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Joseph A. Fitzmyer EL EVANGELIO SEGÚN LUCAS III TRADUCCIÓN Y COMENTARIO CAPÍTULOS 8,22-18,14

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  • Joseph A. Fitzmyer

    EL EVANGELIO SEGN LUCAS

    III TRADUCCIN Y COMENTARIO

    CAPTULOS 8,22-18,14

  • EL EVANGELIO SEGN LUCAS

    4 tomos

    Tomo I: Introduccin general

    Tomo II : Comentario de los captulos 1 al 8,21 Tomo III : Comentario de los captulos 8,22 al 18,14 Tomo IV: Comentario de los captulos 18,15 al 24,53

    JOSEPH A. FITZMYER

    EL EVANGELIO SEGN LUCAS

    m TRADUCCIN Y COMENTARIO

    Captulos 8,22-18,14

    EDICIONES CRISTIANDAD

  • Este libro fue publicado por

    Doubleday & Company, Inc. Nueva York, II 1986

    con el ttulo

    THE GOSPEL ACCORDING TO LUKE

    Traduccin de

    DIONISIO MNGUEZ

    Profesor del Instituto Bblico de Roma

    Derechos para todos los pases de lengua espaola en

    EDICIONES CRISTIANDAD, S. L.

    28020 Madrid 1987

    ISBN: 84-7057-395-0 (Obra completa) ISBN: 84-7057-423-X (Tomo III) Depsito legal: M. 25.547.1986 (III)

    CONTENIDO

    VI. Manifestacin progresiva del poder de Jess 11

    42. La tempestad calmada (8,22-25) 11 43. El endemoniado de Gerasa (8,26-39) 21 44. Curacin de la mujer con flujos de sangre (8,40-48). 38 45. Resurreccin de la hija de Jairo (8,49-56) 48 46. Misin de los Doce (9,1-6) 53

    VIL Quin es ste? 61

    47. Reaccin de Herodes ante la fama de Jess (9,7-9). 61 48. Vuelta de los apstoles. Comida para cinco mil (9,

    10-17) 69 49. Declaracin de Pedro (9,18-21) 87 50. Primer anuncio de la Pasin (9,22) 99 51. Seguimiento de Jess (9,23-27) 108 52. La transfiguracin (9,28-36) 122

    VIII. Curacin e instrucciones diversas 146

    53. Curacin del nio epilptico (9,37-43a) 146 54. Segundo anuncio de la Pasin (9,43b-45) 157 55. Emulacin entre los discpulos (9,46-48) 162 56. El exorcista intruso (9,49-50) 168

    IV

    Viaje a Jerusaln

    I. Narracin lucana del viaje 177

    1. Jess en camino hacia Jerusaln: primera mencin y episodios subsiguientes (9,51-13,21) 177

    57. Hacia Jerusaln; rechazo por los samaritanos (9, 51-56) 177

    58. Tres aspirantes a discpulos (9,57-62) 193 59. Misin de los setenta (y dos) (10,1-12) 202 60. Condena de las ciudades de Galilea (10,13-15) ... 219

  • 8 Contenido

    61. Los discpulos, representantes de Jess (10,16) ... 229 62. Regreso de los setenta (y dos) (10,17-20) 233 63. Alabanza al Padre; felicitacin a los discpulos (10,

    21-24) 244 64. El mandamiento para heredar vida eterna (10,

    25-28) 265 65. Parbola del buen samaritano (10,29-37) 276 66. Marta y Mara (10,38-42) 292 67. El Padrenuestro (11,1-4) 302 68. Parbola del amigo impertinente (11,5-8) 326 69. Eficacia de la oracin (11,9-13) 333 70. Controversia sobre el poder de Belzeb (11,14-23). 340 71. La vuelta del espritu inmundo (11,24-26) 355 72. La verdadera dicha (11,27-28) 360 73. La seal de Jons (11,29-32) 367 74. Significado de la luz (11,33-36) 384 75. Invectivas contra los fariseos y los juristas (11,

    37-54) 391 76. La levadura de los fariseos (12,1) 416 77. Exhortacin a la intrepidez (12,2-9) 421 78. El Espritu Santo (12,10-12) 433 79. Advertencia contra la avaricia (12,13-15) 443 80. Parbola del rico necio (12,16-21) 449 81. Preocupacin por las realidades terrenas (12,22-32). 458 82. Un tesoro en el cielo (12,33-34) 470 83. Criados vigilantes y fieles (12,35-46) 474 84. Retribucin segn los mritos (12,47-48) 491 85. Carcter enigmtico de la misin de Jess (12,

    49-53) 495 86. Los signos de los tiempos (12,54-56) 505 87. Ponerse de acuerdo con el contrincante (12,57-59). 510 88. Enmendarse a tiempo: parbola de la higuera est-

    ril (13,1-9) 515 89. Curacin en sbado: la mujer encorvada (13,10-17). 527 90. Parbola del grano de mostaza (13,18-19) 537 91. Parbola de la levadura (13,20-21) 544

    2. Jess en camino hacia Jerusaln: segunda mencin y episodios subsiguientes (13,22-17,10) 547

    92. El Reino: admisin y exclusin (13,22-30) 547 93. Maquinaciones de Herodes: Jess sale de Galilea

    (13,31-33) 563

    Contenido 9

    94. Lamentacin sobre Jerusaln (13,34-35) 575 95. Curacin de un hidrpico (14,1-6) 584 96. Buenos modales en los banquetes (14,7-14) 594 97. Parbola del gran banquete (14,15-24) 605 98. Condiciones para ser discpulo (14,25-33) 625 99. Parbola de la sal (14,34-35) 640

    100. Parbola de la oveja perdida (15,1-7) 647 101. Parbola de la moneda perdida (15,8-10) 665 102. Parbola del hijo prdigo (15,11-32) 669 103. Parbola del administrador desaprensivo (18,l-8a). 691 104. Tres aplicaciones de la parbola (16,8b-13) 710 105. Reprobacin de la avaricia de los fariseos (16,

    14-15) 723 106. Dos mximas sobre la ley (16,16-17) 728 107. El divorcio (16,18) 737 108. Parbola del rico y Lzaro (16,19-31) 746 109. Advertencias contra el escndalo (17,l-3a) 768 110. Perdonar al hermano (17,3b-4) 774 111. Poder de la fe (17,5-6) 778 112. Somos unos meros servidores (17,7-10) 784

    3. Jess en camino hacia Jerusaln: tercera mencin y episodios subsiguientes (17,11-18,14) 791

    113. Curacin de diez leprosos (17,11-19) 791 114. Llegada del reinado de Dios (17,20-21) 807 115. Los das del Hijo de hombre (17,22-37) 818 116. Parbola del juez injusto (18,1-8) 840 117. Parbola del fariseo y el recaudador (18,9-14) 854

  • VI. MANIFESTACIN PROGRESIVA DEL PODER DE JESS

    La poderosa actuacin de Jess contina manifestando su soberana sobre los diversos males

    que afectan a los discpulos y a otras personas. Los seguidores de Jess

    participan de los poderes del Maestro

    42. LA TEMPESTAD CALMADA (8,22-25)

    22 Un da subi l a una barca con sus discpulos y les dijo: Vamos a cruzar a la otra orilla del lago. Y se hicieron a la mar. a Mientras navegaban, l se qued

    dormido. De repente se abati sobre el lago una fuerte borras-ca y empezaron a correr serio peligro, porque la barca se les anegaba. 2A Entonces, los discpulos se le acercaron y lo des-pertaron diciendo:

    Maestro, Maestro! Nos hundimos! Jess se despert e increp al viento y al oleaje, y amai-

    naron y sobrevino la calma. a Entonces les dijo: Dnde est vuestra fe? Llenos de miedo y presa de una profunda admiracin, se

    decan unos a otros: Quin puede ser este, que da rdenes incluso a los

    vientos y al agua y le obedecen?

    COMENTARIO GENERAL

    Con este episodio da comienzo una nueva seccin en la presentacin lucana de la actividad de Jess en Galilea. Todo se centra en la manifestacin del poder de Jess; esa manifestacin se abre con

  • 12 La tempestad calmada: 8,22-25

    una serie de relatos sobre diversos prodigios (Le 8,22-25; 8,26-39; 8,40-48; 8,49-56) y se cierra con la misin de los Doce, enviados a proclamar el Reino y realizar curaciones (Le 9,2). El versculo introductorio a toda esta seccin (Le 8,22) supone un cambio radi-cal con el panorama precedente.

    La secuencia de los diversos episodios en esta seccin del Evan-gelio segn Lucas muestra claramente su dependencia con respecto a Me; de los cinco pasajes que vienen a continuacin, slo uno ha sido transpuesto de su secuencia primitiva. Lucas sigue, a gran-des rasgos e introduciendo aqu y all ciertas modificaciones redac-cionales, una gran seccin del Evangelio segn Marcos (Me 4,35-6,13); lo nico que hay que notar es la transposicin de Me 6,1-6, que Lucas ha puesto como escena programtica en Le 4,16-30. Una observacin ms bien frecuente es que el complejo narrativo de Me 4,35-5,43 reproduce una unidad anterior al propio Marcos, en la que ya se habran agrupado diversas narraciones sobre determi-nados prodigios de Jess (cf. R. Bultmann, HST, 210; V. Taylor, FGT, 39); Marcos no habra hecho ms que incorporar esa narra-cin global a su propio relato evanglico. Sea como sea, el caso es que la composicin lucana de toda esta seccin se basa directa-mente en materiales de Me.

    El primer relato de toda esta serie es la narracin de un pro-digio en el que Jess calma una tempestad desencadenada sobre el lago de Genesaret (Le 8,22-25); los materiales narrativos provienen de Me 4,35-41. Entre las diversas propuestas de interpretacin, una de las teoras pretende considerar este episodio como una des-acertada transformacin del pasaje que describe a Jess caminando sobre las aguas; ambos episodios no seran ms que diversas varian-tes de una aparicin pospascual de Cristo resucitado (cf. J. Kreyen-bhl, Der alteste Auferstehungsbericht und seine Varianten: ZNW 9, 1908, 257-296). Ya el propio R. Bultmann (HST, 215, 230-234 y 240) vio diversas razones para cuestionar el origen pospascual del episodio; en su clasificacin, lo considera ms bien como un mila-gro de naturaleza basado en alguna tradicin de origen palesti-nense.

    En la reelaboracin lucana de los materiales de Me 4,35-41, el v. 22 de Lucas es claramente redaccional. Por una parte, establece una divisin entre el nuevo episodio y todo el contexto precedente,

    Comentario general 13

    y por otra, introduce ya desde los comienzos la mencin de la barca. El motivo de esta modificacin est bien claro. La colocacin de este episodio en la redaccin de Marcos, inmediatamente despus del discurso en parbolas, presupone el encuadramiento introduc-torio de todo el captulo, es decir, Me 4,1, donde Jess aparece no slo junto al lago, sino concretamente a bordo de una barca, por el enorme gento que se haba congregado a su alrededor. En Me 4,36 se vuelve a mencionar explcitamente la barca.

    Lucas, por su parte, al haber omitido esa introduccin en Le 8, 4, por haberla transpuesto a Le 5,1, tiene que modificar el marco narrativo del episodio. Por eso nos presenta a Jess subiendo a una barca y cruzando el lago, hasta la orilla opuesta. En los versculos siguientes, Lucas omite ciertos detalles de la narracin de Marcos, en su mayora irrelevantes para la inteligencia del argumento: des-pedida de la gente; presencia de otras barcas que le acompaa-ban; reposo de Jess en popa y sobre un cabezal; increpacin de Jess al temporal: Calla, enmudece!; alusiones a la cobarda y pnico de los dicpulos. Pero el final es casi idntico en ambos evangelistas: una pregunta sobre la identidad de Jess. En la redac-cin de Marcos y probablemente incluso en la tradicin ante-rior esa pregunta no era particularmente relevante. Pero Lucas la conserva con una finalidad bien precisa; de hecho, sirve de pre-paracin para la pregunta decisiva que se va a poner en labios de Herodes en Le 9,9.

    La narracin conserva los rasgos esenciales del llamado relato de milagro:

    a) circunstancias y descripcin de la borrasca; b) peticin de ayuda (una vez que los discpulos han desper-

    tado a Jess); c) orden de Jess (increpacin a los elementos); d) efecto realizado (apaciguamiento del temporal y calma

    subsiguiente); e) reaccin de los presentes (en este caso, de los discpulos).

    El episodio es una manifestacin de Jess en pleno ejercicio de su majestuoso poder, como taumaturgo que impera sobre la borras-ca y da rdenes al oleaje desatado. No se subraya aqu su predica-cin de la palabra, sino el poder de su palabra. Si su ministerio

  • 14 La tempestad calmada: 8,22-25

    haba comenzado bajo la fuerza del Espritu (Le 4,14) o con el poder del Seor (Le 5,17; cf. Le 4,36), ahora ese poder se des-pliega en una espectacular liberacin de sus propios discpulos. Basta su poderosa palabra para dominar las fuerzas desatadas de la naturaleza, para salvar de un inminente peligro fsico a sus ms directos colaboradores. La seccin precedente se cerraba con un mandato implcito de poner en prctica las exigencias de la palabra de Dios (Le 8,21); ahora, su propia palabra se hace imperativo di-recto sobre la personificacin del mal.

    Pero la conclusin global del episodio, en cierto paralelismo con Me 4,40, establece una relacin entre el prodigio y la fe de los destinatarios. Cuando Jess habla a sus discpulos, no es para infundirles aliento o para calmar su pnico, sino que va a lo ms radical de su actitud. El verdadero discpulo de Cristo, aun enfren-tado a las mayores dificultades, tiene que ser consciente del funda-mento radical de su relacin con Dios y con el propio Jess. El episodio podra haber concluido con una reaccin de asombro ante tan espectacular victoria sobre la naturaleza o ante la majestuosa actuacin de Dios (cf. Le 9,43); pero, en contraste con esa posible reaccin, Jess pregunta por la actitud de fe. Sin embargo, en la formulacin de Lucas ese reproche de Jess a los suyos no tiene tanta incisividad como en la redaccin de Marcos. En este ltimo (Me 4,40), la severidad de la recriminacin corresponde al grito desesperado de los discpulos: Maestro, no te importa que nos hundamos? (Me 4,38c).

    Al incorporar a su narracin evanglica este pasaje de la tradi-cin sinptica recogido por Marcos, Lucas conserva una presenta-cin de la figura de Jess, que, ya en la primera comunidad cris-tiana, reproduca ciertas caractersticas de la concepcin veterotes-tamentaria del Seor (Yhwh). La idea de muchos comentaristas es que esa imagen de Jess refleja el seoro de Dios y su dominio so-bre los ocanos, como se describe, por ejemplo, en Sal 18,16-17; 29,3-4; 65,8; 89,10; 104,6-7; 106,9 y, sobre todo, 107,23-31. Si esto es verdad, el pasaje tiene tambin un profundo valor simb-lico, en cuanto manifestacin del poder de Jess que realiza la sal-vacin del hombre. Lo mismo que el Seor dome las aguas pri-mordiales y rescat a su pueblo de las amenazas del mar, Jess acta aqu con poderes semejantes.

    Comentario general 15

    Tambin se han sealado otros paralelismos con este episodio del apaciguamiento de un temporal. Baste resear, por ejemplo, la arrogancia de Antoco IV Epfanes, que pensaba, en su ambicin sobrehumana, que poda mandar a las olas del mar (2 Mac 9,8); la narracin veterotestamentaria del profeta Jons; la historia de un muchacho judo que, al desatarse un temporal, mientras nave-gaba en una embarcacin pagana, invoc la proteccin del Seor, ya que los gritos de los paganos a sus dioses no lograban apaciguar la tormenta (bBer 9, 13b [Str.-B. 1, 452]), o la plegaria de Rab Gamaliel, para calmar una tempestad (bB.M. 59b). El propio Lucas narra una historia semejante en su libro de los Hechos: Pablo, du-rante su viaje a Roma, es el instrumento de salvacin de doscientas setenta y seis personas, al producirse un naufragio en las proximi-dades de Malta (Hch 27,8-44).

    En base a estos paralelismos se ha pensado con relativa frecuen-cia que los relatos evanglicos de esta actuacin de Jess, que, con su palabra, calma una tempestad, son variantes paradigmticas de un mismo esquema literario. Pero en todos esos pasajes, habitual-mente considerados como paralelos, hay ciertos detalles que difie-ren radicalmente de las narraciones evanglicas; por ejemplo, la moraleja que se deduce del libro de Jons o del episodio de Rab Gamaliel, la respuesta a una plegaria, como en los casos del mu-chacho judo o de la intervencin de Pablo, etc. Aunque no se pue-da excluir cierta dependencia literaria, hay que reconocer, en las narraciones sinpticas, una connotacin fuertemente cristolgica: con su poderosa palabra, Jess manda sobre el huracn y el oleaje desatado.

    Al encontrarnos con esta clase de episodios en la tradicin evan-glica se impone automticamente la pregunta sobre su posible alcance mitolgico. No se puede negar que lo que pretenden esas narraciones es expresar con palabras humanas algn aspecto de la sobrecogedora impresin que una figura como la de Jess de Naza-ret produjo en el ambiente contemporneo. Dgase lo que se diga sobre la historicidad del hecho, no se puede negar el acusado sim-bolismo de la narracin. Aqu nos enfrentamos con el verdadero problema, que consiste en la autenticidad histrica de tantos he-chos prodigiosos atribuidos a Jess a lo largo de las narraciones evanglicas (vase en tomo II, pp. 450-454, nuestro comentario

  • 16 La tempestad calmada: 8,22-25

    general a Le 4,31-37). Desde la perspectiva del historiador, lo nico que se puede decir es que no hay suficientes razones para admitir esa historicidad o para rechazarla.

    NOTAS EXEGETICAS

    v. 22. Un da subi l a una barca

    Literalmente: Y sucedi (que), un da, l embarc en un barca, y sus discpulos (con l), y les dijo. El carcter redaccional de este versculo de transicin se detecta claramente por la presencia de dos posible-mente tres construcciones tpicas de Lucas: egeneto de (y sucedi) seguido de kai (autos) con verbo en indicativo (eneb = embarc), y nuevo kai con verbo tambin en indicativo (etpen = dijo); la cons-truccin en ma ton hmern ( = en uno de los das, un da), y posiblemente el empleo de kai autos {= y l) en sentido dbil (va-se, a propsito de estas construcciones, lo que indicbamos en la In-troduccin general a este comentario en las pginas 200-204). Algunos manuscritos P75, cdices x + y D omiten el pronombre autos; de modo que la traduccin literal debera ser: Y sucedi, en uno de los das, (que) embarc.... La variante es mnima, y, de hecho, no afecta al sentido de la transicin. El trabajo redaccional de Lucas ha encua-drado la narracin del episodio en unas circunstancias temporales ms bien vagas; hay que notar, de paso, que la redaccin de Lucas omite la precisin temporal de Marcos sobre la hora del da: al caer la tarde (cf. Me 4,35).

    Con sus discpulos

    En la versin lucana de este episodio, la mencin de los discpulos tiene que referirse a los Doce y a las mujeres, de quienes se ha hablado precedentemente en Le 8,2-3; cf. Le 8,9. Hay que notar esa precisin en contraste con la vaguedad de las indicaciones de Marcos: ellos, a ellos (Me 4,35-36).

    La otra orilla del lago

    Lucas aade la precisin: del lago (ts limns) para indicar con exactitud que se trata del llamado mar de Galilea o lago de Gene-saret. Vase la nota exegtica a Le 5,1. En la redaccin de Marcos, concretamente en Me 4,1, Jess est a la orilla del mar (para ten thalassan).

    No se da ninguna razn por la que Jess quiera cruzar a la otra

    Notas exegticas 17

    orilla del lago. H. Conzelmann (Tbeology, 49) interpreta la adicin ex-plcita del lago y la omisin de otros detalles de la narracin de Mar-cos como una deliberada pretensin de Lucas de situar el prodigio en los lmites de la soledad; de esta manera, el lago adquiere un aura de misterio como escenario de la manifestacin del poder de Jess. No hay otras barcas que vayan acompandoles (cf. Me 4,36); nica-mente los discpulos van a ser testigos de la epifana.

    Se hicieron a la mar

    Literalmente: fueron llevados sobre, es decir, sobre la superficie de las aguas. El verbo griego anagein, trmino favorito de Lucas, es la palabra tcnica, en lenguaje nutico, para zarpar, hacerse a la mar, hacerse a la vela. Cf. Hch 13,13; 16,11; 18,21; 20,3.13; 21,1.2; 27,2.4.12.21; 28,10.11. No siempre es trmino tcnico; en ocasiones, admite tambin otros significados (cf. Le 2,22; 4,5; Hch 7,41, etc.).

    v. 23. Mientras navegaban

    La redaccin de Lucas emplea aqu un genitivo absoluto (vase la Intro-duccin general, tomo I, p. 184).

    Se qued dormido

    La mejor tcnica narrativa de Lucas le lleva a presentar a Jess dor-mido, antes de mencionar el estallido de la borrasca; vase, en con-traste, la narracin de Marcos (Me 4,37-38). El sueo de Jess, como efecto normal de la fatiga humana, contrasta con el podero que va a manifestar a continuacin.

    De repente, ... una fuerte borrasca

    Literalmente: un huracn de viento, un vendaval huracanado. En realidad, el genitivo descriptivo (anemou = de viento) es innecesario. El lago de Genesaret, en la regin septentrional de Galilea, est rodea-do de colinas, cuyas laderas caen directamente sobre las orillas del lago; aunque las condiciones atmosfricas son, por lo general, bastante estables, frecuentemente se producen rfagas de viento que, al enfilar las gargantas de las colinas y soplar sobre el lago, producen fcilmente una aparatosa borrasca. La historiografa contempornea hace referencia a estas caractersticas del lago de Genesaret. Para ulteriores detalles, vase J. Finegan, Tbe Archeology of the New Testament, 47-48.

    La barca se les anegaba

    Literalmente: (Jess y los discpulos) empezaban a llenarse, a hun-dirse. En realidad, el verbo syneplrounto se refiere a las personas

    2

  • 18 La tempestad calmada 8,22 25

    ms bien que a la barca, vase, por el contrario, la redaccin de Marcos (Me 4,37)

    v 24 Maestro, Maestro'

    Lucas sustituye el apelativo dtdaskale ( = maestro) de la redaccin de Marcos (Me 4,38) por el vocativo eptstata, de idntico significado, pero repetido dos veces (vase la nota exegtica a Le 5,5) Adems, omite el grito desesperado de los discpulos, que se quejan de la des-preocupacin de Jess y de su aparente indiferencia ante el peligro que les amenaza

    Increp al viento y al oleaje La increpacin va dirigida a los espritus, que, en la creencia popular, eran los causantes de la repentina borrasca (vanse las notas exeg-ticas a Le 4,35 39) Algunos comentaristas (A Plummer, A Crttical and Exegetical Commentary on the Gospel of St Luke, 226, H Schurmann, Das Lukasevangeltum, 476) tratan de evitar esa interpretacin Pero, por otra parte, no resulta tan evidente que el evangelista quiera des cribir la tempestad como un agente personificado Por tanto, habra que cuestionar la interpretacin de H Conzelmann (Theology, 49), que ve ese temporal como el descenso de un demomo a los elementos que le son afines Cf Zac 3,2

    Amainaron Literalmente cesaron, se apaciguaron, ante la palabra de Jess sobreviene la calma Cf Sal 104,6-7, Nah 1,4, donde un rugido del Seor apacigua los elementos de la naturaleza

    v 25 Dnde est vuestra fe? Esta pregunta de Jess, en la redaccin lucana, es ms suave que la reprensin recogida por Marcos Por qu sois tan cobardes? Cmo (es que) no tenis fe? (Me 4,40) La formulacin de la pregunta en Lucas no dice directamente que los discpulos no tengan fe, Jess se contenta con preguntar dnde est esa fe A primera vista se podra interpretar esa reconvencin de Jess como si quisiera decir que los discpulos no tienen fe en Dios o en su providencia; pero el comentario del evangelista, que sigue al reproche de Jess, parece indicar que el punto de referencia es una cierta fe en la propia persona del tauma-turgo (aunque, naturalmente, an no se puede identificar esa actitud con la fe pospascual, es decir, con la verdadera fe cristiana) En cierto sentido, la pregunta parece extraa, ya que los discpulos supieron, por

    Notas exegticas 19

    lo menos, a quin deban acudir ante el peligro inminente que les ame-nazaba Pero la idea del episodio es que esa fe deber ir desarrollndose tal vez con el tiempo mediante una conviccin profunda del ver-dadero poder que Jess posee

    Llenos de mtedo y presa de una profunda admiracin Literalmente temerosos, se admiraron, llenos de miedo (phobthen-tes) se admiraron Lucas suprime la construccin tpica de los LXX, que aparece en Marcos temieron (con) gran temor (ephobthesan phobon megan = les entr un miedo tremendo Me 4,41), cf Jon 1,10, 1 Mac 10,8, Le 2,9 ste es el nico pasaje de la obra de Lucas en el que se combina el miedo (phobeisthai = temer) con la ad-miracin (thaumazetn = admirarse) sos son los efectos que el acontecimiento produce en los discpulos

    Quin puede ser ste?

    O tambin Quin ser ste? Aunque Lucas conserva la partcula ilativa ara (cf Me 4,41), no es imprescindible para la traduccin, en todo caso se podra expresar ese matiz con entonces, quin es ste?, pues, quin es ste?

    Que

    El original griego lleva la conjuncin hott, a la que se puede atribuir valor causal ( = porque, ya que) o simplemente explicativo, que reproducimos en la traduccin con el relativo que

    Da rdenes incluso a los vientos y al agua

    Lucas mejora la construccin griega de Marcos, que tiene dos sujetos masculino anemos ( = viento), y femenino thalassa ( = mar) con un solo verbo en singular (hypakouei obedece) Se podra comparar esta reaccin ante el prodigio con la reseada en Le 4,36, 9,43 La pregunta que se hacen los discpulos tiene la intencin de ma-nifestar a los lectores que, en el grupo de acompaantes de Jess, em-pieza a tomar forma una percepcin que, aunque totava no sea exacta-mente una verdadera fe, no cabe duda que va orientada en esa direccin

  • BIBLIOGRAFA SOBRE 8,22-25

    Kertelge, K., Die Wunder Jesu im Markusevangelium: Eine redaktions-geschichtliche Untersucbung (Munich 1970) 91-100.

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    Schille, G., Die Seesturmerzahlung Markus 4,35-41 ais Beispiel neutes-tamentlicher Aktualisierung: ZNW 56 (1965) 30-40.

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    Van der Loos, H., The Stilling of the Storm, en The Miracles of Jess (Leiden 1965) 638-649.

    43. EL ENDEMONIADO DE GERASA (8,26-39)

    26 Y arribaron a la regin de los gerasenos, que est enfrente de Galilea.

    27 Al saltar a tierra, le sali al encuentro un hombre de la ciudad, que estaba posedo por demonios. Desde haca mucho tiempo no llevaba vestido ni viva en una casa, sino que an-daba vagando entre los sepulcros. 2S Al ver a Jess empez a dar gritos, se postr ante l y dijo a grandes voces:

    Qu tienes que ver conmigo a, Jess, Hijo de Dios Altsimo? Te suplico, no me atormentes.

    C9 Jess estaba a punto de increpar al espritu inmundo para que saliera de aquel hombre. Muchas veces le haba pro-ducido ataques, y aunque tenan que sujetarle con cadenas y grillos y vigilarle de cerca, l rompa las ataduras y era empu-jado por el demonio a sitios desrticos.)

    30 Jess le pregunt: Cmo te llamas? l respondi: Legin. Pues eran muchos los demonios que haban entrado en el

    pobre hombre. 31 Y suplicaban a Jess que no los mandara al Abismo. a Por all cerca, junto a la falda del monte, andaba hozando una enorme piara de cerdos; y los demonios le supli-caron que les permitiera entrar en ellos. Jess se lo permiti. 33 Los demonios salieron de aquel hombre y entraron en los cerdos, y toda la piara se precipit por la ladera y cay al lago y se ahog.

    34 Al ver lo ocurrido, los porquerizos salieron huyendo y lo contaron por la ciudad y por toda la comarca. 3S La gente sali a ver lo que haba pasado. Cuando llegaron adonde es-taba Jess, vieron al hombre del que haban salido los demo-

    * 1 Re 17,18.

  • 22 El endemoniado de Gerasa: 8,26-39

    nios sentado a los pies de Jess, vestido y en su sano juicio. Naturalmente, estaban llenos de miedo, * porque los que ha-ban visto cmo haba sido curado el endemoniado se lo haban contado todo. 37 Toda la poblacin de la comarca de los gera-senos le pidi que se marchara de su territorio, por el pnico que les haba entrado. Entonces Jess volvi a subir a la barca y emprendi el viaje de regreso.

    58 El hombre del que haban salido los demonios le supli-caba que le permitiera quedarse con l; pero Jess le despi-di, dicindole:

    -39 Vuelve a tu casa y explica a la gente todo lo que Dios ha hecho por ti.

    El hombre fue por toda la ciudad proclamando todo lo que Jess haba hecho por l.

    COMENTARIO GENERAL

    La poderosa actuacin de Jess, que calma una tormenta en pleno lago de Genesaret, va seguida de otro relato de milagro, el exor-cismo de un endemoniado en la regin de los gerasenos (Le 8,26-39). El mal que se cierne sobre el ser humano, en forma de cata-clismo de la naturaleza, se reproduce a otro nivel como un mal que afecta a la condicin psquica de un pobre desventurado.

    El episodio est tomado de Marcos (Me 5,1-20). Las diferencias entre las dos versiones son tpicas del trabajo redaccional de Lucas (cf. T. Schramm, Der Markus-Stoff, 126). Lucas abrevia la narracin de Marcos, pero el endemoniado sigue siendo uno solo; mientras que Mateo (Mt 8,28-34) no slo sintetiza an ms los detalles, sino que introduce en su narracin a dos endemoniados. Por lo que toca a los elementos de su fuente ( = Me), Lucas transpone ciertos detalles descriptivos de la presentacin del endemoniado, como la furia que le llevaba a romper las cadenas y destrozar los grillos con los que la gente trataba de domearle, y omite otros, por ejemplo, pasarse el da y la noche entre los sepulcros, los gritos estentreos del endemoniado y el frenes con que se lastimaba contra las piedras

    Comentario general 23

    (cf. Me 5,4-5). En la redaccin de Marcos, el exorcismo de Jess consiste en un mandato directo: Espritu inmundo, sal de ese hombre (Me 5,8); mientras que en Lucas la mencin es nica-mente indirecta y como entre parntesis (Le 8,29). Ese mismo fe-nmeno se da tambin en la splica de los demonios: directa en Marcos (Me 5,12), indirecta en Lucas (Le 8,32), que distingue con precisin entre el endemoniado y el (los) demonio(s); cosa que no se puede afirmar tan rotundamente de Marcos (cf. Me 5,8-10). La splica de Legin consiste, segn Marcos, en que no los ex-pulsara de aquella comarca (Me 5,10); en cambio, segn Lucas, en que no los mandara al Abismo (Le 8,31). Otro detalle que no menciona Lucas es el nmero de los cerdos: unos dos mil, segn la redaccin de Marcos (Me 5,13). Para otras minucias de detalle, vanse las respectivas notas exegticas.

    En el comentario al episodio anterior hemos hecho, aunque ciertamente de pasada, una referencia al complejo de narraciones que el propio Marcos tom de la tradicin precedente (Me 4,25-5,43); el exorcismo del geraseno forma parte de ese conjunto. Al-gunos comentaristas, entre los ms recientes, han observado que la narracin de este episodio en Marcos carece, curiosamente, de las tpicas modificaciones redaccionales del escritor (cf. K. Kertelge, Die Wunder Jesu im Markusevangelium, 101-102; P. J. Achte-meier, JBL 89, 1970, 275-276). Todos los rasgos que pueden plan-tear problemas sobre los diferentes estratos de tradicin repeti-ciones, duplicados, retrocesos, diferencias de vocabulario hay que atribuirlos ms bien al propio desarrollo y a la evolucin de esta historia en la tradicin anterior a Marcos. No es ste el sitio adecuado para una discusin de esta problemtica; baste una refe-rencia al artculo de R. Pesch The Markan Versin of the Healing of the Gerasene Demoniac: Ecumenical Review 23 (1971) 350-374.

    En la narracin de este episodio, segn Marcos, se pueden de-terminar siete elementos constitutivos:

    1) Arribada de Jess a la regin de los gerasenos y encuentro con el endemoniado (Me 5,l-3a).

    2) Descripcin de las condiciones fsico-psquicas del ende-moniado y sntomas de su enfermedad (Me 5,3b-5).

  • 24 El endemoniado de Gerasa: 8,26-39

    3) El endemoniado reconoce a Jess como exorcista (Me 5, 6-7).

    4) El exorcismo propiamente dicho, con sus dos elementos: apopomp ( expulsin) y epipomp ( = impulsin, traspa-so, transferencia) (Me 5,8-13a).

    5) Comprobacin de la salida de los demonios (Me 5,13bc).

    6) Reaccin de los presentes y de los advenedizos (Me 5, 14-17).

    7) Conclusin de tonalidad misionera (Me 5,18-20).

    La versin del mismo episodio, segn Lucas, a pesar de la transposicin del v. 29bc, recoge fundamentalmente los mismos siete elementos: 1) Le 8,26-27a; 2) Le 8,27b.29bc; 3) Le 8,28; 4) Le 8,30-32; 5) Le 8,33; 6) Le 8,34-37, y 7) 8,38-39. R. Bult-mann (HST, 210) observa que la narracin contiene los motivos caractersticos del exorcismo: elementos 2-6 de los menciona-dos. Por su parte, K. Kertelge (Die Wunder Jesu im Markusevan-gelium, 107) observa, con razn, que este relato de exorcismo tena ya connotacin misionera (Missionserzhlung), incluso en la tradi-cin anterior a Marcos, y eso a causa de los versculos finales (Me 5,18-20; Le 8,38-39).

    Al analizar detenidamente este episodio no podemos decir que se trate de un mero relato de exorcismo; baste compararlo con Le 4,33-37. Los componentes fundamentales de una tpica narracin de milagro se han revestido de elementos del mundo de la fanta-sa e incluso de lo ms grotesco. En palabras de R. Pesch, el relato es una amalgama de materiales pertenecientes al mbito de la vida normal y determinados elementos de carcter absurdo, que pre-tenden dar cierta credibilidad a la narracin, pero que, al mismo tiempo, provocan el desdn de una mentalidad escptica {The Markan Versin of the Healing of the Gerasene Demoniac, 349). Nos quedaramos cortos si afirmramos, con J. M. Creed (The Gospel according to St. Luke, 120), que se trata de un episodio extrao. De hecho, siempre ha suscitado una infinidad de cues-tiones, incluso las ms descabelladas. Por ejemplo, no da la im-presin de que se presenta a Jess como cruel con los animales? Cmo habra podido l causar una prdida econmica tan impor-

    Comentario general 25

    tante a los propietarios de la piara de cerdos, ya que, en realidad, nadie mantiene un nmero tan elevado de animales unos dos mil (Me 5,13) por pura ostentacin? Es concebible que un judo como Jess se dirigiera a un lugar como se, donde hozaba una tan numerosa piara de cerdos? Qu clase de fuerza tuvo que invadir a esos animales para empujarles a recorrer los kilmetros que los separaban del lago y precipitarse en el abismo? Crea verdaderamente Jess en la supersticin popular de la poca sobre la posesin diablica?

    Todas estas cuestiones son absolutamente ajenas al sentido de la narracin, cuya finalidad es esencialmente de orden simblico-religioso. El cmulo de detalles extravagantes e incluso grotescos de la narracin manifiestan una tendencia que, poco a poco, fue asocindose con los llamados relatos de milagro en la tradicin sinptica; una tendencia que alcanza el pice de su manifestacin en los relatos de los evangelios apcrifos. Los casos que nos cuen-tan esas narraciones son de lo ms pintoresco. Por ejemplo, se dice que Jess, de nio, profanaba el sbado modelando con arcilla doce gorriones; luego daba unas palmadas y los gorriones echaban a volar, entre un alborotado bullicio de gorjeos. O tambin que un da, enfadado con uno de sus compaeros, se dedic a ensuciar los pilones de agua (cf. Infancy Story of Thomas, en E. Hennecke/ W. Schneemelcher, New Testament Apocrypha, 1, 393). O cmo Jess, de adolescente, transform un da a toda su pandilla en un rebao de cabras (Arahic Infancy Gospel, en id'td., 1, 409).

    R. Bultmann piensa que la narracin emplea el conocido mo-tivo literario del demonio taimado (HST, 201). Los demonios intentan ejercer todo su dominio sobre la personalidad de Jess pronunciando su nombre; pero cuando Jess les pregunta por su propio nombre, le contestan con su nmero o con una especie de seudnimo que hace referencia a su nmero. A continuacin, cuan-do Jess les manda salir del posedo la apopomp = expul-sin, ellos le piden que les enve o que les deje entrar la epi-pomp = transferencia en los cerdos ms bien que precipitarse en el abismo. El exorcista accede y les permite entrar en la piara de animales, y la consecuencia es que la piara entera, y con ella los demonios, se precipitan en su destruccin. De esta manera, Jess burla a los burladores es decir, a los demonios y salva al

  • 26 El endemoniado de Gerasa: 8,26-39

    posedo. Para un estudio ms minucioso, vanse A. Wnsche, Der Sagenkreis vom geprellten Teufel (Leipzig 1905); H. A. Kelly, Demonology and Diabolical Temptation: Thought 40 (1965) 157, 165-194.

    Tambin se pregunta Bultmann si la narracin no podra haber sido, en sus orgenes, la aplicacin al caso de Jess de una burla popular de la poca. Verdaderamente es imposible dar una res-puesta satisfactoria a este tipo de especulaciones propiciadas por la acumulacin de elementos extravagantes y hasta grotescos. A. D. Martin ha intentado salvar la historicidad de la escena tra-tando de hacer un clculo de su valor comercial (The Loss of the Gadarene Swine: ExpTim 25, 1913-1914, 380-381). Pero todos esos intentos no son, en modo alguno, convincentes. Como tampoco lo son ciertas explicaciones de carcter psicologizante; por ejemplo, la propuesta por A. H. M'Neile: la causa por la que Jess provoc la prdida de los cerdos fue para tranquilizar por completo al po-sedo, ofrecindole una demostracin visible de que el elemento que le haba hecho tan desgraciado haba quedado definitivamente destruido (The Gospel according to St. Matthew, Londres 1915, 114).

    Los versculos conclusivos de la narracin, que le confieren su tonalidad misionera Jess invita al recin curado a que explique a toda la gente lo que Dios ha hecho por l (vv. 38-39), mues-tran que el hombre sigui esas indicaciones; consiguientemente, dan pie para pensar que la tradicin se fue transmitiendo en forma fol-clrica. Puede parecer sorprendente que este tipo de tradicin po-pular haya encontrado un puesto en la literatura cannica; pero quin se atrevera a afirmar que la inspiracin bblica, entendida correctamente, no es capaz de asimilar incluso tradiciones de estas caractersticas?

    La narracin presenta a Jess en pleno uso de sus poderes per-sonales para curar a un pobre demente, a un marginado de la so-ciedad; la curacin le restituye no slo su sano juicio, sino el sen-tido profundo de su existencia. Por otra parte, la preocupacin salvfica de Jess se extiende incluso a un desvalido, que, presu-miblemente, no es ms que un pagano; como el Dios de Israel, cuya actuacin salvfica no conoce fronteras. El texto deja entrever las dificultades de Lucas para relacionar esta curacin en el terri-

    Notas exegticas 27

    torio de los gerasenos con el ministerio de Jess en Galilea; eso se ve con toda claridad en la adicin que completa el v. 26: que est enfrente de Galilea, y en la omisin de cualquier referencia a la Decpolis (cf. Me 5,20).

    Dos pequeas modificaciones bastan para encuadrar el relato de la curacin de un pagano dentro de la perspectiva geogrfica global de la presentacin de Lucas. El hecho de que Jess d cauce a sus poderes curativos, incluso cuando se trata de un pagano, pre-figura ya las subsiguientes narraciones de carcter misionero por el ancho mundo de la gentilidad (especialmente, en el libro de los Hechos). Un dato importante es que el taumaturgo, reconocido como Hijo de Dios Altsimo, someta la fuerza del demonio con su simple palabra. Cuando el mandato imperativo se encuentra con otra alternativa, Jess accede; pero esa aquiescencia lleva con-sigo la destruccin irreversible del adversario. Jess es el fuerte, el poderoso, capaz de destruir el mal que se asienta en la personalidad ms ntima del ser humano. Y el enfermo restablecido, que, al re-cuperar el uso de sus funciones, quiere seguir con Jess, se con-vierte en el primer discpulo de la gentilidad, que va proclamando abiertamente todo lo que Jess haba hecho por l (v. 39). El sujeto de una palabra imperativa que cura y salva se convierte en objeto de proclamacin y de buena noticia.

    NOTAS EXEGTICAS

    v. 26. Arribaron El verbo kataplein es el correlativo, en sentido opuesto, de anagein (= zarpar, hacerse a la mar). La presencia de la preposicin kata (= hacia abajo) puede referirse tanto a la venida desde alta mar como al hecho de saltar a tierra desde la barca. Para el correlativo anagein, vase la nota a Le 8,22d.

    La regin de los gerasenos

    La localizacin del episodio no es uniforme en las tres recensiones evan-glicas. A esto hay que aadir la diversidad de variantes textuales que presenta cada recensin particular. En el caso concreto de Lucas, los manuscritos ofrecen tres variantes fundamentales: a) Gerasnn (= de los gerasenos), segn los cdices B, D, 0267, el P75 y algunas versiones

  • 28 El endemoniado de Gerasa 8,26 39

    antiguas, b) Gadarenn ( = de los gadarenos), segn los cdices A, R, W, W, 0135, la familia 13 de minsculos y la tradicin textual koi ne, c) Gergesenon ( = de los gargasenos), segn la lectura de los cdices s , L, , S, 33, 700+, 1241 y la familia 1 de minsculos

    Gerasa la moderna Jeras es una ciudad de Jordania, a unos cin-cuenta kilmetros al sudeste del lago de Genesaret En la antigua de marcacin de Transjornadia, la ciudad perteneca a la Decpolis y esta ba situada junto a los montes de Galaad, casi en el lmite del desierto del este Una piara de cerdos que, desde las laderas de Gerasa, fuera a precipitarse en el lago de Genesaret, habra batido todas las marcas de resistencia Ya en los primeros siglos del cristianismo, Orgenes vio la dificultad de esta lectura, al describir a Gerasa como una ciudad de Arabia, que ni est en la costa ni tiene un lago en sus proximidades (Comm in loannem, 6, 41 [24] , GCS, 10, 150) Cf C H Kraeling, Gerasa, City of the Decapolis (New Haven 1938), J Fmegan, The Ar cheology of the New Testament, 61 70

    Gadara la moderna Umm Qeis era otra ciudad de la Decpolis, situada a unos diez kilmetros al sudeste del lago de Genesaret El his tonador Flavio Josefo (Vit IX) menciona las aldeas (komas) de Ga-dara e Hippos como poblaciones costeras, junto a Tiberades ( = lago de Genesaret) y a Escitpolis Estas indicaciones implicaran una cierta proximidad entre Gadara y el lago de Genesaret Pero Orgenes, que saba muy bien que algunas vanantes de los evangelios lean aqu Ga darenon (Comm in loannem, 6, 41 [24]), describe a Gadara como una ciudad de Judea, famosa por su clima primaveral, pero sin terraplenes ni lagos, ni cercana al mar

    Gargasa, segn Orgenes, era una antigua ciudad situada en las proximidades del lago que hoy se llama de Tiberades (ibid ) El autor sigue diciendo que cerca de la ciudad haba un promontorio que daba sobre el lago, y desde el que, segn se dice, se precipitaron los cerdos invadidos por los demonios (ibid ) Sin embargo, Orgenes no dice que tenga conocimiento de algn manuscrito que lea, como vanante, Ger gesendn, aunque, por otra parte, conoce una tradicin local, que deriva el nombre de Gergesaiot del toponmico Gargasa, cuyo significado es siempre segn Orgenes morada de los expulsores (tal vez con referencia a los habitantes de la ciudad, que un da pidieron a Jess que se marchase de su comarca) Tambin se ha identificado la ciudad de Gargasa con la moderna Kers (o Kurs), en la ribera oriental del lago de Genesaret Cf G E Wnght /F V Filson (eds), Westmmster Histoncal Atlas of the Bihle (Filadelfia 1946) 86, F-M Abel, Go-graphte de la Palestine, I I (Pars 1938) 332

    Se puede decir, casi con toda seguridad, que la vanante Gergesenon

    Notas exegticas 29

    no obedece a un posible influjo de Orgenes sobre la llamada tradicin textual koine por el simple hecho de que esa lectura ya aparece en muchos manuscritos de poca anterior Donde quiz pudiera caber como lectura original es en los manuscritos del Evangelio segn Mateo, lo que es en Lucas, difcilmente puede considerarse as Por eso me inclino decididamente por Gerasenn ( de los gerasenos), segn los me jores representantes del texto de Lucas Ademas, resulta ser la lectio difficikor

    Estas fluctuaciones de la tradicin manuscrita con respecto a la lo calizacin del episodio, unidas a otros muchos detalles de la narracin, obligan a extremar las cautelas cuando se trata de reconstruir la reali-dad histrica del acontecimiento Vase, para ulteriores detalles, B M Metzger, TCGNT, 23 24 Sea o no posible cualquier clase de recons-truccin histrica, lo que no admite la menor duda es el significado religioso de la narracin

    Enfrente de Galilea

    Con esta simple adicin redaccional, Lucas mantiene este episodio, pro-veniente de Marcos (Me), dentro de su propia perspectiva global del ministerio de Jess en Galilea Se trata de una mera incursin del protagonista por territorio presumiblemente pagano as lo sugiere la presencia de animales impuros para manifestar all su poder Aunque, de hecho, esa manifestacin se produce fuera del campo habitual de su ministerio, es decir, la regin de Galilea, el dato es muy significativo para la concepcin teolgica de Lucas, donde la misin a los paganos tiene un relieve tan destacado (cf H Conzelmann, Theology, 49 50) Por eso el propio Lucas, en vez de omitir totalmente el episodio, se esfuerza por integrarlo en el horizonte global de su perspectiva geo-grfica

    v 27 Al saltar a tierra

    La frase de Lucas, aunque no de fcil traduccin literal, mejora cons derablemente la expresin griega de Marcos (Me 5,2), que roza los lmi-tes de la agramaticalidad Efectivamente, Marcos emplea un genitivo absoluto (exelthontos autou = al salir l), pero introduce nmediata-tamente un pronombre personal de referencia (auto = a l, le sali al encuentro), que destruye la construccin del genitivo en cuanto a su valor absoluto

    Que estaba posedo por demonios

    Literalmente un hombre (anr = varn) teniendo demonios El plural introducido por Lucas daimoma ( demonios), obedece al

  • 30 El endemoniado de Gerasa 8,26 39

    nombre Legin, que aparecer ulteriormente en el v 20 El pro-pio Lucas volver a presentar a un hombre posedo por vanos sie te demonios (Le 11,26, cf 8,2) Marcos dice simplemente un hombre (anthrdpos) con un espritu inmundo (Me 5,2) Esta ltima formulacin, ms semtica que el helemzante daimon, aparece ulterior mente en la redaccin de Lucas en el v 29, desde el punto de vista prctico, no parece haber diferencia entre ambas expresiones La desig nacin espritu inmundo cuadra mejor con todo el contexto, ya que los demonios van a entrar, en definitiva, en animales inmundos, como son los cerdos Un detalle que conviene observar en la redaccin de Marcos es el uso de los participios datmonizomenos y daimonistheis (Me 5,15 16 18), cf Le 8,36 Aunque Lucas emplea aqu el plural (dai moma), en el curso de la narracin aflora, en ocasiones, el singular (cf vv 29 y 30)

    Desde hacia mucho tiempo

    En la tradicin manuscrita, el P75 y los cdices N+ b, B, L, etc , leen kai chron hikan ( = y por un tiempo considerable), segn la forma gramatical, la frase tiene que referirse a lo que viene a continuacin, es decir, por un tiempo considerable no haba llevado vestido Sin em bargo, otros manuscritos importantes, tanto maysculos Xa, A, K, W, X, etc como minsculos, leen ek chronn htkanon kai ( = por perodos considerables, y, en este caso, la frase temporal estara rea clonada con la afirmacin precedente, de modo que la traduccin de bera ser estaba posedo durante mucho tiempo y no llevaba ves tido Indudablemente, hay que preferir la primera lectura, cf B M Metzger, TCGNT, 145 Para otras variantes de menor relevancia, vase el aparato crtico de cualquier edicin manual, por ejemplo, el de UBSGNT, 239

    Entre los sepulcros

    Se hace referencia, presumiblemente, a tumbas paganas Para un judo, eso era una fuente de impureza ritual, y ms an si, como es probable, las tumbas no estaban encaladas (cf Mt 23,7, Str B , 1, 936 937) Para la impureza por contacto con cadveres, cf Nm 19,11 14 16, Ez 39, 11 15, vase, adems, l lQTemp 48, 11 13, 49, 5 21, 50, 3 8 Algunos comentaristas han credo ver en este y en otros detalles del relato una alusin a Is 65,1 7 El hecho de andar vagando entre los sepulcros puede ser un signo de la alienacin del endemoniado, pero tambin puede simbolizar la relacin de lo demonaco con el imperio de la muerte

    Notas exegeticas 31

    v 28 Empez a dar gritos, se postr ante l y dtp a grandes voces

    Es notorio el trabajo redaccional de Lucas sobre el texto que le sirvi de fuente (Me) En la versin de Marcos parece que el endemoniado echa a correr desde lejos en direccin a Jess, se postra ante el y le grita en su propia cara La modificacin lucana imprime a la escena del encuentro un dramatismo ms acusado

    Qu tienes que ver conmigo ?

    Para una frmula semejante, vase la nota exegtica a Le 4,34 Como expresin de la hostilidad entre el demonio y Jess, Lucas igual que Marcos (Me 5,7) emplea literalmente la frmula de 1 Re 17,18, segn la versin de los LXX ti emoi kai soi A medida que avanza la narra-cin es el propio demonio el que habla por boca del endemoniado

    Hijo de Dios Altsimo

    Aunque la expresin, igual que la precedente, est tomada de Marcos, Lucas pone en labios del demonio un ttulo ya atribuido a Jess en las narraciones de la infancia (vase la nota exegtica a Le 1,32), cf Le 4,41, Hch 16,17 En el Evangelio segn Marcos hay que interpretar ese ttulo dentro del contexto global del llamado secreto mesinico, en cambio, en Lucas, las connotaciones son diferentes, puesto que ya antes se ha identificado a Jess con esa misma titulacin

    Te suplico

    Lucas suaviza la formulacin de Marcos Te conjuro (Me 5,7), pro bablemente porque no crea adecuado que un demonio, o un endemo niado, conjurase a alguien en nombre de Dios

    No me atormentes

    La construccin gramatical, idntica en ambos evangelistas, emplea el aoristo de subjuntivo precedido de la negacin me, con valor de m perativo negativo Lo que no se indica en ninguno de los dos relatos es la entidad concreta de ese tormento del demonio

    v 29 Jess estaba a punto de increpar al espritu inmundo

    Literalmente porque increpaba (o estaba increpando [ ? ] ) El empleo del imperfecto en este versculo es muy peculiar Podra parecer, a pri-mera vista, que se describe el acto de increpacin, pero eso viene mas tarde Por tanto, habr que interpretar ese imperfecto como equiva-lente a un aoristo incoativo (cf BDF, nn 328-329 y 331, vase un caso semejante en Le 5,6 dterrsseto = estaba a punto de romperse) El

  • 32 El endemoniado de Gerasa: 8,26-39

    problema se plantea, en parte, porque Lucas ha operado una transpo-sicin de algunos elementos descriptivos de Marcos (Me 5,4-5) y los ha puesto a continuacin de las palabras del demonio (v. 28 = Me 5,6-7; v. 29 = Me 5,4-5.8a); adems, el plural (daimoma) de la introduccin (v. 27) se transforma aqu en correspondencia con Marcos en el sin-gular: pneuma akatharton ( = espritu inmundo).

    En la dinmica del relato parece que hay que considerar este v. 29 como un parntesis.

    Muchas veces

    Segn J. H. Moulton/W. F. Howard/N. Turner (A Grammar of New Testament Greek, 3, 243 [ii]), esta expresin: pollots chronois, podra interpretarse como dativo de duracin, fenmeno frecuente en el griego helenstico. Cf. MM, 694a; M. Zerwick, Graecitas bblica, n. 54.

    v. 30. Cmo te llamas? El endemoniado quiere evitar una confrontacin con Jess, mostrando que conoce su nombre y sus ttulos. Ahora es Jess el que pretende conocer el nombre del demonio. El dilogo pone de manifiesto la creen-cia popular de que se puede adquirir dominio sobre los espritus em-pleando su nombre. Ante la pregunta de Jess, que trata de conocer el nombre del demonio, ste procura distraer al exorcista respondin-dole con su nmero. Podra parecer extrao que Jess, precisamente el Hijo de Dios Altsimo, no supiera el nombre del demonio; pero preguntarse aqu por esa ignorancia de Jess quiere decir que no se ha entendido en absoluto el verdadero significado de la narracin.

    Legin Lo que revela esa contestacin del demonio no es propiamente el nom-bre, sino el nmero. La palabra griega legin es una mera transcripcin literal del trmino latino legio En tiempos de Augusto, una legin constaba de seis mil soldados. En la narracin de Lucas, la frase que viene a continuacin explica por qu se ha empleado ese trmino; mientras que, en Marcos (Me 5,9), la explicacin forma parte inte-grante de la respuesta. Con esa modificacin redaccional, la explicacin de Lucas va dirigida a los lectores y no al propio Jess, como sucede en Marcos; de este modo, lo enigmtico de la respuesta cobra mucho mayor relieve.

    v. 31. Al Abismo La palabra griega abyssos puede tener dos significados: la morada de los muertos (cf. Sal 107,26; Rom 10,7) o la prisin donde quedarn enca-

    Notas exegticas 33

    denados definitivamente Satans y todos sus demonios (Ap 20,3). En la versin de los LXX, abyssos es la traduccin ms frecuente del he-breo tehom, que, en la cosmologa del Antiguo Testamento, designa las aguas primordiales o las aguas bajo la superficie de la tierra, sm-bolo del caos originario sometido por el creador. Conscientes de que su verdadero destino es el Abismo, los demonios suplican al tauma-turgo que todava no los enve a ese lugar. Entre tanto, segn la demo-nologa de la poca, los demonios debern andar errantes, vagando de un lugar a otro y tratando de encontrar morada en los desiertos, entre los sepulcros o incluso en personas psquicamente perturbadas. Por eso se resisten violentamente a ser expulsados, y cuando lo son, buscan afa-nosamente volver a una casa bien arreglada (cf. Le 11,24-26). Aqu llegan incluso a suplicar a Jess que les permita entrar en los cerdos, animales impuros en los que no tendrn obstculo para establecer su morada.

    La redaccin de Lucas ha modificado el destino de los demonios; mientras que Marcos dice: fuera de la comarca (ex ts choras: Me 5,10), Lucas sustituye esa frase por al Abismo (eis ten abysson). Ante ese cambio se ha especulado con una posible traduccin incorrecta de un trmino arameo: thm\ La versin de Marcos: chora, representara una lectura como tehmff ( = lmites, o tambin: territorio, co-marca); Lucas, en cambio, habra ledo: tehoma1 ( = aguas primor-diales, abismo, averno); cf. J. Hring, RHPR 46, 1956, 25; G. Schwarz llega incluso a proponer que esa ltima alternativa repre-senta el texto ms original. Esa clase de especulaciones son totalmente inadmisibles; aparte de que no tienen en cuenta las interrelaciones en-tre los sinpticos ni logran demostrar que, en arameo, esas dos palabras fueron realmente objeto de confusin, se olvidan de que, tanto en Mar-cos como en Lucas, las preposiciones son diferentes: ex ( = fuera de) en Marcos, eis ( = hacia) en Lucas. No cabe duda que la for-mulacin de Marcos es ms original; Lucas, por su parte, ha compuesto una escenografa ms acorde con toda su narracin.

    v. 32. Una enorme piara de cerdos

    Marcos da el nmero aproximado: unos dos mil (Me 5,13); Lucas, en cambio, se limita a una indicacin genrica: hkann ( = bastantes, que hemos traducido por enorme [piara]). Para el judo religioso, el cerdo es un animal absolutamente despreciable, porque es impuro, es decir, no es comestible; es bisulco y tiene la pezua partida, pero no es rumiante: tenedlo por impuro (Lv 11,7; cf. Dt 14,8). Cf. Le 15,15.

    3

  • 34 El endemoniado de Gerasa 8,26-39

    Entrar en ellos Los demonios piden una morada sustitutiva, aunque, en realidad, no sea ms que transitoria

    v 33 Se precipit por la ladera y cay al lago

    Lucas sustituye, una vez ms, la palabra tbalassan ( = mar), de la redaccin de Marcos (Me 5,13), por limnn { lago), que es ms adecuada para describir la extensin acufera de Genesaret El lago no es precisamente el mbito de la soledad (vase la nota exegtica a Le 5,22), sino ms bien el abismo en el que se precipitan los demo-nios (para una interpretacin distinta, vase H Conzelmann, Theology, 44-45 y 50) El verbo hrmsen ( se precipit), tomado de Me 5,13, tiene la connotacin de un movimiento impetuoso que escapa al con-trol de la racionalidad humana (G Bertram, TDNT 5, 470) La po-sesin diablica es la que empuja a toda la piara, precipicio abajo, hasta el abismo.

    Y se ahog

    La prdida de los animales simboliza la destruccin de los demonios Los animales impuros, aunque inservibles para la alimentacin, resul-tan ser el instrumento ms adecuado para que el hombre quede libre de la accin malfica de los espritus inmundos El poder diablico es aniquilado por la poderosa palabra de Jess.

    v 35 Sentado a los pies de Jess

    Esta adicin de Lucas, claramente redaccional, presenta al recin curado en la postura clsica del discpulo, es decir, sentado a los pies de su maestro (cf Le 10,39, Hch 22,3) Esa actitud prepara, ya desde ahora, la peticin que el hombre va a hacer a Jess en el subsiguiente v 38

    Vestido

    No se da ninguna indicacin sobre la procedencia de los vestidos, re-curdese la descripcin del endemoniado en el precedente v 27b

    En su sano juicio

    Este detalle, procedente de la redaccin de Marcos (Me 5,15), es muy significativo por lo que se refiere a la condicin mental del endemo niado Como no se ha explicado adecuadamente el estado de pertur-bacin de sus facultades psquicas, se atribuye ese desequilibrio a una especie de fantasmas personificados, como si demonios o espri-tu^) mmundo(s) hubieran entrado en aquel hombre (cf v 30) y hubieran tomado posesin de su personalidad

    Notas exegticas 35

    v 36 El endemoniado

    Lucas emplea aqu el participio aoristo pasivo daimonistheis, que en la versin de Marcos aparece en otro contexto (Me 5,18), vase, con todo, Me 5,15.16 El cdice D introduce en este momento una vanante ex-traa, en vez del participio descriptivo (daimomstheis = endemonia-do) lee ho legin ( el [llamado] legin), como una especie de nom-bre propio

    Haba sido curado

    Literalmente haba sido salvado (esth, de szein = salvar). La accin de Jess, que ha liberado a un hombre del mal que destrua su personalidad, se expresa con uno de los trminos favoritos de Lucas (vanse, a este propsito, nuestras reflexiones en la introduccin gene-ral a este comentario, tomo I, pp 373ss).

    v 37 Toda la poblacin de la comarca de los gerasenos

    El cdice D tiene una formulacin un tanto distinta Todos (es decir, la gente que haba acudido) y la regin rogaron a Jess .. En realidad, la frase de Lucas es una adicin redaccional, que apenas difiere de la formulacin de Marcos (al menos en cuanto al sentido) Tambin aqu la lectura Gerasnn parece ser la que tiene una base textual ms fide-digna Vase la nota a Le 8,26

    Por el pnico que les haba entrado

    No hay que entender esa sensacin nicamente como miedo a posibles prdidas ulteriores si Jess se quedara en el territorio, sino especial-mente como un temor numinoso ante la manifestacin de poder que supona el exorcismo.

    La reaccin de los paganos ante la presencia del Salvador no di-fiere sustancialmente de la de los habitantes de Nazaret ante las pala-bras de su compatriota (cf Le 4,28-29); slo que, en este ltimo caso, la actitud es tan violenta, que los paisanos de Jess estn decididos a acabar con l (Le 4,29).

    La sensacin de pnico (phobos megas) es una adicin del propio Lucas (cf. 7,16, con su correspondiente nota exegtica, Hch 2,43, 5,5 11)

    v 38 Que le permitiera quedarse con l

    Lucas conserva en su narracin este detalle procedente de Me 5,18, aunque cambia la frase preposicional met *autou en syn auto ( = con l). El motivo de la peticin no est del todo claro tena miedo el

  • 36 El endemoniado de Gerasa 8,26 39

    hombre a una posible recada, o se trata ms bien de una decisin a hacerse discpulo de Jess? Si se tiene en cuenta la adicin redaccional de Lucas en el v 35 sentado a los pies de Jess, habr que decidir se, probablemente, por la segunda alternativa En este caso, la reaccin del hombre que acaba de experimentar la curacin contrasta decidida-mente con el rechazo por parte de toda la poblacin gerasena (cf v 37)

    Jess le despidi

    La actitud de Jess no es precisamente de rechazo, sino ms bien cons tituye un envo con cierto carcter misionero Pero esa misin no es an la del verdadero discpulo cristiano, segn la presentacin de Lu cas, todava no es el momento del envo de los discpulos procedentes de la gentilidad.

    v 39 Lo que Dios ha hecho por ti

    El significado sera el siguiente lo que el Dios de Israel ha realizado en ti, un pagano, por medio de mi actuacin como enviado de Dios La versin de Marcos dice concretamente lo que el Seor ha hecho contigo, por su misericordia (Me 5,19) Parece ser que, en ambos casos, se hace referencia a la actuacin del Seor ( = Yhwh), como lo sugiere la frase siguiente, con la que concluye el relato (v 39b, cf Me 5,20), a no ser que haya que interpretar esa expresin como una resonancia de la idea de Lucas, que, en ocasiones, parece presentar a Jess como ho theos (vase la nota exegtica a Le 9,43a) A este propsito, no estara fuera de sitio referirse a la problemtica textual planteada en Hch 20,28

    Por toda la ciudad

    La genrica indicacin geogrfica del v 26 parece incluir una ciudad concreta, aunque no se la nombra especficamente, en los vv 27, 34 y 39 se dice simplemente polis ( = ciudad), como en Me 5,14 Tal vez se trate de una modificacin redaccional de Lucas para eliminar toda mencin explcita de la Decpolis (cf Me 5,20)

    Las dos partes del v 39 muestran un claro paralelismo Por un lado, Jess le dice a aquel hombre, vuelve a tu casa (hypostrephe eis ton oikon sou) y cuenta (dtgou) todo lo que Dios ha hecho por ti (hosa soi epoisen ho theos), por otro, el hombre fue por toda la ciudad (aplthen kath 'holn ten poln) proclamando (kryssn) todo lo que Jess haba hecho por l (osa epoisen auto ho Iesous) La posicin enftica de ho theos y de ho Iesous es particularmente re-levante El estilo de Lucas es, de por s, bien sugestivo

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    len Commumo viatorum 14 (1971) 13-29

  • 44. CURACIN DE LA MUJER CON FLUJOS DE SANGRE

    (8,40-48)

    40 Al volver Jess, la gente le dio la bienvenida, pues todos estaban esperndole.

    41 En esto, lleg un hombre llamado Jairo, jefe de sinagoga. Se ech a los pies de Jess y le insista que fuera a su casa, 42 porque su hija nica, de unos doce aos, se estaba murien-do. Mientras iba de camino, la gente le apretujaba.

    43 Entre el gento haba una mujer que, [ aunque haba gas-tado toda su fortuna en mdicos], padeca flujos de sangre desde haca doce aos y nadie haba podido curarla. m Se acer-c a Jess por detrs y le toc el borde del manto; inmediata-mente se le cortaron los flujos. * Entonces, Jess pregunt:

    Quin me ha tocado? Y como ninguno deca que haba sido l, dijo Pedro: Maestro, si toda la gente est apretndote y estrujn-

    dote. 46 Pero Jess replic: S, pero alguno me ha tocado; si lo sabr yo, porque he

    sentido que una fuerza ha salido de m. 47 La mujer, al verse descubierta, se le acerc temblorosa

    y se le ech a los pies. Y delante de todos explic por qu le haba tocado y cmo se haba curado instantneamente. ** Je-ss le dijo:

    Hija, tu fe te ha trado la salvacin. Vete en paza.

    COMENTARIO GENERAL

    La manifestacin progresiva del poder de Jess, a la que est de-dicada esta seccin del Evangelio segn Lucas, contina con otro relato de milagro, la curacin de una mujer con flujos de sangre

    ' 1 Sm 1,17.

    Comentario general 39

    (Le 8,40-48). En realidad, son dos relatos entremezclados, porque la narracin siguiente la resurreccin de la hija de Jairo (Le 8, 49-56) ya ha quedado introducida al principio del presente epi-sodio. Por eso en este comentario general estudiaremos conjunta-mente los dos relatos, aunque en las notas exegticas analizare-mos por separado ambas narraciones.

    Los dos episodios provienen de la redaccin de Marcos (Me 5, 21-43), donde aparecen como partes integrantes de todo el com-plejo narrativo que el propio Marcos recibi de la tradicin prece-dente, ya constituido como unidad (vase lo dicho en el pargra-fo 42). Tambin aqu podemos decir que el trabajo redaccional del evangelista Marcos en este caso es prcticamente irrelevante; a excepcin quiz del mandato de guardar silencio (Me 5,43a), que va en lnea con el llamado secreto mesinico, caracterstico del segundo evangelista (cf. R. Bultmann, HST, 214).

    La narracin presenta los dos prodigios no en continuidad narra-tiva, sino incrustados uno dentro del otro. Para un comentarista como J. M. Creed (The Cospel according to St. Luke, 122), la ex-plicacin ms obvia de este fenmeno es que as sucedieron los he-chos en la realidad. Pero esa interpretacin no satisface a la mayora de los comentaristas modernos; hoy da se piensa que los dos re-latos fueron, originariamente, independientes y que slo ms tarde llegaron a fundirse en la unidad narrativa que hoy poseemos. Como razones de esta fusin se apuntan: el uso de thygatrion { pe-quea [hija], nia) en Me 5,23 y thygatr ( hija) en Me 5,34, o la mencin de los doce aos en Me 5,25.42; es decir, se tratara de una yuxtaposicin de carcter temtico. Desde otro punto de vista, la insercin del segundo prodigio despus de haber indicado que la hija de Jairo est a punto de muerte tendra un efecto literario, es decir, creara un intervalo de tiempo durante el cual la nia muere en realidad y el prodigio pasa de ser una mera curacin a la categora de verdadera resurreccin.

    Tambin en el aspecto gramatical hay sus diferencias de estilo entre los dos relatos, siempre segn el segundo evangelista: en la resurreccin de la hija de Jairo hay un claro predominio del pre-sente histrico y de las frases cortas, junto a una considerable eco-noma de participios; en cambio, en la otra narracin aparecen los aoristos y los imperfectos tiempos narrativos por antonomasia

  • 40 Curacin de la mujer con flujos: 8,40-48

    y abundan los participios y las frases ms largas. Segn P. J. Achte-meier (JBL 89, 1970, 276-279), fue el propio Marcos el que in-sert la curacin de la mujer dentro del episodio de la resurreccin de la hija del funcionario, ya que es bien conocida su tcnica de insercin. Pero no todos los comentaristas estn de acuerdo con esa interpretacin; de hecho, bastantes investigadores prefieren atri-buir esa combinacin narrativa a la tradicin anterior a Marcos (cf. K. Kertelge, Die Wunder Jesu im Markusevangelium, 110-111; G. Schneider, Das Evangelium nach Lukas, 196). No creemos que sea nuestro cometido entrar aqu en un anlisis pormenorizado de este planteamiento, ya que est bien claro que Lucas se limit a tomar de Marcos (Me 5,21-43) las dos narraciones ya englobadas una dentro de otra.

    La redaccin lucana de estos dos episodios (Le 8,40-48.49-56) depende de Me; las diferencias especficas entre ambas versiones deben atribuirse al trabajo redaccional del propio Lucas. Se perci-ben, por otra parte, ciertas coincidencias menores entre Mateo y Lucas en oposicin a Marcos; por ejemplo, archon { jefe: Le 8,41); thygatr ( = hija: Le 8,42); proselthousa (= acercn-dose, se acerc: Le 8,44); opisthen ( = por detrs: Le 8,44); kraspedou ( = borde: Le 8,44); elthn ( = llegando, al lle-gar: Le 8,51). Entre todos estos trminos, slo kraspedou tiene una cierta relevancia; el resto es pura coincidencia casual (cf. T. Schramm, Der Markus-Stoff, 126). Lucas abrevi ambas narra-ciones, pero no tan drsticamente como Mateo (cf. Mt 9,18-26). El versculo introductorio de la narracin en Lucas (Le 8,40) vincu-la este relato en el episodio precedente de manera ms estrecha que el segundo Evangelio. Otros detalles comparativos dignos de men-cin podran ser: la anticipacin de la edad de la nia (Le 8,42; cf. Me 5,42, hacia el final de la narracin); la indicacin de que se trataba de una hija nica (Le 8,42); la benevolencia con la que Lucas trata a los mdicos, como lo muestra la omisin de que mu-chos mdicos la haban hecho sufrir indeciblemente (cf. Me 5,26); la relevancia de Pedro como portavoz de los discpulos (Le 8, 45; cf. Me 5,31); la formulacin ms suave del comentario de Pe-dro, que sustituye a la descortesa con que los discpulos contestan a Jess, segn Marcos (Le 8,45; cf. Me 5,31); la atribucin al propio Jess de la frase: si lo sabr yo, porque una fuerza ha salido de

    Comentario general 41

    m (Le 8,46), mientras que, en Marcos, esa afirmacin la hace el propio evangelista como narrador (Me 5,30); la explicacin aadi-da por Lucas sobre el motivo por el que la gente se re de Jess: sabiendo que estaba muerta (Le 8,53; cf. Me 5,40); finalmente, la adicin de que a la nia le volvi el aliento (Le 8,55), con lo que se subraya que la resurreccin implica un retorno a la vida anterior (cf. Me 5,42). Sin embargo, al abreviar la narracin en los vv. 51-54 entorpece, en cierto modo, la fluidez narrativa.

    Segn Marcos, cuando Jess llega a la casa del jefe de la sina-goga y ve el alboroto de las plaideras, lo primero que hace es echar fuera a todos, y luego, con el padre y la madre de la nia y sus acompaantes es decir, Pedro, Santiago y Juan, entra en la habitacin y resucita a la nia muerta. En cambio, segn Lucas, Jess no deja entrar con l ms que a Pedro, Juan y Santiago y a los padres de la nia, pero no hace mencin explcita de la madre; adems no distingue claramente entre la casa y otra supuesta habitacin en la que debera encontrarse la nia muerta. Todava se podran notar otras ligeras modificaciones, pero de eso tratare-mos en las respectivas notas exegticas.

    La imagen de Jess que presentan estos dos relatos es la del Seor, que tiene poder sobre la enfermedad e incluso sobre la muerte. En los dos pasajes inmediatamente anteriores se ha puesto de relieve la poderosa palabra de Jess, que apacigua un cataclismo de la naturaleza y destruye una posesin diablica; ahora se da un paso ulterior en ese majestuoso despliegue de su podero. El pri-mero de estos dos episodios, la curacin de una mujer con flujos de sangre, presenta la dynamis ( = fuerza, poder: cf. Le 8,46) de Jess en pleno ejercicio; una dynamis que tiene que ser la fuer-za del Espritu, segn Le 4,14, o la fuerza del Seor, que estaba en l para realizar curaciones (Le 5,17). Cf. tambin Le 6,19. En el segundo episodio, la resurreccin de la bija de Jairo no se hace referencia explcita al poder de Jess; pero el gesto tpica-mente veterotestamentario la cogi de la mano y la palabra imperativa son muestras evidentes de una posesin de poder que no puede escaprseles a los circunstantes. Jess es seor no slo de la enfermedad, sino incluso de la vida y de la muerte. La lectura de ambos episodios, incrustados en una misma narracin, capacita a los lectores para comprender que la fuerza mencionada en Le

  • 42 Curacin de la mujer con flujos: 8,40-48

    8,46, y que cura a una mujer enferma, acta tambin para devolver la vida a una nia muerta.

    La resurreccin de la hija de Jairo est necesariamente relacio-nada con un episodio anterior, en el que Jess resucita al hijo de una viuda, en Nan (Le 7,11-17). All se trataba de un hijo y de su madre; aqu de una hija y de su padre. El paralelismo entre ambas narraciones es indiscutible; pero tambin lo son los contrastes. Adems, quin se atrevera a poner en duda que, en ambos episo-dios, hay elementos prefigurativos de la propia resurreccin de Je-ss? En Le 7,14, Jess resucita al hijo de la viuda con un impera-tivo en aoristo pasivo: egerthti ( = levntate!); aqu, en Le 8,54, Jess emplea ese mismo verbo, aunque en imperativo pre-sente: egeire (forma derivada de Me 5,41). Pues se va a ser el verbo que se emplee para proclamar el mensaje de que Jess ha resucitado: egerth (Le 24,6). Pero no conviene olvidar un cierto matiz de diferencia; en los relatos del ministerio pblico de Jess (Le 7 y 8) se trata de una especie de re-surgimiento, de algo as como una re-animacin, puesto que es un retorno a la vida fsica, a la existencia terrena del ser humano.

    Una ltima observacin. Un elemento fundamental en estos dos relatos es la relacin que se establece entre fe y salvacin (Le 8,48.50). Lo que significa aqu la fe es la confianza del indivi-duo en el poder y la fuerza de Jess; tanto la curacin de una mujer enferma como la resurreccin de una nia no son puras modalida-des de una liberacin o de una salvacin que pueda prescindir de la fe. Cf. J. Roloff, Das Kerygma und der irdische Jess, 153-155.

    NOTAS EXEGETICAS

    v. 40. Al volver Jess

    Lucas emplea aqu la construccin narrativa en to con infinitivo, sin necesidad de anteponer la frmula habitual kai egeneto (cf. tomo I, p. 200 de la introduccin general). Indudablemente, es una manera de evitar la construccin de Marcos, que emplea un genitivo absoluto se-guido de un pronombre referencial (vase la nota a Le 8,27). La frase implica una descripcin del regreso en barca hacia la otra orilla la occidental del lago de Genesaret, que haba constituido el punto de partida.

    Notas exegticas 43

    La gente le dio la bienvenida

    Con ese trmino (ho ochlos) se hace referencia, indudablemente, a los precedentes vv. 4 y 19.

    Pues todos estaban esperndole

    Esta adicin redaccional pretende rellenar lagunas; concretamente, la que abre el v. 22, donde Lucas omite el detalle de Marcos: Ellos de-jaron a la gente (Me 4,36).

    v. 41. Un hombre llamado Jairo

    Un judo de una ciudad de Galilea, sin ms especificaciones. El nombre Iairos es la forma griega del hebreo Y'ir, que aparece, como nombre propio, en el Antiguo Testamento (Nm 32,41; Dt 3,14; Jos 13,30). Es una forma nominal, en la que se ha perdido algn elemento teofrico. Tendra que significar: Que l (es decir, El, Yhwh) ilumine al por-tador de ese nombre. Sobre su vigencia en Palestina durante el s. i, tenemos el testimonio de Flavio Josefo en su historia de la destruccin de Masada (ao 74 d. C ) . El jefe de la resistencia juda contra el asedio romano de la fortaleza se llamaba El'azar ben Y'ir en griego: Elea-zaros huios Iaeirou segn las indicaciones del historiador (Bell. I I , 17, 9). El nombre hebreo se ha encontrado en un trozo de cermica procedente de las excavaciones arqueolgicas de la fortaleza (cf. Y. Ya-din, Masada, Nueva York 1966, 201). R. Bultmann (HST, 215) defien-de que, como el nombre de Jairo no aparece en el cdice D y tambin falta en la redaccin de Mateo, se introdujo en la narracin de Marcos por influjo de Lucas (!). Pero eso es simplemente absurdo. Para ulte-riores detalles, vase el artculo de R. Pesch Jairus (Mk 5,22/Lk 8,41): BZ 14 (1970) 252-256. Para presentar a Jairo, Lucas emplea la frmula introductoria kai idou ( = y he aqu que), un giro caracterstico de los LXX (cf. Introduccin general, tomo I, p. 203); nosotros lo hemos traducido por en esto, . . ..

    Jefe de sinagoga

    Vase la nota exegtica a Le 4,15. La redaccin de Marcos dice ex-presamente: heis ton archisynagogn ( = uno de los jefes de sinago-ga: Me 5,22). En la propia narracin de Lucas, concretamente en el v. 49, se usa el trmino archisynaggos; por eso causa cierta perplejidad el cambio que se ha introducido aqu, y que coincide con la redaccin de Mateo (Mt 9,18). La actitud de Jairo, que va personalmente a pre-sentarse a Jess, contrasta con la mentalidad del centurin de Cafar-nan, que no se atreve a ir en persona (Le 7,6). En esta narracin

  • 44 Curacin de la mujer con flujos: 8,40-48

    de Lucas, un jefe de la comunidad juda viene personalmente a Jess con una confianza slo comparable a la de la mujer, en torno a la cual se desarrolla el otro episodio.

    Que fuera a su casa

    Literalmente: que entrara en su casa. En la presentacin de Lucas, el jefe de sinagoga apela a la misericordia de Jess de modo indirecto, es decir, sin especificar con sus propias palabras la situacin desesperada de su hija. Los lectores se enteran nicamente por la voz del narrador; lo que parece suponer que Jess ya saba el motivo de aquella invita-cin. Marcos, por su parte, reproduce explcitamente las palabras de Jairo (Me 5,23).

    v. 42. Su hija nica, de unos doce aos

    Literalmente: porque tena una hija nica, de unos doce aos. La redaccin griega del texto no implica que Jairo tuviera hijos varones; slo expresa la preocupacin del padre por su nica hija, como si se tratara de su nico descendiente. El paralelismo con el hijo nico de la viuda de Nan salta a la vista (cf. Le 7,12, con la respectiva nota exegtica); cf. Le 9,38. Quiz el motivo de mencionar aqu la edad de la nia en Me 5,42 parece que est fuera de sitio sea el que los doce aos representaba el comienzo de la edad nubil (cf. Str.-B., 2, 374). En el contexto narrativo de Lucas, la mencin de los doce aos establece un vnculo entre los dos episodios; lo que le pasa a una mu-jer que lleva doce aos enferma es signo de lo que le va a suceder a una nia de doce aos de edad.

    Se estaba muriendo

    En Me 5,23b se menciona explcitamente la finalidad de la visita de Jess: ven a aplicarle las manos para que se cure y viva. Lucas ha suprimido esa motivacin para conseguir un efecto literario mucho ms incisivo.

    Mientras iba de camino

    Otra vez se emplea la construccin narrativa en to seguido de infini-tivo (cf. tomo I, p. 198, introduccin general). Los apretujones de la gente pueden considerarse como expresin de su deseo de contemplar algn prodigio.

    v. 43. [Haba gastado toda su fortuna en mdicos]

    La tradicin textual de esta frase es bastante incierta. El P75, los cdi-ces B y D y algunas versiones omiten esa indicacin; pero otros manus-

    Notas exegticas 45

    critos, como los cdices A, K, L, P, W, etc., la introducen en el texto. Por una parte, parece una abreviacin condensada de las indicaciones de Marcos (Me 5,26), segn el estilo tpico de Lucas; pero su omisin en cdices importantes causa cierta perplejidad. Por eso hemos prefe-rido ponerla entre parntesis. Para una discusin ms pormenorizada, vase B. M. Metzger, TCGNT, 145. Lo que s omite Lucas es la apre-ciacin negativa del trabajo mdico. Si el autor de esta narracin evan-glica es realmente Lucas, el querido mdico (Col 4,14), se compren-de que haya omitido las crticas de Marcos a su profesin. Pero sobre este punto vanse nuestras observaciones en la introduccin general a este comentario, tomo I, p. 98. Lo que se quiere sealar con esta frase es la situacin desesperada de la mujer y su extrema necesidad de ayuda.

    Padeca flujos de sangre

    La descripcin de la enfermedad est tomada de Me. Segn las pres-cripciones de Lv 15,25-31, una mujer en esta situacin era considerada impura y, por consiguiente, deba ser apartada de la comunidad de Israel. Cf. l lQTemp 48, 16. El hecho de que se acerque a Jess en medio de tanta gente es claramente indicativo de su extrema necesidad y estado de desesperacin.

    Desde haca doce aos

    Con la expresin apo etn dodeka, Lucas modifica la redaccin de Mar-cos, que emplea el acusativo dodeka et para expresar la duracin en el tiempo ( = durante doce aos).

    Y nadie haba podido curarla

    Una traduccin literal debera poner la frase en pasiva. En vez de la preposicin habitual hypo (= por) para expresar el agente, Lucas emplea la preposicin apo (literalmente: de, desde); para este fe-nmeno, vase la nota exegtica a Le 9,22.

    v. 44. Le toc el borde del manto

    El trmino empleado aqu: kraspedon ( = borde, ribete), aparece tambin en Mt 9,20, pero no en Me 5,27. Otro posible significado sera el de borla en hebreo: sisit, que los varones israelitas deban llevar cosidas a la franja de sus vestidos (Nm 15,38-39; Dt 22,12, donde la versin griega de los LXX usa precisamente kraspedon). Tambin aqu encontramos problemas de tradicin textual; el P75 y los cdices X, A, B, C, L, P, W, X, etc., traen explcitamente las palabras tou kras-pedou, mientras que otros cdices dan diferentes versiones de la frase

  • 46 Curacin de la mujer con flujos: 8,40-48

    (vanse los aparatos crticos de las diversas ediciones, por ejemplo, el de UBSGNT, 241).

    La mujer se acerca a Jess para tocarle el borde inferior del manto, convencida de que esa accin podr proporcionarle la ayuda que espera desesperadamente. Con todo, la redaccin de Lucas omite la consigna-cin explcita de las palabras de la mujer (cf. Me 5,28).

    Inmediatamente

    Lucas sustituye el adverbio euthys de su fuente (Me 5,28) por su carac-terstico parachrma (vase la nota exegtica a Le 1,64).

    Se le cortaron los flujos

    La terminologa de Lucas rysis (= flujo) es ms exacta que la de Marcos (pg = fuente: Me 5,29). Por otra parte, la descripcin lucana de la curacin, comparada con Me 5,29, resulta considerable-mente ms sobria.

    v. 45. Quin me ha tocado?

    La pregunta parece un tanto impertinente, como lo muestra la reaccin de Pedro. Plantearse cmo es posible que Jess hiciera una pregunta as, ya que debera saber quin le haba tocado, est totalmente fuera de lugar; ese tipo de planteamientos nacen de una concepcin cristo-lgica muy posterior. Lo sorprendente es que ni siquiera Lucas haya omitido esa observacin de Jess. En cuanto al comentario del propio Marcos: dndose cuenta de que haba salido de l aquella fuerza (Me 5,30), Lucas lo pondr ms adelante en labios de Jess, como res-puesta a la observacin de Pedro.

    Como ninguno deca que haba sido l

    Literalmente: al negarlo todos (arnoumenon de pantn); la construc-cin es un genitivo absoluto.

    Pedro

    La lectura del P75 y de otros cdices B, n, etc. es simplemente Petros; pero la mayora de los manuscritos X, A, C, D, L, P, etc. leen: Petros kai hoi syn auto ( = Pedro y los que [estaban] con l), y algunos: Petros kai hoi mefautou ( = Pedro y los que [estaban] con l: cdices K, X, A, etc.). Estas variantes secundarias se pueden expli-car como armonizaciones con el texto de Me 5,31, que habla simple-mente de sus discpulos, o como un esfuerzo por incluir a todo el grupo en la observacin atribuida a Pedro. El hecho es que la lectura

    Notas exegticas 47

    ms fidedigna, en este texto de Lucas, presenta a Pedro como el porta-voz de todo el grupo de discpulos (cf. Le 9,20; 12,41).

    Maestro

    A propsito del vocativo epistata, vase la nota exegtica a Le 5,5.

    Y estrujndote

    As leen el P7S y los cdices x, B, L, etc. Pero otros cdices, por ejem-plo, el 1071, traen ms bien: y t dices: 'Quin me ha tocado?'. Y todava hay algunos que combinan estas dos variantes: cdices A, C3, K, P, W, X. Como se ve, se trata de una armonizacin del texto de Lucas con Me 5,31.

    v. 46. Porque he sentido que una fuerza ha salido de m

    Lo que en Me 5,30 era un comentario personal del evangelista se ha convertido aqu en una palabra del propio Jess, en respuesta a la in-dicacin de Pedro. Para el significado de dynamis ( = fuerza, po-der), vanse nuestras reflexiones en el comentario general a este pasaje. Cf., adems, Le 6,19.

    v. 47. Explic

    As modifica Lucas la confesin de la mujer, que, en Marcos, se formu-la: le confes toda la verdad (Me 5,33). En la versin lucana, la mujer reconoce pblicamente delante de todos su actuacin. Y mientras que ella teme un reproche por parte de Jess, lo que es-cucha es, en realidad, una palabra de consuelo y de salvacin.

    v. 48. Hija

    Con esta palabra afectuosa, Jess devuelve la tranquilidad a la recin curada y le garantiza que ya puede considerarse verdaderamente rein-corporada a la comunidad de Israel.

    Tu fe te ha trado la salvacin

    Nueva mencin conjunta de fe y salvacin; cf. Le 8,12 y 8,50. Jess vincula el hecho de la curacin a la propia fe de la mujer; as se elimina toda posible connotacin de influjos mgicos. Vase la nota exegtica a Le 5,20.

    Vete en paz

    Jess despide a la mujer con una frmula caracterstica del Antiguo Testamento (vase la nota exegtica a Le 7,50). La formulacin es ligeramente distinta de la de Marcos (Me 5,34).

  • 45. RESURRECCIN DE LA HIJA DE JAIRO (8,49-56)

    49 An estaba hablando Jess cuando lleg uno de casa del jefe de la sinagoga, diciendo:

    Tu hija acaba de morir. No molestes ms al Maestro. 50 Pero Jess lo oy y le dijo: No tengas miedo; basta que tengas fe y ella se salvar. sl Al llegar a la casa no dej entrar con l ms que a Pedro,

    a Juan y a Santiago, y al padre y a la madre de la nia. s Todos los dems estaban llorando y haciendo duelo por ella. Pero Jess dijo:

    No lloris, que no est muerta; slo est dormida. 53 Pero ellos se burlaban de l porque saban que estaba

    muerta. M Pero l la cogi de la mano y dijo en voz alta: Nia, levntate! 55 Le volvi el aliento e inmediatamente se levant. Y Je-

    ss mand que le dieran algo de comer a la nia. w Sus padres se quedaron atnitos, pero l les orden que no contaran a nadie lo sucedido.

    COMENTARIO GENERAL

    (Vase el comentario al episodio precedente)

    NOTAS EXEGETICAS

    v. 49. An estaba hablando Jess

    Lucas toma de Marcos el genitivo absoluto y el presente histrico; pero a continuacin introduce concretamente a uno de casa del jefe de la sinagoga as, en singular, en vez del indeterminado llegaron, que es como contina la redaccin de Marcos (Me 5,35). Cf. tomo I, p. 184, introduccin general.

    Notas exegticas 49

    Acaba de morir El tiempo empleado aqu por Lucas es el perfecto (tethnken), con lo que mejora el estilo griego de Marcos, que usa el simple aoristo (ape-thanen).

    No molestes ms

    Mientras Marcos formula la frase como interrogativa, Lucas la transfor-ma en imperativa con negacin. Los cdices ms importantes leen el adverbio mketi (= no ms); sa es la lectura del P75 y de los cdi-ces K, B, D, etc. Pero otros muchos manuscritos por ejemplo, los c-dices A, C, K, L, P, etc. traen simplemente la negacin m (= no).

    Maestro La forma es aqu: didaskalon; vase la nota exegtica a Le 7,40.

    v. 50. No tengas miedo Ya analizamos esta expresin al tratar de Le 1,13; vase la correspon-diente nota exegtica.

    Basta que tengas fe

    Lucas supone que el lector podr entender por s mismo el objeto o la modalidad de esta confianza; de hecho, no da ninguna explicacin. En Me 5,36, el imperativo est en presente, que equivaldra a contina creyendo; Lucas, en cambio, pone el imperativo en aoristo.

    Ella se salvar No cabe duda que la frase hace referencia a la liberacin de la muerte. El verbo sozein (= salvar) es uno de los favoritos de Lucas (cf. tomo I, p. 373, introducin general). Se trata de una adicin del propio Lucas a la narracin primitiva. La palabra de Jess insiste en lo fun-damental, que es la salvacin, sin especificar el modo concreto como se va a llevar a cabo.

    v. 51. Ms que a Pedro, a Juan y a Santiago Por primera vez, en el Evangelio segn Lucas se destaca este tro de personajes (cf. Le 9,28); el dato proviene de Me 5,37. Esos tres disc-pulos se presentan como testigos privilegiados del poder de Jess; a ellos, de manera especial, se les comunican los secretos del Reino (cf. Le 8,10). Lucas modifica el orden con el que aparecen los nombres en Me 5,37 (cf. Le 5,10). En el libro de los Hechos, la asociacin de Pedro y Juan es un dato bien llamativo (cf. Hch 3,1.11; 4,13); por

    4

  • 50 Resurreccin de la hija de Jairo: 8,49-56

    otra parte, Lucas tiene conocimiento del asesinato de Santiago (Hch 12,2). Vanse las notas exegticas a Le 4,38; 5,8.10.

    v. 52. Todos los dems

    La indicacin incluye a los amigos de la familia, a los parientes, a las plaideras de oficio e incluso a la gente que acompaaba a Jess (cf. Le 8,40). A este propsito deberamos recordar la distincin de Le 8,10.

    Haciendo duelo por ella

    La expresin griega: ekoptonto autn es una de esas frases cuya traduc-cin literal es poco menos que imposible. Pero el verbo koptein ( = golpear), en voz media, puede tener el significado de hacer due-lo; cf. Flavio Josefo, Ant. XIII , 15, 5. Tambin en el griego clsico se pueden encontrar ejemplos de una voz media con complemento di-recto (cf. Aristfanes, Lysistrata, 396; Platn, Repblica, 10, 619 C), y en la versin de los LXX cf. Gn 23,2; 1 Sm 25,1.

    No est muerta; slo est dormida

    En dos palabras sintetiza Jess la situacin; pero lo nico que consigue es provocar una sonrisa burlona. Las afirmaciones de Jess no quieren decir que la muerte sea slo aparente, sino ms bien que la muerte de la pequea es como el sueo, es decir, que tiene sus lmites temporales. Sin embargo, en esas palabras hay una afirmacin ms profunda: con la venida de Jess, la muerte es prcticamente un sueo; no es un es-tado permanente, sino transitorio. La alusin a la resurreccin no es tan remota como podra parecer.

    v. 53. Se burlaban de l

    El verbo katagelan implica una connotacin de poner en ridculo, rerse de uno, tomar a broma. La reaccin de los circunstantes se debe a su conviccin de que la nia est muerta; pero lo que no saben es el poder que tiene Jess (cf. Le 8,46).

    v. 54. La cogi de la mano

    El gesto de Jess tiene resonancias veterotestamentarias; cf. Is 41,13; 42,6, donde el Seor salva a su siervo, Israel,