DE UNAVENEZUELA TRADICIONAL A UNAVENEZUELA INTEGRALl

Cuando nos colocamos frente a un mapa de Venezuela ypensamos en la patria con un fervoroso sentimientonacionalista, sentimos una indeclinable tendencia hacia haciala meditación. Y podríamos preguntarnos: ¿por qué Venezuelaes así? ¿por qué somos aún un país en estado de desarrollo?Alguien podría respondernos que somos un país joven. Perotambién Canadá y Estados Unidos son países jóvenes, y, sinembargo, existen visibles diferencias entre ellos y nosotros.Estados Unidos es la primera potencia mundial en muchosórdenes. Canadá, al menos en la faja que se extiende al oestey al este de los Grandes Lagos y que corresponde al extremoseptentrional de la zona templada norteamericana, acusa lascaracterísticas de un país desarrollado. Hay otros pueblosmás jóvenes que Venezuela, como Australia y Nueva Zelandia,cuyo nivel técnico nos supera. La condición económica ysocial del hombre común en Australia es una de las másfavorables del mundo. Cuando el notable escritor australiano

Discurso de incorporación como Individuo de Número de la Academia deCiencias Políticas y Sociales.

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Morris West contemplaba la miseria de la infancia en algunosbarrios bajos de Nápoles, esos mismosque tan dramáticamenteha retratado Curzio Malaparte, hizo que expresara en su libroLos Hijos del Sol su conmiseración por esas comunidadesinfantiles, recordando que él era ciudadano del único país delmundo donde nadie pasa hambre.

y trasladando nuevamente la mirada al mapa deVenezuela, y viajando de nuestra carta geográfica hacia todoslos territorios que ella nos depara en la realidad, y cuando yaallí nos acercamos a la multitud de riquezas que la naturalezanos ofrece, nos llegamos a preguntar por qué no hemos sabidoaprovechar ese mundo maravilloso de bondad, de bienestar,que se esconde tras una tierra pródiga, tras un paisajemaravilloso, debajo de un suelo del cual manan numerosísimasvertientes que se convertirán, sumadas, en ríos caudalosos;donde las vetas metalíferas y los yacimientos de petróleopodrían haber contribuido a forjar desde años lejanos unadmirable imperio económico.

Sin embargo, casi nada de lo que nos ofrecen esasestupendas posibilidades hemos podido aprovechar, y sólo hasido a partir de unas pocas décadas a esta parte cuandoparece que comenzamos a despertar, que comenzamos acomprender cuál es el verdadero destino que nos corresponde,cuál es el papel trascendental que nos cumple desempeñarcomo pueblo de avanzada, como pueblo que conoce acabalidad su misión. Venezuela ha sido visitada en el discurrirde su historia por numerosos viajeros europeos. Lo fue en losaños postrimeros de su vida colonial, como lo ha sido sobretodo durante su vida republicana. Muchos de ellos distrajeronsu atención, a veces desdoblada en embeleso, en el paisajemaravilloso, o mejor, ante los paisajes deslumbradores ycentelleantes que les ofrecía nuestra naturaleza tropical;algunos lo plasmaron en obras pictóricas; la mayoría estudió

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la flora, describió las costumbres. Pero varios, como Humboldt,como Codazzi, como Appun, como Ernst. como Sievers.fueron más allá. Humboldt, entre ellos. presintió un destinoadmirable para nuestro país, cuando admiró el poderoso fluirde los ríos guayaneses y llaneros, la exuberancia de nuestraflora selvática, la ilimitada extensión de nuestras tierras llanas.Uno de esos sabios europeos, Wilhelm Sievers, fue el primeroque determinó las provincias fisiográficas de Venezuela; otro.Henry Pittier, quien se sembró aquí como en su nueva patriay quien prolongó la obra de Adolfo Ernst, estudió a fondo lasposibilidades que ofrece nuestra flora, las relaciones entre elclima y la vegetación, y enmarcó variados aspectos de lasperspectivas económicas que ofrece la naturaleza venezolana.Sabios como ellos, nos han dado un perfil de la patria que senos aparece como prometedor, pero ¿qué hemos hecho anteese cuadro optimista que tan bien nos han diseñado?

No hemos llegado aún a lo más conveniente, porque noshemos tropezado con diversos factores negativos, y entreellos, por el hecho de que somos todavía un país con uninmenso territorio inactivo, porque existeaún esa desproporciónen el poblamiento venezolano, lo cual señaló tan bien elestadístico catalán José Antonio Vandellós cuando nos indicó,a mediados de la tercera década del presente siglo, que enVenezuela el 80% de la población estaba localizada sólo en el20% de su territorio, o sea en lo que Arturo Uslar Pietridenominó ante su alumnado de la Universidad Central. laUnidad Costa-Montaña del Norte. o Primera Venezuela. Setrata del 20% del territorio nacional. Pero todavía allí, en esaextensión, que el mismo Uslar Pietri estima en 177.000 km2 ,

existen grandes espacios vacíos del elemento humano.Desde finales del siglo XVIII hasta hoy, la tendencia del

poblamiento no ha experimentado grandes variaciones.Durante el proceso de la Conquista y comienzos de laconsolidación de la estructura colonial, se manifestó una

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especial predilección por habitar justamente las zonas queacusan aún en nuestrosdías una mayor densidadde población.Hubo sí en la segunda mitad del siglo XVIII cierta atracciónhacia la zona de piedemonte al norte de los Llanos, y una fajainmediata de ese sector, o sea el extremo septentrional delAlto Llano. Mas, posteriormente, la conjugación de una seriede factores negativos que se inician con la guerra deIndependencia, que prolongan las guerras civiles y agudizanlas endemias y las epidemias, a lo cual se suman otrosfactores negativos como el aislamiento en la estación lluviosa,detuvo el poblamiento del norte de los Llanos y se le viodecrecer, acentuándose las migraciones hacia las tierrasaltas. Se arruinó ostensiblemente la economía llanera, redujoa mínima expresión a muchas localidades y borró a otras delmapa.

Todo esto, sin duda, ha hecho persistir el visible desnivelque existe en la distribución de la población en Venezuela y lasituación marginal en que se han mantenido numerosas zonasprivilegiadas por sus riquezas naturales, pero hasta donde elhombre y la técnica no han llegado a instalarse. Cuando unariqueza surge inesperadamente, podría el hombre acudirhasta allí, como sucedió con el descubrimiento de las minas deoro de El Callao, con la explotación del caucho selvático en elTerritorio Amazonas, o, no hace tanto, con los placeres deIcabarú, pero fueron riquezas aleatorias: pronto se advirtió elbajo rendimiento del cuarzo aurífero de Bolívar, el imperiobritánico implantó en el sudestede Asia el caucho de plantaciónque sustituyó a la salvaje explotación del caucho selvático dela América Ecuatorial, y sólo fueron espejismos los hallazgosde mineros del extremo meridional de la Gran Sabana. Así, sedetuvieron las migraciones extremas e internas hacia losyacimientos de oro o diamantíferos del Bolívar, y las localidadesque comenzaban a prosperar a orillas del Orinoco y del ríoNegro, retrocedieron a su anterior insignificancia.

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Venezuela, antes de firmar infelices tratados de límitescon los países vecinos, sobre todo con Colombia y GranBretaña, alcanzaba una superficie aproximada de 1.500.000km2• Nicolás Veliz Goiticoa, en su libro Venezuela 1904, da esaextensión; los cálculos planimétricos del Instituto Geográficode Justus Perthes daban a Venezuela una superficie de942.300 km2• El texto que estudiamos en nuestro bachilleratoelevaba esa superficie a 1.020.400 km2• Para aquel entoncesríos como el Venamo y el Cuyuní eran en su totalidadvenezolanos. Nuestro viejo texto de geografía escolar nosenseña que eran ríos nuestros, en su curso inferior, el Guaviare,el Vichada, el Atabapo y el Inírida. De todas maneras,encogido como está nuestro país, mientras el Mar Caribedestruye la pequeña faja peninsular que nos quedó de laGuajira, reducido apenas a un poco más de 900.000 km", unode los problemas graves que padecemos es la escasez depoblación.

Es verdad que somos en la actualidad un país dinámico encrecimiento demográfico. Nuestro crecimiento vegetativo esaltamente positivo. Venezuela es un país que se presta paraque se hable de explosión demográfica, de expansióndemográfica, de algún otro tema según el enfoque del respectivoautor. Pero, en todo caso, estamos aún muy distante para que,en lo que a Venezuela se refiere, podamos hablar desuperpoblación. La densidad general de población de nuestropaís, es aproximadamente de diez habitantes por kilómetrocuadrado. Es algo desalentador y, además, una relación quenada indica. Así, en el caso concreto de Guayana, con sus413.000 km2de superficie, tenía apenas un cuarto de habitantepor kilómetro cuadrado según el censo de población de 1941.Hoy debe tener aproximadamente medio habitante por kilómetrocuadrado; pero piénsese que esa población está localizadafundamentalmente en el área donde se explota el mineral dehierro y en las áreas de desarrollo industrial dentro o próximas

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a Ciudad Guayana. Y además, en las otras cabeceras dedistrito del Estado Bolívar y en Puerto Ayacucho. En todocaso, lo que interesa, como lo expresa Luis Alejandro AnguloArvelo, es lilarelación entre la población y los recursos efectivos",o como dirían los economistas alemanes modernos, lapresencia del hombre economizante.

Venezuela, frente a áreas solitarias, inactivas, con riquezasnaturales completamente inaprovechadas, dispone de otrasáreas, superpobladas, donde se advierten ya verdaderasaglomeraciones humanas, donde se ha adoptado, para alojarese población creciente -en gran parte proveniente demigraciones demasiado dinámicas que en momentos se hanpresentado como verdaderas oleadas-, a los grandes edificiospara vivienda colectiva que algunos autores han denominadocolmenas. Sin duda que varios factores han influido en estarealidad, pero que son comunes en los países localizados enla zona tropical. Vencer la naturaleza del Trópico es tareaardua. Así, la vasta región ecuatorial brasileña que correspondea la Hilea Amazónica, está por colonizar, y lo mismo debedecirse para los sectores de otros países sudamericanos allílocalizados. En cambio, podemos advertir, en el mismo casodel Brasil, cómo el sector correspondiente a los trópicosexteriores e interiores, inmediatamente al norte y al sur delTrópico de Capricornio, ha alcanzado un nivel elevado deculturización, podríamos decir de incontenible desarrollo. Elprimer exponente es la ciudad de Sao Paulo, no sólo ya una delas grandes metrópolis de Latinoamérica, sino una de lasciudades más populosas y de crecimiento más dinámico en elmundo. Aun cuandocon otro idioma, el sur del Brasil perteneceal área cultural del extremo austral de América, donde se hahecho patente una moderna civilización con una influenciaeuropea, de mayores o menores efectos según las zonas quese consideren. Esas áreas del Cono Sur que miran al Atlánticose vieron además favorecidas por una activa corriente

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inmigratoria europea, más o menos contemporánea de la quese orientó hacia al zona templada de la América del Norte,sobre todo hacia los Estados Unidos, y la cual permitió dar aesta nación una fisonomía de primera potencia en numerososórdenes.

Ha sido justamente el factor inmigratorio uno de los másnegativos que ha registrado Venezuela, lo cual, unido a suanterior baja tasa anual de crecimiento, ha influido en laescasez de nuestra población, que sólo ha logrado uncrecimiento halagador a partir de 1936. Arturo Uslar Pietriseñala que en el lapso que va de 1874 a 1888, Estados Unidosrecibió 5.881.000 inmigrantes, yen el mismo períodoVenezuelarecibió sólo 26.000. Añade que en el período 1904-1935,Estados Unidos recibió :t 6.878.000 inmigrantes, yen el mismolapso Venezuela recibió sólo 29.000, o sea a razón de 910 poraño. Mientras nuestro país recibía ese promedio anual, el deEstados Unidos era superior a los 500.000, el de Canadásuperior a 145.000, y los de Argentina y Brasil superiores a los75.000. El crecimiento absoluto y la tasa anual de crecimientopara Venezuela, según los datos aportados por el doctor Chi­Yi Chen, son los siguientes:

Crecimierto

Absoluto Tasa Anual

1891 216.433 1,031920 257.953 0,381926 334.606 2,121936 550.216 1,761941 486.424 2,751950 1.184.067 3,021961 2.489.161 3,991967 1.827.603

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En Venezuela, en la actualidad, reside un poco más demedio millón de personas no nacidas en el territorio nacional,incluyendo en esta cifra aproximada a los indocumentadoscolombianos, cuyo número exacto no se conocerá hasta tantono se legalice su presencia en el país. Hemos hecho estasconsideraciones en torno a la población venezolana, al bajorendimiento demográfico a través de nuestra historiarepublicana, porque si en verdad otros factores negativos sehan interpuesto en el aprovechamiento integral de nuestroterritorio, en la utilización de las riquezas naturales que élencierra, hay que pensar que con una extensión mayor de los900.000 km2, poco podemoshacercon un númerode habitantesque aún no llega a los diez millones. Miguel Acosta Saignesha expresadoque Venezuela, con sus recursos, puede albergarcincuenta millones de personas. "Nosotros somos másoptimistas al respecto, y varias veces hemos expresado anuestros alumnos que nuestro país puede ser poblado por cienmillones de habitantes. Japón, con 369.000 km2 , alberga en suterritorio Cien millones de personas. En Venezuela, todo elterritorio es habitable. Las zonas inundablesy los semidesiertospueden ser transformados por la técnica, así como los israelitashan convertido el desiertoen camposde cultivo y los holandeseshan construido un país por debajo del nivel del mar al cegarprogresivamente el suelo marino del Zuiderzee.

El licenciado Marcos F. Escobar, en su obra CompilaciónHistórica de Temas Estadísticos, nos ofrece con bastanteobjetividad la lentitud de nuestro crecimiento demográfico,expresado en un cuadro que consideramos útil reproducir.Dicho cuadro contiene las estimaciones censales y losresultados de los censos técnicos de población, iniciadosestos últimos por Antonio Guzmán Blanco, bajo la dirección deAndrés Aurelio Level, en 1873. Helo aquí:

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Años Fuentes Habitantes

1787 Castro 333.1101800 Humboldt ------

1802 Depons 728.0001807 Lavaysse 975.9721810 Hall 825.0001810 Restrepo 800.0001810 Humboldt 802.1201814 Aurrecoechea 786.0001816 J. D. Díaz 758.2591823 Humboldt 766.1001825 Restrepo 659.6331835 Codazzi 706.6331838 Cagigal 1.047.7601839 Estimación oficial 887.1681839 Codazzi 945.3481844 Estimación oficial 1.218.7161846 Estimación oficial 1.273.1551850 Briceño 1.366.4701850 Andrés A. Level 1.500.0001852 Wappus 1.564.4331857 Aranda 1.788.1591857 Briceño 1.585.4181873 Primer Censo 1.732.4111881 Segundo Censo 2.005.1391891 Tercer Censo 2.221.5721920 Cuarto Censo 2.479.5251926 Quinto Censo 2.814.1311936 Sexto Censo 3.364.3471941 Séptimo Censo 3.850.7711950 Octavo Censo 5.034.8381961 Noveno Censo 7.523.999

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Como podrá advertirse en los cuadros que hemosreproducido, ha sido sólo a partir de 1936 y, sobre todo, a partirde 1941 cuando se aprecia un crecimiento dinámico de nuestrapoblación. Comparando los resultados de los censos de 1891y 1920, se advertirá que el crecimiento intercensal en un lapsode veintinueve años apenas fue de 257.953 habitantes, y hasido sólo a partir de 1950cuando el país arroja saldos realmentepositivos, lo cual permitirá el que para fines de 1970 nuestrapoblación no sólo se acerque a los diez millones, sino que lossobrepase ligeramente. Sin duda que en ello influyó en ciertamanera la inmigración procedente de España al finalizar laguerra civil, y luego, la corriente orientada desde Europa hacianuestro país una vez concluida la segunda guerra mundial. Aesto se sumó el flujo procedente de España y de Portugalposteriormente, dos tipos de inmigrantes que, junto con elitaliano, se hallan entre los que mejor se han identificado conel medio venezolano. Pero sin duda que ha sido el crecimientovegetativo, con una de las tasas más elevadas de América, loque mayormente ha influido en la dinamia de nuestro aumentode población. Desgraciadamente, las trabas oficiales impuestasa la inmigración han impedido que el crecimiento general seamayor. Al finalizar la guerra civil española, hacia Venezuelahabría podido canalizarse una corriente migradora másvoluminosa; mas, para esos momentos, el gobierno de turnoconfundió al comunista con el partidario de la República, auncuando éste fuese vasco y profundamente católico. Así,numerosos migradores, en su mayoría profesionales, técnicosy obreros calificados, tomaron rumbo a otros paíseshispanoamericanos que los acogieron.

Para apreciar la utilidad del migrador externo en eldesarrollo de la vida nacional en las últimas dos décadas, hayque valorar la función de sus componente en determinadasactividades de la vida social y económica, sobre todo en lo quese relaciona con la industria de la construcción en todas sus

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fases, con la industria metal-mecánica y otras industriasespecíficas que han requerido mano de obra especializada.Queremos referirnos finalmente a un conjunto de datosaportados por el profesor Chi-Yi Chen, relacionados con elaspecto inmigratorio. Nos dice el prestigioso catedrático: "Delos 541.564 inmigrantes externos censados en 1961 el 54,9%reside en el Area Metropolitana de Caracas, el 10,3% en elZulia, el 8,6% en el Táchira; el 8,6% en Aragua y Carabobo, yel resto, o sea el 17%, residen dispersos en otras Entidades dela República. Estos inmigrantes juegan un papel de primerorden en la vida económicadel país, porque en su mayoría sontécnicos, profesionales, empresarioso trabajadorescalificados;por ejemplo, en el Distrito Federal el 66,3% de los gerentes,administradores y funcionarios de categoría directiva son deorigen externo; el 65,4% en Miranda; el 47,5% en Carabobo;el 39,9% en Zulia; para el conjunto del país el porcentaje seeleva a 51,1% en 1961".

Pero, ¿dónde se han residenciado esos migradoresexternos? ¿Dónde ha sido realmente dinámico el crecimientode la población? ¿Hacia dónde se orientan las migracionesinternas en el territorio nacional? La casi totalidad en zonasseptentrionales, en la Unidad Costa-Montañadel Norte. En unprincipio, en las ciudades situadas en las pequeñas mesetasy en los valles de relativa elevación, y más tarde, en aquellaszonas del norte del país que, siendo antes endémicas, hansido saneadas previa la liquidación allí de la malaria, de laanquilostomiasis, de la bilharziosis; en una palabra, luego dela erradicaciónde los males que azotaban la nación e impedíansu crecimiento. Las ciudades llaneras situadas en elpiedemonte, antes abatidas por la guerra de Independencia,por las contiendas civiles armadas, por la malaria y por elaislamiento durante la estación lluviosa, sienten los efectos deuna poderosa regeneración. El poblador avanza lentamentehacia el sur. La unidad urbana Acarigua-Araure se convierte

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inconteniblemente en un centro de importancia. San Carlos.Guanare, Calabozo, Maturln, Barinas, han recobrado lasignificaciónque tuvieron durante el siglo XIX y la han superado.Pero el poblamiento en Venezuela tiene sus fronteras, y así.mientras vemos crecer en forma extraordinaria ciudades comoCaracas. Maracaibo, Barquisimeto, Valencia y Maracay, todavíanos hallamos con localidades en el sur del país. que si algunasno decrecen en número de habitantes. tampoco, prácticamente,los ven aumentar. Y justamente allí radica uno de nuestrosproblemas vitales. Es indudable que nada podremos hacermientras seamos algo más de 900.000 km2 con sólo diezmillones de habitantes. Ello con el agravante. como lo hanseñalado diversos autores. de que las migraciones internas seorientan hacia los centros urbanos de mayor población. creandoproblemas tan grave como el del Area Metropolitana deCaracas, que dentro de la América Latina. es un característicoejemplo de macrocefalia urbana.

Para dominar nuestro medio. para integrar nuestro país ala cultura. para aprovechar cabalmente las numerosas riquezascon que la naturaleza dotó a nuestro suelo, es imprescindiblepoblar, tecnificar. expandirse, ocupar lo más complementarioposible nuestro ecurnene, pródigo, invitante, pero en numerosossectores que comprenden más de la mitad del territorio nacional,aún dentro del marco de las regiones marginales. Habrá quepenetrar hasta allí. que crear zonas de interés. Netos se hanvisto los resultados al transformar zonas vírgenes de lasselvas de Turén en campos de cultivo que han convertido aPortuguesa en uno de los graneros de Venezuela, o comohabrá de ocurrir asimismo en las zonas occidentales del deltadel Orinoco y del extremo oriental de Monagas con el controlde las aguas del caño Mánamo.

Uno de los mejores ejemplos de lo que se deberá hacerlo tenemos en Ciudad Guayana, una de las localidades de

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crecimiento más dinámico en el mundo, ya que de 3.000habitantes ha pasado a 130.000 en un lapso breve. Losmotivos fundamentales han sido la creación en su área de unaplanta siderúrgica, de una gran planta hidroeléctrica con surespectiva represa, a lo cual se agregala actividad de embarque,por dos puertos fluviales, de mineralde hierro. Las migracionesinternas, que se movían sólo de un extremo a otro del norte delpaís, se orientan también ahora hacia la zona de confluenciadel Caroní y el Orinoco, y muchos de los migradores externosque se quedaban en áreas y ciudades septentrionales, tambiénhan ido a Ciudad Guayana y a Ciudad Bolívar, como ya fueronal Guárico Central y a Turén, no bien allí se tecnificó laagricultura y fueron reemplazados métodos anacrónicos porsistemas modernos de cultivo. Esos migradores también iránal Delta del Orinoco, a Upata, a Tumeremo, a Cabruta, aPuerto Ayacucho y a la Isla del ratón, una vez que se creen allíobras que garanticen ofertas de mano de obra y estabilidadeconómica.

Cuando examinamos la trayectoria de la vida venezolana,no sólo durante la etapa republicana, sino un poco más allá,desde los comienzos de la etapa próspera del período colonial,cuyo punto de partida podría situarse en 1720, en víspera dela presencia en el país de los vascos de la Compañía deCaracas, observaremos como si algo así como una inmensamuralla natural se hubiese interpuesto para la marcha hacia elsur, para la conquista y colonización de los vastos territoriosque se extienden a lo ancho de los Llanos Bajos, hasta lasfronteras meridionales de Venezuela. Hacia ese sur todavíapor conquistar y colonizar, hubo avanzadas. Trataron deestablecerlas los Jesuitas en el siglo XVIII con su labormisional al norte del hoy Territorio Amazonas. El ángulonoreste de Guayana fue próspero durante el medio siglo queprecedió a la guerra de Emancipación. Allí los capuchinoscatalanes no sólo desarrollaron la ganadería y la agricultura,

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sino que conocieron el valor del mineral de hierro y fundaronla forja catalana. San Fernando de Apure fue ciudad de ciertaimportancia a fines del período colonial y numerosos rebañosbovinos y equinos pastaron en las llanuras que demoran entrelos ríos Apure y Meta. Más al sur del río Apure y del Meta, másal sur del arco del Orinoco, relativamente poco fue lo que seindagó y se colonizó; apenas durante el auge caucheroselvático, como expresamos, se advirtió cierto renacimientoque pronto languideció, una vez que en otras latitudes lasespecies de la selva fueron reemplazadas por los árboles deplantación. Sencillamente, tenemos a una Venezueladensamente poblada en áreas del Distrito Federal y de losEstados Centrales Miranda, Aragua y Carabobo, en NuevaEsparta, en algunos sectores de Sucre y de los EstadosAndinos. Pero a medida que vamos hacia el sur, desciende ladensidad de población hasta llegar a la sobrecogedora soledadque hallamosno sólo en Guayana, sino en dilatadasextensionesde los Llanos y del Delta, incluso en la propia cuenca del Lagode Maracaibo. Cabría aquí la expresión del doctor MiguelParra León: "...desde el punto de vista de la posible producciónagropecuaria, Venezuela está aún muy lejos de lasuperpoblación".

Pero sin suda que hay factores visibles que han conducidoa esta realidad. Son éstos variados y complejos. Talesfactores son generales para todos los países, pero su influenciaen cada caso ha sido diversa. En el de Venezuela, hemostratado de examinar los factores naturales que han influido enla actual realidad social y económica de nuestro país. Algo deeso intentamos analizar hace algunos años, lo cual dejamosexpuesto en una obrita titulada Aspectos Geoeconómicos deVenezuela, volumen en el cual recoqimosalgunas experienciasde cátedra. Para aclararel panoramade la realidadvenezolanaque hemos venido mostrando, tendríamos necesidad deexaminar algunos de esos factores, entre los cuales clima,

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relieve y localización son fundamentales. El profesor RudolphLütgens, de la Universidad de hamburgo, afirma que "Larepartición de la tierra y el agua, la situación de los espacios dela tierra en general y unos respecto de otros, su extensión ydistribución en sentido horizontal y vertical, sustransformaciones paulatinas o los cambios bruscos, son degran importancia para la lucha económica por la existencia yel progreso. El suelo es la base sobre la cual vive y sealimenta. Por ello, por su constitución y formación, es uno delos factores que más influye sobre la economía humana". Enotro sitio añade: "El clima influye inmediatamente en laproducción económica, en el comercio, en el tráfico, en lasnecesidades de consumo ..." Y agrega con respecto al clima:"Es el factor natural más importante, a menudo decisivo parala vida económica y, por ello, para la existencia del hombre".Tratemos de resumir la influencia de esos factores y de otrosafines, en la determinación del actual poblamiento de Venezu­ela.

El clima, con todos los elementos que lo integran, pero porsobre todo la temperatura y las precipitaciones, ha influidoconsiderablemente en el poblamiento de Venezuela. Alreferirnos al clima y a dos de sus elementos fundamentales,hemos de concretarnos sólo al norte del país, a lo que hadefinido Arturo Uslar Pietri como la Unidad de Costa-Montañadel Norte, o Primera Venezuela, la región que Alejandro deHumboldt precisó como aquella donde se desarrollaba "la vidadel agricultor en los altos valles y al pie de los montescostaneros". Ya hemos señalado cómo los Llanos, y más alsur las dilatadas y aún misteriosas extensiones despobladas,no han desempeñado a través de nuestra historia el papel queles ha debido corresponder, pero que les corresponderácuando nuestro país cuente con una población másproporcionada. Por otra parte, no podemos dejar de asociarel clima al relieve. Este es fundamental en los países tropicales

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en lo que atañe a la temperatura. Además, influye en laincidencia de las precipitaciones, ya que los vientos generalesde Venezuela, los alisios del norte, arrastran desde el mar lasmasas de nubes que entran por las abras que se orientan haciael interior desde el litoral, y que van a precipitarse en los vallesy sabanas y en las faldas de las montañas. Los autores quehan estudiado en nuestro país las relaciones entre la altitud yla temperatura, como Alfredo Jahn y Henry Pittier, al presentarsus respectivas tesis de fajas altitudinales y de pisos bióticos,esclarecen con bastante precisión la relación que existe entrela altura y la vida, entre la temperatura y la fauna y la flora, y,lógicamente, entre el poblamiento humano y los anterioresfactores.

Puede advertirse al respecto cómo el primitivo pobladorprehispánico prefirió los valles cordilleranos del Norte paradesarrollar su economía y su vida social. Este hecho no fueúnico de Venezuela, pues se advertirá que las mayoresculturas prehispánicas de la América precolombina, seasentaron en las zonas cordilleranas desde el norte de Chile,la Puna bolivianoperuana y los Andes septentrionales deArgentina, hasta los altos valles poblados por las diversasnaciones que ocupaban lo que hoyes México, Guatemala yalgunos otros países de la América Central. Entre nosotros,con excepción de la nación caquetía que pobló valles ysabanas de lo que hoyes el norte del Estado Lara y gran partedel Estado Falcón, los pueblos más avanzados se asentaronen los Andes donde convivían armoniosamente Timotes yCuicas. De la misma manera, la conquista, que se inicióperiféricamente con el poblamiento de Cubagua y Margarita,con los varios intentos de fundación de Cumaná, y con lafundación de Coro, pronto inició el dominio de tierras interiores,todas localizadas al norte, con la única excepción del área deSanto Tomás de Guayana. Ese poblamiento inicial estuvofavorecido, en lo que al occidente respecta, por las expediciones

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de los Welzer y por las que, procedentes de las sabanas deCundinamarca y de otros sectores neogranadinos, abrieroncamino para las primeras fundaciones en las costas, valles yaltiplanos centro-occidentales. Dijimos una vez que "debemosrecordar que a excepción de las ciudades costeras comoMaracaibo, Cumaná, Coro, Barcelona, Puerto Cabello ... ", lasprincipales ciudades de Venezuela fueron fundadas en losvalles de la Cordillera Septentrional. Varias fueron laslocalidades fundadas en esos valles en el siglo XVI, y no cabeduda que el conquistador atendió en buena parte a la bondaddel clima y de los suelos y a la existencia de aguas corrientes.Las ciudades nacidas en valles de la Cordillera del Norte en elsiglo de la Conquista, fueron en orden cronológico: El Tocuyo,1545; San Felipe, 1551; Nueva Segovia de Barquisimeto,1552; Valencia, 1555; Trujillo, 1557; Mérida, 1558; SanCristobal, 1561; Caracas, 1567; Carora, 1569-1572; Altamira,1576; La Grita, .1576; San Sebastián, 1584; San Antonio delTáchira, 1590; Boconó, 1592; La Victoria, 1593; Mucuchíes,1596. En el piedemonte llanero-andino, fueron fundadas, en1591, Guanare y Pedraza.

Sin duda que el clima benigno, cálido pero saludable enalguna de esas localidades, condujo a estas fundaciones. Loshallazgos mineros auríferos influyeron asimismo en otrasfundaciones, pero sabemos lo aleatorio que fue la riqueza deloro en el período colonial venezolano. Se observará que conexcepción de ciertas avanzadas hacia el sur, donde nacieronlocalidades a orillas de ríos navegables, la vida económica sedesarrolló en la faja montañoso-eostera septentrional. Apartede San Fernando de Apure, Upata, Angostura y algunaslocalidades llaneras no muy distantes del piedemonte, el paíscomenzó a crecer en el norte. Allí estaban los grandes cultivoscacaoteros, los fundos cañamelares, los precarios cultivos dealgodón, los de maíz para el abastecimiento interno, el tabacotan propicio para el comercio de extranjería. A excepción de

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los Altos Llanos de Cojedes, Barinas y más tarde Calabozo,Barcelona y Maturín, la única localidad importante que sedesarrollaba en el fondo de los Llanos era San Fernando deApure. Angostura cobraba importancia por su localizaciónestratégica sobre el Orinoco, hasta donde llegabanembarcacionesque procedían del Alto Llano, y además porquepor allí pasaban las mercaderías que desde el exterior ibancon destino a ese mismo Llano. Por otra parte, más al surestaban las llanuras del Caroní, diestramente desarrolladaspor los misioneros católicos. Las ciudades que surgían yprosperaban en la costa, como Maracaibo, Coro, PuertoCabello, La Guaira, Barcelona, Cumaná, Porlamar, Pampatar,lo debían al factor localización. Allí la estrategia geográfica hasido un factor determinante de primer orden. Por Cumanásalían el añil, el tabaco, el azúcar, las frutas y el ron producidoen los valles de Caripe y del Manzanares; Barcelona era elprimer puerto del Oriente; La Guaira y Puerto Cabello eran lospuertos del centro y centro-occidente. Maracaibo dominabasin grandes variaciones el mismo hinterland de hoy, siendo laruta de la producción andina y de los cordobanes, el dividivey la artesanía de Carora y Curarigua.

El paisaje natural de Venezuela ha experimentado unatransformación, que más bien habría de calificar de lenta,desde el proceso de la Conquista y la Colonia hasta elpresente. Pero ese proceso se hacevisible, fundamentalmente,sólo en el norte del país, en las varias veces mencionadaUnidad Costa-Montaña del Norte. Las transformaciones delpaisaje en una gran extensión de los Llanos y en la Guayana,que es la mitad del país, sólo alcanza limitadas proporciones.Hasta hoy ha ido surgiendo el paisaje económico en una formadinámica, en zonas vecinas al litoral septentrional, en losvalles y pequeñas mesetas de las tres cordilleras que correnparalelas al litoral, yen el piedemonte Llanero-Andino. Muchasextensiones llaneras donde se hizo presente el paisaje

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económico retornaron al paisaje natural. Varios de los factoresque determinaron esa realidad los hemos señalado. Aquelpanorama de prosperidad podemos contemplarlo en lasnarraciones y descripciones de viajeros europeos como las deKarl Ferdinand Appun acerca de los llanos de Cojedes, donde,entre otros aspectos, se señala la activa función que los ríoscumplían como vías de comunicación. Sin embargo, pese anuestra tradición fluvial, la navegación y navegabilidad detantos ríos llaneros y guayaneses, el Orinoco no ha podido serhasta hoy un factor de penetración y de colonización hacia elextremo sur del país.

Cuando, tras los planesfrustradosdel siglo XIX de construirpara Venezuela una red ferroviaria articulada, se comenzó apartir de 1920 a pensar en un plan carretero que culminó conla construcción de la Trasandina, que permitió unir a Caracascon la frontera con Colombia en San Antonio del Táchira, nose planificó enlazar el norte, al menos con los Llanos, con unaobra de ingenieríavial como la citada, que implicó el vencimientode grandes obstáculos, si se piensa en los recursos técnicosy económicos de que se disponía para la época. Lasderivaciones de esa vía apenas llegaron a la puerta de losLlanos Centrales por San Juan de los Morros, y a la puerta delos Llanos Occidentales por Acarigua. Pero recordemos quepara viajar por esa vía en el tramo Valencia-San Carlos­Acarigua-Barquisimeto, había que vadear la mayoría de losríos, pues se carecía de puentes. Concretamente, los Llanoscontinuaron aislados dentro de los proyectos de vialidad de laépoca que nos ocupa.

A partir de 1936, se han conjugado diversos factores quehan ido transformando la fisonomía de zonas antes reducidasa una condición marginal. Hecho cumplido de trascendentesignificación ha sido el saneamiento. Hombres como AmoldoGabaldón, Antonio Briceño Rossi, Arturo Luis Berti, Elías

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Benarroch, Francisco Torrealba, Juan Iturbe, Arreaza Guzmán,hasta el más modesto fumigador entre los riscos de nuestrascordilleras o los letales pantanos de las zonas aisladas, sonhéroes legítimos de una nueva Venezuela. Aliado del dominiode la salud pública, ha estado la expansión de la industriapetrolera, llegada a los Llanos, primero en el Oriente, y luegoal Centro y Occidente; ello comenzó a influir poderosamenteen el desarrollo y poblamiento. La aparición del petróleo en losLlanos de Oriente estimuló la apertura de carreteras. Desdeentonces, la vía para venir desde allí al Centro de la república,no fue sólo la del mar, más tarde la del aire, sino la delpavimento asfáltico.

El saneamiento provocó una permanente migración desdelas tierras altas hasta las tierras bajas, lo cual fue asimismoestimulado por las exploracionesy subsecuentes explotacionespetroleras. Pero sin duda uno de los factores que más haestimulado el cambio de ,fisonomía del paisaje, ha sido larealización de proyectos de riego y de planes agrarios. En elestudio La Colonización Agraria en Venezuela, 1830-1957,publicado por el MAC en 1959, se advierte cómo el Alto Llanoha merecido especial atención en las últimas décadas. Eldesarrollo del cultivo de arroz, maíz, oleaginosas y otros; lasobras de riego de San Carlos, Turén y el Guárico; nuevosproyectos como los de las Majaguas, Boconó-Masparro yCaño Mánamo; obras de vialidad como la Carretera Occiden­tal de los Llanos que vincula el Alto Llano de Occidente con elTáchira a lo largo de piedemonte, y las carreteras que cruzandoLos Llanos Centrales y Orientales alcanzan hasta el Apure, elOrinoco y el Delta, y por occidente hasta el Arauca, constituyenpoderosísimos factores de incorporación a la economía, a lavida social y cultural, de sectores casi completamentemarginados. Se tecnifica la ganadería, se mejoran los pastos,se introducen nuevas técnicas agrícolas, se convierte enzonas de cultivo lo que antes era sólo símbolo de soledad, se

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están explotando racionalmente algunas de nuestras selvas,pero se nos aparece un interrogante. ¿Cómo y con quépoblaremos esos territorios que tratamos de incorporar a lavida activa del país? ¿No podríamos enviar allá a esosmocetones fornidos que por las calles de Caracas vendenbilletes de lotería o quincallería barata, porque al parecer sóloeso saben hacer? Ya está muy remota y definitivamentecancelada aquella pintoresca y dolorosa época venezolana enque el viajero Anton Goering se admirara de que personajesque no sabían leer, "ni tenían idea del alfabeto", se hiciesenllamar "generales".

Es verdad que en las zonas septentrionales existensectores de elevada densidad de población. Sobre todo lacuenca del Guaire, que comprende fundamentalmente el AreaMetropolitana de Caracas, aloja cerca de dos millones depersonas. De esos dos millones, un porcentaje elevado llevauna vida de precarias condiciones sociales y económicas. Nopocos adultos de este sector de la población constituyen uncuociente parasitario, mientras que el contingente infantil, enproporción no pequeña, está integrado por grupos menoressin escuela, en condiciones infrahumanas, azotando con suvagancia a la otra parte de la población. Esos niños son, en sucasi totalidad, hijos de madres solteras, cuya paternidad aveces les es completamente desconocida. Alguna vez lamadre de estos niños ha llegado a afirmar que el padre de suhijo es un disfraz, como única identificación. Creemos que unatarea tan importante como la política de vivienda, de vialidad,de tecnificación agropecuaria y, en otros órdenes, dediversificación de la enseñanza universitaria, de mejoramientoasistencial y hospitalario, de electrificación, de incrementoindustrial, de nacionalización lenta pero progresiva de laindustria petrolera, está en la educación de este elevadoporcentaje de menores sin escuela, sin rumbo, sin orientación,de oscuras perspectivas. Recordemos que si la Universidad

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y los Politécnicos están formando los dirigentes especializadosy calificados para la transformación del país, esos menores ala deriva forman parte fundamental de la infraestructura socialde una nación y ellos deben tener a su cargo un papelprimordial en la labor de aprovechamiento integral del territorionacional que aquí tratamos de sugerir.

La multiplicación de internados para acoger allí a losmenores desamparados o casi desamparados y preparalosmoral y técnicamente para brindarles una profesión, es una delas obras de mayor trascendencia que se puede cumplir en elplano oficial, con un doble resultado: evitar la proliferación denuevos delincuentes y dotar al país de un personal capacitadopara enfrentar las tareas de tecnificación a mediano y largoplazo. Debemos recordar las cifras demográficas venezolanas,donde el porcentaje de la población menor, de 0-14 años,según el censo de 1961, es del 44,80% de la población total delpaís. De acuerdo con el cuadro publicado por el Dr. LuisAlejandro Angulo Arvelo en su obra Esquemas de DemografíaMédica, la población menor de veinte años, según el censo de1961, se descomponen así:

Edades Varones Hembras

0-4 684.394 656.5055-9 581.525 550.975

10-14 456.025 441.30015-19 350.875 359.600

Teníamos así, para 1961, sobre 7.523.999 habitantes,más de cuatro millones de menores de veinte años, cifra queha aumentado considerablemente para 1970, cuando, casi

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cerrada la inmigración, Venezuela aumenta su población abase del incremento vegetativo, con una tasa elevada, quehace posible alcancemos, al finalizar el referido año, diezmillones de habitantes. Pero si somos un país joven, queincorpora anualmente a la oferta de mano de obra cerca de100.000 personas, justamente en esa juventud debemos cifraren buena parte las esperanzas de un futuro optimista paranuestro país. Con esa infancia y esa juventud debidamentemodeladas, con la recta 'aplicación de los elevados ingresosfiscales, con el aprovechamiento racional de nuestras inmensasfuentes de recursos naturales, podría lograrse un mejorequilibrio en la distribución de la población al crear polos deinterés económico en lugares cuya localización se favoreceríacon la construcción de modernas vías de comunicación quelas vincularon con los mercados interiores o con los puertos deembarque. Podemos advertir cómo cada vez que se crea unnuevo centro industrial, cada vez que se planifica y realiza unanueva obra agrícola o pecuaria, o de industrias derivadas dela agricultura o de la ganadería, se incrementa allí elpoblamiento. Una vez asentamos que "en Venezuela lapoblación llega hasta donde llegan las vías de comunicación",y cuando a lo largode esas vías se creancentros de producciónen cualquier aspecto, el poblamiento se hace mayor. Y en esodebemos pensar cuando hablamos de la transformacióneconómica y consecuente poblamiento del sur del país. Elejemplo más categórico lo tenemos, repetimos, en CiudadGuayana, la localidad venezolana que en menor plazo haalcanzado un crecimiento más acelerado de su población. Enla faja septentrional del país, a la que tantas veces hemoshecho alusión, se han advertido poblamientos veloces enlapsos breves, con la fundación de nuevas empresas. Talesserían los casos de Chivacoa, que vio multiplicar el número desus habitantes con la instalación del Central Matilde; deMorón, con la creación de la industria petroquímica. El caso

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de Acarigua-Araure es concluyente, ya que ambas localidades,unidas, constituyen hoy uno de los centros urbanos designificación en el país.

Pero hay que ir un poco más al sur, a un sur distante, ypensar en lo que algunos han llamado la Venezuela del futuroo la Venezuela de la esperanza. Se trata de las tierras queestán al sur del curso del Orinoco, incluyendo en ellas unsector del Territorio Federal Delta Amacuro, todo el EstadoBolívar y todo el Territorio Federal Amazonas. Toso ellototaliza 413.000 km2

• De acuerdo con el censo oficial de 1941,ese territorio, que es casi la mitad de Venezuela y mayor quenumerosos países, apenas si tenía un cuarto de habitante porkm2• Y si se considera que esa población, en su mayor parte,habita en el área que se extiende desde Ciudad Bolívar hastaCiudad Guayana, y desde allí hasta Tumeremo, ¿qué quedapara el resto de ese vasto territorio habitado apenas en lospuertos fluviales a orillas del Orinoco y del Río Negro?

Nuestro país habría podido iniciar en las últimas décadasaunque sólo hubiese sido una tímida acción colonizadora,previa a la construcción de algunas carreteras de penetración.Carreteras que crucen el territorio hasta alcanzar las fronterasinternacionales por el sur. La única emprendida, desde ElDorado hasta Santa Elena de Uairén, no ha sido concluida,aun cuando sabemos que trabajan en ella activamente equiposde ingeniería militar. Se enlazará asimismo en breve ElDorado con el área inmediata a la isla de Anacoco. Pero a suvez, mientras se abren las vías terrestres hacia la zonaecuatorial, están los ríos que descienden desde el sur y queson navegables en buena parte de su recorrido. Si bien seadvierte una migración acelerada hacia la zona de CiudadGuayana, donde la transformación del mineral de hierro y lasobras hidráulicas del Caroní son centros de oferta de mano deobra, la desolación sigue igual en casi todo el resto del territorio

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de Guayana. La proyección de la población del Estado Bolívarpara 1970, se estima en 342.850 habitantes, pero es lógicosuponer que ese incremento demográfico se registrarábásicamente en las zonas de Matanzas y de Guri, y, fuera deesos sectores industriales, en Ciudad Bolívar. Nadie o casinadie irá a poblar y explotar las riberas del Caura, del Aro o delCuchivero. Para 1961, según los datos del censo oficial, ladensidad demográfica del territorio Federal Amazonas fue de0,1. Añadamos que la del Estado Apure fue de 1,5, la delEstado Bolívar de 0,9 y la del Territorio Federal Amacuro de0,8. Para el Estado Apure, la población está localizadafundamentalmente en San Fernando y en algunas localidadesmenores como Guasdualito, Achaguas y El Amparo. Cabeesperar que la carretera desde Santo Domingo haciaGuasdualito y El Amparo, desplazará hacia allí, como ya estáocurriendo, cierto contingente de pobladores procedentes delTáchira y seguramente de Colombia.

Justamente en lo que acabamos de expresar, se nospresenta uno de los grandes dramas venezolanos. ¿Cómopoblar y transformar esas solitarias y vastas extensiones? Sees pesimista acerca de la calidad de los suelos arcaicos deesas porciones meridionales del país. Es muy posible quecuando se haga un estudio de los valles de los ríos que directao indirectamente desembocan en el Orinoco y tienen sunacimiento en las sierras guayanesas, se pueda establecerque son zonas aptas para la agricultura. Podrá establecersecuáles ofrecen posibilidades para la siembra de gramíneas,para así desarrollar la economíaganaderacon carácter integral.Ya se conoce, por experiencias realizadas en suelos de similarestructura en zonas ecuatoriales, que la capa vegetal, enapariencia rica de sectores cubiertos por la selva, es de inferiorcalidad. La exuberancia selvática es producto más que todode la elevada temperatura, de la humedad y de lasprecipitaciones casi siempre superiores a los 3.000 mm. Pero

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allí se dispone de otros recursos, además del suelo, en sumayoría no precisados.

De todas maneras, la faja de mineral de hierro que seextiende desde el territorio oriental de Guayana hasta lasgaleras de Cinaruco, en el Bajo Apure; las posibilidades queofrecen la bauxita, el manganeso, el oro, los diamantes, elcristal de roca y variados tipos de cuarzo, son presagio de loque allí se podrá aprovechar mediante una sistematizadacolonización. Los saltos del Caroní no son las únicas fuentespara generar energía. Los expedicionarios que nos handejado escritas sus experiencias del ascenso del Orinocosiguiendo su cauce, nos han hablado, entre otros, del saltoWaica, en su sector del curso alto del río. Podemos remitirnosal respecto a los interesantes textos escritos acerca de esaexpedición por el doctor Pablo Anduze. El Dorado, apreciadocon una concepción moderna, podría estar en el poblamientoy aprovechamiento de esos territorios venezolanos, todavíasumidos en el misterio.

Cuando aquilatamos el desarrollo que se hace presenteen el Bajo Caroní, pensamos en el resto de Guayana. Así,cuando advertimos las posibilidades de la zona del Cuyuní,cuando contemplamos los extensos valles del Ventuari seis osiete veces mayores que la cuenca del Tuy, cuando pensamosen las perspectivas de una red de comunicaciones fluvialescon el sistema Orinoco-Casiquiare- Río Negro-Amazonas,estableciéndose así un intercambio interno entre Venezuela yBrasil, nos preguntamos cuándo llegaron esas posibilidades aser algo concreto, algo visible, algo que conduzca a nuestropaís al aprovechamiento, al menos en una proporciónadecuada, de sus inmensos recursos. Que tierras mejorespara sembrar el petróleoque las de Guayana. Mas carecemosde población suficiente, carecemos de recursos de capital apesar de tener un presupuesto de gastos elevados. Pero, sin

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suda, se está formando en Venezuela una élite profesional,que a medida que crece, podrá considerar las perspectivasque nos ofrece un país rico en posibilidades, pero aún pobreen realidades.

Hace algunos años estuvo y trabajó en Venezuela unprofesional y científico mexicano de gran prestigio. El nos dejóun excelente estudio sobre la reforma agraria en Venezuela,que en cierta forma es una disección de la realidad nacional.La dictadura que para los momentos de la aparición del librogravitaba sobre el país, prohibió su circulación, pero en esaobra existen grandes fórmulas que hay que tomar enconsideración. Ese profesional, que es el ingeniero agrónomoRamón Fernández y Fernández y con quien tuvimos la honrade compartir la cátedra de Economía y Política Agrarias en laUniversidad Central, realizó lo que consideramos el mejortrabajo monográfico regional que se ha llevado a cabo en elpaís, y que lleva como título el de Aprovechamiento integral dela cuenca del río Tuy. Fernández y Fernández vio lasexperiencias memorables del valle del Tennessee, y algo enmenor escala proyectó para Venezuela. Nuestro ilustre colega,parafraseando un poco las palabras de lIin, vio cómo estabaallí un gran río que perdía la libertad bajo la mano del hombre,para permitir a este vivir en libertad. En Venezuela estamosdominando los ríos, esos "caminos que andan" de que noshabló Alberto ArveloTorrealba. En el río Tuy se está cumpliendoparcialmente el hermoso proyecto del técnico mexicano.Estamos sometiendo en pequeña parte a ese hermoso ypoético monstruo fluvial que es el Caroní. Pero como en loscasos del Tuy, del Caroní, del Mánamo, donde se estáconstruyendo la Venezuela de las nuevas generaciones,menos romántica pero más real, hay que vencer asimismo lastierras y las aguas vírgenes. ¿Por qué no experimentar másal sur con un proyecto afín al del Tennessee en pequeñaescala, en forma parcial, venciendo todos los obstáculos para

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llevar al valle del Ventuari, pongamos por caso, o, si se quiere,más acá, al valle del Caura hasta su confluencia con elErebato, un proyecto de magnitud, que puede ser realizado talvez en varias décadas, pero que se comience a planificar enla que está próxima a finalizar? Tres décadas lleva el proyectoestadounidense. En esa obra prodigiosa, el hombre ha vencidoa la naturaleza: se han contenido las inundaciones, han nacidonuevas ciudades, se han construido redes de comunicacionesfluviales, se ha incrementado la agricultura, han surgidonumerosas centrales hidro-eléctricas, se han creado lagosartificiales con numerosos centros de pesquerías, se haninstalado cientos de centros de yachting y de pesqueríasdeportivas. Nos dice David Lilienthal en su obra El valle delTennessee, la obra de un pueblo, cómo sólo en 1951 setransportaron novecientos treinta millones de toneladas­kilómetros con una economía de ocho millones de dólares,cómo en los lagos construidos hay miles de barcos de paseode toda clase, cómo han sido construidos allí más de 250muelles para las necesidades pesqueras de todo el país, cómose han incorporado 16.000 kilómetros de costas a los EstadosUnidos. Las obras del Tennessee han hecho de esa región lamás grande productora de energía eléctrica de ese país. Allíhan trabajado muchos millares de personas pertenecientes auna nación que dispone de innumerables recursos. Pero, conese ejemplo, ¿no podríamos hacer algo en menor escala, parair transformando el solitario sur venezolano? Otro debe ser eldestino de ese país desolado, de ese vasto traspaís, que senos ofrece como una inmensa promesa, pero que vemos yaceraún en una inacabable espera año tras año.

Humboldt, hace más de siglo y medio, predijo un granfuturo para esos parajes meridionales. Y para esos mismosaños, algunos gobernadores progresistas de Guayana ­Marmión, Centurión, Inciarte- abrigaron planes para el

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desarrollo de su región noreste. En medio de los azarespolíticos de la patria convulsionada del siglo XIX, Michelena yRojas pensó en las tierras del Alto Orinoco, del Ventuari y delCasiquiare, y pensó asimismo en esos hombres marginalesque son los pobladores autóctonos, aún sin la protecciónefectiva que es de desear. Pero allí quedan esos parajes queson un gran pedazo de la patria en permanente espera. Quizáno seamos nosotroslos que los veamosprosperar con síntomasdinámicos, pero que al menos podamos contemplar suincorporación parcial a la vida económica nacional. Una vez,un venezolano a quien no se quiso escuchar, y cuyo nombrees Manuel Aristiguieta, propuso canalizar una inmigraciónjaponesa hacia el Delta del Orinoco y hacia el TerritorioFederal Amazonas. Si mal no recordamos, propuso traer unasveinte mil familias de agricultores y de artesanos. Similares alos que han ido a prestar su colaboración en otros países deAmérica, como Perú, Brasil y Estados Unidos. Se consideróarriesgada la empresa, pero si se aprecia cuál ha sido laaportación del migrador japonés a los tres países citados, yanos imaginamos cómo habrían llevado un hálito de civilizacióna las tierras que aún esperan todo.

Nos hallamos ante las perspectivas de lo que aportaránlas obras de contención del caño Mánamo, la recuperación detierras allí y las consiguientes obras de riego, pero ¿qué seplanifica para los territorios que están más al sur? Hace algomás de diez años, se habló de una vía que ascendería elVentuari y bajaría luego por el Erebato y el Caura hasta elOrinoco; pero todo se quedó en proyecto. Mas es hora depensar en el aprovechamiento integral de Venezuela. Nopodemos pensar en defender cabalmente nuestras fronteras,si hasta ellas no llevamos la civilización. Vemos cómo losLlanos paulatinamente se repueblan y cómo sus ciudadesprosperan, cómo se multiplican sus comunicaciones, cómo semejora su ganadería, cómo se construyen nuevas obras de

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riego, cómo se incrementa la agricultura. Pero hay que ir másallá de los Llanos, hay que ir a los territorios del sur, hay quehacer allí las mismas obras que se adelantan en el norte, hayque llevar hasta allí al hombre y, con él, la técnica y el progreso,hasta alcanzar la frontera de Brasil, de Guayana, de las zonassurorientales de los Llanos colombianos. Que podamoscontemplar en la realidad el mitológico lago Parima, ahoraconstruido por los técnicos venezolanos al represar algún ríodel sur, y que podamos contemplar los nutridos rebañospaciendo en las llanuras del Casiquiare.

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