el cultural · 2020. 9. 12. · sancristóbal.elex-director...

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Fernando Aramburu cara a cara Ignacio Echevarría EL CULTURAL 2-8 de octubre de 2009 www.elcultural.es Se multiplican los espacios alternativos que agitan el panorama artístico Arte fuera del circuito

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  • Fernando Aramburucara a cara

    Ignacio Echevarría

    EL CULTURAL2-8 de octubre de 2009 www.elcultural.es

    Se multiplican losespacios alternativos que

    agitan el panorama artístico

    Artefuera delcircuito

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    Lourdes, la inteligente,la sensible, la bellísi-ma Lourdes murió el13 de octubre del año 2007.Mario seguía siendo un presocuando se despidió de ella,abrumado por el silencio y lasoledad. Así concluye el libroque acaba de publicar el ban-quero, un libro estremecidoque narra los largos años decárcel del hombre que en1993 presidía el Banco másprestigioso de España y queestaba considerado como unode los líderes sociales de lanación. Recuerdo con preci-sión lo que ocurrió duranteaquel año cardinal en la vidade Mario Conde. La pesetase derrumbaba, la Bolsa erauna agonía, la crisis económi-ca nos zarandeaba a todos, lacorrupción se había entreve-rado en la vida de la nación.El gobernador del Banco deEspaña, el director general dela Guardia Civil, el ex-minis-tro del Interior, el ex-secreta-rio de Estado de Seguridad,el síndico de la Bolsa, el ex-director general de Seguridady otros destacados dirigen-tes dieron con sus tripas en lacárcel, antes o después deaquel año liminar.

    Figuras destacadas de lavida española creían en 1993que era necesario articular, através del Congreso, un Go-bierno de salvación presididopor una persona indepen-diente. Conde era el nombreque estaba en boca de casi to-dos. El banquero se dejó que-rer. Tal vez ése fue su error.Pasarde líder social a líderpo-lítico era una pirueta de circo.

    Los dirigentes de los gran-des partidos se pusieron deacuerdo en octubre de 1993para aplastar a Mario Conde.Aún más, las fuerzas vivas delSistema, algo más profundoque ladirecciónpolíticacomoel propio Mario ha desvelado,no podían tolerar que se al-terara el tejido profundo de lasituaciónespañola.NarcisSe-rra, vicepresidente del Go-bierno, fue el hombre elegidopara gestionar una operaciónespecialmente taimada y le-trinal. Él lo niega. A la em-presa norteamericana Kroll sele encargó la investigación yel desarrollo de la tropelíacuyo primer acto se celebró el28 de diciembre de 1993.Asistí en la fila cero a la re-presentación. Mario Condefue escabechado de la presi-

    dencia del Banco. Hombreextraordinariamente sagaz, elbanquero se dio cuenta an-tes que nadie de que aquelloera el prólogo de una opera-ción de largo alcance: llevar-le a prisión y desprestigiarlepara hacer imposible su pre-senciaefectivaen lavidapolí-ticaespañola.Elsistemahabíadecidido expeler al intruso.

    No sé qué habrá de ver-dad en las consideracioneseconómicas de la interven-ción de Banesto. No quieroentrar en ello. Sí sé que se tra-tó de una operación políticameticulosamentepreparadaypuesta en marcha. Y como laProvidencia escribe derechocon renglones torcidos, comoel Tao es el camino de la ver-dad y la vida, a las pocas horasde ser chapado en su chabolo,tras ingresar en la cárcel deAlcalá-Meco la Nochebuenade 1994, Mario iniciaba susconversaciones con JuliánSancristóbal. El ex-directorgeneral de Seguridad le con-tó a Conde de pe a pa la in-tervención de Serra en la es-cabechina, la contratación deKroll, el informe Crillón, ladecisión de hundir al ban-quero e, incluso, por añadi-

    dura, aspectos escalofriantesde la operación Gal, del cri-men de Estado. El 14 de ene-ro de 1995 publiqué en elABC verdadero una páginacon las fotografías de los dospresos y este titular: “Con-de-Sancristóbal, dinamitapura para el Gobierno”. Dis-ponía yo de información su-ficiente para saber que el po-lítico le había contado albanquero, no todas, pero símuchas de las verdades quese habían enmarañado entrelas tramas gubernamentales.

    Memorias de un preso es sus-tancialmente un libro políticopero no sólo político. Con unaescritura muy bella, MarioConde ha narrado de formaminuciosa suvidaen lacárcel.El lector vive con él las emo-ciones, losmiedos, los recelos,las vejaciones, el hábitat, lasrelaciones personales del in-greso en prisión y del des-arrollo posterior de la vida traslas rejas. Los pequeños de-talles y las menudas inciden-cias recrean para el lector elclima de la cárcel. Mario Con-de ha escrito un libro notable,sobre todo, quiero decirlo cla-ramente, desde el punto devista humano. ●

    Memorias del preso Mario Conde

    LL UU II SS MM AA RR ÍÍ AA AA NN SS OO NNde la Real Academia Española

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    3. PRIMERA PALABRA. Memorias del presoMario Conde, POR LUIS MARÍA ANSON.

    6. LA PAPELERA DE JUAN PALOMO

    LETRAS

    8. Cara a cara: Ignacio Echevarría/Fer-nando Aramburu, dos gatos ensartados.12. Libro de la semana. Jardín perdido, deAndrés Martínez Oria, POR RICARDO SENABRE.14. M. de Palol. Unhombrevulgar, POR Á. BASANTA.15. C. Pujol. Antesdel invierno, POR S. S. VILLANUEVA.16. Pamuk. Elmuseodela inocencia,PORG.GULLÓN.17. Sam Savage. El lamento del perezoso, PORJOSÉ ANTONIO GURPEGUI.

    18. J. Piera. Puerto Rico Digital, POR TÚA BLESA.19. Peter Handke. Vivir sin poesía, POR A. SÁENZDE ZAITEGUI.

    20. Arsuaga. ElrelojdeMr.Darwin,PORJ.J.ETAYO.21. Álvarez Junco. El nacimiento del perio-dismo político, POR LUIS RIBOT.22. J. J. Linz. Obras escogidas, POR M. BARRIOS.23. Libros más vendidos.

    ARTE

    24.Darío Urzay, en expansión, POR J. M. MEDINA.26.Loúltimode Art & Language,,PORM.NAVARRO.26. Jose Dávila, mapas del desconcierto, PORABEL H. POZUELO.

    28.Arte que invita a mirar, POR ELENA VOZMEDIANO.

    30. Espacios artísticos al margen del cir-cuito, POR BEA ESPEJO.

    ESCENARIOS

    35. Juventudes Musicales reúne a grandesfiguras como Kent Nagano, POR ARTURO REVERTER.37. Castellucci en Madrid, POR LIZ PERALES.38.Entrevista conMaría Pagés, que actúa en elReal conÁngel Corella, POR J.M. VELÁZQUEZ-GAZTELU.40. El Ciclo Lied recibe a Anne Sofie von Ot-ter, POR RAFAEL BANÚS.41. Entrevistaa José Luis Temes,PORB.G.ROSADO.42. Albert Vidal presenta en Historia de Juan,nacido de un oso, POR RAFAEL ESTEBAN

    CINE

    44. PlanetaJarmusch. Eldirectorreinventalospaisajes españoles en su nueva película: Los lími-tesdel control, POR ALEJANDRO G. CALVO.46. Larry DavidversusWoody Allen ante el es-treno de Si la cosa funciona, POR C. REVIRIEGO.

    CIENCIA

    48. Cayetano González nos habla de sus estu-dios sobre la mosca de la fruta, POR J. L. REJAS.

    ULTIMA PALABRA

    50. Pedro de Andrés, presidentede laFGEE,ante Líber’ 09, POR NURIA AZANCOT.

    Edita Prensa Europea S.L.Avenida de San Luis, 25

    Madrid - 28033Tel.: 914436429-30-31-32 Fax: 91443 65 36

    [email protected]

    PPrreessiiddeenncciiaa ddee EEll CCuullttuurraallcalle Recoletos, 21. Tel.: 91 435 2610.

    DDiirreeccttoorr ddee ppuubblliicciiddaadd::Carlos Piccioni (tel. 91.443 55 52)

    email: [email protected]

    El Cultural se vende conjuntamente conel diario EELL MMUUNNDDOO..

    ImprimeCalprint.Dpto. legal: GU452-98

    Críticos: Gonzalo Alonso, Juan Avilés,RafaelBanús,DavidBarro,ÁngelBasanta,J.M. Benítez Ariza, Túa Blesa, ErnestoCalabuig,PilarCastro, JoséLuisClemente,AntonioColinas, JacintaCremades,F.DíazdeCastro, RamónEsparza, J. JavierEtayo,MiguelFernández-Cid,CarlosF.Heredero,J. Andrés-Gallego, Antón García-Abril, P.García Mouton, F. García Olmedo, C.García Osuna, D. Giralt-Miracle, ÁlvaroGuibert, Germán Gullón, J. A. Gurpegui,Abel H. Pozuelo, Javier Hontoria, P.Lanceros, R. López Blanco, JoaquínMarco, J. Marín-Medina, Jacobo Muñoz,Rafael Narbona, Mariano Navarro, R.Núñez Florencio, J. L. Pérez de Arteaga,Román Piña, Arturo Reverter, Pilar Ribal,LuisRibot,VíctordelRio,O.Ruiz-Manjón,A.SáenzdeZaitegui, FelipeSahagún,CareSantos,BernabéSarabia,S.SanzVillanueva,Ricardo Senabre, P. Tedde de Lorca, J.M.Velázquez-Gaztelu, J.VidalOliveras,Rocíode la Villa, Javier Villán, Darío Villanueva,L. A. de Villena y Elena Vozmediano.

    EL CULTURALPresidente

    Luis María Anson

    DirectoraBlanca Berasátegui

    JJeeffeess ddee RReeddaacccciióónn::Nuria Azancot, Javier López Rejas.

    JJeeffeess ddee SSeecccciióónn:: Paula Achiaga, CristinaJaramillo, Liz Perales.

    RReeddaacccciióónn:: Fco. J. Alarcos, Daniel Arjona,Marta Caballero, Bea Espejo, BenjamínG. Rosado, Alberto Ojeda, Juan Sardá.

    PORTADAInstalación de RuthGómez en The BlackPillar (Madrid).Fotografía deRoberto Mitrotti.

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  • Sinofueraporquecreoquelami-nistra de Cultura tiene sentidocomún diría que legisla para ellamisma.Guionista,mujer... ¿cuálseráel siguiente paso? ¿Incentivar a lasque se llamen Ángeles? No se pue-de comparar el estímulo a sectoresdébiles, anuevosvalores (hombreomujer,of course), a tecnologíasoagé-neroscomoel infantil conelsexodequien tiene que destacar por su ta-lento. Y así vamos, de ministro enministro. Mientras deshojamos es-tas margaritas, el cine español ca-yendo en taquilla. Tengo la sensa-ciónque lodenuestrocine, comolaeducación, no va a levantar cabezajamás (y perdonen mi desbordadooptimismo).

    Es posible que cuando lean estarevista se haya concedido yaelpremioNobeldeLiteratura,aun-que losnobelólogosapuestenporel8deoctubre.Poreso,y,hablandodeapuestas, les diré que según la casainglesa Ladbroke, los 10 favoritos,por este orden, son el israelí AmosOz; la argelina Assia Djebar; el es-

    pañol Luis Goytisolo; los estadou-nidenses Joyce Carol Oates y Phi-lip Roth;el libanés Adonis; los ita-lianos Antonio Tabuchi y ClaudioMagris ; el japonés Murakami y eltambién estadounidense ThomasPynchon. Mario Vargas Llosa apa-rece en el puesto 17 y Bob Dylan,en el 22. ¿Fiable? Como todas lasapuestas, o sea, nada. Aunque estamisma casa de apuestas, que el añopasado daba como favorito a Ma-gris, apostó a última hora por LeClezió. Y ya se sabe lo que pasó.Que la casa nunca pierde.

    Parece claro que el Cándido deVoltaire conoce el secreto dela eterna juventud: 250 años des-pués de su publicación cuarentaespecialistasdeGranBretañaaBra-sil, de Francia a Australia y EstadosUnidos, han debatido en Oxfordla sorprendente actualidad de esteclásico, cuyo “humor cáustico esmuy moderno” y sigue siendo tan“provocador” como hace dos siglosymedio, según NicholasCronk, di-rector de la Fundación Voltaire.

    Claro que a Cronk le puede el en-tusiasmo. A fin de cuentas es el res-ponsable de la edición de las obrascompletas del francés, de las que yahan visto la luz 140 tomos en 10años, por lo que “ya sólo faltan 60”.

    Ya se puede poner las pilas RafaDoctor, recién nombrado di-rector de la Fundación Santander2016 –lo adelantó el otro día enwww.elcultural.es: “Todo me llevade nuevo al Norte”–. Lo digo por-que Córdoba, otra de las candidatasa Ciudad de la Cultura de ese año,lleva meses trabajando en el pro-yecto y ha anunciado ya una expo-sición comisariada por GerardoMosquera (New Museum de Nue-va York, Bienal de la Habana) y laimpactante performance de Barce-lo y Nadj que vimos en el MuseodelPrado.Todode lamanode Car-lota Álvarez-Basso, gerente de laFundación cordobesa.

    Comentaba Salvador Sunyer,director del Festival Tempo-rada Alta de Gerona de la escasa re-percusión mediática que tiene esteencuentro (quevendecomoelFes-tival de Otoño de Cataluña) en Ma-drid y el resto de España. A estas al-turas de la película (nacionalista) nosé por qué se extraña.

    Después del mundo del cómicahora le toca a la animacióninfantil. Mucho movimiento parabuscar estrategias de rentabilidad ysupervivencia. Sreen 21, de la pro-ductora Brb, estrenará muy pron-to (en coproducción con GenomaAnimation y TVC) la serie Suckers,que intentará ganar en audiencia alfamoso Pocoyó. Un duelo al sol es-pañol, si no fuera porque Disney haadquirido los derechos de distri-bución de Suckers en EEUU, Eu-ropa, Africa, Japón e India. ●

    RecambiosJJ UU AA NN PP AA LL OO MM OO

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    L A P A P E L E R A

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    UUnn ffaannttaassmmaa rreeccoorrrree llaa ppooeessííaa eessppaaññoollaa:: eellddeell hhaaiikkuu.. HHaayy uunnaa eeppiiddeemmiiaa ggoozzoossaa,, eessttáánnppoorr ttooddaass ppaarrtteess.. EEll hhaaiikkuu eess aa llaa ppooeessííaa llooqquuee llaa ffoottooggrraaffííaa aa llaa pplláássttiiccaa:: aall aallccaanncceeddee ccuuaallqquuiieerraa.. UUnn ppaasseeaannttee ppuueeddee sseerr aauu--ttoorr ddee uunnaa oobbrraa mmaaeessttrraa ddee llaa ffoottooggrraaffííaa qquueegguuaarrddaarráá eenn ssuu áállbbuumm:: ccoonn eell hhaaiikkuu ppaassaaiigguuaall.. BBaassttaa qquuiizzáá uunn ppooccoo ddee ssuueerrttee yy eess--ttaarr aatteennttooss.. SSoonn ggéénneerrooss ddoonnddee eell nnoommbbrreepprrooppiioo eess lloo ddee mmeennooss:: eessttáánn aahhíí,, llaass iimmáá--ggeenneess,, llaass ddiieecciissiieettee ssííllaabbaass,, eessppeerraannddoo llaarreedd qquuee llooss ccaaccee.. PPoorr eessoo,, uunnaa aannttoollooggííaa ddeehhaaiikkuuss eessccrriittooss ppoorr ppooeettaass ppooccoo ccoonnoocciiddooss,,ffiigguurraarrííaa eennttrree llooss ggrraannddeess lliibbrrooss ddee nnuueessttrraa

    ppooeessííaa ccoommoo ffiigguurraa eennttrree llooss ggrraannddeess lliibbrroossddee ffoottooss aannttoollooggííaass ddee iimmáággeenneess ddee ffoottóó--ggrraaffooss iiggnnoottooss.. YY ccaabbeenn eenn uunn ssmmss.. PPoonnggooeejjeemmppllooss ppaarraa ddeemmoossttrraarrlloo:: uunnoo ddee MMii--gguueell AAgguuddoo:: ““EEll ccaammiióónn ddee llaa bbaassuurraa// vvaa rree--ccooggiieennddoo// llaa mmaaddrruuggaaddaa””.. OOttrroo ddee JJoosséé CCee--rreeiijjoo:: ““PPeeqquueeññaa fflloorr//¿¿ccóómmoo ccaabbee eenn ttuuaarroommaa// ttaannttoo ppaassaaddoo??”” EEssttaa mmaarraavviillllaa ddee JJee--ssúúss AAgguuaaddoo:: ““IImmppeerrmmaanneenncciiaa..// CCaaddaa ddííaattee oollvviiddoo// ddee uunnaa mmaanneerraa””.. UUnnoo iimmpprreessiioo--nnaannttee ddee SSuussaannaa BBeennnneett:: ““UUnn nniiññoo jjuueeggaa//aa eenntteerrrraarr aa ssuu ppaaddrree..// DDííaa ddee ppllaayyaa””.. YY mmiiffaavvoorriittoo.. EEss ddee LLooss CChhiicchhooss:: ““DDaammee vvee--nneennoo// qquuee mmee qquuiieerroo mmoorriirr// DDaammee vveenneennoo””..

    S I M I O S Y A P Ó S T O L E S por Juan Bonilla

    Siga la Papelera de Juan Palomo enwww.elcultural.es

    1.- Á. GONZÁLEZ SINDE2.- AMOS OZ

    3.- LUIS GOYTISOLO4.- MIQUEL BARCELÓ

    5.-BOB DYLAN

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    –¿Qué les gustaría quefuese “Gatos ensar-tados”?IIggnnaacciioo EEcchheevvaarrrrííaa:Lo que de todosmodos será, parabien o para mal: unacolumna experi-mental de críticacultural escrita a dosvoces que se suce-den con alternancia,sin previo acuerdosobre sus posiciones respectivasni otra obligación que la de re-tomar el hilo, semana tras se-mana, por donde mejor se dejeagarrar. Conviene puntualizarque Fernando y yo no nos co-nocemos, que uno y otro ocu-pamos orillas supuestamenteenfrentadas dentro del escena-rio cultural (la del escritor y ladelcríticoyeditor), yque losdosmantenemos –con más o menosdeliberaciónoencono–unapru-dente distancia respecto al me-dio al que, en definitiva, perte-necemos.FFeerrnnaannddoo AArraammbbuurruu: Yo lo ten-go clarísimo. Me gustaría que“Gatos ensartados” fuera unaplataforma de expresión desde

    la cual reducir los efectos de lacrisis económica y crear cien milpuestos de trabajo en dos años.Bueno, en tres. En el plano per-sonal, me conformaría con quela sección me permitiera dentrode un plazo razonable ascenderde clase social.Y si hay que ha-cer la revolución, cualquier re-volución, se hace. Estamos paraservir.– Empecemos por el principio.Cuando oyen hablar de “el mun-do de la cultura” sabemos que nosacan la pistola, pero ¿qué es lo pri-mero que piensan? ¿Va con ustedes?AArraammbbuurruu: Yo saco la guitarra.Concretamente una guitarra sincuerdas, ya que no abrigo el me-nor propósito de tocar música

    sobre ese tablao, en el que, ade-más, me cabe la suerte de noejercer ninguna responsabili-dad. El mundo de la cultura noes nada sin aquel otro del que esapéndice. Me refiero al de laeducación pública.EEcchheevvaarrrrííaa: Pues claro que vaconmigo. Tanto es así que si nosaco la pistola es porque no latengo. Por lo demás, sabría muybien a quiénes apuntar.– Ya tendrá ocasión de hacerlo, nose apure. Pero ahora pongamos so-bre la mesa la manoseada frase deJuan Goytisolo “vamos a menos”en asuntos culturales. ¿Se equivo-caba o pecó de optimista?EEcchheevvaarrrrííaa: No recuerdo bien elartículodeGoytisolo.Recuerdo,

    eso sí, que, ya desdeel título mismo, sededicaba a barajarlugares comunes,sin desperdiciar laocasión de sacarsea sí mismo en pro-cesión, como es sa-bido que suele ha-cer. En cualquiercaso, el que durantetodo este tiempo noha dejado de ir a

    menos es el propio Juan Goyti-solo, de eso no cabe duda. Encuanto a la cultura, lo que va amenos es el insolvente concep-to que muchos se siguen ha-ciendo de ella, muy en particu-lar quienes se dedican a sutráfico bajo el sospechoso titu-lo de “agentes culturales”.AArraammbbuurruu: Yo creo que JuanGoytisolo siempre tiene razón,incluso cuando se equivoca. Yquizá, sobre todo, cuando seequivoca. En serio, una de misaspiraciones mayores para el fu-turo es entretener la vejez conpor lo menos la mitad de la for-taleza que muestra Juan Goy-tisolo para el descontento y laquejumbre.

    El escritor y el crítico compartirán sección desde el próximo viernes

    FernandoAramburuIgnacioEchevarría

    ¿gatos ensartados?El escritor Fernando Aramburu y el crítico Ignacio Echevarría escri-birán a partir del próximo viernes una sección al alimón en las pági-nas de El Cultural. La hemos llamado “Gatos ensartados” y, sema-na a semana, sabrán por qué. Sólo unas pistas: ni uno ni otro estándispuestos a desmontarse a garrotazos. Tampoco se citan a un dueloalsol.Será,entreotrasmuchascosas,eldiálogodeunostipos(¿porquéno gatos?) ensartados por la actualidad, la polémica, la alta literaturay los bajos de la cultura. Y nos prometen rigor, amenidad y humor.

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    – ¿Creen ustedes también que el lec-tor es hoy una especie en extinción?AArraammbbuurruu: Para empezar, pon-go en duda que el ser humanodeje de convivir alguna vez conel lenguaje escrito. Tampococreo en una masa uniforme delectoresdespistados, candorososy tontainas como algunos pien-san. Por lo general, a la gentele trae sin cuidado la historia dela literatura, el arte con mayús-culas y esas cositas. Loque quiere es pasarlobien, tener opción aparticipar en las con-versaciones de actua-lidad y, si se tercia,aprender un poquillo.Prefiero lo de ahora alos índices de analfa-betismo de siglos pasa-dos.EEcchheevvaarrrrííaa:Desde lue-go que no. Lo que estáenextinciónesunade-terminada subespecie:la de los buenos lecto-res. En el ecosistemacultural (vamos a lla-marlo así, para estirar elsímil), su paulatinadesaparición conduce,a largo plazo, a la ex-tinción, asimismo, delos buenos escritores, ya la proliferación detoda suerte de subes-pecies, incluidas laspa-rásitas y las carroñeras.– Ignacio Echevarría di-ferenciabahace tiempoen-tre la cultura de la tran-sición y transición de lacultura... ¿existen hoymismo esas diferencias oel tiempo ha acabadotambién con eso?EEcchheevvaarrrrííaa: Ya no re-cuerdo bien qué meproponía decir con eso

    (como se deja ver, yo tambiénvoy a menos). Pero tengo la con-vicción de que estos lodos sonconsecuencia de aquellos pol-vos. Me explico (y despejo, depaso, inoportunos dobles sen-tidos): vivimos bajo los efectosde un concepto festivo y ecu-ménico de la cultura, abstraídode toda tensión social, que fuealentado durante la transicióny rápidamente colonizado por

    las dinámicas del mercado. Y noparece que haya forma de salir-nos de ésa.– Y usted, Fernando, cómo ve lascosas desde la distancia de su reti-ro en Alemania?AArraammbbuurruu: Supongo que la cir-cunstancia de vivir lejos mehace bastante inmune a la urti-caria que sufren algunos por ha-llarse demasiado expuestos a lasvicisitudes de la cultura nacio-

    nal. Lo digo en serio, el día quetengamos una definición pre-cisa de lo que es la cultura em-pezaré a interesarme por eltema.

    Subvención y sumisión– Vivimos la euforia de la culturasubvencionada. Es casi el únicocometido del Ministerio de Cultura:repartir prebendas a cargo de lospresupuestos. ¿Es necesario? ¿Con-

    lleva la subvención sumi-sión?AArraammbbuurruu: Resido enun país donde la ges-tión cultural y la edu-cativa no están escin-didas. Dado queambas son de compe-tencia federal, el go-bierno no se adorna,como en España, conun ministerito de Cul-tura, que, si lo mirasbien, queda la mar demono, además de serútilparaelejercicioofi-cial de la beneficenciay la amistad.EEcchheevvaarrrrííaa: Me temoque la euforia de lassubvenciones es cosade tiempos pasados.Lo de ahora son ape-nas las ruinas –y lasinercias– de las políti-cas culturales de anta-ño. Pero debo decirque creo en la conve-niencia de determina-das subvenciones, cla-ro que sí. Mi descon-fianza se dirige hacialos criterios de conce-sión de esas subven-ciones y, antes que eso,hacia las personas quelas dan y que las reci-ben.– La última ocurrencia

    Fernando Aramburu(San Sebastián, 1959) es filólo-go, escritor y profesor de espa-ñol en Alemania, donde residedesde 1985. Comenzó a gozar dela fama literaria con la novelaFuegos con limón (1996) a la quesiguieron Los ojos vacíos (2000),El trompetista del Utopía (2003)–llevada al cine por FélixViscarret con el título de Bajolas estrellas–, Vida de un piojollamado Matías (2004) y Bamisin sombra (2005), todas enTusquets. Con los magníficosrelatos de Los peces de laamargura –Premio RealAcademia Española 2008– seadentró en el mundo de las víc-timas del terrorismo etarra.

    Ignacio Echevarría(Barcelona, 1960) es uno de losprincipales críticos literariosespañoles. A lo largo de unadécada ejerció su actividadprincipalmente en las páginasde El País hasta que, en 2004,abandonó el diario en medio deuna sonora polémica a cuentade una crítica que no gustó asus editores. Introductor ennuestro país de la obra de losgrandes autores latinoamerica-nos recientes (Bolaño, Aira,Fogwill, Rey Rosa o Villoro), harecopilado sus artículos enTrayecto. Un recorrido por lareciente narrativa española(Debate, 2005) y Desvíos (Uni-versidad Diego Portales, 2007).

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    L E T R A S ¿ G A T O S E N S A R T A D O S ?

    de la ministra González-Sinde desubvencionar en mayor grado alas mujeres que hacen cine frente alos hombres que hacen cine. Desdeaquí nos parece una humillaciónpara las mujeres. ¿Ustedes quécreen?EEcchheevvaarrrrííaa: Desconozco el de-talle de esa “ocurrencia”, comola llaman ustedes. Perome permito decir, en con-tra de algunos bienpen-santes, que creo tambiénen la conveniencia de de-terminadas políticas dediscriminación positiva.El problema no son lasmujeres inteligentes ycreadoras que se dan por ofen-didas, alláellas.Elproblemasonlas mujeres que, por el hecho deserlo, no alcanzan a ser creado-ras, a veces ni siquiera inteli-gentes.AArraammbbuurruu : Es una humillacióntotal para ellas. Es el reconoci-miento público de una inferio-ridad de aptitudes que la mane-jadora del presupuesto intentasubsanar mediante una discri-minación lucrativa. Hala, boni-tas, tomad dinero y haced cine.¿No sería suficiente, digo yo,con que les pagasen la “pelu”con fondos del erario público?Me gusta España y Españo, unpaís cada día más humorístico.– Nadie quiere pertenecer a ese club.Me refiero al club de los intelectua-les. ¿Comparten la opinión de Var-gas Llosa acerca de que los intelec-tuales se están comportando demanera negligente? ¿Tienen uste-des obligaciones que no cumplen?AArraammbbuurruu : Aquí barrunto yo unfenómenode larga tradición his-pana para el que no sé yo si Var-gas Llosa dispone de un diag-nóstico completo, puesto que élestá avezado a reflexionar concalma y argumentos sobre lascosas públicas. Entre nosotroseso es una pérdida de tiempo. A

    nosotros nos basta con definir-nos de antemano de izquierdaso de derechas, sin matices in-termedios. Todo lo demás andasolo. Este es un método infali-ble para ahorrarse la molestia depensar. Sólo en un país de ta-rugos el vocablo “intelectual”podía contaminarse de conno-

    taciones peyorativas. Cualquierdía lo oiremos coreado en loscampos de fútbol: ¡Árbitro, hijode intelectual!EEcchheevvaarrrrííaa: Como decía Grou-cho Marx (el único Marx al queparece dispuesto a hacer casoVargas Llosa), jamás pertenece-ría a un club que me aceptara amí mismo como socio. Fuera deeso, no es que los intelectuales–o quienes pasan por tales– es-tén comportándose de maneranegligente: lo que se están escomportando de manera in-competente.Noesque in-cumplan sus obligacionescon la sociedad (¿cuáles?);simplemente, ni se lesocurre que exista una so-ciedad, mucho menosobligaciones.– Uno de ustedes abandonóun periódico acusado de rea-lizar críticasdedestrucciónmasiva.Elotro lashasufrido.¿Porqué todoel mundo habla mal de la crítica?¿Quiere alguno defenderla?EEcchheevvaarrrrííaa: Si todo el mundohabla mal de la crítica es por-que ella no se atreve a hablarbien de sí misma. Pero todosañoran la función que desem-peñaba,cuandonosuautoridad.Va siendo hora de reformular las

    estrategias de la crítica, sus for-matos, su lenguaje, suscircuitos.Inclusosuobjeto (y,por supues-to, sus sujetos). En los momen-tosdeoptimismo–cadavezmásespaciados– tengo la certeza deque algo de eso, tarde o tempra-no, terminará por ocurrir.AArraammbbuurruu: La crítica, me temo,

    siempre será criticada almenos por una razón. Porcriticar, por ejercer el re-proche en los medios decomunicación, por sacarfaltas en público, lo cualescuece. En tal caso, creoque los críticos profesio-nales están en su derecho

    a mondarse de risa. Otra cosa se-ríaque losposiblescompradoresy lectores de libros, esto es, losdestinatarios naturales de la crí-tica, tuviesen constancia de queson desatendidos por ésta.– ¿Existen entre nosotros muchosfalsos prestigios literarios. ¿Cual se-ría el caso más grave?EEcchheevvaarrrrííaa: Los prestigios nopueden ser falsos, sólo infun-dados. Pero ocurre que los cri-terios que los fundan están cadavez más diversificados, y resul-tan a menudo contradictorios.

    Un prestigio como el que aca-para Arturo Pérez-Reverte, sinir más lejos, aparece respalda-do por el consenso del público,de la crítica y de la Academia.No es infundado, por lo tanto. Ysin embargo, emite un insisten-te olor a pintura y cartón piedraque impide tomármelo dema-siado en serio.AArraammbbuurruu: A mí me da pereza

    correr detrás de los escritorespara comprobar si les han pues-to un prestigio falso o verdade-ro. Por descontado que hay mu-cho figurón, pero ése es unpapel previo a quienes lo repre-sentan y que, por tanto, en cadaépoca les corresponde a unoscuantos. ¿Qué más da?

    Reivindicaciones necesarias– ¿Y un autor al que sería necesarioreivindicar?AArraammbbuurruu: Sin la menor duda,y aquí sí que no transijo, FélixFrancisco Casanova Martín,poetacanariodeunasingular lu-cidez, un maestro del misterio,hondo y liviano al mismo tiem-po, el cual, además, escribió unanovela diabólica, inexplicabledentro de la tradición literaria ala que estamos acostumbrados.Es, en cierto modo, nuestroRimbaud.Murióaconsecuenciade un accidente doméstico en1976, cuando tenía 19 años. Aveces,muchasveces,piensoqueCasanovaMartínnonecesita rei-vindicaciónninguna;quesomosnosotros, los desinformados, lasvíctimas de nuestra ignorancia,quienes deberíamos reivindi-

    carnos frente a sus obras.Echevarría: No tengomucho espíritu reivindi-cativo. Como lector, meocurre que recuerdo a ve-ces, con cariño y admira-ción, a escritores cuyonombre suena muchomenos de lo que debería,

    como Juan Eduardo Zúñiga,Ramón Buenaventura, Álvarodel Amo, Francisco Solano.Pienso ahora en escritores más omenos en activo. Otros, comoRiera de Leyva, dejaron de pu-blicar hace tiempo, ignoro porqué,ynoconstanapenasennin-gún censo, pese a la calidad yel encanto de sus libros, tan su-periores a la media. B. B.

    Si todo el mundo habla mal de

    la crítica es porque ella no se

    atreve a hablar bien de sí misma.

    Pero todos añoran la función que

    desempeñaba”, apunta Echevarría

    Cuando oigo la palabra cultu-

    ra saco la guitarra. Una guitarra

    sin cuerdas, ya que no abrigo el

    menor propósito de tocar sobre

    ese tablao”, afirma Aramburu

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  • ANDRÉS MARTÍNEZ ORIA

    Ak r o n . As t o r g a , 2009670 p ág i n a s , 25 e u r o s

    Recluido en el inferior dela cubierta y escamotea-do en la portada, el sub-título (Laaventuravitalde losPa-nero) de este nuevo volumen deAndrés Martínez Oria (Sala-manca,1950)pareceorientarnoshacia el terreno biográfico y ale-jarse de las directrices marcadapor su obra anterior, toda ellaperteneciente a la narrativa deficción. Pero se trata de una im-presión engañosa que conven-drá aclarar. Los personajes quedesfilan por las páginas de Jar-dín perdido –acuñación verbalprocedente de un poema deJuan Luis Panero– correspon-den, en efecto, a seres con exis-tencia real: el poeta LeopoldoPanero y los miembros de su fa-milia, como sus padres y her-manos, su mujer y sus hijos,pero también numerosos ami-gos, casi todos ellos poetas y ar-tistas conocidos, como SánchezMazas,RicardoGullón,Rosales,Dámaso Alonso, Cernuda, LuisFelipe Vivanco, Gregorio Prie-to, J. R. Masoliver y otros mu-chos que tuvieron relación conPanero, en algunos casos a lo lar-go de su vida. Por otro lado, losdatos objetivos que afectan a lospersonajes y delimitan su marcovital –fechas, viajes, lugares deestancia, etc.– se consignan conabsoluta exactitud. El autor hautilizado la bibliografía existen-te y diversos testimonios cer-

    canos, desde la película de Chá-varri El desencanto hasta las “me-morias dictadas” de FelicidadBlanc y publicadas con el títu-lo de Espejo de sombras (1977).Nada hay que objetar a la fide-lidad de las informaciones quela obra encierra. Sin embargo,Jardín perdido es una novela,que puede leerse perfectamen-te sin tener en cuenta la exis-tencia real de aquellos seresque, conservando su nombre ysus circunstancias, se han fic-cionalizado al transformarse enpersonajes narrativos. Y su con-versión en criaturas literariaspermite al autor bucear en sufondo psicológico, explorar sussentimientos e impresiones,ahondar en esa interioridad quelas biografías ignoran a menu-do–yasídebeserquizá–por tra-tarse de aspectos acer-ca de los cuales no senos han conservadotestimonios suficientesy fidedignos. La litera-tura permite trasponerel umbral donde se de-tienen la historia o labiografía, llegar a estra-tos que parecían inal-canzablesy, funcionan-do como un medio deconocimiento más, enriquecer ycompletar la visión de los he-chos.

    Esto es lo decisivo en Jar-dín perdido, lo que ha pretendi-do el autor y lo que permaneceen las impresiones del lector:el conocimiento interiordeunosseres, de sus conflictos íntimos,

    de sus breves etapas defelicidad, de sus sobresal-tos emotivos, de su lentadecadencia hacia la extin-ción definitiva. Para lo-grarlo, Martínez Oria hadividido la historia en cua-tro partes –tituladas, muys ign i f i c a t i vamente ,“Alba”, “Meridiano”,“Crepúsculo” y “Ocaso”–,cada una de las cuales, apo-yada en un personaje pre-dominante y segmentadaen secuencias, facilita unamovilidad narrativa que setraduce en cambios de pers-pectiva, en visiones contra-puestas de los hechos, enjuicios diversos de accionesy personajes que dependen encada caso del punto de vista quegobierna el discurso –véanse,

    por ejemplo, los monólogos su-cesivos de Charito y Leopoldoen el entierro de Juan en págs.128-129–, y también en la mez-cla de voces narrativas que a ve-ceshayque identificarpor sues-tilo o sus alusiones: primerapersona autorial, tercera perso-na, narrador homodiegético,

    monólogo interior, segunda per-sona. La riqueza de recursos seapoya, además, en un lenguaje

    variado y rico, entreve-rado de intertextos y so-metido a veces a seriesanafóricas y a estructu-ras retóricas y rítmicasdemasiado palmarias:“No era fácil desentra-ñar aquella malqueren-cia, esclarecer aquel en-cono, averiguar aquellapersecución, descifraraquel acoso que ame-

    nazaba desde la sombra a la fa-milia, como la madreselva, olo-rosa y tierna, se iba apoderandode árboles y plantas hasta asfi-xiarlas. Bien claro estaba que nolos querían, que había vecinosenvidiosos, que no podían con-fiar en nadie, y sin embargo él seempeñaba en ser amable, en

    1 2 E L C U L T U R A L 2 - 1 0 - 2 0 0 9

    L E T R A S L I B R O D E L A S E M A N A

    ■ Jardín perdido traza un con-

    vincente panorama de la turbia

    sociedad española del franquismo

    y del papel de sus intelectuales en

    los intentos de propaganda cul-

    tural orquestados por el régimen

    Jardín perdidoLa aventura vital de los Panero

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  • 2 - 1 0 - 2 0 0 9 E L C U L T U R A L 1 3

    disculparlos, en quitarle hierroa todo” (p. 101).

    Con este bagaje expresivose modelan unos retratos hon-dos y detallados que ningunabiografía podría haber alcan-zado, y el lector asiste a sucesosquecobran luz inusitadagraciasal esplendor verbal con que serecrean, cercano a la visión po-ética: el viaje de novios de Moi-sés Panero y Máxima Torba-do, futuros padres de Leo-poldo, al monasterio de Piedra,donde el paisaje se hace vivarepresentación de los estadosde ánimo; la visita de Felicidada la casona familiar de Astorga(en una visión que recuerda le-janamente la casa Usher dePoe); la delicadísima relación

    entre Felicidad Blanc yLuis Cernuda en Lon-dres, resueltaenpáginasantológicasy repletasdematices; las desavenen-cias, desvíos y acerca-mientos del matrimo-nio Panero. Latransmutación de lasexperiencias persona-les en poesía fusión selleva consigo el re-cuerdo de versos dePanero y de otros poe-tas, unidos a comenta-rios pertinentes y anumerosas reflexio-nes acerca de la fun-ciónde lapoesíaydelarte, emanadas dePanero, de algunosde sus amigos –co-mo Rosales o Dáma-so Alonso– o del na-rrador anónimo, enpasajes donde la li-teratura, y sobre to-do la poesía, se con-

    vierte en motivo principal deltexto, como lo es en la vida decasi todos los personajes de Jar-dín perdido.

    El acento puesto en losmiembros de la familia Panero,cada uno de los cuales va ocu-pando sucesivamente su alo-jamiento especial en el relatode acuerdo con la cronología–primero lospadres, luegoLeo-poldo y sus hermanos, a conti-nuación Felicidad Blanc, des-pués los hijos– no debe hacerolvidar que, además, Jardín per-dido traza un convincente pa-noramadela turbiasociedades-pañola del franquismo y delpapel de sus intelectuales enlos intentos de propaganda cul-tural orquestados por el régi-men: un aspecto que no por co-nocido deja de tener interés.

    RICARDO SENABRE

    LL AA FF AA MM II LL II AA PP AA NN EE RR OO EE NN

    CC AA SS TT RR II LL LL OO DD EE LL MM OO NN TT EE

    (( LL EE ÓÓ NN )) EE NN LL OO SS AA ÑÑ OO SS 55 00

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  • 1 4 E L C U L T U R A L 2 - 1 0 - 2 0 0 9

    L E T R A S N O V E L A

    MIQUEL DE PALOL

    Tr a d u c c i ó n d e M . E n g u i x451 Ed i t o r e s . Mad r i d , 2 009264 pág i n a s , 1 7 ’ 50 e u r o s

    Desde la publicación desu monumental nove-la El jardí dels set cre-puscles (1989) Miquel de Palol(Barcelona, 1953) ocupa un lu-gar importante en la narrativaeuropea, con un prestigio reco-nocido en sus novelas posterio-res y mantenido en Un hombrevulgar, su última entrega, dis-tinguida con el premio JoanotMartorell de 2006 en su edicióncatalana y que ahora ve la luz encuidada traducciónal castellano.Como se indica en una nota fi-nal, estaobra formapartedeunaserie de Ejercicios sobre el punto devista, concebidaennuevetextosentre los cuales el presente fi-gura en segundo lugar, clasifica-do como “apólogo”. Y de esose trata. Pues el eje vertebra-dor del relato se centra en la res-tauración del gran órgano de laJakobikerk, iglesia del principa-do de Twerpdyen, caído entiempos de Napoleón, en unpaís centroeuropeo cuyo nom-brenosedice.Pero lamarchadelas obras pronto empieza a si-multanearse con la progresivaintrospecciónenelalmadelpro-tagonista, el prestigioso restau-rador Sebastián Bosch, queaceptó el encargo pensando quesería su último trabajo.

    La novela se divide en 19capítulos con títulos ampliosque, al modo clásico, adelantanel resumen de sus respectivoscontenidos. En su composiciónsedescubrenenseguidadospla-nos y dos tiempos. El plano mástécnico incluye los trabajos de

    restauración del órgano, lo cualda lugar a un variado desplieguede conocimientos acerca de laspiezas que deben ser reparadaso sustituidas para devolver alaparato la pureza original de susonido. Todo ello resulta enri-quecido con frecuentes especu-laciones sobre la música de los

    autores (Bach, en espe-cial) que allí fueron inter-pretados. Éste es el planomásáridode lanovela, so-bre todo por la exigenciade conocimientos técni-cos sobre las distintas pie-zas del órgano en su pro-ceso de desmontaje yreconstrucción. Mas elautor ha sabido mantenerel interés del relato enri-queciendo su desarrollocon la gradual revelaciónde interferencias y mani-pulaciones en las escultu-

    ras que forman parte del órgano.De modo que, tras la aparien-cia de figuras religiosas, como elRey David o la virgen y el niño,vanaflorando imágenespaganasde Apolo, Afrodita y Cupido.Con ello la novela enriquece sudensidad cultural dando cabi-da a las disputas entre creen-

    cias religiosas manejadas por in-tereses de diferentes órdeneseclesiásticas y poderes políticosdesde los comienzos del XVIII,cuando se construyó el órgano,hasta el presente narrativo, quecoincide con la actualidad.

    El otro plano, más indivi-dual, se centra en el personajedel protagonista, cuya tarea derestauración discurre entrevera-da con los recuerdos de su dra-máticopasadofamiliary losnue-vos conflictos en los que ahorase ve involucrado. De esta ma-nera el interés despertado por lamanipulación de las figurasocultas en el órgano se inten-sifica por medio de la intrigacreada con la desaparición deuna niña de 13 años (los mismosque tenía la hija de Bosch cuan-do murió), con la consiguienteinvestigación policial, la leyen-da del vampiro de Twerpdyen yla relación sentimental entreuna joven periodista local y elmaduro restaurador de órganos.

    Tales ingredientes intensi-fican la suspensión de la intri-ga hasta el final. Y de este modola disputa en torno a grandes te-mas como la verdad, las creen-cias religiosas o la simbología dealgunas fórmulas enigmáticasaligera su densidad intelectualgracias a su combinación con eldesarrollodeotrosepisodiosquepotencian la suspensión de latrama y contrarrestan la cargaculturalista de la novela. Entodo caso, el texto reclama a unlector culto, con saberes de mú-sica y mitología. Pero el esfuer-zo tiene su recompensa en esteviaje interior por los misteriosdel arte y del ser humano.

    ÁNGEL BASANTA

    Un hombre vulgar

    ANTONIO MORENO

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  • 2 - 1 0 - 2 0 0 9 E L C U L T U R A L 1 5

    CARLOS PUJOL

    Meno s c u a r t o . Pa l e n c i a , 2 009198 p ág i n a s . 1 5 e u r o s .

    Ala obra poética y narra-tiva del editor barcelo-nés Carlos Pujol (1926)le falta el reconocimiento pú-blico merecido. Seguramente leperjudica al autor su dispersiónen ensayos, crítica, biografías ytraducciones . Tan extenso tra-bajo no le ha impedido escribirrelatos y una decena de novelas,todo de un nivel de acierto yexigencia altos. Contar algo in-teresante y escribirlo bien es re-quisito irrenunciable de Pujol.Sus libros traen el sosiego de labuena literatura de gusto in-temporal que pasa desaperci-bida a la mayoría de los lectores.Un disfrute de ese tipo propor-ciona también Antes del invierno.

    Un español sesentón, anti-

    guo abogado que se ganaba lavida en Londres como profe-sor de su idioma, don Emilio,decide volver a su patria hu-yendo de los bombardeos nazis.En Barcelona se reencuentracon su hijo Gonzalo, de quienestaba distanciado y al que des-cubre como significado fran-quista y “Poeta de la Falange”.Padre e hijo siguen sin enten-derse, pero no se cierran a anu-dar unos mínimos lazos queahora irán asociando sus vidas.Mientras, don Emilio se ve im-plicado en una desatinada pe-ripecia de espionaje. Los servi-cios secretos británicos hacencreer a los alemanes que es unagente suyo para evitar que des-cubran al auténtico espía. Enla enloquecida trama, cada pocodon Emilio se halla cerca de unamuerte violenta y resulta sospe-choso para la policía española,

    a pesar del aval político del hijo.La novela arranca con la pri-

    mera entrevista de la pareja yel pasaje desgrana sus clavesformales y su sentido. Quedaclaro desde ese momento unaconcepción teatral de la realidadque se percibe como una come-dia en la cual se evita lo trágico yprevalece lo penoso y risueño.Los datos testimoniales de laalta postguerra (temor, consig-nas, estraperlo, pobreza...) se in-sertan en una farsa más penosay disparatada que agria. Es Pu-jol escritor postmoderno, aun-que no se le suela citar, y de losmás originales porque su actitudobedece a una inclinación per-sonal, al ejercicio de un sabro-so juego literario, y no a plan-

    teamientos teóricos. Su inten-cionado pastiche comparte laiconoclastia de Mendoza, perose acerca más al amable absurdodel Jardiel Poncela narrador.

    Laparafernalia inventivayelcastellano jugoso y flexible deAntes del invierno valen como en-cantador ejercicio de pura crea-ción literaria sin que por elloanulen una impresión intere-sante sobre asuntos serios. Eljuego muy bien traído de la tra-ma disimula motivos e inquie-tudes importantes. Esta prosade fondo grave pero amena y sinpretenciosidad es mérito sobre-saliente de todo Pujol y de lapresente novela.

    SANTOS SANZ VILLANUEVA

    N O V E L A L E T R A S

    Antes del invierno

    QUIQUE GARCÍA

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  • 1 6 E L C U L T U R A L 2 - 1 0 - 2 0 0 9

    ORHAM PAMUK

    Tr a d u c c i ó n d e R . C a r p i n t e r oMon d a d o r i . B a r c e l o n a , 2009670 p ág i n a s , 23 ’ 90 e u r o s .

    Esta última novela de Or-han Pamuk (Estambul,1952), la primera publi-cada después de ganar su mere-cido premio Nobel (2006), tienecomo trasfondo histórico losaños setenta y la primera mitadde los ochenta del siglo pasa-do, cuando todavía la verdade-ra disputa política se libraba en-tre los partidos de derecha y deizquierda, y en ocasiones a basede golpes militares, pero sin aso-mos todavía de radicalismo. Así,sutilmente,Pamukcolocaal lec-tor en un espacio diferente alque se encontraría en la Turquíaactual, donde, por otra parte, lalucha por la libertad de expre-sión todavía no ha sido ganadapor las fuerzas progresistas.

    El museo de la inocencia es unanovela de amor, y de un amorduradero, entre un hombre detreinta años llamado Kemal yla joven Füsun de dieciocho. Elprotagonista pertenece a una fa-milia rica estambulí ydirige una empresafamiliar, mientras lamuchacha es una pa-riente lejana pobre,dependienta en unaboutique, incapaz depasar los exámenesestatales para acceder a la uni-versidad. La belleza de la joven,rubia teñida de largas piernas,cintura estrecha y piel tostada,cautivan a Kemal. Y así comien-za esta larga relación amorosa enla que tras un período de felici-dad llega lapérdidade laamada,que se casa con otro.

    Laobraseabreconuna escena que supo-ne un reto a las auto-ridades turcas: la na-rración de un tórridoencuentro de los pro-tagonistas. Los cono-cemos en la primerapágina haciendo elamor con pasión. Dehecho, están trasgre-diendo una de las nor-mas del islamismo, laprohibición de enta-blar relaciones sexua-les antes del matrimo-nio, causantedetantastragedias cuando unmiembro de la fami-lia venga con sangre lapérdida de la virgini-dad de una hermana ouna hija para recobrarelhonor.La liberaciónfemenina que ejem-plifica la escena no ha llegadosólo por influencia occidental,transmitida por las mujeres tur-cas que fueron a estudiar a LaSorbona, caso de Sibel, la no-via oficial de Kemal, sino queFüsun, la amante, pierde su vir-

    ginidad sin haberse corrompidopor costumbres importadas.

    CuandoKemalacudeacom-prar un bolsillo para Sibel, conquien iba a prometerse formal-mente en un mes y medio, re-conoce en la bella dependien-ta a una prima lejana a quien noveía desde la niñez, Füsun. Ke-

    mal alternará luego la relaciónconambasmujeres; conSibelyahabía violado el principio deabstenerse de sexo hasta el ma-trimonio. El padre del protago-nista, armado con la experienciaen asuntos del corazón, le hace

    una confidencia: queél también tuvo du-rante años una aman-te, a la que adoraba, sibien supo conjugar lasobligaciones hacia lamadre y sus dos hijos,Kemal y su hermano,

    y disfrutar del amor de la aman-te. Para Kemal la advertenciaquizás llega demasiado tarde.

    Estambul vuelve a ser el pri-vilegiado escenario de la acción.Casi todo sucede en los barrioslujosos de la ciudad, por dondese mueve la clase alta turca. Co-nocemos bien sus contornos por

    obras anteriores delautor: un ambienteparticular en el quecontrastan la riquezayla miseria, el pasadootomán y la Turquíalaica refundada porAtaturk; las vistas delBósforo, el tipo de in-muebles unifamilia-res donde vive la cla-se acomodada, loscallados empleadosque guardan en silen-cio las reglas del Is-lam, mientras los se-ñores no van a la mez-quita y beben alcohola placer. Pamuk vuel-veamostrarqueentreel Oriente y Occiden-te no hay mucha dis-tancia.

    El título de la no-vela se refiere al mu-

    seo que monta Kemal en elapartamento donde se encon-traba con Füsun: el museo dela inocencia, un monumento deamor a la amada perdida, queconsiste en un número exten-so de objetos que le recuerdan aFüsun, desde pendientes a co-lillas de cigarrillos. Así trata él derecuperar el tiempo perdido, losmomentos en los que fue feliz.

    Pamuk organiza esta novelaen ochenta y tres capítulos, casitodos breves, que hacen la lec-tura amena y profunda. El na-rrador de la obra es Kemal, y enun par de ocasiones, prominen-temente al final de la obra, apa-rece el propio Orhan. Quizáseste cierre apunta a un posibleepisodio amoroso vivido por elpropio Pamuk.

    GERMÁN GULLÓN

    L E T R A S N O V E L A

    El museo de la inocencia

    ■ Estambul vuelve a ser el privilegiado

    escenario de la acción, en la que Orhan

    Pamuk muestra otra vez que entre el

    OrienteyOccidentenohay tantadistancia

    TOLGA BOZOGLU

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  • 2 - 1 0 - 2 0 0 9 E L C U L T U R A L 1 7

    SAM SAVAGE

    Tr a d . R amón Bu e n a v e n t u r aS e i x B a r r a l . 2 7 0 p p , 28 ’ 50 e .

    Sam Savage (Candem, Ca-rolina de Sur, 1940) nossorprendió hace tres añoscon Firmin (2006), una arriesga-da apuesta al tratarse de una fá-bula,géneroque, salvohonrosasexcepciones como Orwell, pa-rece recluido al mundo de la li-teratura infantil. Y ahora, en susegunda entrega, vuelve a apos-

    tar fuerte al remontarse a la no-vela epistolar como referentenarrativo para escribir El lamen-to del perezoso. No tienen nadaque ver las historias que noscuenta en cada una de estas dosobras, pero ambas parecen re-girse por el mismo patrón: elcomponente catártico de la lite-ratura que puede dar sentido anuestras vidas. En Firmin unarata deambulaba por el sótanode una librería de viejo en elBoston de los 60, y los viejos vo-lúmenes le servían tanto de ali-mento físicocomoespiritual.EnEl lamento del perezoso conocere-mos a Andrew Whittaker, aspi-rante a escritor y editor arrui-nado que sólo parece encontrarla felicidadanteasuOlivetti, es-cribiendo cartas.

    La acción transcurre entrelos meses de julio y octubre de1970. Andrew se acaba de se-

    parar y vive gracias a los ingresosque le proporcionan algunosapartamentos que tiene alquila-dos. Su gran ilusión es “Soap”(“Jabón”), revista literaria de laque él es editor. Pero todo pare-ce desmoronarse: el edificio deapartamentos es una ruina ynunca llegan lospagos; sumadremuere; “Soap” tendrá que ce-rrar pues no tiene suscriptores, ytampoco le llegan manuscritosde calidad. Y por si fuera poco,deberá enfrentarse a un proce-dimiento judicial por el escán-dalo causado durante un festivalliterario y litigar contra la edi-tora de su revista rival.

    A lo largo de estas 260 pági-nas el lector atravesará distin-tos procesos emocionales. Enprimer lugar la sorpresa al en-contrarnos ante un tipo singu-lar que escribe a sus inquilinoscitando al personaje de Scroo-

    ge y el dickensiano Cuento deNavidad para reclamar el alqui-ler. Más adelante, en agosto, lasorpresa se transmuta en hilari-dad al conocer aspectos refe-rentes a su vida amorosa en lacarta a un antiguo amor, Anita. Yfinalmente, en octubre, Andrewresulta ser un personaje patéti-co, que se siente “vilipendiadoy castigado” y siempre “perse-guido hasta el límite” (p. 219).Su única salida parece ser es-cribir cartas sin descanso: “A ve-ces las sujeto con imanes a lapuertade lanevera,hastaqueseme ocurre a quien enviárselas”(p. 256). Es entonces cuandoentendemos la magnitud de sutragedia,del lentodescensohas-ta los infiernos, cuando uno “noencuentra divertidos ni sus pro-pios chistes” (p. 270).

    JOSÉ ANTONIO GURPEGUI

    El lamento del perezoso

    N O V E L A L E T R A S

    NANC

    YM

    ARSH

    ALL

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  • 1 8 E L C U L T U R A L 2 - 1 0 - 2 0 0 9

    L E T R A S P O E S I A

    ANDRÉS ABERASTURI

    P r ó l o g o d e Ba s i l i o R . C a ñ a d aC a l ambu r, 2009 . 2 72 p p . , 22 e

    Ninguna presentación ne-cesita Andrés Aberasturi(Madrid, 1948), pues sus múl-tiples actividades periodísticas,su estilo, su opinión, etc., le die-ron a conocer ya hace años e hi-cieron de él un personaje po-pular y lo primero que deberíahacerse es que lo anterior no ac-túe como prejuicio y no despa-charse con el tópico de “un pe-

    riodista metido a escribir ver-sos”. Se reúnen aquí todos suslibros poéticos y por todos circu-la un tono confesional, de quienhabla a alguien próximo y cons-truye sus parlamentos con ma-teriales cercanos, fundamen-talmente la vida cotidiana consus pequeñas cosas, pero tam-bién con las tragedias que espe-ran en cada esquina, sin que fal-te el amor redentor.

    Destaca en el conjunto la fal-tade impostacióny latepor todoel discurso sinceridad, dicho sea

    esto sabiendo que es ésta unaopinión sin demasiado rigor crí-tico,pero la lecturadeestospoe-mas no la desmentirá. No creoque a Aberasturi le importe siesa sinceridad es un valor litera-rio. Más bien da la impresión de

    que sus pretensiones son las dehacer partícipe al lector de susemociones y su escritura alcan-za ese objetivo y explica el ele-vado número de ediciones desus libros.Versoscomo“Labocade mi hijo/ es un vergel de dien-tesmalformados/enelque la fo-nética/ pactada en los dicciona-rios/ no querido posarse./ Poreso,/ para sus labios,/ invento yosonidos/y fabricopalabras”ana-die dejarán indiferente.

    TÚA BLESA

    JULIA PIERA

    Ba r t l e b y. Mad r i d , 2 00864 páginas, 9 euros

    Cuando un texto es borradoyse reutilizael soporteparauna nueva escritura –y la ope-ración en épocas pasadas podíarepetirse una y otra vez–, el re-sultado es un palimpsesto, untexto que conserva las huellasde otro u otros que se superpo-nen y se entrecortan. Pues bien,“palimpsesto” se lee hasta tresveces en este libro, lo que nopuede quedar inadvertido, sinoque puede tomarse como si-nécdoque, y clave, de la escri-

    tura que presenta aquí Julia Pie-ra (Madrid, 1970), quien ha pu-blicadoanteriormente tres librosde interés y, entre otras activi-dades, fue coguionista del do-cumentalAntonioGamoneda.Es-critura y alquimia. Añádase a lodicho que las referencias al hi-pertexto digital se reiteran, des-de el mismo título, por estospoemas.

    Uno y otro símbolo, delmundo antiguo y del actual, es-tán diciendo cómo los tiemposse recubrenunosconotros,unas

    experiencias con otras configu-rando al individuo, siendo asíel sujeto su memoria -un pa-limpsesto, un hipertexto- y node otro modo suce-de con la literatura,una polifonía.

    Una diversidadde recuerdos, deexperiencias, de lu-gares y tiempos, delenguajes, se sedi-mentan aquí en elpresente de la pa-labra de un modo

    que no puede ser sino fragmen-tario, para vivificarse y, con ello,dar una idea del sujeto y de lacultura contemporáneas. Puer-to Rico digital es un libro de lo hí-brido.

    No se trata de una escrituraque ofrezca el todode lo que habla,sino que en conso-nancia con todo loanterior da pistas,hace señas, potenteen su capacidad desugerenciadeemo-ciones y sentimien-tos. Aquí hay inten-sidad de la palabra.

    Hablando solo. Poesía reunida

    Puerto Rico digital

    LUIS FERNÁNDEZ ROCES

    Tr e a . O v i e d o , 2009 . 144 p ág i n a s , 1 5 e u r o s

    La visión general que plasman los poe-mas de este libro es la de quien ha mi-rado el mundo y sólo ha visto su erosión,cómo la usura del tiempo va desgastandotodo, dejando sólo las huellas de la des-trucción. Así, lo que presenta Luis Fer-nández Roces (Pumarabule, Asturias, 1935)

    es un discurso elegíaco que utiliza repeti-damente el recurso de evocar, o revivir, alniño que fue, de manera que lo que era ununiverso de vida, un tiempo en el que “Elniño no tenía conciencia de sí mismo”, eshoy “tierra de castigo” con una estaciónsin trenes o un viejo molino sin nada quemoler. Todo está diciendo “desolación”, allídonde se mira no se ve sino figuracionesde la nada y, claro está, el anuncio de la

    propia desaparición y lo único evidente esque “Solo la muerte es nuestra”,

    Con presupuestos semejantes se ha es-crito abundante poesía y de calidad –pién-sese,porponerunejemplocontemporáneo,en la obra de Brines–, pero Letras de cam-bio en muy contados pasajes levanta el vue-lo y además resulta muy reiterativo, tantoque al tercer o cuarto poema todo resultacomo ya leído. No colabora nada el tipo delenguaje, rítmicamente correcto, pero fal-tode todachispa, casiplano.Este libroapor-ta muy poco a la poesía contemporánea.

    BART

    LEBY

    EDIT

    ORES

    JAVI MARTÍNEZ

    Letras de cambio

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  • 2 - 1 0 - 2 0 0 9 E L C U L T U R A L 1 9

    P O E S Í A

    PETER HANDKE

    Tr a d . S a n d r a S a n t a n aBa r t l e b y. Mad r i d , 2 009547 p ág i n a s , 1 5 e u r o s

    No hay autores comple-jos, sólo lectores sim-ples. Si a cualquieradeéstos lepreguntamosporPe-ter Handke (Griffen, Austria,1942), le faltará tiempo paramanifestar su aversión por elaustriaco. En su diatriba apa-recerán adjetivos como preten-cioso, indigesto o, sin más amba-ges, un pesado. Es muy posibleque use a Günter Grasscomo término de agraviocomparativo. ¿Nos aposta-mos algo?

    Pero que el lector denuestro experimento seaun simple no significa queHandke sea complicado.Es un genio, más bien.Hace de todo y todo lohace bien: novela, teatro,ensayo, guiones wimwen-dersianos. Se encuentracomo pez en el agua sobrela alfombra roja de Canneso en la antesala de los No-bel. Es políticamente po-lémico a la manera de EzraPound: por ponerse de parte delos malos. A mediados de los 60ofendió al público con su obraOfendiendo al público. Otros títu-los igualmente armados son elbarthesiano El miedo del porte-ro ante el penalty o el insoporta-blemente bello En una noche os-cura salí de mi casa sosegada. Ysi aquí le roba el alma a Juande la Cruz, en Don Juan le di-namita el mito a Tirso para per-petuarlo otro medio milenio.Con 67 años, sigue siendo unade las reencarnaciones de

    Byron más convincentes: bello,brusco, rebelde. Poeta.

    Vivir sin poesía es el engaño-so nombre de 547 páginas depoesía viva, vivida y para vivir.Nace en 1969 con El mundo in-terior del mundo exterior del mun-do interior y crece con el siglo através de El fin del deambular oPoemaa laduración.Hansido40años de discurso roto como elegopost-freudiano:consucom-patriota Wittgenstein, Hand-ke cree que el lenguaje es útilpara todo, excepto para lo real-mente importante:“Dondede-

    bería estar el límite de las pa-labras comienza a arder elfollaje en los bordes, y las pa-labras se retuercen sobre sí mis-mas de modo infinitamentelento”. Monstruos metalin-güísticos como “Algunas alter-nativas del estilo indirecto” o elpoema-puñalada “La palabratiempo”sonpuraviolenciacon-tra un lenguaje que invade elespacio exacto del universo.Fuera de él no hay nada. Nodescribe la realidad: ES la rea-lidad. Lo que no puede nom-

    brarsenoexiste.Somos loseter-nos aspirantes a pensamientossublimes, pero el instinto (tam-bién llamado pánico a no ser)puede más que la razón; de ahíque las imágenes poéticas nonos encumbren al Parnaso, sinoque nos humillan en nuestra in-finita cobardía: “Hacemoscomo si la soledad fuera un pro-blema./ Tal vez es una idea fija:/como el miedo a morir en ve-rano,/ cuando más rápido llegala putrefacción”. Handke no esun tremendista: no se pierdanel hilarante “Las causas de

    muerte sin usar”, donde senarran las tribulaciones deun suicida que siempre vaun paso por delante de laParca, y se desespera porseguir vivo, porque vivir esla peor forma de estarmuerto (“y no inspiro,/ niexpiro,/ y no me muevo unápice”). Pero, sentido delhumor aparte, persiste laironía de creernos dueñosde un idioma que castranuestra imaginación. ParaHandke, el lenguaje no esun medio, sino el principioy el fin de todo, nosotrosincluidos.

    Dice Borges que leer es unaactividad más civilizada que es-cribir, y se nos ocurre que la deHandke puede definirse comopoética de la barbarie: brutal, ex-cesiva, un canto a la desmesura.Por supuesto que podríamos vi-vir sin poesía: de hecho, viviría-mos mucho más felices si cier-tos poetas dejaran de escribir.Pero sin Handke a duras pe-nas podríamos seguir adelan-te. GRANDE.

    A. SÁENZ DE ZAITEGUI

    Vivir sin poesía

    FRANCOIS-XAVIER SIDOS

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  • 2 0 E L C U L T U R A L 2 - 1 0 - 2 0 0 9

    L E T R A S C I E N C I A

    JUAN LUIS ARSUAGA

    Temas d e Ho y. Mad r i d , 2 009348 pág i n a s , 1 9 ’ 50 e u r o s .

    Ocasión propicia la queeste año brindaba parahaber celebrado conmayor proyección oficial la con-memoración de unos hechos decapital importancia en la histo-ria de la ciencia: la teoría de laevolución. Se cumple, en efec-to,el segundocentenariodelna-cimiento de Charles Darwin,quecoincidiócon laaparicióndela Filosofía zoológica de Lamarcky, 50 años después, con la sali-da a la luz de de El origen de lasespecies. Bien se merecían unaamplia manifestación al socairede fechas tan redondas, aunqueno hayan faltado actividades ais-ladasque los recordaran.Unadeellas podría ser la publicación deeste libro. Me explico: a lo lar-go de todo él deja Juan Luis Ar-suaga (Madrid, 1954) una tal ad-miración por Darwin, es tangrande su entusiasmo al escribirde su figura y de su obra queindefectiblemente habría teni-do que salir el libro de sus ma-nos viniera o no a cuenta el añode su publicación.

    “El profesor”, como se llamaa sí mismo hablando en tercera

    persona durante su exposición,desempeña su papel como estámandado: explicando la leccióna los no muy iniciados en el te-ma. Lo que quiere es poner anuestro alcance el proceso porel que Darwin ha ido constru-yendo su teoría y encajarlo en eldesarrollodesupropiabiografía:en pocas palabras,“hacer hablara Darwin”. Por ello, la parte másextensa está dedicada a desme-nuzar el contenido, sobre todo,de El origen de las especies, perotambién de El origen del hombrey de su Autobiografía.

    Vamos entendiendo así có-mo se forja la teoría de la evo-lución a través de la selecciónnatural, algo parecido a los cam-bios y mejoras que los ganade-ros conseguían en sus animalesmediante una selección artifi-cial. Esto no era traspasable ala naturaleza pero la lectura deMalthus sugirió a Darwin la ex-plicación de que el punto cla-ve se encontraba en la lucha porla existencia. Paralelamente,Wallace llegaba a conclusionesanálogas y fue quizás el acicatepara que Darwin se decidiera apublicar su obra. Tuvo, comose sabe, posturas encontradas,como las de Lamarck y Owen, ypartidarioscomoHuxleyyHoo-

    ker, y todas estas noticias se vanensamblando para darnos elcuadro de lo que entonces seelaboró y de lo que viene des-pués.Porquehanaparecidomo-dificaciones secundarias y dis-tintas reformas de la teoría deDarwin. Atribuía, por ejemplo,el origen de las mutaciones alambiente y al uso o desuso delos órganos y no a errores de co-pia del código genético, es decir,a cambios al azar del ADN.Nada de esto era entonces al-canzable y todavía hoy quedamucho por averiguar. Como di-ficultosa fue la consecución del

    registro fósil que confirmase latransmutación de las especies:no extrañará que nuestro “pro-fesor”, catedrático de Paleonto-logía de la Complutense, se en-cuentre aquí en su elemento.Preguntará el lector por qué lle-va el libro ese título. Se refiere aunejemplodePaleyenfavordeun argumento teleológico: si unorganismo es adecuado para re-alizar una función, es que hasido construido para llevarla acabo. Para Darwin, en cambio,un organismo existe no por unarazónfinalista sinoporserelúni-co de su clase capaz de medraren las condiciones en que se en-cuentra. No es que haya sidohecho para hacer una cosa sinoque hace esa cosa porque ha lle-gado a ser como es.

    El lector medio, como yo,entra de rondón en un campoque de seguro no es el suyo peroque podrá ahora comprender.Desdeelmíoquieroaportarunamínima ayuda, sin que suene aimpertinencia:hayunaerrataenla pág. 295, la única que contie-ne unas fórmulas matemáticas.Pero no importa: ni añade niquita nada a una obra tan com-pleta y brillante

    JOSÉ JAVIER ETAYO

    El reloj de Mr. Darwin.La explicación de la belleza y maravilla del mundo natural

    MONTSE ÁLVAREZ

    La revista internacional de literatura Galerna que promueve laMontclair State University llega a su séptimo número en el quecontinúa tendiendo puentes entre España y las Américas. Ver-sos de poetas como la argentina Judith Filc, la uruguaya Laura Sa-batinioelespañolVicenteLuisMoray relatosdenarradorescomoel argentino Andrés Neuman o el español Joaquín Mª Aguirre.

    GG AA LL EE RR NN AADD II RR EE CC TT OO RR EE SS :: MM .. LL .. -- LL UU AA CC EE SS YY EE .. LL AA MM BB OO YY NN ºº 77 .. 11 00 EE ..

    La original y apetitosa La Bolsa de pipas ataca de nuevo. Su he-teróclita troupe de asesores literarios –Ángela Vallvey, Rafael Reig,David Torres y Agustín Fernández Mallo– recomienda sus lec-turas, y se reúnen además versos dispersos de Irene del Valle, Car-men Camacho, Marga Pou y Rafael Llobet, así como los sor-prendentes cuentos de Clara Castillo o Taimyr Sánchez.

    LL AA BB OO LL SS AA DD EE PP II PP AA SSDD II RR EE CC TT OO RR :: RR OO MM ÁÁ NN PP II ÑÑ AA .. NN ºº 33 00 .. 33 ’’ 55 00 EE ..

    R e v i s t a s

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  • 2 - 1 0 - 2 0 0 9 E L C U L T U R A L 2 1

    J. ÁLVAREZ JUNCO /

    G. DE LA FUENTE

    APM , 2009 . 422 pp . , 40 e .

    La cercanía del segundocentenario de la Consti-tución de Cádiz ha co-menzando a animar la apariciónde publicaciones sobre aquelprimer liberalismoespañol,des-graciadamente efímero. De en-tre los muchos fermentos de li-bertad que se manifstaron, la deimprenta ocupa un lugar des-tacado, al tratarse de un requisi-to ineludible para el estableci-miento de un régimen basadoen la soberanía nacional, comoel que las Cortes de Cádiz pre-tendieron instaurar.

    El libro de Álvarez Junco(Viella, Lérida, 1942) y De laFuente Monge (Madrid, 1960)se inicia con un estudio de losprecedentes de la libertad deprensaenotrospaíses (Holanda,Inglaterra, Francia y EstadosUnidos), con sus característicasy limitaciones; analiza tambiénla situación existente en Españadurante la Edad Moderna (cen-sura previa, Inquisición), asícomo los límites de los avancespropuestos por ilustrados comoValentín de Foronda, Manuelde Aguirre, Francisco de Caba-rrús –el más cercano a la con-cepción liberal de la opinión pú-blica– o Jovellanos. No fue, sinembargo, hasta la invasión fran-cesa y la caída de las institucio-nes de gobierno cuando se die-ron las circunstancias quehicieron posible, de hecho, unaamplia libertad de imprenta enel bando patriota, la cual afectóespecialmente al ámbito de lasideas políticas. Innumerablesmanifiestos, periódicos, hojas,

    pasquines y otros medios de ex-presión propiciaron una prime-ra toma de postura en favor oen contra de la libertad de pren-sa, precursora del debate quetendría lugar en las Cortes. Losautores estudian con detalle lasopiniones de unos y otros, entrelas que destacan, dentro del sec-

    tor liberal, las de los periódicos“El Semanario Patriótico”, deManuel José Quintana, BlancoWhite e Isidoro de Antillón, o“El Espectador sevillano” diri-gido por Alberto Lista. En lasCortes –que manifestarían cla-ramente la profunda divisiónentre liberales y serviles– losprincipales defensores de la li-bertad de imprenta fueronAgustín Argüelles, Mejía Le-

    querica y los eclesiásticos Ni-casio Gallego y Muñoz Torre-ro. Entre los enemigos, destaca-ron Joaquín Tenreyro, el curaAntonio Llaneras, Jaime Creuso el propio presidente de laasamblea, Ramón Lázaro deDou. Álvarez Junco y De laFuente desgranan los diversos

    argumentos, así como el deba-te en la prensa. Tal vez el úni-co acuerdo entre ambos gruposfue el de excluir de la libertadde imprenta los escritos en ma-teria de religión. Al cabo, el 10de noviembre de 1810, la ma-yoría liberal logró aprobar el de-creto que establecía la libertadde prensa, posteriormente re-cogida en la Constitución. Elanálisis de la proliferación dela prensa política, la intensifi-cación de la polémica entre par-tidariosydetractoresdedicha li-bertad,o laposturade lasCortesante las denuncias sobre abusosde prensa, constituyen la últimaparte del libro, cuyo epílogo sededica al “golpe de Estado”que, encabezado por Fernan-do VII a su regreso de Francia,puso fin a las libertades.

    Nos hallamos ante una pu-blicación que profundiza en elconocimiento de un tema yabien tratado por la historiografíay que aporta un detallado es-tudio de los debates y opinio-nes, asícomounacercamientoalperfil del centenar de diputadosque participó en la votación deldecreto que estableció la liber-tad de imprenta por primera vezen la historia de España.

    LUIS RIBOT

    El nacimiento del periodismo político

    H I S T O R I A L E T R A S

    ALGO PERSONAL

    ● La libertad de prensa fue laprimera de las aprobadas enlas Cortes de Cádiz. ¿Encontrómuchas resistencias?–Fundamentalmente, porparte de medios eclesiásticos(que temían la libertad de

    conciencia en materiareligiosa, aunque laley la excluía). Dichoesto, también hay quereconocer que huboimportantes eclesiás-ticos, como MuñozTorrero, favorables.● ¿Es concebible unademocracia sin me-dios fuertes que seancontrapeso al poder?–La creo inconcebible.Pero cuidado, loscontrapesos tambiéndeben tener sus

    límites, pues todo el mundotiende a abusar de su poder.

    CARLOS MIRALLES

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  • 2 2 E L C U L T U R A L 2 - 1 0 - 2 0 0 9

    L E T R A S F I L O S O F Í A

    JUAN JOSÉ LINZ

    Ce n t r o d e Es t u d i o sPo l í t i c o s y C o n s t i t u c i o n a l e s .Mad r i d , 2 009 . 2 v o l úme n e s .X V I + 348 pág i n a s , y X L I +646 pág i n a s . 56 e u r o s c / u

    No es nuevo ni escaso elreconocimiento obte-nido por la destacadaobra del sociólogo español JuanJosé Linz Storch de Gracia(Bonn, 1926). Doctor honoriscausa por muchas de las presti-giosas universidades en las queimparte su magisterio –Geor-getown, Marburgo, Oslo–,miembro de la Academia Euro-pea, premio Príncipe de Astu-rias en 1987, este insigne estu-dioso de la política contem-poránea constituye una de lasgrandes referencias de la cien-cia social. No obstante, debidoa su trayectoria vital e intelec-tual, también ha sido una refe-rencia algo distante, en más deun sentido.

    Educado en la España fran-quista, donde concluyó sus es-

    tudios de Ciencias Políticas y deDerecho, tras un breve paso porel Instituto de Estudios Políti-cos de Madrid Linz logró, demodo nada habitual en aquellosaños 50 incorporarse con éxito alámbito universitario estadou-nidense, desde sus labores ini-ciales como becario en Colum-bia hasta su actual condición deprofesor emérito en Yale. For-mado así en la tradición de laciencia política norteamericana,sus estudios comparados de losprocesos de crisis y legitimacióndel poder se han movido en unmarco discursivo impregnadode espíritu liberal, que ha con-trastado con la orientación pre-ferentemente marxista de la so-ciología crítica española y, sobretodo, con el maniqueísmo deposteriores vindicaciones de lamemoria histórica. Éste ha sidoel caso de sus consideracionessobreelcarácterautoritario,perono totalitario, de la dictadurade Franco. Sacadas de contexto,estas ideas han podido ser ma-linterpretadas como expresión

    de un revisionismohistórico, que casabien poco con lasconvicciones demo-cráticas de Linz ycon la realidad de suenseñanza. Por esohay que saludar co-mouna iniciativaes-pecialmente afortu-nada la de esta

    cuidada edición de sus Obrasescogidas, que ya ha merecido unPremio Nacional de EdiciónUniversitaria por sus dos prime-ros volúmenes y que permiteuna lectura cauta, ordenada ycomprensiva de un pensamien-

    to no siempre de fácil acceso, ycon todas las complejidades deuna obra viva, abierta y en dis-cusión consigo misma.

    Así, con buen criterio, loseditores, José Ramón MonteroyThomasJeffreyMiley,hanop-tado por la fórmula de agruparlos trabajos más relevantes deLinz en grandes bloques temá-ticos, hasta componer siete vo-lúmenes. Los dos primeros es-tán dedicados al fascismo (Fas-cismo:perspectivashistóricas y com-

    paradas) y al nacionalismo (Na-ción, Estado y lengua). Permitencaptar cómo las preocupacionessistemáticas de Linz suponen almismo tiempo un recorrido porla experiencia histórico-políti-ca del siglo XX, partiendo de lacrisis de los sistemas democráti-cos en la Europa de los años 30hasta los actuales problemas deconsolidación de las democra-cias. Asimismo, permiten apre-ciar la riquezadematices,el aco-pio de material documental yel rigor analítico con los que elautor sehaaproximadoa losmásdiversos fenómenos políticos.En particular, la minuciosidadde su estudio comparado delfascismo en diversos países ycontextos históricos deja claro elsentido de su tesis sobre el au-toritarismo del régimen fran-quista, que Linz no estima porello menos represivo que fascis-mos como el italiano. Tampocopuede negársele clarividenciaa su visión sobre el futuro de lapolítica española, cuando a fina-les de los 70 insistía en que unode los mayores problemas de latransición sería el nacionalismo.

    Una muestra ilustrativa y va-liosa, pues, esta primera entregade obras escogidas. A ella se-guirán pronto los volúmenes IIIy IV, con los trabajos de Linz so-bre totalitarismo, autoritarismoy quiebras democráticas; y en2010 aparecerán los tres restan-tes volúmenes, con textos sobreel papel del empresariado, lospartidos y las élites políticas enEspaña, así como sobre un am-plio abanico de cuestiones re-lativas a la historia y la sociedadespañola, completando este en-comiable esfuerzo por ofrecer allector castellano una panorámi-cadeestagranaportacióna la so-ciologíapolíticacontemporánea.

    MANUEL BARRIOS CASARES

    LinzObras escogidas

    MIGUEL RAJMIL

    ■ Estos libros permiten

    una lectura cauta, orde-

    nada y comprensiva de

    un pensamiento no siem-

    pre de fácil acceso

    pag 22ok.qxd 25/09/2009 18:12 PÆgina 14

  • 2 - 1 0 - 2 0 0 9 E L C U L T U R A L 2 3

    L I B R O S M Á S V E N D I D O S L E T R A S

    Bols i l lo (SEMANA ANTERIOR/SEMANAS EN LISTA)

    ALBACETE: Herso · ALMERÍA: Sintagma · ÁVILA: Senen · BADAJOZ: Universitas · BARCELONA: La Central, Casa del Libro · BILBAO: Casa del Libro · BURGOS: Mainel ·CASTELLÓN: Plácido Gómez · CIUDAD REAL: Cilsa · CÓRDOBA: Luque · LA CORUÑA: Arenas · CUENCA: Juan Evangelio · GERONA: Geli · GRANADA: Continental · GUADALAJARA:Cobos · HUELVA: Saltés · HUESCA: Casa de las Novelas · JAÉN: Metrópolis · LEÓN: Pastor · LOGROÑO: Santos Ochoa · LUGO: Souto · MADRID: Antonio Machado, Casadel Libro, El Corte Inglés, FNAC, Fuentetaja · MÁLAGA: Rayuela · MURCIA: Diego Marín · OVIEDO: Ojanguren · PALENCIA: Alfar · PALMA DE MALLORCA: Signo · LAS PALMAS:Canaima · PAMPLONA: Universitaria · SALAMANCA: Cervantes · SANTA CRUZ DE TENERIFE: La Isla · SANTANDER: Estudio · SAN SEBASTIÁN: Lagun · SEGOVIA: Vallés ·SEVILLA: Casa del Libro · SORIA: Las Heras · TERUEL: Senda · VALENCIA: París-Valencia · VALLADOLID: Oletvm · VITORIA: Study · ZAMORA: Pya · ZARAGOZA: Central

    11.. MILLENIUM III. LA REINA EN EL PALACIO.... . . . . 1/11St ieg Larsson. DESTINO

    22.. Millenium II. La chica que soñaba . . . . . . . 2/37St ieg Larsson. DESTINO

    33.. La isla bajo el mar. . . . . . . . . . . . . . . . . . 4/4Isabe l A l lende. PLAZA & JANÉS

    44.. Millenium I. Los hombres que no amaban.. 3/59St ieg Larsson. DESTINO

    55.. Aurora boreal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6/13Assa Larsson. SEIX BARRAL

    66.. La mano de Fátima . . . . . . . . . . . . . . . . . 5/11I ldefonso Fa lcones. GRIJALBO

    77.. La soledad de los números primos . . . . . . 8/27Paolo Giordano. SALAMANDRA

    88.. El vencedor está solo . . . . . . . . . . . . . . . . 7/4Paulo Coe lho. PLANETA

    99.. Las marismas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . –/1Arna ldur Indr idason. RBA

    1100.. Las hijas del frío . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9/11Cami l la Lackberg. MAEVA

    11.. MEMORIAS DE UN PRESO . . . . . . . . . . . . . . . . 3/2Mario Conde. MR

    22.. El día D . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1/2Antony Beevor. CRÍTICA

    33.. El secreto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2/99Rhonda Byrne. URANO

    44.. Anatomía de un instante . . . . . . . . . . . . . 7/20Jav ier Cercas. MONDADORI

    55.. Vivir sin jefes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . –/2Sergio Fernández. PLATAFORMA

    66.. La caída del Imperio Romano . . . . . . . . . . 6/2Adr ian Goldsworthy. LA ESFERA DE LOS LIBROS

    77.. La crisis ninja . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5/31Leopoldo Abadía. ESPASA

    88.. El sentimiento negativo . . . . . . . . . . . . . . 4/5Risto Mej ide. ESPASA

    99.. El capitalismo funeral . . . . . . . . . . . . . . . . . . –/3Vicente Verdú. ANAGRAMA

    1100.. Piensa, es gratis. 84 ideas brillantes . . . 9/11Joaquín Lorente. PLANETA

    11.. EL NIÑO CON EL PIJAMA DE RAYAS . . . . . . . . . . 9/2John Boyne. SALAMANDRA

    22.. Mil soles espléndidos . . . . . . . . . . . . . . . . 3/9Khaled Hosse in i . SALAMANDRA

    33.. Firmin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2/3Sam Savage. BOOKET

    44.. La princesa del hielo . . . . . . . . . . . . . . . . 1/13Cami l la Läckberg. MAEVA BOLSILLO

    55.. Perdona si te llamo amor . . . . . . . . . . . . . 4/6Feder ico Mocc ia. DEBOLSILLO

    66.. Un amante de ensueño . . . . . . . . . . . . . . . –/4Sherry l in Kenyon. TUSQUETS

    77.. Cometas en el cielo . . . . . . . . . . . . . . . . . 8/72Khaled Hosse in i . SALAMANDRA

    88.. La carretera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . –/1Cormac McCarthy. DEBOLSILLO

    99.. Tokio blues . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6/19Haruk i Murakami. TUSQUETS

    1100.. Los gritos del pasado . . . . . . . . . . . . . . . –/5Cami l la Läckberg. MAEVA BOLSILLO

    11.. INSTANTES. NUEVA ANTOLOGÍA DEL HAIKU. . . . 2/3VV.AA. HIPERIÓN

    22.. Testigo de uno mismo . . . . . . . . . . . . . . . . 1/11Mario Benedett i . VISOR

    33.. Requiem . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4/54Rainer Mar ia Ri lke. HIPERIÓN

    44.. Nuestra poesía en el tiempo . . . . . . . . . . . 3/4Anton io Co l inas. SIRUELA

    55.. Libro de poemas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . –/2Fe l ipe Ben í tez Reyes. VISOR

    66.. Sonetos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5/28Wi l l iam Shakespeare BARTLEBY

    77.. La primavera avanza . . . . . . . . . . . . . . . 7/14Ángel Gonzá lez. VISOR

    88.. La noche no tiene paredes. . . . . . . . . . . . 6/15José Manue l Caba l lero Bonald. SEIX BARRAL

    1100.. Novísimos aerolitos. . . . . . . . . . . . . . . . . –/1Car los Edmundo de Ory. FUND. CÉSAR MANRIQUE

    Ficción (SEMANA ANTERIOR/SEMANAS EN LISTA) No ficción (SEMANA ANTERIOR/SEMANAS EN LISTA)

    Poesía (SEMANA ANTERIOR/SEMANAS EN LISTA)

    99.. Cinta transportadora. . . . . . . . . . . . . . . . 9/2Ángel Pet isme. HIPERIÓN

    “LA NACIÓN ” / Argntina

    “EL MERCURIO” / Chile

    “THE NEW YORK TIMES” / Estados Unidos

    “IL CORRIERE DELLA SERA” / Italia

    “THE TIMES” / Reino Unido

    11.. THE COMPLAINTSIan Rank in (Or ion)

    22.. Alex cross’s trialJames Patterson (Century)

    33.. A week in decemberKat ie Pr ice (Century)

    44.. The white queenPhi l ippa Gregory (Simon & Schuster)

    55.. Even MoneyDick/Fe l ix Franc is (M. Joseph)

    11.. LA REGINA DEI CASTELLI DI CARTASt ieg Larsson (Mars i l io)

    22.. La ragazza che giocava...St ieg Larsson (Mars i l io)

    33.. Uomini che odiano le donneSt ieg Larsson (Mars i l io)

    44.. Io sono dioGiorg io Fa lett i (Ba ld in i )

    55.. Stabat MaterTiz iano Scarpa (E inaud i)

    11.. THE LOST SYMBOLDan Brown (Bantam)

    22.. South of broadNicho las Sparks (Grand Centra l)

    33.. South of broadPat Conroy (Doubleday)

    44.. The helpKathryn Stockett (Amy Einhorn/Putnam)

    55.. Alex Cross ‘Trial’James Patterson/R. DiLal lo (L itt le Brown)

    11.. LA ISLA BAJO EL MARIsabe l A l lende (Plaza & Janés)

    22.. La trampaJohn Gr isham (Plaza & Janés)

    33.. La mano de FátimaI ldefonso Fa lcones (Gr i ja lbo)

    44.. La soledad de los números...Paolo Giordano (Salamandra)

    55.. La contadora de películasHernán Rivera Lete l ier (A l faguara)

    11.. LA ISLA BAJO EL MARIsabe l A l lende (Plaza & Janés)

    22.. Las grietas de JaraClaud ia Piñe iro (Agu i lar)

    33.. Los hombres que no amaban...St ieg Larsson (Dest ino)

    44.. La reina en el palacio...St ieg Larsson (Dest ino)

    55.. La pregunta de sus ojosEduardo Sacher i (Ga lerna)

    Reino Unido

    Ital ia

    Estados Unidos

    Chi le

    Argentina

    Medios consultados:

    pag 23ok.qxd 25/09/2009 18:04 PÆgina 23

  • Darío Urzay (Bilbao,1958) seplantea lapin-tura como “un proble-ma de visión”. En sus cuadros,la densidad y brillantez de las fi-guraciones se obtienen mez-clando y superponiendo capasde imágenes dibujadas, pinta-das, proyectadas, reflejadas… Ala vez, resultan sorprendentes lanovedad y complejidad del pro-cedimiento utilizado, en el queel oficio manual de la pinturase mezcla con técnicas fotográ-ficas, videográficas, del GoogleEarth y de la cartografía. Pero,sobre todo, destaca y se imponeel propósito que Urzay tiene desituar al espectador en una posi-ción muy particular, centrándo-lo en asumir que la observacióno “mirada contemporánea” so-bre las imágenes de lo real equi-vale a “conocer” e inclusive a“construir” –en complicidadcon el artista– esa misma reali-dad. De ese modo los cuadroso “pinturas” de esta exposición,querepasa losdoceúltimosañosy la coyuntura actual en que sedesarrolla el complicado y des-tacado proyecto experimentalde Urzay, se plantean en torno acuatro preguntas o cuestiones

    principales: ¿qué es la realidad?,¿cómo la percibimos?, ¿cómo larepresentamos en la obra dearte?,y¿cómolaevoluciónde lastecnologíasde la imagenestá in-fluyendo en la nueva “idea demundo” que hoy tenemos?

    En consecuencia, es normal–y positivo– que al “enfrentar-se” a los cuadros de esta estu-penda exposición, el espectadorno iniciado se sienta y se sepa,de entrada, descolocado visual-mente. Porque no es usual quelas imágenes de la pintura re-presenten el mundo “así”, deesta manera tan especial. Sinembargo, cuando, a lo largo delrecorrido de la treintena deobras que recoge la muestra, esemismo espectador se va “intro-duciéndo” en estas imágenes–en lugar de situarse “enfrentede” ellas–, comenzará a expe-rimentar la vivencia sorpren-dente de que su mirada de“contemplador” del cuadro seinvierte, al tiempoqueélmismopasa de ser espectador externode la pintura a formar parte in-terna del propio cuadro. Para fa-vorecer una primera evidenciade ese cambio de posiciones, lassalas bajas de la exposición (de-

    dicadas a obras de análisis so-bre la dialéctica entre contem-plación tradicional y represen-tación moderna, criterio derepresentación que la postmo-dernidad ha reactivado) mues-tran un par de pequeñas obrasde la serie Autorretrato (FractalViewer) –óleo, gruesas gotas deresina y espejo sobre madera–en las que la imagen del espec-tador se integra y forma parteinevitablemente del mismo es-pacio del cuadro.

    Más adelante, en las salas delpiso alto de la muestra (dedica-das a exponer trabajos acerca deloscambiosqueproduceel trán-sito desde la pintura tradicio-naldepaisajehasta las represen-taciones“máscontemporáneas”del lugar o sitio geográfico, o lastraslaciones tecnológicas de vis-tas aéreas e interpretacionesplásticas de territorios de espa-cio indefinido, desprovistos dehorizonte), Urzay ofrece pistas yexperiencias inéditas de acti-vación e integración del espec-tador en la obra. Así ocurre endistintas piezas de la serie To-pogramas y, de manera singu-lar, en el proyecto Sajazarra(2006-2008), una obra compleja,difícil, pero esencial para com-prender la situación actual dela trayectoria estética y del pro-cederdesuautor.ElprocesodelproyectoSajazarraarrancadeuna

    fotografía aérea –desde satélite–de la zona de esa población (en-tre la Rioja, el País Vasco y Bur-gos), de la que se obtuvo unaimagen de curvas de nivel, de la

    2 4 E L C U L T U R A L 2 - 1 0 - 2 0 0 9

    ■ Las pinturas de esta impactante exposición re-

    pasan los doce últimos años y la coyuntura actual en

    que se desarrolla el complejo proyecto de Urzay

    A R T E

    Darío Urzay,la mirada de hoy

    BIFURCACIONES. COM I S AR I O : Ramó n E s p a r z a . MUS EO CO L E C C I O N ES I C O . Zo r r i l l a , 3 . MADR I D . Ha s t a e l 2 2 d e n o v i em b r e .

    pag 24-25 nuevo pdf.qxd 25/09/2009 18:45 PÆgina 24

  • 2 - 1 0 - 2 0 0 9 E L C U L T U R A L 2 5

    que a su vez se sacó un moldedelqueseprodujerondoscubosescultóricos de hormigón queensuscaras superioresmuestranel relieve del terreno. Una vez

    instalados esos cubos en el pro-pio lugar, se tomó desde unaavioneta una nueva vista aéreade la zona. Al mismo tiempo,Urzay realizó un conjunto deimágenes de la vista que se di-visa desde la ubicación de las es-culturas, y construyó con ellasuna panorámica interactiva en360º. Sometidas a un programainformático, esas imágenescrean una panorámica única,que simula el giro del especta-dor en torno a sí mismo y el con-junto de la vista que contempla.Como comenta Ramón Espar-za, comisariodeestamuestra,enla exposición de esa pieza ex-traordinaria el contempladorpuede manejar libremente,mediante ratón, el programa in-formático de la proyección,“explorando al principio las po-

    sibilidades del sistema, giran-do la imagen alrededor de su ejehacia los lados, arriba y abajo,para terminar moviendo com-pulsivamente la bola del ratónen un movimiento que aseme-ja a los camera strokes de su in-vestigación sobre lo aleatorio ytemporal de la mirada”. De estamanera, por medio del juegointeractivo de las imágenes,cada espectador puede aportaren la pantalla su visión particu-lar del lugar, su construcción delespacio, y su expresión sensiblede la subjetividad del tiempo.

    Esta apreciación de DaríoUrzay de los valores de lo sub-jetivo respecto a la representa-ción pictórica, tiene su expre-sión más reciente dentro deBifurcaciones en esa especie de“memoria de lo que es el pro-

    ceso creativo” que cierra la ex-posición, trasladando una partedel estudio del artista a la sala.Urzay pinta siempre en el sue-lo, colocandoelbastidordelcua-dro sobre una base de cartónque protege la solería de lasmanchas que rebosan de la pin-tura. Al terminar y retirar el cua-dro, el cartonaje aparece man-chado excepto allí donde estuvoel cuadro, espacio que viene aresultar como una especie depantalla. Ese cartonaje, trasla-dado ahora a las paredes delICO, funciona, en efecto, comopantalla de proyección de un ví-deo estupendo que recoge fasesde la producción del trabajo.Cierre mágico, para una expo-sición impactante y reveladora.

    JOSÉ MARÍN-MEDINA

    TT OO PP OO GG RR AA MM AA -- 66 ,, 22 00 00 55 .. AA LL AA II ZZ QQ UU II EE RR DD AA ,, PP AA II SS AA JJ EE (( CC HH II LL DD HH OO OO DD )) -- 22 ,, 22 00 00 88

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  • 2 6 E L C U L T U R A L 2 - 1 0 - 2 0 0 9

    “En mi opinión, sonlas obras más férti-les que van a pasar aformar parte de la extensa obrade Art & Language”. Con estarotunda afirmación concluyeCharles Harrison –el compo-nente teórico que junto a Mi-chael Baldwin y Mel Ramsdenconstituyen desde 1977 el gru-po– el ensayo que dedica a lasnuevas piezas ahora expuestasen la galería Distrito 4.

    El visitante se encuentrafrente a una serie de ensambla-dos compuestos por un panel,dibujo, cuadro o fotografía quetiene ante sí una silla construidacon lienzos pintados que entor-pece la visión y le obliga, parapoder verlo, a asomarse de ladoo inclinarse boca abajo. Aúnmás, paneles y sillas aparecencubiertos de textos cuidadosa-

    mentecaligrafiados,queencon-junto constituyen, en palabrastambién de Harrison, “una no-vela continua”.

    El cuestionamiento implíci-to a la figura del espectador, ya los ritos de visión de las obrasde arte, se suma al permanen-te interrogante que los textosefectúan respecto al trabajo ar-tístico, a su posición social, almoldeamiento de sus símbo-los y las imposturas en que in-curre para mantener el interésdel capital en sus productos ya las responsabilidades que co-rresponden al artista por el merohecho de pensar que lo es. Sinque por ello las propuestas deArt & Language pierdan suatractiva fascinación plástica,conjugada siempre con la in-cómoda perplejidad de recono-cer que objetos tan extraños al

    ser de la pintura puedan com-placernos tanto.

    El origen de la serie expues-ta se remonta a 1996, cuandoMichael y Mel empezaron a ha-cer sillas y paneles. Las prime-ras que vi fueron las instaladasen una de las salas del Frideri-cianum de Kassel en la Docu-menta de 1997, acompañadasde una mesa y dos sofás, com-puestas todas por paneles pin-tados de distintos colores o to-nalidades y con el texto, nosiempre del todo legible, sob