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ELIO ANTONIO DE LEBRIJA (AELIUS ANTONIUS NEBRISSENSIS) 1 NOTAS PARA UN BOSQUEJO BIOGRÁFICO El insigne humanista Nebrija o Lebrija era hijo segundo de Antonio de Cala e Hinojosa y de Catalina de Jaraba y Ojo, por lo que podemos atribuirle lícitamente los apellidos Cala y Jaraba, que abandonaría, al latinizar su nombre inmortali- zando su patria (Lebrija) 2 . El mismo Elio Antonio nos de- para curiosas y precisas referencias autobiográficas que pre- tendemos recoger piadosamente en estas líneas. Y comenza- remos comprobando el valor de nuestras aludidas fuentes de información al referirnos, con la debida prioridad, a la fecha del nacimiento de Antonio de Jaraba y Cala, o de Antonio Martínez de Jaraba. De tal fecha nos dice terminantemente Nebrija en la de- dicatoria a D. Juan de Zúñiga de su Diccionario es pañol-latino, publicado por primera vez el año 1495: "Sed quamquam ins- tat nobis annus etatis primus 1, quinquagesimus: quod nati 1 Se ha identificado con la antigua Nebrissa la moderna Lebrija, a orillas del Guadalquivir, por lo que el humanista citado debería llevar siempre en español, con preferencia a todo otro, el nombre de "Antonio de Lebrija". Tal es la precisa referencia que D. Nicolás Antonio formula en su Bibliotheca Hispana Nova (Ma- triti, apud J. de Ibarra MDCCLXXXIII, pp. 132 y ss.) en estos términos: "Anto- nius de Lebrixa, vulgo Nebrissensis dictus (quippc vernaculae formae cognomento Lebrixa nunc audit vetus Nebrissa in acstuariis Betis amnis sita)" . . . El mismo Nic. Ant 9 también advierte que Antonio de Lebrija adoptó el "praenomen" Aelius (Elio) —que aparece frecuentemente en los monumentos romanos de la Bética—, mas sin omitir su nombre de pila cristiano, contra la exagerada práctica de otros humanistas como Pelrus Calaber, Joannts Pontanas, ¡acobtts Sanazarius y Petrus Valerianas, quienes se confirmaron con los nombres respectivos de Pomponius Le~ tus, Jovianas Pontanas, Actitis Sinceras y Pierius Vaierianus "quo magis Romani, hoc cst, ethnici, quam Christiani viderentur". Semejante canhelo, cifrado en apa- rentar filiación pagana, no halló nunca ambiente favorable en el alma profunda- mente cristiana del Nebrisscnsc. Indiquemos,, por último, que Lebrija, como Án- gelus Politianus, se denominó también "grammaticus". 2 Según Nic. Ant' los padres de nuestro humanista se llamaron Juan Martínez de Cala e Hinojosa y Catalina de Jarava y Loxo, quienes parece disfrutaban, al crear su hogar, de una modesta posición.

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ELIO ANTONIO DE LEBRIJA

(AELIUS ANTONIUS NEBRISSENSIS)1

NOTAS PARA UN BOSQUEJO BIOGRÁFICO

El insigne humanista Nebrija o Lebrija era hijo segundode Antonio de Cala e Hinojosa y de Catalina de Jaraba y Ojo,por lo que podemos atribuirle lícitamente los apellidos Calay Jaraba, que abandonaría, al latinizar su nombre inmortali-zando su patria (Lebrija) 2. El mismo Elio Antonio nos de-para curiosas y precisas referencias autobiográficas que pre-tendemos recoger piadosamente en estas líneas. Y comenza-remos comprobando el valor de nuestras aludidas fuentes deinformación al referirnos, con la debida prioridad, a la fechadel nacimiento de Antonio de Jaraba y Cala, o de AntonioMartínez de Jaraba.

De tal fecha nos dice terminantemente Nebrija en la de-dicatoria a D. Juan de Zúñiga de su Diccionario es pañol-latino,publicado por primera vez el año 1495: "Sed quamquam ins-tat nobis annus etatis primus 1, quinquagesimus: quod nati

1 Se ha identificado con la antigua Nebrissa la moderna Lebrija, a orillas delGuadalquivir, por lo que el humanista citado debería llevar siempre en español,con preferencia a todo otro, el nombre de "Antonio de Lebrija". Tal es la precisareferencia que D. Nicolás Antonio formula en su Bibliotheca Hispana Nova (Ma-triti, apud J. de Ibarra MDCCLXXXIII, pp. 132 y ss.) en estos términos: "Anto-nius de Lebrixa, vulgo Nebrissensis dictus (quippc vernaculae formae cognomentoLebrixa nunc audit vetus Nebrissa in acstuariis Betis amnis sita)" . . . El mismo Nic.Ant9 también advierte que Antonio de Lebrija adoptó el "praenomen" Aelius(Elio) —que aparece frecuentemente en los monumentos romanos de la Bética—,mas sin omitir su nombre de pila cristiano, contra la exagerada práctica de otroshumanistas como Pelrus Calaber, Joannts Pontanas, ¡acobtts Sanazarius y PetrusValerianas, quienes se confirmaron con los nombres respectivos de Pomponius Le~tus, Jovianas Pontanas, Actitis Sinceras y Pierius Vaierianus "quo magis Romani,hoc cst, ethnici, quam Christiani viderentur". Semejante canhelo, cifrado en apa-rentar filiación pagana, no halló nunca ambiente favorable en el alma profunda-mente cristiana del Nebrisscnsc. Indiquemos,, por último, que Lebrija, como Án-gelus Politianus, se denominó también "grammaticus".

2 Según Nic. Ant' los padres de nuestro humanista se llamaron Juan Martínezde Cala e Hinojosa y Catalina de Jarava y Loxo, quienes parece disfrutaban, alcrear su hogar, de una modesta posición.

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sumus anno antea quam Ioanne secundo rege ad Vlmetum estfoeliciter dimicatum . . . " \ Si la batalla de Olmedo a que sehace referencia en el pasaje transcrito, tuvo lugar el 19 demayo de 1445, nuestro humanista debió nacer el año 1444, yesta cifra corresponde además exactamente a la edad que elsusodicho docto nos asegura tenía al publicarse (acaso conbastante probabilidad en 1495) ' a primera edición de su Dic-cionario español-latino. Los extremos apuntados nos permitenoponer nuestras fundadas reservas a la fecha que al nacimien-to de Nebrija asignan D. Pedro Lemus Rubio 2 y los Sres.Hurtado y Jiménez de la Serna y González Palencia 3. El .primero de estos doctos con la duda que sugiere un signo deinterrogación, mas los otros dos sin vacilación alguna señalanla cifra de 1441 como fecha del suceso que registramos, sin im-pugnar además estos últimos un testimonio tan valioso, feha-ciente y coherente como el que acabamos de utilizar. Creemosque Elio Antonio de Lebrija, que supo tantas cosas, pudotambién saber el año en que nació.

La infancia del que debía conquistar laureles de verda-dero "padre de la Lingüística española", debió ser triste y di-fícil por extremadamente laboriosa bajo la tutela de pedagogos

1 Esa dedicatoria aparece encabezada con estos términos: "Ad magnifiectissimuac perincle illustrcm D. Joáncm Stunica magistrum militic dalcantara ordinis Cis-terciésis. Aclij Antonij Ncbrisscnsis grámatici prefatio in interpretationem dictio-num hispaniensium in latinum sermonem" —y será designada en ulteriores citascon los signos convencionales E. II. (El diptongo ae aparece con cierta inconse-cuencia notado mediante el signo de la e con cédula en los textos que aquí cita-mos, mas en el momento de publicar este trabajo todavía la Imprenta encargadano' dispone de los tipos precisos para acusar esa especial grafía con la apetecibleexactitud. Hasta que se pueda subsanar dicha ligera deficiencia, preferimos evocarla ortografía antigua escribiendo e por ae donde en los textos citados aparece la econ cédula.]

2 Uno de los más peritos conocedores de las obras y de la personalidad de Ne-brija. Vid. de P. L. R. el opúsculo titulado El maestro Elio Amonio de Lebrixa1441P-1522, en Rev. Hisp., XXII y XXIX (1910 y 1913).

3 Historia Je la literatura española, edición del año 1932, pág. 275. Vid., sinembargo, lo que se indica al final de este "bosquejo". Nic. Ant9, por su parte (op.cit., loe. cit.), sin vacilación alguna, fija en el año de 1444 la fecha del nacimientode nuestro humanista.

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y preceptores de gramática en su ciudad natal andaluza \Mas de ese dejo amargo de una infancia acaso^ sin luz y sinalegría, no obtuvo compensación Nebrija en sus años juveni-les de vida universitaria. Cinco años pasó —según el mismoElio Antonio nos. dice— en Salamanca, donde pudo seguir laslecciones de Apolonio en Matemáticas, de Pascual de Arandaen Filosofía Natural y de Pedro de Osma en Ética. El jovenescolar andaluz, cuando pudo pensar por cuenta propia, cre-yó advertir que si esos citados maestros eran preclaros docen-tes en sus respectivas disciplinas, hablaban mal, se expresaban

. mal (".. . professoribus in sua cuique arte clarissimis... virosillos tsi non scientia tamen sermone imperitos esse"). Cre-emos percibir en esa desenfadada y acaso muy probablementejusta apreciación, claros ecos del medievalismo imperanteen la Universidad salmantina de la segunda mitaddel siglo xv. Las investigaciones que respecto a la historiadel famoso Estudio castellano citado hemos tenido que haceral trazar determinadas monografías que señalamos en nota,nos permiten asentir sin vacilaciones al juicio aquí glosado delfamoso humanista andaluz 2.

Y si la más gloriosa Universidad de su patria no satisfacíalos legítimos anhelos de cultura sentidos por el brioso escolarandaluz, no deberá extrañarnos que se buscara fuera lo queno se hallaba en el ambiente nacional. Sabido es que en laépoca que evocamos, eran tan frecuentes los viajes de los es-pañoles a Italia, como los de los italianos a España: los nom-bres de Juan de Padilla, Alonso de Palencia y Juan del Enzina,de una parte, y de otra, los de Lucio Marineo Sículo, PedroMártir de Anghiera y Alejandro Giraldino, comprueban ple-namente la exactitud de nuestros asertos. Nuestro futuro hu-

1 "Atque vt omittam pueritie mee annos laboriosissimc actos in patria sub pc-dagogis t, artis grammatice pracceptoribus . . . ". E. II. Nic. Ant', op. cit., loe. cit.,precisa, amplía y confirma esa referencia en estas palabras: "postquam in patriaipsa grammaticae ac dialccticae artium rudimenta laboriose admodum didicisset. . . ".

^ De esas monografías citaré tan sólo dos como particularmente coherentes conel tema de estas "notas": Contribución al estudio de la primera versión castellanade la Eneida —y— Vida profesional y académica de Francisco Sánchez de lasBrozas, Mad., 1923.

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manista partió, pues, cuando frisaba en los diez y nueve años,para Italia y en Italia permaneció diez, regresando a su patria enplena juventud y con dichosas y fructuosísimas capacidades, quehabían de depararle gloriosos triunfos.

Preocúpase también de advertirnos Nebrija que en suviaje a Italia, no perseguía gestionar la adquisición de rentaseclesiásticas, o elaborar conocimientos jurídicos, o entregarse alas fructuosas especulaciones del tráfico mercantil: anhelabatan sólo restituir en la plenitud de sus derechos a los grandesautores de la latinidad, lamentablemente alejados por aquélentonces (y también, por desgracia, mucho después) de latierra que pudo alumbrar los peregrinos ingenios de un Mar-cial, de un Séneca o de un Lucano \

La situación en que Nic. Ant9 presenta a Lebrija cuandoeste docto se disponía a trasladarse a Italia, acusa y subrayalas referencias autobiográficas que acabamos de transcribir enestos términos un tanto ampulosos, pero, sin duda, exactos ysinceros: "Inde (desde Salamanca) in Italiam aetatis anno un-devicesimo transtulit se liberalium omnium disciplinarum avi-dus, quarum studia nondum apud nos e rogo veteris Oblivionis& barbariei caput extulerant". Nuestro futuro humanista re-corre en Italia casi todos los centros de alta cultura que puedevisitar y frecuentar, si nos merecen crédito los testimonios deJovio y Pedro Mártir de Anghiera. Aprende fundamental-mente latín, griego, hebreo y las artes y disciplinas "ingenuas","humanas", diríamos acaso mejor, que le conquistan el galar-dón de ser considerado como "honor de España" y digno deser llevado en lenguas por los letrados de aquella gloriosacenturia. Fue colegial de San Clemente en Bolonia, y en elcatálogo de los colegiales de ese famoso colegio le incluye conel debido elogio Juan Ginés de Sepúlveda, trazando la biogra-fía del fundador Albornoz. En San Clemente siguió Nebrija

1 "Itaque cum esscm natus annos undeviginti me in italiam contuli. non quaid ecteri faciunt rationc . vt aucupentur redditus ¡.'eclesiásticos. aut vtriiisque iurisformulas reportent . aut permuten! merecs . sed vt latine linguc auctores inm multisante saeculis ab hispanie (sic, sin duda, por híspanla) exules patrie amisse possessioniquasi longo postliminio restituerem". E. II.

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las enseñanzas de Galeotus Martius, maestro citado frecuen-temente por nuestro humanista en sus disquisiciones grama-ticales. Aunque, como hemos ya indicado, en sus referenciasautobiográficas Elio Antonio aparenta desinteresarse del cul-tivo de las discipiinas jurídicas, nos consta de todas suertes queen Italia nuestro autor cultivó con la Teología "ambos dere-chos" (e. d., el civil y el canónico) y la Medicina: "Theologiaeitidem, utriusque juris atque ipsius medicae artis penetrasseadyta commentationibus doctis & utilibus harum doctrinarummanifestum posteris fecit", que diríamos citando literalmenteel testimonio aquí utilizado de Nic. Ant?. Este famoso biblió-grafo, tantas veces utilizado en nuestra exposición, supone,invocando el testimonio incluso de nuestro mismo biografiado,que Nebrija llena y sigue el destino del hombre de Ciencia,con toda abnegación y sin escamotear ni escatimar ningunode los incruentos sacrificios que a diario demanda el cultodesinteresado del saber. "Homo veré —dice refiriéndose a Le-brija— ad studia et laborem quasi formatus, utpote cui diffici-lia quaeque cogitandi nihil quod arduum non esset aggre-diendi, aut quod sibi negotium non jacesseret in vulgus edendimore genius suus praecordia finxerat, qualem in Apologéticoad Ximenium Toletanum praesulem tribuere ipse sibi non du-bitavit". Subrayamos nosotros, no Nic. Ant9, en el pasajetranscrito los incisos en que creemos percibir indicios de lamás pura aov.-x\a\.c, científica.

Mas al llegar a este punto se nos permitirá que tratemos deadentrarnos en la intimidad psicológica de nuestro biografia-do, aunque continuemos utilizando sus propias y jugosas refe-rencias autobiográficas. Para perseguir la noble finalidad indi-cada, necesitaba Nebrija sentirse dotado de excepcionales ener-gías y de nobilísimas ambiciones. En efecto, Elio Antonio rei-teradamente sintió y con manifiesta insistencia también hubode expresar ansias de gloria y encendidos anhelos de dejar hue-lla perdurable de su actuación humana, de otro modo, nece-sariamente, por finita, transitoria y efímera. Mas baste aquícitar como testimonio de esa noble actitud estas precisas y pre-ciosas palabras que figuran en la Introducción del Diccionariolatino de Nebrija en la edición cuidada por el Padre Rubiños

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a fines del siglo xvm ': "aquellos por cierto son dignos devida: q no solamente hazen bien: mas aun según la sentenciade nuestro salvador obran el manjar que nunca perece: ^pues que les es negado biuir mucho tiempo: dexan algunaobra por donde muestren que biuieron: I quererme io contaren el numero de estos aunque es de onbre poco modesto, %•que destempladamente usa de su desseo quiero agora confesaresta mi liviandad: que ninguna cosa tuve mas delante de misojos que traer al común provecho de todos mis velas ^ traba-jos para que después de muchos merecimientos en nuestra re-publica alcangasse gloria inmortal" 2.

Es conveniente, cuando menos, tan larga cita —y excúse-nos, de todos modos, el lector— para fijar con toda nitidez ycircunstanciadamente la cardinal actitud que nuestro famosoNebrija hubo de adoptar en su vida profesional y literaria.Además creyéndose —y con razón, suponemos, aunque conno poca petulancia— dichosamente dotado para conquistar

1 La portada de esa edición, transcrita a la letra, es como sigue: Antonii Ne-brisscnsis v. el. II grammatici et regii chronographi / / Dictianarium redivivumII sive II nevissime emendatum, auctum // locuplctatum & in meliorem // for-mara restitutum./'/Pars prima// continens Dictionarium latintim cum hispanieis1/ interpretationibtts. . . omnia in hac editione contenta // per R. P. Frtr. Ilde-phonsum López de Rabinos. . . Matriti apud Michaelem Escribano. Tipographumanno MDCCLXXVlll.

- Nótese que estas palabras son traducción más o menos ceñida al texto de lasque figuran en la Dedicatoria del Diccionario latino-hispano a D. Juan de Zúñiga,incluida ya en la edición de Sevilla de 1516. Semejante dedicatoria presenta esteencabezamiento: "Ad magnificemissimum ac perinde illustrcm virum. D. Joannetnstunicam magistrum miliatiae (sic, por: militiae) dalcantara ordinis Cistcrcien-sis: Aclij Antonij Nebrissensis grammatici pracfatio in interpretationem dictionumex sermone latino in hyspanum hyspaniensemque" —y será designada en ulterio-res citas con los signos convencionales: E. I. Tales palabras son las que a conti-nuación transcribimos: "Sed cum tria sint hominum genera, quibus nulla viuendiratio constat. eorum qui aut nihil agunt. aut male agunt. aut aliud agunt. illiprofecto sunt vita dignissimi qui non modo bene agunt. verum etiam ex Saluato-ris sententia operantur cibum qui non perit. z quatenus negatur illis diu viuere . re-linquunt aliquid quo se vixisse testentur. Horum in numero vcllc haberi tsi ho-minis est parum modcsti atque voto suo intemperanter vtcntis. ego tamen . vt hancanimi mei lcuitatem confitear. nihil vnquam prac me tuh: quam vt ad commu-nem omnium vúlitatcm vigilias atque labores mcos conferrem . vt cum essem derepública nostra bene mcritus. immortalcm mihi gloriam compararcm".

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brillantes y sabrosas posiciones en la alta sociedad de su tiem-po, no vaciló en emprender la senda austera del filólogo ydel lingüista, entregados a la ciencia por la ciencia misma,objetiva y desinteresadamente. Nuestro autor llega incluso asentirse predestinado —ya lo indicamos anteriormente— pararealizar la labor a que, por su parte, le arrastran sus más ad-mirables dotes '. Dése ahora a las palabras más o menos si-bilíticas subrayadas por nosotros, pero no en el textooriginal de la nota anterior, la interpretación más posi-tivista que quepa imaginar: siempre y de todos modos serápreciso reconocer que una firme inclinación vocacional arras-traba ineluctablemente a nuestro humanista al campo de suspreferencias doctrinales y de sus más felices disposiciones cog-noscitivas. Ni parecerá extraño que creamos que Dios obra ennosotros, cuando nosotros mismos pretendemos elevarnos alas más puras idealidades, siguiendo nuestros más arraigadosimpulsos. De todas suertes conste que los diez años de la es-tancia de Nebrija en Italia sirvieron para afirmar esa fervorosavocación y para informarla y fecundarla fructuosa y dichosa-mente.

Vuelto a su patria el famoso Elio Antonio y entregado,como veremos circunstanciadamente después, a agotadoras la-bores docentes, pudo pronto jactarse de que hasta sus enemi-gos reconocían que si la latinidad había sido salvada en Es-paña de inminente naufragio, tan rotundo triunfo era obraexclusiva del insigne humanista de Lebrija. "Yo fui el prime-ro —nos dice— que abrí fábrica de latín en España y todo loque en ella de latinidad se a'.canza, me es imputable, me esdebido" 2.

1 "Cumque suppeterct nobis ingenium simul £• doctrina acl illustrandam vnamex his artibus que sunt pecuniosissime atque ambicnclis honoribus magis apte nonfuimus contenti vulgarem illam nimisque detritam vlam ¡nsistere, sed a dmerticulouno mi/11 ex rvjstrts monstrato dminilns url jontem peruenire vnde me imprimís .ileinde hispanos omnes satiarem". E. II.

¡í Más concretamente que en las expresiones extractadas y registradas se acu-san esos notables progresos en estas líneas de la dedicatoria a Zúñiga del Diccio-nario latino-español (E. II): "Nam fuit quod sine arrogantia dictum esse velim:professio illa mea vsque eo illustns : vt etiam malivolorum testimonio & ínimi-

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Una arraigada vocación, una formación científica sólida ybien templadas energías para limpiar los establos de Augiasdel medievalismo universitario hispano, fueron los mediosinexcusables que permitieron a Nebrija cosechar sus más rui-dosos triunfos. Pero no creamos que esas victorias fueron sú-bitas e inmediatas, sino que hubo de precederlas lenta, labo-riosa y reflexiva preparación. Cuando se disponía a regresarde Italia a su patria, fue requerido Elio Antonio para que sepusiera al servicio del arzobispo de Sevilla Alfonso de Fon-seca, con nada desdeñable salario en moneda {áureos) y enespecie, y acaso con atractivas promesas de mayores y mejo-res ventajas \ Tres años estuvo nuestro humanista al ser-vicio de ese famoso prelado, personaje de gran relieve ensu época y constantemente abstraído en espirituales tareas desu sagrado ministerio, así como en otras labores, ya no tanelevadas, de la política azarosa del reinado de los Reyes Ca-tólicos, cuando no pendiente incluso de las flaquezas de unaquebrantada salud. Porque la existencia agitada y ocupadade tan ilustre patrono demandaría constantemente los eficacesservicios de nuestro humanista, éste nos informa de que mien-tras estuvo a las órdenes del arzobispo Fonseca, no hizo másque "revistar sus tropas", es decir, registrar y computar susadquisiciones científicas y prepararse para la cruzada que pen-saba emprender a favor de la restauración de la latinidad re-naciente 2. En tales circunstancias, aun lamentando sincera-

corum confessionc totum hoc mihi tribuatur : quod latini sermonis officinam pri-mus apcrui : ausus quod ait Horatianus ¡lie catius nouis prcccpiis signa poneré . Etquod ex vniuersa propc modum hyspania Alcxandros : petros : helias t- duriora ad-huc nomina Valtcros . Ebrardos pastranas . t nescioquos indignos qui nominentur :grammaristas ac litteratores funditus erradicaui. Quodque si apud nationis nostrenomines romane linguc quicquam est : id totum mihi acceptum referri debet".

1 "Cum iam de reditu cogitarcm allectusque sum litteris perquam reverendiac perinde sapicntissimi viri Alphonsi fonscce archiepiscopi hyspali . qui me quavidit dic . atque suorum in numero esse iussit . multa in primis Ixnijjne pollicituspracter centum quinquaginta áureos annuos vcctigalcs . quos mihi constituit . con-giario insuper amplissimo quotidie prosecutus est". E. II.

2 " . . . toto illo triennio quo sum illius (A. Fonsece) familiantatc vsus . nihilaliud egi quam vt omnes copias meas recenserem . meque ad latine lingue profes-

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mente la muerte de su favorecedor, Elio Antonio se sintiódichoso al verse libre de la pasada honrosa servidumbre parapoder dedicar, sin trabas de ninguna clase, sus energías todasa la susodicha labor Ínstauradora.

Entregado a esa magna tarea y teniendo en cuenta prece-dentes evangélicos 1, Nebrija creyó que era justo y eficaz

sionem paratum exercitatumque reddcrcm : quasi diuinarcm cum ómnibus barbarismagnum aliquod mihi instare certamen". E. II. Sin embargo, Nic. Ant' suponeque en esa época en que estuvo Lebrija al servicio del arzobispo Fonseca, desem-peñó nuestro autor funciones docentes, enseñando desde la cátedra latín, pues diceel citado bibliógrafo literalmente: "Exceptus in familiarcm, habitusque liberaliterab Archiepiscopo, cum e cathedra docuit Latinam linguam (cujus quidem rei mc-moriam dúplex conservat Petri Nonnii Delicati epigramma, cui discedens Antoniuslampada hanc docendi tradidit) tum de reformanda scrius grammatica doctrina,instituendaque nova arte, scu deturbandis e suggcstu Musarum, excutiendisque eiuventutis manibus Pastranae, Alcxandri, Catholici, Galtcri Everardiquc artibus,qui late in scholis hoc tempore dominabantur, primum cogitasse dicitur". Claro esque en esta parcial discrepancia, nos inclinamos a pensar que el testimonio delpropio interesado es preferentemente digno de crédito.

1 E incluso precedentes y hasta consejos y auxilios humanos. No holgará queadvirtamos, con el testimonio t\c Lcdesma, discípulo y biógrafo de Lebrija, queeste maestro, en su lucha contra la barbarie ancestral, pudo contar y contó conla cooperación de personalidades tan ilustres como Gcorgius Merula, GaleotusMartius, Philelphus Júnior, Franciscus Nolanus, Hermolaus Barbarus, Picus Mi-randulanus y Ángelus Politianus. Mas frente a esos esclarecidos auxiliares, cerra-ron contra Nebrija los defensores de la rutina y, entre estos últimos, un gramá-tico llamado Amiguet, maestro a la sazón del adolescente Luis Vives. Pero Ami-guet se hizo reo de una culpa mayor que la de atacar directamente a Lebrija,porque convenció a Vives de que debía formar en las filas de los "misoncístas",adversarios del famoso humanista andaluz. He comentado ampliamente en otrolugar (en mi artículo Luis Vires y España, publicado en la Rev. de las Indias,n ' 16, abril de 1940) esta curiosa y triste incidencia de que la primera actuacióndel filósofo humanista valenciano, fuera dirigida contra Elio Antonio, es decir,contra una de las más puras y esplendorosas glorias del Renacimiento español, yno olvido el precepto clásico: non bis in ídem. Baste, pues, con recoger aquí elcomentario que el hecho mencionado ha merecido a Nic. Ant* en estas precisaspalabras: ". . . cuidam ex Valcntinis professoribus, cui Amigueto nomen, commo-dasse ingenium ¡St calamum dicitur Ludovicus Vives aetate adhuc (15 años!) 8tjudicio praecox, qui tamen malesauae (sic, acaso por: malesanae —o— malesuadi)praeceptoris aemulationi paulo post renuntians proripuit se & ipse foras hanc elo-quentiam & ingenuas artes, quas in Antonio olim improbaverat, longe a patriaatque inter exteros conquisitum". Advirtamos, por último y además, que en esaincruenta lucha que deparó a Nebrija amigos y adversarios, la hipérbole eruditade Nic. Ant* llegó a considerar a nuestro autor como un Hércules vencedor demonstruos que movía sus banderas desde la fortaleza de Minerva para restaurar

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atacar al enemigo, o sea, a la barbarie medieval en sus másfuertes reductos, en las Universidades y, en particular, en unade las más famosas del orbe entonces conocido, en la Uni-versidad de Salamanca 1. Aunque al lector bisoño -e ingenuopudiera parecer extraña y hasta acaso arriesgada e hiperbólicala afirmación precedente, no dude en darle crédito. Más deuna vez y en más de una ocasión, las instituciones creadas paraalumbrar ciencia, se han erigido, por sus impulsos retrógra-dos, retardatarios, en obstáculos casi insuperables para la reali-zación de su propia finalidad específica. Como ya incidental-mente hemos indicado, nos consta por información directaque esa lamentable y lamentada situación, alcanzó plena rea-lidad histórica en el Estudio salmantino de la segunda mitaddel siglo xv.

En Salamanca, Nebrija obtuvo un doble salario, duplici-dad de emolumentos que se inicia con tan prestigioso hu-manista, si hemos de dar crédito a sus terminantes aseve-raciones. De los frutos, frutos de bendición que de lalabor docente de dicho maestro fue posible cosechar durantesu profesorado salmantino, el interesado omite mención es-pecificada, aunque sugiere las más halagüeñas deduccionesque quepa imaginar 2.

las" Letras y las Ciencias: "Quibus ómnibus (t.e. Pastranac, Alexandri, Catholici,Galteri Everardique artibus) atque eorum sequacibus bcllum noster indixit altcrtanquam Hercules monstrorum domitor, primusque signum ab ipsa Minervacarce extulit ad instauranda litterarum studia".

1 "Nunquam destiti cogitare rationcm qua possem tam longe lateque peromnes hispanie partes diffusam barbariem profligare. fuit mihi praesto consiliumquo Petrus Paulusque apostolorum principes in extirpanda gentilitate atque infe-renda xpi rcligione vsi sunt . . . Sic ego in eradicanda ex nostris hominibus bar-baria non aliunde quam a Salmanticensi academia sum auspicatus. qua velut arcequadam expugnata non dubitabam ceteros hispanie populos brcui in deditioncmcsse venturos". E. II. En relación con la primera parte de esta cita, debemos ad-vertir con Kx'niston que Nebrija fue. sin duda, un renaciente, mas no un paga-no, como acredita el adjunto texto del De liberis educandis (cap. VI, 62): "Cumigitur institutum opus eo tendat ut ex pueris bonos sapientesque viros cfficerepossimus, sic litterarum ratio habenda est ut mores non negligantur. Quamobremin hac consideratione quasi duobus his pedibus ingrediendum nobis est, ita tamenut si alterutrum simul cffici non possit, morum ratio semper anteponatur".

2 He aquí el testimonio autobiográfico correspondiente: "ubi (i.e. Salmanti-

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Podía Nebrija invocar el juicio de la posteridad y con elvenosino, decirse: Exegi monumentum aere perennius... Pe-ro la época de su magisterio universitario en Salamanca estambién la de su matrimonio y la de su fecunda paternidad,pues nos consta que Elio Antonio se casó en dicha ciudad conDña. Isabel de Solís, de quien tuvo siete hijos: seis varonesy una hembra \ Su nuevo estado, con las obligadas restriccio-nes que venía a implicar en las fuentes de ingresos y el aumen-to consiguiente en los capítulos de gastos, originó, sin duda,un grave desequilibrio económico, al que nuestro humanistahizo frente con los no muy cuantiosos emolumentos obtenidosde sus labores profesional docente y literaria. Pero ni lasdotaciones de las cátedras de Gramática y de Retórica, regen-

cae) cum essem duplici salario stipendiatus e publico. icl quod ante me a<lhucnulli contingit . quantum vtilitatis duodccim anno (sic, sin duda, por: annos)tamen professione attulcrim alij melius atque incorruptius iudicabunt. certe poste -ritas sentiet". E. II. Con el testimonio transcrito coincide casi literalmente el queofrece Nic. Antonio en su Bibhotheca Nova concebido en estos términos: ". . .Fonseca non diu superstite Salmantino sese gymnasio Antonius obtulit honorifi-ceque exceptus fuit statimque (an post aliquod tempus?) duabus cathedris ac du-plici salario ornatus, grammaticac altera, pocticae altera quod nemini ante eumcontigerat. Duodecim hujus professionis annos arrogat sibi in Dictionarii praefa-tionc". Añade a estas referencias Nic. Ant9 la muy curiosa de que por entonceselegido Nebrija preceptor del príncipe D. Juan, hijo de los Reyes Católicos, laprematura muerte de ese regio joven frustró tal designio y retuvo al maestro ensu cátedra ("ínter haec destinatum a Cathohcis Rcgibus Joanni filio praccepto-rem, imniatura hujus Principis mors in statu continuit").

1 Dña. Isabel de Solís era hija de Sancho Montesinos de Solís, caballero sal-mantino. Los seis hijos varones de Dña. Isabel y de Elio Antonio se llamaronMarcelo, Alfonso, Sancho o Xanto (Santium sive Xantium, según Nic. Ant9),Fabiano, Sebastián y Antonio: los dos primeros fueron caballeros de Alcántara yde Santiago, respectivamente, jurisconsulto el tercero, gemelos el cuarto y quintoy ambos dotados de extraordinaria erudición. La única hija de ese matrimoniocontrajo nupcias con Juan Romero, juez del pretorio hispalense y haciendo honora su esclarecido linaje, fue docta en Poesía y Letras latinas. En efecto, dice Nic.Ant' en su tantas veces invocada biografía de Nebrija: "Sustulit Antonius ex Eli-sabetha Solisia, S -i n ti i Montesinos de Solis cquitis Salmantini filia, libcros sexmasculini sexus: Marcellum & Alphonsum, Sanen Jacobi hunc, Alcantarae illumordinum cquitcs (cujus Marcclli utpotc scriptoris, loco suo meminimus); Santiumsive Xantum jurisconsultum; Fabiumquc & Scbastianum gemellos, eruditioncutrumque pracstantcm; ultimumque Antonium: sequioris itcm sexus unicam,quae Joanni Romero nupsit, Hispalensis praetorii judici, docta & ipsa Latinas lit-teras & pocsim".

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tadas por Nebrija, ni menos los productos de los escritos deeste autor, debieron bastar para subvenir a las más apremian-tes necesidades del susodicho maestro y de su numerosa prole.Nebrija necesitó y obtuvo el patronazgo de D. Juan de Zú-ñiga, quien dispensó sus liberalidades y otorgó sus justas mer-cedes al necesitado maestro salmantino con verdadera-esplen-didez, si son sinceras las indicaciones autobiográficas quetranscribimos en nota \

Ya en los comienzos de su vida profesional docente, ElioAntonio compuso dos Artes de Gramática, producciones delas que su autor dice que fueron confusamente forjadas y quemás parecen "caídas" que "salidas" de sus manos. La referen-cia autobiográfica de ese hecho se halla concebida en estos tér-minos: "Quo tempore (el de su docencia en Salamanca) dúoartis grammatice opuscula sunt a nobis tumultuarie edita velpotius e manibus exciderunt" (E. n). Mas advierta el lectorque aun sin poner por un momento en duda la exactitud y larealidad de tal atribución, la forma en que ésta se expresa esun claro eco de otro giro similar que aparece en el De Oratore"ciceroniano" con referencia a los libri rhetorici del Arpíñate(1, 2, 5: "quae pueris aut adulescentulis nobis ex commenta-riolis nostris inchoata ac rudia exciderunt"). El humanista deférreo temple, el renacentista de cepa —y Nebrija lo era deveras— busca hasta para verter sus más íntimos secretos lasformas consagradas por los clásicos, incluso tratándose de mi-nucias como las que acabamos de destacar.

Pero esos primeros ensayos de literatura docente fueronacogidos con general y muy fervoroso beneplácito en todaEspaña, por lo que su autor pensó que había logrado sentarcon ellos los cimientos del edificio que planeaba erigir enel mundo de la intelectualidad hispana. Con esa sólida fun-damentación debía aunarse en lo sucesivo la abundancia de

1 "Cum mihi iam non csset inlcgrum vite rationcm instituían) dimittcrc:quod uxore ducta auctaque familia rcdditus illos eclesiásticos abalicnaueram : nc-que aliunde mihi victus csset querendus quam ex mcrcede illa scholastica : tumagnificentissime princeps omnia es clargitus : qui mihi multis amplissimisquemuneribus affecto ocium pariter atque animi tranquillitatem dedisti". K. II.

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materiales para continuar la labor por tan noble y apasionadoespíritu acometida \

Mas pronto se presenta a nuestro humanista un grave di-lema que tortura su espíritu, aunque al fin halla solución enel generoso mecenazgo de Zúñiga. Ese -dilema se refiere a lacardinal incompatibilidad que generalmente ha existido en-tre una labor docente intensa y asidua, y una aplicación se-mejante de nuestras actividades cognoscitivas y creadoras enel sector de la producción literario-científica. El profesionalde la cátedra no puede en muchas ocasiones publicar, mientrasel publicista no suele disponer del tiempo preciso para dedicar-se a tareas docentes. En esa antítesis muy generalizada quesólo tolera parciales transacciones y transiciones, nuestro au-tor no disimula sus preferencias por la actuación del literatofrente a la del profesional de la cátedra, y no ciertamente porfrivolos motivos de personalísima y egoísta vanagloria. Muyal contrario; mueven a Nebrija en las preferencias apunta-das las nobles ansias de dar a su actuación técnica el máximumposible de fructuosa y humana eficacia. El libro impreso pue-de alcanzar y alcanza, de hecho, una difusión que no cabeobtener de las exposiciones orales de cátedra (salvo probable-mente en el caso, todavía excepcional, de la radio-difusión delas conferencias magistrales) 2. Mas en los indicados anhelos

1 "Quae (dúo supra dicta opuscula) cum essent increclibili totius hispaniecoDsensu recepta : intcllexi me satis magna * firma edificio quod institueramfundamenta iecisse : ñeque aliud iam deesse quam materic copiam : vnde tantamoles assurgeret. Quod est diuina quadam prouidentia cffectum". E. I.

2 " . . . sed tota illa nostre professionis industria perangustis finibus circuns-cripta erat. cum in enarrandis auctoribus omnia prope témpora mea consume-rem quiñis cotidie. aut senis horis in re difficilima nec minus fastidiosa oceupa-tus : fateor non fuisse totum negocium illud tanti : vt in ca re que videbatur aHpaucorum vtilitatcm pertinere : tam bonas horas collocarem : cum fortasse maio-ribus auspicijs atque ad opera multo maiora natus esscm : 1 que nostris hominibusmulto conducibiliora forenr". E. I. A ese aspecto cardinal de la mayor eficienciadocente, se refieren estas palabras de la biografía de nuestro autor trazada porNic. Ant': "Attamen prolixa & laboriosa professione fatigatus, atque otii aipidusqtto posset commentando multos projicere, anno seiliect MCDLXXXV1II . aut cir-citer, conditionem sibi a Joanne Stunica, summo Alcantarensis militiac praefecto,oblatam prae Salmantina illa habuit . . .".

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son parte también otras consideraciones, como la debida aten-ción y parsimonia a las energías físicas y espirituales del insig-ne humanista, que ya por la época en que fue escrito ese tes-timonio autobiográfico (año 1492) sufrían al parecer notoriodetrimento. Delicadamente se compara Nebrija con la antor-cha que, difundiendo claridad y esplendor, paulatinamente seextingue y consume ("atque illud mihi vsu euenire quod delucerna est in prouerbio: dum cetera illustrat ipsam pati inter-trimentum"). Llegaban, pues, los momentos en que era con-venientísima una reflexiva y económica utilización de las ener-gías del sabio, y éste insiste en que la protección que le fuegenerosamente ofrecida por Zúñiga, le permitió confiar en quealguna vez disfrutaría del ocio ("ocio letrado", desde luego)indispensable para entregarse a las nada ociosas tareas de sufecunda productividad literario-científica, llamada a alcanzarextensas e intensas consecuencias.

Pero no se ocultaban a la perspicacia de Nebrija ios afanesy hasta los entorpecimientos que para una laboriosidad infati-gable, como la suya, podrían derivar de la existencia cortesana—existencia que evoca y describe nuestro autor con precisosrasgos y magistrales pinceladas— 1, si bien sentía a la parla plena confianza de que la suprema discreción y la benig-nidad probada de su egregio patrono, no le impedirían reali-zar plenamente sus levantados propósitos. Por tan cordiales ytan fundados motivos el patronazgo de Zúñiga abrió de paren par las puertas de la esperanza de inmortalidad, que habíaarraigado en el genial espíritu de Nebrija, y tales ansias fueronorientadas en muy precisa y conveniente dirección: "Igitur—nos dice— cum primum tuus esse coepi: magnam ilico spemimmortalitatis mihi ante oculos proposui: aggressusque sumopus: quod putabam esse máximum: omniumque máxime ne-cessarium: sed cui non modo ego: verum etiam omnes om-

1 "Non quo non satis pulchre intelligerem : quam frequens debeat esse is :qui vitam hanc aulicam sectatur : atque principi suo placeré studet: vt quod fiericommodc possit: nullum tempus intermittatur : quo non illi astet : palpetur blan-diatur (el texto da, sin duda por error tipográfico: blanditur) arridcat. condo-lcat. deducat . reducat". E. 1.

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nium disciplinarum professores satisfacere vix possint" '. Sehacía imprescindible que los maestros de las respectivas artesconocieran a fondo y con toda la posible precisión las signifi-caciones de los términos peculiares y propios de sus respectivasdisciplinas. En este sector tan arduo y tan atractivo de lasinvestigaciones semasiológicas, el cuadro que se ofrecía a lacontemplación noblemente apasionada del insigne hiimanistaandaluz era verdaderamente tristísimo. Los profesionales delsaber o eran negligentes, o eran ignorantes, o trataban dedisimular sus flaquezas, o daban sin empacho unas realidadespor otras, en lamentable confusión, cuando no tenían la since-ridad de confesar su insipiencia. Si intentaban por casualidadproceder con más diligencia y consultaban a los autores quehabían tratado de dilucidar las significaciones de los vocablos,o no hallaban nada de lo que buscaban, o, caso de hallarlo,no obtenían más fruto que si nada hubiesen encontrado 2.

Como podrá apreciar el atento lector, el desdén que Ne-brija testimonia por el servum pecus de los profesionales desu época, no puede ser más terminante, ya que no se ofreceatenuado ni siquiera con la vaga salvedad de posibles excepcio-nes. Pero es que, por otra parte, nuestro hümanista no sentíamás confianza en los profesionales de la Etimología y de laSemasiología. Estos últimos pseudo-doctos o reducían su aná-lisis al de los vocablos arcaicos, inusitados, bárbaros o extran-jeros, o se mantenían en tsl ambigüedad y duda que nadapodían, ni lograban enseñarnos. Con sus intentos de definicio-nes, no conseguían sugerirnos los conceptos que necesitábamosformar, bien porque ellos mismos ignoraban lo que pretendían

1 E. 1.

2 "Quod si velint (videlicet artium praeceptores) csse paulo diligentiores : atqucauctorcs illos consulcrc : qui de vocabuloruni significationibus scripserunt : autnihil reperient : aut si quicquam repercrint : nihilo plus inde reportent : quam sinihil inueniant". E. 1. A esas ocupaciones literarias de Nebrija durante su estanciaen la casa de D. Juan de Zúñiga, se refiere también de un modo explícito este pa-saje de la biografía de nuestro autor, compuesta por Nic. Ant": "in cujus (scihcetJ. Stunicae) domo nianens grammaticas pracceptiones ad incudem revocavit, Dic-tionarium pluraque alia composuit".

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enseñarnos, bien porque intentaban explicar lo incógnito porlo más incierto \

A tantos y tales males trataba nuestro autor de oponer losoportunos remedios. En primer término, resolvió examinarbrevemente los vocablos arcaicos (los que denomina "vocabulaosea et prisca, quibus propter antiquitatis maiestatem plerum-que utuntur auctores"), evitando con el mayor cuidado incidiren la más ligera sombra de ambigüedad. Pero adoptó unapreocupación más, que nunca encareceremos bastante. Si estabadispuesto a exponer con toda claridad lo que alcanzara a co-nocer, no menos resuelto se mostraba a confesar de un modopaladino, terminante, ejemplarísimo cuáles fueran los límitesde su conocimiento en cada caso y momento, cuáles las lagu-nas de su vasta ciencia (".. . ñeque quicquam sub ambiguitatereliquimus: sed aut quid esset plañe diximus: aut confessisumus nos ignorare: rei genere tantum cum aliqua differentianotata"). Advierta el lector que precisamente el "Padre delhumanismo en España", el insigne Elio Antonio de Nebrijasienta como cimiento de su ingente labor científica el ars nes-ciendi, que todavía sigue invocándose en los textos más moder-nos y mejor orientados de Ciencia de la Antigüedad clásica, v.gr., en la Einleitung in die Altertumswissenschaft de Gercke yNorden (conocemos una edición de esta obra del año 1927). El"arte de no saber", de "ignorar", mejor dicho aún, de "recono-cer los límites de nuestra ignorancia histórica", es no sólo unantídoto contra el necio endiosamiento de los pseudo-sabios ydepara, por ende, una obligada lección de humildad, sino queademás acrisola los conocimientos con toda certidumbre adqui-ridos, al separarlos y contrastarlos con aquellos que todavíano han alcanzado la suprema cualidad del saber científico (laverdad que se conoce como tal en cuanto cierta).

1 "Omnes enim qui sibi vnquam hanc prouinciam assumpserunt : aut in dic-tionibus absolctis (tic, sin duda, por error, en vez de: obsoXeús) inusitatis barba-ris t- peregrinis magna ex parte oceupati sunt : aut tam ambiguc dubitanter omniaexponunt : vt nihil nobis certe tradant : aut si rem ipsam per diffinitioncm qualisest nobis describunt : non tamen ita vt digito mostrari possit. Quod eo fit : aut q tipsi ijdem illa ignorant : aut q t incógnita per multo incertiora nobis ostendunt".E. I.

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Y para acometer esa magna tarea restauradora y renovadora,Nebrija se promete traducir en español, o en lengua hispánica,las palabras griegas y latinas y aun las bárbaras que han alcan-zado carta de latinidad, siguiendo con todo rigor el ordenalfabético, mas corriendo e¡ riesgo también de que todas ycada una de las partes de semejante ingente labor, sean cri-ticadas y malévolamente impugnadas por sus émulos y ad-versarios \ No será necesario indicar que esos reales, no pre-suntos riesgos, no alejan a Nebrija de la ruta que trata deemprender, pues por la utilidad de muchos, debemos sopor-tar que nos juzguen doctos e indoctos. Elio Antonio tan sólose permite oponer a la severidad de sus jueces y de sus Aris-tarcos, una observación perfectamente equitativa y humana:ante las censuras dirigidas a Nebrija, no olvide el piadosolector, con el yerro del humanista, no ya lo que él hicieratan sólo e hiciera mal, sino lo que los demás no pudieronhacer 2. Juzgamos discretísima y muy oportuna y agudaesa observación opuesta por nuestro autor a los rigores dra-conianos de sus apasionados censores. No se podrá aspirara emitir juicios equitativos sin valorar hasta los yerros ajenoscon toda la mesura que sugiere la indicada opinión de nues-tro humanista. Hasta en la obra más deficiente, hay siempreuna faceta de indiscutible superioridad sobre la abstenciónde todo esfuerzo que no sea el empleado en zaherir al la-borioso.

Mas después de ofrecer tan notorios aciertos de juicio,como los que acabamos de registrar, nuestro insigne Nebrijaentra en largas e interesantísimas disquisiciones que lamen-tamos no poder seguir paso a paso y línea por línea. Conste

1 "Et ne vllus mihi relinquatur vinie {tic, acaso errata por: veniae) locusrdic-tiones latinas aut grecas t barbaras latinitatc donatas per exactissimam alphabetiscriem digestas in hyspanam vel hyspaniensem linguam conucrtiinus : magno fa-teor existimationis mee perieulo : cum non desint qui Htteras ventilent: calum-nientur in syllabas : t toti denique huic nostre interpretationi detrahant". E. I.

2 "Quod si alicubi excidimus : ñeque satisfecimus opinioni quam multi denobis habent : considerare debebit amicus lector rei difficultatem : non quid egofecerim : sed quid alij prestare non potuerin,t". E. I.

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sólo en síntesis que el famoso Elio Antonio se cree en la ne-cesidad de advertir que los vocablos y sus significacionesaparecen en inmediata conexión con las realidades —natura-les o convencionales— expresadas mediante tales términoslingüísticos, dando así a la Semasiología el sólido fundamen-to científico que tres siglos después había de obtener en lostratados especiales de Semántica (sirvan el conocidísimo deM. Bréal, o el ya no tan difundido de Reissinger de ejemplosy de comprobaciones de nuestros asertos).

Entre las varias alegaciones que nuestro humanista aducepara ilustrar y defender sus fundadas tesis semasiológicas,nos limitaremos a recoger con cierta minuciosidad tan sola-mente la que se basa en el testimonio de Marcial, el gloriosobilbilitano. Cita Nebrija los epigramas de dicho poeta quecomienzan así: "In tartessiacis 1 domus est notissima ter-ris ...", "Uñeta Corduba lectior Venafro ...", "Betis olivíferacrinen (sic, sin duda, por error gráfico, en vez de: crinem)redimita corona...". Tales piezas corresponden a las incluí-dss en el "corpus epigrammaticum" del susodicho vate conlos siguientes números: ix, LXII-2, XII, LXIII-I y XII, xcix-i.Prescindamos de que esas citas no reproducen con exactafidelidad siempre y en todo caso los textos invocados, saltan-do, v. gr., del primero al tercer verso en el epigrama XII,LXIII-I; prescindamos de que las excepcionales virtudes co-lorantes del Betis o Guadalquivir son mencionadas tambiény además por el propio Marcial en el epigrama 38 del libroVIII y en el epigrama 154 del libro xiv, pues estas ligerasomisiones ni nos sorprenden, ni menos nos inducen a for-mular severos juicios, porque no se citaba en el siglo xv, co-mo se debiera citar y no se cita siempre en el siglo xx;para nosotros es, sin embargo, particularmente interesante queen el razonamiento de nuestro humanista, los textos alega-

1 Tartessiacis, no Tartessicis, como se lee, sin duda por error, en el texto deNebrija que hemos consultado (el de Sevilla, con los dos Diccionarios, de 1516),

Tartessiacis entra en metro; Tartessicis, en cambio, no puede entrar con un cré-tico como el formado por sus tres últimas sílabas, incompatible con todo hexá-metro bien construido.

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dos sirven para establecer la obligada y necesaria relación delsigno y de los signos idiomáticos con las realidades median-te tales elementos expresadas, tratando así de dar a los estu-dios semasiológicos el cimiento histórico y vivo, que les es detodo punto inexcusable. Todas las referencias que en los tex-tos mencionados halla Nebrija a realidades hispanas preté-ritas que no comprueba como existentes en su época, le per-miten formular una serie de curiosas interrogaciones que, porsu peregrino valor histórico, nos permitimos recoger en nota \Brindamos a la curiosidad ilustrada de los geólogos y de losnaturalistas las múltiples e interesantes indicaciones contenidasen la nota precedente. Para nosotros en este caso son tan sóloesas referencias elocuente testimonio de la laudable y certeraorientación doctrinal del insigne humanista de Lebrija.

Mas nuestro autor se cuida de advertir que la especie con-traria a la indicada, ha tenido también copiosa representa-ción en la historia de las lenguas, es decir, que existían en suépoca muchas realidades, de las que no se tuvo la más remotaidea en tiempos anteriores: contrapone así a "mala citrea""vnius tantum generis ac nominis... vix cognita apud anti-quos" los varios géneros que con diversos nombres se distin-guían de ese fruto en sus días: cidra, naranjas, limas, limones.

Contrasta también la clasificación de los gavilanes que atri-buye a Aristóteles, en humipetas y sublimipetas, con la másprecisa de sus tiempos en acores y halcones, primero,y después en gavilanes, agores, girifaltes, neblíes, sacres,alfaneques, baharies" y tagarotes. Para nuestro autor es per-

1 "Nulla fuit arbor ínter antiquos nobilior plátano : sed an extet hodie apudaliquas gentes : ego non ausim affirmare : certe in hyspania nusquam esse audio . . .Nemo cst qui dicat se nostro sceulo vidisse oucs natiuo illo auri splendorc infec-tas. Vbi nunc est illa tot seculis inexhausta atque terris ómnibus prclata fertili-tas : ex qua pondo auri sexaginta milia quotannis populo romano pendebat astu-ria } vbi nunc argentan; illi putei ab hannibale inchoati : quorum vnus tantumtrecentas argenti libras quotidie carthaginiensibus subministrabat ? Vbi nunc inprouincia bethica numerosa illa plumbi inuentio ? vbi in Tarraconcnsi ad Scgo-brigam lapidis spceularis metalla ? Vbi torrentis illius qui preterlabitur tarraconemlini tenuandi . poliendi. candificandi incredibilis quedam natura : carbasis ibi pri-mum repertis ? Que omnia eousque cuanuerunt : vt ne vestigium quidem vllumnostra aetate reperiatur". E. I.

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rectamente explicable esa diferencia. Los contemporáneos deAristóteles no conocieron el arte de la cetrería, que conocíansus coterráneos los españoles de los siglos xv y xvi, y porese motivo no necesitaron aquéllos de los términos que hu-bieron de formar y utilizar estos últimos \ En cambio, elmismo Elio Antonio advierte que ni -los agricultores de susiglo entendían ciertos términos referentes a la Agricultura,que eran, en cambio, familiares a sus antepasados, mas noexplica ni razona esa diferencia, que se limita tan sólo a con-signar 2. Menciona además después el denso sentido de al-gunos vocablos latinos que no podemos adecuadamente tra-ducir en romance sino mediante verdaderas perífrasis y citaen forma no muy diáfana ni asequible la equivalencia alfiltoledano = ornen, ominis. A la inversa destaca la particularidadde que determinados sentidos sean accesibles a la lengualatina, pero no cuentan en ella con vocablos especialmente

- acomodados a semejantes acepciones: de cubito nosotros for-mamos codada (lat. cubiti ictus) y codear (lat. cubito vellere).Las variedades todas apuntadas de vocabulario y sentidos ocu-rren en sectores integrados por realidades constantes: ¿qué ocu-rrirá en aquellas otras esferas en las que imperen los diariosinventos de la necesidad, o los hallazgos del capri-cho, o los productos del ocio? Trajes, armas, alimentos, uten-silios varios, navios, instrumentos musicales, agrícolas, etc.,etc., todo el arsenal, en suma, de objetos que requieren lasnumerosas artes ejercitadas en populosas ciudades, puedensugerir y hasta especificar esa diversidad un tanto caótica devocablos y de significaciones de tales vocablos en las distintaslenguas particulares. Como a esa indeclinable diversidadacompaña la circunstancia del muy variado origen también

1 "Sed quod illis temporibus ars hec accipitraria nondum crat inuenta : ñequeaccipitrum vsus adeo frequens. satis habucrunt illos ex ratione volatus in dúo ge-nera partiré". E. I.

2 De los términos que en este sector señala, he podido identificar los que acontinuación menciono: propolim (gr.JtQOJtoXl?, parte saliente de una celda deabejas); cleros (gr.vAfJQO?, gusano que roe la col); pissoceros (gr. Ómezcla de goma y cera).

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de las palabras y de sus respectivos valores semánticos, no po-drá ni deberá extrañar que no todo vocablo latino pueda serdirectamente vertido al romance español, ni que todo vocablohispano no pueda hallar precisa equivalencia latina. Esta ver-dad de a folio, que nuestro hurnanista con e! debido encare-cimiento subraya, no ha sido ni aun en los días que correnunánimemente reconocida, ni. menos acatada. Todavía hayilusos que piensan que la versión de un texto latino al ro-mance no debe tener ni un vocablo más, ni tampoco uno menosque los que aparecen en el original vertido. Mas Ncbrija nopodía pensar semejante dislate, y con el precedente y el tes-timonio de Cicerón comprendió y afirmó siempre que las pa-labras se pesan, no se cuentan \

A las anticipaciones y geniales atisbos que acabamos dedestacar en esta última parte de nuestra exposición, unió Ne-brija una serie estimabilísima de prácticas y discretas medidas,tan modestas en la apariencia, como en la realidad sensatasy eficaces. Si unió en un volumen los dos Diccionarios, el la-tino-español y el español-latino, procedió así pensando en lautilidad de todos sus lectores, ya que unos de éstos desearíanpreferentemente o exclusivamente uno de tales diccionarios,y otros, el otro. Pero si además puso su mayor empeño en al-canzar una lúcida brevedad en esa reunión de textos apareci-dos primitivamente en fechas diversas, tuvo presente para pro-ceder en tal forma primero, la conveniencia de los pobres enla baratura así asequible de su libro, y después, las veleidadesde los ricos, que instintivamente rechazarían toda publicaciónvoluminosa. Incluso se preocupó Elio Antonio de que el vo-lumen integrado por los dos diccionarios fuese manejable ypudiera así ser retenido en el regazo, o bajo la axila. Y aúnhizo más: en educador contraste con las más arraigadas prác-ticas de rotulación hiperbólica (catholicones, pandectas, ceras[es decir, xága?], Amaltheas, cornucopias etc., etc.), intitulósus obras lexicográficas con el nombre lexicón, que es el equi-

1 "Nihil enim in vtriusque lingue dictionibus comparandis tam pre nobis tu-limus : quam illud quod de lege interpretandi a Cicerone dictum elegantissimc verbanon numeranda sed ponderanda esse". E. I.

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valente griego del latín dictionarium. Mas al llegar a este pun-to, nuestro autor extrema, si cabe, la nota de mesura que has-ta aquí ha venido acusando para indicar que no sigue el ejem-plo de Apión, el denominado "címbalo del mundo", que sejactaba de deparar la inmortalidad a aquellos a quienes di-rigía sus obras. Nebrija, en cambio, con el delicado y valiosoprecedente de Fidias, trata de elevarse a la inmortalidad bajola égida de su favorecedor y Mecenas, de su admirado pro-tector D. Juan de Zúñiga l. Séanos ahora lícito apuntar laespecie de que verosímilmente ese estado de envidiable ecuani-midad, ajeno a todo desvarío y vértigo de orgullo olímpico, re-sulta por completo coherente con los aciertos doctrinales antesregistrados.

Mas pudiera creerse que esas cortesías tributadas por Ne-brija a su protector sean meros flatus vocis, meras formas hue-ras de frío convencionalismo. No negaríamos en absoluto laposibilidad, más o menos remota, de que ese supuesto se ad-verase, pero no ocultamos que nos sentimos inclinados a juz-gar más verosímil y, desde luego, más apetecible la tesis con-traria. Hallamos una prueba estimable dé nuestra presunciónen la parte que Zúñiga toma y en la influencia que ejerce endecidir a Nebrija a publicar determinadas obras, asequiblesinmediatamente al medio ambiente contemporáneo. Porqueel mismo Elio Antonio nos dice que la exposición de las ra-zones y de los argumentos en que pudiera fundamentar lasexplicaciones que adelanta de los vocablos, debe ser reservadapara una obra tan meditada como extensa, en la que se dilu-cidarían además otros temas concernientes a las restantes par-tes de la Gramática. De esa obra proyectada, el autor nosdice que ha de ser circunstanciada y varia, ya que deriva dela ingente mole que forman los cuatrocientos egregios autores

1 "Ego quoque parí ratione cum viderem te gcneris nobilitatem a maiorihusacceptam preclarissimis tuis virtutibus multo illustriora rcddisse (sic, sin duda por:reddidisse) : nomenque tuum apud nostre nationis nomines immortale futurum : cx-cogitaui rationcm vt ait poeta : qua possem me humo tollcre : atque ipse fieri im-mortalis : £• in titulo huius operis ita mcum nomen cum tuo ferruminaui : vt alte-rum ab altero diuelli non posset". E. I.

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consultados. Pero la curiosa impaciencia de Zuñiga no podíatolerar largas demoras y para acallar tales anhelos, hubieronde publicarse los léxicos a que venimos refiriéndonos. Si asíocurrieron los hechos narrados —y es muy verosímil que entai forma acontecieran•— las advertencias de Nebrija resulta-ban perfectamente justas cuando hacía notar que el bien queél pudiera deparar a sus lectores con esas primicias, procedíacardinalmente de la impulsión debida a su protector, mas queigualmente cualquier yerro por precipitación en que casual-mente incurriera, era también imputable al mismo D. Juande Zuñiga \

Pero de la estrecha relación que el mecenazgo de D. Juande Zuñiga establece entre este procer y nuestro humanista,tenemos otras precisas y curiosas referencias que debemosconsignar en este lugar. Si nos atenemos a las indicacionesun tanto vagas y oscuras de Nic. Ant9, tendremos que pen-sar que fue perceptible y doloroso el vacío que produjo laausencia de Nebrija de su cátedra o de sus cátedras univer-sitarias salmantinas, cuando nuestro humanista pasó a la pro-tección y al servicio del citado maestre, por lo que se solicitóque de nuevo volviera el insigne profesor a las abandonadasaulas de la histórica Escuela, como ocurrió sin oposición decompetidor alguno 2. Mas he aquí informaciones documen-tales más precisas de ese curioso hecho, informaciones que de-bemos a la diligencia probada del insigne hispanista Mr. Mar-cel Bataillon 3. El Consejo universitario salmantino acordó

1 "Eratque mihi in animo illud (i.e. magnum opus) in primis edere : nisiessem a te princeps humanissime cotidiano propc conuicio exagitatus vt inciperemiam tándem aliquid emittere : ñeque te diutius vana spe luderem . Qucm admodumigitur amplissimc dignationi tuc debebunt : qui aliquid vtilitatis ex hac mei operiseditione percipiunt : ita par cst vt tibi imputent : si quid cst a nobis precipitanteratque inconsiderate editum". E. I.

2 Las palabras a que se refieren las anteriores líneas son del siguiente tennrliteral: "Princeps interim docendi locus, qucm toto professionis tempore adeptusnumquam fuerat vacuum, possessore spoliatus invitavit de novo cum ad salman-tinam scholam, quem sine competitore fere obtinuit. Mancns ibi usque ad annumsuperioris saeculi quartum (c. d., hasta el ano 1504) etc., etc.".

3 Vid. su tantas veces citada producción Erasme el l'Espagne, pág. 25 y ss.

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en abril de 1503 escribir a Nebrija para aconsejar a este doctoque presentase su candidatura a la cátedra de Prima de Gra-mática, vacante a la sazón en el histórico Estudio. El mismoConsejo universitario decidió también dirigirse "al maestre deAlcántara con quien bibe para que le de licencia (se sobreen-tiende: a Lebrija) para ello". La candidatura de nuestro hu-manista fue presentada el 19 de mayo y Elio Antonio obtuvola cátedra de Prima mencionada el 23 de dicho mes \ Lamera enumeración de esas fechas permite reconocer que no sesometió a Lebrija a ninguna prueba de oposición, sin duda,porque no tuvo contradictor y porque era además sobrada-mente notoria la extraordinaria competencia del sabio maes-tro. Mas contra lo que pudiéramos esperar de esas tan gra-tas y cómodas circunstancias, pronto, pocos meses despuésde la última fecha citada, el cuatro de noviembre de 1503,suscribe Lebrija en Zalamea acta de renuncia de su cátedrade Prima, que fue declarada vacante el día 24 de dichos mesy año. El sucesor nombrado en tal cátedra, a 16 de enero de1504, obtuvo, al parecer, ese cargo provisionalmente tan sólo.Por lo menos, cónstanos también que el 13 de marzo de 1504,un hijo de Lebrija presentó al Consejo universitario salman-tino una carta del maestre de Alcántara, que ya era a la sazónCardenal Arzobispo de Sevilla: en esa carta se solicitaba delsusodicho Consejo que se reservara la mencionada cátedra dePrima a nuestro humanista. Accedió el Consejo a semejantedemanda "por consideración al Arzobispo" y la cátedra dePrima de Gramática fue reservada hasta el día de San Juandel año 1504, mas antes de esta fecha no se presentó Nebrijaa tomar posesión de su cargo 2. Tome nota el lector de lasdocumentadas referencias que preceden, porque en ellas ha-llará explicación, aunque no justificación de alguno de losdescalabros que en su vida universitaria hubo de sufrir nuestrohumanista. Ni con todos los positivos prestigios que Elio An-tonio podía siempre aducir, es lícito obtener cargos docentes...

1 A. U. S., Claustros, v. IV, fol. 12 v?.

2 Registro citado, fols. 15 v», 16 r<\ 40 v<\ 47 v", 56 v».

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para no desempeñarlos luego con la asiduidad inexcusable. Elabsentismo (si se nos permite la palabra) de la cátedra, queha producido en muchas ocasiones lamentabilísimas conse-cuencias, no es tolerable, ni siquiera a personalidades tan exi-mias rnmo el insigne humanista andaluz. Moverse en las ci-mas de la genialidad, no implica sentirse relevado dei cum-plimiento de sagrados deberes, que no obligan sólo ciertamen-te a las mentalidades mediocres. Esto aparte de que en la tareagris y nada espectacular de la labor docente diaria, hay muchocampo para la abnegación y hasta incluso para la propia depu-ración espiritual del maestro.

Pero nuestro humanista estaba, sin duda, llamado a de-sempeñar labores más brillantes que las de la mera docenciauniversitaria. El Rey Católico D. Fernando nombró cronistaregio a Lebrija y este docto, para cumplir los deberes anejosa su nuevo cargo, hubo de trasladarse a la corte, si bien ya enel año 1508 escribe a su discípulo Cristóbal Escobar que piensaretirarse de la vida cortesana a lugar donde le fuera posibledepurar y perfeccionar sus escritos '. Por la fecha últimamen-te citada, según Nic. Antp también, el cardenal Jiménez deCisneros acometió la magna empresa de la famosa Políglota,requiriendo para esa noble finalidad, con la de otrosdoctos, la colaboración de nuestro insigne humanista \ Otrosexpositores (los Sres. Hurtado y Jiménez de la Serna y Gon-zález Palencia, por ej9, en su difundido y ya citado tratado de

1 Del apuntado extremo hallamos esta precisa referencia en la biografía denuestro autor trazada por Nic. Ant': ". . . praccipuus in alus habitus fuit a RegeFerdinando Catholico, cui partes committeret rerum suarum historiam conscri-bendi. Huic curae ut faceret satis, alus vacuus, curiam incolcbat anno MDV1II.quo ad Christophorum Scobarem, discipulum in Sicilia degentcm, cogitare se hincabscedere, atque in locum quo scripta sua pe'rficere posset secedere scribit".

2 A continuación del texto transcrito en la nota anterior, escribe Nic. Ant':"Per eos dies aggressus est amplissimus ille Praesul Toletanus Ximcnius trilin-guem Bibliorum editionem, in qua corrigenda & disponenda cum alus viris, cru-ditione trium linguarum praestantibus apud Gometium Toletani historicum nonultimus Ncbrissensis noster laudatur". Observe el lector que la última expresióntranscrita: "non ultimus N. noster laudatur", es suficientemente vaga e inco-lora para no consentir que se la utilice como testimonio de gran fuerza suasoriaen el caso.

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Historia de la literatura española) adelantan unos años más lafecha aquí glosada, asegurando que desde 1502, encargó Cis-neros la edición de la Políglota a Nebrija, Demetrio DucasCretense, Diego López de Zúñiga y Hernán Núñez el Pin-ciano, en la parte concerniente al latín y al griego. Sin em-bargo, por los datos aducidos y comprobados de la estanciade nuestro humanista en Extremadura durante los años 1503-1504, así como por la referencia a su labor de cronista regioel año 1508, hay serios motivos para dudar de la exactitud delas indicaciones aquí registradas respecto al momento en quese supone comenzara la intervención de Nebrija en la ediciónde la Biblia complutense. En este importante extremo, comoen otros también capitales, podemos asentir a la tesis sostenidapor el insigne hispanista Mr. Marcel Bataillon. Dice este doctoque los más famosos humanistas de la época, Lebrija y Nú-ñez, no colaboraron sino tardíamente en dicha edición de laPolíglota hacia el a. 1513, cuando ya esa obra estaba en pren-sa para su inmediata publicación. No quiere esto decir, claroes, que esos gloriosos humanistas se mostraran desinteresadosde los problemas de Crítica bíblica. Por lo que a Lebrijaconcierne, notorio es que este humanista ha dejado de suactividad en ese sector de la erudición testimonios fehacientesde una labor anterior y claramente independiente, durantemuchos años, del movimiento dirigido por Cisneros, si bienNebrija hubo de buscar en su función de humanista cristia-no y cuando se sintió en peligro el amparo de aquel famosoCardenal. Mas tardíamente—como hemos dicho y razonado—puesto al servicio de la publicación de la Políglota nuestroautor, pronto volvió a recobrar su libertad. Y en este mo-mento, séanos lícito exponer algunas oportunas considera-ciones respecto a la significación humanística de Lebrija.

Nuestro autor encarna en la primera mitad del siglo xviel esfuerzo autónomo para restaurar íntegramente la antigüe-dad profana y sagrada. Mas a juicio de Mr. Bataillon, merececonsideración muy particularizada la obra de humanista cris-tiano llevada a cabo por Nebrija: en ese sector nuestro huma-nista es no sólo el precursor del erasmismo español, sino que seanticipa al propio Erasmo, sin que además sea necesario insis-

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tir en su altísima significación como instaurador de la culturalatina en su patria y como vocero de los destinos imperales de lalengua española. Para Menéndez Pelayo, Antonio de Nebrijaes propiamente el introductor en España del "método racionaly filosófico de Lorenzo Valla". Mas acaso sea preciso subrayarque nuestro humanista fue incluso el heredero de las audaciasdel citado Valla, cuyas enseñanzas no pudo, sin embargo, re-coger directamente de labios del maestro en su viaje a Italia.Y de que esa herencia ideal debió suscitar en algunos momen-tos acentuadas sospechas o suspicacias, es buena prueba el si-guiente pasaje autobiográfico de la Apología pro se ipso o Apo-logía earum rerum quae sibi objiciuníur ad Ximenium car-dinalem: "Duas commentationes in sacras Hueras elaboaravi-mus, alteras quas Palentinus episcopus, qui postea fuit archie-piscopus Hispalensis (el dominico Diego Deza, según Nic.Ant"), dum haereticae impietatis quaestorem ageret; percensurae illius impotentiam, accedentibus Priricipum nostro-rum jussis, extorsit, non tam ut probaret improbaretve, quamut auctorem a scribendi studio revocaret: alteras quasprioribus illis substituimus suppressimusque, ut aliotempore magis opportuno ederentur. Nam bonus illepraesul in tota quaestione sua nihil magis laborabat quam utduarum linguarum ex quibus Religio nostra pendet, ñequeullum vestigium relinqueretur, per quod ad dignoscendamin rebus dubiis certitudinem pervenire possemus... Apologiamautem hanc scripsimus quo tempore apud Quaestorem Máxi-mum impietatis aecusabamur, quod, ignari sacrarum literarumausi sumus sola grammaticae artis fiducia incognitum opusattrectare" \ Excuse el lector la extremada extensión de lanota precedente en gracia a su notorio interés. En ella ademásse hace precisa referencia a uno de los capitales motivos queprovocaban las suspicacias en cuestión: creíase que el mero gra-mático, mejor diríamos, el mero filólogo, no estaba capaci-tado con su sola capacidad específica para terciar en los es-pinosos debates que constantemente suscitaba la Crítica es-cripturaria.

1 Ap. Nic. Ant", op. cit., loe. cit.

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Pero nuestro glorioso humanista no tropezó sólo con laInquisición, triste sino que pudo compartir con otros insignesvarones de su época y de otras edades. Nebrija tuvo tambiénla desgracia de no resultar "persona grata" en el mismo am-biente universitario estudiantil... He aquí ahora las precisasindicaciones que conservamos de tan lamentable suceso. Va-cante una vez más la cátedra de Prima de Gramática de laUniversidad salmantina por muerte de su titular Titius o Pe-trus Vitinnis, un tiempo émulo de nuestro humanista, éste,por explicable ambición, o acaso movido por otros designios,solicitó volver al citado cargo, mas no pudo conseguir verrealizado tan justo anhelo: los estudiantes "votos" en la elec-ción para dicha cátedra proporcionaron una tremenda derro-ta a Nebrija, quien fue pospuesto al joven Castillo, un escolary aprovechado discípulo del maltratado maestro. Nic. Ant°supone —probablemente no sin razón— que fue parte en esefracaso la animosidad suscitada contra Nebrija en las almasno todas puras de los profesores universitarios salmantinos,quienes verían con no disimulado disgusto el juego no siem-pre serio de solicitudes, renuncias y reservas de cátedras aque se entregó nuestro autor después de su primera etapa deprofesorado. El mismo célebre bibliógrafo citado no excluye,sin embargo, la posibilidad de que Elio Antonio fuese en elcaso de referencia víctima simplemente de la mala fortuna,que no suele perdonar a los emprendedores. No huelga cier-tamente esta salvedad, pues nos consta que en las provisionesde cátedras, las más vergonzosas corruptelas del sufragio ha-llaban constante y desdichada aplicación \ De todas suer-tes, nuestro humanista recibió el ultraje con verdadera indig-nación si hemos de dar crédito a los testimonios de sus bió-grafos, quienes comparan la cólera de Nebrija contra Sala-

1 Vid. en comprobación del precedente aserto nuestra monografía tituladaOposiciones <i cátedras en la Universidad de Salamanca durante el primer deceniade la segunda mitad del siglo XVI, que vio la luz de la publicidad en la revistaErudición ibero-ultramarina, tomo IV, núm. 14, págs. 185 a 249; núms. 15-16,págs. 462 a 501; núm. 17, págs. 39 a 75; núm. 18, págs. 231 a 268, y núms.19-20. págs. 378 a 478. Madrid, 1935.

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manca nada menos que con la que sintió Escipion contra Ro-ma. La exaltación hiperbólica es explicable y de pleno gustorenacentista:\ Pero además de las indicaciones de Nic. Ant9,recogidas en la nota anterior, han sido después formuladasotras más precisas por Bataillon, que creemos convenienteextractar aquí. Nos consta que en 1513 hubo de pasar el famo-so maestro Hernando de Herrera de Alcalá a Salamanca yque pocos meses después de ocurrido ese importante suceso,aconteció el muy lamentable de la mencionada derrota deNebrija. Pero los Registros universitarios faltan para el año1513 precisamente 2; sin embargo, la fecha asignada a esefracaso de nuestro autor en el Cronicón de Pedro de Torres—18 o 19 de julio de 1513— ha sido casi plenamente confir-mada por los estados de servicios del opositor preferido, delM9 Castillo: éste, al solicitar su jubilación en 1533, dijo quehabía sido nombrado para desempeñar la cátedra de Prima el13 de julio de 1513 3.

Pero no carece siempre de entrañables compensaciones laadversidad y así nuestro autor, dirigiéndose de nuevo a Ji-

1 Todos los extremos que acabamos de consignar constan en las siguientesfrases de Nic. Ant' (op. cit., loe. cit.): "Hunc tamen sic secundum propitiac, at-que faventis fortunae cursum interrupit ci praeposterum quoddam juventutis acá-demicae, cui datum est Salmanticac, sibi ut magistros in locum decedentium eli-gat, circa illius res ¡udicium. Mortuo cnim Titio (alii Petrum Vitinncm vocant)sibi olim aemulo, cum sive ambitionc sive alio animo (verbis id refero Martinide Ibarra discipuli in cjus vita quae cum Arte circumfertur) pulpitum illius, sivedocendi locum repoposcisset, quod totiens academiac muñera abicns rediens asper-natus videretur, an fortuna, quae strenuis raro pafeit, ab ambitiosiore discípuloscholasticorum sufragiis superatus voto excidit. Quam contumeliam senex impa-rienti animo ulciscens, fbarra subdit, ita Salmantica discessit, quasi ñeque cineri-bus quidem, quod olim Scipio Romac 'Comminatus fucrat, ingratam patriam, lau-clis nempe & honorum, rcvrsurus : quod ipsum Alvarus Gomctius in Ximcnii vita,81 Amatus medicus Lusitanus ad Ccnturiae quintar fincm, illius nomine conque-rentes, memoriac prodiderunt".

2 Advertiremos aquí incidental mente que de las vicisitudes y reveses que su-frió Nebrija en sus pretensiones de ocupar nuevas cátedras en Salamanca, no nosha sido posible precisar datos por no poder consultar en Bogotá la Historia de laUniversidad de Salamanca, escrita por D. Enrique Esperabc Arteaga. En el segundotomo (de los dos publicados de esa obra) consagrado a los maestros de la Uni-versidad salmantina, hay precisas y curiosas referencias a esos interesantes extremos.

3 A. U. S., Libros de Claustros, 17 feb. 1533, fol. 116 r9.

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ménez de Cisneros, alcanzó una cordial acogida por partede dicho prelado, a la par que la Universidad de Alcalá seapresuró a dar honrosa admisión en la cátedra de Retóricaal mismo maestro vencido. Ya en el desempeño de ese nuevocargo universitario habían de transcurrir los diez años últimosde la vida de nuestro humanista, quien pudo encontrar en lagloriosa Compluto, con abundante remuneración, el puertode seguridad contra las borrascas de su agitada existencia yel ambiente propicio para sus postremas y más maduras crea-ciones. Ya en Alcalá nuestro humanista supo adaptarse al nue-vo medio universitario, en el que con nutridos y entusiastasauditorios explicó los autores más útiles a las tres facultades:la Naturalis Historia de Plinio el Viejo alternaba así en la en-señanza de Nebrija con obras como los Moralia de Aristóte-les y el tratado de Doctrina christiana de San Agustín. En tanarduas- y fructuosas tareas absorto Elio Antonio no supo, niquiso aprovechar las generosas ofertas y exhortaciones de suprotector, quien estimulaba al glorioso humanista "a descan-sar y a tratarse bien" \ Descanso definitivo alcanzó el in-signe humanista andaluz al morir, víctima de un ataque deapoplegía, el dos de julio de 1522, a los 78 años de edad, pueshemos indicado que creemos debió nacer Nebrija el año1444, si nuestros cálculos y los de Nic. Ant? 2 son más vero-

1 Los principales pormenores que acabamos de consignar son también men-cionados por Nic. Anr?. en estos términos: "Rediit ergo ultro ad Ximenium quemolim deseruerat, eodem Gomccio referente (quod incertum mihi qua tempestatefactum) tanquam ad portum anno cjus saeculi XIII . ut in Complutensis acade-miac gremio sine ullo procellae metu, quodeumque aevi superesset cnnquicscerct.Excepit illum Ximenius perhumaniter, & quod habitum fuit hoc tempore amplis-simum honorarium constituit. Interpretatus est ibi ad mortem usque magna cumauditorum frequentia bonorum auctorum libros, quod & a Petro Mota discípuloin notis ad Ludovtci Vivís cxercitatwnes annotatum reperio : conditione numquamuti volens sibi a patrono oblata quiescendi genioque indulgendi, cujus sic de His-pania, & litteris benemeriti hominis otio emérito ingenua haec merces debebatur.Plura Gomecius de humanitate qua eum Ximenius semper habuit".

2 Nic. Ant9, sin embargo, acepta las mismas cifras para las fechas del naci-miento y de la muerte de Lcbrija que hemos aceptado nosotros, mas supone quenuestro humanista murió a los 77 años de edad. Esto no obstante, la exactitudimpone reconocer que de 1444 a 1522 debieron transcurrir 78, no 77 años. Estadesdeñable diferencia podría explicarse si por el mes en que murió Lcbrija, no

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símiles que los de Escoto e Ibarra: estos escritores suponenque nuestro autor murió depués de cumplir setenta o noventaaños, respectivamente. Ya hemos dicho también que cimen-tamos nuestra opinión acerca de la fecha del nacimiento deKüo Antonio en el propio y fidedigno testimonio del mismoNebrija, conjugado con el extremo que dilucidaremos en labibliografía de sus producciones respecto a la fecha en que fuepublicada la primera edición del Diccionario español-latino.En el medio universitario de la gloriosa Compluto, la muertede Nebrija no sólo fue inmediatamente seguida de solemnesexequias, sino que también y durante mucho tiempo fuerememorada en piadosos aniversarios. De la envoltura carnaldel humanista insigne, sólo poseemos unas sobrias referenciasque han sido consignadas en la biografía citada aquí tantasveces de Nic. Antp. Nebrija era de mediana y achaparrada{bene compacta) estatura, de rostro que transparentaba ma-jestad y su vocación y dedicación al estudio, de tenue voz ydelgadas piernas, de pequeños ojos, extremo este último quepermite a su biógrafo compararle con el Estagirita, invocan-do el testimonio de Diógenes Laercio \ Pero más que laimagen corporal perecedera del maestro, nos importa evocarla huella de su espíritu en sus discípulos, en sus más doctoscontemporáneos y sucesores y, finalmente, en sus obras. Auna sobria enumeración de los indicados extremos será opor-tuno consagrar la última parte del presente "ensayo".

En el elenco de los más esclarecidos discípulos de AntonioNebrija deberemos citar los prestigiosos nombres del propioFrancisco Jiménez de Cisneros, de Hernán Núñez el Pincia-no, de Florián de Ocampo, de Martín Azpilcueta Navarro,de Juan Ginés de Sepúlveda, etc., etc. Entre los admiradores

pudo llegar dicho maestro a cumplir los 78 años. Pero ignoramos el día y el mesen que vino al mundo el famoso humanista de Lebriia.

1 Por si nuestra interpretación no fuera exacta, he aquí el tenor literal de lasexpresiones utilizadas por Nic. Ant'. para evocar la figura corpórea de Lebrija:"Statura fuit corporis mediocri, sed bene compacta, vultuque maicstatem prac seferente, & qui studiis deditum hominem ostenderet : voce gracili, exilibus cruribus,parvisque oculis .Aristoteli, quod ex Laertio notum, similis fuit".

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de nuestro humanista merece especial y encarecida menciónErasmo, quien en la Apología ad facobum Stunicam llama aAntonio de Nebrija eruditissimum virum cujusque glonaemérito atque ex animo se favere y en cierta epístola a LuisVives Principem & ornamentum Academiae Complutenses,per quem tantum nomen haec universitas consecuta est, así co-mo egregium senem qui mullos vincant Néstores. Compartenesa esclarecida opinión doctos tan famosos como Marineo Siculo,Paulo Jovio, Juan Vaseo y Alfonso Matamoros: este últimoora en su Apologético, ora en su Grammatica llama a Nebrijamagnum Hispaniae Anstarchum, praeclarumque oratorem,multae & variae lectionis coelesús nec non ingenii, & entinen-tis doctrinae virum, Romanae togae gloriam. Florián de Ocam-po, Pedro Medina y Andrés Escoto suman sus elogios a losya registrados. Paulo Merula en su Cosmographia (parte 11,lib. 11, cap. xxm), hablando de la patria de nuestro autor,la antigua Nebrissa, dice del Nebrissense "que es ornamentode España toda". Consérvase también elegantísimo elogio mé-trico de Elio Antonio, obra del insigne maestro Arias Barbo-sa transmitida a la posteridad por Escoto. Raimundo Palasino,doctísimo contemporáneo e íntimo amigo de nuestro humanis-ta, ensalza la "eximia piedad" y el "temor de Dios" que Ne-brija supo harmonizar con sus profundas Letras, de acuerdocon el precepto "Initium sapientiae timor Domini". Para An-tonio Honcala nuestro autor es el "doctísimo Varrón de Es-paña" y para Alejo Venegas (en el proemio de la obra Vel-lus aureum de Alvar Gómez) Camillus Hispanus Latini ser-monis l.

1 A los nombres de los autores que acabamos de citar, siguiendo a Nic. Ant9.,adiciona este mismo docto bibliógrafo los que a continuación transcribimos ennota para evacuar, cuando nos sea posible, todas estas precisas y preciosas refe-rencias: "In manibus tándem sunt noviorum Didaci Covarrubiae lib. IV Variarumcap. ultimo : Antoni de Padilla in L. El per agrum num. 22, c. de Servitutibits:Joannis Gencsii Sepulvcdae jam laudati : Stephani Garibai lib. 13. Hist. Hisp. cap.7 & lib. 18. cap. 1. Floriani Docampi lib. 4. cap. 28. Joannis Marianac lib. 26.cap. 5. Ludovici Nonnii in Hispania sua. Rodcrici Cari in Cosmographia Hispa-lerrsis Convcntits : Jacobi Gaditii : Ghilini aliorumque de nostro censiones". Citadespués y por último Nic. Ant'., en el sector de los biógrafos de Nebrija, a Mar-

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En este momento será ya oportuno tratar, en íntima rela-ción de coherencia con los precedentes asertos, de los planesde labor literario-didáctica, o literario-científica que Nebrijarefleja en las dos epístolas que utilizamos para trazar el pre-sente bosquejo biográfico. La comparación que ai iector con-fiamos entre las producciones proyectadas y las que llegarona terminarse y publicarse de nuestro humanista, permitirá aca-so fijar consecuencias y resultados de positivo interés.

El ilustre Nebrija, al dedicar su Diccionario español-latino,traza un cuadro de sus tareas literarias, o literario-científicasrealizadas y proyectadas, que difiere un tanto del que hubi-mos oportunamente de recoger de la epístola dedicatoria delDiccionario latino-español. Como esa discrepancia no es fun-damental, no tratamos de subrayarla y nos atenemos a las in-dicaciones de la primera de las epístolas últimamente citadas(segunda en el orden del tiempo), porque tales referenciasson más precisas y más coherentes que las que hallamos en elotro texto en cuestión. Nuestro humanista, tratando de justi-ficarse, sin duda, ante su egregio protector y acaso para disiparmalévolas insinuaciones de sus adversarios, expone el cuadrode las obras compuestas —aunque no todas publicadas— enel septenio transcurrido al servicio de Zúñiga. Esas produc-ciones son cuatro o cinco y aunque diversas, corresponden aun mismo ciclo de disciplinas científicas afines y han sidocompuestas, como si dijéramos, en un sólo impulso sostenidodel esfuerzo creador \ Esas cuatro o cinco obras (cuatro prin-cipales, más una adicional y complementaria) según el testi-monio de su propio autor se refieren a las siguientes mate-rias: la primera comprende las dicciones latinas y las mismasgriegas incorporadas al vocabulario latino, en orden rigurosa-mente alfabético, con sus sobrias y concisas equivalencias his-

tín Ibarra, N. de Ledcsma, Baltasar de Gadca y Aranda y Thomas Leonius je-suíta, encareciendo la labor de este último y menospreciando, en cambio, la deGadca y Aranda.

1 Nos permitimos interpretar así, con algunas probabilidades de acierto, laexpresión un tanto imprecisa que Elio Antonio emplea en la epístola susodichacuando escribe: "Et vt tota hujus septenij ex quo tuus esse coepi ratio tibi cons-tet : quattuor diuersa opera in eodem opere elaborautmtis". E. II.

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panas; la segunda, a su vez y por el contrario, contiene las dic-ciones hispanas y sus interpretaciones latinas correspondien-tes con análoga brevedad (estas dos primeras produccioneshan sido dedicadas al Mecenas de Nebrija, a D. Juan de Zú-ñiga); la tercera abarca en tres volúmenes todo el campo delas partes de la Gramática con la explicación circunstanciadade las palabras; la cuarta, en otros tantos volúmenes cuantoscomprende la anterior, presenta interpretados los vocabloshispanos y los bárbaros hispanizados con sucintas explicacio-nes de tales términos —y— finalmente la quinta somete eldiscurso hispano a reglas y preceptos pertinentes contra ar-tificiosas arbitrariedades: esta última producción debió ser de-dicada a la Reina Católica. La traducción al romance del Artede gramática del propio Nebrija, no merece —a juicio de suautor cuando menos— los honores de una mención especia-lizada, pues en ese trabajo se acusa tan sólo el esfuerzo delintérprete y no el del verdadero creador artístico o científico.A la enumeración precedente adiciona Nebrija dos títulos: elde sus Comentarios del Arte de Gramática, iniciados bajo losauspicios del mismo Zúñiga, y el de los ocho volúmenes ro-tulados de las significaciones de los vocablos.

En estos últimos cree hallar lo que llama la "materia" dela lengua y en las cinco divisiones precedentes la "forma" delidioma \ No será necesario advertir que carece de rigormetódico y doctrinal la clasificación que de sus propias obraspropone Nebrija en las líneas transcritas de la nota preceden-te. Basta con haberse asomado al mundo de la ciencia del Re-

1 "Quam vero artem grammatices ciusdcm (i. e. clarissime omnium foemi-narum ac pcrinde virorum auguste nostrc) imperio ex latina ín hispaniensem eregione versuum fecimus : nolo inter opera mea enumerare quod paucorum (lie-rum labor illc fuit : v quod votis intcrpretis quam auctons officio íuncti sumus.Quod si adiecerimus commentarios artis grammaticc qui sun.t a nobis tuo auspicioinchoati res omnis litteraria erit confecta. Quarc cum omnis loquendi ratio constetmateria i forma : materiam voco nomina ^ verba ecterasque orationis partes : for-mam vero illarum partium accidentia atque inter s= connexionem : quod ad ma-teriam üttinet assecuti sumus illis octo voluminibus que sunt .1 nobis <lc vocabu-Inrum significationibus scripta : quod vero ad formam quinqué memoratis codici-bus qui sunt de arte grammatica partim editi partim edendi". E. II.

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nacimiento para no sentir extrañeza alguna ante hechos co-mo el que acabamos de registrar, siempre explicable hastaporque la distinción de "materia" y "forma" de la lengua,o de la "ratio loquendi'', es no menos artificiosa en muchoscasos que inasequible en otros. Pero a estas naturales y, enbuena parte, inevitables deficiencias, de las que no se ve libreni siquiera el saber contemporáneo, no podemos ni debemosdar importancia alguna.

Interesa ahora contraponer a las indicaciones que de supropia laboriosidad literario-científica nos depara Nebrija lasque de otras fuentes han llegado a nosotros respecto a esemismo extremo. Y no son cierta y desgraciadamente muy co-piosas, ni menos seguras esas informaciones complementa-rias, mas de ellas podemos obtener los resultados provisiona-les que extractamos a continuación. Del famoso Elio Antoniode Lebrija ordinariamente se citan las obras siguientes:

A) Introductiones in Latinam Grammaíicam seu de Ser-mone latino cum commentariis ejusdem auctoris, editae cumantea, tum cum largioribus hypomnematis, multisque alijstum ipsius tum aliorum eadem de re operibus & additamentissecundum Cantabricum & Salmantinum prototypum, acriMartini Ibarrae Cantabri lima cruciatae. Barcinone apudJoannem Rosemba\ 1523. In folio. Cum commentariis doc-torum virorum Compluti 1524. Lugduni apud Jacobum Juncti1541. Christophori Scobaris, Francisci Ruizii, Raimundi Pa-lasini, Andreae Vaurentini, Hieronymi Sanguini accessioni-busque non paucis máxime ex Baptista Mantuano, aliisqueprimae classis auctoribus, quibus etiam Hilan Bertulphi scho-lia suñt appensa. Tolosae per Guidonem Boudeville 1545, fo-lio. Adviértase incidentalmente en este lugar que el Arte deGramática que se utilizaba en tiempo de Nic. Ant°, como losflamencos emplearon entonces el de Simo Verepaeus y los lu-sitanos el de Manuel Alvarez, aunque se llamaba el "Anto-nio", había sido compuesto en buena parte °y en realidad porel jesuíta Juan Luis de la Cerda. De esta indiscutible e indis-cutida ya paternidad literaria hallamos en los CommentariiVirgiliani del jesuíta de la Cerda precisas referencias, que es-caparon a la probada perspicacia de Vosio y de otros esclareci-

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dos gramáticos. Mantúvose, sin embargo, la superchería men-cionada, porque atribuida la propiedad literaria de las Arteso Gramáticas de Nebrija al archinosocomio matritense, aldar la edición reformada de la Cerda con el nombre del pri-mer autor de dicho texto, se podía excusar el gasto de la ob-tención de un nuevo privilegio real. Una razón crematísticaha podido servir para enmascarar una paternidad literariaque, por otra parte, no resultaba al parecer dudosa a los me-jores espíritus de la época de referencia. El mismo bibliógrafoque nos proporciona el dato aquí registrado, nos dice tambiénque fue conveniente la revisión del mencionado jesuíta de laCerda, porque supone que Antonio de Lebrija en sus Institu-ciones gramaticales se mantenía dentro de los prejuicios desu tiempo, sin atreverse a exponer sus más audaces y autori-zadas tesis, ante el explicable temor de que estas últimas cho-caran con el incomprensivo misoneísmo de sus contemporá-neos. No procedía de la misma manera ciertamente nuestrohumanista al trazar sus Comentarios, que dirigidos a los doc-tos, le permitían una más franca expresión de sus íntimas con-vicciones doctrinales. Y parece ser y conviene advertir que esadoble actitud fue confesada por nuestro autor y testimoniadadespués por el lusitano Francisco Martín en una oración pro-nunciada en defensa del mismo Nebrissense en Salamanca,donde se publicó dicha pieza oratoria el año 1588. Acaso aestos incidentes se refiera la Antoni querela de que hay cu-riosas referencias en el prólogo de la Minerva de FranciscusSanctius Brocensis. Terminada esta necesaria digresión, ad-virtamos que la obra a que venimos refiriéndonos de Nebrija,fue también publicada con el rótulo de Introductiones latinae,sin fecha, en Zamora, apud Antonium de Centenera, Latino-Hispanae columnatim, Elisabethae Serenissimae HispaniarumReginae dicatae. Dícesenos también que las Introductioneslatinae fueron publicadas en Salamanca en los años 1480-1481; que una versión castellana de esas Introductiones, fuepublicada acaso en Salamanca el año 1486, pero que de dichatraducción se conservaba en la Biblioteca Nacional de Madriduna copia manuscrita conforme al texto de una presunta edi-ción de Salamanca del año 1482, mas todas las precedentes

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aseveraciones suscitan, sin embargo, nuestras dudas, que nopodemos disipar por el momento. Finalmente agregamos a loúltimamente expuesto estas más precisas referencias a otrasediciones de la obra mencionada. Título de una de tales reim-presiones: Ad Artem literariam íntroducúones cum notisChristophori Scobaris Boetici viri eruditissimi. Colofón: AeliiAntonii Nebrissensis Grammatici doctissimi Latinae Introduc-tiones cum ejusdem Commentariis, & aliis ipsius quibuscum-que opusculis; nec non L. Christophori Boetici Scobaris iniisdem Introductionibus expositiones, una cum quibusdamipsius opusculis. Venetiis 1512. Del siguiente año (1513) esla edición de la misma obra —de la que se conservaba unejemplar en la biblioteca que pertenecía a Fernando Colóny pasó a ser después propiedad de la Catedral de Sevilla— conesta rotulación: íntroducúones in Latinam grammaticam cumlongioribus glossematis, ex impressione Cantábrica. Estuvo enel mismo fondo últimamente indicado y con la edición delDiccionario a que nos referiremos después la obra de nuestrohumanista titulada Ars literaria cum expositione ex Hispa-lensi exemplari, per eundem Antonium novissime correcta,sumpta, cum figuris Antonii Mancinelli, "ubi —según N.Ant?— non modo quae Donatus, verum quae Fabius Quin-tilianus & alii De Figuris disseruerunt, ille (scilicet Nebris-sensis) dulci quodam stilo discerpsit" (dedicada á la ReinaIsabel e impresa en Logroño en 1503: folio).

B) Repetitiones. En la octava de éstas, titulada De Nume-ris, curiosamente explica nuestro humanista por qué se creyóobligado a escribir y a editar sus repetitiones. Trataba Nebrijaal proceder así de disipar el prejuicio del Pontífice Nicolás v,que veía en la inamovilidad de los universitarios hispanos, unestímulo para la desidia docente. Las palabras de nuestro au-tor respecto a ese extremo son del tenor literal siguiente: "Ni-colaus v. Papa sollicitatus a Joanne Camargo, Salmantinaeuniversitatis procuratore, super impetranda contractione ju-bilaei a viginti ad quindecim annos; Nicolaus ad nomen ju-bilaei, ergo, inquit, professores in Hispania non temporariisunt, & ad tempus conducti ut inter nos? Nunc, demum, in-quit, intellego quod magistri & doctores Hispani non compo-

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nunt lecturas, quia videlicet, cum semel cathedras adepti sunt,extra fortunae aleam positi somniculose munus suum exe-quuntur". (Permítasenos, entre paréntesis, comentar esa ex-plicable suspicacia del citado Pontífice, advirtiendo que en nopocas lamentables ocasiones, la inamovilidad y, más aún, lafalta total de inspección, han inclinado a algunos profesiona-les de la cátedra en España a incurrir en la más absolutaagrafía, es decir, a no publicar nada para no equivocarse, nitrabajar inútilmente...). Mas nuestro humanista no podíasoportar que se dudase de su diligencia profesional y para tes-timoniarla cumplidamente, compuso y publicó sus menciona-das repeütiones, algunas de las cuales se refieren a temas gra-maticales. Así la Repeúúo prima lleva el título siguiente: DeVi & Potestáte literarum. Salmanticae 1507. Esta monografía,a juicio de Escobar, significaba el renacimiento del Lacio rioya en Italia, sino en la propia España ("Scobarius ad aucto-rem scribit: non Siculi modo, sed & Itali tanti faciunt ut La-tium apud Hispanos renasci, cum id viderent, persancte tes-tarentur"). La repetitio secunda aparece rotulada así: De cor-ruptis literarum vocibus; la nona figura con el título: Deaccentu latino aut latinitate donato; Salmanticae habita 111,idus Julii MDXIII. Esta repetitio nona fue publicada en Se-villa dicho año, in 4?. En fin, la decima trata, a su vez, DePeregrinarum dictionum accentu. Otras monografías y obrasgramaticales de Nebrija fueron designadas con los siguientesrótulos: De falsa Pronuntiatione (que sospecha Nic. Ant° pu-diera ser alguno de los opúsculos antes citados); Differentia-rum Epitome ex Elegantiis Laurentii Vallae; Orthographialatina; Barbansmus Donati cum expositione; De Punctis qui-bus orationis clausulae distinguuntur; De constructione octopartium orationis (que también el mencionado bibliógrafoconjetura que pueda ser una parte de las Introductiones gram-maticae); Nomina numeralia dividua, ordinalia & adverbianumerandi; Institutiones Graecae linguae, etc., etc. AndrésResende, en epístola dirigida a Quevedo, asegura haber vistoel original de las Institutiones Graecae linguae en la Biblio-teca de la Universidad de Salamanca y que tal obra fue pu-blicada en Cantabria (acaso en Logroño, según conjetura Nic.

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Ant?). Incluímos en este apartado también el opúsculo rotu-lado Lexicón sive parvum Vocabularium in quo breviter in-venire est vocabula scholasticis valde necessaria: se trata deun "libellus" de siete hojas, editado en Barcelona en 1523 con-juntamente con el Arte y con los Comentarios.

C) Diccionario latino-español, Salamanca, 1492 —y— Dic-cionario español-latino, 1495 \

Por nuestra parte y merced a la exquisita amabilidad deljefe de la Sección de libros raros y curiosos de la BibliotecaNacional de Bogotá, D. Juan Bueno, hemos podido consultarla edición de ambos léxicos de Sevilla del a. 1516, cuyas res-pectivas portadas y colofón son del tenor siguiente: Dictiona-riu Aelij anto/fnij Nebrissen. nuc d'mu/¡auctüi recognitü://in quo adiecta sunt plusquam dec'e/¡mille vocabula: 1 ex su-peri-¡¡orí edictione plusquam sex-/¡cente dichones in ve-l/rum idioma hys-//panum con-/¡uerse i~c Ex puilegioprinci-//pum ne quis alius//excudat aut vedat./ /Hispali./ /In domo Joannis Várele Salmanticensis.//Anno MDXVI

Vocabulario de Roma-//ce en latín: hecho por//el doc-tissimo maestro Anto-//nio d Nebrissa nueuame//te cor-regido x augmé-/ ¡tado: mas de diez/'¡mil vocablos de//losque antes//solía te-//ner. Con puilegio Real. [Colofón]."Aelij Antonij Nebrissensis grammatici dictionum hispa-niarü//in latinum sermonem translatio explicita est: atq3 im-pressa//Hispali. Anno a natali christiano Millesimo quin-//gétessimo décimo sexto tertio Kalendas mais ab//soluta indomo Joannis Várele Sal//manticensis". Por los datos quehallo en la Biblioteca histórica de la Filología castellana, es-crita por el Conde de la Vinaza, Mad. 1893, col. 1457, no es

1 No disponemos ni de la bibliografía de Lcmus Rubio (ya citada), ni de lasobras siguientes que, en parle, podrínn suplir esa lamentable falta: H. Suaña,Elogio de Cuneros y estudio sobre N., 1879; Palau, Manual, t. V; J. B. Muñoz,Elogio de A. de L., en Mem. Ac. Hist., t. III; J. F. Pastor, Las apologías de lalengua castellana en el siglo de oro, Madrid, 1929; Dr. Karl Hadank, Das "Biich.lein von der Kindererziehnng" des spanischen humanisten AcYms Antonius Ne-brissensts, 1917. lista penuria de material de información nos impide precisar larotulación de esas tíos ediciones príncipes de H92 y 1495.

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fácil precisar la fecha de la edición príncipe del Diccionarioespañol-latino de Nebrija, que aparece con el diccionario la-tino-español del mismo autor de 1492 como impreso en Sa-lamanca, pero sin fecha. Carecemos —ya lo hemos dicho—de elementos para resolver estas cuestiones de crítica bi-bliográfica, pero de todos modos debemos advertir que de lafecha que se acepte para la "editio princeps" del Diccionarioespañol-latino de Antonio de Lebrija, pende la que se debaatribuir al nacimiento de ese ilustre humanista. Si esa ediciónes, como opinan muchos doctos, de 1495, Nebrija debió nacer,como hemos dicho, el año 1444; en el caso de que la edicióndiscutida deba ser localizada en el año 1492, nuestro autornacería el año 1441, como opinan Lemus y Hurtado y Gon-zález Palencia, según hemos advertido en las primeras pági-nas de este "ensayo". Contrastan con todas las referenciashasta aquí recogidas de esos magnos diccionarios las quea continuación transcribimos de Nic. Ant?: "DictionariumLatino-Hispanicum & Hispano-Latinum, cujus ipse meminitad Scobarium scribens anno MDVIII, uti nondum publicati.Quartum opus (ex his quae edere parabat) est Vocabularium,inquit, collectum ex nominibus reliquisque partibus orationis,opus immenst laboris quippe quod in septingentas dupliceschartas sit explicatum. Opus istud direxit primum ad JoannemStunicam S. R. E. Cardinalem, & Hispalensem archiepiscopum,cum Alcantarae militibus praeesset. Primum ut credimus, pro-didit Hispali absque anni nota. In epístola nuncupatoria adIoannem Stunicam Interpretationem opus vocat dictionum exsermone Latino in Hispaniensem. In fine legitur: Hoc opusexplicitum est atque impressum Hispali, quo forsan temporeAntonius ludum gramaticae artis habebat in Ecclesiae His-palensis metropolitanae paroecia veteri (Sagrario viejo nuncaudit) & capella Deiparae a Malo-granatae dictae, cujus ibiaperiendi facultas data est ei a capitulo dictae Ecclesiae li-teris vel hodie exstantibus, quas in monumenti ejus se vidis-se D. Joannes a Loaisa, portionarius & bibliothecarius, scriptomihi affirmavit".

No necesitamos subrayar que son en buena parte erróneaslas aseveraciones y las conjeturas que acabamos de transcri-

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bir, a pesar de la probada diligencia y exactitud del citadofamoso bibliógrafo en otras muchas ocasiones. El mismo Nic.Ant? nos informa de que una nueva edición de la obra queacabamos de mencionar, aumentada en nada menos de diezmil vocablos, fue dedicada por su autor a Miguel Almazán,Secretario del Rey Católico D. Fernando. Refiérese luegonuestro bibliógrafo a tres diccionarios (Latino-Hispanicum,Geographicum, & Hispano-Laíinum) que asegura haber vistoimpresos con tipos complutenses en edición del año 1532 ein-folio. Este Diccionario (acaso, pues la expresión de nuestroinformador es bastante ambigua en este punto, diríamos me-jor, esta colección de diccionarios) fue completado por mu-chos autores y reiteradamente impreso. En los días de Nic.Ant? esa obra comprendía otros dos diccionarios, de los que supropio autor, dirigiéndose a Escobar, advierte: "Alterum opuspertinet ad Cosmographiam, in quo rediguntur in Lexicón exordine alphabetico omnia quae illam artem pertinent. Ter-tium opus est Nominibus propriis virorum & faeminarum siveilli sint clari, sive obscuri, narrans summatim quid egregiumcuique acciderit". Del Diccionario hispano-latino (o, posi-blemente, de la colección en último lugar citada), Nic. Ant?menciona las siguientes ediciones: Granada, 1554; Alcalá yGranada, 1585; Amberes, en la oficina de los herederos deStelsio, 1612 y Lyon, 1655. Del mismo Diccionario hubo depublicarse una versión francesa el a. 1532, a la que aportóconsiderables adiciones Joannes Bellerus, según el testimonio deValerius Andreas en su Catalogus Scriptorum Hispanorum. Es-perado en su propia época con manifiesta y explicable ansie-dad el Diccionario a que venimos refiriéndonos, fue tambiéncon elogio mencionado por Paulus Jovius en su Apología deNebrija. Fernando Gadea atribuye a nuestro humanista unV'ocabulariutn latino-italicum, del que conjetura Nic. Ant9

que pudiera ser una versión italiana (itálica) del susodichoLéxico ("quae forte est Itálica ab homine illius gentis nataDictionarii ejusdem interpretatio"), aunque graduamos de pocoverosímil semejante suposición. Mas ya hemos advertido en lí-neas anteriores que las referencias de nuestro famoso bibliógra-fo no son ni acertadas siempre, ni siquiera claras en este extremo

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capital de la actividad lexicográfica del Nebrissense. La enu-meración de las obras gramaticales escritas en castellano pornuestro humanista puede ir encabezada con la mención desu Gramática sobre la lengua castellana o Arte de la lengua cas-tellana, dedicada a la Reina Católica e impresa en Salaman-ca el año 1492 in-4" \ Las restantes obras gramaticales encastellano de Lebrija son las siguientes: a) Arte en español,es decir, Arte de lengua latina, o Arte de Gramática, distintodel citado en primer término y que fue impreso sin indica-ción de fecha, ni de lugar, pero que se supone sea anterioral susodicho Arte de la lengua castellana. En su epístola nun-cupatoria a D. Juan de Zúñiga del Lexicón Hispano-lattnum,nos advierte Lebrija que compuso esta su Arte de Gramáticaen lengua vernácula para satisfacer los nobles anhelos de cul-tura de la insigne reina Isabel, quien debió obtener fructuo-sísimos resultados del estudio de ese texto si son más queque una adulación estas palabras de Marineo Sículo, referidasa tan famosa princesa: "In quibus (scilicet, lectionibus) perunius anni spatium tantum profecit ut non solum Latinosoratores intelligere, sed etiam libros facile interpretari pos-set". De este Arte, que vulgarmente fue denominado elAntonio, hallamos también referencia en el Conde Lucanordel infante D. Juan Manuel (y no de Gonzalo Argote deMolina, como erróneamente afirma Nic. Ant.9, confundiendoal editor con el autor), b) Elegancias romanzadas, proceden-tes de las Variationes de Stephanus Fliscus; Antequera, 1586,in-4" c) El mismo Nebrissense en la epístola-prólogo de suLexicón Hispano-latinum describe la obra que incluímos eneste apartado con las siguientes palabras: "dictiones hispanaset barbaras iam hispanitate donatas interpretamur addita sin-

1 De este capital tratado —primera gramática publicada de una lengua ro-mance en la fecha gloriosa del descubrimiento del Nuevo Mundo— hay una edi-ción debida a la diligencia de E. Walberg (reproducción fototípica, Halle, 1909),más otra de González Llobera (Oxford, Univcrsity Press, 1926) y otra, final-mente, de Rogcrio Sánchez (Madrid, 1931). Debe también el lector consultar envarios pasajes los dos tomos publicados (Bogotá, 1939) de Disquisiciones filoló-gicas del insigne filólogo y lingüista D. Rufino J. Cuervo y, muy particular-mente, el tomo I, págs. 131 y 183, n. 1 de tales Disquisiciones.

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gulis in eodem sermone quam brevissima enarratione". Noparece dudoso que se tratase con esa producción de continuary completar la magna labor lexicográfica de nuestro insignehumanista. ch) Reglas de Orthografía castellana, 1517. Elmaestro Cuervo cita y utiliza de esta obra la reimpresión deMayans de Madrid, 1735.

Enumeremos ahora las producciones filológicas de Nebrija:a) Repetitio VI de mensuris, Salamanticae habita III. idusJulü MDX; b) Repetitio VIII. de Numeris. III. idus funiiMDXII; c) Repetitio VIL de Ponderibus. idibus Jumi MDXI:estas tres Repetitiones fueron publicadas en Compluto porMiguel Eguía el a. 1529; ch) De Asse, en latín y en castellano,dedicado a la reina Isabel; d) Collationes Antiquitatum, de-dicadas a D. Juan de Fonseca, obispo de Palencia y editadas,según parece, en Sevilla; e) De Digitorum supputatione, Gra-nada, 1535; f) Cosmographia, dedicada a D. Juan de Zúñiga,arzobispo hispalense y mencionada por Gesnero en su Epitomey por Palmireno; g) Introductorium in Cosmographicos libros,editado en París; h) Artis Rhetoricae compendiosa coaptatioex Anstotele, Cicerone, & Quintiliano. Oompluto, por Eguía,1529, in-8°. Granada, 1583; i) Ecphrases in Virgilii opera ad-modum familiares & rudibus tirunculis ad intelligendum facil-limas. Granada, 1546, in-4?. Una transcripción de las obras delcisne de Mantua, hecha de puño y letra del Nebrissense, pudover en el Monasterio de Mejorada, cerca de Olmedo, el famo-so Ambrosio de Morales, quien dio cuenta de ese curioso ha-llazgo en su producción, manuscrita todavía en los días deNic. Ant? y titulada El Santo Viaje; j) Auli Persii Satyraecum interpretatione hispana. Madrid, 1517; Logroño, por Mi-guel Eguía, 1529, 8*?; París por Stephanus; k) In Jut/enalem;1) Annotationes in obscuriora Plinii; 11) Loci communes devariis rebus; m) De Componendo Horologio, mencionado enel Epitome de Gesner.

Producciones poéticas del Nebrissense: a) Vafre dicta phi-losophorum carminibus latinis reddita, ad Joannem Fonse-cam Pax Augustanum episcopum, a. 1513; b) Epithalamiumin nuptiis clarissimorum Lusitaniae Principum Alphonsi et

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Elisabethae, recitado por su autor en los mismos días en quetuvieron lugar esas solemnes nupcias; c) Salutationes aliquaead Patriam; ch) De Profectione Regum ad Compostellam.Todas estas "nugae", con otras similares de Marineo y del hi-jo del Nebrissense, Fabiano, sobre el Arte de su padre y la le-yenda de la Peña de los Enamorados cerca de Archidona, fue-ron publicadas en Granada, en 1534, in-4?, y en Antequera,con notas, en 1577.

Obras históricas de Lebrija: a) Decades duae rerum a Fer-dinando & Elisabetha Hispaniarum Regibus gestarum: estasDécadas, que aparecieron como obra postuma de nuestro hu-manista, fueron editadas en Granada el año 1545 por Xantuso Santius, el hijo del autor jurisconsulto. Fueron después se-paradamente reimpresas (Francofurti anno 1579), para, al fin,formar parte del primer volumen de la publicación tituladaHispania illustrata. Lucio Marineo Sículo (vid. su libro xx)y Alfonso García Matamoros (en el Apologético) sostienenque esas Decades no son sino la interpretación latina de lasHistorias escritas en lengua vernácula por Hernando del Pul-gar. Vaseo y Sepúlveda, en cambio, impugnan ese aserto yatribuyen la total invención de 'las Décadas a nuestro huma-nista, aunque Andrés Escoto reconoce que, cuando menos, lamateria para dicha producción fue suministrada a Nebrija porHernando del Pulgar. Nuestro humanista, por su parte, en elprólogo de dicha obra dirigido a Fernando el Católico el año1509, manifiéstase informado directa o mediatamente de loshechos que ha de narrar y como si hubiera adivinado quetendría que realizar esa labor narrativa algún día, por lo queparece que al no descuidar su previa y sólida documentación,se asimila más al inventor y al escritor original que al servilintérprete de una materia ya por otro autor elaborada. Es po-sible, sin embargo, como prudentemente sostiene Nic. Ant°,que nuestro humanista proyectara continuar con personalesinvestigaciones las ya cumplidas por Hernando del Pulgar ytraducidas por el propio Nebrija. No es nada extraño que ca-lifiquemos el todo por la parte, si en ésta pensamos poner acontribución nuestros más personales y originales esfuerzos.Matamoros y Escoto parece que censuraron la termitas stili de

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la composición a que venimos refiriéndonos, si bien amboscitados escritores excusan esa deficiencia en atención a la se-nectud del famoso humanista hispano. Mas todavía y a pesarde semejantes imperfecciones, las Décadas de Nebrija fueronvertidas al vulgar y publicadas en Valladolid por SebastiánMartínez el año 1563, in-folio; b) De bello Novanensi, e. d.,navarrensi, que apareció conjuntamente con la Historia citadaen el apartado anterior; c) Ilustres varones de España, y cosasaumentadas en ella. Fernando Gadea atribuye esta obra a nues-tro autor y dice además que tal producción fue divulgada bajoel nombre de un tal D. F. de Padilla, sin que nos conste cuálfuera la causa de tan extraña conducta; en) Genealogía do-mus, ac familiae Eminentissimi Domini Cardinalis Joannis deZuñiga Hispani. El propio Elio Antonio nos informa de laexistencia de esa Genealogía en su Repetitio de peregrinarumuocum accentu; d) Antigüedades de España, Burgos, 1499.

Obras jurídicas y médicas de nuestro autor: a) Latina vo-cabula Juris civilis contra quosdam Accursii errores. Cítase deeste Lexicón una edición de 1486, pero Nic. Ant?, invocandola autoridad de Lorenzo Ramírez del Prado en su De libera-libus studiis, menciona tan sólo como la más antigua de cuan-tas registra una impresión de Salamanca del año 1511 y otrasvarias de Lyon (1537), París (1594) y Venecia (1589) apudJoannem de Albertis, in-8°, primero y después apud PetrumBertenum (1606) in-8° también; c) De ratione studii tractatus,que aparece unido a la obra registrada en el apartado ante-rior; ch) Annotationes in Pandectas. Cítase esta obra en uncatálogo de las de nuestro autor, invocando el testimonio deAntonio Agustín en sus Emendationes, lib. 11, cap. xi, massegún Nic. Ant°, la indicada alegación no es exacta, aunqueel mencionado bibliógrafo no duda de la existencia de las su-sodichas Annotationes del Nebrissense, quien debió compo-ner también unas Observationes Juris; d) Lexicón Artis Me-dicamentariae. Compluti apud Brocar 1518. A este Léxico fueunido Dioscórides, corregido por Elio Antonio y toda esa apor-tación fue llevada después al Diccionario grande, al LexicónHispano-latinum, según el testimonio de Fabiano, hijo del in-

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signe humanista, en el epigrama al lector de la obra última-mente mencionada \

Obras de Literatura o de Filología cristianas de nuestro hu-manista: a) In Seduli Poema de Christi miraculis Paraphra-sis. Compluti 1524 in-4?; b) Aurelii Prudentii Clemeníis libel-li cum commento. Logroño, por Brocar, 1512. Con escolios deSichardus, Amberes, 1540, in-8°. Finalmente, en la ed. de Joan-nes Vetzius; c) In Aratorem Actorum Apostolorum Parafras-tem. Escribiendo a Escobar el año 1508, decía nuestro huma-nista que había terminado y se disponía a publicar su In Ara-torem etc., etc. que parece fue en efecto publicado en 1515;ch) De Literis Haebraicis cum quibusdam annotationibus inScripturam Sacram, 4°; d) Quincuagenas tres locorum SacraeScripturae non vulgariter enarratorum. De la causa determi-nante de la pérdida de dos de esas Quinquagenas hemos he-cho ya previamente precisa referencia en una cita de la Apo-logía de nuestro humanista; e) Apología earum rerum quaesibi objiciuntur: ad Ximenium Cardinalem; f) Segmenta exEpistolis Pauli, Petri, Jacobi & foannis nec non & Prophetisquae in re divina leguntur per anni circulum. Tales Segmentareunidos en un volumen e ilustrados con escolios, fueron pu-blicados primero el año 1516 (y un ejemplar de esta ediciónse conservaba en la Biblioteca "Coloniana—sic, sin duda por

1 Transcribimos integramente en nota el curioso epigrama citado en el texto,porque en esa no desdeñable poesía, hallamos toda una serie de curiosas referen-cias a la labor litcrario-cicntífica de nuestro autor. El tenor literal de dicho epi-grama es el siguiente: "Fabianus Antonij Ncbrisscnsis. F. Ad lectorem/Jam iaquid dubitas immensa per equora tutus/Sydcre tam fausto tendere vela notor/Cas-talidum percurre choros : latiasque camenas,/Rhetoricum quicquid ditia regnabcant./Aut quis naturae varios cffingere vultus/Quicquid tellus alit : occanusqueplacct./Et medicas aude siluas penetrare latentes./Nec semper nostris inuia lustratime./Jura inuade simul quotquot ciuilia : campos/Sacratos pariter dogmata pon-tificum./Ocnique *• humana : t- diuina volumina tenta : Hic aditus fáciles panditad omne liber./Quod metuas non est obscura enigmata sphingos./Et lamas si quassemita forte parat./Non est quod sirtes paueas seuasque charybdes./Atque uagascautes : cimeriumque fretum./Antoni hec igitur debetur gloria soli./Ac laudumtitulis hic numerandus crit :/Primus in hesperiae populos velut ethere missus./Quod doceas latios rcdderc verba sonos./Et pro Sarmaticc stridenti murmure lin-guae./Romanum dederis primus i eloquium./Ucrbaque nunc iterum magno di-gesta labore./Rcbus quod facías concinuisse suis".

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error tipográfico y en vez de Colombiana en el texto de Nic.Ant?—Hispalensis Ecclesiae") y después en Granada el a. 1545;g) Orationes quae in universali Ecclesia per totum annumdecantantur, editadas el año 1549; h) Hymni ac expositio.Granatae, 1541, 4°; i) Hom'diae dioersorurn Auciorum inEvangelia, quae diebus Dominicis decantantur. Esta colecciónsupone una revisión cuidadosa, después de colacionar variosejemplares de los textos de referencia y una exposiciónverdaderamente áurea. Granada, 1549; j) Sanctorum acta seuvitae cum additionibus marginalibus. Logroño, Miguel Eguía,1527. Para componer obras como las dos últimamente regis-tradas, necesitaba nuestro autor poner a contribucióa toda sudiligencia y su acribia en la reproducción de tales textos, asícomo toda su sólida formación en el sector de la erudición sa-grada. No olvidemos además que a esa prestancia espiritualy doctrinal se debe que Lebrija no se sintiera sobrecogido porexcesivos o irracionales temores en el terreno dogmático. En1478 su maestro Pedro de Osma suscita un gran escándalo conlas novedades que introduce en la confesión y esto no obstan-te, nuestro humanista cita sin el menor recelo al mencionadodocente en el prefacio del Diccionario latino-español de 1492y en la Apología que compuso el humanista andaluz acercade sus diferencias con la Inquisición; es más, en su Epístolaa Cisneros, Antonio de Nebrija ridiculiza a los teólogos quetomaron parte en el Concilio de 1479. Y estas relativas auda-cias no fueron bastantes para restar prestigio a nuestro autor,del que figuran tres homilías, con otras de otros, en el códice970 de la Biblioteca Vaticana, conforme al testimonio reco-gido en este punto por Nic. Ant? de un testigo ocular.

Si adicionamos a los mencionados escritos el rotulado Deliberis educandis, citado por F. Gadea y del que después hare-mos sobrio examen, habremos enumerado todas o, cuandomenos, la mayoría de las obras conservadas de nuestro huma-nista. En el capítulo de las obras desaparecidas del insigne Ne-brija, incluiremos las que enumeraremos a continuación: a)De sestertio latino, "libellus" que fue, por lo menos, accesiblea Fernando Gadea; b) Repetitiones 111, e. d., la tercera, cuar-ta y quinta, a no ser que estas piezas hayan sido incorporadas

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a la Gramática, como en ella, sin duda, encontraron acceso lastituladas De accentu y De dictionum peregrinarían accentw,c) Etymologiae verborum & grammaticae raúonum sive cau-sarum, producción que se nos presenta como terminada ypendiente sólo de alcanzar de un momento a otro la luz de lapublicidad, según se nos advierte por nuestro mismo autor enel prefacio de su tantas veces citado Diccionario.

Y permítasenos que hagamos aquí ahora punto y apartepara causa nueva en esta forzada y enfadosa enumeración delas obras conservadas y perdidas de nuestro humanista insig-ne. Como término de referencia y de información suficiente,no podíamos, sin embargo, prescindir de los datos selecciona-dos y coordinados en toda la larga exposición precedente. Peroes que incluso podemos terminar ya este bosquejo biográfico conmuy sobrias referencias. Las indicaciones que de su personalproducción literario-científica debemos al insigne Elio Anto-nio, no hallan particular encarecimiento en estas notas com-plementarias no siempre autorizadas, ni a la inversa, pues lasúltimas tampoco se aclaran con el concurso de las primeras.Mas debíamos ofrecer unas y otras para que el lector haga deambos grupos el uso que su discreción le dicte.

Y he aquí ahora las aludidas sobrias referencias finales. To-do lo que modestamente nos ha sugerido la magna figura deNebrija desde la época, ya remota, en que empezamos a es-tudiar el humanismo español, no podía ni acaso debía hallarcabida en este lugar, pero algunos aspectos de la. genial signi-ficación del insigne humanista de Lebrija son aquí conscien-temente, aunque contra nuestros mejores deseos omitidos porvarias razones.

En primer término, de la valoración que es lícito atribuiral De liberis educandis, v. gratia, no es necesario que haga-mos especial tema de análisis en esta monografía, después depublicada la muy interesante de H. Keniston titulada Isloteson the De liberis educandis of Antonio de Nebrija 1, aun-que sí convendrá recoger y subrayar el cardinal resultado que

1 En Homenaje a Menéndez Pidal, t. III, págs. 126-141.

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el susodicho docto Keniston consigna en su mencionado estu-dio. Tal resultado se cifra en sostener y probar que el De li-beris educandis es de más importancia de la que pudiera pre-sumirse juzgando por su brevedad o por su carácter fragmen-tario, y que ese opúsculo deja fuera de duda que Antonio deLebrija, el "Padre del Humanismo español", ha bebido en lasmismas fuentes eruditas en que se abrevaron sus predecesoresen el campo de la educación en Italia, ya que los métodos queese humanista ha seguido y ha tratado de inculcar, se hallanbasados en la tradición clásica.

Y queda en segundo y último término referirnos a la quepudiéramos llamar "vida ulterior a la de su autor del Artede Gramática latina de Nebrija". El que traza estas líneas hapodido seguir en los Libros de Claustros de la Universidad deSalamanca las vicisitudes que esa Arte, consuetudinariamentellamada el Antonio, hubo de sufrir durante una centuria casicompleta en el susodicho famoso Estudio y ha recogido en sumonografía ya citada al principio de este "bosquejo" {Fran-cisco Sánchez de las Brozas: su vida profesional y académica),precisas y circunstanciadas referencias de tan importante asun-to, mas bastará aquí indicar que los émulos y antagonistas delúltimamente mencionado maestro querían a toda costa queel Antonio no cediera el puesto a la Gramática latina com-puesta por el maestro Francisco Sánchez y así las pequeneceshumanas convirtieron en instrumento retardatario el que fueoriginariamente forjado para abrir nuevos horizontes. Nohay que decir que en contiendas como esa lucha contra elmaestro Sánchez de las Brozas y contra los legítimos interesesde dicho profesional, suelen ser los "misoneístas" los que ga-nan las primeras batallas y así sucedió en nuestro caso. Al fin,sin embargo, el Arte del "Brócense" logra triunfar y se nosofrece el curioso y confortador espectáculo de que es la mis-ma víctima de la incomprensión y del cerrilismo retrógradoquien tiene que advertir que si el Antonio abrió una nuevaépoca, no puede servir como peso muerto, que cierre el pasoa nuevas perspectivas del futuro. Pero de todas suertes y paraquien quiera obtener más amplios esclarecimientos de tan ca-pitales extremos, séanos lícito invocar los testimonios ofreci-

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dos en las págs. 210 y 211 y en el apéndice E de nuestra men-cionada monografía. Para nuestra inmediata finalidad en estemomento haremos constar tan sólo que creyendo haber pene-trado en alguna de las facetas de la ingente personalidad deNebrija, hemos pensado siempre que el más decidido adversa-rio de la imposición violenta del Antonio, hubiera seguramentesido. . . el mismo Elio Antonio de Lebrija, que ofrece a todoinvestigador desapasionado un noble perfil científico, señero einmortal, a través de los siglos y por encima de las flaquezas yde los errores de los hombres.

Leyendo a Nebrija y subrayando algunos de sus cardinalesaciertos, creemos haber aprendido a reconocer, en medio deparciales y superables yerros, la verdad entrañada y funda-mental que sólo alcanzan a alumbrar los espíritus elegidos.Cuando del humanismo español y, en general, de la Cienciaespañola podamos explorar ese subsuelo de las más profundasy ciertas idealidades, habremos podido librarnos de la senten-cia que hoy desgraciadamente merecemos y que el citado doctoKeniston * formula en estos severos términos: "The story ofhumanistic education in Spain has been almost wholly ne-glected both by Spanish investigators and by students of otherlands" 2.

PEDRO URBANO GONZÁLEZ DE LA CALLE

1 Op. a't., pág. 126.- Advertencia adicional. Monseñor Pascual Galindo Romeo y D. Luis Ortiz Mu-

ñoz han publicado recientemente <r\ nño 19.15) en España cuatro obras inéditasde Nebrija: el gran Diccionario bíblico, según el códice descubierto en la BibliotecaVaticana (fondo borgiano). número 48; In Histeria de Molleólo, texto inédito delmanuscrito 19018 de la Biblioteca nacional de Madrid: la Quima repetición diNebrija, texto inédito del ct'>dice 132 del Colegio Español de Bolonia, y Comenta-rios a las Pandectas, texto también inédito, trascrito del mismo códice últimamentecitado. Dicho trabajo comprende además otros documentos inéditos menos impor-tantes, la nueva edición de otros ya editados y prólogos de menor interés quetodas las piezas prcmencionadas. I os autores citados estudian principalmente laApología, las Quincuagésimas, la Gramática hebrea y el Diccionario hebreo-bíblicodel Nebrissense, al que consideran ante todo y sobre todo como escriturario. Deboestas noticias —que llegan a mi conocimiento cuando se hallan en prensa lospliegos del precedente "ensayo"'— a la amabilidad de mi compañero en el InstitutoCaro y Cuervo D. José Manuel Rivas Sacconi, quien ha tenido la gentileza de|K>ncr en mis manos un ejemplar de la Revista de Filología Española, correspon-diente al tomo xxvn, cuadernos 29, 3 ' y 4', en cuya j-ájj. 539 hallo las referenciasrecogidas en esta advertencia adicional.