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    CRISTINA COREA

    IGNACIO LEWKOWICZ

    SE ACAB LAINFANCIA?

    ENSAYO SOBRE LADESTITUCIN DE LA

    NIEZ

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    importantes cient!ficos sociales.En este contexto es fundamental el desarrollo logrado por

    /gnacio "eco0it al aportar, como historiador, la perspectivaoriginal, en su anlisis de la "o$s(i(#"i%$ de & s#)*e(i!idd'

    1 2ristina 2orea, partiendo de la semiolog!a, instituye la tesisprincipal de este li%ro con la osad!a de formular una hiptesis talcomo el +i$& de & i$+$"i, hiptesis que sostiene con unarigurosa fundamentacin.

    En esta o%ra encontramos un imprescindi%le marco decomprensin a aquellos que, como profesionales o simplementecomo 3adultos responsa%les*, intentan hacerse cargo de la crianade ni&os y adolescentes.

    4atilde "una5uenos ires,agosto de 6777

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    E N S A Y O S O B R E L A D E S T I T U C I N D E L A N I E Z2 r i s t i n a 2 o r e a

    8n ni&o suscita hoy sensaciones extra&as. (entimos con ms

    frecuencia la incomodidad de quien est descolocado o excedidopor una situacin, que la tranquilidad del que sa%e a ciencia ciertacmo u%icarse en ella. "a curiosidad infantil, ese sentimiento tanpropio del ni&o con el que finalmente los adultos logramosfamiliariarnos, hoy parece ha%erse desplaado# somos los adultosquienes o%servamos, perplejos, el devenir de una infancia queresulta cada ve ms dif!cil continuar suponiendo como tal.

    Este li%ro parte de una corro%oracin histrica# e& ,o(mie$(ode & -o(e$"i i$s(i(#.e$(e de &s i$s(i(#"io$es /#e +o0*0o$ &

    i$+$"i mode0$. nte esa constatacin, se propone reflexionaralrededor de la hiptesis de que, de%ido a las mutacionessocioculturales, la produccin institucional de la infancia en lostrminos tradicionales es hoy prcticamente imposi%le.

    (i orientamos la mirada hacia nuestro entorno cultural, lo dichopuede co%rar alguna evidencia. $or un lado, lo que se escucha enlos medios# crecimiento de las estad!sticas so%re maltrato infantil;aumento alarmante de la venta de ni&os. Estos casos ponen encuestin la nocin tradicional de la fragilidad de la infancia; los

    postulados de proteccin y cuidado de la ni&e empiean a girar enel vac!o. En el campo de la delincuencia irrumpe una novedad# lani&e asesina y el suicidio infantil. 9al irrupcin, tan dif!cilmenteasimila%le, cuestiona la institucin moderna de la infancia inocente,porque hace vacilar uno de los supuestos del discurso jur!dico, elde la inimputa%ilidad del ni&o.

    $or otra parte, el consumo generaliado produce un tipo desu%jetividad que hace dif!cil el esta%lecimiento de la diferenciasim%lica entre adultos y ni&os. "a infancia conce%ida como etapa

    de latencia forj la imagen del ni&o como hom%re o mujer delma&ana. $ero, como consumidor, el ni&o es sujeto en actualidad;no en funcin de un futuro. "a lgica de segmentacin delmarketinginstaura unas diferencias que %arren las que se hu%ieranesta%lecido con la concepcin de las edades de la vida en etapassucesivas. En esa serie se ha%!an inscripto la infancia y susedades sucesivas# la adolescencia, la juventud, la adulte, la veje.

    hora las diferencias se marcan seg:n otro principio# consumidoreso excluidos del sistema de consumo, seg:n la lgica de lasdiferencias que impone el mercado.

    "a relacin con el receptor que propone el discurso de los

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    medios masivos es otra de las condiciones de la ca!da de lainfancia# el acceso indiferenciado a la informacin y al consumomeditico distingue cada ve menos las clases de edad. simismo,la velocidad de la informacin y el tipo de identidades propuestas

    por la imagen impiden el arraigo de diferencias fuertes. quellasdiferencias, %asadas en el principio de separacin,como las etapasde la vida, la espera o el progreso, que son caracter!sticas de laidentidad de los ni&os modernos, se disuelven con el avance de lasidentidades mviles del mercado, impuestas por el dispositivo de lamoda.

    El opuesto de la figura del ni&o como consumidor es el ni&o dela calle, figura que tam%in tiende a a%olir la imagen moderna de lainfancia. (i el ni&o tra%aja para un adulto, esta situacin %orra la

    diferencia sim%lica entre am%os; una diferencia que precisamentela institucin moderna del tra%ajo, al excluir de su campo a lainfancia, contri%u!a a instaurar. $ero tam%in, con ello, quedaa%olida la idea de fragilidad de la infancia# si en el universo de losexcluidos del consumo los ni&os estn en mejores condiciones quelos adultos para *generar recursos+, entonces se revela que la ideade fragilidad del ni&o, que opera%a como una ran moderna deexclusin de la infancia del mundo del tra%ajo, es una produccinhistrica ya extenuada.

    "a ni&e es un invento moderno# es el resultado histrico de unconjunto de prcticas promovidas desde el Estado %urgus que, asu ve, lo sustentaron. "as prcticas de conservacin de los hijos,el higienismo, la filantrop!a y el control de la po%lacin dieron lugara la familia %urguesa, espacio privilegiado, durante la modernidad,de contencin de ni&os. "a escuela y el jugado de menorestam%in se ocuparon de los vstagos# la primera, educando laconciencia del hom%re futuro; el segundo, promoviendo la figura delpadre en el lugar de la ley, como sostn sim%lico de la familia.

    inguna de estas operaciones prcticas se llev a ca%o sin

    compulsin so%re los individuos; todas ellas terminar!an finalmentepor consolidar los lugares diferenciados que ni&os y adultosocupar!an como hijos y padres en la institucin familiar naciente.

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    casi tres siglos. 9ales prcticas produjeron unas significaciones conlas que la modernidad trat, educ, y produjo ni&os# la idea deinocencia; la idea de docilidad, la idea de latencia o espera.

    "as prcticas pedaggicas de mediados del siglo =/= hasta

    mediados del == exhi%en con claridad cmo funcionan esospredicados. El manual escolar, que fue gnero central en laeducacin infantil hasta aproximadamente los a&os cincuenta, trataal ni&o como *el hom%re del porvenir*.

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    que gui nuestro tra%ajo so%re la infancia. El segundo expone laestrategia cr!tica en que se mueve el Ensayo para analiar eldiscurso massmeditico. En el cap!tulo tercero se analian losprocedimientos enunciativos del discurso massmeditico, puesto

    que es all! donde la hiptesis conjetura el agotamiento de lainfancia."os cap!tulos cuarto, quinto y sexto presentan el recorrido de la

    hiptesis so%re distintos gneros de los medios masivos. "asherramientas, el procedimiento y el esp!ritu de esos anlisis son deneto corte semiolgico. Esos anlisis quer!an producir laconsistencia de la hiptesis inicial para llegar a la tesis central delagotamiento de la infancia moderna. "os gneros del discursomassmeditico en los que se vio tra%ajar la hiptesis fueron# elperiodismo, la pu%licidad y la serie televisiva Los Simpson.ll! seintenta ver de qu modo las figuras del ni&o que construyen esosgneros >el sujeto de derechos, el consumidor y el receptorinfantil de las series> destituyen prcticamente la figura del ni&omoderno.

    En la segunda parte se presenta una serie de o%servacionesque surgen de la lectura del Ensayo sobre la destitucin de la niez.Esas o%servaciones glosan el margen del texto# se&alan puntos devacilacin, radicalian puntos de intervencin, aclaran estrategiasimpl!citas, exploran las consecuencias de la hiptesis; en s!ntesis,

    intentan continuar el movimiento suscitado por la lectura del Ensa-yo.

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    2 $ ? 9 8 " /N"imie$(o de #$ 1i-%(esis

    Este tra%ajo se inspira en un episodio cruel# el famoso caso de losni&os asesinos de "iverpool. (ucedi el 6@ de fe%rero de 677A. "ostres protagonistas eran ingleses y BCmenores+# los asesinos, diea&os cada uno; la v!ctima a:n no ha%!a cumplido los tres. (erecordar que el homicidio fue precedido por el secuestro de lav!ctima en un shopping,y que fue registrado por el circuito interno detelevisin.

    "a crueldad de los hechos nos lleg a travs de imgenes; susentido, a travs de opiniones. o est%amos ante los hechos;ramos espectadores mediticos, consumidores del caso de losni&os asesinos y de la serie de casos semejantes que so%revendr!adespus en los medios. El caso era inquietante. lgo pasa%a. $erono en el plano de los hechos, sino en el plano del discurso que noshac!a llegar esos cruentos hechos. "o nota%le era el mecanismocon que esto llega%a a nosotros; o la posicin en que qued%amosante tama&os hechos. $ero esa conviccin vino %astante despus.

    l comieno no era tan sencillo discernir si nuestro inters eran loshechos o el discurso que en esta ocasin los trata%a. (i era loprimero, nada pod!amos hacer# est%amos en 5uenos ires,

    mirando la tele, leyendo los policiales de los diarios. $ero s!pod!amos avanar si decid!amos lo segundo. (i admitiramos demodo radical la existencia del discurso massmeditico; siadmit!amos que lo que nos atrapa%a, finalmente, eran los medios.9uvimos que decidir, entonces, que nuestra hiptesis no era unahiptesis so%re los hechossino so%re el modo en que se construyel sentido del casoen el funcionamiento de los medios. uestropro%lema no era del orden de los hechos sino del orden deldiscurso. "a cuestin era complicada, puesto que el discurso no

    era una dimensin por fuera de los hechos, sino que ten!a supropia dimensin prctica que ha%!a que analiar. Esa dimensinprctica era un conjunto de operaciones enunciativas queera nece-sario descri%ir, analiar e interpretar semiticamente.

    uestro inters se despla paulatinamente del caso de losni&os asesinos hacia el discurso que lo ha%!a producido como tal.El anlisis del discurso massmeditico nos deparar!a una sorpresa#el pro%lema no resid!a en el modo en que el discurso trataba el casode la infancia asesina, sino que el funcionamiento de los medios en

    este caso era un s!ntoma de otra cosa."os medios masivos eran el discurso en que hac!a s!ntoma un

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    pro%lema de envergadura histrica# algo en la infancia ha%!acam%iado. 9anto, que quis ha%!a dejado de existir. 'Estar!amosllamando infancia a otra cosa, cuya naturalea ignor%amos) "oque a duras penas se segu!a enunciando como inancia,'constitu!a

    el encu%rimiento sintomtico de una alteracin histrica) "aspreguntas adquirieron forma de hiptesis; la intuicin %usc, unmtodo de anlisis pertinente y, transcurrido cierto tiempo, lainvestigacin produjo su tesis. El recorrido se puede leer en laspginas que siguen.

    LAINFANCIAASESINACO2OCASO2EDI3TICO

    El caso de los ni&os asesinos de "iverpool despierta, cuantomenos, estupor. ay algo de siniestro en el caso. $orque, si losiniestro es la irrupcin de un vac!o en la calma cotidiana, elasesinato infantil, tanto por la calidad de la v!ctima como por la desus victimarios, nos pone ante un vac!o# el sentido com:n so%re lainfancia no puede, de ning:n modo, recu%rir un hecho de talnaturalea. (i la infancia es >o deber!a ser,seg:n nuestros h%itosculturales> la imagen misma de la inocencia, no hay nada ms si-niestro que lo anglico de la infancia mutando hacia lo dia%lico. 1a

    que, si hay un lugar donde resulta inesperada la emergencia de unaestrategia asesina, es en el reino dorado de la infancia inocente.

    El asesinato perpetrado por Don ena%les y Fo%ert 9hompsoninicia una serie %ien conocida# la serie meditica de los casos deni&os asesinos, cuyo :ltimo trmino, al momento de escri%ir esteli%ro, lo constituye la *masacre de rGansas*. "a serie, tratada %ajoel t!tulo period!stico de 3violencia infantil* integra, a su ve >seg:nlos procedimientos sintcticos del discurso meditico>, una serie

    mayor# la de la violencia social."a puesta en serie meditica organia la ley de la repeticin

    idntica de sus trminos# los casos, con el intento de encontrar unaexplicacin de los hechos. "a explicacin es simple# la repeticin decasos corro%ora la existencia de la ley, que enuncia# Ccrece el!ndice de violencia infantilH. "a repeticin no es slo el principio queorgania la lgica de la serie, sino tam%in un criterio deexplicacin causal# *En general, los chicos que act:an as! hanpadecido alg:n tipo de maltrato en sus casas, no slo f!sico,

    tam%in emocional. 2on la violencia, repiten lo que reci%ieron#tratan a los dems con el mismo desprecio que a ellos los trataron*

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    I*"os chicos repiten lo que reci%en*, "#gina$%&,@JKLAK7MN."a estrategia massmeditica tiene dos dimensiones# la del

    hacer y la de una teor!a so%re ese hacer. $roduce el caso y suserie, y al mismo tiempo proporciona una clave de lectura de eso

    que hace; una teor!a so%re la violencia que dice# hay violencia porrepeticin. $ero el principio de repeticin que e'plica la violenciaest producido por el propio discurso# la puesta en serie del caso."a operacin enunciativa de puesta en serie produce una teor!aque explica los fenmenos seg:n el principio de la repeticin serial.

    El mismo principio de la repeticin idntica prefigura un futuro#aumento de la violencia infantil.

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    hom%res pequeos()y los sentidos disponi%les en esa situacinpara registrarlo. "a imposicin meditica de la serie construida a laque pertenece el caso impide pensar lo real de la transformacinque est en juego.

    $or consiguiente, la operacin de puesta en serie del discursomeditico no explica nada, ms %ien se autoexplica# en laoperatoria sintctica, lo que tenemos, sencillamente, es que uncaso es la causa de otro. 1, as!, la serie puede sucederse sin fin.$or este camino, slo encontraremos respuestas numricas alpro%lema, pues cada caso confirma la ley# crecen los !ndices;crecen los casos; crecen las estad!sticas... o ca%e duda# vivimosen un mundo cada ve ms violento.

    Es necesario construir otro punto de vista para leer el pro%lema,

    si queremos a%andonar el terreno de la repeticin idntica de laserie, el para!so tranquiliador de las confirmaciones mediticas. Elcam%io de perspectiva, entonces, tiene que ser radical. El caso dela infancia asesina no ser un !ndice ms de la violencia infantil,que a su ve es un !ndice de la violencia social, sino un sntomadeldiscurso de los medios. $ero resulta entonces que, si la repeticines sintomtica y no la confirmacin de algo que ya se sa%e, de%einterpretarse. "a repeticin es !ndice ya no de una repeticin ni deun aumento# es el s!ntoma de una mutacin ms drstica.

    "a repeticin de casos, entonces, es s!ntoma en el discursomeditico de una variacin histrica, la mutacin prctica de lo queesta%a en posicin de real para las instituciones de la infancia# elcachorro humano. (i lo que denominamos institucin infancia es elproducto de las operaciones prcticas de unos discursos so%re lafamilia y sus ni&os, si esas operaciones discursivas le dieron a suve consistencia imaginaria a la infancia en el universo %urgus, loque se nos presenta hoy como sintomtico es el desacople entreesos discursos y su real, porque ese real ha mutado

    histricamente. El horror ante la infancia violenta se produce so%rela %ase de una representacin agotada en sus efectos prcticos# lani&e conce%ida como edad de inocencia, fragilidad y docilidad.

    El caso de la infancia asesina viene a postular en los hechos, yde un modo sintomtico, que la ni&e ha perdido definitivamente suinocencia en el discurso meditico. El supuesto moral de lainocencia infantil, que sostiene el principio jur!dico deinimputa%ilidad del menor, queda prcticamente cuestionado.(eguramente esto no sucede slo con el discurso jur!dico# es

    raona%le conjeturar que cualquier universo de discurso quesuponga las significaciones tradicionales de la infancia se ver

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    pertur%ado. (o%re esa hiptesis discurrirn las pginas que siguen.En efecto, el desacople discursivo interpretado en el

    funcionamiento de los medios es el s!ntoma del agotamiento de lasinstituciones que forjaron la infancia# la escuela p:%lica, la familia

    %urguesa, el jugado de menores, las instituciones de asistencia ala familia. En el universo %urgus, la infancia es el o%jeto dediscurso producido como efecto de la intervencin prctica de lasinstituciones de asistencia a la familia.

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    "as postulaciones anteriores nos conducen a las siguientespreguntas; 'cules son las condiciones actuales de lasinstituciones tradicionales de la infancia); 'cmo es sufuncionamiento actual); 'qu tipo de relacin esta%lecen con otras

    instituciones, especialmente los medios masivos)"a mirada recae inevita%lemente so%re la escuela y la familia,las instituciones que tradicionalmente fueron responsa%les de lacontencin y de la formacin de ni&os, a los que efectivamenteproduc!a como alumnos o hijos. En lo que concierne a la familia,nunca estuvo sola. (iempre la encontramos asistida, auxiliada,protegida, educada, normaliada, moraliada. Entre la familia y elEstado %urgus, se teje toda una red de prcticas de asistencia yproteccin. vigilancia, si se prefiere. $ero esa infancia hoy ya no

    existe. uestro propsito es indagar las prcticas actuales que ladispersan# las prcticas que operan so%re el cachorro y lo vuelvenreal para el universo de discurso moderno.

    $ara situar conceptualmente el estatuto actual de la infancia, esnecesario retomar la relacin entre la infancia y el delito queesta%lece el discurso meditico, ya mencionada al comieno deeste cap!tulo.

    El tema del delito infantil llega al consumidor de mediosmasivos. "a frecuencia con que el tema es tratado le indica, en la

    misma clave que le %rinda el discurso meditico# que la crisis de lainfancia es uno de los efectos nefastos de la actual pol!ticaeconmica; que es un !ndice ms del crecimiento de la violenciasocial que caracteria a las grandes ur%es posmodernas; queestamos ante la crisis de los valores o de los modelos, etc. "atematiacin meditica va en aumento, al ritmo tam%in crecientede la estad!stica de los casos.

    '2ul es la modalidad espec!fica de ese tratamiento)(imple identidad entre la causa y el efecto# la violencia infantil

    es una expresin ms de la violencia social general. 3"aviolencia engendra violencia*; la causa y el efecto sonidnticos; la figura de la serie de casos corro%ora una y otra vela identidad. El recorrido lineal que propone el tratamientomeditico nos conduce a los lugares comunes del discurso, a lasimple corro%oracin de lo que ya se sa%e. '2mo a%andonareste camino)

    "a estrategia consiste en considerar el delito infantil no yacomo simple expresin de una causa idntica aunque mayor

    sino como s!ntoma del universo del discurso meditico. diferencia de la operacin identitaria de la serie, la lectura

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    del s!ntoma no es una operacin deductiva, sino que se&ala undesacople material entre las prcticas sociales representadasen el discurso meditico y la misma operatoria derepresentacin de ese discurso.

    En consecuencia, la lectura del s!ntoma es capa deinterrumpir la cadena deductiva del signo que impone, la seriemeditica, siempre y cuando tal s!ntoma d lugar a unainterpretacin. El s!ntoma es heterogneo respecto de la causaque supuestamentelo provoca.

    Entonces, para esta lectura sintomtica, el delito infantilslo es la causa eficiente de la produccin discursiva de losmedios. (lo en determinadas circunstanciasesa causa puedeproducir unos efectos tales como la proliferacin meditica de

    los casos de asesinato infantil. $uede parecer a%usivo pero,una ve que se acepta que los medios son un discurso, sussujetos, siempre en posicin de consumidores de informacin,slo tienen una percepcin meditica de la realidad, que esentonces s! efecto de discurso.

    "os casos de delincuencia infantil, por lo tanto, son casosmediticos, y no de otra naturalea. Esto no significa que noexiste relacin entre la realidad y los medios; la posicindiscursiva de ninguna manera repudia la realidad. "o que pasa

    es que hay que esta%lecer cmo es la relacin del discurso conlos hechos que significa. "o veremos en el cap!tulo A."a produccin discursiva de los medios en torno a la infancia

    asesina es efecto de ella, pero a su ve es s!ntoma de lascondiciones en que se produce ese tipo particular de violenciainfantil. Ese conjunto de condiciones no es ni ms ni menos que elmomento de agotamiento de la ni&e. El tratamiento discursivo queproponen los medios de la crisis de la infancia reprime lapercepcin, del agotamiento de las instituciones que la forjaron. (ecumple una ve ms una ley del funcionamiento discursivo# larepeticin de enunciados reprime la legi%ilidad de sus condicioneshistricas de enunciacin.

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    $ero que la cr!tica no pueda ya ejercerse %ajo la forma moderna dela teor!a o del sa%er sistemtico no significa que de%amosrenunciar a ella.

    "a renuncia a la tarea cr!tica puede responder no slo a un

    sentimiento de impotencia; tam%in la confiana ciega en el poderdemocratiador de los medios es una forma de renuncia a lacr!tica. En cualquiera de los dos casos, se sigue preso de la lgicadel todo# afuera de los medios IdenunciaN; adentro de los mediosIintegracinN. En cualquiera de los casos, hemos sido tomados porla lgica del discurso. olvamos ahora so%re la infancia, para vercmo es su tratamiento meditico. En principio, los mediospresentan el pro%lema de la infancia con una frmula de carctergeneral# *crisis de las instituciones+. El discurso asevera# 3ivimosla poca de los cam%ios. 2am%ia la familia, cam%ia el rol de lamujer, cam%ian las relaciones de pareja. Es natural entonces quela infancia cam%ie; ello no es ms que una consecuencia deaquellos cam%ios ms generales.*

    s! es como proliferan investigaciones especiales,comentarios, encuestas y notas de opinin, para a%ordar la crisisgeneral a la que asisten las instituciones modernas# la familia, lapareja, la escuela. (e produce y circula entonces una especie demxima ideolgica, que denominaremos ideologema meditico# dela premisa general del cam%io, se infiere la crisis de la infancia

    como un caso particular.

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    2omo enunciado meramente autorreferencial, la denuncia >aunque sea central para la existencia meditica> carecenota%lemente de efectos prcticos en la cultura. $or el contrario,parece ms %ien que los anula; tal como otra denuncia neutralia

    los efectos de la anterior. figura retrica del mito %urgus, seg:n la o%servacin

    de Foland 5arthes># 3(e inmunia lo imaginario colectivomediante una peque&a inoculacin de la enfermedad reconocida;as! se la defiende de una su%versin generaliada.* (in em%argo,hay que darle un ajuste a la frmula %arthesiana. "as aguas delestructuralismo, del marxismo y de la cr!tica han corrido demasiadocomo para que aquella suspica intervencin de 5arthes, cr!tica yefica en los a&os cincuenta, siga produciendo efectos.

    En trminos actuales, la vacuna del imaginario colectivo noimpide una su%versin generaliada, sino la irrupcin del vac!o en

    el discurso# lo importante hoy es que los medios no callen. Esapresencia permanente del discurso, que revela como un imposi%lede nuestro cotidiano actual la experiencia de apagar la tele, apagarla radio o ignorar los diarios, se ve favorecida >o al menos seexplica en parte> por una peculiaridad semitica del discurso me-ditico# la ausencia de clausura. En las condiciones actuales, elsilencio >el vac!o> es una experiencia horrorosa.

    (e entiende entonces que la tarea %sica de los dispositivossea impedir que se interrumpa la produccin de sentido. "a

    denuncia es as! garant!a de que los medios no callen. "o decisivoes impedir el vac!o.amos ahora a situar la intervencin de Foland 5arthes en el

    campo de la cr!tica cultural, porque ayudar a situar tam%in lanuestra. 5arthes ha sido uno de los cr!ticos ms sutiles de lasemiolog!a. (u primera edicin de +itolog!as data de 67OP y re:neuna serie de escritos cr!ticos so%re la cultura de masas. 2on eseli%ro 5arthes inaugura el proyecto intelectual de constituir lasemiolog!a como ciencia cr!tica. Entusiasmado por la v!aestructuralista de axiomatiacin de la lengua que ha%!a a%ierto(aussure, 5arthes conf!a en que la semiolog!a ha%r de

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    constituirse en la ciencia cr!tica por excelencia. En cuanto seadmite una !ntima relacin entre la estructura social del lenguaje yla ideolog!a, la semiolog!a se perfila como el instrumento ideal paradesmontar la estructura ideolgica de las representaciones

    sociales dominantes.El anlisis semiolgico ha%r!a de permitir entonces *a%andonarla cr!tica piadosa y dar cuenta en detalle de la mistificacin quetransforma la cultura peque&o %urguesa en naturalea universal*.

    (in em%argo, en una especie de %alance que introduce lareedicin de +itolog!asde 67PL, 5arthes admite que 3ya no podr!aescri%irlas*. 1 es que las circunstancias pol!ticas y tericas deentonces lo llevan a advertir >de un modo ms intuitivo que terico> que el estatuto de la cr!tica ha%!a cam%iado. vanada la

    dcada del setenta, 5arthes est convencido de la invia%ilidad deuna *teor!a* cr!tica# la semiolog!a corr!a el riesgo, como cualquiersa%er sistemtico, de funcionar ella misma como discursoideolgico. ac!a ya unos a&os que 5arthes se ha%!a refugiado enla cr!tica literaria. "a teor!a de la textualidad que ela%ora en esosa&os se le presenta como :nica v!a de acceso a la singularidad delsentido# como :nica alternativa al estructuralismo de la cr!tica. la%andonar el proyecto *cient!fico* de la cr!tica semiolgica, 5arthesse&ala el pro%lema# pero ste queda a:n sin resolver, atrapado enun %rete que el estructuralismo marxista de la poca no logra%aatravesar# el pasaje de lo social a lo singular. Esa suerte deantinomia se le plantea%a a 5arthes como un enfrentamientoirreducti%le entre dos discursos# el de la cr!tica ideolgica, inevi-ta%lemente reproductivista y fatalmente determinista, por cuantoslo era capa de denunciar el compromiso de todo lenguaje con elpoder, y la interpretacin textual, ejercida como una apuesta a lasingularidad de la lectura. En la %:squeda del texto singular se jugel intento de interrumpir el circuito de la reproduccin ideolgica delsentido.

    l correr el riesgo de cualquier apuesta, la cr!tica estructural setransform ella misma en un dispositivo de reproduccin cuando ladesmitificacin, su operacin de lectura privilegiada, se volvihegemnica. uno de cuyos portavoces legitimados es"#gina$%&> un fenmeno de reinscripcin ideolgica de lo quefuera en aquellos a&os una operacin cr!tica.

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    ESTATUTO DEL DISCURSO 2EDI3TICO

    Este tra%ajo entra en relacin con un o%jeto terico denominadodiscurso massmedi#ticoI

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    produce sus propias diferencias, es decir# produce sus enunciados%ajo sus propias condiciones,

    eamos algo ms del funcionamiento hegemnico de laenunciacin meditica. 8na de las caracter!sticas actuales de la

    reproduccin masiva de enunciados es su rgimen de totaliacin#se puede Iy hay queN decirlo todo; se puede Iy hay queN opinar detodo; se puede Iy hay queN mostrarlo todo; se puede Iy hay queNverlo todo. "a enunciacin se vuelve homognea por esta cualidadde reproduccin infinita de enunciados, que funciona so%re lacaptura de la recepcin en el imperativo social# hay que.Esto es#resulta sumamente dif!cil >si no imposi%le> constituirse comosujeto social sin ser part!cipe Ies decir, parteN de la actualidadmeditica.

    $or consiguiente, la interrupcin de ese rgimen de dominanciano puede ser nunca un enunciado ms de la serie capa dedecirKopinarKmostrar todo. "a interrupcin del rgimen de esosenunciados se juega en la intervencin so%re los dispositivos deenunciacin del discurso. Ese tipo de intervencin requiere que selocalicen las operaciones del discurso. hora %ien# esasoperaciones no de%er!an descri%irse de modo general, sino quedependen de la situacin de discurso que se analia. $or eso esindispensa%le que se localice el s!ntoma que da lugar a la situacindiscursiva so%re la que se interviene. En el cap!tulo primero

    delimitamos en los medios el s!ntoma que permite pensar hoy lapro%lemtica de la infancia; en lo sucesivo vamos a precisar lasoperaciones discursivas que %ordean dicho s!ntoma.

    Fespecto de las unidades de anlisis, pro%lema central delmtodo estructural, sino ya el :nico. El agotamiento de la cr!ticaestructural ha dejado su propia ense&ana# ning:n principioestructural es sustancialmente cr!tico. 8na lectura activa no tienems remedio que producir las unidades pertinentes para el anlisisdel o%jeto so%re el que interviene. "a consistencia de las

    herramientas del anlisis se ir produciendo en el transcurso de laintervencin. En nuestro tra%ajo tales herramientas se forjaron conel auxilio tcnico de la lingR!stica y la semiolog!a.

    EL CASO DE LA INFANCIA'FATALIDADDELAPRI2ERALECTURA8 ENCUENTROCON LAS REGULARIDADES DEL DISCURSO 2EDI3TICO

    Estamos ante un conjunto de materiales que proceden de los

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    medios. El tema que los aglutina es la crisis actual de la infancia.Es el momento de la primera lectura. Esa primera lectura no pudosustraerse a la presin de la sistematicidad# las regularidades deldiscurso meditico se impusieron; el anlisis no pod!a localiar

    ninguna singularidad. ' qu respond!a esta persistencia de laregularidad discursiva) '(e trata%a de una presin del mtodo delectura o de una presin de la naturalea hegemnica del o%jeto deanlisis)

    8na primera corro%oracin se nos impon!a, eso era cierto# lassingularidades no se %uscan, se encuentran. o se %uscan porquela %:squeda requiere un sa%er anticipado so%re el trmino que se%usca; tal anticipacin anula de hecho el carcter singular deltrmino por venir. $ero tampoco se encuentran sin ms. l parecer,

    las singularidades se encuentran slo si se producen forando elanlisis del corpus.

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    gestin de infancia y la familia# una cuantitativa y otra cualitativa.

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    otro caso de delincuencia infantil; otro caso de a%uso de unmenor, etc. "a regla >es decir, la tesis> puede reconstruirseseg:n el siguiente encadenamiento entimemtico#

    6. "a po%rea y la falta de educacin son la causa de la

    infancia delincuente o delincuencia%le.@. El plan de ajuste conduce a situaciones de carencia y

    po%rea extrema.

    A. "a delincuencia infantil est causada por la pol!tica actualdel Estado.

    Es nota%le cmo en el

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    dispositivo que garantia hoy materialmente esa lgica) "osmedios masivos. Estas son las condiciones que hacen enuncia%lela tesis que sostiene que los medios son el Estado.

    "a fuga hacia la denuncia como forma actual privilegiada de la

    pol!tica ImediticaN es una de las salidas espontneas de lasituacin anteriormente descripta# espontnea ac significairreflexiva, o inactiva, ya que sigue funcionando so%re el supuestoanterior, ya agotado, de que el Estado de%e seguir cumpliendo lasfunciones %enefactoras de las que ha claudicado de hecho y, engran medida, de derecho.

    Esta posicin, ejercida fundamentalmente desde la enunciacinmeditica, adquiere un funcionamiento circular que vuelve inerte laenunciacin. "a demanda al Estado no logra instituir al tro en la

    demanda. "a interpelacin es inefica, no importa por culpa de culde los trminos involucrados en ella. "a insistencia transforma lademanda en denuncia. Tinalmente, el circuito se cierra porque ladenuncia hace leg!tima la enunciacin.

    (e produjo esa do%le operacin discursiva que caracteriamoscomo representacin sin presentacin alguna# la demandatransformada en denuncia pierde su naturalea de demanda. suve, la supuestafuncionalidad de la demanda legitima la denuncia.$ero, como es evidente, la funcionalidad es slo supuesta, ya que,

    si as! no fuera, si efectivamente poseyera alguna eficacia, nomudar!a tan rpidamente a la forma denuncia. Es esa operacin deautolegitimacin discursiva la que sit:a a los medios en la posicinde Estado.

    (i volvemos al sistema propuesto, es posi%le o%servar en laona el predominio de gneros como, el comentario, losconsejos, la nota de opinin so%re la crisis de los modelos o de losvalores sociales y las investigaciones especiales >de cortesociolgico>, siempre en clave de *cam%ios culturales+. "a

    pretensin, se ve claramente, es explicar a los sectores msinstruidos las causas del fenmeno. El o%jetivo contin:a siendoeducar.

    "a ona 5 expone los casos que configuran la serie de lainfancia, anmala. "a delincuencia est representada en el

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    marginal a la infancia.En primer lugar, miremos las cifras. (e vio que, en relain con

    lo marginal, las varia%les funcionan como mecanismos de controldiscursivo# control de causas, control de efectos, control de casos.

    El caso, estad!sticamente, confirma la regla al funcionar como unsa%er que anticipa el reconocimiento del episodio como *otro casoms+.

    "a infancia marginal queda delimitada como una ona acotada,lo que impide su infiltracin en la ona . $ara evitar estasfiltraciones, existe otro procedimiento discursivo.

    dems de las cifras estad!sticas, tenemos el funcionamientodel relato. Fesulta nota%le que la seccin $oliciales sea hoy casi la:nica seccin del diario que utilia de manera ms o menos pura

    las formas narrativas. "a lingR!stica estructural distingue dosprocedimientos enunciativos opuestos# historia y discurso Irelato ycomentarioN, seg:n el uso que se haga de los tiempos, la deixis yalgunas funciones sintcticas espec!ficas. 8no de los efectos deesa distincin es una enunciacin 3o%jetiva* para el relato y una3su%jetiva* para el comentario. $or supuesto, ese carcter deo%jetividad no est >como se desprender!a directamente de lapostulacin de 5enveniste> esencialmente en el procedimientolingR!stico, sino en el uso cultural del lenguaje >es decir, discursivo

    > que convencionalia ese uso para producir ese sentido# ladistincin entre o%jetividad y su%jetividad.(i ligamos aquella distincin de la lingR!stica de la enunciacin

    con la transformacin del estatuto del sa%er narrativo en laposmodernidad, encontraremos algunas claves de lectura de losgneros massmediticos actuales. En un li%ro que es ya popular,Dean Tranfoise "yotard se&ala que el relato es la forma delegitimacin del sa%er tradicional. "as historias populares cuentanlos xitos o fracasos que coronan las tentativas del hroe, forma

    idealiada o metafrica del pue%lo. 9ales relatos otorgan legitimi-dad a las instituciones sociales; representan modelos deintegracin. simismo, la nocin moderna de progreso estindisolu%lemente ligada al estatuto del relato, pues representa untipo de movimiento social que se explica en la suposicin de que elsa%er se acumula. 3En la sociedad y la cultura contemporneas,sociedad postindustrial, cultura posmoderna, la legitimacin delsa%er se plantea en otros trminos.* /nterrumpimos aqu! lao%servacin de "yotard. $uesto que la cuestin que parece radical>y que plantea nuestra distancia con su posicin> es justamentedilucidar cules son esos otros trminos, qu valor tienen, cul es

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    su estatuto y su productividad. Fesulta o%vio que uno de losdispositivos ms potentes de legitimacin del sa%er en la actualidades el discurso de los medios masivos. $ero la cuestin es dilucidarqu tipo de sa%er es el meditico, qu efecto produce en la

    su%jetividad actual.(in lugar a dudas, uno de los rasgos caracter!sticos de lacultura meditica posmoderna es la explosin del comentario conuna v!a privilegiada de circulacin, que es la entrevista. "a formarelato se extingue; ha%itamos el universo del comentario o, msprecisamente, el reino de la opinin.

    o o%stante, la crnica persiste a:n en las secciones policialesde algunos diarios. $ro%a%lemente, con el afn de esta%lecer unadistancia entre el mundo del delito y del crimen y el nuestro,el de la

    opinin y el comentario. El de los que transgreden la ley y el de losque opinamos so%re ellos, o so%re ello."a tradicional distincin de los tiempos ver%ales en

    comentativos y narrativos, sostiene que los primeros imponen unaescucha atenta mientras los segundos, una escucha msdistendida. "o que el relato cuenta ya pas, queda en otro lugar, enun mundo clausurado o acotado tanto espacial comotemporalmente. Ssta parece ser la condicin que nos pone aresguardo de sus efectos. Uui la persistencia del relato vinculado

    a las prcticas criminales o delictivas responda a esa funcin dedistanciamiento, localiacin y cierre.uestros anlisis del transgrede, a lo largo de lo que dura su tratamiento meditico, lasconvenciones del gnero. Fesult paradigmtico en ese sentido elcaso (antos.

    2uando esto ocurre, se produce una migracin del CCcaso* >lacrnica> desde la seccin $oliciales a la seccin de /ntersgeneral, para adquirir definitivamente los rasgos actuales delcomentario, en sus distintas variantes genricas. Este proceso seadvierte con claridad si se lee la secuencia period!stica del caso(antos o del caso social, ideolgica- del delincuente. En relacin con elcaso

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    aparicin en la prensa fue en el ru%ro $oliciales# la noticia, que lapolic!a no ha%!a acudido a formaliar la restitucin de la ni&a queha%!a sido ordenada por el jue. "o peculiar de la noticia ya seinsinua%a en la retrica del gnero# un h!%rido entre el relato, el co-

    mentario y la entrevista, ilustrado con una foto de Qa%riela s0aldque de ninguna manera reproduc!a las connotacionescriminal!sticas que el cdigo meditico de lo policial otorga a lav!ctima.

    "os rasgos de la forma discursiva del comentario, seg:n lacodificacin de la lingR!stica de la enunciacin, son los siguientes#perspectiva temporal organiada en relacin con el presente;referencia de!ctica espacio-temporal en relacin con ese presente;presencia de su%jetivemas o segmentos comentativos.

    esta lista de categor!as de la lingR!stica, hay que agregarotros procedimientos discursivos propios de la forma posmodernadel comentario, ya que la sistematiacin estructural oponedemasiado taxativamente el mundo del relato al mundo delcomentario. $ro%a%lemente el universo discursivo que fuera lamateria de tal codificacin presentara esa dicotom!a en suscomienos, o result ser as! a fuera de su interpretacinestructural. o importa. oy ese universo discursivo ha cam%iado.

    "o que llamamos aqu! comentario es, en realidad; seg:n una

    definicin ms pragmtica, el universo de la opinin. El relato >olos segmentos narrativos> aparece %ajo la forma de historias devida o testimonios y funciona argumentativamente comoilustraciones, ejemplos o modelos de la opinin. El narrar dio pasoal opinar en el trnsito de la cultura de la letra a la cultura de laimagen. 2uando existe, el relato aparece con una retrica de altaexpresividad, su%ordinado al comentario# el relato se desvanece enla opinin.

    En el reino de la opinin proliferan encuestas, testimonios,

    historias de vida, manuales de autoayuda. Sstas ser!an algo as!como las versiones massmediticas actuales del discurso cient!fico,histrico, mdico, etc. Estos discursos, que en la modernidaddelinea%an onas o campos discursivos diferenciados, encuentransu do%le en el discurso meditico, representados como diferentesenunciados de una enunciacin :nica. s! se constituye la su%je-tividad ideolgica posmoderna; y stas son las figuras del yocontemporneo# el conductor, el periodista, el modelo, elencuestado, el opinador, el que va a dar testimonio, el que integra

    paneles televisivos, etctera.

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    efecto de la intervencin del discurso massmeditico so%re elcuerpo de los individuos mediante un dispositivo privilegiado# laentrevista,que es una de las prcticas preferidas del discurso. travs de esa prctica el discurso massmeditico cumple una

    funcin ontolgica hace ingresar a los individuos en la realidadp:%lica como imagen. $ero tam%in gracias a la entrevista estediscurso se nos vuelve socialmente inteligi%le# produce los efectosde cohesin y coherencia caracter!sticos de la serie discursivamassmeditica. En resumen, el pasaje del relato a la opinin quese aca%a de descri%ir constituye el correlato meditico actual de lacrisis posmoderna del sa%er narrativo.

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    2$?98" A

    LAS OPERACIONESDEL DISCURSO 2EDI3TICO

    PRESENCIAsi$(om6(i" de & i$+$"iEN EL DISCURSO 2EDI3TICO

    2omo el acto de interpretar un s!ntoma produce un s!ntoma,nada ms fcil que imaginarse que esta%a, ya all! esperandoser visto por un agudo o%servador de las cosas... 1apreferimos imaginar que el acto de decidir un s!ntomadistri%uye momentos. (u paradoja temporal radica en que els!ntoma es producido actualmente como preexistente. 2omolos recuerdos, su produccin actual es retroactiva.

    x!moron, '!moron tambi/n ley 0La historia desquiciada*,677O

    "o que semantia el discurso massmeditico en lanominaliacin *crisis de la infancia* es un desacople entre lo

    que los ni&os eectivamente son y lo que se supone quedeber!anser como miem%ros de la clase inancia. 9al desacopleser tratado como un s!ntoma del discurso, Uui convengarecordar que discurso, en este tra%ajo, designa el conjunto deprcticas comunicativas, comerciales y tcnicas que funcionancomo condiciones de produccin de los medios masivos. 9alesprcticas instituyen unas condiciones de recepcin espec!ficasdel discurso. $ara entrar en ese universo de discurso, lossujetos estn o%ligados a realiar una serie de operaciones.

    Esas operaciones producen un tipo de su%jetividad espec!fica#la del espectador o consumidor.Es decir que, en perspectiva discursiva, televisin, revistas,

    diarios y radio constituyen una red, por cuanto imponen lasmismas operaciones de recepcin a los destinatarios. 9odasaquellas diferencias entre los medios masivos queleg!timamente podr!a postular un enfoque comunicativo Iporsus soportes, por sus l!neas ideolgicas, por sus propuestasestticasN al enfoque discursivo no le conciernen, por estaratento a las condiciones prcticas de enunciacin queproducen la su%jetividad.

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    uestra tesis sostiene que las prcticas dominantes actuales, elconsumo y la comunicacin, no detentan la diferencia modernaentre mundo infantil y mundo adulto que instituy sim%licamentela ni&e.

    En relacin con estas prcticas, hay dos figuras que detentan lasu%jetividad actual del ni&o# la del consumidor y la del sujeto dederechos, que en el universo meditico aparece %ajo la figura delsujeto de opinin. En torno a los protagonistas de la infanciamoderna, entonces, el discurso meditico opera las siguientesmutaciones# produce la figura del padre-consumidor y la del hijoconsumidor, equivalentes entre s! y distintas a su ve a las figurasdel ciudadano padre y a la del futuro ciudadano hijo. Esto es; ladiferencia moderna entre el padre y el hijo, producida por el

    discurso c!vico, queda a%olida en el discurso meditico %ajo unafigura equivalente para am%os# la del consumidor.(ea como consumidores, sea como sujetos de derechos >

    derechos que, como veremos, se ejercen y se defienden por v!ameditica>, lo cierto es que los ni&os no se inscri%en, desde estasfiguras, en el universo de las diferencias instituidas por lasprcticas modernas ya examinadas. Es decir# los ni&os actuales noterminan de confirmar el estatuto imaginario de la infancia; estnms ac o ms all de la figura moderna del ni&o. Es ese

    desacople, producido en el interior del discurso meditico, el quevamos a analiar a travs de las operaciones del discursomeditico# sus procedimientos y su retrica Ifiguras y tpicasN.

    $or su parte, el anlisis retrico de las significaciones de lainfancia en el

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    terica de las categor!as de las que nos servimos podr!a hacersuponer su pre-existencia o su valide por fuera del pro%lema queinvestigamos. El criterio de valide de las categor!as es interno alpro%lema, no externo.

    hora %ien. 9al como lo se&ala el ep!grafe de este cap!tulo,como el s!ntoma slo existe en virtud de una interpretacin que lonom%ra, su legi%ilidad se produce slo a posteriori. 4ejor dicho, els!ntoma vive de una temporalidad particular, casi paradjica#instaura la temporalidad que permite leer a posteriori como a priorilo que l instituye.

    (i en una coyuntura histrico-social unas instituciones no tocanla realidad, sus representaciones no son activas, sino puramenteexcrecentes# ste es el estatuto actual de los discursos que

    tradicionalmente &e dieron consistencia a la ni&e. "os ni&osactuales son desclasadosrespecto de la infancia.uestra tesis liga el agotamiento de la infancia a la prdida de

    eficacia de sus instituciones de asistencia. (u improductividadactual responde a factores internos y externos. $or un lado, a supropio proceso de agotamiento; por otro, al cam%io de lascondiciones prcticas en que histricamente se inscri%ieronaquellas instituciones.

    (in em%argo, esta situacin histrica se da en una coyuntura

    particular que vale la pena considerar# nos referimos a la relacinde las instituciones de asistencia a la infancia y la familia con losmedios masivos.

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    que en la interpretacin se lee como causa lo que slo despus dela interpretacin del s!ntoma queda instaurado. 9odo parece indicarque el

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    (e podr!a denominar al conjunto de estas operaciones, lisa yllanamente, zapping. 8no estar!a tentado de inculpar al zapping,que es la dimensin ms evidentemente pragmtica del discurso,como causa de la homogeneidad meditica# en nada difiere la

    pu%licidad del programa deportivo; en nada, el informativo del talksho1 o de los bloopers. "a angurria del consumo pu%licitario, lacarrera por el ratingparecen %uenos motivos para querer producirlo mismo. (in em%argo, la respuesta inversa es tam%in veros!mil#'no es acaso la loca carrera del zapping un producto de laausencia de alg:n nudo en el discurso capa de detener laansiedad del receptor)

    El conjunto de las operaciones descriptas anteriormenteproduce un efecto retrico en el enunciado, que es la

    homogeneidad.5asta una vuelta completa por los sesenta y cincocanales de ca%le para que ese rasgo se nos haga patente# noencontramos nada en la tele. $ero seguimos viendo tele. El circuitose reinicia sin que hayamos tenido conciencia de que ha%!aterminado. "a presin compulsiva del control remoto no se detieney entramos as! en el magma homogneo del discurso. 5eavis V

    5utthead van a ver tele porque se a%urren; pero estn todo eltiempo viendo la tele; lo que a%urre parece que es la tele. (in

    embargo, nada parece indicarles Ini indicarnosN que es el discursolo que los produce como sus trminos a%:licos. El discursohomogneo produce un tipo de receptor a%urrido# el consumidor.Ese sujeto est insatisfecho porque no encuentra rugosidad algunaen qu detenerse; el discurso no le propone ninguna operacin deinterpretacin que lo implique su%jetivamente. $ero, claro, est lo

    suficientemente insatisfecho como para seguir %uscando

    indefinidamente ese enunciado meditico distinto, diferente,capa de entretenerlo y regalarle un minuto de felicidad. Ssa es lasu%jetividad producida por las operaciones del discurso meditico,se es el receptor-consumidor actual de los medios masivos.

    SEGUNDOPROCEDI2IENTO

    ELTRAZADODEL E9TERIOR

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    2omo se dijo, una de las operaciones de fuera del otro discurso> para se&alarlo. 1

    as! ilimitadamente. El traado interiorKexterior es una operacininterna que permanece invisi%le a los ha%itantes del discurso.$ermanece invisi%le en tanto operacin, pero sus efectos ilusoriosse tornan %ien visi%les precisamente por la invisi%ilidad de laoperacin.

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    TERCER PROCEDI2IENTO8 TE2ATIZACION EN SERIE DE LOSENUNCIADOS

    "a unidad material del enunciado, meditico es el tema. "osreceptores la reconocemos inmediatamente en el uso discursivo#temas de talk sho1; temas de opinin; temas de actualidad; temasde investigacin; temas prohi%idos, etc. El tema es tam%in laoperacin con que el discurso distri%uye discontinuidades en elhorionte homogneo y continuo de la serie.

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    desprovistas de signos que operen el anclaje del enunciado en unasituacin# caso 2attneo; docentes; crisis policial, etc.

    El principio temtico, entonces, es *el orden del discurso*meditico. El tema supone unidad, inters, informacin yactualidad. Ssos son los rasgos caracter!sticos del enunciadomeditico.

    CUARTO PROCEDI2IENTO8 LA CITA

    2on el procedimiento caracter!stico de la mesa redonda, ha%lanen una nota so%re la crisis de la familia portavoces legitimados# el

    clrigo, el mdico, la psicoanalista# consultados a t!tulo deespecialistas. "a cita, procedimiento que refiere en la enunciacinmeditica las opiniones de los entrevistados, produce un efectofcilmente espera%le# la unidad de sentido.

    El procedimiento de cita es el recurso mediante el cual sere:nen los distintos puntos de vista para lograr el consenso. "aoperacin es do%le# instituye lo distinto y lo com:n, a un mismotiempo. "as opiniones son las partes necesarias del todo

    consensuado.unque procedan de distintas reas, los especialistas van a

    coincidir en alg:n lugar com:n del discurso# hay que volver alsentido com:n, a la confiana en la intuicin; el dilogo familiar esnecesario; no hay convivencia posi%le si no se respetan losderechos del otro. 9ales son los lugares comunes hacia los queretorna una y otra ve el discurso. "os detentan todas las notasperiod!sticas que a%ordan la 3crisis de la infancia*. 2laro, si estos

    enunciados no estuvieran sometidos al rgimen de la repeticin, noser!an lugares comunes.

    "a nota de 3lar!nconcluye as!#

    3En un mundo que oscila entre la violencia, el consumismo y lospara familiares, es pro%a%le que las respuestas anden escondidasen el sentido com:n %ien entendido, en un amor no impostado y enun coran a%ierto. adie tiene por qu resignarse a que ste sea

    el fin de la historia.*

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    ale la pena detenerse en este fragmento. "a estructura de lanota alterna enunciados referidos Ide los entrevistadosN con losenunciados del medio para hacer confluir finalmente las voces enun lugar com:n. El que algunos

    consideran un privilegio> de construir consenso. $ero hay queentender que tales virtudes comunicativas son efecto de lasoperaciones de enunciacin que estamos analiando.

    'Uu ha pasado que la psicoanalista y el clrigo estn deacuerdo) 'Es que acaso piensan lo mismo) $orque una cosa esclara, y es que, aunque como discursos la religin y el psicoanlisisposeen diferencias irreducti%les, cuando se transforman en

    enunciados de otro discurso,am%os pueden resultar perfectamentecompati%les. Eso, siempre y cuando ese discurso disponga de undispositivo de enunciacin capa de operar la coordinacin de losenunciados.

    En el caso del sino en esta en que efectivamente se lee, mira o

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    escucha, y que se construye desde la enunciacin meditica.

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    sino slo a los puntos de emergencia de un s!ntoma.# elagotamiento de la infancia. "as figuras retricas que descri%imosson el horionte de discurso en que se presenta el s!ntoma; tcni-camente, son una estrategia para localiar un s!ntoma detectado en

    el discurso meditico. $or eso su valor es inherente slo a estaestrategia de lectura del discurso meditico, la que involucra lapro%lemtica de la mutacin actual de la infancia.

    amos a ver entonces tres figuras retricas del discursomeditico# la paradoja del enunciado; la paradoja entre elenunciado y la enunciacin; y la tpica de la inmovilidad.

    "a primera figura, la paradoja del enunciado, indicar!asintomticamente el agotamiento de la infancia.

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    novedad real, es preciso nominarla, volverla consistente. 1 nadams inconsistente para nom%rar algo que aplastarlo en la ideageneral del acto. En una situacin en que todo cam%ia, esimposi%le discernir qu cam%ia, pues 'desde qu contexto se

    podr!a leer la novedad) "uego la idea generaliada del cam%iopermanente, tan caracter!stica de la tica posmoderna, refiere unaenunciacin que es exactamente su contrario# la inmovilidad.

    LA PARADO:A DEL ENUNCIADO CO2O FIGURA DELAGOTA2IENTO DE LA INFANCIA

    $ara algunas lgicas, la paradoja es una figura de los sistemasque manifiesta el carcter finito o limitado de un conjunto, evidenciaque en las operaciones cotidianas no se manifiesta. s!, laparadoja es una figura capa de exhi%ir el %orde de un universo.amos a retener dos propiedades de la paradoja, con el o%jeto desituarla como una operacin discursiva# su capacidad de exhi%ir los%ordes y el hecho de que su manifestacin no consiste en un fen-meno cotidiano; en trminos lgicos, las paradojas manifiestan

    autorreferencia.9omemos un ejemplo de la visin meditica de la infancia# los

    testimonios de padres %rindados a la revista "#gina$45 I.W XO,a%ril de 677XN. (e dice all! que#

    "os ni&os actuales son muy precoces; que son verdaderosmonstruitos Ila metfora sugiere que son ms despiertos de lo quese supone para su edadN; se trata de una infancia superestimuladaI/N.

    4s adelante, en la misma revista, se lee#

    3El producto seriado Ydi%ujos animadosZ corro%ora una y otrave las previsiones del que mira Yel ni&oZ; lo contenta, no loestimula ni le movilia el pensamiento.*

    El testimonio de una madre preocupada sostiene que a losni&os actuales todo les viene resuelto, 3hasta el ta-te-ti+, haciendoalusin al videogameI@N.

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    $restemos nuestra atencin a los supuestos# a los ni&os hayque estimularles el pensamiento; los ni&os de%en pensar; latelevisin de%er!a estimular a los ni&os.

    El enunciado I6N supone que en relacin con las prcticas

    actuales los ni&os tienen ms destrea; que los de antes,o%viamente. El enunciado I@N supone que los ni&os son en realidadms tontos; si todo les viene hecho, no hacen nada, son pasivos;esto es lo opuesto de avivarse.

    8na posi%ilidad es se&alar una contradiccin entre am%ostestimonios. (in em%argo, resulta mucho ms productivo postular laexistencia de una paradoja. $ara ello es necesario reconstruir lasituacin de enunciacin en que am%os enunciados pueden

    coexistid sin que su incongruencia lgica resulte escandalosa.2onsideremos entonces que entre am%os enunciados no hay

    contradiccin, puesto que el discurso no la advierte como tal, sinoque, por el contrario, la sostiene en sus enunciados. "a paradoja seproduce cuando la interpretacin construye la situacin deenunciacin en que tal contradiccin en el enunciado resulta ser uns!ntoma de algo. Esa situacin es la desaparicin de la infancia# silos chicos son ms vivos en las cosas de grandes y ms tontos en

    las cosas de chicos, es porque en realidad ya $o 1. "oss de"1i"os.

    "o que detectan los padres es que los chicos estn muyestimulados para opinar y %astante tontos para jugar. $ero denuevo# la prctica de la opinin disuelve la diferencia entre adultosy ni&os. $ara opinar, todos tenemos derecho, aun los ni&os, quequedan as! de igual rango que sus padres. dems, el juego es elm%ito privilegiado en que se despliega la curiosidad infantil. $ero

    la curiosidad infantil no est desligada de la !ndole de su relacincon el mundo adulto# ms precisamente, es un efecto de laprohi%icin que el adulto ejerce so%re el ni&o. Es esa prohi%icin,ejercida con la legitimidad que el orden %urgus otorga a la figuradel padre, la que genera la curiosidad de los ni&os. "a curiosidadinfantil es so%re las cosas de los grandes. El psicoanlisis querrver en ello una pregunta so%re la sexualidad. $ero volvamos alart!culo de "#gina$%& que estamos analiando. El enunciado

    marcado con I@N vuelve realmente paradjica la asercin de I6N. 9al

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    asercin sintetia uno de los lugares comunes de lectura delfenmeno actual de los ni&os# las computadoras no estimulan elpensamiento de unos ni&os superestimulados, que vienen cada vems despiertos.

    "o que vuelve paradjico el comentario de los padres es que eluniverso infantil actual es evaluado simultneamente desde dosposiciones que no resultan del todo congruentes la posicinmoderna y la posmoderna. En la primera se juega la representacinde la infancia en la segunda, la presentacin, de hecho, de losni&os actuales. "a primera valora desde los ideales de la infanciainstituidos; la segunda, desde la experiencia actual de los ni&os conel consumo de tecnolog!a. En esas dos evaluaciones se oponen,

    seg:n el ideal moderno, la cultura de la letra con la culturaaudiovisual; los li%ros, con la tele.

    "a oposicin quiere preservar el lugar imaginario de la letracomo reducto de una cierta racionalidad. "a letra .es correlatoimaginario del pensamiento, de la conciencia, de la ran. Elacceso a la letra es la lu en las tinie%las de la ignorancia, seg:n ellema escolar. 1 la educacin de la infancia moderna se ejerciso%re ese ideal. Sse es el ideal que funciona como supuesto de las

    afirmaciones aparentemente contradictorias de los padres. favoro en contra de la tele, a favor o en contra de la tecnolog!a, elsupuesto parece ser el mismo# el ideal moderno de que la rande%e ser estimulada. s! la educacin infantil es una garant!a de laracionalidad adulta futura. eamos cmo se construye el lugar deenunciacin de esa paradoja. $ara que I6N y I@N se aserten a lave,es necesario construir un lugar exterior a la imagen# la letra.

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    LAPARADO:ACO2ODESACOPLEENTRE EL ENUNCIADO YLAENUNCIACIN

    PRI2ERA PARADO:A8 EL DESACOPLE ENTRE LA I2AGEN YEL CONCEPTO DE LA I2AGEN'

    *1 lo :nico que se sa%e de lo activo es que en alg:n punto seagota. "o :nico que se sa%e de las ficciones verdaderas es quealguna ve se llamarn falsas de toda falsedad >sin sa%er cmo ni

    cundo* I/gnacio "e0Go0icN.En este apartado vamos a considerar de qu manera la imagen

    meditica de los ni&os indica la ausencia o el agotamiento de lainfancia. primera vista puede resultar extra&a, la afirmacin deque una presencia indique una ausencia; o de que el modo actualde la representacin de los ni&os en la imagen indique ladesaparicin de las significaciones de la ni&e. En rigor, laparadoja no invalida sino que justifica nuestra tesis, dado que,

    como se dijo, es sa precisamente la figura que indica elagotamiento de un universo discursivo.

    2omo punto de partida, hay que insistir en la distincin entreni&os e infancia. "a infancia, conce%ida como institucin imaginaria,constituye una de las ficciones modernas que, mientras fue activa,dio consistencia al lao social moderno. hora, si la infancia nosrevela hoy su carcter de ficcin, esto estar!a indicando un procesode desinvestidura prctica de su carcter imaginario. "a segunda

    aclaracin tiene que ver con el estatuto de la pu%licidad en eldiscurso meditico. Este tra%ajo considera la pu%licidad como ungnero del discurso meditico; sus rasgos distintos se juegan sloen el nivel del enunciado. 2on la pu%licidad sucede algo parecido alo que se&alamos con respecto al periodismo# como los periodistas,los pu%licitarios son agentes del discurso meditico; la pu%licidades una forma espec!fica que adquieren ciertos enunciados de laenunciacin meditica. s!, la enunciacin meditica tiene tipos de

    enunciados con rasgos espec!ficos, que llamaremos gneros# tal eslo que sucede con la pu%licidad y el periodismo.

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    ayamos a la infancia en el discurso massmeditico. '2ul esla imagen de los ni&os que ilustran las notas so%re la infancia quecirculan en los medios masivos) En primer lugar, lo que llamapoderosamente la atencin son los procedimientos de estetiacin,

    de fotogenia y de pose de la imagen.Es conocida la propuesta de 5arthes de leer, la retrica de los

    signos como su dimensin ideolgica. o codificar los significados deconnotacin de las imgenes. En el anlisis de los tresprocedimientos mencionados, resulta inequ!voco que el gnero querige las *connotaciones suficientemente esta%les* de la imagenmeditica es el pu%licitario. Esto ha%lar!a de una hegemon!a de laimagen pu%licitaria en la representacin de los ni&os.

    hora, la imagen pu%licitaria postula el tipo su%jetivo delmodelo publicitario Isi nos atenemos a las connotaciones de laposeN o el tipo su%jetivo del consumidor Isi nos atenemos a lasconnotaciones con que se interpela a los destinatarios delmensajeN.

    os encontramos entonces con que el concepto prctico de

    ni&o instituido por las significaciones de la infancia estalla cuandosu real nioes atravesado por las su%jetividades chicos-modelos,chicos-consumidores.

    (upongamos una situacin normal I6N de la infancia %ajo elesquema complementario#

    /T2/ I6N

    /[(

    donde todos los trminos nio que se presentan son re-presentados en el conjunto de significaciones imaginarias#inocencia; ductilidad; o%jeto de proteccin; inmadure;irresponsa%ilidad, etctera, caracter!sticas de la infancia.

    "a imagen pu%licitaria viene a producir un desplaamiento de larelacin complementaria I6N# infanciaKni&os. El desplaamientometon!mico que produce la insistencia creciente de la imagen

    pu%licitaria produce un desajuste de la relacin entre presentaciny representacin# los enunciados icnicos de la representacin,

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    nios consumidores, nios modelos, nios actores, nios

    periodistas, no arraigan en ning:n trmino 3ni&o+ de lapresentacin.

    (e produce entonces una relacin I@N de exceso entre larepresentacin Imodelo, consumidorN y el trmino presentado.'2ul es el real de esas nuevas significaciones imaginarias) (i elreal moderno nioes hoy una construccin posi%le, es porque elagotamiento de la infancia ha revelado su carcter de ficcin.

    simismo, el exceso producido por representacin de la imagenpu%licitaria viene a indicar una ausencia# la falta de una imagenpertinente del real actual nio. El exceso indica tam%in el

    desacople entre los trminos iniciales de la relacin de apoyoesquematiada en la situacin I/N#En el esquema que sigue traamos el recorrido del argumento#

    /nfancia IimaginarioN I6N \ Enunciado \\\\\ i&os IFealN \Enunciacin \ /magen \\\\\

    \ concepto prctico instituido I@N]]]..\ exceso prctico so%re el concepto \ ni&o consumidor o ni&o

    modelo# 'ni&o a:n 3infante*)

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    emos llamado excrecencias a las representaciones sinpresentacin en un universo de discurso# es el caso delfuncionamiento actual de la imagen pu%licitaria. Ese carcter queatri%uimos a la imagen pu%licitaria e$ 0e&"i%$ "o$ &

    0e-0ese$("i%$ de & i$+$"i de%e considerarsesintomticamente. En la representacin pu%licitaria actual del ni&o,el real de la infancia no est presentado.

    hora %ien. Esta aseveracin slo puede aceptarse si seinterpreta el avance meton!mico de la imagen pu%licitaria en laestrategia de representacin actual del niocomo s!ntoma de unavariacin histrica# el desplaamiento de un real que ha%!a sidoexhaustivamente cu%ierto por las .significaciones de la infanciamoderna.

    2uando se nos revela el carcter histrico de un Feal >comoproduccin de s!ntoma, ya que nunca hemos de vrnosla con loFeal en persona> eso indica que asistimos al horionte histricode su destitucin imaginaria.

    Es evidente que, en el conjunto de significaciones atri%ui%les alni&o modelo o al ni&o consumidor, los predicados tradicionales de

    la infancia estn ausentes."a persistencia del h%ito podr!a hacernos suponer que este

    anlisis de la imagen es slo vlido para la ni&e acomodada. 3Elconsumo no es cosa de la infancia po%re >se dir>, la figura delni&o consumidor no puede ha%er desalojado a la del ni&o po%re*,que seguir!a, en todo caso, representando fielmente a la infancia.$ero las cosas no son as! en el universo meditico. slo son as!cuando se persiste en la distincin tradicional entre contenidos y

    formas. El programa de 8nicef so%re los derechos de los ni&os quemencionamos tiene como tema privilegiado la infancia en lapo%rea. "a estrategia del programa es la denuncia de la falta dereconocimiento de los derechos de los ni&os, a la san, lasv!ctimas. "a retrica visual del programa para tratar a los po%res nodifiere en nada de la retrica de las clases pudientes; infanciavictimiada e infancia consumidora comparten la misma imagen. "ocual nos revela que la imagen meditica no refleja una realidad

    exterior, testimonia%le, sino que la produce. "a imagen es unprocedimiento del discurso, no un espejo de la realidad.

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    En definitiva, entonces, el avance de la imagen pu%licitaria enla representacin de la ni&e se&ala sintomticamente un vac!o yun exceso# el ausentamiento del Feal de las institucionesmodernas de la infancia, por un lado; la presuncin de que ese

    Feal est en otraparte, indiscerni%le para una mirada organiadatodav!a so%re los parmetros que instituyeron las institucionesmodernas.

    SEGUNDA PARADO:A8 EL DESACOPLE ENTRE LAINTERPELACIN 2EDI3TICA A LA FA2ILIA Y LATRANSFERENCIA DE LA FA2ILIA

    uestra cultura meditica posee un dispositivo de enunciacinprivilegiado# la mesa redonda. ivimos la era de la mesa redonda.Estamos tan familiariados con ella, que su funcionamiento comodispositivo suele permanecemos oculto. Enunciativamente, lamesa redonda es un poderoso filtro del discurso meditico#transforma cualquier heterogeneidad de las voces en enunciados.

    , "a figura de la mesa redonda es una estructura recurrente enlas notas o en los programas que a%ordan la crisis de la inancia,los cambios en los nios, los cambios en la amilia. En ella sere:nen los portavoces de los viejos discursos que instituyeron lainfancia a travs de la educacin de la familia# ha%lan el mdico, lapsicoterapeuta, el pedagogo, el sacerdote, la madre, o el padre,con menos frecuencia. "a funcin pedaggica de las institucionesso%re la familia es una piea clave de la configuracin de la infancia

    moderna.

    El xito que ha adquirido un gnero meditico relativamentenovedoso en nuestras costas, el talk sho1, as! como laproliferacin de programas y canales destinados a la mujer actual,hacen pensar que hoy la funcin educativa de la familia, sin losmedios, es invia%le. Es ms# uno estar!a seguro de que lapedagog!a de asistencia a la familia es altamente efica graciasa

    la cola%oracin de los medios. 'o es acaso el lugar com:n de la

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    ideolog!a iluminista de la tele la suposicin de que su verdaderamisin, la que la salva y eleva, es la de educar a las masas)

    Estamos ante una disyuntiva# considerar la transparencia de losmedios o considerarlos como un dispositivo de enunciacin.

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    programas de opinin y sus respectivas prcticas# testimonios devida, paneles, televoto, etc. "os sujetos interpelados por el discursoson producidos en esas mismas prcticas en las que resultaninterpelados. o son convocados a t!tulo de

    Co$ &o "#&; es(0i"(me$(e; de*$ de se0 !o"es' U$ !o el v!nculo entrela familia y sus instituciones de asistencia. $ero estefuncionamiento restaurador del

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    *En su esencia misma, lo cultural est solamente tejido conn:mero. 8n Checho culturalH es un hecho numrico.Fec!procamente, lo que hace n:mero es asigna%le culturalmente;lo que no hace n:mero tampoco hace nom%re* I5aoliou, lain, Lenombre et le nombres,$ar!s,

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    *El matrimonio es un v!nculo mesaos firme. En los :ltimos a&os,en la 2apital Tederal y algunas onas ur%anasB, por cada trescasamientos se concreta un divorcio. "a proporcin es similar a laeuropea y la tendencia puede ir tras de los EE. 88., donde tres de

    cada cinco se separan,

    2recen los hogares unipersonales, la forma ms cient!fica quese conoce para ha%lar de soledad. (on casi [email protected] personas entodo el pa!s.

    (e calcula que el AL 7 de los matrimonios fracasara. $eroreinciden# el AL 7de los casamientos actuales son en segundasnupcias.

    ay cada ve ms parejas que conviven sin casarse. Io haydatos espec!ficos... "o que s! se sa%e es que los nacimientosextramatrimoniales crecieron casi un AL` en los :ltimos a&osN*83lar!n,segunda seccin, *' dnde va la familia)*, 5uenos ires,@PKLAK677XN.

    3"a generacin del ML tiene que enfrentar unos niveles deviolencia en las calles, de desempleo de los adultos, crisis

    econmica que afecta a los hogares, como no le ha tocadoenfrentar a otras* I3lar!n,segunda seccin, *"a gene; racin delML*, 5uenos ires, XK6@K677XN.

    3$adres, educadores y expertos coinciden en que los tiemposde la infancia Cse acortanH. 1 que se ingresa >con el ritmoestresado de los adultos> a un mundo de incertidum%res, temoresy valores cam%iados.

    "os chicos de su edad parecen como enanos. $or ah! es miedo

    a que -ie0d$cierta ingenuidad...9ienen me$os destreas manuales, $(es se entreten!an

    recortando, pintando, amasando, jugando al almacn. hora hastael ta-te-ti viene hecho..., Y9estimoniosZ+ I"#gina$45, 3dis a lainfancia*, &o X, .W XO, 5uenos ires, a%ril de 677XN.

    (eg:n la ideolog!a posmoderna del n:mero, la idea mediticadel cam%io se construye con referencia a varia%les numricas. "oque est en juego en este imperio del n:mero es una determinada

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    ideolog!a de la realidad. uestro pragmatismo actual arraiga enesa suerte de omnipotencia tcnica capa de medirlo todo. Elargumento numrico, en un mundo economicista, es conclusivo.

    tpica privilegiada de la posmodernidad> se asienta unavisin inamovi%le de la realidad que ha sucedido al tiempo de lasutop!as. "a constatacin de la crisis es el ejercicio predilecto de losesp!ritus incrdulos, de madure desilusionada en estos tiemposde extremo realismo.

    (e entiende ahora lo que se presenta%a como una con-tradiccin aparente en los art!culos que integra%an el corpus# la

    coexistencia del ideologema los tiempos cambiaron con suaparente contradictorio siempre ue as!. 9ales son las frmulasideolgicas con que representa la crisis actual el

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    Estamos ahora en condiciones de entender en qu consiste elfuncionamiento ideolgico de los medios cuando son conce%idoscomo discurso. El

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    CAP4TULO >

    Es((#(o "(#& de & i$+$"i

    LAS INSTITUCIONES DE LA INFANCIACO2O DISPOSITIO ESTATAL

    istricamente, la infancia puede considerarse como 5el conjuntoconsistente de las intervenciones institucionales so%re los ni&os y lafamilia. Estas intervenciones, como se vio a propsito de ladescripcin de los gneros period!sticos, traan a su ve la

    distincin interiorKexterior del universo de la infancia. En efecto,imaginariamente, el %orde exterior de la infancia se constituye comola figura negativa de una supuesta normalidad. (e tendr entoncesuna infancia a-normal, irregular o in-adaptada, como los predicadosen negativo de la ni&e, su reverso espec!fico, y a su ve elnegativo necesario para producir la consistencia de los predicados*positivos* de la infancia. "a institucin se organia entonces seg:ndos trminos complementarios# una infancia protegida, que se suje-

    ta a la norma y a las reglas, y una infancia vigilada, que se presentacomo peligrosa. 1 aqu! hay un do%le juego. $or un lado, lasinstituciones traan esas diferencias de modo prctico; pero, a suve, la existencia de esos l!mites es indispensa%le para legitimar laintervencin prctica so%re la ni&e# educar, controlar, asistir,prevenir, tutelar.,. 'En nom%re de qu ideales se intervieneprcticamente so%re el cuerpo y el alma de los ni&os)

    $or otra parte, el v!nculo infancias-familia, v!nculo sin el cual

    ninguna de los dos instituciones adquiere consistencia, se sostuvohistricamente durante la modernidad a travs de las prcticasfilantrpicas, familiaristas, mdicas, escolares, psi, jur!dicas,ejercidas %ajo el amparo del aparato estatal. En nuestros d!as, esev!nculo histrico, entre instituciones de la infancia y aparato estatalasiste a su disolucin prctica.

    Esto es as!, de%ido a la transformacin del Estado- nacin enEstado tcnico-administrativo, ya descripta en el apartado anterior,

    que deja en el aire a las instituciones de asistencia. 9ales

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    instituciones, que tradicionalmente funcionaron como un dispositivoms de la lgica estatal, se vuelven prcticamente ineficacescuando el Estado a%andona sus funciones pol!ticas paradesplaarse hacia el mercado con el o%jeto de cumplir funciones

    gerenciales; pierden la justificacin pol!tica y el amparo institucionalque el Estado les otorg tradicionalmente.

    Esta situacin de estar en el-aire, sin arraigo prctico, esperci%ida por las instituciones de asistencia a la ni&e, pero ms%ien de un modo sintomtico. ay un movimiento que convoca apensar nuevas pol!ticas de y para :a niez.ay mesas, congresos,encuentros, jornadas, eventos, etc. 4as, cuando se recorren lostra%ajos pu%licados, lo frecuente es que el pensamiento de lasnuevas pol!ticas no vaya ms all de la concepcin estatal de lapol!tica. (in duda, el destino de la ni&e depende del destino desus instituciones, pero la pregunta es# 'el destino de sus ins-tituciones est fatalmente determinado por su origen estatal) (i esas!, la :nica salida del pro%lema es una posicin pol!tica que, lejosde resultar novedosa, se manifiesta restauradora# contin:areclamando a Estado que ejera las funciones de las que pareceha%er claudicado definitivamente.

    En consecuencia, seg:n nuestra l!nea de lectura del pro%lemade la infancia, son dos los o%stculos ms delicados con los que seenfrentan hoy sus instituciones. El primero tiene que ver con lascondiciones de su emergencia histrica, y es que el ha%erseencontrado en sus or!genes co%ijadas por el Estado les impidepensar un funcionamiento pol!tico por fuera del dispositivo estatal.Esto es lo que da lugar a las posiciones pol!ticas restauradoras; esdecir, al reclamo de la restitucin de los laos estatales que duran-te siglos sostuvieron de modo efica la aliana de la infancia con laescuela, la familia y dems instituciones.

    El segundo o%stculo tiene que ver con la dificultad paraperci%ir su propia naturalea instituyente. ay un principioestructural que impide que la institucin acepte la variacinhistrica de su o%jeto# histricamente, la institucin causa lainfancia, la inventa, pero despus se ve a s! misma como

    protectora o guardiana de ese o%jeto que considerapreexistente; no pueden verse a s! mismas como mquinas

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    productoras de infanciaB sino slo como agentes de asistencia,proteccin, prevencin y ayuda. (i las- instituciones no seperci%en en una posicin activa produciendo infancia, entoncess! quedan relegadas a ser meramente agentes estatales de

    resguardo y asistencia. Esta perspectiva, tal como se vislum%ra,las condena hoy a la misma agon!a histrica en que seencuentra el Estado de %ienestar; y las coloca pol!ticamente enposicin de v!ctimas de las pol!ticas estatales. ;lguna veze'istimos gracias al Estado2 si ahora agonizamos, es por culpa

    del Estado.

    partir de la localiacin de estos dos- o%stculos; se

    pueden esquematiar en un cuadro de tres posiciones lasactitudes actuales que asumen hoy las instituciones de lainfancia frente a su crisis.

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    una toma de conciencia pero no hay hallago de un procedimientoefica de intervencin. Esta posicin es capa de reciclar cualquierpensamiento nuevo >filosfico, pol!tico, terico> pero con losprocedimientos ya ensayados. Esta posicin su%jetiva carece de

    consecuencias prcticas renovadoras. (e declamar que vivimos*tiempos de cam%io*; se advertir so%re la necesidad de *a%rirse alo nuevo*, pero siempre montados en un procedimiento inerte#restituir la vieja aliana entre el Estado y las instituciones deasistencia, (urgen entonces la denuncia, la demanda deintervencin al Estado y la creencia en que se hace algoreclamando la restitucin del viejo dispositivo.

    3. P0od#""i%$. Ssta es la posicin activa. dmite elenunciado pro%lemtico como novedad y es capa de instrumentarprocedimientos nuevos para tomar el real cuyo estatuto histrico hacam%iado.

    LAPUBLICIDAD; CAUSADENIOS?

    "a transformacin estatal que se ha se&alado tiene su correlatoen la transformacin de la su%jetividad y esto tiene, a su ve,incidencia en la pro%lemtica de a infancia. En consonancia con lavariacin del Estado moderno, varia su soporte su%jetivo, la figuradel ciudadano, disuelta en la nueva su%jetividad del consumidor,producida pollas prcticas del consumo. Esto, a su ve, trae unaconsecuencia que nos interesa# la ca!da de las significacionesinstituidas de la infancia, disueltas en la figura del ni&o como

    consumidor. Esa transformacin se hace visi%le cuando se analiael funcionamiento del consumo a travs de la pu%licidad.(emiticamente, la pu%licidad orientada a la figura del ni&o-consumidor se distingue del resto de los mensajes pu%licitarios,seg:n dos rasgos#

    - el destinatario del aviso,

    - el tipo de soporte.

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    "a pu%licidad de productos de consumo infantil puede tenercomo destinatario a los padres IadultosN o directamente a los ni&os.8na tendencia creciente en el ru%ro de los productos infantiles es elprivilegio del destinatario ni&o so%re el destinatario adulto. 2uando

    el soporte es televisivo, la tendencia es todav!a mayor. $ero, si lapu%licidad le ha%la al ni&o, ese aspecto enunciativo es de impor-tancia decisiva; ya que, si el ni&o est postulado alocutariamentecomo consumidor, esa interpelacin produce efectos culturales queinteresan a nuestra hiptesis de la variacin de la infancia.

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    cuentan tanto como los de los adultos. 32uentan tanto como* aqu!significa que no instituyen diferencias, o %ien que las diferenciasinstituidas >discerni%les como varia%les de la segmentacin delmercado de consumidores> no requieren ni producen la

    separacin del mundo adulto y del mundo infantil. (o%re todo, nadade diferencia de sa%er so%re el ni&o.

    En el universo del marketing,existe la creencia >o quis lapercepcin> de que en relacin con el consumo el ni&o se salesiempre con la suya. (eg:n esa creencia, cuando un ni&o seencapricha con un producto no para hasta que logra o%tenerlo. Esacaracter!stica de la conducta infantil, asociada a la supuestainfidelidad del ni&o a las marcas, har!an de l el consumidor ideal.

    "o cual es as! porque el ni&o se encuentra despojado o desprovistode dos l!mites que funcionan como frenos imaginarios del consumo,al menos en el universo adulto# el poder adquisitivo y la fidelidad alas marcas.

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    del ni&o y de la situacin de juego; el o%jeto se mueve slo, ocomo efecto de la imagen; no lo mueve el ni&o...

    2uando alg:n elemento del discurso puede permanecer

    impl!cito sin alterar la coherencia del mensaje, es porque esesigno ha alcanado un grado de convencionaliacin muyfuerte. "a competencia semitica de la recepcin puedereponer sin dificultad el elemento ausente. "levado estefenmeno al terreno del consumo, la hiptesis es elocuente# elni&o, elemento ahora ausente del enunciado pu%licitario, hadevenido consumidor. Eso significa que como destinatariomaneja a la perfeccin los cdigos pu%licitarios; ninguna

    funcin pedaggica de la pu%licidad es necesaria; ni siquieraargumento de venta.

    $or su parte, en los noventa, la pu%licidad denominadamarketinera slo %usca vender; su estrategia, consistesimplemente en exhi%ir el producto sin apelar, podr!amos decir,a ning:n imaginario. "o que se produce con este pasaje de lapu%licidad representativa a la pu%licidad marGetinera es una

    integracin de los o%jetos propios del ni&o >los juguetes> aluniverso general del consumo.

    "os juguetes >si es que funcionan como metonimia de lainfancia> son un o%jeto de consumo ms desde el punto devista de sus significaciones. Esta maduracin de la semiticapu%licitaria indica la consagracin definitiva del ni&o como

    consumidor. En este pasaje desaparecen las significaciones dela infancia instituidas en contraposicin con el mundo del adultoy se invisten otras# las significaciones del consumo, comunestanto a los adultos como a los ni&os. o se trata de un juguete,metonimia del universo infantil, sino de un o%jeto de consumo,un producto del mercado. El para!so de la infancia caesu%sumido en el para!so del consumo.

    PADRESE@I:OSENELPARA4SODELCONSU2O

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    "a consagrada serie de Los Simpson muestra de modoelocuente la transformacin de la relacin tradicional entre padre ehijo como efecto de las prcticas del consumo. En primer lugar, elsitio tradicional del padre aparece prcticamente cuestionado como

    el lugar tradicional de sa%er y poder asignado por la modernidad."o com:n es que omero apareca asistido discursivamente por4arge, su esposa, que funciona como una especie de intrprete,encargada de construirle una representacin del mundo que leresulte medianamente inteligi%le; con los recursos mentales de losque dispone Fomero, se entiende. su ve, omero resulta confrecuencia %urlado por 5art, su hijo. 2on 5art lo une una relacincuyo rasgo ms saliente es la rivalidad; compiten por o%tener

    premios que son, en apariencia, o%jetos infantiles pero que, %ienmirados, son los o%jetos clsicos de consumo# gaseosas, comidachatarra, horas 9, etc.

    "os o%jetos que causan la disputa entre 5art y omero no sonni juguetes; tampoco son atri%utos de padre, prohi%idos ahora yprometidos al hijo en un futuro cuya llegada el peque&o esperaansioso para poseerlos. Sstos son, lisa y llanamente, o%jetos deconsumo, no vedados a nadie sino a alcance de todos, sometidos

    por igual al %om%ardeo de est!mulos que promueve su feliderroche. Ese universo de significaciones del o%jeto destituye ladistincin, moderna mundo adultoKmundo ni&o que genera%a a suve o%jetos distintos para ni&os y adultos. En ese universo noexisten cosas de grandes Iy, por ende, tampoco cosas de chicosN.

    8n indicio de la transformacin que esa rivalidad por consumirms produce en la relacin entre padre e hijo es el hecho de que5art llame com:nmente a su padre por el nom%re. Fesulta todav!a

    ms significativo si se tiene en cuenta la extraccin sociocultural delos (impson# o o%stante, su%siste una oscilacin en el uso familiarde los apelativos# 5art llamapap#a su padre siempre que le va amanifestar su cari&o; 5art llama pap a omero cuando le dice# *9equiero, pap.*

    El juguete, siempre y cuando se a%stenga de entrar en lacarrera del consumo infantil, es un o%jeto capa de /nvestirse,

    mediante el juego del ni&o, de un sentido que lo distingue y ala ve lo asemeja idealmente a los o%jetos de pap# el

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    telfono, el camin, los cosmticos son como los de mam ypap pero no son tos de mam y pap. Eso, siempre y cuandohaya un tiempo de juego y una prctica l:dica que permita talinvestidura.

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    desde el punto de vista del consumo el ni&o es una varia%le dela segmentacin del mercado, la edad. El consumo no instituyeprcticamente la divisin entre adultos y ni&os porque no lasnecesita. /nstituye otras, pero esas otras no producen inancia.

    En esa l!nea se inscri%e el acceso de los ni&os a los medios#como actores, como opinadores, como modelos, incluso comoproductores, en los ni&os no se registra un patrn decomportamientos que se distinga sim%licamente de lasprcticas mediticas adultas.

    y que pueden estar

    representadas en el discurso meditico> y la indiferencia real conque los ni&os >y los adultos responden, en el universo de lasprcticas mediticas y del consumo, a esas significacioneshistricas.

    E& dis"#0so PSI"o&)o0 e$ & des(i(#"i%$

    DE LA INFANCIA

    Fecordamos nuestra hiptesis# las instituciones, modernas noproducen a los ni&os actuales como infancia. Esto lo vimos apropsito de las prcticas de consumo y de las prcticasmediticas. eremos ahora otro de los aspectos de la*incausalidad* actual de la infancia# se trata de la serie de efectos

    prcticos que las distintas variantes de los discursospsiprodujeronen la doxa, como efecto de la divulgacin del psicoanlisis a partir

    de la dcada del cincuenta. qu! es necesaria una aclaracin.9anto para la perspectiva historiadora como para la perspectivasemiolgica, el sentido social es el conjunto de efectos prcticosproducido por la circulacin de los discursos en la cultura. Ennuestra perspectiva no cuenta lo que los discursos esencialmente

    son,en su purea epistemolgica, o lo que ellos mismos dicen queson. "o que cuenta para nosotros son sus efectos prcticos. 9alesefectos, en la medida en que son marcas significantes, requierenuna interpretacin.

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    $or otra parte, los efectos de un discurso puesto a rodar enla cultura son m:ltiples; slo pueden ser tomados desde un sesgoparticular para un punto singular en una investigacin.

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    psicoanl is is ha perdido su eficacia pedaggica paratransformarse en un tema de opinin; seg:n se vio, unenunciado m#sde la enunciacin meditica, sin autonom!aespec!fica. Esta situacin es concomitante y cola%ora con

    la reorientacin de la transferencia de sa%er que prestahoy la familia a los medios.

    En t iempos de glor ia de la