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 TERCERA PLÁTICA EN EL ROBLEDAL  Para que tengamos unidad de pensamiento y, por ende, de acción, tiene que haber concordancia, ac uerdo, y esto parece ser muy difícil. La co ncordancia no quiere decir aceptación irreflexiva o tolerancia , porque la tolerancia es una cosa superficial. E l acuerdo exige profunda inteligencia y una mente muy flexible.  Aparentemente, en este mundo une es convencido con mayor facilidad por la tontería que por un pensar integral e inteligente. Existe un tipo de acuerdo emocional que no es acuerdo en absoluto. Es tan sólo una excitación que lo dirige a uno hacia ciertas actividades, actitudes y afirmaciones, pero no lo conduce hacia el pleno e inteligente despertar de la realización individual.  Ahora bien, si están de acuerdo con la tontería, como parece estarlo la mayoría de la gente, entonces tiene que haber confusión. Por el momento, pueden sentir que son supremamente relices, que están contentos, y por eso creen que han comprendido la vida; p ero si permiten que la mente examine esa presunta felicidad verán que, en realidad, lo que tienen es una excita ción emotiva superficial inducida por las repetidas aseveraciones de otro. Cualquier acción nacida de esta superficialidad debe conducirnos inevitablemente a la confusión, mientras que el acuerdo basado en un pensar inteli gente nos conduce a la verdadera felicidad y al completo bienestar. Hago hincapié en este punto porque siento que es muy importante y necesario que uno no tenga dentro de sí ninguna clase de barreras que crean división, desacuerdo. Estas barreras generan confusión y lucha en el individuo, y también impiden una acción unida e inteligente en el mundo. El acuerdo inteligente es esencial para una acción concertada; pero eso no es acuerdo cuando hay cualquier tipo de compulsión o autoridad, ya sea ésta sutil o grosera. Por favor, vean por qué es indispensable tal comprensión profunda y descubran si están hondamente de acuerdo con lo que digo. Por acuerdo no entiendo una superficial y tolerante aceptación de ciertas ideas que expreso. Ustedes deben considerar toda la implicación de lo que digo y descubrir si concuerdan a fondo con el lo. Esto requiere reflexión y un análisis cuidadoso; sólo entonces pueden aceptar o rechazar. Como la mayoría de nosotros parece dar preferencia a las afirmaciones enfáticamente repetidas, yo sie nto que sería una pérdida de tiempo si solamente se dejaran convencer por ciertas declaraciones que repito con frecuencia. Tal sometimiento por parte de ustedes sería co mpletamente inútil e incluso perjudicial. En este mundo hay tantas opiniones y teorías contradictorias, tantas afirmaciones grotescas, tantas exigencias  emocionales, que es difícil discernir en medio de ello la verdadero, lo realmente beneficioso para la comprensión y realización individual. Estas afirmaciones  algunas fantásticas, algunas ciertas, algunas violentas, algunas absurdamente desconcertantes    son vociferadas y lanzadas sobre nosotros, A través de libros, revistas, conferenciantes, nos convertimos en sus víctimas. N os prometen recompensas y, al mismo tiempo, sutilmente nos amenazan y compelen. Poco a poco cedemos y admitimos tomar partido, atacar y defender. Así aceptamos esta o aquella teoría, in sistimos en este o aquel dogma, e inco nscientemente, las repetidas afirmaciones de otros se convierten en nuestras creencias, conforme a las cuales tratamos de moldear por completo nuestras vidas. Esto no es una exageración, está ocurriendo dentro y alrededor de nosotros. Somos bombardeados de continuo por reclamos e ideas que se repiten a menudo y, desafortunadamente, tendem os a tomar partida porque lo que deseamos inconscientemente es bienestar y seguridad, tanto emocional como intelectual, lo cual nos lleva a aceptar estas afirmaciones. Bajo condiciones semejantes, aunque podamos pensar que examinamos estas afirmaciones e intuitivamente sabernos que son verdaderas, nuestras mentes son incapaces de examinar o intuir cosa alguna. Casi nadie escapa a este constante ataque por medio de la propaganda y, desdichadamente, a causa de nuestro propio anhelo de seguridad y permanencia, ayudamos a crear y fomentamos declaraciones fantásticas.  Cuando la mente-corazón está agobiada por muchas barreras, prejuicios, distinciones nacionales y de clase, es imposible Llegar a un acuerdo inteligente. Lo que tiene lugar en el mundo no es un acuerdo sensato e inteligente entre las personas, sino una guerra de una creencia contra otra creencia, de una doctrina contra otra doctrina, de

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  • TERCERA PLTICA EN EL ROBLEDAL

    Para que tengamos unidad de pensamiento y, por ende, de accin, tiene que haber concordancia, acuerdo, y esto parece ser muy difcil. La concordancia no quiere decir aceptacin irreflexiva o tolerancia, porque la tolerancia es una cosa superficial. El acuerdo exige profunda inteligencia y una mente muy flexible. Aparentemente, en este mundo une es convencido con mayor facilidad por la tontera que por un pensar integral e inteligente. Existe un tipo de acuerdo emocional que no es acuerdo en absoluto. Es tan slo una excitacin que lo dirige a uno hacia ciertas actividades, actitudes y afirmaciones, pero no lo conduce hacia el pleno e inteligente despertar de la realizacin individual.

    Ahora bien, si estn de acuerdo con la tontera, como parece estarlo la mayora de la gente, entonces tiene que haber confusin. Por el momento, pueden sentir que son supremamente relices, que estn contentos, y por eso creen que han comprendido la vida; pero si permiten que la mente examine esa presunta felicidad vern que, en realidad, lo que tienen es una excitacin emotiva superficial inducida por las repetidas aseveraciones de otro. Cualquier accin nacida de esta superficialidad debe conducirnos inevitablemente a la confusin, mientras que el acuerdo basado en un pensar inteligente nos conduce a la verdadera felicidad y al completo bienestar.

    Hago hincapi en este punto porque siento que es muy importante y necesario que uno no tenga dentro de s ninguna clase de barreras que crean divisin, desacuerdo. Estas barreras generan confusin y lucha en el individuo, y tambin impiden una accin unida e inteligente en el mundo. El acuerdo inteligente es esencial para una accin concertada; pero eso no es acuerdo cuando hay cualquier tipo de compulsin o autoridad, ya sea sta sutil o grosera. Por favor, vean por qu es indispensable tal comprensin profunda y descubran si estn hondamente de acuerdo con lo que digo. Por acuerdo no entiendo una superficial y tolerante aceptacin de ciertas ideas que expreso. Ustedes deben considerar toda la implicacin de lo que digo y descubrir si concuerdan a fondo con ello. Esto requiere reflexin y un anlisis cuidadoso; slo entonces pueden aceptar o rechazar. Como la mayora de nosotros parece dar preferencia a las afirmaciones enfticamente repetidas, yo siento que sera una prdida de tiempo si solamente se dejaran convencer por ciertas declaraciones que repito con frecuencia. Tal sometimiento por parte de ustedes sera completamente intil e incluso perjudicial.

    En este mundo hay tantas opiniones y teoras contradictorias, tantas afirmaciones grotescas, tantas exigencias emocionales, que es difcil discernir en medio de ello la verdadero, lo realmente beneficioso para la comprensin y realizacin individual. Estas afirmaciones algunas fantsticas, algunas ciertas, algunas violentas, algunas absurdamente desconcertantes son vociferadas y lanzadas sobre nosotros, A travs de libros, revistas, conferenciantes, nos convertimos en sus vctimas. Nos prometen recompensas y, al mismo tiempo, sutilmente nos amenazan y compelen. Poco a poco cedemos y admitimos tomar partido, atacar y defender. As aceptamos esta o aquella teora, insistimos en este o aquel dogma, e inconscientemente, las repetidas afirmaciones de otros se convierten en nuestras creencias, conforme a las cuales tratamos de moldear por completo nuestras vidas. Esto no es una exageracin, est ocurriendo dentro y alrededor de nosotros. Somos bombardeados de continuo por reclamos e ideas que se repiten a menudo y, desafortunadamente, tendemos a tomar partida porque lo que deseamos inconscientemente es bienestar y seguridad, tanto emocional como intelectual, lo cual nos lleva a aceptar estas afirmaciones. Bajo condiciones semejantes, aunque podamos pensar que examinamos estas afirmaciones e intuitivamente sabernos que son verdaderas, nuestras mentes son incapaces de examinar o intuir cosa alguna. Casi nadie escapa a este constante ataque por medio de la propaganda y, desdichadamente, a causa de nuestro propio anhelo de seguridad y permanencia, ayudamos a crear y fomentamos declaraciones fantsticas.

    Cuando la mente-corazn est agobiada por muchas barreras, prejuicios, distinciones nacionales y de clase, es imposible Llegar a un acuerdo inteligente. Lo que tiene lugar en el mundo no es un acuerdo sensato e inteligente entre las personas, sino una guerra de una creencia contra otra creencia, de una doctrina contra otra doctrina, de

  • un grupo contra otro grupo, de un inters creado contra otro inters creado. En esta batalla, la inteligencia y la comprensin son completamente negadas.

    Sera una verdadera calamidad si, a causa de estas reuniones, ustedes desarrollan dogmas, creencias e instrumentos de compulsin. Mis plticas no se proponen engendrar creencias o ideales, los que slo pueden ofrecerles un escape. Para comprender lo que digo, la mente debe estar libre de creencias y del prejuicio que implica el "yo s". Cuando uno dice "yo s", ya est muerto. sta no es una declaracin dura.

    Es una empresa muy seria tratar de descubrir lo verdadero, por qu nos encontramos aqu y hacia dnde vamos. Este descubrimiento no puede lograrse mediante la solucin superficial de nuestros problemas inmediatos. La mente-corazn debe liberarse de los dogmas, las creencias y los ideales de los que casi todos nosotros somos inconscientes. Nos encontramos aqu para descubrir inteligentemente qu es lo verdadero; si comprenden esto, discernirn algo que es real, no algo impuesto o inventado por otro. Por favor, cranme que no estoy interesado en puntos de vista particulares, sino en la comprensin, felicidad y realizacin individual.

    Hay muchos instructores que sostienen diversos sistemas, meditaciones, disciplinas que ellos alegan habrn de conducir hacia la realidad suprema; hay muchos intermediarios que insisten sobre la obediencia en nombre de los Maestros; y hay individuos que sostienen la existencia de Dios, la existencia de la verdad; desafortunadamente, yo mismo he hecho tales afirmaciones en el pasado. Conociendo todo esto me he dado cuenta de que, tan pronto existe una afirmacin de algo, se ha perdido su verdadera significacin. Cmo hemos de comprender, entonces, este mundo de contradicciones, confusiones, creencias, dogmas y pretensiones? Por dnde hemos de comenzar? Si intentamos comprender estas cosas desde cualquier otro punto de vista que no sea el de la comprensin de nosotros mismos, no haremos sino incrementar la disensin, la Lucha y el odio. Existen mltiples causas, mltiples procesos trabajando en este mundo del des arrollo y el deterioro, y cuando intentamos investigar cada proceso, cada causa, chocamos inevitablemente contra un muro en blanco, contra algo que no tiene explicacin, porque cada proceso es nico en s mismo.

    Ahora bien, cuando nos enfrentamos a lo inexplicable, la fe acude en nuestra ayuda y afirma que hay un Dios, que l nos ha creado y que nosotros somos Sus instrumentos, que somos seres trascendentes, con una identidad caracterizada por su permanencia. O, si no tenemos una inclinacin religiosa, tratamos de resolver este problema por intermedio de la ciencia. Tambin aqu trata uno de seguir causa tras causa, reaccin tras reaccin; y aunque hay cientficos que sostienen que existe una profunda inteligencia que trabaja, o que emplean diferentes smbolos para comunicarnos lo inexplicable, se llega, no obstante, a un punto ms all del cual ni aun la ciencia puede avanzar, porque sta trata solamente con la percepcin y reaccin de los sentidos.

    Pienso que hay un modo de comprender todo el proceso de nacimiento y muerte, de desarrollo y deterioro, de dolor y felicidad. Cuando digo "pienso", lo que hago deliberadamente es ms bien sugerir, antes que ser dogmtico. Este proceso puede ser verdaderamente comprendido y captado en su esencia por nosotros mismos, porque tiene su foco en cada individuo. Vemos alrededor de nosotros este continuo desarrollo y deterioro, esta agona y el placer transitorio, pero no podemos comprender este proceso abordndolo fuera de nosotros mismos. Slo podemos comprenderlo en nuestra propia conciencia, a travs de nuestro propio proceso del "yo"; y si hacemos esto, entonces hay una posibilidad de percibir el significado de toda la existencia.

    Por favor, vean la importancia de esto; de lo contrario, nos enredamos en la intrincada cuestin del medio y la herencia. Comprenderemos este problema cuando no dividamos nuestra vida en el pasado y el presente, lo subjetivo y lo objetivo, el centro y la circunferencia, cuando nos demos cuenta de cmo funciona el proceso del "yo", la conciencia del "yo". Como lo he dicho a menudo, si nos limitamos a aceptar el "yo" como un principio viviente, una entidad divina aislada, creada por Dios, no haremos sino crear una autoridad estimulante, con sus miedos y explotaciones; y esto no puede conducir hacia la plena realizacin del hombre.

    Por favor, Lo que digo acerca del proceso del "yo" no lo traduzcan a su particular fraseologa o creencia. Eso no los ayudara en absoluto; al contrario, los confundira; tengan la bondad de escuchar con una mente y un corazn libres de prejuicios.

    El proceso del "yo" es el resultado de la ignorancia; como la Llama alimentada por el aceite, se sostiene mediante sus propias actividades. Es decir, el proceso del "yo", la energa del "yo", la conciencia del "yo" es el resultado de la ignorancia, y la ignorancia se mantiene mediante las actividades que ella misma crea; es estimulada y sustentada por sus propias acciones, que se basan en el anhelo y el deseo. Esta ignorancia no tiene comienzo y

  • la energa que la cre es nica para cada individuo. Esta unicidad se vuelve individualidad para la conciencia. El proceso del "yo" es el resultado de esa fuerza, nica para cada individuo, la cual crea, en su autodesarrollo, sus propios materiales como el cuerpo, el discernimiento, la conciencia, y sta llega a identificarse como el "yo". Esto es realmente muy simple, pero parece complicado cuando se pone en palabras. Si, por ejemplo, une es educado en la tradicin del nacionalismo, esa actitud debe inevitablemente crear barreras en la accin. Una mente-corazn reducida y limitada en su actividad por los prejuicios, tiene que crear limitaciones crecientes. Esto es obvio. Si une tiene creencias, traduce y moldea conforme a ellas sus experiencias, y as est forzando y Limitando continuamente al pensamiento-emocin, y estas Limitaciones se convierten en el proceso del "yo". La accin, en vez de liberar, de desembarazar a la mente-corazn de sus autoimpuestas servidumbres, crea ulteriores y ms profundas limitaciones, y estas limitaciones acumuladas pueden ser llamadas ignorancia. Esta ignorancia es alentada, nutrida por sus propias actividades nacidas de los deseos que ella misma crea. A menos que uno comprenda que la ignorancia es el resultado de sus propias actividades, actividades que ella misma crea y Sustenta, la mente-corazn deber morar siempre en este crculo vicioso. Cuando uno comprenda a fondo esto, percibir que la vida ya no es ms una serie de conflictos y conquistas, luchas y logros, todo ello conducente a la frustracin. Cuando uno tiene verdaderamente un discernimiento directo en este proceso de la ignorancia, el vivir ya no es ms una acumulacin de dolor, sino que se convierte en el xtasis de una profunda bienaventuranza y armona.

    La mayora de nosotros tiene una idea de que el "yo" es un ser separado, divino, algo perdurable que va tornndose ms y ms perfecto. Yo no apruebo nada de esto. La conciencia misma es el "yo"; uno no puede separar el proceso del "yo", como algo distinto de la conciencia. No hay un "yo" acumulando experiencias, que est separado de la experiencia misma. Slo existe este proceso, esta energa que est separada de la experiencia misma. Slo existe este proceso, esta energa que est creando sus propias limitaciones por medio de los deseos que ella misma alimenta. Cuando uno discierne que no hay un "yo" aparte de la accin, que el actor es la accin misma, entonces adviene gradualmente una plenitud, una insondable felicidad.

    Cuando uno capta esto, ve que no puede haber mtodo alguno para liberarlo de sus propias limitaciones, de la prisin en que se halla retenido. El proceso del "yo" debe disolverse. Debe independizarse de s mismo. Ningn salvador ni la veneracin hacia otro puede liberarlo a uno. Las disciplinas que nos hemos impuesto y las autoridades que nosotros mismos hemos creado, no tienen ninguna utilidad. No hacen sino conducirnos a ms ignorancia y dolor. Si ustedes pueden comprender esto, no harn de la vida una terrible, peligrosa Lucha de explotacin y crueldad.

    -Esta maana deseo explicar una idea, y si pudiramos captarla honda y significativamente, creo que tendra

    un profundo valor en nuestras vidas. As que, por favor, aydenme pensando junto conmigo. Casi todos hemos creado un concepto de la realidad, de la inmortalidad, de algo invariable y eterno. Tenemos

    una vaga inclinacin a buscar lo que llamamos Dios, verdad, perfeccin, y luchamos constantemente por realizar estos ideales, estos conceptos. Para que nos ayuden a alcanzar tales objetivos, tenemos sistemas, modos de conducta, disciplina, meditaciones y diversos recursos. Estos incluyen toda la estructura de las iglesias, las ceremonias y otras formas de culta, y se supone que todo ello nos ayuda a comprender esas concepciones de la realidad que hemos creado para nosotros mismos. As hemos puesto en movimiento el proceso del anhelo. Ahora bien, existe en nosotros un anhelo perpetuo, un esforzarnos por lograr la satisfaccin que llamamos realidad. Tratamos de moldearnos conforme a un patrn, a un sistema particular de conducta, de comportamiento, que nos promete una comprensin satisfactoria de lo que llamamos verdad, felicidad.

    Este anhelo es muy diferente de la bsqueda. El anhelo indica que hay un vaco, un tratar de llegar a ser algo, mientras que la verdadera bsqueda resulta en una comprensin profunda. Antes de que podamos comprender qu es la verdad, la realidad, o saber si existe tal cosa, debemos discernir qu es aquello que en nosotros est constantemente buscando. Qu es eso que siempre se halla en el movimiento del anhelo, eso que siempre ansia y busca lograr cosas? Hasta tanto comprendamos esto, el anhelo es un proceso interminable que impide el verdadero discernimiento; es un esfuerzo constante sin comprensin, un seguimiento ciego, un temor incesante con sus mltiples ilusiones.

    Por lo tanto, uno no se pregunta qu es la realidad, Dios, la inmortalidad, y si debemos creer en ella o no, sino qu es esa cosa que se esfuerza, desea, teme y anhela. Qu es y por qu anhela? Qu es el centro donde el anhelo tiene su existencia? A partir de esto debe comenzar nuestra investigacin. Voy a tratar de explicar este

  • proceso del anhelo, el cual crea su propia prisin de ignorancia; y, por favor, atraviesen el puente de las palabras, porque la mera repeticin de mis frases no puede tener un significado perdurable.

    Esta cosa que constantemente anhela es la conciencia, la cual se ha vuelto perceptible como "el individuo". Es decir, hay un "yo" que anhela. Qu es el "yo"? Existe una energa que se sostiene a s misma, una fuerza que, mediante su propio desarrollo, se convierte en conciencia. Esta energa o fuerza es nica para cada ser viviente. Esta conciencia se vuelve perceptible para el individuo por medio de los sentidos. Se mantiene y se energiza simultneamente a s misma, si se me permite usar esas palabras. O sea, que no slo se mantiene, se nutre por medio de su propia ignorancia, de sus tendencias, reacciones y anhelos, sino que tambin y mediante este proceso acumula sus propias energas potenciales; y este proceso puede ser comprendido plenamente por el individuo, slo en el despertar de su discernimiento.

    Uno ve algo atractivo, lo anhela y lo posee. De ese modo, se ha establecido este proceso de percepcin, deseo y adquisicin, proceso que se sustenta a s mismo. Hay una percepcin espontnea, una atraccin o repulsin, un aferrarse o un rechazar. As que el proceso del "yo" es independiente, acta por s mismo. O sea, no slo se expande mediante sus propios deseos y acciones espontneas, sino que se mantiene a s mismo por medio de su propia ignorancia, sus tendencias, deseos y anhelos, La llama se alimenta de su propio calor, y el calor mismo es la llama. Ahora bien, exactamente del mismo nodo, el "yo" se mantiene a s mismo mediante el deseo, las tendencias, la ignorancia. Ms an, el "yo" mismo es deseo. El material para la llama puede ser una candela o un trozo de madera, y el material para el proceso del "yo" es la sensacin, la conciencia. Este proceso no tiene comienzo y es nico para caca individuo. Experimenten con esta y discernirn por s mismos cuan verdadero y

  • factual es. No hay otra cosa sino el "yo"; ese "yo" no oculta nada, ninguna realidad. Es autnomo y se sustenta a s mismo mediante sus propias exigencias y actividades espontneas.

    De modo que este proceso, este proceso continuo del deseo, crea su propia confusin, sus sufrimientos y su ignorancia. Donde hay un deseo no puede haber discernimiento. Esto es muy sencillo si lo consideran cuidadosamente. Ustedes anhelan la felicidad. Recurren a los medios de conseguirla. Alguien les ofrece los medios. Ahora bien, la mente-corazn de ustedes se halla tan cegada por el intenso deseo de felicidad, que es incapaz de tener discernimiento. Aunque puedan pensar que examinan y analizan los medios que les ofrecen, ocurre que este hondo anhelo de satisfaccin, felicidad, seguridad, impide la claridad de comprensin. Por lo tanto, donde hay deseo, no puede haber verdadero discernimiento.

    A causa del deseo creamos confusin, ignorancia y sufrimiento, y entonces nos insertamos en el movimiento del proceso de escape. A este escape lo llamamos bsqueda de la realidad. Decimos: "Deseo encontrar a Dios, deseo alcanzar la verdad, la liberacin, busco la inmortalidad". Jams nos preguntamos qu es este "yo" que busca. Hemos dado por hecho que el "yo" es algo permanente, que es algo en s mismo y que ha sido creado por alguna entidad suprema. Si examinan esto a fondo, discernirn que el "yo" no es otra cosa sino ignorancia, tendencias y anhelos que se han acumulado por s mismos y que no esconde nada dentro de s.

    Una vez que uno capte esto profundamente, jams preguntar: "Debo librarme de todos mis anhelos? No debo tener creencias? No debo tener ideales? Debo permanecer sin deseos? Est mal anhelar algo?". Comprender todo este procesa del "yo" requiere de parte de uno verdadera reflexin y una penetracin profunda e inteligente por medie del discernimiento. Si comprendemos cmo surge, cmo se origina la conciencia a causa de la sensacin, del deseo, y vemos que de esa conciencia nace la unidad llamada el "yo", la cual no oculta dentro de s ninguna realidad, entonces nos habremos dado cuenta de la naturaleza de este crculo vicioso. Cuando entendemos su significado, hay una comprensin nueva, hay algo nuevo no limitado por el deseo, el anhelo y la ignorancia. Entonces podemos vivir en este mundo de manera cuerda, inteligente, realizndonos en profundidad y, aun as, sin pertenecer al mundo. La confusin surge slo cuando nos volvemos incapaces de ajustamos, a causa de nuestros fantsticos y dainos conceptos e ideales, a causa de nuestras creencias.

    Si pueden comprender a fondo este proceso autnomo de la ignorancia que da solidez al "yo", del cual surgen toda la confusin y el sufrimiento, entonces la vida puede ser vivida plenamente, sin los numerosos escapes sutiles y las bsquedas que, inconscientemente, ustedes mismos han creado. Entonces surge a la existencia esa cosa extraordinaria que es plenitud, felicidad. Pero antes de que pueda ocurrir esto, tiene que haber una comprensin Profunda acerca del proceso del "yo"; a menos que exista esta comprensin, el proceso del "yo", a causa del deseo, est siempre creando dualidad dentro de s mismo. Cuando hay discernimiento, pierde su importancia el intento de unirnos con una realidad, con Dios. Para discernir esto, no puede haber aceptacin de creencia alguna, no puede haber persecucin de ningn ideal ni el moldearnos conforme a un patrn de conducta. Tenemos que discernir por nosotros mismos, profunda y significativamente, la causa de esta desdicha, de esta confusin e ignorancia, observando el surgimiento del proceso del "yo". Entonces nace una felicidad que no puede ser medida por las palabras.

    -Primero, veamos qu entiende usted por Maestro. Desafortunadamente, se han escrito muchsimos libros acerca de los Maestros, las iniciaciones y el discipulado, y alrededor de esto se han formado numerosas sociedades supuestamente espirituales. Existen muchos swamis y yoguis que estimulan y cultivan todos estos conceptos. Ustedes, que buscan satisfaccin a la que llaman felicidad, verdad, se convierten en instrumentos y son explotados por estos instructores, por estos lderes y sus sociedades.

    Un Maestro puede ser tanto un concepto como una realidad. Si es un concepto, una teora, jams puede volverse dogmtico. Entonces est abierto a la especulacin, para ser discutido desde el punto de vista de lo que se llama evolucin. Por lo tanto, debe permanecer siendo abstracto y nunca puede ser utilizado como algo factual para promover ciertas actividades, acciones y formas de conducta. Siendo una abstraccin, no tiene el estmulo del temor que implican la recompensa y el castigo. Pero esto no ocurre as con quienes hablan acerca de los Maestros y su obra, Confunden ambas cosas, lo abstracto y lo factual. Por un momento hablan acerca de la idea abstracta de los Maestros, y al momento siguiente los convierten en un hecho concreto dicindoles a ustedes, los seguidores, lo que los Maestros quieren que piensen y hagan. De ese modo, quedan ustedes atrapados en la confusin, y es sumamente curioso que sean sus propios deseos los que engendran esta

  • confusin. Este proceso de convertir a los Maestros en entidades reales llega poco a poco, a travs de sugerencias y mensajes, hasta que ustedes creen que sus lderes se han encontrado de hecho con los Maestros y que estos seres les han dicho cmo salvar a la humanidad; y ustedes, a causa de la as llamada devocin, que en realidad es temor, siguen a los lderes y son explotados. Existe, pues, una constante mezcla de lo conceptual y lo concreto.

    Quin es el que va a juzgar lo que es un Maestro? Para algunos, un Maestro es una persona que posee poderes extraordinarios, y para otros puede ser alguien que revela algn conocimiento especial. P ero la sabidura no se realiza por intermedio de otro, ya sea un Maestro o un cientfico. Ustedes juzgan que alguien es un Maestro, conforme a sus propias idiosincrasias particulares, a sus prejuicios y tendencias. Esto tiene que ser as, aun con aqullas que se supone representan a los Maestros. La gente siempre est juzgando a otros, ya sea que se llamen Maestros o vecinos, de acuerdo con su propio trasfondo peculiar. Jams cuestionan ustedes el trasfondo de la persona que afirma representar a los Maestros, ser mensajera de ellos; ustedes desean tan slo que se los gue, que se les diga exactamente lo que deben hacer. Obedecen, pues, a causa del temor, y a eso lo llaman amor, intuicin, opcin espontnea o lealtad. Piensan que han examinado, analizado, comprendido y que concuerdan intuitivamente con lo que dicen sus lderes particulares. Pero ustedes no pueden discernir verdaderamente,

  • porque estn siendo arrebatados por sus propios e intensos deseos. As que, desafortunadamente, en este pas y en todas partes, la gente cae en esta trampa de la explotacin.

    No quiero que est de acuerdo conmigo; pero si, sin deseo ninguno, examina toda esta idea de un Maestro que lo conduce hacia la verdad, ver cuan tonta es. Si de algn modo ha captado lo que estuve explicando acerca del proceso del "yo", no meditar sobre un Maestro, ni en la forma de lo que ustedes llaman un ideal elevado o un yo superior, ni en una imagen grabada en su mente debido a pinturas y a la propaganda. Tales formas de meditacin se vuelven tan slo escapes sutiles. Aunque puedan provocarle alguna clase de sensacin, aunque puedan maravillarlo y conmoverlo, encontrar que carecen de validez, que slo lo conducen a una rigidez de la mente-corazn.

    La meditacin es un constante estado de alerta y flexibilidad, no un ajuste a algn patrn o modelo de conducta. Trate de estar atento a sus propias idiosincrasias, a sus fantasas, reacciones y deseos en la vida cotidiana, y comprenda todo eso; al comprenderlo, adviene la realidad de la realizacin. Para esta comprensin profunda no puede haber ningn sistema. Ningn Maestro puede darle jams tal comprensin ni conducirlo a ella. Si afirmamos que puede, se no es un Maestro. El proceso autnomo de la ignorancia y su discernimiento es exclusivamente suyo. Otro no puede literario de su ignorancia. Cudese de aqul que ofrece destruir por usted los muros de su limitacin. Si comprende esto de verdad, ver qu cambio significativo tiene lugar en su vida. Estando libre de temor, de deseo el cual con tanta frecuencia es llamado amor, devocin, usted ya no es ms explotado por las iglesias, por las sociedades que se supone son religiosas y espirituales, por los sacerdotes, por los as llamados mensajeros de los Maestros y por los swamis y yoguis. La verdadera meditacin es el discernimiento del proceso nico por el que cada uno de nosotros crea ignorancia y queda atrapado en ella, y es el estar alerta a este proceso.

    Hay tanto sufrimiento, en tanta variedad de formas, que uno se angustia al respecto. sta no es una frase vaca; uno percibe a su alrededor tanta explotacin y crueldad, que se pregunta constantemente cul es la causa del dolor y por qu medios puede ser disipado.

    Hay algunos que creen firmemente que la desdicha del mundo es el resultado de cierta perversa calamidad que est fuera del control humano, y que tanto la felicidad como la libertad respecto del dolor pueden existir slo en otro mundo, cuando el hombre regresa a Dios. Tal actitud hacia la vida es completamente errnea desde mi punta de vista, porque este caos es de la propia hechura del hombre.

    Para discernir el proceso del sufrimiento, cada uno debe comprenderse a si mismo El comprenderse uno a s mismo, es una tarea sumamente difcil y exige el ms persistente esfuerzo y un constante estado de alerta, pero son muy pocos los que tienen la inclinacin o el deseo de comprender a fondo este proceso de sufrimiento y dolor. Tenemos ms oportunidades de disipar nuestras energas a travs de entretenimientos absurdos, conversaciones balades y bsquedas vanas, que de descubrir, de penetrar profundamente en nuestros propios requerimientos psicolgicos, en nuestras necesidades y creencias, en nuestros ideales. Pero esto implica un

  • esfuerzo tenaz de nuestra parte, y como no queremos esforzarnos, preferimos escapar hacia todo tipo de satisfacciones fciles.

    Si no escapamos por medio de diversiones, escapamos por medio de creencias, participando en las actividades de organizaciones con sus lealtades y compromisos. Estas creencias llegan a ser un escudo que nos impide comprendernos a nosotros mismos. Las sociedades religiosas prometen ayudarnos en la comprensin de nosotros mismos pero, desafortunadamente, somos explotados y tan slo repetimos sus frases y sucumbimos a la autoridad de sus lderes. De modo que estas organizaciones, con sus restricciones crecientes y sus promesas secretas, nos llevan hacia ulteriores complicaciones que nos tornan incapaces de comprendernos. Una vez que nos hemos comprometido con una sociedad en particular, con sus lderes y amigos, empezamos a desarrollar esas lealtades y responsabilidades que nos impiden ser totalmente sinceros con nosotros mismos. Existen, por supuesto, otras formas de escape a travs de diversas actividades superficiales.

    Para comprendernos profundamente, necesitamos equilibrio interno. O sea, no podemos renunciar al mundo esperando, con eso, comprendernos, ni estar tan enredados en el mundo que no haya ocasin de comprendernos. Tiene que haber equilibrio, no renunciacin ni aquiescencia. Esto exige un profundo estado de percepcin alerta. Debemos aprender a observar nuestras acciones, nuestras creencias, nuestros pensamientos e ideales, observarlos silenciosamente y sin juzgarlos, sin interpretarlos, como para ser capaces de discernir su verdadero significado. Primero debemos tomar conciencia de nuestros propios ideales y deseos, de nuestras bsquedas, sin aceptar ni condenar nada como correcto o equivocado. En la actualidad, no podemos discernir qu es verdadero y qu es falso, qu es perdurable y qu es transitorio, porque la mente se halla tan mutilada por los deseos que ella misma ha creado, por sus propios ideales y escapes, que es incapaz de tener percepciones genuinas. Por lo tanto, en primer lugar debemos aprender a ser observadores silenciosos y equilibrados de nuestras propias limitaciones y fricciones que son causa de dolor.

    Si comienzan a observar, vern que estn buscando explicaciones, definiciones, satisfacciones, ideales, imgenes grficas y representaciones nuevas como sustitutos de las viejas. Aceptaban las viejas creencias, explicaciones e imgenes porque les satisfacan; y ahora, a causa de la friccin con la vida, estn descubriendo que ya no les dan lo que anhelan. De modo que buscan nuevas explicaciones, nuevas esperanzas, nuevos ideales y escapes, pero con el mismo trasfondo de deseo y satisfaccin. Entonces comienzan a comparar las viejas explicaciones con las nuevas y eligen aqullas que les brindan ms seguridad y contentamiento. Piensan que aceptando estas nuevas explicaciones, estos nuevos ideales, encontrarn la felicidad y la paz. Como lo que reclaman es satisfaccin y contentamiento, contribuyen a crear y aceptan creencias y explicaciones que satisfagan su deseo, y entonces empiezan a moldear sus pensamientos y su conducta conforme a estos nuevos moldes. Si lo observan percibirn que es as. Debido a que hay tanto sufrimiento dentro y fuera de ustedes, desean conocer la causa, pero se satisfacen fcilmente con explicaciones y continan sufriendo. Las explicaciones son un montn de polvo para una mente aguda y perspicaz.

    Algunos de ustedes creen en la idea de la reencarnacin. Vienen y me preguntan qu creo yo, si la reencarnacin es un hecho o no, si recuerdo mis vidas pasadas, etc. Ahora bien, por qu me lo preguntan? Por qu desean saber lo que pienso al respecto? Desean una confirmacin ms amplia de su propia creencia, a la que consideran un hecho, una ley, porque les brinda una esperanza, un propsito en la vida. De este modo, la creencia se convierte para ustedes en un hecho, en una ley, y van de un sitio a otro buscando la confirmacin de su esperanza. Aun cuando pudieran confirmarla, no puede ser de importancia vital para ustedes, Cualquier cosa que ello pudiera ser para m, verdadero o falso, lo importante para ustedes es que, por medio de la accin, del vivir, disciernan por s mismos estos conceptos y no acepten ninguna clase de afirmaciones.

    Para la mente, existen tres estadas: "Yo s", "yo creo" y "yo no s". Cuando ustedes dicen "yo s", quieren decir que saben gracias a la experiencia, y que por medio de esa experiencia se han asegurado y convencido respecto de una idea, de una creencia. Pero esa seguridad, esa conviccin puede basarse en la imaginacin, en un deseo de realizarse personalmente, deseo que poco a poco se convierte para ustedes en un hecho; por eso afirman "yo s". Algunos dicen que la reencarnacin es un hecho., y para ellos quiz lo sea, tal como dicen que pueden ver sus vidas pasadas; pero a ustedes, que anhelan la continuidad, la reencarnacin les brinda una esperanza y un propsito, y as se aferran a la idea diciendo que es la intuicin lo que los impulsa a aceptar la reencarnacin como un hecho, como una ley, Aceptan la idea del renacimiento basados en la afirmacin de otro,

  • sin cuestionar el conocimiento de esa persona, el cual puede ser imaginacin, alucinacin o la proyeccin de un desea. Al anhelar la propia perpetuacin, la inmortalidad, son ustedes incapaces de tener un genuino discernimiento. Si no dicen "yo s", declaran: "Creo en la reencarnacin porque explcalas desigualdades de la vida". Nuevamente, esta creencia que, segn ustedes, ha sido inspirada par la intuicin, es el resultado de una oculta esperanza con su anhelo de continuidad.

    As que, tanto el "yo s" como el "yo creo" son inseguros, inciertos y no confiarse en ellos. Pero si ustedes dicen: "No s", comprendiendo plenamente el significado que ello tiene, entonces hay una posibilidad de percibir "lo que es". Hallarse en un estado de no saber, exige un gran desposeimiento y un esfuerzo persistente, pero se no es un estado negativo; es el ms vital y serio de los estados para la mente-corazn que no se aferra a explicaciones y afirmaciones.

    Uno puede decir casualmente y con facilidad que no sabe, y la mayora lo dice Uno oye y lee tanto acerca de la causa del sufrimiento que, inconscientemente, empieza a aceptar esta explicacin y a rechazar aquella otra, conforme a los dictados de la satisfaccin y la esperanza. Como casi todos tienen mentes obstruidas por creencias, prejuicios, esperanzas y exigencias secretas, es casi imposible para ellos decir "no s". Debido a sus anhelos profundos, estn tan atados a ciertas creencias que jams se hallan en un estado de total bancarrota interna; nunca se encuentran en ese estado de absoluto desposeimiento, cuando todos los apegos, las explicaciones, esperanzas e influencias han cesado por completo.

    Empezamos a discernir qu es lo verdadero, slo cuando todo deseo ha llegado a su fin, porque el deseo origina creencias, ideales, esperanzas, que son meros escapes. Cuando la mente ya no busca seguridad en ninguna forma ni reclama explicaciones ni confa en influencias sutiles, entonces, en ese estado de desnudez interna, existe lo verdadero, lo permanente. Si la mente es capaz de discernir que est creando su propia actividad generada en el deseo, la conciencia cambia con respecto a la realidad. Entonces existe lo permanente; entonces hay un final para la transitoriedad de la conciencia. La conciencia es la accin o friccin entre la ignorancia y las provocaciones externas de la vida, del mundo; y esta conciencia, esta lucha, este dolor se perpetan mediante el deseo, el anhelo, los cuales crean su propia ignorancia.

    Pregunta: Es o no es usted un miembro de la Gran Logia Blanca de Adeptos e Iniciados?

    KRISHNAMURTI: Seor, qu importa eso? Me temo que este pas, y especialmente este litoral, est inundado con toda clase de misterios, lo cual es utilizado para explotar la credulidad y el temor de la gente. Hay tantos swamis, blancos y morenos, que les hablan acerca de estas cosas! Qu puede importar seriamente si hay a no una Logia Blanca? Y quines son los que hablan o escriben sobre estos misterios, excepto aqullos que, consciente o inconscientemente, desean explotar al ser humano en nombre de la hermandad, el amor, la verdad? Cudense de tales personas. Han puesto en marcha supersticiones increbles y dainas. He odo con frecuencia a personas que dicen que son guiadas por Maestros que emiten energas, etc. No sabe, no puede percibir por s mismo que usted es su propio Maestro, que crea su propia ignorancia, su propio dolor, y que nadie ms puede, por ningn medio, liberarlo de su sufrmiento, ni ahora ni nunca? Si discierne este hecho, esta verdad, esta ley fundamental: que usted crea su propia limitacin y su dolor, que usted mismo contribuye a producir un sistema que explota despiadadamente al ser humano y que, a causa de sus propias exigencias internas, de sus temores y deseas, son creadas las organizaciones religiosas y de otra clase para la astuta explotacin de la gente, si discierne todo eso, entonces ya no fomentar ms estos sistemas ni ayudar a crearlos. Entonces la autoridad dejar de tener cualquier posicin significativa en la vida; entonces comprender que slo el hombre puede llegar a su propia, verdadera realizacin.

    Esto requiere una tremenda confianza en nosotros mismos. Pero ustedes dicen: "Somos dbiles y debemos ser conducidos; necesitamos tener nieras". De este modo, continan con todo el proceso de supersticin y explotacin. Si percibieran profundamente que la ignorancia misma se est perpetuando a travs de su propia accin, habra un cambio profundo en la relacin que tienen con la vida. Pero les aseguro que esto exige una profunda comprensin de nosotros mismos.

    Uno debe haberse preguntado a menudo si hay algo dentro de nosotros que contina, un principio viviente que tiene permanencia, una cualidad que perdura, una realidad que persiste a travs de toda esta transitoriedad.

  • En mi pltica de esta maana tratar de explicar qu hay detrs de este desea de continuacin, y considerar si existe realmente algo que tenga permanencia. Sugerira que tengan la bondad de escuchar esto con pensamiento crtico y con discernimiento.

    La vida se encuentra a cada instante en un estado de nacer, surgir, manifestarse. En este surgir, en este nacer, en este ser ella misma no hay continuidad, nada que pueda ser identificada como permanente. La vida se halla en constante movimiento y accin; cada instante de esta accin jams ha sido antes y jams volver a ser. Pero cada instante nuevo constituye una continuidad de movimiento.

    Ahora bien, la conciencia forma, mediante la accin de la ignorancia, su propia continuidad como un individuo y se aferra, con ansia desesperada, a esta identificacin. Qu es ese "algo" al que cada uno se aferra esperando que ello pueda ser inmortal o que pueda esconder en s le permanente o que ms all se encuentre lo eterno?

    Este "algo" al que cada uno se aferra es la conciencia de la individualidad. Esta conciencia se compone de muchas capas de recuerdos que se manifiestan o permanecen estando presentes donde hay ignorancia, anhelo, deseo.

    El anhelo, el deseo, la tendencia en cualquiera de sus formas, tiene que crear conflicto con aquello que lo provoca, es decir, el objeto del deseo. Este conflicto entre el anhelo y el objeto anhelado aparece como individualidad en la conciencia. Por lo tanto, en realidad es esta friccin la que busca perpetuarse. Lo que deseamos intensamente que contine es nada ms que esta friccin, esta tensin entre las diversas formas del anhelo y sus agentes provocadores. Esta friccin, esta tensin, es esa conciencia que alimenta a la individualidad.

    El movimiento de la vida carec; de continuidad. Est surgiendo, naciendo a cada instante; por consiguiente, se halla en un estado de accin y flujo perpetuos. Cuando uno anhela la propia inmortalidad, debe discernir cul es el significado profundo de este anhelo y qu es lo que uno desea que contine. La continuidad es el proceso por el cual la conciencia se mantiene a s misma, proceso que, a causa de la ignorancia, da origen a la individualidad, la cual es el resultado del deseo, del anhelo; de aqu surgen la friccin y el conflicto en las relaciones, en la moralidad y en la accin.

    El proceso del "yo" que busca perpetuarse es tan slo anhelo acumulado. Esta acumulacin y sus recuerdos componen la individualidad, a la cual nos aferramos anhelando inmortalizarla. Las numerosas capas de recuerdos acumulados, tendencias y deseos componen el proceso del "yo"; y nosotros queremos saber si ese "yo" puede vivir para siempre, si puede volverse inmortal. Pueden estos recuerdos autoprotectores llegar a ser o convertirse en permanentes? O lo permanente existe atravesndolos como una cuerda slida? O, ms all de este proceso de friccin, de limitacin, est lo eterno1? Deseamos hacer permanentes las limitaciones acumuladas, o pensamos que a travs de estas capas de recuerdos existe algo que es perdurable. O bien imaginamos que, ms all de estas limitaciones de la individualidad, tiene que existir lo eterno.

    Pregunto nuevamente: Pueden hacerse perdurar estos recuerdos de ignorancia, deseos y tendencias acumuladas, recuerdos de los que surgen la friccin y el dolor? Esa es la pregunta. No podemos aceptar profundamente que, atravesando la individualidad, existe algo que es eterno, o que ms all de esta limitacin hay algo permanente, porque este concepto slo puede basarse en una creencia, en la fe, o en algo que llamamos intuicin y que casi siempre es la satisfaccin de un desea. A causa de nuestras inclinaciones, esperanzas y anhelos de autoperpetuacin, aceptamos teoras, dogmas, creencias que nos aseguren la continuidad personal. Sin embargo, la honda incertidumbre contina y tratamos de escapar de ella buscando la certidumbre, amontonando creencia sobre creencia, yendo de un sistema a otro, siguiendo a un instructor tras otro, con lo cual tan slo aumentamos la confusin y el conflicto.

    Ahora bien, yo no deseo dar origen a nuevas creencias o nuevos sistemas; deseo ayudarlos a que disciernan por s mismos si hay una continuidad y a que comprendan su significado.

    Por consiguiente, la pregunta importante es: "Puede convertirse en permanente el proceso del "yo"? Puede llegar a ser permanente la conciencia de las inclinaciones, de los deseos y recuerdos acumulados que dan origen a la individualidad? En otras palabras, pueden estas limitaciones convertirse en lo eterno? La vida, la energa se halla en estado perpetuo de accin, de movimiento en el cual no puede haber continuidad individual. Pero,

  • como individuos, anhelamos perpetuarnos; y cuando uno discierna profundamente qu es la individualidad, percibir que no es sino el resultado de la ignorancia que se mantiene a s misma por medio de las numerosas capas de recuerdos, tendencias y deseos. Estas limitaciones deben causar, inevitablemente, dolor y confusin. Pueden estas limitaciones, a las que llamamos individualidad, hacerse permanentes? Esto es lo que, de hecho, casi todos buscan cuando desean la inmortalidad, la realidad, cuando anhelan a Dios. Se interesan hondamente en la perpetuacin de su propia individualidad. Puede llegar a ser eterna la limitacin? La respuesta es obvia. Si uno discierne a fondo la obvia transitoriedad de la limitacin, entonces existe una posibilidad de realizar lo permanente, y slo en esto hay relacin y moralidad verdaderas.

    Ahora bien, si uno puede discernir a fondo el surgimiento del proceso del "yo" y percibir intensamente la formacin de las limitaciones y su transitoriedad, entonces esa misma percepcin alerta las disuelve; y en eso est lo permanente. La cualidad de esta permanencia no puede ser descrita ni puede uno descubrirla. Se revela a s misma con el discernimiento del proceso transitorio del "yo". La realidad de lo permanente slo puede ocurrir, acaecer, y no es para ser cultivada. Nosotros, o bien buscamos lo permanente, algo que sea perdurable, que est ms all de uno mismo, o tratamos de convertirnos en lo permanente. Ambos conceptos son errneos. Si una busca lo eterno ms all de s mismo, entonces est obligado a crear ilusiones y a quedar preso en ellas, lo cual slo le ofrece medios para escapar de la realidad actual, y en stos no puede haber comprensin de lo que es. El individuo debe conocerse a s mismo, y entonces ser capaz de discernir si existe o no la permanencia. Nuestra bsqueda de lo eterno debe conducirnos por fuerza a La ilusin; pero si, mediante el esfuerzo persistente y la experimentacin, podemos comprendernos profundamente a nosotras mismos y discernir lo que somos, slo entonces puede manifestarse lo permanente, no la permanencia de algo exterior a nosotros, sino esa realidad que surge a la existencia cuando el transitorio proceso del "yo" ha dejado de perpetuarse a s mismo.

    Para muchos, lo que digo permanecer como una teora, ser vago e indefinida; pero si ustedes pueden discernir su validez o aceptarlo como una hiptesis, no como una ley o un dogma, entonces podrn comprender su activa importancia en la vida cotidiana. Nuestra moralidad, nuestra conducta, nuestros conceptos y anhelos se basan fundamentalmente en el deseo de la propia perpetuacin. El "yo" no es sino el producto de recuerdos acumulados, Los que cansan friccin entre uno mismo y el movimiento de la vida, entre los valores definidos y los indefinidos. Esta friccin misma es el proceso del "yo", y ste no puede convertirse en lo eterno. Si podemos captar esto fundamentalmente, plenamente, entonces toda nuestra actitud y nuestro esfuerzo tendrn una significacin y un propsito diferentes.

    Existen dos clases de voluntad: la voluntad nacida del deseo, del anhelo, y la voluntad del discernimiento, de la comprensin. La voluntad que es el resultado del deseo se basa en el esfuerzo consciente de adquisicin, ya sea la adquisicin del deseo o la adquisicin de] no deseo, Este consciente o inconsciente esfuerzo del desear, del anhelar, origina todo el proceso del "yo", y de este proceso surgen la friccin, el dolor y la consideracin del ms all. Tambin surge el conflicto entre los opuestos y, por lo tanto, la constante batalla entre lo esencial y lo no esencial, entre la opcin y la no opcin. Y de este proceso provienen los mltiples muros autoprotectores de la limitacin que impiden la verdadera comprensin de los valores infinitos. Ahora bien, si estamos conscientes de este proceso, conscientes de que hemos desarrollado una voluntad a causa del deseo de adquirir, de poseer, y de que esa voluntad est creando un conflicto, un sufrimiento y un dolor continuos, entonces tiene lugar, sin esfuerzo consciente alguno, la comprensin de la realidad que puede ser llamada lo permanente.

    Discernir que el deseo est presente donde hay ignorancia y que, de este modo, genera sufrimiento, y aun as no permitir que la mente se ejercite para no desear, es una tarea sumamente ardua y difcil. Podemos discernir que el poseer, el adquirir, crea sufrimiento y perpeta la ignorancia, que el movimiento del anhelo impide la claridad del discernimiento. Si uno reflexiona al respecto, percibir que es as. Cuando no hay deseo ni no deseo, entonces se comprende qu es lo permanente. Es un estado extremadamente sutil y difcil de captar; requiere un esfuerzo apropiado y persistente para no quedar presos entre los opuestos, renunciando y aceptando. S somos capaces de discernir que los opuestos son errneos, que tienen que resultar en conflicto, entonces ese mismo discernimiento, esa misma percepcin alerta, trae consigo la iluminacin. Hablar de esto es muy difcil, puesto que cualquier smbolo que podamos usar despierta en la mente un concepto que contiene en s el opuesto. Pero si podemos discernir plenamente que, a causa de nuestra propia ignorancia, creamos dolor, entonces no pondremos en marcha el proceso de los opuestos.

  • Discernir requiere recto esfuerzo, y slo en este recto esfuerzo est la comprensin de lo permanente.

    : La mayora de nosotros recurre a las organizaciones espirituales porque prometen recompensas; y como casi todos buscamos seguridad y consuelo espiritual, emocional o mental, sucumbimos a sus promesas, nos convertimos en instrumentos de explotacin y somos explotados. Exige un gran discernimiento y recto esfuerzo descubrir por nosotros mismos si estamos presos en la prisin que nos hemos creado y librarnos de sus sutiles influencias. Estas organizaciones surgen y existen debido a que anhelamos nuestro propio, egosta bienestar y consuelo espiritual, as como nuestra propia continuidad. No hay nada espiritual en relacin con estas organizaciones, ni pueden ellas liberar al hombre de su propia ignorancia, de su propia confusin y su dolor.

    KRISHNAMURTI: Vivir con sencillez es la ms grande de las artes, Es sumamente difcil, dado que requiere profunda inteligencia y no una comprensin superficial de la vida. Para vivir con inteligencia y sencillez, uno debe estar libre de todas esas restricciones, resistencias y limitaciones que cada individuo ha desarrollado para su propia proteccin y que han impedido su genuina relacin con la sociedad. Debido a que se halla encerrado dentro de estas restricciones, de estos muros de ignorancia, para l no puede haber verdadera sencillez. Para producir una vida de inteligencia y, por consiguiente, de sencillez, tienen que sex demolidas esas resistencias y limitaciones. Este proceso implica gran reflexin, actividad y esfuerzo. Un hombre con prejuicios, nacionalista, atado por la autoridad de tradiciones y conceptos y en cuyo corazn hay temor, no puede, por cierto, vivir con sencillez. Un hombre estrecho, ambicioso, adorador del xito, no puede vivir inteligentemente. En una persona as no es posible la espontaneidad profunda. La espontaneidad no es una mera reaccin superficial; es honda realizacin, la cual es inteligente sencillez en el actuar.

    Ahora bien, casi todos tenemos muros de resistencia auto protectora contra el movimiento de la vida; de algunos somos conscientes y de otros no lo somos. Pensamos que podemos vivir con sencillez mediante el simple evitar o desatender las resistencias no descubiertas; o pensamos que podemos vivir con plenitud adiestrando nuestras mentes para ciertas pautas de vida. No es sencillez vivir solo, apartado de la sociedad, o poseer poco, o ajustarse a determinados principias. Esta es tan slo escapar de la vida. La verdadera sencillez de la inteligencia, o sea, el ajuste profunda al movimiento de la vida, llega cuando, gracias a la percepcin comprensiva y al recto esfuerzo, comenzamos a acabar cor: las numerosas capas de resistencia autoprotectora. Slo entonces existe una posibilidad de vivir espontnea e inteligentemente.

    Pregunta: Cul es su idea de la ambicin? Es una inflacin del ego? Acaso la ambicin no es necesaria para la accin y el logro

    de cosas?

    KRISHNAMURTI: La ambicin no es realizacin. La ambicin es inflacin del ego. En la ambicin est la idea del logro personal, siempre en oposicin al logro de otro; hay culto del xito, competencia despiadada, explotacin de otras personas. Como resultado de la ambicin, hay insatisfaccin constante destruccin y vacuidad, porque en el momento mismo del xito hay un marchitamiento y, por eso, un impulso renovado para logros ulteriores. Cuando uno discierne profundamente que la ambicin contiene en s esta lucha constante y

  • esta competencia, comprende entonces qu es la realizacin. La realizacin es la expresin fundamental de lo verdadero. Pero a menudo una reaccin superficial se confunde con la realizacin. La realizacin no es slo para unos pocos, pera requiere profunda inteligencia. En la ambicin hay un objetivo y un impulso hacia el logro del mismo; la realizacin, en cambio, es el proceso inteligente de la integridad y plenitud humana. Comprender la realizacin implica un ajuste continuo y la reeducacin de todo nuestro ser social. Donde hay ambicin tambin hay un ir a la bsqueda de recompensas, ya sean de los gobiernos, de las iglesias o de la sociedad; o existe el deseo de las recompensas que brinda la virtud con sus consuelos. En la plenitud de la realizacin ha desaparecido totalmente la idea de la recompensa y el castigo, porque ha cesado por completo todo temor.

    Experimente con lo que estoy diciendo y discierna por s mismo. Su vida actual est comprometida con la ambicin, no con la realizacin. En vez de estar ajena a las limitaciones que impiden la verdadera realizacin, usted trata de llegar a ser alguna cosa. La ambicin contiene en s hondas frustraciones, pero en la realizacin hay felicidad, bienaventuranza.

    Pregunta: Pertenezco a una de las sociedades religiosas y quiero retirarme de ella, pero he sido advertido por uno de sus lderes que si

    la abandono, el Maestro ya no me ayudar ms. Piensa usted que el Maestro me hara realmente esto?

    KRISHNAMURTI: Usted sabe, ste es el ltigo del miedo que todas las sociedades religiosas esgrimen para controlar al hombre. Primero prometen una recompensa aqu o en el cielo, y cuando el individuo comienza a comprender lo tonta que es la idea de la recompensa y el castigo, lo amenazan sutil o groseramente. A causa de que anhela usted la felicidad, la seguridad y eso que llaman verdad lo cual es, realmente, un modo de escapar de los hechos, crea a los explotadores y les hace el juego. Durante siglos, las iglesias y otras sociedades religiosas han amenazado al hombre por tener ese pensamiento independiente y esta intencin de realizarse en plenitud. La culpa no es principalmente de los explotadores. Las organizaciones con sus lderes son creadas por los seguidores, y mientras anhelen ustedes esas ayudas misteriosas y dependan de la autoridad para el recto esfuerzo que uno mismo debe realizar, para la propia riqueza interna, estas y otras formas de amenaza seguirn utilizndose y ustedes sern explotados.

    He visto que algunas personas ren fcilmente ante esta pregunta, pero me temo que tambin ellas estn complicadas en este proceso de recompensa y castigo. Puede que no pertenezcan a ninguna sociedad religiosa, pero tal vez buscan sus recompensas, de los gobiernos, de sus vecinos o del crculo inmediato de amigos y parientes. A causa de su anhelo estn engendrando, sutil o inconscientemente, miedo e ilusiones que abren un camino fcil para la explotacin.

    Mire, esta idea de seguir a un Maestro es totalmente errnea y falta de inteligencia, Muy a menudo y tambin recientemente, he explicado la insensatez de esta idea de ser guiados, de venerar la autoridad, pero, al parecer, el interlocutor y otros no comprenden a fondo su significado. Si trataran de discernirlo sin prejuicios, percibirn el gran dao subyacente en este concepto. Slo el discernimiento puede liberarlos de la esclavitud que implica su habitual modo de pensar. Las iglesias y los grupos religiosos ofrecen escapes y romanticismo en los que uno queda atrapado, Pero cuando descubre su total inutilidad, encuentra que se ha involucrado y comprometido financiera y psicolgicamente, y en vez de renunciar a estos absurdos, trata de encontrar excusas para sus creencias y compromisos. De este modo, fomenta y mantiene todo un sistema de explotacin con sus crueles estupideces. A menos que usted discierna fundamentalmente que nadie puede liberarlo de su propia ignorancia y de las actividades que ella alimenta, quedar enredado en estas organizaciones, y el temor con sus mltiples ilusiones y sufrimientos habr de continuar. Donde hay temor, es inevitable que haya sutiles y groseras formas de explotacin.

    Pregunta: Usted tiene muchos intrpretes y compaeros de su juventud que estn creando confusin en nuestras mentes al decir que usted tiene un propsito que slo ellos conocen muy bien, pero que usted no ha revelado al pblico. Estos individuos afirman conocer

    hechos especiales respecto de su persona, de sus ideas y de su obra. A veces las palabras de ellos me dan la sensacin de que son contrarios a usted y a sus ideas, pero que le profesan una clida amistad. Me equivoco en esto o lo estn explotando para justificar

    sus propias acciones y las organizaciones a que pertenecen?

  • KRISHNAMURTI: Por qu existen estos intrpretes? Qu hay de tan difcil en lo que yo digo, que ustedes no puedan comprenderlo por s mismos? Recurren a los intrpretes y comentaristas porque no quieren reflexionar plenamente, a fondo. Tal como acuden a otros para que los saquen de sus dificultades, de su confusin, as estn obligados a crear autoridades, intrpretes, los que slo habrn de confundirlos ms an en lo que piensan. Entonces, una vez confirmados, ustedes me formulan esta pregunta. Ustedes mismos crean a estos intrpretes y dejan que los confundan.

    Ahora bien, con relacin a los compaeros del pasado, me temo que se han separado de m hace mucho tiempo. Hay algunos amigos cercanos que trabajan conmigo y me ayudan, pero los compaeros de mi juventud, pertenecen al pasado. La amistad y la cooperacin profundas pueden existir slo donde hay verdadera comprensin. Cmo puede haber cooperacin verdadera y accin de la amistad, entre un hombre que piensa que la autoridad es necesaria y uno que considera que la autoridad es perniciosa? Cmo puede haber compaerismo entre un hombre que piensa que la explotacin forma parte de la naturaleza humana, y otro que sostiene que es reprensible y perversa, o entre un hombre que est atado por creencias, teoras y dogmas, y uno que discierne la falacia que ello implica? Cmo puede haber cualquier trabajo en comn entre un hombre que genera y estimula la neurosis y otro que intenta destruir la causa de la misma?

    No tengo una enseanza secreta, no tengo clases reservadas. Lo que digo aqu al pblico, lo repito en mis conversaciones y entrevistas individuales. Pero estos autonombrados compaeros e intrpretes tienen sus propios intereses personales que moler v a ustedes les gusta ser molidos. Pueden rerse, pero esto es exactamente lo que ocurre: ustedes me escuchan y despus vuelven a sus lderes, a fin de que ellos interpreten para ustedes lo que he dicho. No consideran lo que digo pensndolo a fondo por s mismo. Indudablemente, el pensar por s mismos acerca de lo que digo, sera ms directo y claro. Pero cuando comienzan a pensar por s mismos clara y directamente, a ello debe seguir la accin; y para eludir la accin drstica se dirigen a sus lderes, quienes los ayudan a no actuar. Y as, debido a su propio deseo y por no actuar claramente, mantienen a estos intrpretes con sus posiciones, sus autoridades y sus sistemas de explotacin.

    Lo que importa profundamente es que se liberen de creencias, dogmas y limitaciones, de modo tal que puedan vivir sin conflicto con otro individuo, con la sociedad. La verdadera relacin y moralidad es posible slo cuando se han disuelto por completo las barreras y las resistencias.

    Pregunta: Si todo el proceso de la vida es energa que acta por s misma, como infiero de su pltica anterior, esa energa, a juzgar

    por sus creaciones, debe ser superinteligente, mucho ms all de la comprensin humana. Qu parte juega, entonces, el intelecto humano en el proceso de la vida? No sera mejor permitir que la energa trabajara en nosotros y a travs de nosotros, y no interferir

    con ella mediante nuestro intelecto humano? En otras palabras, dejar actuara Dios.

    KRISHNAMURTI: Me temo que el interlocutor no ha comprendido lo que he estado diciendo. He dicho que hay una energa, una fuerza que es nica para cada individuo. No la he calificado, no he dicho que es superinteligente o divina. He dicho que, mediante su propio desarrollo autnomo, crea su propia sustancia. A causa de su ignorancia, crea por s misma limitacin y dolor. No es cuestin de permitir que algo superinteligente acte a travs de su creacin, el individuo. Slo existe la conciencia como individuo, y la conciencia es creada por esa friccin entre la ignorancia, el deseo y el objeto de su deseo. Cuando usted considere esto, discernir que es totalmente responsable por sus pensamientos y acciones, y que no hay ninguna otra cosa actuando a travs de usted. Si se considera a s mismo y a otros seres humanos como meros instrumentos en manos de otras energas y fuerzas desconocidas para usted, entonces me temo que ser juguete de ilusiones y engaos, confusin y dolor. Cmo puede una fuerza de inteligencia superior actuar a travs de un hombre cuya mente-corazn es limitada y tortuosa?

    Sabe?, sta es una idea sumamente engaosa que ha sido desarrollada a fin de que no ahondemos en nosotros mismos y descubramos as nuestro propio ser. Para conocernos a nosotros mismos necesitamos constante reflexin y esfuerzo, pero somos pocos los que sentimos ansias de discernir; por eso tratamos vanamente de convertirnos en instrumentos convenientes para alguna superinteligencia, para Dios. Este concepto existe, en diversas formas, a lo largo de todo el mundo. Si de veras piensa fundamentalmente al respecto ver que, si eso fuera cierto, el mundo no se encontrara en esta condicin catica y nada inteligente, de odio e infelicidad.

  • Hemos creado esta confusin y este dolor debido a la ignorancia acerca de nosotros mismos, al anhelo egosta y a las resistencias autoprotectoras, y slo nosotros mismos podemos acabar con estas limitaciones y barreras que generan odio, desdicha y falta de ajuste a la accin de la vida.

    Como sta es mi ltima pltica aqu, me gustara hacer un breve resumen de lo que he estado diciendo durante las ltimas semanas. Aqullos de ustedes que realmente se interesan pueden reflexionar sobre ello y poner a prueba su verdad por s mismos, de modo tal que no sigan a nadie, ningn dogma, ninguna explicacin, ninguna teora. Gracias al discernimiento llegarn la comprensin y la felicidad.

    A causa de las constantes afirmaciones hechas por los Lderes acerca de lo que es y lo que no es, hay contradiccin de ideas, de teoras, y mucha confusin. Algunos dicen que Dios existe, algunos dicen que no; algunos sostienen que el individuo vive despus de la muerte; los espiritistas afirman haber probado por s mismos que hay una continuacin de la mente individual, y otros dicen que slo hay aniquilacin. Algunos creen en la reencarnacin y otros la riegan. Se amontonan teora sobre teora, incertidumbre sobre incertidumbre, afirmacin sobre afirmacin. El resultado de todo esto es que uno se siente totalmente inseguro; o si no, est uno tan obstruido, tan atado por determinados conceptos y formas de creencia, que se niega a considerar lo que es realmente verdadero.

    Es decir, o bien est uno inseguro, confundido, o est seguro en su propia creencia, en su propia forma particular de pensamiento. Ahora bien, para un hombre que de verdad esta inseguro, hay esperanza; pero para aqul que est atrincherado en la creencia, en lo que llama intuicin, hay muy poca esperanza, porque ha cerrado la puerta a la incertidumbre, a la duda, y encuentra apoyo y consuelo en la seguridad.

    Casi todos los que vienen aqu se sienten, creo, inseguros, confusos, y por eso desean profundamente comprender qu es la realidad, qu es la verdad, La incertidumbre engendra temor, el cual da origen a la depresin y la ansiedad. Entonces, consciente o inconscientemente, uno comienza a escapar de estos temores y de sus consecuencias. Observen sus propios pensamientos y percibirn cmo funciona este proceso. Debido a que anhelan estar seguros acerca del propsito de la vida, del ms all, de Dios, empiezan a darse cuenta de sus deseos y, a causa de esta investigacin, surgen la duda y la incertidumbre. Entonces, esa incertidumbre misma, esa duda, crean temor, un sentimiento de soledad, un vaco dentro y alrededor de uno. Es necesario que la mente se encuentre en este estado, porque entonces est dispuesta a afrontar y comprender la realidad. Pero el sufrimiento que implica este proceso es tan grande, que la mente busca refugio y crea para s misma lo que llama intuiciones, crea conceptos, creencias y se aferra desesperadamente a todo eso en la esperanza de lograr la certidumbre. Este proceso de escapar de la realidad, de la incertidumbre, debe por fuerza derivarse en ilusin, anormalidad, neurosis y desequilibrio. Aun cuando acepten estas intuiciones, estas creencias, y encuentren amparo en ellas, si las examinan a fondo por s mismos vern que sigue habiendo temor, porque la incertidumbre contina.

    Este vital estado de incertidumbre, cuando no se desea escapar de l, es el principio de toda genuina bsqueda de la realidad. Qu es lo que realmente estn ustedes buscando? Slo puede haber un estado de comprensin, una percepcin directa de lo que es, de la realidad; porque la comprensin no es una finalidad, un objetivo que deba alcanzarse. El discernimiento del verdadero proceso del "yo", de su surgimiento ala existencia y de su verdadera disolucin, es el comienzo y el fin de la bsqueda.

    Para comprender lo que es, la comprensin debe comenzar por uno mismo. El mundo es una serie de procesos indefinidos y variados que no pueden comprenderse plenamente, porque cada fuerza es nica para s misma y no puede ser verdaderamente perceptible en su integridad. Todo el proceso de la vida, de la existencia en el mundo, depende enteramente de fuerzas nicas y slo podemos comprenderlo mediante ese proceso que, coma conciencia, tiene su foco en el individe. Podemos captor superficialmente el significado de otros procesos pero, para comprender la vida en su plenitud, debemos comprender este proceso que opera en nosotros como conciencia. Si cada uno comprende este proceso de la conciencia, si lo comprende ce manera profunda y significativa, entonces no luchar para s mismo, no se interesar en s mismo, no existir Para s mismo. Ahora, cada cual se interesa slo en s mismo, lucha para s mismo, acta antisocialmente porque no se comprende por completo; y slo mediante la comprensin de nuestra propia fuerza nica corno conciencia, hay posibilidad de comprenderlo total. Al discernir completamente el proceso del "yo", uno deja de ser una vctima que lucha sola en medio del vaco.

  • Ahora bien, esta fuerza es nica y en su autodesarrollo se convierte en la conciencia, de la cual surge la individualidad. Por favor, no aprendan la frase de memoria; reflexionen sobre ello y vern que esta fuerza es nica para cada uno y que, por medio de su propio desarrollo se vuelve conciencia. Qu es esta conciencia? No puede tener ninguna localizacin ni puede dividirse a s misma como superior o inferior. La conciencia est compuesta de muchas capas de recuerdos, de ignorancia, de limitaciones, tendencias y anhelos. Es discernimiento y tiene el poder de comprender los valores fundamentales. Es lo que llamamos individualidad. No pregunten: "Y ms all de esto, no hay nada?". Eso ser discernible cuando llegue a su fin el proceso del "yo". Lo importante es conocerse uno mismo, y no qu hay ms all de uno mismo. Cuando ustedes preguntan: "Hay alguna otra cosa fuera de este "yo"?", slo buscan una recompensa por sus esfuerzos, algo a lo que puedan aferrarse en medio de la desesperacin, la incertidumbre y el miedo que hoy experimentan.

    Ahora bien, la accin es esa friccin, esa tensin entre la ignorancia, el anhelo y el objeto de su deseo. Esta accin se sustenta a s misma, lo cual da continuidad al proceso del "yo". De este modo, la ignorancia, mediante sus propias actividades autnomas, se perpeta como conciencia, como el proceso del "yo". Estas limitaciones autocreadas impiden la verdadera relacin con otros individuos, con la sociedad. Estas limitaciones lo aslan a uno y en consecuencia, hay un constante surgimiento del temor. Esta ignorancia siempre da origen, en relacin con uno mismo, al temor con sus mltiples ilusiones, y de aqu la bsqueda de unidad con lo supremo, con alguna inteligencia sobrehumana, con Dios, etctera. De este aislamiento surge la persecucin de sistemas, disciplinas y mtodos de conducta.

    En la disolucin de tales limitaciones, uno comienza a discernir que la ignorancia no tiene comienzo, que se mantiene a s misma mediante sus propias actividades, y que este proceso puede llegar a su fin gracias al recto esfuerzo y a la comprensin. Ustedes pueden poner a prueba esto experimentando y discerniendo por s mismos el proceso sin comienzo de la ignorancia as como su terminacin. Si la mente-corazn est limitada por cualquier prejuicio particular, su propia accin debe crear futuras limitaciones y, por consiguiente, ha de producir mayor dolor y confusin. De este modo perpeta su propia ignorancia, sus propios sufrimientos.

    Si uno llega a conocer plenamente esta realidad experimentndola, entonces comprende lo que es el "yo" y, por medio del recto esfuerzo, puede ponerle fin. Este esfuerzo es percepcin alerta en la que no hay opcin ni conflicto entre opuestos, con una parte de la conciencia conquistando a la otra parte, un prejuicio superando al otro. Esto requiere persistente y tenaz reflexin, la cual liberar a la mente de temores y limitaciones. Slo entonces existe lo permanente, lo verdadero.

    24 de mayo de 1936

  • Pltica: 18 de noviembre de 1985 Me pregunto por qu estn aqu todos ustedes. Por qu nos hemos reunido aqu, a las orillas del Ganges? Si uno les formulara seriamente esa Pregunta, qu responderan? Es meramente porque antes han escuchado a este hombre varias veces y, por lo tanto, dicen: vayamos a escucharle? Qu relacin hay entre lo que l dice y lo que ustedes hacen? Se trata de dos cosas separadas -ustedes slo escuchan lo que l tiene que decir y continan con sus vidas cotidianas? Han comprendido la pregunta?

    Ustedes y yo, como dos viejos amigos sentados bajo un rbol, vamos a discutir juntos

    no sobre problemas abstractos, tericos, sino sobre nuestra vida de todos los das,

    lo cual es mucho ms importante. Tenemos tantos problemas: cmo meditar, a qu gur seguir -si uno es un seguidor- qu clase de prctica debemos realizar, qu tipo de actividad diaria debemos desempear, etc. Y tambin: cul es nuestra relacin con la naturaleza, con todos los rboles, los ros, las montaas, las llanuras y los'-valles? Qu relacin tenemos con la flor, con un pjaro que pasa volando cerca de nosotros? Y cul es nuestra relacin mutua -no la relacin de ustedes con quien les habla, sino la relacin con la esposa o el marido, con los hijos, con el ambiente, con nuestro vecino, con nuestra comunidad, con el gobierno, y as sucesivamente? Cul es nuestra relacin con todo esto? O slo estamos aislados, ocupados con nosotros mismos, intensamente interesados en nuestro propio modo de vida?

    Estamos formulando todas estas preguntas como verdaderos amigos, no como

    un gur. Quien habla no tiene en absoluto intencin alguna de impresionarlos, de

    decirles lo que deben hacer o de ayudarles. Por favor, tengan esto presente durante todas las plticas. El no tiene ninguna intencin de ayudarles. Les dir por qu, la razn, la lgica de ello. Ustedes han tenido muchsimos gurs, miles de ellos, muchsimos ayudadores -cristianos, hindes, budistas, toda clase de lderes- no slo polticos, sino tambin los que se llaman religiosos. Han tenido lderes ms grandes y ms pequeos. Y al final de esta larga evolucin, dnde se encuentran?

    Se supone que hemos vivido sobre esta tierra por millones de aos, y durante esa

    larga evolucin hemos seguido siendo brbaros. Podemos ser ms limpios, ms rpidos en las comunicaciones, tener ms higiene, mejores Transportes, etc., pero moralmente, ticamente y -si puedo usar la

  • palabra-espiritualmente, continuamos siendo brbaros. Nos matamos unos a otros no slo en la guerra, sino tambin mediante palabras, mediante gestos. Somos muy competidores, muy ambiciosos. Cada cual se preocupa por s mismo. El inters propio es la nota dominante en nuestra vida -inters en nuestro bienestar personal, en nuestra propia seguridad, en las posesiones, en el poder, etc. Acaso no nos interesamos en nosotros mismos -espiritualmente, religiosamente, en los negocios? De un extremo al otro del mundo, todos estamos interesados en nosotros mismos. Eso significa aislarnos del resto de la humanidad. s un hecho, no estamos exagerando, No decimos nada que no sea verdadero.

    Dondequiera que uno vaya -quien les habla ha viajado por todo el mundo y an lo

    sigue recorriendo- qu es lo que ocurre? Se multiplican los armamentos, crecen la violencia, el fanatismo; y la grande y profunda sensacin de inseguridad, de incertidumbre y separatividad -'ustedes' y 'yo'- es la nota comn de la humanidad. Por favor, nos estamos enfrentando a hechos, no a teoras, no a alguna clase de distantes declaraciones tericas o filosficas. Estamos mirando los hechos. No mis hechos como opuestos a los hechos de ustedes, sino hechos. Todos los pases del mundo, como seguramente saben ustedes, estn acumulando armamentos -cada pas, por pobre o rico que sea. No es as? Miren su propio pas -la pobreza inmensa, el desorden, la corrupcin, ya conocen todo eso... y la acumulacin de armamentos. Se sola matar a otro con un garrote; ahora uno puede volatilizar a la humanidad por millones con una sola bomba atmica o de neutrones. Hay en marcha una revolucin inmensa de la que muy poco sabemos. El proceso tecnolgico es tan rpido que durante la noche ya hay algo nuevo. Pero ticamente somos lo que hemos sido por un milln de aos. Comprenden el contraste? Tecnolgicamente tenemos la computadora que superar en pensamiento al hombre, que podr inventar nuevas meditaciones, nuevos dioses, nuevas teoras. Y el hombre -o sea, ustedes y yo- qu les va a ocurrir a nuestros cerebros? La computadora puede hacer casi todo lo que pueden los seres humanos, excepto, por supuesto, tener sexo o contemplar la luna nueva. Esto no es una teora; est sucediendo ahora. Qu nos va a pasar, entonces, a los seres humanos?

    Queremos entretenimiento. Probablemente esto forma parte de la idea que

    ustedes tienen del entretenimiento, al venir aqu y sentarse a escuchar

    asintiendo o disintiendo,

  • Para luego volver a sus casas y seguir llevando la vida de siempre; es parte del entretenimiento, como ir a la iglesia, al templo, a la mezquita, o al ftbol o cricket en este pas. Por favor, esto no es un entretenimiento. Ustedes y yo, quien les habla, debemos pensar juntos, no slo sentarnos quietamente a absorber alguna atmsfera extraa, algn punya; lo siento, no se trata de eso en absoluto.

    Vamos a pensar juntos, cuerdamente, lgicamente, miraremos juntos la misma

    cosa. No como ustedes miran y yo miro, sino que juntos observaremos nuestra vida

    cotidiana, lo cual es mucho ms importante que cualquier otra cosa -observarla en cada minuto de nuestro da. As que, en primer lugar, vamos a pensar juntos, no meramente a escuchar, a asentir o disentir, lo cual es muy fcil. Uno desea fuertemente que puedan ustedes dejar a un lado todo acuerdo o desacuerdo! Eso es muy difcil para la mayora de las personas, las que estn demasiado ansiosas por concordar o disentir con lo que se dice. Nuestras reacciones son muy rpidas, lo clasificamos todo: el hombre religioso, el hombre no religioso, el mundano, etc. Por lo tanto, si pueden -al menos esta maana- descarten por completo el acuerdo y el desacuerdo, y meramente observemos juntos, pensemos juntos. Quieren hacerlo? Descartar completamente la opinin de ustedes y mi opinin, la manera de pensar del uno y del otro, y simplemente observar juntos, pensar juntos.

    El asentir y el disentir dividen a la gente. Es ilgico decir, S, concuerdo

    con usted o, No, disiento con usted, porque o est uno proyectando, aferrndose a sus opiniones, a sus juicios, a su evaluacin, o est descartando lo que se dice. Podramos, pues, esta maana, slo por diversin, por entretenimiento si gustan, olvidar nuestras opiniones, nuestros juicios, nuestros acuerdos o desacuerdos, y tener un cerebro bueno y claro -no devocional ni emocional ni romntico, sino un cerebro que no se involucre en todas las complicaciones de la teora, la opinin, la aceptacin y la disensin? Podramos hacerlo?

    Prosigamos entonces. Qu es el pensar? Todos los seres humanos en el mundo, cada uno

    de ellos, desde el ms ignorante, el ms inculto, desde la muy, muy insignificante persona en

    una pequea aldea, hasta el cientfico ms altamente sofisticado, tienen algo en comn:

    el pensar. Todos pensamos - el aldeano que nunca ha ledo nada, que jams ha pisado

    una escuela, un

  • colegio o una universidad, y la mayora de los que estn aqu, que han recibido

    educacin.

    El hombre que se sienta a solas consigo mismo en los Himalayas,

    l tambin piensa. Y este pensar ha proseguido operando desde el principio mismo. De modo que, en primer lugar, tenemos que formularnos la pregunta: Qu es el pensar? En qu piensan ustedes? Respondern primero a esa pregunta? -no una respuesta de los libros, del Gita o de los Upanishads o de la Biblia o del Corn.

    Qu es el pensar? Vivimos a base del pensar. Toda nuestra accin

    diaria se basa en el pensar. Uno puede pensar de una manera y otro de una manera

    diferente, pero ello sigue siendo el pensar.

    Qu es el pensar,

    Podran ustedes pensar si no tuvieran memoria? Podran pensar hacia atrs y hacia adelante -lo que harn maana o en la prxima hora, o en lo que han hecho ayer o esta maana? Debemos, pues, descubrir juntos no el modo de pensar indio o el modo de pensar europeo, ni el particular modo de pensar del budista, del hind, del musulmn, del cristiano o de cualquier otra secta, sino descubrir qu es el pensar. A menos que comprendamos realmente el proceso del pensar, nuestra vida va a ser siempre muy, muy limitada. Por lo tanto, tenemos que examinar muy profundamente, muy seriamente, todo este proceso del pensar que moldea nuestra vida. El hombre ha creado a Dios mediante su pensar; Dios no ha creado al hombre. Tiene que ser un pobre Dios el que ha creado a estos seres humanos que pelean perpetuamente unos con otros. Qu es, entonces, el pensar, y por qu hemos hecho de l una fuente de problemas?

    Por qu tenemos problemas en nuestra vida? Los tenemos en profusin: problemas polticos, financieros, econmicos, los problemas de una religin opuesta a otra, problemas a millares. Qu es un problema y cul es el significado de la palabra 'problema'? Segn el diccionario, significa algo que le lanzan a uno, un reto, algo que uno tiene que encarar. No puedo esquivarle el cuerpo, ni escapar de ello, ni reprimirlo; est ah como un pulgar inflamado. Por qu es que durante toda nuestra vida, desde el momento en que nacemos hasta que morimos, tenemos problemas -con respecto a la muerte, al temor, a centenares de cosas? Se estn formulando esta pregunta, o yo la estoy formulando por ustedes? Tienen problemas desde el instante en que nacen. Van a la escuela -ah tienen que leer, escribir, y eso se vuelve un problema para el nio.

  • Poco tiempo despus tiene que aprender matemticas, lo cual se convierte en un problema. Y la madre dice: haz esto y no hagas aquello, y eso tambin se vuelve un problema. As, desde la infancia se nos educa entre problemas, los problemas condicionan nuestro cerebro; ste jams se halla libre de problemas. A medida que crecen y se convierten en adolescentes, tienen el sexo, aprenden cmo ganar dinero, si deben o no seguir los dictados de la sociedad -todo esto se vuelve un problema. Y al final, sucumben ustedes a la sociedad, al medio. Cada poltico en el mundo soluciona un problema y con eso crea otros problemas. No han advertido todo esto? El cerebro humano -lo que est dentro de este crneo- l mismo tiene problemas. Puede, pues, el cerebro estar alguna vez libre de problemas a fin de resolver problemas? Entienden mi pregunta? Si el cerebro no est libre de problemas, cmo puede, entonces, resolver problema alguno? Esto es lgico, verdad? Por lo tanto, nuestro cerebro, que carga con recuerdos, que ha adquirido un enorme conocimiento industrial, ha sido alimentado, educado para tener problemas. Lo que nos estamos preguntando es si ese cerebro puede, primero, estar libre de problemas, de modo que despus pueda resolver problemas. Pueden ustedes, primeramente, estar libres de problemas? O eso es imposible? Nuestro cerebro est condicionado por las diversas y estrechas religiones; est condicionado por la especializacin, por el medio en que vivimos, por nuestra educacin, por la pobreza o la riqueza, por los votos que ustedes han tomado como monjes. (No s por qu, pero los han tomado y eso se vuelve una tortura, un problema.) De ese modo, nuestros cerebros estn extraordinariamente condicionados -como hombres de negocios, amas de llaves, etc. Y miramos el mundo desde ese estrecho punto de vista. Hemos de investigar, pues, no slo esta cuestin de que tenemos problemas, sino tambin qu es el pensar. Por qu pensamos en absoluto? Existe un modo de accin diferente? Hay una manera diferente de abordar la vida, de vivir lo cotidiano, que no requiera para nada del pensar? En primer lugar, tenemos que mirar juntos muy atentamente; tenemos que descubrir por nosotros mismos, y entonces actuar. Vamos, pues, a investigar eso. Qu es el pensar? Si ustedes no pensaran, no estaran aqu. Han hecho arreglos para venir aqu por algn tiempo, y tambin han hecho arreglos para regresar. Eso es el pensar. Qu es pensar filosficamente? Filosofa significa amor a la verdad,amor a la vida; no significa aprobar algunos exmenes en la universidad. Descubramos, pues, juntos qu es el pensar.

    Si ustedes no tuvieran memoria del ayer, ni memoria en absoluto de ninguna

    clase, pensaran? Por supuesto que no -no pueden pensar si no tienen memoria,

    verdad? Qu es, entonces, la memoria? Uno hizo algo

  • ayer, y eso se registra en el cerebro, y conforme a esa memoria uno piensa y acta.

    Recordamos a alguien que nos ha elogiado, o a alguien que nos ha ofendido diciendo cosas feas de nosotros. O sea, que la memoria es la consecuencia del conocimiento. Entonces, qu es el conocimiento? Esto es ms difcil. Todos acumulamos conocimientos; los grandes eruditos, los grandes profesores, los cientficos, adquieren un conocimiento extraordinario. Entonces, qu es el conocimiento? Cmo se origina? El conocimiento llega cuando hay experiencia. Sufrimos un accidente de automvil -eso se vuelve una experiencia. De esa experiencia adquirimos conocimiento. Y del conocimiento adquirimos la memoria. Desde la memoria, pensamos. Correcto? Por lo tanto, qu es la experiencia? Es ese incidente, el accidente de un automvil, accidente que el cerebro registra como conocimiento. Experiencia- conocimiento- memoria- pensamiento: esto es lgico, no es mi manera de considerarlo o la manera en que lo consideran ustedes.

    Por consiguiente, toda experiencia, ya sea la experiencia de Dios o la propia experiencia personal, es limitada. Los cientficos aaden a la experiencia ms y ms cada da, y lo que se aade es siempre limitado, Verdad? Yo conozco poco y debo conocer ms -estoy aadiendo. Nuestra experiencia de algo es siempre limitada, puesto que siempre hay algo ms para aadirle. Por lo tanto, la experiencia, el conocimiento, son siempre limitados. En consecuencia, la memoria es limitada y, por ende, el pensamiento es limitado. Correcto? Y donde hay limitacin, hay divisin: el sikh, el hind, el budista, el musulmn, el cristiano, el demcrata, el republicano, el comunista. Todos ellos se basan en el pensamiento y, por consiguiente, todos los gobiernos son limitados, toda nuestra actividad es limitada.

    Ya sea que piensen ustedes de la manera ms abstracta, o que traten de ser muy

    nobles, ello sigue siendo el pensar, verdad? Por eso, desde esa limitada cualidad del

    pensar, como el pensar es siempre limitado, nuestras acciones son limitadas.

    Ahora bien desde ah uno empieza a inquirir muy cuidadosamente: Puede el

    pensamiento tener su lugar correcto, y fuera de ah o tener en absoluto

  • ningn otro lugar? Comprenden mi pregunta? Existe, pues, una accin que est

    libre de limitaciones? O sea que, siendo el pensar limitado,

    hemos reducido todo el universo a un asunto muy insignificante.

    Hemos hecho de nuestra vida una cosa tan insignificante como el pensar: debo ser esto, no debo ser aquello, debo tener poder. Entienden? Hemos reducido la inmensa calidad de la vida a un asunto muy pequeo, trivial e insignificante.

    Es, entonces, posible librarse del pensamiento? O sea: yo tengo que pensar para venir aqu; si soy un burcrata, tengo que pensar en trminos de burocracia; si voy a la

    fbrica y ajusto tornillos, tengo que poseer algn co- nocimiento. Pero, por qu debo adquirir conocimientos sobre m mismo -el yo superior, el yo inferior, y todo eso? Por qu tener conocimientos acerca de esas cosas? Es muy simple: se trata del inters propio. Slo me intereso real- mente en mi propia persona. Podemos pretender la hermandad, podemos hablar de la paz, jugar con las palabras, pero somos siempre egocntricos. Por lo tanto, de eso surge la pregunta: con este egocentrismo, que es en esencia egosmo profundo, puede haber cambio en modo alguno? No podemos ser totalmente abnegados, actuar sin el yo? As que tenemos que preguntarnos: qu es el yo?

    Qu es cada uno de ustedes aparte de su nombre y profesin, de

    sus votos, de seguir a algn gur? Qu es? O lo expondr de otro modo: Es uno su

    nombre, es su profesin, es uno parte de la comunidad, parte de la

    tradicin?

    No repitan lo que dice el Gita, lo que dicen los Upanishads o lo que alguien dice; eso es intil. Qu es cada uno de nosotros realmente? Es la primera vez que se les formula esta pregunta: qu es uno? Acaso no es uno su temor, no es su nombre, su cuerpo? No es uno lo que piensa que es, la imagen que uno ha construido de s mismo? No es todo esto? No es su ira? O acaso est la ira separada de uno mismo? Vamos, seores, no son ustedes sus temores, sus ambiciones, su afn competitivo, su incertidumbre, su confusin, su codicia, su angustia, su dolor -no son todo eso? O son ustedes algo mucho ms elevado -el sper-yo, la conciencia superior? Si uno dice que tiene una conciencia superior, un yo superior, eso tambin forma parte del pensar; por lo tanto, lo que ustedes llaman el pensar superior, el yo superior, sigue siendo algo muy insignificante.

    Por consiguiente, qu somos nosotros? Yo digo que somos un

  • manojo

    formado por todo lo que produce el pensamiento. Cualquier cosa que uno piensa, eso es uno Podr inventar toda clase de tonteras, pero tambin esa invencin es lo

    que uno es. Correcto? Todo eso reunido es lo que llamamos el yo, el m mismo, mi ego, mi personalidad, mi yo superior, mi Dios. Y 'yo' invento todas esas tonteras. Y quin ha reunido todo esto? O slo hay una estructura nica? Quin ha dividido todo esto? Quin ha dicho, soy hind, soy musulmn? Es meramente propaganda? Quin ha creado la divisin entre pases? El pensamiento?

    O es el deseo, el anhelo de ser identificado, de sentirse seguro?

    Les estoy preguntando, muy respetuosamente, quin ha creado esta divisin. Es el

    pensamiento? Por supuesto, pero detrs del pensamiento hay otra cosa. Quin hace

    todo esto, aparte del pensamiento? Cul es el deseo, cul es el impulso, el movimiento

    que est detrs? Es la seguridad,

    no es as?

    Quiero sentirme seguro, por eso sigo a un gur. Quiero sentirme seguro en mi relacin con otro, con mi esposa (ella es mi esposa), seguro, protegido, a salvo. El deseo, el impulso, la respuesta, la reaccin, es por la seguridad -tengo que estar a salvo, seguro.

    Todos deseamos la seguridad, pero nunca nos preguntamos:

    Existe en absoluto la seguridad? Hay algn lugar donde uno pueda decir que

    est a salvo?

    Uno desconfa de su mujer, la mujer desconfa de uno. Uno desconfa

    de su jefe, porque desea ocupar el lugar de ste. Para advertir todo eso basta el sentido comn. Pueden rerse de ello ahora, pero cada ser humano en el mundo desea tener un lugar donde pueda estar a salvo, seguro, donde no haya competencia, donde no lo empujen de todos lados, donde no lo molesten. Acaso no desean todo eso ustedes? Pero nunca se preguntan: Existe en modo alguno la seguridad? Si desean seguridad, tambin deben preguntarse si esa seguridad existe en absoluto.

  • Entonces surge la pregunta: Por qu desea uno la seguridad?

    Hay

    seguridad en nuestro pensar? Hay seguridad en nuestras relaciones - con la esposa, con los hijos? Hay seguridad en nuestro empleo? Uno podr ser un profesor y estar cuidadosamente protegido, pero hay profesores superiores a uno; entonces uno desea llegar a rector. Dnde, pues, est la seguridad? Puede que no haya seguridad en absoluto. Slo piensen en ello, seores, vean la belleza de ello -no tener deseo alguno de seguridad, ni impulso, ni sentimiento de ninguna clase en el que exista la seguridad. En nuestras casas, en nuestras oficinas, en las fbricas, en los parlamentos, etc., hay seguridad? Puede que en la vida no haya seguridad; la vida es para ser vivida, no para crear problemas y luego tratar de solucionarlos. Es para ser vivida -y se extinguir, hemos de morir. Ese es uno de nuestros temores: morir, verdad? Por lo tanto, hemos aprendido esta maana el uno del otro -no ayudado el uno al otro- hemos aprendido, hemos escuchado en modo alguno lo que ha estado diciendo quien les habla? Han escuchado ustedes con el odo, han visto los hechos del mundo que es cada uno de nosotros? -porque uno es el mundo. O son todas ideas? Hay una diferencia entre el hecho y la idea; la idea nunca es el hecho. La palabra 'micrfono' no es el micrfono, esta cosa que est frente al que habla. Pero nosotros hemos convertido la palabra en la cosa. As, el hind no es usted -la palabra no es usted. Usted es el hecho, no la palabra. Podemos, pues, ver la palabra y ver que la palabra no es la cosa? La palabra 'Dios' no es Dios. La palabra es por completo diferente de la realidad.

    As que preguntamos muy respetuosamente: Qu han aprendido esta maana,

    aprendido realmente, de modo que puedan actuar? -no decir s, muy bien, e ir a sus casas

    y continuar igual que antes. El mundo est en un gran caos. No s si se dan cuenta de eso; hay gran perturbacin y desdicha. Ustedes estn confundidos y por eso estn creando todo esto en el mundo que les rodea. Si ustedes mismos no cambian, el mundo no puede cambiar, transformarse. Porque, por dondequiera que uo vaya en el mundo, cada ser humano pasa por