de políticas y molinos de viento

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Nombre del Blog: De políticas públicas y molinos de viento Jesús F. Hernández Galicia. Historiador egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Actualmente estudia la Maestría en Administración y Políticas Públicas del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Se ha desempeñado como docente adjunto en su alma mater y ha participado en el sector público municipal, en el área de educación superior. Recibió el Premio Marcos y Celia Maus, 2010-2011, por su investigación de grado: Guerra sanguinaria y previsión política. La construcción del sistema contrainsurgente de José de la Cruz (1810-1813). Apasionado del cine y de la literatura (especialmente novelas decimonónicas). Dos de sus autores favoritos contemporáneos son Milan Kundera y Xavier Velasco. Actualmente tiene un creciente interés por la teoría de juegos, el pensamiento estratégico y la regulación aplicada en transporte e infraestructura portuaria. Correo: [email protected] [email protected]

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Nombre del Blog: De polticas pblicas y molinos de viento

Jess F. Hernndez Galicia. Historiador egresado de la Facultad de Filosofa y Letras de la UNAM. Actualmente estudia la Maestra en Administracin y Polticas Pblicas del Centro de Investigacin y Docencia Econmicas (CIDE). Se ha desempeado como docente adjunto en su alma mater y ha participado en el sector pblico municipal, en el rea de educacin superior. Recibi el Premio Marcos y Celia Maus, 2010-2011, por su investigacin de grado: Guerra sanguinaria y previsin poltica. La construccin del sistema contrainsurgente de Jos de la Cruz (1810-1813).Apasionado del cine y de la literatura (especialmente novelas decimonnicas). Dos de sus autores favoritos contemporneos son Milan Kundera y Xavier Velasco.Actualmente tiene un creciente inters por la teora de juegos, el pensamiento estratgico y la regulacin aplicada en transporte e infraestructura portuaria.

Correo: [email protected]@facebook.com

Twitter: @neo374

Entrada 1

Del eterno retorno y la palabra responsableEn la antigua concepcin del eterno retorno, los filsofos estoicos conceban un mundo en el cual el sentido del tiempo lineal, lo incierto y lo altamente contingente eran inconcebibles. La nocin de un suceso ocurrido que fuera nico, individual e irrepetible se quebraba para dar paso a una idea en la que cada acontecimiento ineluctablemente estaba destinado a repetirse exactamente como haba ocurrido de manera infinita. Cada hecho, afirmacin, accin, idea, relacin, amor o pensamiento estaban condenados a repetirse sin variacin alguna de manera eterna. Semejante visin, desde luego, es incompatible hoy con nuestros ideales de libertad y con nuestros horizontes de expectativas en las posibilidades del actuar humano. Sin embargo, lo que deseo destacar de aquel planteamiento es que, concebirlo, exiga la necesidad de asumir una tremenda responsabilidad en los actos de la vida diaria, puesto que cualquier accin daina, errnea o desafortunada quedara destinada a repetirse interminablemente del mismo modo en que haba acontecido.El motivo de referir tal concepcin del tiempo es que da motivo para reflexionar acerca de la necesidad que existe hoy de que quin escribe sea responsable y cuide el peso que tienen sus palabras y propuestas, especialmente de las expresadas de manera escrita. Aunque hoy no haya la carga de aquel eterno retorno de los estoicos, me parece que asumir la responsabilidad de las palabras e ideas planteadas ante la tribuna pblica cobra un importante sentido (especialmente si recordamos que las ideas pueden ser poderosos motores de reforma y hasta de revolucin). Frente a la gran oferta de medios de comunicacin y volmenes de informacin que transitan de latitud en latitud, tal responsabilidad me parece un asunto sagital porque las ideas plasmadas en papel o en un archivo de digital suelen trascender la barrera temporal; suelen tener capacidad de ir ms all del tiempo y del espacio que aquellos mensajes transmitidos en forma oral y no registrados por ninguna tecnologa de grabacin que duran slo el instante efmero en que la idea es transmitida (independientemente de quien sea el emisor). Al reflexionar acerca de la responsabilidad de la palabra y de la ideas publicitadas slo pretendo retomar el planteamiento de un hito del pensamiento Occidental, Immanuel Kant, quien afirm:es posible que el pblico se ilustre a s mismo, siempre que se le deje en libertadSin embargo, para esa ilustracin slo se exige libertad y, por cierto, la ms inofensiva de todas las que llevan tal nombre, a saber, la libertad de hacer un uso pblico de la propia razn, en cualquier dominio[e]ntiendo por uso pblico de la propia razn el que alguien hace de ella, en cuanto docto, y ante la totalidad del pblico del mundo de lectores (Kant, Qu es la ilustracin?).En efecto, lo que Kant propone es que exista la discusin pblica, el dilogo razonado, la opinin informada y el argumento con fundamentos para conmover la conciencia del otro. Semejante dinmica dialgica cobra sentido, aunque no exclusivamente, en el seno de una sociedad democrtica o que se asume como tal. Una sociedad democrtica, sin duda, se sustenta en la libertad de expresin, en el dialogo, en la confrontacin de la palabra. Empero, en una poca en donde la produccin de informacin y su publicitacin es tan extensa; en donde prcticamente cualquier sujeto puede escribir de cualquier tema en cualquier momento (como en el instante en que escribo estas palabras), la cuestin delicada es la propensin hacia un marasmo de ideas y contenidos en donde todos escriben o externan lo que les viene en gana sin un proceso previo de razonamiento.De modo que en tanto mayor informacin haya, no puede deducirse necesariamente que exista una mayor capacidad dialgica en lo pblico o que exista un fortalecimiento de los procesos democrticos. De hecho, el exceso de informacin tambin puede llevar a un punto en el que los sujetos se tornen autistas entre s o a una situacin en la cual la informacin que requiere menos costos para su anlisis (que sean ms someras en sus planteamientos o que requieran menos tiempo para su tratamiento) prepondere sobre aquella que requiere un esfuerzo intelectual ms profundo y detenido.Ante la enorme oferta de informacin y textos escritos, es que veo lo trascendental de escribir responsablemente, con la conciencia de que la palabra de uno se confrontar con la del otro y no ocurrir una situacin en la cual todos emiten ideas en un soliloquios ensordecedores. Escribir un mensaje que ser atendido en el espacio pblico requiere la conciencia de que lo manifestado no busca la polmica per se o externar una ocurrencia. Emitir una opinin implica responsabilizarse, asumir una postura tica en donde lo expresado es producto de un reflexin que pretende construir y no slo de un impulso visceral de ideas.Bajo esa conciencia (atribuible a mi formacin de historiador) es que tard algunas semanas en decidirme a escribir para este blog. No saba qu exponer ni cmo analizara aquello sobre lo que decidiera escribir. Hoy me congratulo por iniciar una serie de notas con el objetivo de discutir asuntos de polticas y para tratar de definir, en algunos casos, cul es el problema, cul es su probable lgica causal y si hay coherencia entre lo que se dice que es el reto pblico y lo que realmente existe. Precisamente, el ttulo de este espacio desde luego conmemora a un fragmento famoso de la obra Cervantes es una alegora a aquellos retos que la realidad moderna impone a las democracias contemporneas. Retos que muchas veces son reales, difciles de aprehender y de resolver; pero tambin a retos que otras veces no existen per se, sino como sntoma de un problema que subyace en una situacin ms compleja todava por descubrir. Retos que slo son ilusiones quijotescas acrecentadas por el marasmo de la informacin pblica, por la celeridad de la vida urbana, por intereses inconfesables deseosos de que no haya respuestas ni soluciones o por la manipulacin que ocurre ante grandes cantidades de informacin. En consecuencia, las prximas entradas de este blog sern para replantear conceptos que muchas veces damos por sentados u obvios; sern para definir contextos y tratar de esbozar retos pblicos. Cabe recordar que para el caso de las polticas pblicas como en la academia, en la definicin del problema o en la pregunta de investigacin se juega gran parte de la solucin, el mtodo de intervencin y las probabilidades de obtener el resultado esperado. Distinguir los molinos de viento de las ilusiones de gigantes perversos es mi motivo para escribir; mi gua es la idea del eterno retorno aplicado a la palabra escrita.