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Área de Preparativos para Situaciones de Emergencia y Socorro en Casos de Desastre www.paho.org/desastres [email protected]

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Área de Preparativos paraSituaciones de Emergencia

y Socorro en Casos de Desastrewww.paho.org/desastres

[email protected]

Cinco años después de la gran tragedia,

el sector salud rinde tributo a los pueblos

centroamericanos que sufrieron los embates

del huracán Mitch y que, desde entonces,

han hecho un enorme esfuerzo por recuperarse

y por cambiar la historia de vulnerabilidad que

los ha postrado tantas veces ante los desastres.

Octubre 1998 - Noviembre 2003

1

LOGROS EN SALUD EN CENTROAMÉRICA5 años después de Mitch

Deseamos que estas páginas sirvan de testimonio y de reconocimiento a la labor profesional y al compro-

miso de miles de personas que han sido y son los protagonistas directos de todas las actividades realizadas

bajo el proyecto Reducción de Vulnerabilidad y Preparativos para Desastres en los Países Afectados por el

Huracán Mitch. Los proyectos tienen fecha de caducidad, pero éste es un buen ejemplo de cómo las accio-

nes emprendidas y la experiencia adquirida se transforman en conocimientos que permiten tener mejores

servicios de salud y lograr mejores condiciones de vida para las poblaciones en riesgo.

Estas actividades no hubiesen sido posible sin el generoso apoyo y la confianza de los países donantes: la

Agencia Sueca para el Desarrollo Internacional (ASDI), el Departamento para el Desarrollo Internacional

del Reino Unido (DFID) y la Oficina de Asistencia al Exterior en Casos de Desastre de la Agencia de los

Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (OFDA/USAID). El proyecto ha sido ejecutado con el

apoyo técnico y administrativo de la Organización Panamericana de la Salud, OPS/OMS.

Biblioteca Sede OPS - Catalogación en la fuente

Organización Panamericana de la Salud

Logros en salud en Centroamérica: 5 años después de Mitch.

Washington, D.C.: © 2003.

ISBN 92 75 32489 1

I Título

1. HURACANES (DESASTRES)

2. PLANIFICACIÓN EN DESASTRES

3. DESASTRES NATURALES

4. PREVENCIÓN Y MITIGACIÓN

5. AMÉRICA CENTRAL

NLM WA295.O69e 2003 Es

© Organización Panamericana de la Salud, 2003

Una publicación del Área de Preparativos para Situaciones de Emergencia y Socorro en Casos de Desastre, de la

Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud en colaboración con el Banco Mundial.

Las opiniones expresadas, recomendaciones formuladas y denominaciones empleadas en esta publicación no reflejan

necesariamente los criterios ni la política de la Organización Panamericana de la Salud.

La Organización Panamericana de la Salud dará consideración favorable a las solicitudes de autorización para reprodu-

cir o traducir, total o parcialmente, esta publicación, siempre que no sea con fines de lucro. Las solicitudes pueden diri-

girse al Área de Preparativos para Situaciones de Emergencia y Socorro en Casos de Desastre de la Organización

Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud, 525 Twenty-third Street, N.W., Washington, D.C.

20037, EUA.

2

3

Los desastres abren ventanas de oportunidad . . . . . . . . . . . . . . . . . .

En manos del sector salud . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Países unidos frente a los desastres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Nuevos planes y políticas nacionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Centros de Operaciones de Emergencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Mejor manejo de las donaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Formando “desastrólogos” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Normas y leyes marcan la diferencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Reconociendo las amenazas tecnológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

La gente cambia su historia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Protagonismo de las mujeres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Las comunidades avanzan organizadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Mapas que salvan vidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Jóvenes con esperanza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Municipios más seguros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Una cultura de gestión del riesgo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Apoyados en la tecnología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Hospitales a prueba de desastre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Preparación en 44 hospitales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Del diagnóstico a la obra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Capacitación en hospitales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .¡A invertir se ha dicho...! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Agua más segura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Planes municipales para agua y saneamiento . . . . . . . . . . . . . . . . .Previniendo una crisis de agua en hospitales . . . . . . . . . . . . . . . . .Agua más segura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Reconstruyendo con estructuras confiables . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Información al instante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .La red de información sobre saludy desastres ya es una realidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Los desastres en la radio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Trayendo mensajes a casa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Publicaciones para la acción local . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

No más de lo mismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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39

Contenidos

5

En la historia de Centroamérica hay un antes y un después del huracánMitch. No fue un desastre más. Tuvo un impacto devastador, ya bienconocido y analizado. Pero también marcó un hito en las políticas de

gestión del riesgo y en los esfuerzos de integración para luchar colectivamen-te contra la vulnerabilidad.

Centroamérica ha hecho un gran esfuerzo porlevantarse y prepararse mejor para reducir elimpacto de los fenómenos naturales que frecuen-temente la golpean. Los pueblos centroamerica-nos —las comunidades y sus gobiernos— hantrabajado sin cesar durante los últimos cincoaños, tratando de cambiar la historia de tragediay vulnerabilidad que afecta, sobre todo, a losmás pobres.

Las experiencias e historias que se relatan en este documento son parte de lasvivencias ocurridas, los éxitos logrados y las lecciones aprendidas durante la eje-cución de un proyecto de cooperación técnica desarrollado después del impac-to del huracán Mitch, con participación del sector salud, con un gran númerode comunidades, municipios y muchos otros actores. Estos esfuerzos podríanpasar sin ser detectados, porque detrás de cada desastre o emergencia que noocurre, hay un enorme esfuerzo e inversión de recursos humanos y financieros.

Hay miles de personas responsables de los éxitos logrados en el campo sani-tario, con un trabajo de hormiga en cientos de puestos de salud, hospitales,municipios y pequeñas comunidades, desde el Caribe de Honduras hasta lasmontañas de El Salvador, desde la selva guatemalteca hasta las llanuras nica-ragüenses. Hemos querido destacar los logros en reconocimiento de esos pro-tagonistas. Sin embargo, no podemos ser complacientes, porque los prepara-tivos y la mitigación de los desastres exigen constancia y continuidad en lasacciones. No dejaremos de coexistir con las amenazas y desafortunadamente,la vulnerabilidad de nuestros países será la puerta por la cual se colará el pró-ximo desastre. Tratemos juntos de cerrarle el paso.

Dra. Mirta Roses PeriagoDirectora

Los desastres abrenventanas de oportunidad

El huracán Mitch, un desas-

tre sin precedentes, sirvió

también como catalizador

de un proceso de desarrollo.

El huracán Mitch hizo despertar a Centroamérica en muchos sentidos.

Uno de ellos fue el necesario reforzamiento del sector salud en mate-

ria de desastres. Hoy, las instituciones del sector, y especialmente los

ministerios de salud, están en mejores condiciones para responder ante las

situaciones de emergencia que periódicamente enfrenta la subregión.

Ese es uno de los principales resultados del trabajo realizado después de

Mitch. Ejemplos concretos son los planes nacionales de emergencia actuali-

zados con que cuenta cada país, los centros de información sobre desastres

que se han establecido en varios países, la intensa capacitación que han reci-

bido las unidades de desastre y todos los niveles de salud, así como las nor-

mas y leyes creadas para reducir la vulnerabilidad de los países frente a los

desastres.

Estos procesos han culminado en el Plan Subregional de Reducción de

Vulnerabilidad del Sector Salud para Centroamérica, Belice y República

Dominicana, aprobado en agosto de 2003 por los Ministros de Salud de la

subregión. Este plan es producto del trabajo de los responsables de las unida-

des de desastres de los Ministerios de Salud de Centroamérica, Belice y

República Dominicana, y es la versión sectorial dentro del Marco Estratégico

de Reducción de la Vulnerabilidad y los Desastres en Centroamérica (SICA-

CEPREDENAC).

7

En manos del sector salud

El sector salud de Centroamérica está mejor preparado ahora

para responder ante los desastres. Las unidades de desastre de los

ministerios de salud se han fortalecido y los países cuentan con

planes nacionales de emergencia actualizados. También apro-

baron un plan subregional de preparativos para desastres que

abarca Centroamérica, Belice y República Dominicana.

Países unidos frente a los desastres

Los países centroamericanos ya no tienen que enfrentarse a los desastres por símismos. Ahora cuentan con una poderosa herramienta para organizarse enconjunto. Se trata del “Plan Subregional de Reducción de la Vulnerabilidadpara Centroamérica, Belice y República Dominicana”. Mediante este plan, lospaíses aunarán esfuerzos para reducir la vulnerabilidad del sector salud frente

a los desastres y acrecentar las capa-cidades de las instituciones de saludpara orientar a la población en lassituaciones de emergencia. Por ello,el fortalecimiento institucional esun componente clave dentro delplan.

Para tener una mejor coordinación,los países establecerán protocolos

de cooperación y formarán equipos especializados de respuesta para las situa-ciones de emergencia y, por supuesto, continuarán fortaleciendo las unidadesde desastre de los ministerios de salud.

La meta para el futuro es que todas las instituciones del sector salud se unanhacia objetivos comunes en todas las fases de gestión de riesgo.

8

El acercamiento entre los países de

Centroamérica ha contribuido al mayor

intercambio de información. Por ejem-

plo, Costa Rica ahora se ha beneficiado

de la experiencia acumulada en planifi-

cación hospitalaria en Guatemala.

9

Nuevos planes y políticas nacionales

Todos los países centroamericanos cuentan ya con planes nacionales de emer-gencia actualizados para el sector salud, en buena parte, gracias a la gestióndinámica de los profesionales encargados de las unidades de desastres de losministerios de salud. Este ha sido un trabajo intenso a nivel nacional y suma-mente importante, pues en tiempos de emergencia es necesario contar conreglas de juego claras y con personas que guíen el trabajo rápida y eficiente-mente. Por eso, los países no solo han fortalecido sus unidades de desastres,sino que el tema está presente en todas las agendas políticas y técnicas del sec-tor salud y de otros sectores. Se ha logrado unir esfuerzos con otras institu-ciones que trabajan en la disminución de la vulnerabilidad, y el Ministerio deSalud ha logrado fortalecer su liderazgo y poder de convocatoria en estecampo.

Cientos de personas han sido capacitadas a lo largo y ancho de la región cen-troamericana para diseñar y poner en práctica estos planes y políticas deemergencia. En el territorio hondureño, se ha trabajado en 4 de las 9 regio-nes de salud con los directores de salud y el personal técnico de cada región.Se espera completar este proceso en todo el país para marzo de 2004.

En Guatemala, el nivel central y 26 áreas de salud han sido capacitados envarios temas de gestión de riesgos. En El Salvador se han desarrollado proce-sos de capacitación tanto para el nivel central como departamental.

Actualmente, la Unidad de Desastres del Ministerio de Salud de Nicaraguacuenta con una estructura nacional mejor consolidada, puntos focales paradesastres en todos los departamentos y municipios del país, líneas técnicaspriorizadas, planes y funciones atribuidas en los diferentes niveles, una comi-sión nacional de salud para desastres activa. Esta unidad, además, está ubica-da a nivel de la dirección superior. Este cambio contribuirá a una política ins-titucional en desastres más coherente y activa.

En Nicaragua se creó

una Unidad de

Desastres en el

Ministerio de Salud

(MINSA), después

que el huracán

Mitch afectó al país.

Centros de Operaciones de Emergencia

Durante el huracán Mitch, uno de los elementos débiles identificados fue lacoordinación entre los diferentes actores para proveer asistencia humanitariaa la población damnificada, y el sector salud no escapó de esa realidad. Porello, los países de Centroamérica, en especial Honduras, Guatemala, ElSalvador y Nicaragua emprendieron esfuerzos firmes para fortalecer los meca-nismos de planificación y coordinación sectorial.

Esa línea de acción, ha encontrado en los Centros de Operaciones deEmergencia el eje fundamental del accionar de las instituciones que tienen laresponsabilidad de proteger y recuperar la salud de las poblaciones afectadas.De esta manera se podrá garantizar una respuesta oportuna y adecuada fren-te al impacto de los desastres en la salud de la población afectada.

Esta iniciativa centroamericana será complementada con la experiencia deAmérica del Sur y el Caribe para desarrollar conjuntamente una guía regio-nal que oriente la organización y funciones de los Centros de Operaciones deEmergencia del Sector Salud, cuya coordinación técnica está a cargo de losjefes de las oficinas de desastres de los respectivos ministerios de salud.

10

Los Centros de

Operaciones de

Emergencia del sector

salud dependen esencial-

mente de la información

que se genera, recopila y

reporta a través de la red

de profesionales que tra-

bajan localmente en la

protección y recuperación

de la salud de la pobla-

ción afectada por desas-

tres. Estos equipos sumi-

nistran información vital

que sirve para la toma de

decisiones en los Centros

de Operaciones de

Emergencia.

Mejor manejo de las donaciones

Cuando el huracán Mitch abandonó el territorio centroamericano y elmundo empezó a reaccionar ante la devastación ocurrida, miles de toneladasde alimentos, medicinas, ropa y otras donaciones inundaron los puertos,aeropuertos y fronteras de los países afectados. Inmediatamente laOPS/OMS apoyó a los gobiernos con la metodología SUMA (Sistema deManejo de Suministros), que sirve para registrar, clasificar y distribuir losenvíos de ayuda humanitaria que reciben los países durante una emergencia.Más de 200 personas conformaron los equipos SUMA en los cuatro paísesmayormente afectados, desde voluntarios de la Cruz Roja y personal de salud,hasta colegiales, universitarios y personal de ONG. Saltó a la vista que lospaíses, tanto los gobiernos como las ONG, requerían una mayor preparación.

Una de las lecciones aprendidas después de Mitch fue la necesidad de aplicarSUMA de una forma más integrada. Esta integración se logró mediante ase-sorías a los comités nacionales de emergencia y algunas ONG. Como resul-tado se han desarrollado planes nacionales de suministros en Honduras, ElSalvador y Nicaragua, los que facilitarán la aplicación de la metodología entodos los sectores a la hora de una emergencia. ONG como CARE, CARI-TAS, Cruz Roja y Acción Médica Cristiana en Nicaragua realizaron un diag-nóstico organizacional, una serie de capacitaciones y una reingeniería institu-cional para incorporar SUMA en sus procedimientos regulares, tanto entiempo de normalidad como en tiempos de emergencia. A la hora de unaemergencia, el personal de estas organizaciones podrá aplicar la metodologíacon más agilidad.

El Lic. Aitor Joseba Landa, gerente de Proyecto CAMI-CARE en Nicaragua,expresó “SUMA nos ha servido para homogenizar el lenguaje. . . No quere-mos protagonizar sino ser un actor más que contribuye a optimizar los recur-sos. La experiencia con la implementación de SUMA en Nicaragua ha sido elespejo para otras oficinas de CARE en Centroamérica…y de hecho, en estoscuatro meses hemos capacitado en cada oficina de CARE en Centroamérica,tomando CARE Nicaragua de ejemplo”.

11

Formando “desastrólogos”

La inclusión del tema de los desastres en los programas de estudio de las uni-versidades centroamericanas ha sido otra de las acciones acertadas e intensifi-cadas después del huracán Mitch.

Se ha reactivado el trabajo en las universidades, especialmente en las univer-sidades de San Carlos y de San Marcos en Guatemala y la UniversidadNacional Autónoma de Honduras. Estas instituciones han incluido ya elmanejo de riesgos en algunos de sus cursos y han capacitado a varios de susprofesores en el tema. Con toda seguridad, cuando venga un desastre los pro-fesionales capacitados en el tema podrán actuar con diligencia.

Varios países están desarrollando una maestría en gestión de riesgos:Honduras, Nicaragua, Salvador y Costa Rica se han unido para aprovecharlos valiosos recursos humanos que poseen y extender la red en desastres.

Los profesores y alumnos de la Maestría de Gestión de Riesgos en Hondurasse encuentran muy activos y contentos con los trabajos de investigación queles demanda su capacitación y desarrollan su trabajo con excelencia y rigoracadémico. Piensan y dicen que no creían que tenían que aprender tanto, queel tema sea tan amplio y complejo y que ahora reconocen que tomar decisio-nes sin conocer implica tomar riesgos para el conjunto de la población.

12

Los países han sentido la

necesidad —frente a su

gran vulnerabilidad— de

formar profesionales en

gestión de riesgos, y en el

futuro serán capaces de

tomar decisiones que sal-

van vidas y de actuar con

mayor seguridad, pronti-

tud y eficiencia. Serán

capaces además de traba-

jar en el desarrollo de su

país, disminuyendo con

esto la alta vulnerabili-

dad que tiene la región.

Normas y leyes marcan la diferencia

Cuando el huracán Mitch entró en Nicaragua, el país no contaba con unmarco legal bien definido para enfrentar a un desastre de tal magnitud. Lasresponsabilidades tampoco estaban bien definidas, lo cual fue causa de ten-sión para el personal de salud y un desgaste de recursos para el sector.Higienistas del Ministerio de Salud en el departamento de Chinandega tuvie-ron que utilizar combustible para quemar cadáveresde animales; diferentes organizaciones crearoncomités de emergencia y comisiones de salud para-lelos con sus respectivos canales de comunicación; yhubo otra serie de confusiones.

En junio de 2000 se promulgó la Ley 337, creado-ra del Sistema Nacional para la Prevención,Mitigación y Atención de Desastres, que estipula lasfunciones de las diferentes instituciones en el nivelmunicipal. Es una muestra de las múltiples normasy leyes promovidas o creadas en los países afectadospor Mitch, en procura de mitigar los efectos de losdesastres o prepararse para hacerles frente.

En noviembre del mismo año, el Ministerio de Salud de Nicaragua y la OPSpublicaron 15.000 ejemplares de una edición de bolsillo de la Ley 337.Actualmente, cientos de personas utilizan diariamente este instrumento detrabajo en países frecuentemente azotados por los desastres. Durante visitas alterreno se puede encontrar a enfermeras refiriéndose al librito azul, hasta enlos puestos de salud más aislados del país. En lugares sin acceso al Internet nia otras fuentes de información, esta publicación sencilla ha facilitado la pre-paración del sector salud ante situaciones de emergencias y desastres.

Se ha dado un repunte de la legislación en materia de desastres en los paísescentroamericanos. Desde normas para la seguridad hospitalaria hasta norma-tiva para la construcción de sistemas de agua y saneamiento -entre otrasmedidas para reducir la vulnerabilidad-.

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Reconociendo las amenazas tecnológicas

La problemática de las emergencias y desastres ocasionados por productosquímicos peligrosos es cada vez más evidente y abarca ámbitos tan amplioscomo el uso de armas químicas en el plano internacional, hasta accidentesmayores ocasionados en las actividades industriales, que se incrementan porel uso de nuevas tecnologías.

Reconociendo que la amenaza de emergencias y desastres tecnológicos seextiende en todo el país y hasta cruza fronteras, y que el tema debe ser abor-dado más allá de lo realizado por las instituciones de primera respuesta, elMinisterio de Salud de Costa Rica ha desarrollado programas de capacita-ción, procedimientos y protocolos para sus funcionarios que pueden servir demodelo para Centroamérica. Con esto se logra unificar criterios y contar conlas herramientas que permitan el desarrollo de acciones dirigidas a la planifi-cación y organización institucional en aspectos de prevención, mitigación yatención para situaciones de emergencia o desastres.

Un análisis estadístico de los accidentes de 2001 y 2002(los escapes de gases de todo tipo en residencias, comer-cios, la vía pública y otros representaron la gran mayoríade los incidentes, aunque hubo accidentes con otros mate-riales peligrosos) también sirvió de base para la elaboraciónde planes de acción para productos y sectores prioritarios,entre ellos los hidrocarburos y gases y la vigilancia en oleo-ductos y en la distribución del gas licuado de petróleo.

Por la importancia que revisten los accidentes tecnológicosen las vías de Costa Rica, se realizó una revisión multisec-torial del Reglamento de Transporte Terrestre deMateriales Peligrosos, con el fin de actualizarlo e incorpo-rar aspectos de responsabilidad civil y penal, y de mayorprotección ambiental. Se espera que el mismo, ya avalado por distintas insti-tuciones, salga a la luz jurídica durante 2004.

Las emergencias tecnológicas son un riesgo común de todos los países deCentroamérica. Los avances en el tema en Costa Rica serán compartidos conlos demás países.

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15

La gente cambia su historiaMás de 200 comunidades centroamericanas se encuentran hoy

preparadas, con planes y comités locales de emergencia, para

hacer frente a cualquier desastre. Han elaborado mapas de su

comunidad para conocer los riesgos y recursos que tienen, y se han

organizado en equipos para auxiliarse en casos de emergencia.

Los gobiernos municipales y los Sistemas Locales de Salud han

colaborado enormemente en este proceso de fortalecimiento local.

Cuando las grandes marejadas de setiembre de 2002 azotaron al pue-

blo de Cedeño, en la costa del Pacífico de Honduras, nadie murió. El

oleaje duró ocho horas, con olas de 3 a 4 metros de altura. La mare-

jada destruyó más de 50 locales, quebró lanchas, destruyó viviendas y enseres,

y no permitió a los pescadores trabajar durante días. Pero nadie murió.

La diferencia es que esta vez los pobladores estaban preparados, con un plan

y un comité local de emergencias que respondió de inmediato. “Gracias al

Comité de Emergencias en Cedeño no hubo pérdidas humanas. Durante la

marejada se puso en práctica todo lo que se había planificado”, aseguró la

Dra. Blanca Maribel Flores, quien dirige el Centro de Salud de Cedeño.

“Para la marejada de 2002 toda la comunidad ayudó a sacar gente de la playa

y la llevamos al albergue en la escuela”, explicó Nasaria Herrera, ama de casa

que forma parte del Comité Local de Emergencia. Nasaria se mostró agrade-

cida por la capacitación recibida, “porque nosotros vivimos en constante

amenaza, pues el mar no es como el río; el mar no avisa y en la noche o en la

madrugada, se sale de su límite”.

La historia de Cedeño se repite en muchos otros pueblos de Honduras y de

Centroamérica, que son altamente vulnerables y que fueron afectados fuerte-

mente por el huracán Mitch.

Pero estos pueblos, que suman cientos, decidieron hacer algo para cambiar

esa realidad.

Protagonismo de las mujeres

El protagonismo de las mujeres ha sido otra de las claves en la organizacióncomunitaria frente a los desastres que se ha intensificado en Centroaméricadespués de Mitch, especialmente en el sur de Honduras.

En esa zona, la gran mayoría de los Comités Locales de Salud paraEmergencias están integrados por mujeres. La mayor parte son amas de casasolas con sus hijos, pues los padres han emigrado en busca de trabajo. Ellashan asumido la responsabilidad delhogar y el interés por organizarsefrente a las amenazas naturales querodean a sus comunidades.

Por ello, la labor en materia dedesastres se ha coordinado con elPrograma de Género y Salud de laOPS. En la Mosquitia, se hizo unestudio cualitativo para conocercómo responden las mujeres de estazona ante situaciones de desastre, locual servirá de base para diseñar unprograma de capacitación y partici-pación nacional.

El liderazgo de las mujeres ha sido evidente. Un ejemplo es el de Ilsa Castro,Presidenta del Comité de Emergencias de Los Llanitos, quien tiene muy clarolo que hay que hacer en casos de peligro: “Nos movilizamos desde que empie-zan las lluvias. Vamos a ver si el río sube, almacenamos agua potable y todolo que sea necesario para una emergencia”, cuenta Ilsa.

16

Mujeres en acción

Dixiana, Ilsa,

Margarita e Ibeek (de

izq. a der.), integran el

Comité Local de

Emergencias de Los

Llanitos. Las acompa-

ña Raúl Guevara,

Coordinador de la

Unidad de Salud

Ambiental en el

Departamento de Valle,

en el sur de Honduras.

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Las comunidades avanzan organizadas

En total, son más de 200 las poblaciones centroamericanas que ahora cuen-tan con Comité de Emergencia Local y sus respectivos planes de emergencia.Considerando que cada comité local tiene entre 20 a 30 miembros, significaque son miles las personas que han sido capacitadas para enfrentar desastresy que ahora son líderes en susrespectivas comunidades. Lahistoria de impotencia empie-za a cambiar.

En el caso de Honduras, esteexitoso proceso local ha sidoposible gracias a los esfuerzosimplementados después deMitch en los departamentosde Valle y Choluteca por laSecretaría de Salud, a travésdel Departamento de Emer-gencia Nacional. También seha trabajado en la zona de laMosquitia, que es altamentevulnerable.

“Lo más importante es estarpreparados para enfrentarcualquier fenómeno, ya quecuando llegó Mitch no cono-cíamos nada de lo que ahoraconocemos”, comenta Dixia-na Cruz, una joven que inte-gra el Comité Local deEmergencia de Los Llanitos,otra población hondureña.

Claves de éxito en organización comunitaria

en Honduras

Más de 20 comunidades hondureñasestán tomando pasos para reducir lavulnerabilidad.

• Organización comunitaria: seconvocó a toda la comunidadpara organizar el Comité Localde Salud para Emergencias.

• Caracterización comunitaria: serecolectó información en aspectosde salud, necesaria para describircada comunidad.

• Mapas de riesgo: se elaboraronmapas de riesgo, tomando encuenta las experiencias pasadas einspecciones en el campo.

• Planes Locales de Salud paraEmergencias: información reco-lectada sirvió para diseñar elplan.

Para cada uno de estos pasos se elabo-raron guías metodológicas.

Mapas que salvan vidas

Uno de los trabajos más exhaustivos que las comunidades han realizado congran interés, ha sido la elaboración de los mapas de riesgo o mapas de ame-naza. Estos mapas los han hecho las propias poblaciones con las que se ha tra-bajado en Honduras, El Salvador, Nicaragua y Guatemala.

Conocedoras de su realidad,las personas identificaroncon rojo las zonas de mayorriesgo en su comunidad,con amarillo las de medianoriesgo y con verde las zonasseguras. También establecie-ron rutas de evacuación encaso de emergencia y defi-nieron dónde serían ubica-dos los albergues para dam-nificados. Una a una dibuja-ron sus casas, iglesias, can-chas deportivas, tuberías de agua y escuelas, entre otros sitios importantes.De igual forma localizaron las amenazas a las que están expuestas sus comu-nidades, ya sean ríos, deslizamientos, playas o volcanes, para citar algunas.

Jóvenes con esperanza

Cuando el director toca la campana, todos salen ordenados y saben adondedirigirse. Se trata de un simulacro de terremoto en la escuela Araceli JudithSamayoa, en el municipio de Amatitlán, Guatemala. Los simulacros de terre-moto son la delicia de los niños, quienes han prestado atención hasta el últi-mo detalle de los preparativos para el simulacro.

“A nosotros nos ha servido la capacitación, porque este municipio tiemblamucho”, explica la maestra Liliana Liberati. Su escuela ha sido una de las par-ticipantes en el extenso programa de capacitación, en reducción de desastresy auxilios críticos, que ha desarrollado el Instituto Guatemalteco deSeguridad Social en los populosos municipios de Villa Nueva y Amatitlán.

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19

Otro ejemplo es el de la escuela TerencioSierra, en la localidad de El Cubulero, depar-tamento de Valle en Honduras. Allí, losalumnos del sexto grado han aprendido sobreprimeros auxilios, pues en su comunidadexisten riesgos de inundaciones. Los peque-ños de 12, 13 y 14 años ya tienen sentido desolidaridad: “Nos han enseñado a hacer cura-ciones, cómo poner vendas y entablillados.Me parece bien que nos enseñen, porque esuna forma de ayudar a las personas que se encuentran en peligro”, afirma YeniChávez, de tan solo 12 años.

Preparar a las nuevas generaciones en materia de desastres ha sido, precisa-mente, otra de las tareas fundamentales en Centroamérica después del hura-cán Mitch. No solo se han desarrollado programas de capacitación en muchasescuelas sino que también se ha promovido la capacitación a jóvenes para queintegren los Comités Locales de Salud para Emergencias.

Ibeek Soriano es una joven hondureña que integra el Comité Local deEmergencias de Los Llanitos, otra comunidad del departamento de Valle.Ella considera importante que en Honduras y en los demás países deCentroamérica se prepare a los jóvenes para que estén listos al momento deafrontar una emergencia o desastre. “Es muy importante que nosotros losjóvenes instruyamos a los demás jóvenes, para que ellos puedan aprender yseamos una comunidad unida”, asegura Ibeek.

Municipios más seguros

Los 153 municipios de Nicaragua cuentan ya con sus respectivos planes deemergencia para el sector salud. En setiembre de 2003 se completó la prime-

ra fase de lo que será unproceso continuo en todoslos municipios del país, locual constituye uno de loséxitos de planificación ensalud más importantes delos últimos años.

Futuros líderes

contra desastres

Los alumnos de la

escuela Terencio

Sierra, en Honduras,

han recibido capaci-

tación sobre primeros

auxilios y las prime-

ras herramientas para

convertirse en los

líderes del mañana

frente a posibles

desastres.

Municipio modelo

El alcalde de

Moyogalpa, Aquiles

Sánchez y personal

del sector salud, mues-

tran el mapa de ame-

nazas de este munici-

pio. Moyogalpa fue

elegido como sitio

piloto para desarro-

llar la Guía Regional

que permitirá elabo-

rar planes de emer-

gencia municipales.

El trabajo comenzó en noviembrede 2000 en los municipios pilotosde Telica (departamento de León)y Moyogalpa (departamento deRivas), donde se diseñó una meto-dología exclusiva para el sectorsalud a nivel municipal. Despuésse extendió a los seis departamen-tos más pobres de Nicaragua en elmarco de un proyecto ya existen-te. Posteriormente, se cubrió elresto del país.

En un período de tres años, miles de personas de diferentes organizacioneshan participado activamente en el proceso, lo cual ha generado una masa crí-tica en todo el país. Otros proyectos, como el de la Unión Europea enManagua, y otras organizaciones, como la ONG Acción Médica Cristiana,también han adoptado la metodología y la están implementando con elMinisterio de Salud en sus zonas de trabajo.

Los planes son instrumentos prácticos con resultados tangibles, que incenti-van a los participantes a trabajar en la preparación y la respuesta frente a losdesastres. Han mostrado su efectividad en el terreno, al ser aplicados frente avarias emergencias, entre ellas la amenaza de incendio en el norte del país en2002. La estrategia mejoró la coordinación entre sectores, aclaró responsabi-lidades de los actores del sector salud y abrió el camino hacia una cultura degestión de riesgo. El Ministerio de Salud se ha apropiado de esta metodolo-gía, lo que garantiza su sostenibilidad.

Aprovechando esta experiencia del sector salud nicaragüense, se está diseñan-do una metodología regional que fue validada tanto en Centroamérica comoen América del Sur y el Caribe.

Una cultura de gestión del riesgo

La noche del 1 de noviembre de 1998, cuando el huracán Mitch ya convertidoen tormenta tropiacal cruzaba por Guatemala, el alcalde de Teculután, Víctor

20

Planes para el cambio

El director de la unidad de

desastres de Nicaragua

entrega al Ministro de

Salud y al Representante de

la OPS/OMS el consolida-

do de los planes de emer-

gencia de todos los munici-

pios durante un acto oficial

en noviembre de 2003.

21

Paiz, dio una orden tajante en una de las aldeas: “Si quieren, mañana digan queel alcalde está loco, pero ahorita nos vamos todos de aquí”. La evacuación fueinmediata y Teculután no tuvo muertes que lamentar por las lluvias.

El líder municipal tenía ya la semilla de la gestión del riesgo, pese a que elComité de Emergencia Municipal que existía entonces era muy empírico y,como mucho, era solo un requisito para cumplir con las eventuales llamadas delComité Nacional para la Reducción de Desastres o de la gobernación.

Pero el campanazo de Mitch dejó una gran lección a las autoridades municipa-les de Teculután: las muertes se pueden evitar si manejamos cada vez mejor lassituaciones de desastres y nos preparamos para hacerles frente.

A partir de ese momento, la municipalidad comenzó a crear y capacitar comi-tés de emergencia en las comunidades de Teculután, con la ayuda de la OPS yde la Secretaría de Salud. También instaló una red de 21 radiotransmisores y unaestación base en el edificio municipal, que permitió establecer una red de comu-nicación con cobertura total para las 30 comunidades de Teculután.

“Si hubiéramos tenido un equipo de comunicación como el que hoy tenemos,no nos hubiera pasado como esa noche que llegamos a unas casas en CerroColorado y el río estaba por llevarse las viviendas, mientras que los pobladoresestaban durmiendo, desprevenidos”, relata Paiz.

Teculután es uno de los seis municipios de Guatemala en donde se está dandocapacitación comunitaria para la gestión del riesgo. El proyecto se ha extendidoya a 118 comunidades en seis municipios del país: Zacapa, Teculután, RíoHondo, Gualán, Estanzuela y Usumatlán. En cada comunidad se ha organiza-do un Comité de Emergencia Comunitario, que se encuentra activo y en pro-ceso de capacitación.

Las municipalidades han sido uno de los ejes fundamentales del proceso. Hanasumido la conducción, acompañando a las comunidades en la detección desus problemas, necesidades y demandas. Además, con el apoyo delMinisterio de Salud Pública y Asistencia Social, se continúa implemen-tando el enfoque de un municipio saludable.

Estas acciones conjuntas han propiciado un mayor desarrollo enlas comunidades y una nueva actitud que denota el surgi-miento de una "cultura de la gestión del riesgo”.

Apoyados en la tecnología

Veinte comunidades salvadoreñas han conformado sus comités de emergen-cia y han concluido la capacitación en manejo de desastres para sus miem-bros, iniciando así la bola de nieve del manejo de los desastres en el país. Setrata de 17 localidades del municipio de San Francisco Menéndez, dos delmunicipio de Jujutla y una de Tacuba, todas ellas en el departamento deAhuachapán. También se completaron en ellas los respectivos planes de emer-gencia sanitarios locales, que servirán de modelo para preparar al sector saluda nivel local.

Los mapas han revelado que tres unidades de salud se encuentran en gravepeligro, porque están ubicadas en zonas que se inundarían si algunos ríos dela localidad se desbordaran. De igual forma, se han identificado unidades desalud más seguras que servirían como “cabeza de red” y como refugios duran-te una emergencia. Cada mapa también ha servido para planificar procedi-mientos de evacuación.

El proyecto de mapas georeferenciados ha facilitado la entrada del tema deprevención de desastres en la agenda del Ministerio de Salud, según explicóGloria de Calles, Coordinadora de la Unidad Técnica de Desastres de estadependencia. “Hasta la fecha solo hemos cubierto 32 unidades de salud delas 365 que hay en el país, pero lo importante es que el paso inicial ya se dio”.

Paralelamente, a nivel nacional, 32 unidades de salud han elaborado mapasde amenazas georeferenciados, bajo el Sistema de Información Geográfico(SIG), lo que permitirá mejorar la capacidad gerencial y toma de decisionesde los directores en el manejo de emergencias y desastres. En esto están tra-bajando conjuntamente el Ministerio de Salud y la OPS, y últimamente seestán conformando alianzas de cooperación con ONG, como VisiónMundial, para financiar la elaboración de mapas de acuerdo a su ubicacióngeográfica.

Para 2004 se ha diseñado un proyecto de intercambio entre los Ministeriosde Salud de El Salvador y Nicaragua.

22

Cuando un desastre ocurre, uno de los sitios que debe permanecer en

acción, pase lo que pase, es el hospital. Allí llegan los heridos y las

personas esperan encontrar auxilio y consuelo en el centro médico.

Por eso, es vital que los hospitales estén preparados y sufran lo menos posible

durante un desastre, tanto en lo estructural como en su funcionamiento.

Después de Mitch, muchos hospitales centroamericanos aprendieron la

lección y las autoridades de salud se han dado a la tarea de preparar a su

personal para el manejo de desastres. Se han creado Comités de

Emergencia en decenas de centros médicos y se cuenta con planes de

emergencia en cada uno de ellos.

En general, los países centroamericanos no se han quedado quietos y han

realizado estudios de vulnerabilidad en muchos de sus hospitales. De este

modo se han dado cuenta de cual es su realidad física y organizativa frente a

posibles desastres. Los resultados han servido para comenzar a planificar las

inversiones que permitirán implementar medidas de mitigación.

No cabe duda que una nueva realidad se extiende por todos los hospitales

centroamericanos, sus pacientes y su personal, porque con las medidas de

preparación y mitigación frente a desastres, los centros médicos serán cada

día más modernos y seguros.

23

Hospitales a pruebade desastre

Mejores diseños, remodelaciones, simulacros, planes de emer-

gencia y personal capacitado para atención en desastres son

parte de la agenda hospitalaria en Centroamérica en la actua-

lidad. Los países están invirtiendo en reforzar su red de hospi-

tales y los bancos están interesados, como nunca antes, en el

tema de la mitigación hospitalaria.

Preparación en 44 hospitales

Los guatemaltecos que utilizan diariamente los 44 hospitales de la red delMinisterio de Salud a nivel nacional, pueden estar más tranquilos ahora y tam-bién en caso de que se presente una gran emergencia. Esta red hospitalarianacional está siendo intensamente preparada para la prevención y mitigaciónde desastres. La clave en este proceso ha sido la Guía de Prevención deDesastres, con base en la cual se han formado los Comités de Emergencia y seha elaborado el respectivo Plan de Emergencia en cada uno de los hospitales.

“La Guía de Prevención es como nuestra Biblia”, asegura Ángel Manzano, sub-director de la Unidad de Gestión de Riesgos del Ministerio de Salud deGuatemala, creada posteriormente al terremoto de 1976 y la cual tomó mayorrelevancia después del huracán Mitch. Antes de la elaboración de esta Guía, lamitad de los hospitales guatemaltecos tenían un comité de emergencia y la otramitad un plan de emergencia. Ahora los 44 hospitales de la red nacional desalud tienen ambos.

Las simulaciones y simulacros han sido los ejercicios más útiles dentro de todoel proceso de capacitación que ha recibido el personal hospitalario.“Planificamos simulaciones constantemente y allí, en el terreno, la gente vaaprendiendo de sus errores”, explica Henry Leiva, Director de la UPS III delMinisterio de Salud de Guatemala. La UPS III enseña al personal de los hos-pitales cómo clasificar a los heridos y cómo dar respuesta más eficiente en elmomento de un desastre.

El ejemplo de Guatemala ha sido un modelo de referencia para los demás paí-ses de Centroamérica. De los 32 hospitales de Nicaragua, 17 cuentan ya consus comités de prevención, mitigación y atención de desastres. Estos comitésson los encargados de elaborar los Planes de Emergencia. Los 17 comités par-ticiparon en talleres de capacitación para la elaboración de los planes de emer-gencia. Ahora, estos hospitales ya cuentan con sus planes, y están organizadospara enfrentar los desastres.

Del diagnóstico a la obra

Entre los años 2001 y 2002 se constató en Nicaragua que los desastres pue-den producir grandes daños en los establecimientos de salud. A esta conclu-

24

sión se llegó a partir de los estudios de amenaza y vulnerabilidad realizadosen 13 instalaciones de salud del país.

El hospital Ernesto Sequiera Blanco de la ciudad de Bluefields fue uno deellos. El estudio de vulnerabilidad detectó la debilidad de su estructura metá-lica, debido al serio deterioro por corrosión producida por el paso de los añosy el medio agresivo imperante. Por eso, las recomendaciones de mitigaciónconsistían en el reforzamiento de dicha estructura, así como el rediseño de lostechos para enfrentar a los huracanes.

Bluefields es una de las poblaciones más vulnerables de la costa atlántica nica-ragüense. En el pasado, esta ciudad ha sufrido el impacto directo de huracanescomo Joan en 1988, Gert en 1993, Gordon en 1994 y Alma en 1996.

Dada esta realidad, el Ministerio de Salud decidió invertir US$ 800.000 paramejorar los servicios esenciales del hospital de Bluefields, siguiendo las reco-mendaciones de estudios de vulnerabilidad. Las fuentes de financiamientopara la remodelación provienen de fondos propios del gobierno y del proyec-to de Fortalecimiento de los Sistemas Locales de Atención Integral en Salud.La licitación de las obras está caminando y se espera que la construcción seinicie con el año 2004.

Estos esfuerzos fueron respaldados por una resolución ministerial dirigida alas instalaciones de salud pública que establece “gestionar dentro del presu-puesto fondos necesarios para garantizar el mantenimiento de las instalacio-nes de salud y lograr la reducción de la vulnerabilidad...” así también “todoslos nuevos diseños y construcciones con fondos propios o con fondos de coo-peración externa, deberán incluir los estudios de amenazas y reducción devulnerabilidad”.

Esta experiencia del hospital de Bluefields es un gran paso; otros hospitalesestán esperando su oportunidad.

25

Será más seguro

El Hospital Ernesto Sequeira

de Bluefields será remodelado

para soportar mejor los desas-

tres. Sus columnas metálicas

corroídas serán reforzadas,

entre otras acciones.

Capacitación enhospitales

Honduras no se ha quedado atrás, ytambién ha desarrollado un intensoproceso de capacitación, especialmenteen los dos principales hospitales nacio-nales: el hospital Mario Catarino Rivasde San Pedro Sula, el principal de lazona norte del país; y el hospitalEscuela ubicado en la capital, Teguci-galpa.

Por eso, cuando el dengue atacó fuerte-mente al país en 2002, la situación deemergencia no encontró desprevenidosa los hondureños. “Cuando se nos pre-sentó por primera vez la epidemia deldengue, afrontamos muchas dificulta-des. Por eso vimos la necesidad decapacitarnos en mitigación de riesgos ydesastres”, explicó Ana María López,Coordinadora de Educación deEnfermería del Hospital Mario C.Rivas.

Posteriormente, la Secretaría de Saludde Honduras extendió los planes decontingencia a toda la red hospitalariadel país y capacitó a sus funcionariospara cubrir una posible epidemia dedengue. También, los hospitales de Te-gucigalpa y San Pedro Sula se han pre-parado para una posible emergenciapor SARS, teniendo en cuenta los line-amientos dados en el curso dePlaneamiento Hospitalario para Emer-gencias y Desastres.

26

Los niños que se atienden en el hospital

Escuela de Tegucigalpa están más seguros gra-

cias a las reparaciones y preparativos para

emergencias que se están desarrollando en este

centro médico. El pabellón destinado a la

atención infantil está siendo especialmente

reforzado con la reactivación del sistema de

control de incendios y con la reposición y colo-

cación de mangueras extintoras, entre otras

mejoras.

En general, se hizo un diagnóstico de vulne-

rabilidad no-estructural del hospital Escuela

para conocer la situación del equipo y de las

instalaciones físicas del centro. Se observó que

casi todas las gradas y los pasillos estaban obs-

truidos con equipos y distintos materiales.

Estos sectores se despejaron para lograr mayor

seguridad y facilitar la circulación de las per-

sonas en caso de emergencia.

¡A invertir se ha dicho...!

Uno de los resultados más importantes de toda la preparación hospitalaria paracasos de desastres es el convencimiento de que no es posible contar con estable-cimientos de salud debidamente preparados si no se invierte en ellos.

Los cuerpos directivos de los hospitales están cada vez más convencidos de laimportancia de evaluar la vulnerabilidad de las instalaciones y, sobre todo, lomucho que se puede mejorar en la respuesta, si las condiciones de la infraestruc-tura mejoran.

Con esta información han logrado interesar a los bancos internacionales en eltema de la mitigación hospitalaria, de manera que las normas de disminuciónde vulnerabilidad sean tomadas en cuenta tanto en proyectos de nuevas cons-trucciones como en proyectos de reconstrucción de hospitales.

El 3 de junio de 2003, los diputados salvadoreños dieron su voto unánime paraaprobar un préstamo otorgado por el Banco Mundial para la reconstrucción dela totalidad de la infraestructura hospitalaria nacional, dañada por los terremo-tos de 2001.

El empréstito, de 142.6 millones de dólares, cubrirá la mayor parte del finan-ciamiento necesario para restaurar la red sanitaria del país. Las obras inclui-rán a siete hospitales, tres de ellos que se harán totalmente nuevos y cuatro

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Más seguridadpara la niñez

El hospitalBenjamín Bloom en

El Salvador es dereferencia nacionalpara la atención demenores y se termi-

nó de reforzar en1993 para soportar

sismos. Su Comitéde Emergencias harecibido capacita-

ción para actuar enemergencias provo-

cadas por incendios.

que serán reforzados siguiendo las medidas de mitigación que están conside-rando los proyectos.

Para garantizar que estas inversiones contemplen medidas de mitigación, en ElSalvador se realizó un trabajo interinstitucional con la participación delMinisterio de Salud, universidades, asociaciones de ingenieros y la empresa pri-vada para elaborar guías de mitigación relacionadas a la seguridad sísmica delequipo médico, las instalaciones de gases médicos, las instalaciones eléctricas ylas instalaciones contra incendios. En la misma dirección, el Ministerio deObras Públicas de El Salvador ha encargado a la Asociación Salvadoreña deIngenieros y Arquitectos que actualice las normas de diseño de hospitales, dandoénfasis a la seguridad estructural de la infraestructura hospitalaria.

El Banco Centroamericano de Integración Económica está otorgando présta-mos a proyectos de infraestructura hospitalaria que incorporan medidas deprevención y mitigación. Por este camino, el banco está entregando 60 millo-nes de dólares al Seguro Social en Costa Rica para la construcción de nuevoshospitales.

Honduras está destinando más recursos económicos para la mitigación en loshospitales. Para el hospital Mario Catarino Rivas, por ejemplo, ya es una rea-lidad, pues los efectos que producen las intensas lluvias en la infraestructuray que en el pasado obligaron a evacuar sus instalaciones, ahora están siendomitigadas con obras de impermeabilización y evacuación de las aguas.

El hospital Escuela de Tegucigalpa que convivía con el riesgo de incendiosahora ya se ha puesto a trabajar para contrarrestar esto. Se está reactivando lared de extintores de incendios y se han destinado fondos para reemplazartodas las tomas y cables eléctricos viejos para disminuir el riesgo de incendios.

Este tipo de iniciativas, de ahora en adelante cuenta con respaldo político,porque recientemente se han oficializado las Políticas de ReordenamientoHospitalario de la Secretaría de Salud de Honduras. En ellas se menciona quelos establecimientos de salud nuevos, remodelados o ampliados deben consi-derar criterios de reducción de vulnerabilidad desde su planificación paragarantizar su funcionamiento en situaciones de emergencias y desastres.

En definitiva, todos reconocen que se están dando los primeros pasos parareducir la vulnerabilidad de sus hospitales porque la labor es muy grande.

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El huracán Mitch dejó al 80% de la población centroamericana con

dificultades en el suministro de agua potable. El sector de agua y

saneamiento fue el más castigado por el desastre, desde el punto de

vista de salud. Casi dos mil sistemas de agua potable dañados —especialmen-

te en Honduras— 25 sistemas de alcantarillado, casi ocho mil pozos y más

de 130 mil letrinas dañadas, dejó un enorme reto de construcción y recons-

trucción por delante.

Por eso, la disminución de la vulnerabilidad en los sistemas de agua y sa-

neamiento ha sido otro de los puntos medulares en el trabajo desarrollado

por el sector de agua potable y saneamiento en Centroamérica en los últi-

mos cinco años.

Sus esfuerzos han impulsado la formalización y creación de unidades técnicas

focales en gestión del riesgo en las principales empresas de agua en Honduras,

Nicaragua, El Salvador, y Guatemala, y en el único ente regulador autónomo

en Centroamérica que es el Instituto Nacional de Agua y Alcantarillado en

Nicaragua. Por otro lado, las redes nacionales de agua potable han sido una

vía para el establecimiento de compromisos sectoriales en cada país.

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Agua más segura

Las instituciones de agua potable y saneamiento de

Centroamérica también están ahora más preparadas para

enfrentar posibles desastres. Muchos sistemas de agua y sanea-

miento han sido reforzados y se han generado normas para que

las construcciones de estos sistemas sean más seguras. Planes

municipales y normas nacionales son parte de las estrategias que

buscan asegurar el servicio de agua potable y saneamiento en

caso de un desastre.

Planes municipales para agua y saneamiento

Se llama Carlos Antonio y es un muchacho típico de la zona norte deNicaragua. Él, como muchos otros de su comunidad, presenció las inclemen-tes correntadas de los ríos en Nueva Segovia y Estelí que azotaron sus comu-nidades después del huracán Mitch. Sin embargo, como nos cuenta Carlos,

todos sabían que poco podían hacer lamentándose y de la nadacomenzaron a rehacer y reconstruir sus vidas en el mismo lugar: “apesar de ello, una de las mayores cosas que recuerdo ha sido laimpotencia de no poder calmar la sed, y de curar a nuestros hijosque luego de pasado el desastre cayeron por la diarrea”.

El programa PROSILAIS del Ministerio de Salud ha sido receptorde muchas iniciativas nacionales, pero ninguna tan sentida comola de formular planes de emergencia para la atención del serviciode agua potable y del saneamiento en situaciones de emergencia.Los planes pretenden lograr la organización de la población paraponer en marcha la actuación y compromisos de todos los actoreslocales e instituciones públicas y privadas para garantizar la dota-ción suficiente con calidad y continuidad del servicio de aguapotable y de saneamiento en sus propios hogares.

En Nicaragua, 33 municipios cuentan actualmente con sus planes municipa-les de emergencia en prevención y atención a desastres en agua potable ysaneamiento. Este modelo ha quedado ahora en manos de los gobiernos loca-les y del nivel central del Ministerio de Salud, para desarrollarlo en los muni-cipios restantes. Esta parte del proceso culminó en setiembre de 2003 conuna entrega oficial de los 33 planes municipales por parte del Ministro deSalud. Fue una entrega simbólica de los documentos a todos los alcaldesmunicipales de ese departamento por parte del sector salud. También se lesentregó equipamiento destinado a fortalecer los preparativos para atender lasemergencias, manteniendo la calidad del servicio de agua potable.

El esfuerzo ha sido considerable y la experiencia de trabajo muy enriquece-dora, como lo manifiestan los técnicos municipales y los mismos alcaldes. Eltrabajo que sigue es extender esta experiencia al resto de municipios deNicaragua, que suman 153.

Por el momento, más de 50 municipalidades han participado en los talleressobre reducción de vulnerabilidad en sistemas de agua y saneamiento, dirigi-dos a personal de servicios municipales y de proyectos de las alcaldías muni-

30

cipales, con el objetivo fundamental de capacitarlos en la elaboración de losplanes de emergencia. Este esfuerzo se ha coordinado con el InstitutoNicaragüense de Fomento Municipal.

Previniendo una crisis de agua en hospitales

Aparte de la alerta que ya había dado el huracán Mitch, los terremo-tos de enero y febrero del 2001 dañaron gran parte del sistema nacio-nal de hospitales públicos de El Salvador. La carencia de suministrosbásicos como agua potable y energía eléctrica, impidieron brindaruna asistencia adecuada durante el período de emergencia nacional.

De inmediato, el Ministerio de Salud con apoyo de la OPS coordinóuna evaluación que reveló que los sistemas de distribución de aguapotable de 11 principales hospitales del país se encuentran en unacondición de riesgo permanente y que su estado es altamente vulne-rable. También se determinó que 21 hospitales se encuentran en unazona de alta actividad sísmica y que es necesario adecuar los sistemasde almacenamiento de agua ante una posible emergencia.

Por ello, el gobierno salvadoreño decidió invertir cerca de $2 millo-nes para mejorar los sistemas de agua y saneamiento en los 30 hospi-tales de la red pública nacional. Estos fondos serán tomados del prés-tamo que El Salvador recibirá del Banco Mundial para la reconstruc-ción general de su sistema hospitalario.

“Si el agua llegara a faltar, no podríamos elaborar las 500 fórmulaslácteas que diariamente sirven de alimento a unos 150 niños, canti-dad que aumenta cuando se declara estado de emergencia por la neu-monía o las diarreas infantiles”, explicó Dora Martínez, quien laboraen el Hospital San Juan de Dios de la ciudad de Santa Ana.

Afortunadamente para estos niños y para los miles de salvadoreños que sonatendidos diariamente en la red sanitaria nacional, la mejora de los sistemashidráulicos en los hospitales del país son ahora una prioridad de salud.

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Agua para los enfermos

Los 30 hospitales de la red públi-

ca salvadoreña contarán con

mejores sistemas de agua potable y

saneamiento a partir del 2004.

Agua más segura

Bien protegida bajo una capa de hormigón. Así quedó la tubería de aguapotable del municipio de Teculután, en Guatemala, donde el alcalde decidióseguir las recomendaciones del estudio técnico realizado al sistema de abaste-cimiento después del huracán Mitch y de los copiosos aguaceros de 1999 quevolvieron a arrasar con las tuberías que bajaban expuestas por el cerro.

Entre algunos alcaldes solía ser un dicho popular que los drenajes y otro tipode obras que están ocultas no ganan votos porque no se ven. Pero eso ha idocambiando en Guatemala.

Actualmente, Teculután no es el único municipio interesado en proteger ade-cuadamente sus sistemas de abastecimiento de agua frente a los desastres. Sino que lo digan los Concejos Municipales, el personal de la Unidad TécnicaMunicipal y el personal operativo de las municipalidades de Río Hondo,Gualán y Zacapa, todos municipios del departamento de Zacapa. En estaslocalidades se desarrolló y se validó una metodología para realizar análisis devulnerabilidad en sus respectivos sistemas de abastecimiento de agua, y se hancomenzado a aplicar las medidas de mitigación necesarias, siguiendo un pocoel ejemplo de Teculután.

El personal de estos municipios, y de otras instituciones nacionales, han par-ticipado de manera entusiasta en un continuo proceso de capacitación sobreanálisis de vulnerabilidad de los sistemas de agua y microzonificación de ries-gos. También, unos 60 inspectores y técnicos en salud ambiental de laDirección de Área de Salud de Quiché del Ministerio de Salud y AsistenciaSocial han recibido este tipo de capacitaciones.

La metodología utilizada ha sido la de “aprender haciendo”, a través de la rea-lización de 10 estudios piloto de análisis de reducción de vulnerabilidad ensistemas de abastecimiento de agua y saneamiento rurales con participaciónde la comunidad.

Igualmente, las autoridades de salud guatemaltecas han trabaja-do en una serie de temas relevantes para la gestión adecuada delos sistemas de agua en el país, tales como la identificación devacíos en las leyes y normas, la información sobre sistemas dañados,planes nacionales, análisis de vulnerabilidad y otros aspectos. El objeti-vo es que, cada vez más, los sistemas de abastecimiento de agua seanmás seguros en Guatemala.

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Reconstruyendo con estructuras confiables

El río Pelo no se va a volver a llevar, así porque así, las tuberías de agua pota-ble de la ciudad de El Progreso en el norte de Honduras. En esta localidad,de más de 100 mil habitantes, la oficina de la Región Norte del ServicioAutónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA), cuenta conun detallado plan de mitigación para disminuir la vulnerabilidad de sus sis-temas de agua potable frente a desastres o emergencias.

Después de las experiencias de los huracanes Mitch y Michelle, que dañaronenormemente las tuberías, incluso con daños similares, el personal regionaldel SANAA decidió cambiar su sistema de reconstrucción. “Nos dimos cuen-ta que estábamos reconstruyendo vulnerabilidad, porque reconstruíamosdonde el río se volvía a llevar las tuberías. Después de Michelle reconstruimoscon estructura confiable, para que esa estructura se destruya tendría que pre-sentarse un evento grandísimo”, explica la ingeniera Cristy María Raudales,Jefa del Acueducto de El Progreso.

Cristy, al igual que otros ingenieros sanitarios de las instituciones de salud deHonduras, han recibido capacitación en los campos de planes de mitigación,reducción de vulnerabilidad, protección de cuencas, inspección sanitaria,diseño y evaluación de plantas de tratamiento de agua potable, evaluación dedaños y análisis de necesidades.

La oficina regional del SANAA de El Progreso es un ejemplo de la buena ges-tión en materia de desastres y está compartiendo sus destrezas con las ofici-nas del SANAA en el resto del país. También apoyó a la vecina república deEl Salvador durante los sismos de 2001. La oficina central del SANAA haimpulsado la creación de la Unidad de Enlace para la Gestión del Riesgo y hadestinado un equipo de profesionales para la planificación de tareas específi-cas en el área de prevención de desastres en el servicio de agua potable yalcantarillado.

Honduras, en general, está poniendo mayor atención en la implantación demedidas de mitigación en los sistemas de agua y saneamiento, con el fin deconstruir o reconstruir sistemas más resistentes ante casos de desastre.

A nivel local, se está promoviendo el tema con las juntas de agua que tienena su cargo la operación y mantenimiento de los sistemas rurales de agua, paraque identifiquen y disminuyan los problemas de vulnerabilidad que puedentener estos sistemas y que cuenten con sus respectivos planes de contingen-cia. A nivel nacional, el esfuerzo del país se refleja en un mayor financiamien-to para la reconstrucción segura de sistemas de agua y saneamiento, la gene-ración de normas que faciliten este trabajo y la capacitación del personal delas instituciones asociadas al servicio de agua y alcantarillado en el país.

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Información al instante

La información en Internet, las publicaciones, videos y la capa-

citación en comunicación, entre otras formas de información,

han sido constantes después de Mitch. La idea es que los países

cuenten con información oportuna para la prevención y mitiga-

ción de los desastres.

Pocas personas cuestionan la vinculación entre la gestión de los desas-

tres y la disponibilidad de información confiable para la toma de

decisiones. En la era de información al instante, el público y personal

de salud de América Central tienen múltiples fuentes de información dispo-

nibles en una variedad de formas: páginas web, publicaciones, bibliotecas vir-

tuales, programas de video, CD-ROM interactivos y más.

Aunque el universo de la información es cada día más extenso, el tiempo para

encontrar lo relevante y pertinente es cada vez menor. En América Central,

varios organismos han comenzado a acercar estos polos y cerrar la brecha

entre la disponibilidad de información y la oportunidad de obtenerla en el

momento oportuno, y con la cantidad y calidad apropiada.

Actualmente, una red centroamericana de información sobre salud y desas-

tres, promovida por el Centro Regional de Información sobre Desastres

(CRID) y la Biblioteca Nacional de Medicina de los EE.UU. (NLM), está

haciendo grandes adelantos en la recolección y diseminación de la informa-

ción sobre desastres, cambiando modelos tradicionales de

acceso y utilización de estos recursos vitales.

Más de 500

publicaciones

sobre desastres de

la OPS/OMS y

otras agencias, en

multiples idiomas,

en CD-Rom o

Internet, todos en

texto completo.

La red de información sobre saludy desastres ya es una realidad

Una alianza entre siete bibliotecas enHonduras, Nicaragua, El Salvador y Guate-mala está alcanzando resultados muyimportantes en el acceso a información téc-nica, apropiada y confiable sobre todas lasfases de los desastres. El focus de sus activi-dades es el fortalecimiento de la infraestruc-tura tecnológica y la conectividad aInternet; la capacitación de recursos huma-nos en áreas críticas de la gestión de infor-mación y la creación de productos y servicios de información

No es pretencioso decir que la mayoría de estas bibliotecas cambió radical-mente su forma de trabajo. Honduras modernizó los servicios de la BibliotecaMédica Nacional (Universidad Nacional Autónoma) y Centro Universitariode la Región Norte. Hoy en día tienen una red de cómputo, ofrecen serviciosde mayor calidad a un número mucho mayor de usuarios y han desarrolladotalleres de capacitación. En Nicaragua, el Centro de Estudios e Investigaciónen Salud (CIES) de la Universidad Autónoma de Nicaragua, en Managua, yla Biblioteca Médica de la Universidad Nacional en León, han mejorado sucapacidad técnica, su infraestructura y conexión a Internet, dando serviciosde información de mayor calidad a sus usuarios. Tres centros en El Salvadorforman parte de esta red: El Centro de Protección contra Desastres (CEPRO-DE), El Centro de Información del Ministerio de Salud-OPS y la BibliotecaMédica de la Universidad de El Salvador. En Guatemala, la Universidad deSan Carlos es parte de esta red.

El trabajo individual de cada uno de esos centros y la colaboración y el enfo-que cooperativo de la red de servicios está permitiendo mejorar el acceso ainformación crítica y esencial sobre desastres. Se espera que la disponibilidadde la información oportuna y pertinente mejore el desempeño de gobiernosy comunidades frente a los riesgos y que favorezca el desarrollo de una verda-dera cultura de prevención.

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Los desastres en la radio

En Centroamérica la radio es el medio de comunicación masivo con mayoralcance, y las emisoras rurales son una de las fuentes más populares paratransmitir mensajes que ayudan a mejorar la capacidad de la comunidad paraprevenir el impacto negativo de un desastre. La radionovela “Tiempos deHuracanes”—que empezó en octubre de 2002 y se sintoniza en más de 50estaciones de radio en Centroamérica—cuenta cuatrohistorias relacionadas con el grado de preparación decomunidades ante inundaciones, aumentando la difu-sión de una cultura de prevención y gestión de riesgosen comunidades que no pueden acceder a este tipo deeducación por otros medios. A esta campaña coordina-da por la Estrategia Internacional para la Reducción deDesastres, la OPS y el Centro de Comunicación VocesNuestras, ya se han unido 45 radioemisoras locales ymuchas más han expresado interés en participar.

Gracias al éxito de la producción, ahora también alcanza audiencias en Cuba,México, Venezuela y la República Dominicana y recién ha salido un nuevoprograma llamado “Réplicas en el Corazón”. Las tres historias de esta nuevaradionovela se desarrollan alrededor de los efectos de tres diferentes desastresnaturales y están centradas en un tema principal: aumentar la conciencia delas comunidades sobre los riesgos naturales que los rodean, convivencia conel riesgo y la toma de decisiones.

Trayendo mensajes a casa

Nicaragua ha utilizado la popularidad de los calendarios parasacar a relucir mensajes importantes sobre desastres y salud.Centenares de promotores del Ministerio de Salud y activistasde la Cruz Roja nicaragüense repartieron más de 10.000 calen-darios, ilustrados por el caricaturista más popular del país,durante visitas a los jefes de familia para explicarles las medi-das preventivas. En el transcurso del año siguiente se podía verlos calendarios en las paredes de sus hogares. Con sentido dehumor se logró sensibilizar a una población altamente vulne-rable a los desastres.

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Los rotafolios también son medios populares para transmitiruna variedad de mensajes. El Ministerio de Salud deNicaragua colaboró con ONG, organizaciones guberna-mentales y agencias de las Naciones Unidas, para elaborarun rotafolio con mensajes de nutrición y salud, dirigidos alos afectados viviendo en albergues. Un manual para lospromotores de salud lo acompaña. El resultado es unaherramienta de alta calidad, bien ilustrado, que será uninstrumento práctico en el momento de un desastre.

Publicaciones para la acción local

Los años post-Mitch han permitido comprobar en Centroamérica la impor-tancia de las iniciativas locales como estrategia básica para la reducción delriesgo. Este pensamiento se ha reflejado en varias publicaciones que los paí-ses han preparado.

Dos de ellas, “Preparativos de salud para situaciones de desastres: Guía parael nivel local” y “Vigilancia epidemiológica sanitaria en situaciones de desas-tre: Guía para el nivel local” fueron elaborados después de un largo procesoparticipativo. El primero contiene una perspectiva y enfoque multisectorial,donde salud no es más que un componente –esencial– del trabajo integralpara la gestión local del riesgo. Lo significativo, más que el documento, hasido ese proceso, en el que decenas de comunidades han ido elaborando losplanes locales de emergencia y fortaleciendo los comités operativos de emer-gencia. La segunda, es el resultado de un amplio y abierto proceso de consul-ta en el que se fueron incorporando los aportes y la experiencia de autorida-des de vigilancia epidemiológica y otras áreas de salud,autoridades políticas municipales, ONG, universida-des y líderes comunitarios, el cual produjo un instru-mento práctico, sencillo y capaz de ser aplicado enotros países.

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Está demostrado que el pueblo centroamericano está haciendo hoy las

cosas diferentes. La consigna es dar un giro a esa historia de margi-

nalidad y vulnerabilidad que ha cobrado miles de vidas y grandes

costos económicos a comunidades y países ya de por sí maltrechos, durante

los desastres y también en tiempos normales.

Pero las personas, los gobiernos locales,

las instituciones del sector salud, los con-

gresistas, los jóvenes, las mujeres, y los

líderes políticos de los países, cuyas

acciones hemos visto en estas páginas,

han dejado claro que no desean ya vivir

con más de lo mismo.

Han tomado acciones, están mejor preparados. Cuentan con planes de emer-

gencia para sus comunidades, sus municipios, sus hospitales. Cuentan con un

sector salud fortalecido y dispuesto a guiarles en casos de desastres, tanto para

prevenirlos y mitigarlos, como para enfrentarlos y manejarlos.

Una nueva “cultura del riesgo” se levanta en Centroamérica, necesaria e

importante. Porque siendo esta una región altamente vulnerable ante todo

tipo de fenómenos naturales, es imprescindible que esté lista, sepa cómo reac-

cionar y adónde dirigirse. Pero sobre todo, debe aprender de los errores y pre-

venir que no se repitan.

El trabajo que se ha hecho en los cinco años posteriores a Mitch en materia

de preparativos para desastres, con protagonismo del sector salud y el apoyo

de la OPS/OMS, constituye un importante grano de arena para cambiar esa

vulnerabilidad. Es un trabajo útil, práctico, que permanecerá y tendrá frutos,

porque está arraigado en la acción comunitaria y nacional. Los centroameri-

canos y centroamericanas han tomado en sus manos y están incluyendo en

sus mentes el mensaje de la prevención y la mitigación como parte de su vida,

una vida que merece y debe ser más segura.

No más de lo mismo

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Agradecemos a las siguientes personas por habernos permitido el uso de fotografías:

Pág. 1 OPS/OMS, Armando Waak

Pág. 4 BID, David Mangurian

Pág. 6 Photospin.com

Pág. 8 OPS/OMS, Victor H. Ariscain

Pág. 9 OPS/OMS, Steven DeVriendt

Pág. 10 OPS/OMS, Armando Waak

Pág. 11 OPS/OMS, Armando Waak

Pág. 12 OPS/OMS, Armando Waak

Pág. 13 OPS/OMS, Ofelia Chicas

Pág. 14 Digital Vision

Pág. 15 OPS/OMS, Armando Waak

Pág. 16 Regina Osorio; OPS/OMS, Steven DeVriendt

Pág. 18 Regina Osorio

Pág. 19 Regina Osorio

Pág. 19 OPS/OMS, Steven DeVriendt

Pág. 20 OPS/OMS, Steven DeVriendt

Pág. 21 OPS/OMS, Armando Waak

Pág. 23 OPS/OMS, Victor Rojas

Pág. 25 Armando Ugarte

Pág. 26 OPS/OMS, Victor Rojas

Pág. 27 OPS/OMS, Victor Rojas

Pág. 29 Photospin.com

Pág. 30 OPS/OMS. Jorge Jenkins

Pág. 31 Juan Guillermo Umaña Granados

Pág. 32 Photospin.com

Pág. 33 Regina Osorio

Pág. 34 Photospin.com

Pág. 37 Liliana Bertha Herrera - Radio Progreso, Honduras

Pág. 39 Ministerio de Salud El Salvador