c a se acabó la histórica

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| 1 Chilpancingo, Gro, del 13 al 19 de julio de 2020 Chilpancingo, Gro. | Semana del 13 al 19 de julio de 2020 | Tercera Época | $ 10.00 No. 1017 Humberto Santos Bautista José Francisco García González Regreso a clases: ¿qué hacer? Tiempo de saber CASO AYOTZINAPA: SE ACABÓ LA VERDAD HISTÓRICA [Foto: Internet]

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Humberto Santos Bautista

José Francisco García González

Regreso a clases: ¿qué hacer?

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Caso ayotzinapa:se aCabó la

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| 32 | Chilpancingo, Gro, del 13 al 19 de julio de 2020Chilpancingo, Gro, del 13 al 19 de julio de 2020

Trinchera Política y Cultura (año 19, número 1017) es una publicación semanal editada y distribuida por Colectivo Trinchera, A. C., Priv. Electricistas No. 9, Col. Guerrero 200, Chilpancingo, Gro., C. P. 39097www.trinchera-politicaycultura.comsem_trinchera@yahoo.com.mxEditor responsable: Ulises Domínguez Mariano.Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No.04-2019-060713063900-101, otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor.Certificado de Licitud de título y contenido No. 17328, expedido por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas, de la Secretaría de Gobernación.Impreso por Ulises Domínguez Mariano, Nogal No. 56,Fracc. Jacarandas II, Chilpancingo, Gro., C. P. 39090.Este número se imprimió el 12 de julio de 2020.

DIRECTORIO

Coord. de InformaCIón:Zacarías Cervantes

InformaCIón:Eduardo Añorve

Eduardo Yener SantosHercilia Castro

Kau Sirenio

opInIón:José María Hernández

Humberto Santos Bautista

Cultura:Carlos ortIz

tohuampohuan

fotografIa:Yener Santos

Diseño:Irving Ulises

Coord. general:

Ulises Domínguez Mariano

dIreCtor fundador:Manuel Domínguez Jaimes (t)

Zacarías Cervantes

l hallazgo que dio a conocer a los medios de comunicación el titular de la Unidad Especial de Investigación y Litigación para

el Caso Ayotzinapa, de la Fiscalía General de la República (FGR), Omar Gómez Trejo, este 7 de julio, relacionado con el lugar donde se halló la pieza que identifica el cuerpo del normalista Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, en la Barranca de la

Carnicería, no es nuevo.Desde diciembre de 2014, miembros de

la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) encontraron indicios de que en ese sitio pudieron haber asesinado a algunos de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa. La Barranca de la Carnicería se encuentra a una media hora de Cocula y a ochocientos metros del basurero donde, de a cuerdo con la «verdad

histórica» que construyó la anterior admi-nistración, llevaron, mataron e incineraron a los 43 estudiantes.

Gómez Trejo dijo que del 21 al 29 de noviembre de 2019, realizaron una acción de búsqueda en un punto ubicado en el mu-nicipio de Cocula, conocido como Barranca de la Carnicería, ejido de Cocula.

Reveló que «en el pasado, dentro del mismo expediente, se recibió información

Caso Ayotzinapa:

se acabó la «Verdad Histórica»

e

omar gómez trejo. mejora el

panorama.[foto: trInChera] sobre la zona antes referida sin que se

agotara, por lo que deberá establecerse una serie de deslindes a las responsabilidades a que haya lugar».

Informó que en esta segunda visita al lugar, peritos de la FGR recuperaron quince indicios (piezas óseas), que fueron emba-lados para su procesamiento, en presencia de los representantes de las familias y de la misma Comisión Presidencial.

Dichas piezas fueron llevadas en una va-lija diplomática por el propio Gómez Trejo, en funciones de fiscal especial del caso, al Instituto de Genética de la Universidad de Innsbruck, en Viena.

Siete meses después, este 19 de junio, la Universidad de Innsbruck comunicó a la Unidad y al Equipo Argentino de Antro-pología Forense (EAAF) que, después de realizar los análisis respectivos a las piezas óseas enviadas, una de ellas corresponde al estudiante Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, uno de los jóvenes normalistas desaparecidos el 26 de septiembre de 2014.

Para el titular de la Unidad Especial éste es un avance de «primera relevancia» en la investigación, porque a más de cinco años de los hechos, ha sido identificado un resto humano perteneciente a una de las víctimas.

«Hemos roto el pacto de impunidad y de silencio que rodeaba el caso Ayotzinapa. Esta es una nueva etapa en la investigación, este hallazgo fue de las nuevas acciones de búsqueda que realizamos en el último año, está es una nueva identificación que rompe con la narrativa de una mentira que cerró más posibilidades de buscar y encontrar», dijo el funcionario el 7 de julio.

El sitio donde fue hallada la pieza ósea de Christian Alfonso fue ubicado desde diciembre de 2014, tres meses después de los ataques a los normalistas en Iguala; sin embargo, las autoridades de entonces desecharon la petición de realizar peritajes en ése y en cuando menos otros tres lugares donde se encontraron indicios, aun cuando hay testimonios de que pudieron llevar a los normalistas.

En diciembre de 2014, una brigada de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), con el co-mandante Miguel Ángel Jiménez Blanco a la cabeza –que a la postre fue asesinado–, llegaron hasta ese lugar conducidos por testimonios de pobladores que aseguraron haber visto movimiento días después de los ataques en Iguala.

Consultado al respecto, el dirigente de la agrupación, Bruno Placido Valerio, recordó que durante noviembre y diciembre desple-garon primero a mil y luego a ochocientos miembros de la UPOEG en la búsqueda de los 43, por varios municipios de la zona Norte y que obtuvieron información de que a los estudiantes no los mataron juntos ni al mismo tiempo, sino en diferentes momentos

y en diferentes lugares.Informó que en la Barranca de la Carni-

cería, donde ahora la FGR dice que encontró la pieza ósea que pertenece al estudiante Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, desde diciembre de 2014 encontraron in-dicios, igual que en la Cueva del Diablo, cerca de Iguala, y en Carrizalillo.

Placido Valerio aseguró que la UPOEG le entregó en su momento la información a la entonces Procuraduría de Justicia del Estado y a la Procuraduría General de la República (PGR), pero que fueron ignora-dos; además, las autoridades federales «nos satanizaron, nos acusaron de que éramos paramilitares y parte de la delincuencia organizada», reprochó el dirigente.

El informe que contenía toda la informa-ción se la quedó el comandante de la Policía Ciudadana de la UPOEG de Xaltianguis, Miguel Ángel Jiménez Blanco, quien encabezó a la UPOEG en las brigadas de búsqueda. «Como no le tomaron en cuenta su opinión, lo que hizo fue guardar toda la información».

El comandante Jiménez Blanco fue asesinado en circunstancias extrañas la no-che del 8 de agosto de 2015 en el poblado de Kilómetro 48, a orillas de la carretera federal México-Acapulco.

Bruno Placido dijo que durante la búsqueda de los 43 normalistas recibieron información de mucha gente y que tuvieron acceso a información respecto a cómo dis-persaron en grupos a los estudiantes, y que les contaron que no se los llevaron juntos ni a un solo lugar, sino que los dispersaron en grupos.

Incluso reveló que cuando la PGR dio el informe sobre la «verdad histórica», que sustenta la versión de que todos los jóve-nes fueron asesinados e incinerados en el basurero de Cocula, la UPOEG iba a dar un «contrainforme» al día siguiente, con información distinta a que la dio el entonces procurador Murillo Karam, pero que les ne-garon a él y a Miguel Ángel Jiménez Blanco apoyo para obtener asilo político y salir del país, «por lo delicado de la información que íbamos a dar».

Aseguró: «Se nos negó todo con el argumento de que éramos paramilitares, y lo que optamos como organización fue guardar silencio y solamente le informamos a la gente que cumplimos en campo».

Precisó que el día que pensaban dar el contrainforme, sería en la ciudad de México.

Ese día, Bruno Placido fue y se reunió con gente de la CIDH, pero le negaron el apoyo para salir del país junto con el co-mandante Miguel Ángel Jiménez Blanco.

Declaró que Jiménez Blanco era el que llevaría el informe y él sólo emitirá una de-claración política, pero cuando se les negó el apoyo optaron por callar, por seguridad

de su propia vida. «Porque era un interés en grande, íbamos a contradecir al Estado. No-sotros teníamos una información diferente a lo que ellos estaban diciendo», aseguró.

Durante la búsqueda en la Barranca de la Carnicería, los miembros de la UPOEG encontraron unos pozos de agua con indi-cios de que habían arrojado unas bolsas de plástico, pero cuando fueron por segunda vez ya habían cambiado las bolsas.

Bruno recordó que de acuerdo a los testimonios de los pobladores, en los pri-meros días después de la desaparición de los estudiantes, los restos de éstos fueron cambiados constantemente de un lugar a otro, para desorientar a los buscadores.

La UPOEG encontró indicios no so-lamente en La Barranca de la Carnicería, sino en la Cueva del Diablo cerca de la comunidad de Pueblo Viejo, donde locali-zaron seis posibles fosas clandestinas, y en Carrizalillo donde recibieron testimonios de que allí fueron llevados una parte de los estudiantes y los vistieron como mineros para despistar, dijo.

Dijo: «Hay muchos datos que encontra-mos porque nosotros desplazamos a muchí-sima gente en esa zona, incluso cuando ya se había roto el diálogo como organización tuvimos que entrar en apoyo a los padres de los 43 estudiantes, porque muchos eran de la zona donde nosotros teníamos presencia (Costa Chica)».

Sin embargo, dijo que tuvieron muchos obstáculos por las mismas organizaciones que los señalaban que a ellos no les hacía nada la delincuencia porque eran de los mismos.

Según Placido Valerio, personalmente reportó el hallazgo de la Barranca de la Carnicería y los de otros sitios que obtu-vieron durante la búsqueda. Uno de los funcionarios a los que le dio la informa-ción fue al titular de la ya desaparecida Comisión Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, a quien también le pidió apoyo para continuar la búsqueda debido a que estaban obteniendo mucha información, porque donde quiera que entraban, la gente les daba dados de primera mano, pero se la negó.

Otro de los datos que obtuvieron fue que cuando los miembros de la UPOEG llegaron a Iguala (el 7 de octubre del 2014), todavía estaban vivos alrededor de treinta estudiantes, pero que los tenían dispersos en grupos en una zona muy amplia. Pidieron apoyo para abarcar esa zona a la Gendarme-ría (ya desaparecida) y a otras dependencias, pero se las negaron. «Todos nos dijeron que sí, pero después recibieron la contraorden de que no nos apoyaran», reveló.

Comentó que con el actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador, decidieron seguir en silencio, porque, igual, «hemos vivido una etapa de acusaciones».

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Eduardo Añorve

l doctor Taurino Hernández, de Sociología de la Universidad Autónoma de Guerrero (UA-Gro), organizó el panel virtual

Las comunidades afromexicanas y los retos de enfrentar «la normalidad» pos Covid, este 29 de junio, en coordinación con María Elisa Velázquez, encumbrada funcionaria de la INAH.

Allí participaron Javier Saldaña, rector de la UAG (el anfitrión), personalidades «distinguidas», académicos y representan-tes de organizaciones afromexicanas: Ma-ría Elisa Velázquez, presidenta del Comité Científico del Proyecto Internacional La Ruta del Esclavo Resistencia y Libertad de 2009 a 2015. Juan Delgado, de Colombia, candidato a doctor en sociología por la Universidad California de Los Ángeles. John Antón Sánchez, de Ecuador, profesor del Instituto de Altos Estudios Nacionales y miembro del Observatorio de Justicia Afrodescendientes en Latinoamérica con

sede en la Universidad de Miami.También: Sergio Peñaloza, de Cuajini-

cuilapa, presidente de la asociación civil México Negro. Donají Méndez Tello, de Cuajinicuilapa, profesora investigadora de la Escuela Superior de Turismo de la UAGro, cofundadora de México Negro, A. C. Aleida Violeta Vázquez, «poeta y amante de la libertad», de Cuajinicuila-pa, miembro de la organización Mano Amiga de Costa Chica. Maribel Santiago, «afromexicana con su lengua indígena amuzga y su piel valientemente negra», de la Colectiva [sic] Mujeres Afromexicanas en Movimiento.

Saldaña dijo: «La verdad es que cuan-do platicamos de realizar este panel, pues, me dio mucho gusto, mucho gusto, y, la verdad, hoy me da más gusto que has reunido a todas estas personalidades… gente de lucha… empezando también por ti, ¿no?, que has reivindicado siempre este tema de los afro… mexicanos, y me da

mucho gusto ver a Sergio, con quien hace unos veinte años trabajamos… un poquito más… con el Dr. Rosalío Wences Reza… que es un hombre que está luchando siem-pre por la identidad de su origen.

»Por supuesto, a la maestra Donají, a todo el equipo, a la compañera Aleida, a Maribel Santiago. Agradecerle a María Elisa Velázquez. Muchas gracias por tu sensibilidad. A Juan Delgado también; muchas gracias Juan. Por supuesto, a Ecuador, donde esté, a John Anton, tam-bién. Muchas gracias a todos.

»La verdad es muy significativo para la Universidad Autónoma de Guerrero tocar este tema de las comunidades afro-mexicanas. ¿Por qué? Porque es impor-tante conocer los derechos de todos, y la Universidad está en esta ruta de trabajo, de poder incluir y establecer una línea de trabajo con todos los sectores, vulnerables o no vulnerables, que han sido segregados y marginados. Tenemos una relación muy

De chismes y conflictos en

el panel de la UAGro sobre

afromexicanos y retos de la

«normalidad» pos Covid

Croniquilla virtual diferida

e

estrecha, intrínseca, con el grupo de indí-genas, compañeros de pueblos originarios, que la Universidad los incorporó con un porcentaje, para que ingresaran a sus carreras a estudiar, y creo que… ¿Cómo podemos cerrar la brecha de desigualdad, de marginación de los pueblos originarios? ¡Preparándolos, dándoles las herramien-tas! Empoderarlos académicamente para que puedan acceder a la justicia.

»Igualmente con el grupo de afromexi-canos. Hemos establecido en algunos años anteriores una relación muy estrecha, y el Consejo Universitario… hace tiempo Donají era consejera… tengo entendido, Donají… que se acordó que un porcentaje de los estudiantes que ingresen a las carre-ras de la Universidad, a las licenciaturas, a las… eh… prepas y, obviamente, al posgrado, puedan tener un espacio en la institución para que ellos reivindiquen su origen y puedan… podamos prepararlos y llevar a gente preparada a la región, y pue-dan tener un mejor desarrollo, una mirada horizontal, una… respeto a sus derechos humanos, y, por supuesto, reivindicar las culturas, que eso también les da vida, le da origen y fortalece a las comunidades afromexicanas.

»Así es que estamos muy satisfechos, contentos, porque este panel tan espléndido lo realicemos hoy en la Universidad Autónoma de Guerrero. Yo dejaría aquí mi participación y, por supuesto, saludar a la comunidad de Sociología, de la Universidad Autónoma de Guerrero en Acapulco, que, ojalá puedan disfrutar, escuchar… hay que escuchar, como dicen, todas las voces, pero, más allá de las voces, todos los sentimientos, todo lo que la gente tiene acumulado por la falta de la mirada, de las acciones y políticas públicas, las

acciones de los gobiernos, que… son marginados y que no son atendidos, y que todos tenemos el mismo valor.

»No importa nuestra condición ideológica, de color, de lengua, de origen… todos somos guerrerenses y todos debemos querernos y llevarnos como hermanos. Así es que sean bienvenidos a este panel virtual de las comunidades afromexicanas y los retos para enfrentar la normativi-dad… o normalidad después del Covid. Muchas gracias».

Entre enfadado y aburrido, ya iba a refunfuñar por las tamañas ignorancias y leperadas de tan distinguido aspirante a gobernar el estado, pero una de sus frases me caló tan hondo («todos debemos que-rernos y llevarnos como hermanos») que me conmovió lo inconmovible y –como dice Sergio Rafael Ocampo–, reconocí que su tontunidad o ayuno de inteligencia, su no-sapiencia, es genuina, tanto que guardé mis furibundas observaciones para conti-nuar con lo que seguía cronicando.

Taurino tomó, luego, el toro por las astas y ensartó las dos preguntas para los participantes (excepto para Juan y John, a quienes se les pidió una analogía entre la situación de sus países, Colombia y Ecuador, con la de las comunidades afro-mexicanas): ¿Qué es lo que hasta ahora se sabe sobre las afectaciones de impactos en las comunidades afromexicanas? ¿Qué de particularidad tienen estas afectaciones respecto al resto de las poblaciones?

Inapetentes, pero, en fin… son intelec-tuales orgánicos, ¿qué le va uno a hacer desde la periferia? El orden de distinguidos y distinguidas y distinguides y distingui-d@s y distinguidxs para responder, fue: María Elisa, Juan, John, Sergio, Donají, Maribel y Aleida. O sea: primero los

ajenos al territorio; luego, los oriundos y oriundas.

María Elisa dijo que hay afectaciones sanitarias por falta de infraestructura: marginación, desigualdad, falta de opor-tunidades; que la interrupción del Censo por la pandemia afectará el número final de afromexicanos; que existe una reducción de presupuesto a tareas del gobierno, al presupuesto del INPI; y reducción a casas de mujeres indígenas y afromexicanas.

Además, hizo una la propuesta para que la ONU decrete otro decenio de los afromexicanos en el mundo para desarro-llar las políticas públicas.

El doctor Juan habló del racismo en Es-tados Unidos y expuso que se ha ahondado la «vulnerabilidad racializada»: el Covid profundiza las condiciones de desigualdad, marginación…

John disertó sobre la respuesta del Estado ante el Covid y ahondó sobre algo que el anterior expositor ya había hecho.

Sergio, Donají, Maribel y Aleida con-tinuaron repitiendo, hablando de temas interesantes sobre los afromexicanos y de chile, de manteca, de mole, de cuche, de tichinda, de arroz…

Seguía siendo un panel intrascendente, de cuates y cuotas, y de cuitas, de penas ajenas que daba pena escuchar… y trans-cribir o resumir.

Aleida no habló porque la conexión a la red internética fue errática.

Hasta que, una hora y media después, el conflicto soterrado salió a flote: el mo-derador tenía dos minutos «vacíos» y pidió que sacaran de su ronco pecho cualquier pena para no perder el tiempo, y Sergio Peñaloza pidió la palabra para decir, desde lo profundo de su negra sapiencia y sen-timentalidad: «Yo quiero… quiero sólo

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decir que la doctora María Elisa ha sido una mujer muy comprometida, ¿sí?, una mujer que ha impulsado muchas acciones y actividades que le han abonado profun-damente al movimiento afromexicano, y siempre ha defendido, desde su persona y desde la institución en que trabaja… o sea, todo el proceso de lucha que hemos venido dando los afromexicanos. ¿Sí?

»No se vale que las… los comentarios negativos filtren más allá de lo que es abonarle a este proceso de estar aclarando cuestiones para que el gobierno ponga atención realmente al proceso de, también, de lucha que hacemos los afromexicanos, en este caso específico de la pandemia. Yo invito a que nos sumemos todos, porque es necesario que el gobierno encuentre organizaciones y un pueblo y comunidades afromexicanas organizados y unidos para que pueda haber una buena respuesta».

¡Uta!, dijo para sus oscuros adentros este narrador: aquí está el filón, aquí están los chismes, los conflictos… el conflicto. Y acudí a los comentarios de los espectadores.

Resulta que un grupo disidente de es-tos intelectuales afromexicanos oficiales (excepto Aleida) comenzó a cuestionar-los: Beatriz Amaro y Mijane Jiménez comenzaron criticando a María Elisa y a sus aliados del grupúsculo México Negro (que tenía dos representantes en el panel) y el propio Taurino.

«La doctora María Elisa ha sido una persona que ha dividido opiniones de personas afromexicanas coptando espa-cios, que pesar que ahora venga con al UAGRO», escribió Mijane; Beatriz le comentó: «concuerdo».

La hermana de Sergio, Aurea Micaela, publicó: «Ojalá y no se cuelen algunas per-sonas que solo buscan estar en la política y valerse de ella aparentando ayudar y solo piensan en lo personal».

Mijane es de raigambre panista; in-cluso, ha sido candidata a una diputación por el distrito Costa Chica por el PAN. Ella y Aleida pertenecen al grupúsculo Mano Amiga.

Aurea Micaela insistió: «Felicidades a los panelistas, el tema muy importante ay personas que están y han estado en la política yy no han hecho nada menos por los afros».

Esta crítica puede aplicarse a gentes como Bulmaro García Zavaleta y Benig-no Gallardo, afromovimientistas que han ocupado cargos públicos; ahí, Benigno se dio por aludido y dijo que qué bueno que se estuviera haciendo algo, en referencia al panel.

Y ya de plano metidos en el plano de la política, Santa Cruz Hernández hizo

la siguiente «PROPUESTA: Apoyar al profesor-investigador: Sergio Peñaloza Perez como candidato a diputado federal representando a los afromexicanos y a las culturas originarias de la costa chica».

En el proceso electoral pasado, Sergio Pedro Peñaloza Pérez intentó ser can-didato a la presidencia de la República, como independiente, representando a los afromexicanos, pero no votaron por él ni en su barrio.

Ante la propuesta de que la ONU decrete un nuevo decenio de los afro-mexicanos, hecha por María Elisa, Beatriz publicó: «Ni dos Decenios Afros serán suficiente si en México se siguen privi-legiando las voces académicas sobre las voces de las personas afromexicanas».

Tanto Beatriz como Mijane y Aleida, y Sergio y Donají pertenecen al mundillo académico.

Beatriz, de nuevo, ahora con un pa-rrafito más elaborado: «Los académicos están muy interesados en un nuevo Dece-nio, porque ellos han sido los principales receptores de recursos para investigacio-nes. Hablan de un Plan del Decenio que presentó México el cual fue construido desde las élites académicas y políticas y no incluía acciones para los Estados con mayor presencia afromexicana como son Guerrero, Oaxaca y Veracruz».

Contra María Elisa y corifeos, claro, que bien merecido se lo tienen.

Mijane la secundó, a Beatriz: «No le contribuye a los académicos impulsar el decenio de los Afrodescendientes, más bien a nosotras, las personas afromexi-canas somos las que debemos incidir en todos los niveles de gobierno».

Pero Mijane no se detuvo ahí, sino que se brincó las trancas y le voló encima al propio anfitrión, Saldaña: «¿Qué acciones afirmativas para las juventudes afro-mexicanas plantea el rector? Si existen becas y programas para mujeres indíge-nas ¿Cuándo incluirán nos incluirán a las afromexicanas?».

María Elisa, entre sus ocurrencias, propuso que la UAG creara una cátedra de estudios afromexicanos.

Mijane, ni tarda ni perezosa, opinó: «Basta de que la academia blanca nos utilice como objeto de estudio, si la pro-puesta es una cátedra, nosotros hablando de nosotrxs». Y Mijane no es precisamente negra o prototípicamente afromexicana, sino más –digamos– indígena u originaria.

Y siguió atacando: «A la UAGRO le ha faltado voluntad para accionar y crear aca-demia con enfoque racial, cerrar la brecha, el 5% de cuotas divididas entre indígenas y afromexicanxs es insuficiente».

¿Notaste, atento lector, que a veces

esta académica utiliza la «x» para referirse a cuestiones de género soterradamente?

Y siguió, haciendo valer sus privilegios como profesionista y universitaria: «Como egresada de preparatoria #30 de Cuajini-cuilapa y de la Facultad de Derecho en Chilpancingo, es decir egresada dela UA-GRO, solicito medidas afirmativas para el pueblo afromexicano, nuestras voces como egresadxs de la UAGRO deben ser escuchadas».

Pero sus detractantes creyeron, cuando menos durante ese «debate», que Mijane no piensa en esa ilusión llamada el pueblo afromexicano, sino en sus propios colmi-llos y apetencias.

«Faltan cuotas académicas para las juventudes afromexicanas, he intentado ingresar a su programa para aprender in-glés en dos ocasiones y he sido rechazada por tres años consecutivos», confesó, aceptando que ella es la materialización de esas juventudes afromexicanas.

Todavía se mantuvo en un comentario, entre cauta y dubitativa –sospecha este narrador virtual–: «Garantizar el acceso a la educación universitaria de todas las personas afromexicanas, que sea una realidad».

Alguien, de los muchos paleros del rector y del moderador le respondió que la Universidad sí tenía programas para afromexicanos, pero Mijane no tardó en fulminarla con el ígneo índice de su prosa entre hipócrita y claridosa: «Querida no sé dónde están esas cuotas en posgrado por ejemplo, llevo 3 años consecutivos intentando entrar al programa de becas para mujeres indígenas para aprender inglés y un año me hicieron pasar por indígena y como quiera… realmente si faltan acciones afirmativas reales, no generales».

¿Así, o más afirmativa, la Mijane?Ello, en la sección de comentarios;

en tanto en la sala virtual, los panelistas concluyeron sus disertaciones.

A esas alturas, el anfitrión ya se había largado (casi hora y media antes). El mo-derador pidió que «cerraran» sus partici-paciones, pero nadie habló del tema, de los retos para enfrentar la nueva normalidad pos Covid, sino de otras vaguedades, de sus comezones, de sus egos.

Si bien es cierto que los invitados no representaban una pluralidad de voces, como dijo Saldaña, habría bastado que incluyeran a Mijane, en vez de su colega Aleida, para darle sabor al caldo, que terminó siendo de cuotas, cuates y cuitas, pero no de los retos de la nueva normalidad pos Covid.

Bueno, es la UAG, somos guerreren-ses, ¿qué otra cosa esperar?

R egReso a clases:¿Qué haceR?

Humberto Santos Bautista

e cerró el ciclo escolar 2019-2020, y cada quien hizo lo que pudo para cumplir con lo que formalmente se

establece en los programas oficiales y la normatividad vigente, en un con-texto extraordinariamente complejo, donde quedó de manifiesto que tanto los profesores como los alumnos está-bamos indefensos y más vulnerables que nunca ante el desafío inédito que platea la pandemia. Esta misma situa-ción inédita, sirvió para mostrar las enormes fisuras de un Sistema Edu-cativo Nacional que está, desde hace tiempo, agotado porque ya no tiene respuestas a los grandes problemas emergentes que amenazan a la socie-dad mexicana y que van del deterioro ambiental a la corrupción, pasando por los vacíos de una educación para la salud, por mencionar solo algunos que la crisis del coronavirus pudo evi-denciar. No se trata de afirmar que la educación es la panacea a toda esta problemática estructural que se ha ido acumulado por décadas, pero una buena educación contribuye, de una o de otra manera, a tener mejores alter-nativas en situaciones de emergencia. Desde esta mirada, la pandemia abre una oportunidad para repensar los fines de la educación y saber para qué se quiere educar, porque la crisis que se vive en el sector educativo, por lo menos desde hace cuarenta años, es derivada de haber extraviado los fines de la escuela pública, porque la instancia encargada de administrar los servicios educativos se convirtió en una agencia burocrática para expedir documentos, que solo han contribuido a reproducir el desempleo y la frustra-ción de miles de jóvenes y, con ello, en reproductora de las desigualdades, las mismas que se proponía reducir a través de la educación.

Ha sido esa falta de claridad en los fines lo que ha permitido que el sector educativo camine casi siempre por

fuera de los marcos institucionales que formalmente lo rigen; y esa ruptura no ha sido un asunto menor, pues es también la que le abrió las puertas de la educación pública a la corrup-ción representada por la dirigencia del SNTE –sobre todo, en los tiempos de Elba Esther Gordillo–, cuando la SEP y las secretarías de educación en los estados, se subordinaron a las determinaciones de la cacique sindi-cal, al grado que se llegó a afirmar, por parte de las propias autoridades educativas, que el sindicato controla-ba el 50% de las plazas, situación que en el gobierno de Enrique Peña Nieto se pretendió enmendar con su fallida reforma educativa, la cual fue dero-gada por el presidente Andrés Manuel López Obrador. En ese marco donde la intromisión del sindicato empezó por corromper a la escuela, era muy difícil cumplir con lo que establece el Artículo Tercero de la Constitución General de la República, como uno de los fines esenciales de la educa-ción, que es la de formar ciudadanos, precisando que eso tenía como punto de partida el principio de aprender a «tener un modo honesto de vivir». Por supuesto, un sindicato corrupto y corruptor no podría cumplir con esta tarea. En lugar de fortalecer desde la escuela una formación ciudadana, desde la estructura sindical se corrom-pió la vida escolar, y la subcultura de la corrupción pasó a ser un problema sistémico. Si no hay una ciudadanía educada, es muy complicado que se participe de manera comprometida en la vida pública, y los ciudadanos solo se convierten en clientela electoral. Y los profesores no escaparon a esta minimización de su papel, el cual se confirmaba en cada periodo donde había elecciones. En lugar de hacer política educativa se redujo su papel a simples militantes de un partido po-lítico, y aun cuando asumieran algún cargo de representación (diputados, senadores, presidentes municipales,

SEl neoliberalismo convierte a los ciudadanos en consumido-res. La libertad del ciudadano cede a la pasividad del con-sumidor. Como consumidores, los votantes de hoy no tienen un interés real en la política, en la formación activa de la comunidad. No poseen ni la voluntad ni la capacidad de participar en la acción política comunitaria. Reac-cionan solo de forma pasiva a la política: quejándose y quejándose, como hacen los consumidores acerca de un producto o servicio que no les gusta. Los políticos y los partidos también siguen esta lógica del consumo. Tienen que 'entregar'. En el proceso, se convierten en nada más que proveedores; su tarea es satisfacer a los votantes que son consumidores o clientes.

Byung-Chul Han.

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etc.), estaban imposibilitados para plantear iniciativas de ley para trans-formar de fondo la educación, porque terminaban subordinándose a los intereses de su partido y se olvidaban de los fines superiores de la escuela pública. No había interés de alterar el statu quo vigente, porque eso signi-ficaría una ruptura de la estructura sindical, para la cual, los intereses de la comunidad educativa no eran ninguna prioridad.

Por todo ello, en el marco del llamado neoliberalismo, la escuela perdió identidad, y con ella también los principales sujetos de la relación pedagógica, esto es, maestros y alumnos. Y ese problema todavía no está resuelto. Esto es también lo que subyace en la crisis que enfrenta la educación pública. En consecuencia, tenemos una educación que dejó de atender los grandes rezagos que se vi-nieron acumulando, y las consecuen-cias de esa indiferencia son también la evidencia de un Sistema Educativo Nacional que requiere con urgencia una profunda reforma que permita instrumentar políticas de Estado y terminar con las ocurrencias sexena-les. El año que viene, en el 2021, se cumplirán cien años de haber sido creada la SEP, y una pregunta inquie-tante es el por qué un siglo después, los problemas que empezó por aten-der como una prioridad su creador y

primer secretario, José Vasconcelos, siguen sin resolverse. Como, por ejemplo, el analfabetismo, que juega también un papel en el contexto de la pandemia.

Por eso, el regreso a clases estará marcado por la incertidumbre y la indefinición en muchos aspectos que no volverán a ser los mismos para las escuelas, empezando por los tiempos del calendario escolar y los espacios escolares. La llamada «nueva norma-lidad» es un slogan que expresa más bien la confusión que rodea el nuevo escenario en el que habrá que desa-rrollar la docencia, lo cual tendrá que empezar por reorganizar la escuela, rompiendo su estructura vertical y burocrática que ya no será funcional para atender la emergencia. Si en la «nueva normalidad» se va a pasar de una atención masiva de estudiantes a la atención casi individualizada, ese cambio definirá un nuevo status para los docentes y los alumnos, porque impactará en la relación pedagógica. La otra cuestión es que si es cierto aquello de que el espacio natural de aprendizaje de los niños es el juego, ¿cómo se está pensando rediseñar el espacio pedagógico en las circunstan-cias que anuncian un distanciamiento permanente?

El regreso a clases será traumático para todos. Y es por eso que necesi-tamos con urgencia abrir un diálogo

orientado a reformar la educación. Una reforma que empiece por repen-sar los fines de la educación, para que la escuela vuelva a tener sentido.

Necesitamos un renacimiento de la educación, porque como bien dice el filósofo alemán Markus Gabriel, si el capitalismo ha encerrado en el consumo irracional al ciudadano, para salir de ese encierro se necesita «una nueva Ilustración», así sea como estrategia de sobrevivencia para vol-ver a tomar conciencia de que cuidar la vida es responsabilidad común.

«¿Cuándo entenderemos por fin que, comparado con nuestra supers-tición de que los problemas contem-poráneos se pueden resolver con la ciencia y la tecnología, el peligrosísi-mo coronavirus es inofensivo? Nece-sitamos una nueva Ilustración, todo el mundo debe recibir una educación ética para que reconozcamos el enorme peligro que supone seguir a ciegas a la ciencia y a la técnica (…) Tenemos que reconocer que la cadena infecciosa del capitalismo global des-truye nuestra naturaleza y atonta a los ciudadanos de los Estados nacionales para que nos convirtamos en turistas profesionales y en consumidores de bienes cuya producción causará a la larga más muertes que todos los virus juntos», dice Markus.

Ésa es la tarea de la educación: aprender otra vez a vivir juntos.

anto interesados de la cosa pública, como los apáticos, oían los men-sajes cifrados al popu-lacho, y los tomaban

como verdades absolutas y aceptaban sin remilgos las decisiones dictadas des-de las cúpulas del poder, aunque éstas fueran siempre en contra de la voluntad popular. Éstas debían tener un filtro riguroso para no perjudicar en lo míni-mo al poder –de los tres niveles–. Pero entre más estrecho es el camino, los trascendidos políticos van encontrando grietas para salir a la luz pública. Desde siempre, todos los servidores públicos y los que ocupan puestos de elección popular, por obligación, deben informar de lo que hacen y dejan de hacer, con respecto a sus tareas por las cuales se les paga de los impuestos de todos. Pero la cultura política que se introdujo, por usos y costumbres –heredada de un sistema de corrupción y patrañas–, acostumbró a decenas de generaciones de mexicanos a recibir con beneplácito lo que les convenía dar a conocer y a ocultar en criptas top secret aconteci-mientos vergonzosos para la inteligencia social (lo sucedido con las masacres de estudiantes el 2 de octubre de 1968, el halconazo del jueves de Corpus en junio de 1971, y el más reciente –tampoco resuelto–, la noche del 26 y la madru-gada del 27 de septiembre de 2014 con los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa).

Pero esta clase política seguía asumiéndose como verdaderos guías de un país que se ha debatido entre las verdades a medias, y trataban a la minoría opositora como a un grupo de locos inconformes por todo. Los disidentes quedaban en un estado de indefensión y sus voces se difuminaban entre los coristas y aplaudidores que seguían llevando a los personajes ema-nados del PRI a los principales cargos, determinantes en la toma de decisiones trascendentales, cual si solo algunos iluminados tuvieran la patente de corso para determinar sin resistencia alguna los destinos del país. Ilustra mucho, tomarse un poco de tiempo y escuchar con detenimiento los discursos de los políticos emanados de esa prosapia de

demagogos.Hace algún tiempo abordamos

el tema, describiendo esos discursos actuados y preparados para lograr engaño masivo. En esos discursos –que seguramente deben de encontrarse en internet–, cuales comedias aderezadas con un tinte dramático, se ve a esos actores políticos destilando por todos los poros esa verborrea demagógica, que se percibe en la entonación, las expre-siones y ademanes previamente prac-ticados. Por ejemplo, escuchar a Díaz Ordaz crispa las vibras más sensibles al recordar el 2 de octubre. A Echeverría Álvarez, con su tonito discursivo de un falso populismo; y también se le recuer-da por el 2 de octubre y El Halconazo del Jueves de Corpus. A López Portillo, llorando y pegando con puño cerrado al atril, pidiendo perdón a los desgra-ciados y prometiendo defender al peso como un vil perro, cuando las devalua-ciones fueron imparables en su sexenio. A De la Madrid Hurtado, escucharle en su solemne parsimonia los mensajes dirigidos a los mexicanos, anunciando que vendrían tiempos mejores con la reestructuración del Estado. Y precisa-mente este último le abrió las puertas al periodo más vil para perjuicio de mi-llones de mexicanos, el neoliberal, que, en cambio, hizo millonarios a pocos, incluyendo a políticos que brincaron de ser pelagatos a exitosos empresarios, beneficiándose con la venta de garaje de las paraestatales. Y viene Salinas de Gortari, con toda la intención de liquidar el estado benefactor, enmas-carando su ambiciosa perversidad con su programa de solidaridad, y todavía robándoles a los creyentes de este pro-grama el tiempo de su mano de obra. Y lo más estridente era su tonito dulzón de un consumado mitómano. Además, Salinas tenía que cumplir compromisos con la oligarquía que lo había impuesto en la Presidencia a toda costa. Zedillo Ponce, con su voz hueca, sin más oficio político que el practicado en sus discur-sos escritos por los lacayos del sistema o intelectuales orgánicos. De los demás aún tenemos la memoria fresca para recordar sobre su falsa verborrea y sus escasos resultados que ahora están a la vista, porque siempre que se lanzaban

esas frases acompañadas con promesas en beneficio popular, no eran más que para tranquilizar en parte el descontento social, contenido mediante los medios de comunicación y la estructura política al servicio del sistema. «Es por el pueblo de México que seguimos trabajando… las condiciones de vida mejorarán… habrá más crecimiento para el bien-estar social… con el esfuerzo conjunto saldremos adelante… estas reformas nos harán más competitivos a nivel mundial… las familias mexicanas son nuestra prioridad…».

Ahora, aquellos fariseos que calla-ban ante todas las injusticias sociales, desde posiciones verdaderamente clasistas, reclaman por qué desde la presidencia de la República se polariza a la sociedad, al decir que son unos ladrones, hipócritas que se ocultaban detrás el telón del poder político para hacer negocios sucios y salir limpios, mostrándose ante la sociedad como exitosos hombres de negocios, audaces y hasta guías morales a la hora de opi-nar y dictar líneas de comportamiento a los millones de pobres hundidos en la miseria a consecuencia de la aplicación de políticas de corte neoliberal.

Desde los años setenta se escucha-ban verdades contundentes que eran opacadas por la mano dura del poder. En el camino quedaron regados miles de mujeres y hombres asesinados por alzar la voz, los menos purgaban con-denas, confinados a cárceles clandes-tinas, cuevas de tortura, sin la menor oportunidad para salir con todas sus facultades físicas e intelectuales para reemprender la lucha en la búsqueda por mejores condiciones de vida. En el estado de Guerrero hemos tenido al frente verdaderos chacales, formados dentro de la escuela del caciquismo más recalcitrante, que acatan a pie juntillas las ordenes centrales y le aportan parte de su perversidad sanguinaria. En el periodo de Luis Raúl Caballero Aburto (1957 a 1961) ocurrió la página negra del 30 de diciembre de 1960, cuando el movimiento estudiantil, apoyado por gente del pueblo de Chilpancin-go y sus alrededores, demandaban la destitución del rector del Colegio del Estado Alfonso Ramírez Altamirano,

T

T iempo de sabeRcacicazgos, complicidades y agRavios en gueRReRo

José Francisco García González

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| 11Chilpancingo, Gro, del 13 al 19 de julio de 202010 | Chilpancingo, Gro, del 13 al 19 de julio de marzo de 2020

por no contar con título universitario. Se exigía que la Universidad de Guerrero creada en 1960, fuera autónoma y se promulgara una nueva Ley Orgánica por la que se rigiera en sus actividades sustantivas, así como el aumento a los subsidios y fondos educativos. La nueva Universidad Autónoma de Guerrero de-bería tener un órgano rector oficial que la regulara como su nuevo nombre le atribuiría. Esto provocó que las manifes-taciones en las calles de Chilpancingo se incrementaran, y los acontecimientos fueron lamentables. Un gobernador temeroso al aumento cada vez más de los inconformes, decidió actuar, obvia-mente con el conocimiento del presiden-te Adolfo López Mateos. Por lo regular, la justificación para cometer hechos deleznables en contra de las turbas opositoras era el de preservar la paz y el orden social, aunque las demandas fueran justas. Por su propia formación militar, Caballero Aburto optó por poner al Ejército mexicano a las calles, al ver amenazada la estabilidad de su gobier-no por esa gente que se agrupaba en organizaciones más compactas, como la Asociación Cívica Guerrerense y otras que fueron surgiendo durante el movimiento disidente en contra de ese gobierno corrupto. Para finales de año, se constituye el Comité de Huelga de la Federación de Estudiantes del Colegio del Estado y se paralizan por completo las actividades en el Colegio. Y se dieron los hechos lamentables que aún perduran en la memoria de los guerre-renses.

Existen documentos valiosos que hacen referencia de esos tiempos oscuros de la represión, persecución y asesinatos, como Guerra en el paraíso, de Carlos Montemayor, o las crónicas del momento de los hechos trágicos de masacres a estudiantes y campesinos en agravio del pueblo de Guerrero: el 28 de junio de 1995, en el vado de Aguas Blancas, municipio de Coyuca de Benitez, en el periodo de Rubén Figue-roa Alcocer. La de El Charco, municipio de Ayutla de los Libres, el 7 de julio de 1998, en el interinato del también priista Ángel Aguirre Rivero. La matan-za de los copreros en Acapulco el 20 de agosto de 1967, cuano asesinaron a treinta y ocho personas, más de cien heridas y doscientas veintiséis deteni-das. Participaron pistoleros famosos en la entidad, al servicio de políticos del régimen, como Constancio Hernán-dez, El Zanatón; Gregorio Chávez, El Animal; Eduardo Radilla, El Niño, y los hermanos Gonzalo, Demetrio, Luis e Isabel Gallardo Solís, así como la Policía Judicial del Estado. Entre los prime-

ros caídos ese fatídico 20 de agosto, estaban Alberto Béjar González y Félix Hernández, célebres gatilleros veracru-zanos. De esta forma el gobernador del estado, Raymundo Abarca Alarcón; el líder de la Confederación Nacio-nal Campesina, Amador Hernández, y el presidente de la Unión Regional de Productores de Copra del Estado de Guerrero (URPCEG), Jesús Flores Guerrero, enfrentaban la lucha de los campesinos copreros que luchaban por la democracia interna de la URPCEG y que se oponían a la aplicación del impuesto de trece centavos el kilo de copra, implantado por la administra-ción de Abarca Alarcón y la disidencia dirigida por Julio Berdeja Guzmán, pero organizada y asesorada por el entonces diputado federal veracruzano César del Ángel (recientemente fallecido).

Antes de la matanza, se habían registrado otros acontecimientos que no tuvieron el menor rasgo de ser aislados. Fueron: la detención y encarcelamiento de líderes cívicos; la eliminación física de José Morales, en Zacacoyuca, y de Jesús Avilés, en Iguala; el asesinato masivo del 18 de mayo en Atoyac de Álvarez, narrada en la novela política de Carlos Montemayor, que dio origen a la lucha armada de Lucio Cabañas. El homicidio de dieciocho campesinos de Tierra Caliente en el mes de julio, y el asesinato el 4 de agosto de Alfredo López Cisneros, alias el Rey Lopitos, diri-gente político y de colonos en Acapulco. Dichos acontecimientos aceleraron la radicalización de la Asociación Cívica Guerrerense y el Consejo de Autodefen-sa del Pueblo de Guerrero encabezados por Genaro Vázquez Rojas. El estado de Guerrero se adentraba en una espiral de acontecimientos violentos que no paran hasta nuestros días. Los grupos paramilitares, las guardias blancas integrado por pistoleros al mando de los caciques de las regiones. Pero desde el sexenio calderonista, la situación se volvió peor, por la libertad e impunidad con la que han venido actuando las organizaciones criminales, que portan armamento exclusivo del Ejército para realizar los desplazamientos de comu-nidades completas, la desaparición forzada y asesinatos que jamás se han esclarecido y todos han ido a parar a la misma fosa de la ignominia, al considerar a los muertos con violencia como parte de la articulación de la operación criminal de las bandas que están ligadas a toda una red de compli-cidades con policías federales, estatales, municipales, militares, ministeriales, magistrados, jueces y todo aquello que tenga algo que ver con la impartición de

justicia y la seguridad pública. Se puso de moda que para quitar a alguien del camino, era aniquilarlo de mane-ra directa y certera, la riña podía ser por la ambición de candidaturas a un puesto de alto rango, hasta la posición más modesta en los municipios. Pero como las bandas delictuosas se multi-plicaron en los últimos quince años, no había dificultad para encontrar ma-tones a sueldo. Los pistoleros siempre han existido, desde los tiempos de las huelgas del porfiriato para desactivar-las. A principios del siglo XX en 1904, el mismo gobierno de Porfirio Díaz, a través de su secretario de relaciones exteriores, Francisco León de la Barra, contrató agentes de seguridad privada de la Pinkerton para perseguir y des-activar los grupos del Partido Liberal Mexicano en los Estados Unidos y Ca-nadá, que desde el exilio planeaban una sublevación armada en contra del régimen de Díaz. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos del dictador y su equipo más cercano por acotar los aconteci-mientos, todo culminó en un movimien-to revolucionario en los albores del siglo XX.

En los tiempos actuales, pese a encontrarnos en una crisis de emergen-cia sanitaria por la propagación del Covid-19, la violencia no ha cesado. Estamos oscilando en un estado de escepticismo, aun siendo testigos de eventos inéditos respecto a los últimos acontecimientos de la política nacional. La forma de ejercer el poder también es cuestión de estilo, además de tener ideas claras y contundentes. El pueblo, aunque algunos no le encuentren ni pies ni cabeza en sus análisis y consideren al pueblo como una masa amorfa, es oportuno y conveniente que se le diga la verdad. Y ese hueco lo están llenando no solo las conferencias matutinas del presidente Obrador, sino en parte de su equipo de trabajo como una tarea sus-tantiva se han propuesto tener media-namente informado a esa masa amorfa que los intelectuales y analistas orgáni-cos han tratado de minimizar, incluso al decir reiteradamente que se ha termi-nado la era de las ideologías, cuando nosotros hemos sostenido con argumen-tos de peso y hasta históricos, que no, no somos iguales. Dicha aseveración la enmarcamos desde los tiempos de la acumulación originaria de capital y des-hilando las prácticas hacia los demás de hombres y mujeres durante la evolución de la historia de la humanidad. Por eso debemos seguir alzando la voz y decir: «El pueblo tiene todo el derecho a saber la verdad, y los que han tenido algo que ver con hechos nefastos a decirla».

Proponen iniciativa de ley para la protección del personal sanitario y de emergencias del estadoChilpancingo, Gro.- Con el propósito de es-tablecer una base legal para la protección de mujeres y hombres que son los responsables de la salud de los guerrerenses, el diputado Jorge Salgado Parra propone crear una Ley para la Protección del Personal Sanitario y de Emergencias del Estado.

En su propuesta, el legislador señala que, aunque la mayoría de la sociedad reconoce la labor que los profesionales de la salud desempeñan en el contexto de la emergencia sanitaria por el Covid-19, en diversas partes del país se han registrado agresiones contra ellos, como impedir el acceso al transporte público, e incluso a su vivienda.

Esta situación, manifestó el legislador integrante del Grupo Parlamentario del PRI, es preocupante para las autoridades, a juzgar por las medidas puestas en marcha para proteger a este sector que día a día arriesga su vida por atender a personas contagiadas por el virus.

Refirió que, como lo ha declarado el pre-sidente de la República, “no se podría lograr nada sin los trabajadores de la salud, por lo que tenemos que respetarlos, reconocerlos y apoyarlos”.

Esta propuesta tiene como objetivo hacer justicia a todos los trabajadores que prestan sus servicios en el área de salud y de emergencias, principalmente a los que se encuentran en la línea de fuego atendiendo a todos los pacientes que han contraído el coronavirus.

Además, dijo que éste sería un instru-mento legal que les proporcionará certidum-bre tanto a ellos como a su familia directa en

caso de sufrir un desenlace trágico en el ejercicio de sus deberes.

En el documento, Salgado Parra plantea que la protección al personal de salud consi-dere descanso obligatorio, conforme estable-ce la NOM- 033-SSA3-2018; alimentación nutritiva y suficiente; suministro de insumos para la protección oportuna y eficiente del personal en riesgo, conforme las recomenda-ciones emitidas por la Organización Mundial de la Salud y como lo disponga el Comité Paritario, que se integrará por tres vocales representantes de los Servicios de Salud, tres

del Sindicato y tres especialistas en salud pública designados por la Comisión de Salud del Congreso, mismo que será presidido por el secretario estatal de Salud.

Además, se les otorgará la dotación de vestuario y accesorios de protección adecua-dos; sanitización de espacios, equipos, vehí-culos y alijos necesarios para la prestación de servicios sanitarios y de emergencias; prestación de servicios médicos, quirúrgico y farmacológico al personal médico y de emergencias y a su familia directa, y apoyo funerario en caso de fallecimiento.

el dIputado Carlos Cruz lópez presentó la InICIatIva de adICIón a la ley orgánICa del munICIpIo lIbre del estado de guerrero, para amplIar los requIsItos a quIenes deseen desempeñar la tItularIdad de proteCCIón CIvIl munICIpal, por ConsIderar que es un Cargo que Conlleva una alta responsabIlIdad en la ImplementaCIón de las medIdas y aCCIones para salvaguardar a la poblaCIón.el legIslador del grupo parlamentarIo de morena propone que la persona que esté al frente de esa área debe tener una edad de al menos 30 años CumplIdos, resIdenCIa mínIma de tres años en el munICIpIo, aCredItar experIenCIa y los ConoCImIentos neCesarIos en materIa de proteCCIón CIvIl.

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| 1312 | Chilpancingo, Gro, del 13 al 19 de julio de 2020Chilpancingo, Gro, del 13 al 19 de julio de 2020

través de la traduc-ción», porque «cada lengua es un mundo simbólico distinto. A veces, tengo un bo-rrador en mè’phàà y resulta que encuen-tro en el español elementos que no hay en mi lengua. Entonces reconfiguro y resulta que queda perfecto en ambos idiomas. Esos son los poemas más chingones».

El mè’phàà es también la piel que protege a Hubert para no ameden-trarse ante la ofensa del mundo mestizo. «Dicen los abuelos que la lengua es como una cobija. Si hace frío, te tapas; si te recuestas en un lugar duro, la haces almohada; depende de ti si la olvidas, la ensucias o la mantienes limpia… así es la lengua. Nuestra piel. Si la negamos dejamos de ser, entramos en la lógica de que no valemos nada. Si le damos el lugar que merece en nuestro corazón, nos forta-lece, ya no queda lugar para aceptar la discriminación y la volencia cotidia-nas», reflexiona.

La noche en que no duermaHubert forma parte de esa

colectividad de autores en len-guas originarias que hacen arte en su propio idioma y constru-yen una nueva audiencia den-tro de sus comunidades, para defenderse así de la dominación y el despojo. En el prólogo de su segundo libro, Tsína rí nàyaxà’ / Cicatriz que te mira (Pluralia Ediciones, Secretaría de Cultura de la CDMX, 2018) Herman Bellinghausen asegura que «Matiúwàa consigue una de las obras más redondas y revelado-ras de esta literatura mexicana “paralela” del nuevo siglo».

En casi todas sus lecturas públicas y presentaciones, Hubert va de sombrero, gabán y botas. Ha llevado su lengua a espacios donde hasta hace unos años habría sido impensable. Su pueblo está en el corazón de la montaña. Según cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo So-cial (Coneval), de los veinteséis mil habitantes de Malinaltepec, la mitad son pobres a secas. El resto vive en el parámetro de la pobreza extrema.

En los versos de Hubert la injusticia, la explotación, la muerte y la guerra develan su esencia poética. Su primero libro, Xtámbaa / Piel de tierra (Pluralia Ediciones / Secreta-ría de Cultura, 2016), aborda esos temas y al mismo tiempo reconstruye una manera de nombrar las cosas donde todos

Carlos Rojas Urrutia

Hubert

E

Matiúwàa:

n la cultura mè’phàà no se recibe un nombre. Se vive para merecerlo. Cuan-do una mujer está embarazada, se dice que «carga el pensamiento»; cuando nace, a su bebé se le nombra como «nacido pueblo»; y cuando se hace adulto y puede sostener por sí mismo a una familia, se dice que «ya es capaz

de buscar su nombre». Ése es el destino de la gente mè’phàà de la montaña de Guerrero: hacerse de una palabra con la que su cultura pueda nombrarle.

Hubert Matiúwàa (Malinaltepec, Guerrero, 1986) contribuye desde el lenguaje poético a la resistencia que viene de la montaña. Hace poemas para que la lengua mè’phàà no muera. «Mi generación es res-ponsable de lo que ocurra en la montaña hoy, de si la lengua vive o muere», explica Hubert una tarde en que nos encontramos bajo el calor seco de Chilpancingo. «Es necesario contar la historia del tiempo que nos tocó vivir, dejar testimonio y generar enseñanza a los que vienen, para no volver a un tiempo tan violento, para construir mundos mejores que esto», advierte.

Los versos de Hubert son, en sus propias palabras, «formas de resistencia encadenadas a la posibilidad de los momentos que configuran la esperanza». Recobra las raíces y mitos ancestrales para exhibir desde su cosmovisión la actualidad cruda y sangrienta de una región donde se reflejan las contradicciones e injusti-cias de todo un país.

Poemas construidos desde el mè’phàà, que entra en comunión con el español «mediante un diálogo estético de dos culturas, condensadas en un poema, a

Cicatrizmontaña

de la

Como dijo la abuela:

Si he de irme

con las primeras lluvias,

me llevaré tu silencio

y tus ojos,

para que tú brotes palabra,

brotes corazón.

Hace muchas lluvias que se fue,

yo sigo raíz,

sigo semillla que no brota.

Xó ní’thiin xíñù’:

Xí mà gàa

gàjmii ru’wa gìnii

mbàya ajngáa wiyáá

màgo’ ìdáa ma’gàa

kanjgó ikháán májrá’an mìnaa ajngáa

májra’an minaa nìmá.

Nìnújngoo weñoo ru’wa nàkhi rí nìkháa xíñù’

khamí ikhúun rá, xóó àjmà ja’ñuu,

xóó tsíga rí tsíjra’a ja’ñuu.

Ru’w

a gì

nii

La primera lluvia

De Xtámbaa / Piel de Tierra - (Pluralia Ediciones, Secretaría de Cultura, 2016)

somos responsables de todo.Es heredero de la tradición

oral de sus ancestros, pero también de un magisterio que desde finales del siglo XX ha procurado que las comunidades reivindiquen su lengua. La sacu-dida que animó esos esfuerzos fue el movimiento zapatista. Hubert también venía de la no-che y había vivido en ella. No lo sabía aún, pero también quería que la luz fuera para los de-más. Recuerda la llegada de los zapatistas a la cancha de bas-quetbol de Malinaltepec como un suceso extraordinario que le abrió los ojos y le descubrió que desde su palabra se podía crear y construir una forma distinta: «Los abuelos decían que ellos no eran humanos, que tenían poderes sobrenaturales, pues ¿quién se atrevía a rebelarse contra el gobierno? Nosotros venimos de la noche… es el poema más hermoso que haya escrito un pueblo originario. Eso debe hacer un poema: transfor-mar, mover pueblos, hacer que reencarnen».

Al aceptar un nombre, se asume una responsabilidad. Hubert decidió formar parte de «los hombres que hacen reír, que dicen la palabra que cuenta». Para ello, tomó el seudónimo Matiúwàa del pue-blo de su padre. La expresión se refiere al «río de la calabaza»; el epicentro del mito sobre el que se funda la cultura mé’phàà y sus castas de trabajo. Usa ese

nombre para firmar sus libros por «se-guir el camino de la descolonización. Descubres que te nombraste de mu-chas maneras, pero nunca como debiste hacerlo en un prin-cipio».

Volar lejos y poner la palabraSalió de Malin-

altepec para estu-diar Filosofía en la Universidad Autó-noma de Guerrero, y luego Estudios Latinoamericanos en la UNAM. Como el colibrí de sus versos, Hubert ha volado lejos para compartir su palabra. Siempre regresa, para de-volverle a su pueblo lo que le debe: «A veces hay que estar afuera para poder estar adentro. Eso te da la posibilidad de devolver tu palabra, compartirla con los otros; sobre todo, con los niños, para generarles la espe-ranza de abrazar nuestra lengua y llevarla a vivir por los caminos del mundo».

No recuerda referen-cias precisas de la poesía occidental para descubrir su espíritu de poeta, pero sí rememora que cuando comenzó a leer, le marcaron

el poema de un canario que halló en un libro escolar y un libro de historia del Islam. Más tarde comenzó su formación filosófica y una pasión por el rock y el metal pesado que le acercaron a los poetas malditos, como Baudelaire y Rimbaud.

Hubert escribe, sobre todo, para la audiencia de la montaña, para dar identidad a quienes les han piso-teado su tierra y su cultura, que han nacido y crecido «en la casa de Lucío», ese hombre que se hizo nahual porque tuvo la capacidad de convertirse en los otros, en una conciencia colectiva inmortal, en el alma de una geografía donde persisten los motivos que la en-gendraron.

«Es la violencia la que ha hecho que surgan perso-najes como Lucio Cabañas o Genaro Vázquez. Nada ha cambiado, simplemente cambiaron las formas de ejercer esa violencia. Ahora está bajo las banderas del crimen organizado y el Ejército. Despojan de la tierra a los pueblos. Roban, violan y matan niñas. Por eso es fundamental seguir nombrando esta montaña, para que no se olvide, para que tanta violencia no se nor-malice, para que haya esperanza», explica.

De todas formas, en la cosmovisión mè’phàà no hay una palabra que identifique al enemigo como un ente ajeno. «El pueblo mè’hpàà dice “nosotros”, aun cuando nos referimos a otros, que se nombran “el nosotros de los otros”. No hay distinción. Una de las riquezas de los pueblos originarios es que en vez de excluir, integran. Caminar juntos depende del otro, de su acción, de cómo construye su identidad. Cada uno asume ese “nosotros” y ahí es donde le llega su nom-bre».

Antes que poemas, los textos de Hubert son heridas de sucesos que han marcado la infamia de nuestros días recientes, escritos con los nombres propios de sus amigos y hermanos: Iguala, Ayotzinapa, la tragedia de los niños sicarios y las niñas rayadoras de amapola. «Mis libros, antes de ser esta cicatriz, fueron historias. En la montaña hay vidas antes que poemas. Todo lo que digo parte de la realidad y de ahí se transforma en poesía. Lo que importa es cómo regresa, cómo se mueve entre la gente y se revitaliza. Son cosas muy tristes, que no me gustaría haber escrito, pero hay una necesidad de decirlas».

[Foto: Salvador Cisneros]

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14 | Chilpancingo, Gro, del 13 al 19 de julio de 2020

La cicatriz que nos miraEn uno de sus versos, Hubert escri-

be: «...respeta la chicharra que enterra-ron en tu garganta. Sobre esa respon-sabilidad que conlleva el convertirse en la voz de la montaña, la tarea es mucho más un suceso colectivo que un deseo privado, una “manera peque-ñita de contribuir a contar una misma historia”:

»La responsabilidad no es única. Cuando era niño veía a los abuelos y me parecía imposible llegar a ser como ellos. Luego me pregunté si yo llegaría a serlo, una responsabilidad que todo hijo de una cultura tiene que asumir para que su lengua viva. No soy un portavoz o vocero de la pa-labra. Eso no existe para mí. Lo que intento hacer es hablar en el lenguaje propio de la poesía lo que durante muchos años se ha dicho en la mon-taña».

Hubert hace que las palabras se enreden en la memoria para que con-

Hermano,

traigo el gabán,

el paliacate del barranqueño

y la pistola pintada desde que te fuiste,

para romper los años,

traigo esta lengua de arranca muertos,

este colibrí para encontrar tu hueso,

para medir los gusanos de la rabia

y esparcir el polvo de tu carne

entre los platanares,

en los cafetales,

en los labios de la muchacha que quisiste,

en doquier que anduvo tu ánima,

traigo una tristeza que entregué a la tierra,

una vela para encender la piel,

tres botellas que curen tu boca

y una bala para buscar tu nombre.

Dxóo,

jayà’xàyáa

khamí pañíti’druwii

khamí jayà’ajwàn’ki’níí asndo nákhi rí nidxúù,

rí màxpíta ga’kwìì tsí’gu,

jayà’ ajngáa rí nàguwíín wajèn è’nè,

jàyáa mángaa tsù’tsún tsí mba’yàá itsáà,

ikhaa tsí magèwíin adíín siàn’lo’

mí mastíngàà yujndòò xuwià’,

ná awùún ixè dxama,

ná awùún ixè kafè, ná rawùùn dxá’gu tsí ndiyáa xtáyáa

asndo náá nìrigòò nimià’,

jàyá mangaà mbà tsingíná rí nìxnáxìì inuu jùbá’,

mbá ndèla rí màtsikhá xuwià’ló’,

khamí jagoò atsú tsí’tsún iya mikha rí ma’nìì rawàan’,

khamí jayà’ mangaà mbá xndú ajwàn’ rí mba’yáà mbi’yàá.

VIIIVIII

De Tsína rí nàyaxà’ / Cicatriz que te mira - (Pluralia Ediciones, Secretaría de Cultura de la CDMX, 2018)

fluyan la dignidad y la tristeza, la injusticia y la esperanza, la rebel-día y la resignación. Traza una estética que asume su posición política porque toca lo más profundo de su espíritu.

Con apenas dos libros publicados,

ha sido reconocido ya con el V Premio de Literatu-ras Indígenas de América y el Premio a la Creación Literaria en Lenguas Originarias Centzontle 2017. En el balance que hace de lo que se ha hecho y falta por hacer para apoyar las lenguas originarias, Hubert acusa que seguimos perdiendo, porque el sistema político en que vivimos abre brechas en lugar de acortarlas. «Este país debería respetar a sus pueblos originarios y no lo hace. En México somos sesenta y ocho naciones-pueblos y no es justo que seamos excluidos. Hay una desigualdad sistemática. En la región de la montaña no hay acceso a salud o edu-cación. No te enseñan tu lengua para que puedas leerla. Esas condiciones son las que excluyen a los pueblos originarios. Hay que hacer bloqueos para demandar maestros. Debería haber más apoyos o espacios enfocados a la creación de los pueblos origi-narios», describe.

Más alla de la confrontación, habrá que buscar una identidad como país que no desprecie ningu-na de sus partes. Mientras no lo hagamos, estamos condenados a caminar incompletos, porque «somos un cuerpo. No puede haber justicia general si no aceptamos las diferencias de todos los pensamientos. No solo con los pueblos originarios. Si no pensamos en reeducarnos en el proceso de violencia contra la mujer, por ejemplo, estamos condenados a caminar sin una pierna».

Si, como dice Hubert, «cada pueblo tiene su mon-taña, un lugar donde siempre hay esperanza, porque ahí se genera la vida, pero también hay muerte y soledad», quizá sea hora entonces de aceptar nuestra propia montaña, para encontrar juntos una manera de nombrarnos mejor.

Cicatrizmontaña

de la

A tenor del célebre libro de su amigo Jorge Luis Borges, publicado en 1954, en el que reunía una insólita suma de seres imaginarios, Juan Rodolfo Wilcock nos presenta aquí un manual, no menos fabuloso, de textos breves, aunque ceñido a códigos totalmente distintos: los monstruos de Wilcock siempre se contemplan con una traviesa sonrisa

en los labios, que a veces desemboca en carcajada. Heredero directo del último Flaubert y de Kafka, sus criaturas co­rresponden al reino exclusivo del humor negro y la ironía feroz. Así, ya tengan todo el cuerpo recubierto de espejitos, como Anastomos, o de largas plumas blancas, como el arquitecto Mano Lasso; padezcan la no menos incómoda peculiaridad de contar con tres piernas y tres bocas, como el poeta Eher Sugarno; o soporten, como el asistente social Ilio Collio, unas tetillas de las que mana una

especie de aceite espeso que vuelve su cuerpo extremada­mente resbaladizo..., todo este estrafalario compendio de singularidad física no redime a ninguno de los personajes de la trivialidad cotidiana en la que tan a menudo se mueve la condición del ser humano. No importa la circunstancia, el absurdo siempre impone su terca ley; así, el veterinario Lurio Tontino viaja sin rumbo por el cosmos convertido en asteroide, o el doctor en letras Ugo Panda, cuyo cerebro es del tamaño de una avellana, compone canciones tan celebradas como ininteligibles.

Con poco más de treinta años, tras morir su madre, Agatha Bodenham se encuentra com­pletamente sola. Entonces recordará, e invocará de nuevo a la vida, a la única compañera que

ha tenido en toda su exis­tencia: Clarissa, una amiga imaginaria de la niñez. Sí, imaginaria pero, en verdad, más real que cualquier otra persona. Al principio, Cla­rissa se le aparecerá sólo de noche, luego conquistará el día, fundamentando su exis­tencia material en la calidez del amor obsesivo de Agatha, hasta que los demás, extra­ñamente, también consiguen

verla. Verla pero no tocarla... Agatha protegerá hasta las últimas consecuencias su creación con un amor obstinado y posesivo; protegerá a Clarissa de los demás, incluso del amor de un hombre, pues si cualquier otro llegase a tocarla las consecuencias serían fatales.

EL LIBRO DE LOS MONSTRUOSJUAN RODOLFO WILCOCKATALANTAPÁGINAS: 160

QUERIDA NIÑAEDITH OLIVIERPERIFERICAPÁGINAS: 168

La creación más querida de P. G. Wodehouse es el tándem del amo y el sirviente formado por Bertie Wooster, afable y bobalicón, y Jeeves, su ayuda de cámara y protector. Éste es un

primer Ómnibus Jeeves, al que seguirán otros. En ¡Gracias, Jeeves!, Bertie Wooster se siente muy disgus tado. Los vecinos se han quejado de su práctica persisten te con el banjo y decide instalarse en el campo. Ante esa perspectiva desoladora, Jeeves declina acompañarle. Ber tie rechaza con altivez el ultimátum y se refugia en la casa de campo de un amigo, pero la paz se verá trastornada hasta alcanzar una situación candente que sólo Jeeves po drá enfriar. En El código de los Wooster, el embrollo gira en torno a una jarrita de leche con forma de vaca que de­bió de pertenecer al tío Tom pero, mediante una artima ña, fue adquirida por sir Watkyn Bassett.

Bertie se ve obli gado a robarla y queda a merced de una chanta­jista. Ahora necesitará la ayuda de Jeeves más desesperada mente que nunca. En El inimitable Jeeves, el enamoradizo Bingo Little, amigo de Bertie, ha quedado prendado de Mabel, camarera en un restaurante de poca fama, pero el matrimonio parece imposible. Al parecer, un tío de Bingo, solterón y sibarita, es quien se opone a la unión. Bertie Wooster tratará de disuadirlo. Pero allí donde intervienen Bertie y Jeeves, todo suele enmarañarse...

OMNIBUS JEEVES: ¡GRACIAS, JEEVES!; EL CODIGO DE LOS WOOSTER; EL INIMITABLE JEEVESP.G. WODEHOSE ANAGRAMAPÁGINAS: 592

BapelTorre de

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| 1716 | Chilpancingo, Gro, del 13 al 19 de julio de 2020Chilpancingo, Gro, del 13 al 19 de julio de 2020

Mamá vino y empujó la puerta. Me golpeó y dolió. Caí para atrás en el piso liso y la cadena hizo ruido. Lloré. Mamá silbó dentro de ella y se puso la mano en la boca. Tenía los ojos grandes.

Me miró. Oí que papá llamaba. Qué cayó dijo. Mamá dijo la tabla de planchar. Ven a ayudarme dijo. Papá vino y dijo bueno es tan pesada qué necesitas. Me vio y se puso grande. Los ojos de papá se enojaron. Me golpeó. El líquido me salió de un brazo. El piso quedó verde y feo.

Papá me dijo que fuera al sótano. Tuve que ir. La luz me dolía ahora en los ojos. No era como en el sótano abajo.

Papá me ató los brazos y las piernas. Me puso en la cama. Arriba oí risas mientras yo estaba quieto y miraba una araña negra que bajaba a don­de estaba yo. Pensé lo que dijo papá. Oh dios dijo. Y no tiene más que ocho.

XXX – Hoy papá puso otra vez la cadena en la pared antes de aparecer la luz. Tengo que sacarla otra vez. Papá dijo que yo era malo si iba arriba. Me dijo que no lo haga otra vez o me pegará fuerte. Eso duele.

Me duele. Dormí de día y puse la cabeza en la pared. Pensé en el lugar blanco de arriba.

XXXX – Saqué la cadena de la pared. Mamá estaba arriba. Escuché risitas muy altas. Miré por la ventanita. Vi toda gente chiquita como mamita y también papitos. Son hermosos.

Estaban haciendo bonitos ruidos y saltaban por la tierra. Movían mucho las piernas. Son como mamá y papá. Mamá dice que toda la gente normal es así.

Uno de los papás pequeños me vio. Señaló la ventana. Yo me fui resbalando por la pared hasta abajo en lo oscuro. Me apreté para que no me vieran. Oí las voces junto a la ventana y pies que co­rrían. Arriba una puerta hizo ruido. Oí a la mamita que llamaba arriba. Oí pies pesados y corrí al lugar de la cama. Puse la cadena en la pared y me acosté mirando para abajo.

Oí a mamá que venía. Estuviste en la ventana me dijo. Escuché que estaba enojada. No te acerques a la ventana me dijo. Sacaste otra vez la cadena.

Mamá tomó el palo y me golpeó. No lloré. No puedo hacer eso. Pero mi líquido corrió por toda la cama. Mamá lo vio y se fue para atrás haciendo un ruido. Oh diosmíodiosmío dijo por qué me hiciste esto. Oí que el palo caía en el piso. Mamá corrió y subió. Dormí de día.

XXXXX – Hoy había agua otra vez. Cuando mamá estaba arriba oí a la mamita que bajaba los escalones. Me escondí en la carbonera porque mamá se enoja si la mamita me ve.

Mamita tenía una cosa pequeña viva. Caminaba en los brazos de ella y tenía las orejas en punta. La mamita le hablaba.

Todo estaba bien pero la cosa viva me olió. Co­rrió a la carbonera y me miró con el pelo todo duro. Hacía un ruido enojado en la garganta. Yo silbé pero la cosa saltó sobre mí.

Yo no quería lastimarla. Tuve miedo porque me mordió más fuerte que la rata. Yo la agarré y la ma­mita gritó. Apreté fuerte la cosa viva. Hacía ruidos que yo nunca había oído. La apreté más. Estaba toda aplastada y roja sobre el carbón negro.

Me escondí ahí cuando mamá llamó. Yo tenía miedo del palo. Mamá se fue. Subí por el carbón con la cosa. La escondí debajo de la almohada y me acosté encima. Puse la cadena en la pared otra vez.

X – Hoy es otro día. Papá puso la cadena apre­tada. Me duele porque me golpeó. Esta vez le saqué el palo de la mano y después hice ruido. Papá se fue y tenía la cara blanca. Salió corriendo de mi lugar y cerró la puerta con llave.

No estoy tan contento. Todo el día hace frío aquí. La cadena tarda mucho en salir de la pared. Y estoy muy enojado con mamá y papá. Les mostraré. Haré lo mismo que otro día.

Primero gritaré y me reiré fuerte. Correré por las paredes. Después me colgaré cabeza para abajo de todas mis piernas y me reiré y echaré verde por todas partes hasta que ellos estén tristes porque no fueron buenos conmigo.

Y si quieren golpearme otra vez los lastimaré. Sí los lastimaré.

MHNacido de

X – Hoy cuando apareció la luz mamá me llamó monstruo. Eres un monstruo me dijo. Vi en los ojos de mamá que estaba enoja­da. ¿Qué quiere decir monstruo?

Hoy cayó agua de arriba. Cayó por todas partes. Yo la vi. Vi la tierra por la ventanita. La tierra se chupó el agua como una boca que tiene sed. Bebió demasiado y se enfermó y se puso oscura. No me gustó.

Mamá es bonita yo sé. Donde yo duermo con todas las paredes frías alrededor tengo un papel detrás de la estufa. Ahí dice “Estrellas de cine”. En las figuras veo caras como las de mamá y papá. Papá dice que son bonitas. Una vez lo dijo.

Y también mamá dijo. Mamá tan bonita y yo bastante bien. Mírate dijo papá y no tenía una cara buena. Le toqué el brazo y dije está bien papá. Papá se sacudió y se fue donde yo no podía alcanzarlo.

Hoy mamá me sacó la cadena un rato así que pude mirar por la ventanita. Vi el agua que caía de arriba.

XX – Hoy está amarillo arriba. Sé que lo miro y los ojos duelen. Después de mirar el sótano es rojo.

Me parece que eso es la iglesia. Se van de arriba. La máquina grande los traga y camina y ya no está. En la parte de atrás está la mamita. Es mucho más chica que yo. Yo soy grande. Es un secreto pero saqué la cadena de la pared. Puedo ver por la ventanita todo lo que quiero.

Hoy cuando estuvo oscuro me comí la comida y unos bichos. Oí risas arriba. Me gusta saber por qué hay risas. Saqué la cadena de la pared y me la envol­ví en el cuerpo. Fui despacio a las escaleras. Gritan cuando yo las piso. Las piernas me resbalan porque por las escaleras no camino. Los pies se me pegan a la madera.

Subí y abrí una puerta. Era un lugar blanco. Blanco como la luz blanca que viene de arriba a veces. Entré y me quedé quieto. Oí otra vez risas. Caminé hasta el sonido y abrí un poco una puerta y miré la gente. Era mucha gente. Pensé reír con ellos.

hombre y mujer

Richard Matheson

IPor el ojo de la ventaname fugo del tiempo y,[cual arlequín de días blancos],guardo los silencios del mundo.

* [email protected] - Originario de La Victoria, Guerrero. Pertenece a Ñuu Savi, el Pueblo de la lluvia. Escritor,

VIDuermo con la puerta fragmentada en astillas,una lluvia de piedras y el caos de las hormigas.

[Caronte ha cambiado la chapa del mundo]

Los corazones eléctricos inundan avenidasen este pueblo de extraños;en esta tierra de hunos y otros;en este soliloquio de verdugos.

Canción de

Jaime García Leyva*

historiador y rockero. Su actividad académica com

o profesor investigador de la Universidad Autónoma de Guerrero la combina y acompaña procesos educativos e impartiendo talleres y

ases

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náufragos

IXEs un día extraño y suena el humo. Amanece con noticias de arcángeles bailando con sus ocultos sueños.El aire hilvana volutas del aliento de una mujer que sumerge mi bocaen un torrente de fuego, en una danza de colibríes

IIPara sobrevivir al diluvio eléctrico,juego con letras y papeles.Escribo garabatos a orillas del desiertoy arrojo palabras sueños al mar.

IIIVengo del cuadrante sur,con el polvo del equinoccioy los harapos roídospor el viento de luna.

Guardo en los bolsillos versos,aurorasygotas de luz para los ojos.

IVCon el rostro pintado,piel de viento,pasos de lluvia,como pez en el aire,escribo en una página maltrecha de la historia un tratadoen torno al rumor de tus labios.

VTejo canciones con grafitis de luna y silencios parapetados en el alma.Guardo la noche en el morral,con los perros y sus aullidos,con la luna y sus amantes,con notas al margen del océano y posdata.

VIIEscucho a los escarabajos cincelando sus pasos a media cuadra del sol.

Escucho el clamor desesperado de caínes y abeles en el bar de la esquina.

Los escorpiones bailan y Dante revisa el in-ventario de los condenados.

VIIILos navegantes brincan en el esqueleto de la historiay espantan a los transeúntes con palabras de pólvora y bengalas cósmicas

XHe soñado tu cuerpoincendiando la noche.He mirado tus ojos [ y los hombres de mármol, ebrios del asfalto, impunes, hurtaron las palabras]

ynosotros,en este desierto, prendidos del alma,entre la neblina y el filo del viento.

Los helicópteros sobrevuelan la ciudady en la radio suena una canción de náufragos.

Montaña de Guerrero, 2009.

Entre su obra poética se encuentran Canción de náu-fragos, poemario con el cual recibió Mención Hono-

rífica en el 11º Certamen Estatal de Cuento y Poesía María Luisa Ocampo 2009. En 2019, con el poemario

Yuku Tatyi. Hoja de viento ganó el premio Centro de las Artes San Agustín (CaSa) en poesía en Lengua Tu´un Savi (palabra de la lluvia), premio instaurado por el pintor Francisco Toledo. Un premio que reco-

noce a quienes promueven y lucha por reivindicar las lenguas indígenas.

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| 1918 | Chilpancingo, Gro, del 13 al 19 de julio de 2020Chilpancingo, Gro, del 13 al 19 de julio de 2020

¿Dónde queda Boca

Ratón?

No se desaliente el cansado espectador por las críticas negativas que recibió Collateral, una minise­rie de la BBC (no sabremos en qué se diferencia una miniserie de una maxiserie, solo que ésta tiene cuatro capítulos en vez de los seis u ocho con que otras boquean una tempora­da). Collateral, bien vale una noche o dos. («¿Qué es después de todo una noche?», diría el poeta Rafael Bielsa).

Desde la primera novela con Sherlock Holmes como protagonista, Conan Doyle –el fundador del relato detectivesco, si se exceptúa a Edgar Allan Poe–, deja en claro que el verdadero interés del policial reside en los personajes y el escenario. En el caso de Doyle, el escenario es Lon­dres a fines del siglo XIX. Será inol­vidable, en aquella primera novela, el viaje de Holmes y Watson en coche hacia Kennington, en el lado sur del Támesis, en un mediodía neblino­so. A tal punto que entre nosotros, Juan José Saer se acordó de él en un poema. Los personajes, empezan­do por Holmes, van saliendo todos de una caja china o de un teatro de

Jorge Aulicino

excentricidades. Es por eso que Doyle describe rápidamente a Holmes en el primer capítulo de la novela. El resto es, como en la frase que da título al libro, un «estudio en escarlata»: Holmes está seguro de que el hilo rojo del crimen recorre por debajo los hechos de la vida y solo hace falta tirar de una punta para que se revele.

Dadas así las cosas, es tonto pretender que el policial «negro» estadounidense es el primero en sacar a la luz la sordidez del mundo capitalista, como sostenía en los

años sesenta una intelectualidad que había caído en la cuenta de los «subgéneros» literarios. Holmes no es menos incisivo en ese sentido que el Sam Spade, de Dashiell Hammett, o el Philip Marlowe, de Raymond Chandler, en desnudar la sordidez y la perversidad, junto con el ocaso de un mundo. La diferencia es que los estadounidenses se mueven en un mundo y des­angelado, y beben mucho. Holmes, como el Dupin, de Poe: ve el mundo a través de una ciudad europea burguesa, cuando la civilización confiaba en su eter­nidad y en los rudimentos de la policía científica. Si se deprime, se inyecta y toca el violín. Un personaje lateral de Collateral une estos dos mundos: la madre de la asesina. No diré más. La diferencia entre el policial llamado de enigma y el «duro» es de escenarios: una sala inglesa en la imaginaria casa de Baker Street 221

Diario de

SERIES De

Con

trap

ort

aDa

bis y una oficina polvo­rienta y medio vacía en un edificio de San Francisco o Los Ángeles. Heredera final de esta ya tradición literaria yanqui es Jessica Jones, de la saga de antisuperhéroes de Marvel, alcohólica como sus padres policíacos pero dotada de una súperfuerza con la que no se lleva bien (se puede ver en Netflix).

En Collateral, el esce­nario será precisamente el mundo del otro lado del Támesis, que no visita demasiado el turismo, en especial los alrededores de la enorme y decimonónica estación Waterloo. El perso­naje central, una detective con cara de niña, exatleta que debió abandonar las pistas después de un salto en garrocha que terminó en una caída casi humorística. Como suele ocurrirle a los detectives en las series, la detective es despertada por una llamada telefónica en la madrugada y va a una «escena de crimen»: un repartidor de pizzas ha sido profesionalmente balea­do cuando terminaba de entregar una pizza. ¿Quién estaría interesado en matar mediante un sicario a un repartidor de pizzas? En una punta de este delivery que terminó trágicamente está la «gerenta» de la pizzería, la chica que entrega las pizzas a los repartidores amonto­nados en la puerta con sus motos. En la otra punta, la mujer que hizo el pedido, la exesposa de un diputa­do laborista, que acaba de arrojar caja y pizza a un rincón del pasillo porque no traía «el condimento». El dueño del más bien atorran­

te negocio vive en Boca Raton. «¿Dónde carajo queda Boca Ra­ton?», dirá nuestra detective, al igual que muchos espectadores. (Y el misterio del dueño de la pizzería quizá sea el único que no se develará).

El diputado laborista tiene una vida afectiva desordenada, por así llamarla, y se opone a la derechización de su partido, cada vez más inclinado a justi­ficar la expatriación de extran­jeros ilegales y la xenofobia. La «gerenta» cuida de una madre obesa unida por una bigotera a un tubo de oxígeno.

Sobre el escenario convergen las vidas de una inmigrante viet­namita, amante de una mujer sacerdote del culto anglicano. La chica ha visto el asesinato mientras estaba sentada en la ca­lle bajo «los efectos de estupefa­cientes», diría una mala crónica policial.

Como si todo esto fuera poco, tendremos pronto en esce­na las dos hermanas del muerto, dos inmigrantes que dicen ser sirias, pero son iraquíes. Y el increíble centro de encierro de inmigrantes ilegales. También un oficial del Ejército machista, sexista, patriotero, violador: esos tipos de quien uno se imagina que su oficina huele a pedos y colonia para después de afeitar.

Todo este mundo girará como una brújula loca, aunque –hay que decirlo– pronto se orien­ta, porque el guionista David Hare muestra rápido sus cartas. Entendemos bastante pronto que la serie va de abusos y negocios sucios vinculados con la inmi­gración. Pero la panoplia de per­sonajes nos seguirá atrayendo, en ese mundo que no termina de ser el de Holmes, aunque ya atravesado por fulgores de fin de la historia. Un mundo, en suma, que no renuncia a su leyenda.

políticos, de narcos, de gobernantes, de ca­ciques, de herederos de próceres históricos. Negocios donde el virus aguarda su opor­tunidad. Negocios que podrían sobrevivir cerrados por tres meses, pero el capitalismo es salvaje, apresurado, torpe, hambriento. Negocios hambrientos como el virus que busca una célula para replicarse. Negocios de ropa, de cosméticos, de revistas, de cosas intrascendentes. Negocios con niños arras­trándose por el suelo. Negocios con servicio completo. Negocios con largas filas. Nego­cios que nunca entenderán lo que es una peste, un bicho altamente contagioso.

El papá de V. fue categórico cuando se anunció la cuarentena: «¡de esta casa sólo se sale a comprar comida». Preparó el futuro mientras el ocio de estar encerrado. Sólo que la vida le tenía reservado un as bajo la manga. El futuro se borró cuando le dijo a su hija: «V., me voy a morir». Él aseguró que se había contagiado cuando se reunió con un comprador de la camioneta con la que financiaría la estancia académica de su hija. El otro hombre traía gripa, llegó a casa, cumplió con lo que demanda el proto­colo, sólo que el bicho sacó una mejor carta. No encontró espacio en ningún hospital de Guerrero. Se fue en su coche al lado de su hija hacia la CDMX, auxiliado por un tanque portátil de oxígeno. El papá de V. no tenía un as bajo la manga, perdió la partida y lanzó su último aliento lejos del puerto que tanto amó.

Morir ahogado. Morir de abandono. Morir conectado a una máquina. Morir sin saber de los tuyos. Morir con los órganos reventados por falta de oxígeno. Morir con los pulmones hinchados, duros, tratando de volver a la normalidad. Morir por falta de aire. Morir desesperado, inquieto, en busca de calma. Morir sin despedirte de los tuyos. Morir por falta de aire. Morir trombótica­mente. Morir de neumonía atípica. Morir con un tubo atravesándote la garganta. Morir antes de la fecha que tenías marcada. Morir estigmatizado. Morir sin velorio. Mo­rir sin que los tuyos te vean muerto. Morir frente a los tuyos con tu cuerpo incendián­dose porque ya no puedes respirar. Morir, no digas que murió, ellos se fueron, sólo han ido en lentos días de oscuridad.

La oscuridad es el bajo

nivel de oxígeno en

la sangre

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La oscuridad es el bajo

nivel de oxígeno en la sangre

compañero, pan Bimbo sin cubrebocas ni se lavaba las manos cada vez que tomaba un objeto ajeno. Los dos empleados em­pezaron a tener síntomas. El compañero de E. se perdió en la oscuridad de una primavera pandémica. E. tosió una mañana con la iracundia de una vida a punto de desvanecerse. E. siempre negó la existencia del SARS­CoV­2. Siguió trabajando hasta que el cansancio y los dolores musculares lo pusieron en jaque. No le paró la tos, la temperatura de su cuerpo

rebasó los 38 grados y empezó a tener dificultades para respirar. E. nunca fue a un hospital, nunca fue tratado por un médico. Tomó brebajes, té, pastillas para paliar los síntomas. E. no pudo absorber otra partícula de oxígeno y se fue nueve días antes de que acabara junio, ahí, en su cama, ante las pupilas impotentes de su esposa y su hijo.

Noticias falsas. Noticias con dis­cursos de funcionarios. Noticias que generan pavor, pánico, ansiedad, miedo. Noticias en lenguaje cifrado. Noticias con curvas epidemiológicas. Noticias que dicen lo que les conviene y no dicen: «quédese en casa, si es un privilegiado, quédese en casa». Noticias estadísticas. Noticias morbosas que hablan de los caídos en esta pandemia. Noticias que no dicen que hay gente pasando a mejor vida en casa, en un coche rumbo al hospital, que no hay camas ni aparatos respiratorios en los hospitales. Noticias que buscan culpa­bles y no curan, jamás curan, nunca curarán los verdaderos problemas que nos acechan. Noticias para mirar desde la ventana la oscuridad que produce un ser no viviente con ARN monocatena­rio positivo. Noticias, sólo noticias.

El esposo de J. tuvo la letal ocurren­cia de ir al billar con sus amigos. Todos guardaban cuarentena y no había riesgo de contagio. Pero no considera­ron que en el lugar el bicho los podría estar esperando. Cuatro días después de la juerga, el esposo de J. empezó a sentirse muy cansado. Siguió la tos, la fiebre, la diarrea, hasta que le faltó el aire. Fue al hospital: no había camas disponibles. En ningún hospital Covid de Chilpancingo hubo camas libres durante todo junio (es julio, el gobierno dictaminó el fin de la cuarentena que nadie cumplió y en los hospitales aún no hay camas disponibles). Pasaban las horas. El esposo de J. se ponía más grave. La neumonía avanzaba. Los pulmones se hinchaban. La saturación de oxígeno estaba por debajo del 80%. Doña J. decidió trasladarlo al hospital de Chilapa, allá, según lo rumores, sí había lugares. El esposo de J. se fue a medio camino, ahí, abrazado por las montañas de la Sierra Madre del Sur que vuelven a Guerrero un lugar her­moso y abandonado.

Negocios con la puerta abierta. Ne­gocios sin gel desinfectante. Negocios que no revisan la temperatura. Nego­cios saturados. Negocios que dan de comer a sus comensales. Negocios que no obligan a entrar con cubrebocas. Negocios de

jos rojos. Ojos que deambulan por las inme­diaciones del zócalo de Chilpancingo. Ojos igno­rantes. Ojos que tergiversan la valentía. Ojos sin medidas sanitarias. Ojos que miran hacia un futuro que ya no existe. Ojos 2020. Ojos de gente pobre, de vendedores ambulantes, de cajeros de autoservi­cios, de jóvenes que atienden en las tiendas del an­dador Zapata. Ojos tristes. Ojos Guerrero con alto nivel de contagio. Ojos conjuntivitis. Ojos abando­nados. Ojos que no creen. Ojos sin lecciones. Ojos que se rascan. Ojos infectos de coronavirus.

E. nunca creyó en el virus. Repartía, junto a su