dom pas 4 b
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Ciclo B
Todos los años en este 4º domingo de Pascua se presenta:
la alegoría del Buen Pastor.
Alegoría es una especie de parábola, donde cada frase tiene una correspondencia espiritual
con la vida y los mensajes de Jesucristo.
En el capítulo 10 del evangelio de san Juan se nos expone, con bastante detalle, esta alegoría del buen pastor, que el mismo Jesucristo va detallando. Se divide en tres partes, según los tres ciclos litúrgicos. Este año, por ser el ciclo B, es la parte central, que dice así:
Juan 10,11-18
En aquel tiempo, dijo Jesús: "Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que
no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir el lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las
dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.
Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo
conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a
ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el
Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente.
Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre."
Hoy comienza Jesús con esa
gran formulación:
Automático
Y todas las del
redil me conocen
a mi.
Del redil la puerta soy, dejo entrar a mis ovejas,
Ellas conocen mi voz, es la voz de su Pastor.
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Hoy Jesús nos va a enseñar algunas cualidades importantes del buen pastor. Y nos lo enseña a nosotros, porque hay muchos que son pastores o jefes o líderes. Puede ser en el sentido religioso o en el civil o familiar, como son los padres y madres de familia.
Entre las buenas
cualidades están: la
bondad y el amor, la
caridad, la vigilancia, la
buena doctrina y la integridad de
la vida.
¿Por qué pone Jesús este ejemplo del pastor, cuando no es una realidad grande entre nosotros? Quizá para nosotros lo que más nos vale es lo simbólico, ya que pastor se puede llamar al que es el jefe o el que guía y orienta.
En el tiempo de Jesús había muchos rebaños de ovejas. Estos animales suelen ser muy dóciles, pero deben tener un pastor que les guíe para encontrar buenos pastos y quizá para defenderlas de algún lobo.
Hay muchas personas a quienes no les gusta que les digan que son parte de un rebaño. Sabemos que son palabras figurativas y debemos ver sobre todo el sentido positivo. Y debemos aprender lo que nos quiere decir Jesús con este ejemplo.
La principal enseñanza es el amor que Jesús nos tiene. Esto para que nosotros correspondamos a ese amor y para que los que de alguna manera seamos guías de otros sepamos imitarle.
Jesús tiene un amor tan grande que es
capaz de dar su
vida por las
“ovejas”.
Y en esto se distingue de los asalariados, es decir, los que son pastores sólo porque les pagan. Estos, huyen cuando ven venir el lobo y no defienden a las ovejas.
Malos pastores en el sentido evangélico son aquellos que no predicarían o evangelizarían, si no les pagasen. Es triste encontrar pastores en lo religioso que sólo trabajan por la paga material. Esto es lo que eran muchos fariseos.
Jesús varias veces dirá que está
dispuesto a dar su vida por nosotros. Y dirá que nadie tiene más amor que quien da su vida por sus amigos. Ese es el
buen pastor.
Automático
y suyo siempre
seré.
Yo soy el buen pastor,
doy la vida a
mis ovejas.
Por su nombre yo las llamo
y con gran amor me
siguen.
la vida ha
dado por mi.
Yo su voz he
de escuchar
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Jesús pasó su vida haciendo el
bien y sacrificándose por los demás. Los que somos
pastores ¿damos vida,
ilusión, esperanza?
Los padres de familia quizá
saben dar cosas a sus hijos y quizá
no dan la verdadera ilusión
e ideales a sus hijos. Dar vida es dar alegría, paz y
optimismo.
El amor lleva a conocer mejor a
la persona amada. Y cuanto mejor se
conozca a esa persona, se la
ama más. Por eso dice Jesús que conoce a sus
ovejas y ellas le conocen a él.
Jesús sabía quién era el verdadero amigo y el verdadero pecador. No como los fariseos que juzgaban a las personas solo por los actos externos o por las apariencias y situaciones sociales.
Así pues, Jesús nos conoce no como si fuésemos un número o por el color de la piel o por el hecho de ser hombre o mujer. Jesús nos conoce internamente. Como se dice en el salmo 138:
Señor, tú me sondeas y me conoces;me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;distingues mi camino y mi descanso,todas mis sendas te son familiares
Nos conoce como él
conoce al Padre y el Padre le conoce a
Él.
Ser buen pastor en el sentido religioso
es también ser misionero, es
buscar que haya un solo rebaño, porque oigan al verdadero
pastor que es Jesucristo, como él
mismo nos dice hoy.
Tiene además otras ovejas que no son de este redil; también a
ésas las tiene que traer, y escucharán su voz.
Dios nos mira no con ojos
inquisidores, sino llenos de misericordia.
Por eso dio su vida por mi. Y ese amor nos
sostiene.
Querer ser ovejas de Jesús significa seguirle con amor. Por eso una de nuestras grandes preocupaciones ha de ser conocer más a Jesús para mejor seguirle. Esa es nuestra alegría, nuestra seguridad.
Ese amor tan grande de Jesús
hacia sus ovejas le lleva a buscar la oveja perdida. Y
cuando la encuentra la carga
sobre sus hombros con todo cariño y alegría en vez de castigarla
severamente.
Esa oveja que carga el buen pastor somos cada uno de nosotros y la humanidad entera.
Y ese amor misericordioso le hace inclinarse más hacia los
más débiles, los enfermos, los
que tienen algún defecto y
derrama sobre ellos sus
desvelos y su ternura.
Cuando vemos la figura del
buen pastor a veces
pensamos en lo bonito que nos parece;
pero requiere mucho
sacrificio para superar muchos
trabajos con generosidad y
esfuerzo.
Así nos lo dice san Pedro en la 1ª lectura, cuando hablaba a la gente después de sanar milagrosamente a un enfermo. (Hechos de los apóstoles 4,8-12).
En aquellos días, Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: "Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy
para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo
Israel que ha sido en el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre,
se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y
que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado
otro nombre que pueda salvarnos."
El amor de Jesús es tan
maravilloso que no sólo es pastor
sino alimento para que sus
ovejas puedan nutrirse de la
gracia de Dios: No sólo es pastor
sino pasto también.
Oveja perdida,
ven,
Automático
sobre mis hombros, que hoy
no sólo tu pastor soy,
sino tu pasto también.
No sólo tu pastor soy,
sino tu pasto también.
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Y para terminar, por si alguno tuviera algún pequeño recelo por llamarse oveja de Dios, sepamos que somos hijos de Dios. Y por eso podemos corresponder a su amor. Así nos lo dice hoy san Juan en la 2ª lectura que dice así:
1Juan 3,1-2
Queridos hermanos: Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos
hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le
conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha
manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal
cual es.
Por lo tanto alegrémonos
y seamos dignos de
este título de hijos de
Dios.
Y también sintamos la
responsabilidad de que otros se sientan hijos de Dios. Esto es lo que significa ser pastores según el Corazón de
Cristo.
De hecho en esta vida todos necesitamos que haya pastores o guías o líderes en la sociedad. Si no los hay, la gente los inventa. Por eso hay tantas personas que se dejan arrastrar por líderes efímeros como a veces son artistas o deportistas.
Sigamos al verdadero guía
y pastor que nunca nos fallará. Y si Jesús es nuestro
pastor, nada nos faltará.
Jesús es mi pastor. Nada me faltará.
Automático
que Él me tiene y me da.
Padre nuestro, que estás aquí en mi corazón,
no te alejes
jamás,
aunque sea un
pecador.
para llegar
al cielo,
la Divina Pastora,
AMÉN