el experimento peruano en retrospectiva ddt19

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    EL EXPERIMENTO PERUANO EN RETROSPECTIVA

    Jane S. Jaquette / Abraham F. Lowentha1

    Documento de Trabajo N 19

    Serie: Sociologa/ Poltica N 4

    Instituto de Estudios Peruanos Julio 1986

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    Indice

    3 INTRODUCCION

    4 EL EXPERIMENTO PERUANO: ORIGENES, EVOLUCION, y CONSECUENCIAS

    10 EXPLICACION DEL EXPERIMENTO PERUANO

    11 POR QUE ADOPTARON LOS MILITARES UN PROGRAMA DE REFORMAS?

    14 POR QUE RADICALIZARON LOS MILITARES EL PROCESO DE REFORMAS?

    18 POR QUE ABANDONARON LS MILITARES SU PROGRAMA RADICAL?

    24 EVALUACION DEL EXPERIMENTO PERUANO

    28 Notas

    31 Bibliografa

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    INTRODUCCION

    Ningn otro pas en Amrica Latina y pocos en el Tercer Mundo fueron el tema de tantas publicaciones en ciencias sociales como el Per durante los ltimos aos de 1970 y el comienzo de los 80. Abundantes libros, monografas, artculos y disertaciones aparecieron en el Per y en otras partes de Amrica Latina, Estados Unidos Europa Occidental, e incluso en la Unin Sovitica y el Japn.

    Lo que inspir esta explosin no fue la importancia

    estratgica del Per, ni su peso demogrfico o econmico, ni sus recursos naturales. Aunque las tendencias de investigacin a menudo siguen intereses concretos, esta sbita atencin acadmica hacia el Per se origin debido fundamentalmente a inquietudes intelectuales. El experimento peruano de efectuar profundas transformaciones sociales bajo direccin militar, plante varios problemas claves: el carcter y los lmites de la participacin militar en el desarrollo poltico y econmico; las fuentes, extensin y consecuencias de la autonoma del Estado; la naturaleza y grado de las limitaciones internacionales sobre las decisiones nacionales; y la factibilidad de los enfoques hacia una "tercera va" de desarrollo, enfoques que no eran ni puramente capitalistas, ni absolutamente socialistas. Aunque ninguno de estos problemas puede ser elucidado en base a un solo caso, la literatura sobre el Per contribuye en forma significativa al entendimiento de todos ellos.

    Este ensayo toma en cuenta las publicaciones ms importantes

    aparecidas recientemente sobre el Per, en ingls. Hace un resumen de lo que signific el experimento peruano, analiza porqu ocurri y se desarroll de la manera que lo

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    hizo, y evala sus resultados e importancia. Destacamos varios puntos de vista opuestos en los intentos de explicar la experiencia peruana bajo los militares. Finalmente, analizamos las lecciones de este perodo para el Per, para el rol de los militares en la poltica de los pases en desarrollo, para el estudio comparativo de la poltica latinoamericana y para el desarrollo en el Tercer Mundo. EL EXPERIMENTO PERUANO: ORIGENES, EVOLUCION Y CONSECUENCIAS

    El 3 de octubre de 1968, el Jefe del Estado Mayor peruano,

    general Juan Velasco Alvarado -apoyado principalmente, por un pequeo cuadro de coroneles del Ejrcito- destituy al Presidente constitucional, Fernando Belande Terry.

    En, pocos meses, la nueva Junta se haba establecido como

    gobierno institucional de las Fuerzas Armadas, no como un rgimen caudillista. Haba dejado en claro, adems, su compromiso -al menos a nivel retrico- de promover profundos cambios en las estructuras econmicas, sociales y polticas de la nacin, e incluso, en su ideologa.

    Durante los siguientes doce aos, el equivalente de dos

    perodos presidenciales segn la constitucin peruana, las Fuerzas Armadas del Per se dedicaron a modernizar a uno de los pases ms atrasados de Sudamrica. Los lderes militares peruanos intentaron acelerar el crecimiento econmico del pas y alterar la distribucin econmica y de poder; integrar a la vida nacional peruana a la marginada poblacin indgena; crear nuevas formas de participacin poltica, e incluso, crear un nuevo hombre peruano; solucionar el problema de la dependencia externa; y hacer del Per uno de los lderes del Tercer Mundo.

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    Tan elevadas metas, junto a los innovadores esfuerzos del Per por alcanzarlas, llamaron la atencin internacionalmente. Lderes militares y polticos de diversos pases en las Amricas pusieron sus ojos en Per. Cuba y la Unin sovitica le dieron ayuda econmica, al igual que Canad, varios pases europeos, y ciertas fundaciones de Estados Unidos.

    El inters inicial creci en la medida en que el rgimen se hizo ms innovador. Las Fuerzas Armadas pasaron de la decisiva nacionalizacin de la Compaa Internacional del Petrleo (una subsidiaria de EXXON), a la semana de llegar al poder, a la dramtica Ley de Reforma Agraria de junio de 1969, que afect no slo a las grandes propiedades de la sierra, sino que tambin, y en forma inmediata, a las ricas plantaciones de algodn y azcar de la costa. Durante 1970 y 1971 hubo revisiones y extensiones de varas medidas de la Ley de Reforma Agraria y profundas reformas en el sistema educacional y en las universidades. Adems, se nacionalizaron varios bancos y depsitos mineros y se estableci la Comunidad Industrial (CI), un plan de participacin de los trabajadores en las empresas que fue impuesto al sector privado de la economa.

    Para 1972, el rgimen estaba nacionalizando otras industrias y

    sectores de importancia, que incluan, por ejemplo, a la industria de harina de pescado que enfrentaba serios problemas e iba hacia la quiebra. El gobierno peruano estaba tambin creando una agencia de movilizacin poltica (SINAMOS), que se supona llevara al pas a una "democracia social de participacin plena". En 1973 se public un proyecto de ley que fue revisado y decretado al ao siguiente: se form el sector de la "Propiedad Social", que era manejado por los trabajadores y que, segn un vocero del gobierno, eventualmente dominara la economa. Luego, en 1974

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    sigui el control total de la prensa -y se designaron determinados peridicos y revistas para que fueran las voces de ciertas colectividades. Durante todo este perodo, los militares estaban tambin construyendo una infraestructura: estaban expandiendo y reforzando el aparato estatal; construyendo caminos, puentes, centros de pesca y minera; explorando (con limitado xito) los depsitos naturales de petrleo y construyendo un oleoducto para su transporte a la costa; y en general estaban dedicados a expandir la base productiva del pas.

    Para 1975, los lderes militares del Per haban iniciado, en un tiempo tan breve, ms reformas fundamentales que ningn otro pas en Amrica Latina en el siglo XX, con la excepcin de las revoluciones de Mxico y Cuba, y quizs, del caso de Chile durante el gobierno de Allende. Por medio de cerca de 4,000 leyese incontables acciones administrativas, la lite militar de Per trat de regimentar a una nacin, que a menudo se resista a entrar en una "revolucin".2

    Durante el perodo de 1975 a 1980, generalmente descrito en

    Per como "la segunda fase" de la revolucin, se dieron considerables cambios en el liderazgo, en la velocidad y en la orientacin del proceso de transformaciones dirigido por los militares. El general Velasco Alvarado, que haba estado seriamente enfermo desde el comienzo de 1973, fue reemplazado en un golpe militar no violento en 1975 por el Jefe de Estado Mayor, general Francisco Morales Bermdez, un experimentado poltico-militar que haba sido Ministro de Economa y Finanzas bajo los gobiernos de Belande y Velasco. A nivel retrico, el general Morales Bermdez proclam la continuidad entre lo iniciado por Velasco y su gobierno y expres su compromiso irreversible con la "revolucin.

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    Bajo intensas presiones internas y externas, pronto, sin embargo, trat de modificar y atenuar algunas de las reformas del gobierno anterior. Hacia 1977, Morales Bermdez estaba estableciendo las bases para la salida de las Fuerzas Armadas del poder y una vuelta a la democracia en 1980.

    El 28 de julio de 1980, Y por primera vez desde .1963, hubo elecciones generales en el Per. Por aplastante mayora -con ms del 45 por ciento de la votacin- el ganador fue nada menos que el ex-Presidente Belande, quien volvi al palacio presidencial con una plataforma poltica muy similar a la que lo haba llevado al poder 17 aos antes. Ms sorprendente an fue que los nicos candidatos que se haban identificado en forma estrecha con los militares en las elecciones de 1980 sacaran, juntos, menos del cinco por ciento de los votos. Cerca del 90 por ciento del electorado apoy a los partidos que haban sido especficamente repudiados por las Fuerzas Armadas cuando tomaron el poder en 1968: Accin popular (el partido de Belande), APRA (el partido peruano ms antiguo y por mucho tiempo la nmesis para los militares), y varios partidos de izquierda. Los votantes peruanos escribieron as un elocuente epitafio al rgimen militar.

    Cuando el Presidente Belande volvi al palacio presidencial

    el experimento peruano ya haba abortado. Los esfuerzos militares por estimular el crecimiento econmico haban fallado al declinar la produccin agrcola e industrial. Haban bajado los salarios reales, mientras que haban subido las cifras oficiales de desempleo, la inflacin y la deuda pblica; esta ltima, vertiginosamente.3 Pero el fracaso del experimento peruano no se limit al

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    rea de la economa. A pesar de haber hablado tan apasionadamente sobre la necesidad de justicia social, los lderes militares del Per no mejoraron en forma significativa el sistema de recaudacin de impuestos. En realidad se hizo an ms regresivo. Luego de proclamar la necesidad de reformar fundamentalmente las estructuras sociales, las fuerzas Armadas tomaron medidas que dejaron a la mitad ms pobre de toda la fuerza laboral prcticamente en idnticas condiciones, y al cuartil inferior en peores condiciones.4 Y a pesar de haber hablado insistentemente de participacin popular, el rgimen militar se encontr siendo inmensamente impopular: fue repudiado en las elecciones electorales y por huelgas nacionales masivas, y no pudo obtener ningn apoyo de las masas.

    A excepcin de la Reforma Agraria, pocas de las medidas ms importantes del rgimen sobrevivieron en la dcada de los ochenta. SINAMOS, la agencia de movilizacin social que se supona desarrollara los canales para que hubiera una efectiva movilizacin colectiva, desapareci sin dejar huella. La Reforma Educativa fue erradicada en su mayor parte. La "Propiedad Social" afect solamente a algunas firmas marginales. La concepcin de comunidad industrial fue substancialmente modificada, y la orientacin que tena el pas hacia una economa controlada por el gobierno, reverti a los moldes previos a la toma del poder por los militares. Los peridicos expropiados fueron todos devueltos a sus ex-dueos. A pesar de los varios intentos del rgimen de reducir la dependencia externa, la nacin se encontr ms que nunca hundida en la deuda externa y, adems, tremendamente vulnerable a las fluctuaciones econmicas internacionales. Excepto por los intentos algo quijotescos de Belande por resolver el embrollo de las Islas Falklands-Malvinas en 1982, las aspiraciones de Per de llegar a ser

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    uno de los lderes del Tercer Mundo se evaporaron.

    Muy pocos observadores consideran que los doce aos del experimento peruano fueron un xito. Es importante notar, sin embargo, que el programa bsico de los militares, de afirmacin nacional, modernizacin econmica, reforma antioligrquica y desarrollo sistemtico de un aparato estatal, se implement en grado considerable. Cuando las Fuerzas Armadas entregaron el poder en 1980, el paisaje poltico y econmico de Per no era ms el del pasado. Por una parte, el sistema de tenencia de la tierra haba sufrido grandes transformaciones. Aunque la Reforma Agraria no logr la meta de motivar a los campesinos reunidos en cooperativas agrcolas a trabajar en forma eficiente y de que se convirtieran en grandes consumidores de bienes industriales, logr sacar la tierra de las manos de la oligarqua agraria. Por otra parte, aunque el crecimiento del Estado haba sido demasiado rpido para poder ser controlado, se cre un aparato pblico significativamente ms fuerte que el que exista previamente. Por primera vez, adems, se institucionaliz la planificacin a nivel nacional.

    El nmero de peruanos que participaron activamente en la vida

    poltica -segn se refleja en el crecimiento del electorado real y potencial entre 1963 y 1980, por ejemplo- aument muchsimo; en gran parte, gracias a la extensin del sufragio a los analfabetos y el proceso de movilizacin precipitado por las reformas del gobierno militar. Este proceso tambin signific que crecieran el nmero y la fuerza de las organizaciones a travs de las cuales los peruanos se dedicaron a sus intereses y los afirmaron: cooperativas, sindicatos y organizaciones de barrios. En cuanto a las relaciones internacionales del Per, obviamente el pas no ha terminado con su dependencia, pero la relacin con los

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    inversionistas extranjeros ha llegado a ser, de alguna manera, ms simtrica, tanto de hecho como en percepcin, en gran medida debido a la ampliacin del rol del Estado.

    En todos estos aspectos, los gobernantes militares del Per contribuyeron mucho a aminorar la brecha anteriormente existente entre la realidad socioeconmica en evolucin del pas y las anacrnicas instituciones polticas y administrativas. Per experiment (aunque en forma acelerada) cambios que haban ocurrido anteriormente en pases como Chile y Brasil durante dcadas de polticas populistas. La modernizacin del Per pas a llevar modelos tradicionales profundamente arraigados, transformando al pas considerablemente. Si bien Per no experiment una verdadera revolucin bajo los auspicios ilitares, cambi significativamente durante ese perodo. m EXPLICACION DEL EXPERIMENTO PERUANO

    Cmo se explica que las Fuerzas Armadas del Per hayan adoptado inicialmente un programa de reformas? Cules fueron las razones del aparente xito que tuvieron al comenzar a ponerlo en prctica? Por qu el experimento peruano se hizo primero ms comprensivo, luego se radicaliz y finalmente retrocedi? Por qu los lderes militares del Per atrajeron a tan pocos seguidores, incluso, entre aquellos que eran beneficiarios de sus programas? Cmo se debera caracterizar, en ltima instancia, la experiencia peruana?

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    POR QUE ADOPTARON LOS MILITARES UN PROGRAMA DE REFORMAS?

    Las explicaciones econmicas estructuralistas sobre la "revolucin" sostienen que las Fuerzas Armadas intervinieron para tomar el rol inadecuadamente desempeado por la burguesa nacional. E.V.K. FitzGerald sostiene que los militares actuaron para solucionar la "crisis de acumulacin de capital" que la burguesa peruana no haba sabido enfrentar. Anbal Quijano describe "una crisis de hegemona producida por una tensin no resuelta entre los sectores de la oligarqua agraria y los sectores industriales de la burguesa.6 John Weeks afirma que fue la burguesa misma la que tom el poder en 1968, siendo los militares los agentes del "proyecto nacional burgus". Este argumento es compartido por David Becker en su estudio de la burguesa minera, y tambin por Rosemary Thorp y Geoffrey Bertram en su estudio de un siglo de historia peruana. Estos trabajos coinciden en afirmar fundamentalmente que la historia econmica del Per haba estado determinada por la ausencia de una clase empresaria nacional fuerte, coherente y exitosa; y que las Fuerzas Armadas buscaron llenar el vaco resultante y crear las condiciones para "intensificar" la industrializacin existente.

    El anlisis de Julio Cotler es tambin estructuralista,

    aunque ms poltico que econmico. Sostiene que, tanto la funcin como el proyecto de los militares consistieron en integrar a la nacin y consolidar el Estado. Un Estado peruano fortalecido sera el mediador entre Per y el capital extranjero, redistribuira las entradas dentro del pas, y hara posible una mayor integracin de la poblacin en una sociedad caracterizada por la fragmentacin y marginalizacin del campesinado. El xito creara eventualmente, apoyo popular cuando los peruanos reconocieran al Estado

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    como la "encarnacin de sus esperanzas y la esencia de su identidad nacional colectiva".7 La forma en que los militares construyeron el Estado, segn Cotler, fue tapando los conflictos de clase con una retrica de solidaridad corporativa. Capital y fuerza laboral deban "tirar la cuerda por el mismo lado", de acuerdo a una de las frases memorables del general Velasco.

    Alfred Stepan pone la configuracin poltica peruana en un contexto comparativo, evaluando la experiencia peruana con respecto a las de los pases ms avanzados del Cono sur.8 Debido a que Per estaba en una etapa relativamente anterior de sustitucin de importaciones, dice Stepan, las Fuerzas Armadas tuvieron "espacio poltico" para maniobrar y pudieron ordenar una dramtica serie de reformas estructurales. Y dado que el pas se encontraba en una etapa anterior de movilizacin popular, los militares pudieron tener una actitud "inclusionaria" con respecto a la participacin popular, en notorio contraste con las represivas polticas de los regmenes militares de "autoritarismo burocrtico" de Brasil, Argentina, Uruguay y Chile.

    Los anlisis de los militares como institucin, resumidos y

    representados por George Philip, tienen un enfoque muy diferente a los anteriores. Segn esta perspectiva, el crecienteprofesionalismo de las Fuerzas Armadas hizo que los lderes militares fueran ms conscientes de las causas estructurales del subdesarrollo peruano y tuvieran ms confianza en su capacidad de promover cambios. Este enfoque afirma que la ecuanimidad de los oficiales haba sido puesta a prueba por el desafo de la guerrilla en la sierra en 1963 y 1965, y que los analistas militares haban llegado a la conclusin de que la estabilidad del Per estaba ms amenazada desde el interior que desde el exterior. Sostiene,

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    adems, que las Fuerzas Armadas haban apoyado la eleccin de Belande en 1963, pero que cinco aos ms tarde estaban frustrados con el lento paso de la reforma civil. Dentro de esta postura, un anlisis generoso de las motivaciones de los militares es que intervinieron para eliminar los obstculos estructurales para que el pas pudiera desarrollarse, aunque observadores ms escpticos indican que al hacer eso servan a una concepcin mucho ms estrecha de lo que deberan ser los intereses institucionales: mayores presupuestos militares, mayor prestigio y la importacin de armas ms sofisticadas.

    Philip sostiene que la diferencia entre los enfoques "estructurales" e "institucionales" representa ms que una simple competencia entre posiciones intelectuales. Dentro de la poltica peruana, las posiciones estructurales fueron compartidas por la izquierda, mientras que los conservadores no reconocieron ningn valor en las reformas y criticaron los posibles motivos militares desde el comienzo. Philip mismo sugiere que las Fuerzas Armadas lanzaron un programa de reformas radicales no para llevar adelante un proyecto burgus, sino para llenar el vaco dejado por el APRA -que se movi hacia la derecha- en el ala izquierda de la poltica peruana. Philip interpreta el hecho que las reformas de justicia redistributiva no tuvieran apoyo popular, como un signo ms de la debilidad de la izquierda peruana y de la validez de su tesis.

    A excepcin de la visin de la derecha de que la "revolucin"

    era meramente una fachada retrica para tapar intereses puramente militares, los anlisis estructurales e institucionales llevan a la conclusin de que el ambicioso programa de reformas de los militares fue, paradjicamente, tanto imposible de anticipar, como impostergable. Al redefinirse el golpe militar como "revolucin", los militares habran redefinido su rol como institucin.

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    POR QUE RADICALIZARON LOS MILITARES EL PROCESO DE REFORMAS?

    Existe acuerdo entre los analistas de que el experimento militar peruano pas por dos etapas: un perodo de reformas y de creciente radicalizacin (1968-1975), y una fase de consolidacin -que fue en realidad un verdadero retroceso de todo el proceso anterior (finales de 1975 a 1980)-. Los anlisis estructuralistas econmicos encuentran el nacionalismo econmico del gobierno y la Reforma Agraria coherentes con el proyecto nacional burgus, que requera la proteccin del Estado para el capital domstico y la creacin de un mercado nacional. Sin embargo, no tienen una explicacin clara para la radicalizacin que se produjo posteriormente contra los intereses de la burguesa.

    Weeks y Becker afirman que la revolucin burguesa fue un

    xito. Los datos de Weeks muestran que el sector de capital domstico aument su parte relativa de la produccin y goz de altas ganancias; Weeks sostiene que los intereses de la burguesa no fueron atacados hasta que se lleg a la fase II, cuando la crisis en la balanza de pagos peruana forz a Morales Bermdez a acceder a un programa de estabilizacin econmica del Fondo Monetario Internacional.

    La evaluacin de Becker es la ms positiva: afirma que los

    militares tuvieron xito en la creacin de una burguesa con cohesin en el sector minero y protegida ante la feroz competencia extranjera que quera hacerla presa de su caza; como tambin, que fue ayudada, no destruda, por el establecimiento de empresas para-estatales. Para Becker, el peligro para la institucionalizacin de la hegemona no radic en la fuerza laboral, ni en el sector agrario, sino en las crecientes demandas de los pobres de la urbe. La

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    fuerza laboral, debido a su organizacin, tena la capacidad de compartir los beneficios del desarrollo tipo "bonanza", y el sector agrario pudo ser reformado sin graves problemas, porque el enfoque "bonanza" est basado en las ganancias de las exportaciones mineras, no en la explotacin del sector agrcola para financiar la industrializacin.

    FitzGerald tiene una visin ms negativa: opina que la burguesa fue demasiado dbil para responder al ambicioso rol que los militares le haban elegido. Y que como resultado, los militares se encontraron cada vez ms dependientes del capital extranjero y de la intervencin estatal para llevar a cabo sus metas de desarrollo. Segn FitzGerald, la Propiedad Social signific la ltima trinchera en el esfuerzo por estimular la actividad empresarial, en respuesta a la hostilidad de la burguesa nacional hacia el desarrollo del proyecto militar.

    Al concentrarse en la burguesa minera y al desarrollar un

    modelo para manipular, en vez de reducir la dependencia, Becker puede darse el lujo de ignorar los signos que preocupan a FitzGerald y a Weeks: la desmoralizacin de la burguesa industrial y la creciente dependencia del capital extranjero. Becker deja al lector con la impresin de que la crisis de la acumulacin de capital fue confrontada exitosamente y que la burguesa se consolid. Esto, simplemente, no se aviene con la realidad econmica peruana de la pasada dcada: bajas tasas de crecimiento, severas declinaciones en las entradas urbanas, un alto nivel de endeudamiento externo y un clima de permanente crisis econmica.9 Unicamente FitzGerald se concentra en la resistencia del sector privado contra la Comunidad Industrial y la Propiedad Social; resistencia que contrarrest el intento de los militares de crear una economa pluralista dinmica.

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    Los anlisis polticos de Cotler y de Stepan contienen importantes elementos de juicio para entender porqu los militares se arriesgaron a sacar de su cauce el proyecto burgus nacional con la radicalizacin progresiva de su programa de reformas. Estos autores se concentran en el hecho que, desde el comienzo, el problema poltico que enfrentaban los militares fue el de contrarrestar la amenaza del descontento campesino y la lucha de clases. La solucin fue "la integracin nacional", la creacin de instituciones que le daran a los obreros y campesinos una parte de un Per ms equitativo, aunque todava capitalista.

    La integracin iba a estar basada en el crecimiento

    econmico, y el crecimiento econmico iba a ser llevado a cabo por el capital nacional. Pero la cooperacin entre los militares y el capital nacional encontr obstculos en una etapa muy temprana del experimento peruano. Los lderes militares no estaban dispuestos a abandonar sus objetivos polticos, an cuando la implementacin de estrategias integracionalistas llevaba al conflicto con la burguesa nacional. Nuevas tensionesse produjeron, adems, porque pese a que el gobierno militar estaba comprometido en aumentar la participacin popular, los militares, como institucin, no estaban preparados para enfrentar el desafo de la movilizacin de masas. Como lo afirma Stepan, las necesidades institucionales de los militares estaban en contradiccin con sus esfuerzos de crear una poltica de participacin genuina. Los elementos "corporativistas" de la "revolucin" -fundamentalmente, la creacin de SINAMOS, el intento de que se establecieran sindicatos de trabajadores dominados por el gobierno, y la organizacin campesina y trabajadores en federaciones sindicales- fueron intentos de resolver este problema. Muchas de las reformas ms innovadoras

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    y drsticas de los militares -la Comunidad Industrial, la Reforma Agraria y la Propiedad Social- fueron designadas explcitamente para que los conflictos polticos se canalizaran hacia la participacin econmica. 10

    Una explicacin de la fase I no estara completa sin un examen del rol del general Velasco, cuyas capacidades y carencias marcaron, indeleblemente, la poltica de ese perodo. Cleaves y Scurrah atribuyen la progresiva radicalizacin de la fase I, primeramente al liderazgo de Velasco, el cual llev la "revolucin" mucho ms all de los prudentes clculos de los intereses militares institucionales. Como conjunto, los militares estaban en favor de la industrializacin, pero Velasco y sus consejeros ms cercanos lucharon por la creacin de la Propiedad Social y por la estatizacin de los medios de produccin. Velasco hizo posible que el resentimiento de los militares por los privilegios econmicos se convirtiera en un ataque frontal contra la oligarqua agraria. Para lograr la "integracin nacional" y la "seguridad nacional", Velasco trat de que hubiera una revolucin social, sino consistentemente de hecho, por lo menos de nombre.11

    La explicacin convincente de la radicalizacin de la fase I

    es que Velasco presion cuando otros habran retrocedido. La conviccin que tena Velasco que los cambios estructurales eran posibles de arriba hacia abajo en Per, ayud a mantener la confianza de los militares en s mismos y en sus instituciones castrenses, a pesar de la falta de apoyo del sector privado de la economa y de las masas.

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    POR QUE ABANDONARON LOS MILITARES SU PROGRAMA RADICAL?

    Aun en los estudios econmicos estructuralistas, son factores polticos, principalmente, los que se utilizan para explicar porqu los militares abandonaron sus metas radicales. En la evaluacin de FitzGerald, el factor bsico es la debilidad de la burguesa nacional como fuerza poltica y econmica. Weeks, fiel a la teora de la dependencia, dice que el experimento abort cuando el capital extranjero reafirm su poder a travs del programa de estabilizacin del Fondo Monetario Internacional. La ecuacin estructuralista de los intereses militares y burgueses, oscurece la participacin de la burguesa nacional en el proceso final del rgimen militar. Segn Luis Psara, los intentos de los militares de atraer al sector empresarial a la "revolucin" fallaron decisivamente. Algunos empresarios industriales sacaron ventajas de las nuevas oportunidades creadas con las reformas, y otros aceptaron importantes puestos en el gobierno, pero los militares no compartieron el poder con ellos, por el contrario, trataron de imponer un programa social que los industriales rechazaban. Estos ltimos en respuesta, "sabotearon" la Comunidad Industrial y destruyeron la economa con la fuga sistemtica de capitales.12

    Los militares no podan llegar a sustituir la

    burguesa nacional en sus roles de inversionistas y administradores de empresas. La imagen que tenan de una economa pluralista, as como el plan para un sector de propiedad social, muestra claramente que no intentaban cumplir los mismos roles que la burguesa. Los pocos esfuerzos de los militares por tender puentes hacia el sector privado no

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    lograron crear un clima de "confianza" para la inversin privada. Debilitaron s, las afirmaciones de que el gobierno militar estaba "por sobre la poltica", lo que aument la oposicin popular al gobierno.

    Una falla clave de los militares -y que apoya el argumento de los que sostienen que la "revolucin sirvi a los intereses de la burguesa"- consisti en que no fue capaz de redistribuir las entradas econmicas a travs de un sistema de impuestos efectivo. Las empresas para-estatales arrojaban perdidas, lo que aumentaba an ms, el peso de los gastos pblicos y el problema inflacionario. Cotler considera la posicin del gobierno como fundamentalmente contradictoria: su intento de conciliar los diversos intereses de clase y crear una sociedad de mutua colaboracin fallaron, porque buscaba "imponer una poltica redistributiva en el contexto de un modelo de desarrollo basado en la concentracin de entradas econmicas y de capital".13

    Los analistas que enfatizan las consideraciones

    institucionales afirman, usando un razonamiento algo circular, que los militares se retiraron debido a sus intereses "corporativos". Pero, es mucho ms importante hacerse la pregunta de por qu los lderes militares, que definieron sus "intereses" institucionales en trminos de una reforma radical en 1970, volvieron a un concepto de su institucin mucho ms estrecho y de auto-proteccin una dcada ms tarde.

    Muchos explican esa retirada por la profunda dislocacin

    entre las normas militares institucionales y las demandas de una autntica participacin poltica. Las normas militares institucionales son jerrquicas y enfatizan la lealtad: la participacin es pluralista y, casi por definicin, conflictiva. Como lo dijo Cot1er, la idea de participacin

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    para los militares era "un desfile militar".14 El miedo a una genuina participacin popular explicara la atraccin del gobierno por soluciones "corporativistas": SINAMOS, sindicatos obreros patrocinados por el gobierno, y el malogrado intento de controlar la prensa, entregando los peridicos limeos a determinados grupos de representacin que el gobierno consideraba legtimos.

    En retrospectiva, la caracterstica ms notoria de estos mecanismos de "corporativizacin" fue su ineficacia. El gobierno no fue nunca capaz de controlar la representatividad, y por el contrario, sus esfuerzos por hacerlo a menudo estimularon el desarrollo de una oposicin independiente. Stepan contrasta el xito de los militares de nominar representantes en las tomas de terrenos urbanos por pobladores con la incapacidad del gobierno para controlar el proceso de movilizacin rural que result de la reforma agraria. En el caso de los "pueblos jvenes" (poblaciones marginales), no haba una tradicin de organizaciones independientes, por lo que ellos mantuvieron lazos de "clientelismo" con la "revolucin", como lo haban hecho con los regmenes anteriores. Aquellos campesinos y trabajadores sindicalizados que tenan experiencia de organizacin previa y un nivel relativamente alto de sofisticacin ideolgica rechazaron los torpes intentos de los militares en establecer canales nuevos de participacin controlados por el gobierno.

    El fracaso de los mecanismos corporativos ha quedado

    claramente ilustrado en los estudios sobre sectores consultados para este trabajo. Evelyne Stephens concluye que los esfuerzos del gobierno en atraer a la fuerza laboral a travs de la participacin de los trabajadores y de la federacin de sindicatos tuvo el efecto opuesto. Aumentaron las

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    huelgas en gran medida y CONACI Y los sindicatos independientes resistieron los tremendos esfuerzos del gobierno por atraerlos a sus filas. Cleaves y Scurrah as como tambin McClintock encontraron que los campesinos peruanos rechazaron algunas iniciativas claves del gobierno y que rehusaron apoyar al rgimen de Velasco cuando ste ms lo necesitaba. Tanto las nuevas cooperativas como la nueva federacin de sindicatos agrcolas (CNA) se convirtieron pronto en instituciones independientes, y ya no en mecanismos de control corporativo. Cynthia McClintock indica que, en la medida en que la reforma agraria provoc cambios en las actitudes de los campesinos y aument sus habilidades de organizacin, los campesinos mostraron una "tendencia a usar esta capacidad ms bien en contra que en favor del Estado" (322). McClintock concluye que el corporativismo era "una ilusin" en Per, "existiendo solamente en los cuadros de los analistas peruanos.15

    La autntica movilizacin popular que ocurri en la fase I no

    dio como resultado que los militares reemplazaran a la Izquierda, como dice Philip. Ms bien, estimularon la creacin de lo que FitzGerald califica de una "verdadera Izquierda" por primera vez en la historia poltica del Per. Ciertamente, en las elecciones para la Asamblea Constituyente en 1978 y luego en las elecciones municipales en 1983, como en las elecciones presidenciales de 1985, una alianza de partidos de izquierda sac casi el 30% de los votos, comparado con apenas un 6% en 1962.

    La nocin de que los militares gozaban de "espacio poltico"

    para maniobrar result ser una quimera. La relativa autonoma militar, que al comienzo haba sido una ventaja para iniciar las reformas radicales, se convirti en una desventaja en la etapa de su implementacin. De acuerdo a

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    Stepan, esto se explica por la posicin institucional de los militares en la sociedad peruana. Cuando los militares se convirtieron en una "lite estatal", "no estaban apoyados por distritos electorales en la sociedad civil y por lo tanto estaban casi exclusivamente dependiendo de su propia unidad interna y poderes de coercin". Los programas de reformas haban creado apoyo popular entre los campesinos y los obreros, pero los militares no podan controlar la movilizacin popular que sus programas engendraron, y fueron cada vez ms vulnerables a ella. "El otro lado de la moneda de la autonoma es aislamiento y fragilidad" (302).

    El argumento que el rgimen militar peruano, en contraste con Brasil, tena suficiente "espacio poltico" como para ser polticamente incluyente, crea la falsa impresin que el atraso de Per era una ventaja, porque los militares podran implementar un conjunto de reformas muy necesarias que, simultneamente, promovera el crecimiento e integrara a una importante proporcin de la poblacin marginalizada. Pero en Per no hubo "milagro" econmico, y la poblacin recientemente movilizada rehus ser integrada en los trminos de los militares.

    Se puede decir que el contraste entre Per y Brasil ilustra un

    punto muy diferente. En 1968, como en 1980, Per tena un rango de opciones econmicas mucho menor que Brasil y, en consecuencia, un problema de integracin de masas mucho ms difcil. En Per, los militares llegaron al poder antes que la lite se hubiera polarizado ideolgicamente, y recurrieron a la coercin, fundamentalmente despus de la primera crisis econmica, en la fase II. En Brasil (como en Chile y Argentina), los militares usaron el terror y la represin desde el comienzo, para consolidar el control contra la oposicin tanto de la lite como de las masas experimentales en cuestiones de movilizacin.

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    Los intentos de los militares peruanos de fundirse con elEstado los hizo vulnerables, tanto a ataques externos como a la disencin interna, cuando fracas su estrategia de desarrollo.Philip, Cleaves y Scurrah, y McClintock enfatizan el factor de disensin interna e indican que la base de la coalicin izquierdista en el gobierno de Velasco fue siempre pequea y quecuando Velasco se enferm, en 1973, no pudo guiar ni apoyar a stegrupo. Los izquierdistas fueron primeramente desafiados por un grupo militar llamado "La Misin", que buscaba una forma ms agresiva de corporativismo. Luego, cuando Morales Bermdez subi alpoder en 1975, la mayora de los oficiales velasquistas renunciarono fueron exiliados. Por ltimo, los militares abandonaron su misinreformista para preservar los intereses ms limitados de su institucin.

    Los diferentes enfoques usados para analizar el experimento

    peruano, difieren en el grado de efectividad para explicar las distintas fases del gobierno militar. Las explicaciones econmicas estructurales son muy tiles para calibrar las presiones existentes para el cambio, y tambin para comprender las polticas iniciales de la "revolucin"; en parte, porque los peruanos compartan una visin estructuralista sobre las causas y remedios para el subdesarrollo peruano. Este mismo enfoque es mucho menos til paraexplicar la radicalizacin del experimento peruano, o para explicarpor qu la burguesa nacional rechaz una revolucin hecha para asegurar su "hegemona". La preocupacin de los militares por el desafo que les signific la integracin nacional y las ideas de Velasco, como su estilo de liderazgo, son explicaciones mucho msconvincentes para la radicalizacin de las reformas iniciales.

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    Para entender las limitaciones que tuvo la "revolucin" desde dentro, los anlisis institucionalistas sobre los militares son particularmente tiles. Estos enfatizan las contradicciones entre las normas institucionales y la poltica participatoria que impidi que los militares fundaran un partido poltico o recurrieran a otros mecanismos polticos autnticos de modo que, sus reformas fueran las bases para crear apoyo popular. Los anlisis institucionalistas anticiparon en forma precisa algunas, divisiones entre los lderes militares, y ayudan a entender la velocidad y el modelo del retorno a una postura ms conservadora despus de 1975. EVALUACION DEL EXPERIMENTO PERUANO

    Quizs la conclusin ms sorprendente acerca del experimento

    peruano es que los militares fracasaron en reformar al Per en muchas de las mismas formas y aproximadamente en el mismo grado en que lo hicieron sus predecesores y sucesores civiles. Las Fuerzas Armadas subieron al poder en 1968, en gran parte, porque pensaron que el rgimen de Belande no haba podido llevar a cabo reformas necesarias en el pas debido al sistema de partidos, al Congreso, a la "oligarqua" agraria y a las corporaciones estadounidenses. Los militares se encontraron, sin embargo, con que no podan mantener ni implementar muchas de las medidas deseadas, a pesar del hecho que todos estos obstculos desaparecieron en gran medida. Corno lo ha dicho Alan Angell, "Si un gobierno autoritario que ha llegado al poder contando con el apoyo para sus aspiraciones reformistas no puede gobernar efectivamente y no puede ni retener -ni mucho menos institucionalizar nada de apoyo social-, entonces tenemos que preguntarnos sobre las dificultades generales de gobernar

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    al Per, y no simplemente explicar tales dificultades en trminos del abuso del sistema poltico, ya sea de civiles o e soldados". d

    Una leccin que se desprende del experimento peruano,

    especialmente para los estudiosos de los militares en la poltica es que el liderazgo poltico les resulta muy difcil a las Fuerzas Armadas, an cuando stas sean tcnicamente capaces y altamente profesionales, y an cuando cuenten con un sistema educacional poderoso y con un contexto favorable para el ejercicio de su influencia. Les fue relativamente fcil a las Fuerzas Armadas del Per tomar y consolidar el poder y decretar profundas reformas. Les result mucho ms difcil, sin embargo, regimentar a una sociedad recalcitrante, dictar cambios de actitudes, crear una voluntad de eficiencia, o lograr que otros sectores cooperaran. De importancia fundamental es el hecho que la preocupacin de los militares por su propia jerarqua y autonoma hizo muy difcil que avanzaran en proyectos para integrar la participacin popular en el proceso de reformas. SINAMOS, la agencia de movilizacin social que se supona resolvera los problemas de participacin poltica, encarn, por el contrario, las contradicciones y dilemas del enfoque militar a la poltica; el hecho de que cada director de distrito de SINAMOS era tambin un oficial al mando de un distrito militar del Ejrcito, era sintomtico. Fue difcil para la institucin militar fundirse con el Estado, aun cuando sus polticas econmicas parecan tener xito. Sin el uso de la coercin en forma extensiva fue virtualmente imposible que los militares se mantuvieran en el poder cuando fallaron sus polticas econmicas. Actuando corno Estado, los militares se politizaron y llegarin a reflejar los mayores conflictos ideolgicos y divisiones sociales. Esto, a su vez, vulner la ohesin institucional. Sin embargo, c

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    el fracaso militar fue un golpe decisivo para las ambiciones militares, pero no para la sobrevivencia de las Fuerzas Armadas como institucin. La institucin se retir de una intervencin impopular y desacreditada sin convertirse en objeto de venganza para la poblacin civil y con sus derechos constitucionales de intervencin intactos.

    Una segunda leccin del experimento peruano es que la

    "tercera va" al desarrollo -"ni capitalista", "ni socialista"- corre el riesgo de ser ambigua: sufre los defectos de ambas posiciones sin gozar de las virtudes de ninguna. Como fue practicada en el Per, la tercera va al desarrollo se las arregl para alienar tanto a los capitalistas como a los sindicatos obreros. Logr desestimular la acumulacin de capital y la inversin sin hacer posible, en forma significativa, una justicia social. Agit las expectativas populares sin aumentar las posibilidades de cumplirlas. Y aument la necesidad de inversin extranjera, pero disminuy las posibilidades de que entrara al Per. En algunos casos, estos fracasos paralelos pueden haber sido inevitables, pero hasta cierto grado el caso peruano dej expuestas las contradicciones inherentes a un enfoque que propona valores socialistas dentro de una distribucin de la propiedad capitalista.

    Finalmente, las fallas del experimento peruano estaban tan

    "predeterminadas", que quizs no se debera sacar una leccin definitiva. Lo persigui la mala suerte, la mala administracin, la mala planificacin, y fue llevado a cabo en un tiempo poco propicio -cualquiera de estos factores hubiera sido, probablemente, suficiente para hacerlo fracasar-. La desaparicin de la anchoveta, la no aparicin (en las cantidades esperadas) del petrleo, el cambiante contexto poltico internacional despus de la cada de Allende

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    en Chile y de Torres en Bolivia, la delicada salud de Velasco, todas estas circunstancias componen "la mala suerte" del proceso.

    El hecho que las necesidades peruanas de capital coincidieran justamente con la crisis energtica de 1973-74, llev al Per a extender sus obligaciones financieras en forma mucho mayor que como lo habra hecho en circunstancias normales. Esto tuvo desastrozas consecuencias. Los efectos de la inexperiencia, corrupcin y mala administracin -especialmente en una administracin pblica en rpido crecimiento- no deberan desestimarse. Como tampoco lo deberan ser las consecuencias polticas y econmicas de los errores de apreciacin que atrasaron los mayores proyectos de desarrollo peruanos y que convirtieron a los beneficiarios potenciales del programa de reformas en aliados inestables y desconfiados. De alguna manera,por lo tanto, el experimento peruano fue no solamente ambiguo y sin xito, sino que en ltima instancia qued inconcluso.

    Es en parte por esta razn, sin duda alguna, que los peruanos

    de la dcada de los ochenta estn reevaluando el periodo militar, tratando de ver si alguna de las iniciativas de los 70 podran tener relevancia nuevamente. Enfrentados a problemas econmicos en aumento, a la contnua decadencia de Lima, y a un importante grupo insurgente rural (Sendero Luminoso), en 1985 los peruanos eligieron presidente a un miembro del APRA por primera vez en la historia, y una coalicin de partidos de izquierda constituy el segundo bloque mayoritario en el Congreso. Los partidos polticos que sacaron altos porcentajes en las elecciones de 1985 fueron aquellos a la derecha y a la izquierda, respectivamente, de la posicin de los lderes militares; la candidatura del mismo ex-Presidente Morales Bermdez, sac muy pocos votos

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    en esa eleccin. Pero el nuevo presidente, Alan Garca, tiene muchos de los mismos consejeros -y algunos de los mismos conceptos y retrica- empleados por los militares en los aos 70. Habr que esperar los resultados de este nuevo captulo para hacer una evaluacin definitiva del experimento peruano.

    Notas

    1La literatura peruana sobre este perodo es demasiado abundante como para ser reseada aqu. Una generacin completa de cientficos sociales peruanos se rompi la cabeza en el esfuerzo de entender este perodo; un reto para sus propias vidas.

    El trabajo de Julio Cotler, Clases, Estado y Nacin en el Per (Lima, 1978), es esencial para comprender el contexto histrico y poltico en el cual actu el gobierno militar. El anlisis mejor informado de las luchas entre facciones dentro del gobierno militar peruano es El ocaso del poder oligrquico: lucha poltica en la escena oficial, 1968-1975 (Lima, 1979).

    Un meritorio repaso de la economa es Crisis y recuperacin: la economa peruana de los 70 a los 80 de Felipe Portocarrero (Lima, 1980). Otras contribuciones importantes para la economa incluyen La economa de la crisis peruana (Lima, 1978) de Carlos Amat y Len; Anatoma de un fracaso econmico: Per 1968-1978 (Lima, 1979) de Daniel Schydlowski y Juan Wicht; y Economa peruana: un ensayo de interpretacin (Lima, 1978) de H. Cabieses y C. Otero.

    Muchos anlisis sectoriales tiles han sido publicados en Lima. Entre ellos encontramos Estado y clase: la comunidad industrial en el Per (Lima, 1977) de G. Alberti, J. Santistevan y L. Psara; Historia del movimiento obrero peruano, 1890-1977 (Lima, 1977) de D. Sulmont; Agricultura, reforma agraria y pobreza campesina (Lima, 1980) de J .M. Caballero; Reforma agraria: derecho y conflicto (Lima, 1978) de L. Psara; Problema agrario y movimientos campesinos de A. Quijano; y Los industriales, la industrializacin y el estado-nacin en el Per (Lima, 1979) de Fritz Wills.

    Tambin hay una extensa literatura escrita por participantes en el experimento peruano. El mejor relato desde dentro, escrito por un periodista que integro el gobierno por un tiempo, es No, mi general de Guillermo Thorndike (Lima, 1978). Otras consultas que valen la pena incluyen El poder invisible: los primeros mil das de la revolucin peruana (Lima, 1976) de Alfonso Baella Tuesta; La revolucin en la trampa de Hctor Bjar (Lima, 1976); La revolucin peruana, autonoma y deslindes de Carlos Delgado (Lima, 1975); La revolucin participatoria de Carlos Franco (Lima, 1975); El peruano: un proceso abierto de Francisco Garca (Lima, 1975); y El Plan Inca. Objetivo: revolucin peruana de Augusto Zimmerman (Lima, 1975).

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    Los trabajos peruanos ms importantes enfocando a los mismos militares son aquellos de Vctor Villanueva, especialmente Nueva mentalidad militar en el Per (Lima, 1969) y Ejrcito peruano: del caudillo anrquico al militarismo reformista (Lima, 1973).

    2Cada uno de nosotros public una anterior evaluacin preliminar de los primeros cinco aos del experimento peruano. Ver Jane Jaquette, Revolution by Fiat: The Context of Policy-Making in Peru (Revolucin por Fiat: El contexto de la formulacin de poltica en Per), en Western Political Quarterly XXV (Dec. 1972) pp.648-666; y Abraham F. Lowenthal, Perus Ambiguous Revolution (La revolucin ambigua del Per), en Foreign Affairs (July, 1974), pp. 799-817.

    3Para una discusin ms completa de los fracasos econmicos del gobierno militar, ver David Scott Palmer, The Changing Political Economy of Peru under Military and Civilian Rule (La cambiante economa poltica del Per bajo mando militar y mando civil), en Inter- Arrerican Economic Affairs 37:4) (Primavera, 1984).

    4Ver Adolfo Figueroa, Capitalist Development and the Peasant Economy in Peru (Desarrollo capitalista y economa campesina en el Per) (Cambridge, United Kingdom:Cambridge University Press, 1984). Vr tambin Richard Webb, Government Policy and the Distribution of Income in Peru, 1963-1973 (Poltica de gobierno y distribucin del ingreso en el Per, 1963-1973) (Cambridge: Harvard University Press, 1977).

    5Los puntos en este y en el siguiente prrafo se desarrollan en una extensin mayor en Abraham F. Lowenthal, The Peruvian Experiment Reconsidered (El experimento peruano reconsiderado), en Cynthia McClintock y Abrahan F. Lowenthal(eds.)The Peruvian Experiment Re-considered (Princeton: Princeton University Press, 1982), pp.415-430.

    Cf. Alan Angell, The Peruvian Military Government 1968-1980: The Failure of the Revolution from Above (El gobierno militar peruano 1968-1980: El fracaso de la revolucin desde arriba) Occasional Paper N44 (February, 1984), The Johns Hopkins University, Bologna Center (Bologna).

    6Para una discusin y un debate extenso de la tesis de Quijano, ver David Booth y Bernardo Sorj (eds.) Military Reormism and Social Classes: The Peruvian Experience, 1968-1980 (Reformismo militar y clases sociales: la experiencia peruana 1968-1980) (London: MacMillan, 1983).

    7Julio Cotler, Democracy and National Integration in Peru (Democracia e integracin nacional) en McClintock y Lowenthal, op.cit., p. 72.

    8Para un argumento anterior y paralelo, ver David Collier Squaters and Oligarchs: Authoritarian Rule and Policy Change in Peru (Intrusos y oligarcas: norma autoritaria y cambio poltico en Per) (Baltimore: The Johns Hopkins University Press, 1975). 9Para datos preliminares de Per en los inicios de los 80, ver Stephen M. Gorman (ed.), Post Revolutionary Peru :The Politics of Trans-

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    formation (Per post-revolucionario: la poltica de la transformacin) (Boulder, Colorado: Westview Press, 1982).

    10Para el punto de vista que ms oficiales radicales estaban genuinamente confiados en la movilizacin poltica, ver Pease, op. cit., pp.51-59; y Liisa North, Ideological Orientations of Peru`s Military Ruler (Orientaciones ideolgicas de los militares gobernantes peruanos) en McClintock y Lowenthal, op.cit.

    11Peter Cleaves y Martin J. Scurrah, Agriculture, Bureaucracy and Military Government in Peru (Agricultura, burocracia y gobierno militar en Per) (Ithaca: Cornell University Press, 1978).

    12Luis Psara, When the Military Dreams (Cuando los militares

    suean), en McClintock y Lowenthal, p.340. 13Cotler, op.cit., p.36. 14Ibid., p.33

    15Cynthia McClintock, Self-Management and Political Participation in Peru, 1969-1975: The Corporatist Illusion (Auto-direccin y participacin poltica en Per, 1969-1975: la ilusin corporativista) Sage Professional Paper in Contemporary Political Sociology, Vol. 2 (1977), Series/Number 06-022, p.47.

    16Alan Angell, The Difficulties of Policy-Making and Implementation in Peru (Las dificultades de la formulacin de poltica e implementacin en Per), Bulletin of Latin American Research (January,1984) p.27.

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    Bibliografa BECKER, David 1983 The New Bourgeoisie and the Limits od Dependency: Mining, Class, and Power in Revolutinary Peru, Princeton University Press, Princeton, pp.xxviii + 419. FITZGERALD, E.V.K. 1979 The Political Economy of Peru, 1956-1975: Economic Develop- ment and the Restructuring of Capital, Cambridge University Press, Cambridge, UK, p.356. McCLINTOCK, Cynthia 1981 Peasant Cooperatives and Political Change in Peru, Princeton University Press, Princeton, pp.xvii + 481. PHILIP, George D 1978 The Rise and Fall of the Peruvian Military Radicals, 1968 1976, Athlone Press, Londres, p.178. STEPAN, Alfred 1978 The State and Society: Peru in Comparative Perspective, Princeton University Press, Princeton, pp.xix + 348. STEPHENS, Evelyne Huber 1980 The Politics of Workers` Participation: The Peruvian Approach in Comparative Perspective, Academic Press, New York, pp.xv + 290. THORP, Rosemary y Geoffrey BERTRAM 1985 Peru, 1890-1977: Growth and Policy in an Open Economy, Columbia University Press, New York, p.475. WEEKS, John 1985 Limits to Capitalist Development in the Industrialization of Peru, 1950-1980, Westview Press, Boulder, Colorado, p.250 .

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    DOCUMENTOS DE TRABAJO

    1 Alberto Escobar Cambio en la sociedad y en el habla limea Serie Lingstica N 1, marzo 1987, 3a edicin.

    2

    3 Jorge Parodi La desmovilizacin del sindicalismo industrial peruano durante el segundo belaundismo Serie Sociologa /Poltica N1, setiembre 1986, 2a edicin.

    4/6 Carlos Ivn Degregori Sendero Luminoso: I Los hondos y mortales desencuentros. II Lucha armada y utopa autoritaria Serie Antropologa Nros. 2 y 3, noviembre 1986, 4a edicin.

    5 Amparo Menndez-Carrin Clientelismo electoral y barriadas: Perspectivas de anlisis Serie Sociologa/Poltica N2, marzo 1987, 2a edicin.

    7 Csar Herrera Inflacin, poltica devaluatoria y apertura externa en el Per: 1978-1984 Serie Economa N 1, noviembre 1986, 2a edicin.

    8 Martn Pieiro / Edith S. de Obschatko Poltica tecnolgica y seguridad alimentaria en Amrica Latina Serie Economa N2, febrero 1987, 2a edicin.

    9 Cecilia Blondet Muchas vidas construyendo una identidad. Mujeres pobladoras de un barrio limeo Serie Antropologa N 4, marzo 1987, 3a edicin.

    10 Heraclio Bonilla / Christine Hnefeldt Piura: Propuestas para una historia regional Serie Historia N 1, febrero 1986.

    Marisol de la Cadena Cooperacin y mercado en la organizacin comunal andina Serie Antropologa N1, setiembre 1986, 3a edicin.

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    11 Gonzalo D. Martner / C. Furche

    Autonoma alimentaria o especializacin segn ventajas comparativas: experiencias recientes en Amrica Latina Serie Economa N 3, febrero 1986.

    12 Oscar Dancourt

    Sobre las polticas macroeconmicas en el Per, 1970-1984 Serie Economa N 4, setiembre 1986, 2a edicin.

    13 Jrgen Golte / Marisol de la Cadena

    La codeterminacin de la organizacin social andina Serie Antropologa N 5, marzo 1986.

    14 Francisco Verdera

    La migracin a Lima entre 1972 y 1981: Anotaciones desde una perspectiva econmica Serie Economa N5, marzo 1987, 2a edicin.

    15 Carol Wise

    Economa poltica del Per: Rechazo a la receta ortodoxa Serie Economa Poltica N 1, marzo 1987, 2a edicin.

    16 Carlos Contreras

    La fuerza laboral minera y sus condiciones de funcionamiento. Cerro de Paseo en el siglo XIX Serie Historia N 2, junio 1986.

    17 Maria Rostworowski

    La mujer en la poca prehispnica Serie Etnohistoria N 1, noviembre 1986, 2a edicin.

    18 Fernando Rospigliosi Los jvenes obreros de los `80: inseguridad eventualidad y radicalismo Serie Sociologa/Poltica N 3, febrero 1987.

    19 Jane S. Jaquette / Abraham F. Lowenthal El experimento peruano en retrospectiva Serie Sociologa/Poltica N4, febrero 1987.

  • http.//www.iep.org.pe Este folleto se termin de imprimir en Marzo de 1987 en los

    Talleres Grficos de Tarea, Asociacin de

    Publicaciones Educativas

    Horacio Urteaga 976 Telf.: 23-0935