clases de equivalencias

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Una reunión Chicago Un soleado domingo, en Chicago, varios antiguos compañeros de clase que habían sido buenos amigos en la escuela se citaron para almorzar después de haber asistido la noche anterior a la reunión de su escuela superior. Deseaban saber más detalles sobre lo que sucedía en la vida de cada uno de ellos. Después de no pocas bromas y un copioso almuerzo, iniciaron una interesante conversación. Angela, que había sido una de las alumnas más populares de la clase, dijo: -Desde luego, la vida resultó ser muy diferente a como creí que sería cuando estaba en la escuela. Has cambiado muchas cosas. -Ciertamente –asintió Nathan. Todos sabían que se había hecho cargo del negocio de la familia, que funcionaba del mismo modo y que formaba parte de la comunidad local desde que tenían uso de razón. Por eso se sorprendieron al comprender que parecía preocupado-. Pero ¿os habéis dado cuenta de que no queremos cambiar cuando las cosas cambian? -Supongo que nos resistimos al cambio porque le tenemos miedo – observó Carlos. -Carlos, tú fuiste el capitán del equipo de fútbol –intervino Jessica-. ¡Nunca creí posible oírte decir que tienes miedo! Todos se echaron a reír al darse cuenta de que, a pesar de haber seguido direcciones muy diferentes, desde trabajar en casa hasta dirigir empresas, experimentaban unos sentimientos muy similares. Todos trataban de afrontar los inesperados cambios que les estaban ocurriendo en los últimos años. Y la mayoría admitía no conocer una buena forma de manejarlos. -A mí me daba miedo cambiar –dijo entonces Michael-. Cuando se presentó un gran cambio en nuestra empresa, no supimos qué hacer. Así que no nos adaptamos y estuvimos a punto de perderla. Pero

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Una reuninChicagoUn soleado domingo, en Chicago, varios antiguos compaeros de clase que haban sido buenos amigos en la escuela se citaron para almorzar despus de haber asistido la noche anterior a la reunin de su escuela superior. Deseaban saber ms detalles sobre lo que suceda en la vida de cada uno de ellos. Despus de no pocas bromas y un copioso almuerzo, iniciaron una interesante conversacin.Angela, que haba sido una de las alumnas ms populares de la clase, dijo:-Desde luego, la vida result ser muy diferente a como cre que sera cuando estaba en la escuela. Has cambiado muchas cosas.-Ciertamente asinti Nathan. Todos saban que se haba hecho cargo del negocio de la familia, que funcionaba del mismo modo y que formaba parte de la comunidad local desde que tenan uso de razn. Por eso se sorprendieron al comprender que pareca preocupado-. Pero os habis dado cuenta de que no queremos cambiar cuando las cosas cambian?-Supongo que nos resistimos al cambio porque le tenemos miedo observ Carlos.-Carlos, t fuiste el capitn del equipo de ftbol intervino Jessica-. Nunca cre posible orte decir que tienes miedo!Todos se echaron a rer al darse cuenta de que, a pesar de haber seguido direcciones muy diferentes, desde trabajar en casa hasta dirigir empresas, experimentaban unos sentimientos muy similares.Todos trataban de afrontar los inesperados cambios que les estaban ocurriendo en los ltimos aos. Y la mayora admita no conocer una buena forma de manejarlos.-A m me daba miedo cambiar dijo entonces Michael-. Cuando se present un gran cambio en nuestra empresa, no supimos qu hacer. As que no nos adaptamos y estuvimos a punto de perderla. Pero entonces omos contar un divertido y breve cuento que lo cambi todo.-De veras? pregunt Nathan.-Bueno, el caso es que esa narracin transform mi forma de considerar el cambio, de modo que en lugar de verlo como la posibilidad de perder algo, empec a verlo como la oportunidad de ganar algo y comprend cmo hacerlo. Despus de eso, las cosas mejoraron con rapidez, tanto en el trabajo como en mi vida personal.Al principio, me molest la evidente simplicidad del relato porque pareca algo que bien pudieran habernos contado en la escuela.Fue entonces cuando me di cuenta de que, en realidad, me senta molesto conmigo mismo, por no haber visto lo evidente ni haber hecho lo que verdaderamente funciona cuando cambian las cosas.Al comprender que los cuatro personajes de ese cuento representan las diversas partes de m mismo, decid cmo quera actuar y cambi.Ms tarde, se lo cont a algunas personas de nuestra empresa, y ellas se lo contaron a su vez a otras, y el negocio no tard en mejorar considerablemente, gracias a que la mayora de nosotros aprendimos a adaptarnos mejor al cambio. Y, lo mismo que me sucede a m, son muchos los que afirman que tambin los ha ayudado en su vida privada.Por otro lado, fueron pocas las personas que dijeron no haber sacado nada en limpio de esta narracin. O bien conocan ya las lecciones y las vivan y ponan en prctica o, lo que era ms habitual, crean saberlo todo y no deseaban aprender. No se daban cuenta de la razn por la que tantos otros se beneficiaban de ella.Cuando uno de nuestros altos ejecutivos, que tena problemas para adaptarse, dijo que el relato slo era una prdida de su valioso tiempo, otros se burlaron de l, diciendo que saban muy bien qu personaje representaba en el cuento, refirindose con ello al que no aprenda nada nuevo y no cambiaba.-Pero cul es ese cuento? pregunt Angela.-Se titula Quin se ha llevado mi queso?Todos se echaron a rer.-Creo que esto ya empieza a gustarme dijo Carlos-. Te importara contrnoslo? Quiz podamos sacarle partido.-Pues claro contest Michael-. Me encantar y, adems, no se necesita mucho tiempo.Y as fue como empez a contarlo.La narracinQuin se ha llevado mi queso?Erase una vez, hace mucho tiempo, en un pas muy lejano, vivan cuatro pequeos personajes que recorran un laberinto buscando el queso que los alimentara y los hiciera sentirse felices.Dos de ellos eran ratones y se llamaban Fisgn y Escurridizo, y los otros dos eran liliputienses, seres tan pequeos como los ratones, pero cuyo aspecto y forma de actuar se pareca mucho a las gentes de hoy da. Se llamaban Hem y Haw.Debido a su pequeo tamao, sera fcil no darse cuenta de lo que estaban haciendo los cuatro. Pero si se miraba con la suficiente atencin, se descubran las cosas ms extraordinarias.Cada da, los ratones y los liliputienses dedicaban el tiempo en el laberinto a buscar su propio queso especial.Los ratones, Fisgn y Escurridizo, que slo posean simples cerebros de roedores, pero muy buen instinto, buscaban un queso seco y duro de roer, como suelen hacer los ratones.Los dos liliputienses, Hem y Haw, utilizaban su cerebro, repleto de convicciones y emociones, para buscar una clase muy diferente de Queso, con mayscula, que estaban convencidos los hara sentirse felices y alcanzar el xito.Por muy diferentes que fuesen los ratones y los liliputienses, tenan algo en comn: cada maana, se colocaban sus atuendos y sus zapatillas de correr, abandonaban sus diminutas casas y se ponan a correr por el laberinto en busca de su queso favorito.El laberinto estaba compuesto por pasillos y cmaras, algunas de las cuales contenan un queso delicioso. Pero tambin haba rincones oscuros y callejones sin salida que no conducan a ninguna parte. Era un lugar donde cualquiera poda perderse con suma facilidad.No obstante, el laberinto contena secretos que permitan disfrutar de una vida mejor a los que supieran encontrar su camino.Los ratones, Fisgn y Escurridizo, utilizaban el sencillo mtodo de tanteo para encontrar el queso. Recorran un pasadizo y, si lo encontraban vaco, se daban media vuelta y recorran otro. Recordaban los pasadizos donde no haba queso y, de ese modo, pronto empezaron a explorar nuevas zonas.Fisgn utilizaba su magnfica nariz para husmear la direccin general de donde proceda el olor del queso, mientras que Escurridizo se lanzaba hacia delante. Se perdieron ms de una vez, como no poda ser de otro modo; seguan direcciones equivocadas y a menudo tropezaban con las paredes. Pero al cabo de un tiempo encontraban el camino.Al igual que los ratones, Hem y Haw, los dos liliputienses, tambin utilizaban su capacidad para pensar y aprender de experiencias del pasado. No obstante, se fiaban de su complejo cerebro para desarrollar mtodos ms sofisticados de encontrar el Queso.A veces les sala bien, pero en otras ocasiones se dejaban dominar por sus poderosas convicciones y emociones humanas, que nublaban su forma de ver las cosas. Eso haca que la vida en el laberinto fuese mucho ms complicada y desafiante.