“estar solo forma parte de mi naturaleza” - entrevista a beto ortiz - 13-12-2014

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SÁBADO 13 DE DICIEMBRE DEL 2014 EL COMERCIO / AREQUIPA .7 LUCES JOSÉ GABRIEL VALDIVIA Poeta E l pasado martes 8 de diciembre concluyó la Feria del Libro de Arequipa 2014. A pesar de realizarse en una fecha muy próxima a la Navidad, y al cobro de un sol, esta fiesta editorial se llevó a cabo demostrando el tesón de sus organizadores y poniendo en evidencia que la administra- ción directa de los impuestos es la única forma para que los co- lectivos serios y creativos –co- mo Aerequipa– dejen de tocar puertas y aguardar la buena vo- luntad de las autoridades. En este marco del parque Libertad de Expresión de Uma- collo, se presentaron muchos libros y nos visitaron varios au- tores. Uno de estos fue el con- junto de cuentos, “Témpanos y kamikases” (Tribal Ediciones, Arequipa, 2014) de Yuri Vás- quez (Arequipa, 1965), que nos causa este comentario. En su código y formato, la li- teratura contiene la memoria y la historia. Las ficciones no nos Historia, ficción y memoria conducen a realidades invero- símiles, más bien se esfuerzan por acercarnos lo que muchas veces no queremos percibir o lo concebimos intrascendente y cotidiano. La vida no es más que la expresión literaria con- densada y esto parece haberlo comprendido Vásquez al cerrar con este libro lo que ha denomi- nado ‘trilogía de la memoria’. Desde el epígrafe y la pro- pia nota del autor que abren la publicación, nos incitan a compartir algunas reflexiones sobre las funciones de la litera- tura en esta sociedad postmo- derna y neoliberal, arequipe- ña, peruana y latinoamericana. La violencia cruel y cotidia- na, endurece y envilece a quien la soporta, observa, ejecuta o convoca. Jamás enternece o compadece. Esta es una con- clusión sana que el lector pue- de extraer de los nueve cuen- tos que forman el texto y que tienen como telón de fondo la realidad peruana vivida en las décadas del 80 y 90. Su voluntad creadora, su sensibilidad artística lo acosan permanentemente y se ve im- pelido a construir los disfra- ces, las trampas ficcionales, los acontecimientos o personajes, que acompañan esas desnu- das tramas de sus relatos para decirnos lo que pudo o no pudo haber sido, porque la realidad no puede superar a la ficción. Los personajes de Vásquez están atrapados sin salida, son impotentes para evitarse a sí mismos. Pero si el lector se di- rige a las notas al pie de página puede ilustrarse y explicarse esos insólitos y extraños com- portamientos humanos. El problema del tiempo en los relatos cuenta con ayudas cronológicas precisas de días, meses, años y horas para fijar las acciones y ubicar los mo- mentos que vivió el Perú, don- de la destrucción, la perversión DE PRINCIPIO A FIN Una técnica que atrapa al lector — Los cuentos están diseña- dos para ser leídos hasta el final, porque los desenlaces se presentan inesperados y a veces cuestionan los paráme- tros del lector. De la misma manera, la técnica asumida para contar las historias, per- mite el desarrollo de varia- dos tipos psicológicos. y a veces cuestionan los pará- metros del lector. De la misma manera, la técnica asumida pa- ra contar las historias, permite el desarrollo de los tipos psico- lógicos, marcados por pertur- baciones e ideas venidas de una descomposición espiritual, emocional o afectiva. El crítico Ricardo González Vigil no se equivoca cuando ca- lifica a la obra de Yuri Vásquez como una de las más valiosas y de mayor densidad de las que abordan el contexto de la vio- lencia que ensangrentó el Pe- rú en los años 80 y 90. En esta perspectiva, los cuentos, “La casa de los ventanucos sucios” y “El milagro de una lágrima”, encierran la memoria cuestio- nadora de la historia, y la fic- ción que los encarna presenta los contradictorios sentimien- tos humanos en un clima de absurda frialdad (témpanos) y ciega asunción de la violencia y la muerte (kamikases). Cuando vuelcas tus experiencias en el papel de alguna manera haces ficción. Lo que cuentas es cierto y no es cierto a la vez (...)” de esta. Incluso, el título puede ser una ironía, aunque muchos pensaron que estos textos ha- blaban sobre mi etapa de entre- vistador político. —Estos textos son sobre ese Be- to Ortiz que vive rodeado de pe- rros, ama mucho a sus padres y tiene un gusto por regalar co- sas. ¿Querías que el público co- nociera esos aspectos persona- les de tu vida? No sé si uno escribe para que lo conozcan. Lo que escribes, eres y no eres tú a la vez. En las pre- sentaciones del libro las perso- nas mayores se identifican con mis padres, hasta los sienten familiares, pero no sé hasta qué punto esos personajes son mis papás o son la idealización que he hecho de ellos. Cuando vuel- cas tus experiencias en el papel de alguna manera haces ficción. Lo que cuentas es cierto y no es cierto a la vez ya que no puedes ser objetivo cuando te miras a ti mismo. —En varias crónicas hablas de la enfermedad y la muerte de tus padres. ¿Estos escritos tie- nen una función terapéutica para ti? Uno escribe para perder el mie- do, uno habla de los temas que le obsesionan, atemorizan y en- tristecen. La muerte propia y la ajena es uno de ellos. Siempre la muerte será un misterio incom- prensible y escribir sobre ella es una manera de familiarizarse y acostumbrarse a ella. —Otro tema que abordas es la soledad. ¿Existe un miedo a quedarte solo? No, yo he sido una persona sola siempre. Soy hijo único, fui un niño y adolescente solitario, he hecho mi vida solo. La carre- ra de reportero es casi siempre solitaria, pero esta soledad ha sido una elección, no es algo que mire con miedo o tristeza. Estar solo es parte de mi naturaleza, incluso me angustia cuando no puedo estarlo. —El exilio te ayuda escribir. “Maldita Ternura”, tu primera novela, es una muestra de ello. ¿Alejarte de los reflectores es una forma de exiliarte para es- cribir tranquilo de nuevo? Las épocas malas en la vida per- sonal suelen ser muy fructíferas en el ámbito literario. Grandes libros se han escrito en momen- tos malos de la vida de los auto- res. Pero yo espero no tener que pasar por momentos horribles para escribir decentemente. En los Estados Unidos, cuando pa- sé de ser un personaje público a ser nadie, estuvo obligado a inventarme una vida. Lo único que me quedaba era volcarme a la escritura o volverme loco. —¿Has entrado a un estado si- milar al de tu primer exilio? Me estoy imponiendo llegar a ese estado, hay una serie de cosas que tengo que ir dejando para entrar en el modo escritor (risas). Necesito cierta predis- posición, un estado de ánimo, conseguir un clima interior. Creo que cuanto más me aparte de los flashes, del ojo público, de las ferias del libro, de los viajes, más me encerraré con mi texto. Pero esto va a pasar de manera gradual, aún no estoy encerra- do en mí mismo del modo en que debería . U no de los libros más vendidos en la Sexta Feria Inter- nacional del Libro de Arequipa que se clausuró esta semana fue “No- sotros matamos menos” (Pla- neta, 2014) del periodista Beto Ortiz. Conversamos con Ortiz sobre esta recopilación de cróni- cas que abordan la soledad y la muerte. Además, nos habla de los cambios y renuncias que ha hecho en su vida profesional pa- ra abocarse a la escritura de su segunda novela. — ¿Sientes que tu labor de pe- riodista te ha hecho perder el tiempo y te ha alejado de tu an- helo de escribir una novela? Creo que uno no debe que es- cribir hasta tener no algo que contar. Si me hubiera puesto a escribir esta novela que es- toy preparando cuando era un veinteañero, seguramen- te me hubiera pasado lo que a muchos escritores jóvenes que se lanzan a publicar cuando no han acumulado experiencias. En mi caso, la materia prima con la que escribo es mi vida, así que no es una pérdida de tiem- po lo que he experimentado en la televisión, los viajes y entre- vistas que he hecho, los juicios y la persecución que he sufrido. Si no hubiera vivido eso tendría muy poco que decir. —Has estado por mucho tiem- po absorbiendo datos como una esponja. ¿Cuándo sentiste que ya estabas listo para escri- bir esta historia? Ahora, en este preciso momen- to de mi vida. Tengo 46 años, soy hijo único, no tengo hermanos, no tengo pareja, soy una perso- na solitaria, mis padres ya mu- rieron. Siento que hay varios círculos que se han cerrado y que es el momento de sentarse a novelar esta parte de mi vida. He empezado a sentir una nece- sidad casi biológica de escribir y había demasiadas cosas que me estaban distrayendo de mi objetivo central. No es que crea que la televisión y el periodismo son menos importantes, pero no puedo hacer 80 cosas a la vez, por eso he dejado de escribir mi columna semanal y de hacer te- levisión en vivo. —¿“Nosotros matamos me- nos”, libro que presentaste en Arequipa, es el cierre de este ciclo previo a los cambios que mencionas? Creo que sí, cuando entregué es- te material a mi editora que está compuesto por las crónicas que he escrito en los últimos cuatro años, me di cuenta que eran tex- tos muy confesionales, íntimos, que mostraban una mirada me- lancólica y una preocupación por la muerte o la inminencia ENTREVISTA JORGE MALPARTIDA PUBLICACIÓN. “Nosotros matamos menos” fue uno de los libros más comprados en la FIL Arequipa 2014. Se vende en librerías a S/.39. “Estar solo forma parte de mi naturaleza” El periodista habla de su nuevo libro que se presentó en la FIL Arequipa 2014. JORGE MALPARTIDA TABUCHI REEDICIÓN PRIMERA NOVELA Este año Seix Barral reedito “Mal- dita Ternura”, la primera novela de Beto Ortiz que fue publicada en 2004. Según Ortiz, en esta nueva edición ha hecho algunos cambios en la estructura para que la histo- ria tenga más orden y la trama fluye con mayor facilidad. Beto Ortiz Periodista, autor del libro “Nosotros matamos menos” fueron naturales y parecieron haberse impregnado en la vida de los seres de forma inusitada sin que ellos lo percibieran. Al escritor también lo subyugó al momento de la elaboración de sus ficciones. El manejo del suspenso tam- bién es magistral. Los cuentos están diseñados para ser leídos hasta el final, porque los desen- laces se presentan inesperados

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Entrevista publicada en El Comercio Arequipa, a raíz de la presentación en Arequipa del libro de crónicas "Nosotros matamos menos".

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Page 1: “Estar solo forma parte de mi naturaleza” - Entrevista a Beto Ortiz - 13-12-2014

Sábado 13 de diciembre del 2014 el comercio / AREQUIPA .7

LUCES

José gabriel valdivia

Poeta

e l pasado martes 8 de diciembre concluyó la Feria del Libro de Arequipa 2014. A pesar de realizarse

en una fecha muy próxima a la Navidad, y al cobro de un sol, esta fiesta editorial se llevó a cabo demostrando el tesón de sus organizadores y poniendo en evidencia que la administra-ción directa de los impuestos es la única forma para que los co-lectivos serios y creativos –co-mo Aerequipa– dejen de tocar

puertas y aguardar la buena vo-luntad de las autoridades.

En este marco del parque Libertad de Expresión de Uma-collo, se presentaron muchos libros y nos visitaron varios au-tores. Uno de estos fue el con-junto de cuentos, “Témpanos y kamikases” (Tribal Ediciones, Arequipa, 2014) de Yuri Vás-quez (Arequipa, 1965), que nos causa este comentario.

En su código y formato, la li-teratura contiene la memoria y la historia. Las ficciones no nos

Historia, ficción y memoria

conducen a realidades invero-símiles, más bien se esfuerzan por acercarnos lo que muchas veces no queremos percibir o lo concebimos intrascendente y cotidiano. La vida no es más que la expresión literaria con-densada y esto parece haberlo comprendido Vásquez al cerrar con este libro lo que ha denomi-nado ‘trilogía de la memoria’.

Desde el epígrafe y la pro-pia nota del autor que abren la publicación, nos incitan a compartir algunas reflexiones sobre las funciones de la litera-tura en esta sociedad postmo-derna y neoliberal, arequipe-ña, peruana y latinoamericana.

La violencia cruel y cotidia-na, endurece y envilece a quien la soporta, observa, ejecuta o convoca. Jamás enternece o compadece. Esta es una con-clusión sana que el lector pue-de extraer de los nueve cuen-tos que forman el texto y que tienen como telón de fondo la

realidad peruana vivida en las décadas del 80 y 90.

Su voluntad creadora, su sensibilidad artística lo acosan permanentemente y se ve im-pelido a construir los disfra-ces, las trampas ficcionales, los acontecimientos o personajes, que acompañan esas desnu-das tramas de sus relatos para decirnos lo que pudo o no pudo haber sido, porque la realidad no puede superar a la ficción.

Los personajes de Vásquez están atrapados sin salida, son impotentes para evitarse a sí mismos. Pero si el lector se di-rige a las notas al pie de página puede ilustrarse y explicarse esos insólitos y extraños com-portamientos humanos.

El problema del tiempo en los relatos cuenta con ayudas cronológicas precisas de días, meses, años y horas para fijar las acciones y ubicar los mo-mentos que vivió el Perú, don-de la destrucción, la perversión

de principio a fin

Una técnica que atrapa al lector— Los cuentos están diseña-dos para ser leídos hasta el final, porque los desenlaces se presentan inesperados y a veces cuestionan los paráme-tros del lector. De la misma manera, la técnica asumida para contar las historias, per-mite el desarrollo de varia-dos tipos psicológicos.

y a veces cuestionan los pará-metros del lector. De la misma manera, la técnica asumida pa-ra contar las historias, permite el desarrollo de los tipos psico-lógicos, marcados por pertur-baciones e ideas venidas de una descomposición espiritual, emocional o afectiva.

El crítico Ricardo González Vigil no se equivoca cuando ca-lifica a la obra de Yuri Vásquez como una de las más valiosas y de mayor densidad de las que abordan el contexto de la vio-lencia que ensangrentó el Pe-rú en los años 80 y 90. En esta perspectiva, los cuentos, “La casa de los ventanucos sucios” y “El milagro de una lágrima”, encierran la memoria cuestio-nadora de la historia, y la fic-ción que los encarna presenta los contradictorios sentimien-tos humanos en un clima de absurda frialdad (témpanos) y ciega asunción de la violencia y la muerte (kamikases).

“ Cuando vuelcas tus experiencias en el papel de alguna manera haces ficción. Lo que cuentas es cierto y no es cierto a la vez (...)”

de esta. Incluso, el título puede ser una ironía, aunque muchos pensaron que estos textos ha-blaban sobre mi etapa de entre-vistador político. —Estos textos son sobre ese Be-to Ortiz que vive rodeado de pe-rros, ama mucho a sus padres y tiene un gusto por regalar co-sas. ¿Querías que el público co-nociera esos aspectos persona-les de tu vida?No sé si uno escribe para que lo conozcan. Lo que escribes, eres y no eres tú a la vez. En las pre-sentaciones del libro las perso-nas mayores se identifican con mis padres, hasta los sienten familiares, pero no sé hasta qué punto esos personajes son mis papás o son la idealización que he hecho de ellos. Cuando vuel-cas tus experiencias en el papel de alguna manera haces ficción. Lo que cuentas es cierto y no es cierto a la vez ya que no puedes ser objetivo cuando te miras a ti mismo. —En varias crónicas hablas de la enfermedad y la muerte de tus padres. ¿Estos escritos tie-

nen una función terapéutica para ti?Uno escribe para perder el mie-do, uno habla de los temas que le obsesionan, atemorizan y en-tristecen. La muerte propia y la ajena es uno de ellos. Siempre la muerte será un misterio incom-prensible y escribir sobre ella es una manera de familiarizarse y acostumbrarse a ella. —Otro tema que abordas es la soledad. ¿Existe un miedo a quedarte solo?No, yo he sido una persona sola siempre. Soy hijo único, fui un niño y adolescente solitario, he hecho mi vida solo. La carre-ra de reportero es casi siempre solitaria, pero esta soledad ha sido una elección, no es algo que mire con miedo o tristeza. Estar solo es parte de mi naturaleza, incluso me angustia cuando no puedo estarlo. —El exilio te ayuda escribir. “Maldita Ternura”, tu primera novela, es una muestra de ello. ¿Alejarte de los reflectores es una forma de exiliarte para es-cribir tranquilo de nuevo?

Las épocas malas en la vida per-sonal suelen ser muy fructíferas en el ámbito literario. Grandes libros se han escrito en momen-tos malos de la vida de los auto-res. Pero yo espero no tener que pasar por momentos horribles para escribir decentemente. En los Estados Unidos, cuando pa-sé de ser un personaje público a ser nadie, estuvo obligado a inventarme una vida. Lo único que me quedaba era volcarme a la escritura o volverme loco. —¿Has entrado a un estado si-milar al de tu primer exilio?Me estoy imponiendo llegar a ese estado, hay una serie de cosas que tengo que ir dejando para entrar en el modo escritor (risas). Necesito cierta predis-posición, un estado de ánimo, conseguir un clima interior. Creo que cuanto más me aparte de los flashes, del ojo público, de las ferias del libro, de los viajes, más me encerraré con mi texto. Pero esto va a pasar de manera gradual, aún no estoy encerra-do en mí mismo del modo en que debería .

U no de los libros más vendidos en la Sexta Feria Inter-nacional del Libro de Arequipa que se

clausuró esta semana fue “No-sotros matamos menos” (Pla-neta, 2014) del periodista Beto Ortiz. Conversamos con Ortiz sobre esta recopilación de cróni-cas que abordan la soledad y la muerte. Además, nos habla de los cambios y renuncias que ha hecho en su vida profesional pa-ra abocarse a la escritura de su segunda novela. — ¿Sientes que tu labor de pe-riodista te ha hecho perder el tiempo y te ha alejado de tu an-helo de escribir una novela?Creo que uno no debe que es-cribir hasta tener no algo que contar. Si me hubiera puesto a escribir esta novela que es-toy preparando cuando era un veinteañero, seguramen-te me hubiera pasado lo que a muchos escritores jóvenes que se lanzan a publicar cuando no han acumulado experiencias. En mi caso, la materia prima con la que escribo es mi vida, así que no es una pérdida de tiem-po lo que he experimentado en la televisión, los viajes y entre-vistas que he hecho, los juicios y la persecución que he sufrido. Si no hubiera vivido eso tendría

muy poco que decir. —Has estado por mucho tiem-po absorbiendo datos como una esponja. ¿Cuándo sentiste que ya estabas listo para escri-bir esta historia?Ahora, en este preciso momen-to de mi vida. Tengo 46 años, soy hijo único, no tengo hermanos, no tengo pareja, soy una perso-na solitaria, mis padres ya mu-rieron. Siento que hay varios círculos que se han cerrado y que es el momento de sentarse a novelar esta parte de mi vida. He empezado a sentir una nece-sidad casi biológica de escribir y había demasiadas cosas que me estaban distrayendo de mi objetivo central. No es que crea que la televisión y el periodismo son menos importantes, pero no puedo hacer 80 cosas a la vez, por eso he dejado de escribir mi columna semanal y de hacer te-levisión en vivo. —¿“Nosotros matamos me-nos”, libro que presentaste en Arequipa, es el cierre de este ciclo previo a los cambios que mencionas?Creo que sí, cuando entregué es-te material a mi editora que está compuesto por las crónicas que he escrito en los últimos cuatro años, me di cuenta que eran tex-tos muy confesionales, íntimos, que mostraban una mirada me-lancólica y una preocupación por la muerte o la inminencia

entrevista jorge malpartida

publicación. “Nosotros matamos menos” fue uno de los libros más comprados en la Fil arequipa 2014. Se vende en librerías a S/.39.

“Estar solo forma parte de mi naturaleza”

El periodista habla de su nuevo libro que se presentó en la FIL Arequipa 2014.

JORGE MALPARTIDA TABUCHI

REEdIcIón

primera novela Este año Seix Barral reedito “Mal-dita Ternura”, la primera novela de Beto Ortiz que fue publicada en 2004. Según Ortiz, en esta nueva edición ha hecho algunos cambios en la estructura para que la histo-ria tenga más orden y la trama fluye con mayor facilidad.

Beto OrtizPeriodista, autor del libro “Nosotros matamos menos”

fueron naturales y parecieron haberse impregnado en la vida de los seres de forma inusitada sin que ellos lo percibieran. Al escritor también lo subyugó al momento de la elaboración de sus ficciones.

El manejo del suspenso tam-bién es magistral. Los cuentos están diseñados para ser leídos hasta el final, porque los desen-laces se presentan inesperados