.presable por esencia, y por ello los "erdaderos arcanos se defienden por sí mismos contra toda indiscreci#n, pero se puede al menos dar las cla"es que permitirán a cada uno, obtener la 9niciaci#n real por sus propiosesfuer'os y su meditaci#n personal, y se puede también, seg1n la (radici#n y la práctica constantes delos (emplos y de los )olegios iniciáticos de todos los tiempos y de todos los países, empla'ar a aquelque aspira a la 9niciaci#n en las condiciones más fa"orables de Reali'aci#n, y proporcionarle la ayuda,sin la cual sería casi imposible completar esta Reali'aci#n$


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Altos Grados %/asoner)a& %Reali"ación descendente&

&!niciaci,n y Realizaci,n Espiritual)* cap1 777!!* nota 6 $4e podría decir también que un tal ser, cargado de todas las influencias espirituales inerentes a

su estado transcendente, de"iene el 6"eículo5 por el cual estas influencias son dirigidas acia nuestromundo& este 6descenso5 de las influencias espirituales está indicado bastante e.plícitamente en elnombre de 'valo@itAs>:ara, y es también una de las significaciones principales y 6benéficas5 deltriángulo in"ertido$ N *gregamos que es precisamente con esta significaci#n como el triánguloin"ertido se toma como símbolo de los grados más altos de la !asonería escocesa& en ésta, por lodemás, puesto que el grado HV se considera como nec plus ultra, por eso mismo debe marcar l#gicamente el término de la 6escalada5, de suerte que los grados siguientes no pueden referirse propiamente más que a un 6re-descenso5, por el cual son aportadas a toda la organi'aci#n iniciática lasinfluencias destinadas a 6"i"ificarla5& y los colores correspondientes, que son respecti"amente el negroy el blanco, son toda"ía muy significati"os bajo la misma relaci#n$

Aar

&'preciaciones sobre la !niciaci,n)* cap1 7LV!!* prra"o 93 $%l "erbo amar , que se emplea en el te.to bíblico, y que se traduce abitualmente por 6decir5,

tiene en realidad como sentido principal, tanto en ebreo como en árabe, el de 6mandar5 u 6ordenar5$La +alabra di"ina es la 6orden5 /amr 0 por la que se efect1a la )reaci#n, es decir, la producci#n

de la !anifestaci#n uni"ersal, ya sea en su conjunto, ya sea en una cualquiera de sus modalidades$4eg1n la (radici#n islámica igualmente, la primera )reaci#n es la de la Lu' / En;(r 0, que se dice minamri.Lla>, es decir, que procede inmediatamente de la orden o del mandato di"ino& y, si puede decirse,esta creaci#n se sit1a en el 6mundo5, es decir, en el %stado o en el Grado de e.istencia, que, por esta

ra'#n, se designa como Blamul;amr , y que, ablando propiamente, constituye el mundo espiritual puro$

Aor y /uerte

&'preciaciones sobre el Esoterismo Cristiano)* cap !V* prra"o 2I3 $%l empleo de un lenguaje 6afecti"o5, como a menudo es el de los 6Iieles de *mor5, también es

una forma e.terior por la que no debemos dejarnos ilusionar& puede recubrir muy bien algo muydistinto y profundo, y en particular, la palabra 6*mor5 puede, en "irtud de la transposici#n anal#gica,significar una cosa totalmente distinta del sentimiento que designa de ordinario$ %ste sentido profundodel 6*mor5 en cone.i#n con las doctrinas de las Ordenes de caballería, podría obtenerse claramente de

las relaciones entre las indicaciones siguientes: primero, la palabra de 4an Euan, 6ios es *mor5&después, el grito de guerra de los (emplarios, 6;i"a ios 4anto *mor5& finalmente, el 1ltimo "erso dela i"ina )omedia, 6 LM'more c>e muove il Sole e lMaltre stelle5F$Otro punto interesante a este respectoes la relaci#n establecida entre el 6*mor5 y la 6!uerte5 en el simbolismo de los 6Iieles de *mor5&esta relaci#n es doble, porque la palabra 6!uerte5 tiene un doble sentido$ +or una parte, ay una

F * prop#sito de las Ordenes de )aballería digamos que la S9glesia EoanitaS designa la reuni#n de todos los que, a un títulocualquiera, se relacionan con lo que se a llamado en la %dad !edia el 6Reino del +reste Euan5, al cual emos eco alusi#n en nuestro

estudio sobre %l Rey del !undo$


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cercanía y aun una asociaci#n del 6*mor5 y de la 6!uerte5 /p$ BM0, debiendo ésta ser entendidaentonces como la 6muerte iniciática5, y esta cercanía parece continuarse en la corriente de donde ansalido, al final de la %dad !edia, las representaciones de la 6dan'a macabra5& por otra parte, aytambién una antítesis establecida desde otro punto de "ista entre el 6*mor5 y la 6!uerte5 /p$ FF0,antítesis que puede e.plicarse por la constituci#n misma de ambos términos: la raí' mor les es com1ny, en amor, está precedida de a pri"ati"a, como en el sánscrito amara, amrita, de manera que 6*mor5

puede interpretarse como una especie de equi"alente jeroglífico de 6inmortalidad5$ Los 6muertos5 pueden en este sentido, de una forma más general, ser "istos como designando a los profanos, mientrasque los 6"i"ientes5, o aquellos que an alcan'ado la 6inmortalidad5, son los iniciados& es aora elmomento de recordar aquí la e.presi#n de 6(ierra de los ;i"ientes5 sin#nimo de 6(ierra 4anta5 o6(ierra de los 4antos5, 6(ierra +ura5, etc2 3 la oposici#n que acabamos de indicar equi"ale, bajo este punto de "ista, a la del 9nfierno, que es el mundo profano, y de los )ielos, que son los grados de la jerarquía iniciática$

'preciaciones sobre el Esoterismo Cristiano)* cap1 V!!* nota 2I9$)uando Eacques de @aisieu. dice que a-mor significa Ssin muerteS, no es necesario declarar

como lo ace Ricolfi que es una 6falsa etimología5: en realidad no se trata para nada de etimología sino

de un procedimiento de interpretaci#n comparable al niruta de la tradici#n ind1& y sin conocer el poema en cuesti#n, abíamos indicado esta e.plicaci#n, a7adiendo una comparaci#n con las palabrassánscritas a;mara y a;mrita$

Anal)tico y Sint*tico %Conociiento&

&Los Principios del Clculo !n"initesimal)* cap1 77!!* prra"o 43 $La ciencia profana es esencial y e.clusi"amente analítica: no considera nunca los +rincipios, y

se pierde en el detalle de los fen#menos, cuya multiplicidad indefinida e indefinidamente cambiante es

"erdaderamente inagotable para ella, de suerte que no puede llegar nunca, en tanto que conocimiento, aning1n resultado real y definiti"o& se queda 1nicamente en los fen#menos mismos, es decir, en lasapariencias e.teriores, y es incapa' de alcan'ar el fondo de las cosas, así como Leibnit' se loreprocaba ya al mecanicismo cartesiano$ +or lo demás, esa es una de las ra'ones por las que se e.plicael 6agnosticismo5 moderno, ya que, puesto que ay cosas que no pueden conocerse más quesintéticamente, quienquiera que no procede más que por el análisis, es lle"ado, por eso mismo, adeclararlas 6incognoscibles5, porque en efecto así lo son& del mismo modo que, el que se queda en una"isi#n analítica de lo indefinido, puede creer que ese indefinido es absolutamente inagotable, mientrasque, en realidad, no lo es más que analíticamente$

%l punto de "ista y la marca de la ciencia tradicional, son en cierto modo in"ersos de los de laciencia profana, como la síntesis misma es in"ersa del análisis$

/Ver- el "inal de !ntegraci,n0$

Analo()as ,istóricas

'utoridad Espiritual* Poder Temporal)* cap1 V!!* prra"os 23 y 93 $4e dice a "eces que la istoria se repite, lo que es falso, pues no puede aber en el uni"erso dos

seres ni dos acontecimientos que sean rigurosamente semejantes entre sí bajo todas las relaciones& si lo


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fueran, no serían ya dos, sino que, coincidiendo en todo, se confundirían pura y simplemente, de suerteque no sería más que un 1nico y mismo ser o un 1nico y mismo acontecimiento$ La repetici#n de posibilidades idénticas implica una suposici#n contradictoria, a saber, la de una limitaci#n de la+osibilidad Jni"ersal y (otal, y es eso lo que permite refutar teorías como las de la 6re-encarnaci#n5 ydel 6eterno retorno5$

%n realidad, jamás ay identidad entre periodos diferentes de la istoria, pero ay

correspondencia y analogía, aí como entre los ciclos c#smicos o entre los %stados m1ltiples de un ser&y, de la misma manera que seres diferentes pueden pasar por fases comparables, bajo la reser"a de lasmodalidades que son propias a la naturale'a de cada uno de ellos, ocurre lo mismo con los pueblos ycon las ci"ili'aciones$

* pesar de las enormes diferencias, ay una analogía incontestable, y que qui'ás nunca se adestacado bastante, entre la organi'aci#n social de la 9ndia y la de la %dad !edia occidental& entre las)astas de la una y las clases de la otra, no ay más que una correspondencia, no una identidad& peroesta correspondencia no es por ello menos importante, porque puede ser"ir para mostrar, con una particular nitide', que todas las instituciones que presentan un carácter "erdaderamente tradicional,reposan sobre los mismos fundamentos naturales y no difieren en suma más que por una adaptaci#nnecesaria a circunstancias di"ersas de tiempo y de lugar$ +or lo demás, es menester destacar bien quecon ello no entendemos sugerir en modo alguno la idea de que, en aquella época, %uropa abría ecouna toma en préstamo directamente de la 9ndia, lo que sería muy poco "erosímil$

Anar-u)a

riente y #ccidente) GSegunda Parte* cap1 !!* prra"o 93 $La anarquía, en cualquier orden que sea, no es más que la negaci#n de la jerarquía, y esto no

tiene nada de positi"o$

Andró(ino

/Ver 'dn;Eva0

0n(eles

&Los Estados $últiples del Ser)* cap1 7!!!* nota 2$4i los %stados 6angélicos5 son los %stados supra-indi"iduales que constituyen la !anifestaci#n

a-formal, uno no puede atribuir a los ángeles ninguna de las facultades que son de orden puramenteindi"idual& por ejemplo, no puede suponérseles dotados de ra'#n, lo que es la característica e.clusi"a

de la indi"idualidad umana, y no pueden tener más que un modo de inteligencia puramente intuiti"o$

&El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos)* cap 7!* nota 9$)ada ángel representa, en cierto modo, la e.presi#n de un atributo di"ino, como se "e por lo

demás claramente por la constituci#n de los nombres en la angeleología ebraica$

&S%mbolos +undamentales de la Ciencia Sagrada)* cap1 L7!!* prra"os 23* 93 y 53* y notas < y2I$

Los ángeles, en efecto, son real y "erdaderamente caídos cuando se los considera de ese


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modo, pues de su participaci#n en el +rincipio tienen en realidad todo lo que constituye su ser, de modoque, cuando esa participaci#n se desconoce, no resta sino un aspecto puramente negati"o, como unaespecie de sombra in"ertida con respecto a ese ser mismo$ +odría decirse, y poco importa que sealiteral o simb#licamente, que en tales condiciones quien cree llamar a un ángel, corre gran riesgo de "er aparecer, al contrario, un demonio$

4eg1n la concepci#n ortodo.a, un ángel, en cuanto intermediario celeste, no es en el fondo

sino la e.presi#n misma de un atributo di"ino en el orden de la !anifestaci#n no-formal, pues s#lo eso permite establecer, a tra"és de él, una comunicaci#n real entre el %stado umano y el +rincipio mismo,del cual representa, así, un aspecto más particularmente accesible para los seres que están en ese %stadoumano$

ebe tenerse bien presente que se trata aquí de una multitud trascendental y no de unaindefinitud numérica /cf$ Les Principes du calcul in"init/simal , cap$ 9990& los ángeles no son en modoalguno numerables, puesto que no pertenecen al dominio de e.istencia condicionado por la cantidad$

4#lo en el orden no-formal puede decirse que un ser e.presa o manifiesta "erdaderamente y lomás íntegramente, posible un atributo del +rincipio& aquí, la distinci#n de esos atributos constituye ladistinci#n misma de los seres, la cual puede caracteri'arse como una distinci#n sin separaci#nGb>edBb>edB* en la terminología ind10, pues es e"idente que, en definiti"a, todos los atributos sonrealmente uno& y además ésta es la mínima limitaci#n concebible en un estado que, por el eco deser manifestado, es condicionado también$ +or otra parte, como la naturale'a de cada ser se reduceentonces íntegramente, en cierto modo, a la e.presi#n de un atributo 1nico, es e"idente que dico ser posee así, en sí mismo, una unidad de orden muy diferente y muco más real que la unidadcompletamente relati"a, fragmentaria y compuesta a la "e', propia de los seres indi"iduales comotales$

0n(eles %1ios les ordena -ue adoraran&

&El Simbolismo de la Cruz)* cap1 V!* nota 8 $

La forma esférica luminosa, indefinida y no cerrada, con sus alternati"as de concentraci#n ye.pansi#n -sucesi"as desde el punto de "ista de la !anifestaci#n, pero simultáneas en el eterno presente- es, en el %soterismo islámico, la forma de la R> mu>ammaadiya>$ %sta forma total del8ombre Jni"ersal, es la que ios orden# a los ángeles que adoraran, y la percepci#n de esta mismaforma, está implicada en uno de los Grados de la 9niciaci#n islámica$

/Ver 'dn Eva0$

&Estudios sobre la +ranc;$asoner%a y el Compagnonage !! G'neFos)* cap1 V!!* nota 4< $4eg1n el )orán mismo, 'llB> orden# a los ángeles adorar a *dán, y ellos lo adoraron& el

orgulloso 9blis reca'# obedecer, y /es por lo que0 qued# en el bando de los infieles /cap$ CV, "ers$ HC0$

&La 0ran Tr%ada* cap1 7V!!!* último prra"o$+or ello no es menos "erdad, ciertamente, que, entre el estado total e incondicionado que es el

del 68ombre transcendente5, idéntico al 68ombre Jni"ersal5, y un %stado condicionado cualesquiera,indi"idual o supra-indi"idual, por ele"ado que pueda ser, no es posible ninguna comparaci#n cuando selos considera tal como son "erdaderamente en sí mismos$

0n(eles y deonios %2a luc,a entre&


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&Estudios Sobre la +ranc;$asoner%a y el Compagnonage !! &'neFos)* cap1 V!!* prra"o 93 ynota rimn1 %s, en la (radici#n ind1, la luca de los Deva contra los 'sura*

An(ustia

&!niciaci,n y Realizaci,n Espiritual)* cap1 !!!* prra"os 43 y 63 $La angustia no es más que una forma e.trema y, por así decir, 6cr#nica5 del miedo& aora bien,

el ombre es lle"ado naturalmente a sentir miedo delante de lo que no conoce o no comprende, y estemiedo mismo de"iene un obstáculo que le impide "encer su ignorancia, ya que le lle"a a apartarse del

objeto en presencia del cual lo a sentido y al cual atribuye su causa, mientras que, en realidad, esacausa no está más que en él mismo& además, a esta reacci#n negati"a le sigue muy frecuentemente un"erdadero odio al respecto de lo desconocido, sobre todo si el ombre tiene más o menos confusamentela impresi#n de que eso desconocido es algo que rebasa sus posibilidades actuales de comprensi#n$

?o obstante, si la ignorancia puede disiparse, el miedo se des"anecerá de inmediato, comoocurre en el ejemplo bien conocido de la cuerda tomada por una serpiente& el miedo, y por consiguientela angustia, que no es más que un caso particular del mismo, es pues incompatible con el conocimiento,y, si llega a un grado tal que sea "erdaderamente in"encible, eso ará que el conocimiento se "uel"aimposible, incluso en la ausencia de todo otro impedimento inerente a la naturale'a del indi"iduo& así pues, en este sentido se podría ablar, de una 6angustia metafísica5, que juega en cierto modo el papelde un "erdadero 6guardián del umbral5, seg1n la e.presi#n de los ermetistas, y que cierra al ombre

el acceso al dominio del conocimiento metafísico$%l conocimiento es el 1nico remedio definiti"o contra la angustia, así como contra el miedo bajo

todas sus formas y contra la simple inquietud, puesto que estos sentimientos no son sino consecuenciao productos de la ignorancia, y puesto que a consecuencia del conocimiento, desde que se alcan'a,quedan destruidos enteramente en su raí' misma y "ueltos en adelante imposibles, mientras que, sin él,incluso si son apartados momentáneamente, siempre pueden reaparecer al ilo de las circunstancias$

Anticristo

&El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos)* cap1 777!7* prra"os 53 y a@ravartN al re"és$

4obre el C>a@ravartN o 6monarca uni"ersal5, "er El Esoterismo de Dante, p$ WF, ed$ francesa, y El Rey del $undo, pp$ W-D, ed$ francesa$ %l C>a@ravartN es literalmente 6el que ace girar la rueda5,lo que implica que está colocado en el centro de todas las cosas, mientras que el *nticristo es alcontrario el ser que estará más alejado de este centro& no obstante, pretenderá también 6acer girar larueda5, pero en sentido in"erso del mo"imiento cíclico normal /lo que 6prefigura5 por lo demásinconscientemente la idea moderna del 6progreso50, mientras que, en realidad, todo cambio en la


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rotaci#n es imposible antes de la 6in"ersi#n de los polos5, es decir, antes del 6endere'amiento5 que no puede ser operado más que por la inter"enci#n del décimo 'vatBra& pero justamente, si es designadocomo el *nticristo, es porque parodiará a su manera el papel mismo de este 'vatBra final, que esrepresentado como la 6segunda "enida de )risto5 en la (radici#n cristiana$

%ste reino de 6contra-tradici#n5 es en efecto, muy e.actamente, lo que se designa como el6reino del *nticristo5: éste, cualquiera que sea la idea que uno se aga de él, es en todo caso lo que

concentrará y sinteti'ará en sí mismo, para esta obra final, todos los poderes de la 6contra-iniciaci#n5,ya sea que se le conciba como un indi"iduo o como una colecti"idad& en un cierto sentido, puede ser incluso a la "e' lo uno y lo otro, ya que deberá aber una colecti"idad que será como la6e.teriori'aci#n5 de la organi'aci#n 6contra-iniciática5 misma que aparecerá finalmente a la lu', ytambién un personaje que, colocado a la cabe'a de esta colecti"idad, será la e.presi#n más completa ycomo la 6encarnaci#n5 misma de lo que ella representará, aunque no sea más que a título de 6soporte5de todas las influencias maléficas que, después de aberlas concentrado en él mismo, deberá proyectar sobre el mundo$

4erá e"identemente un 6impostor5 /es el sentido de la palabra daOOBl por la que se le designaabitualmente en árabe0, puesto que su reino no será otra cosa que la 6gran parodia5 por e.celencia, laimitaci#n caricaturesca y 6satánica5 de todo lo que es "erdaderamente tradicional y espiritual& pero noobstante estará eco de tal suerte, si se puede decir, que le será "erdaderamente imposible nodesempe7ar ese papel$ 3a no será ciertamente el 6reino de la cantidad5, que no era en suma más que laconclusi#n de la 6anti-tradici#n5& será al contrario, bajo el prete.to de una falsa 6restauraci#nespiritual5, una suerte de reintroducci#n de la cualidad en todas las cosas, pero de una cualidad tomadaal re"és de su "alor legítimo y normal XLa moneda misma, o lo que ocupe su lugar, tendrá de nue"o uncarácter cualitati"o de este tipo, puesto que se dice que 6nadie podrá comprar ni "ender sino el quetenga el sello o el nombre de la @estia, o el n1mero de su nombre5 /*pocalipsis, A999,W0, lo queimplica un uso efecti"o, a este respecto, de los símbolos in"ertidos de la 6contra-tradici#n5Y& despuésdel 6igualitarismo5 de nuestros días, abrá de nue"o una jerarquía afirmada "isiblemente, pero una jerarquía in"ertida, es decir, propiamente una 6contra-jerarquía5, cuya cima estará ocupada por el ser que, en realidad, tocará más de cerca que cualquier otro el fondo mismo de los 6abismos infernales5$

%ste ser, incluso si aparece bajo la forma de un personaje determinado, será realmente menos unindi"iduo que un símbolo, y como la síntesis misma de todo el simbolismo in"ertido al uso de la6contra-iniciaci#n5, que él manifestará tanto más completamente en sí mismo cuanto que no tendrá eneste papel ni predecesor ni sucesor& para e.presar así lo falso en su grado más e.tremo, deberá ser, se podría decir, enteramente 6falseado5 bajo todos los puntos de "ista, y ser como una encarnaci#n de lafalsedad misma$ +or lo demás, es por eso mismo, y en ra'#n de esta e.trema oposici#n a la "erdad bajotodos sus aspectos, por lo que el *nticristo puede tomar los símbolos mismos del !esías, pero, bienentendido, en un sentido igualmente opuesto& y la predominancia dada al aspecto 6maléfico5, o incluso,más e.actamente, la substituci#n del aspecto 6benéfico5 por éste, por sub"ersi#n del doble sentido deestos símbolos, es lo que constituye su marca característica$ el mismo modo, puede y debe aber unae.tra7a semejan'a entre las designaciones del !esías / El;$esN>a en árabe0 y las del *nticristo / El; $esN@>0& pero éstas no son realmente más que una deformaci#n de aquellas, como el *nticristo mismoes representado como deforme en todas las descripciones más o menos simb#licas que se dan de él, loque es también muy significati"o$

%l *nticristo debe estar e"identemente tan cerca como es posible de esta 6desintegraci#n5, desuerte que se podría decir que su indi"idualidad, al mismo tiempo que está desarrollada de una maneramonstruosa, está ya no obstante casi aniquilada, al reali'ar así lo in"erso del des"anecimiento del 6yo5ante el 64í mismo5, o, en otros términos, la confusi#n en el 6caos5 en lugar de la fusi#n en la Jnidad+rincipial& y este estado, figurado por las deformidades mismas y las desproporciones de su formacorporal, está "erdaderamente en el límite inferior de las posibilidades de nuestro estado indi"idual, desuerte que la cima de la 6contra-jerarquía5 es en efecto el lugar que le con"iene propiamente en ese


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6mundo in"ertido5 que será el suyo$+or otra parte, incluso desde el punto de "ista puramente simb#lico, y en tanto que él representa

la 6contra-tradici#n5, el *nticristo no es menos necesariamente deforme: decíamos ace un momento,en efecto, que no puede aber en eso más que una caricatura de la (radici#n, y quien dice caricaturadice por eso mismo deformidad& por lo demás, si fuera de otro modo, no abría en suma e.teriormentening1n medio de distinguir la 6contra-tradici#n5 de la (radici#n "erdadera, y es menester

efecti"amente, para que los 6elegidos5 al menos no sean seducidos, que lle"e en sí misma la 6marcadel diablo5$ *demás, lo falso es for'osamente también lo 6artificial5, y, a este respecto, la 6contra-

tradici#n5 no podrá dejar de tener también, a pesar de todo, ese carácter 6mecánico5 que es el de todaslas producciones del mundo moderno, del que ella será la 1ltima& más e.actamente toda"ía, abrá enella algo comparable al automatismo de esos 6cadá"eres psíquicos5 de los que ya emos ablado precedentemente, y, por lo demás, como ellos, estará eca de 6residuos5 animados artificial ymomentáneamente, lo que e.plica también que no pueda aber en ella nada duradero& si se puede decir,ese mont#n de 6residuos5, gal"ani'ado por una "oluntad 6infernal5, es, seguramente, lo que da la ideamás clara de algo que a llegado a los confines mismos de la disoluci#n$

A!render y co!render

/Ver !gualdad 0$

A!3rva

&!ntroducci,n 0eneral al Estudio de las Doctrinas Hindúes)* cap1 7!!!* prra"o


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ay toda"ía sucesi#n y no simultaneidad perfecta, y porque la acci#n, en sí misma, está siempreseparada de su resultado$ e esta manera, la acci#n escapa a la instantaneidad, e incluso, en una ciertamedida, a las limitaciones de la condici#n temporal& en efecto, el aprva, germen de todas susconsecuencias futuras, como no está en el dominio de la manifestaci#n corporal y sensible, esta fueradel tiempo ordinario, pero no fuera de toda duraci#n, ya que pertenece toda"ía al orden de lascontingencias$

*ora bien, por una parte, el aprva puede permanecer "inculado al ser que a cumplido laacci#n, siendo en adelante como un elemento constituti"o de su indi"idualidad considerada en su parteincorporal, donde persistirá en tanto dure ésta, y, por otra, puede salir de los límites de esaindi"idualidad para entrar en el dominio de las energías potenciales del orden c#smico& en esta segunda parte, si uno se le representa mediante una imagen sin duda imperfecta, como una "ibraci#n emitida enun cierto punto, esta "ibraci#n, después de aberse propagado asta los confines del dominio que puedealcan'ar, "ol"erá de nue"o en sentido in"erso a su punto de partida, y eso, como lo e.ige la causalidad, bajo la forma de una reacci#n de la misma naturale'a que la acci#n inicial$ %so es, muy e.actamente, loque el (aoísmo, por su lado, designa como las 6acciones y reacciones concordantes5& puesto que todaacci#n, como más generalmente toda manifestaci#n, es una ruptura de equilibrio, así como lo decíamosa prop#sito de las tres gunas, es necesaria la reacci#n correspondiente para restablecer ese equilibrio,ya que la suma de todas las diferenciaciones debe equi"aler siempre igualmente a la indiferenciaci#ntotal$

%sto, donde se juntan el orden umano y el orden c#smico, completa la idea que uno puedeacerse de las relaciones del @arma con el d>arma& y es menester agregar inmediatamente que lareacci#n, al ser una consecuencia completamente natural de la acci#n, no es en modo alguno una6sanci#n5 en el sentido moral: en esto no ay nada sobre lo que el punto de "ista moral pueda acer presa, e incluso, a decir "erdad, este punto de "ista podría no aber nacido más que de laincomprensi#n de estas cosas y de su deformaci#n sentimental$

4ea como sea, la reacci#n, en su influencia de "uelta sobre el ser que produjo la acci#n inicial,retoma el carácter indi"idual e incluso temporal que ya no tenía el aprva intermediario& si ese ser yano se encuentra entonces en el estado donde estaba primeramente, y que no era más que un modotransitorio de su manifestaci#n, la misma reacci#n, pero despojada de las condiciones características dela indi"idualidad original, podrá alcan'arle a1n en otro %stado de la !anifestaci#n, por los elementosque aseguran la continuidad de ese nue"o %stado con el antecedente: es aquí donde se afirma elencadenamiento causal de los di"ersos ciclos de %.istencia, y lo que es cierto para un ser determinadolo es también, seg1n la más rigurosa analogía, para el conjunto de la !anifestaci#n uni"ersal$

A-uiles

&S%mbolos +undamentales de la Ciencia Sagrada)* cap !!!* prra"o K3 $%ntre los griegos, se consideraba que la lan'a de *quiles curaba las eridas por ella causadas& la

leyenda medie"al atribuye precisamente la misma "irtud a la lan'a de la +asi#n$

0rbol de la Ciencia del 4ien y del /al

/Ver- (a>as>0

Arco Iris


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&S%mbolos +undamentales de la Ciencia Sagrada)* cap LV!!* prra"os 23* 93* 43 y último* ynotas


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representable como ellos$ %sto equi"ale a decir que ese séptimo término no es un color, así como elcentro no es una direcci#n, pero que, como el centro es el principio de que procede todo el espacio conlas seis direcciones, así también dico término debe ser el principio de que deri"an los seis colores y enel cual están sintéticamente contenidos$ ?o puede ser, pues, sino el blanco, que es, efecti"amente,incoloro, como el punto es sin dimensiones& no aparece en el arco iris, así como tampoco elséptimo rayo aparece en una representaci#n geométrica& pero todos los colores no son sino el

producto de una diferenciaci#n de la lu' blanca, así como las direcciones del espacio, no son sino eldesarrollo de las posibilidades contenidas en el +unto primordial$%l "erdadero septenario, pues, está formado aquí por la lu' blanca y los seis colores en los

cuales se diferencia& y "a de suyo que el séptimo término es en realidad el primero, puesto que es el principio de todos los demás, los cuales no podrían tener sin él e.istencia alguna& pero es también el1ltimo, en el sentido de que todos retornan finalmente a él: la reuni#n de todos los colores reconstituyela lu' blanca, que les a dado nacimiento$

+odemos establecer una "inculaci#n entre esto y el simbolismo de la semana en el 0/nesisebreo, pues también aquí el séptimo término es esencialmente diferente de los otros seis: la )reaci#n,en efecto, es la obra de los seis días y no de los siete& y el séptimo día es el del reposo$ %steséptimo término, que podría distinguirse como término sabático, es "erdaderamente también el primero, pues tal reposo no es sino el retorno del +rincipio creador al %stado inicial de no-manifestaci#n$

*sí como el punto no es afectado por el despliegue del espacio, aunque pare'ca salir de símismo para describir en él las seis direcciones, ni la lu' blanca lo es por la irradiaci#n del arco iris,aunque pare'ca di"idirse en él para formar los seis colores, del mismo modo el +rincipio no-manifestado, sin el cual la !anifestaci#n no podría ser en modo alguno, aunque pare'ca actuar ye.presarse en la obra de los seis días no es empero afectado en absoluto por esa !anifestaci#n& y elséptimo rayo es la ;ía por la cual el ser, abiendo recorrido el cielo de la !anifestaci#n, retorna alo no-manifestado y se une efecti"amente al +rincipio, del cual, empero, en la !anifestaci#n misma, jamás a estado separado sino en modo ilusorio$

&El Rey del $undo)* cap1 V!!* nota 29$%n el 4imbolismo del arco iris, no ay en realidad más que seis colores, complementarios dos a

dos, y que corresponden a las seis direcciones opuestas dos a dos& el séptimo color no es otro que el blanco mismo, de igual modo que la séptima regi#n se identifica con el centro$

&El Rey del $undo)* cap1 7!* prra"o 53* nota 2< $%l *rca, durante el cataclismo, flota sobre el Océano de las aguas inferiores& el arco iris, en el

momento que marca el restablecimiento del orden y la reno"aci#n de todas las cosas, aparece 6en lanube5, es decir, en la regi#n de las aguas superiores$ +or consiguiente, se trata de una relaci#n deanalogía en el sentido más estricto de esta palabra, es decir, que las dos figuras son in"ersas ycomplementarias la una de la otra: la con"e.idad del *rca está "uelta acia abajo, la del arco iris aciaarriba, y su reuni#n forma una figura circular o cíclica completa, figura de la que son como las dosmitades$

%stas dos mitades corresponden a las del 68ue"o del !undo5 como las 6aguas superiores5 y las 6aguas inferiores5 mismas& duranteel periodo de trastorno, la mitad superior a de"enido in"isible, y es en la mitad inferior donde se produce entonces lo que Iabre dZOli"etdenomina el 6amontonamiento de las especies5$ N Las dos figuras complementarias en cuesti#n, bajo un cierto punto de "ista, pueden ser asimiladas también a dos crecientes lunares "ueltos en sentido in"erso /siendo uno como el reflejo del otro y su simétrico en relaci#n a lalínea de separaci#n de las aguas0, lo que se refiere al simbolismo de anus, uno de cuyos emblemas es el na"ío$ 4e obser"ará también queay una suerte de equi"alencia simb#lica entre el creciente, la copa y el na"ío, y que la palabra 6bajel5 sir"e para designar a la "e' a estasdos 1ltimas /el 64anto @ajel5 es una de las denominaciones más abituales del 0rial en la edad media0$


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Aria %Ra"a&

&!ntroducci,n 0eneral al Estudio de las Doctrinas Hindúes)* GSegunda Parte* cap1 !!* prra"o


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en obra de los conocimientos ense7ados en las 9niciaciones correspondientes, con todo el conjunto delas 6técnicas5 que dependen de sus dominios respecti"os$

%stas designaciones se an conser"ado muco tiempo en las antiguas corporaciones, y lasegunda, la del 6arte real5, a tenido incluso un destino bastante singular, pues se a transmitido astala !asonería moderna, en la que, por supuesto ya no subsiste, así como mucos otros términos ysímbolos, más que como un "estigio incomprendido del pasado$

%n cuanto a la designaci#n de 6arte sacerdotal5, a desaparecido totalmente& sin embargo,con"enía e"identemente al arte de los constructores de las catedrales de la %dad !edia, por el mismomoti"o que al de los constructores de los (emplos de la antigPedad& pero debi# producirse después unaconfusi#n de los dos dominios, debida a la pérdida al menos parcial de la (radici#n, consecuencia ellamisma de las usurpaciones de lo temporal sobre lo espiritual& y es así como se perdi# asta el nombremismo del 6arte sacerdotal5, sin duda acia la época del Renacimiento, que marca en efecto, bajo todaslas relaciones, la consumaci#n de la ruptura del mundo occidental, con sus propias doctrinastradicionales$

Artes Adivinatorias %Tarot&

&El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos* cap1 777V!!* nota 6 $8abría muco que decir a este respecto, en particular, sobre el uso del (arot, donde se

encuentran "estigios de una )iencia tradicional incontestable, cualquiera que sea su origen real, peroque tiene también aspectos muy tenebrosos& no queremos acer alusi#n con eso a los numerososdelirios ocultistas a los que a dado lugar, y que son en gran parte desde7ables, sino a algo muco másefecti"o, que ace su manejo "erdaderamente peligroso para quienquiera que no esté suficientementegaranti'ado contra la acci#n de las 6fuer'as de abajo5$

Artes arciales

&El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos)* cap1 777V* prra"o 43 $%l peligro es ciertamente muco menos gra"e cuando no se trata más que de posibilidades de

orden simplemente corporal y fisiol#gico& podemos citar aquí como ejemplo el error de algunosoccidentales que, como lo decíamos más atrás, toman el oga, al menos lo poco que conocen de sus procedimientos preparatorios, por una suerte de método de 6cultura física5& en un caso parecido,apenas se corre el riesgo de obtener, por esas 6prácticas5 reali'adas desconsideradamente y sin control,un resultado completamente opuesto a aquel que se busca, y de arruinar su salud creyendo mejorarla$

%sto no nos interesa en nada, e.cepto en que ay en ello una grosera des"iaci#n en el empleo deesas 6prácticas5 que, en realidad, están ecas para un uso completamente diferente, tan alejado comoes posible de ese dominio fisiol#gico, y cuyas repercusiones naturales en éste no constituyen más que

un simple 6accidente5 al que no con"iene dar la menor importancia$ ?o obstante, es menester agregar que esas mismas 6prácticas5 pueden tener también, sinsaberlo el ignorante que se libra a ellas, como a una 6gimnasia5 cualquiera, repercusiones en lasmodalidades sutiles del indi"iduo, lo que, de eco, aumenta considerablemente su peligro: uno puede

%s menester notar a este prop#sito que, entre los romanos, Eano, que era el dios de la iniciaci#n a los misterios, era al mismotiempo el dios de los Collegia "abrorum& esta apro.imaci#n es particularmente significati"a desde el punto de "ista de la correspondencia

que indicamos aquí$ N4obre la transposici#n por la cual todo arte, así como también toda ciencia, puede recibir un "alor propiamente

6iniciático5, "er El Esoterismo de Dante, pp$ C-B, edic$ francesa$


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así, sin sospecarlo siquiera de ninguna manera, abrir la puerta a influencias de todo tipo /y, bienentendido, son siempre las de la cualidad más baja las que se apro"ecan de ello en primer lugar0,contra las cuales se está tanto menos pre"enido cuanto que a "eces no se sospeca su e.istencia, ycuanto que con mayor ra'#n se es incapa' de discernir su "erdadera naturale'a& pero, en eso al menos,no ay ninguna pretensi#n 6espiritual5$

Arturo

&S%mbolos +undamentales de la Ciencia Sagrada)* cap1 77!V* prra"o 2I3 y nota 9I$*rturo lle"a un nombre deri"ado del del oso, art>& más precisamente, este nombre 'rt>ur es

idéntico al de la estrella 'rcturus* teniendo en cuenta la le"e diferencia debida a sus deri"acionesrespecti"as del celta y del griego$

*rturo es el ijo de [ter +éndragon, \el Eefe de los cinco], es decir, el rey supremo que resideen el quinto reino, el de $ide o del \medio], situado en el centro de los cuatro reinos subordinados, quecorresponden a los cuatro puntos cardinales /"er Le Roi du $onde, cap, 9A0& y esta situaci#n escomparable a la del rag#n celeste cuando, con

extractos de conceptos completo agosto 2015

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