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Buenos desayunosEl desayuno debe aportar

el 25% de la energía dia-ria para que el niño pueda mantener una actividad fí-sica e intelectual adecuada.

La fórmula ideal que recomiendan los expertos es un desayuno com-puesto de un lácteo (aporta calcio y proteínas), cereales o pan (hidratos de carbono que proporcionan ener-gía) y fruta o zumo (contiene vita-minas y además, fibra).

Sin embargo, un elevado número de niños no realiza de forma correcta esta comida. Una estadística llevada a cabo por la empresa de servicios de restauración Aramark entre casi 6.000 familias españolas de todas las Comunidades Autónomas, arroja

estos datos: el 54% de los escolares no desayunan bien a diario y a me-nudo salen de casa sin haber inge-rido ningún alimento, y casi el 10% de los niños y niñas permanecen en ayunas hasta seis horas, es decir, no comen nada a media mañana, entre el desayuno y la comida, lo que pue-de perjudicar a sus niveles de azúcar en sangre. “El pequeño, cuando se levanta por la mañana, lleva unas 12 horas sin comer y necesita nutrien-tes para llevar a cabo sus actividades intelectuales y físicas”, dice Nerea Cenoz, dietista-nutricionista.

Para que el niño aprenda a comer bien y realice un desayuno correcto es imprescindible que los padres fo-menten buenos hábitos y den ejem-

plo. Enseña a tu hijo a desayunar todos los días, sin prisas, sentado y en un ambiente agradable. Anímale también a asumir tareas, como cola-borar en el trabajo de poner y quitar la mesa para esta comida. Lo que no debes hacer: dejar que desayune solo delante de la televisión.

C La cantidad de desayuno que debe tomar el niño es variable en función de la edad, el peso y la actividad que desarrolle. No necesita lo mismo un pequeño de 2 años que uno de 4, ni uno inquieto que otro más tranqui-lo. Ten en cuenta la fórmula bási-ca de desayuno (lácteo, cereales o pan y una fruta o su zumo) y aplica

Desde bebés, la mejor manera de empezar el día

La primera comida del día es la más importante: aporta los nutrientes necesarios para que el niño desarrolle su actividad física e intelectual a lo largo de la mañana y contribuye a que la dieta diaria sea equilibrada.

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Así lo ha puesto de manifiesto el Informe Aladino, realizado entre 8.000 niños españoles por el Ministerio de Sanidad (entre 6 y 9 años, el 43% tienen sobrepeso o ya son obesos). Y confirma otro estudio hecho por Rosa Ortega, profesora de Nutrición de la Facultad de Farmacia en la Universidad

Complutense de Madrid. La razón, según esta experta, reside en que cuando el niño está muchas horas sin comer, llega con demasiada hambre al almuerzo, lo que le incita a comer más cantidad. Otra causa reside en el metabolismo del organismo: cuando se mantiene muchas horas en ayuno, interpreta que

hay escasez de alimento y acumula grasas como reserva. Una ventaja más de que el niño desayune es que resulta más fácil equilibrar su dieta a lo largo del día. ¿Por qué? Porque tiene menos tendencia a picar entre horas y a tomar alimentos poco nutritivos, pero con muchas calorías (patatas fritas, bollería, etc.).

Un seguro antiobesidadParadójicamente, los niños que habitualmente no desayunan tienen más probabilidades de padecer en el futuro sobrepeso e incluso obesidad.

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El desayuno de tu hijo debe contener un lácteo

(aporta calcio y proteínas), cereales o pan (hidratos de carbono, que proporcionan

energía) y una fruta o su zumo (vitaminas y fibra).

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con sentido común la cantidad que acepte tu hijo. Alrededor del año deja de darle la leche de la mañana en biberón y dásela en vaso (250 ml), al principio con un puñadito de cereales o una galleta, cantidad que incrementarás a medida que crezca. No te olvides de la fruta, si es poco comilón puedes comenzar por dar-le medio vasito de zumo natural. Y una recomendación: añadir más can-tidad al desayuno no debe suponer perder calidad. Es decir, evita darle productos de bollería o con exceso de calorías. “Muchas veces los pa-dres, al querer meter calorías extra a los peques, acaban cometiendo errores en la alimentación, dándoles alimentos muy calóricos y poco sa-nos”, advierte la nutricionista.

N Muchos padres se encuentran con el problema de que sus hijos no quie-ren desayunar porque a esa hora de la mañana rechazan cualquier alimento. ¿Qué hacer? Se deben re-

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Siete propuestas para esta comida tan importante

PARA LOS PEQUES Medio vaso de zumo de naranja y un bol de papilla de leche (de la que esté tomando el bebé) con cereales. Éste es un desayuno para los niños que toman papilla de cereales y comien-zan a desayunar ya en taza y con cuchara. Qué aporta: Desayuno rico en hidratos de carbono, que dan energía: la que contiene la fruta y la leche (fructosa y lactosa) se gasta más rápido que la de los cereales, que le durará más tiempo. La leche aporta proteí-nas y calcio, necesario para su crecimiento. Y los tres alimentos son fuente de vitaminas y minerales.

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os d

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unos

PARA AMANTES DEL CACAO 1/2 vaso de zumo de manzana, 1 vaso de leche con cacao y 2 o 3 puñados de cereales de desayuno enriquecidos. Si tu hijo le gusta el cacao, la mejor opción es chocolatear la leche.Qué aporta. La manzana aporta fibra de excelente calidad y el cacao o el chocolate contienen flavonoides, antioxidantes que protegen frente a enfermedades cardiovasculares, y aminas, que mejoran el estado de ánimo. Los cereales enriquecidos, además de aportar mucha energía, son fuente de vitaminas y minerales.

PARA LOS DÍAS FRÍOS 1/2 vaso de compota de manzana y pera, 1 vaso de leche y 1 tostada pequeña de pan con aceite de oliva. Un desayuno que gusta mucho a los niños que comen bien y también a los que rechazan el zumo natural o la fruta fresca por su acidez. La compota templada es más apetecible en los días fríos.Qué aporta. El pan, hidratos de carbono, energía para afrontar el día. Y el aceite de oliva (mejor si es de oliva virgen), vitamina E, estupenda para la piel, y ácido oleico, con función cardioprotectora.

Arroz con leche de avena, sésamo y frutos secos, y 1

pieza de fruta. Si tu hijo tiene alergia o intolerancia a la leche de vaca y toma una leche específica, ésta es una alternativa para variar de vez en cuando su desayuno. Necesitas arroz integral (100 g), agua (triple que el arroz), leche de avena (1 litro y

medio), piel de limón (1/2 piel), vainilla (1 ramita),

sésamo tostado (4 cucha-raditas) y unos frutos secos

molidos (12 nueces o 16 avella-nas). Pon a cocer a fuego lento el arroz con el agua en una cazuela

durante 40 minutos; añade la leche de avena, la piel de limón y la vainilla y deja cocer otros 15 minutos; sirve en un tazón y espol-vorea los frutos secos y el sésamo. Si tu hijo lo prefiere dulce, añade unas cucharaditas de azúcar.Qué aporta. El arroz integral es rico en fibra (ideal para niños estreñidos) y en vitaminas del grupo B, importantes para la regeneración de los tejidos. El sésamo aporta mucho calcio. Los frutos secos son ricos en grasas esenciales, proteínas, vitamina E en gran cantidad y vitaminas del grupo B. En cuanto a minerales, destacan sobre todo el fósforo, el magnesio y el calcio.

PARA NIÑOS ALÉRGICOS O INTOLERANTESPARA BEBÉS MAYORZOTES

1 vaso de zumo de zanahoria y naranja, 1 vaso de leche (de la

que tome el pequeño) con cereales de desayuno o 2 o 3 galletas redondas. A

los bebés que empiezan a desayunar sin papilla al principio les suele costar aceptar la leche en vaso, pero al añadirle los cereales (también pueden ser los que tomaba en las papillas) la aceptan mucho mejor.Qué aporta. La zanahoria es rica en carote-nos y la naranja en vitamina C, ambos son antioxidantes que le ayudan a mantener fuerte su sistema inmunológico. Las

galletas y los cereales en polvo contienen los mismos ingre-

dientes; aportan energía en forma de hidratos.

Cuando prepares el desayuno debes tener en cuenta la época de año (pon fruta de temporada) y también si hace frío o calor, para poder ofrecer a tu hijo los productos más apetecibles y lograr que se los tome con más ganas.

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visar los hábitos del niño, tanto de sueño como de alimentación.

✒ Asegúrate de que duerme lo necesario. Por regla general, si duer-me bien se despertará con hambre y si se levanta con sueño, se mostrará inapetente. La solución es simple: acostarlo antes por la noche.

✒ No debe tomar cenas copio-sas. Si hace una cena tardía y copio-sa, el pequeño no tendrá ganas de desayunar, pero si la cena es ligera y temprana, se levantará con apetito.

✒ Ofrécele alimentos saluda-bles, pero a su gusto. Observa si hay algún alimento que le ofrezcas en el desayuno y que no le guste. Lo sabrás si el resto del día también lo rechaza. Si es la leche, puedes alternarla con otros lácteos como yogur, cuajada, queso fresco, etc. Entre las frutas tienes una amplia variedad y el modo de ofrecérsela puede ser en zumo, al natural, en macedonia, cocida en compota, en tartas... En cuanto a los hidratos de carbono, existen muchas variantes:

pan, galletas, cereales de bebé, ce-reales de desayuno, arroz con leche, bizcocho casero, etc.

✒ Haz que sea un desayuno “bo-nito”. Para que le resulte más apete-cible, pon una mesa con una cesta de frutas, una jarra de zumo, panes de distintas clases y cereales en tazas de colores. La vajilla que utilicéis también es importante: busca tazas y platos con motivos infantiles y co-lores vivos. Si no tenéis tiempo de poner la mesa por la mañana, una solución es dejarla preparada por la noche, pero sin los alimentos que necesitan refrigeración.

✒ Desayunad en familia. Los expertos también aconsejan que el desayuno se realice así, dedicándole al menos 20 minutos, para estable-cer bien el hábito y dar ejemplo a los

hijos. “Esto sirve para que los niños imiten a los padres, por eso éstos también deben comer de una forma sana y equilibrada”, explica la nutri-cionista. Si por horarios no podéis desayunar todos juntos, hacedlo al menos uno con el niño y aprovechad los fines de semana para los desayu-nos en familia, sentados a la mesa.

¿Y si a pesar de todo algún día tu hijo no quiere desayunar? En ese caso, prepárale un tentempié algo más contundente para que lo tome en el recreo (un batido de yogur y frutas con unas galletas, o una por-ción de queso con tostada y una fru-ta, o un mini bocadillo de queso y jamón con un zumo).

Marga CastroAsesora: Rosario Hellín, nutrióloga

Los expertos aconsejan que el desayuno se realice en familia, que el niño colabore en su preparación y que los padres también coman de forma sana y equilibrada.

PARA LOS REMOLONESBatido de frutas (1/2 pera, 1/4 plátano y 1 vaso de leche) y 2 o 3 galletas. Esta opción es ideal para los que tardan mucho en desayunar: al mezclar la fruta y la leche en el batido, ahorras tiempo.Qué aporta. La fruta aporta vitaminas y minerales como el potasio (contenido en el plátano), que ayuda al buen funcio-namiento de los músculos. La leche es fuente importante de calcio para mante-ner sus huesos y dientes fuertes.

PARA LOS QUE QUIEREN VARIARQueso fresco con miel o membrillo, pan tostado y 1/2 vaso de zumo de naranja. A menudo los niños que recha-zan la leche suelen aceptar de buena gana otros lácteos como el queso o la cuajada, sobre todo si están acompaña-dos de algo dulce.Qué aporta. El queso fresco se digiere muy bien y tiene una cantidad de calcio muy parecida a la leche. También puedes darle queso tierno (aun más rico en calcio), pero no curado ni semicura-do, pues son muy fuertes.