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Maracay, Sábado 19 de febrero de 2011 Crónicas del Olvido La ética: ¿Un servicio público? -ALBERTO HERNÁNDEZ- 1.- D esde el Concilio Vaticano II, el tema de los medios de comunicación ha sido tratado por la Iglesia como un asunto que toca lo social. Desde esta perspectiva, los mismos mass media han destacado que le éti- ca, el carácter deontológico de este servicio y la visión de mun- do de los periodistas, toca puntos relevantes que tienen que ver con esta preocupación del Vaticano. Es decir, más allá del fondo mercantilista y publicitario -sin olvidar lo propagandístico- los medios han intentado asumir su responsabilidad frente a una so- ciedad cada día más compleja. "La información suministrada por los medios está al servicio del bien común. La sociedad tiene de- recho a la información basada en la verdad, la libertad, la justicia y la solidaridad". Esta tesis, susten- tada por el Concilio Vaticano II, no se contradice con los manuales de ética periodística de los más impor- tantes periódicos del mundo. Esta dialógica, esta pertinen- cia entre la Iglesia y la ética, ha encontrado muchos escollos que han dado al traste con un verda- dero encuentro entre los factores que mueven la sensibilidad y el ejercicio de una profesión tan de- licada como la periodística. Go- biernos e intereses económicos han revelado intenciones que po- drían torpedear la labor seria de quienes a diario se enfrentan con la realidad, con la verdad con- vertida en propiedad de quienes se creen "factótum" de la palabra y los hechos del día a día. En lo concerniente a la ética en la publicidad, se concibe como un servicio público, útil en el de- sarrollo económico, no sólo de empresas y emporios comercia- les, sino de sujetos individuales que atienden a este tipo de infor- mación, toda vez que una socie- dad es una red de intereses que contribuye con el desarrollo co- lectivo y personal. La publicidad es una técnica de convencimien- to por la vía de la persuasión, por la ruta subliminal. Por supuesto, quien la maneja debe procurar ajustarla a un comportamiento, cuyo impacto favorezca a todos los consumidores. Tanto así que el mismo Papa Pablo VI llegó a decir que "Nadie puede escapar a la in- fluencia de la publicidad". Cuan- do afirmó esto no se estaba ponien- do al lado de una campaña para prestigiar un producto maneja- do con fines publicitarios. Se refe- ría al hecho de que vivimos entre mensajes y metamensajes, razón por la cual podemos aceptar el manejo democrático de su inci- dencia, en el sentido de que la co- munidad puede escoger entre las diversas opciones de acuerdo con sus intereses, sus materiales cul- turales y sus efectos. La revelación más expedita para entender lo anterior lo en- contramos en esta declaración del Pontificio Consejo: "la Igle- sia aprecia el sistema de la de- mocracia, en la medida en que asegura la participación de los ciudadanos en las opciones polí- ticas y garantiza a los goberna- dos la posibilidad de elegir y con- trolar a sus propios gobernan- tes, o bien la de sustituirlos opor- tunamente de manera pacífi- ca", en lo que se refiere a los "as- pectos positivos de la publicidad política. Sin democracia esto es imposible, por supuesto, no de- bemos olvidar que la propagan- da, tan cara a los regímenes po- pulistas y totalitarios, suele ser disfrazada como publicidad para activar respuestas dadas a prolongarse en el poder. Este es uno de los lados malos, ne- gativos, de la publicidad. Queda entonces que quienes ejerzan el oficio tengan una formación cultural y social lo suficientemente sólida para enfrentar las tentaciones de la maquinaria del poder eco- nómico y político. Una publi- cidad basada sólo en el lucro desfigura la función de este importante factor de los me- dios de comunicación. Una vuelta de página nos per- mite hablar de la ética en la co- municación. Los 10 más gran- des diarios del mundo, entre ellos Le Monde, The New York Times, The Guardian, Folha de sao Paulo, El País y el ABC de Es- paña, El Universal de México, Clarín de Argentina, El Mercu- rio de Chile, han entregado a sus periodistas y lectores manuales donde la ética y la deontología refieren la debida conducta de los profesionales de la prensa. 2.- El presidente del Observatorio de Medios de Chile, Marcelo Con- treras, en el prólogo del libro de Camilo Taufic, titulado La autorre- gulación del periodismo: Manual de ética periodística comparada , dice: "Se ha llegado a afirmar que la mejor ley de prensa es aquella que no se dicta, pero lejos de ser una actividad desregulada o carente de normas, el periodismo más íntegro se rige por estrictos deberes au- toimpuestos, que no sólo establecen las "reglas del juego" para sus pe- riodistas y el marco y límites para el propio medio, sino un compro- miso explícito con la sociedad y la opinión pública, en cuanto a vera- cidad e imparcialidad". Esta decla- ración no se contradice con el con- cepto de "comunión de personas y comunidades" que la Iglesia mane- ja con fundamentos. En efecto, la ética es un asunto personal y co- lectivo, va más allá de códigos o reglamentos, razón por la cual hay que concertar para construir un "marco cívico profesional". En tal sentido, hablar de autorregula- ción y carácter público implica ahondar en el carácter social del ejercicio periodístico. Para darle fuerza a lo señala- do, el libro mencionado en líneas anteriores destaca sobre la bús- queda de la verdad: "La primera misión de un periódico es decir la verdad tan fielmente como la verdad pueda ser comprobada. En la búsqueda de la verdad, el periódico debe estar preparado incluso para sacrificar sus pro- pias posiciones, si tal cosa es ne- cesaria para el interés público". Un viejo y sabio dicho popular, que tiene como fuente la Biblia, destaca: "Por la verdad murió Cristo". La verdad y la vida son la fuente del cristianismo. La verdad y la vida atañen al tiem- po de la justicia. Los medios elaboran campa- ñas, sobre este aspecto señala la fuente: "Este diario (se refiere a cualquiera de los mencionados en líneas anteriores) no realiza campañas ni a favor ni en con- tra de posiciones ajenas, sino que se limita a reflejar los debates que se dan al respecto en el seno de la sociedad", lo que toca necesaria- mente el equilibrio, el cual "re- quiere la presentación de hechos relevantes sin distorsiones, en su contexto e incluyendo la visión de todos los actores involucrados en éstos. Es decir, el diario y los periodistas no deben tomar par- tido respecto de ningún tema, persona, organización, partido político o credo religioso". Habla- mos de la objetividad. Así, de la imparcialidad. Y de allí a recha- zar las presiones de sujetos indi- viduales, grupos políticos, econó- micos, ideológicos o religiosos. De allí, igualmente, y valga la se- guidilla, la dignidad humana, tan en boca de poderes y nuevos profetas. La Iglesia, que es la voz del que clama, nos avisa sobre este asunto: La vocación es co- mienzo y fin, alfa y omega. Que nada perturbe el camino de la palabra, de la que sana y cons- truye. La ética no es una fórmu- la, es una manera de respirar, de vivir, de mirar el paisaje, de hacerse parte de él. Si la soledad fuese un designio, no habría éti- ca. Su invento, allá lejos en la inspiración clásica, tuco susten- to en el colectivo, en la "polis", en la "civitas", en la reflexión urba- na. Así, el sentido de la comu- nión. Del pan compartido. En algo se parece una nota de pren- sa en la que quien escribe enseña y recibe de la calle la retroali- mentación. Para los cristianos, Dios siempre recurre al feedback. Quien no lo advierta admite que su soledad es tan ética como la de un grupo de hooligans en un campo de fútbol alemán. 3.- Quiero dejarle a los amigos que me leen un fragmento del Código de Ética de la Sociedad de Periodistas Profesionales de los Estados Unidos, tan universal como el Manual de Estilo del dia- rio El Nacional o el del alicaído Diario de Caracas, redactado el primero por el periodista Ramón Hernández y el segundo por el escritor Tomás Eloy Martínez. Se trata de lo que deben hacer los periodistas -o reporteros- como también me gusta llamarlos: "Compadecerse de los que puedan ser afectados adversamente por la cobertura noticiosa. Mostrar una especial sensibilidad al tra- tar con niños y con fuentes o pro- tagonistas sin experiencia ante la prensa. Mostrar sensibilidad al solicitar o utilizar entrevistas o fotos de personas afectadas por la tragedia o la desgracia. Reco- nocer que buscar o reportar in- formación puede causar daño o malestar. La búsqueda de la no- ticia no da permiso para la arro- gancia. Reconocer que los parti- culares tienen mayor derecho a controlar la información sobre sí mismos que los funcionarios públicos y otras personas que buscan poder, influencia o aten- ción. Sólo una extraordinaria necesidad pública puede justifi- car la intromisión en la vida privada de alguien. Proceder con buen gusto. Evitar ceder a la curiosidad sensacionalista. Ser cautos en cuanto a identificar a sospechosos menores de edad o a víctimas de delitos sexuales. Ser juiciosos en cuanto a nombrar a los sospechosos de delitos antes de la formulación oficial de car- gos. Contrapesar el derecho de un sospechoso de un delito a un juicio justo con el derecho del público a estar informado". Esta lista de deberes se ajusta a la de todos los códigos de compor- tamiento profesional o humano. ¿No es próxima a la ética cristia- na que habla acerca de la verdad del humano ser? Es decir, sobre el servicio de la persona como colec- tivo, como la Iglesia que es. La ética de Dios es un servicio de salvación individual. La éti- ca de los profesionales de la co- municación es un servicio pú- blico. ¿Es Dios un servicio priva- do o un servicio colectivo? Que- da entre nosotros esa pregunta. Seguramente de fácil respuesta, la que habrá de llegar con la cer- tidumbre de que el periodismo es uno de los trabajos más deli- cados y peligrosos pero a la vez más hermosos que hombre o mujer algunos puedan ejercitar.

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Maracay, Sábado 19de febrero de 2011

Crónicas del Olvido

La ética: ¿Un servicio público?-ALBERTO HERNÁNDEZ-

1.-

Desde el Concilio VaticanoII, el tema de los medios decomunicación ha sido

tratado por la Iglesia como unasunto que toca lo social. Desdeesta perspectiva, los mismos massmedia han destacado que le éti-ca, el carácter deontológico deeste servicio y la visión de mun-do de los periodistas, toca puntosrelevantes que tienen que ver conesta preocupación del Vaticano.

Es decir, más allá del fondomercantilista y publicitario -sinolvidar lo propagandístico- losmedios han intentado asumir suresponsabilidad frente a una so-ciedad cada día más compleja.

"La información suministradapor los medios está al servicio delbien común. La sociedad tiene de-recho a la información basada enla verdad, la libertad, la justicia yla solidaridad". Esta tesis, susten-tada por el Concilio Vaticano II, nose contradice con los manuales deética periodística de los más impor-tantes periódicos del mundo.

Esta dialógica, esta pertinen-cia entre la Iglesia y la ética, haencontrado muchos escollos quehan dado al traste con un verda-dero encuentro entre los factoresque mueven la sensibilidad y elejercicio de una profesión tan de-licada como la periodística. Go-biernos e intereses económicoshan revelado intenciones que po-drían torpedear la labor seria dequienes a diario se enfrentan conla realidad, con la verdad con-vertida en propiedad de quienesse creen "factótum" de la palabray los hechos del día a día.

En lo concerniente a la éticaen la publicidad, se concibe comoun servicio público, útil en el de-sarrollo económico, no sólo deempresas y emporios comercia-les, sino de sujetos individualesque atienden a este tipo de infor-mación, toda vez que una socie-dad es una red de intereses quecontribuye con el desarrollo co-lectivo y personal. La publicidades una técnica de convencimien-to por la vía de la persuasión, porla ruta subliminal. Por supuesto,quien la maneja debe procurarajustarla a un comportamiento,cuyo impacto favorezca a todos losconsumidores. Tanto así que elmismo Papa Pablo VI llegó a decirque "Nadie puede escapar a la in-fluencia de la publicidad". Cuan-do afirmó esto no se estaba ponien-do al lado de una campaña paraprestigiar un producto maneja-do con fines publicitarios. Se refe-ría al hecho de que vivimos entremensajes y metamensajes, razónpor la cual podemos aceptar elmanejo democrático de su inci-

dencia, en el sentido de que la co-munidad puede escoger entre lasdiversas opciones de acuerdo consus intereses, sus materiales cul-turales y sus efectos.

La revelación más expeditapara entender lo anterior lo en-contramos en esta declaracióndel Pontificio Consejo: "la Igle-sia aprecia el sistema de la de-mocracia, en la medida en queasegura la participación de losciudadanos en las opciones polí-ticas y garantiza a los goberna-dos la posibilidad de elegir y con-trolar a sus propios gobernan-tes, o bien la de sustituirlos opor-tunamente de manera pacífi-ca", en lo que se refiere a los "as-pectos positivos de la publicidadpolítica. Sin democracia esto esimposible, por supuesto, no de-bemos olvidar que la propagan-da, tan cara a los regímenes po-pulistas y totalitarios, suele serdisfrazada como publ ic idadpara activar respuestas dadasa prolongarse en el poder. Estees uno de los lados malos, ne-gat ivos , de la publ ic idad .Queda entonces que quienese jerzan e l o f i c io tengan unaformación cultural y social losuf ic ientemente só l ida paraenfrentar las tentac i ones dela maquinaria del poder eco-nómico y polít ico. Una publi-c idad basada sólo en el lucrodesf igura la función de este

importante factor de los me-dios de comunicación.

Una vuelta de página nos per-mite hablar de la ética en la co-municación. Los 10 más gran-des diarios del mundo, entreellos Le Monde, The New YorkTimes, The Guardian, Folha desao Paulo, El País y el ABC de Es-paña, El Universal de México,Clarín de Argentina, El Mercu-rio de Chile, han entregado a susperiodistas y lectores manualesdonde la ética y la deontologíarefieren la debida conducta delos profesionales de la prensa.

2.-El presidente del Observatorio

de Medios de Chile, Marcelo Con-treras, en el prólogo del libro deCamilo Taufic, titulado La autorre-gulación del periodismo: Manual deética periodística comparada, dice:"Se ha llegado a afirmar que lamejor ley de prensa es aquella queno se dicta, pero lejos de ser unaactividad desregulada o carente denormas, el periodismo más íntegrose rige por estrictos deberes au-toimpuestos, que no sólo establecenlas "reglas del juego" para sus pe-riodistas y el marco y límites parael propio medio, sino un compro-miso explícito con la sociedad y laopinión pública, en cuanto a vera-cidad e imparcialidad". Esta decla-ración no se contradice con el con-cepto de "comunión de personas y

comunidades" que la Iglesia mane-ja con fundamentos. En efecto, laética es un asunto personal y co-lectivo, va más allá de códigos oreglamentos, razón por la cual hayque concertar para construir un"marco cívico profesional". En talsentido, hablar de autorregula-ción y carácter público implicaahondar en el carácter social delejercicio periodístico.

Para darle fuerza a lo señala-do, el libro mencionado en líneasanteriores destaca sobre la bús-queda de la verdad: "La primeramisión de un periódico es decirla verdad tan fielmente como laverdad pueda ser comprobada.En la búsqueda de la verdad, elperiódico debe estar preparadoincluso para sacrificar sus pro-pias posiciones, si tal cosa es ne-cesaria para el interés público".Un viejo y sabio dicho popular,que tiene como fuente la Biblia,destaca: "Por la verdad murióCristo". La verdad y la vida sonla fuente del cristianismo. Laverdad y la vida atañen al tiem-po de la justicia.

Los medios elaboran campa-ñas, sobre este aspecto señala lafuente: "Este diario (se refiere acualquiera de los mencionados enlíneas anteriores) no realizacampañas ni a favor ni en con-tra de posiciones ajenas, sino quese limita a reflejar los debates quese dan al respecto en el seno de lasociedad", lo que toca necesaria-mente el equilibrio, el cual "re-quiere la presentación de hechosrelevantes sin distorsiones, en sucontexto e incluyendo la visiónde todos los actores involucradosen éstos. Es decir, el diario y losperiodistas no deben tomar par-tido respecto de ningún tema,persona, organización, partidopolítico o credo religioso". Habla-mos de la objetividad. Así, de laimparcialidad. Y de allí a recha-zar las presiones de sujetos indi-viduales, grupos políticos, econó-micos, ideológicos o religiosos. Deallí, igualmente, y valga la se-guidilla, la dignidad humana,tan en boca de poderes y nuevosprofetas. La Iglesia, que es la vozdel que clama, nos avisa sobreeste asunto: La vocación es co-mienzo y fin, alfa y omega. Quenada perturbe el camino de lapalabra, de la que sana y cons-truye. La ética no es una fórmu-la, es una manera de respirar,de vivir, de mirar el paisaje, dehacerse parte de él. Si la soledadfuese un designio, no habría éti-ca. Su invento, allá lejos en lainspiración clásica, tuco susten-to en el colectivo, en la "polis", enla "civitas", en la reflexión urba-na. Así, el sentido de la comu-nión. Del pan compartido. Enalgo se parece una nota de pren-sa en la que quien escribe enseñay recibe de la calle la retroali-mentación. Para los cristianos,

Dios siempre recurre al feedback.Quien no lo advierta admite quesu soledad es tan ética como la deun grupo de hooligans en uncampo de fútbol alemán.

3.-Quiero dejarle a los amigos

que me leen un fragmento delCódigo de Ética de la Sociedad dePeriodistas Profesionales de losEstados Unidos, tan universalcomo el Manual de Estilo del dia-rio El Nacional o el del alicaídoDiario de Caracas, redactado elprimero por el periodista RamónHernández y el segundo por elescritor Tomás Eloy Martínez. Setrata de lo que deben hacer losperiodistas -o reporteros- comotambién me gusta llamarlos:"Compadecerse de los que puedanser afectados adversamente porla cobertura noticiosa. Mostraruna especial sensibilidad al tra-tar con niños y con fuentes o pro-tagonistas sin experiencia antela prensa. Mostrar sensibilidadal solicitar o utilizar entrevistaso fotos de personas afectadas porla tragedia o la desgracia. Reco-nocer que buscar o reportar in-formación puede causar daño omalestar. La búsqueda de la no-ticia no da permiso para la arro-gancia. Reconocer que los parti-culares tienen mayor derecho acontrolar la información sobresí mismos que los funcionariospúblicos y otras personas quebuscan poder, influencia o aten-ción. Sólo una extraordinarianecesidad pública puede justifi-car la intromisión en la vidaprivada de alguien. Proceder conbuen gusto. Evitar ceder a lacuriosidad sensacionalista. Sercautos en cuanto a identificar asospechosos menores de edad o avíctimas de delitos sexuales. Serjuiciosos en cuanto a nombrar alos sospechosos de delitos antesde la formulación oficial de car-gos. Contrapesar el derecho deun sospechoso de un delito a unjuicio justo con el derecho delpúblico a estar informado".

Esta lista de deberes se ajusta ala de todos los códigos de compor-tamiento profesional o humano.¿No es próxima a la ética cristia-na que habla acerca de la verdaddel humano ser? Es decir, sobre elservicio de la persona como colec-tivo, como la Iglesia que es.

La ética de Dios es un serviciode salvación individual. La éti-ca de los profesionales de la co-municación es un servicio pú-blico. ¿Es Dios un servicio priva-do o un servicio colectivo? Que-da entre nosotros esa pregunta.Seguramente de fácil respuesta,la que habrá de llegar con la cer-tidumbre de que el periodismoes uno de los trabajos más deli-cados y peligrosos pero a la vezmás hermosos que hombre omujer algunos puedan ejercitar.

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Contenido Maracay, Sábado 19 de febrero de 201110

Puertas de Galina:Cartografía de la errancia

-ANTONIO GONZÁLEZ LIRA-

Una capa de luz abrió esta puertaTeófilo Tortolero

De la casa, la puerta pudie-ra ser lo efímero. Atrave-sado el umbral nos con-

vertimos casi en olvido de lo quedejamos atrás. Una especie depasadizo en el tiempo nos aguar-da al procurar el traslado bajosu marco. El río sólido de las pa-redes acoge la hendidura de lapuerta para que abandonemospara siempre lo que fuimos porinstantes. Después de esta ma-niobra nunca más seremos losmismos. Parafraseando a Bor-ges, seríamos el agua aquella "laque se pierde, no la que reposa".

La puerta nos conjuga desdeuna misteriosa gramática. Sefunda el tiempo actual en el mí-nimo paso que osamos dar ha-cia sus linderos. El pasado se en-cuentra aferrado a las espaldasde nuestros portazos. El porve-nir es el momento lúdico dondese regodean sus bisagras dete-nidas, quienes permanecenatentas a responder a nuestrasintenciones.

Somos puertas soberanas du-rante el sueño. Dejamos que en-tren y salgan las más íntimasconjeturas y las más encausa-das debilidades; nos hacemosfuertes o medrosos más allá dela vigilia. Somos protagonistas,y una y otra vez, narramos elexilio que no tiene cabida mien-tras perdura la realidad. Dura-mente servimos a los dioses dela noche: Contactamos con suti-leza la piel de la muerte y nosempinamos débiles hasta el ce-nit del extravío.

¿Quién no despierta con so-bresalto, seguro y aterrado dehaber abierto la puerta equivo-cada?, y ¿quién no ha sentido elbatir innumerable de puertasazotándole el rostro?

El portal es una pesadilla sipermanece aferrada en sus pol-vos, si la llave apropiada tran-sita sus giros con marasmo y lahendija de la puerta apenas rozael suelo donde se sostiene. Pero,no solamente son las más descon-certantes bestias las que irrum-pen frente a ella para esperar-nos sigilosas en el sueño. En oca-siones son los caminos, los des-carríos, "la pregunta atada/ a eseojo solitario"; la chamusca quese cuela entre los huesos una vezdestruido "el adobe hirviente" dela vieja casa; o también una con-ciencia enajenada que "regresa-ba de un largo paseo por un de-sierto de Marruecos". Eso y algu-nos otros temblores conseguimosal hojear Puertas de Galina (2010)de Alberto Hernández.

Y es que este poeta viene aabrir le puertas a los amigos.

Pero, no solamente a los queaparecen entre l íneas; no aquienes desde sus autént icasvoces de epígrafe auxi l ian e ldecir de los textos . Nuestropoeta franquea las puertas dellector , aun las del más pere-grino, para que aborde el es-pacio de la memoria que qui-zás haya perdido en el silenciode alguna agónica despedida.Por esa especie de pert inazcondena manif iesta:

Veo pesadillasen las puertas viejashoyos muscularesmiran por debajo

muertes equivocadasa la espera en Galina

sobresaltos(ojos en el polvo húmedo)

los añosrecuestan la nochede la memoria de Gregoria Orozco:

mira caballos violentosen una lenta masticacióndel olvido

desde el portalel sueño cae sobre la casa

las manos juntasel ojo muerto cristalinosombreadopor la lluvia del polvo

Es quizás Olga Orozco una delas puertas a través de las cualesAlberto Hernández suscribe suslejanías. O tal vez es el dintel ex-piatorio por el cual nos adentra-mos ya hacia la pureza, ya ha-cia el desgano de la existencia.Porque como afirma Octavio Paz:"La mujer es la puerta de recon-ciliación con el mundo". Y desdeesta visión la mujer es hiato,abertura, escisión maravillosaque nos ampara al calor del senomaterno como cuando obstrui-mos la puerta con la prisa queimpulsa la aprensión. Pero que

también puede conducirnos has-ta la más cruda intemperie aldejarla entreabierta en la deses-peranza del descarrío amoroso.

He ahí un eterno dilema quenos sale al paso: Cuál es la puer-ta de mejor escogencia; en cuálbrilla con más certeza la luz;cuál, con alevosía, nos conducedirectamente al abismo.

Nuestro poeta exacerba la fa-talidad de la decisión:

(...) Una puerta podría ser el final,

el tropiezo, ese símil de exilio quesólo ocurre una vezmientras los pájaros anidan plumasy huesosen los salientes de las azoteas

sólo la sombra dice de quien seestaciona enla noche bajo la alargada sílaba.Más allá,donde el sopor no tiene carne, estála mujerque ayer nomás legitimó el silencio

Solamente para el autor dePuertas de Galina un "agujerode tinieblas" puede convertir-se en iluminada entrada; en lapuerta de amplios y jubilaresdestellos. En el fiero ejerciciodel idioma; en el tumultuosodevenir de la palabra donde laimagen es parida; al margende los sueños y de los espejis-mos que corroen al insomne, elpoeta puede ejecutar la ex-traordinaria transmutación,convirtiendo, como diría Ma-nuel Bermúdez "el paisaje enescr i tura" .

En doloroso impulso y arri-mando su decir a la quietud dela figura del portal, Hernándezse preguntará con Rilke: "¿quépuede hacer mi boca/ con su no-che y mi día?". Con turbación,en la boca del poeta se cincelauna puerta.

Todavía con el riesgo desti-lando en su piel y sin que hayadesaparecido lo terrible de laentreabierta hoja sombría, eloficiante reconstruye el pórti-co que le fue misteriosamenteencomendado:

Pueden esperar todo el tiemponecesario,la muerte es sólo un susto,

una boca abiertauna puerta sin límites,

allá el desierto calmacualquier desesperanza

Esa otra entrada al desgarra-miento permanece intacta en suformidable enigma hasta que lapalabra lo aproxime al saber dela carne. La existencia mismadel verbo del escritor lo exigeasí, y de manera inexorablecumple su encargo con ardoro-sa exactitud.

En Puertas de Galina el au-tor se hace a la marcha y fun-da una especie de país de puer-tas; un territorio de múltiplesentradas y coyunturas , don-de algunas pudieran estar ve-dadas, mientras otras muchasserían más accesibles y sere-nas. En la voz hembra de esteterruño donde la puerta es ex-primida en sus locuciones, sí-miles y descripciones vibra lageograf ía que revisa e l com-promiso de la errancia con susescapatorias y aun con susfantasmales arraigos. Porque:"vivimos s in puertas/ en esteaquí de umbras ( . . . ) por quéla puerta abierta/ si no ha pa-sado nadie".

La errancia y el arraigo quedesde el portón lleno de luz, des-de esa intachable abertura detodos los trayectos, permite sur-gir la voz despejada de AlbertoHernández quien expresa:

soy carnedel animal que huye.

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Maracay, Sábado 19 de febrero de 2011 Contenido 31

Elpidio Boullón, La Burra de San Casimiro-SALVADOR RODRÍGUEZ-

Este hombre, que tiene unlugar reservado en la his- toria de las tradiciones

populares de San Casimiro,Aragua y Venezuela; nació el20 de febrero de 1948, por equi-vocación del secretario de laprefectura. Elpidio lo pone enclaro al decir: "Yo nací el 30 deenero" .Le explico, que no sé si esbueno o malo, que el secretariohaya cometido tan grave error,ya que lo puso a nacer el día deSan Eleuterio, que no necesita-ba aceite en las lámparas paraque éstas llamearan. Sino quevio la luz (luz al fin) el Día deSanta Jacinta "La divertida", yaque lo transmite este cultor, atodo aquel que lo conoce, es puradiversión, bien sea echandocuentos, bailando la burra, con-tando anécdotas o participandoen la hechura del testamentoque deja Judas Iscariote antes dearder en la hoguera. En fin,hace el milagro de que rían.

Tomás Elpidio Boullón Esaá,es hijo del músico BernabéBoullón y de Josefa ManuelaEsaá, nativos San Casimiro. Losdescendientes del apellido Esaáson músicos, periodistas, can-tantes, poetas, pintores, genea-logistas, bailadores, educadoresy cronistas. Lo bautizaron Pe-dro Vargas (Perucho) y CarmenJosefa Torrealba de Pérez en laiglesia de San Casimiro de Güi-ripa. Estudió la primaria en laescuela Francisco Iznardy, la se-cundaria por libre escolaridady la universitaria, la hace eneducación, mención desarrollocultural. El 18 de diciembre de1967, cuando Elpidio andabadetrás de sus 19 años, salió (porprimera vez) vestido de burri-quita. En 1967 existía un mo-vimiento cultural muy activoen San Casimiro, integrado porCheo Fuentes, Wladimir Bastar-do, Zenaida Páez, Juan ManuelRequena, Eduardo Jiménez yotros que la desmemoria se lle-va. Faltando unos días para lasmisas de aguinaldos, ZenaidaPáez y Cheo Fuentes (padres in-telectuales de la burriquita),azuzan a Elpidio para que vistade burriquita. En la tarde de ese18, día antes de la misa a la ju-ventud, Elpidio asumió su con-ducta animalista, que se man-tiene inalterable por casi 44años. En la confección de la pri-mera burriquita, estuvieron:Lilia Páez (hizo el traje), Zenai-da Páez (regaló la blusa), CheoFuentes y el mismo Elpidio. Esatarde, la burriquita, se hizoacompañar por 12 damas jóve-nes (Elpidio recuerda a VilmaRequena) que lucieron trajes tí-picos venezolanos. Escoltaban ala burriquita, por las calles delpoblado, músicos y amigoscomo: Eduardo Jiménez, Ramón

Pérez, Cheo Fuentes, Pedro Ja-ramillo (Perucho España) y JoséMiguel Arteaga. La novedad erala burriquita y la invitaciónpara asistir a la misa de agui-naldo del día siguiente.

En conversación con Elpidio,este manifestó que divide lasandanzas de la burra en dos eta-pas: Un antes y un después deltema "la burra" de Un Sólo Pue-blo. Termina aclarando, queantes del tema bailaba burri-quita y después del tema lo que

enjalma es burra. Son cinco lasburriquitas y burras que Elpi-dio a bailao. Todas han cumpli-do con la misión de afianzaresta laonemia o "saber del pue-blo", como parte del folclor aní-mico-social.

De las cinco burras, ya cita-mos la primera. La segunda erade cartón y fieltro, elaborada porElpidio y Julia Pérez (madre dedos hijas de Elpidio).La tercerala hizo Elpidio y era de maderaforrada con fieltro. La cuarta fue

confeccionada, por José Luis Cor-tés de Turmero, en goma espu-ma, tela de peluche y semicue-ro, "duradera y señorial", afir-ma Elpidio. La quinta fue un re-galo del Prof. Félix Villarroel yla hizo Paulo Ayala, la burra deChoroní.

En casi 44 años, la burra deSan Casimiro, ha participado enencuentros en diferentes pobla-ciones del país: En el primer en-cuentro de cultura popular enHiguerote en 1993; en la tradi-

ción de los santos gozones en Cu-riepe en 1993, en los 200 añosde la fundación de San Casimiroen 1983, en las Mercedes del Lla-no, Cabruta, San Juan de losMorros, Santa Teresa, Cauca-gua, Choroní, Ocumare de laCosta, Maracay, Camatagua,Barbacoas, San Sebastián, Cara-cas (en la Asamblea Nacional,los próceres en un acto con elPresidente de la República y enel Teresa Carreño) y en Yara-cuy. En este último sitio, Elpidiocuenta la anécdota siguiente:"Íbamos a un encuentro y al lle-gar al terminal de Maracay,subí la burra a un taxi para ir alJosé Pérez Colmenares. Allí bajérápido. En San Felipe nos dimoscuenta del olvido del sombreroy la blusa en el carro. Un grupode danza nos prestó la blusa yun pañuelo rojo". Fue así comola burra participó. En el 2007,al cumplir 40 años la burra tra-dicional de San Casimiro, el Mi-nisterio del Poder Popular parala Cultura, lo declaró Patrimo-nio Cultural de Interés Nacionaly el Concejo Municipal de SanCasimiro (en ese mismo año) lodeclaró Patrimonio Cultural Vi-viente de San Casimiro. Desde1995, en San Casimiro se cele-bran encuentros nacionales deburriquitas y burras. Se han fes-tejado, además del 95, en losaños: 2007 (el segundo), 2009(el tercero), 2010 (el cuarto), y2011 se va a celebrar el quintoencuentro.

También ha servido esta re-unión de burriquitas y burraspara homenajear a cultores ycultoras que merecen citarse:Paulo Ayala, la burra de Choro-ní en 2009; Carmen AmandaYépez (la burra de San Lucía) yFrancisco Torres en 2010; Ma-galy Loreto (Apure) , CarlosMarrón (Miranda), Belkis Cárde-nas (Barinas) y Josefina Cabri-ces (Aragua), serán los homena-jeados en el quinto encuentronacional de burriquitas y bu-rras 2011, que tendrá lugar enSan Casimiro de Güiripa, el 11y 12 de marzo.

Ya recogida la burra en sucorral, Elpidio afirma: "Mi bu-rra es una más de mi familia"y para corroborar estas pala-bras, han creado una funda-ción donde están solamente fa-miliares. El 26 de junio de2008 se creó la fundación "Ber-nabé Boullón", cuyo objetivo esfacilitar el trabajo cultural yeducativo que se viene reali-zando en el municipio y fortale-cer el trabajo de cultores y cul-toras de esta manifestación cul-tural. La directiva está confor-mada por, César Emilio Boullón,presidente; Necci O. Boullón,vicepresidente; Carmen ElenaMartínez, administración y fi-nanzas; Julieta Boullón, secre-taria de actas; y Elpidio Boullón,relaciones institucionales.

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Contenido Maracay, Sábado 19 de febrero de 201132

Teatro venezolano premiado en Madrid-E. A. MORENO URIBE-

Los dramaturgos venezola-nos son más representados en el exterior que en los es-

cenarios de su terruño. Y, ade-más, afuera ganan más y máspremios. ¿Por qué pasa eso y quése está haciendo en esta Tierrade Gracia para que dicha situa-ción, anómala y dañina para lacultura nacional, sea superada?Las preguntas tienen tímidasrespuestas, pero no vamos a re-lanzar esa polémica que hemos es-tado planteando durante las últi-mas décadas y nos limitaremosaquí a informar que Juan Mar-tins se ganó un galardón en Espa-ña, con su texto Duchamp,11:45, y, por supuesto, publicamossus respuestas a una serie de in-terrogantes que le propusimos.

PREMIO EN ESPAÑALa dramaturga Juana Esca-

bias con su obra Apología delamor se ha alzado, el pasado 27de enero, con el V premio El Es-pectáculo Teatral, el cual conce-de la revista homónima y Edicio-nes Irreverentes, según fue anun-ciado en un acto celebrado en losTeatros del Canal de Madrid en elmarco de la programación deMadFeria. La escritora y periodis-ta madrileña se impuso a los otrosdos finalistas de esta quinta edi-ción, quienes eran el venezolanoJuan Martins por Duchamps:11,45 y Manuel Vila-Mabela porLa rebelión de Carlota. Ambosautores, además de ser finalistas,han recibido una Mención de Ho-nor del Jurado.

Juana Escabias se une así a lalista de ganadores anteriores deeste premio, formada por Lour-des Ortiz, Raúl Hernández Ga-rrido, Santiago Martín Bermú-dez y Emilio Williams.

SIETE PARA EL VENEZOLANOJuan Martins, quien reside en

Maracay, comenta que con estepremio o reconocimiento ya com-pleta siete en su haber: Menciónde honor como Finalista en el VPremio El espectáculo Teatral2010, España con la pieza Du-champ, 11:45. Primer Premio enel XVI Concurso Nacional de Lite-ratura Ipasme 2008 con Saldréde tu piel de cuero. Premio Bie-nal de Literatura Augusto Padrón2004, género dramaturgia con lapieza Caperucita ríe a media-noche, otorgado por la Alcaldíade Maracay. Premio Miguel Ra-món Utrera 2008, mención dra-maturgia con la obra Caramelode Nueva York. Premio Mayorde las Artes, mención dramatur-gia. Conac 2004 con la pieza Do-llwrist. Finalista en el concursoEl Espectáculo Teatral, España2006 y seleccionada para el Fes-theve 2008. París, con la obra Latarde de la iguana. Premio ex-traordinario de monólogo teatralhiperbreve: Concurso internacio-nal de microficción Garzón Céspe-des. Madrid 2007, con la piezaSara bajo lágrima. Y Premio Mé-rito al Trabajo. Teatro. Medalla dePlata 2007. Todos esos reconoci-mientos me comprometen con ladramaturgia venezolana.

¿Cómo explica que gane premiosafuera y aquí en su país no semonten sus textos?

Su pregunta es muy impor-

tante, puesto que la dramatur-gia venezolana tiene un recono-cimiento internacional que hayque considerar: no tendríamosespacio aquí para mencionar lospremios y reconocimientos ob-tenidos por nuestros dramatur-gos. ¿Acaso con esa misma se-cuencia han sido montados yconsiderados dentro del país?Creo que la respuesta está clara.No. Pienso además que el temadaría para un seminario o undebate en mesa complejo. Y lodigo ahora con toda responsabi-lidad como crítico que tambiénsoy. Hay que asumir con respon-sabilidad el teatro, desde la crea-ción ante su posesionamientopolítico o comercial. Adentrar-nos más bien en el problema deldiscurso teatral y definir cómolo estamos haciendo para no ter-minar "inventando la rueda". Yen cuanto a las políticas que ejer-ce el Estado viene haciendo rue-das que ya todos conocemos: Gi-rando en una ineficacia que serepite. La cosa no está diverti-da. Al contrario, se está supri-miendo la posibilidad de crearnuevos espacios, desarrollos tea-trales para los jóvenes emergen-tes. No se piensa en eso, ni nospensamos en el quehacer teatralcomo medio de conocimiento y,aún más, como factor de desa-rrollo cultural. El teatro tieneque permitir el hecho de pensar-nos en él. De construirse en nue-vas tendencias, discursos, esti-los y propuestas a modo de quese dé aquella dinámica necesa-ria. Si quieres, una dialécticacon la realidad en la medida queproduzcamos teoría de nuestrapropia praxis. Y esto es muy ca-racterístico en la mejor críticalatinoamericana: producir con-ceptos de la praxis teatral, bús-quedas creativas de este queha-cer al que correspondemos. Por-que entonces, de lo contrario, losautores buscarán hacia afueracomo en efecto está sucediendo.Por alguna razón nos seduce el"otro", lo que está fuera de noso-tros. Y hay excepciones de la re-gla que se manifiestan por lo ge-

neral en la periferia del país.Quienes, como sabemos, se pre-ocupan por la dramaturgia ve-nezolana, pero tenemos que ha-cer énfasis en el tema. No im-porta el tiempo que ello nos lle-ve. Y saber hasta dónde tenemosresponsabilidad en ello.

¿En qué consisten los premios?Los premios se ajustan a eso:

A un premio. No tienen nada quever con la literatura, porque elcompromiso, para el escritor, escon la escritura. Son un estímu-lo importante, eso sí, pero tene-mos que tener claro que lo másimportante es la disciplina y lalabor de la construcción litera-ria. Me debo a eso, a "construc-tos" literarios, independiente-mente del género que asumas.El discurso va constituyendo ellenguaje con el que te sientesmás cómodo para este proceso dela escritura como acá trato dedefinirlo. Si uno quiere, es pla-centero y se disfruta, pero tienesu rigor, su organización con eluso del tiempo. No queremos ha-cer otra cosa sino escribir. Y vol-viendo a la pregunta si en algoconsisten es en otorgarle al au-tor la posibilidad (no siempre)de ganar ese tiempo que tantonecesita para escribir. Es un ofi-cio solitario, sólo estás con tuspensamientos y la forma detransferirlo en escritura. Es de-cir, se trata de la representacióndel discurso. Y te la juegas, to-das. Asumiendo las consecuen-cias de ese discurso. Cuando lle-gan los premios, llegan con ellos,reconocimiento, pero lo que másnos interesa es aquel tiempo queestamos ganando para el oficio.Y esto en nada, insisto, tiene quever con el éxito. Consisten en-tonces, los premios, en otorgarleal autor ese placer del tiempoque se nos hace en la escritura,así que, es una responsabilidadque tenemos para seguir conmayor rigor el trabajo. Tratarcon el material literario con unnuevo estímulo de creación. Yclaro, ello, la escritura, "nuncanos hará eternos. No seremos

eternos" -para citar a Roberto Bo-laño-, pero si felices (y la "felici-dad" es un encuentro con el ins-tante) al asumirla como un esti-lo de vida.

¿Para qué sirven los premios?Es un referente para los edi-

tores y directores que puedansentirse atraídos por este llama-da de atención que ha hecho unpremio sobre un autor determi-nado. Allí su utilidad está rela-cionada con la vivencia y tra-yectoria de la obra. Es un hechode vitalidad para la obra, sinlugar a dudas. Permitir que elautor encuentre un espacio ensu proceso creador. Mucho másallá del aspecto mediático o co-mercial, como dije, está el reco-nocimiento hacia un discursoteatral. Puesto que escribir tea-tro es cada vez más difícil. A mimodo de entenderlo, escribir esun ejercicio muy difícil.

¿Puede resumir la sinopsis de suobra premiada en España?

Dado el carácter simbólico dela pieza será mejor resumir acáun poco de la propuesta del tex-to, en caso de que algún directoro productor pueda interesarsepor la misma: La ciudad, quizásLondres, en otra ocasión NuevaYork o París. Se representa deacuerdo a lo que exige el texto.La ciudad es una abstracción enla memoria de los personajes.Todo es sobrio sobre la escena,más bien, dispuesta en proyec-ción de imágenes sobre un ciclo-rama: Carteles de lugares inve-rosímiles. La ciudad como expre-sión de lo absurdo, puesto que lomás importante serán, en el con-texto de esas imágenes, los(as)actores/actrices en la enuncia-ción de ese espacio escénico: Laviolencia, lo urbano. Es la sime-tría de una ciudad nocturna. Laescenografía es sobria, apenassillas. Para el autor es importan-te que en esas imágenes esténproyectadas las obras "Vietnam,la batalla del arroz" de Gilles Ai-llaud y "Vivir y dejar morir o eltrágico final de Marcel Du-champ" por Gilles Aillaud,Eduardo Arroyo y Antonio Re-calcati las cuales logran confun-dirse con publicidad. También,imágenes del artista menciona-do Marcel Duchamp y de AndyWarhol. Con la intención demostrar, en una relación lúdi-ca con la escena, que todo suce-de en una galería de arte, otrasveces, en aquellos espacios ur-banos de la ciudad. La ciudad esuna galería, una representa-ción de lo mediático y de la "al-teridad". Con todo, lo que debeprevalecer es la síntesis y el dis-curso del responsable de escena.Cada final de escena es, si se quie-re, una transición la cual per-mite introducir una escena enla otra al juicio de éste, su di-rector, quien propondrá a suvez, si es su criterio, la secuen-cia de aquellas escenas y de suscuadros respectivos. Podrá en-tonces construir una secuenciadiferente. La historia, se desa-rrolla en horas de la madruga-da hasta el amanecer. Todo su-cede allí, en ese contexto dondelos personajes encontrarán a lamanera de conducir sus pasio-nes. Es una historia de amor,recogida desde las ideas. El amornocturno que puede ser expre-

sionista o simbólico, por supues-to, extraño como todas las pasio-nes después de todo. La protago-nista se encuentra con el amor,pero será el lector-espectadorquien le otorgue coherencia ehilaridad a la misma. Es unapieza también para la lecturaabierta, sin significaciones con-cebidas. Después de todo, preten-do que sea un gesto amoroso sucomposición literaria. Y creo quela cosa va por buen camino. Yael lector dirá si me acerco o, porel contrario, me alejo de tal pro-posición.

¿Ha intentado autoproducir susobras premiadas?

Sí, corrí con éxito con mi pie-za Dollwrist. Pero nada fácil hasido porque estamos en el temade la producción y de los recur-sos necesarios. Y en ello se nosva la mitad del tiempo porquetenemos que construir desde unaresistencia cultural estas posibi-lidades. Es "resistencia" porqueno tienes los recursos. Al Estadopoco le importa lo que estás ha-ciendo como autor. Tenemos quevalernos de lo que tenemos a lamano, puesto que no siemprecontamos con esos recursos deacuerdo a lo que vamos escri-biendo. Por lo menos ése es micaso: Resistir culturalmente porfalta de recursos: Un poco de ircon el "teatro tosco" para tras-cender en un "teatro sagrado",inmediato pero lleno de vida. Esun reto. Me pregunto ahora:¿Qué es lo que hace falta parahacer teatro? Actores que se des-plazan en un espacio vacío antesu público. Nada más. Y ante esehecho, el cual tiene que ver conla dirección, tenemos tambiénuna responsabilidad. Ya pocoimporta si lo haces con una pie-za tuya o con la de otro autor.Por ejemplo un caso, cuandotengo deseo dirigir me gustahacerlo con el teatro de GustavoOtt, sin embargo, no siempre setienen los recursos para ello. Yno me refiero a recursos estéti-cos, sino al económico para po-der contar con una planta deactores y actrices que te permi-tan conducir los sueños a partirde un teatro donde prevalecen"cosas breves", el contenido de unespacio vacío. Prefiero dirigirpiezas de otros dramaturgos yproducir las mías. Pero tengoque repetir algo aquí: el director-hablo en mi caso por lo menos-poco tiene que ver con el drama-turgo. La escritura debe tenersu propia autonomía. Es el textoquien nos exige con rigor.

¿Qué obra tiene en camino o enalgún otro concurso?

Estoy muy estimulado y es-cribiendo otra pieza (a la que to-davía no le tengo título), perohasta ahora mantiene este esti-lo que descubrí con Duchamp,11:45. Estoy seguro que formaráparte de una trilogía en la queestoy trabajando, cuyo tema vapor lo lúdico y el tratamientocon la alteridad sobre la ficcióndel tiempo. Disfrutándolo lo me-jor que pueda. Ya sea dramatur-gia, ensayo o poesía. Los premiosestarán allí, nada tienen que vercon la literatura. Al autor, todole llega por añadidura cuandoasume lo que es importante: es-cribir bien.(Tomado de El Espectador Venezolano)