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JORGE A. SABATO ENSAYOS EN CAMPERA JUAREZ EDITOR Buenos Aires

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Page 1: ENSAYOS EN CAMPERA

JORGE A. SABATO

ENSAYOS EN CAMPERA

JUAREZ EDITOR

Buenos Aires

Page 2: ENSAYOS EN CAMPERA

A la memoria de Humberto Sabato,pavada de hombre.

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PRÓLOGO

“Frente a la funeraria solemnidaddel historiador y del catedráticoque momíifica cuanto toca...”

(Del Manifiesto Inicial de la RevistaMartín Fierro)

1. Con tanto Sabato que anda por ahí conviene comen-zar con un identi-kit del autor:

Nació hace mucho (¡en 19241!) pero allí cerca (Rojas,Pcia. de Buenos Aires). De profesión, Físico (¡podría ser algomucho peorl); de oficio, Investigador (que hace investigación,no que trabaja de “tira”); de vocación, hombre libre (de allísus desplantes ante la prepotencia, como lo testimonia elo-cuentemente su renuncia a la presidencia de SEGBA S.A., hacealgunos años).

Ha realizado investigaciones en la Universidad de Bir-mingham (Inglaterra), en la Comisión de Energía Atómica,en la Universidad de Stanford (Estados Unidos), en PlacePigalle (Francia), en la Universidad de Sussex (Inglaterra),en Colegiales (donde vive), en el Wilson Center de EE.UU.,etcétera.

Como todo señor bastante maduro que se respete perte-nece a una barra de instituciones: Fundación Bariloche, Clubde Roma, Institute of Metals, Centro de Estudios Industriales,Club Gure-Echea, Foro Latinoamericano, Instituto de Desa-rrollo Económico y Social, etc. Por las mismas razones bioló-

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gicas ha recibido importantes distinciones: Premio del V Con-greso Nacional de Ingeniería, Orden del Ladrillo, Llave delFogón de los Arrieros, Premio Multinacional de Metalurgia,etcétera.

Ha publicado trabajos científicos (y de los otros...) encastellano, francés, inglés, portugués, alemán, lunfardo y hastaen una revista distinguidísima llamada Ekistics. Ha sido cen-tro-foward en el barrio de Palermo, socio de una libreriaen la calle Córdoba, asesor de las Naciones Unidas y del PactoAndino, expositor en el Museo de Arte Moderno de BuenosAires, profesor en Canadá, gerente en Energía Atómica... yuna pila de cosas más. Ha pronunciado centenares de confe-rencias, charlas y afines entre las que se destacan “HipólitoYrigoyen y el Surrealismo”. “El tango, el fútbol y la crisis na-cional” y “Reflexiones sobre la Chantocracia”. De sus varioslibros prefiere “Segba, Cogestión y Banco Mundial” que mo-lestó por igual a peronistas y antiperonistas, a derechistas eizquierdistas, simplemente porque dice toda la verdad.

Es hincha de Gardel, Artaud, el Comandante Prado, Joy-ce, Arolas, Gramsci, el Malevo Muñoz, Dostoievski, Arlt, JoyceCary, Falú, la Camerata Bariloche, Dante Panzeri, Vivaldi, elfútbol de potrero, el guiso de arroz, las camperas, los foratticon tuco, la siesta... En dos palabras: hincha de la autenti-cidad.

Es enemigo de la corbata, los curricula vitae, los discursosen las academias y en los cementerios, los organigramas, losagradecimientos por los importantes y patrióticos servicios pres-tados, los trepadores, los editoriales de los diarios serios, lasfunciones de gala, los maletines de los ejecutivos, la música en-latada, la literatura exquisita... En dos palabras: enemigo dela solemnidad.

2. Terminado con el autor pasemos a la obra. Este vo-lumen recoge un conjunto de textos que sobre el tema generalCiencia, Tecnología, Desarrollo y Dependencia he publicadoa lo largo de los últimos años. No les he introducido otrasmodificaciones que las necesarias para evitar repeticiones in-útiles y asegurar una lectura fluida, y los he ordenado no enforma cronológica sino tratando de ir de un tratamiento ge-

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neral de las relaciones de la ciencia y la técnica con la socic-dad al análisis específico y detallado de los problemas relativosa la producción y comercio de la tecnología. Por supuesto, ya causa del tiempo transcurrido, ciertas cifras están desactua-lizadas, algunos organismos e instituciones han desaparecidoy unas cuantas personas han muerto o han salido de la escenapública; sin embargo, los problemas que se analizan siguenteniendo la misma vigencia de entonces. No sólo no han per-dido actualidad sino que en algunos la urgencia por resolverlosadecuadamente se ha vuelto dramática, mientras que en otrosestamos caminando a tanta velocidad para atrás que por mo-mentos parece que nunca serán resueltos.

3. El libro contiene también textos de otra naturaleza,testimonios de mis reflexiones y reacciones frente a problemasy situaciones muy diversas. Los he incluido porque posible-mente nada refleje más fielmente mi manera de ser y de pro-ceder que esta “rara mezcla de Museta y de Mimí”, y los hedistribuido entre los capítulos como Interludios, de manera queel lector pueda descansar de tanto en tanto y sacudirse así elaburrimiento que necesariamente produce tanta ciencia y tantodesarrollo. “El manoseo considerado como una de las bellasartes” Tecnócratas y Chantócratas”, “El caso Mattei” y “Lavoz invicta de Gardel” echan una mirada sobre esas cosas delmundo que seguramente son más importantes que la Cienciay la Técnica...

4. En cualquier caso, Capítulos e Interludios persiguenlo mismo, eso que ha sido y es mi obsesión permanente: mirarha realidad con mis propios ojos y actuar como quería Nietz-che: “Di tu verdad y rómpete”.

Mi agradecimiento a Enrique Rivera y Christian Graven-horst, por su valiosa colaboración.

Jorge A. Sabato

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CarfruLo I

ALGUNOS MITOS, SOFISMAS y PARADOJAS *

1. Osvaldo Sunkel * ha desarrollado la tesis de que el pro-ceso de industrialización por sustitución de importaciones haconducido a una “nueva división internacional del trabajo” quefunciona de la siguiente manera: “En las plantas, laboratorios,departamentos de diseño y publicidad y núcleos de planea-miento, decisión y financiamiento que constituyen su cuartelgeneral y que se encuentra localizado en un país industriali-zado, la gran corporación multinacional desarrolla: a) nuevosproductos; b) nuevas maneras de producir esos produotos; c)las maquinarias y equipos necesarios para producirlos; d) lasmaterias primas sintéticas y productos intermedios que entranen su elaboración y e) la publicidad necesaria para crear ydinamizar sus mercados. En las economías subdesarrolladas,por su parte, se realizan las etapas de producción final de aque-llas manufacturas, dando lugar a un proceso de industrializa-ción que avanza gracias a la instalación de subsidiarias, la im-portación de las nuevas maquinarias e insumos y el uso de lasmarcas, licencias y patentes correspondientes, ya sea por fir-mas nacionales y públicas y privadas, independientemente oasociadas con subsidiarias extranjeras, todo ello apoyado en el

* Publicado por el Centro de Estudios de Coyuntura, No 17,Buenos Alres, 1070.

1 El marco histórico del proceso de desarrollo y subdezarrollo.o,Sunkel, Cuadernos de LL.P.E.S., Serie IL, No 1, Santiago de Chile,1967.

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crédito público y privado externo y aun en la asistencia téc-nica internacional... Aparece... la especialización del centroen la generación del nuevo conocimiento científico y tecnoló-gico, y de la periferia, en su consumo y utilización rutinaria”2.

De acuerdo con este análisis, la investigación científico-tecnológica, monopolio prácticamente absoluto de los paísescentrales, es uno de los instrumentos más poderosos de estanueva dominación, de este neo-colonialismo tecnológico. Enlas palabras de The Economist: Knowledge is now the mostimportant resource. And knowledge is exportable *. En con-secuencia, si los países periféricos o dominados aspiran a lograruna vía de desarrollo autónomo, deberán asignar máxima prio-ridad a la estructuración de una capacidad técnico-científicapropia y a su incorporación dinámica cn el proceso global dedesarrollo. Ciencia y Técnica no son lujos de los que se puedeprescindir sin consecuencias mayores, sino elementos esencialesde la independencia y soberanía nacionales.

En los últimos años una abundante y creciente bibliografíademuestra que este problema ha sido estudiado y analizadodesde todos los ángulos posibles. Sin embargo es frecuente es-cuchar —¡en boca de gente importante!— afirmaciones y pre-guntas que enseñan que se está lejos aún de entender la natu-raleza esencial del problema y las causas que se oponen a susolución. Si bien he dedicado ya varios artículos a estetema3, 1, ?, %, parece conveniente atacar una a una tales expre-

2 La universidad latinoamericana ante el avance científico y técni-co: algunas reflexiones. O. Sunkel, Estudios Internacionales, Años 1V,N» 13, abril-junio 1970.

“El conocimiento es ahora el recurso más importante. Y el cono-cimiento es exportable.”

3 La Ciencia y la Tecnología en el Desarrollo Futuro de AméricaLatina, Jorge Sabato, Natalio Botana, Revista do la Integración, BID-INTAL, N? 3, noviembre 1958, pág. 15.

4 Investigación Científico-tecnológica y Metalúrgica, Jorge A. Sá-bata, Conferencia presentada al VIII Congreso del Instituto Latincame-ricano del Fierro y el Acero, Lima, Perú, setiembre 1968.

B Ciencía-Tecnología-Desarrollo, Jorge A. Sabato, revista “Com-firmado”, año V, N? 241, 28 de enero de 1970, pág. 62,

e "The role of scientific and technical personnel in national deve-lopment within the framework of the public sector, Jorge A. Sabato, Pre-sentado al “United Nation Interegional Seminar on Employment, Deve-lopment and Role of Scientists and Technical Personnel in the PublicService al Developing Countries”, (Tashkent, URSS), octubre 1969.

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siones que en buena medida son mitos, paradojas y sofismas—porque mientras permanezcan sin respuesta explicita, conti-nuarán perturbando seriamente —y aun paralizando— un pro-ceso que necesitamos imperiosamente que se desarrolle sosteni-damente y a gran velocidad.

2. Comencemos por la más frecuente de esas afirma-ciynes.

“En la Argentina no se puede hacer Ciencia y Técnica por-que no hay recursos (dinero y gente)”.

En primer lugar interpretemos el texto, ya que no tienesentido decir que “no se puede hacer”, puesto que de hecho,en Argentina se hace Ciencia y Técnica.

Lo que realmente se quiere decir es que se hace poco,quizá muy poco. Ello es cierto, sin duda, pero no es ello lomás grave. Lo verdaderamente grave es que de lo poco quese hace, apenas un 30%, según Mallmann”, está relacionadocon los problemas del desarroHo nacional. El resto —es decirel 70 %,— es esfuerzo dedicado al avance propio de la Cienciay In Técnica pero que no se utiliza para la solución de losproblemas específicos de nuestra sociedad. Es ciertamente va-lioso pero no sabemos aprovecharlo. De modo que ya tene-mos una primera paradoja: hacemos poco,sí, pero lo más gravecs que la mayor parte de lo poco que hacemos no lo sabe-mos usar.

En segundo lugar veamos si es cierto que no hay recursospara hacer lo que deberíamos hacer:

a) Comencemos por los recursos más importantes que, eninvestigación cientifico-tecnológica, son los recursos humanos.En cifras absolutas, Argentina tiene pocos investigadores: unos4.500 * trabajando full-time en investigación, comparados conlos 242.800 de EE. UU.? o los 45.000 de Francia ?*". Pero al

7 ¿Dejaremos de ser analfabetos científico-técnicos?, C. A. Mall-mann, “Confirmado”, 19 de abril de 1970, pág. 46.

8 Informe presentado a la 2a. Reunión de la Conferencia Perma-nente de Dirigentes de los Consejos Nacionales de Política Cientifica yde Investigación de los Estados Miembros de América Latina, Caracas,diciembre 1968.

9 American Science Manpower, 1966. National Science FoundationNSF 68.7.

10 “Rapport du Comité Consultatif de la Recherche Scientifique

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mismo tiempo, todos sabemos muy bien que en los últimos20 años Argentina ha exportado sistemáticamente científicos ytécnicos, al extremo de constituir uno de los países más afec-tados por el célebre brain drain*. Con lo que llegamos ala segunda paradoja: nos faltan investigadores, pero los ex-portamos. (De paso, anotamos otra paradoja: nos quejamosde la falta crónica de capital pero cada vez que exportamosun técnico estamos exportando un “bien de capital” por valorde unos 30.000 U$S; ¡y así llevamos exportados más de 500 mi-llones de U$S!...) En consecuencia, nuestro verdadero proble-ma inmediato no es la falta de investigadores sino el pleno einteligente empleo de los que ya tenemos. Sin duda que cuandocomencemos a marchar necesitaremos más y mejores investiga-dores, pero por favor no digamos que ahora estamos detenidosporque no los tenemos...

b) Pasemos ahora al dinero. Nuevamente y en términosabsolutos, Argentina invierte pooo en Ciencia y Técnica: ape-nas cl 0,2%, del Producto Bruto Nacional contra el 2 9%, 2,5 9y hasta 3%; del Producto Bruto en los países centrales. ¿PeroArgentina invierte poco porque no puede —como se suele de-cir— o porque no quiere? Según las cifras publicadas por elSecretario del CONACYT, Dr. Alberto Taquini** parece serque es porque no quiere ya que “Argentina paga por año —enconcepto de royalties— un total del orden del 79%, del totalde las exportaciones argentinas por año, suma que es del or-den de tres veces lo que la Argentina invierte por año enCiencia y Técnica”. Por lo tanto, hay recursos, pero de acuerdocon nuestra generosa tradición, con ellos preferimos pagar eldesarrollo técnico-científico de los demás antes que el nues-tro. ¡Y como si esto fuera poco, los recursos que nos decidi-mos a invertir aquí los utilizamos con muy poca eficacia!

et Technique: Prospective de la Recherche Scientifique et Technique eaFrance”, 1968.

* Posdata 1979: Lamentablemente el problema del brain drainno sólo no ha mejorado desde 1970 hasta la fecha, sino que ha empeo-rado a extremos intolerables, impulsado principalmente poc “la caza debrujas” y la mediocridad de la conducción en el área Ciencia y Técnica.

11 Discurso del Dr. A. Taquiní en la Conferencia de Cobernado-res, 12 de abril de 1970,

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En resumen, y con respecto a csta primera y muy escu-chada afirmación de que no hacemos más en Ciencia y Téc-nica porque no tenemos recursos, creo que lo correcto seríaresponder que parece que lo que no tenemos son ideas...

3. Se suele decir —particularmente en ciertos circulos—que “no podemos hacer Ciencia y Técnica porque no somosercadores”,

Hay un número suficientemente grande de pruebas «lcque cesta afirmación es falsa.

Son nuestros propios creadores los que se encargan de de-mostrarlo: nuestros poetas (Hernández, J. Ramponi, Borges,Discépolo, Marechal), nuestros ensayistas (Sarmiento, J. A.García, Scalabrini Ortiz, Martínez Estrada), nuestros novelis-tas (Gálvez, Arlt, Cijiraldes, Sábato) nuestros cuentistas (Pay-ró, Quiroga, A. Castillo, Cortázar), nuestros pintores (Berni,Victoria, Le Parc, Seguí), nuestros músicos (Cinastera, Kref-feld, Julián Plaza, Piazzola, Falú), nuestros intérpretes (Gar-del en el canto, M. Argerich en el piano, A. Lisy en el violín,Troilo en el bandoneón)... y los dramaturgos, los directoresde teatro, los bailarines, los cineastas, los escultores, los fol-kloristas, etcétera, etcétera.

Cómo afirmar que no somos creadores si hemos sido ca-paces de desarrollar el único (en el mundo) sistema de trans-porte urbano de superficie no deficitario y capaz de brindarservicio 24 horas por día (por supuesto que me refiero al“colectivo” pero lo designo con pedantería para que la “genteimportante” lo acepte como ejemplo). ¿Y la Reforma Univer-sitaria de Córdoba de 1918 que sirve ahora de modelo a las“revoluciones” estudiantiles de los países desarrollados?

¿Y la cosechadora de maíz? ¿Y la lapicera a bolilla? ¿Y latransfusión de sangre? ¿Y la “bicicleta” (en el fútbol)?

Somos creadores, pero lo somos menos en Ciencia y Téc-nica que en otros sectores. Y no porque seamos menos aptos

(véuse la respuesta siguiente) sino esencialmente porque enuna sociedad como la nuestra, donde el sistema de valores dela clase dirigente ha incorporado los toros pero no los tor-nos, los incentivos para aplicar la creatividad a la ciencia y latécnica son, lamentablemente, menos y más débiles que los queactúan cn los demás sectores.

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4. “A diferencia de los anglosajones, no somos particular-mente aptos para trabajar en Ciencia y Técnica”.

Amílcar Herrera”? ha refutado este argumento en formacategórica: “...basta recordar que lo mismo se dijo de loseslavos prácticamente hasta que la URSS lanzó su primer Sput-nik, derribando el mito; de los asiáticos en gencral, hasta queJapón derrotó en 1905 a una de las mayores potencias occiden-tales, y de los chinos, en particular, hasta que detonaron suprimera bomba de hidrógeno en un tiempo considerado ré-cord... Pese a su evidente falacia el argumento se seguirá sos-teniendo para América Latina... hasta que los latinoamerica-nos prueben, con hechos indubitables, que se trata de un» delos tantos mitos que se han esgrimido a través de la historiapara ocultar las verdaderas causas de la miseria y la opresiónde grandes sectores de la humanidad”.

5. “Este es un país demasiado chico para poder realizardesarrollos tecnológicos importantes”.

Si bien es cierto que en los países centrales se llevan a cabola mayoría de dos avances tecnológicos, numerosas exccp-ciones demuestran que la creatividad no es monopolio de losgrandes países y que no hay ninguna ley natural que impidarealizar contribuciones importantes a un país pequeño que asíse lo proponga y sea capaz de llevarlo a cabo inteligentemente.Los ejemplos abundan: así, por ejemplo, pese a que la indus-tria siderúrgica más grande del mundo es la de EE. UU., losmayores adelantos tecnológicos cn siderurgia en los últimos 25años no fueron desarrollados en EE. UU..: el proceso LD es aus-tríaco; el proceso Kaldo es sueco; el proceso Hyl. es mejicano,la eliminación de hidrógeno por degasado en vacío es inglés.En otros sectores: la técnica de trasmisión de grandes poten-clas por corriente continua se desarrolló en Suecia; cl procesopara producir lana que no se arruga se desarrolló cn Australia;

la primera altocosechadora de maíz en la Argentina; varios pro-

cesos químicos importantes cn Israel; la síntesis de la insulinaen China, etcétera.

6. “En Argentina no hay compañías grandes que puedandarse el lujo de hacer investigación”.

12 La ciencia en el desarrollo de América Latina, A. Herrera,Estudios Internacionales, año 2 N9 1, abril-junio 1908.

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En primer lugar, en Argentina hay compañías grandes.Así, por ejemplo, el presupuesto para YPF en 1969 fue de229.000 millones $ m/n., es decir de aproximadamente 700 mi-llones U$S. En los países centrales numerosas compañías conpresupuestos de ese orden (y aún bastante menores) llevan acubo agresivos programas dc investigación y desarrollo. Otroejemplo: el conjunto de empresas de servicio eléctrico que per-teneceu al Estado y facturan anualmente por un total de apro-ximadamente 500 millones de dólares.

Si se recuerda además que otros sectores dinámicos de laestructura productiva son propiedad del Estado (transportes,comunicaciones, siderurgia, armamentos, caminos, etc.) es fá-cil comprobar que no es por falta de “empresas grandes” queno se hace investigación y desarrollo, sino nuevamente porfalta de ideas... y me he referido exclusivamente a las empre-sas y sectores que controla el Estado no porque no haya em-presas y sectores privados de tamaño adecuado, sino que conrespecto a ellas se suele decir que “no hacen investigación por-que las casas matrices extranjeras no lo permiten”. Y si es pro-bable que ello sea cierto de ahí no se infiere que sea correctodecir que “la Argentina no hace ciencia y técnica porque elimperialismo no la deja” ya que ese imperlalismo no es dueñodel Estado argentino. En segundo lugar no es tampoco ciertoque las empresas grandes monopolicen los desarrollos tecnoló-gicos importantes, He aquí una lista de equipos, materiales yprocesos que fueron desarrollados por individuos aislados opequeñas firmas;

— giro compás— cracking catalítico— cierre relámpago—motor de chorro— lapicera a bolilla— celofán— polaroid— Xerox

— laser—hoja de afeítar inoxidable

7. “Los desarrollos tecnológicos importantes sólo ocurrencn las industrias «de punta»: electrónica, aeroespaciales, mu-

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clear, etc. Y como aquí no tenemos esas industrias... ¿quépodemos hacer?”

La característica esencial de la investigación científico-tecnológica es su naturaleza dinámica. Tanto que se puede de-cir sin temor a exagerar que la tecnología está cambiando per-manentemente. En ella, nada es imposible, salvo aquello queestá en contra de leyes naturales (una máquina de movimientocontinuo, por ejemplo). Por lo tanto es posible realizar avan-ces en todos los campos, en todas las industrias, incluso —porsupuesto— en las más tradicionales. Que ellos ocurran con ma-yor frecuencia en las industrias “de punta” se debe general-mente a factores extra-científicos y extra-tecnológicos (porejemplo, y muy principalmente, a las necesidades de los pro-gramas bélicos de los países centrales).

Entre las cosas que podríamos hacer en todo el ámbitode nuestra estructura productiva, creo que la más importantesería la de modificar radicalmente muchas de las tecnologíasque importamos en nuestro proceso de sustitución de importa-ciones. Es obvio que en esa etapa de nuestra industrializaciónincorporamos tecnología diseñada para otra escala de produc-ción, tecnologías que naturalmente resultan sobredimensiona-das para nuestro mercado. No debe extrañar, entonces, que

esas tecnologías sobredimensionadas conduzcan a procesos deproducción no económicos. ¿Qué otra cosa podría ocurrir sifabricamos una heladera, un ventilador o un automóvil en se-ries de 100.000 unidades con procesos, máquinas, equipos ymateriales aptos para producir series de varios millones? Hayquienes creen que esas tecnologías —porque se usan en EE.UU.o Europa— son las únicas posibles o las mejores. Por supues-to que no: no son las únicas, por lo que dijimos anteriormentesobre la naturaleza dinámica del desarrollo cicntífico-tecnoló-gico; ni son las mejores en sentido absoluto, porque tal con-cepto carece de sentido. Lo único que puede decirse de ellases que son adecuadas para las condiciones de mercado paralas que fueron diseñadas. En principio, y teniendo en cuentalas características propias de nuestra realidad (tamaño demercado, disponibilidad de materias primas, costo relativo defactores, características físicas de nuestro país, perfil de nues-tros consumidores, etc.) esas tecnologías pueden y deben sercambiadas.

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Para responder a los problemas de “economía de escala”debemos producir nuestras “tecnologías en escala”, que reem-placen a Jas tecnologías sobredimensionadas.

Hasta ahora la respuesta más común al problema del pe-queño tamaño relativo de nuestro mercado es buscar su am-pliación a través de la exportación; y para ello se crean todaclase de incentivos. Algunos de esos incentivos debieran apli-carse al fomento del desarrollo de tecnologías en escala, con laventaja importante de que si tales desarrollos fuesen exitosos,podríamos luego exportar esas tecnologías a los numerosos paí-ses en los cuales este mismo problema tiene vigencia. Con loque además mejoraríamos ciertamente nuestra posición rela-tiva frente a países que a muy corto plazo se verán obligados—y por las mismas razones que nos obligaron a nosotros hace20 6 30 años— a producir bienes que en este momento nos-otros confiamos en exportar hacia ellos. De exportadores de ca-lefones a Perú, inodoros a Bolivia o planchas al Paraguay,debiéramos pasar a ser exportadores de las tecnologías en es-cala para esos y otros productos similares, tecnologías que noserán desarrolladas por los países centrales (simplemente por-que no las necesitan) y, que por definición, serán más ade-cuadas a las condiciones de esos mercados que las tecnologíassobredimensionadas desarrolladas en los países desarrollados.

8. “No conviene desarrollar tecnologías avanzadas porqueéstas son capital-intensivas”.

En general esta proposición es cierta, pero no porquese trate de una propiedad intrínseca de las tecnologías avan-zadas sino de una consecuencia de las características delos mercados en los cuales se desarrollan esas tecnologías.Pero, por supuesto, aun así hay numerosas tecnologías “deavanzada” que no son capital-intensivas. Por ejemplo la de-formación de metales por explosivos, técnica que requieremuy baja inversión de capital y que reemplaza a la defor-mación por grandes prensas hidráulicas. O un nuevo métodoaustraliano para procesar minerales de cobre que mo sólo re-quiere bajas inversiones de capital sino que es además econó-mico para escalas de producción muy bajas.

Finalmente buena parte de las tecnologías tradicionales enuso en la Argentina son realmente capital-intensivas simmente porque han sido trasplantadas de países en las que fue-

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ron desarrolladas en circunstancias cn que no era ciertamenteel capital el recurso más escaso. Es ésta otra razón para reem-plazar las tecnologías sobredimensionadas por tecnologías enescala y para ello no habrá más remedio que realizar las in-vestigaciones científico-técnicas necesarias.

9. “Para qué crear aquí, si resulta más sencillo, barato yseguro importar el conocimiento. Todo lo que hay que haceres comprar tecnología, transferirla y adaptarla a nuestras con-diciones.”

Cuando este argumento se escucha en boca de un empre-sario, es dificil resistir la tentación de decir “más sencillo, ba-rato y seguro que producir bienes aquí, es importar todo loque se necesita”... Pero como no se debe responder a unafalacia con otra —por grande que sea la tentación— daré unabreve lista de las principales razones por las que Argentinadebe desarrollar su propia capacidad técnico-científica:

a) Para tener capacidad de decisión propia (como yaexplicamos en 1, la investigación científico-tecnológica es unode los instrumentos más poderosos del neocolonialismo tceno-lógico) y de negociación en problemas tales como:

— Explotación de recursos naturales.— Introducción de nuevas industrias (nuclear, petroquí-

mica, micro-electrónica, etc.).— Tecnologías que deben ser desarrolladas locamente,— Prioridades de inversión.— Tecnologías que deben ser desarrolladas localmente,

cómo y dónde.

b) Para incorporar tecnologías importadas de la maneramás conveniente y eficiente.

c) Para tener una capacidad de pronóstico que permitaevaluar los posibles cambios tecnológicos y diseñar estrategiasQue eviten o disminuyan el riesgo de obsolescencia.

d) Para tener capacidad de creación sostenida, elementofundamental en el reemplazo de las tecnologías sobredimen-sionadas por las tecnologías en escala y en la etapa de indus-trialización que siga a la de “sustitución de importaciones”.

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e) Para mejorar el “balance tecnológico de pagos” con-virtiéndonos en exportadores de tecnología.

f) Para crear conflanza en nuestras propias fuerzas.

En resumen y como dice A. Herrera: “Renunciar a la crea-ción científica, una de las manifestaciones básicas de la volun-tad creadora de una sociedad, para convertirse en meros apén-dices intelectuales de los países adelantados, es renunciar a laposibilidad misma del desarrollo” *

10. Por cierto que esta breve lista de ejemplos no agotael rico repertorio de mitos, paradojas y sofismas que emplea-mos como argumentos para resistirnos a emprender la dura ba-talla de nuestro desarrollo técnico-científico autónomo. En par-ticular debiéramos completarla con la también muy rica listade los “pretextos” y de las “acusaciones” del tipo de “No pode-mos investigar porque falta una buena ley universitaria”; “Nopodemos investigar porque falta una política científica”;“No podemos promover la investigación porque no disponemosde un buen inventario de laboratorios, equipos y gente”; “Laculpa la tienen los empresarios porquesólo les interesa ganar di-nero”. “La culpa la tienen los científicos porque sólo les preo-cupa publicar papers y mejorar su curriculum”, etcétera, etcé-tera.”

Como ocurre generalmente, todas y cada una de estasafirmaciones tienen su cierto contenido de verdad y el con-junto describe una situación que se expresa patéticamente através de un círculo vicioso bien conocido: dependencia (latecnología debe provenir del exterior) > falta de creaciónpropia (“para qué crear si el conocimiento se puede oom-prar”) > complejo de inferioridad (“no podemos crear”)> dependencia (“hay que comprar la tecnología en el exteriorporque no sabemos crear”) yasí siguiendo.

* Ver nota 12 de pág. 15.

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CarfruLo u

EL TRIÁNGULO NOS ENSEÑA DÓNDE ESTAMOS ?*

“Después de tanta mishiadura cuestamucho pensar en cosas grandes.”

Taxista anónimo

Al cabo de una década que comenzó con una predicciónque a muchos pareció “pretenciosa y engrupida”: “El hombrellegará a la Luna antes de que finalice esta década”, y queculminó con que el hombre llegó efectivamente a la Luna nouna sino dos veces, resulta retórico y trivial afirmar que estáocurriendo hoy la más profunda revolución cicntifico-tecnoló-gica de la Historia. Que si bien ya había dado pruebas con-tundentes de su existencia (energía atómica, computadoras,antibióticos, transistores, trasplante de órganos, radar, híbri-dos, etc.), se metió definitivamente en nuestras concienciascuando, gracias a las ondas electromagnéticas, los satélites ar-tificiales, las antenas y los aparatos de TV, “estuvimos” todosen la Luna junto con los astronautas y comprendimos que laprecisión increíble y la inigualada eficiencia con que se cum-plían los “cuándo, cómo y dónde” que los científicos habíanpredicho, eran el resultado final de un gigantesco programa,minuciosamente planeado y soberbiamente ejecutado. Enton-ces, junto con el insólito espectáculo del polvo lunar y de laTierra en cuarto creciente, tuvimos finalmente la vivencia del

* Versión de un artículo publicado en la revista Confirmado,29 de enero de 1970.

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poder demiúrgico de la investigación cientifico-tecnológica, desus posibilidades infinitas como instrumento de transformación,de su definitiva imprescindibilidad para toda Nación que pre-tenda ser tal. La revolución científico-tecno!ógica —en dondeCiencia, Tecnología y Desarrollo se entrelazan e interconectanpara formar la trama misma de una sociedad moderna— nosimpactó como un directo a la mandíbula (como quería RobertoArlt) y nos reveló su potente vitalidad, su abrumadora vigencia.

Sí, es retórico y trivial hablar de una revolución en la queestamos sumergidos hasta las orejas. No lo es, sin embargo,preguntarnos ¿qué pito tocamos nosotros —los argentinos— enclla?; ¿qué diablos somos en este drama histórico: actores,partiquinos, espectadores, amigos del boletcro? Y sobre todo,¿qué harcmos en las próximas décadas cuando esta revoluciónse acelere aún más y barra definitivamente de la Historia ulas naciones que no participen plenamente en ella y de cuya.soberanía sólo quedarán bandera e himno como símbolos hue-cos de un pasado que definitivamente terminó?

Para efectuar el diagnóstico de nuestra situación presentey diseñar una estrategia para nuestro rol futuro utilizaremosun sencillo modelo.

Enfocada como un proceso político consciente, la acciónde insertar la ciencia y la tecnología en la trama misma deldesarrollo significa saber dónde y cómo innovar. La experien-cia histórica demuestra que este proceso político constituye elresultado de la acción múltiple y coordinada de tres elementosfundamentales en el desarrollo de las sociedades contemporá-neas: el gobierno, la estructura productiva y la infraestructuracientíficotecnológica. Podemos imaginar que entre estos treselementos se establece un sistema de relaciones que se repre-sentaría por la figura geométrica de un triángulo, en dondecada uno de ellos ocuparía los vértices respectivos y al quellamaremos triángulo TG E.

Analicemos a continuación, de modo más preciso, las ca-racterísticas de cada uno de los vértices, comenzando por el 1,que corresponde a la infraestructura científic»-tecnológica.

Visto como un producto social, hacer investigación suponela existencia de dicha infraestructura científico-tecnológica,que es el siguiente complejo de clementos articulados e inter-relacionados entre sí:

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a) El sistema educativo que produce en la calidad y can-tidad necesarias los hombres que protagonizan la investigación:científicos, tecnólogos, ayudantes, asistentes, operarios, admi-nistradores;

b) Los laboratorios, institutos, centros y plantas-piloto,formados por hombres, equipos y edificios, donde se hace in-vestigaciones;

. Cc) El sistema institucional de planificación, de promoción,de coordinación y de estímulo a la investigación (consejos deinvestigación, academias de ciencias, etc.);

d) Los mecanismos jurídico-administrativos que reglan elfuncionamiento de las instituciones y actividades descriptas ena), b) y c);

e) Los recursos económicos y financieros aplicados a sufuncionamiento.

La calidad de una infraestructura dada está determinadapor todos y cada uno de estos elementos y por su armoniosay permanente trabazón. Por esta razón, la debilidad de la in-fraestructura científico-tecnológica en nuestros países provienede la acción simultánea de varios factores negativos: sistemaseducativos anticuados que en general no producen hombrescreativos o los combaten; mecanismo jurídico-administrativosde gran rigidez, ineficientes, y generadores de una atmósferaburocrática poco propicia a la actividad creadora; recursos es-casos o mal distribuidos; olvido persistente de que la calidadde la investigación resulta de la calidad de los investigadores,razón por la cual estos deben ser celosamente respetados y sulibertad académica plenamente garantizada; planificación in-existente o de nivel rudimentario, incapaz de precisar metas odelinear estrategias compatibles con la libertad académica; pro-moción y estímulo fuertemente imbuidos por el favoritismopolítico, o por relaciones sociales elitistas, o por actitudesconformistas; estructuras administrativas que dificultan lacreación de cuadros técnicos auxiliares imprescindibles (vi-drieros, proyectistas, torneros, electrónicos, etc.); remuneracio-nes que cn muchos casos imposibilitan el desempeño full timedel personal; universidades tradicionales donde la investigaciónes considerada como una función secundaria; investigación casinula en el sector privado y muy débil en el sector público li-gado a la producción (energía eléctrica, petróleo, carbón, tele-

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comunicaciones, siderurgia, transportes, etc.). Reforzar la in-fraestructura, supone por consiguiente una acción coordinadasobre el conjunto de los elementos que la integran, en funciónde un diagnóstico preciso del estado real de cada uno de ellosy de las circunstancias propias de cada país.

Definiremos el vértice estructura productiva E en un sen-tido general, como el conjunto de sectores productivos queprovee los bienes y servicios que demanda una determinadasociedad. El vértice gobierno CG, por su parte, comprende elconjunto de roles institucionales que tienen como objetivo for-mular políticas y movilizar recursos de y hacia los vértices dela estructura productiva y de la infraestructura científico-tec-nológica a través, se entiende, de los procesos legislativo yadministrativo. Los vértices están caracterizados desde el puntode vista funcional, lo cual permite ubicar correctamente en elvértice correspondiente a muchos sectores de actividad quepor su naturaleza podrían crear confusión: así, por ejemplo,una empresa propiedad del Estado que produce acero perte-nece al vértice estructura productiva y no al vértice gobierno,pese a que su control esté en manos del gobierno, y del mismomodo, un laboratorio de investigaciones, propiedad de una em-presa privada, pertenece al vértice infraestructura científico-tecnológica y no al vértice estructura productiva.

Como podemos observar, cada vértice constituye un cen-tro de convergencia de múltiples instituciones, unidades de de-cisión y de producción, actividades, etc., motivo por el cualestaríamos en condiciones de afirmar que las relaciones queconfiguran cl triángulo tienen también múltiples dimensiones,pudiendo, en consecuencia, seleccionar las que a nuestro en-tender resultan más importantes para precisar el punto de vistaadoptado. De este modo el triángulo IGE se definiría porlas relaciones que se establecen dentro de cada vértice, a lasque denominaremos intrarrelaciones; por las relaciones que seestablecen entre los tres vértices del triángulo, a las que iden-tificaremos como interrelaciones y, en fin, por las relacionesque se establecen entre el triángulo constituido, o bien, entrecada uno de los vértices con el contorno externo del espacio enel cual se sitúan, a las que llamaremos extrarrelaciones.

Las relaciones que se establecen dentro de cada vérticetienen como objetivo básico el de transformar a estos centros

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de convergencia en centros capaces de generar, incorporar ytransformar demandas en un producto final que es la innuva-ción clientífico-tecnológica: ello requiere la capacidad de rea-lizar una acción deliberada en este campo para formular uncuerpo de doctrina, de principios y de estrategia capaz de fijarmetas posibles, cuyo logro depende de una serie de decisivnespolíticas, de la asignación de recursos y de la programacióncientífico-tecnológica. En términos generales, esta acción degobierno no se realiza en América Latina; quizá sea pusiblediscernir un esfuerzo cuando se trata de imaginar doctrinas yprincipios generales que deberían ser realizados en este turreno,pero es realmente difícil comprobar la capacidad gubernamen-tal para traducirlos en hechos eficientes.

La existencia histórica de cste triángulo de relaciones cien-tífico-tecnológicas ha sido suficientemente explicitada por eco-nomistas, sociólogos e historiadores, motivo por el cual cree-mos innecesario reivindicar la originalidad de este enfoyuc. Elproceso por el cual se estructura tal sistema de relaciones enuna sociedad, está claramente ilustrado por la experiencia delos Estados Unidos. En este caso la guerra, entendida comoun factor desencadenante del proceso, ha jugado un papel de-cisivo. Hasta la Segunda Guerra Mundial en efecto, la innova-ción fue el resultado de diversas causas, principalmente de laacción recíproca de las fuerzas del mercado y de acontecimien-tos bélicos como la incidencia de la Guerra de Secesión cn losestados industriales del norte y, en mucho menor grado, laPrimera Guerra Mundial. Durante la década del 40 el gobier-no actuó sobre la infracstructura científico-tecnológica ” y laestructura productiva industrial en una escala much> mayorde lo que había ocurrido anteriormente, convirtiéndose en elpromotor más importante del proceso «de innovación. Los éxitosespectaculares obtenidos por la aplicación deliberada y cons-ciente de la ciencia y de la técnica (avión a reacción, radar,bomba atómica, etc.) y la nueva situación provocada por laguerra fría, contribuyeron a que el gobierno continuara desem-peñando un papel decisivo como impulsor de las relacionesque configuran nuestra imagen del triángulo.

* Ver en este sentido, Política y planificación científica y tecno-lógica. M. Haly Carrére, Unidad de Desarrollo Tecnológico, Departa-mento de Asuntos Científicos, Unión Panamericana.

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La experiencia histórica permite, pues, inducir esta ima-gen simplificada de las relaciones entre gobierno, ciencia-tec-nología y estructura productiva. Sin embargo, la exposiciónde este sistema de relaciones no pretende tan sólo interpretaruna realidad en función de un modelo analítico definido deantemano,sino, además, demostrar que la existencia del trián-gulo IG asegura la capacidad racional de una sociedad parasaber dónde y cómo innovar y que, por lo tanto, los sucesivosactos tendientes a establecerlo permitirán alcanzar los objeti-vos estratégicos propuestos anteriormente.

Triángulo IGE

G

G: Cobierno

E: Estructuraproductiva

1: Infraestructuracientífico-tócnica

————p

E ]

La cualidad que asignamos a los sujetos que actúan en elvértice-infraestructura científico-tecnológica es la capacidadcreadora. Ella resulta de un atributo esencial de la investiga-ción científica. Es cierto que el extraordinario desarrollo de laciencia ha transformado los modestos laboratorios de preguerra—donde, sin embargo, se produjeron los avances fundamentalesde la física de este siglo— en verdaderas fábricas de conoci-miento con todo lo que esto implica en materia de recursos;pero no es menos cierto que la investigación ha sido, es y seráun producto de la inteligencia humana. No cabe duda que el

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trabajo en equipo y con recursos abundantes aumenta la efl-ciencia y puede que estimule la creación —aunque muchas ve-ces la inhibe—, pero es muydifícil que la produzca: la creaciónes un acto singular de una mente singular; aquéllos que vivenel espejismo de los equipos costosos, los instrumentos sofistica-dos y los edificios muy funcionales, ignoran la verdad capitalde que la capacidad creadora es la virtud esencial de la inves-tigación. Un científico mediocre producirá ideas mediocres ysi se suman científicos mediocres, las ideas continuarán siendomediocres por más dinero que se les inyecte. Porello se ha di-cho con razón que un laboratorio no vale tanto por las dimen-siones del edificio que ocupa ni por los recursos en cquipo einstrumental que posea, sino por la calidad y la cantidad deinteligencia de los hombres que lo integran.

Por último, el objetivo básico de la estructura productivaserá garantizado por la capacidad empresarial pública o priva-da, que en este caso la definiremos, siguiendo las clásicas ideasdesarrolladas por Schumpeter, como aquella función que “con-siste en reformar o revolucionar el sistema de producción, ex-plotando un invento, o, de una manera más general, una posi-bilidad técnica no experimentada para producir una mercancíanueva o una mercancía antigua por un método nuevo, paraabrir una nueva fuente de provisión de materias primas o unanueva salida para los productos, para reorganizar una indus-tria, etc.” *,

A partir de la gran revolución cientifico-tecnológica de lasegunda mitad del siglo xx, es imposible imaginar un esfuerzosostenido y constante en ciencia y tecnología sin tener en cuen-la un presupuesto básico: que la generación de una capacidadde decisión propia en este campo es el resultado de un procesodeliberado de interrelaciones entre el vértice-gobierno, el vér-tice-infraestructura científico-tecnológica y el vértice-estructuraproductiva. Este proceso se establece a través del flujo de de-mandas que circulan en sentido vertical (interrelaciones recí-procas entre el vértice gobierno y los vértice infraestructuracientífico-tecnológica y estructura productiva) y en sentido ho-rizontal (interrelaciones recíprocas entre los vértices infraestruc-tura científico-tecnológica y estructura productiva).

e Capitalismo, socialismo y democracia. J. A. Schumpceler, Ma-drid 1963, pág. 11.

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Las interrelaciones en sentido vertical merecen analizarseon la perspectiva de la acción gubernamental. Con respecto ala interrelación gobierno-infraestructura científico-tecnolégica,conviene señalar que el vértice de la infraestructura dependevitalmente de la acción deliberada del gobierno entendida enun sentido muy amplio, sobre todo en lo que se refiere a laasignación de recursos. Pero junto a este aspecto económico dela cuestión, el vértice-gobierno juega también el papel de cen-tro impulsor de demandas hacia la infraestructura científico-tecnológica, demandas que, por otra parte, pueden ser incor-poradas, transformadas o bien eliminadas en función de unacto que genera una contrademanda de reemplazo. En estoscasos posibles entre otros, el vértice-infraestructura científico-tecnológica satisface estas demandas y propone desarrollos ori-ginales. Un ejemplo notable de este proceso de interrelación,lo constituye el desarrollo de la bomba atómica cuya idea ori-ginal nace en la infraestructura (capacidad creadora) y el go-bierno asume la necesidad de traducirla en hecho eficiente,planteando una demanda explícita y asignando los recursos ne-cesarios para lograr una respuesta (capacidad de realizar unaacción deliberada en esta materia por medio de decisiones polí-ticas). La dificultad mayor reside en el modo cómo se conce-

birá la formulación de programas una vez tomada la decisiónpolítica. No conviene olvidarlo: una correcta formulación deuna política cientifico-tecnológica exige que en el proceso degeneración de demandas en los órganos gubernamentales, setengan en cuenta las opiniones de los sujetos que componen lainfraestructura cientificotecnológica y aún que algunos de ellostengan asignadas funciones de importancia en estos Órganosde programación.

La interrelación gobierno-estructura productiva dependefundamentalmente de la capacidad de discernimiento de am-bos vértices acerca del uso posible del conocimiento existentepara incorporarlo a nuevos sistemas de producción. Histórica-mente, la capacidad empresarial contribuyó a generur una in-fraestructura científico-tecnológica con el desarrollo, por ejem-plo, de laboratorios de investigación adscriptos a la ustructuraproductiva. A través de este sector puede insertarse, y de he-cho se inserta, la acción gubernamental, generando demandasy afectando recursos a ciertos sectores de la estructura produc-

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tiva seleccionados de acuerdo con diferentes criterios, entre loscuales los estratégicos son sumamente importantes. Convieneno confundir los niveles de análisis: es evidente que el vértice-gobierno se relaciona con el vértice-estructura productiva me-diante una acción sobre la infraestructura científico-tecnológica,pero mientras en este caso el motivo de la demanda y de laasignación de recursos se relaciona directamente con la estruc-tura productiva, en el caso de una interrelación directa con lainfraestructura científico-tecnológica puede producirse, junto aeste primer aspecto, una relación indirecta por la vía, por ejem-plo, de las interrelaciones de tipo horizontal que analizaremosa continuación.

Las interrelaciones de tipo horizontal son las más comple-jas de establecer, salvo en el caso ya señalado donde la infra-estructura científico-tecnológica está adscripta a la estructuraproductiva, dependiendo directamente de las empresas. Cuan-do se trata de actividades diferenciadas no sólo de acuerdocon su función sino también de acuerdo con su posición insti-tucional (por ejemplo, una empresa que no realiza actividadesde investigación frente a una institución consagrada exclusi-vamente a tareas científicas), uno de los métodos más ade-cuados para desbrozar el camino por donde circulen las de-mandas recíprocas, parece ser el de la movilidad ocupacional,o transferencia recíproca del personal humano de uno a otrovértice. Si se acepta la hipótesis de que los sujetos de ambosvértices cuentan con una capacidad creadora y una capacidadempresarial, las vías de comunicación estarán necesariamenteabiertas, pero si, en cambio, se vistumbra —tal como ocurreen América Latina— que ambas cualidades son muchas vecesinexistentes en los sujetos de uno y otro vértice, el peligrodel encierro y del diálogo de sordos entre empresarios y cien-tíficos se presenta como un obstáculo muchas veces insuperab'e.

Conel auxilio de este modelo podemos ahora intentar sa-ber dónde estamos.

1. Vértice 1 y sus interacciones

Si bien la infraestructura científico-tecnológica de Argen-tina es la más fuerte de América Latina es, en cambio, débil

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particularmente en cantidad y calidad de rggursos humanos—comparada con las de Canadá y Australia.1Pero mucho másgrave aún: está fuertemente desarticulada (intrarrelaciones muytenues), bsolutamente aislada (interrelaciones con G y E casiinexistentes) y crecientemente alienada (sus extrarrelacionescon la infracstructura científico-tecnológica extranjera son másimportantes que sus intra e interrelaciones). Frente a la au-sencia de demandas concretas de G y E es incapaz de definirsu rol socio-económico en un país en desarrollo, los científicosy tecnólogos de I autodefinen su gestión en abstracto y de-dican sus esfuerzos al progreso general de la Ciencia y laTécnica consideradas como categorías intelectuales y no comoinstrumentos de desarrollo. Asi, el Consejo Nacional de Investi-gaciones Cientificas y Técnicas (alenti a la confusión, que nues-tro amora la Ciencia nos ha llevado a tener varios Consejos:el CNICT -—<que preside el Dr. B. Houssay—, el CONACYT—Consejo Nacional de Ciencia y Técnica, que preside el Pre-sidente de la Nación y cuyo Sccretario es el Dr. A. Taquini(quien no debe ser confundido con el Dr. A. Taquini (h),Decano de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de laUniversidad Nacional de Buenos Aires)- y el CAN, Con-sejo Nacional Asesor del CONACYT, que preside el Dr. B.Houssay (el CAN, no el CONACYT) y depende del Dr. A.Taquini ha cumplido con regular éxito la función de reforzarla infraestructura, particularmente mediante la creación de lacarrera de investigador— pero en cambio ha sido muy pocoeficiente en poner esa infraestructura al servicio de la soluciónde problemas concretos de la sociedad. Mucho peor es lo queocurre en las universidades, con una estructura anacrónica di-señada para servir a una sociedad estática y atrasada: en lasnacionales, el bajísimo número de personal full-time (en la Fa-cultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires sobre211 profesores había —en 1968— sólo 23 full-time, de los cualessolamente 7 eran titulares, y sobre un personal auxiliar de 1.169personas sólo 16 —12 jefes de trabajos prácticos y 4 ayudantesde primera— eran full-time), la casi inexistencia de carreras deposgrado, la escasa cantidad y calidad de trabajos cientí-ficos publicados y de patentes registradas, expresan con clari-dad una situación deplorable; en cuanto a las universidadesprivadas, las estadísticas demuestran su notoria espccializa-

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ción en la producción de abogados, notarics, procuradores, es-cribanos, licenciados varios, “and the like”.

Finalmente, como prácticamente la totalidad de la infra-estructura l está bajo control del vértice gobierno, sufre lasconsecuencias de que éste aplica a su funcionamiento las nor-mas y procedimientos administrativos generales que aplica alresto de sus organismos e instituciones, desconociendo así enla práctica —por aquello de que para un Secretario de Hacien-da una lapicera en manos de un burócrata es igual a una la-picera en manos de Einstein— que un organismo creativo nopuede ser gobernado de la misma manera que un organismoburocrático.

2. Vértice G y sus interacciones

Pese a la existencia de universidades, institutos y centros deinvestigación, laboratorios, plantas pilotos, CNICT, CONACYT,CAN, INTI; pese a las enormes directas responsabilidades gu-bernamentales en las obras de infraestructura (caminos, ferro-carriles, energía, combustibles, vivienda, comunicaciones, etc.);pese a su rol decisivo en la generación y mancjo del créditodestinado a diferentes sectores de bienes y servicios; pese aque es el más importante comprador de bienes y servicios; cnresumen: pese a que el gobierno es prácticamente el “dueño”de la infraestructura científico- tecnológica y el factor dctermi-nante en el funcionamiento de la estructura productiva no hasido aún capaz de establecer interrelaciones eficientes con 1,ni entre éste y E, ni mucho menos formular una política cien-tífico-tecnológica. En su propio vértice, las intrarrclaciones sonmuy débiles e incapaces de hacer converger eficientemente los

esfuerzos y recursos de sus diversos miembros. Los recursostotales destinados a Ciencia y Tecnología (0,2 % del ProductoBruto, según el Dr. A. Taquini; 0,35 % según otros observado-res) y su utilización poco eficiente, muestra poca sensibilidad—más allá de la retórica de los discursos de circunstancias— ymucha desorientación en problemas tales como patentes indus-triales, regalías por know-how, emigración de talento, etcétera.Su comportamiento en ocasión de crisis político-institucionalesdemuestra que no considera a esa infraestructura como un ele-

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mento vital del desarrollo de la sociedad. Su pasión por losorganigramas prueba que no comprende la verdadera natura-leza de los procesos históricos y que tiene gran apego al nomi-nalismo.

3. Vértice E y sus interacciones

Acá la situación es patética porque la innovación provienemás y más de fuentes extranjeras a través de patentes, licen-cias, know how, acuerdos y radicación masiva de compañíasextranjeras. La inversión directa de E en Ciencia y Técnicaes muy baja, incluso en los sectores estatales que prácticamentemonopolizan la producción de energía, el funcionamiento de lascomunicaciones, la construcción de caminos, la producción ycomercialización de combustibles, etcétera.

Además, y lo que es peor, Eni siquiera reclama de G unaenérgica política de incorporación de la Ciencia y la Técnicaen el desarrollo, ni presiona por disposiciones administrativas,financieras y económicas que le permitan una mayor acción pro-pia. En E como en G la aceptación de la importancia de laCiencia y la Técnica —cuando éstas son producidas en el pro-pio país— es retórica y epidérmica.

Diagnóstico global

En el lenguaje del triángulo I G E la situación puede re-sumirse diciendo que no sólo no existen triángulos “globales” osiquiera “sectoriales” o “parciales” sino que no hay siquieraconciencia clara de su necesidad. El vérticc gobierno no for-mula ni implementa políticas; la estructura productiva se de-dica full-time a la incorporación de innovación extranjera; lainfraestructura científicotecnológica emplea su no muy fuertecapacidad creativa en relación solamente con las funciones ecu-ménicas de la Ciencia y la Técnica. Los integrantes de cadavértice —administradores en G, empresarios en E, investigado-res en I— carecen de un lenguaje común y no han sido capacesde explicitar su rol y asumir plenamente su responsabilidad.Por lo tanto, en la revolución científico-teonológica de nuestrotiempo somos hasta ahora espectadores ubicados en el galli-

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nero (con algunas honrosas excepciones en la cazuela) ¡y lo quees mucho peor, parece que no nos damos cuenta de ello, exis-tiendo incluso quienes creen que ni siquiera hay función!

A esta altura del partido, estoy seguro de que habrá lecto-res (los “contreras de siempre”) que se sentirán muy felices conel trabajo de mi bisturí; otros (los “oficialistas” de turno) quedirán indignados: “¡qué barbaridad! ¡este tipo debe ser comu-nista por las cosas que dice!” Ni tan tan, ni muy muy, comoquería aquel célebre personaje de la Revista Dislocada. Por-que algunos hechos enseñan que lentamente se comienza a to-mar conciencia del problema: la proyectada desgravaciónimpositiva para donaciones destinadas a instituciones privadasdedicadas a la investigación; la participación de científicos ytécnicos argentinos en el proyecto y construcción de la CentralNuclear Atucha; la adjudicación del estudio de un modelo ma-temático de da Cuenca del Plata a una empresa constituida porinvestigadores argentinos; la activa participación de centros ylaboratorios argentinos en el Programa Regional de DesarrolloCientífico de la OEA; la creación y puesta en operación delServicio Naval de Investigación y Desarrollo; la nueva estruc-tura salaria de los miembros de la carrera del investigador;losseminarios, conferencias y reuniones realizadas por FundaciónBariloche, Fundación Di Tella, IDEA, Cámara Argentina deSociedades Anónimas, etcétera; los premios a investigadoresacordados por el Gobierno de la Provincia de Santa Fe, etcétera.

Todo esto es muy alentador, pero poco, muy poco si que-remos pasar del gallinero a la platea para luego saltar al esce-nario. En los próximos tiempos tenemos que hacer mucho más ycon más vigor, entusiasmo, originalidad, y sobre todas las co-sas, con una comprensión más clara del problema.

Comencemos por precisar que el objetivo central es la in-corporación de la Ciencia y la Técnica al proceso de Desarrollo.Se trata de un proceso político deliberado que se propone aco-plar investigación y estructura productiva. En términos deltriángulo IGE nuestro objetivo se traduciría en lograr el esta-blecimiento de la mayor cantidad de triángulos posibles y conla mayor “perfección” hasta lograr, eventualmente, un trián-gulo global que exprese que en la sociedad como un todoexiste un sistema fluido y permanente de interrelaciones entrelos diferentes protagonistas.

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Para esta estrategia de ir “triangularizando” el país debetenerse presente que los triángulos no se establecen por “de-creto” (¡Qué airc fresco recorrería la Argentina si el Gobiernodejase —¡por un par de añitos!— de dictar decretos, disposicio-nes, reglamentaciones, instrucciones, organigramas (¡ay!) yotras yerbas!) sino que son consecuencia de un proceso sociu-político que se acelera en la medida que sus protagonistas va-yan teniendo una mejor conciencia de su rol. En particular, lasintrarrelaciones en cada vértice y las interrelaciones entre losvértices significan el establecimiento de canales fluidos de co-municación que sólo se logran cn la medida que los partici-pantes tengan intereses comunes, definan objetivos comunes yse comuniquen con un lenguaje común. Y, fundamentalmente,todos deberán tratar de entender la naturaleza verdadera delproceso de desarrollo, que significa mucho más que aumentarel nivel económico de la sociedad. Desarrollo significa, en úl-tima instancia, transformar una sociedad tradicional en una so-ciedad moderna. No es un regalo de Dios sino un prozo;o cos-toso y penoso. Un país en desarrollo es por lo tanto un paísen crisis; y permanecerá en crisis mientras esté en desarrollo.Así ocurrirá con la Argentina. Por lo tanto, a no soñar con unorden, una paz, una estabilidad que no va a existir, que nopuede existir; con una “estrategia del orden” cuando la únicaposible será la “estrategia del caos”.

“Menos bla-bla y más cosas concretas” estarán pidiendo agritos los pocos lectores que hayan sido capaces de llegar hastaaquí, aguantando, con profundo amor a la Ciencia, mi somní-fero estilo. Como premio a su constancia o fidelidad acá vanunas cuantas propuestas:

—Poner en marcha de inmediato —a título de ensayo ypara que sirvan de ejemplo— diversos triángulos, e'igiendoaquellos sectores donde las probabilidades de éxito son ma-yores (¿energía?, ¿telecomunicaciones?, ¿metalurgia?).

—Promover las acciones conducentes a la creación deuna atmósfera socio-cultural apta para la creación y la in-novación *.

* Posdata 1979: Por sobre todas las cosas, respetar a los investi-gadores, cesar la discriminación ideológica y la persecución política, for-

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—Incentivar fuertemente la participación de la estructuraproductiva en la creación y propagación de la innovación(fomento de investigación en la industria, promoción de in-venciones, etc.).

—Introducción de la variable “ciencia y tecnología” en laformulación de políticas económicas y financieras (créditos,tarifas, barreras arancelarias, radicación de capitales, etc.).

—Formular una política de compras del sector público quepromueva la innovación tecnológica propia.

—Al estilo del “compre argentino”, estimular una políticade “use tecnología argentina”.

—Aumentar los recursos destinados a ciencia y tecnología.—Promover la formación de más y mejores investigadores.—Reformar (¡en serio!) las universidades para convertir-

:as en elementos dinámicos del desarrollo.—Establecer servicios de extensión técnica en relación con

todos los sectores de Ja estructura productiva.—Establecer mecanismos administrativos ad hoc para los

institutos de investigación bejo control del Estado, recono-cléndoles el carácter de “organismos de investigación y desa-rrollo”, categoría que debiera existir autónomamente en nues-tro Derecho Administrativo.

—Promover una adecuada circulación de recursos huma-nos entre los tres vértices, de modo que haya empresariosen los consejos de política científica y en los consejos dedirección de institutos y centros; investigadores en los consejosempresarios y en los directorios de empresa, etcétera.

—Alentar, con créditos a muy largo plazo, subsidios di-rectos y contratos, la formación de laboratorios de investiga-ción en la industria.

—Reforzar y movilizar aquellos sectores de la infraestruc-tura que han dado pruebas de creatividad, excelencia y mo-tivación.,

e

talecer su libertad académica y asegurarles un vivir decoroso; como con-trapartida exigirles dedicación, capacidad, austeridad, honestidad y res-ponsabilidad.

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INTERLUDIO 1

DEL MANOSEO CONSIDERADO COMO UNA DE LASBELLAS ARTES?”

“Qué van a ser ministros éstos, que tie-nen que pedirle audiencia al Presidente.”

(De un reportaje aFederico Pinedo)

1. “El manoseo a que suelen ser sometidos ministros,secretarios de Estado, subsecretarios y altos funcionarios engeneral, ha pasado a ser algo así como una costumbre nacionalpracticada con pericia por los que mandan (o creen que man-dan...), aceptada con candor por buena parte de los mandadosy tolerada con resignación por la gran mayorla que presenciaabsorta este juego ridículo. Entre las formas más corrientes demanoseo está la de informar extraoficialmente que tal minis-tro o funcionario renunciaría o sería reemplazado o se estudia-ría la recstructuración de tal ministerio o repartición. Como essabido, el manoseo culmina cuando —luego de varios desmen-tidos— el renunciante se entera por los diarios que ha renun-ciado, o que su ministerio, repartición o empresa ha sido rees-tructurado, disuelto o simplemente cambiado de nombre.”

Cuando publiqué esto hace ya tres meses, sé que variosministros y funcionarios se molestaron mucho al leerlo, pro-

* Publicado en el diario La Opinión, el 14 de octubre de 1971.

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bablemente por aquello de que pocas cosas molestan tantocomo mentar la soga en casa del ahorcado (del ahorca-ble, habría que decir con más propiedad); por eso mismorecibieron con alivio y aprobaron con énfasis el comentarioque un medido editorial de un prestigioso matutino dedicaraa mi renuncia, de la cual el anterior era el párrafo inicial:“... (sus) términos y conceptos resultaron prácticamente iné-ditos dentro de los usos y costumbres del trato habitual en es-feras de actuación pública de semejante rango”. Se sintieronmuy cómodos al comprobar que el manosco tenía status, queno Otra cosa era que el establishment —por vía de uno desus órganos más autorizados— lo considerara parte del “tratohabitual” en “semejante rango”.

2. Pese a su heterodoxia y a su desagradable “falta deestilo”, creo que hay que aceptar que mi texto anterior esesencialmente correcto, como termina de demostrarlo acabada-mente la renuncia del Dr. Quilici, episodio verdaderamente“clásico” en el género, un auténtico ejemplo de libro de tex-to”. Sin embargo, este caso confirmó algo que yo sospechabahace tres meses pero que la falta de información y análisis meimpidió definir entonces: el manoseo es algo más que una cos-tumbre nacional, como entonces lo llamara; es un auténticoarte, que cultivamos con pasión y destreza y en el que hemosalcanzado jerarquía internacional. No somos por supuesto susinventores (cf. El príncipe de N. Maquiavelo), pero si noscontamos entre sus cultores más importantes y hemos contri-

buido con varios desarrollos originales.

Pero nuestro saber al respecto es hasta ahora exclusiva-mente empírico, por lo que es urgente realizar estudios que nosconduzcan a construir la base teórica imprescindible no sólopara desentrañar aspectos esenciales de arte tan exquisito, si-no para que ayude a mejorar la performance de sus intérpretes,manoseados y manoseadores. No vaya a ser que por falta deuna adecuada teoría, comencemos por desmejorar nuestra prác-tica, perdamos posiciones en el ranking mundial y como en tan-tas otras actividades en las que hemos sido primeros, termi-EN importando algún “experto” extranjero para que nosAyude...

Como una modesta contribución a tal estudio, presento al-

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gunas observaciones y comentarios que resultan de un primer—y rápido— análisis del “caso Quilici”. Confio en que este pe-queño trabajo inspire la producción de muchos otros, en losque se vuelquen el saber y la experiencia de investigadores máscalificados que yo, que los hay y muy buenos.

3. En el “caso Quilici” podemos reconocer la presenciade los elementos clásicos del género, junto con algunas varian-tes que lo enriquecen:

a) Hace algunas semanas comienza la habitual contradan-za de rumores, informaciones confidenciales, versiones e infi-dencias que dan por “posible”, “probable”, "esperable" y “se-gura” la renuncia del Ministro de Hacienda y Finanzas (de-nominado con precisión semántica por el Economic Survey, Mi-nistro de Hacienda y Hacienda o Ministro de Finanzas y Fi-nanzas, ya que Hacienda es rigurosamente sinónimo de Fi-nanzas).

b) Inmediatamente el Dr. Quilici entra en el juego a travésde la intervención de “círculos cercanos al Ministro”, “altosfuncionarios del Ministerio”, “voceros autorizados” y “observa-dores atentos y bien ubicados” que desmienten con entusiasmoque tal renuncia haya sido “presentada” o “pedida” o simple-mente “considerada”.

c) En la prensa especializada, seguida por la prensa po-pular luego de un prudente sondeo en los círculos adecuados,aparecen los primeros sesudos artículos sobre la “nueva orien-tación que habría que imprimirle al Ministerio para superar lagrave crisis estructural, coyuntural o estructo-coyuntural en laque está sumergido el país por causa, naturalmente, de la de-sacertada conducción del Dr. Quilici” y se lanzan también losprimeros nombres de los probables candidatos a sucederlo.De paso sea dicho, la mayoría de esos nombres proviene de“autocandidatos” —siempre listos, como los boy-scouts, para “sa-crificarse” en la función pública— o son publicados con el be-nemérito propósito de “quemarlos”.

d) Mientras esto se desarrolla “al aire libre”, por dentrocomienzan a usarse otras armas menos conocidas por el granpúblico pero igualmente clásicas y de probada eficiencia: elMinistro comienza a tener dificultades para conseguir audien-cia con el Presidente, que antes lo recibía casi a diario; sus

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proyectos de leycs y decretos se “atrancan” a distintos ni-veles, cada vez más inferiores a medida que cl proceso avanza;los nombramientos que propone no obtienen el visto bueno delos servicios de informaciones, etc. Un arma muy espectacular,puesta de moda por Onganía que la empleó con particularsaña, es la de los célebres decretos de viajes al exterior: bienusada rinde altos dividendos en materia de manoseo, particular-mente cuando el ministro desea o necesita —quizá por muyatendibles razones— que lo acompañen en su gira uno o variosfamiliares.

Esta poderosa artillería interna suele ser empleada con undelicado sentido del tempo, con maniobras y contramaniobrasperfectamente calibradas de manera de crear la “tortura por laesperanza”, seguramente uno de los aspectos más refinados delmanoseo, y con la ayuda que representa operar en la discretaintimidad de gabinetes y despachos.

Hasta aquí, lo clásico. Pero en el “caso Quilici” se agre-garon ciertos procedimientos novedosos que merecen ser des-tacados. De lado del Presidente, por lo menos dos que san co-nocidos: un trascendido de que el Dr. Quilici debería regresarde Washington un día sábado y no un día martes, como apa-rentemente éste se había propuesto; y la célebre reunión deeconomistas —verdadera innovación en la materia— realizadaen ausencia de Quilici para analizar la situación económica delpaís.

Quilici respondió a estas variantes con varias intervencionesinteresantes. En primer lugar, una de sus subsecretarías res-pondió al trascendido sobre su fecha de regreso informandoqueel Sr. Quilici volvería de Washington en la fecha decididaantes de su partida, que era por supuesto el sábado...; de lareunión de economistas dijo que se trataba de un ejemplo másde la política de apertura y colaboración del Gran AcuerdoNacional. Con respecto a los rumores de su renuncia aventuróun “gambito” realmente audaz al responder a un periodista:Mi vocación de servicio está totalmente puesta al servicio de

la Revolución Argentina”. Y digo que esto es audaz, porque “vo-cación de servicio” es hasta ahora una expresión de uso exclu-sivamente castrense: como se sabe, es esa cualidad la que haceposible que con la misma autoridad, capacidad, honradez,cfi-

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ciencia y hasta prestancia con que comandan un buque, un re-gimiento o una escuadrilla, los oficiales de las Fuerzas Arma-das —en actividad o retiro— puedan dirigir un banco, desem-peñar una embajada, erradicar villas miserias, producir ener-gía, extraer minerales, procesar censos, conducir investigacionescientíficas, gobernar municipalidades, procesar petróleo, co-mercializar gas, calificar programas de radio y televisión, inte-grar directorios de empresas nacionales o extranjeras, estataleso privadas, y desempeñarse en tantas otras múltiples y comple-jas actividades cuyo ejercicio requiere “profunda vocación deservicio”.

Pero donde Quilici mostró su versatilidad y capacidadpara utilizar recursos coyunturales con rapidez, es cuando eneltexto de su renuncia dice: “El objeto de esta decisión lo cons-tituye mi firme propósito de dejar a usted en libertad de ac-ción, a fin de que pueda adoptar las medidas que considerenecesarias a consecuencia de los recientes acontecimientos depúblico conocimiento. ¡Bravol ¡Qué admirable empleo de la“asonada” del viernes 8! Y qué rendimiento: con esa sola fraseno sólo borra la historia anterior, sino que de paso se permiteel lujo de dar una lección de generoso y digno alejamiento alos demás ministros, a los que aparentemente los recientes acon-tecimientos no obligan a dejar en libertad al Presidente.

4. Seguramente que ante este nuevo episodio, los es-píritus cándidos se preguntarán absortos una vez más: ¿a quése debe el manoseo? ¿Cómo es posible que gente grande yaparentemente seria se preste a este tipo de cosas? Etcétera,etcétera. No faltarán las explicaciones pseudo-psicoanalíticassegún las cuales el manoseo no es otra cosa que una formasublimada del impulso sexual, y manoscado y manoseadorinte-gran la pareja necesaria para todo juego amoroso. Pese a queeste enfoque tiene sus atractivos —por ejemplo, se ve corrobo-rado porel lenguaje popular que para decir que uno no se dejamanosearutiliza la bien conocida expresión “¡A mí no me tocael... nadiel— no resiste un análisis serio que tome en cuentalas numerosas variables en juego. La explicación es simplemen-te la que ya expusieron los clásicos: el juego del poder. Enla Argentina de hoy los que tienen poder —las Fuerzas Armadas— tienen tanto pero tanto poder que terminan por

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perder las formas que imperan cuando la diferencia de poderentre el que manda y el “mandado” es razonable. Y los queno tienen están tan carentes de él que están dispuestos ahacer cualquier cosa a cualquier costo, para obtener aunquesólo sea un pedacito: que el ordenanza lo salude ceremoniosa-mente, que la señora sea recibida con cierta pompa y defe-rencia en las recepciones, que al píbe en la escuela la maestrale dé una “ayudita”, que el auto con chofer lo transporte rau-damente y sin problemas de estacionamiento (¡Dios sea loa-do!), que en el curriculum pueda escribir en el futuro “ex minis-tro”. Mientras que la diferencia de poder entre manoseadores ymanoseados sea tan astronómica como lo es hoy, continuaremosasistiendo al juego ritual que más de 300 ex ministros han pro-tagonizado en los últimos 10 años. “Porque el poder corrompe,y el poder absoluto corrompe absolutamente”.

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CarfruLo 111

HACER CIENCIA NOES FACIL... *

1. Consideraciones generales

1.1. La moderna teoría económica ha reconocido defini-tivamente que en la función de producción, la innovación tec-nológica es un factor tan importante como los factores “clási-cos”: capital, trabajo, materias primas.

1.2. Las innovaciones tecnológicas son producidas por laincorporación del conocimiento a la producción, con el objetode modificar un proceso productivo ya existente o de crear unoNUEVO.

1.2.1. La innovación puede ser producida para satisfacerdemandas existentes o generar otras nuevas.

1.2.2. El conocimiento incorporado a través de la innova-ción puede ser el resultado directo o indirecto de la investiga-ción, pero puede ser también el resultado de una observacióncasual, de un descubrimiento inesperado, de una intuición, deuna conexión fortuita de hechos, etcétera.

1.2.3. Algunas de las fuerzas que impulsan la innovaciónson los requerimientos del mercado, la sustitución de importa-

* De una conferencia pronunciada el 10 de junto de 1968 en elCentro de Estudios Industriales, Librería de las Artes, Buenos Alres.

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ciones, la escasez de materias primas, la calidad y disponibili-dad de la mano de obra, las ganancias previstas, la disponibili-dad de capital y por último, pero no por eso menos impor-tante, la guerra (¡fría o calientel).

1.2.4. Los obstáculos que frenan la innovación son socio-culturales (una sociedad con valores obsoletos, falta de habi-lidad y decisión empresarias, temor a la acción de los sin-dicatos); económicos (mercados monopólicos o altamenteprotegidos, mecanismos rígidos de mercado, costos y estructu-ras de precios artificiales); financieros (falta de capital, faltade elasticidad para nuevos esquemas financieros, renuencia ainvertir en nuevos procesos); políticos (sistema de impuestos,legislación de patentes, legislación de promoción industrial); ycientíficos (básicamente relacionados con una infraestructuracientífico-tecnológica débil).

1.3. Después de la Segunda Guerra Mundial, la innova-ción se ha convertido más y más en un esfuerzo concentrado,un objetivo explícito, una acción coordinada entre tres elemen-tos fundamentales: gobierno, infraestructura científico-tecnoló-e y estructura productiva de la economía (el triánguloIGE).

Si una sociedad acepta que la innovación es un compo-nente principal del desarrollo y que ésta debe ser consideradacomo un proceso socio-político consciente, consecuentemente elmodo más eficiente de generar y de propagar la innovación esel de establecer “triángulos” que correspondan diferentes sec-tores de la economía, a ramas diversas de un sector, a dos omás sectores que tengan un objetivo común, etc.; y tambiénpuede pasar que todos ellos —o la mayoría— “integren” un“gran triángulo” que abarque a la sociedad en conjunto, cuandoun objetivo común ha sido definido (como ocurre en el caso deuna guerra, por ejemplo).

Desde este punto de vista, el grado de desarrollo de unasociedad (o de una parte de ella) podría ser expresado en tér-minos de la perfección de su triángulo correspondiente y así sepodrían establecer comparaciones entre países y entre diferen-tes sectores del mismo país.

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1.4. En cste contexto, un “país bien desarrollado” es unodonde puede reconocerse la existencia de muchos triángulosbien establecidos, incluyendo uno que corresponda a todo elpaís. Sin embargo, dentro de ese país pueden existir sectores“menos desarrollados” al lado de otros “muy bien desarrolla-dos”. (En los EE.UU.sería el caso de la industria del acerocon un triángulo muy “pobre”, y la industria electrónica, conun “buen” triángulo.) Analizando vértices y lados puede serestablecida una clasificación entre países “bien desarrollados”,las diferencias pueden ser analizadas y la brecha tecnológicapuede ser medida. Por ejemplo, cl triángulo inglés tiene unvértice más fuerte (el científico-tecnológico) que el de Japónpero sus lados son menos “perfectos” y el resultado es un trián-gulo inglés más “imperfecto” que el japonés.

En los países en desarrollo pueden presentarse diferentessituaciones:

a) Vértices aceptables, pero lados muy pobres: es el casode la industria argentina donde el vértice de la estructuraproductiva es discreto, el vértice científico-tecnológico acepta-ble, pero el vértice gobierno es débil (no hay política científica,tecnológica ni industrial) y las intra e interrelaciones práctica-mente no existen. Consecuentemente, la innovación en estesector está muy por debajo de las reales posibilidades socio-económicas y se resuelve principalmente a través de las extra-relaciones del vértice estructura productiva con la industriaextranjera. La situación es diferente para la agricultura argenti-na donde las intra e interrelaciones están mejor desarrolladascomo para neutralizar la debilidad del vértice gobierno.

b) Vértices y lados no existentes o muy pobres: es el casode los países subdesarrollados (Paraguay, Bolivia, Ecuador,etc.).

c) Vértices que se están formando pero lados que no exis-ten aún: el caso de Venezuela, Chile y Colombia.

d) Vértices y lados en desarrollo estable: es el caso actualde Brasil donde los presupuestos para investigación y desarro-llo han sido grandemente incrementados, se está estableciendo

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una política científica y las intra e interrelaciones están siendomejoradas.

2. Infraestructura científico-tecnológica

2.1. Es útil considerar tres categorías diferentes de países:

a) Países con un sistema educacional muy pobre, sin in-fraestructura científico-tecnológica apreciable y sin consensosocial para el desarroHo de la ciencia y la tecnología.

b) Países con un sistema educacional amplio (aceptable anivel primario y secundario, mediocre a nivel universitario) unaestructura científico-tecnológica débil pero existente, un con-senso social (por lo menos nominal o retórico) para el desarro-llo de la ciencia y la tecnología.

c) Países donde la ciencia y la tecnología han sido definiti-vamente incorporadas a la sociedad y figuran como un impor-tante elemento de su riqueza, poder y prestigio.

La realidad cs heterogénea y dinámica, y por lo tanto, de-bemos considerar esta clasificación solamente como una guía,una forma de introducir algún orden en nuestras ideas, de lle-gar a algunas conclusivnes generales, aunque imperfectas. Essimilar —pero no igual—a la clasificación utilizada en contextosmás generalizados (países menos desarrolados, en desarrolloy totalmente desarrollados).

2.2. Se está poniendo más y más de moda —particular-mente entre economistas— el tratar de decidir a priori el tipomás “conveniente” de investigación para países del tipo B, ymucho tiempo y esfuerzo se gasta en determinar las ventajas ydesventajas relativas de la investigación pura vs. investigaciónaplicada, básica aplicada vs. aplicada básica, básica inspiradavs. aplicada inspirada y otras combinaciones convenientes yequivalentes de palabras similares. Para algunos de estos felicescolegas, el problema se reduciría a colgar una etiqueta a algunade las actividades de la investigación, transformarla en unaentidad económica”, insertarla en un pulcro modelo input-output, hacer algunos cálculos extraños y luego asignarle unaprioridad”. Este es un precioso ejercicio, pero por desgracia nomuy útil todavía; existen no sólo las dificultades epistemológi-

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cas de una distinción significativa entre los distintos tipos deinvestigación, o el problema de las muchas sorpresas de la His-toria que nos muestra tremendas transformaciones técnicas yeconómicas producidas por resultados de investigaciones abs-tractas; sino también algo más, más concreto en su naturaleza,de efectos más inmediatos: los países B —Jonde la estructuracientífico-tecnológica es débil— generalmente no tienen el po-tencial mínimo de investigación —lo que podríamos llamar el“umbral de investigación”— que permitiera canalizar, enfocar,dirigir la investigación hacia un objetivo “prioritario”. En lospaíses B, la cantidad de investigación es muy pequeña y sucalidad muy heterogénea; es más,la falta de una tradición cien-tífica de alto nivel hace difícil —y muchas veces imposible—reconocer si un trabajo de investigación es lo suficientementecreativo y riguroso como para ser calificado de excelente. Encualesquiera de los países B, entonces, menos importante quediscutir si la investigación pura o la aplicada es la más conve-niente, es obtener que la sociedad incorpore a su juego de valo-res propios dos conceptos simples pero fundamentales: 1) quela única forma de erigir una infraestructura de investigación eshaciendo investigación y 2) que en esta etapa de su desarrollosólo importa distinguir entre dos clases de investigación: lamala y la buena. Una importante conclusión resultaría entoncesinmediata: lo más conveniente y urgente en ciencia y tecno-logía sería producir buena investigación en la mayor medidaposible, independientemente del campo específico en el quese origine (sea ese campo topología o topografía por ejemplo),o de las preguntas que le guste contestar (el movimiento deuna partícula en el universo de Minkowsky o las característicasde viscosidad de una película de aceite) o de los problemas quetrate de resolver (la naturaleza del espacio-tiempo o el creepen aceros de alta aleación). Cuando ese “umbral de investiga-ción” haya sido alcanzado y transpuesto, la prioridad podráentonces ser asignada con algún sentido. De otra manera re-sultaría simplemente poner el carro delante del caballo...

Es obvio que las dos etapas del proceso —una cuando lacapacidad de investigación (o el capital científico) es creado(o “acumulado”); la otra cuando el “capital” es “invertido”—están Íntimamente ligadas, con muchas superposiciones entre

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sí. Sin embargo, la estrategia para llevar a cabo ambas etapasdeberá ser diferente en cada una de ellas.

2.3. En la etapa de la “creación” deberán realizarse accio-nes de tres tipos diferentes:

Primeras Acciones: llevarán directamente a establecer y/ofortalecer la infraestructura cientifica y técnica del país. Esteno es un objetivo tan simple como parece, particularmentecuando se está tratando de alcanzarlo a través de un procesofundamentalmente racional, sin la ayuda de la guerra (fría ocaliente, hasta ahora el más poderoso impulsor de la ciencia yla tecnología).

Las Primeras Acciones tendrían que ser no sólo del tipode las que aumentan la calidad y la cantidad de la investiga-ción —como cambiar la estructura de la Universidad, reforzarlos centros de investigación ya existentes y establecer otros nue-vos; crear y sostener instituciones científicas (Academia deCiencias, Consejo Nacional de Investigación, Sociedades de In-geniería, etc.) cambiar drásticamente los salarios y status delpersonal científico y tecnológico; hacer una nueva legislaciónpara el sistema de patentes; establecer beneficios de impuestosy subsidios para industrias que producen o auspician la inves-tigación; considerar amplios y generosos sistemas de becas ycontratos, etc.— sino también de las que contrarresten el sen-timiento de ansicdad y frustración que llena actualmente elcuerpo y el alma de los investigadores; que protejan a los cien-tíficos de las inestabilidades institucionales y políticas; que ga-ranticen la continuidad de su actividad investigadora *.

No necesito extenderme sobre los daños que puede sufrirla vida científica de un país debido a problemas políticos:muy fácilmente encontramos ejemplos dramáticos en los paísesB, pero también en los países C (la ciencia alemana duranteelrégimen de Hitler; la ciencia soviética bajo Stalin; la cienciade EE.UU. en la época de Mc Carthy). Existe sin embargouna diferencia: en un país C la ciencia puede ser reconstruida(y lo ha sido) rápidamente luego de una crisis política, mien-tras que en un país B ello exigirá tanto esfuerzo que quizáhunca pueda ser reconstruida nuevamente.

* Posdata 1979: ¡Esto lo deciamos en 1968! Lamentablementehoy hay que reclamarlo con mayor énfasis aún.

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Otros obstáculcs que se oponen al progreso científico ytecnológico en los países B son de diferente naturaleza peroigualmente peligrosos. Sacarlos del camino no es fácil porqueesos obstáculos acostumbran ser bastante específicos y las Pri-meras Acciones deben ser hechas a medida, basadas en unprofundo y directo conocimiento de la realidad. Un par deejemplos servirán mejor para transmitir a ustedes el tipo desituaciones que las Primeras Acciones deben enfrentar ycambiar:

a) Todo científico en el mundo —sca de un país A, Bo C—ha aprendido ya de una manera muy dura cómo debe pelearpor un presupuesto; pero mientras que en un país C la guerratermina una vez que el presupuesto es aprobado, en un país Besto significa solamente haber ganado el primer round: unpresupuesto aprobado no siempre significa que la Tesoreríaentregará los fondos asignados...

bh) Resulta muy ilustrativo describir el comportamiento delEstado con respecto 1 un centro de investigación en las tresdiferentes ctapas de su existencia. Etapa 1: cuando cl centroes fundado, los edificios inaugurados, los equipos instalados,el personal contratado, las inversiones son grandes, los fondosoperativos no importan, el entrenamiento toma mucho tiempo yrecursos, la investigación original es poca y discontinua, elentusiasmo es grande, el brain drain muy bajo.

A través de toda esta etapa —y especialmente cuando losedificios son inaugurados en ceremonias solemnes— el Estadose muestra bastante entusiasta con el centro: siempre hay di-nero disponible, los nombramientos de personal son aprobadoscon un mínimo de burocracia, la política no interfiere...

Después de unos 5 años, el Instituto entra en su Etapa II,donde no hay más edificios nuevos que inaugurar o grandesequipos para instalar, pero la investigación empieza a fluir con-tinuamente; el centro alcanza un estado de equilibrio y el ítemmás importante del presupuesto son los “Fondos de Operación”(un técnico vidriero es tan importante como un profesional,una termocupla especial es más importante que un nuevo ins-trumento cientos de veces más caro); si ese “estado de equili-brio” no puede ser mantenido, el brain drain comienza y seacelera luego muy rápidamente. Y es entonces, en ese preciso

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momento, cuando el Estado comienza a fallar. La luna de mielha terminado, los fondos operativos —que no son elegantes niespectaculares— son más y más difíciles de obtener, los sala-rios —particularmente para los técnicos (“¿Cómo puede ser queun técnico vidriero sea tan importante?” es una pregunta quese escucha a menudo)— no son aumentados, la aduana muestrasus dientes, la burocracia es realmente kafkiana. Naturalmente,la investigación se interrumpe y los mejores valores abandonanel centro y con mucha frecuencia también el país. El promi-sorio centro se convierte entonces en un “cementerio de equiposvaliosos” donde el mediocre personal restante obtiene su salariosin hacer nada de valor.

Es entonces bastante difícil que un centro alcance su Eta-pa III, durante la cual el conocimiento disponible sería supues-tamente transferido a la sociedad. Este es por supuesto, cel“momento de la verdad” para el centro, su real “razón de ser”,el momento en que el centro con todos sus recursos estaríafinalmente en condiciones de ayudar a resolver algunos de losproblemas más importantes del país. Pero para entonces, clEstado generalmente odia al centro... ¿Queda alguna dudaaún de por qué la ciencia y la tecnología no han producido enlos países B todo el impacto que se esperaba de ellas?

Las Segundas Acciones se dirigen a hacer que la sociedadentienda que la ciencia y la tecnología son esencialmente pro-cesos creativos. Esta falta de comprensión, particularmente porparte de la clase dirigente, es uno de los factores claves «ueexplican por qué en los países B el consenso social hacia laciencia y la tecnología es más mominal que real. En cadaOportunidad posible, los Presidentes, Ministros, Secretarios. Se-nadores, Generales, Hombres de Negocios, Eruditos —toda lacrema de la Institución Pública— hacen hincapié en que laCiencia y la Tecnología (siempre con mayúscula) son “abso-lutamente vitales para la salud, riqueza y seguridad del país”.

Pero la dura realidad que sigue a esas brillantes palabrasdemuestra que no les dan a las mismas nada más que un mí-nimo de apoyo, siempre menor que lo que la economía del paísrealmente les permite. Esta actitud indica que si bien elloscreen quizá que la ciencia y la tecnología deben ser desarro-lladas, no confían realmente en que puedan serlo. Su argumento

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Se sabe mucho más sobre cómo crear la innovación quesobre cónro propagarla. Sin embargo, existe actualmente el cla-ro peligro de que los administradores a nivel gubernamentalsobre todo administradores de planificación— consideren quees el momento adecuado para “organizar” la ciencia. Para ellose necesita mucha y mejor investigación en temas tan sutilescomo ciencia política, política de la ciencia, coordinación entrehas estrategias científicas y económicas, evaluación cuantitativadel impacto de la ciencia y la tecnología, ctc., antes de podertomar decisiones específicas. A pesar de los limitados instrumen-tos empleados (análisis económico, ciencias sociales, interpre-taciones históricas) hay una tendencia hacia los “macro-estu-dios” en lugar de hacer análisis precisos de situaciones especí-ficas. Hasta hace muy poco tiempo, pocas eran las personas quese habían interesado seriamente en este problema, y porlo tantoel entrenamiento de personal en este campo tan específico deinvestigación es obligatorio. Los economistas, sociólogos, antro-pólogos, científicos, tecnólogos, gerentes de industria, hombresde negocios, deben acostumbrarse a trabajar juntos hasta desa-rrollar una metodología que puedan utilizar todos ellos y unlenguaje que todos puedan entender.

2.4. Una vez que una sólida infraestructura científica tec-nológica ha sido erigida, una atmósfera creadora ha sido esta-blecida y los mecanismos de transferencias del conocimientohan sido aprehendidos, la etapa de “inversión” —cuyo principalubjetivo es lograr un ensamble satisfactorio entre los procesosde innovación y de producción— está lista para scr iniciada.Todo esto es un proceso dinámico, con superposición y reali-mentación entre ambas etapas, y el comienzo de la segundanodebe esperar, por supuesto, hasta la total finalización de laPrimera.

Para comprender cómo se establecería la relación, imagi-nemos una situación hipotética: en el país X —miembro delgrupo B— mientras otras ramas de la ciencia son bastante dé-biles, existe una buena infraestructura en Física.

A través de las Primeras Acciones, cierto número de bue-nos laboratorios de investigación han sido establecidos —per-sonal full-time, equipos necesarios, suficientes fondos de ope-ración— e interesantes resultados se están obteniendo de ellos,

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principal —frecuentemente encubicrto— es el siguiente: “LaCiencia y la Tecnología han avanzado tanto, que nunca podre-mos ponernos a la par de los países adelantados. Nuestra únicaoportunidad es importar de los países C, donde se producentodos los descubrimientos y desarrollos importantes. Las con-diciones de nuestro país no permiten realmente hacer investi-gación original y alcanzar nuevos logros tecnológicos”. Peroal mismo tiempo que niegan prácticamente toda posibilidad decreación científica, una riquísima creación estética suele florc-

cer a su alrededor; esa misma socicdad donde los problemaspo'iticos, sociales y económicos excluyen el desarrollo de laciencia, es capaz de producir sobresalientes poetas, escritores,pintores, músicos, etc.; por lo menos tan excelentes, si no me-

jores, que los de los países C. Por supuesto que esta sorpren-dente paradoja es la consecuencia de diversos factores; perouno de los más importantes es que, mientras en el caso del Artetodos los miembros de la sociedad saben que el arte es creacióny que no hay razones intrínsecas para dar a algún país el pri-vilegio de su monopolio, en el caso de la ciencia pocos querránadmitir que es un proceso creativo y mucho menos aún podráncrecr que pueda ser generado tal como es generadoel arte. Elarte está rodeado de una atmósfera creativa y por eso atrae alos rebeldes, que son el ingrediente más importante de la crea-ción. A través de las Acciones 11 una atmósfera creativa similardebe ser establecida para la ciencia y la tecnología si es quequeremos cambiar de un consenso social nominal a uno real yconseguir que cada miembro de la sociedad crea realmenteque “el desarrollo de una nación no podrá ser alcanzado si laciencia y la tecnología mo dejan de ser una magia importada,para convertirse en un hábito de su pueblo” (R. Maheu).

Las Terceras Acciones nos conducen a entender la formade introducir innovaciones —a través de la utilización prove-cho:a de los recursos científicos y técnicos— dentro del procesopreductivo del país. Estas acciones serán principalmente aca-démicas porque, si bien es verdad que las “prioridades”, “trans-ferencia de know-how”, “tecnologías alternas” y otras por elestilo, son tema de muchos seminarios y conferencias, es tam-bién cierto que un conocimiento realmente sólido es aún bas-tante raro, sobre todo en los países B.

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tanto en calidad como en cantidad. El trabajo de investigaciónse distribuye entre distintas ramas de la Física (¡incluida laAcústica!) pero no en forma pareja: la Física Nuclear y la Teó-rica tienen alguna preferencia. Muy pocos físicos trabajan enproblemas industriales.

Las Segundas Acciones, particularmente algunos premiosimportantes a la investigación original, han dado a la Físicauna imagen atrayente de actividad creadora y muchos jóvenestalentosos se ven continuamente atraídos por ella.

Al mismo tiempo, por medio de las Terceras Acciones,al-gunos equipos interdisciplinarios —que incluyen conocidos yrespetados físicos— han estado estudiando cuidadosamente lamejor utilización de los recursos técnicos y científicos con mi-ras a colaborar con el desarrollo socio-económico del país X.Uno de los principales resultados de estos estudios ha sido,por ejemplo, que la economía general del país podría ser sig-nificativamente mejorada si las maderas blandas (de las cualeshay gran cantidad en los bosques virgenes del sur) pudieranser mejor utilizadas. Si la madera blanda pudiese ser transfor-mada cn madera dura, habría un significativo ahorro de divi-sas; simultáneamente, el desempleo de esas regiones pobres sereduciría drásticamente.

Pero esos mismos estudios que han mostrado las ventajassociales y económicas de tal desarrollo, también han mostradoque en lo que concierne a investigación, la madera en generaly la madera blanda en particular, son amplios campos abiertosdonde queda mucho por hacer. Una cuidadosa revisión del“estado del Arte” ha demostrado que si se aplicara física de altonivel, existirían posibilidades de obtener todo tipo de resultadosimportantes: puros, básicos, básico-aplicados, aplicado-básicosy otros por el estilo. Un grupo de físicos de diferentes ramas—desde los teóricos más abstractos hasta los reólogos másconcretos— podrían ser reunidos alrededor del problema de lamadera como lo fueron alrededor de la bomba atómica, elradar, los cohetes, porque un objetivo bien definido, una muyprecisa prioridad de acción ha sido establecida. Por supuesto,no todos los físicos serían atraídos por este objetivo particular,pero la experiencia histórica demuestra que cuando hay undesafío definido, un gran número de gente útil responde al

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llamado. Entonces la física y los físicos se pondrían al serviciode un objetivo bien definido y colaborarían entusiastamente ensu solución al ver que producirían importantes avanoes cientí-ficos inspirados por esa misma problemática.

3. Autonomía científica

La ciencia es, por la naturaleza misma de sus objetivosfinales, así como por su estructura epistemológica, una activi-dad humana que no admite calificativos derivados de la exis-tencia de fronteras políticas. Desde este punto de vista, carecepor lo tanto, de sentido hablar de “ciencia nacional”, “cienciapropia”, “ciencia independiente”. Pero no es a eso a lo que nosreferimos cuando hablamos de “autonomía científica”. En estecontexto “autonomía científica” expresa la capacidad de deci-sión propia de un país para elegir, proyectar, programar, ins-trumentar y realizar su política científica (“Ensemble de me-sures d'intercention des pouvotrs publics pour stimuler les pro-grés de la science et, avec lul, les progrés economique'et social”F. Perroux). Debe observarse que, a veces, la política científicaestá definida formal y explícitamente, en forma global; a veceslo está en forma implícita (tradición científica, objetivos co-merciales) o a través de formulaciones explícitas pero parciales(política atómica, política espacial, política de armamentos).La primera modalidad se da no sólo en los países socialistas—en donde es una consecuencia natural de la estructura mismade su sociedad— sino también en algunos países en “vías dedesarrollo” como la India, cuya “política científica” quedóexplícitamente definida en el documento “Scientific PolicyResolution” aprobado por el Parlamento de la India en 1958 yque en su punto 7 dice significativamente: “El Cobierno de laIndia ha decidido en consecuencia que los propósitos de supolítica científica serán...”. Históricamente, en cambio, lospaíses occidentales desarrollados (en particular EE.UU. y GranBretaña) no definieron en forma explícita y global sus políticascientíficas, aunque sí lo hicieran implícitamente mediante ellogro de aquellos objetivos que las circunstancias (guerra, blo-queos, crisis, competencias económicas), las tradiciones, laestructura educacional, etcétera, determinaron.

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Es importante ahora formular las siguientes observaciones:a) En los países desarrollados, la “autonomía científica”

es simplemente un aspecto más de su “autonomía política yeconómica” y como tal se la da como un hecho. Si en ellostambién se ha comenzado a formular “política científica” ellose debe obviamente a que el creciente costo de la ciencia obli-ga a determinar prioridades y efectuar elecciones. En los paísesen “vías de desarrollo”, en cambio, la “autonomía científica”es un úbjetivo a alcanzar y en tal sentido su formulación expli-cita ayuda a definir ese objetivo.

b) Sin embargo, la mayor o menor autonomía científicade un país no se mide por la mejor o peor manera en quehaya sabido formular verbalmente su política, sino por la capa-cidad real de alcanzar los objetivos propuestos. Ya volveremosmás adelante sobre este peligro nominalista, pero dejemosclaramente expresado que la condición necesaria, aunque nosuficiente, para alcanzar “autonomía científica” es poseer unainfraestructura científico-tecnológica propia debidamente in-tegrada en uno o varios triángulos de relaciones.

4. Acción propia en los países B

Pasemos ahora del análisis general al particular, tratandode especificar en detalle las ventajas que un país B puede obte-ner de la investigación científica y tecnológica (a la que lla-maremos 1D) debidamente integrada en los triángulos ade-cuados:

4.1. Especialmente a través de su interrelación con losotros dos vértices, ID da a la sociedad capacidad para tomardecisiones en problemas tales como:

a) Explotación de recursos naturales.b) Introducción de nuevas tecnologías (energía nuclear,

petroquímica, micro-electrónica, etc.).

c) Determinación de prioridades de inversión —extranje-ras o nacionales— entre varios sectores de la economía.

d) Elección de tecnologías a ser importadas y cómo.

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e) Elección de tecnologías a ser desarrolladas localmente,cómo y dónde.

4.2. Especialmente a través de las extrarrelaciones conlas infraestructuras científico-tecnológicas del extranjero, ID dacapacidad para predecir cambios tecnológicos y de esa maneraposibilita el mejor desarrollo de estrategias, teniendo en cuentaesos cambios previstos.

4.3. En los diferentes estadios del proceso de industria-lización, 1D:

a) Mejora la capacidad de adaptar, de importancia par-ticular en la etapa de “sustitución de importaciones”.

b) Crea capacidad para la creación sostenida, de una im-portancia particular en el proceso de industrialización cuandola sustitución de importaciones ha finalizado.

c) Refuerza la capacidad de encontrar respuestas especí-ficas a problemas específicos.

d) Mejora la capacidad para obtener y absorber ayudaexterna.

e) Mejora el balance tecnológico de pagos.f) Genera confianza en las propias fuerzas y un clima fa-

vorable para absorber y producir cambios.g) Aumenta la probabilidad —especialmente a través del

“efecto de demostración”— de que los ejecutivos, administrado-res y gerentes empleen técnicas analíticas y criterios objetivospara sus decisiones.

4.4. ID mejora la cantidad y calidad de los recursos hu-manos.

4.5. Es un poderoso disuasivo del brain drain no sólo por-que provee más oportunidades de trabajo, sino también porque—a través del triángulo— incorpora a los científicos a la estruc-tura socio-económica.

4.6. En este esquema, lo que realmente importa es un sis-tema ID que interactúe con otros elementos de la sociedad.Un sistema ID fuerte pero aislado produciría ciertamente buc-na ciencia, pero su impacto en el proceso de industrializaciónsería bastante débil. Más aún, el aislamiento produce aliena-

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ción, y como una consecuencia, la emigración. (Este es unode los factores del brain drdin argentino ya que es notorioque su ID no pertenece a ningún triángulo.)

Examinemos ahora algunos de los efectos principales pro-ducidos por un sistema 1D interrelacionado.

4.6.1. Capacidad para tomar decisiones. En asuntos rela-cionados con la industrialización, un país en desarrollo debetomar numerosas decisiones que involucran variables científicasy tecnológicas; algunas de estas decisiones pueden incluso com-prometer el futuro del país por muchos años. Es entoncesimportante para un país en tal posición, que pueda analizar,juzgar y decidir de acuerdo con los mejores intereses presentesy futuros del país. Hay por supuesto una gran cantidad deasesoramiento extranjero disponible (asesores, agencias inter-nacionales y regionales, etc.) que puede ser contratado, com-prado y aun obtenido gratis. Pero en último caso, la decisiónfinal está siempre en manos de los “nativos” y en ese “momentode la verdad” se deben tener en cuenta parámetros que puedenser mejor evaluados por los “nativos”. Esto es de todos modoslo que los países “desarrollados” hacen cuando toman decisio-nes similares y por lo tanto es lo que los países “en desarrollo”debieran querer hacer, aunque sólo sea por razones deautorrespeto.

La estructura científico-tecnológica —a la cual el sistemaID perienece— podría participar totalmente en la toma dedecisiones únicamente si tienc una interrelación fluida con elvértice-decisiones.

Problemas como la instalación del primer reactor nuclearde potencia, el establecimiento de una industria del acero to-talmente integrada, los usos de nuevas fuentes de energía (solar,marcológica, eólica, etc.) el desarrollo eficiente de las rique-zas minerales, etc., requieren la existencia de un “triángulo”tan perfecto como sea posible. Sólo así el sistema ID podríaser movilizado y empleado en su total capacidad; y la deci-sión sería realmente controlada por el país.

4.8.2. Capacidad para predecir. La tecnología cambia avelocidad creciente y la obsolescencia es un peligro muy grandepara todos los sectores de la economía. Los errores de previ-

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sión pueden resultar muy caros (un buen cjemplo es la difícilsituación actual de la industria del acero americana, consecuen-cia de un error de juicio —a principios de 1950— con respectoal proceso ID, de producción de acero por inyección de oxí-geno), y mucho más para los países en desarrollo quienes, pordefinición, no están en condiciones de permitirse ese tipo deerrores. Pero, ¿dónde está la “bola de cristal”? La ID es lafuente principal del cambio tecnológico; ahí está entonces la"bola de cristal”: “leerfA”" requiere una clave que sólo la IDprovee a través de sus extrarrelaciones y sus propios desarrollos;un muy activo y académicamente sólido sistema ID es la me-jor respuesta a la previsión tecnológica. Siempre y cuando,nuevamente, que una fluencia de preguntas y respuestas semantenga cntre la 1D y los otros dos vértices. En muchos paíl-ses en desarrollo es muy común que una agencia del gobiernoo una compañía privada decidan importar una dada tecnolo-gía, mientras que un científico “a la vuelta de la esquina"tiene todos los elementos que demuestran que esa tecnologíaya ha sido superada por descubrimientos recientes.

4.6.3. Capacidad de adaptación. Las tecnologías impor-tadas pueden ser frecuentemente adaptadas a circunstanciaslocales (materias primas, mano de obra, dirección, escala de

la economía, etc.). La 1D local provee los medios para unamás eficiente adaptación simplemente porque, a través de susacciones, esas condiciones locales han sido conocidas y puedenpor lo tanto ser dominadas. Pero cuidado: la ID debe serusada en este momento del proceso de industrialización, perono debe ser diseñada y programada para ese solo uso.

4.6.4. Capacidad para crear. Una vez que la etapa desustitución de importaciones está terminada, el proceso deindustrialización está más y más obligado a ser creativo: nue-vos procesos y productos deben ser desarrollados, y se debenproducir innovaciones, no solamente para satisfacer deman-das existentes sino para generar otras nuevas.

Los países desarrollados muestran que la ID es la másPoderosa herramienta para esta operación. Aquí es donde esNecesario tener un sistema creativo de investigación y desarro-lo: un sistema diseñado sólo para la adaptación no serviría.

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Finalmente, una advertencia para los que aún crecen quela ayuda externa puede ser la solución de un país B que quierealcanzar un grado adecuado de desarrollo cientifico tecnoló-gico: el monto de los recursos (especialmente dinero) inverti-dos en ayuda externa es ridículamente pequeño, comparadocon la magnitud del problema. La inversión total de las Na-ciones Unidas para Asistencia Técnica y asuntos relacionadosa la misma fue para los primeros 5 años (1980-1964) de la Ma-mada Década del Desarrollo, de 1.800 millones de dólares paratodos los países subdesarrollados. Más aún, en un meeting re-ciente, George Wood, entonces presidente del Banco Mundial,dio las siguientes cifras, que van a sorprender a muchos: para1962 la ayuda total —bilateral, multilateral, internacional, re-gional, directa, indirecta, etc.— en todos los campos (salud,transporte, industria, tecnología, agricultura, alimentación, vi-vienda, etc.) para todos los países subdesarrollados fue de 6billones de dólares, entregada por 15 países desarrollados queposeen en combinación, un ingreso nacional de 830 billonesde dólares.

Para 1966 la ayuda total a esos mismos paises subdesarro-llados fue también de 6 billones de dólares, entregados por losmismos 15 países desarrollados, pero que poseían entonoes uningreso nacional combinado de 1.100 billones de dólares. Comoreferencia conviene saber que la suma total invertida en arma-méntos en ese mismo año, para todo el mundo, fue de ¡180billones de dólares!!

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CarfruLo IV

EL COMERCIO DE TECNOLOGIA *

1Introducción

1. La tecnología es una de las principales manifestacio-nes de la capacidad creadora del hombre. Pero como tambiénes algo que se produce y distribuye, se compra y vende, se im-porta y exporta, en el sistema económico la tecnología es unamercancía, una auténtica commodity of commerce.

2. En la actualidad, el comercio de tecnología es el me-canismo más importante en la transferencia de tecnología, quese efectúa fundamentalmente mediante transacciones mercan-tiles entre vendedores y compradores de tecnología. Por eso,para entender el llamado “problema de la transferencia de tec-nología” es esencial estudiar las características principales dedicho comercio: la naturaleza del producto específico que setrafica, los incentivos y desincentivos de su producción, las mo-dalidades del mercado, las necesidades de los consumidores,los mecanismos de financiación, etcétera.

3. Este trabajo tiene por objeto analizar los aspectos mássignificativos del comercio de tecnología que se realiza entre

* Versión del trabajo publicado por el Programa Regional de De-sarrollo Científico y Tecnológico, Departamento de Asuntos Clentíficosde la OEA, 1972.

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los paises desarrollados y los países en desarrollo y compren-de tres partes:

1. El producto que se comercia;

II. El comercio;

III. El rol del Estado.

I. EL PRODUCTO

“La recherche-devéloppement est bienune industrie pulsqu'elle peut se définiecomme una structure, plus ou moins sta-ble, d'operations de production et dedistribution de biens economiques.” 1

F, Russo y R. Erbés

a) ¿Qué es?

4. Es sabido que para producir y comercializar un bieno un servicio se requiere capital, trabajo, materias primas yconocimientos. Llamaremos Tecnología al conjunto ordenadode los conocimientos empleados en la producción y comercia-lización de bienes y servicios, y que está integrado no sólo porconocimientos científicos —provenientes de las ciencias natura-les, sociales, humanas, etc.— sino también por conocimientosempíricos que resukan de observaciones, experiencias, aptitu-des específicas, tradición (oral o escrita), etc. Esto debe te-nerse muy en cuenta, porque si bien cada vez más el conoci-miento cientifico-técnico * es el insumo más importante en la

1 La Recherche Développement, F. Russo et R. Erbés, Cahiers deVISEA, T.L, No 64, pp. 7.14.

* Ciencia es la actividad humana que tiene por objeto lograr elconocimiento de la Naturaleza (en su acepción más amplia: el Hombre,el Cosmos y sus interacciones) mediante la aplicación del conjunto dereglas que constituyen el “método científico”.

Técnica es la actividad humana que tiene por objeto lograr el dom-nio y el control de la Naturaleza. Para ello necesita conocimiento, quedesde el Renacimiento en adelante, es cada vez más conocimiento clen-tífico.

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mayoría de las tecnologías, no es nunca el único, e inclusoexisten aún numerosas tecnologías en las que no es el mássig-nifícativo. Todavía hoy, ni toda la tecnología deriva de la in-vestigación científico-técnica, ni todos los resultados de lainvestigación se transforman en tecnología.

Finalmente, debe observarse que el conjunto de conoci-mientos que definen una tecnología no cs simplemente unagregado, sino que debe estar ordenado, organizado y articu-lado para tal fin.

5. El complejo proceso de produc:iión y comercializa-ción se puede dividir en etapas y a cada una de ellas se lesatribuye una tecnología: así se habla de tecnología de estudiode mercado, tecnología de diseño y cálculo, de lay-out y mon-taje, de producción propiamente dicha (o de proceso); de di-rección y operación de la producción; de marketing, etc. Sesuele asignar mayor importancia relativa a la tecnología deproceso, que es la que corresponde a la etapa específica deproducción y en la que los conocimientos empleados son pri-mordialmente científico-técnicos; es por ello que la mayoríade los trabajos publicados sobre este problema se refieren aella como si fuese toda la tecnología empleada en la produc-ción y comercialización de un determinado bien o servicio. Nosiempre es así, sin embargo, y —según sean las circunstancias—cualesquiera de las otras tecnologías pueden tener igual o mayorimportancia que la de proceso. En la vida real, la decisión deutilizar o desarrollar una dada tecnología global se toma enfunción de todas y cada una de las ctapas, sin olvidar las que

corresponden a la comercialización, por lo que es menesterdisponer de todas las tecnologías por igual.

6. Es por ello que resulta ilustrativo comparar la definli-ción de tecnología que aquí usamos con otras definiciones si-milares: “La tecnología abarca en forma amplia todos los cono-cimientos técnicos patentados y no patentados (inclusive fór-mulas secretas, planos, manuales, etc.), diseños, marcas de fá-brica, así como métodos de dirección o de administración, oprocedimientos, técnicas, etc., empleados en la aplicación dedichos conocimientos técnicos”.?

2 Documento de UNCTAD, TD,37, 2/12/67, Anexo 4.

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(La tecnología incluye) ... los elementos de know-howté:nico normalmente requeridos para montar y operar nuevas

instalaciones productivas... incluyendo rubros como know-how para la conducción de estudios de factibilidad y de mer-cado, know-how para seleccionar tecnologías y para realizarel diseño de ingeniería y la construcción de la planta, así comoel know-how que está incorporado en el mismo proceso de pro-ducción.3

Technology is knowledge embodied in capital good andin the skills required for operating tools and machinery.**

Nuestra definición es algo más amplia que ésta porqueagrega los conocimientos que no son estrictamente científico-técnicos, sino simplemente empíricos (por ejemplo, los que untécnico experimentado ha obtenido a lo largo de su vida), asícomo aquéllos requeridos para la comercialización, indispen-sables porque los bienes y servicios son producidos para sercomercializados y en muchos casos las tecnologías usadas enla producción son por eso elegidas en función de la tecnologíade comercialización.

7. Por ser la tecnología un elemento necesario para laproducción y comercialización de bienes y servicios, ella mismaconstituye un objeto de comercio entre los que la poseen yestán dispuestos a cederla, canjearla o venderla, y los que nola poseen y la necesitan. La tecnología adquiere así un preciode venta y se comporta como una mercancia.*

8. Todo cambio producido en una dada tecnología sedenomina innovación tecnológica o simplemente innovación. Esincorporación de conocimiento a un determinado proceso, paramodificarlo o para crear uno nuevo, satisfaciendo así deman-

2 Transfer of industrial technology to the underdeveloped countries,C. Cooper., Bull. of the Institute of Development Studies, Sussex, octo-ber 1970.

% Science, Technology and Underdevelopment: The case for Re-form. The Sussex Group, January 1970.

* La Tecnología es conocimiento incorporado tanto en los bienesde capital como en las habilidades necesarias para operar los instrumen-tos y las maquinarias,

5 Según la definición de K. Boulding: “a commodity is somethingwhich is exchanged and, therefore, has a price”. (K. Boulding, BeyondEconomics, The University of Michigan Press, 1968).

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das existentes o generando nuevas demandas. El conacimientoque origina la innovación puede o no ser conocimiento cientí-fico-tecnológico, pero no hay duda de que desde la SegundaGuerra Mundial y cada vez más aceleradamente,la investigacióncientífica es el principal productor de los conocimientos quehan dado origen a las innovaciones más importantes, especial-mente en las tecnologías de proceso. En todo caso convienetener en cuenta que en la vida real, lo que importu esla cadena de acontecimientos que produce la innovación: Wemust look increasingly at the innovation process the way bu-sinessmen do that is, at the total new venture, the total cost,the total profitability or loss, not just the research and deve-lopment portion which is usually only a small segment of thistotal *,

9. Como mercancía, la tecnología se presenta en diversasformas, que pueden ordenarse en dos grandes grupos:

9.1. Tecnología incorporada (embodied): es la tecnolo-gía contenida en bienes físicos:

—de capital;—de insumo a la producción, como materias primas bási-

cas, materias primas intermedias y componentes;—repuestos.

En estos bienes, la tecnología incorporada se comportacomo si fuera una materia prima. Así puede decirse que, porejemplo, un alambre de cobre está constituido por cobre másla tecnología que hizo posible su fabricación; un bien decapital —una fresadora, por ejemplo— por acero más la tecno-logía que permitió fabricarlo más la tecnología que con ellase puede realizar y que está “metida” en esa máquina.

9.2. Tecnología no incorporada (disembodied) o know-how que está contenida en documentos, patentes, diseños, pla-nos, diagramas, modelos, manuales, instrucciones, especifica-

8 Technological innovation: its environment and management. Areport by the U.S. Department of Commerce, january 1967.

* Crecientemente debemos mirar el proceso de innovación de lamanera en que lo hacen los hombres de negocios, es decir, como una nue-va aventura total, como el costo total, como la ganancia o pérdida total,y no fijándonos solamente en el área de investigación y desarrollo quegeneralmente es nada más que un pequeño segmento de ese total.

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ciones, ingeniería de detalle, estudios e informes técnicos, li-bros, etc.; y también en personas: expertos, técnicos, ingenie-ros, capataces, etc. La tecnología se encarna en personas nosólo como conocimiento intelectual sino también como destre-za manual, intuición, disciplina, rigor, etc. La Humanidad con-serva la Tecnología —y también la hace crecer incesantemente—a través de las personas: las industrias alemana, japonesa yrusa fueron físicamente destruidas durante la Segunda GuerraMundial, pero la tecnología no desapareció con esa destruc-ción física porque ella estaba cn los alemanes, japoneses yrusos más que en bienes físicos y documentos.

La tecnología no incorporada se comporta como si fueraun bien de capital: cuando se posee el know-how de un pro-ceso se puede realizar ese proceso tantas veces como se desee.

10. La clasificación en los dos grupos anteriores no sig-nifica que una dada tecnología sea siempre de una clase o deotra. Lo más frecuente es que los dos clases estén mezcladas,en las proporciones que corresponden a la tecnología en cues-tión. Por ejemplo: en la tecnología de una refinería de petró-leo hay tecnología incorporada —en los equipos que la inte-gran— y desincorporada en el know-how necesario para sumontaje, operación, etc. Usando expresiones que las computa-doras han popularizado se puede decir que a cada proceso lecorresponde una mezcla de hardware (tecnología incorporada)y software (tecnología no incorporada).

b) ¿Cómo se lo produce?

11. El conjunto de conocimientos que constituye unadada tecnología puede ser el resultado buscado de un esfuerzodirigido de investigación científico-técnica, o consecuencia cir-cunstancial de resultados de investigaciones no realizadas contales propósitos especificos, o una combinación cualquiera deresultados diversos obtenidos en investigaciones realizadas conobjetivos totalmente diversos, algunos de los cuales pueden serespecificos para la tecnología en cuestión mientras que otrospueden ser el resultado de investigaciones libres. También pue-de ser el resultado de la observación casual, el descubrimiento

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inesperado, la intuición, la concxión fortuita de observacionesdiferentes, etcétera.

Uno de los ejemplos más impactantes de una tecnologíade producción no originada en nuevo conocimiento científico-técnico es el de la “cadena de montaje” introducida por H.Ford en la fabricación de automóviles. Esta tecnología —deenorme importancia— fue creada por Ford cuando se dio cucn-ta —visitando un frigorífico de Chicago— que el principio delproceso en cadena utilizado para descuartizar un novillo —esdecir, para desarmar un animal— podría ser empleado paraarmar un automóvil,

12. De la breve enumeración resulta evidente que el desa-rrollo de tecnologías es un complejo proceso socio-económico-cultural, promovido y retardado por numerosos factores de na-turaleza muy diversa.

Pero la producción de una mercancía tan valiosa como latecnología no puede ser dejada librada al azar y es por elloque la producción y organización de los conocimientos cientÍ-fico-técnicos que integran la mayoría de las tecnologías —es-pecialmente las de proceso— se ha convertido más y más enun objeto específico, resultado de una acción determinada y deun esfuerzo sostenido. Este esfuerzo organizado se denominaInvestigación y Desarrollo (ID) y su objetivo es la creación,propagación y aplicación de conocimientos científicos. Su sig-nificado es más amplio que el de “investigación científica” quetiene por finalidad la creación de conocimiento, es decir sólouna de las tres etapas de ID, definida por la OECD” en lossiguientes términos:

“ID comprende todas las tareas que se realizan para elavance del conocimiento científico con o sin un fin prácticodefinido, y para el uso de sus resultados dirigidos hacia la in-troducción de nuevos productos o procesos o a la mejora delos existentes.”

13. Para ilustrar este concepto de ID, describamos las di-ferentes etapas que integran el desarrollo de la tecnología deun producto absolutamente nuevo:

13.1. Investigación científica que lleva al descubrimiento

1 Caps in Technology between member countries. OECD, 1968,

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Tecnología misma está en permanente cambio, modificándosesin cesar y sin otras limitaciones científico-técnicas que las quele impongan las leyes naturales,

En esto desempeña también un rol muy importante el he-cho fundamental de que el conocimiento se conserva y acu-mula: el mismo teorema de Pitágoras que permitió realizarmensuras de tierras hace más de 2.500 años, es el que se utili-za hoy en el diseño de un cohete espacial.

Este dinamismo tan fantástico ha modificado radicalmen-te la vida humana a tal extremo que de los objetos que nosrodean, la mayoría simplemente no existía hace 100 años ytodos se producen hoy por procedimientos totalmente diferen-tes de los de entonces.

Este dinamismo se presenta no sólo en las llamados “in-dustrias de punta” (electrónica, nuclcar, espacial, etc.) sinoen todas, aun en las más prosaicas, como lo afirma J. B.Quinn: “Despite the publicity and resources which have beengiven to space, nuclear computer and microelectronic technolo-gies; it is the enourmous productivity in the prosaic fields ofagriculture and transportations ... which have contributed mostto improve standards of living in the last two decades” ***.

De este dinamismo resulta la notabla versatilidad de laTecnología que lleva a la conclusión de que no hay una tecno-logía dada para un producto dado, sino que puede haber va-rias en función de los factores de producción que determinanla tecnología más conveniente. Por esa razón las tecnologíasen uso no son las únicas posibles ni tampoco las mejores cnsentido absoluto, porque tal concepto carece de sentido. Loúnico que puede decirse de ellas es que posiblemente sean lasmás adecuadas en función de los factores de producción quedecidieron su desarrollo. Por la misma razón, de ninguna tec-nología se puede afirmar que “haya llegado a su límite de de-

11 Scientific and Technical Strategy at the National and majorenterprise level, J. B. Quinn en “The Role of Science and Technologyin Economic Development, UNESCO”, 1970.

* “No obstante la publicidad y los recursos que han recibido laInvestigación espacial, las computadoras nucleares y la tecnología micro-electrónica, es la enorme productividad en los campos prosaicos de laagricultura y el transporte... la que ha contribuido en mayor medida aelevar el nivel de vida durante las últimas dos décadas”.

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sarrollo”. Toda tecnología es modificable y eso es lo que per-mite su adaptación —dentro de ciertos límites— a las condicio-nes propias de cada mercado, que es lo que ocurre práctica-mente siempre, por lo que se ha comparado a la Tecnologíacon un traje de confección: necesita siempre algunos ajustesy correcciones para que “siente bien”.

Además, y frente a la necesidad de tener que elegir unadada tecnología lo que hay que preguntarse no es si es la más“moderna” sino si es la que más conviene al problema quedebe resolver, en la seguridad de que siempre se podrá conse-guir la que más convenga, ya que si esa Tecnología no existeaún en el mercado podrá ser desarrollada (“inventada”) al cfec-to (ver N? 35).

17, El “efecto multiplicador” de la Tecnología —concep-to de J. B. Quinn*? quien lo ha introducido por analogía conel ““multiplicador Keynesiano"— resulta del hecho observadoque la Tecnología no sólo modifica el proceso al que se aplica,por ejemplo, aumentando la productividad de la mano de obra,mejorando el empleo de los factores productivos, etcétera sinoque extiende sus efectos a vastos sectores de la vida socio-económica-cultural de toda la sociedad. En ella produce no sóloefectos materiales —más y mejores bienes y servicios— sino tam-bién —y lo que es mucho más trascendente— profundos cam-bios culturales (hábitos, costumbres, valores, destrezas, etc.)

que transforman radicalmente el habitat. Pero estas vanasformaciones operan a su vez sobre la motivación y capacidadpara producir Tecnología con lo que termina por establecerun circuito Tecnología-habitat, con realimentación positiva.

Se logran así culturas tecnológicas en las que sería másadecuado decir que la Tecnología es producida por cl habi-tat mismo (Detroit y la tecnología automotriz; Schenectadyy la tecnología eléctrica; Birmingham y la tecnología textildurante la Revolución Industrial—; el Ruhr y la industria si-derúrgica; la ruta 128 —en Massachussetts— y las tecnologíasde ““punta”, etc.) más que por una dada fábrica o empresa. Nohay aún indicadores cuantitativos de este efecto multiplicador,pero sí suficientes indicaciones cualitativas que permiten com-

12 Technology transfer by multinational companies, J. B. Quinn,Harvard Business Review, nov.-dec, 1969.

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prender su importancia y también hacer que la selección deuna dada tecnología se decida no sólo en función de los fac-tores directamente ligados al proceso que se desee introduciro modificar, sino también de su probable “efecto multiplica-dor”. Hay tecnologías más “tecnologizantes” que otras. Tal elcaso de la tecnología metal-mecánica, que propaga más cul-tura tecnológica que, por ejemplo, la tecnología textil; o latecnología de marketing de artículos electrodomésticos versusla de marketing de pan o lechuga, etcétera.

18. Tanto por el origen del conocimiento que utHiza comopor su propio efccto multiplicador, la Tecnología es esen-cialmente un producto social. En particular, su insumo princi-pal (el conocimiento científico) se produce prácticamente entodo el planeta y, a través de numerosos canales se difundetambién por todo el planeta. En ese sentido, el conocimientose comporta socialmente como un recurso renovable que laHumanidad incrementa permanentemente (en la actualidad, auna tasa tal que permite su duplicación cada 10 años, o menos).Por su parte las “fábricas de tecnología” se apropian de esosrecursos, los transforman y los lanzan al mercado.

Pero también producen a su vez conocimientos, que vana incrementar el stock existente.

II. EL COMERCIO

“...the transfer of technology ls mainly” e.a commercial transaction”.

C. Cooper and F. Sercovitch 13

a) ¿Cómo se comercia?

19. Una vez producida, la Tecnología —como cualquierotra mercancía— dcbe ser comercializada, es decir vendida ointercambiada por otro producto.

+ “ ..La transferencia de tecnología es principalmente una tran-sacción comerolal.”

13 The mechanism for transfer of technology from aedoanced to de-ve'oping countries. C. Cooper y F. Sercovitch, University of Sussex, 1970.

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Dependiendo de quién compra y de quién vende y por quéy para qué se realiza la transacción, el comercio presenta mo-dalidades muy diferentes. Como es sabido, los países desarro-llados son los grandes productores de tecnología, y son suspropios mercados interiores los mayores consumidores de esatecnología, que generalmente se vende incorporada a los bie-nes y servicios que utilizan esos mercados. También el mayorvolumen de comercio internacional de tecnología es desde yhacia los países desarrollados, no sólo a través del intercambiode bienes con tecnología incorporada sino también de transac-ciones de tecnología desincorporada.

Pese a su importancia, en este trabajo no nos ocuparemosde ese comercio en y entre los países desarrollados, salvo enla medida en que lo necesitemos para comprender mejor loque será el tema central de nuestro análisis: el comercio detecnología entre los países más desarrollados y los menos de-sarrollados.

20. Como el comercio de tecnología asume modalidadesdiferentes según sea el grado relativo de desarrollo del segundogrupo de países, conviene dividir a éste en dos subgrupos:

—<el de los países “en desarrollo” en los que hay un pro-ceso más o menos avanzado de industrialización de manufac-turas, fundamentalmente por “sustitución de importaciones”, y

—el de los países subdesarrollados en los que la industria-lización no ha avanzado más allá de lo necesario para producirlas materias primas que constituyen su principal sector produc-tivo.

21. En los países subdesarrollados, la mayor parte de latecnología que se importa ingresa como tecnología incorporadaen bienes. En las áreas de servicios —bancos, seguros, publici-dad, etc.— se importa tecnología desincorporada, fundamental-mente a través de personal extranjero y del entrenamiento depersonal local. Para la explotación de las materias primas —es-pccialmente minerales— la tecnología se introduce vía la radi-cación de empresas extranjeras que instalan plantas completasque contienen tecnología incorporada (equipos, etc.) y desin-corporada (personal, know-how, etc.).

22. A medida que un país se desarralla, incorporando más

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y más producción manufacturera propia y protegiendo su pro-ducción con altas tarifas y aranceles aduaneros, la tecnologíaque se importa va creciendo en volumen total y modificando sunaturaleza: más tecnología desincorporada (patentes, licencias,marcas, ingeniería de diseño, planos, etc.) y más tecnologíamixta (incorporada y desincorporada) por radicación de em-presas extranjeras, sea asociada a productores locales, sea confilinles totalmente de su propiedad.

El ejemplo de la India muestra cómo ha aumentado laimportación de tecnología a medida que ha avanzado el pro-coso de industrialización: en 1958-57 India importó Tecno!ogíapor valor de 687 millones Rs. En 1965-66, ese valor aumentó a253 millones Rs. *%bt,

23. Este cambio en las modalidades del comercio de tec-nología —a medida que el país receptor va cambiando su sta-tus relativo— genera nuevos problemas de naturaleza muy dis-tinta de los que existen en la etapa anterior. Como lo dice A.T. Knoppers*1:

“Before World Ward 1 the transfer of technology tookplace along lines which did not unset nationallemotion ... (hutthen) American cornorations realized that optimal explotation

of innoortions con! be hotter achieved through foreian (fully

or partially owned) subsidiaries rather than through the tradl-tional first choice of licensing””*.

En las propias palabras de J. B. Quinn **:

12 bis Arrangements for the transfer of operative technology todeveloping countries - Case Study nf India, Interegional meeting of theexpert group on Transfer of Operative Technology at the EnterpriceLevel. june 1971.

14 Development and transfer of marketable technology in the inter.national corporation: a new situation, A. T. Knopners, U.S. House ofRepresentatives, Ninth Meeting with the Punel on Science and Techno-logy. january 1068.

* “Antes de la Segunda Guerra Mundial la transferencia de tec-nología se realizaba de una manera que no afectaba los sentimientosnacionales... (pero entonces) las corporaciones norteamericanas compro-baron que la explotación óptima de las innovaciones se lograba mejor através de las propias subsidiarias en el extranjero (en propiedad total oparcial) que por el método tradicional del licenciamiento a terceros.”

** Ver nota 12, pág. 693.

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“By far the most important method of transferring indus-trial technology from advanced countries to developing coun-tries is through the operation of multinational companies.”*

Si bien Knoppers y Quinn —al igual que otros tratadistas—se refieren siempre a “transferencia de Tecnología” es preferi-ble hablar de “comercio” ya que la palabra “transferencia” seemplea generalmente con el sentido de algo que se cede sinrecibir contraprestación alguna, mientras que comercio designala operación de cambiar algo por algo (generalmente dinero)que es realmente lo que ocurre en la mayoría de las transac-ciones de tecnología.

24. La generalización de estas formas de comercializa-ción se basa en diversas circunstancias:

—Las altas barreras aduaneras hacen cada vez más difícilpenetrar en países “en desarrollo” con productos manufactura-dos de consumo. Durante décadas los grandes exportadores in-dustriales lucharon contra la existencia de tales barreras. Cuan-do comprobaron que no era posible derribarlas decidieron apro-vecharse de ellas, instalándose en los países para elaborar allílos productos que no les era permitido introducir.

—La tecnología, en cambio, es una mercancia para lacua! no existen barreras aduaneras, y que puede circular libre-mente a través de todas las fronteras. Como los grandes expor-tadores industriales de bienes lo son también de tecnología,aprovechan esa situación para exportar una mercancía —la tec-nología— cuyo costo marginal de exportación es prácticamentecero, pues lo que se exporta es aquello que fue desarrollado,utilizado y amortizado en el propio mercado interno, que essu principal consumidor.

25. Este proceso ha conducido a una especie de “nuevadivisión internacional del trabajo” que O. Sunkel ha descritomuy precisamente *% como ya hemos tenido ocasión de citarloextensamente en el capítulo I.

-— * El método más importante de transferencia de tecnología indus-trial desde los países adelantados hacia los países en desarrollo se realizaa través de las operaciones de las compañías multinacionales.

15 El marco histórico del proceso de desarrollo y subdexarrollo,O. Sunkel, Cuadernos de ILPES, Serie Jl, N* 1, Santiago de Chile, 1967.

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b) ¿Cuánto se comercia?

26. El monto total de las transacciones de tecnología estácompuesto por el monto que corresponde al comercio indirecto—<compuesto especialmente por la tecnología incorporada enbienes que se importan, plantas que se radican, etc.— más elcorrespondiente al comercio directo de tecnología, es decir,aquél en que se adquiere tecnología desincorporada. Estos dosmontos se conocen actualmente muy mal —por razones especí-ficas en cada caso, entre las que no deben olvidarse el oculta-miento y deformación de cifras que efectúan vendedores y com-pradores por razones impositivas y tributarias— y por eso hayque admitir que no es posible dar cifra alguna del monto tota)de comercio de tecnología entre el mundo desarrollado y elmundo en desarrollo. Como veremos, a lo sumo se puede lle-gar a estimar cualitativamente que ese monto es elevado y

creciente.

27. Con referencia al comercio indirecto la tecnología nose contabiliza por separado, justamente porque se la adquiereincorporada a bienes. Por cierto que el costo de estos bienesincluye el de la tecnología que poseen, pero este valor no sesuele desagregar por lo que no hay forma de cuantificarlo. Lomismo ocurre cuando se adquieren plantas completas o se ra-dican inversiones extranjeras mediante la instalación de unida-des productivas. Cuando los contratos respectivos incluyen unacierta suma por “tecnología” o know-how se refieren a unconjunto de clementos separados del resto de la planta, peroque por cierto no cubre toda la tecnología que contiene la plan-ta y que se comercia a través de ese contrato. Por ejemplo enel caso real de la adquisición de una planta química, se pre-sentan los siguientes gastos 1%, el costo total de la planta fuede 25 millones de dólares que comprende 5 % en conceptode li-cencias y know-how; 1 % para entrenamiento de personal; 15 Ypara gastos de diseño e ingeniería; 50 % para hardware y equi-pos periféricos; el resto, construcciones civiles y montaje. Enesta desagregación hay gastos de tecnología prácticamente en

16 Trends and Problems in world trade and development, G. Old.ham, C. Freeman y E. Turkcan, Sussex, 1967.

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todos los ftems, pero sólo está discriminado lo que es gastodirecto (licencias y know-how); se puede estimar lo que estáincluido en training y gastos de diseño e ingeniería, pero esprácticamente imposible evaluar cuánta tecnología ha sido ven-dida a través del hardtware, los equipos periféricos, el monta-je, etcétera.

28. En cuanto al comercio directo, si bien se lo suelecontabilizar en forma independiente, existen numerosas defor-maciones e irregularidades que impiden conocer con precisiónel monto total correspondiente.

En primer lugar, en la mayoría de los países no se llevaaún un registro de los contratos de tecnología que celebran lasempresas por lo que si bien en cada contrato ese valor está de-bidamente especificado, el monto total que se suele dar para elpaís en su conjunto es muy inferior al valor real que se obten-

dría —si todos los contratos estuviesen debidamente registra-dos— sumando las sumas correspondientes a cada contrato.

Pero allí no termina la indeterminación: diversas investi-gaciones *”, !* han demostrado que las sumas reales que sepagan por la “transferencia” de tecnología son generalmentesuperiores —y a veces muy superiores— a las que figuran enlos respectivos contratos, porque a esos valores —correspondien-tes a licencias, royalties, diseños, etc.— se deben agregar losque resukan de ciertas condiciones “extra” tales como sobre-precio de productos intermedios que los contratos de licenciasuelen obligar a comprar en fuentes prefijadas, honorarios parapersonal extranjero, pagos adicionales por planos, manuales,diseños, etc. Esta diferencia puede llegar a ser tan importantecomo para que se hable de “efecto iceberg”: como en los ice-berg, lo visible a través del pago de licencias, patentes, know-

tw, etcétera, es bastante menor que lo “invisible”.

29. De todos modos, para la parte visible del comerciodirecto se dispone de cifras que permiten conocer lo que se hadado en llamar el “balance tecnológico de pagos” es decir las

17 Estrategia y comerctalización de tecnología: el punto de vistade los países en desarrollo, Constantino Valtsos, agosto 1970.

_18 The transfer of Technology, E. Hawtorne, Report para undemiario de la OECD, octubre 1970.

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cantidades pagadas por las compras directas de tecnología, ge-neralmente desincorporadas.

Esas cifras son, para 1964, las siguientes *:

BALANCE DE PACOS PARA 1964

PAGOS COBROS

% del total mundial % del total mundial

EEUU 12% EEUU 57%UK 1 % UK 12 %Alemania 14 % Alemania 0%Francia 11% Francia 5%Resto de Europa 25 % Resto de Europa 12%Japon 13 % Japón 1%Paises en desarrollo 8% Paises en desarrollo 1%

Los datos para 1968 ** muestran que los países en desarro-llo contribuyeron sólo en el 109% en el pago internacional depatentes, licencias, etc., es decir, que la participación de lospaíses subdesarrollados y en desarrollo en el comercio de tec-nología es notablemente menor que la de los países desarro-lados.

Ello es coherente con la menor participación (de sólo el18 %,) que esos mismos países tienen cn el volumen total delcomercio internacional de bienes, pero es aún inferior a ella.Probablemente pcrque el comercio indirecto de Tecnología esmas importante que el directo, como afirma J. B. Quinn ***:

“Non - royalty technology flows vastly outweight those in-cluded in technological balance of payments measures” ****.

Del análisis de la estructura de pagos de América Latinahacia Estados Unidos, M. Halty *? llega a la conclusión de quelos pagos por tecnología a través del mecanismo de la inversión,representan en 1967 una cantidad casi seis veces mayor que losque se realizaron por comercio directo.

* Ver nota 18, pág. 74.** Ver nota 15, pág. 73.

... Ver nota 12, pág. 69..... “Los flujos de tecnologías DO paroyalties superan

ampliamente aquéllos incluidos en <] balance de19 Producción, transferencia yinYeTecnología industrial,

M. Halty Carrere, marzo 1971.

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Una medida indirecta e incompleta de la importancia deese comercio lo da la participación del mundo en desarrollo enel comercio de bienes de capital, que para 1967 fue del 23 9%del total.

c) ¿Cómo es el mercado?

30. El mercado de tecnología —refiriéndonos siempre alcomercio entre países más desarrollados y menos desarrollados—es un mercado muy imperfecto, a consecuencia de que:

El vendedor detenta una situación cuasi monopólica nosólo porque generalmente es gran productor de tecnología,sino porque además transforma el mercado en cautivo, graciasa un sistema de patentes que está estructurado y funciona paraproteger al productor de Tecnología; posee información casiperfecta; el costo marginal de lo que exporta es muy bajo;controla la financiación directa (de proveedores) y utiliza almáximo la indirecta o internacional sobre todo mediante loscréditos “atados”; emplea mecanismos de penetración de efectopermanente como los acuerdos bilaterales de cooperación téc-nica; dispone de importantes recursos para publicidad, relacio-nes públicas, etc.; y, last but not least tiene gran experienciaporque su oficio es justamente vender.

El comprador no produce tecnología, tiene poca infor-mación y escasa experiencia (porque su oficio no es comprartecnología), debe afrontar un costo marginal (si quisiera des-arrollar la tesnología por cuenta propia) alto y muy riesgoso,no dispone de fuentes locales de financiación —particularmentepara divisas— y debe funcionar en un mercado de tecnologíasin tarifas ni aranceles que den protección a la producciónpropia de tecnología o que al menos regulen la tecnología quese importa.

En resumen: su capacidad de negociación es baja, lo quese traduce en contratos desfavorables, especialmente en lascláusulas referidas a garantías, penalidades, etcétera.

31. Es justamente debido a la naturaleza tan imperfectadel mercado, que han aparecido y han cobrado particular vigormecanismos totalmente diferentes de los aceptados por los mo-

T

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delos clásico y no clásico del comercio internacional, talescomoel desarrollo de la inversión extranjera directa, la consti-tución de grupos económicos y financieros internacionales yla muy activa participación del Estado. Es en función de laexistencia y operación de estos mecanismos que debe estudiarsecl mercado de tecnología, porque, como ha dicho FramgoisPerroux ?;

“Les centres économiques et les centres scientifiques ettechniques que sont liés propagent le progrés technique selondes procédés et par des moyens qui n'ont aucun rapport directavec les mechanismes du marché concurrentiel” *.

32. En este mercado tan particular analicemos la natu-raleza y características del vendedor o exportador.

Este puede ser directamente el productor mismo —comolos proveedores de bienes con tecnología incorporada, o lasempresas extranjeras que licencian a empresas locales u operansus propias filiales, etc. O un intermediario adecuado, comolas empresas consultoras, las de architect-engineering, los estu-dios de ingeniería, las empresas de montaje, las oficinas comer-cializadoras de patentes, etcétera.

Este vendedor —agresivo, bien entrenado, con capacidadde negociación, con apoyo de la embajada de su país de ori-gen— generalmente ofrece la Tecnología con la menor desagre-gación posible —en lo que se suele llamar “un paquete cerra-do”— lo que le parmite realizar un negocio mayor, disimularcláusulas “duras” en una foresta de cláusulas más generales ymantener abierta la posibilidad de ir desagregando —o “abrien-do el paquete”— a medida que le convenga.

Día a dia se va afirmando la tendencia de que, directa oindirectamente, los grandes vendedores sean los grandes pro-ductores de tecnología, que en su mayoría son las grandescorporaciones multinacionales (que en verdad deberían lla-marse “transnacionales” porque su característica esencial noes que su propiedad está en diversas naciones, sino que funcio-

20 Franqois Perroux, conferencía dictada en la Unión IndustrialArgentina, Buenos Aires, 1986.

* “Los centros económicos en conjunto con sus centros científicosy técnicos, propagan el progreso técnico por medios que no tienen nin-guna relación directa con los mecanismos del mercado

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nan a través de las fronteras nacionales). Para estas corpora-clones el conocimiento técnico se convierte cada vez más ensu recurso estratégico fundamental: “technological knowledgeis a source of quasi monopolistic advantages for the corpora-tions wich posses it. Such advantages may be increased indeveloping economies with small but highly protected andconsequently imperfect markets” * como lo han expresadoCooper y Sercovich *”.

Más terminantemente aún lo plantea J. B. Quinn ***:“Increasingly the “raison d'étre' for most multinational com-

panies is their superiority in science-based or managementtechnologies ****.

Por supuesto, los grandes productores comercian activa-mente entre sí.

Así, de las 25 mayores innovaciones introducidas por Du-pont entre 1920 y 1950, 10 se basaron en su propia ID; lasotras 15 fueron obtenidas de fuentes ajenas a Dupont, espe-cialmente otras grandes compañías *****.

Son también estas corporaciones las que marchan a la ca-beza de la penetración de mercados a través de la inversióndirecta que en pocos años ha experimentado un crecimientonotable: así, en 1958, las inversiones directas de la industria deEE. UU. en el resto del mundo ascendían a 27,4 billones dedólares; en 1987 ya eran de 648 billones de dólares ?!.

El solo conocimiento técnico y aun el acceso a fuentesfi-nancieras adecuadas no bastan para asegurar el éxito. Se tratafundamentalmente de comercializar y entonzes no debe cxtra-

* El conocimiento tecnológico es para las corporaciones que loposeen una fuente de ventajas cuasi monopólicas. Esas ventajas puedenaumentarse en economías en desarrollo con mercados altamente prote-gidos y en consecuencia imperfectos.”

** Ver nota 13, pág. 70.... Ver nota 12, pág. 69.ser. “Cada vez que la razón de ser de las compañías multina-

cionales radica en su superioridad en el campo de tecnologías de gestióny de tecnologías de base científica.”

e.... Ver nota 12, pág. 69.22 Criteria for Company investment in research, with particular

reference to the Chemical Industry, H. Gershinowitz, en “Applied Scienceand Technological Progress”, Report by the National Academy of Scien-ces, 1987.

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ñar que el empleo de adecuadas estrategias de comercializaciónpueda brindar ventajas importantes, no sólo en el mercado in-ternacional sino sobre todo en el mercado intemo que es endonde el producto debe imponerse en primer lugar. Un ejemplointeresante y poco conocido es lo ocurrido con la que ahora esla principal compañía en computación en el mundo entero:IBM. Esta compañía entró en el negocio de las computadorasbastante más tarde que otras y durante algún tiempo no ocupóun lugar destacado. Pero entonces descubrió que la fabricaciónde máquinas era sólo una parte del negocio y que era por lomenos tan importante proveer software, es decir, conocimien-to. Lanzó entonces la fórmula “alquiler del hardwere— ventadel software” que fue realmente una revolución comercial detanto peso en el negocio de computación como el desarrollode ciertos modelos de máquinas. Lo interesante es que ni si-quiera la fórmula misma fue original de IBM: durante mu-chos años la utilizó la United Shoe Machinery Co. para susmáquinas destinadas a la industria del calzado, máquinas queno se vendían sino que se alquilaban junto con el know-howpara hacerlas funcionar y que no se podían “copiar” gracias auna cerrada red de patentes. Claro que en computación senecesita nuevo software con mucha más velocidad que en laindustria del calzado.

33. Frente a un vendedor o exportador como el que seacaba de describir, se encuentra un comprador o importadorque, en general y por lo imperfecto del mercado, negociadesde una posición débil, debilidad que se agrava porque aél le conviene —¡lo mismo que al vendedor!— comprar un “pa-quete cerrado”. Y no tanto por las ventajas que le ofrece elexportador —que ya vimos que son muchas, porque es justa-mente la transacción que a éste le interesa— sino por sus pro-pios problemas:

— La tecnología se importa no sólo porque se carece deconocimientos técnicos sino también de la capacidad para usar-los de la manera más conveniente.

—Hay que comprar no una fórmula mágica sino un con-junto articulado de elementos.

—Una vez adquirido el “paquete” completo —que incluyelicencia y marca— su negocio está asegurado: el mercado se loda la marca, generalmente de un producto importado a quien

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va a sustituir; la licencia le asegura la exclusividad de csemercado y los aranceles lo protegen de productos extranjerosiguales o mejores y, finalmente, el régimen impositivo colaboracon él ya que el importe de la compra lo puede deducir deréditos como gasto destinado a mantener la actividad produc-tiva (¡muy curioso es que si vendiese tecnología, en lugar decomprar, debería pagar réditos por la suma recibida, ya queella sería computada como ganancia!) y al mismo tiempo loscompetidores locales que fabriquen un producto similar perosin usar licencia y marca extranjera no reciben beneficio impo-sitivo alguno.

La adquisición obligada de productos intermedios a quepuede obligarlo el “paquete” puede serle de utilidad en épo-cas de restricciones del mercado cambiario; ya que a travésde la sobrefacturación puede girar divisas al extranjero elu-diendo controles e impuestos.

Y. En lo que se refiere a modalidades de compra, lasmás corrientes son: hace un pago único (lump sum) por lo quese importa, que se contabiliza en la “cuenta capital” o me-diante el pago de royalties o cuotas fijas anuales que se conta-bilizan en cuenta corriente. Con respecto al costo de lo que secompra y al precio que por él se paga, véase más adelanteN2 39,

35. Es muy importante comprender que la elección queel comprador hace de la tecnología que quiere comprar estádeterminada no sólo por elementos tecnológicos sino por con-sideraciones de otra naturaleza, que en muchos casos son másimportantes que las ventajas o características puramente téc-nicas. Justamente esto explica un comportamiento aparente-mente irracional: la reconocida existencia de un considerableacervo de tecnología no patentada (es decir, de libre uso) quese utiliza mucho menos de lo que pareciera natural. No socompra la tecnología más barata, sino la que más conviene alque la compra. Claro que lo que conviene a cada importadoren particular puede no ser lo que más conviene al país ensu conjunto y no sólo en materia de lo que hay que pagar por

que se importa sino sobre la conveniencia de otras caracte-rísticas de esa mercancía. Así ocurre generalmente que se im-portan tecnologías que han sido optimizadas a costo de factoresdel país de origen y que naturalmente resultan no ser las más

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adecuadas para mercados que son mucho menores. Suele argu-mentarse — a veces implicitamente— que se ha importado la“mejor tecnología existente”, la más “moderna”, la que se usaen EE.UU. o Europa Occidental. Este tipo de argumentaciónno es correcto por lo que hemos dicho en el N? 18 sobre dina-mismo de la Tecnología. Siempre sería posible encontrar unatecnología más adecuada, sea por importación o por propiodesarrollo. Pero si esto queda librado al solo criterio del com-prador, su decisión no tendrá más racionalidad que la que con-venga a su negocio.

Comolo ha expresado Simon Teitel 22:“...the low development countries have not cared much

for the view that they should concentrate on producing onlythose products demanding a high proportion of their presentlyabundant resources... In spite of the apparent rationality ofsuch a choice... the LDC, s have generally realized that sucha cholse may in fact be detrimental to their capacity for trans-forming their economies and tends or may tend to distort theirindustrial base” *.

Debiera comprenderse que el dinamismo de la Tecnologíahace teóricamente posibles muchas elecciones y no sólo una yque en la importación,esta característica de la Tecnología de-biera permitir combinaciones que tengan en cuenta los demásfactores (económicos, financieros, de marketing, de confianza,etc.), que intervienen en una operación en la que se compratecnología, no simplemente conocimiento.

En realidad, sin embargo, y a causa de la imperfeccióndel mercado, normalmente no hay disponibles varias tecnolo-gías para un dado proceso o producto y el comprador tienemuy escaso margen de elección. En términos macrocconómi-cos esto puede no ser muy ventajoso, pero la solución del pro-

22 Notes on the transfer and adaptation of Technology, SimonTeitel, 1970.

* “Los paises con bajo grado de desarrollo no se han preocupadomucho por la opinión de que ellos deben concentrarse únicamente enaquellos productos que demanden una alta proporción de sus actualmenteabundantes recursos... Á pesar de la aparente racionalidad de esa al-temativa... esos palses generalmente se han dado cuenta de que esaalternativa puede efectivamente estar en detrimento de la capacidad de

transformar sus economías y tiende o puede tender a distorsionar su base

industrial”.

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blema escapa a las capacidades de cada comprador. Es poreso que resulta fundamental —para los países menos desarro-llados— una acción decisiva por parte del Estado que lleve auna paulatina modificación del mercado en favor de los im-portadores (Ver: I1I. El Rol del Estado).

36. En el comercio de Tecnología, ¿cuál es el costo delo que se vende y cuál el precio de lo que se compra? Pararesponder a estas preguntas, conviene primero analizar unaobjeción que se suele hacer al concepto de que la Tecnologíaes una mercancía, objeción basada en el hecho de que la Tec-nología es conocimiento que, por ser un bien “intangible”,desafía todo intento de valorización. “¿Qué valor se puedeotorgar a un descubrimiento científico? ¿Cómo se puede me-dir y valorizar el aporte de la teoría de la relatividad?”, pre-gunta M. Halty Carrere* que agrega “desde el punto devista teórico la asimilación total (entre tecnología y mercan-cía) no parece ser adecuada... sobre todo para la componentehuman embodied, que es de importancia crucial”. La validezde esta objeción es muy discutible porque hay en ella unaconfusión entre la naturaleza del conocimiento —como cate-goría epistemológica— y su comportamiento en el sistema eco-nómico, entre el “valor de uso” del conocimiento y su “valorde cambio”. En primer lugar, en el sistema económico circulanmuchos otros bienes intangibles que también son objeto demuy activo comercio y cuyo precio ra siempre es posible cal-cular en términos de “costos” de producción. Bienes intangi-bles son la belleza —de un cuadro, de un poema, de una sin-fonía, de una flor—, el placer —gastronómico, sexual—, laemoción —de una obra de teatro, de una danza, de una pell-cula—, la alegría —de un chiste, de una caricatura, de unacomedia—, etc.; todos ellos están en el mercado, muchas veceshuman embodied, y es que algo se convierte en mercancía noporque sea tangible o intangible, concreto o abstracto, sinoporque es objeto de comercio, y por eso adquiere un precio.Y deja de ser mercancía cuando pierde su valor de cambio.Así, algo tan concreto como una locomotora a carbón o unavión de madera y tela o un automóvil con 20 años de uso,que fuera valiosa mercancía en un momento determinado, hoy

* De nota 19 de pág. 78.

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ya no lo es más, y si se vende, el que lo compra lo adquirirápor su valor sentimental, histórico o simplemente por el delos materiales que —por desarme— se pueden obtener de él,pero no para emplearlo en el uso específico que poseía cuandofue fabricada. La obsolescencia no es otra cosa que el paso deser mercancía a dejar de serlo, y justamente por eso mismo laobsolescencia es un concepto económico y no físico: un equipoo una máquina pueden estar en excelentes condiciones de fun-cionamiento y ser, sin embargo, totalmente obsoletos.

Por último, qué bien más intangible que el dinero —esamercancía que sirve para medir todas las demás— que Sa-muelson ha calificado ccrteramente como “un artificio, unaconvención social” y que por cierto tiene precio. Alguien hadicho *3 que “el dinero como tal y no como una mercancia,no se busca por sí mismo, sino por las cosas que con él sepueden adquirir”. De la misma forma podría decirse que “elconocimiento como tal y no como mercancía, no se busca por

sí mismo, sino por las cosas que con él se pueden producir”.Y por eso tiene un precio de venta, sea que esté incorpo-

rada o desincorporada, en máquina o en planos, en equipos oen personas. Ese precio de venta —como ocurre con el de otrasmercancías— no dependerá solamente del costo de producciónsino del complejo conjunto de elementos que operen en elmercado en el momento de su comercialización.

37. En la producción de una dada tecnología se utilizanconocimientos gratuitos (no en el sentido de que su produc-ción no haya costado dinero, sino que no se paga por su utiliza-ción) y conocimientos pagos. Los primeros provienen delstock de conocimientos que la Humanidad ha acumulado alo largo de su historia y que han adquirido estado público porsu publicación en libros, revistas, etcétera. Esos conocimientosconstituyen la Ciencia y están a libre disposición de quienesquieran, sepan y puedan emplearlos.

Los conocimientos pagos —a su vez— pueden provenir dela compra a otros proveedores, de su copia o imitación, o serde producción propia. Obviamente, el costo de producción dela tecnología resultará de computar todos y cada uno de los

22 Citado por P. Samuelson, Curso de Economía Moderna. Tra-ducción española, Aguilar S.A. de Ediciones, pág. 59.

e

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costos de los conocimientos pagos. Como en el caso de cual-quier otra mercancía, esos costos comprenden no sólo los cos-tos económicos sino también los costos financieros que puedenser muy elevados, porque la producción de toda tecnologíalleva implícita la posibilidad de su fracaso, por lo que se debetener acceso a capital de “riesgo” que, por su misma natura-leza, es dinero caro. Como es de imaginar, los costos de pro-ducción de diferentes tecnologías varían enormemente entreellas, y si bien las tecnologías de proceso son generalmentelas más caras, no es difícil encontrar ejemplos en donde es latecnología de comercialización la más cara o en los que elgasto mayor se realiza en el adiestramiento de personal.

Para las tecnologías de proceso, las informaciones dispo-nibles demuestran que la etapa de “desarrollo” es la más cara,comparada con las de investigación básica y de investigaciónaplicada. En unreciente trabajo, J. C. Garritsen ** muestra quepara EE.UU., a escala nacional, en 10 dólares aplicados a 1Den tecnologías de proceso la distribución es la siguiente: 1 dó-lar para investigación básica, 2 dólares para investigación aphi-cada y 7 dólares para la etapa de desarrollo hasta obtener unprototipo que puede permitir la producción en serie.

38. La naturaleza misma de la mercancía y la relativapoca experiencia histórica en su producción organizada y sis-temática hace difícil —wo sólo a nivel de la economía en suconjunto sino incluso a nivel de empresa— decidir respecto dela inversión óptima que debe ser destinada a la producción detecnología. Y justamente por la naturaleza de las causas quela originan, esta dificultad se presenta tanto en las economíasde mercado como en las socialistas. Así, para URSS ?5 Kura-kov dice que:

“lt must be pointed out that the failure to solve thequestion of financing the development of Science and Techno-loghy is one of the principal causes of the slow rates ofapplication of Science and Technology in production” *.

24 The problems and methods of financing scientific and technicalresearch, |. C. Garritsen en “The Role of Srience and Technology ineconomic development”, UNESCO, 1070.

28 Science, Technology and Communism, L C. Kurakov, Perga-mon Press, 1968.

* “Debe señalarse que el fracaso en resolver el problema del fi-

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En cl nivel de la empresa, se pueden señalar tres proble-mas fundamentales: en primer lugar que se necesita capitalpara realizar ID, pero mucho más capital aún para emplearlos resultados de esa ID; en EE.UU. se demuestra que laindustria química ha necesitado —históricamente— 3 dólaresde nuevo capital por cada dólar invertido en ID”. Luego,que se presentan serias dificultades si se intenta determinar—por análisis costo-beneficio— la rentabilidad de ID. La opi-nión de Roger Demonts —que ha estudiado el problema enprofundidad ** es terminante:

“...mais en TVétat actual de nos connaissances nous sommesobligués de dire que Tanalyse des coúts et rendements ne per-met, dans la généralité des cas, ni de suivre expost les coúts etrendements d'une opération de recherche, ni déntaglier ex-ante, un ordre de préférence, entre plusierus projets de re-cherche” **.

Finalmente, el serio riesgo que supone el desarrollo detoda nueva tecnología y que puede conducir a poner en peli-gro la vida misma de la empresa (un ejemplo adecuado deesta afirmación es la reciente quiebra de la célebre compañíainglesa Rolls Royce, producida por imprevistas dificultadestecnológicas en el desarrollo de las turbinas para el avión TriStar).

39. El precio de venta de esta mercancía cuyo costo deproducción es tan difícil de determinar depende no sólo dedicho costo sino de una serie de factores propios de la natu-raleza del producto, de la fuerte imperfección del mercado,de las circunstancias especiales de cada operación, de los cos-tos de “oportunidad” para vendedor y comprador, etc. Ya he-mos analizado aquellos elementos más importantes de la rela-

nanciamiento del desarrollo de la Ciencia y la Tecnologia es una de lascausas principales de la lenta aplicación de la Ciencia y la Tecnologíaa la producción”

* Ver nota 21 de pág. 79.28 Economie appliquée, Roger Demonts. Tamo XX, No 4, 1907.

e. “ .,pero en el estado actual de nuestros conocimientos nosvemos obligados a dectr que el análisis costo-beneficio no permite, en lageneralidad de los casos, ni saber por anticipado esos costos y beneficiosde una operación de Investigación, ni establecer un orden de preferenciaentre varios proyectos de investigación.”

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ción vendedor-comprador que influyen en la determinacióndel precio de venta de tecnología. Como bien dice Teitel *:

“it is hard to say what the “fair price of technology shoulbe” **. En las operaciones de comercio indirecto —en donde elprecio de la tecnología generalmente no se desagrega— no hayforma de conocer qué porcentaje del precio de venta del equipocorresponde a tecnología. Por lo demás es el componente demayor elasticidad de los que integran el precio total y el ven-dedor maneja esa elasticidad con máxime flexibilidad.

En ko quese refiere al comercio directo, sus característicasfundamentales han sido analizadas en numerosos estudios; enparticular, el report de E. Hawtorne para la O.E.C.D *** con-tiene información muy completa sobre contratos, precios, ga-rantías, etc., y Cooper y Sercovitch **** resumen así la situa-ción actual:

“probably nearly all countries limit the proportion of netsales or total autput which car be paid in royalties and licen-sing fees vo...

Sin embargo, y como ya lo hemos dicho antes, el análisisobjetivo del problema del precio real de venta de Tecnologíase complica enormemente porque vendedores y compradoresocultan y deforman —y no sólo por razones de secreto comer-cial sino por evasión impositiva y de controles cambiarios— losprecios auténticos de sus transacciones. Por eso hay que re-conocer que tanto en la comercialización indirecta como enla directa estamos aún lejos de disponer de toda la informaciónnecesaria para poder realizar los análisis cuantitativos que soncorrientes en los estudios del comercio de mercancías más tra-dicionales.

* Ver nota 22 de pág. 82.log e. “es difícil decir cuál debe ser el precio «justo» de la tecno-¡e

e... Ver nota 18, pág. 75.e... Ver nota 13 de pág. 70.

e.s..co “Probablemente casi todos los países limitan la proporciónde las ventas netas del producto total que puede pagarse en concepto deuso de patentes y licencias”,

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JII. EL ROL DEL ESTADO

“E inaceltavel que un elemento de taltrascendencia para o nosso desenvolvi-mento seja transaccionado em condigoestao desfacories” *.

Mario Gibson Barbosa *?

39. Ya hemos destacado la marcada imperfección del mer-cado de Tecnología, que prácticamente en muy pocos casosfunciona de acuerdo con el modelo neoclásico del mercado pri-vado y concurrencial. La intervención del Estado —tanto enla producción como en la comercialización de Tecnología—merece detenido análisis. Pero no sólo por el interés de com-prender el aspecto propiamente mercantil del problema sinoporque además —y esto es particularmente importante para lospaíses de menor desarrollo— la intervención del Estado es cau-sa y también consecuencia de la creciente importancia de laciencia y la técnica en la vida de los países modernos y sobe-ranos y de su rol en la política global de los Estados corres-pondientes.

40. Es bien sabido que en los países más desarrolladosel Estado no sólo es el mayor productor de conocimiento cientí-fico-técnico, sino también el principal promotor de la produc-ción de Tecnología; para ambos fines emplea grandes presu-puestos de gastos e inversiones que canaliza a través de insti-tuciones y organizaciones públicas y privadas. También en elcomercio de Tecnología —si bien la mayor parte de éste serealiza por empresarios privados— el Estado concurre a su pro-moción y apoyo con medidas de toda índole: beneficios impo-sitivos, fiscales y cambiarios, líneas de crédito especiales; con-tratos y subsidios; programas bilaterales e internacionales deasistencia técnica a los países que importan tecnología, oficinasde patentes y marcas bicn estructuradas, tarifas y arancelesadecuados, etcétera.

Las actividades del Estado en la producción y comercio de

* “Es inaceptable que un elemento de tanta trascendencia paranuestro desarrollo sea comercializado en condiciones tan desfavorables.”

e* De un discurso del ministro de Relaciones Exterlores delBrasil, Marlo Cibson Barbosa.

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tecnología en los países más desarrollados han sidy exhausti-vamente estudiados y existe al respecto una numerosa biblio-grafía, por lo que no tiene objeto dar acá mayores detalles.Lo que importa ahora destacar es que esta acción del Estado,que por una parte contribuye poderosamente a que el mercadosea imperfecto, por otra se realiza de manera de aprovecharal máximo esa imperfección, que para los países más desa-rrollados no es un defecto sino una virtud, de la que es posibleobtener grandes beneficios. En consecuencia, es natural que suestrategia sea la de fortalecer esas características del mercadoque les son tan favorables. Entonces no debe extrañar, porejemplo, que subsidien la producción, concedan créditos “ata-dos”, promuevan un sistema liberal de patentes y marcas, pro-picien contratos de licencia con cláusulas restrictivas de ex-portación, controlen rigurosamente la inversión extranjera, et-cétera. En materia de Tecnología, son “Hbre cambistas” comocn materia de productos manufacturados lo fue Inglaterra en elsiglo pasado, cuando detentaba el monopolio de su produccióny comercialización. En resumen, su estrategia fundamental esla de mantener y perfeccionar la “nueva división internacionaldel trabajo” que hemos descrito en el N? 25.

41. ¿Qué pueden hacer los países menos desarrolladospara mejorar su posición relativa en un mercado organizado ymanejado por los exportadores de Tecnología?

Ante todo, tomar conciencia de que se requiere máximaparticipación del Estado: si, como hemos dicho, éste desem-

peña un rol fundamental en los países con economías plena-mente desarrolladas, con mucha mayor razón debe hacerlo enlos países cuyas débiles economías hacen totalmente imposibleni siquiera imaginar que puedan existir otras fuerzas capacesde actuar como countervailing power * en el mercado.

Esta participación debc manifestarse fundamentalmente cnla estructuración y conducción de una política explícita de Tec-nología que —debidamente articulada con la política global dedesarrollo, de la que debe formar parte— defina los objetivosnacionales que se quieren alcanzar, precise los intereses que sedeben proteger e instrumente los mecanismos que se necesitaemplear. En la medida en que se desee transformar al país en

* Poder balanceador.

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una nación moderna y suberana, esa política debe proponerseaumentar paulatinamente la autonomía tecnológica del país, esdecir, su capacidad de decisión y elección en todos los proble-mas relacionados con la producción y empleo de Tecnología, enparticular con la que se produce en el país y con la que seimporta, de manera de saber y poder actuar tanto en la pro-ducción como en el comercio de Tecnología, que es exacta-mente lo que hacen los Estados de los países más desarrollados.

42. Los países de América Latina petenecen todos —endiferente grado— al grupo de los menos desarrollados, dadoque son netos importadores de Tecnología y productores muydébiles, como lo demuestra el siguiente cuadro en el que —conpropósito de comparación— se incluyen los valores correspon-dientes a países más desarrollados ”.

PAIS AÑO a| endexa ppmMONTO] % PBI MONTO | % PBI 4 YB

Argentina 1966 se 0,33 130.3 0.78 p.43

Brasil 1968/68 66 0.20 59.8 0.27 1.10

Chile 10007 8 0.18 70 015 1.20

México 10602 329 0.15 e87 0394 0.4

Colombia 1969 13 0.20 26.7 0.40 0.50

EE.UU. 1900/64) 21.07 3.70 878 o0 200

Reino Unido| 1964/65| 2160 2.60 1088 013 200

Alemania 1964 1488 160 15009 024 9.0

Francia 1968 1208 19 110.4 o22 109

Japón 1968 2130 15 314 0.21 0.4

Obsérvese que se ha tomado el valor de lo que se invierteen ID como indicador de lo que se gasta en producción de

* Ver nota 19 de pig. 78,

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Tecnología, lo que ciertamente no es correcto, en particular enlos países de Latinoamérica, en Jos que la experiencia ense-ña que una gran producción de ID está dirigida a investiga-ción que no se emplea en producción de Tecnología. De todasmaneras, las cifras son lo suficientemente elocuentes para de-mostrar que en estos países el flujo de Tecnología que porellos circula consiste casi totalmente en Tecnología importaday por lo tanto, toda política de Tecnología que para ellos seestructure debe tratar no sólo de mejorar sustancialmente laproducción sino que debe prestar atención inmediata a un co-nocimiento minucioso de la que se importa, para poder con-trolarla adecuadamente.

43. La política de Tecnología —que debe integrar la po-lítica global de desarrollo del país— debe articularse con lapolítica económica —a la que sirve— y con la politica cientifica,de la que obtendrá la capacidad científico-técnica propia im-prescindible tanto para producir Tecnología como para decidirqué, cuánto y cómo importar.

La relación con la política económica debe conducir a laelaboración de un verdadero régimen de Tecnología que de-berá armonizar adecuadamente —en función de los objetivosque la conducción económica desee obtener— con los elemen-tos tradicionales de toda política económica: el régimen deprecios y salarios, el régimen impositivo, el régimen arancela-rio, el régimen de cambios, el régimen de inversiones nacio-nales y extranjeras, etcétera.

Para comprender de qué manera funcionaría ese régimende Tecnología en armonía con los demás, imaginemos, porejemplo, que el país pone en marcha una política económicabasada en que el principal obstáculo al desarrollo es el déficitcrónico de la balanza de pagos.

En esa política, por lo tanto, se promoverá todo aquelloque reduzca el gasto en divisas y castigará lo que lo aumente.Así por ejemplo, el régimen cambiario contendrá disposicionesseveras respecto de la transferencia de divisas; el régimen deinversiones promoverá aquéllas que representen ingreso netode divisas; el régimen arancelario establecerá tarifas muy altaspara las importaciones suntuarias, etc. ¿Qué hacer con el ré-gimen de Tecnología? Hasta cl presente, no se hace nada:

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todos los regimenes se modifican y se ponen al servicio delobjetivo de reducir el déficit externo, pero en cuanto a la Tec-nología, simplemente se la ignora, como si no existiese o noimportase. Ocurren así contradicciones notorias como que seintroduzcan tecnologías que aumentan el drenaje de divisas.Deberá comprenderse que la Tecnología es una herramientamás de la política económica y en consecuencia el régimen deTecnología deberá emplearse de manera coherente con losotros es decir: se promoverán las tecnologías que ahorren di-visas, se establecerán controles más estrictos en los contratosde compra de tecnología con pago de royalties en divisas, sefcmentará el desarrollo de tecnologías que permitan aumentarlas exportaciones, etc. Para alcanzar estos objetivos se dicta-rán las disposiciones correspondientes, con los incentivos (con-tratos, subsidios, préstamos “blandos”, reintegros impositivos,etcétera) y “castigos” (prohibiciones, multas, recargos, permi-sos previos, excepciones, etc.) necesarios.

En resumen: en este ejemplo el flujo de Tecnología debe-ría ser canalizado de una manera tal que contribuyera positivay eficazmente al objetivo central de reducir el déficit de labalanza de pagos.

44. El ejemplo anterior pretende ilustrar de qué manerala Tecnología —a través de su régimen— se puede integrar ar-mónicamente en la política económica. De ese ejemplo resul-tan varias conclusiones:

a) La necesidad de conocer en profundidad el rol de laTecnología en el desarrollo y la forma en que ella puede con-tribuir a alcanzar los objetivos fijados por la política económi-ca. Por cierto que no será suficiente un conocimiento teóricogeneral sino que será imprescindible conocer los detalles com-pletos de la realidad en la que se opera.

b) Una vez que se haya decidido actuar con la Tecnología,las acciones que se adopten deberán ejercerse sobre todo elflujo de Tecnología y no tan sólo sobre uno de sus compo-nentes. Así por ejemplo, si se intenta promover la producciónde Tecnología descuidando completamente lo que ocurre consu importación, lo más probable es que el esfuerzo resulte in-fructuoso, porque el mercado continuará teniendo acceso a tec-nologías más “prestigiosas”, más “seguras”, mejor financiadas,

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etcétera y por lo tanto no habrá demanda para la Tecnologíalocal. Esta es la razón principal del fracaso de ciertos planes defomento de la investigación científico-técnica, que no producenlos resultados esperados: puede ser que lleguen a producirseconocimientos —que seguramente son valiosos per se, para elprogreso de la Ciencia— pero no Tecnología, que era el objetivodeseado.

Por cuusas análogas, tampoco se puede actuar sobre laimportación de tecnología —por ejemplo, restringiéndola— sinfomentar su producción local, porque la consecuencia segurasería el atraso de la estructura productiva, que no podria re-novar su Tecnología.

Para desarrollar una capacidad autónoma en el manejo delflujo de tecnología, hay que desarroHar simultáneamente ca-pacidad para crear tecnología y capacidad para controlar laque se importa.

c) Para actuar sobre la producción de Tecnología, habránaturalmente que disponer de una infraestructura cientifico-téc-nica apta para responder a esa demanda. Construir, organizary hacer funcionar exitosamente esa infraestructura es el obje-tivo específico de la política científico-técnica, y es obvio quesi ésta no existe, la política económica no podrá emplearel ré-gimen de tecnología. Por su parte, la infraestructura científico-técnica no saldrá del espléndido aislamiento en que normal-mente se encuentra en los países menos desarrollados si norecibe demandas concretas que la política económica le plantea-rá a través de la política de Tecnología.

d) Para actuar sobre la importación, este “negocio” deberáconocerse tan detalladamente como hoy se conoce el “negocio”de la importación de mercancías tradicionales, Suele decirseque ello es muy difícil —si no imposible— dado el carácter “in-tangible” de la mercancía. Sin embargo ello no puede consti-tuir un obstáculo insalvable: el Banco Central de cualquierpaís conocer con todo detalle el “negocio” —incluyendo el fun-cionamiento del “mercado negro”— de esa mercancía muchomás “intangible” que es el dinero.

45. De las conclusiones anteriores, resulta que la políticade Tecnología deberá consistir en un conjunto complejo deelementos variados que operarán según instituciones y meca-

3

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nismos adecuados, y cuyo detalle concreto dependerá natural-mente de las circunstancias específicas de cada país. Sin em-bargo, como la mayoría de los países en desarrollo se encuen-tran —en materia de Tecnología— en una etapa muy semejantea la de “sustitución de importaciones” que caracterizó a laproducción de otras mercancías, es posible reseñar —a títuloindicativo— algunos de esos elementos:

a) Revisar y reformar el régimen de Propiedad Industrial,en particular en lo referido a Patentes y Marcas, dado queel que existe en la mayoría de los países está estructuradopara favorecer a los exportadores de Tecnología, puesto queproducen la “cautividad” de los mercados hacia los cualesellos exportan ?”.

b) Revisar los sistemas impositivos, crediticios, arancela-rios y tarifarios de manera de estimular la producción localde Tecnología y desalentar su importación, particularmentela de Tecnología destinada a la producción y comerclaliza-ción de bienes de consumo muy simples, que de ningunamanera necesitarían de know-how extranjero, pero que lapropaganda masiva ha introducido prácticamente en todo elmundo.

c) Establecer un registro de contratos de licencias y trans-ferencia de Tecnología en el que deberían inscribirse todaslas transacciones comerciales en Tecnología. La existencia deeste registro permitirá adquirir el conocimiento necesario delnegocio para poder luego regularlo eficientemente. Tal esuna de las funciones que con tanto éxito ha desempeñado elcélebre Minister of International Trade and Industry (M.I.T.I.)del Japón.

d) La Tecnología debe recibir tratamiento explícito enlos regímenes de promoción industrial y de inversiones ex-tranjeras.

c) El “poder de compra” del Estado —particularmentemediante sus empresas productoras de blenes y servicios— debeser empleado en el fomento de la producción de Tecnología.

f) Los servicios de consultoría son importantes “comer-

21 Patents revisited: their function in developing countries, Cons-tantino Vaitsos, Lima 1971.

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cializadores” de Tecnología importada, pcro podrían serlo tam-bién de Tecno'ogía de producción local en la medida en queésta estuviese disponible y las consultorías recibiesen incentivosespeciales para su difusión.

g) Promover la constitución de empresas productoras deTecnología, particularmente en aquellos sectores en los que elEstado monopoliza producción y comercialización (energíaeléctrica, agua potable, comunicaciones, etc.).

h) Establecer múltiples mecanismos de comunicación en-tre estructura productiva e infraestructura científico-técnicaque garanticen un eficiente acoplamiento entre producción yuso del conocimiento.

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InremLupio 11

TECNÓCRATAS Y CHANTOCRATAS *

Uno de los temas de moda en los últimos años, es el dela tecnocracia en relación particularmente con el rol que jueganlos tecnócratas en el desarroHo de una nación.

El péndulo oscila de un extremo a otro. Hace algunos añosse creyó que los tecnócratas eran la salvación de la Argen-tina y de muchos otros países. Ahora parece que el péndulose desplaza hacia la otra posición, y los tecnócratas están enbaja. Se comienza a cuestionar si realmente son tan útiles comose creía, y si no habría que condicionar un poco el juicio quesobre ellos se hace, Yo diría, como aquel filósofo de la RevistaDislocada: “ni tan tan, ni muy muy”. No son ellos los poseedo-res de ja varita mágica para resolver todo tipo de problema.Pero, al mismo tiempo, hay una cantidad de problemas queno pueden ser resueltos si no se ticne conocimiento técnico y,

fundamentalmente, si no se tiene buen conocimiento técnico.Cuando el péndulo se desplaza para el lado de los tecnócratasUber alles, se está sobrestimando el rol del conocimiento técni-co en la solución de los problemas políticos y sociales que tieneuna sociedad. En ese caso, se olvida que la mayor parte de losproblemas siempre tiene componentes no técnicos. Pero cuandoel péndulo oscila hacia el otro extremo, se puede caer muyfácilmente en el dorado reino de los chantócratas. Ya que la tec-

* Reportaje publicado en Comercialización, junio 1973.

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nocracia está en baja, en realidad muchos tecnócratas no senecesitan... Entonces se cae en consideraciones como: es bue-no si tiene mis mismas ideas, o si es amigo del ministro,etcétera, etc. Si uno cae del lado del chantapufismo, se pagaun precio muy caro, porque hay cosas que no se pueden reem-plazar por el mero entusiasmo. Alguien lo decía con más auto-ridad que la mía: el Che Guevara. Cuando era ministro de In-dustrias en Cuba le dijo a una persona que por favor no vinic-sen más marxistas, “que venga alguno que sepa”. Porque rcal-mente debía manejar la industria y tenía que hacer producir.Y, si bien para diseñar el plan general el saber marxismo debeser importante en una economía marxista, fabricar las cosasmismas tiene bastante poco contenido marxista. Es muy difícilque se pueda reemplazar la resistencia de materiales, la clas-ticidad o la termodinámica con una lectura de AHhusser. Digoesto porque cuando uno cita al Che Guevara, le da autoridadante mucha gente que piensa que realmente basta con leer aAlthusser para entender la técnica de un avión a reacción. LaTecnología y la Tecnocracia son herramientas cada vez másimprescindibles, y por lo tanto se las tiene que. tener bien afi-ladas, bien preparadas. Los tecnócratas tienen que ser: cuantomejor, mejor.

Los tecnócratas de segunda producen tecnología de se-gunda; los de tercera producen técnicas de tercera. Los paísesque tienen tecnócratas de tercera se atrasan. Si el atraso o eladelanto es importante o no, hay que preguntárselo a los pue-blos, a cada pueblo en cada contexto histórico. No solamentea los ideólogos de los pueblos. Cuando los rusos compran tec-no!logía a los italianos para su industria automovilística, o cuan-do compran tecnología petrolera a los americanos, yo no sési esto está bien o mal para Rusia, ya que son los rusos quienesdeben juzgar. Pero ellos la compran porque lo quieren y si loquieren es porque lo necesitan, y si lo necesitan deben ir a bus-carla a donde esté. Para muchos, esto será un sacrilegio ideo-lógico. A lo mejor lo es. Pero desde el punto de vista de lasnecesidades, ya se sabe que éstas “tienen cara de hereje”...

Durante la primera época del régimen soviético, se hizoun gran mito de la tecnocracia —cuantos más tecnócratas mejor—muy parecido en ese sentido a los EE. UU., donde la tecno-cracia ha sido una fuerza propulsora —muy importante— del

gq

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desarrollo americano. Rusos y americanos, unos en el contextocomunista y otros en el contexto capitatista, ambos cultivabanla misma religión; la religión de una tecnocracia como herra-mienta de capital importancia. De modo que, cuando se atacala tecnocracia como un valor introducido desde los países cen-trales (que hacen de la tecnocracia un mito para introdu-cir su poder y sus intereses cn los países periféricos), se ata-ca con razón. Esos países, muchas veces, cultivan el sentidode que esto ticne un valor per se muy grande. Esa valoraciónen países como el nuestro produce reacciones —en mi opiniónmuy positivas— de ataque contra ese culto. Pero debiera recor-darse que no solamente por la vía de la penetración imperia-lista capitalista esto ha sido producido, sino también en buenaparte por las ideologías mecanicistas de izquierda, que igual-mente durante muchas décadas han hecho culto a ha tecnocra-cia como elemento capital... Pero no debe olvidarse: necesita-mos tecnócratas con la mejor capacidad que se pueda encontraren el mercado o que le podamos suministrar a través del sistemaeducativo y otros medios; sin embargo, esos tecnócratas no vana resolver automáticamente los problemas que tenga el país.Habrá que emplearlos de modo que sean lo más útiles posiblepara las necesidades comunes de todos y de la sociedad, y no so-lamente para sus propios intereses o intereses de grupos limi-tados. En la Argentina, como en todo peís periférico, durantemucho tiempo buena parte de la tecnocracia ha estado alienadaa intereses ajenos a los de la Nación. Y lo ha estado por unarazón práctica, porque como la economía giraba en derredor deintereses extranjeros más que nacionales, es bastante obvio quelos tecnócratas tenían que vivir de algo, para, por, o con com-pañías extranjeras que representaban intereses extranjeros ra-dicados en el país. Naturalmente, como debían cumplir sufunción —si no, los echaban— lo debían hacer en términos demanejo de su conocimiento técnico según las instrucciones yobjetivos que se les fijaban dentro de esas compañías. Por otraparte, también hubo tecnocracia que, como describió muy bienen una época Scalabrini Ortiz, entraba y salía del gobiernohacia las compañías y de éstas hacia el gobierno, un tráficoque hacía que nunca se supiera bien dónde empezaban losintereses de unos y otros. Había un conflicto de roles. Unconflicto de intereses que, en general, no se resolvía favorah!e-

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mente a la nación, sino que se resolvía muchas veces a favorde los viejos o los futuros empleadores. No es que las personasque lo hicieran fueran malas personas, hay que darse cuenta deque estaban en un contexto que no les daba muchas otras opor-tunidades y posibilidades.

Esto no pasó solamente en la Argentina, sino que pasó entodo el mundo periférico y también en algunos países de losahora llamados centrales. Un hecho notable que ha pasadoen los últimos diez años en la Argentina y en buena parte deLatinoamérica, es la llegada de una nueva generación de tec-nócratas, con excelente preparación técnica, con un buen ni-vel, y con un sentido mucho más claro de su rol en relacióncon los intereses de la nación. Estamos, en este momento en unperíodo de transición. En estos 10 ó 15 años se ha ido mejo-rando la calidad promedio de la tecnocracia. Hoy hay muchamás gente capacitada en la Argentina y mucho más capaci-tada de lo que era hace 10 ó 15 años. Con mucho más sa-ber técnico, científico e instrumental, y al mismo tiempo conuna conciencia mucho más clara de sus posibilidades y limi-taciones. Esta transición ha ocurrido no solamente en la Ar-gentina. Ha ocurrido en toda América Latina. Yo lo he obser-vado en Perú, en Chile, en México. Lo he observado en Brasil,Venezuela, Colombia. Una cosa muy importante de toda estanueva tecnocracia, es que a diferencia quizá de otras épocas,tiene un sentido de compromiso mucho mayor. Eso se reflejaen que es más seria para trabajar, más rigurosa, exige más,sabe más, pide más, y se pide a sí misma mucho más de loque era corriente en el pasado. El sentido de compromiso serefleja también en el estado de alerta frente a los problemas.

Yo creo que estamos presenciando una transformación im-portante, muy positiva. Si lo manejamos con cuidado, quieredecir que si todos tomamos conciencia de que está pasandoeste fenómeno, Argentina podrá tener para su próxima eta-pa, todo el saber técnico y científico que necesita. Pero si no lomanejamos con cuidado, simplemente perderemos un capitalimportante y caro que cuesta mucho cuando se pierde, no so-lamente en dinero sino también en tiempo. Y hay una variableQue es más importante que el dinero: es el tiempo. Los tecnó-cratas no son mágicos. Pero cualquier país que pretenda hacercualquier cambio, cualquier transformción, los necesita. Por-

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que necesita conocimiento, de cualquier género que sca, y so-bre todo, de ciencia y de técnica. Está de moda también enalgunos círculos hablar contra el cientificismo, entendiendo portal una especie de deformación que tendría la gente por dedi-carse a saber mucho, en ciencia por ejemplo, y poner ese saberal servicio de... Como si saber mucho, significara automática-mente que se va a poner ese saber al servicio de otros interesesque los propios de la Nación o del Pueblo. Tengo mis re-paros contra el cientificismo, en el sentido de que si se creeque el cientificismo es mágico, es decir, que el saber muchaciencia lo hace a uno mejor, eso no es verdad. Simplementeel conocimiento le hace saber mejor su oficio.

A un carpintero, lo primero que se le pide, es que sea

buen carpintero, si no sus muebles se rompen. El mismo conte-nido instrumental tiene el saber científico y uno no podríadecir nunca a un científico que es suficientemente científico,desde el punto de vista del saber instrumental. Cuanto más sa-ber instrumental tenga mejor científico es. La oposición al cien-tificismo que se presenta ahora con un contenido revolucio-nario en países como la Argentina, la verdad es que nacetambién de los países centrales. Es otra forma de colonialismointelectual, porque es en EE.UU. donde en los últimos 10 añosse produce la decepción de la juventud frente a una sociedadabrumadoramente rica, y donde hay elementos superfluos, ydonde la ciencia ha sido empleada para la destrucción, comoVietnam. Es por eso que la gente se rebela, pero me pareceidiota rebelarse contra el cientificismo en un país que no tienetodavía la ciencia que necesita. Es como cuando los ricos serebelan contra la riqueza que ya tienen.

Sería bastante absurdo que los pobres los imitasen y se re-belaran contra la riqueza como si la tuviesen. Cuando yo veo aun físico que en la Argentina se rebela contra el cientificismo,me preocupa mucho si es que va a dejar de ser un buenfísico,porque en ese caso no va a servir para nada como tal. Tal vez,servirá para otra cosa. Creo que es compatible el ser buenfísico,

y, al mismo tiempo, tratar de entender qué es lo que pasa en laNación, y tratar de ser útil a su progreso, desarroHo, cambio. Síen un país pole en ciencia y técnica como la Argentina, se ha-bla mucho contra la ciencia y la técnica, la consecuencia más

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inmediata es que se abre la puerta a los chantapufis, que tienenun mal nivel técnico y científico, porque han sido mediocres osimplemente incapaces. Si se dice que, de hoy para mañana,la ciencia y la técnica no son tan importantes, qué másquiere un individuo que es de segunda, o de tercera. En elfondo, se está ayudando así a quienes van a conspirar muchomás contra el buen desarrollo del país, introduciendo a genteque no tiene la capacidad necesaria para hacerlo. Sin ningúnánimo aristocratizante, pensando simplemente en la ciencia yla técnica como oficios, lo primero que debemos pedir es quela gente sepa hacerlo bien, lo mejor que pueda. Al mismo tiem-po debiéramos pedir que comprenda su responsabilidad comocientífico o técnico dentro del proceso histórico que vivela Nación. Teniendo ambas cosas, estaríamos con el pénduloen el lugar más o menos correcto. Ni podemos esperar todode ellos, ná tiene sentido esperar todo de ellos. Además, seríaincorrecto esperar todo de los tecnócratas. Pero tampoco pode-mos construir muchas de las cosas que deseamos sin su saber,como tantos otros saberes que se necesitan para construir una

nación. Además, en la medida en que se va adquiriendo capa-cidad técnica, curiosamente se va reafirmando el sentido nacio-nal, porque se va perdiendo el complejo de inferioridad frenteal extranjero. Justamente porque mucha gente ha estado en elexterior, al revés de lo que se piensa, la mayor parte de esagente se siente segura de sí misma y de su capacidad de hacer.Una política cerrada y xenófoba conduciría a un provincialismoque terminaría en un complejo de inferioridad inmediato. Elretorno al país se hace sin miedo al juego de abalorios. Se aca-baron los espejismos. Se reconoce lo extranjero por lo quevale, y se lo sitúa en el lugar que corresponde. Por eso es quehoy hay tecnócratas jóvenes con una posición mucho másrealis-ta y más cruda de la que tenía mi generación.

A nosotros nos costó más trabajo romper ese molde. Lavaloración actual es un elemento de gran importancia, porqueun técnico que tiene el saber agudizado y la herramienta bienafilada, que sabe bien su técnica y que ha perdido el miedoa lo extranjero, puede defender mejor los intereses nacionales.No sólo porque sabe, sino porque sabe también lo que sabe elotro. Se siente seguro, ya que lo ve al otro como un igual;

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sólo le lleva una distancia, pero no la mitológica que se supo-nía en el pasado. Esto es un cambio muy trascendente, que seva a ir afirmando si hacemos todo lo necesario para que se ele-ve el nivel técnico de los técnicos.

Posdata 1979

No debe confundirse chanta o chantapufi con chantócra-ta ”. El chanta es un macaneador superficial que pretende serlo que no es, pero lo hace sin grandilocuencias, con ciertoencanto y fundamentalmente sin joder a nadie. Porque se tratade un juego y, como tal, inofensivo, en el que el chanta y susamigos se divierten por igual ya que todos saben que sabeny en consecuencia nadie saca ventaja. Fidel Pintos, en su cé-lebre personaje póstumo, encarnó magistralmente al chanta ylo ubicó definitivamente en la galería de los personajes por-teños.

Mientras que el chanta no funciona full-time porque esun amateur, el chantócrata, por lo contrario, es el chanta quehace de eso su profesión, con lo que el juego inocuo se con-vierte en un oficio temible. Como tiene que vivir del macaneo,éste deja de ser un mero adorno retórico para convertirse enun instrumento esencial que el chantócrata debe emplear enforma permanente al tiempo que se camoufla en la pompa y lasolemnidad para poder presentarse como “hombre que sabe...y puede”. Y do que resultaba simpático en el chanta se con-vierte en peligroso —¡y secante!— en el chantócrata, porquepor cierto que no ejerce en el café sino en los altos niveles delGobierno, de la Administración Pública, las grandes empresasy Universidades, Academias, Institutos y afines.

El conjunto de los chantócratas integra la chantocracia, pla-ga nacional que invadió el país —por la derecha— hacia 19624,se pavoneó en la gloria militar desde 1966 hasta el Cordobazo,se ocultó durante un año y volvió a la carga —pero esta vezpor la izquierda— desde mediados de 1973.

Una de las características deftnitorias de la chantocracia

* Con orgullo reivindico la paternidad de esta palabra,

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es el empleo de un lenguaje pedante y hueco, una suerte deneo-cursilería que le hace decir postulado, lineal, inmerso, ins-cripto, riguroso, estricto, lúcido, marco de referencia, estructu-rado, asumido y otras lindezas por el estilo, a cada momentoy con cualquier pretexto, sea para analizar las alternativas deun partido de bochas, la independencia de Tanzania, un librode recetas de cocina o un concierto de armónica y acordeón.Como muestra de do que se puede hacer con semejante jergahe aquí una selección de avisos comerciales “a la manera delos chantócratas”:

1. Míster X, el único cigarrillo que se asume a sí mis-mo como tal. Fume Míster X y demitificará el contexto linealdel ocio.

2. Asuma su ansiedad existencial a través del registro ri-guroso de un reloj Tac, el más preciso sonido a nivel de con-ciencia.

3. Si quiere inscribirse en el proceso y adscribirse al mar-co referencial ingiera

Fideos Hambruna

los únicos auténticamente comprometidos.4. Descifre las pautas precisas para la pareja de hoy cn

lo novela cuyo titulo prefigura su escritura comprometida.

El arroz con leche está triste

del revolucionario novelista PaTRiCio aNCHoReNa GuiDo.

5. ¿Mugre lineal? jabón Mugrol¿Mugre elíptica? jabón Mugrol

» ¿Mugre cilíndrica? jabón MugrolTodas las mugres... Mugrol

el correlato preciso de una lúcida limpieza.

8. Inscriptos en el marco de referencia de un cilindroOpaco pero riguroso (vulgarmente llamado lata)

Tomates Huinca

proponen un devenir pautado porque son el estricto significantede un proceso ecológico.

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Carfruo V

UN NUEVO PROLETARIADO *

I. Introducción

El objetivo de este trabajo es analizar algunos de dos pro-blemas éticos y socio-políticos que resultan del hecho de queen las últimas décadas, y con creciente intensidad y generali-dad cada año, la Tecnología ha dejado de producirse —en sumayor parte— en forma espontánea y cuasi-aleatoria para pa-sar a ser manufacturada en forma sistemática y organizada.Esta manufactura se realiza en “fábricas de Tecnología” (ge-neralmente llamadas, en forma incorrecta, “laboratorios de In-vestigación y Desarrollo”) donde un nuevo proletariado, com-puesto de científicos, técnicos y auxiliares, emplea su fuerza detrabajo para generar y convertir conocimientos en una mercan-cía (la Tecnología), indispensable para la producción y co-mercialización de los bienes y servicios que demanda toda so-ciedad.

Los c'ásicos problemas que cl proletariado tradicional haafrontado durante el último siglo y medio —usufructo (por elcapitalista o por el Estado) de la plusvalía gencrada por laapropiación de su trabajo, responsabilidad respecto del destinofinal de lo producido, seguridad social que lo proteja de ladesocupación, las enfermedades y la vejez, allenación resul-

* Publicado en IMPACT, Unesco, París, 1975, Volumen 25, N? 1.

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tante de la estructura del proceso productivo, etc.— se presen-tan también ante este nuevo proletariado, pera como lo hacenocultos o velados por un lenguaje algo diferente y más ambi-guo que el de la lucha de clases tradicional, sus protagonistasno han tomado aún conciencia de su real significado y dimen-sión. Esto los lleva a la confusión de creer que los conflictosque resultan de esos problemas son exclusivamente de natura-leza individual y que, por lo tanto, deben ser planteados yresueltos en el seno de cada conciencia. Y de esta primera con-fusión resultan muchas otras que terminan por oscurecer todoel panorama. Para aclararlo es imprescindible estudiar cómose fabrica hoy la Tecnología y de qué manera participan laCiencia y los científicos en ese proceso.

Il. La Tecnología se manufactura

La producción y comercialización de bienes y servicios re-quiere el empleo de capital, trabajo, materias primas y tecno-logía o know-how. Es por eso que cn el sistema productivo laTecnología se comporta como una mercancia: es objeto detransacciones comerciales (sc compra y se vende, se permuta,se copia, se falsifica, se acumula, se roba, etc.) por lo que ticne

precio. Cumple así con la definición de mercancia: Según F.K. Hunt y J. Schwartz: “Una mercancía es un objeto de utilidadproducido para su intercambio en un mercado autónomo. Suspropiedades resultan de su doble carácter. En primer lugar, esun objeto útil; en segundo lugar, cuando se la lleva al mercadoadquiere un status social definido, como un valor” 1; o, comodice K. Boulding: “una mercancía es algo que se intercambiay”que por lo tanto tiene precio” 2.

La Tecnología es una mercadería valiosa y en demandacreciente: su comercio mundial asciende a varias decenas debillones de dólares por año, impulsado constantemente por lanecesidad de contar con más y mejor Tecnología con la que

1 A critique of economic theory, E. K. Hunt «e J. Schwartz, Pen-guín Modern Economic Readings, 1972,

3 Beyond Economics, K. Boulding, The University of MichiganPress, 1065,

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hacer frente al crecimiento sostenido de la producción mun-dial. Para satisfacer demanda tan importante, es obvio que suproducción no puede quedar librada al azar, a la circunstanciafortuita de que a un inventor genial se le ocurra una idea bri-llante o a un operario inteligente una modificación importantede la máquina que utiliza, sino que debe necesariamente orga-nizarse para que resulte el fruto de un esfuerzo explícito, pla-neado y dirigido hacia la obtención de una Tecnología descaday predefinida.

Es bien sabido que a lo largo de toda su Historia la Hu-manidad produjo Tecnología en forma asistemática, espontá-nea y casi amateur. El cambio hacia una producción sistemá-tica, pero aún no profesional, comenzó probablemente en la

Lunar Society of Birmingahm * hacia 1780 y en el laboratoriode Química de Licbig, en Giessen (Alemania) hacia 18% cuan-do la Ciencia —no sólo sus resultados sino, lo que fue muchomás importante, su método— empezó a ser aplicada intenciona-damente para producir Tecnología.

El proceso se afirmó hacia 1870, gracias a los éxitos obte-nidos por la industria de anilinas en Alemania en producir co'o-res artificiales, y se hizo profesional con Edison (1880), pro-hablemente el primer “fabricante de Tecnología”, en el sentidopresente del término, de toda la Historia. Su laboratorio deMenlo Park (EE. UU.) fue organizado con disciplina casi “fa-bril” (sólo así era posible obtener 99 % de transpiración y 1 %de inspiración) para la manufactura de Tecnología eléctricay cn él se realizaron centenares de inventos (el regulador devoltaje, varios tipos de dinamo, la lámpara eléctrica a filamen-to, el medidor de Kwh, fusibles, llaves, interruptores, aislado-res para cables, etc.) que fueron luego producidos y comer-cializados por diversas empresas. En cada caso Edison definíacon toda precisión el objetivo buscado, como puede apreciarseen la siguiente cita de su cuaderno de notas, escrita cuandocomienza el proceso que lo va a conducir a la lámpara a fila-mento y a la iluminación por electricidad: “Electricidad versusgas, como un iluminante gencral. Objetivo: realizar con la elec-tricidad una imitación exacta de lo que hace el gas, reemplazar

38 The Lunar Society of Birmingham, Robert Schofield, Oxfordat the Clarendon Press, 1981,

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la iluminación con gas por iluminación con electricidad, me-jorar la iluminación hasta el punto de satisfacer todos los re-querimientos de las condiciones naturales, artificiales y comer-clales” t, Precisada así la meta deseada, Edison llegaba a ellamediante la aplicación sistemática de los descubrimientos cien-ficos que habían realizado Ohm, Oersted, Laplace, Joule, Fa-raday y otros. La Tecnología dejaba de ser así producida enforma artesanal para ser objeto de una verdadera manufactura,cuyo resultado se lanzaba al mercado y se convertía entoncesen una mercancía *.

Desde Edison a la fecha, este sistema de fabricar Tecno-logía a voluntad mediante el uso sistemático y premeditado delmétodo y de los resultados de la investigación científica sedifunde y extiende a todos los sectores de la actividad humana,produciéndose una verdadera explosión en el campo de la pro-ducción de Tecnología, como lo demuestran los millonarios pre-supuestos que se destinan a ese fin en todos los países y laintroducción y uso de expresiones tales como science basedindustries, research intensive industries, etc. El salto de laproducción artesanal a la producción manufacturera de Tecno-logía —verdadera base de la llamada Segunda Revolución In-dustrial— se fundamenta en el hecho de que, como afirma Pie-rre Maurice, “para muchas tecnologías es posible definir unafunción de producción entre cada una de ellas y el esfuerzo rea-lizado en investigación y desarrollo (1D), función de pro-ducción que hace teóricamente posible organizar la producciónde esas tecnologías según una metodología similar a la que seemplea en la producción de otras mercancías, y dar por lo tantoorigen a una verdadera industria” *. Es este proceso industrialel que permite a las grandes corporaciones producir y vendercada día más tecnología, sea incorporada en sus productos, seadesincorporada en patentes, contratos de know how, diseñasy planes, asistencia técnica, etc., y, por su intermedio, aumentar

176 4 Bibliogrephical Note, T. S. Kuhn, Minerva X, january 12, pág.

5 Ths Manufacture of Technology, J. A. Sabato, P. Maxwell y GCargiulo.

5. La Recherche-Developpement, F. Russo y R. Erbés, Cahier deVISEA No 84, serie T, No 4, 1964.

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su poder de penetración y dominio en cl mercado mundial.Gracias a su eficiencia en la producción y comercialización detecnología han obtenido una auténtica ventaja comparativa enel contexto del comercio internacional. En el proceso de manu-factura, los conocimientos científicos, que son bienes libres ytienen solamente valor de uso, son transformados en conoci-mientos tecnológicos, que no son libres, porque alguien se apro-pia de ellos, y tienen valor de cambio. Para realizar esn trans-formación se emplea mano de obra altamente especializada,que debe poseer creatividad, conocimiento, dominio del mé-todo científico y una adecuada mezcla de talento, intuición yexperiencia mediante la cual estructurar y organizar los conoci-mientos —científicos y de los otros— que conforman una tecno-logía. La producción de ésta es pues un proceso social y nosólo porque participan muchas personas en él sino sobre todoporqueenel conjunto de conocimiento utilizado, una gran parteproviene del stock que la Humanidad toda ha producido a lolargo de su historia. Toda Tecnología es, en consecuencia, unbien social, probablemente uno de los que con mayor derechomerecen ser llamados así; y por eso mismo su apropiación in-dividual es origen de serios problemas.

HI. Fábricas de Tecnología

Así como lo producción de mercancías corrientes se realizaen establecimientos corrientemente denominados fábricas, lomismo ocurre con la Tecnología, aunque esto suele no adver-tirse dado que a las “fábricas de Tecnología” no se las lamacomúnmente así sino “laboratorios de investigación y desarro-llo” o “departamento del ID” o “centros de ID” o nombres simi-lares en los que siempre figura la palabra investigación y quellevan a confusión sobre su verdadera función y naturaleza. Lassemejanzas formales entre una “fábrica de Tecnología” y un“laboratorio de investigaciones” son muy grandes y en ellasradica la causa fundamental de que se las confunda. En primerlugar, los elementos físicos son casi indistinguibles: edificiossimilares situados en paisajes parecidos, equipados con las mis-mas máquinas, instrumentos, aparatos, muebles y enseres, etc.

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La semejanza es aún mayor y más significativa cn cl personal:científicos y técnicos con curricula similares son dirigidos porhombres de altas calificaciones profesionales y académicas.También son semejantes el sistema de hábitos de trabajo, ladivisión de tareas, la distribución de espacio y tiempo, la jerar-quización profesional y hasta los lenguajes profesional y coti-diano que emplean los que trabajan en ambas instituciones. Porcierto que estas similitudes no son casuales, sino la consecuenciadirecta de que la “fábrica” organiza su produ:ción en base alas tareas de investigación que realizan sus “operarios”, que soncientificos y técnicos iguales por cierto a los que trabajan enun laboratorio,

No debe extrañar entonces que tantas semejanzas ocultenuna diferencia esencial: mientras que en el luboratori> se buscael conocimiento por el conocimiento mismo (for the sake ofit) en la fábrica se procesa el conocimiento (tanto cl quedesarrolla por sus propios medios como el que obtiene delstock universal) para producir la mercancia Tecnología. Parael laboratorio lo fundamental es encontrar la verdad: para lafábrica, obtener un producto que sirva a las necesidades delmercado. En el laboratorio el objetivo es la creación original;en la fábrica, en cambio, es obtener respuesta a una demandadada, que puede ser o no original o simplemente una adapta-ción o copia del resultado obtenido por otros. El conocimientoproducido en el laboratorio tiene valor de uso; cuando se loprocesa en la fábrica adquicre valor de cambio. En resumen:no es el cómo ni el con qué se realizan los trabajos lo que losdiferencia, ya que en ambos la herramienta fundamental es elmétodo científico, sino el por qué y el para qué se las cfectúa.Esta fundamental diferencia en los objetivos tiene efecto directo

sobre la ética de los investigadores: mientras que el científicoquo trabaja en un laboratorio rige su comportamiento segúndos principios cardinales: “No plagiarás” y “Publicarás los re-sultados de tus investigaciones”, el que lo hace en una fábricade Tecnología considera natural apropiarse indiscriminadamentede los resultados de los demás y ocultar cuidadosamente lossuyos. Lo que para uno es un sacrilegio, para el otro es unhábito necesario, casi imprescindible.

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La misión fundamental de una fábrica de Tecnología, quees la de procesar conocimiento para producir, podría en conse-cuencia llevarse a cabo sin realizar investigación alguna ya queen principio lc bastaría con usar el conocimiento que generanlos laboratorios de investigación. Pero la experiencia surgidadel funcionamiento de muchas “fábricas” ha demostrado quelas más eficientes son aquéllas que realizan investigación pro-pia, especialmente porque así pueden utilizar mejor el conoci-miento generado por otros. Ocurre entonces que en esa tarcade investigación se suele producir conocimiento no aplicableinmediatamente, conocimiento puro o básico como se lo suelellamar. Tal cosa sucede naturalmente —por definición de inves-tigación— y cse conocimiento puede ser de tan alta calidad comoel mejor producido en laboratorios de investigación, al extremode permitir a sus descubridores obtener recompensas acadé-micas del más alto nivel, incluyendo el Premio Nobel, comoocurrió en 1992 (I. Langmuir que dirigía entonces la fábricade Tecnología de la General Electric), en 1937 (Davissonde la Bell), y en 1956 (Shockley, Brattain y Bardeen, tam-bién de la Bell). Pero a no engañarse: tales recompesas no sonotra cosa que “externalidades” —como diría un economista— dela producción de la fábrica de Tecnología, ya que ésta no existepara ganar Premios Nobel; si su personal los obtiene tantomejor, porque ello no sólo da prestigio a la empresa, sino quedemuestra que tiene personal muy calificado y que ha sabidoorganizarlo de modo tal que hace posible la creación cientí-fica al nivel más alto; pero si la fábrica produjese sólo premiosy recompensas académicas no cumpliría su función específicay sin duda sería radicalmente reestructurada y posiblementeclausurada. Como lo ha expresado claramente R. Hershey, vi-cepresidente de ID de Dupont: Research per se is not a sul-table objetive for an industrial organization”? *. Y más bru-talmente A. M. Bueche, vicepresidente de ID de da GeneralElectric: Let me say that every man who joins this organiza-

7 Citado por D. Cordzt en Bringing the Laboratory Down toEcrth, Fortune, january 1971.

* “La investigación por sí misma no es un objetivo adecuado parauna organización industrial”,

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tion know why we are doing research: to make a profit forGeneral Electric * *.

También los laboratorios de investigación suelen producirtecnologías, que son así “externalidades” de su función especí-fica. Es natural que ello ocurra porque la tarea de investigaciónno tiene fronteras rígidas y, por lo tanto, muchos investigadoresno se detienen en la simple obtención de un determinado cono-cimiento sino que se interesan en su aplicación y realizan asítrabajos que no son específicos de un laboratorio sino de unafúbrica de tecnología. Pero cuando estos desarrollos dejan deser considerados “externalidades” y se convierten en la funciónfundamental de la institución, el laboratorio se convierte en unmission-oriented laboratory que es nuevamente un nombre queoculta la realidad: el laboratorio se ha transformado en “fá-brica” y así debería ser llamado, especialmente para evitarque sus “operarios” caigan en el error tan frecuente de creerque se espera de ellos que hagan ciencia cuando su misión rcales fabricar Tecnología.

Por cierto que el mundo está lleno de fábricas de Tecno-logía, porque no sólo lo son los llamados laboratorios de IDde las empresas y las corporaciones, sino también los institutoscomo el Battelle Memorial de EE. UU., el Fullmer Researchde Gran Bretaña, el British Non Ferrous Metals Research Asso-ciation de Gran Bretaña, el IRSID de Francia, el Centro Elet-trotecnico Sperimentale de Italia, el Central Research Leatherde la India, el Instituto del Mar del Perú, el Instituto de In-vestigaciones de la Máquina Herramienta de la URSS y lascentenares de instituciones similares que existen actualmenteen todos los países. También lo son las comisiones nacionalesde energía atómica de la mayoría de los países —cuyo real obje-tivo es la producción de tecnología nuclear—, las comisiones deinvestigaciones espaciales, los institutos nacionales de investi-gaciones agropecuarias, o alimenticias o industriales, etcétera.

Sin embargo la mayoría de estas instituciones no sabenque son “fábricas” y se ven a sí mismas como “laboratorios”,

3 International Science ld Technology, February 1987, pág. 76.* “Déjenme decir que toda persona que se incorpora a esta orga-

nización sabe por qué hacemos investigación: para darle ganancias a laGeneral Electric”.

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confusión de roles que perjudica notablemonte su eficiencia ?.Marvey Brocks ha observado que “una paradoja común en loslaboratorios gubernamentales es el contraste entre el alto nivelde lu performance científica de los investigadores y los pobresresultados de la institución en su conjunto” *”. Lo que ocurregeneralmente es que esos laboratorios gubernamentales (porejemplo, el Instituto Nacional de Investigaciones Industriales,o el Instituto de Investigaciones de la Vivienda u otros simi-lares) son creados para que cumplan los objetivos de una fá-brica de Tecnología pero luego son organizados como los labo-ratorios de una universidad; en consecuencia sus científicoscreen pertenecer a un laboratorio de investigaciones —¡general-mente así lo dice el propio nombre de la institución!— y porlo tanto entienden que su deber es producir buena ciencia y eslo que hacen, como bien observa Brooks; pero en cambio nofabrican Tecnología, que cs la verdadera razón para la que lainstitución ha sido creada, por lo que no debe extrañar queésta fracase en su función esencial. Todo esto se debe, comolo ha hecho notar acertadamente J. Herbert Hollomon *! a unode los mitos intelectuales más difundidos durante las últimasdécadas, el de creer que la Tecnología no es otra cosa queCiencia aplicada y que, por lo tanto, basta con producir éstapara obtener aquélla. Si definimos por Tecmalogía al conjuntode todos los conocimientos, adecuadamente organizados, nece-sarios para la producción y comercialización de un bien o deun servicio, es obvio que los conocimientos provenientes de laCiencia son uno de los insumos necesarios para producir Tec-nología, pero no el único, porque ésta requiere también co-nocimientos empíricos. Por eso mientras que la Ciencia empleaexclusivamente el método científico, que es el único al queacuerda legitimidad, la Tecnología emplea cualquier método—aunque no sea el científico— cuya legitimidad resulta exclu-sivamente del éxito que con él se obtenga. Y si bien en las

o ¿Fábricas de Tecnología o Laboratorios de Investigación?, JorgeA. Sabato, Editorial Ciencia Nueva, Buenos Aires, 1972.

10 Applied Research: Definitions, Concepts, Themes, H. Brooks.“Applied Science € Technological Progress” a report by the NationalAcademy of Sciences, 1967, p4z. 48.

11 Technology and Public Poliey, J. Herbert Hollomon, “OrtonMemorial Lecture”, may 9, 1988,

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tecnologías manufacturadas, y a diferencia de lo que ccurrecon las artesanales, se utiliza cada vez más el método cientí-fico, esto no debe llevar al error muy común de creer que elloes condición necesaria y suficiente para su producción. Comolo ha demostrado D. de Solla Price*?, 75% de las innovacio-nes se han originado en necesidades del mercado y sólo el restoen la disponibilidad de nuevos conocimientos científicos.

IV. Un nuevo proletariado y sus conflictos

Los científicos, técnicos y auxiliares que hacen funcionarlas fábricas de Tecnología constituyen un grupo social, al quedebería llamarse “nuevo proletariado” porque al igual que ocu-rre con el proletariado tradicional, venden su fuerza de trabajoa alguien (el empresario o el administrador) que la utiliza paraproducir una mercancía que negocia luego en el mercado. Handejado de ser artesanos para convertirse en operarios pero,como el proceso es relativamente reciente, (menos de unsiglo),todavía no han alcanzado plena conciencia de esta nueva situa-ción. Como ocurrió antes con los empleados (white collars) *que no aceptaron durante muchas décadas —y se resisten aúna hacorlo en numerosos países— que eran tan proletarios comolos obreros (blue collars) **, los científicos (¿habría quizáque llamarlos white aprons?) *** están aún lejos de recono-cer que su relación con los que compran su saber y talento parautilizarlos en la manufactura de Tecnología no es esencialmentediferente de la que mantienen los obreros y empleados con susrespectivos patrones. Por cierto que hay diferencias formalesevidentes, que resultan tanto del hecho notorio de que la orga-nización del trabajo en una fábrica de Tecnología es distinta—por ejemplo, no hay en ella “líneas de montaje” o “producciónen cadena”— que la de las fábricas tradicionales, como de la

12 The relations between science and technology and thetr impli-cations for policy formation. Dereck de Solla Price, “Lecture giben atthe Royal Institute of National Defense”, Estocolmo, Suecia, 1972, pu-blicado por FOA Reprints, Estocolmo.

* “cuellos blancos”.e. “cuellos azules”.

e... “guardapolvos blancos”.

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necesidad de preservar y promover la creatividad individual,que se traduce, por ejemplo, en un trato especialmente defe-rente, en la aceptación del aislamiento en recintos individuales(los célebres “cuartitos” de los investigadores), etcétera. Jus-tamente porque el éxito de la fábrica depende fuertemente dela creatividad de sus operarios, y ésta es muy delicada de es-timular, se presta atención a la arquitectura y equipamiento delos edificios que generalmente exhiben entonces altos standarsde confort (aire acondicionado, moblaje funcional, iluminaciónespecial, etc.). Es también sabido que estos nuevos proletariosreciben salarios más altos, beneficios sociales más generosos ycstimulos morales y materiales más reconfortantes que los pro-letarios tradicionales.

Sin embargo, estas diferencias, por importantes que sean,no deben ocultar el hecho esencial de que estos operarios, queproducen una mercancía en forma “social” (organizados en unafábrica) y venden su fuerza de trabajo por unsalario, se desem-peñan en el sistema productivo en forma análoga a como lohace el proletariado clásico. Y como éste, también ellos son ex-plotados 13, en la medida en que alguien (una corporación pri-vada o el Estado) se apropia de la plusvalía por ellos generadaen el proceso productivo. Ciertos marxistas no aceptan esto ysostienen que los que trabajan en una fábrica de Tecnología noson “auténticos proletarios” sino “trabajadores asalariados noproductivos” porque, en su opinión”**, no producen mercancíasni plusvalía en forma directa. Esta posición se basa en queMarx sostuvo, siguiendo a Adam Smith, que hay que diferen-ciar entre trabajo productivo y trabajo improductivo *5, por loque resulta que si bien todo trabajador productivo es un asala-riado no todo asalariado cs trabajador productivo. Puede queesto sea aún cierto en muchos casos pero sin duda no lo esen la producción de Tecnología mediante el empleo de la

13 *“...the Intelligentsia becomes increasingly the object of explol-tation strongly reminiscent of the ways used by capital to exploit industrialworkers...” D, Bell, Encounter, 1970, No 6, pág. 23.

18 Fascismo y dictadura. N. Poulantzas. Editorial Siglo XXLCap.V, pig. 278.

15 Capítulo VI, Libro 1 de El Capital. Carlos Marx, EditorialSignos, Buenos Aires, 1971. Como se sabe, este capítulo no fue publi-cado con el resto de El Capital, sino en forma separada.

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ciencia, como lo dicen explícitamente 1? R. Richta y colabora-dores: “L'ancienne division en sphéres 'productives” et “nonproductives”, en travail “productif' et non productif', etc. appa-raít, sous cet angle, comme superficielle et insuffisante” *.

En verdad, el mismo Marx afirmó ** que el intelectual quetrabaja en una institución que trafica con el conocimiento **es un “trabajador productivo”, para agregar, sín embargo, quecomo su contribución es poco importante (en cantidad) debeconsiderárselo como “trabajo asalariado que no es al mismotiempo productivo”. Si bien esta diferencia cuantitativa pudoexistir en aquella época, ella desapareció cuando la producciónde Tecnología dejó de ser artesanía para convertirse en manu-factura, con lo que los científicos, técnicos y auxiliares que laproducen no sólo son auténticos trabajadores productivos sinoque, como puede demostrarse *”, a ellos corresponde una delas tasas de explotación más elevadas de todo el sistema.

En forma similar a lo que ocurrió cuando los artesanos setransformaron en obreros, la transformación de los científicosen operarios fabriles es un proceso complejo, muchas vecesdoloroso y pleno de conflictos de toda clase.

Se presenta en primer lugar el drama individual de quiense ve obligado a sacrificar su independencia y libertad paraSometerse a una disciplina impuesta desde afuera de su volun-tad, conflicto que generalmente produce perturbaciones psí-quicas variadas y conduce a crisis personales y familiaresagudas.

Siguen luego los que podemos llamar conflictos clasistastípicos, es decir, aquéllos que están relacionados con la obten-ción de mayores salarios y mejores condiciones de trabajo; con

18 La cloilisation au carrefour, R. Richta, Anthropos, París,1969, pág. 28.

e “La antigua división en esferas productivas y no productivas,en trabajo productivo y no productivo etc., aparece, desde esta óptica,como superficial e insuficiente”.

17 Capítulo VI, Libro 1 de El Capital, Carlos Marx, EditorialSignos, Buenos Aires, 1971.

18 “A knotoledge mongering institution” como muy expresivamentela llama Marx en el original en inglés.

19 Pluscalía en la manufactura de Tecnología, J. A. Sabato y F.h. (en preparación)

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la conveniencia y la posibilidad de agremiarse, constituyendoasociaciones similares a los sindicatos de obreros y empleados;con la de organizar y realizar huelgas; con la de solidarizarsecon las luchas emprendidas por otros sindicatos; con la de adhe-rirse a movimientos políticos, etcétera. Hasta no hace muchoestos conflictos eran casi inexistentes, fundamentalmente por-que los científicos mantenian un espléndido aislamiento, quedefendían celosamente como esencial pero que, en resumidascuentas, no era más que un resabio de sus épocas de artesanos.Sin embargo, en los últimos años se ha producido un cambiosignificativo; tímidamente al principio, casi con pudor podríadecirse, pero cada vez más abiertamente, hasta que en la actua-lidad estos conflictos clasistas se presentan casi a diario en lamayoría de los países. Aun así, ellos no son todavía los más

importantes en esta etapa del proceso de la lucha de clases delnuevo proletariado. Ese lugar lo ocupan los conflictos éticos,que suelen ser particularmente graves y que se plantean demanera diversa **,

Por una parte cstán los que resu'tan de lo que más arribahemos llamado “confusión de roles”, que consiste en creer queen la fábrica se hace Ciencia cuando en realidad se hace Tec-nología, y que conduce a frustraciones y fracasos, agravada porla obligación de aceptar el cambio de normas básicas del com-portamientode uncientífico (“Plagiarás” y “Ocultarás” en lugarde “No Plagiarás” y “Publicarás”). El resultado neto es unaespecie de desasosiego generalizado que no sólo incide nega-tivamente sobre la eficiencia del conjunto sino que sumerje atoda la institución cn una crisis casi permanente.

Conflictos éticos severamente agudos son los que resultande cuestionarse el destino final de la Tecnología producida; ¿esmoralmente correcto colaborar en la fabricación de Tecnologíabélica, o de Tecnología destinada a oprimir pueblos o a vigilar,perseguir y torturar revolucionarios, o simplemente a aumentarel consumo de clases o grupos sociales que están ya enfermosde tanto consumir? Este viejo dilema que no es otro que elde la responsabilidad social del hombre de ciencia y que hasido exhaustivamente analizado por numerosos estudiosos, ad-

20 The radical probe, Michael Miles, Atheneum, New York, 1971.

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quierc una nueva dimensión cuando se lo analiza desde laperspectiva de la producción de Tecnología entendida comoproceso consciente, explícito, dirigido y sistematizado. Unacosa es la situación del científico que en su búsqueda de laverdad descubre un fenómeno o formula una teoría que luegoson aplicados —¡a lo mejor muchos años después que él hamuerto!— en la producción de tecnologías detestables, y otramuy diferente la del que pertenece a una fábrica cuya razónde ser es la producción de esas tecnologías. ¿Podría Einsteinen 1905 sospechar que su descubrimiento de la equivalenciaentre masa y energía sería alguna vez uno de los fundamentosesenciales de las investigaciones y desarrollos que llevaron a labomba atómica? ¿Podría Maxwell en 1870 imaginar que susondas clectromagnéticas servirian para fabricar los sistemasde guiado de los cohetes termonucleares? ¿Y Lagrange, quesus descubrimientos matemáticos harían posible el cálculo y laconstrucción de explosivos? ¿Podemos acaso culpar a Faradayporque los policías de muchos países torturan presos políticosutilizando dispositivos electromagnéticos? ¿Se puede acaso sa-ber hoy si los resultados de la investigación más abstracta noservirán para matar, oprimir o torturar dentro de algunas déca-das? Los que trabajaban en lógica matemática hace 50 años,¿podrían suponer que sus estudios iban a hacer posible el desa-rrollo de las grandes computadoras que los organismos de segu-ridad emplean hoy para espiar y controlar a centenares demiles de personas?

Pero el problema es completamente diferente cuando al-guien vende su fuerza de trabajo a una organización cuyo finespecifico es desarrollar las tecnologías que harán posible laconstrucción de equipos y sistemas destinados a matar, perse-Buir, oprimir o explotar. Y no sólo estas tecnologías son lasque producen esta clase de conflictos: algo muy similar ocurrecon aquéllas que se emplean para aumentar el consumo deobjetos suntuarios o de productos totalmente prescindihles.¿Tiene sentido, se pregunta el investigador éticamente conflic-tuado, gastar recursos humanos y materiales en elementos su-perfluos cuando más de la mitad de la Humanidad sufre ham-bre, padece enfermedades, es analfabeta? ¿Es legítimo emplear

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talento, saber y creatividad en algo que finalmente sólo servirápara aumentar aún más la enorme desigualdad existente?

La reacción frente a esta clase de conflictos suele canali-zarse a través de acciones individuales —<ambiando de trabajocuando ello es posible, por ejemplo— o de pequeños gruposque exploran soluciones alternativas (como los de Soft Tech-nology, por ejemplo) o que promueven la protesta en sus másdiversas formas 2. Hasta ahora, sin embargo, el éxito obtenidoha sido escaso y las fábricas de tecnología continúan imper-turbables con el desarrollo de sus planes de producción y re-clutando, sin mayores problemas, el personal que necesitan.Esto se debe esencialmente a que el problema es de naturalezasocio-política, por lo que las acciones individuales, aunque con-venientes para crear conciencia, no son suficientes para produciruna modificación radical. El cambio de la producción indivi-dual de Tecnología por la producción social, y de los procedi-mientos artesanales por los industriales, obliga a cambios pro-fundos en el comportamiento de los que intervienen en elproceso.

La apropiación de la Tecnología, realizada por quienes po-seen la propiedad de los medios de producción (las empresasprivadas) o por quienes los controlan (los organismos del Es-tado), determina que su empleo definitivo sea decidido conabsoluta independencia de quienes la manufacturan, que resul-tan así tan alienados *? respecto al proceso como lo están losobreros y empleados comunes respecto de la producción co-rriente. Los dueños de la Tecnología la manufacturan y comer-cializan para satisfacer sus propios objetivos, que tanto puedenser los de aumentar sus ganancias como el de fortalecer supoder, y no prestan entonces mucha atención a los escrúpuloséticos de los científicos que emplean. Frente a esta situaciónde hecho, la respuesta más adecuada es la acción política, quedebe comenzar con una toma de conciencia de la naturaleza

21 “The students rebellions today are, to simplify, the beginningclass struggles af the post-industrial society, just as the Luddite andmachine-wrecking movements presaged the worker-employer class con-flicts of industrial society”, D. Bell, Encounter, 1960, No 6, pág. 23.

22 Science et Politique, Cap. VIL J. J. Salomon, Editions duScuil, París, 1970.

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real del problema, para comprender que cuando los conflictoséticos individuales tienen raices socio-políticas sólo puedenatacarse mediante acciones colectivas que apunten a las cau-sas y no a las consecuencias. Para el hombre do ciencia quetrabaja en una fábrica de Tecnología, el “espléndido aisla-miento” del pasado tiene que terminar, porque el modo de pro-ducción que lo hacía posible ha quedado definitivamente liqui-dado. Le guste o no, tiene ahora que aceptar la dimensión polí-tica de su acción para afrontar, desde esa perspectiva, lasresponsabilidades que resultan de su trabajo.

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CarfruLo VI

LAS EMPRESAS DEL SECTOR PÚBLICO Y LATECNOLOGIA*

Introducción

1. Toda nación que se proponga impulsar vigorosamentesu propio desarrollo científico-tecnológico deberá resolver unacompleja serie de cuestiones muy diversas, a las que podemosagrupar en lo que llamaremos los dos problemas centrales:

a) El de tener a disposición suficiente cantidad, y con lacalidad adecuada, de conocimientos científicos y técnicos gene-rados en la propia nación y obtenidos del stock internacional;

b) El de poder y saber utilizar esos conocimientos en laproducción y comercialización de bienes y servicios.

2. Para resolver estos problemas centrales, en los últimosaños los gobiernos de los países latinoamericanos han formu-lado políticas, desarrollado estrategias e implementado accio-nes de naturaleza muy variada que hasta ahora —si bien hantenido efecto beneficioso sobre la infraestructura científico-técnica— han producido escaso impacto tanto sobre la estruc-tura productiva de los países como sobre la autonomía de deci-sión de sus respectivos países.

* Versión del trabajo publicado por el Programa Regional de De-sarrollo Cientifico y Tecnológico, Departamento de Asuntos Científicos,OFA, 1972. y

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3. El objetivo de este trabajo us demostrar que en elproceso de desarrollar una capacidad propla para plantear, con-ducir y resolver estos problemas centrales les cabe a las empre-sas del sector público —de las que el Estado (a nivel nacional,provincial o municipal) es el propietario único o al menos elsocio mayoritario en el caso de las empresas mixtas— un rolfundamental, lamentablemente muy poco estudiado hasta elpresente.

1. La situación actual

4. En Latinoamérica, y como consecuencia o no de polí-ticas explícitamente formuladas, las disposiciones más impor-tantes adoptadas por los gobiernos en estos problemas hansido:

a) La creación y puesta en operación de organismos supe-riores de coordinación, dirección y fomento de las actividadescientíficas y lécnicas (los Consejos nacionales de investigación )y organizados todos según un mismo modelo, y con mayor omenor autonomía, recursos e influencias según las característi-cas y situaciones propias de cada país en cada momento par-ticular.

b) La creación de una red de institutos de investigacióntanto sectoriales (investigación agropecuaria, investigación in-dustrial, investigación minera, etc.), como para actividades es-pecíticas (metalurgia, mecánica, construcción, hidráulica, pe-tróleo, cuero, productos alimenticios, lana, frutos y hortalizas,etc.) y para disciplinas consideradas relevantes (energía nu-clear, matemática aplicada, física, biología, química, etc.).

c) La ereación de mecanismos de difusión del conocimien-to tales como centros de documentación, centros de informa-ción, servicios de duplicación y traducción, archivos de micro-films y micro-fichas, cursos de actualización y reciclado.

5. Estas acciones, destinadas a tener efecto fundamental-mente sobre la infraestructura científico-técnica, serán comple-mentadas en el futuro próximo —en algunos países ya se hanpuesto en operación— por otras con el objetivo de modificar

el comportamiento de la estructura productiva de manera de

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aumentar la demanda de conocimiento cientifico-técnico pro-ducido localmente, mediante un sistema de incentivos (desgra-vaciones impositivas y fiscales, subsidios, créditos blandos, etc.)y desincentivos (control de los contratos de compra de tec-nología, control de las transferencias por pagos de royalties,altos aranceles para productos intermedios, obligatoriedad deemplear consultores nacionales, etc.), adecuados al logro deese propósito.

6. Los beneficios que se obtienen y obtendrán de esteconjunto de medidas son importantes, ya que seguramentepermitirán:

a) El desarrollo de una infraestructura cientifico-técnicapropia, instrumento esencial de la capacidad de decisión dela Nación. “Renunciar a la creación científica, una de las ma-nifestaciones básicas de la voluntad creadora de una sociedad,para convertirse en meros apéndices intelectuales de Jos paísesmás adelantados, es renunciar a la posibilidad misma del desa-rrollo” 1.

b) El conocimiento de los problemas reales de la produc-ción de tecnología que se presenta en un país dado en unmomento dado. Nuestro conocimiento actual sucle ser sola-mente académico, obtenido por el estudio y análisis de lasexperiencias de otros países en circunstancias generalmentemuy diferentes de las nuestras.

c) El conocimiento de los mecanismos fundamentales delcomercio de tecnología, que en nuestros países se conocenactualmente poco y mal, con lo que se podrá obtener una mejo-ra paulatina en la capacidad de control y regulación del Ñujode tecnología importada.

7. Pero las acciones que hemos descripto, si bien sonnecesarias —por los beneficios que de ellas se esperan y queacabamos de resumir— de ninguna mancra son suficientes pararesolver los problemas centrales, y deberán por lo tanto sercomplementadas por otras; de lo contrario, la incorporación dela ciencia y la técnica a la trama del desarrollo continuarásiendo una meta inalcanzable y permanentemente pospuesta

1 La ciencia en el desarrollo de América Latina, A. Herrera,Estudios Internacionales, Año 2, No 1, abril-junio 1988,

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para algún futuro cada vez más lejano. Que scan necesarias,pero no suficientes, resulta de que existen serias limitacionesque no son coyunturales sino estructurales y que derivan csen-cialmente de la situación y comportamiento presentes de losprotagonistas del proceso ?.

8. Utilizando el triángulo ICE (ver capítulo II), veamoscuáles son las limitaciones que operan sobre las acciones quehemos resumido en el parágrafo 4:

a) La tendencia de l a aislarse y alienarse del medio quela rodea.

Esta característica ha sido ya descripta en numerosos tra-bajos y para nuestros fines presentes bastará con decir quecomo los consejos, institutos, laboratorios, centros, departamen-tos, etc., que integran la I han sido organizados en forma total-mente independiente de E, su conexión con los problemas rea-les es pobre y generalmente intrascendente. En consecuencia,los investigadores se preocupan cada vez más por sus propiosproblemas científicos con independencia de su aplicación pre-sente o futura a la realidad del país. Paradojalmente, estasituación empeora a medida que mejora la calidad de las ins-tituciones, ya que ese mejoramiento aumenta su prestigio inter-nacional, prestigio que para ser conservado exige un esfuerzo

aún mayor de concentración y aislamiento hasta terminar enauténticas “torres de marfil”. como ocurre en la actualidad conla mayoría de las mejores instituciones de investigación latinn-americanas. Cuando se quiere romper el aislamiento por lafuerza —obligando a los investigadores a rcalizar tarcas derutina O limitando arbitrariamente la profundidad y gencra-lización con que pueden atacar un problema determinado—la consecuencia es la emigración inmediata o mediata de losmejores y la mediocratización de la institución que haya apli-cado esa política, con lo que no sólo no será útil para resolverlos problemas concretos sino que disminuirá sensiblemente elnivel de creatividad del sistema en su conjunto.

b) La situación en la que se encuentra E en la mayoría—si no en la totalidad de los países latinoamericanos— hace du-dar sobre la efectividad de las medidas de incentivación para

2 La ciencia y la tecnología en el desarrollo futuro de América La-tina, J. A. Sabato y N. Botana, Revista de la Integración, nov. 1968, No 3.

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aumentar la capacidad de producción y utilización de tecnolo-gía y las de desincentivación para disminuir la dependenciatecnológica. En efecto: esas medidas están dirigidas al sectorprivado de E en su conjunto —para el que tienen cierta vigen-cia las leyes de mercado que tales medidas presuponen— peroen éste, las empresas mayores suelen estar bajo control extran-jero y las decisiones sobre tecnología se adoptan en las casasmatrices. Sólo las empresas pequeñas y medianas son de pro-piedad nacional y están bajo control nacional, pero carecengeneralmente de la dimensión mínima necesaria para imple-mentar una política continuada de desarrollo científico-tecnoló-gico. Tampoco ticnen tradición y experiencia como para orga-nizar una acción articulada y de largo plazo, al par que laexperiencia que sí poseen cs en la importación de tecnología,lo que hace más difícil su transformación en productores; final-mente, su estructura cconómica-financiera no les permite dis-poner del capital de riesgo que conlleva toda acción tecnológicapropia. Por eso es probable que no estén en condiciones deutilizar eficientemente los incentivos que se les ofrezcan, salvosituaciones de presión extrema (grave déficit de la balanza depagos, conflictos de política exterior que conduzcan a bloqueoeconómico total o parcial, etc.).

c) Pero las dificultades y limitaciones mayores provienende G, no sólo porque la crisis institucional casi permanente dela mayoría de los países latinoamericanos en las últimas déca-das —reflejo de una crisis más profunda que afecta a todas ycada una de las sociedades respectivas— hace muy difícilmantener en forma permanente una acción coherente, sino por-que hasta el presente G ha sido incapaz de definir su propiorol en el proceso que, en el lenguaje de nuestro modelo, defini-mos como el de “triangulizar” la realidad de manera de obte-ner —si no el triángulo global ideal— la mayor cantidad posiblede triángulos sectoriales. Pero no hay triángulos en Latinoamé-rica y, mucho más grave aún, no hay conciencia clara de lanecesidad de su existencia. Incluso los muy contados y pocoperfectos triángulos sectoriales que existen han sido más elfruto de la casualidad que de una política explícita, y justa-mente por ello corren serio riesgo de desaparecer en cualquiercoyuntura desfavorable.

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Atribuimos mayor responsabilidad a G que a Il y a E nosólo porque su función especifica —por definición— es la deformular políticas, sino porque en los países de Latinoaméricael poder relativó de (es mucho mayor que el de los otrosdos vértices. Más aún: en esos patses G es el “ducño” virtualde prácticamente toda la infraestructura cientifico-tecnológica(la inversión privada en esas actividades es insignificante) yfactor decisivo «n el funcionamiento de E sea directamente porsu inmenso poder de compra, por sus actividades en sectorusvitales de la economía (caminos, ferrocarriles, ensrgía, comu-

nicaciones, viviendas, bancos, etc.) —o indirectamente— por sucontrol y/o manejo del sistema impositivo, fiscal, crediticio, etc.

De hecho y de derecho, G dispone de los resortes esencialespara “triangulizar”, por lo que se puede concluir que si no lohace, ello debe atribuirse a indiferencia o a inczmp:tencia, yno a falta de poder y recursos.

9. Esta falencia de G en definir su propio rol explica loque podríamos llamar la “paradoja del sector público”. Essabido que en la mayoría de los países latinoamericanos, G espropietario de vastos e importantes sectorcs de la estructuraproductiva y así, según mecanismos e instituciones que des-cribiremos más adelante, G explota ferrocarriles, acerías, usinascléctricas, yacimientos de petróleo, gas y carbón, servicios «deagua potable, telecomunicaciones, bancos, compañías de segu-ros, flotas de automotores, oleoductos y gasoductos, líneasaéreas, marítimas y fluviales, minas de cobre, hierro, zinc, plo-mo, estaño, manganeso, níquel, tungsteno, plata, etc., etc. Comoademás G es el dueño único de 1 resulta que en estos sectoresde la realidad nacional, G controla directamente —porque lepertenecen— a los vértices I y E. En consecuencia, debieraresultar trivial la triangulación de cada uno de esos sectoresy por lo tanto debieran estar ya en operación numerosos trián-gulos sectoriales. Sin embargo, ello no ocurre así, y es por esoque hablamos de una paradoja, por cuanto al mismo tiempoque G se demuestra incapaz de levar adelante el proceso ensectores donde aparentemente nadie puede oponerse a que lohaga, proclama a voces su preocupación por fomentar el desa-rrollo científico-tecnológico en todo el país. ¿Cuánto éxito pur-de esperarse de una política que se propone obtener para la

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socicdad en su conjunto lo que no ha sido capaz de realizaren el ámbito propio, en donde aparentemente no hay interfe-rencias (la falta de recursos, la mentalidad egoísta de los em-presarios, la acción negativa del imperialismo) a las cualesculpar del fracaso?

10. En resumen el aislamiento de 1, la debilidad del sec-tor privado nacional de E y la incapacidad de G constituyenlos principales factores limitantes que dlevan a afirmar que lasacciones adoptadas hasta ahora son necesarias, pero no sufi-cientes, fundamentalmente porque los integrantes de cada vér-tice —políticos y administradores en G, empresarios en E,investigadores en 1— no se ven a sí mismos como coautores deun mismo libreto sino que giran aisladamente en su propiaórbita, sin haber podido crear un lenguaje común mediante elcual explicitar los roles respectivos y definir y asumir las res-ponsabilidades respectivas. La tesis de este trabajo es que lasempresas del sector público pueden ser un instrumento muyadecuado para lograr la articulación de I, G y E; obtenidosalgunas triángulos exitosos en ese sector, su “efecto de demos-tración” podría desencadenar el proceso en el sector privado dela estructura productiva.

II. Las empresas del sector público en Latinoamérica

11. Una observación importante que debemos hacer antesde ir al nudo del problema, es que en los países de Latinoamé-rica la producción y comercialización de bienes y servicios acargo del sector público no se efectúa por medio de un únicotipo de organización —pese a que el dueño es uno, el Estado—sino que coexisten varias de naturaleza muy diferente. Unejemplo típico es lo que ocurre en la Argentina: la produccióny distribución de agua potable la realiza Obras Sanitarias dela Nación, que no es una empresa sino una repartición estatal,parte del Ministerio de Obras y Servicios Públicos; el petróleoes explotado por Yacimientos Petrolíferos Fiscales, que sí esuna empresa que funciona según una ley que regula tambiéna otras empresas estatales como Yacimientos Carboníferos Fis-cales, Cas del Estado, Agua y Energía Eléctrica de la Nación,

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etc.; el uranio es explotado por la Comisión Nacional de Ener-gía Atómica que es una repartición pero que no depende deningún ministerio sino directamente de la Presidencia de laNación; el hierro y el acero son producidos o por una empresaque es una sociedad Mamada mirta —porque fue organizadabajo la ley de sociedades mixtas pero en la que en verdadel Estado no tiene ningún socio—, o por una fábrica militar quedepende del Ministerio de Defensa; los ferrocarriles son mane-jados por una empresa estatal para la que se dictó una leyespecial diferente de la de otras empresas estatales, etc. Nose crea que este desorden jurídico-administrativo se debe a quese trata de productos y bienes diferentes que ocasionalmentepodrían justificar diferente tratamiento; se presenta tambiénpara un mismo servicio, como ocurre por ejemplo con la elec-tricidad: en ciertos lugares de la Argentina el servicio públicolo presta Agua y Energía Eléctrica, empresa estatal regida porla misma ley que YPF; en la Capital Federal funciona otra em-presa estatal (SEGBA) que es una sociedad anónima, que aun-que es de derecho privado tiene como único propietario al Es-tado; en la provincia de Buenos Aires el servicio está a cargode una repartición provincial, dependiente de un ministerio dela provincia; la explotación de la gran usina hidroeléctrica delChocón, en la Patagonia,la realiza una sociedad anónima cesta-tal creada y organizada por otra ley especial, etcétera.

Situaciones parecidas se presentan en los restantes paísesdel área, en mayor o menor medida según las circunstanciaspropias de cada país; en este trabajo englobaremos a todas esasorganizaciones estatales —cualesquiera sean sus característicasjurídicas y administrativas— bajo la denominación común deEmpresas del Sector Público (ESP), sean o no empresas en elsentido estricto del término.

12. Esta falta de coherencia jurídica del conjunto de lasESP es una indicación importante de una de las razones fun-damentales de la incapacidad de CG para definir su rol en celproceso que hemos llamado la triangulación. Desde ya que haycasos en que la diferencia entre el régimen de una ESP elde otra que cumple funciones análogas se debe a razones sen-cillamente coyunturales, tales como patronazgo político, rivali-dades políticas, nacionalizaciones y exproplaciones fulminantes,

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administración temporaria —¡que suele durar algunos años!de empresas en circunstancias particulares, etc. Pero la causafundamental de un ordenamiento jurídico-administrativo tancaótico es que en nuestros países el Estado, que fue organi-zado durante el siglo pasado para formular políticas, garan-tizar la seguridad y la defensa, proveer a la educación y la sa-lud y administrar y controlar la hacienda pública, no ha sabidoaún aprender la función de producir, que hasta hace pocas dé-cadas era ejercida únicamente por el sector privado. Más aún:en la mayoría de nuestros países, la tarea de producir de fueimpuesta al Estado por circunstancias extraordinarias (la cri-sis de los 30, la segunda guerra mundial, la desocupación cró-nica, otc.) y en consecuencia se pensó en su momento que el

Estado la ejercería sólo provisoriamente, hasta tanto tornase lanormalidad. A la espera de ese “feliz” momento nuestro Esta-do no sólo no ha aprendido el “oficio” de productor sino quetampoco —lo que es mucho más grave— se ha decidido a asu-mir ese rol como algo tan definitivo como lo roles clásicos,como algo que no es patológico y circunstancial sino normal ypermanente. Y por la misma razón no se termina de decidir aconstruir un nuevo Derecho Público Administrativo que narmeesa actividad y por eso trata de adaptar —a través de uno ydiez remiendos— el que puso en vigencia el siglo pasado, quenaturaimente respondía a la realidad de aquella época y es muydifícil que pueda ser igualmente apto para el mundo de hoy.Una prueba de esta escasa comprensión es el hecho de que sólorecientemente un informe de CEPAL * ha puesto énfasis en “laimportancia del rol potencial del sector público en el desarro-lMo, siempre que él pueda ser manejado como una unidad debi-damente articulada con el plan de desarrollo a implementar”.Parece increíble que una institución de tan alto nivel intelec-tual como CEPAL haya esperado hasta 1970 para Namar laatención sobre un sector que, en resumidas cuentas, es hoy unode los más importantes de la economía de los países del área.

Es así que G no ha internalizado aún el hecho de quelasESPno sólo existen sino que están para quedarse, porque res-

2 Notas sobre la economía y el desarrollo de América Latina. CE-PAL, N» 79, julio 1, 1971.

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ponden a una realidad socio-polftico-económica objetiva y cuyalegitimidad es incuestionable, aunque no figurare en el esque-ma teórico que fuera definido hace cien años o más. No debeextrañar entonces que si G no ha podido aún incorporar esedato a su marco conceptual, mal podría haber logrado con-cebir e instrumentar un proceso que como el de la triangula-ción es obviamente una etapa que supone que lo primero seha cumplido o al menos se ha definido con claridad. El desarro-lo científico-tecnológico está indisolublemente ligado a unaredefinición radical de las funciones de G a la correspondicntetransformación de su estructura.

13. Unas pocas cifras bastan para demostrar la importan-cia cuantitativa de las ESP en las economías latinoamericanas,hecho por otra parte absolutamente obvio para todos los ciu-dadanos queutilizan a diario la multitud de bienes y serviciosprovistos por el Estado.

13.1. Las tres empresas más grandes de Latinoaméricapertenecen al sector público y son mayores que cualquier em-presa privada, nacional o extranjera. Ellas son PEMEX deMéxico, Petrobrás de Brasil y Yacimientos Petrolíferos Fiscalesde Argentina. Estas empresas son grandes a nivel mundial: en1989 PEMEXfacturó casi 1000 miHones de dólares y ocupó asíel lugar N? 66 en el ranking de las 200 mayores empresas in-dustriales fuera de Estados Unidos 5, superando a empresastan conocidas como Massey-Ferguson de Canadá, BritishInsulated Callender's Cable de Gran Bretaña, Kawasaki Steelde Japón, Volvo de Suecia, Charbonnages de France de Fran-cia, Italsider de Italia, etc.; el mismo año Petrobrás facturó 770midones de dólares, ocupó el lugar 88 en el mismo ranking pordelante de Solvay de Bélgica, Schneider de Francia, Geigy deSuiza, Rolls-Royce de Gran Bretaña, Nippon Electric de Japón,ASEA de Suecia, Olivetti de Italia, etc.; por su parte YPFestuvo en el lugar 125 con una facturación total de 570 milo-nes de dólares superando a Ericsson de Suecia, Degusa de Ale-

4 Corporaciones públicas multinacionales latinoamericanas: posl-bles contribuciones el desarrollo y a la integración, M. Kaplan, Revistade Comercio Exterior, México, agosto 1970.

5 The 200 lorgest industrial companles outeide the US Fortune,august 1970, pág. 143.

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mania, Sumimoto Electric de Japón, Snia Viscosa de Italia,Vickers de Gran Bretaña, L'Air Liquide de Francia, etcétera.

13.2. En energía eléctrica, donde hace 20 años la mayorparte del servicio público era prestado por compañías privadasextranjeras, el proceso de estatización ha alcanzado ya a lamayor parte de las empresas y se estima que en pocos añosmás todo el servicio estará a cargo de ESP. Así en Argentinasólo queda una compañía privada que produce apenas el 12 %de la energía eléctrica total consumida en el país; en México,la Comisión Federal de Electricidad administra el sistema eléc-trico federal totalmente nacionalizado; en Chile la compañíaprivada que servía a Santiago acaba de ser nacionalizada eincorporada a la gran empresa estatal ENDESA, etc. Si setiene en cuenta que la potencia total instalada en América La-tina es de unos 35 millones de KW y que el valor de reposicióndel activo correspondiente a todo el sector es de unos 15.000millones de dólares, se tiene una idea de la magnitud del “ne-gocio”. Además se estima que en los próximos diez años habráque instalar unos 45 millones de KW adicionales —que repre-sentan una inversión de unos 20.000 millones de dólares— parahacer frente al crecimiento de la demanda en todael área.

13.3. En el campo del transporte, la situación es la si-guiente: el sistema ferroviario ha pasado casi en su totalidadde manos privadas a propiedad y explotación del Estado y suscifras de facturación son significativas (en 1969, los ferroca-rriles argentinos facturaron 240 millones de dólares, los mexi-canos 210 millones de dólares, los brasileños 165 milones dedólares, etc.); en la flota mercante, los armadores estatalesposeen alrededor del 60 % del tonelaje de registro bruto totalde América Latina *, algo similar ocurre con el transporte aéreoen el que las ESP absorben alrededor del 45 % del transportede pasajeros y 40 % del de carga.

13.4. En cuanto a la producción siderúrgica los datospara 1986 son los siguientes *: de un total de 17 empresas inte-

8 Las empresas públicas, su significación actual y potencial en elproceso de desarrollo, CEPAL, décimocuarto periodo de sesiones, 27 deabril al 8 de mayo de 1971.

* Ver nota 6.

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gradas principales, que producian el 80% del acero de laragión, 8 pertenecían totalmente al estado y producían el 47 %;el capital de otras dos, responsables del 12 % de la producción,era mixto; dos empresas con mayoría de capital extranjero pro-ducían el 7 % y otras cinco, que significaban el 149 de laproducción eran de capital privado nacional.

13.5. La situación en los países mayores de Latinoamé-rica es la siguiente: en Argentina, de las 10 primeras em-presas, 4 de ellas son estatales, siendo también estatal lamayor de todas (YPF). Las ESP actúan en campos tan impor-tantes como los transportes ferroviarios y aéreos, telecomunica-ciones, energía eléctrica, gas, carbón, bierro y carnes, uranio,petróleo, comercio de granos y carnes, reascguros, bancos, etc.En Brasil, el primer lugar del ranking de las mayores empresaslo ocupa Petrobrás, seguido por otra ESP, también del sectoreléctrico (Centrales Eléctricas de San Pablo SA); el cuartolugar también es de una ESP (Electrobrás, un holding de cm-presas eléctricas federales y estatales), lo mismo que los lu-gares quinto y sexto”. En México se repite una situación aná-

loga y, como está ocurriendo últimamente en la Argentina, lasESP no sólo son importantes en los sectores de infraestructurasino también en la manufactura de diversos productos indus-triales. En Chile, por su parte, con el gobierno de la UnidadPopular, el proceso de estatización que comenzó hace algunasdécadas —por razones coyunturales, en la mayoría de los casosy como en los demás países— se aceleró.

14. Los datos anteriores cuantifican sumariamente la no-toria y creciente importancia de las ESP en las estructurasproductivas de la mayoría de los países latinoamericanos. Enconsecuencia, toda estrategia para levar a cabo el proceso detriangulación debe necesariamente tomar en cuenta las siguien-tes características de dichas estructuras productivas:

a) Desde el punto de vista de la propiedad esas estructu-ras ya no representan más al modelo económico clásico endonde la producción de bienes y servicios era responsabilidadexclusiva del sector privado; son ahora mixtas, con un sectorpúblico cada vez mayor, por lo que el “mercado” funciona se-

7 Quem é Quem en Economía, Visao, 30 de agosto de 1968.

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gún reglas de juego distintas de las que servían de fundamentoal modelo clásico.

b) Las ESP son económicamente poderosas, actúan ensectores claves de la economía donde los cambios tecnológicosson ininterrumpidos y están fuera del alcance de las medidascorrientes de fomento que se adopten vía impuestos, cargasfiscales, etc., ya que elas normalmente están exentas de dichascargas.

c) Las empresas extranjeras, generalmente filiales de cor-poraciones transnacionales, son también económicamente pode-rosas, mucho más que las empresas privadas nacionales, por loque las ESP son de hecho el único counterveiling power quepuede oponerse al poderío de las extranjeras.

d) El estado garantiza la existencia económica de las ESP—<que de hecho jamás pueden quebrar— que par lo tanto dis-ponen cn principio de todo el tiempo necesario para desarrollarprogramas de largo aliento.

De esto resulta que toda política cientifico-tecnológica quetenga por objetivo construir la trama ciencia-técnica-desarrollono sólo no puede ignorar las ESP, sino que necesariamente debebasarse en ellas, como una suerte de pivote estratégico paradesencadenar el proceso que conduzca a ese objetivo.

15. Las ESP presentan ventajas importantes para cumplircon ese rol:

a) Su dimensión, que en la mayoria de los casos proveela escala mínima que los economistas reclaman para que scafactible todo proceso de desarrollo tecnológico autónomo.

b) La naturaleza dinámica de los sectores de la economíadonde operan.

c) Las economías externas resultantes de su funcionamien-to: las ESP emplean toda clase de insumos— fundamentalmenteelectro-mecánicos-metalúrgicos de gran importancia en el des-arrollo tecno-económico. Alrededor de cada ESP se define todauna constelación de proveedores —en particular de bienes decapital— sobre cuyo progreso técnico la ESP —a través de supoder de compra y sus exigencias de calidad— puede influirdecisivamente, convirtiéndose en un verdadero foco de cu!tu-rización científico-técnico.

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d) Su crecimiento rápido, derivado de su obligación deresponder a demandas crecientes, con tasas de duplicación ba-jas (de 8 a 10 años en los servicios eléctricos, por ejemplo).

e) Su grado de independencia y autonomía frente a inte-reses extranjeros, que aún no se ejercen en plenitud porquemuchos años de dependencia económica crearon una depen-dencia cultural que suele perdurar aun cuando la propiedadhaya sido nacionalizada.

f) Su acceso relativamente fácil al crédito público internoa través del sistema bancario oficial, la emisión de bonos yobligaciones, el adelanto de cuotas de inversión, etcétera.

g) Finalmente el hecho de que cada sector donde operauna ESP y especialmente en aquéllos en que detenta un mono-polis de hecho o de derecho, dos tres vértices del correspon-diente triángulo IGE pertenecen al Estado y podrían entoncesinterconcctarse sin interferencias ajenas.

16. Pero las ESP presentan también serias desventajasque a la postre explican por qué hasta ahora no se hayan apro-vechado las ventajas para obtener triángulos exitosos:

a) La inestabilidad de los cuadros directivos, cuya remo-ción continua por el poder político conspira contra la continui-dad que exige todo proceso de triangulación.

b) La caprichosa variación de las políticas estatales, cuyasoscilaciones influyen fuertemente sobre el funcionamiento co-rriente de las ESP y determinan que sus directivos deban de-dicar la mayor parte de su tiempo y esfuerzos a superar difi-cultades coyunturales y por lo tanto no pucdan de hecho ela-borar y conducir estrategias de largo plazo.

c) Las presiones del patronazgo político, cuya consecuen-cia es un crecimiento anormal de la burocracia, con todas lasconsecuencias conocidas.

d) La seguridad de que no pueden quebrar y de que de-tentan un monopolio, se traduce cn un marcado conservatismode los directivos que, por así decir, saben que nada grave lespuede pasar y por lo tanto no se sienten impulsados a realizarlos difíciles esfuerzos de modernización y cambio que suponela triangulación.

e) Su proximidad al gobierno permite que puedan obtener

excepciones por razones llamadas de “seguridad nacional”, de

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“bienestar público”, de “defensa de las fuentes de trabajo”,etcétera y burlar así leyes y disposiciones dictadas, por ejem-plo, para fomentar el uso de bienes producidos localmente. Laexperiencia muestra que, curiosamente, la mayoría de las ESPque deberían ser furiosamente nacionalistas, en particular conreferencia al desarrollo industrial y técnico— se comportan conmarcada mentalidad importadora, lo que suele conducir a laparadojal situación de que ¡el Estado deba perseguir y castigara sus propias empresas para que den cumplimiento a las polí-ticas que el Estado mismo ha dictado!

f) La conocida falta de flexibilidad operativa resultantede la existencia de múltiples y cambiantes controles adminis-trativos.

Antes hemos explicado que estos inconvenientes y desven-tajas relativas de las ESP son consecuencia de la inadaptabili-dad del Estado a su nueva función de productor de bienes yservicios. En un reciente trabajo? para la Argentina, MarcosKaplan lo ha descripto en los siguientes términos:

“El Estado argentino ha heredado y conserva una maqui-naría anticuada y una tradición de eseferismo' liberal que nodo han preparado ni lo capacitan para asumir un número cre-ciente de nuevas y complejas tareas, y le presentan su propiointervencionismo como anormal y transitorio... carece de pre-cedentes vá'idos y de una filosofía unificada actualizada y efi-caz, que le permitan definir el carácter, el alcance y los mé-todos de sus intervenciones y controles. Unas y otros no seproducen como expresión y resultado de una deliberada volun-tad transformadora y planificadora. Surgen y se mantienen eny por la improvisación, por presión y apremio de sucesos ysituaciones de czyuntura y emergencia, que luego resultan másduraderos de lo pensado. Se cumplen con una especie de “malaconciencia” y con una ambigiiedad paralizantes, en virtud delas cunles no se utilizan o se utilizan mal los instrumentos depolítica económica y los entes empresariales que de todos mo-dos han ido cayendo en sus manos... Al extenderse la esferade acción del Estado se tiende, no a la ampliación y mejora-

8 El estado empresario en la Argentina, Marcos Kaplan, “El Tri-mestre Económico”, enero-marzo 1969,

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miento de los órganos ya existentes, sino a la creación de otrosnuevos dotados de cierta autonomía que ellos buscan natural-mente incrementar. Este proceso se cumple de modo inorgánico,mediante la continua y asistemática agregación de órganos,mecanismos administrativos y responsabilidades parciales alaparato tradicional... El estado argentino no utiliza o utilizamal el potente resorte que podrían constituir el sector públicoy sus empresas para el cumplimiento de un proceso de desa-rrollo...”

17. Con este telón de fondo de ventajas y desventajasue son datos de la rcalidad— la triangulación de sectoresen los que operan ESP es un paso esencial y prioritario queno puede ser postergado hasta que las desventajas desaparez-can y las ventajas se multipliquen. El desarrollo es un procesoglobal que debe avanzar sobre un amplio frente de onda y deforma tal que haya realimentación positiva entre todos los ohje-tivos que se persiguen. Lamentablemente, no hay antes nidespués en un proceso histórico de tanta profundidad. La in-corporación de la ciencia y la técnica a la estructura productivano puede simplemente esperar “al día después” en que losotros objetivos hayan sido conquistados, porque esa conquistasupone la resolución de ciertos problemas para los cuales esabsolutamente necesario contar con la colaboración de una in-fraestructura científico-técnica operante eficiente y plenamenteincorporadaa la realidad que se quiere modificar.

HI. ¿Qué hacer? ¿Cómo hacerlo?

18. De todo lo anterior resulta que lo que se propone eneste trabajo consiste en complementar las disposiciones que he-mos calificado de necesarias (ver parágrafo 4) con ua conjuntode acciones conducentes a instalar triángulos IGE en aquellossectores en donde las ESP son el elemento más importantede la estructura productiva. El éxito con algunos de estostriángulos sectoriales permitirá extender paulatinamente susefectos al resto de la sociedad; el fracaso con otros permitiráconocer más profundamente la naturaleza íntima de un pro-ceso complejo, que por sus raíces culturales y los cambios que

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acarrea en valores, pautas y conductas no se puede llevar acabo simplemente por “decreto”. La experiencia que así serecoja irá realimentando el circuito de decisiones y configuran-do los elementos esenciales de una política científico-tecnoló-gica coherente con la política global de desarrollo. Dentro deesta concepción, está claro que dicha política no se concibecomo la elaboración solamente intelectual de un grupo decientificos y tecnócratas encerrado en un gabinete ministerial,sino como la consecuencia de un conjunto de experiencias guia-das por un primer esquema provisorio que se enriquece ymodifica en función de los resultados prácticos que se vayanobteniendo; a su vez, los nuevos esquemas permitirán diseñarnuevas experiencias y así sucesivamente. Los triángulos secto-riales inmplantados en ESP pueden resultar instrumentos muyaptos para ese largo aprendizaje.

19. Una de las experiencias más ilustrativas del papeldesempeñado por las ESP en la creación y difusión de inno-vaciones tecnológicas es la de Francia, que por eso convieneanalizar con algún detalle. En una reciente conferencia ?, JeanMarie Martin, de la Universidad de Grenoble, analizó los as-pectos más importantes, que aquí resumiremos:

“(Se trata) de una experfencía menos conocida, puestoque es más difusa, casi subterránea, que no ha sido nunca con-cebida y organizada sistemáticamente, que se ha desarrolladocasi sin que sus actores se diesen cuenta y que no se compren-de sino a posteriori cuando se trata de reconstruir la evolucióntecnológica de ciertos sectores. Esta experiencia tiene comoprotagonista, por un lado, a las principales empresas del sectorpúblico francés... y por el otro lado a una parte importante...de la industria de bienes de capital... Si se trata de recons-truir esta política, se pueden discernir tres puntos fundamen-tales: 1) la creación de mercados para bienes de canital queobligatoriamente incorporan progresos tecnológicos; 2) una in-vestigación científica y técnica Nevada hasta el nivel de en-

9 El papel de las empresas públicas en la creación y difusión deinnovaciones tecnológicas. La exneriencia francesa de posguerra, J. M.Martin, conferencia dictada en el Seminario de Graduados sobre Pro-blemas de Política Científica de la Universidad Católica Argentina,agosto 1971,

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gineering; 3) un sistema de estímulos al progreso técnico ba-sado a la vez sobre la competencia y el control... Las necesi-dades de bienes de capital del sector público fueron siempremuy elevadas (del 20 % al 40 % de la inversión bruta de capi-tal fijo en la economía), provocando un efecto de dominaciónpotencial sobre algunas ramas como la mecánica pesada, laconstrucción eléctrica, el material rodante, el equipo de mine-ría, los motores de aviones, etcétera... para un número no des-preciable de empresas, el sector público industrial ha represen-tado el 50/60 % del mercado... (la prioridad a la industrianacional) ha sido escrupulosamente respetada... no obstanteun costo generalmente más elevado que el del mercado inter-nacional (10 a 20 % en promedio) los equipos de origen nacio-nal han sido siempre preferidos y el sector público casi no haimportado... la reserva de mercados para la industria nacio-nal... no ha sido generalmente sinónimo de estancamiento tec-nológico, porque las empresas públicas han incluido estrictasexigencias técnicas... inmediatamente después de la guerracada empresa pública creó y comenzó a desarrollar sus propiosservicios de investigación científica y técnica... (Han opera-do también otros estímulos)... como un sistema de controlesen el sentido más amplio del término (y también)... la com-petencia que las empresas han impuesto entre los fabrican-tes... En cuanto a los resultados de esa política... sus efectosvan más al'á del solo aspecto tecnológico y afectan tanto alos problemas coyunturales como estructurales de la industriade bienes de capital... el progreso tecnológico ha tomadosobre todo la forma de múltiples perfeccionamientos, sea apartir de técnicas extranjeras, norteamericanas en los grupostérmicos; inglesas y alemanas en los equipos mineros; sea a par-tir de técnicas nacionales, o naturalizadas desde hace tiempo.como en las locomotoras eléctricas, transformadores y disyun-tores”.

Esta experiencia francesa puede servir de guía para trazarestrategias convenientes.

20. Las medidas que se deben adoptar para triangulizarson de dos clases, externas unas e internas otras a la empresadonde se va a realizar el proceso.

Las medidas externas son naturalmente de tipo mucho más

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gencral que las que corresponderían a una determinada em-presa o sector y su función es proveer el encuadre donde ins-cribir luego las medidas internas. Entre las más importantesdeb:n mencionarse:

a) Legislación que obligue a las ESP a dar preferencia ala adquisición de insumos locales, fundamentalmente bienesde capital, que son los que mayores efectos tienen sobre elprogreso técnico general. Esta legislación —que suele denomi-narse de “compre nacional”— puede comenzar siendo más omenos permisiva, pero gradualmente debe convertirse en obli-gatoria en la medida en que sus efectos benéficos vanpermeando toda la estructura productiva.

b) Legislación similar para que las ESP den preferenciaal uso de consultores nacionales: hay sobrada experiencia quedemuestra que el empleo exclusivo de consultores extranjeroses un factor importante en la dependencia de suministros ex-tranjeros que los consultores aconsejan en función de sus pro-pios conocimientos, experiencias e intereses. Esta legislaciónque suele denominarse de “contrate nacional”— es funda-mental sí se desea construir una capacidad propia de ingenie-ría que a su vez será esencial para la creación y difusión deinnovación tecnológica; por razones obvias, también deberáser en sus comienzos de naturaleza permisiva y orientadora,quizá más como una ley-cuadro que como una pieza detalladade legislación normativa.

c) Obligación de las ESP de incluir en sus presupuestosanuales de operación e inversión partidas destinadas especifi-camente a sus programas de investigación y desarrollo y cuyomonto guarde alguna relación con el total de su facturación.Los planes trienales o quinquenales de obras deben incluir losobjetivos que se persiguen en esos programas de ID.

d) Apertura de líneas de créditos blandos destinadas asuministrar capital de riesgo para la financiación de medianoy largo plazo de las realizaciones tecnológicas de envergaduraque así lo requieran.

e) Implantación del conjunto de medidas que hagan posi-ble el conocimiento y regulación del comercio de tecnología yque permitan estructurar un régimen de tecnología, dentrodel marco de la política general y del plan global de desarro-

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llo. Sin esas medidas, la acción propia de las ESP tendria es-casa repercusión y sus efectos podrían ser pobres o nulos enfunción de disposiciones que fueran adoptadas por la autori-dad económica a espaldas de las necesidades tecnológicas: almismo tiempo, es obvio que las ESP deberían constituirse enimportantes instrumentos del régimen de tecnología dado quesus intereses no deberían ser contradictorios con los que elgobierno defiende y promueve en un momento dado. De ahíque sea natural pensar que la operación del régimen de tec-nología debería apoyarse en el programa de triangulación delas ESP.

f) Modificación del sistema de patentes y marcas y asigna-ción de un rol importante a las ESP en su funcionamiento, par-ticularmente en la aprobación o denegación de solicitudes depatentes.

21. En cuanto a las medidas internas, ellas se adoptaránnaturalmente en función de las características propias de laESP sobre la cual se va a triangular. En todo caso, las mismasdebcrán satisfacer ciertas pautas generales:

a) La política de compras de la empresa deberá ser talque no sólo dé cumplimiento formal a la legislación de “com-pre y contrate nacional”, sino que además permita obteneraquellos objetivos específicos que ella misma se ha fijado. Enparticular, el poder de compra de la empresa es el instrumentomás poderoso para recompensar a aquellos proveedores quedemuestren el interés mayor en participar de la triangulacióny para alentar una sana y vigorosa competencia entre varios

praveedores igualmente dispuestos a prestar esa colaboración.Más aún: uno de los factores que han retrasado el desarrollotecnológico de los proveedores locales es la faka de coordina-ción en las compras de las ESP, incluso para ESP que perte-necen a un mismo sector y aun para una misma ESP. Así porejemplo, es común que las diferentes ESP que operan en unmismo país en el servicio público de electricidad demandenmodelos distintos de un mismo equipo (tres o cuatro modelosdiferentes de transformador, o de disyuntor o de interruptor,etc.) y llega incluso a ocurrir —por el frecuente cambio dedirectivos— que hasta una misma empresa demande distintosmodelos; en esas condiciones es evidente que el fabricante lo.

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primer lugar, que al programa le deben interesar no sólo losconocimientos del mundo de las ciencias exactas y naturales(física, química, matemática, metalurgia, biología, etc.) y delas ingenierías (ingeniería de producto, ingeniería de procesos,ingeniería de sistemas, etc.), sino también los de las cienciashumanas y sociales (sociología, economía, antropología, etc.)y disciplinas conexas (administración de empresas, organizn-cion del trabajo, marketing, etc.) que directa v indirectamenteintervienen en la estructura productiva. Para la empresa, cl

problema no ha terminado cuando se ha logrado un nuevoconocimiento científico o una nueva aplicación de un conoci-miento ya conocido sino recién cuando cese conocimiento oaplicación se ha incorporado al proceso de producción y co-mercialización, es decir, cuando se ha transformado en in-novación tecnológica. Esta concepción global debe estar pre-sente desde el comienzo mismo del programa para que losinvestigadores que la integran internalicen esta estrategia queno es la que corrientemente se sigue en los laboratorios e insti-tutos de investigación clásicos en los cuales el conocimientointeresa por el conocimiento mismo, mientras que en la em-presa interesa para ser transformado en tecnología. Además,alocuparse el programa de otros conocimientos que los cientí-fico-técnicos, contribuirá a crear fuertes vinculos con los sce-tores de la empresa directamente ligados y responsables deproducir y comercializar, y que son quienes tendrán la respon-sabilidad final de emplear o no los conocimientos que el pro-grama haya encontrado. Como es sabido, entre esos sectores ylos investigadores existe normalmente una incomunicación di-fícil de vencer, un gap de las dos culturas que en términos másgenerales describiera C. P. Snow; para eliminar ese gap esnecesario un esfuerzo consciente y explícito, ya que si el pro-ceso se deja librado a su propia dinámica no sólo no se eliminasino que seguramente se amplía cada vez más. Y a ello sedebe buena parte de los fracasos de Jos laboratorios de inves-tigación que han sido implantados en empresas y que hanrestringido su acción a la esfera estrictamente científico-técnica.

El enfoque global significa además que el programa de IDestá alerta a toda fuente posible de conocimiento, sea o nocientífico-técnico en el sentido estricto. En todo proceso de

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cal del equipo en cuestión no puede capitalizar adecuadamentela experiencia ganada, ya que debe estar continuamente cam-biando de utilaje, asesores, planos y diseños, etc. Tal compor-tamiento es revelador de la falta de una auténtica política decompras, y demuestra que éstas se realizan atendiendo sólo anecesidades inmediatas o a los intereses de corto plazo dela ESP.

b) Operación de un vigoroso programa de control de ca-lidad que deberá estar inspirado no sólo en la necesidad deinspeccionar lo que se adquiere sino también en detectar posi-bilidades de mejoramiento de los equipos y materiales adquiri-dos y también en los procesos empleados en su producción.El control de calidad inteligentemente realizado ha demostradoser uno de los mecanismos más eficientes para la incorpora-ción de innovación tecnológica a la estructura productiva.

c) Es muy útil realizar un programa interno de difusióncientifico-técnico destinado a los cuadros medios —incluyendocapataces y supervisores— y superiores de la empresa en todaslas Áreas (administrativa, económica, financiera, laboral, deventas, de compras, de mantenimiento, técnica, etc.). Esteprograma no sólo divulgaría conocimientos de aplicación inme-diata o mediata en el sector donde opera la ESP, sino queayudaría a sus participantes en el difícil proceso cultural decomprenderlas tremendas posibilidades que la ciencia y la téc-nica abren a su propio quehacer productivo.

22. Pero el eje del proceso de triangulación será por su-puesto un programa de investigación y desarrollo organizadoy Operado de modo tal que por su intermedio la empresa seacapaz de optimizar el empleo de la innovación tecnológica ensu estructura productiva, e influir decisivamente para que ellotambién ocurra en las empresas que le suministran los princi-pales insumos y en las que consumen o utilizan los bienes oservicios que ella produce.

Cada ESP estructurará su programa de ID en función desu propia constelación de factores pero se pueden hacer algunasconsideraciones generales que es posible que sean válidas parala mayoría de ellas:

a) El programa de ID debe enfocar en forma global la in-novación tecnológica que desea incorporar. Ello significa, en

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producción y comercialización es posible incorporar importan-tes innovaciones derivadas de conocimiento simplemente empi-rico, observaciones casuales, adaptaciones ingeniosas, etcétera.

Para el programa de ID, esas fuentes de innovación debenser respetadas como) legítimas y promovidas adecuadamente.También esta actitud del programa contribuirá a disminuir elgap porque demostrará al resto del personal de la empresa quelos responsables del ID no están encerrados en la torre demarfil en una posición aristocrática que considera valiosos yútiles únicamente los conocimientos generados en ella.

b) Si bien el programa de ID debe —por definición desus objetivos— servir n la producción y comercialización de losbienes o servicios que manufacture la empresa, desde el puntode vista administrativo debe ser completamente independientede los organismos directamente responsables de producir y ca-mercializar. Esa independencia es esencial porque el capitalmás valioso del programa es la creatividad de sus integrantesy ésta debe ser celosamente protegida de estructuras y proce-dimientos burocráticos que son naturales en los organismos nor-males de una empresa. Por lo demás, estos están generalmenteestructurados según la pirámide vertical clásica, tipo de orga-nización muy poco adaptable a la libertad y flexibilidad quedebe tener un programa de ID, para el que es mucho másconveniente una organización de tipo horizontal con muy pocosescalones intermedios entre la dirección del programa y losinvestigadores, de modo que la comunicación entre la cima yla base sea lo más directa posible.

En consecuencia, conviene que el programa dependa di-rectamente de la más alta jerarquía ejecutiva de la empresaque pueda garantizar su movilidad interna y facilitar su adap-tabilidad a circunstancias naturalmente cambiantes. Desde esaposición de privilegio, el programa debe extender sus vínculosfuncionales a todo el cuerpo de la empresa y fomentar la par-ticipación en el mismo —mediante adscripciones temporarias ola asignación de misiones específicas— de personal pertene-ciente a sectores muy diversos, de modo de lograr crear laimagen de que.si bicn el programa de ID es responsabilidad deun grupo determinado de personas, su funcionamiento inte-

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resa a toda la empresa y cn él la colaboración de todos «sbienvenida.

c) La puesta en marcha de un programa de 1D no suponenecesariamente —contra lo que podría pensarse— la instalacióny funcionamiento de un laboratorio de investigación propio.Esto naturalmente depende de cada caso particular y por lotanto no debe ser tomado como un dogma; pero tampoco debeser un dogma lo contrario, es decir, que todo programa de 1Dcomienza o culmina con un laboratorio. El programa necesitaconocimientos, pero estos pueden o no ser de producción pro-pia; sin duda que un laboratorio presta importante ayuda in-cluso en la tarea de seleccionar y utilizar conocimiento ajen> ypor lo tanto es muy probable que el programa no pueda pres-cindir de él; lo importante, sin embargo, es comprender que cncualquier caso el laboratorio es un instrumento más de losvarios que el programa debe emplear para alcanzar sus ubje-tivos, y de ninguna manera el único, por importante que sea.El programa debe emplear la infraestructura cientifico-técnicadisponible en el país, de manera de ayudar a romper su aisla-miento y a dar una utilización más p!ena y racional a los re-cursos ya existentes. En tales condiciones, el laboratorio propiodebe concebirse como un centro de convergencia de accionesque se desarrollan en otros laboratorios e institutos impulsadaspor demandas concretas del programa de ID; en consecuencia,debe ser diseñado para ser complementario y no autosuficien-te, de modo de maximizar así su efecto de palanca sobre otrosrecursos. De esta manera, se logrará neutralizar en parte clconocido aislamiento que todo laboratorio propio genera casiautomáticamente y que puede ser uno de los elementos másnegativos para el éxito del programa de ID. El laboratorio comomedio y no como fin educa a sus integrantes a permaneceralerta a todo lo que ocurre a su alrededor y a aprovechar almáximo elementos que de otra manera ni siquiera serían teni-dos en cuenta. Importa destacar que se trata no sólo de evitarla antieconómica duplicación de esfuerzos, sino de generaruna actitud abierta a la realidad, ávida de interrelación y dis-puesta a compartir proyectos y recursos, y por lo tanto real-mente clave en la estrategia de triangulación.

d) Por análogas razones es también muy importante que

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la dirección del programa de ID sea asesorada por un comitéintegrado no sólo por representantes de otros sectores de laempresa sino también por representantes del sindicato queagremia a los obreros y empleados de la empresa, de la infra-estructura científico-técnica exterior a la empresa y de los or-ganismos de gobierno responsables de formular e implementarla política tecnológica. Ese comité asesor debe institucionali-zar el triángulo IGE que se desarrolla alrededor de la empresa,porque él es el foco natural de discusión y análisis de lasdemandas y ofertas de los tres vértices formuladas en funciónde las necesidades concretas planeadas por la producción ycomercialización de los bienes o servicios que manufactura yvende la empresa, así como de los insumos que adquiere. Losproblemas que serían estudiados en el comité enterarían a 1 ya G sobre las necesidades concretas que son de su responsabi-lidad satisfacer y sin las cuales el programa de ID vería limi-tada su acción y en peligro su éxito; estarían entonces en con-diciones de promover acciones favorables no sólo a la triangula-ción particular de que se ocupa el comité sino a procesossimilares en otros sectores. También la estructura productivafuera de la empresa —que es la que suministra a ésta los equi-pos y materiales que necesita— recibiría el efecto del trabajodel comité gracias no sólo a su eventual participación en elmismo sino a una mejor coordinación y precisión en los pedi-dos de la empresa y a una posición mejor dispuesta para ac-cioncs de largo plazo por parte de G.

c) El programa de ID debe establecer estrecha conexióncon el programa de control de calidad; ambos, sin embargo,deben ser administrativamente independientes entre sí, porquesus objetivos son diferentes, así como lo son las característicasde sus integrantes. La relación funcional entre los dos será demutuo beneficio: para el de ID, porque el de control de calidadle suministrará abundante información sobre problemas con-cretos de los equipos y materiales que emplea la empresa: parael programa de control de calidad el contacto con el de IDayudará a salvarlo de la mediocridad, que es su enfermedadmás corriente.

f) Uno de los aspectos más importantes del programa deID debe ser su estrecha relación con los proveedores de la

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empresa, particularmente con los de bienes de capital. En talsentido el programa buscará lanzar proyectos específicos en co-mún que permitan superar las deficiencias principales de losinsumos provistos actualmente así como el desarrollo de nuevosequipos y materiales; con tal objeto el programa deberá dis-pouer de recursos suficientes para asegurar la financiación deesos desarrollos en forma total o mayoritaria, por lo menos, enlas etapas iniciales del programa y hasta que el éxito de algu-nos proyectos sirva de “efecto de demostración” y genere así laconfianza que impulse una participación económica-financieracreciente por parte de los proveedores.

La coordinación de los diversos proyectos en común podríarealizarse siguiendo un modelo semejante al de las “accionesconcertadas” del programa francés de desarrollo tecnológico,dado que en cada uno de ellos participarán no sólo integrantesdel programa de ID y uno o varios de dos fabricantes locales,sino también otros laboratorios e institutos de la infraestructuracientífico-tecnológica que estén capacitados e interesados enel proyecto en cuestión. De esta manera 1 y E vuelven a serinterconectadas por acción del programa de 1D que así demues-tra su capacidad potencial de crear las interrelaciones que ter-minan por construir el triángulo.

8) ¿Qué tipo de investigación debe tener prioridad en elprograma de 1D: la investigación básica o la aplicada? Estoyseguro de que muchos pensarán que es la investigación llamadaaplicada la única que debe interesar a un programa tan con-creto. Sin embargo, mi respuesta no es que importe una másque la otra; creo que la pregunta está mal formulada, porqueal programa no le interesa prioritariamente un tipo de investi-gación u otra: el programa necesita conocimientos de toda clasey a priori nadie puede decir si esos conocimientos van a serproducidos por un tipo de investigación o por el otro e inclusopuede ocurrir que muchos conocimientos sean obtenidos porotros medios que la investigación. Lo importante es que elprograma no se angustie en el falso dilema de un problema malplanteado y que tenga la máxima libertad para alcanzar susobjetivos con los medios más idóneos, cualesquiera sean eMos.Si el programa ejeroe su libertad con inteligencia se verá queen determinados casos lo único que importa es realizar inves-

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tigación aplicada y hasta de naturaleza muy pedestre; en otros,en cambio, será necesario y conveniente avanzar en la investl-

gación hasta límites de abstracción y generalidad insospechados.Conviene quizá recordar una vez más el bien conocido ejemplode las investigacoines de 1. Langmuir en los laboratorios de laGeneral Electric hace ya más de sesenta años: Langmuir estabainteresado en un problema físico-químico muy definido, el dela tensión de vapor de metales, y para nada estaba preocupadoen problemas concrotos de la GE (en ese momento cumplíauna estadía temporaria —de vacaciones en sus laboratorios).Sus trahajos —típicos de investigación básica— condujeron aldesarrollo de un mejoramiento fundamental en el filamento detungsteno de las lámparas incandescentes, problema que estabasin resolver pese a veinte años de pacientes investigacionesaplicadas realizadas por Edison y sus colaboradores, en el cursode las cuales llegaron a ensayar varios miles de filamentosposibles.

En todo caso, los responsables del programa deben tenersiempre presente que su interés primordial es transformar cono-cimiento en innovación y que la experiencia histórica ha ense-ñado que la forma más apta de disponer de más y mejor conoci-miento cs alentandoel espíritu creativo de los que lo producen;si ese espiritu creativo se sacrifica a necesidades definidas mez-quinamente lo que ocurrirá es que no sólo se reducirá da creati-vidad del promedio sino que ello alejará a los mejores talentoscon lo que volverá a reducirse la creatividad y a aumentar laemigración de los mejores, y así hasta que el programa de IDse vea reducido a un conjunto de mediocres que por supuestosólo podrán producir mediocres resultados. Á no engañarse:no hay programa de ID sin talento creativo y éste no es atraídosi no se brinda el clima cultural adecuado.

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CarfruLo VIT

HACIENDO CIENCIA Y TECNOLOGÍA OQUINCE AÑOS DE METALURCIA ?*

Hace unas pocas semanas en el Centro de InvestigacionesAtómicas de Karlsruhe (Alemania Occidental) llegó a feliztérmino una experiencia de singular importancia para el desa-rrollo tecnológico argentino: después de varios meses de irra-diación continua hasta alcanzar una tasa de irradiación de5.000 MW-días/toneladas, se extrajo del reactor MZFR (de50.000 KW de potencia, a uranio natural-agua pesada) el pri-mer elemento combustible de potencia manufacturado en laArgentina. Como se sabe, desde 1957 a la fecha todos los ele-mentos combustibles de los reactores nucleares de investiga-ción instalados en la Argentina han sido fabricados en el país¡en el Departamento de Metalurgia de la Comisión Nacionalde Energía Atómica) pero este elemento que estuvo produ-ciendo energía en el reactor alemán MZFR no es un elementocombustbile de investigación sino de potencia y por eso su fa-bricación en la Argentina representa un avance significativodado que las exigencias de calidad y performance en un reac-tor de potencia son muy superiores a las que corrientementese presentan en un reactor de investigación. El elemento ar-gentino se comportó normalmente durante la operación del

* Publicado en Ciencia Nueva, No 15, 1972,

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reactor y el primer examen de posirradiación mostró que nose había alterado su integridad mecánico-metalúrgica.

Para evaluar los alcances de esta experiencia Ciencia Nue-va entrevistó a Jorge A. Sabato, que fundara el Departa-mento de Metalurgia de la CNEA en 1955 y fuera su directordurante quince años.

C. N.: ¿Qué puede usted decirnos de lo realizado en elreactor alemán MZFR?

J. A. S.: En primer lugar, que estoy más contento que unpibe al que le hubiesen regalado el disfraz de Batman, porqueel éxito de esa experiencia es la culminación de una pila deaños de laburo tenaz, frustrante, desgastador; de un laburo dehormiga, de todos los días y de cada día, que apenas se vey que en el curriculum, según el modelo oficial, agrega menosque una carta al editor de una revista de segundo orden, pero,cso sí, extranjera.

C. N.: ¿En qué reside la importancia de la experiencia?J. A. S.: En varias cosas:

a) Ante todo, en el hecho en sí: cuando se irradía un ele-mento combustible en un reactor de potencia, ésa es la horade la verdad para los metalurgistas que lo fabricaron. “En elarco no hay tu tía” dicen los muchachos en las tribunas. “Enel canal del reactor se juega el partido” dicen los metalurgistasporque allí, produciendo potencia, el combustible está some-tido n las más severas condiciones, que no se pueden reprodu-cir “en frío” (es decir, fuera del reactor). Todo puede haberandado excelentemente bien hasta ese momento pero sólo lairradiación dice si el combustible sirve o nosirve.

b) Luego, importa destacar que el combustible no sólofue fabricada en la Argentina sino que la tecnología empleadaen su fabricación fue desarrollada en la Argentina. Si bien eldiseño del clemento era alemán —por razones lógicas, ya quetenía que ser utilizado en un reactor determinado y por lotanto debía ser igual a los otros elementos que constituyen clnúcleo del reactor— no se importó ninguna de las diversas téc-nicas necesarias para su fabricación. No significa esto que seemplearon solamente técnicas originales nuestras, inventadas ennuestro propio laboratorio, sino que se usaron también técnl-

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cas de uso general especialmente adaptadas para el problemaífico.

c) Hubo además otra novedad: el elemento para el MZFRfue fabricado en estrecha colaboración con una industria argen-tina, SIAM Electromecánica. Se hizo así no porque SIAM tu-viese experiencia en metalurgia nuclear (en realidad no teníaninguna) sino para comenzar a interesar a la industria argentinaen lo que va a ser —en pocos años— un gran negocio: la fabri-cación de combustibles para las usinas atómicas (Atucha, porejemplo, va a consumir más de 2,5 millones de dólares por añode combustibles durante los 25-30 años de su vida útil).

d) La experiencia es una nueva demostración de que he-mos alcanzado uno de los objetivos que el Departamento deMetalurgia se impuso hace ya 17 años: ayudar al país a tenercapacidad autónoma de decisión en materia de combustiblesnucleares. Ya lo habíamos hecho en el pasado cn todo lo re-ferente a combustibles para reactores de investigación y tam-bién en la discusión de los contratos de Atucha. Pero este ele-mento combustible significa un instrumento poderoso en esacapacidad de decisión.

e) También la experiencia representa una ctapa importanteen el logro de otro de los objetivos del Departamento: dar alpaís capacidad de diseño y de producción de sus combusti-bies nucleares. La capacidad de decisión debe ser acompa-ñada por una capacidad de realización para que el país puedatener una política autónoma y soberana en este espinoso campode la energía nuclear. La capacidad de producción la hemosejercido plenamente —pero en escala piloto— en los cuatro reac-tores de investigación (RA-0, RA-1, RA-2 y RA-3) que la CNEAha construido en la Argentina, ya que todos los elementoscombustibles empleados en esos reactores fueron fabricadosen el Departamento de Metalurgia. Dicho sea de paso, en cadauno de esos tipos de elementos hemos introducido alguna téc-nica original desarrollada por nosotros: un nuevo método deco-extrudar aluminio-óxido de uranio en las placas del ele-mento del RA-1; un nuevo método de producir la aleaciónuranio-aluminio por reducción directa del hexafluoruro de ura-nio; un nuevo método de co-laminar aluminio con aluminiopara la producción de las placas del elemento del RA-3, etcéte-

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ra. Donde estamos flojos todavía es en nuestra capacidad de di-seño, puesto que sólo hace algún tiempo que se ha comenzadocon los primeros trabajos en esa dirección.

f) Last but not least, la experiencia en el MZFR es unademostración acabada del éxito de la estrategia de investiga-ción que ha guiado el desarrollo del Departamento de Meta-lurgia desde su creación. Se ha podido arribar a algo tan con-tundente como un elemento combustible que funciona bien enun reactor de potencia, porque la estrategia que ha servido desustento a tantos años de trabajo ha sido una estrategia correc-ta. ¡Una vez más se ha probado aquello de que para obtenersólidos resultados concretos nada mejor que disponer de unetéreo conjunto de ideas abstractas!

C. N.: Dígenos algo más sobre esa estrategia que usted ca-lifica de exitosa. Sus comentarios nos interesan va que, comousted sabe, uno de los temas más discutidos actualmente entrelos investigadores es el que se refiere al tipo de investigacionesque hay que realizar en nuestro país, sus posibilidades, sus li-mitaciones, etcétera.

J. A. S.: Por cierto que contestaré a su pedido pero lamen-tablemente para usted —y para la mayoría de sus lectores— notendré más remedio que contar buena parte de la historia delDepartamento de Metalurgia porque, como se verá, esa estra-tegia fue el resultado de decisiones que debimos adoptar endistintos momentos de nuestra historia. Más precisamente:frente a disyuntivas concretas, la estrategia nos ayudó a decidiry a su vez estas decisiones enriquecieron y fortalecieron laestrategia. Este circuito de realimentación estrategia-disyunti-va-estrategia-disyuntiva, etcétera, nos permitió construir un ins-trumento de decisión eficiente.

Comensemos por la primera decisión de importancia, quefue la que tuvimos que adoptar en enero de 1955 cuando laCNEAnos contrató para organizar lo que luego fue el Depar-tamento de Metalurgia. La CNEA sabía más o menos lo queauería: instalar un laboratorio capacitado para resolver los pro-blemas referentes a combustibles nucleares. Si bien en ese ma-mento no se había adoptado aún ninguna decisión referente ala instalación de reactores de investigación o de potencia, sesabía que en algún futuro no muy lejano eso iba a ocurrir; ade-

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más la CNEA había comenzado a producir uranio e inclusohabía instalado en Ezelza una planta piloto para la fabricaciónde lingotes de uranio metálico.

Frente a esa necesidad concreta, aparentemente lo que ha-bía que hacer era muy sencillo: copiar alguno de los buenoslaboratorios de metalurgia nuclear existentes en el mundo(como Argonne en EE. UU., Harwell en Gran Bretaña, Saclayen Francia, etc.), enviar becarios a esos centros y contratar ex-pertos en metalurgia nuclear que nos enseñaran a trabajar enesa disciplina.

Nosotros analizamos el problema con nuestra propia con-cepción y en función de los datos de nuestra realidad y llega-mos a una solución radicalmente diferente: para resolver losproblemas de metalurgia nuclear de la CNEA y de nuestropaís no debíamos instalar un laboratorio especificamente demetalurgia nuclear sino un laboratorio de investigaciones me-talúrgicas capaz, por supuesto, de resolver los problemas nu-cleares, pero capaz también de resolver problemas metalúrgicosmucho más generales.

¿Por qué tomamos decisión tan poco ortodoxa?:

a) En primer lugar, porque decidimos que nuestro labo-ratorio debería ser un laboratorio creador. Por cierto que deentrada no tendríamos más remedio que copiar, pero debería-mos hacerlo sabiendo que esa era sólo una etapa en un caminoque nos debía conducir a desarrollar originales. Para hacer po-sible esa tarea de creación era menester construir una base deconocimientos científico-técnicos lo más amplia y sólida posiblede manera de poder enfocar problemas específicos con ampli-tud de miras. Si alguien se encierra en un marco estrecho ycircunscripto, es muy poco probable que pueda emplear a fon-do su capacidad creadora.

En consezuencia decidimos ver la metalurgia nuclear comouna rama de la metalurgia y en particular definir a un meta-lurgista nuclear como aquel metalurgista que aplica sus cono-cimientos a la solución de problemas nucleares, y lo hará tant>mejor cuanto mejor sea su base técnico-científica en metalur-gía. Para nosotros no se podía, por ejemplo, estudiar la recris-talización del uranio sin conocer la recristalización en general;

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laminar elementos combustibles sin dominar el tema de la la-minación y más aún el de la deformación plástica; soldar eltapón decierre de un elemento combustible sin conocer a fondoteoría y práctica de la soldadura, etc. Entiéndase bien: no esque no se pueda soldar un elemento combustible si no se conocela teoría general; por cierto que sí y a lo mejor se lo sueldamejor sin el contrapeso de ese conocimiento; pero lo que escasi seguro es que sin esa infraestructura de conocimiento só-lido y profundo será muy poco probable que se pueda crearen soldadura.

Debe además tenerse en cuenta que hace 17 años —cuandotuvimos que resolver el problema— la metalurgia estaba reciénemergiendo de la profunda revolución que, comenzada en ladécada del 40, la había transformado de una actividad esen-cialmente empírica y descriptiva en una disciplina con funda-mentos científicos cada vez más sólidos (gracias a desarrollostales como la teoría de las dislocaciones, teoría de aleaciones,teoría de la difusión, microscopía electrónica, etc.) Creímosentonces que era muy importante formarnos en esta “nueva

metalurgia”, tan diferente de la del pasado y tan promisoriapara fundamentar desarrollos tecnológicos futuros, particular-mente en aquellas tecnologías que, como la nuclear, no teníanpasado.

b) Pese a todo lo anterior, podríamos habernos circunscrip-to a un laboratorio de metalurgia nuclear si hubiese entoncesexistido en cl país un buen laboratorio de metalurgia general enel que podríamos habernos apoyado para sustentar nuestro tra-bajo en el conocimiento y experiencia de ese laboratorio. Perotal cosa no existía: en verdad, en 1955 la metalurgia no existíaen la Argentina como disciplina académica. Esto no sienificaque no hubiese metalurgistas, claro que los había, y varios deellos realmente buenos. que en la industria habían resueltoproblemas importantes; había también aleunos laboratorios dis-cretamente equipados e incluso en la Universidad de La Platase podía seguir un curso de posarado en ingeniería metalúrgica.Pero no había actividad metalúrgica académica en el sentidoorgánico: ní siquiera había una sola persona en todo el paísdedicada full-time a la investigación metalúrgica. La univer-sidad no producía doctores ni licenciados en metalurgia, nin-

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gún físico trabajaba en teoría de metales y los pocos ingenierosegresados de La Plata o de universidades extranjeras trabaja-ban en la industria o en laboratorios de control como los labo-ratorios de los ferrocarriles, el de Obras Sanitarias, el Lemit, et-cétera.

En consecuencia, nuestro laboratorio no tenía dónde apo-yarse y por lo tanto debía construir sus propias bases. Por esonos propusimos no sólo realizar nuestra propia actividad meta-lúrgica sino promover y apoyar la metalurgia en diferentes lu-gares para lograr con el tiempo que se convirticse en la acti-vidad académica que merecía ser (no me gusta la palabra“académica” pero no tengo más remedio que usarla en el sen-tido de describir con ella una actividad científica organizaday continua, realizada en laboratorios, centros de investigación,facultades, etcétera, y expresada a través de cursos, conferen-cias, trabajos científicos, seminarios, simposios, etc.).

Otra consecuencia de esta ausencia de la metalurgia cnnuestras universidades fue que nuestro laboratorio se iniciósin metelurgistas, comenzando por el que habla, que no erametalurgista profesional sino de oficio (hecho a mano) quetenía entonces tres años y medio de trabajar en el laboratorio(que también había fundado) de una empresa local dedicadaa la fabricación de cobre y aleaciones de cobre. Incorporé en-tonces a un ingeniero electromecánico (Martínez Vidal), a un

ingerriero aeronáutico (Biloni) a varios ingenieros químicos(Mazza, Libanati, Nelly Ambrosis, Kittl), a un ingeniero civil(Leyt), a cuatro licenciados en química (Boschi, Coll, Carrea yDi Primio), a un estudiante de química (Aráoz), a otro inge-niero electromecánico (Wortman), etcétera, de los cuales nin-guno sabía una letra de metalurgia. Doy sus nombres porqueson los nombres de los que hicieron el Departamento de Meta-lurgia de la CNEA, los miembros de esa murga (este fue eltérmino que usó el establishment científico para designar a ungrupo donde nadie era discípulo de nadie) cuyo capitán eraun advenedizo profesorcito de física, único título profesionalque conseguí a duras penas hace 24 años.

c) Pero había algo más todavía: para desarrollar la ener-gía nuclear en un país no basta con la metalurgia nuclear cnel sentido estrecho de la metalurgia de los combustibles nuclea-

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res. En una central de potencia, por ejemplo, hay problemasmecánico metalúrgicos de primera importancia (como lo acabade demostrar una vez más la construcción del recipiente depresión del reactor de Atucha) que nada tienen que ver conuranio o zircalloy y sí con aceros, soldadura,forja, fisuras, etcé-tera. No se puede pensar que el país adquiera capacidad en laindustria nuclear si no la tiene en su industria electromecánica-metalúrgica, ésta es la que debe alimentar a aquélla, es su basede sustentación, es su punto de partida natural. Por lo tantodecidimos que nuestro laboratorio debería estar capacitado paraprestar apoyo científico-técnico a toda esa industria y ayudarlaa alcanzar los altos niveles de calidad y eficiencia que son im-prescindibles para realizar obras nucleares. Nuestro horizontede problemas iba mucho más allá del uranio y los elementoscombustibles y debíamos estar preparados para tales responsa-bilidades.

E tas fueron entonces las principales razones de lo que hellamado nuestra decisión heterodoxa, que se la presentamos alas autoridades de la CNEA en la siguiente forma: nosotrosasumim.-s el compromiso de satisfacer todas las necesidades enmetalurgia nuclear que nos planteara la CNEA; contra esc fir-mc compromiso, solicitamos la más completa libertad para ele-gir el camino que nosotros creyésemos más conveniente paracumpntirlo, por heterodoxo que esc camino pareciese a los ob-servadores externos. “A no alarmarse si muchas de las cosasque haremos no tienen aparentemente nada que ver con com-bustibles nucleares u otros temas de metalurgia nuclear: nos-otros satisfaremos vuestras demandas, pero por favor respetennuestra estrategia”.

Las autoridades de la CNEA aceptaron este planteo, y lorespetaron a lo largo de toda la historia del Departamento. Másaún, lo apoyaron, y fue gracias a esa comprensión y a ese apoyoque pudimos hacer lo que hicimos. Es cierto que nosotrossiempre cumplimos celosamente nuestro compromiso de satis-facer las demandas de la CNEA en materia de metalurgia nmu-clear, pero creo verdaderamente que es lo menos que pudimoshaber hecho frente a un compromiso que nosotros mismos ha-bíamos propuesto.

C. N.: Para comprender mejorel planteo, ¿cuáles fueron las

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principales consecuencias prácticas de su aceptación por partede CNEA?

J. A. S.: Com) usted verá de inmediato, muchas y muyvariadas. Así por ejemplo, con respecto al entrenamiento depersonal los primeros cursos internos que organizamos se cen-traron sobre los aspectos fundamentales de la metalurgia, losbecarios que enviamos al extranjero no fueron a estudiar me-talurgia nuclear sino temas centrales de la metalurgia, y losprimeros expertos extranjeros que contratamos (R. Cahn deInglaterra, P. Lacombe de Francia y E. Gebhardt de Alemania)vinieron a dictar clases sobre esos mismos problemas. Todo elentrenamiento estaba inspirado en la filosofía de preparar me-talurgistas en el sentido amplio y por eso mismo, de entrada,al par que se seguían cursos y se leían los primeros libros quecomenzaban a llegar a la biblioteca, comenzamos a trabajar ex-perimentalmente en problemas que por supuesto no fueronelegidos en función de su importancia nuclear, sino de su in-terés metalúrgico general y mucho más de la posibilidad con-creta de estudiarlos con los muy precarios medios de que en-tonces disponíamos, todos amontonados en un par de habita-ciones de 4 por 4 y un sótano muy paco confortable. En estode no preocuparnos demasiado por estudiar metalurgia nuclearde manera específica fuimos un poco exagerados, tanto que losresponsab'es de haber fabricado todos los elementos combus-tibles de investigación a lo largo de la historia del Departa-mento (Mazza, Martínez Vidal y Aráoz) nunca tomaron unsolo curso de nuclear (Mazza, que en 1957 dirigió el equipoque fabricó los primeros elementos combustibles argentinos nisiquiera había visto un elemento combustible en su vida: reci-bió entrenamiento metalúrgico en Birmingham, Inglaterra, tra-bajando en fatiga de metales).

Otra consecuencia importante de nuestra decisión fue lade equipamiento de los laboratorios: máquinas, equipos e ins-trumentos fueron adquiridos teniendo en cuenta el objetivo depoder atacar problemas muy diversos por lo que el énfasis es-tuvo nuevamente en la variedad y flexibilidad mucho más queen la especificidad. En cuanto a los edificios, nos metimosdonde pudimos y es así como terminamos usando unos galponesque en Constituyentes habían sido construidos para depósitos

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y que por lo tanto no eran muy funcionales para trabajos leinvestigación y desarrollo. Dimos a los edificios tercera prio-ridad, y a los hombres primera prioridad.

Finalmente apoyamos desde el principio actividades me-talúrgicas en otros centros —por ejemplo dictando cursos enlas facultades de Ciencias y de Ingeniería— y promovimos laformación de la Sociedad Argentina de Metales.

C. N.: ¿Qué intervención les cupo en la creación del Ins-tituto de Física de Bariloche?

J. A. S.: Tuvimos mucho que ver, en primer lugar porqueel entonces director nacional de la CNEA —capitán lIraolagoi-tia— quería que el instituto a crearse en Bariloche fuese un Ins-tituto de Metalurgia; me opuse a ello (en los archivos de laCNEA debe estar cl memorandum que les envié a Iraolagoitia)porque entendí que los metalurgistas que queríamos formarno podían estar alejados de la industria metalúrgica; sin em-bargo como íbamos a necesitar metalurgistas con una muy só-lida base en Física, propusimos que si se creaba un Institutode Física —que era la propuesta de Balseiro— una de las espe-cialidades fuera la de Física de Metales. Y así ocurrió: el ins-tituto comenzó a funcionar el 19 de agosto de 1955 y tres añosdespués egresaron los primeros licenciados en física especiali-zados en metales. Desde esa fecha mantuvimos estrecha cola-boración con Bariloche tanto en su programación y equipamien-to como en proveer de un importante lugar de trabajo a muchosde sus egresados.

Algo más sobre esto de los físicos y la metalurgia: en elgrupo inicial de nuestro Departamento no había ningún físico—excepto yo, que apenas era “un físico de tercera”—: no pudi-mos conseguir ninguno, no sólo porque entonces no había mu-chos sino porque para los físicos nuestro programa no teníastatus, la metalurgia era una disciplina de segunda y los me-talurgistas una especie de “chapistas” de la ciencia. Por esodecidimos colaborar activamente en la “fabricación” de nues-tros propios físicos. La situación ha cambiado notablemente,por supuesto, y creo que en la actualidad el Departamento deMetalurgia es uno de los centros que emplea más físicos entodo el país.

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C. N.: Voltamos a la estrategia. ¿Cuándo fue la primeravez que pusieron a prueba la receta de llegar a lo nuclear víalo no nuclear?

J. A. S.: Tuvimos la gran suerte que en abril de 1957 nosenfrentamos con un problema muy importante, que de lejosexcedía nuestra capacidad tanto en instalaciones como en en-trenamiento. Téngase en cuenta que entonces teníamos apenasdos años de existencia... En esa fecha la CNEA tomó dosdocisiones: en primer lugar, la de instalar su primer reactornuclear de investigaciones; pero mucho más importante (yocreo que fue la decisión más importante en toda la historiade la Comisión ya que sus consecuencias señalaron el cami-no a seguir), la CNEA resolvió que ese primer reactor no ibaa ser adquirido en el extranjero (como lo habían hecho Bra-sil, Venezuela, España, Pakistán, Turquía, etc.) sino que de-bía ser construido en el país. En el Departamento de Meta-lurgia resolvimos de inmediato que nosotros debíamos fabricarlos elementos combustibles de ese reactor a pesar de nuestroequipamiento ridículo y nuestra experiencia nula de elemen-tos combustibles ( y en muchas otras cosas más, por supuesto).Cuando anunciamos nuestra decisión y comenzamos a realizarlos primeros trabajos, hubo mucha gente que nos calificó delocos e irresponsables. Por suerte hubo alguien que creyó ennosotros y nos apoyó decididamente hasta el extremo de ayu-darnos a superar algunas de nuestras propias dudas: fue Qui-hillalt, entonces presidente de la CNEA, que asumió toda laresponsabilidad de jugar el destino de ese reactor (que nosólo iba a ser el primero de Argentina sino el primero de Lati-novamérica) a los elementos fabricados por nuestra “murga”.El 20 de enero de 1958 el reactor RA-1 fue inaugurado con todapompa y su núcleo estaba Íntegramente compuesto por elemen-tos combustibles fabricados en la Argentina en el tiempo récordde nueve meses. Como usted ve, un final feliz, a la Hollywood.Pero esta historia tiene un epílogo aún más feliz: en la fabri-cación de esos elementos —cuyo diseño era americano— intro-dujimos algunas modificaciones fundamentales que reducíanel tiempo de producción y garantizaban la constancia de ciertaspropiedades (en particular del espesor del aluminio); insistoen que estos fueron desarrollos originales nuestros, concecuen-

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cia de nuestra filosofía de copiar pero crear al mismo tiempo.Lo cierto cs que ese kontw-how interesó a una firma alemanaque tenía que fabricar clementos combustibles análogos paraun reactor que se iba a instalar en Berlín, y en agosto de esemismo año nos compró el know-how. Así fue como por pri-mera vez Argentina exportó tecnología nuclear y nada menosque a Alemania.

C.N.: Sigamos con su historia. ¿Cuál fue la segunda dis-yuntiva en la que debieron tomar una decisión fundamental?

J.A.S. Fue en 1959, cuando la CNEA y el país atravesa-ban una situación muy difícil (“había que pasar el invierno”,los sueldos se pagaban con retraso, no había un mango paragastos de operación, etc.). La emigración de técnicos y cien-tíficos estaba en pleno auge y también nosotros fuimos tentadosa emigar (a causa del trabajo con los elementos combustiblesdel RA-1 si bien en el país no nos conocía nadie y el esta-blishment científico seguía dándonos la espalda, habíamos ga-nado cierto prestigio internacional). Debimos entonces rcs-ponder a ciertas preguntas y las respuestas que dimos determi-naron nuestro desarrollo futuro:

a) ¿Por qué haciamos Metalurgia: por la Metalurgia oporque podía servir en algo al desarrollo del país?

b) ¿Tenía algún sentido hacer Metalurgia en un país cuyaestructura económica era “agro-importadora” (en la jerga dela época) fuertemente dependiente de intereses extranjeros?(Muchos nos decían que era ridículo proponerse hacer algo enMetalurgia antes de liquidar la dependencia.)

c) ¿Se podía hacer Metalurgia cn un país en crisis? ¿Nohabría quizá que esperar “tiempos mejores”? Mientras tantopodríamos emigrar, capacitarnos para mejor servir al país delfuturo y de paso hacer unos mangos...

d) ¿Qué objetivos permanentes debería tener el Departa-mento de modo de no depender de lo que al respecto decidiesela CNEA que en esos momentos no era capaz de definir suspropios objetivos? (Muchos decían que como la CNEA era undespelote, no se podía trabajar, ya que nadie decía qué era loque había que hacer.) Debatimos arduamente entre nosotrosy nos respondimos de la siguiente manera:

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Hacemos Metalurgia porque nos gusta y porque nos cree-mos capacitados para ello, pero la hacemos en la Argentinaporque somos intelectuales comprometidos con nuestro país yqueremos ayudar an cambiar esta patética realidad presente;nuestra ayuda más eficiente, como intelectuales, consiste en pri-mer lugar en conocer a fondo el pedazo de la realidad «quenuestra capacidad profesional específica nos permite cstudiar,y luego —con base en ese conocimiento serio y objetivo— pro-mover y apoyar todos los cambios que favorezcan al desarrolloargentino. El conocimiento metalúrgica es un instrumento parael cambio, siempre, claro está, que se trate de conocimientoidóneo: pocas cosas han sido más dañinas en este largo trán-sito hacia una nueva y gloriosa nación, que los entusiastaschantapufis que han creído que para cambiar la realidad loúnico que se necesita es un buen slogan nacional y popular.

En cuento a la dependencia económica, hacer Metalurgiaes justamente una de las formas de luchar contra esa depen-dencia: en la medida en que aumentamos cl potencial técnico-científico aumentaremos nuestra capacidad de decisión. Porsupuesto que no liquidaremos la dependencia solamente ha-ciendo Metalurgia; hay muchas otras cosas que hacer, y proba-blemente mucho más importantes, pero crco que es tiempo deque cada uno haga lo que mejor puede y sab2. Esperar a liqui-dar la dependencia para luego comenzar a hacer nuestros de-beres me parece una de las formas más peligrosas de c:capismo.Claro que se dice que con la dependencia no se pucden hacercosas importantes. Como aquel pragmático inglés del cuentomi respuesta es: “Mí puede...”

Algo similar se puede decir con respecto a la imposibilidadde hacer cosas mientras cl país esté en crisis. En esto hay quetomar una decisión: convencerse de quela crisis argentina no esun estado patológico, anormal, circunstancial sino que lo ha sidodurante los últimos 40 años y lo más probable es que lo sigaslendo por muchos años más. Es en csta Argentina en la quehay que hacer Metalurgia; esperar a que el país se arregle esotra forma de escapismo. Además, hacer Metalurgia es lucharcontra algunas de las causas de la crisis y, por lo tanto, en lamedida en que lo hagamos bien ayudaremos a superar la crisis,aunque sólo sea un poquito...

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Con respecto a los objetivos del Departamento, resolvimosque si la CNEA no era capaz de definirlas, ello no nos eximíade nuestra propia responsabilidad, porque al fin de cuentanosotros éramos los metalurgistas de CNEA y se supone quedeberíamos ser capaces de determinar las metas de nuestropropio trabajo (y de todas maneras, si no lo hacíamos nosotros,¿quién diablos lo iba a hacer?). En consecuencia dijimos: elDepartamento de Metalurgia debe hacer Metalurgia al másalto nivel (su meta debe ser convertirse en uno de las mejoreslaboratorios de Metalurgia del mundo, por pretenciosa y dis-paralada que pueda parecer tal proposición) y con esa Meta-lurgia ayudar a la construcción de una sociedad plural, librey democrática en una nación justa y soberana.

Tradujimos luego estos objetivos generales al campo dela energía nuclear: desarrollar todo el conocimiento metalúr-gico necesario para ayudar al país a adquirir capacidad dedecisión autónoma en materia nuclear; además, desarrollar lametalurgia nuclear hasta permitir al país tener capacidad pro-pia de producción y diseño de elementos combustibles; final-mente, cooperar estrechamente con la industria electro-me-mánica-metalúrgica argentina para hacer posible su máximaparticipación en el desarrollo nuclear nacional.

Estas respuestas nos llevaron a ciertas decisiones perso-nales importantes: en primer lugar, la de no emigrar en nin-guna circunstancia, salvo naturalmente que nos echaran apatadas, cn cuyo caso la emigración se llamaría exilio; ensegundo lugar, la de trabajar full-time en la CNEA a pesarde que en esa época el full-time no se pagaba (imposiblehacer un gran laboratorio si uno se la pasa changueando deun lado a otro).

Desde entonces, todo el mundo fue full-time” en el De-partamento de Metalurgia; y ninguno de sus miembros emigrópese a que la gran mayoría estuvo en el exterior más de unavoz y en muchos casos ocupando temporalmente posicionesimportantes (profesor asociado, profesor visitante, investiga-dor senior, investigador asociado, consultor, etc.).

C.N.: Ya hemos visto cómo resolvieron el dilema Meta-lurgia vs. Metalurgía nuclear. ¿Cómo enfrentaron el otro dile-ma más general: investigación básica us. investigación aplicada?

J.A.S.: Me gustaría mucho analizar en profundidad este

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dilema, pero lamentablemente necesitaría para ello todo unreportaje especial porque el problema presenta multitud deaspectos. Simplemente le diré cómo lo resolvimos nosotros: ensu momento decidimos que el tal dilema es un falso dilema,porque creemos que epistemológicamente no hay diferenciaescncial entre un tipo de investigación y el otro; además laMetalurgia necesita los resultados de ambas. Una investigacióntan “básica” como la propagación de una dislocación a velo-cidades cercanas a la del sonido en una aleación super-orde-nada puede ser tan necesaria —y conducir eventualmente aresultados muy “prácticos”— como una tan “aplicada” comoel de la calidad de la pintura que hay que aplicar a una lin-gotera para que el lingote de uranio-aluminio no se pegue.En nuestro Departamento algunos resultados “básicos” im-portantes fueron consecuencia de investigaciones “aplicadas”y ciertos problemas muy prácticos fueron resueltos gracias aque alguien supo estudiarlos con mentalidad “básica”. Unaconsecuencia práctica importante de esta actitud es que nointrodujimos diferencia alguna —en status, sueldo, derechos ydebercs— entre los investigadores en función de que se ocupa-sen o no de cierto tipo de problemas. Cuando se nos pre-guntaba si hacfamos investigación básica o oplicada, respon-díamos que hacíamos investigación y punto, agregando a ve-ces que por supuesto tratábamos de que esa investigación fuesebuena y útil.

Siempre he sido alérgico a la distinción entre investiga-ción básica y aplicada. Cuando encuentro a algún amigo bió-logo y le pregunto qué investigación hace, me contesta conorgullo: “¡Básical Me dedico a cinética de membranas...” Alo que le conteste que en realidad él hace físico-química apli-cada y que me sorprende que un gran investigador como élse satisfaga haciendo investigación aplicada.

Por supuesto el físico-químico que nos acompaña se enor-gullece ante el planteo, pero a su vez se desconcierta cuandole hago notar que él hace termodinámica aplicada. El procesose repite con el termodinámico que cree hacer investigaciónbásica al dedicarse a desentrafíar el concepto de entropía y enrealidad hace epistemología aplicada; con el epistemólogo, quehace semántica aplicada y con el semántico, cuando el teólogole hace notar que el lenguaje proviene de Dios .

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Es decir que sólo al estudiar la naturaleza de Dios se haceinvestigación básica. Esto ya lo había dicho Pascal al plantearque Dios es el único problema que merece la atención delhombre, reflexión que lo indujo a dejar las matemáticas paradedicarse a la teología. De donde puede deducirse que la ca-tegoría A de la carrera del investigador del Consejo Nacionalde Investigaciones debería estar reservada, con estricta justi-cia, a los teólogos.

Durante años, esta posición fue muy clara; sin embargocreo que en los últimos tiempos y fundamentalmente como con-secuencia de la confusión existente en este tema en el resto de lacomunidad científica, el personal del Departamento de Meta-lurgia comienza a tener serias dudas al respecto; ojalá las pue-dan resolver antes de que se produzcan daños irreparables, per-que una posición equivocada conducirá a una crisis ideológicay por supuesto, sin ideología correcta ese Departamento, hnytan poderoso, se irá al diablo.

N.: ¿Qué hicieron con la industria electro-mecánica-metalúrgica?

J.A.S.: En 1962 con la colaboración de Manuel de Miguel(entonces de la comisión directiva de la Asociación de Indus-triales Metalúrgicos) creamos el SATI (Servicio de AsistenciaTécnica a la Industria) que ya lleva atendidas más de 500consultas técnicas de la industria. Sería muy largo analizar loséxitos y fracasos del SATI (que de los dos tuvimos, e impor-tantes) y valdría la pena dedicarle un artículo completo, sobretodo porque el SATI hn sido una experiencia original, y nosólo en Argentina: hace un par de años los ingleses decidierontransformar buena parte de Hartwell en una suerte de granSATI (es interesante leer el folleto descriptivo de esta nuevaorganización inglesa, porque parece copiado del que nosotrospublicamos hace ya ocho años, claro que con la manía de falsi-ficar la historia que tenemos en la Argentina y con nuestroconocido complejo colonial no dudo que dentro de algunosaños algún argentino demostrará que el SATT fue una enniade lo que hicieron los ingleses). Yo resumiría la acción delSATIdiciendo que gracias a su asistencia fue posible la activaparticipación que la industria argentina tuvo en la construc-ción de Atucha y verdaderamente lo considero un dividendoexcelente.

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C.N.: Ustedes han sido criticados por el esfuerzo gastadoen proyectarse hacia el exterior (Cursos Panamericanos deMetalurgia, Programa Multinacional de Metalurgia, Semina-rios internacionales, cursos en centros y universidades extran-jeros, etc.) y por la gran cantidad de metalurgistas extranjerosque han invitado ...

J.A.S.: En primer lugar quisiera decir que hemos gastadoun gran esfuerzo en el país, más allá de las paredes de laCNEA. Y si no que lo digan los laboratorios de metalurgiade Bariloche, La Plata, Bahía Blanca, Rosario, Córdoba (IMAF)a los que hemos ayudado permanentemente, y los casi 300profesionales y técnicos que han recibido entrenamiento meta-lúrgico en nuestro Departamento y están hoy trabajando enuniversidades, centros de investigación y multitud de indus-trias. Nada nos enorgullece más que esa acción que hemosrealizado para ayudar a establecer en el país la Metalurgiacomo una actividad técnico-científica con pleno derecho.

Pasando ahora a nuestro trabajo con el extranjero, es cier-to que hemos dedicado un esfuerzo sostenido y grande. Estose explica fácilmente: con referencia a los Cursos Panameri-canos, de los que ya hemos realizado ocho, su objetivo fuemuy simple: en cl resto de Latinoamérica la Metalurgin esta-ba en el mismo estado de desamparo que en la Argentina; esospaíses necesitaban Metalurgia, por lo que nosotros decidimosayudarlos, ya que creemos firmemente en la “Patria Grande”de San Martín y Bolívar y cn que el desarrollo de los demásayudará a nuestro propio desarrollo. Nos parece suicida laposición de una Argentina aislada, encerrada en sus pequeñe-ces, siempre refunfuñando sus propios defectos. Una Argenti-na abierta, generosa, fraternal, está en la línea de nuestrospensamientos.

Parecida inspiración tiene el Programa Multinacional gra-cias al cual estamos contribuyendo seriamente a la estructu-ración de una verdadera fraternidad metalúrgica latinonme-ricana, lo que pensamos es un paso importante para liquidaruna balcanización que ha sido y es el talón de Aquiles de Amé-rica Latina.

Con referencia a la multitud de metalurgistas extranjerosque hemos invitado a nuestro Departamento (unos 150 en diezaños) el objetivo era simplemente el de conectar nuestro De-

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partamento con los centros metalúrgicos de mayor prestigiodel mundo; si queríamos competir con ellos, lo menos quepodíamos hacer era conocer a fondo lo que hacían; al mismotiempo, poder saber en cada momento cuál era el “estado delarte” en los diferentes problemas que estábamos estudiando,de manera de conocer objetivamente nuestro atraso relativo.Finalmente, crear lazos de amistad y coloboración que hicieranposible obtener ayuda directa e indirecta. Para los que creenque hemos despilfarrado el dinero invitando a tantos turistasilustres, les diré simplemente que por cada dólar que hemosinvertido en esos “turistas” hemos obtenido un retorno de 18dólares, que no me parece tan mal negocio.

C.N.: Pera terminar, ¿qué balance haría usted de estos15 años de trabajo?

J.A.S.: Otros deben juzgar lo que hemos hecho. Simple-mente desearía resumir ciertos hechos fundamentales:

—En el Departamento de Metalurgia de la CNEA han re-cibido entrenamiento en Metalurgia moderna más de 500 pro-fesionales y técnicos, incluyendo unos 100 latinoamericanos.De sus integrantes actuales, unos 70 han trabajado en investi-gación metalúrgica en los centros y laboratorios más importan-tes del mundo. Más de 30 tesis han sido rcalizadas en sus la-boratorios por licenciados en Física y Química de varias uni-versidades argentinas (Buenos Aires, La Plata, Cuyo, del Sur,Córdoba. Tucumán) y extranjeras (de Brasil, Chile. Colombiay Perú).

—En el Departamento se han desarrollado numerosos pro-cedimientos originales en soldadura, fundición, laminación, co-extrusión, sinterizado, tratamientos térmicos, ensayos no des-tructivos, etcétera. Algunos de esos procedimientos han sidopatentados, en particular el más importante de ellos: la pro-ducción de aleación-uranio-aluminio por reducción directa dehexafluoruro de uranio que reduce en 30 %, el tiempo necesa-rio cuando se emplea el procedimiento clásico usado en Esta-dos Unidos, Francia, Alemania, etcétera.

—El personal del Departamento ha publicado más de 250trabajos científicos en las revistas internacionales de mayorprestigio. En ciertos temas (solidificación, scatteríng de RayosX a pequeño ángulo, transformaciones masivas, corrosión bajo

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tensión) los grupos de investigación del Departamento estánreconocidos internacionalmente como de primera línea.

—Varios miembros del Departamento han recibido im-portantes distinciones académicas extranjeras.

—A diferencia de lo que ocurría en 1955 la Metalurgiaexiste actualmente como actividad académica en la Argentina.El Departamento ha tenido una activa participación en ese lo-gro y continúa colaborando en su fortalecimiento y profundi-zación.

—Todos los elementos combustibles de los reactores de in-vestigación instalados en la Argentina han sido producidospor el Departamento. Se ha producido un primer prototipo deelemento de potencia (el que fue irradiado en el MZFR) y setrabaja febrilmente en el desarrollo del prototipo del elementocombustible para Atucha. También se ha comenzado a traba-jar en el desarrollo de combustibles con óxido de plutondo.

—A través del SATI, el Departamento ha establecido só-lidos vínculos con la industria nacional.

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IntenLubio ITI

EL CASO MATTEI*

Nose alarmen, que no voy a hacer crítica cinematográfica.A mí me pareció una película formidable, pero por supuestoes mejor que se guíen por la opinión de los entendidos. Tam-poco me voy a meter con el petróleo, porque en nuestra fami-lia (o tribu, como dice Neustadt) ese es territorio reservado paraJuan y Arturo, cada uno por su lado, claro está. (De paso, nosé por qué, pero tengo el pálpito de que la película le va agustar más a Juan que a Arturo, pero a lo mejor me equivoco,porque en esta familia es más difícil acertar que en el Prode).

Simplemente me voy a ocupar de lo que hizo un granimpacto en mí. “El caso Mattei” es la historia de una pasiónavasalladora e indomable, la pasión de un hombre (Mattei)por su patria (Italia) a la que no quiere ver más humillada,postergada, atrasada, subdesarrollada. Paradójicamente, esapasión se encarna en algo que generalmente se concibe comofrío, neutro, frustrante y anti-pasional por excelencia: una em-presa del Estado. Porque primero AGIP y luego ENI no sonotra cosa que los instrumentos que Mattel elige, diseña, fa-brica, para ejecutar su pasión. Y en sus manos nerviosas yagitadas lo que no padría haber sido otra cosa que una pulcray esterilizada institución se convierte en algo palpitante, vital,impetuoso, listo para luchar contra todos y en todos losterrenos.

* Publicado en Extra, febrero 1973.

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El primer acto de la pasión es la guerra en el frente inter-no contra los indifcrentes, los cínicos, los escépticos, los derro-tados y sobre todo contra los cipayos, aquellos que no muydesinteresadamente querían que el Estado italiano no se metie-se para nada en petróleo y lo dejase como un coto de caza paralas compañías extranjeras. Para eso proponían la liquidaciónde AGIP (Azienda Generale Italiana Petroli), una empresa deEstado que el fascismo había fundado en 1926. “L'Agip deveessere salvata”, terminaba dramáticamente una carta de Matteiau su ex compañero de la resistencia, Ferruccio Parri, entonces

primer ministro de Italia. Tarea nada fácil, porque la pobreAGIP no sólo no había encontrado petróleo sino que estahamuy desprestigiada, tanto que con sorna cruel se la solía lla-mar Azienda General e Infortunatti Politíci. .. Pero Mattei salvóAGIP, y lo hizo con coraje, tosudez y sobre todo con muchaimaginación, como la que empleó para lanzar la “bomba petro-lera de Cortemaggiore” que finalmente resultó no ser ni unmar ni siquiera un lago de petróleo, sino apenas un charquito.Pero en cambio sí tenía gas, y mucho, y fue justamente esegas el que lanzó a Mattei a las alturas, porque fue su mayorfuente de recursos primero en AGIP y luego en ENI. Pero ano engañarse, porque en realidad no fue el gas el fluido salva-dor, sino la gigantesca fe de Mattei, esa sustancia mctafísicatan despreciada por los maquiavelistas de bolsillo y que, comose ve, además de “mover montañas” puede llegar a derrotarla conspiración de los mediocres y los serviles.

La pasión se enciende en el segundo acto cuando Matteise lanza de frente nada menos que contra las temibles SieteHermanas. las feroces Sette Sorelle, las invencibles Seven Sis-ters: Standard Oil de New Jersey, Standard Oil de California,Sacony-Mobil, Texaco, Gulf. Shell y British Petroleum; contralas que nadie se había animado jamás, contra las que nadiese podía animar porque, como explican los “racionalizadores”de turno, las “condiciones objetivas” demuestran inequívoca-mente que nada se puede hacer, de donde concluyen que novale la pena hacer nada. Y si uno cae en la trampa y ni si-quiera intenta hacer algo, lo miran luego con suficiencia y so-bradoramente afirman: “Vio que no se puede hacer nada”.Pero como ocurrió con el inglés del famoso cuento, que dijo“Mi, puede”, Mattei pudo, y pudo tanto que desde entonces el

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negocio del petróleo en el mundo es otro negocio. Y si no quelo digan los países de la OPEP que año a año demuestran quetambién pueden.

En la película hay dos situaciones, rematadas con dos fra-ses memorables, que resumen estos dos actos de la pasión.Una, cuando Mattei ordena a uno de los administradores delENI quele retire los autos oficiales a toda la plana mayor dela empresa. “¿Por qué?” pregunta el despavorido burócrata.“Simplemente porque el ENI no es un ministerio”, es la cate-górica y sabia respuesta de Mattei. En esa frase está resumidala esencia misma de lo que debiera ser una empresa de Es-tado y su diferencia capital con los órganos tradicionales delEstado. Estos administran y controlan, para lo cual les bastacon mover papeles, expedientes. Aquélla fabrica, compra, ven-de, roba, contrabandea, no mueve papeles sino mercancías ylo hace en el mundo dela realidad y no en el de las reglamen-taciones y organizaciones. O la empresa de Estado asume esapersonalidad, o vegeta irremediablemente.

La otra situación es aquélla en que Mattei dialoga conun francés, que finalmente lo increpa por la posición que elitaliano tiene frente a la revolución argelina; entonces Matteile dice que a él le preocupa solamente defender el interés na-cional de Italia. O sea: nada de paparruchas ideológicas, defrases huecas y solemnes sobre la civilización occidental y cris-tiana o sobre la solidaridad socialista, que viene a ser lo mis-mo pero cn ruso. Las cosas claras: él tiene que vigilar, defen-der, promover y fortalecer los intereses italianos; y esto pare-ce bastante trivial y hasta elemental, salvo cuando se recuerdacómo han negociado algunos de nuestros compatriotas.

Me han dicho que uno de nuestros conspicuos ex minis-tros hizo el siguiente comentario luego de ver la película:“¡Bah. es una novela!” Sí, es cierto, es la novela de un hombre

lMeno de coraje, de un hombre lleno de ideas, de un hombre le-no de sangre. Es decir, la novela de alguien que es la antítesisde nuestro modelo corriente de ministro o alto funcionario:hierático, acartonado, hueco, aristocratizante y, por sobre to-das las cosas, manoseable. Debe ser porque Mattei fue exacta-mente todo lo contrario que los espectadores argentinos siguenla película con torturante atención, sin duda preguntándoseansiosamente: “¿Dónde podríamos conseguir nosotros unMattei?”

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INTERLUDIO Tv

LA VOZ INVICTA DE GARDEL *

Me ocurrió hace 40 años en Rojas (provincia de BuenosAires), mi pueblo natal: iba a “hacer los deberes” a la casade un pibe amigo cuando atravesó corriendo la plaza un cani-llita que venía de la estación y gritaba: “Llegó la Crítica,con la Muerte de Gardel”.

Me ocurrió hace 15 años en Mayagiez, una pequeñaciudad del interior de Puerto Rico: asistía a un Simposio deEnergía Nuclear cuando escuché tararear “Volver” a uno delos mozos que nos servía café. Lo interrogué y me contestóque era admirador de Gardel y que en Mayagiiez todos loeran, porque allí “había cantado por última vez antes de ira morir en Medellín”. Más: me invitó a ir a visitar el teatrodonde había cantado. Fuimos, y no sólo me mostró el teatrosino también el hotel, desde cuyo balcón, a medianoche, Gar-del cantó para el público congregado en la plaza. Lo mássorprendente es que el mozo tenía apenas 25 años pero “sabíatodo porque me lo contó mi padre, que estuvo esa noche enla plaza”. Y un último detalle: la radio local de Mayagiieztransmitía diariamente, en 1960, una hora de discos de Gardel.

Me ocurrió hace 9 años, en un cine de la calle 42 deNueva York: entré a ver “Cuesta abajo” y me encontré con lasala llena de hispano-parlantes (portorriqueños, cubanos, do-minicanos, colombianos, españoles, peruanos, mexicanos, yhasta argentinos) que seguían como en misa las andanzas del

* Publicado en La Opinión, 24 de junio de 1975.

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Morocho en la pantalla y se estremecían cuando oían sustangos.

Me ocurrió hace apenas 5 semanas en Caracas (Venezue-la): uno de los grandes matutinos publicó, en primera páginade la segunda sección, a dos cohumnas y con fotografías, unacrónica detallada, de lo que había sido el debut triunfal deGardel en esa ciudad, episodio que había ocurrido hacíavarias décadas y que se describía con el entusiasmo de algoque estaba todavía vivo.

Son, claro está, cuatro episodios intrascendentes, perotambién son cuatro expresiones significativas de un mito queno cesa. Seguro que todos pueden narrar anécdotas semejan-tes, porque ya sabemos que Cardel es una presencia cotidia-na. algo que forma parte del orden natural de las cosas. Pero¿por qué en Buenos Aires y en Chivilcoy, en Tucumán y enBariloche, en Quito y en La Habana, en Medellín y en San-tiago de Chile. cn Lima y en Los Angeles? Y sobre todo,¿por qué todavía, cuando sólo nos quedan borrosas copias deaquellas películas tan primarias y discos obtenidos de fatiga-das matrices que no fueron técnicamente buenas ni en sunacimiento?

No estoy calificado para explicar enigma tan complejo,que ha convocado a ensayistas y antropólogos, historiadoresy sociólogos, poetas y prosistas, eruditos y charlatanes. Desdeuna antigua militancia gardeliana sólo quiero arrimar a ladiscusión un par de sospechas y también afirmar una ciertacerteza.

Sospecho en primer lugar que su éxito en el resto deAmérica Latina, entonces y ahora, tiene mucho que ver conel hecho de que sea Gardel el primer latinoamericano queconquista el mundo, gracias a que esos tres inventos mágicos—la radio a galena, la victrola a cuerda y el cine “sonoro, ha-blado y cantado”— lo llevan por todas las latitudes.

Sospecho en seguida que su éxito entre nosotros, enton-ces y ahora, está vinculado a que él es el Hombre de BuenosAires, por lo que el porteño que busca su autenticidad, quese acerca a sí mismo, encuentra irremediablemente a Gardel,el protagonista central del tango, que es la expresión popularmás auténtica de la soledad del hombre de la ciudad.

Tras estas sospechas, la certeza, que es por cierto una

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trivialidad, aunque olvidada por muchos en sus sesudos aná-lisis socio-político-económicos: la de que su éxito, aquí y cntodas partes, se fundamenta primordialmente en su voz. Y nome refiero tanto a sus características estrictamente musicales,condición necesaria pero no suficiente, como a la forma enque Gardel utiliza instrumento tan admirable. Como él lepone voz al tango, es uno de sus más legítimos padres, yentonces verdaderamente lo re-crea, a un nivel muchas vecessuperior al de los que le pusieron letra y música. Esto seprueba de manera terminante, no en los grandes tangos —quese defienden solos—, sino en aquellos cuya cursilería y ram-ploncría los condenarían irremediablemente al más definitivode los olvidos si no fuera por Gardel que, hipnotizando a suaudiencia los hace pasar por buenos cuando estrictamente noson más que basura. Los ejemplos sobran, pero vayan dos queGardel interpreta admirablemente y que son lamentables:“Arrésteme sargento y póngame cadenas, si soy un delincuenteque me perdone Dios” y “Cómo tose la obrerita por las no-ches, tose y sufre por el cruel presentimiento”. En el sentidomás estricto, tangos como estos sólo existen cuando los cantaGardel. Por eso, ante tanta maestría, Enrico Caruso, que algoentendía del asunto, le dijo alguna vez: “Usted tiene una lá-grima en la garganta”.

Es esa voz, esa voz invicta la que sustenta legítimamentesu triunfo de siempre.

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INDICE

Capítulo I. Algunos mitos, sofismas y paradojas ....... 10

Capítulo II. El triángulo nos enseña donde estamos ... 21

Interludio I. Del manoseo considerado como una de lasbellas artes .........oooooooccoorccncocnarcroro 38

Capítulo III. Hacer Ciencia no es fácil .............. 42

Capítulo IV. El Comercio de Tecnología ............ 59

Interludio H. Tecnócratas y chantócratas ........... 96

Capítulo V. Un nuevo proletariado ................. 104

Capítulo VI. Las empresas del sector público y latecnología ........oo.oooooccccooccccccorr oo 120

Capítulo VII. Haciendo Ciencia y Tecnología o quinceaños de Metalurgia .......-........0ooomooconoo». 147

Interludio IM. El Caso Mattei ................o...o.. 166

Interludio IV. La Voz invicta de Gardel ............. 168

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Ciencia, Política SociedadCÁTEDRALIBRE - UNLPA"e Biblioteca PLACTED

Los documentos queintegran la Biblioteca PLACTED fueron reunidos por la Cátedra Libre

Ciencia, Política y Sociedad (CPS). Contribuciones a un Pensamiento Latinoamericano, que

depende de la Universidad Nacional de La Plata. Algunos ya se encontraban disponibles en laweb y otros fueron adquiridos y digitalizados especialmente para ser incluidos aquí.

Mediante esta iniciativa ofrecemos al público de forma abierta y gratuita obras

representativas de autores/as del Pensamiento Latinoamericano en Ciencia, Tecnología,

Desarrollo y Dependencia (PLACTED) con la intención de que sean utilizadas tanto en la

investigación histórica, como en el análisis teórico-metodológico y en los debates sobre políticas

científicas y tecnológicas. Creemos fundamental la recuperación no solo de la dimensiónconceptual de estos/as autores/as, sino también su posicionamiento ético-político y su

compromiso con proyectos que hicieran posible utilizar las capacidades CyT en la resolución de

las necesidades y problemas de nuestros países.

PLACTED abarca la obra de autores/as que abordaron las relaciones entre ciencia,

tecnología, desarrollo y dependencia en América Latina entre las décadas de 1960 y 1980. La

Biblioteca PLACTED porlo tanto busca particularmente ponera disposición la bibliografía de este

período fundacional para los estudios sobre CyT en nuestra región, y también recoge la obra

posterior de algunos de los exponentes más destacados del PLACTED, así como investigaciones

contemporáneas sobre esta corriente de ideas, sobre alguno/a de sus integrantes o que utilizan

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