diario de bolivia, mayo 2014.pdf

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    BOLIVIA

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    DIARIO DE VIAJE A BOLIVIA MAYO DE 2014 Por qu a Bolivia? Elegimos Bolivia por ser un pas muy variado en cuanto a naturaleza y en cuanto a autenticidad y diversidad cultural y humana. Un pas tercermundista con una perspectiva positiva. Tambin el idioma es otro elemento positivo. Decidimos ir solos porque pensbamos que iba a resultar un viaje duro en varios aspectos y no pensamos que era fcil encontrar gente dispuesta y capaz. En cuanto al momento nos dejamos llevar por las indicaciones de guas y viajeros, aunque a posteriori pensamos que posiblemente nuestro otoo avanzado, su primavera, hubiesen sido, en general, ms adecuados. Aunque la preparacin del viaje no fue exhaustiva, contbamos con una idea clara de qu ver y ms menos en qu orden hacerlo. En todo caso hubisemos podido prepararlo mejor.

    06-05-2014 Abandonando Iruea En la misma estacin de autobuses de Iruea tuvimos el primer susto. Una amiga que conoca una chica boliviana que llevaba aqu diez aos y volva definitivamente con su nia de cinco meses, nos haba planteado la posibilidad de que viajara con nosotros, si no tenamos inconveniente, pues con la nia tan pequea se senta ms arropada. Habamos dicho que s e incluso nos habamos ofrecido a llevarle una maleta, puesto que se podan llevar dos por pasajero. Nuestra sorpresa fue mayscula cuando descubrimos que haba colocado en al autobs Pamplona-Barajas cinco bolsos negros ampliables de enrome tamao (60x100 por 1,50 de altura), una maleta grande, dos mochilas y un bolso. Ella llevaba un bolso de mano y la nia con su cochecito. Inmediatamente fuimos conscientes de que nos haban metido una colosal embolada. Despus de tanto medir el equipaje y restringir al mximo lo que llevbamos. Supuestamente su expareja, y padre de la criatura, iba a salir en Madrid para ayudarnos. Antes de Soria llam diciendo que le resultaba imposible salir a Barajas. Mariell estaba a punto de llorar. Yo pensaba en mi espalda. La amabilidad del chofer de la CONDA de prolongados rizos que nos llev hasta Soria fue infinita. Si no por l, no hubisemos podido trasvasar los bultos al autobs de Madrid. Yo no era capaz de mover por mi cuenta uno solo de los bolsos grandes cuyas rueditas no respondan. Tema un tirn y quedarme clavado al inicio del viaje.

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    En Barajas nos dej el autobs en la T-4. Tras colocar con enorme esfuerzo en slo tres carros monumentales, nos faltaban manos para otro carro, todos los bultos, nos dimos cuenta de que salamos de la T-1. Con un bulto o dos normalitos hubisemos podido tomar el bus, pero as, era imposible. Hicimos la cola de los taxis. Entre tres taxis no nos llevaban. Tuvimos que pedir una furgoneta, que tard en llegar, y, entre sta y un taxi, llegamos a la T-1. En el embarque ramos los ltimos. Tenamos derecho a dos maletas de 23 Kg por persona. Pasbamos por muchsimo de peso y de bultos, aun contando a la nia como pasajero. El tipo nos vio que casi no podamos mover unos bultos que evidentemente no eran nuestros y quiso poner, l tambin, su granito de arena solidario. Nos dej pasar todo. 07-05-2014 Llegada a La Paz A 11.500 m altitud atravesamos el Atlntico y buena parte del continente americano en algo ms de once horas. Algo pudimos dormir. En un momento abr los ojos y la pantalla indicaba que volbamos entre Manos y Portobello. Aterriz en mi cabeza la vieja idea de descender por el Amazonas desde Pucalpa a Manaos, subir por el Negro y empalmar por el Casiquiare con el Orinoco. Las imgenes de la desmedida anchura del ro, la ausencia de indgenas y, sospecho, el poco nimo que me transmiti Javier Reverte en su libro sobre el ro, haban ido menguando la ilusin por la idea. Aunque nos haban asegurado en el embarque que las maletas iban hasta La Paz, uno, que tiene por costumbre creerse poco y ponerse siempre en lo peor, tema verse con el cmulo de bultos en el aeropuerto de Santa Cruz. Lo jodido es que casi siempre acierto. En esta ocasin, tambin. Efectivamente el montn de bultos estaba nuevamente en nuestras manos en cuatro carros tras aterrizar en el aeropuerto de Santa Cruz. Eran cuatro los carros porque La Diosa Fortuna nos regal un aduanero, solidario tambin, que, tomando el primer carro, nos orden seguirle y nos fue pasando por delante de todos los viajeros, sin detenernos en las mesas que revisaban las maletas de una en una, hasta el nuevo embarque para La Paz. Libres de los bultos tomamos el nuevo avin.

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    Santa Cruz est situada en una planicie prolongada que apareca envuelta en nubes. Nada ms despegar, recibimos unos pocos guios de las curvas inverosmiles que dibujan los ros en la selva amaznica y sobrepasamos las nubes. En menos de una hora, apareci ante nosotros el Altiplano e inmediatamente la sorpresiva visin de la ciudad de La Paz. Un crter gigantesco cuajado de casas en el fondo y en sus paredes y situado al borde de una elevada planicie por la que se desparrama otra ciudad, El Alto, donde el avin acab por aterrizar. Eran las ocho de la maana, dos del medioda para nuestro cuerpo.

    Rescatamos los bultos. Se nos abri el cielo cuando vimos que los hermanos de Mariell, Ivn, Saul y Lizeth haban acudido con un pic-up. Nos invitaron a comer en el Alto. Comimos carne cocida hecha con diferentes tipos de caldo y acompaadas de gruesos granos de maz, patatas y otras negras desecadas. Como tenan que viajar hasta Oruro, una vez que nos acompaaron a cambiar dinero, preferimos esfumarnos. El cambio, redondeando, vena a ser diez bolivianos por un euro. Un taxi por 35b. nos condujo hacia La Paz. No tom la va convencional para descender, sino que baj en picado por unas cuestas increbles que nos mostraron la inmensa ciudad, nunca mejor dicho, bajo nuestros pies. Alucinamos tanto con la sensacin, que decidimos volver a disfrutar de aquella imagen un da por nuestro propio pie. Nos dej en la Calle Colombia donde estaba situado el Onkel-In, albergue que habamos reservado desde Iruea (tf:22914628). Era un edificio en el interior de una galera comercial de tres pisos que casi no conseguimos subir debido al palo de la altitud. No podamos con el cuerpo. Estaba lleno de mochileros jovencitos. Nuestra habitacin con bao era muy amplia y muy luminosa. El precio era 170b con desayuno. Por esa mana nuestra de no descansar, nos tiramos a la calle. Primero investigamos dnde y cmo pillar una tarjeta de telfono. Bajamos al Paseo del Prado y en las oficinas de Tico nos atendieron. Hicimos un contrato por una tarjeta de la compaa recargable e instalada como segunda tarjeta con el 78787508. No pillamos datos pues nos pareci caro y complicado. Ya el primer paseo por la Ciudad nos descubri la gran cantidad de indgenas, de cholas fundamentalmente, llenando los espacios pblicos. Una delicia.

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    Telefoneamos a Carlos Cordero, conocido de Luis, fraile de San Juan de Dios con el que habamos conectado en Buenos Aires, y que se haba empeado en que quedramos con su amigo. La cita fue en la Plaza San Pedro, junto a nuestro Hotel. Carlos apareci en coche con su seora, Beatriz. Aunque era de noche, nos dieron un paseo nocturno por la ciudad explicndonos su constitucin, los ros subterrneos, sus altitudes diversas.... Recorrimos la parte monumental en el entorno de la Plaza de Murillo, el Paseo del Prado, los puentes, la zona del Valle de la Luna Finalmente recalamos en un restaurante de comida rpida. Fueron muy amables. 08-05-2014 En autobs a Cochabamba. A primera hora, tras probar las salteas de la plaza San Pedro, por 15b un taxi nos llev a la Terminal de Autobuses. Por lo visto, no todas las compaas de autobuses cuentan con los mismos vehculos, ni tienen la misma formalidad. Nos haban recomendado El Dorado o Bolvar como las lneas ms idneas para Cochabamba. Nos dirigimos a El Dorado, pagamos los billetes, 25b/p, y nos obligaron a dejar los bultos en la boletera. Accedimos al autobs y partimos. Ascendimos a El Alto donde el trfico, al ser da de mercado, era lentsimo. A medida que nos alejamos, las viviendas de los barrios o pueblos son ms miserables, llegando a ensear una forma de vida dura. No resulta agradable verte como turista contemplando imgenes de cmo vive la gente. Sin proponrtelo estableces comparaciones con tu entorno, tu ciudad, tus calles, tu Centro de Salud, tus Escuelas, tus tiendas, tu casa, tus habitaciones, tus ropas, tu vida. Como en numerosas ocasiones a lo largo del viaje, me sent un privilegiado absoluto. Pens lo impdicamente injusto que resulta que yo, mi hijos, mis nietos, mis amigos por haber nacido e Iruea tengamos asegurada una vida tan extremadamente diferente a la que, todos aquellos, estn condenados. Finalmente fuimos abandonando las zonas habitadas para tomar una de las carreteras ms concurridas del pas que se encontraba en franca reconstruccin. Pero no por tramos, sino en su totalidad. La

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    lentitud, en consecuencia, fue exagerada a lo largo del trayecto. Cuando abandonamos el desvo hacia Oruro la carreta ya no estaba en obras. El recorrido esta flanqueado por perros a ambos lados. La razn es que son unos guarros y tiran, botan, por la ventanilla todo tipo de cosas, sobre todo alimentos, creando un cordn de basura a ambos lados de la calzada. En un pequeo pueblo nos detuvimos para sustituir una rueda del autobs que haba pinchado. Las viviendas que vimos en el pueblo y a lo largo del trayecto eran de lo ms precarias y enseaban la miseria de su interior. Tras un pronunciado descenso, llegamos ya de noche a la ciudad de Cochabamba La sorpresa fue mayscula cuando nos dimos cuenta de que nuestros bultos no haban viajado con nosotros. El chofer habl por telfono y nos anunci que llegaran, con toda seguridad, en el siguiente autobs al que habramos de esperar en torno a una hora. Habamos salido a las nueve de la maana, eran las ocho de la noche. Sentaditos en el suelo, haca menos fro, esperamos pacientemente. Recuperados bolso y mochila, un taxi por 10b nos llev al hotel que habamos reservado en Cochabamba.

    El aupa, C/Espaa 250. (160b), cuenta con un patio verde y luminoso que fue el responsable de la eleccin. Pero las habitaciones dejan mucho que desear y no inclua desayuno. Como en la mayora de los hoteles del pas, varias cosas no funcionaban, pero en este caso no funcionaba la ducha y la habitacin era ciega. Comimos una pizza con una Huari en el bar de al lado y a dormir. 09-05-2014 Cochabamba De par de maana solicitamos cambio de habitacin. Salimos a la Plaza 16 de Septiembre que estaba al lado y constituye el centro de la ciudad. No slo el clima, todo cambia en Cochabamba en relacin a La Paz. Se ven ms blancos, menos indgenas, menos cholas y las mujeres llevan sombreros de paja de ala ancha en vez de bombines.

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    En la misma plaza visitamos la catedral, sacamos dinero y hablamos por telfono con Iruea y con las diversas personas que habamos de vernos. En la Plaza 16 de Septiembre continuamente estn establecidas diversas tertulias o discusiones a cerca de temas sociales y polticos. Las personas hablan, discuten y dan su opinin en diversos grupos. Tambin hay paneles informativos Una seora con aspecto de dirigente partidista se encenda desmesuradamente cuando algunos le increpan por no hacer su discurso sobre Educacin en quechua o aimara. Comentar el hecho nos dio pie a enrollamos con algunos a hablar de Educacin y de las diversas lenguas, quechua y aimara, que siempre haban estado minusvaloradas y relegadas, cuando no prohibidas. Por lo que dedujimos, haba protestas de maestros a los que una nueva ley obligaba a trabajar ms horas. Segn ellos, buena parte del profesorado haba estado trabajando pocas horas, leyendo la prensa en clase para luego dedicarse a clases particulares. Algo parecido achacaban a los mdicos. Tambin afirmaban que buena parte del mundo rural estaba abandonado en Sanidad y Educacin y, en general, aplaudan al nuevo gobierno que estaba pretendiendo mejorar la situacin de los campesinos. Resulta una ciudad curiosa. Se ve tambin gente de mayor nivel econmico, se ven tiendas, cafeteras o discotecas que evidencian otro tipo de gente con ms posibilidades econmicas. Tuvimos ocasin de presenciar varias manifestaciones que evidencian el convencimiento por parte de las gentes ms sencillas de ser sujetos de derecho. Es gratificante presenciar seoras, de edad y, por la vestimenta y aspecto, de escasas posibilidades econmicas, participando en manifestaciones con una dignidad sorprendente. Tiene que ser muy complicado levantar un pas que no tiene una estructura de estado y en el que todo est por hacer. Existe un salario mnimo de 1.400 bolivianos, pero es algo ficticio y la inmensa mayora de la poblacin esta en otra pelcula. Hay agrupaciones de seguros, pero slo en algunos gremios y la inmensa mayora ms desfavorecida carece de seguros. Algunos, supongo los ms pillados que no ganan demasiado, pagan impuestos. Pero incluso stos presentando facturas se liberan Los ricos no pagan. No hay una consolidada estructura de Salud ni de Educacin y buena parte de lo que existe est en manos de la Iglesia que, en mayor medida, se alinea en contra del gobierno. La red de infraestructuras y carreteras es infame. El gobierno puede evitar que les saqueen, puede nacionalizar, puede conseguir recursos de sus

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    minerales, del gas, del petrleo, pero la tecnologa est en manos de sus enemigos. Organizar un pas es complicadsimo. Un pas en el que, adems, la corrupcin ha sido la prctica ancestral. Es muy difcil evitar que entre sus mismas gentes surjan corruptos imitando lo que siempre han visto. Quedamos con Aid, trabajadora de San Juan de Dios y amiga de M Cruz. 10-05-2014 Cochabamba.

    De par de maana en la Plaza de Coln presenciamos la instalacin de puestos relacionados con la ecologa, la sana alimentacin, la medicina natural o los productos estrella del pas como la quinua, cereal de altura de gran valor protenico, el noni, fruta de gran calidad, o la coca que se utiliza para mascar, en infusin y en cocina o repostera. El pas est volcado en promocionar los productos naturales. Ms tarde quedamos con Gloria, monja de Uztarroz y medio pariente de Amparo, que tenamos que saludar. Comimos unas salteas con jugo. Nunca dicen zumo. Lleva ms de sesenta aos en el pas, cuenta con ochenta y cinco y parece que tuviese cincuenta. Tras una vuelta por el mercado, fuimos a descansar al hotel. Como tampoco funciona la bomba del agua, intent solucionarlo. Lo consegu, pero la tapa de loza del depsito se me fue al suelo y se parti. Nos vimos al atardecer con Erika, ex de un amigo. Habamos quedado en ir a cenar a un sitio aparente. Nos condujo a la zona de Recoletas. Saboreamos un Picante de Lengua y Lepping, chuleta adobada con papaya y hecha a la plancha.

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    11-05-2014 Cochabamba Era domingo y habamos quedado por la maana con Erika para ir al mercado de la Cancha, por ms que el da idneo hubiese sido el sbado. Antes dimos una vuelta y fuimos testigos de un par de manifestaciones de lo ms marchosas y dignas. Era gente muy del pueblo, por su aspecto, y desfilan con seriedad y una dignidad que llamaba la atencin. Erika apenas me permiti sacar la cmara. Repeta que es peligrossimo. Saqu algunas fotos y sobretodo unos buenos retratos de una vendedora que se enroll. Lo que ms llam nuestra atencin es la gran variedad de patatas. Cuentan con ms de 300 variedades y 40 de maz.

    Tomamos un truffi. En Bolivia se denomina as a las furgonetas con asientos, que constituyen la casi totalidad del transporte pblico en las ciudades. Tienen recorridos estables que anuncian en el parabrisas. Es un transporte muy barato y asequible. Se detiene cuando lo solicitas y cuando deseas apearte, se lo indicas al conductor y abonas el medio boliviano. En casa de Erika conocimos a sus padres, a Vera Luca, su hija, y ms tarde a un hermano y su familia. El padre, de 90 aos, nos pareci un tipo muy encantador con ganas de conversar. La madre demostr una mente muy lcida. Es a la primera persona que he escuchado analizar el tema de la emigracin de las madres a Espaa con rigor alertando sobre los hijos, sin madre pero con cierto poder adquisitivo, que se

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    maleducan. Se haba currado un plato exquisito. Vera Luca, hija de Erika, no de nuestro amigo, en un principio estuvo un tanto reservada, pero luego se solt y se enroll. Se ilusion con las pulseritas que haba hecho Aroa como todos los nios

    espaoles, aunque all no cuentan con el material adecuado que quedamos en enviarle. Tambin estaba el hermano de Erika, socilogo que trabajaba una especie de fundacin. Nos aport bastantes datos curiosos sobre el pas y sus perspectivas. Era critico con Evo en cuanto que, ms que dedicarse a dar ayudas, debera insistir en la creacin de Escuelas Taller o similares para procurar la formacin profesional y la creacin de empresas para los jvenes. Nos sorprendi tambin su categrica afirmacin de que en el pas hay dinero y que est en crecimiento. Concretamente cit el Alto como uno de los enclaves con mayor crecimiento de Amrica, un 9,8%, anual. Al atardecer, visitamos el descomunal Sagrado Corazn, algo mayor que el de Ro. nicamente merece la vista de la ciudad. Nos llam la atencin la preocupacin de Erika por su hija, por no dejarla sola un segundo por miedo a los secuestros. Echaba en falta la tranquilidad con la que se mova en Atarrabia. Es posible que estuviese hipersensibilizada, pero algunos casos existen y se entiende. Nos despedimos prometiendo que en La Paz, a la vuelta, recogeramos los regalos de Vera Luca. 12-05-2014 De Cochabamba a Oruro Antes de ir a la terminal para tomar el autobs a Oruro, presenciamos un desfile de profesores y alumnos de la universidad, combinado con un desfile militar. Nos result extrao. Tomamos el autobs a Oruro de la compaa Trans Azur, la que nos haban recomendado. Cuando llevbamos en torno a cuarenta y cinco minutos de viaje, el autobs abandon la general y tom una paralela. Se detuvo. Dijeron que se trataba de un bloqueo. Efectivamente a lo lejos se vean pancartas y grupos de

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    personas. El ayudante del conductor fue hacia delante. Al cabo de un buen rato volvi. Llevaramos ms de media hora parados cuando el autobs dio la vuelta, nos devolvi a Cochabamba y nos devolvieron el dinero. Al tiempo que recuperbamos los bolivianos en la boletera, un tipo nos dijo que seguramente saldra el autobs ms tarde. Preguntamos a la que devolva el dinero y nos dijo que dependa de l, refirindose a quien nos lo haba dicho que acab siendo el dueo de la compaa. Efectivamente pronto avisaron que en una hora volva a salir el mismo autobs por una ruta alternativa. Volvimos a comprar billetes, ms caros, y algo de comida para el camino. Tras varios tramos de pista alcanzamos la general ms adelante del bloqueo. Ascendimos nuevamente el puerto flanqueado de perros y basura. En el alto a 4500m haba cado nieve y el fro era intenso. Al atardecer, casi oscuro, llegamos a Oruro. A la entrada llam nuestra atencin un gran nmero de casitas minsculas con cuatro ladrillos y una hoja de lata para techo en un lugar tan fro. Mariell nos estaba esperando. Le saludamos, pero amenazaba lluvia y quedamos para vernos al siguiente da. El taxista nos dej en una zona en la que existan numerosos hoteles y alojamientos que habamos estado valorando. No fue fcil. Llova. Tuvimos que recorrer varios hoteles. Nos advertan de que no haba agua caliente. Slo contaban con agua atemperada. Finalmente nos tradujeron el trmino, como no apta para ducharse. Acabamos en consecuencia, en el Hotel Sucre que de entrada habamos descartado por su elevado precio de 350b. Era como un hotel de los aos treinta venido a menos. Contaba con un muchacho uniformado que abra la puerta. El resto era bastante limitado en relacin al precio. Pero tena agua caliente y calefaccin, algo que agradecimos profundamente. Salimos a la plaza que estaba al lado a cenar algo, antes de pillar con gusto una habitacin caliente y la cama. Haca frio. 13-05-2014 Oruro

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    Habamos quedado con Mariell en el mismo hotel. Desayunamos y, antes de que llegara, fuimos a Turismo, hablamos por telfono y cambiamos dinero.

    Con Mariell, estando con la pequeita, no fue fcil movernos. Tomamos un mate de coca en el mercado. Un taxi nos dio una vuelta por una feria que estaba en el exterior y finalmente nos dej en el Zoo. Era un zoo muy sencillo. Pudimos ver animales del entorno que no conocamos. Visitamos la Virgen del Socavn y una simulacin de galera que tienen montada para turistas. Nos dirigimos ms tarde al palacio de Simon Iturri Patio, personaje famoso en Bolivia. El tipo encontr a finales del XIX una veta de plata. Fue espabilado y se convirti en uno de los mayores potentados de la poca en Amrica. Su palacio de Oruro, tiene otro en Cochabamaba, asombra por los muebles y artilugios de gran valor que fueron llevados all desde Europa por mar y luego en mulas. Sorprendente.

    Comimos en el Bon Bar, restaurante famoso por la Tosta de Cordero. Un asado muy bien hecho. 14-05-2014 Oruro- Uyuni Nuevamente volvimos a quedar con Mariell y su nia. Recorrimos un enorme mercado que se organiza en la parte alta de la ciudad. Tuvimos oportunidad de probar el Api con pastel o buuelo. El Bon Bar estaba cerrado y comimos en otro cuya comida result peor y la higiene deplorable.

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    No existe posibilidad de encontrar un transporte a Uyuni que llegue a una hora prudencial. Nos decidimos por un billete de ejecutivo en el tren que llega para las dos y media o las tres de la madrugada. Los autobuses llegan a las cuatro o cinco. Llamamos por telfono al Hotel Sajama, 70/p con bao, y nos aseguraron que nos esperaran. Cambiamos dinero y subimos al tren. Era bastante cmodo. Nos repartieron algo de comer y una manta para el fro nocturno que no sobraba, por ms que la calefaccin es buena. Todo el mundo haca referencia aquellos das a la oleada de fro que estaba llegando de Argentina. Antes de Uyuni se puede notar la claridad de tierras salinas. Al elevar las persianas vi las elegantes formaciones cristalinas en el vidrio de las ventanillas a causa de la diferencia de temperatura. La memoria peliculera me meti en El Doctor Zivago y me situ en un tren que recorra Siberia. Busqu a mi lado a la bellsima Julie Andrews. Recib una sonrisa de Amparo. Me sonre. De qu te res?, pregunt. No, de nada, repuse. Coment lo de Zivago. Finalmente el tren se detuvo en la estacin de Uyuni. Haca un fro espantoso. Tuvimos que esperar en el andn a que condujeran todos los equipajes a una estancia de la que finalmente pudimos rescatarlos. En Bolivia llevan con seriedad el control los resguardos a la hora de retirar los bultos en cualquier transporte. Un taxi nos llev al Hotel Sajama (70b/p) que estaba muy cerca, pues Uyuni es pequeo. Nos abrieron la puerta y nos condujeron a una habitacin congelada

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    en un patio abierto, congelado tambin. A base de gruesas mantas que parecen de plomo acabamos consiguiendo dormir. 15-05-2014 Uyuni

    Cuando amanece el fro se mantiene, pero ha salido el sol y vamos a desayunar a un restaurante en un primer piso en una mesa orientada al sol. Si te da el sol te quema, pero en la sombra contigua puedes estar a bajo cero. Paseamos por Uyuni. Una feria ocupa la calle principal del lugar. Localizamos la Agencia que nos ha recomendado Paula, pero no abren hasta tarde. Justamente enfrente hay exmenes de oposicin para maestro rurales y observamos cmo van pasando a examinarse y salen eufricos confiando en ganar la plaza de maestros o maestras rurales. A unos felicitamos y a otros animamos. Hablamos finalmente con Edgar, gua bien valorado por Paula, y quedamos en partir a la maana siguiente con l, dejando en la misma agencia los bultos para viajar con lo mnimo. Pagamos 850b por un tour de tres das. Incluye comida, hospedaje y transporte en 4x4, unos 900 km recorriendo el salar y desplazndose hacia el sur hasta la Laguna Colorada y la Laguna Verde al pie de volcn Licancabur frontera con Chile en el extremo sur de Bolivia y dentro del Parque Fernando de Avaroa. Cenamos en una afamada pizzera y volvimos a nuestra heladora habitacin. Esta vez

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    contamos con una estufita de resistencias que dejamos encendida toda la noche y hace soportable la baja temperatura. 16-05-2014 Al Salar A las diez de la maana apareci en la puerta de la agencia un 4 x 4 de otra con cuatro franceses, dos hermanos con un hijo y su pareja. El simptico Edgar no haba podido venir. Nos la haba jugado, completando con nosotros el vehculo de otra compaa que, encima, haba cobrado 100b menos a nuestros compaeros franceses. Los galos no estaban muy dicharacheros. Los pobres iban dando cabezadas pues haban llegado en autobs a las cuatro de la maana y en compaa de perros callejeros haban permanecido a la intemperie hasta el amanecer a varios grados bajo cero. Es sorprendente la escasa visin sobre las posibilidades del turismo de Uyuni. Tal como lo tienen organizado, la gran mayora de los transportes que llegan de Oruro, La Paz, Sucre llegan de las dos a las cinco de la madrugada. Todo est cerrado, no existe una estacin de autobuses, ni un espacio en la estacin de tren, ni un lugar en el que permanecer.

    El viaje al salar puede ser de un da para conocer el Salar o de tres, como en nuestro caso, para recorrer el Salar y acceder al parque Fernando de Avaroa. El recorrido inicial es el mismo. Todos los todoterrenos llevan la misma ruta. Los guas-cocineros, en general, no son gente preparada, el nuestro en absoluto, para explicar y echarle un poco de vidilla al viaje.

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    Inicialmente, para proporcionar variedad y llenar el tiempo, te llevan a un cementerio de trenes abandonado que carece de valor alguno. Se visita un pequeo pueblo de trabajadores de la sal. Es una empresa, por llamarle de alguna manera, muy pequea que, supongo, embolsa una cantidad ridcula de sal.

    Acaban conducindote por fin al salar que, presidido al norte por el Volcn Tunapa, se abre en una blanca e inmensa llanura de 10.582 Km, Navarra cuenta con 10391. Es impresionante, aunque tampoco es posible apreciar su tamao. Sera necesario elevarse para apreciar sus proporciones.

    Es inmenso. Los todoterrenos se deslizan por la planicie blanca a lo largo de kilmetros. Se detienen en una especie de construccin de sal. Posteriormente la parada prolongada, comida incluida, tiene lugar en Incahuasi o Isla del Pescado. Efectivamente, en aquel mar blanco uniforme y plano, cobra sentido denominar isla a una elevacin prominente y tapizada por una frondosa vegetacin de cactus. Abonando la entrada al parque se puede acceder a lo ms alto de la isla desde donde se aprecia mejor el salar, una planicie impoluta e inmensa rodeada por un horizonte muy lejano apenas perceptible.

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    Posteriormente unos retornan a Uyuni y el resto abandonamos el Salar en direccin sur. Atravesamos tierras planas con alguna diminuta poblacin dedicada al cultivo de quinua y la cra de llamas. Llegamos al Hotel de Sal que est construido mediante bloques de sal bien ajustados sin grieta alguna y con techo de paja. A pesar del considerable fro, resulta relativamente acogedor. Nos sirven un t, nos instalamos, nos duchamos. Ms tarde a cenar. La agitada revolucin de mis tripas me recomiendo no cenar y me limit a t. A la noche, guiado por mi frontal, hice sucesivas visitas al servicio. Aunque haca mucho fro, era menos de lo que haba supuesto. 17-05-2014 Hacia la Laguna Colorada Tras una noche movidita, retomamos la marcha. Me limit a t en desayuno. Compramos a la seora de una tienda unas pastillas oscuras, de carbn dijo ella, para aplacar mi intestino cuando se hubiesen acabado las que me haban dado los franceses. Las de fortasec permanecan en el bolso habamos dejado en la agencia de Uyuni.

    La pista fue tomando altura por un altiplano puro y duro, casi desrtico, con pequeas matas amarillas. Los altos estn ocupados por volcanes, alguno activo como el Ollage, y elevadas montaas cuyas laderas blancas de azufre que descienden desde sus altos parecen nieve.

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    Nos detuvimos en la laguna Caapa. El hielo que la invada haba hecho que la mayora de los flamencos hubiesen huido a lagunas ms bajas. Observamos algunos. Me sirvi para abandonar una prolongada deposicin.

    Fuimos descendiendo por sucesivas lagunas. Nos detuvimos en algunas. En la Hedionda, 4.200m., se haban agrupado los flamencos y pude sacar alguna foto.

    En un desfiladero descendente nos detuvimos a comer. Pudimos observar un curioso tipo musgo desconocido y vizcachas, especie de libre del altiplano. Dej otro generoso recuerdo pictrico. Siguiendo ruta nos topamos con una zona prcticamente desrtica con unas formaciones de piedra que parece hubiesen sido arrojadas desde el cielo sobre aquel elevado desierto. La ms afamada y fotografiada es El rbol de Piedra. Tras otra larga tirada llegamos a la Laguna Colorada, una amplia laguna que se caracteriza por los diferentes tonos de rojo. Una maravilla. En aquel momento los rojos alternaban con el blanco del hielo, y cobijaban una populosa colonia flamencos. Finalmente recalamos en uno de los denominados hoteles de adobe de una pequea poblacin. No s cmo eran el resto, supongo que por el estilo. El nuestro, Las Rocas, era muy precario. Tena un par de habitaciones grandes con varias camas y un corredor helado con una mesa. Estaba a punto de oscurecer y el fro desaconsejaba aventurarse por el exterior. Una nia jugaba cerca de la casa con su llama beb. Saqu alguna foto mientras Amparo se duchaba en un peculiar bao donde un tipo a base de lea va calentando agua. Tras cenar, yo mi t, pasamos al dormitorio que compartimos con los cuatro franceses. El fro era intenso en el

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    habitculo, fuera descendera aquella noche a quince bajo cero. Me met en la cama acojonado pensando en el nmero visitas que iba a tener que hacer al servicio, situado a la intemperie. Envuelto en forros me met en el saco, bajo un montn de mantas de plomo. Dorm bien. Por miedo al fro, o por lo que fuere, no me vi obligado a saltar de la cama. Amparo, en cambio, no slo no consigui pegar ojo en toda la noche, sino que se puso muy nerviosa y acabara escuchando con gran alivio el temprano, 4:30, canto del despertador.

    18-05-2014 A la Laguna Verde y vuelta a Uyuni. Me despert sorprendido de no haber tenido que correr a la taza. Varias horas antes de amanecer, nos habamos levantado y estbamos desayunando. Dicho as parece madrugn, pero teniendo en cuenta que oscurece para las seis o seis y media y que para las ocho o as ests largo en la horizontal, no es para tanto. En el desayuno me estren con algo slido, adems del t. Partimos en plena oscuridad y ascendimos hasta llegar a los giseres. Con los faros observamos las fumarolas que la tierra escupe violentamente hacia un cielo azul marino muy oscuro con una luna fulgurante. Cuando empez a clarear, retomamos la marcha.

    Llegamos al borde una especie de lecho de un ro del que surgen infinitas fumarolas pequeas y difusas que le confieren un aire fantasmagrico. Finalmente nos detuvimos en una piscina artificial envuelta en vapor. El gua plante quedarnos a baar en vez de ir a la Laguna Verde que, supuestamente, estaba completamente helada. Insistimos en ir y dejar el bao para

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    la vuelta cuando el sol se hubiese levantado un poco. Acertamos, porque la mayora visitantes se detuvieron para baarse.

    En el acceso hasta la Laguna Verde que est al pie del volcn Licancabur, frontera con Chile, pasamos por el desierto de Dal y unas zonas no s si hermosas, pero con seguridad sorprendentes. Al final la laguna verde no estaba tan helada y me pareci hermosa con el reflejo del volcn entre espejos azules y zonas heladas.

    De vuelta disfrutamos del bao. Cuesta quitar la ropa a varios grados bajo cero viendo toallas y bikinis tiesos como tablas en las cuerdas de tender. Pero entrar en un agua a 38 grados fue un regalo y una grata experiencia.

    A partir de ah, se trataba de volver a Uyuni. Descendimos. Nos detuvimos en un pequeo pueblo a observar llamas. Luego a comer. Dimos un paseo por San Cristbal y alcanzbamos Uyuni a eso de las cuatro de la tarde. Aunque contbamos con billetes para las ocho, tenamos la oportunidad de tomar el autobs a Potos de las cinco y media. Corrimos a la agencia para recuperar el equipaje. Cerrada. Llamamos por telfono y no hubo manera. Nos tomaron el pelo de mala manera. Como estbamos muy disgustados con su comportamiento, fuimos de lo ms serios a la hora de exigirles que viniesen a abrir. Algo que finalmente conseguimos.

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    Muchas veces tienes la sensacin de que en nuestra relacin con gente de latinoamericana existe un cierto desencuentro. Nos da la sensacin de que nunca acaban siendo legales del todo y nunca acaban contndote la pelcula como es, sino que cuentan cmo les interesa y la parte de la pelcula que les interesa contar. Despus de muchos nervios y una veloz carrera con los bultos, conseguimos acceder en el ltimo instante al autobs que nos llevara a Potos. En el asiento posterior al nuestro viajaba un tipo con aspecto de borrachn con su perro. Al cabo de varios kilmetros el perro se cag, vomit Algunas seoras se quejaron y el ayudante del conductor le ech la gran bronca. Eso s, con un delicadeza admirable. Cuando el tipo se baj en su parada con su perro, el ayudante del conductor le hizo subir nuevamente a limpiar. Actitud encomiable del responsable del autobs, aunque la limpieza acab siendo de aquellas maneras. Ya haba oscurecido cuando alcanzamos la antigua estacin de autobuses de Potos y un taxi nos condujo al hotel El Turista (6222492), en el que habamos reservado habitacin. Habitualmente reservbamos por telfono el hotel que, mediante la gua o internet, nos pareca ms adecuado, sobre todo si bamos a llegar tarde, algo que acababa siendo casi siempre. Cenamos, tambin de aquellas maneras, en el nico sitio que pillamos abierto. 19-05-2014 A Potos El Turista (240b con bao y desayuno) est muy bien situado en la Calle Linares a cuadra y media de la de la Plaza 10 de Noviembre. Cuenta con un encantador aire decadente y quienes lo regentan son de una amabilidad extraordinaria que suena ms a pelcula que a realidad. Dimos una vuelta por la ciudad. Buscamos la Cooperativa o Sindicato minero que haba posibilitado a De la Fuente la filmacin del corto Mineritas, primer premio en los Goyas. Visitamos diversas cooperativas sindicales de mineros. Finalmente dimos con la Unin de Cooperativas Mineras en la Calle Bolvar. Nos atendi una mujer muy enrollada, pero no pudimos dar con la gente relacionada con De la Fuente. La citada y otro sindicalista de los que ms parecan

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    pintar, que dijo haber participado en la guerrilla cuando joven, se interesaron por el corto. Igualmente estuvieron intentando dar con alguien que poda acompaarnos al interior de una mina, pero no consiguieron dar con l. Quedamos en que intentaran localizarlo para despus de comer. A la salida presenciamos otra manifestacin femenina de mujeres mayores, serias y de energa desbordante. Nos haban recomendado el men en La Mam, frente al lateral izquierdo de la Casa de la Moneda. Result excelente, pero requiere puntualidad, pues acuden los currantes y stos paran de 12 a 14. Compartimos mesa con una madre, gua turstica de la ciudad y sus dos hijos. Volvimos a la Unin de Cooperativas, pero no haban dado con el gua y decidimos buscarnos la vida con el tipo de la agencia que haba llevado a Paula. Segn sta, un chaladuti. Quedamos para la maana siguiente. Preguntando por un locutorio en una tienda, el comerciante quiso saber de dnde ramos. Al saber que de Iruea corri a buscar una chapela que se puso todo sonriente. Era de origen libans pero haba estado en San Fermn. Inmediatamente llam a un amigo de Pamplona que, dijo, tena un bar en la calle Hoyos, el 4060. Quedamos en ir a cenar. Visitamos la catedral en la que un gua excepcionalmente cachondo nos fue relatando las maravillas del recinto. No es el tipo de arte que ms aprecio, pero es excepcional la vista desde su torre sobre la ciudad y sobre el Cerro Rico que la preside. Eso s, ascender a la torre que con nuestra nula adaptacin a la altitud nos supuso un exagerado esfuerzo. El dolor de cabeza lo solucionamos con las grageas, sorajiphills, que venden y funcionan bien, pero no conseguimos solucionar nuestra incapacidad para realizar esfuerzo alguno, ni librarnos de la desagradable sensacin de no poder acabar de llenar los pulmones. El 4060, denominado as por su altitud exacta, es un bar amplio, muy limpio, con un buen servicio y, algo fundamental en Potos, muy caliente. Todo ello y una buena comida hace que sea muy difcil pillar una mesa, pues todos los extranjeros y muchos de los bolivianos que se lo pueden permitir se pelean por ocuparlas. Es un buen negocio regentado por Abel, su seora boliviana y, en alguna medida tambin, por su hermano, no Can, sino ngel que tiene varios negocios fideos, minas... Abel lleg all hace 45 aos y pronto fue seguido por su hermano. Aunque son nacidos en Soria, vivieron en Pamplona y tienen aqu su familia que visitan con frecuencia. Cenamos y estuvimos un rato muy agradable con ellos.

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    20-05-2014 Potos De par de maana fuimos a la agencia para visitar la mina. Por lo que pudimos ver, la inmensa mayora de las visitas tursticas se realizan a una mina, preparada a tal efecto, en la que se concentra la mayor parte de los turistas. El tipo que nos lleva tiene la ventaja de que lleva grupos ms pequeos, a una mina posiblemente ms chiquita y precaria y, por lo mismo, ms autntica. No obstante entra en los mismos mecanismos de comprar coca, dinamita y jugos. Tras vestirnos con unos viejos ropajes y botas, nos reparti unos frontales y nos llev a comprar la coca, la dinamita Luego, a la bocamina. All se peg un sermn sobre la necesidad de ir atentos, obedecer al jefe, que era l, y un montn de txorraditas ms para darle morbillo al asunto. La mina, de estao, cuenta con una galera escavada para la anchura de las vagonetas y la altura adecuada a los bolivianos que generalmente no pasan del 160 o 165. De tramo en tramo hay un espacio ms amplio escavado a uno u otro lado de los rieles en los que puedes situarte sin interferir el paso de la vagoneta. Por ello es necesario pasar rpidamente de espacio a espacio para no estorbar la marcha de las vagonetas. Tampoco es necesario correr como desaforados y a gritos, como pretenda nuestro gua para generar emocin. Como vea que nosotros no le hacamos demasiado caso, estaba un tanto mosqueado. Posiblemente por eso, apenas abandonaba el ingls en sus explicaciones. Tampoco, por lo visto, en ideas coincidamos. Una de las supuestas atracciones ofertadas a los visitantes era la posibilidad de comunicarse y charlar con los mineros, pero los compaeros apenas hablaban castellano. Habindonos parado a charlar con un minero, precisamente el presidente electo para aquel ao en la Cooperativa, nuestro gua explic en ingls que la mala situacin de la minera en general era responsabilidad de Evo y su gobierno. Le ped que lo tradujera y, cuando le escucho el minero, repuso que la responsabilidad de la mala marcha de las minas era de los que controlaban, y siempre haban controlado, todo en Potos. Nuestro gua pretendi desviar la conversacin. El minero entonces, no slo habl de ofertas de negocios que haban sido rechazados en la ciudad, sino que cit los apellidos de cuatro familias responsables. Inmediatamente tuvimos que despedirnos pues la visita continuaba. Nos detuvimos un rato en uno de los pozos que extraen el mineral. Los mineros se quejaban de falta apoyo tcnico a las cooperativas en orden a descubrir las vetas ms ricas y orientar adecuadamente las excavaciones. Para rematar la visita visitamos al To de la mina. Figura que, al margen de sus orgenes, ha representado lo original del pueblo indgena contra sus explotadores.

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    Me parece que no tiene sentido acudir a una mina, como quien acude a un circo a ver cmo se trabaja en unas deplorables condiciones En todo caso, comprar coca, refrescos, dinamita chucheras para los hijitos de los mineros me parece una aberracin. Posiblemente es la manera de mantener el negocio de las agencias que llevan, el de quienes venden y un beneficio para quienes reciben los donativos. Sin embargo, si alguien pretende ver la mina, a pesar de todo, posiblemente merece la pena soportar la zumbado militaroide con el fuimos que ir en procesin a un espectculo an ms circense. Posiblemente un corto como el de Mineritas posibilita un acercamiento a la realidad y la empata mejor que un visita de turistas. A la salida comimos una pizza y entramos a ver la Casa de la Moneda. Me qued con la impresionante maquinaria ideada para ir adelgazando los lingotes y llevada por piezas de Cdiz a Ro de la Plata y de all en mula a Potos. Nuevamente cenamos en el 4060 que continuaba estando petado. 21-05-2014 A Sucre Si habamos llegado a una vieja y chiquita estacin de autobuses, la partida fue de la estacin ms elegante que vimos en todo Bolivia, una estacin nueva de forma circular. Los autobuses eran igual de precarios. Tomamos uno familiar que nos haba de llevar a Sucre. Nos habamos despistado a la hora de reservar por telfono una habitacin en el Recoleta Sur y tuvimos que alojarnos en el Hostal Cruz de Popayan, (168b) en la misma calle Loa ms adelante. Nos dieron una habitacin en el piso de arriba que estaba bien. Nos acercamos a la Plaza 25 de Mayo y cenamos una pizza en un local agradable. 22-05-2014 Sucre De maana nos dirigimos de nuevo a la Plaza 25 de Mayo. Visitamos la Casa de la Libertad, donde precisamente un 25 de Mayo se firm el Acta de la Libertad y donde guardan todos los recuerdos y datos referentes al evento y los luchadores que lo posibilitaron. Atravesando el Parque Bolvar, nos dirigimos al Hospital Psiquitrico de San Juan de Dios para saludar a una amiga de Mari Cruz. Era la hora de comer y buscamos un afamado restaurante situado a la derecha del fondo del parque que nos haban recomendado dos hermanos que estn en el hotel con nosotros. Son naturales de Jan. Ella est en la Paz con su mozo y l trabaja en California como profe de espaol. El restaurante era esplndido. La comida estaba muy bien y en concreto el plato que pedimos porque nos haban recomendado. Tampoco se quedaba atrs el amplio bufet de ensaladas que pudimos disfrutamos.

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    Por la tarde llegamos a pie hasta Recoletas y, siguiendo tambin las indicaciones de los jacetanos, visitamos el Museo Textil que nos gust mucho. La vista desde Recoletas tambin est bien. De vuelta volvimos a pasar por la Plaza 25 de Mayo. Habiendo observado cierto revuelo en el Palacio de Gobernacin, preguntamos y supimos que el presidente estaba descansando en su interior e iba a salir de un momento a otro a inaugurar una escuela. Amparo se neg a separarse de la puerta y, a pesar del fro, nos quedamos haciendo guardia un par de horas. Finalmente con toda sencillez sali para dirigirse al coche que le esperaba saludando con simpata a quienes estaban all. Entre ellos Amparo que le salud efusivamente y qued transportada a causa de su altura, de su simpata, de su efusividad y del perfume que emanaba su presencia. Una cholita muy mayor lloraba a mi lado mirando a su presidente. No supe si de la emocin que le haba proporcionado su presidente con el efusivo saludo que le haba regalado o porque no haba conseguido captar con su mvil, perdn con su celular, a Evo Morales. Tampoco yo consegu demasiadas fotos, pero s algn retrato decente. Fuimos a la habitacin del hotel y en la televisin local estuvimos viendo al presidente en la inauguracin de la escuela. Escuchamos al Alcalde de Sucre, al gobernador de Cuchichaca y a Evo. Todos hablaron bien. Son buenos en la oratoria, algo que aqu ha desaparecido. La claridad, organizacin del mensaje y poder de comunicacin del discurso del gobernador me parecieron admirables. Ningn congresista espaol se le parece ni de lejos. 23-05-2014 Sucre En orden a la conmemoracin de la independencia, el 25 de mayo se montan unos majestuosos desfiles. Tocaba a los escolares infantiles que, desde el punto de la maana vestidos de trajes regionales, desfilaban graciossimos colegio a colegio, seguidos de sus orgullosos profesores que desfilaban igualmente con sus mejores galas. Nos encontrbamos en una acera rodeados de padres y abuelos, los abuelos son de cuarenta o cincuenta tacos, esperando la llegada de su querido escolar, lgicamente el ms guapo de Bolivia. Alrededor de los nios bailan heladeros, vendedores de algodn azucarado y sobre todo fotgrafos profesionales con su artilugio polaroid colgado en el que introducen la tarjeta y rpidamente escupe el careto del nio que su padre acaba de sealar. Despus de un buen rato, fuimos a mirar algn anillo para Maitane, cambiamos dinero Comimos en el mercado de la ciudad al lado de una anciana que coma una sopa en la que bailan tres patas de gallina y cuyo plato, sorprendentemente, es ms caro que nuestro. En el mismo lugar donde habamos cambiado dinero que era tambin agencia de viajes, planteamos la posibilidad de autobs para Santa Cruz. El tipo nos recomendaba, dados los bajos precios, el avin. Baraj la posibilidad de ir a Tarija y posteriormente a Santa Cruz. Aunque no habamos planeado visitar Tarija, al suponer que sera bastante similar a la zona de Salta que ya conocamos, decidimos

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    tomar billetes de autobs para Tarija y un pasaje de avin dos das ms tarde de Tarija a Santa Cruz. Esa tarde noche, nos lo haban recomendado los hermanos de Jan, acudimos a Orgenes una representacin instalada en un teatro en la que unos buenos profesionales de la danza folclrica presentan un recorrido por todo el rico folklore de Bolivia. Estuvo muy bien. Precio 190b/p 24-05-2014 Sucre y viaje a Tarija. En el hotel desayunamos junto a un tipo que result ser profesor y nos enrollamos. Nos pregunt qu nos haba parecido Bolivia y a partir de ah se abri una grata conversacin. Se vio encantado cuando le confiamos nuestra sensacin de que, al margen de los aciertos o desaciertos del gobierno, se perciba que la gente haba recuperado la Dignidad con mayscula. Al final de la conversacin, porque haba de tomar un avin, nos pregunt de dnde ramos y respondimos que vascos. Ahora me explico tamaa empata, concluy. Era ltimo da en Sucre. Llamamos por telfono. Presenciamos alguno de los desfiles. Ese da eran alumnos de secundaria. Tambin de lo ms elegantes y marchosos delante de las bandas que a nuestro pesar interpretaban msica militaroide que aportaba un aire rancio al desfile. Intentamos visitar una Iglesia en la que se poda subir al tejado, visitamos una exposicin asombrosa de una empresa de chocolate. Visitamos igualmente el cementerio con sus sorprendentes figuraciones ante los nichos, juguetes para los nios, bebida y copas para los adultos. Visitamos nuevamente los puestos de anillos y el mercado con sus infinitas variedades de patatas y sus frutas. Tomamos unos suculentos batidos y compramos fruta. Al final compramos algn anillo para Maitane, uno de cultura Jalka. Por la tarde seguimos en la tele del hotel el partido Bara Real Madrid teniendo que soportar los saltos de alegra del dueo del hotel ante la imposicin de los merengues. A buena hora nos encaminamos a la estacin de autobuses a pillar nuestro autobs a Tarija, 120b/p. No pensbamos que fuese como los autobuses argentinos, pero tampoco un cacharro como el que nos encontramos. Como el personal iba con su manta, decidimos comprar una, temamos congelarnos. Algo ms tarde de las ocho se puso en marcha el renqueante autobs. Haban hablado de un bloqueo a hora y media de all que habra que salvar por un ro Afortunadamente nadie sali a la carretera. bamos tan contentos y calientes con nuestra mantita, cuando el autobs se detuvo. No supimos qu pasaba. Al tiempo apagaron las luces. Aparecieron el conductor y su ayudante, habitualmente van en un compartimento separado del resto del autobs, levantaron el suelo bajo los dos primeros asientos del autobs e iniciaron su trabajo de mecnicos casi a oscuras. Amparo les estuvo desde su posicin aportando luz con su frontal. Tras un rato de trabajo y meneo de llaves, desaparecieron. Nadie dijo nada. Ni una explicacin, ni una protesta. Todo el mundo mudo eso que iban varios bebs y nios pequeos. No bamos a ser

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    nosotros, precisamente los espaolitos, quienes iban a exigir aclaraciones. Al cabo de una hora sin noticias, y viendo que algunos paseaban por la carretera, descend a ver si me enteraba de algo. Supe que conductor y ayudante haban partido con la caja de cambios desmontada en busca de un soldador. Pens que no era tarea fcil un sbado de madrugada solucionar un tema as. Al cabo de cuatro horas aparecieron con el tema solventado, montaron la caja cambios y proseguimos la ruta. Eso s, con cinco horas de retraso. 25-05-2014 Tarija. Fatdico acontecimiento Tras parar en un pueblo a mear alcanzamos Tarija. No tan temprano como estaba previsto, sino a las diez de la maana. Nos dirigimos al hotel Zeballos en la calle Sucre, 46642068, (170b). No era una maravilla, pero nos servira de guarida aquellos das. Dejamos los bultos y nos tiramos a la calle decididos a conocer la ciudad. Era domingo y todo estaba vaco. Por nuestra misma calle, Sucre, a una cuadra de la Plaza Central, Luis de Fuentes y Vargas, se nos acerc un muchacho que dijo ser argentino preguntando por inmigracin. Le dijimos que no tenamos idea y seguimos. A los pocos metros nos abord un tipo alto trajeado, nos ense su credencial de polica y afirm que estaban haciendo un seguimiento a extranjeros, dado el aumento de stos que acuden a Bolivia a realizar pornografa infantil. Aadi que tena que conducirnos a la Oficina de Inmigracin a controlar los pasaportes. Par un taxi y nos introdujo a nosotros y al supuesto argentino tambin. Dijo al taxista que a la Oficina de Inmigracin y el vehculo arranc. Enseguida el poli que estaba en el asiento de adelante, se dio la vuelta y me pidi la mochila. El coche se detuvo. Sacando la cmara dijo que habra que revisar las fotos por si contenan fotos de nios. Igualmente revis mi costera y afirm que habra tambin que comprobar si el dinero era legal. Mir igualmente la mochila de Amparo. Ola las mochilas, supuestamente, por si contuviesen, o hubiesen contenido, droga El supuesto poli de repente dijo que ya estbamos revisados y que se iba a llevar detenido al argentino. Fue metiendo en la mochila que haba vaciado en su asiento de adelante la funda del objetivo y la funda de la cmara. En la mochila de Amparo meti precipitadamente mi costera y los pasaportes. Nos tir todo a nuestro asiento. Repiti que estbamos revisados y nos empujaron a la calle. Nos vimos en sta a la puerta de un bar. Comprobamos entonces que falta la cmara, el mvil y el plstico con mi dinero. Inmediatamente el tipo del bar llam a la polica. Estbamos desolados pues faltaba la cmara nueva con su objetivo, no el que iba aparte, ms 1500, ms 240&, ms algunos bolivianos y el mvil que no vala dinero, pero tena muchos datos. Lleg un coche de polica que nos condujo a la Comisara de la calle Coln. Contamos lo que sucedido. El polica que se hizo cargo del caso nos fue pasando fotos de los supuestos cacos que operan de la manera que nos haban robado. All otro muchacho de Tarija que haba sido vctima esa misma maana de

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    un robo bastante similar. Al final le haban puesto el chuchillo en la tripa y haba soltado la pasta para salvar el pellejo. Pensamos que uno de las fotos era el caco que se hizo pasar por polica, aunque, como le dijimos, en la foto apareca ms gordo y con el pelo de diferente manera. Amparo hizo la declaracin. Yo mientras intent con otro polica ver si podamos localizar el mvil, mediante un sistema de localizacin que tiene, pero no lo conseguimos. Salimos de aquella comisara de los aos cuarenta del pasado siglo casi a oscuro. Salimos con la moral en los pies y la autoestima bajo tierra. Salimos con la conciencia de haber sido engaados, de haber sido incapaces de darnos cuenta de que nos estaban engaando. Salimos con la conciencia de ser muy vulnerables. Pero igualmente con la conciencia de haber contado con la suerte de no haber reaccionado en el coche y haber acabado con alguna avera ms gruesa. Salimos tambin con la duda sobre si seramos capaces de superar el sopapo. Fue el momento de los y si no hubisemos Y si hubisemos Y si no hubisemos Y si hubisemos Y si Y si Luego viene el momento de asumir que te han engaado, que lo han hecho muy bien, que han sido rpidos, sorpresivos y muy expeditivos para no dar opcin a reaccionar. Tampoco era difcil creer la pelcula inicial, algo muy similar nos haba pasado en Irn y era poli de verdad. Inmediatamente vuelves a pensar que ms vale que no has reaccionado, pues podas haber acabado con una cuchillada, como el joven de Tarija. El palo no te lo quitas de encima y vas muy cado. El hecho de ir los dos solos, no poder hablarlo con ms gente supone una dificultad aadida. Fuimos a comer, cenar ms bien, algo al Gattopardo. All un tipo, cuando dudbamos qu beber, nos recomend una Huari. Entablamos conversacin y le relatamos lo que nos haba sucedido. Prometi echarnos una mano y nos dio su telfono para que le llamramos al siguiente da. Volvimos al hotel. Tambin relatamos lo sucedido. Todos se extraaban de que pasen esas cosas en Tarija. Mandamos desde el pequeo ordenador un correo a los amigos contando lo sucedido. Contarlo nos hizo bien. 26-05-2014 Tarija De par de maana fuimos a dar aviso del robo del mvil y a solicitar una nueva tarjeta SIM de Tico, la compaa de telfono boliviana. Compramos un mvil barato para poder funcionar. Luego nos presentamos en la comisara. Dijeron que la tarde anterior el ordenador haba dado seal del mvil junto a una iglesia, que haban ido y que nada. Me pareci extrao, pero no nunca podr saber. No hay ms novedades. Parece ser que el procedimiento es que pase la denuncia a la fiscala y el fiscal a quien le corresponda abra el proceso volviendo a lo de las fotos Pero

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    all no parece moverse nada. Llamamos a Fernando el tipo que haba prometido ayudarnos. Vino con su moto. Despus de insistir e insistir, dijeron que lo haban mandado a la fiscala. Fernando me llev en su moto a la fiscala. Amparo se qued sola en la acera de comisara. En la fiscala nos aseguraron que no haba llegado, que esperramos. Lo hicimos hasta que lleg la hora de comer, las doce, y cerraron. Entonces fuimos a la oficina del capo de la polica que Fernando conoca por vecindad. Nos recibi, telefone y nos asegur que ya lo haban llevado por la maana a la fiscala. Volvimos a Comisara. Con Amparo fuimos a comer al mercado y volvimos a la fiscala a las tres. Haba llegado la denuncia despus de comer y la iban a rifar entre los fiscales. Esperamos. Cuando finalmente fue adjudicada a un fiscal nos dijeron quin era y en qu comisara tena su despacho. Fernando pidi el coche a su seora y salimos hacia all. Esperamos varias horas a que apareciese. Al final su secretaria nos dio unos papeles para llevar a la comisara en la que habamos denunciado, la de Coln, y en la que a la maana siguiente tendra lugar el acto oficial con el fiscal. Tenamos inters de dejar el asunto atado, en la mayor medida posible y no retrasar nuestra partida, como pretenda el fiscal. Necesitbamos abandonar la comisara y la ciudad por salud mental. Por la noche las respuestas a nuestra demanda estaban en el correo. Es puto dinero Lo principal es que estis bien Echarle moral y para adelante Esos nimos de los hijos, de los amigos fueron fundamentales para no pensar en zanjar el viaje y decir A Iruea y se acab 27-05-2014 Tarija y a Santa Cruz de la Sierra Nuevamente estbamos a las ocho de la maana, antes que los policas, en la Comisara. Pude hacer mi declaracin. Apareci el fiscal y nos corroboramos en la declaracin ante l y el abogado del ministerio pblico para el supuesto acusado. Hablamos con l de la posibilidad de dejar poderes a alguien para continuar con el proceso. Acabada la comparecencia, fuimos, acompaados de Fernando, a un notario para el trmite de dejar poderes a alguien. ste nos dijo que necesitbamos un abogado que nos preparara el documento. Nos dirigimos al bufete de una abogada ya mayor, pues casi todos estaban cerrando para comer. sta nos redact el papel para el notario y nos encamin a Mara, una espaola que regenta una agencia de viajes. Como todo estaba cerrado, fuimos a saludar a la tal Mara. Era una mujer de Len algo ms joven que nosotros que llevaba all su vida. Una hija suya era cnsul honoraria de Espaa en Tarija. Nos pareci muy maja. Nos recomend dejar todo en manos de un abogado. Ella misma conoca a uno, tambin Fernando lo conoca, de total honestidad y confianza. Lo llam y quedamos con l. Nos presentamos en su despacho. Mir el documento, nos condujo a un notario vecino y dejamos todo asegurado. Apenas nos cost dinero el documento en el notario y l nos dijo que lo tomaba como un favor a Mara y que no pensaba cobrar. En todo caso nos pareci un tipo muy normal y posiblemente la persona ms cuerda o con la que pareca ms fcil entenderse de toda aquella pelcula.

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    Un bocadito y corrimos al hotel para coger las mochilas y correr al aeropuerto. Estbamos cargadsimos de la historia y con absoluta necesidad de desaparecer. Habamos recibido por el correo ms nimos de los hijos y amigos a quienes habamos comunicado nuestra desgracia. Tengo que insistir que aquellos nimos fueron absolutamente fundamentales para darle la vuelta al asunto. En general repetan que pensramos, que todo era dinero o dinero y hierros, como me deca uno de mis amigos foteros. Luego cuando lo piensas ms en fro te preguntas si puedes gritar as tu desventura cuando uno de tus amigos volvi de Venezuela con la mdula partida o viven en situaciones muchsimo ms dramticas y no fruto de algo que te has buscado sino de situaciones que la vida te impone. Es necesario insistir y recalcar lo mucho que suponen esos nimos de tus amigos que estn lejos. Precisamente eso te hace darle la vuelta a la pelcula y, a pesar del gran esfuerzo que supone, ponerte a intentar seguir. De alguna manera lo que te pide el cuerpo es decir, Ha salido mal. Punto. Que le den por el riau a Boliva y a los bolivianos. Adelantamos el vuelo y nos volvemos a la encantadora Iruea. All todo est limpio y ordenado, nunca estaremos a 15 bajo cero, no sufrimos la altura y ahora mismo se disfruta de una agradable primavera con el verde de las hayas recin estrenado El avin de BOA, 326b/p, nos sac de Tarija por la tarde. Una tripulacin encantadora nos acompa la hora de vuelo que tardamos en aterrizar en Santa Cruz de la Sierra. Nos dirigimos al Jodanga, un albergue un poco separado del centro que tena buena pinta. Estaba lleno de jovencitos que, salvo algunos argentinos, nos parecieron estpidos. Preferimos hoteles, que an quedan en Bolivia, un tanto decadentes que frecuenta gente del pas. Sin duda hubisemos encontrado mejores en el centro por 180b con desayuno y bao compartido. No tenamos nimo para buscar, menos a la hora que llegamos. 28-05-2014 Santa Cruz de la Sierra Salimos de maana hacia la estacin de autobuses. Nuestro objetivo era encontrar un transporte a Puerto Villarroel de donde tomar un carguero que nos permitiera viajar en cubierta para ir serpenteando la selva por el Marmor hasta Trinidad. Recorrimos todos los departamentos y todas las compaas. Nada, no hubo forma de dar con quien nos llevara. Fuimos fuera, de donde salen los trufis (furgos) en todas direcciones. Tampoco. Finalmente nos indicaron una agencia prxima en la que era posible. Estaba cerrada y en el hotelillo de al lado nos dijeron que suelen abrir de vez en cuando. Tuvimos que abandonar pues habamos quedado con una moza de Donosti que trabaja en una tienda de platas. Se trataba de una cita preparada por Luis, el fraile de San Juan de Dios al enterarse del robo. Comimos con ella. Es una mujer

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    maja. Esta separada y vive con dos hijos que viven con ella. Fue con la editorial Santillana a Latinoamrica y se qued. Cerca de su tienda nos recomend una agencia, lamos. Son unos muchachos jvenes bastante majos. Nos desanimaron de la idea de Puerto Villarroel y nos aconsejaron ir a Trinidad, de donde sera ms fcil encontrar un transporte fluvial hacia el Amazonas por el Marmor. Todos tienen en su mente el Flotel Reina de Enin donde van los turistas por el ro. Pero no estbamos dispuestos a ir con un rebao de anglos. Ahora a mirar el video, luego todos a pescar piraas, todos a visitar el poblado de, despus todos a contemplar la puesta de sol Por la misma razn que no estamos dispuestos a ningn viaje organizado exclusivamente para el turista, como el de Rurrenabaque o la bajada en bici por la antigua carretera de los Yungas. Somos raros. Despus de las horas intentando infructuosamente el transporte a Puerto Villarroel, decidimos ir a Trinidad y buscarnos all la vida. Lo de las misiones jesuticas haba estado en nuestro programa pero supone tanto tiempo de desplazamiento, dadas las carreteras y los transportes existentes, que, valorando qu nos suponen las misiones y que necesitaramos mnimamente unos tres das, desistimos. Eso s contratamos en la agencia una vuelta el da siguiente por las ruinas incas de Samaipata. No nos fascina la idea, pero tenemos que intentar hacer algo, no podemos quedarnos en la plaza de Santa Cruz dndole vueltas al bolo. En la misma Plaza cenamos en un restaurante en ngulo con la catedral un piqu de macho. Estaba bien, pero en gastronoma, no se puede ser del pas de que somos. 29-05-2014 Incas A las siete de la maana Fran pas a buscarnos. Fran es un muchacho muy educado tras el que descubrimos una especie de seminarista bendito de una ingenuidad imposible de encontrar en nuestro pas. Nos detenemos tres veces en el trayecto. La primera para desayunar en un mercado, la segunda porque quiere poner una vela a una virgen al borde de la ruta para que sta nos nos proporcionase problemas y la tercera a comprar naranjas y mandarinas que ofrecen al borde de la carretera. Nos detuvimos en un lugar denominado Las Cuevas. Fuimos andando al par de un ro con entornos muy agradables para baarse bajo de cascadas. En el trayecto una mariposa Morpho, descubriendo que voy sin cmara, baila en mis narices con sumo descaro. En Samaipata tomamos un jugo de durazno y nos sentamos a comer. Despus ascendimos al Fuerte. Nos atendi Nicols, un gua encantador, que, adems de conocer todo respecto de los incas, y ms en concreto de stas ruinas, es un enamorado del tema y disfruta comunicando. El elemento principal es una roca gigantesca tumbada con diversos signos grabados en su lomo, una serpiente exageradamente grande, el lince y el puma. Existe un circulo desde el que controlaban el calendario en base a la puesta de sol

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    en dos puntos precisos que indicaban el equinoccio y el solsticio. Supuestamente fue un hito importante del mundo inca, dado que all confluan el altiplano al oeste, la selva amaznica al este y el chaco al sur. El lugar haba estado habitado por una populosa poblacin inca. Las diversas clases haban ocupado espacios ms o menos prximos a la roca en base a su categora socioreligiosa. De vuelta, ya oscuro, la virgencita no solucion el problema de los profundos baches ni la dificultad de circular en una carretera indecente para el trfico que soportaba. 30-05-2014 De Santa Cruz a Trinidad De nuevo en Boa, 390b/p, volamos a Trinidad. Una ciudad en plena selva amaznica que supuestamente hubiese tenido que sorprendernos con su alta temperatura y gran humedad. Pero la mala influencia Argentina que no haba dejado de sorprender a los bolivianos con sus olas de fro en todo nuestro viaje, no haba respetado ni la mismsima selva. Haca calor y haba humedad pero nada que ver con lo que esperbamos y todos aseguraban debamos haber encontrado. La misma tarde tomamos un taxi y luego un trufi a Puerto Almacn. A pie por zonas hmedas entre palafitos miserables llegamos al Puesto Militar a ver si saban de algn carguero que fuese a salir hacia Santa Ana. No saban y nos enviaron a preguntar carguero por carguero. En general eran cargueros de madera muy antiguos y algunos en condiciones deplorables. Pretendamos ir hasta Santa Ana en dos das, pero slo pudimos dar con uno que sala para Guayamerin. Tardaba cuatro das y, estando inundadas todas las carreteras del Beni, la vuelta tena que ser en un transporte similar y no contbamos con das. Luego supimos de la posibilidad de volar de Guayamerin a La Paz. Tampoco hubiese acabado siendo el viaje soado, pues los siguientes das descendi la temperatura y hubo continuas lluvias. Ninguna situacin ideal en un trocito de cubierta da y noche. Tuvimos que morir al palo de las agencias tursticas. Estuvimos en Trais Travel y slo ofertaban el famoso viaje de Reina de Enin. Nos dijeron de otra agencia que iba por el ro Ibar un jornada Fuimos. Un filntropo empalagoso que slo piensa en hacernos felices, nos mont el viaje. Lo olimos al primer golpe de vista, pero era lo que tenamos. Era un viaje de mogolln de kilmetros, recorrido selvtico, pesca de piraas, contemplacin de los delfines de agua dulce Buena comida, vegetariana o no vegetariana, en una zona selvtica. Si preferamos navegar ms, algo sencillo y rpido sin detenernos. Elegimos comida normal y sin detenernos para prolongar el disfrute del ro. Lo contratamos, sabiendo que no iba a ser ni parecido. El hotel Mi Residencia era proporcionalmente carsimo. Tena unas habitaciones inmensas. Tambin tena una tele en la que dndole al mandito descubrimos la ETB y, mira t, pudimos ver la Final del Conquistador del Fin Del Mundo. Tampoco tenamos ganas de andar valorando y mirando. 31-05-2014 Por la selva amaznica en aguas del Ibar.

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    Vino a buscarnos un taxi con el supuesto gua, timonel y cocinero. Nos llev al barquito. Era un barco de unos 10 metros y cubierto con un tejadillo. A la orilla esperaba tambin su hijo que nos acompaaba. Tambin vena su nuera y su nieto de escasos meses. Un viaje familiar en toda regla. Supona que no bamos a estar navegando sino que estaramos disfrutando prolongadamente de la comida y la siesta del nio. El entorno del Ibar es muy bonito. La selva era hermosa, pero, estando tan prxima a una ciudad, el gran arbolado de las selvas escaseaba. Sin proponrnoslo, establecamos la comparacin con Los Guatusos o Ro San Juan, nada que ver. Pero tena encanto. Intuimos algn delfn por el movimiento del agua, pero no llegamos a verlos saltar. Anduvimos un trayecto bastante largo. En un momento el gua nos dijo si queramos bajar con su hijo a dar un paseo por la selva. Saltamos fuera. El barro estaba hmedo. No te hundas pero quedaba impresa tu huella, como haban quedado impresas las huellas de un puma y sus pumitas. Tras un recorrido no demasiado largo llegamos a un entorno con un palafito y una especie de cobertizo. All nos esperaba el resto de tripulantes y viajeros y Florencio un seor que viva all. Por lo que dedujimos, el viaje haba llegado a su fin. Efectivamente all comeramos y permaneceramos un buen rato antes de retornar. La comida la prepar la nuera, como est mandado. A nosotros nos sacaron una pata de pollo, una zanahoria y una patata cocida. Ellos comieron una especie de sopa de arroz que nos dieron a probar. nicamente llevaba el arroz y unos trocitos diminutos, no s si habra uno por plato, de mollejas. La chica que haba hecho de cocinera no se sent a la mesa con todos. Esper que todo el mundo acabara y comi ella sola. Florencio nos estuvo hablando de su vida. Viva en el palafito solo. Con las inundaciones haba tenido que ir, a su pesar, a casa de una hija a Trinidad y acababa de volver haca una semana cuando ya se poda pisar. Todas las plantaciones de frutas, pias, caa haban arrasadas por el agua. Repeta que no tena problema alguno pues contaba con arroz y fideos. Haba visto las huellas del puma y aseguraba que no hara solo el recorrido que nosotros acabbamos de hacer, pues ese recorrido slo se puede hacer si se va ms de uno. De lo contrario el puma ataca, como a su amigo que haca unos meses le salt y lo mat. Viva all con un tronco vaco como transporte, ni siquiera un motorcito como de lavadora que tenan sus vecinos. Cuando suba el agua se quedaba en el palafito sin salir. Esta vez haba subido mucho, ms de tres metros, y le haba inundado la cama y todo. Los vecinos tambin se haban tenido que ir. Cuando las crecidas no son tan altas, se refugian en La Loma que est ms alta. All hay un puesto militar y la escuela, donde van los nios desde muy pequeos como internos, salvo los fines de semana que pasan con su familia. Te preguntas cmo puede vivir una persona en este siglo en condiciones tan precarias. Mientras nosotros rajbamos el hijo del gua pescaba piraas y el gua se echaba la siesta. Cuando acab la charla, dimos algunos gritos para que el gua despertara. Surti efecto y al cabo de un rato emprendimos el retorno.

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    ste fue accidentado pues cambi el cielo y sorpresivamente cay una tormenta tropical. Fue otra manera de contemplar la selva. Hubo unos claroscuros dignos de la canon que el caco estara malvendiendo vete a saber dnde. Por la noche en ETB tuvimos la suerte de escuchar la encantadora voz de nuestra amiga Josune en la pelcula Baztn. 01-06-2014 Trinidad Amaneci lloviendo. Nuestro nico objetivo era solucionar el vuelo a La Paz y reservar un hotel. Un taxi al aeropuerto y obtenemos los pasajes sin problemas, 458b. Reservamos el Hotel Castilla, 22225319) Av. Iturralde 1239. Parece que est bien. 193b. Como estuvimos tiempo en el hotel tuvimos ocasin de decir al dueo que con 360b nos pareca, en relacin calidad precio, el ms caro de Bolivia. Supimos, tambin por ETB, de la abdicacin de Juanca el caza elefantes. 02-06-2014 De Trinidad a La Paz El viaje de avin acaba siendo pesado pues es necesario el cambio de avin en Cochabamba. Finalmente volvimos a ver desde el aire la ciudad de La Paz. Un taxista enamorado de Evo nos condujo al hotel. Descubrimos en el plano que estaba un tanto alejado del centro. Haca fro. Nos dijeron que la habitacin resultaba clida al estar soleada durante el da. Salimos a cenar en una plaza prxima. Pronto volvimos. La habitacin estaba helada e inmediatamente nos metimos bajo las mantas. 0306-2014 La Paz apaando el treeking De par de maana tomamos un trufi al centro. Nos paramos en la Plaza Murillo. Vemos la plaza, las calles peatonales y descendimos hacia San Francisco. Rpidamente dimos con la calle Sagarnaga y ascendimos no sin entrar en alguna de las tiendas de artculos confeccionados con lanas de alpaca o vicua. Ascendimos hasta la oficina de la agencia que nos haba recomendado Paula. Estaba cerrada. A la puerta haba tres tipos con aspecto de guas. Dijeron que la chica se haba ido pero que luego abrira. Preguntaron qu desebamos. Les dijimos que buscbamos un gua para hacer el treeking del Choro. Dos de ellos sealaron al tercero y se fueron. Qued un aimara de unos cincuenta tacos con cara de indio muy serio, sin dientes superiores entre dos colmillos incisivos. Dijo llamarse Remigio y estar encantado de ser nuestro gua. Acordamos con el 30&/da, eran tres. Le dimos 250B para la comida y alquilamos una tienda por 120B. Quedamos en que pasara la maana siguiente a las siete y media a buscarnos al hotel. Despus de los tratos te pasa por la imaginacin que nos ha podido tomar el pelo, pues no hay ningn ente ni agencia que responda de l. Pero tampoco puedes andar siempre desconfiando.

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    Sacamos dinero con las tarjetas. Nos preguntamos si no sera el mtodo adecuado para viajar por estos pases, por ms que la comisin que roban los ladrones oficiales sea tan desproporcionada y exagerada. Como habamos pasado bastante fro en el hotel, miramos hoteles en el entorno de Sagarnaga. Estaban ms cntricos que el nuestro, tenan igual o mejor pinta y eran algo ms baratos. El Maya, Sagarnaga 339 (2-2311970) estaba bien por 180b. Pero, suele pasar, descubrimos otro con buensima pinta, aunque algo ms caro, 306b, La Posada de la Abuela Obdulia, 2-2332285. En realidad mirbamos para ms adelante, puesto que al da siguiente nos bamos y, como tenamos que dejar los bultos para que nos los guardaran durante los das del treeking, dormiramos tambin la noche de vuelta. Hicimos un buen recorrido al pie por la ciudad. De la calle Linares, donde preparan las ofrendas, nos dirigimos a la Terminal de Autobuses y, por Armentia y Sucre, llegamos al Mirador de Killi-killi. Tambin pasamos fro aquella noche, pero no pudimos acostarnos pronto, pues habamos mandado ropa a lavar y no nos la entregaron hasta muy tarde. 04-06-2014 Inicio del Treeking Remigio apareci a las siete y media con un saco y una mochila. Los del hotel nos haban adelantado el desayuno. Remigio par un taxi y negoci el precio. Salimos hacia lo alto del crter que forma la ciudad en direccin sureste. En un control de polica en el que hay que detenerse, Remigio nos pidi ms dinero para la comida del da y le dimos 50b ms. Tambin nos pidi el salario de sus jornadas. Le dijimos que se lo daramos una vez realizado el trabajo. El taxista nos condujo, parece mentira por 100B, hasta la Cumbre y desde all por pista hasta el mismsimo Paso Pacheta a 4930m. Se trataba de bajar en tres das a lo largo 72 km desde 4930 a 1500m. Se denomina Treeking del Choro o Camino del Inca. La cuesta pronunciadsima, empedrada con piedras enormes ocupando una anchura de ms de dos metros, nos permite perder altitud velozmente. Nos cruzamos con un muchacho que cuesta arriba y acompaando una reata de burros se dirige a La Paz. El saludo de los aimaras consta de tres frases: Amallulla, Amakella y Amasua. Viene a decir: No seas mentiroso, no seas flojo, no seas ladrn. Tras la primera empinada bajada encontramos unas ruinas incas. Por una cuesta ya ms suave por un valle ocupado por llamas, alcanzamos Samaa Pampa, un puesto de registro. Una seora nos present un libro en el que anotarnos. Nos quedamos con la columna que reflejaba las edades de los treekingueros. Abuelos entrometidos. Siguiendo el miso valle acabamos llegando a Chukura, poblado a 3.600m en el que vive la familia de Remigio. Nos sorprendimos cuando nos seal su casa a la orilla del ro y nos invit a sentarnos all lejos a comer en el camino. Luego dijo que su mujer estaba all y seal la punta del monte donde se poda adivinar un

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    puntito. All siembra las patatas, afirm. Despus de comer, baj a su casa con una gran bolsa que supusimos fruto del supervit de nuestra comida, y revis cmo estaban las cosas. Proseguimos el descenso y llegamos a una nueva poblacin en la que pasamos un nuevo registro. El registrador, un anciano aimara destentado, no habla castellano pero desbordaba simpata. Finalmente acabamos descubriendo un descampado que al final del valle profundo. Se trataba de Challa Pampa, 2.800m. Antes de alcanzarlo, nos adelant un muchacho con una ristra de truchas. Es el nieto de Mara una seora que vive sola en una chabola de maderas y varas. Su nieto habitaba la chabola de al lado. Fue precisamente a casa de Mara donde nos dirigimos. Tomamos un mate. Pregunt Remigio si preferamos dormir en la tienda o en casa. La casa era un cobertizo de paredes de varas y techo de paja en cuyo interior hay una elevacin cubierta por helechos. Nos decantamos por la casa. Mientras Remigio preparaba la cena en la chabola de Mara, como fuera haca un fro considerable, no haba un lugar en el que estar y, sobretodo, nos recome la curiosidad, optamos por meternos en la Chabola. sta con maderas en uno lado y varas en otros, no pasaba de tres por dos. En un lado estaba Mara sentada. A su derecha un fogn de barro de cuatro cuerpos en el suelo y a su izquierda un estrecho estante para los escasos enseres y escasas viandas. En el otro extremo del habitculo el camastro cubierto de mantas donde nos sentamos nosotros. Entre el camastro y el fogn, la puerta. El aire entraba por todos los lados y el humo, no habiendo chimenea, invada todo y sala por donde poda. En aquel lugar Mara consume su vida. Se levanta a las cuatro. Segn ella para cocinar. Luego va a trabajar en el terreno que han desbrozado para plantar patatas y maz. Mara nos pareci una seora agradable y charlamos con ella a gusto. Mientras Remigio preparaba nuestra sopa, Mara limpiaba las truchas. En un molino de piedra de los que aparecen en los museos, valindose de una piedra redondeada del tamao de su mano, fue aplastando una especie de pimiento seco, ajo, cebolla, hierbas diversas hasta conseguir una pasta muy fina que acab vertiendo en el puchero de las truchas. Realmente la vida de aquella mujer de sesenta aos que vive con su nieto es sorprendente. El nieto, un muchacho de diecisis aos, vive como Tarzn. Apareci un momento. Su abuela le dio un pedazo pan y un t. Comi con avidez. Dijo que no sala de all salvo una vez al mes que iba a pie de compras a La Paz. En el poblado superior, el nico existente a menos de un jornada, hay dos chicos, pero no hay una chica. Para ver una chica tiene que esperar a su viaje a La Paz. Parece mentira que se pueda vivir en nuestro tiempo con semejante aislamiento, sin absolutamente ninguna atencin de salud, con una dieta mnima y una higiene inexistente Sentados en el mismo camastro cenamos la sustanciosa sopa que nos haba preparado Remigio y nos despedimos hasta el da siguiente. Pedimos un par de mantas y fuimos a nuestro supuesto dormitorio. El aire entraba por todos los lados. Vestidos con gorro y todo, dentro del saco y bajo las dos mantas, nos tenamos que pegar uno a otro para soportar el aire fro que penetraba entre las varas que conformaban las paredes.

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    05-06-2014 Treeking Choro Nos levantamos ansiando que sol empezara a acariciarnos. Desayunamos y fuimos a despedir con afecto a Mara. Nos sopape preguntando de entrada si habamos pagado los 60b. Nunca aprenderemos, pero estamos obligados a entender. Partimos con las primeras luces. Seguimos descendiendo con un ro bravo a nuestra derecha. Nos sorprendieron cascadas brincando en una vegetacin ya selvtica. Llegamos a Choro, en aimara confluencia de ros, en dos horas y media. Hoy es un poblado abandonado que da nombre al treeking y cuenta con un puente de cables que posibilita el cruce del fuerte ro que acompabamos. La figura de Remigio con su mochila esperando ante alguna de las cascadas o atravesando el cimbreante puente eran posibles fotones que me asaltaban cada poco y que incluso Amparo reconoca y me haca notar. Despus de Choro giramos la direccin y entramos en un valle sorprendente por el que tuvimos que ascender. Ms adelante alcanzamos una larga lnea que iba cortando una inverosmil ladera enfrentada a otra similar con un ro en medio all en el fondo. As llegamos a Buena Vista, 2220 un lugar de ensueo en el que desaparece la selva y surge un entorno verde envuelto en flores y plataneros. En el csped una seora sentada ante un telar confeccionaba una tela de colores maravillosos. Fue como una aparicin. Alucinamos. En ste u otro lugar que apareca ms adelante hubiramos debido pernoctar, pero nuestro gua estaba obsesionado con ganar tiempo y alargamos el trayecto. El ltimo tramo supona descender a una rinconada para atravesar otro fuerte ro y volver a ascender por la que nuestro gua denominaba Cuesta del Demonio. Reventados, tras nueve horas, alcanzamos, casi a oscuro, el lugar donde pernoctamos. Esta vez estbamos convencidos de dormir en tienda. No nos la vuelven a jugar. Las condiciones de vida de la familia que regentaba el lugar de parada era igualmente impresionante. Tienen varios hijos pero all vivan Remedios, una seora muy agradable, su marido y dos hijos adolescentes. Sin electricidad, a las seis de la tarde estn dispuestos a cenar y plegar la oreja. Dursimo. Cualquier cosa que pretendan es una jornada a Chairo, un poblado minsculo. Prepar una apetitosa cena nuestro gua Remigio. Buena persona, pero poco comunicativo y excesivamente serio. Lo ms que haca era avisar cuando haba una vista excepcional. Generalmente avisaba a Amparo, nica referencia a ella. Habitualmente se refera exclusivamente a m. A m exclusivamente me propona o planteaba cualquier cuestin y, si le invitbamos a una bebida o cualquier otra cosa, me lo agradeca exclusivamente a m.

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    Para cuando nos pusimos a cenar ya estaba oscuro. Me encanta nuestra variacin horaria. Me parece muy triste que todo el ao para las seis o seis y media de la tarde oscurezca. Sueo con los das largos en los que a las diez de la noche se puede disfrutar de luz y buena temperatura. 06-06-2014 Fin Treeking. A Coroico y Vuelta a la Paz Bien descansados y sin haber pasado fro, nos levantamos antes de las primeras luces. Toda la familia estaba en danza. Emprendimos la ruta tras nuestro gua. Le podamos seguir a ojos cerrados pues, tras tres das sin lavarse y sudando, como nosotros, pero, adems, durmiendo en la misma chabola donde se cocina, canta como los ngeles. El camino se mantiene sin grandes cambios de altitud cortando una de las inclinadsimas laderas del admirable entorno. Llegamos a un poblado que habit, hasta el pasado ao que falleci, un japons huido de la segunda guerra mundial. Nos sorprendi cmo la casa de este japons perfectamente acabada en madera y otra construida con adobes fabricados in situ, no hubiesen sido imitadas por sus vecinos que permanecen en habitculos infames y considerablemente ms incmodos y duros para vivir sobre todo en la poca de lluvias. A partir de aquel poblado el camino desciende primero suavemente y al final de manera brusca en sucesivas curvas. Tras unas cuatro horas y media llegamos a Chairo. Una cerveza mientras apabamos un transporte que nos subira, por 160b por la ladera opuesta hasta Coroico. En Coroico comimos trucha en el mercado y tomamos un truffi a La Paz, 99b, por los tres. Iniciamos el recorrido por la nueva carretera de los Yungas. Nada ms partir Amparo descubri que el conductor se dorma. Me lo dijo. Le observ a travs del retrovisor y comprob como cerraba los ojos y daba una fuerte cabezada. Amparo empez a gritarle. El conductor neg estar durmindose. El revuelo armado, la consciencia por parte del conductor de estar permanente vigilado por Amparo y que la mujer que viajaba como copiloto se dedicara a darle conversacin, hicieron que salvsemos el pellejo los siete viajeros, por ms que la mayora ni se haba enterado ni se haba molestado en absoluto. Volvimos al Hotel. Esta vez tuvieron la amabilidad de cambiarnos de habitacin y, adems, nos facilitaron una estufa. Nuestra estancia fue ms agradable, pero no como para modificar nuestra decisin de mudarnos a otro hotel ms cntrico y ms cmodo. Como adems estbamos muy rotos y casi no podamos andar, decidimos, tras valorar los bolivianos de diferencia, reservar habitacin en la Posada de la Abuela Obdulia en la Calle Linares. Esa misma tarde al llegar, como el mvil no funcionaba, tuvimos que correr a las oficinas centrales de Tigo. Tras un buen rato, nos atendieron. Efectivamente el telfono estaba bloqueado por no haber sido registrado. Amablemente nos lo registraron, adjudicaron el iban y funcion.

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    Merced a ello, pudimos quedar con Carlos Cordero en la puerta de La Catedral y, merced a la cita, Amparo compr unas botas por no ir con las de monte. Apareci Carlos sin su seora, recogimos a su hija y fuimos a comer una pizza. l estaba desanimado y como si se encontrara en otro lugar. Estaba obsesionado con Evo y las izquierdas en Latinoamrica. En un momento lleg a decir que, si sala Evo en las elecciones de octubre, se tendra que ir del pas. Amparo, toda risuea, le contest que poda ir haciendo las maletas. Resulta muy curioso observar el tipo de gente que se declara enemiga y amiga de Evo. Por un lado los sectores prximos a la Iglesia, como era el caso. Fruto de la propaganda ideolgica en su entorno contra de los pases latinoamericanos progresistas y fruto, tambin de que en muchas ocasiones sus intereses chocan con los de un estado que anuncia perseguir una educacin y sanidad pblicas. Por otro, una buena parte de poblacin, sin un nivel ideolgico mnimo, que son vctimas de la propaganda de los poderes de cierta