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CENSO 2012 AfrodescendientesTRANSCRIPT
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ANTECEDENTES HISTRICOS DE LA POBLACIN AFRO-DESCENDIENTE EN PARAGUAY
Documento de trabajo
Lic. Ana Barreto Dr. Ignacio Telesca
PARA COMENZAR
Desde la conquista del territorio baado por los ros Paraguay y Paran por parte de los europeos, la
poblacin de la regin estuvo marcada por la presencia africana en forma de personas esclavizadas.
Esta situacin continu hasta la abolicin de la esclavitud en 1870 en la actual Repblica del
Paraguay, siendo la poblacin afrodescendiente esclavizada de un 4% aproximadamente. Si se tiene
en cuenta la poblacin afrodescendiente libre, el porcentaje de la misma aumenta a un 13%,
dependiendo de las condiciones del censo realizado.
Ante la toma de conciencia de esta realidad, la pregunta que surge es por qu hace falta justificar y
fundamentar la incorporacin de la categora afrodescendiente en un censo poblacional del
Paraguay.
La pregunta no es balad y tiene tambin sus tentaciones. En especial, en la de caer en esencialismos
estancos, pero no slo de la poblacin afrodescendiente o indgena, sino fundamentalmente del
resto, del que no se considera ni uno ni otro, sino simplemente como paraguayo/a. Pero, qu
significa o mejor dicho, signific ser paraguayo. Se asume generalmente que dicha categora existe
y existi desde la misma colonia basndose en esa categora de mestizaje que todo lo incluye y
disculpa.
Ms all del machismo inherente en tal idea (puesto que sin cuestionamiento alguno se acepta que
la mujer guaran gustosa tuvo descendencia con cuanto espaol quisiera, algo que se repetir con la
funcin de la mujer tras la guerra contra la triple alianza), la documentacin histrica nos pone en
alerta que nunca la sociedad colonial y republicana se consider mestiza, que hasta fines del siglo
XVIII la poblacin de la provincia del Paraguay era eminentemente indgena (las 2/3 partes) y que
los cambios demogrficos producidos tras la expulsin de los jesuitas en 1767 no se refieren tanto a
una integracin en una supuesta sociedad nacional sino a la intencin de huir de la
discriminacin y exclusin a que eran sometidos los pueblos indgenas (encomiendas, entre otras) y
la poblacin afrodescendiente (esclavitud y amparo para la poblacin libre).
Esta negacin del otro, de los diferentes otros, llega a su culmen en la celebracin del primer
centenario de la independencia cuando en el lbum Grfico que se edit para dicha conmemoracin
no se duda en afirmar que la poblacin paraguaya es homognea, predominando en absoluto la
raza blanca. En 30.000 puede calcularse el nmero de indios que en estado salvaje habitan el centro
del Chaco. En la Regin Oriental son hoy objeto de curiosidad, as como los negros (Lpez
Decoud, 1911: 83).Es ms, en la introduccin a la obra el mismo autor sostendr que existe entre
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nosotros perfecta homogeneidad tnica: el pigmento negro no ensombrece nuestra piel (Lpez
Decoud, 1911: 8).
Ms claro an lo dejar Manuel Domnguez, en 1907, en la respuesta que le dar al general
argentino -y pintor- Jos Ignacio Garmendia, renegando contra los que sostienen que el Paraguay es
guaran, reafirma una vez ms que este pueblo es blanco, casi netamente blanco ms blancos,
ms altos, ms inteligentes, ms hospitalarios y menos sanguinarios que los otros [los vecinos]
(Domnguez, 2009: 43).
Desde este primer centenario hasta nuestro segundo que acabamos de pasar, mucha agua no ha
corrido bajo el puente, y si bien es cierto que pocos firmaran la expresin de Manuel Domnguez,
muchos s lo haran con los dichos de Lpez Decoud.
DESDE EL MISMO MOMENTO DE LA CONQUISTA
No es, importante sealarlo, la falta de bibliografa lo que imposibilita superar las visiones de
principios de siglo XX. La obra pionera de Josefina Pla (incluso para la regin),Hermano negro, en
1972 ya sealaba la presencia de poblacin esclavizada desde el mismo momento de la llegada de
los europeos. Fue esta investigadora quien hurgando en el Archivo Nacional se top con un
documento referente a la venta de los bienes de Juan Nava, entre los que se encontraba un
matrimonio de esclavos proveniente de frica, el documento es del ao 1556.
La entrada de los esclavos en estos primeros aos se haca fundamentalmente va Brasil y va
contrabando: entre 1588 y 1597 llegaron desde las costas brasileas 233 esclavos, de los cuales
219 fueron introducidos en forma de contrabando. Sin embargo, es recin en el siglo siguiente que
vamos a encontrarnos con barcos negreros anclando en el puerto de Buenos Aires: en marzo de
1602 llegaron en dos navos 675 esclavos (Telesca, 2010b: 338). No olvidemos que hasta 1620 la
provincia del Paraguay se extenda desde Asuncin hasta Buenos Aires.
UNA SOCIEDAD CON AFRODESCENDIENTES
La bibliografa que se refiere en general al afrodescendiente en el Paraguay (Pla, 1972; Cooney,
1995; Argello, 1999; Boccia, 2004) a pesar de hacer una muy buena presentacin del tema, peca
de centrarse en dicha poblacin como si fuera un organismo que nace, se reproduce y desaparece
con la guerra contra la triple alianza. Sin embargo, si dejamos de lado su relacionamiento con el
resto de la sociedad nos hacemos una imagen incompleta tanto de la poblacin afrodescendiente
como de la del resto de la sociedad.
Sabemos que los y las provenientes del continente africano fueron introducidos esclavizados. Esto
implica, cazados en frica, hacinados en los barcos negreros, marcados en los puertos de
desembarque (las personas que pudieron salir vivas) y finalmente vendidos cual objetos a sus
nuevos amos.
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Quien llevaba la peor parte en este mecanismo legislativo que haca factible y deseable el rgimen
esclavista era la mujer. Era a travs de ella que la esclavitud se transmita. La descendencia de una
mujer esclavizada, sea quien fuera la contraparte masculina, continuaba siendo esclava; no as si el
varn esclavizado tena descendencia con una mujer libre.
Desde esta situacin podemos vislumbrar cmo las estrategias para eludir la esclavitud sern
diferentes para un varn o para una mujer esclavizada. Esta ltima slo podr liberarse del yugo a
travs de la muerte, la huida o que alguien compre su libertad. Para los varones se daba la
posibilidad de formar familia con mujeres libres, con lo cual garantizaba que su descendencia lo
sera tambin.
MUJERES Y VARONES, ESTRATEGIAS DIVERSAS PARA ELUDIR LA ESCLAVITUD
Esta diferenciacin de las estrategias utilizadas por parte de las mujeres y los varones esclavizados
la podemos ver de una manera muy grfica con el siguiente caso ocurrido a fines del siglo XVIII.
Paraguar era una inmensa estancia que perteneca al colegio de los jesuitas en Asuncin, con
poblacin esclava. Al momento de la expulsin de los jesuitas en 1767 vivan en la estancia ms de
500 esclavos. Como tras la expulsin se realiz un inventario detallado de todos los bienes de la
Compaa de Jess, podemos ver una relacin etaria y por sexo de la poblacin esclavizada al
tiempo que se visualiza el proceso de venta de las personas esclavizadas.
TABLA I DIVISIN EN EDAD Y GNERO DE LOS ESCLAVOS DE PARAGUAR1
Varones Mujeres Total Menores de 14 126 134 260 Entre 14 y 50 88 117 205 Mayores de 50 10 7 17 Totales 224 258 482
TABLA II ESCLAVOS EN LA ESTANCIA DE PARAGUAR
1/8/1767-31/5/1771
519 fueron inventariados en 1767
Ms 5 que estaban en Asuncin Menos 188 enviados para ser vendidos en Buenos Aires y en Asuncin
Ms 6 que estaban ocultos Menos 18 adultos muertos despus del inventario hasta la tasacin
Ms 12 nacidos hasta la tasacin
Menos 9 prvulos muertos desde el inventario hasta la tasacin
Ms 89 nacidos despus de la tasacin
Menos 40 prvulos muertos desde la tasacin
Total 631 255 Quedan 376 esclavos
1 No de todas las personas se refieren los datos precisos por eso el total es slo de 482. Al nmero de 88 varones entre los 14 y 50 aos habra que agregar seguramente a los 11 que se agregaron tras el primer inventario, como se seala en la Tabla II.
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Perodo Haba Nacieron Murieron Vendidos Total
En 1/6/1771 3952 395 1/6/1771-12/1/1772 395 13 5 403 12/1/1772-16/1/1773 403 22 14 77 334 16/1/1773-18/1/1774 334 13 7 181 159 18/1/1774-14/1/1775 159 4 1 94 68 14/1/1775-20/9/1775 68 1 1 68 0
FUENTE: Archivo General de la Nacin, Buenos Aires (AGN), sala IX, 22.8.1-22.9.1
De acuerdo a este inventario, para fines de 1775 no quedaban ms personas esclavizadas
dependientes de las temporalidades de los jesuitas. Esto no significa que Paraguar se haya quedado
sin poblacin afrodescendiente. Un censo realizado por el gobernador Melo de Portugal en 1782
nos trae un nuevo panorama poblacional de la localidad.
TABLA III
POBLACIN EN PARAGUAR EN 1782
Mujeres Varones Total Absoluto % Absoluto % Espaolas/es 164 35,3 301 64,7 465 Indias/os 47 72,2 18 27,8 65 Negras/os y mulatas/os libres 128 55,4 103 44,6 231 Negras/os y mulatas/os esclavos 86 46,0 101 54.0 187 TOTAL 425 44,8 523 55,2 948
RESUMEN
Absoluto % Espaoles 465 49,0 Indios 65 6,9 Negros y mulatos libres 231 24,4 Negros y mulatos esclavos 187 19,7
TOTAL 948 100 FUENTE: Aguirre, 1949.
El censo de 1782 nos permite ver una nueva conformacin de la poblacin. No es novedosa, en
tanto que nos haga pensar que tras la expulsin de los jesuitas la zona se pobl de espaoles
(entindase siempre, jurdicamente, espaoles no provenientes de Europa, sino lo que
tradicionalmente se suele llamar espaoles americanos). Sabemos que la misma orden mientras
an estaba en Paraguar arrendaba parte de sus territorio a campesinos del lugar, que son los que en
1782 componen el grueso de la categora espaoles. Pero lo que ms nos interesa es la an
presencia de personas esclavizadas (seguramente adquiridas por los nuevos colonos) y de este grupo
de negros y mulatos libres.3
2 Se incluyen en la lista, 19 esclavos que pertenecan a la estancia de San Lorenzo. 3 La expresin negro y mulato la trae la misma fuente, pero por lo general no exista una denominacin clara que se aplicara en la provincia del Paraguay, vemos utilizar indistintamente palabras como negro, mulato, africano, pardo,
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Contamos con una fuente que nos puede dar pistas sobre cmo se fue conformando este grupo, pero
antes de eso veamos la conformacin de la poblacin en 1799, para lo cual contamos con otro censo
realizado por el gobernador Lzaro de Ribera.
TABLA IV
POBLACIN EN PARAGUAR EN 17994 1 edad 2 edad 3 edad Total
mujeres varones mujeres varones mujeres varones mujeres varones Espaolas/es 243 230 258 243 38 29 539 502 1.041 Mestizas/os 9 8 14 10 9 7 32 25 57 Indias/os 13 12 15 20 6 8 34 40 74 Pardas/os libres
109 112 50 60 9 9 168 181 349
Pardas/os esclavos
39 29 28 20 4 6 71 55 126
Morenas/os libres
26 20 19 19 7 7 52 46 98
Morenas/os esclavos
38 32 37 30 5 5 80 67 147
TOTAL 477 443 421 402 78 71 976 916 1.892 FUENTE: AGN Fondo Lamas, 2.636, f. 76
TABLA V
POBLACIN EN PARAGUAR 1782-1799
1782 1799 Absoluto % Absoluto % Espaoles/as 465 49,0 1.041 55.0 Mestizos/as 57 3,0 Indios/as 65 6,9 74 4,0 Pardos/as y morenos/as libres 231 24,4 447 23,6 Pardos/as y morenos/as esclavos 187 19,7 273 14,4
TOTAL 948 100 1.892 100 Si bien existen pequeas variaciones entre ambos censos, podemos comprobar que la poblacin
considerada afrodescendiente en Paraguar en vsperas de la independencia rondaba el 40%, ms
alta que la media, como luego veremos. Pero volvamos a nuestro tema de las estrategias
diferenciadas entre los varones y las mujeres esclavas.
Una fraccin de la estancia que perteneci a la Compaa de Jess pas a formar parte de las
propiedades del nuevo Real Colegio Seminario de Asuncin. Tambin los esclavos. Contamos con
cuatro inventarios de esclavos de esta propiedad que se encuentran en el Archivo Nacional de
Asuncin (ANA): el de 1781 con sus procreos hasta 1784; de 1792; de 1801 y de 1817, ya en
poca independiente (no olvidemos que la esclavitud recin se aboli en 1870).
etc. Si bien en el significado no es igual un pardo que un mulato que un negro, estas diferencias no eran tenidas como tales por las fuentes, de una manera consistente. 41 edad del nacimiento a 15 aos; 2 de 15 a 60; 3 de 60 adelante
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La tabla VI, aunque extensa, nos muestra en primer lugar cmo los varones de las familias (seis en
total) se casan con mujeres libres y de esa manera se corta el vnculo familiar con la estancia,
aunque ellos sigan participando, como es el caso de Juan Ventura, que termina siendo capataz en la
estancia de Caacup. Al mismo tiempo podemos apreciar cmo las actividades econmicas se van
agrupando en torno a una familia que se va haciendo ms grande, como la de Miguel, que se
concentra en la estancia de Tacuruty. Hemos querido poner los nombres de las personas, que si bien
hace extensa la lista, creemos importante darle un poco ms de visibilidad a las personas y no
reducirlas a meros nmeros estadsticos.
TABLA VI LISTA DE ESCLAVOS DEL REAL COLEGIO SEMINARIO, 1781-1817
1781-4 1792 1801 1817 Tacuruty Caacup
Cosme Capata
z
Mara Salom su mujer X 60 aos
Juan Ventura X 28 30 (casado con mujer
libre) Capataz
Manuel X 26 Melchor X 25 Melchora X 18 30 X Hilaria X Lorenza X 15 X
Domingo X 24 (casado con mujer
libre)
Mara Josefa X Mara Vicencia, hija de Melchora 3 X Jos Tadeo, hijo de Lorenza X Juana Tomasa, hija de Lorenza X Mara Manuela, hija de Lorenza X Juan ngel, hijo de Lorenza X
Isidro X 40 casado con mujer libre
Luisa su Mujer Rosala X 16 Mara Silvestre X 14 Mara Petrona X 10 18 Mara de la Encarnacin X Mara Eusebia X Mara Concepcin 6 Manuel Ignacio 4 13 Miguel Antonio, hijo de Mara Petrona X
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7
Bartolom, hijo de Rosala, difunta 8 X
Raymundo X 40 Teodora su mujer X 36 Asencia X 24,
Joaqun X 20 (casado con mujer
libre)
Juan Esteban X 12 X Mara Juana X 11 X Mara de la Encarnacin X
Salvador X 9 18 (casado con mujer
libre) X
Mara Tomasa 6 X Juan Esteban, hijo de Asencia 7 Mara Antonia, hija de Asencia 8 X Mara Nicolasa, hija de Asencia 5 Santiago, hijo de Mara Juana X Felipe, hijo de Mara Juana X Jos Lorenzo, hijo de Mara Juana X
Benita, hijo de Mara Juana X Dorotea, hijo de Mara Juana X Mara Josefa, hija de Mara Antonia X
Flix X
Pasan al colegio de Asuncin, l es mayordomo y su mujer cocinera
Mara Regina su mujer X Alejo X Mara todos Santos X
Miguel X 40 50 Capataz Isabel su mujer X 30 40 X Valeria X Mariano X 11 Mara Petrona X 13 18 X Mara de la Cruz X 11 16 X Mara de la Encarnacin X Eusebia 8 15 X Andresa 6 13 X Mara de la Asuncin 5 X Felipe 3 Mauricio 8 Mara Benedicta 2 X Juan Jos 3 Baltasar 4 X Ignacio, hijo de Mara de la Cruz 2
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8
Mara Lorenza, hija de Mara Petrona De meses X
Felipe, hijo de Miguel X Bernardino, hijo de Miguel X Gaspar, hijo de Miguel X Nicols, hijo de Mara Petrona X Tadeo, hijo de Mara Petrona X Manuel, hijo de Mara Petrona X Feliciano, hijo de Andresa X Mara Rufina, hija de Andresa X Luisa, hija de Mara de la Cruz X Mara Martina, hija de Eusebia X Juana ngela, hija de Eusebia X Marcelino, hijo de Tomasa X Justo Pastor, hijo de Tomasa X Rosa Antonia, hija de Tomasa X Mara Inocencia, hija de Tomasa
X
Antonina, hija de Tomasa X
Valentn (casado con mujer libre) X
Francisco Solano soltero X
Juan Damin, hijo de una esclava que est en la ciudad
2
Jos Bernardo X
Andresa X Escolstica, su hija X TOTAL DE ESCLAVOS 37 28 27 28 21
FUENTE: ANA, NE vol. 8.1, NE vol. 583, NE vol 739, NE vol. 1221 y NE vol. 3132.
El cuadro nos muestra que casi todos los varones, no jefes de familia, terminan casndose con
mujeres libres y en los que no figura ese dato, desaparecen de los sucesivos inventarios. El caso de
Juan Ventura, pareciera que es el heredero del cargo de capataz de su padre para la estancia de
Caacup. El caso de Isidro, del segundo ncleo familiar, es igual de interesante, ya que casado en
segundas nupcias lo hace con una mujer libre. Desgraciadamente an no hemos encontrado otros
registros de igual envergadura para estancias privadas para ver si era sencillo o no para los esclavos
varones casarse con mujeres libres.
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AFRODESCENDIENTES LIBRES
No es difcil comprender por qu una persona esclavizada intentaba evadir dicha sujecin. Pero
debemos dar un paso ms y meternos en la descendencia libre de esos afrodescendientes. Pareciera
que pronto en la Amrica espaola su nmero fue creciendo, ya que poseemos Reales Cdulas de
fines del siglo XVI, en donde se intentaba regular la vida de este grupo de negros y mulatos libres
(Telesca, 2010b). Es una nueva clase de personas para la cual la corona espaola no haba pensado.
Existan los espaoles, los indgenas y los esclavos, pero qu hacer con los afrodescendientes
libres? La forma de control ms utilizada era la del cobro de tributos, de impuestos, de esta manera
se puede saber quines y cuntos son (adems de obtener un ingreso extra para las arcas reales),
entonces obligaron a todo varn afrodescendiente a pagar un marco de plata a la corona. As como
todo indgena estaba sometido al rgimen de encomienda, todo afrodescendiente libre tena que
pagar su tributo del marco de plata.
Sabemos que ser afrodescendiente era sinnimo de pobreza, por lo que era mnima la posibilidad
que tenan de pagar dicho impuesto. Esta dificultad ya se reconoca en una Real Cdula de 1577, y
la razn se deba, deca el documento,a que eran gente que no tiene asiento ni lugar cierto y se
plantea una manera de solucionar dicho problema: obligarlos a que vivan con amos conocidos,
que los amparen y que sean stos los que tengan que pagar dichos tributos a cuenta del salario del
afrodescendiente.
Como se puede entrever, esta institucin del amparo no era otra cosa que una esclavitud encubierta.
Adems, la autoridad designada para dar en amparo a una familia afrodescendiente libre era el
gobernador, quin la utilizaba para beneficiar a sus favoritos. Como bien lo manifestara Flix de
Azara a fines del siglo XVIII, ningn esclavo ni su posteridad puede tener libertad aunque se la
d su legtimo dueo, porque al momento que alguno la consigue lo aprisiona el gobernador y lo
entrega a algn particular, en amparo, segn dicen, para que lo haga trabajar como esclavo sin ms
obligaciones que la de cualquier dueo respecto a sus esclavos, menos que no le puede vender.
(Azara, 1904: 48).
LA FUNDACIN DE EMBOSCADA
La poblacin afrodescendiente libre fue creciendo en nmero con el correr de los aos aunque
carecemos de datos especficos. De hecho, el nico censo del siglo XVII fue el realizado por el
obispo Faustino de Casas en 1682 (Velzquez, 1972). De sus datos sabemos que vivan en la
provincia del Paraguay 38.666 habitantes, de los cuales la mitad (19.070) lo hacan en los siete
pueblos de indios controlados por los jesuitas. No hay datos para afrodescendientes libres, pero s
para esclavos, 1.134 en las dos nicas ciudades existentes en ese momento, Asuncin y Villa Rica
(que vena de trasladarse de su antigua locacin en el hoy departamento brasileo de Paran a su
localizacin actual).
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No ser sino hasta un siglo despus que se comience a distinguir claramente entre esclavos y libres
en los censos. Sin embargo, sabemos que cuando en 1714 se funda la poblacin de Villeta del
Guarnapitn se trae para su poblacin a 38 familias de pardos libres (Velzquez, 1978). Y que la
poblacin parda libre era importante en la provincia del Paraguay, al margen de los esclavos, lo deja
de manifiesta justamente la fundacin del pueblo San Agustn de la Emboscada en 1741, que se
hizo exclusivamente con pardos libres (Granda, 1983; Blujaki, 1980).
Ya antes se haba fundado el fuerte de Arecutacu y en dicha construccin haban participado 40
mulatos libres, de los cuales muchos permanecieron una vez terminado el fuerte en 1719. La
funcin del fuerte era la de antemural ante las incursiones de los grupos indgenas an no sometidos
por los espaoles, pero pareciera que el lugar escogido no fue el ideal ya que enseguida se sintieron
las necesidades alimentarias y la creciente del ro Paraguay destruy parte de la construccin. En
1741, el gobernador Rafael de la Moneda decide no slo mudar de lugar el sitio, sino que en
adelante ya no sera un fuerte sino un pueblo. La funcin continuara siendo la misma, la de defensa
(como bien lo indica el nombre de Emboscada), y los pobladores exclusivamente pardos libres (de
hecho, al lugar tambin se lo denominaba Camba Reta). Para 1745 Emboscada ya estaba lista y en
1761 vivan all 112 familias y 572 personas, todos afrodescendientes libres (Telesca, 2009).
A estos afrodescendientes libres que fueron a habitar el recin fundado pueblo, se los liber de
pagar el tributo del marco de plata y se los dispuso como Pueblo de Indios, viviendo en comunidad,
lo cual no funcion y los habitantes de Emboscada peticionaron al gobernador para que los dejasen
trabajar como libres o mudarse al Chaco, lo cual les fue denegado. De hecho, la poblacin de
Emboscada fue constantemente explotada por los gobernadores, ya que, al decir de Azara,
arbitrariamente disponen [de ellos] como que carecen de patrono y a cualquiera hora se hallan en
su hogar (Azara, 1904: 49). As como los indgenas eran explotados a travs del sistema de
encomienda, de igual manera a los afrodescendientes libres se los utilizaba cual esclavos ya sea por
los amparadores, ya sea por los gobernadores.
ESTRATEGIAS DE LOS AFRODESCENDIENTES LIBRES
Ante esta situacin no sern inentendibles todas las acciones emprendidas por este grupo de
afrodescendientes libres para dejar de ser tenidos como tales y ser considerados dentro del grupo de
espaoles. Pero antes de ver estas estrategias tengamos un pantallazo general de los datos
demogrficos.
Para fines del Paraguay colonial contamos con dos censos detallados, uno realizado en 1782 por el
entonces gobernador Melo de Portugal (Aguirre, 1949) y el otro en 1799 confeccionado por el
gobernador Lzaro de Ribera (Maeder, 1975). Para el perodo independiente hasta 1870, el nico
censo que se realiz fue en 1846 por orden del presidente Carlos Antonio Lpez (Williams, 1976;
Kegler, 1976). La siguiente tabla nos muestra la poblacin total negra y mulata dividida en libre y
esclava, as como tambin el porcentaje del total de la poblacin del Paraguay.
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TABLA VII
POBLACIN AFRODESCENDIENTE EN PARAGUAY DESDE 1782 HASTA 1846 1782 1799 1846 total % total % Total %
Libres 6.893 7,2 7.948 7,4 8.416 3,6 Esclavos 3.953 4,1 4.598 4,3 8.796 3,8 TOTAL 10.846 11,3 12.546 11,7 17.212 7,4
FUENTE: Aguirre, 1949; Maeder, 1975; Williams, 1976
Podemos apreciar que la poblacin esclavizada permanece casi estable, pero la poblacin
afrodescendiente libre se reduce proporcionalmente a la mitad en esos 64 aos. Es importante
comprender entonces qu pasaba con esa poblacin libre. La historiografa tradicional suele poner
su acento en el espritu abierto de la sociedad considerada espaola, que permita integrarse al resto
de la sociedad. Sin embargo, esa imagen idlica es puesta en duda a partir de la documentacin de la
poca.
Un 3 de marzo de 1757 se rene el cabildo asunceno y se queja al gobernador a travs de un escrito
...en el que contiene que los negros, negras, mulatos y mulatas visten sedas y en sus vestuarios
galones de plata y oro y los mulatos usan espuelas y cabezadas de plata y que por esta causa
no hay excepcin de los espaoles y seores en los actos pblicos, [...] y habindose
conferenciado acordaron sobre el primer punto que slo se les permita a los dichos negros,
negras, mulatos y mulatas que vistan ropa de lana de castilla decentemente sin cintas y
galones de plata y oro, ni que se les permita usen espuelas ni cabezadas de plata, sobre lo
cual dicho seor gobernador dijo que mandara por bando para su observancia.
El problema para los cabildantes radicaba en que por esta causa no hay excepcin de los espaoles
y seores en los actos pblicos. Los miembros del cabildo no podan aceptar esa falta de
distincin. Sin lugar a dudas, sta no es una queja gratuita e inventada. Los afrodescendientes
queran dejar de ser estigmatizados y discriminados, no slo econmicamente sino tambin jurdica
y socialmente. Uno de los huecos que encontraron fue justamente el equipararse a travs de las
vestimentas, algo comn tambin en el resto de la Amrica colonial.
Adems, los cabildantes se quejan en esa misma reunin que los afrodescendientes no utilizan su
iglesia, la de San Blas, sino que se bautizan y casan en la de los espaoles (Telesca, 2009).
Una primera estrategia que se desprende del clamor de los cabildantes es el mimetizarse con los
espaoles a travs de la vestimenta, los que s sentan el impacto, al punto de prohibir dicha
identificacin. Esto nos lleva a cuestionarnos cmo eso poda ser posible, es decir, nos debe poner
en alerta sobre la poca diferenciacin existente entre los considerados espaoles y los
considerados pardos. No podemos dejar de reconocer, sin embargo, que la vestimenta puede verse
como una estrategia para ser considerado espaol o simplemente como un mero afn de progreso.
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Lo que no puede dejar dudas es el uso de las parroquias destinadas a espaoles para formalizar los
bautismos o casamientos. Hasta la independencia, los afrodescendientes y los indgenas que vivan
en Asuncin y sus alrededores tenan una iglesia destinada para ellos, la de San Blas y slo podan
utilizar dicha iglesia. El gobernador Melo de Portugal lo explicar correctamente en 1783 en un
informe sobre la provincia del Paraguay, donde dir que la parroquia de San Blas no tena un
territorio fijo, sino que la jurisdiccin del prroco [de dicha parroquia] se extiende a todos los
indios, mulatos y negros as esclavos como libres, moradores en todo el distrito de la Catedral y la
Encarnacin [en Asuncin].
Estas dos ltimas iglesias, Catedral y Encarnacin, eran destinadas a la poblacin espaola, si un
mulato o pardo o negro era bautizado o casado en dichas iglesias, significaba entonces que no era ni
pardo, ni negro, ni mulato, sino espaol. Por supuesto que esto no se podra hacer sin la
complicidad del prroco, pero la queja de los cabildantes nos seala que era una situacin ms que
habitual.
Un tercer mecanismo o estrategia utilizada por la poblacin afrodescendiente para dejar de ser
tenida como tal y asumida con el status de espaol, era el de formar parte de las milicias de
espaoles. As como haba una iglesia destinada para los afrodescendientes, tambin exista una
compaa destinada a los pardos y stos slo podan pertenecer a dicha compaa. Sin embargo, en
1796 los comandantes de las cuatro compaas de pardos que existan, se quejan a su autoridad y
expresan:...que hallndose exhaustas de individuos dichas compaas [las de pardos], as por la
extraccin o separacin de estos soldados, los que olvidando su calidad se hallan interpolados entre
las milicias espaolas, como tambin por la falta de jurisdiccin para obligar a varios pardos libres
exonerados de toda pensin, antes bien entregados a una suma libertad y ocio nada tiles a ambas
majestades (de los cuales presentamos listas) as de los que se han separado como de lo que viven
en la forma predicha....
Al igual que ocurra con los prrocos de las iglesias de la Encarnacin y la Catedral, que aceptaban
que los pardos recibieran los sacramentos all, lo mismo ocurra con los comandantes de las cuerpos
de milicias de espaoles que permitan a los pardos formar parte de las mismas.
Ms all de las complicidades necesarias, es claro que formaba parte del imaginario posible que
ambos casos se pudieran producir. Hemos trabajado en otros textos en los que se presentan algunos
casos que utilizan el haber participado en las milicias de espaoles como testimonio de formar parte
de la poblacin espaola (Telesca, 2005; 2009; 2010c).
Uno de estos casos se puede ver reflejado en la historia de Toms Sosa. Luego de casado, la familia
de la esposa de Toms quiso anular el matrimonio alegando desigualdad de sangre (y estamos en
1822). El cura de Capiat, Pedro Jos Moreno, replica que ya le haba comentado a la familia de la
novia, previo a la boda, que la bisabuela de Toms haba sido parda, pero que su sucesin haba
sido procreada de hombres blancos. Y agrega como dato probatorio que los varones de la
expresada sucesin por la relatada cualidad haban servido a lo poltico y militar entre los blancos.
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Situacin parecida es la de Pedro Juan Ortiz, a quien en 1832 el cura de Yuty, Julin Curtido, no le
permita casarse. La razn, expresa el mismo Pedro, se debe a que dicen que el abuelo de mi
pretendida es pardo, y que por esto ella mi pretendida me es desigual. En lo que juzgo que nuestro
cura no tiene razn de excusarse: lo primero porque el padre legtimo de mi pretendida fue hombre
blanco sin disputa ni duda alguna y la madre, aunque haya sido mestiza o tercerona, por el
matrimonio se hizo de la misma condicin que su legtimo marido como se deduce de la Ley 7, tit.
2 Part. 4. Lo segundo porque fuese lo que fuere mi pretendida, es reputada por blanca en el pblico,
pues que un hermano suyo entero es soldado urbano, que est sirviendo en la clase y compaa de
blancos.
Casos como el de Toms Sosa o el de Pedro Ortiz eran bastante comunes y una buena cantidad de
ellos se pueden encontrar en el Archivo de la Arquidicesis de Asuncin, en la seccin de
Impedimentos Matrimoniales.
Por otro lado, los expedientes judiciales que se encuentran en el Archivo Nacional de Asuncin nos
presentan a los afrodescendientes haciendo tambin uso de las herramientas que la justicia les pona
a su alcance.
En el ltimo cuarto del siglo XVIII, encontramos en la Seccin Civil y Judicial de dicho Archivo 39
casos en donde se involucran a esclavos o negros y mulatos directamente. De estos 39 casos, 9 se
dan entre espaoles (venta, donaciones y una seora que se opone al casamiento de su hijo con una
mulata); 15 contra negros (por deuda, 5 por adulterios, por matar una mula, 4 por heridas, 2 por
robo, por fuga y por falsificacin de firma); y 15 demandas por parte de los negros (9 por maltratos,
8 por papeles de venta, pide libertad de hijas, uno para que no se venda). Importante es sealar que
6 de estas ltimas demandas fueron puestas por mujeres (en Telesca 2010c hemos trabajado en
detalle el caso de la mulata Luisa Lezcano contra Juana Agustina de Achucarro).
No se ha de dudar que los miembros de la elite acusaran recibo de estas estrategias e intentaban
impedirlo, como vimos con los cabildantes en 1757. Otro botn de muestra nos lo traen tambin
unas Actas del Cabildo de Asuncin, pero esta vez de 1806. Uno de los regidores, Florencio
Antonio Zelada, haba fallecido y en artculo mortis se cas con su esclava con quien haba tenido
cuatro hijos. No slo se cas sino tambin les concedi la libertad. Todo hubiese quedado en un
buen gesto si es que los hijos no hubiesen concurrido al Cabildo para solicitar un certificado sobre
su padre para recurrir al Soberano. Los miembros del cabildo asunceno se dividen en sus opiniones
y el mayor opositor a entregar dicha solicitud fue el regidor Jos Esteban de Arza, sus razones eran
claras y las manifiesta abiertamente. Comienza afirmando que de no haber intervenido dicho
matrimonio necesariamente resultaran esclavos estos descendientes, y piensa que es urgente la
negacin de tal pedido a vista de los perjuros que se iban a cometer impunemente, bien sea
conducidos los declarantes de la sencillez de ellos, o bien sea producindose de malicia. Es bien
consciente de los objetivos de los solicitantes, que sus fines no tenan otro objeto que con el
transcurso del tiempo fuesen iguales y de una misma esfera los hijos, nietos, etc. de ellos con los de
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este cuerpo y aqu un absurdo el mximo que puede excogitarse, por no ser justo que un hombre
vil y de mala estirpe se hombree con otro limpio, noble y bien nacido (Telesca, 2010a: 151-152).
POBLACIN AFRODESCENDIENTE EN ASUNCIN Y EMBOSCADA
Vimos que la poblacin afrodescendiente reconocida como tal en los censos de fines coloniales
rondaba el 13%, sin embargo en ciertas localidades su presencia era ms marcada, como en la
ciudad de Asuncin.
TABLA VIII
POBLACIN DE ASUNCIN ENTRE 1782 Y 1799 1782 1799
Espaolas/es 2.120 42,9% 3.963 53,5% Indgenas 118 2,4% 283 3,8% Negros/as y mulatos/as libres 1.546 31,3% 1.853 25,1%
Esclavos/as 1.157 23,4% 1.305 17,6% TOTAL 4.941 100% 7.404 100%
FUENTE: Aguirre, 1949; Maeder, 1975
En 1782, los negros y mulatos en Asuncin representan el 24,9% de la poblacin parda total (el
22,8% de la poblacin libre total y el 29,3% de la poblacin esclava), mientras que en 1799, el
25,2% (el 23,3% de la poblacin parda libre y el 28,4% de la poblacin esclava).La presencia
femenina entre la poblacin afrodescendiente era importante, fundamentalmente entre los adultos,
como lo demuestra el siguiente cuadro.
TABLA IX POBLACIN AFRODESCENDIENTE EN ASUNCIN EN 1782 DIVIDIDO POR SEXOS
Mujeres Varones
Adultas/os libres 764 66,7% 382 33,3% Prvulas/os libres 200 50,0% 200 50,0% Adultas/os esclavas/os
566 60,5% 370 39,5%
Prvulas/os esclavas/os
95 43,0% 126 57,0%
1.625 60,1% 1.078 39,9% FUENTE: Aguirre, 1949
Llama la atencin esta diferencia entre mujeres y varones adultos. Uno podra pensar en la fuga que
se da entre los varones esclavos, pero en el nmero de negros libres la diferencia es an mayor.
Podra pensarse tambin en la emigracin a otros pueblos del interior para trabajos, sin embargo, la
misma diferencia se da tambin a nivel provincial. Tampoco se puede pensar en ms nacimientos de
mujeres, porque los datos nos dicen otra cosa. Se puede tener en cuenta por otro lado una alta
mortalidad debido a los trabajos duros, o incluso a que los varones se escapen de los controles
censales para no ser enviados a los fortines. Ambas hiptesis pueden incluirse, pero el trabajo duro
que provoque una muerte precoz en Asuncin es ms difcil que se d, y respecto al huir del censo-
tributo, al darse la misma relacin entre los esclavos, libres de tributo y bajo el control de sus
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amos, la explicacin queda un poco dbil. Seguramente son todas las anteriores razones juntas,
porque si comparamos con los esclavos que los jesuitas tenan en su colegio de Asuncin en el
momento de la expulsin de la orden en 1767, los porcentajes son un tanto diferentes, incluso
tenemos el dato de los recin nacidos, que en la siguiente tabla incluimos entre parntesis.
TABLA X
DIVISIN EN EDAD Y GNERO DE LOS ESCLAVOS DEL COLEGIO JESUITA EN ASUNCIN, 1767
Varones Mujeres Total Menores de 14 119(40) 137(38) 256(78) Entre 14 y 50 85 98 183 Mayores de 50 10 17 27 Totales 214 252 466
FUENTE: AGN, sala IX, 22.9.1, cfr. Telesca 2008a
Otra de las comunidades en donde la poblacin afrodescendiente era numerosa es Emboscada, ya
que fue creado el pueblo precisamente para albergar a pardos y mulatos libres. Lo importante es
sealar que desde su creacin en 1741 mantuvo un crecimiento estable.
TABLA XI POBLACIN DEL PUEBLO DE EMBOSCADA DE 1761 A 1846
1761 1782 1799 1846
Pardos libres 572 773 897 2.422 Esclavos 2 25 2 Espaoles 108 994 Indgenas 96 TOTAL 572 775 1.136 3.418
FUENTE: Telesca, 2009; Aguirre, 1949; Maeder, 1975; Williams, 1976
Para 1799 poseemos una descripcin detallada. La planilla censal fue firmada el 30 de julio de
dicho ao por su prroco, don Francisco Amancio Gonzlez de Escobar. Importante es detenerse en
su clasificacin, a los habitantes los denomina por su gentilicio, emboscadea/o, y a los espaoles
que viven all les agrega tambin su situacin de arrendatarios. Es decir, no podran estar morando
en dicho pueblo que era exclusivo para afrodescendientes, pero parece que el pueblo arrendaba sus
tierras a campesinos de los alrededores. Otro dato importante es la existencia de poblacin esclava y
de indgenas. Ms investigacin es necesaria para comprender quines eran los poseedores de los
esclavos, si slo la poblacin espaola o si tambin haba emboscadeos con esclavos, y para
comprender si los indgenas estaban encomendados y a quin. Los pardos libres agregados pueden
ser pardos que arrienden un pedazo de tierra en Emboscada o que estuvieran trabajando para alguna
familia de espaoles. Lo importante de esta planilla es que fue confeccionada por un prroco que
conoca su comunidad desde casi sus orgenes.
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TABLA XII POBLACIN EN EMBOSCADA EN 1799
1 edad 2 edad 3 edad Total mujeres varones mujeres varones mujeres varones mujeres varones Emboscadeas/os 189 187 241 105 50 47 480 339 819 Espaolas/es arrendatarios
19 25 34 24 4 2 57 51 108
Indias/os 44 3 36 13 0 0 80 16 96 Pardas/os libres agregados
2 36 13 24 0 3 15 63 78
Esclavas/os 6 7 5 10 4 3 15 20 35 TOTAL 260 258 329 176 58 55 647 489 1.136
FUENTE: AGN Fondo Lamas, 2.636, f. 99
Desgraciadamente los datos de 1846 an no han sido desmenuzados, slo poseemos datos
generales, pero en cierta medida podemos comparar los censos de 1782 y 1799.
TABLA XIII POBLACIN DE EMBOSCADA 1782- 1799
1782 1799 mujeres varones total mujeres varones total Pardas/os libres
nias/os 69 69 138 191 223 414 adultas/os 222 413 635 304 179 483
Esclavas/os nias/os 6 7 13 adultas/os 2 2 9 13 22
Espaolas/es nias/os 19 25 44 adultas/os 38 26 64
Indgenas nias/os 44 3 47 adultas/os 36 13 49 TOTAL 293 482 775 647 489 1.136
Al igual que lo que ocurra en Asuncin, para 1799 tenemos que la poblacin masculina adulta,
entre 15 y 60 aos, emboscadea, es menos de la mitad respecto a la femenina (105 y 241
respectivamente). La relacin se invierte con la poblacin parda agregada, lo que indica es una
mano de obra ocasional o que an no se haba instalado definitivamente en la zona. Sin embargo,
los datos de 1782 nos dan una pintura totalmente opuesta, los varones adultos duplican a las
mujeres adultas.
La diferencia que se nota a partir de 1799 es la incorporacin al censo de la poblacin espaola, es
decir, ni parda ni indgena. En 1846 esta poblacin aumenta en relacin al total, de representar
apenas el 10% en 1799 pasa al 30% cincuenta aos ms tarde.
Pero de la tabla se puede extraer un dato an ms significativo. En 1782 y 1799 la poblacin parda
que viva en Emboscada representaba el once por ciento de toda la poblacin parda libre de la
provincia, sin embargo en 1846 el treinta por ciento de toda la poblacin parda libre del Paraguay
viva en Emboscada.
Esto nos indica que mientras que la poblacin emboscadea no tena necesidad de ocultar su origen
tnico, o les resultaba ms dificultoso, el resto de la poblacin afrodescendiente libre continu con
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la estrategia de ir mudando su adscripcin tnica. Es que tras la independencia, las discriminaciones
a que eran sometidos desde pocas coloniales poco cambiaron.
TRAS LA INDEPENDENCIA
Llama la atencin que a pesar de que la mitad de la poblacin asuncena era afrodescendiente, no
fuese ste un tema que mereciese la atencin de los que planificaron el nuevo estado que ira a darse
en el Paraguay. De hecho, la nica mencin a los esclavos en los debates que se sucedieron tras
mayo de 1811, es la necesidad de confeccionar una nueva vestimenta para el esclavo Manuel,
herrero, que perteneca al fisco de la provincia (Orden del 17 de noviembre de 1811, firmada por los
miembros de la Junta Gubernativa).
Como hemos sealado, la esclavitud ser abolida en 1870 y la ley de libertad de vientres recin se
sancionar a fines de 1842 para que entre en vigencia el primero de enero del ao siguiente. A partir
de esa fecha los nacidos de madre esclava sern llamados libertos y recin ganarn su libertad al
cumplir los veintitrs aos las mujeres y los veinticinco los varones. Sin embargo, la sangrienta
guerra contra la triple alianza que se prolong desde 1864 hasta 1870 les lleg antes que pudieran
reclamar su libertad.
No es slo una cuestin de legislacin sino que incluso llama la atencin la perpetuacin de la
esclavitud cuando hubo posibilidades de ir hacindola desaparecer. Por ejemplo, cuando en 1824 el
Dr. Francia suprimi las rdenes religiosas en el Paraguay se encontr con un grupo de personas
esclavizadas importante. A los de la ranchera de los dominicos (que veinte aos antes contaba con
una poblacin de cien personas) hay que sumarles la de los mercedarios y franciscanos. Adems, la
orden de los predicadores posea una estancia con poblacin esclava en Tavapy que superaba el
medio millar y los mercedarios otra en Aregu con igual poblacin o ms. Sin embargo, el Dr.
Francia no les dio la libertad una vez que sus amos ya no existan ms, sino que los sum a la
esclavatura del estado. Lo mismo hizo con los esclavos pertenecientes a aquellas personas cuyos
bienes eran confiscados por el estado.
Resulta hasta irnico, entonces, leer el catecismo que redact el mismo Dr. Francia destinado a las
escuelas primarias de la repblica. Una de las preguntas haca referencia a la bondad del gobierno y
a los hechos positivos que demuestren dicha bondad; el nio tena que responder que uno de estos
hechos positivos haba sido el haber abolido la esclavitud sin perjuicio de los propietarios
(Telesca, 2010a: 154).
As como el gobernador de la Moneda haba fundado el pueblo de Emboscada con poblacin parda
libre, lo mismo ocurri con la fundacin del pueblo de Teveg en 1813 (Williams, 1971).Teveg
era un antiguo poblado de los indios guans, setenta kilmetros al norte del poblado ms norteo
del Paraguay que era Villa Real, sobre la banda oriental del ro Paraguay. Ya despoblado el lugar de
los guans, la Junta ha tomado la resolucin de que todas las familias que componen la numerosa
parcialidad de pardos de Tavapy vayan a fundar un nuevo pueblo en el paraje de Teveg (27 de
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enero de 1813, firmado por los miembros de la Junta). La intencin era clara, el resguardo y la
pacificacin de las fronteras por la utilidad que ofrece su establecimiento a toda la Villa [Real] y
su territorio, sirviendo de antemural no slo contra los indios de la otra banda del ro, sino tambin
contra los de esta parte. Una vez ms, los pardos eran utilizados para formar poblaciones
antemurales. A diferencia de Emboscada, Teveg no perdur ms que una dcada.
Toda la documentacin apunta a que el Dr. Francia consideraba al contingente pardo como si fuera
un grupo diferenciado de la sociedad, de hecho utiliza la expresin parcialidad para referirse a
ellos, la misma que se utiliza para los grupos indgenas. Las actitudes del Dr. Francia, continuadoras
del imaginario del Antiguo Rgimen, son tambin las compartidas por la sociedad en su conjunto.
El siguiente caso lo pone de manifiesto.
En el Archivo Nacional de Asuncin, en la Seccin Civil y Judicial (441.15) nos encontramos con
el caso de Felipe Manuel Ralea, peinero de profesin, vecino del barrio asunceno de San Roque. Su
padre haba fallecido y l era el nico hijo del matrimonio. En 1817 quiere casarse con la parda
libre Mara Juana Rejalaga, con quien ya tena dos hijos. Posee ya el consentimiento de su madre y
como es mayor de 25 aos da por descontado el permiso oficial no obstante la tolerable
desigualdad que media entre nosotros.
Al no tener parientes en la repblica a nadie podra afectar esta desigualdad. Sin embargo, quien
se opone es Jos Mariano Vargas, Fiscal General, quien considera la anuencia de la madre
irracional e injusta, y sobre todo semejantes matrimonios jams tienen sino fatalidad y desastres
por la diversidad de calidad que es uno de los motivos inductivos de la prohibicin. El Dr. Francia,
finalmente, resuelve no ha lugar a conceder licencia. De hecho, ni los cnsules ni el Dr. Francia
eliminaron las leyes espaolas vigentes durante la colonia, que prohiban a los blancos y a los
indgenas casarse con los pardos, con las castas. Incluso estas leyes continan durante la poca de
Carlos Antonio Lpez.
El 19 de septiembre de 1842, el cura interino del pueblo de Yuty, Jos Eusebio Escobar, haba
casado al indio Juan Antonio Mbaray con la esclava Mara Magdalena Chaparro, viuda del esclavo
Felipe Castelvi, leemos en el volumen de Impedimentos Matrimoniales de 1843 del Archivo de la
Arquidicesis de Asuncin. Los cnsules Carlos Antonio Lpez y Mariano Roque Alonso en
diciembre de 1843 se enteran que el indgena no era libre sino que perteneca al pueblo de San
Cosme, por lo que deciden iniciar un juicio eclesistico para anular dicho matrimonio y de hecho,
ponen preso al amo de la esclava, Jos Mariano Aquino, por contravenir el reglamento de polica
del 27 de junio de 1842, que en su artculo 23 ordenaba que quien abrigase en su casa indios de
pueblos sufrir la multa de 50 pesos y, en su defecto, dos aos de grillete en trabajos pblicos.
Se puede ver ac la estrategia utilizada por muchos indgenas, el abandonar su propio pueblo para
terminar mezclndose con el resto de la poblacin. Nuestro protagonista termina casndose con una
esclava, cuyo amo sale de testigo del casamiento. Sin embargo, la autoridad civil articul los
mecanismos necesarios para revertir la situacin. Cincuenta aos antes el gobernador Als se haba
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enfrentado con la misma situacin, la de un indgena artesano viudo del pueblo de Yaguarn, que se
haba casado con una esclava de las inmediaciones, con el beneplcito del ama y del cura.
PARA CONCLUIR, DE LOS AFRODESCENDIENTES A LA SOCIEDAD
Debemos, ms no sea brevemente, intentar incorporar al anlisis de la poblacin afrodescendiente a
la sociedad en su conjunto. Si bien es claro el por qu y el cmo de las estrategias utilizados por los
afrodescendientes para dejar de ser tenidos como tal y ser asumidos como espaoles, o blancos de
linaje, es importante pensar en cmo esto pudo darse. La pregunta que siempre nos viene es cmo
puede ser que no se notase la diferencia. Y la raz del problema es que estamos acostumbrados a
dejarnos guiar por los conceptos y terminamos ubicando en casilleros cerrados a las personas. Un
espaol tendr que ser un blanco, un indio un descendiente de los pueblos ancestrales y un
pardo/mulato/negro un descendiente de africanos. stas son, sin lugar a dudas, las categoras
clsicas con las que se mova el Antiguo Rgimen y que en Paraguay perduraron hasta 1870. Sin
embargo, en cuanto dejamos de lado el concepto y nos detenemos en las personas, nos damos
cuenta que detrs de cada categora se esconda un mundo de posibilidades diversas. Un caso nos
puede comenzar a desengaar.
El 14 de abril de 1795 el virrey Melo de Portugal, que previamente haba sido gobernador del
Paraguay, les pidi a los frailes del convento de Santo Domingo de Asuncin que le vendiesen dos
criados que deban ser paraguayos y de este convento, y que el uno fuese Juancho el barbero, y el
otro de los ms blancos, y bien presenciado (ANA, SCJ, 1454.1). Esta expresin de los ms
blancos nos pone en alerta de las diferencias en apariencia que haba entre los mismos
esclavizados. Algo que Melo de Portugal saba muy bien.
Del otro lado de la moneda vemos como la sociedad a la que solemos considerar como blanca, no lo
era tanto y esto lo comprobamos siguiendo el relato de Ildefonso Bermejo, uno de los extranjeros
trados por Francisco Solano Lpez a mediados del siglo XIX, quien dej una narracin rica en
detalles sobre la vida social del Paraguay de esos aos. Cuando se refiere al congreso nacional
reunido en 1857 para re-elegir al presidente Carlos Antonio Lpez, nos comenta que entre los
miembros del congreso no vio ningn negro pero s not que haba gran nmero de mulatos. La
situacin es an ms llamativa si tenemos en cuenta que para elegir y ser elegido haba que ser
propietario, es decir, nuestro autor est describiendo a la elite del Paraguay. De ms est decir, que
slo Bermejo vea mulatos, el resto de la sociedad y los mismos parlamentarios, vean slo
paraguayos, blancos de linaje (Telesca, 2010a).
La sociedad paraguaya posea ciertas caractersticas que hacan posible que estos pasos categoriales
fuesen posibles. La razn primera era la extrema pobreza de la Provincia. Slo tener en cuenta que
recin despus del establecimiento del Estanco del Tabaco, en 1780, entra la moneda metlica a la
provincia. El principal producto que se venda a otras provincias era la yerba mate, pero de este
rubro usufructuaban fundamentalmente los comerciantes santafecinos y porteos. Si la pobreza
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nivela, algo an ms aglutinante es el uso generalizado de la lengua. El Paraguay era monolinge y
monolinge guaran.
Por otro lado, no exista la categora de mestizo ni en los cuadros poblacionales ni en el uso de la
legislacin. La nica vez que se utiliz el trmino mestizaje en los censos fue en el de 1799, y esto
se dio porque la hoja matriz vino confeccionada de la capital del Virreinato. De hecho, los censistas
mucho caso no le hicieron ya que slo registraron al 1% de la poblacin como mestiza, el resto era
espaol, india o parda (libre o esclava).
Esta realidad va a suscitar situaciones que harn cambiar la misma composicin poblacional de la
provincia. Cuando los jesuitas fueron expulsados del territorio de la corona espaola en 1767, la
mitad de la poblacin de las trece misiones que dependan del obispado asunceno dejaron atrs sus
antiguos pueblos y se incorporaron al campesinado pobre paraguayo, pero no en calidad de indios
sino que el censo de 1782 los incorpora como espaoles.
Si en 1761 las 2/3 partes de la poblacin era considerada indgena, veinte aos ms tarde lo ser
slo una tercera parte. La siguiente tabla lo deja ms que manifiesto.
TABLA XIV COMPARACIN POBLACIN ENTRE 1761 Y 1846
1761 1782 1799 1846 % % % % Poblacin indgena 51.921 61,0 30.171 31,3 29.570 27,4 1.200 0,5 Poblacin no indgena 33.217 39,0 66.355 68,7 78.500 72,6 237.664 99,5
TOTAL 85.138 100 96.526 100 108.070 100 238.864 100 FUENTE: Telesca, 2009; Aguirre, 1949; Maeder, 1975; Williams, 1976
Los indgenas desde el mismo inicio del sistema de encomienda buscaron la manera de eludir ese
rgimen de explotacin. La forma ms usual era la huida. La expulsin de la Compaa de Jess fue
una oportunidad invalorable para muchos indgenas para abandonar sus pueblos e instalarse en
tierra ajena como tolerados. Se dio tambin que desde el gobierno asunceno se recuperaron
territorios previamente ocupados por los jesuitas y las tierras se repartieron entre la elite, necesitada
sta de mano de obra, por lo cual la nueva remesa de indgenas fugados de los ex pueblos jesuitas
saci dicha necesidad.
No hemos de entrar en pormenorizar esta realidad, lo que ya hemos hecho en otros trabajos
(Telesca, 2009), sino llamar la atencin sobre la conformacin social de la provincia y la repblica
del Paraguay. Si la poblacin indgena pasa de un 66% a un 0,5% en slo 80 aos estaramos frente
a un genocidio sin precedente, pero no es el caso; ni tampoco significa esto que la sociedad se
reconociera como indgena o al menos mestiza. Por el contrario, la documentacin siempre recalca
la limpieza de linaje de la poblacin.
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Es decir, estamos por un lado frente a grupos de la sociedad, indgenas o afrodescendientes, que
bregan para dejar de ser discriminados y excluidos, y por otro, frente a una sociedad que a pesar de
ir conformndose con estos contingentes, no se reconoce sino como blanca, manteniendo en
vigencia las discriminaciones existentes desde pocas coloniales.
La guerra contra la triple alianza diezm a la poblacin por igual y en los censos de fines del siglo
XIX la categora tnica desaparece. Cuando las nuevas generaciones se ven en la necesidad de
repensarse a s misma tras la guerra, optan por inventar una tradicin, la del mestizaje. Muy a la
moda en el resto del continente tambin; en Chile por ejemplo Nicols Palacios publicaba en 1904
La raza chilena, en donde postulaba la conformacin de dicha raza con la mezcla entre los
peninsulares y los araucanos.
La diferencia la encontramos en que mientras en otros pases como Chile o Argentina, esta versin
era una ms entre las posibles, en Paraguay se convirti en la hegemnica y nica. A los postulados
de Manuel Domnguez se le adosan los trabajos de Moiss Bertoni sobre la civilizacin guaran y
luego Natalicio Gonzlez har de ella una ideologa de estado. Es decir, es esta misma raza mestiza
la que apelar a un sistema de gobierno autoritario.
El triunfo en la guerra del Chaco reafirmar la supremaca de la raza paraguaya y los gobiernos
dictatoriales de Mornigo y Stroessner no harn sino echar ms lea al fuego; al punto que hoy es
casi historia oficial.
El Censo 2012 es una oportunidad importante no slo para visibilizar a los diferentes componentes
de la sociedad paraguaya, sino tambin para reflexionar sobre la conformacin histrica de la
misma.
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