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Anuario del Grupo de Mujeres de la Iglesia Evangélica [Paseo de la Estación, 32] COORDINADORA: Jacqueline Alencar Polanco CONSEJO DE REDACCIÓN: Lidia González, Elena Gil, Dori Alonso, Carmen Criado, Élide Tapia y Matilde Rolhaiser DIBUJO DE PORTADA: Miguel Elías ILUSTRACIONES Y FOTOGRAFÍAS: Kosei Takenaka, Rebeca Lagos, José A. Sánchez, Jacqueline Alencar, Gorka Lejarcegi y otros DISEÑO Y MAQUETA: Javier Torre EDICIÓN: Ediciones Jorge Borrow ASESOR EDITORIAL: A. P. Alencart IMPRESIÓN: Kadmos CONTACTO C/ Abastos, 7 portal 6 1º B 37008 Salamanca (España) T elf. 923 192349 Depósito Legal: S. 889-2007 Editorial ELENA GIL T al como lo esperábamos, y animadas por las distintas muestras de apoyo recibi- das, aquí tenéis una nueva entrega de Sem- bradoras. Esta vez el contenido es más monog- co, aunque se amplían ciertos temas aborda- dos en el número inicial, como son el trata- miento de la familia cristiana o el interés por los movimientos migratorios y su incidencia en nuestras iglesias. Pero, al mismo tiempo, se abren nuevas ventanas, especialmente un bloque dedicado a la educación de los jó- venes y adolescentes. Este anuario de 2008 empieza con un pro- fundo análisis sobre el panorama actual y las perspectivas futuras de las iglesias evangéli- cas en España. Otras cuestiones de interés son el del avivamiento de la mujer; la evan- gelización en países musulmanes, como es el caso de Turquía; entrevistas a dos recono- cidas conferencistas europeas o, finalmente, unos apuntes sobre aspectos bíblicos trata- dos en las reuniones mensuales del Grupo de Mujeres, poemas o una reflexión que ani- ma a seguir fuertes ante toda prueba. Desde Sembradoras expresamos, en primer lugar, inmensa gratitud para con los colaboradores, pues no es fácil la tarea de sacar adelante una revista con estos conte- nidos. editorial

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Page 1: Sembradoras 2 (contenido)

Anuario del Grupo de Mujeresde la Iglesia Evangélica [Paseo de la Estación, 32]

COORDINADORA: Jacqueline Alencar Polanco

CONSEJO DE REDACCIÓN: Lidia González, Elena Gil, Dori Alonso, Carmen Criado, Élide Tapia y Matilde Rolhaiser

DIBUJO DE PORTADA: Miguel Elías

ILUSTRACIONES Y FOTOGRAFÍAS: Kosei Takenaka, Rebeca Lagos, José A. Sánchez, Jacqueline Alencar,Gorka Lejarcegi y otros

DISEÑO Y MAQUETA: Javier Torre

EDICIÓN: Ediciones Jorge Borrow

ASESOR EDITORIAL: A. P. Alencart

IMPRESIÓN: Kadmos

CONTACTOC/ Abastos, 7 portal 6 1º B37008 Salamanca (España)Telf. 923 192349

Depósito Legal: S. 889-2007

EditorialELENA GIL

Tal como lo esperábamos, y animadaspor las distintas muestras de apoyo recibi-das, aquí tenéis una nueva entrega de Sem-bradoras.

Esta vez el contenido es más monográfi-co, aunque se amplían ciertos temas aborda-dos en el número inicial, como son el trata-miento de la familia cristiana o el interés porlos movimientos migratorios y su incidencia en nuestras iglesias. Pero, al mismo tiempo,se abren nuevas ventanas, especialmenteun bloque dedicado a la educación de los jó-venes y adolescentes.

Este anuario de 2008 empieza con un pro-fundo análisis sobre el panorama actual y las perspectivas futuras de las iglesias evangéli-cas en España. Otras cuestiones de interésson el del avivamiento de la mujer; la evan-gelización en países musulmanes, como es el caso de Turquía; entrevistas a dos recono-cidas conferencistas europeas o, finalmente,unos apuntes sobre aspectos bíblicos trata-dos en las reuniones mensuales del Grupo de Mujeres, poemas o una reflexión que ani-ma a seguir fuertes ante toda prueba.

Desde Sembradoras expresamos, ensprimer lugar, inmensa gratitud para con loscolaboradores, pues no es fácil la tarea desacar adelante una revista con estos conte-nidos.

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Amiga mía, que estás ausente,Sé de tu pasado, sé de tu futuro,Mas dime, ¿dónde está tu presente?El pasado fue efímero,El tiempo se lo llevó,Pasó como una neblinaQue pronto se disipó.

El futuro que te esperaAún está por llegar,Será gozoso en el cielo,Pues así lo prometióQuien preparó tu lugar.Mas dime, amiga mía:¿Tu presente dónde está?

Amiga mía, te extraño,¿Ahora quién me escuchará?Necesito tu presentePara poderte hablar.Esta triste realidad queAhora ahoga mis sentidos,Quisiera poder borrarY que puedan despertar los tuyos,Que están dormidos.

Amiga mía, que estás ausente,Dime: ¿dónde está tu presente?¿Quién me quita ese dolorQue atenaza mi garganta?¿Qué ha sido de tu presente?¿Dónde Dios se lo llevó,Que de mi lado lo arranca?

Y querida amiga mía,En mi pobre desvarío,Cuando la pena me llena,Con mi Dios así porfío,Y en su amor me da el consueloY en medio de mi tristeza,Notando su compasión,Abre una luz en mi mente,Y formulo en mi interiorLa pregunta que discrepaSobre tu extraño presente:¿Quizá el Señor lo tomó prestadoY para su gloria lo ha usado?..............................

Mi querida amiga, amiga mía,Ahora que el tiempo pasó,En esta separaciónPara ti es la alegría,Pues tu presente y futuroDescansan en brazos de Dios.

Amiga míaMAMM RÍAÍÍ GLORIA SÁNCHEZ

En recuerdo de Mari Carmen

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Tenemos un problema

Quisiera comenzar con una frase: “Tene-mos un problema”. Algunos pensarán quetenemos más de un problema, y puedo estar de acuerdo con ellos. Tenemos problemas en el interior de la Iglesia, en su propia espiritua-lidad. La Iglesia del siglo XXI tiene unas pato-logías específicas de nuestra época, puedeque el deseo de conocer la Palabra de Diosesté disminuyendo, puede que el deseo deencontrarse con Dios en oración pase por momentos difíciles, estos son problemasreales que afectan a nuestras congregacio-nes y que no podemos despreciar, pero noson los únicos y, a veces, como evangélicos preferimos analizar sólo esta parte del pro-blema. Estamos viviendo una situación gra-ve en Europa, quizás también en el resto delmundo occidental. La caída de la asistencia a las iglesias tiene unas proporciones des-conocidas, la falta de crecimiento es bien visible. Nunca había pasado algo así, nunca los seres humanos habían tenido una pers-pectiva secular de estas magnitudes hastael día de hoy.

Sin embargo, a nivel global la situación es distinta: nunca la iglesia había crecido tanto como en nuestros días. Está creciendo entodas las edades, creciendo en diversos con-textos culturales, en medio de trasfondosreligiosos distintos, tanto entre los católicosen América Latina, como entre musulmanes, como entre budistas, etc., está creciendoentre la persecución, etc. Nunca había habi-do tantos cristianos en el mundo como hoy,pero mañana habrá más que hoy. La iglesia no está en trance de desaparición sino entrance de llegar hasta lo último de la tierra.Esa es la perspectiva real. Lo que plantea du-das es si todos los modelos de cristianismo van a sobrevivir. No podemos dar una res-puesta triunfalista sobre nuestro modelo decristianismo. Todas las iglesias locales que aparecen en Apocalipsis, las buenas y laspeores, todas ellas desaparecieron. Cuando

una iglesia deja de servir al fin para el quefue creada, simplemente desaparece.

Hasta que no asumimos que tenemosun problema no buscamos solución para él, hasta que no nos sentimos enfermos no va-mos al médico y no nos tomamos la medici-na. Deberíamos hacernos buenas preguntas: ¿Es mi modelo de cristianismo y el modelo de mi iglesia local el mismo modelo que Je-sús diseñó para su iglesia? ¿Es mi forma de vivir atractiva y a la vez desafiante para la gente sin Dios que hay a mi alrededor? ¿Es-toy siendo buenas noticias antes de predicarbuenas noticias?

Poniéndole nombre a nuestro problema

El problema que enfrentamos en estos inicios del siglo XXI tiene un doble compo-nente. El primero es exterior a la Iglesia, y es un conflicto cultural. El segundo es interior ala iglesia, y es la división entre lo sagrado y lo secular. Pasemos a analizarlos:

El conflicto cultural

El problema cultural de nuestras iglesias no es ya que no reflejen la cultura de la gen-te que no asiste a la iglesia, sino que han dejado de reflejar la cultura de la mayoría de miembros de nuestras iglesias. No se tratade que lo que hacen los de la calle sea pe-cado y de que nosotros tratemos de man-tenernos en santidad. No es algo que tenga una cualidad moral contraria al evangelio. Es muy curioso ver a un grupo de creyentes ha-blando. Cuando hablan de hijos, de su traba-jo, de sus aficiones, el lenguaje es lenguajecontemporáneo, si cambian de tema y co-mienzan a hablar de temas relacionados con su espiritualidad, con sus congregaciones locales, cambian el lenguaje y comienzan ausar expresiones trasnochadas, de hace unmontón de años. Alguien dijo que los evan-gélicos hemos inventado el túnel del tiempo,porque cuando cruzas el umbral del local de

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y sociedad en elsiglo XXI

JAUME LLE ENAS

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la iglesia experimentas un viaje en el tiempode 30, 40 ó 50 años atrás.

Nuestra forma de expresar el evangelio pertenece, en la mayoría de casos, a la mo-dernidad. Una cosmovisión que comenzó aextinguirse en los años 70, cuando entró lapostmodernidad a escena. Seguimos expre-sándonos en este sistema cultural porque hemos aprendido de nuestras tradiciones eclesiales a hacerlo así, y nos parece que esta forma de expresarse es más adecuadaal evangelio, cuando en realidad el evangelioes una cosmovisión alternativa que es capazde expresarse dentro de cada sistema cultu-ral. La modernidad no tiene nada mejor quela postmodernidad.

La respuesta a nuestro problema culturalno es volverse más y más a nuestras tradi-ciones eclesiales, no se trata de hundir nues-tras raíces más profundamente en nuestros esquemas denominacionales, sino de hundir nuestras raíces en el evangelio de Jesucristo, que es capaz de expresarse de forma com-prensible para los seres humanos de hoy,como lo ha sido en pasadas generaciones.Eso probablemente exige en nosotros cam-bios, adaptación de metodologías, nuevasformas de transmitir, cambios en el lengua-je, etc. Cuando la gente se siente atrapada,confundida, tiende a escapar, a regresar a susesencias, es una marcha atrás. Buscamos se-guridad en aquello que, en su momento, fun-cionó. Al hacer esto aún nos desconectamos más de nuestro contexto y nos hacemos másincomprensibles. La gente no necesita nues-tras tradiciones, necesita a Jesucristo.

¿Existe preocupación en la Biblia por laadaptación cultural? Algunos piensan que la Biblia no se ocupa de estos temas. Queestá simplemente preocupada de cuestio-nes espirituales y que lo que hay que hacer es simplemente proclamar el Evangelio. Sin embargo, la Biblia está ocupada en darnoslas pautas para que nuestro ministerio se adapte culturalmente y sea relevante.

El texto que explica la teoría que Pablosigue es 1ª Cor. 9:19-23. Pablo escribe a unaiglesia que está en una ciudad en la que el pluralismo religioso, cultural, social, etc. esuna realidad. No hemos inventado nosotrosel pluralismo. En estos cinco versículos seexplican tres puntos importantes:

a. La disposición a adaptar nuestra forma de presentar el Evangelio a la culturade la audiencia que nos escucha. Pablo se hace judío a los judíos, gentil a los gen-tiles, débil para los débiles espirituales, es decir, aquellos que tienen problemas de conciencia, como explica en Romanos 14,etc. Su disponibilidad es total. “A todos me he hecho de todo”. Pablo es cultural-mente flexible. No exige a sus oyentes que se adapten culturalmente a la forma en la que él está acostumbrado a pensar, o a proclamar el Evangelio. Probablemen-te le sería más fácil. Pero somos noso-tros quienes tenemos que adaptarnos a ellos y no ellos a nosotros. ¿Por qué no lo hacemos? ¿Por qué tanta rigidez? ¿Noserá que, en muchas ocasiones, más que de fidelidades bíblicas, se trata de que no queremos hacer el esfuerzo de aprender nuevos sistemas de comunicación? Ha-blamos idiomas distintos, pero insistimosen que ellos aprendan el nuestro en lugar de aprender el suyo.

b. La creencia profunda de que el cristia-nismo es una cosmovisión alternativa.Pablo dice que a los que están bajo laley, él se pone bajo la ley (a pesar de queél no está bajo la ley), y luego a los que están sin ley, él se sitúa en la posición del que no tiene ley (no estando sin ley).Pablo no está bajo la ley, y no está sin ley. Su posición es que está bajo la ley de Cristo, v. 21. De la misma forma, noso-tros no estamos sujetos a ninguna cultu-ra específica. No somos ni tradicionales, ni modernos, ni postmodernos, ya que el Evangelio es una cosmovisión alternativa totalmente distinta a las demás y que nos explica el mundo en su complejidad. Por ello no podemos casarnos con ninguna cultura concreta. Nuestra aproximación a cualquier cultura debe de ser crítica, dis-

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puestos a expresarse dentro de ella, perono asumiendo todos sus valores. El cris-tiano tiene que establecer una diferencia entre ser postmoderno y ser sensible a la postmodernidad. Ser postmoderno es haber asumido todos los valores de laépoca en la que vivimos y hay muchas co-sas inaceptables dentro de cada sistema cultural que los cristianos tenemos quediscutir. El Evangelio siempre va a con-tracorriente en cualquier cultura que se exprese. Sin embargo, ser sensibles a lapostmodernidad significa que, sin haber asumido todos los valores de esta cultu-ra, somos capaces de expresar el evan-gelio eterno en términos comprensiblespara la gente de hoy en día.

c. La razón de la necesidad de ser sensi-bles a la cultura. Pablo la expone clarísi-mamente. En el vers. 19 lo dice con estaspalabras: “... para ganar a mayor núme-ro”. En los vers. 20, 21 “... para ganar alos que están bajo la ley ... para ganar a los que están sin ley”. En el vers. 22 “... para que por todos los medios salve a algunos”. Pablo lo que nos dice es que cualquier adaptación cultural del verda-dero Evangelio es necesaria si el fin es la salvación de los que no tienen a Cris-to. No hay cosas demasiado grandes, niesfuerzos demasiado intensos. Hay algo que justifica todo esfuerzo que es la sal-vación de los perdidos. ¿Compartimos este anhelo de Dios, que es el anhelo de Pablo? ¿Realmente estamos dispuestos a realizar cualquier cambio en nuestra forma de expresar el Evangelio para lasalvación de los perdidos? Me da la sen-sación que no siempre la Iglesia españolaestá dispuesta a hacer los cambios ne-cesarios. Mucha gente está necesitando una doble conversión, a nuestra cultura eclesiástica, a nuestra jerga evangélica, a una subcultura evangélica formada porlenguaje, himnología, formas denomina-cionales, etc. y finalmente al Evangelio eterno. Y Pablo enfatiza en el vers. 23 que no se ha dejado el Evangelio en el camino. Que no ha tenido que prescindir del Evangelio. “Y todo lo hago por amor del evangelio...” . “No hay cosa que amemás que el Evangelio, es por eso que lo predico de forma que sea comprensible

a todo el mundo”. Esto debería marcar la dirección en la que se mueven nuestras iglesias, no hacia dentro, sino hacia fuera. ¿Para qué existimos? ¿Para nuestras acti-vidades o para dar a conocer el evangelio eterno?

La división entre lo sagrado y lo secular

En el evangelio según San Mateo, Jesús nos presenta dos imágenes de la Iglesia. Porun lado, dice: Vosotros (en plural) sois unaciudad en un monte. Una ciudad en un mon-te no se puede esconder. Nadie alumbra una luz y la pone debajo de una medida. Esta ima-gen hace referencia al pueblo de Dios cuan-do está junto. No es la misma imagen queen el evangelio de Juan cuando habla de la luz en el mundo. Allí es una imagen de la luzdispersa, aquí en Mateo es una imagen de laluz que está situada junta, en un mismo lu-gar. Aquí hace referencia a lo que la gente vecuando mira a la iglesia. Cómo es el testimo-nio de la iglesia local cuando esta está reu-nida, cómo son las relaciones entre ellos.

A continuación, en Mateo, se nos ha-bla de la imagen de la sal en el mundo. Eso nos hace referencia no a algo junto en unmismo lugar, sino a algo que está disperso.Ejerce su función sólo cuando está disper-rrso. Cuando la sal está en el salero, junta, no cumple su función. Sólo la cumple cuandoestá dispersa y toca los alimentos que tieneque preservar. Somos iglesia tanto cuandoestamos juntos reunidos como cuando es-tamos dispersos en nuestros trabajos. De hecho, somos mucho más efectivos cuando estamos dispersos. Por ello debería preocu-

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parnos tanto o más saber cómo les va a loscristianos el lunes por la mañana que el do-mingo por la mañana. Los creyentes necesi-tan más capacitación para el lunes que parael domingo.

Si miramos la primera imagen, nos hablaacerca de cuán efectiva es la iglesia en lacomunidad. Si la iglesia es lo que debe ser,tiene un gran efecto en la comunidad en laque está. Nuestra ciudad debería ser com-pletamente distinta por el hecho de que laiglesia esté aquí. ¿Es eso cierto en el casode nuestra congregación local? ¿Sería igualnuestra ciudad, si la iglesia no estuviera allí?En muchas ocasiones la respuesta será que estamos teniendo un reducido impacto ennuestra comunidad local.

En estas situaciones la Iglesia mira almundo y le echa la culpa de lo que está pa-sando. En palabras de John Stott: “No pue-des quejarte a la carne por corromperse. Esoes lo que la carne hace de natural. Tienesque quejarte a la sal por no haber estado ahí para preservarla”.

Tenemos que preguntarnos por nuestraparte de responsabilidad: ¿Está la iglesia pri-vatizando el evangelio? No se trata de queel mundo quiera encerrar el evangelio ennuestras iglesias y en nuestras casas. Lapregunta es si nosotros hemos encerrado el evangelio. Con ello quiero preguntar si loscristianos normales llevan su cristianismo alterreno de lo público, a sus trabajos, vecin-darios, escuelas y universidades, o si por el contrario lo sacan del armario para ir al culto del domingo por la mañana.

El potencial que tenemos si sabemos romper la división sagrado-secular es muy grande. Podemos ser cristianos normales cumpliendo las eternas propuestas de Dios. Seas quien seas, sea lo que sea a lo que teestés dedicando, tú puedes hacer algo departe del Rey del Universo. Aún te diría más,debes hacerlo. De hecho, lo haces cada día,sea lo que sea lo que haces. Limpias una ca-lle para el Rey del Universo, sonríes a la chi-ca del mostrador para el Rey del Universo.

Una vez le preguntaron a la tenista Mar-rrtina Navratilova cuál era el secreto de suéxito. Ella contestó: “¿Sabes la diferenciaentre compromiso y participación? ¿Cuál esla diferencia? Mira, piensa en unos huevos con bacon. El pollo está participando, el cer-rrdo está comprometido”. Creo que parte delproblema de la división sagrado-secular esque tenemos muchos “pollos” en la iglesia. Ellos ponen huevos, nos los traen y noso-tros los usamos. Pero me parece que Dios quiere el compromiso del cerdo. El testimo-nio cristiano es global, todo el día, en todo loque hacemos, porque el evangelio es global. Afecta a toda la vida, afecta a cada uno delos aspectos de lo que somos. La luz pasa através de cada uno de los pedazos de cris-tal de la vidriera. Afecta a nuestras mentes,a nuestros corazones, a nuestros cuerpos,porque así es como Dios manda que le ame-mos, con todo lo que somos.

(*) Jaume Llenas es abogado y Secretario Gene-ral de la Alianza Evangélica Española. También forma parte de la Junta de la Alianza Evangélica Europea (EEA).

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Mujeres avivadas

MAMM RGAGG RITATT BURT

¿Estás avivada? Buena pregunta. En estos días, muchos hermanos están orando por un avivamiento en la iglesia. Algunos lo visuali-zan como un segundo Pentecostés en que elpoder de Dios se desata obrando cosas es-pectaculares: de repente, la gente de la calle entra en la iglesia bajo convicción de pecadopreguntando cómo pueden ser salvos, mien-tras que los creyentes se consagran al Señory de la noche a la mañana ponen en orden sus vidas, arreglan sus matrimonios, dejan sus vicios, apagan la televisión y pasan horasleyendo la Biblia, participando en vigilias de oración, y el Señor llega a ser su deleite y elgozo de su vida.

¿Por qué están pidiendo avivamiento es-tos intercesores? ¿Existe la necesidad de unavivamiento? ¿Siempre es un acontecimien-to masivo, o puede ser individual? ¿Cómo se produce y cómo se reconoce cuando havenido? ¿Tiene que ser tan espectacular, opuede producirse poco a poco?

Muchos creyentes sinceros están bus-cando algo. No están satisfechos con susvidas espirituales y no saben qué pueden hacer para recuperar su primer amor y elentusiasmo para las cosas de Dios. Su vida espiritual se ha convertido en una rutina ári-da y aburrida. Cuando pueden, leen la Biblia en casa, oran por los enfermos de la iglesia, asisten a los cultos con regularidad, pero nosacan casi nada de todo esto. Piensan que la vida cristiana tiene que ofrecer más, pero no saben cómo conseguirlo. Están defraudados.Dios no parece muy cercano. La relación con Él carece de frescura. No llena.

Analizando los cultos que celebramos en nuestras iglesias, vemos que éstos se man-tienen más o menos como siempre, con la excepción de algunas novedades. En algu-nas iglesias las mujeres tienen más participa-ción que antes. Antes se cantaban himnos, ahora se cantan cánticos de alabanza. Los jó-venes tienen más protagonismo. La música es animada y alegre. El culto libre goza de mucha participación, no hay largos silencios,

el rato es ameno. La doctrina de la iglesia es ortodoxa, la enseñanza buena. Lo que se en-seña es todo muy bíblico. Pero las vidas nocambian. ¿Puede ser que las innovaciones musicales y la mayor apertura para la mujerno sean lo que trae el avivamiento? Muchas iglesias lo han probado y el resultado es un culto más animoso, pero, en lo más profun-do, no hay plenitud de vida en el Señor. Nose goza de la vida en el Espíritu.

Se sale del culto para comer en casa deunos amigos de la iglesia o vienen familiaresa casa, se disfruta de una muy buena comi-da, pero llega el lunes y empezamos la rutina de siempre, no hay poder, y no hay dinamis-mo. Cumplimos con nuestros deberes reli-giosos, somos buenos ciudadanos, vecinos, y trabajadores, pero Jesús está encerrado enlas páginas de la Biblia y no sabemos cómo sacarlo de allí.

Cuando hayamos probado todo y veamos que no proporciona la profunda satisfacciónque buscamos, en desesperación finalmen-te decidiremos acudir a Jesús y preguntar-rrle qué pasa; el resultado es sorprendente.Algunos buscan al Señor conscientes de su aridez, pero con otros el detonante es algopuntual, una enfermedad seria, una crisis dealguna clase, o una tragedia. Una amiga tra-bajaba como dependiente en una tienda. Ibaa la iglesia casi cada domingo. Creía en Cris-to como su Salvador y sabía que a la hora desu muerte iría para estar con Él, pero no vivíala vida en el Espíritu hasta que no tuvo una crisis. Uno de sus hijos se apartó del Señor,dejó de venir a la iglesia. De repente su mun-do se vino abajo. Un día iba conduciendo porla calle, llorando, clamando a Dios por su hijo, y, en medio de la oración, consagró su vida al Señor, allí en el coche. Prometió dejar el tra-bajo y dedicar su vida a servirle en la iglesia, en lo que Él le pedía. Su vida se transformó.Descubrió la Palabra de Dios, ¡y el Señor lehablaba! La Palabra llegó a ser preciosa paraella. Reclamaba sus promesas. Se gozabaviendo al Señor en sus páginas y Dios se lerevelaba. El Espíritu Santo le iba abriendo lasEscrituras enseñándole cosas grandes queella no sabía. Esto le llevaba a amar más al Señor. Siempre tenía algo que compartir delo que el Señor le estaba enseñando. Su vida se convirtió en un “para mí el vivir es Cristo” (Gal. 2:20).

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Y la oración llegó a ser el aliento de sus pulmones, su constante conexión con Dios. Oraba por unos y por otros. No había necesi-dad que llegase a sus oídos que no llevara alSeñor en oración. Se levantaba por la nochepara orar por cosas especiales que el Señorponía en su corazón, no importaba la hora. Empezó una reunión de oración para mujeres en su iglesia. Ahora intercede por necesida-des en muchos países, según la información que le va llegando. En su cuaderno lleva larelación de oraciones pedidas y respuestas recibidas y disfruta viendo los resultados. Lleva reuniones de mujeres. Hace visitaciónde enfermos. Disfruta de la vida con el Señory su gozo es contagioso.

¿Cómo ha reaccionado su familia? Todosfueron tocados: algunos fueron transforma-dos por sus oraciones y su testimonio, otrosfueron reacios. Tiene tema para sufrir, perovive consolada en el Señor, esperanzada ensu Palabra, llena de su Espíritu, con muchogozo en el Señor y aporta bendición por don-dequiera que vaya.

Esta es una mujer avivada. No fue cam-biada por una infusión de poder del cielo,una intervención misteriosa de Dios sin más,sino por poner su vida en orden delante deDios. Hizo lo que el Señor dijo: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” (Juan 7:37).

Los judíos que escuchaban a Jesús creían en Dios, creían en las Escrituras, pero no te-nían sed. Con toda reverencia, y matizandomucho, podemos decir que la Biblia en sí nosatisface nuestra sed. Jesús dijo: “Exami-iináis las Escrituras, porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí, y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Jn. 5:39,”40). ¿Qué significa venir a Jesús y beber de Él? Para algunos es la conversión, pero paraotros que ya son convertidos es empezarpoco a poco a poner en orden todo lo defi-ciente de sus vidas; para otros es algo aúnmás complicado. Me explico.

El camino del avivamiento empieza con la sed, una sed tan intensa que nos lleva a bus-car al Señor, y seguir buscándole y clamar aÉl, e insistir con Él, hasta que nos muestre lo que está impidiendo la plenitud del Espí-ritu Santo en nuestra vida: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y co-noce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad” (Salmo 139: 23, 24). ”Recuerda, esta es la oración de un creyen-te, no de un inconverso. En el caso de esta hermana, su “camino de perversidad” era ”un planteamiento mundano de la vida. Conotros es algo más sutil, es su personalidad que necesita ser quebrantada; el proble-ma está en cómo es ella. Una mujer esta-

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ba llevando la alabanza en su iglesia. Servía al Señor siempre que tenía la oportunidad.Pero su corazón no estaba perfecto delantede Dios, porque su orgullo no la dejaba so-meterse al Señor. Esto no se ve hasta que no se presente una crisis. En la soberanía de Dios se presentó una. Tuvo que optar por obedecer a los ancianos o rebelarse en contra de ellos cuando surgió una diferencia de opinión. Lo que provocó la crisis es lo demenos, no importa quién tiene razón, lo que ella necesitaba era quebrantarse delante deDios y obedecer la autoridad que Dios habíapuesto sobre ella. El Señor le había provistocon la oportunidad perfecta para convertirseen una preciosa sierva suya.

Otra hermana oraba, leía la Biblia y servía al Señor en la iglesia, pero no tenía ni pizca del gozo del Señor, ni disfrutaba de una ínti-ma comunión con Él. ¿Qué le pasaba a ésta? Era legalista, pero no lo sabía. Una legalistaes una que piensa que la vida cristiana con-siste en cumplir con su deber. Hace, hace yhace. Se mata haciendo. Tiene el listón muy alto, pero no llega. Nunca tiene la sensaciónde haber hecho lo suficiente. Nunca cree que el Señor esté contento con ella. Se esfuer-rza, pero no puede recibir el amor de Dios, nipuede descansar en Él. El legalismo es unsucedáneo por la relación vital con el Señor.Es una relación con el deber en la cual el de-ber es el centro de la vida, no Cristo. Cuando el legalismo se lleva a la Cruz como camino falso que es, y allí se deja clavada, surge una nueva vida de resurrección que se centra enla relación con Cristo como Persona real y viva que nos habla y corrige, que nos enseñay sorprende cada día. La transformación esmaravillosa. Es libertadora.

Otra señora estaba atrapada con sus heridas del pasado. Hasta que estas no sesanan, son el centro de la vida. Informan laconducta. Nos motivan. Hacemos lo que ha-cemos para aliviar el dolor del pasado, paraevitarlo, o para compensar por él. La heridade esta hermana vino de la niñez, de una re-lación abusiva con su padre. Su reacción erarechazar a todos los hombres y creer que na-die, jamás, podía amarla, incluyendo a Dios. Cuando perdonó a su padre, pidió perdón porsu reacción nefasta y quitó las mentiras de

su cabeza, su vida cambió. Se abrió al amorde Dios que transformó su vida con Él y sus relaciones con los demás.

Sea lo que sea la causa de la relación ári-da y estéril con el Señor, la mundanalidad, el legalismo, el orgullo, los fallos de carác-ter, las heridas del pasado, una vez que ésta esté arreglada, fluye una relación nueva con el Señor y con los demás. “Si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (1 Jn. 1:7). El río de vida queda desbloqueado y denuestro interior corren “ríos de agua viva” (Jn. 7:38). Este es el gran comienzo de una obra de santificación en nosotros que durará toda la vida, pero a lo largo de ella, siempre estaremos llenas del Espíritu Santo, porque el gran empeño de nuestra vida será mante-ner esta maravillosa relación con el Señor y no dejar que nada la estorbe. Cuando surgen cosas, las arreglamos en seguida, según la dirección del Espíritu Santo, por medio dela Palabra. La relación con el Señor llega aser un encanto, nuestra fuerza, el motivo denuestra adoración a Dios, y nuestro motivo de vivir.

Y ya nos pueden llamar avivadas. ¿Ha sido por una obra abrumadora del Espíritu Santo? No. Ha sido por su obra normal de convencernos de pecado, de sanarnos, y dellenarnos con el Espíritu de Jesús. Y el resul-tado es:

“Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nun-ca faltan” (Is. 58:11).

Vallirana, 7 de marzo de 2008

(*) Nacida en Estados Unidos. Es licenciada en Magisterio por la Michigan State University y Máster por la Universidad Internacional de Columbia (en Ca-rolina del Sur). En 1968 comenzó su obra evangelís-tica en nuestro país, donde reside desde esa fecha.Casada con el reconocido escritor y misionero David Burt, colaboran juntos en el pastorado de una iglesia en Barcelona. Entre sus varios libros están: Mi padre Dios (reeditado en 2007); Autoestima de la mujer y Meditaciones para la mujer (dos volúmenes), todos editados por Publicaciones Andamio.

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Inmigrantes. Hacia iglesias

interculturales

JUAN SN IMAMM RRO FERNÁNN NDEZ

La iglesia, debido al mandamiento bíblico de amar y servir al extranjero, de no explotar-rlo y amarle como a un natural, como a noso-tros mismos, de no engañarle ni angustiarle, tiene la obligación de prestar una especial atención a los movimientos migratorios in-ternacionales y, fundamentalmente, a la in-migración que se da dentro de nuestro país.Las migraciones actuales no son algo nuevoen el mundo. De alguna manera, la historiade las civilizaciones del mundo está ligada a la historia de las migraciones humanas, lle-gándose a crear espacios humanos en todo el planeta que tienen las características de ser multiétnicos, multirraciales, multicultu-rales y, lógicamente, mestizos. Así, los des-plazamientos en la historia de la humanidad han sido una constante buscando alimentos,mejores condiciones de vida y, en última ins-tancia, la supervivencia.

En épocas recientes de la historia de la humanidad, todos conocemos la historia dela conquista española, la historia de la con-quista europea, los colonialismos. Se puede afirmar que estas conquistas y estos movi-mientos de personas y viajes, están ligadosindiscutiblemente a los temas económicos, comerciales. Y también se podría afirmarque gran parte de nuestro desarrollo indus-trial, de nuestra revolución industrial y denuestro progreso económico, está ligadoa estas conquistas y a estos movimientos de personas. Quizás, nosotros, el NORTE rico, seamos deudores a los países pobres.Quizás nuestro desarrollo industrial esté, al menos en gran parte, montado en muchos despojos de los pueblos hoy empobrecidos.Hoy, en medio de nuestra economía liberal y el culto al “dios” mercado capitalista, somos el motor de las nuevas migraciones de tan-tas personas que se juegan la vida por llegaral paraíso de bienestar que captan a travésde medios de comunicación y de noticias denuestro bienestar en los países del NORTErico.

En nuestro entorno europeo, las mayores migraciones desde el punto de vista cuanti-tativo, comenzaron a mediados del siglo XIX.Casi diez millones de personas emigran des-de Europa fundamentalmente en direcciónde los Estados Unidos. Durante el tiempoen que las migraciones eran desde Europa y tenían allí su origen, no fueron mal vistas,en absoluto se consideraban como un pro-blema, a pesar de la explotación, la prepo-tencia, y la mentalidad colonizadora de aque-llos emigrantes que entraban en esas tierras como si fueran suyas.

Pero he aquí que, muy recientemente, o sea, en la segunda mitad del siglo XX, se daun giro a los flujos migratorios. Se invierte el sentido de estos flujos. Desde los paísesdel SUR, desde los países antiguamente co-lonizados, comienzan a llegar oleadas de in-migrantes a la Europa rica, la Europa que haalcanzado altos niveles de desarrollo indus-trial y económico, la Europa que, en parte montó su desarrollo industrial con temas de conquistas y usos de muchas de las riquezasde países del sur que fueron empobrecidos,la Europa que, en muchos conceptos hoy, a través de las multinacionales y de concep-tos como los pagos de la deuda externa delos países pobres, está siendo aún financia-da con riquezas de los países pobres del sur.Muchas de estas personas buscan Europacomo la “Tierra Prometida”, la tierra quemana leche y miel, el paraíso que les puedehacer cambiar su situación de miseria. Y Es-paña, como parte de la Europa desarrollada,tiene que tener necesariamente su cupo de inmigrantes... y esto afecta a la iglesia y asu responsabilidad de los creyentes para conlos extranjeros.

Llegamos así a la Europa del siglo XXI ya iniciado. El mundo entero se mueve en nuestras ciudades. España, como otros paí-ses de Europa, se convierte en un mosai-co multicultural, multirracial, multiétnico ymultilingüe. Y a nosotros, los protestantesespañoles, también afecta este mosaico.Nuestras iglesias se ven presionadas haciala convivencia pluricultural, hacia la presen-cia multiétnica de los miembros de nuestrascongregaciones, hacia diferentes formas desentir el culto a Dios. ¿Se puede dar el cultomulticultural y multiétnico? ¿Somos todos iguales ante Dios? Pero además, a la ética

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cristiana se le da una sobrecarga añadida, porque la iglesia tiene responsabilidad antelos brotes de racismo, aunque estos se denfuera de las cuatro paredes de nuestros tem-plos. La Iglesia tiene que ser mediadora en nuestra sociedad en temas como la conviven-cia entre los autóctonos y los inmigrantes. Término inmigrante que yo cambiaría por el de nuevos ciudadanos o nuevos miembros,pero que para entendernos en este artículo y en nuestro ambiente, voy a seguir usando eltérmino inmigrante.

A nosotros, como iglesias, nos compete definirnos sobre temas como el racismo yla xenofobia, sobre temas como la opresión, el maltrato o la explotación de las personas.A nosotros, como iglesia, nos compete la dignificación de los más débiles, de los di-ferentes, acercándoles el Reino de Dios quetambién implica justicia, y no hablo sólo de justicia en términos de justificación, sino de justicia social y redistributiva, pues la tierra esde todos y el empobrecimiento del ochentapor ciento de la humanidad es simplemente un escándalo y un obstáculo para la credibi-lidad de la evangelización de los cristianos, máxime si se evangeliza de espaldas al dolor de los hombres. Así, pues, por un sentimien-to de projimidad y de amor cristiano, la igle-sia también tiene que luchar en contra de losviejos demonios del racismo o del fascismo que se levanta en algunos sectores de nues-

tra vieja Europa. La iglesia debe estar atentaa los movimientos migratorios, a los extran-jeros dentro de nuestras puertas. Es uno delos temas bíblicos de mayor relevancia encuanto a nuestros deberes de projimidad.

Los cristianos, en el momento actual, se preguntan mucho por lo que se dice en laBiblia en cuanto a los extranjeros. Acuden al Antiguo Testamento en busca de ejemplos, recomendaciones y apreciaciones sobre nuestra conducta para con los extranjeros. La experiencia de liberación que se vive enel Antiguo Testamento, fundamentalmente el libro del Éxodo, es un icono importantepara los temas de emigración. En él se nosrecuerda que debemos mantener vivo un re-cuerdo, un memorial que nos vale para nues-tra España en nuestro aquí y nuestro ahora:“Extranjeros fuisteis vosotros”. Es bueno que, como al pueblo de Dios, se nos re-cuerde también a los evangélicos españoles que, en un porcentaje alto, también fuimosextranjeros y migrantes, además de nuestra experiencia por el mundo como peregrinos yextranjeros, como ciudadanos de dos mun-dos.

Además, la iglesia, en el momento enque vivimos, debería rescatar un tema del Nuevo Testamento: el tema del Jesús mi-grante. Creo que es un tema un tanto olvi-dado, no potenciado nunca, pero que, en este momento, podría servir muy bien para

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la concienciación de la iglesia en el segui-miento al Maestro que implica conocer laexperiencia de Jesús como familia migran-te. Brevemente se puede resumir así paraconcienciación de los que hoy quieren serdiscípulos del Maestro: Jesús, junto con sus padres José y María, también tuvo que emi-grar a tierra extraña. No sólo tuvo que emi-grar, sino también que huir. Una experienciaque debe reavivarse en Jesús ante los flujosde las migraciones actuales y los sufrimien-tos de los migrantes. El Maestro fue presa de la violencia. Le querían matar. Jesús fueemigrante, refugiado, tuvo que buscar lugarseguro para ponerse a salvo de la violenciade un rey cruel. El Rey Herodes le buscaba para matarle. Jesús, junto a sus padres, tuvoque buscar la oscuridad y, en su rostro de niño, quizás hubiera un reflejo que se repiteen todos los niños que huyen por el fantas-ma del hambre o por la violencia. Seguro queesta experiencia no fue secundaria en la vidade Jesús. En el rostro del Jesús migrante sepueden ver reflejados todos los rostros delos niños migrantes del mundo... y de sus padres. Es otro aspecto del multiforme ros-tro de Dios. Yo creo que esta experiencia deJesús se debería revitalizar en las iglesias,junto a todas las recomendaciones que se dan en el Antiguo Testamento de cara a losextranjeros. Esto nos puede concienciar yorientar para una buena acogida de los in-migrantes dentro de nuestras puertas, tantode las iglesias como en el terreno secular ysocial.

En la historia y tradición del cristianismose ha hablado mucho del Jesús carpintero,del Jesús en el Templo con los doctores, del Jesús presentado en el Templo... pero se hahablado poco sobre el Jesús huyendo en la oscuridad buscando refugio en Egipto. Qui-zás es que no éramos tan conscientes de lasproblemáticas de las migraciones internacio-nales como hoy. Migraciones que pueden ser por causas económicas, por violencias opor guerras. Hoy la iglesia debería sacar más la figura del Jesús migrante. Una figura no como una imagen más para rendirle culto o pleitesía, sino como un foco que nos haceconcentrar nuestra mirada y nuestro pen-samiento en los migrantes del mundo. Hayque rescatar la figura del Jesús migrante, delJesús refugiado, del Jesús huyente. Podría

ser el icono conceptual, no necesariamentetallado en madera o escayola, que nos ani-mara a ser manos tendidas hacia los inmi-grantes, manos de apoyo y corazones debuena acogida. Este icono no necesita serpintado ni tallado. Quizás lo podamos ver enel rostro de un niño urgido a emigrar o de sus padres que tienen que salir corriendo a tierra extraña.

Hoy, la mayoría de las Iglesias Evangé-licas de España, tienen inmigrantes en sus congregaciones. Normalmente tienen buenavoluntad en cuanto a sus deseos de ayuda aestos colectivos, pero a veces tienen proble-mas con el respeto a las diferentes identida-des culturales. Suelen observarse muchosmiedos y dificultades para aceptar una diná-mica de interrelación entre las identidadesculturales de cada cual. La tendencia es pe-dir que los inmigrantes hagan un esfuerzo deadaptación a la cultura y formas eclesialesque hoy tenemos en España, sin dejar espa-cios a la realidad de iglesias interculturaleso pluriculturales, en donde se respetara las identidades culturales particulares de los in-migrantes. A veces nos obsesionamos por unos ideales de homogeneidad y de purezas de no sé qué tipo, por unos miedos a no sé qué fantasmas, que acabamos rechazandoel factor enriquecedor de la diversidad, y se pueden formar guetos culturales dentro denuestras congregaciones... cuando no caeren actitudes racistas. Hay que pedir orien-tación a Dios y sabiduría para acertar en laslíneas que deben llevar las iglesias en la aco-gida a los extranjeros.

El cristiano, como hombre inmerso den-tro de una cultura, también se socializa y sehace más humano dentro de ella, pero nonecesariamente dentro de una cultura con-creta que muchas veces tendemos a impo-ner como la nuestra. Las diferentes culturasque pueden formar parte de una iglesia debi-do al tema de la inmigración, deben estar enuna interrelación enriquecedora. No como culturas yuxtapuestas, que crean guetos,sino como culturas en relación interactiva,como opuesto a la imposición de un cultu-ralismo esencialista que se quiere imponera los que vienen con todo un bagaje culturaldiferente, pero no menos rico. Son culturasque pueden estar continuamente en diálogomutuo, lo cual crea un enriquecimiento de

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la experiencia en el seno de la Iglesia. Los miedos que se tienen ante culturas diferen-tes o formas diferentes, son paralizadores.Además, si queremos imponer ideales depureza cultural que van a partir siempre des-de nuestra propia cultura, estaremos pecan-do contra el prójimo y contra Dios mismo. Debemos plantearnos nuestros modelos deiglesia. El cristianismo no tiene por qué ser“eurocéntrico”. El cristianismo se puede vi-vir de forma intercultural, de manera que nose tengan que hacer fuertes renuncias cultu-rales para adaptarse a las iglesias que tene-mos en España.

Alguien me ha comentado que hay igle-sias que tienen recelos de que los inmigran-tes formen parte del gobierno de la propiaiglesia. Están rechazando el enriquecimientoque la iglesia puede experimentar en la re-lación con otras culturas. Nos cerramos ennuestras formas culturales que nos impideun crecimiento enriquecedor y plural. Quizáspor miedo, consciente o inconsciente, de ver-rse enfrentados a otros patrones culturales o a otras formas que, al ser desconocidas, nos hacen sentirnos más inseguros. La inseguri-dad hace que nos cerremos a la realidad delotro. Nos empobrecemos y nos afianzamos en una identidad que esencializamos produ-ciendo rechazos de la identidad del otro.

A veces, irrumpe el otro con su cultura y nos da miedo esa interrelación cultural...pero en el amor no debe haber temor. Enel amor no debe haber prepotencias. En elamor nadie es diferente. Nadie puede serni sentirse diferente en la casa de Dios. En sus atrios no hay extranjeros ni nacionales.Somos parte los unos de los otros, aunque haya identidades culturales diferentes. En laIglesia se debe dar, más que en ningún otrocampo, el lema: “Somos diferentes, somos iguales”. Y aunque es verdad que cuando un colectivo humano se encuentra con otro decultura diferente y entran en diálogo, puedehaber transformaciones, siempre van a sertransformaciones enriquecedoras y que ha-cen que los grupos se mantengan vivos.

Cerrarnos en una especie de endoga-mia cultural y exigir al otro que se adapte a nuestra identidad abandonando sus pautasculturales, puede ser triste y un camino de muerte para toda la realidad eclesial. La iden-tidad cultural de la iglesia debe ser abierta,

un sistema abierto que puede entrar en diá-logo con otras muchas culturas pertenecien-tes a otros colectivos que se han sumadoal proyecto eclesial. Lo cerrado, lo estanco,lo clauso en sí mismo, es símbolo de muer-rrte, de falta de enriquecimiento, de falta dedesarrollo dinamizador. La integración, tantosocial como eclesial, se puede dar perfecta-mente sin exigir fuertes renuncias culturalesa los que vienen de allende los mares y lasfronteras.

Tenemos que superar el hecho de esasprimeras reacciones que a veces se dan tam-bién entre creyentes: el ver las culturas delos inmigrantes como extrañas e inferiores a la nuestra. Tenemos que ser más humil-des y ver que nuestra cultura no es el centro del universo, ni tampoco tiene que ser más rica que las culturas que representan los in-migrantes. La humildad debe estar a la base de toda acogida al prójimo y, especialmente, al prójimo extranjero. Y, si alguien puede en-trar en una línea de relación intercultural sintrabas y con plena aceptación, ese debe serel cristiano. Así, pues, la Iglesia no puede ser extranjera en ningún lugar o país del mun-do. Tampoco ningún inmigrante en Españadebe tener la impresión de estar en una igle-sia extranjera. Nadie tiene que sentirse ex-tranjero en la casa de Dios. Las diferentesidentidades culturales pueden estar en una interrelación no problemática. Nadie tiene que ser privado por su condición de extranje-ro, de participar plenamente en la vida de su

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iglesia, y no debemos tender a eliminar su identidad cultural.

Pueden surgir así iglesias pluriculturalesen la que todos seamos iguales en niveles deaceptación, deberes y derechos. Así, tampo-co serían necesarias las iglesias étnicas queestán surgiendo por no encontrar, quizás, laacogida abierta y auténtica que necesitan losextranjeros en nuestras iglesias de siempreen España. Privar a un inmigrante de su par-rticipación en el gobierno de la Iglesia o en cualquier actividad eclesial por tener formaso pautas culturales diferentes, es un pecado.Así, la Iglesia que acoge a inmigrantes debeestar dispuesta a favorecer cierta pluralidaden el seno eclesial y evitar el fanatismo iden-titario de ciertas congregaciones. Nuestros hermanos cristianos inmigrantes, están po-niendo en tela de juicio el eurocentrismo delcristianismo. Eurocentrismo que hemos ido imponiendo por el mundo y que, ahora, querecibimos a estos hermanos inmigrantes dentro de nuestras puertas también quere-mos imponer, impidiendo la interculturalidad

que se debe dar en el seno de la iglesia. Así,los inmigrantes nos están invitando a loscreyentes españoles a la vivencia de un cris-tianismo universal, capaz de inculturarse encualquier cultura. La inculturación del Evan-gelio en nuestras congregaciones quizás seauna asignatura pendiente. Los inmigrantesnos están invitando a la diversidad culturalenriquecedora de nuestras congregaciones.La iglesia puede y debe ser pluricultural o in-tercultural. Las inseguridades que nos llevana fanatismos identitarios deben desapare-cer... si queremos ser iglesia del Reino, igle-sia universal que no puede ser iglesia extran-jera ante ningún colectivo o individuo quese acerca a nosotros trayendo otros bagajes culturales que nos pueden enriquecer.

(*) Juan Simarro Fernández (Villacañas, Ciudad Real, 1945) es Licenciado en Filosofía, escritor y di-iirector de Misión Evangélica Urbana de Madrid. Es miembro de la Iglesia de la FIEIDE en Móstoles (Ma-drid). Entre sus libros están Diaconía o las Obras de la Fe; Jesús, Evangelio de Dios a los pobres; Desde el corazón de la ciudad (CLIE); Cristianos ante la pobreza (CLIE).

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Los modelos médicos tradicionales nos indujeron a pensar en la familia a la luz de sus carencias, desajustes, problemas y ne-cesidades. Los recursos fueron colocados del lado de los que la auxiliaban: los médicos,los psicólogos, los trabajadores sociales, lasagencias de ayuda, incluyendo a la iglesia. Pero una lectura teológica del ser humano en general y de la familia en particular nosubica en una perspectiva mejor balanceada. Una antropología bíblica nos informa que aún en la condición de limitación, imperfección y finitud, la imagen de Dios en los seres huma-nos no se ha borrado ni anulado, sólo se hamanchado, se ha distorsionado y, en muchoscasos, se ha corrompido1. La Iglesia predica, educa, exhorta, ora y aconseja con la certezade que la gracia de Dios es suficiente para redimir y transformar las situaciones huma-nas, no importa cuán difíciles éstas sean.Además, con el convencimiento de que elcreador nos hizo con la capacidad de amar y de establecer relaciones profundas y sig-nificativas que comienzan en la pareja y lafamilia, podemos afirmar que la familia tiene recursos insospechados para su bienestar,salud y desarrollo plenos.

Algunos investigadores, en las últimasdécadas, se han preocupado por entender mejor cómo las familias funcionan y cómomantienen sus recursos y su salud en medio de adversidades y tensiones. Se preguntan,por ejemplo: si el 50% de los matrimonios fracasan, ¿qué podemos aprender del otro50% de las parejas que triunfan?; si la vio-lencia, la droga, el desempleo y la pobrezaazotan a nuestras familias en los sectorespopulares, ¿qué nos enseñan los jóvenesque emergen enteros de los barrios más peligrosos y carentes? Válgase mencionaralgunos estudios. En 1990, W. Robert Bea-vers de la Universidad de Texas y Robert B.Hampson de la Universidad Metodista del Sur, en Dallas, publicaron en inglés su libroSuccessful Families2, que resumió 25 añosde investigación y trabajo clínico combinan-

do una orientación psiquiátrica con la teoría general de los sistemas. En Canadá, Nathan B. Epstein y sus colegas, con casi 4 décadasde experiencia e investigación, desarrolla-ron el Modelo McMaster3 para trabajar con los aspectos más importantes de la salud de una familia. La Dra. Froma Walsh de la Universidad de Chicago, después de más de 20 años de investigación publicó en 1998 su libro Strengthening Family Resilience comoeuna contribución a la creación de un marcode referencia terapéutico y preventivo para el trabajo con familias4.

La palabra inglesa resilience describe ela elasticidad de los objetos “que tienen el poder o la habilidad de volver a la forma o posición original después de haber sido do-blados, comprimidos o estirados”5. Se aplicatambién ahora a las personas y familias que muestran la capacidad de sobreponerse a los desafíos de la vida, de rebotar de las crisis ydel estrés persistente, de recobrarse de unaenfermedad o adversidad6.

Normalidad y salud

Podríamos entrar en una larga discusión sobre lo que constituye una familia normal. Para el propósito de nuestro trabajo basteseñalar que los conceptos de normalidad son construidos socialmente y que la visión de la llamada “familia normal” está más en el ojo de quien la define. Por otro lado, queuna familia normal esté libre de problemases un mito. Además, pensar que la familia tradicional –idealizada por cada cultura– sea la norma, conlleva el peligro de patologizar todas las familias que no caen en esas cate-gorías o de llenarnos de visiones nostálgicas inalcanzables para las familias de hoy7. Pre-fiero trabajar con el concepto de salud, antesque con el de normalidad.

Sin embargo, ¿de dónde sacamos nues-tros criterios para definir salud? Ya que tradi-cionalmente la psicoterapia que, ha construi-do su cuerpo teórico a partir de las carenciasy disfunciones, no ofrece aportes significa-

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sConstruyendo familias saludables.

Un enfoque psico-pastoral

JORGE E. MALMM DONADO

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tivos para entender la salud. “Simplementeno hay categorías para construir una concep-tualización de familia saludable”, nos advier-rte Froma Walsh. Generalmente se define la familia saludable por lo negativo: la que noes disfuncional. La mencionada autora cuen-ta que cuando en la década de 1970 estabareclutando familias normales para un grupode control en un estudio sobre la esquizofre-nia, sufría la burla de sus colegas quienes leaseguraban que esas familias eran una espe-cie ya extinguida. Ella, entonces, sugirió una definición de familia normal: “la que no haya sido todavía clínicamente evaluada”8.

Algunos de los autores antes menciona-dos proponen esquemas y complicados cua-dros múltiples para exponer sus hallazgos.Beavers y Hampson ofrecen un esquemade cinco variables y doce escalas; el Mo-delo McMaster desarrollado en Canadá porNathan B. Epstein propone 6 conceptos di-mensionales; Froma Walsh ofrece 9 com-ponentes organizados en 3 categorías. Los expertos pueden encontrar en ellos una ri-quísima mina a explorar. Me interesa aquí más bien articular una visión psico-pastoralde las maneras como en las comunidades defe pueden trabajar, a la luz de estos y otroshallazgos, en la preservación, la búsqueda y el desarrollo de la salud en la familia.

Durante milenios, la tradición judeo-cris-tiana ha manejado –tanto en su reflexión como en su práctica y a diversos niveles de claridad y éxito– criterios de salud extraídosde las Sagradas Escrituras9. Así que he op-tado por combinar, en lenguaje pastoral ycotidiano, las contribuciones de los autores contemporáneos que se enfocan en la saludde la familia con los principios procedentes de la revelación bíblica.

Para comenzar debemos decir que enten-demos la salud como un continuo que puedeextenderse desde un -10 (carencia absolutade salud) hasta un +10 (disfrute pleno de sa-lud)._______________________________________

-10 -9 -8 -7 -6 -5 -4 -3 -2 -1 0 +1 +2 +3 +4 +5 +6 +7 +8 +9 +10

Sin embargo, vale la pena hacer dos acla-raciones al respecto. En primer lugar, que la salud no es la mera ausencia de enfermedad,sino el balance armonioso del bienestar físi-

co, mental, social y espiritual10. En segundo lugar, ninguna familia humana y mortal pare-ce haber alcanzado +10 ó mantenerlo en for-rrma permanente. Las familias mejor estruc-turadas y funcionales se aproximan acaso al+7 ó al +8, y las muy disfuncionales tampo-co están en -10, pues disponen de recursos que les ha permitido sobrevivir y funcionarhasta el momento y no desaparecer.

Criterios para definir la saludde una familia

Definir criterios que facilitan la formación de familias saludables tiene una enorme im-portancia para las disciplinas que trabajan por el bienestar de la familia, incluyendo el consejo y el cuidado pastoral. Estos criteriospueden imprimir dirección a todos los esfuer-rrzos con la familia, como una serie de puntos de referencia o metas hacia las cuales dirigirla energía y los programas con familias de lacomunidad o de la iglesia. Si el consejo pas-toral, por ejemplo, es percibido sólo como laacción para resolver problemas, cuando és-tos se hayan resuelto –o disuelto– se habrácumplido los objetivos de la ayuda, aunqueno haya crecimiento ni nuevas destrezaspara enfrentar los próximos desafíos de lavida. Si la meta, en cambio, es trabajar haciael desarrollo integral de la persona, pareja o familia, hacia el creciente manejo de los re-cursos internos y externos, hacia la preven-ción de problemas, hacia la preparación parafuturos desafíos, hacia relaciones cada vezmás justas, sanas y funcionales, entonceshabremos ofrecido un mejor servicio, másacorde con la salud, con los propósitos reve-lados de Dios para las familias y con la ple-nitud de vida que Cristo ofrece cuando dice: “Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia” (Jn.10:10).

1. En las familias saludables se vive y se transmite valores espirituales

El ámbito de los valores estuvo por mu-cho tiempo proscrito del terreno de la psi-coterapia. Igual suerte corrieron la fe, la es-piritualidad y la religión. Hoy la situación es diferente. “La investigación ha comenzadoa documentar los beneficios de la fe y delapoyo congregacional en el bienestar gene-ral y en la longevidad, así como en la recu-peración de las enfermedades, de las pérdi-

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das, de la drogadicción y de los traumas... Estudios hechos con individuos y familiasresilientes han documentado el poder de laespiritualidad en los desafíos vitales y en las experiencias dolorosas”11. En este nuevoclima terapéutico, la espiritualidad y los va-lores han dejado de ser tópicos de interés especializados para convertirse en un caudalde experiencias que fluyen a través de todoslos aspectos de la vida. La psicoterapia –afir-rma Froma Walsh– puede convertirse en una experiencia espiritual profunda tanto para clientes como para terapeutas. “La misma esencia de la relación terapéutica y el cambio significativo son ultimadamente espirituales en naturaleza, fomentando la transformación personal, la plenitud, y la conexión relacionalcon otros”. Aunque la espiritualidad –admi-te– ha sido considerada como un tabú entre las profesiones de la salud mental, “estamosrecién comenzando a explorar esta dimen-sión de tanto significado para la experienciahumana en nuestro campo”12.

En las familias competentes, exitosas osaludables que Beavers y Hampson estudia-ron encontraron la dimensión de la fe comoun elemento importante. Dicen: “No todosen estas familias son personas demasiado religiosas, pero la mayoría de ellas parecetener una creencia en un orden superior alhumano y en valores trascendentes que ha-cen que para ellas sea importante luchar y mejorar”13. Froma Walsh encontró en sus in-vestigaciones que el sistema de valores deuna familia constituye “el corazón y el alma”de la capacidad para salir adelante en mediode circunstancias adversas, carencias y cri-sis. “Las creencias son los lentes a través de los cuales miramos el mundo... definenqué vemos, qué no vemos y qué hacemos de nuestras percepciones. Las creencias es-tán en el centro de lo que somos y de cómo hacemos sentido de nuestra experiencia”14.

Como cristianos nos guiamos por los va-lores del Reino de Dios: el amor, la paz, la jus-ticia, la solidaridad, la esperanza, la fidelidad,la confianza, la mutualidad, la benignidad, eldominio propio, etc. Durante milenios estosvalores han sido parte integral de las comu-nidades de fe que se esmeran por seguir a Jesucristo en el poder del Espíritu Santo, según las enseñanzas de las Sagradas Es-crituras. Ya que ésta no es una ponencia de

teología, sólo comento brevemente la triadade San Pablo en 1 Co. 13:13: “Y ahora per-rrmanecen la fe, la esperanza y el amor...”.

La fe es un sentido de orientación global ehacia la vida que nos hace entenderla como manejable y significativa porque es un dondel Creador. Es la convicción de que no es-tamos solos en el universo, de que el Crea-dor es también el Sustentador y el Redentor. Es la habilidad de clarificar la naturaleza delos eventos y circunstancias con propósitos eternos y los problemas como medios quenos desafían a crecer, y, por lo tanto, puedenser superados con la ayuda de Dios.

Los eventos de la vida que nos causan estrés son desconcertantes cuando percibi-mos que no tenemos ningún control sobreellos y amenazan nuestra seguridad y per-rrmanencia. En un mundo cambiante todos buscamos algún nivel de permanencia. Sólo la fe nos pone en contacto con los recursos –más allá de nuestras fuerzas– que sostienen el universo y también nuestras vidas. Estono significa espiritualizarlo todo y descargar-rrnos de nuestra responsabilidad. Una verda-dera fe consiste en combinar sabiamente lo que nos corresponde realizar a los humanosy lo que sólo Dios puede hacer. Beavers yHampson describen una versión secular de la fe. Encontraron que las familias que fun-cionan bien reconocen que el éxito depende de muchas variables, algunas de ellas que están más allá de su control. Sin embargo,comparten la convicción de que con metas y propósitos pueden hacer alguna diferencia en sus vidas y en las vidas de otros. Aceptan las deficiencias humanas creyendo, al mismo tiempo, que nadie es completamente inútily nadie es capaz de todo. En contraste, lasfamilias disfuncionales minimizan las forta-lezas, exageran la seriedad de los errores yesperan consecuencias catastróficas15.

La fe conduce a la esperanza, que es unvalor orientado hacia el futuro y esencial para“respirar” cuando el estrés y la ansiedad nos asfixian. La esperanza es necesaria para res-taurar relaciones estropeadas, para reparardaños, para re-educarnos en un optimismo vigorizador. Existe sobrada evidencia de que el pesimismo –que es la falta de esperanza anclada de una persona, pareja o familia– va de la mano con la depresión, la debilidad del sistema inmunológico, el aislamiento, la en-

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fermedad y la muerte. Tanto el optimismocomo el pesimismo pueden ser aprendidosy, por lo tanto, también alterados16. Una fa-milia saludable sabe evaluar la realidad –mu-chas veces difícil, cruel, devastadora– pero se resiste a vivir bajo la sombra de la deses-peranza y del pesimismo. El optimismo –no la ingenuidad– es una especie de vacuna psi-cológica frente a la adversidad.

¿Qué más se podría decir sobre el amor,rrsi todo parece haberse dicho? Baste aquí señalar un aspecto práctico del mismo. Enla cultura occidental se enfatiza la responsa-bilidad individual como la clave para definirnuestro destino. Se da crédito a las perso-nas, pero si algo sale mal se culpa a la familia (especialmente a las madres), a la cultura, a la sociedad o al gobierno. En otras culturas,incluyendo las nativas americanas o las deprocedencia africana, se consulta a los adivi-nos, a los brujos o a los shamanes para queexpliquen la mala fortuna. Algunos –en todaslas culturas– culpan a otros, al mundo cruelo a ellos mismos de sus percances. Otros aceptan con fatalismo y resignación “su des-tino” o “la voluntad de Dios”. Eso nada tieneque ver con el mensaje bíblico sobre la fe,menos con la esperanza y menos aún conel amor.

Amor, en forma práctica, es también sus-pender el juicio y ampliar el abanico de ex-plicaciones frente a un hecho desafortunado que afecta a la familia. Beavers y Hampsonencontraron que las familias exitosas no seempeñaban en sostener una sola “causa”,sino que consideraban múltiples posibilida-des como contribuyentes a un problema es-pecífico y sus respuestas variaban en formapragmática. Por ejemplo, si un niño riega unvaso de leche hay un abanico de posibles ex-plicaciones: ¿fue un accidente?, ¿una provo-cación?, ¿una búsqueda de atención?, ¿estácansado o ansioso?, ¿o simplemente las ma-nos del niño son muy pequeñas para soste-ner el vaso? Las familias disfuncionales, encambio, tienden a adherirse a una sola expli-cación, con una sola causa, y son por lo tanto propensas a culpar, sancionar y castigar conla consecuente baja estima en todos17.

El amor en la familia va más allá de los sentimientos, de los mimos y de las mani-festaciones emotivas; implica voluntad, dis-ciplina, autocontrol, disposición a perdonar

y paciencia para manejar los múltiples desa-fíos diarios de la convivencia humana. Ade-más, el amor debe ser incondicional y cons-tante. Debe ser un reflejo de cómo Dios nos ama. El apóstol Juan declara que “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero” (1 Jn. 4:19). Esto significa que el amor huma-no es siempre un “amor segundo” que semoldea a la luz del amor perfecto de Dios,el “amor primero”. El amor perfecto de Dioses permanente; asegura que aunque noso-tros fuéremos infieles, “él permanece fiel,porque no puede negarse a sí mismo” (2 Ti.2:13).

2. Las familias saludables mantienen estruc-turas consistentes y flexibles

Algunos teóricos de las nuevas terapias proponen el fin del estructuralismo18 argu-mentando que la “metáfora arqueológica”ha sido ya superada por la “metáfora narra-tiva”19. Sin embargo, el concepto de estruc-tura es todavía válido. Las familias deben es-tructurar su vida y sus relaciones para llevar a cabo tareas esenciales para su desarrollo conjunto y para el bienestar de sus miem-bros. Las familias necesitan saber quién está a cargo, cuáles son las reglas y los límites, quién provee, educa y disciplina a los hijos, quién cuida de los desvalidos, los ancianos y los enfermos, etc., etc. Estos elementos, definidos como parte de la estructura detoda familia como sistema vivo, son de valorespecial en momentos de transición, vulne-rabilidad y crisis. Las familias están continua-mente entre dos fuerzas simultáneas y apa-rentemente contradictorias: la estabilidad(homeostasis) y el cambio (formogénesis).Lo que facilita que las familias se mantengansaludables –aunque en permanente búsque-da de equilibrio– son las estructuras que leproveen estabilidad y, al mismo tiempo, sufi-ciente flexibilidad para acomodar los nuevosy continuos cambios.

La estabilidad proviene de la capacidaddde la familia para definir reglas claras y con-sistentes para las diversas edades, de de-signar o acordar roles para el bienestar detodos, de establecer patrones de interaccióncon límites claros y permeables, de mante-ner rutinas predecibles, etc. En las familiassaludables las estructuras jerárquicas estánbien definidas y demuestran un compromi-

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so de cuidado y responsabilidad de quienes lideran la familia. Los miembros de una fami-lia saludable saben lo que se espera de ellos y lo que ellos pueden esperar de los otros.“Los adultos a cargo no abdican su autoridad o responsabilidad... Los padres o cuidadoresestimulan el éxito de los hijos y recompen-san las conductas adaptativas con atención,reconocimiento y aprobación”20. En las fami-lias menos funcionales hay demasiada o muy poca estructura, los padres usan coerción,se enfocan en las malas conductas, en losfracasos, en el control y el castigo. Cuandoatraviesan por los cambios propios del ciclovital o por crisis no hay un claro liderazgo ycunden la ansiedad y la confusión.

Ya que lo más seguro en la vida es el cam-bio, la flexibilidad permite que el cambio dsea aceptado y procesado. La capacidad que tenga una familia para hacer ajustes cuan-do sean necesarios siempre será una señalde salud. Nunca estará por demás enfatizar esta cualidad en la relación de pareja. La li-teratura sobre terapia familiar recalca que lapareja debe evolucionar junta para enfrentarlos múltiples desafíos de su relación y de las fuerzas externas. La capacidad para negociary renegociar soluciones en forma conjuntaes una muestra de flexibilidad y madurez. Ya que la pareja representa el eje central de lasotras relaciones familiares, su salud pondrála tónica para la salud de todo el núcleo fa-miliar. La rigidez en una pareja propende alestrés, a la desunión y a la enfermedad. Lapareja flexible, por el contrario, se convierte en una coalición parental igualitaria en donde el poder es compartido. Beavers y Hampson afirman que todas las teorías sobre salud ocompetencia familiar dan primordial impor-rtancia a la fuerza y la calidad de la diada pa-terna con liderazgo compartido. Esto implicala capacidad de negociación y dirección com-petente, porque “un coliderazgo respetuosoy flexible imprime cualidades importantes en cualquier empresa conjunta”21. Beavers yHampson observaron en el extremo disfun-cional de la escala, que uno de los padres, o los dos, entraban en coaliciones recíprocas con los niños, de quienes solicitaban apoyo, consejo y, a menudo, sustento.

En la estructura de una familia saludable también está presente la noción de perte-nencia a una red de parientes, a un grupoa

étnico particular, a una herencia cultural es-pecífica, a una comunidad de fe. Las con-cepciones saludables del ser parecen estarvinculadas a la salud de estas relaciones. Las conexiones de parientes, comunidad y redes de apoyo, incluyendo la familia de la fe, son una especie de redes salvadoras en los mo-mentos de tensión, adversidad y crisis.

3. En las familias saludables la comunicación es clara y directa

La comunicación no es sólo un intercam-bio de información, sino también de signifi-cados, de valoración y de maniobras de co-nexión. La comunicación en el seno del hogarsiempre entreteje elementos de contenido(información, opiniones, sentimientos) y derelación (valoración, control, validación). Lasinvestigaciones sobre la comunicación en la pareja y la familia apuntan a señalar que lasdestrezas tanto para hablar como para es-cuchar las podemos aprender22. En efecto,aprendemos de nuestras familias de origen maneras funcionales o disfuncionales de co-municación.

El Dr. John Gottman, matemático y psi-cólogo, estableció en Seattle, WA, en la década de 1980, lo que los periodistas lla-maron “el laboratorio del amor”, un piso donde las parejas pasaban un fin de semanaconversando sobre su relación. Gottman y su esposa investigaron durante 2 décadas (1980-2000) más de 3.000 parejas en su vida cotidiana: recién casados, casados pormucho tiempo, amables, abusivos, gritones, callados, en fin, parejas de todo tipo. Utiliza-ron video-grabadoras, instalaron electrodosen el pecho para registrar las palpitaciones del corazón, inventaron un sistema de co-dificación para registrar ojos virados, cejas levantadas, puños cerrados, suspiros, etc., que denotan el lenguaje corporal en la comu-nicación. Por más de 20 años les siguieron la pista tanto a las parejas que permanecíanjuntas como a las que se habían divorciado, a las felices como a las infelices. Tradujeronsus hallazgos a números, y pudieron docu-mentar con datos sólidos que la gran mayo-ría de las parejas se pelean. Que incluso las parejas más felices (“masters of marriage”) no resuelven el 69% de sus desacuerdos. Que la clave del éxito matrimonial no está en que se peleen o no, sino en cómo se pe-

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lean: con gentileza, sin enfadarse al puntode poner a latir su corazón más de 95 vecespor minuto. Identificaron “los cuatro jinetes del Apocalipsis marital”: la crítica, el despre-cio (contempt), la defensividad y la retirada tt(stonewalling) los cuales están presentes,por lo general, en las parejas que terminanen divorcio. En cambio, las parejas que per-manecen juntas y desarrollan una relaciónsatisfactoria han desarrollado “antídotos”para esas cuatro conductas desastrosas y suelen romper la tensión con chistes, con expresiones de cariño, y proceden a repararel daño o la ofensa. Según algunos reporta-jes, los Gottman podrían predecir un divor-cio con un 91% de probabilidad al analizar 7variables en los primeros 5 minutos de desa-cuerdo de la pareja23.

En uno de los cuadernos de trabajo para parejas, los Gottman declaran: “Nuestra in-vestigación muestra que para hacer una re-lación matrimonial duradera, una pareja sólo tiene que lograr tres cosas: Usted y su cón-yuge necesitan fortalecer su amistad. Uste-des necesitan trabajar en las maneras quemanejan los conflictos de su relación. Uste-des necesitan crear formas de apoyarse mu-tuamente en sus sueños”24.

En las familias saludables la comunica-ción es clara, específica y directa. Las per-rsonas en estas familias dicen lo que quieren decir y quieren decir lo que dicen. Hay con-sistencia y congruencia; es decir, no es am-bigua ni contradictoria. Beavers y Hampson encontraron que en el extremo más compe-tente de la escala que mide la “claridad deexpresión”, los miembros de la familia man-tienen “una sensación de espontaneidad yaliento... (que) potencia la claridad contextualde cada uno de los miembros de la familia y de toda ella. Además, hay un grado de res-peto y solicitud activa de mayor profundidadde expresión” 25. Por lo tanto, también haymenos monopolización de la palabra y unintercambio más activo entre los miembrosde la familia. En lugar de ignorarse, culpar-rse, imponerse, herirse o competir, en estasfamilias sus miembros intentan ayudar a re-solver los sentimientos ambivalentes que sedan entre ellos mediante afirmaciones y pre-guntas aclaratorias.

Parte de una comunicación saludable es que las emociones no se reprimen sino

son permitidas y expresadas. En una fa-milia que se comunica saludablemente, sus miembros se reconocen mutuamente cuan-do hablan y escuchan. Para ello han tenidoque desarrollar una serie de destrezas rela-cionadas con el respeto y el cuidado por lossentimientos del otro, con la capacidad de hablar por uno mismo y no por los demás,con la capacidad de abrirse y asumir res-ponsabilidad por los propios sentimientos yacciones, y algunas otras destrezas. En los niveles más competentes –según la escala de Beavers y Hampson– “los miembros dela familia son claros y directos en la expre-sión abierta de sus sentimientos personales.A medida que cambian los temas que se es-tán discutiendo también cambian los tonos emocionales de los individuos”26.

La capacidad de resolver problemas enconjunto es una característica esencial deolas familias saludables, especialmente en momentos de crisis y cambios continuos.Esto requiere tolerancia para disentir abier-rrtamente y habilidades para acordar solucio-nes. Cuando en la convivencia de la familia hay amor incondicional junto con la disposi-ción a conversar sobre las pequeñas cosasdiarias de la vida, la capacidad para resolverproblemas se acrecienta. Por el contrario,cuando el amor no se vive ni se expresa ycuando hay dificultades para dialogar, la ira,la frustración y el desánimo pueden bloquearla capacidad de la familia para resolver los problemas diarios y los relacionados con lascrisis27.

Los pasos para establecer procesos efec-tivos para la resolución conjunta de proble-mas han sido identificados por Nathan B.Epstein y sus colegas en Canadá. Ellos afir-rrman que la habilidad de la familia para resol-ver problemas se refleja en el nivel de funcio-namiento efectivo de la familia en tres tipos de tareas: las tareas básicas (comida, techo,dinero, transporte), las tareas de desarrollo ylas tareas “azarosas” (crisis por accidentes, enfermedades, pérdidas de trabajo, etc.).Las familias que no pueden lidiar efectiva-mente con estos tres tipos de tareas estánen la probabilidad de desarrollar problemasclínicos significativos en una o más áreas delfuncionamiento familiar. Aunque estos in-vestigadores encontraron que los problemasatacan por igual a las familias que funcionan

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más efectivamente como a las que funcio-nan menos efectivamente, la diferencia esclara por la manera en que las familias enfo-can y enfrentan los problemas. Las familiasefectivas siguen más o menos los siguien-tes 7 pasos: 1) identifican el problema, 2) secomunican con las personas apropiadas res-pecto al problema, 3) desarrollan un conjuntode posibles soluciones alternativas, 4) deci-den seguir una de las alternativas, 5) ejecu-tan las acciones requeridas por la alternativa,6) se aseguran que las acciones han sido lle-vadas a cabo, y 7) evalúan la efectividad delproceso de solucionar problemas. Además, “la mayoría de las familias efectivas tienenpocos problemas no resueltos. Los proble-mas que existen son relativamente nuevos y son manejados con efectividad. Cuando unanueva situación problemática ocurre, la fami-lia encara el problema en forma sistemática.A medida que el funcionamiento de la fami-lia se vuelve menos efectivo, las conductas para resolver problemas familiares se vuel-ven menos sistemáticas y, por consecuen-cia, menos de los pasos señalados se llevan a efecto”28.

Aunque la expresión de afecto no sepuede medir ni pesar, está muy presente enlas familias saludables que dan y reciben afecto con libertad y regularidad. El afecto suele expresarse tanto en palabras como en hechos, y ambas formas de expresión soncoherentes, es decir, no se contradicen sinoque se refuerzan mutuamente. Nunca será demasiado decir a un hijo o a un cónyuge que se le ama y demostrárselo con caricias y detalles. En las familias saludables se da afecto en forma incondicional, sólo por el he-cho de ser parte de la familia. Eso no quieredecir que no se ejerza la disciplina cuando alguien comete una falta, sino que intencio-nalmente se preserva el ser de las personasy la disciplina se enfoca en las conductas. Enlas familias donde fluye el afecto en forma regular se puede notar energía, espontanei-dad, alegría y optimismo.

4. En las familias saludables hay un clima propicio para el crecimiento

Beavers y Hampson observaron que en las familias que mejor funcionan “Se creauna atmósfera en la que las personas se gustan unas a otras y se divierten juntas”29.

Por el contrario, las familias disfuncionales demostraron menos espontaneidad y me-nos energía, y un tono deprimido o deses-peranzado parecía invadir sus interaccionesy limitar el desarrollo del carácter.

Es admirable cómo termina el relato deLucas 2:41-52 que describe el incidente en el que Jesús, de 12 años, se pierde en Jeru-salén en la fiesta de la Pascua y sus padres le encuentran después de tres días. En me-dio de la tensión y la angustia, el v. 52 dice que “Jesús crecía en sabiduría y en estatua -ra, y en gracia para con Dios y los hombres”. Ésta, por cierto, es una familia saludable –no sin tensiones o problemas, por ser una fa-milia plenamente humana– que en mediode un susto mayúsculo provee el ambiente para que el niño Jesús siga creciendo en los cuatro aspectos que hoy propone la psicolo-gía contemporánea (físico, mental, social y espiritual)30.

En las familias saludables, el humor está presente. “La seriedad con la que las fami-lias enfrentan sus problemas puede ser lamayor causa de sus dificultades”, afirma Ed-win H. Friedman, rabino, terapeuta familiar yasesor de la Casa Blanca en asunto de fami-lia. La seriedad presenta una paradoja, nos dice. Si los miembros de una familia no to-man en serio sus responsabilidades, la fami-lia puede volverse inestable y caótica. “Pero la seriedad puede resultar también destruc-tiva. La seriedad es más que una actitud: esuna orientación total, una forma de pensararraigada en la ansiedad constante y crónica.Se caracteriza por la falta de flexibilidad...”31.El antídoto para la seriedad es el humor o lajocosidad, como lo llama Friedman, que nodebe confundirse con hacer chistes. Tieneque ver más bien con la capacidad de losmiembros de una familia de mantener dis-tancias flexibles, de distinguir los procesos de los contenidos y de no asumir innecesariaresponsabilidad emocional por otros. El hu-mor permite que una familia rompa el círculo vicioso de la retroalimentación que contribu-ye a la cronicidad de un problema.

En las familias saludables se vive el per-rrdón. Este es otro de los aspectos que las disciplinas modernas en general –no sólo la psicoterapia– tardaron mucho tiempo en re-conocer como un componente importante de la salud. Cuando la cultura occidental puso el

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énfasis en la autonomía individual antes que en la vida comunitaria, en la conducta antesque en el carácter, en el progreso antes queen la evaluación, el perdón –en su concepcióny práctica– fue marginalizado de la conviven-cia humana. Al identificar el perdón comovinculado a la fe y a la religión se le proscribióde cualquier consideración profesional. Hoy la situación es diferente. Nuestro mundo afli-gido está redescubriendo el perdón en susvariadas dimensiones y a través de las len-tes de las diversas disciplinas académicas32.El Dr. Robert D. Enright y sus colegas en elDepartamento de Psicología Educativa de la Universidad de Wisconsin-Madison han lla-mado la atención de los académicos para es-tudiar en forma interdisciplinaria el perdón.Su libro Exploring Forgiveness, editado con la escritora inglesa Joanna North, marcó elinicio de una reflexión sólida sobre el tema,en el cual se incluye la dimensión religiosay pastoral. En el Prefacio, el arzobispo an-glicano de Sudáfrica, Desmond Tutu, afirmaque “Sin perdón no hay futuro. Sin perdón elresentimiento crece en nuestro interior, un resentimiento que se torna en hostilidad yen rabia... El odio consume nuestro bienes-tar (por lo que) el perdón es un absoluto ne-cesario para continuar la existencia humana.El mundo está al borde del desastre si no perdonamos, aceptamos el perdón y nos re-conciliamos” 33.

Perdonar es la disposición de abandonarel derecho para estar resentido, juzgar mal yser indiferente hacia alguien que injustamen-te nos ha herido, y –al mismo tiempo– incli-narnos hacia las cualidades de compasión, generosidad y amor hacia la persona quenos hizo mal. El perdón es principalmente uncambio de corazón y de mente34. Como no hay familias perfectas, el perdón es esencial para el desarrollo saludable de los miembrosde la familia y de todo el conjunto. El falsoperdón es un juego para ganar poder sobre otros. Cuando perdonamos le damos al quenos ofendió la bienvenida en la comunidad de los humanos y le vemos igualmente dig-no de respeto.

El perdón como herramienta terapéuticaha recibido hasta hoy poca atención entrelos profesionales de la salud mental. Si em-bargo, Richard Frizgibbons, psiquiatra en elHospital de la Universidad de Pennsylvania

y en el Philadelphia Child Guidance Center,ha estudiado la ira excesiva en niños, adoles-centes y adultos por casi 30 años, y ha veni-do utilizando el perdón en forma exitosa pararesolver sentimientos de hostilidad y ven-ganza. “Estoy emocionado y entusiasmadoacerca del uso del perdón en numerosos desórdenes... Hay evidencias de que la iraes un factor significativo en una gran gamade desórdenes clínicos... Es mi opinión que ya no es posible seguir ignorando que el per-rrdón se mueve hacia el centro del terreno dela salud mental”35.

Perdón no es lo mismo que reconciliación. Es posible perdonar sin reconciliarse (es de-cir, sin volver a juntarse en amor y amistad), pero no es posible reconciliarse en verdadsin antes perdonar. Perdón es el proceso que capacita al que perdona de continuar su vida sin que siga afectada por el dolor de laherida, del engaño o de la deslealtad. El per-rrdón requiere un “salto de fe”, un acto de vo-luntad para arriesgarse a ser herido otra vez.El verdadero perdón no se confunde con elsentimentalismo o la simpatía a expensas de la justicia y de la dignidad. Uno puede per-rrdonar y al mismo tiempo limitar, y aún ter-rrminar una relación. El perdón puede requerirrestitución de parte del que ha obrado mal. Sin embargo, el perdón no es un intercambio de favores. Quien perdona ofrece el perdón como un regalo. Quien es perdonado no asu-me ninguna obligación ante quien lo perdona como condición para el perdón36.

Es necesario añadir una palabra de aler-rrta. No se debe empujar prematuramente eltema del perdón. Hay que permitir primeroque las personas afectadas expresen sussentimientos y preocupaciones, y sean va-lidadas. De lo contrario, se puede colocarindebidamente la carga de la resolución delconflicto en la persona que se mira a sí mis-ma como la víctima de la ofensa. Se debeesperar hasta que haya logrado una reduc-ción de la ansiedad y un desarrollo signifi-cativo en la comunicación y la confianza. Encasos de infidelidad conyugal, por ejemplo,esto puede tomar meses37.

En conclusión

En este artículo me ha parecido apropia-do ofrecer un resumen de algunos aportesrecientes de investigadores y clínicos que se

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han preocupado por estudiar la salud antesque la enfermedad, los recursos de perso-nas y familias antes que sus carencias, la re-siliencia antes que la debilidad. He intentadoconectar tales hallazgos con lo que las co-munidades de fe hacen o pueden hacer.

Al trabajar con familias –sea como tera-peutas, educadores, pastores, consejeros oparte de cualquier otra profesión de ayuda–estamos continuamente desafiados, junto con nuestros consultantes, discípulos o pa-rroquianos, a crear espacios físicos, mentales y lingüísticos en donde sea posible soñar en situaciones de salud y bienestar, antes quesólo atender la dolencia; en donde no sólose resuelva la queja, sino en donde se viva un pleno estado de bienestar físico, mental, social y espiritual; en donde no sólo se tratenproblemas, sino en donde se imagine la rea-lidad anhelada y se trabaje por ella.

Esperamos, con esto, desafiar a nuestros colegas a investigar con esmero en su pro-pio contexto lo que propende al desarrollode personas, parejas, familias y comunida-des saludables que puedan disfrutar el pleno bienestar, rebotar ante las adversidades ycontribuir a un mundo más justo, más soli-dario y más armonioso, como Dios quiere y anhela para todos nosotros.

(*) Jorge E. Maldonado. Nació en Ecuador el año 1945. Licenciado en Sociología por la Universidad Central del Ecuador, con estudios en el Seminario Bíblico Latinoamericano (Costa Rica) y en seminarios

teológicos norteamericanos (Ohio y California). Es pastor evangélico, terapeuta familiar y presidente de Eirene Internacional, dedicada al entrenamiento de consejeros pastorales. Presidió el Centro Hispano de PPEstudios Teológicos. Actualmente reside en España.

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NOTAS

1 Para una consideración teológica más extensa sobre la imagen de Dios véase: Jorge Atiencia, “Perso-na, Pareja y Familia” en Jorge E. Maldonado, editor, Fun-damentos Bíblico-Teológicos del Matrimonio y la Familia.Grand Rapids: Eerdmans/Libros Desafío, 1995/2006.

2 W. Robert Beavers & Robert B. Hampson, Suc-cessful Families. Assessment and intervention. NewYork: W. W. Norton, 1990. Versión en lengua castellana: Familias Exitosas: evaluación, tratamiento e interven-ción. Barcelona: Paidós, 1995.

3 Nathan B. Epstein, Christine E. Ryan, Duane S.Bishop, Ivan W. Miller y Gabor I. Keitner, “The McMas-ter Model. A view of healthy family functioning”, en Fro-ma Walsh, Normal Family Processes, 3erd. edition. NewYork: The Guilford Press, 2003.

4 Froma Walsh, Strengthening Family Resilience,New York: The Guilford Press, 1998.

5 Webster’s College Dictionary, New York: Ranyy -dom House, 1990.

6 Froma Walsh, Strengthening Family Resilience,New York: The Guilford Press, 1998. La palabra inglesa resilience ha sido ya adoptada tanto en el francés como een el español. Véase, por ejemplo, Michael Manciaux, comp., La Resiliencia: resistir y rehacerse. Barcelona:Gedisa, 2003; Boris Cyrylnik, Los Patitos Feos. La re-siliencia: una infancia infeliz no determina la vida, Bar-rrcelona: Gedisa, 2002; Stefan Vanistendael y Jaques Lecomte, La Felicidad es posible. Despertar en niños maltratados la confianza en sí mismos: construir la resi-iiliencia. Barcelona: Gedisa, 2002.

7 Para una discusión detallada de familia normal desde la perspectiva clínica véase de Froma Walsh, edi-tora, Normal Family Processes, third edition. New York: The Guilford Press, 2003, especialmente el Prefacio y la Primera Parte (p. xi-57).

8 Froma Walsh, Strengthening Family Resilience,New York: Guilford, 1990, p. 15.

9 Los conceptos de “Shalom” en el Antiguo Tes-tamento y “Eirene” en el Nuevo son fundamentales en una discusión sobre la salud desde la perspectiva teoló-gica y pastoral.

10 Definición ofrecida por la Comisión Médica Cris-tiana del Consejo Mundial de Iglesias, Ginebra, Suiza, en base a una enunciada por la Organización Mundial de la Salud que incluía los tres primeros componentes. Froma Walsh en Spiritual Resources in Family Therapy, New York: Guilford, 1999, expone que en los años recientes se está incluyendo el aspecto espiritual en la formación de los nuevos terapeutas. Tanto en la edición revisada del DSM-IV (1994) como en la discusión de los terapeu-tas sistémicos se “conceptualiza a las personas como seres bio-psico-socio-espirituales” (p. 32).

11 Froma Walsh, editora, Spiritual Resources in Fa-mily Therapy, New York: Guilford, 1999, p.x. Ver también yyde Thomas G. Plante y Allen C. Sherman, editores, Faith

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and Health. Psychological Perspectives. New York: TheGuilford Press, 2001.

12 Froma Walsh, Spiritual Resources, p. 3, 4 y 29.13 W. Robert Beavers & Robert B. Hampson, Suc-

cessfull Families. Assessment and intervention. NewYork: W. W. Norton, 1990. Versión en lengua castellana: Familias Exitosas: evaluación, tratamiento e interven-ción. Barcelona: Paidós, 1995.

14 Froma Walsh, Strengthening Family Resilience, p. 45. Ella cita el trabajo de L. Wright, W. L. Watson & J. M. Bell, Beliefs: the heart of healing in families and illness, New York: Basic Books, 1996.

15 W. Robert Beavers & Robert B. Hampson, Fa-milias Exitosas, Barcelona: Paidós, 1995.

16 Martin Seligman, Learned Optimism, New York: Random House, 1990; The Optimistic Child, Boston:Houghton Mifflin, 1995.

17 Citado por F. Walsh en Strengthening Family Resilience, New York: Guilford, 1998, p. 58.

18 Es decir, la tendencia del siglo XX de encontrar estructuras en muchas ramas del saber humano: estruc-turas intrapsíquicas (Freud), estructuras cognoscitivas (Piaget), estructuras de parentesco (Lévi-Strauss), es-tructuras lingüísticas (Saussure), estructuras familiares (terapeutas sistémicos).

19 Lynn Hoffman, Family Therapy, an Intimate History, New York: Norton, 2002, p. 221-225, explica los términos “postestructuralismo” y “desconstruccionis-mo” que surgen en varios círculos académicos influidos por los filósofos franceses Jacques Derrida y Michael Foucault y desarrollados por los psicoterapeutas austra-lianos Micheael White y David Epston.

20 Froma Walsh, Strengthening Family Resilience, p. 91.

21 Beavers & Hampson, Familias exitosas, p. 38.22 John M. Gottman, The Marriage Clinic, New

York: Norton, 1999.23 Katy Butler, “The Art & Science of Love”, Psy-yy

choterapy Networker, September/October, 2006.rr24 John Gottman & Julie Schwartz Gottman, The

Art & Science of Love, Seattle: The Gottman Institute, 2006.

25 Beavers y Hampson, Familias Exitosas, p. 46-47.

26 Beavers y Hampson, Ibíd, p. 51.dd27 Para una discusión más amplia de las crisis fa-

miliares véase de Jorge E. Maldonado, Crisis, Pérdidas y Consolación en la Familia. Grand Rapids: Libros Desafío, 2002.

28 Nathan B. Epstein, Christine E. Ryan, Duane S.Bishop, Ivan W. Miller y Gabor I. Keitner, “The McMas-ter Model. A view of healthy family functioning” en Fro-ma Walsh, Normal Family Processes, 3erd. edition. New York: The Guilford Press, 2003, p. 588.

29 Beavers y Hampson, Familias Exitosas, p. 53.30 Para una exposición más amplia de este pasa-

je véase de Jorge E. Maldonado, Aun en las Mejores Familias: la familia de Jesús y otras familias de la Biblia parecidas a las nuestras. Grand Rapids: Eerdmans/De-safío, 1996/1999. La versión en lengua portuguesa espublicada por Editora Vozes, Sao Paulo.

31 Edwin H. Friedman, Generación a Generación.Buenos Aires/Grand Rapids: Nueva Creación/Eerdmans,1996, p. 76.

32 T. D. Hargrave, Families and Forgiveness: hea-ling intergererational wounds. New York: Brunner/Ma-zel, 1994. Beverly Flanigan, Forgiving the Unforgivable. Overcoming the bitter legacy of intimate wonds. New York: Macmillan, 1994.

33 Robert D. Enright & Joanna North, editores,Exploring Forgiveness. Madison, WI: The University ofWisconsin Press, 1998.

34 Robert D. Enright, Suzanne Freedman and JulioRique, “The Psychology of Interpersonal Forgiveness”en Exploring Forgiveness, p. 46-47.

35 Richard Fritzgibbons, “Anger and the HealingPower of Forgiveness: a psychiatrist’s view”, en Explo-ring Forgiveness, p. 63, 72-73.

36 Paul W. Coleman, “The Process of Forgivenessin Marriage and the Family” en Exploring Forgiveness, p.78-79, 83.

37 Ibíd, p. 83.

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Durante muchos años, en Holanda, fue la cara conocida en la Evangelische Omroep (Emisión evángelica), donde presentaba pro-gramas en radio y televisión. Era el origen de un importante trabajo de difusión, pues em-pezaron a organizar encuentros matinales y conferencias para mujeres cristianas, de los cuales nació la revista cristiana femenina EVA. Dimitió voluntariamente de los medios de comunicación en el año 2002, después de haberse dedicado durante quince años a esta obra. Ahora, como publicista por cuenta propia y conferenciante internacional, viaja miles de kilómetros anualmente en todas las direcciones, ya sea por Europa y por países de la antigua Unión Soviética, para animar a la gente a amar su libro preferido: la Biblia. Y para amar al Dios de la Biblia y a su Hijo Jesucristo.

“Hoy en día se lee mucho sobre la Biblia”, afirma ella. “La gente sabe de personajescomo Oseas, Tamar, Agar y Ezequías por las novelas bíblicas de autores como FrancineRivers. Entonces ella piensa: “¡Qué lástima!Aunque esta lectura es buena, más vale lalectura del Libro mismo”.

En movimiento

A Noor van Haaften la caracteriza el en-tusiasmo por la Biblia surgido a partir de sus19 años, edad en la cual se convirtió siendo estudiante. Esta conversión ocurrió mien-tras participaba en una conferencia interna-cional de estudiantes cristianos en Austria,organizada por IFES (de la cual GBU Espa-ña forma parte). En especial le impactaronlas conferencias del obrero británico DavidBentley-Taylor, quien murió en 2006, sobrela Epístola a los Romanos, las cuales le abrie-ron los ojos a las riquezas de la Biblia y del Evangelio de Jesucristo. “¡Bentley-Taylor hasido un maestro de la Biblia y un apologetamuy destacado!”.

Después de haber concluido su carrera en Utrecht recibió enseñanzas en un instituto

bíblico misionero de In-glaterra, el All NationsCristian College.

En los años seten-ta se trasladó a Vienaformando parte del profesorado de IFES,donde tuvo que iniciar una obra estudiantil cristiana por toda Aus-tria. Después de seis años buenos e intensos, entregó la posta aun obrero austriaco y regresó a Holanda.

Fue solicitada por Emisión Evangélica desde la fase inicial de las Actividades Fe-meninas, presentando durante quince años el programa radiofónico “Ser Mujer”, algu-nos años más tarde también emitido por te-levisión. Después, Noor trabajó varios añoscomo redactora principal para la revista fe-menina EVA. Además, colaboraba en dife-rentes programas de televisión, entre otros, una serie apologética junto con el teólogoinglés Dr. Michael Green.

En el año 2002 decidió descubrir nuevos horizontes. “En mi trabajo en Emisión Evan-gélica estuve al borde de mis capacidades, asin posibilidad de crecer más. Tenía la idea de que Dios tenía otro propósito para mivida. En estos años escribí dos libros y recibí cada vez más invitaciones para dar conferen-cias tanto en mi país como en el extranjero.A pesar de ello, este desarrollo significó unpaso de fe cuando dejé mi trabajo fijo. No sa-bía cómo se desarrollarían las cosas; en este sentido, significaba un lanzarse al vacío”.

Maestra de la Biblia

¿Cómo describes tu nuevo llamamiento?

“Es una palabra fuerte, pero la gente meconsidera sobre todo como maestra de la Bi-blia”, reacciona Noor. “En mis libros (se hanpublicado ya cinco títulos, algunos en siete idiomas) y en mis exposiciones quiero llevar la Biblia lo más cerca de la gente, mostrán-

en

trevista

sNoor van Haaften

Mucho viaje. ¡Encantada de estar en casa!

GERT-JAN SCHN AAHH P

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doles la actualidad y la grandeza de la palabrade Dios”. Sea que esté en Alemania, Irlandadel Norte, Armenia, Bulgaria o España, sea que hable para mujeres, jóvenes, académi-cos, gente de negocios, congregaciones o iglesias, siempre se concentra en la Palabrade Dios y su aplicación a la vida cotidiana. Enresumen: se trata de una vida con Dios. “Enlas conferencias me centro a menudo enpersonajes bíblicos. Intento ilustrar la mano de Dios en sus vidas y, al mismo tiempo, Suplan y actuación a través de los siglos. A ve-ces se trata de series de estudios bíblicos,por ejemplo, sobre el periodo de los patriar-rcas, el éxodo o el exilio. Tengo un interés es-pecial por el Antiguo Testamento”.

¿Por qué mencionas explícitamente el AntiguoTestamento?

“Tengo la impresión de que mucha gente tiene una visión limitada. Pero las raíces denuestra fe se encuentran allá. Necesitamos al Antiguo Testamento para tener una visiónmejor del actuar de Dios en este mundo ycon nosotros. El Evangelio empieza allá; elSeñor Jesús ya está presente allá”.

Tus libros han sido traducidos a siete idiomas.Editaron dos títulos en Castellano.

“Así es. El primero, titulado Madurandobajo presión, relata las experiencias de cinco hombres y mujeres del Antiguo Testamento. Estas personas tienen en común que vivie-ron episodios muy chocantes: la pérdida deseres queridos, tristeza en el matrimonio, elsufrir por las consecuencias de pecados co-metidos, la negligencia de otras personas.

¡Situaciones que nos podemos imagi-nar! La cuestión es: ¿Cómo reaccionaríamosen tales circunstancias? ¿Cómo afectaría anuestra fe? ¿Qué significa ‘encontrar refugio–bajo toda circunstancia– en Dios’?

El segundo libro, Vivir en Libertad, se cen-tra en el lastre con el cual nos complicamosla vida. Cosas como preocupaciones o culpa, vergüenza, una idea negativa de sí misma,rencor y amargura. Cosas que no solamentenos obstaculizan a nosotros, sino también aDios.

Entonces: ¿Cómo identificar toda la carga innecesaria? ¿Cómo librarnos de este lastre?En situaciones idénticas los personajes bíbli-cos nos sirven también como ejemplo. Un

libro adecuado para leer en grupo. En unaiglesia de los Países Bajos, un grupo de 200personas estudiaron durante un año este li-bro en su grupo de estudio bíblico. ¡Me ani-ma escuchar estas noticias!”.

Actualmente gran parte del año vives entre maletas. ¿Nunca te cansa viajar tanto?

“¡Sí! Me encanta estar en mi casa, pare-ce una contradicción. Disfruto intensamentede ocuparme del mantenimiento de mi casa y de mi jardín, de cocinar y recibir a amigos, de estar detrás de mi escritorio o dedicar-rrme a la lectura de un libro interesante. Poderasistir a mi propia iglesia lo considero comoalgo muy valioso. Siempre me pasa lo mis-mo en el momento de marcharme: me cues-ta. Pero una vez de viaje, me siento bien”.

¿Has encontrado el equilibrio entre tus viajes y estar en tu casa?

“¡Me esfuerzo! Intento planificar mis compromisos de tal manera que me permi-ten estar en mi casa con frecuencia un tiem-po, e intento estar libre de conferencias en el extranjero durante cuatro meses. El añopasado no lo he logrado. Sigue siendo unazona de tensión”.

¿Qué país te fascina más?

“No puedo decir que un país en concretome atraiga más. Sí es verdad que tengo mu-cho cariño por la antigua Europa del Este. Através del sufrimiento hay gente muy valien-te allá. La gente acepta el sufrimiento comoalgo que forma parte de la vida y algo como consecuencia de la fe. Significante: allá noexisten conferencias lujosas. Este fenóme-no es algo típico del Oeste”.

¿Qué ha sido para ti un acontecimiento espe-cial en el año pasado?

“Siempre me cuesta mencionar un even-to en concreto. Lo que siempre me impacta más son los encuentros y las conversacio-nes personales. En cuanto a un evento quie-ro mencionar una conferencia en Croacia conmujeres jóvenes del Oeste y Este de Europa.Mujeres serbias –según un estudio Serbiaes el país más odiado de Europa– hablaron en una reunión acerca de la vergüenza desu pasado reciente. En seguida se unieron a ellas mujeres de Bosnia y Croacia. Rodeadas

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por participantes de más de veinte países,entre otros de Rusia, Grecia y Finlandia, ora-ban por una reconciliación. Estos momentosson muy emocionantes”.

Viajas mucho y por eso observas mucho. ¿Cómo describirías la evolución en nuestra parte de Europa?

“Para la sociedad tiene grandes conse-cuencias el hecho de que: a) gran parte de Europa se ha liberado de sus raíces y heren-cias cristianas (¡que nos han traído nuestra civilización!); b) para una parte cada vez ma-yor de la sociedad el Dios de la Biblia y Jesu-cristo son grandes Desconocidos; y c) para la iglesia hay cada vez menos base. Europase enfrenta a un abismo porque una socie-dad sin normas y ética está fuera de la ley (perdida). Prevalece el individuo, pero estemismo individuo ha perdido su norte y no sabe a dónde agarrarse.

Observamos las consecuencias de estamanera de comportamiento sin ética en to-dos los terrenos de la vida. Existe una indi-ferencia enorme hacia el prójimo. Y... en el vacío. En Europa del Este alguien lo formula-ba de esta manera: “Ni dinero, ni lujo os hanhecho más felices”. Ellos (los habitantes deEuropa del Este) observan de manera clarísi-ma la falta de armonía y la falta de coherenciaen la sociedad del mundo occidental. La gen-te está anhelando sentido y contenido, fun-damento y marco. Dudo si este sentimiento

lleva a un ideal en común o lleva a una solatendencia. La sociedad está demasiado frag-mentada y el hombre demasiado individua-lista. No soy capaz de predecir el futuro. Unacosa es cierta hoy: el Señor Jesús regresaráy todas las cosas estarán revueltas”.

¿Tienes esperanza para el Cristianismo en Ho-landa y en el resto de Europa?

“Sí. El anhelo por normas, éticas y bases forma una oportunidad para el Cristianismo. Hay un desafío muy grande para los creyen-tes de interpretar las “señales del tiempo”y de reaccionar adecuadamente. El reto de no olvidar que el Evangelio es la única espe-ranza para Europa y de expresarse de una manera clara”.

¿Cómo podemos aprovecharnos de esta posi-bilidad?

“Si los cristianos vivieran de manera sincera y consecuente como un pueblo deDios, en otras palabras, ‘totalmente diferen-te’, entonces tendríamos un impacto para elmundo que nos rodea. Es alarmante y soca-vante que en muchas iglesias el pecado seha propagado tanto, y es por eso que no nos distinguimos positivamente del mundo quenos rodea. Parece que no tomamos en serio el pecado. Esto, y nuestras divisiones, nos debilita y debilita nuestro testimonio. Europanecesita personas como José y Daniel. Ellos se distinguieron por su relación estrecha conDios, por su comportamiento y su ética pura.Estas cosas destacan y dan resultado”.

Cosechar

Cinco años después de haberse alejado de su carrera en el mundo de las comunica-ciones, Noor relata que está disfrutando mu-cho de esta nueva etapa de su vida. Noor:“Lo digo con mucha precaución, porque se trata de algo delicado y al mismo tiempo algo grandioso: estoy viviendo esta fase dela vida como un oasis y una plenitud. Comocualquier persona, conozco también los al-tibajos en mi vida. En esta etapa vivo conmucha alegría, con mucha riqueza. Me da la sensación que estoy experimentando el sen-tido de muchas cosas diferentes, para decir-rrlo de manera metafórica, descubro que elcírculo es completo. Observo el significado de experiencias anteriores para la obra que

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estoy realizando ahora; además, disfruto delos contactos y amistades internacionalesque durante años se han formado y evolu-cionado. Tengo la sensación que ahora me está permitido cosechar.

Ocurren muchas cosas preciosas: hayacontecimientos de arrepentimiento y con-versión en diversos países. La proclamaciónde la Palabra de Dios toca corazones y cam-bia vidas, y en vez de desesperanza aparece la esperanza. Acontecimientos por los cua-les estoy agradecida en gran manera”.

Tenías 19 años cuando se encendió el fuego interno por Jesucristo. ¿Cómo quedó ardiendo el fuego durante todos estos años?

“Digo con gratitud que, en especial du-rante los últimos años, ha habido progreso–crecimiento–. A veces conmemoro los pri-meros años (de mi conversión) y mi primeramor por Jesús. Siento gratitud por estas per-r

sonas que han invertido su tiempo y energíaen mí, por las personas que me fortalecieron y por mis tutores. El fuego y el entusiasmoperduran todavía, aunque ahora de una ma-nera más madura.

Con el paso de los años estoy cada vez más convencida que no puedo ni quiero vivirsin Jesús. Le amo más y más. En un princi-pio estaba muy entusiasmada por Él y estu-ve dispuesta a hacer todo para Él. Mientrastanto, he aprendido que Él quiere actuar por medio de mí. Es otra perspectiva. En los pri-meros años estás más centrada en ti mis-ma: quieres hacer todo para Jesús. Duranteel proceso de maduración te das cuenta quede ti misma no tienes absolutamente nada para ofrecer, excepto tu propia persona, pero que Él quiere obrar por medio de ti. Esto teda paz y confianza.

Traducido del holandés por Jacobine Coster de Jonge

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Julia Doxat-PurserLa defensa del débil y la lucha contra

la injusticia son requisitos para recibir la bendición de Dios

JACQUELINE ALENCACC R

El pasado 9 de febrero, Julia Doxat-Pur-rser, representante de relaciones socio-polí-ticas de la Alianza Evangélica Europea ante el Parlamento Europeo (Bruselas), estuvo en Barcelona para ofrecer una charla sobre la participación de los evangélicos en la vida pública. En un momento de la jornada pudi-mos contactar con ella para una futura entre-vista, la misma que ahora ofrecemos.

P. Isaías 58 nos habla acerca de nues-tra responsabilidad de luchar en contra de la injusticia, hablar en nombre de los que no pueden hablar por sí mismos, defender las demandas de los pobres y necesitados... ¿Significa esto que debemos adentrarnos enlugares estratégicos de la vida pública para comunicar la esperanza de que el cambio es posible?

R. ¡Sí! En Isaías 58 se da por sentado que la defensa del débil y la lucha contra la injus-ticia son requisitos para recibir la bendiciónde Dios. Es muy importante para Él.

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P. Jesús buscó a las personas a las que no se prestaba atención o no caían en gracia a la religión oficial de su tiempo. En nuestro contexto, ¿quiénes representarían este con-tingente?

R. Por definición, deberíamos ser capa-ces de encontrar a estas personas... Pero, detengámonos y pensemos. Las víctimasdel tráfico de seres humanos y de la indus-tria del sexo. Los más pobres que cultivan el café y el azúcar que tomamos o fabrican laropa que nos ponemos bajo condiciones es-pantosas. Las personas que ponen en ries-go sus vidas para venir a Europa a conseguir suficiente dinero para poder enviarlo a casa.¿Alguien más?

P. ¿Qué es ser sal y luz para Jesús en el foro público? ¿Cómo sería la política desde la perspectiva de Jesús?

R. La función de la sal es impedir la putre-facción y dar sabor, la luz disipa la oscuridad.Por lo tanto la sal y la luz luchan contra lomalo de la vida pública (corrupción, injusticia, explotación, decadencia) y saca a la superfi-cie lo bueno (Shalom-la paz floreciendo de todas las formas posibles). Estamos para ser portadores de esperanza. Debemos buscar ser embajadores de Jesús en todo tiempo.Esto es mucho más importante que ganaruna discusión política.

P. ¿Somos conscientes de que constitui-iimos una minoría. En este sentido: ¿es po-sible ganarnos el derecho a ser oídos por la opinión pública manteniendo nuestro com-promiso con el Señor?

R. Por supuesto. No podemos cambiarlo todo pero, si comprendemos que Dios nosllama a centrarnos en eso, entonces nada es imposible. ¿En qué nos podemos enfocar?Pensemos en lo que otros no están hacien-do. Pensemos en dónde podemos hablarporque de verdad conocemos la situación.Por ejemplo, si estamos ocupándonos de los sin techo, entonces sabremos verdade-ramente cuáles son los problemas con los que se enfrentan y lo que hace falta cambiar.Oremos fervientemente. Y después pongá-monos en marcha cautelosamente. No essólo importante lo que creemos y decimos,sino también cómo lo decimos. Seamoscomo Jesús. Y creo que eso incluye amar a nuestros enemigos, ser misericordiosos,preocuparse por los políticos, etc., con los

que hablamos, pensar lo mejor, y no lo peor, sin ser ingenuos. Animar a los políticos para hacer el bien. Orar por ellos. Y ser profesio-nales. Dar a conocer nuestros hechos. Pre-sentarlos con brevedad y claridad. Enterarsede lo que los políticos quieren que hagamos. Discutir con claridad y siendo realista. No de-jar de orar.

P. ¿Cree que la Alianza Evangélica Espa-ñola puede ser un instrumento eficaz a la hora de actuar como catalizador de las inicia-tivas de sus miembros, teniendo en cuenta que nos encontramos en un país con una democracia reciente, los evangélicos con-formamos un grupo reducido y los recursos económicos y humanos son escasos?

R. Sí, sí, sí. De nuevo el mismo consejo: orar y elegir un objetivo. Sin preocuparse de lo que no se puede cambiar. Ilusionados conlo que se puede cambiar. Eso se puede ha-cer en Salamanca, a nivel nacional o a nivel europeo.

P. ¿Cómo puede ayudar la experiencia de otros países europeos y, cómo no, la orien-tación de la Alianza Evangélica Europea a la hora de establecer pautas de actuación?

R. La Alianza Evangélica Europea tienemucho interés en compartir su buen hacer entre sus miembros; así que la Alianza Es-pañola inspira a otros y es inspirada y apren-de a su vez de otros. Si consultan la página www.europeanea.org/news podrán descar-rrgar lo que sea de su interés. Se puede vercuál es el acercamiento sociopolítico que hace la AEE y se establece cuál es el marcode acción que nosotros consideramos más adecuado.

Traducido del inglés por Loida Paz

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Si miras en el diccionario árabe1 el equiva-lente a la palabra evangelización, es “cruza-da exaltada”. Ante todo, es necesario saberque todo intento de comunicar el Evangelioen este tipo de países se entiende así, pormás que uno diga: “Nuestra intención es sólo espiritual”.

Cuando llegamos a Turquía hacia media-dos de los ochenta, apenas existía ningúntipo de evangelismo, fuera del testimoniopersonal. Sí había reuniones de mujeres de tradición cristiana (armenias y/o ortodoxas),que se reunían por las casas y predicaban elevangelio del arrepentimiento... Aquellas querecibían la salvación eran las “arrepentidas”,las otras eran las “sin arrepentimiento”. Enestos grupos, alguna musulmana se conver-rtía también.

Actualmente, en general, los medios de evangelismo existentes consisten en ofertas de cursos bíblicos o simplemente tener las iglesias abiertas para que la gente se puedaacercar por propia iniciativa a preguntar so-bre la fe cristiana. Pero lo más efectivo siguesiendo el tú a tú. Hace 20 años no existían ni cursos ni iglesias. Los medios de hoy son mi-lagros del Señor, especialmente el poder te-ner una iglesia oficial, como es nuestro caso.Logro muy importante pues borra la acusa-ción de proscritos lanzada contra los creyen-tes, que creaba una barrera de miedo a todo el que quería acercarse al evangelio. Pero de nuevo: lo más efectivo sigue siendo el tú a tú.

La evangelización entre las mujeres es di-fícil, porque cuando son solteras son perte-nencia de los padres y de la familia, y cuandoson casadas pertenecen al marido. Pero aún y así hay gente con sed de Dios. Todo depen-de de mucho trato personal y de edificar unarelación de confianza.

Gulhan era una estudiante de primero en la universidad que abrió con entusiasmo su

corazón al Señor. Eso sí, después de resistir-rrse por un año a considerarse pecadora. Por-rrque ése es uno de los obstáculos a vencer.En el Islam el pecado es sólo aquello que constituye un deshonor ante los demás; yhasta se puede decir que entre tanto nadie tedescubre no es pecado. Pues bien, Gulhan, tras muchas oraciones, recibió tal convicciónde pecado que su vida cambió de la noche ala mañana. Pero ahí empezaron los quebrade-ros de cabeza: la persecución de su familia; que llegó hasta el punto de que la encerra-ron en una habitación y quedó confinada en casa. Cuando su madre sufrió una parálisis en un brazo, toda la familia (que en estos paísesimplica toda la parentela) se le echó encima diciendo que había traído una maldición por ser cristiana. Gulhan no pudo resistir más y cortó el contacto con nosotros... Aún hoy ella es creyente y no se ha casado (después decasi 18 años), pues todos los pretendientespresentados por sus padres son musulmanesy ella no puede compartir su corazón si no es un corazón de Cristo... ¿Un drama o una victo-ria? Apenas un testimonio de tantísimos queocurren en países musulmanes.

Lo que realmente impacta al “interesado/a” es ver la relación personal con Dios en elcreyente. También son muy sensibles a la ora-ción. Existe una firme creencia de que Jesús contesta a las oraciones, al igual que sanó a los enfermos e hizo muchos milagros cuando estaba en la tierra; cosa que los musulmanescreen y aceptan con holgura. No se trata deconvencer o razonar, ni de mostrar la lógica o las pruebas de la fe, sino de gustar la bondad de Dios, experimentar su “toque”.

Suna, una profesora de inglés, tardó casi tres años en sentirse liberada de los miedosde pecar por no seguir creyendo en el Corán.Sólo Jesús satisfacía su alma, pero cada vezque escuchaba la llamada a la oración o veíaalgo relacionado en la televisión, le asaltabantoda clase de remordimientos. Remordimien-tos que no eran por encontrar consuelo en suantigua cultura (más que religión), sino por

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oLa evangelización en un país

musulmán

ROSASS MAMM RÍAÍÍ ORRIOLS

1 Aunque Turquía, donde estamos sirviendo, no esun país árabe, el sentir es exactamente el mismo.

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causa del miedo sembrado en toda una vida.Es la religión en la cual el que se aparta va al infierno, incluso merece la muerte. Es el mie-do de que Alá te castigue, pues para eso estáAlá, para castigar. ¿Cuál fue el bálsamo para Suna? Experimentar el amor, el perdón, la mi-sericordia, el gozo, la Palabra del Señor en to-das sus dimensiones. ¿Y cómo? Pues orando mucho con ella. Esa es la gran diferencia del evangelio: es Jesús quien te sale al encuen-tro y te arrolla con su presencia. Una vez lo has “degustado” no lo puedes dejar...

Como dijera el Señor: “el Espíritu de ver-rrdad que procede del Padre, Él dará testimonio de mí, y vosotros daréis testimonio también”(Jn. 15:26-27). El Espíritu es quien a través desueños se ha manifestado y se manifiesta amuchos musulmanes. Sin la obra del Espírituno se podría hacer nada en estos países... A nosotros nos toca orar para que ello ocurray para que él nos lleve a los “Cornelios/as” que lo están buscando, para entonces guiar-rrlos hasta “la puerta”. Jesús se aparece en sueños a miles de musulmanes. “¿Y por qué no se aparece a los occidentales?”, nos pre-guntaron en una ocasión. “Pues porque Oc-cidente ha dejado de creer en lo sobrenatu-ral...”, es la respuesta que pudimos dar. Pero si queremos alcanzar a estos pueblos, no sólo hemos de creer en lo sobrenatural –si no lohiciéramos no seríamos creyentes–, sino vivir conforme a lo sobrenatural, usando la mayorarma que tenemos: la intercesión.

A Binay, hace 30 años que alguien le re-galó una Biblia, que escondió en el fondo de un baúl. Ella era una devota musulmana que poco a poco fue desplazándose de las oracio-

nes rituales, a aquellas oraciones que le en-señaba Jesús en sueños. Años más tarde setopó con un libro en el fondo de su baúl, y cuando lo abrió encontró en sus páginas lasoraciones que ella hacía. Había abierto “su”Biblia por el libro de Los Salmos... ¡Dios le había enseñado a orar en sueños! Empezó a leer la Biblia, entró en contacto con cristianosy así llegó a convertirse.

La clave en el mundo musulmán es la per-rrseverancia y el sacrificio. ¿Hay algún lugar enel que no lo sea? Pero mucho más en estaslatitudes. Es como intentar agujerear una rocacon un goteo constante. ¿Es posible? Sí, conel repiqueteo incesante de una gota tras otra, hasta que la acumulación de millones de go-tas horadan el granito. Quizás lo más difícil enesto son los cientos y hasta miles que handado “testimonio” pero no han perseverado, han caído después de algunos meses y hasta después de un par de años. Pero todas estas semillas sembradas darán su fruto, tras mu-chas gotas de lluvia, lluvia de bendición.

¿Qué es lo que puede desgarrar las nubes del cielo para que derramen bendición hasta que sobreabunde, sino las oraciones incesan-tes de los santos?

Estambul, 9 de Mayo de 2008

(*) Rosa María Orriols nació en Barcelona; en el año 1980 recibe al Señor como salvador. Casada y madre de tres hijos (Marc 23, Tamer 21 y Lidia 12), tras recibir el llamado para Turquía en 1985, se traslada con su familia a Estambul. Ha trabajado en el establecimiento de 4 iglesias y actualmente, además de su ministerio en las iglesias, dirige una escuela cristiana para hijos/as de creyentes turcos/as.

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Carta a un joven cristiano

JUAN ANTONIO MONROY

Se me ha pedido que escriba un artículo para esta revista dirigido a los jóvenes cris-tianos. Lo hago con placer. Dios me ha dado, entre otros, el don de la escritura, y he deponerlo a disposición de Su pueblo.

Una aclaración: Redacto en segunda per-rsona del singular. Me dirijo a ti, que ya hasempezado a leer. Otra aclaración. No acon-sejo. No dogmatizo. No impongo. No adoc-trino. Simplemente esto hago: Desde mi altaatalaya (alta en edad) como periodista y líderevangélico ilumino una serie de ideas queespero caigan bien en el mundo de los jóve-nes. Y puedan ser de ayuda a algunos.

I LOS JÓVENES EN LA BIBLIA

La Biblia, el Libro de Dios, habla mucho de los jóvenes.

En un pasaje que se encuentra en el AntiguoTestamento, en el libro de Eclesiastés, hay una referencia directa.

Este libro fue escrito por el rey Salomón, eltercer rey que tuvo Israel, hace 3.000 años.

Voy a transcribirte un texto que se encuentra en el capítulo 11 de este libro antiguo.

Dice así: “Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu ado-lescencia; y anda en los caminos de tu cora-zón y en la vista de tus ojos; pero sabe, quesobre todas estas cosas te juzgará Dios.

“Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y lajuventud son vanidad.

“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, ylleguen los años de los cuales digas: No ten-go en ellos contentamiento; antes que se os-curezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas,y vuelvan las nubes tras la lluvia” (Eclesiastés 11:9-10 y 12:1-2).

La conclusión a la que llega el autor del libro es que hemos de aceptar la vida como un don de Dios.

La vida es bella y los jóvenes deben disfru-tarla con la alegría sana de la juventud, cuandoel cuerpo goza de más salud y está en mejores condiciones de disfrutar los placeres cotidianos.

La recomendación a seguir los impulsos del corazón y los atractivos de los ojos es una invi-tación a gozar de los placeres normales y las sa-tisfacciones legítimas que están dentro de la leymoral y de la ley espiritual.

Pero la Biblia, en el pasaje leído, va más allá.Después de la invitación a gozar de las ale-

grías de la vida te advierte contra un peligro.Que vivas entregado solamente a los placeres

de la edad y te olvides de tu Creador, de Dios.Si obraras así estarías cometiendo un tre-

mendo error.Porque la vida no es solamente la juventud.Enfocando el problema desde una perspecti-

va realista, dice que la edad juvenil es vanidad.Con esto no quiere decir que la etapa de la

juventud sea insignificante o pérdida de tiempo.No. En absoluto.Está simplemente diciendo que la adolescen-

cia y la juventud son transitorias.Que a la prima-vera sucede el invierno.

Que la noche llega después del alba.Que los cabellos blancos se tornan grises o

desaparecen por completo.Que debes vivir el presente de la juventud

pensando en el futuro de la edad madura y dela vejez.

¡Futuro!¡Qué adjetivo tan misterioso, tan cargado de

incertidumbre!Se ha sembrado la palabra futuro, pero no ha

brotado todavía.Las tinieblas cubren los acontecimientos del

futuro.El apóstol Santiago dice que no te jactes del

día de mañana, del futuro, porque nadie sabe qué dará de si el día de mañana.

¿Cómo será tu futuro?¿Qué esperas del día de mañana?El mundo que tienes ante ti no es precisa-

mente un mundo amable.Vivimos sobre la rueda de una noria.Los valores y las personas están en movi-

mientos continuos.En permanente traslación.

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Tu futuro no es precisamente brillante.Un clima de violencia y de inseguridad impera

en todo el mundo.La crisis económica afecta a todos los países,

a unos más que a otros.La falta de oportunidades para los jóvenes es

evidente.El paro juvenil es dramático en Europa, en

Asia, en África, en América Latina y, en menorescala, en Estados Unidos.

Los jóvenes terminan la Universidad y no en-cuentran el trabajo que les gustaría realizar.

II EL FIN DE LAS IDEOLOGÍAS

Con ser grave todo lo anterior, más grave es, a mi juicio, el fin de las ideologías.

La muerte de las ideas estéticas.La incapacidad para soñar.El derrumbe de todas las ilusiones.La pérdida de la esperanza.Ya no quedan héroes a quienes imitar.No hay ideólogos que tracen caminos de ver-rr

dad a los jóvenes.No quedan ideas por las que luchar.Y aquí estás tú.No puedes cambiar la Historia.No puedes cambiar el pasado.Tampoco puedes construir un futuro a medi-

da de tus deseos.No te dejan.La sociedad está asentada en sus propias

estructuras, impone sus leyes y no queda lugarpara innovadores.

Sin embargo, no puedes evadir tu responsa-bilidad.

Tú tienes una deuda con la generación quevivió antes de ti.

Tienes una gran responsabilidad en todo loque te rodea.

Eres responsable de tu propio cuerpo.Cuídalo. Que se forme sano y fuerte.Desarrolla tu inteligencia.Lee todo lo que puedas. Cultívate.Fórmate una personalidad con la que te sien-

tas bien.Tienes una responsabilidad con tu familia.Si no te gustan como son los que forman tu

familia ayúdales a cambiar.

Gánalos con tu ejemplo.Si te sientes bien en tu familia, contribuye a

mantener la paz, el entendimiento, la armonía.En el seno de tu familia puedes ser una rosa

que perfume o una espina que hiera.Tuya es la decisión.Tienes una responsabilidad social.No vives solo en el mundo.No eres una isla.Eres parte de la sociedad en la que vives.Debes ser responsable de tus deberes socia-

les y aportar todo cuanto esté a tu alcance para mejorar la sociedad hasta donde te sea posible.

Te lo he dicho.Estás aquí. Vivo. Eres joven. Cumple con al-

gunas de tus responsabilidades.Sé responsable con tu propia persona.Sé responsable con tu familia.Sé responsable con la sociedad.Sé responsable con Dios.Lo dice el texto bíblico: “Acuérdate de tu

Creador en los días de tu juventud”.Tú no eres sólo cuerpo.No estás formado en exclusiva por átomos

materiales que se descomponen con la muerte.Tienes una naturaleza espiritual. Un alma que

es inmortal y que trasciende la materia.Procúrate una vivencia religiosa.Establece una relación de amistad con Cris-

to.Todo esto puedes hacerlo porque eres jo-

ven.Sé que no te estoy pidiendo cosas fáciles.La sociedad en la que vives tiende a la in-

creencia.Dios ha dejado de interesar a la juventud.Dios está siendo sustituido por quimeras, fi-

losofías, ideas, formas de comportamiento queson contrarias a la realidad del Dios de la Biblia.

III TIENES UN RETO ANTE TI

Desde ahora y en el futuro tendrás que eny q -frentarte a nuevas corrientes de ateísmo.

Con personas que niegan la existencia de Dios.

El ateísmo que se avecina tiene característi-cas muy peculiares. No combate a Dios. Lo ig-nora.

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El ateísmo radical floreció durante los siglos XVII y XVIII y se extendió hasta el XIX. En estaépoca se escribieron los grandes libros que ata-caban la existencia de Dios.

La sociedad del futuro será atea. Pero con una concepción diferente del ateísmo. No se es-cribirá más en contra de Dios.

Simplemente se le ignorará. Habrá dejado deinteresar.

Desde ahora y en el futuro tendrás que eny q -frentarte a la constante batalla entre la cienciay la religiy g ón.

Te dirán que la ciencia ha desplazado a Dios.Que el origen del universo y el origen del

hombre tienen una explicación científica.Que en esta época de grandes avances cien-

tíficos Dios no es creíble ni necesario.Desde ahora y en el futuro tendrás que en-

frentarte con los apóstoles del moderno huma-nismo.

Te dirán que el hombre es el centro de sí mis-mo.

Que el hombre es la medida de todas las co-sas.

Que el hombre es su propio dios.Que la religión sólo aporta falsas soluciones a

los problemas de la ciencia.Que son los seres humanos, sólo ellos y por

sí mismos, quienes han de hacer frente a todassus aventuras y desventuras.

Desde ahora y en el futuro tendrás que en-frentarte a los aprendices de filósofos quienes afirman que donde existe la razón no hace faltala fe.

Que sólo es real lo que es racional.Que toda vez que a Dios no se le puede razo-

nar, tampoco se puede admitir su existencia.Estos filósofos de la nada no se dan cuen-

ta de que están invocando la razón para negar aquien es la Razón Suprema.

Desde ahora y en el futuro tendrás quey qenfrentarte a los dogmáticos del existenciag -lismo.

Te dirán que la existencia está por encima dela esencia.

En otras palabras, te dirán que lo único quedebe preocupar al ser humano es lo que ocurraen este mundo, sin importar lo que pueda haberdespués de la muerte.

Estos existencialistas se desenvuelven en la angustia, en el miedo, en el drama de cada día.

Dicen que aquí estamos, que nos encontra-mos existiendo, pero no aclaran por qué esta-mos aquí, quién nos ha traído, para qué.

Desde ahora y en el futuro tendrás que en-frentarte a los defensores y propagadores del agnosticismo.

Estos discípulos de Aldous Huxley, lectores de “Las puertas de la percepción” y de “Unmundo feliz”, te dirán que si Dios existe es im-posible saberlo.

Que la razón no puede conocer algo o a al-guien que esté más allá de los límites humanosde la propia razón.

Que llegado al tema de Dios lo mejor es no opinar.

No se puede saber si Dios existe o no existe,dice el agnóstico.

El agnóstico no es ateo, pero está más cerca del ateísmo que de la creencia.

Desde ahora y en el futuro te verás obligay g -do a combatir las falsas imágenes de Dios.g

Los jóvenes no cristianos, como sus padres,tienen ideas equivocadas de Dios.

Esto ocurre especialmente en los países ca-tólicos de habla hispana, donde la Biblia no se conoce o se conoce muy poco.

El formidable cantante argentino AtahualpaYupanki tiene una canción en la que se pregunta: “¿Dónde está Dios?”

La canción termina con esta estrofa:“Hay un asunto en la tierraMás importante que Dios.Y es que nadie escupa sangrePa que otro viva mejor.¿Qué Dios vela por los pobres?Tal vez sí, tal vez no;Pero es seguro que almuerzaEn la casa del patrón”.El cantante argentino aborda con crudeza dos

aspectos en torno a la imagen de Dios, muy ex-tendidos y creídos entre los pueblos hispanos.

Por un lado presenta a Dios desligado de los problemas del mundo y de los seres humanos. No es seguro, dice, que Dios vele por los pobres.Cuestiona si Dios se preocupa por el que sufre.

Por otro lado, presenta a Dios en la casa del patrón, aliado con los poderosos para oprimir a los trabajadores, a los débiles.

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Estas ideas que Atahualpa Yupanki vierte cantando están en la mente de millones de per-rrsonas en todo el mundo.

La sociedad de hoy tiene una imagen equivo-cada de Dios.

Y la sociedad del futuro aumentará el error.Desde ahora y en el futuro te verás obligay g -

do a presentar la verdadera imagen de Dios.p gUn hermoso poema del mexicano León Feli-

pe, todo él dedicado a las falsas doctrinas, termi-na diciendo: “El que tenga una doctrina, que se la coma”.

Si tú eres un joven cristiano, o una joven cris-tiana, estas palabras mías son para ti.

Ahora, y mucho más en el futuro, estás lla-mado a combatir las falsas ideas que circulan entorno a Dios.

Que las personas se coman sus doctrinas y acepten la doctrina de la Biblia en torno a Dios.

Que rechacen las falsedades que seres hu-manos han escrito sobre Dios y que acepten loque el Espíritu Santo dice de Él en el Libro sa-grado.

Que Dios se revela progresivamente en las páginas de la Biblia. Un Dios fuerte, que irrumpe en la Historia con el poder de Su palabra.

Un Dios que no tuvo principio ni tendrá fin.Debes proclamar la existencia de un Dios

Creador.Un Dios que está en el origen de la vida.Un Dios que crea el universo físico de la nada

y forma al primer hombre a su imagen y seme-janza.

Debes hablar de un Dios Salvador; desde lalejanía de los tiempos concibe y pone en marchaun plan de salvación que va consumando a lo lar-rrgo de un período histórico.

Tu misión es hablar de este Dios.Un Dios que se encarna, que toma forma hu-

mana en la persona del Hijo, que recorre los ca-minos de la Palestina dando a conocer el plan de la redención, que muere en una cruz para salvar a las personas de entonces, a las de ahora y a lasdel futuro.

Debes gritar que tener religión no es tener aDios.

La religión se compone de un conjunto dedogmas, impone cargas, establece obligacio-nes.

Lo único que Dios pide de todas las personases que acudan a Él tal como son, con sus proble-

mas a cuestas, con sus pecados manchándolesel alma.

“Mi Dios y yo andamos siempre juntos”, diceun conocido himno.

Dios quiere ser para ti, para tus familiares,para tus amigos, para los seres de ahora y paralos del futuro, eso, un Dios íntimo, un Dios ami-go, un Dios personal.

¿Recuerdas cómo empecé esta exposición?Hablándote de los jóvenes ante el futuro.Recordándote las palabras de Salomón en las

que afirma que tanto la adolescencia como la ju-ventud son transitorias.

Vives en una sociedad en la que eres prota-gonista.

Encaras otra sociedad que irá cambiando conel paso de los años.

Te he presentado los desafíos ideológicos dela sociedad del futuro.

Ahora añado:Cimenta tu fe en Cristo.Anuncia el verdadero rostro de Dios.Mantén limpios todos tus ideales.Dentro de ti hay un caudal de energías, un

mundo de posibilidades, una fuerza interior quepuede conducirte a despertar conciencias dormi-das y a que muchos encuentren al Redentor de sus vidas, Cristo Jesús.

(*) J. A. Monroy es escritor y conferenciante in-ternacional. Nació en Rabat (1929). Fue convertido en NNTánger en octubre de 1951, donde fundó la revista “Luz y Verdad”, que dirigió hasta 1959, y el programa semanal de Radio “La Estrella Matutina”. Desde en-tonces gestó la aparición de buen número de publica-ciones. En Madrid fundó la “Iglesia de Cristo”. Ocupó cargos destacados del protestantismo español, entre ellos presidente de la Federación de Entidades Reli-iigiosas Evangélicas de España. Ha escrito 25 libros y publicado más de tres mil artículos, que están siendo recogidos en distintos volúmenes.

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Educando a nuestros jóvenes

JOSÉ ANTONIO SÁNCHEZ Y DORI ALONSO

Hace unos años, hemos emprendido con la ayuda del Señor, y la de algunos hermanos, la estimulante tarea de organizar, dentro denuestras posibilidades, un grupo de jóvenesen nuestra iglesia. No hemos iniciado esta labor porque tuviéramos mucha experiencia,ni porque lo hagamos mejor que otros, sinodesde el compromiso y la ilusión en partici-par activamente en un proyecto de servicioal Señor y a la sociedad.

Existen tres razones fundamentales quepara nosotros han sido de peso a la hora detomar esta decisión.

1º Nuestra responsabilidad como pa-dres: No pocas citas bíblicas nos recuerdan con insistencia la obligación de transmitir laenseñanza, el mandamiento, el consejo yla sabiduría a nuestros hijos. Podemos leer textos tan significativos como Prov. 4:1-13 “Oíd hijos la enseñanza de un padre, y es-tad atentos…”; 6:20-23 ; “Guarda hijo mío el mandamiento de tu padre” o 13:1” “El hijo sabio recibe el consejo del padre”.

Debemos emplear tiempo, esfuerzo, diálogo e ingenio para aplicar estos prin-cipios a la vida cotidiana de nuestros hijos.El resultado de ello será visible, “adquiriránsensatez” (Pr. 4:1), cambiará su mente y suconsideración (Pr. 4:9), tendrán más salud (Pr.4:10), verán las cosas con más claridad (Pr.6:23) y aprenderán a establecer prioridades(Pr. 4:7).

También podemos recordar versículoscomo Lc.11:13, donde a los padres se nos pone de ejemplo como dadores de buenasdádivas a nuestros hijos. Entendiendo como tales, no sólo las necesidades que afectan asu vida física, sino todas las intrínsecas al serhumano como ser inteligente y espiritual.

1ª Ts. 2:11 menciona la exhortación y el consuelo que le debemos en las circunstan-cias de la vida por las que atraviesan. Sólomediante la implicación activa por nuestra parte en su educación, lograremos con nues-tra experiencia y madurez ayudarles a per-rfeccionar su carácter. Les acompañaremosen el camino que recorrerán entre la ines-

tabilidad de la adolescencia y la adquisiciónde las cualidades más características del serhumano.

2º Nuestra visión y llamamiento como creyentes. Cuando emprendemos la tareade trabajar con un grupo de jóvenes, obli-gatoriamente debemos hacernos algunaspreguntas: ¿Me gusta trabajar con ellos? ¿Comprendo sus problemas y su cultura?¿Me gusta escucharlos? ¿Me divierto conellos? ¿Estoy dispuesto a vivir la realidadcristiana de modo que ellos sientan ganas de acercarse al Señor? ¿Puedo ayudarles en las dudas y los obstáculos que encuentran fren-te a la fe cristiana? ¿Quiero emplear tiempo y esfuerzo en este ministerio?

Después de hacer una reflexión, tenemosque reconocer que como creyentes pode-mos hacer mucho para contribuir a que los adolescentes tengan una respuesta positivaen la iglesia y en la sociedad en general.

Debemos reflexionar sobre los propó-sitos para el grupo; la meta final siempreserá verlos convertidos en verdaderos dis-cípulos de Cristo, así como llevarles a uncompromiso firme con la iglesia y con la so-ciedad.

– Crear sentido de grupo entre los jó-venes: Es muy importante la individualidad,pero sin olvidar que también somos socie-dad. Si queremos que nuestro medio social y nuestra iglesia cambie, debemos contar conla ayuda y el apoyo de los otros. Es bueno planificar metas personales, pero los creyen-tes debemos ir más allá y conseguir objeti-vos generales.

Asociarnos en grupo nos permite seruno mismo, pero también ser uno más.Para ilustrar esto podemos pensar en un gru-po de música donde la singularidad de cadainstrumento armoniza con el conjunto com-pleto, pero sin dejar su particularidad propia. Por tanto, no olvidaremos los objetivos ge-nerales, pero tampoco podemos dejar dever las necesidades de los individuos que loforman.

La Palabra de Dios traza una norma muy equilibrada entre trabajar juntos como unosolo (recordemos la imagen del cuerpo para describir la iglesia) y valorar a cada individuo como alguien digno, valioso e insustituibledelante de Dios.

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– Elaborar programas de actividadesque nos ayuden a alcanzar las metas pro-puestas mediante formación en el área in-telectual, en el área física y en el área es-piritual. No olvidemos que nuestros jóvenes son el futuro de la iglesia.

3º Nuestra labor como educadores:Dice el conocido psicopedagogo Bernabé Tierno que “la palabra educación tiene una doble etimología: Educare y Educere. Edu-care significa nutrir o alimentar; y, en este esentido, la educación se entiende como acti-iividad encaminada a proporcionar, enriquecer y construir desde fuera las aptitudes y capa-cidades del sujeto que ha de ser educado.Educere significa sacar, extraer del interior elo mejor de cada sujeto que ha de desarrollar por sí mismo. En Educare el protagonista es el educador; en educere, es el alumno quienpasa a la acción”.

A la vista de estos conceptos, deducimos que la educación es un proceso dinámico por ambas partes, que tiene como fin el perfec-cionamiento del carácter.

La iglesia también debe ser incluida acti-vamente en esta labor de educación de los jóvenes. Nuestra obra más importante será comunicarle las Buenas Noticias de la salva-ción gratuita en Cristo y la realidad de lo quesignifica su conversión. Debemos ser capa-ces de orientarlos a ser verdaderos discípu-los de Cristo y a vincularse en el servicio y el compromiso cristiano, pero no debemosolvidar educar a nuestros jóvenes en el pen-samiento y espíritu crítico. Recordemos que hoy los jóvenes necesitan más la formación que la información. Si los queremos preser-rvar del mal debemos formarles en una acti-tud crítica, no imponerles nuestras ideas y criterios, sino ayudarles a discernir, elegir y

actuar por sí mismos. Necesitamos emplear días, semanas…, años dialogando, critican-do, evaluando los acontecimientos de nues-tro entorno.

Sólo así, aprenderán a discernir entre lo bueno y lo malo e inclinarse por lo bueno y a conservar con firmeza sus propias conviccio-nes, cualquiera que sean las circunstancias.

El reto de la iglesia es enseñarles a pen-sar, no a rechazar todas las ideas y filosofías sin más, sino a evaluarlas según criteriosbíblicos y desde una cosmovisión estricta-mente cristiana.

Si nos entregamos de esta manera a los demás, en esta tarea, estaremos siguiendo el ejemplo del mayor Maestro y Educadorque ha habido en la historia: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Jn 15:13).

(*) José Antonio Sánchez y Dori Alonso son ma-trimonio y tienen dos hijos de 15 y 17 años. Llevana cabo el ministerio de jóvenes y adolescentes en la iglesia de Paseo de la Estación.

¿Quién educa a nuestros hijos?

WENCESLAO CALCC VO

La educación está siendo uno de los grandes caballos de batalla en estos últimosaños, ya que todos somos conscientes de las repercusiones que tiene para el presente y para el futuro en tantos ámbitos de la vida.Aunque no se hubiera producido la introduc-ción de la asignatura Educación para la Ciu-dadanía en el currículo escolar, la educaciónseguiría siendo un asunto de primordial im-portancia, pero la instauración de dicha asig-natura ha avivado aún más lo que de por sí ya es una cuestión de primer orden.

Definiendo límites

Para empezar es preciso definir lo que entendemos por educación. Y aquí es don-de debemos distinguir entre asignaturasde contenido netamente académico pero

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moralmente inocuas, como pueden ser lasmatemáticas, la geografía o la gramática, deotras que tienen que ver con el carácter, por-rque están sustentadas en los conceptos de bueno y malo, justicia, verdad, etc. En una palabra, con todo aquello que no es neutralni aséptico, moralmente hablando, sino quetiene una relevancia y trascendencia en ese campo.

Aunque hay personas, creyentes y nocreyentes, que no separarían ambos cam-pos, al conceptuar la educación como untodo integral, de ahí que sean partidarios del home-schooling o escuela en casa, yo voyga inclinarme por deslindar ambos campos, aunque respeto a los que piensan y actúan de la otra manera. Por lo tanto, en este artí-culo voy a centrarme en aquello que incidedirectamente en lo que tiene que ver con laformación del carácter.

Educadores

En este proceso de la educación existe un elemento vital que es el educador. A grandesrasgos podríamos clasificar a los educadoresen dos grandes apartados:

Clásicos. Los califico así porque son instrumentos concebidos y creados expresamente para educar. A su vez,estos medios clásicos pueden subdi-vidirse en dos grandes grupos:o Especialistas.o Instituciones.Residuales. Los califico de esta ma-nera no porque sean despreciables (de hecho pueden tener tanta o ma-yor repercusión que los clásicos)sino porque no son medios creadosexpresamente para educar, aunque la realidad es que educan. Hay dos grandes medios educativos residua-les:o La calle.o La tecnología.

Los especialistas

Los especialistas en la educación hansido tradicionalmente en muchas culturas las personas particularmente preparadas paraese propósito. Aquí cabría incluir, desde lostiempos más remotos, a los sacerdotes, de-positarios del conocimiento, que ya en Egip-

to o en la India eran los encargados de ese menester. En Sumer y otras civilizacionesantiguas era primordial la figura del escriba, quien era el especialista facultado para intro-ducir a los escolares en el mundo de la escri-tura y de la lectura. Y en la Grecia antigua secreó la figura del pedagogo, un esclavo de laconfianza del dueño de la casa, a quien se leencomendaba la tarea de acompañar, cuidary vigilar a los hijos varones de la familia hastasu llegada a la mayoría de edad.

Por supuesto, la figura del especialista hallegado hasta nuestros días, siendo su prin-cipal representación el maestro. Pero, pordiversas razones, en nuestra sociedad su in-fluencia se ha visto socavada, hasta el punto de que la enseñanza se ha convertido en unaprofesión para la que hay que tener mucha vocación, dada la pérdida de autoridad y laescasa valoración que recibe, tanto de par-rrte del alumnado como de los padres. Antela crisis actual por la que pasa la figura delmaestro, no es extraño que hayan surgidociertos expertos, como son los psicólogosy los pedagogos, a quienes se les consultapara que establezcan los criterios y las pau-tas educativas correctas.

Las instituciones

Las instituciones que tradicionalmente han ejercido un papel educativo han sidotres: la familia, la escuela y la iglesia, habien-do un reparto de esferas entre las tres. A la escuela competía mayormente el aspectointelectual, a la iglesia el aspecto moral y es-piritual, quedando la familia, modelada fuer-rrtemente por la iglesia, como veladora de quelo recibido en las otras dos instituciones seproyectara hacia el futuro.

Pero los cambios habidos en las últimasdécadas han afectado directamente, de for-rrma generalizada, a estas tres instituciones,hasta el punto de que su peso específicoeducativo ha perdido muchos enteros.

La calle

Por calle entiendo toda la red de amista-des, relaciones y aficiones que, llegada unadeterminada etapa en la vida del adolescen-te, van a tomar una dimensión preponde-rante. La opinión de un amigo se torna más importante que la opinión de los padres. Dehecho, hay un momento en el que el adoles-

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cente se va a abrir a la calle y a lo que pro-cede de ella, dando la bienvenida, sin dema-siado criterio selectivo, a lo que viene de eseentorno, hasta el punto de que va a poner entela de juicio o rechazar abiertamente todo lo que venga de la familia. Por eso son años críticos y difíciles.

Mucho de lo que se aprende, puede pro-ceder de ese medio residual llamado la ca-lle, de ahí que sea un gran medio educativo(o des-educativo), aunque no sea un medio expresamente concebido para esa tarea. Porejemplo, lo referente a la sexualidad viene de la calle, con todas las tergiversaciones y desviaciones que la imaginación exacerbada puede fabricar. Los prototipos o modelos enlos cuales fijarse y que se convierten en re-ferencia del ser y del hacer, también proce-den de la calle en esa etapa de la vida. Lospeligros de la calle están bien descritos en elpasaje de Proverbios 1:10-14.

Pero aunque la calle tiene sus peligros, eso no significa que sea absolutamente ma-ligna. Juega un papel en el desarrollo social y psicológico del adolescente y del joven, alabrirlo a un mundo que de alguna manera va a ser el mundo con el que se va a encontrara partir de ahora: con sus riesgos y toma dedecisiones, con sus peligros pero tambiénsus oportunidades.

La tecnología

El otro gran medio residual es relativamen-te reciente y se llama tecnología. Es eviden-te que la televisión, Internet, video-consolas,móviles y demás parafernalia electrónica noson medios educativos inocuos, pues tienen un gran poder para formar (o deformar) las conciencias y personalidades, hasta el puntode que podemos decir, sin temor a equivo-carnos, que la tecnología se ha convertido en el más influyente de todos. Sus criterios so-bre lo que está bien y lo que está mal, sobrelo que conviene o no hacer, y, en fin, sobretodo lo que incide directamente en la forma-ción del carácter y de la personalidad, estánal alcance de un clic de ratón o de un botón, de tal modo que un mundo de posibilidades está, como por arte de magia, al alcance de la mano. Naturalmente en ese inmensoocéano de la tecnología hay creaciones edi-ficantes e inspiradoras y otras monstruosasy destructivas.

Ahora bien, una vez visto todo esto es necesario hacerse la pregunta del encabeza-miento: ¿Quién educa a nuestros hijos? En principio pareciera que, ante los grandes me-dios que han copado la mente y el corazón delos jóvenes, no hay nadie que pueda hacerlesla competencia. Y sin embargo, yo creo quehay un medio que si cumple su función es el más poderoso de todos. Ese medio son lospadres. Hago esta afirmación porque yo creo en la vigencia de Proverbios 22:6 “Instruyeal niño en su camino, y aun cuando fuere vie-jo no se apartará de él”. La palabra que se ha traducido por instruye [janak] bien podría traducirse por inicia, haciendo así referencia a la ventaja que tenemos los padres de ser la primera y, por lo tanto, determinante in-fluencia en la vida de nuestros hijos. Al mis-mo tiempo, ese texto alude a la oportunidad irrepetible que los padres tenemos, en esosprimeros años, de sembrar semillas que ten-drán repercusiones vitalicias.

La figura de los padres

Comencemos por la figura paterna, una figura con un papel que es preciso recupe-rar. Tres ejemplos bastarán para determinarla importancia de la misma:

Abraham (Génesis 18:19)Hay una nota de autoridad en este pasaje que es preciso tener en cuenta, la cual está expresada en el verbo mandar. Ahora bien, todo lo que suena a autoridad actualmente,en el contexto familiar, se asocia con intromi-sión, injerencia y fuerza compulsiva, de todolo cual huimos como si de la peste se trata-ra. De manera que con el abuso de autoridad hemos eliminado la autoridad en sí misma del ámbito doméstico. La consecuencia de ello ha sido la conversión del hogar en una pequeña democracia que ha degenerado en una filiarquía, hasta el punto de que la autori-dad la detentan los hijos, que hacen y desha-cen a su antojo y manejan a los padres según su voluntad. Es preciso recuperar la autoridad paterna por el propio bien de los hijos (y delos padres). Naturalmente esa autoridad hade estar respaldada por el ejemplo.

Deuteronomio 6:20-25En el pasaje se da por sentado que el hijo va a preguntar y lo va a hacer sobre cues-tiones que atañen a las creencias y prácticasdel pueblo de Dios. El pasaje también da por hecho de que le corresponde al padre darcumplida respuesta a las preguntas del hijo.

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De modo que el padre es el maestro de sus hijos. Eso no quiere decir que el padre ha deser un experto conocedor de todos los re-covecos de la teología especulativa, pero sí quiere decir que ha de conocer las grandes verdades concernientes a la salvación queestán contenidas en el evangelio.

Hebreos 12:7-9Donde se da por sentado que paternidad yeducación (la palabra traducida como disci-plina [paideia] tiene el sentido genérico deeducación) van unidas, siendo la falta de edu-cación un síntoma evidente de falta de pater-rrnidad.

La trágica semblanza de David como pa-dre, es un recordatorio perenne de lo quepuede suceder cuando el padre se desen-tiende de su responsabilidad educativa. De los diecinueve hijos que tuvo, sin contar los del sexo femenino y los que tuvo con las concubinas, solo cinco nos son bien cono-cidos: Tamar fue violada por su hermanastro Amnón, quien a su vez fue asesinado por or-rden de su hermanastro Absalón, el cual se sublevó contra su padre muriendo en el in-tento; Adonías, prototipo de hijo consentido a quien su padre nunca le había entristecido, se rebeló contra su padre y murió por orden de su hermanastro Salomón. ¡Qué terriblebalance el de David como padre! Aquel aquien la Escritura nos presenta como hom-bre según el corazón de Dios y tipo del Me-sías, en su papel de padre es un ejemplo…pero a evitar.

Contemplemos ahora la figura materna, en las personas de tres madres cuyo papelfue decisivo en la educación de sus hijos.Los tres casos están rodeados por unas cir-rcunstancias muy precarias en un sentido oen otro, que en principio harían prever unmás que posible desastre educativo… y sinembargo, los resultados serán extraordina-rios, gracias al esfuerzo de esas madres.

Jocabed, la madre de Moisés, que en una situación in extremis va a enco-mendar a su hijo a la providencia deDios (Éxodo 2:3) y después va a criarlo(Éxodo 2:9), de manera que será ellaquien ponga el primer estrato educati-vo en Moisés. Un estrato que perma-necerá, a pesar del paso del tiempo y de los posteriores estratos formativos

que Moisés recibirá en la corte de Fa-raón.Ana, es otra figura que tendrá influenciadecisiva en su hijo (1 Samuel 1:22), un hijo que llegará a ser un hombre grandede Dios en unos tiempos oscuros.Loida y Eunice, abuela y madre respec-tivamente de Timoteo, quienes ante la ausencia, tal vez física o tal vez espiri-tual, del padre, van a transmitir a aquelmuchacho aquella fe no fingida queellas tenían (2 Timoteo 1:5). Una fe quehará de Timoteo un verdadero discípulo y un siervo de Dios.

Así pues, la madre, incluso en ausenciadel padre, tiene un papel crucial a realizar.Nótese que la influencia, en los ejemplosmencionados, la ejercieron esas mujeres enhijos varones, lo que comprueba la veracidaddel dicho: “Detrás de cada gran hombre hayuna gran mujer”. No sabemos quién fue elrey Lemuel, pero sí que fue su madre quien le legó una enseñanza que le fuera de guíapara la alta magistratura a la que había sido llamado (Proverbios 31:1).

En un tiempo en el que la figura paternatenía una preponderancia casi omnímoda entodos los aspectos de la vida, es interesante que el libro de Proverbios, escrito hace unos3.000 años, contempla de manera conjuntay equivalente, tanto-monta monta-tanto, lalabor del padre y de la madre en el común propósito de la educación de los hijos; el pa-ralelismo literario empleado es reflejo del pa-ralelismo en la función educativa de los hijos que tienen el padre y la madre (Proverbios1:8; 6:20). Los términos instrucción, direc-ción, mandamiento y enseñanza, referidostodos ellos a la tarea educativa, se aplican en esos textos al padre y a la madre, ponien-do así a ambos a un nivel paritario en dicha tarea.

La figura de la Sabiduría

He dejado a propósito para el final el me-dio que está por encima de los anteriores,incluidos los padres, y al que los padres mismos hemos de apelar continuamente,por dos razones de peso: la primera, por-rrque como nos recuerda el autor de Hebreos la educación que los padres imprimimos a

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nuestros hijos es defectiva (Hebreos 12:10),incluso con nuestra mejor buena voluntad; lasegunda, porque los padres cristianos aspi-ramos a algo más que meramente transmi-tirles una serie de valores a nuestros hijos.En última instancia, nuestro anhelo no debe radicar en que nuestros hijos reciban deter-rminados valores sino en que reciban a deter-rminada Persona. Y al recibir a esa Personarecibirán sus valores.

Pues bien, esa Persona es la que ya apa-rece en el libro de Proverbios bajo el nombre de Sabiduría. En algunos pasajes se trata deuna característica, pero en otros, principal-mente tres (1:20-23; 8:1-36; 9:1-6), es algomás. Mejor dicho, no es algo sino alguien.

Es una personificación, una hipóstasis paraemplear un término técnico, que tiene exis-tencia propia, personalidad, relación íntimacon Dios y que posee los mismos atributos que Dios tiene: omnipotencia, omnisciencia y eternidad. Es interesante que una de las funciones que Proverbios destaca de la Sa-biduría es la educativa. Una educación que va más allá de la forja de un carácter paraenfrentar las realidades de esta vida y quebusca como fin supremo resultados eternos,porque el sujeto de la educación es una per-rrsona con un alma inmortal.

La Sabiduría de Proverbios es el Verbo delprólogo del evangelio de Juan. Ese Cristo es a quien los padres hemos de acudir, para quesea nuestro instructor en el difícil papel que hemos de ejercer y a quien nuestros hijoshan de recibir, para que no solo sean perso-nas maduras y responsables sino también hijos de Dios.

(*) Wenceslao Calvo es pastor de una iglesia evangélica en Madrid, conferenciante y predicador reconocido en toda España. Es miembro fundador (y Presidente durante 12 años) de PROEL (Promotora Española de Lingüística).

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Prácticas generacionalesImpidamos que desaparezca la siguiente generación de creyentes

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Tres años en la universidad, y a Estela por fin le tocaba hacer prácticas en una empresa en verano. Se levantó más temprano de lo ha-bitual. El hormigueo persistente en la tripa le impidió desayunar a gusto. Con el pelo recién alisado y una camisa formalita, salió corriendo para no perder el autobús.

Se sentía extraña sin su carpeta de apun-tes. Se sentó en un asiento libre y observó a la gente. Un hombre bajito con maletín leía El País. Una señora trajeada hablaba por el mó-vil. De repente, Estela se dio cuenta de que ya no eran tan ajenos, que ella misma ya tenía un pie dentro del mundo adulto.

Cuando llegó a su parada, Estela se bajó del autobús y se acercó a la entrada de la em-

presa como si llevara haciéndolo 20 años. Tra-gando saliva se dirigió a la recepcionista:

– Hola... Soy Estela Galdós. Hoy empiezo –las prácticas.

Todas hemos aprendido de otros –desde hacer de sombra a nuestra abuela mientrashacía torrijas hasta aprender a manejar la caja en una tienda. Agradecemos la ayuda de una persona veterana que no se cansa de orien-tarnos. Con el paso de los días, los nerviosse van disipando y crecemos en confianza.Cuando por fin dominamos la tarea, nos tocaa nosotras enseñar a un nuevo compañeroo a nuestros hijos. Por muy buena que seala teoría, no hay sustituto para ese papel dementor.

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En la iglesia tenemos ancianos o pastores; diáconos; profesores de escuela dominical; lí-íderes de jóvenes, estudios bíblicos o discipu-lados... Más de uno habrá sido instrumentalen nuestro desarrollo como hija de Dios. Hancumplido ese papel de mentor.

Sin embargo, no han sido sólo estas per-rsonas más prominentes las que han invertidoen nuestras vidas. Cada persona del Cuer-rpo de Cristo nos ha guiado con su ejemplomientras estábamos (y seguimos estando) de “prácticas espirituales”. Hemos observadode primera mano cómo utilizan la Biblia, cómo han reaccionado cuando ha muerto un fami-liar, cómo han fallado y se han arrepentido.

Me gustaría enfatizar este tipo de mento-ría extraoficial, unas prácticas que deberíamos hacer, sea cual sea nuestro ministerio visible–prácticas generacionales–. Es más, quieroenfatizar que es urgente que nuestra generae -ción en particular se tome en serio este tipo de mentoría.

Cuando hacemos prácticas en una em-presa, como Estela, no nos suelen emparejarcon el vicepresidente de la empresa, sino conalguien con experiencia pero lo suficiente-mente cercano como para poder meterse en nuestra piel. Se puede relacionar mejor con nosotros; nos entiende mejor.

Este principio se puede aplicar a la iglesia y llamarse “prácticas generacionales”. Por ejemplo, es una bendición si se acerca a no-sotras alguien de una generación anterior, al-guien entre 5 y 10 años mayor que nosotras.

Si fuera de nuestra edad, sería una más del grupo de jóvenes, una compañera. Sus pala-bras tendrían peso, pero quizá no el suficien-te. Sin embargo, los consejos de una creyente con algo más de edad y experiencia tendrán más peso y a la vez vienen de alguien que ztodavía se puede identificar con nosotras.

Este tipo de mentoría generacional se haconvertido en algo urgente para nuestra ge-neración. Haz un recuento un domingo porla mañana. Si formas parte de una iglesialocal promedio, verás bebés, niños, jóvenesadultos, adultos y personas mayores. ¿Quién falta? Salvo excepciones, adolescentes y jó-venes. Un estudio realizado en Cataluña porel Dr. Marcos Dodrill de Juventud para Cristo revela que el porcentaje de jóvenes de fuera que se habían incorporado a la iglesia a lo lar-rrgo de dos años era menos del 1%. Mientrasque en algunas iglesias el aumento había sidomayor, en más de la mitad de las iglesias elcrecimiento fue negativo: se marcharon másjóvenes de los que entraron.

Muchos de los niños que antes estaban en la escuela dominical –nuestros hermanos pequeños– se han ido alejando de la iglesia.–Uno detrás de otro han ido ligándose a nue-vos amigos, dejando sus Biblias en rinconesolvidados, rompiendo los corazones de suspadres... Ha ocurrido imperceptiblemente, y todos nos echamos las manos a la cabeza cuando ya es demasiado tarde. ¡Una situa-ción urgente!

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¿Y tengo yo la culpa? puede que te pregun? -tes. ¿Acaso no se encargan de ellos los pa-dres, los líderes de jóvenes, los ancianos...?

No se trata de culpabilidad sino de ejercer la máxima influencia desde una posición pri-vilegiada –e irrepetible–. Sí, están los padres, los profesores, los pastores... y estás tú.

Pero estoy tan liada... Además, estoy unpoco apática últimamente. ¡Y no se me dan bien los adolescentes!

El estudio anteriormente citado refleja quenuestra generación atraviesa una etapa de cri-sis. Escribe Dodrill: “El problema es, ¿quiénquiere dedicar este tiempo a los jóvenes? Lafranja de edad que anteriormente ha llevado la carga de esta responsabilidad, la que se en-cuentra entre los 20 y los 30 años, atraviesasus propias dificultades. El ocio y los estudiosocupan su tiempo. Las obligaciones laboralesy familiares ocupan el tiempo de las parejasjóvenes”. Entre otras opciones, Dodrill su-giere modelos de ministerio que sean “mássencillos de llevar a cabo para estos nuevos líderes, trabajando con individuos y grupospequeños”.

Para hacer prácticas generacionales, no es necesario que te lleves bien con un grupode personas o una edad, sino que tengas el corazón abierto para acoger a una persona en aparticular. Si en algún momento te das cuentade que hay una joven que te sonríe o te hablamás, acógela. Empieza a orar y a estar pen-diente de ella.

Raras veces nos damos cuenta de cuánto se nos observa y se nos admira, merecida o inmerecidamente. Yo me crié en una iglesia evangélica en la que había muchos jóvenes más mayores que me incluían en sus activi-dades. Yo era más bien tímida, pero absorbía todo lo que ocurría a mi alrededor, soñando

con tener veintitantos años como ellos. Puedodecir que con su fe, sus oraciones, su evan-gelismo, su ética, me impactaron para bien.

Esta es la posición en la que tú te en-cuentras, una mujer joven y atractiva parala siguiente generación. En la Biblia verás laimportancia del relevo generacional: el papel de las mujeres más mayores de enseñar a las esposas jóvenes; los encargos de Pablo a Timoteo; en Jueces, la tragedia de las ge-neraciones que se perdieron. Sin tener queesperar a andar encorvada con bastón para impactar a otros, puedes empezar a hacerprácticas generacionales hoy.

No se trata de pillar a dos adolescentes por banda y decirles que se quiten los pier-rrcing y que tú a su edad tomabas apuntes engel culto. No se trata de invitarlas a un estudio de Amós de tres horas en tu casa. No se trata de suplantar el papel de los padres, los líderesde su grupo o de los ancianos. Todo empiezaescuchando, interesándote en quiénes soncomo personas: preguntando, entendiendo,queriéndoles, dejándoles observarte, mos-trándoles que Cristo es tu vida entre semana.Así, con mucha oración y humildad, se vansembrando las semillas para que algún díapuedas verlas a ellas haciendo lo mismo conotras.

Estela llevaba cuatro años en la empresa y estaba a cargo de un sector entero. Hoy em-pezaría a supervisar un proyecto en el que leayudaría una becaria nueva.

Ahí estaba en recepción. Estela vio un re-flejo de sus propios gestos hace unos años: los nervios contenidos, el entusiasmo y la in-certidumbre, la blusa planchada y el recogidoperfecto. Y al acercarse, le oyó decir:

–Hola. Soy Marta Jiménez. Hoy empie-zo las prácticas.

(*) Elizabeth Clark Wickham nació en Zaragoza de padres estadounidenses. Licenciada en Periodismo (John Brown University, USA), es coordinadora de las revistas en Internet MujerDeHoy.org y Cristiana-DeHoy.com. Está casada y tiene dos hijos pequeños; este año vive en Oxford por los estudios de su ma-rido.

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Maravillas en las pruebas

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Bueno… Qué decir… que pueda alentarlas, animarlas y reflexionar…

Sólo contar, un poquito, de la obra de Dios enmi vida y en la de mi familia. Quizás les sirva…¿Cómo titularé este tema?: “Maravillas en laspruebas”.

¿Por qué? ¡Porque todo lo que Dios nos per-rrmitió pasar en nuestras pruebas fue para mostrarsu maravilla en nuestras vidas; hemos llegado aconocer en verdad el texto de 2 Corintios 6:7-10.El 6:1 dice: Así, pues, nosotros, como colabora-dores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios. Del 7 al 10 dice: En la palabra de verdad, en poder de Dios,con armas de justicia a diestra y a siniestra, por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores, pero veraces; como desconocidos, pero bien conocidos; como mori-iibundos, mas he aquí vivimos; como castigados, mas no muertos. Como entristecidos, mas siem-pre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyén-dolo todo…

La gloria y la honra sea a nuestro Dios quenos permitió pasar por esto y ver su mano en cada situación, MARAVILLÁNDONOS, a cadamomento, al ver cómo Él tenía el control de todo, y que sin Él nada somos. De verdad, que-ridas hermanas, si ponemos nuestras vidas enSus manos, Él es maravilloso. ¡Grande en poder! para permitirnos pasar esto y darnos la salida, y el oportuno socorro… De cierto, muy cierto,como decía el Señor, se cumple su palabra que dice que no nos permitirá pasar más de lo quepodemos soportar… Siempre nos da la salida a su momento. Quizás no sea el tiempo que no-sotras querríamos, pero Él sabe mejor que no-sotras mismas cuál es el momento, cuándo nosdará la salida.

Similar afirmación leí en un devocional, que decía: Si sólo tomáramos sencillamente lo que Él nos manda, y confiáramos en Él en cuanto a las bendiciones que encontraremos dentro de latribulación, aprenderíamos el significado de lossecretos de Su providencia, aun en tiempos deoscuridad.

¡Cómo no titular estas reflexiones Maravillasen las pruebas!, ¿verdad?... Dios las bendiga yfortalezca para su gloria. Amén.

La oración de Jabes(1 Crónicas 4: 9-10)

LIDIA GONZÁNN LEZ

I. Hay personas de quienes se dice mucho y valen poco. En cambio, hay otras de quienes, aunque se dice poco, valen mucho. Las aparien-cias engañan y la calidad es mejor que la canti-dad. De Jabes se dice poco, pero ese poco es grande. Dios valora las cosas diferente que no-sotros: “Él mira el corazón” (1 Samuel 16:7).

El origen de Jabes

No le conocemos mucho, no sabemos su ocupación ni edad. Parece ser de la tribu de Judá (v. 1). Su madre le puso por nombre Jabes, que significa “dolor” o “triste”.

II. Algunas características de su persona. Deél se dice que fue más ilustre que sus hermanos y que hizo una oración a Dios. Es muy notable. ¿Había una ciudad edificada a su nombre, Jabes de Galaad? El ser ilustre no le impidió ser un hombre de oración (v. 10). La ciencia y la sabi-duría no están reñidas con la espiritualidad, ni la espiritualidad con la ciencia.

Ilustre deriva de luz que ilumina. Fue erudito, famoso y piadoso, y lo fue con Dios, con los ínti-mos, con los extraños y consigo mismo.

III. El contenido de su oración. Es hermosa, pro-funda y valiosa. A) La dirigió a Dios, no a los diosespaganos. B) Pidió bendición, “que enriquece y noañade tristeza” (Prov. 10:22). Sintió necesidadesespirituales y materiales. C) Pensaba prosperar: “… si ensanchares…”. Era optimista. D) Quería protección, se sentía débil y se aseguró.

IV. La respuesta del Señor. A) Dios le oye, aprueba lo solicitado y le concede lo que le pide (Exo. 3:7-8). B) Su tristeza se convierte en gozo;sabía en quién había creído. C) Fue bendecido, prosperado y guiado por el Señor.

V. Aplicación. ¿Nuestro Dios es el mismo de Jabes? ¿Podemos ir a Él con confianza? (Hebreos4:16). Jesús dijo a la samaritana: “Si conocieras… pedirías… y te daría…” (Juan 4:10). Si cada uno bri-lláramos como Jabes… y todos juntos como igle-sia, ¡qué gran lámpara habría en nuestra ciudad!

Oraciones contestadas

La iglesia oraba y Pedro fue liberado (Hechos12).

Los judíos salvados por las oraciones de Esther y los suyos.

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Los apóstoles llenos de poder por la oración, en medio de la oposición, fueron llenos del EspírituSanto para seguir “hablando con denuedo la pala-bra” (Hechos 4:23-31).

Ana oró y Samuel “llegó” (1 Samuel 1).Ezequías oró y Dios le sanó (Isaías 38).¿Qué pasa cuando no vemos estas respuestas

a lo que pedimos y no son como las pedimos? Juan Bautista fue decapitado; Esteban lapidado. ¿Tiene el Señor otras respuestas? En la lista de los héroes de la fe (Hebreos 11) hay de todo.

Bastante reciente, en Turquía, asesinaron a unos misioneros. Del impacto del martirio de Esteban surgió el gran apóstol Pablo. En Turquía, de un ho-tel de cinco estrellas solicitaron Nuevos Testamen-tos para colocarlos en las habitaciones. Una señora turca que vive en Alemania regaló un local y dijo:“Si hacéis una iglesia allí, estaré más contenta”.Testimonios así hay muchos.

¿Qué lección puedo aplicar a mi vida?

“No te avergüences de dar testimonio de

nuestro Señor”2 Timoteo 1:8a

ADADD COOK

El llamado a evangelizar es una constanteen toda la Biblia. La Gran Comisión es un pasaje muy conocido por todos y de obligada referencia en un tema como este. Hechos 1:8 nos habladel poder que el Espíritu Santo nos ha concedi-do para ser testigos de Jesús, comenzando por nuestra casa y hasta lo último de la tierra.

Sin embargo, nunca ha sido fácil y como muestra vemos la amonestación de Pablo a Ti-moteo de no avergonzarse de dar testimonio denuestro Señor.

Ahora bien, en una sociedad como la nuestra,donde el secularismo, y para algunos el neopa-ganismo, ha invadido las mentes de un gran nú-mero de ciudadanos, el hablar de Jesucristo seha convertido en una tarea tediosa. Las palabras Dios y pecado no están de moda. Vivimos en el relativismo más absoluto, y predicar el mensajede Jesucristo, de que él es el único camino para llegar a Dios, suena exclusivista y arrogante.

Pero el llamado sigue ahí para nosotros, hom-bres y mujeres del siglo XXI, como un reto que podemos superar con el mismo poder de los apóstoles y creyentes de la iglesia primitiva.

Me gustaría dejar constancia de unos pocos puntos que creo de suma importancia a la horade compartir el evangelio en nuestros días:

1. En primer lugar, pasa tiempo con la gen-te. No podemos compartir el evangelioeficazmente con otros si no tenemos ami-gos no creyentes. No estoy diciendo que participemos de sus pecados o de activi-dades que no nos agradan, pero debemosesforzarnos para salir de vez en cuando de nuestro círculo de amistades creyentes y entrar allí donde nuestra luz, por pequeñaque sea, pueda ser vista.Tal vez puedas formar parte de una AMPA, una asociación cultural, un grupo de aero-bic, un grupo de lectura… Busca lo queDios tiene para ti.

2. Escucha a la gente. Si les escuchas conatención, pronto descubrirás las claves para introducir el evangelio como una he-rramienta para suplir sus necesidades. El evangelio es la clave para suplir todas nuestras necesidades: si te sientes solo, te dice que Dios quiere estar a tu lado y poreso ha enviado a su Hijo a reconciliarte conél; si nadie te valora, te dice que para él vales la vida de su Hijo; si no tienes familia, Dios quiere adoptarte a través de la obrade Cristo en la cruz…

3. Pide a Dios que te ayude a ver la necesidad de cada persona. En algunas personas esmuy difícil de ver, pero está allí. Dios pue-de abrirte los ojos para ver lo que la mis-ma persona no ve y presentarle la solución que Dios le ofrece.Las personas buenas necesitan a Cristo,las personas sabias necesitan a Cristo,–aquéllos que parecen autosuficientestambién, pero a veces nos cuesta verlo.

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4. Mantente fiel al mensaje. Muchos estánbajando el listón y predicando algo que noes el evangelio, para que la gente venga ala iglesia o para que no salga. Recordemosque es el Evangelio el que tiene poder parasalvación, no sus sucedáneos. Debemos dejar claro a la gente que es pecadora, quees enemiga de Dios, que necesita un sal-vador y que Cristo murió y resucitó parareconciliarla con Dios y ofrecerle una vida eterna a su lado, por su gracia por la fe. Esverdad que, a veces, la gente necesita ver en nosotros acciones y no tantas palabras;otras, es necesario actuar y callar, pero no olvides que si nunca hablas de Cristo, tutestimonio sólo servirá para que la gentecrea que eres una buena persona, tú reci-birás la gloria y no Dios.

5. Necesitamos amar a la gente como Cristola amaba. En Marcos 10:21 Jesús miró al joven rico, que creía que lo tenía todo, y le amó. Cuando compartimos con amor, lagente escucha, aunque no lo acepte, en elfondo nota que hay en nosotros un deseo genuino de buscar su bien. Necesitamosver a la gente como ovejas sin pastor, llorarpor ellos y llevarlos ante el trono celestial en oración, suplicando que Dios toque sus corazones.

6. No necesitas ser una gran evangelista. Imita el ejemplo de Pablo y comparte con otros lo que Cristo ha hecho en tu vida. Si

has conocido a Cristo de verdad, tienes mucho que compartir.

7. Por último, que tu motivación principal sea la cruz. Para ello te animo a venir cada día a la presencia de Dios y recordar que en lacruz Cristo pagó tu deuda ante Dios. Allí has sido declarada una nueva criatura, per-rrdonada, justificada, rescatada, adoptada,amada. Si esto es verdad no tienes que te-ner temor de compartir. No hay orgullo nivergüenza en el evangelio de Jesucristo. Sila gente te escucha, la gloria será para Diosy si no, compadécete de aquellos que re-chazaron el mensaje del evangelio y sigueorando por estas personas, pero nunca teavergüences de dar testimonio de nuestroSeñor, porque en su muerte tú has encon-trado la vida y no hay nada más glorioso ni más importante que compartir esta gran verdad.

Mi oración por cada una de nosotras es que tengamos cada día un encuentro con Jesús como la mujer samaritana, que dejó su cánta-ro (sus obligaciones cotidianas) para hablarlesa otros de lo que había encontrado. O como la mujer pecadora, que entró en la casa de Simón el fariseo y se echó a los pies de Jesús sin im-portarle lo que pensaran de ella, sin importarlelo que le hicieran, sino gozosa y agradecida por haber encontrado en Jesús la respuesta a todas sus necesidades.

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Algunos momentos de las Actividades del Grupo de Mujeres

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