declaraciÓn pÚblica 07 de mayo
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DECLARACIÓN PÚBLICA Temuco, 07 de Mayo de 2014
Ante el actual escenario electoral y las últimas declaraciones emanadas por el Rector Sergio
Bravo Escobar, los estudiantes, funcionarios y académicos de la Universidad de La
Frontera, agrupados en una comisión tripartita de trabajo, donde los estamentos han
compartido diagnósticos y visiones de universidad, declaramos lo siguiente:
Desde la reforma impulsada por la Dictadura de Augusto Pinochet, que fue el puntapié
inicial de la actual crisis del sistema educativo, es que se han expresado un abanico de
problemáticas en las universidades público-estatales. Dentro de estas problemáticas
encontramos la falta de democracia en los espacios universitarios, las cuales se traducen en
que:
En la Universidad de La Frontera, las elecciones de autoridades solo consideran un
33% de los académicos, los cuales están jerarquizados en base a una lógica
discriminatoria que considera el tipo de contratación y años de servicio, lo cual
como señalábamos anteriormente está establecido según la norma del DFL-156 del
año 1981 en su artículo 25, que le confiere a este proceso un carácter excluyente, sin
participación de estudiantes ni funcionarios.
Junto con esto, nos enfrentamos a un modelo de desarrollo universitario que no
recoge los diagnósticos y necesidades emanadas desde la comunidad universitaria,
modelo que ha sido perpetuado por la lógica jerarquizada y excluyente en la que
está envuelta la estructura directiva de la Universidad de La Frontera, espacio en
que se definen perspectivas de desarrollo tanto a la interna como también líneas de
de vinculación regional. Lo anterior se refleja también, en la falta de espacios de
participación conjunta y acceso a la información por parte de los estamentos.
Además también hemos podido identificar distintas dimensiones, en las que la falta de
democracia en nuestros espacios influye directamente:
A Nivel Social: La estructura hermética de la Universidad no sólo se refleja en la
poca capacidad de incidencia de los distintos estamentos en las decisiones
fundamentales, sino también en la nula participación que tiene el resto de la
comunidad regional en la implementación de líneas de desarrollo pertinentes a la
región, aquí hacemos mención a organizaciones como juntas de vecinos, sindicatos,
escuelas, comunidades mapuche, entre otras.
A Nivel Estudiantil: la toma de decisiones a nivel administrativo, no se realiza
desde una perspectiva de mejorar la calidad académica, sino que responde a una
lógica economicista, la cual se ve expresada por ejemplo, en el cierre arbitrario de
carreras en base a su rentabilidad y no a su aporte al desarrollo del país. Bajo esta
lógica, carreras que sí cumplen con los estándares de rentabilidad, son expuestas a
un sobrecupo para el cual la universidad no está preparada. Encontramos también
que el estudiantado no tiene injerencia alguna en la elaboración de sus mallas
curriculares, situación que afecta directamente el perfil del estudiante egresado.
A Nivel de Funcionarios: en lo que respecta a la carrera funcionaria, no existe un
cumplimiento del art. 9° de la Ley 18.834 que señala que la institución no puede
tener más de un 20% de sus funcionarios a contrata, ya que genera inestabilidad
laboral, dificulta la posibilidad de ascensos, y provoca además la restricción de
acceso a beneficios sociales. A esto se agrega el estrés y acoso laboral al cuál son
sometidos los funcionarios, vulnerando claramente el código de buenas prácticas
laborales.
A Nivel de Académicos: a pesar de que el tipo de funciones que desarrollan son las
mismas en la mayoría de los académicos, que cumplen con funciones pedagógicas,
de investigación científica, entre otras, son jerarquizados en base a el tipo de
contratación al cuál los somete la universidad, dividiéndolos en académicos de
primera y segunda, impidiendo a estos últimos votar en la elección de sus
autoridades a pesar de llevar, incluso, más de diez años de servicio.
Además de todas las problemáticas anteriormente señaladas, existen situaciones que afectan
en el diario vivir de la comunidad universitaria, como son la monopolización de los casinos
y servicios de fotocopias, en cuya licitación no se considera la opinión de los estamentos.
Es así como el funcionamiento de la universidad se vive y se muestra con una lógica
mercantil, antidemocrática y discriminativa, lo cual se confirma con la nula expresión de
una comunidad universitaria, impidiendo un aporte a la visión y misión de la universidad
pública que queremos construir.
Es por eso que no entendemos la democracia como el ejercicio mediante un voto, si no que
como una participación activa, con la intención de transformar la lógica anteriormente
expuesta y avanzar así en la construcción de una Universidad inclusiva, democrática y al
servicio de las necesidades del pueblo.
Hacemos el llamado entonces a estudiantes, funcionarios y académicos a avanzar en el
debate y la discusión sobre cómo lograr la democratización y transformación de la
Universidad de la Frontera, para que sea un aporte en la construcción de una sociedad
distinta. También, hacemos el llamado a las autoridades de la universidad de la frontera, a
los cuerpos colegiados, a las organizaciones gremiales de la universidad, a tomar posición y
contribuir a la construcción de una propuesta que democratice el espacio universitario.