El Archipiélago Balear aparece formando un grupo solita-rio, situación que encuentra su explicación en su carácter deárea insular en el que las distancias entre núcleos no puedenser grandes.

Los paisajes de Dehesas Sierra-Morena y Vegas Extremeñasque se corresponden con el Suroeste Peninsular (Extremaduray la Andalucía Occidental) conforman wl sistema que podríadenominarse de hábitat concentrado remoto debido al carácterimportante en volumen de sus asentamientos y a la elevadadistancia existente entre ellos, configurando una escala detama^io grande pero desestructurada de asentamientos.

Por último el Valle del Guadalquivir-Genil-Campiñas y elLitoral Andaluz definen un área de hábitat muy concentradoe interrelacionado pudiendo categorizarse este área del Surcomo urbana densa por la alta densidad de asentamientos degran tamaño.

2. POBLACION RURAL

Suele caracterizarse a la actual población rural europeacomo una población fuertemente desequilibrada. Despobla-miento, envejecimiento, desequilibrio generacional, genésico yde género, determinan sus rasgos principales (Camarero,Sampedro y Vicente-Mazariegos, 1991). En definitiva las áreasrurales se encuentran en una situación de difícil reproduccióndemográfica y, evidentemente, social y cultural. En las páginassiguientes se intenta ahondar en los procesos que han determi-nado esta situación ĉrítica y en las recientes transformacionesde dichos procesos de manera que permitan conocer la situa-ción demográfica del medio rural de cara al fiituro.

2.1. Estructura de la población rural

La poblacióu de las áreas rurales presenta una estructurafuertemente desequilibrada en la que es patente un fiierteproceso de envejecimiento acompa^iado de otro de descensode la natalidad. Comparada con la población nacional, en laque son también evidentes ambos procesos, destaca la mayorintensidad que en el medio niral cobran tanto el envejecimientocomo la falta del grupo infantil.

140

Tabla IV-5ESTRUCTURA DE LA POBLACION RURAL Y URBANA. 1986.

(Segím tamaño de nntnicipio)

Dlenores De 2.000 De ^.000 De 10.000 Mayoresde ?.000 a 5.000 a 10.000 a 50.000 de ^0.000 TOTr1L

0-15 16,3 20,3 22,3 24,6 22,9 22,515-30 22,8 23,7 24,3 24,9 24,7 24,430-45 14, 9 16, 8 17, 7 19, 0 19, 9 18, 845-65 26,4 23,8 22,4 20,7 21,7 22,1

>65 19,6 15,4 13,3 10,8 10,9 ] 2,2

TOTAL 100% 100% 100% 100% 100% 100%

Tabla IV-6DIFERENCIAS RESPECTO A LA ESTRUCTURA NACIONAL

1lenores De 2.000 De ^.000 De 10.000 Dfas^oresde ?.000 a ^.000 a 10.000 a 50.000 de 50.000

0-15 -6,1 -2,2 -0,2 2,1 0,415-30 -1,7 -0,7 -0,1 0,4 0,230-45 -3,9 -2,0 -1,1 0,2 1,1

45-65 4,3 1,7 0,3 -1,4 -0,4>65 7,4 3,2 1,1 -1,4 -1,3

FUENTE: Padrón Municipal de Habitantes. 1986. INE.Elaboración propia.

Como puede apreciarse (Vid. tablas N-5 y 6) es en tornoa los 10.000 habitantes donde se sitíta el ptmto de inflexión quediscrimina las estructuras poblacionales más envejecidas de lasrelativamente más juvenilizadas, coincidiendo básicamente conel tamaño que diferencia las áreas rurales y tu-banas. Así en losmunicipios mayores de 10.000 habitantes hay más nitios y menosancianos que en los mwiicipios rurales.

El medio rural tradicionalmente ha presentado mayorestasas de fecwididad y desde el segundo cuarto de siglo XX unamenor esperanza de vida'' o, lo que es lo mismo, una mayormortalidad que las zonas urbanas. Comparativamente su sittia-

(15) Secularmente la mortalidaci nrbana ha sido superior a la rural, laclensificación poblacional y la attsencia cle infraestructnras s<lnitarias e higié-nicas, hacían de la ciuda<i meclieval un punto fuertemente ^^ulnerable en casocle epiciemia. La preocupación higienista desde la segunda mitad del Siglo YI^s• la extensión de los sen^icios médicos hará cambiar progresi^^amente estasituación ya que el medio rural quedará más alejado de estos avances.

141

ción debería ser de menor envejecimiento y mayor juvenili-zación. El hecho de que precisamente su posicióti sea la con-traria -envejecimiento y descenso de la natalidad- que la espe-rada, setiala las consecuencias de los profundos procesosmigratorios (éxodo rural) operados principalmente en la íiltimamitad del preseute siglo.

El envejecimiento de las poblaciones modernas, como handestacado los demógrafos, es fiu^damentalmente producto deldesceuso de la natalidad más que del aumento de la esperauzade vida (Pressat, 1961 y Leguina, 1973). Si bien hoy en día alhaberse alcanzado muy bajos niveles de natalidad la reducciónde la mortalidad cobra uu peso mayor en el proceso deenvejecimietito.

Como se verá con más detalle, el carácter fizertementeselectivo del éxodo rural, eti el que son protagonistas las ge-neraciot^es predomiuantemente genésicas, produce un drásti-co descenso eu la natalidad, aún cuaudo en uua primera fasesubsistan patrones de fecundidad elevados. A este proceso hayque atiadir la emigración de las generaciones pregenésicas (15-20 años) por la marcha de tiitios y jóvenes que acompatian aSLiS padres, lo que contribuye a mermar también los efectivosdel potencial grupo geuésico. Posteriormente, la fecutididadrural alcanzará tiiveles similares a las áreas urbanas"', pero alser uua poblacióu. más envejeçida la tasa de natalidad descen-derá por ericima de la media uaciotial.

Una comparación en la evolución de las pirámides depoblación rural entre 1950 y 1981 (Vid. gráficos A-2, 3, 4 y 5en el anexo estadístico) ilustra suficientemente dicho procesode disminución de la base y aumento por el vértice o, eu otraspalabras, el desplazamietito del ceutro de gravedad poblacionaldesde abajo hacia arriba (Vid. tablas IV-7 y 8 y tambié^i gráficoIV-2) .

Para Espaiia resulta dificil señalar en qué momento la mortalidad urbanase recluce respecto a la rural. Sánchez Verdugo, J. (1959, pp. 3436) analizala evolución de la mortalidad inf^ntil en las áreas rurales (provincias sincapital) y tu-banas (capitales), señalando qne a partir de los a^5os veinte delpresente siglo es mucho mayor el descenso de la mortalidad infantil urbana.

(16) Para 1970 va no se obsen^an diferencias significativas entre los pa-trones cle fecundidad rural y urbana en las generacioues jó^^enes. Vid. Amandocle Vfiguel, 1977, pp. 63.

I -1 `^

EVOLUCI01 DE L.A ESTRUCTURA DENOGRAFICA RURAL 1950 - 198i

FoaoF^

eo l^S'9>o n65 6960 6155 5950 AIS-19IOiI^ 3930-A^ ^zo-nIS 1910-II

5-90-1

F^RO

^ 1950

199!

ZONA RURAL

ENTIDflDES ( Z.000 HflBITflNTES

ZONA NTEft^EDIAENTIDRDES ENTRE Z.000 Y 10.000 HRBITRNTES

FUENTE : CENSOS DE PORLRCION 1950 y 1981. I.N.E.

Elobaroc^ón prop^a.

1-} 3

Tabla IV-7EVOLUCION DE LA ESTRUCTURA POR EDAD 1950-1981

(Asentamientos inenores de 2.000 habitantes)

EVOLUCION

1950 19(i0 1970 1981 19 ti0- I 981

0-15 27,8 27,9 25,6 21,7 -6,1%15-30 27,3 22,9 21,5 22,2 -5,1%30-45 18,9 20,0 19,0 15,5 -3,4%45-65 ]8,3 20,2 22,2 25,1 +6,8%

>65 7,8 8,7 11,9 15,6 +7,8%

TOTAL 100% 100% 100% 100% 0,0

FUENTE: Censos de I'oblación. Años indicados. INE.Elaboración propia.

Tabla N-8EVOLUCION DE LA ESTRUGTURA POR EDAD 1950-1981

(Asentamientos entre 2.000 y 10.000 habitantes)

EVOLUCION1950 1960 1970 1981 1950-1981

0-15 27,1 28,3 28,8 26,3 -0,8%15-30 27,3 23,2 21,5 23,3 -4,0%30-45 19,6 20,6 19, 7 17,0 -2,6%45-65 18,7 19,6 20,0 21,7 +3,0%

>65 7>2 8,4 10,0 11,6 +4,4%

TOTAL 100% 100% ] 00% 100% 0,0

FUENTE: Censos de Población. Años indicados. INE.Elaboración propia.

2.2. Norte y Sur en las estructuras de población rural

Si bieii las áreas rurales han participado en conjunto delproceso descrito, no todas lo haii hecho con la misma intensidad,pudiéndose apreciar fuertes diferencias regionales.

Un indicador sintético de la estructura demográfica puedeser, sin duda, e1 índice de recambio (Vidal Bendito, 1989)''.En el presente caso se ha operativizado como la relación ocociente existente e ĉitre el colectivo de jóvenes que entraráii

(17) Vidal Bendito ( 1989) recoge en su artículo una ealiosa colecciónde indicadores demográficos sobre el medio rural de cada una de laspro^^incias.

144

eti el grupo de población activa (15-19 atios)'s y el conjwito deactivos salientes ( 60-64 atios). Este indicádor orienta, siemprebajo el supuesto de ausencia de migraciones, la evolución a muycorto plazo -un quinquenio- de la población activa. Cuando elratio alcanza un valor superior a la unidad, señala que losentrantes jóvenes son numéricamente más que los adultossalientes y por tanto es de suponer que la población activacrecerá. Cuando no alcanzá la tuiidad se da la situación inversay la población activa disminuye. En el caso en que su valorcoincida con la unidad, indica una situación estacionaria.

Lógicamente la evolución a corto plazo de la poblaciónactiva es tul indicador preciso sobre la «salud» de las poblacio-nes. Los resultados aparecen cartografados en el mapa (IV-6).Para obtener una comprensión rápida del fenómeno sólo sehan representado los valores extremos; decrecimiento (<1)'`^ yfuerte crecimiento (>2). A simple vista se percibe que inclusopor encima de una polarización demográfica rural-urbana seimpone una difereuciación geográfica entre norte y sur, quequeda matizada a su vez por la orograba -áreas de vega y áreasde montaña-.

A grandes rasgos las estructuras más desequilibradas secorresponden con el antiguo reino de Aragón, que alcanza ensits zonas de montaĉa los valores más cercanos a cero; con elSistema Ibérico -cuya pésima situación se extiende también porCuenca e incluso por el Sistema Central Oriental (Guadala-jara)-, y lo mismo ocurre con el Pirineo que alcanza a Catalutiay Navarra..El Valle o Depresión del Ebro mantiene, sin embargo,valores más equilibrados. Pero además del viejo reino de Aragón

(18) Aunque se suele considerar -tanto legal como estadísticamente- a lapoblación acti^^a como los ma^^ores cie 16 aiios, el reu^aso que se ha venidoproducienclo en la enu•ada laboral de los jóvenes justifica el considerar comogrupo cte acti^^os enu-antes, en el quinquenio siguiente, a la cohorte cle 15-19 a^ios.

(19) Si se considera el fuerte éxodo que en la actualidad subsiste, comohabrá ocasión cle comprobar, para el grupo joven de 15-19 a^ios, habría queaumentar el inte^^alo de clescenso de la población acti^^a. Un valor de l,l oI,^ segw^amente inciicaría una si« iación real estacionaria en la evolución dela población potencialmente acti^^a, siempre claro está despreciando laemigración-inmigración en ou-os grupos de edad, que en la actualidad esbastante pequeña.

14^

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11

y sus áreas de montaiia limítrofes, otras áreas de montaiiasituadas en el norte peniilsular preseiltan un perfil parecido,aunque seguramente no tan drástico, la Cordillera Cantábricay el Maestrazgo, e incluso áreas aisladas de los Montes deToledo o la frontera por el Duero con PorCugal.

Por el contrario en una situación de elevado crecimientode la población activa, -los entrantes doblau en número a lossalientes-, se encuentran ciertas coronas metropolitanas (Madrid,Barceloi^a, Vigo), áreas urbanas situadas en vegas (Murcia-Carcagena, Badajoz-Mérida) , y como grandes áreas territoriales,el archipiélago cai^ario, el litoral andaluz y el valle del Guadal-quivir.

Estos resultados sugieren la mayor vitalidad demográfica delas poblaciones del Sur. Así, aun a pesar de los fenómenos deconcentración de la población en las áreas industriales,localizadas preferentemente en el Norte peninsular, el Surmantieiie demográficameute una estructura más equilibradaincluso que las tradicio^iales áreas de concentración demográ-fica. La respuesta a este fenómeno se encuentra sin duda enlas diferencias regionales en las pautas de fecundidad, cuestiónque se aborda a continuació^i.

2.3. El crecimiento vegetativo de las poblaciones rurales

La distinción establecida anteriormente se corresponde conbastante exactitud a la diferenciación entre la EspaciaMalthusiana y la Espa ĉia Natalista propuesta por A. De Miguel(1977). E1 polo Malthusiano, caracterizado por tasas defectmdidad más bajas y parecidas al contexto europeo, centra-do en Aragón-Cataluiia y que se extiende por el Norte Peninsular,es precisamente el área seiialada como de estructurasdemográficas más desequilibradas. Opuesto a éste se sitíia elpolo ^iatalista con centro en Canarias y Aiidalucía, regioues enlas que se ha constatado una fiierte reproducción generacional.

Así, aunque el éxodo rural ha sido un importante factor dedesequilibrio demográfico, las pautas de fecwididad han actua-do como eleme^itos aceleradores o retardadores de dichas con-secueucias. En las zonas de baja fecwididad el éxodo rural hadeterminado una di6cil situación de reproducción vegetativa,

147

mientras que en las áreas de fuerte fecundidad, los efectos deléxodo rural han sido equilibrados relativamente, impidiendoque se llegara a una situación de crecimiento negativo.

Una buena «fotograffa» de los efectos conjuntos del éxodoy la fecundidad en las poblaciones rurales es el mapa (N-7)20.En él se aprecia un medio rural recesivo en el norte frente auu medio rural todavía demográficamente vital en el sur.

2.4. Éxodo y envejecimiento

At^teriormente se comentó que el proceso de envejecimientoestaba muy determinado por el descenso de la natalidad enpoblaciones cerradas, es decir en ausencia de migraciones. Sinembargo es patente que el éxodo ha tenido una gran influenciaen dicho proceso no sólo por la salida de las generacionesjóvenes e intermedias, hecho que ha implicado un aumentorelativo del grupo de personas mayores, sino también por lareducción de la capacidad genésica, sumando así al descensode la fecundidad rural el descenso de la natalidad.

López Jiménez (1991) setiala la fiterte correlación existenteentre envejecimiento y ausencia de jóvenes^'. En el mapa (N-8) se han representado las zonas fiiertemente envejecidas`", conmás del 20% de su población mayor de 65 años. Si se comparaeste mapa con el mapa (N-6) se observa que ambos resultanen grau parte coincidentes. Ello refleja la incidencia que lospaisajes de montatia -áreas de máxima intensidad emigratoria-y las áreas de fecundidad más baja -aceleradora de losdesequilibrios- han tenido etl este proceso.

Como ha setialado López Jiménez:

(20) En buena lógica los datos deberían haberse tomacío, al menos, comola media de tres años p<ua evitar ciertos comportamientos extraordinarios oclefectos cle recuento; sin embargo, como panorámica rápida de las diferenciasenu-e norte }' sw-, el proceciimiento utilizaclo resulta válido.

(21) Obtiene w^ coeficiente de co^relación de Pearson r=-0,6722 para elconjunto cle los municipios.

(22) Se ha consideraclo como ^'alor significati^'o de extremo envejecimientoel 20%, }'a que en 1986 para el conjunto de municipios menores cie 2.000habitantes la proporción media de mayores cle 65 años era clel 19,6% (Vidtabla IV-6).

148

MAPA IV - 7

SALDO VEGETATIVO EN EL HABITAT RURAL

(Municipios menores de 10.000 habitantes)

GaEGMIENTO VEGETATIVO

® NEOATIVO

VOSRNO

Fu^nY: MOVIMIBfTO NATUML pE POgUpON tYl6. I.N.E

61: CALY1i^fi0 tYYI.

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15O

«La distribución del envejecimiento... manifiesta una desigual-ctad espacial entre un norte más envejecido y el sur relativa-mente más joven. Esta repartición en gran parte es debida alcarácter emigratorio de estas zonas hacia las tradiciouales áreasde concentración de Vlaclrid, Barcelona y I'aís Vascofnndamentalmente, frente a las provincias del sur, cuyoscomportamientos de fecunclidacl más elevada compensaron lasestructuras demográficas de los municipios afectados por laemigración» (López Jiménez, 1991, pp. 180).

E1 mismo autor en sus conclusiones concede granimportancia a las características orográficas del medio. Setialaque la relacióii entre actividad agraria y envejecimiento noresulta tan significativa clebido a la juvenilización de losagricultores en zonas de regadío, matización interesante, espe-cialmente por la consideración que suele hacerse de la agricul-tura como un medio absolutamente envejecido.

En cualquier caso debe tenerse presente el fuerteenvejecimiento del medio rural español, especialmente en susáreas más remotas y menos densas -la monta^ia-, donde entérminos aproximativos una de cada cinco personas es mayorde 65 atios. La asociación entre medio rural y poblaciónenvejecida es tan fuerte (Vid. gráfico IV-3) que practicada unacorrelación entre la proporción de ancianos y la densidaddemográfica para las 324 comarcas en que se ha dividido elterritorio nacional se obtuvo un coeficiente producto momentode Pearson igual a r=-0,73, es decir la densidad explicó el 54%de la variación en las tasas de envejecimiento='4. Este resultadosugiere las dificultades con que el medio rural va a encontrarsede cara a cualquier fiituro renacimiento. En capítulos posterio-res se hablarán de otros factores como la inmigración quecontribuyen a aumentar el envejecimiento si bien no^precisamente en las áreas menos densas y más remotas.

(23) La ecuación de regresión obtenida fue:

Y = 0,260 - Q028 Ln(x)

siendo x= densidacl e Y= tasa de em^ejecimiento.

1^1

GRflfICO IV-3

EL ENVEJECIMIENTO DE LAS COMARCAS DE BAJA DENSIDAD. 1986

DENSIDAD DE POBLACION (Ln)

FUENTE : PRURON Pt1NICIPRL 0E HRUITflNTES, 19B6. I.N.E.

Elaboraclón prop^a

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