entro/dos y mascaras - uam

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ENTRO/DOS Y MASCARAS DEL SURESTE ORENSANO XERARDO DASAIRAS VALSA Bajo este epígrafe pretendemos en- globar algunos de los carnavales que en los últimos tiempos gozan de más renombre en Galicia. Esta fiesta, co- mo en muchas otras partes , empezó a cobrar especial relevancia a partir de la restauración democrática y del nue- vo régimen de libertades que ello trajo consigo. Diversos factores como el aislamiento secular de Galicia, el arraigo de sus costumbres y tradicio- nes o el lento proceso de aculturación sufrido, contribuyeron también en mu- cho a la pervivencia de estas fiestas. Son por esto, aquellos pueblos y aldeas más recónditos, los que conservan con mayor fuerza el espíritu y los ritos de la fiesta carnavalesca en Galicia. Sin embargo en los últimos años tam- bién son diversos los elementos lla- mados de progreso (luz, pavimenta- ciónes, TV, viales...) y los agentes de la inevitable modernidad los que inci- den sobremanera en la mudanza o desaparición de muchos de los ritua- les que se percibían hasta hace poco. El enorme atractivo social que en la actualidad despiertan estas fiestas ha provocado también en la mayoría de los casos un intervención de tipo insti- tucional con tendencia a la uniformiza- ción. Como consecuencia, se eviden- cia una descontextualización del carácter licencioso e inversor de anta- ño presente en los diversos rituales y que incide también sobremanera en las diversas máscaras que salen estos días. Las grandes villas, convertidas hoy en centros de atracción urbana e industrial y a su mejor oferta de ocio o diversión, son las que polarizan hoy la atención de un innumerable gentío atraído por la publicidad y el colorido de estas fiestas. No cabe duda que al igual que aconteció a lo largo de los tiempos en cuyo periplo fue mudando sus caracteres míticos y rituales, le su- cede hoy lo mismo con los que llega- ron hasta nosotros.Además, la celeri- dad que imprime la modernidad y la vida cotidiana con sus constantes mu- danzas, incide sobremanera en esta fiesta ya desproveyéndola de sus vie- jos rituales y eclipsando los mitos que la sustentaban ya añadiendo modelos actuales (incluso en la invención de máscaras) para reproducir esquemas Cigarróns ó Peliqueiros. 25

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ENTRO/DOS Y MASCARAS DELSURESTE ORENSANO

XERARDO DASAIRAS VALSA

Bajo este epígrafe pretendemos en­globar algunos de los carnavales queen los últimos tiempos gozan de másrenombre en Galicia. Esta fiesta, co­mo en muchas otras partes, empezó acobrar especial relevancia a partir dela restauración democrática y del nue­vo régimen de libertades que ello trajoconsigo. Diversos factores como elaislamiento secular de Gal icia , elarraigo de sus costumbres y tradicio­nes o el lento proceso de aculturaciónsufrido, contribuyeron también en mu­cho a la pervivencia de estas fiestas.Son por esto, aquellos pueblos y aldeasmás recónditos, los que conservancon mayor fuerza el espíritu y los ritosde la fiesta carnavalesca en Galicia.Sin embargo en los últimos años tam-

bién son diversos los elementos lla­mados de progreso (luz, pavimenta­ciónes, TV, viales...) y los agentes dela inevitable modernidad los que inci­den sobremanera en la mudanza odesaparición de muchos de los ritua­les que se percibían hasta hace poco.El enorme atractivo social que en laactualidad despiertan estas fiestas haprovocado también en la mayoría delos casos un intervención de tipo insti­tucional con tendencia a la uniformiza­ción. Como consecuencia, se eviden­cia una descontextualización delcarácter licencioso e inversor de anta­ño presente en los diversos rituales yque incide también sobremanera enlas diversas máscaras que salen estosdías. Las grandes villas, convertidas

hoy en centros de atracción urbana eindustrial y a su mejor oferta de ocio odiversión, son las que polarizan hoy laatención de un innumerable gentíoatraído por la publicidad y el coloridode estas fiestas. No cabe duda que aligual que aconteció a lo largo de lostiempos en cuyo periplo fue mudandosus caracteres míticos y rituales, le su­cede hoy lo mismo con los que llega­ron hasta nosotros.Además, la celeri­dad que imprime la modernidad y lavida cotidiana con sus constantes mu­danzas , incide sobremanera en estafiesta ya desproveyéndola de sus vie­jos rituales y eclipsando los mitos quela sustentaban ya añadiendo modelosactuales (incluso en la invención demáscaras) para reproducir esquemas

Cigarróns ó Peliqueiros.

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NARRIA

La morena. Testamento del burro.

más globalizadores e imitativos queinciden fuertemente en la universaliza­ción de este periodo festivo.

LOS CARNAVALES DELVALLE DE MONTERREYCIGARRONES O ..PELlQUEIROS"

Entre los carnavales más interesantesde esta zona figura el de Laza cuyosrituales merecieron desde los añostreinta la atención de numerosos estu­diosos e investigadores como V. Riscoo Bouza Brey a los que luego siguie­ron Xaquín Lorenzo, Taboada Chivitey otros. La figura central del carnavalde Laza es la máscara del Peliqueiro,llamada Cigarrón en el área de Verín yque tamb ién recibe nombres comoFelo en las tierras limítrofes deMaceda o Zarramanculleiro en pue­blos de Cualedro ya cerca de la fron­tera portuguesa. De todos estos nom­bres el de mayor raigambre histórica ydifusión geográfica es el de Cigarrónpues este vocablo podemos equipa­rarlo con el del Zamarrón asturiano, eldel Zagarrón de Ciudad Rodrigo, elZaharrón Zamarrón de otras partes deCastilla e incluso con el Zamorrúa vas-

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co. En Laza recibe el popularizadonombre de Peliqueiro por la piel quecubre la parte posterior de la mitra opantalla metálica que sustenta sobresu cabeza. Esta mitra en la que se ex­hiben elementos zoomórficos, va uni­da a una careta procedente de un tro­zo de madera que se ha vaciadointernamente para hacerle lugar a lacara y a los orificios de los ojos, narizy boca. Las caretas se representancon sonrisa cínica, grandes bigotes,ampl ias cejas , coloretes en ambasmejillas y barba natural adherida alborde de la misma y que nos sugierenuna representación de un personajedieciochesco. La vestimenta se com­plementa con una camisa blanca ycorbata, chaquetilla corta con charre­teras militares y bordados y alamaresde oro al estilo militar de antaño. Sobrelos hombros y hacia atrás, sujeta conprendedores de fantasía, llevan paño­leta de seda con vistosos dibujos y fle­cos que al igual que las medias de­ben ser regalo de la novia o de lamadre preferentemente. En la cintura,fajada en varias vueltas, cuelgan pordetrás media docena de grandes cen­cerros (de 40 cm. más o menos) querondan en total los doce kilogramosde peso. La mezcla de sonidos, más

graves (machos) o más agudos (hem­bras), produce una sonoridad espe­cial de los cencerros, matizada tam­bién por el movimiento que losportadores les imprimen en su espe­cial andar y correr o en sus particula­res aspav ientos y gestos mímicos.Cubriendo las piernas llevan unos cal­zones cortos enriquecidos con primo­rosas puntillas y borlas de colores. Elresto de la pierna, desde la sobrerodi­lIa, se cubre hoy con medias de colo­res (antaño blancas y de lana) en lasque se exhiben ligas de fantasía y za­patos limpios que estrenan. En la ma­no portan un zurr iago o tralla conmango cilíndrico de madera sobre elque se sujeta una sólida correa depiel de becerro con la que se abren ca­mino y amenazan a los viandantes.

RITUAL

El ritual de los Peliqueiros oCigarrones en el que ya se observanimportantes modificaciones con el pa­so de los años, consiste en recorrerlas calles y caminos de la vecindad,exhibiendo la riqueza de su atuendo yvisitando las casas y locales públicosdonde son obsequiados. En la actua-

Carreteras .. •Provinciales.••....................Ríos .

Localización de la área.

lidad, su actividad es más estát ica,siendo las calles y la pequeña plazacentral de la Picota (Laza) el lugar enel que confluyen las representacio­nes carnavaleras y la exhibición delos peliqueiros. Antaño, estas másca­ras, al igual que otras de los contor­nos, comenzaban su periplo por lasaldeas vecinas con la llegada del añonuevo, haciendo acto de presenciaen cua nta fiesta o rome ría (SanAntón, Candelas, San Bias) se cele­brase en estas fechas anteriores alCarnaval. En la actualidad la fiestasolo se presiente en los días anterio­res cuando com ienzan las laborespreparatorias de la misma, se revisany limpian los trajes de las máscaras,se confecciona el testamento, se de­cide la intervención musical, etc. ElCigarrón o Peliqueiro debe caminarsiempre a saltos, meneando los cen­cerros, repartiendo zurriagazos a to­do aquel que se cruce en su caminoe incluso persiguiendo a aquellos quese atreven a insultarlo. Aunque ahoraya no es frecuente, era habitual que

,...A~-"'" Madrid

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.§ IPortugal

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un tropel de chiquillos persiguiese alas máscaras profiriéndoles toda cia­se de insultos hasta provocar la aira­da reacción de las mismas y la consi­guiente carrera persecuto ria. Enalgunas aldeas, los cigarrones inclu­so eran agredidos por la gente , te­niendo que defenderse con el zurria­go de los golpes cuyo objet ivo eraderriba r las caretas con el fin de iden­tificar a sus portadores. En otros lu­gares, el portador de la máscara reci­bía toda clase de improperi os,invectivas y alusiones simbólicas omás o menos solapadas a aspectosíntimos de su vida. De todo esto seexceptuaba el pronunciar el nombredel enmascarado, asunto este que desuceder era inmediatamente recrimi­nado y penalizado por los presentes.Si fuese considerado que la máscarano era llevada con la prestancia debi­da o no cump liese con el ritual co­rrecto, entonces el portador era reti­rado en una escalera de mano entreburlas y recriminaciones. En Verín,los cigarrones, además de recibir las

NARRIAinvitaciones propias de las casas quevisitaban , también podían reclamarde los transeúntes una invitación a vi­no o una multa dineraria que la mayorparte de las veces servía para pagarel alquiler del traje.

ORIGEN

Mucho se tiene especulado sobre elorigen de esta vistosa máscara a laque Risco o Bauza Brey asignaron alcomienzo de sus estudios un caractersupervivencial de antiguas danzas to­témicas prehistóricas. La piel, los cen­cerros y los dibujos zodáricos de lasmitras se veían como restos de unamáscara imitativa del animal con elque se identificaba el totem. Otrasidentificaciones de la máscara se diri­gen hacia diferentes ritos greco-roma­nos que se celebraban en las fiestasiniciáticas de Eleusis y de los Salios oen las Saturnalia, Lupercalia y otrasque se presentan como antecedentesde nuestros carnavales. El legendariolocal quiso ver en los Cigarrones (através del zurriago y el acto petitorio) alos cobradores de impuestos y tam­bién (por los cencerros) a ojeadores olevantadores de caza de los condesdel castillo de Monterrey que enseño­rea la comarca. Para Mariño Ferro, sinembargo, los peliqueiros o cigarronesnacen ya en un contexto religioso cris­tiano y representan la parte animal,voluptuosa, carnal y bestial de la per­sona antes de convertirse en el hom­bre bueno que predica la doctrina dela iglesia. En este sentido constata­mos la presencia de una máscara odemo nio en las procesiones delCorpus de Verín del siglo XVI figuran­do también en este cortejo los llama­dos «sonajeros» de Monterrey que in­ducen a pensa r en los cigarrones .Otras referencias documentales quealuden a la presencia de máscaras enlas procesiones las encontramos enlas descripciónes de las rogativas quetenían lugar en el valle con motivo desequías, lluvias o epidemias.

Desde nuestro punto de vista yprescindiendo del caracter prehistóri­co, el cigarrón o peliqueiro debe en­cuadrarse dentro de los ritos mági­co-espirituales de fecundación yfertilidad de la tierra que se documen­tan en la Edad Media a través de nu­merosas danzas y celebraciones di­versas. Incorporados más tarde por laIglesia a sus rituales, estas máscaraspasaron a representar en las letanías,proces iones y autos sacramentaleslos espíritus del mal, encarnados aho­ra por los demonios bíblicos. La vesti­menta de estas máscaras, igual que

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NARRIAsu ritualidad, fue modificándose a lolargo de los años, perdiendo o incor­porando parte de sus característicasactuales. Consideramos que, en ori­gen, estas máscaras llevasen en susmitras solamente representacionescon ornatos vegetales y del sol y la lu­na como acred itan las caretas másantiguas que hemos visto. De esta for­ma se asimilarían mucho al tocado (deflores, cintas o papelillos) que presen­tan numerosas danzas y máscaras alo largo y ancho de la península. Suvestimenta básica sería en principiotoda blanca con camisa, enaguas, me­dias de lana (de ahí la presencia delas ligas), pañoleta y corbata, todo ellotamb ién muy propio de las danzasprocesionales religiosas. Los cence­rros proporcionarían un ritmo y un ruí­do infernal (nunca mejor dicho) quecaracterizar ían su rol demoníaco den­tro de los actos en los que participa.La chaquetilla militar con charreteras,la careta abigotada y la mitra de latacon la piel convierten a los cigarronesen otro periodo posterior en una espe­cie de máscara conmemorativa de laretirada de los franceses a la que seincorporan los despojos de su vencidoejército. Bastaría con repasar los dis­tintos uniformes del ejército francés yel aspecto de sus oficiales pintados decolorete en las mejillas (granaderos,dragones...) para confirmar lo antedi­cho. Además su enorme boca en acti­tud sonriente, cínica y grotesca, nosremite a la representación del diabloque se aparece a los hombre con lamáscarade la alegría.

La posterior representación zodári­ca de las mitras quizás fue inducidapor la divulgación que sehizo del ca­rácter totémico al que ya aludimos, de­sapareciendo las representacionesvegetales y otras de lo más diverso(hórreos, gaiteiros, etc) que se veníanpintando por ignorancia. En la actuali­dad y como se viene haciendo, no tie­ne sentido dibujar en las mitras de lospeliqueiros como animal totémico unacobra india, un león, un tigre...

Boteiro de Viana do Bolo.

OTROS RITUALESCARNAVALESCOS

En los últimos años y en los días pre­vios al Carnaval se han incluído denuevo las celebraciones de los días(jueves) de compadres y de comadresconsistentes en panatagruélicas y di­vertidas escenas a las que asisten ex­clusivame nte mujeres u hombres.Esto sucede en Verín al igual que enel domingo previo al de carnaval (do­mingo corredoiro) se corre la harinadetrás de las mujeres a las que se les

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embadurna la cara con este y otrosproductos maculativos. Aunque la lu­cha de sexos que se reproduce ya notiene la fuerza de antaño, estos actosse siguen celebrando en Verín duran­te los tres días gordos del Carnaval. Eldomingo gordo salen los cigarronesque participan en el desfile de carro­zas y comparsas que a media mañanarecorre las calles principales de la vi­lla. El martes, este desfile vuelve a re­petirse por la tarde. Durante estos dí­as puede decirse que el carnava lverinense se repliega a los pubs, dis­cotecas y calles adyacentes a los mis-

mas que son visitadas por alguna delas comparsas que participaron en eldesfile.

En Laza los actos rituales del carna­val se suceden durante los tres días.El domingo se produce la «estrena»de los peliqueiros a la salida de misa yel reparto de una gran bica (pastel abase de harina, huevos, azúcar, na­ta...) entre todos los presentes en laplaza. Distintas representaciones jo­cosas del vivir aldeano se mezclancon atrevidas y obscenas comparsasque acuden a la plaza, donde se con­centra la gente, con animo provocador

NARRIA

Folión.

y transgresor. El lunes de carnaval tie­ne lugar la lucha de los farrapos , estoes, trozos de tela vieja embadurnadosen agua mezclada con excrementosde animales. Desde primera hora de lamañana se reproduce la incruenta lu­cha que va durar hasta la hora de co­mer, dejando su fétido recuerdo en pa­redes , puertas y ropas. LosMaragatos, disfraces zarrapastrosossin careta que salen este día, tienenque defenderse de aque llos que inten­tan embadurnarlos o enlodazarlos enlas charcas que están llenas de excre­mentos animales e inmundicias varias.Uno de estos maragatos lleva una al­barda vieja y su misión cons iste en po­nérsela a los presentes con gran fuer­za para que el impacto los derribe.Salvados , ceniza, hollín de los potes ychimeneas y cubos de agua eran ma­teriales con los que antaño se emba­durnaban unos a otros desde los bal­cones o en la mismas calles y plazas .

Por la tarde tiene lugar la llegadade la Morena, representación de unavaca de madera conducida por hom­bres y cuya mis ión es levantar las tal-

das de las mujeres que encuentra asu paso . En los cuernos y en el rabolleva unas esp inosas ramas de tojopara evita r todo tipo de defensa con ­tra ella. Además se hace acompañarpor una pléyade de mozos sem ides­nudos que portan enormes tallos deberza y tojo, mientras otros arrojandesde unos sacos, puñados de es­tiércol y ceniza con hormigas embra­vecidas previamente. Este ritual en elque se ve semejanza con las Vetulasromanas estuvo muy extendido portoda la comarca de Monterrey y porotras locali dades orensanas comoViana do Bolo y Castro Caldelas. Elmiércoles, últ imo día de carnaval, lospeliqueiros lucen banda de luto ensus mitras por la muerte del " santo"Entroido. El colofón de la fiesta enLaza lo pone el acto de la lectura de lTestamento del Burro al que acude ypresta gran atención todo el mundo,incluí dos los pelique iros que asientena los jocosos acier tos med iante el so­nido de sus cencerros . A med ida quese reparte el burro se va dando repa­so de forma burlesca a los acontecí-

mientas más sign ificat ivos ocurridosen el pueblo y a asuntos particularesque muchos vecinos cre ían hasta es­te momento celosamente guardados.Con claros precedentes en los tan di­vulgados testamentos med ievales dean imales, estos actos gozaron degran pred icamento en muchos pue­blos de la comarca. En la cercana vi­lla de Oimbra, donde el carnaval secelebra preferentemente Ém las bode­gas de las casas, era frecuente la re­presentación bur lesca de dist intas ta­reas del campo como arar, sembrar,recoger, segar... Estos actos ten íancomo colofón la lectura de cop las sa­tí ricas en las que se recog ían distin­tos hechos jocosos acaecidos duran­te el año y que recibían el nombre deentremeses. En el pueblo de Castro,vecino a Laza , tamb ién se represen­tan escenas de trabajos de l campo yuna obr ita teatral llamada igualmenteent remés en la que se parod ia el vivirrural y algunos personajes o aconte ­cim ientos de gran rel ieve popu lar .También aqu í se real izan los mismosactos ritua les que en Laza , inclu ído

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NARRIAel Testamento del Burro ya que anta­ño los vecinos y «peliquelros» de es­ta parroquia y sus aldeas acudían ellunes a participar en los actos deLaza.

EL CARNAVAL DE VIANA DOBOLO Y MANZANEDA

Los primeros datos sobre este carna­val , llamado aquí Entrudio o Intruidonos los suministra Nicolás Tenorioquien relata los actos principales deesta fiesta a principio de siglo. Entreestos, hoy desaparecido, figuraba laFiesta de los Gallos en la que se in­cluía el nombramiento de los Reyes,el Juego y el Testamento que ten íanlugar el Jueves de Compadres. Estafiesta que tenía un caracter escolar essemejante a la que se celebraba enotras partes de España y consistía

BARBUQUEJOlAZOS

CORBATA YCAMISA BLANCA

PELlCA

SOMBRERO

Nomenclatura del traje de cigarrón.

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aquí en una persecución, en una pe­lea entre las aves y en la decap itaciónposterior de dos de ellas. Durante lamisma el numeroso gentío recitaba enuna especie de catarsis colectiva, ver­sos y coplas alusivos a acontecimien­tos habidos en el pueblo durante elaño. Luego se hacía en Testamentoun reparto del gallo a diversos perso­najes de la villa. La ruptura del períodocarnavalesco durante el franqu ismo ylas actuales prohibiciones gubernati­vas contribuyeron a la desaparición deeste ritual. Los jueves de compadres yde comadres se reproduce la lucha desexos al intentar arrebatar unos y de­fender otros a sus respectivos muñe­cos llamados compadre, comadre otambién lardeiro y lardeira .

El eje cent ral del carnaval de estamontañosa zona lo const ituyen los lla­mados «Folioes» (así en el habla de lazona) que se const ituyen en cada al-

/' ZURRIAGO

CALZONES

\

dea y que en la actualidad confluyen eldomingo de carnaval en la villa deViana para animar la institucionalFiesta de la Androlla. Estos «felices»están const ituídos por grupos de habi­tantes de cada aldea sin distinción desexo ni de edad. Unos portan enor­mes bombos de colores , hechos anta­ño con la piel de una oveja robada yhoy comprados, con los que producenun enorme estruendo semejante al delas tormentas al que hay que añadirleel ruído producido por el golpear sin­copado de toda clase de aperos de la­branza y de cocina . Aunque en la ac­tualidad muchos de los folioes tiendena la uniformización de sus vestimentaslo cierto es que sus componentessiempre se distinguieron por la anar­quía de formas y colores de sus ropasa base de trajes viejos o usados . El" folión» de cada aldea tenía al uso lavisita de las aldeas vecinas y para ellopreparaban las Disputas o parlamen­tos que tenían que decir y que comen­zaban con una alabanza al pueblo vi­sitado y sus gentes. El actocontinuaba luego con la intervenciónde distintos personajes que represen­taban oficios, produciéndose una es­pecie de farsa medieval con enfrenta­miento dialéctico a veces queterminaba con el agradecido agasajogastronómico de los visitados.

Acompañando a cada «foli ón» figu­raban representaciones de los muñe­cos de carnaval o «entrudios» de paja,hombres disfrazados con pieles ha­ciendo sonar unos cuernos, uno dis­frazado de mujer (a - vella-) que arro­ja ceniza y unas máscaras llamadas«Zarnarreiros» que con palos y trapossucios van abriendo la marcha de lacomitiva. Estas máscaras, conocidasantaño también como «Zancarróns- e

. «trrlos- , reciben en la actualidad elnombre de «Boteiros- pues van sal­tando acompasadamente y turnándo­se en la danza delante de la comparsamusical. El «boteiro», quizás llamadoasí por los botes que da ayudado poruna pértiga (vmonca-), viste corbata(en algunos casos) y camisa de coloradornada con multitud de cintas cosi­das que forman trabajosas figuras ge­ométricas. Llevan pantalón de color, ri­beteado tamb ién de flecos de color,una faja con pequeñas esquilas y fuer­tes polainas de monte llamadas «le­gues». Pero lo más llamativo es laeno rme máscara de var ios kilos depeso formada por una careta negra demadera en la que resalta su dentadasonrisa y cí rcu los de los ojos.Comp leta la máscara un enorme toca-

.do hecho a base de alambre y cartóncuya estructura se recubre de papelesy cintas de colores que forman dibujos

NARRIA

Pantallas deXinzo de Limia.

y formas de atractivo colorido. La pre­sencia de una Mula Falsa y de unMaragato que buscan la invitación avino , el robo de ollas con comida yotros actos completaban la mascara­da de estos días. Analizando la des­cripción de la careta del maragato deantaño podemos deduc ir que se ase­mejaba a la máscara del que hoy lla­man «botelro » y cuyo papel se ase­meja también a de los botargascastellanos.

En la actualidad , el carnaval deViana gira alrededor de la Fiesta de la«Androlla- (morcilla grande , rellena detrozos de carne de costilla y zarza pi­cante) alarde gastronómico y propa­gandístico de los prod uctos de estatierra.

De forma semejante a la de Viana ycon idénticos rituales se celebran losvecinos carnavales de Canso yManzaneda. Cabe destacar en estos lapresencia de unas máscaras que vis­ten todas de blanco con calzones depuntillas o enaguas adornadas con cin­tas. Esquilas, polainas, un mantón demanila cruzado (<<mantoi») o anchasbandas en su lugar completan la vesti­menta de estas máscaras a las que seles debe añadir un gorro (<< pucha») decintas y careta artesanal de cartón . Enla mano llevan una especie de cayado

corto adornado también con cintasmulticolores. A bastante distancia deeste lugar, en el pueblo de Veiga doSeixo, también salían unas máscarassemejantes que ejecutaban un ritualpetitorio y recibían el nombre de«Vellarrois» (algo así como vejarrones).

EL CARNAVAL DEXINZO DE L1MIA

Este carnaval fue cobrando cierta re­levancia debido a las fuertes campañaspublicitarias de tipo institucional que sevienen realizando en los últimos años.Semejante al de Verín en el predomi­nan también los elementos urbanos abase de carrozas y comparsas que re­flejan temas actuales. Entre los ritualesmás antiguos y acreditados de estecarnava l destaca el llamado Juego delas Ollas «(cachelas, pucaríños)» querecuperado en los últimos años tienelugar el domingo anterior al deCarnava l. Colocados los participantesen un amplio circulo se van arrojandounos a otros las ollas hasta que se lerompa a alguno de los participantes.Como multa , este era embadurnadopor los demás con el hollín de los potesy chimeneas e incluso embreado y em­plumado según se cuenta de antaño.

En la actualidad la multa consiste en laobligación de realizar por los perdedo­res tantos conv ites a comidas o vinocomo ollas se le rompan. De amplia di­fusión geográfica en toda la península,este juego fue estudiado por el etnó­grafo verinense Taboada Chivite quequiso ver en el mismo antiguos ritualesde regeneración agraria y renacimientocósmico al analizar el carácter de di­versión juvenil con alardes de destrezay habilidad que terminaban en báquicaorgía carnavalesca.

El polo de atracción del carnaval deXinzo , igual que en otras partes, loconst ituye la presencia de unas más­caras llamadas «Pantallas» cuya anti­güedade nos es difíc il de acreditarpues no se mencionan en las crónicasperiodísticas que hablan del carnava lde esta villa. Algunas referencias apun­tan a una reciente conformación de es­ta máscara, asunto este que vieneacreditado por la modernidad de losmateriales que se emplean en su reali­zación. La base de esta vestimenta esuna especie de calzón largo blanco deuna pieza, tipo pijama infantil, o una ca­miseta y calzón separados sobre losque va una faja de color encarnado quecae lateralmente, colocada al estilo dela que se ve en los trajes típicos del pa­ís. Unas polainas de fieltro con aboto-

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NARRIAnaduras doradas, semejantes a las delos gaiteros y una capa negra ribetea­da de flecos y con cintas de coloresmuy semejante a la de los tunos, com­pletan el disfraz cuyo mayor atractivoestá en la careta de una sola pieza.Esta está realizada con la técnica delllamado papel maché o pasta de papely cartón que se va modelando hastaconformar una careta, una especie depequeños cuernos y un gorro fri gio.Estas tres partes constituyen una solapieza y sobre ella se pintan unos pe­queños bigotes, barba, coloretes, ojosy cejas que resaltan los rasgos de lacareta. El gorro frigio se pinta de diver­sos colores sobreponiéndole diferentesmot ivos geométricos o dibujos . Paracompletar la barba se le añaden unosflecos de cortinón y para cubrir la parteposter ior un paño de color rojo que ata­do por delante sirve para ocultar elhueco por el que se introduce sobre lacabeza y cara.

En las manos enguantadas llevandos vejigas de cerdo hinchadas con las

Pelique iros en acción.

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que producen un sonido hueco y re­tumbón al ser golpeadas entre si ocontra los viandantes a los que deesta forma conminan a una invitaciónen la tasca o bar más próx imos.Aventurándonos en un análisis de es­tas pantallas, podemos deci r que sucompostura forma parte de la descr ip­ción que hizo Risco de algunas másca­ras carnavalescas de esta parte de laprovincia orensana. A las esquilas y lasvejigas descritas por él, se le añadieronlos demás elementos como las cintas,la faja, la capa o las polainas. La care­ta toma elementos decorativos seme­jantes a los de los peliqueiros pero loshuecos de los ojos aparecen muy re­saltados como si fuesen de ranas, ba­tracio este muy abundante antaño en lacercana laguna de Antela. Las leyen­das sobre esta laguna bien pudieronsugerir el resto pues en ella está la ciu­dad de Antioquía que se dice fundadapor Anfiloco y sumergida en castigo porsu adoración al gallo, figura esta quese reproduce en algunos laterales de

los gorros frigios. La facilidad en su re­producción y obtención de los diversoselementos y su bajo coste, convirtierona esta máscara en una de las más nu­merosas de las que salen en los carna­vales de esta zona.

ASPECTOS GASTRONÓMICOS

Yaapuntamos anteriormente la presen­cia de dos productos típicos de estasfiestas como son la «bica» de Laza ylas «androllas» de Viana do 8010. Lagastronomía de estos días hace honoral nombre de la fiesta «Entroido- (en­trada en la Cuaresma) o Carnaval (va­lidez de la carne) siendo el cerdo porexcelenc ia el animal protagonista deella. Casi todas sus partes cobran rele­vancia gastronómica estos días enabundantes comidas e innúmeras pre­sentaciones: Lacones, costillas, chori­zos, chor izas, cocidos variados (conpatatas, coliflor o berza blanca), cachu­chas (cabezas), oreja, botillos y bandu­llos (estómago relleno de carne),«paiolo» (intestino grueso relleno )...Todaesta parafernalia gastronómica seacompaña de pan de centeno, de maízo trigo y se riega con los vinos, licores(licor café) y orujos (blanco o de hier­bas) de la tierra. Los postres tambiénson variados y en muchos casos acre­ditan y distinguen la zona de origen: le­che frita, arroz con leche, «bicas» (de«rixóns», de nueces...), roscones, ho­jas de limón, flores, «filloas» (crépes) ybandullos. Estos últimos están hechosa base de huevos, leche, harina y adi­tamentos varios que se mezclan pre­viamente para ser elabo rados en lasartén o «filloeira» que les da su carac­terística forma redondeada.

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