DOMINANDO NUESTRA NATURALEZA:

Para el hombre que no ha conseguido el dominio de sus pasiones y que es susceptible de actuar constantemente bajo el influjo de de sus orgánicos ascendientes por mero reflejo, cae por completo bajo el yugo de su naturaleza y se convierte en esclavo de su propio organismo, ese Ser ha perdido el derecho de mandarse a sí mismo; y por lo tanto el derecho de creer ser capaz de mandar a otra forma de inteligencia organizada sea esta de carácter terreno o sutil, Tanto es así, que para tal especie de personas, todas las palabras mágicas conocidas y por conocer, todos los talismanes posibles, todas las ceremonias consagratorias de mayor eficacia, solo habrán de producir efectos nulos y ridículos fracasos; semejante al ejemplo del niño que pretende imponer su voluntad para controlar a un caballo desbocado.Ya que el iniciado en los misterios de la Gran Obra conoce el medio individual y colectivo en el que habrá de irradiar su acción, como aprovechar esa ventaja?, estando dispuesto a despertar en su entorno la fuerza de las ideas; solo latentes en ellos hasta entonces, nada en la naturaleza que nos rodea merece ser despreciado, ni aun el mas mínimo grano de polvo; ya que cada ser humano guarda en sí, tesoros que el iniciado deberá saber descubrir y utilizar para un desempeño congruente de su hacer como adepto; para esto, la Adaptación, resulta de manera inequívoca indispensable, si por creernos demasiado inteligentes despreciamos los medios ambientes instintivos, si huimos de estos círculos por temor a la impureza moral reinante, o de las multitudes por temor a las vulgaridades, a los patriotas de mesa de café y pretendemos siempre estar a salvo de las palabras necias; entonces no merecemos decir que somos capaces de morir por nuestro Ideal para renacer aun mas llenos de vida. Adaptemos pues, por un momento, nuestro Ser al medio inmediato en que nos encontremos, ya que esta adaptación es lo que nos garantiza salir libres de toda mancha, sin que una sola partícula de suciedad se haya podido adherir a nuestra fuerza.Penetremos sin miedo dentro del circulo de los terrores y lancemos sin temor las Ideas Divinas recogidas en los campos de las consagraciones para que se sacien en ellas la sed de los ignorantes del Bien, seamos capaces de materializar nuestra sabiduría para que esta descienda al nivel de comprensión de los más chicos entre la multitud y que sea nuestra franca risa y alegría, la que corrija las costumbres anquilosadas en los hábitos dañinos y sacuda el embotamiento de los dormidos; humillando nuestra universalidad, hasta el nivel del sectarismo de los falsos religiosos

a fin de que defendiéndose, Súbitamente la fuerza Divina Comprimida en los corazones de aquellos que desean salir realmente de su estupor provocado por el sueño de la mentira; evolucione los cerebros estrechos.Por último recordemos en este mismo tenor de ánimo y de compasión, que la Acción Social del Iniciado se condensa en tres palabras:CURAR, SEMBRAR Y CONSOLAR; Es necesario saber Curar tanto la ignorancia como el falso orgullo, ese que de tan cercano a nosotros nos impide avanzar, así como la ciencia y las falsas creencias, de igual manera las enfermedades físicas como las espirituales y anímicas.Es necesario saber Sembrar y dejar que el futuro recoja las cosechas, es necesario arrojar las semillas sin cortar los granos que germinaran en un fruto más deseable; sin ponernos a pensar en que si vale la pena lo fértil de la tierra y sin confiar esperando que la lluvia del cielo venga a fecundar el suelo Ingrato.Y es necesario por ultimo que del conocimiento de nuestro camino filosófico y religioso, el Iniciado haga de las fuerzas de la vida y la muerte una encarnación pasajera de la bondad Divina, que lleve la palabra de Consuelo donde quiera que el destino haya asolado un corazón, una familia o un pueblo.Entonces y solo entonces, la voz del que Sabe habrá de elevarse y la calma del Interior propio será evocada trayéndonos el dominio de la naturaleza empezando por Uno mismo; al tiempo que habrá de recurrirse a las revelaciones otorgadas por nuestros Ancestros y nuestros Santos; y de forma rítmica y lenta comenzara la mágica plegaria que conduce a la consciencia del creador, y las potencias Invisibles de la creación universal acudirán a encantar las almas de aquellos señalados por el Adepto para su salvación o destrucción, presidiendo así, la evolución de nuestra propia esencia. Tal es la triple Misión del verdadero Iniciado o Adepto a la ciencia de la transformación Mágica, dominar la consciencia que lo rodea a través del sometimiento de la propia.Iboru Iboya Ibocheche