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La imagen de la portada ha sido extraida del google images.
Raúl Muñoz González.
El amor pasa sin hacer ruido. Igual que pasan las nubes, los buenos hombres
y las buenas mujeres, que se conforman con juntar sus vidas
y destinos.
Somos parte de un paisaje trazado sobre un lienzo. Y los trazos son caprichosos,
podría desvanecerse en cualquier momento el encanto del pincel.
Podríamos difuminarnos enseguida, si olvidamos, que la vida es poesía
y la belleza es tan efímera como la ilusión de vivir.
ALBATROS
Cuando era niño tenía el mundo a mis pies, corría alegre y saltaba sobre loscharcos.Tocaba las nubes, las mordía y se deshacían en mi boca, mientras miraba a miabuelo que entregaba unas monedas al mago de la feria. Aquel señor, con su varitamágica, creaba rosadas nubes de algodón para todos los niños y sus abuelos. Mi cieloestaba lleno de albatros, yo por la noche los pintaba con tiza en mi cama; por la mañana,cuando veía a mi abuelo y le daba un abrazo, los echaba a volar. Mi abuelo sacaba supañuelo y se secaba los ojos; ¡lloraba de alegría! Me pasaba toda la noche pintandoalbatros de inmensas alas blancas e inocentes. Tenía que concentrarme mucho, meimaginaba los ojos de mi abuelo, así tal cual eran, celestes, y me sumergía en un inmensoocéano de aguas azules. En la serenidad de aquel mar de cielo, nos amábamos mientraslos albatros volaban a nuestro alrededor, dándonos su bendición. Mi abuelo era todo paramí, me perdía en su esponjosa bondad y vagábamos a la deriva, contemplando el trajín dela ciudad desde nuestro alto cielo. Allí arriba, tan alto, no nos veía nadie, podíamosabandonarnos a la broma, la risa infantil. Los mismos albatros, a veces, nos miraban yguiñaban un ojo. Posiblemente ya fuéramos parte de ese cielo. Quizás ya somos nubes dealgodón.
Ahora estoy muy triste, querido abuelo, porque un día decidiste volar más alto y dejé deverte. ¿Te convertiste en albatros? Si es así, esta noche me pintaré unas grandes alas conmi tiza blanca y me lanzaré a volar muy alto, tan alto como tu bella e inalcanzablebondad.
MONTSERRAT
De niño la buscaba con ansia,
tratando de sorprender su imagen;
una figura inalcanzable, y por ello
mucho más atractiva y hermosa si cabe.
Aquellos contornos resultaban ser muy valiosos,
y tan pronto escapaban a mi vista,
ocultos en un cielo encapotado,
como aparecían de repente
flotando en mis manos.
Relieves, contornos, figuras, imágenes...
Y ahora que el tiempo pasó, ¿qué veo?
Quizás no más que un accidente geográfico,
pero no es así del todo; también, a veces,
se me antoja ver un macizo de penes apretados,
o, en otras ocasiones, un esbelto seno
con infinitas protuberancias y posibilidades.
En todo caso, el mismo fondo blanco
donde proyectar mis recuerdos;
aquellas ilusiones
que siempre me han acompañado.
LLUVIA
Amaina cuando se desvanecen las nubes.
Sale el sol, y también nosotros:
mi padre y mi madre, mi hermano y yo.
De la tierra mojada suben fragancias
buscando la respiración de mi padre,
que asiente y me guiña un ojo;
sonrío tímidamente, siento el cosquilleo
de la complicidad: su ilusión
abierta al porvenir.
Miro a mi madre,
en el brillo de sus ojos se adivina la ilusión
acariciada por las nubes.
El sol roza tímidamente sus mejillas
cuando posa la mano en la zarzamora
-aún fresca, mojada-
y mira de reojo la mano de mi padre,
que pasa rozando su mano.
Asombrado los contemplo.
Me parecen un claro en el cielo
de los besos robados.
MADRE
Con aguja y dedal hilaba la ausencia.
Remendaba mi chandal azul marino.
Los días de fiesta se pintaba los labios
y me sonreía desde el espejo,
mientras alguien se preguntaba:
¿Eras tú, madre, la que lloraba?
PARTO
Yo vi al hombre de la bata blanca
desenvainando sus finas agujas.
Brillaban sus ojos en la oscuridad
del líquido amniótico.
PUESTA DE SOL
Ellos mantienen una estrecha relación,
siendo ella tan pesada y afligida
y él tan liviano e indiferente.
Un día escuché los latidos de la tierra,
entonces pregunté al cielo:
-¿Cómo era posible aquel amor?
La única respuesta fue su silencio.
Pienso que alguna razón encontraron
más allá del horizonte, allí donde se oculta el sol
sin ningún motivo aparente.
MICHINA
( I )
Una vez la vi con un pajarillo en la boca.
Aquella gata era callejera.
¡Salvaje!
( II )
Cuando la gata se contorneaba en mis piernas,
me estaba pidiendo una caricia.
Ella sabía que me sentía solo y triste,
y corriendo venía a aliviar mi dolor.
( III )
Cuando cruzaba la carretera para ir al colegio,
la gata me seguía, no quería separarse de mí.
Aún hoy me resulta triste y doloroso
volver la vista atrás.
( IV )
Me derretía en la ternura cuando besaba su lomo,
bañado por el sol.
Ella ronroneaba, cerrando sus ojos verde aceituna.
Se quedaba dormida, y yo soñaba
ser el niño más feliz del mundo.
( V )
Subía más y más mi mano
y la gata saltaba en el aire,
agarrando la loncha de jamón.
( VI )
Aquel gato amaba a michina.
La relamía, la acariciaba y aseaba.
Ella cerraba sus ojos verde aceituna
y se dejaba hacer.
Yo permanecía inmóvil, junto a ellos.
Era mi secreto.
( VII )
No escuchaba al profesor.
Me parecía escuchar, muy a lo lejos,
suaves murmullos y chasquidos
de bocas aferrándose a los pechos
de michina;
que ya era una madre
amando a sus cachorros.
CHIFLADO
—¡Soy un gran bailarín! ¡Ole, ole, ole y olé! —exclamaba
taconeando el suelo.
¡Era tan divertido aquel señor!
¿Habéis conocido alguna vez a alguien así?
CONTEMPLACIÓN
Raíles atravesando los mapas,
trazando cortocircuitos cerebrales.
Una miga de pan soñando
con un dios diminuto.
Y una gota de potasio
mira su rostro en el espejo
de la neurona.
ESQUELAS
Santurrones hipnóticos cuelgan de la mañana,
desflorando nubes con sus penes taciturnos.
Orinan el ácido de sus estómagos sobre la tumbas
sin esquelas.
TORMENTAS
Sinuosas corrientes eléctricas
iluminan algodones blancos,
suspendidos del cielo grasiento.
En el tambor del vidrio llora la luz
hollando el hueso sonoro del cielo.
Rayos, truenos, tormentas:
muere la luz por el agua
necesaria para la vida.
FLOR GRASIENTA
Una flor grasienta derrama su aceite
sobre mis manos de tulipán.
Al otro lado del espejo, Narciso sonríe.
Y a lo lejos, en el pozo de la mirada,
una madre cansada llora en silencio.
LOS PASOS DE LA LUNA
Con los alabastros ceñidos a su cintura
y su cobrizo sueño prendido al alba,
baila la luna su canción;
se aferra a la claridad del cielo,
temiendo caer al vacío
de una mirada sin simiente.
NOCHE APACIBLE
Noche apacible y tranquila.
Las jirafas desfilan sobre las azoteas
de los altos edificios.
El PEQUEÑO SALVADOR
El niño imaginó una cueva
donde vivían luciérnagas
sobre pinturas rupestres.
Diseñó la vagina de vidrio refractario,
donde rebotaban los rayos del sol
y dormía la belleza de una madre.
El pequeño salvador diseccionó el espacio,
lo trazó sobre un lienzo y le puso fecha;
luego firmó con el nombre de Gala.
LA MARIPOSA
Respirando hondo abrió las manos,
esperando que se abrieran las alas
que quedaron empapadas de sudor.
No comprendía
cómo era que no volaba la mariposa,
si él sólo quería salvarla de la muerte
cuando la recogió de aquel arbusto.
PINTANDO VAGINAS
Una boca consumida por las hormigas
yace enterrada entre algas, mientras
la clorofila pigmenta las conchas marinas.
Descansa la vida, respirando por la boca
del niño que pinta una vagina,
tan grande como el pueblo que lo vio crecer.
SALVACIÓN
En un sueño relativo al espacio
gritó el tiempo,
y desperté con los ojos del salvador
clavados a mis ojos;
supe que aún era posible la salvación.
EL SALVADOR
Cristo quiso ser sincero.
Nació por la gracia de la virgen.
Tuvo un padre, llamado José,
y una madre, llamada María.
Quiso hablar de la verdad y habló,
pero nadie lo escuchó.
Ahora llevamos a la espalda la cruz de la mentira
mientras contemplamos el cuadro del salvador.
BELLEZA
Eyacularon los almendros
sobre la boca de la luna,
que, con su frío aliento,
anunció la muerte prematura
del gran masturbador.
MARIPOSAS
Todos manoseaban el día
hasta desgastarlo.
Eran demasiado rudos para las mariposas
que crecían en el vientre de Cadaqués.
Él lloró en su capullo de seda
el sueño de las mariposas.
FUTURO LIENZO
Una pareja infeliz orinó sobre su hijo,
trazando la línea de un grito
sobre el cuaderno escolar.
Era una tarde calurosa, moría el sol.
Y la luna besaba su rostro en el espejo,
empañando un futuro lienzo.
SUEÑO
La hierba de esbelta figura
sueña con ser amapola;
el rojo de la sangre sueña
con ser atardecer del cielo.
Y el niño, recostado en el lienzo,
teme a la noche
dibujada en su rostro.
PONIENTE
Las hormigas miran al poniente.
La hierva crece lentamente
sobre los cubos de arena
mientras él juega con su pala.
Una tarde color turquesa,
contempla al niño y a la madre
que sonríen al poniente.
MUJER AL PIANO
Unos dedos se separan de unas manos,
quedando unidos a las notas musicales;
el murmullo blanco y negro de la mariposa
mancha la camisa de los domingos.
Y unos ojos giran en la tramuntana,
pintando a la mujer sentada al piano.
VENTANA AZUL
Una mujer asomada a la ventana,
como la flor del almendro al cielo azul.
Y la brisa serena de la tarde
acariciando la nalgas de la mariposa.
Y un pincel que sueña a Gala
remontando la espuma del mar.
ETERNIDAD
Tu mirada es eterna, como el silencio
de las noches claras y despejadas.
LÁGRIMA
Deposito en un depósito
una lágrima: toda una vida.
HECHIZO
Encantadora noche de las serpientes,
enredándose a los brazos retorcidos;
susurrando canciones al oído
de los muertos que abandonan sus tumbas.
LA NOCHE DURMIENTE
La bella salamanquesa orea la noche,
que yace a sus pies postrada;
perdidamente hechizada por la bella mujer,
que la despierta con sus oraciones.
PERLAS
Cada mañana la veo peinarse,
desenredar perlas engarzadas
a la frondosa vegetación,
donde acude a una cita a ciegas
con su alma gemela: el amor.
Cuánto gozo sienten mis manos
cuando me ofrece sus perlas,
y cuánto júbilo siente mi corazón
cuando acude a la cita de su amor.
PAISAJE
Los recuerdos empañan mi mente. Ando apresurado, huyendo del incendio que sepropaga a mi paso. No veo más que una cortina de humo, enmarañada al recuerdodestartalado por la tortuosa tartera del miedo. Mi vista se pierde en el borroso horizonte ysu nombre se deshace en un eco vacío y sin sentido. Se resquebraja la tierra tras undesesperado grito, dando lugar a una impresionante cordillera. Atravieso ríos y valles.Por las aguas fluye mi sangre y mis ojos enarbolan la fragilidad del valle, que ahoracontemplo.
GABARDINA
Me sujetaron la gabardina que olía a cebolla. Ya no había nadie más, todos habíanmarchado a ver cómo caían los ángeles del cielo. Los demonios freían carne en lasbarbacoas y mi madre volaba con su ramito de violetas. Teníamos todo el tiempo delmundo, no nos preocupábamos por los torbellinos de pájaros que salían de nuestros ojos.
SOMBRA
Escapando de la muerte
me levanté con mi sombra.
SOMBRAS
Se reagruparon las sombras
para recordar al último hombre,
que murió junto a los pájaros.
VEJEZ
La hierva con ojos creció en sus oídos;
pudo escuchar los latidos de su muerte.
AMANECER
Un beso quieto nada, con ramitas de romero, a la luz del alba:
¡Por fin amaneció en este país abandonado y olvidado!
DESPEDIDA
La última vez lo vieron abrazado al viento.
SOLEDAD
Cuchillo afilado por una manada de silencios.
SUICIDIO
Árbol enfilado al vacío.
NARCISO
Un atardecer en el vientre
preñado de hormigas rojas,
alumbra una separación;
mientras un niño quisiera
romper las aguas del mar
y llevárselas a su madre.
UNA MUJER SE HA PERDIDO
Ella traza lienzos esponjosos
de tonalidades claras y oscuras,
y su pincel brilla en mis ojos.
Sus besos humedecen la saliva,
y su muerte de color ocre
tiñe la piel incolora del tiempo.
Sus manos son como relámpagos
que flamean y queman, dulcemente,
la soledad y el dolor de mis manos.
Una mujer se ha perdido.
Su tinta se arremolina en mi vientre:
la morada donde descanso en paz
y escribo el texto de toda una vida.
Una mujer se ha perdido
en los paisajes del silencio
donde transita la belleza.
Una mujer se ha perdido
en un poema:
un lienzo cálido
donde los suspiros flamean
la esperanza del sueño,
que se torna esponjoso.