de agentes, traficantes y otros personajes por el estilo · movimientos humanos han generado...

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Actas XIV Congreso AIH (Vol. I). Inés D'ORS. De agentes, traficantes y otros personajes po... - De agentes, traficantes y otros personajes por el estilo Inés d'Ors UNIVERSITÉ DE NEUCHÁTEL ESPAÑA ES HOY PAÍS receptor de inmigración 1 Sin embargo, en el siglo que acaba de cerrarse, experimentó desplazamientos masivos de su población, a América primero y hacia otros países europeos en una etapa posterior. No es éste un fenómeno insólito o desconocido. Desde tiempos inmemoriales, los hombres-individualmente o en grupo-se han desplazado de un lugar a otro, buscando, en unos casos, el poder y el dominio; en otros, la aventura; para muchos más supone la esperanza de un mejor medio de vida o incluso la simple supervivencia. Sean cuales fueren los motivos, estos movimientos humanos han generado cambios importantes en las sociedades: se han mezclado las razas, han cambiado los hábitos gastronómicos o se han adoptado nuevos ritos funerarios. Lógicamente, el fenómeno de las migraciones también repercute sobre ese aspecto fundamental de la cultura y de la vida humana que es el lenguaje. La emigración 2 comporta en muchas ocasiones la inmersión en un medio lingüístico ajeno, completamente desconocido las más de las veces. El emigrante deberá superar esa barrera para poder establecer una comunicación, es decir, un vínculo con su entorno. La comunicación no lingüística, el aprendizaje de otro idioma, la pérdida de la propia lengua, constituyen temas centrales en el estudio del fenómeno migratorio. Sin embargo, no me ocuparé de ello en esta exposición. Voy a centrarme en otro aspecto cuyas 1 Según estadísticas, que siempre son aproximadas, cuenta con una cifra de inmigrantes correspondiente al 1 por mil de su población (unos 300.000), a los que hay que añadir unos 250.000 inmigrantes irregulares. Resulta curioso que se hayan generalizado expresiones como avalancha, oleada o invasión para referirse a un fenómeno que dista mucho de alcanzar las cotas que llegó a tocar la emigración española en el siglo pasado. La prensa diaria nos recuerda una y otra vez esas cifras: «Desde la década de 1880 hasta la primera guerra mundial, más de tres millones de españoles emigraron. Fueron el primer grupo inmigrante en Cuba, el segundo en Argentina y el tercero en Brasil». Blanca Sánchez Alonso, «Los emigrantes de ayer», El País, 26 enero 2001. «( ... )a lo largo de este siglo siete millones de personas salieron de España para buscar trabajo en el exterior». Vicen9 Fisas, «El desconcierto migratorio», El País, 1 febrero 2001 2 Este trabajo se inscribe en el marco de un estudio más amplio sobre el tema «La migración en la literatura hispánica contemporánea». Se trata de un proyecto de investigación, financiado por el Fonds National Suisse de la Recherche Scientifique (FNSRS, 1214-061990/1 ), que se lleva a cabo en el Departamento de Literatura Española de la Universidad de Neuchiitel. 199 -11- Centro Virtual Cervantes

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Actas XIV Congreso AIH (Vol. I). Inés D'ORS. De agentes, traficantes y otros personajes po...-

De agentes, traficantes y otros personajes por el estilo

Inés d'Ors UNIVERSITÉ DE NEUCHÁTEL

ESPAÑA ES HOY PAÍS receptor de inmigración 1• Sin embargo, en el siglo que acaba de cerrarse, experimentó desplazamientos masivos de su población, a América primero y hacia otros países europeos en una etapa posterior. No es éste un fenómeno insólito o desconocido. Desde tiempos inmemoriales, los hombres-individualmente o en grupo-se han desplazado de un lugar a otro, buscando, en unos casos, el poder y el dominio; en otros, la aventura; para muchos más supone la esperanza de un mejor medio de vida o incluso la simple supervivencia. Sean cuales fueren los motivos, estos movimientos humanos han generado cambios importantes en las sociedades: se han mezclado las razas, han cambiado los hábitos gastronómicos o se han adoptado nuevos ritos funerarios. Lógicamente, el fenómeno de las migraciones también repercute sobre ese aspecto fundamental de la cultura y de la vida humana que es el lenguaje.

La emigración2 comporta en muchas ocasiones la inmersión en un medio lingüístico ajeno, completamente desconocido las más de las veces. El emigrante deberá superar esa barrera para poder establecer una comunicación, es decir, un vínculo con su entorno. La comunicación no lingüística, el aprendizaje de otro idioma, la pérdida de la propia lengua, constituyen temas centrales en el estudio del fenómeno migratorio. Sin embargo, no me ocuparé de ello en esta exposición. Voy a centrarme en otro aspecto cuyas

1 Según estadísticas, que siempre son aproximadas, cuenta con una cifra de inmigrantes correspondiente al 1 por mil de su población (unos 300.000), a los que hay que añadir unos 250.000 inmigrantes irregulares. Resulta curioso que se hayan generalizado expresiones como avalancha, oleada o invasión para referirse a un fenómeno que dista mucho de alcanzar las cotas que llegó a tocar la emigración española en el siglo pasado. La prensa diaria nos recuerda una y otra vez esas cifras: «Desde la década de 1880 hasta la primera guerra mundial, más de tres millones de españoles emigraron. Fueron el primer grupo inmigrante en Cuba, el segundo en Argentina y el tercero en Brasil». Blanca Sánchez Alonso, «Los emigrantes de ayer», El País, 26 enero 2001. «( ... )a lo largo de este siglo siete millones de personas salieron de España para buscar trabajo en el exterior». Vicen9 Fisas, «El desconcierto migratorio», El País, 1 febrero 2001

2 Este trabajo se inscribe en el marco de un estudio más amplio sobre el tema «La migración en la literatura hispánica contemporánea». Se trata de un proyecto de investigación, financiado por el Fonds National Suisse de la Recherche Scientifique (FNSRS, 1214-061990/1 ), que se lleva a cabo en el Departamento de Literatura Española de la Universidad de Neuchiitel.

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consecuencias, si bien de menor transcendencia humana, parecen tener mayor alcance, ya que afectan al propio sistema lingüístico. El lenguaje, en cuanto instrumento vivo, está siempre reajustando su performancia, para realizar cumplidamente las funciones que le son propias: nombrar, denotar, expresar, apelar, evocar ... En este trabajo me propongo acotar, dentro de ese gran espacio, una parcela mínima, un campo léxico, y poner de relieve una serie de términos y usos que se han desarrollado en relación con el tema de las migraciones.

Los movimientos migratorios, hoy como ayer, han generado otros fenómenos. Uno de ellos es la aparición-y uso palabras prestadas---de los «profesionales de la ilegalidad y de la explotación de la miseria»3; de personas o, con más frecuencia, redes, que se enriquecen a base de la necesidad, desesperación e ignorancia ajenas. De todo ese complejo entramado me detendré en el estudio de una serie de denominaciones de lo que grosso modo llamo intermediarios, esto es, personas que median, que ayudan al emigrante a realizar su deseo de viajar a otro país para buscarse un mejor medio de vida. Naturalmente, no se trata de ayudas desinteresadas, sino más bien lo contrario: para esos intermediarios tal actividad no es por lo general un ejercicio «benéfico», sino un medio de lucro.

Distingo cuatro tipos de intermediarios, en relación con la función que realizan y el momento del proceso migratorio en que intervienen.

l. Sitúo a un primer grupo bajo el rótulo de contratistas. Uno de los términos más habituales para designarlos es el de agente o, si no se trata de algo personalizado, agencia. Ambos proceden del participio activo del verbo latino AGO, y corresponden a la acepción 6 del DRAE4

: «Persona que tiene a su cargo una agencia para gestionar asuntos ajenos o prestar determinados servicios». Se trata de vocablos que, en sí, no presentan connotaciones especiales y que son utilizados en otros ámbitos muy alejados de la experiencia migratoria. Sin embargo, en el contexto de la emigración5

, están por lo general en los límites de la legalidad, si no enteramente fuera de ella. En los diferentes textos aparecen a veces con algún determinante: agente laboral, agencia de trabajo, agencia de viajes

La emigración de ilegales y las mafias, entonces llamadas «agentes» o «ganchos», es uno de los temas más recurrentes de nuestra historia emigratoria6•

Nuestros compatriotas eran esperados en las principales estaciones de llegada: Colonia, Francfort, Hamburgo, etc., por agentes de empresarios alemanes, que los

3 El país, 27 junio 2000. 4 DRAE. Madrid: Espasa-Calpe, 199221

, s.v. En lo sucesivo, todas las referencias al DRAE corresponderán a esta edición.

5 En estas página!J utilizaré indistintamente los términos emigración o inmigración, ya que una u otra denominación dependen fundamentalmente de la perspectiva desde la que se contemplan los hechos.

6 Blanca Sánchez Alonso, art. cit.

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contrataban allí mismo. Por lo general estos agentes eran también españoles que habían aprendido suficientes palabras alemanas para poder entenderse. Pertenecían, salvo honrosas excepciones, a esa especie de espabilados que siempre se dan entre nosotros, caracterizada por su alergia al trabajo metódico y su inclinación a especular ( ... ) 7• Por lo general, el agente cobraba comisión doble: con una mano, la de su protegido y, con la otra, de del empresario alemán.8

Ustedes no se ocuparán de nada. Sus pasaportes y su dinero los mostrará a las autoridades alemanas un agente de viajes ... ¿Me comprenden? Trabaja para mí. Es la fórmula.9

Pululaban por todo Hamburgo, por los muelles, por los canales y, sobre todo, por los alrededores de la Estación Central, una serie de tipos que se titulaban a sí mismos agentes laborales. Por una cantidad que oscilaba entre lo bastante y lo abusivo, aquellos desaprensivos prometían el oro y el moro en materia de trabajo. Sólo habría que aguardar algunos días, y acaso doblar la cantidad entregada para el desarrollo y solventación de diligencias. Invariablemente, aquellos tipos se esfumaban con habilidad increíble y el pobre recién llegado se quedaba sin la totalidad de su dinero. 10

Por aquella época no daban pasaportes y me costó Dios y ayuda enterarme de cómo conseguirlo( ... ) El secreto era que había que ir a una agencia, porque a ellas sí que se lo daban( ... ) Seguro que la agencia se ganó la mitad. 11

Otra de las denominaciones que podríamos considerar neutra es la de contratista de personal12

. La arriba mencionada de gancho posee, en cambio, connotaciones especiales. El DRAE presenta dos acepciones que pueden corresponder a este uso del término: <<6. fig. Compinche del que vende o rifa públicamente una cosa, o que se mezcla con el público para animar con su ejemplo a los compradores ... 8. fig. y fam. El que con maña o arte solicita a otro para algún fin». El término puede utilizarse con otros valores, pero estas dos acepciones revisten un cierto matiz peyorativo.

Por último, se habla también del agente como de alguien que recluta emigrantes: «Ambrosio Pinilla reclutaba gente para irse a Francia a la remolacha.»13

2. Un segundo grupo estaría constituido por aquellos que proporcionan-siempre con intereses sustanciosos-los medios económicos necesarios. Los englobo bajo la

7 Angel María de Lera, Con la maleta al hombro. Barcelona: Ediciones G.P., 1969, p. 23, cursiva mía.

8 lbíd., p. 25, cursiva mía. 9 Mariano Tudela, Nueva tierra de promisión. Madrid: Bullón, 1963, p. 33, cursiva mía. 10 lbíd., p. 137, cursiva mía. 11 Víctor Canicio, Vida de un emigrante español: el testimonio auténtico de un obrero que

emigró a Alemania. Barcelona. Gedisa, 1979, p. 61, cursiva mía. 12 El País, 6 enero 2001. 13 Ramón Nieto, La patria y el pan. Barcelona: Seix Barral, 1962, p. 182, cursiva mía.

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denominación de prestamistas. Junto a los clásicos prestamista o usurero, tenemos términos como chulquero o coyotero, utilizados en Latinoamérica, en Ecuador el primero y el segundo en México:

Al otro lado del charco les esperaban los chulqueros (usureros que prestan dinero con intereses anuales del 120%) y las hipotecas impagadas que arruinarán a sus familias. 14

El emigrante gasta unos 6.000 dólares ( ... ) por el billete ( ... ), los trámites consulares y la bolsa de viaje. Para ello ha tenido que vender todas sus pertenencias o quedarse endeudado hasta las cejas ante un usurero, conocido popularmente con el nombre de coyotero. 15

El término chulquero deriva de chuleo, adaptación del quechua chullcu, nombre de una planta pequeña del tipo del trébol, voz que cuenta con diferentes acepciones, entre ellas la de <Usura> 16

• En Ecuador, se utiliza la voz chulquero para el que vive de la usura17

. De coyotero, derivado de coyote, me ocuparé más adelante.

3. En tercer lugar estarían los que denomino cobradores, aquellos que cobran comisión o participación: comisionistas, corredores, tramitadores y vendedores de turnos.

¿Que quién es el comisionista? Es una persona que te ayuda a pasar la frontera. 18

Las tarifas impuestas por el corredor (ese intermediario que busca la gente necesaria para llenar una patera) oscilaban ... 19

Fue el momento que algunos de los primeros emigrantes aprovecharon para erigirse en intermediarios, en corredores, digámoslo así, de una nueva mercancía ( ... ) El negocio prometía ganancias marginales muy sustanciosas e incluso la liberación del trabajo manual.20

El sueño de escapar de la miseria y la fantasía de llegar al nuevo Dorado llamado España ( ... )ha generado nuevas ocupaciones en tomo a la emigración. Por ejemplo, los tramitadores: son las personas que cobran por hacer cola y realizar los trámites ante la

14 El País, 29 enero 2001. 15 El País, 21 enero 2001. 16 Cfr. Francisco J. Santamaría, Diccionario General de Americanismos, México: Pedro

Robredo, 1942, s.v. 17 Cfr. Marcos Augusto Morínigo, Diccionario del Español de América, Madrid: Anaya &

Mario Muchnik, 1993, s.v. 18 P. Moreno Torregrosa, M. El Gheryb, Dormir al raso. Barcelona: Vosa, 1994, p. 72. 19 Ibíd., p. 25. 20 A.M. de Lera, Con la maleta ... , cit., p. 24.

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Embajada. O los vendedores de turnos, que permanecen en la intemperie durante toda la noche y luego ceden su puesto a otro, previo pago.21

No me detengo en el comentario de términos como comisionista y corredor, sólidamente anclados en el léxico español22

• Tramitador se utiliza quizás con menos frecuencia, pero puede ser considerado un término neutro, sin especiales connotaciones. Más interesante parece la expresión vendedor de turnos, que ha comenzado a generalizarse directamente relacionada con el tema de la emigración.

4. Por último, me referiré a los que denomino pasadores, que son quienes, materialmente, ayudan al emigrante a pasar algún tipo de frontera o aduana. Excluye decir que tampoco realizan este trabajo de forma gratuita. Es quizás en este campo donde se da no sólo una mayor abundancia de términos diferentes, sino también la presencia de connotaciones especiales. En primer lugar encontramos vocablos que gozan ya de una larga historia, como es el caso de contrabandista, guía, piloto, patrón o transportista:

La Guardia Civil interceptó ( ... ) una patera sin piloto en aguas de Ce uta. ( ... ) En la embarcación había 32 marroquíes ( ... ),que habían pagado 300.000 pesetas cada uno por cruzar el Estrecho en una frágil patera sin guía.23

... una mujer y los patrones de dos pateras fueron detenidos ... 24

Otros, como harague o rais, proceden de la lengua árabe, cosa comprensible teniendo en cuenta que muchos de los inmigrantes clandestinos que llegan a España proceden del norte de África:

( ... )quieren salir en grupo (no se fían de los marroquíes), pero ello provoca en el rais el miedo a que si los cogen, le acusen claramente a él de ser el harague (pasador)25

Cogidos a los bordes de la barca le gritan al rais (patrón): ( ... )26

En el caso de pasador encontramos un derivado ya existente con otras acepciones, que se ha enriquecido con una más a raíz de las últimas oleadas migratorias.

21 El País, 21enero 2001. 22 No es nuevo el uso de comisionista en el ámbito de actividades próximas a la ilegalidad.

Cfr. Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos, Diccionario del español actual. Madrid: Aguilar, 1999, s.v.

23 El País, 8 mayo 2001. 24 El País, 12 junio 2001 25 P. Moreno Torregrosa, M. El Gheryb, op. cit., p. 24. 26 Ibíd., p. 19. El término está recogido en el Diccionario del español actual de M. Seco et

al., cit., s.v.

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El pasador o <labor contractor>, <coyote> o <pollero> para los emigrantes, en ocasiones trabaja para un patrón norteamericano necesitado de mano de obra27

También detuvo a seis pasadores, traficantes de inmigrantes ( ... ) seis personas, supuestos pasadores de frontera28

Una vez en esta ciudad, los miembros de la red ( ... ) pagan a los pasadores (encargados del viaje) 2.500 marcos alemanes.29

Finalmente, encontramos varios términos cuyo ámbito de uso se circunscribe hoy al marco de la emigración ilegal: patero es un derivado de patera, nombre de un tipo concreto de embarcación30 que ha terminado por designar cualquier tipo de embarcacio-nes utilizadas para transportar emigrantes ilegales. El patero sería el jefe o guía de una patera.

-No hay noche-añadió-que no pesquen algún ahogado en el río. Los «pateros» trabajan sin cansarse.

-¿Los «pateros»? -Sí. Los que pasan gente en sus lanchas. Gente como ustedes, mojados. Matan

para robarlos. 31

Interesante resulta también el término pollero, cuyo uso, ligado inicialmente al ámbito latinoamericano, se propaga cada vez más también en la Península32 .

Estos operativos [de vigilancia de fronteras] esconden un segundo propósito: hacer depender cada vez más a los migran tes de los llamados polleros o coyotes (el nombre técnico sería «traficantes de ilegales», pero casi nadie lo usa)( ... ) Los polleros tienen la encomienda de seleccionar grupos homogéneos de trabajadores: los de más baja estatura ... son ideales para los campos de fresa, cebolla y ajo ... , los grandulones ... son más aptos para la pizca de naranja, manzana y pera ( ... ) a veces realizan dobles operativos: seleccionan un grupo, le cobran, lo introducen y enseguida lo ponen a

27 P. Moreno Torregrosa, M. El Gheryb, op. cit., p. 177. 28 El País, 9 abril 2001. 29 El País, 15 junio 2001. Aunque el uso de este término en relación con actividades ilegales

no es nuevo (lo registra el DRAE en su ed. 21: «Dícese frecuentemente del que pasa contrabando de un país a otro»), el hecho de que con frecuencia aparezca acompañado de una aclaración muestra que aún no se ha normalizado totalmente esta acepción.

30 Aunque se dan diferentes interpretaciones al vocablo, lo más probable es que se tratase originariamente de una embarcación destinada a la caza de patos.

31 Luis Spota. Murieron a mitad del río. México: Grijalbo, 1992, p. 26. 32 Suele aparecer con una explicación:«Tenemos identificados a los polleros [ contrabandis-

tas de emigrantes indocumentados] para capturarlos ( ... )»El País, 25 mayo 2001; «No podemos tolerar que más compatriotas mueran( ... ) abandonados por un pollero [traficante] ... » El País, 26 mayo 2001.

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disposición de la Border Patrol, siendo en realidad otro el grupo escogido que habrán de trasladar los llamados guías hasta los campos de cultivo. 33

Miles de mexicanos alcanzan su destino, pero otros caen fulminados por las insolaciones, deshidratados, envenenados por víboras, o cascabeles, ahogados en los ríos fronterizos, abandonados a su suerte por los traficantes de personas, por polleros y coyotes que les cobran hasta 2.000 dólares por el cruce.34

Como el propio Sada explica, el vocablo procede del uso de la palabra pollo para designar a los emigrantes:

El trabajador ilegal se enfrenta a toda una gama de actos de violencia, que va desde el abuso físico y verbal (los novísimos adjetivos son «comefrijoles» o «pieles de lodo», superiores por mucho a los antiguos «pollos» o «grasientos» o al decoroso «espaldas mojadas») . . . hasta el asesinato con armas de fuego a cargo de los guardias fronterizos ... 35

Otro de los términos que quiero comentar ya ha aparecido en los textos citados hasta ahora. Se trata del término coyote .

. . .la noche se llenaba de algo que él conocía de sobra, los trinos y silbidos de los pájaros inexistentes, que era la manera como los coyotes, los pasadores de ilegales, se comunicaban entre sí y se delataban aunque a veces todo era un engaño y los pasadores silbaban como un cazador usa un pato de madera, para engañar mientras el paso se efectuaba en otro lado, lejos de allí, sin silbido alguno.36

Este término, un conocido y generalizado indigenismo procedente del nahuatl coyotl, conoce en México una acepción hasta ahora desconocida en la modalidad peninsular. Así consta en el DRAE: «(Méj.) Persona que se encarga oficiosamente de hacer trámites de otros mediante una remuneración»37

• María Moliner también registra esta acepción, y añade un derivado verbal, coyotear, <actuar como coyote>38

El texto de Carlos Fuentes que acabo de transcribir resulta, a mi juicio, muy sugerente y, en cierto modo, parece apuntar a una relación directa de esta acepción de <pasador de hombres> con la voz indígena. La asociación entre ambos estaría basada en esos silbidos, que recordarían quizás a los aullidos de los coyotes. En todo caso, resulta coherente aceptar una doble vía que conectaría esta acepción con el término nahua39

33 Daniel Sada, «La frontera alevosa», Letras Libres, 17, mayo 2000, pp. 34-38. 34 El País, 1 junio 2001. 35 Art. cit., p. 35. 36 Carlos Fuentes, La frontera de cristal, Madrid: Alfaguara, 1996, p. 282. 37 21 ed., s.v. 38 María Moliner, Diccionario de uso del español. Edición abreviada. Madrid: Gredos,

2000, s.v. 39 Raúl Avila ha tenido la generosidad de ofrecerme un nuevo dato que amplía mi

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Seco et al. anotan otra acepción del vocablo, «Persona nacida en América de barcino y mulata o de mulato y barcina», que se aleja un poco más de la que aquí estudio, aunque probablemente todas estas acepciones converjan antes o después en un mismo punto40

.

Termino esta exposición mencionando el vocablo tiburón:

El «tiburón» escapaba como alma que lleva el diablo ... 41

... las mafias del tráfico asentadas en España y toda Europa (que) cobran sumas horrendas a los que ya han sido esquilmados por los tiburones marroquíes ... 42

Es evidente el origen metafórico de esta acepción, que relaciona a la persona codiciosa43 con ese temido y sanguinario pez.

El tiempo y el espacio no dan para más, así que dejo para otra ocasión el comentario de otros términos.

informacion sobre este vocablo: me dice haberlo escuchado a indígenas mejicanos para referirse a aquellos no indígenas que los explotan. El punto en común entre éstos y aquel animal sería la codicia. Igualmente me apunta el sustantivo coyotaje. Volveré en otra ocasión sobre estas cuestiones.

40 Aquí este diccionario presenta un cierto galimatías, empezando porque la definición de barcino remite de nuevo a coyote: «Persona nacida en América de albarazado y coyote, o de coyote y albarazada». Si retrocedemos en el árbol genealógico, llegamos a un apareamiento inicial de lobo e india, lo que quizás justifique este uso del término. Dejo el estudio de este pormenor para mejor ocasión.

41 Nieves García Benito, Por la vía de Tarifa, Madrid: Calambur, 1999, p. 75. 42 El País, 11 febrero 2001. 43 Acepción que registran Moliner y Seco et al., pero no el DRAE. Los tres diccionarios

anotan también el uso del término en el ámbito de la economía, para designar a quien se apodera del control de una empresa adquiriendo acciones de forma subrepticia.

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