c mraida socorro seÑor mi iglesia se renovo y no la entiendo

7/22/2019 C MRAIDA SOCORRO SEOR MI IGLESIA SE RENOVO Y NO LA ENTIENDO

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Miiglesia..serenovoynola

entiendo


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(O 2004 Ediciones Certeza ArgentinaISBN 978-950-683-110-3Queda hecho el depsito que marca la leyargentina n.7 23. Prohibida la reproduccin totalo parcial sin la autorizacin de los editores.Las citas bblicas corresponden a laversin Reina- Va/era 1995Ed icin literaria: Adriana PowellDisei'lo de tapa: Pablo OrtelliDiagramacin: Marcelo Gallardo y M. Clara RiccomagnoIlustraciones: .Jos TraghettiEdiciones Certeza Argentina es la casa editorial de laAsociacin Bblica Un iversitaria Argentina (ABUA), unencuentro de estu diantes, profesionales y amigos dedistintas iglesias evang licas que confiesan a Jesucristocomo Senor, y que se han comprometido a ejercerun tes timonio vivo en las universidades del pas.Contactos:Ministerio a universitarios y secundarios:(54 rr) 433 1-5421abua(i1ciudad .com.arwww .abua .com .arLibreras y distribuidora:(54 1I) 4331-5630,4334-8278 ,4345-5931.Argentina: pedidos C


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Doy gracias a Dios por los avivamientos que haenviado en Amrica Latina. Tambin oro porla purificacin de algunos de ellos. Dios usareste excelente libro del pastor Carlos Mraidapara evitar muchos abusos y desvos. En diezfascinantes capitulos Mraida explica lo que Diosest haciendo. Con firme base bblica, contesta 1las preguntas e inquietudes que surgen. Ofrecelneas directrices, fruto de aos de experienciaen un ministerio profundo y fructfero. Es unlibro de lectura amena, de profundidad teolgica,de interpretacin sana, de aplicacin prctica.Para todos aquellos que buscan un avivamiento,que tienen preguntas, o quieren profundizar suexperiencia, este libro es 'lectura obligatoria'.

Dr. Mervin BrenemanProfesor de Antiguo Testamento

en el Seminario ESEPA, Costa RicaEl pastor Carlos Mraida aborda algunos de losasuntos y tensiones que los cambios espirituale5y religiosos generan en la vida del creyenteyen la comunidad de fe. Su vasta trayectoriapastoral y su participacin en las experienciasque describe lo califican para ofrecer allector una orientacin sabia y oportuna.

Dr. Pablo A. DeirosProfesor de Historia de la Misin,Escuela de Estudios Interculturales

Fuller Theological Seminary, Estados Unidos


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Este es uno de los mejores libros que ustedpodr leer. El autor Carlos Mraida es uno de lospastores ms prominentes de nuestro tiempoy es pastor de pastores. La iglesia necesita conurgencia reafirmar los principios bblicos. Por eso,Mraida enfoca un tema muy oportuno, y desafaa los cristianos a comprender que la verdaderarenovacin se basa en vivir bajo el gobierno deJesucristo. Profundo, preciso, transformador.Este es el libro que todos esperbamos!

Pra. Elizabeth GuidiniConsejera Pastoral y Pastora de la

Iglesia Cristiana El Sendero de la Cruz,San Juan, Puerto Rico

Excelente exposicin sobre los aspectos mscontrovertidos del actual movimiento derenovacin de la iglesia. Valioso aporte alestudio y a la reflexin acerca de estos temas.

Pro Franz LebranttiPastor de la Iglesia Bautista '12 de octubre',

Salta, Argentina


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Contenido1 La renovacin y el seoro de Cristo

Seor ... soy o no soy. 72 La renovacin y la adoracin

Seor, me robaron el himnario! 233 La renovacin y la uncin del Espritu

Seor, no me pidas que me caiga. 434 La renovacin y la ministracin

Seor, a m nadie me pone las manos encima! 635 La renovacin y la sanidad fsica

Seor, voy al mdico, o a que oren por m? 796 La renovacin y la sanidad interior

Seor, yo no necesito sanidadpara mis recuerdos. 103

7 La renovacin y la revelacinSeor, realmente le hablaste a l?y por qu no me hablas a m? II9


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, SOC(lRi{O , l :'J()I{, \11 1(; 11"1 A ' , l ' In 'Hl \ 'O y N() 1 A 1 '1111' N DO

8 La renovacin y la demonologaSeor, al diablo con Satans!

9 La renovacin y el apostoladoSeor, resucitaste a los apstolesy no me avisaste!

10 La renovacin y la unidadSeor, con los de esa iglesia no me junto,

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Serono ser, esa es la cuestin. Estainmortal frase de Hamlet, aquel personaje de WilliamShakespeare que sucumba bajo las dudas, tambinse aplica cuando hablamos de nuestro sometimiento aCristo como Seor. Es o no es el Seor de nuestra viday de nuestra iglesia?

Creo que la respuesta es clave para una renovacingenuina. Por eso en este libro, en el que intento explicar y fundamentar la renovacin que el Espritu Santoest provocando en las iglesias, el primer captulo estdedicado al tema del seoro de Cristo.Una confusin frecuenteEn el ambiente evanglico estamos viviendo tiemposde mucha confusin. Algunos formadores deopinin que manejan los medios no cristianos decomunicacin provocan confusin en la gente, con osin intencin, porque meten en la misma bolsa a losevanglicos y a sectas que no tienen nada que ver conel cristianismo. De los evanglicos se dice todo tipo decosas, a tal punto que la gente no termina de entendercul es nuestro mensaje. Cul es el evangelio deJesucristo?

Tengo la impresin de que muchos de los miembrosde nuestras iglesias tambin encuentran difcil res-


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lO \OCO}{l{O \ O i { , ,\lll(;U\L\ \1 RH\( ) \ ' ( ) Y: \O lA 1-1\ rILl\ lJO

ponder a esta pregunta. Esto explica el estancamientoen la vida de tantos creyentes y la mediocridad quevemos en nuestras congregaciones. A esto se debe que,cuando uno pregunta: 'Hermano, podra colaboraren tal ministerio?', nos responden sin titubear: 'No,hermano, no puedo.' Esta es la causa de que sean tanpocos los que diezman en nuestras congregaciones,y de que algunas reuniones administrativas parecenms una batalla campal que una reunin de herma-nos. Este es, finalmente, el motivo de que algunoslderes luchan por los cargos en la iglesia o en ladenominacin como si fuera un partido poltico. No esde extraar que muchas veces brille por su ausenciala unidad entre las iglesias. No hemos entendido elevangelio.El evangelio del reinoCul es, entonces, el mensaje de Jesucristo?

Desde entonces comenz Jess a predicar ya decir: Arrepentos, porque el reino de loscielos se ha acercado! ... Recorra Jess todaGalilea, enseando en las sinagogas de ellos,predicando el evangelio del reino.Mateo 4.17, 23 (nfasis agregado)

El mensaje que Jess trae es el evangelio del reinode Dios. Es el evangelio de la buena noticia de queel reinado de Dios est por establecerse entre losseres humanos. Este reino no es un territorio fsicoo geogrfico, ni una soberana poltica o econmica;ms bien, se trata de que Jess establece en la tierra laautoridad soberana de Dios. Los apstoles continuaron


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LA RI,NOVACION y H ~ 1 , i \ O R I O In. CIW,IO I I

el mismo mensaje. Ellos no tenan otro anuncio que eldel reino de Dios. El libro de los Hechos revela precisamente esto, por ejemplo, cuando dice de Pablo:

Habindole sealado un da, vinieron a lmuchos a la posada, a los cuales les declarabay les testificaba el reino de Dios desde lamaana hasta la tarde ... Pablo permanecidos aos enteros en una casa alquilada, yreciba a todos los que a l venan. Predicabael reino de Dios y enseaba acerca del SeorJesucristo, abiertamente y sin impedimento.Hechos 28.23, 30-31 (nfasis agregado)

Desgraciadamente, a menudo hemos predicado otroevangelio. En lugar de predicar el mensaje del reino,de la autoridad soberana de Dios sobre nuestras vidas,hemos predicado un evangelio egocntrico, el de laautoridad soberana del yo sobre nuestras vidas. Hemospredicado un evangelio que se limita a decir: 'Aceptena Jesucristo como Salvador.' Insistimos: aeptelo,acptelo, como si con aceptarlo la persona le hicieraun favor a Cristo. Digamos que en ningn lugar dela Biblia se nos dice esto. No se trata de que yo tengaque aceptar a Jesucristo, sino de que l me acepte am en su reino: 'No me elegisteis vosotros a m, sinoque yo os eleg a vosotros' (Juan I5.I6).EL evangeLio egocntricoEl pecado original no fue el sexo ni la manzanita, comoilustran los humoristas. El pecado original es quererser iguales a Dios (Gnesis 3.5). Este es el pecado quecometieron Adn y Eva, y es el que cometemos todos


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l2 SOCO\{\{O St.O\{, MI Il;LESIA SE \{t.NOV y NO LA I 'NTiI 'NIlO

nosotros. Consiste en rebelarnos ante la autoridad deDios en nuestra vida, y ponernos a nosotros mismoscomo gobierno y autoridad, como los dioses denuestra existencia.

En Amrica Latina tenemos una triste historia degobiernos de facto. Cuando un gobierno militar rompeel orden constitucional democrtico lo definimoscomo golpe de estado. Un general, apoyado por algu-nos polticos de la oposicin, por intereses extranjeros,y por el fracaso del gobierno de turno, decide derrocaral presidente de la nacin; a partir de ese momento,hay un cambio de autoridad en ese pas. En estoconsiste el pecado original, es decir, el que dio origena todos los dems pecados. Es un golpe de estado,un cambio de autoridad y gobierno. Derroc;amos aDios del gobierno de nuestras vidas y nos sentamosnosotros a gobernar. En mi vida, mando yo.

Si el pecado original consiste en una usurpilcin degobierno, la salvacin requiere volver a colocar a Dioscomo la autoridad suprema en mi vida. En ningunaparte de la Biblia se nos dice que debemos a(;eptar aJesucristo como Salvador. No hay un solo versculoas. A lo largo del Nuevo Testamento s i e m p r ~ se nosdice que la nica manera de ser salvos es reconocera Jesucristo como el Seor de nuestras vidas, comoel Rey. Por eso el mensaje de Jess es el evangelio delreino.

Lamentablemente, con frecuencia predicamos unevangelio egocntrico. La gente recurre a una iglesiay a Dios en bsqueda de respuesta a alguna necesidad.Cuando preguntamos a las personas que visitannuestras iglesias para qu vinieron, las respuestas no


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LA RI'NOVACIN y EL s ~ { ) R i ( ) CRISTO 1)

varan demasiado: 'Vine para que Jess me sane, meprospere, me ayude'. Y nosotros le agregamos me salve.Me sane a m. Me prospere a m. Me ayude a m. Mesalve a m. Yo soy el centro de mi vida, no Jesucristo.Casi pareciera que Jesucristo es un empleado a midisposicin. Como quien llama a un sirviente conuna campanita para que acuda a servir al amo, loscreyentes usamos la oracin para que Dios nos atienda.Cuando Jess no hace lo que yo le pido, dejo de ir ala iglesia; esto se debe a que yo sigo siendo el centro,el que manda en mi vida.

Por supuesto que Jesucristo sana, prospera, ayuda.Por supuesto que es el Salvador, pero la nica manerade ser salvos es que Cristo sea el Rey de mi vida, eldueo, el que manda en mi vida. Cuando la genterecibe otro evangelio que no es el evangelio delreino, entonces su vida cristiana y su insercin en laiglesia seguirn los patrones del yo, no los del reinode Dios.No es cuestin de sentimientosA menudo la gente ingresa a la iglesia pero no al reinode Dios. Siguen siendo los dueos de su vida, los quemandan y toman decisiones. Estn en la iglesia, perosiguen con el evangelio egocntrico que recibieron.El pastor le dice: 'Hermano, cundo se va a bautizar?''Ah, no, no lo siento todava:

C ~ a n d o encrego mi vida aJ e s ~ c r i s c o , \da no sOld ms d ~ e ode mi vida, ni de mi ciempo,ni de mis dones, ni de nada.


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14 ,OC()RRO SFO\{, 1\11 I(;IISIA ,1' R!"O\ '( j y M ) LA F"TII 'NIlODe dnde habr sacado que cl bautismo es una

cuestin de sentimiento? El bautismo es un mandato,una orden del rey. Pero claro, como Jesucristo no es elrey de su vida, la persona se considera con derecho adecir qu es lo que siente y lo que no siente, y a tomardecisiones en funcin de sus sentimientos.

Otro da un lder dice: 'Hermano, no le gustaraservir, y poner los dones en prctica?' 'Ah, no, notengo tiempo. Por ahora no.' Quin le habr dichoque un cristiano puede decir 'ahora no' al ejerciciode los dones? O quin le habr enseado que puedemanejar su tiempo como le parece? Cuando entregomi vida a Jesucristo, ya no soy ms dueo de mi vida,ni de mi tiempo, ni de mis dones, ni de nada.

El problema se presenta cuando la persona recibe aJesucristo slo como Salvador (para que me salve), yno como Rey y Seor. Entonces, hace lo que mejor leparece. 'Diezmar? Yo no.' Y as con el noviazgo, conlas decisiones familiares, con el manejo de los negocios,con la vida tica, y con todas las reas de la vida.

Jorge Himitin l alguna vez compar a la iglesiaactual con Inglaterra. Aunque hoy la monarqua esten tela de juicio y su popularidad en baja, tradicio-nalmente los ingleses han expresado un gran respetoy reverencia por sus monarcas. Les rinden honoresy homenajes en forma permanente. Sin embargo,en Inglaterra la reina no manda. El que manda esel primer ministro. Algo as ocurre en nuestra vida.Adoro a Jesucristo, le rindo honores, canto, alabo yofrendo; pero en mi vida yo soy el que manda. Lollamo Rey de Reyes; pero el primer ministro, el quegobierna, soy yo.


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La nica manera de ser salvos es tener a Jesucristocomo Seor. Lamentablemente, nuestras iglesias estnllenas de personas que creen que son salvas pero nolo son. No estn en el reino de Dios, porque no estndispuestas a permitir que Jesucristo sea el Rey quegobierne en sus vidas.

Si Jesucristo es Rey, yo soy sbdito. Si l es Seor,yo soy siervo, esclavo. Un siervo no discute con elseor, ni el sbdito con el rey. Lo que hace es obedecer.La nica manera de entrar en el reino de Dios esaceptar ser sbditos, reconocer su autoridad sobrenuestra vida, y obedecerle en todo. La nica manerade ser parte de su reino es tener a Jesucristo comocentro en nuestra vida y en nuestra iglesia.Renovaan y conversinCuando una persona toma en serio el evangelio delreino y se somete de verdad al seoro de Cristo,cuando un miembro de nuestras iglesias se hacemiembro del reino, toda su vida experimenta autnticarenovacin.

En estos tiempos hay muchos renovadores peropocos renovados. Es decir, hay muchas personasque cambian aspectos formales o exteriores cuandoempiezan a participar en una iglesia, pero su vidasigue siendo gobernada por ellas mismas. La verda-dera renovacin consiste en vivir bajo el gobierno deJesucristo.

La Biblia ensea que solamente el que est enCristo es una nueva criatura (2 Corintios 5.17). Larenovacin se basa en una conversin autntica, queconsiste en que Dios hace de nosotros una nueva


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Ih SOCORRO S ~ . O R , MI IGU.SIA Slo RLNO\'O y NO LA "NTII 'NIlO

criatura. Para que esta renovacin sea posible, espreciso estar en Cristo, es decir, ser uno con l, vivirbajo su soberana.

L.a verdadera rer1ovacir1c O r 1 s i s ~ e er1 vivir bajoel gobierr1o de , " , e s l . o t c r l s ~ o .

Lo que es cierto en la vida personaL tambin lo esen la vida de la iglesia. Por el ministerio que Dios meha dado, predico en iglesias de diferentes denomina-ciones y en diversos lugares del mundo. En muchoslugares hay congregaciones en las que Cristo no esten el centro. Hay muchas que se parecen a la iglesiade Laodicea, a la que Cristo tuvo que decirle: 'Yoestoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abrela puerta, entrar a l y cenar con l y l conmigo'(Apocalipsis 3.20).

A los predicadores nos encanta usar este versculoen mensajes evangelsticos, y no est mal hacerlo. Sinembargo, no es un mensaje dirigido a los inconversos;es una palabra dirigida a una iglesia, la de Laodicea. Qu estaba pasando all? En aquella iglesia estabancantando, orando, ofrendando, predicando ... peroCristo estaba afuera, golpeando la puerta. Estaba ala intemperie. Por qu, mientras la iglesia estabadesarrollando su culto, supuestamente alrededor dela presencia de Cristo, en realidad el Seor estabaafuera, pidiendo entrar? Porque en aquella iglesiahaba cristianos cuyo centro no era Cristo.Hay congregaciones cuyo centro es su programade actividades, no Cristo. Funcionan, tienen ciertocrecimiento, pero Cristo no gobierna. Son como un


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automvil con la caja de cambios en la posicin depunto muerto o neutro. Hacen ruido, gastan energa,pero no avanzan. En apariencia est todo bien: unbuen edificio, un buen plantel de lderes, un programade actividades bien organizado, pero Cristo no reina.No es l quien toma las decisiones, no es quienpastorea a la grey, no es la cabeza de la iglesia. Quizsparece una iglesia cristocntrica, pero no lo es. Tieneuna buena fachada, pero detrs de la apariencia no esel Seor quien reina; es la gente. Esas iglesias son comohojas de otoo: mantienen la forma y la estructura deuna hoja verde, pero estn resecas y muertas.Jesucristo o eL cuLtoPara muchos cristianos el centro es el culto, no Cristo.Les encanta asistir a los cultos, emocionarse con lasalabanzas, engordarse con la predicacin, recargar 'laspilas' espirituales el domingo, pero de lunes a sbadoviven como se les ocurre. Cristo no reina en sus vidas.Por eso el lunes, cuando las alabanzas ya no se oyen,cuando no est el pastor para orar por ellos, cuandoolvidaron la predicacin, se sienten vacos. Entoncesnecesitan recargarse cada domingo. No me entiendanmaL no estoy en contra del culto, ni de emocionarsecon la adoracin, ni de alimentarse con la predicacin,ni de ministrar a las personas en oracin segn susnecesidades. Gloria a Dios por todo eso, pero gloria aDios si Cristo es el centro, el Seor.

Muchos creyentes viven un cristianismo sentimen-taL como lo llamaba Helmut Thielicke. Se entusias-man con un culto o con la predicacin, y esto essospechoso. Debemos estar atentos. Cuando la Palabra


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darte vida es Jesucristo cuando lo tienes como Seor,como quien gobierna tu existencia,EL seorio de Cristono es una aLternativa msEl gobierno de Cristo no es una opcin, no es unaalternativa ms, Algunos piensan que pueden aceptara Jesucristo como Salvador, y despus, en algunareunin especial de consagracin, recibirlo comoSeor. No existe eso en la Biblia, Si Jesucristo no estu Seor, no eres salvo, Si tu seor es el dinero, noeres salvo, porque no se puede servir a dos seores, aDios y a las riquezas, Si tu dios es la familia, no eressalvo, porque el que no elige a Jesucristo por encimade su padre, madre, esposa o hijos, no es digno de LCualquier cosa o persona que ocupe el lugar centralque le corresponde a Cristo lo desaloja de su seoro,

Cuando nos entregamos a Cristo, dice la Biblia quesomos liberados' del poder de las tinieblas y [trasla-dados] al reino de su amado Hijo' (Colosenses 1 . 13).Pablo explica que en el reino de las tinieblas se hace lavoluntad de la carne y de los pensamientos humanos(Efesios 2.3). Es decir, cada uno vive como mejor leparece, como se le da la gana, haciendo su propiavoluntad. Si eres t quien manda en tu vida, todavaests en el reino de las tinieblas. Porque en el reinodel amado Hijo de Dios slo estn los que hacen lavoluntad del Padre celestial:

No todo el que me dice: 'Seor, Seor!',entrar en el reino de los cielos, sino el quehace la voluntad de mi Padre que est en loscielos. Mateo 7.21


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No hay alternativa. Tampoco hay dos mensajes,uno para los cristianos 'consagrados' y otro paracreyentes'comunes'. Cuando Jess enfrent al jovenrico y percibi que este tena al dinero en el centrode su vida, le pidi que renunciara a sus posesiones(Lucas 18.18-23). Lo mismo hizo con Zaqueo(Lucas 19.1-10). Cada uno deba renunciar a lo queocupaba el centro de su vida, no para ser pastores omisioneros, sino para ser salvos.

La pregunta del joven rico no fue cmo entrar alpastorado sino qu hacer para heredar la vida eterna.Zaqueo, por su parte, acept la invitacin del Seory renunci a aquello que dominaba su vida, el dinero.Despus de eso Jess no le dijo que ya estaba listopara irse como misionero. Le dijo: 'Hoy ha venido lasalvacin a esta casa' (Lucas 19.9).No hay alternativa. No hay tres reinos. Si Cristono reina en tu vida, entonces no ests en su reino.Es Jess Seor de tu vida? Ests viviendo bajo sugobierno, haciendo su voluntad? No te preguntosi eres miembro de una iglesia, si te has bautizado,cuntos versculos memorizaste, si conoces la sanadoctrina, o cul es tu cargo en la iglesia. Te estoypreguntando: Quin manda en tu vida? Quintoma las decisiones, a quin le pertenece tu dinero, aquin le pertenecen tu tiempo, tus dones, tu familia,tu vida? En definitiva: Eres o no un sbdito del Rey?Eso es lo que Jesucristo quiere: ser l la autorid;:.d, elcentro de tu vida, tener el seoro. 'Ser o no ser, esaes la cuestin:


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~ ::: La renovacin;,y la adoracin

Seor,jme ro'oaroY\el ~ m Y \ a r i o !


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Probablemente una de las marcasms visibles y distintivas de la renovacin queexperimentan hoy nuestras iglesias sea la nuevaadoracin que se ha impuesto en la mayora de lascongregaciones. A la vez, es una de las cuestiones msconflictivas. Los cambios de los himnos tradicionalespor nuevas canciones; el reemplazo del clsico rganopor sintetizadores, batera, guitarras elctricas y otrosinstrumentos; la sustitucin de una liturgia formal yracional por una ms espontnea, donde lo emocionaly lo fsico tienen un lugar importante; la incorporacinde formas de expresin ms 'pentecostales' comolevantar las manos, aplaudir, danzar, saltar; la exten-sin de la duracin del culto, la manifestacin de otrosdones adems de la predicacin y la enseanza ... estasy otras modificaciones en los servicios han sido motivode discusin en muchas congregaciones.

En muchos casos, debido a la ausencia de una slidaenseanza de parte de quienes adoptan la renovacin,a la falta de comprensin de algunos hermanos quela resisten, y especialmente a la carnalidad de ambosgrupos, este tema se ha tomado como excusa para ladivisin. Por supuesto, mientras la gente discute ypelea, nadie adora, y Dios sigue esperando adoradoresque le adoren en espritu y en verdad.


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Es mi anhelo que, al comprender mejor algunas delas cuestiones relacionadas con la adoracin, todospodamos abrirnos a lo que el Espritu est haciendo,sin caer en excesos ni conformarnos con merasimitaciones,Una adoradn teocntricaEl primer gran nfasis que el Espritu quiere instalaren nuestras iglesias es que nuestros cultos se dirijanprincipalmente a Dios, A esto llamamos adoracinteocntrica, es decir, una adoracin en la que Dios esel centro, la fuente y el principal destinatario,

Que el culto debe estar dirigido a Dios parece algoobvio, Sin embargo, como veremos, no lo es, Lamayor parte de nuestros cultos est dirigida a los sereshumanos, A veces, a los creyentes a quienes hay queedificar; y otras, a los incrdulos a quienes hay queconvertir. Pero no a Dios.

Algunos ejemplos servirn para ilustrar esto y paraafirmar la necesidad de recuperar el carcter teocn-trico de la adoracin. Los carteles en nuestros templos,las tarjetas y folletos de invitacin generalmenteanuncian: 'Domingo 10 hs. Cultos de predicacin'.La frase indica algo ms que el horario. 'Cultos depredicacin' revela el contenido central de nuestroscultos: la predicacin, y por lo tanto el destinatarioprincipal de los mismos, el ser humano. Por desgraciamuchos de nuestros cultos han sido cultos no slo depredicacin, sino tambin cultos a la predicacin.Seguramente alguna vez escuchaste decir al quepresida el culto: 'Hermanos, vamos a cantar un himnomientras los hermanos van llegando.' Es decir que si


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todos los hermanos hubieran llegado a horario al culto,no hubiera sido necesario cantar un himno. 'Mientrasvan llegando .. .' llegando para qu? Obviamente,para escuchar el mensaje. Seguramente tambinescuchaste: 'Hermanos, vamos a cantar un himno paraprepararnos a escuchar la Palabra de Dios.'

Como resulta claro, no cantamos ese himno paraalabar o adorar a Dios, sino para preparar un climapropicio entre nosotros, los hombres y las mujerespresentes, una actitud que nos permita recibir ade-cuadamente el mensaje. Porque el culto, es culto depredicacin. y en algunas iglesias se ha convertido enun culto al predicador ...Seor, me robaron el himnarioUna de las razones por las que muchas iglesias dejaronde usar los himnarios fue que en ellos se colocabaal ser humano, y no a Dios, en el centro del culto.No importa de qu denominacin o iglesia sea elhimnario, hay una caracterstica comn, por lo menosentre los himnarios ms populares, y es la abrumadoramayora de himnos dirigidos al ser humano, creyenteo inconverso, sobre aquellos destinados a Dios.Tengo en mis manos uno de los himnarios msutilizados en nuestro continente. De los 530 himnos,slo el 15% son de alabanza y de adoracin. El85 % restante contiene cnticos cuyo objetivo esevangelizar, educar, animar, exhortar, etc., pero noadorar a Dios. Ms an, de ese 15% cuyo enfoque esde alabanza y adoracin, el 602,5 % est destinado alos creyentes, motivndolos a alabar y adorar al Seor.Slo una pequesima parte, el 6% de los himnos,


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est dirigido directamente a Dios con el propsito deadorarle, en una relacin 'yo-t' o 'nosotros-t' conDios. El 94% (s, leste bien) est dirigido al hombre.

Te invito a hacer tu propia investigacin, con elhimnario de tu iglesia o denominacin. Comprobarsque los resultados son similares. Quiere decirque himnos como 'Firmes y adelante', 'Tal comosoy, un pecador', 'Lluvias de bendicin grandes' ytantos otros no sirven ms? Por supuesto que noestoy diciendo eso. Lo que estoy argumentando esque hay un tiempo para cada cosa. En el culto deadoracin, debemos dedicar tiempo a adorar a Dios.Habr momentos para animar a la iglesia, otros paraevangelizar, interceder, ensear. Y el uso de la msica,por medio de himnos tan preciosos, con contenidostan slidos, ser seguramente un vehculo muy aptopara alcanzar los fines deseados. Pero si queremosadorar a Dios, procuremos que l sea el centro y nonosotros.

Cuntas veces decimos que venimos al templo arendir culto a Dios pero luego, en lugar de alabar yadorar a su persona, lo que hacemos es cantar a loscreyentes para adoctrinarlos, ofrendar a la iglesia paraque cubra sus gastos, predicar a los inconversos paraevangelizarlos. y nos vamos apurados a almorzar, nosea que la comida se nos arruine. Mientras tanto, Diossigue esperando que alguna vez le rindamos culto al. Por supuesto, debe haber espacio y tiempo dentrodel programa de la iglesia, y an dentro de la reunin,para ensear, para animar y para evangelizar. Pero sien el tiempo que dedicamos a adorar a Dios hacemosotras cosas, el objetivo no se alcanzar. Por eso el


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Espritu est motivando a la iglesia para que desalojeal ser humano del lugar central y restablezca a Diosen el trono del culto.Una adoraan acorde al contextoPor mucho tiempo, nuestros cultos fueron expresinde un trasplante cultural; por eso las formas de ado-racin no siempre expresan adecuadamente nuestrarealidad ni nuestra cultura.

Cuando empezamos a servir en la iglesia queactualmente pastoreamos, el pastor Pablo Deirosy yo tuvimos que considerar muy seriamente estasituacin. Estbamos recibiendo muchas personassin tradicin evanglica, yen consecuencia los cultosno reflejaban su realidad ni su cultura. Muchas erananalfabetas, o con escaso nivel de educacin formal.La mayora careca de conocimientos musicales. Lamsica que ellos escuchaban de lunes a sbado eramsica popular (cuarteto, baladas, rack, etc.) ... ynosotros pretendamos que el domingo cantaran 'Oh,rostro ensangrentado' de Johann Sebastian Bach. Eraimposible que la gente sintiera esa msica como unvehculo apropiado para expresar adoracin. Ponanms esfuerzo en tratar de seguir la msica que enadorar a Dios. Este tipo de msica puede tener sulugar en el culto, pero interpretada por personascon la capacidad para hacerlo bien. No puede ser unvehculo de canto comunitario latinoamericano.

Las letras de himnos y canciones deben expresarnuestra forma de hablar. 'Oh, aldehuela de Beln', noes nuestra manera cotidiana de expresarnos. 'Tan slouna chispa puede encender el fuego y los de alrededor


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calintanse muy luego' tampoco lo es. Si estas frasesse usaran en las predicaciones, seguramente sonaran'raras'. De la misma manera, son un impedimento parala adoracin; distraen la atencin del objetivo delculto, que es expresar amor y consagracin a Dios.

~ a s r e ~ r a s de himr!osId car!cior!es deber! expresarr!1-4est;ra Forma de habrar.Las letras tambin deben reflejar nuestras rea-lidades cotidianas. Muchos de nuestros himnos y

canciones hablan de lugares y situaciones que nosresultan extraos.La adoracin que tiene en cuenta el contextoimplica tambin el uso de formas adecuadas. En

nuestra iglesia usbamos el himnario con msica.Lo primero que tena que hacer el recin llegadoera aprender a cantar con las palabras separadas enslabas. Luego, cuando lograba terminar de leer laprimera lnea del primer pentagrama segua con lasegunda lnea, mientras la congregacin cantabala primera lnea del segundo pentagrama; entonces elpobre se daba cuenta que se haba equivocado porquetoda la iglesia se daba vuelta a mirarlo. Si en mediodel esfuerzo por intentar leer el himno esa personaconsigue adorar, es un verdadero milagro.

Otro factor a tomar en cuenta es que en AmricaLatina el himnario resulta caro para la gente mshumilde. Muchos estudiantes universitarios en nues-tro continente se gradan prcticamente sin comprarlibros, debido a su costo. Necesitamos tener esto


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LA RENO\'ACION y LA ADOKACN )1

en cuenta en las iglesias, no solamente en cuanto alhimnario, sino a todos los elementos de la adoracin.

Un recurso excelente es el retroproyector. Esteaparato permite que la gente cante leyendo la letra delas canciones proyectada sobre una pantalla, y de estamanera tiene las manos libres para adorar con todoel cuerpo. Sin embargo, el costo de un retroproyectores alto para muchas congregaciones pequeas, y nose debe olvidar el costo de reposicin de las lmparas.Adems, en zonas donde el analfabetismo es muy pro-nunciado, es preferible el uso de canciones sencillas,cortas y fciles de memorizar.

Algo similar se podra decir de los equipos desonido. Tenemos que desterrar la idea popular, peroerrnea, de que si uno no tiene estos elementos nopuede desarrollar un buen culto de adoracin.Podramos seguir mencionando otros ejemplosprcticos. Lo importante es que reconozcamos queel contexto social es un condicionante vital para laadoracin. Repitmoslo, si el culto aliena a la gentede su realidad, le quita la posibilidad de adorar demanera adecuada.

La adoracin es un acto de amor entre el creyentey Dios, en el plano personal; y entre la iglesia y Dios,en el plano comunitario. El culto es una expresin deamor de la iglesia, en respuesta al amor manifestadopor Dios. Es una relacin ntima de amor entre laesposa (la iglesia), y su esposo (el Seor). Igual queen el matrimonio, el lenguaje que la iglesia usa paraexpresarle amor a su Esposo debe ser el propio, elque surge naturalmente en su interior. Expresamoslos sentimientos ms personales e ntimos en nuestro


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)2 SOCORRO SlOR, MI IGL"SIA ,le RENOVO y NO LA I,NTIFNIH)idioma nativo, aun si estamos radicados en otro pas.De la misma manera, cuando tenemos que expresarleamor a Dios debemos hacerlo con nuestro idiomanatural, es decir con nuestra msica, nuestras letras,teniendo en cuenta nuestras realidades.Una adoracin festivaEl Espritu Santo est impulsando a la iglesia a vivirla experiencia del culto como una verdadera fiestaespiritual. Nos invita a recuperar el concepto de fiestacomo algo positivo. Esto es muy importante desde unaperspectiva teolgica y tambin desde una perspectivacultural.Teolgicamente hablando, el fundamento delculto cristiano es la resurreccin de nuestro SeorJesucristo. Por eso, a diferencia de la tradicin juda,los cristianos centraron la celebracin del culto enel domingo, el da del Seor, es decir, el da en queJesucristo resucit. A diferencia de la misa que celebrala iglesia catlica romana, cuyo eje es la muerte denuestro Seor, el culto evanglico tiene como baseteolgica a la resurreccin.

Por mucho tiempo nuestros cultos se parecieronms a un velatorio que a una fiesta. Por sus formas,la reunin pareca girar alrededor de un muerto y node alguien que est vivo. Decimos que celebramoscon alegra que el Seor ha resucitado, vive y reina.Si realmente lo creemos, nuestros cultos deberan serverdaderas fiestas de celebracin.La segunda razn por la cual debemos recuperarel concepto de fiesta es de tipo cultural. Muchas delas iglesias del continente son el resultado de la tarea


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LA HNOVACION y LA AJ)()I{ACION 33

de misioneros que vinieron del mundo anglosajn.Ellos implantaron en las nuevas congregaciones loque conocan, lo que ellos vivan y experimentaban.Lo hicieron con mucho amor, sacrificio y entrega, ydebemos estar agradecidos por su tarea. Pero en esostiempos fundacionales no haba la conciencia ni elconocimiento que hoy tenemos acerca de la diversidadde las culturas. Muchos de los misioneros no tuvieronen cuenta la necesidad de proclamar el evangelio en elcontexto de la nueva realidad. Lo vemos en las formasde evangelizacin, de discipulado, de organizacin dela iglesia, y en especial de la adoracin.

La cultura anglosajona privilegia la razn, lareflexin, el libro. Nuestra cultura latina no privilegiael estudio sino la fiesta. Dos latinos se encuentran porla calle y enseguida se invitan a sus casas a comer, acelebrar el reencuentro. Cuando un equipo de ftbolgana un campeonato, el festejo se hace en el centro dela ciudad, con bombos y cornetas. Cualquier motivoes bueno para hacer una fiesta, y de bemos tener estoen cuenta en toda la tarea de la iglesia, especialmenteen el culto de adoracin.Una adoraan totaLizadoraLa Biblia concibe al ser humano como una unidad.Sin embargo, a fines del primer siglo y principios delsegundo surgi una hereja, conocida con el nombrede gnosticismo. El Nuevo Testamento condena estahereja, especialmente cuando Pablo escribe a loscolosenses y en la primera carta del apstol Juan.

Los gnsticos crean que en el ser humano habauna divisin entre el cuerpo y el espritu, o entre lo


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)I j SOCORRO SI.OR, 1.11 I(;II,SIA SI' l NOVO y NO I A ~ . N I I ~ . N ! ) O

material y lo espiritual; consideraban que el cuerpo yla materia eran malos, mientras que todo lo espiritualera bueno. Este concepto dualista produjo variasconsecuencias. Dentro del gnosticismo surgieron,bsicamente, dos grupos: por un lado estaban los quecastigaban al cuerpo con el propsito de redimirlo.En el otro extremo estaban los que rechazaban todaslas normas; declaraban que si el cuerpo es malo yel espritu es bueno, podemos hacer con el cuerpolo que queramos, porque de todos modos nuncaser bueno.

Hubo otras consecuencias herticas de esta doctrinagnstica. Una muy grave fue el docetismo. Los docetascrean que, como el cuerpo era malo, Cristo no pudohaber venido en cuerpo; para ellos Jess era solamenteespritu, una representacin fantasmal.En la iglesia del primer siglo ya estaban infiltradasestas doctrinas gnsticas, con todas sus consecuencias.As lo evidencian, por ejemplo, las palabras del apstolJuan:

En esto conoced el Espritu de Dios: todoespritu que confiesa que Jesucristo ha venidoen carne, es de Dios; y todo espritu que noconfiesa que Jesucristo ha venido en carne,no es de Dios. 1 Juan 4.2-3

En su segunda epstola, el apstol advierte que'Muchos engaadores han salido por el mundo, queno confiesan que Jesucristo ha venido en carne'(2 Juan 7).

Esta visin dualista influy en todo el mundogriego, penetr en la iglesia, y sigue hasta nuestros


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1 A HNOVACION y LA ADORACION ) 5das. Resulta evidente en muchas de nuestrascongregaciones, de manera especial en el mbitode la adoracin. Hemos desarrollado una adoracindoctica, fantasmal, en la cual el cuerpo no tienelugar.

Tampoco las emociones tienen en el culto ellugar que deberan tener. Pareciera que en algunasde nuestras iglesias hubiera un perchero giganteen la entrada de los templos, para que las personasque ingresan cuelguen el cuerpo y las emociones.Adoramos slo con la mente y citamos las palabrasde san Pablo, cuando dice que nuestro culto debe serracional. No es eso lo que dijo el apstol; justamente,el culto racional significa la presentacin a Dios denuestro cuerpo, todo nuestro ser, como aclaran lasnuevas traducciones:

Por lo tanto, hermanos, os ruego por lasmisericordias de Dios que presentis vuestroscuerpos como sacrificio vivo, santo, agradablea Dios, que es vuestro verdadero culto.Romanos 12.1Jess ense que el primero y ms grande mandamien-to es: 'y amars al Seor con todo tu corazn, con todatu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas'(Marcos 12.30). Dijimos que el culto de adoracin es laexpresin del amor de la iglesia por su Seor; si Diosespera que su pueblo lo ame con todo el ser, tambinla adoracin debe expresarse con todo el ser.Las iglesias que prohben todo tipo de manifes-tacin emocional o fsica a veces argumentan quetemen a los desbordes emocionales. Es cierto que los


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36 SOCORRO SEOR, MI IGLESIA S ~ RE NOVO y NO LA ENTIENDOdesbordes emocionales son peligrosos, pero no menosdaino es caer en desbordes racionalistas. Cualquierextremo es malo, pero la forma de evitar los excesosno es prohibir las expresiones fsicas y emocionales,y tampoco hacer a un lado la racionalidad.

La clave para evitar los excesos de cualquier tipoest en la conduccin del culto. El que dirige debehacerlo de forma que todos puedan, de maneraequilibrada y sana, expresar a Dios, por medio delculto, el amor que tienen por el Seor, con todo elcorazn, con toda el alma, con toda la mente y contodas las fuerzas. De esta manera Dios recibir unaadoracin plena y sin amputaciones.Una adoraan vitaLPor qu quiere Dios que lo adoremos? Es acaso uneglatra que necesita que estemos destacando susatributos y diciendo permanentemente lo hermoso ydigno que es? Ser un esposo inseguro, que necesitaque su esposa le est permanentemente diciendo: teamo, te amo?

Hemos sido creados, elegidos y redimidos porel Dios trino con el propsito de que seamos paraalabanza de su gloria (Efesios I.3-I4). Pero en relacincon nosotros, cul es la razn por la que Dios quiereque le adoremos?

El objetivo de la adoracin es que nos parezcamoscada da ms a l. Cuando entendemos la adoracincomo comunin ntima con Dios, podemos comprender su finalidad:


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Por tanto, nosotros todos, mirando con elrostro descubierto y reflejando como en unespejo la gloria del Seor, somos transfor-mados de gloria en gloria en su misma imagen,por la accin del Espritu del Seor.2 Corintios 3.18

Nuestra vida es transformada, no por meros esfuerzoshumanos sino por estar en comunin ntima con Dios.Entonces su santidad se impregna en m, su poder serefleja en m, su amor me inunda ms y ms. A medidaque, por medio de la adoracin, penetro en su gloria,voy siendo transformado de gloria en gloria, porquereflejo su imagen.

La adoracin es una relacin amorosa entre laiglesia y su Esposo, por medio de la cual ella se parececada vez ms a l. Es como un matrimonio que llevamuchos aos de casados: ella era rubia y de tez clara,l moreno. Eran bien distintos, pero uno los mira,ahora que ambos son viejitos y estn llenos de canas,y se parecen. Tienen los mismos gestos, las mismasexpresiones. Despus de tantos aos de convivenciase fueron mimetizando y ahora se parecen. Lo mismosucede con nosotros. De tanto estar en comunin conDios por medio de la adoracin, nos parecemos ms yms a l, nos vamos mimetizando.

Cuando la adoracin no redunda en una vidatransformada, caemos en el narcisismo espiritual.Nos quedamos embelesados con los momentos deadoracin en el culto, sentimos mucha paz, pero nopermitimos que la imagen de Cristo nos transformey se refleje en nosotros. Nuestro culto es slo de


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ll SOCORRO S ~ ; ( ) R , MI I(;LLSIA SE RFNOVO y NO lA r.N IILNIlOlabios y en consecuencia no modifica nuestra vida,La verdadera adoracin, en cambio, no nos dejariguales,Una adoradn ordenada y libreHay dos extremos que debemos evitar, Algunos creenque no hay que preparar nada para el culto, que debeser todo espontneo, El argumento es que no se deberestringir la obra del Espritu Santo con un ordende culto preestablecido; el Espritu inspirar en esemomento al que conduce el culto, porque all dondeest el Espritu de Dios hay libertad.

Lo cierto es que esta posicin limita al Espritu ylo restringe a obrar nicamente en el momento delculto. Por qu no podra el Espritu Santo obrar einspirar en la preparacin previa? Por el principiode la encarnacin, el obrar del Espritu siempre serealiza a travs del ser humano, en este caso el directorde alabanza. En la medida en que el director estmejor preparado, el Espritu encontrar en l msposibilidades para actuar libremente,

el c ~ l t ; o r10 es la a c t ; ~ a c i r 1de los especialist;as, sir10la expresir1 del p ~ e b l o de Dios.El otro extremo es el que prefiere un orden estricto

preestablecido, del cual no hay que moverse bajoninguna circunstancia, Todo est absolutamenteprogramado, dicen, porque Dios es un Dios deorden. Esta posicin desconoce por lo menos doscosas. La primera es que el obrar de Dios no puedeprogramarse. El ser humano no alcanza a conocer


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! A J { ~ N O V A C ! N y LA AIJOJ{AC!ON 39plenamente todo lo que el Espritu quiere hacer enun culto determinado. Adems, el culto no es unmonlogo, sino un dilogo amoroso entre la iglesiay Dios. Puedo programar lo que vaya hacer yo en elculto, pero no lo que Dios har. Y su manera de actuarnecesariamente modificar mi respuesta.

La segunda es que el culto no se hace en la platafor-ma. El culto no es la actuacin de los especialistas,sino la expresin del pueblo de Dios. El que dirigedebe estar abierto para percibir lo que el puebloest sintiendo, deseando, necesitando, brindando,recibiendo.

Necesitamos un equilibrio. El director de alabanzadebe prepararse lo mejor posible, recibir direccinde Dios acerca del culto que l desea, y transmitir esavisin a los msicos y a todos los que participen en laconduccin. Sin embargo, despus de prepararse, eldirector debe estar abierto y sensible a recibir en elmomento del culto las modificaciones que el Espritule muestre. Hay ocasiones, que en general son excep-ciones, en las que el Espritu indica una direccinabsolutamente distinta a lo que se haba preparado.La persona que conduce debe estar dispuesta adejar de lado lo planeado y seguir las directivas delEspritu. La mayora de las veces el Espritu conduceen la lnea de lo que revel previamente al conductor,con algunas modificaciones y agregados que le danfrescura y sobre todo pertinencia al culto, ya queresponder a lo que Dios desea y a lo que la gente estnecesitando. Este equilibrio permite desarrollar unaadoracin ordenada y libre.


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Una adoradn partidpativaEl culto no es un espectculo que se realiza desdela plataforma; es la ofrenda amorosa que toda lacongregacin eleva a Dios. Por lo tanto, se canaliza atravs de formas participativas y accesibles a todos.No debe ser la ejecucin de expertos sino la expresinannima de toda la comunidad.

El servicio de adoracin es un encuentro comuni-tario. No es un acto de adoradores individuales. Cadauno puede alabar y adorar a Dios en su hogar, en laintimidad, y de hecho lo hacemos en el tiempo dedevocin privada que tenemos con Dios. En cambiocuando nos congregamos, lo hacemos para rendir unculto comunitario.

Muchas veces perdemos ese matiz colectivo. Estoes particular y paradjicamente cierto con el cultode Cena del Seor, un encuentro donde se ha dadoexcesivo nfasis al individualismo. Promovemosel dilogo individual entre Dios y el creyente, unagratitud ntima, una consagracin privada, unaadoracin particular. Sin embargo, esta es la mesa dela comunin. Por eso el Espritu se est encargandode restaurar este carcter comunitario, permitiendouna participacin amplia de su pueblo por mediode los distintos elementos del culto y del uso de losdiferentes dones que Dios ha dado a su cuerpo.

Una adoradn integradoraYa mencionamos algunas de las razones por las cualesel himnario se dej de utilizar en muchas iglesias. Otromotivo es que, al ser una coleccin cerrada de cnticos,


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el himnario impide la incorporacin de cancionesnuevas que el Espritu va inspirando a su iglesia.

Por supuesto, el hecho de no usar el himnario nosignifica que debamos dejar de lado himnos y cancio-nes que formaron parte de la tradicin de la iglesia a lolargo de los siglos. Cuando esos cnticos responden alobjetivo de expresar alabanza y adoracin a Dios, sonde tremenda bendicin en el culto.

Hay una gran cantidad de canciones nuevasque, por lo general, han sido de gran inspiracin;sin embargo, algunas iglesias cayeron en el errorde desterrar en forma definitiva los himnos o lascanciones ms antiguas. En lugar de aprovechar todala riqueza de la iglesia, se quedaron slo con una parte.Es tan empobrecedora la decisin de cantar siemprelos mismos himnos durante dcadas como la de cantarslo lo nuevo. En Mateo 13.52 Jess ense algo quees muy importante en este asunto.

Podramos parafrasear sus palabras diciendo quetodo lder de adoracin sabio saca del tesoro de laiglesia cosas nuevas y cosas viejas. El equilibrionos permitir disfrutar de lo nuevo que el Esprituest inspirando hoy y de lo hermoso que el mismoEspritu inspir en siglos pasados. Entonces no habrnecesidad de que nadie se queje: 'Seor, me robaronel himnario!'


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" La renovacin;y la uncin del Espiritu

Seor,no me {'idasque me caiga.


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Con voz decidida, el pastorextendi la invitacin: 'Voy a pedir que pasen aquadelante todos los que quieren que yo los escupa.'Por supuesto, la congregacin permaneci inmvil.El pastor continu:

'Ninguno quiere que lo escupa? Y cuntos quierenque les toque la lengua? Tampoco? Y quin quiereque le meta los dedos en las orejas? No puedo creerque ninguno quiera ... ' dijo, dando por terminada lainvitacin.

Los hermanos de la congregacin se miraban unosa otros preguntndose si el pastor se haba vuelto loco.Ese pastor medio loco era yo; esa maana me habapropuesto ensear acerca del significado de algunasde las manifestaciones externas que siete das anteshaban comenzado en la iglesia. Ante la sorpresa demis amados hermanos, continu leyendo el Evangeliode Marcos:

Le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaronque pusiera la mano sobre l. Entonces,apartndolo de la gente, le meti los dedosen los odos, escupi y toc su lengua.Luego, levantando los ojos al cielo, gimi


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4(, SOCORIW ,>1:'jOR, ;VII ICLLSIA SL RI,NO\'O y NO LA FNTILNIlO

y le dijo: "Efata! (que quiere decir:'S abierto')." Al momento fueron abiertossus odos, se desat la ligadura de su lenguay hablaba bien. Marcos 7 32-35

Menos mal que la historia se refiere a un sordotartamudo, y no a nosotros. Si alguno de nosotroshubiera estado en el lugar de aquel enfermo, sospecho que seguiramos sordos y tartamudos! Tal vezhubiramos reprochado al Seor por sus mtodos:'Acaso no tienes poder, Jess, para simplementedecir: s sano? Qu necesidad hay de escupir, dehacer esa payasada de tocar la lengua, y esa prcticasupersticiosa de meter los dedos en las orejas? Noestars sugestionando al sordo?'

SOr1 seriares ex(;err1asde par(;e de Dios para desper(;arid aFirmar r1l.o1es(;ra Fe.Tena poder Jess para sanarlo con la palabra? S.

Entonces, por qu escupi, le toc la lengua, y lemeti los dedos en las orejas? Cul es el propsitode estas seales externas? Las seales sirvieron paradespertar y afirmar la fe del sordo y tartamudo.Seor, no me pidas que me caigaDentro del proceso de renovacin que vive la iglesia,comenz hace algunos aos una accin del Esprituque se populariz con el nombre de la uncin. Comotoda novedad en la manera de obrar del Espritu,inmediatamente provoc, y sigue provocando hastahoy, distintas reacciones. Hay quienes interpretan que


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viene de Dios y la reciben con gozo. Otros manifiestanresistencia, y algunos, ms intransigentes, se oponenen forma categrica.Si bien es cierto que, como toda oleada nueva delEspritu, la uncin est produciendo ciertos tembloresen el escenario de la iglesia, tambin es verdad queen este caso hay una reaccin mayor a causa de lasmanifestaciones externas que, en algunos casos,acompaan la obra de Dios. Manifestaciones como lacada, la risa, el llanto, cosquilleos en las manos, ciertotemblor en el cuerpo no son novedosas, ya que hanestado presentes en muchos de los avivamientos dela iglesia. Pero lo cierto es que cada vez irrumpen enun determinado momento de la historia, desafan elorden y levantan polmicas e interrogantes.

Qu son la cada, la risa, el llanto, el cosquilleo?Simplemente, son seales externas de parte deDios para despertar y afirmar nuestra fe. Porqu? Porque Dios, en su infinita sabidura, y en suenorme respeto por nuestra libertad, ha dispuestoque su intervencin requiera, en lneas generales,de nuestra fe. Un captulo antes del suceso relatado,Marcos relata la frustracin de Jess en su puebloNazaret, cuando quiso hacer milagros all pero nopudo, salvo la sanidad de unos pocos enfermos. Lavoluntad divina estaba presente; sin embargo, Jessno pudo obrar porque faltaba algo. Marcos explicaqu fue lo que falt, cuando expresa el sentimientode Jess: 'y estaba asombrado de la incredulidad deellos' (Marcos 6.6).

Como es obvio, Dios tiene suficiente poder parahacer lo que quiere, cuando quiere y como quiere.


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41' SOCORRO SFOR, MI IGU.SIA sr- Rl'NOVO y NO LA INTII-NJ)Ol no necesita de nosotros, porque es omnipotente.Sin embargo, adems de ser todopoderoso, es un Dioscoherente. l nos dio albedro. El omnipotente Dioslimita su accin en nuestras vidas, porque respetanuestra libertad. Por esa razn, cualquier obra divinaen la vida de un ser humano, sea salvacin, sanidad,liberacin, plenitud del Espritu u otro tipo debendicin, requiere de una respuesta voluntaria dela persona.Dios r10S ber1dice por gracia,ld r1osocros acepcamos por Fe.

Sin fe, nadie puede ser salvo, y nadie puede recibirsanidad ni bendicin. Tal vez ests pensando en quehay excepciones, que t conoces a alguien que fuesanado a pesar de que no crea. Yo tambin conozcoalgunos casos. Pero son eso, excepciones.La regla de Dios para obrar en nuestra vida es quel nos bendice por gracia, y nosotros aceptamos por fe.y es tan grande su amor que, cuando l quiere haceralgo en nuestra vida, hace todo lo que dependa de lpara que respondamos positivamente, es decir, confe. Esa es la funcin de las manifestaciones o seales;apuntan a despertar nuestra fe para que aceptemossu obra de gracia.

Esto es verdad tanto en el plano individual como enel colectivo. Cuando en algn momento de la historiaDios quiere hacer algo en su pueblo, muchas vecesnecesita sacudir el letargo de la iglesia con manifes-taciones fuertes, sorprendentes, llamativas, y a veces

~ s e g n nuestros criterios h u m a n o s ~ 'desprolijas'.


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LA R ~ N ( ) V A C I ) N y LA l ! ' J C I ( ) ~ DEL EspRlTe 49As ocurri con John Wesley, con Charles Finney,

con Jonatn Edwards y con tantos otros que, a lo largode la historia del cristianismo, Dios us para traerrenovacin y avivamiento. Hoy lo est haciendo otravez en nuestro medio.Qu es esta uncin?La uncin es un derramamiento del Espritu Santo ennuestro interior, con el propsito de conducirnos a lasantidad, a una vida cristiana victoriosa, al gozo, a untestimonio ms comprometido y efectivo. Se trata deuna plenitud del Espritu.

No es cuestin de quedarnos slo con las manifes-taciones externas. Esta uncin es fundamentalmenteuna renovacin interior. Es renovacin en nuestra vidadevocional con Dios. Renovacin en nuestra conducta,en nuestro comportamiento, en nuestro carcter.Renovacin en nuestro testimonio y evangelizacin,en nuestras relaciones interpersonales, en nuestra pazy en nuestro gozo.

La uncin tiene manifestaciones externas, peroproduce transformaciones internas. Las manifesta-ciones externas tienen su lugar, porque son de Dios;y si es as, quin soy yo para despreciar lo que Diosquiere darme? Las manifestaciones externas tienen suimportancia porque ayudan a despertar y afirmar la fe.En muchos casos son la evidencia externa de lo queest pasando en el interior de la persona; tienen valorporque son testimonio del poder de Dios obrandoen ella.


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JO ,Ol 'OJ{I{O ,1: ' iOI{ , MII(;II,SI;\ SI J{bNOVO y N() LA I,NTlb."IJO

AI9l..tnos se ql..tedan abrazados alas seales en Il..tgar de prest;arat;encin a aql..teITo ql..te Indican.Sin embargo, las seales tienen que ser conside-radas de manera equilibrada. Las seales no son loms importante. La seal apunta hacia lo importante.Lo ms valioso no es la seal, sino aquello hacia lo cualapunta. Mar del Plata, la hermosa ciudad balnearia,est a unos 400 km de Buenos Aires. Supongamos quellego a la ruta que une estas dos ciudades, y leo la sealque dice: 'Mar del Plata: 400 km'. Sin embargo, enlugar de recorrer esa distancia hasta Mar del Plata, mequedo all abrazado al cartel indicador y digo: 'Quhermosa es Mar del Plata! Qu playas, qu sol! Cmome gusta Mar del plata!' Tendran razn de pensarque soy un necio.

Lamentablemente, esto que parece obvio no loes tanto en el plano espiritual. Algunos se quedanabrazados a las seales en lugar de prestar atencin aaquello que indica la seal. Hay personas que se que-dan con la cada, con el temblor, con el llanto, con larisa, con la manifestacin externa, sin comprender quelas seales apuntan a lo que es realmente importante.Lo que el Espritu Santo quiere hacer es tomar controlabsoluto de tu vida, con el propsito de cumplir suplan en ti.

Hay otro error que tambin debemos evitar. Enmuchas rutas hay carteles al borde del camino, quenos recuerdan que 'destruir las seales es delito',Quedarnos abrazados a una seal es una tontera.y destruir las seales es delito. Espiritualmente


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lA IU,NOVACION y 1,\ LNCIO'J 1J1ol. rSI'IRITl' 'J I

hablando, oponernos a seales enviadas por Dios,simplemente porque no las entendemos, porque noencajan en la tradicin o no coinciden con nuestraexperiencia de Dios, es un error grave y debemosevitarlo. Y es mucho ms serio cuando, livianamente,decimos que 'esas cosas son del diablo'. Podramosestar blasfemando contra la obra del Espritu Santo.Cmo se experimenta La uncin?La plenitud del Espritu se recibe por gracia. Comotodo lo bueno que sucede en la vida cristiana, se nosda por gracia. Algunos piensan que antes deben serperfectos o muy espirituales. Se esfuerzan, oran mucho.Sin embargo la Biblia nos dice, y nuestra experienciacotidiana confirma, que la nica manera de tener unavida cristiana victoriosa y profunda, la nica manerade ser espirituales es mediante la plenitud del Esprituotorgada por la gracia de Dios.

Primero la plenitud, despus la espiritualidad.Primero la plenitud, despus la vida de santidad.Primero ser llenos del Espritu Santo, despus creceren nuestra relacin con Dios. No pongas el carrodelante de los caballos. No puedes invertir el orden,porque todas estas cosas son fruto de la obra delEspritu Santo. Si tu vida est seca, si ests herido ofrustrado, no esperes primero arreglar tu vida paraluego pedir la uncin. Lo primero que necesitas es laplenitud del Espritu, para que entonces sea posiblela vida de santidad, gozo, testimonio y transformacininterior.

Por supuesto, esta plenitud se alcanza nicamentepor gracia de Dios. Nadie puede presentarse delante de


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52 SOCORRO SEOR, MI IGLESIA SE RENOV Y NO LA ENTIENDO

Dios con mritos suficientes como para pedir ser llenosdel Espritu Santo. La uncin se recibe nicamente porgracia. No es para los que creen que ya llegaron, queno tienen necesidad, No es para los fariseos que estnconformes con su mediocridad religiosa. Es para losque necesitan, para los que tienen sed de Dios, paralos que tienen ms hambre de Dios.Frente a la gracia de Dios, al regalo de su uncin,nuestra respuesta debe ser recibir su regalo, simple-mente por fe. No por las seales externas, sinopor fe.

Por supuesto, cuando la uncin viene acompaadade seales, es mucho ms fcil de aceptar. Algunos nose caen, ni se ren, ni lloran, y creen que eso significaque no recibieron nada. Sin embargo, la plenituddel Espritu no se recibe por vista sino por fe. Fe enJesucristo, para que sea realmente l quien mande entu vida y sea tu Seor. Fe en Dios Padre, que tienepoder para hacer grandes cosas en tu vida. Fe en elEspritu Santo, que desea llenar tu vida.Por qu ahora esta undn?Algunos se preguntan por qu ahora el Espritu Santoest derramando esta uncin. Acaso todo lo quehicimos hasta ahora no sirve? Acaso la obra de losque nos precedieron no sirvi? La respuesta es unrotundo no. Claro que lo que hicimos hasta ahora fuebueno. Esta uncin no anula lo que vivimos; es ms,necesit de lo anterior, y no tenemos porqu dejarde hacer lo que venamos haciendo. Esta uncin noreemplaza lo que se hizo antes, le da vigor. En lugar


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LA RENOVACIN Y LA UNCIN OEL ESPRITU 53

de desechar nuestro trabajo y nuestra espiritualidad,esta uncin los vivifica.

Claro que los que nos precedieron fueron grandessiervos de Dios. A algunos de ellos no somos dignosde rasparles la mugre de la suela de los zapatos. Pero,acaso los fariseos de la poca de Jess eran mejoresque Abraham? Pedro, Juan, Santiago fueron mejoresque Moiss o Elas? Claro que no. Abraham, Moiss,Elas, Elseo, David, Samuel, Geden, Isaas y otrosfueron hombres de estatura espiritual como pocos.Pero ninguno de ellos vio a Jess. Ninguno de ellosrecibi de manera permanente el Espritu Santo.

Por qu Jess no vino antes, en la poca de algunode aquellos grandes hombres? Por qu el EsprituSanto vino en Pentecosts y no antes? Por qu novino durante la vida de alguno de esos grandes lderesdel pueblo de Dios, sino cuando el pueblo de Diostena como conductores a un grupo de discpulos deJess llenos de miedo? La nica respuesta que se meocurre es que Dios, en su sabia y perfecta soberana,as lo dispuso.

y Dios, por su decisin soberana, quiere que noso-tros vivamos un avivamiento. Antes del regreso deCristo habr un gran avivamiento; ser el ltimo granavivamiento sobre la tierra. Toda la tierra ser llenadel conocimiento de la gloria de Dios. Ser la lluviatarda, anticipada por Zacaras. Ser el derramamientodel Espritu sobre toda carne, profetizado por Joel.

Por qu el avivamiento de John Wesley, de CharlesFinney, de Jonatan Edwards, en Inglaterra y en losEstados Unidos de Amrica? Por qu el avivamientoen Corea y en Indonesia en nuestro siglo? Por qu


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'),1 SOCORRO SEOR, MI IGLf'SIA SE RENOV Y NO LA FNTIENDOel avivamiento en Argentina y en otros pases ennuestra poca? Por la soberana de Dios. l nos estpreparando para un gran avivamiento planetario. Laiglesia de este tiempo, nuestra iglesia, ser parte deese gran avivamiento! Aleluya!

Dios nos est preparando. Por eso en primer lugarrenueva a su iglesia. Cuando la iglesia est viviendoverdaderamente conforme a las normas del reinode Dios, entonces podr transformar al mundo, pormedio de este avivamiento. A m me gusta decir queesta preparacin de Dios es como el programa de unaescuela. A medida que nos va dictando las materiasnecesarias para ese despertar, el Seor agrega nuevas,para que estemos listos.

En el ao 1984, a partir del ministerio del evange-lista Carlos Annacondia y otros, Dios nos dict en laArgentina la materia 'Poder'. En las iglesias empeza-mos a descubrir que tenemos un Dios poderoso, queno slo puede salvar para el ms all, sino ademssanar, liberar. Entendimos que la posibilidad de unavivamiento del poder de Dios no era algo de la eraapostlica, sino que Dios es el mismo hoy, ayer y porlos siglos.Despus el Seor nos dio la materia 'GuerraEspiritual'. Y entonces aprendimos contra quines nuestro combate, y la importancia que tiene laintercesin en la preparacin de un avivamiento. ElSeor tambin nos hizo tomar la materia 'Unidad'. Nopuede venir un avivamiento nacional cuando los hijosde Dios estn peleados entre s. En tiempos recienteshemos crecido de manera maravillosa en la unidad delpueblo de Dios.


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El Seor nos hizo vivir tambin la materia 'Restaura-cin de la adoracin'. El avivamiento comienza conuna iglesia que adora a Dios en espritu y en verdad.y luego? Luego Dios utiliz a Claudio Freidzon y aotros siervos de Dios para que tomramos concienciade que ya tenemos el Espritu y todo su poder, peroque debemos dejar que el Espritu nos tenga anosotros. Aprendimos que no se puede vivir hoy conla uncin de ayer.

Quiere decir que esta es una nueva onda? No.Estas materias, como yo las llamo, no son de ahora nison pasajeras. Dios tuvo que dictarlas en este ltimotiempo porque las habamos olvidado. El poder deDios no es una onda nueva y pasajera. Estas cosassiempre estuvieron en la Biblia, pero lo habamosolvidado. Orar por los enfermos, echar fuera demoniosy adorar en el Espritu son dones que estuvieronsiempre en la Biblia, pero los habamos olvidado.Hace casi dos mil aos que el apstol Pablo escribique nuestra guerra no es contra sangre y carne sinocontra principados y potestades. No es una nuevaonda, es algo que habamos olvidado. Antes de sumuerte, Jess or al Padre y pidi que furamos uno.La unidad fue tema antes de la muerte y resurreccinde Jess, pero la habamos descuidado. La renovacinen la adoracin es ms vieja an, viene del libro deSalmos, y mucho antes. Pero la habamos olvidado.Con la uncin ocurre lo mismo.

Pero ahora Dios, ejerciendo su soberana, y paraprepararnos para el gran avivamiento, enva la uncina tu vida, a tu iglesia, a tu nacin, al mundo entero.Aleluya!


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Quines experimentan la uncin?Esta es una uncin para renovar la vida cristiana, de todos los creyentes. No es para una elite, sinopara todos. Sin embargo, no todos la experimentan.Solamente la viven aquellos que tienen hambre y sedde Dios, los que se abren a la accin del Espritu pormedio de la fe. Es para los que quieren ms de Diosen sus vidas, y tienen expectativas de algo ms delSeor.

Es importante que entiendas que la uncin nodepende de las manifestaciones externas. Las sealesle ocurren a todo tipo de personas. Hay personas queno se caen pero reciben la uncin. Hay personas que secaen y no reciben nada. Hay personas que no se caen yque tampoco reciben la uncin. Y hay personas que secaen y reciben. No es la manifestacin externa la quehace la diferencia, sino Dios. Hay personas que estnabiertas, que tienen hambre y sed de Dios, que tienenfe, y dicen: 'Seor yo quiero esto, y no me importa elqu dirn, ni me importa si me tengo que caer, porquelo que ms me importa eres t.' Esa persona, se caiga ono se caiga, se ra o no se ra, llore o no llore, tiembleo no, seguramente recibir algo de Dios. Otros dicen:'No, yo no me quiero caer, imagnate qu papeln,qu van a decir, en una de esas me ensucio la ropa.'Difcilmente esa persona reciba la uncin!

Lo cierto es que si quieres ms de Dios, y no lepones trabas, vas a recibir. Cmo? Deja que Diosdecida. Algunos se caern, otros recibirn que-brantamiento, otros llorarn, a otros los inundar elgozo, otros sentirn un cosquilleo o una electricidad,


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LA RENOVACIN Y LA UNCIN DEL ESPRITU 57otros recibirn dones, otros experimentarn sanidad.Otros experimentarn todo eso junto. Otros slo unamanifestacin interior. Lo constante es que todo aquelque busca sincera y abiertamente, recibe. No importacul sea la manifestacin externa.

Algunos se atormentan comparndose con otros.'Por qu este se cay y yo no? Y por qu el otrose re y yo no siento nada?' No hay que compararsecon nadie, ya que se trata de una relacin personalcon Dios. l no hace trajes de confeccin, los hace amedida. l sabe lo que cada uno necesita recibir, cmoy cundo.Quines ministranla uncin en la iglesia?La uncin en la iglesia debe empezar por quin lalidera, para evitar problemas. Luego este pastor o lderministra la uncin para los dems en la congregacin.Esta uncin no es para un individuo, sino para toda laiglesia. Y es obra del Espritu Santo, no del hombre.Cuando este movimiento de Dios comenz ennuestra iglesia en el ao 1992, despus de orar yo porlos miembros, invit a los nios, a los adolescentes,a los jvenes y a los adultos a ministrar. Quera quequedara claro que esto no es producto de un serhumano espiritualmente superior. Es obra del EsprituSanto. Yo quera que todos se dieran cuenta que aunlos nios pueden ministrar esta uncin, y que el Seorobra a travs de otros de la misma manera que cuandoora el pastor, por la simple razn de que esto no esobra de un hombre, sino del Espritu Santo.


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Cuntas veces tenemosque recibir La uncin?Recibimos la uncin del Espritu Santo en el momentoen que nos convertimos, porque la uncin es elEspritu Santo, y el Espritu Santo es la uncin.

Sin embargo, la Biblia nos desafa a ser llenos delEspritu Santo en forma continua. Pablo, escribiendoa los efesios, los exhorta con este desafo: 'Sean llenosconstantemente del Espritu Santo' (S.18). Todos losdas debemos pedir la plenitud del Espritu Santo.Cuando en tu iglesia oren por la uncin, te animo aque permitas que oren por ti.

Cada vez que dejamos que el Seor obre, la uncinva 'penetrando' ms en nuestra vida y tomando mayorcontrol de nosotros. Es como si nuestro corazntuviera diferentes capas. La primera capa con la quetiene que tratar la uncin es la del orgullo. Algunoscreyentes no reciben la uncin porque esta capase hace infranqueable a la obra del Espritu Santo.Muchos cristianos creen que no necesitan ms deDios. Si esta es tu situacin, entonces no esperes queDios te d ms. En cambio, aquellos que se rinden aDios reciben de l, y estn listos para recibir ms laprxima vez.

Despus de quitar el orgullo, todava quedan capas.Esta enumeracin no est ordenada, ni es exhaustiva,ni siquiera descriptiva de lo que sucede en todos. Perovale la pena explorar qu cosas en nosotros puedenponer obstculo a la plenitud del Espritu Santo. Estla capa de la incredulidad. Tal vez piensas que Diosya no acta con el mismo poder que antes. 'Eso era


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para la era apostlica. Las manifestaciones externasocurrieron en los grandes avivamientos histricos,pero no hoy. Lo que en este tiempo est pasando essugestin o histeria colectiva.' Quiero decirte que laincredulidad es una barrera terrible. Jess quiso hacermuchos milagros en Nazaret, pero no pudo a causa dela incredulidad de sus paisanos. La fe, en cambio, teprepara para recibir las grandes obras que Dios quierehacer en tu vida.

Est la capa de la duda. 'Creo que Dios lo puedehacer, pero no creo que pueda hacerlo en m: Cuandome afirmo en la confianza de que Dios s lo puedehacer conmigo, entonces la uncin penetra en miinterior, y estoy listo para que siga llenndome ms yms con su Espritu.

Est la capa del temor, temor a lo desconocido, a lonuevo. Cuando finalmente abrimos nuestro corazn yconfiamos en Dios, l despeja nuestros temores y nosbendice con su uncin. Algunos tienen miedo porquepiensan que, si son ministrados, todos se van a enterarde sus pecados. Por cierto, nuestro Dios no vienepara condenarnos, sino para perdonarnos. Cuando laministraci n se hace en el poder del Espritu y no dela carne, no descubre nada a los dems. La uncin delEspritu revela nuestra situacin, s, pero a nosotrosmismos y a nadie ms, y lo hace para que podamosarrepentirnos, ser perdonados y transformados.

Est la capa de los prejuicios. 'Qu dirn de m. Talvez piensen que me volv loco: En este caso tendremosque decidirnos a agradar ms a Dios que a los hombres.Cuando estamos ms abiertos a lo que el EsprituSanto tiene para nosotros que a nuestros preconceptos,


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entonces la uncin de Dios nos da libertad, penetraen nuestro corazn y nos abre ms a L no importaqu piensen los dems.Tambin est la capa de los pecados ocultos. Paraalgunos esta tendr que ser la primera capa. La obradel Espritu es traer quebrantamiento, arrojar luzsobre pecados viejos. Es una obra de limpieza, depurificacin, de lavamiento. Puede ser dolorosa, perotrae verdadera restauracin y libertad. El sealar lospecados ocultos es una obra maravillosa del Espritu.Es una uncin de confesin que nos gua a la santidad.Muchas de las personas a quienes he ministrado reciben una visin en la que Dios les pasa una 'pelcula'de todos sus pecados, con el propsito de llevarlos a laconfesin, al arrepentimiento, al perdn y al cambio.

Est la capa de las heridas interiores. El sufrimientohace que nuestro corazn se endurezca; sin embargo,Dios nos dice en su Palabra: 'Os dar un coraznnuevo y pondr un espritu nuevo dentro de vosotros.Quitar de vosotros el corazn de piedra y os darun corazn de carne. Pondr dentro de vosotros miespritu, y har que andis en mis estatutos y guardismis preceptos y los pongis por obra' (Ezequiel36.26- 27).Uno de los resultados de esta uncin es la sanidadinterior. En una ocasin or por una seorita queestaba enferma de anorexia, a causa de los problemasfamiliares que sufra desde pequea. Cuando ped quela uncin del Espritu llenara su vida, Dios san todossus recuerdos y ella se recuper.

Otra capa es la de la sequedad espiritual. Cuntoshijos de Dios estn secos en su vida devocional!


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Algunos necesitan que esta sea la primera capa quela uncin penetre. Para otros la vida cristiana seha convertido en una pesada carga, con enormesdemandas que hay que cumplir. Otros son esclavosde adicciones, hbitos, pecados de los que no puedendesprenderse. La Biblia dice: l\contecer en aqueltiempo que su carga ser quitada de tu hombro y suyugo de tu cerviz, y el yugo se pudrir por cuantot eres mi ungido' (Isaas 10.27). El Espritu Santohace su obra de transformacin, y de la sequedadespiritual te llevar, por medio de su uncin, auna vida de intimidad con Dios como nunca antesexperimentaste.

Est tambin la capa de la vergenza. Algunoscristianos sienten vergenza de hablar a la genteacerca de Cristo. En cambio, cuando recibimos estauncin, no podemos estar sin contar lo que Cristohace. Nuestra vida se transforma en una vida detestimonio. La uncin recibida nunca es para que nosla guardemos, sino para que la llevemos a otros. Si nolo hacemos, pierde frescura hasta secarse.

Existe la capa de la amargura. Vemos cristianos convidas quejosas, amargas. Pero la uncin del Espritu esuncin de gozo. Dice la Biblia: 'Has amado la justiciay aborrecido la maldad; por tanto, te ungi Dios, elDios tuyo, con leo de alegra .. .' (Salmo 457).

Est la capa de la desobediencia. El Espritu necesitapenetrarla con su aceite para conducirnos hacia lasantidad. Crecer en santidad es un proceso continuo.Por eso siempre necesitamos ms. Por eso todosnecesitamos ser ministrados.


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62 SOCORRO SEOR, MI IGLESIA SE RENOV Y NO LA ENTIENDOEs importante que entiendas que esto no es mgico.

La uncin tiene un 'precio'. El precio es el deseo devivir todos los das para el Seor, de rendirnos antel en totalidad, de vivir en comunin con l. Lomagnfico de esta uncin es que Dios mismo nos dael poder para vivir de esta manera.La unan ya est en tiSi eres hijo de Dios, ya tienes el Espritu Santo. Ahorapdele cada da a Dios que renueve su uncin. Permiteque hermanos en quienes reConoces autoridad espi-ritual oren por ti y pidan que seas lleno del Espritu.Acrcate sin prejuicios. Deja que el Espritu obre en ticomo l quiera. Deja que el ro de Dios te lleve, y yano digas ms: 'Seor, no me pidas que me caiga:


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~ ~ La renovacin,"Ylaministradn

- - - . . . . . . ~ ___Seor,

iamnadiemeponefasmanoencima!


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Muchos se preguntan:por qu tiene que orar otro por m para que yoexperimente la uncin del Espritu Santo? Esta es unapregunta clave. Algunos preguntan sinceramente,porque no comprenden. Otros lo hacen por orgulloy autosuficiencia. Sea cual fuere la actitud que laorigina, debemos responder a esta duda. La falta deuna respuesta adecuada ha impedido que hermanos yhermanas experimenten esta vivencia de la plenituddel Espritu Santo.EL mtodo de DiosCuando comprendemos que la dinmica esencial dela forma de obrar de Dios es la encarnacin, entoncesentendemos mejor por qu Dios usa a otros parabendecirnos.

El mtodo elegido por Dios para llevar a cabola misin es la encarnacin. Cristo Jess es elacontecimiento central de la revelacin. De hecho, laencarnacin en Jesucristo expresa la manera esencialpor medio de la cual Dios desarrolla su misin en elmundo. Este es el medio que utiliza para obrar entrenosotros. El Dios infinito decide voluntariamenteobrar a travs de los seres humanos.


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66 SOCORRO SEOR, MI IGLESIA SE ReNOV y NO LA ENTll'NDOCon esto no estoy diciendo que Dios nicamentepodr llenar tu vida con su Espritu si eres ministrado

por otro. l nos llena cada vez que se lo pedimossinceramente, sea que lo hagamos en la soledadde nuestro cuarto o que alguien nos ministre. Sinembargo, su modo habitual de actuar es por mediode otras personas.

La encarnacin expresa el amor y la condescenden-cia de un Dios que quiere compartir la pobreza del serhumano; l acepta nuestra miseria y se somete a estaslimitaciones. Dios decidi revelarse a la humanidadpor medio de su Palabra, pero no hizo descender unlibro del cielo. Tampoco sent a sus ngeles en un granpupitre celestial y les dict sus mensajes. Lo que hizofue inspirar por su Espritu a seres humanos de carney hueso. As tenemos la Biblia, Palabra de Dios, peroescrita por hombres.c...a el1carl1acil1 expresa el amorde ~ 1 1 Dios q ~ e q ~ i e r e c o m p a r ~ i rfa pobreza del ser h ~ m a l 1 o .

Cuando Dios quiso salvarnos, no envi desdeel cielo una cinta grabada con instrucciones paranuestra redencin. Utiliz el mtodo de la encarnacin.l mismo, en la segunda persona de la Trinidad, sehizo carne, es decir, se encarn, naci como uno denosotros. Jess experiment las debilidades y tenta-ciones humanas, y enfrent la muerte. Al participarde nuestra humanidad pudo'destruir por medio dela muerte al que tena el imperio de la muerte, estoes, al diablo, y librar a todos los que por el temor


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LA RENOVACIN Y LA M I N I ~ T R A C I N 67de la muerte estaban durante toda la vida sujetos aservidumbre.' (Hebreos 2.14-15).Dios no enva en misin a una compaa deserafines para que prediquen el evangelio, echenfuera demonios y sanen a los enfermos. Utiliza lametodologa de la encarnacin. Es decir, enva a suiglesia en misin. El instrumento que Dios usa paraque las personas sean salvas, sanas y libres, es suiglesia: hombres y mujeres de carne y hueso. As,se encarna por medio de su iglesia en las distintasculturas, razas y naciones. El Dios ilimitado se limitavoluntariamente y se encarna en nosotros para llevara cabo la misin. - - ~La unan y La encarnaanLo mismo ocurre con la uncin del Espritu. Diosutiliza el mtodo de la encarnacin para darnos launcin del Espritu Santo. En pocas de renovaciny de avivamiento de su iglesia, l levanta a personasungidas para compartir el aceite de su Espritu conotros, a fin de que toda la iglesia sea sacudida, sedespierte, se levante y resplandezca.

'Por qu no puedo ser ungido directamente porDios?' se preguntan muchos. Porque Dios elige obrara travs de seres humanos. Pensar que no necesito demi hermano es olvidar o entender mal el principiodel sacerdocio de todos los creyentes. Este principiosignifica que todos somos sacerdotes y que ya nonecesitamos de ningn otro intermediario sinoJesucristo para nuestra salvacin. Todos tenemos libreacceso a Dios por medio de Cristo. Sin embargo, estono significa que no nos necesitemos unos a otros.


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Puede alguien convertirse sin que nadie lepredique? La historia dice que hubo algunos casos,especialmente en pocas de avivamiento. Antes deconvertirse, una mujer en mi iglesia trabajaba haciendola limpieza de noche en el edificio de SociedadesBblicas. Cuando no haba nadie en el edificio, leala Biblia a escondidas. Sola, sin que l predicaran, seconvirti. Estos son casos excepcionales; la regla es loque dice san Pablo: 'Cmo, pues, invocarn a aquelen el cual no han credo? Y cmo creern en aquelde quien no han odo? Y cmo oirn sin haber quienles predique?' (Romanos 10.14).Puede alguien vivir esta experiencia de renova-cin y uncin por s solo, sin necesidad de que otrapersona ore por l? Por supuesto que s. Sin embargo,lo cierto es que hoy Dios est usando a determinadaspersonas y a determinadas iglesias para renovar a todoel pueblo de Dios.

Algunos hermanos no tienen problemas para aceptarque, a fin de que alguien se convierta, es necesario queotra persona le predique. Tampoco tienen dificultadpara aceptar que alguien ore por otro para que recibasanidad, ayuda material, o lo que fuere. En cambio lescuesta aceptar que, para que un hermano sea lleno delEspritu, quizs sea necesario que otro hermano orepor l. No deberamos escandalizarnos si Dios respetasu mtodo y decide usar a otro ser humano para queyo reciba la uncin del Espritu.Dentro y fuera del campamentoEn el Antiguo Testamento leemos un relato esclarecedor.Se trata de un acto de uncin del Espritu Santo, con


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LA RENOVACIN Y LA MINISTRACIN 69rasgos muy similares a lo que estamos observando enla actualidad. Puedes leerlo en Nmeros I I . 2 4 ~ 2 9 .

Setenta hombres reciben la uncin del Espritu deDios por medio de Moiss. No es Moiss quien da elEspritu; lo da Jehov, pero lo hace a travs de Moiss.Dios decide usar a seres humanos para hacer su obra.El dador es Dios, el medio es Moiss. Observemos queno dice que los ancianos hayan recibido el Espritu departe de Dios directamente. Dice el relato que el Seortom del espritu que estaba en Moiss. Por supuestoque no se trata del espritu humano de Moiss. Estoqueda claro en el ltimo versculo, cuando Moissexpresa su deseo de que todo el pueblo reciba elEspritu de Dios y profetice. El Espritu es el delSeor: es l quien lo da, pero lo hace utilizando a unser humano.Este pasaje tambin nos habla de dos hombres queen lugar de ir al tabernculo se quedaron en el cam-pamento. Sin embargo, como haban sido escogidospor Aquel que unge, tambin recibieron del EsprituSanto y profetizaron, sin necesidad de intervencinhumana. La diferencia numrica nos revela el carcterexcepcional: dos contra setenta. As es como obra Dios.Tal vez estoy 'fuera del campamento' y no tengo a unMoiss que ore por m; esto no significa que no puedoexperimentar la uncin renovadora del Espritu Santo,pero la forma tpica de obrar de Dios es a travs deotra persona.

El relato concluye diciendo que tanto unos comootros profetizaron. La respuesta de Moiss a Josurevela el propsito de Dios de que todos seamosllenos de su Espritu. Este propsito se cumpli en


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Pentecosts, y necesitamos actualizarlo a diario ennuestra vida. En el Nuevo Testamento, despus dePentecosts, vemos tambin que el modo normal deactuar de Dios es la encarnacin, la mediacin humana.Dios usa a determinadas personas para llevar a cabosus propsitos.Parece un gasto de energa?En el libro de Hechos comprobamos este principio enforma reiterada. El captulo 8 relata que Felipe predicel evangelio en Samaria, y muchas personas creyeron yfueron bautizadas. Aun as, fue necesario que llegaranPedro y Juan desde Jerusaln para orar por ellos, yentonces recibieron el Espritu Santo.

Cuando los apstoles que estaban enJerusaln oyeron que Samaria haba recibidola palabra de Dios, enviaron all a Pedro ya Juan; los cuales, una vez llegados, oraronpor ellos para que recibieran el EsprituSanto, pues an no haba descendido sobreninguno de ellos, sino que solamente habansido bautizados en el nombre de Jess.Entonces les imponan las manos y recibanel Espritu Santo. Hechos 8.14-17

Acaso no poda Dios bautizarlos con el Espritu sinintervencin humana? Por supuesto que s, pero nolo hizo. Por qu? Porque Dios ha decidido usar a losseres humanos para cumplir su obra. Sabemos que estees un pasaje discutido. Para algunos la experiencia conel Espritu Santo se trata de una vivencia posterior a laconversin; para otros, es simultnea. No voy a entrar


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en esa controversia aqu. Lo que no est en discusin,y el pasaje lo deja claro, es que Dios utiliz a sereshumanos para hacer su obra. Dios us a Pedro y aJuan para que los samaritanos recibieran al EsprituSanto. El mtodo divino es la encarnacin.

En Hechos 9 podemos leer la fascinante historia dela conversin de Saulo. Este fariseo fantico no dejabade amenazar de muerte a los creyentes, y se presental sumo sacerdote a fin de que le diera cartas de autori-zacin para apresar a los cristianos en las sinagogasde Damasco. Camino a esa ciudad, una luz celestialcegadora lo derrib. Cuando Jess habl a Saulo, no ledijo: 'S lleno del Espritu'; le orden que se levantaray entrara en la ciudad, donde le diran qu deba hacer.Paralelamente, el Seor se le present en una visina un creyente llamado Ananas. Le dijo que fuera ala casa de Judas porque all se encontrara con un talSaulo de Tarso, quien estaba orando y tambin estabarecibiendo una visin, en la cual vea que Ananas leimpona las manos. A pesar de sus temores, Ananasobedeci y fue. Impuso sus manos sobre Saulo, y esterecuper la vista y fue lleno del Espritu Santo.

Por qu tanto derroche de energa? Acaso nopoda el propio Jess que se apareci a Saulo en elcamino llenarlo ah mismo de su Espritu, en lugarde dejarlo ciego? no poda darle luego una visin aAnanas, otra a Saulo, y movilizar a Ananas, a pesardel riesgo que eso implicaba? Por supuesto que Diospoda hacerlo. Entonces, por qu lo hizo de esamanera? Porque Dios se limita a s mismo y elige obrara travs de nosotros, los seres humanos. l ha escogidoobrar a travs de la encarnacin.


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Dios \,,4sa a seres r,\,,4manos,no a ngeles, para p ' r ~ d i c a rS\,,4 palara ~ para mlnlst;rarla \,,4ncin deresprit;\,,4 5ant;0.

En el captulo 10 de Hechos tenemos otro ejemplo,otro 'derroche di vino de energa'. En Cesarea habaun capitn del batalln llamado 'la Italiana'. Era unhombre piadoso que adoraba a Dios. Un da, a las tresde la tarde, tuvo una visin en la que un ngel delSeor le deca que deba ir a llamar a Pedro, que estabaen la ciudad de Jope. Comelio mand a dos sirvientesy a un soldado. Mientras tanto, en

c mraida socorro seÑor mi iglesia se renovo y no la entiendo

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