ciudad de guatemala, guatemala

LA DEDICACIÓNDEL GLORIOSOTABERNÁCULO

DE DIOSSábado, 12 de septiembre de 1998

(Segunda actividad)Ciudad de Guatemala, Guatemala

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NOTA AL LECTOR

Notas

Dr. William Soto Santiago46

“LA DEDICACIÓN DEL GLORIOSO TABERNÁCULO DE DIOS”.

LA DEDICACIÓN DEL GLORIOSOTABERNÁCULO DE DIOS

Dr. William Soto SantiagoSábado, 12 de septiembre de 1998

(Segunda actividad)Ciudad de Guatemala, Guatemala

Muy buenas noches, amables amigos presentes y radioyentes, aquí en Ciudad Guatemala, República

de Guatemala. Es para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir unos momentos alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Para lo cual quiero leer en el libro del Éxodo, capítulo 40, verso 33 al 38; cuando Moisés levantó el tabernáculo de Dios, el templo que Dios le ordenó construir, y lo dedicó a Dios, vean todo lo que allí sucedió: “Finalmente erigió el atrio alrededor del tabernáculo y del altar, y puso la cortina a la entrada del atrio. Así acabó Moisés la obra. Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo


llenaba. Y cuando la nube se alzaba del tabernáculo, los hijos de Israel se movían en todas sus jornadas; pero si la nube no se alzaba, no se movían hasta el día en que ella se alzaba. Porque la nube de Jehová estaba de día sobre el tabernáculo, y el fuego estaba de noche sobre él, a vista de toda la casa de Israel, en todas sus jornadas”. Y leemos en el libro de Hebreos o carta de Hebreos de San Pablo, capítulo 3, verso 5 en adelante, donde dice: “Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir; pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza”. Aquí tenemos dos casas: la casa de Dios que Moisés levantó en el desierto (el tabernáculo que Moisés levantó en el desierto), y ahora tenemos la casa donde Cristo está como Hijo. Y vamos a ver este misterio de LA DEDICACIÓN DEL GLORIOSO TABERNÁCULO DE DIOS. Y nuestro tema para esta ocasión es: “LA DEDICACIÓN DEL GLORIOSO TABERNÁCULO DE DIOS”. La dedicación, en estos tiempos le llaman “inauguración”, pero lo correcto es “dedicación”, porque es dedicado a Dios el templo construido, y es dedicado para servicio a Dios. También tenemos la historia del templo que el rey Salomón dedicó a Dios, el cual fue construido conforme a como Dios le ordenó; y en el capítulo 5, también, de Segunda de Crónicas, encontramos esa dedicación que

La dedicación deL gLorioso TabernácuLo de dios 45

Y ahora, ¿dónde están las personas que vendrían a formar parte de ese glorioso Tabernáculo de Dios en este Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular? Pues aquí estamos presentes, en Ciudad Guatemala un grupo, en San Lucas otro grupo, y en diferentes lugares de la República de Guatemala; y también en la República Mexicana, y también en la República del Brasil, y también en la República de Colombia, y también en todas las repúblicas de la América Latina y el Caribe; y demás lugares latinoamericanos y caribeños; y también hay algunos que están en otras naciones; pero todos vienen a ser parte de ese Templo espiritual de Jesucristo, de la Edad de la Piedra Angular, de la Edad del Lugar Santísimo de ese Templo que está llegando a su etapa final en este tiempo final. Y pronto será dedicado a Dios y Dios entrará a ese Templo en toda Su plenitud; y esa será la manifestación gloriosa de Dios en Espíritu Santo en Su Templo, y será la manifestación gloriosa de los hijos e hijas de Dios con cuerpos eternos. Esa es una promesa de Dios hecha para los hijos e hijas de Dios de este tiempo final. Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también; y pronto se complete el número de los escogidos de Dios en la Casa de Dios, en el Templo de Dios, en la Iglesia de Jesucristo; y pronto los muertos en Cristo resuciten en cuerpos eternos y nosotros los que vivimos seamos transformados, y seamos llevados a la Casa de nuestro Padre celestial en el Cielo, a la Cena de las Bodas del Cordero. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén. Dejo con nosotros al reverendo Miguel Bermúdez Marín para continuar. Que Dios les bendiga, y pasen todos buenas noches.


en Su Iglesia en toda Su plenitud en Su Ángel Mensajero, y tener a Jesucristo manifestado en cada uno de los escogidos en toda Su plenitud en Espíritu Santo. Y así la Iglesia de Jesucristo, la Casa de Dios, ser glorificada; porque Él dijo: “… glorificaré la casa de mi gloria”. La Casa de Morada de Dios, que es Su Iglesia, el Nuevo Templo, tiene la promesa de esa glorificación. Hemos visto el misterio de LA DEDICACIÓN DEL GLORIOSO TABERNÁCULO DE DIOS. Y ahora hemos visto cuál es el templo, el tabernáculo de Dios, para Dios morar en toda Su plenitud en este tiempo final y durante el Reino Milenial y por toda la eternidad: es la Iglesia del Señor Jesucristo. Esa es la Casa más importante, y esa es la Iglesia que tiene las grandes promesas de Cristo para este tiempo final. Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes dándoles testimonio de “LA DEDICACIÓN DEL GLORIOSO TABERNÁCULO DE DIOS”, del glorioso Templo de Dios, el cual para este tiempo final sería Su Iglesia; así como en el tiempo de Moisés fue el tabernáculo que Moisés levantó y dedicó a Dios, y como en el tiempo de Salomón fue el templo que Salomón construyó y dedicó a Dios. Y ahora, el Templo que Jesucristo está construyendo es el Nuevo Templo, que será dedicado en este Día Postrero para morada de Dios en Espíritu Santo en toda Su plenitud. Cristo lo dedica a Dios para Dios morar en toda Su plenitud. Estamos viviendo en los últimos toques de la construcción de ese Templo, en donde las últimas piedras vivas, los últimos escogidos están siendo llamados y juntados en este tiempo final.


se hizo a Dios. En el capítulo 5 de Segunda de Crónicas, verso 11 al 14, dice: “Y cuando los sacerdotes salieron del santuario (porque todos los sacerdotes que se hallaron habían sido santificados, y no guardaban sus turnos (o sea, que todos estaban allí); y los levitas cantores, todos los de Asaf, los de Hemán y los de Jedutún, juntamente con sus hijos y sus hermanos, vestidos de lino fino, estaban con címbalos y salterios y arpas al oriente del altar; y con ellos ciento veinte sacerdotes que tocaban trompetas) (120 sacerdotes tocando trompetas), cuando sonaban, pues, las trompetas, y cantaban todos a una, para alabar y dar gracias a Jehová, y a medida que alzaban la voz con trompetas y címbalos y otros instrumentos de música, y alababan a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, porque su misericordia es para siempre; entonces la casa se llenó de una nube, la casa de Jehová. Y no podían los sacerdotes estar allí para ministrar, por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Dios”. Aquí tenemos el templo que construyó Salomón también. Ahora, tenemos tres personas muy importantes que construirían templo, un templo para Dios: • Moisés, el cual dedicó ese templo, el tabernáculo a Dios; y la nube de la Columna de Fuego —que le había hablado al profeta Moisés y había libertado al pueblo hebreo y los había guiado por el desierto— ahora entró a ese templo que Moisés dedicó, y estaba en ese templo y sobre ese templo; y la gloria de Dios era vista por el pueblo hebreo al estar sobre el tabernáculo, sobre el templo.


Pero dentro del templo, en el lugar santísimo, la gloria de Dios estaba sobre el propiciatorio, y solamente Moisés podía verla —y Aarón una vez al año— cuando entraba al lugar santísimo; y veía la gloria de Dios en la luz de la Shekinah, sobre el propiciatorio, en medio de los dos querubines de oro que estaban allí sobre el propiciatorio, en el lugar santísimo. Y ahora, vean la gloria de Dios manifestada en ese templo, en donde se ministraba delante de Dios en favor del pueblo hebreo. Podemos ver, en esa manifestación de ese templo, que ese templo que estaba allí en la Tierra era representación del Templo de Dios del Cielo; y por eso es que Dios escuchaba, en ese templo, desde Su Templo y desde Su Trono allá en el Cielo. En ese templo se hacía también el sacrificio para la reconciliación del pueblo hebreo con Dios. Ahora podemos ver la importancia de ese templo en medio del pueblo hebreo: es el templo donde Dios estaba manifestado y escuchaba, y recibía al pueblo hebreo y escuchaba sus oraciones. Es tan importante ese templo para el pueblo hebreo en el tiempo de Moisés (y luego, más adelante) que, aun cuando Salomón construyó el tabernáculo, el arca del pacto que estaba en el templo de Moisés la colocó en el lugar santísimo del templo que construyó Salomón, y también los utensilios o cosas que correspondían a ese lugar santísimo. • Ahora, vean cómo también el segundo hombre que le tocó construir un templo, el cual fue el rey Salomón… El rey y salmista David sintió en su alma, en su corazón, el deseo de construir un templo para Dios; y ese


Por eso es tan importante trabajar en la construcción de ese Templo, todos con amor divino, llevando el Mensaje por todos los lugares, el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta, con la cual son llamados y juntados todas las personas que están ordenadas por Dios, predestinadas por Dios, desde antes de la fundación del mundo, y escritas en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo, para ser parte de ese Templo de Dios, de esa Iglesia del Señor Jesucristo. Para este tiempo final, el llamado es para la etapa o Edad del Lugar Santísimo de ese Templo. Ese llamado ha surgido, ha salido, en la América Latina y el Caribe. Así que diríamos que el 90%, 99% de los que pertenecerán al Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo serán latinoamericanos y caribeños. Y el llamado de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, con la revelación del misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, ha sido abierto ese misterio en la América Latina y el Caribe. Y con ese misterio siendo abierto y siendo proclamado, están siendo llamados y juntados todos los escogidos de Dios (¿dónde?) en la Casa de Dios, en la Iglesia de Jesucristo, que es el Templo de Jesucristo; para pronto completarse ese número, y así completarse la construcción de ese Templo espiritual, de la Iglesia de Jesucristo; y ser glorificada esa Casa, con la presencia de Dios en Espíritu Santo morando en toda Su plenitud en Su Iglesia como Cuerpo Místico de creyentes (como Cuerpo Místico de creyentes) y en Su Iglesia como individuos. Y así tener a Jesucristo en Espíritu Santo manifestado


toda Su plenitud en Su Iglesia durante el Reino Milenial, en los miembros de Su Iglesia, o sea, en cada persona como individuo, porque todos seremos iguales a nuestro amado Señor Jesucristo; y estaremos como reyes y como sacerdotes ministrando en el Reino Milenial, ¿dónde? En la Casa de Dios, en el Templo de Dios. Ahí será donde se ministrará; y nosotros seremos los que ministraremos con Cristo en el Reino Milenial como sacerdotes y como reyes también; y Cristo es el Melquisedec, que ministrará en Su Casa, Su Iglesia, durante el Reino Milenial. Cristo como Sumo Sacerdote según el Orden de Melquisedec y como Rey de Jerusalén y del mundo entero sentándose sobre el Trono de David. Ahora podemos ver este gran misterio de LA DEDICACIÓN DEL GLORIOSO TABERNÁCULO DE DIOS, de ese glorioso Templo para Dios. Es en este tiempo final donde Cristo en Espíritu Santo dedicará el Templo glorioso para Dios, que es Su Iglesia. Hemos visto este misterio y hemos visto cómo fue reflejado allá, en el templo de Moisés y el templo de Salomón. Y ahora, en el Templo de Jesucristo, Su Iglesia, vean cómo para el tiempo final se terminará la construcción de ese Templo; y nosotros seremos transformados cuando los muertos en Cristo resuciten. Y será un Templo glorificado, porque seremos glorificados, tendremos cuerpos glorificados; y así seremos morada de Dios en Espíritu Santo, Dios en Espíritu Santo morando en nosotros en toda Su plenitud. Seremos iguales a nuestro amado Señor Jesucristo, a imagen y semejanza Suya. Por eso es tan importante la dedicación del Templo de Dios, el Templo de Jesucristo, que es Su Iglesia.


deseo estaba correcto, pero Dios le dijo: “Por cuanto tú has derramado mucha sangre (en las guerras), tú no me construirás ese templo; sino tu hijo Salomón será el que me construirá ese templo”1. Y el rey David almacenó muchos materiales para la construcción de ese templo, el cual sería usado por su hijo Salomón en la construcción de ese templo; y aun los planos de ese templo se los entregó el rey David a Salomón. Y el rey Salomón construyó ese templo. Recuerden, Salomón es el rey o un rey de paz, tipo y figura de nuestro amado Señor Jesucristo, que es el Príncipe de Paz. David también es tipo y figura de Cristo como Rey. La época del rey David y del rey Salomón es llamada la época o edad de oro del pueblo hebreo; porque estos dos reyes… El rey David fue escogido por Dios, y dijo Dios acerca del rey David que era un hombre conforme a Su corazón2; y un rey que tiene su corazón conforme al corazón de Dios, es un buen rey. Ahora, el rey David, vean, tenía su corazón puesto en Dios; por eso las cosas del corazón de Dios eran comunicadas al corazón del rey David. Y sintió David el deseo de construir un templo para Dios, porque ese era el deseo del corazón de Dios. Y todos los preparativos para la construcción de ese templo los hizo el rey David; pero su hijo sería el que le construiría el templo para Dios. Ahora, un templo para Dios es muy importante porque ese es el lugar de morada para Dios; ahí habita Dios, en ese templo, en el lugar santísimo, sobre el propiciatorio, que está sobre el arca del pacto. El propiciatorio es la tapa 1 1 Crónicas 22:7-10, 28:2-7; 2 Crónicas 6:7-9; 1 Reyes 8:17-192 1 Samuel 13:14, Hechos 13:22


del arca del pacto, donde están los dos querubines de oro (ahí en el propiciatorio); y ahí es donde está la presencia de Dios, en la luz de la Shekinah, manifestada. Ahora, ahí también está el Nombre de Dios; porque el Nombre de Dios, vean ustedes, dice el Éxodo, capítulo 23, verso 20 en adelante, que está en el Ángel. Capítulo 23, verso 20 en adelante, del Éxodo, dice: “He aquí…”. (…) En el capítulo 23 del Éxodo, verso 20 en adelante, dice: “He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado. Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él”. ¿Dónde está el Nombre Eterno de Dios? En Su Ángel. Y este es el Ángel que le apareció al profeta Moisés en aquella llama de fuego, y le dijo3: “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”. Era nada menos que el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, Creador de los Cielos y de la Tierra, manifestado en esa luz llamada la Columna de Fuego o Pilar de Fuego o la Shekinah; y guio al pueblo hebreo, luego que los libertó, y los llevó a la tierra prometida. Y ahora, Dios en la Columna de Fuego iba a morar dentro de un templo, iba a estar sobre el propiciatorio; y por eso ese templo es tan importante. Y ahí también iba a estar el Nombre Eterno de Dios. Cuando Moisés le preguntó al Ángel de Jehová, al Ángel del Pacto (que es el mismo Dios en ese cuerpo teofánico, en esa teofanía), cuando Moisés le preguntó cuál era Su Nombre, vean ustedes, el Ángel de Jehová le 3 Éxodo 3:6


a Jesucristo en Su cuerpo teofánico; y nos iremos con Él a la Cena de las Bodas del Cordero, al Cielo, para disfrutar de esa gran fiesta celestial en la Casa de nuestro Padre celestial. Hemos visto el misterio del Nuevo Templo y hemos visto quién es el que está construyendo ese Nuevo Templo; y ya lleva dos mil años construyendo ese Templo; pero al tercer milenio… que es el séptimo milenio, y de los días postreros delante de Dios es el último (porque ese es el tercero de los tres días postreros delante de Dios). El séptimo milenio es, de los tres milenios postreros, el último; por eso es el postrero (“postrero” es “último”). Y ese, siendo el tercero de los tres días postreros, al tercer día delante de Dios es que Jesucristo levanta ese Templo para Dios; un Nuevo Templo para Dios, en lugar del templo que construyó Moisés y del templo que construyó Salomón y del templo que fue destruido por el general romano Tito. Ahora habrá un Templo eterno, un Templo glorificado; y la gloria de ese Templo será mayor que la gloria del templo que construyó Moisés y que la gloria del templo que construyó Salomón. La gloria del postrer Templo es mayor; porque dice en Isaías, capítulo 60, verso 7 al 8, que Dios glorificará ese Templo, glorificará la Casa de Su Morada. Capítulo 60, verso 7 en adelante, dice: “Todo el ganado de Cedar será juntado para ti; carneros de Nebaiot te serán servidos; serán ofrecidos con agrado sobre mi altar, y glorificaré la casa de mi gloria”. Y la Casa de Su gloria, para el séptimo milenio, para el Reino Milenial, es Su Iglesia; porque Dios morará en


de Dios manifestado en el Día Postrero a través de Su Ángel Mensajero. Y por lo tanto, el nombre nuevo de Jesús estará ahí manifestado, y el nombre nuevo de Moisés estará ahí manifestado también, y el nombre nuevo de Elías estará ahí manifestado también. Será el mismo nombre para Elías, para Jesús y para Moisés, en la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, en la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, que es Jesucristo en Espíritu Santo viniendo en el Día Postrero manifestado en Su Ángel Mensajero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación de Reino, que es la Edad del Lugar Santísimo de Su Templo espiritual, de ese Nuevo Templo que en este tiempo final será dedicado por Jesucristo a Dios, para morada de Dios en Espíritu Santo en toda Su plenitud. Y cuando se termine la construcción de este Templo espiritual al entrar hasta el último de los escogidos a la Iglesia de Jesucristo, entonces los muertos en Cristo serán resucitados en cuerpos eternos y nosotros seremos transformados; y así la gloria de Dios estará manifestada en la Iglesia del Señor Jesucristo; y todos seremos iguales a nuestro amado Señor Jesucristo, a imagen y semejanza de Jesucristo nuestro Salvador: con vida eterna en nuestros cuerpos físicos, que serán cuerpos físicos inmortales, incorruptibles y glorificados, iguales al cuerpo de Jesucristo; y con el espíritu teofánico eterno de la sexta dimensión dentro de ese cuerpo, y con el alma nuestra dentro de ese cuerpo también. Y así seremos iguales a nuestro amado Señor Jesucristo, para ir con Él a la Cena de las Bodas del Cordero. Cuando tengamos el nuevo cuerpo, entonces veremos


dijo. Ahora, en el capítulo 3 del Éxodo, versos 13 al 14, dice: “Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: Yo soY el que soY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: Yo soY me envió a vosotros”. Aquí, en el Nombre que Dios le da aquí a Moisés como Su Nombre, en los originales dice que es YHWH; ese es el Nombre Eterno de Dios dado a Moisés. Aun la pronunciación de ese Nombre, de esas cuatro consonantes (llamado el tetragramatón), Moisés escuchó la pronunciación de esas cuatro letras, pero nadie más estaba allí con Moisés para escuchar esa pronunciación; así que Moisés era el único que sabía la pronunciación de ese Nombre. También en otra ocasión Moisés escuchó la pronunciación de ese Nombre, cuando Dios en el capítulo 33 del Éxodo pasó frente a Moisés y estuvo allí proclamando el Nombre de Jehová. En el capítulo 33 del Éxodo, en el verso 18 en adelante, dice: “Él entonces dijo (Moisés dijo): Te ruego que me muestres tu gloria. Y le respondió (Dios): Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti (así que Moisés iba a escuchar el Nombre de Dios siendo proclamado por el mismo Dios); y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente. Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá.


Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña; y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi rostro (dice Dios a Moisés)”. Y luego en el capítulo 34, verso 1 en adelante, dice: “Y Jehová dijo a Moisés: Alísate dos tablas de piedra como las primeras…”. Porque Moisés había quebrado las primeras tablas que Dios le había dado con Su Ley, por cuanto —cuando descendió Moisés del monte Sinaí— encontró que el pueblo se había apartado de Dios y se había tornado a la idolatría, y tenía un becerro de oro, que había sido fundido; y la gente estaba de fiesta, en una fiesta de idolatría, y estaba adorando a un becerro de oro; un becerro de oro de la religión de allá de Egipto, de donde habían visto que tenían en su religión un becerro de oro4. Y hubo entre los hebreos unos que se levantaron como líderes; mientras Moisés estaba en el monte recibiendo las tablas de la Ley, por 40 días y 40 noches sin comer ni beber, se levantaron algunos que tomaron al pueblo y lo incitaron para tornarse hacia Egipto y para hacerse un nuevo dios o nuevos dioses y apartarse así del camino de Dios. Esas personas que hicieron eso contra el pueblo hebreo, lo hicieron contra el mismo Dios. Y pidieron a Aarón que les hiciera ese dios; lo cual fue algo mal de parte de Aarón, construirles un becerro de oro a esos que se rebelaron en contra de Dios y Su Programa.4 Éxodo 32:1-6


de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo; como Hijo del Hombre e Hijo de David, para sentarse en el Trono de David, y reinar sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones, y colocar al pueblo hebreo en la posición más importante de todas las naciones: como cabeza de todas las naciones. Por eso el pueblo hebreo depende de la Segunda Venida de Cristo, de la Venida del Mesías; él no sabe que será la Segunda Venida de Cristo hasta que se abra ese misterio para el pueblo hebreo; y cuando se abra ese misterio para el pueblo hebreo entonces llorarán por haber rechazado y pedido la muerte del Mesías en Su Primera Venida; y se cumplirá el Día de la Expiación para ellos, donde tenían que lamentarse, gemir, llorar, arrepentidos por sus pecados. Y para este tiempo final, por medio de la manifestación del Espíritu de Cristo, Jesucristo en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero, que es el profeta mensajero de la Dispensación del Reino, es un profeta dispensacional con un Mensaje dispensacional: el Mensaje del Evangelio del Reino; y con ministerios dispensacionales, como el ministerio de Moisés y como el ministerio de Jesús, que también estará manifestado en Su Ángel Mensajero. Y el ministerio de Elías pasa, sube, a una posición más importante, porque pasa a un mensajero dispensacional; por lo tanto el ministerio de Elías recibe una adopción: la adopción para ministrar en el Día Postrero como uno de los Dos Olivos; y el de Moisés como uno de los Dos Olivos también; y el de Jesús pasa en el Día Postrero para ministrar también. Y todo eso es el Espíritu Santo, Jesucristo en Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, el cual tiene el Nombre Eterno


“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”. Y por consiguiente, el nombre nuevo de Elías, vean ustedes, ha ido siendo cambiado: de Elías Tisbita, después, para la segunda manifestación de Elías, vino a ser Eliseo, para la tercera manifestación vino a ser Juan el Bautista, para la cuarta manifestación vino a ser William Marrion Branham, y para la quinta manifestación, pues el nombre que tenga el velo de carne, el Ángel del Señor Jesucristo. Ese será el Elías en su quinta manifestación, ese será el Elías que en el Día Postrero llevará el Mensaje al pueblo hebreo también. Ese será el Elías prometido para el Día Postrero como uno de los Dos Olivos, que vendrá con la Gran Voz de Trompeta o Trompeta de Dios, con el Mensaje del Evangelio del Reino, llamando y juntando a los escogidos de Dios. Y el Moisés que estará manifestado en el Día Postrero —que es el ministerio de Moisés manifestado por segunda vez en la Tierra— será el espíritu ministerial de Moisés, o sea, el ministerio de Moisés manifestado en un hombre de este tiempo final, por segunda vez; y ese es un ministerio dispensacional, por lo tanto tiene que venir en un profeta dispensacional. Por eso no pudo venir en ninguno de los siete mensajeros de las siete edades, porque ellos no eran profetas dispensacionales. Y para la conversión del pueblo hebreo a Cristo tiene que venir el ministerio de Moisés, que fue el ministerio que le dio al pueblo hebreo la Ley, para poder pasar al pueblo hebreo a una nueva dispensación: la Dispensación del Reino, con un Mensaje dispensacional: con el Mensaje del Evangelio del Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo; de la Venida del Mesías como el León


Ahora, podemos ver que mientras Moisés estaba en el monte recibiendo las tablas de la Ley, el pueblo se descarrió. Cuando Moisés descendió con las tablas de la Ley, el pueblo estaba en idolatría. Y Moisés quebró las tablas de la Ley, y tomó el becerro de oro y lo molió, y lo echó en el arroyo; y el pueblo hebreo, tomando el agua del río o del arroyo, estaba tomándose ese becerro de oro molido5. Luego tuvo Moisés que subir de nuevo al monte Sinaí y él mismo preparar dos tablas; porque él fue el que quebró las dos tablas de piedra que Dios le había dado con la Ley Divina. Moisés subió de nuevo, conforme a como Dios le ordenó, y… (eso fue al tercer día, subió); y el pueblo iba a estar viendo a Moisés subir al monte de nuevo, para estar allá 40 días más y 40 noches sin comer ni beber. Ahora vean que un profeta dispensacional pasa por etapas difíciles por amor al pueblo; pero por causa del pueblo también, algunas veces se puede molestar, como Moisés se molestó; o la ira de Dios puede manifestarse en ese hombre y traer juicios también sobre el pueblo. Pero ese profeta siempre va a tratar de defender al pueblo delante de Dios, o sea, de impedir que Dios destruya al pueblo; y estará dispuesto a que Dios lo destruya a él y que deje al pueblo continuar con vida. Eso fue lo que hizo Moisés en una ocasión6. Y eso fue lo que hizo Cristo también, cuando llegó el tiempo para la destrucción de la raza humana a causa del pecado; pues era un día en donde Dios destruiría la raza humana (como sucedió en el tiempo de Noé), pero 5 Éxodo 32:15-206 Éxodo 32:30-32


Cristo tomó nuestros pecados, se hizo mortal, y el juicio divino que tenía que caer sobre la raza humana cayó sobre nuestro amado Señor Jesucristo, a tal grado que tuvo que ir al infierno también. Pero allá en el infierno les predicó a las almas encarceladas, espíritus encarcelados, que habían sido desobedientes en el tiempo de Noé, nos dice San Pedro en Segunda de Pedro (…), nos habla San Pedro estas cosas en su carta… (…) Corrijo: Primera de Pedro, capítulo 3, verso 18 al 22. Ahí nos habla que Cristo fue y les predicó a las almas encarceladas, que habían sido desobedientes en el tiempo de Noé, cuando la paciencia de Dios esperaba. ¿Por qué esperaba la paciencia de Dios? Esperaba porque Noé estaba construyendo el arca, donde se iban a salvar Noé y su familia. Por lo tanto el juicio divino no podía caer sobre la raza humana hasta que Noé terminara la construcción de esa arca, en donde entrarían todos y se salvarían Noé y su familia; todos los creyentes en el Mensaje de Noé, todos los creyentes en el profeta Noé. Y ahora, vean ustedes cómo Cristo ha estado construyendo Su Iglesia; y Dios no puede destruir la raza humana, no puede traer el juicio divino de la gran tribulación, hasta que esté construida esa Iglesia, hasta que esté construido ese Templo espiritual. Ahora, vamos a ver por qué: porque si Dios trae el juicio divino sobre la raza humana sin estar construido ese Templo espiritual, que es la Iglesia de Jesucristo, aun los escogidos de Dios serían destruidos por el juicio divino. Y los escogidos de Dios, para el Día Postrero, los que partieron ya, los que murieron físicamente, serán resucitados en cuerpos eternos, y nosotros los que vivimos seremos transformados; y nos iremos con Cristo


eso no importa; pero en el que estará cumpliéndose Su Venida, ahí es donde cuenta ese Nombre. Y ahora, Él es el que revelará ese Nombre. Dijo el precursor de la Segunda Venida de Cristo, el reverendo William Branham, hablando acerca de ese Nombre Nuevo del Señor Jesucristo, en la página 354 del libro de Las Edades, dijo: “128. ‘Y escribiré sobre él mi nombre nuevo’”. Hablando de esa promesa de Apocalipsis, capítulo 3, verso 12, donde Cristo promete escribir Su Nombre Nuevo sobre el Vencedor; así como había sido escrito el Nombre de Dios sobre el sumo sacerdote en una placa o laminilla de oro que llevaba puesta en la frente. “128. ‘Y escribiré sobre él mi nombre nuevo’. Mi Nombre nuevo. Cuando TODO llegue a ser nuevo, entonces Él también tendrá un Nombre nuevo; y ese Nombre también será el nombre de la Novia (o sea, de la Iglesia). Lo que aquel Nombre es, nadie se atreve a conjeturar. Tendría que ser una revelación del Espíritu Santo dada tan conclusivamente que nadie se atrevería a negar”. Y toda revelación, ¿tiene que venir a quién? A un profeta; por lo tanto tiene que haber un profeta en la Tierra para recibir esa revelación de parte de Dios. Y solamente tenemos para el Día Postrero, para el tiempo final, para el séptimo milenio, la promesa de los ministerios de Moisés, de Elías y de Jesús para ser manifestados en la Tierra; por lo tanto tiene que haber un hombre, un profeta, en el cual se manifiesten esos tres ministerios grandes (los manifiesta el Espíritu Santo a través de un hombre, de un profeta); y solamente ese profeta puede ser el Ángel del Señor Jesucristo, del cual Cristo dice:


tiempo, para llevar el pueblo hebreo a la tierra prometida, pasarlos a la tierra prometida. Redimir es ‘volver al lugar de origen’; y por medio de Josué, vean ustedes, luego de la trayectoria que tuvo el pueblo hebreo desde Egipto hasta Moab, frente al Jordán, luego el que pasaría al otro lado del Jordán el pueblo sería Josué; y eso es redención: volver al pueblo a su lugar original; representando que nuestro Josué, nuestro amado Señor Jesucristo, sería el que nos restauraría a la vida eterna. Y ahora, en Su Primera Venida llevó a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario y nos restauró a un cuerpo teofánico de la sexta dimensión, un cuerpo eterno. Y para el Día Postrero nos restaurará a un cuerpo físico eterno y glorificado, igual al cuerpo de nuestro amado Señor Jesucristo. Por eso para el Día Postrero Cristo vendrá manifestando Su Nombre Nuevo, que es el Nombre Eterno de Dios. Y como en el tiempo de la Primera Venida de Cristo hubo personas que tuvieron el nombre Jesús, o sea, el nombre Josué, que es Jesús; y también el nombre Jesús en griego lo tuvieron; y también lo había tenido Josué. Hubo muchas personas que se llamaron Jesús o Josué antes de venir Jesús, y aun en el tiempo de Jesús también. Pero Jesús, el Cristo, el Mesías prometido para aquel tiempo, era uno; no importa que otras personas hubieran tenido también ese nombre. Y no importa cuántas personas hayan tenido el Nombre que Cristo estará usando y manifestando en el Día Postrero en Su Segunda Venida, en el cumplimiento de Su Segunda Venida con ese Nombre; no importa que otros lo hayan tenido, le hayan puesto ese nombre a alguna otra persona,


a la Cena de las Bodas del Cordero, a la Casa de nuestro Padre celestial; y estaremos con Él por tres años y medio, mientras la gran tribulación —donde el juicio divino caerá sobre la raza humana— estará cumpliéndose aquí en la Tierra. Pero los escogidos no pasarán por la gran tribulación, porque la causa para pasar por la gran tribulación es el pecado; y los escogidos de Dios han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, por lo tanto, están limpios por la Sangre de Cristo, y el juicio divino no puede caer sobre los escogidos de Dios; tienen que ser entonces llevados a la Casa de nuestro Padre celestial, al Cielo. Ahora podemos ver que hay tres hombres muy importantes en la historia bíblica que construirían templos. • El primero fue Moisés, y vean cómo construyó ese gran templo, ese tabernáculo para Dios; y cuando lo terminó, Dios entró en ese templo, el Espíritu Santo entró en la forma de la Columna de Fuego, cuando fue terminado y dedicado a Dios ese templo. • Luego tenemos al rey Salomón, el cual construyó el templo para Dios —allá en Jerusalén— y luego lo dedicó a Dios, y entró Dios en Espíritu Santo en la Columna de Fuego y habitó en ese templo. Y no podían ministrar los sacerdotes a causa de la presencia de Dios en ese templo, así como sucedió en el tiempo de Moisés. • Y ahora, el otro que ha estado construyendo un templo…; porque Cristo dijo que aquel templo que estaba en Jerusalén sería destruido (en San Lucas, capítulo 19). Cristo habla acerca de la destrucción del templo en Jerusalén y dice la causa por la cual será destruido. Dice el capítulo 19, verso 41 al 44, de San Lucas: “Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró


(esto fue el día de Su entrada triunfal a Jerusalén) sobre ella, diciendo: ¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos. Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán, y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación”. Jerusalén sería destruida. De esto también habló Cristo en San Mateo, capítulo 24. Cuando Sus discípulos (en el capítulo 24, verso 1 en adelante) se acercan a Jesús y le muestran el templo y los edificios del templo, dice: “Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada. Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas (o sea, la destrucción del templo), y qué señal habrá de tu venida, y del fin del (mundo) (o sea, qué señal habrá de Su Venida y qué señal habrá del fin del mundo)?”. En cuanto a la destrucción del templo Él les contestó en este mismo capítulo 24 —que es un capítulo profético, de eventos que serían cumplidos—, les dijo que cuando vieran a Jerusalén cercada de ejércitos había llegado el tiempo de su destrucción; y el que estuviera en Jerusalén, que saliera de Jerusalén, y el que estuviera fuera de


Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista”. Porque Juan el Bautista es aquel Elías que tenía que venir en aquel tiempo precursando la Primera Venida de Cristo, preparando al pueblo para la Primera Venida de Cristo, para que lo recibieran; porque Juan el Bautista presentaría al Mesías. Y cuando Juan el Bautista dijo: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”, estaba presentándole al pueblo hebreo la Primera Venida de Cristo, cumplida en aquel joven carpintero de Nazaret, Jesús. Allí estaba el Ángel del Pacto con Su Nombre Eterno, allí estaba dentro de aquel cuerpo de carne, llamado Jesús de Nazaret. Ahora, el nombre Jesús, que en hebreo es Josué o Yoshua o Yeshua, lo había tenido también ya un hombre muy importante del Antiguo Testamento, el cual fue el que continuó con el pueblo hebreo y fue el instrumento de Dios para introducir al pueblo hebreo al otro lado del Jordán, a la tierra prometida; y le repartió por medio de Josué la tierra prometida al pueblo hebreo, a las tribus, doce tribus de Israel. Ahora, Josué y Jesús es el mismo nombre. En hebreo es Josué o Yoshua y en griego pues es Jesús, y también en español. En griego pues se pronuncia de otra forma, pero, vean ustedes, es Jesús. Y ahora, Jesús significa ‘Salvador’ y ‘Redentor’, ‘Salvador’ o ‘Redentor’; y Josué significa lo mismo. O sea que ya en un mensajero de Dios del Antiguo Testamento, Dios había colocado el nombre que usaría el Mesías en Su Primera Venida; pero Josué no era el Mesías prometido para llevar a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario; Josué era el ungido, Mesías, de su


porque fue el precursor de la Segunda Venida de Cristo; y vino el Espíritu de Cristo manifestado en él operando el ministerio de Elías por cuarta ocasión. Pero el ministerio de Elías sería operado por cinco ocasiones, cinco veces, en cinco mensajeros diferentes: Elías Tisbita fue el primero, Eliseo fue el segundo; y vean que en cada ocasión viene con un velo de carne nuevo, en un velo de carne nuevo, ese ministerio, y con un nombre nuevo. Y luego la tercera ocasión fue en Juan el Bautista; Cristo dijo de él en San Mateo, capítulo 11, verso 14, Él dijo: “Si ustedes lo quieren recibir, él es aquel Elías que había de venir”. San Mateo, capítulo 11, verso 14. Y en San Mateo, capítulo 17, verso 10 al 13, también Cristo habla acerca de Juan el Bautista cuando le preguntan a Jesús Sus discípulos, le dicen: “¿No dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero y restaure todas las cosas?”. Vamos a ver, capítulo 17, verso 10 en adelante, de San Mateo: “Entonces…”. Esto fue cuando bajaron del Monte de la Transfiguración, y habían visto a Moisés y a Elías en el Monte de la Transfiguración; allí estaban Pedro también, Juan el apóstol y Santiago el apóstol. “Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas. Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos.


Jerusalén no regresara a Jerusalén, porque había llegado el tiempo para su destrucción7. ¿Y Jerusalén fue rodeada por cuántos años, Miguel? Por tres años fue rodeada por el general romano Tito con su ejército, y dio tiempo para que los que quisieran salir de Jerusalén salieran; y así los discípulos de Jesucristo, los creyentes en Jesucristo, la Iglesia del Señor Jesucristo que estaba en Jerusalén habitando, pudieran salir, porque era concedida la salida de todos los que quisieran salir. Y los creyentes en Cristo recordarían la profecía de la señal de la destrucción para Jerusalén, que sería que Jerusalén sería cercada de ejércitos. Y esa señal los creyentes en Cristo, la Iglesia del Señor Jesucristo en medio del pueblo hebreo allá, vieron esa señal y salieron de Jerusalén (se fueron para otras ciudades); y cuando el general romano Tito entró a Jerusalén y comenzó a destruir a Jerusalén, ya los discípulos de Jesucristo no estaban dentro de la ciudad de Jerusalén. A menos que hubiera algún discípulo, algún miembro de la Iglesia de Jesucristo que se hubiera apegado a los bienes materiales (como hizo la esposa de Lot) y se hubiera quedado allí dentro. ¡Hubiera sido un tonto!, porque iba a ser Jerusalén destruida; y si ese se quedaba allí, se merecía ser el primero en recibir el juicio divino, porque sabía que la señal para la destrucción de Jerusalén estaba siendo cumplida allí. Ahora, vean ustedes, cuando Dios dice que va a destruir un territorio, y no habrá lugar para evitar esa destrucción, pues lo mejor es uno estar fuera del lugar donde Dios va a traer esa destrucción. ¿Porque el avisado qué? Ve el mal, ¿y qué hace? 7 San Mateo 24:15-18, San Marcos 13:14-16


Escapa, huye. Y el que no es avisado (el cual es el ignorante, el fatuo, el necio, el tonto) pues no puede ver, no puede comprender, y se queda en el lugar y recibe el juicio; o sea, ese es el ignorante. Ahora, podemos ver que la señal de la destrucción de Jerusalén se cumplió. Muchos de los judíos enemigos de Cristo, cuando Cristo hablaba de Su propio cuerpo… Porque el cuerpo humano es un templo de Dios, y Cristo es el templo humano de Dios; estando allí presente en medio del pueblo hebreo, era el templo humano de Dios, donde Dios estaba viviendo; y dijo8: “Destruyan este templo, y en tres días yo lo levantaré”. Y ahora, muchos pensaron…, lo tomaron literalmente y pensaron que se refería al templo literal; y después acusaban a Jesús de que había dicho que destruyeran el templo, que le había dicho a la gente que destruyeran el templo; y también algunos decían que Él decía que iba a destruir el templo y en tres días lo iba a levantar. Y ellos decían (¿en cuántos años?, ¿en 47 años?): “En 47 años fue construido este templo, y ahora tú dices que lo destruyan y en tres días tú lo vas a levantar”. Pero miren, Cristo se refería a Su cuerpo como Templo de Dios, el cual iba a ser destruido, iba a ser crucificado allí en Jerusalén, y al tercer día Cristo lo iba a levantar. Pero ahora, el templo literal de Israel, que fue destruido por el general romano Tito, vean ustedes, era el templo donde el pueblo hebreo iba para adorar a Dios. Y el templo, cuando fue destruido, el pueblo hebreo se quedó sin templo, por lo tanto se quedó sin sacrificios, se quedó sin el sacrificio de la expiación; y por eso el juicio divino 8 San Juan 2:19


de Su Ángel Mensajero en toda Su plenitud y ministrando en Su Iglesia, en el Lugar Santísimo, en toda Su plenitud. Y entonces tendremos la reconciliación total de todos los hijos e hijas de Dios. Y entonces vendrá para el pueblo hebreo la reconciliación del pueblo hebreo con Dios, ministrando Cristo en toda Su plenitud en Su Templo espiritual, en Su Iglesia, en el Día Postrero, en el Lugar Santísimo. Por eso es que los siete mensajeros de las siete edades, en sus tiempos trataron de convertir el pueblo hebreo a Cristo —algunos de ellos— y no pudieron. ¿Por qué? Porque para la reconciliación del pueblo hebreo, así como el sumo sacerdote tenía que entrar al lugar santísimo del templo con la sangre del sacrificio, Cristo tiene que entrar al Lugar Santísimo de Su Templo espiritual para ahí poder efectuar la labor que corresponde al Día Postrero, y llamar y juntar 144.000 hebreos que serán reconciliados con Dios, y recibirán las bendiciones de Dios. Ahora podemos ver el por qué los mensajeros de las edades pasadas no pudieron convertir el pueblo hebreo a Cristo. Y aún más: ninguno de ellos fue un mensajero dispensacional; todos fueron mensajeros de edades. Y de esos siete mensajeros, los más sobresalientes fueron San Pablo, el primer ángel mensajero de la primera edad de la Iglesia gentil, que era un profeta también, y apóstol; y el séptimo ángel mensajero, mensajero de la séptima edad de la Iglesia gentil, que también fue un profeta, y fue el precursor de la Segunda Venida de Cristo, el cual vino con el espíritu y virtud de Elías en la cuarta manifestación del ministerio de Elías; por eso es el mensajero, de los siete ángeles mensajeros, el más sobresaliente, el más importante, el mayor de ellos,


el tiempo, porque Él lo recibió cuando ascendió al Cielo, recibió ese Nombre Nuevo. Y ahora, vean cómo para la manifestación de Cristo en el Día Postrero, en donde estará manifestado por medio de un mensajero dispensacional, Él —para entrar al Lugar Santísimo y construir el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual, y entrar y ministrar en el Lugar Santísimo como Sumo Sacerdote— tendrá ese Nombre Eterno y Nuevo, de Jesucristo, lo tendrá ahí manifestado. La manifestación de Cristo a través de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, que es el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, será una manifestación del Nombre Eterno de Dios y Nombre Nuevo del Señor Jesucristo. El único que podía entrar al lugar santísimo para ministrar era el sumo sacerdote, y era el único que tenía escrito el Nombre Eterno de Dios en la frente. Y ahora, vean ustedes, para el Día Postrero Cristo construye el Lugar Santísimo y ministra en el Lugar Santísimo de Su Templo, así como lo hizo en cada una de las edades pasadas. Y es para el Día Postrero en donde Cristo por medio de Su Ángel Mensajero estará manifestado llamando y juntando a todos los escogidos de Dios y completando así la construcción de Su Templo; Templo que Él dedicará a Dios, para morada de Dios en toda Su plenitud. Y con la Venida de Cristo en el Día Postrero, en Su Obra de Reclamo, Él resucitará a los muertos en Cristo y nos transformará a nosotros los que vivimos, y morará en cada uno de nosotros como individuos en toda Su plenitud; y morará en Su Iglesia como Cuerpo Místico de creyentes en toda Su plenitud, manifestándose por medio


ha estado cayendo sobre el pueblo hebreo, aunque ellos no lo comprendan así; y han tenido que huir a otras naciones, y han estado siendo perseguidos en diferentes naciones a través de estos dos mil años que han transcurrido. Hitler por poco extermina al pueblo hebreo. Pero por cuanto Dios tiene una promesa para el pueblo hebreo, para el Día Postrero, de una restauración, de una reconciliación del pueblo hebreo con Dios: Dios por amor a Abraham, a Isaac y a Jacob, y a los patriarcas, Él ha mantenido vivos a miles de hebreos, o millones, hasta este tiempo final. Y los que han perseguido al pueblo hebreo se han buscado tremendo problema con Dios; porque “el que los maldiga, será maldito; pero el que los bendiga, será bendito”9. Aun ellos pasando por el juicio divino, los que bendecían al pueblo hebreo serán benditos y los que lo han maldecido serán malditos por Dios. Ahora, el pueblo hebreo, por no tener un templo no ha podido tener el sacrificio de la expiación, y por eso el pueblo hebreo ha estado en esa situación en donde los juicios divinos han estado cayendo sobre el pueblo hebreo; pero Dios para el tercer día levantará un templo, un Nuevo Templo, y el pueblo hebreo será reconciliado con Dios. Necesita un Nuevo Templo para ser reconciliado con Dios. Y ese Nuevo Templo es el Mesías el que lo construye; y ese Nuevo Templo lo ha estado construyendo Cristo durante todos estos dos mil años que han transcurrido. Si le añadimos al calendario los años de atraso que tiene, pues ya han transcurrido dos mil años de Cristo hacia acá; y ya estamos en el tercer milenio de Cristo hacia acá, que es el séptimo milenio de Adán hasta este tiempo en el cual vivimos.9 Génesis 12:3


Y ahora, siendo que de Cristo hacia acá ya han transcurrido dos mil años y estamos en el tercer milenio de Cristo hacia acá (y delante de Dios un milenio nuestro o un día milenial nuestro, es para Dios solamente un día, por cuanto “un día delante del Señor es como mil años y mil años como un día”, dice Segunda de Pedro, capítulo 3, verso 8, y el profeta Moisés en el Salmo 90 y verso 4), encontramos que en el primer día de los tres días postreros delante de Dios (que fue el tiempo donde Cristo estuvo presente en la Tierra, y donde también fue crucificado, resucitó y ascendió al Cielo), levantó el Templo que fue destruido en la Cruz del Calvario, lo levantó resucitado; lo restauró: resucitado y glorificado. Y ahora, para el tercer día milenial Cristo levantará un templo en Israel; pero no es un templo de piedras ni de madera terrenal, sino que es un templo que Cristo ha estado construyendo con seres humanos; pues dice la Escritura, conforme a como nos habla San Pedro y también el profeta Isaías, que Jesucristo es la Piedra del Ángulo, es una Piedra viva, la cual los edificadores desecharon; pero nos dice que es preciosa para Dios (esa Piedra); y también él habla de todos nosotros y dice que somos piedras vivas también. Primera de Pedro, capítulo 2, verso 4 en adelante, dice: “Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual (o sea, una casa espiritual) y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa;


del Pacto, en donde está el Nombre Eterno de Dios. Y para el Día Postrero, conforme a Su promesa, viene la Piedrecita blanca con un nombre nuevo escrito. La misma Piedra que vio el rey Nabucodonosor; y también el profeta Daniel, cuando le interpretó el sueño al rey Nabucodonosor, dijo que esa Piedra no cortada de manos vendría (esa Piedra no cortada de manos, cortada del Monte de Dios, del Monte) y heriría a la imagen en los pies de hierro y de barro cocido. Los pies de hierro y de barro cocido es el reino del anticristo, el cual para el tiempo final estará manifestado aquí en la Tierra. Y en el tiempo de la Venida de esa Piedra, el imperio del anticristo en algún momento recibirá el juicio divino; las plagas caerán sobre el imperio de la bestia, del anticristo, como cayeron sobre el imperio del faraón allá en Egipto cuando Dios fue a libertar al pueblo hebreo por medio del profeta Moisés. Ahora, Jesucristo siendo el Sumo Sacerdote Melquisedec, el cual entró al Templo de Dios en el Cielo, llevaba el Nombre Eterno de Dios para poder entrar al Lugar Santísimo allá. Y ahora, en el Templo de Jesucristo (que es Su Iglesia), el Nuevo Templo que estará funcionando en el Reino Milenial, el Sumo Sacerdote Melquisedec (que es Jesucristo), el cual ha estado manifestado de etapa en etapa, de edad en edad, en la construcción de Su Templo, manifestado por medio de cada mensajero, Él ha tenido Su Nombre, ese Nombre Eterno de Dios, pero no lo ha revelado en los mensajeros y a través de los mensajeros. ¿Por qué? Porque es una revelación para ser manifestada en la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad del Lugar Santísimo. Aunque Cristo ha estado con ese Nombre todo


pacto, y Él es el que tiene el Nombre Eterno de Dios. Por eso Dios dijo: “He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado. Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él”. Y dondequiera que esté el Ángel de Pacto, estará el Nombre Eterno de Dios. Y estando el Ángel del Pacto en el Templo de Dios, en Su Templo, en el Lugar Santísimo sobre el Arca del Pacto, ahí está el Nombre Eterno de Dios. Y ahora, otro lugar donde estaba el Nombre de Dios, ¿saben cuál es? Él, esta promesa de que escribirá Su Nombre Nuevo y Nombre Eterno de Dios sobre el Vencedor, es una promesa que viene siendo reflejada desde el Antiguo Testamento; viene en una línea de pensamiento divino desde el Antiguo Testamento. Ahora, ¿qué hombre tenía escrito sobre él el Nombre Eterno de Dios? El sumo sacerdote. ¿Dónde lo tenía escrito? En la frente, en una laminilla o una lámina de oro que decía: “SantiDaD a Jehová”; y “Jehová” ahí, son las cuatro consonantes YHWH. Vean dónde estaba —en un hombre escrito— el Nombre Eterno de Dios; y vean, ese era el único que podía entrar al lugar santísimo, de los sacerdotes. Los demás sacerdotes no podían entrar al lugar santísimo, solamente el sumo sacerdote. Y ahora Cristo, el Sumo Sacerdote, vean ustedes, es el que tiene el Nombre Eterno de Dios; porque Él es el Ángel


Y el que creyere en él, no será avergonzado. Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo; y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados. Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”. Aquí podemos ver la Obra de Cristo en la construcción de ese Nuevo Templo, con piedras vivas, que son seres humanos; y ese Nuevo Templo es la Iglesia del Señor Jesucristo. Dice San Pablo en su carta a los Hebreos (la Escritura que les leí al principio), en su carta a los Hebreos, capítulo 3, verso 5 en adelante: “Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir; pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros…”. ¿Cuál es la Casa de Dios? Es la Iglesia del Señor Jesucristo, compuesta por seres humanos que han recibido a Cristo como su Salvador, han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo y han recibido Su Espíritu Santo; y por consiguiente han nacido de nuevo: han nacido en la Casa de Dios, en la Familia de Dios. Y ahora, esta Casa de Dios es la Iglesia del Señor Jesucristo, donde Cristo es la cabeza.


Él está colocado sobre Su Casa, y Él es el Sumo Sacerdote. Él es Sumo Sacerdote según el Orden de Melquisedec, porque Él es aquel Melquisedec que le apareció a Abraham y le dio pan y vino10, el cual también es Rey de Salem y Sacerdote del Dios Altísimo del Templo que está en el Cielo. Por eso es que Jesucristo, cuando murió y resucitó, ascendió al Cielo y fue al Lugar Santísimo del Templo de Dios en el Cielo y se sentó a la diestra de Dios en el Cielo: entró al Lugar Santísimo del Templo de Dios en el Cielo. Y ha estado como Sumo Sacerdote con Su propia Sangre haciendo intercesión por todos los que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero; como el sumo sacerdote Aarón y demás sumos sacerdotes hacían cada año, el día 10 del mes séptimo, que era el día de la expiación, donde entraban con la sangre de la expiación del macho cabrío y la llevaban hasta el lugar santísimo, y esparcían con su dedo siete veces sobre la parte oriental del propiciatorio. Y el sumo sacerdote durante ese día realizaba todas las labores correspondientes al día de la expiación, para la reconciliación del pueblo hebreo con Dios; o sea, la reconciliación del Israel terrenal, que es la simiente de Abraham según la carne, la simiente de Abraham terrenal. Y ahora, tenemos el Israel celestial, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, los que creerían en Jesucristo como su Salvador y lavarían sus pecados en la Sangre de Cristo; y así nacerían de nuevo, al recibir el Espíritu Santo, y vendrían a ser el Israel celestial. Así como hay un Israel terrenal, hay un Israel celestial; y el Israel celestial fue reflejado en el Israel terrenal.10 Génesis 14:18


Eso será para este tiempo final, en donde la Trompeta de Dios está prometida para sonar, la Trompeta Final, y llamará y juntará a todos los escogidos de Dios que estarán viviendo en la Tierra en este tiempo final. Eso es para la Edad de la Piedra Angular, para la Edad del Lugar Santísimo del Templo de Jesucristo, que es la Iglesia de Jesucristo, el Nuevo Templo que Dios tendrá en el Reino Milenial. A ese Templo es al cual se acercarán durante el Reino Milenial para obtener las bendiciones de Dios; y desde ese Templo es que Dios hablará (porque estará manifestado en ese Templo), hablará desde ese Templo para los seres humanos; porque ese será el Templo que estará representando el Templo de Dios que está en el Cielo; y por consiguiente Cristo estará ahí, en ese Templo. Y siendo que ese Templo es la Iglesia de Jesucristo, todos estaremos allí en Jerusalén reinando con Cristo. Él estará como Rey sobre el Trono de David, y con Él se sentará en Su Trono el Vencedor que vivirá en el Día Postrero, el cual también tiene la promesa de Cristo de Apocalipsis, capítulo 3, verso 12, donde dice: “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí (o sea, nunca más saldrá fuera); y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”. Hay personas que no saben que Jesucristo tiene un nombre nuevo. Ese es el Nombre Eterno de Dios. ¿Y dónde estaba ese Nombre en el templo que construyó Moisés y el templo que construyó Salomón? Estaba en el lugar santísimo, sobre el arca del pacto; porque allí estaba el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, sobre el arca del


Esos también son los Ángeles del Hijo del Hombre, con los cuales Él viene, “porque el Hijo del Hombre vendrá con Sus Ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras”12. Y son también los Ángeles del Hijo del Hombre enviados con la Gran Voz de Trompeta para llamar y juntar a todos los escogidos de Dios; los escogidos de Dios de entre los gentiles primeramente, para completar el número de la Iglesia de Jesucristo, y después los escogidos de Dios de en medio del pueblo hebreo, que son 144.000 hebreos. Ahora podemos ver que la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta suena en el Día Postrero; y luego que haya sonado y llamado y juntado a los escogidos de Dios, revelándoles todas estas cosas deben suceder pronto, luego Jesucristo terminará Su labor en el Cielo, en el Lugar Santísimo, en el Templo de Dios, terminará Su labor allá como Sumo Sacerdote; como terminaba el sumo sacerdote, en el templo que construyó Moisés y en el templo que construyó Salomón, cuando terminaba en ese día sus labores de intercesión: ya salía fuera, se cambiaba sus ropas, su vestidura, y pronunciaba el Nombre Eterno de Dios; y el pueblo hebreo quedaba reconciliado con Dios. Así será para este tiempo final, en donde Cristo terminará Su labor en el Cielo… Ya hemos sido reconciliados espiritualmente, en nuestra alma y nuestro espíritu, pero físicamente necesitamos tener un cuerpo eterno y glorioso, en donde físicamente también estemos reconciliados; en donde no haya enfermedad, ni haya muerte, ni haya vejez, ni haya problemas similares a estos que tenemos en este cuerpo terrenal.12 San Mateo 16:27


Por eso es que en el templo terrenal entraba el sumo sacerdote para llevar a cabo la obra de intercesión; con la sangre del macho cabrío, entraba al lugar santísimo, ante la presencia de Dios. Y por eso es que para la Intercesión, para la reconciliación del Israel celestial, el Sumo Sacerdote Jesucristo entró al Lugar Santísimo del Templo que está en el Cielo; y ha estado en el Templo que está en el Cielo, en el Lugar Santísimo, haciendo intercesión al colocar Su Sangre sobre el Propiciatorio, sobre el Trono de Dios. Y ahora, ya lleva unos dos mil años aproximadamente, y no terminará esa Obra hasta que haya hecho intercesión hasta por el último de los que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero. Y cuando termine esa labor entonces saldrá del Templo de Dios allá en el Cielo, del Lugar Santísimo, y reclamará a todos los que Él ha redimido con Su Sangre preciosa, y resucitará a los muertos en Cristo y transformará a todos los que estamos vivos en el Cuerpo Místico de Cristo, o sea, en ese Templo espiritual. Vean, San Pablo también, en su carta a los Efesios nos habla de este Templo, y en el capítulo 2 de Efesios, verso 19 en adelante, dice: “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados


para morada de Dios en el Espíritu”. Aquí tenemos de parte del apóstol San Pablo la construcción de este Templo espiritual, que es la Iglesia de Jesucristo. Dice que estamos creciendo para ser un Templo santo en el Señor: nosotros como individuos y como parte de la Iglesia de Jesucristo, que es el Templo espiritual como Iglesia. Y nosotros como individuos somos un templo también para Dios; porque así como Él mora en Su Iglesia, Él mora en cada uno de los miembros de Su Iglesia, de los elegidos de Dios. Ahora podemos ver quién es el que construiría el tercer templo: el Templo en donde Dios habitará en toda Su plenitud; porque este es un Templo para morada de Dios en Espíritu Santo. Cuando Moisés dedicó el templo a Dios, entró Dios en la Columna de Fuego en ese templo y moró en ese templo. Cuando Salomón dedicó ese templo a Dios, también sucedió en la misma forma. Y para el Día Postrero, en el Templo espiritual de Cristo, que es Su Iglesia, cuando esté concluida su construcción (y esto será cuando entre hasta el último de los escogidos a formar parte de ese Templo, de la Iglesia de Jesucristo), entonces Cristo dedicará Su Templo espiritual, Su Iglesia, para morada de Dios en toda Su plenitud; y los muertos en Cristo serán resucitados en cuerpos eternos y nosotros los que vivimos seremos transformados; y eso será la manifestación gloriosa de los hijos de Dios, de la cual habló el apóstol San Pedro y San Pablo. San Pablo habló en Romanos, capítulo 8, verso 19 en adelante, donde dice: “Porque el anhelo ardiente de la creación es el


igual al cuerpo de nuestro amado Señor Jesucristo. “… pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta”. ¿Cuándo? A la Final Trompeta, en un abrir y cerrar de ojos. Ojos representa profetas, videntes; y hemos tenido un abrir y cerrar de ojos: Cada vez que ha venido un profeta mensajero, un mensajero para cada edad, ¿ha venido qué? Un abrir de ojos: apareció un profeta, un cerrar de ojos: partió ese profeta, y se quedó esa edad sin visión profética porque se cerró ese ojo, terminó el ministerio de ese profeta, de ese mensajero. Pero, vean ustedes, los siete ojos de Jehová, que son los siete ángeles mensajeros ungidos con el Espíritu Santo, han venido: un abrir de ojos y un cerrar de ojos, un abrir de ojos y un cerrar de ojos, hasta que los siete ojos de Jehová han sido abiertos y han sido cerrados. Pero ahora tenemos la etapa de la Edad de la Piedra Angular para la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final, en donde son llamados y juntados todos los escogidos de Dios; y en donde los ojos del Hijo del Hombre como llama de fuego son abiertos, y son los ministerios de los Dos Ungidos, los ministerios de Moisés y Elías; porque ojos representa videntes. Y para el Día Postrero, luego de los ministerios de los siete ángeles mensajeros, de los siete ojos de Jehová que recorren toda la Tierra, vienen los Dos Ojos del Hijo del Hombre como llama de fuego. Son videntes, Moisés y Elías, los Dos Olivos, de Apocalipsis, capítulo 11, verso 3 en adelante, y Zacarías, capítulo 4, que son los Dos Olivos, los Dos Ungidos, que están delante de la presencia de Dios.


de todos los escogidos de Dios, ¿dónde? Allá en la Cruz del Calvario. Y ahora, la Segunda Venida de Cristo es como el León de la tribu de Judá, y el Mensaje del Evangelio del Reino es el que contiene la revelación de la Segunda Venida de Cristo. Y ese es el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final prometido para ser escuchado en el Día Postrero, y ese es el Mensaje de Jesucristo por medio de Su Ángel Mensajero revelándonos todas estas cosas que corresponden a este tiempo final. Por eso es que la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta suena en el Día Postrero y llama y junta a todos los escogidos de Dios, y después es que vendrá la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos. Tiene que estar el Cuerpo Místico de Cristo completo, para poder ocurrir la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos. Por eso llevamos el Mensaje por todos los lugares, para que les llegue hasta los oídos y el alma de todos los que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero; porque ese es el Mensaje para ellos: es la Voz de Cristo llamándolos y juntándolos en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino. “He aquí, os digo un misterio (dice San Pablo en Primera de Corintios, capítulo 15, verso 51 en adelante): No todos dormiremos (o sea, no todos vamos a morir); pero todos seremos transformados…”. O sea que viene un cambio para nuestro cuerpos, una transformación, en donde estos cuerpos mortales al ser transformados serán cambiados por un cuerpo inmortal; tendremos un cuerpo inmortal, incorruptible y glorificado,


aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo”. La adopción es la redención de nuestro cuerpo, que es la transformación de nosotros los que vivimos y la resurrección de los muertos en Cristo en cuerpos eternos, para así todos tener el cuerpo eterno y glorificado igual al cuerpo de nuestro amado Señor Jesucristo. Por eso es que para el tiempo final, en la Iglesia del Señor Jesucristo, en la etapa final de la Iglesia, que es la Edad de la Piedra Angular, tenemos la promesa de la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final sonando, para, luego que con ese sonido de la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final sean llamados y juntados todos los escogidos de Dios… Como dijo Jesús también en el capítulo 24 y verso 31 de San Mateo: “Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos”. Es para este tiempo final en donde los escogidos del Día Postrero serán llamados y juntados en el Templo espiritual de Jesucristo (que es Su Iglesia) en la Edad de la Piedra Angular, así como fueron juntados los escogidos de cada


una de las etapas o edades de la Iglesia a través de estos tiempos pasados, estos dos mil años que han transcurrido. Para este tiempo final, con el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta, que es la Voz de Cristo hablando por medio de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero, así como habló por medio de Sus siete ángeles mensajeros en las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, para este tiempo final… Vean ustedes, así como habló en cada edad por medio de cada mensajero, Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en cada etapa… Habló por San Pablo y San Pablo decía11: “No vivo ya yo, vive Cristo en mí”; y por medio de San Pablo Cristo estuvo hablando y estuvo llamando y juntando a todos Sus escogidos, como Él había prometido. Y así Él ha estado haciendo de etapa en etapa por medio de cada mensajero que Él ha enviado. Y así ha estado cumpliendo Cristo Su promesa de San Juan, capítulo 10, verso 14 al 16, donde Él dijo: “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil (o sea, que no son hebreos); aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre”.11 Gálatas 2:20


Ahora vean ustedes cómo Cristo nos habla de que tiene otras ovejas; aparte de las ovejas hebreas tiene otras ovejas, que son gentiles, los cuales Él dice que debe traer, debe llamar, ¿y debe colocarlos dónde? En Su Rebaño. “… y habrá un rebaño, y un pastor”. Ese Rebaño es la Iglesia del Señor Jesucristo, que también es el Templo espiritual de Jesucristo. Y Él, por medio de cada mensajero que Él ha enviado, ha estado llamando y ha estado juntando esas ovejas en Su Redil, en Su Rebaño, que es Su Iglesia. Y ahora, para el Día Postrero, en la etapa de la Edad de la Piedra Angular, llama las últimas ovejas por medio de la manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en este tiempo final. Cristo, con esa Voz de Trompeta o Gran Voz de Trompeta, nos habla por medio de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero y nos muestra todas estas cosas que deben suceder; o sea, nos revela todas las cosas que han de suceder, todas estas profecías que corresponden a este tiempo final; nos abre todas esas profecías y nos muestra lo que ha de suceder en este tiempo final. Y con ese Mensaje son llamados y juntados todos los escogidos de Dios. Nos abre las profecías, las Escrituras relacionadas a la Segunda Venida de Cristo, la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, y nos muestra ese misterio de la Segunda Venida de Cristo; porque el Mensaje de la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta, que es la Trompeta del Evangelio del Reino, gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo; como el Evangelio de la Gracia (para la Dispensación de la Gracia) gira alrededor de la Primera Venida de Cristo como el Cordero de Dios quitando el pecado del mundo,

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