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PAUTA DE REFLEXION. CURSO ESTUDIOS DE GNERO.UNIVERSIDAD ABIERTA, 2015Como requisito para participar del curso de Estudios de Genero ser necesario responder las 3 preguntas que a continuacin se presentan. La idea es generar un proceso de reflexin respecto los contenidos y elementos que se vern en el curso. En relacin a las respuestas otorgadas por los postulantes, estas no sern objeto de calificacin, es decir, no sern consideradas como correctas o incorrectas, ya que se espera nicamente que expresen las visiones, puntos de vista e intereses de los futuros participantes En relacin al documental Calles Caminadas, Largo, Eliana; Quense Vernica, 2006, que encontrar en: https://www.youtube.com/watch?v=7Rqh4iHORrEResponda las siguientes preguntas:1. Caracterice brevemente la historia del movimiento de mujeres en Chile, desde las demandas sufragistas, la unidad popular, la dictadura y el retorno a los gobiernos democrticos. Refirase a 3 mujeres (o movimientos) que considere como actrices importantes de ste devenir. 2. Defina brevemente justicia de clase y justicia de gnero. Refirase sucintamente a las tenciones existentes entre las demandas por justicia de clase y justicia de genero presentes en la unidad popular tal y como se seala en el documental.3. Plantee 3 problemas para las mujeres y su desarrollo que usted considere como importantes demandas sociales en la actualidad. Justifique brevemente su eleccin.

Desarrollo1. El movimiento feminista en Chile surge a finales del siglo XIX, a partir de la organizacin de actividades autogestionadas y mancomunadas que llevaron cabo grupos de mujeres a travs de las sociedades de socorros mutuos para contrarrestar las situaciones de enfermedad y muerte resultantes de la precariedad de la vida que provoc la proletarizacin de la vida en los suburbios de las zonas urbanas, situacin de precariedad que sociedad oligrquica de su tiempo no mostraba signos de querer combatir. Se puede observar en esta primera experiencia del movimiento femenino chileno una cierta lgica de operacin caracterizada por la autonoma, la horizontalidad, la cooperacin, y una participacin directa de los miembros en los procesos de toma de decisiones. Ya en su origen se observa a un movimiento que cuestionaba la institucionalidad vigente en la medida en que esta reproduce sus condiciones de desigualdad. Estos modos de accin se sostienen en principios completamente opuestos, a los que mueven la accin de los partidos polticos en su generalidad, a saber, su verticalidad organizativa, la recurrencia al Estado como promotor y gestionador de la accin, la eleccin de representantes para la toma de decisiones colectivas, etc. Me parece que en esta primera forma de accin ya se sienta un precedente importante sobre las contradicciones que percibir el movimiento feminista en su articulacin con el accionar de los partidos polticos.En los aos 20 como una clara continuacin de la lgica que impregn su accin a finales del siglo XIX, vemos un movimiento de corte anarquista, libertario, democrtico. Ahora bien, con el acceso a voto de las mujeres el ao 49, los partidos consideraron que ahora era innecesaria la existencia de estos movimientos independientes. Lo que hace ver como una reivindicacin institucional (significado como poltico) pudo haber sido utilizada como mecanismo para extinguir la incidencia realmente poltica que tenan los de los movimientos feministas antes de insertarse en la orgnica de los partidos polticos, al ser coaptarlos a lgicas afines a la lgica de los partidos pero profundamente alejados del espritu que moviliz la accin de las mujeres en su inicio. Cuando el movimiento feminista se insert en este tiempo dentro de los partidos comenz a reducir su accionar a lograr reivindicaciones bajo una forma que podramos denominar de gremial; acotndose as a reivindicaciones de tipo salarial, mayores a accesos a puestos de representacin y de poder, y en definitiva a que la mujer se inserte de manera ms equitativa en la estructura social instituida por el patriarcado; pero distancindose al mismo tiempo de su incidencia en la transformacin del sistema.Las primeras contradicciones de esta insercin en la maquinaria partidaria comenzaron a percibirse a inicio de los 70 cuando el movimiento feminista se incorpora a la unidad popular y participa de la lucha poltica de la poca, confiando en que la revolucin socialista modificara la situacin de opresin de todos los oprimidos, incluida la mujer. Sin embargo, poco a poco se fueron dando cuanta que los dirigentes de la unidad popular nunca consideraron importante el feminismo en su especificidad, siendo completamente ignorado, e incluso percibido como una herramienta pequeoburguesa del imperialismo yankee que desviaba la atencin del objetivo principal: la revolucin socialista. En esta poca se transform en un discurso que subsumido por el discurso de la lucha de clases. Es ms, las mismas feministas que se incorporaron en la unidad popular tuvieron dificultades para ver esta especificidad. Solo con el paso del tiempo se fueron dando cuenta que la lucha por una justicia social en trminos de clase no contemplaba ni siquiera en los pensamientos una justicia social en trminos de gnero. Y que para conseguir esta ltima, deberan comenzar a moverse por rieles distintos de los de la revolucin socialista, por lugares distintos del que se encuentran involucrados en la lucha partidista.

Una presidenta mujer significa un cambio en el imaginario colectivo sobre lo que las mujeres son capaces de hacer un acto performativo que la propia sociedad intenta realizar consigo misma cuando la elige como candidataPero a su vez esta presidenta mujer resulta ser un instrumento de los poderosos, empresarios, polticos (hombres) que tienen en situacin de subordinacin a otros actores sociales (esto nos habla de que hay una maquinacin patriarcal que utiliza la figura de una mujer para continuar y reproducir sus propsitos en definitiva se estructura una performacin social pero solamente figural o formal, que no implica una verdadera transformacin de significado respecto a la posicin de las mujeres en la sociedad, sino ms bien, se utiliza para enmascarar la intencin de conservar significados ya instituidos al respecto no creo que DIGA nada el hecho que Bachelet sea mujer.Una de las primeras formas de organizacin de las mujeres fue a travs de las sociedades de socorros mutuos, que fueron organizaciones populares caracterizadas por relaciones de horizontalidad, autogestin, representacin directa, asambleismo. Estas sociedades tienen un tono formal distinto al de las organizaciones institucionalizadas con cercana marxista, caracterizadas por una jerarqua; la correspondiente subordinacin de decisin a las cabezas que piensan desde la cspide; su centralizacin en la gestin de los recursos que la hacen supeditar su funcionamiento a entidades centralizadoras como el Estado, el partido; su supeditacin a la legalidad; o su adherencia hacia una forma de decisin representacional, en que las decisiones son tomadas por los representantes del partido. Resulta interesante dar cuenta que las sociedades de socorros mutuos con toda su forma organizacional haya sido puesta en prctica por mujeres, porque puede notarse una especie una clara diferencia entre la lgica de estas, y las formas de manifestacin popular en la toma de decisiones proveniente de la institucionalizacin marxista, la cual, en su oposicin a las prcticas burguesas no deja de utilizar las mismas lgicas de pensamiento en que ellas se sostienen, a saber, el racionalismo, la idea del sujeto universal, su teleologismo, su creencia en la ley, el Estado, las instituciones, etc. Todo lo que no hace ms que resaltar que tras ambas lgicas de oposicin a la ideologa dominante, a saber, el socialismo cientfico que sostiene la actividad de los partidos de izquierda como el socialista y el comunista (racionalidad, centralismo, jerarqua, verticalidad, representacin) y el feminismo (corporalidad y emocin, autogestin, horizontalidad, autonoma decisional), se fundan en principios filosficos y epistemolgicos y formales completamente opuestos, lo que en la prctica les da su carcter tan dismil.Esto hace preguntarse por la contrariedad que trae el establecimiento de estos primeros partidos polticos de mujeres, y hace cuestionarse si efectivamente la mujer (en su posicin de subordinacin y anormalidad) logra adquirir estatus de sujeto social al establecer su demanda en un lenguaje estructurado de una forma que no le es propia; en otras palabras, es el lenguaje institucionalista encarnado en los partidos polticos (principalmente los de izquierda), con todas sus implicancias y principios, la forma por medio de la cual la mujer debe presentar su demanda? Sino cual es la forma? algo parecido tal vez a lo que dio forma a estas primeras sociedades de socorros?. Me parece que tras esta tensin terico-prctica se esconde la paradoja de un fenmeno como el que se observa cuando, una mujer (sujeto histricamente subordinado) se sita en un lugar simblico del amo (presidenta de la repblica), y an as no consigue movilizar ningn cambio en la estructura simblica patriarcal en la que se sostiene el sistema actual, y al contrario ayuda a conservarlo e incluso a intensificarlo Por qu se produce esto? Podremos responder esto si observamos el devenir del movimiento feminista en Chile.Otro aspecto en el surgimiento del movimiento feminista en Chile podra darnos algunas luces al respecto. Las sociedades de socorros mutuos fue una forma de reaccin a la opresin que surge en un sujeto social que articula dos dimensiones de subordinacin: la de gnero y la socio-econmica (son mujeres pobres y de baja nivel educacional). Por su parte, la reivindicacin levantada por medio de la herramienta partidista proviene por un sujeto que si bien posee la marca de la subordinacin de gnero, no expresa as la de subordinacin econmica (proviene principalmente de mujeres provenientes de familias acaudaladas y con acceso a un nivel educacional elevado).Dice bastante de esta paradoja que cuando las mujeres tuvieron acceso a voto se hayan inclinado a hacerlo por lo polticos que controlaban en ese momento la dinmica del pas: los partidos de derecha.La generacin de feministas del ao 20 era de corte anarquista, libertario, democrtico; de hecho, el movimiento feminista surgi cuestionando la institucionalidad vigente en la medida en que esta reproduce sus condiciones de desigualdad. Ahora bien, con el acceso a voto de las mujeres el ao 49, los partidos consideraron que ahora era innecesaria la existencia de estos movimientos independientes. Lo que hace ver como un logro partidista (significado como poltico) pudo haber sido utilizado como mecanismo para extinguir la incidencia realmente poltica de los movimientos derechamente feministas y coaptarlos a lgicas (racionalistas, partidistas, estatistas) afines a sus principios. Lo que nuevamente nos hace cuestionarnos sobre el real papel de la partidizacin de los movimientos feministas en Chile; y nos lleva a por otra parte, a clarificar una confusin que muchas veces se tiene sobre el trmino poltica con respecto al de partidizacin, el cual, constituye una forma de organizar jerrquicamente la toma de decisiones en una sociedad, pero que en ninguna forma engloba lo poltico propiamente tal. Esto pone sobre la mesa el problema que implica el subsumir el movimiento feminista dentro de las lgicas (patriarcales) con que se organizan los partidos. El movimiento feminista dentro de los partidos reduce su accionar a reivindicaciones de las mujeres, bajo una forma que podramos denominar de gremial; se acota as a reivindicaciones salariales de las mujeres, mayores a accesos a puestos de representacin y de poder, y en definitiva a que la mujer se inserte de manera ms equitativa en la estructura social instituida por el patriarcado; pero en ningn modo se cuestiona la transformacin del sistema. Pero el problema profundo del feminismo en cuanto tal parece apuntar a algo que va mucho ms all de estas reivindicaciones.En estos primeros movimientos feministas, las mujeres pobres eran protagonistas de su lucha, hoy en da la voz de la mujer es tomada por otros, por sus representantes. Esto constituye una consecuencia directa de la partidizacin del movimiento feminista con la correspondiente subsuncin dentro de un lenguaje y una forma que no le es propia: la partidista.Una de estas feministas partidistas, es descrita por una de las entrevistadas como una mujer que seduca por la palabra, pero que sus palabras no tenan consistencia. Hay un fondo de lucha que es despojado del movimiento cuando se desgaja de sus propios principios y se subordina al lenguaje del enemigo.

Los primeros movimientos de mujeres surgen en el ao 35 con la creacin del MEMCH (Movimiento por la emancipacin de la mujer chilena) cuando las mujeres salen a trabajar y a ganar su propio dinero, que histricamente solo se otorgaba al hombre (por la crisis econmica del 29?). Esta agrupacin era muy heterognea en su composicin socio-econmica, haba obreras, campesinas, universitarias, etc), y su principal foco fue la bsqueda de la emancipacin de la mujer de las discriminaciones propias del gnero (aborto, control de la natalidad, divorcio)En 1952 (3 aos despus del acceso a voto de la mujer se disuelve el MEMCH y se promueve la organizacin de las mujeres en torno a centro de madres, desligando simblicamente a la mujer de su incidencia social y relegndola a su rol de madre, en el interior de la familia, privatizando as su incidencia social. Todo esto entre en una supuesta oposicin a la mayor visibilizacin poltica (o ms bien partidista) de la mujer, que ahora posee mayor lugares de representacin en puestos de poder. En 1965 por ejemplo, haban 12 diputadas mujeres y una senadora, una cantidad mayor que en cualquier otro pas de Latinoamrica.

FEMINISMO EN LA UNIDAD POPULAREn los inicios de los aos 70 el movimiento feminista se incorpora a la unidad popular y participa de la lucha poltica de la poca, confiando en que la revolucin socialista modificara la situacin de opresin de todos los oprimidos, incluida la mujer. Sin embargo, poco a poco se fueron dando cuanta que los dirigentes de la unidad popular nunca consideraron importante el feminismo en su especificidad, fue completamente ignorado, e incluso percibido como una herramienta pequeoburguesa del imperialismo yankee que desviaba la atencin del objetivo principal: la revolucin socialista. Es un discurso que fue subsumido por el discurso de la lucha de clases. A las mismas feministas que se incorporaron en la unidad popular les cost ver esta especificidad. Solo con el paso del tiempo se fueron dando cuenta que la lucha por una justicia social en trminos de clase no contemplaba ni siquiera en los pensamientos una justicia social en trminos de gnero. Y que para conseguir esta ltima, deberan comenzar a moverse por rieles distintos de los de la revolucin socialista, por lugares distintos del que se encuentran involucrados en la lucha partidista.

FEMINISMO EN DICTADURATras los sucesos del golpe de Estado, las mujeres que formaron parte de la unidad popular, encarceladas, desaparecidas y torturadas a causa de su vinculacin secundaria con los activistas polticos hombres (no por su propia filiacin poltica), comenzaron a cuestionarse sobre cul haba sido el papel que jugaron al interior de los partidos polticos en ese tiempo; y se dieron cuenta que solo haban sido las servidoras o las de de los compaeros. En estas circunstancias surge a mediados de los 70 un movimiento feminista que comienza a alejarse de los planteamientos de la unidad popular, y en cierta forma a mantenerse al margen del discurso de la lucha de clases. Cuando el movimiento feminista de los 70 decide desprenderse del amarre que le significo su asimilacin en el discurso comunista, se transforma en una fuerza muy potente de cambio de la institucionalidad vigente. Pues posibilitaba un camino liberalizador de consciencia de los individuos, donde les es posible pensar su realidad y de plantearse respuestas que le permitan transformar y mejorar esa realidad. Teniendo claro que no es posible suprimir la institucionalidad como tal, puesto que es la que entrega las reglas del juego que ordena las distintas relaciones que se establecen en un determinado espacio social; pero que si es posible modificarlas para cambiar de esa forma, el modo en que se organizan actualmente esas relaciones socialesEn los inicios de la dictadura surge la agrupacin mujeres democrticas que se forma desde la realidad concreta que se genera tras el golpe. Las mujeres sacaron la casa a las calles para sobrevivir y posibilitar la sobrevivencia de su familia; entonces se reunieron desde su cultura, desde lo que saben hacer, desde lo que ellas son para luchar por la vida. As nacen expresiones de lucha como la olla comn, los cacerolazos, las reuniones vecinales, etc. Y se inicia de esta manera una lucha de las mujeres en dictadura para proveer el pan para sus hijos; velar por el cuidado de sus familiares hombres cados en los centros de detencin; buscar a los desaparecidos durante la dictadura; o posibilitar la salida al extranjero de los perseguidos polticos. Esta agrupacin principalmente formada por mujeres dot de una gran capacidad de lucha a estas mujeres, otorgndoles un espacio de lucha propio, con una organizacin autnoma y dotada de un lenguaje propio, lo que a la postre signific un importante enclave desde el cual se fue posicionando poco a poco un poder femenino en dictadura alejado del que se efecta por los hombres en la lucha por el poder de un organismo como el Estado mediante un conflicto entre partidos polticos. Este movimiento pudo desarrollarse progresivamente debido a la complacencia de las fuerzas armadas, que en su visin machista no encontraba en ellas un mayor peligro para llevar a cabo sus propsitos. Un grupo de estas mismas mujeres potenciaron en el exilio esta capacidad de lucha. En los pases de destino comenzaron a empaparse del movimiento feminista que se daba en esos pases, en muchos casos ms definido y particularizado del que se observaba en Chile; y a gozar de una experiencia de vida caracterizada por una mayor autonoma de las mujeres respecto de los hombres. Esta situacin les permiti agudizar la mirada acerca de la contradiccin que se establece en sociedades como la chilena donde los poderes dominantes exacerban el control sobre el cuerpo de la mujer. En Chile se form un crculo de estudios sobre la mujer bajo el amparo de la Iglesia catlica (instituto de humanismo cristiano), que permiti poseer un espacio de reunin exclusivo para las mujeres, en donde se fue propiciando una reflexin sobre temticas asociadas con la discriminacin de la mujer. La articulacin entre estas feministas dedicadas mayormente a la investigacin y las feministas pertenecientes a los partidos polticos impuls la formacin del movimiento feminista propiamente tal. La formacin de el movimiento feminista en Chile fue posibilitando la insercin de una cultura de mujer en el pas, que comienza a impregnar la cotidianidad de la vida cultural; a insertarse en el accionar de los partidos polticos; y en la cultura de las instituciones en general. Una fuerza que se siente, que se expresa y que fue muy importante en la lucha de resistencia a la dictadura, las que en su mayor parte fueron encabezadas por ellas.Para el ao 83 se forma nuevamente el MEMCH, como resultado de una creciente concientizacin de las mujeres respecto de la especificidad de su lucha y la necesidad de expresar esta especificidad en una organizacin propia. Las primeras miembros surgieron de las divisiones femeninas de las fuerzas polticas de izquierda, incluso del MIR y del MAPU. Su foco de accin parta desde una opinin poltica, pero impregnada de un discurso propiamente femenino ligado a la importancia de la re-apropiacin del cuerpo y su liberacin de los patrones culturales que continuamente buscaban subsumirlo. Se insertaba de esta forma una reivindicacin de algo que hasta entonces no era conocido.Ahora bien, este desarrollo se fue acompaando de una mayor complejizacin del movimiento. Por una parte se fueron notando las crecientes diferencias entre las feministas investigadoras y las feministas activistas lo que hizo finalmente que estos dos sectores se dividieran. Por otra parte, comenzaron a surgir los primeros grupos de feministas lesbianas que no contaban con un apoyo transversal del resto del movimiento (especialmente desde las feministas polticas), pese a lo cual, igual se insertaron en l, dotndolo de una mayor riqueza pero recibiendo a cambio un trato devaluador (lo que abre nuevas dificultades en el feminismo al pasar de ser un colectivo que lucha por su propia subordinacin a pasar el mismo a subordinar el discurso del sujeto lsbico). Se observa que a pesar de establecer una crtica racional al patriarcado se contina una praxis de parte de estas feministas marcada por los principios patriarcales que se combaten: competitividad, lucha de poder, autoritarismo, etc.

FEMINISMO EN DEMOCRACIAEl primer de la gobierno de la concertacin no inclua a ninguna mujer en cargos ministeriales. Los cargos de poder fueron obtenidos va eleccin popular, principalmente en algunas alcaldas, y una que otra circunscripcin senatorial. Adems, las agrupaciones que lucharon por la vuelta a la democracia fueron descabezadas de las lderes femeninas que haban jugado tan importante papel en dictadura. La vuelta a la democracia fue la vuelta a la primaca de los partidos polticos y los hombres como cabezas de estos. Comienzan a desaparecer los colectivos sociales que deban su existencia a la resistencia a la dictadura. Al desaparecer la dictadura desde los partidos polticos se pens que estos colectivos no tenan razn de existir.Lo que las feministas haban logrado aportar a la constitucin cultural del pas en dictadura si bien fue incorporado al programa de gobierno, luego no se requiri de ellas para el desarrollo de estas mismas polticas en el devenir del pas; fueron desde ah completamente expulsadas de la vida poltica, pasando desde ese momento a ser objeto de poltica en vez de sujeto de poltica. De esta forma se observa un retroceso en el objetivo de lograr la inclusin poltica de las mujeres. El nuevo modelo se enfoc ms bien en el retorno de la democracia y la institucionalidad que de la transformacin del modelo neoliberal instalado en dictadura (muchas veces este importante problema es desviado de la consciencia colectiva colocando en primer plano la figura de la dictadura como sistema vejatorio de los derechos humanos de las personas y el ocultamiento de la figura de la dictadura como mecanismo de insercin de un modelo econmico y legal). ***Me parece que el feminismo en distintas pocas ha jugado un papel importante en las transformaciones estructurales de un sistema, en cambio el marxismo de alguna forma siempre ha servido para soterrar esta posibilidad de cambio, al colocar el nfasis en la lucha partidista aun no s de qu forma se posibilita esto).De alguna forma tambin al debilitarse la incidencia de las mujeres, de su saber, en la vida poltica del pas, se debilita con ella la colectivizacin de la vida cotidiana y la vinculacin con la emocionalidad profunda y la corporalidad. A raz de esto cobra importancia en la actualidad de lograr colocar en el espacio pblico lo que las mujeres lograron desarrollar durante la dictadura. Su saber, su fuerza, su especificidad como movimiento.El feminismo sin embargo, se vio fortalecido por el encuentro de las feministas que haban sostenido la lucha de resistencia en Chile y las feministas que venan desde el exilio provistas de experiencias muy enriquecedoras en trminos de posicionamiento poltico del feminismo.Hoy en da se establece una frrea oposicin entre feministas institucionalizadas y feministas autnomas (en verdad no creo que el feminismo institucionalizado sea propiamente feminismo, es posibilidad de reivindicacin de la mujer en un sistema machista; el verdadero feminismo apela a la transformacin de un sistema que es patriarcal y como tal le resultar contradictorio luchar por mayores derechos dentro de un sistema que se aleja de los principios que la constituyen como mujer)El objetivo hoy en dia del movimiento feminista es reencontrarse, rearticularse, utilizando el saber obtenido en dictadura para acrecentarlo y complejizarlo.El patriarcado surge del miedo que el hombre tiene de la mujer.Femicidio vs violencia intrafamiliar como mecanismo de invisibilizacin del femicidio. Femicidio no como reaccin individual sino como sntoma de un sistema que proporciona todos los marcos culturales posibles para que este tipo especfico de violencia pueda funcionar.Las principales vctimas de la implementacin de este sistema econmico (aunque no exclusivas) son las mujeres.La opresin patriarcal del hombre sobre la mujer proviene de la misma fuente de la opresin del hombre sobre el mundo.Los consensos impiden un pensamiento crtico. Impide que se desarrolle el conflicto de ideas que est detrs del afianzamiento del patriarcado. Es la invitacin ms clara a olvidar, a no transformar nada. A no cambiar el sistema patriarcal, capitalista, neoliberal.

Una de las cosas que permiti darse cuenta de la contradiccin que implicaba esta subsuncin, fue el hecho de ver como las mujeres si bien salan al mundo laboral, seguan hacindose cargo de las tareas tradicionales al interior del hogar.Brigida la imagen de la mujer asalarindose en puestos tpicos de mujer, frente a maquinas de coser.La mujer como herramienta de trabajo barata y en condicin de precariedad a nivel mundial.Gnero no es igual a feminismoLa poesa y las artes como gestos de una lucha poltica a partir de mecanismos de expresin propios de su saber; las sensaciones, el cuerpo, el encuentro entre las personas, como los lugares propios de este saber; en contraposicin al saber masculino centrado en la ciencia con su exactitud, sus verdades, y su principal vehculo: la razn.Este saber dentro de los partidos polticos solo juega una posicin de subalternidad. Por tanto caba preguntarse si no era desde los partidos polticos, desde que lugares es posible desplegar este saber como expresin de una lucha poltica, como expresin de poder. La mujeres cuando se involucran en la actividad de los partidos asumen un compromiso entre su saber y el poder del partido; pero a la misma vez, en ese compromiso debe transar su energa, su propio saber.

El movimiento feminista debe comenzar a buscar su lugar desde el cual posicionar la especificidad de su saber para proyectarlo en su lucha poltica por el poder.