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domingo Tercero de Adviento Ciclo A Hemos llegado al tercer domingo de Adviento. Y se nos invita a entrar en la voluntad de Dios, la cual, por añadidura provoca en quien recibe este anuncio y visita concreta del Señor, una alegría capaz de vencer todo dolor que pudiéramos estar viviendo. ¿Cómo puede suceder esto? Esta es la pregunta que aún resuena en nuestros oídos, y que la escuchamos recientemente cuando celebrábamos la solemnidad de la Inmaculada Concepcion. María santísima preguntaba lo mismo: ¿Cómo puede suceder? La respuesta del mensajero de Dios no se hizo esperar y es también válida para nosotros hoy: Para Dios no hay nada imposible. Para nosotros en este tercer domingo la pregunta es: ¿Cómo es posible estar alegre en medio del dolor? la respuesta nos la da la abundante palabra que se nos regala. ISAÍAS RESPONDE: El profeta hace un anuncio potente no de una utopía, sino de lo que el Señor realizará plenamente a partir de la venida del mesías. En Jesucristo esto se cumple plenamente: Él es quien viene a fortalecer a los débiles, a dar vista a los ciegos, a destapar los oídos de los sordos, a hacer saltar a los tullidos, a hacer gritar la legua del mudo. Y es que el testimonio de la Iglesia plasmado en los evangelios nos hablará de los 1 La alegría de un pueblo en fiesta nos pone en sintonía con la Madre del Señor. Ella es testimonio fiel de la verdadera alegría. Dios nos regala una alegría que vence en dolor Sean fuertes, no teman... el mismo Dios viene a salvarlos (Is 35,4)

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Page 1: Dios nos regala una alegría que vence en dolor€¦ · domingo Tercero de Adviento Ciclo A Hemos llegado al tercer domingo de Adviento. Y se nos invita a entrar en la voluntad de

domingo Tercero de Adviento Ciclo A

Hemos llegado al tercer domingo de Adviento. Y se nos invita a entrar en la voluntad de Dios, la cual, por añadidura provoca en quien recibe este anuncio y visita concreta del Señor, una alegría capaz de vencer todo dolor que pudiéramos estar viviendo. ¿Cómo puede suceder esto? Esta es la pregunta que aún resuena en nuestros oídos, y que la escuchamos recientemente cuando celebrábamos la solemnidad de la Inmaculada Concepcion. María santísima preguntaba lo mismo: ¿Cómo puede suceder? La respuesta del mensajero de Dios no se hizo esperar y es también válida para nosotros hoy: Para Dios no hay nada imposible. Para nosotros en este tercer domingo la pregunta es: ¿Cómo es posible estar alegre en medio del dolor? la respuesta nos la da la abundante palabra que se nos regala.

ISAÍAS RESPONDE:

El profeta hace un anuncio potente no de una utopía, sino de lo que el Señor realizará plenamente a partir de la venida del mesías. En Jesucristo esto se cumple plenamente: Él es quien viene a fortalecer a los débiles, a dar vista a los ciegos, a destapar los oídos de los sordos, a hacer saltar a los tullidos, a hacer gritar la legua del mudo. Y es que el testimonio de la Iglesia plasmado en los evangelios nos hablará de los

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La alegría de un pueblo en fiesta nos pone en sintonía con la Madre del Señor. Ella es testimonio fiel de la verdadera alegría.

Dios nos regala una alegría que vence en dolor

Sean fuertes, no teman... el mismo Dios viene a salvarlos (Is 35,4)

Page 2: Dios nos regala una alegría que vence en dolor€¦ · domingo Tercero de Adviento Ciclo A Hemos llegado al tercer domingo de Adviento. Y se nos invita a entrar en la voluntad de

domingo Tercero de Adviento Ciclo A

llamados milagros físicos de Jesús (que son todas las curaciones narradas en los evangelios), pero además se nos hablará de los milagros morales, que son los cambios radicales, los ejemplos de conversión notables que tiñen e inundan las páginas de todos los evangelios escritos. Mateo, Zaqueo, la Samaritana, María Magdalena, entre otros, y para que decir de los narrados en los hechos de los apóstoles. En fin. Todos ellos, hombres y mujeres que se encontraron con la Buena Noticia de Jesús, experimentaron la verdadera alegría que provoca el dejarse encontrar por el Señor. Testimonios vivos del poder de Dios que hace, ver, oír, caminar y que fortalece en los momentos más difíciles de la vida, provocando una alegría que no pasa. Y todo esto en medio de situaciones complejas. Porque lo que trae el Señor consigo es lo que nos faculta para poder vivir constantemente en la presencia de Dios, presencia que nos fue arrebatada por culpa del pecado. Alegrémonos entonces, porque el Señor viene a restituirnos en nuestra dignidad, con la cual Él nos pensó y soñó desde siempre. Por lo mismo estad alegres, el Señor está cerca. Este es el llamado que constantemente realizaba Pablo a las comunidades cristianas de los inicios de la Iglesia (Fil 4,4-5)

El Testimonio del BautistaSan Juan Bautista nos presenta un ejemplo muy potente del tipo de alegría que estamos hablando. Él, estando recluido y condiciones paupérrimas, no pierde la esperanza, y por ello envía a uno de sus discípulos a preguntarle a Jesús si deben seguir esperando. Jesús le envía una respuesta que en el fondo le señala y que nosotros parafraseamos como lo que sigue: "Juan, tú espera aha concluido: los ciegos ven, los cojos caminan, los sordos escuchan, los mudos hablan"... en definitiva, Jesús pareciera decirle y no cuesta mucho imaginarlo: "Juan tu testimonio y misión no han sido en vano. Entra en la perfecta alegría ya que muy pronto estarás en el Reino de los Cielos". Juan con esta palabra en su corazón enfrentará lo más duro de su vida: su martirio. ¿Qué lo mueve? La certeza de saber que su vida ha tenido un propósito y que esto se inscribe dentro de la voluntad de Dios. Juan entregará su vida con ánimo confiado, sereno, alegre por haber cumplido la voluntad de Dios. Finalmente, de esta misma certeza, es lo que nos viene a hablar San Santiago. Nos invita a poner nuestra mirada en el testimonio de los profetas. Ninguno de sus esfuerzos fue vano. Del mismo modo estamos llamados a dar ejemplo de constancia y de fortaleza en el Señor. En este tiempo de Adviento, pongamos nuestra esperanza y toda nuestra vida en manos de Aquel que todo lo puede. Esperamos confiados en el Señor. Porque en definitiva, Dios no defrauda.

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Vivir el perfecto Adviento es esperar contra toda esperanza, sabiendo que contra toda esperanza está el hecho de saber que cada día estamos haciendo lo correcto, lo que es debido. Nuestra alegría surge de la fe. Surge del amor de Dios, surge como respuesta al amor primero del Señor.

Juan el Bautista vive uno de los advientos

más complejos. Sólo la fe y la Palabra de Jesús

lo mantienen firme.