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C-500 AGOSTO DEL 2000 Volumen 1 Instituto de Cooperación para la Seguridad Hemisférica Aprobado para distribución al público; distribución ilimitada UNLIMITED DISTRIBUTION

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fundamentos de la guerra operacional

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Page 1: C-500 Fundamentos de La Guerra Operacional

C-500

AGOSTO DEL 2000

Volumen 1

Instituto de Cooperación para la Seguridad Hemisférica

Aprobado para distribución al público; distribución ilimitada

UNLIMITED DISTRIBUTION

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Esta es una traducción de la versión en inglés del subcurso C500, Fundamentos de la Guerra Operacional, fechado agosto del 2000, y sólo se usará para fines de instrucción. Este folleto es un compendio de varios artículos recopilados por el Departamento de Estudios Militares Profesionales de WHISC, con sede en el Fuerte Benning. Georgia. This is a translation of the English version of Subcourse C500, Fundamentals of Operational Warfighting, dated August 2000. This material will be used for instructional purposes only. This booklet is a collection of many articles compiled by the Department of Professional Military Studies, Western Hemisphere Institute for Security Cooperation at Fort Benning, Georgia.

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INDICE VOLUMEN I Página LECCIÓN 1: CONCEPTOS ESTRATEGICOS NACIONALES. .................................................L1-1 Lectura A: Breve Introducción a los Conceptos y Enfoques en el Estudio de Estrategia. ......................................................................... L1-A-1 Lectura B: Extracto del Arte Estratégico: La Nueva Disciplina de los Líderes del Siglo XXI. ......................................................................... L1-B-1 Lectura C: Extracto del Interés Nacional : De la Abstracción a la Estrategia ............................................................................................. L1- C-1 Lectura D: Hacia una Comprensión de la Estrategia Militar. ......................................... L1- D-1 Lectura E: Evaluación de la Estrategia de Seguridad Nacional y la Estrategia Militar. .................................................................. L1-E- 1 LECCIÓN 2: EL AMBIENTE DE SEGURIDAD INTERNACIONAL Y LA GAMA DE OPERACIONES MILITARES ....................................... L2-1 Lectura A: Descripción del ambiente de Seguridad Internacional: El Choque de Ideas..................................................................................... L2-A-1 Lectura B: No es tan organizado ni nítido....................................................................... L2-B-1 Lectura C: Un Ejército de Proyección de Fuerza en las otras Operaciones Militares.................................................................................. L2-C-1 Lectura D: Extracto del Manual 1-1, Tomo II, de la Fuerza Aérea : Ensayo G: Actividades Militares a un Nivel Inferior al de Guerra. ................................ L2-D-1 Lectura E: Extracto de Operaciones Navales--Otras Operaciones Militares.................................................................................. L2-E-1 LECCIÓN 3: SISTEMA DE PLANEAMIENTO DEL MINISTERIO DE DEFENSA ............ L3-1 Lectura A: Seguridad Nacional de EE.UU: Organización y Proceso............................. L3-A-1 Lectura B: El Sistema Conjunto de Planificacion Estratégica; el Sistema de Planificación, Programación y Presupuesto; y el Sistema Conjunto de Planificación y Ejecución Operacional. ..................... L3-B-1 Lectura C: Problemas Estructurales del Pasado. ........................................................... L3-C-1 Lectura D: El Director en Función de Asesor Militar Principal: Una Entrevista con Colin L.Powell. ............................................................. L3-D-1 Lectura E: Administración de Intercambios entre Servicios. .......................................... L3-E-1 LECCIÓN 4: ESTRATEGIA PARA TIEMPO DE PAZ. ..................................................... L4-1 Lectura A: Estrategia de Listeza y Colaboración de 1998, Comando de EE.UU. en Europa.................................................................................. L4-A-1 Lectura B: Estrategia de Seguridad de EE.UU. para el Medio Oriente. ......................... L4-B-1 Lectura C: Estrategia de Seguridad de EE.UU. para Europa y la OTAN........................ L4-C-1 Lectura D: Seguridad Estratégica de EE.UU. para las Américas. .................................. L4-D-1 Lectura E: Estrategia de Seguridad de EE.UU. para la Región Sub-Sahara de África. ................................................................................. L4-E-1

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LECCIÓN 5 INSTRUMENTOS MILITARES DEL PODER. .............................................. L5-1 Lectura A: Roles y Misiones: De Vuelta al Futuro. ........................................................ L5-A-1 Lectura B: Tambaleo hacia la Transformación: El Pronóstico de los Servicios . ......................................................................................... L5-B-1 Lectura C: La Fuerza es lo Importante. .......................................................................... L5-C-1 Lectura D: Guerra Conjunta y la Importancia Militar del Espacio. .................................. L5-D-1 Lectura E: Extractos del Enunciado de la Postura del Ejército de EE.UU. para el Año Fiscal 00................................................................ L5-E-1 Lectura F: Extracto de los Roles y Misiones del Ejército de los EE.UU. ........................ L5-F-1 Lectura G: Visión, Presencia y Poder. ............................................................................ L5-G-1 Lectura H: Extracto de Operaciones de Sostenimiento Democratico. El Rol de Elementos de Coordinación de Operaciones Especiales......................................................................... L5-H-1 Lectura I: Extracto de Elemento de Coordinación de enlace. ....................................... L5- I-1 Lectura J: Elemento de Mando y Control de Operaciones Especiales. ......................... L5-J- 1 LECCIÓN 6 COMANDO Y CONTROL, COMUNICACIONES E INTELIGENCIA. ........................................................................................................... L6-1 Lectura A: Extracto de Mando y Control Para la Guerra y la Paz................................... L6-A-1 Lectura B: Reunir una Fuerza Multinacional................................................................... L6-B-1 Lectura C: La Politica de la Administracion del Presidente Clinton, sobre el manejo de las Operaciones Complejas de Contingencias. ..................... L6-C-1 LECCIÓN 7 LOGISTICA ESTRATEGICA ....................................................................... L7-1 Lectura A: Logistica Estrategica. .................................................................................... L7-A-1 Lectura B: Mantenimiento a nuestras Fuerzas Listas Durante Tiempos de Paz y de Guerra. ..................................................................... L7-B-1 Lectura C: El Comandante de la Fuerza Conjunta y la Movilidad Global. ...................... L7-C-1 Lectura D: Operaciones Globales Del AMC.Actuakizacion de AMMP en e 98. ............ L7-D-1 Lectura E: Comando Militar de Transporte Maritimo. ..................................................... L7-E-1 Lectura F: Transporte Maritimo: Equilibrio entre Estrategia y Capacidad. ..................... L7-F-1

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FUNDAMENTOS DE LA GUERRA OPERACIONAL C/M/S 500

Lección 1

Lectura A: “Breve Introducción a los Conceptos y Enfoques en el Estudio de Estrategia”

Por: Ted David, Tte. Cnel. Retirado del Ejército de EE.UU.; Robert H. Dorf; y Robert D. Walz, Tte. Cnel. Retirado del Ejército de EE.UU.

INTRODUCCIÓN Para el estudio, análisis y planeamiento de la estrategia se requiere adquirir una familiarización básica con algunos conceptos y enfoques esenciales del estudio de las relaciones internacionales. No es la jerga ni los términos empleados lo importante, sino la comprensión conceptual que ellos facilitan en ese estudio lo que los hace útiles. Usar la terminología precisa es un factor menos crítico que captar las bases esenciales e implícitas en el comportamiento de la nación-estado, tan cruciales para explicar las relaciones que nos interesan a nosotros como analistas estratégicos. Este estudio introduce algunos de estos conceptos y enfoques básicos en una forma que los hace accesibles para usarlos de referencia en el futuro, en nuestro estudio de la estrategia. ¿Por qué las naciones-estado (y otros actores importantes en el sistema internacional) se comportan como lo hacen? ¿Cómo podemos explicar este comportamiento y usar esas explicaciones para anticipar el posible comportamiento futuro? ¿Cuáles son las características contemporáneas del sistema internacional y cómo afectan a los actores de ese sistema? ¿Cuáles son las tendencias (políticas, económicas, militares y tecnológicas) en curso en el sistema internacional? ¿Cómo es posible que esas tendencias afecten las acciones recíprocas o interacciones entre esos actores? ¿Cuáles son las implicaciones para la estrategia de seguridad nacional de EE.UU.? Este es el tipo de preguntas que debemos formular como analistas estratégicos. Para responderlas, primero nos debemos familiarizar con algunos de los conceptos e instrumentos básicos del análisis. Por lo tanto, empezaremos con una discusión acerca de los actores, sus intereses y las formas en que esos intereses pueden determinar el comportamiento del actor. Pasaremos luego a un enfoque muy común en el estudio de las relaciones internacionales: los “niveles de análisis”. Entonces discutiremos los instrumentos de poder disponibles a los actores para hacer avanzar sus intereses. Finalmente, concluiremos con una breve discusión sobre los dos conjuntos de suposiciones más comunes sobre el comportamiento de las naciones-estado en el sistema internacional: realismo e idealismo. Los Actores La Nación-Estado Empezamos con la afirmación de que la nación-estado es el actor principal en el sistema internacional. No todos están de acuerdo con esta premisa, pero dejaremos ese debate para las lecciones y discusiones subsiguientes. Aunque existe una creciente evidencia de que los actores y la fuerzas subestatales y transnacionales en el sistema internacional están aumentando su importancia, y en muchos casos están desafiando la cohesividad y la efectividad de los gobiernos nacionales, parece improbable que próximamente la nación-estado ceda su preeminente posición en el sistema internacional. Por lo tanto, este estudio pondrá

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especial atención a aquellos instrumentos que nos ayudan a comprender el comportamiento de la nación-estado en el sistema internacional. El concepto de la nación-estado proporciona un punto de partida provechoso. Como sustantivo compuesto implica que hay dos componentes esenciales en la nación-estado. Estado generalmente se define como un grupo de seres humanos que poseen un territorio y un gobierno. El estado representa los aspectos físicos y políticos de un país. Soberanía se refiere a la habilidad de un país para ejercer control superior sobre las personas y las políticas dentro de sus límites territoriales. Según su nivel de soberanía, el estado es libre de ejercer control propio sobre su pueblo sin la indebida interferencia de fuerzas externas, como la de otros estados. El concepto de soberanía también aplica a otro nivel, en el que se define el “derecho” de la nación-estado a defenderse o que justifica el empleo de sus instrumentos de poder para defender su existencia. La nación representa el aspecto humano del país, o el concepto de nacionalidad. Sugiere que las personas que viven en el estado comparten un sentido de particularidad como pueblo; esta particularidad se puede observar en su lenguaje, religión, etnicidad, o en el sentido más general y amorfo de que “somos un pueblo”. La nación-estado moderna tuvo sus orígenes en el siglo XVII. El tratado de Westfalia, firmado en 1648, puso oficialmente fin a la Guerra de Treinta Años en Europa. Generalmente a este sangriento conflicto se le considera el catalizador de la consolidación de los que hoy consideramos “países” de Europa. Por lo tanto, frecuentemente encontrará referencias al sistema de estados o naciones-estado de “Westfalia”. A pesar de que la nación-estado ya estaba en vías de formación antes y durante la Guerra de Treinta Años, los escritos históricos nos dieron una fecha de nacimiento de ese concepto - 1648. Las poderosas naciones-estado que surgieron de ese conflicto pudieron organizar y sufragar fuerzas militares numerosas, y pronto se dispersaron por el mundo como medio de organizar a los pueblos dentro de un territorio definido bajo un gobierno particular. En los primeros días de la nación-estado, el gobierno frecuentemente estaba encabezado por una monarquía integrada por un rey o una reina. Las Revoluciones Americana y Francesa a fines del siglo XVIII añadieron dos nuevas dimensiones al estado moderno. La primera fue el nacionalismo, como se evidenció especialmente en las Guerras Napoleónicas en que masas de individuos fueron movilizadas para combatir por el país. Las guerras dejaron de limitarse a un grupo pequeño de guerreros selectos. Naciones completas fueron movilizadas para combatir una contra otra. La segunda dimensión fue la soberanía popular, la idea de que las personas ya no eran simples objetos para ser gobernados, sino el origen verdadero del derecho de gobernar del gobierno. Entre otras cosas, esto llevó directamente a un aumento en la participación pública en casi todos los aspectos de los asuntos políticos y al surgimiento de una nueva forma de gobierno, la democracia. En los dos siglos siguientes, la democracia surgió y evolucionó en países tales como Estados Unidos y Gran Bretaña, mientras que las monarquías y el autoritarianismo continuaron dominando en muchos otros países. Las guerras de unificación nacional consolidaron más a las diferentes naciones-estado, y grandes encuentros entre estados poderosos caracterizaron ambos siglos, culminando en las dos guerras mundiales libradas en la primera mitad del siglo XX. Para fines de la II Guerra Mundial la nación-estado había sido el actor principal en los asuntos internacionales durante casi tres siglos, pero el siglo XX fue testigo del surgimiento de otros actores. Las diferencias en las naciones-estado son aparentes de inmediato. Las poblaciones fluctúan entre menos de 20,000 y más de mil millones. El área geográfica fluctúa entre los 368 acres de Mónaco y las 24 millas cuadradas de San Marino, y las 6,593,000 millas cuadradas de

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Rusia. Las disparidades en riqueza, habilidad industrial y poderío militar son igualmente enormes. Simultáneamente, todas las naciones-estado comparten características básicas muy importantes al evaluar acciones en el campo de la seguridad. Entre ellas:

• Territorio. El territorio físico puede ser el atributo más importante y básico de una nación-estado. Más allá de la simple necesidad de tierra que sirva de base económica, política y de poder militar, el atractivo emotivo de frases tales como "la madre tierra" indican cuán vital es el territorio para la identidad de una nación. Inclusive en los casos en que se ha aceptado la existencia de naciones sin territorio, ellas se identifican con una parcela específica de territorio aunque estuviesen incapacitadas para controlarla (por ejemplo: la nación judía antes de la creación de Israel y la nación de Palestina actualmente).

• Unidad Política. La segunda característica que comparten las naciones-estado es

cierto grado de unidad política. El origen de la nación-estado moderna fue resultado directo del creciente poder del gobierno central a costa de la nobleza feudal. La nación-estado individual puede experimentar períodos de guerra civil o de divisiones forzadas cuando se desafía la unidad política, pero si persiste la falta de unidad política, obviamente deja de tener sentido hablar de una sola nación. Un claro ejemplo es Corea, otrora una orgullosa nación unificada, hoy día dos naciones-estado con sistemas políticos opuestos. Las luchas en Armenia, Bosnia-Herzegovina, Rwanda y Liberia ilustran el impacto de la etnicidad y el "tribualismo" en la unidad política forzada.

• Soberanía. El corolario de la unidad política es el concepto de soberanía. En la

política internacional significa que ninguna autoridad es superior a la del gobierno nacional del estado. En la era moderna esto claramente no pareciera ser una idea radical. En los orígenes de las naciones-estado, sin embargo, persistía la creencia de que los gobernantes de las naciones europeas tenían alianzas políticas con grandes organizaciones como la Iglesia Católica o el Sagrado Imperio Romano. En el sistema moderno, la soberanía implica que los códigos de comportamiento, como la ley internacional, solamente obligan en el grado en que la nación está anuente a comprometerse.

• Unidad económica. Cierto grado de unidad económica (producción, movimiento de

bienes, y mercados internos) es, por lo general, una característica de la nación-estado. El crecimiento de la economía nacional depende de la estabilidad política interna, que, a su vez, depende de la vitalidad económica. Las naciones-estado establecen su unidad económica imprimiendo el dinero en circulación y estableciendo políticas fiscales y monetarias.

• Función en los Asuntos Internacionales. Ninguna nación-estado moderna está

totalmente aislada de los asuntos de otras naciones-estado, o es indiferente a ellos. La geografía, la historia, la cultura y el idioma hacen que las naciones interactúen. Las causas y las dinámicas de esta interacción son el centro de disciplinas político-científicas tales como las relaciones internacionales, los asuntos exteriores y los de seguridad nacional. El "papel" de la nación en la comunidad mundial es una función de sus propios propósitos e intereses y de sus atributos nacionales (por ejemplo, su ubicación y tamaño geográfico, el tamaño de su población, su cantidad y tipos de recursos naturales, su infraestructura y nivel tecnológico). Estos factores se combinan para producir el papel de la nación-estado: amigo o enemigo, líder o subalterno, observador neutral o intervencionista, productor o consumidor.

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Otros actores Claramente, la nación-estado no es el único actor en el sistema internacional contemporáneo. Organizaciones gubernamentales internacionales (IGO) como las Naciones Unidas, están creciendo en número e importancia. Organizaciones regionales, como la Unión Europea, en algunos casos están asumiendo funciones que tradicionalmente le correspondían a la nación-estado. Otras organizaciones funcionales, especialmente en las áreas del comercio y la economía, como la Asociación Norteamericana de Libre Comercio (NAFTA) y el Acuerdo General de Tarifas y Comercio (GATT) o el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (IMF), se deben tomar en consideración, con toda seguridad, en el análisis de las relaciones internacionales a fines del siglo XX. Igualmente, ha habido una explosión de organizaciones no gubernamentales (NGO), de grupos privados que desempeñan un importante papel en una variedad de aspectos de los asuntos internacionales; grupos como la Cruz Roja Internacional y Greenpeace vienen de inmediato a la memoria. Algunos de los IGO y NGO inclusive participan visiblemente en las operaciones militares, como lo hemos visto en Haití, Somalia y, por supuesto, en Bosnia. Y difícilmente pasa un día en que no veamos, leamos o escuchemos acerca de actos criminales perpetrados por terroristas, grupos criminales transnacionales organizados, o grupos étnicos o religiosos. A pesar de que todos estos actores pueden ser muy importantes en los asuntos internacionales, la mayor parte del efecto que ocasionan proviene de la forma en que se comportan como nación-estado. Por lo tanto, es en este actor principal - la nación-estado - que concentramos nuestra atención. INTERESES Y OBJETIVOS La mayoría de los analistas parten del concepto de que las naciones-estado tienen intereses básicos y fundamentales que son la razón de su comportamiento. Con frecuencia nos referimos a ellos como los intereses nacionales. Sin embargo, es asunto de considerable controversia establecer con exactitud qué son esos intereses y cómo se determinan. Lo que debemos reconocer aquí es que todos los estados tienen intereses vitales o esenciales y los que más rápidamente se ven y se acuerdan son los intereses básicos de supervivencia de la nación-estado - su territorio, su pueblo y su soberanía. Mientras que todos los países, grandes y poderosos, o pequeños y débiles - son afectados por fuerzas externas a sus propias fronteras, cierto nivel de soberanía es crítico para el concepto de los intereses nacionales. El país que es incapaz de ejercer un control efectivo de su territorio y sus habitantes, que no está relativamente libre de la intrusión de otras naciones-estado en sus asuntos internos, carece de este elemento crítico de la soberanía. Históricamente, los estados y sus habitantes han estado dispuestos a arriesgar mucho, inclusive muerte y destrucción, con el fin de proteger y promover sus derechos soberanos. Cada teorista y escritor político adopta su propia definición de intereses y de otros términos usados en este documento. Los teoristas también difieren en las amplias categorías de lo que constituyen los intereses de la nación. Sin embargo, los intereses nacionales genéricos más comunes son supervivencia y seguridad; integridad política y territorial; bienestar y estabilidad económica; y por último, estabilidad y orden mundial. • Supervivencia y seguridad. Por lo general, supervivencia se refiere a la existencia misma de

una nación-estado y seguridad se refiere a su protección contra la amenaza de violencia o la influencia externa negativa. Sin embargo, algunos escritores usan estos términos indistintamente, mientras que otros consideran que supervivencia es el significado básico de seguridad. A pesar de esto, estos dos términos representan los intereses nacionales más básicos y necesarios.

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• Integridad Política y Territorial. La salvaguardia y la integridad del territorio geográfico y el

sistema político están estrechamente vinculados con la supervivencia de una nación-estado. La diferencia es que una nación-estado puede continuar existiendo como pueblo y cultura a pesar de tener disputas fronterizas con sus vecinos, o su poderoso vecino puede influir negativamente en los asuntos internos de la nación menos poderosa. Todas las naciones-estado atesoran su independencia política. El proceso político de una nación-estado es un reflejo de la cultura, historia, orden doméstico y, en algunos casos, religión de esa nación. En el sistema internacional moderno, con potencias regionales dominantes y potencialmente dominantes, los intereses vitales son particularmente importantes para los estados más pequeños. Durante la Guerra Fría, la mayoría de las naciones del Tercer Mundo consideraban que evitar el dominio de una superpotencia era un elemento de su seguridad nacional. Esa fue la inspiración original para la creación del movimiento no alineado en la década de los 50. Más recientemente, algunas naciones del Tercer Mundo han reconocido que una potencia regional agresiva representa una amenaza mayor contra su independencia política que una superpotencia. Mantener y preservar el territorio nacional es otro interés vital de la mayoría de las naciones. Históricamente, las fronteras entre estados cambiaban frecuentemente a medida que los ganadores y los perdedores intercambiaban territorio después de libradas las guerras y las luchas por el poder. Por ejemplo, poseer el territorio de Saarland y Alsace-Lorraine fue un interés territorial vital pero no un interés de supervivencia para Francia y Alemania durante el siglo XIX y comienzos del XX. Generalmente, la integridad territorial de una nación-estado hoy en día se acepta como una norma básica de la política mundial, pero los desacuerdos fronterizos continúan siendo motivo de guerras y conflictos internacionales. Muchos conflictos fronterizos ocurren en África y Asia, en donde las características geográficas claras no indican división entre las naciones y en donde las fronteras políticas existentes fueron establecidas por colonizadores europeos sin considerar las realidades étnicas y tribuales. A pesar del apoyo por la inviolabilidad de las fronteras existentes en la mayoría de los estados africanos, movimientos separatistas han desafiado la integridad territorial de Etiopía (Eritrea), Nigeria (Biafra), Sudan (SPLA) y Zaire (Katange y Shaba). El separatismo en Asia es un problema para China (Tibetanos), India (Shikhs), Irán e Iraq (Kurdos), Pakistán (Beluchis), y Sri Lanka (Tamiles). Reclamos de posesión territorial han ocasionado conflicto entre Chad y Libia (estrecho de Aozou), China y la antigua Unión Soviética (Río Ussuri), India y China (Aksai Chin y Arunachal Pradesh), India y Pakistán (Kashmir), Irán e Iraq (Shatt-al-Arab y Khuzistán), y entre Somalia y Etiopía (Ogaden). Las naciones con suficiente poder (combinación de poder económico, diplomático y militar) para estar libres de amenazas inminentes contra su supervivencia, integridad territorial e independencia política por lo general definen sus intereses de seguridad nacional como el mantenimiento de sus valores y su forma de vida. Esta es la definición más común de seguridad en el mundo moderno. La concepción de Estados Unidos de seguridad nacional recalca considerablemente la creación de un mundo en donde puedan prosperar valores básicos como la democracia y la libre empresa.

• Bienestar y Estabilidad Económica. En un nivel muy básico, todos necesitamos alimentos,

ropa y abrigo. Ninguna nación puede sobrevivir por mucho tiempo si no provee un ambiente doméstico en el que sus ciudadanos puedan satisfacer esas necesidades. En un nivel más elevado, las personas desean comodidad, atención médica, recreación y transporte. El orden económico interno es vital para que los ciudadanos puedan comprar y vender bienes y servicios. Sistemas bancarios viables, redes de transporte eficientes, mercados accesibles y centros agrícolas e industriales productivos apoyan la economía nacional. Algunas políticas gubernamentales, como sistemas tributarios, bienestar social, control salarial, control de precios y protección al consumidor afectan la vitalidad económica de una nación, pero ninguna nación es autosuficiente. Todas deben negociar con muchas otras naciones-estado la compra

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de materias primas, bienes acabados, y servicios sociales. Los mercados internos y el comercio exterior de una nación están inseparablemente entrelazados. El comercio de exportación e importación afecta la empleomanía y el estilo de vida de las personas. Las ratas de cambio, la inflación, las tarifas y los intereses afectan la estabilidad del mercado mundial. La rápida fluctuación de esas ratas motiva el caos. La oferta y la demanda de materias primas y servicios generales inusuales también producen fluctuación en los mercados mundiales, que también afectan los mercados internos. El caos en la economía mundial puede motivar el caos en la economía interna que a su vez, puede ocasionar disturbios políticos que, a su vez, pueden poner en peligro la supervivencia, la integridad política y la integridad territorial de una nación. Por lo tanto, cada nación tiene interés vital en promover y proteger la estabilidad de la comunidad comercial internacional. Se podría afirmar que la mayoría de las guerras- con seguridad la gran mayoría de las guerras coloniales -provienen de conflictos sobre rutas comerciales, acceso a materias primas y protección de mercados. Desde la década de 1890 hasta mediados de los años 30, Estados Unidos implementó las políticas de "Puertas Abiertas", "Diplomacia del Dólar", y "Buen Vecino" para articular sus intereses en los mercados y recursos de América Latina y justificar su intervención en Latinoamérica y el Caribe.

• Estabilidad y Orden Mundial. Muy vinculado a la estabilidad económica se encuentra el

interés por la estabilidad y el orden mundial. Las naciones-estado deben interactuar en el sistema internacional para proteger y promover sus intereses más vitales e importantes. Patrones erráticos de comunicación y diálogo obstaculizan o desorganizan las relaciones internacionales productivas y de apoyo. Con el transcurso del tiempo, la mayoría de las naciones han aceptado varias reglas del juego que proveen la estructura de la interacción diplomática, económica y militar. Por ejemplo, cuando Iraq invadió a Kuwait y anunció su incorporación como 19ª provincia, la gran mayoría de naciones-estado consideró que su agresión era una violación a la soberanía. La comunidad mundial condenó la invasión porque violaba leyes internacionales aceptadas, amenazaba los mercados del petróleo mundiales (y por lo tanto la estabilidad económica), y potencialmente ponía en peligro la supervivencia y la seguridad de otras naciones del Golfo Pérsico. Debido a que la mayoría de las naciones industriales tiene interés vital en la estabilidad de los precios del petróleo y la seguridad regional del Golfo Pérsico, consideró la agresión de Iraq una amenaza a la estabilidad mundial. La tragedia en Bosnia-Herzegovina es otro ejemplo de cómo el resto de una región y el mundo tienen diferentes grados de interés en la estabilidad de las nuevas repúblicas. La caldera de las tensiones étnicas fácilmente se puede derramar sobre las naciones vecinas y las naciones distantes que sienten simpatía étnica. Si la inestabilidad no se puede contener o disolver, muchas naciones percibirán que son una amenaza contra sus intereses vitales. Es posible que alianzas tenues como la de Grecia y Turquía se puedan encontrar ellas mismas en algún tipo de conflicto debido a intereses opuestos. Estados Unidos y el resto de Europa tienen intereses diplomáticos y económicos vitales establecidos desde hace mucho entre los países aliados de la Organización del Atlántico Norte (OTAN). De esta forma, la creciente inestabilidad regional puede aumentar la inestabilidad mundial. Por lo tanto, uno de los intereses vitales de la mayoría de las naciones es el de promover y preservar la estabilidad y el orden mundial.

Estrechamente vinculados, aunque teóricamente subordinados a los intereses de la nación, se encuentran sus objetivos. Los objetivos nacionales son las actividades y los resultados a los que la nación debe aspirar para promover, proteger o alcanzar sus intereses. Los objetivos tienden a ser más tangibles que los intereses porque describen actividades y condiciones. Por ejemplo, si los intereses norteamericanos en el Oriente Medio son la supervivencia de Israel y el acceso al petróleo, los objetivos norteamericanos deben ser (a) mantener la paz y la estabilidad regional, (b) contener a los estados radicales como Irán, y (c) fortalecer a los aliados norteamericanos en la región.

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El ambiente de las relaciones internacionales y las intenciones y capacidades percibidas por las otras naciones configuran los objetivos nacionales. Las naciones pueden cambiar sus objetivos con mayor frecuencia y facilidad que sus intereses. Por ejemplo, después de la desaparición de la Unión Soviética, los intereses básicos de supervivencia y seguridad de Estados Unidos y de los países aliados de la OTAN no cambiaron, pero los objetivos cambiaron de represión a promoción de la democracia y de las economías orientadas hacia el mercado. Los objetivos nacionales son los “fines” o los resultados deseados de la estrategia de seguridad nacional.

NIVELES DE ANÁLISIS Uno de los sistemas más comunes para analizar las relaciones internacionales sugiere que esos factores se pueden organizar de acuerdo con los tres niveles de análisis. Frecuentemente asociado con el trabajo de Kenneth Waltz (El Hombre, los Estados, y la Guerra; Una Teoría de Relaciones Internacionales), los tres niveles son el sistema internacional, la nación-estado, y el individuo. Por años estos niveles se han discutido, refinado y expandido, pero en esencia, continúan siendo los mismos. El propósito del sistema es demostrar que nosotros podemos explicar el comportamiento de las naciones-estado en el sistema internacional analizando tres conjuntos de factores diferentes y generales. Como veremos, el primer nivel explica el comportamiento de la nación-estado principalmente sobre la base de factores externos al país, mientras que los otros dos niveles enfatizan los factores internos. El Nivel del Sistema Internacional El primer nivel (sistema internacional) sugiere que las naciones-estado se comportan como lo hacen debido a ciertas características fundamentales del sistema del cual todas ellas forman parte. La idea es simplemente que el sistema en sí ejerce un tipo de fuerza sobre los estados que los obliga a comportarse y reaccionar en ciertas formas predecibles. Las teorías como la del equilibrio del poder se basan en este tipo de análisis; por ejemplo, que si una sola nación aspira a dominar el sistema (una hegemonía), otros estados se unirán para hacerle frente al poder de ese solo estado. Quién tiene cuánto y qué clase de poder (diplomático, económico, informático y militar) en cualquier momento determinado son variables críticas. Esto lleva a un enfoque básico en la distribución de poder en el sistema internacional como una explicación clave del comportamiento del sistema y, por lo tanto, de la nación-estado. Las razones de esto se encuentran en las características del sistema internacional. Son relativamente pocas las características del sistema cuya identificación es importante para nosotros. Primero, el sistema es considerablemente anárquico. En otras palabras, no hay un cuerpo colectivo de toma de decisiones o una autoridad suprema que administre el conflicto entre los estados que compiten dentro del sistema. Los estados compiten entre sí y “administran” sus conflictos mediante el uso del poder. Segundo, esto significa que el sistema depende básicamente en autoayuda de los estados individuales, por lo tanto, los estados se interesan en desarrollar un poder relativo al de otros estados en el sistema. Entre más poder se tenga, mayor es la capacidad de ese estado de alcanzar sus metas y objetivos; entre menos poder se tenga, más sujeto estará ese estado a los caprichos de los otros estados. Estas dos características significan que cada estado tiene una meta básica de supervivencia y debe ser guardián de su propia seguridad e independencia. Ningún otro actor en el sistema cuidará por el estado, una función realizada para el individuo por el gobierno en la mayoría de los sistemas políticos domésticos. (Así, por ejemplo, si otro individuo le hace un agravio, usted dispone de un sistema legal para corregir ese mal.)

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Para ilustrar cómo se usa el nivel del sistema para explicar el comportamiento de la nación-estado, como con las causas de la guerra, usemos el ejemplo de la II Guerra Mundial. Según este enfoque, la Alemania de Hitler fue un clásico actor hegemónico. Su objetivo era amasar el poder (diplomático, militar, informático y económico) con el fin de dominar el continente Europeo y quizá, el Asiático, y eventualmente el mundo. Vio en la debilidad de otros estados (Gran Bretaña, Francia, Rusia y Estados Unidos) la oportunidad para hacer su jugada de dominio mundial. Sin embargo, la “inevitabilidad” de las influencias del sistema frustraron las aspiraciones alemanas. Por todos los estados que Alemania trató de dominar, otros estados en el sistema eventualmente se unieron y “equilibraron poder con poder”. Así es que la improbable alianza (improbable en el sentido de que no eran aliados naturales) entre esos cuatro contra Alemania, Italia y Japón se considera un caso casi automático, que produjo la necesidad de equilibrar el poder - mientras Alemania trató de dominar, otros estados en el sistema buscaron naturalmente equilibrarlo. A pesar de las funciones desempeñadas por individuos como Hitler, Churchill, Stalin y Roosevelt (un tema que cubriremos dentro de un momento), la decisión hecha por esos países fue parte de un patrón más amplio de comportamiento determinado por el sistema. El choque titánico de la II Guerra Mundial tuvo que suceder al tratar Alemania de dominar el sistema; las dinámicas naturales del sistema se encargaron de hacerlo. Como puede extraerse de la discusión en curso, el poder es esencial para comprender este nivel de análisis. Discutiremos el poder, detalladamente, más adelante en este estudio. El Nivel de Nación-Estado El segundo nivel de análisis comúnmente se conoce como el nivel de nación-estado, aunque recientemente se está usando el término de nivel de actor. Este último uso refleja el hecho de que en las relaciones internacionales contemporáneas existe un creciente número de actores en el sistema internacional que no son naciones-estado, tal como lo discutimos anteriormente. Aunque nos concentramos aquí principalmente en la nación-estado, debemos recordar que los actores que no son estado desempeñan una función cada vez más importante. Este segundo nivel de análisis sostiene que debido a que los estados son los actores principales, es el carácter interno de esos estados lo que pesa más al determinar los patrones generales de comportamiento. Debido a que los estados son entidades soberanas, actúan relativamente independientes; debido a son parte del mismo sistema, la interacción de esas decisiones independientes es lo que lleva a la guerra o la paz, al conflicto o la cooperación. Uno de los enfoques más comunes del nivel de nación-estado enfatiza la naturaleza del sistema político como un factor determinante e importante del comportamiento del estado. Por lo tanto, por ejemplo, la premisa es que las democracias se comportan diferente a los regímenes políticos totalitarios. Esa es precisamente la idea que sirve de fundamento a la “Teoría de la Paz Democrática”, como componente central de la estrategia de seguridad nacional actual de Estados Unidos (discutida en la Lección 4). Si las democracias no van a la guerra con otras democracias (eso sostiene el argumento de “paz democrática”), entonces es natural que Estados Unidos desee promover más democracias en el mundo como una forma de aumentar la paz y la estabilidad en el sistema. El segundo nivel también se puede usar para explicar las causas de la II Guerra Mundial. En este caso, lo que es importante no son las influencias sistémicas del equilibrio de poder, sino el carácter específico de los actores principales. Los regímenes totalitarios en Alemania, Japón e Italia fueron forzados a adoptar políticas extranjeras agresivas con el fin de tranquilizar a las personas oprimidas que vivían bajo su régimen. Si los líderes no creaban enemigos externos contra quienes el pueblo debía combatir, el pueblo pronto se concentraría en la opresión de sus regímenes y eventualmente se revelaría. Los regímenes democráticos de Gran Bretaña y Estados

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Unidos igualmente fueron forzados a oponerse a los deseos expansionistas de los regímenes totalitarios porque eso es lo que hacen las democracias - luchan en contra de los males del totalitarismo y a favor del bien de la libertad. Así es que en vista de esto, la II Guerra Mundial se libró para proteger a las democracias del mundo amantes de la libertad, no simplemente para equilibrar el poder contra los deseos expansionistas de una hegemonía potencial. La alianza con Rusia fue un “mal necesario” que se debió llevar a cabo en un corto plazo para lograr la derrota del agresor inmediato. El Nivel Individual Por último, el tercer nivel de análisis recalca la función desempeñada por los individuos. Recientemente a este nivel se le está llamando el nivel de toma de decisiones, que tiende a señalar factores más generales que las idiosincrasias de los individuos y el hecho de que las decisiones relativas a la guerra y la paz, y al conflicto y la cooperación las toman individuos, organizaciones e instituciones dentro de una sociedad (este nivel se discutirá en la Lección 3). Pero el énfasis principal continúa siendo el mismo: que son personas reales quienes toman las decisiones que determinan el patrón de comportamiento entre los estados en el sistema internacional. Este nivel de análisis se encuentra frecuentemente en las explicaciones históricas del “Gran Hombre” o en los análisis filosóficos de la naturaleza humana. El primero enfatiza la función crítica desempeñada por ciertas personas que estuvieron en el lugar apropiado en el momento apropiado para ejercer una influencia fundamental en los eventos que estaban llevándose a cabo. La última tiende a sostener, como lo hizo Hobbes y otros antes que él, que hay una tendencia básica y agresiva en la naturaleza humana, y que esa tendencia saldrá a flote una y otra vez no importa cuánto la queramos suprimir. La guerra sucede porque las personas son característicamente agresivas, y por lo tanto la guerra, no la paz, es el estado natural de las cosas entre grupos de personas que interactúan en el sistema internacional como naciones-estado. Esta es la idea básica sobre la naturaleza humana que tienen la mayoría de los analistas que se consideran realistas. Alternativamente, pero desde el mismo enfoque sobre la naturaleza humana, se puede partir de la suposición de que la naturaleza humana es característicamente amante de la paz y perfectible, y que, por lo tanto, la paz es el estado natural de las cosas, y el punto de partida anormal de la misma suposición es la guerra y el conflicto. Esta es la idea básica de la naturaleza humana que tienen la mayoría de los analistas que se consideran idealistas. (Regresaremos a estos dos puntos de vista en la sección final de este estudio.) Este nivel también enfoca nuestra atención en las percepciones de los actores claves (cómo ellos perciben el mundo, cómo perciben las motivaciones y metas de otros actores en el sistema, etc.). Además recalca los tipos de decisiones que se están tomando (diferentes políticas generan diferentes tipos de decisiones) y los procesos con los cuales se toman (si la opinión pública desempeña una función, si el proceso es abierto o cerrado, etc.). Si usted desea saber por qué una nación-estado se comporta como lo hace, necesita formular preguntas como: ¿Quiénes son las personas más importantes encargadas de tomar decisiones, cuáles son sus motivaciones y percepciones y qué es lo que están tratando de alcanzar? ¿Cuál es el tipo de decisión que se está tomando? ¿Qué tipo de proceso se requiere para alcanzar una decisión? El análisis que emplea el enfoque del tercer nivel ofrece una explicación bastante directa de las causas de la II Guerra Mundial. Hitler, la encarnación del demonio que existe en la naturaleza humana, decidió buscar el dominio mundial y arrastrar al pueblo alemán (afligido por las mismas flaquezas humanas que nos afectan a todos) hacia su plan. Churchill y Roosevelt, raros ejemplos

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del bien prevaleciendo sobre el mal, lo consideraron un llamamiento para reagrupar sus pueblos democráticos y amantes de la libertad, en pro de la erradicación del demonio en el sistema. Según este nivel de análisis, no había nada inevitable respecto a las causas o los resultados de la guerra. Si Hitler no hubiera aparecido, ningún vacío de poder habría arrastrado a Alemania hacia la dominación. Si Churchill y Roosevel no hubieran sido los líderes de sus países, ninguna necesidad de equilibrio de poder o de oposición al mal habría asegurado la existencia de un conjunto de enemigos que al final prevaleciera sobre la Alemania de Hitler. El hecho de que tuvimos estos individuos particulares en el escenario en ese momento particular es lo que explica las causas y los resultados de esa II Guerra Mundial. Se han desarrollado modelos y teorías elegantes usando estos niveles de análisis, y la mayoría se ha concentrado en el nivel de la nación-estado y el sistema (las teorías elegantes de comportamiento individual idiosincrásico son difíciles de obtener, pero los enfoques sicológicos se aproximan más). La meta es tratar de distinguir las fuerzas precisas que hacen que las naciones se comporten en determinadas formas. Sin embargo, para los analistas estratégicos, las teorías elegantes son menos importantes que las evaluaciones precisas de las condiciones actuales y las predicciones de los probables cursos de acción futuros. Como consecuencia, emplearemos los tres niveles en nuestro intento de comprender la guerra, la política nacional y la estrategia. Podrá ver en donde las teorías extraídas principalmente del primer nivel (como el equilibrio de poder) interactúan con las variables extraídas de los otros dos niveles (como la naturaleza del régimen y las características de los líderes actuales) para producir una evaluación estratégica y recomendaciones derivadas de la política. Finalmente nuestra meta es explicar por qué las naciones-estado podrían buscar con afán ciertos cursos de acción, y qué debemos hacer para contrarrestar estas acciones que son un detrimento para nuestros intereses o fomentar las acciones que consideramos favorables. Para hacerlo debemos estar familiarizados con los tres niveles y con los factores extraídos de cada uno que nos pueden ayudar a realizar una mejor evaluación estratégica. En la mayoría de los casos, eso requerirá comprender algunos factores generales del sistema, las características de los actores en el sistema y los atributos de cada líder individual.

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PODER La primera parte de este estudio se concentra en la nación-estado y en el sistema internacional. La sección siguiente examina el concepto de poder nacional - el instrumento que usan las naciones-estado para influenciar el comportamiento de otras naciones-estado dentro del sistema internacional actual. Al igual que con otros términos estratégicos, poder adolece de una definición excesiva. Cada escritor o teorista tiene una definición. Afortunadamente, dos temas parecen ser consistentes en la mayoría de las definiciones: control e influencia. A continuación aparecen tres ejemplos: John Spanier, en Games Nations Play (Juegos de las Naciones), define poder como la “capacidad de influenciar el comportamiento de otros estados de acuerdo con los objetivos nuestros”. Hans Morganthau afirmó, “Cuando hablamos de poder, nos referimos al control del hombre sobre las mentes y acciones de otros hombres”. Jeffrey Jart definió poder como “control sobre los recursos, control sobre los actores, y control sobre los resultados”. La premisa fundamental en los ejemplos anteriores y en otras definiciones es que la nación-estado que carezca de poder no puede esperar que otros estados respondan o accedan a las demandas de ella. Las definiciones citadas no recalcan o cuantifican instrumentos de poder tangibles. Sin embargo, generar y ejercer poder se relaciona con las dinámicas sicologicas de una nación-estado: líderes y población. Poder es lo que las personas perciben que es, y las medidas y los instrumentos tangibles e intangibles de poder afectan las decisiones de la nación-estado. Distinguir entre poder percibido o poder subjetivo y poder real o poder objetivo es el arte de gobernar. Por el contrario, la estrategia es discriminar si el poder percibido o el poder actual es operativo en determinada situación, crisis o conflicto. Hace unos años el borrador de un manual de doctrina conjunta hizo una importante contribución a la literatura sobre poder. Mientras algunos textos de relaciones internacionales hablan sobre elementos de poder - geografía, fuerzas militares, economía, política, aspecto sico-social, que en algunos casos le han dado a una nación su fuerza o solidez (o la han apartado de ella) - otros se pueden usar para moldear una estrategia. El borrador del manual dividía los elementos de poder en dos categorías: fuentes de poder, por ejemplo, aquellos elementos en los cuales la nación basa su poder: y los instrumentos de poder, por ejemplo, aquellos elementos con los que la nación moldea su estrategia. Aunque esta categorización todavía existe en algunos manuales de doctrina conjunta, el borrador del manual que definía y detallaba esta nueva conceptualización jamás se publicó. Sin embargo, la distinción entre fuentes e instrumentos de poder es muy útil y nosotros la usaremos. FUENTES DE PODER El poder no proviene de pozos etéreos. La nación-estado debe haber sido bendecida (o quizá maldita) con algún potencial (o desventaja) de poder y debe transformar sus recursos físicos en instrumentos prácticos. Los recursos de poder no se pueden emplear directamente ya que sólo proveen las condiciones para generar y emplear los instrumentos de poder. El material del curso de Comando y Estado Mayor se refiere a las cinco fuentes de poder: geografía, población, economía, querer nacional y dirección nacional. • Geografía. La posición, el tamaño, el clima, la topografía y la generosidad de la tierra son

tributos de la naturaleza. Estos factores determinan las condiciones y los recursos brutos para generar el poder de una nación. La ubicación, el tamaño, el clima y la topografía pueden ser buenos o malos; pueden dar acceso o pueden aislar, dar seguridad o vulnerabilidad, munificencia o inanición. La productividad de la tierra, la densidad de los bosques, la capacidad de navegación de los ríos y la abundancia de minerales proveen potencial bruto

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para el desarrollo de la población. Estados Unidos no podría ser y no sería la superpotencia que es hoy día si no fuera por su posición geográfica y sus fértiles praderas.

• Población. La nación-estado más populosa tiene mayores ventajas en recursos humanos que

una de menor densidad demográfica. Sin embargo, la población es algo más que números absolutos. La estructura social, los niveles educativos y las normas culturales contribuyen a la capacidad y la voluntad de la población de apoyar a su nación-estado.

• Economía. La economía nacional es la conglomeración de sus industrias, recursos naturales,

sistemas monetarios y fiscales, mano de obra disponible, mercados, infraestructura del transporte e interacción con sus socios comerciales. La economía le provee al gobierno y a los ciudadanos particulares la capacidad para transformar la materia bruta en productos terminados de entrega al consumidor. La economía además genera un nivel de riquezas. La recopilación de la riqueza nacional, los recursos materiales y el potencial humano capacitado le permite a la nación actuar dentro del sistema internacional. La medida de su capacidad para actuar afecta la función de la nación-estado en el sistema internacional.

• Voluntad Nacional. La voluntad nacional es un recurso poderoso e intangible de poder

nacional. Los políticos apelan a ella y tratan de configurarla. Los encuestadores tratan de medirla. Los científicos políticos tratan de analizar su dinámica. La voluntad nacional es la suma total de la predisposición de los ciudadanos para apoyar las políticas y programas nacionales y, cuando sea necesario, sacrificarse en su favor. La voluntad nacional es una función de la cultura, la historia, el sistema de gobierno y la organización social. La cultura y la historia configuran y sostienen el propósito y los valores nacionales. El sistema gubernamental promueve la expresión y la participación de su pueblo o puede suprimir y manipular totalmente sus ideas y valores. La organización de la sociedad, que incluye las clases económicas, los orígenes étnicos y religiosos, y los gobiernos locales, afecta la forma en que las personas perciben sus propios valores y su participación en el gobierno. La voluntad nacional no es una pieza fija. Puede cambiar de asunto en asunto y de conflicto en conflicto. Puede ser impredecible e inconstante, pero siempre es poderosa.

• Dirección Nacional. La dirección nacional está estrechamente vinculada a la voluntad

nacional. Si el pueblo es el centro de la voluntad nacional, el centro de la dirección nacional es el gobierno. El liderazgo nacional debe dar la idea de cómo la nación visualiza cumplir con su propósito. En el lenguaje militar esto significa unidad de esfuerzo. La dirección nacional unifica las acciones de la voluntad nacional, las organizaciones y las burocracias gubernamentales. Le da significado, propósito y sostenimiento a sus políticas, obligaciones y programas. Si la dirección nacional no se ajusta a los valores y a la cultura nacional, puede ser un factor contraproductivo para la voluntad nacional, y el estado podría navegar sin rumbo en el océano de las relaciones internacionales. Al igual que la voluntad nacional, la dirección nacional es también poderosa e intangible.

INSTRUMENTOS DE PODER Durante todo el Curso de Comando y Estado Mayor nos referimos a los cuatro instrumentos de poder: militar, económico, diplomático e informático. Al igual que con todos los términos de poder nacional, diferentes escritores usan diferentes palabras para expresar ideas similares. En el análisis final, sin embargo, se puede emplear instrumentos de poder. Ellos representan recursos tangibles que se pueden moldear, manipular, alterar y balancear intencionalmente. Cuando los escritores y los políticos hablan sobre si una nación tiene el poder

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para actuar, generalmente se refieren a que si puede procesar un instrumento de poder y estar anuente a usarlo. • Instrumento de Poder Diplomático. Para participar en el sistema internacional, las naciones

se deben comunicar unas con otras. Cada nación tiene un cuerpo diplomático que promueve y protege sus propósitos e intereses en otras naciones. La diplomacia es el arte de entablar comunicaciones y relaciones en el ambiente mundial. Las ideas, el prestigio y el compromiso de una nación, son su moneda circulante en el ámbito diplomático. La nación responde a los comunicados y pronunciamientos públicos formales e informales de sus amigos y competidores. El volumen, la claridad y la consistencia de las comunicaciones diplomáticas de una nación transmiten intenciones que pueden o no ser bien intencionadas. Los instrumentos del poder diplomático incluyen negociaciones, reconocimientos, tratados y alianzas.

- Las negociaciones son el instrumento diplomático más frecuentemente usado. Las

negociaciones sirven para solucionar conflictos entre naciones-estado o con otros actores. Las negociaciones que llevaron a la firma de los Acuerdos de Dayton son un ejemplo de cómo se usaron varios instrumentos de negociación. Se nombró un enviado especial quien trabajó para crear la Federación Bosnia-Croacia. Esto facilitó la subsiguiente negociación ya que solamente se debían tomar en consideración dos partes en lugar de tres. Un asesor militar especial del Secretario de Estado también facilitó las negociaciones, haciendo que existieran mejores relaciones de trabajo entre los croatas y los musulmanes de Bosnia. Estos esfuerzos prepararon el camino para la diplomacia de intercambio del enviado especial, quien llevó a los representantes de las diferentes partes del conflicto a la mesa de conferencias en donde, bajo la presidencia compartida entre Richard Holbrook y Carl Bildt, las partes eventualmente convinieron en el acuerdo de Dayton.

- Reconocimiento es el instrumento usado por el Presidente para mostrar apoyo por un

nuevo gobierno o expresar su disgusto con un adversario. Woodrow Wilson fue el primer presidente en usar esta herramienta al rehusar reconocer a la Unión Soviética como sucesora del Imperio Ruso. Franklin Roosevelt envió una fuerte señal a la Unión Soviética en 1933, cuando otorgó su reconocimiento. Una variante menor del reconocimiento es la ruptura de las relaciones diplomáticas establecidas, la cual se ha usado en varias ocasiones.

- Tratados (y acuerdos ejecutivos igualmente obligatorios) son el resultado usual de

negociaciones importantes. Aunque hay tratados de gran renombre, como el Tratado del Canal de Panamá y el tratado sobre la Ley del Mar que han sido objeto de gran publicidad, la mayoría tratan sobre aspectos más mundanos, como la extradición y el comercio.

- Alianzas. Las usan las naciones con intereses similares para aumentar su poder y

presentar un frente diplomático común en las negociaciones y si es necesario, reunir su poder militar.

• Instrumento de Poder Informático. El poder de las ideas y de la información no se puede

subestimar. Sin embargo, ninguna agencia del gobierno es responsable de generar información o de aplicar el instrumento informático de poder en beneficio de los objetivos nacionales. El Departamento de Estado llama a este instrumento diplomacia pública y el Ministerio de Defensa lo llama operaciones sicológicas. Las organizaciones que emplean los instrumentos de poder militares, económicos y diplomáticos dedican gran parte de su tiempo,

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esfuerzos y recursos a adquirir y usar la información. Se interesan en los aspectos técnicos de los sistemas de información disponibles a las naciones individuales y en los mensajes que están siendo transmitidos a través de esos sistemas. Expresar clara y honestamente la intención y los motivos puede generar buena voluntad y apoyo público interna y externamente. La inteligencia compartida sobre un enemigo o competidor común puede configurar alianzas y coaliciones. La diplomacia no puede ocurrir sin el poder de las ideas y la información. El poder de los programas de asuntos civiles y guerra sicológica favorece las operaciones militares. La información y los foros en los cuales se expresan son esenciales para tener éxito en el sistema internacional. El uso del instrumento de poder informático para atacar en la guerra informática, en todas sus formas, se está convirtiendo en un aspecto cada vez más importante de la política de seguridad nacional en todo el mundo. Entre los medios de este instrumento se encuentran: declaraciones públicas, personal de la embajada y de grupos representativos del gobierno ante ese país, prensa electrónica y transmitida, visitas de alto nivel y promoción de la democracia.

- Las declaraciones públicas de cualquier persona en nuestro gobierno pueden afectar

los auditorios globales. Los pronunciamientos del Ministerio de Comercio o del Tesoro Nacional son dos ejemplos muy obvios. Sin embargo, los dos más importantes son el Departamento de Estado y el Ministerio de Defensa. Cada día laboral al medio día, un vocero del ministerio se dirige a la prensa de Washington respecto a una amplia gama de asuntos que podrían atraer la atención de la prensa. Aunque principalmente se diseñó para auditorios internos, estas presentaciones las siguen de cerca públicos bien informados alrededor del mundo. Estas presentaciones no son el único foro que emplean los voceros gubernamentales. Otros son los programas de comentarios, entrevistas exclusivas y discursos en actividades importantes.

- Las embajadas norteamericanas y el personal de operaciones son el “punto de lanza”

para explicar las políticas y las acciones de EE.UU. alrededor del mundo. Aunque nuestro personal en el exterior no puede contradecir la política decidida en Washington, en algún momento debe explicar una política que afecte al país en el que prestan servicio. Es una tarea importante dar el giro más positivo para los auditorios extranjeros. Para ayudar al personal de la embajada en esta tarea, se encuentra el personal local del Servicio de Información de Estados Unidos (USIS). El personal de USIS puede organizar orientaciones de los antecedentes, hechas por expertos en la embajada, y presentaciones, hechas por el embajador y su asistente.

- Las transmisiones comerciales de organizaciones como CNN se pueden ver en el

exterior. Sin embargo, ni CNN ni sus rivales son voceros oficiales del gobierno de EE.UU. Para complementar la prensa electrónica comercial, el gobierno de EE.UU. tiene su propio servicio de transmisión, la Voz de América (VOA). VOA fue complementada durante la Guerra Fría por Radio Europa Libre/Radio Libertad. Hoy Radio y Televisión Martí realiza las mismas funciones para Cuba. También sufragadas por el gobierno, estas estaciones transmiten solamente noticias sobre los países objetivo. USIA opera la “Worldnet” (Red Mundial), un servicio de televisión en directo 24 horas al día desde Washington para 300 embajadas y centros de información de USIS alrededor del mundo, así como también para grupos extranjeros interesados. Además, la red en la computadora es una fuente creciente de información sobre Estados Unidos y las políticas de EE.UU. Hay más de mil sitios del gobierno de EE.UU. en esa red.

- Las visitas a ultramar de altos dignatarios atraen una gran cobertura de prensa hacia el

lugar que visiten esos funcionarios. Además de las entrevistas y conferencias de

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prensa regulares, actividades especiales como el Vice Presidente Dan Quayle lanzando aros con estudiantes japoneses o la habilidad del Presidente Bill Clinton con una pelota de fútbol pueden proporcionar imágenes prolongadas que podrían cambiar la percepción del público extranjero acerca de las políticas de EE.UU.

- Durante la Guerra Fría, Estados Unidos fue particularmente efectivo en contrarrestar la

ideología comunista confiando en la atracción de las creencias democráticas tradicionales. El Presidente Reagan creó la Fundación Nacional para la Democracia (NED), una organización bipartita sin ánimo de lucro para ayudar a grupos con principios democráticos en el extranjero a desarrollar organizaciones efectivas y llevar a cabo actividades educativas. Aunque NED es una organización privada, el presupuesto de USIA sufraga parcialmente sus gastos. Inclusive las fuerzas militares tienen un programa para la promoción de la democracia. El programa de Educación y Adiestramiento Militar Internacional (IMET) se ha usado para enseñar a las fuerzas militares extranjeras la función de las fuerzas militares en un país democrático. El gobierno de EE.UU. en algunos casos también trabaja con determinadas organizaciones voluntarias privadas para promover la democracia.

• Instrumento de Poder Militar. La fuerza armada de una nación puede ser su instrumento de

poder más grandioso, costoso y efectivo. El poder militar de una nación es la recopilación de sus armas y equipo, potencial humano capacitado, organizaciones, doctrinas, base industrial y capacidad de sostenimiento. Los oficiales militares deben interesarse cabalmente en el poder militar y empeñarse en generarlo y sostenerlo. No ocuparemos más espacio en la discusión de este instrumento porque será el centro de nuestras discusiones en todo este curso.

• Instrumento de Poder Económico. Todas las naciones tienen socios comerciales; ninguna

nación es autosuficiente, y la fuerza y la vitalidad económica de una nación provee capacidad para influir en el comportamiento de la política exterior de otras naciones. Los minerales, productos y servicios que posee una nación o la necesidad que tiene de ellos determinan su función en el mercado económico mundial. Las naciones-estado emplean esos instrumentos para proteger sus propias industrias y mercados, mejorar la calidad de vida de su pueblo, estabilizar la economía y el gobierno de sus amigos y aliados, y disuadir las accciones desestabilizadoras y hostiles de otras naciones-estado. El instrumento económico toma dos formas: incentivos y desincentivos (“recompensa y castigo”).

- Los desincentivos incluyen instrumentos tales como barreras comerciales (tarifas,

cuotas y prohibiciones), embargos, sanciones y cambios en la política financiera que afectan adversamente al país objetivo.

- Los incentivos incluyen medidas tales como préstamos y garantías de préstamo,

transferencias tecnológicas, ayuda al exterior, subsidios y políticas monetarias favorables (tarifas de cambio y moneda corriente convertible, para el país objetivo).

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ESTRATEGIA DE SEGURIDAD NACIONAL Y ESTRATEGIA MILITAR NACIONAL

Los intereses y objetivos de la nación se combinan con el uso integrado de instrumentos de poder para formar la estrategia de seguridad nacional de una nación. Estados Unidos debe, por ley, producir un documento que exprese su estrategia de seguridad nacional; este documento se llama “El Informe de la Estrategia de Seguridad Nacional”. El requerimiento anual de producir este documento oficial se creó como parte de la Ley Goldwater-Nichols de 1986, para la Reorganización de la Defensa. El primer Informe de la Estrategia de Seguridad Nacional fue emitido por el Presidente Ronald Reagan en enero de 1987. Después de haberse diseñado la estrategia de seguridad nacional, el gobierno, en teoría, debe diseñar una estrategia para cada instrumento de poder. Similar al Informe de la Estrategia de Seguridad Nacional, la versión pública de la Estrategia Militar Nacional, a la que ya nos hemos acostumbrado, también se considera en parte un producto de las reformas Goldwater-Nichols. En consideración a su responsabilidad de “ayudar al Presidente y al Ministro de Defensa a proporcionar una dirección estratégica para las Fuerzas Armadas”, el Presidente del Estado Mayor Conjunto Colin Powell emitió la primera versión no clasificada de la Estrategias Militar Nacional en 1992. Estudiaremos las versiones vigentes de estos dos documentos. Es importante recordar que estos documentos, que se producen para consumo público, no contienen una descripción completa de nuestras estrategias nacionales de seguridad y militar. Sin embargo, además de ser documentos o productos oficiales, también podemos considerar que la estrategia es un proceso. Este es un enfoque que frecuentemente adoptaremos en este curso mientras examinemos la estrategia de seguridad nacional y la estrategia militar nacional. Las definiciones doctrinales aparecen seguidamente: • Estrategia de Seguridad Nacional. La Publicación Conjunta 1-02, Diccionario del Ministerio

de Defensa de Términos Militares, define estrategia de seguridad nacional como “el arte y la ciencia de desarrollar, aplicar y coordinar los instrumentos de poder (diplomático, económico, militar e informático) para alcanzar objetivos que contribuyen a la seguridad nacional”.

• Estrategia Militar Nacional. Usando un lenguaje similar, la Publicación Conjunta 1-02 define

estrategia militar nacional como “el arte y la ciencia de distribuir y aplicar el poder militar para alcanzar los objetivos nacionales, en tiempo de paz y de guerra”.

Es importante recordar que la estrategia es un proceso, que incluye el arte y la ciencia, y a la vez es un producto. Otras lecturas en este curso tratan sobre cómo nosotros empezamos a hacer, en realidad, el proceso de desarrollo de la estrategia y cómo nosotros probamos y evaluamos los productos generados por ese proceso en sí.

TENDENCIAS Y FUERZAS INTERNACIONALES Los siguientes conceptos se usan para ayudarnos a analizar el ambiente estratégico internacional. El ambiente internacional está cambiando continuamente, más rápido de lo que el análisis y el debate internacional pueden desarrollar e implementar sus respuestas. Una forma de analizar el ambiente es tratando de definir las fuerzas y las tendencias que intervienen en él. La variedad y la cantidad de fuerzas y tendencias que influyen en la comunidad internacional en 1994 son quizá mayores que en cualquier otro período en la historia. Actualmente las naciones no

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pueden emplear sus instrumentos de poder sin tomar en consideración las fuerzas y las tendencias mundiales. Ellas se definen como: • Fuerza. La fuerza es un factor que influye en la capacidad de una nación para alcanzar sus

objetivos. La nación responde a la fuerza reduciendo o aumentando la eficacia de sus elementos de poder o alterando su intención de aplicar cierto elemento de su poder.

• Tendencia. La tendencia es la dirección acumulativa que las fuerzas dan al ambiente

internacional de seguridad. Por ejemplo, el nacionalismo o la etnicidad bien pudieron haber sido la fuerza que ocasionó el rompimiento de los estados de los Balcanes. El rompimiento de las antiguas naciones-estado en estados más pequeños puede ser una tendencia.

Las fuerzas y tendencias económicas internacionales están teniendo mayores implicaciones en la seguridad y el bienestar de todas las naciones. La creciente interdependencia de la mayoría de las naciones que motiva que dependan más en las materias primas, la energía o los mercados de otras naciones, bien puede considerarse una de las fuerzas activas más importantes en la actualidad. La tendencia producida se puede considerar el motivo de la creación de entidades económicas extra-nacionales, tales como la Comunidad Económica Europea, el Acuerdo de Libre Comercio Norteamericano, y las corporaciones multinacionales. En la esfera militar, el colapso del mundo bipolar ocasionado por la Guerra Fría ha desatado varias fuerzas en el ambiente de la seguridad. El fenómeno de estados fracasados como el de Somalia, de las guerras étnicas como la de Rwanda, de los conflictos interestatales como el de Armenia con Azerbaijan, han originado la tendencia militar de prestar mayor atención a las operaciones de paz y tener más interés en ellas. El creciente número de naciones-estado y de participantes que no son estados en la comunidad internacional ha contribuido a complicar más el ambiente. Después de la II Guerra Mundial, el mundo experimentó un crecimiento considerable en la cantidad de estados independientes. Hoy es evidente un crecimiento similar después del colapso de la Unión Soviética. El mayor número de participantes multiplica las complicaciones inherentes a las fuerzas y las tendencias de hoy. Un actor influye en otro ejerciendo una función activa en la política y en la economía internacional. Al incorporar los participantes que no son estados, como los organismos económicos de las Naciones Unidas y las firmas multinacionales, aumenta el potencial de conflicto y los requerimientos de análisis operacionales y estratégicos. En la Lección 2 examinaremos las fuerzas y tendencias actuales.

REALISMO E IDEALISMO Ninguna discusión sobre los enfoques y conceptos básicos estaría completa si en ella no se han incluido los dos conjuntos más prominentes de suposiciones en competencia sobre el comportamiento en el sistema internacional. A pesar de que los adherentes de estas escuelas de pensamiento frecuentemente hablan como si sus opiniones fueran declaraciones de hechos, es importante tener presente que en realidad son suposiciones. Proporcionan las bases para las explicaciones del comportamiento de la nación-estado, pero en su mayoría no se pueden comprobar. Lo que uno asuma respecto al comportamiento de la nación-estado es, por supuesto, un factor esencial para las explicaciones que derivemos de ello. Por lo tanto, resumiremos brevemente las suposiciones básicas de los dos enfoques y las compararemos y contrastaremos, particularmente en términos de hacia dónde nos dirigen en nuestro análisis estratégico.

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Realismo Realismo, frecuentemente identificado por eruditos como Hans Morgenthau, Henry Kissinger y, más recientemente, Kenneth Waltz, considera que la anarquía es la característica principal del sistema internacional; en otras palabras, que no existe una autoridad central para solucionar las disputas entre los estados miembros que compiten, como lo hay en los sistemas políticos internos. Dada esta falta de autoridad central, los estados compiten unos con otros dentro de un sistema relajado que incluye algunas reglas, normas y patrones de comportamiento, pero que finalmente ocasiona que la nación-estado individual cuide de sus propios intereses (el sistema de “auto ayuda” descrito anteriormente). El medio para proteger, preservar y promover los intereses (fines) propios es el poder; por lo tanto, los estados se preocuparán de sus propias capacidades de poder y de cómo se relacionan sus capacidades con las de los otros estados. No es extraño que los realistas tiendan a considerar el mundo en términos de competencia y conflicto, una lucha repetitiva por el poder y su administración. Al tratar de explicar por qué el poder y la lucha por obtenerlo son características básicas del comportamiento de la nación-estado, los proponentes de realismo se dividen en dos grupos generales. Un grupo, quizá mejor compendiado por Morgenthau, sostiene que la naturaleza humana es la explicación clave. En su opinión, la naturaleza humana es fija e inalterable, y está característicamente enfocada en la búsqueda de más y más poder. Por lo tanto, es inevitable el conflicto entre los pueblos que compiten por el poder. Y debido a que los estados son simplemente agregaciones de seres humanos individuales y los estadistas son los líderes de esos grupos, las naciones-estado exhibirán esa misma codicia por el poder en su comportamiento con otras. No importa lo que se haga, esta codicia por el poder enraizada en la naturaleza humana hará que ciertos conflictos sean inevitables. Lo más que podemos esperar es administrar ese conflicto porque jamás será erradicado. El segundo grupo de realistas, hoy más claramente asociado con los escritos de Waltz, encuentra la explicación de la centralidad de las relaciones de poder en la estructura del sistema internacional. Este punto de vista, llamado realismo estructural o neorrealismo, es esencialmente lo que hemos resumido en el primer párrafo de esta sección y en nuestra discusión anterior sobre el nivel de análisis del sistema internacional. La característica principal del sistema internacional es la anarquía - la ausencia de una autoridad central que formule y haga cumplir las reglas, solucione las disputas y regule y administre en forma general el conflicto que es inevitable en un sistema de naciones-estado individuales y soberanas. Todos los estados poseen algún nivel de poder militar, y finalmente cada estado tiene la opción de amenazar o usar ese poder en la práctica. Hasta cierto punto, entonces, cada estado debe preocuparse por las capacidades de poder de otros estados. Para los realistas esto crea un sistema en el cual todos los estados en diferentes grados desconfían de los otros estados; entre más aumente un estado sus capacidades de poder, más inseguros se sentirán los otros estados. Esto dirige directamente hacia el dilema de la seguridad - las acciones emprendidas por un estado para aumentar su seguridad (como expandir sus capacidades militares) dirigirán a las contra acciones emprendidas por otros estados, llevando eventualmente hacia el resultado paradójico de que todos los estados, de hecho, se sentirán (o ya se sienten) menos seguros. El ejemplo clásico de este dilema es la carrera armamentista. La segunda escuela del pensamiento realista es sin duda la más grande, y sus proponentes generalmente rechazan cualquier idea de naturaleza humana como la explicación básica de la prominente función desempeñada por el poder en las relaciones internacionales. Pero no importa cuáles sean sus posiciones en este asunto, el hecho importante es que todos los realistas llegan a la misma conclusión sobre el poder en el sistema internacional: la distribución de

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poder es la variable más importante que explica el comportamiento de la nación-estado, y la mejor forma de administrar conflictos en el sistema es equilibrando el poder con el poder. Varias teorías de equilibrio de poder asumen que la única forma efectiva de prevenir la guerra es preparándose para la guerra; hay que estar dispuestos a amenazar y usar la fuerza para reducir la posibilidad de que esa fuerza en realidad sea usada. De allí el aforismo que se menciona comúnmente en las relaciones internacionales: “Si desea la paz, debe prepararse para la guerra”. Bien sea aumentando las capacidades individuales del estado o multiplicando esas capacidades mediante un sistema de cambio de alianzas, los estados deben estar en guardia constantemente contra un cambio en el equilibrio de poder general que podría tentar a los que momentáneamente son fuertes a explotar su ventaja sobre el débil. Para el realista, el país “no tiene aliados permanentes, solamente intereses permanentes”, y esos intereses solamente se pueden proteger con su propia vigilancia y preparación. Idealismo Los idealistas pueden averiguar el origen de su herencia moderna en los principios de Woodrow Wilson, a pesar de que como el realismo, sus orígenes se remontan mucho más allá en la historia. Llamado frecuentemente el liberalismo Wilsoniano, el pensamiento idealista frecuentemente considera la naturaleza humana como una fuerza positiva. Es precisamente el comportamiento de la política de poder de la nación-estado lo que es el problema, así es que la cura es encontrar la forma de reducir o eliminar del todo esa forma particular de interacción. Para el idealista, existe una armonía natural de intereses entre las naciones-estado, basada en el deseo característico de la mayoría de las personas de vivir en paz unas con otras. Solamente cuando intervienen las influencias corruptas de políticas de gran poder, ideologías, nacionalismos, líderes perversos, etc., es que vemos degenerarse la política internacional en conflicto y guerra. La tarea, entonces, es impedir el surgimiento de esas influencias corruptas y el control que ellas ejercen. ¿Cómo se puede lograr esto? Primero, y ante todo, se puede fomentar a través del crecimiento democrático como forma de gobierno que permite la máxima expresión de la opinión del pueblo. Después de todo, si más personas son intrínsecamente amantes de la paz, entonces los gobiernos que expresan el deseo de esas personas serán ellos mismos menos propensos a la guerra. El segundo medio hacia ese estado final deseado es usar las instituciones internacionales para crear foros en los que las naciones-estado puedan discutir sus desacuerdos en formas que refuercen las dimensiones cooperativas en vez de las dimensiones competitivas de las relaciones que existen entre unas y otras. Por eso es que el idealista tiene grandes esperanzas no solo en las instituciones como la ONU, sino también en el desarrollo de tratados y reglamentos internacionales, y en la práctica común, que sirvan de base para un sistema de ley internacional. Estas instituciones internacionales se pueden usar para cambiar la forma en que los estados calculan sus intereses; así, pueden fomentar la cooperación en vez del conflicto. En un extremo, algunos idealistas creen que la creación de un gobierno mundial es la respuesta, todo lo que hay que hacer es crear el equivalente internacional del gobierno interno para normar y administrar el comportamiento de los actores en el sistema. Frecuentemente (y casi siempre incorrectamente) se representa el idealismo como una “idea liberal confusa” de paz y cooperación, en parte porque hay algunos idealistas que sí adoptan ideas que parecieran ser aspiraciones “utópicas”. Sin embargo, el contrapunto contemporáneo del realismo se llama con mayor precisión “institucionalismo liberal”, que recalca la función desempeñada por los intereses de los estados (el liberalismo del siglo XIX que representa el argumento básico de la teoría económica conservadora como la de Adam Smith) y las instituciones internacionales. Entre a más estados se le muestre que sus intereses se buscan con afán y efectividad dentro de las instituciones internacionales, y que todos los estados se pueden

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beneficiar con esa interacción, más se les puede inducir a comportarse cooperativamente en vez de competitivamente. La mayoría de los regímenes económicos y comerciales internacionales posteriores a la II Guerra Mundial (Bretton Woods, GATT, etc.) se basan precisamente en este enfoque “idealista”. No obstante, ambas escuelas de pensamiento tienen algunas deficiencias, si analizamos cuidadosamente sus suposiciones y sus implicaciones. Por ejemplo, mientras los realistas dan gran importancia a la influencia fundamental de los intereses nacionales en el comportamiento de la nación-estado, no todos los realistas están de acuerdo en cuáles son esos intereses. Por ejemplo, Morgenthau criticó desde el comienzo y abiertamente la participación de Estados Unidos en Vietnam sosteniendo que ningún interés nacional vital estaba siendo amenazado. Al mismo tiempo, un realista tan prominente como Henry Kissinger afirmaba que eran precisamente los intereses vitales de EE.UU. los que estaban siendo amenazados por la posible toma del poder en ese país del sudeste asiático, por los comunistas. ¿Cómo ayudó el realismo a decidir quién estaba en lo correcto? Y en un intento posterior por justificar la función secreta de EE.UU. en el derrocamiento del régimen izquierdista de Allende en Chile, Kissinger afirmó que Chile “era una daga que apuntaba al corazón de Antártica”, lo que para muchos observadores (inclusive muchos realistas) pareció ser un político que hacía lo imposible por complacer y producir una defensa que tuviera visos de realismo para justificar una decisión política bastante absurda. Del lado idealista, podemos volver a nuestros ejemplos históricos anteriores. La esperanza de que la voz del pueblo establecería más razón y paz en las relaciones internacionales pareciera un poco “polianesca” si consideramos que fue precisamente la venganza que buscaban con afán los pueblos de Francia y Gran Bretaña la que ayudó a producir el desastroso Tratado de Versalles, en 1919. Las sanciones impuestas a Alemania en ese acuerdo de paz es casi seguro que prepararon el camino para la subida eventual de Hitler al poder y la subsiguiente explosión del continente en la II Guerra Mundial. Y los mismos pueblos tan temerosos y cansados de la guerra, basados en sus experiencias en la I Guerra Mundial, ayudaron a producir el clima de apaciguamiento en la década de los 30 que motivó que cualquier idea significativa sobre “equilibrio de poder” fuera imposible de implementar. Porque es casi imposible demostrar la exactitud de las suposiciones fundamentales y en competencia de estos dos enfoques, seguramente continuarán los argumentos entre los realistas y los idealistas, especialmente en estos tiempos de considerables y profundos cambios en el sistema internacional, como los que estamos experimentando ahora en el período más reciente de transición, después del final de la Guerra Fría. Sin embargo, lo que necesitamos reconocer es la naturaleza de las suposiciones que estamos haciendo y las implicaciones que tienen en nuestro análisis del comportamiento de la nación-estado. En general, las diferencias entre las escuelas de pensamiento realista e idealista nos muestran el peso relativo que dan a los niveles de análisis discutidos anteriormente y el significado de las funciones desempeñadas por los actores que no son estados, especialmente las instituciones internacionales, en la reglamentación y administración de conflictos entre los estados. No es extraño que la mayoría de los realistas den mayor énfasis al nivel de análisis del sistema. De hecho, algunos realistas continúan descontando completamente la influencia de todos los factores domésticos, tales como la naturaleza del régimen o los individuos que ocupan posiciones de liderazgo. Para ellos, las naciones-estado son actores racionales e unificados que toman decisiones basados en sus intereses y los buscan con afán consistentemente con el transcurso del tiempo, no importa quién los esté dirigiendo. Para muchos idealistas esta es un área de gran debilidad del pensamiento realista, porque ven los intereses de las naciones-estado convertirse en una competencia interna mucho más amorfa entre puntos de vista que difieren sobre qué es lo que son esos intereses, y menos aún cómo buscarlos mejor. Para el realista, la

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nación-estado es todo lo que cuenta en realidad, y cualquier intento por crear instituciones supranacionales (como las Naciones Unidas), para ayudar a administrar el comportamiento del estado, está destinado a fracasar. Para los institucionalistas liberales, son precisamente esas instituciones las que pueden traer patrones de comportamiento más ordenados y menos conflictivos al sistema internacional. Los teoristas continuarán debatiendo qué nivel (o niveles) es más importante, para que continúe el diálogo básico entre realismo y liberalismo. Pero para el analista estratégico interesado en la política actual, el enfoque debe ser en las interacciones a través de los niveles. Aunque los cambios en el sistema internacional crearán situaciones y circunstancias a las que pueden responder las naciones-estado, cómo perciben esos cambios y lo que hacen en respuesta será configurado en parte por las características y condiciones internas, inclusive el liderazgo individual. Esta habilidad de integrar los niveles de análisis y comprender las suposiciones que sirven de fundamento a diferentes opiniones respecto a qué es importante en el comportamiento político internacional es un factor esencial para hacer el análisis estratégico.

COMENTARIO Estados Unidos, sus amigos y aliados, son miembros de la comunidad internacional. Los intereses y objetivos norteamericanos frecuentemente complementan los de otras naciones, pero algunas veces están en conflicto con ellos. La forma en que Estados Unidos o cualquier otra nación resuelve asuntos de competencia y de conflicto constituye el arte de gobernar. Los oficiales militares profesionales deben comprender la teoría y las dinámicas que ocasionan que las grandes naciones actúen entre ellas. Los oficiales de alto rango, bien sean comandantes o miembros del estado mayor, deben tener otros conocimientos además de la aplicación de la violencia. Deben comprender los ambientes internos e internacionales para que puedan proporcionar una asesoría apropiada a la Autoridad de Mando Nacional.

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FUNDAMENTOS DE LA GUERRA OPERACIONAL C/M/S 500

Lección 1

Lectura B: “Extracto del Arte Estratégico: La Nueva Disciplina de los Líderes del Siglo XXI”

Por el General de División Richard A. Chilcoat Los drásticos cambios ocurridos en el sistema internacional nos han forzado a reevaluar viejas estrategias y buscar nuevos puntos de referencia en medio de los escombros del viejo orden mundial. Para los estrategas y los líderes estratégicos está por decidirse la función de Estados Unidos en el mundo y nuestras capacidades para defender y promover nuestros intereses nacionales en un nuevo ambiente en donde las amenazas son difusas e inciertas, y en donde el conflicto es un factor característico e imposible de predecir. Estos nuevos patrones inciertos combinados con recursos cada vez más reducidos presentan desafíos muy difíciles para la seguridad nacional. Para hacer frente a estos desafíos debe haber un enfoque integrado y sistemático para formular y ejecutar la estrategia. Este artículo es un llamado a los estrategas para que igualen el éxito alcanzado en el desarrollo del arte operacional y la doctrina conjunta con un enfoque igualmente exhaustivo del arte estratégico. Si el arte operacional es una guía efectiva en el empleo de la fuerza, el arte estratégico puede ser igualmente efectivo para guiar la formulación de la estrategia de seguridad nacional, la estrategia militar nacional, y la estrategia del teatro, vinculando así el uso de las fuerzas estratégicas a un contexto político-militar más grande, en el que toman lugar las guerras. En otras palabras, el arte estratégico debe establecer relaciones entre el poder militar y los otros instrumentos de poder. También debe guiar a los comandantes combatientes y del teatro en el cumplimiento de sus responsabilidades estratégicas. El liderazgo estratégico es la práctica efectiva del arte estratégico. Los estrategas pueden hacer reflexiones sobre las estrategias y ayudar a idearlas, pero es el líder estratégico el que practica el arte y lo materializa. La búsqueda exitosa de la estrategia y el dominio del arte estratégico por nuestros líderes de mayor jerarquía, militares y civiles, son aspectos vitales para la nación. Identificar y dominar los componentes del arte estratégico no es el remedio universal, pero aumentar la importancia y asegurar la visibilidad de estos pasos en el debate de la seguridad nacional puede servir como un contrapunto constructivo para tendencias tales como el aislacionismo político, el proteccionismo económico militante, la falta de preparación militar y las intervenciones impulsivas. Este ensayo no se propone proporcionar una estrategia o un proceso ideal para formular o dominar el arte estratégico. Su propósito más bien es enfatizar que la búsqueda en sí es lo importante y permanente, y que merece nuestros esfuerzos y atención en un momento en que los hitos familiares se han desvanecido y ninguna nueva visión estratégica ha obtenido el consenso nacional. Dicho de otra forma, hemos progresado bastante en nuestro dominio del arte operacional y táctico - ha llegado el momento de tratar de dominar el arte estratégico. Revoluciones simultáneas en los asuntos militares, en la tecnología y la información, y el reordenamiento del sistema internacional han eliminado los límites tradicionales, uniendo los niveles tácticos, operacionales y estratégicos de la guerra en un universo único e integrado en el que la acción básica frecuentemente tiene un impacto instantáneo y drástico en todos los

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niveles. Jamás en la historia toda la cadena de mando ha tenido tantas obligaciones estratégicas, desde el Presidente en la Casa Blanca, hasta el soldado con un fusil en un punto de control de seguridad en Macedonia. En las palabras del Vice Almirante Jerry O. Tuttle, “hemos entrado a la era visual - nuestras reglas de enfrentamiento son nuevas, dominadas por el riesgo de que los padres vean morir a sus hijos e hijas en tiempo real en un reportaje televisado, o vean caer víctimas de una explosión a madres e hijos, iglesias y mezquitas, templos y hospitales, a todo color ante nosotros, en reportajes transmitidos hasta nuestros propios hogares...” Estos cambios drásticos requieren un enfoque integrado con la estrategia y las operaciones, un enfoque que combine conceptualmente los niveles de la guerra -estratégico, operacional y táctico- con todos los instrumentos de poder en la estrategia de seguridad nacional (ver la Figura 1). Antes de que la estrategia de seguridad nacional se pueda convertir en un plan de acción coherente, el arte estratégico debe invocarse primero para coordinar todos los instrumentos de poder disponibles a una nación o coalición de naciones para obtener objetivos y estados finales claramente definidos y acordados. Por esta razón, no podemos continuar con enfoques aislados o no coordinados entre los campos de acción de la estrategia -militar, diplomática, económica o informática- que frecuentemente, tal como observó Gregory Foster, “se manifiestan operacionalmente como barreras institucionales y burocráticas costosas para la unidad de pensamiento y acción.”

Figura 1 El talento de Churchill se basaba en la comprensión de esta realidad. Como un pintor, nos dice, el estratega debe tener una “opinión que lo abarque todo, que presente el comienzo y el final, el todo, y cada una de las partes, como una impresión instantánea que se retiene en la mente constante y retentivamente.” Churchill es el ejemplo clásico del estratega y el líder

ESTRATEGIA DE SEGURIDAD

NACIONAL

ECONÓMICOS DIPLOMÁTICOS MILITARES

INFORMACIÓN Estratégica

Operacional

Táctica

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estratégico. Su liderazgo estableció la diferencia para convertir palabras en hechos, ideas y conceptos en acciones. Fue un experto en el arte estratégico. La unidad de pensamiento y de acción requiere de líderes estratégicos militares que comprendan las disciplinas externas a su propio campo profesional y de líderes estratégicos civiles que igualmente puedan comprender las consecuencias más amplias de la política en la estrategia de seguridad nacional y la estrategia militar nacional. El comercio, por ejemplo, si se buscara con afán para obtener los máximos beneficios económicos para EE.UU., podría incluir la transferencia de tecnologías que pondrían en peligro la superioridad militar norteamericana. Y a la inversa, construyendo barreras comerciales ocasionamos conflictos con otras naciones que también ponen en peligro nuestra seguridad. Estas son alternativas difíciles que solamente las pueden decidir líderes capaces de balancear los beneficios de corto plazo con los de largo plazo y los intereses regionales con los mundiales, y que además sean capaces de reconciliar los efectos colectivos de todos los componentes de la estrategia promoviendo y defendiendo todos los intereses norteamericanos. Para dominar el arte estratégico se requiere de relaciones cercanas, cooperativas e interagenciales, y de líderes que puedan ver por encima de las barreras burocráticas y más allá de ellas. Los líderes políticos y militares deben trabajar estrechamente, interactuando entre ellos para decidir los estados finales deseados, los objetivos, los cursos de acción, las capacidades y los riesgos, porque no hay una línea entre la paz y la guerra que marque el punto en donde los líderes políticos y militares deben traspasar el control de su responsabilidad. Ambos deben ser expertos en el arte estratégico y la subordinación del liderazgo militar al civil no disminuye la importancia del consejo y la asesoría militar a las autoridades políticas, o la responsabilidad de ambos de comunicar y coordinar la estrategia en cada nivel y durante todas las fases del conflicto. Esta es la esencia del arte estratégico.

Desarrollo de la Definición Adecuada del Arte Estratégico

Las definiciones buenas deben ser breves, y, sin embargo, de gran alcance y suficientemente específicas para comunicar una acción. El arte estratégico incluye coordinar todos los instrumentos de poder nacional para producir estados finales específicos y bien definidos. Los resultados estratégicos y el estado final deseado se derivan de los intereses nacionales y se definen en diversas formas en términos de seguridad física, bienestar económico, y promoción de valores. Por lo tanto, el arte estratégico definido ampliamente es: La apropiada formulación, coordinación y aplicación de los fines (objetivos), las formas (cursos de acción) y los medios (recursos de apoyo) para promover y defender los intereses nacionales. Varias definiciones de arte estratégico que se tomaron en consideración para incluirse aquí eran excesivamente restrictivas, limitadas en alcance al arte militar. Aunque es indisputable que el liderazgo militar de la nación tiene la responsabilidad de combatir y ganar las guerras de la nación, es igualmente verdadero que el arte estratégico incluye dominar otros instrumentos de poder y comprender sus contribuciones y limitaciones dentro de la estrategia de seguridad nacional. Al igual que la diplomacia carente de un poder militar y económico que la apoye podría ser impotente y hasta peligrosa, la estrategia militar carente de una dirección política y una base económica sólida podría tener los mismos impedimentos. Para el planeamiento y la ejecución de la estrategia se requiere un modelo que sea comprendido por los líderes militares y civiles por igual. La estrategia modelo integrada por

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“fines, formas y medios” - que casi tiene una aplicación universal - define los objetivos, identifica los cursos de acción para alcanzarlos y provee los recursos para apoyar a cada curso de acción. Las relaciones entre estos elementos de la estrategia facilitan el planeamiento y el debate sobre visiones, cálculos y evaluaciones de riesgos estratégicos alternos. Este modelo y su aplicación a la estrategia nacional y a la estrategia militar se le enseñan a los oficiales militares de alto rango en todas las escuelas de servicio superior. Los líderes estratégicos militares simultáneamente deben ser capaces de comprender los niveles de la estrategia de seguridad nacional, la estrategia militar nacional y la estrategia del teatro, y operar en ellos. En los niveles estratégicos más altos, una de las principales tareas del Presidente del Estado Mayor Conjunto, su estado mayor y frecuentemente los comandantes en jefe regionales o del teatro es ayudar al Ministro de Defensa en la formulación de la estrategia de seguridad nacional. Esta difícil tarea requiere comprender cómo los elementos de poder que integran la estrategia nacional se podrían aplicar solos o conjuntamente. Los líderes estratégicos convierten la guía de seguridad nacional en una expresión militar articulada formalmente y enfocada mediante la Estrategia Militar Nacional y la Guía de Planeamiento de Defensa. Es en este nivel y en este proceso que las diferencias entre el arte estratégico y el arte operacional son más pronunciadas. El arte operacional no establece el contexto estratégico, pero en su lugar hace fluir la estrategia y las decisiones de política tomadas, a nivel nacional y del teatro. El arte operacional en el medio sobrepasa y une la estrategia y las tácticas y convierte la estrategia del teatro en acciones militares integrando las actividades claves de todos los niveles de guerra (ver la Figura 2). Se enfoca más estrictamente en el empleo de fuerzas militares para alcanzar los objetivos establecidos por la estrategia a través del diseño y la ejecución de campañas y operaciones principales. Los comandantes combatientes desempeñan una función compleja y multifacética al integrar y traducir la estrategia al nivel operacional. Por necesidad practican las dos formas de arte. Su responsabilidad es ayudar en la formulación de la estrategia de seguridad nacional y la estrategia militar nacional según sea necesario, así como formular una estrategia del teatro para implementar la guía y la política nacional. La estrategia del teatro integra los conceptos y los cursos de acción para proteger los objetivos de la estrategia multinacional o nacional. Es el manantial conceptual del cual fluye el arte operacional en su aplicación. El comandante en jefe se encuentra precisamente en el punto de unión crítico en donde los múltiples niveles de la estrategia se traducen en diseños operacionales para las acciones unificadas que vinculan las operaciones tácticas con los objetivos estratégicos. En la práctica, los comandantes en jefe y los miembros de sus estados mayores con frecuencia se relacionan directamente con agencias no militares que participan en la implementación de una estrategia de seguridad nacional más amplia. Esto requiere que los profesionales militares se relacionen con todos los instrumentos de poder nacional según se presenten en una compleja disposición de opciones, requerimientos y limitaciones. Frecuentemente representan intereses en competencia en un sistema interagencial o en una coalición tan a propósito en su composición como lo es en las disposiciones del mando. En este complejo ambiente político, la experiencia militar y las destrezas de liderazgo y de mando tradicionales se deben complementar con una gran comprensión de los asuntos políticos, militares y económicos fundamentales, con destrezas de liderazgo entre compañeros y de desarrollo de consenso, y con la habilidad para proteger la cooperación de las organizaciones y las personalidades más allá del control y la influencia directa de uno.

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Figura 2.

Conclusiones El comienzo de la Guerra Fría marcó la primera vez en la historia norteamericana en que los líderes estratégicos se vieron obligados a hacerle frente a la paradoja esencial de la gran estrategia que debió enfrentar el Imperio Romano y otras grandes potencias en los siglos respectivos: Si vis pacem, para bellum - si desea la paz, prepárese para la guerra. Una estrategia buena no reconoce el concepto de una victoria permanente. No existe ese tipo de victoria; solamente hay líneas de fase en la lucha permanente por promover y defender nuestros intereses nacionales. En cada línea de fase las amenazas se retraen o derrotan; el sistema internacional se reconfigura mientras las viejas potencias declinan y surgen nuevas potencias; y, en casa, los recursos se redistribuyen para apoyar las prioridades nuevas. Solamente los intereses de la nación continúan siendo relativamente constantes, requiriendo nuevas estrategias y competencias para promoverlos y defenderlos en nuevos ambientes. Las realidades anteriores persisten para Estados Unidos en el período de transición de la pos Guerra Fría en que la Estrategia de Seguridad Nacional de enfrentamiento y engrandecimiento mundial está apoyada por una Estrategia Militar Nacional enfocada en las contingencias regionales y en las operaciones de estabilidad y apoyo. La clave del éxito de estas estrategias continúa siendo la creación de un vínculo entre los fines, las formas y los medios nacionales. Y lo que es “verosímil” en términos de la seguridad nacional en los años venideros dependerá, como siempre ha sucedido en la historia norteamericana, de nuestra habilidad para reconciliar las demandas frecuentemente en conflicto de las políticas internas e internacionales. Esto significa, a su vez, que los líderes estratégicos civiles y militares harán frente a desafíos aún mayores en este período de transición para desarrollar un consenso en

ARTE OPERACIONAL Y ESTRATÉGICO

NIVELES

DE

ESTRATEGIA

Estrategia de Seguridad Nal. (Autoridad Nacional de Mando) Estrategia Militar Nal. (Jefes de Estado Mayor Conjunto

Límites sobrepuestos entre el Arte Operacional

y el Estratégico Estrategia del Teatro (Comandante en Jefe) y Planeamiento de la Campaña

NIVELES DE GUERRA/OPERACIONES

DE ESTABILIDAD Y APOYO

Operacional (Fuerza de Tarea Conjunta y Cuerpo de Ejército) Táctico (Divisiones y Cuerpo de Ejército)

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el pueblo norteamericano respecto al concepto, cada vez más complejo, de la seguridad nacional. Clausewitz tuvo presciencia en este asunto. No discutió las políticas burocráticas, el proceso interagencial o la separación de poderes en una democracia constitucional. Sin embargo, sí previno claramente la necesidad de alcanzar un consenso político interno antes de que fuera posible alcanzar la victoria en la guerra. Paciencia, perseverancia y dedicación frente a un conflicto prolongado sin prospecto de alcanzar una victoria final y clara es una posibilidad para la cual los estrategas y el público por igual deben estar preparados.

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Lección 1

Lectura C: “Extracto del Interés Nacional: De la Abstracción a la Estrategia”

Por Michael G. Roskin

Inglaterra no tiene amigos permanentes ni enemigos permanentes: tiene intereses permanentes.

Lord Palmerston

Casi siempre, el estudiante novato en relaciones internacionales al principio queda intoxicado con el concepto de “interés nacional”. Pareciera un objetivo claro y bien definido: es lo que es bueno para la nación, como un todo, en los asuntos internacionales. (Lo que es bueno para la nación como un todo en los asuntos internos es el interés público.) El interés nacional radica en el mero centro de las profesiones militares y diplomáticas y lleva a la formulación de una estrategia nacional y al cálculo del poder necesario para apoyar esa estrategia. Sin embargo, al reflexionar al respecto nos damos cuenta cuán difícil es convertir los conceptos de interés nacional en una estrategia funcional. Se requiere tener una percepción sobre el mundo con una claridad no adulterada, y prever, inclusive, los efectos de las políticas en el segundo y tercer orden. Pocos son tan talentosos. En lugar de dar claridad y cohesión, muchos riñen respecto a qué interés nacional hay en determinada situación. El autor de esta monografía sostiene que el concepto de interés nacional todavía tiene utilidad, no como un hecho objetivo, sino como un argumento filosófico a favor de limitar la cantidad de cruzadas que un país puede sentirse inclinado a realizar. Antecedentes Filosóficos Las raíces del “interés nacional” por lo menos se remontan hasta el realismo pesimista de Maquiavelo en el siglo XV. Como resultado, representa un repudio contra las fuentes occidentales del idealismo helénico, la moralidad bíblica judeo-cristiana, y las enseñanzas de religiosos medioevales como Tomás de Aquino. Se pueden tener grandes metas morales, afirma Maquiavelo, pero si se carece del poderío necesario y del deseo de usarlo, nada se obtendrá. El objetivo principal de Maquiavelo: la unificación de Italia y su liberación de los ocupantes extranjeros. Nada podía ser más moral que el interés del estado italiano; por lo tanto, se podían emplear fines igualmente inmorales para alcanzarlo. Poderío en lugar de moralidad es el quid de esta escuela. Por lo menos un elemento de la escuela medioeval sobrevive en el concepto del interés nacional. Los seres humanos tienen almas, y ellas serán juzgadas en la vida futura después de la muerte, afirman. Por eso, los humanos pueden acatar normas de comportamiento exactas con curvas en los impulsos bestiales. Los estados, por ser creaciones artificiales, no tienen alma; solamente tienen vida en este mundo. Si el estado es aplastado o destruido, no tiene otra vida celestial. Por eso, los estados pueden tomar medidas severas para protegerse y asegurar su supervivencia. Los estados son amorales y pueden hacer cosas que los humanos

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individuales no deben hacer. Es en este contexto que los religiosos como Tomás de Aquino propusieron las teorías de jus ad bellum y jus in bello. Clausewitz también contribuye en el enfoque del interés nacional. Todo el comportamiento del estado es motivado por su necesidad de sobrevivir y prosperar. Para salvaguardar sus intereses, el estado debe decidir racionalmente ir a la guerra; no debe haber otra razón para ir a la guerra. Por lo tanto, la guerra ilimitada es estúpida porque no beneficia ningún interés nacional. Para este entonces, ya los conceptos de raison détat o de Staatsraison tenían tiempo de estar firmemente enraizados en el pensamiento europeo. Los Fundadores de la Patria practicaron un realismo prudente al preservar y expandir los trece estados originales, indicando que comprendían el concepto del interés nacional. El discurso de despedida de Washington puso de manifiesto una apreciación perspicaz del interés nacional:

Europa tiene un conjunto de intereses primarios que para nosotros no tienen ninguna relación y si la tienen es muy remota. Por esa razón debe empeñarse en frecuentes controversias, cuyas causas son esencialmente ajenas a nuestros intereses...

En el siglo XIX Estados Unidos buscó con afán sus intereses nacionales a través de medios económicos o militares para rescatar su continente de potencias no hemisféricas. Sin embargo, cada vez menos, llamó a sus acciones “intereses nacionales”, y para el siglo XX, los intereses nacionales en Estados Unidos habían perdido importancia ante los enfoques éticos y normativos de las relaciones internacionales. Si llegaban a considerarse, se les juzgaba brevemente calificándolos de “realpolitik” alemana, según la había practicado Bismarck. Al igual que en las primeras décadas de la política norteamericana, Woodrow Wilson consideraba que los métodos utilizados en las relaciones internacionales que requerían el uso del poder eran amorales o inmorales. Estados Unidos aspiraba a más que eso. El padre de Wilson era un pastor, y Wilson se educó como abogado, por lo tanto, formó parte de lo que George F. Kennan llamó el “enfoque legalista-moralista” prevaleciente en Estados Unidos. El Realismo Llega a Estados Unidos Sin embargo, con la huida de los eruditos europeos en la década de 1930, las universidades norteamericanas quedaron expuestas a lo que se conocía como los “enfoques realistas” que utilizaban intereses nacionales como su base principal. La mente verdaderamente poderosa del Realismo, como llamó a su enfoque, fue el emigrante alemán Hans Morgenthau (1904-1980), quien fue el que más que ninguna otra persona familiarizó a los norteamericanos con la idea de interés nacional; y quien no tenía ningún parentesco con el secretario del tesoro de FDR. Trayendo con él la sabiduría de Maquiavelo y Clausewitz, Morgenthau dijo a los norteamericanos que primero debían armarse y oponerse al Eje y luego a la Unión Soviética, no por algún amor abstracto a la libertad y a la justicia, sino porque sus intereses nacionales más profundos estaban siendo amenazados. “La política internacional, al igual que cualquier otra política, es una lucha por el poder”, escribió. Los escritos de Morgenthau inmediatamente fueron objeto de controversias y hasta hoy no han sido aceptados por todos. Se oponen al corazón mismo del idealismo Wilsoniano que se enseñó y que todavía se enseña como parte de las relaciones internacionales en algunas universidades. Los eruditos norteamericanos se resistieron a aceptar lo que percibieron como

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una amoralidad germánica. Muchos académicos y dignatarios norteamericanos encargados de tomar decisiones todavía prefieren los enfoques de “orden mundial” que postulan el comportamiento pacífico y cooperativo como norma internacional. Morganthau fue objeto de críticas, tal como lo había sido el vil Florentino. McGeorge Bundy de Harvard, por ejemplo, a finales de la década de 1950, dictó un curso de relaciones internacionales dedicado por completo a censurar a Morgenthau. En realidad, Morgenthau, amigo y colaborador de Reinhold Niebuhr, fue profundamente moral. Su teoría en el fondo fue normativa, fue un argumento filosófico sobre cómo se deben comportar los estados. Sostenía que si los estados solamente buscaran con afán sus propios intereses racionales, sin definirlos demasiado, chocarían con otros estados lo menos posible. En la mayoría de los casos, los choques serían reconciliables; esa es la función de la diplomacia. Cuando los estados rehusan limitarse en la protección de sus propios intereses racionales es cuando pasan a ser peligrosos. Definen sus intereses en una forma demasiado generalizada, dirigiendo hacia una política de expansionismo o de imperialismo, la que a su vez debe ser enfrentada por los estados cuyos intereses están siendo usurpados, y esto puede llevar a la guerra. Cuando los estados convierten el interés nacional en la guía de su política, están siendo tan morales como es posible serlo. No podemos saber lo que es bueno para todo el mundo o para el país X; solamente podemos saber lo que es bueno para nosotros. Interés Definido como Poder Morganthau supuso que tenía una norma objetiva mediante la cual podía juzgar las políticas exteriores: ¿buscaban con afán el interés nacional definido en términos de poder? Es decir, ¿estaba el estadista tomando decisiones que podrían preservar y mejorar el poder del estado, o estaba despilfarrando poder en una forma tal que podría debilitar finalmente al estado? El estadista pregunta, “¿Este paso mejora o debilita mi poder?” La política exterior de cualquier estado - no importa cuáles sean sus “valores” - se puede juzgar racional y empíricamente. Poco importa si los valores nacionales son la cristiandad, el comunismo, el islamismo o el vegetarianismo. Solamente importa un punto: ¿Está actuando el estadista para preservar el estado y sus poderes? De ser así, su política es racional. La política dirigida a “mejorar” el poder del estado no se debe confundir con el expansionismo territorial, que es la marca de los poderes imperialistas peligrosos contra los que el estadista prudente siempre está en guardia. Poniendo el poder como medida, Morganthau no tuvo dificultad en definir el interés nacional en cualquier momento determinado y bajo ninguna circunstancia. Tampoco tuvo dificultad en leer las mentes de los estadistas muertos y vivos. “Usando el interés nacional definido como poder, podemos mirar sobre el hombro del estadista cuando escribe sus despachos; leemos y prevemos sus propios pensamientos.” ¿Tenía Morganthau esta habilidad porque aplicó alguna fórmula al interés nacional o porque era enormemente inteligente? Mentes menos inteligentes han tratado de definir ciertas políticas como interés nacional y han cometido flagrantes errores. La expansión a ultramar, por ejemplo, podría parecer un aumento del poder del estado con el influjo de nuevas riquezas. Pero también puede agotar el poder del estado extendiéndolo demasiado y atacando a demasiados enemigos. Un imperio gigantesco podría arruinar al estado. Los Habsburgos españoles se arruinaron ellos mismos; Hitler desechó el poder alemán y arruinó al estado.

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Hay momentos en que el estadista debe moverse con determinación para empeñar sus fuerzas armadas en la amenaza de guerra o en la práctica de la guerra. Cuando las fronteras o la existencia misma de un estado son amenazadas por un estado vecino imperialista o expansionista, hay que armarse y formar alianzas, y es mejor hacerlo temprano que tarde. En la misma forma, una de las principales tareas del estadista es vigilar el horizonte contra las amenazas expansionistas o imperialistas. Cualquier estado empeñado en expandir su poder busca con afán la “política del imperialismo”, escribió Morganthau. El estado que intenta preservarse apenas a sí mismo y conservar su poder busca con afán una “política de status quo”. El estadista puede diferenciar uno de otro a pesar de la afirmación imperialista de ser por el status quo. Cuando vea un Hitler sobre la marcha, ármese y forme alianzas. No espere que él viole flagrantemente algún punto de la ley internacional, como la invasión de Polonia, porque podría ser demasiado tarde. Gran Bretaña y Francia, que prestan mayor atención a los detalles de la ley internacional, no pudieron comprender la arremetida imperialista detrás de los movimientos alemanes a finales de 1930. Potencialmente la política más peligrosa es la de declarar que ciertos intereses son vitales sin respaldar lo dicho con una potencia militar adecuada. Esta es la “política del fanfarrón” y tiende a terminar mal, en una de dos formas: el adversario nota que es una fanfarronada y continúa su conquista, o el fanfarrón trata tardíamente de respaldar lo dicho, en cuyo caso debe ir a la guerra para convencer al adversario de que no era una fanfarronada. Un ejemplo espantoso fue la política norteamericana de palabras de enfado contra Japón, en la década de 1930, por su conquista de China, palabras que carecían de apoyo del poder militar o del deseo de usarlo. Tokio simplemente no podía creer que China fuera un interés vital de Estados Unidos; los norteamericanos estaban fanfarroneando. ¿No era el póker, el juego de fanfarronear, el juego de cartas favorito de los norteamericanos? Algo similar ocurrió en Bosnia: muchas palabras fuertes de Estados Unidos y de los países europeos occidentales, sin el apoyo del poder militar o la intención de usarlo. Muy razonablemente, los serbios concluyeron que estábamos fanfarroneando, y tenían la impresión correcta. Siempre debemos respaldar nuestros intereses con el poder adecuado. Si no tenemos ese poder, no debemos declarar que algo distante constituye nuestro interés. No debemos fanfarronear. Intereses Vitales y Secundarios Morgenthau divisó dos niveles de interés nacional, los vitales y los secundarios. Para preservar los primeros, que se relacionan con la vida misma del estado, no debe haber ninguna concesión o vacilación respecto a ir a la guerra. Los intereses nacionales vitales son relativamente fáciles de definir: la seguridad como nación libre e independiente y la protección de sus instituciones, sus ciudadanos y sus valores fundamentales. Los intereses vitales a veces pueden extenderse hasta ultramar, en caso de detectarse un estado expansionista que aunque distante ahora, está aumentando gradualmente su poder y sus conquistas y podría llegar a afectarnos. Los poderes imperialistas que amenazan nuestros intereses se manejan mejor desde temprano y siempre con una potencia adecuada. Los intereses secundarios, aquellos con los cuales podrían hacerse concesiones, son más difíciles de definir. Típicamente, han sido removidos en alguna forma de nuestras fronteras y no representan una amenaza contra nuestra soberanía. Sin embargo, potencialmente, pueden crecer en las mentes de los estadistas hasta que parecieran ser vitales. Si un interés es secundario, se pueden negociar acuerdos mutuamente ventajosos, siempre y cuando la otra parte no esté empeñada en una política de expansionismo. De estar

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empeñada en una política de expansionismo, las concesiones relativas a los intereses secundarios no solucionarán las diferencias y podrían llegar a interpretarse como un apaciguamiento. Además, los Realistas hacen una distinción entre intereses temporales y permanentes, entre intereses específicos y generales, y entre intereses complementarios y opuestos. La defensa de los derechos humanos en un lugar distante, por ejemplo, podría ser un interés permanente, general y secundario; es decir, tenemos un compromiso de largo plazo con los derechos humanos si no hay riña con determinado país, y si con seguridad no hay una situación que pudiera dañar las relaciones generales o debilitar nuestro poder. Morgenthau consideraría que es absurdo para nosotros avanzar hacia una relación hostil con China respecto al asunto de los derechos humanos; más sería el mal que obtendríamos de ello que el bien. Por ejemplo, una China hostil le ofrece a Estados Unidos poca ayuda con la agresiva Corea del Norte que está provista con armas nucleares. ¿Qué es más importante, los derechos humanos en China o refrenar a un país belicoso que amenaza a los países aliados de Estados Unidos? Con frecuencia, los líderes políticos deben escoger entre los intereses opuestos. En raras ocasiones son idénticos los intereses nacionales de dos países, aunque sean aliados. Lo más que podemos esperar es que sus intereses sean complementarios. Estados Unidos y Albania, por ejemplo, pueden tener un interés común en oponerse a la “purificación étnica” serbia, pero el interés de EE.UU. es general, temporal y secundario de derechos humanos y estabilidad regional. El interés de Albania es específico, permanente, y posiblemente vital para la formación de una nación más grande que incluya la región de Kosovo retenida por los serbios, cuya mayoría de habitantes son de Albania. Nuestros intereses pueden ir paralelamente por un tiempo, pero nunca debemos confundir los intereses de Albania con los intereses de EE.UU. A veces es difícil prever cómo otro país definirá su interés nacional. Cada uno ve las cosas con ojos diferentes. En la década de 1990 Hungría ha cooperado mucho con el Occidente y está deseosa de formar parte de la OTAN. Sin embargo, en 1994, cuando Estados Unidos y Francia propusieron lanzar ataques aéreos para disminuir las atrocidades cometidas por la artillería serbia en Bosnia, Hungría detuvo el uso que Estados Unidos hacía de su territorio para los vuelos del sistema de alerta y control aerotransportado (AWACS). El norteamericano que observa esta negativa quedaría perplejo: “¿Pero no son ellos los que quieren formar parte de nuestro equipo?” El húngaro que observa esta negativa diría: “Tendremos que vivir por siglos con los serbios, esa frontera representa un interés vital y permanente de nosotros. Cerca de 400,000 descendientes húngaros viven bajo el control serbio en Voivodina, como rehenes. Los norteamericanos no ofrecen ninguna garantía de protección, pero esperan que nosotros nos unamos a ellos en un acto de guerra. Lo sentimos mucho, pero este no es un buen negocio para nosotros.” (Los vuelos de AWACS se restauraron rápidamente al pasar la crisis.) La labor de los diplomáticos es encontrar y desarrollar intereses complementarios para que dos o más países pueden trabajar juntos. (Un trabajo diplomático más minucioso habría previsto el crecimiento de la diferencia entre los intereses norteamericanos y los intereses húngaros en 1994). A menudo los países tienen algunos intereses que son complementarios y otros que son opuestos, como cuando los miembros de la OTAN cooperan para bloquear la amenaza soviética pero chocan respecto a quién estará al frente de la alianza. Las relaciones franco-norteamericanas pueden describirse en esta forma. Cuando los intereses se oponen totalmente, por supuesto, no hay ninguna cooperación. En ese caso, la labor de los

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diplomáticos es decirlo y encontrar formas de reducir los daños al mínimo. No hay que desesperarse en esa situación, ya que los intereses nacionales pueden cambiar y el adversario de hoy, mañana puede ser un aliado. Muchos de los intereses nacionales tienen un componente geográfico, es decir un país, una vía fluvial o un recurso que puede tener un impacto especial en el interés nacional. Por ejemplo, Gran Bretaña tuvo un interés permanente, específico y frecuentemente vital en los Países Bajos. Quien controlara los Países Bajos tendría la mejor ruta de invasión hacia Inglaterra. Bien fuera que la amenaza fueran los emperadores de Habsburgo, los reyes de Francia o los dictadores de Alemania, Gran Bretaña sintió que debía empeñarse en proteger esta vía de acceso contra una invasión. Morgenthau consideró que tenía mucha insensatez la política norteamericana durante la guerra fría, buena parte en el campo geográfico. Consideró que era irracional que Estados Unidos pudiera tolerar que hubiera un estado títere de los soviéticos, Cuba, tan cerca de nuestro continente mientras estábamos empeñándonos en Vietnam, al otro lado del globo terráqueo. Cuba era un interés vital, Vietnam no. Morgenthau se manifestó en contra de la guerra de Vietnam por considerarla una cruzada irracional que no hizo otra cosa que agotar el poderío norteamericano en una parte sin importancia del mundo. En ese entonces, muchos afirmaban que Vietnam era un interés vital de Estados Unidos. ¿Cómo podía determinarse en ese entonces quién estaba en lo correcto? El estadista contemporáneo favorito de Morgenthau era Charles de Gaulle, de Francia, a quien consideraba extraordinariamente inteligente. Sin duda De Gaulle podía buscar con afán los intereses nacionales de Francia sin sentimentalismos desmedidos. Cuando comprendió que las colonias francesas, especialmente Argelia, eran un lastre para el poderío francés, las dejó en libertad a pesar de los lamentos imperialistas franceses. Una Francia más rica y más fuerte surgió de la descolonización. De Gaulle además consideraba que ningún estado debía estar dispuesto a depositar su seguridad en manos extranjeros, así es que creó una fuerza nuclear francesa y sacó a los norteamericanos de Francia. (Al confinar a las fuerzas norteamericanas al angosto tramo de Alemania, también las forzó a aceptar la doctrina implícita de uso inicial temprano, asegurándole así a Francia la garantía nuclear de EE.UU. que precisamente estaba buscando.) Variaciones de Morgenthau Los poderosos argumentos de Morgenthau gradualmente ganaron popularidad. Operando independientemente de Morgenthau, el diplomático historiador George F. Kennan sacó conclusiones esencialmente idénticas de su estudio de las políticas exteriores de EE.UU. y la Unión Soviética. El teólogo protestante Reinhold Niebuhr insistió en que los cristianos debían tomar en consideración el impacto mundial de la agresión y estar preparados para contrarrestarla; el pacifismo es una forma de herejía cristiana, ya que requiere que los cristianos se paren impotentes frente al demonio. Quizá el daño más grande hecho al Realismo fue por aquellos que lo adoptaron, pero lo usaron y lo comprendieron mal. Para la década de los 60, el Realismo formó parte de la corriente principal de la opinión pública a tiempo para que fuera usado en apoyo de la política del Presidente Johnson de intensificación de las hostilidades en la guerra de Vietnam. Los partidarios de la guerra usaron el razonamiento de Morgenthau para justificar la guerra: una potencia expansionista estaba acaparando país por país y no se detendría hasta que fuera derrotada por la fuerza de las armas. La victoria de los comunistas en el sudeste de Asia

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desestabilizaría la presencia política, la economía y la defensa de EE.UU. en todo el territorio de Asia. Era asunto de detenerlos allí o detenerlos después. Aquí apareció de verdad la gran debilidad del concepto de interés nacional: ¿Cómo podemos decir con precisión cuándo está en peligro un interés nacional verdaderamente vital? El concepto de interés nacional también ha sido usado erróneamente por intervencionistas idealistas que desean expandir los intereses norteamericanos para que incluyan cierto tipo de “interés mundial”. A ellos les gustaría usar el poder de EE.UU. para corregir errores en todo el mundo. La definición de una “cruzada” puede ser el uso del poder en causas poco relacionadas con los intereses nacionales propios. Por ejemplo, en nuestros días escuchamos afirmar a muchas personas prominentes, del gobierno y ajenas al gobierno, que la matanza de civiles en una guerra distante es un interés vital de EE.UU., ya que podría permitir que se difundiera ese comportamiento que eventualmente podría llegar a amenazar los intereses de EE.UU. Frecuentemente utilizan como analogía a Alemania Nazi y a Munich. Sin embargo, al definir el interés nacional en forma tan generalizada, lo convierten en altruismo: “Ayudando a las víctimas de la agresión, hacemos del mundo un lugar más seguro y estable, lo que redunda en beneficio propio”, afirman. Se llama altruista a quien define su propio interés en forma tan generalizada que llega a incluir los intereses de todo el mundo. Sobre esta base, Morgenthau sostenía que Estados Unidos podría estar empeñado permanentemente en media docena de guerras alrededor del mundo, siendo un desperdicio del poder norteamericano que podría tener mal final. El verdadero concepto de interés nacional se limita más a la nación. Es una tentación constante expandir el concepto más allá del interés de la nación para que incluya los intereses de muchas naciones o los intereses mundiales, y bajo ciertas circunstancias se puede desear hacerlo, pero por favor, no llame a esto un “interés nacional”. En caso de hacerlo, pronto se encontrará “luchando por la paz” en muchos lugares alrededor del mundo. La gran utilidad del concepto de interés nacional es atraer la atención del estadista y preguntarle “¿El esfuerzo propuesto es para el bien de nuestro país o para llevar a cabo una abstracción idealista?” Posiblemente está vinculado al interés nacional: el poder es el eslabón que lo conecta. La estrategia imposible - cuando el poder es insuficiente para realizar los diseños - es característicamente una estrategia mala. Si el tipo de poder no es el apropiado para el caso (por ejemplo, tanques pesados para hacer frente a las guerrillas vietnamitas o afganas; poderío aéreo para detener una guerra civil de tres frentes), se trata de una estrategia imposible. Además, hay que recordar objetivamente que la expansión del poder de cualquier país es una “política de imperialismo”. Aunque esté expandiendo su poder por los motivos más nobles que pueda haber como salvar al mundo o salvar al país X, otras naciones, inclusive amigas, lo considerarán imperialismo. Cuando tenemos suficiente poder para estabilizar conflictos, prevenir la agresión o detener la proliferación nuclear, hemos acumulado tanto poder que somos, de hecho, reyes del mundo. Por alguna extraña razón, otras naciones resienten esto; no pueden comprender que nuestro poder se use solamente para hacer el bien. Esta es la historia del poder de Estados Unidos durante la guerra fría (por ejemplo, el resentimiento francés) y después de la misma (por ejemplo, el resentimiento ruso). Podemos hacer todas las subdivisiones y gradaciones que queramos del interés nacional. Donald Nuechterlein, por ejemplo, creó cuatro niveles en lugar de los dos de Morgenthau: intereses de supervivencia, vitales, principales y periféricos. Analizados con mayor detenimiento, los intereses de supervivencia se relacionan solamente con la destrucción

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en las guerras nucleares (un subconjunto del interés vital), y los intereses periféricos son demasiado pequeños para interesarnos. Por eso, volvemos a los dos de Morgenthau: vitales y secundarios. Se puede hacer una escala de 10 o 20 puntos para los intereses nacionales si se desea, pero su precisión es falsa ya que pronto se reducirán a sí mismos a la dicotomía de los intereses por los que vale la pena ir a la guerra y los intereses en los que podemos transar algo. Como lo dijo William de Ockhan: No multiplique innecesariamente las entidades. Efectos Distorcionadores en el Interés Nacional En cualquier momento determinado puede ser difícil definir el interés nacional debido a los efectos distorcionadores que en él tienen la ideología, el sistema mundial, las convicciones del público y la élite, la prensa, y la inercia política. Ideología. La ideología es un plan para mejorar la sociedad o por lo menos una afirmación de poder hacerlo. La ideología se asemeja a la religión, excepto que la primera trata de mejorar las cosas en este mundo en vez de la vida futura. Las personas que han abrazado una ideología frecuentemente muestran fervores parecidos a los religiosos y desdén por la realidad empírica. Lo opuesto a la ideología es el pragmatismo. Morgenthau y otros pensadores realistas generalmente se mofan de la ideología y afirman que es esencialmente un truco para justificar dictaduras. El mismo dictador generalmente acepta con recelo la ideología mientras trata de alcanzar con afán la política de los intereses nacionales. ¿Retiró Lenin a Rusia de la I Guerra Mundial porque era una guerra sucia imperialista o para salvar a Rusia de más desmembramientos a manos de los alemanes que avanzaban? En la Guerra Civil Española de 1936-39, Stalin ordenó a los voluntarios del Comintern en España adoptar una línea extremadamente moderada y no revolucionaria. Stalin estaba tratando de convencer a Gran Bretaña y Francia de unirse a él en la lucha contra Hitler. Sin esa alianza, los intereses nacionales vitales soviéticos estarían en peligro. La ideología comunista y la democracia española no tuvieron nada que ver; la seguridad del territorio soviético era todo lo que le interesaba a Stalin. La ideología puede cambiar con el cambio de situación. Stalin detuvo la excoriación de Alemania Nazi en 1939 porque no pudo conseguir la cooperación de Gran Bretaña y Francia para proteger sus fronteras occidentales, y por eso buscó a Hitler para hacer tratos con el mismo fin. De la misma forma, Winston Churchill, Conservador tenaz, explicó por qué Gran Bretaña ahora había hecho una alianza con la Unión Soviética. “Si Hitler invade el infierno, yo encontraré unas cuantas palabras buenas para decir sobre el demonio en la Cámara de los Comunes.” Las diferencias o afinidades ideológicas no cuentan, solo cuenta salvaguardar nuestro país. Después en la guerra, el temible Brigadier Maclean informó a su regreso de Yugoslavia que los seguidores de Tito eran comunistas y que someterían a Yugoslavia a una administración comunista después de la guerra. Churchill recibió la noticia sin alarmarse y preguntó a Maclean, “¿Usted se propone residir permanentemente en Yugoslavia después de la guerra?” Maclean respondió que no. “Bueno”, dijo Churchill, “tampoco yo”. La ideología de la posguerra en Yugoslavia no era lo más importante en su mente, indicó Churchill; la supervivencia de Gran Bretaña durante la guerra sí lo era. ¿Pero qué sucede con el creyente verdadero, el revolucionario que todavía actúa de acuerdo con su ideología? Es extremadamente difícil tratar con esas personas porque ignoran sus propios intereses nacionales y por esa razón son imposibles de predecir. Generalmente, su pasión no dura mucho después de familiarizarse con la responsabilidad que involucra gobernar y preservar a su país. Lenin comenzó cambiando de la ideología al pragmatismo casi

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inmediatamente después de tomar el poder, porque ahora tenía que cuidar de Rusia. Si no pueden cambiar, pueden llegar a destruir a toda su región, inclusive a su propio país, como lo hizo Hitler. Hay que observar cómo después de la muerte de Khomeini, la política iraní gradualmente empezó a ser más pragmática. La ideología y el interés nacional están en desacuerdo; el país que adopta una ideología generalmente es incapaz de buscar con afán una política de interés nacional, la cual requiere un punto de vista calmado y ordenado de la realidad. Sistema Global. La configuración mundial del poder también puede distorsionar el concepto de interés nacional. A finales del siglo XIX, con un mundo configurado mayormente por las potencias imperiales europeas, muchos países se sintieron obligados a tomar las piezas restantes para comprobar por sí mismos las principales potencias. Cierto tipo de contagio socavó el interés nacional, llevando a Estados Unidos a la toma de Las Filipinas de España. Teddy Roosevelt ideó el movimiento, pero se arrepintió después de algunos años cuando se dio cuenta que Las Filipinas se habían convertido en una vulnerabilidad para Estados Unidos en el Pacífico, y que había que defenderlas contra los japoneses a un costo muy elevado. Es fácil declarar que algo constituye interés nacional, pero es difícil respaldarlo después. Un mundo dividido por muchas potencias es diferente al que está dividido por dos superpotencias solamente. Probablemente la mayor distorsión provino en el segundo caso, la bipolaridad de la guerra fría, un juego sin ganadores que tendió a hacer que todo fuera importante. Las definiciones limitadas de interés nacional quedaron perdidas en el camino. Y las superpotencias rebuscaron en el fondo de las aguas un aliado más que les diera la ventaja decisiva. Laos, Etiopía, Afganistán, todo se convirtió en interés nacional. Solamente la Antártica permaneció fuera de la competencia de los superpotencias. Al igual que el símbolo de la pintura Sherwin-Williams, los intereses nacionales “cubrieron la tierra” y por eso perdieron su utilidad. Es necesario discriminar y determinar la importancia de los intereses nacionales, a menos que se esté dispuesto a extender demasiado el poder, en áreas de poca importancia. En la situación bipolar, para conservar sus alianzas la superpotencia hegemónica se ve obligada a abrazar los intereses nacionales de cada estado cliente. Una de las causas de la división de Tito y Stalin en 1948, por ejemplo, fue la insistencia de Tito en que Trieste perteneciera a Yugoslavia. Trieste pudo haber sido un interés nacional yugoslavo, pero no era un interés nacional soviético, y Stalin no estaba dispuesto a provocar a los británicos y a los norteamericanos al respecto. Estados Unidos estaba renuente a brindar ayuda a Francia en la primera guerra de Indochina; no era un interés nacional de EE.UU. Sin embargo, para empujar a Francia hacia la defensa común de Europa a comienzos de los años 50, fue necesario apoyar al imperialismo francés al otro lado del mundo. La participación de EE.UU. en Indochina empezó como un soborno para conseguir la cooperación de Francia en Europa. La atención brindada a la alianza se convierte en un interés nacional dominante que dificulta revisar minuciosamente el empeño militar en un pantano distante. Los clientes, por supuesto, sienten poca obligación por hacer propios los intereses nacionales de la potencia hegemonica. Francia no brindó ayuda a Estados Unidos en Indochina; de hecho, De Gaulle dijo a los norteamericanos que eran bastante estúpidos. Aparte de los soviéticos, ningún miembro del Pacto de Varsovia tuvo interés en Afganistán. El mundo bipolar produce un efecto de complacencia para empujar a la potencia hegemónica a defender a los clientes sin reciprocidad alguna implícita. Como tales, los sistemas bipolares son objeto de gran tensión y tienen una vida finita. Esto no molesta en nada a los Realistas, ya que ninguna alianza dura para siempre; cambian según cambian los intereses nacionales de

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sus miembros. La alianza no es el fin en sí: es meramente un medio que, por un tiempo, puede dar apoyo al interés nacional. El colapso del mundo bipolar de la guerra fría ahora permite la normalización o la eliminación de la distorsión de los intereses nacionales. Laos, Etiopía y Afganistán ahora reciben precisamente la atención que merecen. Ya no estamos tan ansiosos con nuestros amigos europeos, cuyos intereses nacionales pueden diferir de los nuestros o inclusive oponerse a ellos. No estamos desesperados por mantener junta a la OTAN y ahora quizá podamos sentirnos en libertad de decirle a los europeos que hagan lo que les plazca; que nuestro respaldo a ellos depende de los intereses nacionales nuestros que estén involucrados. Hay que notar cómo el final de la guerra fría motivó conversaciones muy serias y posiciones inflexibles en las negociaciones de GATT para disminuir las barreras comerciales. Dejó de haber tanta razón para que Estados Unidos fuera tan atento con los países del oeste europeo y el este asiático en el campo comercial; pareció ser hora de que Washington ponga atención a los intereses económicos de Estados Unidos. Convicciones Públicas y de la Élite. Aunque no son tan explícitas como las ideologías, la cultura, los valores y las convicciones de un país también pueden distorsionar las definiciones del interés nacional. Todo país tiene valores nacionales, pero el estadista que actúa según ellos sin tomar en consideración el interés nacional corre el riesgo de hacerle daño a la nación. Misioneros norteamericanos de larga experiencia en China convencieron a muchos norteamericanos de que era responsabilidad nuestra la salvación y el mejoramiento de China. El resultado fue la guerra con Japón. Las afinidades étnicas y culturales de muchos norteamericanos los empuja a apoyar automáticamente a sus países de origen y definir los intereses nacionales propios como intereses de Estados Unidos. Los cabilderos de Israel y Grecia ejercen una influencia muy grande, a pesar de que los intereses de Israel y de Grecia a veces difieren de los intereses de EE.UU. Por ejemplo, los cabilderos de Grecia hicieron que Washington vacilara por años en reconocer oficialmente a Macedonia. La falta de interés también puede ser negativa. Algunos analistas creen que si fuera por sí misma, la opinión pública norteamericana se inclinaría hacia el aislacionismo; es decir, no consideraría que hay intereses nacionales importantes en ningún lugar. Los norteamericanos son especialmente indiferentes a la América Latina, por considerar que ella no tiene ningún impacto en Estados Unidos, excepto por las drogas y los inmigrantes ilegales. Equivocadamente los norteamericanos creen que tienen pocos intereses nacionales en esa región. La élite, el grupo de personas más influyentes, presta mucha más atención a los asuntos extranjeros que el público en general; por lo tanto, es instrumental en la definición de los intereses nacionales. La anglofilia de la élite de anglosajones blancos y protestantes (WASP) del noreste inclinó a Estados Unidos a entrar a dos guerras mundiales para defender a Gran Bretaña. Esta inclinación no fue compartida por los estados centrales, en donde el origen de la mayoría de los integrantes de las élites era irlandés y alemán; de allí el “aislacionismo” de los estados centrales. Las élites económicas pueden definir las posesiones norteamericanas en el exterior como intereses nacionales. La Compañía United Fruit consideró que las reformas de Arbenz en Guatemala eran una amenaza contra sus bananas y por lo tanto, contra Estados Unidos. La ITT consideró que la toma por Allende de la red telefónica chilena, propiedad de la ITT, era una amenaza contra los intereses de Estados Unidos. Algunos críticos se preguntan si la guerra de

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EE.UU. contra Iraq fue en defensa de los intereses nacionales o de los intereses de la industria del petróleo. Las élites del campo educativo pueden despertar o mantener vivos asuntos que no interesan al público en general. Inculcando la opinión del “orden mundial” a la política mundial, los educadores pueden convencer a los estudiantes de que los problemas distantes son intereses norteamericanos vitales. Como funcionarios jóvenes estos estudiantes pueden llevar consigo puntos de vista idealistas a las agencias gubernamentales y a las organizaciones vinculadas a la prensa. Algunos funcionarios jóvenes del Departamento de Estado renunciaron cuando no lograron que a Bosnia se le considerara un interés norteamericano. Medios de Prensa. Los medios de prensa tienen especial importancia para concretizar al público en general en los asuntos de interés nacional. Desafortunadamente, lo hacen con una base caprichosa de poco fundamento y en forma calmadamente calculada. Un conocido columnista hizo de los kurdos su interés nacional mascota. Adicta a “buenas tomas” y “filmaciones de acción”, la televisión va hasta donde se desarrolle la acción y trae imágenes de niños mutilados o muertos de hambre (“si sangra, atrae”). En las imágenes está implícito el mensaje de que atrocidades tan espantosas automáticamente se deben convertir en interés de EE.UU. La prensa puede ser muy selectiva, dando una cobertura extensa a los horrores en Bosnia, pero pasando por alto horrores similares en Perú, Sri Lanka, o Angola. América del Sur tendrá que hundirse para que la televisión norteamericana le preste atención. Permitir que la prensa establezca los intereses nacionales equivale a dejar que la farándula se encargue de guiar a la nación. Inercia Política. Cuando se establece una política, ésta cobra una vida propia y puede continuar indefinidamente. La burocracia por naturaleza se mantiene marchando en la dirección establecida inicialmente, y puede incluir definiciones de interés nacional. La situación puede cambiar con el tiempo, pero no la burocracia. Dean Rusk testificó que Vietnam del Sur se convirtió en un interés vital de Estados Unidos debido a que habíamos gastado tanto en ese país en ayuda al exterior. Henry Kissinger afirmó después que aunque Vietnam no fue inicialmente un interés norteamericano, el empeño económico y militar de EE.UU. puso en tela de duda la credibilidad del país y por eso convirtió a Vietnam en un interés vital. En esta base, se pueden crear intereses nacionales en cualquier parte del mundo en donde previamente no había ninguno.

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La Utilidad del Interés Nacional ¿Si la definición de interés nacional puede ser distorsionada en tantas formas, cuán bueno es el concepto? Es tan bueno como la habilidad que se tenga para percibir la realidad con precisión, un don que sólo tienen pocos. Para el resto de nosotros, para obtener una idea precisa sobre el interés nacional sería necesario viajar al futuro en una máquina del tiempo para ver cómo se desarrollan las cosas con determinada política. El verdadero interés nacional a veces solamente se conoce muchos años después del hecho. Los efectos del segundo y tercer orden de una política frecuentemente son imposibles de predecir. A mediados de la década de los 60, a la mayoría de los norteamericanos les pareció que Vietnam era un interés nacional; una década después, pocos consideraron que había sido uno. Los comunistas victoriosos en Vietnam, habiendo empobrecido a su país, ahora trataban de entrar a la economía comercial del mundo capitalista. Es cómica la forma en que se desenvuelven las cosas. Como se observó anteriormente, el verdadero problema surge cuando aparecen analistas bien informados y presumiblemente inteligentes en lados opuestos de la definición del interés nacional. ¿En quién puede confiar el estadista? “El interés nacional” frecuentemente se usa en una base polémica, en la que cada lado afirma tener el verdadero panorama. La utilidad del interés nacional no se encuentra en ninguna fórmula para descifrar asuntos complejos. Tenga cuidado con quien trate de venderle una fórmula o una respuesta categórica, no hay ninguna. El interés nacional sirve para capacitar al encargado de tomar decisiones para que pueda hacer una serie de preguntas. ¿Cómo están afectando los acontecimientos actuales el poder de mi nación? ¿Pueden las fuerzas hostiles hacer daño a nuestros intereses vitales? ¿Tenemos suficiente poder para proteger nuestros intereses vitales? ¿Cuáles de nuestros intereses son secundarios? ¿Cuánto poder estamos dispuestos a emplear para defenderlos? ¿Qué tipo de componendas pueden obtenerse relativas a los intereses secundarios? El impacto neto de estas preguntas es hacer que las personas impetuosas se abstengan de lanzarse a una cruzada. El argumento de Morgenthau es que el mundo sería un lugar mucho mejor si todos los estadistas consistentemente se hicieran esas preguntas, ya que eso induciría cierto sentido de límites y de precauciones en sus estrategias, que de otra forma no tendría. El enfoque de Morgenthau también es útil para aquellos que simplemente no mantienen sus intereses nacionales definidos con exactitud y cerca de su territorio, sino que se proponen expandir su poder (imperialismo). El estadista está observando constantemente el horizonte para detectar el crecimiento de los centros de poder hostiles, y si pareciera posible que pudieran chocar contra sus intereses nacionales, formula estrategias para salvaguardarlos, basando cada paso en el poder adecuado. El enfoque del interés nacional es terriblemente anticuado, y algunos pensadores afirman que fue o debe ser reemplazado por nuevos enfoques de “interés mundial” o de “orden mundial” que van más allá del egoísmo característico del interés nacional. Sin embargo, empíricamente uno puede encontrar que todavía el interés nacional es un medio para predecir mejor la estrategia del estado que el orden mundial. En una crisis, cuando se trata de poner sus tropas en la línea de fuego, los estadistas todavía se preguntarán, “¿Cuál es el interés de mi nación en todo esto?” Esta no es una mala pregunta.

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FUNDAMENTOS DE LA GUERRA OPERACIONAL C500

Lección 1

Lectura D: "Hacia una Comprensión de la Estrategia Militar" por Arthur F. Lykke, Jr.

El autor presenta un enfoque conceptual a la estrategia militar. La define, describe sus

elementos básicos y deriva un modelo para mostrar su vinculación, y concluye con algunas observaciones relativas a la naturaleza de la estrategia militar.

¿Qué es una estrategia militar? En la antigua Grecia era el "arte del general". En el Glosario de Términos Militares, la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos contiene ocho definiciones de estrategia militar. Esto destaca el primero de muchos de los problemas relativos al estudio de este importante pero complejo tema. No hay una definición universal, ni siguiera una aproximación a un concenso. Hoy el término estrategia se usa con demasiada libertad. Algunos llaman estrategia a una línea trazada sobre un mapa. Otros consideran que una lista enumerada de los objetivos nacionales representa una estrategia. El problema no es sólo semántico, sino el uso apropiado de una de las herramientas más esenciales de la profesión militar. Al tratar de decidir entre estrategias alternativas, a menudo debemos hacer frente a una comparación de manzanas y naranjas porque las alternativas no contemplan los mismos factores. Solamente al comprender mutuamente lo que implica la estrategia militar podemos mejorar nuestro diálogo estratégico. Debe haber un acuerdo general sobre un enfoque conceptual a la estrategia militar: una definición, una descripción de los elementos básicos que componen la estrategia militar, y un análisis de cómo se vinculan esos elementos. Para los fines de esta discusión usaremos la definición aprobada por el Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos: Es el arte y la ciencia de emplear las fuerzas armadas de una nación para

proteger los objetivos de la política nacional aplicándola o amenazando con emplearla.

Durante la visita del General Maxwell D. Taylor a la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos en 1981, caracterizó la estrategia como objetivos, formas y medios. Podemos expresar este concepto en forma de ecuación: la Estrategia es igual a los Fines (objetivos que tratamos de alcanzar) más las Formas (cursos de acción) más los Medios (instrumentos mediante los cuales algunos fines se pueden alcanzar). Este concepto general puede servir de base para la formulación de cualquier tipo de estrategia (militar, política, económica, etc.) dependiendo del elemento de poder nacional empleado. No debemos confundir la estrategia militar con la (gran) estrategia nacional, la que se puede definir como: Es el arte y la ciencia de desarrollar y usar los poderes políticos,

económicos y sicológicos de una nación, conjuntamente con sus fuerzas armadas, en tiempo de paz y de guerra, para proteger los objetivos nacionales.

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La estrategia militar es una parte de la estrategia nacional general. En algunas ocasiones el componente militar de nuestra estrategia nacional se conoce como estrategia militar nacional -la estrategia militar en su más alto nivel, y distinta a las estrategias operacionales usadas como base del planeamiento y las operaciones militares. La estrategia militar debe apoyar la estrategia nacional y acatar la política nacional, definida como curso de acción o enunciados generalizados de la guía adoptados por el gobierno a nivel nacional en la búsqueda de los objetivos nacionales. A su vez, las capacidades y las limitaciones de la estrategia militar influyen en la política nacional. Siendo nuestro concepto general de estrategia una guía -La Estrategia es igual a los Fines más las Formas más los Medios- podemos desarrollar un enfoque para la estrategia militar. Los "Fines" se pueden expresar como objetivos militares. Las "Formas" se relacionan con los diferentes métodos de aplicar la fuerza militar. En esencia esto se convierte en un examen de los cursos de acción para alcanzar el objetivo militar. Estos cursos de acción se conocen como conceptos estratégicos militares. Los "Medios" se refieren a los recursos militares (potencial humano, pertrechos, dinero, fuerzas, logística, etc.) requeridos para cumplir la misión. Esto nos lleva a la conclusión de que la Estrategia Militar es igual a los Objetivos Militares más los Conceptos Estratégicos Militares más los Recursos Militares. Este enfoque conceptual aplica a los tres niveles de guerra: estratégica, operacional y táctica. También expone las similitudes básicas entre la estrategia militar nacional, el arte operacional y las tácticas. Los estrategas, los planificadores, los comandantes de cuerpo de ejército y los jefes de escuadra, todos tienen que ver con las formas de emplear los medios para alcanzar los fines. Algunos lectores podrían cuestionar esta idea, considerando que aunque los recursos militares son necesarios para apoyar una estrategia, no son parte componente de la misma. Limitarían la estrategia militar a una consideración de los objetivos militares y los conceptos estratégicos militares. Sin embargo, al discutir la importancia de la superioridad numérica, Clausewitz afirma que la decisión sobre el tamaño de la fuerza militar "es sin duda una parte vital de la estrategia." Y Bernard Brodie señala que "La estrategia en tiempo de paz se expresa, en gran medida, en alternativas entre los sistemas de armas..." Al considerar los recursos militares como un elemento básico de la estrategia militar, también podemos solucionar el problema de descartar la importancia de los objetivos militares y los conceptos estratégicos mientras nos concentramos principalmente en los asuntos relativos a la estructura de fuerza. Hay dos niveles de estrategia militar: operacional y de desarrollo de la fuerza. Las estrategias que se basan en las capacidades militares existentes son las estrategias operacionales -las que se usan de base para la formulación de planes específicos o para las acciones a corto plazo. A este nivel de estrategia también se le conoce como estrategia superior o tácticas superiores y arte operacional. Las estrategias de plazos más largos se pueden basar en las apreciaciones de las futuras amenazas, objetivos y requerimientos, y, por lo tanto, no están tan limitadas por la postura actual de la fuerza. Estas estrategias de plazos más largos con frecuencia son de naturaleza global y pueden requerir mejoras en las capacidades militares. Las estrategias militares pueden ser regionales y mundiales, dependiendo específicamente de los escenarios de la amenaza. Los objetivos militares y los conceptos estratégicos militares de la estrategia militar establecen requerimientos de recursos y, por lo tanto, la disponibilidad de los recursos influye en ellos. Si dejamos de considerar los recursos militares como un elemento de la estrategia militar, podríamos tener que enfrentar lo que se ha venido a conocer como una desigualdad entre la estrategia y las capacidades. En otras palabras, capacidades militares inadecuadas para implementar los conceptos estratégicos y alcanzar los objetivos de la estrategia militar. Este es el caso usual cuando estamos desarrollando una estrategia de largo plazo que requiere

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capacidades mejoradas en la estructura de fuerza militar. Sin embargo, podría ser desastrozo interesarnos en una estrategia operacional que servirá de base para los planes de contingencia y las operaciones militares. Es por esto que las estrategias operacionales se tienen que basar en las capacidades. Concentrémonos en el primer elemento básico de cualquier estrategia militar - el objetivo militar. Se puede definir como una misión o tarea específica a la cual se aplican las actividades y los recursos militares. Vienen a la menta varios ejemplos: prevenir agresiones, proteger líneas de comunicación, defender la tierra patria, restaurar un territorio perdido, y derrotar al adversario. Los objetivos deben ser de naturaleza militar. Aunque Clausewitz, Lenin y Mao enfatizaron la relación integral de la guerra y las políticas, a las fuerzas militares se les deben asignar misiones apropiadas dentro de sus capacidades. Liddell Hart lo enfatiza: Al discutir el tema del "objetivo" en la guerra, es esencial tener claro, y

mantener muy claro en nuestras mentes, la diferencia entre objetivo político y objetivo militar. Los dos son diferentes aunque no están separados. Las naciones no libran una guerra por la guerra en sí, sino en búsqueda de una política. El objetivo militar es solamente el medio para obtener un fin político. Por lo tanto, el objetivo político debe gobernar al objetivo militar, sujeto a la condición básica de que la política no exija lo que es militarmente - y prácticamente - imposible.

En nuestra definición de estrategia militar, los objetivos finales son los de la política nacional. Algunas veces la guía política es difícil de encontrar, confusa y ambigua. La política nacional también se relaciona con todos los elementos básicos de poder nacional: político, económico, sociosicológico y militar. Para hacer las cosas más interesantes, las políticas nacionales en estos campos diferentes a menudo se traslapan y pueden llegar a ser hasta contradictorias. Pocas veces hay objetivos "exclusivamente militares" o "exclusivamente políticos". Los líderes nacionales pueden escoger el empleo de elementos de poder militares en la búsqueda de los objetivos de la política nacional que son principalmente de naturaleza política o económica. Esto puede ocasionar problemas. Algunas veces la fuerza militar no es la herramienta apropiada. Los comandantes militares entonces pueden tener dificultad en derivar objetivos militares factibles de los objetivos de la política nacional. Ahora examinemos el concepto de estrategia militar. Se puede definir como el curso de acción aceptado como resultado de la apreciación estratégica. Los conceptos estratégicos militares pueden combinar una amplia variedad de opciones, tales como: defensa avanzada (acantonamiento avanzado o desplazamiento avanzado), reservas estratégicas, refuerzos, demostración de fuerza, existencias preubicadas, seguridad colectiva y asistencia a la seguridad. Estas son algunas de las formas en que se pueden usar fuerzas militares unilateralmente o en concierto con otras fuerzas aliadas. La determinación de los conceptos estratégicos tiene una importancia preponderante. Sin embargo, no se debe cometer el error de llamar al concepto estratégico una estrategia. Los conceptos estratégicos siempre se deben considerar en relación con los objetivos y los recursos militares. Por último, debemos estudiar la sección de los "Medios" en nuestra ecuación de la estrategia militar - los recursos militares que determinan las capacidades. Ellos pueden incluir fuerzas convencionales y no convencionales de propósito general, fuerzas nucleares estratégicas y tácticas, fuerzas defensivas y ofensivas, fuerzas activas y de la reserva, sistemas de armas y de material de guerra, así como potencial humano. También debemos tomar en consideración las funciones y las contribuciones potenciales de nuestros amigos y aliados. El paquete total de fuerzas debe estar bien balanceado con elementos de combate, apoyo de combate y apoyo de

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servicio de combate que se puedan equipar y sostener adecuadamente. Dependiendo del tipo de estrategia en desarrollo, las fuerzas que consideramos emplear pueden o no existir actualmente. En las estrategias operacionales de corto plazo, las fuerzas tienen que existir. En las estrategias de largo plazo para el desarrollo de la fuerza, los conceptos estratégicos determinan el tipo de fuerzas que deben existir y la forma en que se van a emplear. Ahora que hemos repasado los elementos básicos de la estrategia militar, tratemos de reunirlos con algún significado. La Figura 1 muestra uno de los modelos posibles. La Seguridad Nacional, nuestro interés más esencial, se apoya sobre una banca de tres patas llamada Estrategia Militar. Las tres patas de la banca se llaman Objetivos, Conceptos y Recursos. Esta simple analogía nos lleva a observar que las patas deben estar balanceadas o la seguridad nacional puede correr peligro (Figura 2). Si los recursos militares no son compatibles con los conceptos estratégicos o las obligaciones no concuerdan con las capacidades militares, podemos estar en peligro. El ángulo de inclinación representa el riesgo, definido después como la posibilidad de pérdida o daño, o de no alcanzar un objetivo. Por supuesto que es deber del militar determinar si hay riesgos asociados con la estrategia, el grado de riesgo, y presentarlo clara y enérgicamente ante la atención de los líderes civiles.

Figura 1. Un modelo de estrategia militar.

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PARA PROTEGER LA SEGURIDAD NACIONAL, LAS TRES “PATAS” DE LA ESTRATEGIA MILITAR NO SOLO DEEBN EXISTIR, SINO QUE DEBEN ESTAR BALANCEADAS.

Probemos nuestro modelo con un ejemplo para ver si es apropiado al explicar la estrategia militar. La Doctrina Carter fue un enunciado de la política nacional: Hagamos que nuestra posición sea absolutamente clara. Cualquier intento

de una fuerza externa por ganar el control de la Región del Golfo Pérsico será considerada un asalto contra los intereses vitales de Estados Unidos. Un asalto de este tipo será rechazado con cualquier medio necesario, inclusive la fuerza militar.

Formulemos una estrategia militar que satisfaga esta política. Un objetivo implícito sería el de proteger el acceso a nuestros abastecimientos de petróleo en el Golfo Pérsico. Este objetivo económico/político primero se debe convertir en objetivos militares tales como: mantener el paso libre a través del Estrecho de Hormuz y defender las refinerías, puertos y campos de petróleo claves. El concepto estratégico podría ser incluir una fuerza de desplazamiento rápido de nuestras reservas estratégicas. Pero, ¿tenemos actualmente suficiente capacidad de movilidad estratégica y de proyección de fuerza en existencia para mantener nivelada la banca? ¿Qué "pata" debe ajustarse? ¿Los recursos militares? Programar y producir las fuerzas requeridas de carga aérea y marítima podría tomar años. Con el fin de tener una estrategia operacional de corto plazo factible, podría ser más inteligente cambiar el concepto estratégico al de defensa avanzada y acantonar o desplazar más fuerzas militares de Estados Unidos en la región. Quizá hayamos examinado el tema de la estrategia militar con suficiente detenimiento para llegar a sacar algunas conclusiones iniciales sobre su naturaleza. Primero, no es el título de la estrategia lo que es importante; es el contenido lo que cuenta. Los nombres cambian frecuentemente por razones cosméticas reflejando pocas alteraciones de consideración. Un

Riesgo

Figura 2.

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estudio de la historia muestra que las estrategias militares han sido identificadas con una amplia variedad de nombres. La "Represalia Masiva" de la Administración de Eisenhower, la "Respuesta Flexible" de Kennedy, y más recientemente "Disuasivo Realista", todas han sido conocidas como estrategias. Tuvimos la "estrategia de dos años y medio" de Johnson que cambió a "estrategia de año y medio" después de la división chino-soviética y la realización de que comprar una fuerza militar en tiempo de paz que pudiera librar dos guerras y media simultáneamente era simplemente demasiado costoso. Estos últimos ejemplos de enunciados estratégicos describen los lineamientos de adquisición de una estructura de fuerza en lugar de estrategias militares. Otros nombres de "estrategias" en el transcurso de los años han sido: desgaste, aniquilamiento, contravalor, contrafuerza, disuasión, combate, enfoque directo e indirecto, búsqueda y destrucción, marcha de petróleo, destrucción segura, contención y neutralización. Se debe recordar que en condiciones ideales los objetivos militares y los conceptos estratégicos determinan la estructura de fuerza y el desplazamiento de las fuerzas militares. Sin embargo, las capacidades y limitaciones de las fuerzas militares existentes afectan necesariamente los objetivos militares y los conceptos estratégicos. La estrategia militar puede ser real o "de palabra". En otras palabras, como sostienen nuestros líderes, puede ser o no nuestra estrategia real. La estrategia militar de Estados Unidos pocas veces se ha expresado claramente y raras veces se ha descrito con suficientes detalles para que todos la comprendan. Algunos afirman que no es apropiado, que es imposible o hasta peligroso anunciar abiertamente la estrategia militar. Este mismo acto puede limitar nuestras opciones en una situación de crisis, o prevenir a nuestros adversarios potenciales respecto a cuáles podrían ser nuestras acciones. Una nación puede necesitar más de una estrategia militar a la vez. Por ejemplo, si una nación sólo tiene una estrategia de disuasión y fracasa, ¿Qué debe hacer entonces? ¿Rendirse? ¿Someterse a ataques fragmentarios y pérdidas cada vez mayores? ¿Desatar un ataque nuclear estratégico masivo? Estas son algunas de las opciones si además no tiene una estrategia de combate. La estrategia militar puede cambiar rápida y frecuentemente, ya que sus objetivos pueden cambiar en un instante. Sin embargo, toma mucho más tiempo alterar las fuerzas militares con el fin de que puedan reaccionar de inmediato a los nuevos objetivos y conceptos. En resumen, la estrategia militar consiste en establecer objetivos militares, formular conceptos estratégicos militares para alcanzar los objetivos, y usar los recursos militares para implementar los conceptos. Cuando cualquiera de estos elementos básicos es incompatible con otro, nuestra seguridad nacional puede estar en peligro.

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FUNDAMENTOS DE LA GUERRA OPERACIONAL C500

Lección 1

Lectura E: "Evaluación de la Estrategia de Seguridad Nacional y la Estrategia Militar Nacional",

por Ted Davis, Teniente Coronel, Ejército de Estados Unidos. INTRODUCCION Arthur F. Lykke Jr., concluyó su artículo (Apéndice 3) escribiendo: "... La estrategia militar consiste en establecer objetivos militares, formular

conceptos estratégicos militares para alcanzar los objetivos y usar los recursos militares para implementar los conceptos. Cuando cualquiera de estos elementos básicos es incompatible con otro, nuestra seguridad nacional puede estar en peligro."

Este apéndice trata sobre el criterio empleado para evaluar la estrategia con el fin de cuidar que la seguridad nacional no corra peligro. El criterio consta de tres elementos: idoneidad, factibilidad y aceptabilidad. IDONEIDAD Como señaló el Coronel Lykke, el propósito final de la estrategia militar nacional, por definición, es proteger los objetivos de seguridad nacional. La primera evaluación de una estrategia es con respecto a su vinculación con objetivos que aplican a otras estrategias (por ejemplo, la económica y la diplomática). Idoneidad: ¿Al cumplir el objetivo se logra el efecto deseado? Un objetivo militar es idóneo si lleva al objetivo político o de seguridad nacional deseado. Una suposición fundamental de las lecturas de la Lección 1 es que el desarrollo de la estrategia de seguridad nacional es un proceso racional, y que hay una comprensión coherente y consciente de las dinámicas que la afecta. Las lecciones subsiguientes del C500 mostrarán que Estados Unidos trata de usar un proceso racional para desarrollar e implementar su estrategia. Parte de su proceso racional consiste en desarrollar objetivos militares nacionales basados en los objetivos de seguridad nacional. La idoneidad requiere que los estrategas militares traduzcan los objetivos políticos en objetivos militares. El estratega militar debe hacer esta traducción en tiempo de paz y en tiempo de guerra. Traducir los objetivos políticos en objetivos militares es la mitad del arte de la estrategia. Sin embargo, no hay principios ni reglamentos que normen la traducción como tampoco hay una plantilla de verbos políticos para las traducciones militares. El arte de la estrategia es una traducción intuitiva basada en la experiencia, la educación y la sabiduría de los jefes militares de mayor jerarquía. Como ejemplo, considere los objetivos nacionales y los objetivos del teatro de operaciones del Comando Central de Estados Unidos (USCENTCOM) durante la operación TORMENTA DEL DESIERTO (ver la figura 1). Observar que la recopilación de objetivos militares dio cumplimiento a los objetivos nacionales; no se trata de una simple correspondencia de uno a uno. Un objetivo militar se puede relacionar con varios objetivos nacionales, o un objetivo nacional puede requerir el desarrollo de varios objetivos militares.

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FACTIBILIDAD Si la recopilación de objetivos militares es idónea, los objetivos militares deben, también, ser factibles de alcanzar. Factibilidad: ¿Se puede realizar la acción con los medios disponibles? Un objetivo militar es factible si tiene una oportunidad razonable de tener éxito. La factibilidad es una evaluación del concepto estratégico (formas) dados los recursos disponibles (medios). La determinación de la factibilidad incluye arte y ciencia. La factibilidad se basa en los recursos comparativos: los medios disponibles y los medios contrarios influidos por las condiciones físicas prevalecientes en el campo de acción. En otras palabras, la capacidad amiga comparada con la capacidad enemiga dada la naturaleza del ambiente. La factibilidad es la comparación entre los sistemas de armas, organizaciones, doctrina, liderazgo y capacidad de sostenimiento de las fuerzas amigas y la naturaleza de las fuerzas del adversario o de los obstáculos que pueden ser causa de una derrota. En el nivel estratégico nacional, el ambiente incluye las condiciones de las relaciones internacionales (ejemplo, condiciones económicas, estabilidad regional y limitaciones de tiempo) así como el ambiente físico (terreno y clima). La prueba de factibilidad debe incluir el examen de las suposiciones básicas del concepto estratégico y el impacto del tiempo (solución rápida o con paciencia) y la geografía.

Objetivos Nacionales Obtener el retiro inmediato, total e incondicional de las fuerzas iraquíes en Kuwait. Restaurar el gobierno legítimo de Kuwait. Permanecer comprometidos a restaurar la seguridad y la estabilidad del Golfo Arabe.

Objetivos del teatro de operaciones del USCENTCOM Atacar el liderazgo, mando y control iraquí. Ganar y mantener la supremacía aérea. Cortar "totalmente" las líneas de abastecimiento iraquíes. Destruir su capacidad química, biológica y nuclear. Destruir las divisiones de la Guardia Republicana. Permitir que las fuerzas árabes liberen la Ciudad de Kuwait.

Figura 1. Objetivos de la Operación TORMENTA DEL DESIERTO

ACEPTABILIDAD Si el objetivo militar es idóneo y el concepto militar es factible, los medios militares requeridos deben ser económicos. Aceptabilidad: ¿Justifica la importancia del efecto deseado las consecuencias producidas por los costos? El cálculo de ganancias y pérdidas de toda la empresa es esencial para determinar si será ventajosa. El éxito debe tener un costo razonable. La aceptabilidad se determina comparando los recursos requeridos (medios) y los beneficios que se van a obtener (fines).

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Para comprender los costos es necesario el arte y las ciencias, porque no todos los costos son tangibles (por ejemplo, dólares y bajas). Los costos intangibles como el prestigio, el apoyo público y la credibilidad se deben tomar en consideración. Además, las consecuencias tangibles que no están vinculadas al fin deseado pueden ser importantes también. Por ejemplo: Una de las consecuencias de emplear la coalición durante la Guerra del Golfo Pérsico puede ser la esperanza de que cualquier futuro empleo de la fuerza deba realizarse bajo el escudo de la seguridad colectiva, lo que podría dificultar la justificación de una acción unilateral aunque fuese verdaderamente necesaria. COMENTARIO El criterio de idoneidad, factibilidad y aceptabilidad se puede usar en cualquier actividad de planeamiento. No se limita a la estrategia militar. Una prueba que emplea este criterio se describe en la Lección 7 como parte del proceso de apreciación estratégica. Durante todo el curso C500 los estudiantes deben obtener una apreciación de los instrumentos de poder nacional. Además, los estudiantes deben comprender la sincronización del poder nacional. Las posiciones que ocupen en el futuro bien podrían requerir mucho más que mentalidad de trinchera. La lección 1 presenta los conceptos estratégicos como un antecedente para comprender la estructura de la seguridad nacional y la forma en que Estados Unidos genera y emplea su poder nacional, especialmente su poder militar. Aunque esta lección y este curso no pueden convertir a todos los estudiantes en científicos políticos o grandes estrategas militares, los estudiantes sí deben estar desarrollando una base sólida para otros estudios adicionales y su capacitación personal.

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FUNDAMENTOS DE LA GUERRA OPERACIONAL C/M/S 500

Lección 2

Lectura A: "Descripción del Ambiente de Seguridad Internacional: El Choque de Ideas"

Por Robert D. Walz, Tte. Cnel. Jubilado del Ejército de EE.UU. A diferencia de los "confortables" años de la época de la Guerra Gría, el ambiente estratégico de hoy está lleno de complejidades e incertidumbre. Así como habían analistas que explicaban lo relativo al ambiente de la Guerra Fría, también hay analistas que intentan explicar lo relativo al ambiente de hoy. Más allá del nivel del macroanálisis del ambiente estratégico, existen varias fuerzas y tendencias globales y regionales que necesitan ser exploradas por nosotros para comprender el ambiente con el cual deben lidiar los formuladores de la política de seguridad nacional. Sin embargo, a diferencia de la época de la Guerra Fría, existe una gran divergencia de perspectivas. Los principales entre estos analistas son Samuel Huntington, Alvin y Heidi Toffler y Robert Kaplan. Este artículo, al igual que los subsiguientes, resume algunas de las diversas perspectivas. Para comprender mejor el material, se recomienda enfáticamente el estudio de los autores, los defensores y los críticos principales.

"EL CHOQUE DE LAS CIVILIZACIONES" DE LOS TOFFLER

Con la publicación de War and Anti-War (La Guerra y el Movimiento contra la Guerra), los afamados futuristas Alvin y Heidi Toffler intentaron desengañar a los optimistas que pronosticaban una era de paz duradera y de competencia totalmente económica. Ellos indicaron que "...la terrible verdad es que la era de asesinatos marginales, cuando todas las guerras eran libradas por pequeños estados en lugares distantes, puede estar llegando a su fin". Su análisis se basa en su teoría de las olas de la historia publicada por primera vez en su libro Future Shock (El Futuro Impacto) (1970). Han habido tres "olas" en la historia de la humanidad. Cuando estas olas de cambio "chocan entre sí, se desatan poderosas corrientes opuestas". El choque de estas olas de la historia es el tema de "el choque de las civilizaciones" de los Toffler. Los Toffler definen las civilizaciones en términos tecnológicos. La Primera Ola es la ola agraria mediante la cual las primitivas tribus nómadas fueron reemplazadas por agricultores apegados a la tierra. Esta revolución agrícola provocó que la gente se apegara a la tierra, y aún hoy hay mucha gente, y por consiguiente civilizaciones, apegada a la tierra. Los Toffler escogieron la azada como representación conceptual de la Primera Ola de civilización agraria. La Segunda Ola es la revolución industrial. La nueva tecnología ocasionó cambios en todas las instituciones de Europa Occidental, pasando a formar un nuevo sistema basado en la producción masiva, el consumo masivo, la educación masiva y los medios publicitarios masivos--todos los cuales estaban vinculados a instituciones, tales como escuelas, corporaciones y partidos políticos, y eran servidos por dichas instituciones. Hasta la estructura familiar sufrió cambios: la familia extensa pasó a ser familia nuclear. Sin embargo, esta revolución no ocurrió pacíficamente. De acuerdo con los Toffler, el cambio fue combatido severamente por los terratenientes de la Primera Ola que a menudo estaban aliados con la iglesia. Cuando los agricultores fueron obligados a dejar sus tierras para trabajar en las nuevas

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factorías se suscitaron ataques, revueltas, guerras civiles, disputas fronterizas y movimientos de insurrección nacionalistas por los intereses de la Primera Ola y los de los proponentes de la Segunda Ola. Este patrón se repitió casi en todos los países que se encontraban en vías de industrializarse, por ej., la Guerra Civil en Estados Unidos y la "Restauración" Meiji en Japón. Según se iban industrializando más países, el conflicto avanzó hacia una carrera de conquista de colonias cuando la Segunda Ola de naciones estado (una creación de la Segunda Ola) llegó a dominar los restantes estados y unidades tribales de la Primera Ola en Asia y África. El resultado, como indican los Toffler, es que la élite de la Segunda Ola ganó la lucha por el poder dentro de sus propios países y definitivamente la mayor lucha por el poder mundial. Los Toffler utilizaron la línea de ensamblaje como símbolo conceptual de la Ola Industrial. Hasta la llegada de la Tercera Ola, los Toffler veían un mundo bisecado que estableció el marco para la mayoría de las guerras. Aun cuando las guerras tribales y territoriales entre los grupos primitivos se siguieron librando como había estado ocurriendo por siglos, las mayores guerras fueron entre las naciones de la Segunda Ola en su lucha por el dominio. El resultado fue un mundo en el cual existía una civilización dominante de la Segunda Ola y un grupo subordinado de colonias de la Primera Ola. En la actualidad, sin embargo, los Toffler ven el mundo avanzar rápidamente hacia un mundo trisecado en el cual hay tres olas en conflicto: la Primera y Segunda Olas originales comparadas y en competencia con una nueva ola en desarrollo, que es la Tercera Ola y se caracteriza por el procesamiento ultrarrápido de información. Esta nueva ola, u Ola de Información, está afectando en gran medida nuestras vidas. La familia, la religión, la cultura, la política, el comercio, el liderazgo, los valores, la moralidad sexual y la epistemología se encuentran en el proceso de evolución como sucedió durante las primeras dos olas. Los Toffler alegan que introducir esta "...nueva civilización en el planeta y luego esperar que haya paz y tranquilidad es el colmo de la ingenuidad estratégica. Cada civilización tiene sus propios requerimientos económicos (y, por consiguiente, políticos y militares). Ellos opinan que en este mundo trisecado las civilizaciones de la Primera Ola (conocidas también como el Tercer Mundo) proporcionan recursos agrícolas y minerales y las de la Segunda Ola (conocidas también como países en vías de industrialización) proporcionan mano de obra y producción masiva a bajo costo. La civilización de la Tercera Ola está alcanzando el dominio a través de los nuevos métodos que emplea para crear y explotar los conocimientos. Los Toffler alegan que las naciones de la Tercera Ola "...venden información e innovaciones, administración, cultura y cultura popular, tecnología avanzada, programas de computación, educación, adiestramiento, atención médica, servicios financieros y otros servicios al mundo. Uno de esos servicios también puede resultar ser la protección militar basada en su comando de fuerzas superiores de la Tercera Ola". También ven las economías de la Tercera Ola caracterizadas por la fabricación breve de productos de demanda limitada. Debido a que la información es el recurso clave, el índice de desempleo aumenta entre los trabajadores no especializados y los analfabetas y se derrumban las antiguas corporaciones basadas en la producción al igual que los sindicatos laborales que surgieron con ellas. Asimismo, el sistema familiar cambia de la familia nuclear a la familia que se caracteriza por la presencia sólo del padre o de la madre, parejas que han vuelto a contraer matrimonio, familias sin hijos y solteros independientes.

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Como resultado de los cambios masivos, la homogeneidad de las olas anteriores es reemplazada por la civilización heterogénea de la Tercera Ola. Y debido a que la nueva civilización se basa en los conocimientos, el ritmo de los cambios tecnológicos, las transacciones y hasta de la vida cotidiana se acelera en gran medida. Esto causa fricción, ya que las civilizacione de la Segunda y la Primera Olas no pueden mantenerse a la par. También, porque los países de la Tercera Ola necesitan a las otras dos sólo como mercados; los países de la Tercera Ola comercian más entre sí y utilizan la tecnología basada en los conocimientos para realizar un sinnúmero de tareas que requieren de un gran esfuerzo laboral con mayor rapidez, mejor y a un menor costo que los países de la Segunda Ola. Este fenómeno amenaza con romper muchos de los vínculos existentes entre los ricos y los pobres. Sin embargo, los Toffler señalan que los vínculos no podrán romperse por completo debido a que resulta imposible terminar con la contaminación ambiental y las enfermedades y, especialmente, evitar que los inmigrantes penetren las fronteras de los ricos. Por consiguiente, las tensiones continuarán aumentando y la "...nueva civilización luchará por establecer una hegemonía global, como lo hicieron los modernizadores de la Segunda Ola en los siglos pasados con respecto a las sociedades pre-modernas de la Primera Ola. Los Toffler concluyen expresando que "...la transformación histórica de un mundo bisecado en un mundo trisecado muy bien podría activar las luchas más profundas por el poder en el planeta según cada país intenta colocarse en la nueva estructura de poder de tres niveles. La trisección establece el entorno en el cual se librarán la mayoría de las guerras de ahora en adelante. Y esas guerras serán distintas a lo que la mayoría de nosotros imaginamos. (Las implicaciones de la tecnología se discutirán más adelante en la sección relativa a la Revolución en los Asuntos Militares.)

"EL CHOQUE DE LAS CIVILIZACIONES" DE SAMUEL HUNTINGTON

El afamado experto en ciencias políticas, Samuel Huntington, también prevé un choque de civilizaciones, pero sus puntos de vista son mucho más distintos y más convencionales (aunque posiblemente no menos sangrientos) que los de los Toffler. La tesis de Huntington es la siguiente:

...que la fuente fundamental del conflicto en este nuevo mundo no será principalmente ideológica ni económica. Las marcadas divisiones entre la humanidad y la dominante fuente del conflicto serán culturales. Las naciones estado seguirán siendo los más poderosos actores en los asuntos mundiales, pero los principales conflictos de la política global ocurrirán entre naciones y grupos de civilizaciones distintas. El choque de las civilizaciones dominará la política global. Las fisuras divisorias existentes entre las civilizaciones serán las líneas de combate del futuro.

Hay algunos términos clave que debemos comprender para entender la tesis de Huntington. El primero es civilización. Para Huntington una civilización es una "entidad cultural", el "grupo de nivel cultural más elevado de la humanidad y el más amplio nivel de identidad cultural que tienen las personas aparte de lo que distingue al humano de otras especies". Él afirma que las características que definen a una civilización no sólo incluyen elementos comunes tales como el idioma, la religión, la historia, las costumbres y las instituciones, sino también, y quizá lo más importante de todo, la identificación subjetiva de la civilización por cada miembro para determinar a qué civilización pertenece. Señala que las

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personas pueden tener varios niveles de identificación tales como ser neoyorquino, norteamericano, metodista, cristiano y oriundo del oeste. El segundo término clave de Huntington es fisura divisoria. En palabras sencillas una fisura divisoria es el área del mundo donde las civilizaciones se traslapan. La antigua Yugoslavia es un ejemplo excelente de un área situada a lo largo de una fisura divisoria por que es allí donde se mezcla la gente de tres distintas civilizaciones. En su escrito, Huntington identifica a siete u ocho civilizaciones--la occidental, la confuciana, la japonesa, la islámica, la hindú, la eslava-ortodoxa, la latinoamericana, y, posiblemente, la africana--y entra en algunos detalles por los cuales él opina que habrá un choque entre estas civilizaciones. Su primera razón es que las diferencias entre las distintas civilizaciones no sólo son reales sino que son básicas, por ejemplo, experiencia histórica, religión, idioma, valores culturales y tradiciones. La segunda es que la revolución tecnológica ha convertido al mundo en un lugar más pequeño, permitiendo un mayor contacto entre personas de distintas civilizaciones a través de la migración y los viajes. En tercer lugar, la modernización económica y el cambio social están separando a las personas de las fuentes locales de identidad, como por ejemplo, de sus familias, tribus y hasta de su nación estado. La religión, uno de los sellos distintivos de las distintas civilizaciones, ha pasado a llenar este vacío. En cuarto lugar, el auge de la "creación de conciencia respecto a la civilización" ha sido fortalecido por el oeste. Según Huntington, el occidente está en la cima de su poder, y no sólo es admirado sino también rechazado. Por consiguiente, las personas están en busca de alternativas a los métodos del occidente. En quinto lugar, debido a que las civilizaciones confieren identidad a las personas, existe mayor dificultad para resolver conflictos mediante el compromiso. Por último está el crecimiento del regionalismo económico y los resultantes bloques económicos regionales. Esto refuerza la creación de conciencia respecto a la civilización y la creencia de que los bloques económicos regionales sólo pueden tener éxito si están arraigados en una civilización común. Por consiguiente, Huntington arguye que:

...el choque de las civilizaciones ocurre en dos niveles. A nivel local (o micro), los grupos adyacentes situados a lo largo de las fisuras divisorias que se encuentran entre las civilizaciones luchan, a veces violentamente, por el control del territorio y entre sí. A nivel general (o macro), los estados de las distintas civilizaciones compiten por el poder militar y económico relativo, luchan por el control de las instituciones internacionales y de terceros orgnismos, y competitivamente fomentan sus valores políticos y religiosos particulares.

De esta manera, Huntington no sólo explica el conflicto en Bosnia sino también el conflicto económico entre Estados Unidos y Japón. Huntington continúa ofreciendo información histórica sobre las distintas civilizaciones que han trazado las fisuras divisorias. Se concentra en la historia que creó el límite entre la civilización cristiana occidental y la ortodoxa eslava, entre la cristiana occidental y el islamismo, entre la ortodoxa eslava y el islamismo, y entre la civilización islámica y la hindú y la confuciana. Concluye con una discusión sobre el antagonismo que existe entre el Japón y América, que según él es cultural y no racial. Finalmente, Huntington examina algunos fenómenos que surgen de su análisis. El primero es el que él llama "el occidente frente a los demás". Huntington ve a la civilización occidental en la cima de su poder en relación con las demás civilizaciones. La superpotencia que se oponía al occidente ha desaparecido y el estallido de un conflicto entre los países del

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occidente es algo que ni se considera. Salvo por Japón, no hay en el horizonte ningún país que rete al occidente en el aspecto económico. Esto ha dado pie a una situación en la cual la comunidad mundial ha adoptado un orden mundial que refleja los valores e intereses occidentales. Esta situación, como es natural, ha producido resentimiento entre pueblos y estados de otras civilizaciones orgullosas. Los estados de otras civilizaciones tienen tres alternativas: unirse al occidente, como al parecer lo ha hecho Japón; aislarse, como lo han hecho Birmania e Irán; o intentar "equilibrar" el occidente a través de la modernización, pero sin adoptar el occidentalismo, y cooperando con estados no occidentales, como aparentemente está tratando de hacer China. El segundo fenómeno es el de los "países desmembrados", que otros autores han llamado "estados fracasados". Estos son estados que se encuentran a horcajadas en las fisuras divisorias que separan las distintas civilizaciones. La Unión Soviética, Yugoslavia, Turquía y México son ejemplos de este fenómeno. Estos países deben redefinir las identidades de sus civilizaciones para poder enfrentar eficazmente los cambios. Para hacer esto, deben satisfacer tres requerimientos: contar con grupos políticos y económicos selectos que sientan entusiasmo por hacer cambios, contar con un público que esté dispuesto a aceptar el cambio de identidad, y que los grupos dominantes de la civilización receptora estén dispuestos a recibir al nuevo estado. El tercer fenómeno es la conexión entre la civilización confuciana y la islámica. Huntington arguye que las civilizaciones que más en contra están de la civilización occidental son la confuciana, dirigida por China, y la islámica. Ambas están adquiriendo armas, especialmente de destrucción en masa. Asimismo, China (y en menor grado Corea del Norte) está cooperando con los estados islámicos para fomentar la adquisición de armas y tecnología diseñadas para contrarrestar la superioridad militar del occidente. En sus conclusiones respecto a las implicaciones para el oeste, Huntington no arguye que la identidad de la civilización vaya a reemplazar el nacionalismo ni la lealtad a la nación estado; en lugar de ello, arguye que la creación de conciencia respecto a la civilización está aumentando y que esta creación de conciencia reemplazará a la ideología como forma predominante de conflicto. Llega a la conclusión de que que "el eje máximo de la política mundial será definido por las relaciones entre el occidente y los demás". Aunque no alega la inevitabilidad de un conflicto mayor, opina que es beneficioso para el oeste fomentar la cooperación y el alivio de las tensiones con las demás civilizaciones, en especial la confuciana y la islámica, para evitar o mitigar el conflicto. Aunque insta a las naciones occidentales a mantener su potencia militar para proteger sus intereses, tal vez lo más importante de todo es que insta a estudiar y conocer más a las demás civilizaciones para localizar áreas comunes.

"LA ANARQUÍA VENIDERA"

DE ROBERT KAPLAN Si bien los Toffler y Huntington examinan al mundo desde lo alto (del nivel superior al inferior), Robert Kaplan lo examina desde la perspectiva de la nación estado (del nivel inferior al superior). Su tesis señala que algunas naciones estado se están volviendo ingobernables y están descendiendo a la anarquía. Cuando eso sucede, si se trata de estados regionales importantes, como México, y si algunos estados menos importantes también lo hacen al mismo tiempo, las consecuencias serán adversas para la comunidad mundial. Los estados importantes que el considera que posiblemente pueden descender a la anarquía son: China, México, India, Paquistán, Indonesia, Nigeria e Irán.

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Kaplan expuso por primera vez su tesis en un artículo publicado en el Atlantic Monthly, en febrero de 1994. En ese artículo, Kaplan pinta un panorama obscuro utilizando evidencias anecdóticas basadas en sus viajes. Se concentra en la costa occidental del África, en donde describe naciones africanas con gobiernos que no tienen control sobre las regiones del interior y que controlan la capital de día pero no durante la noche. Esto es ocasionado por la migración masiva de individuos procedentes de la zona rural a la ciudad capital. Describe a Lagos, la capital de Nigeria (90 millones de habitantes) y el estado más grande y próspero de la parte occidental del África, como ejemplo del desorden urbano debido al crimen, la contaminación y la superpoblación existentes allí. Y este ambiente empeorará en los próximos 25 años cuando se duplique la población de esta ciudad. Agravando los problemas traídos por la migración está el hecho de que las naciones estado del continente africano fueron creadas por los colonizadores europeos, quienes trazaron fronteras para su conveniencia en lugar de trazar fronteras que siguieran grupos geográficos, étnicos o económicos naturales. Como resultado de ello, muchas de estas fronteras impuestas están comenzando a derrumbarse. La propagación de enfermedades en África complica más el problema de la desintegración de las fronteras. La generalización extrema de la malaria y del SIDA (dos terceras partes de aquellos cuya sangre está infectada con el virus del VIH se encuentra en África) está creando una barrera impenetrable...que amenaza con aislar al continente en su totalidad". Kaplan luego examina los factores clave que según su opinión son necesarios para comprender los eventos de los próximos 50 años. En términos de la Escuela de Comando y Estado Mayor General (CGSC), Kaplan ve la venida de la anarquía como una tendencia. La insuficiencia ambiental, los choques culturales y raciales, el destino geográfico y la transformación de la guerra son fuerzas que conducen a la tendencia. Luego examina cada una de estas fuerzas en detalle. En primer lugar, Kaplan opina que el ambiente es una potencia hostil. Ve la escasez de recursos como un factor crítico que conduce a la ingobernabilidad de lugares como Nigeria, India y Brasil. Opina que el impacto político y estratégico del crecimiento poblacional desmedido, la propagación de enfermedades, la deforestación y la erosión del suelo, el agotamiento del agua, la contaminación del aire y, posiblemente, el incremento del nivel del mar en regiones críticas superpobladas como el Delta del Nilo y Bangladesh--acontecimientos que causan migraciones masivas y, a su vez, provocan conflictos en los grupos--será el principal reto de la política exterior y del cual, definitivamente, emanarán otros, para incitar al público y unir intereses diversos dejados por la Guerra Fría. Al escribir acerca sel segundo factor, los choques culturales y raciales, Kaplan está de acuerdo con Huntington en que los futuros conflictos surgirán de los conflictos culturales. Agrega que debido a las migraciones masivas ocasionadas por el entorno, las fronteras nacionales serán menos significativas, y el poder político recaerá en los grupos menos cultos y menos sofisticados. Por consiguiente, para esas masas incultas pero recién facultadas, las fronteras que importarán serán las definidas por la cultura y por las tribus. El tercer factor que ve Kaplan como una fuerza es el destino geográfico. Los mapas de hoy día, que dividen el mundo en ciudades, estados o provincias y naciones, no describen la realidad geográfica, las realidades de la cultura ni la sub-cultura; ni tampoco la sub-sub-cultura. Los mapas de las ciudades no incluyen las barriadas pobres de Río, Lagos o de Ciudad México. Los mapas de Turquía e Irak no describen las realidades de los curdos. Por lo tanto, "la identidad en Turquía, al igual que en la India, África y otras partes, es más compleja y sutil que lo que puede representar la cartografía convencional".

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Finalmente, Kaplan afirma que para comprender a plenitud las ramificaciones políticas y cartográficas de la transformación de las naciones estado en "un patrón fraccionado de ciudades estado, estados pobres, regionalismos nebulosos y anárquicos--es necesario considerar, en definitiva, si esto constituye guerra. Kaplan repite las palabras de Martin Van Crevald cuando dice que la guerra ya no obedecerá las antiguas reglas de la guerra estatal. La guerra pasará a ser algo similar a lo que los militares solían llamar conflicto de baja intensidad, y que ahora cae bajo el nombre de operaciones de estabilización y apoyo (OOTW). De hecho, Kaplan alega que la guerra y el crimen pueden llegar a ser indistinguibles. "Las guerras del futuro se caracterizarán por la supervivencia comunal, agravadas o, en muchos casos, ocasionadas por la insuficiencia ambiental. Estas guerras serán de tipo subnacional, lo cual significa que a los estados y a los gobiernos locales les será difícil proteger físicamente a sus propios ciudadanos".

FUERZAS EN EL AMBIENTE DE SEGURIDAD INTERNACIONAL

En términos definidos en la Lección 1, los tres pensadores mencionados anteriormente consideran las tendencias globales según sus puntos de vista y describen fuerzas selectas que apoyan las tendencias que describen. No obstante, existen otras fuerzas en juego en el ambiente de la seguridad con las cuales tienen que lidiar los líderes de Estados Unidos. Recuerde que como se indicó en la Lección 1, las fuerzas se agregan para formar tendencias. Terrorismo Con la detonación de bombas en el Centro de Intercambio Mundial en 1994, por primera vez en la historia se perpetró en Estados Unidos un acto terrorista de gran escala. El terrorismo, una definición breve del cual es el uso calculado de amenazas o violencia para modificar la conducta política, no es una criatura de la Guerra Fría. El terrorismo sólo ha cambiado ligeramente como resultado del fin de la Guerra Fría, y el cambio no ha sido para mejorar. Invariablemente, con la eliminación de las restricciones impuestas por las políticas de la superpotencia, la violencia política ha proliferado. Por consiguiente, el terrorismo, siendo una forma eficaz y particularmente económica de violencia política, florece en las condiciones caóticas de la década de 1990. Si bien es cierto que en la actualidad existen menos grupos terroristas que reciben apoyo sostenido de gobiernos nacionales que los que existían 10 años atrás, también existen más grupos e individuos que practican el terrorismo en cumplimiento de metas que van desde la identidad étnico-nacional y la primacía sectaria hasta las causas sociales individuales y la actividad criminal organizada a nivel internacional. El futuro a corto plazo no es más brillante. El debilitamiento del estado administrativo a través de rivalidades étnicas y económicas y las luchas por desarrollar formas de gobierno culturalmente aceptables pero funcionales para reemplazar los regímenes autoritarios o en bancarrota ofrecen causas casi "ilimitadas" para justificar la práctica del terrorismo. Estas mismas tendencias restringen la cooperación internacional de las fuerzas de inteligencia y las fuerzas policíacas que tratan de contener la actividad terrorista. Simultáneamente, en el mundo hay gran abundancia de armas mientras que la rapidez de la urbanización (un punto que se discute más adelante) aumenta la tensión en los individuos inclinados a expresar violentamente su inestabilidad emocional. Estas condiciones, en combinación con la propagación de los medios para la construcción de armas de destrucción en masa, y un factor mucho más amenazante, la propagación de los conocimientos para la construcción de armas de destrucción en masa (que también se discute más adelante), dejan muy poca base para el

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optimismo en lo que respecta a la reducción de la práctica del terrorismo a principios del siglo XXI. La urbanización y los refugiados Kaplan considera un aspecto de esta fuerza en el mundo contemporáneo, y bien sea que conduzca o no a la anarquía venidera, es una fuerza con la cual deben lidiar muchos países. La tecnología agrícola moderna ha creado las condiciones mediante las cuales se necesita un grupo de agricultores, cada vez más pequeño, para alimentar a las poblaciones. Este hecho, aunado a una mayor movilidad y al aumento explosivo de la información, punto que se discute más adelante, ha fomentado la migración masiva de antiguos campesinos dotados de pocas destrezas hacia ciudades más grandes donde pueden conseguir empleo. El resultado de ello ha sido un aumento explosivo de la población en los principales centros urbanos de muchos países que no cuentan con suficientes infraestructuras como escuelas, carreteras, viviendas, agua y saneamiento. El problema se complica con el hecho de que muchos de estos migrantes están teniendo más hijos de los que pueden criar con sus escasos ingresos. Como consecuencia de ello han surgido las sórdidas barriadas o barrios pobres que caracterizan a muchas de las grandes ciudades, como por ejemplo a Shangai, Ciudad México, Río de Janeiro, El Cairo y Calcuta. Los refugiados que huyen de los "cuatro jinetes del apocalipsis" en lugares tan diversos como Bosnia, Somalia, Camboya, Cuba, Haití y Ruanda también representan una carga económica para los países vecinos y para los donantes de ayuda a nivel mundial. La "comunidad mundial" parece no encontrar una solución aceptable para resolver este problema, y también parece que la huída de los refugiados de sus hogares continuará siendo un aspecto característico de nuestros programas noticiosos nocturnos. La hambruna La hambruna ha sido siempre característica del ambiente internacional. Sin embargo, con la llegada de las comunicaciones modernas, los rostros de las víctimas de la hambruna pueden llegar hasta nuestros hogares todas las noches a través de los medios televisivos. Existen dos causas básicas: la guerra y los desastres naturales u ocasionados por el hombre. La causa normal son los desastres naturales con las inundaciones y las sequías como causas principales. Cuando ambas se combinan, como en el caso de Somalia, la hambruna puede ser muy mala y las labores de socorro con frecuencia restablecen la fuerza militar con el fin de proteger las organizaciones humanitarias que proporcionan ayuda. Narcotráfico Si bien el narcotráfico fue fomentado al principio por la gran demanda que existía en los Estados Unidos, la demanda de narcóticos a nivel internacional continúa cobrando auge a un ritmo constante en otros países. Ya muchos países no pueden decir sencillamente que es un problema de demanda en los Estados Unidos. Los dos narcóticos principales, la heroína y la cocaína, son obtenidos de plantas cultivadas en diferentes partes del mundo. La adormidera, planta que produce el opio, el cual a su vez se convierte en heroína, proviene de dos áreas principales: el Triángulo Dorado (formado por Birmania, Tailandia y Laos) y la Media Luna Dorada (formada por Afganistán y Paquistán). La hoja de coca, de la cual se obtiene la cocaína, se cultiva solamente en la Cordillera Andina de América del Sur. Aun cuando cada droga representa problemas distintos para el personal que vela por el cumplimiento de la ley, existe el problema de que el cumplimiento de la ley es una responsabilidad nacional mientras

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que el narcotráfico es un problema internacional. Los beneficios son tan inmensos que se han desarrollado organizaciones en ciertas áreas para rivalizar con los gobiernos nacionales. Proliferación La proliferación de armas de destrucción en masa (WMD)--inclusive armas químicas, biológicas y nucleares--es un fenómeno reciente. Durante la Guerra Fría, tanto Estados Unidos como la URSS tenían interés en controlar la propagación. No obstante, el derrumbamiento de la Unión Soviética ha permitido cierta fuga de control. Los problemas económicos experimentados por los estados sucesores de la Unión Soviética han creado una situación en la que aquellos que trabajaban en los programas soviéticos de armas de destrucción en masa ya no están obteniendo los beneficios que solían obtener. Esto crea el incentivo económico de vender armas, material para la construcción de armas o tecnología. Asimismo, el aumento explosivo de la información, considerado a continuación, ha permitido que la tecnología se propague con más facilidad. Un tercer factor es que los distintos estados que poseen las armas, la tecnología, o ambas cosas están dispuestos a vender para obtener ganancias. Como resultado de esto, existe una alta probabilidad de proliferación y, al existir una mayor disponibilidad existe una mayor probabilidad de que estas armas sean usadas por los gobiernos, las facciones o los terroristas. Aumento explosivo de la información Ahora podemos decir sin riesgo alguno que hay más información disponible a través de más medios publicitarios que en ningún otro momento en la historia. Ésta no es una afirmación tan extraordinaria, ya que la invención del papel, los caracteres movibles, la imprenta, la radio y la televisión son factores que han aumentado la cantidad y disponibilidad de información. Lo que es nuevo, y desde el punto de vista de los Toffler, revolucionario, es el auge de los medios publicitarios y la cantidad de información que ahora todos tenemos a disponibilidad gracias al "microchip", lo que ha conducido a lo que conocemos ahora como la carretera de la informática. Este auge ha causado un cambio profundo en la vida de todo ser humano, y es un cambio que ni los Toffler pueden comprender a cabalidad. Innovación tecnológica En la actualidad, el aumento explosivo de la información es sólo un símbolo de una fuerza más amplia, los rápidos cambios tecnológicos. Un siglo atrás una nueva invención duraba por lo menos un siglo antes de que otra invención la reemplazara y la tornara obsoleta. En la actualidad, una nueva invención torna obsoleta a una invención anterior en una década o en menos tiempo. Por ejemplo, el reemplazo de los discos por cintas de carrete a carrete, las cuales fueron reemplazadas por cartuchos de 8 pistas sonoras (eight-track tapes), éstos por casetes de música grabada y los casetes por discos compactos, fue algo que ocurrió en un período de 30 años. Y el tiempo de reemplazo parece disminuir a pasos agigantados. El paso de la revolución tecnológica, como lo han demostrado los Toffler, tendrá impactos profundamente inquietantes tanto en el ambiente estratégico como en la manera en que una nación responde al ambiente estratégico en las esferas informativa, política, económica y militar. Internacionalización del comercio Existen muchas fuerzas, las cuales hemos discutido previamente, que han afectado el desarrollo de la comunidad del comercio internacional. Indudablemente, el descrédito del

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comunismo casi en todas partes del mundo ha abierto nuevas avenidas para el comercio, mientras que la revolución en las áreas de información y tecnología ha creado los medios para que una sola organización pueda controlar la producción, el transporte y el mercadeo a escala mundial. La dificultad en definir lo que es un automóvil norteamericano es un excelente ejemplo de este fenómeno. Hoy día un Ford Contour, que fuera diseñado por ingenieros en Europa y eslabonado por computadora por Estados Unidos puede ser ensamblado en Kansas City con piezas fabricadas en Canadá, Japón, México y Estados Unidos antes de ser vendido en distintas partes del mundo. El mismo relato puede ser repetido en casi todas las industrias. Hasta en la agricultura, el relato puede ser similar. La "revolución agrícola" en la India se produjo debido al desarrollo genético de un nuevo tipo de arroz en Estados Unidos. Esto causó el doble fenómeno de la búsqueda de estructuras gubernamentales para reemplazar a la nación estado y la búsqueda de los medios para reforzar a la nación estado. El desarrollo de actores nacionales, transnacionales y de sub-estados El derrumbamiento de la Unión Soviética y el consiguiente aflojamiento de las cadenas de restricción en el sistema internacional aunado a las fuerzas descritas anteriormente ha conducido a un auge en la importancia dada a los actores del sistema internacional. El número de naciones estado en las Naciones Unidas ha aumentado de unas 150 en 1989 a más de 180 en la actualidad. Cada nación estado impone ciertas cargas a la comunidad internacional, tiene intereses propios que defender y complica un poco más la conducción de las relaciones internacionales. Tal vez más importante aún, sin embargo, ha sido el incremento de actores más arriba y más abajo de la nación estado. Los actores transnacionales, especialmente, han cobrado mayor importancia en años recientes. Las organizaciones de comercio internacional son tan solo un ejemplo. Otros son la variedad de organizaciones voluntarias privadas que están ahora involucradas en cada crisis que surge en el ambiente internacional, ya sea en el caso de la hambruna vivida en Somalia o en la guerra civil que tiene lugar en Bosnia. Un fenómeno más reciente es el actor del sub-estado. Estos incluyen diversos grupos étnicos, religiosos y tribales que intervienen en las perspectivas de Huntington y Kaplan. Atacado desde arriba y desde abajo, algunos dudan que el sistema de la nación estado, que ha sido la característica común del ambiente internacional del occidente desde el siglo de las luces, haya podido sobrevivir tanto.

TENDENCIAS EN EL AMBIENTE DE SEGURIDAD INTERNACIONAL

Con estas fuerzas en mente, pasemos a las tendencias formadas por estas fuerzas. Además de las tendencias descritas por los Toffler, Huntington y Kaplan, existen otras cuatro que merecen ser estudiadas: la interdependencia, la diversificación de amenazas, el rechazo de los valores occidentales y la revolución en los asuntos militares (RMA).

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La creciente interdependencia Aquellos que ven la interdependencia, conocida también como dependencia mutua, como una tendencia positiva dan por sentado que si las naciones dependen una de otra, la amenaza de guerra disminuye. El tipo mejor conocido de interdependencia irrestricta está en la esfera económica. Las fuerzas de aumento explosivo de información, innovación tecnológica e internacionalización del comercio son todas razones principales para el auge en la interdependencia económica. Los ejemplos abundan, siendo el del automóvil Ford Contour tan solo uno de ellos. Si bien la movilidad de los factores de producción y el comercio internacional de productos acabados está verdaderamente aumentando, el efecto en la capacidad de la nación estado para desempeñar sus funciones principales aún no está claro. La interdependencia social (la sensibilidad de una sociedad a los eventos sociales que tienen lugar en otras sociedades) también está cobrando auge debido al aumento explosivo de la información. El posible impacto de la transmisión de ideas a través de las fronteras nacionales es complejo y difícil de analizar, y aún así podemos ver evidencia anecdótica todos los días. Sólo considere los intentos de los franceses por limitar el número de películas norteamericanas que se exhiben en Francia al intentar apoyar a los productores cinematográficos franceses durante las recientes negociaciones del GATT. La interdependencia política (el impacto que tienen las decisiones tomadas por un actor en el sistema en las decisiones respecto a las políticas tomadas por otros actores en otra parte del sistema) no es nada nuevo. Lo que sí es nuevo es que según los gobiernos penetran más en la vida de sus ciudadanos a través del aumento explosivo de la información, la urbanización y la innovación tecnológica, la posibilidad de un mayor efecto en otros gobiernos, ya sea intencionado o no, también aumenta. Esto se demuestra con el efecto que ha tenido el movimiento norteamericano de la mujer en las decisiones políticas de muchas culturas lejanas con respecto a los asuntos referentes a la mujer. Un ejemplo de esto es el movimiento dentro de las naciones africanas para abolir la mutilación de los genitales de la mujer. El efecto de esta tendencia da la impresión de ser el de limitar el espacio para la acción independiente por las naciones estado en muchas áreas que éstas tradicionalmente han considerado soberanas. Esta tendencia ha sido contrarrestada por muchos estados, tales como China que ve por ejemplo, oposición por parte de EE.UU. a las políticas de derechos humanos de los chinos y una amenaza estadounidense de imponer aranceles más altos porque China se niega a proteger los derechos de autor de EE.UU. por considerarlos una violación a la soberanía china. Diversificación de las amenazas De la anterior discusión, ha habido claramente un gran giro en la naturaleza de las amenazas a los intereses de EE.UU. desde 1989. Durante las cuatro décadas de la Guerra Fría, la amenaza más dominante fue la Unión Soviética. Desde el derrumbamiento de la Unión Soviética, la amenaza monolítica que ésta representaba ha degenerado en múltiples amenazas que individualmente son menos peligrosas para los intereses de EE.UU. Aún sigue sin aclararse si la amenaza total es más o menos peligrosa. Debido a que la vasta mayoría de amenazas son de naturaleza regional, en este escrito no se discuten las amenazas individuales.

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Rechazo de los valores occidentales Otra tendencia que ha surgido es el rechazo en muchas sociedades de los valores occidentales. Esta tendencia, que se manifestó inicialmente como resultado de la Revolución Iraní, se ha extendido a muchas sociedades que no son islámicas. Las sociedades o grupos que rechazan los valores occidentales los consideran materialistas y egocéntricos. Consideran que la sociedad occidental se basa demasiado en los derechos del individuo y no se basa lo suficiente en las responsabilidades del individuo para con sus sociedades. Quienes rechazan los valores occidentales buscan el retorno a estructuras de valores basadas en lo espiritual y en la sociedad. Por consiguiente, uno considera que ellos exigen de sus seguidores subordinación a los valores y a comportamientos individuales fijados por una autoridad superior, generalmente religiosa. Revolución en los asuntos militares La última tendencia discutida es lo que diversamente se conoce como revolución técnica militar o revolución en los asuntos militares (RMA). El último término es el que utilizaremos en este curso. Probablemente la mejor definición es dada por Andrew F. Krepinevich, quien arguye lo siguiente:

La revolución en los asuntos militares ocurre cuando la aplicación de nuevas tecnologías a un número considerable de sistemas militares se combina con conceptos operacionales innovadores y con la adaptación orgánica en una forma que altera fundamentalmente la naturaleza y el conflicto. Hace esto produciendo un aumento de gran magnitud en el potencial de combate y la eficacia militar de las fuerzas armadas. Las revoluciones militares comprenden cuatro elementos: cambio tecnológico, desarrollo de sistemas, innovación operacional y adaptación orgánica.

Se ha escrito un gran cúmulo de literatura acerca de la revolución en los asuntos militares. Sería infructuoso captar en papel todas las ideas. En esta sección discutiremos sólo una muestra representativa; sin embargo, es un tema que cubre todos los puntos de vista de un asunto: el cambio que se espera en los asuntos militares es verdaderamente revolucionario y afectará a todo el establecimiento militar. Esta tendencia se compone principalmente de la fuerzas de aumento explosivo en la información y la innovación tecnológica yuxtapuestas sobre las fuerzas de desarrollo de los actores transnacionales y de los subestados, el terrorismo, la proliferación y el aumento de conflictos. Los escritores del tema de la revolución en los asuntos militares (RMA) generalmente se agrupan en dos categorías: los que opinan que la RMA es una bendición para Estados Unidos y los que opinan lo contrario. En el lado positivo, Michael Mazarr opina que Estados Unidos debe emplear ciertos principios apoyados por la RMA para el planeamiento de la defensa:

• Guerra de información • Uso de armas no letales de alta tecnología para las operaciones de

estabilización y apoyo • Sinergía mediante la ejecución de operaciones conjuntas • Combate no lineal • Combate a distancia

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• Disipar la línea que separa a los militares de los civiles. El General Gordon R. Sullivan, antiguo Jefe de Estado Mayor del Ejército de EE.UU., basando sus puntos de vista en Toffler, opina que el Ejército puede responder a los retos de la revolución en los asuntos militares y lo está haciendo. Según él, el Ejército de hoy está usando las "herramientas" de la era de la informática. Ve a los ejércitos de la era de la informática conduciendo:

...operaciones que tendrán por resultado la parálisis y destrucción casi simultáneas de las fuerzas, la capacidad para hacer guerra y las redes de información del enemigo a través de la profundidad del teatro de operaciones. Los ejércitos de la era de la informática desarrollarán una conciencia compartida de la situación como consecuencia de tener a su disposición información común, actualizada y casi completa sobre las fuerzas amigas y enemigas, distribuida entre todos los elementos de una fuerza de tarea.

David Jablonsky opina que el marco doctrinal de todos los servicios militares, pero especialmente del Ejército, es lo suficientemente flexible para lidiar con el cambio tecnológico a la vez que mantiene importantes elementos de continuidad. Por ejemplo, señala que algunos autores opinan que la separación de los niveles estratégico, operacional y táctico de la guerra ya no es de gran utilidad. Jablonsky toma una perspectiva distinta al demostrar que aun cuando los tres niveles probablemente se allanarán (puede ocurrir un solo evento o una sola situación a los tres niveles de una vez), aún son de utilidad doctrinal. Por otra parte, los pesimistas opinan que o es que Estados Unidos es incapaz de responder eficazmente a la revolución en los asuntos militares o que debido al aumento explosivo de la información los pequeños países o grupos pueden usar la revolución en los asuntos militares para sus propósitos. Según los acontecimientos históricos, Krepinevich opina que no es seguro que las ventajas de la revolución en los asuntos militares se acumulen para los Estados Unidos. Él da la impresión de contradecir directamente a Sullivan al indicar que:

En primer lugar, Estados Unidos debe prever que muy pronto puede surgir uno o más competidores buscando explotar la llegada de los aumentos rápidos y marcados en potencial militar...En segundo lugar, el continuo liderazgo tecnológico y operacional norteamericano no está asegurado de ninguna manera...En tercer lugar, no es seguro que los competidores sigan el mismo camino que los Estados Unidos. Habrá distintos requerimientos de seguridad, distintas culturas estratégicas, posturas geoestratégicas y situaciones económicas que conducirán a los distintos competidores hacia distintas direcciones...En cuarto lugar, no es seguro que Estados Unidos pueda confiar en que el alto costo de la competencia actúe como barrera para los demás. Aunque todas la revoluciones militares han aumentado el costo del comercio, a veces marcadamente, han habido excepciones significativas...

Asimismo, Krepinevich opina que la revolución de la información, que ha disminuido el costo de tecnologías relacionadas con la información, puede, en lugar de aumentar, reducir el costo de la competencia con Estados Unidos. Otros autores desarrollan los temas sacados a relucir por Krepinevich.

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A. J. Bacevich, por ejemplo, está de acuerdo con Krepinevich y procede a afirmar que la causa del pesimismo es la "actitud" de la generación de oficiales militares que combatieron en Vietnam y luego dedicaron sus carreras a reconstruir el instituto militar que combatió tan bien en el conflicto del Golfo Pérsico. Alega que el militar persigue con un solo objetivo la idea de que la Era de la Informática ha tornado obsoletos los enfoques tradicionales de la guerra. Señala que es natural que estos soldados estén decididos a preservar los frutos de la victoria y a proteger su apreciada institución. Escribió lo siguiente:

Sin embargo, si esa determinación alimenta la lusión de que la "revolución" avistada brevemente en la operación Tormenta del Desierto ha suplantado a otras fuentes de cambio--políticas, sociales y culturales al igual que tecnológicas--que han dado forma a la naturaleza de la guerra moderna, es probable que sea peligrosamente engañosa. Sin duda alguna, las implicaciones de la Era de la Informática cobran mucha importancia. Sin embargo, su impacto en la guerra difícilmente puede evaluarse aislado de otras tendencias pertinentes: el debilitamiento de la soberanía estatal por acción de las fuerzas supranacionales y subnacionales; el resurgimiento de las diferencias étnicas y de las creencias religiosas como fuentes de conflicto; la evidencia de desorden cultural y la pérdida de confianza, en términos generales en todo el occidente y específicamente en Estados Unidos.

Jeffrey Cooper ve la posibilidad de que Estados Unidos esté cometiendo tres errores cruciales: tratar de encontrar el ingrediente tecnológico "mágico" que sirva de base para la revolución en los asuntos militares; desviar la atención de asuntos críticos, tales como propósito, estrategia, doctrina, innovación operacional y adaptación orgánica, y de la relación existente entre ellos; y, por consiguiente, desperdiciar recursos escasos en nuevos programas que no tienen ninguna aplicación a los futuros desafíos a la seguridad. Jerome H. Kahan y Bruce Hoffman opinan que los pequeños estados utilizarán la revolución en los asuntos militares para sus fines. Kahan arguye que los pequeños estados que probablemente adquirirán armas nucleares estarán dispuestos a correr riesgos, que Estados Unidos considerará inaceptables, para disuadir a Estados Unidos de que actúe. Hoffman considera que hay una creciente posibilidad de que los terroristas usen armas de destrucción en masa debido al incremento en el número de grupos terroristas fanáticos que están cada vez más dispuestos a asesinar a multitudes, a la creciente afición al terrorismo y a la creciente sofisticación de los grupos terroristas. Finalmente, John Pike ve un mayor uso del espacio por posibles países enemigos. No cree que otros países, además de Estados Unidos y la Unión Soviética, posean la capacidad para usar el espacio para combatir, pero sí cree que los países enemigos pueden usar por un bajo precio imágenes multiespectrales y ayudas de navegación comercialmente disponibles para el planeamiento militar. Finalmente, opina que los países enemigos, si desean explotar el espacio para combatir, pueden construir un sistema antisatélite (ASAT).

Folleto 525-5 del Comando de Adiestramiento y Doctrina (TRADOC)

Muchos de los temas discutidos anteriormente han sido recopilados para el documento clave de modernización del Ejército, el Folleto 525-5 de TRADOC, Operaciones de la Fuerza del Siglo XXI. Las fuerzas y tendencias incluidas en este escrito fueron enfocadas en las operaciones del Ejército de EE.UU. en el siglo XXI. Por consiguiente, el resumen de ideas contenido en el folleto son de gran utilidad para este escrito. La publicación, Operaciones de la

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Fuerza del Siglo XXI, da por sentado que la Estrategia de Seguridad Nacional y la Estrategia Militar Nacional (examinadas en la próxima lección) no cambiarán marcadamente. En lugar de esto, lo que cambiará marcadamente será la tecnología y, como resultado, la doctrina. El documento afirma que el cambio clave es la revolución de la información. El Ejército afirma que:

...la futura tecnología de la informática aumentará en gran medida el volumen, la exactitud y la velocidad de la información disponible a los comandantes respecto al campo de batalla. Tal tecnología permitirá a las organizaciones operar a niveles que la mayoría de los adversarios serán incapaces de igualar, y al mismo tiempo proteger dicha capacidad. ...la tecnología del futuro requerirá que el Ejército reevalúe los tradicionales medios de ejercicio del mando en combate--para reconocer eso en el futuro, las operaciones militares comprenderán la coexistencia de procesos jerárquicos y procesos entrelazados no jerárquicos. El orden no se impondrá tanto físicamente como en lo que respecta a los conocimientos. La combinación de medios centralizados y descentralizados permitirá que las unidades militares tomen decisiones y actúen a un ritmo que el enemigo sencillamente no podrá igualar.

Con tal afirmación como fundamento, el documento luego describe el ambiente estratégico del futuro. Su tema básico es que "el marco geopolítico mundial continuará sufriendo una reestructuración marcada, acompañada de una amplia variedad de alteraciones económicas, técnicas, sociales, religiosas, culturales y físicas". Luego prosigue con la descripción de varios elementos o fuerzas que estructurarán esta tendencia de inestabilidad:

a. El sistema de la nación estado se encuentra bajo ataque y el equilibrio del poder es inestable en gran parte del mundo.

b. El nacionalismo ha reemplazado a la ideología comunista como la causa principal del conflicto entre estados y dentro de los estados.

c. Gran parte del mundo no occidental rechaza los valores políticos y culturales de occidente.

d. La brecha que existe entre los estados ricos y los pobres se ha ampliado; por lo tanto, la tentación de hacer uso de fuerza militar para corregir los desequilibrios económicos percibidos será enorme.

e. El crecimiento poblacional, aunado a los desastres naturales, puede causar migraciones masivas de refugiados.

f. La capacidad de algunas naciones estado para gobernarse a sí mismas es cuestionable.

g. Los rápidos adelantos de la tecnología están entorpeciendo las normas y patrones de comportamiento ya establecidos.

h. La degradación ambiental puede agregarse a la futura inestabilidad. i. Se seguirán produciendo adelantos rápidos en la forma en que nosotros

recopilamos, comunicamos y utilizamos la información.

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Como resultado de esto, era necesario desarrollar un nuevo modelo para la gama de amenazas. Éste se basa en una amplia gama de amenazas que se describen a continuación:

a. Amenazas no militares producto de experiencias e incidentes humanos que

pueden requerir una respuesta militar. b. Existe la posibilidad de que surjan amenazas no nacionales de grupos

subnacionales, anacionales y metanacionales. c. Los tipos de Ejércitos que puede enfrentar EE.UU. en futuros conflictos son:

(1) Fuerzas de seguridad interna pequeñas, inadecuadamente adiestradas y equipadas, comunes en gran parte del mundo menos desarrollado.

(2) Ejércitos basados en fuerzas de infantería que comprenden el grueso de los ejércitos en el mundo menos desarrollado.

(3) Ejércitos basados en fuerzas blindadas y mecanizadas que predominan en la mayoría de las naciones industriales.

(4) Ejércitos complejos, adaptables que sólo pueden mantener las naciones desarrolladas.

El folleto vislumbra que los conflictos del futuro pueden involucrar operaciones simultáneas contra adversarios de todas estas categorías. Para el ejército que posea los avances tecnológicos será un reto hacerle frente a adversarios que empleen estrategias no convencionales, tales como el terrorismo, la insurrección o la guerra de guerrillas para superar las vulnerabilidades tecnológicas. Prosigue aduciendo que el reto más serio para las fuerzas militares estadounidenses provendrá del proceso de proliferación de armas y tecnología. Las tres áreas clave de preocupación son: las armas de destrucción en masa, las operaciones de información y el control del espacio. La discusión sobre el ambiente del futuro concluye con una descripción de los aspectos dominantes del campo de batalla convencional del futuro, que son: • Ejercicio del mando en combate. Aun cuando el comando seguirá siendo un arte y una

ciencia, el arte cobrará cada vez mayor importancia, ya que los comandantes deben enfrentar situaciones y escenarios que no pueden predecirse con certeza. Los adelantos en la administración de información facilitarán la integración horizontal de las funciones del campo de batalla y ayudarán a los comandantes en la adaptación y la organización de las fuerzas militares en tierra. Estos mismos nuevos adelantos permitirán la diseminación no jerárquica de información de inteligencia, selección de blancos, etc. Todo esto permitirá que haya más dispersión entre los jefes, resultando en el fenómeno de la vacuidad del campo de batalla.

• Espacio de batalla extendido. Todas las tendencias apuntan hacia el aumento en profundidad, altura y anchura del campo de batalla. Esto puede causar una transformación en la tradicional relación entre el fuego y la maniobra.

• Simultaneidad. La revolución en los asuntos militares puede transformar las campañas militares, que son operaciones planeadas por fases, en una capacidad que logre múltiples objetivos operacionales casi simultáneamente.

• Supremacía en el espectro. Los adelantos tecnológicos en lo referente a información garantizarán que las operaciones del futuro se desarrollen ante una audiencia global. Así que las acciones tácticas y las dificultades de los soldados y los civiles tendrán un mayor impacto en la toma de decisiones estratégicas.

• Reglas de la guerra. La guerra se torna cada vez menos civilizada en comparación con acontecimientos históricos recientes. La táctica de tomar a civiles o soldados de las

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Naciones Unidas como rehenes y la amenaza que representan las armas químicas son indicio de que las acciones que alguna vez se consideraban criminales ahora se aceptan si las ejecuta una fuerza estatal o no nacional. Esto presentará retos difíciles.

El documento concluye con la enunciación de que "se acabaron los días de la plantilla doctrinal enemiga de uso general así como también los días de la doctrina del Ejército de una sola solución".

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(ESTA PÁGINA SE HA DEJADO EN BLANCO INTENCIONALMENTE.)

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FUNDAMENTOS DE LA GUERRA OPERACIONAL C/M/S 500

Lección 2

Lectura B: "No es tan Organizado ni Nítido” por el Teniente General Anthony Zinni, Infantería de Marina de EE.UU.

Las operaciones militares actuales no son como las que los servicios tradicioanlmente se han adiestrado para ejecutar. Pero cuando se tiene que hacer “algo”, los infantes de marina, marineros, soldados y aviadores responden al pedido. El General Zinni, Comandante General de la I Fuerza Expedicionaria de la Infantería de Marina, que encabezó una fuerza de tarea combinada de siete naciones durante la Operación “United Shield (Escudo Unido)”--el retiro de las fuerzas de la ONU de Somalia--presentó perspectivas de este nuevo mundo en su discurso celebrado en la más reciente Reunión Anual del Instituto Naval y Seminario de Anápolis.

Ante todo quisiera hablar un poco de la Operación “United Shield”, que debería interesarles ya que se trataba principalmente de una fuerza naval, y su éxito surgió tanto del adiestramiento y capacidades que las fuerzas navales contribuyen a este tipo de operación. Luego, quisiera ampliar un poco más la naturaleza de estas operaciones y lo que yo considero que esto significa para el futuro. La Operación “United Shield” se originó alrededor de agosto del año pasado, cuando las Naciones Unidas percibieron que enfrentarían problemas al extraer las fuerzas de Somalia y le pidieron a Estados Unidos ayuda. Varias naciones acordaron participar--las mayores contribuciones de fuerzas siendo de Italia--pero también exigieron la participación y liderazgo estadounidense. La situación obligó un retiro anfibio. No había otra forma de extraer las fuerzas de retaguardia de las Naciones Unidas--unidades paquistaníes y bangladeshi--seguramente. La amenaza al campo de aviación--no sólo de milicias de los jefes de guerra sino también de los bandidos que recorrían las calles de Mogadishu y combatían contra sí mismos y contra cualquier persona en su camino--era demasiado elevada. El planeamiento comenzó en la Ciudad de Nueva York. Enviamos un equipo de planeamiento del Comando Central de EE.UU., que trabajó con las naciones contribuyentes, con la comandancia de las Naciones Unidas y con las fuerzas de las Naciones Unidas en campaña. También enviamos un equipo de planeamiento a Mogadishu en enero de 1995 para coordinar directamente con el General Aboo, el comandante malasio de cuatro estrellas de las fuerzas de UNOSOM (Operación de las Naciones Unidas en Somalia). Nuestra fuerza de tarea se estacionó fuera del litoral somalí cerca de Mogadishu el 8 de febrero. Estuvimos en posición por tres semanas antes de desembarcar para establecer el perímetro final de protección para las fuerzas de la ONU. Antes de desembarcar, yo entré a Mogadishu y me reuní con los jefes de guerra--cinco de ellos, incluyendo Mohammed FaraHassan Adid. Creo que ustedes están familiarizados con él. Yo he conocido al General Adid por años. El General Adid, Ali Madi y varios otros eran dueños de las milicias y el terreno en torno al puerto y campo de aviación. A mí me interesaban varias cosas:

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• Averiguar cuáles eran sus intenciones. • Obtener su cooperación, de ser posible. • Informarlos de lo que ocurriría si no cooperaban--asegurando que entendieran que la

fuerza venidera no sería sencillamente otra fuerza de la ONU sino una coalición encabezada por EE.UU. y que las reglas de empeñamiento nos permitiría tomar medidas de autoprotección y enfrentar cualesquier amenazas.

• Asegurar que no pensaran que nada menos que una fuerza superior se encontraba más allá del horizonte, presta para entrar al área.

Al reunirme con ellos me encontré con sentimientos conflictivos sobre la operación. Varios de los líderes de las facciones aprobaban el regreso de las fuerzas estadounidenses; algunos hasta querían que nos quedaramos por más tiempo. Obviamente, esto no iba a ocurrir. El General Adid, por otra parte, no consideraba el regreso de fuerzas estadounidenses o de otras naciones extranjeras como algo bueno--ya que creía que las tropas no serían bienvenidas por su pueblo y esto representaría dificultades para él. Pero me prometió que cooperaría y que no habría interferencia alguna. En todo el tiempo que yo había conocido al General Adid, nunca me había mentido; mis tratos con él siempre habían sido correctos. Estaba seguro que él no interferiría--y que tampoco lo haría su milicia. Sin embargo, no tenía la seguridad de que impediría que los bandidos y elementos rebeldes interfirieran en el terreno bajo su control. Por otra parte, estaba seguro que los otros caciques se ocuparían de sus propios terrenos. Al final de cuentas, todos los caciques cooperaron, hasta ayudaron a controlar algunos de los ladrones y bandidos en la medida posible mientras estabamos en tierra. Creíamos que nuestro problema serían los ladrones, manifestantes y bandidos que recorrían las calles--se asemejan a las pandillas que existen aquí en Estados Unidos, pero más agresivos y mejor armados. Y ellos, de hecho, fueron el mayor problema. Pasamos mucho tiempo en las primeras tres semanas preparando el campo de batalla--no sólo en el sentido físico, o sea con los ingenieros preparando las posiciones y emplazando alambre de púas, sino que también trabajando con las unidades de la ONU que estarían bajo mi control táctico. Cooperamos en el desarrollo de un plan para algunos movimientos tácticos muy complicados. Además, efectuamos nueve evoluciones u operaciones tácticos en tierra. Estas son las más complicadas operaciones--desembarcos anfibios, relevo en posición de una fuerza por la fuerza de otro país, repliegueo bajo presión y repliegue anfibio bajo presión. Efectuamos siete de estas operaciones durante tiempo de oscuridad; dos fueron durante el día y la noche. Efectuamos dos desembarcos nocturnos; nos replegamos bajo fuego durante la noche hasta nuestros buques. Los paquistaníes se retiraron por medio de nuestras líneas en medio de la noche. Relevamos la fuerza de Bangladesh en el puerto y relevamos a los italianos en posición en la penúltima noche. Efectuamos, además, una evacuación de no combatientes de los empleados civiles de UNOSOM, personal de la prensa y refugiados--unos cristianos etiopés que habían viajado de pavo en un buque, habían sido abandonados en el puerto y estaban viviendo en tetraedros a la orilla de la playa se nos acercaron cuando estabamos listos para zarpar. Hubieron muerto por seguro si los somalíes--sus enemigos antiguos--los hubieran encontrado. En todo caso, los sacamos de allí y los regresamos a Mombasa.

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También proporcionamos una defensa diurna y nocturna del campo de aviación y del puerto. El plan originalmente indicaba que estaríamos en tierra de siete a diez días--pero terminamos la operación en 73 horas. Pudieramos haberlo hecho en 48 horas si los buques que las Naciones Unidas contrataron hubieran llegado con más prisa y sus operadores hubieran sido más profesionales. El tener que negociar con un capitán ebrioso y su tripulación cuando éstos llegaron para recoger las fuerzas de la ONU fue una experiencia interesante durante el último día y noche en tierra. Durante esas 73 horas experimentamos 27 tiroteos, abarcando desde francotiradores a individuos armados con granadas propulsadas por proyectiles, contra nuestras posiciones. La última noche que pasamos en la playa--un lugar que llamamos el “Alamo”--nos azotaban con fuego nutrido y grupos pequeños de somalíes, de 12 a 15 personas, asaltaban nuestras barreras de púas. Nunca me ha caído tan bien ver una oruga anfibia que esa última noche, cuando pudimos continuar el combate sabiendo que nuestras tropas estaban protegidas, y luego dar la vuelta, entrar en el agua con nuestros vehículos anfibios y regresar al buque. Mi oruga no pudo hacer el viaje. Se incendió unas 1.000 yardas mar adentro y la corriente comenzó a llevarlo nuevamente hacia la playa, además de que comenzó a tomar agua. Después, el tractor que nos iba a remolcar perdió poder--y cuando uno es un general de tres estrellas atascado en una oruga anfibia llevada por la corriente hacia una playa llena de rebeldes enemigos, uno empieza a sentirse un poco enfermo. Uno trata de ser valiente y lo que necesita en ese mismo momento es justo lo que me fue enviado por el comandante de la oruga, Cabo Deskins. Se asomó por la puerta del compartimento de las tropas y dijo, “General, nuestra oruga se ha incendiado. Hemos apagado el motor. Estamos tomando agua. Y también la corriente nos está llevando hacia la playa y los rebeldes. La oruga que está tratando de remolcarnos también ha perdido su poder y la corriente la está llevando hacia la playa. El buque se está alejando”. “Pero”, añadió, “no se preocupe--todo va a salir bien”. Y en ese momento supe que el general tenía que ser un buen soldado razo y hacerle caso al cabo--con esa gran cantidad de optimismo y profesionalismo, yo sabía que no me podía ir mal. Nos tomó cinco horas y medio para llegar al buque, pero el Cabo Deskins cumplió con su deber, lo cual me agradó. Nuestra fuerza consistía en 23 buques. Comprendía 16.500 soldados, marineros, aviadores e infantes de marina de siete naciones. Disponíamos de 89 aeronaves: aviones de chorro Harrier, helicópteros de ataque italianos y estadounidenses y helicópteros armados (AC-130) de la Fuerza Aérea volando desde Mombasa. Con una fuerza de este tipo--90% de la cual eran medios navales--pudimos cumplir la misión sin sufrir ni una sola baja en tierra. Y no era por falta de ganas por parte de los somalíes, especialmente los bandidos, de infligir bajas. Esta operación es típica de mi vida personal por los últimos cinco años. Todo comenzó en las colinas del norte de Irak, con los curdos. Luego, serví en las 12 repúblicas de la ex-Unión Soviética en una operación llamada “Provide Hope (Fortalecer la Esperanza)”, mediante la cual proporcionamos asistencia humanitaria en forma de comida y medicina a esas áreas. También participé en el planeamiento de la Operación “Provide Promise (Proveer Esperanza)” en Bosnia y proporcioné asistencia para el transporte aéreo inicial de comida y abastecimientos a Somalia en la

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Operación “Restore Hope (Restauración de la Esperanza)”, regresando nuevamente con el emisario especial a Somalia, Robert Oakley, el 6 de octubre de 1993 para extraer a los prisioneros y rehabilitar al General Adid--y, luego, regresando nuevamente para la Operación “United Shield”. Mi mando, la I Fuerza Expedicionaria de la Infantería de Marina, ha realizado misiones en los últimos cinco años de que seguramente ustedes saben--misiones como Desert Storm (Tormenta del Desierto) y Vigilant Warrior (Guerrero Vigilante), este último siendo una alerta para regresar debido a que los iraquíes estaban avanzando. Y, por supuesto, nos han vigorizado varias veces por la situación en Corea. En los últimos cinco años, hemos realizado un total de 20 operaciones alrededor del mundo. Estas operaciones nos han llevado a lugares como Bangladesh, Ruanda y Somalia. También hemos ido a Ecuador, ayudando a construir escuelas y proporcionando ayuda médica y dental en algunas de las áreas aisladas de ese país. Además de realizar este tipo de operación en el extranjero--hemos realizado algunas en nuestro propio territorio. Hemos combatido incendios forestales en Montana y Washington. Yo envié a 1.000 infantes el verano pasado para combatir los incendios que amenazaban algunos de nuestros pueblos pequeños. También enviamos a los infantes a Los Angeles durante el episodio de Rodney King, para ayudar a mitigar los disturbios. Enviamos infantes para ayudar a la postre de dos diferentes terremotos y durante las inundaciones en el sureste de Estados Unidos, además de participar en operaciones contra los inmigrantes ilegales. Si usted hablara con mi homólogo, Teniente General Bob Johnson en el Litoral Oriental, él le podría leer una lista de casi las mismas operaciones. Los nombres pueden cambiar y los lugares pueden ser Guantanamo y Haití, puede abarcar huracanes en lugar de inundaciones y terremotos--pero el meollo es que está haciendo las mismas cosas que nosotros. La naturaleza del conflicto y el nivel de obligación ha cambiado en gran medida a partir del derrumbe del Muro de Berlín. Actualmente estamos enfrascados en las Otras Operaciones Militares. Es realmente un título extraño ya que muchas de estas operaciones requieren la aplicación de fuerza letal para defender contra fuerza letal. En el avión, mientras cruzaba el país, leí algo sobre la naturaleza del conflicto y la guerra, y de algunos de los cambios que estamos experimentando. En la I Guerra Mundial, sólo un 5% de las mortalidades fueron civiles. En la II Guerra Mundial esta cifra subió al 50%. En las guerras y conflictos de hoy las bajas civiles han subido al 80-90%. Nosotros los soldados hemos mejorado en cuanto a no matarnos unos a otros, pero hemos empeorado en cuanto a prever y atender los escombros y efectos de la guerra. Como se ha visto en el uso de minas terrestres y otras formas de matanza indistinguible, estoy viendo cada vez más el señalamiento de civiles como blancos. La guerra siempre es horripilante, aun después de que haya terminado. Cuando Desert Storm terminó, todos los participantes se fueron y los shiitas y curdos quedaron atrás en la penuria. La operación que comenzamos en las colinas de Curdistán el 11 de abril de 1991, llamada “Provide Comfort (Proveer Sustento)”, sigue vigente hoy. Estos tipos de operaciones están consumiendo nuestras fuerzas armadas en la actualidad. De vez en cuando me llaman para atestiguar ante el Congreso y la pregunta que tengo que contestar cada vez es: ¿Debe el servicio militar estar involucrado en esto? Si bien que si, si bien que no, les dire lo siguiente--estamos involucrados. Hace poco realizamos un ejercicio en mi área

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llamado “Emerald Express”. Mediante este ejercicio buscabamos formas de mejorar nuestro desempeño en estas operaciones: asistencia humanitaria, socorro en tiempo de desastre, mantenimiento de paz, imposición de paz, operaciones de evacuación de no combatientes--todas las misiones que mis unidades expedicionarias de Infantería de Marina tienen que realizar, día tras día. Fui retado varias veces en el Congreso sobre la razón por la cual nos involucramos en estas operaciones. Y bien, nos involucramos porque se nos pide nuestra ayuda. ¿Quién más lo podría hacer? Sería bueno poder decir, como un infante o un soldado o un marinero o un aviador, “No queremos hacerlo, no vinimos aquí para hacer esto”. Sin embargo, les diré que yo he atravesado mucho terreno y visto muchos niños muertos. He visto muchas personas que se han muerto de hambre o que han sido víctima de una carnicería. Algo dentro de mí dice, “Quizás no debería estar haciendo esto, pero maldita sea, quiero hacerlo. Quiero poder cambiar algo. Quiero ser parte de una solución para mejorar o corregir este problema”. Ahora, ese tipo de decisión rebasan mi nivel de autoridad, pero es algo con lo cual hemos tenido que vivir por los últimos cinco años. Las misiones que se nos asigna realmente son irregulares--he adiestrado y establecido las fuerzas policíacas, comités judiciales y jueces, y sistemas correccionales; he repatriado refugiados, en números masivos, dos veces; he negociado con los jefes de guerra, caciques y padres de las tribus; he distribuido comida, proporcionado asistencia médica, me he preocupado por el cuido de infantes y he establecido clínicas obstétricas; he operado campamentos de refugiados y he administrado períodicos y emisoras radiales para contrarrestar las intenciones de tergiversar la información. Soy infante de marina con 30 años de experiencia. En ningún momento durante mi adiestramiento se me preparó para lo que estoy viendo. He sido asignado como asistente de embajadores dos veces durante mi carrera--una vez en la ex-Unión Soviética durante la Operación Provide Hope y una vez en Somalia durante la Operación Continue Hope, donde vestí ropa civil y fui el asistente de un embajador representante de EE.UU. para promover las políticas de nuestra nación en esa región. Podemos decir que estas situaciones no son en las que nuestras fuerzas armadas deben participar, pero ésta es la dirección del nuevo desorden mundial y no hay a quien más acudir. Además, estas son las operaciones para las cuales tendremos que refinar nuestro desempeño. Debemos aprender las tareas irregulares requeridas para cumplir con nuestras misiones. El problema es que las operaciones actuales no se realizan en la misma forma que aquellas para que posiblemente usted y yo hemos recibido adiestramiento. Para comenzar, no es algo ordenado y nítido; no tenemos una misión clara y precisa que le indica exactamente lo que se debe hacer. Y no siempre se enfrenta un enemigo ideal--otro Saddam Hussein, que se puede perseguir porque es malo y perverso y aboga una causa equivocada. Ya no funciona así. Por lo general, se intenta no hacer enemigos hoy día. Asimismo, tampoco se puede entrar con una fuerza idealmente estructurada para este tipo de operación. Lo que ocurre es que todo el mundo corre para participar y a veces no disponen de una composición ideal de fuerzas. Se forman coaliciones. En la Operación “Provide Comfort”, disponíamos de las fuerzas de 13 naciones; en “Restore Hope” en Somalia, las fuerzas de 24 naciones formaron nuestra fuerzas de tarea combinada; en “United Shield”, tenía a mi disposición, como mencioné anteriormente, las fuerzas de siete naciones.

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¿Siempre son las mejores? No. ¿Siempre están configuradas apropiadamente para la operación? No. ¿Siempre operan con los mismos objetivos que su fuerza? No. ¿Siempre se pueden integrar completamente a su mando y adoptar su forma de operar, su doctrina, sus tácticas y sus técnicas? No. ¿Siempre tienen los mismos procedimientos y técnicas que sus fuerzas? No. Proceden del Tercer Mundo; proceden de un mundo que se desenvolvió con diferentes sistemas doctrinales; tienen diferentes motivaciones políticas; diferentes reglas de empeñamiento--lo que convierte la situación en una escena interesante cuando comienza el tiroteo. Mas, sin embargo, hay que reunir estas diversas fuerzas en una sola entidad y cumplir con la misión asignada, asegurando que todos regresen a casa con un sentido de haber cumplido. La primera vez en Somalia, las fuerzas de ocho naciones defendieron el campo de aviación. ¿Se hizo esto porque el campo de aviación era tan extenso o el peligro tan grande? No. Se hizo porque las fuerzas de esas ocho naciones no estaban autorizados a ir más allá del campo de aviación cuando desembarcaron del avión. Ya sea por razones políticas o militares, hasta allí pudieron llegar. Pero pudieron participar y es evidente que la percepción de legitimidad internacional que conlleva es de suma importancia para algunos, y no es algo que se debe menospreciar. De manera que el comandante tiene que tomar en cuenta todos estos factores. Yo vislumbro esta forma de operar como parte de nuestro futuro. Estamos experimentando una transición como las que ocurrieron después de todas las guerras principales. En este caso, fue una Guerra Fría que finalizó y yo no puedo pronosticar el rumbo que tomará, ya sea un equilibrio con el surgimiento de otras superpotencias o un orden mundial diferente, pero sí puedo prever que éste período de desorden será prolongado. Y bien, no aplica solamente a los países extranjeros. Existe el desorden en nuestro propio país también. Nosotros hacemos muchas cosas que nos afectan internamente. Obramos con cautela debido a las leyes existentes--Posse Comitatus entre otros--que restringen el empleo de fuerzas militares en este tipo de situación. Pero cuando desastres azotan nuestro territorio o cuando el desorden es inminente, hay que utilizar a los que pueden hacer el trabajo; nosotros hemos participado en muchas cosas que pueden sorprenderlos. Antes de desplazarnos para la Operación “United Shield”, yo pedí sistemas de armas no letales. Después de mi primer vistazo de Somalia percaté que experimentamos dificultad en enfrentar las manifestaciones sincronizadas. Éstas se usaron contra nuestras fuerzas como una táctica para socavar la forma occidental de enfrentar disturbios. Los somalíes sabían que no podíamos usar fuerza letal; si podían provocar el uso de la fuerza letal, sería justo lo que varios de los jefes de guerra que sincronizaban estos disturbios estarían esperando. Sabíamos, además, que estabamos tratando con personas desesperadas: ladrones, saqueadores, personas peleando en las estaciones de distribución de comida que temían que no regresaríamos mañana y no tendrían otra oportunidad de obtener comida--todos estaban tratando de sobrevivir. Y cuando uno sólo tiene su fusil con la bayoneta--pues, ésta no es la respuesta. Yo sabía que ibamos a ver el surgimiento de estos acontecimientos nuevamente durante “United Shield”. Por eso yo quería actuar mejor que la primera vez. Quería tratar a esta gente en una forma más compasiva y no letal--pero algo que, a la vez, protegiera a nuestras fuerzas. Disponíamos, además, de una gran variedad de tecnologías. El uso de agentes para el control de la muchedumbre nunca peligró a nuestros infantes de marina--y esto porque teníamos la capacidad de usar fuerza letal en cualquier momento, de ser necesario.

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Ahora y en el futuro, ésta es la forma en que debemos pensar. Tenemos que tomar en cuenta mucho más que la captura de colinas por pelotones de fusileros. Yo presenté un discurso a la Asociación de Oficiales Jubilados en el sur de California, donde estoy basado. Uno de los veteranos de la II Guerra Mundial y Corea, acreedor de varias condecoraciones, se me acercó después y me dijo, “Usted vive en un mundo mucho más complicado que cuando yo era como usted. Nuestro mundo de entonces quizás vio conflicto y combate más extenso y más grande, pero era mucho más fácil distinguir entre cuál era el amigo y el enemigo, y también entender qué teníamos que hacer para cumplir la tarea asignada”. Y bien, tiene mucha razón. Es igual de probable que tendremos que negociar o combatir para cumplir con la misión en la actualidad. A veces hay que negociar primero y combatir después o al revés--de manera que el mundo para los hombres y mujeres militares de hoy es sumamente complicado. Es imprescindible disponer de adiestramiento y educación y un gran conocimiento de culturas, economías, políticas y los aspectos humanitarios de una operación para lograr el éxito hoy. Ya no se puede ser un pensador puramente militar, enfocando sólo los fuegos y la maniobra. Los fuegos y la maniobra son sólo dos actividades sencillas de un campo de batalla, subyacentes a las otras actividades cada vez más numerosas. En la actualidad, pienso más de las operaciones sicológicas y asuntos civiles que de los fuegos y la maniobra. Cuando la sirena suena, yo no se si nos desplazamos a otra Operacíon “Desert Storm” o algo completamente diferente. Estamos al mando del Comando Central de EE.UU. que nos puede empeñar en otro conflicto como “Desert Storm” pero también es este mando que nos puede emplear en una fuerza de tarea conjunta para las operaciones humanitarias y de mantenimiento de paz. No sé si regresaremos a las colinas de Corea--porque respondemos también al comandante unificado de esa área en caso de una conflagración en Corea--o si iremos a otra operación en Bangladesh o Ecuador, o si nos montaremos en autobuses en ruta a otra operación como los disturbios de Los Angeles, una inundación o incendio forestal. Al considerar la gama de operaciones que se realizan hoy día, es fácil decir, “Sencillamente no lo hagan”, o “No debemos ser los que lo hacen”. Alguien tiene que hacerlo--ESE es el problema. Y todos los problemas en la actualidad no están fuera de nuestras fronteras; a veces se desenvuelven paulatinamente en nuestro propio país.

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Hacer Concesiones con la Prensa Intentamos algo diferente en Estados Unidos en cuanto a los medios noticiosos, y funcionó sumamente bien. Esto es quizás semejante al ver el ave de paraíso--algo muy inusitado. La prensa nunca me ha dado una mala jugada--todo lo contrario. Y yo probablemente soy una excepción, por lo menos en la mente de la mayoría del personal militar. He percibido en mis relaciones con la prensa--a un promedio más alto que en otras profesiones--que son personas realmente profesionales y que se puede confiar en ellas y trabajar conjuntamente cuando se empieza la relación de buena forma. En la Operación “United Shield” realizamos un experimento. Un grupo de 23 personas comprendían el grupo de prensa del Ministerio de Defensa. También teníamos la prensa independiente en tierra. Estas personas eran parte de la prensa internacional, la prensa somalí y otras prensas. Desde el comienzo nos esforzamos por hacerlos sentirse bienvenidos. Trabajamos con estas personas en forma cooperativa sin estar en pugna y encontramos que no experimentamos fricción alguna. En medio de todo esto, mi interés principal fue en mantener a la prensa suficientemente controlada para que no interfirieran con la operación u ocasionaran un problema. Tuve que pedir que cooperaran conmigo. De cooperar, yo los llevaría donde ellos necesitaban ir. Y les diría, además, dónde el próximo evento ocurriría, dónde ibamos a desembarcar o lo que fuera. El Comandante en Jefe me dio permiso para informarlos del plan de operaciones. De manera que llamamos a los miembros de la prensa y les explicamos todo el plan de operaciones. Luego, les pedí que no divulgaran ciertas partes del plan que tenían que ver con las disposiciones de las fuerzas, la ubicación de las unidades u horarios específicos para los desembarcos, etc., hasta recibir nuestro permiso específico. Pensé que al explicarles el plan desde el inicio, se les haría claro el contexto de las operaciones. Si los informes que ellos remiten están fuera de contexto, nos quejamos que ellos no entienden la situación. Sin embargo, si no se les ha explicado el plan, ¿cómo pueden entenderlo? Esta vez los miembros de la prensa entendieron lo que estabamos tratando de lograr. Nosotros le proporcionaríamos comida, seguridad y refugio. Establecimos una pequeña ciudad para la prensa. Celebrabamos frecuentes conferencias y cuando algo ocurría, nos cerciorabamos de que pudieran hablar con los comandantes, siempre y cuando no interfiriera con la operación. Lo que les pedimos, para fines de seguridad, fue que no entraran y salieran del perímetro. Si querían ir a algún sitio, nosotros les proveeríamos el transporte y los escoltas--no era viable que ellos anduvieran por el área al garete. Finalmente, le dijimos que mantendríamos su equipo en tierra hasta que fuera posible y embarcaríamos cuando regresabamos. También evacuaríamos cualesquier representantes de la prensa que cooperara con este programa--incluyendo la prensa independiente, así como los miembros del grupo de prensa del Ministerio de Defensa. Todos acordaron cooperar y los relatos de “United Shield”, según mi pensar, fueron precisos y se mantuvieron dentro del contexto de la operación. Los miembros de la prensa entendieron plenamente lo que estaba ocurriendo. Cuando teníamos que pedirles ser moderados,

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entendieron el porqué. Quizás no estarían de acuerdo, pero entendieron porqué lo pedíamos. Y tratamos de darles incentivos en la medida posible. Si me permiten les daré un ejemplo. Adid llegó al campo de aviación un día después de que no habíamos retirado de esa posición al terreno alto que lo dominaba. Adid llegó con su séquito. Rápidamente notificamos a los miembros de la prensa y los llevamos allí para que lo pudieran ver recorriendo el campo de aviación. Ellos también querían fotografías de nuestro desembarco nocturno. Los colocamos en una posición en el centro de la playa que habíamos acordonado--era un área que no interfería con la operación--y de allí tenían el mejor campo de vista para tomar fotografías. Les pedimos que no usaran proyectores de luz, pero ellos tenían cámaras de visión nocturna, y pudieron cumplir con nuestra solicitud. Como resultado, pudieron captar la acción del desembarco con fotografías y películas excelentes. A la vez, nosotros pudimos colocarlos en la mejor posición para ellos mientras los manteníamos fuera del área de operaciones para que no interfirieran en la operación, lo que evitó que hicieran algo que nos avergonzara a todos. Considerándolo todo, funcionó sumamente bien. Creo que es una empresa en que ambas partes tienen que poner de su parte para beneficiar. Es una cooperación compartida. Estar dispuestos a elaborar los detalles para lograr los mejores resultados. Hoy, la administración de información es igual de importante que la maniobra y los fuegos, abarcando desde la campaña de operaciones sicológicas hasta la forma en que se tratan los medios noticiosos. Y no aplica solamente a la prensa estadounidense por el efecto que tiene en la opinión pública y toma de decisión interna. Aunque esto forma una pequeña parte del todo. Por ejemplo, en la Operación “United Shield”, la prensa somalí constaba de 14 periodistas y, debido a que una gran parte de la socieda era analfabeta, se comunicaban por medio de caricaturas políticas. Esto significaba que nosotros teníamos que transmitir los mensajes apropiadamente para asegurar que entendieran bien lo que intentabamos hacer. Una caricatura política tergiversada puede tener una gran y poderosa influencia. De manera que tuve que reunirme con los caricaturistas diariamente. Además, se debe considerar la prensa internacional, que afecta no sólo los socios de la coalición que están presentes y deberían ser nombrados, sino que también afecta a los somalíes--por ejemplo, la BBC transmite en somalí cotidianamente y los somalíes escuchan la transmisión. La BBC se convirtió en una forma importante de comunicarse con el pueblo somalí, para asegurar que la información que recibía era correcta y que cualesquier rumores se corrigieran desde un principio.

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Cualquier comandante en la actualidad debe considerar todos estos aspectos: sus operaciones sicológicas, sus relaciones públicas, los relatos que expiden, su relación con la prensa--todo esto forma una parte igual de importante en el planeamiento y ejecución de una operación que cualquier otro aspecto. Pienso que debemos ser más abiertos y cooperativos. Necesitamos estudiar bien la situación y efectuar planes antes del evento, en lugar de enfrentar situaciones a medida que éstas surgen.

A. Zinni

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FUNDAMENTOS DE LA GUERRA OPERACIONAL C/M/S 500

Lección 2

Lectura C: "Un Ejército de Proyección de Fuerza en las otras Operaciones Militares”

por el General de División Arnold y el Mayor David T. Stahl

Las experiencias de la 10a. División de Alpinismo (Infantería Ligera) a partir de agosto de 1992 le han aplicado un elemento humano al concepto de emplear el Ejército de EE.UU. como una fuerza de proyección de fuerza en las otras operaciones militares. En menos de seis semanas de haber enviado más de 6.000 soldados y su equipo al sur de Florida para la Operación "Andrew Relief", la división fue puesta en sobreaviso para su despliegue a Somalia. Aproximadamente 90 días después de la llegada de las primeras tropas en Florida, elementos de la división comenzaron a partir de la guarnición en la división en Fuerte Drum, Nueva York, para participar en la Operación "Restore Hope". Las lecciones tácticas y operacionales aprendidas de las Operaciones "Andrew Relief" y "Restore Hope" serán analizadas y diseminadas en la Revista Militar (Military Review). Este artículo examina las actividades relacionadas con esos dos despliegues al nivel estratégico y en el límite entre los niveles estratégico y operacional de las actividades del Ejército. De las actividades en la operación doméstica que ayudaron a preparar a la división para su despliegue en ultramar, se recalcan las experiencias relevantes. El período de actividad intensa que será analizado en este artículo suscitó varios desafíos. Éstos se han dividido en tres tipos de temas estratégicos y doctrinales: el planeamiento y despliegue para la misión, la complejidad inherente de las otras operaciones militares y las preparaciones para misiones semejantes. El análisis de los desafíos puede--y debe--influenciar el desarrollo de política y doctrina en el Ejército. La forma en que el Ejército reacciona reflejará su adaptación a las consecuencias de la ejecución de otras operaciones militares con un ejército de proyección de fuerza. Contextos Operacionales El 31 de agosto de 1992, la 10a. División de Alpinismo comenzó su despliegue al sur de Florida. La misión de la división era realizar operaciones de socorro en tiempo de desastre en apoyo de las autoridades civiles en Florida, ayudando así su recuperación de los efectos del Huracán Andrew. Las operaciones de socorro trajeron a la región personas de los componentes activos y de reserva de todos los servicios, abarcando desde departamentos y agencias del gobierno federal, gobiernos estatales y locales, organizaciones no gubernamentales hasta organizaciones religiosas, asi como miles de contratistas. El personal de la división trabajó estrechamente con los representantes de la Agencia Federal de Administración de Emergencias (FEMA) y el Departamento de Transporte, con miembros de la Cruz Roja, "United Way" y Ejército de Salvación, además de con decenas de miles de voluntarios; todos dedicados a ayudar a los ciudadanos del sur de Florida a recuperarse del huracán. Cuando la división se convirtió en la comandancia operacional para todas las unidades activas y de reserva del Ejército que proporcionaban servicios de socorro en la operación (la Fuerza del Ejército--ARFOR)1, casi al final de la operación, contaba con más de 12.000 efectivos asignados y agregados.

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Ni seis semanas después de regresar de la Florida, la división fue puesta en sobreaviso para las operaciones en Somalia. La misión de la división era servir como la comandancia para todas las fuerzas del Ejército en Somalia (la Fuerza del Ejército) y efectuar operaciones militares para proporcionar seguridad y protección para las operaciones en apoyo del esfuerzo de socorro realizándose en Somalia.2 La intención del comandante era asegurar que los abastecimientos de socorro pudieran llegar a quienes los necesitaban. La división planeaba cumplir con esta misión mediante la observación de líneas de comunicación, protección del almacenamiento y distribución de los abastecimientos de socorro, desarrollo de coordinación efectiva con otras fuerzas de la coalición y organizaciones no gubernamentales y el establecimiento de enlaces con los caciques de las tribus locales, ancianos de las aldeas y fuerzas de la ONU. En diciembre de 1992, unos 90 días después de su despliegue a la Florida, los elementos principales de la división nuevamente se estaban desplazando, esta vez a una región en que el pueblo sufría de una combinación de problemas naturales y artificiales. Los jefes militares y líderes de las diferentes facciones (a veces los mismos individuos y a veces otros diferentes) estaban en un estado de conflicto continuo. Los bandidos y jefes militares ahuyentaba a los campesinos de sus cultivos y luego robaban los abastecimientos de socorro que supuestamente deberían equilibrar la reducción en producción agrícola y comercial en el país. Los ciudadanos somalíes, desterrados durante los años de guerra civil, habían estado entrando a los campamentos establecidos por las agencias de socorro para evitar una hambruna en gran escala. Los rasgos de sociedad que conocemos habían desaparecido. Carecían de un sistema judicial, fuerza policíaca, sistema de transporte, electricidad e infraestructura general. Casi todos los mercados habían cerrado. Las escuelas también habían cerrado y los negocios comerciales operaban esporádicamente. Somalia estaba en estado de caos. Las fuerzas estadounidenses y otras fuerzas nacionales entraron a Somalia bajo las provisiones de la Resolución 794 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, para "establecer lo antes posible un ambiente seguro para las operaciones de socorro humanitario en Somalia".3 Las fuerzas estadounidenses y de la coalición tenían como finalidad romper el ciclo de hambruna en Somalia, asegurando que las operaciones de socorro se pudieran efectuar sin interferencia alguna. La división identificó 49 agencias no gubernamentales, tales como el Comité Internacional de la Cruz Roja, CARE, Salven los Niños, Doctores sin Fronteras y Conciencia Irlandeza que estaban operando en el país. Éstas eran las únicas agencias en Somalia que intentaban alimentar a los hambrientos y atender a los enfermos y moribundos. Es más, fueron sus esfuerzos desinteresados y frecuentemente heroicos que la división y la coalición deberían proteger.4 Durante la Operación "Restore Hope" la división fue asignada al área de operaciones ilustrada en el mapa en la Figura 1. El tamaño y la composición de las fuerzas sobre las cuales la división asumió el mando u control operacional se demuestran en la tabla en la Figura 2. Este artículo identifica y atiende algunos de los desafíos significativos que la división enfrentó durante la ejecución de dos de estas otras operaciones militares: una doméstica y la otra en un ambiente frecuentemente hostil y a veces letal.

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Planeamiento y Despliegue para la Misión Esta sección trata de cinco temas integrales del planeamiento y despliegue para la misión: suposiciones de planeamiento, planeamiento paralelo5, desarrollo de la misión y el resultado final deseado, límites máximos de fuerza y "expansión de la misión". Note que ambas operaciones descritas en el artículo se iniciaron como operaciones de reacción ante una crisis. Algunos de los desafíos enumerados a continuación se relacionan directamente con las circunstancias.

Suposiciones de Planeamiento. A medida que las suposiciones de planeamiento toman forma en los niveles estratégico y operacional, se debe mantener a los comandantes al tanto de ellos desde un inicio y continuamente. Los cursos de acción al nivel estratégico frecuentemente se expresan en sencilla y generalmente en términos de organizaciones de tarea alternas y el número máximo de tropas correspondientes. Los comandantes operacionales precisan de un enunciado claro de la misión; el resultado final deseado, las condiciones y las medidas de efectividad para la operación; la preparación de inteligencia en el campo de batalla a

Restore Hope: Más de 21.000 Millas Cuadradas

Área de la Fuerza del Ejército HRS Sectores de Socorro Humanitario ARFOR Fuerzas del Ejército MARFOR Fuerzas de la Infantería

HRS MARKA 2a. Brigada, ARFOR HRS Baledogie 2a. Brigada y Fuerzas Marruecas, ARFOR HRS Kismayo Fuerza de Tarea Kismayo-10a. Artillería Divisionaria, 3er. Batallón, 14a. de Infantería y Fuerzas

Belgas, ARFOR HRS Baidca Fuerzas Australianas, ARFOR HRS Belet Uen Fuerzas Canadienses HRS Gialalassi Fuerzas Italianas HRS Mogadishu MARFOR de EE.UU. con Fuerzas de la Coalición HRS Bardera MARFOR de EE.UU. HRS Oddur Fuerzas Francesas

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nivel estratégico6 y restricciones aplicables al planeamiento, incluyendo la disponibilidad de las tropas. Es verdad surgirán ocasiones en que el comandante carecerá de la información requerida para el planeamiento operacional o la información no será lo suficientemente detallada. En estas situaciones, el comandante al nivel operacional tendrá que proporcionar un reenunciado de la misión, la intención y el resultado final deseado para ser aprobados al nivel estratégico. El planeador estratégico debe estar al tanto de situaciones políticas o diplomáticas que pueden cambiar las suposiciones de planeamiento del comandante operacional y ponerse en contacto con el mismo cuando existe la posibilidad de cambios. En las otras operaciones militares, es imprescindible que los comandantes a nivel operacional, estratégico y táctico finalicen rápidamente lo que cada uno intenta realizar. Nuestro proceso de planeamiento en tiempo de crisis carece de este vínculo. Planeamiento Paralelo. El planeamiento paralelo abarca el planeamiento paralelo y coordinación simultáneo entre los planeadores desde el nivel estratégico hasta el nivel táctico. Aunque el XVIII Cuerpo Aerotransportado claramente era la comandancia superior de la división desde un inicio en el proceso de planeamiento, el estado mayor de la división se mantuvo en contacto con cuatro comandancias7 para determinar las fuerzas requeridas y la misión a ser realizada. El planeamiento paralelo es especialmente necesario al principio del planeamiento de acción en tiempo de crisis, cuando las comandancias suelen filtrar la información a medida que se disemina a los comandantes subordinados. Cuando la división fue puesta en sobreaviso el 30 de noviembre de su posible despliegue a Somalia, el análisis estratégico para la operación ya estaba en progreso. Si se hubiera realizado el planeamiento estratégico en forma paralela, el comandante de la fuerza de tarea y su comandante del componente del Ejército hubieran tendio la oportunidad de influir sobre las organizaciones de tarea, enunciados de la misión, requerimientos de inteligencia y condiciones finales deseados. Sin embargo, las decisiones relacionadas con aquellas funciones de planeamiento se hicieron al nivel estratégico con poca participación de las personas que desempeñarían la labor. La forma en que los límites para las fuerzas se establecieron es representativo de este proceso. El planeamiento en los niveles operacional y táctico estaban restringidos por los límites de fuerzas aun antes de establecerce las misiones o cursos de acción.

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Fuerza de Tarea Mountain -- Lista de Tropas para “Restore Hope”

2a. Brigada, 10a. División de Alpinismo 2o. Batallón, 87 de Infantería Fuerza de Tarea Kismayo (10a. Artillería Divisionaria) 3er. Batallón, 14 de Infantería 10a. Brigada de Aviación Fuerza de Tarea 5o. Batallón, 158 de Aviación Comando y Compañía de Comando B/3-25 de Aviación (Asalto) C/7-158 Aviación (Asalto) 3-17 Escuadrón de Reconocimiento 7-159 Cía. de Mantenimiento Intermedio de Aviación(-) E/25 Cía. de Mantenimiento Intermedio de Aviación(-) 10o. Comando de Apoyo Divisionario 210o. Batallón de Apoyo Avanzado 710o. Batallón de Apoyo Principal 200o. Destacamento de Abastecimiento 59a. Compañía Química (-) 10o. Batallón de Transmisiones (+) 110o. Batallón de Inteligencia Militar (-) Elemento de Apoyo de Operaciones Sicológicos (PSYOP)/4o. Grupo de PSYOP Grupos de Asuntos Civiles/96o. Batallón de Asuntos Civiles 41o. Batallón de Ingenieros 10a. Compañía de Policía Militar 511a. Compañía de Policía Militar

Tropas Divisionarias 711a. Compañía Postal (-) 129a. Compañía Postal (-) 10a. Compañía de Servicios de Personal 280o. Destacamento de Policía Militar (CID) 60o. Destacamento de Policía Military (CID)0 33a. Unidad de Apoyo de Finanzas 27o. Grupo de Relaciones Públicas 28o. Grupo de Relaciones Públicas 10o. Destacamento de Adquisición de Blancos (-) 10o. Destacamento de Enlace Destacamento de Vigilancia a Largo Alcance 548o. Batallón de Abastecimiento y Servicios 36o. Grupo de Ingenieros 430o. Batallón de Ingenieros (Combate)(Pesado) 642a. Compañía de Equipo de Apoyo de Combate 63a. Compañía de Equipo de Apoyo de Combate 720o. Batallón de Policía Militar 571a. Compañía de Policía Militar 976a. Compañía de Policía Militar

Los planeadores operacionales y tácticos del Ejército fueron plagados por las consecuencias de esta parte del proceso de planeamiento hasta mucho después de que las unidades habían llegado a Somalia. El planeamiento paralelo temprano también hubiera proporcionado acceso a los aspectos estratégicos de inteligencia relacionados con la preparación del campo de batalla. La información requerida por los comandantes subordinados abarcaba más de los datos de inteligencia normales. El comandante operacional necesita una síntesis de datos de todos los sistemas operativos del Ejército para su propio uso y para el análisis del estado mayor de planeamiento. Esta información no debería filtrarse en las comandancias. Se debe enviar directamente a las comandancias operacional y táctica simultáneamente para facilitar el planeamiento detallado en todos los niveles. Una mayor apreciación de las necesidades de un estado mayor divisionario que ha asumido la función de ARFOR puede ayudar a mejorar este aspecto del planeamiento de acción en tiempo de crisis.

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Otra información necesaria durante la preparación del campo de batalla por parte del comandante operacional para las otras operaciones militares incluye, pero no se limita a, categorías no tradicionales tales como:

• Información continua de tiempo real sobre los aspectos diplomáticos y políticos de la propuesta operación;

• La identificación, localización e intención de las organizaciones militares, milicias, guerrilleros y grupos irregulares armados locales (en Florida las pandillas, en Somalia los jefes militares y facciones);

• La intención de la población en cuanto a la propuesta intervención, ya sea conocida o presumida para fines de planeamiento;

• El estado de operaciones y fuerzas de coalición actuales o propuestas, según sea apropiado;

• Información detallada sobre el terreno, condiciones meteorológicas, enfermedades y otros aspectos del país, semejante a la información disponible en los manuales de los diferentes países publicados por el Ministerio de Estado;

• La identificación, localización e intención de organizaciones no gubernamentales, y • El número, posición e intención de refugiados dentro y afuera del país.

Se puede disponer de una parte de la información enumerada anteriormente durante el proceso de planeamiento. Sin embargo, otra información sólo se puede obtener en posición. En Florida, la intención de las pandillas locales y los planes de la división para la seguridad de la fuerza se tenían que sopesar con la necesidad de ayudar a las personas que realmente necesitaban ayuda. El problema en Somalia fue sumamente diferente. Si la intención de las facciones era de oponerse a la introducción de fuerza de coalición, se hubiera tenido que realizar operaciones de combate al llegar. Si la población se consideraba, en los peores de los casos, neutral, la organización de tarea y misión de las fuerzas tácticas inicialmente tendría que reflejar esa apreciación. Hay vidas en juego para cada suposición. El planeamiento paralelo ayudaría a cerrar la brecha en nuestro sistema de acción en tiempo de crisis respecto al planeamiento del estado final. En ambas operaciones, los oficiales de planes de la división tuvieron que identificar y definir las condiciones consideradas imprescindibles para satisfacer el resultado final militar. Los planeadores operacionales tuvieron primero que obtener y entender los objetivos políticos, económicos y sociales de la operación. Solamente después de hacerlo pudieron identificar las condiciones necesarias para apoyar el resultado final estratégico y desarrollar un plan para satisfacerlas. El proceso de planeamiento hubiera sido más eficiente si se hubiera autorizado el planeamiento paralelo--planeamiento paralelo y coordinación simultánea de varias alternativas estratégicas--cuando la división recibió su orden preparatoria. Desarrollo de la Misión y Resultado Final. El planeamiento de la misión del Ejército comienza con la definición de lo que se ha de hacer y una descripción de las condiciones que indicarían el cumplimiento de la misión. Los oficiales y suboficiales son bien adiestrados en los procedimientos para desarrollar las pautas al nivel táctico. En los niveles estratégicos y operacionales, sin embargo, la definición de la misión y el desarrollo de las condiciones para el resultado final suscitan retos significativos a todas las personas que participan en su desarrollo. Las definiciones del resultado final y las condiciones para el mismo son necesarios, mas insuficientes, en el planeamiento operacional para las otras operaciones militares. La última serie de información requerido por el comandante operacional son las medidas de efectividad de las condiciones. Es decir, las medidas de efectividad permiten que el comandante evalúe el progreso

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hacia el establecimiento de las condiciones necesarias para llegar al resultado final. Los comandantes operacionales y tácticos necesitan saber los elementos no militares de las condiciones y cómo medirlas para poder considerarlas a medida que planean, ejecutan y evalúan la efectividad de las operaciones. Por consiguiente, parece haber un requerimiento para desarrollar medidas de efectividad para las otras operaciones militares que reflejan los aspectos diplomáticos, políticos y estratégicos de dichas operaciones. La necesidad de este requerimiento es manifiesto. Las operaciones domésticas siempre contarán con elementoos políticos que el militar no necesariamente considera en su planeamiento táctico y operacional de menor nivel. Las operaciones fuera de Estados Unidos también tendrán dimensiones políticas que difieren significativamente de aquellas relacionadas con las operaciones de socorro domésticas. Las consecuencias diplomáticas de las operaciones en un país extranjero con fuerzas de coalición deben ser evidentes a los comandantes operacionales superiores del Ejército desde el comienzo del planeamiento. Todas estas dimensiones no tradicionales del planeamiento operacional tendrán un efecto significativo en las otras operaciones militares domésticas y en el exterior. Los esfuerzos para desarmar a la población en Somalia demuestran cómo el resultado final, las condiciones necesarias y las medidas de efectividad--este último abarcando desde el nivel estratégico hasta el táctico--se integran en el planeamiento y ejecución del resultado final. Los comandantes al nivel operacional proporcionan el vínculo necesario entre las metas estratégicas y el empleo táctico de las fuerzas en el campo de batalla.8 La La relación aplica igualmente a las otras operaciones militares. En Florida, la división consideró las condiciones del resultado final para cada una de sus áreas de empeño (distribución de comida, abastecimientos de agua, refugio y funciones de socorro semejantes) y determinó lo que se debía lograr antes de traspasar la función a los gobiernos locales u organizaciones de socorro. En Somalia, los planeadores al nivel operacional establecieron las condiciones del resultado final para cada misión tomando en cuenta la intención del comandante, expresada al principio del planeamiento como asegurar que los abastecimientos de socorro llegaran a aquellos que los necesitaban. El comandante de al ARFOR tuvo que proporcionar instrucciones a los comandantes tácticos para desarmar los jefes militares y la población civil; evaluando y atendiendo diversos niveles de actividad criminal en el área de operaciones; para administrar la disponibilidad de los abastecimientos de socorro y para coordinar la disponibilidad de los agentes de paz de la ONU. Estos elementos representan las diferentes condiciones que se tenían que satisfacer para que las organizaciones no gubernamentales pudieran reanudar seguramente las operaciones después de la partida del Ejército. Los resultados finales, las condiciones y las medidas de efectividad se deben desarrollar con la cooperación de todos los niveles operacionales y, según apropiado, en combinación con los especialistas del Ministerio de Estado. Una vez establecidas, las condiciones se deben evaluar periódicamente, usando las medidas acordadas de efectividad. Los comandantes operacionales deben estar preparados para redefinir los resultados finales, las condiciones y las medidas de efectividad en combinación con el Ministerio de Estado en vista de la experiencia en el área de operaciones. Mediante el diálogo temprano y continuo entre los comandantes estratégicos, operacionales y tácticos, se podría refinar el proceso de definir y administrar los resultados finales, las condiciones imprescindibles y las medidas de efectividad relacionadas con cada condición, para el beneficio de los comandantes terrestres en las otras operaciones militares. Límites de Fuerzas. El término "límites de fuerzas" describe una restricción de planeamiento desarrollada al nivel estratégico. Este límite, basado en realidades políticas y económicas, identifica el número y tipo de unidades del Ejército disponibles para efectuar una operación. Una vez establecidos estos límites, los comandantes y estados mayores en todo nivel

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deben entender que dichos límites existen y poder responder por las fuerzas dentro de dicha limitación. Para la Operación "Restore Hope", los límites de fuerzas se habían establecido al principio de la operación y no fueron modificadas para reflejar la situación en el área de operaciones cuando la operación comenzó. Los límites no pudieron satisfacer la gran cantidad de personal requerido para apoyar las operaciones en un ambiente "rústico", como en Somalia, donde no se podía comprar, adquirir o capturar nada para apoyar el contingente del Ejército cuando la división se desplazó. Los planeadores tácticos suelen considerar los peores casos posibles para definir los requerimientos de fuerzas. Las diferencias entre oferta y demanda para las unidades se tuvo que supervisar minuciosamente al nivel operacional durante el planeamiento para el desplazamiento a Somalia. Fue especialmente importante debido a que el estado mayor de la Fuerza del Ejército estaba plenamente dedicado a elaborar los enunciados de la misión, evaluar las capacidades y desarrollar listas de despliegue escalonado. El estado mayor no percató inmediatamente que existía un límite; el estado mayor no sabía cuáles fuerzas se incluían en las cifras que habían recibido, ni tampoco sabían precisamente cuánta flexibilidad tenían para desplazar fuerzas adicionales. Por consiguiente, la convergencia del límite y los requerimientos del planeamiento, sin hacer caso omiso del horario de planeamiento, el planeamiento operacional se demoró más de lo que debió haber sido el caso. Los límites de fuerzas dificultaron el planeamiento de desplazamientos a nivel operacional, tanto en florida como en Somalia. Para apoyar la misión en Florida, los jefes de la división--comandantes de brigada, batallón y compañía y sus sargentos mayores o primer sargentos--se desplazaron con antelación para efectuar el reconocimiento y evaluar los requerimientos para sus áreas de responsabilidad asignadas. No fue hasta varios días después de su lelgada a Florida que se conocieron plenamente los requerimientos, aunque la división inició el despliegue de fuerzas mientras la evaluación en posición progresaba. El desplazamiento a Somalia había sido programado para comenzar el 19 de diciembre de 1992, 10 días después del día D. El día D+1, sin embargo, se decidió que el primer elemento se desplazaría el día D+2 para llegar el día D+3 (12 de diciembre). Desde ese momento, las misiones asignadas a la Fuerza del Ejército durante el desplazamiento cambiaban continuamente. El siguiente incidente es representativo de lo que ocurrió. El día D+12, a medida que el elemento de cabeza de lo que luego sería una fuerza de tarea de tamaño batallón iba en ruta de Estados Unidos a su destino planeado (Campo de Aviación Baledogle), fue desviado en el aire a Kismayo, más de 300 millas más al sur, para operar con las fuerzas belgas. El tipo de fuerzas desplazándose de Estados Unidos y la secuencia de desplazamiento cambiaron por varias razones: el empeñamiento de más tropas por parte de las fuerzas de la coalición, cambios en las apreciaciones de inteligencia y la disponibilidad de campos de aviación y puertos marítimos. Debido a que cada cambio de la estructura de la fuerza u organización en tareas precisaba de una justificación detallada del estado mayor de la Fuerza del Ejército, los límites de fuerzas que habían sido establecidos rápidamente al nivel estratégico con mínima información del personal al nivel operacional, fastidió el estado mayor de la Fuerza del Ejército hasta mucho después de llegar toda la división y fuerzas agregadas a Somalia. En ambas operaciones, la preparación y ejecución del despliegue fue fructífero debido a que los comandantes y estados mayores eran flexibles y se concentraron en la intención del comandante. La protección de la fuerza se consideraba imprescindible para el éxito de la división durante el despliegue a Somalia. Se desplazaba el equipo rápidamente, muchas veces antes de conocerse la misión o la disponibilidad del transporte. Los niveles de fuerzas y equipo se evaluaban continuamente a medida que la situación cambiaba. La misma flexibilidad era

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necesaria durante las operaciones terrestres. Si una unidad o equipo no se necesitaba en el teatro de operaciones, aun cuando acababa de llegar, se regresaba al punto de origen. En un Ejército de proyección de fuerza, los estados mayores y jefes deben ser flexibles si han de encontrar soluciones a las incertidumbres que acompañan el planeamiento y que indudablemente surgirán durante la ejecución de la operación. Expansión de la Misión. La expansión de la misión es un fenómeno que se debe considerar en las otras operaciones militares. En Florida, los soldados de la división construyeron y repararon escuelas, establecieron puntos de votación para las elecciones, ayudaron a limpiar los vecindarios y parques y ayudaban cuando el pueblo necesitaba su ayuda. Ninguna de estas actividades fue {sic} identificada en la misión; se desenvolvieron naturalmente como una extensión de la misión de la división y el deseo de los soldados de hacer lo posible por mitigar el sufrimiento de sus prójimos. En Somalia, la misión inicial para el personal del Ejército fue proporcionar un ambiente seguro para la distribución de abastecimientos de socorro humanitario. Mientras que la misión no incluía la reconstrucción del país, muchos soldados estadounidenses y aliados desempeñaron varias tareas normalmente relacionadas con asistencia nacional: revitalizar los gobiernos locales y fuerzas de seguridad, reconstruir y reparar escuelas y orfanatos, enseñar inglés en las escuelas, construir y reparar caminos, y otras tareas semejantes. Estas actividades se efectuaron, además de remover minas, desarmar las facciones combatientes y mantenerse listos y capaces de efectuar operaciones de combate en gran escala. Si bien es verdad que entre mas nebulosa la misión más posibilidad existe de que se extienda la misión, consiguientemente se puede esperar cambios en operaciones similares a la de "Restore Hope". Los amplios enunciados de misiones con resultados finales nebulosos pueden ser necesarios en una crisis; por cierto, proporcionan la máxima flexibilidad a los comandantes operacionales y tácticos. Sin embargo, si es importante para el gobierno estadounidense y el Ejército de EE.UU. efectuar una operación limitada y redesplazarse rápidamente, es imprescindible disponer de un enunciado de misión y resultado final claros y preciso. Cada una de las operaciones experimentó un punto crítico cuando las fuerzas estadounidenses comenzaron a retirarse. En Florida, la abertura de las escuelas creó un sentido de normalidad. Pocas semanas después de la abertura de las escuelas, todas las fuerzas del Ejército se habían redesplazado. En Somalia, el acceso a los caminos principales fue un elemento esencial para permitir que las organizaciones no gubernamentales pudieran reanudar sus actividades de socorro. Dicho acceso se simbolizó con la abertura del "Camino Somalí",9 que vinculo los diversos sectores de socorro humanitario en todo el país. Con la abertura del Camino Somalí, las fuerzas del Ejército se pudieron redesplazar, dejando las unidades de apoyo y una fuerza de reacción inmediata para continuar las operaciones con la segunda fuerza de la ONU, Operación de la ONU en Somalia II (UNOSOM II). Complejidad de las Otras Operaciones Militares. Las complejidades inherentes en las otras operaciones militares suscitaron que estas misiones fueran inusitadas. Dichas operaciones son difíciles para los soldados que las tienen que realizar y para los jefes y estados mayores que las tienen que sincronizar. La participación de los soldados en las comunidades locales, ya sea removiendo árboles desarraigados por el Huracán Andrew o entregando comida a los campamentos de refugiados en Somalia, garantizó el éxito de ambas operaciones. En Florida fue necesario limitar el tipo y la cantidad de ayuda que nuestros soldados podían ofrecer; soldados de todos los grados se desempeñaron como embajadores para el Ejército y el gobierno estadounidenses. En Somalia, los soldados y las unidades tuvieron dificultad en identificar el

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enemigo. Los soldados bien adiestrados y confiados que tomaron la iniciativa aseguraron que se cumpliera cada misión, demostrando compasión y moderación. Los siguientes párrafos describen algunas de las complejidades que figurarán en las otras operaciones militares domésticas o extranjeras del futuro. Modificación de Sistemas Operativos del Campo de Batalla Reglamentarios: Una de las primeras tareas de planeamiento de la división fue establecer el contexto dentro del cual el planeamiento se efectuaría. Los siete sistemas operativos del campo de batalla reglamentarios del Ejército--maniobra, apoyo de fuego, defensa aérea, mando y control, inteligencia, movilidad, supervivencia y apoyo de servicio de combate10--se usaron como base para desarrollar los nueve sistemas operativos empleados para sincronizar las operaciones en Somalia. Los nuevos sistemas operativos se establecieron al principio del proceso de planeamiento, antes de que las fuerzas se desplazaran. El sistema de defensa aérea fue eliminada de la lista doctrinal, ya que no había una amenaza aérea, y el resto de los seis sistemas operativos reglamentarios se enfocaron en los requerimientos para las operaciones de imposición de paz. También se crearon tres nuevos sistemas operativos: coordinación externa, protección de la fuerza y diseminación de información. Los resultantes nueve sistemas se usaron durante toda la operación, comenzando con el planeamiento previo al despliegue, para analizar y sincronizar las operaciones de la Fuerza del Ejército en Somalia. El primer sistema operativo agregado fue la coordinación externa. Se consideró durante el planeamiento que la coordinación con otras organizaciones gubernamentales y no gubernamentales era imprescindible para lograr el éxito. La división estableció procedimientos de coordinación con el Ministerio de Estado, agencias humanitarias por medio de su participación en el centro de operaciones cívico-militares, los viejos de las aldeas y pueblos y los emergentes comités de seguridad en las comunidades locales. La coordinación también fue importante para el éxito de nuestras operaciones de coalición y para el apoyo proporcionado por los esfuerzos de contratación logística (LOGCAP11) en Somalia. Se agregó protección de la fuerza como un sistema operativo independiente debido a su importancia en cada misión realizada. El sistema operativo de protección de la fuerza incluyó una revisión continua de las reglas de empeñamiento y la construcción de una limitada infraestructura en el teatro de operaciones donde no existía ninguna infraestructura que apoyara a nuestros soldados. Finalmente, el noveno sistema operativo establecido fue la diseminación de información. La primera parte de la diseminación de información enfocaba el pueblo somalí. En esto se incluía los medios impresos, la radio, los intérpretes y el contacto directo con los viejos de cada comunidad. La segunda parte de este sistema abarcaba la diseminación oportuna y precisa de información a los representantes de los medios noticiosos mundiales. La tercera parte recalcaba la diseminación de información a los soldados de la Fuerza del Ejército. Todos los comandantes deberían cerciorarse de que sus soldados entendieran su función en la operación y que cada uno supiera cómo sus propios éxitos contribuían al éxito de la unidad. Operaciones Conjuntas y Combinadas. Aunque las operaciones con las fuerzas de otros servicios y de la coalición fueron imprescindibles para la ejecución de estas operaciones, claramente aumentaron la complejidad operacional. Cuando la comandancia de la Fuerza de Tarea Conjunta establecida por el comandante de la I Fuerza Expedicionaria de la Infantería de Marina se convirtió en la comandancia superior de la división y después de recibir notificación de su despliegue, equipos de enlace del Fuerte Drum fueron inmediatamente al Campamento Pendleton para efectuar el planeamiento paralelo con la Fuerza de Tarea Conjunta. En Somalia, la división coordinaba diariamente con las fuerzas de la Infantería de Marina en cuanto a las operaciones en todo el país.

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Las operaciones con las fuerzas proporcionadas por las más de 20 naciones que respondieron a la apelación de la ONU fueron sumamente exitosas, aunque contribuyeron en gran medida a la complejidad de las actividades de la Fuerza del Ejército. La Fuerza del Ejército sirvió como la comandancia de mando y control para el 1er. Batallón del Real Regimiento Australiano, las Reales Fuerzas Marroquíes, el 1er. Batallón de Paracaidismo de Bélgica y, por un breve período, el 1er. Grupo de Batalla Aerotransportado Canadiense. Cada una de estas fuerzas trabajó estrechamente con las unidades de la 10a. División de Alpinismo, demostrando una vez más el potencial inherente de las operaciones de coalición. Otras fuerzas de coalición operaron como unidades adyacentes y efectuaron misiones a través del teatro de operaciones. El éxito de las operaciones de la coalición se pueden atribuir en gran medida al intercambio de oficiales de enlace y a un entendimiento cabal de los requerimientos de la Fuerza del Ejército y capacidades de la coalición. Los equipos de enlace con capacidad lingüística, equipo de comunicaciones vía satélite táctico y transporte se unieron con cada fuerza asignada a la Fuerza del Ejército. Cada fuerza de la coalición en Somalia no sólo disponía de una fuerza táctica que efectuaba operaciones terrestres, sino también de una organización de mando nacional que se comunicaba con sus instalaciones de defensa o, de ser apropiado, directamente al liderazgo político nacional. Estas circunstancias singificaban, por ejemplo, que la Fuerza del Ejército proporcionaba equipos de enlace a las fuerzas marroquíes, uno directamente a la unidad táctica asignada a la Fuerza del Ejército, en este caso en Baledogle, y el otro a la comandancia nacional marroquí en Mogadishu. La Fuerza del Ejército creó una lista de comprobación amplia para ayudar a integrar las fuerzas de la coalición a sus operaciones. La lista, que cubría todas las funciones de estado mayor y todos los sistemas operativos del campo de batalla, ayudó a establecer un diálogo entre la Fuerza del Ejército y la unidad respondedora de la coalición que estaba programada para operar bajo el control táctico de la Fuerza del Ejército. Los elementos de la lista incluían procedimientos de verificación de personal, asuntos organizacionales, apoyo de servicio de combate, capacidades de comunicaciones y entendimiento de las reglas de empeñamiento. El proceso de revisión con dicha lista identificaba las expectativas de la comandancia de la Fuerza del Ejército y ayudaba a identificar la ayuda que la fuerza de coalición pudiera necesitar. Importancia de las Estructuras Sociales. Las operaciones en Somalia se caracterizaban por la presencia de 21 tribus y subtribus en el área de operaciones de la división, bandolerismo por todo el país, operaciones con fuerzas conjuntas y de coalición, apoyo de agencias no gubernamentales, la necesidad de efectuar negociaciones políticas, las complicaciones del desarme y la coordinación cotidiana requerida con UNOSOM y el Ministerio de Estado. Las actividades requeridas para restaurar los consejos autónomos locales somalíes ilustran unos de los efectos de las estructuras sociales sobre los otros aspectos de las operaciones en ese país. Cada una de las tribus y subtribus en Somalia dispone de sus propios líderes y metas para el futuro de Somalia. Aunque varias de las tribus están relacionadas--algunos hasta disponen de líderes comunes--sus metas normalmente se basaban en lo que parecía ser mejor para su propia tribu o subtribu. Los soldados, líderes, equipos de asuntos civiles y negociadores tuvieron que atender diferentes tribus y viejos en cada aldea y pueblo en Somalia. El bandolerismo y su vínculo con los gobiernos autónomos a través del país recalcó la necesidad de eliminar esta actividad con premura. Se tenía que organizar fuerzas de seguridad locales una vez que el bandolerismo había sido reducido y se había establecido seguridad para las organizaciones no gubernamentales, para poder relevar a las fuerzas de la coalición de la responsabilidad de proporcionar seguridad para las operaciones de socorro.

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Para poder establecer fuerzas de seguridad locales, los consejos y gobiernos locales no vinculados con los bandidos tuvieron que asumir el control en cada comunidad. Una técnica que tuvo mucho éxito fue identificar los viejos de cada comunidad y conferirles el poder para controlar sus comunidades una vez más. Estos consejos de viejos entonces podían establecer fuerzas de seguridad que protegerían la comunidad y las organizaciones de socorro. Los comandantes de compañía y batallón, así como los equipos de asuntos civiles agregados a ellos, se convirtieron en negociadores y asesores para estos emergentes gobiernos locales. Antes de que se pudieran organizar estos consejos, sin embargo, frecuentemente era necesario decidir quiénes, entre la multitud de pretendientes, eran los verdaderos dirigentes locales. Los somalíes son muy territoriales y leales a su tribu, pero la identificación de cuál tribu era la idónea para gobernar una comunidad se convirtió en una labor sumamente difícil. El conflicto entre las diferentes tribus y los cambios de las clases gobernantes trascendían siglos de la historia somalí. De vez en cuando, una serie de reuniones que duraban varias semanas, ayudaron a producir un gobierno local factible; a veces éste no era el caso. Lo que importaba era mantener el proceso operativo. Los jefes del Ejército en todos los niveles efectuaron negociaciones y discusiones informales con los somalíes sobre muchos temas, además de asuntos del gobierno local. Las destrezas negociadoras políticas se pusieron a prueba durante las negociaciones directas con las tribus y facciones combatientes. Los jefes superiores del Ejército entraron en diálogo con los jefes militares, la mayoría de los cuales habían devastado su país durante los meses o años previos. Las estructuras sociales en Somalia influyeron en gran medida sobre el planeamiento y ejecución de la misión. Organizaciones no Gubernamentales. Los verdaderos héroes de las operaciones en Somalia fueron las organizaciones no gubernamentales que efectuaban las operaciones de socorro en todo el país. Con estas organizaciones no se podía trabajar como si fueran parte de un grupo homogeneo más grande. Cada organización tenía su propia agenda, sus propios procedimientos y su propio nivel preferido de asistencia. La mayoría de las organizaciones proporcionaban tipos únicos de socorro, muchos proporcionaban varios servicios u operaban en varias áreas del país. La estrecha coordinación con cada organización y el esfuerzo de tratar de entender su singularidad ayudó a que el Ejército pudiera apoyar las necesidades de todos los grupos. Se establecieron centros de operaciones cívico-militares por todo el país para coordinar las operaciones militares con los de las organizaciones no gubernamentales. El centro de operaciones cívico-militar central en Mogadishu fue patrocinado conjuntamente por UNOSOM, la Fuerza de Tarea Unificada y el Ministerio de Estado de EE.UU. Los participantes se reunían diariamente para compartir información de inteligencia, discutir las operaciones corrientes desde perspectivas militares y civiles y proporcionar un foro para permitir que las agencias humanitarias solicitaran apoyo militar para sus operaciones. Cada sector de socorro humanitario en Somalia estableció su propio centro de operaciones humanitarias que servía como el punto central de coordinación entre las organizaciones no gubernamentales, los líderes del pueblo y el militar en cada sector. Este concepto de administración se debe evaluar y documentar para poderse emplear en otras operaciones similares. El mapa (Figura 1) identifica los sectores de socorro humanitario en el área de operaciones de la Fuerza del Ejército. Desarmar a la Población. A medida que progresaron las operaciones, la Fuerza del Ejército asumió la responsabilidad adicional de desarmar algunos de los somalíes, que rápidamente se convirtió en una tarea sumamente exigente. Los planes tomaron una gran

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cantidad de tiempo en preparar y no se podían implementar uniformemente en todo el país. Algunas armas se tuvieron que dejar en manos de los somalíes para proteger a su pueblo o a las organizaciones no gubernamentales u otros grupos. Los puntos autorizados de almacenamiento de armas, establecidos al nivel político, hicieron posible que los somalíes retuvieran un número significativo de armas y municiones. El desarme fue entorpecido por los diálogos frustrantes con los somalíes y por la dificultad en desarrollar un proceso efectivo. Para las futuras misiones de esta índole, se debe tomar en cuenta el complicado y difícil proceso de desarmar a los ciudadanos del país, de ser esta actividad parte de la misión.12

Coordinación con el Personal del Ministerio de Estado y la ONU. La interacción entre el Ministerio de Estado y UNOSOM fue muy importante durante la operación en Somalia. El Embajador Robert Oakley, que fue el Representante Estadounidense Especial en el área, y el comandante de la Fuerza del Ejército regularmente coordinaban los esfuerzos del personal del Ministerio de Estado y las operaciones militares en el area de operaciones de la Fuerza del Ejército. El apoyo del Embajador para las operaciones de la Fuerza del Ejército fue sobresaliente y también tenía una función principal en las comunicaciones con el liderazgo de las tribus somalíes. La Fuerza del Ejército siguió su ejemplo en las operaciones y apoyó plenamente las operaciones del Ministerio de Estado. Desafortunadamente, no hubo suficiente personal del Ministerio de Defensa en Somalia para cubrir cada sector de socorro humanitario. Los jefes y equipos de asuntos civiles del Ejército llenaron el vacío. El planeamiento para el traspaso de las operaciones a las Naciones Unidas y la interacción con UNOSOM requierían una coordinación diaria con el estado mayor de UNOSOM. A medida que la transición se acercaba, el estado mayor de la Fuerza del Ejército también coordinaba con representantes de las fuerzas que deberían servir bajo el mando de UNOSOM II. Las fuerzas de apoyo y de reacción inmediata que quedaron después de que la división partiera de Somalia se colocaron bajo el control operacional del Comando Central de EE.UU. El control táctico de aquellas unidades del Ejército de EE.UU. pasó al comandante de las fuerzas estadounidenses en Somalia. Características Comunes de las Dos Operaciones. Las operaciones en Florida proporcionaron un vistazo de la complejidad del planeamiento, desplazamiento y operación que la división enfrentaría en Somalia. Aunque los dos locales y sus requerimientos inherentes eran diferentes, varios de los factores de planeamiento que se usaron durante las operaciones de socorro posterior al huracán en Florida se aplicaron al planeamiento y operación en Somalia.

• La división estaba en Florida para apoyar las operaciones de las organizaciones voluntarias privadas (Cruz Roja, Ejército de Salvación) y no para reemplazarlas. Un relación similar se desenvolvió con las organizaciones de socorro no gubernamentales en Somalia.

• Las operaciones en Florida enfrentaron el mundo de la política. Los gobiernos de las

comunidades independientes, gobiernos estatales y el gobierno federal no siempre deseaban el mismo resultado final para la comunidad. Las diferentes expectativas, que también surgieron en Somalia, tenían que ser entendidas por la fuerza operando en el área.

• La coordinación interagencial no siempre es fácil, ya sea en operaciones domésticas o

en el exterior. Varias de las misiones de la división fueron asignadas por la FEMA por medio de su Oficial de Coordinación de Defensa13 a la comandancia de la Fuerza de Tarea Conjunta en Miami. Es difícil para los soldados, a veces, entender el proceso de

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coordinación con la FEMA. La división al final colocó sus comandancias principales y subordinadas con los líderes de las comunidades: administrador de la ciudad, alcaldes y otros. Esta decisión mejoró el contacto directo entre el militar y las comunidades, lo que ayudó a acelerar las reacciones a solicitudes de ayuda. Se mantuvo a la FEMA informada de todas las operaciones en la medida necesaria.

• Las operaciones conjuntas fueron la norma en Florida y la fuerza de tarea de la Fuerza

del Ejército allí incluía una fuerza de tarea de propósito especial de la Infantería de Marina. Las operaciones en Somalia fueron conjuntas desde un inicio. Las fuerzas de la coalición ayudó a complicar aun más las operaciones combinadas.

• Los equipos de asistencia en tiempo de desastre de las fuerzas de operaciones

especiales, las unidades de asuntos civiles y las operaciones sicológicas se usaron extensamente en Florida. Las unidades que efectuaban operaciones de asuntos civiles y operaciones sicológicas luego tuvieron una función principal en Somalia.

• La comandancia de la división tuvo la oportunidad de servir como la comandancia de la

Fuerza del Ejército por primera vez en Florida, lo que le proporcionó experiencia para poder asumir una función similar en Somalia.

• Las secciones del estado mayor divisionario sincronizaron y luego ejecutaron una

variedad de misiones irregulares en ambas operaciones.

• La calidad de los mapas complicó ambas operaciones. En Florida los mejores mapas disponibles eran mapas de rutas producidos por las compañías de alquiler de autos. En Somalia la dificultad fue que los datos en los mapas rusos usados por las fuerzas terrestres no concordaban con los datos extraidos de los mapas estadounidenses usados por los pilotos. Las diferencias imposibilitó el uso de cuadriculados para el apoyo de fuego. Se tuvo que usar el sistema común de marcas de latitud y longitud hasta que se pudo imprimir mapas actualizados.

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• El trazado de límites militares y asignaciones de áreas de responsabilidad de unidad

fueron lecciones bien aprendidas en Florida. La experiencia permitió que los comandantes y planas mayores entendieran que cuando se asignaban áreas de unidad en las otras operaciones militares, se debería considerar sobreponer los límites militares en los límites políticos civiles. En Florida, una comandancia tamaño de brigada se colocó y trabajó directamente con el gobierno municipal. El mismo principio se aplicó en Somalia, donde se añadieron las áreas servidas por las organizaciones no gubernamentales y los límites históricos de las tribus. Por ejemplo, el límite para las fuerzas del Ejército operando en Baidoa fue ajustada para que el área de operaciones de la unidad correspondiera al área servida por las organizaciones no gubernamentales en esa área. En Marka, el sector de la unidad fue modificada para incluir las relaciones tradicionales entre las tribus del Valle Inferior del Río Shabeelle. Otras límites fueron ajustados de conformidad con las necesidades.

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PLANEAMIENTO Y ADIESTRAMIENTO PARA LAS OTRAS OPERACIONES MILITARES

En cuanto a que las experiencias de la 10a. División de Alpinismo son representativas de las otras operaciones militares, éstas prometen ser sumamente complejas para planear y ejecutar. Se ha sugerido que el Ejército desarrolle unidades especiales, adiestradas y equipadas para desempeñar otras operaciones militares, en especial las operaciones de apoyo de paz. Esta sección atiende tres aspectos de esa sugerencia. El primer aspecto trata de la viabilidad de los programas reglamentarios de adiestarmiento del Ejército para estas operaciones. El segundo considera la adaptabilidad de los soldados a tareas fuera de sus áreas de especialidad y el tercero considera las implicaciones de las experiencias en Florida y Somalia respecto al adiestramiento institucional del Ejército. ¿Son viables los programas de adiestramiento actuales del Ejército para las otras operaciones militares? Este tema comprende dos partes independientes. Hay quienes piensan que el adiestramiento que las unidades del Ejército reciben para desempeñar sus misiones en tiempo de guerra no los prepara para las otras operaciones militares. Otros piensan que de asignar a unidades del Ejército operaciones similares a las de Florida y Somalia causará un deterioro en sus destrezas bélicas debido a la disimilaridad entre los requerimientos de los dos tipos de actividades. La experiencia de la división hasta la fecha indica que ninguna de estas inquietudes es legítima. El adiestramiento individual y colectiva prepara a los soldados a ejecutar los tipos de misiones recientemente vistas en Florida y Somalia. Al nivel de escuadra, sección, pelotón, compañía y hasta de batallón, las unidades divisionarias ejecutaron tareas específicas que se pudieron cumplir fácilmente debido al adiestramiento reglamentario orientado a la batalla que habían recibido. Las planas mayores intermedias desempeñaron todas las tareas inherentes en el mando, control, sostenimiento y empleo de sus unidades en las operaciones en campaña. El estado mayor de la división desempeñó las funciones de planeamiento y coordinación que forman parte de las misiones de la comandancia, tanto en tiempo de paz como de guerra. Los desafíos de asumir las misiones de una comandancia de la Fuerza del Ejército se satifacieron sin excepción, aunque requirieron un gran esfuerzo por parte de los oficiales y suboficiales del estado mayor. La comandancia efectuaba el proceso de toma de decisión cotidianamente, efectuaba el planeamiento organizado y en tiempo de crisis y ejecutaban las operaciones corrientes de la Fuerza del Ejército. Los individuos, las unidades y los estados mayores continuaron a funcionar como parte integral de una organización bien adiestrada y cohesiva en ambas operaciones, sin recibir adiestramiento especial relacionado con la situación. Los temas resultantes tienen que ver con la presumida inhabilidad de las unidades de desempeñar las tareas esenciales para la misión que forman parte de los requerimientos del adiestramiento anual individual y de unidad. La perspectiva prevaleciente es que las unidades tácticas que participan en las otras operaciones militares perderán su agudeza combatiente. Nuevamente, las experiencias indican lo contrario. En Florida y Somalia, dentro de cada sistema operativo del campo de batalla, la división ejecutó misiones derivadas directamente de la lista de tareas esenciales para la misión, según se indica en los siguientes ejemplos:

• Los batallones, las compañías, los pelotones y las escuadras de infantería desempeñaron sus tareas esenciales para la misión cotidianamente en Somalia. Las unidades de infantería que efectuaban operaciones humanitarias fueron lo suficientemente flexibles para pasar rápidamente de tareas de socorrer refugiados y de asistencia nacional a plenas operaciones de combate. Las unidades proporcionaron seguridad para las agencias humanitarias, operaban puntos de comprobación y

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barricadas en los caminos, efectuaban misiones de acordonamiento y registro, y operaciones de seguridad para los convoyes. Las unidades de infantería efectuaron operaciones defensivas, ofensivas y de patrullaje durante la Operación RESTORE HOPE.

• Las unidades de aviación en Florida proporcionaron todo el apoyo de transporte y

sirveron como una comandancia de mando y control para los esfuerzos de socorro. En Somalia, proporcionaron apoyo de transporte y de ataque durante la Operación RESTORE HOPE.

• Las unidades de ingeniería en Florida tuvieron mucho que hacer con el despejo de

escombros y construcción. En Somalia, construyeron puentes y caminos y efectuaron operaciones contraminas.

• La policía militar en Florida estableció enlace con las fuerzas policiácas locales y

desempeñaron la tarea de control de tráfico en toda el área de operaciones. En Somalia, proporcionaron seguridad de área, escolta de convoyes y apoyo de orden público.

• Las unidades de transmisiones establecieron un cuadriculado de comunicaciones de

suscritores móviles en Florida que proporcionó las comunicaciones sonoras hasta que se pudo restaurar los sistemas telefónicos civiles. En Somalia, el 10o. Batallón de Transmisiones proporcionó apoyo de comuicaciones en el teatro de operaciones con más de 600 efectivos procedentes de 12 diferentes batallones de transmisiones.

• En Somalia, nuestros agentes de contrainteligencia fueron la fuente principal de la

información de inteligencia cuya obtención formó las operaciones de maniobra.

• Las unidades de apoyo de servicio de combate proporcionaron servicios y apoyo para ambas operaciones. Asimismo, apoyaron los esfuerzos de socorro en Florida y los esfuerzos de las organizaciones no gubernamentales en Somalia. En Somalia desempeñaron las tareas para las cuales se habían adiestrado en ambientes austeros y sobre distancias extensas. Los programas de adiestramiento individual y colectivo los había preparado bien para realizar estas operaciones.

• Las fuerzas de operación especial--operaciones sicológicas, asuntos civiles y equipos

operacionales--proporcionaron apoyo sobresaliente durante ambas operaciones. Claro está que las tropas no desempeñaron todas las tareas esenciales para la misión cotidianamente. Pero tampoco lo hacen bajo condiciones de adiestramiento normales. Las operaciones de unidad en Florida, pero especialmente en Somalia, proporcionaron frecuentes oportunidades para revisar y practicar las tareas más esenciales.

¿Pueden los soldados adaptarse rápidamente a los deberes para los cuales no recibieron adiestramiento específico? Se puede percibir una respuesta en los siguientes ejemplos:

• El batallón de inteligencia militar operó un centro de apoyo de vida para las personas desamparadas en Florida.

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• Los soldados de defensa aérea sirvieron como apuntadores de las ametralladoras laterales en Somalia y fueron agregados a los recursos de transporte de los batallones de infantería.

• La comandancia de la división de artillería formó la plana mayor para la Fuerza de

Tarea Kismayo y dirigió la actividades de dos batallones de infantería (uno fue estadounidense y el otro belga) durante las operaciones en Kismayo.

Las unidades del Ejército deben mantener la versatilidad que permite emplearlos en la forma más conveniente para la operación corriente. Las tareas enfrentadas durante las recientes otras operaciones militares no fueron muy diferentes de las tareas que los soldados ya están adiestrados para hacer, de manera que no tenemos que idear nuevas tareas esenciales para la misión para este tipo de operación. Es más, nuestros soldados aún mantiene la habilidad de improvisar y aplicar sus conocimientos y destrezas a tareas para las cuales no han sido específicamente entrenados. Uno de los elementos principales que el Ejército ofrece a las otras operaciones militares es la capacidad de organizarse para la misión y llegar al área listos para desempeñar sus tareas, ajustándolas según la situación. ¿Cuáles son las implicaciones para el adiestramiento institucional? Las complejidades recalcadas en este artículo--y varios otros similares--deben incluirse en nuestros programas de adiestramiento institucional. Los programas de capacitación de liderazgo en las escuelas de formación de suboficiales y los cursos profesionales para oficiales deberían atender temas tales como destrezas de negociación, consideraciones culturales y administración de las reglas de empeñamiento. Se debe también introducir un ejemplo de la complejidad de las otras operaciones militares en los centros de adiestramiento de combate y en otros ejercicios de adiestramiento. Sin embargo, ningunas de estas sugerencias deben disminuir la importancia del propósito principal del adiestramiento y existencia del Ejército. Los soldados y unidades del Ejército deben mantener su ética bélica y continuar enfocándose en las destrezas orientadas al combate. El adiestramiento específico para las otras operaciones militares debe recalcar los niveles de estado mayor y jefe superior. Los estados mayores en todos los niveles pueden realizar adiestramiento para planear este tipo de operación. Se necesita el adiestramiento de jefes para recalcar adiestramiento de negociaciones, operaciones de la ONU, integración de las fuerzas de todos los servicios y de coalición, operaciones interagenciales y operaciones con organizaciones no gubernamentales. Los estados mayores y jefes en unidades asignadas misiones de desplazamiento inmediato deben seguir efectuando ejercicios rutinarios de estado mayor orientados a las áreas problemáticas del mundo. Estos ejercicios mejoran el desempeño del estado mayor y proporcionan conocimientos sobre las áreas en que estas operaciones pueden ocurrir. El adiestramiento previo al desplazamiento debe incluir ejercicios situacionales que recalcan las reglas de empeñamiento para todas las fuerzas a ser desplazadas. Será necesario efectuar adiestramiento específico del teatro de operaciones para poder identificar asuntos culturales, peligros propios de la región, otros participantes en la operación (militar y civil) y los tipos de operaciones que se pueden efectuar. Durante las actividades de adiestramiento y planeamiento, las unidades deben tratar de pedir la ayuda de expertos que han servido en el área anteriormente o que han efectuado operaciones similares. Las unidades de la fuerza de contingencia debe tener disponible listas de especialistas regionales, expertos funcionales, lingüísticos, negociadores expertos, ex-comandantes y oficiales claves de estado mayor (en servicio activo o jubilados)14.

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Para proporcionar otra perspectiva de los requerimientos de adiestramiento del Ejército de EE.UU., se debe considerar un concepto alterno para la preparación para otras operaciones militares. El ejército polaco cuenta con más de 30 años de experiencia en operaciones de mantenimiento de paz. Cada soldado polaco que se desplaza a una misión de mantenimiento de paz es un voluntario procedente de su unidad de pertenencia. La escuela de mantenimiento de paz en Kielce, Polonia, adiestra cada unidad de mantenimiento de paz provisional comprendida de voluntarios. Los miembros del Ejército de EE.UU. (incluyendo un representante de la 10a. División de Alpinismo) visitaron Polonia en junio de 1993 para ver su centro de adiestramiento de mantenimiento de paz. El equipo estadounidense consideraba que las unidades del Ejército de EE.UU. no precisaban de un centro de adiestramiento específicamente para estas operaciones. Lo que funciona bien para el ejército polaco no necesariamente es requerido por las unidades del ejército estadounidense. Nuestro adiestramiento de unidad para otras operaciones militares debe seguir enfocando las tareas esenciales para la misión. Debemos encontrar formas innova-doras para integrar las experiencias obtenidas en las recientes operaciones a nuestro adiestramiento e incluir estas operaciones en el adiestramiento dado al estado mayor y jefes en las escuelas y unidades. Debemos, además, considerar agregar al adiestramiento temas como guerra de coalición, negociaciones, desarme civil, extensas operaciones urbanas, operaciones con organizaciones no gubernamentales, operaciones interagenciales, coordinación con personal del Ministerio de Estado y de la ONU y atendiendo las complicaciones suscitadas por las otras operaciones militares. Las experiencias hasta la fecha indican convincentemente que el Ejército no requiere unidades especiales ni adiestramiento de fortalecimiento de equipo previo a la operación para prepararse para estas operaciones. CONCLUSIÓN Este artículo ha recalcado tres temas comunes identificados durante las otras operaciones militares efectuadas por la 10a. División de Alpinismo a partir de 1992: planeamiento de la misión y desafíos de desplazamiento, la complejidad de las otras operaciones militares y el adiestramiento y las preparaciones requeridos para este tipo de operación en el futuro. También hemos obtenido una gran cantidad de experiencias en otros aspectos de un Ejército de proyección de fuerza que no se atendieron detenidamente. Los desafíos enfrentados por el Ejército incluyen:

• Planeamiento paralelo. Los procedimientos para acciones en tiempo de crisis deben incluir a los comandantes operacionales y tácticos y a los planeadores desde el comienzo del proceso de planeamiento para el despliegue. Los planeadores operacionales y tácticos deben tener acceso a la información proporcionada a los planeadores estratégicos y tomadores de decisión. El requerimiento de alerta de 18 horas no significa que la información de planeamiento necesaria debe aguantarse hasta que las unidades estén a 18 horas de partir de sus guarniciones.

• Prever y prepararse para la complejidad. Nuestros programas de adiestramiento de combate preparan a nuestros soldados y jefes para enfrentar situaciones complicadas. También necesitan tiempo para adquirir, entender y prepararse para reaccionar a la información de inteligencia relacionada con la preparación del campo de batalla. Necesitan, además, información sobre las fuerzas indígenas en el área de operaciones, así como acceso a la información sobre las fuerzas amigas que participarán en la operación.

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Esta información incluye las funciones y los conceptos operacionales de las organizaciones no gubernamentales, la estructura y las contribuciones de las fuerzas de la coalición y las funciones de organizaciones tales como la ONU y el Ministerio de Estado.

• Flexibilidad y adaptabilidad. El Ejército debe mantenerse preparado para desempeñar misiones que no se encuentran dentro de la definición de tareas esenciales para la misión o dentro de la doctrina. Nuestras unidades deben mantener la versatilidad requerida para afrontar diversos desafíos, cambiar su enfoque, estructurar sus fuerzas y pasar de una función a otra rápida y eficientemente.

• Sistemas operativos del campo de batalla. Cada operación debe analizarse para determinar cuáles sistemas operativos del campo de batalla se pueden usar con la mayor eficiencia. Luego, se debe diseñar y desarrollar sistemas adicionales a base de las misiones corrientes y usarse como la base para el planeamiento y las operaciones.

• Operaciones como comandancia de una Fuerza del Ejército. En varias circunstancias, una comandancia divisionaria puede asumir la función de comandancia de una Fuerza de Ejército, siempre y cuando el número de fuerzas terrestres del Ejército y de la coalición en el teatro de operaciones permanece dentro de la capacidad de mando y control de una comandancia divisionaria.

• Administración de la fuerza. Un Ejército de proyección de fuerza requiere que los comandantes operacionales y tácticos administren la secuencia de despliegue de las fuerzas para poder concentrar la potencia de combate en el teatro de operaciones para apoyar el concepto de la operación. Cuando una división es asignada la tarea de convertirse en la comandancia de la Fuerza del Ejército, un elemento de estado mayor debe ser identificado para administrar los procesos de estructuración de la fuerza a nivel estratégico para asegurar que las fuerzas requeridas son identificadas y desplazadas en la secuencia apropiada. Este requerimiento es imprescindible para lograr el éxito si la sociedad en el área objetivo indica intenciones hostiles hacia la intervención.

• Medios de despliegue. La revitalización de nuestros medios de transporte estratégico, tanto aéreos como de superficie, es esencial para proporcionar la capacidad de movimiento y para sostener un Ejército de proyección de fuerza.

• Mando y control de todas las fuerzas del Ejército en el teatro de operaciones. Durante la Operación “Restore Hope”, el Comando de Apoyo de la Fuerza de Tarea Conjunta (JTF) consistía en fuerzas del Ejército extraidas principalmente de la división. El comando de apoyo, sin embargo, no estaba bajo el mando y control directo del comandante de la Fuerza del Ejército. El tamaño de las organizaciones de apoyo divisionarias se basa en la capacidad de apoyar las fuerzas divisionarias. Se deben desarrollar algunas alternativas para evitar extraer una unidad divisionaria orgánica para formar un elemento de apoyo de la JTF.

• Implicaciones de las tareas subsiguientes después de otra operación militar. Las consecuencias de largo plazo para la listeza, el adiestramiento y la calidad de vida de los soldados y sus familias creadas por mantener un elemento principal de la división agregadas a operaciones--por ejemplo, la rotación de unidades para apoyar las operaciones en Somalia--es una inquietud creciente tanto para la división como para el Ejército.

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• Reglas de enfrentamiento. El desarrollo de reglas de empeñamiento efectivas fue un

elemento clave de la operación. El proceso por el cual se desarrollaron, promulgaron y administraron, especialmente la efectividad de las operaciones de coalición en que se usaron las reglas de empeñamiento, se debe refinar y usar como modelo para las futuras operaciones.

• Requerimientos de enlace en las operaciones de coalición. Hubo un requerimiento extenso de oficiales de enlace para apoyar las comandancias superiores de apoyo, las fuerzas de coalición y los requerimientos de las operaciones cívico-militares. Varios de aquellos que se desempeñaron como oficial de enlace fueron extraidos de elementos divisionarios cuyos sistemas operativos de campo de batalla no estaban empeñados plenamente en la operación. Esta solución satisfizo el requerimiento de grupos de enlace durante las operaciones en Florida y en Somalia, donde los ambientes operacionales eran predominantemente amistosos o neutrales. Se requerirán otras soluciones en un ambiente que exige la plena operación de todos los sistemas operativos de campo de batalla.

• Operaciones en ambientes en que la preparación de base es mínima. Somalia le presentó al Ejército un ambiente careciente de una infraestructura desde la cual las fuerzas estadounidenses pudieran adquirir los materiales y servicios requeridos. La adquisición del “Force Provider (Proveedor de la Fuerza)” u otros sistemas similares que aumentarán nuestra capacidad de proporcionar la protección requerida por las fuerzas desplazadas en áreas hostiles.

Estos temas requerirán una gran cantidad de estudio. Su significancia deriva de la necesidad de preparar el Ejército para su próximo desplazamiento. En la mayoría de los casos, las soluciones diseñadas para satisfacer las exigencias del combate también satisfacerán los requerimientos para las otras operaciones militares. El desafío que afronta el Ejército es examinar y estudiar los temas generados por las otras operaciones militares tanto domésticas como extranjeras, de manera que las subsiguientes misiones beneficien de las experiencias de la 10a. División de Alpinismo (Infantería Ligera). La Escuela de Guerra del Ejército de EE.UU. y el sistema de educación del Ejército pueden hacer contribuciones significativas en cuanto a afrontar los desafíos identificados en esta sección. Las tareas que nos depara el futuro fueron descritas hace varios años por el notable historiador británico Michael Howard. En un discurso titulado “La Ciencia Militar en una Época de Paz”, describió las oportunidades y desafíos que los ejércitos enfrentan durante tiempos de paz:

Estoy tentado a declarar dogmáticamente que pese a la doctrina que las Fuerzas Armadas estén elaborando, están equivocadas. También estoy tentado a declarar que no importa que estén equivocadas. Lo que sí importa es su capacidad de actuar correctamente cuando llegue el momento. ...Empero, es la tarea de la ciencia militar en una época de paz impedir que las doctrinas estén demasiado equivocadas15.

Nuestra doctrina está casi correcta. El Ejército de EE.UU. debe seguir siendo lo suficientemente versátil para adapatarse a cualquiera situación. Podemos hacer esto mejor si mantenemos la disciplina, flexibilidad y previsión que son las características prevalecientes de un Ejército diestro y presto para el combate.

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NOTAS

1 Las unidades de la Guardia Nacional de Florida se colocaron bajo el mando y control del estado para apoyar la misión de orden pública en Florida, que las fuerzas federales no pueden desempeñar, según la ley. La designación doctrinal “ARFOR” define las responsabilidades de la división en cuanto a todas las unidades orgánicas y agregadas del Ejército en el área de operaciones de una fuerza de tarea conjunta. La 10a. División de Alpinismo se designó como la ARFOR para las operaciones de socorro posterior al Huracán Andrew y “Restore Hope”. 2 El enunciado de la misión de la división: “La Fuerza de Tarea Mountain se desplaza, sirve como la ARFOR y ejecuta operaciones militares en Somalia para capturar el campo de aviación en Baledogle, así como otras instalaciones claves, y para proporcionar seguridad para las operaciones en apoyo de los puntos de distribución de asistencia en los sectores asignados de asistencia humanitaria para proporcionar el pasaje seguro de los abastecimientos de socorro”. 3 La Carta de las Naciones Unidas, con fecha del 26 de junio de 1945, identifica varios tipos de operaciones. El Capítulo VI identifica la “Resolución Pacífica de Disputas”, que impone reglas restrictivas de empeñamiento (ROE) para fuerzas asignadas, normalmente limitando las fuerzas a principios básicos de autodefensa y el uso de fuerza para romper el contacto en situaciones hostiles. El Capítulo VII identifica “acciones de la ONU con respecto a amenazas contra la paz, resquebrajamiento de la paz y actos de agresión”, y proporciona ROE que permiten operaciones ofensivas, dando a los comandantes la flexibilidad para implementar Resoluciones del Concejo de Seguridad reguladoras. La diferencia entre estos dos tipos de operaciones es sumamente importante para los comandantes terrestres y esta diferencia regirá las reglas de empeñamiento. Las ROE de UNITAF acataron las pautas del Capítulo VII, así como las ROE de UNOSOM II. El DA PAM 27-24, páginas 3-5 a 3-8; la Carta de las Naciones Unidas, 26 de junio de 1945. 4 La 10a. División de Alpinismo (LI) fue alertada el 30 de noviembre de 1992, comenzó su desplazamiento a Somalia el 11 de diciembre y sirvió como la comandancia de las fuerzas del Ejército (ARFOR) en una fuerza de tarea conjunta (JTF) bajo el mando de la Operación de la ONU en Somalia (UNOSOM I) hasta ser relevada el 4 de mayo de 1993. La mayoría de personal y equipo de la división regresó a Estados Unidos a partir de este momento. Las unidades de apoyo y un batallón reforzado de infantería permanecieron en Somalia, bajo el control operacional del Comandante en Jefe del Comando Central de EE.UU. (CINCCENT) y bajo el mando del comandante, Fuerzas Estadounidenses en Somalia. Las unidades divisionarias destacadas proporcionaron apoyo logístico y una fuerza de reacción inmediata para UNOSOM II. El batallón ha sido reemplazado dos veces. La cuarta rotación está en la fase de planeamiento. 5 El concepto del planeamiento paralelo precisa del desarrollo simultáneo de información esencial para la misión en todo nivel de la cadena de planeamiento durante las operaciones de reacción a crisis. El planeamiento paralelo sugiere que cualesquier riesgos asumirdos al desarrollar esta información rápidamente por medio de aproximaciones sucesivas es preferible a la alternativa: negar información para la reacción a crisis de los escalones inferiores de planeamiento hasta una fecha, hora o evento predeterminado. Si bien en cierta forma es violación de los principios de la cadena de mando, este concepto ilustra lo que Michael Howard posiblemente vislumbró cuando afirmó que es la “flexibilidad, tanto en las mentes de las Fuerzas Armadas como en su organización, que se debe desarrollar en tiempo de paz”. “La Ciencia Militar en una Época de Paz”, el Diario RUSI, 119 (marzo de 1974), 7. 6 La preparación de inteligencia en el campo de batalla (IPB) es un proceso sistemático y continuo que describe el ambiente táctico y los efectos de ese ambiente en las operaciones, además de lo que el enemigo puede lograr. El FM 100-5, Operaciones, Cuartel General, Departamento del Ejército, Washington, D.C., 14 de junio de 1993, Glosario 4. 7 El XVIII Cuerpo de Ejército Aerotransportado fue el cuartel general superior de la división al principio del proceso de planeamiento. La JTF (I Fuerza Expedicionaria de la Infantería de Marina) asumió esa función poco después de que la división recibió notificación de la operación. El estado

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mayor de la división también coordinó cotidianamente con el Comando Central del Ejército (ARCENT) y el Comando de Fuerzas (FORSCOM). 8 FM 100-5, Operaciones, Cuartel General, Departamento del Ejército, Washington, D.C., 14 de junio de 1993, pág. 6-2. 9 La construcción del Camino Somalí fue una de las hazañas que recibió poca atención de la prensa. Aproximadamente 2100 kilómetros de largo, fue construida o mejorada por los Ingenieros del Ejército de EE.UU. (1100 kilómetros) y unidades de la Infantería de Marina y de los SeaBee de la Marina (1000 kilómetros). El Camino Somalí conectó todos los sectores de socorro humanitario en Somalia. Su finalización y seguridad fueron imprescindibles para la terminación del planeamiento estatal efectuado por la JTF y la ARFOR. 10 El FM 100-5 describe los sistemas operativos del campo de batalla así: “Las funciones principales desempeñadas por la fuerza en el campo de batalla para ejecutar fructíferamente los objetivos militares ordenados por el comandante operacional”. El FM 100-5, Operaciones, Cuartel General, Departamento del Ejército, Washington, D.C., 14 de junio de 1993, Glosario 1. 11 LOGCAP es el Programa Logístico de Agregación Civil. El contratista principal en Somalia para este programa fue Brown y Root, que contrató obreros somalíes para proporcionar servicios a las fuerzas estadounidenses. 12 El Coronel Mark Hamilton se desplazó a Somalia para ayudar a la comandancia de la ARFOR y UNITAF establecer una política de desarme y un plan viable para desarmar a las facciones. Su ayuda fue instrumental en cuanto al diseño de un programa viable, aunque el programa nunca se implementó en su enteridad. 13 El Oficial Coordinador del Ministerio de Defensa proporciona el vínculo entre la FEMA y la fuerza de tarea militar asignada a la operación. 14 El señor Andy Natsios (experto sobre Somalia de la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional) y el Coronel John Abizaid (Comandante, 3-325 Infantería durante la Operación Proporcionar Sustento) contribuyeron significativamente a nuestra preparación. El Coronel Mark Hamilton (negociado con experiencia en El Salvador) se unió a la división y proporcionó ayuda esencial durante las negociaciones con los caciques y las facciones. Los esfuerzos generosos de estos individuos son representativo del tipo de apoyo que hay disponible para las unidades cuyas misiones abarcan desplazamientos inmediatos. 15 Michael Howard, “Ciencia Militar en una Época de Paz”, página 7.

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Fundamentos del Combate Operacional C/M/S 500

Lección 2

Lectura D: Extracto del Manual 1-1, Tomo II, de la Fuerza Aérea Ensayo G: “Actividades Militares a un Nivel Inferior al de Guerra”

El Ensayo G respalda las siguientes declaraciones del Tomo I:

1-5 Una cantidad significativa de actividades militares existe a un nivel inferior al de guerra.

1-5a Las fuerzas militares estadounidenses se utilizan para adiestrar y

asesorar a otras naciones en relación con asuntos de defensa, inclusive la defensa interna en el exterior.

1-5b Las funciones de mantenimiento de paz, apoyo para las insurrecciones y

contrainsurrecciones y contra el terrorismo frecuentemente abarcan las actividades a un nivel inferior al de guerra.

1-5c Las actividades a un nivel inferior al de guerra conllevan importantes

beneficios secundarios. 4-3a(7)El personal de la Fuerza Aérea que proporciona adiestramiento, asesoramiento y otras formas de apoyo a otras fuerzas aéreas debe entender cabalmente el contexto dentro del cual el apoyo es ofrecido.

“En el mundo de hoy, la línea entre la paz y la guerra está más nebulosa que nunca antes”.1 No hay una sola razón por la borrosidad entre la paz y la guerra. Sin embargo, a partir de la II Guerra Mundial, la flexibilidad y diversidad tecnológicas de las fuerzas militares, junto con los cambios dinámicos y muchas veces revolucionarios, han creado un ambiente en que el medio militar del poder nacional se emplea para lograr una gran variedad de objetivos políticos. Esta realidad ha resultado en la continuación de un debate sobre cómo llamar e identificar las diversas actividades militares que ocurren a un nivel inferior al que tradicionalmente se ha llamado guerra. Para las fuerzas militares, estos nombres no tienen suma importancia. Las consideraciones importantes son cómo estas actividades difieren de lo que es la guerra y cuáles cambios estratégicos, operacionales, tácticos y estructurales se requieren para la fuerza para enfrentar estas diferencias. Extracto del Manual 1-1, Tomo II, de la Fuerza Aérea, “Actividades Militares a un Nivel Inferior al de Guerra”, páginas 51-62. Marzo de 1992. Departamento de la Fuerza Aérea.

FORMAS DE GUERRA

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Fue natural que los analistas elaborarían medios para examinar las similaridades, diferencias y relaciones entre las diversas formas de conflicto internacional. El arreglo de estas formas de conflicto en un cuadro para demostrar determinada interpretación de su relación es uno de estos medios, normalmente llamado las formas de conflicto o de guerra. Muchas interpretaciones similares aparecen entre la literatura posterior a la II Guerra Mundial, y cada una corresponde al tipo de análisis usado.2 Las versiones comprensivas y detalladas de las formas de guerra pueden usarse para fines de diversos propósitos analíticos. Sin embargo, la subdivisión del conflicto armado en un sinnúmero de “cuadros” finitos que ilustran las diminutas diferencias en las técnicas o circunstancias puede engañarnos. Este tipo de arreglo de subdivisiones antisépticos refuerza la idea errónea de que el conflicto es simplemente un proyecto de ingeniería y cada “cuadro” posee una norma y fórmula precisa para triunfar. Sin embargo, la Junta de Jefes del Estado Mayor Conjunto (JCS) definieron oficialmente las formas de guerra en la edición de 1962 de la Publicación 1 de la JCS, Diccionarios de Términos Militares de Estados Unidos para el Uso Conjunto. Según definido, dicho término “abarca toda la gama de conflicto--guerra fría, limitada y general”.3 A la vez, también se describió cada componente (fría, limitada y general). Si bien la definición de guerra limitada incluye la frase, “excluye incidentes”, la palabra incidentes también fue definida como “escaramuzas breves u otros disturbios militares generalmente de naturaleza efímera y que no conlleva hostilidades prolongadas”. Estas definiciones siguen vigentes en la última publicación.4 La Fuerza Aérea de EE.UU. identificó “formas de conflicto o crisis” en la edición de 1984 del AFM 1-1, Doctrina Aeroespacial Fundamental de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Estas formas se describieron como una “gama definida principalmente por la magnitud de los objetivos declarados. El alcance de los objetivos puede ser limitado o total y, por lo tanto, determina el carácter y dimensión de una operación militar”.5 En la edición de 1986 del FM 100-5, Operaciones, el Ejército de EE.UU. habla de una gama de conflicto en términos del “pleno campo de amenazas desde el terrorismo y operaciones de baja y mediana intensidad hasta las operaciones de alta intensidad y nucleares”.6 El último intento de identificar una gama oficial fue expuesto en la Publicación Conjunta de Prueba 3-0, Doctrina para las Operaciones Unificadas y Conjuntas. Esta publicación incluye una gama operacional que explica un teatro de operaciones de ambiente estratégico en que las fuerzas militares se emplean de tres posibles formas: competencia en tiempo de paz, conflicto y guerra. La gama está diseñada para ayudar a los comandantes combatientes a describir las situaciones estratégicas en términos claros para definir las necesidades, elaborar estrategias y proyectar recursos. Además, un gráfico define el término conflicto de baja intensidad en términos de dos de los tres estados (tiempo de paz, competencia y conflicto). Sin embargo, el conflicto de baja intensidad también ocurre por toda la gama operacional.7

CONFLICTO DE BAJA INTENSIDAD El término de conflicto de baja intensidad no es nuevo; sin embargo, el concepto de este término sí ha evolucionado.8 Los orígenes del concepto datan a discusiones de guerras limitadas a fines de los años 50.9 Si bien se sigue debatiendo el término,10 la expedición de una directiva de decisión de seguridad nacional y establecimiento de la posición de subsecretario de defensa (operaciones especiales y conflicto de baja intensidad) han

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institucionalizado el concepto.11 Además, la JJEM y Ejército de EE.UU. han redactado doctrinas sobre el conflicto de baja intensidad.12 Según su definición, el conflicto de baja intensidad no se considera guerra; sin embargo, retiene ciertas características de guerra. Para dar frente a esta aparente falta de conformidad, las doctrinas conjunta y del Ejército explican la baja intensidad en términos de operaciones militares realizadas en cuatro categorías operacionales: apoyo para insurrecciones y contrainsurrecciones, combatir el terrorismo, mantenimiento de paz y operaciones de contingencia. En algunos casos, estas categorías traslapan. Por ejemplo, la Operación El Dorado Canyon, el golpe contra blancos terroristas en Libia, se puede categorizar como una contingencia u operación anti-terrorismo. En todo caso, el conflicto de baja intensidad se considera como una confrontación político-militar a un nivel inferior al de guerra convencional pero superior a la competencia rutinaria pacífica entre estados. El apoyo a insurrecciones y contrainsurrecciones se consideran lados opuestos de la misma categoría del conflicto de baja intensidad. Los principios doctrinales respecto a la guerra de insurrección son igual de importantes para aquellos que apoyan a los insurgentes y contrainsurgentes que para los mismos participantes. El apoyo estadounidense para las insurrecciones (a veces llamadas movimientos de resistencia) es aprobado, planeado y ejecutado dentro de límites precisamente definidas y rígidamente controlados.13 Aunque este apoyo se puede realizar abiertamente o con mínima visibilidad, una gran parte se debe efectuar clandestinamente. El apoyo estadounidense para los esfuerzos contrainsurgentes de la nación anfitriona se basa en el concepto del desarrollo y defensa internos (IDAD) que toma por sentado que la nación anfitriona es responsable por desarrollar y ejecutar programas para prevenir o derrotar la subversión, desorden e insurrección. Este apoyo estadounidense se llama defensa interna en el exterior (FID)14 y puede abarcar asistencia de asesoramiento y adiestramiento; colaboración de inteligencia; apoyo logístico; operaciones cívico-militares; apoyo de mando, control y comunicaciones y operaciones tácticas.15 Las operaciones contra el terrorismo conllevan la disuasión de actos terroristas mediante medidas activas y pasivas (anti-terrorismo) y el empleo directo de fuerza en situaciones de esta índole (contra-terrorismo). El anti-terrorismo incluye recopilación y diseminación oportuna de información enemiga y la implementación de programas de concientización de información, planes coordinados de seguridad, medidas de seguridad física e información, medidas de seguridad personal y medidas de seguridad de la fuerza desplazada. El contra-terrorismo abarca reacciones que pueden incluir las operaciones preventivas, de represalia y de rescate.16 Las operaciones de mantenimiento de paz apoyan los esfuerzos diplomáticos para lograr o mantener la paz en áreas de conflicto posibles o corrientes. Estados Unidos ha participado en las operaciones de mantenimiento de paz bajo los auspicios de las Naciones Unidas y en cooperación con otros países. La contribución estadounidense a las operaciones multinacionales de mantenimiento de paz puede incluir el apoyo logístico y financiero (v.gr., Fuerza de las Naciones Unidas en Chipre), observadores (v.gr., Organización Supervisora de Treguas de las Naciones Unidas) y fuerzas (v.gr., Observadores y fuerzas Multinacionales, Sinai). La característica predominante de todas las operaciones de mantenimiento de paz es el consentimiento de todas las partes involucradas en la disputa para la realización de la operación.17 Las operaciones de contingencia en los conflictos de baja intensidad se realizan también en las situaciones de evitación o administración de crisis que requieren el uso de fuerzas militares para imponer o apoyar las iniciativas diplomáticas, para responder a

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emergencias o para proteger a los ciudadanos estadounidenses. Esta categoría abarca una gran variedad de tareas militares tradicionales de las siguientes áreas: socorro en tiempo de desastre, demostración de fuerza, operaciones de evacuación de no combatientes, operaciones de recuperación, ataques e incursiones, libre navegación y protección de embarcaciones, operaciones para restaurar orden público, aumentos en asistencia de seguridad y apoyo para las operaciones antidrogas.18

PARADIGMAS DE CONFLICTO La teoría de un paradigma evolutivo de conflicto se relaciona estrechamente con el concepto del conflicto de baja intensidad.19 Los paradigmas de conflicto “tradicionales” y “evolutivo” se demuestran en la figura 1. Esta teoría examina el efecto de la naturaleza cambiante del ambiente internacional y de las fuerzas militares sobre la “forma de combatir estadounidense”.20 La teoría afirma que

Estados Unidos no ha podido aceptar que las teorías “clásicas” de la estrategia aplican y que hasta pueden ser automáticas en aquellas ocasiones en que los participantes combatientes, ya sea consciente o inconscientemente, comparten una premisa común en cuanto a la forma en que se ha de librar el conflicto.21

Por lo tanto, el paradigma tradicional sería apropiado para una guerra convencional y nuclear, pero no sería apropiado para la guerra de insurrección. Para varias personas, esta conclusión fue una de las lecciones más importantes aprendidas de la participación estadounidense en Vietnam. Además, al examinar la miríada de posibles empleos de una fuerza militar en situaciones inferior al nivel de guerra revela que el paradigma evolutivo de conflicto proporciona un guía útil para estas operaciones.

FUERZA SIN GUERRA22 Pese a cómo se llame o categorice, sigue siendo cierto que un gran campo de actividades militares existen a niveles inferiores al de guerra. Un estudio expuso 215 ocasiones entre el 1 de enero de 1946 y el 31 de diciembre de 1975 del empleo de fuerzas estadounidenses a un nivel inferior al de guerra para influir en determinadas situaciones.23 Estas ocasiones se limitaron a aquellas en que

el uso de las fuerzas armadas para fines políticos ocurre cuando por lo menos un componente de los servicios militares uniformados toma acciones físicas como parte de un intento organizado por las autoridades nacionales de influir, o estar preparados para influir, en determinado comportamiento de individuos en otra nación sin acometerse a una competencia continua de volencia.24

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Figura 1. Paradigmas de Conflicto

PARADIGMA TRADICIONAL DE CONFLICTO *Dependencia en la relación entre las fuerzas, potencia de fuego y tácticas convencionales. *Confianza en las soluciones y calificación tecnológicas. *Necesidad de haber una causa eminente para la participación estadounidense. *Creencia que la guerra interrumpe la política.

PARADIGMA EVOLUTIVO DE CONFLICTO *Moderación en operaciones de potencia de fuego y una propensidad para operar dentro de limitaciones complicadas. *Énfasis en la simplicidad y confiabilidad. *Dedicación a un esfuerzo de largo plazo con pocos horarios que trasciende cambios políticos. *Un enfoque político sobre la naturaleza de la guerra.

Fuente: H. Lee Dixon, Resumen, Definiciones e Inquietudes de Política del Conflicto de Baja Intensidad, Documentos CLIC (Base Langley de la Fuerza Aérea, Virginia: Centro del Ejército y Fuerza Aérea para el

Conflicto de Baja Intensidad, septiembre de 1989), 8 y 15.

Las actividades militares a un nivel inferior al de guerra abarcan una gran variedad de aplicaciones directas e indirectas de recursos militares (fig. 2). La lista de ejemplos ilustrada en la figura 2 no incluye todos los recursos. Además, la existencia de los recursos--que son creados durante las actividades cotidianas tales como la organización, el adiestramiento y la provisión de equipo de las fuerzas militares--y su ubicación en ultramar sirven varios objetivos políticos, entre los cuales figura dar aviso que Estados Unidos está listo y dispuesto a defender sus intereses nacionales. Otras actividades militares similares, tales como visitas e intercambios, asistencia de seguridad, asistencia humanitaria y socorro en tiempo de desastre rara vez están orientadas hacia un objetivo político específico, sin embargo, tienen resultados políticos. Las actividades militares directas e indirectas a un nivel inferior al de guerra se usan también como medios diplomáticos cooperativos y coercivos.25 Como medio cooperativo, “simbolizan un deseo o voluntad de obtener, fortalecer o afirmar determinada relación y, por medio de esto, garantizar la continuación de cierto comportamiento en el auditorio objetivo o inducir el inicio de dicho comportamiento.26 La participación estadounidense como parte de la Fuerza y Observadores Multinacionales en el Sinai es un ejemplo de esto. Como medio coercitivo, Estados Unidos realiza actividades militares a un nivel inferior al de guerra para disuadir, imponer, asegurar o inducir. Estas actividades se usan para amenazar un blanco: “(1) disuadir el auditorio objetivo de una acción indeseable o de detener una acción deseable, o (2) obligar al auditorio a hacer o dejar de hacer algo”. También se pueden usar en apoyo de una parte no antagonista: “(1) para dar seguridad a un auditorio secundario de manera que siga haciendo o deje de hacer algo; o (2) para inducir al auditorio secundario a hacer o dejar de hacer algo”.27 Por ejemplo, se emplearon fuerzas militares para el puente aéreo de Berlin en 1948-1949 para impedir que la Unión Soviética capturara toda la ciudad de Berlín. Asimismo, Estados Unidos empleó fuerzas militares en la crisis de misiles en Cuba en 1962 para obligar a la Unión Soviética a retirar los misiles ofensivos de Cuba. La demostración de fuerza en 1961 fuera de la costa de la República Dominicana fue ideada para asegurar la continua democratización de dicho país. El desplazamiento de misiles Patriot y sus dotaciones a Israel en 1991 tuvo como finalidad obligar a ese país a desistir de sus planes de atacar a Irak.

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La reciente política de seguridad nacional estadounidense ha consistentemente recalcado que la aplicación indirecta, en lugar de directa, del poder miltiar es la forma preferida y más económico de lograr los objetivos nacionales.28 Esta política significa que, en la medida posible, Estados Unidos apoyará los esfuerzos de sus amigos y aliados en lugar de desplazar fuerzas estadounidenses. A la vez, esta política también recalca que Estados Unidos debe retener la capacidad de usar sus fuerzas conjuntamente con o independiente de sus amigos y aliados cuando sus intereses vitales están amenazados.

Esta misma política, además, reconoce el doble desafío que enfrenta la fuerza militar estadounidense de mantener suficientes fuerzas para disuadir una guerra general mientras mantiene disponible fuerzas con las pericias idóneas para las posibles contingencias del Tercer Mundo. Una gran cantidad de programas de defensa contribuyen significativamente en ambos ambientes pero, de ser necesario, desarrollaremos las armas y la estructura de la fuerza requerida para las exigencias especiales del Tercer Mundo, aun cuando puede significar que algunas fuerzas sean menos idóneas para un conflicto en el frente central de Europa.29

El desarrollo de dichas armas y estructura de fuerza precisa de un entendimiento cabal de la naturaleza de la amenaza, las necesidades y capacidades de las naciones menos desarrolladas y los ambientes sociales y culturales en que el conflicto tomará lugar.30

Ejemplos de las Actividades Militares a un Nivel Inferior al de Guerra Asistencia de Asesoramiento Ejercicios Conjuntos y Combinados Visitas a Aeronaves Ejercicios de Listeza Médica Antiterrorismo Presencia Militar Escolta Armada Equipos Móviles de Adiestramiento Ataques Evacuaciones de No Combatientes Bloqueos Operaciones para Restaurar el Orden Público Acción Cívica Operaciones de Mantenimiento de Paz Programas Cooperativos Visitas a Puertos Operaciones Antidrogas Operaciones Sicológicas Contraterrorismo Incursiones Acción Directa Operaciones de Recuperación Socorro en Tiempo de Desastre Operaciones de Rescate Intercambios Asistencia de Seguridad Defensa Interna en el Exterior Operaciones de Seguridad Asistencia Humanitaria y Cívica Demostración de Fuerza Recopilación de Inteligencia Estabilidad Colaboración de Inteligencia Guerra Irregular

Figura 2.

CONCLUSIÓN Una de las funciones identificadas de los departamentos militares es “preparar y establecer reservas de efectivos, equipo y abastecimientos para la prosecución efectiva de guerra y operaciones militares a un nivel inferior al de guerra (con mayor énfasis)”.31 En el pasado, la organización, la provisión de equipo y el adiestramiento de las fuerzas militares estadounidenses han enfocado, casi exclusivamente, la preparación para la guerra, considerándose las operaciones a un nivel inferior al de guerra algo secundario adicional. En

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muchas instancias, especialmente en el uso directo de la fuerza militar, este enfoque está justificado. Sin embargo, la capacidad y demostrada propensidad de usar fuerzas militares para lograr objetivos nacionales precisa de una estructura de fuerza específicamente organizada, adiestrada y equipada para enfrentar estos desafíos. Según la declaración de la Comisión Presidencial sobre la Estrategia Integral a Largo Plazo: Debido a que nuestros problemas en el mundo real están vinculados y los presupuestos imponen substitutos, debemos entrelazar las estrategias para un amplio campo de conflictos: desde el conflicto más limitado, de menor intensidad y mayor probabilidad hasta el conflicto más amplio, apocalíptico y menos probable. Es nuestro deseo que los peores conflictos sean menos probables; pero esto sólo aplica si nuestras deficiencias en un alto nivel--o la carencia de una reacción de un alto nivel que los líderes democráticos estarían dispuestos a aceptar--no hacen imprescindible la escalación. Para lograr una estabilidad genuina, debemos dar seguridad a nuestros adversarios que la agresión militar en cualquier nivel del violencia contra nuestros intereses vitales serán contrarrestadas por la fuerza militar.32

NOTAS 1. Caspar W. Weinberger, “Los Usos del Poder Militar”, discurso, National Press Club (Asociación Nacional de la Prensa), Washington, D.C., 28 de noviembre de 1984, contenido en William F. Furr y Ronald L. Zelms, editores, Key LIC Speeches (Discursos Capitales sobre el Conflicto de Baja Intensidad), 1984-1989, Docuemntos CLIC (Base Langley de la Fuerza Aérea, Virginia: Centro del Ejército y Fuerza Aérea para el Conflicto de Baja Intensidad, septiembre de 1989), 3. La edición de 1964 del AFM 1-1 también recalcó este punto diciendo, “Ya no habrá diferencia clara entre la paz y la guerra en el sentido pre-II Guerra Mundial”. AFM 1-1, Doctrina Básica de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, 14 de agosto de 1964, 1-1. Véase también William S. Lind et al, “The Changing Face of War: Into the Fourth Generation (La Efímera Cara de la Guerra: La Cuarta Generación)”, Revista Militar 66, núm. 10 (octubre de 1989): 2-11. 2. Algunas interpretaciones desglosan todo el campo de afrontaciones internacionales, desde competencia económica pacífica hasta la guerra nuclear ilimitada. Quizás el ejemplo clásico es la escalera de escalación de Herman Kahn que ilustra 44 niveles diferentes de escalación entre los desacuerdos de la guerra fría y la postrimería de una guerra nuclear en gran escala. Herman Kahn, On Escalation: Metaphors and Scenarios (De Escalación: Metáforos y Escenarios) (Nueva York: Frederick A. Praeger, 1965), 39. Otros ejemplos incluyen una gama de las formas de conflicto que consiste en nueve subdivisiones (empleo de fuerza--no combate, operaciones quirúrjicas, guerrilla I, guerrilla II, guerrilla III, tipo de Vietnam, guerra convencional limitada, guerra convencional general, y guerra nuclear) en US Policy and Low Intensity Conflict: Potentials for Military Struggles in the 1980’s (Política y Conflicto de Baja Intensidad de EE.UU.: Potencial para Pugnas Militares en los años 80) de Sam C. Sarkesian y William Scully, editores (Nueva York: Centro de Información Estratégica Nacional, Inc., 1981), 6, y una gama de conflictos contemporáneos que comprende cinco divisiones (conflictos observables con objetivos opuestos, límite de violencia, límite de hostilidades abiertas, límite nuclear e intercambio nuclear ilimitado) que se dividen nuevamente en numerosas “graduaciones y formas especiales de conflicto” y “categorías principales de conflicto” en The Encyclopedia of Military History from 3500 B.C. to the Present (La Enciclopedia de Historia Militar desde 3500 B.C. hasta el Presente) de R. Ernest y Trevor N. Dupuy, 2a. revisión (Nueva York: Harper y Row Publishers, Inc., 1986, 1203. 3. Publicación 1 de la JCS, Dictionary of United States Military Terms for Joint Usage (Diccionario de Términos Militares de EE.UU. para el Uso Conjunto), 1 de febrero de 1962, 198. La introducción (página i) de esta edición incluyó por primera vez una discusión acerca de la relación de diversos términos diferentes con determinada definición. También incluyó una “Lista Especial de Términos” (página vii). Esta lista enumera los nombres de los diferentes tipos de guerra o conflicto e incluyen términos “no recomendados para el uso común” y los términos oficiales alternos (v.gr., guerra limitada en lugar de guerra local, y guerra general en lugar de guerra total). En el nuevo sistema de publicaciones conjuntas, la Publicación 1 de la JCS se ha convertido en la Publicación Conjunta 1-02. 4. Publicación Conjunta 1-02, Department of Defense Dictionary of Military and Associated Terms (Diccionario de Términos Militares y Afines del Ministerio de Defensa), 1 de diciembre de 1989, 71, 156-57, 176, 209 y 340. 5. AFM 1-1, Basic Aerospace Doctrine of the United States Air Force (Doctrina Aeroespacial Fundamental de la Fuerza Aérea de Estados Unidos), 16 de marzo de 1984, 1-2 a 1-3. Publicaciones anteriores de este manual también reconocen varias categorías de conflicto. Por ejemplo, la publicación de 1964 (página 1-1) trató

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una gama de conflicto con “variaciones infinitas de intensidad de conflicto” abarcando desde “guerra termonuclear en gran escala” hasta “competencia económica, política, social y educacional”. La publicación de 1971 (página 1-3) trató una “gama de posibles conflictos internacionales” en términos de un “nivel de baja intensidad” abarcando “competencia diplomática, ideológica, política y económica natural e inevitable” y “en el otro extremo una miríada de situaciones militares”. La publicación de 1975 (páginas 3-4 a 3-6) trató “cuatro categorías de conflicto”: “guerra nuclear estratégica, guerra nuclear en el teatro de operaciones, guerra convencional en el teatro de operaciones y conflictos locales o a nivel inferior de teatro de operaciones”, además de una quinta área llamada “competencia pacífica”. La publicación de 1979 (página 1-9)trató “cuatro niveles de conflicto”: “local, convencional en el teatro de operaciones, nuclear en teatro de operaciones y nuclear estratégico”. En esa publicación la discusión del “conflicto local” (“terrorismo, contrarrevolución, insurrección y conflictos de baja intensidad”) enfocó el apoyo a “naciones amigas para mantener su seguridad”. 6. FM 100-5, Operations (Operaciones), del Ejército, 5 de mayo de 1986, 1-2. 7. Publicación Conjunta 3-0 de Prueba, Doctrine for Unified and Joint Operations (Doctrina para las Operaciones Unificadas y Conjuntas), enero de 1990, I-6, I-7 y apéndice D. 8. Hay una gran variedad de literatura sobre el tema de conflicto de baja intensidad. Una obra de renombre en este campo es Low Intensity Operations: Subversion, Insurgency, Peacekeeping (Operaciones de Baja Intensidad: Subversión, Insurrección y Mantenimiento de Paz) (Harrisburg, Pa: Stackpole Books, 1971) por Frank Kitson. Sarkesian y Scully también contiene un estudio detallado de la política de conflicto de baja intensidad de Estados Unidos. La perspectiva anti-intervencionista es expuesta en Low-Intensity Warfare: Counterinsurgency, Proinsurgency and Antiterrorism in the Eighties (Guerra de Baja Intensidad: Contrainsurrección, Proinsurrección y Antiterrorismo en los Ochenta) (Nueva York: Pantheon Books, 1988) por Michael T. Klare y Peter Kombluh, editores. Rod Paschall proporciona un vistazo del futuro del conflicto de baja intensidad en su obra LIC 2010: Special Operations & Unconventional Warfare en the Next Century (LIC 2010: Operaciones Especiales y Guerra Irregular en el Próximo Siglo) (Washington, D.C.: Brassey{s (US), Inc, 1990). Los dos estudios más completos del gobierno estadounidense sobre este tema son el Joint Low Intensity Conflict Project Final Report (Informe Final del Proyecto Conjunto sobre Conflicto de Baja Intensidad) tomos I y II (Ft. Monroe, Va: 1 de agosto de 1986) del Comando de Adiestramiento y Doctrina del Ejército de EE.UU. (TRADOC) y U.S. Low-Intensity conflicts 1899-1990 (Conflictos de Baja Intensidad de EE.UU. de 1899 a 1990) por John M. Collins, un estudio preparado por el Servicio de Investigación Congresional, Biblioteca del Congreso, a solicitud del Subcomité en Listeza del Comité de los Servicios Armados, Cámara de Diputados, 100o. Congreso, 2a. sesión (Washington, D.C.: Imprenta Gubernamental, 10 de septiembre de 1990). 9. Véase Limited War: The Challenge to American Strategy (Guerra Limitada: El Desafío a la Estrategia Americana) (Chicago: Imprenta de la Universidad de Chicago, 1957) por Robert E. Osgood. El Profesor Osgood ha reevaluado el concepto de guerra limitada a base de las experiencias de la Guerra de Vietnam y el cambiante ambiente internacional en Limited War Revisited (Regreso a la Guerra Limitada) (Boulder, Colo: Imprenta de Westview, Inc., 1979). Véase también Strategy in the Missile Age (Estrategia en la Época de Misiles) (Princeton, N.J.: Imprenta de la Universidad de Princeton, 1959) por Bernard Brodie; Limited War in the Nuclear Age (Guerra Limitada en la Época Nuclear) (Nueva York: John Wiley, 1963) por Morton Halperin y The Strategy of Conflict (La Estrategia de Conflicto) (Cambridge, Mass.: Imprenta de la Universidad de Harvard, 1960) por Thomas Schelling. 10. El primer capítulo de la Publicación Conjunta 3-07 de Prueba presenta el conflicto de baja intensidad diciendo que “tanto el término como su definición han sido el tema de mucho debate. Aunque estos debates probablemente continuarán, es necesario fijar un punto de partida doctrinal para permitir el desarrollo de políticas, estrategias, planes y capacidades efectivos para afrontar los desafíos presentados por el conflicto de baja intensidad (LIC)”, Publicación Conjunta 3-07 de Prueba, Doctrine for Joint Operations in Low Intensidty Conflict (Doctrina para las Operaciones Conjuntas en Operaciones de Conflicto de Baja Intensidad) octubre de 1990, I-1. Algunos ejemplos de estos debates se pueden encontrar en “A Nonsense Phrase (Una Frase Desatinada)”, Military Review 68 (Revista Militar 68) núm. 5 (mayo de 1988): 59-63, por Charles W. McInnis. 11. El cargo de subsecretario de defensa (operaciones especiales y conflicto de baja intensidad) fue ordenado por la Enmienda Cohen-Nunn a la Ley de Autorización de Defensa Nacional para el Año Fiscal 1987 (PL-99-661). Esta lay también ordenó el establecimiento de una Junta de Conflicto de Baja Intensidad como parte del Concejo de Seguridad Nacional bajo la dirección del Ministerio de Defensa para crear un Comando de Operaciones Especiales de EE.UU. en función de un comando combatiente. 12. Publicación Conjunta 3-07 de Prueba y FM 100-20/AFP 3-20, Military Operations in Low Intensity Conflict (Operaciones Militares en los Conflictos de Baja Intensidad), 5 de diciembre de 1990. En forma de folleto, la última publicación no representa la doctrina oficial de la Fuerza Aérea. 13. Apoyo a insurrecciones se realiza como una actividad especial dentro de la definición de la sección 3.4(h) de la Orden Ejecutiva 12333, “United States Intelligence Activities (Actividades de Inteligencia de Estados Unidos)”, 4 de diciembre de 1981. 14. La defensa interna en el exterior regularmente se relaciona sólo con el apoyo estadounidense de operaciones de contrainsurrección de la nación anfitriona. Sin embargo, según la definición conjunta del término, la defensa interna en el exterior es un concepto más amplio diseñado para ayudar a una nación anfitriona a prevenir y combatir la subversión y el desorden público, así como insurrecciones. Por ejemplo, el apoyo de defensa interna en

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el exterior de EE.UU. puede ayudar a una nación anfitriona a enfrentar el desorden civil, el terrorismo y producción y tráfico de drogas ilícitas. 15. La Publicación Conjunta 3-07 de Prueba, Capítulo II, “Insurgency and Counterinsurgency (Insurrección y Contrainsurrección)”; Publicación Conjunta 3-07.1, Joint Tactics, Techniques and Procedures for Foreign Internal Defensa (Tácticas, Técnicas y Procedimientos Conjuntos para la Defensa Interna en el Exterior) (en vías de desarrollo); FM 100-20/AFP 3-20, capítulo 2, “Support for Insurgency and Counterinsurgency (Apoyo para la Insurrección y Contrainsurrección)” y AFM 2-5, Aerospace Operational Doctrina for Foreign Internal Defensa (Doctrina Aeroespacial Operacional para la Defensa Interna en el Exterior) (en vías de desarrollo) contienen información detallada del apoyo que Estados Unidos puede ofrecer para las insurrecciones y contrainsurrecciones. Otras perspectivas de insurrecciones y contrainsurrecciones pueden encontrarse en Insurgency in the Modern World (Insurrección en el Mundo Moderno) (Boulder, Colo: Westview Press, 1980) por Bard E. O’Neill, William R. Heaton y Donald J. Alberts, editores; y Armed Forces and Modern Counterinsurgency (Fuerzas Armadas y la Contrainsurrección Moderna) (Nueva York: Imprenta de St. Martin, 1985), por Ian F. W. Beckett y John Pimlott, editores. 16. La Publicación Conjunta 3-07 de Prueba, Capítulo III, “Combatting Terrorism (Combatir contra el Terrorismo)”; Publicación Conjunta 3-07.2, Joint Tactics, Techniques and Procedures for Antiterrorism (Tácticas, Técnicas y Procedimientos Conjuntos para el Antiterrorismo) (en vías de desarrollo); FM 100-20/AFP 3-20, capítulo 3, “Combatting Terrorism (Combatir contra el Terrorismo)” y AFR 208-1, The Air Force Antiterrorism Program (El Programa Antiterrorismo de la Fuerza Aérea), 19 de mayo de 1989 contienen información detallada sobre combatir el terrorismo. Otras perspectivas sobre combatir contra el terrorismo pueden encontrarse en Political Terrorism: The Threat and the Response (Terrorismo Político: La Amenaza y la Reacción) (Nueva York: Robert B. Luce Co., 1976) por Francis M. Watson e International Terrorism: The Other World (Terrorismo Internacional: El Otro Mundo) (Santa Monica, Calif: Corporación Rand, 1985) por Biran Jenkins. 17. La Publicación Conjunta 3-07 de Prueba, Capítulo IV, “Peacekeeping (Mantenimiento de Paz)”; Publicación Conjunta 3-07.3, Joint Tactics, Techniques and Procedures for Peacekeeping (Tácticas, Técnicas y Procedimientos Conjuntos para el Mantenimiento de Paz) (en vías de desarrollo); FM 100-20/AFP 3-20, capítulo 4, “Peacekeeping Operations (Operaciones de Mantenimiento de Paz)” contienen información detallada sobre las operaciones de mantenimiento de paz. Otras perspectivas sobre mantenimiento de paz se pueden encontrar en The Blue Helmets: A Review of United Nations Peacekeeping (Los Cascos Azules: Un Estudio de Mantenimiento de Paz de las Naciones Unidas), 2a. publicación (Nueva York: Departamento de Información Pública de las Naciones Unidas, 1990) y Peacekeeper’s Handbook (Manual para el Agente de Paz), 3a. publicación (Nueva York: Imprenta Pergamon, 1984) por Indar Jit Rikhye, editor. 18. La Publicación Conjunta 3-07 de Prueba, Capítulo V, “Contingency Operations in Low Intensity Conflict (Operaciones de Contingencia en el Conflicto de Baja Intensidad)”; Publicación Conjunta 3-00.1, Joint Doctrine for Contingency Operations (Doctrina Conjunta para las Operaciones de Contingencia) (en vías de desarrollo); FM 100-20/AFP 3-20, capítulo 5, “Peacetime Contingency Operations (Operaciones de Contingencia en Tiempo de Paz)” contienen información detallada de las operaciones de contingencia. Debido a la diversa naturaleza de las operaciones de contingencia, no se han escrito libros individuales sobre los diferentes aspectos de esta categoría. Dos fuentes sumamente útiles sobre diferentes aspectos de las operaciones de contingencia son American Intervention in Grenada (Intervención Estadounidense en Granada) (Boulder, Colo: Imprenta Westview, 1984) por P.M. Dunn y B.W. Watson, editores y Necessary Details of Troops: The United States Air Force and Counterdrug Operations (Detalles Necesarias de Tropas: La Fuerza Aérea de EE.UU. y las Operaciones Antidrogas) (Maxwell AFB, Ala: Imprenta de la Universidad Aérea, 1989) por William T. Nance 19. Algunos aspectos de esta teoría han sido tratados en varias referencias, incluyendo Controlling Small Wars: A Strategy for the 1970s (Controlando las Guerras Pequeñas: Una Estrategia para los Años 70) (Nueva York: Alfred A. Knopf, 1969) por Lincoln P. Bloomfield y Amelia C. Leiss; (Low Intensity Conflict and the Principles and Strategies of War (Conflicto de Baja Intensidad y los Principios y Estrategias de Guerra), (Carlisle Barracks, Pa: Escuela de Guerra del Ejército de EE.UU., Instituto de Estudios Estratégicos, 20 de mayo de 1986); Between Peace and War: Comprehending Low Intensity Conflicto (Entre la Paz y la Guerra: Entendiendo el Conflicto de Baja Intensidad) (Cambridge, Mass.: Universidad Harvard, Escuela de Gobierno John F. Kennedy, 1988) por Barry Crane et al; Low Intensity Conflict Overview, Definitions, and Policy Concerns (Resumen, Definiciones e Inquietudes Políticas del Conflicto de Baja Intensidad), documentos CLIC (Langley AFB, Va.: Centro del Ejército y Fuerza Aérea para Conflicto de Baja Intensidad, septiembre de 1989) por H. Lee Dixon y “Low-Intensity Conflict: In Search of a Paradigm (Conflicto de Baja Intensidad: En Busca de un Paradigma), International Defense Review 23 (Revista de Defensa Internacional 23), núm. 1 (enero de 1990) por Dennison Lane y Mark Weisenbloom. Una perspectiva radical de la efímera naturaleza de la guerra puede encontrarse en The Transformation of War (La Transformación de Guerra) (Nueva York: Imprenta Libre, 1991) por Martin van Creveld. En la introducción del libro (página ix), van Creveld dice, “el pensamiento ‘estratégico’ contemporáneo de cada uno de estos problemas (quién, sobre qué, cómo, para qué y por qué se libra guerra) es fundamentalmente erróneo; además, se basa en una imagen ‘Clausewitziano’ del mundo que es obsoleto o totalmente equivocado”. 20. Un excelente libro sobre la “American way of war (forma estadounidense de librar guerra)” es The American Way of War: A History of United States Military Strategy and Policy (La Forma Estadounidense de Librar

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Guerra: Una Historia de la Estrategia y Política Militares de Estados Unidos) (Nueva York: Macmillan Publishing Co., Inc., 1973) por Russell F. Weigley. 21. Lane y Weisenbloom, 35. 22. El título de esta sección y gran parte del material fue extraído de Force Without War: U.S. Armed Forces as a Political Instrument (Fuerza sin Guerra: Fuerzas Armadas Estadounidenses empleadas como Medio Político) (Washington, D.C.: Brookings Institution, 1978) por Barry M. Blechman y Stephen S. Kaplan. Véase también Peaceful Conflict: The Non-Military Use of the Military (Conflicto Pacífico: El Uso No-Militar de las Fuerzas Militares) (Harrisburg, Pa: Stackpole Books, 1967) por Edward B. Glick. Otro aspecto de este tema es “war without force (guerra sin fuerza), que es examinado por Paul A. Smith, Hijo, en On Political War (De Guerra Política) (Washington, D.C.: Imprenta de la Universidad de Defensa Nacional, 1989). En este libro el autor traza la guerra política (el uso de medios políticos para obligar al adversario a hacer la voluntad suya) desde la antigüedad hasta la guerra fría. Su finalidad es proporcionar “un entendimiento de los objetivos, las técnicas y los raciocinios del conflicto--guerra--sin el empleo de guerra armada, en preparación para la guerra armada o con la esperanza de lograr los objetivos nacionales sin acudir a la guerra armada”. National Defense University Press Books 1990-1991 (Libros de la Imprenta de la Universidad de Defensa Nacional, 1990-1991) (Washington, D.C.: Imprenta de la Universidad de Defensa Nacional, 1990), 16. 23. Blechman y Kaplan, 16. 24. Ibíd., 12. 25. Ibíd., 74. 26. Ibíd. 27. Ibíd., 71. 28. National Security Strategy of the United States (Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos) (Washington, D.C.: La Casa Blanca, 1987, 1988, 1990). 29. National Security Strategy (Estrategia de Seguridad Nacional), 1990, 24. 30. Supporting U.S. Strategy for Third World Conflict (Estrategia de Apoyo de EE.UU. para el Conflicto del Tercer Mundo), Informe del Grupo de Trabajo para Conflicto Regional de la Comisión sobre la Estrategia Integrada a Largo Plazo (Washington, D.C.: Imprenta Gubernamental, junio de 1988). Véase también la Publicación Conjunta 3-07 de Prueba y FM 100-20/AFP 3-20. 31. Publicación Conjunta 0-2, Unified Action Armed Forces (UNAAF)(Fuerzas Armadas de Acción Unificada (UNAAF), 1 de diciembre de 1986, 2-1. 32. Discriminate Deterrence (Disuasión Discriminada), Informe de la Comisión sobre la Estrategia Integrada a Largo Plazo (Washington, D.C.: Imprenta Gubernamental, enero de 1988), 64.

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Fundamentos de la Guerra Operacional C/M/S 500

Lección 3

Lectura A: “Seguridad Nacional de EE.UU: Organización y Proceso”

INTRODUCCIÓN

La doctrina conjunta define cuatro sistemas de planificación de defensa, uno de los cuales es externo al Ministerio de Defensa (MdD) y los otros tres son sistemas internos del MdD. Esta lección tiene como finalidad ofrecerles una idea básica de los cuatro sistemas. Sin embargo, para comprender los sistemas de planificación, es también necesario conocer la organización para seguridad nacional y la organización interna del MdD. Para claridad, se dividen las descripciones de los sistemas de planificación de defensa en dos lecturas. Este artículo trata el sistema externo de planificación de defensa del MdD -- el Sistema del Consejo de Seguridad Nacional -- como parte de la organización para seguridad nacional. En la siguiente lectura requerida, Lectura 3B, hablaremos acerca de los tres sistemas internos de planificación de defensa del MdD.

ORGANIZACIÓN PARA SEGURIDAD NACIONAL

Para comprender la estrategia de seguridad nacional de los EE.UU., debemos saber cómo se prepara esa estrategia. Alguien dijo que la preparación de estrategia es como hacer salchicha-- los ingredientes son variados e interesantes, pero el proceso es odioso. Si le gusta un proceso ordenado y racional de toma de decisiones (como se implica en la Lección 1), no le gustará cómo el Gobierno de EE.UU. prepara su estrategia. Parece desordenada y, en ocasiones, irracional. Sin embargo, tiene cierta lógica que se puede comprender. Este artículo describe el primero de los sistemas de planificación de defensa -- el Sistema del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU.--con enfoque en la Rama Ejecutiva y la tarea del Ministerio de Defensa. Uds. conocerán los actores principales del proceso y el papel que desempeñan. El punto principal que se debe tener presente es que se prepara la estrategia de seguridad nacional en una arena interagencial entre organizaciones, dentro de la rama ejecutiva, compitiendo para influencia con el Presidente. También, que hay competencia entre las ramas ejecutiva y legislativa para primacía; sin embargo, la ventaja generalmente la tiene la rama ejecutiva. La Figura 1 exhibe la organización para seguridad nacional.

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Figura 1

Para facilidad del análisis, este artículo explica la organización dividiéndola en tres componentes: el componente de confección de política (que en la doctrina conjunta se conoce como Sistema del Consejo de Seguridad Nacional), el componente operacional y el componente logístico administrativo. Básicamente, el Sistema del Consejo de Seguridad Nacional, o componente de confección de políticas, toma decisiones que incluyen a todos los instrumentos de poder. Los componentes logísticos operacionales y administrativos están ideados para proporcionar información y dar vigencia a las decisiones que emplean el instrumento de poder militar. La Figura 2 exhibe a los principales actores en el Sistema del Consejo de Seguridad Nacional y sus relaciones. La clave de la comprensión del proceso de la política es reconocer que las políticas hacen el proceso funcionar. El diccionario de Webster define política como “el arte o ciencia relacionado con la guía o influencia del quehacer gubernamental”. La política se desenvuelve en tres niveles políticos: burocrático, doméstico e internacional. Primero, el nivel burocrático se preocupa de las acciones tomadas en la rama ejecutiva del gobierno, y es donde se confecciona la mayoría de las políticas. Segundo, los principales tomadores de decisiones (políticos) deben tomar la política doméstica, que incluye la rama legislativa, en cuenta en todas sus decisiones. La estrategia de seguridad nacional debe ser domésticamente aceptable y estar de acuerdo con la cultura y los valores norteamericanos tradicionales. Finalmente,

Organización para Seguridad Nacional CONGRESO

OMB PRESIDENTE CONSEJO DE SEG. NACIONAL

SECRETARÍA DE

ESTADO

MINISTRO DE

DEFENSA

AGENCIA CENTRAL DE

INTELIGENCIA

SECRETARÍA DEL

EJÉRCITO

SECRETARÍADE LA

MARINA

SECRETARÍA DE LA FRZA.

AÉREA

AGENCIA DE

DEFENSA

COMANDOSUNIFICADOS

PRESIDENTE, JUNTA DE JEFES

DE ESTADO MAYOR

ESTADO MAYOR

CONJUNTO

LEYENDA: OMB = Oficina de Administración y Presupuesto

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también se debe idear la estrategia para influir en otras naciones-estados y actores internacionales, que representan el nivel político internacional.

Figura 2

Consejo de Seguridad Nacional

El consejo de seguridad nacional, creado por el Acta de Seguridad Nacional de 1947, es el núcleo del sistema del consejo de seguridad nacional ideado para asegurar la coordinación cabal de la política y que todas las agencias interesadas tengan voz. La función básica del CSN es “....asesorar al Presidente en cuanto a la integración de la política doméstica, exterior y militar relacionada con la seguridad nacional, haciendo posible que los servicios militares y otros departamentos y agencias del gobierno cooperen más abiertamente en los asuntos relacionados con la seguridad nacional”. El acta demostró con claridad la interrelación entre la política doméstica, exterior y militar, al igual que la intención de sus autores de que el Presidente contara con asesoramiento. Con el tiempo, el CSN que se preocupa principalmente con la planificación para el futuro, ha evolucionado hasta incluir las siguientes tareas:

• Asegurar que las políticas sean coordinadas con todos los interesados. • Proporcionar al Presidente asesoramiento en cuanto a políticas bien estudiadas

y debidamente coordinadas.

Componente de Confección de Política Organización de Seguridad Nacional

CONGRESO PRESIDENTE

OFICINA DE ADMINISTRACIÓN Y PRESUPUESTO

CONSEJO DE SEGURIDAD NACIONAL

SECRETARÍA DE

ESTADO

AGENCIA CENTRAL DE INTELIGENCIA

PRESIDENTE, JUNTA DE JEFES DE

ESTADO MAYOR

ESTADO MAYOR

CONJUNTO

MINISTERIO DE

DEFENSA

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• Preparar la planificación de políticas de mediano alcance. • Dar legitimidad a las decisiones sobre políticas. • Proporcionar una estructura para la toma de decisiones en casos de crisis. • Influir en las decisiones presupuestarias. • Educar a la nación en relación con asuntos de seguridad nacional. • Crear una comunidad de seguridad nacional.

La mayoría de estas tareas se explica por sí sola. Sin embargo, es importante tener

presente que las dos primeras tareas indicadas -- asegurar que las políticas sean coordinadas y proporcionar asesoramiento de política al Presidente -- son las tareas más importantes del CSN. Aunque la mayor parte de la planificación de políticas se lleva a cabo dentro de las agencias para su área de política de seguridad nacional, los planes que afectan a más de una agencia son traídos a la atención del CSN para coordinación. Quizás la tarea del CSN con el efecto más duradero (y una tarea ajena a los autores del Acta de Seguridad Nacional) es la de crear una comunidad de seguridad nacional. El CSN reúne a oficiales militares, profesionales del gobierno y civiles y académicos. Al pasar estos individuos a través del CSN y de regreso a sus propias instituciones, forman un grupo de personas que han estudiado los temas, trabajado en el proceso y mantenido contactos. Sus discursos al público comunican las políticas y los puntos de vista del Presidente en los asuntos en consideración. Este proceso de educación y comunicación también ayuda a hacer que las políticas sean adoptadas por una administración más legítima al público norteamericano en general y a gobiernos y pueblos exteriores. La Figura 3 muestra la organización del NSC de Clinton. Observen que solamente cuatro miembros regulares y dos asesores regulares componen el NSC. Es a la vez interesante observar que dos de los seis asistentes regulares a las reuniones del NSC representan el MdD, y son el Ministro de Defensa y el Presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor (CJCS). El Presidente Clinton añadió el representante de las NN.UU. para hacer resaltar el papel de las NN.UU. en la política de seguridad. También adicionó al Ministro del Tesoro y el Auxiliar del Presidente para Política Económica para recalcar la economía política, tanto doméstica como internacional, en la política de seguridad. El Procurador General y el Director de la Oficina de Política de Control Nacional de Drogas asisten cuando las reuniones tratan con su área de interés. El NSC se reúne solamente cuando hay que tratar asuntos de suma importancia.

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1

Figura 3

Cuando el Presidente no está en condiciones de asistir o cuando los miembros principales del NSC desean reunirse sin su presencia, la organización toma el nombre de Comité de Auxiliares. Solamente se reúne para tratar asuntos importantes. El siguiente nivel es el Comité de Suplentes creado durante la Administración Bush. Ejecuta la mayor parte de la toma de decisiones generales y sirve de célula de administración de crisis. De acuerdo con el Ministro de Defensa Dick Cheney, la creación del Comité de Suplentes interagencial permitió a la Administración Bush “ponerse en marcha”. Además, el Asesor de Seguridad Nacional puede crear Grupos de Trabajo Interagenciales regulares y ad hoc compuestos a menudo de representantes a nivel de “oficial ejecutor”. De acuerdo con Cheney, la mayor parte del trabajo que conduce a la toma de decisiones de seguridad nacional la ejecuta el oficial ejecutor. Los grupos de trabajo interagenciales hacen la mayor parte del trabajo de estado mayor antes de la consideración de un tema por el Comité de Suplentes o a nivel superior. Tal como se muestra en la Figura 3, los hechos, las consideraciones y los juicios acerca de un tema son formulados a nivel de grupo de trabajo interagencial. Las políticas emanan del nivel de Comité de Suplentes y superior. Los grados o la composición de los grupos de trabajo interagenciales pueden variar enormemente. Una agencia puede estar representada por un secretario auxiliar mientras que otra por un oficial ejecutor subalterno. Algunos observadores creen que la agencia que asigna a sus “funcionarios principales” a un grupo de trabajo interagencial a menudo domina la reunión. Cuando están presentes todos los miembros a nivel de secretario auxiliar de un grupo de

Organización y Proceso Interagencial Consejo de Seguridad Nacional (NSC)

Presidente, Vicepresidente, Secretario de Estado, Ministro de Defensa, Asesores: Director de Inteligencia Central, Presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, Jefe de Estado Mayor de

la Casa Blanca, Representante de las NN.UU*, Ministro del Tesoro, Auxiliar/Política Económica**, Procurador General, Director de Política Nacional de Control de Drogas

(DNDCP)**, otros según su necesidad

Comité de Auxiliares (NSC/PC): NSA-Presidente Secretario de Estado, Ministro de Defensa, Director de Inteligencia Central,

Presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, Representante de las NN.UU., Ministro del Tesoro, Auxiliar/Política Económica, Procurador General**, DNDCP**,

otros según su necesidad

Comité de Suplentes (NSC/DC) DNSA - Presidente

Subsecretario de Estado (Asuntos Políticos), Viceministro de Defensa (Política), Suplente Director de Inteligencia Central, Vicepresidente de la Junta de Jefes de

Estado Mayor, Jefe de Estado Mayor de la Casa Blanca, Vicepresidente de la Agencia de Seguridad Nacional, Auxiliar Suplente/Política Económica, Procurador General

Suplente**, DDNDCP**, otros según su necesidad

VIGENTE FUNCIONAL REGIONAL AD HOC

Grupos de Trabajo Interagenciales (NSC/IWG) (Puede incluir miembros desde el nivel de

oficial ejecutor hasta de secretario auxiliar)

Hechos Juicios

Consideraciones

POLÍTICAS

ESTADOMAYOR

* Añadido por el Presidente Clinton ** Asiste cuando la agenda se relaciona con su áreas de interés. L3-3

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trabajo interagencial, el grupo generalmente toma el nombre de Comité Ejecutivo (Excom). Los grupos de trabajo interagenciales también proporcionan supervisión interagencial de la implementación de la política de seguridad. De acuerdo con la administración, el estado mayor del NSC -- formado principalmente por 25 a 80 “auxiliares especiales del Presidente” -- asegura la debida consideración de todos los asuntos y que se incluyan todos los puntos de vista relevantes. Un punto que se debe tener claro es que cada agencia representada trae su propia perspectiva institucional e intereses burocráticos al proceso. Aunque los comités de auxiliares y de suplentes toman muchas decisiones, el NSC discute y analiza las decisiones más críticas y, generalmente más controversiales. Sin embargo, es el Presidente quién toma las decisiones. Además de la planificación deliberada de política y toma de decisiones, el sistema del NSC también tiene una estructura de toma de decisiones en casos de crisis semejante a su estructura normal. Está ideada para la coordinación acelerada del asesoramiento y para hacer recomendaciones al Presidente en cuanto al manejo de las diversas crisis que afronta el Gobierno. El grupo principal en la administración de crisis es el Comité de Suplentes. Gran parte de la labor normalmente efectuada por los grupos de trabajo interagenciales durante la toma deliberada de decisiones la efectúa los Suplentes durante una crisis. Durante una crisis de acción acelerada, tal como en la región Asia-Pacífico, el Secretario Auxiliar de Estado para Asuntos de Asia Oriental-Pacífico y sus contrapartes en otras agencias son a menudo excluidos. El Congreso y Política de Seguridad La rama ejecutiva, que de acuerdo con la mayoría de los analistas es predominantemente el centro de seguridad nacional, comparte el poder con la rama legislativa. Se incluyen las funciones del Congreso en dos categorías, siendo la más importante y de mayor alcance la que trata con el dinero, que es una función celosamente custodiada por el Congreso; y la otra es que el Congreso influye en la política de seguridad a través de su facultad para investigar y celebrar audiencias. Entre los poderes constitucionales formales del Congreso tenemos:

• La facultad del Senado para aprobar nombramientos presidenciales de alto nivel. Aunque no se emplea a menudo, puede tener gran efecto en la conducta de los asuntos de seguridad nacional. El rechazo de la confirmación por el Senado del nominado por el Presidente Bush para desempeñar el cargo de Ministro de Defensa demoró varias decisiones importantes en el Pentágono hasta que el Ministro Cheney ocupara la oficina.

• El Senado es el único cuerpo con facultad legislativa para ratificar tratados,

varios de los cuales son importantes para la seguridad nacional. • Aunque no se ha usado desde diciembre de 1941, el Congreso tiene la facultad

para declarar la guerra. La tendencia de los presidentes recientes de empeñar fuerzas militares en combate sin una declaración de guerra condujo al Acta de Poderes de Guerra, que todavía es objeto de debate entre las ramas ejecutiva y legislativa.

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• La facultad para reclutar y equipar a ejércitos, para mantener una marina y para asignar dinero es probablemente la facultad más importante del Congreso. Sin autorización y asignación de fondos por el Congreso, no hay fuerzas militares.

Otras facultades del Congreso no contenidas en la Constitución, pero no menos importantes son:

• La facultad para influir en la seguridad nacional a través de investigaciones. Esto se puede mejor ilustrar con las audiencias Irán-Contra.

• La facultad para celebrar audiencias puede enfocar la atención y debatir asuntos

importantes de política ante el Congreso. Como ejemplo tenemos las audiencias celebradas por el comité presidido por el senador Nunn sobre el tema de homosexuales en las fuerzas militares.

• La capacidad para traer asuntos de política a la luz pública. Ahora que la

estación de televisión C-Span transmite en la mayoría de los canales de televisión, el Congreso en acción es la forma de expresión más eficaz de la opinión pública en asuntos de seguridad nacional.

• Finalmente, la capacidad para legislar sobre política de seguridad nacional. La

enmienda Goldwater-Nichols del Título 10, que aumentó la autoridad del Presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor y de los Comandantes en jefe de los comandos unificados es un ejemplo.

La Figura 4 muestra gráficamente como el Congreso toma decisiones relacionadas con seguridad nacional. La Cámara de Representantes y el Senado tienen comités que participan en inteligencia y asuntos exteriores. Hay seis comités (tres en cada cámara) que participan en la redacción de leyes de defensa. Cuatro de los seis comités, los comités de presupuesto y asignación de cada grupo, proporcionan el dinero. Los otros dos trabajan las leyes de autorización y política. Varios comités y subcomités hacen la mayor parte del trabajo legislativo. El personal profesional que efectúa la mayor parte de las investigaciones y redacción de las leyes, asiste a los comités. Una vez que los comités hayan concluido su trabajo, se envía un borrador a cada Cámara del Congreso. Luego los miembros de la Cámara de Representantes y del Senado votan, generalmente aprobando versiones distintas de la legislación. Se debe resolver las diferencias, luego un comité de miembros de cada Cámara, conocido como el Comité de Conferencia, labora para ejecutar esta demorada y difícil tarea. Una vez que el comité concuerda en una versión única del proyecto de ley, cada Cámara nuevamente vota. Las normas del Congreso no permiten enmiendas antes de esta votación.

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Figura 4

Después de la aprobación por ambas cámaras, el proyecto de ley pasa al Presidente quién lo firma o lo veta. Si lo firma, se convierte en ley. Si lo veta, se requiere una mayoría de dos tercios de cada cámara para anular el veto y convertir en ley. Una nueva dinámica se convirtió, el 1 de enero de 1997, en parte del proceso. En esa fecha, el Presidente recibió la facultad para vetar renglones individuales de las leyes de apropiaciones. Sin embargo, en febrero de 1998, un juez de una corte de distrito federal declaró el veto de renglón individual

Proceso Legislativo para Seguridad Nacional

Pautas Generales Presupuestarias: Topes PresupuestariosCOMITÉ DE

PESUPUESTO

COMITÉ DE

APROPIACIONE

COMITÉ DE SEGURIDAD NACIONAL

COMITÉ DE

INTELIGENCIA

COMITÉ DE RELACIONES

INTERNACIONALES CÁMARA

CÁMARA DE REPRESENTANTES

EN GENERAL

EL PRESIDENTE(FIRMA O VETA)

COMITÉ DE

PRESUPUESTO

COMITÉ DE

APROPIACIONES

COMITÉ DE LOS SERVICIOS

ARMADOS

COMITÉ DE

INTELIGENCIA

COMITÉ DE RELACIONES EXTERIORES

SENADOEN

GENERAL

SENADOEN

GENERAL

SENADO

COMITÉ CONJUNTO DE CONFERENCIA

CÁMARA DE REPRESENTANTES

EN GENERAL

Pautas Generales Presupuestarias Topes Presupuestarios

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inconstitucional. La Administración Clinton anunció que llevaría este asunto a la Corte Suprema de Justicia. Hasta la fecha, todavía se desconoce como el veto de renglón individual afectará las relaciones entre las ramas ejecutiva y legislativa en asuntos de seguridad nacional. Existen varios factores que influyen en la política y legislación que no se muestran en la Figura 4. Un fenómeno relativamente reciente es el aumento en cantidad, poder e influencia de los funcionarios del Congreso que trabajan bien sea para un comité o para un congresista, que son semejantes a los oficiales ejecutores del Pentágono y que hacen la mayor parte del trabajo de redacción e investigación legislativa. Otra organización influyente que no se muestra es la Oficina General de Contaduría que audita los programas de la rama ejecutiva mediante “áuditos de política” al igual que áuditos de finanzas tradicionales. Estos áuditos de política tienen gran influencia en la redacción de legislación futura. Los comités de acción política y los cabilderos también influyen en la política y legislación. Se clasifican los grupos de interés de política de seguridad en varias categorías. Entre las asociaciones comerciales, tradicionalmente las más poderosas son las asociadas con la industria de defensa. Conjuntamente con el Pentágono, se conocen en ocasiones como el complejo militar-industrial, cuyo poder alertó el Presidente Eisenhower al país. Estas organizaciones tratan de influir en la política en todos los niveles, a incluir tanto el ejecutivo como el legislativo. A menudo tratan de ejercer su influencia en el nivel más bajo posible, como por ejemplo, el nivel de oficial ejecutor. Otros grupos de interés incluyen las asociaciones académicas tales como el Consejo de Asuntos Exteriores, asociaciones agrícolas como la Asociación de Cultivadores de Cebada, mano de obra organizada, grupos militares y de veteranos tales como la Asociación del Ejército de EE.UU., diplomáticos exteriores y diversos cabildantes a favor o en contra de un país. Entre los más poderosos tenemos los grupos que representan o se oponen a la China, Corea, el Japón, Israel, Grecia, Irlanda y los Estados Árabes.

La Secretaría de Estado

Observen nuevamente la Figura 2 y verán otro componente de la Organización de Seguridad Nacional -- la Secretaría de Estado (DOS). La DOS, que corresponde a los Ministerios de Asuntos Exteriores en otros países, es responsable del diseño y la vigencia de la política exterior de nuestra nación. También vigila las políticas de economía exterior, de control de armas y de información exterior funcional y regionalmente. Los cinco elementos subordinados principales son encabezados por un subsecretario. Sin embargo, la mayoría de las actividades de la DOS ocurre en sus agencias regionales. Es en estas agencias donde se desarrolla y se coordina la mayor parte de las políticas exteriores hacia una región y los países de esa región. Estas agencias regionales generalmente envían representantes de la DOS a los grupos regionales de trabajo. Mientras tanto, las agencias funcionales de los principales elementos subordinados trabajan en asuntos que son de alcance global y que requieren un acercamiento coordinado a través de varias regiones. Por ejemplo, la Agencia de Derechos Humanos y de Asuntos Humanitarios prepara un informe anual acerca de los derechos humanos de los países del mundo.

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2

Figura 5 La Casa Blanca anunció el 18 de abril de 1997 la “reinvención” de la Secretaría de Estado, la Agencia de Desarme y Control de Armas (ACDA), la Agencia de Información de EE.UU. (USIA), y la Agencia para el Desarrollo Internacional (AID). De acuerdo, la ACDA será integrada en la DOS con el director fungiendo también de subsecretario para asuntos de control de armas y de seguridad internacional. Se consideró que la integración total tomaría un año. La integración de la USIA debe tomar dos años y su director también servirá de Subsecretario de Diplomacia Pública. La AID permanecerá independiente, aunque ciertas funciones serán compartidas con la DOS y su director estará bajo la autoridad directa del secretario de estado. La total implementación de esta reorganización requiere legislación del Congreso; hasta el momento de esta redacción, no ha ocurrido todavía.

SECRETARIO SECRETARIO SUPLENTE

ACDA, AID, USIA Embajador sin Portafolio Planificación de Política, Asuntos Públicos, Legal, Legislativo, Intel/investigación

ASUNTOS POLÍTICOS

ECONOMÍA POLÍTICA, NEGOCIOS Y

AGRICULTURA

ASUNTOS GLOBALES

ADMINISTRACIÓN

África ECONOMÍA

POLÍTICA/NEGOCIOS DEMOCRACIA,

DERECHOS HUMANOS,

MANDO DE OBRA

PERSONAL

FINANZAS/ PRESUPUESTO

SEGURIDAD

INTELIGENCIA DE SERVICIO EXTERIOR

CONSULAR

ADMINISTRACIÓN

ASIA ORIENTAL/ PACÍFICO

EUROPA

OCÉANOS, AMBIENTE Y

CIENCIAS

POBLACIÓN, REFUGIADOS Y EMIGRACIÓN

PÓLITICO-MILITAR

ORGANIZACIONES INTERNACIONALES

ASIA DEL SUR

NÁRCOTICOS, TERRORISMO,

CRIMEN

CERCANO ORIENTE

DIPLOMACIA PÚBLICA

ASUNTOS PÚBLICOS

EDUCACIÓN Y ASUNTOS

CULTURALES

OFICINA INTERNACIONAL DE

PROGRAMAS DE INFROMACIÓN

EUROPA ORIENTAL/ EURASIA

HEMISFERIO OCCIDENTAL

SECRETARÍA DE ESTADO

CONTROL DE ARMAS Y SEGURIDAD DE INTELIGENCIA

CONTROL DEARMAS

NO-PROLIFERACIÓN

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Otras Agencias

Aunque son los dos organizaciones grandes, la Secretaría de Estado (DOS) y el Ministerio de Defensa (MdD) no son las únicas que se relacionan con la seguridad nacional. Luego, otras agencias se convierten en miembros del sistema del NSC según su necesidad. Algunos ejemplos son el Buró Federal de Investigaciones (FBI) para contrainteligencia y contraterrorismo, la Oficina de Política de Control de Drogas (“zar de la lucha antidrogas) para política antinarcótica, y los Ministerios de Comercio y del Tesoro para algunos aspectos de política económica internacional. Debido a la participación de tantas organizaciones y agencias, se efectúan las recomendaciones de política mediante un proceso interagencial, generalmente por consenso. La mayor parte del trabajo la ejecuta los oficiales ejecutores a nivel de oficial de grado superior conjuntamente con sus contrapartes civiles. Los oficiales de grado superior a menudo desempeñan un papel importante en el proceso de dotación de personal. Además de servir en los estados mayores conjunto, de servicio y de defensa, algunos también sirven con el personal asignado a los congrecistas, al NSC y a la DOS.

Otra área clave de la agencia de seguridad nacional de EE.UU. es la de inteligencia exterior. La Figura 6 exhibe la organización general de la comunidad de inteligencia nacional exterior. Para asistir al Presidente en sus funciones de inteligencia tenemos dos juntas. La Junta de Vigilancia de Inteligencia que consta de tres miembros ajenos al gobierno, es responsable de la detección e informe al Presidente de cualesquier actividades de la comunidad de inteligencia que sean posiblemente impropias o ilegales. También, se responsabiliza de la revisión de pautas internas y de la dirección de la comunidad. La Junta de Asesoramiento de Inteligencia Exterior revisa el rendimiento de las agencias del gobierno que participan en la comunidad de inteligencia. Con base en su revisión, asesora al Presidente en cuanto a acciones apropiadas para mejorar el rendimiento de la comunidad de inteligencia. Director de Inteligencia Central. El individuo que es el Director de Inteligencia Central (DCI) sirve de director de la comunidad de inteligencia exterior y de director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Como DCI, es responsable de la coordinación de la labor de toda la comunidad de inteligencia. Como director de la CIA, asesora al Presidente y al Consejo de Seguridad Nacional (NSC) en asuntos de inteligencia. Para asistir al Director de Inteligencia Central hay dos comités de alto nivel. Uno, el Consejo de Inteligencia Nacional, formado por oficiales de inteligencia de alta graduación procedentes de todas las agencias de la comunidad de inteligencia, se interesa en la preparación de Apreciaciones de Inteligencia Nacional (NIE) para las diversas regiones geográficas del mundo. Las NIE son el consenso de toda la comunidad de inteligencia con respecto a determinada área de interés. Son estos puntos de vista los que el Director de Inteligencia Central presenta al NSC. El segundo comité, la Junta de Inteligencia Nacional Exterior, está formado por oficiales de inteligencia de grado inferior a los que forman el Consejo. Éstos también trabajan en la preparación de NIE.

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Figura 6

El personal de la comunidad de inteligencia asiste al DCI en su función de vigilancia de toda la comunidad de inteligencia. Este reducido grupo, formado por representantes de toda la comunidad, es encabezado por el Director Ejecutivo para Asuntos Comunitarios de Inteligencia. El personal es responsable de la elaboración del Programa de Inteligencia Nacional Exterior, el establecimiento de requerimientos para la búsqueda y producción de productos de inteligencia y sus prioridades, la conducción de áuditos y evaluaciones según su necesidad, asegurando la protección de las fuentes y métodos de inteligencia confidencial, y otras preocupaciones de interés común. Cada una de las agencias tratadas a continuación tiene responsabilidades amplias en la búsqueda, producción y divulgación de los productos de inteligencia en su área de responsabilidad. Las organizaciones pertenecientes a la comunidad de inteligencia tienen funciones específicas. La CIA es responsable de la búsqueda, producción y divulgación de inteligencia y

Comunidad de Inteligencia Nacional Exterior

Oficina de Administración y

Presupuesto Agencia de Asesoramiento de

Inteligencia Exterior del Presidente

Agencia de Vigilancia de Inteligencia

Consejo de Inteligencia Nacional Exterior Agencia de Inteligencia

Nacional Exterior

Agencia Nacional de Cartografía e Imágenes

Agencia de Segu-

ridad Nacional

Agencia Central

de Inteli-gencia

Buró Federal de

Investi-gaciones

Ministeriode

Energía

Ministerio del

Tesoro

Secretaríade

Estado

Inteligencia de la Fuerza

Aérea de EE.UU.

Inteligencia de la

Marina

Inteligencia del Cpo de

Inf. de Marina de EE.UU.

Inteligencia del

Ejército

Recono-cimiento del MdD

Agencia de Inteli-gencia

del MdD

Presidente

Consejo de Seguridad Nacional

Director de Inteligencia Central

Personal de la Comunidad de

Inteligencia

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contrainteligencia exterior, a incluir información que no se puede obtener de otra manera (a través de medios clandestinos) e información sobre producción y tráfico de drogas. La CIA también es responsable de la conducción de acciones secretas aprobadas por el Presidente. La Secretaría de Estado es responsable de la búsqueda abierta de información relacionada con las necesidades de política exterior norteamericana y la divulgación de los informes recibidos de fuentes diplomáticas y consulares. El Ministerio del Tesoro abiertamente reúne información monetaria y financiera exterior, participa con la DOS en la búsqueda abierta de información económica general, y produce (según su necesidad) y divulga inteligencia exterior con respecto a la política económica de EE.UU. El Ministerio del Tesoro también lleva a cabo, a través del Servicio Secreto, actividades para determinar la existencia y capacidad del equipo de vigilancia usado contra el Presidente o la oficina del Presidente. El Ministerio de Energía participa, junto con la DOS, en la reunión abierta de información acerca de asuntos de energía exterior. El FBI lleva a cabo y coordina con otras agencias las actividades de contrainteligencia dentro de EE.UU. y coordina las actividades de contrainteligencia fuera de EE.UU. con la CIA. Al observar la Figura 6, se verá que el MdD asigna varios miembros a la comunidad de inteligencia exterior. La Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) es responsable de la búsqueda, producción y disposición de inteligencia militar para el Ministerio de Defensa y para determinadas agencias ajenas al MdD. La DIA reúne y proporciona inteligencia militar que debe ser incluida en los productos nacionales. La Agencia de Seguridad Nacional (NSA) es responsable del establecimiento y la operación de la organización que reúne, procesa y disemina la inteligencia de las transmisiones dentro de EE.UU., a menos que el Ministro de Defensa designe a otra agencia para reunir inteligencia de las transmisiones. La Oficina de Reconocimiento del MdD es responsable del cumplimiento de los programas de reconocimiento consolidados para inteligencia especializada. También se encuentra con el MdD el miembro más reciente de la comunidad de inteligencia, la Agencia Nacional de Cartografía e Imágenes (NIMA). Establecida en octubre de 1996, NIMA incorpora la anterior Agencia Cartográfica de Defensa, la Oficina Central de Imágenes y la Oficina del Programa de Diseminación de Defensa, al igual que la misión y funciones del Centro Nacional de Interpretación Fotográfica de la CIA. También se incluye en la NIMA los elementos de explotación, diseminación y procesamiento de imágenes de la DIA, NRO y la Oficina de Reconocimiento Aéreo de Defensa. La misión de NIMA es proporcionar imágenes oportunas, relevantes y precisas, inteligencia de imágenes e información geoespacial en apoyo de los objetivos de seguridad nacional. Aunque formalmente es parte del Ministerio de Defensa, es probable que NIMA funcione como la primera verdadera agencia de la comunidad de inteligencia. También dentro del MdD se encuentran elementos de inteligencia y contrainteligencia exterior de los cuatro servicios armados. Ellos son responsables de la búsqueda, producción y diseminación de inteligencia militar e inteligencia relacionada con los servicios militares, contrainteligencia e información sobre aspectos del tráfico y producción de drogas. Cuando estos elementos de las fuerzas armadas llevan a cabo actividades de inteligencia en respuesta a necesidades nacionales, lo hacen con base en la guía recibida del Director de Inteligencia Central.

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TAREA DEL MINISTERIO DE DEFENSA EN LA ORGANIZACIÓN PARA SEGURIDAD NACIONAL

Ahora veremos como funciona el Ministerio de Defensa (MdD) en los tres componentes -- el componente de elaboración de políticas tratado anteriormente, el componente administrativo- logístico, y el componente operacional -- de la organización general para seguridad nacional. Específicamente, veremos la tarea de la Oficina del Ministro de Defensa (OSD), el Estado Mayor Conjunto, los comandos unificados, sus servicios componentes y los servicios militares. Esto será principalmente un vistazo orgánico. En la Lectura B se trata cómo el Ministerio prepara estrategia, políticas, presupuestos y planes de operaciones. La Figura 7 muestra el área civil del MdD. La organización que se muestra se desempeña principalmente en el Sistema del Consejo de Seguridad Nacional (componente de elaboración de políticas) y también en el componente administrativo-logístico. El Ministro se relaciona con los tres componentes. Aunque esta es el área “civil” del MdD, hay oficiales militares laborando en estas oficinas. Es a la vez importante tener presente que el Estado Mayor Conjunto es el estado mayor militar para el Ministro, al igual que para el Presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor. El ex-Ministro de Defensa Aspin reorganizó el ministerio de acuerdo con “líneas operacionales”, y el también ex-Ministro Perry mejoró la organización tal como se exhibe. En el Sistema del Consejo de Seguridad Nacional (componente de elaboración de políticas), los cuatro ministros auxiliares de defensa (ASD) que se muestran bajo el subsecretario para política [USD(P)] son funcionarios importantes. El Secretario Auxiliar de Defensa para Asuntos de Seguridad Internacional (ASA ISA) es responsable de todas las funciones del MdD relacionadas con países exteriores y amenazas regionales. El Secretario Auxiliar de Defensa para Política de Seguridad Internacional prepara políticas para responder a las amenazas de seguridad nuclear y de proliferación de armas de destrucción masiva. El Secretario Auxiliar de Defensa para Operaciones Especiales y Conflictos de Baja Intensidad se desempeña como “departamento militar” de USSOCOM (Comando Sur de EE.UU.) y elabora políticas para otras operaciones militares. Finalmente, el Secretario Auxiliar de Defensa para Estrategia y Recursos asegura que las estrategias desarrolladas están de acuerdo con los recursos disponibles. El Ministro Aspin ideó la organización bajo el USD(P) de acuerdo con un formato con

áreas compelementarias de interés. Por ejemplo, antes de llegar a la atención del USD(P), un asunto de política relacionada con la anterior Yugoslavia es debatido en la oficina de cada secretario auxiliar de defensa (ASD). Sin embargo, la definición de las tareas y funciones de los diversos ASD fue difícil. Esta dificultad, acoplada con lo que se cree ser falta de destrezas administrativas firmes de Aspin, parece ser la razón de su reemplazo por Perry. Al momento de esta redacción, el Ministro de Defensa Cohen todavía no ha puesto su sello en la estructura orgánica del Ministerio.

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Figura 7

Estado Mayor Conjunto. Tal como se mencionó anteriormente, el estado mayor conjunto labora como estado mayor militar del Presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor y del Ministro de Defensa. La Figura 8 muestra la organización del estado mayor conjunto. El J-5, Director de Política y Planes Estratégicos (general de 3 estrellas) y sus oficiales ejecutores son los funcionarios principales en el proceso de elaboración de políticas. De acuerdo con una reciente reorganización de la oficina del J-5, cada comando unificado tiene un punto contacto (una estrella) dentro de la oficina del J-5. El Director Suplente para Estrategia y Política, un oficial de una estrella, es responsable de la consideración de todos los temas que tienen que ver con seguridad y estrategia militar, además de ser el punto de contacto para STRATCOM, SPACECOM y TRANSCOM (Comando Estratégico, Comando Espacial y

MINISTERIO DE DEFENSA

MINISTRO DE

DEFENSA

CONSEJO GENERAL

ASUNTOS PÚBLICOS

ASUNTOS LEGISLATIVOS

SUBSECRETARIO DE DEFENSA

PARA POLÍTICA

SUBSECRETARIO DE DEFENSA PARA

PERSONAL/LISTEZA

CONTRALOR/OFICIAL PRINCIPAL DE

FINANZAS

SUBSECRETARIO PARA TECNOLOGÍA

Y HARDWARE

SECRETARIO AUXILIAR DE DEFENSA PARA POLÍTICA DE SEGURIDAD INTERNACIONAL

SECRETARIO AUXILIAR DE DEFENSA PARA OPERACIONES ESPECIALES Y CONFLICTO DE

BAJA INTENSIDAD

MINISTRO DE DEFENSA

SUPLENTE

SECRETARIO AUXILIAR DE DEFENSA PARA ASUNTOS DE SEGURIDAD INTERNACIONAL

SECRETARIO AUXILIAR DE DEFENSA PARA ESTRATEGIA, REQUERIMIENTOS Y

RECURSOS

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Comando de Transporte). Por ejemplo, los oficiales ejecutores proporcionan datos y coordinan con el NSC y con otras agencias en cuanto a la estrategia de seguridad nacional de EE.UU. También, tiene oficiales ejecutores responsables de la redacción de la Estrategia Militar Nacional. Otra área de interés que él maneja son las operaciones de apoyo de la paz a nivel interagencial. Los tres Subdirectores para Asuntos Político-Militares son responsables de todos los asuntos regionales que afectan al MdD, a incluir la coordinación interagencial. Los oficiales ejecutores de esta división son generalmente miembros principales de todos los grupos de acción regionales del NSC. Uno de estos subdirectores es responsable de los asuntos de interés para

Figura 8

Organización del Estado Mayor Conjunto

Presidente Vicepresidente de la

Junta de Jefes de Estado Mayor

J-1 Personal

J-2 Inteligencia

J-3 Operaciones

J-4 Logística

J-5 Política y Planes

Estratégicos

J-6 Mando, Control,

Comunicaciones y Computadora

J-7 Planes e

Interoperabilidad

J-8 Estructura de la Fuerza, Recursos y Evaluación

Director

Subdirector

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PACOM y CENTCOM, uno para asuntos de interés para EUCOM, y el tercero para asuntos de interés para ACOM, SOCOM y SOUTHCOM. El Subdirector para Negociaciones Internacionales, un oficial de una estrella, es responsable de brindar asesoramiento militar sobre todas las negociaciones celebradas por la Secretaría de Estado y que se relacionan con asuntos militares. Las negociaciones sobre el control de armas consumen la mayor parte del tiempo de la división. El J-5 es también la principal sección de estado mayor responsable del Sistema de Planificación Estratégica Conjunta (considerada en la Lectura B). Las otras secciones de estado mayor participan principalmente con los componentes operacional y administrativo- logístico. La enmienda Goldwater-Nichols del Título 10 del Código de EE.UU. aumentó enormemente la autoridad del Presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor (CJCS), quién se convirtió en el asesor militar principal del Presidente y del Ministro de Defensa. Él es responsable de las siguientes funciones:

• Desarrollar planes estratégicos físicamente restringidos. • Preparar evaluaciones de las capacidades militares de EE.UU. • Revisar los planes de contingencia preparados por los comandantes unificados

para determinar su conformidad con la guía impartida por las autoridades nacionales de mando (NCA).

• Asesorar al Ministro de Defensa sobre los puntos fuertes y las deficiencias

críticas de las capacidades de la fuerza. • Asesorar al Ministro de Defensa sobre las prioridades de los requerimientos de

los comandos unificados y si los presupuestos de los departamentos militares están de acuerdo con sus prioridades estratégicas y las prioridades de los comandantes unificados.

• Recomendar los presupuestos de los comandos unificados y ofrecer propuestas

alternas para los presupuestos de los departamentos militares de ser necesario. La labor para desempeñar estas funciones la lleva a cabo el estado mayor conjunto. Aunque se asignan estas funciones de política al CJCS y al Estado Mayor Conjunto, la mayoría de las necesidades son coordinadas con los departamentos militares y los servicios. Cada jefe de servicio es un asesor del Presidente y del Ministro de Defensa; sin embargo, desde la aprobación de la enmienda Goldwater-Nichols, los jefes de los servicios en contadas ocasiones han brindado asesoramiento contrario al del CJCS.

El Componente Operacional

Los oficiales militares están muy familiarizados con el componente operacional ya que es el más considerado en la Escuela de Comando y Estado Mayor General. Por lo tanto, no le dedicaremos mucho tiempo, y solamente presentaremos los comandos unificados. La Figura 9 nuestra el componente operacional militar de la organización de seguridad nacional. El Presidente es el comandante en jefe de las fuerzas armadas de EE.UU. El Presidente y el Ministro de Defensa son las “Autoridades Nacionales de Mando” (NCA), término usado para dar a conocer sus responsabilidades colectivas. Inmediatamente

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subordinados a las NCA tenemos los comandantes de los nueve comandos unificados. Aunque las órdenes de las NCA son transmitidas a través del CJCS, es importante tener en mente que el CJCS no está en la cadena de mando legal. Sin embargo, como el oficial de grado superior en las fuerzas armadas y en su condición de asesor militar principal de las NCA, el CJCS tiene gran influencia en las operaciones militares. La tarea crítica desempeñada por el General Powell durante la Guerra del Golfo es un ejemplo de la tremenda autoridad informal del CJCS. El Plan de los Comandos Unificados proporciona guía básica para los comandantes unificados y establece sus responsabilidades generales. El Presidente forma comandos unificados cuando existe una misión amplia y continua que requiere el uso de más de un servicio. Este plan será considerado con mayores detalles en una lección posterior.

Figura 9

Componente Operacional Organización de Seguridad Nacional

Presidente

Estado Mayor

Conjunto

Mando Información

Ministerio de

Defensa

Comandos Unificados

Presidente, Junta de Jefes

de Estado Mayor

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EL COMPONENTE ADMINISTRATIVO-LOGÍSTICO La Figura 10 muestra el componente administrativo-logístico militar de la organización de seguridad nacional. Tal como se verá más adelante, la función de los departamentos y servicios militares es proporcionar fuerzas adiestradas y listas para los comandantes unificados. Como tal, las secretarías del Ejército, Marina y Fuerza Aérea y los comandantes del Ejército, Marina, Fuerza Aérea e Infantería de Marina están organizados principalmente para disponer para el reclutamiento, adiestramiento, dotación y apoyo de las fuerzas en campaña. Además de los departamentos militares, hay algunas agencias de defensa, tal como la Agencia de Logística de Defensa, que proporciona apoyo para todos los servicios militares y comandos unificados.

Figura 10

Organización de Seguridad Nacional Componente Administrativo-Logístico

Secretaría del

Ejército

Secretaría de la

Marina

Secretaría de la Fuerza

Aérea

Agencias de

Defensa

US USMC

Ministerio de

Defensa

Presidente

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CONCLUSIÓN

De esta descripción del proceso de seguridad nacional, debemos tener en claro tres cosas: Primero, el proceso de la elaboración de política (Sistema del Consejo de Seguridad Nacional) es complejo y está ideado para asegurar que todas las organizaciones burocráticas interesadas tengan la oportunidad para expresar sus puntos de vista. Esta organización tiene ventajas y desventajas que Uds. podrán analizar. Segundo, el sistema está ideado para ofrecer una cadena de mando y responsabilidades inequívocas para asuntos operacionales, desde las NCA hasta los comandantes operacionales, que son los comandantes en jefe. Por último, el núcleo del poder burocrático dentro de las fuerzas armadas ha pasado de los departamentos militares al CJCS y la Junta de Jefes de Estado Mayor. Al contar ahora con conocimientos básicos de la organización y el proceso de elaboración de estrategia, Uds. analizarán y evaluarán los puntos sobresalientes y las debilidades del proceso, y algunos de los productos resultantes, a incluir la Estrategia de Seguridad Nacional de EE.UU., la Estrategia Militar Nacional, y determinadas estrategias del MdD. En la Lectura B de esta lección continuará la discusión de la demostración de cómo el Ministerio de Defensa ejecuta sus funciones de planificación y de preparación de presupuestos.

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Fundamentos de la Guerra Operacional C/M/S 500

Lección 3

Lectura C: “Problemas Estructurales del Pasado” Por David C. Jones, GRAL, USAF (Ret.)

Durante una reunión en la Casa Blanca hace unos pocos meses, el Presidente Reagan, quien acababa de regresar de montar a caballo en Cuántico se dirigió a mí en forma de broma pero con un poco de nostalgia y preguntó, “¿Hay manera que podamos restablecer la caballería de corceles”? Yo le respondí: “Un momento, Señor Presidente. Vamos a principiar resucitando los acorazados”. Esta fue una conversación jocosa pero la verdad es que en el Ministerio de Defensa (DOD) existen dos problemas serios. Primero, nos sentimos muy a gusto con el pasado. Segundo, nos negamos a hacer un análisis realmente riguroso de los requerimientos de la defensa y sus alternativas. Por su misma naturaleza, las grandes organizaciones se niegan a aceptar cambios. Como la organización más grande en el mundo libre, nuestras fuerzas militares tienen los mismos problemas que cualquier compañía civil pero le resulta difícil determinar el costo de la modernización. Las principales organizaciones son el Ejército, la Marina de Guerra, el Cuerpo de Infantería de Marina y la Fuerza Aérea: instituciones que encuentran difícil adaptarse a la modernización debido a la predilección por el pasado. El verdadero fundamento de cada servicio estriba en crear en sus miembros orgullo por la misión, la doctrina y las costumbres y la disciplina--las cuales son sumamente ricas en tradiciones. Si bien es cierto que estos sentimientos militares son importantes en el desarrollo del espíritu combativo, promueve la tendencia a la introspección y a proteger las instituciones contra la amenaza que representa el mundo exterior.

Nota del Editor de JFQ: En 1981, el General Jones intentó iniciar una

reorganización interna del sistema conjunto. Después de haberse enfrentado a una resistencia en el Pentágono, comenzó a dar su opinión públicamente a comienzos del año 1982. Su llamado a la reforma trajo como resultado un análisis de cinco años por el Congreso de la necesidad de reorganizar la defensa que eventualmente nos introdujo a la Ley Goldwater-Nichols.

Después de haberse retirado, Jones publicó un artículo en la Revista del New York Times que resumía los problemas en la organización de la defensa. Una versión editada y abreviada de esa obra apareció en la Revista Joint Force Quarterly. Al leerlo ahora nos da la idea de cuán deficiente era el sistema conjunto en ese tiempo y de cuánto ha progresado desde la promulgación de la Ley Goldwater-Nichols.

Tomado de Joint Force Quarterly, Otoño 1996, “Problemas Estructurales del Pasado”, por David C. Jones, pgs. 23-28. Este material es reimpreso con autorización de Joint Forces Quarterly Pero las Fuerzas Armadas son solamente parte del problema. El DOD se ha convertido en una agrupación de burocracias numerosas y rígidas--servicios, agencias, personal, juntas y

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comisiones--que aceptan el pasado y adaptan la nueva tecnología a las misiones y métodos tradicionales. No hay duda alguna de que los líderes de la caballería hubieran aceptado un caballo que avanzaba velozmente y tenía mayor alcance--un caballo de alta tecnología. El producto de esta rigidez ha sido una disparidad cada vez mayor entre la necesidad de adaptarse a las condiciones cambiantes y la habilidad para hacerlo. En los últimos dos o tres años el público americano se ha preocupado más por nuestra posición deteriorante en el poderío militar y se han convencido que debemos dedicarnos más a nuestras defensas que en la década de 1960 y 1970. Pero después de haber servido en la Junta de Jefes más tiempo que alguna otra persona en la historia y bajo más Presidentes y Ministros de Defensa (cuatro de cada uno) y ser un estudiante de historia y organizaciones militares, estoy convencido de que las deficiencias básicas de la defensa no se pueden resolver con dinero solamente--no importa cuánto se necesite. La historia de nuestros servicios militares incluyen ejemplos claros de ideas y de invenciones que están al alcance del hombre, los cuales fueron rechazados ya que no encajaban en los conceptos militares. La Marina de Guerra continuó construyendo buques veleros mucho después de la llegada del buque de vapor. En Estados Unidos se desarrollaron las ametralladoras y los tanques pero el Ejército los rechazó hasta mucho después de que fueron aceptados en Europa. La caballería de corceles sobrevivió sin cambios hasta la II Guerra Mundial a pesar de que existía evidencia de que su utilidad había disminuido décadas antes. Aún los oficiales del Cuerpo de Aviación del Ejército debían llevar espuelas hasta fines de la década de 1930. Nosotros no consideramos los problemas de la defensa adecuadamente y las alzas en el presupuesto de defensa no está rindiendo la capacidad que deberían. Hay razón para creer que si nos enfrentamos a una contingencia que requiere una mayor operación conjunta nuestro rendimiento va a estar por debajo del nivel que debemos esperar o necesitamos. Ningún elemento de nuestras fuerzas militares es responsable por nuestros problemas. Aquéllos que podría identificar han existido por mucho tiempo para echarle la culpa a alguna administración o personas en particular ya sean militares o civiles. En la mayoría de los libros de historia se alaban los logros militares del pasado, pero si se examinan más de cerca revelan un patrón desconcertante:

• falta de preparación al principio de una nueva crisis o guerra • fallas iniciales • se reorganizan mientras luchan • se desarrollan nuestras defensas mientras activaban la base industrial • se prevalece desgastando la resistencia del enemigo--siendo más fuertes, no más

astutos. Podíamos hacer las cosas insatisfactoriamente al comienzo de las guerras en el pasado y todavía recobrarnos ya que el tiempo estaba a nuestro favor. Durante la Guerra Civil el norte fue un ejemplo claro de una fuerza militar burocrática. Originalmente, el sur tenía un mejor liderazgo, era mucho más flexible y tenía la capacidad de hacer mucho más con sus recursos y fuerzas militares aunque limitadas. El norte sufrió derrotas y se enfrentó a muchos problemas en el liderazgo pero finalmente ganó gracias a la enorme producción industrial y a la superioridad numérica de sus fuerzas militares.

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También teníamos serios problemas estructurales durante la campaña cubana en la Guerra Hispanoamericana. La riña entre servicios fue tan grande que el comandante del Ejército rehusó que la Marina de Guerra estuviera representada en la capitulación formal. Desafortunadamente, esto no fue el último caso de responsabilidades divididas y conflictos entre servicios que obstruyeron nuestra conducta en la guerra. Las consecuencias desastrosas de la guerra de 1898, los servicios--especialmente el Ejército--instituyó algunas reformas estructurales. A pesar de encontrar una gran oposición, en 1903 se creó un Jefe de Estado Mayor del Ejército y en 1916 se estableció un Jefe de Operaciones Navales. Pero el Departamento de Guerra (el precursor del Departamento del Ejército y el Departamento de la Fuerza Aérea) y el Departamento de la Marina de Guerra siguió sufriendo las consecuencias de estar dividido en una infinidad de entidades semiautónomas inclusive ramas, departamentos, agencias del gobierno, etc. La I Guerra Mundial fue el ejemplo más trágico de tratar de ganar una guerra por medio de la concentración de fuego y el desgaste. Miles de hombres jóvenes dieron su vida para avanzar algunas yardas sobre las trincheras enemigas, únicamente para ser repulsado al día siguiente a un precio igualmente alto para el enemigo. El surgimiento del avión como un mayor recurso militar durante la I Guerra Mundial nos debió de haber alertado a la necesidad de ajustar nuestras doctrinas y organizaciones a las realidades cambiantes. El continuo desarrollo del poderío aéreo inevitablemente hizo más difícil separar la guerra terrestre de la guerra naval, pero la nación reaccionó a este fenómeno en una manera tradicionalmente burocrática: cada servicio desarrolló su propio poderío aéreo (hoy día existen cuatro entidades de poderío aéreo) y lo protegieron con barreras artificiales para disfrazar las duplicaciones costosas. Una barrera, establecida en 1938 (anulada más tarde), prohibió a cualquier avión del Cuerpo de Ejército Aéreo viajar más de 100 millas a mar abierto. El Ejército y la Marina de Guerra comenzaron en la II Guerra Mundial con la autoridad y responsabilidades difundidas. Cada una todavía tiene muchas agencias semi- autónomas con coordinación por debajo del nivel del jefe de cada servicio militar. Poco después de Pearl Harbor, el General George C. Marshall, Jefe de Estado Mayor del Ejército, simplificó el Ejército al reducir el número de oficiales, con acceso directo a él, de 61 a 6 oficiales. La Marina de Guerra también hizo algunos cambios. (Los servicios desde entonces han vuelto a sus antiguos patrones. El número de oficiales que tiene acceso directo a los jefes de servicios--especialmente cuando se considera el sistema conjunto--otra vez es muy alto.) La Junta de Jefes se estableció al principio del 1942 como una contraparte de la Comisión de Jefes del Estado Mayor Británico. Aunque los jefes en tiempo de guerra tomaron en cuenta ciertos asuntos prioritarios, hasta cierto punto en la II Guerra Mundial cada servicio podía obrar independientemente del otro. El General Dwight D. Eisenhower, como representante norteamericano (a diferencia de su función como Aliado), estaba bajo las órdenes de Marshall. En el Pacífico, las dificultades de integrar las operaciones de los servicios resultó en el establecimiento de dos teatros de operaciones independientes: el Área del Sudeste del Pacífico, con el General Douglas MacArthur bajo las órdenes de Marshall y el Área del Océano Pacífico con el Almirante Chester W. Nimitz bajo las órdenes del Almirante Ernest J. King, Jefe de las Operaciones Navales. En el Pacífico fue un problema continuo que la autoridad y las responsabilidades estuvieran divididas y esto casi ocasiona un desastre durante la batalla del Golfo Leyte. Hoy día el Pacífico está bajo un comando conjunto y nuestros comandantes de combate ahora están directamente bajo las órdenes del Ministro de

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Defensa en vez de sus jefes de servicios. Pero el Ejército, la Marina de Guerra, la Infantería de Marina y la Fuerza Aérea componentes de nuestro comando de combate están bajo las órdenes de sus jefes y comandantes de combate y los jefes de servicio todavía tienen gran influencia sobre sus acciones. Todavía existen subyacentemente muchos de los problemas que afectaban a los sistemas conjuntos durante la II Guerra Mundial. Nosotros ganamos la II Guerra Mundial pese a las desventajas estructurales, no porque fuéramos más astutos, sino porque una vez más nosotros y nuestros aliados teníamos más habitantes. Contábamos con el tiempo y el aislamiento geográfico para movilizar la industria americana y la sobresaliente labor para descifrar los códigos enemigos y facilitar así la recopilación de inteligencia. Al acercarse el final de la guerra cobró auge un debate exhaustivo sobre la mejor forma de organizar las fuerzas armadas en la postguerra. El Ejército estaba a favor de un sistema altamente integrado, pero la Marina de Guerra y otros se oponían, algunos temiéndole al hecho de que el Ejército podía dominar cualquier sistema integrado. La Fuerza Aérea, que en aquel entonces todavía formaba parte del Ejército, apoyaba la integración pero estaba mayormente interesada en convertirse en un servicio independiente. Aquéllos que se oponían a la integración contaban con el respaldo de sectores más influyentes, inclusive elementos dominantes en el Congreso, que los que abogaban por la unificación. Pronto dominaron el debate los argumentos de que la unificación amenazaba con impedir que los civiles continuaran contratando las fuerzas armadas. Así es que después de dos años de estudios, debates y maniobras políticas, surgió la Ley Nacional de Seguridad de 1947 en la que se llegaba a un acuerdo que represntaba un acomodo entre los distintos puntos de vista y cuyo producto fue una confederación de burocracias militares--que actualmente son cuatro en lugar de tres--precedida por un Ministro que carecía de la autoridad para dominarlas. Las enmiendas que se le hicieron a la Ley Nacional de Seguridad en 1949, 1953 y 1958 fortalecieron la autoridad del Ministro y expandió el tamaño y la incumbencia de su personal pero hizo muy poco para alterar la influencia de los sistemas y servicios militares conjuntos. El Presidente Eisenhower recomendó un sistema conjunto más fuerte en 1953 y 1958 y su sabiduría fue confirmada por nuestra conducta en la Guerra de Vietnam--quizás nuestro peor ejemplo de objetivos confundidos y responsabilidades inciertas tanto en Washington como en el campo de batalla. Cada servicio, en vez de integrar sus esfuerzos con los demás, consideró Vietnam su propia guerra y trató de crear su propia misión. Por ejemplo, cada uno peleó su propia guerra aérea, accediendo solamente a medidas limitadas para un esfuerzo coordinado. El “número de enemigos” y el “total de bombas” lanzadas se convirtieron en la vara con que medían su mérito. Continuó la falta de integración hasta el 1975 con la evacuación de Saigón--cuando la responsabilidad fue dividida entre dos comandos independientes, uno en tierra y uno en mar. Cada uno estableció una “hora-H” diferente, lo que causó confusión y retrasos.

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Nuestros soldados, marineros, infantes de marina y los de la Fuerza Aérea han actuado valientemente a través de nuestra historia. Con pocas excepciones, nuestras fuerzas se han desempeñado bien a nivel de unidad. Y también han habido momentos de triunfos a niveles más altos. El desembarco en Normandía, la marcha de Patton a través de Francia, la batalla de Midway y el aterrizaje en Inchon fueron conceptos estratégicos brillantes, ejecutados valientemente. Pero estos momentos de triunfos en el campo de batalla fueron seguidos por experiencias negativas en los cuales la nación estaba mal preparada, mal organizada y amenazadas por las deficiencias de los funcionarios en Washington. En el pasado, tuvimos tiempo para superar nuestros errores. Nuestros aliados a veces soportaron lo más arduo de una tarea y nosotros contábamos con la capacidad industrial para desarrollar rápidamente la capacidad militar necesaria con el fin de alterar el curso de los eventos. Hoy día no hay tiempo para prepararnos. Nuestros aliados no pueden detener la Unión Soviética mientras nos preparamos y nuestra base industrial está en abandono. Las armas nucleares han añadido nuevas dimensiones lo cual hacen el apresto continuo de más importancia crítica. Para poder disuadir un agresor o responder a un conflicto es necesario estar preparado para hacer las cosas correctamente. Una buena posición de defensa debe comenzar con un buen planeamiento a largo plazo, un medio para medir el progreso y la dirección y control acertados que garanticen que todos los elementos contribuyan al logro de un objetivo claramente definido. En la superficie, nuestro sistema parece proporcionar un proceso ordenado y lógico. El proceso comienza con el documento de la Guía del Ministerio de Defensa preparado por la Oficina del Subsecretario de la Defensa para Asuntos de Procedimientos, basado en la política de la administración y la guía fiscal y en la información recibida de los comandantes de operaciones, servicios, Junta de Jefes, el estado mayor de Oficina del Ministerio de Defensa (OSD) y otras fuentes pertinentes. Los servicios desarrollan sus programas anuales en base a los objetivos de la Guía del Ministerio de Defensa y los presupuestos preliminares y luego se someten al Ministro de Defensa. El Ministro convoca a los miembros de la comisión para examinar los documentos y cualquier cambio que consideren necesario para reconciliar los programas de cada servicio con las prioridades de la nación. Luego de ser sometidos al Presidente y al Congreso para ser aprobados, los servicios y las agencias asignadas al DOD tienen la responsabilidad de administrar los presupuestos. Pero este proceso comienza a fallar desde el principio ya que la estrategia militar contenida en la Guía del Ministerio de Defensa siempre requiere una fuerza más numerosa que lo que permiten las restricciones presupuestarias. Algunas administraciones han tratado de limitar los requerimientos al llamar a la capacidad de librar “guerra y media” o para librar “dos guerras y media”, y al mismo tiempo hay otros que han recomendado prepararse para una guerra global ilimitada. En cualquiera de los casos, la guía nos dirige a lo que la Junta de Jefes ha llamado un “desequilibrio entre la estrategia” y la fuerza disponible ya que las necesidades son mayores que las capacidades. La guía actual es tan exigente que es imposible desarrollar programas realmente coherentes para llevarlos a cabo aún a las más altas expectativas presupuestarias . Simplemente no hay suficiente dinero en los presupuestos de defensa proyectados para satisfacer todos los requerimientos, pero la Guía del Ministerio de Defensa poco ayuda a establecer prioridades pertinentes o a ordenar una investigación para nuevas direcciones con el fin de mantener nuestra seguridad. Esto no es un problema especial de esta administración. Ya que los requerimientos exceden los recursos, los servicios asignan los recursos entre sus misiones tradicionales y buscan maneras para justificar una mayor porción del

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presupuesto. Pero cualquier dinero adicional seguramente provendrá de los fondos que corresponden a otro servicio, de manera que cada servicio trata de obtener lo máximo sin tomar en cuenta los programas interserviciales. La mayoría de los programas de los servicios son entonces sometidos a la comisión de defensa. El nombre y la composición de la comisión pueden variar de una administración a otra, pero su función sigue siendo la misma. Actualmente se conoce como la Junta de Recursos del Ministerio de Defensa bajo la dirección del Secretario o el Subsecretario e incluye los Secretarios de Servicios, el Ministro Auxiliar de Defensa y el Presidente. Los jefes de servicios asisten como observadores. Semana tras semana, la junta se reúne con la intención de examinar los asuntos de importancia, pero su punto focal es principalmente los programas de servicios, que incluye cientos de puntos que considera esenciales por sus partidarios. La junta discute cambios marginales a los programas, les es imposible tratarlos a fondo o concentrarse en los asuntos interserviciales de mayor urgencia. A la Junta de Jefes y al Estado Mayor Conjunto se les asigna una posición en este proceso, pero cada servicio a menudo requiere que la Junta de Jefes se haga eco de sus puntos de vista. Ya que cuatro de los cinco miembros de la Junta de Jefes de Estado Mayor también se desempeñan como jefes de servicio, casi siempre prevalece en las negociaciones una amalgama de puntos de vista que reflejan el parecer de los servicios militares cuando la Junta de Jefes finalmente presenta sus propuestas. El presidente de la junta es el único miembro militar de la Junta de Recursos del Ministerio de Defensa y puede expresar opiniones independientes, pero tiene solamente cinco personas laborando directamente para él para examinar los distintos asuntos que han de tratarse. (La Junta de Jefes es parte de la organización de JCS, no al presidente.) Por consiguiente, el presidente de la junta generalmente se concentra en unos cuantos asuntos de importancia crítica. En mi caso, estos consistían en el apresto, el mando y control y la movilidad. El resultado de este proceso es un presupuesto de defensa derivado principalmente de los deseos de los individuos que comprenden los servicios en vez de ser un plan bien integrado basado en el examen serio de alternativas por los líderes civiles y militares que laboran unidos. Inevitablemente, un Ministro de Defensa apoya un programa que es la suma de la información recibida de cada servicio (circunscrito por los lineamientos fiscales) u opta por ordenar cambios, sabiendo que los partidarios de los programas desaprobados continuarán su lucha cuando el asunto se trate en el Congreso. Pero la asignación de recursos por la junta es solamente el principio del problema. El optimismo expresado en las propuestas de programas muy pocas veces se hace realidad. El presidente de la Junta Científica del Ministro de Defensa, Norman Augustine, ha escrito que por los últimos 30 años nuestros principales sistemas de armas ha funcionado satisfactoriamente el 70% de las veces (no está mal) pero ha cumplido con los programas solamente el 15% de las veces y el costo solamente el 10% de las veces aun tomando en cuenta la inflación. Al subir los costos, los programas se extienden. La cantidad de armas ordenadas normalmente están muy por debajo del nivel que permite producirlas eficientemente lo cual perjudica la base industrial. Esto solamente nos lleva a otros aumentos en el costo y nos encontramos en una situación contradictoria. No se toman decisiones difíciles, de manera que los problemas fiscales se acentúan. Las medidas que se toman para mejorar las eficiencias del programa, tales como los contratos por varios años para la adquisición de equipos de la

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administración, son útiles pero no resuelven el problema de la planificación y la obtención de recursos. La falta de disciplina en el sistema de presupuesto impide que se hagan decisiones más difíciles acerca de lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer. Por el contrario, sectores influyentes en el Pentágono, el Congreso y la industria apoyan los programas individuales, mientras que la necesidad de la efectividad y eficacia en la defensa no se incluyen adecuadamente. Para el liderazgo del Pentágono es casi imposible encontrar el tiempo necesario para imponer la disciplina en el proceso del presupuesto. Los ciclos se traslapan, como en este año, por lo general encontramos que el Congreso considera la asignación suplementaria de una cifra multimillonaria a última hora al final del año fiscal y sin poder acordar un presupuesto antes de que comience el próximo año fiscal. Al mismo tiempo, el Pentágono está batallando con el plan de defensa de los próximos cinco años y la proposición del presupuesto subsiguiente. Esto hace que el liderazgo esté constantemente involucrado en labores externas confusas para ganarse el apoyo del público y del congreso y en disputas internas desconcertantes sobre recursos y espacio. Las mismas presiones abruman a los jefes de los distintos servicios cuando le hacen frente a la administración de los programas de obtención, reclutamiento y adiestramiento de fuerzas y el mantenimiento de la disciplina y la moral. Los jefes son juzgados por sus compañeros y los servicios al lograr el éxito en la obtención de los fondos necesarios para sus sistemas principales y en la protección de los intereses de los servicios en las tres tardes de la semana que ellos le dedican a las reuniones de las Juntas de Jefes. Sin embargo, un jefe de servicio, quien por un lado es un partidario del servicio y por otro lado como miembro de la Junta de Jefes actúa como un juez imparcial de requerimientos en competencia, tiene un conflicto fundamental de interés. En resumen, nuestras fuerzas militares sufren serias deficiencias, inclusive las siguientes:

• la estrategia es tan generalizada que tiene distintos significados para todo el mundo • los líderes se sienten inevitablemente cautivados por lo urgente, y el planeamiento

de largo alcance se descuida • la autoridad y la responsabilidad están mal distribuidas • no se lleva a cabo un análisis riguroso de los requerimientos y las alternativas • se carece de disciplina en el proceso para el presupuesto • se evaden las decisiones difíciles • la responsabilidad para la toma de decisiones o para el desempeño de la distintas

funciones es lamentablemente deficiente • el liderazgo, por lo regular inexperto, se ve forzado a pasar mucho tiempo en

sirviendo como árbitros en la pelea confusa por conseguir recursos • nuestros líderes superiores militares se enfrentan a un serio conflicto de intereses • la eficacia de combate de la fuerza combativa--el producto final--no recibe suficiente

atención. Antes de que se critique la actual administración, debo mencionar que esos problemas han estado con nosotros por décadas y no hay soluciones fáciles.

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Todo lo que esto quiere decir es que para todos es una lucha dificultosa --inclusive el Ministro de Defensa--por obtener el verdadero control de nuestras fuerzas militares. Un estudio sobre la organización de la defensa estableció que todos éramos responsables de todo y que ninguno fue responsable específicamente por nada. Los alto funcionarios se encuentran generalmente a la merced de las burocracias arraigadas. Resulta irónico que los servicios, con ayuda considerable de las agencias externas, hayan sido capaces de neutralizar los intentos de imponer el orden en una situación caótica al argumentar que una fuente alterna de asesoramiento militar para el Presidente y el Ministro de Defensa corre el riesgo de debilitar el control civil. Por algún tiempo ha existido un desequilibrio en el grado de control que nuestros líderes civiles ejercen sobre los asuntos operacionales y otros asuntos de la fuerza militar. En asuntos operacionales, es persuasivo. Washington no puede dar la orden de movilizar un barco u otra unidad de combate o tomar cualquier acción operacional específica sin tener la aprobación y la firma del Ministro de Defensa. Hay ocasiones en que los Secretarios y su personal han estado involucrados en los detalles más específicos de las operaciones. En otras áreas, la influencia de los civiles es más aparente que real. Los Ministros de Defensa reciben muy poco asesoramiento sobre las estrategias y sistemas alternos. En un intento por llenar la vacante, ellos por lo regular buscan la ayuda de analistas civiles para tales asesoramientos. Esos consejeros pueden proporcionar un servicio útil, pero no pueden compensar por la falta del asesoramiento proveniente de oficiales con experiencia. El hecho de que la Junta de Jefes, una comisión responsable de los intereses de los servicios, no ha sido capaz de proporcionar tal asesoramiento durante su existencia está ampliamente documentado en estudios llevados a cabo por muchos años. Más adelante se debilita la responsabilidad de los civiles en el DOD debido al rápido cambio de personal o la inexperiencia entre los líderes de mayor jerarquía. En los 35 años desde que se fundó, han habido 15 Ministros de Defensa y han habido 19 Subsecretarios en los 33 años desde el establecimiento de esa posición. Un estudio reciente revela que los civiles, formuladores de política, en el DOD permanecen en el trabajo un promedio de 28 meses. Poco de lo que acabo de mencionar es nuevo. Desde la II Guerra Mundial se ha utilizado resmas de papel para describir estas deficiencias. El Presidente Eisenhower, quien conocía bien ambos lados de la ecuación civil-militar, trató de resolver el problema básico, pero los efectos que causaron sus esfuerzos fueron limitados. Otros han tratado pero con menos éxito. La resistencia burocrática hacia el cambio es enorme y es reforzada por muchos aliados de los servicios--en el Congreso y en otros lugares--quienes están dispuestos a mantener el pasado entronizado. Los líderes civiles de las fuerzas militares han estado renuentes a promover los cambios, ya sea porque pensaron que no podían tener éxito o porque no querían gastar el capital político esencial el cual ellos creían que se podía usar mejor en conseguir el apoyo para el presupuesto de la defensa. Muchos temen que al plantear los asuntos básicos estructurales podrían apartar la atención del presupuesto y dar argumentos a los contrincantes, quienes admitirían la ineficacia en la estructura para argumentar que se hagan más reducciones en el presupuesto. Sin embargo, ya que el público no cree que todo está bien con el DOD, las reformas no solamente aumentarían su efectividad sino que también fortalecerían el apoyo público hacia el DOD. Un tema constante de muchos estudios en el pasado de la organización de la defensa ha sido que el balance de influencia las fuerzas militares está demasiado orientada hacia los

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servicios individuales. Un grupo especial de estudio compuesto de oficiales de mayor jerarquía retirados en el mes de abril encontraron necesario informar que “darle cierta cantidad de independencia a los servicios es saludable y deseable, pero el balance ahora favorece demasiado los intereses de los servicios y muy poco las necesidades de la defensa de la nación”. Es comúnmente aceptable que uno de los resultados de este desequilibrio es que existe una constante pelea entre los servicios. Por el contrario, las interacciones entre los servicios por lo general resulta en “tratados firmados” que minimizan las controversias al evadir los retos confrontados por los intereses de los servicios. Tal “tregua” tiene sus puntos positivos, ya que es contraproducente que los servicios se ataquen los unos a los otros. Pero la falta de interrogatorios adecuados por los profesionales del ámbito militar produce brechas y duplicaciones injustificadas en nuestras capacidades de defensa. De lo que carece es de un sistema de compensación que incluya oficiales que no sean muy dedicados a sus servicios que puedan examinar objetivamente la estrategia, los papeles, las misiones, los sistemas de armas, el planeamiento de la guerra y otros asuntos contenciosos para compensar por la influencia de cada servicio. El Presidente Eisenhower trató de resolver este problema en 1958 al remover los servicios de la cadena operacional de mando. Esencialmente, se crearon dos líneas de autoridad bajo el Ministro de Defensa: una línea operacional y una línea administrativa. La línea operacional va desde el Presidente, a través del Ministro de Defensa, hasta los comandos de combate--esos comandos del teatro de operaciones o comandos funcionales dirigidos por los Eisenhower, los Nimitz, los MacArthur del futuro. La Junta de Jefes no se encuentra directamente en esta línea de mando pero a través del Estado Mayor Conjunto, supervisa los comandos de combate para el Secretario y le pasa sus órdenes a ellos. La línea administrativa llega hasta los departamentos militares responsables del reclutamiento, adiestramiento, adquisición y otras innumerables tareas que son necesarias para desarrollar las fuerzas asignadas a los comandos de combate. El Presidente Eisenhower tuvo por intención que el lado operacional ayudara al Ministro de Defensa a desarrollar la estrategia, los planes operacionales y las armas y los requerimientos a nivel de la fuerza militar basado en las necesidades de “un verdadero comando unificado”. La Junta de Jefes y el Estado Mayor Conjunto sería el personal militar del Secretario en este esfuerzo. Los servicios seguirán siendo los proveedores de las fuerzas necesarias para los comandos combatientes pero no determinaría qué proporcionaría o cómo se emplearían esas fuerzas. Pero el Presidente Eisenhower no logró lo que quería. Las escalas de influencias están todavía muy inclinadas a favor de los servicios y en contra de los comandantes combatientes. Aunque los comandantes combatientes le presentan un informe a la Junta de Recursos del Ministerio de Defensa y tienen toda clase de oportunidades para comunicarse con su Ministro de Defensa y los jefes, prácticamente sólo cuentan con el poder de la persuasión. Los servicios controlan la mayor cantidad del dinero y las asignaciones del personal y los ascensos de su gente dondequiera estén asignadas, inclusive en la Oficina del Ministro de Defensa, el Estado Mayor Conjunto y el estado mayor del comando unificado. Los oficiales que desempeñan sus funciones fuera de sus propios servicios generalmente no se desempeñan tan bien como los que tienen sus funciones asignadas en sus propios servicios, especialmente cuando se trata de ascensos a general o a almirante. Los jefes de servicios casi siempre tienen la función de servir como miembros del estado mayor de los servicios en Washington pero casi nunca son asignados a participar en el Estado Mayor Conjunto. Existen pocos

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incentivos para un oficial asignado a desempeñar funciones conjuntas para que haga más que marcar la hora de llegada en la tarjeta y luego volver a la asignación en un servicio. No puedo darle mayor énfasis a este punto: El que controla el dinero, las promociones, las asignaciones controla la organización--y los servicios, especialmente con respecto a la administración del personal. Sin embargo, es difícil escaparse del laberinto de la organización del DOD. Muchos han luchado en vano dentro del sistema para mejorar el balance entre la línea operacional y la administrativa. Las soluciones a algunos de los problemas entre los servicios son anunciadas cada cierto tiempo pero hasta la fecha no se han tomado en cuenta las causas fundamentales. Para proporcionar un balance, los servicios deben compartir parte de su autoridad, pero han probado no estar dispuestos a hacerlo. Un jefe de servicio cuenta con un grupo de partidarios, que si están convencidos de que él no está luchando lo suficientemente fuerte por lo que el servicio considera que le corresponde de las misiones y recursos del ministerio de defensa, puede destruir su eficacia. Solamente el presidente de la junta no se ve restringido por los componentes del servicio, pero se encuentra en una posición especialmente difícil. Su influencia se deriva de su habilidad para persuadir a todos sus colegas en la Junta de Jefes para que lleguen a un acuerdo en cuanto al curso de acción que se ha de tomar y se requiere por ley que cualquier desacuerdo se le informe al Secretario. Un presidente de la junta compromete su efectividad si al principio de su asignación militar crea un desacuerdo dentro de su organización al tratar de forzar los servicios a compartir parte de su autoridad. Se necesita una acción congresional para esos asuntos estructurales--el problema de defensa más importante al que se enfrenta la Nación. Se necesita más dinero urgentemente para la defensa, pero si no se efectúa una realineación significativa no alcanzaremos la capacidad necesaria ni usaremos el dinero tan sabiamente como debiéramos. La pregunta de mayor importancia es si demostraremos ser sabios al hacer como hicieron los británicos en su reorganización de 1982 o si obraremos confusamente como ha sucedido en el pasado hasta que alguna crisis o algún desastre nos despierte a la necesidad de un cambio. General David C. Jones, USAF (Retirado), prestó sus servicios como Presidente del Estado Mayor Conjunto (1978-82) y Jefe de Estado Mayor, de la Fuerza Aérea de EE.UU. (1974-78).

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Lección 3

Lectura D: “El Director en Función de Asesor Militar Principal:

Una Entrevista con Colin L. Powell”

Esta entrevista se llevó a cabo el 24 de junio de 1996 en Alexandria, Virginia

JFQ: ¿Cuál es su apreciación del efecto general de la Ley Goldwater-Nichols? POWELL: Creo que la implementación de la Ley Goldwater-Nichols ha cumplido con la intención de sus autores—el Congreso—que, conforme con el artículo 1, sección 8 de la Constitución, tiene el poder para elaborar reglamentos para las Fuerzas Armadas. El Congreso quizo asegurar que los Jefes del Estado Mayor Conjunto (JCS) proporcionaran al Presidente, al Ministro de Defensa y a otrosm iembros del Consejo de Seguridad Nacional asesoramiento y recomendaciones militares buenas, claras y comprensivas. Además, quiería cambiar un sistema en que un comité—los Jefes Conjuntos—solían, según el Congreso, ofrecer asesoramiento diverso. El Congreso logró su objetivo nombrando al Director del JCS el asesor militar principal—encomendándole la responsabilidad de ofrecer asesoramiento militar directamente—pero no eliminó la responsabilidad de los otros jefes de ofrecer asesoramiento. Durante mi término como Director, le dí a mis jefes civiles asesoramiento profesional personal, con toda la información ofrecida por mis colegas en el JCS. Cuando un Jefe, o más, estaban en desacuerdo, yo cercioraba que el Ministro y el Presidente estuvieran enterados de cualesquier diferencias existentes. Esto es lo que el Congreso vislumbraba. Goldwater-Nichols también clarificó líneas de mando y comunicación entre el Presidente y el Ministro y los comandantes combatientes. Los Comandantes en Jefe (CINC) son subordinados al Ministro—él es el jefe de los comandantes en jefe y no el Director del JCS ni los Jefes del JCS. La ley autoriza al Ministro a usar el Director como su canal de comunicaciones con los comandantes combatientes. La ley también tenía como finalidad mejorar el profesionalismo del cuerpo de oficiales en las operaciones conjuntas. Y lo ha logrado. El Estado Mayor Conjunto ha mejorado tan dramáticamente que es, en mi opinión, el estado mayor militar de primera en todo el mundo. Puede ver un efecto similar en los estados mayores de los comandantes combatientes también. Otro factor igualmente importante, la conjunción, o trabajo en grupo como yo prefiero llamarlo, se ha arraigado en la cultura de las Fuerzas Armadas. JFQ: ¿Cómo ha afectado el equilibrio de poder civil y militar la influencia del Director? POWELL: Hay que recordar que Goldwater-Nichols tenía como finalidad fortalecer el control civil del militar, clarificando y reafirmando el rol del Ministro y su relación con los Jefes del Estado Mayor Conjunto y los comandantes combatientes. Pero para responder plenamente a la pregunta, uno debe ver más allá de la legislación. La clave es la relación entre el Ministro y los jefes, especialmente el Director. El Ministro puede

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obtener asesoramiento de quien desea, incluyendo su propio estado mayor civil. Está obligado a recibir el asesoramiento de los jefes militares, pero no tiene que aceptarlo si piensa que puede obtener mejor asesoramiento de otra parte o si no considera que los consejos satisfacen sus necesidades. En mi experiencia de casi cuatro años con el Ministro Dick Cheney, puedo decir que el entendió plenamente su autoridad sobre el Ministerio de Defensa. Pudo trabajar conmigo y con los otros jefes para obtener el asesoramiento militar que necesitaba. También trabajó con su estado mayor civil para obtener asesoramiento desde otra perspectiva. Luego, pudo integrar ambas perspectivas. Aseguré que el Ministro Cheney considerara el Estado Mayor Conjunto tanto su estado mayor como mío. Las declaraciones frecuentes de que la autoridad e influencia civil del Ministro fue reducida por la Ley Goldwater-Nichols son absurdas. El señor Cheney demostró en varias ocasiones que él estaba preparado para control el militar. Evidentemente, el asesoramiento que le proporcionamos fue útil y pertinente. La sugerencia de que el Ministro está a la merced del Director y los Jefes del JCS está totalmente equivocada y perjudica al Ministro y no al Director ni a los Jefes del JCS. El Ministro tenía las riendas firmemente en sus manos. Y debido a que normalmente consideraba que el asesoramiento militar que recibía era útil y lo implementaba, creo que el JCS cobró aún más influencia que antes. Goldwater-Nichols tenía como objetivo mejorar la calidad del asesoramiento militar, conforme con las necesidades del Ministro. El resultado es evidente en las diversas operaciones militares exitosas que hemos realizado en los últimos años, abarcando Panamá, “Desert Storm” y Bosnia. Los problemas enfrentados en Granada o “Desert One”, que impulsó al Congreso a reformar el proceso, han sido superados en gran medida. No somos perfectos, pero el desempeño de las Fuerzas Armadas en las operaciones conjuntas ha mejorado en gran medida y amerita mencionar que Goldwater-Nichols es responsable por una gran parte de esto. JFQ: ¿Por qué se ha criticado tanto el nuevo rol del Director? POWELL: Algunos críticos sugieren que el Director, específicamente mi persona, implementó la ley en forma diferente de lo que el Congreso había indicado. Yo intenté implementar la ley plenamente. Si entiendo mis obligaciones, se supone que yo tenía la responsabilidad de implementar la ley lealmente. Varios críticos no estaban de acuerdo con la ley desde un comienzo. Se opusieron a la ley antes de que fuera ratificada y todavía siguen oponiéndose a ella. Estos críticos a veces olvidan que el Congreso ratificó Goldwater-Nichols porque estaban sumamente insatisfechos con el sistema anterior que los críticos añoraban. Estoy seguro que los estados mayores de los servicios sufrieron frustraciones porque el Director podía avanzar por su cuenta. Las oportunidades para demorar y frustrar el progreso para fines parroquiales se vieron reducidas. Ya no teníamos que “votar” sobre diferentes asuntos para determinar cuál sería el asesoramiento que los jefes le ofrecerían al Ministro. De especial interés, los jefes parecieron sentir menos recelo con respecto al rol del Director que sus estados mayores y los críticos. Durante los cuatro años que yo fui el Director, trabajé con cinco diferentes jefes del JCS. Creo que se sintieron plenamente incluidos en la formación de asesoramiento. Además, el Director les redujo una gran cantidad de trabajo

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interno y les permitió más tiempo para atender la organización, el equipo y el adiestramiento de sus fuerzas, lo cual es su rol principal. El Congreso y el pueblo estadounidense han tenido muchas oportunidades durante los últimos diez años para ver cómo las Fuerzas Armadas están funcionando y están satisfechos. Goldwater-Nichols ha sido todo un éxito, pese a los críticos que tiene. JFQ: ¿Cuál es la naturaleza de la relación entre el Ministro de Defensa y el Director bajo la Ley Goldwater-Nichols? POWELL: El Director no fue otorgado autoridad alguna bajo la ley. Sino que fue asignado un rol—servir como el asesor militar principal. Él no tiene el mando de nada. Lo que el Director posee a fin de cuentas es influencia, no autoridad, y sólo la influencia que el Ministro le permite. La influencia no se puede restar del Ministro—él se lo debe ceder al Director. El Ministro cede dicha influencia cuando piensa ue el Director es alguien que tiene la capacidad para obtener el mejor asesoramiento militar del sistema, alguien en que confía. Eso es lo que hace que el sistema funcione. Es un sistema diseñado por Goldwater-Nichols, pero ejecutado por seres humanos que confían uno en otro. En la cima del pirámide del Ministerio de Defensa está el Ministro de Defensa. No tengo duda alguna—por lo menos en cuanto concierne a los dos Ministros a quien serví, Dick Cheney y Les Aspin—que ellos tenían el control. JFQ: ¿En qué forma le ayudaron sus experiencias en posiciones superiores en Washington, siendo el primer oficial en el cargo de Director que cumplió su asignación bajo Goldwater-Nichols? POWELL: Ocupé el cargo con antecedentes singulares. Había sido asesor de seguridad nacional, asesor suplente de seguridad nacional y ayudante militar a tres subministros y un Ministro de Defensa, lo que me familiarizó con la función de todo el Estado Mayor Conjunto y la relación del Director con el Ministro antes de la implementación de Goldwater-Nichols. En función de asesor de seguridad nacional, también observé las postrimerías de la Guerra Fría. Además, había tenido el mando de todas las fuerzas operacionales del Ejército en Estados Unidos y sabía lo que estaba ocurriendo en las filas. Como Comandante en Jefe del Comando de Fuerzas, proporcionaba fuerzas a los comandos combatientes. Esto me permitió obtener una mejor idea de los planes y las necesidades de los comandantes combatientes regionales. Esa experiencia también fue acrecentada por mis relaciones personales y profesionales con los miembros superiores del equipo de seguridad nacional del Presidente Bush. Yo ocupaba el cargo de asesor de seguridad nacional cuando él fue Vice-Presidente durante el gobierno de Reagan. Durante ese mismo período, el Diputado Dick Cheney fue caudillo de la minoría parlamentaria y Jim Baker fue el Ministro de Hacienda. De manera que estas relaciones establecidas me dieron la entrada que necesitaba para implementar plenamente la Ley Goldwater-Nichols. JFQ: ¿Por qué bajo su liderazgo los Jefes del Estado Mayor Conjunto se reunían informalmente con frecuencia? POWELL: Cuando el ex-Director General Dave Jones y Jefe de Estado Mayor del Ejército General Shy Meyer comenzaron el debate que culminó en Goldwater-Nichols, una de las ideas de Shy Meyer era tener dos grupos de cuatro estrellas—los jefes de los servicios y otro consejo de cuatro estrellas apartados de las responsabilidades de sus servicios—para servir como los

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Jefes realesdel Estado Mayor Conjunto. Yo no pensé que ésta sería la forma apropiada. Pero la idea tenía cierto mérito porque es difícil para el jefe de un servicio, que tiene que abogar por los intereses de su servicio, apartarse de ese interés fácilmente cuando desempeña sus deberes como miembro del Estado Mayor Conjunto. Esto aplica particularmente a las reuniones formales cuando los jefes llegan con sus posiciones formales ya preparadas para ser defendidas y sus instituciones observando sus acciones. Por lo tanto, usé una combinación de reuniones formales e informales. Celebramos muchas reuniones formales en grupo y frecuentemente el Ministro de Defensa asistía las reuniones. Pero para usar la idea de Shy Meyer, celebramos muchas más reuniones informales en que los seis hablabamos en mi oficina sin ayudantes, plana mayor o amanuenses. Estas reuniones no eran buenas para la historia, pero era una excelente forma de obtener las opiniones personales y sinceras de los jefes. Nunca dejaron de defender sus servicios, pero era más fácil pasar por encima de esas perspectivas serviciales cuando no estabamos a la vista de todos. También era más fácil proteger la privacidad de nuestras deliberaciones. Ocasionalmente enfrentabamos un estanque, pero casi siempre llegabamos a un acuerdo sobre el asesoramiento que yo ofrecería al Ministro. A veces, el Ministro se reunía con nosotros en mi oficina. Estoy seguro que los estados mayores de los servicios se sintieron frustrados porque no habían podido encomendar a sus jefes a presentar sus posiciones y no siempre obtenían la información completa de lo acontecido. Fue una técnica que halle útil. Otro Director podría hacer algo diferente. No me sorprendería si me dijeran que nos habíamos reunido formal e informalmente con mayor frecuencia que cualquier otros grupo de jefes. Yo sabía que mi metodología era controversial y estaba esperando a ver si tenía que modificarla. Pero ningún jefe me dijo, “Necesitamos tener más reuniones formales”. Además, los sistemas telefonicos y de “intercom” seguros y directos que instalamos para los jefes y comandantes combatientes ofrecieron otros medios informales de comunicación. Estuvimos continuamente en contacto y normalmente, cuando habíamos llegado a un acuerdo respecto a determinado tema, todos apoyabamos lo que se había acordado. JFQ: ¿Cuál fue el efecto que tuvo la Ley Goldwater-Nichols en la ejecución de operaciones militares? POWELL: La invasión y liberación de Panamá en diciembre de 1989 fue la primera prueba de Goldwater-Nichols en una situación de combate, aunque hubo una mini-prueba bajo el Almirante Crowe durante las operaciones contra la marina iraní en el Golfo Pérsico en 1988. Se podría decir que Panamá fue un ensayo para lo vendría un año después en forma de “Desert Shield” y “Desert Storm”. El General Max Thurman, Comandante en Jefe del Comando Sur, y uno de los mejores soldados que yo he conocido, creó una fuerza de tarea conjunta para elaborar el plan de contingencia. El plan fue revisado en Washington y ningún miembro del Estado Mayor Conjunto ni los Jefes Conjuntos lo cambiaron. Se presentó al Ministro de Defensa. Cuando soldados de la Fuerza de Defensa de Panamá mataron a un oficial de la Infantería de Marina de EE.UU., estuvimos listos y capacitados para movernos rápidamente. Yo reuní a los jefes, estudiamos la situación y el plan y recomendamos intervención. Dick Cheney acordó y se hizo esa recomendación al Presidente después de presentarle detalladamente el plan. La noche de la operación y en los días subsiguientes, el General Thurman fue concedido una flexibilidad

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mayor para emplear las fuerzas que se le proporcionaban. Él se reportaba directamente al Ministro de Defensa por medio de mi persona. El Ministro Cheney conocía cada aspecto del plan en gran detalle pero no intervino en toda decisión táctica. Yo coordinaba con Thurman y el Ministro observaba, escuchaba y mantenía al Presidente informado. Cuando necesitabamos instrucciones políticas adicionales, el Ministro rápidamente obtenía lo necesario del Presidente. Hubo problemas, por supuesto. Siempre hay. Pero el modelo se había establecido; teníamos instrucciones políticas claras y un plan sólido y bien integrado, el Comandante en Jefe tenía el mando y hubo supervisión apropiada de los Jefes Conjuntos y las Autoridades Nacionales de Mando (NCA). Fue este mismo modelo que usamos, aunque en mayor escala, para “Desert Shield” y “Desert Storm” y es el modelo que se sigue usando y sigue funcionando bien. JFQ: ¿Cómo evaluaría el nivel de conjuntividad durante “Desert Storm”? POWELL: Nos tomó tres años de debate para crear el concepto de ACOM. Reconocimos que con nuestras reducciones en todo el mundo habría más necesidad de disponer inmediatamente de fuerzas adiestradas conjuntamente para desplazarse al exterior y desempeñarse bajo el mando de los comandantes en los teatros de operaciones. Dichos comandantes adiestraban sus fuerzas conjuntamente, pero no estabamos haciendo esto dentro de los Estados Unidos. Cada servicio adiestraba a su propia fuerza, y sólo efectuaban ejercicios anuales de exhibición para adiestrar la fuerza conjunta. Tratamos de cambiar la norma al adiestramiento conjunto y el ACOM fue creado como resultado de esto, en mi opinión. Era un proveedor y entrenador de fuerzas. En Haití también demostró que podía dirigir una operación y tuvo buen éxito. Tuvimos que romper muchas costumbre burocráticas para crear el ACOM. Sabíamos que tendría que evolucionar tras el tiempo y esa evolución sigue en curso. Usamos el antiguo Comando Atlántico como la base para el ACOM ya que la necesidad de defender las vías marítimas contra la marina soviética había desaparecido, el Comando Atlántico tenía la capacidad para aceptar una nueva misión. Su ubicación en Norfolk lo colocaba cerca de TRADOC, Langley, la Escuela de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el Pentágono, Quántico y otras instalaciones que juegan un papel en el adiestramiento, la doctrina, la planificación de contingencias y la educación de la fuerza. Además, le asignamos también responsabilidad del Caribe para que sería realmente un cuartel general combatiente y no sólo un foro de ideas. También retuvo las responsabilidades asignadas por la OTAN. El ACOM se realizó la semana que yo me jubilé. Fue la última acción que yo cumplí antes de salirme del servicio. Otros tendrán que decir cuán bien ha resultado. JFQ: ¿Cómo se desarrollaron la nueva estrategia nacional militar y el concepto de la Fuerza de Base? POWELL: Durante el primer año del gobierno de Bush, era evidente que la Guerra Fría estaba por terminar. Ibamos a perder nuestro “mejor enemigo”. Por cuatro décadas teníamos una estrategia, estructura de fuerza, infraestructura, investigación y desarrollo y políticas de inversión que dependían de la necesidad de estar listos para la Tercera Guerra Mundial. Si esa premisa estaba por evaporarse, ¿para que nos deberíamos preparar entonces? Obviamente teníamos intereses vitales en el Golfo Pérsico y Asia Nororiental. Necesitabamos aún nuestro elemento disuasivo nuclear y aún teníamos responsabilidades de una presencia en todo el mundo. Además, todavía existía la necesidad de librar la guerra que nadie vislumbraba y para la cual no se había planificado. Las dos contingencias más exigentes eran la del Golfo Pérsico y Asia Nororiental. Considerabamos éstas dos contingencias regionales principales. Ya que no se consideraban parte de la amenaza soviética en el mundo,

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se podía estudiar cada una independientemente. Necesitabamos suficientes fuerzas para luchar en ambas contingencias. Era improbable que ambas estallarían simultáneamente. Pero no queríamos que la estructura de nuestra fuerza fuera tan limitada que al ejecutar una contingencia, un adversario podría aprovecharse de nuestra debilidad e iniciar la otra contingencia. El tamaño de la fuerza tenía que permitir luchar en dos contingencias regionales principales (MRC) casi simultáneamente. Queríamos que el segundo agresor supiera que teníamos suficientes fuerzas para enfrentarlo, aun cuando nos tomara un rato en llegar. La Fuerza Base fue diseñada para ejecutar la nueva estrategia. El término “base” se usó para indicar el punto mínimo más allá del cual no deberíamos pasar en vista de la situación mundial en la década de 1990. Hubo una gran controversia por lo que esa base debería ser para cada servicio y tomo tiempo llegar a un acuerdo. Tanto la estrategia y los niveles de la Fuerza Base fueron criticados en ese entonces y hoy día. Pero nos dieron una base para la planificación y para presentar al Congreso, el pueblo estadounidense, nuestros aliados, nuestros posibles enemigos y nuestras tropas lo que vislumbrabamos para el futuro durante una época de transformación histórica. Sirvió este fin maravillosamente y nos dió la base para reducir nuestras fuerzas en una forma ordenada. Estabamos tratando de evitar el caos por falta de una estrategia lógica. Algunos críticos dicen ahora que la estructura de la fuerza y la estrategia ya no son útiles. Yo no lo veo así. La estrategia no durará cuarenta años como fue el caso con la estrategia de “contención” durante la Guerra Fría. Pero hasta que Corea del Norte sigue el Imperio Soviético al olvido político y el Golfo Pérsico se convierte en una región democrática y estable, debemos poder responder a dos MRC. La Fuerza de Base y su sucesor, la más pequeña fuerza de Revisión de Abajo-Arriba, también garantizó que tuvieramos las fuerzas necesarias para atender todas las contingencias que surgieron en los recientes años. Muchas alternativas existieron, pero no he visto que una de las alternativas permita un mejor desempeño. El debate sobre las funciones y misiones se consideró otra forma de justificar y reducir la fuerza. Yo efectué un estudio de funciones y misiones de conformidad con los requerimientos del Congreso y valide en gran medida las funciones y misiones existentes para nuestros servicios. Algunos miembros del Congreso no estaban de acuerdo con los resultados porque no erán lo suficientemente revolucionarios y especialmente porque no indicaban la forma de reducir y ahorrar aún más. El Congreso formó el comité de funciones y misiones que, después de un año, llegó a la misma conclusión que yo, aunque presentaron algunas recomendaciones para efectuar ciertos cambios en el proceso. JFQ: ¿Hasta qué punto la Ley Goldwater-Nichols impulsó el desarrollo de esta nueva estrategia y Fuerza Base? POWELL: Me dió más libertad y flexibilidad para elaborar ideas y pasarlas por el sistema, ya que podía hablar por mí mismo y no tenía que esperar el voto de los Jefes Conjuntos. A fin de cuentas, todos los jefes estaban de acuerdo con la estrategia y estructura general de la fuerza, aunque hubo ciertos desacuerdos. En especial, el General Al Gray, comandante de la Infantería de Marina, discutió ferventemente que el nivel planificado para la Infantería de Marina era demasiado bajo, aun cuando el Secretario de la Marina estuvo de acuerdo con dicho nivel. El Ministro Cheney supo del desacuerdo y tomó una decisión. Pero tuve que esperar un consenso o voto de “sí” o “no” antes de someter mi recomendación. En fin, el Ministro Aspin

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subsiguientemente aumentó el nivel de fuerzas de Infantería de Marina durante la Revisión de Abajo-Arriba. Una gran parte del crédito para la estrategia y estructura de la fuerza que elaboramos es del estado mayor civil de políticas del Ministro. El Sub-Ministro Paul Wolfowitz y su estado mayor efectuaron su propio análisis a medida que desarrollaban las Pautas para la Defensa. Dick Cheney pidió un estudio por políticos civiles de lo que yo, los jefes y el Estado Mayor Conjunto proponíamos. Todos trabajamos juntos. Fue una sana relación que sirvió los requerimientos del Ministro. También pudimos facilitar el proceso de planificación conjunta. Eliminamos una gran cantidad del papeléo que había sido una gran característica del sistema antiguo del JCS. JFQ: ¿Cómo reclutó a oficiales superiores experimentados al Estado Mayor Conjunto? POWELL: La Ley Goldwater-Nichols ayudó en gran medida. Ya que se necesitaba una asignación en una posición conjunta para poder avanzar, todos querían formar parte del estado mayor. El Estado Mayor Conjunto se consideraba una asignación capital. También creo que la posición tornó más interesante. Panamá, el Golfo Pérsico, la nueva estrategia, la Fuerza Base ayudaron a hacer el Estado Mayor Conjunto una operación más atractiva. Los jefes de los servicios nombraron a sus oficiales más capacitados. Tamibén cambiamos el proceso de rotación para las asignaciones del estado mayor superior. Ya no era cuestión de “tocarle al Ejército” la posición de J-3, o peor, ¡tener que llenar una posición que nadie quería! Ahora era cuestión de llenar la posición con la persona más calificada. La ley exigía que yo mantuviera un equilibrio entre los servicios y pudo hacerlo sin un esquema de rotación. También pude obtener legislación del Congreso que nos concedió posiciones para generales de tres estrellas en el Estado Mayor Conjunto. De manera que, cuando le pedí a los jefes a nombrar a alguien para una de estas posiciones, no tuvieron que ceder una posición en sus servicios para oficiales de tres estrellas. Esto también ayudó a hacer estas posiciones más atractivas e impulsó la competencia. JFQ: ¿Finalmente, cuán bien han funcionado las nuevas políticas de personal para oficiales conjuntos? POWELL: Desde mi perspectiva como Director, funcionaron bien. Se estan adiestrando a más oficiales que antes en la guerra colectiva (conjunta). Más oficiales que antes tienen experiencia en este tipo de guerra. Esto es bueno para la Nación y para las Fuerzas Armadas. Yo sé que las políticas han ocasionado dificultades para los servicios en cuanto a su administración, pero han valido la pena.

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Fundamentos de la Guerra Operacional C/M/S 500

Lección 4

Lectura A: "Estrategia de Listeza y Colaboración de 1998, Comando de Estados Unidos en Europa"

Prefacio Esta Estrategia sincroniza la política estadounidense, derivada de la Estrategia de Seguridad Nacional del Presidente y de la Estrategia Militar Nacional del Presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, con la estrategia del teatro de operaciones del Comando de Estados Unidos en Europa. En general, el ambiente de la seguridad en Europa está ahora mucho mejor de lo que ha estado durante mucho tiempo. Precisamente porque desde el punto de vista histótico la situación actual es una anomalía, debemos proteger y adelantar estas conquistas. Los eventos que han tenido lugar en la región—a veces en forma de conflicto armado—exponen los retos que pueden invertir rápidamente el marcado progreso de los últimos años. Nuestra reacción ante la situación es una estrategia de listeza y colaboración. Nos dedicamos a esta estrategia en cooperación estrecha con nuestros amigos y aliados. La listeza militar debe ser lo primero. Según lo indica la Estrategia Militar Nacional: "La capacidad principal de las Fuerzas Armadas es la habilidad para aplicar potencia militar decisiva con la finalidad de disuadir o neutralizar la agresión y lograr los objetivos de seguridad nacional. Listeza significa derrotar a cualquier adversario que desafíe a nuestra nación en lo militar. Significa además que nuestras fuerzas reaccionarán inmediatamente para controlar cualquier crisis. Por último, la listeza sirve de base para todas nuestras actividades de colaboración. La idea generalizada de que cuando no exista ningún otro curso de acción aceptable, nuestra nación reaccionará decisivamente y logrará la victoria en el conflicto, fortalece nuestra bienvenida y le da a nuestra presencia un significado especial. Estados Unidos emplea la presencia militar para moldear el ambiente de la seguridad en tiempo de paz—esto es lo que significa "colaboración". Nuestra finalidad es reducir las condiciones que conduzcan al conflicto. Las actividades de colaboración del Comando surten un impacto sumamente beneficioso en la fomentación de los ideales y principios democráticos, y continuaremos esforzándonos por colaborar en tiempo de paz. El Comando de Estados Unidos en Europa, a través de la reacción rápida ante los peligros reales del presente, y de la búsqueda persistente de un mejor futuro, hace una importante contribución a la política de seguridad nacional de Estados Unidos y al bienestar de las generaciones norteamericanas del presente y del futuro. Este documento es una guía normativa para el estado mayor y los comandos subordinados del Comando de EE.UU. en Europa. Es una estrategia tendiente a mejorar nuestras vidas y a salvaguardar las libertades de nuestros aliados, socios y amigos.

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I. Introducción

Esta Estrategia explica cómo el Comandante en Jefe del Comando de EE.UU. en Europa (CINCEUR) aplica las guías de las Autoridades Nacionales de Mando para lograr los objetivos nacionales de EE.UU. en el teatro de operaciones del Comando de Estados Unidos en Europa (USEUCOM). El Comando de Estados Unidos en Europa, uno de cinco comandos unificados de Estados Unidos, comprende gran parte de Europa, África y el Medio Oriente—tiene un área de más de 13 millones de millas cuadradas y sirve de hogar a más de mil millones de personas. Los habitantes de esta área de responsabilidad, y sus instituciones, representan las diferencias más marcadas posibles en cuanto a prosperidad, estabilidad, política, religión y actitud hacia Estados Unidos. Los eventos que ocurren mucho más allá de las fronteras formales del comando influyen en el área de responsabilidad; de aquí que nuestra área de interés es más amplia que el mismo comando. Similarmente, lo que ocurre en el comando surte un impacto decisivo en otras partes, haciendo imperativa la coordinación estrecha con otros comandos unificados y con el Estado Mayor Conjunto mientras trabajamos en conjunto para lograr los intereses nacionales de Estados Unidos. La Estrategia Militar Nacional, derivada de la Estrategia de Seguridad Nacional del Presidente, sirve de marco para este proceso y para la estrategia del Comando de Estados Unidos en Europa. La Visión Conjunta 2010 (JV2010) proporciona su plantilla conceptual. Muchos de los conceptos de la Revista Cuadrienal del Ministerio de Defensa (Quadrennial Defense Review) se hayan incorporados en la misma. El Plan Conjunto de Capacidades Estratégicas, el Plan del Comando Unificado, la Publicación Conjunta 0-2, Fuerzas Armadas de Acciones Unificadas, la Publicación Conjunta 1, La Guerra Conjunta de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, y sus publicaciones subordinadas contienen guías respecto a las operaciones. Utilizando la política nacional como marco, este documento describe el ambiente del teatro de operaciones y explica los objetivos (fines) estratégicos del comando, los elementos estratégicos que empleará (métodos) para lograr esos objetivos y los recursos requeridos (medios) para implementar esos elementos estratégicos. Comienza con una explicación en la que se describe cómo protegemos y cuidamos de nuestra fuerza, ya que es esencial contar con personal competente para todo lo que realizamos para la nación. II. Fuerza competente El personal del Comando de Estados Unidos en Europa—su dedicación, determinación y habilidades—es la base de esta estrategia. De la diversidad de recursos militares que posee el Comando de Estados Unidos en Europa, no hay ninguno más importante ni impresionante que los soldados y el personal civil que conforman el comando. A través de las experiencias vividas durante el frío invierno de los Balcanes y el opresivo calor del África ecuatorial, estos norteamericanos se han demostrado a sí mismos ser plenamente iguales ante la difícil y peligrosa misión de satisfacer los intereses vitales de su nación en tierras lejanas. Su dignidad, su orgullo propio, el orgullo que sienten por lo que representan, el respeto que sienten por los demás y su perdurable optimismo confieren un atributo especial a su inigualable profesionalismo militar. Su contribución seguirá siendo esencial para el cumplimiento de la misión del Comando de Estados Unidos en Europa.

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Según afirma la Visión Conjunta 2010, "El criterio, la creatividad y la fortaleza de nuestro personal seguirán siendo la clave del éxito en las operaciones conjuntas del futuro".

El ambiente del Comando de Estados Unidos en Europa no acepta ninguna deficiencia en las aptitudes básicas del servicio, sobre todo, en lo que respecta al liderazgo. El adiestramiento impartido por el Comando de Estados Unidos en Europa, ya sea orientado al servicio, conjunto o combinado, es exigente y riguroso, y está diseñado para inculcar tanto la capacidad como el liderazgo requeridos para dominar los complejos desafíos operacionales encontrados en el teatro de operaciones. Desde el oficial de mayor jerarquía, que ha venido capacitándose, recibiendo adiestramiento y pasando por un proceso de selección riguroso durante décadas, hasta el nuevo miembro del comando, que acaba de terminar el adiestramiento inicial, todos los soldados del Comando de Estados Unidos en Europa adelantan su capacitación en liderazgo a la vez que perfeccionan sus destrezas operacionales.

El ambiente del Comando de Estados Unidos en Europa también exige un programa extremadamente eficaz para la protección de la fuerza. La protección de la fuerza se debe enfocar en toda la gama de amenazas: desde las enfermedades—que tanto ahora como a través de la historia han representado una amenaza significativa para cualquier fuerza desplazada—hasta el terrorismo. La posición global única de Estados Unidos ha hecho de la lucha contra el terrorismo una misión especialmente urgente. Al negarséle cualquier esperanza de montar un desafío frontal exitoso ante el poderío de Estados Unidos—aun regionalmente—el adversario puede verse tentado a recurrir al terrorismo como el desafío asimétrico más eficaz disponible. Por esta razón, la protección de la fuerza es nuestra principal prioridad en todos los niveles; desde nuestras fuerzas regulares y organizaciones militares no combatientes, tales como la Agregaduría Militar y las Organizaciones de Asistencia de Seguridad, hasta los miembros de sus familias. Ofrecerles un buen nivel de vida a nuestros soldados, marineros, aviadores e infantes de marina es tanto un objetivo como una estrategia. Es un objetivo, ya que los miembros de nuestros Servicios, quienes brindan su talento y dedicación a nuestra nación hasta un punto que rebasa el límite de la recompensa monetaria que se les ofrece, se han ganado nuestra gratitud, nuestro respeto y un nivel de vida decente. Es una estrategia, ya que ayuda a mantener nuestro recurso más importante, la calidad de la fuerza. Los miembros del Comando de Estados Unidos en Europa darán lo mejor de sí pese al nivel de vida que les ofrezcamos a ellos y a sus familias. Sin embargo, si colocamos continuamente a sus familias en un ambiente donde las viviendas sean inadeacuadas, el apoyo médico sea inaccesible y el cuidado diurno sea insuficiente, se marcharán cuando hayan cumplido con su compromiso. Entonces, al regresar a casa y contarle a otros sus experiencias, sus homólogos más jóvenes se opondrán a ofrecerse de voluntarios para servirles a la nación. El buen de nivel de vida es lo que sostiene a una fuerza competente. II. El ambiente estratégico del Comando de Estados Unidos en Europa El área de responsabilidad del Comando de Estados Unidos en Europa exhibe toda la gama de condiciones humanas, y el ambiente estratégico es correspondientemente diverso. Sin embargo, todas las regiones del área de responsabilidad comparten algunas características importantes.

La más prominente es que la dedicación y colaboración a largo plazo de Estados

Unidos es un hecho que permea y modifica prácticamente todos los asuntos de seguridad aquí.

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Un cambio substancial en nuestra dedicación tendría efectos trascendentales; una falla de nuestros líderes tendría consecuencias revolucionarias—e indudablemente negativas.

En la mayoría de los casos, nuestra presencia es bienvenida y mantenida a nivel bilateral y, generalmente, multilateral. Nuestra presencia pasa a convertirse entonces en agente de un consenso internacional eficaz, aun cuando retenemos la capacidad de actuar unilateralmente e insistimos en el derecho de hacerlo. La amplia red de relaciones que hemos desarrollado y mantenemos hace mucho para evitar el conflicto y sirve de base a nuestros líderes cuando se requiere una acción colectiva.

Desafortunadamente, muchos de los factores tecnológicos que hacen que nuestra

presencia sea universal también facilitan la propagación de influencias mucho menos benignas. La revolución global en asuntos comerciales, por ejemplo, ha estado acompañada de una revolución paralela y maligna, los asuntos delictivos. Sin que las fronteras nacionales sirvan de gran impedimento, el crimen transnacional se establece en áreas compatibles con él y se extiende a través de continentes. Este acontecimiento es preocupante para el Comando de Estados Unidos en Europa, tanto porque las instituciones militares pueden ser corrompidas por organizaciones criminales y hasta servirles de anfitrionas, porque tales organizaciones le hacen un daño devastador a las nuevas democracias y porque las ganancias obtenidas a través del crimen pueden ser utilizadas para financiar operaciones militares que son perjudiciales para la seguridad de la región.

Por otra parte, los adelantos tecnológicos ponen, cada vez más, las armas de

destrucción en masa (WMD) al alcance de muchos de los participantes estatales y no estatales. El fin de la Guerra Fría, y nuestro éxito en emplear la tecnología más avanzada en las operaciones, ha dificultado en gran medida, aun para las grandes potencias regionales la tarea de enfrentar la superioridad convencional de Estados Unidos. Sin embargo, las armas de destrucción en masa, especialmente cuando están combinadas con sistemas de lanzamiento modernos, ofrecen la posibilidad de un potente desafío asimétrico, y tanto los adversarios como los posibles adversarios de EE.UU. las buscan activamente.

Las técnicas del terrorismo fueron perfeccionadas por agentes estatales durante la

Guerra Fría; en la actualidad son ampliamente conocidas y se dirigen, a veces con efecto significativo, contra los gobiernos nacionales. Además de desestabilizar sociedades y gobiernos, el terrorismo presenta al Comando de Estados Unidos en Europa una serie de temas difíciles respecto a la protección de la fuerza.

Aun cuando nadie desea que se deteriore el ambiente ni que haya escasez, ambos

aspectos son significativos en el área de responsabilidad y pueden conducir a confrontaciones y conflictos. En el pasado, específicamente en algunas regiones, las instituciones militares han desempeñado un papel muy importante en la incrementación de estos problemas. Los institutos militares pueden poner su granito de arena limitando el daño que le hacen al ambiente; más dramáticamente, desempeñan un papel clave en las respuestas requeridas por el desastre ambiental. La cooperación en asuntos relacionados con el ambiente puede fortalecer la democracia, la confianza y el entendimiento, y evitar intervenciones militares que pueden resultar costosas.

En definitiva, el enemigo es inestabilidad. Como resultado, los desafíos que

enfrentamos aquí, al igual que sus soluciones, cruzan constantemente líneas organizacionales; la mayoría de ellos, si van a resolverse, serán resueltos por múltiples agencias, siendo el Comando de Estados Unidos en Europa una de ellas. Nuestra misión principal sigue siendo la

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creación de las condiciones militares ordenadas por las Autoridades Nacionales de Mando. No obstante, el estado final deseado rara vez es definido en términos puramente militares. Hacemos un esfuerzo, considerado de antemano, para coordinar nuestras actividades con otras agencias gubernamentales, específicamente con el Departamento de Estado.

Estas características comunes son importantes, pero las naciones incluidas en el área

de responsabilidad del Comando de Estados Unidos en Europa también gozan de un grado muy alto de autonomía, y exhiben el mayor grado de diversidad en sus características demográficas, étnicas, políticas, militares, económicas y geográficas. En el nivel más detallado del planeamiento, el Comando de Estados Unidos en Europa administra sus programas de colaboración basado en el país. Aquí, basta con dividir nuestra área de responsabilidad en cinco regiones:

• Europa Occidental y la OTAN • Europa Central • Los Nuevos Estados Independientes • El Medio Oriente y el Norte de África • El África Subsahariana

EUROPA OCCIDENTAL Y LA OTAN

Las naciones de la OTAN y los países democráticos neutrales de Europa Occidental considerados amigos son de por sí vitales para los intereses nacionales de Estados Unidos. Asimismo, posibilitan la participación de Estados Unidos en el resto del área de responsabilidad y el uso de nuestras capacidades de proyección de poderío más allá de la misma. Por razones de seguridad, económicas, políticas, culturales e históricas, las naciones de la región son aliadas nuestras. A esa afinidad se le agrega, en muchos casos, la experiencia común de casi cincuenta años de sociedad en la OTAN, la alianza más exitosa en la historia moderna. Europa Occidental es una región en la que existen democracias estables y una prosperidad económica excelente, y no se debe en lo más mínimo a su exitosa sociedad con Estados Unidos. Tanto su población como su producto interno bruto son mayores que los de Estados Unidos. Su infraestructura rivaliza con la de cualquier otra parte del mundo. La evolución de sus instituciones económicas, políticas y militares fomenta el desarrollo de una Identidad en lo que respecta a la Seguridad y a la Defensa Europeas (ESDI) que incrementará la capacidad europea para la ejecución de acciones colectivas coordinadas. Ésta es otra forma de cooperación dentro de la OTAN, y la OTAN sigue siendo la piedra angular de la seguridad europea. Todas las formas del poderío nacional de Estados Unidos son ampliadas por nuestra relación con la OTAN y con las naciones de esta región. Simultáneamente, han surgido temas nuevos y desafiantes. En un orden internacional incomparablemente más abierto, los conflictos ocurridos en las regiones adyacentes surten impacto directa e indirectamente tanto en la seguridad como en la prosperidad. Los mismos requieren reacciones que agotan a las instituciones regionales existentes. Algunas naciones han asumido una carga onerosa, en lo que respecta a refugiados, como resultado de estos conflictos. Las relaciones duraderas con naciones que anteriormente eran colonias resultan en implicaciones muy costosas en las crisis que acompañan la evolución del África subsahariana. La opulencia reinante en Europa Occidental ha atraido a inmigrantes cuyo status a largo plazo no se aclara con facilidad.

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Según reconocemos la gran contribución de Europa Occidental en beneficio de nuestra seguridad nacional, debemos ver con claridad el profundo cambio que se ha producido en el ambiente de la seguridad. La disciplina impuesta por la confrontación global ya no existe. El consenso que ha demostrado ser tan beneficioso en el pasado se ha mantenido—sin embargo, ya no se hace cumplir externamente. La gama de posibles resultados políticos se ha tornado más amplia; es necesario que Estados Unidos continúe con su colaboración a fin de garantizar el vínculo vital del transatlántico para satisfacer los intereses mutuos. EUROPA CENTRAL Las naciones de Europa Central han superado una difícil y trágica situación con una de las más extraordinarias revoluciones en la historia moderna. Ahora, en medio de los fundamentales cambios sociales, económicos, políticos y militares, se encuentran forjando un ambiente de seguridad que no tiene precedentes en esta región. El mismo se caracteriza por la estabilidad, la franqueza y la equidad. Los acuerdos de control de armas ofrecen transparencia y confianza en los asuntos militares, en tanto que el Consejo de Seguridad y Cooperación en Europa ofrece mecanismos formales para la resolución de conflictos. Más importante aún, las relaciones con la OTAN se han desarrollado hasta convertirse en una serie de arreglos adaptados individualmente a cada país, y van desde programas intensos para facilitar la admisión hasta la participación discreta en eventos ocasionales del Programa de Asociación por la Paz (PfP). Todos estos arreglos formalizan la relación de los países participantes con la OTAN, proporcionan acceso a un foro eficaz para la resolución de conflictos y ofrecen cierto grado de verdadera seguridad. El extraordinario proceso que ha llevado a la región hasta ese punto aún está en marcha, y esperamos que se sigan fortaleciendo las relaciones de entre los miembros del Programa de Asociación por la Paz y que se invite a otros países a afiliarse plenamente a la OTAN. Desafortunadamente, el panorama no es uniformemente positivo a través de toda la región. Con la participación de muchos de sus Socios, la OTAN implementó los Acuerdos de Paz de Dayton en la Antigua Yugoslavia; sin embargo, el progreso del proceso de establecer instituciones y hábitos que puedan garantizar una paz perdurable y autosostenible es muy lento. En Albania, una serie de instituciones sociales y gubernamentales—inclusive las fuerzas armadas—fracasaron repentina y catastróficamente. En otras partes, las instituciones democráticas están siendo atacadas pública y secretamente. En la región, un legado ambiental literalmente venenoso continúa perjudicando a las economías y el nivel de vida. Tales condiciones no contrarrestan el marcado progreso logrado durante los últimos años, pero requieren de atención activa y perceptiva por parte del Comando de Estados Unidos en Europa y de otras agencias gubernamentales estadounidenses—para los intereses vitales de los Estados Unidos y el bienestar de los pobladores de la región, la prolongación exitosa de este proceso es fundamental.

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LOS NUEVOS ESTADOS INDEPENDIENTES Los Nuevos Estados Independientes, las nuevas naciones que solieron formar parte de la antigua Unión Soviética, forman una vasta región en la habitan más de 100 millones de personas. El Comando de Estados Unidos en Europa es responsable de algunos aspectos de las relaciones y actividades militares de EE.UU. con seis de estos estados: Bielorrusia, Ucrania, Moldavia, Georgia, Azerbaiján y Armenia. Con su inesperado surgimiento como naciones soberanas, los Nuevos Estados Independientes cambiaron simultáneamente sus instituciones, pasando de autoritarias a democráticas y de provinciales a nacionales. Algunas han ocupado exitosamente su lugar en el escenario mundial como democracias; algunas han tendido a revertir al autoritarismo y a la dependencia; muchas son gobernadas por divisiones étnicas severas. La mayoría ha demostrado cierto grado de receptividad a ideas relativas al profesionalismo militar y a la subordinación de las instituciones militares a la toma de decisiones democráticas. Los desafíos que enfrentan la formación de instituciones nacionales viables y la democratización continuarán siendo severos a corto y mediano plazos, y las relaciones con Rusia seguirán siendo un tema importante y difícil para la política exterior de estas naciones. Con todo, su interés sincero en estrechar sus relaciones con instituciones del occidente le dará al Comando de Estados Unidos en Europa la oportunidad de contribuir significativamente a su desarrollo. EL MEDIO ORIENTE Y EL NORTE DE ÁFRICA Esta región, principalmente marítima, en el flanco sur de la OTAN es de vital importancia para Estados Unidos y para nuestros aliados europeos. La importancia estratégica de las líneas de comunicación comerciales y militares de la región y nuestro perdurable compromiso político en la región requieren de una presencia militar significativa, la cual mantenemos principalmente con la rotación rutinaria de las fuerzas de la 6ta. Flota. La alarmante serie de conflictos, nuevos y antiguos, entre bandos intransigentes, las vastas cantidades de armas convencionales avanzadas, los importantes arsenales de armas de destrucción en masa y las presiones cada vez mayores en lo que respecta a asuntos demográficos, económicos y ambientales, son elementos que forman una explosiva combinación en esta región. En la región, algunas naciones consideradas enemigas de Estados Unidos también cuentan con los recursos tecnológicos y financieros para el desarrollo y empleo de armas de destrucción en masa; algunas han auspiciado actos de terrorismo en el pasado y, al menos, están ambivalentes respecto a éstos en el presente. Debido a que muchos de estos regímenes se fundan en aspectos personales más bien que institucionales, los temas relativos a la sucesión tienen un efecto amplio e imposible de predecir. La colaboración estadounidense ha permitido la continuación del Proceso de Paz en el Medio Oriente. Nuestra presencia naval y las operaciones de libertad de navegación garantizan que las líneas de comunicación permanezcan abiertas para el comercio internacional. Estados Unidos goza de relaciones bilaterales sólidas y amistosas con muchas de las naciones de la región, y éstas relaciones bilaterales producen importantes beneficios mutuos. Se están desarrollando nuevas relaciones estratégicas. Por otra parte, sin embargo, se carece de organizaciones regionales eficaces, y su ausencia complica la coordinación de la política entre nuestros amigos y aliados. El mejoramiento perdurable de la situación en general requiere de una cooperación constante tanto a nivel nacional como internacional.

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EL ÁFRICA SUBSAHARIANA Los treinta y cinco países ubicados al sur del Sahara y comprendidos en el área de responsabilidad del Comando de Estados Unidos en Europa están amenazados por una compleja serie de desafíos históricos, ambientales, demográficos, económicos y políticos. El colonialismo y los conflictos derivados de la Guerra Fría pertenecen al pasado, pero los daños que éstos ocasionaron son parte del presente. Aspectos tales como la sanidad, la geografía y el clima de gran parte de la región, se combinan para formar un ambiente especialmente hostil para el desarrollo de las economías modernas, las instituciones sociales y los gobiernos. La combinación de un índice de mortalidad extremadamente alto entre adultos y un índice de natalidad aún mayor que el de mortalidad produce una edad mediana extraordinamente baja, y una parte considerable de la población joven no recibe apoyo adecuado por parte de los adultos. El efecto ulterior que esto ha tenido en muchas áreas incluye crecimiento económico lento, caos político, y en los casos más severos, el fracaso de la sociedad civil y del gobierno. Vislumbramos que seguiremos siendo llamados a conducir operaciones de Evacuación de No Combatientes (NEO), en países donde el desorden amenaza a los ciudadanos norteamericanos, y operaciones humanitarias, donde la magnitud y urgencia de la catástrofe humana sean tales que sólo las capacidades militares se puedan movilizar con la rapidez requerida para evitar la pérdida masiva de vidas. Sin embargo, estas operaciones por lo general no se emprenderán aisladamente. Una extraordinaria red de facto de organizaciones no gubernamentales y organizaciones privadas voluntarias ha demostrado ser capaz de proveer ayuda humanitaria en gran escala con poca ayuda externa. Además, así como hemos ayudado a muchos ciudadanos en situaciones de evacuación de no combatientes, las fuerzas militares de otras naciones también han ayudado a norteamericanos. Las operaciones de evacuación de no combatientes siempre se llevan a cabo en un ambiente multinacional y requieren de una coordinación internacional intensa tanto antes como durante las operaciones, a fin de garantizar que sean una ventaja y no una invitación al desastre. Las operaciones de ayuda humanitaria y evacuación de no combatientes son, sin embargo, operaciones realizadas para evitar los peores efectos de situaciones que hubiésemos preferido evitar. Si bien es cierto que existen muchas situaciones de ese tipo, también debemos reconocer que la mayoría de las naciones africanas han tenido éxito en el desarrollo de gobiernos y sociedades que funcionan conformados por distintas etnias. También hay indicios de mayor concientización regional y subregional, lo cual es ilustrado por un mayor número de instituciones africanas, tales como la Organización Regional de Unidad Africana (OAU), o la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (subregional) (ECOWAS), la Comunidad de Desarrollo del Sur de África (SADC) y la Autoridad Intergubernamental para Sequías y Desarrollo (IGADD), para hacerle frente a los desafíos en África. Las mejoras fundamentales en la situación africana sólo pueden lograrse a lo largo de un período de varios años o décadas, pero según se logren, disminuirá la frecuencia de las crisis y aumentará el ritmo del progreso.

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IV. Objetivos Los objetivos mencionados a continuación son los objetivos de seguridad nacional del Comandante en Jefe en la región, según expresados en la Estrategia de Seguridad Nacional (NSS) del Presidente de EE.UU., la Revista Cuadrenial del Ministro de Defensa y la Estrategia Militar Nacional (NMS) del Presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor. Se comprenden mejor en el contexto de la misión general del Comando de Estados Unidos en Europa.

El Comando de Estados Unidos en Europa es un comando combatiente unificado cuya misión es mantener listas a las fuerzas para llevar a cabo toda la gama de operaciones militares unilateralmente o en concierto con socios de la coalición, intensificar la seguridad transatlántica mediante el apoyo de la OTAN, fomentar la estabilidad regional y adelantar los intereses estadounidenses en Europa, África y el Medio Oriente.

La Estrategia de Seguridad Nacional del Presidente indica que nuestros "tres principales objetivos nacionales" son los siguientes:

• Intensificar nuestra seguridad a través de gestiones diplomáticas eficaces y de fuerzas militares que estén listas para combatir y ganar;

• Fortalecer la prosperidad económica norteamericana; • Fomentar la democracia en el exterior.

Las actividades realizadas por el Comando de Estados Unidos en Europa apoyan a estos tres objetivos. Nuestras responsabilidades estriban principalmente en el área del primer objetivo; no obstante, tenemos un papel muy importante que desempeñar en el tercero, y nuestro éxito en ambos surtirá un considerable impacto, aunque indirecto, en el segundo objetivo.

La Estrategia Militar Nacional del Presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor se deriva de la Estrategia de Seguridad Nacional en lo que respecta a que nuestros objetivos militares nacionales consisten en Fomentar la Paz y la Estabilidad y, cuando sea necesario, Derrotar a Adversarios que amenacen a Estados Unidos, sus intereses y sus aliados. El Comandante en Jefe, al formular sus objetivos, que obtiene de esa guía, los amplió intencionalmente y se concentró sólo en los objetivos generales pertinentes a cada región. Una lista completa de cada objetivo concebible sería inmanejable y, a la vez, perjudicial, ya que ello privaría a los comandos subordinados de la latitud que tienen para explotar a plenitud las oportunidades que se pueden apreciar mejor en su nivel. Finalmente, estos objetivos son de carácter evolutivo. La estrategia nacional ha demostrado ser muy constante en su propósito al transcurrir los años, pero su éxito en esta área de responsabilidad significa que los objetivos regionales deben desarrollarse para conservar su pertinencia. Así como estos objetivos representan un cambio en comparación con los de la Estrategia anterior del Comando de Estados Unidos en Europa, en su momento serán reemplazados por objetivos nuevos.

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Objetivo 1 PROTEGER A LA FUERZA Y CUIDAR DE ELLA Un sinnúmero de terroristas y organizaciones criminales explotan el área de responsabilidad del Comando de Estados Unidos en Europa y las regiones adyacentes como base. Muchos de ellos son capaces de tomar por blancos a soldados, instalaciones militares y hasta a familiares de los soldados. La listeza operacional requiere que mantengamos un alto nivel de seguridad estableciendo nuestras propias medidas y cooperando con las autoridades de la nación anfitriona. La protección de la fuerza es un requisito para lograr que el éxito sea perdurable, y es la prioridad número uno del Comandante en Jefe. Un buen nivel de vida para nuestros soldados, quienes se han ofrecido de voluntarios para servirles a su nación, es de por sí una finalidad que vale la pena lograr. También es la clave para mantener la calidad de nuestra fuerza, una condición preliminar para llevar a cabo con éxito todas las demás actividades. Objetivo 2 MANTENER, APOYAR Y CONTRIBUIR A LA INTEGRIDAD Y ADAPTACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN DEL TRATADO DEL ATLÁNTICO NORTE (OTAN). En la actualidad, la OTAN crea un ambiente de seguridad estable en Europa. Su vigorosa reacción ante las necesidades fundamentales, en lo que respecta a la actual situación de seguridad en Europa, y su capacidad para ejecutar nuevas misiones, crean la base para un futuro estable. La OTAN es aún una alianza defensiva; sin embargo, su Expansión, la Optimización del Programa de Asociación por la Paz y las relaciones establecidas con Rusia y Ucrania la han convertido también en la pieza principal de un arreglo amplio de seguridad mutua. La presencia de las fuerzas militares estadounidenses, que están integradas regionalmente como parte de la OTAN, posibilita ambos papeles. Asimismo, la presencia militar sirve de base para nuestra influencia en una de las más opulentas y poderosas regiones del mundo y representa una parte significativa de nuestra capacidad de proyección de poderío tanto en otras partes del área de responsabilidad del Comando de Estados Unidos en Europa como en el Comando Central. Una OTAN viable protege igualmente a europeos y a norteamericanos de los peligros de la renacionalización de las políticas de seguridad. Simultáneamente, genera la seguridad, la confianza y la estabilidad que sirven de base a la vitalidad política y económica de la que goza la Comunidad del Atlántico Norte desde la conclusión de la Segunda Guerra Mundial. Objetivo 3 AYUDAR A PREPARAR A LOS INSTITUTOS MILITARES DE LAS NACIONES INVITADAS A INTEGRARSE A LA OTAN Como parte del proceso de adaptación externa de la OTAN, que está ahora en curso, para la Cumbre de la OTAN, celebrada en julio de 1997, se invitó a tres naciones para iniciar las conversaciones de admisión y se dejó libre el acceso para continuar la ampliación. El Artículo 10 de la Carta de la OTAN estipula que los nuevos miembros deben "estar en posición de promover la seguridad del área del Atlántico Norte". Esto requiere de fuerzas militares bajo control civil que posean un alto grado de profesionalismo y capacidad y que operen con las fuerzas de la OTAN. El Comando de Estados Unidos en Europa llevará a cabo ejercicios,

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administrará la asistencia de seguridad y se dedicará a la búsqueda de programas apropiados para asistir a las naciones invitadas a alcanzar la norma deseada. Objetivo 4 PROMOVER LA ESTABILIDAD, LA DEMOCRATIZACIÓN, EL PROFESIONALISMO MILITAR Y RELACIONES MÁS ESTRECHAS CON LA OTAN EN EUROPA CENTRAL Y EN LOS NUEVOS ESTADOS INDEPENDIENTES Las naciones de Europa Central y los Nuevos Estados Independientes avanzan con determinación hacia la integración en estructuras regionales. Como parte de este proceso, sus relaciones con la OTAN se desarrollan en formas distintas: para algunos, hacia una afiliación plena con la Alianza; para otros, hacia una asociación demasiado estrecha con la Alianza a través del Programa Mejorado de Asociación por la Paz o de relaciones especialmente establecidas; y para otros, hacia una participación relativamente discreta en algunas actividades de la Asociación. Todas estas relaciones contribuyen a la estabilidad de la región y reducen los costos de defensa de los participantes mediante la colocación de la seguridad nacional en una fundación internacional. Este desarrollo tan positivo en las relaciones externas requiere de una modificación paralela trascendental de las instituciones internas. A través de una colaboración activa con los institutos armados de las naciones de la región, el Comando de Estados Unidos en Europa apoya tal modificación—desarrollando el profesionalismo, mostrando cómo Estados Unidos integra las organizaciones militares con las instituciones democráticas, y ayudando a crear un cuadro orgánico de administradores de seguridad que posean experiencia a nivel internacional, amplios conocimientos en cuanto a temas de seguridad y que puedan apreciar los temas relativos al ambiente. Objetivo 5 APOYAR LOS ESFUERZOS ESTADOUNIDENSES A FIN DE GARANTIZAR EL PROGRESO AUTOSOSTENIBLE DEL PROCESO DE DAYTON; DESARROLLAR EN LA ANTIGUA YUGOSLAVIA INSTITUCIONES MILITARES ADAPTADAS AL CONTROL CIVIL DEMOCRÁTICO El éxito de la OTAN en la implementación de las disposiciones militares de los Acuerdos de Paz de Dayton (DPA) fue el primer paso hacia el establecimiento de una paz estable y justa en la región. El Comando de Estados Unidos en Europa actuará conforme a las órdenes expedidas por las Autoridades Nacionales de Mando a fin de conservar los logros militares alcanzados mientras se desarrolla una paz autosostenible. Contribuirá directamente al crecimiento de las instituciones necesarias para esa paz al colaborar activamente para desarrollar organizaciones militares que sean profesionales, disciplinadas, estén sujetas al control civil y bien adaptadas a las necesidades de la democracia. Objetivo 6 APOYAR LAS INICIATIVAS DE PAZ EN EL MEDIO ORIENTE Y MANTENER LA RELACIÓN ESTRATÉGICA ENTRE ESTADOS UNIDOS E ISRAEL

Los conflictos, tan profundamente arraigados en esta región, se resolverán a largo plazo con paciencia y persistencia. La colaboración de Estados Unidos ha ayudado ya a naciones de la región a lograr un progreso significativo conducente a una paz perdurable. El Comando de Estados Unidos en Europa proporciona las capacidades para una amplia gama de posibles

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acciones estadounidenses y mantiene los aspectos militares de la relación estratégica entre Estados Unidos e Israel. Es en nuestro beneficio, y en beneficio de las naciones y pueblos involucrados, que continúe el progreso hacia la paz sin que se recurra a la fuerza armada, a la amenaza de emplear fuerzas armadas ni al terrorismo.

Objetivo 7

GARANTIZAR LA LIBERTAD DE LÍNEAS DE COMUNICACIÓN (LOC) MARÍTIMAS Y AERONÁUTICAS Las líneas de comunicación contribuyen a la prosperidad y a la estabilidad tanto en el área de responsabilidad del Comando de Estados Unidos en Europa como en Estados Unidos. Apoyan la reacción en una amplia gama de situaciones. La presencia de grandes cantidades de armas tecnológicamente avanzadas en el Mediterráneo ha tornado aún más vulnerable que en el pasado a esas líneas de comunicación cruciales. Objetivo 8 PROMOVER LA ESTABILIDAD, LA DEMOCRATIZACIÓN Y EL PROFESIONALISMO MILITAR EN ÁFRICA Los establecimientos militares son una parte necesaria de un estado moderno; sin embargo, fácilmente se pueden tornar destructivos. Las acosadas naciones del África subsahariana no pueden afrontar el costo de fuerzas militares ineficaces ni la injusticia y las dificultades impuestas por las indisciplinadas. El Comando de Estados Unidos en Europa trabajará con los institutos militares clave de esta región con miras a desarrollar el profesionalismo y la disciplina, construir las instituciones que a largo plazo apoyan el control civil democrático y asistir a las fuerzas armadas para que se conviertan en garantes de la seguridad pública. El Comando de Estados Unidos en Europa apoya activamente iniciativas tales como la Iniciativa de Reacción ante la Crisis Africana, diseñada para propiciar enfoques a largo plazo en la seguridad de las naciones subsaharianas. Estamos trabajando en pos de la autonomía regional y sub-regional en operaciones de mantenimiento de paz y ayuda humanitaria. Objetivo 9 REACCIONAR DE INMEDIATO ANTE CRISIS HUMANITARIAS El surgimiento de crisis humanitarias de escala considerable es una posibilidad en muchos lugares del área de responsabilidad, y es muy probable que estas crisis continúen produciéndose en el África subsahariana en el futuro previsible. A veces, la escala y la naturaleza de la crisis y la urgencia de la necesidad indican que sólo las capacidades militares pueden evitar la pérdida de vidas en muchos lugares. Cuando lo ordenan las Autoridades Nacionales de Mando, el Comando de Estados Unidos en Europa responde para estabilizar tales situaciones a la vez que asiste a otras agencias a movilizarse y a hacerse cargo de la misión.

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Objetivo 10 MANTENER UN ALTO ESTADO DE LISTEZA ENTRE LAS FUERZAS DEL COMANDO DE ESTADOS UNIDOS EN EUROPA El objetivo 10 se cumple al satisfacer los sub-objetivos indicados a continuación:

• MANTENER LA CAPACIDAD PARA COMBATIR Y GANAR DECISIVAMENTE • CONSERVAR LA CAPACIDAD DE REACCIÓN ANTE SITUACIONES CRISIS • PROPORCIONAR LOS SERVICIOS CONJUNTOS DE RECEPCIÓN,

APOSENTAMIENTO, CONTINUACIÓN DEL MOVIMIENTO E INTEGRACIÓN DE FUERZAS

La capacidad del Comando de Estados Unidos en Europa para aplicar potencia militar decisiva en cualquier parte del área de responsabilidad es la principal razón de su existencia y la base de todas las demás actividades que realiza. El Comando de Estados Unidos en Europa debe:

MANTENER LA CAPACIDAD PARA COMBATIR Y GANAR DECISIVAMENTE: La

implementación de la política de seguridad estadounidense en un teatro de operaciones tan amplio, diverso y lleno de confrontaciones como el del Comando de Estados Unidos en Europa puede requerir la conducción inmediata de operaciones de combate de mediana intensidad, aun cuando el conflicto no haya sido previsto. El nivel de listeza de nuestras fuerzas y el reconocimiento generalizado de esa listeza son el sello que distingue su presencia y un requisito para la disuasión o resolución de crisis recurriendo lo menos posible a la violencia. La implementación de los conceptos estratégicos de la Visión Conjunta 2010 garantizará el dominio del espectro total por el Comando de Estados Unidos en Europa en cualquier contingencia. La colaboración continua con nuestros aliados produce interoperabilidad y favorece a la capacidad de combate.

CONSERVAR LA CAPACIDAD DE REACCIÓN ANTE SITUACIONES DE CRISIS: El

Comando de Estados Unidos en Europa debe ser capaz de ejecutar toda la gama de operaciones de reacción ante situaciones de crisis con corto plazo de aviso en el área de responsabilidad. Con frecuencia, hemos realizado misiones múltiples al mismo tiempo. A pesar del ímpetu operacional, formulamos planes para el rompimiento rápido del contacto en las misiones de combate, en caso de que ello sea necesario.

PROPORCIONAR LOS SERVICIOS CONJUNTOS DE RECEPCIÓN, APOSENTAMIENTO, CONTINUACIÓN DEL MOVIMIENTO E INTEGRACIÓN DE FUERZAS: La infraestructura de Estados Unidos y de la OTAN en Europa Occidental, tanto en lo referente al adiestramiento como al transporte, es una parte importante de nuestra capacidad para combatir en el área de responsabilidad y apoyar las capacidades de proyección de poderío de otros comandos unificados. La interoperabilidad en el proceso logístico permite tanto intensificar las capacidades como reducir los costos mediante el aprovechamiento de recursos. El respeto por la nación anfitriona y el ambiente es una consideración primordial a fin de garantizar un continuo acceso a los recursos aéreos, terrestres y acuáticos necesarios para cumplir la misión.

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Objetivo 11 IMPLEMENTAR LA VISIÓN CONJUNTA 2010 Como comando unificado, el Comando de Estados Unidos en Europa ha reconocido por mucho tiempo la ejecución de operaciones conjuntas como una de las capacidades "principales". La Visión Conjunta 2010 (JV2010) y su compañero, el Concepto para las Operaciones Conjuntas del Futuro, proporcionan la plantilla conceptual en lo que respecta a la forma en que se llevarán a cabo las operaciones conjuntas en el futuro. El Comando de Estados Unidos en Europa participa activamente en el desarrollo de conceptos y en su implementación, evaluación e integración. Como comando combatiente, el Comando de Estados Unidos en Europa puede contribuir de una manera especial al desarrollo y refinamiento de los conceptos de la JV2010 y a la evaluación de su doctrina, implicaciones orgánicas y tecnología. La Visión Conjunta 2010 influye en nuestros futuros requerimientos de combate, enfoca el desarrollo tecnológico y garantiza la interoperabilidad de nuestras fuerzas. La implementación de la JV2010 es de carácter evolutivo; la aplicaremos en nuestras operaciones diarias, donde exista la oportunidad o se pueda crear la misma. V. Elementos de la Estrategia del Comando de Estados Unidos en Europa INTRODUCCIÓN La Estrategia de Seguridad Nacional del Presidente describe la utilización de múltiples formas de poder nacional estadounidense desde el punto de vista de los elementos estratégicos configuración, reacción y preparación; la Estrategia Militar Nacional del Presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor emplea esas mismas categorías para describir actividades militares a nivel nacional. Esta estrategia las aplica a las actividades del Comando de Estados Unidos en Europa en las condiciones únicas de nuestra Área de Responsabilidad. Nosotros configuramos el ambiente internacional fomentando el desarrollo de personas, instituciones, naciones y relaciones internacionales a fin de reducir la probabilidad de conflictos y disuadir la agresión y la coerción. A largo plazo, esta actividad produce más beneficios por dólar que cualquier otra actividad que emprendamos. Reaccionamos ante toda la gama de crisis ocurridas, actuando conforme a las órdenes de las Autoridades Nacionales de Mando para frustrar la coerción y disuadir la agresión sea cual sea la intensidad del conflicto—desde una situación creada por amenazas transnacionales y la diversidad de contingencias de menor escala hasta una guerra mayor en el teatro de operaciones. La implementación de este elemento cambia fundamentalmente el ambiente de la seguridad a corto plazo. Además, nos preparamos para un futuro incierto identificando aquellas capacidades adicionales que contribuirían más al cumplimiento de la misión y desarrollando e implementando los conceptos de la Visión Conjunta 2010. Esta preparación garantiza que continuemos gozando de la superioridad militar que hoy poseemos. Al implementar nuestra estrategia, obramos en concierto con nuestros aliados y amigos. La disciplina impuesta por la necesidad de llegar a un acuerdo generalmente mejora nuestra política, y el contacto serio con los puntos de vista de los demás intensifica nuestros conocimientos. Cuando llegamos a la implementación de políticas, la participación de los demás amplía nuestro poder.

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En todos los casos, sin embargo, se necesita contar con un líder internacional, y ese papel por lo general le corresponde a Estados Unidos. Para dirigir eficazmente, debemos expresar claramente la visión de lo que se espera lograr y proporcionar la parte que nos corresponde de los recursos requeridos. A menudo nos encontraremos actuando vigorosamente a la vanguardia de una política común. Sin embargo, mantenemos la capacidad, e insistimos en el derecho, de actuar unilateralmente, según lo hacen otras naciones soberanas. El texto siguiente describe las actividades estadounidenses que configuran el área de responsabilidad independientemente para cada región; en el mismo se tratan las actividades de reacción y preparación una sola vez para todo el teatro de operaciones. CONFIGURACIÓN El Comando de Estados Unidos en Europa configura el ambiente internacional mediante el fortalecimiento de los factores que fomentan la estabilidad, la prevención o reducción de conflictos o amenazas y la conducción de operaciones de disuasión en tiempo de paz. Estas actividades realizadas en tiempo de paz se dirigen a evitar el conflicto armado y a reducir las condiciones que conducen a él; además, crean las condiciones que contribuyen en gran medida a nuestra capacidad para reaccionar. Fomentamos la estabilidad influyendo en las personas, las instituciones, las naciones y en agencias internacionales en formas que, en primer lugar, reducen la probabilidad de que se creen las condiciones para un conflicto. Estados Unidos emplea el control de armas al igual que otras medidas para desarrollar la confianza y reducir así la probabilidad de un conflicto y limitar los daños que pueda ocasionar. Tales actividades son por naturaleza actividades de cooperación, planeadas con suficiente tiempo de anticipación y emprendidas con el apoyo activo de todas las partes involucradas. Para que este proceso tenga éxito, debemos coordinar pausadamente con otras agencias del gobierno estadounidense, con el gobierno de otras naciones, con organizaciones no gubernamentales y con las propias naciones anfitrionas. De lo contrario, se despilfarran los recursos y se abruma al país anfitrión.

El Comando de Estados Unidos en Europa también configura el ambiente ejerciendo influencia en los posibles agresores. La bien conocida listeza y capacidad de las fuerzas con las que contamos en la región, inclusive las fuerzas nucleares, es una demostración convincente de la capacidad e intención de nuestra nación para neutralizar al adversario. Nuestras capacidades de proyección de poderío no dejan ninguna duda de que podemos aplicar recursos globales unilateralmente. Nuestra red de alianzas y amigos pone sobre aviso a cualquier posible agresor de que no sólo debe esperar ser enfrentado por Estados Unidos sino también por las abrumadoras capacidades adicionales de una gran coalición.

En la sección incluida a continuación se consideran las actividades de configuración

para cada una de las cinco regiones del área de responsabilidad. Los principios más importantes que seguimos aparecen escritos en letras MAYÚSCULAS.

Europa Occidental y la OTAN La presencia norteamericana en Europa Occidental y la OTAN sostiene nuestra presencia y nuestras políticas en el resto del área de responsabilidad. Aun cuando durante más de cincuenta años hemos disfrutado de beneficios militares, económicos y diplomáticos como resultado de nuestra cooperación con los países de esta región, no lo damos por

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sentado. Llevamos a cabo diversas actividades de configuración diseñadas para poner de nuestra parte con el fin de mantener sólida y eficaz esta relación tan importante. La relación en sí es un importante componente de nuestra colaboración con otras regiones, donde llevamos a cabo muchas de nuestras actividades más eficaces multilateralmente con nuestros amigos y aliados de Europa Occidental. El desarrollo de la relación es una actividad de configuración, pero fortalece en gran medida nuestra capacidad para reaccionar. La OTAN es el elemento principal en lo que respecta a la cooperación que brinda Estados Unidos a esta región, pero las fuerzas estadounidenses también llevamos a cabo numerosas actividades bilaterales y multilaterales con las naciones de Europa Occidental. FORTALECER A LA OTAN: La OTAN es la organización política y militar formal que comprende la sólida comunidad informal de interés que formamos con nuestros tradicionales aliados europeos. Continuaremos fortaleciendo a la OTAN mediante lo siguiente: cumpliendo con los aspectos militares de la expansión de este organismo; fomentando la debida evolución de su estructura de mando y control; proporcionando a sus fuerzas militares las fuerzas que nos corresponden; apoyando su Programa de Inversión en Seguridad; participando en todos los aspectos de sus operaciones; y, seleccionando a la OTAN como nuestra agencia predilecta en lo que respecta a las actividades de configuración a llevarse a cabo en esta región. Apoyamos a la OTAN como la organización principal a través de la cual todas las naciones miembros llevan a cabo sus actividades militares de colaboración en Europa Central y en los Nuevos Estados Independientes. Consideramos el Programa de Asociación por la Paz una parte principal y permanente de la arquitectura de seguridad europea, completando, conjuntamente con las relaciones establecidas con Ucrania y Rusia, una ogranización de seguridad mutua en todo el continente. Debido a que sus capacidades militares son únicas para una organización internacional, la cooperación de la OTAN con la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa y las Naciones Unidas es una importante contribución para la estabilidad fuera del territorio de la OTAN. MANTENER UNA INTERACCIÓN BILATERAL CON LOS PAÍSES NEUTRALES DEMOCRÁTICOS AMIGOS DE LA REGIÓN: Estos países, aunque formalmente son neutrales, tienen vínculos estrechos con Estados Unidos, y continuaremos laborando para intensificar el intercambio en el plano militar. El programa de Asociación por la Paz ha acercado más a la OTAN a muchas de estas naciones y les ha abierto el camino para el establecimiento de relaciones multilaterales y bilaterales más intensas, un proceso que fomentamos. MANTENER UNA RED DE BASES QUE PUEDA APOYAR LA PROYECCIÓN DE PODERÍO EN LA REGIÓN Y MÁS ALLÁ DE LA MISMA: Estas bases son un elemento crítico, ya que son las que nos permiten desarrollar nuestra capacidad para reaccionar, tanto en nuestra área de responsabilidad como en la del Comando Central. Establecer estas bases, mantenerlas, y desplazar fuerzas a las mismas son, sin embargo, actividades que fortalecen los efectos de nuestra presencia y producen una interacción conveniente con las naciones anfitrionas. COOPERAR EN LO RELATIVO AL DESARROLLO, LA ADQUISICIÓN Y EL MANTENIMIENTO DE PERTRECHOS: Debido a que las capacidades tecnológicas e industriales son similares, Europa Occidental y Estados Unidos obran en conjunto para lo relativo al desarrollo, la adquisición y el mantenimiento de pertrechos militares a través de acuerdos de cooperación relacionados con la defensa y programas de asistencia de seguridad. Estos programas ofrecen economías de escala, mejoran la interoperabilidad y unen más a todas las partes. El Comando de Estados Unidos en Europa ejecuta muchos de estos

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programas para el Departamento de Estado y el Ministerio de Defensa; en todos los casos nos dedicamos vigorosamente a los mismos, ya que fomentan la seguridad a través de una mayor cooperación. Europa Central Las actividades de configuración que realizamos en Europa Central se adaptan a la amplia gama de condiciones encontradas en la región. En algunas áreas, el extraordinario éxito de las sociedades, instituciones y gobiernos democráticos es un ejemplo del poder de las ideas que provocaron las revoluciones iniciadas en 1989. Esto ocasionó que la OTAN invitara a tres naciones a iniciar conversaciones de admisión. En algunas otras áreas, las dificultades extremas nos recuerdan cuán radicales fueron esas revoluciones. Estas dificultades advierten que el fracaso de las revoluciones democráticas en esta región puede tener consecuencias negativas eficaces que pueden alcanzar finalmente hasta a Estados Unidos. Algunas han requerido despliegues costosos de la OTAN. El hecho de que muchas de las naciones de esta región le hayan asignado a sus soldados la misión de participar en estos despliegues, y hayan puesto a disposición de las fuerzas de la OTAN su territorio e infraestructura, es prueba de la intensidad de la cooperación que ya se ha desarrollado. LLEVAR A CABO ACTIVIDADES CON LAS NACIONES QUE BUSCAN ADMISIÓN QUE LAS AYUDEN A PREPARARSE PARA CONVERTIRSE EN MIEMBROS PLENOS DE LA OTAN. El Artículo 10 de la Carta del Atlántico de la OTAN establece como norma que para que una nación sea miembro debe estar "en una posición que le permita contribuir a la seguridad del área del Atlántico Norte". Sólo una capacidad militar plausible y un alto grado de interoperabilidad con fuerzas de la OTAN pueden satisfacer esta norma. El Comando de Estados Unidos en Europa realizará amplios ejercicios y otras actividades con las naciones que buscan ser miembros de la OTAN para ayudarlas a satisfacer estas normas, principalmente dentro del contexto formal de la OTAN, pero también bilateral y multilateralmente. Cuando sea posible, emplearemos tecnología de adiestramiento avanzada para mejorar el efecto del adiestramiento y controlar los gastos. APOYAR LAS OPERACIONES REALIZADAS POR LA OTAN: En Bosnia, la OTAN se ha comprometido a implementar los Acuerdos de Paz de Dayton y a estabilizar la región. El Comando de Estados unidos en Europa es una fuente principal de fuerzas para estos esfuerzos y también aporta considerables recursos de planeamiento. Según ha comenzado a desarrollarse la paz autosostenible, hemos emprendido actividades de configuración que, en otras partes de Europa Central, han ayudado a personas e instituciones a desarrollar las capacidades que contribuirán más a una paz autosostenible. Estamos preparados para desempeñar papeles similares en caso que la OTAN realice otras operaciones. FORTALECER LA ASOCIACIÓN POR LA PAZ: Puede existir una relación estrecha y constructiva con la OTAN sin que las naciones estén afiliadas a esta organización, bien sea como preludio de una invitación para unirse a la Alianza o como medio para crear beneficios de seguridad sin las implicaciones que conlleva la membresía. Mediante la participación activa en el programa de Asociación por la Paz, el Comando de Estados Unidos en Europa desarrolla normas, procedimientos y doctrina de uso común con los nuevos Socios; le damos solidez a su relación con la OTAN mediante la concentración de capacidades militares y la creación de un nivel de seguridad real. Estados Unidos participa en ejercicios del programa de Asociación por la Paz (PfP) al igual que en ejercicios del programa de Socios en el Espíritu de la PfP hasta el punto en que los Socios deseen esta actividad y nuestros propios recursos lo permitan. Ya hemos demostrado cierto grado de interoperabilidad funcional, y estamos ansiosos por

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progresar aún más. La Asociación por la Paz ha hecho mucho en esta región para crear las condiciones de seguridad mutua en un ambiente de suficiencia y transparencia militar.

BUSCAR OPORTUNIDADES PARA ESTABLECER CONTACTO MILITAR BILATERAL: Las actividades militares emprendidas en el espíritu de la Asociación por la Paz y en busca de las metas de asociación continúan produciendo adelantos significativos. El Programa de Equipo de Contacto Conjunto del Comando de Estados Unidos en Europa, el Centro George C. Marshall para Estudios de la Seguridad Europea, algunos ejercicios bilaterales y multilaterales y las iniciativas de cooperación ambiental son actividades estratégicas que caen en esta categoría. Estas actividades de colaboración les dan a los Socios la oportunidad de estar en contacto con nuestro sistema militar y quizáS, igualmente importante, la oportunidad de conocer individualmente a los norteamericanos. Según surgen los socios, más formas tradicionales de asistencia de seguridad entrarán probablemente cada vez más en juego, al igual que sucederá con otras formas de cooperación respecto a la defensa llevadas a cabo actualmente entre los miembros de la OTAN. CONTINUAR CON EL CONTROL DE LAS ARMAS: El proceso de control de las armas con el que hoy contamos es producto de los acuerdos concertados a menudo por las partes en una relación adversarial. La implementación y adaptación de estos acuerdos aún fomentan la suficiencia y transparencia militares. Además, mantienen esos acuerdos viables para su utilización en caso que las relaciones internacionales llegaran, en contra de nuestras esperanzas, expectativas y mejores esfuerzos, a tornarse nuevamente adversariales. Nuevos Estados Independientes El papel que desempeña el Comando de Estados Unidos en Europa con estas naciones está aún evolucionando, pero seguirá líneas similares a las de nuestras actividades de configuración en Europa Central. Nosotros fortaleceremos la Asociación por la Paz, realizaremos actividades para los eventos de contacto militar bilateral y continuaremos con el control de las armas de conformidad con nuestros intereses nacionales y con los deseos de las propias naciones. Nuestras actividades mostrarán la debida consideración por el hecho de que estas naciones se encuentran en medio del desarrollo de instituciones nacionales. Debido a que los “Nuevos Estados Independientes” abarcan una región muy amplia y diversa, nuestros acercamientos a las distintas sub-regiones serán variados. El Medio Oriente y el Norte de África A diferencia de Europa, esta región carece de la influencia de una organización internacional poderosa que le brinde apoyo multinacional a nuestras actividades de configuración. Nosotros, sin embargo, tenemos una asociación estratégica con Israel y gozamos de excelentes relaciones bilaterales con otras naciones. Nuestras acciones apuntan a preservar y fortalecer estas relaciones y a garantizar que, en esta región, las líneas de comunicación importantes permanezcan abiertas. MANTENER LA PRESENCIA NORTEAMERICANA MEDIANTE DESPLIEGUES PERIÓDICOS DE FUERZAS Y LA PREUBICACIÓN DE PERTRECHOS: En la mayoría de los casos, el acantonamiento permanente de fuerzas norteamericanas en esta región resulta difícil, pero nosotros subrayamos tanto nuestra voluntad como nuestra capacidad para proteger nuestros intereses mediante despliegues rutinarios de fuerzas rotativas, la ejecución de operaciones de libertad de navegación y la realización de ejercicios bilaterales y multinacionales. El material preubicado simplifica y acelera la logística durante las operaciones

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de reacción en casos de crisis. Los ejercicios de libertad de navegación demuestran nuestra determinación de preservar nuestro derecho de paso en aguas internacionales y nos ayudan a proteger nuestros intereses en una región amenazada específicamente por el terrorismo, las armas de destrucción en masa y los sistemas de lanzamiento modernos. Nuestras acciones comunican nuestro compromiso perdurable con la región y con el proceso de paz del Medio Oriente. COOPERAR EN LO QUE RESPECTA A LA DEFENSA Y AL ARMAMENTO: La coincidencia de que las armas de destrucción en masa sean una seria amenaza y de que se disponga de una tecnología defensiva de primera clase nos da la oportunidad única de aplicar la actual capacidad defensiva y cooperar en el desarrollo de nuevos medios defensivos. El resultado de ello es el mejoramiento de nuestra capacidad para proporcionar protección de dimensión plena a nuestras fuerzas y a nuestros aliados. El Comando de Estados Unidos en Europa es el agente ejecutivo del Ministerio de Defensa en lo que respecta a estos programas. FOMENTAR LA TRANSPARENCIA MILITAR: Aun cuando las intenciones pueden ser prácticamente imposibles de medir, la capacidad puede evaluarse con cierto grado de precisión. La confianza en que una nación no puede llevar a cabo un ataque sorpresivo contra otra nación facilita la conducción de discusiones significativas sobre la resolución de posibles conflictos. Cuando las naciones cooperan entre sí en la realización de tales evaluaciones, o mejor aún, se ponen de acuerdo respecto a cierta forma de controlar las armas, sientan la base para el desarrollo de una interacción pacífica que puede reducir y, definitivamente, eliminar conflictos que constituyen una amenaza para la paz. El Comando de Estados Unidos en Europa continuará fomentando este tipo de cooperación. La transparencia es un ingrediente esencial en el Proceso de Paz del Medio Oriente. El África Sub-sahariana Ésta es una región aislada, y los recursos de los cuales disponemos para la realización de actividades de configuración tendientes a lidiar con sus grandes problemas son relativamente limitados. Como consecuencia, el Comando de Estados Unidos en Europa busca ampliar tendencias positivas que se originen interiormente y desarrollar instituciones que puedan sobrevivir a largo plazo para hacer una contribución duradera. ASIGNAR RECURSOS PARA FORTALECER EL DESARROLLO DE INSTITUCIONES REGIONALES QUE SURTAN IMPACTO A LARGO PLAZO: Nosotros asignamos sistemáticamente nuestros recursos y esfuerzos donde pensamos que pueden ser más útiles. La experiencia ha demostrado que esto lo hacemos mejor fortaleciendo a las naciones e instituciones que han demostrado su propia viabilidad y su capacidad para producir un impacto positivo y facilitándoles los recursos. También estamos haciendo investigaciones respecto al establecimiento de instituciones similares a aquéllas que han tenido grandes éxitos en otras partes. SOSTENER LA PRESENCIA AVANZADA: En esta región, contamos con una presencia militar permanente muy limitada. Las visitas a los puertos, los ejercicios combinados y las visitas realizadas por oficiales generales, almirantes o comodoros juegan un importante papel en el mantenimiento de nuestras relaciones e influencia. La asistencia de seguridad en todas sus formas fortalece nuestra interacción con las naciones de esta región. El contacto y los ejercicios militares tienen un potente efecto de configuración y a menudo permiten el acceso a la infraestructura, considerado esencial para las operaciones.

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REACCIÓN El Comando de Estados Unidos en Europa responde a las órdenes de las Autoridades Nacionales de Mando a través del espectro operacional. Mientras exista paz que preservar, nosotros ejecutaremos las opciones de despliegue de fuerzas para hacerle comprender a un posible agresor el costo de la acción que aparenta estar contemplando. Nosotros hacemos valer los derechos de la comunidad internacional cuando llevamos a cabo operaciones de libertad de navegación. Llevamos a cabo Operaciones de Evacuación de No Combatientes para salvaguardar las vidas de los norteamericanos y de ciudadanos de terceros países tanto en ambientes permisivos como no permisivos. También realizamos misiones humanitarias para rectificar situaciones que amenazan con causar pérdidas cuantiosas de vidas, antes que otras agencias puedan tomar acción. Llevamos a cabo toda la gama de operaciones de paz y estamos preparados para librar una guerra de gran envergadura en nuestro propio teatro de operaciones o apoyar su conducción en otro teatro. La reacción es la razón principal del alto ímpetu operacional del Comando de Estados Unidos en Europa. Éste apoya a menudo el objetivo de apoyar la paz y la prosperidad; a veces neutraliza al adversario aplicando el poderío militar estadounidense contra las acciones que ponen en peligro nuestros intereses. En todos los casos, intentaremos completar nuestra acción en el menor tiempo posible. El empeño de fuerzas estadounidenses en una situación de crisis por lo general le resta a su adiestramiento y preparación, consume recursos y limita la flexibilidad y la prontitud con que se puede reaccionar en otras partes. CONTINGENCIAS DE MENOR ESCALA Las contingencias de menor escala cobran muchísimas formas. En algunos casos, nuestras acciones consisten puramente en aliviar el sufrimiento que experimenta el ser humano a consecuencia de un desastre natural u ocasionado por el hombre. Las Autoridades Nacionales de Mando ordenan a veces el empeño de fuerzas del Comando de Estados Unidos en Europa cuando la amenaza de sufrir pérdidas cuantiosas de vidas es tan inminente que ninguna otra agencia podría reaccionar a tiempo sin nuestra ayuda, y donde se pueda garantizar un nivel razonable de seguridad para las fuerzas empeñadas. A veces, las fuerzas del Comando de Estados Unidos en Europa dirigen tales operaciones; y con más frecuencia, nuestras capacidades logísticas, de inteligencia y comunicaciones apoyan a otras agencias gubernamentales y no gubernamentales. Las operaciones de evacuación de no combatientes son un tipo especial de misión humanitaria en el aspecto de que están diseñadas para preservar la vida de los norteamericanos o de ciudadanos de un tercer país. El Comando de Estados Unidos en Europa y los equipos representativos de EE.UU. en la embajada de las naciones anfitrionas planifican y llevan a cabo estas operaciones en estrecha colaboración. Estas misiones difieren también de otras misiones humanitarias desde el punto de vista de que siempre las realizamos en un ambiente que no es amistoso (aunque a veces permisivo) y de que es más probable que se requiera la aplicación de fuerza. La rapidez, el planeamiento, la organización, las fuerzas adiestradas en áreas especiales y un alto grado de flexibilidad son elementos requeridos para alcanzar el éxito en las operaciones de evacuación de no combatientes. Aun cuando pueden ser complejas y muy rigurosas, su duración tiende a ser relativamente breve, y, generalmente, no limitan los recursos críticos por un período prolongado.

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Las operaciones de paz de todo tipo tienden a limitar los recursos críticos por un período prolongado. Esto se debe a que los objetivos militares que logran las metas políticas establecidas son difíciles de definir, y a que el estado final deseado en el aspecto político a menudo requiere de procesos muy lentos. Además, las operaciones de paz producen con frecuencia situaciones asimétricas—es muy probable que tengamos como opositores a actores muy comprometidos con su causa. La experiencia nos ha enseñado varios principios que son de utilidad en la conducción de todas estas Contingencias de Menor Escala: DEFINIR CON CLARIDAD LOS OBJETIVOS POLÍTICOS Y MILITARES MENSURABLES QUE CONDUCIRÁN AL ESTADO FINAL DESEADO EN LOS ASPECTOS MILITAR Y POLÍTICO. Ésta puede ser una tarea muy difícil. Puede que no exista ningún enemigo en el sentido convencional. En una crisis humanitaria, el "enemigo" real pueden ser las enfermedades o la privación, o hasta la paralización de instituciones necesarias para apoyar a la sociedad civil. Cuando existe un enemigo, según se percibe normalmente, su fuerza militar oculta su existencia hasta donde sea posible, y posiblemente empleará a la fuerza en formas que dificulten una reacción militar directa. Asimismo, en las operaciones de paz, la relación entre la consecución de un objetivo militar específico y la finalidad política deseada no puede ser plenamente conocida por adelantado, especialmente, debido a que en muchos casos, el tiempo del que se disponga para analizar la situación será limitado. Es más importante aún que establezcamos objetivos claros y mensurables, especialmente si queremos enfrentar a un adversario astuto, ya que el primer punto de su estrategia será hacer que nosotros lo perdamos de vista. La consecución de esos objetivos se convierte en el punto de partida para la transición a las actividades normales de configuración. CUMPLIR MISIONES QUE SÓLO CORRESPONDAN A LAS FUERZAS MILITARES; RETIRAR A LAS FUERZAS UNA VEZ CUMPLIDAS ESTAS MISIONES. En relación con la escala y la urgencia de las posibles misiones a realizarse, nuestras fuerzas militares están entre nuestros más escasos recursos nacionales. Tiene sentido emplearlas sólo cuando no haya alternativas y retirarlas de una crisis tan pronto se hayan establecido las condiciones para que otras agencias puedan actuar eficazmente. Las estrategias de salida deben ser parte integral del planeamiento operacional y estar claramente vinculadas con la consecución de objetivos. Deben conducir al inicio o a la reanudación de las actividades normales de "configuración". UNA VEZ QUE LAS FUERZAS SEAN EMPEÑADAS EN UNA MISIÓN, EVITAR “ADICIONES” A LA MISIÓN PRINCIPAL. La agregación de tareas a la misión principal debe evitarse. Aun cuando la misión esté precisamente definida, el contacto real con una situación revelará una amplia gama de formas adicionales para que realicemos más tareas. La experiencia demuestra que sucumbir ante la tentación de hacer más, a menudo conduce al desastre. Existen muchas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales que están mejor equipadas que las fuerzas del Comando de Estados Unidos en Europa para llevar a cabo misiones de carácter no militar, y Estados Unidos establece Centros de Operaciones Cívico-Militares para coordinar las actividades de estas organizaciones con las suyas. Como regla empírica, nosotros no cambiamos la misión de una fuerza empeñada salvo que, después de consultar con los formuladores de decisiones de los niveles más elevados y recibir sus indicaciones, lo hagamos en una forma bien considerada y significante. Idealmente, al empeñar a una fuerza, identificamos por adelantado las condiciones que provocarán que reevaluemos nuestros objetivos. Si vislumbramos que se efectuará un cambio a otra misión, por ejemplo, del mantenimiento de paz a la imposición de paz, debemos efectuar una nueva

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evaluación a fin de asegurar que al comandante de la fuerza se le proporcione la cantidad de recursos apropiada, y debidamente organizados, para cumplir su nueva misión.

EMPLEAR A UNA FUERZA DECISIVA. Queremos asegurarnos que nuestra capacidad para llevar a cabo maniobras dominantes y ataque de precisión sea tan aparente que la resistencia resulte claramente inútil. Éste es el componente clave de la adaptación del tamaño de la fuerza. Simultáneamente, nos cercioramos que la fuerza situada en los puntos de contacto sea una fuerza puramente de combate en la medida posible—esto facilita la protección de la fuerza y reduce el requerimiento de la logística avanzada. Estados Unidos persigue sus objetivos vigorosamente a fin de cumplir la misión con la mayor rapidez posible, aumentando así la probabilidad de éxito, conservando recursos, mejorando la protección de la fuerza y dejando a las fuerzas en libertad a la mayor brevedad posible para el redespliegue y la reconstitución. GUERRA MAYOR EN UN TEATRO DE OPERACIONES (MTW) La Estrategia Militar Nacional considera la agresión en gran escala y entre fronteras un reto en la región del golfo árabe y en el noreste de Asia. El Comandante en Jefe del Comando de Estados Unidos en Europa (CINCEUR) podría ser un comandante en jefe de "apoyo" en caso de desarrollarse algún conflicto en estas regiones. Por tal razón, nuestras unidades mantienen el nivel más alto posible de listeza para conflictos convencionales, aun mientras realizan otras operaciones. Las unidades blindadas de Estados Unidos, tanto en la Fuerza de Implementación (IFOR) como en la Fuerza de Estabilización (SFOR) en Bosnia, llevaban a cabo, por ejemplo, ejercicios de adiestramiento de tiro en los tanques aun mientras realizaban su rigurosa misión de mantenimiento de paz. Nosotros mantenemos las instalaciones de adiestramiento y logística para reconstituir y readiestrar rápidamente a unidades que se encuentran en el período de transición de una operación de contingencia de menor escala (SSC) a una guerra mayor en un teatro de operaciones (MTW). El despliegue de fuerzas del Comando de Estados Unidos en Europa y de otras fuerzas a guerras mayores en los teatros de operaciones requiere de una infraestructura eficaz en el área de responsabilidad del Comando de Estados Unidos en Europa. Conjuntamente con el Comando de Transporte, definimos sistemáticamente los requerimientos y tomamos las medidas necesarias para cerciorarnos que los podemos satisfacer. Finalmente, el Comando de Estados Unidos en Europa puede también proveer una base de adiestramiento y escala para las unidades que se desplazan del territorio continental de Estados Unidos (CONUS) al área de operaciones del Comando Central (CENTCOM). Nosotros también tomamos en cuenta que de las tres guerras mayores que han tenido lugar en teatros de operaciones en los últimos cincuenta años, dos no habían sido previstas ni siquiera una semana antes de que "ocurriese la agresión fronteriza de gran escala". El Comando de Estados Unidos en Europa mantiene la capacidad para reaccionar rápidamente a tales casos de agresión en cualquier parte de su área de responsabilidad con corto plazo de aviso. PREPARACIÓN El papel que desempeñan las agencias nacionales en "la preparación para un futuro incierto" es primario. Sólo las agencias nacionales pueden reunir las inmensas cantidades de recursos financieros y tecnológicos necesarios para desarrollar y construir equipo nuevo; sólo ellas pueden reunir la experiencia global en una doctrina nacional coherente. Al mismo tiempo, el papel que desempeñan los comandos unificados, aunque secundario, es aún crítico. Ellos pueden ver mejor qué desarrollo tecnológico proporcionará más beneficios operacionales;

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aprenden la nueva doctrina, usan el nuevo equipo en el mundo real y experimentan el éxito o el fracaso de ambas cosas; y, en el adiestramiento y las operaciones, desarrollan activamente nuevos conceptos y los ponen a prueba. El Comandante en Jefe cuenta con varios foros y herramientas claves con los cuales influir en la asignación de los recursos de defensa. Su Lista de Prioridad Integrada (IPL) tiene una función arraigada en la ley y provee una lista en orden de prioridades de los principales requerimientos de combate del comando. Su Informe Mensual de Listeza Conjunta (JMRR) evalúa las necesidades del teatro de operaciones tomando en cuenta los escenarios actuales y proyectados de las misiones, y su testimonio anual ante el Congreso le sirve de foro para presentar las perspectivas del teatro de operaciones. Su recurso más poderoso, sin embargo, es su interfaz con el Consejo Conjunto de Supervisión de los Requerimientos (JROC). El comandante en jefe se reúne anualmente con dicho consejo en reuniones que sirven de foro con el Vicepresidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor y de intercambio entre el Comando de Estados Unidos en Europa y los Estados Mayores Conjuntos. El Comando de Estados Unidos en Europa también rinde parte de las necesidades operacionales a las agencias nacionales a través de muchos otros conductos. El Comando de Estados Unidos en Europa desempeña un importante papel en dos importantes aspectos del desarrollo tecnológico—contamos con una agencia ejecutiva para los aspectos significativos de los esfuerzos de Colaboración del Ministerio de Defensa en lo referente a Armamento (DCA), un proceso a través del cual desarrollamos equipo con nuestros aliados. Esto permite aplicar mayores recursos, inclusive una base tecnológica más amplia, a un proyecto dado de desarrollo de sistemas. Esto puede producir economías de escala durante la producción y, además, garantiza el más alto nivel de interoperabilidad en campaña. El Comando de Estados Unidos en Europa es también el patrocinador de las Demostraciones de la Tecnología de Conceptos Avanzados (ACTD); a través de este patrocinio ayudamos a explorar las formas más eficaces de aplicar la tecnología ya disponible (o próxima a estar disponible) a las necesidades operacionales urgentes. Las especificaciones que salen actualmente en la computadora para la mayor parte del equipo fueron escritas como mínimo hace una década; nosotros rendimos parte en cuanto a si las capacidades son aún pertinentes, normalmente a través de los componentes, pero a veces directamente. Los efectos militares revolucionarios se logran, sin embargo, combinando la tecnología con la doctrina. Expresándolo en los términos más sencillos posible, una herramienta nueva sólo es de ayuda si usted sabe cómo usarla. A veces, nosotros ponemos a prueba tecnología nueva y ayudamos a refinar la doctrina aplicable, como lo estamos haciendo con la Visibilidad de la Totalidad de los Recursos (TAV) en la logística. Asimismo, participamos activamente en el desarrollo de doctrina conjunta, y revisamos formalmente todas las publicaciones doctrinales conjuntas. Además, ponemos en conocimiento del nivel nacional, a través del Sistema Universal Conjunto de Lecciones Aprendidas, lo referente a nuestra experiencia doctrinal y técnica. Finalmente, la presión de las operaciones conduce a menudo a desarrollar e implementar rápidamente conceptos nuevos importantes. Esto ha sucedido con las fuerzas de tarea conjuntas permanentes. Tal desarrollo ad hoc indudablemente no es formal, y se lleva a cabo con los recursos disponibles y en tiempo limitado—pero tiene la virtud de enfocarse siempre con un solo propósito en una misión real, y con frecuencia puede lograr resultados altamente efectivos a corto plazo. El Comando de Estados Unidos en Europa ha hecho de "Implementar la Visión Conjunta 2010" un objetivo, ya que nosotros comprendemos que el comando sólo puede ser

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eficaz en la medida en que implemente el resultado de los procesos nacionales. Al mismo tiempo, participamos vigorosamente en esos procesos, ya que sabemos que nunca podrán ser muy exitosos sin la influencia activa de los comandos unificados. CONCEPTOS ESTRATÉGICOS Las Fuerzas del Comando de Estados Unidos en Europa ejemplifican los conceptos estratégicos enumerados en la Estrategia Militar Nacional—agilidad estratégica, presencia en ultramar, proyección de poderío, y fuerza decisiva. AGILIDAD ESTRATÉGICA La Estrategia Militar Nacional define la agilidad estratégica como la "concentración y empleo oportunos del poderío militar estadonidense en cualquier parte por iniciativa propia y con una rapidez e ímpetu que nuestros adversarios no puedan igualar". A fin de estar preparados para ello, las fuerzas del Comando de Estados Unidos en Europa llevan continuamente a cabo un programa a largo plazo para mantener la listeza operacional. Simultáneamente, realizan numerosas actividades de colaboración que generalmente planifican de antemano y ejecutan muchas operaciones de contingencia de menor escala (SSC) que casi nunca se pueden planear de antemano. Como resultado de esto, las fuerzas del Comando de Estados Unidos en Europa practican diariamente la agilidad estratégica. Durante el adiestramiento, deben estar preparadas para el despliegue operacional con corto plazo de aviso. Mientras realizan operaciones de imposición de paz, siguen impartiendo adiestramiento en las destrezas básicas de combate. En las actividades de colaboración, optimizan factores de listeza tales como la pericia regional y el conocimiento sobre fuerzas de probables aliados en conflicto. A fin de asegurar que se cuente con suficiente personal para ejercer el mando y control aun durante múltiples operaciones simultáneas, el Comando mantiene a siete comandancias de Fuerzas de Tarea Conjuntas a las que les ofrece adiestramiento rutinariamente. Seis de ellas realizaron operaciones recientemente. PRESENCIA EN ULTRAMAR La presencia del Comando de Estados Unidos en ultramar apoya fuertemente a los elementos configuración y reacción de la estrategia nacional. Las fuerzas estadounidenses acantonadas permanentemente en el Comando, las cuales se despliegan temporal y rotativamente, convencen al agresor de nuestras intenciones. Éstas fortalecen y reconfortan a los aliados. Crean aptitudes militares multinacionales de mayor orden, y subrayan nuestro compromiso de resolver pacíficamente los conflictos inevitables entre amigos y aliados. Debido a que las fuerzas acantonadas en ultramar pueden reaccionar rápidamente, controlan las crisis antes que se conviertan en conflictos. Asimismo, demuestran, a través de la instrucción y el ejemplo, el papel apropiado de organizaciones militares altamente capaces en una sociedad democrática. PROYECCIÓN DE PODERÍO La presencia en ultramar representa para nosotros una excelente posición desde la cual reaccionar ante una crisis. Sin embargo, el área de responsabilidad del Comando de Estados Unidos en Europa mide de norte a sur aproximadamente vez y media la distancia que hay a través de Estados Unidos. La proyección de poderío dentro del teatro de operaciones requiere a menudo de recursos estratégicos. Para muchas de nuestras operaciones, por ejemplo, las de evacuación de no combatientes (NEO), la proyección de poderío requiere del despliegue y

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empleo simultáneos de nuestras capacidades. Además, el Comando de Estados Unidos en Europa es un proveedor de fuerzas en muchos escenarios importantes, y, debido a su infraestructura, posibilita el despliegue de fuerzas de Estados Unidos a otras áreas de responsabilidad. A fin de satisfacer los retos presentados por la proyección de poderío, el Comando de Estados Unidos en Europa trabaja estrechamente con otros comandos geográficos unificados y con el Comando de Transporte. Según se describió en mayor profundidad en la sección de este capítulo correspondiente a la reacción, el Comando de Estados Unidos en Europa busca presentar a sus adversarios un dispositivo de fuerzas que, evidentemente, torne su resistencia inútil. Nuestra meta es establecer el estado final militar especificado por las Autoridades Nacionales de Mando rápidamente y con mínimos daños colaterales y pérdida de vidas, de manera que pueda comenzar el tan importante proceso de alcanzar la paz. VI. Recursos INTRODUCCIÓN Diariamente, en el Comando necesitamos recursos para ejecutar nuestros conceptos estratégicos y lograr nuestros objetivos. Esos recursos se consideran más adelante, en las categorías de Fuerzas, Presupuesto e Infraestructura.

Tales recursos sólo son efectivos con la ayuda de recursos menos tangibles que el Comando de Estados Unidos en Europa y los Estados Unidos en general tienen en nuestra área de responsabilidad. La confianza y la seguridad de las que disfrutamos con la mayoría de los pueblos y naciones de esta área de responsabilidad son elementos críticos que posibilitan tanto nuestra eficacia militar como política. Los mismos fueron desarrollados durante varias décadas con acciones que continuamente demostraban nuestra capacidad, fiabilidad, responsabilidad y respeto por los derechos y los intereses nacionales de los demás. A su vez, esos recursos, han conducido al desarrollo de otros tipos de recursos a largo plazo—aptitudes militares, relaciones laborales bien establecidas e instituciones internacionales y de la nación anfitriona—que son de igual importancia para la misión del Comando de Estados Unidos en Europa. Aquellas decisiones referentes a las Fuerzas, los Fondos y la Infraestructura en las que no se emplean ni se mejoran estos otros recursos pueden resultar muy costosas a largo plazo.

El equipo de alta calidad con que cuentan las fuerzas norteamericanas son su sello distintivo. El tema no se considera a continuación, ya que ello le corresponde al servicio. No obstante, según se indica bajo el Concepto Estratégico Preparación, considerado anteriormente, el Comando de Estados Unidos en Europa y los demás comandos unificados hacen contribuciones de importancia crítica al ciclo de adquisición.

Las Fuerzas, los Fondos y la Infraestructura son tipos de recursos muy distintos, pero es preciso contar con suficientes cantidades de los tres para apoyar eficazmente al comando.

FUERZAS

La estructura de la fuerza del Comando de Estados Unidos en Europa debe ser adecuada para implementar nuestros conceptos estratégicos. Dotar a esa estructura de

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personal, a su vez, dicta requerimientos de Efectivos Europeos. El Comando de Estados Unidos en Europa constituye una fuerza total, e integra las contribuciones únicas de los componentes activo, de reserva y civil. En el Comando de Estados Unidos en Europa, las decisiones relacionadas con la fuerza comprenden dos partes. En primer lugar, debemos decir cuál es la estructura requerida para ejecutar los conceptos estratégicos, y, en segundo lugar, que proporción de esa fuerza debe acantonarse permanentemente, desplegarse rotativamente o asignarse temporalmente.

Estructura de la fuerza Los conceptos estratégicos configuración y reacción son los que generan los requerimientos correspondientes a la estructura de la fuerza del Comando de Estados Unidos en Europa.

Reacción: El Plan Conjunto de Capacidades Estratégicas y las respuestas de Estados Unidos al Cuestionario de Planeamiento de la Defensa de la OTAN son los principales impulsores de la estructura de la fuerza para el Comando de Estados Unidos en Europa. La reacción requiere de la capacidad para formar, con corto plazo de aviso, una fuerza de tarea conjunta competente y capaz de interoperar para empeñarla en una guerra mayor en un teatro de operaciones ubicado en el área de responsabilidad o en otro lugar. Reforzar una estructura que ya existe en el comando es muchas veces un proceso más rápido que el de reconstruir una organización que al iniciarse la crisis carece de las principales piezas. Es importante que continuemos contribuyendo fuerzas a la OTAN, aproximadamente al mismo nivel de ahora. La cantidad actual de operaciones y los peligros presentados por un futuro que aún es incierto hacen de esto una necesidad. Asimismo, en una época en que la adaptación de la OTAN requiere de decisiones cuyo impacto se sentirá por décadas, el liderazgo norteamericano es considerado un elemento de vital importancia; ese liderazgo lo garantiza nuestra contribución a la capacidad militar de la Alianza.

La reacción también requiere que el Comando de Estados Unidos en Europa reaccione ante las situaciones de crisis ocurridas en el área de responsabilidad conforme a lo indicado por las Autoridades Nacionales de Mando. Estas contingencias de menor escala ocasionan una enorme tensión a las fuerzas del comando. Hay muy pocos indicios de que estos requerimientos disminuyan en el futuro, pero sí existe una posibilidad real de que aumenten. Las contingencias de menor escala requerirán que nuestro requerimiento en lo que respecta a la estructura de la fuerza asignada se evalúe constantemente, en tanto que la prestación de más apoyo representará una mayor carga para nuestras fuerzas de aumento. Configuración: Aun cuando el impacto de este concepto es sustancial, la estructura de la fuerza, dedicada exclusivamente a las actividades de configuración, es una parte extremadamente pequeña del Efectivo Europeo. Los ejercicios de colaboración pueden ser intensos en recursos humanos, pero son de corta duración y generalmente son realizados por las fuerzas de reacción del teatro de operaciones con fuerzas de aumento procedentes de los componentes de reserva. La asistencia de seguridad es manejada por pequeños grupos de oficiales de estado mayor que se encuentran en las embajadas y comandancias. El Equipo de Contacto Conjunto es dotado principalmente por equipos que han recibido órdenes temporales y por reservistas asignados a prestar temporalmente servicio activo. El Centro Marshall cuenta con un grupo permanente de personal integrado por casi 200 personas y el gobierno alemán se encarga de pagar los servicios de un número considerable de ellas. Combinación de fuerzas

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Una vez hayamos definido los niveles de fuerzas que proporcionen la capacidad requerida, analizamos cómo deben prorratearse entre las fuerzas permanentemente asignadas, las rotativas, las desplegadas temporalmente y las del componente de reserva. FUERZAS ASIGNADAS PERMANENTEMENTE: El acantonamiento de fuerzas en ultramar es mucho más costoso que mantener a dichas fuerzas en las bases de Estados Unidos. El alto costo que representan las unidades que están acantonadas en las bases de ultramar tiene grandes ventajas: reaccionan con mayor rapidez en el teatro de operaciones, comprenden mejor el área de responsabilidad, poseen la capacidad para realizar actividades de configuración, producen impacto político y están disponibles para llevar a cabo ejercicios multinacionales sin que tenga que usarse transporte estratégico. El ímpetu operacional, que es extremadamente alto, indica que el Efectivo Militar Europeo, integrado aproximadamente por 100,000 soldados representa la fuerza mínima—y la infraestructura—necesaria para la consecución de los objetivos de seguridad de Estados Unidos en el teatro de operaciones. El presente nivel en lo que respecta a las fuerzas permanentemente asignadas al área de responsabilidad del comando de Estados Unidos en Europa es el nivel mínimo requerido para ejecutar la estrategia—estas fuerzas son necesarias para lograr la influencia y el acceso requeridos en nuestra Estrategia de Seguridad Nacional. Nosotros simplemente no podemos cumplir nuestros objetivos sin la continuidad, la pericia en el teatro de operaciones ni las relaciones a largo plazo permitidas por las fuerzas acantonadas en el área avanzada. Aparte de todos los beneficios, estas fuerzas demuestran convincentemente el compromiso perdurable de Estados Unidos con la región. FUERZAS ROTATIVAS O TEMPORALMENTE DESPLEGADAS: Los grupos de tarea rotativos constituyen el grueso de las fuerzas navales del Comando de Estados Unidos en Europa. Las fuerzas navales que se encuentran en el Mediterráneo desempeñan papeles clave tanto en lo referente a las actividades de configuración como a las de reacción en nuestra área de responsabilidad. Estas fuerzas también pueden llegar al Mar Rojo para realizar operaciones de ataque en el Suroeste de Asia nueve días más rápido que las realizadas en la costa este del territorio continental de Estados Unidos. Si bien las fuerzas son rotativas, su eficacia incrementa en gran media por el hecho de que el personal del componente naval, la 6a. Flota y la instalación naval está permanentemente acantonado en el teatro de operaciones. Los demás Servicios también despliegan, en forma rotativa, fuerzas de sus componentes Activo y de Reserva. Las contingencias de menor escala que se prolongan necesitan una base de mayor tamaño que el Comando de Estados Unidos en Europa, y para sus etapas finales, se despliegan tanto fuerzas activas como de la Reserva procedentes del territorio continental de Estados Unidos. FUERZAS DEL COMPONENTE DE RESERVA: Los componentes de Reserva son un participante de vital importancia en toda la gama de operaciones militares realizadas en este teatro de operaciones. El Comando de Estados Unidos en Europa no podría sostener su presente nivel de operaciones sin tener acceso a las unidades y personal de los Componentes de Reserva. En muchos casos, las capacidades que se necesitan para las operaciones realizadas con corto plazo de aviso sólo se encuentran disponibles en los componentes de Reserva. Cuando un componente de Reserva proporciona ayuda, la pericia individual y colectiva es excelente. Las misiones se cumplen conforme a una norma elevada. Tanto las fuerzas de reserva como las activas que se asignan temporalmente al Comando apoyan el Programa del Equipo de Contacto Conjunto, los ejercicios y la operación “Joint Endeavor”, para nombrar sólo algunas. Para el Comando de Estados Unidos en Europa, un componente de Reserva capaz es un recurso esencial.

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PRESUPUESTO El presupuesto del comando proporciona el dinero necesario para las operaciones de configuración y reacción que realiza diariamente. Los componentes del Comando de Estados Unidos en Europa, trabajando a través de los Servicios y el Sistema de Planeamiento, Programación y Presupuesto, solicitan los fondos que necesitan para cumplir sus responsabilidades para mantener la listeza operacional—proveyéndoles un nivel de vida a los miembros del Servicio y a sus familias, manteniendo la listeza operacional de las fuerzas mediante el adiestramiento, el apoyo logístico y el mantenimiento, y realizando operaciones rutinarias. Algunas de las actividades de colaboración, como por ejemplo los ejercicios, también son costeadas parcialmente a través de un proceso interagencial, y otras, como las actividades tradicionales del Comandante en Jefe, por partidas separadas en el presupuesto del Presidente. Nuestras actividades de reacción representan un desafío especial en lo que respecta al presupuesto. Estas operaciones generalmente son imprevistas y, por consiguiente, no se les asigna un presupuesto; como resultado de esto, hipotecamos nuestro programa de adiestramiento para proporcionar dinero para la ejecución de operaciones urgentes hasta que puedan proporcionarse fondos suplementarios. El comando apoya vigorosamente un mecanismo de presupuesto que sufraga las operaciones de contingencia sin poner simultáneamente en peligro los programas que están en curso y que se consideran necesarios para lograr nuestra listeza operacional a corto plazo y nuestros objetivos estratégicos a largo plazo. Aun cuando el Congreso generalmente ha apoyado tales gastos operacionales ad hoc mediante el reembolso, las demoras inherentes del proceso legislativo causan el entorpecimiento del programa de adiestramiento y definitivamente puede causar daños serios en la listeza de combate de nuestras fuerzas. Los fondos recibidos a fines del año fiscal no pueden restablecer las oportunidades de adiestramiento perdidas en instalaciones principales. INFRAESTRUCTURA Tanto las actividades de configuración como las de reacción requieren de una enorme capacidad de proyección de poderío. Las iniciativas vigentes pueden reducir nuestro requerimiento en lo que respecta a la infraestructura a través del mejoramiento; sin embargo, no lo pueden eliminar. La infraestructura cuesta dinero y tiende a generar temas polémicos con nuestros amigos y aliados. No obstante, es esencial. Salvo que tengamos establecidos la infraestructura de las bases y el apoyo de la nación anfitriona, nuestra inhabilidad para prestar apoyo limitará nuestra habilidad para actuar.

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La infraestructura del Comando de Estados Unidos en Europa tiene tres funciones vitales: proporciona apoyo para las tropas que se encuentran acantonadas en ultramar y para sus familias; proporciona apoyo logístico para las unidades que imparten adiestramiento y realizan actividades de configuración; y sirve de base para las operaciones realizadas en el teatro de operaciones y para la continuación del movimiento hacia una guerra de gran envergadura en el Suroeste de Asia. La distribución actual de la infraestructura está basada en los requerimientos de puntos únicos, como por ejemplo, el Centro Grafenwoehr de Adiestramiento de Armas Combinadas, en la consolidación de tropas y miembros de familia cerca de los servicios más modernos de alojamiento y en la necesidad de distribución geográfica dentro del teatro de operaciones.

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Fundamentos de Guerra Operacional C/M/S 500

Lección 4

Lectura B: Estrategia de Seguridad de EE.UU. para el Medio Oriente

Ministerio de Defensa , mayo 1995

INTRODUCCIÓN Los Estados Unidos tienen intereses estratégicos permanentes en el Medio Oriente. Como resultado de esto, sus fuerzas armadas han participado en combate en esta área más a menudo durante los últimos 20 años que en cualquiera otra área del mundo. El Medio Oriente contiene más del 70% del petróleo mundial, es la patria de grupos hostiles a los intereses de EE.UU., tiene una mayor incidencia de proliferación de armas de destrucción masiva (WMD) que cualquiera otra área del mundo, y ha iniciado conflictos repetidos en décadas recientes. Está situado en fila con una cantidad de puntos de embotellamiento marítimo y las principales vías marítimas y aéreas que conectan Europa y el Mediterráneo con África, Asia y el Oceano Indico. La inestabilidad recurrente en el Medio Oriente y su contigüidad con el Cáucaso y Asia Central también le permite complicar las reformas y agravar los conflictos políticos y étnicos en áreas de la anterior Unión Soviética. La capacidad de las fuerzas armadas de EE.UU. para proteger los intereses norteamericanos en el Medio Oriente ha aumentado bastante desde 1975. Antes de la revolución iraní en 1979, las únicas fuerzas norteamericanas en el Golfo Pérsico en un momento dado eran un buque de mando de la Marina de EE.UU. y dos o tres destructores. Nuestras fuerzas tenían acceso regular a solamente un país en el Golfo--Bahrein. Sin el uso de bases terrestres, la única manera de aplicar potencia aérea táctica rápidamente contra un posible adversario era con portaaviones. Una década de intensa labor militar y diplomática había mejorado esta peligrosa situación para cuando Irak invadió Kuwait en 1990. En menos de tres semanas, las fuerzas de EE.UU. contaban con una fuerza lista para el combate compuesta de siete brigadas, tres agrupaciones de combate de portaaviones y catorce escuadrillas tácticas de aviones de combate, con una fuerza mucho mayor en camino. Finalmente, EE.UU. movilizó y encabezó una fuerza multinacional de más de medio millón de hombres y mujeres procedentes de más de 30 países para defensa de Arabia Saudita, liberación de Kuwait y restablecimiento del gobierno kuwaiti legítimo -- logros que hubieran sido impensables 10 años antes.

Hoy día, no es excepcional que EE.UU. tenga 20,000 militares en el Golfo Pérsico en un momento dado. Donde en un tiempo teníamos dos o tres embarcaciones, hoy tenemos 20 conjuntamente con una multitud de aeronaves con base en tierra y otras unidades. Tenemos acceso a instalaciones en los seis estados árabes modernos del Golfo. Un robusto programa coloca potencia de combate terrestre en el Golfo en forma regular, mientras que las medidas tomadas tanto solo, como la adquisición de medios de transporte aéreo estratégico adicionales, y conjuntamente con nuestros amigos y socios regionales, tal como el emplazamiento anticipado de equipo, han mejorado adicionalmente nuestra capacidad para desplegar fuerzas en una crisis. Gracias a estas medidas, nuestra capacidad para defender los intereses de EE.UU. en la región es ya más fuerte de lo que era en 1990, tal como quedó claramente demostrado con el desplazamiento de fuerzas, en octubre de 1994, para detener la renovada

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agresión iraquí. Tomó no tres meses, como hubiera sido el caso en 1980, ni tres semanas, como también hubiera el caso en 1990, sino tres días para trasladar las primeras unidades pesadas norteamericanas de Fuerte Stewart, Georgia, al Campamento Doha, Kuwait. Este operación, VIGILANT WARRIOR (Guerrero Vigilante), fue un ejemplo altamente exitoso del uso de potencia militar que obligó a los iraquíes a una retirada apresurada y, gracias a nuevas limitaciones de las Naciones Unidas en el movimiento de tropas iraquies y la adición de capacidades adicionales de ataque terrestre de EE.UU., dejó la región más segura que antes. Además, los programas ahora en vigencia para adicionar más equipo preemplazado en la región nos capacitará para colocar una fuerza aún mayor en el terreno, de ser una vez más necesaria, con rapidez y eficacia. La seguridad de los intereses de EE.UU. en el Medio Oriente ha sido mejorada en otras maneras también. Veinte años atrás, la Guerra Árabe-Israelí de 1973 y el boicoteo del petróleo eran recuerdos frescos. Las relaciones entre EE.UU. y la mayor parte del mundo árabe eran difíciles. Israel estaba rodeado por vecinos dedicados a su destrucción y todavía en estado de guerra. Hoy, el panorama es muy diferente. EE.UU. disfruta de relaciones militares íntimas no solamente con Israel, sino con la mayoría de los países árabes. En las postrimerías de la victoria dirigida por EE.UU. sobre Iraq, los acuerdos de Camp David en 1979 han recibido dos nuevos logros en el proceso de paz en el Medio Oriente: un convenio Israelí-Palestino en septiembre de 1993 para la implernentación del gobierno propio palestino, y el Tratado de Paz de Wadi Araba de octubre de 1944, concluyendo el estado de guerra entre Israel y Jordania. Estos logros militares y diplomáticos demuestran la tarea central de EE.UU. en el Medio Oriente. Nos han brindado muchas oportunidades para adelantar nuestros intereses. No obstante, todavía hacemos frente a retos serios -- de estados potencialmente agresivos, tales como Iraq, Irán y Libia; la proliferación de armas de destrucción masiva y de proyectiles balísticos, el inicio de movimientos violentos religiosos y étnicos; la inestabilidad que puede resultar del colapso del proceso de paz Árabe-Israelí; y las leves disputas sobre la distribución de los recursos naturales y económicos, tal como el agua. En el sentido más amplio, el acercamiento de EE.UU. a la seguridad del Medio Oriente es de compromiso, presencia avanzada y reacción rápida. EE.UU. trata de sostener y adaptar relaciones de seguridad con estados claves en la región, ampliar los enlaces económicos y culturales, y promover un arreglo pacífico de las disputas regionales antes de convertirse en conflicto abierto. En el Golfo Pérsico tratamos de alcanzar estos objetivos regionales asegurando que Iraq e Irán se adhieran a las normas internacionales, aumentando las capacidades de EE.UU. y de naciones amigas para defender nuestros intereses campartidos, y demostrar nuestra permanente dedicación a la seguridad del Golfo. Con respecto al conflicto Árabe-Israelí, EE.UU. participa en intensa diplomacia tendiente a una paz negociada, uso de asistencia de seguridad para fomentar confianza, esfuerzos rigurosos de control de armas, y relaciones bilaterales activas con Israel y dentro del mundo árabe. Considerando las amenazas en el Medio Oriente, EE.UU. y sus socios deben mantener y mejorar su capacidad combinada para proteger sus intereses con fuerzas militares, aún durante su labor de reducción de tensiones regionales mediante medios diplomáticos. La presencia en tiempo de paz de fuerzas norteamericanas navales, aéreas y terrestres es un componente clave de esta capacidad, y es el símbolo de nuestra dedicación a la disuasión de los agresores regionales. También proporciona una fuerza de reacción inmediata con la cual responder inicialmente a cualquier crisis. Sin embargo, un conflicto regional mayor, tal como otra invasión iraquí de Kuwait o Arabia Saudita, requeriría el envío de grandes cantidades de fuerzas norteamericanas y de la coalición del exterior del Golfo.

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En resumen, el Medio Oriente seguirá afrontando enormes dificultades aún después de la feliz implementación del proceso de paz. Aún más, EE.UU. tadavía tiene los mismos intereses de seguridad nacional que tuvo muchos años atras:

• El mundo estará más dependiente del petróleo del Golfo Pérsico durante las primeras décadas del siglo XXI que en la actualidad.

• Siempre que EE.UU. sea una nación de comercio marítimo con intereses globales,

tendrá en juego la protección de la libertad de navegación y acceso a los mercados regionales.

• Siempre trataremos de proteger a nuestros ciudadanos en ultramar, de promover los

valones democráticos y del mercado libre que son el núcleo de nuestra identidad nacional, y de apoyar los derechos humanos básicos en los cuales se fundamentan esos valores.

• Siempre que esos sean nuestros intereses, nos preocuparemos de esos estados con

quienes debemos trabajar para su protección. Luego, EE.UU. debe mantenerse comprometido con la seguridad del Medio Oriente diplomática, económica y militarmente. El reto que enfrenta el Ministerio de Defensa es la aplicación de nuestro efectivo militar para reducir las tensiones que afligen la región, frenar los posibles agresores y asegurar que los intentos contra nuestros intereses sean decididamente derratados.

INTERÉS PERMANENTE DE EE. UU. EN LA SEGURIDAD DEL MEDIO ORIENTE

El Medio Oriente es un área en la cual los

Estados Unidos mantienen intereses vitales. La conservación de la paz en esa área tan

frecuentemente convulsionada es muy importante para el mundo en general.

---Franklin Delano Roosevelt

Marzo de 1944

Desde tiempos atrás, EE.UU. ha tenido intereses importante en el Medio Oriente que incluyen comercio, libertad de la navegación y seguridad de los ciudadanos y propiedades de EE.UU. En este siglo, el descubrimiento en el Golfo Pérsico de las mayores reservas de petróleo del mundo, el desarrollo de una economía global dependiente del petróleo, la creación en 1948 del Estado de Israel y 50 años de lucha contra la expansión del totalitarismo han establecido el Medio Oriente como una región de vital importancia para los EE.UU. A la vez, los 500 años de dominación colonial otomana y europea desaparecieron paulatinamente, dejando el Medio Oriente desde la década de los 50 sin un sistema de seguridad mundial práctico. Mientras tanto, el pueblo de la región empezó a aferrarse a cambios ideológicos, económicos y sociales a su forma tradicional de vida, cuyos resultados tadavía no se conocen a ciencia cierta.

Hoy día EE.UU. se encuentra con intereses entrelazados vitales en una región

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caracterizada por conflicto e inestabilidad, desproporciones vastas y contradictorias de riquezas y poder, encuentros emocionales religiosos e ideológicos, búsqueda por doquier de armas de destrucción masiva y un camino inseguro de desarrollo poliíico interno. En juego en el Medio Oriente están los tres objetivos principales identificados en la Estrategia de Seguridad Nacional de Compromiso y Expansión del Presidente:

• Mejoramiento de nuestra seguridad protegiendo las vidas y seguridad personal de los

norteamericanos, manteniendo nuestra libertad política e independencia como nación y disponiendo para el bienestar y la prosperidad de nuestra nación;

• Fomento de la prosperidad de EE.UU. mediante esfuerzos tanto en casa como en el

exterior, a incluir mejorando el acceso a los mercados extranjeros, disponiendo para la seguridad de la energía y fomentando el desarrollo continuo; y

• Brindando un mundo estable y seguro donde pueden florecer la libertad política y

económica, los derechos humanos y las instituciones democráticas. En cuanto a los objetivos del Presidente, el Ministro de Defensa ha identificado tres criterios para la determinación de que si una amenaza afecta los intereses vitales de EE.UU:

• Si amenaza la supervivencia de los EE.UU. o de sus aliados principales;

• Si amenaza intereses económicos criticos de EE.UU; y

• Si representa el peligro de amenaza nuclear futura.

En ninguna parte son estos criterios más ciertos que en el Medio Oriente. Cualquiera amenaza para la seguridad del Golfo pondría en peligro los intereses económicos críticos de EE.UU. y sus socios comerciales. La supervivencia de algunos de nuestros principales socios de seguridad está en peligro por las ambiciones de sus vecinos. Y el Medio Oriente es escena de una de las más arduas competencias por adquirir armas de destrucción masiva, a incluir armas nucleares, de cualquiera parte del mundo. Luego, mientras que el Medio Oriente es volátil y peligroso, es a la vez importante para nuestros intereses vitales. Es la yuxstaposición de estas dos realidades la que requiere que EE.UU. permanezca comprometido en la seguridad de la región. Acceso Asegurado al Petróleo del Golfo

Nuestro principal interés de seguridad nacional en el Medio Oriente es mantener el abastecimiento ininterrumpido de petróleo del Golfo Pérsico a los mercados mundiales a precios estables. Casi 2/3 de las reservas mundiales conocidas de petróleo descansa en el Golfo Pérsico y los países circundantes. Reservas adicionales en África del Norte y en otras áreas traen el total para del Medio Oriente a más del 70%. Para poner esto en perspectiva, las reservas combinadas de América del Norte son excedidas por las de cinco de los ocho estados litorales del Golfo tomados individualmente. Arabia Saudita de por si tiene más de 10 veces más petróleo que EE.UU.

Los EE.UU. y sus principales socios económicos confían cada vez más y más en el petróleo del Golfo Pérsico para impulsar sus interdependientes economías al reducirse gradualmente las reservas de fuera del Golfo. Los suministros de petróleo de países que no forman parte de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) aumentan

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solamente a un ritmo de 1/6 de la rapidez del crecimiento de la demanda global, lo que significa que más del 80% de la creciente demanda de petróleo debe provenir de la OPEP -- en especial del Golfo. Además, solamente el Golfo Pérsico disfruta de un exceso significativo de capacidad de extracción de petróleo. Los productores fuera de la región no podrían rápidamente compensar la reducción significativa de petróleo procedente del Golfo. Se debe comprender la importancia del petróleo del Golfo para EE.UU. en su contexto global. El petróleo es comercializado en el mercado mundial; la detención de suministros de petróleo del Golfo o un enorme aumento en precio tendría repercusión inmediata en el mercado internacianal, elevando los costos de la energía para los consumidores en todo el mundo. Además, los efectos simultáneos de recesión e inflación de tal interrupción en la econoinia internacional acabaría con la capacidad de los productores norteamericanos para comercializar sus productos y servicios en ultramar, afectando aún más nuestra propia economía. El control de los campos petroleros del Golfo hará posible que un posible adversario tratara de chantajear a las EE.UU. y sus aliados en Europa y Asia. Los países más pobres estarían en peligro aún mayor, al igual que los nuevos estados democráticos de Europa Oriental y la anterior Unión Soviética, cuya capacidad para completar las reformas emprendidas depende en gran medida en su acceso a energía a un precio razonable. Además, los recursos financieros que provienen del dominio del petróleo del Golfo proporcionarían capacidad casi ilimitada para que un estado agresivo lograra WMD y otros programas peligrosos sin tener que mantener la producción cerca de los niveles actuales. La importancia del acceso continuo de los suministros de petróleo del Golfo fue aclarada por el Presidente Carter en su mensaje del Estado de la Unión en 1980, cuando indicó que “un intento por una fuerza externa por controlar la región del Golfo Pérsico sería considerado un asalto contra los intereses vitales de los Estados Unidos de América, y que tal asalto sería rechazado por cualesquier medios necesarios, a incluir la fuerza militar. Es igualmente claro que no podemos tolerar intentos por fuerzas hostiles dentro del Golfo por alcanzar el control hegemónico. Esta condición seguirá guiando la política de EE.UU. Una Paz Árabe-Israelí Duradera Nuestra creciente dependencia en el petróleo del Golfo y nuestra dedicación a Israel y a nuestros otros socios regionales nos compromete en el progreso continuo hacia una paz justa, comprensiva y duradera entre Israel y sus vecinos árabes. Tal paz -- una que no sea sencillamente la ausencia de hostilidades activas, sino una de productividad, relaciones internacionales normales -- es un elemento esencial de la seguridad y prosperidad a largo plazo del Medio Oriente. El desarrollo de un Medio Oriente más pacífico ayudaría a socavar la apelación popular de los estados radicales, tal como Iraq, y los movimientos políticos radicales entre muchos árabes. Seguridad de los Principales Socios Regionales Parte de la importancia del proceso de paz descansa en el interés demostrado por varios presidentes durante varias décadas, y la seguridad de nuestros socios principales en el Medio Oriente. Su seguridad es importante para nosotros no solamente debido a la necesidad de asegurar la circulación del combustible desde la región y mantener la credibilidad de los compromisos de EE.UU., sino también debido a la tarea constructiva que estos países

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desempeñan en la región. Por razones históricas, políticas y morales, EE.UU. tiene un compromiso ineludible en cuanto a la seguridad de Israel. En las postrimerías del holocausto nazi durante la II Guerra Mundial, EE.UU. rápidamente reconoció el nuevo estado y se ha dedicado a su supervivencia desde entonces. Hoy apoyamos la seguridad de Israel a través de una combinación de medidas, a incluir asistencia de seguridad para mantener su ventaja militar cualitativa sobre cualquier probable combinación de agresores. A la larga, buscamos un provechoso proceso de paz para mejorar la seguridad de Israel y de sus vecinos. Tenemos intereses paralelos en la seguridad de nuestros principales socios árabes. Egipto y Arabia Saudita son dos ejemplos entre muchos. Egipto es el país más poblado del mundo árabe, y Cairo -- con sus universidades, empresas de publicación, estudios de TV y películas, y periódicos -- es el centro cultural principal. La anuencia de Egipto por hacer paz en Camp David fue el primer paso principal en el proceso de paz. Cairo sigue tomando parte prominente en el fomento de nuestros intereses compartidos en el Medio Oriente, ya sea reanimando el respaldo de la Liga Árabe para Kuwait después de la invasión por Iraq, proporcionándonos divisiones y un regimiento de fuerzas especiales para TORMENTA DEL DESIERTO, u ofreciendo apoyo clave al continuar hoy el proceso de paz del Medio Oriente.

Arabia Saudita también desempeña un papel de liderazgo similar gracias a los recursos generados por sus ventas de petróleo y la importancia del Rey como custodio de la Meca y Medina que son los sitios más sagrados del Islam. La seguridad de tales estados árabes claves es un interés continuo de EE.UU. aceptado por una sucesión de presidentes norteamericanos durante varias décadas. Por ejemplo, el Presidente Truman manifestó al Rey Abdul Aziz de Arabia Saudita, en 1950, que “no podría surgir una amenaza para su reinado que no fuera de preocupación inmediata para EE.UU.” La Guerra del Golfo y la Operación VIGILANT WARRIOR de 1994 demostró la firmeza de este compromiso. Protección de los Ciudadanos y las Propiedades de EE.UU. La necesidad de proteger los ciudadanos norteamericanos de situaciones peligrosas y su equipo de destrucción o confiscación es un interés norteamericano permanente en todo el mundo. Es un asunto de preocupación especial en una región de inestabilidad recurrente tal como el Medio Oriente. Hemos usado fuerzas militares en apoyo de este interés en numerosas ocasiones, desde las guerras con los piratas bárbaros a principios del siglo XIX hasta la evacuación de ciudadanos norteamericanos de Yemen en mayo de 1994. Libertad de la Navegación La posición del Medio Oriente en fila con las vías aéreas y marítimas que conectan Europa y el Mediterráneo con África, Asia y el Oceano Indico lo hace importante para la capacidad de EE.UU. para comerciar y proyectar su poderío militar alrededor del mundo. Cinco puntos de embotellamiento marítimo son vulnerables a interferencia por países adyacentes del Medio Oriente: el Estrecho de Gibraltar, el Estrecho de Sicilia, el Canal de Suez, el Estrecho de Bab el-Mandeb y el Estrecho de Hormuz. La región es también atravesada por importantes rutas de transporte aéreo. Los intentos de cierre del Estrecho de Hormuz al tráfico de embarcaciones cisternas serían de preocupación especial, ya que afectaría directamente la disponibilidad de petróleo en los mercados mundiales. De igual manera, los intentos de

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interferencia con el paso del tráfico militar norteamericano en cualquiera área de la región en tiempo de guerra requerirían el uso de fuerza para mantener abiertas estas vitales líneas de comunicaciones. Reforma Provechosa en la anterior Unión Soviética

Aunque la reforma de la anterior URSS no es un asunto primordial relacionado con el Medio Oriente, 8 de los 15 nuevos estados recién independizados tienen fuertes afinidades históricas y culturales con esta área. Lo que pasa aquí afecta tanto a ellos como al curso de su desarrollo social y político. La agitación resultante por la exportación de islamismo radical, tipo iraní, al Cáucaso o Asia Central, el conflicto de países vecinos o el descontento resultante de otros eventos en el Medio Oriente podrían hacer peligrar los frágiles esfuerzos de reforma. La estabilidad de las repúblicas del sur y la influencia de los países del Medio Oriente deben, por lo tanto, ser consideradas en cualquiera política tendiente a preservar la independencia continua de las anteriores repúblicas soviéticas. Derechos Humanos y Desarrollo Democrático Los EE.UU. tienen interés fundamentales en el desarrollo de sistemas políticos que respetan los derechos humanos de acuerdo con normas internacionalmente aceptadas, que permiten la participación popular en el gobierno y que reflejan la voluntad popular. El engrandecimiento de la comunidad de democracias orientadas al mercado del mundo libre es básico para la estrategia de seguridad nacional global de EE.UU. A la vez, la experiencia ha mostrado las peligros de tratar de imponer modelos políticos occidentales en sociedades donde las instituciones indígenas pueden proporcionar una base más duradera para libertad política, social y económica. Aunque no podemos dictar cómo los países del Medio Oriente deben autogobernarse, existe una necesidad básica de mayor respeto por los derechos humanos fundamentales reconocidos por todos los sistemas religiosos y éticos del mundo como parte de la herencia de tanto el islamismo como el Occidente. También existe la necesidad de progreso hacia mayor participación popular en la vida pública en varios países del Medio Oriente. Estos desarrollos brindarán contribuciones a largo plazo a la estabilidad y paz de la región. Acceso de los Mercados Regionales El auge petrolero de 1970 y la vasta expansión de la riqueza en manos de los países productores de petróleo crearon un inmenso mercado para productos del Occidente que ha subrevivido a pesar de las bajas recientes en el precio del petróleo. Este mercado incluye desde equipo de defensa altamente sofisticado y proyectos de infraestructura en todo el país hasta la gama completa de bienes de consumo. Los EE.UU. tratan de asegurar que los exportadores norteamericanos tengan acceso a esta arena comercial altamente competitiva y que disfruten de trato igual.

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EL MEDIO ORIENTE HOY

Los eventos de los últimos cinco años han alterado dramáticamente la situación de seguridad en el Medio Oriente. Durante más de 40 años, los estrategas norteamericanos hicieran planes contra la posibilidad de que la URSS o sus aliados intentaran alcanzar el control del Golfo Pérsico, obtuvieran el uso de puertos en el Oceano Índico o amenazaran la existencia de Israel. Esas preocupaciones se acabaron con el fin de la guerra fría. A la vez, la disolución del imperio soviético redujo la cantidad de ayuda extranjera disponible para los regímenes radicales. El fin de la guerra fría contribuyó con los errores políicos y militares que dieron inicio a la Guerra del Golfo de 1990-91, y que facilitaron su culminación feliz. Actuando fuera del marco de rivalidad entre superpotencias, las Naciones Unidas podrían hacer frente a la agresión iraquí con decisión y unanimidad. Con el relajamiento de las tensiones Este-Oeste, EE.UU. podría retirar fuerzas y abastecimientos del frente central de la OTAN y enviarlos para ayudar a expulsar a los iraquíes de Kuwait. Aun más, el sobresaliente progreso del proceso de paz Árabe-Israelí durante los últimos dos años ofrece esperanza para la resolución de una fuente de controversia que ha afectado el Medio Oriente desde la caída del Imperio Otomano.

LAS RAÍCES DEL CONFLICTO PERSISTENTE

Sin embargo, la paz entre árabes e israelíes no es lo mismo que paz en todo el Medio Oriente. Mientras que un acuerdo árabeisraelí haría mucho por eliminar una de las quejas de las cuales los estados y movimientos radicales han derivado su atractivo, varios de los conflictos que han afectado la región durante tantos años tienen poco o nada que ver con Israel. Incluyen rivalidades de dinastía; disputas de fronteras; luchas entre estados árabes en busca de liderazgo regional; conflictos relacionados con recursos escasos o mal repartidos; y tensiones éticas, ideológicas y religiosas. Un arreglo pacífico árabeisraeli comprensivo puede, de hecho, ser seguido por el resurgimiento de otro conflicto regional, tal como el fin de la guerra fría trajo consigo el resurgimiento de conflictos éticos en Europa, el Cáucaso y Asia Central. El Medio Oriente también enfrenta serios retos sociales y económicos. Las pablaciones aumentan con rapidez en países con economías estancadas; aún los países ricos en petróleo del Golfo Pérsico sienten esta situación. A través del Medio Oriente, la desorganización causada por el traslado de mano de obra de fincas a ciudades; la creación de una extensa clase de graduados universitarios desempleados; y el reto proveniente de ideas, cultura y razonamiento político occidental está presentando retos para las sociedades que han sido profundamente tradicionales. El problema ha sido agravada por algunos países, tales como Jordania y Yemen, por la repatriación de obreros como resultado de la Guerra del Golfo y la recesión económica de la región.

A la vez, existe una creciente creencia entre varios países del Medio Oriente en el sentido de que deben tener más voz en el gobierno de sus países. Las demandas de ser oídos toman una variedad de formas, entre las cuales tenemos las movimientos de reforma democrática que se dan legalmente dentro de varios sistemas políticos del Medio Oriente. Sin embargo, en muchos casos los movimientos religiosos radicales y el nacionalismo separatista han ofrecido salidas alternas para el descontento con el statu quo, que son de atracción especial para los más afectados por la transición económica y social de la región.

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EE.UU. Y EL MEDIO ORIENTE DESDE LOS 80s No obstante estos diversos problemas, la década de los 90 ha sido un período de éxito para la política de EE.UU. en el Medio Oriente muy evidente en dos frentes: en el fortalecimiento de la seguridad del Golfo Pérsico y en el fomento de una paz justa y duradera entre árabes e isralíes. En el Campo de Batalla: El Golfo Pérsico La escena para los éxitos recientes de EE.UU. en el Medio Oriente fue establecida, militarmente, a fines de la década de los 8Os por la Operación EARNEST WILL, en la cual las fuerzas de EE.UU. protegieron el transporte marítimo en el Golfo Pérsico contra ataques iraníes, demostrando así la voluntad norteamericana por respaldar los compromisos de seguridad en la región con fuerzas militares. Se alcanzó una nueva cima de credibilidad norteamericana con las Operaciones ESCUDO DEL DESIERTO y TORMENTA DEL DESIERTO, que defendieron a Aabia Saudita y luego liberaron a Kuwait de la agresión iraquí. La derrota y represión subsiguiente de Iraq ha afectado la seguridad del Medio Oriente más allá del área del Golfo. Con la invasión de otro país árabe, Saddam Hussein acabó con la posibilidad de Iraq por ejercer influencia maligna en estados moderados en nombre de la unidad árabe. Por aliarse con Iraq contra las estados moderados del Golfo, la Organización de Liberación de Palestina perdió sus fuentes principales de recursos, realidad que en parte fue responsable por su acercamiento a Israel. Además, el fracaso iraquí por conquistar Kuwait acabó con las pretensiones de Bagdad como líder del mundo árabe, y lo debilitó en el sentido de obstaculizar la acción constructiva en el proceso de paz y una amplia gama de otros asuntos regionales. Estas consecuencias de la Guerra del Golfo ayudarán a crear las oportunidades de progreso en el proceso de paz árabe-israelí que ofrecieron resultados asombrosos el año pasado. En la Mesa de Negociación: El Proceso de Paz Un segundo logro de EE.UU. en el Medio Oriente, cuya magnitud iguala la victoria en el Golfo, ha sido la asombrosa gama de adelantos en el proceso de paz del Medio Oriente. Empezando con la Conferencia de Madrid del 30 de octubre de 1991, bajo el patrocinio conjunto de EE.UU. y la Unión Soviética, el proceso de paz ha avanzado hacia una paz justa, duradera y comprensiva entre árabes e israelíes, lo que hubiera sido casi imposible a principios de la década de los 90s. Se presentaron los primeros frutos de este proceso con la Declaración de Principios firmados en el Patio Sur de la Casa Blanca el 13 de septiembre de 1993, en la cual el Estado de Israel y la Organización para la Liberación de Palestina formalmente se reconocieron entre sí y emprendieron la implementación del autogobierno interino palestino. En menos de un año, el Patio Sur también fue testigo de otra ceremonia histórica, la manifestación el 25 de julio de 1994 de la Declaración de Principios por el Rey Hussein de Jordania y el Primer Ministro Yitzhak Rabin de Israel. Este paso preparó el camino para la firma del tratado de paz entre Israel y Jordania en Wadi Araba el 26 de octubre de 1994.

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LOS RETOS Y OPORTUNIDADES QUE EE.UU. HACE FRENTE EN EL MEDIO ORIENTE El fin de la guerra fría, la disolución de la Unión Soviética, el éxito de TORMENTA DEL DESIERTO, los temores del resurgimiento iraquí y hegemonía iraní, y los logros de la diplomacia norteamericana en provecho del proceso de paz dejan a EE.UU. como la potencia fundamental en el Medio Oriente. Disfrutamos muchas oportunidades para asegurar nuestros intereses y ayudar a conformar un mejor futuro para la región. Sin embargo, a pesar de nuestros éxitos, todavía hacemos frente a una gama de diversos retos serios y a menudo interrelacionados. EL GOLFO PÉRSICO: IRAQ E IRÁN Iraq e Irán representan los peligros más serios para la circulación ininterrumpida de petróleo del Golfo Pérsico a los mercados mundiales. No solamente representan individualmente una amenaza militar directa, sino que la dinámica establecida por su contención de hegemonía regional aumenta el valor de cada uno de dominación establecida a través de extorsión y amenazas. Aún más, existe un riesgo elevado de que su rivalidad pudiera pasar a otros países de la Península Arábica. En vez de fortalecer un país para frenar a otro país, la política de la Administración de Clinton es contener ambas amenazas simultáneamente -- “doble contención.”

• A pesar de perder más de la mitad de su capacidad militar convencional en la Guerra del Golfo, Iraq todavía posee la fuerza militar más numerosa de la región y representa una tremenda amenaza para los países moderados del Golfo. Los ominosos movimientos de tropas en octubre de 1994 demostraron que todavía puede amenazar la paz y la estabilidad de la región. Bagdad ha reconstruido gran parte de su infraestructura industrial militar convencional.

• Irán sueña con establecer hegemonía sobre el Golfo Pérsico y expandir su

influencia sobre las fuerzas islamitas radicales. Ha perseguido estos objetivos por todos los medios a su disposición, a incluir la subversión y el terrorismo no solamente en el Golfo, sino en áreas tan distantes como Egipto, Sudán, Argelia, el Líbano, la anterior Yugoslavia y las recién independientes repúblicas del Cáucaso y de Asia Central. Teherán ha sido un crítico activo del proceso de paz del Medio Oriente, y brinda apoyo a algunos de los oponentes más violentos de la paz, a incluir Hamas. Aunque la capacidad militar convencional de Irán permanecerá limitada durante la década de los 90s, las compras recientes de submarinos, aeronaves de ataque y misiles antiembarcaciones, y el fortalecimiento de sus fuerzas en varias islas en disputa cerca del Estrecho de Hormuz sugieren que activamente busca contar con capacidad para amenazar las embarcaciones mercantes que transitan el Golfo. De preocupación todavía mayor con el tiempo es que Irán está abiertamente dedicada al desarrollo de armas de destrucción masiva, a incluir de guerra química, biológica y nuclear, y esto tendría repercusiones serias para la estabilidad regional y quizás para nuestra capacidad de protección de nuestros intereses en el área.

La tarea de disposición para la seguridad del Golfo es complicada por factores ajenos a Iraq e Irán. La preferencia de EE.UU. es que los países se responsabilicen de su propia defensa. Los países del Golfo Pérsico no son una excepción, y hemos emprendido una

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variedad de pasos, considerados más adelante, para mejorar su capacidad de autodefensa. No obstante, debemos reconocer que la capacidad de nuestros socios del Golfo para proporcionar una creíble disuasión está limitada por restricciones demográficas. Es evidente que ni nosotros ni ellos podemos disponer para la seguridad de la región sin ayuda mutua. LA SEGURIDAD DE ISRAEL La amenaza para Israel está en su punto más bajo como resultado de la derrota de Iraq y los acuerdos de paz entre Israel y los palestinos, y entre Israel y Jordania. Los esfuerzos continuos por alcanzar la paz entre Israel y otros países árabes han reducido aún más la posibilidad de guerra. La elevada tecnología de las armas de Israel; su educación, adiestramiento y motivación superior de sus fuerzas de defensa; y sus mejores capacidades administrativas combatientes aseguran que Israel estará capacitada para disuadir a posibles adversarios a iniciar guerras contra ella, o para ayudarla a obtener la victoria de surgir otra guerra. Por supuesto, EE.UU. está decididamente dedicado a asegurar que Israel pueda conservar esta ventaja militar. TERRORISMO E ISLAMISMO RADICAL Desde el fin de la Guerra Fría, hay quienes aseguran que el islamismo radical es el mayor peligro para el mundo democrático occidental. Rechazamos la aseveración de que este es el encuentro de las civilizaciones. El verdadero encuentro es dentro de las civilizaciones, entre extremistas y moderados. No obstante, algunos extremistas islámicos han usado violencia para promover su agenda, y podrían ser una amenaza para los intereses de EE.UU. en estabilidad regional, al igual que para los ciudadanos y propiedades norteamericanos. Como demostró el bombardeo del Centro de Comercio Mundial, aún el territorio continental norteamericano no está inmune a esta amenaza. Sin embargo, el uso de terrorismo no está limitado a los radicales islamitas. Varios grupos de extremistas no islamitas, tanto religiosos como seculares, usan métodos de terrorismo. Además, de los cuatro países del Medio Oriente en la lista de la Secretaría de Estado de países que patrocinan el terrorismo -- Irán, Iraq, Libia y Siria -- solamente uno, Irán, puede ser descrito como de orientación radical-islámica. EE.UU. no presume imponerse en los Países del Medio Oriente o de otras áreas en cuanto a sus creencias religiosas. Más bien, tratamos de trabajar con nuestros amigos en la región para atacar las causas del extremismo y encaminar los posibles impulsos destructivos hacia fines más productivos y pacíficos. A la vez, debemos estar preparados para contrarrestar, con la fuerza de ser necesario, las manifestaciones violentas de radicalismo que ponen nuestros intereses en peligro.

LA PROLIFERACIÓN DE ARMAS DE DESTRUCCIÓN MASIVA

No existe otra área donde la necesidad de pasos para frenar la proliferación de WMD sea mayor que en el Medio Oriente, en donde varios estados buscan activamente WMD y los medios de lanzamiento. Tres de las amenazas de proliferación más peligrosas del mundo --Iraq, Irán y Libia -- se encuentran en el Medio Oriente. Una cantidad de países del Medio Oriente, a incluir todos nuestros posibles adversarios regionales, están desarrollando capacidades de guerra química y biológica. Algunos ya la poseen. Combinado con la amplia distribución de proyectiles balísticos de alcance corto o intermedio y otros sistemas de

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lanzamiento, tales armas están desestabilizando seriamente no solamente al Medio Oriente, sino también la anterior Unión Soviética y Sudasia. Los esfuerzos tradicionales de controlar la propagación de WMD y sistemas de lanzamiento de proyectiles en esta región han sido bastante infructuosos. Varios estados del Medio Oriente han o rehusado participar en regímenes de control, tales como el Tratado de No Proliferación y la Convención de Armas de Guerra Química, o seguido con programas clandestinos de WMD a pesar de sus compromisos internacionales. La anuencia de los abastecedores externos de colaborar con programas secretos de WMD limita aún más nuestra capacidad para el control de la proliferación. DISPUTAS EN CUANTO A LOS RECURSOS Cuando Saddam Hussein invadió Kuwait en 1990, lo hizo con el pretexto de que Kuwait estaba “apoderándose” de petróleo iraquí de un depósito en el fondo de ambos estados. Él consideró la disputa entre Iraq y el resto del mundo como una de rico contra pobre, los que mucho tenían y los que nada tenían. Aún en los estados productores de petróleo existen disputas continuas en cuanto al precio de venta, niveles de producción, etc. Irónicamente, estos problemas proceden de un recurso en abundancia en el Medio Oriente -- petróleo -- no uno en carestía, como el agua. Las disputas sobre derechos fluviales pueden intensificarse en el Medio Oriente con respecto a los cursos de agua de corriente continua, ya que los estados corriente arriba tratarán de aprovechar al máximo el agua para la generación de energía y para desarrollos industriales y agrícolas. Las disputas sobre tales recursos escasos, en especial el agua, y también el terreno cultivable y la pesca, pueden ser aún más agravadas por el acelerado crecimiento de la región. RETOS A TRAVÉS DEL MEDIO ORIENTE Y MÁS ALLÁ La seguridad del Medio Oriente no está en peligro solamente debido a amenazas desde el interior de la región. Algunos estados del Medio Oriente también amenazan o son amenazados por eventos que cruzan las fronteras regionales. Por ejemplo, Egipto se siente amenazado por el régimen islámico radical de Sudán, tanto debido a preocupaciones de que la revolución sudanesa podría ser exportada y las implicaciones de la hostilidad sudanesa en el control del Nilo. Un riesgo paradójico para EE.UU. como arbitro más importante de la seguridad del Medio Oriente es el alto valor que los estados de esta región depositan en nuestro comprometimiento en sus conflictos locales. Mientras tanto, la desaparición del prospecto de que la intervención en disputas locales podría provocar una confrontación global con los soviéticos puede hacer que seamos más susceptibles a tales esfuerzos. Otra complicación para nuestra capacidad para atender nuestros retos en el Medio Oriente es que en ocasiones los intereses de nuestros aliados occidentales no son los nuestros. Aun donde los intereses estratégicos son complementarios, la búsqueda de intereses económicos en conflicto en ocasiones afecta la cooperación con nuestros aliados y con otros países amigos alrededor del mundo. Nuestra política hacia la región es vulnerable a asuntos de sucesión y posible inestabilidad en varios estados claves. Los cambios radicales en tales estados, en especial el

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surgimiento de estados hostiles, podrían tener un impacto serio en nuestras iniciativas y operaciones, en especial el acceso a las infraestructuras militar y de transporte. La influencia militar de EE.UU. puede ser reducida mediante limitaciones en la disponibilidad de fondos de asistencia de seguridad, ya sea para la modernización de las fuerzas militares locales para facilitar su interoperabilidad con nosotros, o para acceso y otras formas de cooperación. Las reducciones en los presupuestos de asistencia al exterior también limitarán el uso de asistencia de seguridad en favor del proceso de paz.

COMPROMISOS DE DEFENSA EN EL MEDIO ORIENTE: ESTRATEGIA Y FUERZAS

La aproximación estratégica básica de EE.UU. hacia el Medio Oriente es una de compromiso, presencia avanzada y reacción rápida. Buscamos sostener o adaptar los socios de seguridad con estados claves a través de la región, ampliar las labores culturales y económicas de estas relaciones oficiales, y promover un arreglo pacífico de las disputas regionales antes de convertirse en conflictos abiertos que amenazan nuestros intereses. Para disuadir la agresión y asegurar que se pueda llevar a cabo esta política de enfrentamiento en una atmósfera segura, mantenemos una substancial presencia militar en la región. Finalmente, de fallar la disuasión, hemos y continuamos mejorando nuestra capacidad para desplegar y aplicar una fuerza decisiva contra cualquier posible agresor. A la vez, comprendemos totalmente que ni EE.UU. ni sus socios pueden responsabilizarse de por sí la seguridad del Medio Oriente; serán necesarios esfuerzos colectivos. Sin embargo, estos esfuerzos deben presentarse dentro de un marco de seguridad que difiere, abiertamente, de aquellos en otras regiones donde EE.UU. tiene intereses nacionales vitales: EE.UU. no tiene tratado de defensa formal, multilateral o bilateral, con ninguno de los países del Medio Oriente. Más bien, nuestra tarea y compromisos aparecen en una acumulación de pronunciamientos públicos unilaterales, seguridad a líderes extranjeros de las intenciones de EE.UU, y una gama de convenios ejecutivos para acceso militar, preubicación, estado de fuerzas y asistencia de seguridad.

EL GOLFO PÉRSICO La estrategia de EE.UU. en el Golfo Pérsico tiene como finalidad alcanzar nuestros objetivos regionales, conteniendo a la vez a Iraq e Irán, mejorando las capacidades amigas y de EE.UU. para defender nuestros intereses compartidos y demostrando nuestra dedicación a la seguridad del Golfo. EE.UU. busca el cumplimiento iraquí con todas las resoluciones aplicables del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el surgimiento de un gobierno en Bagdad que respete los derechos humanos y no amenace la paz y la estabilidad del Golfo, y la preservación de la integridad territorial de Iraq. Simultáneamente, EE.UU. busca disuadir el aventurismo iraní político y militar; negar a Irán acceso a tecnología y armas de defensa sofisticadas, en especial WMD; promover consenso entre nuestros aliados y socios en cuanto a la necesidad de contener a Irán; y contrarrestar la subversión y el terrorismo patrocinados por Irán.

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Los Países del Consejo de Cooperación del Golfo: Arabia Saudita, Kuwait, Bahrein, Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Omán Con los estados del Consejo de Cooperación del Golfo perseguimos un acercamiento de cooperación en tres niveles hacia la seguridad del Golfo:

• Fortalecimiento de las capacidades locales de autodefensa;

• Fomento de la cooperación de defensa del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC) e inter-Árabe; y

• Mejoramiento de la capacidades de las fuerzas occidentales para regresar y

combatir eficazmente al lado de las fuerzas locales en una crisis.

Como parte de este acercamiento, el Ministerio de Defensa ayuda a sus socios del Golfo a alcanzar el balance apropiado al modernizar sus establecimientos militares. Por una parte, estamos alentándoles a responsabilizarse de su propia defensa. Por otra parte, deben evitar excederse tanto monetariamente como en la compra de fuerzas que no pueden mantener y operar. Arabia Saudita y Kuwait, en particular, han tenido que dedicar gran parte de sus recursos nacionales para financiar las mejoras de su equipo de defensa en vista de la Guerra del Golfo. Cuando se adiciona a las cargas financieras asociadas con el pago de la Guerra del Golfo en sí, representan problemas serios de circulación de efectivo. EE.UU. también reconoce su responsabilidad de asegurar que el equipo de defensa llegue solamente a los estados con necesidades de defensa legítimas. Se procede con las ventas de armas de EE.UU. a países del Golfo y al resto de mundo solamente después de hacer una evaluación cuidadosa de sus necesidades de seguridad y el efecto de las ventas en el balance regional. EE.UU. activamente solicita que los otros países exportadores de armas hagan lo mismo, y en especial que se abstengan de proporcionar armas de desestabilización a estados con récord de irresponsabilidad y de comportamiento agresivo, tales como Iraq e Irán. Estamos bastante preocupados con las recientes compras de submarinos KILO rusos y proyectiles chinos y norcoreanos por el Gobierno de Irán que no hace nada por ocultar su deseo de dominio del tráfico marítimo en el Golfo Pérsico. Al ayudar a los países moderados del Golfo a mejorar sus capacidades individuales, estamos también trabajando de cerca con ellos para vencer los impedimentos de mejor cooperación inter-árabe en la defensa de intereses compartidos en el Golfo. EE.UU. ha aplaudido la decisión del Consejo de Cooperación del Golfo de aumentar su fuerza PENINSULA SHIELD y celebrar más ejercicios multilaterales. También creemos que se deben llevar a cabo otras formas, en menor escala, de cooperación militar. Seguiremos trabajando con los estados del GCC para mejorar su capacidad de autodefensa individualmente y en conjunto. El tercer nivel de nuestro acercamiento estratégico a la seguridad del Golfo Pérsico -- mejorando la capacidad de EE.UU. y de otras fuerzas de la colación para desplazamiento a la región con rapidez y combatir conjuntamente con las fuerzas del país -- ha demostrado el mayor progreso, pero sigue siendo uno de los más esenciales. Antes de la Operación ESCUDO DEL DESIERTO, las fuerzas militares de EE.UU. disfrutaban de derechos de preubicación significativos en solamente un país del Golfo, Omán, que era a la vez el único miembro del GCC que participaba regularmente en ejercicios combinados con fuerzas de

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EE.UU. Desde la guerra, hemos firmado convenios de cooperación de defensa con cuatro miembros más del GCC que proporcionan el marco para la preubicación, acceso a instalaciones y ejercicios combinados, y son la base para tanto nuestra presencia en tiempo de paz como nuestra capacidad para regresar rápidamente en casos de crisis. Además, contamos con programas de ejercicios bilaterales con cada uno de los estados del GCC que hubieran sido impensables antes de la guerra. EL LEVANTE Y EL MEDITERRÁNEO ORIENTAL La estrategia de EE.UU. hacia el conflicto Árabe-Israelí comprende esfuerzos diplomáticos hacia una paz negociada, asistencia de seguridad para fomentar confianza, iniciativas de control de armas y relaciones bilaterales activas con Israel y sus vecinos árabes. El logro de una paz comprensiva es esencial para la protección de los intereses de EE.UU. y es una meta hacia la cual debemos sostener nuestra vigorosa diplomacia y apoyo. Tal acuerdo permitirá que israelíes y palestinos sean integrados en la vida económica y estratégica de la región, mejorando la prosperidad regional y reduciendo las motivaciones y oportunidades para conflicto desestabilizador. La tarea principal del Ministerio de Defensa en esta estrategia es ayudar a crear una situación que facilita el proceso de paz, trabajando de cerca con personal de seguridad de EE.UU. y otros países regionales. Un ejemplo es nuestra contribución a la labor de la Fuerza Multinacional y Observadores (MFO), establecida por un protocolo al tratado de paz Israelí-Egipcio de 1979, con la misión de observación e informe de disposiciones de seguridad establecidas por el tratado. La MFO cumple esta misión operando puntos de comprobación, patrullando las fronteras internacional en el Sinaí y el Estrecho de Tirán, y viajando a través del área para verificar que las fuerzas de Israel y Egipto cumplen con las limitaciones convenidas de personal, equipo y desplazamientos. EE.UU. asigna unos 1,000 soldados (un batallón de infantería y una unidad de apoyo logístico) a esta fuerza en forma continua. El personal norteamericano también participa, como observadores militares con la Organización de Supervisión de la Tregua de las Naciones Unidas (UNTSO) en Siria, Jordania, Egipto e Israel, originalmente establecida después de la Guerra Árabe-Israelí de 1948. Estas fuerzas de pacificación mejoran la confianza de los estados regionales de que los acuerdos que ponen fin a las hostilidades serán fielmente observados, ayudando a fomentar una atmósfera de confianza que permite que el proceso de paz avance. El Presidente ha expresado nuestra anuencia, después de consultar con el Congreso, a considerar que las tropas de EE.UU. desempeñen una tarea similar, si ambos bandos lo desean, en apoyo del acuerdo de paz entre Israel y Siria. El Ministerio de Defensa también ha estado participando en la búsqueda de paz proporcionando equipo no letal excedente a la fuerza de policía de Palestina creada por la Declaración de Principios de septiembre de 1993, y aceptada por el Gobierno de Israel y la Autoridad Palestina. Paralelamente con estos esfuerzos, también buscamos iniciativas en las áreas de asistencia de seguridad y control de armas que pueden contribuir de diferentes maneras en la creación de un ambiente seguro. La asistencia de seguridad está ideada para hacer que Israel y otros países regionales se sientan suficientemente seguros militarmente para tomar riesgos en busca de la paz. Dados los decrecientes recursos y la necesidad de apoyar a otros clientes de asistencia de seguridad en todo el mundo, debemos desarrollar formas innovativas para el cumplimiento de esta tarea. En el área de control de armas, recalcamos la necesidad de evitar la propagación de WMD y sus sistemas de lanzamiento asociados.

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Israel EE.UU e Israel firmaron en 1988 un memorándum de acuerdo sobre cooperación estratégica que reflejaba, como el vocero de la Casa Blanca dijo en ese entonces, “el compromiso permanente a la seguridad de Israel”. Continuamos fortaleciendo esta sociedad estratégica en áreas que aseguran la seguridad de Israel y el fortalecimiento militar, acomodando a la vez cualesquier disposiciones de seguridad que pueden surgir del proceso de paz. A este fin, EE.UU. ha estado proporcionado, desde 1986, $1800 millones anualmente a Israel para compras de material de defensa. Ayudamos a Israel a estirar aún más su presupuesto de defensa poniendo a su disposición artículos de defensa adicionales de acuerdo con diversas leyes. También tenemos varias disposiciones de comportamiento de tecnología, tales como los programas de investigación y desarrollo, en los cuales Israel es elegible para participar como país designado no-aliado de la OTAN. El más importante de estos es el programa ATBM (misil balístico antitáctico) ARROW emprendido conjuntamente por EE.UU. e Israel. La Fuerza de Defensa de Israel reconoce que no puede ya encaminar su planificación de defensa a largo plazo exclusivamente en las capacidades de sus vecinos árabes inmediatos. Trabajaremos con Israel al tratar con el mundo cambiante de medios limitados, nuevas amenazas de países como Irán, y la necesidad de relaciones constructivas con los palestinos y otras naciones árabes. El enfoque de Israel en defensa aérea (a incluir la adquisición de aeronaves F-151 avanzadas) y sistemas ATBM refleja aceptación de los nuevos retos regionales. Además, la planificación combinada y los ejercicios entre fuerzas de EE.UU. e Israel y la ubicación en Israel de pertrechos de acuerdo con el programa Existencias de Reserva de Guerra para los Aliados ayuda a asegurar que Israel mantenga su ventaja militar cualitativa contra las amenazas a largo plazo en la región. Egipto EE.UU. ha enfocado su cooperación estratégica con Egipto en el fomento de la capacidad de las fuerzas armadas egipcias para defensa del país contra amenazas externas, asegurando que EE.UU. retenga acceso estratégico al Canal de Suez y otras instalaciones egipcias, y alentando al Gobierno de Egipto a encontrar como tratar constructivamente con las diversas fuerzas sociales y políticas del país. Para esto, proporcionamos a Egipto 1300 millones en financiamiento militar extranjero anualmente. Al alentar la reconstrucción militar bien planificada, reforma económica a largo plazo y tolerancia de la disidencia, EE.UU. fortalecerá una importante relación de seguridad y ayudará a asegurar la influencia positiva continua de Egipto en asuntos regionales. A la vez, la participación de EE.UU. en la modernización de las fuerzas de Egipto mejorará su interoperabilidad con las fuerzas norteamericanas y de otras naciones occidentales y facilitará las continuas contribuciones egipcias a la guerra de coalición (como en TORMENTA DEL DESIERTO) y operaciones de mantenimiento de la paz.

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Jordania Con la firma y la ratificación del histórico tratado de paz Israel-Jordania, estamos en medio de un esfuerzo por ayudar a reconstruir y modernizar las fuerzas armadas de Jordania para hacer frente a los retos del próximo siglo. La Administración está comprometida en la ayuda a Jordania para hacer frente a sus legítimas necesidades de defensa en el contexto de la paz regional. Sin embargo, en vista de las realidades fiscales en ambos bandos, la relación de defensa conjunta con Jordania se debe basar en gran medida en percepciones estratégicas compartidas, adiestramiento y ejercicios combinados e intercambio de inteligencia. La actitud positiva de Jordania en relación con la crisis de octubre de 1944 provocada por los movimientos de tropas iraquíes hacia la frontera de Kuwait, junta con el estado de paz con Israel, ha facilitado la renovación de las relaciones militares entre EE.UU. y Jordania. La capacidad de Jordania para desempeñar un papel en seguridad regional, de acuerdo con las capacidades de sus fuerzas armadas, dependerá de que se pueda superar tensiones con varios estados claves del Golfo sobre el apoyo brindado a Iraq por Jordania durante la guerra. Siria Siria es ahora el único de los vecinos inmediatos de Israel que todavía representa una amenaza militar convencional abierta, aun cuando es una amenaza que las fuerzas de Israel pueden enfrentar en cualesquier circunstancias previsibles. Siria también posee una substancial fuerza de misiles balísticos que pueden alcanzar blancos en Israel. Todavía está en la lista del Ministerio de Defensa de estados que patrocinan el terrorismo. Por otra parte, Damasco desempeñó un papel constructivo en la Guerra del Golfo de 1990, enviando una división blindada y un regimiento de fuerzas especiales para participar en la liberación de Kuwait y en el cumplimiento riguroso de las sanciones de las Naciones Unidas contra Iraq. Además, Siria ha participado en negociaciones cara a cara con Israel desde la Conferencia de Madrid, aunque todavía sin solución. La postura radical histórica de Siria y su condición como cliente de lo que anteriormente era la Unión Soviética han impedido cualesquier relaciones de defensa con EE.UU. desde hace varios años. El Líbano El Ministerio de Defensa está prestando apoyo al restablecimiento de las Fuerzas Armadas Libanesas (LAF) como fuerza de seguridad mediante transferencias de artículos de defensa excedentes apropiados. De acuerdo con el apoyo de EE.UU. para la retirada de todas las fuerzas extranjeras de el Líbano, queremos asumir responsabilidad por la seguridad en todo el país. La dirección a largo plazo de los esfuerzos de EE.UU. dependerá, en gran medida, del progreso en la participación de Siria y el Líbano en el proceso de paz. ÁFRICA DEL NORTE Tres retos a los intereses de EE.UU. en el Medio Oriente son especialmente relevantes a África del Norte: extremismo islámico, terrorismo y proliferación. En cierto sentido éstos están interrelacionados, con el radicalismo alimentando el terrorismo y el régimen peligroso libio comprometido en actividades tanto de terrorismo como de proliferación.

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Libia Aunque Muammar al Gadafi retiene el poder y sigue retando los esfuerzos internacionales por obligar su cumplimiento con las normas de comportamiento aceptadas, la amenaza que representa sus fuerzas, tanto para sus vecinos como para la libertad de la navegación en el Mediterráneo, ha disminuido desde la década de los 80s. El Ministerio de Defensa apoya las sanciones internacionales contra el régimen de Gadafi. Las sanciones tienen como finalidad asegurar el cumplimiento con las demandas de las Naciones Unidas en el sentido de entregar los sospechosos del bombardeo del avión de la Pan Am l03 para juicio ya sea en Escocia o en los Estados Unidos. Marruecos y Túnez Marruecos y Túnez son los dos socios claves de seguridad de los EE.UU. en África del Norte. Túnez está ligeramente amenazado por un movimiento islámico extremista conocido como An Nahda. Las medidas tomadas por la policía y las fuerzas militares contra los extremistas gozan de apoyo popular, aunque a un precio considerable en términos de derechos humanos. Estas medidas, combinadas con una economía próspera, mitigan cualquier peligro inmediato de ventajas principales por los extremistas islámicos en Túnez. Mantenemos fuertes relaciones militares con tanto Marruecos como con Túnez. En particular, las relaciones con Marruecos fue mejorada por el rápido apoyo y participación de esta nación en las operaciones de coalición después de la invasión iraquí de Kuwait. Nuestras relaciones con ambos países incluyen una gama completa de adiestramiento, acceso de EE.UU. a puertos e instalaciones, venta de equipo de defensa, ejercicios combinados y conversaciones entre militares anualmente. Argelia Mientras que el islamismo extremista representa retos en todo el Medio Oriente, en ninguna parte es más obvio que en Argelia, donde la insurrección islamista es complementada con una combinación de un sistema político y una débil economía. Como resultado, Argelia es un estado en peligro en una situación de casi guerra civil. El movimiento para implementar las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional indica que los funcionarios oficiales han empezado a hacer ajustes económicos que podrían remediar alguna insatisfacción y alcanzar apoyo popular, aunque todavía es esencial la vigencia de reformas políticas fundamentales, precedidas por un diálogo entre todas las facciones anuentes a renunciar a la violencia. Los enlaces del Ministerio de Defensa con las fuerzas armadas de Argelia consisten principalmente en el financiamiento de adiestramiento militar para unos 10 estudiantes argelinos, por año, con el fin de promover profesionalismo militar y respeto por la autoridad democrática y los derechos humanos. ATENDIENDO EL RETO DE LA PROLIFERACIÓN En el Medio Oriente, al igual que en otras áreas, evitar que los estados obtengan armas nucleares, químicas y biológicas y sus sistemas de lanzamiento es nuestra primera línea de defensa contra las amenazas que representan estas armas de desestabilización de destrucción masiva. Alcanzamos esta meta a través de esfuerzos de no proliferación, a incluir la red de regímenes y los controles de exportación que tratan de formar normas contra la proliferación y

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asegurar que la tecnología requerida para el desarrollo de WMD no sea de fácil obtención por los países de mayor preocupación para nosotros. También tratamos de reducir los incentivos de adquisición de WMD desintensificando los conflictos regionales donde sea posible. Desafortunadamente, a pesar de nuestros mejores esfuerzos, ciertos estados inevitablemente adquirirán WMD en un momento dado. Esto fue demostrado por Iraq antes de la Guerra del Golfo, y confirmado por los continuos esfuerzos de Irán y los intentos de Bagdad por evadir los controles internacionales. Dada la probabilidad de que en algún momento tales armas estarán en poder de nuestros posibles adversarios, debemos asegurarnos de que las fuerzas de EE.UU. puedan combatir eficazmente contra un enemigo en poder de esas armas; no podemos permitir que un oponente socave nuestra capacidad de protección en una región tan importante como lo es el Medio Oriente. LAS FUERZAS DE EE.UU. EN EL MEDIO ORIENTE Presencia Avanzada Un componente central de la estrategia de EE.UU. en el Medio Oriente es el mantenimiento y mejoramiento de nuestra capacidad para proteger nuestros intereses con fuerzas militares. La presencia en tiempo de paz de fuerzas navales, aéreas y terrestres es un aspecto de esta capacidad y es un símbolo clave de nuestro compromiso de disuasión de los agresores regionales. También nos permite adiestrarnos con las fuerzas locales y mejora nuestra capacidad de desplazamiento de fuerzas adicionales con rapidez sin contar con bases permanentes. A pesar de la necesidad de mantener tal presencia, el Medio Oriente se caracteriza por la ausencia de bases militares norteamericanos permanentes. Nuestra presencia, más bien, consiste en una diversidad de fuerzas de desplazamiento temporal, lo que hemos mejorado desde la Operación VIGILANT WARRIOR de octubre de 1994. Por más de 40 años, la presencia de EE.UU. en el Golfo Pérsico ha incluido fuerzas de superficie navales, formadas por de 2 a 6 embarcaciones de superficie, más embarcaciones de apoyo. En tiempos recientes, normalmente hemos mantenido una agrupación de combate de portaaviones y una agrupación anfibia en estado de listeza, ya sea en el mismo Golfo Pérsico o lo suficientemente cerca para responder rápidamente en casos de crisis. Las fuerzas en Europa y el Mediterráneo, donde históricamente hemos mantenido una agrupación de combate de portaaviones y una agrupación anfibia en estado de listeza, son la presencia de EE.UU. en apoyo de los intereses en el Medio Oriente y al oeste del Canal de Suez que con rapidez se puede movilizar al Mar Rojo o a donde sea necesario de acuerdo con la situación. Nuestra presencia militar en el Medio Oriente ha aumentado dramáticamente desde la invasión de Kuwait en 1990. Desde entonces, en contraste, cantidades substanciales de aviones de combate en operación desde la Península Arábica y Turquía han puesto en vigencia dos zonas de prohibición de vuelo sobre Iraq, al norte del paralelo 36 y sur del paralelo 32, con el fin de conocer la situación y disuadir los intentos por el Gobierno de Iraq por violar los derechos humanos de sus ciudadanos en oposición de la Resolución 688 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Además, con la aprobación de la Resolución 949 del Consejo de Seguridad en octubre de 1994, las aeronaves de EE.UU. e Inglaterra vigilan ahora el sur de Iraq en busca de intentos iraquíes por fortalecer sus fuerzas terrestre en violación de esa resolución. Otro contraste con el período pre-1990 es que EE.UU. también mantiene una representación (fuerzas terrestres) en la región del Golfo, principalmente a través de un programa de ejercicios combinados con los estados del GCC y nuestros otros socios de la

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coalición. Este programa nos permite rotar las unidades de combate del Ejército y la Infantería de Marina periódicamente sin tener que establecer bases permanentes. Antes de la Guerra del Golfo, solamente las fuerzas terrestres de Omán participaban en ejercicios con sus contrapartes norteamericanos. Desde la guerra, hemos establecido programas de ejercicios con todos los países del golfo. Además de estos programas de ejercicios, existen otros dos aspectos significativos de la presencia de fuerzas terrestres de EE.UU. en la región desde la Guerra del Golfo. Primero, en relación con las operaciones aéreas SOUTHERN WATCH, el Ejército de EE.UU. mantiene capacidad de defensa antiaérea con misiles PATRIOT en Arabia Saudita. Estas unidades se pueden reasignar con rapidez en respuesta de la cambiante amenaza. Segundo, en el norte de Iraq, un reducido, aunque importante, Comité de Coordinación Militar (MCC) con personal militar de EE.UU, Turquía, Inglaterra y Francia está sobre el terreno como parte de la Operación OFRECIMIENTO DE ALIVIO, donde evalúa las condiciones locales, a incluir el respeto de Iraq para la zona de seguridad definida por la coalición. En el mar, la Marina de EE.UU. tiene el componente más numeroso de la Fuerza de Interceptación Multinacional (MIF) de cumplimiento de las sanciones económicas contra Iraq. Desde octubre de 1994, las embarcaciones de la Marina norteamericana han interceptado y desviado un número siempre mayor de embarcaciones que intentan exportar petróleo y otros artículos de Iraq, en violación de las sanciones de las Naciones Unidas. Más importante, las fuerzas de EE.UU. están siempre listas para responder una vez más, de ser necesario, a las violaciones del acuerdo de cese de fuego y a las resoluciones asociadas del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Reacción Acelerada La presencia de fuerzas en tiempo de paz nos ofrece la capacidad para responder de inmediato a amenazas y provocaciones, y es la base para una reacción eficaz a un reto militar en gran escala. Sin embargo, a pesar de que estas fuerzas están por encima de la norma histórica de presencia norteamericana en el Medio Oriente, no están, de por sí, ideadas para hacer frente a un ataque en gran escala contra nuestras áreas de interés vital. Mientras que ellas, conjuntamente con las fuerzas locales, proporcionarían el marco en el cual descansaría tal defensa, un conflicto regional principal como otra invasión iraquí de Kuwait o Arabia Saudita requeriría el envío de grandes cantidades de fuerzas de EE.UU. y de la coalición desde afuera del Golfo. Para eso, dependemos de una combinación de equipo preubicado en diversos países del Medio Oriente y a flote, mejoras de las capacidades de transporte aéreo estratégico, ejercicios continuos para mejorar la interoperabilidad con las fuerzas locales y convenios de acceso con diversos socios de la región. Uno de los pasos más importantes que hemos tomado para acortar el tiempo necesario para contar con una fuerza digna en una situación de crisis es preubicar equipo pesado y de manejo engorroso de manera que las unidades puedan llegar por vía aérea rápidamente, obtener el equipo ya ubicado y estar lista para combatir en cuestión de días y no de semanas. El Servicio de Infantería de Marina ha contado con equipo preubicado, para una brigada expedicionaria, almacenado con un escuadrón a flote en el Oceano Indico desde antes de las Operaciones ESCUDO DEL DESIERTO y TORMENTA DEL DESIERTO. Desde la guerra, el Ejército de EE.UU. ha preubicado un juego de equipo para una brigada blindada completa en Kuwait y otro juego de brigada a flote dentro de siete días de camino al golfo. Otras siete embarcaciones están repletas de equipo adicional para las unidades del Ejército y de la Fuerza

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Aérea. Se están tomando los pasos del caso para la preubicación de otro juego de equipo de brigada pesada, además de lo que está en Kuwait, a flote en la región del Golfo. Un tercer juego puede ser ubicado en la playa, de acuerdo con las negociaciones en curso con posibles países huéspedes, o a flote de ser necesario. COMPARTIENDO LA CARGA: CONTRIBUCIONES DE LA COALICIÓN CON LA SEGURIDAD REGIONAL Aun cuando los EE.UU. no tienen aliados formales en el Medio Oriente, sí cooperan de cerca con muchos países dentro y fuera de la región que comparten las responsabilidades de seguridad cooperativa. Como se dijo anteriormente, Egipto, Siria y Marruecos, al igual que los países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo, contribuyeron fuerzas para la defensa de Arabia Saudita y la liberación de Kuwait en 1990-91. Además, Bahrein y la UAE enviaron fuerzas a Kuwait en octubre de 1994 en respuesta a una amenaza iraquí. Trabajamos de cerca con los países del GCC en nuestros programas de preubicación y ejercicios multilaterales; no solamente participan abiertamente en estos esfuerzos combinados, sino que varios de ellos hacen contribuciones importantes con los gastos de las operaciones de EE.UU, ya sea ofreciendo el debido apoyo o responsabilizándose monetariamente por parte de los gastos de almacenamiento y mantenimiento del equipo preubicado. Es importante, al evaluar las contribuciones hechas por los países regionales, tener presente la relativamente reducida base económica de la cual se financian estas contribuciones. Aun los seis miembros del GCC, generalmente considerados fabulosamente ricos, tienen un gasto económico combinado casi igual al de los seis estados de Nueva Inglaterra. Además, los socios de seguridad de EE.UU que afrontan las amenazas más serias --Israel y los estados moderados del Golfo -- tienen menos población del cual llenar las filas de sus fuerzas armadas que sus posibles adversarios. No obstante estas limitaciones, los principales socios de los Estados Unidos responden por una proporción substancial de la carga de defensa. Los gastos de defensa tomados como un porcentaje del producto bruto doméstico fluctúan entre 4% en el caso de Marruecos y Tunisia (más que la mayoría de los miembros de la OTAN) y más de 10% en los casos de Arabia Saudita, Omán e Israel. Lo mismo es cierto en el caso de potencial humano. Ocho de nuestros 11 socios principales en el Medio Oriente tienen una proporción más alta de su población en las filas militares que el miembro típico de la OTAN. A pesar de la onerosa carga de los gastos de defensa en las economías regionales, estos países raras veces cuentan con armas de más, de acuerdo con las normas regionales. Por ejemplo, las fuerzas armadas de los seis miembros del GCC juntos componen el equivalente de menos de 8 divisiones. En contraste. Irán e Iraq poseen, cada uno, más de dos veces esa cantidad de fuerzas terrestres. A parte de proporcionar fuerzas de combate, los socios de EE.UU. en el Medio Oriente también contribuyen con la seguridad regional proporcionando a las fuerzas de EE.UU. el uso de instalaciones, derechos de tránsito y otras formas de acceso. Dentro del Golfo Pérsico, Bahrein ha proporcionado instalaciones portuarias para las fuerzas navales norteamericanas desde 1948. También es la sede del Cuartel General del Comando Central de las Fuerzas Navales de EE.UU, proporciona instalaciones para la preubicación de equipo y ha otorgado acceso rápido para las aeronaves militares norteamericanas cuando sea necesario. Omán ha permitido a los Estados Unidos preubicar equipo y contar con acceso de emergencia a sus bases desde 1980, disposición que ha demostrado su valor repetidamente en el transcurso de los años. Ambos países cumplieron estos compromisos durante períodos cuando la

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cooperación con EE.UU. conllevaba serios riesgos políticos, y este hecho indica la dedicación de los líderes de Bahrein y Omán y la fortaleza de sus relaciones. De acuerdo con un Acuerdo de Cooperación de Defensa firmado el 1991, Kuwait no solamente permite a EE.UU. preubicar equipo para una brigada pesada, sino también paga por las instalaciones de almacenamiento, mantenimiento del equipo y costos de operación de las unidades de EE.UU. enviadas a Kuwait para participar el ejercicios con Kuwait y otras fuerzas amigas. También se han firmado acuerdos de cooperación de defensa para permitir el acceso y la preubicación en Bahrein, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos. En otras áreas del Medio Oriente, otros socios de seguridad de EE.UU. también contribuyen con la defensa regional en formas que no se pueden medir en términos de fuerzas militares. Muchos permiten la preubicación de equipo militar norteamericano en su terreno y acceso a sus bases en tiempos de crisis. Egipto desempeña un papel especialmente importante en este aspecto. Ha sido mediante el permiso y el tránsito de emergencia del Canal de Suez como Egipto ha hecho importantes contribuciones a la seguridad regional. Además, varios de nuestros socios permiten a las fuerzas de EE.UU. el uso ilimitado de sus instalaciones de adiestramiento, lo que representa un beneficio de valor especial en un momento en que el uso de tales instalaciones en Europa hace frente a resistencia pública. El récord de países ajenos al Medio Oriente en la protección de la seguridad de esta región de importancia global ha sido variado por comparación. El Reino Unido y Francia han participado activamente en la seguridad regional durante una cantidad de años y siguen desempeñando funciones valiosas hoy día. Además de su participación en las Operaciones SOUTHERN WATCH y OFRECIMIENTO DE ALIVIO, Inglaterra y Francia mantienen fuerzas navales de tiempo de paz en el Golfo Pérsico y el Oceano Índico. Las embarcaciones de la Marina Real son participantes activos junto con sus contrapartes de EE.UU. en la Fuerza de Interceptación Multinacional en el Golfo. Inglaterra desplegó una unidad de infantería de marina de tamaño de batallón a Kuwait en octubre de 1944 en respuesta de la crisis presentada, mientras que Francia mantiene dos batallones de infantería permanentemente en Jibuti. Sin embargo, después de TORMENTA DEL DESIERTO, la mayoría de los otros países de la colación que habían enviado fuerzas al Golfo gradualmente las retiraron. EE.UU, el Reino Unido y Francia son ahora los únicos miembros extraregionales de la coalición con fuerzas en el Golfo. Como resultado, desde 1991 la carga de la defensa -- y el financiamiento de la defensa de -- del Golfo Pérsico la comparten, fuera de toda proporción, unos pocos países, a pesar del hecho de que todo el mundo tiene interés vital en la estabilidad de la región.

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SEGURIDAD DE ESTADOS UNIDOS Y EL FUTURO DEL MEDIO ORIENTE

El Medio Oriente ha sido una región arrasada por problemas desde la caída del Imperio Otomano y, en especial, desde el fin de la II Guerra Mundial. Aunque el futuro presagia mejoría, los retos que enfrenta la región son intimidantes por su complejidad. El Medio Oriente no solamente seguirá enfrentando enormes dificultades aún con el éxito del proceso de paz, sino que EE.UU. todavía contará con los mismos intereses de seguridad nacional en la región con o sin un acuerdo de paz. Salvo la presentación de un avance tecnológico sensacional en relación con recursos alternos de energía, el mundo estará todavía más dependiente del petróleo del Golfo Pérsico a principio del siglo XXI que en el presente. Siempre que EE.UU. sea una nación marítima y de comercio con interés globales, tendremos intereses en la protección de la libertad de la navegación y acceso a los mercados regionales. Siempre trataremos de proteger a nuestros ciudadanos en el exterior, promover los valores que son el núcleo de nuestra identidad nacional y apoyar los derechos humanos fundamentales en los cuales esos valores se fundamentan. Finalmente, tendremos intereses en la seguridad de aquellos estados del Medio Oriente con los cuales compartimos intereses importantes. Los amigos y enemigos pueden depender de la voluntad de EE.UU. por defender estos intereses, de ser necesario, con fuerza militar. Hemos demostrado esa voluntad repetidamente en la década pasada. Además, nuestra capacidad de defensa de la región, ya considerable tal como lo demuestra EARNEST WILL, TORMENTA DEL DESIERTO y GUERRERO VIGILANTE, aumenta constantemente. Seguiremos aplicando una variedad de medios e instituciones para promover la seguridad y estabilidad regional conjuntamente con nuestros amigos y aliados -- las Naciones Unidas, diplomacia multilateral y bilateral, y coaliciones ad hoc. Y seguiremos solicitando que los países cuyo bienestar nacional depende de la seguridad del Golfo, hagan una contribución aún mayor a su seguridad. Pero, en resumidas cuentas, permaneceremos preparados, como lo hemos hecho en el pasado, para defender los intereses vitales de EE.UU. en el Medio Oriente unilateralmente, de ser necesario. Ningún posible agresor debe dudar nuestra determinación. Al igual que el resto del mundo, el Medio Oriente está en proceso de cambio -- en ocasiones casi imperceptiblemente, en ocasiones demasiado rápido, y a menudo en forma inesperada. No obstante cuan problemático podemos esperar que sea el futuro de la región, su historia de conflicto e inestabilidad no tiene porque ser impredecible. Sin embargo, esto sí es cierto: será más difícil para el pueblo del Medio Oriente vencer el ciclo de violencia sin la participación económica, política y militar de EE.UU. Esto fue cierto cuando el mundo hizo frente a Saddam Hussein, es cierto en el proceso de paz, y podemos estar seguros que será cierto en los años venideros.

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Fundamentos de la Guerra Operacional C/M/S 500

Lección 4

Lectura C: Estrategia de Seguridad de Estados Unidos para Europa y la OTAN

Departamento de Defensa, Junio 1995

INTRODUCCIÓN

A través de la historia, Estados Unidos ha sido vinculado intrincadamente a Europa. El país ha influido en el equilibrio de poder y en la lucha entre las ideas rivales en Europa. Durante este siglo, el papel esencial de Estados Unidos ha sido subrayado mediante una Guerra Mundial contra la ultranacionalismo, otra Guerra Mundial contra el fascismo y la Guerra Fría contra el comunismo. Ya que hemos llegado al fin de la Guerra Fría, algunos creían que la lucha por el poder y las ideas en Europa se había concluido debido al triunfo de la democracia sobre el comunismo, y que una presencia estadounidense ya no sería necesaria. Sin embargo, sólo después de unos años, es evidente que la participación de Estados Unidos sigue siendo esencial para lograr la estabilidad europea. El establecimiento de sociedades democráticas tolerantes y el equilibrio de poder que les permite a los países europeos echar raíces y prosperar están en peligro. Los últimos cuatro viajes a Europa que hizo el Presidente Clinton el año pasado reflejan un hecho histórico continua: Estados Unidos ha sido un poder europeo, sigue siendo un poder europeo y continuará siendo un poder europeo. Europa representa la concentración más significativa de naciones y pueblos del mundo que comparten nuestro compromiso para establecer y fortalecer la democracia y las economías de mercado. La herencia e instituciones culturales de Estados Unidos se originan principalmente de raíces europeas. Nuestra alianza multilateral más importante -- La Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN)-- se concentra en la región. El continente también es uno de los centros mayores de poder económico del mundo y representa un mercado masivo de exportación para los productos estadounidenses. Por consecuencia, nuestro continuado bienestar político, cultural y económico está unido intrincadamente a Europa. Los conflictos locales, la inestabilidad política y económica interna y el resurgimiento de motivos históricos para quejarse han reemplazado el expansionismo soviético como el mayor obstáculo para la paz en Europa. Estados Unidos y sus aliados transatlánticos deben garantizar, de forma colectiva, que las democracias tolerantes echen raíces en todas partes de Europa y que las herencias no resueltas de conflictos pasados se contengan y se resuelvan. En este contexto, establecer una nueva estructura de seguridad para Europa comprende el desarrollo de un marco dentro del cual se fundan democracias estables, economías de mercado, y últimamente, una paz estable y justa por todo el continente. Si pensamos cumplir con nuestro objetivo de lograr una Europa pacífica, democrática, próspera e íntegra, tenemos que cooperar con nuestros aliados transatlánticos para extender la zona de estabilidad a la región en general. La Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, publicada en febrero de 1995, tiene por finalidad hacerle frente a este reto europeo. El objetivo de nuestra estrategia global es aumentar la comunidad de democracias de mercado mientras a la vez disuadir y contener

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una gama de amenazas contra nuestro país y nuestros intereses mediante enfrentamientos en conjunto con nuestros aliados. Puesto que esta estrategia se concentra en las nuevas amenazas y nuevas oportunidades, los objetivos más importantes de la estrategia son mejorar la seguridad manteniendo una fuerte capacidad de defensa y fomentando medidas cooperativas de seguridad, promover la democracia en el exterior, abrir los mercados extranjeros e incitar el crecimiento económico global. Este documento explica la forma en que la política de defensa de EE.UU. está promoviendo estos objetivos en Europa. Como se observará, estamos fomentando nuestra estrategia de seguridad no sólo a través de la OTAN, sino también por otros institutos militares multinacionales tales como la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE). Además, estamos apoyando los esfuerzos independientes pero complementarios de nuestros aliados y amigos en la Unión Europea y las relaciones bilaterales que han desempeñando un papel muy importante en la cooperación entre Estados Unidos y Europa por más de cuarenta años. Nuestra visión respecto a la seguridad transatlántica es un sistema de institutos y relaciones vinculadas establecidas por el compromiso común para promover la democracia, los derechos individuales y el imperio de la ley: una Europa que, por primera vez desde el establecimiento de las naciones, no será dividida por conflictos violentos o animosidades prolongadas.

LOS INTERESES PERDURABLES DE ESTADOS UNIDOS EN EUROPA

LOS INTERESES VITALES DE EE.UU. EN EUROPA

Intereses Políticos y de Seguridad Estados Unidos tiene intereses vitales en una Europa que sea democrática, íntegra, estable, próspera, abierta para el comercio y oportunidades para invertir y que fomente la cooperación política, económica y militar con Estados Unidos en Europa y en otras regiones del mundo. La cooperación transatlántica es muy importante no sólo para promover nuestros intereses mutuos en Europa, sino también para resolver los problemas globales. Estados Unidos y sus aliados de la OTAN desempeñan papeles principales en los institutos más importantes y se esfuerzan por desarrollar las herramientas necesarias para ordenar y definir la comunidad internacional. Estos países constituyen tres de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, seis de los siete naciones miembros del grupo G-7 de los principales países industrializados y la mayoría de los miembros del consejo del Fondo Monetario Internacional. Nuestros aliados transatlánticos brindan mucha ayuda internacional y asistencia al desarrollo en todas partes del mundo. La dirección estadounidense relativa a los asuntos de seguridad europea no sólo influye en nuestras perspectivas y las de los aliados respecto al consenso general de los asuntos principales de defensa, sino también facilita la cooperación y le ofrece a Estados Unidos influencia en los otros foros importantes. Debido a su nivel de logros tecnológicos, sus sistemas democráticos estables, sus capacidades militares, su riqueza y otros factores, nuestros aliados europeos inevitablemente desempeñan funciones importantes en enfrentar los riesgos a la seguridad y bienestar de Estados Unidos. Además, el fracaso del totalitarismo y el compromiso de los anteriores países comunistas de Europa para establecer instituciones políticas democráticas y economías de mercado libre representan una oportunidad histórica para ampliar el círculo de naciones que lo

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considera conveniente cooperar en proseguir objetivos comunes. Si el proceso de hacer reformas logra éxito, aumentará aun más la importancia de Europa como partidario en hacerle frente a los problemas del mundo. Por consecuencia, Estados Unidos continuará su interés en mantener influencia en las decisiones y políticas de los gobiernos y organizaciones multinacionales de Europa. La OTAN, la incorporación institucional de la asociación transatlántica, ha sido el elemento clave en mantener la paz general en Europa por más de 45 años, lo cual representa un logro inigualado por ninguna otra organización internacional. Mantener la viabilidad y vitalidad de la OTAN como instituto que tiene capacidad para disuadir y defender cualquier ataque contra sus miembros resulta crítico en cuanto a los intereses norteamericanos en la región. La clave para el éxito de la OTAN es la estructura integrada militar de comando, a través de la cual las fuerzas de la Alianza cooperan, adiestran y planean en conjunto para lograr la defensa común. Intereses económicos Un aspecto de la importancia de Europa para la seguridad nacional de EE.UU. que a menudo se pasa por alto son los grandes beneficios económicos que reciben los norteamericanos de nuestra relación cooperativa con esta región próspera y dinámica. Dentro de la “zona de estabilidad” defendida por la OTAN, Estados Unidos y sus aliados han establecido excelentes vínculos económicos que han resultado en grandes beneficios mutuos. Estas relaciones generan trabajos para los obreros estadounidenses, mercancías de calidad para los consumidores norteamericanos e inversiones y ganancias para las compañías norteamericanas. La presencia militar estadounidense en Europa y las contribuciones que hacen nuestros aliados a la defensa representan los requisitos para el ambiente estable de seguridad en que se fomentan estos beneficios económicos. Proseguir una política que comparte la responsabilidad de defender nuestros intereses mutuos con nuestros aliados transatlánticos, Estados Unidos reduce sus propios costos de defensa y aumenta la seguridad de sus intereses económicos vitales. Ampliar la “zona de estabilidad” no sólo disminuirá la amenaza de inestabilidad que les hacen daño a nuestros intereses económicos en Europa, sino también incrementará el valor de aquellos intereses a medida que el establecimiento de nuevos mercados resulta en nuevas oportunidades de comercio e inversión para los norteamericanos. El resultado de emplear medidas de seguridad tan prudentes en Europa central y oriental probablemente será paralelo a los beneficios económicos que se originan de nuestra relación de seguridad de 40 años de duración con nuestros aliados de la OTAN; aumentando las oportunidades de empleo, la selección ampliada de productos y las inversiones y exportaciones provechosas. Intereses sociales y culturales La mayoría de los norteamericanos afirman que son de linaje europeo y que tienen origen étnico. Durante el censo efectuado por Estados Unidos en 1990, se contaron 249 millones de personas, de los cuales 143 millones afirmaron que eran de linaje europeo--el 87 por ciento de aquéllos que indicaron ascendencias extranjeras específicas y el 57 por ciento de la población total. Es más, existe un sinnúmero de profundos vínculos históricos y político-filosóficos entre Estados Unidos y Europa. Esta relación y los intereses mutuos de seguridad que Estados Unidos defiende con sus aliados son de suma importancia para el pueblo norteamericano.

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OBJETIVOS FUNDAMENTALES Al nivel más básico, nuestros objetivos nacionales son proteger las vidas y la seguridad personal de los ciudadanos de Estados Unidos, así como también sus valores, libertades, instituciones y prosperidad. La forma más segura de lograr estos objetivos básicos es que Estados Unidos y los países libres de Europa conserven, adapten y extiendan los mecanismos actuales de cooperación y coordinación de políticas, estableciendo así una base más firme sobre la cual proseguir fines comunes. Dada la gran importancia de Europa para Estados Unidos, hay ciertos objetivos que son de importancia especial para este país respecto a sus relaciones con las naciones de Europa y que determinan la estrategia de estas relaciones: o Continuar el compromiso de nuestros aliados para fomentar principios democráticos, impidiendo la renacionalización de las políticas extranjeras y de defensa, fortaleciendo las relaciones económicas constructivas y vitales para nuestra prosperidad y manteniendo una relación estrecha y cooperativa de seguridad para tratar los problemas globales;

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Ciudadanos Norteamericanos que Afirman Ser de Linaje Europeo o de Origen Étnico

Millones Por Ciento Alemán 45.6 18.3 Irlandés 22.7 9.0 Inglés 22.7 9.0 Italiano 11.3 4.5 Polaco 6.5 2.6 Francés 6.2 2.5 Escocés 4.3 1.7 Holandés 3.5 1.4 Escocés 3.3 1.3 Sueco 2.9 1.2 Noruega 2.5 1.0 Galés 1.0 0.4 De otros países occidentales de Europa 5.1 2.1 Anterior Yugoslavia 0.8 0.3 3 Países Bálticos 0.6 0.2 De otros países orientales de Europa 3.5 1.4 TOTALES 142.5 56.9 Origen: Censo de Estados Unidos de 1990 o Disuadir y defender contra las amenazas al territorio de los miembros de la OTAN; o Ayudar a consolidar las reformas democráticas y de mercado en la región oriental y ayudar a fomentar la estabilidad solicitando la participación de las nuevas democracias europeas en una red creciente de relaciones de seguridad, tanto bilaterales como multilaterales; o Impedir la proliferación global de armas de destrucción en masa en cooperación activa con los estados avanzados tecnológicamente del Canadá y Europa; o Disuadir la extensión de la inestabilidad de Europa, especialmente en algunos países bálticos y en los anteriores países soviéticos donde el fin del comunismo ha resultado en la reaparición de viejas lesiones; o Desarrollar las capacidades efectivas para contener y resolver los conflictos regionales, inclusive las capacidades militares de mantenimiento e imposición de paz; o Conservar y mejorar la eficacia de las organizaciones europeas de seguridad, especialmente la OTAN, como medio principal para el liderazgo e influencia continuada de Estados Unidos en lo que respecta a los asuntos de seguridad en Europa.

Importancia económica de Europa

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o Casi tres millones de ciudadanos norteamericanos trabajan en empresas europeas en Estados Unidos, y 1.5 millones de obreros norteamericanos se sostienen por los productos estadounidenses exportados a Europa. o Aproximadamente el 50% de todas las inversiones directas estadounidenses en el exterior se realizan en Europa, y más del 60% de las inversiones directas extranjeras que se realizan en Estados Unidos son de Europa. o Europa posee más del producto internacional bruto que cualquier otra región--en 1992, el 35% según las tasas de intercambio de la bolsa de cambios y el 27% según las tasas de intercambio de tipo de cambio para igualdad de capacidad de compra. o Europa constituyó el segundo cliente más importante de Estados Unidos en 1993, recibiendo el 31% de las exportaciones estadounidenses de mercancías y servicios, excedida sólo por Asia, que compró el 33%. o Europa fue el segundo abastecedor más importante de Estados Unidos en 1993, suministrando el 29% de las importaciones estadounidenses de mercancías y servicios, excedida sólo por Asia, que proporcionó el 41%. o Europa le proporciona a Estados Unidos un comercio relativamente balanceado, y cuenta con una balanza deficitaria de mercancías de sólo $7 mil millones en 1993, en comparación con una balanza deficitaria de $115 mil millones en Asia. Origen: Apreciación Estratégica de 1995, por “INSS”

ENFRENTAMIENTO Y EXPANSIÓN El Presidente Clinton ha dedicado el apoyo de EE.UU. para ampliar la zona de estabilidad mediante su visión de una “Europa libre y íntegra” y una “Europa democrática e integrada que coopera con Estados Unidos para mantener la paz y promover la prosperidad”. El reto es ayudar a nuestros aliados del Oriente a desarrollar la democracia y los mercados libres, mantener una alianza firme de la OTAN e impedir el establecimiento de “líneas divisoras” que podrían agravar las amenazas de seguridad en Europa. Mediante una estrategia de “enfrentamiento y expansión”, Estados Unidos ya ha tomado medidas valientes para hacerle frente a este reto. Con el fin de la Guerra Fría, se le hace necesario establecer una nueva estructura de seguridad que considera y adapta las relaciones actuales de seguridad en reacción al ambiente, el cual se ha cambiado dramáticamente. Afortunadamente, Estados Unidos y sus aliados transatlánticos comparten valores y objetivos comunes, y han heredado, de la época de la Guerra Fría, institutos y relaciones que facilitan la coordinación de políticas y cooperación. En la actualidad, estamos tratando de conservar, adaptar y extender estos patrones e instituciones para enfrentar las nueva prioridades y retos contemporáneos.

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El puntal central de seguridad de la nueva organización es la Alianza del Atlántico Norte. La OTAN constituye el “ancla” del enfrentamiento norteamericano en Europa y la clave para la seguridad transatlántica. La OTAN es la alianza política-militar más exitosa y competente en la historia. La OTAN es una fuerza unificada con el objetivo de preservar la estabilidad en un mundo fragmentado y débil. Nosotros y nuestros aliados apreciamos la paz y libertad, respetamos los derechos humanos y nos encanta la libre empresa. La Alianza es garante de la democracia europea y una fuerza de estabilidad europea. La OTAN ofrece una estructura probada para la administración de la seguridad transatlántica. Es por eso que su misión ha perdurado y sus beneficios son tan atrayentes para las nuevas democracias de Europa. La estrategia comprensiva del Presidente Clinton para establecer una nueva arquitectura vinculada de seguridad se basa en el éxito y el valor perdurable de la OTAN mientras que se concentra en fortalecer los otros instituciones que tengan un papel crítico que desempeñar en la integración europea. Los elementos claves comprenden acelerar la transformación de la OTAN; mejorar la Asociación de Paz; desarrollar un proceso gradual, organizado y transparente de ampliar la OTAN; mejorar la relación cooperativa entre la OTAN y Rusia; apoyar la integración europea según se realiza en la Unión Europea; y fortalecer la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).

ACTIVIDADES DE LA ALIANZA La transformación de la OTAN

En respuesta a la caída del Muro de Berlín, la Alianza inició su transformación histórica que sigue hoy día. Se establecieron nuevas metas en la Declaración de la Reunión Cumbre de la OTAN, la cual se celebró en Londres en 1990. La OTAN afirmó que no consideró más a Rusia como adversario y anunció un nuevo programa de cooperación al cual tendrán acceso todos los anteriores estados comunistas del Este. De igual importancia, la OTAN solicitó una reorganización de sus fuerzas militares y una reorientación de su estrategia. Esta declaración también resultó en el establecimiento de los primeros vínculos formales entre la OTAN y los países de la anterior Organización del Tratado de Varsovia. En junio de 1992 en Copenhagen, la OTAN continuó su evolución expidiendo una declaración que afirmó lo siguiente: “No deseamos aislar ningún país, ni observar una nueva división del Continente. Nuestro objetivo es ayudar a lograr que Europa sea íntegro y libre”. Este objetivo ha influido en las políticas de la OTAN desde esta época. Todavía es la base de los esfuerzos actuales de la OTAN dedicados a ampliar la seguridad en todas partes de Europa. El progreso logrado durante la Reunión Cumbre de Londres se realizó durante la Reunión Cumbre de la OTAN que se celebró en Roma en noviembre de 1991, cuando la Alianza adoptó un nuevo concepto estratégico, el cual le comprometió a la OTAN a tomar medidas más amplias para lograr la estabilidad y seguridad. Este nuevo concepto estratégico volvió a recalcar la importancia continua de tener una defensa colectiva. También identificó el “paisaje” cambiante de seguridad en Europa y trató de fomentar los cambios que se han emprendido en el Este. La estrategia hizo hincapié en el diálogo y la asociación con las democracias emergentes entre los países del anterior Pacto de Varsovia. Este nuevo concepto estratégico identificó por primera vez la importancia de hacerle frente a las amenazas contra la seguridad más allá de la región de la OTAN, estableciendo la base de las operaciones de mantenimiento de paz y la operaciones de resolución de crisis de la coalición como misiones

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importantes de la OTAN. Al proseguir estos objetivos, se reorganizaron radicalmente las fuerzas y misiones de los comandos militares integrados de la OTAN para administrar más oportunamente el nuevo ambiente de seguridad en Europa. Otra manifestación del compromiso de la OTAN respecto al esfuerzo por integrar a Europa fue la creación del Consejo de Cooperación del Atlántico Norte (NACC) en la misma Reunión Cumbre en Roma. Esto estableció un nuevo marco institucional relativo a la consulta y cooperación en los asuntos políticos y de seguridad entre la OTAN y los anteriores estados comunistas del Este. En 1992, la OTAN tomó la medida sin precedente de declarar la buena voluntad para poner sus recursos y conocimiento a la disponibilidad, según el caso, para las actividades de mantenimiento de paz fuera del territorio de la OTAN bajo la responsabilidad de la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE, anteriormente el CSCE) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El próximo acontecimiento importante ocurrió durante la Reunión Cumbre de la OTAN que se celebró en Bruselas en enero de 1994, donde Estados Unidos inició tres iniciativos significativos, los cuales aceleraron notablemente la transformación de la OTAN: la Asociación de Paz (PFP), el concepto de las Fuerzas de Tarea Conjuntas y Combinadas (CJTF) y los iniciativos para contrarrestar la proliferación.

Fuerzas de Tarea Conjuntas y Combinadas En 1994, la Alianza reconoció que sería necesario examinar la forma en que las fuerzas y organizaciones de la OTAN podrían responder con más eficiencia y flexibilidad a los nuevos asuntos de seguridad mientras, a la vez, ofrecer capacidades a los europeos para que traten las inquietudes de seguridad por su propia cuenta. Al hacer esto, la OTAN trató de encontrar varias formas de lograr que los países amigos que no pertenecieron a la OTAN participaran en las contingencias dirigidas por la OTAN. El concepto resultante, conocido como las Fuerzas de Tarea Conjuntas y Combinadas (CJTF), le hará frente a ese reto mediante la provisión de organizaciones militares “separables pero no separadas” que impedirán la duplicación pródiga y costosa del esfuerzo y recursos para reaccionar ante las inquietudes de seguridad tanto dentro como fuera del alcance de la defensa colectiva de la OTAN. El concepto de las CJTF tiene el propósito de permitir a las fuerzas y organizaciones de la OTAN a reaccionar con más eficiencia y flexibilidad ante los nuevos retos de seguridad y también apoya el fortalecimiento del puntal europeo de la Alianza mediante la Unión Europea Occidental (WEU). Bajo este concepto, una CJTF podría desplegarse como fuerza bajo el mando de la OTAN o, después de consultar con el Consejo Atlántico Norte, como fuerza bajo el mando del WEU apoyada por los efectivos colectivos de la Alianza. En cualquier caso, los miembros que no pertenecen a la OTAN, tales como los países miembros de la Asociación de Paz (PFP), también podrían participar. La Reunión Cumbre de la OTAN que se celebró en enero de 1994 aprobó este concepto y solicitó a las autoridades de la OTAN para que lo desarrollaran adicionalmente y hicieran lo necesario para poner el concepto en ejecución. Esencialmente, este concepto busca adaptar la organización interna de la OTAN para hacerle frente a los retos del futuro. Estados Unidos apoya la identificación de los elementos de CJTF en los comandos principales de la OTAN. Una vez que se inicie la activación, la CJTF podría desplegarse en varias configuraciones en contingencias de Artículo Cinco (la defensa de un territorio bajo la OTAN) o en nuevas contingencias, tales como la administración de crisis, el

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mantenimiento de paz y las misiones humanitarias. En la Oficina Central de la OTAN, están en movimiento conversaciones para elaborar planes y formular los lineamentos necesarios para finalizar el concepto de CJTF y proceder a implementarlo. Estamos tratando de llegar a un acuerdo respecto a los detalles de este concepto para fines de este año.

Contrarrestar la Proliferación de Armas de Destrucción en Masa Estados Unidos ha estado trabajando con sus aliados de la OTAN para desarrollar un sistema común para contrarrestar la proliferación. Después de que el Presidente Clinton recalcó el peligro que se podría presentar a la OTAN debido a la proliferación de las armas de destrucción en masa (WMD) y el iniciativo iniciado por los comandantes aliados, la Alianza ha realizado progreso significativo para integrar una política de contra-proliferación en su nueva agenda vigente para la época después de la Guerra Fría. En mayo de 1994, la OTAN aprobó dos documentos importantes: un documento de organización política en que se explicó el enfoque político-militar amplio de la Alianza en lo que respecta a la proliferación, y un plan de trabajo de tres fases para el recién establecido Grupo de Defensa Superior para la Proliferación (SDGP) a fin de tratar sobre la manera en que la proliferación podría afectar la defensa. Estados Unidos y uno de los aliados europeos (Francia, en la actualidad) se turnan en ocupar el puesto de co-presidente del Grupo de Defensa Superior. Después de haber evaluado los peligros presentados a la Alianza por la proliferación de armas de destrucción en masa, el Grupo de Defensa Superior para la Proliferación ha comenzado la próxima fase de su trabajo, durante la cual éste está tratando de resolver los problemas relacionados con el uso de las armas de destrucción en masa respecto a la forma en que estas armas afectan las capacidades militares de la Alianza. Para efectuar esta tarea, la OTAN está aprovechando las capacidades pertinentes de las militares nacionales y el trabajo conjunto de los grupos de planeamiento de la OTAN. La OTAN está tratando de establecer una política de defensa relativa a las actividades defensivas relacionadas con la proliferación y ofrecer conclusiones sobre la amplia gama de capacidades necesarias nacionales y de la Alianza. El trabajo del Grupo de Defensa en evaluar los peligros que la proliferación le presenta a la OTAN constituye un factor importante de la adaptación continua de la OTAN al nuevo ambiente de seguridad. Aunque los esfuerzos diplomáticos destinados a impedir la proliferación constituyen el objetivo principal de la OTAN, la organización también tiene que garantizar que se cuenta con la gama de capacidades necesarias para desalentar el uso de las armas de destrucción en masa y contrarrestar, de serlo necesario, las amenazas contra los pueblos, el territorio y las fuerzas de la OTAN. Las incertidumbres político-militares y las futuras tendencias tecnológicas relacionadas con las armas de destrucción en masa proporcionarán información en la cual se pueden basar las decisiones de la OTAN en lo que respecta a las capacidades que se necesitarán en el futuro. La OTAN está preocupada por los peligros continuos de la transferencia ilícita de armas de destrucción en masa (WMD) y materiales semejantes, los riesgos cada vez mayores de proliferación en la periferia de la OTAN, y el papel de los abastecedores de tecnología relacionada con las WMD a los estados a lo largo de la periferia de la OTAN. El trabajo de la OTAN indica claramente que Estados Unidos no es el único país interesado en considerar la dimensión de la proliferación como se relaciona con la defensa. La Alianza sigue en su papel pertinente y progresivo a medida que trata los asuntos militares importantes para su misión básica de la defensa colectiva, y demuestra el interés continuado

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de los aliados europeos en la seguridad transatlántica cooperativa con los Estados Unidos y el Canadá.

ESTABLECIMIENTO DE UNA NUEVA ESTRUCTURA DE SEGURIDAD EN EUROPA

Asociación de Paz (PFP) La iniciativa del Presidente Clinton, conocida como la Asociación de Paz, constituyó el tema principal de la Reunión Cumbre de la OTAN que se celebró en enero de 1994. Esta iniciativa buscó llevar el diálogo y la cooperación ya en movimiento en el Consejo de Cooperación del Atlántico Norte (NACC) y establecer una verdadera asociación con las nuevas democracias orientales así como también con otros estados europeos, tales como los anteriores países neutrales, las cuales están dispuestas y capaces para participar. La Asociación ampliará e intensificará la cooperación política y militar por toda Europa. Los estados participantes trabajarán dentro de la PFP de manera específica para fomentar la transparencia en el planeamiento de la defensa, el control democrático de las fuerzas militares y el planeamiento y adiestramiento conjuntos con las fuerzas militares de la OTAN. El objetivo clave a largo plazo es desarrollar las capacidades de nuestros aliados para que los países puedan desempeñarse eficazmente con las fuerzas de la OTAN en operaciones tales como el mantenimiento de paz, la búsqueda y rescate y la asistencia humanitaria. Aquéllos que participan activamente comenzarán estableciendo los procedimientos operativos normales, los hábitos de cooperación y las rutinas de consultación, los cuales constituyen los elementos vitales de una relación militar eficaz. Dentro de la Asociación, a cada estado participante se le incita a proseguir su relación con la OTAN a un ritmo y alcance determinados por sus propias capacidades e intereses. Para unirse a la PFA, el primer paso es firmar el Documento de Organización que fue aprobado durante la Reunión Cumbre de 1994. Luego, el miembro potencial explica su interés en la Asociación y le indica a la OTAN lo que piensa contribuir. Básicamente, aunque la OTAN elabora el programa general de trabajo de la Asociación, cada miembro “establece” un programa individual adaptado a sus propias necesidades. Se formaliza este programa mediante un programa individual de la Asociación, el cual el miembro y la OTAN elaboran de manera conjunta. Después, se actualizarán cada año los programas individuales y el programa general de trabajo. A medida que progresa este proceso, esperamos que algunos miembros, mediante el proceso de autodiferenciación, estén completamente listos para unirse a la Alianza como miembros que contribuyen eficazmente a la seguridad común de la OTAN. Durante el primer año de su existencia, la PFP se ha evolucionado de una idea prometedora a una realidad destacada. Entre los acontecimientos importantes figuran los siguientes: o En la fecha de abril de 1995, 26 países se han unido a la PFP, inclusive todas las anteriores naciones del Pacto de Varsovia y sus “estados sucesores”, excepto Tajikistan, y la mayor parte de los anteriores países neutrales. Varios países han mandado a representantes a la Oficina Central de la OTAN en Bruselas, Bélgica para ocupar puestos de tiempo completo. o Se ha establecido una Célula de Coordinación de Asociación en Mons, Bélgica (la sede de la Comandancia Suprema de las Potencias Aliadas de Europa) para realizar la coordinación y planeamiento necesarios para poner en ejecución los programas de la PFP.

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Casi todos los miembros han asignado a oficiales de enlace para ocupar puestos de tiempo completo en esta célula . o Después de elaborar el primer Programa de Trabajo de la Asociación en 1994, la Alianza ha aprobado un programa mucho más emprendedor para el año 1995, inclusive centenares de actividades de adiestramiento, planeamiento y consulta que comprenden casi todos los comités principales de la OTAN. o Casi todos los miembros ya han concluido sus programas individuales de asociación, y está en movimiento la primera actualización de los mismos. o El otoño pasado, en Polonia, los Países Bajos y el Mar del Norte, se celebraron tres ejercicios en los cuales participaron las fuerzas provenientes de países asociados y países miembros de la OTAN. Se han programado más de diez ejercicios de campaña complejos y más de 100 eventos semejantes para el año 1995, inclusive varios ejercicios en las naciones asociadas y un ejercicio de mantenimiento de paz en Fuerte Polk, Louisiana durante el verano de 1995. Además, habrá un sinnúmero de ejercicios bilaterales con las naciones asociadas que se parecerán a los llevados a cabo por la PFP. o El proceso de planeamiento y revisión de la defensa de la PFP, el cual es parecido al sistema de planeamiento de la fuerza de la Alianza, se inició en enero de 1995. Este proceso será el medio principal que se empleará para lograr el objetivo de establecer fuerzas asociadas que se pueden desempeñar eficazmente con las fuerzas de la OTAN. Catorce países asociados se han decidido a participar en este proceso. La mayor parte de estos países ya han participado en una encuesta patrocinada por la PFP, por medio de la cual éstos han compartido información sobre sus programas generales de defensa y han identificado las deficiencias relativas a la interoperabilidad de sus fuerzas. La Alianza ya ha comenzado a establecer objetivos de interoperabilidad para cada participante, lo cual serán refinados y elaborados adicionalmente durante las repeticiones subsiguientes de este proceso. La PFP ya ha ejercido bastante influencia sobre las naciones asociadas. Por ejemplo, algunos países están sometiendo sus programas individuales de asociación a sus parlamentos para que sean aprobados--así establecen la vigilancia legislativa de políticas militares por primera vez en la historia reciente. Con asistencia bilateral así como dirección de la OTAN, algunos países han comenzado a organizar la mayor parte de sus fuerzas armadas, o todas, según los conceptos de planeamiento de la OTAN. Quizás de mayor importancia es que la PFP ya está logrando éxito en extender al este la zona de estabilidad que la OTAN ha ayudado a establecer dentro de la Alianza. Las naciones de Hungría y Rumania representan un caso específico. Estas dos naciones, las cuales guardan resentimientos históricos de largos años, están aprovechando su cooperación con la OTAN para mejorar sus relaciones de seguridad bilateral. La implementación exitosa de los muchos objetivos de la PFP requiere de fondos adecuados. Muchos países asociados carecen de los recursos para aprovechar plenamente lo que ofrezca la OTAN. Aunque se espera que estos países costeen sus propios gastos al nivel máximo posible, debemos garantizar que estén disponibles suficientes fondos en la OTAN y en los conductos bilaterales nacionales para mantener el ímpetu de la PFP. Por lo general, Estados Unidos considera la Asociación como componente íntegro y duradero de la nueva arquitectura europea de seguridad. Como la Alianza ha afirmado desde el principio, la participación en la PFP no garantizará la incorporación de un país a la OTAN, pero esta participación sí representa la debida forma de lograrla para los países que desean

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ser miembros. Para algunos países, participar en la PFP representa una parte esencial de la tarea ardua de prepararse para cumplir con las responsabilidades que corresponden a los miembros titulares de la OTAN. La PFP también ofrece un sistema útil para evaluar las capacidades de cada país asociado para asumir las obligaciones y los compromisos que corresponden a los miembros de la OTAN; en otras palabras, participar en la PFP constituye un medio por el cual los países asociados pueden probar sus capacidades. La PFP desempeñará un papel de igual importancia para aquellos países asociados que no se incorporan inicialmente a la Alianza o que no desean ser miembros de la OTAN. Para estos países, la PFP podría representar su vínculo clave a la Alianza por muchos años más. Una PFP robusta y vigorosa les ofrecerá la confianza crítica de que la OTAN está interesada en su seguridad así como también proporcionará una organización para aumentar la cooperación estrecha con la OTAN, la cual constituye una relación importante respecto a la estabilidad y seguridad continuadas en Europa. Por lo tanto, para el futuro previsible, la interacción dinámica entre los miembros de la OTAN y los países que no pertenecen a la Organización (mediante la PFP) será parte esencial de nuestros esfuerzos colectivos por eliminar los sistemas de la alianza competitiva que han atormentado a Europa por mucho tiempo y extender al este una “zona de estabilidad” a Europa en general.

La expansión de la OTAN Otro elemento clave de la nueva organización europea de seguridad será la expansión de la OTAN. En el comunicado que salió de la Reunión Cumbre de la Alianza en enero de 1994, los jefes de estado y gobierno de los países que pertenecían a la OTAN afirmaron que “anticiparían y recibirían con satisfacción una expansión de la OTAN que alcanzara los estados democráticos al este, como parte de un proceso evolucionario, tomando en cuenta los acontecimientos políticos y de seguridad por toda Europa”. En parte, se emprendió esta iniciativa debido al interés marcado en la expansión de la OTAN por parte de varios de las nuevas democracias en Europa Central. Como ha indicado el Presidente Clinton, no es cuestión de si ocurrirá la expansión, sino de cuándo y cómo este esfuerzo se llevará a cabo. El compromiso de la Reunión Cumbre para expandir la OTAN recibió un ímpetu adicional durante la Reunión de Ministros Extranjeros de la OTAN en diciembre de 1994. Específicamente, los ministros extranjeros aceptaron una propuesta estadounidense que solicitó un estudio sobre “la forma en que se ampliará la OTAN, los principios que dirigirán este proceso y el significado y alcance que lo que representa pertenecer a la organización”. Según los planes, el estudio debe ser concluido para mediados de 1995, y luego, se les presentarán los resultados a los asociados de la PFP. Durante la reunión que se celebrará en diciembre de 1995, los ministros evaluarán las conversaciones con los asociados y determinarán los pasos subsiguientes. Dentro de la alianza existe un acuerdo general concerniente a varios puntos claves relacionados con la expansión de la OTAN. Entre éstos figuran los siguientes: o La expansión de la OTAN debe contribuir a la estabilidad y seguridad en toda la región “euroatlántica” y no debe presentar un peligro a ninguna nación. o La expansión debe ser gradual, organizada y abierta--este proceso no se debe realizar clandestinamente.

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o No hay ningún horario o lista de naciones que serán invitadas a unirse a la OTAN. Las soluciones de los asuntos críticos de “quién” y “cuándo” emergerán después de que se realice la fase actual de este proceso. o Se considerará cada país individualmente, según los casos que surgen. o Las decisiones relativas a quien se le permitirá ser miembro de la OTAN, y cuándo, le corresponden exclusivamente a la Alianza. Ningún país exterior tiene derecho de ejercer el veto. o A pesar de su tamaño, efectivos o ubicación, todos los miembros deben ser miembros titulares de la Alianza, con derechos y obligaciones iguales. A medida que la OTAN procede con la expansión, Estados Unidos se esforzará por garantizar que la OTAN continúe a adherirse a los principios que han resultado en que la organización sea la Alianza más exitosa en la historia. El primer principio es la dedicación a los valores democráticos. Aunque no se han determinado los criterios específicos para ser miembro, ciertos preceptos manifestados en el original Tratado de Washington siguen siendo tan válidos como eran en 1949. Los nuevos miembros deben ser países democráticos, con economías de mercado, y deben proteger la libertad y los derechos humanos dentro de sus límites y deben ser dedicados a las políticas responsables de seguridad en el exterior. Como lo ha afirmado el Presidente Clinton, no deben solicitar “los países con sistemas políticos represivos, los países que ponen las miras en sus vecinos, los países que poseen una fuerza militar no bajo el control civil o los países que cuentan con sistemas económicos cerrados. El segundo principio más importante es la necesidad de conservar la solidaridad. La OTAN, aun con la adición de nuevos miembros, debe continuar a desempeñarse según el consenso. No se anticipará que los nuevos miembros estén siempre de acuerdo. Sin embargo, deben estar dispuestos a resolver problemas relacionados con los asuntos de seguridad en un espíritu de cooperación. Para mantener la unidad de la Alianza, resulta esencial contar con una dedicación al establecimiento de consenso. Según el tercer principio, la OTAN debe continuar su dedicación a una defensa colectiva eficaz. Los nuevos miembros deben prepararse para defender la Alianza y deben poseer las fuerzas militares competentes y profesionales para hacerlo. Al mismo tiempo, la OTAN debe estar preparada para defender a cualquier miembro. Según el punto de vista de Estados Unidos, un aspecto importante es que los nuevos miembros deben unirse a la organización militar integrada de la Alianza. Participar en esa organización es crítico para mantener la eficacia militar de la Alianza. Un principio estrechamente relacionado es la necesidad de esforzarse por lograr la interoperabilidad de las fuerzas militares. Aunque no se puede anticipar lograr la plena interoperabilidad--y en realidad, esto no existe aun entre los miembros actuales de la OTAN--las fuerzas de los nuevos miembros deben ser capaces de desempeñarse con las fuerzas de la OTAN, al menos a un nivel mínimo de eficiencia. Esto significa que se debe ser franco respecto a los presupuestos y planes de defensa, contar con doctrina y procedimientos comunes de defensa y poseer equipo parecido, especialmente el equipo de comunicaciones. Según se sugirió anteriormente, la mejor forma de preparar a los miembros potenciales para contribuir eficazmente a la OTAN es lograr su participación activa en la Asociación de la Paz. Por lo tanto, la expansión de la OTAN y la Asociación de Paz (PFP) no se pueden reemplazar la una a la otra; son procesos complementarios. Las dos forman parte de una

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totalidad inconsútil de apoyo mutuo que debe desempeñarse estrechamente para lograr nuestra visión de una Alianza ampliada conjuntamente con una asociación robusta. Cooperación con Rusia Otro elemento clave de la nueva organización es aumentar y mejorar la cooperación con Rusia. Rusia es superior respecto a su tamaño, importancia geostratégica y potencial militar entre los estados que emergen de la tiranía comunista, y seguramente va a influir significativamente en la seguridad europea. Una relación activa y constructiva de seguridad con Rusia resulta crítica para establecer un futuro europeo estable. Si el Oeste piensa crear un marco duradero y estable de seguridad para Europa, éste debe resolver el problema estratégico de integrar a los anteriores países comunistas, especialmente Rusia, en un sistema estable de seguridad en Europa. Para alcanzar este fin, Estados Unidos y sus aliados están tratando de fortalecer las relaciones con Rusia de una forma bilateral, así como también por medio de foros multinacionales. Rusia ya participa activamente en la OSCE y ha trabajado estrechamente con Estados Unidos para actualizar dicha organización. Rusia ha firmado un acuerdo emprendedor de asociación con la Unión Europea (EU). Es candidato para ser miembro del Consejo de Europa y el CECD. Estados Unidos está a favor de que Rusia desempeñe un papel más importante en el Grupo de las 7 naciones industrializadas y está patrocinando a Rusia como miembro de la Organización de Comercio Mundial (WTO), la cual es la organización que sucedió el Acuerdo General de Tarifas y Comercio. Por primera vez desde 1945, Rusia está participando, como miembro del Grupo de Contacto sobre Bosnia, en un grupo multinacional de negociación, manteniendo una postura unificada sobre un asunto difícil de seguridad europea. Como parte de estos vínculos europeos, Estados Unidos y sus aliados de la OTAN han llegado a un acuerdo con Rusia para establecer relaciones entre el país y la Alianza, en forma paralela a la expansión de la OTAN, tanto dentro de la PFP como fuera de la misma. La necesidad de hacer un esfuerzo especial respecto a Rusia es inherente en la importancia de Rusia en la seguridad europea. En realidad, si la expansión de la OTAN y la Asociación de Paz (PFP) van a lograr éxito en su objetivo de ayudar a hacer que el continente sea más estable y seguro para todos los europeos, resulta esencial establecer una relación cooperativa estrecha y duradera entre la OTAN y Rusia. Por supuesto, enfrentamos retos en definir y desarrollar esta relación. Aunque Rusia se ha unido a la PFP, muchos rusos todavía le guardan una actitud negativa a la OTAN y sus políticas. Esta reacción refleja los conceptos erróneos sobre el proceso de la expansión de la OTAN y las costumbres históricas de considerar a la OTAN como “enemigo” de Rusia. Mediante la cooperación con la OTAN, Rusia observará que la Alianza no es ningún enemigo y que mantener a Europa Central como región estable le conviene al país y que los Estados Unidos y sus aliados están cooperando para evitar las divisiones que existieron en el pasado. Los primeros pasos para establecer una nueva relación entre la OTAN y Rusia ya se han convenido en principio--la participación rusa en la PFP en proporción a la importancia y las capacidades de dicha nación y la ejecución del plan para lograr la cooperación en una amplia gama de regiones fuera de la PFP. Además de eso, estamos considerando la manera en que podríamos establecer una nueva relación a largo plazo entre la OTAN y Rusia con tiempo, mediante algún tipo de acuerdo formal. Aún está por determinarse la naturaleza exacta de este acuerdo, en cuanto a su forma y contenido. Podría comprender procedimientos substancialmente mejorados de consulta respecto a los asuntos que influyen en la seguridad europea. También es probable que este acuerdo comprenda las garantías mutuales de las

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relaciones pacíficas. Durante los meses que vienen, esperamos que la Alianza y Rusia puedan llegar a un acuerdo sobre la dirección en la cual la relación entre la OTAN y Rusia debe evolucionarse. El objetivo de tal acuerdo será el de garantizar, sin arriesgar el derecho de la OTAN o Rusia de tomar decisiones independientes, que cada partido esté completamente consciente de las inquietudes del otro y que no haya “sorpresas” relativas a los asuntos de interés mutuo. Pensamos formular un arreglo de este tipo en forma paralela con el progreso logrado durante la operación de expansión de la OTAN. Sin embargo, ni Rusia ni ninguna otra nación fuera de la Alianza tendrá el derecho de ejercer el veto durante el proceso. La expansión de la OTAN y el establecimiento de buenas relaciones entre la OTAN y Rusia son acciones complementarias pero representan prioridades independientes. La integración y expansión de la Unión Europea (EU) Una Unión Europea ampliada constituirá otro elemento importante de la nueva arquitectura de seguridad europea. Por más de cuarenta años, las administraciones tanto democráticas como republicanas han apoyado la integración pacífica de los países de Europa. La Unión Europea no sólo ha logrado una integración económica más, sino también ha tomado medidas significativas para fortalecer su identidad política y de seguridad. El Tratado de Maastricht de 1991 exigió una política extranjera y de seguridad común y solicitó que la Unión Europea Occidental (WEU) elabore y ponga en ejecución las decisiones y acciones de la Unión relacionadas con la defensa. La EU ya ha designado ciertas áreas que recibirán apoyo conjunto; éstas incluyen la ayuda humanitaria que se le brindará a Bosnia y el proceso de establecer paz en el Medio Oriente. Los asistentes a la Conferencia Intergubernamental de la EU en 1996 revisarán las estipulaciones del Tratado de Maastricht y hablarán, entre otras cosas, sobre las opciones disponibles para desarrollar la relación que existe entre la WEU y la EU e institucionalizar las asuntos relacionados con la expansión adicional de la EU. En enero de 1995, la EU aceptó a Austria, Suecia y Finlandia como miembros. Puesto que los países occidentales del continente europeo han deseado lograr una identidad europea respecto a la seguridad y la defensa, han resultado relaciones más estrechas entre la OTAN y la WEU. Los países de la EU que son miembros de la OTAN constituyen el firme puntal europeo de la Alianza. La nueva iniciativa de CJTF (Jefe, Fuerza de Tarea Conjunta), según se explicó anteriormente, permitirá el uso de los recursos de la OTAN sólo durante las contingencias de la WEU que ocurren exclusivamente en Europa. La expansión futura de la EU y la WEU es integral para fortalecer la seguridad y la estabilidad en Europa, pero existe la necesidad de lograr una forma complementaria de realizar esto en conjunto con el proceso de expandir la OTAN. La divergencia relativa entre los miembros de la WEU y la OTAN podría resultar en la falta de simetría en los compromisos de seguridad de las dos organizaciones y podría crear garantías informales de seguridad para los países que no pertenecen a la OTAN. El fortalecimiento de la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) Hoy día, la seguridad en Europa comprende la resolución de conflictos, muchos de los cuales tienen muchos siglos, antes de que se intensifiquen y se conviertan en una guerra, como la que estalló en Bosnia. Es por eso que hemos fortalecido mecanismos anteriormente

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relacionados con la Conferencia sobre la Seguridad y Cooperación de Europa (CSCE), la cual se renombró como la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE). Además, estamos cumpliendo plenamente con las normas, asegurando que los compromisos se ejecuten completamente y aumentando el apoyo político y los materiales para las actividades de prevención de conflictos. La OSCE no sólo representa la “Consciencia de Europa,” sino también es la única organización paneuropea de seguridad. Por consecuencia, la OSCE desempeña un papel especial como foro único para tratar los asuntos que son importantes para sus miembros. Bajo la dirección de Estados Unidos, en diciembre de 1994 durante la Reunión Cumbre de Budapest, se inició una evolución significativa de la OSCE que sobrepasó el acto de cambiar su nombre. Los miembros de la OSCE desarrollaron un marco comprensivo sobre el control futuro de armas convencionales, establecieron principios uniformes de no proliferación entre los 52 países miembros y prometieron brindar mayor apoyo político y materiales al Comisario Supremo de Minoridades Nacionales, las misiones de diplomacia preventiva y a la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos. Además, Rusia y la OSCE en general convinieron en combinar sus esfuerzos de negociación para tratar el asunto complicado de Nagorno-Karabakh y para proporcionar una fuerza de mantenimiento de paz de OSCE en el área una vez que se haya llegado a un acuerdo político. Todos estos logros representan pasos importantes en el proceso emprendido por la OSCE por llegar a ser una organización más significativa con mayores capacidades, desempeñándose sin considerar las anteriores líneas divisoras de la Guerra Fría. Estas decisiones complementan nuestros esfuerzos como miembro de la OTAN y los esfuerzos de la Unión Europea para proseguir estructuras cooperativas e integradas de seguridad para Europa. La OSCE, la OTAN y la EU desempeñan papeles exclusivos y necesarios. Tanto las funciones como las estructuras de la OSCE, la OTAN y la EU son completamente diferentes, y seguirán siendo así; cada una retendrá su autoridad independiente, aun cuando sus papeles se complementan el uno al otro. También debemos desarrollar nuevos métodos para identificar y resolver situaciones futuras parecidas al conflicto de Bosnia, tratando con anticipación las causas del conflicto. Estamos fortaleciendo la OSCE para que ésta pueda lograr éxito en tratar asuntos de esta naturaleza, a medida que la CSCE hizo para fomentar los valores democráticos y legitimar los derechos humanos. RELACIONES BILATERALES Mantenimiento de los vínculos bilaterales existentes A Estados Unidos le interesa mucho mantener las relaciones bilaterales valiosas que se han establecido durante los últimos cincuenta años entre el país y los aliados de la OTAN. Como el único otro miembro no europeo de la OTAN, el Canadá ha realizado contribuciones importantes y duraderas a la seguridad europea--ha formado parte de la CSCE/OSCE desde su comienzo en 1973, es firmante del Tratado de CFE y, aunque ya no hay fuerzas canadienses asignadas permanentemente en Europa, sus tropas si forman parte substancial de UNPROFOR en el anterior Yugoslavia. Tenemos relaciones políticas, económicas, militares y culturales con esta región transatlántica que son iguales o superiores a las que tenemos con cualquier otra nación o área. Además, nuestro apoyo común de la democracia, el capitalismo, los derechos humanos y el imperio de la ley sostienen nuestros intereses estratégicos compartidos. Estos vínculos y valores compartidos constituyen la base de la Alianza del Atlántico Norte.

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Además de ser amigos y aliados, las naciones de Europa Occidental también son asociados bilaterales vitales de Estados Unidos. Así que, por ejemplo, de conformidad con nuestra relación especial de largos años con el Reino Unido, consultamos regularmente con los británicos de manera bilateral al considerar nuestra respuesta a un nuevo o emergente crisis internacional. Asimismo, Alemania constituye un asociado importante de Estados Unidos y, desde su reunificación, ha desempeñado un papel clave en mejorar las relaciones entre el Este y el Oeste. De manera similar, basándose en sus propias relaciones históricas y culturales, los países nórdicos han puesto en ejemplo de apoyar los estados bálticos de Latvia, Lithuania y Estonia. Noruega, Islandia, Dinamarca, Finlandia y Suecia están colaborando con Estados Unidos, Alemania y Gran Bretaña para ayudar a los estados bálticos a establecer una fuerza independiente de defensa y un Batallón Báltico Conjunto que participe en operaciones internacionales de mantenimiento de paz. Nuestras relaciones bilaterales con Europa Occidental también son esenciales para el proceso de proseguir los objetivos compartidos fuera de Europa. Francia, por ejemplo, está a la vanguardia de las naciones dispuestas a empeñar tropas y suministrar otros recursos nacionales durante las operaciones internacionales de mantenimiento de paz--según se demostró en el Oriente Medio, Ruanda y Somalia. Bélgica y los Países Bajos también han realizado misiones significativas de mantenimiento de paz en situaciones de crisis por todo el mundo. De igual forma, la decisión tomada por Italia de permitir que las fuerzas estadounidenses usen, sin limitaciones, sus instalaciones militares durante la Guerra del Golfo contribuyó en gran parte a nuestro éxito en la región, así como también la disposición de España por brindar apoyo logístico esencial y de Portugal por permitir acceso amplio a las instalaciones militares en la Base Aérea Lajes en las Islas Azores. Debido a la falta cada vez más de estabilidad en el Norte de África y nuestro interés continuado en el Golfo Pérsico, nuestras relaciones tradicionales con Grecia y Turquía son más y más importantes. Según se indicó durante la operación continua “Proporcionar Sustento II”, Turquía es un aliado formidable de Estados Unidos y miembro leal de la OTAN en una región que es una combinación de culturas y continentes. Las instalaciones estadounidenses en la Bahía de Souda en Grecia contribuyen substancialmente a nuestra operación naval en el Mediterráneo Oriental, y frecuentemente, éstas se han utilizado como punto de tránsito para ayuda humanitaria. Después de todo, es imposible considerar la estrategia estadounidense para con Europa en general sin comprender primero el grado al cual ésta está formada por nuestras relaciones bilaterales estables, vitales y de largos años con nuestros aliados en la región. Mediante el fallecimiento de un sinnúmero de soldados norteamericanos y el uso de recursos vastos, durante dos guerras mundiales y por toda la guerra fría, Estados Unidos demostró con claridad su propio interés vital en la seguridad y estabilidad de esta región. Hoy en día, los aliados y amigos que se alinearon con Estados Unidos durante los últimos cincuenta años ocupan un lugar bien merecido de honor y respeto en la formulación de las políticas norteamericanas. Y esperamos expandir esta asociación a medida que en conjunto tratamos de extender la zona de democracia, seguridad y prosperidad por todo el continente europeo. Estirando la mano hacia el Este Desde el derrumbe del imperio soviético, los países de Europa Central y el anterior Unión Soviética han luchado por librarse de las costumbres inculcadas durante varias décadas de gobernación soviética. Superar la herencia comunista dentro de sus organizaciones militares ha sido muy difícil. Mientras que se ha eliminado el sistema comunista de control

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partidario de la fuerza militar, los conductos de control civil comunes al Occidente todavía son muy delicados y a veces inciertos. Bajo el Gobierno del Presidente Clinton, Estados Unidos está fomentando reformas militares en los anteriores países comunistas para garantizar el control civil de las fuerzas armadas, promover mayor cooperación entre las varias regiones y darle inicio inmediato a la Asociación de Paz (PFP) de la OTAN en la región. Un programa bilateral importante que sirve para ayudar a alcanzar los objetivos de la PFP es la Iniciativa de Varsovia, la cual fue anunciada por el Presidente Clinton en Polonia en julio de 1994. Si el Congreso aprueba los fondos para mantenerlo, este programa le suministra $100 millones de dólares a los miembros de la PFP durante el año fiscal de 1996. A la vez, ya estamos estirando la mano al Este mediante programas tales como las reuniones del Grupo de Trabajo Bilateral, el Programa del Equipo de Contacto Conjunto (JCTP) y el Programa Internacional de Educación y Adiestramiento Militares, así como también varias iniciativas especiales en las áreas de la administración del aeroespacio regional y la administración de recursos de la defensa. Ya que Europa Central es la región donde se libraron las dos guerras mundiales, Estados Unidos tiene gran interés estratégico en el área. Para aprovechar los beneficios del fin de la Guerra Fría y para asegurar que haya estabilidad duradera en Europa, nosotros y nuestros aliados debemos esforzarnos por ayudar a garantizar el éxito de las reformas políticas y del mercado en esta región tan importante. Durante los últimos cinco años, todos los países de Europa Central han cooperado para realizar la transición de gobiernos totalitarios a democracias representativas que contaban con economías de mercado. También, principalmente han intentado proteger su libertad recientemente lograda relacionándose más estrechamente con la Unión Europea y la OTAN. Últimamente, estos países han comenzado a proseguir una relación limitada de cooperación con Moscú, al menos en parte, para que Rusia no considere estos vínculos con el Occidente como una amenaza. La consolidación de los gobiernos democráticos en la región y los esfuerzos estadounidenses para establecer una relación más estrecha entre éstos y la OTAN representan elementos claves para impedir que exista un vacío de seguridad en la región. Asimismo, los esfuerzos realizados por los países de Europa Central por establecer relaciones cooperativas con Rusia son esenciales para lograr la expansión de la OTAN de una forma que amplia también la seguridad y estabilidad de toda Europa. El éxito de los nuevos estados independientes (NIS) de la anterior Unión Soviética en establecer y mantener democracias estables e independientes es la clave para nuestro objetivo de lograr una Europa segura e íntegra. Estados Unidos está prosiguiendo asociaciones pragmáticas de seguridad, fomentando la cooperación y reformas favorables. Al mismo tiempo, estamos también participando en conversaciones intensas sobre nuestras diferencias y reguardándonos contra posibles trastornos de las reformas. Además de fomentar la seguridad y estabilidad generales en la región, este proceso busca alcanzar los beneficios de seguridad de disminuir el arsenal nuclear de la anterior Unión Soviética, mejorar sus medios de seguridad e impedir la proliferación de las armas de destrucción en masa y la tecnología relacionada. Algunos conflictos internos recientes y la inestabilidad política dentro de los anteriores países soviéticos sólo subrayan la importancia de este enfoque pragmático. Le toca a cada una de los nuevos países independientes (NIS) hacerle frente a sus propios retos específicos, y cada nación recibirá el apoyo y estimulo en lo que respecta a su independencia y democratización. Rusia ocupa una posición de importancia especial. Estados Unidos está esforzándose por establecer relaciones constructivas con Moscú, las cuales

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fomentarán la evolución democrática pacífica de Rusia, y al mismo tiempo, contribuirán establecer una mayor seguridad y estabilidad por toda Europa. Asegurar que la Ukrania sea independiente y democrática es de gran importancia respecto a la seguridad europea, y estamos dedicados a una agenda amplia de cooperación de seguridad con la región. Nuestras políticas también reflejarán la importancia de la estabilidad regional en la Caucasia y la región central de Asia. ASUNTOS REGIONALES IMPORTANTES Con el fin del comunismo y la conclusión exitosa de la Guerra Fría, la amenaza de una guerra de gran escala entre los poderes de Europa Occidental es menos probable que ha sido por más de un siglo. Sin embargo, estos mismos eventos importantes han resultado en mucha incertidumbre concerniente al futuro del continente: o Un peligro importante para la seguridad de la región es la posibilidad de que se estallen conflictos étnicos, como lo que hemos observado no sólo en Bosnia, sino también en las áreas de “trans-Dniester,” la Caucasia y Tajikistan. En el caso de Bosnia, existe la posibilidad de un conflicto más extenso en los Balcanes. o El fin de la Guerra Fría y la disolución de la Unión Soviética resultaron en el riesgo de hostilidades entre los grupos involucrados en conflictos relacionados con el territorio, tales como en Nagorno-Karabakh, y también inquietudes concernientes al destino de los “co-étnicos;” por ejemplo, los rusos que permanecieron en los otros nuevos estados independientes (NIS). o El resultado de la revolución continua de Rusia está por verse. Hemos protestado vigorosamente contra algunos recientes acontecimientos perturbadores, tales como la operación realizada en Chechnya. Todavía, Rusia está continuando sus reformas y políticas en una amplia gama de áreas que Estados Unidos generalmente considera como positivas. Sin embargo, hay amenazas significativas contra estas reformas y existe la posibilidad de que las mismas sean trastornadas, lo cual, con tiempo, podría resultar en una Rusia resurgente y agresiva. o Especialmente debido al derrumbe de la anterior Unión Soviética, otro peligro importante es el riesgo cada vez mayor de la proliferación de armas de destrucción en masa y sus sistemas de lanzamiento. o Además, los disturbios, la privación económica y el radicalismo islámico amenazan la estabilidad en el litoral meridional del Mediterráneo, así como también el riesgo de inmigración masiva a Europa Occidental y las presiones cada vez mayores sobre los gobiernos democráticos occidentales. o Ya que el sinnúmero de necesidades de las democracias emergentes sobrepasa por mucho la capacidad de cualquier nación para brindar asistencia, será necesario coordinar esfuerzos por apoyar y sostener la democracia y las reformas de mercado. o La interdependencia cada vez mayor de la economía internacional indica que mantener el crecimiento, las innovaciones y la creación de oportunidades de empleo en nuestra propia economía será vinculado más y más al mantenimiento y la expansión del comercio internacional libre y justo.

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o Asimismo, debido al peligro que presentan el terrorismo, las drogas, el lavado de dinero y el delito organizado, se requerirá la cooperación exitosa entre Estados Unidos y sus aliados. o Claro que el fin de la Guerra Fría también presenta una gran oportunidad--si se pueden consolidar los logros de los años recientes. Para hacerle frente a este reto, estamos prosiguiendo una política comprensiva de iniciativas políticas, económicas y de seguridad emprendidas tanto por Estados Unidos como por sus aliados. Al mismo tiempo, debido a la inestabilidad que existe actualmente en muchas partes de Europa, es imperativo que la OTAN, como la organización de seguridad preeminente del continente, desempeñe un papel importante en los asuntos relativos a la seguridad europea. Control de armas y medidas de adquisición de confianza En ninguna otra parte del mundo es el nivel de actividad respecto al asunto de control de armas igual a lo que está sucediendo en la región transatlántica. Los esfuerzos hechos por EE.UU. y los aliados por cumplir con los protocolos y las medidas de adquisición de confianza y seguridad del Tratado de las Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF), el Tratado de las Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (CFE) y el Documento de Viena de 1994 (VDOC 94) le ponen el ejemplo superior a la comunidad internacional sobre la manera de cumplir, de forma responsable, con los arreglos de seguridad cooperativa y de participar en los mismos. El Tratado de INF, el cual prohibió y eliminó una clase entera de armas nucleares de Europa, todavía está vigente en Europa y, por consecuencia, disminuye la tensión nuclear en el continente. El Tratado de CFE representa el tratado de control de armas más comprensivo desde la Segunda Guerra Mundial. Las fuerzas estadounidenses llevó a cabo su reducción y destrucción de equipo necesario dos años antes de la fecha requerida. Además, la participación directa de estas fuerzas en las medidas de adquisición de confianza y seguridad del VDOC 94, tales como las inspecciones de unidades, la observación de ejercicios, las visitas a las bases y las demostraciones de equipo militar, continúa ayudando a disminuir las tensiones y sospechas militares y mejora la confianza y estabilidad en Europa. Al considerar el futuro, continuar eliminando las armas nucleares estratégicas y controlar la proliferación de las armas de destrucción en masa constituirán prioridades altas en las políticas transatlánticas de seguridad. La implementación del Tratado START I y la ratificación e implementación del START II reducirán dramáticamente los arsenales nucleares de EE.UU. y de la anterior Unión Soviética. Estos acuerdos y la extensión permanente del Tratado de “No Proliferación Nuclear” no sólo fomentarán nuestros intereses estratégicos en la región, sino también contribuirán a la estabilidad de toda la comunidad internacional. En esta región, Estados Unidos piensa participar completamente y apoyar otras iniciativas importantes de control de armas, inclusive la Convención de Ciertas Armas Convencionales, la Convención de Armas Químicas y la implementación continua del Tratado de Libre Vuelo. La guerra y las tensiones en los Balcanes El derrumbe de Yugoslavia después del fracaso del comunismo en Europa Oriental ocasionó el primer conflicto principal durante la época después del fin de la Guerra Fría, en el cual participaron fuerzas militares cooperativas de EE.UU., las Naciones Unidas y la OTAN. Esta combinación, la cual a veces resulta difícil de manejar, no ha logrado todavía un arreglo justo y duradero de paz entre los partidos hostiles, sino ha contenido el conflicto, ha mantenido el apoyo humanitario de las áreas necesitadas y ha disminuido el nivel de combate. Estos

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logros son significativos debido a los intereses variantes de seguridad nacional, los compromisos de la fuerza y los procedimientos de las naciones individuales involucradas en las operaciones. Mientras que los intereses vitales de Estados Unidos y sus asociados europeos no son directamente amenazados por el conflicto en el anterior Yugoslavia, los asociados entienden la importancia de los asuntos y las amenazas indirectas contra las áreas e intereses vitales. Ya se sabe que existe una gran posibilidad de que se expandan las guerras en los Balcanes. El riesgo de una guerra más amplia es especialmente peligrosa para las relaciones delicadas que existen entre los estados en el sur de Europa y para la cooperación entre los aliados estratégicos de la OTAN. Además, prevenir las guerras étnicas que amenazan el desarrollo político, social y económico en las naciones recién establecidas es esencial para crear un ambiente pacífico en el continente europeo después del fin de la Guerra Fría. Según la política estadounidense relativa a la situación en los Balcanes, EE.UU. ha establecido cuatro objetivos: (1) contener el conflicto y limitar la amenaza del mismo contra nuestros aliados y las democracias frágiles de Europa Central hasta que se concluya el conflicto, (2) apoyar el fluyo de asistencia humanitaria y la protección de civiles inocentes, (3) fungir de mediador en lo que respecta a los ceses de fuego y acuerdos para cumplir el objetivo de lograr un acuerdo pacífico consistente con el plan del Grupo de Contacto y (4) apoyar las decisiones de la OTAN relativas a los pedidos de la ONU solicitando ataques aéreos u otro apoyo militar aprobado para contener el conflicto. Estados Unidos ha dedicado un esfuerzo considerable y muchos recursos para lograr estas metas. o En cualquier día dado, 8000 o más individuos asignados al Departamento de Defensa están brindando apoyo a las operaciones de la OTAN en los Balcanes. Por lo regular, hay tres o cuatro embarcaciones estadounidenses y docenas de aeronaves desempeñándose encima y alrededor del anterior Yugoslavia. o Los Estados Unidos ha desplazado 500 tropas a la misión UNPREDEP en la anterior República Yugoslava de Macedonia. Esta presencia militar está ayudando a estabilizar ese país e impedir que el conflicto se extienda. o Estados Unidos ha asignado a 500 individuos a Zagreb para servir en un hospital que ofrece tratamiento médico a los soldados que participan en las misiones de mantenimiento de paz de la ONU. o A través de la Operación PROPORCIONAR PROMESA, las aeronaves estadounidenses involucradas en el transporte aéreo de abastecimientos a Sarajevo han participado en más de 6000 vuelos y han distribuido mucho más de 50,000 toneladas de abastecimientos. El suministro de esta asistencia humanitaria significativa constituye la operación más importante de misiones de lanzamiento aéreo desde la misión de transporte aéreo que se llevó a cabo en Berlín. o Estados Unidos ha desempeñado el papel constructivo principal en el esfuerzo diplomático por resolver el conflicto en el anterior Yugoslavia mediante el Grupo de Contacto de cinco naciones, otras operaciones militares y contactos unilaterales activos. La OTAN y la ONU han llegado a ser los mecanismos principales por las cuales se satisfacen los requisitos militares regionales en los Balcanes. El apoyo militar que la OTAN ha

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brindado a la misión de mantenimiento de paz de la ONU en el anterior Yugoslavia es la primera operación de combate y la primera misión “fuera del área” en la historia de la Alianza. Aunque no se debe juzgar la eficacia de la OTAN sólo basándose en el nivel de éxito que logre en el anterior Yugoslavia, un papel emprendedor de la OTAN en los Balcanes no sólo promueve el papel principal de la Alianza en Europa, sino también ofrece un medio importante por el cual los miembros pueden ejercer una influencia positiva sobre los Balcanes. Los objetivos principales de la OTAN en la crisis son ayudar a hacer cumplir las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU destinadas a limitar el alcance y la magnitud de la violencia, asistir en suministrar los abastecimientos de socorro humanitario y poner en ejecución la restricción de armas. Resulta crítico que el conflicto sea contenido no sólo para limitar las bajas y la destrucción de propiedad, sino también para impedir un posible conflicto entre los países vecinos, los cuales incluyen nuestros aliados de la OTAN. La OTAN está emprendiendo un número de campañas significativas para limitar los efectos del combate. Estos esfuerzos han disminuido el nivel de violencia efectuada contra la población civil y las fuerzas protegidas de la ONU y han ayudado a brindar ayuda humanitaria. Las operaciones de la OTAN comprenden: o La ejecución de la zona de vuelo restringido (“Operación de Negación de Vuelo”, limitando el uso de la potencia aérea por los combatientes en el conflicto. o La ejecución, por las fuerzas navales que participan en la Operación “SHARP GUARD” (“Guardia Alerta”), de las sanciones económicas y de la restricción de armas de la ONU que se han impuesto contra los partidos involucrados en el conflicto. o La protección del personal de la ONU y la ejecución de las zonas de exclusión de las armas pesadas, si a las fuerzas se le asignan esta tarea, mediante la potencia aérea de la OTAN. Todos estos esfuerzos indican que la OTAN cuenta con recursos militares y políticos únicos que se pueden utilizar en casos de crisis. La organización de la OTAN también ha demostrado suficiente flexibilidad para poder acomodar las opiniones variantes de los miembros relativas al mantenimiento de paz. Las Naciones Unidas (ONU), ha mandando a más de 38,000 tropas de los 26 países para facilitar el trabajo de la ONU y las organizaciones privadas de socorro. Los funcionarios de la ONU creen que su mandato humanitario significa que tienen que mantener la neutralidad estricta. Este enfoque ha resultado en algunas controversias relativas a la OTAN, tales como el empleo de la potencia aérea, pero se han encontrado soluciones para satisfacer los diferentes puntos de vista y mantener vigente la misión de la ONU. Según la política actual, EE.UU. se ha comprometido a cooperar con la OTAN, la ONU y otros conductos, tales como el Grupo de Contacto, para resolver el conflicto en Bosnia. Aunque nos damos cuenta de que hay muchos problemas con la UNPROFOR, creemos que la fuerza militar de la ONU debe quedarse en Bosnia. La alternativa resultaría en un desastre humanitario. Estados Unidos ha aprobado un esfuerzo por proporcionar más tropas y equipo para hacer la UNPROFOR más eficaz y hemos hecho una propuesta para vender o alquilar una gran cantidad de equipo estadounidense. La experiencia y los recursos únicos de la Alianza en operaciones colectivas significan que puede haber otros requisitos de participación por parte de las fuerzas de la OTAN en el anterior Yugoslavia en el futuro.

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o La OTAN ha indicado que está dispuesta a ayudar a la Fuerza de Protección de la ONU (UNPROFOR) en Bosnia, si se toma una decisión de retirarla. o A lo mejor, la OTAN desempeñaría un papel clave en administrar una fuerza de mantenimiento de paz, si existe un arreglo negociado. Estados Unidos está comprometido para apoyar los arreglos negociados de paz en Croacia y Bosnia, y esto sigue siendo nuestra prioridad principal. Nuestro apoyo de la propuesta realizada por la OTAN de ayudar a la ONU si resulta necesario tomar la decisión de retirar a los agentes de paz del área, indica que Estados Unidos se mantiene preparado para brindar asistencia a sus aliados. Tensiones continuas en el Mar Egeo Dos de los aliados principales de la OTAN, Grecia y Turquía, sujetan la región sudeste de la OTAN. Estos dos países han llegado a ser más importantes para Estados Unidos desde el fin de la Guerra Fría. La estabilidad de estas dos naciones es crítica para la región y para los intereses más generales de EE.UU. y los aliados. Actualmente, Turquía se encuentra en la encrucijada de casi todos los asuntos de importancia para Estados Unidos en el continente eurasiático--inclusive la OTAN, los Balcanes, el Mar Egeo, las sanciones contra Irak, las relaciones con los nuevos estados independientes (NIS), la paz en el Oriente Medio y las rutas de tránsito para el petróleo y gasolina de Asia Central. Grecia, un miembro de la OTAN, ocupa una posición estratégica para el mando de carriles marítimos de la parte oriental del Mediterráneo. Nuestros programas de asistencia de seguridad y aquéllos de los demás asociados de la OTAN sirven para ayudar a la Alianza a reaccionar, según sea necesario, a eventos que surgen en el Sudeste de Europa y el Oriente Medio. Tenemos muchas inquietudes sobre las tensiones cada vez mayores entre Grecia y Turquía. Al igual que la situación que ha surgido en el anterior Yugoslavia, estas tensiones representan una amenaza contra la estabilidad regional más general y la cohesión de la Alianza. Estados Unidos está preocupado de que la disputa continua sobre la soberanía aérea y marítima en el Mar Egeo y los problemas sin resolver en Chipre pudieran incitar un enfrentamiento que quizás desarticulara gravemente la Alianza. La capacidad de la OTAN para mantener la paz entre sus propios miembros es importante para inculcar un sentido de seguridad en Europa Central y los nuevos estados independientes (NIS). Aunque los problemas en el Mar Egeo deben ser resueltos últimamente por los dos partidos involucrados, Estados Unidos puede desempeñar un papel activo en disminuir las tensiones e impedir el conflicto directo. Amenazas potenciales planteadas por el aumento en el radicalismo islámico Al igual que los países en el sur de Europa, Estados Unidos cree que la confusión política en Algeria podría intensificarse y convertirse en una guerra civil y que el radicalismo islámico podría extenderse a los países en el norte de África. La inestabilidad cada vez mayor en el norte de África puede ocasionar que un sinnúmero de refugiados crucen el Mar Mediterráneo. Esto abrumará los países recipientes tanto política como socialmente.

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La Alianza se ha dedicado a participar en conversaciones con cinco países del África del Norte y del Oriente Medio--Egipto, Israel, Marruecos, Tunisia y Mauritania. Este diálogo está destinado a lograr una mejor comprensión y corregir cualquier malentendido relacionado con los objetivos y acciones de la Alianza que podrían causar la percepción de una amenaza. Iniciar conversaciones exitosas con estos países podría resultar en conversaciones posteriores con otras naciones. Es importante establecer contactos más estrechos con los países estables y responsables del norte de África y del Oriente Medio. Los objetivos de estos esfuerzos son intensificar la seguridad de las naciones en la región mediterránea y mejorarse sus relaciones la una con la otra. Creemos que los esfuerzos de la Alianza en el Mediterráneo deben complementar--no duplicar--las iniciativas de los otros foros, tales como la Unión Europea (UE), el Foro Mediterráneo y el “cinco más cinco” (los países europeos en el Mediterráneo occidental y los países de la Unión Árabe del Maghreb). La EU, en particular, desempeña un papel crítico en la región, ya que la confusión política se basa principalmente en la disparidad cada vez mayor en el desarrollo demográfico y económico entre el Norte y el Sur.

ORGANIZACIÓN DE LA FUERZA DE EE.UU. EN EUROPA PAPEL ESENCIAL DE LA PRESENCIA AVANZADA DE EE.UU. La presencia militar avanzada de EE.UU. en Europa representa un elemento esencial de la seguridad regional y la postura militar global de Estados Unidos. Las fuerzas convencionales y nucleares desplegadas a la vanguardia constituyen la demostración más visible del compromiso norteamericano para defender los intereses estadounidenses y aliados en Europa. Al mismo tiempo, la presencia de fuerzas en ultramar fortalece el papel de liderazgo de EE.UU. en los asuntos europeos y apoya nuestros esfuerzos por extender la estabilidad a las democracias en vías de desarrollo en el Este. Por lo general, la presencia de las fuerzas de EE.UU. disuade la improvisación temeria y la coerción por parte de los estados potencialmente hostiles, tranquiliza a los países amigos, mejora la estabilidad regional y asegura nuestra estrategia superior de enfrentamiento y expansión. La colocación avanzada de estas fuerzas en Europa y la interacción diaria de nuestras fuerzas con aquéllas de nuestros aliados europeos sirven para construir y mantener los vínculos fuertes de la Alianza. Nuestras fuerzas adiestran diariamente con las fuerzas de nuestros aliados de la OTAN, estableciendo así un nivel de interoperabilidad entre las fuerzas de la OTAN que no compartimos con la mayoría de las demás fuerzas militares del mundo. Como resultado de esta interacción normal, poseemos la capacidad para llevar a cabo operaciones militares conjuntas y combinadas de alta intensidad con nuestros aliados de la OTAN tanto en Europa como en otras regiones de interés común. La operación exitosa de TORMENTA DEL DESIERTO ejecutada para expeler a los invasores de Irak de Kuwait in 1991 representa el mejor ejemplo de los beneficios tangibles de colocar a la vanguardia las fuerzas estadounidenses en Europa para defender los intereses del Occidente más allá de Europa. Debido a nuestra cooperación estrecha con las fuerzas militares de la OTAN en Europa, pudimos llevar a cabo operaciones militares sofisticadas a gran escala con las fuerzas del Reino Unido, Francia, Italia, los Países Bajos, Bélgica y Turquía. Se efectuaron estas operaciones basándose en los acuerdos de normalización (STANAG) de la OTAN en todo aspecto desde la doctrina de la guerra terrestre hasta las especificaciones de reabastecimiento de las boquillas de las aeronaves caza. Se logró este buen éxito debido a la interacción militar rutinaria y las costumbres de cooperación facilitadas por esta colocación avanzada de una gran fuerza operacional en Europa.

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Nuestra presencia avanzada en Europa y en las instalaciones relacionadas de infraestructura de la OTAN también ayudó grandemente en brindar apoyo logístico esencial durante la Operación TORMENTA DEL DESIERTO. En otras contingencias también, la colocación avanzada de fuerzas puede ser un factor crítico en la capacidad de las fuerzas estadounidenses para efectuar rápidamente nuestra estrategia de defensa ya que así se disminuye la responsabilidad de los recursos norteamericanos de transporte aéreo y marítimo. La presencia militar de EE.UU. en Europa significa que nuestras fuerzas se encuentran mucho más cerca de las áreas de conflicto potencial y que cuentan con una base logística desde la cual apoyar las operaciones “fuera de área”. Los requisitos humanitarias y de seguridad de EE.UU. fuera del área de la OTAN ya constituyen un factor determinante del ritmo de las operaciones para las fuerzas asignadas al Comando Europeo de EE.UU., cuya área de responsabilidad no sólo comprende Europa sino también el Litoral del Oriente Medio y África. El ritmo de las operaciones efectuadas por el Comando Europeo de EE.UU. (USEUCOM) ha acelerado como resultado de las situaciones de crisis que han ocurrido en su área de responsabilidad. Desde el fin de la Guerra del Golfo en 1991, el USEUCOM ha desplegado fuerzas en 51 ocasiones a más de 30 países. Durante el año fiscal de 1994, las fuerzas asignadas al Comando Europeo de EE.UU. participaron en seis operaciones, y todas se llevaron a cabo fuera del área del Tratado del Atlántico Norte. “PROVIDE COMFORT” (“Proporcionar Sustento”)--Esta operación comenzó al final de la Guerra del Golfo en 1991. La operación “Proporcionar Sustento” mantiene un ambiente de seguridad que permite que la asistencia humanitaria llegue a la población curda arriesgada en la región norte de Irak. En esta operación multinacional participan aproximadamente 1,500 soldados estadounidenses, y se efectúan entre 40 y 50 vuelos de aeronaves y helicópteros al día desde las bases bajo el control de la OTAN en Turquía. “SHARP GUARD” (“Guardia Alerta”) Desde abril de 1993, tres embarcaciones navales de EE.UU. y aproximadamente 7,800 soldados participan regularmente con los aliados de la OTAN en la ejecución marítima de las sanciones que se impusieron contra Serbia en el Mar Adriático. También, se recibe apoyo intermitente de los demás recursos de la Sexta Flota de EE.UU. “PROVIDE PROMISE” (“Cumplimiento de Promesa”) Aproximadamente 550 soldados han participado en brindar asistencia humanitaria y suministrar abastecimientos a los ciudadanos de Bosnia-Herzegovina desde las bases de la OTAN en Alemania e Italia desde julio de 1992. “DENY FLIGHT” (“Negación de Vuelos”)--Desde abril de 1993, aproximadamente 1,700 soldados participan regularmente con los aliados de la OTAN en hacer cumplir la restricción de vuelos militares sobre el país de Bosnia, vigilar las áreas de protección de las Naciones Unidas y brindar apoyo aéreo cercano a los agentes de paz de las Naciones Unidas en Bosnia, cuando sea necesario. “ABLE SENTRY” (“Guardia Alerta”) Desde la primavera de 1993, aproximadamente 500 tropas han participado en la fuerza de observadores de las Naciones Unidas, la cual ya se conoce como el “Despliegue Preventivo” de la ONU (UNPREDEP). Esta fuerza se encuentra en el anterior República de Macedonia del anterior Yugoslavia, sirviendo de una presencia de estabilidad e impidiendo que se extienda a Macedonia el conflicto que está sucediendo en las otras regiones del anterior Yugoslavia.

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“SUPPORT HOPE” (“Apoyo a la Esperanza”) Desde junio hasta septiembre de 1994, aproximadamente 2,000 soldados del USEUCOM se desplegaron a África, apoyados por una fuerza adicional de 2,500 soldados que se quedaron en Europa. Esta fuerza organizó y efectuó operaciones de socorro humanitario de emergencia para los refugiados que se habían huido de la guerra civil en Ruanda. PRESENCIA MILITAR DE EE.UU. EN EUROPA Una substancial presencia militar avanzada de fuerzas de EE.UU. resulta necesaria para cumplir con las varias funciones antes mencionadas. Según el Concepto Estratégico de la Alianza de 1991, “La presencia de fuerzas convencionales y nucleares de EE.UU. en Europa sigue siendo vital para la seguridad de Europa, la cual está indudablemente relacionada con la seguridad de Norteamérica”. Las fuerzas estadounidenses desplegadas a la vanguardia en Europa representan nuestras obligaciones a la OTAN, apoyan el papel de EE.UU. en el Programa de la Asociación de Paz (PFP) y garantizan que exista una capacidad rápida y flexible para reaccionar ante situaciones de crisis en cualquier parte del mundo. Aunque los despliegues de la fuerza estadounidense en Europa siguen siendo esenciales, ha disminuido el número de fuerzas de EE.UU. para asegurar la estabilidad y seguridad. En respuesta a los cambios dramáticos y favorables en la seguridad europea desde 1989, hemos reorganizado y reducido drásticamente nuestra presencia de fuerzas en Europa. El Comando Europeo de EE.UU. ha disminuido sus fuerzas por más de 200,000 tropas desde 1989. Para el final del año fiscal 1996, cuando se concluye la reducción de fuerzas, se habrán reducido las fuerzas del Ejército de EE.UU. en Europa de 217,000 en 1989 a 65,000. Esto representa casi doble la reducción de fuerzas que se realizará por todo el Ejército en general. Se han reducido las brigadas del Ejército en Europa de 17 a 4. La presencia de la Fuerza Aérea se ha reducido de 9.25 escuadras tácticas de aviones de caza a 2.33 (666 aeronaves de combate a 168), con una reducción correspondiente en el número de personal. Se ha reducido el número de fuerzas nucleares en Europa por más del 80 por ciento desde 1991. Por lo general, se han cerrado dos de cada tres instalaciones militares de EE.UU. en Europa, lo cual representa una tasa mucho mayor de cierre de bases militares que en el territorio continental de Estados Unidos. Para el fin del año fiscal 1996, la mayor parte de estas reducciones de fuerzas serán concluidas, y para el futuro inmediato, los niveles de fuerzas en la región serán aproximadamente 100,000 tropas estadounidenses. Esta cifra representa un nivel sostenible de fuerzas militares de EE.UU. en Europa. El componente del Ejército suministra los elementos substanciales de dos divisiones, el cuartel general del cuerpo de ejército y los recursos relacionados. Los recursos del cuerpo de ejército son especialmente importantes ya que el USEUCOM consecuentemente retiene unas capacidades especializadas, tales como los helicópteros de ataque, que son íntegras para la organización del Ejército. Las dos divisiones de EE.UU. en Europa pertenecen a un cuerpo de ejército multinacional establecido por la OTAN como parte de la implementación del nuevo Concepto Estratégico de la Alianza. Estados Unidos participa en dos de estos cuerpos de ejército con Alemania. La 3ra. División de Infantería de EE.UU. está asignada a un cuerpo de ejército multinacional bajo el mando de EE.UU. El cuerpo de ejército comprende una división alemana y una división norteamericana y está bajo el mando del comandante del V Cuerpo de Ejército de EE.UU., quien es el único comandante de cuerpo de ejército que hoy día sirve en Europa.

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La otra división de dos brigadas de EE.UU. que se queda en Europa es la 1ra. División Blindada, la cual está asignada a un cuerpo de ejército multinacional bajo el mando alemán. Este cuerpo de ejército multinacional ofrece un buen ejemplo de las circunstancias en las cuales le conviene a Estados Unidos colocar a elementos de nuestras fuerzas bajo el control operacional temporal de comandantes hábiles y de confianza de los países aliados para fortalecer los vínculos de la guerra de la coalición. Al surgir un conflicto en que participaría la OTAN, la división estadounidense estaría bajo el control operacional del comandante del cuerpo de ejército alemán. Sin embargo, el cuerpo de ejército multinacional bajo el mando alemán, al igual que todas las fuerzas de la OTAN en el comando militar integrado, estaría finalmente bajo el mando del Comandante Supremo Aliado en Europa, quien también sirve del Comandante en Jefe de las Fuerzas EE.UU. en Europa. La 1ra. División Blindada desempeña dos funciones; no sólo participa en el cuerpo de ejército multinacional alemán-estadounidense, sino también está asignada al Cuerpo de Ejército de Reacción Rápida del Comando Aliado en Europa (ARRC). Al igual que el cuerpo de ejército multinacional, se estableció el ARRC como parte de la implementación militar del Concepto Estratégico de la Alianza. Su objetivo es proporcionar a la OTAN la capacidad para reaccionar rápidamente y en gran número con una coalición amplia de fuerzas militares aliadas. Los únicos dos miembros de la OTAN que no tienen fuerzas asignadas al ARRC son Francia, que no participa en el comando militar integrado de la OTAN, e Islandia, que no cuenta con una fuerza militar. Las unidades de la Fuerza Aérea de EE.UU. en Europa suministran una fuerza equilibrada y flexible. Esta fuerza, que consta de 2.33 escuadras tácticas de aviones caza, puede cumplir todas las misiones tradicionales de la Fuerza Aérea, tanto convencionales como nucleares. La potencia de combate de este componente aéreo está completamente apoyada por los medios de logística en el lugar y una capacidad robusta de refuerzo. Las fuerzas del componente aéreo se basan en todas las tres regiones geográficas del Comando Aliado de Europa. Se dividen en tres escuadras tácticas de aviones caza, una escuadra de reabastecimiento aéreo, una escuadra de transporte aéreo y un grupo de operaciones especiales. El componente naval de EE.UU. en Europa proporciona las instalaciones de recepción y puerto para apoyar la Sexta Flota de EE.UU. en el Mediterráneo. La estructura de fuerza de esta unidad comprende el apoyo terrestre necesario para sostener la presencia avanzada del Grupo de Portaaviones de Combate y el Grupo Anfibio Marino de Listeza. Además, estas fuerzas proporcionan aeronaves marítimas de patrulla y vigilancia terrestre, las fuerzas de operaciones especiales y el mando, control y comunicaciones del teatro de operaciones así como también apoyo de computación e inteligencia.

COMPARTIR RESPONSABILIDADES EL RETO: ENCONTRAR UN NUEVO MÉTODO DE SATISFACER LOS REQUISITOS DE DEFENSA COLECTIVA Por toda la Guerra Fría, las contribuciones militares representaban una medida principal de lograr un nivel equitativo de compartir las responsabilidades de defensa. La amenaza militar fue enorme, inmediata y bien entendida. Sin embargo, con el derrumbe del sistema soviético y la emergencia subsiguiente de un diferente ambiente internacional y regional de seguridad, existe la necesidad de considerar una gama más amplia de reacciones de defensa y seguridad que antes. El discurso político y los términos de referencia deben superar los confines

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estrechos de los puntos focales de la época de la Guerra Fría para que abarquen y entiendan una gama más completa de esfuerzas y campañas de seguridad y defensa por parte de los aliados. Es por eso que Estados Unidos ha evitado el término “burdensharing” (compartir responsabilidades), el cual ha sido relacionado con un sólo tipo de contribución a la seguridad mutua--la tarea de apoyar la nación anfitriona (HNS) asignada a las tropas desplegadas a la vanguardia. En cambio, Estados Unidos ha adoptado el término “compartir responsabilidades” para abarcar toda la gama de contribuciones que hacen los estados a la seguridad internacional, inclusive los gastos de defensa, los compromisos de la Alianza y las estipulaciones de los tratados, la asistencia extranjera, las contribuciones de mantenimiento de paz y ayuda en impedir la proliferación de las armas de destrucción en masa, así como también el apoyo de la nación anfitriona. La administración aún está comprometida al compartimiento, por parte de los aliados, de las funciones, los riesgos, las responsabilidades, los costos y los beneficios de cumplir metas y objetivos comunes de seguridad. Los esfuerzos militares y de defensa siguen siendo importantísimos entre los factores que contribuyen a la paz, la seguridad y la estabilidad durante la época después de la Guerra Fría. Los recursos y las fuerzas armadas dedicadas a la defensa común continúan como la base de nuestros arreglos cooperativos de seguridad con los aliados. El apoyo de la nación anfitriona (HNS) que se les brinda a las fuerzas estadounidenses que sirven en Europa sigue siendo aspecto importante de este concepto de “compartir responsabilidades”. El apoyo de esta naturaleza comprende los costos e ingresos inevitables contraídos por los países que patrocinan a las fuerzas de EE.UU. Por ejemplo, Alemania proporcionó más de $1.43 billones de apoyo (HNS) en 1993. Esto consta tanto de ingresos inevitables (o sea, la suspensión de alquileres, estipendios y los costos de terreno e instalaciones) como de otros pagos tales como el apoyo de labor, los servicios públicos, la construcción y la logística. Otros aliados europeos realizan contribuciones parecidas. Algunos observadores han sugerido que nuestros aliados europeos deben aplicar el “modelo japonés” en brindar apoyo de “compartimiento de costos”. Sin embargo, la situación de Japón no es análoga a la situación en Europa, y, por lo tanto, el “modelo japonés” no resulta adecuado ni práctico para emplearse en Europa. La contribución japonesa a la defensa común consiste en dos elementos: Japón sufraga el 65-70 por ciento de los gastos de colocar tropas estadounidenses en el país y el esfuerzo general de defensa que hace Japón, el cual es poco en comparación con los medios que posee Japón para contribuir (es equivalente a un por ciento (1%) del producto nacional bruto (GDP). Para nuestros aliados europeos, el efecto combinado de compartir cada vez más los costos y disminuir drásticamente el esfuerzo militar según la capacidad que posee un país para contribuir representará una reducción en los costos de defensa de aproximadamente $195 mil millones a $75 mil millones--una disminución del 60 por ciento. Además del apoyo de la nación anfitriona, debemos considerar una amplia gama de contribuciones aliadas a la defensa común. En realidad, esperamos que nuestros aliados europeos de la OTAN acepten responsabilidades cada vez mayores para cumplir con los requisitos de la defensa colectiva de la región. Esto constituye un aspecto muy importante, por ejemplo, de la Iniciativa emprendida durante la Reunión Cumbre de la OTAN relativa a las fuerzas de tarea conjuntas y combinadas (CJTF). Según se explicó anteriormente, este concepto permitirá el uso de los recursos de la OTAN por parte de la Unión de Europa

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Occidental (WEU) en apoyo de las operaciones de contingencia o de administración de crisis, las cuales son muy importantes para los europeos, pero son menos importantes para Estados Unidos. Existen muchos ejemplos prácticos de la responsabilidad mayor que los europeos están asumiendo relativo a los asuntos de seguridad regional y colectiva. Un caso es la representación aliada en las acciones destinadas a apoyar los mandatos de las Naciones Unidas en la anterior República de Yugoslavia (FRY). Nuestros aliados europeos de la OTAN han suministrado la mayor parte de las fuerzas asignadas a efectuar las Operaciones “DENY FLIGHT” (“Negación de Vuelos”) y “SHARP GUARD”(“Guardia Alerta”). De manera parecida, los aliados de la OTAN brindan apoyo significativo a la Operación “PROVIDE PROMISE” (“Cumplimiento de Promesa”). Los aliados de la OTAN (inclusive el Canadá) han contribuido la mayoría de las tropas para apoyar los mandatos de mantenimiento de paz de la ONU dentro de la anterior República de Yugoslavia (FRY). En otras regiones, los estados miembros de la OTAN han contribuido fuerzas significativas a las operaciones exigentes tales como la Operación “PROVIDE COMFORT” (“Proporcionar Sustento”). El año pasado, Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y otras naciones participaron en una “defacto” fuerza conjunta y combinada de tarea (CJTF) que participó en transportar y distribuir abastecimientos de socorro humanitario y médico a Ruanda, un país gastado por la guerra. Se reconoce generalmente que estas operaciones--”SUPPORT HOPE” (“Apoyo a la Esperanza”) y “TURQUOISE” (“Turquesa”)--han podido impedir una crisis humanitaria de gran escala en el África Central. Más recientemente, los aliados europeos de la OTAN participaron con las fuerzas estadounidenses en emprender la Operación “VIGILANT WARRIOR” (“Guerrero Vigilante”), el despliegue de emergencia de recursos militares a Kuwait en el otoño de 1994 en respuesta a las provocaciones militares de Irak. Por lo general, aunque a Estados Unidos aún se le pide que proporcione dirección y que ofrezca soluciones oportunas e innovadoras para los problemas urgentes de defensa y seguridad, hemos contado más con operaciones aliadas coordinadas e independientes en una amplia gama de situaciones político-militares. Esto no indica que Estados Unidos se está retirando del escenario internacional; sin embargo, significa que los requisitos de defensa y seguridad comunes se pueden satisfacer empleando una variedad de fuentes alternativas, permitiéndonos así a reservar recursos escasos y lograr resultados aceptables contando con nuestros aliados y la sinergía de las actividades de una fuerza combinada en pos de objetivos comunes.

CON MIRAS AL FUTURO Para el futuro previsible, la mayoría de los aliados de la OTAN, inclusive Estados Unidos, no piensan subir los gastos de defensa. Los jefes políticos y comandantes militares anticipan que a ellos se les pidan cumplir con los retos de defensa y seguridad con menos recursos que les habían disponibles en el pasado. Al igual que la administración en el sector privado con recursos reducidos, la administración eficaz de la seguridad colectiva en el futuro se concentrará en la innovación, la flexibilidad y la racionalización (por ejemplo, lograr su utilidad completa empleando los recursos y capacidades disponibles. No bastará sólo aplicar las soluciones prescritas y probabas a nuestros problemas principales de defensa y seguridad. Se logrará la innovación verdadera evaluando juiciosamente las amenazas contra la seguridad, analizando cuidadosamente los requisitos de recursos y aplicando de forma oportuna las soluciones prácticas que generarán más eficazmente los resultados deseados. Así se llevará a cabo la administración de la coalición

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dentro y fuera del contexto de la OTAN. Esto también representa el escenario dentro del cual se realizará exitosamente el concepto de “compartir responsabilidades”. Al mismo tiempo que buscamos más apoyo de nuestros aliados transatlánticos, también necesitamos tener presente nuestras propias obligaciones nacionales--más notablemente, el apoyo de nuestras fuerzas militares colocadas por toda Europa y nuestras obligaciones financieras a la Alianza de la OTAN. Un aspecto importante de nuestro compromiso para la OTAN es el apoyo estadounidense de los tres presupuestos comunes de la organización--el militar, el civil y el Programa de Inversión de Seguridad. Sin contar con un su propio presupuesto funcional, la OTAN se ve obligado a solicitarles contribuciones financieras a sus miembros constituyentes. Cuando se combinan, estos fondos--recibidos de sus miembros para compartir los costos--garantizan que la OTAN pueda satisfacer los requisitos de su misión y programa de manera oportuna. En años recientes, se han estado disminuyendo las “líneas de tendencias financieras” de las cuentas comunes de la OTAN. Por lo regular, esta tendencia refleja el fin de la Guerra Fría y la disminución de la amenaza militar inmediata. La administración financiera astuta y la reformación del sistema también han resultado en algunos ahorros marginales. Sin embargo, no existe ningún substituto por el acto de continuar las apropiaciones nacionales para satisfacer los requisitos financieros de las misiones y programas. Estados Unidos logra importantes beneficios políticos, militares y financieros participando en la Alianza de la OTAN. Para garantizar que EE.UU. continúe disfrutando estos beneficios en el futuro, le corresponde al país cumplir con sus obligaciones financieras de los tres presupuestos comunes de la OTAN. Lograr progreso en el proceso de establecer un mundo más pacífico y próspero no debe ser impedido por un debilitamiento del marco de seguridad en Europa cuyo aspecto principal es la OTAN. La prioridad principal debe ser fortalecer y adaptar las asociaciones estadounidenses para alcanzar los retos que existen en le época después del fin de la Guerra Fría. La alternativa--el deterioro de las alianzas estadounidenses y las asociaciones de comercio--resultaría en la inestabilidad extensa e influencia estadounidense disminuida en los eventos y decisiones internacionales que afectan las vidas diarias de los norteamericanos. Dos veces durante este siglo, Estados Unidos ha sufrido las consecuencias de aprender demasiado tarde la lección que la estabilidad europea es vital para nuestra propia seguridad. Afortunadamente, después de la Segunda Guerra Mundial, los fundadores de la Alianza le hicieron caso al aviso de Santayana que aquéllos que no aprenden las lecciones de historia se condenan a repetirlas. El papel de la OTAN en triunfar en la Guerra Fría indicó la sabiduría de una política de combate transatlántico, en comparación con los costos eventuales de la estrategia de aislacionismo. Hoy día debemos contar con la OTAN y las otras instituciones para establecer una organización de seguridad para Europa. El fin de la Guerra Fría y la emergencia subsiguiente de las nuevas democracias han ocasionado la oportunidad sin precedente de proteger y fomentar nuestros intereses en Europa mediante la integración exitosa de estas nuevas democracias con los mercados libres en la comunidad de naciones en la “zona de estabilidad y seguridad”. Nuestra estrategia comprende varios elementos entrelazados que apoyan mútuamente nuestros esfuerzos para proseguir nuestros objetivos en la región. Debido a las incertidumbres actuales, nuestra estrategia debe ser lo suficiente flexible para reaccionar ante una gran variedad de contingencias.

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o La OTAN debe seguir siendo la organización central respecto a la seguridad europea. Algunos estados europeos se esforzarán por establecer una identidad europea de seguridad y defensa, pero pocos aumentarán sus capacidades para efectuar acciones militares independientes. Para cualquier amenaza significativa--inclusive las amenazas nucleares--los europeos continuarán dependiendo de Estados Unidos y la OTAN como los garantes principales de su seguridad. o A la vez, debemos proseguir activamente nuestras iniciativas por adaptar la OTAN a las nuevas realidades de la época después de la Guerra Fría. La Asociación de Paz (PFP) fue el tema principal que se trató durante la Reunión Cumbre de la OTAN de 1994 y constituye el elemento clave de nuestra estrategia de seguridad europea. Esta asociación representa un nuevo medio creador para extender la mano al Este, y ocasiona panoramas dramáticas para el futuro en el cual Europa se separa del pasado destructivo. La PFP también tiene por finalidad ofrecer un medio para ayudar a impedir que surjan en el futuro situaciones iguales a la de Bosnia y otras amenazas contra nuestra seguridad común y los medios para tratarlas con más eficacia. o También, estamos preparándonos para la expansión de la OTAN a medida que se unen nuevas democracias orientales a la Alianza según el caso. Este proceso será gradual, organizado y transparente. El proceso se basará en el éxito que logró la Alianza en mejorar la estabilidad europea y en impedir la renacionalización de las políticas extranjeras y de defensa y fortalecerá la seguridad por toda la región, inclusive la de las naciones que no sean miembros. o Al mismo tiempo, debemos continuar nuestra participación y cooperación con Rusia para asegurar que el país continúe a lo largo del camino de reformas democráticas. Un elemento clave de este esfuerzo será el de desarrollar y sostener los vínculos rusos con las varias organizaciones de seguridad en Europa, especialmente la OTAN, pero también la OSCE y otras. A la vez, debemos estar preparados para tomar medidas remediadoras eficaces en caso de que haya un trastorno de las reformas rusas. o Además de nuestra concentración en la OTAN, también estamos tratando de establecer relaciones complementarias con los demás elementos involucrados en la seguridad europea, tales como la WEU y la EU. Estas relaciones servirán de fortalecer el “Puntal Europeo” de la OTAN y mejorarán las capacidades para tomar acción común. o También estamos prosiguiendo un esfuerzo determinado por fortalecer la OSCE tanto en su papel histórico como en la conciencia del continente y en su nuevo papel como instrumento principal encargado de proporcionar la alerta temprana, prevenir conflictos y administrar crisis. o Asimismo, nuestras relaciones bilaterales únicas de seguridad con el Canadá constituyen un elemento importante de la situación general de seguridad transatlántica. Pensamos mantener estos vínculos estables adaptándolos a las nuevas realidades, especialmente mediante un acuerdo renovado y actualizado de Defensa Aerospacial de Norteamérica (NORAD). o Por último, debemos continuar manteniendo las relaciones bilaterales estrechas de seguridad con nuestros aliados europeos y estableciendo relaciones de esta naturaleza con nuestros asociados orientales. Mantener nuestro puesto de liderazgo en la comunidad transatlántica es crítico para el buen éxito de esta estrategia. El papel único de estados Unidos como asociado principal de

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seguridad entre las principales democracias del mundo y nuestros recursos militares sin paralelo nos dan gran influencia, si deseamos ejercerla. Para hacerlo con eficacia, Estados Unidos debe retener una presencia avanzada significativa en Europa y brindar un nivel adecuado de apoyo financiero para los programas de la OTAN, así como también los esfuerzos bilaterales relacionados tales como la Iniciativa de Varsovia del Presidente. Según indicó el Presidente Clinton en Bruselas, Europa se encuentra en la encrucijada. Tenemos que enfrentar grandes incertidumbres, pero también grandes oportunidades. Con la conclusión exitosa de la Guerra Fría, parece que hay posibilidad de realizarse la visión de una Europa unida por su dedicación a los principios democráticos y economías de mercado. Sin embargo, tal resultado no está cierto de ninguna manera, pues quedan muchas dificultades y problemas por resolverse en el futuro. Mediante nuestras iniciativas emprendidas durante la Reunión Cumbre en Bruselas, nuestras políticas continuas de compromiso firme a Europa y el mantener una presencia potente de fuerzas en la región, estamos en una posición para fomentar nuestros objetivos anhelados por tanto tiempo. La estrategia explicada anteriormente representa la mejor forma de realizar dichos objetivos. Para nosotros, el reto es poner estos objetivos en ejecución.

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Lección 4

Lectura D: Seguridad Estratégica de Estados Unidos para las Américas

Ministerio de Defensa, Septiembre 1995 INTRODUCCIÓN En años recientes, las Américas1 ha terminado con una década de conflictos políticos y reveses económicos para convertirse en una de las regiones más democráticas y económicamente poderosas del mundo. Reunión para la Búsqueda de una Perspectiva Común y una Visión para el Futuro A principios de diciembre de 1994, los líderes de los países del hemisferio occidental con excepción de Cuba se reunieron en Miami para llevar a cabo la “Cumbre de las Américas”. Ocho meses más tarde, en julio de 1995, los líderes de la defensa y la seguridad de estas 34 naciones se reunieron en Williamsburg para llevar a cabo por primera vez la reunión de los Ministros de Defensa de las Américas. Estas reuniones eran evidencia del progreso democrático en la región, reuniendo 34 países con líderes electos democráticamente. En la última reunión hemisférica que se llevó a cabo en 1967 y en las dos décadas que le siguieron, no se pudieron reunir tal representación de líderes electos del gobierno. La reunión Cumbre de las Américas además de ser un símbolo de adelanto democrático, se distinguió por el hecho de que sus dirigentes se comprometieron a crear el área del libre mercado en las Américas, un mercado de $12 trillones con casi 800 millones de consumidores. La reunión Cumbre en Miami fue indudablemente un hecho decisivo que refleja la dedicación de la región a los valores democráticos, las economías del libre mercado y la solución cooperativa de problemas comunes. La reunión Cumbre de los Ministros de Defensa fue también un hecho decisivo. Los líderes civiles y militares se reunieron por primera vez para llevar a cabo un diálogo de grandes repercusiones sobre temas de seguridad. Esta no fue una reunión de emergencia como una reacción a un evento de carácter crítico, sino un esfuerzo con el fin de reconsiderar los asuntos relativos a la defensa y seguridad a la luz de dos nuevas realidades geopolíticas: el resurgimiento de la democracia en la región y el fin de la guerra fría. Exponiendo la perspectiva de cada país y cada subregión, los funcionarios de defensa intercambiaron opiniones respecto al papel del militar en el siglo XXI, las medidas tendientes a fomentar la “transparencia” y la confianza, y la cooperación en la defensa, inclusive las contribuciones de cada región hacia las misiones de mantenimiento de paz a nivel internacional.

Del libro Seguridad Estratégica de los Estados Unidos para las Américas, Ministerio de Defensa, ISA, septiembre 1995.

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Nuevas Realidades, Nuevos Pensamientos Los nuevos pensamientos y las nuevas realidades que se reflejaron en la reunión Cumbre en Miami y la reunión Cumbre de los Ministros de Defensa en Williamsburg sin duda alguna beneficiaron nuestra estrategia de seguridad nacional de acercamiento y participación según aplica a la región. El interés de Estados Unidos en la región siempre ha sido substancial y nuestra seguridad siempre ha estado estrechamente ligada con nuestros vecinos más cercanos. En la medida en que Estados Unidos se acerca a ellos, aumentan las posibilidades de inestabilidad en la región. Todavía en la región existen amenazas a la estabilidad, aunque han cambiado de tal manera que en ocasiones es más difícil comprenderlas y confrontarlas. La diferencia hoy día -- lo cual hace el concepto para una política de acercamiento y participación tan positiva -- es la convergencia de ideas sobre los principios fundamentales: una dedicación común a la democracia, al desarrollo sostenible basado en los aspectos teóricos y prácticos del libre mercado y hacia una solución cooperativa con el fin de mejorar la seguridad. Este consenso en los principios fundamentales establece la base para llenar los retos de seguridad en el siglo XXI. Desde la crisis de los misiles cubanos en 1962 no ha surgido en el hemisferio ningún país que represente una amenaza estratégica para Estados Unidos y su pueblo. El verdadero peligro para nuestros intereses nacionales proviene de los efectos de la influencia desestabilizadora que se origina fuera de nuestras fronteras. La inestabilidad política en Haití después del golpe de estado en septiembre de 1991, por ejemplo, demuestra cómo los problemas de un país vecino pueden afectar directamente a los Estados Unidos con problemas de ayuda humanitaria, emigración y derechos humanos. La crisis del peso mexicano en diciembre de 1994 también demuestra cómo la crisis financiera y económica de un país fronterizo puede afectar el bienestar de los estadounidenses y requerir que el Presidente tomara una decisión ejecutiva con el fin de ayudar a restaurar la estabilidad financiera de los mercados. En el pasado, el interés de Estados Unidos en la región era circunstancial y unilateral con los recursos militares de Estados Unidos asignados a encargarse de las amenazas tradicionales a la seguridad. Después de la Segunda Guerra Mundial, la política de Estados Unidos en la región tendía a considerar los eventos locales geostratégicamente comparado con el conflicto de la guerra fría. La aplicación directa del poder militar de Estados Unidos a las situaciones en el hemisferio solían dificultar las relaciones con otros países en la región. Hoy día, ha surgido el concepto de “seguridad cooperativa”, con mayor énfasis. Los peligros a los que se enfrenta Estados Unidos hoy día son diferentes. La línea entre la política doméstica y extranjera es confusa. Los fenómenos transnacionales tales como el narcotráfico y el terrorismo tienen consecuencias a largo plazo para la seguridad doméstica y la regional. Se sobreentiende que no todos los riesgos en la seguridad son de carácter militar y que requieren enfoques bien coordinados. Pero las instituciones militares continúan desempeñando un papel importante en la colaboración hacia las soluciones y un planeamiento estratégico no puede descartar la necesidad de las fuerzas listas para el combate. En tanto perduran los viejos problemas y las nuevas amenazas hacia la seguridad toman forma, los Estados Unidos y sus vecinos en la región ven las oportunidades de desarrollarse más para lograr una seguridad permanente. Un compromiso de largos años hacia la conciliación pacífica de disputas, incluido en la Organización de Estados Americanos, encuentra resonancia en las nociones actuales de “diplomacia preventiva” y en las medidas

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tendientes a fomentar la confianza así como también en esfuerzos continuos por los Estados Unidos y otros países para ayudar a resolver tensiones como el conflicto fronterizo entre Ecuador y Perú. Aun cuando las relaciones con nuestros contrapartes democráticos en la región aumentan y se intensifican, nuestra presencia militar en el hemisferio sigue siendo moderada. Las cifras, sin embargo, no revelan toda la verdad. En América Latina y el Caribe, así como en otros lugares del mundo, el liderazgo estadounidense es muy apreciado. El respeto profesional que se siente hacia las fuerzas estadounidenses como una institución no puede ser más alto. Nuestras interacciones diplomáticas y comerciales con las contrapartes regionales, nuestros compromisos militares desempeñan un papel importante en el avance de nuestra estrategia de seguridad nacional. Estrategia de Enfrentamiento El reto estratégico para los Estados Unidos en sus vecinos es mantener nuestros recursos de defensa en apoyo de las metas de seguridad nacional que aceptan la promoción de la democracia y el mercado libre así como también la función central de proteger las vidas y el bienestar de los americanos. Un hemisferio que promueve la democracia y la prosperidad es un ambiente de seguridad y protección para nosotros mismos y nuestros vecinos. Nuestra estrategia de enfrentamiento concede gran importancia a los conductos intermilitares para ampliar y profundizar los contactos con las organizaciones de defensa de la región. Estos incluyen: ejercicios combinados, programas de adiestramiento, asistencia de seguridad, educación militar y civil profesional, proyectos de socorro humanitarios, participación en las misiones de mantenimiento de paz internacional, planeamiento conjunto e intercambio de información y la política para la transferencia de armas. Ninguno de estos medios es único para la región, pero en este hemisferio son importantes para fortalecer las relaciones estrechas. Estos programas relativamente de bajo costo y alta configuración que han probado ser útiles en la fomentación de enlaces en la defensa y la seguridad pueden dejar altos dividendos en el futuro. Los ejercicios multinacionales bajo la protección de los Estados Unidos, por ejemplo, puede fomentar la confianza mutua entre los vecinos más cercanos y disminuir las probabilidades de que existan problemas fronterizos. Si existe la cooperación en el monitoreo de las fronteras y las costas puede contribuir eficazmente a la verificación del tráfico de armas, drogas y otros contrabandos. En momentos en que los países latinoamericanos comienzan a tomar parte en operaciones de mantenimiento de paz más allá del hemisferio se pone de manifiesto que el adiestramiento en operaciones multinacionales permite distribuir las responsabilidades entre un número más amplio de países. Como con las operaciones de mantenimiento de paz, el hemisferio desempeña un papel muy importante en la no profileración de armas nucleares y el control de armas internacionales. La estrategia del Ministerio de Defensa (DOD) en la región incluye el promover las metas de limitación y no proliferación de armas entre nuestros amigos en América Latina y el Caribe. Obviamente, gran parte de la implementación de una estrategia de seguridad nacional basada en mejorar nuestra seguridad, promover la prosperidad en el país y fomentar la democracia recae sobre otros departamentos del Gabinete. Sin embargo, el DOD desempeña un papel importante en el fortalecimiento de nuestra seguridad y en la promoción de una

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consolidación democrática en la región. Esto es cierto dado la importancia del papel de las fuerzas militares en muchos de los países latinos y la historia de los regímenes militares que a menudo destituyen gobiernos que han sido elegidos democráticamente. El papel del liderazgo del DOD está simbolizado por los Ministros de Defensa de las Américas, el cual abre un nuevo capítulo en la historia política-militar de la región. Los seis “Principios de Williamsburg” anunciados por el Secretario Perry en la parte Ministerial (ver cuadro) representan algo totalmente nuevo, o sea la consagración de los dirigentes civiles y militares a la preservación de la democracia como parte de nuestra seguridad mutua. El desarrollo de las relaciones constructivas civiles-militares es una meta importante relacionada con la consolidación democrática en la región. El DOD apoya el compromiso de sus contrapartes civiles y militares en la realización de esta meta. Por ejemplo, el programa de Educación y Adiestramiento Militar Internacional (IMET) le ofrece a los militares y civiles la oportunidad de adquirir destrezas en la administración de recursos de defensa, facilitando el diálogo en temas que a menudo son difíciles. Generalmente, un sinnúmero de contactos desarrollados bajo los auspicios del DOD sirven para fomentar un rasgo del militar profesional en el que las normas democráticas adquieren un valor supremo. Las iniciativas como la de los Ministros de Defensa también sirven para fortalecer los establecimientos de defensa dirigidos por civiles como un elemento constructivo en asuntos civiles-militares. Mientras nos acercamos al comienzo del sigo XXI, nuestros objetivos estratégicos son los siguientes:

• apoyar el compromiso de mantener las normas democráticas en la región, inclusive el control civil en los asuntos de defensa, las relaciones positivas civiles-militares y el respeto por los derechos humanos;

• fomentar la resolución pacífica de disputas, transparencia en los gastos para armas militares y medidas del establecimiento de la confianza y la seguridad pertinentes a la región;

• cumplir las responsabilidades establecidas bajo el Tratado del Canal de Panamá y cooperar con el gobierno de Panamá al tomar en cuenta los asuntos vinculados al Tratado de Neutralidad;

• ampliar y profundizar la cooperación militar con otros países de la región en apoyo de objetivos comunes, alentándolos a mejorar las capacidades para las acciones conjuntas, inclusive el mantenimiento de la paz a nivel internacional;

• prevenir que las crisis humanitarias alcancen proporciones catastróficas; y, • fomentar los esfuerzos destinados a prevenir la proliferación de Armas de

Destrucción en Masa y los sistemas de lanzamiento así como también otras iniciativas de beneficio común para controlar la producción de armas.

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Los principios de Williamsburg Mantener la promesa del Acuerdo de Santiago el cual establece la preservación de la democracia como la base para la preservación de una seguridad mutua. Reconocer que las fuerzas militares y de seguridad desempeñan un papel de carácter crítico protegiendo y defendiendo los intereses legítimos de los estados democráticos soberanos. Afirmar la resolución de nuestros países que se acordaron en Miami y Managua con respecto a que nuestras Fuerzas Armadas deben subordinarse a la autoridad controlada democráticamente, actuar dentro de los límites de las Constituciones nacionales y respetar los derechos humanos a través de la enseñanza y la práctica. Aumentar la transparencia en asuntos relacionados con la defensa por medio del intercambio de información, por medio de la rendición de informes sobre los gastos en la defensa y la realización de diálogos más profundos entre civiles y militares. Establecer como meta para nuestro hemisferio la resolución de disputas existentes por medio de negociaciones de convenios y la adopción generalizada de medidas tendientes a fomentar la confianza, todo esto en un plazo que concuerde con el ritmo de la integración económica del hemisferio y reconocer que el desarrollo de nuestra seguridad económica afecta profundamente nuestra seguridad de la defensa y vice-versa. Promover una mayor cooperación en la defensa en apoyo de la participación voluntaria en las operaciones de mantenimiento de paz patrocinadas por las Naciones Unidas y desempeñar un papel de apoyo en la lucha contra el narcoterrorismo.

En resumen, la democracia, la paz y la prosperidad en la región son las mejores garantías de la seguridad nacional de Estados Unidos. La estrategia regional del DOD es utilizar los recursos de defensa a su disposición para promover estas metas. EL CRECIENTE Y PERDURABLE INTERÉS DE LOS ESTADOS UNIDOS EN LA SEGURIDAD DE LAS AMÉRICAS El interés de Estados Unidos en la América Latina y el Caribe es substancial y va en aumento. Nuestros vínculos--históricos, políticos, geográficos, sociales, económicos y culturales--siempre han sido importantes. Recientemente, sin embargo, algunos cambios drásticos provocados por reformas democráticas y comerciales han dado a la región mayor importancia global. La región es actualmente una zona muy dinámica y seguirá siéndolo en el futuro previsible. Está en nuestro interés nacional tener vecinos estables y seguros. Lo que suceda en la Ciudad de México o Santiago o Brasilia o San Salvador o Puerto Príncipe afecta la vida diaria y el bienestar de nuestros propios ciudadanos. La historia nos demuestra que la inestabilidad en la región tiene consecuencias adversas para nosotros--a menudo son inmediatas y mensurables. Según se expandan los lazos que nos unen, irán cobrando mayor importancia nuestros intereses comunes de crear un hemisferio seguro, próspero y democrático.

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Intereses Económicos de los Estados Unidos Los datos sobre el interés económico de Estados Unidos en América Latina son impresionantes, pero se deben tomar en consideración cuáles son las realidades. América Latina y el Caribe, por su tamaño, son el tercer mercado regional para las exportaciones de Estados Unidos, y el mayor mercado en el que Estados Unidos mantiene un saldo comercial favorable. Del 1987 al 1993, las exportaciones de Estados Unidos a América Latina aumentaron a un ritmo equivalente al 21% anualmente. Esto es el doble del índice de crecimiento de nuestras exportaciones a la Unión Europea. La producción interna bruta de América Latina está alcanzando $1 trillón y la economía regional ha estado creciendo de 3-4% anualmente. En comparación, los estados miembros de la Organización del Desarrollo Económico y Cooperativo recientemente han tenido un índice de crecimiento anual de solamente 0.9%. El valor de las inversiones directas de los Estados Unidos en América Latina es substancial, en 1992 ascendió a $89 billones, cerca de una quinta parte del total de inversiones mundiales de Estados Unidos ese año. El capital invertido y el número de renglones en que se invirtió experimentan una veloz alza en muchos países de la región, constituyendo un renglón cada vez mayor de la inversión total. La región en conjunto ha podido aumentar un promedio de menos de $1 billón durante casi toda la década de 1980. Los mercados financieros en ciudades como Buenos Aires, Sao Paulo y Ciudad México han crecido con la entrada de fondos para la compra de acciones y bonos. Gran parte de esta inversión viene de los Estados Unidos. El volumen y valor de estas inversiones responden diariamente --y a menudo de una hora a la siguiente-- a un sinnúmero de sucesos políticos y económicos. De hecho, un descenso vertiginoso en un país puede tener en la economía de otros lo que se conoce como “el efecto del tequila”. Algunos ejemplos de nuestros intereses económicos específicos en la región, basados en los datos de exportación recientes del Banco Nacional de Datos Comerciales, incluyen:2

• Las exportaciones de Estados Unidos a los países de la cuenca del Caribe excedieron aquéllas para la China por varios billones de dólares.

• Los Estados Unidos le exportaron tantos productos a Chile como a India. • Brasil le compró tantos productos a Estados Unidos como a toda Europa Oriental y

las antiguas repúblicas de la Unión Soviética, inclusive Rusia. No solamente se considera la región un creciente mercado para nuestras exportaciones, es la fuente de recursos vitales para nuestra seguridad y bienestar. México, Venezuela y Trinidad le exportan cantidades significativas de petróleo a los Estados Unidos. De hecho, nuestra principal fuente de petróleo importado es México, del cual obtenemos mayor cantidad de barriles de petróleo que de Arabia Saudita, y Venezuela le sigue a Arabia Saudita a este respecto. Chile es el principal productor de cobre y Brasil es el segundo productor de mineral de hierro. Brasil, Jamaica, Surinam y Guyana en conjunto ocupan en el mundo el segundo lugar en la producción de bauxita. La importancia que tiene el crecimiento económico de la región para Estados Unidos está expresado más concretamente en dos acontecimientos recientes: el Tratado Norteamericano de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Cánada, y el acuerdo

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alcanzado en la Cumbre de las Américas con el fin de crear el Área de Libre Comercio de las Américas para el año 2005. Vínculos Geográficos y Sociales Treinta y tres países y varias posesiones con una población combinada de 470 millones de personas comprenden América Latina y el Caribe. A pesar de la escala física de la región, las conversaciones de proximidad están bien justificadas y son estratégicamente significativas.

• Los Estados Unidos comparte con México 2,000 millas de frontera. En 1994, alrededor de 331 millones de personas cruzaron la frontera desde México hasta los Estados Unidos.

• Según el censo de 1990, más de 22 millones de hispanos residen legalmente en Estados Unidos, convirtiendo a éste en el grupo de inmigrantes más grande en este país que no habla inglés. En la actualidad Estados Unidos ocupa el quinto lugar en cuanto al número de residentes de habla hispana.

• El grupo más numeroso de norteamericanos residentes en el extranjero, medio millón de personas, reside en México. Decenas de millares de ciudadanos estadounidenses también residen en grandes centros comerciales como Caracas y Sao Paulo.

• Las rutas marinas de la cuenca del Caribe son los conductos de la mayor parte de nuestras importaciones de petróleo, no solamente desde la región sino también desde el Golfo Pérsico y África. El Canal de Panamá sigue siendo un pasaje importante para los estados del Pacífico de América del Sur--países entre los que figuran algunas de las naciones con las que el intercambio comercial cobra cada vez mayor auge.

La globalización mediante las telecomunicaciones y la vasta expansión de los medios de transporte le han dado mayor importancia a la proximidad de la región y acelerado los fenómenos demográficos señalados anteriormente. La extensión del tamaño físico de la región creó grandes problemas para monitorear e interdecir el flujo de drogas ilegales, armas y contrabando en la región. Nuestros intereses geográficos y sociales en las Américas garantizan una preocupación continua por la estabilidad y bienestar de nuestros vecinos, en todas partes. Intereses Históricos y Políticos Los Estados Unidos tienen un interés estratégico en la consolidación de la democracia en la región. La democracia es el interés principal de nuestra cultura política y un elemento que define nuestra identidad nacional. La razón principal de nuestra participación en dos Guerras Mundiales fue proteger la democracia. Uno de los tres objetivos principales del Presidente de la Estrategia de Seguridad Nacional es promover la democracia. En nuestro hemisferio, nos proponemos promover la democracia al ayudar a nuestros vecinos a consolidar el progreso democrático que han alcanzado. La confirmación de la democracia como el principal objetivo de la seguridad nacional llega en un momento cuando la democracia se ha generalizado en todo el hemisferio. No siempre fue así. Hace quince años, el régimen autoritario era la norma y los gobiernos elegidos democráticamente eran la excepción. Desde 1979, cuando Ecuador hizo su transición

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hacia la democracia, hasta la reunión de la Cumbre de las Américas en el 1994, el mundo pudo observar cómo un país tras otro en la región elegían sus propios líderes. En 1990, Haití eligió a Jean Bertrand Aristide como presidente. La extraordinaria transformación política de Haití no estuvo exenta de dificultades. Aunque esta “revolución silente” se alcanzó pacíficamente, requirió gran esfuerzo por parte de los Estados Unidos, sus amigos y aliados y de los haitianos. La visión de un hemisferio democrático es tan antiguo como las luchas de nuestros países por la independencia nacional en los siglos 18 y 19. Y es conservado en la Carta de la Organización de los Estados Americanos, la organización internacional más antigua de esta clase. En nuestra región es donde único existe un acuerdo explícito con el fin de cooperar en la defensa de la democracia a través de la OAS. En lo que se conoce como la Resolución Santiago, los estados miembros de la OAS acordaron reunirse de inmediato “en caso de producirse situaciones que causen interrupciones súbitas en la sucesión gubernamental democrática” en cualquier estado miembro. Este compromiso fue renovado por líderes civiles y militares del hemisferio en Williamsburg, donde acordaron que la preservación de la democracia es la base para garantizar nuestra seguridad mutua. Según el Secretario Perry señaló en esa ocasión, ninguna crisis puede justificar una interrupción del sistema representativo democrático. Las Américas han cumplido con este compromiso en tres ocasiones, respondieron energéticamente al golpe en Haití en septiembre de 1991, un par de meses después de que la resolución fuera aceptada; el auto golpe en Perú en 1991; y el auto golpe en Guatemala en 1993. La promoción de la democracia no es una cruzada sino un compromiso pragmático. Como un proceso para resolver los conflictos de la sociedad, la democracia proporciona una vía legal para las reformas necesarias y los cambios pacíficos de los gobiernos. Los estados democráticos se ven menos inclinados a librar una batalla unos contra otros. Y los países que comparten los valores democráticos encuentran que es más fácil la cooperación. Es por eso que la promoción de la democracia es una misión integral de nuestras fuerzas armadas desplazadas en toda la región. LOS RETOS Y LAS OPORTUNIDADES QUE ENFRENTA LOS ESTADOS UNIDOS EN LAS AMÉRICAS Los sucesos favorables que han tenido lugar en la región ofrecen nuevas oportunidades a Estados Unidos. Sin embargo, algunos de los problemas tradicionales persisten y surgen nuevos retos que representan un riesgo para los intereses de la nación y sus objetivos estratégicos. Mientras más nos acercamos a nuestros vecinos, no solamente encontramos que las oportunidades para la cooperación aumentan, pero que estamos más expuestos a las consecuencias negativas de los fracasos y los conflictos fuera del territorio nacional. El Reto del Fortalecimiento de la Democracia Todos en la región esperamos poder consolidar el progreso democrático de los últimos 15 años. Los líderes del hemisferio en la reunión de la Cumbre que se realizó en Miami se concentraron en la “modernización del estado:” crear instituciones transparentes y responsables, un poder judicial accesible e independiente; atacar la corrupción; y atender las necesidades de los “grupos vulnerables” (la población indígena, los lisiados, las minorías y

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otros). La lista de tareas que resultó del plan de acción de la reunión de la Cumbre representa los retos a los que nos tenemos que enfrentar junto con nuestros vecinos. Las amenazas directas hacia el gobierno democrático continúan. En septiembre de 1991, no había pasado un año después de haber sido electo presidente de Haití, Jean Bertrand Aristide fue derrocado en un golpe militar. En 1992, el Presidente Fujimori de Perú fingió un “auto-golpe”, donde clausuró la legislatura y las cortes. En 1993, el Presidente Serrano de Guatemala intentó hacer lo mismo. En dos ocasiones en 1992, los elementos reaccionarios de las fuerzas militares intentaron llevar a cabo golpes de estado en Venezuela, uno de los sistemas democráticos constitucionales de mayor duración en la región. Y en Cuba, donde la democracia todavía no existe, Estados Unidos se enfrenta al reto de cómo podría contribuir mejor para lograr el establecimiento del gobierno democrático en forma pacífica para el pueblo cubano. El fortalecimiento de la democracia es una tarea que no se puede buscar por separado. Una economía dislocada prueba ser un terreno fértil para los que planean los golpes de estado, como sugiere el caso de Venezuela. Enfrentarse al terrorismo y a la insurgencia pone un enorme peso en los gobiernos constitucionales, como muestra el caso de Perú. Haití delineó su camino hacia la democracia en 1990 con instituciones y tradiciones rudimentarias--inclusive una fuerza militar sin asimilación cultural de los valores democráticos--así como también una pobreza masiva y crónica. Existen las oportunidades para enfrentarse a los retos que presenta la democracia. Los americanos tienen el equipo necesario para confrontar los golpes de estado al trabajar a través de la OAS y la Resolución Santiago. Los militares, que en el pasado suplantaron los gobiernos electos, han demostrado un mayor compromiso hacia las normas democráticas y están dispuestos a examinar y modificar el papel que desempeña el militar. En Guatemala, las fuerzas militares respaldaron el proceso constitucional democrático, ayudando así a que los resultados de la crisis de 1993 fueran favorables. Y los líderes civiles están reconociendo la necesidad de tener una mayor cantidad de expertos civiles en asuntos de la defensa y militares. Dejar de trabajar con nuestros amigos en la región con el fin de proteger y fortalecer el gobierno democrático afectarían nuestros intereses estratégicos en gran medida. Correría peligro la oportunidad de continuar el comercio y las inversiones, sufrirían pérdidas y se perderían oportunidades para los negociantes y obreros de Estados Unidos. La cooperación en áreas como las operaciones antidrogas quedarían relegadas a un segundo término. Las crisis humanitarias que seguirían a la inestabilidad política nos dificultaría seriamente la prestación de socorro y la busca de soluciones. El apoyo para la paz global y las iniciativas de la seguridad de la región podrían fracasar. Cómo Resolver los Antagonismos y las Disputas que aún Perduran Conflictos Internos El fin de la guerra fría y el renacimiento de la democracia en las Américas no ha puesto fin al conflicto en la región. Aunque su impacto ha disminuido, las fuerzas insurgentes y de guerrillas continúan operando en algunos países. Estos son:

• Colombia, con dos grupos principales de guerrilla--las Fuerzas Armadas

Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN);

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• Guatemala, con tres grupos principales de guerrillas armadas -- las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), la Organización Revolucionaria del Pueblo en Armas (ORPA) y el Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP);

• Perú, con Sendero Luminoso (Shining Path) y el decreciente Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA); y

• México, donde el 1 de enero de 1994, un nuevo grupo rebelde, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), tomó varias ciudades del sur del estado de Chiapas, México.

La situación que confrontan estos países sólo exige que Estados Unidos apoye la resolución pacífica de estos conflictos. En aquellos casos en que se hacen los trámites necesarios para alcanzar la paz, los Estados Unidos debe inducir a los distintos bandos a respetar el proceso, inclusive los acuerdos interinos y el cese de fuego. Logros positivos incluyen la resolución del conflicto que duró una década en El Salvador a través del acuerdo de paz de 1992; el principio de la reconciliación nacional que ocurrieron al mismo tiempo que las elecciones en Nicaragua en 1989; las negociaciones en curso en Guatemala, México y Colombia. Todo esto va dirigido hacia la continuación del apoyo estadounidense e internacional para la reconciliación nacional. Disputas Fronterizas En tanto que las Américas está relativamente libre de conflictos internacionales, las tensiones basadas en animosidades históricas permanecen sin resolverse y pueden volverse a encender si no se toman en cuenta. Las fronteras internacionales que han sido debatidas podrían llevar a conflictos entre estados, como lo demuestra el estallido de las hostilidades entre Ecuador y Perú en 1995. La respuesta inmediata y constructiva hacia el conflicto por las “naciones garantes”, que incluían a Estados Unidos, demuestra el valor del compromiso cooperativo de los Estados Unidos, los mecanismos multilaterales y las naciones de América Latina. Un examen de las disputas fronterizas en la región ponen de manifiesto la existencia de varias situaciones que podrían resultar explosivas. Al mismo tiempo, el compromiso de una región histórica y en crecimiento hacia la prevención de conflictos le brinda oportunidades a Estados Unidos para disminuir las posibles hostilidades. Las disputas fronterizas incluyen aquéllas entre Guatemala y Belice; El Salvador y Honduras; Venezuela y Colombia; Venezuela y Guyana; Guyana y Surinam; Ecuador y Perú; Bolivia y Chile (acceso al mar a través de Bolivia); Colombia y Nicaragua; y Argentina y Chile. Aunque la mayoría de estos conflictos no han estallado recientemente, Estados Unidos debe continuar apoyando los esfuerzos para solucionarlos. Algunos de los esfuerzos recientes para solucionar estos conflictos son:

• Guatemala y Belice han demostrado señales de reconciliación, incluyendo comunicaciones abiertas entre las patrullas fronterizas para evitar equivocaciones;

• El Salvador y Honduras han implementado la decisión de la Corte de Justicia Interna en su disputa fronteriza;

• Colombia y Venezuela han establecido un vínculo de cooperación en el área fronteriza, realizando por ejemplo, patrullas y operaciones de búsqueda conjunta;

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• Chile y Argentina han progresado en la eliminación de fricciones sobre sus fronteras con la ayuda del Papa.

Este progreso refleja un compromiso a resoluciones pacíficas de conflictos internacionales por medio de varios mecanismos. Las perspectivas para fomentar el progreso han mejorado por el interés difundido en las medidas del establecimiento de la confianza y la seguridad, un tema principal de los Ministros de Defensa en Williamsburg y el tema de la Conferencia de la OAS llevada a cabo en noviembre de 1995 en Santiago, Chile. Haciéndole Frente a las Amenazas Transnacionales Tráfico de Drogas En un mensaje al Congreso donde se comunicaba la Estrategia Nacional del Control de Drogas, el Presidente le llamó al tráfico de drogas internacional “una actividad criminal que amenaza las instituciones democráticas, le añade fuego al terrorismo y a los abusos de los derechos humanos y debilita el desarrollo económico”. “El uso de drogas”, añadió, “pone a toda nuestra nación en riesgo”. La Estrategia contra las Drogas especifica los efectos del tráfico de drogas en nuestra sociedad: “El tráfico de drogas internacional afecta a los Estados Unidos, trayendo crimen a las calles, violencia a las comunidades y abuso de drogas a los pueblos y ciudades. Estos asaltos en la salud y seguridad continuarán afectando la seguridad y debilitando el bienestar de las personas en Estados Unidos”. La Estrategia contra las Drogas resume la necesidad por una labor internacional vigorosa contra el narcotráfico: “Si no se combate la producción y tráfico de drogas en su fuente, despojarán a la nación de su capacidad para responder a la amenaza de las drogas en el territorio nacional”. La información que se tiene sobre la cocaína simboliza la magnitud del narcotráfico en la región. Virtualmente toda la producción mundial de la hoja de cocaína, la materia prima de la cocaína proviene de Perú, Colombia y Bolivia. La producción de la hoja de cocaína en estos tres países rinde aproximadamente 1,000 toneladas métricas de cocaína anualmente, de las cuales se toman cantidades significativas y se destruyen. Aún, este volumen es tres veces mayor que las 300 toneladas métricas que alcanza el consumo anual de cocaína en los Estados Unidos. Si no se controla, las fuentes del hemisferio occidental también podrían fácilmente satisfacer las demandas de los Estados Unidos para la heroína en el futuro. En tanto que el sudeste de Asia sigue siendo el mayor fabricante y proveedor al mercado norteamericano de drogas ilícitas, Colombia representa una nueva amenaza para el suministro de heroína en Estados Unidos. El narcotráfico afecta prácticamente todos los países en el hemisferio. Se estima que más de la mitad de la cocaína que entra a Estados Unidos pasa a través de México a lo largo de las 2,000 millas que tenemos de frontera común. La cuenca del Caribe es otra área clave para el tráfico de drogas ilegales hacia los Estados Unidos, en la cual pasa cerca de la tercera parte de la cocaína que ingresa al país. Aún los puertos como Buenos Aires se usan para

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transportar drogas hacia los Estados Unidos, mientras los traficantes a menudo toman rutas indirectas para evadir los esfuerzos de interdicción. El papel principal que desempeña el DOD consiste en apoyar las agencias de orden público en la detección y control del tráfico de drogas ilegales. En Williamsburg, los líderes de defensa del hemisferio acordaron desempeñar un papel de apoyo en la lucha contra el narcoterrorismo, por ejemplo, a través del intercambio de más información y la interdicción de armas. Terrorismo Los líderes presentes en la reunión Cumbre en Miami en diciembre de 1994 le llamaron al terrorismo una “violación sistemática y premeditada de los derechos de los individuos y un asalto a la democracia misma”, caracterizada como “una seria amenaza a la seguridad de las Américas”. De los 321 incidentes terroristas internacionales globales que ocurrieron en 1994, 58 ocurrieron en América Latina, disminuyó un 40% comparado con el año anterior y era menos que en el Medio Oriente (115) y que en Europa Occidental. Más importante, sin embargo, los ataques contra los Estados Unidos se calcularon en 44, poniendo la región muy por delante de todos los demás en esta categoría (el Medio Oriente, que ocupa el segundo lugar, sufrió solamente ocho de esos ataques). Argentina sufrió el peor ataque terrorista cometido en América Latina en 1994 cuando una bomba estalló en la Asociación Mutua argentina-israelita en Buenos Aires matando casi 100 e hiriendo más de 200 personas. Al mencionar tales ataques terroristas, los líderes de la reunión Cumbre realizada en Miami adoptaron un plan de acción en contra del terrorismo y pidieron una conferencia especial de la OAS para prevenir el terrorismo. Juntamente con medidas tendientes a fomentar la confianza en sí mismo y las medidas antinarcóticas, el contraterrorismo recibió muchísima atención en la sección del Plan de Acción de la Conferencia Cumbre que trataba asuntos de seguridad. Como en el caso de la labor contra el narcotráfico, el DOD desempeña un papel de apoyo para el orden público en la guerra contra el terrorismo, por ejemplo, por medio de programas de prevención del terrorismo en la región. Oportunidades para el Avance de la Paz y Seguridad Global Control de Armas Los países de América Latina y el Caribe han estado activos tanto en las iniciativas para el control de armas regional como internacional. La proliferación de armas, aunque no es un mayor problema en América Latina, está cuidadosamente controlado. De especial interés es la posibilidad que existe de que el conflicto entre Perú y Ecuador pueda causar una carrera armamentista. Los gastos en la defensa son bajos y han disminuido del 3.3% al 1.6% de la producción nacional bruta (GNP) desde 1987 hasta 1992. De todas las regiones en el mundo, las naciones de América Latina y el Caribe

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son las que menos gastan en el presupuesto militar y tienen la menor cantidad de soldados por cabeza. Ciertos estados en la región poseen la capacidad tecnológica para producir o adquirir Armas de Destrucción en Masa y los medios para entregarlas. Una encomiable labor por parte de Argentina y Brasil encaminada a la adopción de un acuerdo para el control de armas nucleares ha disminuido el nivel de la amenaza y ha evitado una posible carrera armamentista entre los dos países. Se ha hecho similar progreso para evitar que se propague la tecnología de misiles. Por iniciativa de México, los 33 estados de la región han firmado el Tratado de Tlatelolco, acordaron así no adquirir, fabricar, probar, usar o situar dispositivos explosivos nucleares. Argentina, Brasil y Chile han declarado en el Convenio Mendoza su compromiso conjunto de detener el desarrollo, la producción o la compra de armas biológicas y químicas. En 1992 una resolución de la Asamblea General de la OAS con la colaboración de los Estados Unidos y Brasil aprobaron una amplia variedad de medidas para el control de armas, afirmando el apoyo por el Registro de Armas Convencionales de las Naciones Unidas, la transparencia en la transferencia de armas y la Convención de Armas Químicas. Los estados de la región se destacan entre aquéllos que han firmado el tratado de la Convención y han participado con otros en la extensión indefinida del Tratado de No Proliferación Nuclear. Un amplio apoyo para el control de armas no evita que existan diferencias con nuestros vecinos y entre ellos mismos. Debemos continuar con una consulta estrecha y continua para cumplir con las metas de no proliferación. Los puntos incluyen la relación entre los esfuerzos estratégicos de limitación y no proliferación de armas, las medidas necesarias para limitar y monitorear la transferencia de tecnologías de doble uso y de armas convencionales. Los retos y las oportunidades para el control de armas en la región se reflejan en la Comisión de Seguridad de América Central (CASC) que manifiesta tanto la resolución de los estados miembros para resolver los problemas de armas y seguridad y las dificultades que conlleva la implementación de metas más amplias.

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Las medidas del establecimiento de la confianza y la seguridad desempeñan un papel importante en la búsqueda de la limitación de armas.

PAÍS PERSONAL PARA EL MANTENIMIENTO DE PAZ* Antigua y Barbuda 15 Argentina 1,441 Bahamas 36 Barbados 34 Belice 3 Brasil 84 Cánada 3,017 Chile 6 El Salvador 2 Guatemala 124 Guyana 51 Honduras 134 Jamaica 101 St. Kitts y Nevis 7 St. Lucía 7 Surinam 46 Trinidad y Tobago 55 EE.UU. 3,318 Uruguay 927 Venezuela 3 TOTAL 9,411 *Información de las Naciones Unidas para julio de 1995

Las medidas como las que apoyan los Ministros de Defensa tienen la posibilidad de disminuir las probabilidades de conflicto y también de crear un ambiente que haga posible la reducción en los niveles de armamento. Mantenimiento de Paz Internacional La región ha necesitado pocos recursos para el mantenimiento de paz por parte de las Naciones Unidas y ha hecho muchas contribuciones. El nivel de conflictos internos disminuyó considerablemente con la resolución tomada por la guerra en El Salvador y Nicaragua. De las 15 Misiones de Mantenimiento de Paz de las Naciones Unidas que estaban en funcionamiento en 1994, solamente habían dos en la región: la Misión de las Naciones Unidas en Haití (UNMIH) y la Misión de Observadores en El Salvador (ONUSAL), que había concluido su misión con gran éxito. Para junio de 1995, 20 países americanos brindaban apoyo a 15 de las 16 operaciones de paz de las Naciones Unidas en todo el mundo con un total de 9,411 militares y policías (ver cuadro). Algunos ejemplos recientes:

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• Alrededor de 900 tropas argentinas estaban participando en las Fuerza de Protección de las Naciones Unidas en la antigua Yugoslavia;

• Un contingente de 300 representantes de la Comunidad Caribeña (CARICOM) prestan servicio en la misión de la ONU en Haití;

• Chilenos y Uruguayos participan en el Grupo de Observadores de la ONU en la India y Pakistán;

• El Salvador, que se ha beneficiado de una misión exitosa de la ONU, contribuyeron con su personal para observar el referéndum en el oeste de Sahara;

• Brasil estaba participando en la Misión de la ONU en la antigua Yugoslavia. El Presidente Cardoso anunció sus planes de enviar 1,100 militares para brindar ayuda a la Misión de la ONU en Angola.

• Más de 850 uruguayos han apoyado las labores de mantenimiento de paz en Angola.

Las operaciones de paz multilaterales son un componente importante de nuestra seguridad nacional y desempeñan un papel importante para EE.UU. al promover la estabilidad. Estados Unidos se complace en tener la oportunidad de promover en la región el mantenimiento de la paz internacional. Como puede comprobarse por la participación de fuerzas latinoamericanas en El Salvador y Haití, está desapareciendo esta resistencia a participar en las operaciones de mantenimiento de paz de la ONU en el hemisferio. Las discusiones que se llevaron a cabo en la reunión de los Ministros de Defensa en Williamsburg en julio de 1995 condujeron al consenso general de cooperar en las misiones de mantenimiento de paz autorizadas por la ONU. Al mismo tiempo, la política y las limitaciones de recursos afectan las decisiones de unirse a tales operaciones. Con el fin de aumentar los recursos, Argentina y Cánada ofrecieron abrir sus centros de adiestramiento de mantenimiento de paz a estudiantes de otros países. También en Williamsburg, Estados Unidos se unió a aquellos países interesados en participar en las misiones de mantenimiento de paz al hacer el llamado para continuar la reforma de las operaciones de mantenimiento de paz de la ONU. Exhortamos a otros países de la región a examinar las misiones de mantenimiento de paz con el fin de garantizar que la participación en ellas rendirán beneficios máximos. Como sucedió en la reunión en Williamsburg, el Ministerio de Defensa continuará compartiendo información y las experiencias relacionadas con tales misiones. Continuaremos exhortando a nuestros aliados en la región a que apoyen los esfuerzos globales de paz; insistir en que se hagan modificaciones adicionales en las operaciones de mantenimiento de paz de la ONU; e incrementar una distribución más equitativa de responsabilidades, con las demás fuerzas y que contribuyen a la capacitación profesional militar. PARTICIPACIÓN MILITAR ACTIVA EN LAS AMÉRICAS: ESTRATEGIA, FUERZAS Y PROGRAMAS Una Estrategia a Largo Plazo Mientras nos encaminamos hacia el siglo XXI, la participación militar activa estadounidense será cada vez más interactiva y diversificada. El grado de participación activa no se medirá por las fuerzas presentes en las bases del hemisferio sino por la diversidad de contactos que usemos para cooperar con otros países en la consecución de metas comunes que han sido identificadas en Williamsburg. El éxito de nuestra estrategia será por la medida

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en que nuestros programas descritos y a largo alcance puedan reducir las posibilidades de conflicto y la necesidad de empeñar fuerzas en situaciones de emergencia o en combate. En nuestro trato con otros países de la región, nuestra estrategia emplea instrumentos que han demostrado su utilidad en distintas partes del mundo, inclusive los ejercicios y las operaciones conjuntas, programas de capacitación y adiestramiento de los Estados Unidos (especialmente el programa de Educación y Adiestramiento Militar Internacional (IMET)), asistencia militar, consultas bilaterales, visitas de contrapartes e interacciones militares. En una región donde se da mayor prioridad a la estrategia con el fin de promover la democracia y confrontar los retos transnacionales no covencionales (como el narcotráfico), los programas de interagencias que extienden su cooperación, establecen instituciones y desarrollan las capacidades y la flexibilidad son de vital importancia. La clave es aprovechar los recursos del DOD para fortalecer la dedicación y las capacidades de las instituciones de contraparte para alcanzar metas comunes. La finalidad de nuestra estrategia se puede apreciar en algunos ejemplos recientes de actividad militar del DOD y tropas estadounidenses en la región.

• En el Fuerte Chaffe, Arkansas, en septiembre de 1994, 1700 soldados provenientes de Colombia, Venezuela y Ecuador participaron en un ejercicio combinado patrocinado por el Comando Sur de EE.UU. en una situación simulada de narcoguerrillas. Generales de Argentina, Brasil y Chile eran observadores, como las organizaciones no gubernamentales de derechos humanos.

• En marzo 15 de 1995, aproximadamente 90 militares de Estados Unidos se unieron a los contrapartes de Brasil, Chile y Argentina en apoyo a la operación “SAFE BORDER”, la Misión de Observador Garante en la disputa fronteriza en la región de Perú y Ecuador.

• En noviembre de 1994, el Secretario de Defensa Perry se reunió con el Ministro de Defensa Argentino Camillion en el primer Grupo Bilateral de Trabajo a nivel Ministerial con una nación de la región. Más o menos al mismo tiempo, un miembro del personal legislativo de Argentina estaba estudiando administración de recursos de defensa en instalaciones del DOD en California como medio de apoyar una mayor participación de la rama legislativa en la asignación de fondos militares.

• En Honduras y Costa Rica, el personal recibió instrucciones sobre el conocimiento y despejo de minas brindado por un equipo de la Junta Interamericana de Defensa (IADB) encabezados por Brasil y con instructores de Colombia, Honduras y Estados Unidos. El DOD contribuyó con los fondos y ayudó con el adiestramiento, las comunicaciones y el apoyo de evacuación médica para este proyecto de la OAS/IADB.

• El equipo dental, Material Militar Excedente almacenado por la Agencia Logística del Ministerio de Defensa en Pensilvania, fueron transportados en 1995 a una empresa no lucrativa en México que proporciona asistencia médica y dental a la clase pobre trabajadora en las comunidades rurales.

Lo que las Cifras Indican En comparación con otras regiones del mundo, hay una cantidad limitada de militares estadounidenses presentes en América Latina y el Caribe. En diciembre 31 de 1994, en la parte culminante de las operaciones en Haití y Cuba/Guantánamo, un total de 22,114 militares estadounidenses estaban estacionados o desplazados en la región. La mayor concentración

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de militares estaba en Panamá (9,695), Haití (5,359) y Cuba/Guantánamo (5,721). Hay más civiles del DOD en Japón que militares estadounidenses en toda la región del Hemisferio Occidental. Estas cifras han disminuido considerablemente y continuarán disminuyendo. Para el año 2000 tenemos una obligación bajo el Tratado del Canal de Panamá de cerrar las bases en Panamá; la cantidad de militares estadounidenses presentes en Haití disminuirá mientras la Misión de la ONU, de la cual ellos forman parte, concluirán su trabajo. Las recientes operaciones militares de los Estados Unidos en la región señalan el cambio de nuestras preocupaciones hacia la seguridad y las formas de confrontarlas. De las 27 operaciones militares en ultramar de los Estados Unidos en el mundo desde “Desert Storm”, ocho se llevaban a cabo en la región. Ninguna de estas involucraban hostilidades abiertas y armadas. Tres de las operaciones estaban directamente relacionadas con la restauración y apoyo de la democracia en Haití y se llevaron a cabo en conformidad con los esfuerzos internacionales hacia este fin. Otras tres operaciones fueron en respuesta a las emergencias de emigración inducidas por los eventos en Haití y Cuba y dos de éstas eran con el fin de proporcionarle instalaciones de refugio a los migrantes. Seguramente, las fuerzas militares estadounidenses desplazadas a la región en años recientes han probado que poseen la versatilidad, la destreza y la compasión necesaria para realizar misiones no convencionales, así como también más tareas militares tradicionales. Recursos Específicamente Destinados a la Región que Pueden Servir como Punto de Partida Además de algunos programas genéricos como IMET, nuestra estrategia tiene la capacidad de recurrir a instituciones y programas para comprometerse con nuestros contrapartes en la región.

• Organización de Estados Americanos (OAS). Fundada en 1890 como la Unión Panamericana, la OAS es una organización internacional de todos los países de la región. (Cuba es un miembro, pero su gobierno no se incluye en la participación ya que es incompatible con los principios enunciados en la Carta de la OAS). Ya que no es una organización de seguridad, su compromiso hacia la resolución pacífica de los conflictos y su papel prominente que desempeña en el apoyo de la democracia lo convierten en un factor significativo en las consideraciones de la seguridad de la región. El DOD colabora con el Departamento de Estado y la Agencia de Control de Armamento y Desarme para adelantar nuestros objetivos regionales de transparencia, fomentar la confianza en sí mismo y el control de armas a través del Comité Permanente de la OAS en la Seguridad del Hemisferio.

• Escuela de las Américas del Ejército de EE.UU. Bajo la ley de Estados Unidos, esta escuela ubicada en el Fuerte Benning, Georgia, que ofrece instrucciones en español, está autorizada para proporcionar adiestramiento militar sólido y doctrinal para el personal militar de América Latina y el Caribe. Desde su fundación en el Fuerte Amador en 1946 la Escuela ha entrenado casi 38,000 estudiantes.

• Academia Interamericana de las Fuerzas Aéreas (IAAFA). Fundada en 1943 en Panamá y ahora ubicada en la Base de la Fuerza Aérea Lackland, en Texas, IAAFA proporciona adiestramiento profesional, técnico y administrativo en español para aproximadamente 500 militares y personal del gobierno de América Latina al año. A

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través de los años, IAAFA ha apoyado la política estadounidense en la región al graduar 29,716 estudiantes de 26 países.

• Escuela Naval de Pequeñas Embarcaciones y Adiestramiento Técnico (NAVSCIATTS). Ubicada en Panamá, NAVSCIATTS proporciona cursos y equipo móvil de adiestramiento para mejorar la listeza de las fuerzas navales y de guardacostas de América Latina y el Caribe. Sus 13 cursos cubren el empleo, mantenimiento y apoyo logístico de pequeñas embarcaciones para misiones costaneras y fluviales.

• Junta Interamericana de Defensa (IADB). Creada en 1942 con el fin de planificar para la defensa colectiva del hemisferio, la Junta es la organización militar multilateral de mayor duración en el mundo. Los militares de 23 países participan en la Junta, la cual abrió su membresía en 1993 para todos los estados que componen la OAS. Consolidado por la OAS, la Junta proporciona servicios de asesoramiento técnico-militares requeridos por los órganos políticos de la OAS.

• Colegio Interamericano de Defensa. La IADB fundó el colegio en el Fuerte McNair en 1962 como una escuela internacional superior de armas. Algunos 50-60 oficiales de grado superior y civiles asisten al colegio por un año, tomando cursos sobre factores políticos, sociales, económicos y militares relacionados con la seguridad de la región.

Adelanto de Nuestros Objetivos Estratégicos Las metas específicas de la estrategia de seguridad de los Estados Unidos para las Américas están apoyadas por una variedad de programas, instituciones e iniciativas en las que el DOD tiene autoridad o es partícipe. Estos incluyen: Apoyo a la adopción de normas democráticas en la región, inclusive el que los civiles tomen el control de los asuntos de la defensa, relaciones constructivas entre civiles y militares y respeto a los derechos humanos. La estrategia regional aspira a emplear recursos del DOD con el fin de fortalecer la democracia en la región y para disminuir los riesgos para la estabilidad de la democracia y la necesidad de tomar acción de emergencia extraordinaria. Como indica el caso de Haití, los medios para apoyar a la democracia pueden provenir del campo diplomático y militar. El papel que desempeña el DOD en una crisis del gobierno democrático puede variar desde suspender la asistencia militar, imponer sanciones hasta encabezar una operación militar multinacional. Por ejemplo, en la operación “SUPPORT DEMOCRACY” (APOYO A LA DEMOCRACIA), desde octubre de 1993 hasta septiembre de 1994, Estados Unidos utilizó los medios marítimos para impedir el acceso de armas y petróleo a las costas de Haití y aplicar al gobierno militar de Haití presión para inducirlo a renunciar. Cuando estas acciones fallaron, las fuerzas militares estadounidenses, junto con miles de soldados de la región y de alrededor del mundo, llegaron a Haití y crearon un ambiente seguro y estable para cuando regresara el Presidente Aristide y poder llevar a cabo las elecciones nacionales. Cuba es el único país en las Américas que todavía está dirigido por un dictador. Nuestra meta es establecer pacíficamente un gobierno democrático para el pueblo cubano. La política estadounidense continuará siendo guiada por Cuban Democracy Act (Ley de la

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Democracia en Cuba), la cual reafirma el embargo mientras incrementa el contacto entre el pueblo cubano y estadounidense. El adiestramiento y la educación profesional para los militares y civiles es de carácter crítico en la búsqueda de las metas de consolidación democrática en la región. La importancia de IMET continúa en aumento. En el año fiscal 94, 1,702 militares de 31 países en la región recibieron adiestramiento a través de IMET--más que cualquier otra región y casi la mitad del total del mundo. Continuaremos aprovechando al máximo la ley de 1991 que amplió la meta de objetivos del programa de IMET . Por esta razón los actuales objetivos de IMET (E-IMET) incluyen fomentar respeto por la democracia y la ley, inclusive el principio de control civil sobre los militares. Mejorar las relaciones cívico-militares es uno de los objetivos que buscan las propuestas del programa de IMET para 18 países (de un total de 22) en la región que han de recibir fondos de IMET. En respuesta a la necesidad de mayor cantidad de civiles experimentados en asuntos de la defensa, muchos de los cursos regulares de IMET se identifican como E-IMET si se dictan a personal civil. Los oficiales civiles del ministerio de defensa y el personal de la rama legislativa quienes están familiarizados con los asuntos de defensa y militares pueden facilitar el diálogo cívico-militar y pueden ejercer más efectivamente el control civil sobre las fuerzas militares. Otros cursos de E-IMET también apoyan la consolidación democrática. Los cursos sobre justicia militar facilitan para los militares la labor de mejorar sus sistemas y velar que el militar cumpla con la ley y las normas de derechos humanos aprobados internacionalmente. Los cursos para desarrollar las destrezas de administración de recursos de defensa ayudan a los civiles y militares a reconciliar las necesidades de defensa con las demandas sociales y económicas y ayudar a los civiles a supervisar atinadamente el presupuesto militar. La Escuela de las Américas ha hecho una contribución significativa al crecimiento del profesionalismo militar en América Latina, un factor clave para la estabilidad democrática. La Escuela reconoce la necesidad de actualizar y modernizar su currículo y los programas y ha comenzado a instituir reformas, inclusive muchas de ellas con el fin de promover la democracia y los derechos humanos. Todos sus cursos incluyen ahora una enseñanza fundamental en derechos humanos, inclusive ejercicios de adiestramiento práctico. Todos los instructores deben estar certificados en la instrucción de derechos humanos. Un nuevo bloque de instrucción “adiestrar al instructor” ha sido introducido para ayudar a los instructores de América Latina a instituir su propio sistema de adiestramiento de derechos humanos cuando regresen a sus países. La Escuela está desarrollando nuevos cursos que podrían incluir civiles por primera vez y aumentar la instrucción de tópicos relacionados con E-IMET. El Ministerio de Defensa también reconoce el valor que tiene el Colegio Interamericano de Defensa en la promoción de la democracia y derechos humanos. En Williamsburg, el DOD pudo conseguir apoyo en la expansión del papel que desempeña la IADC para educar civiles en estudios de seguridad nacional. Como parte de la responsabilidad de la Junta Interamericana de Defensa, la Delegación estadounidense ante la Junta propugna adelantos, inclusive la adopción de innovaciones y valores democráticos en la región.

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Los vínculos que se han desarrollado a través de los contactos intermilitares pueden apoyar el compromiso democrático de las contrapartes militares y, por ejemplo, alentarlos a que desempeñen un papel positivo en casos de emergencia. En tanto que los programas de largo alcance continúan con el fin de fortalecer la democracia, la necesidad de reaccionar a las emergencias y las crisis debe disminuir. Fomentar las resoluciones pacíficas de los conflictos, la transparencia en los gastos militares y las transferencias y las medidas del establecimiento de la confianza y la seguridad apropiadas para la región. La participación de los Estados Unidos en los esfuerzos para resolver las disputas fronterizas entre Ecuador y Perú demuestra nuestro compromiso hacia la resolución pacífica de conflictos en la región. Los Estados Unidos, junto con Argentina, Brasil y Chile es un estado garante bajo el Protocolo de Río, un acuerdo del 1942 diseñado para ayudar a Ecuador y Perú a resolver su perdurable disputa fronteriza. Los esfuerzos diplomáticos de Estados Unidos con otros estados garante reciben apoyo de las fuerzas militares estadounidenses al participar en la Misión de Observador Garante en las áreas donde existe una disputa fronteriza. La misión apoya la Declaración de Paz de Itamaraty de febrero de 1995 entre Ecuador y Perú al observar y rendir informes sobre la implementación del tratado. Los Estados Unidos apoyan activamente los esfuerzos de la OAS de fomentar la transparencia de la defensa y las medidas del establecimiento de la confianza y la seguridad (CSBM) en la región. Las CSBM fue el tema principal en la reunión de los Ministros de Defensa en Williamsburg, donde los ministros respaldaron la Reunión de Vice Ministros de Relaciones Exteriores de la OAS en Chile en noviembre de 1995 el cual se enfocaría principalmente en las CSBM. Otros países del hemisferio y nosotros reconocemos el valor que tienen las CSBM en impedir que las disputas se conviertan en conflictos abiertos. Ecuador y Perú, por ejemplo, se han comprometido a sostener conversaciones directas respecto a las CSBM, así como también a los elementos de una solución final a su disputa. En Williamsburg, Brasil anunció que Perú y Ecuador habían acordado crear una zona desmilitarizada, con lo cual validaban el tipo de trabajo realizado a nivel Ministerial y la productiva labor de las cuatro naciones garante. La conferencia de los Ministros de Defensa fue una importante medida tendiente a fomentar la confianza entre naciones. No solamente las CSBM fueron un tema principal, pero el simple hecho que se hubiera realizado esta reunión como muchos delegados indicaron fomentó la transparencia y puso en marcha la búsqueda de medidas para fomentar la confianza. Como un próximo paso importante, el secretario Perry anunció que los Estados Unidos tomaría la iniciativa de darle a los países notificación previa de ejercicios militares multilaterales auspiciados por los Estados Unidos en la región. El diseño de los programas de ejercicios del Comando Sur de los Estados Unidos y el Comando del Atlántico también contribuyó a adelantar las metas de CSBM. Los ejercicios son de carácter más multinacional, a menudo incluyen militares de países vecinos en la subregión. Esto fomenta la cooperación y la confianza entre los militares y hace transparente para todos los participantes la naturaleza del programa de ejercicios y sus especificaciones. La transparencia se extiende más allá al invitar numerosas personas que no son militares, grupos internacionales y organizaciones no gubernamentales para observar los ejercicios.

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Fuerzas Unidas CENTAM 95, por ejemplo, fue el tercer ejercicio multinacional auspiciado por Comando Sur de EE.UU. en 1994 y que incluía El Salvador (100 soldados), Guatemala (37 soldados), Honduras (73 soldados) y Estados Unidos (170 soldados). El tema de este ejercicio, que se llevó a cabo en Puerto Rico por la Guardia Nacional del Ejército de este lugar, era preparar a los soldados para la participación en operaciones de mantenimiento de paz multinacionales. Incluía observadores de las fuerzas militares de Argentina, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Guatemala, Guyana, Honduras y Venezuela así como también observadores multinacionales de la ONU, de la Junta Interamericana de Defensa y del Colegio Interamericano de Defensa. Un ejercicio tan bien integrado, se logran varios objetivos estratégicos. El contenido del ejercicio tiene por finalidad promover la cooperación regional, en especial las contribuciones para el mantenimiento de paz internacional. Al hacer la participación multinacional y acomodar una gran variedad de observadores, el ejercicio aumenta la transparencia y fomenta la confianza entre los participantes. El DOD colabora estrechamente con otras agencias gubernamentales con el fin de planear y coordinar la política de los Estados Unidos para desarrollar las CSBM regional, ayudando a identificar, por ejemplo, varias medidas militares específicas que se pueden utilizar para fomentar la confianza entre los países de la región. El DOD continuará dirigiendo con su ejemplo en esta área al explorar las oportunidades para la transparencia y emplear sus recursos de manera que fomenten la confianza en la región. Llevar a cabo las responsabilidades bajo el Tratado del Canal de Panamá y cooperar con el gobierno de Panamá al tomar en cuenta los puntos vinculados al correspondiente Tratado de Neutralidad. Los términos del Tratado del Canal de Panamá obliga a Estados Unidos a transferir la conservación del canal y todas las instalaciones militares de los Estados Unidos en Panamá para diciembre de 1999. Mediante un planeamiento detallado, el Comando Sur de EE.UU. estableció un programa de rotación que le confiere la capacidad para cumplir sus misiones fundamentales en el teatro lo más cerca posible al momento de retirada en el 1999. El correspondiente Tratado de Neutralidad es indefinido y le confiere a los Estados Unidos y a Panamá el derecho unilateral para defender el Canal y mantenerlo abierto a los barcos de todas las naciones. El Fuerte Amador en Panamá está conjuntamente controlado. La 193a Brigada de Infantería, la cual ha sido la mayor fuerza táctica del Ejército de EE.UU. en la región de América Latina, fue desactivada en octubre de 1994. Esta fase de repliegue está diseñada de tal manera que provee para el apoyo continuo con respecto a los programas antidrogas, desplazamiento de fuerzas militares para adiestramiento desde los Estados Unidos a la región, evacuación en caso de emergencia de los ciudadanos estadounidenses en la región y asistencia humanitaria y de socorro en casos de desastres. En 1998, la comandancia del Comando Sur de EE.UU. se ubicó en Miami, un punto intermedio vital para el transporte, comercio e intercambios académicos de los Estados Unidos, el Caribe y América Latina. Trabajar con nuestros amigos en la región para confrontar el tráfico de drogas, combatir el terrorismo y apoyar el desarrollo sostenible. Antidrogas

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De acuerdo con la Estrategia Nacional de Control de Drogas del presidente, el DOD brinda apoyo antidrogas a las fuerzas militares y a la policía tomando las responsabilidades de combatir las drogas. El DOD, en coordinación con el Departamento de Estado, colaboran con las fuerzas antidrogas extranjeras las cuales poseen recursos especiales de monitoreo, comunicación, detección y personal. El apoyo que brinda el DOD se divide en dos categorías: Apoyo a Naciones Productoras Junto con la Estrategia del Control de Drogas cuyo enfoque es en los países productores, el DOD le da énfasis al apoyo para Colombia, Bolivia y Perú las naciones que son productores principales para el cultivo y procesamiento de cocaína. Dentro de las metas más amplias para fortalecer las instituciones democráticas y alentar a las naciones a la cooperación nacional, nuestro apoyo busca desarrollar las capacidades de soberanía aérea y medidas para ponerle fin al tráfico de drogas (capturar, arrestar y confiscar). Todas las actividades del DOD en las naciones productoras se llevan a cabo en colaboración con los gobiernos anfitriones y en coordinación con el Departamento de Estado. Todo el adiestramiento que se da a las fuerzas de la nación anfitriona incluyen temas relativos a los derechos humanos. Detección y Control del Transporte de Drogas Ilegales El DOD siendo la principal agencia de Estados Unidos en la detección y control del contrabando de drogas ilícitas a los Estados Unidos, opera una variedad de radares, barcos, aviones y recursos de recopilación de datos para identificar y entregar los vehículos de contrabando marítimos y aéreos a las agencias de orden público. El Ministerio ha concentrado sus esfuerzos en operaciones iniciadas por denuncias, el uso de nuevas tecnologías para reducir los costos de operación y capacidades flexibles que puedan responder a nuevas amenazas. El DOD por medio de la Fuerza de Tarea Conjunta Interagencial al este del Comando del Atlántico de EE.UU. (USACOM) en Cayo Hueso emplea los recursos en toda la zona junto con las naciones anfitrionas de la Cuenca del Caribe con el fin de:

• detectar y monitorear las plataformas aéreas y marítimas del tráfico de drogas; • apoyar los esfuerzos de interdicción de las agencias antidrogas; • ayudar a las fuerzas de las naciones anfitrionas en el adiestramiento para aumentar

las confiscaciones y arrestos para ponerle fin al tráfico de drogas; y, • facilitar la cooperación entre las naciones del Caribe con el fin de contrarrestar la

producción ilegal, el transporte y la venta de drogas. Los ejercicios Fluviales de las Fuerzas Unidas que se llevaron a cabo en julio de 1995 patrocinados por el Comando Sur de EE.UU. señala cómo algunos de nuestros adiestramientos contribuyen al logro de las metas de la lucha antinarcótica. El escenario de este ejercicio de campaña, en el cual estaban involucrados las unidades costeras y fluviales de Honduras, El Salvador y Belice estipulaba una amenaza de las narcoguerrillas con mayor énfasis en el contrabando. La amenaza requiere vigilancia conjunta y combinada de las fuerzas de las naciones anfitrionas que conducen operaciones de interdicción y técnicas de abordaje y registro. Se integran al ejercicio las metas relativas a los derechos humanos al poner en

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práctica los procedimientos legales de abordaje y registro y el acatamiento de las reglas de intercepción. La ayuda en la lucha contra las drogas algunas veces consiste en la preparación de planes por el DOD para realizar operaciones bilaterales entre estados vecinos. Este fue el caso con las operaciones combinadas y fronterizas efectuadas por Colombia y Ecuador, Colombia y Venezuela, Perú y Brasil, entre otros en años recientes. El Comando Sur de EE.UU. proporcionó apoyo logístico y operacional en las operaciones combinadas con Panamá y Colombia de erradicación de coca en Panamá en mayo de 1994. Antiterrorismo El DOD desempeña un papel de apoyo para el Departamento de Estado y otras agencias federales en la represión del terrorismo internacional. De los $15 millones presupuestados para la Asistencia Antiterrorista en el año fiscal (FY) 94, cerca del 19% se usó para cumplir con el adiestramiento y otras necesidades afines en América Latina y el Caribe. Como indica la Estrategia de Seguridad Nacional del presidente, la lucha contra el terrorismo requiere coordinación estrecha diaria entre las agencias de la Rama Ejecutiva. El Departamento de Estado, de Justicia y Defensa, el FBI y la CIA continúan cooperando estrechamente en un esfuerzo progresivo contra el terrorismo internacional. El Departamento de Estado ha identificado ocho organizaciones terroristas nativas que existen en la región. Todas son también organizaciones guerrilleras que han tenido contacto con los militares de la región. El DOD fomenta los esfuerzos cooperativos para contrarrestar las organizaciones terroristas fronterizas y ofrece a los países afectados de la región su personal con experiencia técnica para ayudar a hacerle frente a la amenaza de este fenómeno terrorista. Desarrollo Sostenible La Estrategia de Seguridad Nacional enfatiza promover el desarrollo sostenible en todas partes como una de nuestras prioridades nacionales. En la Cumbre de las Américas, los 34 líderes acordaron en tomar una serie de pasos para promover el desarrollo sostenible en todo el hemisferio. El DOD no desempeña un papel principal en la promoción de las metas relacionadas con integración económica, el comercio libre, disminución de la pobreza y un desarrollo que respeta las necesidades ambientales. Sin embargo, debemos garantizar que nuestros esfuerzos en apoyo de la modernización militar en otros países no causen la reducción de los recursos naturales necesarios para el desarrollo económico. En la conferencia de los Ministros de Defensa de las Américas, los delegados frecuentemente hicieron énfasis en la necesidad de reconciliar más requerimientos convencionales de defensa con las metas de seguridad como el desarrollo económico. Esta visión integrada de seguridad en el siglo XXI se resume en uno de los seis principios establecidos en Williamsburg: “El desarrollo de nuestra seguridad económica afecta profundamente nuestra seguridad de defensa y vice versa”.

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Una de las formas concretas en que el adiestramiento brindado por el DOD puede contribuir es a través de los cursos de E-IMET en la administración de recursos de defensa. Estos cursos directamente tocan el tema de la maximización de recursos de defensa escasos y ofrecen a nuestro personal civiles y a sus contrapartes militares las destrezas técnicas necesarias para equilibrar las necesidades de la defensa con otras exigencias. Ampliar y profundizar la cooperación militar con países de la región en apoyo de objetivos comunes, alentándolos a mejorar sus capacidades para efectuar acciones conjuntas, inclusive las operaciones de mantenimiento de paz internacional. Un componente fundamental de nuestra estrategia regional de seguridad para enfrentar amenazas son los vínculos sólidos y profesionales con nuestros contrapartes en la región, en todos los niveles. Cualquiera sean nuestros objetivos políticos, no podemos esperar que se logre el éxito sin la cooperación de nuestros vecinos en la región. La conferencia de Ministros de Defensa en Williamsburg brindó la primera oportunidad para fortalecer y profundizar los vínculos en los niveles más altos. El Secretario de Defensa Perry se reunió con ministros de defensa y los equivalentes, primer ministros y otros funcionarios a nivel ministerial así como jefes de delegaciones en una serie de reuniones plenarias, grupos de trabajo y reuniones informales durante los tres días de la conferencia a nivel Ministerial. Un factor principal que motivó al Secretario Perry para tomar esta iniciativa fue precisamente para brindarle a sus contrapartes y a él la oportunidad de conocerse y establecer una relación personal y de trabajo. La conferencia de Ministros de Defensa representa el comienzo de un proceso a largo plazo -- lo que un delegado llamó “el proceso Williamsburg” -- para forjar relaciones de trabajo más estrechas entre el DOD y los Ministros de Defensa en toda la región. Los ejercicios conjuntos con militares de la región, especialmente los ejercicios multinacionales, representan una herramienta muy útil para desarrollar las capacidades para las acciones conjuntas e intensificar nuestra cooperación. Los ejercicios navales UNITAS, el principal evento marítimo en el Hemisferio Occidental por los últimos 35 años, es la piedra angular de las iniciativas navales con las marinas de guerra de América Latina y el Caribe. UNITAS 94, por ejemplo, consistió en una serie de nueve ejercicios de campaña conjuntos y combinados tanto bilaterales como multilaterales en el que participan las unidades navales, de Infantería de Marina, de la Fuerza Aérea y de los guardacostas estadounidenses y de otros países dotados de costa marítima. Además de los participantes de la región (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela), participaron unidades de los países pertenecientes a la NATO (España, Francia y los Países Bajos). Para crear mayor interés de los países en la región en el mantenimiento de paz internacional, manifestado claramente en la conferencia de Ministros de Defensa, los Estados Unidos realizaron ejercicios conjuntos y combinados específicamente teniendo en mente escenarios de mantenimiento de paz. El escenario para los ejercicios de las Fuerzas Unidas CENTAM 95, por ejemplo, enfatiza los asuntos civiles, asistencia humanitaria y el mantenimiento de paz. Otro ejercicio de mantenimiento de paz se llevó a cabo en septiembre de 1995 en Argentina con la participación de Uruguay, Paraguay y Brasil. Otros instrumentos que facilitan nuestra cooperación ponen de manifiesto la estrechez de nuestros vínculos incluyen:

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• Programas de Visita de los Contrapartes. El Ministro de Defensa, los Secretarios

de los Servicios Militares, el Presidente y Vice Presidente del Estado Mayor Conjunto y los Jefes de Estado Mayor de los distintos Servicios realizaron consultas bilaterales con sus respectivos contrapartes por medio de visitas a Washington. En 1995 solamente, el Secretario Perry llevó a cabo reuniones bilaterales con el Presidente de Brasil Cardoso, el Ministro de Defensa de Chile Pérez Yoma, el Secretario de Defensa Nacional Mexicana el General Cervantes y el Ministro de Defensa de Venezuela el General Orozco.

• Grupos de Trabajo Bilateral a Nivel de Ministro de Defensa. Los grupos de trabajo bilateral a nivel de Ministro de Defensa, como el que se inició en 1994 con el Ministro de Defensa de Argentina Camilion, facilita las relaciones bilaterales de defensa entre los Estados Unidos y un pequeño grupo de gobiernos aliados con los que se mantiene una relación amplia y activa.

• Conversaciones entre Jefes de Estado Mayor de los Distintos Servicios. Estas conversaciones, como las que mantuvieron los ejércitos de Estados Unidos y Brasil, por regla general duran de cuatro a cinco días y ocurren anualmente. Las conversaciones del estado mayor son de naturaleza relativamente estructuradas e incluyen informes formales sobre una variedad de temas por ambas partes. Su punto focal es lograr una estandarización tangible y obtener resultados interoperables en los conceptos, doctrina y material.

• Intercambio de Expertos. Estas son visitas breves por lo general por tres a cuatro expertos quienes intercambian información en áreas mutuamente acordadas. Los intercambios de los distintos servicios son discusiones relativamente estructuradas para compartir las últimas ideas sobre áreas de doctrina, adiestramiento, tácticas, estructuración de la fuerza, justicia militar y asuntos médicos. Tales intercambios son un medio excelente de compartir información, no comprometen a los participantes y su costo es relativamente bajo. El Ejército de EE.UU. llevó a cabo intercambios en FY94 con Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, México, Uruguay y Venezuela. La Fuerza Aérea de EE.UU. llevó a cabo intercambios en FY94 con Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México y Paraguay.

• Programa de Intercambio de Personal. Este es un intercambio recíproco de personal entre Estados Unidos y las unidades militares de países extranjeros diseñado para desarrollar relaciones estrechas. El Ejército de Estados Unidos tiene un total de 16 intercambios de personal en América Latina. Existen intercambios con Brasil, Guatemala, México, Perú y Venezuela. La Fuerza Aérea realiza nueve intercambios de personal activo con Argentina, Chile, Ecuador, México, Uruguay y Venezuela.

• Programas de Intercambio de las Academias Militares de los EE.UU. Estos son intercambios de cadetes navales por cada una de las tres Academias Militares. Un instructor y varios estudiantes visitan un país en América Latina por una semana y los cadetes navales de ese país visitan la Academia Militar estadounidense que patrocina el intercambio.

Ninguno de estos programas es nuevo, pero han adquirido mayor importancia según buscamos que nuestros contrapartes tengan participación activa cooperativamente en la región. Lo mismo aplica para las Conferencias de los distintos Servicios, inclusive la Conferencia de Ejércitos Americanos (CAA), el Sistema de Cooperación de las Fuerzas Aéreas Americanas (SICOFAA), la Conferencia Interamericana Naval, el Simposio Internacional de

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Potencias Navales, la Junta Interamericana de Defensa (IADB) y su Colegio Interamericano de Defensa (IADC) y la Comisión Militar Conjunta méxico- americana. Prevenir que la crisis humanitaria alcance proporciones catastróficas. El papel que desempeña Estados Unidos y el DOD en los casos de emergencia de emigración provocados por los eventos en Haití y Cuba es bien conocido. Las operaciones SEA SIGNAL, ABLE VIGIL y SAFE HAVEN respondieron en la siguiente forma al incremento de haitianos y cubanos que trataban de cruzar las peligrosas aguas del océano para huir a Estados Unidos: transportando y alojando refugiados en instalaciones operadas por nuestros Servicios Militares. El DOD y las Fuerzas Armadas se mantienen listas para apoyar la política de Estados Unidos y ayudar a prevenir que los casos de emergencia humanitarios alcancen proporciones catastróficas. Menos conocidas son las distintas formas de asistencia humanitaria que facilita el DOD a la región. Estas incluyen:

• Asistencia Cívica Humanitaria. Las unidades militares de EE.UU. realizan proyectos humanitarios cuando se encuentran en ultramar para fines de adiestramiento y para ejercicios de listeza y de operaciones. Tanto el Comando Sur como el Comando del Atlántico llevan a cabo tales proyectos a través de Ejercicios de Apresto de Sanidad o Ingenieros y Ejercicios de Adiestramiento. De los 45 proyectos de los países emprendidos mundialmente en FY94, casi la mitad ocurrieron en América Latina (14 proyectos) y el Caribe (7 proyectos). Por lo general los proyectos incluían perforación de pozos de agua; construcción de instalaciones básicas sanitarias; construcción rudimentaria y reparación de escuelas e instalaciones médicas; y cuidado médico, dental y de veterinario en áreas remotas. Es importante señalar que estos son beneficios humanitarios para los países anfitriones, que provienen de programas cuyo propósito principal es adiestrar el personal militar de los Estados Unidos.

• Transportación de Ayuda Humanitaria. Bajo la enmienda Denton, el DOS transporta los abastecimientos donados desde las organizaciones no gubernamentales y privadas voluntarias para fines de ayuda humanitaria. Esta transportación se autoriza sin cargos para el donante pero si hay espacio disponible.

• Abastecimientos Excedentes No Letales de la Defensa. El DOD tiene disponible abastecimientos excedentes no letales para fines de ayuda humanitaria y en apoyo del programa de Asistencia Cívica Humanitaria. Se prohibe el uso de estos materiales de defensa para fines militares o paramilitares. Los países que en 1994 recibieron propiedades excedentes del DOD fueron Belice, República Dominicana, Jamaica, Nicaragua y Perú.

Los objetivos de las operaciones humanitarias y de cooperación son importantes en la ayuda ofrecida a Centro América a través de la Iniciativa de Desminado ofrecidos por la OAS/IADB. En los últimos años, el DOD ha provisto apoyo de adiestramiento a las actividades de desminado humanitarias coordinadas a través de la IADB. Bajo el programa, los expertos estadounidenses en desminado adiestran al personal militar de cuadro proveniente de los países miembros de la IADB. Este personal adiestrado se convierten en instructores para los militares del país anfitrión quienes llevan a cabo las operaciones de desminado en sus países. Hasta el día de hoy, este adiestramiento ha apoyado los programas de OAS en Nicaragua, Honduras y Costa Rica.

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Brindar socorro en casos de desastre es la preocupación principal en toda la región sujeta a frecuentes huracanes, inundaciones y erupciones volcánicas. A los militares en un número de países de la región se les encarga apoyar o dirigir los esfuerzos para bregar con tales emergencias humanitarias. En tanto los gobiernos evalúan el papel que deben desempeñar sus militares en tales circunstancias, el DOD ofrece medidas constructivas para facilitar los esfuerzos de socorro en casos de desastre a menudo a través de canales multilaterales los cuales también contribuyen al logro del objetivo de la cooperación en asuntos de seguridad. Los Ejercicios de Apresto de Ingeniería y de Sanidad que se mencionaron anteriormente tienen aplicación evidente para el socorro en casos de desastre. La interoperabilidad se aumenta siempre que las operaciones de socorro incluyen varios servicios de las fuerzas armadas en un país o los militares de dos o más países. En un foro multilateral como la IADB, Estados Unidos promueve la cooperación en el planeamiento del socorro en casos de desastre y las conferencias que facilitan compartir la información respecto a métodos comunes usados en las operaciones de socorro en casos de desastre. Esfuerzos favorables en la prevención de la proliferación de Armas de Destrucción en Masa y los sistemas de lanzamiento así como otras iniciativas de control de armas de beneficio común. El interés que por mucho tiempo han demostrado los países de la región en cuanto al control de armas facilita a EE.UU. cooperar en las medidas de no proliferación y de control de armamento. Además de apoyar los acuerdos globales como el Tratado de No Proliferación Nuclear, los países de América Latina y el Caribe han pactado acuerdos y convenios regionales de control de armas que están en completa armonía con el espíritu de los instrumentos globales para este fin. Entre estos se incluyen:

• El Tratado de Tlatelolco (1968). Conocido también como el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares en América Latina, sus partidos llegaron al acuerdo de no adquirir, manufacturar, probar, usar o estacionar un dispositivo nuclear. Ha sido firmado por los 33 estados de la región y está en vigor en 29 países.

• El Tratado de Ayacucho (1974). Ocho gobiernos de América Latina se comprometieron a detener la adquisición de armas para propósitos ofensivos.

• La Declaración de Mendoza (1991). Argentina, Brasil y Chile se comprometieron a detener el desarrollo, la producción y la compra de armas biológicas y químicas.

• La Declaración de Cartagena (1991). Los estados del Ande manifestaron apoyo por la iniciativa tendiente a eliminar en América Latina y el Caribe las armas de destrucción en masa.

Trabajando por intermedio de la OAS, los países de las Américas han apoyado los esfuerzos de control de armas regional y global y han establecido un Comité Permanente de la OAS en la Seguridad Hemisférica, con miras a alcanzar estas metas. Los esfuerzos en las medidas del establecimiento de la confianza y la seguridad están en perfecta armonía con los objetivos de control de armas. Mayor seguridad y confianza internacional reduce el deseo de adquirir armas. Reducir los niveles de armamento, a su vez, ayuda a fomentar la seguridad y confianza. La oportunidad de sobrepasar estos logros no significa que todo va a ser fácil. Todavía queda mucho por hacer en la agenda de control de armamentos y quedan problemas difíciles por resolver.

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El debate sobre la extensión indefinida del Tratado de No Proliferación Nuclear puso en manifiesto la existencia de inquietudes entre los países de la región acerca de las disparidades entre los convenios de no proliferación que afectan de manera distinta a los estados con armas nucleares y no nucleares. La vigorosa actuación de Estados Unidos en la búsqueda de armamentos estratégicos contribuyó a tranquilizar a los participantes. Cuando finalmente llegó el momento de tomar una decisión, la extensión indefinida del NPT ganó gran apoyo en la región. Un punto importante en la agenda de no proliferación es el Convenio de Control de Tecnología de Misiles (MTCR). Creado en 1987, es un convenio voluntario el cual busca limitar la propagación de misiles y de la tecnología a fin. El MTCR funciona por medio de guías de política de exportación aplicadas a través de la legislación nacional a una lista de artículos controlados. El número de estados participantes llega a 25, inclusive Argentina, Cánada y los Estados Unidos. La política de EE.UU. favorece la expansión de la membresía al MTCR inclusive otros países que suministran significativamente la tecnología misil y cumplen con las normas de no proliferación internacional, refuerzan el control de exportación efectivo y abandonan los programas de misiles ofensivos. La tecnología de doble uso, por ejemplo, la tecnología tanto de aplicación para la paz como militar, es de mayor interés. La tecnología que usada en el lanzamiento de vehículos espaciales civiles es semejante a la que se usa en los proyectiles balísticos, por ejemplo. Adelantar las metas de MTCR en la región exige no solamente apoyar esas metas sino perspicacia y la voluntad para encontrar las maneras de reconciliar los objetivos de control de armas con las metas compartidas de desarrollo y cooperación tecnológica, libre comercio y adelanto científico. UNA MIRADA HACIA EL SIGLO XXI Un examen general del hemisferio hubiese rendido un resultado muy distinto. América Central sufría los efectos de las guerras fratricidas. Los países habían contraído deudas internacionales agobiantes. Los modelos de los partidarios del estatismo era la norma del desarrollo económico. Muchos mercados estaban vedados a los exportadores estadounidenses por tarifas elevadas y otros medios de control de importaciones. El conflicto bipolar afectaba nuestra percepción de los aspectos de seguridad. Los gobiernos autoritarios con problemas de derechos humanos continuaron dominando en muchos países, aunque había una tendencia hacia elecciones democráticas. Cuba era un conducto del abastecimiento de armas que provenían de la Unión Soviética y los estados del Bloque de Varsovia para los movimientos antidemocráticos revolucionarios en la región. La OAS estaba prácticamente moribunda, víctima de estériles interminables debates entre el Norte y el Sur. Apenas cinco años antes del nuevo siglo y nuevo milenio hay razón para sentirse optimista en cuanto a lo que nos deparan los años venideros. La democracia se ha convertido en un elemento común en la región a la vez que la economía de la libre empresa se ha generalizado. Un compromiso hacia las instituciones regionales y un alcance cooperativo hacia los problemas en las Américas refleja una OAS revitalizada. La guerra civil en América Central ha desaparecido. Solamente permanece un gobierno autoritario y el fin de la Guerra Fría lo ha dejado débil y luchando por la supervivencia. La cooperación en la solución de problemas transnacionales como el ambiente y el tráfico de drogas han reemplazado la recriminación entre el norte y el sur que estos asuntos solían provocar. Se le ha hecho posible a la región

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hacer una contribución importante a la paz y seguridad global, al mismo tiempo que encara los retos y oportunidades que se derivan de los beneficios que representan para las Américas la colaboración en asuntos de seguridad. Todo esto son buenas noticias para Estados Unidos. Nuestra seguridad está más estrechamente vinculada con los vecinos en la región aun cuando las amenazas y los conflictos convencionales parecen haber desvanecido. El progreso de nuestros vecinos redunda en beneficio de nuestro pueblo en tanto que los reveses tienen consecuencias adversas para nosotros. Estamos más unidos que nunca por valores fundamentales semejantes y por intereses comunes. El resurgimiento de la democracia en las Américas hizo posible que se llevara a cabo la Cumbre de las Américas en diciembre de 1994. El “Espíritu de Miami”, sede de la reunión Cumbre, refleja un empeño común en crear nuevas oportunidades para nuestro pueblo impulsados por el interés de lograr un libre intercambio comercial el año 2005. En las Américas no se ha eliminado el conflicto. Los problemas de seguridad que ya existían persisten y han surgido nuevos problemas. El fenómeno transnacional representa nuevos riesgos y han surgido amenazas no estatales a la seguridad. Nuevas realidades estratégicas requieren nuevas ideas estratégicas. La reunión de Ministros de Defensa de las Américas en Williamsburg fue la representación de un concepto sencillo consistente en reunir a los jefes de la defensa en la región para tratar problemas comunes. Con este objetivo básico, los ministros que se reunieron en Williamsburg discutieron una variedad de temas complejos e importantes. Las preparaciones se llevaron a cabo en consulta con todos los gobiernos de la región, con el fin de que la agenda reflejara los problemas principales que todos enfrentamos. El contenido, el alcance y el tono de las discusiones sugieren que hay base para sentirse optimista en cuanto a las posibilidades para fortalecer la seguridad regional en el próximo siglo. Indudablemente se encontraron diferencias. Pero mientras nadie profesa tener todas las contestaciones para los muchos problemas que nos enfrentamos en el hemisferio, hubo una convergencia de opiniones sobre los fundamentos y un deseo de abordar los problemas en forma cooperativa. Los seis Principios de Williamsburg representan el acuerdo básico, mientras que el compromiso hacia el “proceso Williamsburg” pone en evidencia la voluntad de laborar conjuntamente en asuntos de interés mutuo. Estos acontecimientos pronosticaron el bien para todos. Y sugiere que nuestra Estrategia Nacional de Seguridad con su énfasis en la democracia y buscando la prosperidad a través del libre comercio y el mercado libre encaja con la perspectiva de nuestros vecinos en la región. Esta estrategia regional, que toma su dirección de la Estrategia Nacional de Seguridad, es un reflejo y manifestación de los puntos de vista expresados en Williamsburg. Necesariamente comienza con una opinión sobre nuestros intereses en la región y le da énfasis a aquellos instrumentos de política más próximos, los nuestros. Sin embargo, es evidente que nuestros intereses más profundos están estrechamente entrelazados con los de nuestros vecinos. Estados Unidos nunca se ha tenido que preocupar con la amenaza de una invasión por parte de un país en el hemisferio. Con excepción de la Crisis de Misiles de Cuba en 1962, ningún país en la región ha formado parte de una amenaza nuclear estratégica a nuestro territorio y a nuestro pueblo. Con el resurgimiento de la democracia en las Américas y el final

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de la Guerra Fría en el resto del mundo, las perspectivas para la seguridad en la región han mejorado -- ciertamente hasta el punto que el conflicto bipolar ha concluido y los gobiernos autoritarios, con una excepción, han desaparecido en la región. El reto en los próximos años será: resolver asuntos que aún quedan pendientes; fortalecer la democracia; se deben tomar en cuenta los fenómenos transnacionales los cuales arruinan la estabilidad en la región; establecer el hábito y los instrumentos de cooperación a fin de impedir que el surgimiento de conflictos; y hacer una contribución a la región en búsqueda de la paz y la seguridad global. Sabemos que en operaciones recientes -- especialmente en misiones de estabilidad y apoyo -- las Fuerzas Armadas de los EE.UU. han sido capaces de trabajar efectivamente con los militares y las organizaciones de seguridad de otros países en la región. Sin embargo, si las tendencias positivas y fundamentales en la región perduran disminuirá la necesidad de tomar medidas de emergencia. La tarea de nuestra estrategia regional es precisamente usar nuestros recursos de defensa y militares en las acciones de tiempo de paz con el fin de evitar y prevenir una crisis.

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Sistema de Seguridad Regional (RSS) para el Caribe Oriental

• El RSS fue creado en 1982 e incluye los siete estados pequeños de habla inglesa en la región del Caribe: Antigua y Barbuda, Barbados, Dominica, Granada, St. Kitts y Nevis, St. Lucía, St. Vicente y Grenadines.

• Estos países contribuyeron a una coalición de fuerzas originalmente establecida para combatir insurrecciones locales. Últimamente, la RSS le ha concedido mayor énfasis operacional a las operaciones antidrogas, la seguridad interna y socorro en casos de desastre. El apoyo que ofrece EE.UU. incluye adiestramiento, materiales y transporte.

• El RSS ayuda a las naciones miembros y a las que no son miembros. En 1994, las tropas del RSS fueron empleadas dos veces en St. Kitts y Nevis para atender los comicios electorales afectados por la violencia y un escape de delincuentes encarcelados. Las unidades del RSS proveyeron socorro en casos de desastre a la isla de Martinica después del huracán Hugo. También se emplearon en Trinidad y Tobago luego de intentar un golpe de estado.

• El RSS surgió como un punto focal para asuntos de seguridad mutuo y ha expandido su influencia a través de la comunidad del Caribe. Los países que no pertenecen al RSS (Jamaica, Guyana, Trinidad y Tobago y Belice) contribuyen a las discusiones del RSS en cuanto a los objetivos de adiestramiento comunes, centros regionales de adiestramiento y en la cooperación al brindar socorro en casos de desastre.

La seguridad en el siglo XXI sería cada vez más “compartimentada”. La seguridad es una meta compartida de los EE.UU. y sus vecinos en las Américas. Entre las agencias gubernamentales es una responsabilidad que todas comparten, especialmente cuando la seguridad se extiende más allá de la defensa. Las tendencias políticas y económicas predicen un futuro muy halagueño. Manteniendo un contacto permanente con nuestros vecinos, podemos prevenir las crisis, aumentar la seguridad y sacarle mayor producción a nuestros recursos militares y de la defensa. Lo que dice la Estrategia de Seguridad Nacional sobre el mundo se puede decir con validez de la región: en una región más integrada e interdependiente, simplemente no podemos tener éxito al avanzar nuestros intereses -- políticos, de seguridad y económico -- sin tener una responsabilidad activa en los asuntos regionales. En la reunión de los Ministros de Defensa de las Américas en julio de 1995, el Vice Presidente Gore unió al “Espíritu de Miami” lo que se puede llamar la “Promesa de Williamsburg”. Los delegados de las Bahamas, El Salvador y Argentina se refirieron al “Proceso de Williamsburg” y los “Principios de Williamsburg” como una manifestación de nuestra dedicación al diálogo como elemento básico para la paz y seguridad. Lo que dijeron en la reunión Ministerial aplica a nuestra estrategia regional: busca promover la dedicación hemisférica manifestada en Miami y Williamsburg a la democracia, el progreso económico y el desarrollo sostenible, normando la participación plena de las instituciones de todos los países de la región, no solamente las entidades militares, reconociendo que los asuntos de seguridad son parte de la nueva dinámica a las relaciones en la región.

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NOTAS 1 El término “las Américas” incluye EE.UU., México y Cánada junto con otros países de América Central, Sur América y el Caribe; simboliza que los EE.UU. geográfica, histórica y políticamente forma parte de la región. Se debe observar que se incluyó a Cánada en el informe de estrategia del DOD para Europa y en este informe, “la región” se refiere principalmente a América Latina y el Caribe. 2 Estos datos se originan de la Administración del Comercio Internacional y cubre el año 1993. Revisado en junio de 1994, es el informe oficial más corriente disponible en la fecha de junio de 1995.

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Fundamentos de las Operaciones de Combate C/M/S 500

Lección 4

Lectura E: Estrategia de Seguridad de Estados Unidos para la Región Sub-Sahara de África

Ministerio de Defensa, Agosto de 1995 INTRODUCCIÓN En la región sub-Sahara de África, las tendencias paradójicas prometedoras y peligrosas que surgieron después de la Guerra Fría son más visibles que en cualquiera otra región del mundo. El movimiento hacia un pluralismo político, el desarrollo de las economías comerciales y el fin de las intervenciones militares soviéticas y cubanas han proporcionado una nueva esperanza para este continente. Sin embargo, el derrumbe del estado, la corrupción política, la deficiente economía y el conflicto étnico, amenazan simultáneamente la erradicación de algunas de estas nuevas oportunidades. Ante estas tendencias contradictorias, los intereses humanitarios y las políticas de EE.UU. en África son significativos, sus intereses económicos son limitados y sus intereses de seguridad son reducidos. Sin embargo, pese a la falta de intereses de seguridad de Estados Unidos en África, Estados Unidos ha empleado sus fuerzas militares en África con frecuencia desde el fin de la Guerra Fría, inter alia: para evacuar ciudadanos estadounidenses de Somalia, Sierra Leone y Liberia (dos veces); para ayudar en el desastre humanitario ocasionado por actividades humanas en Somalia; para proporcionar una retaguardia para el retiro de las fuerzas de UNOSOM y para socorrer a los refugiados de Ruanda. Estas experiencias indican que EE.UU. debe retener la capacidad para usar sus fuerzas militares en África, en caso de que surjan eventos inesperados. A la vez, EE.UU. no puede y no debe resolver los diversos conflictos de África; nuestras estrategias de defensa regionales buscan motivar a los estados y organizaciones africanas a responsabilizarse por estos asuntos para lograr la madurez política y el crecimiento económico necesarios para la estabilidad a largo plazo. La última década ha sido un período de cambios drásticos en África. La democratización, el progreso económico y una mejorada situación de seguridad han ofrecido, en muchas ocasiones, un refuerzo recíproco. Ya que han contado con el respaldo y apoyo de Estados Unidos y de otros países, las transiciones democráticas han logrado un progreso sobresaliente en Namibia, Benín, Niger, Mali, Zambia y Malawi. Etiopía, Eritrea y Mozambique también están progresando hacia un ambiente político más abierto. Lo más sorprendente de estos eventos ha sido que Nelson Mandela, anteriormente un prisionero, ha subido y actualmente ocupa la posición de presidente de África del Sur, lo que ha sido posible por una transición democrática más pacífica y ordenada de lo que el resto del mundo se imaginaba fuera posible. Es inevitable que se experimenten algunos retrocesos en el proceso de democratización en estos y otros estados, pero la tendencia de pasar a una democracia es más amplia y profunda que en cualquier otro momento. Además, en muchos casos, especialmente en Botswana, Mauritius y África del Sur, y hasta en Ghana, Eritrea y Uganda el progreso económico está creando las condiciones que suscitarán el éxito de la democratización a largo plazo.

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Desafortunadamente, las tendencias inquietantes (y a veces mutuamente reforzadas) son prevalecientes en África y podrían frustrar los intereses estadounidenses, así como el desarrollo africano. Estas tendencias incluyen el deterioro económico, la propagación de conflictos y la existencia de estados autoritarios o deteriorados. El crecimiento económico de toda la región es limitado; en algunos casos el producto doméstico bruto (GDP) por persona ha bajado drásticamente a partir de la independencia, debido a diversos factores. El deterioro económico exacerba las tensiones étnicas y sociales y contribuye a la propagación de movimientos anti-democráticos, incluyendo algunas versiones extremistas del islamismo político. En algunos estados africanos las organizaciones militares están desorganizadas, mientras intentan establecer sus funciones apropiadas para el mundo posterior a la Guerra Fría, proporcionando así posibles obstáculos al proceso de democratización. Las presiones de la población, la degradación ambiental, el flujo de refugiados, el narcotráfico y las epidemias como la SIDA, representan aun más desafíos al desarrollo africano. El fin de la Guerra Fría ha fomentado el desarrollo de nuevas metodologías que se aplican a la formulación de la política exterior. El Ministerio de Defensa (DOD) ha enfocado una “nueva agenda de seguridad” que atiende los objetivos de Estados Unidos, o sea, apoyo del proceso de la democratización y de los derechos humanos, asistencia mediante acuerdos de seguridad regional y resolución de conflictos, ayuda humanitaria para mitigar el sufrimiento y apoyo para el desarrollo económico y social. Hemos desarrollado y estamos desarrollando estrategias y políticas futurísticas que apoyen nuestros esfuerzos para lograr estas metas. Nuestros esfuerzos han sido fructíferos. Poco después de la participación de Estados Unidos en el esfuerzo humanitario en Ruanda, la situación mejoró dramáticamente. Similarmente, la dimensión humanitaria de nuestros esfuerzos en Somalia tuvo buen éxito. La asistencia ofrecida por el DOD a los esfuerzos de África del Sur de desarrollar fuerzas de seguridad de una amplia representación de la sociedad y de implementar un control civil efectivo, está comenzando a dar fruto. Además, Estados Unidos y sus aliados están trrabajando conjuntamente para refinar las capacidades de mantenimiento de paz y resolución de conflictos de la Organización para la Unidad Africana y de los estados africanos independientes. Al pasar el control a los estados africanos con la finalidad de que ellos asuman el cargo de su propio destino y el destino de su continente, ayudaremos a promover el establecimiento de una África democrática, segura y, tras el tiempo, próspera. INTERESES ESTADOUNIDENSES EN LA REGIÓN SUB-SAHARA DE ÁFRICA Los intereses estadounidenses en África son sumamente limitados. En la actualidad no tenemos una presencia militar permanente o significativa en ninguna parte de África. Tampoco tenemos bases, ni estacionamos fuerzas de combate, ni disponemos de puertos marítimos para nuestros buques allí. Sin embargo, deseamos obtener acceso a instalaciones y materiales que han sido y pueden ser importantes, para efectuar operaciones de contingencia o de evacuación si surge la necesidad. Sin embargo, no se percibe gran interés estratégico de tipo tradicional en África. Desde la perspectiva global, los intereses económicos de Estados Unidos en África son limitados. Si bien no representa un porcentaje considerable en exportaciones estadounidenses, África compró 4.4 mil millones de dólares en mercancías y servicios estadounidenses en 1994, representando más de 80,000 empleos para ciudadanos estadounidenses. Estas exportaciones excedieron las exportaciones a la anterior Unión Soviética por casi una cuarta parte y esposible que aumenten. Si bien los elevados precios de

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petróleo en los años 1970 aumentaron el valor promedio de importaciones estadounidenses de África, la actividad económica, por la mayor parte, se ha mantenido a un nivel inferior. Debido a que cuenta con una población de más de 800 millones y ocupan un 20 por ciento del globo terráqueó y dispone de una gran cantidad de recursos naturales y diversidad biológica, no se debe hacer caso omiso de esta región. Es de sumo interés para Estados Unidos mantener cierta relación económica con África. En la actualidad, la región de sub-Sahara en África posee un mercado emergente. Sin embargo, el crecimiento económico y las actividades estadounidenses precisan de estabilidad y democracia en todo el continente. África siempre ha sido el proveedor de petróleo crudo. Durante el problema petrolero de los años 1973-1974, nuestro proveedor principal de petróleo fue Nigeria. Un 10 por ciento de nuestras importaciones diarias de petróleo proceden de la región sub-Sahara de África. El gobierno estadounidense actual está dedicado a mantener su función principal en África, pese a la falta de intereses vitales. El progreso y la estabilidad, sin embargo, precisarán del apoyo de las naciones internacionales donantes y de los esfuerzos de los mismos africanos. Además, se precisará de adecuados recursos diplomáticos y financieros para promover el cambio pacífico, la resolución de conflicto, el pluralismo democrático estable y el desarrollo viable. Es en este contexto que el gobierno de Clinton ha establecido las siguientes metas políticas para África:

• Promover la paz mediante la prevención, administración o resolución de conflictos. • Proporcionar ayuda humanitaria para mitigar el sufrimiento y el hambre. • Fomentar la democracia y el respeto para los derechos humanos. • Apoyar el crecimiento económico y el desarrollo viable.

Entre estos objetivos, las prioridades del DOD se concentran en la prevención,

administración y resolución de conflictos. Mientras exista un conflicto, ningunos de los otros objetivos se podrá lograr. El DOD activamente apoya los esfuerzos incipientes de los africanos para emprender la resolución de conflictos y los esfuerzos de mantenimiento de paz en la región. También estamos dispuestos a ser el catalista, asesor técnico y agente/intermediario honesto para resolver los conflictos; además sostendremos nuestros esfuerzos diplomáticos regionales y apoyaremos las iniciativas africanas por medio de la Organización de Unidad Africana (OAU) y las organizacionales sub-regionales.

La asistencia humanitaria tiene como finalidad aumentar la estabilidad de los países

mediante el fortalecimiento de las instituciones locales y de la capacidad del pueblo para satisfacer sus propias necesidades. La asistencia humanitaria también adelanta las políticas estadounidenses cuya finalidad es ayudar a los países democráticos incipientes y aquéllos en vías de desarrollo a incorporar los ideales democráticos, el desarrollo económico y la imposición de la ley. El alcance global del DOD, su infraestructura sin par y el alto nivel de destreza entre su personal permiten que Estados Unidos responda rápida y efectivamente a los requerimientos de asistencia humanitaria. El Ministerio de Defensa (DOD) posee muchas operaciones, materiales, logística y capacidades orgánicas singulares que le permite proporcionar asistencia humanitaria en cualquier parte del mundo. Una iniciativa que demuestra estas capacidades es el Programa de Asistencia Humanitaria (HAP), que puede proporcionar una reacción inicial y rápida de corto plazo en apoyo de actividades relacionadas con el transporte y la distribución de materiales de socorro humanitario y propiedad no letal

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excedente del inventario del DOD (embarcaciones anteriores han incluido hospitales de campaña y camiones).

Los sistemas democráticos que respetan los derechos humanos y buscan un

crecimiento económico equitativo, son los mejores garantizadores de un cambio pacífico y de estabilidad. Estos sistemas proporcionan el ambiente pacífico y estable necesario para sostener el desarrollo. Estados Unidos fomenta respeto para los derechos humanos, la imposición de leyes, gobiernos verificables y honestos y pluralismo político democrático para los gobiernos africanos. No se desea imponer un sistema específico sino apoyar lo que los mismos africanos desean y exigen: tener una voz efectiva en sus propios asuntos y ponerle coto a la corrupción y abuso del poder. El DOD tiene la función de demostrar el sistema basado en el control civil del servicio militar.

Estados Unidos abogará por el desarrollo sostenido equitativo de estos países mediante

reformas basadas en el mercado, que dependen más del sector privado y de la promesa de reducir su dependencia de ayudas externas. La garantía de acceso a los mercados, las oportunidades de inversión y los recursos en África constituyen la forma más efectiva de sostener el crecimiento y la participación de Estados Unidos. Los programas de asistencia de Estados Unidos apoyan la reforma; el criterio para poder recibir ayuda incluye buenas metas de gobernación y de reforma estructurales, además del respeto para los derechos políticos y humanos. Si bien el DOD no tiene una función directa, apoya el concepto de la buena gobernación, por ejemplo, mediante el Programa Internacional de Educación y Adiestramiento Militar (IMET). Además, el DOD puede fomentar la transición de los militares africanos a fuerzas más eficientes alineadas con requerimientos de seguridad legítimos para hacerlas más respondedoras a los valores democráticos y para aplicar los recursos disponibles al desarrollo.

Además de estas metas específicamente africanas, Estados Unidos tiene otros

objetivos de seguridad en otras partes del mundo que afectan nuestra interacción con África, más notablemente la prevención de la proliferación de armas nucleares, químicas y biológicas y sistemas de misiles balísticos. A partir de 1964 hemos apoyado las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas que instan la desnuclearización de África, y nos hemos dedicado a apoyar el concepto de una Zona Africana Libre de Armas Nucleares. Asimismo hemos instado que las naciones africanas apoyen el tratado de no proliferación nuclear, y varias naciones—notablemente África del Sur—ayudaron en gran medida a que la campaña de nuestro gobierno para extender el tratado indefinidamente fuera exitosa. Para combatir la proliferación de misiles, Estados Unidos busca extender prudentemente la asociación del Régimen de Control de Tecnología de Misiles. El gobierno estadounidense también apoya la afiliación de África con la Convención de Armas Químicas, así como las nuevas medidas para disuadir violaciones de la Convención de Armas Biológicas y acrecentar el cumplimiento con la misma. Además, Estados Unidos se opone al traspaso no controlado de armas convencionales en el continente.

África enfrenta una variedad de problemas transnacionales que Estados Unidos le está

ayudando a atender. Con sus dos programas bilaterales y apoyo para los esfuerzos internacionales, Estados Unidos está tratando de ayudar a mitigar la devastación suscitada por la SIDA y otras enfermedades, así como por la degradación ambiental en África. Estados Unidos también busca reducir el crecimiento de la población y el flujo no controlado de refugiados. Estados Unidos y la comunidad mundial tienen un fuerte interés en prevenir la propagación del terrorismo y en contrarrestar el narcotráfico. También se debe contrarrestar la subversión impuesta por regímenes radicales (ya sean éstos seculares o teocráticos) en la periferia de la región.

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DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES EN LA REGIÓN SUB-SAHARA DE ÁFRICA Las realidades de múltiples facetas que han surgido en África posterior a la Guerra Fría han incitado un debate activo acerca de su futuro. Los pesimistas recalcan las continuas dificultades económicas, los repetidos conflictos étnicos y sociales, la corrupción política, laspresiones ambientales y del pueblo y los grupos e ideologías extremistas de África. Los optimistas realzan el creciente número de gobiernos democráticos y economías comerciales, el fin de los militares soviético y cubano y su intervención política y la resolución negociada de numerosos conflictos regionales. La verdad es que estas tendencias seguirán existiendo conjuntamente y serán características de África en el futuro cercano. En algunas ocasiones, las tendencias dañinas pueden reforzarse a sí mismas y en algunos estados hasta parecen estar creciendo; por ejemplo, los problemas económicos exacerban los conflictos étnicos o de otro tipo que, a su vez, crean un deterioro económico mayor. En otras ocasiones y en otros lugares, las tendencias positivas también pueden reforzarse a sí mismas y el crecimiento económico puede mitigar los conflictos y estimular la democratización. A largo plazo, el destino de África será determinado por los esfuerzos de los africanos para crear un futuro más fructífero para su propio pueblo, y no por una sola serie de eventos. Conflictos Regionales La complejidad y diversidad de los problemas fundamentales de seguridad en África son desalientadores. Varias de las fronteras nacionales y administrativas de África son resultado de su herencia colonial y muchas veces no reflejan las verdaderas conexiones culturales, religiosas o históricas. Las fronteras coloniales ignoraron la cohesión cultural tribal de África y separaron a los pueblos de mini-naciones étnicas que habían estado vinculadas por siglos por su herencia e idiomas comunes. A raíz de este mapa político artificial han surgido disparidades entre los países africanos que frustran sus capacidades para desarrollar sus naciones y sus economías y para sostener la estabilidad. Además, las estrategias económicas coloniales, especialmente la introducción de las economías de cultivos comerciales (para la exportación) y el énfasis puesto en la extracción de recursos naturales, dejó muchos estados africanos carecientes de economías modernas equilibradas. En la década de 1960, Congo, Nigeria y Sudán experimentaron grandes conflictos. En la década de 1970, Etiopía, Angola, Somalia, Mozambique y, después, Rhodesia del Sur y Sahara Occidental fueron azotados por guerras. En 1979, tropas de Tanzanía y exiliados de Uganda invadieron a Uganda para derrocar a Idi Amín. En la década de 1980, siete países independientes fueron gravemente afectadas por guerras, incluyendo Angola, Etiopía, Somalia, Mozambique y Chad, y Sudán y Uganda cayeron nuevamente ante la violencia.

A fines de los 1980 y principios de los 1990, surgieron más conflictos violentos internos, incluyendo los de Somalia, Ruanda, Burundi, Liberia, Jibuti y Angola. Simultáneamente, el fin de la Guerra Fría y el retiro de tropas soviéticas y cubanas permitieron la plena resolución de varios conflictos regionales y la resolución parcial de los demás. En particular, el retiro de tropas cubanas respaldadas por los soviéticos y negociado por Estados Unidos permitió que Angola se acercara más a ponerle fin a una guerra civil de 20 años de duración y fue precursor a la independencia y elecciones libres en Namibia. En forma similar, el retiro soviético y cubano ha permitido que Etiopía atendiera sus conflictos internos y se encaminara hacia la democracia. Quizás el evento más importante, el fin del apartheid, pueda permitir que África del Sur reduzca su enorme potencial violento; ya que ha sido el ímpetu para un movimiento de paz en todo el sur de África. Por ejemplo, junto con el retiro de la influencia soviética, el fin de

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apartheid contribuyó al fin de la guerra civil en Mozambique y al éxito de sus recientes elecciones. Desarrollos Económicos El fin de la Guerra Fría ha tenido diferentes efectos en las economías de África. Las inversiones por el sector privado en mercados emergentes de Asia, Europa Oriental, la anterior Unión Soviética y países en vías de desarrollo, que han pasado de economías centralizadas a reformas comerciales, han aumentado rápidamente en los últimos años. Hasta cierto punto, esta nueva redirección de inversiones ha surgido a cuestas de África, ya que tiene menos mercados emergentes que otras regiones. Por ejemplo, el porcentaje de las exportaciones de Estados Unidos a África como parte del mercado global se ha reducido por la mitad desde 1985 hasta 1993, mientras que el flujo de fondos extranjeros y destrezas técnicas se ha mantenido más o menos igual. A la vez, las altas deudas al exterior, carencia de fondos y políticas rígidas de modificación estructural siguen siendo problemas económicos para muchas naciones africanas. En el lado positivo, las reformas comerciales y las políticas de modificación estructurales posteriores a la Guerra Fría forman la base para un crecimiento económico a largo plazo en varios estados africanos, y algunos de éstos han comenzado a disfrutar de los beneficios de estas políticas. Eritrea, Uganda, Mauritius y Madagascar disponen del potencial necesario para su futuro crecimiento, así como dos de las potencias económicas más grande de África, África del Sur y Nigeria. Las reformas comerciales de Ghana han resultado en índices de crecimiento de 4 a 5 por ciento en los últimos años, mientras que Botswana ha tenido un índice annual de crecimiento de aproximadamente 10 por ciente desde 1980. Tendencias Políticas África ha experimentado una ola de reformas políticas no antes visto. Si bien África enfrenta continuos obstáculos en su movimiento hacia la implementación de procesos e instituciones democráticos, este movimiento está profundamente arraigado y ha cobrado ímpetu en muchas naciones en la región. Sin embargo, la democratización aún está sujeta a sufrir retrocesos ocasionalmente en los diferentes países, demostrado por el reciente golpe de estado en Gambia. Una segunda tendencia ha sido el surgimiento del Islam como una fuerza política. El Islam ha sido una fuerza principal política y social en África por mucho tiempo. Recientemente, Islam se ha extendido a la región sub-Sahara de África desde el norte y desde el oeste. El carácter de este movimiento no se ha determinado todavía; si bien los regímenes islámicos, en sentido político, no son inherentemente anti-Occidentales, los funcionarios políticos de Estados Unidos pueden tener que enfrentar aquellos regímenes que demuestran tendencias anti-Occidentales. Fuerzas de Defensa Africanas Las tendencias políticas y económicas en una África contemporánea han afectado en gran medida la estructura de las fuerzas militares nacionales. Muchos de los elite en el poder han usado las organizaciones militares como un medio de control doméstico, permitiendo que estas organizaciones crecieran y se convirtieran en poderosas entidades políticas. Si bien los peligros a la seguridad seguirán siendo principalmente internas en lugar de externas, las

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reformas democráticas y económicas en muchos estados africanos pueden tener consecuencias drásticamente diferentes para las fuerzas armadas del continente. La legalización de oposición política y el movimiento en los estados de alejarse de un solo partido pueden significar funciones más limitadas para las fuerzas de seguridad. Las reformas económicas comprensivas también preden precisar de la reducción de presupuestos de defensa y de personal. Los donantes de ayuda procedentes del Occidente están exigiendo programas de reducción militar. Al igual que la institución de defensa estadounidense enfrenta un ambiente político desenvolvedor y fuertes realidades presupuestarias, la cambiante naturaleza del ambiente político y económico de África puede precisar de cambios en la postura de defensa que posiblemente resten importancia del tamaño y la función de las fuerzas militares. Sin embargo, algunos militares africanos preven una nueva misión para contribuir al desarrollo económico en sus naciones, una meta que el gobierno estadounidense sigue apoyando. El peligro sigue siendo que en algunos casos, el estancamiento económico y las contiendas étnicas durante períodos de altas expectativas podrían obligar a las organizaciones militares africanas a intervenir en las políticas domésticas, como ha ocurrido en el pasado. Presiones Ambientales y Populares África está experimentando una variedad de desafíos ambientales. Más del 75 por ciento de África se encuentra en la Zona Trópical. Desafortunadamente, pese a su apariencia frondosa, los ambientes tropicales normalmente no son idóneos para un extenso desarrollo agrícola. Fuera de las regiones tropicales, una gran extensión del terreno es sumamente árida e incluye el Desierto Sahara, que cubre una gran parte del norte, y el Desierto Kalahari, que cubre una gran parte del sur de África. Hay poca lluvia y las frecuentes sequías son prolongadas e intensas. La región sub-Sahara de África también es afectada por problemas de desforestación ya que aproximadamente 90 por ciento de la población usa leña para cocinar, pero existen programas de reforestación para restaurar la vegetación. En relación con la desforestación tenemos la complicación de desertización, o sea, la transformación de terreno que se podría ser útil para cultivos y como pastos para el ganado, en desierto. Otros resultados naturales de la desforestación incluyen erosión y degradación de la tierra. Además, África está experimentando varios de los problemas endémicos a las naciones industrializadas del Occidente, incluyendo desechos tóxicos y derrames de petróleo. Las extensas condiciones de sequía han suscitado carencias de nutrientes en cada región de África. En la década de 1980, 22 países africanos experimentaron hambruna. Estas condiciones ocasionaron migraciones en masa y subsiguientes problemas para las naciones vecinas. Las condiciones de vida y deficiente nutrición han suscitado otros problemas de salud, especialmente de enfermedades. Enfermedades que se habían controlado están reapareciendo. Son pocos los países que disponen de estrategias integradas de salubridad y la infraestructura de cuidados médicos es sumamente deficiente. La SIDA se ha convertido en un problema de mayor envergadura. La región sub-Sahara de África sólo tiene un 10 por ciento de la población del mundo, pero tiene por lo menos un cuarto y quizás la mitad de los casos de SIDA reportados en todo el mundo. La población de la región sub-Sahara de África está creciendo a un índice de 3.1 por ciento por año, el más alto índice de todo el mundo. Se pronostica que la población de todos los países de la región sub-Sahara de África triplicará entre 1980 y 2025. Este crecimiento de población inevitablemente significa graves imposiciones en la producción de comida, empleo y otros elementos de estas economías frágiles. El Banco Mundial ha enfocado la ”asistencia” de población como su más alta prioridad en África.

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ESTRATEGIAS Y POLÍTICAS PARA EL FUTURO El Ministerio de Defensa (DOD) ha concentrado sus esfuerzos en apoyo de la nueva agenda de seguridad en tres áreas principales: prevención y resolución de conflictos, asistencia humanitaria y apoyo para la democratización. La promoción de paz mediante la prevención o resolución de conflictos. Las operaciones de mantenimiento de paz multilaterales son elementos imprescindibles de nuestra estrategia para promover la paz en el exterior. Nos permiten optimizar nuestras capacidades y nuestros recursos, y compartir las responsabilidades de seguridad con otros. El Presidente ha dejado claro que las operaciones de mantenimiento de paz multilaterales sólo deben efectuarse para apoyar objetivos claramente definidos y que Estados Unidos insistirá que cualquiera posible operación sea sujetada a una evaluación y planificación minuciosas. Los puntos finales de nuestra participación deben ser identificados, debe haber apoyo doméstico y los arreglos de mando y control deben ser aceptables a Estados Unidos. Estamos coordinando estrechamente con la ONU y otras naciones asociadas para mejorar la eficiencia y la utilidad de las operaciones de mantenimiento de paz y de la capacidad de la organización para administrarlas. Estados Unidos recientemente patrocinó una conferencia para los posibles donantes a las operaciones de paz en África en un esfuerzo de coordinar mejor todos los esfuerzos. Varios países africanos han contribuido personal y unidades militares para servir en operaciones internacionales de mantenimiento de paz. Otros estados africanos han expresado el deseo de participar en las operaciones internacionales de mantenimiento de paz, pero carecen del equipo y del adiestramiento apropiados. Estamos tratando de ayudar a selectos militares africanos a desarrollar y mantener personal y organizaciones que se podrían emplear en operaciones de mantenimiento de paz bajo los auspicios de la ONU, la Organización de Unidad Africana u otras organizaciones sub-regionales. Los programas actuales planean para la provisión de materiales y asistencia de adiestramiento requeridos para operaciones de mantenimiento de paz a ciertos países para mejorar sus capacidades para participar en las operaciones internacionales y regionales de mantenimiento de paz. Seguiremos apoyando la Organización de Unidad Africana (OAU) en sus esfuerzos de mantenimiento de paz y ayudaremos a los estados africanos que están empeñados y que participan en las operaciones internacionales de mantenimiento de paz. La OAU, sin duda alguna, está en una posición única para poder ***amortiguar*** los conflictos antes de que empiecen o para intervenir en las primeras etapas, reduciendo así la magnitud de sufrimiento humano y el nivel de destrucción. En noviembre de 1993, la OAU formalmente estableció un mecanismo de resolución de conflictos y de mantenimiento de paz como parte de su Secretariado. Estados Unidos apoya al Secretariado, proporcionando la infraestructura necesaria y compartiendo con la organización sus normas y principios para el establecimiento y la planificación de operaciones de mantenimiento de paz. El Congreso también ha apoyado los esfuerzos de fortalecer las capacidades de la OAU; en el otoño de 1994, el Presidente Clinton ratificó como ley el “Acta de Resolución de Conflicto Africano”. Esta legislación estipula apoyo financiero y técnico de Estados Unidos para el mecanismo de resolución de conflictos y autoriza los fondos necesarios para apoyar los esfuerzos de la organización sub-regional y organizaciones no gubernamentales en la resolución de conflictos. También estipula el apoyo de programas para la desmovilización y reintegración de militares africanos.

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La provisión de asistencia humanitaria para mitigar el sufrimiento y el hambre. Estados Unidos poseé una larga y orgullosa historia de ayuda humanitaria a aquéllos que están necesitados. Ya sea el Puente Aéreo en Berlín en 1948 o el apoyo en Bosnia o Ruanda en la actualidad, DOD ha jugado un papel principal en satisfacer las necesidades humanitarias que han llegado al corazón de todo estadounidense. Los problemas humanitarios cobran cada vez más importancia en los eventos mundiales. DOD poseé una capacidad singular para proporcionar determinados recursos críticos mientras se desempeña como parte de un coordinado esfuerzo interagencial e internacional de Estados Unidos. Los esfuerzos del DOD deben conformarse a los parámetros definidos para la misión y a una estrategia de salida expuesta y aceptada desde el inicio. En muchas situaciones, DOD ha sido el actor principal en las operaciones de asistencia humanitaria internacionales. DOD puede, a veces, ayudar mediante la disposición y el transporte de propiedades excedentes no letales, tales como abastecimientos médicos, frasadas, comida, tiendas, abastecimientos escolares y vehículos, así como el transporte de abastecimientos de socorro donados por el sector privado. DOD también ofrece recursos de adiestramiento y equipo para los programas de desminado en apoyo del esfuerzo de los países africanos para desarrollar sus propias capacidades de desminado. La asistencia humanitaria del DOD es fructífera porque apoya los esfuerzos internacionales para ayudar a las personas en todo el mundo y porque personifica la dedicación de civiles y militares estadounidenses para los valores fundamentales humanitarios. La promoción de la democracia y el respeto de los derechos humanos. Nuestra dedicación a la democracia se está demostrando mediante diálogos sobre políticas y metodologías estratégicas para la distribución de recursos. Se están combinando metodologías multilaterales, regionales y bilaterales para maximizar la efectividad de los esfuerzos de Estados Unidos. Al nivel multilateral, por ejemplo, Estados Unidos y otros donantes están presionando a los mandatarios de diversos estados por medio de las instituciones financieras y diálogos de políticas conjuntas para lograr reformas democráticas. Dentro del contexto de las metas políticas del gobierno de Clinton en África, el Programa Internacional de Educación y Adiestramiento Militar (IMET) proporciona uno de los usos más económicos y efectivos de los fondos del DOD a largo plazo. Con pocas excepciones, los graduados del IMET han tenido experiencias positivas en Estados Unidos y regresan a sus países con un mejor entendimiento de la función apropiada para el militar nacional dentro de una sociedad civil democrática. Cómo mínimo, los graduados del IMET disponen de los medios para enfrentar el problema de resolver un conflicto pacíficamente en sus propios países. Otros programas dentro del país también contribuyen a los objetivos nacionales de Estados Unidos en África. La Escuela de Justicia de la Marina de EE.UU. ofrece programas de derecho militar, respeto de derechos humanos y la función del militar en una democracia. Los programas extendidos de IMET también proporcionan este tipo de exposición. Por ejemplo, el 353er. Comando de Asuntos Civiles (USAR) efectúa un programa de adiestramiento diseñado para crear un ambiente en que los gobiernos indígenos puedan hacer que la democracia funcione y le enseña al militar de la nación anfitriona cómo desempeñar su función positivamente en el proceso de democratización. Los militares africanos tendrán una función principal en la transición a gobiernos democráticos y la estabilidad de los mismos. Si los

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intereses de los militares africanos no son atendidos, posiblemente socaven las expectativas de una transición exitosa. Un modesto programa de adiestramiento de defensa expone determinados oficiales a las tradiciones estadounidenses abarcando el respeto de los derechos humanos y el control civil del militar. El programa actual proporciona educación profesional militar, cursos de administración, adiestramiento en derechos humanos, educación sobre la función del militar en una democracia y adiestramiento técnico a 31 países africanos. Los programas actuales están programados para ayudar a 12 gobiernos africanos en sus esfuerzos de reducir el militar. El esfuerzo de reducción directamente apoya los esfuerzos de mejorar la estabilidad y democratización en África de dos maneras. En primer lugar, los militares políticos muchas veces son la amenaza mayor para una democracia en los estados africanos y el militar seguirá siendo un importante actor político en la mayoría de los países africanos. En segundo lugar, en muchos países, la institución militar es demasiado grande, rebasando las necesidades de seguridad legítimas del estado y frenando la economía. El gobierno estadounidense considera que al proporcionar materiales no letales (principalmente equipo de comunicaciones y vehículos) para acrecentar las capacidades operacionales, puede apoyar los esfuerzos de reducción de los países africanos mediante la reducción de requerimientos de personal. Postura de Estados Unidos en la Región Si bien Estados Unidos no asigna fuerzas estadounidenses permanentemente en África (salvo por agregados de defensa, oficiales de asistencia humanitaria y guardias de Infantería de Marina para las embajadas), el apoyo del Ministerio de Defensa (DOD) para los objetivos nacionales en la región, en gran medida, se limita a un programa activo de ejercicios y adiestramiento, junto con visitas de buques y varios equipos móviles de adiestramiento. El 3er. y el 5o. Grupos de Fuerzas Especiales administran e implementan un programa de Adiestramiento de Intercambio Conjunto y Combinado (JCET) en apoyo de los objetivos nacionales. Se efectúan aproximadamente 20 ejercicios por año en África bajo dirección de CINCEUR y CINCCENT. Estos ejercicios proporcionan asistencia nacional, mantenimiento y expansión del acceso estratégico, promoción de la ética profesional militar, motivación de la cooperación regional y recompensa para los pasos positivos hacia la democratización, además de un entendimiento de la importancia de los derechos humanos. Los JCET también proporcionan valiosas experiencias en operaciones dentro del país a los militares estadounidenses. El USEUCOM también administra el programa de MEDFLAG, ejercicios médicos diseñados para efectuar adiestramiento conjunto médico con las naciones anfitrionas. Con un promedio de tres ejercicios por año en África, los programas de MEDFLAG proporcionan adiestramiento médico, intercambio de información médica con el personal médico de los países anfitriones africanos y visitas de asistencia humanitaria y cívica a las poblaciones rurales.

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La Oficina de la Guardia Nacional también efectúa un Programa de Actividades de Adiestramiento Internacional (ITAP) en África. Con su diverso terreno y austeras condiciones, África proporciona a las unidades de la Guardia Nacional Aérea y del Ejército oportunidades singulares para adiestrarse y sostener su listeza de movilización bajo condiciones reales. Estos recursos se pueden usar para desempeñar proyectos de acciónes humanitarias y cívicas. El Crucero de Adiestramiento de África Occidental (WATC) es la misión annual de presencia naval de la Marina de EE.UU. en las naciones litorales de África. El programa de WATC proprociona oportunidades para la interacción y el adiestramiento profesional entre el personal de la Marina, Guardacosta e Infantería de Marina de EE.UU. y las fuerzas marítimas de los países visitados. El WATC también aumenta la familiaridad de la Marina de EE.UU. con el ambiente operativo marítimo del área y promueve la buena voluntad mediante proyectos comunitarios, abastecimientos médicos y de higiene personal donados, además de algunos proyectos más extensos como construcciones y reparaciones efectuados por los “Seabees” (ingenieros de la Marina). Es claramente deseable promover una estrecha cooperación con los militares africanos. En julio de 1995, el vocero de la Casa Blanco anunció la intención del gobierno de establecer una Comisión Militar Conjunta entre EE.UU. y Benín. Esta Comisión sería la primera de su clase con un país de la región sub-Sahara de África.

RECIENTES ADELANTOS ESTADOUNIDENSES EN LA REGIÓN Ruanda El 6 de abril de 1994, el avión cargando al presidente de los Hutu de Ruanda y su homólogo de Burundi fue derribado. El Presidente murió, y a partir de ese momento se calcula que aproximadamente 1,000,000 de personas, la mayoría Tutsi y Hutu moderados, han sido asesinados. La magnitud de los masacres en Ruanda y la subsiguiente crisis de refugiados rebasó las capacidades de la ONU y otras agencias no gubernamentales (NGO) de socorro que estaban operando en Ruanda y Zaire. Por consiguiente, el Presidente Clinton ofreció ayuda estadounidense al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Asuntos de Refugiados (UNHCR). La función de las fuerzas militares de Estados Unidos fue reforzar rápidamente las agencias de socorro en posición para que pudieran recuperarse y reanudar operaciones efectivas. Las fuerzas militares comenzaron a desplazarse a África Central el 22 de julio. En Goma, Zaire, el punto de mayor necesidad, una unidad de purficiación de agua del Ejército de EE.UU. comenzó sus operaciones el 26 de julio y para el día siguiente había producido 24,000 galones de agua. La producción aumentó a medida que el transporte aéreo, apoyado en gran medida por la Fuerza Aérea de EE.UU., trajo recursos donados por la nación anfitriona, que permitieron la producción de 431,000 galones por día para el 1 de agosto. Para el 12 de agosto, los sistemas de agua estaban saturados y la producción estadounidense fue descontinuada. El 13 de agosto, la ONU anunció que la producción y distribución de agua había excedido las necesidades de consumo.

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La Fuerza de Tarea Conjunta (JTF) también respondió rápidamente a solicitudes de urgencia para el movimiento aéreo de abastecimientos humanitarios, extendiendo las capacidades del aeropuerto en Goma y Entebbe y, luego, en Kigali. Como resultado de la extensión logística y las capacidades del transporte aéreo, el UNHCR solicitó el 14 de agosto que todas agencias dejaran de transportar abastecimientos de socorro (comida) a Goma. El resultado de las operaciones de la JTF en apoyo del UNHCR y en estrecha coordinación con las NGO fue reducir en gran medida el número de muertes en los campamentos de refugiados, proporcionar asistencia humanitaria requerida por varios millones de refugiados y personas desplazadas de Ruanda y permitir que el UNHCR y las NGO tuvieran el tiempo necesario para recuperarse y establecer la infraestructura necesaria a largo plazo para atender la administración de refugiados en los subsiguientes meses. El Comando de Movilidad Aérea, el componente aéreo del Comando de Transporte de EE.UU., efectuó más de 1,200 vuelos transportando casi 15,000 toneladas de ayuda humanitaria en la Operación Support Hope. El Presidente Clinton autorizó al Ministerio de Defensa a finalizar la Operación Support Hope el 30 de septiembre de 1994, completando así el esfuerzo de asistencia logística de urgencia del militar estadounidense en apoyo de millones de refugiados de Ruanda. Somalia A mediados de 1992, las condiciones humanitarias en Somalia habían deteriorado a un estado horripilante. Los efectos de la sequía a principios de los 1990 fueron empeorados por la conflagración civil entre los diversos jefes militares que luchaban por controlar Somalia después del derrocamiento del dictador Siad Barre. Los abastecimientos de comida se convirtieron en un arma de la guerra. Destruyuron almacenes de comida, arruinaron los mercados y desviaron los transportes de abastecimientos de socorro. Los cultivadores abandonaron los escasos campos productivos que aún existían para irse a áreas más seguras, llevando consigo su ganado. La hambruna que resultó ocasionó la muerte de más de 300,000 personas, incluyendo casi la mitad de todos los niños somalíes. Las agencias de socorro se vieron restringidas por la falta de seguridad. El 28 de agosto de 1992, Estados Unidos lanzó un transporte aéreo conocido como Operación Provide Relief, desde Mombasa, Kenia, para transportar comida a los refugiados somalíes. Antes de terminar las operaciones humanitarias en marzo de 1993, las aeronaves militares de EE.UU. habían efectuado más de 2,000 vuelos, incluyendo 875 vuelos de carga con 28,727 toneladas métricas de comida. Aeronaves civiles costeadas por el gobierno de EE.UU. portaron otras 19,435 toneladas métricas a Somalia y al norte de Kenia. Estados Unidos también transportó 338,000 toneladas métricas de abastecimientos de socorro en 15 buques de uso común y dos Buques Rápidos de Transporte Marítimo (FSS). La participación estadounidense, sin embargo, cobró un altísimo precio. Quizás el incidente más visible fue la muerte en octubre de 1993 de 18 Comandos (Rangers) del Ejército de EE.UU. Pero un total de 44 soldados estadounidenses murieron y 175 fueron heridos o lisiados en el esfuerzo humanitario en Somalia. Desde el principio, el esfuerzo humanitario estaba peligrosamente cerca de fracasar debido a la interferencia de los jefes militares en los puertos y caminos, ya que impedían que la comida llegara en grandes cantidades a los refugiados. Desde diciembre de 1992 hasta mayo de 1993, Estados Unidos encabezó la Fuerza de Tarea Unificada Interina (UNITAF), un esfuerzo de coalición de gran escala para socorrer al pueblo durante esta crisis. UNITAF tuvo

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buen éxito en el rápido desempeño de sus tareas asignadas. Dentro de unas escasas semanas, el puerto de Mogadishu estaba abierto, al igual que los caminos principales. La comida y la medicina comenzaron a fluir. El aspecto humanitario de las operaciones en Somalia se consideró todo un éxito. África del Sur En 1994, un subsecretario y un secretario auxiliar de defensa visitaron a África del Sur. Eran los oficiales de defensa de EE.UU. de mayor grado que habían visitado ese país en casi 30 años. África del Sur posee el militar profesional más fuerte de toda la región sub-Sahara de África. DOD aplaude los esfuerzos tomados para hacer estas fuerzas más representativas de la sociedad y apoya su progreso hacia un control civil más efectivo sobre una fuerza aún más profesional y, por lo tanto, ofrece compartir sus propias experiencias y similares transiciones. El requerimiento principal de África del Sur no es el adiestramiento en las disciplinas tradicionales del militar sino en la administración de recursos, administración de personal, derechos humanos y la función apropiada del militar en una democracia. DOD tiene la capacidad para contribuir positivamente al éxito de esta transición. DOD ha desarrollado varios programas de adiestramiento que atienden específicamente las necesidades de la nueva Fuerza de Defensa Nacional de África del Sur bajo el programa de Educación y Adiestramiento Militar Internacional Extendido (E-IMET). Los contactos entre militares en varios niveles están formando el cimiento para la paulatina normalización de relaciones militares, a medida que el proceso de integración procede. Estos contactos, sentando el ejemplo, también ayudarán a reforzar los conceptos de igualdad racial, tolerancia, derechos humanos y democracia dentro del militar de África del Sur. Desde una perspectiva parroquial, el adiestramiento y los contactos entre militares fomentarán una familiaridad operacional y táctica que será valiosa si algún día sea necesario efectuar operaciones conjuntas o multilaterales con los Sudafricanos (por ejemplo, operaciones humanitarias o de mantenimiento de paz). En el futuro, si África del Sur se mantiene estable y la integración militar procede sin inconveniente alguno, podemos usar nuestros pequeños programas de ejercicios militares en África como catalista para una aumentada cooperación militar en la región. DOD comenzó a ayudar en los esfuerzos de integración militar de África del Sur en noviembre de 1993, trabajando con la Agencia de Información de EE.UU. (USIA) para la visita conjunta de la Fuerza de Defensa de África del Sur y Umkhonto we Sizwe (el escuadrón militar del Congreso Nacional Africano) a Estados Unidos. Además, el comandante del Instituto de Administración de Igualdad de Oportunidades del Ministerio de Defensa (DEOM) visitó África del Sur en capacidad oficial en enero de 1994. La ratificación de un acuerdo de IMET por África del Sur oficialmente abrió la puerta para que pudieran recibir adiestramiento en Estados Unidos, y la Agencia de Asistencia de Seguridad del Ministerio de Defensa (DSAA) designó $120 mil dólares en el año fiscal (FY) 94, el costo de dos puestos para África del Sur en el Colegio de Guerra de la Marina. África del Sur recibió $250 mil dólares en el FY 95, designados principalmente para la educación militar profesional. Otras opciones (más allá de los cursos regulares de IMET) incluyen el Seminario de Justicia Militar de la Escuela de Justicia de la Marina, el Programa de Liderazgo de Aviación de la Fuerza Aérea, puestos para estudiantes en las academias militares y colegios de guerra, Equipos Móviles de Adiestramiento (MTT) de DEOMI, MTT especiales para enseñar las técnicas de reclutamiento que se usan como aliciente para tener un militar totalmente voluntario y de multiples razas, y la provisión de oradores invitados para el incipiente Programa de Administración de Defensa de África del Sur.

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Otros esfuerzos en pos de la normalización de relaciones y desarrollo profesional comenzó en 1993 cuando la Marina invitó al Jefe de Estado Mayor de la Marina de África del Sur a participar en el Simposio Mundial de Poder Marítimo Naval annual. También existen otras opciones constructivas en este ámbito, de disponer de los recursos necesarios, incluyendo visitas de intercambio a nivel intermedio y superior patrocinado por EUCOM, SOCOM y los Servicios; establecimiento de pequeños equipos de enlace en las Oficinas de Estado Mayor del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea; inclusión de África del Sur en el Programa de Intercambio de Comandantes Terrestres Superiores del Ejército; inclusión en el programa de intercambio de oficiales de C-130 de la Fuerza Aérea; establecimiento de una posición de Oficial Experto en el Área (FAO) para África del Sur; establecimiento de programas de “unidades hermanas” con la Guardia Nacional y las Reservas; intercambios de unidades pequeñas, intercambios de oficiales; intercambios de instructores en academias y colegios de guerra militares y, ocasionalmente, visitas portuarias. Además, las fuerzas de África del Sur podrían ser invitadas a observar los ejercicios en Estados Unidos para países elegibles para las ventas militares al exterior (FMS).

CONCLUSIONES La región sub-Sahara de África enfrenta una miríada de tendencias prometedoras y peligrosas. La época posterior a la Guerra Fría ha presentado numerosas oportunidades; sin embargo, los obstáculos a la paz y prosperidad son numerosos. Si bien Estados Unidos no tiene intereses vitales de seguridad en la región, el gobierno está dedicado a ayudar a habilitar a las organizaciones y los estados africanos para resolver conflictos y lograr la democratización y el crecimiento económico esenciales para la estabilidad a largo plazo. Al ayudar a habilitar a los africanos en estos tiempos de limitados recursos se precisa de qué Estados Unidos, la comunidad internacional y los africanos mismos busquen maneras innovadoras y creativas para contrarrestar estos graves problemas. Se debe recalcar la cooperación, evitar los esfuerzos duplicados y lograr un entendimiento efectivo de ventajas comparativas por los posibles contribuyentes. Sin embargo, es de mayor importancia reconocer que la resolución de conflictos y el progreso económico no se pueden imponer desde afuera del continente sino que los mismos africanos deben encabezar el esfuerzo. El Ministerio de Defensa (DOD) está tratando de ayudar a los africanos a encontrar soluciones africanos para sus problemas. DOD está usando sus capacidades y destrezas para ayudar a crear y fomentar un “ambiente motivador” que conduzca a la democratización, respeto de derechos humanos, resolución de conflictos y prosperidad social y económica. Con la asistencia humanitaria y resolución de conflictos, podemos ayudar a crear un ambiente en que se puedan desarrollar los ideales democráticos. Al desarrollar relaciones estrechas y profesionales entre los militares, podemos exponer los militares africanos a nuestras propias ideas de disciplina, profesionalismo y, quizás, de mayor importancia, la función del militar en una democracia y el control civil de la institución militar. También es importante reconocer las limitaciones de la capacidad de Estados Unidos para influenciar los eventos en el continente. Las verdaderas soluciones a los dilemas enfrentados por la región sub-Sahara de África deberán nacer de los africanos. Pero los africanos necesitarán ayuda a medida que enfrentan los difíciles desafíos. Estados Unidos seguirá empeñado en la región, proporcionando ayuda cuándo y dónde pueda.

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Lección 5

Lectura A: “Roles y Misiones: De vuelta al Futuro” por Carl H. Builder

El debate de este año en torno a los roles y misiones probablemente sea el más realista desde la destructiva guerra que condujo a la tregua de Cayo Hueso en 1948. La Ley de Seguridad Nacional de 1947 fue la culminación de los controversiales esfuerzos realizados después de la Segunda Guerra Mundial con el fin de unificar a las Fuerzas Armadas y crear una Fuerza Aérea independiente. Cuando el Presidente Truman firmó dicha ley, también expidió la Orden Ejecutiva 9877, definiendo las funciones de las Fuerzas Armadas. Las diferencias en cuanto al idioma utilizado en la ley y la orden, sin embargo, dejaron una brecha para que la Marina y la Fuerza Aérea continuaran su disputa en torno a los roles aéreos. El Ministro de Defensa James Forrestal y la Junta de Jefes de Estado Mayor intentaron volver a redactar la orden por separado, pero sin lograr un acuerdo. En la conferencia celebrada del 11 al 14 de marzo de 1948 en Cayo Hueso “pareció llegarse a un acuerdo en lo referente a los temas fundamentales, principalmente entre la Marina y la Fuerza Aérea”1, pero las reuniones (celebradas en Washington y Newport) y los memorándums subsiguientes revelaron que aún quedaron por resolverse los asuntos de interpretación. Al final, “la decisión no fue de ninguna manera una victoria o derrota para ninguno de los servicios”, y todas las partes aceptaron la “obligación de trabajar amigablemente para resolver cualquier diferencia”.2 Se habían hecho los arreglos necesarios para establecer una tregua; y es la expectativa de suspender este cese de hostilidades de hace 46 años la que tiene a todo el mundo conteniendo el aliento.

Por supuesto, no todo está disponible. Cada servicio tiene un reclamo obvio en lo que respecta a las principales operaciones militares realizadas en ambientes específicos--tierra, mar, al otro lado de la playa, en el aire—que los otros no desean asumir, llegando a veces hasta a denigrar la importancia de las operaciones realizadas en ambientes diferentes a los suyos. Lo que es claramente preocupante para los servicios, y lo que los hace erizarse, son los roles y las funciones que concebiblemente podrían traslaparse con sus propios roles y funciones y luego expandirse, desafiando su superioridad en un dominio o ambiente tradicional.

Esos traslapos surgen típicamente cuando un servicio dedicado a realizar operaciones

militares en un ambiente determinado encuentra que debe llevar a cabo operaciones en otro ambiente a fin de garantizar su capacidad para operar eficazmente en su dominio principal o tradicional. Cien años atrás, tales circunstancias eran raras. Los únicos dos ambientes militares en los que se llevaban a cabo operaciones eran el terrestre y el marítimo—los dominios de los ejércitos y las marinas de guerra—separados marcadamente por los límites de las playas y sólo con interacciones ocasionales en las interfaces (como bombardeo en la playa, artillería de defensa costera e incursiones ocasionales en las costas). Los infantes de marina, como soldados de alta mar, aún no habían decidido si su dominio específico era el ambiente terrestre o el marítimo. Los ejércitos y las marinas de guerra podían estar seguros de que todo ataque permanecería en el ambiente terrestre o el marítimo, sin que existiera amenaza alguna de un traspaso significativo de límites por parte de sus opositores.

No obstante, la tecnología del transporte ha cambiado todo eso. Las operaciones

militares en el aire han opacado la marcada distinción que existía entre el ambiente terrestre y el marítimo. Los ejércitos y las marinas de guerra necesitaban operar en el aire a fin de

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proteger las operaciones que realizaban en tierra o en el mar. Al principio, los ejércitos y las marinas de guerra usaban el aire sólo para las operaciones de apoyo—observación, localización de la artillería y exploraciones. Sin embargo, los aviadores tenían ideas distintas en cuanto a la forma de usar el aire como un nuevo medio para la realización de operaciones militares, desafiando hasta la pertinencia de aquellas fuerzas limitadas a realizar operaciones en tierra o en el mar. Allí fue cuando comenzó el debate en torno a los roles y misiones. La creación de una fuerza aérea independiente afianzó el debate; y las operaciones militares realizadas en el espacio lo han extendido hasta otro medio.

Éstas son batallas territoriales clásicas. Ocurren en los márgenes de los territorios

dominados por los cuatro servicios. Las operaciones aéreas y espaciales se han convertido en instrumentos esenciales para las operaciones terrestres y marítimas. Por otra parte, los sistemas aéreos y espaciales rara vez se limitan a apoyar las operaciones realizadas en la superficie, aun cuando estén específicamente diseñados para hacer justamente eso; a menudo se pueden aplicar eficazmente a los objetivos militares en cualquiera de los dominios. Cuando esos sistemas y sus capacidades se convierten en la base de argumentos relacionados con el presupuesto y la estructura de la fuerza, el debate se convierte en una batalla por el prestigio institucional y la supervivencia. Esa doble extensión—de un medio a otro, y luego de la capacidad al presupuesto—fue lo que más se sacó a relucir en el primer gran debate en torno a los roles y misiones hace casi cincuenta años.

Éste no es un debate buscado por los servicios. Hay demasiadas cosas en juego. Esos son asuntos que los servicios prefirirían ver resolverse en los márgenes de sus territorios, a través de convenios o acuerdos mutuos. Desafortunadamente para ellos, el debate está siendo provocado por el público, cuyas preocupaciones son otras. Para el público, según lo ha expresado el Congreso, el asunto en cuestión no es el territorio sino las percepciones de desperdicio, observado en la duplicación: ¿Por qué necesitamos cuatro fuerzas aerotácticas distintas? ¿Por qué no sólo una? ¿Por qué necesitamos tres programas espaciales distintos, uno para cada una de las secretarías militares? ¿Por qué necesitamos dos fuerzas terrestres? Éstas son las preguntas del público que incitarán al debate.

Sin embargo, el debate abrirá una caja de pandora mucho más grande. Las preguntas

del público conducirán a formular preguntas aun más difíciles que los servicios nunca podrían sacar a colación.

¿Cuál será el rol del Ejército cuando la Nación ya no necesite defenderse de enemigos

destructores? ¿Necesitaremos aún a la Marina cuando la amenaza que enfrente nuestro comercio no sean ya otras marinas sino la piratería? ¿Para qué necesitaremos a la Fuerza Aérea operando independientemente cuando el propósito principal del poderío aéreo sea apoyar a las fuerzas de superficie? Ésas son las preguntas fundamentales latentes bajo la superficie del inminente debate. INTERPRETACIÓN DEL IDIOMA CORPORAL Por estas razones, las posturas públicas o expresadas que adoptan los servicios en el debate en torno a los roles y las misiones no necesariamente reflejan sus verdaderas inquietudes, intereses o motivaciones. Para interpretar el idioma corporal de los servicios mientras debaten, debemos tener en mente las siguientes inquietudes:

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• Las preocupaciones del servicio pueden ser sus vulnerabilidades, las cuales muy razonablemente pueden preferir no revelar. Con la posible excepción del Cuerpo de Infantería de Marina, los servicios están preocupados en lo que respecta a su justificación para el futuro—como instituciones separadas o tras la sombra de lo que fueron anteriormente.

• Los líderes de cada servicio deben representar a diversas facciones y presidir dichas facciones dentro de su propia institución; de ahí que, pueden preferir no revelar su verdadera afición por una facción o interés a expensas de otra u otro.

• Es posible que los servicios no se sientan completamente orgullosos de sus motivos cuando se tratan de hacer selecciones difíciles. Algo similar ocurre en el caso del comprador de un automóvil nuevo, quien justifica la compra refiriéndose a ella como una forma de ahorrar en lo que gastará en las reparaciones que se le hagan al automóvil viejo; las verdaderas razones no son muy convincentes, salvo en la privacidad de nuestros propios pensamientos.

A pesar de eso, existen dispositivos intelectuales que pueden ayudar a prever aquellas motivaciones de los servicios dictadas por factores culturales en el debate de los roles y misiones. Aun cuando estos dispositivos no serán de gran ayuda para comprender los misteriosos argumentos que se sacarán a relucir durante el debate, pueden ser guías sorprendentemente confiables para las posiciones adoptadas. En efecto, producen modelos más sencillos de las razones por las cuales los servicios actuarán de la manera en que lo harán, aun cuando las razones expresadas sean totalmente diferentes. A continuación incluimos algunas de las preguntas que nos debemos formular nosotros mismos mucho antes de que los servicios adopten sus posiciones para el debate.

• ¿Qué es lo que cada servicio atesora tanto que podría poner en peligro durante

el debate de los roles y misiones? • ¿Qué sistemas (y roles) podrían prohibirse o excluirse, digamos, mediante un

tratado o política nacional sin poner al servicio en peligro? • ¿Cuáles son las mejores facciones en cada servicio y cómo podría cualquier

cambio en los roles y misiones representar un peligro para ellas? • ¿Cuál sería la cría que le arrojarían los servicios a los lobos si tuvieran que

protegerse?

PREVISIÓN DE LAS POSICIONES

A continuación presento mis conjeturas en lo que respecta a las respuestas que pueden dar cada uno de los servicios. Cabe recalcar que las respuestas no reflejan la opinión de los servicios, sino las posiciones que según mi opinión se verían obligados a adoptar tomando en cuenta sus intereses más importantes.

En lo que respecta a la Marina, lo que ésta más atesora son sus naves de combate; y

durante los últimos cincuenta años éstas han sido los grandes portaaviones. La pregunta más importante para la Marina en lo que respecta a los roles y misiones es si el debate puede poner en peligro la justificación de sus portaaviones. Los aviadores navales han dominado la evolución de su servicio, pero no por el amor intrínseco de la Marina por la aviación. Ellos ascendieron a la cima de los escalones superiores de la Marina porque son quienes justifican el uso de las naves de combate de la Marina, y las naves de combate justifican cualquier otra cosa que se encuentre en el mar, bajo el mar o sobre el mar.

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Desde que las naves de combate y sus componentes se establecieron en la Marina no han sido retiradas de ella, lo cual se debe al trauma externo. La madera y la navegación cedieron su lugar al hierro y al vapor en combate antes de que ello sucediera en las mentes de los oficiales de la fuerzas navales. Los almirantes de los buques de guerra perdieron sus buques por las bombas y torpedos lanzados por los aviones acarreados en portaaviones más bien que por los argumentos de tiempos de paz y las teorías de los aviadores de las fuerzas navales. Debido a que no existe ningún desafío serio proveniente del interior de la Marina ante la importancia de las naves de combate (los grandes portaaviones),3 un desafío del exterior es la amenaza más posible que puede emerger de un cambio en los roles y misiones. La Fuerza Aérea representó justo ese desafío a fines de la década de 1940 al argumentar sobre la superioridad de la guerra aérea estratégica. En la actualidad, tal desafío tendría que centrarse en la necesidad de cifras substanciales de aviación táctica con base en el mar.

Lo que resulta incómodo para la Marina es defender la idea de varias fuerzas

aerotácticas, ya que ni puede quererlas a todas ni las quiere a todas. Ésa es precisamente la posición contraria a la de la Fuerza Aérea, que gustosamente las quisiera poseer a todas, sólo para reducir y subordinar a la parte de las fuerzas aerotácticas que tiene base en tierra, quizás para que eventualmente desaparezca del todo.

De manera que en lo que respecta a la Marina, el aspecto que se debe vigilar es si el

debate en torno a los roles y misiones representa un peligro para los portaaviones grandes. El interés de la Marina es la justificación de sus naves de combate, no su existencia. En lo referente a la Infantería de Marina, el tema en cuestión es la autoconfianza, y ello se refiere a la seguridad de sus fuerzas de apoyo aéreo. Los infantes de marina nunca olvidan una lección luego de haberla aprendido, y una de esas lecciones aprendidas fue la de no confiar en nadie más para brindar apoyo desde el aire. Ellos aprendieron su lección en Guadalcanal; y, si bien pueden confiar en la Marina para transportarlos por mar, no confían en ella en lo que se refiere al apoyo aéreo una vez estén empeñados en combate. El apoyo aéreo no significa apoyo aéreo cercano para los infantes de marina, que es el sentido con el que lo usan el Ejército y la Fuerza Aérea. Para los infantes de marina, apoyo aéreo significa: seguridad contra un ataque lanzado contra ellos desde el aire, transporte aéreo y fuegos de apoyo desde el aire. El Cuerpo de Infantería de Marina no renunciará a

La Marina, más que cualquier otro servicio y por encima de cualquier otra cosa, es una institución. Esa institución está marcada por dos impresionantes características propias: su independencia y su importancia. La Marina, como institución independiente, está al mismo nivel de importancia que el gobierno de Estados Unidos (por lo que a veces ésta sufre). ¿Qué es la Marina? Es la institución supranacional que ha heredado el trono de la Marina Británica en lo referente a la supremacía naval. ¿Cuál es su propósito? Su propósito es preservar y utilizar el poderío marítimo como el tipo de poderío militar más importante y flexible para Estados Unidos como nación marítima. Los medios para satisfacer esos fines son la institución y sus tradiciones, y ambas favorecen la permanencia contando con el personal que las apoya.

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ninguna de esas funciones críticas para depender de otro servicio en lo que respecta a las mismas, aun cuando a los infantes se les asegure que todas las operaciones a realizarse serán conjuntas. El Ejército puede no estar específicamente interesado en usar el aire para librar la guerra terrestre; sin embargo, los infantes de marina saben que ellos deben usar el aire para la guerra anfibia y en litorales. Por lo tanto, en lo que respecta a los infantes de marina, el aspecto que se debe vigilar es si el debate interfiere con la retención de todo lo que ellos necesitan para operar independientemente al ser empeñados en combate. Los infantes esperan ganar el debate. Su interés es la independencia en combate, no su existencia. En lo que respecta al Ejército, los puntos sobresalientes en el debate guardarán relación con la garantía de la movilidad y la protección de sus fuerzas terrestres contra cualquier amenaza, a través de otros medios. Al Ejército no le preocupa tanto el uso del mar, el aire o el espacio para librar la guerra terrestre como llegar hasta donde se libra la guerra y ser víctima de un ataque procedente de medios que no sean el terrestre. En lo referente a la movilidad global, el Ejército sigue dependiendo de la Fuerza Aérea y la Marina para proporcionar o garantizar la seguridad de su transporte; asumir por sí solo dichas funciones le concedería libertad operacional pero le representaría una carga económica muy onerosa. El uso de la defensa antiaérea y antiespacial para contrarrestar un ataque realizado contra las fuerzas terrestres es el aspecto más importante para el Ejército en los dominios del aire y el espacio. Si por alguna razón llegara a prohibirse el uso de aeroplanos y misiles balísticos, el Ejército sólo podría sentir alivio, aun cuando esa prohibición requiriera que renunciara a su propia aviación (que mayormente está conformada por helicópteros). A una parte del Ejército le gustaría encargarse de las funciones de defensa antiaérea y antiespacial, pero esto no está entre sus intereses principales y no reunirá el liderazgo establecido en las tres armas o ramas de combate de mayor jerarquía. La mayor preocupación del Ejército no es tanto la división de los roles, como sucede entre los servicios, sino más bien el rol del Ejército en la época de la guerra post-global. Después de haber sido el defensor de vanguardia de los bastiones occidentales durante cuarenta y cinco años, el Ejército se encuentra atrapado entre su afición por el reciente pasado y su larga tradición de servicio a la Nación. La Fuerza Aérea y la Marina no tienen nada que el Ejército desee tener, pero los Infantes de Marina sí lo tienen. El Cuerpo de Infantería de Marina, en virtud de su historial de combate y de su relación especial con la Marina, ha logrado conquistar credibilidad sobre el Ejército por la rápida y austera inserción de fuerzas terrestres ante la oposición. Durante los cincuenta años pasados, el Ejército pudo rechazar considerablemente esa capacidad de la Infantería de Marina, ya que las grandes guerras requerirían de fuerzas terrestres más pesadas y capaces de sostenerse, las cuales sólo el Ejército podía emplear en este tipo de guerras. Sin embargo, la posibilidad actual de que ocurran guerras de gran envergadura y prolongadas se está alejando, y al Ejército le preocupa que el Cuerpo de Infantería de Marina cuente con las fuerzas terrestres de mayor demanda y, por ende, tenga mayor apoyo. En 1948, el Ejército tenía la preocupación de que los Infantes de Marina pudiesen “contemplar la creación de un segundo ejército terrestre”.4 En la actualidad, al Ejército le preocupa que el Cuerpo de Infantería de Marina pueda ser el único ejército terrestre que la Nación desee mantener preparado para la proyección de fuerzas en ultramar en tiempos de paz austeros.

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En lo que respecta a la Fuerza Aérea, el asunto en cuestión es la posesión de las mejores aeronaves y del mayor número de ellas. Este servicio prefiría poseer todas las aeronaves, especialmente todas las más rápidas y de mayor rendimiento. Tener a las aeronaves en bases terrestres o marítimas no es el problema de la Fuerza Aérea, aunque prefiría ver a todas sus aeronaves en bases terrestres, principalmente debido a que ésa es la forma que permite darles mayor rendimiento. Todos los aviones que la Fuerza Aérea está dispuesta a ceder son aviones pequeños de baja velocidad y vuelo a baja altura. La Fuerza Aérea no lucharía tenazmente por mantener la función de apoyo aéreo cercano ni los A-10 si el Ejército los quisiera. En el siguiente lugar estarían los transportes tácticos o del teatro, es decir, “los acarreadores de basura”. Para la Fuerza Aérea, las claves culturales deben encontrarse en lo que más atesora y en la cría que le arrojaría primero a los lobos, de ser obligada. Sin embargo, la Fuerza Aérea entrará al debate seguida de un fantasma más grande. Por ser el servicio más nuevo y por haber combatido larga y vigorosamente por la independencia, la Fuerza Aérea pese a haber desafiado durante 45 años a los demás servicios en cuanto a la superioridad en poder y presupuesto, sigue estando relativamente insegura acerca de su independencia. La mayor parte de los temas en el debate en torno a los roles y misiones tienen sus raíces en la existencia de una Fuerza Aérea independiente, o han sido agravados por ella. La Fuerza Aérea no puede hacer más que preocuparse de que alguien pueda resolver en forma rápida y audaz los puntos en cuestión en lo que respecta a su disolución en el debate en torno a los roles y misiones. De modo que la Fuerza Aérea abrigará la esperanza de que el debate se ciña a los roles y misiones y no se convierta en un desafío para la existencia de los cuatro servicios militares ni de las tres secretarías militares. Si el debate se extiende a esas cuatro preguntas más amplias, la Fuerza Aérea se sentirá expuesta.

El Ejército, en definitiva, se considera a sí mismo el artífice esencial de la guerra,

dividido aún en las armas tradicionales de combate—la infantería, la artillería y la caballería (blindada)—pero construido por la historia y por la naturaleza de la guerra en forma de una hermandad de gremios que se apoyan mutuamente. Tanto el término hermandad como el término gremios son importantes aquí. Las armas o ramas de combate del Ejército son gremios—asociaciones de artesanos que se sienten sumamente orgullosos de sus destrezas, en vez de sentirse así por sus posesiones o posiciones. Los gremios están unidos en hermandad, ya que, como hermanos, tienen un nexo familiar común (el Ejército) y la aceptación de la dependencia existente entre sí en combate.

¿Qué es el Ejército? Antetodo, es un sirviente militar obediente y leal de la Nación. Se enorgullece de ser el responsible de las destrezas bélicas esenciales que se deben inculcar en los ciudadanos cuando sean llamados a combatir.

¿Cuál es su propósito? Su propósito es mantenerse preparado para satisfacer las distintas exigencias que el pueblo norteamericano le ha impuesto históricamente, pero, en especial, para convertir a los ciudadanos de Estados Unidos en una fuerza expedicionaria a fin de derrotar a nuestros adversarios en ultramar. Y, en este último rol, el Ejército acepta (con una preocupación comprensible) su dependencia total de los servicios hermanos en lo que respecta al transporte aéreo y marítimo y a la potencia de fuego.

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¿Qué sucede en lo que respecta al espacio? Será un punto debatible debido a la percepción externa en cuanto a la duplicación, no por que todos los servicios quieran contar con todos los recursos. El programa espacial militar es un programa muy costoso; y los servicios han aprendido que la parte del presupuesto que les corresponde ya no se seguirá beneficiando responsabilizándose por programas nacionales. Sin embargo, ningún servicio puede darse el lujo de abandonar completamente este importante dominio para que otro servicio se encargue de sus necesidades. De manera que su postura hacia el espacio militar será ambivalente. No quieren ser eliminados del programa, pero ninguno de ellos quiere que se les responsabilice por el programa en perjuicio de sus presupuestos. Éste es un programa que más bien les gustaría ver convertirse en un programa del Ministerio de Defensa o en un programa conjunto. Si los servicios se inclinan hacia esta postura a fin de proteger sus intereses más vitales, aunque implícitos, ¿qué resultados debemos esperar del debate de este año en torno a los roles y misiones? El actual debate, al igual que el que tuvo lugar hace más de cuarenta años, ha sido instigado por el público; y las preocupaciones en cuanto a la duplicación (implicando desperdicio) correrán en dirección ortogonal a las preocupaciones del servicio en lo que respecta a su territorio (superioridad en sus medios). Ambas preocupaciones se encontrarán una vez más, con mayor claridad a disposición de la aviación táctica. Allí, los intereses serán mayores tanto para el público como para los servicios, pero no de igual importancia para los protagonistas. Para una de las partes, los intereses son el dinero; para la otra, lo son las visiones que tienen los servicios de lo que son y de sus finalidades. Dadas las diferencias existentes entre dichos intereses, existe la probabilidad de que las funciones de la aviación táctica sufran cambios solamente en los márgenes. Los recursos de apoyo aéreo cercano del Ejército tal vez sean un chivo expiatorio. La búsqueda respecto a áreas en las que se puedan hacer ahorros o dar la apariencia de que se hacen cambios más significativos se tendrá que realizar en otra parte. Y, “en otra parte” lo más probable es que sea el área de los roles y misiones que guardan mayor relación con la Guerra Fría—en las fuerzas nucleares y en el espacio militar. Estos son los que más a fondo afectan a los servicios (si alguna vez esto sucedió), y serían los que con mayor facilidad los servicios aceptarían que se transfirieran a otro dueño. Si los cambios que surjan del debate pueden limitarse a los roles nuclear y espacial, los servicios podrán sentirse más aliviados—hasta la próxima vez. Exceder este nivel de cambios no es imposible, sólo improbable.

La Fuerza Aérea, concebida por los teóricos de la potencia aérea como un

instrumento de guerra independiente y decisivo, se considera a sí misma la encarnación de una idea, un concepto de guerra, una estrategia posibilitada y sostenida por la tecnología moderna. El nexo no lo es una institución sino el amor por las máquinas aéreas y por el vuelo.

¿Qué es la Fuerza Aérea? Es el guardián y gobernante de los instrumentos decisivos de la guerra—las maravillas tecnológicas aéreas que han sido adaptadas a la guerra ¿Cuál es su propósito? Su propósito es garantizar la independencia de quienes pilotean y lanzan estas máquinas para tenerlas y utilizarlas para lo que son—el medio fundamental para la libertad de vuelo y la destrucción de la guerra.

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NOTAS

1. Alice C. Cole y Compañía, El Ministerio de Defensa: Documentos sobre el Establecimiento y la Organización, 1944-1978 (Washington: Oficina del Ministro de Defensa, Oficina de Datos Históricos, 1979), p. 275 2. Ibídem, p. 291. 3. Durante la Guerra Fría, los tripulantes de los submarinos comenzaron a crear un reto plausible ante la supremacía de los aviadores de los portaaviones en la Marina, pero el fin de la era minó drásticamente sus posibilidades. 4. Cole, La Ofensiva del Ministerio, p. 282.

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Fundamentos de la Guerra Operacional C/M/S 500

Lección 5

Lectura B: “Tambaleo hacia la transformación: el pronóstico de los servicios”

por Stephen P. Aubin

EN RESUMEN

Por casi una década los servicios militares han respondido al ambiente de seguridad posterior a la Guerra Fría con organizaciones reorganizadas, cambios a los conceptos operacionales y nuevas visiones de cómo pueden incorporarse a las futuras operaciones conjuntas. Lo que no ha sido bien definido es cómo sus funciones en relación con los demás servicios también se han desarrollado. También de importancia es que no ha habido un reconocimiento claro de que la “transformación” militar en curso requerirá más recursos antes de dar beneficio en términos de eficiencia operacional o seguridad nacional para el futuro de Estados Unidos. Si la década de 1980 se puede caracterizar como la década de reconstrucción del servicio militar, la década de los 90 se podría llamar la década de visiones rivales y reducidos recursos. Durante este período, los servicios militares han tratado de estructurarse para enfrentar un ambiente de seguridad diferente a la postre de la Guerra Fría. Se reorganizaron, definieron nuevos conceptos de operación, se aprovecharon de una gran cantidad de nuevas tecnologías y desarrollaron sus propias “visiones” del futuro. A la vez, los servicios recibieron menos recursos y más misiones. En sólo siete años los servicios militares pasaron por el plan de la Fuerza Base de 1990 durante el gobierno de Bush, la Revisión de Abajo-Arriba en 1993 y la Revisión de Defensa Cuadrienial en 1997 del gobierno de Clinton. Estos ejercicios tuvieron tres resultados: reducir la estructura de la fuerza militar, reducir los programas de armas y reducir el número de efectivos. Sin embargo, el Ejército, la Marina y el Cuerpo de Infantería de Marina vieron un aumento de 300% en el ritmo de sus operaciones y la Fuerza Aérea un aumento de 400%. Después del período de reducciones y estructuración, la idea de una “transformación” comenzó a aparecer en documentos conjuntos y en el informe independiente en 1997 del Panel de Defensa Nacional (NDP) titulado Transformación de la Defensa: Seguridad Nacional en el Siglo 21. El tema común de estas publicaciones es que la superioridad de información y las nuevas tecnologías están impulsando una revolución en la forma en que los servicios militares efectúan las operaciones conjuntas. En el futuro, las fuerzas terrestres, marítimas y aéreas operarán en unidades más pequeñas y más dispersas, que podrán concentrar la potencia de fuego con mayor precisión a través de distancias más grandes. Habrá menos dependencia en las fuerzas concentradas. También será imprescindible para la seguridad nacional que Estados Unidos domine el espacio.

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Transformación de la relación entre los servicios Pese a las mejoras informativas y tecnológicas que están ayudando a revolucionar la guerra, cada servicio ha cambiado poco la forma en que opera en relación con los demás servicios. En cuanto a los esfuerzos experimentales de los servicios, la Junta de Ciencia de Defensa, que ha sido designada la tarea de informar el Congreso sobre el estado de la “transformación bélica” del Departamento de Defensa, observó que “la mayoría de esta actividad está orientada al corto plazo y se basa en la organización y doctrina existentes. La Fuerza de Tarea observó que no se aplicaba mucho esfuerzo hacia nuevas formas de combatir como resultado de cambios en doctrina, organización, entrenamiento, materiales, liderazgo y personal”. Si bien los otros servicios han tratado de enfocar el combate del futuro, el Ejército ha enfocado la idea de cerrar con el enemigo—ya sea con fuerzas pesadas o ligeras—aun cuando el enemigo puede ser destruido desde el aire o el mar antes de que el Ejército pudiera llegar a la escena. La Marina se define en gran medida por la cantidad de portaaviones que posee. La Fuerza Aérea no puede extender su visión para incluir los aviones y naves que estén en órbita sobre la tierra. Esto no quiere decir que los servicios no han progresado en cuanto a las operaciones conjuntas y de coalición. Han tomado grandes pasos desde la operación de Granada en 1983, cuando los diferentes servicios cumplieron con sus tareas pese a su incapacidad de operar conjuntamente. En 1986, el pasaje de la Ley Goldwater-Nichols traspasó la autoridad operacional de las fuerzas de los jefes de los servicios y los comandantes en jefe de los comandos unificados y específicos. En términos de mando y ejecución, los efectos positivos de este cambio se pueden percibir en todas las operaciones desde la invasión de Panamá y la Guerra del Golfo hasta las operaciones en Bosnia y Kosovo. Por otra parte, los servicios han reaccionado lentamente a las implicaciones de la combinación de las mejoras tecnológicas y las lecciones aprendidas de las experiencias operacionales del mundo real en las contingencias y operaciones mencionadas anteriormente. Los soviéticos hablaban de la “correlación de fuerzas” en relación con las posiciones del campamento comunista versus las potencias occidentales. Tras el tiempo, la correlación de fuerzas cambio en favor del Occidente. De igual forma, la correlación de fuerzas entre los diferentes servicios han cambiado del frecuente enfrentamiento de fuerzas terrestres durante la Guerra Fría a la superioridad de las fuerzas aeroespaciales, con las fuerzas navales en algún punto medio. Sin embargo, esto no se expresa en la doctrina conjunta ni en la designación de recursos. El Ejército: perdiendo su puesto El Ejército ha sido lento en reconocer su evolución de una capacidad dominante de fuerza contra fuerza a un servicio que se usará con más frecuencia en operaciones de mantenimiento de paz y fortalecimiento nacional que para el combate en el frente. Su posición entre los servicios comenzó a debilitarse aún antes de la campaña terrestre de 100 horas contra los iraquíes en la Guerra del Golfo. En el futuro las operaciones terrestres sostenidas y la ocupación territorial serán excepciones en lugar de la norma. El Ejército del futuro podría verse en una función de ocupar terreno después que las fuerzas navales y aéreas efectuaran las operaciones de combate.

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Este fue el caso en Bosnia y Kosovo. Desde la Operación Causa Justa durante la invasión de Panamá en 1989, el Ejército no ha tenido el rol principal entre las fuerzas conjuntas de Estados Unidos en una operación de combate. Tanto el Ejército como la Infantería de Marina tendrán funciones principales en operaciones de fortalecimiento nacional, guerra urbana y contrainsurrección, pero operaciones similares a las de Somalia y Haití no serán operaciones que los líderes políticos del futuro querrán efectuar. Después de la decisión tomada por los líderes de Estados Unidos y la OTAN de no introducir fuerzas terrestres a la Operación Fuerza Aliada en Kosovo, sólo el Ejército ha tenido que enfrentar los titulares como “El Ejército Lucha Contra La Inconexión/Falta De Pertinencia” y “No Es El Ejército De Nuestros Padres”. Hasta el Subsecretario de Defensa John Hamre expresó palabras agudas contra el Ejército: “Si el Ejército se mantiene atada a reliquias nostálgicas del pasado, se consumirá y morirá”. Sin embargo, las “versiones nostálgicas de su gran pasado” han prevalecidos en la visión futura del Ejército por varios años. En 1996, el ex-Jefe de Estado Mayor del Ejército, General Dennis J. Reimer, dió inicio al proyecto titulado “el Ejército Después del Próximo” para “ayudar al liderazgo del Ejército a idear una visión de los futuros requerimientos del Ejército”. El Ejército Después del Próximo (AAN) tenía como finalidad pronosticar el curso del Ejército hasta el año 2025, mientras que el esfuerzo de la Fuerza XXI serviría como la transición, creando una fuerza “basada en conocimientos” para el año 2010. De acuerdo con el primer informe anual del AAN, “el AAN sólo busca proporcionar al Ejército del año 2020 con la velocidad y agilidad para complementar la agilidad mental legada por la Fuerza XXI”. El ímpetu principal de estos esfuerzos es la idea de usar información y movilidad para mover las fuerzas terrestres rápidamente para cerrar con el enemigo como parte de los elementos de vanguardia del combate conjunto. La formulación más reciente de este concepto se puede ver en las escrituras del Ejército sobre “prevención estratégica” y “maniobra estratégica”. La parte de prevención abarca fuerzas terrestres que maniobran rápidamente a sus posiciones para negarle al enemigo la capacidad de obtener una ventaja operacional. La maniobra estratégica significa que deben aprovechar la ventaja para tomar la iniciativa y crear una concentración superior de potencia mediante la combinación de capacidades aéreas, terrestres, marítimas y espaciales. Si bien expuesto en términos conjuntos, la finalidad de todo esto es que el Ejército quiere participar en la acción temprana. Sin embargo, ¿por qué razón quisieran los políticos emplear fuerzas terrestres, ya sean estadounidenses o aliadas, contra las fuerzas terrestres del enemigo cuando las unidades enemigas se pueden destruir desde lejos usando una combinación de sensores basados en el espacio y en los recursos aéreos, municiones precisas de largo alcance lanzadas de aeronaves y misiles lanzados desde el mar? Otra suposición cuestionable que ha surgido en los documentos del AAN es que para el año 2025, el Ejército debe poder pasar “de su orientación espacial de una fuerza terrestre de dos dimensiones a una tercera dimensión o dimensión vertical”. Específicamente, la función de maniobra operacional para un asalto profundo “ocuparía la tercera dimensión desde arriba de la superficie por medio de la esfera exterior al espacio”.

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Si hay un punto ciego en la visión del Ejército Después del Próximo, es la idea que las fuerzas terrestres dominarán.

Si esto suena como algo que la Fuerza Aérea debe hacer, así es. Si bien el Ejército debe operar sistemas de asalto profundo, como el Sistema de Misiles Tácticos del Ejército (ATACMS) o el Sistema de Lanzacohetes Múltiples (MLRS), más allá del límite de 20,000 pies impuesto contra el Ejército durante la Guerra del Golfo, ha sido parte de un debate repetido sobre las funciones y las misiones de los servicios. Este debate ha continuado y ha cobrado intensidad desde que el General Eric K. Shinseki asumió la posición de Jefe de Estado Mayor del Ejército en junio del año pasado. Cuando Shinseki llegó a su posición, una cosa debió de haber sido claro: el Ejército no estaba estructurado para mover sus fuerzas pesadas con la celeridad requerida para combatir al lado de los otros servicios. De manera que en octubre, pocos meses después de asumir la posición, Shinseki anunció una nueva visión del Ejército que ha acabado con muchas de las suposiciones tradicionales del Ejército, desde la dependencia del Ejército en blindaje hasta su necesidad de obtener sistemas orgánicos de asalto profundo. Si bien Shinseki ha borrado el título “Ejército Después del Próximo” para enfocar una transformación de corto plazo, no ha abandonado el punto central de la acción, o sea, una función dominante para el Ejército en las futuras operaciones conjuntas. En su discurso sobre su visión, pidió una “fuerza que abarcara toda la gama, una fuerza estratégicamente respondedora y dominante en cualquier punto de la gama de operaciones”. Sin embargo, para llegar a este nivel, Sinseki ha desfiado el cimiento de un Ejército dependiente de divisiones pesadas. Ha pedido más unidades letales y ligeras que pueden llegar al combate rápidamente. Según Shinseki, estas unidades deben estar equipadas con vehículos de rueda que pesan de 50% a 70% menos que los tanques del día. En términos de movilidad, tiene una visión de poder colocar una brigada de combate en cualquier parte del mundo dentro de 96 horas, seguida por una división en 120 horas. En general, espera poder colocar cinco divisiones en combate en 30 días. Y se está moviendo rápidamente para cambiar las estrategias de adquisición y para comprar equipo comercial para crear una capacidad interina. Lo que no es sorprendente es que Shinseki está enfrentando resistencia entre los que abogan la necesidad de blindaje en el servicio. Han habido agravios en la comunidad de aviación también, ya que no se menciona el rol de las unidades de ataque de aviación en la última visión para el Ejército. En otra acción sorprendente, los oficiales del Ejército recientemente revelaron que la nueva fuerza de brigadas ligeras que forman parte de su visión tendrán que depender de fuerzas conjuntas para su apoyo de fuego. El apoyo de fuego de las nuevas brigadas procederá de la Fuerza Aérea, la Marina y hasta de los recursos de coalición. Algunos han considerado esta acción como el abandono por el Ejército de su rol en el asalto profundo. Un general jubilado lo llamó “violación del paradigma”, refiriéndose a la creencia tradicional que el Ejército debe disponer de una capacidad orgánica de asalto profundo. Sin embargo, también se puede decir que todos los servicios deben depender más uno del otro en cuanto a las estructuras y funciones de sus fuerzas. Aunque Shinseki no parece retroceder de la idea que el Ejército entrará al combate primero, reconoce la realidad que el

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Ejército no será dueño de todas las piezas de la orquesta—y quizás no pueda ser en conductor con mucha frecuencia, a diferencia del pasado cuando no se podía imaginar que no fuera conductor de sus propias operaciones. Sobre todo, la transformación propuesta por Shinseki es un intento de mantener el Ejército “relevante”, proporcionando los medios, en términos de equipo y estructura de fuerza, para que el Ejército pueda participar desde un inicio. Pero hay que ver cuán “letales” serán los nuevos vehículos blindados de rueda. Además, para poder satisfacer los planes de despliegue del Ejército, el Departamento de Defensa tendría que hacer grandes inversiones para comprar suficiente movilidad para mover las unidades más pequeñas, pero aún de peso mediano a pesado, a través de un teatro de operaciones. Si hay un punto ciego en la reciente visión del AAN, es la idea que las fuerzas terrestres dominarán. Los planificadores del Ejército notaron después del primer año en el proyecto de AAN, “Por años después de la Primera Guerra Mundial el tanque fue considerado como un arma de apoyo de la infantería, aunque la retrospección ha probado su valor como instrumento principal de maniobra”. Se podría hacer un punto similar hoy, que las fuerzas aéreas y marítimas se perciben desde la perspectiva del Ejército como armas de apoyo de la infantería y de las unidades blindadas. El problema con esto es que las batallas del futuro habrán terminado para cuando el Ejército llegue a la escena. Los servicios marítimos: ¿desde buques pequeños a la playa? Por su parte, la Marina ha navegado una pequeña transformación después de la Guerra del Golfo, pero no está segura de su rumbo para el próximo cambio. Al postre de la Operación Desert Storm, la Marina cambió su enfoque anterior de combatir en alta mar contra marinas enemigas a proyectar poder desde el mar hacia los litorales del mundo. La Marina indicó este cambio en su documento original en 1992, …Desde el Mar. También publicó Adelante…Desde el Mar en 1994 que fue una extensión de conceptos expuestos en …Desde el Mar, y actualizó el documento Adelante….Desde el Mar en 1997. Con el paso de combate en alta mar a operaciones conjuntas efectuadas desde el mar, la Marina e Infantería de Marina, con su propio concepto Maniobra Operacional desde el Mar, han establecido funciones que en algunas formas son iguales a lo que está sucediendo entre el Ejército y la Fuera Aérea. La Infantería de Marina visualiza una maniobra desde el mar directamente a un objetivo en la playa. Llamada una maniobra de buque-a-objetivo, este concepto sugiere una función de entrada forzosa para la Infantería de Marina y una función de apoyo para la Marina. Pero ¿qué pasará si los fuegos navales solos o en combinación con los fuegos de la Fuerza Aérea pueden detener o destruir un enemigo antes de que la Infantería de Marina pueda llegar a la escena? Como el Ejército, con su dependencia anterior en sus propia artillería, misiles de asalto profundo y unidades de aviación, la Infantería de Marina puede tener que dejar de ser autosuficiente en el futuro. Es más, los futuros Combatientes de Asalto Conjunto de la Infantería de Marina pueden estar apoyando la operación conjunta en lugar de una batalla específica de la Infantería de Marina. Y, en las operaciones de buque-a-playa, la Infantería de Marina puede usarse como fuerzas de seguimiento para ocupar y estabilizar el espacio de batalla. Sin embargo, tendrán una función más central en operaciones como la evacuación de no combatientes, protección de

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la entrega de abastecimientos de socorro, ayuda para víctimas de desastres y en ambientes de combate urbano. Las operaciones navales en alta mar también se tendrán que efectuar a base de nuevos conceptos que aún no han sido bien definidos. La función dominante de los grupos de batalla de portaaviones tendrán que ceder ante un concepto de distribución de maniobra naval. A medida que la próxima generación de misiles cruceros, destructores, “arsenales submarinos” y buques especiales diseñados para la guerra litoral de la Marina entran a la fuerza, el concepto de la Marina de guerra de red central podría convertirse en una realidad—pero no si depende de los grupos de portaaviones que son el enfoque corriente de la Marina.

Cuando la Marina recalca la guerra de red central y proyección de potencia en los litorales del mundo, la lógica de una flota dispersa de varias capacidades, incluyendo misiles de largo alcance, tiene una lógica militar y presupuestaria propia.

La razón por la cual la Marina se debe dispersar en gran medida tiene que ver con las aumentadas capacidades de inteligencia y vigilancia de los posibles enemigos. A medida que éstos aumentan, también aumenta la vulnerabilidad de los portaaviones y buques de escolta de la Marina. La pregunta entonces es si realmente se justifica maniobrar un grupo de portaaviones de batalla para facilitar un ataque terrestre mediante aeronaves de ataque con limitado alcance en vista de las mejoras en misiles cruceros y las ventajas inherentes en el sigilo de la fuerza submarina de la Marina. Varios conceptos expuestos en los últimos años retan la posición central de los portaaviones. El primero fue el del “buque arsenal”, que vislumbraba la creación de una plataforma de sigilo cargada con misiles y cañones para atacar blancos a lo largo del litoral. Incluiría misiles Tomohawk y Standard, además de espacio para los sistemas de cañones de alcance extendido del futuro. Los buques arsenales hubieran proporcionado ataques a larga distancia, apoyo de fuego para las fuerzas terrestres y defensa contra los misiles balísticos del teatro de operaciones. Si bien el programa de buques arsenales se canceló, otros conceptos han surgido con similares ideas. Uno abarca la conversión de los cuatro submarinos más antiguos de la línea Trident, destinados en la actualidad para ser desactivados como parte del tratado de reducción de armas START I, a lanzadores de misiles cruceros o “submarinos arsenales”. Cada submarino estaría equipado con 154 misiles cruceros Tomahawk y tendría espacio para 66 comandos SEAL para las misiones clandestinas. Otro concepto en debate en la Marina se llama “Streetfighter”. Fue desarrollado en el Colegio de Guerra de la Marina y vislumbra una fuerza de numerosos buques pequeños, sumamente blindados, que podrían concentrarse rápidamente en los “pantanos” a lo largo del litoral cuando fuera requerido. Podrían sobrevivir por estar dispersados, por ser rápidos y por su sigilo. De acuerdo con este concepto, los buques con mayor potencia de combate podrían proporcionar cobertura desde grandes distancias. El Vicealmirante A.K. Cebrowski, elaborador de este concepto, recalca que “si la potencia de combate de una fuerza sale de proporción con su supervivencia . . . se torna tácticamente inestable”. Él no cree que “un porcentaje sumamente desigual de la potencia de

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combate de la fuerza” se debe concentrar en una sola plataforma “debido al alto costo de tiempo y recursos cuando sólo una plataforma fuera perdida en la batalla”. Estos conceptos innovadores no han sido bien recibidos por todos en la flota. El Vicealmirante Daniel J. Murphy, Comandante de la 6a. Flota, por ejemplo, ha llamado “Streetfighter” una “idea alocada” y una “calcomania”. Murphy aparentemente considera “Streetfighter” como una amenaza al programa de destructores DD-21 de la Marina. Pero Cebrowski ha hablado en términos positivos de los DD-21. Se está diseñando el DD-21 como un destructor de ataque terrestre que podría operar en las aguas complicadas del litoral con un sistema avanzado de cañones que podrían proporcionar un alto volumen de fuegos navales precisos y lanzar misiles cruceros sofisticados. Esto, realmente, complementaría la flota de buques pequeños y especializados de “Streetfighter” propuesto por Cebrowski. Para otros como el ex-Secretario de la Marina, John Lehman, hasta el DD-21 es deficiente. Él quiere restablecer los buques de guerra de tipo Iowa para aprovechar los cañones de 16 pulgadas para proporcionar apoyo de interdicción, supresión de defensa aérea y apoyo general. Dice que “un sólo buque de guerra de tipo Iowa (organizado como antes) puede proporcionar el mismo apoyo de fuego en un solo día equivalente al apoyo de fuego que 10 portaaviones, cada uno enviando dos vuelos de tres escuadrones de ataque de F/A-18C/D, pueden proporcionar. Esto, por supuesto, es contrario a lo que los estudios sugieren, o sea, buques más pequeños y sigilosos, sumamente dispersos y trabajando en conjunto con una red de buques podrán librar una guerra naval con mayor índice de supervivencia. Si la supervivencia es un punto clave para la Marina del futuro, su fuerza submarina proporcionará ventajas naturales. No es difícil entender por qué los Jefes del Estado Mayor Conjunto recientemente estuvieron de acuerdo con la Marina para aumentar el número de submarinos de ataque, que hace una década estaban programados bajar de 96 a 56. Si bien la Marina quisiera aumentar la flota a 68, probablemente tendrá que satisfacerse con 62. Contando con una combinación de submarinos de ataque con la capacidad de lanzar misiles cruceros, submarinos arsenales y una flota de superficie diseñada para librar guerra a lo largo del litoral y para la defensa de misiles en el teatro de operaciones, la Marina podría tener varias funciones importantes en la guerra conjunta del futuro. Seguiría siendo una fuerza de proyección de presencia y potencia, pero estaría estructurada principalmente para los asaltos y defensa de misiles. Por otra parte, los portaaviones y aeronaves de corto alcance no sigilosos perderían sus posiciones centrales. De no ser éste el caso, la Marina tendría un futuro como una fuerza de ataque de corto alcance, dadas las limitaciones del F/A-18E/F. En un período en que la Marina recalca la proyección de potencia y guerra de red central en los litorales del mundo, la lógica de disponer de una esparcida flota de diversas capacidades, incluyendo misiles de largo alcance, tiene una lógica presupuestaria singular. En cuanto a la interdependencia, la Marina probablemente dependerá más de la Fuerza Aérea para la superioridad aérea y percepción de la situación global.

Si la Fuerza Aérea ha tenido buen éxito al transformar su organización, tiene mucho por hacer para transformarse en una fuerza “aeroespacial”..

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La Fuerza Aérea: Potencial no realizado En la década de los 1990, la Fuerza Aérea ha transferido su enfoque de la disuasión nuclear e interdicción a la proyección de potencia convencional. La “campaña aérea” fue un aspecto dominante de la Guerra del Golfo y fue lo único que se usó en Kosovo. Además de cambios de doctrina suscitados por el documento Alcance Global, Potencia Global del servicio en 1990, la Fuerza Aérea ha sido el servicio que más ha avanzado en cuanto a los cambios en su organización. En 1992, el Comando Estratégico Aéreo (SAC) dejó de existir y el Comando de Combate Aéreo fue establecido para incorporar partes del SAC y de todo el Comando Táctico Aéreo. También se efectuaron consolidaciones dentro de las comunidades logísticas y de sistemas. En 1998, la Fuerza Aérea elaboró otro concepto relacionado con su organización, la “Fuerza Aeroespacial Expedicionaria” (EAF). En gran medida un esfuerzo de administrar la fuerza mejor y responder mejor a las contingencias casi continuas de la última década, se implementó en octubre de 1999. La EAF se divide en 10 Fuerzas Expedicionarias Aeroespaciales (AEF), cada una de las cuales usa unidades y capacidades de toda la gama de servicio activo, Guardia y Reserva de la Fuerza Aérea. Una AEF contiene aproximadamente 150 aeronaves de diferentes tipos representando una gama de capacidades de superioridad aérea y supresión de las defensa aéreas del enemigo a ataques precisos y transporte. Dos AEF proporcionarán fuerzas para reacciones a contingencias durante un período de 90 días. En caso de una crisis, un de dos Alas Expedicionarias Aeroespaciales de reacción inmediata se agregará a las fuerzas de AEF desplazadas. Según el Jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea, General Michael E. Ryan, “el programa de AEF ofrece a nuestra nación y comandantes en jefe combatientes (CINC) 20% de la Fuerza Aérea desplegable, diestra y lista para combatir inmediatamente, mientras que el 80% restante permanece lista en caso de conflagraciones en los teatro de operaciones principales. Esta metodología innovadora a la organización ha proporcionado una capacidad de pronosticar, tanto al personal de la Fuerza Aérea como los comandantes en jefe que apoyan. En caso de una contingencia grande, el programa rotativo cede ante un despliegue en masa. Si bien la estructura de la AEF no existía durante la Operación “Allied Force”, la Fuerza Aérea combatió al nivel de una guerra en un teatro de operaciones principal mientras siguió apoyando las contingencias en lugares como Irak. Al empeñar entre 40% y 50% de la Fuerza Aérea sólo en la Operación “Allied Force”, la Fuerza Aérea hubiera enfrentado muchas dificultades para combatir en una segunda guerra en un teatro principal. En su estado actual, no hay una estructura de fuerza restante en la Fuerza Aérea. Después de “Allied Force”, la Fuerza Aérea precisó de seis meses para reconstituirse. Si la Fuerza Aérea ha tenido éxito en transformar su organización, aún tiene que hacer mucho para transformarse en una fuerza “aeroespacial”. En este aspecto el servicio ha estado limitado tanto por el concepto como por los recursos. Moviéndose más allá de la idea de “una fuerza aérea y espacial en un rumbo evolucionario hacia una fuerza espacial y aérea”, expuesta en su visión de Combate Global de 1996, la Fuerza Aérea recientemente ha estado siguiendo una visión en que figura la idea de “integración aeroespacial”, pero la publicación del documento de la nueva visión se ha atrasado repetidamente a medida que los jefes superiores de la Fuerza Aérea tratan de definir la relación de la fuerza con el aire y el espacio.

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El General Ryan ha reconocido las dimensiones económicas y militares crecientes del espacio. El otoño pasado, al notar la aumentada dependencia de Estados Unidos en sistemas basados en el espacio, dijo “debemos estar preparados para proteger los recursos vitales en el espacio” y “también debemos poder negar el uso de las capacidades espaciales a posibles enemigos”. Al final, Ryan dijo que Estados Unidos debe poder proyectar potencia desde el espacio. Sin embargo, los limitados recursos y la inclinación institucional de un liderazgo desarrollado en la cabina del piloto han entorpecido la aceptación de una misión espacial como un aspecto central del futuro de la seguridad nacional de Estados Unidos. Cuando la Fuerza Aérea pueda respaldar programas como el Laser Basado en el Espacio y el radar Discoverer II, también basado en el espacio, así como el sistema de sensores infrarrojos basados en el espacio, con un fervor igual que para el F-22, ese día logrará la integración aeroespacial. El espacio está destinado a convertirse en el terreno alto de las operaciones militares. Ya es un centro económico de gravedad para Estados Unidos. Paradójicamente, ofrece la promesa de una capacidad dominante militar y la amenaza de ser la vulnerabilidad militar más grande de Estados Unidos. Dada la función central de la Fuerza aérea en crear el cuadriculado de información global en que todos los servicios dependen, la importancia de la misión espacial para la futura seguridad de Estados Unidos no se puede recalcar lo suficientemente. En la actualidad, tanto las misiones principales espaciales y las misiones de información ofensivas y defensivas están centralizadas en el Comando Espacial de Estados Unidos, tradicionalmente bajo el mando de un oficial de la Fuerza Aérea. Cuando el Comando Espacial formalmente asume la misión de ataque de información en el Plan Actualizado del Comando Unificado este año, tomará su primer paso para convertirse en un comando combatiente completo. Una vez que los tratados de la Guerra Fría, así como el Tratado de ABM de 1972, ceden ante las imperativas de la seguridad nacional de Estados Unidos, el Comando Espacial estará en posición para convertirse el jugador central en la defensa de misiles balísticos y ataques desde el espacio. Si la Fuerza Aérea fija su curso correctamente, el Comando Espacial un día será el equivalente del Comando Aéreo Estratégico de la época de la Guerra Fría. Dominará la estrategia de seguridad nacional de Estados Unidos. Sin embargo, para que la Fuerza Aérea extienda su función para incluir combate en el espacio, primero tendrá que dedicarse más a la tecnología y operaciones espaciales de lo que se vislumbra hoy—aun cuando sigue teniendo una función prevaleciente en el aire. No es secreto que algunos miembros del Congreso han estado desilusionados con la administración por la Fuerza Aérea del espacio. Es más, mediante la Ley de Autorización para la Defensa Nacional de 2000, el Congreso estableció una comisión para evaluar la administración y la organización espacial de Estados Unidos. En pos de ser justo debo decir que aunque la Fuerza Aérea ha administrado un 90% de los recursos espaciales militares, en raras ocasiones ha recibido los recursos necesarios para mantener capacidades aéreas superiores e invertir en futuras capacidades espaciales superiores. El presupuesto de defensa en general debe ser aumentada y la parte de ese presupuesto dedicado a las capacidades aeroespaciales también se debe aumentar.

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En el intervalo, la Fuerza Aérea debe seguir probando que se puede transformar de un servicio enfocado en apoyar las fuerzas marítimas y terrestres a un servicio central en las operaciones conjuntas del futuro. La plena transformación de la Fuerza Aérea será aparente cuando los oficiales de la Fuerza Aérea se sienten cómodos y sean capaces de ser el Comandante de la Fuerza Conjunta y no sólo el Comandante del Componente Aéreo de las Fuerzas Conjuntas. Con vista hacia el futuro, la Fuerza Aérea puede exponer que se le llamará para proporcionar la mayor parte de la capacidad de asalto de precisión a largo alcance de la nación, así como las funciones críticas que permiten que permiten la participación de otros servicios, desde superioridad aérea, defensa de misiles y transporte estratégico hasta administración del cuadriculado de información global para las comunicaciones, localización precisa de blancos, navegación e inteligencia, vigilancia y reconocimiento. La pregunta es, ¿tiene el servicio la determinación para presentar su caso en el Pentágono y en el Congreso? Requerido: Más recursos y nuevas funciones Una verdadera transformación de los servicios militares aseguraría el dominio militar de Estados Unidos por décadas, pero también requeriría una inversión substancial de recursos y una reorganización de las funciones de los servicios. En términos de recursos, la reducción y re-estructuración del militar (reducciones iguales en todos los servicios) durante la última década, terminó costando dinero antes de realizar eficiencia alguna. Desafortunadamente, lo que ha faltado durante la década de los 1990 es una inversión continua en la modernización e investigación y desarrollo militares, los pilares gemelos de la transformación. La combinación de una política extranjera de intervención y recortes alocados en el presupuesto de defensa, junto con una adherencia casi religiosa a la forma de pensar que existía durante la Guerra Fría sobre el control de armas, ha sido el razonamiento del gobierno de Clinton para las oportunidades que no se aprovecharon en el área de transformación militar. Si el gobierno de Clinton hubiera mantenido el nivel Fundamental de la Fuerza en cuanto al presupuesto que heredó cuando asumió la posición, hubiera tenido $47 mil millones de dólares más por año para dedicar a la modernización e inversión y desarrollo durante los años presupuestarios 1993 a 2000. Y aún hubiera podido regresar un “dividendo de paz” de casi $800 mil millones de dólares a los ciudadanos estadounidenses. En cuanto a los futuros sistemas de armas, la falta de inversión en investigación y desarrollo y adquisición durante la década de los 1990 ha amenazado una verdadera transformación militar. Los fondos de investigación, desarrollo, prueba y evaluación, medidos en dólares del año presupuestario 2000, han sido reducidos de casi $49 mil millones de dólares en el año presupuestario 1987 a un nivel proyectado de un poco más que $34 mil millones de dólares en 2000, una reducción del 30%. Y en cuanto a la adquisición, después de llegar a un nivel alto de $127 mil millones en el año presupuestario 1985, los fondos han sido reducidos a $53 mil millones en 2000, una reducción del 58% en todo el Departamento de Defensa. El daño que se ha hecho no será evidente por otras dos décadas, cuando pocos nuevos sistemas emergerán de los canales de tecnología y adquisición, si es que en realidad emergen sistemas nuevos. Como mínimo, esto significa la pérdida de superioridad tecnológica en algunas áreas. En el peor de los casos, podría hacer los Estados Unidos vulnerables a una nueva gama de amenazas, incluyendo misiles balísticos capaces de llegar al continente de

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Estados Unidos, láseres capaces de destruir o entorpecer los sistemas espaciales en que el militar depende y ataques de información contra la infraestructura crítica dentro de Estados Unidos. A parte del asunto de recursos, la transformación no puede realizarse sin un cambio en las funciones de los servicios del enfoque actual sobre la guerra en la superficie a la guerra aeroespacial. La función de las capacidades espaciales de Estados Unidos, que en la actualidad residen con la Fuerza Aérea, requiere una inversión y elaboración ingeniosa. Esto significa que se debe aumentar el presupuesto de la Fuerza Aérea o establecer un presupuesto especial para asuntos espaciales. Además, cuando nuevos conceptos de guerra se incorporen en los ejercicios, un oficial superior del servicio asignado la función dominante en el escenario debería asumir la posición de Comandante de la Fuerza Conjunta. Para que la transformación realmente se arraigue, las lecciones de los experimentos y los ejercicios se deben reflejar en la doctrina conjunta y las funciones combatientes de los servicios se deben modificar debidamente. Más allá de los servicios y el Estado Mayor Conjunto, el Departamento de Defensa (DoD) debe demostrar una dedicación mayor a la transformación. En su informe sobre la transformación combatiente, la Junta de Ciencia para la Defensa no encontró “una estrategia y rumbo comprensivos en todo el DoD”, no encontró “una fuerte voz conjunta para el futuro” y no encontró “un sentido de urgencia”. Observó, además, que la transformación debe moverse más allá del enfoque sobre la ejecución de operaciones militares para incluir “la forma en que el Departamento establece prioridades, hace inversiones, adquiere materiales, administra su infraestructura, efectúa adiestramiento y recluta”. La transformación no es sólo un ejercicio académico interesante. Es un punto central para la seguridad de Estados Unidos en el futuro. El gobierno de Clinton ha dejado conceptos innovadores para sus sucesores. Pero los que piensan que los conceptos, de por sí, pueden asegurar la superioridad militar por los próximos 20 a 30 años están muy equivocados.

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Lección 5

Lectura C: “La Fuerza es lo Importante” por Lawrence J. Korb

Al entrar Estados Unidos al Siglo 21, se verá frente a numerosos desafíos en el ámbito de la seguridad nacional, no como resultado del advenimiento de un nuevo milenio, sino por su incapacidad para adaptarse bien al final de la Guerra Fría. El más importante de estos desafíos tiene que ver con el tipo de fuerza militar que requiere esta nación y la misión que se espera que cumplan los militares para proteger los intereses norteamericanos en el mundo. Fue comparativamente fácil responder a esa interrogante durante la Guerra Fría. El objetivo fundamental de la política extranjera de EE.UU. fue contener la expansión comunista soviética a través de la diplomacia respaldada por la fuerza, o la contención mediante la disuasión. Según observaron el anterior Secretario de Defensa William Perry y el anterior Secretario Auxiliar de Defensa Ash Carter, esta política fue fácil comprender pero difícil de implementar En el Siglo 21, sin embargo, la implementación puede ser la parte fácil. La determinación respecto dónde emplear la fuerza será la parte difícil, ya que contempla una serie de asuntos complicados e interrelacionados que se pueden colocar en cuatro categorías. Qué Gastar Durante la Guerra Fría, Estados Unidos gastó un promedio de 7 por ciento de su producto nacional bruto en la defensa. Durante la década de los 90, esa cifra se redujo a un promedio de unos 3.5 por ciento. En la actualidad, la defensa consume menos de 3 por ciento de nuestro producto nacional bruto. Similarmente, durante la Guerra Fría, la defensa consumió un promedio de 30 por ciento del presupuesto federal. A partir de la conclusión de la Guerra Fría, ese porcentaje se redujo a menos de 15 por ciento. Es más, los gastos de defensa disminuyeron en aproximadamente 30 por ciento en términos reales a partir de 1990. Es evidente que, dados la magnitud y fortaleza de nuestra economía, esta nación puede aportar más hacia su defensa. No obstante, durante la Guerra Fría, especialmente en la década de los 80, los cuantiosos gastos para la defensa fueron acompañados por mayores déficit presupuestarios. Como ejemplo, durante el primer mandato de Ronald Reagan, se duplicaron los gastos de defensa, pero el tamaño de la deuda federal aumentó más que el doble, en términos absolutos y como parte del Producto Nacional Bruto (PNB). Durante la última década, la prioridad de Estados Unidos fue balancear el presupuesto. Uno de los medios principales de controlar el presupuesto ha sido limitar el gasto discrecional. Tomando en cuenta que la defensa consume poco más de la mitad de los gastos discrecionales generales en el presupuesto del año fiscal 2000, cualquier aumento en la defensa debe producir reducciones en los gastos para la educación, la salud y la vivienda. Al disponer para el primer aumento substancial en los gastos de defensa en 15 años, el Congreso se vio obligado en 1999 a recurrir a maniobras presupuestarias para evitar recortes drásticos en los gastos sociales.

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Aunque Estados Unidos gasta un porcentaje menor de su PNB en la defensa que en cualquier otro período desde antes de Pearl Harbor, las condiciones de las fuerzas armadas de EE.UU. no se aproximan a las pésimas condiciones de ese entonces. En 1939, el Ejército de EE.UU. fue el número 19 del mundo en cuanto a tamaño y un décimo del tamaño del ejército de Alemania, siendo clasificado entre el de Portugal y el de Rumania. En la actualidad, Estados Unidos gasta más en defensa que el resto del mundo combinado y nuestras armas son por lo menos una generación más avanzadas que las de nuestro rival más cercano. En octubre del año pasado, Samuel Berger en su calidad de Asesor Nacional de Seguridad comentó en un discurso ante el Consejo de Relaciones Exteriores que, “Nuestra tecnología militar es tan dominante que ciertas personas lamentaron que no ocasionáramos más bajas en el conflicto de Kosovo”. Finalmente, aunque los gastos de defensa se han reducido desde finales de la Guerra Fría, en el año fiscal 2000, en términos reales, estarán en aproximadamente 85 por ciento del promedio que tenían durante la Guerra Fría y más elevados que al principio de la administración Reagan. Comparación El segundo asunto tiene que ver con decidir el tamaño aproximado de nuestras fuerzas militares. A partir de la conclusión de la Guerra Fría, las fuerzas militares norteamericanas han sido estructuradas para librar combate en dos contingencias regionales principales simultáneamente. Esta estrategia se estableció en el informe sobre la Fuerza Básica de 1991 y fue reafirmada en la Revisión Ascendente de 1993 y la Revisión Cuadrienal de Defensa de 1997. La estrategia de las dos contingencias regionales principales da por sentado que en la época de la pos-Guerra Fría, las amenazas militares a los Estados Unidos emanarían principalmente de estados inconformistas como Irán, Irak, Siria, Libya y Corea del Norte, y que Estados Unidos debe estar en capacidad para enfrentar al menos dos de estos beligerantes simultáneamente. El General Colin Powell, presidente del Estado Mayor Conjunto desde 1989 hasta 1993, decía que si tuviéramos capacidad para librar una sola guerra a la vez, Corea del Norte, por ejemplo, quizás se vería tentada a aprovecharse de los Estados Unidos mientras esta nación se encontraba comprometida en el Golfo Pérsico. No obstante, el sostenimiento de la capacidad para perseguir dos contingencias regionales principales simultáneamente resulta costoso, especialmente si las fuerzas militares estadounidenses tienen que ocuparse de situaciones tales como las de Somalia, Haití, Bosnia y Kosovo. El Pentágono indica que se requerirían 400,000 efectivos en 11 divisiones terrestres, 10 escuadras aerotácticas y seis portaaviones en cada teatro de operaciones para alcanzar el éxito en dos conflictos al mismo tiempo. Incluso con un incremento en los gastos de defensa en el presupuesto del año fiscal 2000, los Jefes del Estado Mayor Conjunto sostienen que existe una deficiencia de $50 mil millones entre nuestra estrategia y los recursos proyectados a través de los próximos cinco años. Otros elementos hacen el argumento de que la formulación de planes para dos contingencias regionales principales es un lujo innecesario, igual que comprar seguro para protegerse contra meteoros, y que es principalmente una justificación para mantener una fuerza “similar a la de la Guerra Fría”. Este punto de vista es sostenido por el Foro de Defensa Nacional nombrado por el Congreso y los últimos dos Jefes del Estado Mayor Conjunto de la Fuerza Aérea, el General Tony McPeak y el General Ronald Fogelman. Señalan que la

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estrategia de las dos contingencias regionales principales desafía tanto la lógica como la historia. Por ejemplo, cuando Estados Unidos estuvo atascado en Corea, Vietnam y el Golfo, ninguna otra nación se aprovechó de ese hecho para iniciar un conflicto en otra parte del mundo. Es más, si Estados Unidos no estuviera temporalmente preparado para empeñarse totalmente en un segundo conflicto regional por tener comprometido el grueso de sus fuerzas en otro lugar, el posible agresor tendría que saber que con el tiempo Estados Unidos estaría en capacidad para aplicarle su tremendo poderío militar Cuándo Desplegarse El tercer y más importante de los desafíos para los funcionarios que toman las decisiones relativas a nuestra seguridad nacional es decidir cuándo emplear nuestras fuerzas militares. A partir de los últimos días de la administración Bush, cuando las fuerzas militares fueron desplegadas al Golfo Pérsico en una base permanente y se enviaron tropas a Somalia, comenzó a desplegarse con mayor frecuencia las fuerzas estadounidenses y se convirtieron en el instrumento preferido para la puesta en ejecución de la política extranjera norteamericana. De acuerdo con algunos estimados, se han empleado las fuerzas militares de EE.UU. en operaciones de contingencia inesperadas aproximadamente una vez cada nueve semanas a partir de la culminación de la Guerra Fría. Estas misiones han variado desde actividades militares tradicionales y combate (Corea, Kuwait, Taiwán) hasta ayuda humanitaria (América Central) y misiones de paz (Somalia, Haití, Ruanda, Bosnia y Kosovo). El creciente empleo de las fuerzas militares en “otras operaciones militares” ha sido justificado por lo que se ha llegado a conocer como la Doctrina Clinton. En un discurso ante las tropas de la OTAN en Macedonia en Junio, el Presidente Clinton manifestó, “No importa si uno vive en Afrecha o en Europa Central o en cualquier otra parte, si alguien escoge de blanco a civiles y los trata de aniquilar en masa por motivo de su raza, su antecedente étnico o su religión, y si detenerlo cabe dentro de nuestro alcance, así lo haremos”. En ese mismo discurso, el Presidente también lamentó el hecho de que Estados Unidos actuó muy lento para detener la matanza étnica en Bosnia y no hizo nada para poner fin al genocidio en Ruanda. La Doctrina Clinton respecto al empleo de la fuerza militar es contraria a las opiniones de Powell y otros jefes militares. De la misma manera que estaba bien resuelto respecto al criterio para determinar el tamaño de las fuerzas militares estadounidenses, Powell también estuvo resuelto respecto a las circunstancias en que se debían empeñar esas fuerzas. Powell sostenía que solamente se debían desplegar tropas norteamericanas si se reunían tres condiciones: Primero, nuestro objetivo político fuera claro y mensurable; segundo, el país estuviera preparado para emplear fuerza abrumadora rápida y decisivamente para avanzar ese objetivo; y tercero, las fuerzas militares serían retiradas una vez logrado el objetivo. Powell y sus colegas militares no querían ver a las fuerzas militares norteamericanas involucradas en otra situación como la de Vietnam (1960 a 1972) o Líbano (1982 a 1983), en donde los objetivos no eran claros y las fuerzas armadas, en su opinión, lucharon con una mano atada tras la espalda. Este método de emplear la fuerza militar, conocido como la Doctrina Powell, está en pleno desacuerdo con la Doctrina Clinton. Bajo la Doctrina Clinton, se pueden enviar fuerzas militares norteamericanas a situaciones hostiles sin que estuviera en juego un interés nacional vital específico, y con la meta de alcanzar tan sólo objetivos amorfos e indeterminados como detener violencia o fomentar democracia. Mientras que la Doctrina

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Powell busca deducir lecciones de las experiencias norteamericanas en Vietnam y el Líbano, la Doctrina Clinton busca aprender de lo que ocurrió en Auschwitz en la década de los 40 y en Sarajevo en 1914. Según indicó el Embajador norteamericano Richard Holbrooke al justificar la intervención en Bosnia y Kosovo, Europa no puede encontrar paz y seguridad mientras haya guerra y odio étnico dentro de su espacio común. Las diferencias entre la Doctrina Powell y la Doctrina Clinton son profundas tanto para la nación como para las fuerzas armadas. Si nuestra política extranjera se debe basar en los preceptos de la Doctrina Powell, entonces las fuerzas militares de EE.UU. deben contar con el tamaño y la estructura suficientes para disuadir cualesquier amenazas actuales o futuras a nuestros intereses vitales de seguridad nacional, y se deben emplear solo cuando estos intereses se vean directamente amenazados. Por otra parte, si nuestra política extranjera se debe basar en la Doctrina Clinton, Estados Unidos, en efecto, se convertiría en un policía global y correría el riesgo de debilitar sus filas militares para alcanzar metas casi imposibles, tales como tratar de cambiar el sistema político de otro país. Las fuerzas armadas de EE.UU. se han colocado en una posición difícil. Se han organizado en torno a su tamaño y estructura, para ejecutar la Doctrina Powell, es decir, para ocuparse con dos contingencias regionales principales empleando divisiones pesadas (fuerzas terrestres dotadas de tanques pesadas), portaaviones nucleares y aviones de combate sofisticados. Pero se le ha sido solicitado poner en práctica la Doctrina Clinton, que requiere fuerzas más ligeras y ágiles. Esta dicotomía ha creado tres tipos de problemas:

• Un déficit monetario. El Pentágono sostiene que necesita invertir $60 mil millones en equipo nuevo para reemplazar sus aeronaves, buques y tanques más viejos y mantener su ventaja tecnológica sobre posibles rivales que podían desafiar a los Estados Unidos en el próximo siglo. Sin embargo, el creciente número de despliegues ha obligado a las fuerzas armadas gastar sumas mayores que las anticipadas en la operación y mantenimiento de su fuerza actual. Desde 1995 hasta 2000, el Pentágono solo ha podido gastar aproximadamente $45 mil millones al año en la compra de equipo nuevo, lo que representa un déficit de 25 por ciento de lo que dicen necesitar los Jefes Conjuntos.

• Falta de preparación. En la medida que las fuerzas armadas de EE.UU. dedican su

atención hacia otras operaciones militares, su preparación para ejecutar lo que se considera su tarea principal de librar dos guerras regionales principales simultáneamente sufre. La jefatura del Ejército sostiene que una división que pasa la mayor parte de su tiempo manteniendo abiertas plantas de suministro de aguas en Kosovo experimentará una disminución en su capacidad para combatir con tanques en el Golfo Pérsico o en la península coreana.

• Problemas de reclutamiento y retención. A través de la última década, la cantidad de

estudiantes de secundaria dispuestos a considerar la posibilidad de alistarse en el servicio militar ha bajado de 55 a 35 por ciento. En 1999, las fuerzas armadas no alcanzaron sus objetivos de reclutamiento, faltándoles aproximadamente 20,000 unidades, ó 10 por ciento, a pesar del hecho de que a partir de la primera parte de la década de los 90 se relajaron las normas un tanto y se aumentó substancialmente la cantidad de dinero gastado en reclutamiento, paga y beneficios. Similarmente, los índices de reenganche de los miembros del servicio militar con destrezas críticas, tales como pilotos, siguen decayendo, en la medida en que los hombres y mujeres con estas destrezas pasen cada vez más tiempo alejados de sus hogares desempeñando lo que

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consideran sean tareas no esenciales. En 1998, sólo uno de cada 10 aviadores navales elegibles para trabajo en portaaviones aceptaron incentivos monetarios para continuar prestando servicio. Los miembros de las fuerzas armadas parecen estar confundidos respecto a si se alistaron en el Ejército de EE.UU. o el Ejército de Salvación.

Defensa con misiles. El reto final para los artífices de la seguridad nacional consiste en si se debe y cuando se debe desplegar un sistema de Defensa Misilera Nacional (NMD). En mayo de 1999, el Congreso votó a favor del despliegue de un NMD tan pronto sea tecnológicamente factible. El Presidente Clinton ha prometido tomar una decisión respecto al despliegue para el mes de junio. El Pentágono señala que no se puede desplegar un sistema antes de 2005. Los que abogan por el despliegue de un NMD sostienen que Estados Unidos necesita protegerse de lanzamientos accidentales por Rusia o ataques deliberados por naciones inconformistas lo antes posible. Los preocupa en especial el lanzamiento por Corea del Norte de un misil sobre Japón en el verano de 1998. Los que oponen sostienen que todavía no se ha comprobado la tecnología de acertar un “proyectil con un proyectil”, y que el despliegue de un sistema NMD eficaz violaría el tratado de Misiles Antibalísticos con Rusia y agravaría nuestras relaciones con China. Tal violación haría imposible que Rusia ratifique START II, lo que reduciría el número de sus armas nucleares estratégicas en más de 50 por ciento, de 7,500 a 3,500. En realidad, los oficiales de defensa rusa sostienen que Rusia desplegaría armas nucleares adicionales si Estados Unidos prosiguiera con NMD. Estos asuntos se deben considerar en la campaña presidencial del 2000. El candidato republicano George W. Bush parece querer tratarlos. En un discurso emitido en el Citadel en septiembre, el gobernador de Texas dio su firme apoyo a la Doctrina Powell, manifestando que las fuerzas armadas de EE.UU. “necesitan el punto animador que representa una misión definida. Y esa misión consiste en disuadir las guerras—y ganar guerras cuando falle la disuasión. El envío de nuestras fuerzas militares en misiones vagas, sin sentido e interminables es el disolvente rápido de la moral”. Como Presidente, Bush prometió ordenar una revisión inmediata de nuestros despliegues en ultramar para poder remplazar compromisos difusos con compromisos definidos y misiones indeterminadas con objetivos bien definidos. Es más, el favorito republicano prometió gastar más dinero en la defensa y desplegar un sistema NMD en la fecha más próxima posible. Esto es indudablemente un acontecimiento bien recibido. A partir del final de la Guerra Fría, el pueblo norteamericano ha permitido a los políticos y a los expertos debatir estos asuntos sin su participación. El próximo Presidente podrá utilizar más eficazmente a las fuerzas militares para implantar su política extranjera si cuenta con el “apoyo y consentimiento” del pueblo norteamericano. Y él podrá tomar mejores decisiones relativas a cuánto y dónde gastar en la defensa si sabe cuándo y cómo emplear la fuerza militar.

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Lección 5

Lectura D: “Guerra Conjunta y la Importancia Militar del Espacio” Por el Mayor Jeffrey L. Caton, USAF

Conservar el actual carácter internacional del espacio seguirá siendo de importancia crítica para lograr las metas de la seguridad nacional.

Estrategia de Seguridad Nacional, julio de 1994

Después de treinta y cinco años, los sistemas espaciales siguen siendo una parte integral de la seguridad nacional. “Desert Storm”--que muchos consideran como la primera guerra espacial--representó la primera vez que los soldados, los marineros, los infanteros de marina y los miembros de la Fuerza Aérea hicieron uso considerable de los sistemas militares espaciales. También fue cuando se puso de manifiesto cómo serían las operaciones militares del futuro en las que cada vez se hará mayor uso de instrumentos útiles situados en el espacio. Esta necesidad que tienen las Fuerzas Armadas de usar sistemas espaciales representa una vulnerabilidad que cualquier enemigo con suficiente conocimiento técnico podría explotar concentrándose en una amenaza a la que poca atención se ha puesto: los países con escasa o ninguna capacidad espacial. Cualquier enemigo con escasa tecnología podría aprovechar esta circunstancia y reducir marcadamente nuestra capacidad de combate. Necesidad de Usar el Espacio Las operaciones espaciales militares fueron extensivas en los comienzos de 1963.1 Tanto Estados Unidos como la Unión Soviética hicieron uso de sus capacidades espaciales para observar las armas estratégicas y eso facilitó el diseño de una estrategia disuasiva estable de carácter nuclear. El uso del espacio por los militares no se limita a las aplicaciones nucleares estratégicas pero ha cubierto todas las formas de conflicto. Un asesor científico para el Presidente Reagan notó que “aún en una guerra limitada, tendríamos hoy día una absoluta dependencia en el espacio”.2 Ciertamente, los sistemas espaciales han desempeñado un papel importante en un número de operaciones limitadas: El Dorado Canyon (Libya, 1986), Earnest Will (el Golfo Pérsico, 1988), y Causa Justa (Panamá, 1989), para mencionar algunos. _________________ De la Revista Joint Force Quarterly, Invierno 1995-1996, “Guerra Conjunta y Dependencia Militar en el Espacio”, por Jeffrey L. Caton, pgs. 48-53. Este material es reimpreso con la autorización de la Revista Joint Force Quarterly.

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Probablemente el caso mejor conocido en cuanto al uso militar del espacio ocurrió durante Desert Shield/Desert Storm, cuando dicho uso contribuyó a mejorar la eficacia de las operaciones militares de la coalición. Los sistemas espaciales proporcionaban apoyo para la navegación, las condiciones del tiempo, la defensa antimisiles, las comunicaciones, el reconocimiento y vigilancia y la adquisición de blancos. Ahora que confrontamos responsabilidades globales cada vez mayores pero con fuerzas militares más pequeñas, nuestra habilidad para realizar las misiones militares será cada vez más necesario contar con estos instrumentos espaciales para incrementar nuestro poderío. La dependencia en un sistema espacial específico está vinculado no sólo con la disponibilidad de medios alternos para ejecutar las funciones del sistema sino también con la efectividad y eficacia de dichos medios.3 Debido a que los sistemas espaciales y otros medios equivalentes pueden ser afectados por fuerzas externas, sin embargo, la dependencia militar en el espacio--el llamado vínculo de dependencia espacial--es un elemento dinámico en un ambiente de combate; o sea, sujeto a cambios de magnitud. Vulnerabilidad El objetivo fundamental de las operaciones espaciales militares consiste en el empleo eficaz de las capacidades espaciales en apoyo de las operaciones terrestres, marítimas y aéreas para ganar y mantener una ventaja en el combate a través del espectro operacional y a través de los tres niveles de guerra. --Publicación Conjunta 3-14, Operaciones Espaciales En 1976 la administración Ford realizó dos estudios que concluyeron que los EE.UU. cada vez necesitaba más de las distintas funciones de los satélites, con poca provisión para sobrevivir durante el tiempo de guerra.4 Mientras los estudios se concentraban en las vulnerabilidades de los satélites, es importante considerar las vulnerabilidades en las fuerzas conjuntas superficiales (inclusive las fuerzas aéreas) causadas por la dependencia en el uso del espacio. El grado en que es necesario depender de este vínculo espacial depende de tres factores: los tipos de sistemas espaciales que son esenciales para las operaciones en curso, la medida en la que nuestras fuerzas harán uso de estos vínculos y la capacidad del enemigo para afectar el funcionamiento del sistema (ver figura 1). Tanto los EE.UU. como sus adversarios pueden influenciar el primer factor--la importancia que determinado sistema espacial tenga en las operaciones en curso. Podríamos afectarlo al seleccionar la estructura de la fuerza el cual, a cambio, dicta la disponibilidad y calidad de los medios alternos para ejecutar las funciones del sistema. Ya que esos medios alternos pueden incluir recursos de otros países, la dependencia en los sistemas espaciales se extiende a las operaciones de coalición. Por lo menos ocho satélites de EE.UU. y satélites civiles y de otros miembros de la coalición fueron usados durante la guerra Desert Storm para complementar los sistemas militares de EE.UU.5 Se puede esperar que esos sistemas podrían ser blanco de las armas antisatélicas (ASAT) de un enemigo en tiempo de guerra.6

Un enemigo puede influenciar esos factores al realizar operaciones que aumenten la dependencia en un sistema espacial determinado. Esto puede incluir la destrucción de medios alternos para ejecutar las funciones o simplemente concentrar sus esfuerzos para aumentar el uso de satélites por los EE.UU.

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El segundo factor--el alcance de la aplicación--está influenciado solamente por los EE.UU. Una vez más, nuestra estructura de la fuerza es el participante clave ya que dicta la cantidad de equipo basado en la superficie terrestre que se adquiere y el nivel en que se utiliza. Los sistemas espaciales están bien arraigados a nuestras fuerzas, como se ilustra en las tres aplicaciones tomadas de la guerra de Desert Storm: comunicaciones, navegación e inteligencia. Se distribuyeron más de mil aparatos portátiles de radio satélicos portátiles de canal único, a nivel de pequeñas unidades. Contando todo, los satélites proporcionaron del 85-90% de las comunicaciones en el teatro de operaciones y entre los teatros de operaciones. También los barcos, aviones y tropas terrestres de la coalición usaron miles de receptores de sistemas de localización global (GPS) para navegar en terreno extraño y sin rasgos característicos. Finalmente, cada servicio apoyaba una iniciativa llamada explotación táctica de las capacidades nacionales (TENCAP), que permitía a las unidades tácticas de la fuerza conjunta recibir y clasificar información de inteligencia proveniente directamente del espacio.7

El tercer factor--la capacidad del enemigo para afectar el funcionamiento del sistema--puede ser influenciado por nosotros y por los adversarios. EE.UU. puede afectar la capacidad enemiga para atacar los sistemas espaciales de las fuerzas amigas al usar las contramedidas para los satélites.8 Esas medidas protectoras son parte de los medios para “el control del espacio” del área de la misión. El objetivo es defender los recursos del espacio de las fuerzas amigas y negarle al enemigo el uso de lo que le pertenece. Actualmente, de acuerdo con el concepto prevalente de control del espacio se le considera un componente de la “guerra informática”. Como tal, las estrategias del control del espacio están más adaptadas hacia la protección y rechazo de los datos de satélites que hacia los ataques físicos a los recursos del sistema espacial.9

Figura 1. Factores para Evaluar la Vulnerabilidad del Sistema Espacial

Capacidad para Influenciar Factor Fuerzas EE.UU. Fuerzas Enemigas Tipos de Sistemas Espaciales en Uso Estructura de la Fuerza Se Concentra el Ataque para Aumentar la Dependencia Disponibilidad/Calidad Específica de los Medios Alternos La extensión de la Aplicación Estructura de la Fuerza No puede del Sistema Espacial Influenciar Adiestramiento Los Medios del Enemigo para Protección Sistemas de Afectar el Funcionamiento del Ataque Sistema Terrestre Contramedidas Guerra Electrónica Ataques ASAT

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Un enemigo puede considerar la vulnerabilidad de un sistema espacial para determinar si se podría impactar la dependencia en este vínculo espacial de EE.UU.. ¿Cómo el enemigo puede tomar ventaja de tales vulnerabilidades? Explotación [Los satélites] podrían ser útiles para el orden de batalla en general que cualquier adversario tendría que tomarlos en consideración en su plan de batalla y tratar de aprovechar cualquier debilidad posible.10

Atacando nuestros sistemas espaciales se podría darle al enemigo una importante ventaja ya que le restaría eficacia y efectividad a nuestra capacidad de combate. Un enemigo que no depende de los sistemas espaciales (civil o militar) puede atacar los nuestros sin temor de que ataquemos los suyos. En tal caso no existe un disuasivo para EE.UU. Los enemigos que no tienen capacidad espacial pueden rentarlas. América puede valerse de recursos diplomáticos para controlar el espacio convenciendo a otras naciones que no den apoyo espacial a nuestros enemigos. Esto ocurrió durante la Operación Desert Shield cuando Francia, en colaboración con la coalición, acordó no vender información gráfica multiespectral para el rastreo y localización de equipo (SPOT) a Irak.11 Pero eliminar el acceso a la información espacial puede hacer que el ataque de los recursos espaciales de EE.UU. sea más atractivo para el enemigo. Esto se puede aplicar aún a los sistemas que se tiene libre acceso, tales como GPS. De manera simple, si el enemigo no puede usar el espacio o tiene que usarlo en situación desventajosa, solamente puede ganar al eliminar los sistemas espaciales. El equipo y las operaciones tácticas que se requieren, están fácilmente disponibles, para atacar los sistemas terrestres mediante operaciones convencionales y especiales y las fuerzas terroristas. El equipo para ciertas interferencias electromagnéticas basadas en tierra, aire y mar también está asequible a otros países, especialmente la antigua Unión Soviética (FSU). Los métodos de ataque contra el segmento espacial incluyen el ascenso directo, la colocación en órbita de las armas seguida de rayos energéticos capaces de entorpecer el funcionamiento de los satélites o destruirlos.12 La FSU ha demostrado tener varios tipos de sistemas ASAT y esta tecnología puede estar disponible para las naciones agresoras. Factibilidad del Ataque Un método de alteración electromagnética es la detonación de dispositivos nucleares a gran altura. Estados Unidos realizó entre 1958 y 1962 tres series de pruebas nucleares a gran altura (ver resumen de la prueba en la figura 2) que demostró que existía un fenómeno electromagnético que afectaba las operaciones espaciales: ionización generalizada, pulso electromagnético (EMP) y aurora artificial.13 De especial interés fue el “efecto de Argos”, llamado de esta manera por el manto compuesto de partículas beta que se forman alrededor del mundo después de una detonación nuclear. La radiación que quedó atrapada como consecuencia de la explosión de prueba de mayor potencia, Starfish Prime que tiene una ojiva de combate de 1.4 megatones, ocasionó daños a por lo menos tres satélites.

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Figura 2. Pruebas Nucleares de Gran Altura, 1958-62

Pruebas/Fecha Nombre de la Prueba Rendimiento de la Ojiva de

Combate Altura de la Explosión

HARDTACK 1 agosto 58 12 agosto 58

teca anaranjado

Alcance del Megatón Alcance del Megatón

- 48 millas - 27 millas

ARGOS 27 agosto 58 30 agosto 58 6 sept 58

Argos 1 Argos 2 Argos 3

1-2 kilotones 1-2 kilotones 1-2 kilotones

25-300 millas 125-300 millas 125-300 millas

PECERA 9 julio 62 20 oct 62 26 oct 62 1 nov 62

Starfish Prime Checkmate Bluegill Tripleprime Kingfish

1.4 megatones sub-megatones sub-megatones sub-megatones

248 millas decenas de millas decenas de millas decenas de millas

Fuente: Agencia Nuclear del Ministerio de Defensa El concepto general del sistema ASAT fue probado por el 10o Escuadrón de Defensa Aerospacial en la Isla de Johnston en 1964-1975.14 La victoria que esta unidad obtuvo requirió años de investigación y pruebas. Los muchos retos para un enemigo desarrollar y operar tal sistema se puede dividir en tres áreas: rastreo y localización, lanzamiento y ojiva de combate. El rastreo y localización de un satélite a menudo se considera un proceso costoso que requiere una infraestructura muy grande y un personal técnico altamente calificado. Sin embargo, el grupo Kettering, una red informal que monitorea las actividades del espacio, ha probado que se puede lograr usando electrónica común y poco costosa con adiestramiento mínimo. Por ejemplo, en 1978 un estudiante de 12 años de la Escuela de Niños Kettering, con la ayuda de su maestro de física (un miembro del grupo Kettering), predijo con una aproximación de 24 horas cuándo el satélite Cosmos 954 volvería a entrar a la atmósfera. Al grupo también se le acreditó el descubrimiento en 1966 la que entonces era una instalación de lanzamiento de cohetes Soviética en Plesetsk así como también el rastreo de los satélites espías soviéticos que estaban observando la Guerra Árabe-Israelí de 1967.15 En ambos casos el rastreo se llevó a cabo sin hacer cálculos modernos y sin usar computadoras personales. Hoy día, un enemigo puede comprar equipo comercial de computadoras para calcular las dimensiones orbitales y puede tener acceso a la Internet para obtener los parámetros orbitales de los satélites. Usando esta información es definitivamente factible que puedan localizar y atacar a un satélite que esté situado dentro de su radio de acción (por lo general medido en millas16). Una vez se selecciona un blanco, un vehículo de lanzamiento debe colocar la ojiva de combate dentro del radio apropiado. Sin incluir los países con programas misiles establecidos (a saber, EE.UU., los países de la antigua Unión Soviética, Francia, China y Gran Bretaña), hay por lo menos 22 países con programas activos de misiles balísticos.17 Los misiles balísticos se pueden desarrollar para optimizar su alcance al incrementar su eficacia en el ataque de satélites. Las dificultades tecnológicas para el desarrollo de los sistemas misiles pueden superarse con la ayuda de los trabajadores a sueldo de la FSU: NPO Energomash, el principal inventor de motores de combustible líquido para impulsar cohetes, perdió la mayoría de su personal experto en septiembre de 1993.18

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Emplear peritos también puede ayudar a desarrollar el equipo espacial para dirigir y controlar la ojiva de combate en su fase final. Pero generar un autobús satélite fue otra tarea realizada por un grupo de radio aficionados quienes diseñaron, construyeron y operaron seis satélites. La mayoría fueron construidos en los garajes, el primer satélite puesto en órbita llevaba un equipo radial para aficionados (OSCAR 1) fue lanzado en diciembre de 1961. El diseño y el funcionamiento de las series OSCAR han mejorado con el tiempo, aunque la mayoría del trabajo todavía lo llevan a cabo aficionados usando sus propios recursos. El reto final para operar un ASAT nuclear consiste en adquirir una ojiva de combate. Aunque es difícil, desarrollar u obtener armas nucleares es lo suficientemente factible como para que en nuestra estrategia de seguridad nacional aparezca la proliferación como un tema muy preocupante. Un reciente estudio de la Fuerza Aérea calculó que en 1993 no menos de 10 países tenían la capacidad de producir armas nucleares. Esto podría llegar a 25 para el año 2003.19 En un estudio distinto realizado por un equipo gubernamental que estudiaba el problema de la proliferación calculó que ocho de los países del tercer mundo serían añadidos a la lista para el año 2000.20 Efectos Gastar mil millones en el espacio tiene poco sentido si los recursos no se utilizan en tiempo de guerra.21 Un ataque dirigido a nuestros recursos espaciales podría tener un impacto en cada elemento del poder nacional--político, diplomático, económico y militar. Durante un conflicto, la prioridad de cualquier comandante es preparar el espacio de batalla22 para las operaciones de combate-- esto es, “preparar el terreno” en la forma más favorable posible. Un enemigo tiene mucho que ganar al aprovechar el vínculo de dependencia entre nuestras fuerzas terrestres y los sistemas espaciales para incrementar el poderío militar. Un asalto a los sistemas espaciales militares de EE.UU. es un multiplicador de fuerza para un enemigo. Si se está preparado, probablemente las Fuerzas Armadas podrían operar en teatros de operaciones remotos sin la ayuda de sistemas espaciales. Sin embargo, dado el hecho de que cada vez necesitamos más los vínculos espaciales, podrían tener problemas operando bajo la pérdida inmediata e inesperada de instrumentos espaciales, lo cual podría darle por lo menos una ventaja temporal al enemigo. Esa ventaja podría incrementarse al sincronizar los ataques en los sistemas espaciales con los asaltos en fuerzas terrestres. Mientras esto quizás no permite que un enemigo tenga éxito militarmente, puede ocasionar suficientes pérdidas de vidas y material para producir nuestra acción de repliegue. La Correlación entre el Costo y la Eficacia del Arma El método de ataque, contra los sistemas espaciales, más efectivo y más difícil de evitar es la detonación a gran altura de una carga nuclear.23 Según la potencia de la ojiva de combate, un ASAT nuclear puede atacar sistemas de satélites múltiples con una detonación. Tal ataque podría tener efectos temporales y permanentes en las fuerzas estadounidenses. Según el diseño y la radiofrecuencia del blanco, los efectos temporeros pueden durar minutos, horas y días. Esos efectos pueden ser muy ventajosos. Si un enemigo planea una ofensiva teniendo en mente un ambiente nuclear a gran altura (por ejemplo, EMP, ionización

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atmosférica), puede optar por dotar a las tropas con equipo de baja tecnología y asignar métodos de operación que no serían afectados por dichos ataques. Los dispositivos tales como las banderas de señales, las brújulas y las rutas de ataque inspeccionadas de antemano pueden incrementar el poderío de la fuerza enemiga que aprovechan el hecho de que los vínculos de navegación GPS y satélicas quedan interrumpidas repentinamente. De esta manera un enemigo puede fortalecer los efectos de la sincronización sinergética de su ataque terrestre. Un ASAT nuclear puede destruir o dañar los satélites en su radio letal. Como consecuencia a daños inevitables a los satélites causado por la prueba nuclear Starfish Prime, fue obvio que los ASAT nucleares tuvieran utilidad limitada debido a daños colaterales inevitables que pueden infligir en otros satélites estadounidenses.24 Mientras esos daños nos pueden afectar es de gran beneficio para un país que no depende del espacio. Sin arriesgarse a sufrir daños colaterales (beneficios), el enemigo puede atacar un área en forma indiscriminada como para lo cual no necesita instrumentos de apuntamiento y lanzamiento tan avanzados. Causar daños permanentes a los satélites podría tener efectos secundarios que beneficiarían al enemigo. Aunque el espacio es grande, muchas de las órbitas útiles para apoyar ciertas áreas en la tierra están saturadas de satélites. Esta “concentración” podría lograr como efecto secundario la destrucción de satélites por efecto de objetos volantes. Esto podría tener un efecto multiplicador ya que las nuevas colisiones crearían nuevos objetos volantes.25 En definitiva esto significa que el enemigo no necesitaría poseer fuerzas espaciales para convertirse en una amenaza espacial. El uso de cualquier dispositivo nuclear probablemente tiene implicaciones políticas significativas. En tanto que puede ser aceptable dirigir tal dispositivo a objetos inanimados, la naturaleza indiscriminada de las armas ASAT pueden resultar inaceptables a los países neutrales cuyos sistemas espaciales e intereses económicos podrían perjudicarse. Pero enfrentados con un enemigo que tiene poco interés por la opinión mundial (un Saddam Hussein o Mu´ammar Qadhafi), esos factores pueden tener poco efecto en la estrategia enemiga. Dada esta realidad, ¿cómo nos podemos preparar mejor contra tal amenaza? Contramedidas Al considerar las contramedidas en contra de las amenazas a los sistemas espaciales, el objetivo es asesorar todos los elementos de un sistema en cuanto a las vulnerabilidades y proporcionar las medidas de supervivencia. Las medidas de proliferación y reconstitución se pueden añadir para garantizar la capacidad continua en todos los niveles de conflicto. En la medida en que la microelectrónica avanza, sus instrumentos se hacen más vulnerables a la radiación. El nivel de radiación que se necesita para producir fallas instantáneas en circuitos son dos grados de magnitud por debajo que en la década de 1970. Peor aún, los vendedores domésticos que producen semiconductores capaces de tolerar la radiación disminuyeron de veinte en 1990 a cuatro en 1995. También disminuyó la inversión del DOD en la tecnología, de $50 millones en 1989 a $20 millones en 1995.26 Si se acoraza el equipo y si funciona autónomamente es posible reducir la interferencia electromagnética y radioactiva causada por los ataques de sistemas ASAT. Sin embargo, el uso de una coraza le daría al equipo poca protección contra las explosiones y objetos volantes.

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También, la capacidad para maniobrar puede ser de poco uso ya que habrán solamente pocos minutos para los operadores terrestres observar el lanzamiento de ASAT, evaluar la intención, determinar su blanco y lograr que el satélite evada el área de impacto. La capacidad para ejecutar esta maniobra podría ser útil en el caso de un satélite que no es objeto de un ataque ya que le permitiría evitar el peligro de fratricidio en el caso de un satélite que ha sido atacado con éxito. El uso de satélites de repuesto en órbita (proliferación) confronta al enemigo con más posibles blancos. Sin embargo, ya que algunos de estos repuestos tienen que estar en órbitas similares a los blancos de los satélites para que sean efectivos, también pueden ser vulnerables al fratricidio. La reconstitución mediante lanzamiento desde el espacio podría ser una contramedida útil. Como un analista observó, “reconstituir los recursos espaciales esenciales después de que han comenzado las hostilidades quizás sea la única manera de garantizar la supervivencia de los sistemas de importancia crítica”.27 Mientras la reconstitución no sería efectiva al prevenir las operaciones iniciales del enemigo, permitiría que los satélites se reintrodujeran al espacio de batalla, posiblemente en apoyo de las operaciones de contraofensiva de EE.UU. Por último, una de las mejores contramedidas, el adiestramiento, no está directamente relacionado con los sistemas espaciales. El adiestramiento conjunto y de coalición futuro deben incluir interrupciones inesperadas al apoyo de los sistemas espaciales. Nuestras fuerzas militares deben identificar y practicar medios alternos para conducir operaciones que generalmente incluyen vínculos de dependencia espacial. El uso del espacio es una espada de doble filo con eficacia así como también vulnerabilidades. Ahora que confrontamos más responsabilidades y con una disminución en las fuerzas militares, nuestra habilidad para realizar las misiones militares será cada vez más necesario contar con instrumentos espaciales para incrementar el poderío militar. La vulnerabilidad de los satélites puede ser afectada tanto por EE.UU. como un posible enemigo. Desarrollar las medidas para contrarrestar amenazas que confrontan los sistemas espaciales podrían permitirnos evitar pérdidas innecesarias y equipo en el campo de batalla del futuro. NOTAS 1Paul B. Stares, Militarización del Espacio (The Militarization of Space), U.S. Policy, 1945-1984 (Ithaca, N.Y.: Cornell Univerity Press, 1984), p. 240. 2Citado en el libro de Paul B. Stares, Seguridad Espacial y Nacional (Space and National Security) (Washington: The Brookings Institution, 1987), p. 46. 3Stares, Space and National Security, p. 47. 4Stares, The Militarization of Space, pgs. 169-70. 5Peter Anson y Dennis Cummings, “La Primera Guerra Espacial: La Contribución de Satélites a la Guerra del Golfo”, (The First Space War: The Contribution of Satellites to the Gulf War) RUSI Journal, vol. 136, no. 4 (Invierno 1991), p. 49. 6Stares, The Militarization of Space, p. 248. Ver también George F. Jelen, “Las Contramedidas y Vulnerabilidades del Sistema Espacial”, en los Intereses Nacionales y el Uso Militar del Espacio, (Space System Vulnerabilities and Countermeasures, in National Interests and the Military Use of Space) William J. Durch, editor (Cambridge, Mass.: Ballinger Publishing Co., 1984), p. 90. 7David A. Fulghum, “Talon Lance le da a los Tripulantes de Inteligencia Oportuna del Espacio” (Talon Lance Gives Aircrews Timely Intelligence from Space), Aviation Week and Space Technology, vol. 139, no. 8 (Agosto 23, 1993), p. 70. 8Robert B. Giffen, “Capacidad de Supervivencia del Sistema Espacial: Alternativas Estratégicas para la Década de 1990”, (Space System Survivability: Strategic Alternatives for the 1990s) en International

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Security Dimensions of Space, Uri Raánan y Robert L. Pfaltzgraff, Jr., editores (Medford, Mass.: Aarchon Books, 1984), pgs. 87-92, se discuten las contramedidas de los satélites. 9Robyn A. Chumley, “Apoyando el Soldado”, (Supporting the Warfighter) Airman, vol. 38, no. 11 (Noviembre 1994), p. 35. 10Gregory H. Canavan y Simon P. Worden, “El Espacio Militar en el Próximo Siglo”, (Military Space in the Next Century) disertación al equipo Espacial 2020 de la Universidad Aérea (Air University Spacecast 2020 Team), del Air War College, Base de la Fuerza Aérea Maxwell, Ala., 1993, p. 10. 11Patricia Gilmartin, “La Guerra del Golfo Abre nuevamente el Debate sobre la Protección de los Sistemas Informáticos” (Gulf War Rekindles U.S. Debate on Protecting Space Systems Data), Aviation Week and Space Technology, vol. 134, no. 17 (Abril 29, 1991), p. 55. 12Jelen, “Vulnerabilidades del Sistema Espacial”, (Space System Vulnerabilities) pgs. 91-95. 13Samuel Glatone y Philip J. Dolan, editores, Efectos de las Armas Nucleares, (The Effects of Nuclear Weapons) tercera edición (Washington: Government Printing Office, 1977), pgs. 45-48, 71-77, 461, 487, 518-23; F.R. Gladeck y otros, Operation Hardtack I-1958, Informe 6038F de la DNA (Washington: Agencia Nuclear del Ministerio de Defensa, diciembre 1, 1982), pgs. 257-73; C.B. Jones y otros, Operación Argos 1958 (Operation Argus 1958), Informe 6039F de la DNA (Washington: Agencia Nuclear del Ministerio de Defensa, abril 30, 1982), pgs. 58-72. 14Curtis Peebles, Batalla por el Espacio (Battle for Space) (Nueva York: Beaufort Books, 1983), pgs. 85-94. 15Doug Stewart, “Detectives Satélicos” (Satellite Sleuths), Air and Space, vol. 5, no. 2 Junio/Julio 1990, pgs. 27-34. 16Peebles, Battle for Space, pgs. 88-91. El radio letal registrado de los satélites para el 10o Escuadrón de la Defensa Aeroespacial era de cinco millas. Durante dos pruebas CEL la ojiva de combate simulada del ASAT pasó dentro de 0.89 y 2.019 millas náuticas, ambas altamente exitosas. 17Thomas A. Torgerson, Poderío Global Mediante la Flexibilidad Táctica: Unidades Espaciales Rápidamente Desplazables (Global Power Through Tactical Flexibility: Rapid Deployable Space Units), Instituto de Investigación del Poderío Aéreo Informe de Investigación no. AU-ARI-93-6 (Base de la Fuerza Aérea Maxwell, Ala.: Air University Press, 1994). 18Jeffrey M. Lenorovitz y Boris Rybak, “Engineers Flee Low-Paying CIS Jobs en Aviation Week and Space Technology, vol. 139, no. 13 (septiembre 27, 1993), p. 53. 19Comandancia, Fuerza Aérea de EE.UU. (AF/XOXI), orientación titulada “Combatiendo la Proliferación de Armas de Destrucción en Masa” (Countering Weapons of Mass Destruction Proliferation) (1993), p. 5. 20Torgerson, Global Power, p. 16. 21Giffen, “Space System Survivability”, p. 100. 22Espacio de Batalla (Battlespace) viene a reemplazar el campo de batalla (Battlefield) en la lexicología militar y es la extensión lógica del campo de batalla en todas las dimensiones y medios de operación. 23Stares, Space and National Security, p. 77. 24Stares, The Militarization of Space, p. 108. 25Canavan, “Espacio Militar”, (Military Space) p. 12. 26R.C. Webb y otros, “La Crisis de Supervivencia del Satélite Comercial y Militar” (The Commercial and Military Satellite Survivability Crisis), Defense Electronics, vol. 27, no. 8 (agosto 1995), pgs. 21-25. 27Giffen, “Supervivencia del Sistema Espacial” (Space System Survivability), p. 92.

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Fundamentos de la Guerra Operacional C/M/S 500

Lección 5

Lectura E: Extractos del “Enunciado de la Postura del Ejército de Estados Unidos para el Año Fiscal 00”

Capítulo 1 Garantizando el Presente Estado de Listeza: La Listeza, la Estrategia Militar Nacional y

las Capacidades del Ejército El Ejército de Estados Unidos es la mejor fuerza de combate terrestre del mundo. Se mantiene preparada hoy al igual que lo han hecho sus predecesores durante los últimos 223 años, a fin de librar y ganar las guerras de la nación. Apoyando la estrategia militar establecida por nuestras Autoridades Nacionales de Mando, nos encontramos realizando operaciones a nivel mundial a fin de fomentar la paz mediante la configuración del ambiente internacional. Las operaciones que el Ejército realiza mejoran las condiciones de vida de los ciudadanos de muchos países. El Ejército también realiza operaciones de mantenimiento e imposición de paz en un sinnúmero de regiones donde existe gran tensión, y donde, a no ser por la presencia de los soldados estadounidenses, la paz no tendría ninguna oportunidad. Estamos preparados y capacitados para obligar a nuestros enemigos a hacer lo que ellos no harían por su propia voluntad: disuadir a quienes se convertirían en nuestros enemigos, reconfortar a nuestros amigos y aliados y apoyar a las autoridades internas cuando ocurren siniestros u otras emergencias. El Ejército es el componente más numeroso del Ministerio de Defensa. Existen tres elementos interdependientes—los soldados del componente activo, los soldados del componente de reserva y el personal civil del Ejército--que comprenden el conglomerado de más de 1.3 millón de personas que componen el Ejército de hoy. Cada elemento hace contribuciones vitales a las capacidades del Ejército que se consideran necesarias para ejecutar la Estrategia Militar Nacional. La capacidad fundamental del Ejército, su contribución única a las operaciones militares conjuntas, es el ejercicio de un control general y continuo sobre las personas, el territorio y los recursos. Nuestros soldados y líderes, y quienes los apoyan, están preparados para llevar a cabo operaciones oportunas y sostenidas a través de toda la gama de operaciones militares en cualquier ambiente que requiera el empleo de fuerzas terrestres. El Ejército es, por consiguiente, la fuerza de preferencia para apoyar la paz, disuadir la guerra y obligar al enemigo en defensa de los intereses de los Estados Unidos. El Ejército es el elemento principal de la listeza militar de Estados Unidos: una fuerza decisiva en toda la gama de operaciones. ¿Listeza para qué?—La Estrategia Militar Nacional La listeza militar es el instrumento usado para medir las capacidades de nuestras fuerzas militares tomando en cuenta los requerimientos que las fuerzas deben satisfacer. Estos requerimientos se determinan evaluando los intereses de Estados Unidos en el contexto del ámbito internacional. Los siguientes pasos incluyen: desarrollar una estrategia para fomentar y defender dichos intereses, extraer de la estrategia las capacidades militares requeridas y

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equilibrar las capacidades requeridas con los recursos disponibles. El logro y el mantenimiento de la listeza es, por consiguiente, una responsabilidad por las ramas Ejecutiva y Legislativa del gobierno. En pocas palabras, la rama Ejecutiva formula tanto la Estrategia de Seguridad Nacional como la Estrategia Militar Nacional y solicita del Congreso los fondos necesarios para las capacidades consideradas esenciales para la ejecución de la Estrategia Militar Nacional. Podemos decir que hemos alcanzado un nivel de listeza militar adecuado cuando las capacidades vigentes satisfacen o exceden las capacidades requeridas por la Estrategia Militar Nacional, y el programa utilizado para la adquisición de nuevas capacidades o capacidades actualizadas avanzan al mismo paso que los requerimientos previstos para ellas. La Estrategia Militar Nacional en vigencia refleja el marcado cambio experimentado en el ámbito internacional como resultado de nuestra victoria en la Guerra Fría. Ya no tenemos que enfrentarnos a la amenaza monolítica contra la cual evaluamos nuestra listeza durante los 44 años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial. Má bien nos estamos enfrentando a una compleja serie de amenazas y desafíos que emergieron a raíz de la desaparición de la Unión Soviética. Las guerras entre facciones étnicas rivales, la proliferación de armas de destrucción en masa, la tecnología de misiles balísticos y el resurgimiento del terrorismo internacional no más que algunas de las características de la posguerra fría a nivel mundial. Tomando en cuenta que alguna vez consideramos la misión del instituto militar estadounidense mayormente en términos de librar y ganar conflictos de mediana a alta intensidad, encontramos ahora a las fuerzas militares involucradas casi continuamente en otros tipos de operaciones militares, inclusive en misiones de desarrollo nacional y de mantenimiento de paz. Sin embargo, debido a que el conflicto de mediana a alta intensidad sigue siendo la misión más requerida dentro de la gama de operaciones militares, las fuerzas estadounidenses siempre deben estar preparadas para librar y ganar las guerras de la nación americana, aún mientras realizan operaciones del extremo inferior de la gama de operaciones. La listeza actual debe, entonces, ser evaluada en términos de nuestra capacidad para configurar el ambiente internacional, nuestras eficacia según ejecutamos operaciones militares en respuesta a las crisis y nuestra preparación para enfrentar los desafíos del mañana. Al contestar la pregunta “¿Listeza para qué?”, la Estrategia Militar Nacional proporciona el marco en torno al cual desarrollamos las capacidades militares. La Estrategia Militar Nacional y las Capacidades del Ejército El primer pilar de la Estrategia Militar Nacional, configurar el ambiente internacional en formas que favorezcan nuestros intereses nacionales, es indispensable para minimizar las posibles amenazas. Las actividades de configuración varían en gran medida, desde esfuerzos dirigidos a evitar o minimizar el conflicto hasta programas militares de tiempo de paz que estabilizan y fortalecen las presentes relaciones de la alianza. Este pilar es mejor apoyado por actividades a largo plazo realizadas frente a frente que permiten hacer amigos y cimentar la confianza, fomentan la estabilidad en sociedades frágiles, fortalecen las coaliciones y garantizan la cooperación con aliados tradicionales. La presencia del soldado norteamericano en el terreno es el método principal de ejecutar estas actividades. Debido a que la mayoría de los institutos militares de otras naciones son dominados por sus ejércitos, la participación militar con estos países es más eficaz a través del contacto intermilitar. La presencia del Ejército en sociedades frágiles produce múltiples beneficios tanto para el Ejército como para la nación anfitriona: fomenta la estabilidad nacional y ofrece oportunidades de adiestramiento a los soldados norteamericanos que se encuentran aprendiendo—e inculcando—destrezas que mejoran el nivel de vida en las naciones participantes e intensifican la listeza de las fuerzas del Ejército. El Ejército de Estados Unidos es ideal para la ejecución de este pilar de la Estrategia

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Militar Nacional y está muy involucrado en el logro del mismo. Indudablemente, las capacidades de configuración únicas y eficaces que posee el Ejército le confieren el papel principal en el primer pilar de la Estrategia Militar Nacional. A fin de ejecutar el segundo pilar de la Estrategia Militar Nacional, nuestras fuerzas militares deben reaccionar eficazmente ante las amenazas y las pruebas que enfrentan nuestros intereses nacionales. El Ejército, por ser el único Servicio que puede imponer resultados decisivos y mantenerlos, desempeña un papel crítico en este respecto. En el presente ambiente estratégico, Estados Unidos no puede darse el lujo de esperar a que surja una amenaza definida y depender luego de los océanos para proteger a la nación mientras prepara una respuesta adecuada. Las fuerzas norteamericanas deben estar preparadas para reaccionar rápidamente tanto en Estados Unidos como en cualquier otra parte donde nuestros intereses se vean amenazados. Para responder eficazmente, debemos contar con suficientes fuerzas a fin de disponer de fuerzas adiestradas y preparadas para desplegarlas con corto tiempo de aviso, contar con suficientes recursos estratégicos de transporte aéreo y marítimo para la proyección rápida de poderío y con suficientes fuerzas y recursos colocados en el área avanzada para reducir el tiempo de despliegue de las primeras fuerzas de reacción. El Ejército de Estados Unidos ha demostrado una y otra vez durante los últimos diez años que puede proyectar su potencia de combate a nivel mundial con corto tiempo de aviso y a la vez ofrecer seguridad y los servicios esenciales en respuesta a los desastres ocurridos en la nación estadounidense. El tercer pilar de la Estrategia Militar Nacional consiste en prepararse para enfrentar las amenazas que prevemos que se presentarán en el futuro. Las amenazas del futuro pueden tener un rostro familiar, a medida que crece el poder de algunas naciones o coaliciones y éstas buscan evaluar nuestros intereses. Por otra parte, la rapidez de los avances tecnológicos presenta amenazas asimétricas: un rival o grupo de rivales buscando poner a prueba la capacidad de Estados Unidos para defender sus intereses mediante el uso de algún tipo de tecnología, arma, estrategia o táctica que evite nuestras capacidades y explote nuestras vulnerabilidades. No importa cuál sea el caso, debemos prepararnos ahora para garantizar que estemos listos para contrarrestrar las amenazas del mañana. El Ejército de Estados Unidos está implementando una amplia estrategia de transformación para desarrollar las capacidades de la era de la información que son necesarias para proteger nuestros intereses hasta bien entrado el siglo 21, mientras preservamos el estado actual de listeza. Esta estrategia requiere de fondos, soldados y tiempo de adiestramiento considerables para desarrollar y validar el equipo y la doctrina que nos permitirán utilizar nuevas tecnologías en los futuros campos de batalla. El dominio ejercido por Estados Unidos en los últimos campos de batalla no es garantía de que tendremos éxito en el futuro; debemos continuar generando las capacidades militares que dominarán los futuros campos de batalla. Sólo preparándonos ahora podremos mantener nuestra capacidad para defender los intereses de Estados Unidos frente a la compleja serie de amenazas que se están presentando con tanta rapidez. Configurar, reaccionar, preparar—la Estrategia Militar Nacional ha sido adaptada cuidadosamente para proteger los intereses norteamericanos en el contexto del presente ambiente internacional. La Estrategia Militar Nacional es la estrategia correcta, y el Ejército de Estados Unidos es indispensable para su debida ejecución.

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Desempeñando la tarea más pesada para EE.UU.: El Ejército y la Estrategia Militar Nacional En la actualidad, el Ejército está preparado para librar y ganar las batallas de la Nación, y continúa preparándose día a día e incorporando capacidades únicas y substanciales al equipo conjunto. Si bien las contribuciones del poderío aéreo y marítimo son posibilitantes clave de las operaciones de combate terrestres de carácter decisivo, y facilitan la aplicación del poderío terrestre a través de toda la gama de operaciones militares, la Estrategia Militar Nacional del presente demuestra ser una estrategia concentrada en el Ejército. La presencia del Ejército en ultramar es mayor que la de cualquier otro Servicio; tiene más de 122.000 soldados asignados a bases ubicadas en ultramar. Las misiones que ejecutan diariamente estos soldados son misiones del mundo real, y las ejecutan en lugares que incluyen desde la Zona Desmilitarizan en Corea hasta Bosnia, Egipto y un sinnúmero de otros lugares. Además, en un día promedio en el Año Fiscal 98, se desplazaban más 28.000 soldados a lugares distantes de sus guarniciones de origen, que incluían más de 70 países en todo el mundo. Diariamente, los soldados norteamericanos y el personal civil del Ejército interactúan con soldados, funcionarios y ciudadanos de naciones anfitrionas; implementan los requerimientos aplicables a los tratados al igual que las reglas de enfrentamiento; y le ponen a Estados Unidos un rostro que retienen muchísimas personas en distintas partes del mundo. Configuración del ambiente internacional Los soldados norteamericanos se encuentran realizando operaciones de configuración 24 horas al día, los siete días de la semana. El Ejército configura el ambiente internacional mediante la presencia de las fuerzas que se encuentran desplegadas en distintos lugares del mundo, mediante programas eficaces de desarrollo nacional y de actividades de contacto intermilitar y mediante iniciativas que apoyan el control de las armas. La mayoría de los soldados norteamericanos que se encuentran acantonados en ultramar son asignados al Ejército de Estados Unidos en Europa (USAREUR) y al 8º Ejército de Estados Unidos ubicado en Corea, regiones estratégicas donde conforman la fuerza crítica de nuestras alianzas. Las fuerzas de USAREUR representan un compromiso duradero con la OTAN—un compromiso que ha sido un factor clave en proporcionar la estabilidad esencial para manejar la turbulencia vinculada con la disolución del Pacto de Varsovia. Además de su contribución al Programa de Asociación por la Paz (PfP) y de los intercambios y ejercicios militares asociados, la presencia de estos soldados norteamericanos es un posibilitante clave de los esfuerzos internacionales encaminados a mantener la paz en los Balcanes. En Corea, la presencia de soldados norteamericanos reconforta a nuestros aliados y constituye un disuasivo potente y necesario ante el régimen norcoreano, cuyas acciones son difíciles de predecir. Otros soldados que se hayan acantonados en las áreas de operaciones del Comando de Estados Unidos en el Pacífico y del Comando Sur de Estados Unidos contribuyen a las operaciones de colaboración realizadas en los países de la Cuenca del Pacífico, en América Latina y en el Caribe. En resumen, las numerosas fuerzas norteamericanas que se encuentran desplegadas en el área avanzada configuran el ambiente internacional disuadiendo los actos de agresión, dirigiendo las operaciones estadounidenses de reacción ante las amenazas globales y promoviendo la estabilidad a través de contactos intermilitares en regiones clave.

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Mantenimiento de la Paz El Año Fiscal 98 marcó el décimosexto año en que Estados Unidos ha estado brindando apoyo a la Fuerza y los Observadores Multinacionales (MFO) en el Sinaí, lo cual verifica que se está cumpliendo con el tratado de paz que existe entre Egipto e Israel. Los soldados del Ejército que sirven en misiones similares de observación y mantenimiento de paz desde la frontera de Ecuador y Perú hasta la Antigua República Yugoslava de Macedonia ayudaron a fortalecer la paz en regiones en conflicto en distintas partes del mundo. Más de 300 soldados del Componente Activo y del Componente de Reserva también prestaron servicio con el Grupo de Apoyo Estadounidense en Haití, participando en operaciones concentradas en el mantenimiento de la paz, la prestación de ayuda humanitaria y el adiestramiento en funciones de orden público. Conforme a la Iniciativa de Reacción a la Crisis Africana (ACRI), un grupo de soldados de nuestras Fuerzas de Operaciones Especiales impartieron adiestramiento en el mantenimiento de la paz a soldados de Mali, Malawi y Ghana en el Año Fiscal 98. Esto incrementa el total de países adiestrados conforme a este programa a seis, y con la esperanza de unir a Cote d’Ivoire a las filas de los pacificadores adiestrados por el Ejército en un futuro cercano. Asociación por la Paz La participación del Ejército en el Programa de Asociación por la Paz y en intercambios y ejercicios relacionados durante el Año Fiscal 98 ayudó a establecer el escenario para la ampliación de la OTAN, así como a establecer la base para los esfuerzos cooperativos con fuerzas no pertenecientes a la OTAN. Durante el Ejercicio Escudo de la Paz 98 (Peace Shield 98), realizado en septiembre, soldados del Componente Activo y del Componente de Reserva trabajaron con soldados de Ucrania y de otros 13 países de Europa Oriental en un ejercicio de puesto de mando multinacional a nivel de brigada; el mismo fue diseñado para mejorar la interoperabilidad en las operaciones de apoyo a la paz. Por segundo año, los soldados norteamericanos también participaron en el ejercicio de adiestramiento “En Espíritu de la Asociación por la Paz” con el Batallón de Mantenimiento de Paz de la región central de Asia entre las naciones participantes, lo cual ilustra el profesionalismo y los valores del Ejército de Estados Unidos. Intercambios intermilitares Además de participar en operaciones y ejercicios, el Ejército participa en una gran variedad de interacciones diarias con países del exterior que contribuyen a las metas buscadas con la configuración. Las actividades de contacto entre distintos ejércitos constituyen la mayoría de las actividades de cooperación que se realizan entre las fuerzas armadas de Estados Unidos y las fuerzas armadas de otras naciones. El año pasado, tales actividades incluyeron desde actividades de contacto con personal de mayor jerarquía hasta el adiestramiento de 5.980 soldados extranjeros bajo el Programa de Educación y Adiestramiento Militar a nivel Internacional (IMET) y el Programa de Ventas Militares al Exterior. Estos programas estimulan a otras naciones a participar en misiones internacionales de mantenimiento de paz y ofrecen la oportunidad de moldear positivamente los valores de las fuerzas militares del exterior. Los componentes de reserva del Ejército desempeñan un papel crítico en los intercambios intermilitares. El Programa de Asociación Estatal de la Guardia Nacional, por ejemplo, ha sido de gran utilidad para estrechar los lazos existentes entre los ejércitos y los gobiernos del antiguo Pacto de Varsovia. Además de ayudar a configurar el ambiente internacional en conformidad con los intereses de Estados Unidos, este continuo

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contacto con los ejércitos extranjeros intensifican nuestra capacidad para participar en operaciones realizadas por una coalición tanto en el presente como en el futuro. Esfuerzos antidrogas Para el Año Fiscal 89, la Ley de Autorización de la Defensa Nacional autorizó la participación del Ministerio de Defensa en las actividades antidrogas. De conformidad con las leyes aplicables, el Ejército realiza una amplia gama de actividades y operaciones en la nación y en el exterior en apoyo de los esfuerzos antidrogas realizados por el gobierno estadounidense. El año pasado, en el ámbito interno, más de 2.000 soldados del Componente Activo y del Componente de Reserva desempeñaron tareas que incluyeron desde la construcción de cercas a lo largo de la frontera con Méjico hasta la prestación de apoyo por parte de analistas de inteligencia a las agencias antidrogas y de orden público (DLEA). La Guardia Nacional del Ejército proporciona un apoyo antidrogas inigualable a los 54 estados y territorios conforme a las disposiciones del Título 32. Este apoyo incluye más de 3.000 personas y consiste en actividades como inspección de las cargas y operaciones de apoyo para reducir la demanda de drogas. El Ejército también proporciona apoyo antidrogas en muchas naciones de América Latina y el Caribe y en las regiones del sudeste y el sudoeste de Asia donde se produce y transborda la heroína. Las actividades antidrogas del Ejército en el exterior incluyen ofrecer adiestramiento a personal de la nación anfitriona por medio de nuestras Fuerzas de Operaciones Especiales al igual que apoyo de transporte aéreo, inteligencia, planeamiento y reconocimiento. El Ejército, en coordinación estrecha con otras agencias Federales, desempeña un papel clave en la lucha de la Nación contra esta amenaza transnacional. Apoyo para el control de armas y la contraproliferación Otras de las operaciones de configuración que realiza el Ejército promueven los intereses de Estados Unidos en el exterior mediante el adiestramiento de fuerzas militares extranjeras y mediante el apoyo de las iniciativas de control de armas y contraproliferación de nuestro gobierno. En apoyo de la política de nuestro gobierno de reducir la amenaza de las minas terrestres antipersonal que no se autodestruyen, contamos con Fuerzas de Operaciones Especiales del Ejército y soldados expertos en la neutralización de material explosivo desplegados en 19 países. Estos soldados se encuentran impartiendo adiestramiento y proporcionando apoyo en áreas tales como: concientización sobre las minas, despejo de minas y planeamiento. Hasta la fecha, hemos dirigido esfuerzos en los que se ha adiestrado aproximadamente a un 25 por ciento de los expertos en desminado de todo el mundo. Como agente ejecutivo del Ministerio de Defensa, el Ejército también apoya el Programa de Eliminación de Armas Químicas al continuar con la destrucción segura del depósito de armas químicas letales estadounidenses y de aquel material de guerra relacionado que no pertenece a tal depósito, en cumplimiento con la Convención de Armas Químicas celebrada a nivel mundial. A través de estos esfuerzos, el Ejército de Estados Unidos está haciendo del mundo un lugar más seguro.

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Amigos En el Año Fiscal 98, los soldados norteamericanos llevaron a cabo misiones en todas partes del mundo. Muchas de estas misiones permitieron que los soldados practicaran destrezas relacionadas con sus trabajos, lo cual, al mismo tiempo, beneficiaba a la nación anfitriona, ya que ello les permitía mejorar su infraestructura en lo referente a la prestación de servicios médicos a sus ciudadanos. Por ejemplo, los soldados de la Reserva del Ejército prestaron servicios médicos a más de 116.000 civiles mientras estuvieron desplazados en cinco países anfitriones de América Latina realizando ejercicios de adiestramiento para incrementar su nivel de listeza en el campo de la sanidad. Otros soldados realizaron misiones similares de sanidad en Sri Lanka, Fiji, las Maldivas y Madagascar. Unidades de ingenieros del Ejército realizaron proyectos de ingeniería propios del Equipo de Acción Cívica en Tonga, la República de Corea, Micronesia, Mongolia y la República de las Islas Marshall. Operaciones como éstas apoyan la estabilidad política y económica y permiten hacer amigos en sociedades frágiles que de lo contrario producirían conflictos. La amplia gama de operaciones que el Ejército realiza para configurar el ambiente internacional ayuda a reducir la posibilidad de conflictos y el sufrimiento humano en el mundo. Nuestros soldados y civiles moldean instituciones y actitudes, verificando así la imagen que tienen de Estados Unidos las personas de muchas otras naciones. El apoyo brindado en las opraciones de paz, los programas de desminado y los programas que fomentan la cooperación a través de intercambios también permite que el personal del Ejército adquiera experiencia valiosa. A través de las numerosas actividades discutidas en esta sección, el Ejército se encuentra mejorando la seguridad y la estabilidad global; los resultados de estas operaciones de configuración continuarán fortaleciendo los intereses de Estados Unidos en lo referente a seguridad y ayuda humanitaria en el futuro. Reacción a situaciones de crisis ocurridas en el exterior o en Estados Unidos En el Año Fiscal 98, el Ejército de Estados Unidos respondió a las situaciones de crisis ocurridas en el exterior e internamente desplegando a una brigada pesada a Kuwait en un período de 96 horas, relevando en el lugar a las fuerzas involucradas en la misión de mantenimiento de paz en Bosnia, apoyando el esfuerzo de socorro realizado tras el Huracán Mitch en América Central y apoyando una amplia gama de actividades de apoyo doméstico. Estos éxitos validaron la listeza de nuestras fuerzas en toda la gama operacional. Listeza en toda la gama operacional: Mantenimiento de la capacidad de reacción La capacidad para reaccionar ante cualquier situación ocurrida en cualquier parte del mundo con poco tiempo de aviso se deriva de la dedicación sostenida que ha demostrado la nación ante los complejos requerimientos de listeza para participar en toda la gama operacional. Esta listeza proviene de las capacidades inigualables de los soldados norteamericanos y del riguroso adiestramiento que los prepara para el combate. El nivel de listeza que poseen los soldados actualmente es producto de la inversión que se ha hecho durante muchos años en personal competente, adiestramiento, doctrina, la combinación de fuerzas, equipo moderno y la capacitación de jefes. Debido a que Estados Unidos combate como parte de un equipo conjunto y, a veces, como parte de una coalición, los soldados también tienen que adiestrarse con los miembros del equipo conjunto (en ejercicios de adiestramiento conjunto) y con soldados de los países aliados (ejercicios de adiestramiento combinado) a fin de garantizar la listeza del personal actualmente y para el siglo 21.

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Durante el Año Fiscal 98, el Ejército llevó a cabo un programa eficaz de adiestramiento y despliegues para validar y mejorar la capacidad de nuestros soldados desplegarse rápidamente, combatir y ganar. Por ejemplo, el ejercicio “Bright Star” (Estrella Brillante) nos permitió poner en práctica la capacidad para desplegarnos rápidamente así como la conducción de operaciones combinadas con las fuerzas militares egipcias. El ejercicio de la fuerza de tarea conjunta “Purple Dragon” (Dragón Púrpura), uno de los ejercicios más importantes del año; en el mismo participaron soldados del XVIII Cuerpo de Ejército Aerotransportado y sus cuatro divisiones junto con elemento de la Marina, la Fuerza Aérea y el Cuerpo de Infantería de Marina. Este ejercicio masivo, realizado en varias ubicaciones de la región este de Estados Unidos, el Océano Atlántico y el Caribe, brindó la oportunidad de integrar las operaciones de todos los Servicios en un escenario que incluía desde actos de insurrección hasta el empleo de armas de destrucción en masa. En marzo, más de 500 soldados, procedentes del V Cuerpo de Ejército con base en Europa y de la Guardia Nacional de Minesota, participaron el ejercicio de adiestramiento en campaña (FTX) de la OTAN “Strong Resolve 98”; el mismo se llevó a cabo en Noruega. El pasado mes de agosto, soldados procedentes de Alaska llevaron a cabo un ejercicio de adiestramiento combinado con el Ejército Tailandés, en el que figuró la operación aerotransportada más grande que jamás se haya realizado en Tailandia. Estos ejercicios, junto con otros, le permitieron a los soldados y líderes participantes adquirir una valiosa experiencia en lo concerniente a despliegues y adiestramiento. Reacción ante situaciones de crisis ocurridas en el exterior En febrero de 1998, la 1ra. Brigada (-) de la 3ra. División de Infantería (Mecanizada) (3 ID (M)) recibió la orden de desplegarse a Kuwait conjuntamente con otras fuerzas enviadas a la región cuando Irak se negó a cumplir con la orden expedida por la OTAN de inspeccionar las armas. La brigada (-) se desplazó por aire y utilizó el equipo preubicado de antemano para asumir una posición de listeza en un lapso de 96 horas. Estos soldados se unieron a otro batallón de la 3ra. División de Infantería (M) que se encontraba ya adiestrándose con las Fuerzas Terrestres Kuwaitíes. Se envió una comandancia del Ejército para asumir el mando de todas las fuerzas combinadas y conjuntas en Kuwait. El 20 de febrero, el presidente de Estados Unidos autorizó que se llamaran a los soldados del Componente de Reserva para apoyar las operaciones militares en Asia Sudoccidental. Para el 22 de septiembre de 1998, se habían movilizado 184 soldados de la Guardia Nacional del Ejército y 192 de la Reserva del Ejército para prestar servicio en Asia Sudoccidental, donde realizaron misiones de detección de agentes químicos, logística, defensa antiaérea, comunicaciones y aviación. En diciembre, en apoyo de la operación “Desert Fox” (Zorro del Desierto), el Ejército desplegó una vez más fuerzas de los componentes activo y de reserva con poco tiempo de aviso a fin de incrementar el número de fuerzas que ya se encontraban en el teatro de operaciones para fines de adiestramiento. La presencia de miles de soldados norteamericanos allí permitió disuadir eficazmente cualquier actividad amenazante por parte de las fuerzas terrestres iraquíes. La ejecución exitosa de estas operaciones valida nuestro programa regular de despliegues a regiones clave para fines de adiestramiento y subraya la importancia de integrar a los componentes de reserva rápidamente en las contingencias en curso. El despliegue de la 1ra. División de Caballería (-) en septiembre pasado a Bosnia, a fin de asumir responsabilidad por la parte de la misión de mantenimiento de paz de la OTAN que correspondía a Estados Unidos, es otro ejemplo del apoyo brindado por el Ejército para contingencias globales. La 1ra. División Blindada, con base en Europa, aumentada con un número significativo de soldados y unidades tanto del Componente Activo como del Componente de Reserva, proporcionó el contingente estadounidense a las fuerzas de la OTAN

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en Bosnia durante la mayor parte del Año Fiscal 98. El cambio a la 1ra. División de Caballería con base en Estados Unidos ayudó a estabilizar a algunas unidades cuya base está en Europa en lo respecta al adiestramiento necesario para incrementar la listeza y a reducir el tiempo que pasan fuerza de su guarnición de origen o PERSTEMPO. La ejecución profesional de esta misión de relevo en el lugar permitió que la transición se efectuara sin reducir nuestra dedicación al cumplimiento de las metas de Estados Unidos en los Balcanes. Vale recalcar que el apoyo del Componente de Reserva es un factor clave en el éxito obtenido en Bosnia. Durante el Año Fiscal 98, se movilizaron más de 1.300 soldados del Componente de Reserva en apoyo de las operaciones realizadas allí. El Ejército de Estados Unidos proporcionó además un grado considerable de apoyo para los esfuerzos de socorro en casos de desastre que se llevaron a cabo como resultado del paso del Huracán Mitch por América Central. Por medio de la Fuerza de Tarea Bravo y de la Fuerza de Tarea Conjunta de Ayuda en Casos de Desastre, tanto personal militar como civil llevaron a cabo operaciones de socorro en Honduras, Nicaragua, El Salvador y Guatemala. El XVIII Cuerpo de Ejército Aerotransportado desplegó recursos de apoyo logístico y aéreo substancial para prestar ayuda en la operación de reacción inmediata realizada en respuesta a esta tormenta catastrófica. En Estados Unidos, soldados de la Guardia Nacional apoyaron las labores de socorro ayudando en la preparación de los cargamentos de suministros de socorro. El apoyo que proporciona actualmente la Reserva del Ejército incluye un programa de despliegues secuenciales, por 21 días, de soldados capacitados en las áreas de asuntos civiles, ingeniería, sanidad, mantenimiento y abastecimiento, a la región afectada. En la proyección de estos despliegues se incluyen hasta un máximo de 8.000 soldados. Reacción ante situaciones de crisis ocurridas en Estados Unidos El año pasado, el Ejército proporcionó apoyo substancial a las autoridades Federales, estatales y locales en respuesta a los desastres naturales ocurridos en Estados Unidos y en sus territorios. Soldados del Componente Activo, de la Reserva del Ejército y de la Guardia Nacional, junto con personal civil del Ejército, apoyaron las labores de socorro en casos de desastre realizadas por la Agencia Federal de Administración de Emergencias (FEMA) como consecuencia del tifón Paka (en Guam), los huracanes Bonnie (en Carolina del Norte) y Georges (en las Islas Vírgenes de Estados Unidos, Puerto Rico, Florida y la costa del Golfo), las tormentas de hielo ocurridas en la región del noreste (en Nueva York y Maine) y los incendios forestales ocurridos en la Florida. El Cuerpo de Ingenieros del Ejército contribuyó en gran medida en las labores de socorro en casos de desastre. El apoyo proporcionado por el Ejército incluyó generadores de electricidad y la operación de estos aparatos, la realización de vuelos en helicóptero para cumplir misiones que incluían desde evacuación de sanidad hasta la evaluación de daños y el establecimiento de refugios de emergencia y el suministro de agua potable, hielo y alimentos. Asimismo, en numerosas ocasiones durante el Año Fiscal 98, el Ejército proporcionó personal capacitado en la neutralización de material explosivo y personal de la Unidad de Escolta Técnica para responder a las solicitudes de asistencia de las autoridades Federales, estatales y locales en lo que respecta al manejo de explosivos y substancias peligrosas. La realización de actividades y labores como éstas validan la capacidad del Ejército, de conformidad con la ley y por solicitud de las autoridades locales, para responder rápidamente a situaciones internas, según sea requerido.

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Preparación para un futuro incierto Los preparativos para un futuro incierto no sólo comprenden la explotación de la tan divulgada tecnología de la era de la información para crear una Revolución en los Asuntos Militares, sino también los preparativos para contrarrestar las amenazas que surgen de las actividades de posibles rivales. Lucha contra el terrorismo La amenaza que representa el terrorismo requiere de un programa coherente para proteger a nuestros soldados, al personal civil del Ejército, a las familias de los soldados, la información y los recursos críticos en la nación y en el exterior. El programa de Protección de la Fuerza Antiterrorista (AT/FP) del Ejército está diseñado para enfrentar esta amenaza. La eficacia de los programas de antiterrorismo dependen en gran medida de lo bien que los planes de reacción sean integrados entre las agencias Federales, estatales y locales pertinentes. Además de especificar las medidas de protección, el programa de Protección de la Fuerza Antiterrorista responsabiliza a los comandantes de instalación de la tarea de garantizar que haya conectividad con las agencias federales, estatales y locales de orden público e inteligencia al igual que con las agencias de orden público e inteligencia de las naciones anfitrionas. El programa requiere que se establezcan Comités de Protección para la Fuerza Antiterrorista a nivel de instalación como el mecanismo que se encargará de la supervisión y coordinación del programa. El programa de Protección para la Fuerza Antiterrorista del Ejército ofrece un modelo operacional para la protección del personal, la información y los recursos críticos contra el terrorismo. El programa incluye cuatro niveles de adiestramiento adaptado a fin de satisfacer los requerimientos de grupos que van desde soldados individuales hasta líderes militares de mayor jerarquía. El mismo requiere la evaluación periódica de las vulnerabilidades de la instalación a fin de mantener los planes al día. En general, el programa garantiza que nuestro personal y nuestros líderes estén conscientes de la amenaza, realicen evaluaciones continuas de determinadas vulnerabilidades y tomen las medidas necesarias para reducir los riesgos mediante el mejoramiento de la seguridad física y operacional. Defensa de la patria: Defensa nacional contra misiles y preparación interna El reciente lanzamiento de un misil de etapas múltiples por Corea del Norte y los continuos esfuerzos realizados por otras naciones-estado para adquirir sistemas de misiles de largo alcance o mejorar dichos sistemas subrayan la importancia de desarrollar la capacidad de entrega inicial de un sistema nacional de defensa antimisiles (NMD). El Ejército apoya el programa de defensa antimisiles que se encuentra en vigencia y que fuera diseñado para desarrollar y poner a prueba un sistema de defensa antimisiles con base en tierra que puede estar en condición operacional para el año 2005 ó antes (para el 2003) si así se ordena. Con los fondos y guía de la Organización de Defensa Contra Misiles Balísticos del Ministerio de Defensa (BMDO), el Ejército controla el desarrollo de los elementos de defensa antimisiles con base en tierra, que incluyen el Radar de Base Terrestre y el Interceptor de Base Terrestre. El desarrollo de ambos elementos se encuentra programado. Las instalaciones para el prototipo del Radar con Base Terrestre, ubicadas en el atolón Kwajalein, han sido terminadas, y el radar está funcionando. El papel que desempeña el Secretario del Ejército como Agente Ejecutivo del programa de Preparación Interna del Ministerio de Defensa coloca al Ejército en la vanguardia de los

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esfuerzos conjuntos e interagenciales encaminados a preparar al personal civil y militar, los “primeros en responder”, para incidentes que involucren el empleo de armas de destrucción en masa. Este programa capacitará a instructores en 120 ciudades para el Año Fiscal 02, dándoles a estas ciudades la capacidad para adiestrar a sus “primeros en responder” en cuanto a la forma de resolver emergencias que involucren el empleo de armas de destrucción en masa. Hay un equipo federal de adiestramiento, que incluye a instructores de la Guardia Nacional y la Reserva del Ejército, encargado de impartir este adiestramiento. Para fines del Año Fiscal 98, habían recibido adiestramiento un total de 9.950 instructores de “los primeros en responder” en 32 ciudades. El Ejército también apoya los esfuerzos realizados por el Ministerio de Defensa para mejorar su capacidad para responder a ataques terroristas que involucran el empleo de armas de destrucción en masa en apoyo de las principales agencias Federales. La Unidad de Escolta Técnica del Ejército así como los elementos del laboratorio del Comando Militar de Guerra Química y Biológica figuran entre las fuerzas del Ministerio de Defensa que pueden responder hoy a las solicitudes de asistencia conforme al Plan de Reacción Federal. Este plan tiene aplicación a este caso al igual que a cualquier otro desastre—cuando el Presidente declara la existencia de una zona de desastre o una emergencia mayor. El estado único de la Guardia Nacional del Ejército como fuerza controlada por el estadoo (salvo cuando es llamada a prestar servicio Federal) optimiza la capacidad de reacción inicial de los estados a la vez que preserva el rol de apoyo del Ministerio de Defensa en lo que respecta a las operaciones de socorro en casos de desastre en la nación. Conforme al Plan de Integración del Apoyo de la Guardia Nacional y la Reserva para Responder a Ataques que involucran el Empleo de Armas de Destrucción en Masa, se adiestrará a los destacamentos de Evaluación Rápida y Detección Inicial (RAID) de la Guardia Nacional a fin de proporcionar la capacidad de reacción inicial en aquellos incidentes en que se use ese tipo de armas. Cada uno de los diez destacamentos (uno por cada región de la Agencia Federal de Administración de Emergencias) está conformado por una combinación de 22 miembros de la Guardia Nacional Aérea y la Guardia Nacional del Ejército. Estas personas se encargan de: evaluar eventos en los que supuestamente se emplearán armas nucleares, biológicas, químicas o radiológicas; asesorar al personal civil que participará en la reacción respecto a las acciones apropiadas; y de expedir solicitudes de asistencia procedentes de agencias estatales y Federales para ayudar a salvar vidas, evitar el sufrimiento humano y mitigar los daños a la propiedad. En la mayoría de los casos, estos destacamentos de RAID permanecen bajo el control del estado. Las compañías de guerra química de la Reserva y la Guardia Nacional del Ejército están entre los elementos que recibirán adiestramiento para proporcionar una capacidad de reacción optimizada del Ministerio de Defensa (por solicitud de las agencias Federales directrices) en casos de desastre internos que involucren el empleo de armas de destrucción en masa. Desafíos presentados por la tecnología de la información: El problema del año 2000, defensa contra la tecnología cibernética y asignación del espectro electromagnético La explosión global de la tecnología de la información ofrece el potencial de capacidades militares bastante mejoradas, pero la confianza en esta tecnología crea además el reto de asegurar su integridad. Todas las fallas que ocurren en nuestro sistema debido a ataques intencionales o a defectos del mismo representan una seria amenaza. La posibilidad de que la práctica común que existía de utilizar dos caracteres en los programas de computación para representar las fechas pudiera haber trastornado los sistemas que operaban con base en las computadoras para el año 2000—problema conocido como la Falla del Milenio

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(Y2K)—es una manifestación del reto presentado por nuestra confiabialidad en la tecnología de la información. La protección de la información amiga y de los procesos de toma de decisiones contra el entorpecimiento intencional y la limitación comercial del espectro electromagnético son otras dos manifestaciones. Hay varios programas del Ejército encaminados a garantizar que nuestros sistemas de información continúen estando libres de interrupciones. El Ejército está implementando un plan detallado a fin de asegurar que nuestras armas, sistemas de información y dispositivos controlados de la tecnología de la información no se vean afectados por la Falla del Milenio. Ya hemos identificado los sistemas que se encuentran en riesgo, los hemos clasificado de acuerdo con su importancia y estamos manejando la cuidadosamente la renovación de estos sistemas utilizando una base de datos e informes mensuales de todo el Ejército. En lo que respecta a actividades clave que involucran la integración de múltiples sistemas, el Ejército está llevando a cabo pruebas “completas” y participando en pruebas conjuntas a fin de garantizar el funcionamiento de todo el sistema. Ningún sistema considerado crítico para la misión del Ejército resultará con fallas debido al problema del Y2K. Las Operaciones de Información se refieren a la integración de medidas ofensivas y defensivas que les permitan a las fuerzas amigas familiarizarse mejor con la situación y a la vez ocasionar que el enemigo tenga problemas para familiarizarse con la situación. Debido a que enemigos en potencia tienen acceso a la tecnología de información, el Ejército se encuentra implementando una serie de mecanismos para proteger la información y los procesos de toma de decisiones de las fuerzas amigas contra el entorpecimiento intencional. Las mejoras emprendidas en apoyo de este método incluyen la adición de las capacidades de las Operaciones de Información a nivel de división y niveles superiores, la instalación de dispositivos para la detección de intrusión y el desarrollo de Equipos de Reacción ante Emergencias de Computación a nivel regional, tanto en el Componente Activo como en el de Reserva. Hay muchos sistemas de combate modernos que dependen del espectro electromagnético, convirtiendo el acceso al mismo en un importante recurso para la guerra de la era de la información. Las iniciativas globales recientes para subastar este limitado recurso como producto limitan a las fuerzas militares en lo que respecta a su uso para operaciones y adiestramiento. Este acontecimiento ha convertido la administración de este recurso en una consideración importante para los planificadores militares. Preocupaciones relativas a los recursos Las capacidades necesarias para ejecutar la Estrategia Militar Nacional son la norma en lo que respecta a listeza militar. Para el Ejército, nuestro rol principal y vital en lo referente a la configuración del ambiente internacional, la reacción inmediata y la preparación para el futuro requiere de dedicación continua al logro de la listeza, lo cual se hace generando las capacidades necesarias y aplicándoles mantenimiento. Aun cuando nuestras fuerzas militares se encuentran actualmente en buen estado de listeza, la limitación de los fondos está limitando los recursos de nuestro Ejército, creando así problemas en las áreas de personal, listeza y modernización. Durante los últimos meses, los líderes del Ejército han consultado con el Gobierno y testificado ante el Congreso en lo que respecta a la listeza. El Ejército solicitó un aumento anual de $5 mil millones en lo que respecta a la Autoridad de Asignación Total de Fondos (TOA) debido a preocupaciones concentradas mayormente en el reclutamiento y la retención, el nivel de listeza actual y la modernización. Los esfuerzos realizados por el Gobierno y el

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Congreso a fin de proporcionar fondos adicionales en forma de una medida de asignación de fondos suplementarios correspondientes al Año Fiscal 99, el Presupuesto Presidencial para el Año Fiscal 00 y el Plan de los Cuatro Años Siguientes al Primer Año del Año Fiscal 00 han resuelto muchas de estas preocupaciones. Nuestras inquietudes en lo que respecta al personal se derivan de las crecientes dificultades existentes en el área de reclutamiento y retención de una cantidad adecuada de jóvenes norteamericanos competentes para el servicio militar. El Ejército debe reclutar aproximadamente 180.000 nuevos reclutas anualmente para contar con suficientes soldados adiestrados que satisfagan los requerimientos. Debemos retener suficientes soldados con experiencia a través de toda la gama de ocupaciones militares a fin de continuar produciendo jefes competentes de nivel medio y superior. La economía pujante en la nación ha creado bastante competencia en lo referente a la población que buscamos reclutar y retener. Aun cuando nuestras primeras unidades en combatir se encuentran adiestradas y listas para combatir, este estado de listeza puede disiparse rápidamente si no es debidamente sostenido. Los informes que indican que el nivel de pericia de las unidades que llegan ahora a los Centros de Adiestramiento de Combate está por debajo del de las unidades recibidas en el pasado subrayan la necesidad de asignarle suficientes fondos a las partidas relativas al adiestramiento a fin de proteger el tiempo que la unidad dedica al adiestramiento. Proporcionar los fondos necesarios para las operaciones de contingencia antes que el Ejército se vea obligado a desviar los fondos de adiestramiento para cubrir los gastos es parte de la solución. La asignación de suficientes fondos para las partidas correspondientes a las Operaciones de la Base y al Mantenimiento de los Bienes Raíces también ayudará a evitar que los fondos correspondientes al adiestramiento sean utilizados para cubrir deficiencias severas en la infraestructura o en la calidad de vida. En años recientes, el Ejército ha puesto en riesgo las partidas correspondientes a la modernización a fin de asignar fondos a las partidas correspondientes a la listeza militar en una medida aceptable. Desde 1987 se han terminado o restructurado más de 100 programas principales, y los fondos para la modernización del Ejército han disminuido en un 44 por ciento desde 1989. El ritmo al que se está reinvirtiendo el capital y al que se lleva a cabo la obtención es muy lento para reemplazar las anticuadas flotas en muchos de los casos. A los programas de obtención se les asignan fondos de acuerdo con las tarifas mínimas de sostenimiento en lugar de las tarifas más económicas. Aun cuando las tarifas de servicio del equipo siguen siendo elevadas, el mantenimiento del equipo más antiguo es más costoso y toma más tiempo. El mayor desafío que enfrenta en la actualidad el Ejército es velar por el bienestar del personal y satisfacer las actuales necesidades de listeza mientras se continúa preparando para el futuro con los limitados recursos que tiene a su disponibilidad. La garantía de la listeza operacional para el presente y para siglo 21 requiere personal competente, suficientes recursos y equipo moderno. Un aspecto importante para proporcionar los recursos necesarios para resolver las presentes inquietudes con respecto a la listeza es el de proporcionar los recursos necesarios, y el presupuesto propuesto para el Año Fiscal 00 satisface, en gran medida, este aspecto. El presupuesto correspondiente al Año Fiscal 00 representa el mejor equilibrio posible de los recursos disponibles aplicados a las prioridades de personal, listeza y modernización.

Conclusión

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El Ejército está respondiendo al desafío que representa la ejecución exitosa de numerosas actividades, ejercicios y operaciones, considerados esenciales para la seguridad nacional, en distintas partes del mundo. Al mismo tiempo dispone de la capacidad para reaccionar de inmediato, combatir y ganar con poco tiempo de aviso. La limitación de recursos está sobrecargando nuestros sistemas, y nuestros niveles de listeza están decayendo. Actualmente, sin embargo, el Ejército está ejecutando la Estrategia Militar Nacional y dispone de las capacidades necesarias para librar las guerras de la nación y ganarlas. La Estrategia Militar Nacional es la estrategia que define la listeza para las fuerzas militares estadounidenses. La estrategia actual requiere de fuerzas dedicadas a actividades proactivas de configuración, actividades de reacción de índole más tradicional y a actividades de preparación que se han vuelto esenciales debido a la incertidumbre del ambiente geoestratégico y a la amplia gama de posibles amenazas. La Estrategia Militar Nacional responde a la pregunta, “¿listeza para qué?” El Ejército realiza actividades de configuración en todas partes del mundo. Estas actividades son muy numerosas e incluyen desde el adiestramiento de fuerzas militares de otras naciones durante la conducción de operaciones de mantenimiento de paz hasta la prestación de apoyo antidrogas a las autoridades estadounidenses. El Ejército está preparado para responder con poco tiempo de aviso en cualquier parte del mundo a fin de proteger los intereses de Estados Unidos mediante los poderes de sus fuerzas terrestres. Los soldados norteamericanos se desplegaron dos veces a Kuwait en el Año Fiscal 98; asimismo, apoyaron las labores de socorro en casos de desastre realizadas en Estados Unidos, al igual que en el Pacífico, el Caribe y América Central. Mientras realizaban estas actividades, cumplieron además con otros programas e iniciativas a fin de prepararse para el futuro. Algunas de las formas en que el Ejército se está preparando para proteger los intereses de Estados Unidos en el futuro incluyen: proporcionar apoyo substancial a los esfuerzos realizados por el Ministerio de Defensa a fin de optimizar la administración de consecuencias en lo que respecta a los ataques ejecutados con armas de destrucción en masa; implementar medidas para proteger sus sistemas de información; y sus esfuerzos de modernización con los limitados recursos fiscales que tiene a su disposición. Si bien la Estrategia Militar Nacional es la estrategia correcta para maximizar el potencial para la estabilidad global, la rapidez del ritmo operacional y las limitaciones fiscales que han existido durante varios años han dado origen a indicaciones de que el nivel de listeza del Ejército está disminuyendo. Los jefes de mayor jerarquía del Ejército han identificado la necesidad de $5 mil millones adicionales en aumentos anuales de TOA a fin de invertir los efectos de esta declinación y de preservar el nivel de listeza esencial. La actual solicitud presupuestaria resuelve muchas de las preocupaciones más apremiantes del Ejército, especialmente en lo que respecta al bienestar del personal y al sostenimiento del presente nivel de listeza.

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Capítulo 2 Generación de Capacidades para la Amplia Gama

de Operaciones Militares Componente Activo, Componente de Reserva y Empleados Civiles del Ejército Las dos realidades del mundo de la posguerra fría—los diversos desafíos globales, casi continuos, y las limitaciones fiscales—han conducido a un cuidadoso examen de la estructura de la fuerza del actual Ejército Total, que incluye el componente activo, los componentes de reserva (la Guardia Nacional y la Reserva del Ejército) y los empleados civiles del Ejército. Tenemos programado el total de efectivos para cada uno de estos componentes con base en las recomendaciones de la Revista Cuadrienal del Ministerio de Defensa (Quadrennial Defense Review) y en una serie de análisis de los requerimientos y estructura del Ejército (conocidos como los Análisis del Ejército Total). Al comparar los posibles escenarios con las fuerzas que tenemos disponibles para reaccionar ante cualquier contingencia, los Análisis del Ejército Total ofrecen un mecanismo para determinar el tamaño apropiado del Ejército. Los análisis indican que al reducir el total de efectivos aún más de lo que ya se ordenó, ello pondrá en mayor peligro la capacidad para ejecutar la Estrategia Militar Nacional. El total de efectivos vigente permite que la contribución de cada componente sea vital para que las operaciones del Ejército se realicen eficazmente. Esto se puede palpar tanto en las operaciones realizadas en Bosnia como en las realizadas en Corea. Diariamente, en muchas partes del mundo, los soldados y empleados civiles forjan la amplia gama de capacidades del Ejército Total a través de la práctica y ejecución de las tareas requeridas para cumplir con la Estrategia Militar Nacional. El Componente Activo A fines del Año Fiscal 98, el componente activo estaba conformado por 484.000 soldados. Los soldados del componente activo conforman el grueso de los cuatro cuerpos de ejército, las diez divisiones y las Fuerzas de Operaciones Especiales que constituyen el núcleo del Ejército. El componente activo, además, proporciona la mayor parte de los soldados que ocupan las posiciones de estado/plana mayor del Ejército y ejecutan toda la gama de funciones de tiempo completo, como por ejemplo, facilitar adiestramiento en los Centros de Adiestramiento de Combate, proveer personal de cuadro al programa de adiestramiento institucional del Ejército, o servir de asesores para las unidades del componente de reserva. Las fuerzas acantonadas fuerza del territorio continental de Estados Unidos (OCONUS) no sólo proporcionan una capacidad avanzada para responder a las amenazas mundiales, sino que, además, reconfortan a los aliados y disuaden a posibles adversarios proporcionando evidencia tangible de la colaboración prestada por Estados Unidos en el área de la seguridad global. El nivel total de efectivos del componente activo se encontraba bajo la cifra programada a fines del Año Fiscal 98, pero el componente seguirá haciendo lo posible para satisfacer el nivel de efectivos programado, conforme a la Revista Cuadrienal del Ministerio de Defensa, que consiste en 480.000 soldados para fines del Año Fiscal 99. Los Componentes de Reserva Conformando el 54 por ciento de la Totalidad del Ejército, el componente de reserva está compuesto por la Guardia Nacional y la Reserva del Ejército. Estas fuerzas incluyen un porcentaje significativo de soldados adiestrados en especialidades críticas para sostener y apoyar a las fuerzas del Ejército en despliegues prolongados. La reserva incluye tres categorías principales: la Reserva Activa, la Reserva Auxiliar y la Reserva de Jubilados. La

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Reserva Activa incluye la Reserva Selecta, la Reserva Activa Individual y la Guardia Nacional Inactiva del Ejército. Todo el personal que pertenece a estas categorías de la reserva puede ser llamado a prestar servicio activo cuando ocurre una emergencia de carácter nacional o, en el caso de la Guardia Nacional, estatal. Un mecanismo utilizado para activar a los soldados del componente activo es el Llamado Presidencial de la Reserva Selecta (PSRC). Por autoridad del PSRC, el Presidente puede activar hasta un máximo de 200.000 soldados del componente de reserva para prestar servicio durante un período de un máximo de 270 días. En el caso de Bosnia, se activaron, mediante el Llamado Presidencial de la Reserva Selecta, en seis incrementos, un total de 570 unidades y 16.434 soldados desde 1995 hasta 1998. Otro mecanismo utilizado para activar fuerzas de la Reserva es la Sección 12302 del Título 10 (Movilización Parcial), la cual autoriza el llamado involuntario de reservistas para prestar servicio durante un período de un máximo de 24 meses. Conforme a las estipulaciones que rigen la movilización plena, los reservistas pueden ser llamados a prestar servicio durante períodos indefinidos luego de la aprobación de una ley pública o de una resolución conjunta en la que sea declarada una guerra o una emergencia nacional por el Congreso. La importancia de las contribuciones de los componentes de reserva a las operaciones realizadas por el Ejército convierten a las estipulaciones que rigen la activación de los componentes de reserva en posibilitantes clave para la ejecución de la Estrategia Militar Nacional. La creciente confianza del Ejército en la participación del componente de reserva en las operaciones de contingencia que estén en curso subraya un principio clave de la listeza para el Siglo 21: proteger los intereses de Estados Unidos en medio de una gama de amenazas y desafíos requiere de la utilización constante y eficaz de la Fuerza Total. El año pasado, el informe oficial del Ejército titulado Un Equipo, Una Lucha, Un Futuro, sirvió de marco para integrar mejor a las fuerzas activas y a las fuerzas de reserva. Las iniciativas específicas que el Ejército está implementando nos están encaminando hacia nuestra meta: un Ejército Total unitario. La Guardia Nacional del Ejército El núcleo de la Guardia Nacional del Ejército lo constituyen formaciones de combate conformadas por el 58 por ciento de la fuerza de combate del Ejército, las cuales incluyen 8 divisiones, 18 brigadas independientes y 2 grupos de Fuerzas Especiales. Asimismo, la Guardia Nacional del Ejército conforma el 38 por ciento de los recursos de Apoyo de Combate y el 33 por ciento de los recursos de Apoyo de Servicio de Combate. La Guardia Nacional del Ejército es el componente que más formaciones de combate tiene del compoente de Reserva. Las unidades de la Guardia Nacional son comandadas por los gobernadores de los estados, salvo que sean llamadas a prestar servicio federal por el Presidente. El total de efectivos de la Guardia Nacional del Ejército consistirá en 350.000 para fines del Año Fiscal 00. La Reserva del Ejército de Estados Unidos La Reserva del Ejército de Estados Unidos proporciona el 45 por ciento de los recursos de Apoyo de Servicio de Combate del Ejército y el 26 por ciento de las fuerzas de Apoyo de Combate en escalones superiores al de división. La preponderancia en logística de la Reserva del Ejército la convierte en parte vital de la capacidad de proyección de fuerzas y sostenimiento del Ejército Total y, además, permite que el componente activo y la Guardia Nacional del Ejército dediquen más de su estructura a las fuerzas de combate. La Reserva del Ejército ha proporcionado más del 70 por ciento de las fuerzas del componente de reserva desplazadas a

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Bosnia desde 1995. Los 208.000 soldados de la Reserva Selecta del Ejército sirven en unidades del programa de tropas (TPU) como miembros de la Guardia/Reserva Activa o como personal de aumento para ser movilizados individualmente. Además, la Reserva del Ejército mantiene un grupo de 225.000 soldados (Reserva Activa Individual) ya adiestrados que pueden ser llamados para aumentar las fuerzas permanentes. La Reserva del Ejército reducirá el total de efectivos de la Reserva Selecta a 205.000 para fines del Año Fiscal 00. Empleados civiles del Ejército A fines del Año Fiscal 98 había más de 232.000 civiles desempeñando funciones importantes en instalaciones y oficinas del Ejército en distintas partes del mundo. La experiencia y la perspectiva que los civiles incorporan al Ejército facilitan la ejecución eficaz de las operaciones y el adiestramiento. Además de ocupar posiciones clave, los empleados civiles del Ejército se encargan de la administración de las instalaciones de adiestramiento, monitorean el cumplimiento de los reglamentos ambientales y supervisan o desempeñan funciones relacionadas con la seguridad, la proyección de fuerzas, la modernización de la fuerza y otras funciones importantes que afectan la listeza y la calidad de vida en las instalaciones militares estadounidenses ubicadas en distintas partes del mundo. Debido a que nuestros soldados y jefes cambian de trabajo con frecuencia como parte de su progreso en las filas militares, los empleados civiles se encargan de dar a las funciones la valiosa continuidad requerida y de asistir en el proceso de transición del personal recién asignado en áreas clave. El total de empleados civiles del Ejército disminuirá a 209.000 para fines del Año Fiscal 05. Fuerzas institucionales y operacionales

A fines del Año Fiscal 98, los soldados norteamericanos eran casi la mitad de los 2.3 millones de hombres y mujeres que sirven en los componentes activo y de reserva de nuestras fuerzas armadas. Estos soldados, conjuntamente con los empleados civiles del Ejército, están distribuidos entre dos grupos de organizaciones principales, funcionalmente destacados a quienes muchos se refieren como el Ejército institucional y el Ejército operacional. Ambos grupos desempeñan importantes papeles en la generación de las capacidades del poderío terrestre. El Ejército institucional proporciona la estructura que apoya la conducción de operaciones y adiestramiento militares por el Ejército operacional. Al contar a los soldados asignados a recibir adiestramiento, aproximadamente el 36 por ciento del Ejército Total sirve en asignaciones institucionales en cualquier momento dado; el resto es asignado a las fuerzas operacionales, conformando el componente del Ejército de los comandos de guerra conjunta, o a unidades del componente de reserva. Las organizaciones institucionales y operacionales desempeñan funciones complementarias que, combinadas, generan las capacidades necesarias para apoyar la Estrategia Militar Nacional. La parte institucional del Ejército incluye, principalmente, el Estado Mayor del Ejército del Comando de Adiestramiento y Doctrina (TRADOC), el Comando de Materiales del Ejército (AMC), así como el Comando de Sanidad y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos. Estos elementos mayormente tienen su base en los Estados Unidos. Bajo la dirección del Secretario y del Jefe de Estado Mayor del Ejército, el Ejército institucional proporciona guía estratégica y la capacidad de liderazgo administrativo para el Ejército. Las organizaciones institucionales desempeñan además las funciones de reclutar y adiestrar a soldados y oficiales individualmente, desarrollar una doctrina común para el Ejército Total, sostener a la fuerza y preparar al Ejército para el futuro.

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Los principales elementos de combate del Ejército operacional son sus cuerpos de ejército, sus divisiones y sus brigadas independientes. Estas unidades de combate y sus elementos de apoyo son las fuerzas desplazables que ejecutan toda la gama de operaciones militares; muchas de ellas tienen bases en ultramar. Se agrupan unidades operacionales de distinto tipo a fin de utilizar con el mayor grado posible de eficacia las distintas destrezas funcionales y el equipo característico de estas unidades diferentes. Las unidades de apoyo de combate agregan capacidades funcionales específicas, tales como apoyo de ingenieros o defensa antiaérea a las organizaciones de armas combinadas. Las unidades de apoyo de servicio de combate (CSS), o logísticas, generalmente son agrupadas bajo un comando de apoyo. Las Tablas de Organización y Equipo (TOE) definen a cada tipo de unidad especificando las unidades y equipo subordinados que han sido autorizados para la unidad. Estas organizaciones genéricas pueden ser temporalmente ajustadas u “organizadas para la tarea” a fin de cumplir con los requerimientos de misiones específicas. El Ejército suministra capacidades para la ejecución de la Estrategia Militar Nacional prorrateando las fuerzas operacionales entre los comandos combatientes conjuntos: el Comando de EE.UU. en el Atlántico (ACOM), el Comando Central (CENTCOM), el Comando de EE.UU. en Europa (EUCOM), el Comando de EE.UU. en el Pacífico (PACOM), el Comando Sur (SOUTHCOM) y el Comando de Operaciones Especiales (SOCOM). Las fuerzas pueden ser intercambiadas por los comandos con base en los requerimientos de contingencias específicas. De conformidad con la Ley de la Reforma de 1986, del Ministerio de Defensa, la cadena de mando de estas fuerzas se extiende directamente desde el Presidente y el Ministro de Defensa hasta los comandantes en jefe (CINC) de los comandos de guerra conjunta.

Capacidades del Ejército Total Como fuerza superior en lo que respecta al combate terrestre, el Ejército de Estados Unidos proporciona una amplia gama de capacidades al Equipo Conjunto y a la nación americana. Nuestros soldados y sus jefes están preparados para la conducción inmediata y sostenida de las distintas operaciones comprendidas en la gama operacional en cualquier ambiente que requiera las capacidades de la fuerza terrestre. Desde nuestras divisiones y brigadas pesadas y ligeras hasta nuestras Fuerzas de Operaciones Especiales, el Ejército es la base de nuestro poderío militar debido a las capacidades únicas que posee, la escala y duración a las cuales se pueden emplear estas capacidades y a la capacidad de la nación para proyectar y sostener la potencia de combate. Fuerzas convencionales El Ejército mantiene seis divisiones pesadas en su componente activo y cuatro en la Guardia Nacional del Ejército. La Guardia Nacional cuenta además con siete Brigadas Independientes pesadas mejoradas y con un Regimiento de Caballería Blindada. Estas divisiones, brigadas y regimientos emplean tanques y vehículos de combate de infantería, apoyados por la artillería y por helicópteros de ataque, a fin de derrotar al enemigo y tomar y retener terreno clave. Al igual que una gran parte de nuestro Ejército, las divisiones pesadas han cumplido con la mayoría de los requerimientos de la misión de mantenimiento de paz en Bosnia. Las fuerzas de infantería ligera del Ejército son apropiadas para la conducción de operaciones en terreno restrictivo, como por ejemplo, en ciudades, montañas, selvas y pantanos. Estas fuerzas están capacitadas para conducir asaltos en helicóptero en gran escala; la 101ª Dvisión Aerotransportada (Asalto Aéreo) se especializa en este tipo de operaciones. La 82ª División Aerotransportada es la única división del Ejército que retiene la

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capacidad para conducir asaltos paracaidistas en gran escala. Las unidades de infantería ligera participan en una amplia gama de operaciones, inclusive brindando apoyo para la misión de mantenimiento de paz en Bosnia y para la misión de la Fuerza y los Observadores Multinacionales en el Sinaí. En la actualidad hay cuatro divisiones ligeras del componente activo, una división ligera de la Guardia Nacional del Ejército y siete Brigadas Independientes ligeras mejoradas, también de la Guardia Nacional del Ejército. Asimismo, la Guardia Nacional da mantenimiento a tres divisiones con una estructura de fuerzas pesadas y ligeras. Fuerzas de Operaciones Especiales El Ejército proporciona la mayor parte de las capacidades de Operaciones Especiales estadounidenses a través de las Fuerzas Especiales, las Fuerzas de Asuntos Civiles, las Fuerzas de Operaciones Sicológicas y otras unidades de Operaciones Especiales tanto del componente activo como del componente de reserva. Las Fuerzas de Operaciones Especiales del Ejército actualmente consisten en siete Grupos de Fuerzas Especiales (cinco del componente activo y dos de la Guardia Nacional del Ejército), un Regimiento de Aviación, un Regimiento de Comandos, tres Grupos de Operaciones Sicológicas (uno del componente activo y dos de la Reserva del Ejército), cuatro Comandos de Asuntos Civiles (Reserva del Ejército), ocho Brigadas de Asuntos Civiles (Reserva del Ejército) y 25 Batallones de Asuntos Civiles (un batallón táctico del componente activo, 24 batallones de la Reserva del Ejército). Las Fuerzas de Operaciones Especiales incluyen unidades especialmente organizadas, equipadas y adiestradas para conducir una amplia gama de misiones, entre ellas misiones de contraterrorismo, tales como rescate de rehenes, ataque de infraestructuras terroristas y recuperación o neutralización de armas nucleares, biológicas o químicas robadas o improvisadas. El Regimiento de Aviación de Operaciones Especiales proporciona apoyo de aviación en toda la gama de misiones incluidas en la Operaciones Especiales. Los Grupos de Fuerzas Especiales combinan la pericia que poseen en muchas de las áreas funcionales del combate terrestre con sus amplios conocimientos lingüísticos y culturales de regiones específicas. Las “Boinas Verdes” de estas unidades se especializan en impartir adiestramiento a fuerzas de otras naciones en una amplia gama de destrezas operacionales. El Regimiento de Comandos cuenta con la capacidad para llevar a cabo incursiones con mucha precisión así como otras misiones de “acción directa”, inclusive la protección de instalaciones portuarias y campos de aviación mediante la ejecución de asaltos en paracaídas (o aerotransportados). Algunos de los soldados que más se han desplegado en el Ejército durante los últimos años han sido los que pertenecen a unidades de Operaciones Sicológicas y Asuntos Civiles. Estas unidades ofrecen capacidades únicas, como por ejemplo, proporcionar equipos de enlace especialmente adiestrados para trabajar con gobiernos extranjeros y organizaciones no gubernamentales, proporcionar medios de difusión e imprenta en teatros cuyos recursos son limitados, conocimientos acertados sobre las necesidades relacionadas con la infraestructura y el status en las áreas operacionales, y ofrecer información a las poblaciones de las naciones anfitrionas a fin de facilitar las operaciones en curso. Las Fuerzas de Operaciones Especiales del Ejército son la única fuente de muchas destrezas funcionales; su contribución es muy importante en lo que respecta a nuestras capacidades de configuración y reacción inmediata. Otras capacidades singulares Además de estas amplias categorías de unidades, el Ejército cuenta con una amplia gama de unidades logísticas y de funciones especiales diseñadas para proporcionar alimento,

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combustible, apoyo de ingeniería y comunicaciones, así como otros recursos, a las fuerzas militares que operan en áreas donde los recursos son limitados. Además de proporcionar recursos de apoyo y sostenimiento para las operaciones de combate del Ejército, estas unidades proporcionan al Ejército una capacidad inigualable: apoyan la mayoría de las operaciones de configuración y reacción inmediata que se llevan a cabo actualmente en el mundo. Desde la prestación del servicio de purificación de agua para los refugiados de Ruanda hasta la prestación del servicio temporal de generadores de electricidad como resultado del huracán Georges, las unidades norteamericanas de logística y apoyo de funciones especiales, se emplean extensamente a través de toda la gama de operaciones militares. Si bien las tareas y misiones que realizan las fuerzas del Ejército son, en muchas formas, de carácter único, la escala en que el Ejército puede desempeñar estas misiones, en cualquier parte del mundo, es de por sí una capacidad única. Con el considerable número de soldados que se encuentran acantonados en ultramar, y otras seis divisiones capaces de desplegarse desde sus bases, en EE.UU., nuestro Ejército es capaz de proyectar una potencia de combate abrumadora. Estas fuerzas se encuentran totalmente ocupadas con las diversas actividades respecto a la listeza que guardan relación con la Estrategia Militar Nacional, y EE.UU. ha reducido al mínimo la estructura de la fuerza del Ejército a fin de ejecutar la Estrategia Militar Nacional tomando riesgos aceptables. Sin embargo, el hecho de que el Ejército sea la mayor fuente de poderío de combate terrestre para el empleo global y sostenido, convierte al Ejército de EE.UU. en un elemento de valor único para la Nación. Proyección de poderío—el Programa de Movilidad Estratégica del Ejército Los planes de contingencia en vigencia requieren que los recursos de apoyo de movilidad desplieguen a tres divisiones a un teatro de operaciones dentro de 30 días de haber recibido la notificación pertinente, así como el despliegue de otras dos divisiones más los recursos de sostenimiento dentro de los 45 días siguientes. El (ASMP) es un amplio programa que atiende aspectos tales como los requerimientos en cuanto a la infraestructura, como por ejemplo, mejoras a ferrocarriles, carreteras, puertos marítimos y campos de aviación, a fin de facilitar el transporte de personal y equipo desde las bases situadas en el territorio continental de EE.UU. hasta los aeropuertos y puertos marítimos de embarque. Las mejoras efectuadas en la infraestructura y el equipo se enfocan en las Plataformas de Proyección de Poderío del Territorio Continental de EE.UU. que han sido diseñadas, inclusive, 15 instalaciones, 14 campos de aviación, 17 puertos marítimos estratégicos y 11 depósitos y plantas de munición. Bajo el ASMP, el Ejército, además, monitorea la obtención de aeronaves C17 Globemaster III, realizada por la Fuerza Aérea, así como la obtención de buques de transporte de carga rodante (RO/RO) adicionales, por la Marina, para corregir la deficiencia de transporte estratégico indicada en el último Estudio de Requerimientos de Movilidad. Actualmente se han enviado 47 de las 134 aeronaves C-17 requeridas. La Marina ha adjudicado contratos para 19 embarcaciones grandes, de velocidad media para el transporte de carga rodante (LMSR); eventualmente, 8 de esas embarcaciones se utilizarán para la preubicación marítima y las otras 11 para aumentar la capacidad de transporte marítimo. La Estrategia de Preubicación Global del Ejército fortalece aún más las capacidades de despliegue inmediato mediante la preubicación de conjuntos de equipo para brigadas pesadas en distintas regiones estratégicas del mundo. El Comando de Materiales del Ejército actualmente administra siete conjuntos de equipo preubicado para brigadas (y tiene planes de administrar un octavo conjunto). Uno de los conjuntos está preubicado en el mar, listo para ser

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transportado a probables áreas de crisis. Las inversiones que ha hecho el Ejército en lo referente a la infraestructura en combinación con los requerimientos de obtención identificados mediante el Estudio de los Requerimientos de Movilidad mejoran significativamente la capacidad de proyección rápida de poderío. Conclusión El Ejército es una Fuerza Total conformada por soldados del componente activo y el componente de reserva y por empleados civiles. Estados Unidos cuenta con bastantes capacidades para la conducción de operaciones incluidas en la gama de operaciones militares, y estas capacidades se generan mediante la sincronización de seis elementos imperativos: personal competente, adiestramiento, doctrina, la estructura de la fuerza, equipo moderno y la capacitación de jefes. La contribución del Ejército a la seguridad nacional estriba en la calidad de los soldados y el personal civil estadounidense que conforman la totalidad del Ejército.

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Principios del Combate Operacional C/M/S 500

Lección 5

Lectura F: “Extracto de Roles y Misiones del Ejército de Estados Unidos”

por el Mayor William W. Epley, USA La Segunda Guerra Mundial fue una fuente de enseñanza para los servicios armados sobre la necesidad de trabajar conjuntamente para derrotar un enemigo poderoso. Al trabajar conjuntamente, si bien no siempre en armonía, el Ejército y la Marina encontraron que la tecnología y la naturaleza global de una guerra total había borrado las divisiones tradicionales entre los roles y las misiones de cada servicio. La experiencia durante la guerra, en combinación con la competencia entre los servicios por los recursos escasos después de la guerra, la presión del Congreso para reducir o eliminar esfuerzos duplicados y la unificación de las fuerzas armadas en una sola entidad de defensa, obligó la consideración de—y muchas veces los debates fervientes—las funciones y misiones fundamentales de los servicios. El debate se trataba en parte de fondos además de recalcar las diferencias de opinión principales entre hombres honorables e inteligentes sobre temas doctrinales y la mejor forma de cumplir las misiones. Esta revaluación fundamental impulsó al primer Secretario de Defensa a adjudicar las disputas rivales y asignar roles y misiones para cada servicio. La doctrina cambiante, la estrategia militar en vías de desarrollo y la creciente tecnología impulsó aún más debate y revaluación después de los esfuerzos de unificación a la postre de la Segunda Guerra Mundial. El ciclo de aumentar y reducir los presupuestos de defensa también suscitó debate en cuanto a los roles y las misiones “apropiadas”, especialmente en tiempos austeros. La importancia relativa del concepto de roles y misiones de las fuerzas armadas se puede determinar por su estado dentro del Departamento de Defensa y por los informes requeridos por el Congreso. Debido a la importancia de los roles y las misiones, es imprescindible disponer de una colección de documentos fundamentales que las establecen o codifican. Su presentación cronológica revela un patrón evolucionario de roles y misiones para el Ejército, comenzando con los Artículos de Confederación de 1778 y las resoluciones significativas del Congreso de la Confederación, que estableció los cimientos para dichos roles y misiones, y terminando con la Ley contra el Abuso de Drogas de 1986. El ensayo de introducción que precede cada documento proporciona el contenido y atiende el significado del documento, pero la interpretación final es responsabilidad del lector. Estos documentos se dividen en dos categorías principales: leyes legislativas y todo lo demás—memorándums ejecutivos, acuerdos o directivas. Las leyes normalmente establecen roles y misiones amplios mientras que lo demás expone asignaciones más detalladas y específicas. Los documentos legislativos exponen claramente que el Congreso de Estados Unidos ha formado (frecuentemente con la ayuda del Departamento de Guerra o de Defensa) los roles y las misiones principales del Ejército que conocemos hoy.

Concordancia de Definiciones

Cada documento presentado ilumina en alguna forma lo que el Ejército hace o la razón por su existencia. En el pasado, estos datos se han llamado roles y misiones. El término surgió en los años inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, especialmente por

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el esfuerzo de unificar las fuerzas armadas, lo que culminó en la Ley de Seguridad Nacional de 1947. Una gran parte de la existencia de los servicios dependía de la interpretación de funciones y misiones debido a que de allí se determinaba el presupuesto y adquisición de los servicios y, por consiguiente, surgió la rivalidad entre los servicios. La separación del término colectivo en sus dos partes y el intento de definir lo que es un rol y lo que es una misión también causa mucha confusión. Por ejemplo, el Enunciado de la Postura del Ejército de 1990 expone como la “misión del Ejército de Estados Unidos” el mismo pasaje en el Título 10 del Código de Estados Unidos que el Manual de la Secretaría del Ejército en 1989 expone como un “rol”. La Publicación Conjunta JCS 1-02 no incluye el término rol pero define la misión como “un enunciado claro y conciso de la tarea de mando y su propósito”. La definición sencilla del término “rol” en un diccionario dice “una función desempeñada por alguien o algo en una situación, proceso u operación particular”. El término “función” se ha usado frecuentemente para significar roles y misiones. El término función procede de un uso anticuado, apareciendo por primera vez en la edición de 1920 de Acción Conjunta del Ejército y de la Marina en la Defensa Costal. En la época posterior a la guerra, el término función se usó cada vez más para designar misiones, tareas y responsabilidades específicas para cada Servicio. Después de la Segunda Guerra Mundial, la Orden Ejecutiva 9877 del Presidente Truman en 1947; los Acuerdos de Cayo Hueso y Newport de 1948 y la Directiva 5100.1 del DOD en 1954 usaron el término función para describir lo que cada Servicio hacía. En el Acuerdo del Cayo Hueso, el Secretario de Defensa James Forrestal definió el término función como “las responsabilidades, las misiones y las tareas”, y la Directiva 5100.1 del DOD también lo definió así en marzo de 1954. Más recientemente, la Ley de Reorganización del DOD de Goldwater-Nichols en 1986 usó el término funciones para describir los roles y las misiones. Tres años después, en octubre de 1989, el Presidente del Estado Mayor Conjunto, General Colin L. Powell, propuso cambiar el título de la Directiva 5100.1 del DOD de Funciones del Departamento de Defensa y de sus Componentes Principales a Los Roles y las Funciones de los Servicios Armados. El general recomendó que el término roles se definiera como “los fines amplios y perdurables por los cuales un Servicio fue establecido por el Congreso dentro de la ley”, marcando la primera vez que el término había sido delineado precisamente. También consideró el término funciones a ser “las responsabilidades más específicas asignadas a un Servicio por medio de la acción Ejecutiva que le permite cumplir exitosamente con su rol legal”, y misiones como “aquellas tareas asignadas a un comando unificado o específico por el Presidente o Secretario de Defensa”. El General Powell expuso las definiciones más claras de todas, aunque siguen siendo extraoficiales. Estas clarificaciones también demostraron la naturaleza cambiante y elusiva de estos términos. Lo que se llama “el rol” un año puede llamarse “la misión” o “la función” en otro año, según el discernimiento del Congreso o la predilección de un nuevo Presidente del Estado Mayor Conjunto o Secretario de Defensa. Dada la falta de una definición precisa y duradera del los roles y las misiones, el significado tradicional implícito del término es aún más importante. La percepción común es que cada Servicio desempeña acciones específicas de conformidad con la ley u orden ejecutiva. Además, la división entre las acciones de los Servicios normalmente se basa en los medios operacionales de cada uno—terreno para el Ejército, mar para la Marina y aire para la Fuerza Aérea. Las áreas problemáticas siempre han existido cuando un Servicio retiene o adquiere elementos que coinciden con los medios de otro Servicio.

Siglos Dieciocho y Diecinueve: Los Cimientos

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Si bien el Congreso Continental había creado un ejército nacional el 14 de junio de 1775 y había luchado y ganado la Guerra de Independencia con dicho ejército, el Congreso, bajo los Artículos de la Confederación y las resoluciones concomitantes dejo claro la intención de depender principalmente en una milicia para “proporcionar la defensa común”. Esta dependencia de una milicia reflejaba la tradición, experiencia y repulsión de los próceres de las colonias contra el establecimiento de un ejército regular. El debate prolongado sobre el tema de establecer o no un ejército regular o permanente en los años entre 1783 y 1789 fue, en gran medida, un argumento sobre los roles y las misiones de dicho ejército. Los adversarios de un ejército permanente lo percibían como una amenaza a las libertades ganadas. Ellos reflejaban la perspectiva colonial tradicional de los ejércitos europeos como instrumentos internos de la tiranía monárquica. Las resoluciones pasados bajo los Artículos reflejaron este temor y por consiguiente, limitaban los roles y las misiones. Típico de la época era una resolución en 1784 que dictó que la milicia protegería las fronteras noroccidentales mientras el resto del ejército regular “protegería los abastecimientos” en diferentes posiciones. Sin embargo, se reconoció la necesidad de disponer de un ejército regular y permanente, y los roles y las misiones fueron desarrolladas debidamente. Bajo la Constitución, los roles y las misiones del Ejército tomaron las formas perdurables que reconocemos hoy día. La Constitución proporcionó el rol y la misión general; asegurar la tranquilidad doméstica y proporcionar la defensa común. También proporcionó tres roles y misiones específicas: la milicia se usaría para implementar la ley, suprimir insurrecciones y rechazar invasiones. El Congreso originalmente tenía el poder de llamar la milicia, pero está función fue delegada al Presidente que, según la Constitución, era el Comandante-en-Jefe. En 1807, el Presidente recibió la autoridad de usar el Ejército regular para los mismos fines. La “implementación de la ley” y “la supresión de insurrecciones” están vigentes hoy día en la Sección 331 del Título 10 del Código de EE.UU., y son dos de los roles y las misiones significativas del Ejército. La expansión hacia el oeste generó más fricción con las tribus de indios y el Congreso llamó el Ejército para proteger los colonizadores. Dos leyes bajo la Constitución estableció el rol y la misión de protección de fronteras, que el Ejército siguió ejecutando hasta 1894. El Ejército también participó en el crecimiento nacional durante la etapa de expansión hacia el oeste. El desarrollo de puertos, refinación de navegación fluvial y exploración fueron elementos claves en el servicio cívico que el Ejército proporcionó. Al reconocer su participación de facto, el Congreso hizo legítimo estos roles y misiones en 1824 con dos leyes seminales, que han dictado la participación del Ejército a partir de ese momento. El Ejército de hoy es el único Servicio que tiene una función cívica. La provisión de gobiernos militares en territorios ocupados ha sido un rol y misión del Ejército desde la Guerra Civil. Si bien los Generales de División Winfield Scott y Zachary Taylor habían establecido este tipo de gobierno durante la Guerra Mexicana, 1846-48, lo hicieron bajo sus propias autoridades como comandantes generales de los ejércitos de campaña. Fue durante la Guerra Civil que se establecieron los cimientos para la participación del Ejército en el gobierno militar, con la promulgación de las Ordenes Generales 100 del Departamento de Guerra. Las G.O. 100 incluyeron Instrucciones para el Gobierno de los Ejércitos de Estados Unidos en Campaña y luego se convirtió en la piedra angular de la política para asuntos civiles del Ejército de EE.UU. Los ejemplos más notables y exitosos de estos roles y misiones fueron la ocupación de Alemania y Japón bajo auspicios del gobierno militar

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de Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. El gobierno militar sigue siendo una función y misión singular del Ejército, según expuesto en la Directiva 5100.1 del DOD. A la postre de la Guerra Civil, el Congreso pasó legislación importante sobre derechos civiles y la reconstrucción, dando al Presidente una autoridad extensa para usar el Ejército para implementar los derechos civiles y mantener orden público. Sin embargo, en cada caso personajes importantes de la opinión judicial declararon que el uso del Ejército para imponer la ley reafirmó innecesariamente principios arraigados que ya existían en la ley de 1807. El Congreso usó el Ejército extensamente en el Sur para imponer leyes federales y hasta locales durante la Reconstrucción. El uso rutinario del Ejército en este rol y esta misión suscitó sentimientos violentos, que fueron expresados en la Ley de Posse Comitatus que se pasó en 1878. Esta ley acompañó la solicitud presupuestaria del Ejército de ese año, y limitó el uso del Ejército como Posse Comitatus en cuestiones de orden público, salvo cuando la Constitución o una ley del Congreso lo autorizara. Esta ley es recalcada en estatutos modernos en el Título 18 del Código de EE.UU. La intención de la legislación fue limitar, pero no eliminar, el uso del Ejército para estos fines. El rol y la misión del Ejército en cuanto al orden público es cónsono con la legislación anterior. Las circunstancias dictaron que el Ejército proporcionaría la mayor parte de la defensa continental de la nación en los siglos dieciocho y diecinueve. Si bien se habían efectuado operaciones conjuntos entre la Marina y el Ejército durante esta época, eran operaciones de cooperación provisional a nivel de comandante en campaña. El Ejército había dictado los requerimientos navales, dejando a la Marina claramente en una función de apoyo. Debido a que las operaciones se limitaron al terreno de América del Norte, hubo poca necesidad de establecer políticas al nivel secretarial dividiendo responsabilidades, y mucho menos necesidad para que el Congreso dictara la división entre los Servicios. Los roles y las misiones que el Ejército adquirió durante estos años surgieron de una dialéctica entre la desconfianza histórica de la nación respecto a fuerzas militares permanentes y la necesidad de disponer de estas fuerzas para defender la República. Se desenvolvieron de una noción tradicional de razonable del propósito de un ejército, pero la necesidad de incorporarlos en la ley reflejó la inquietud de que los roles y las misiones del Ejército fueran específicas. El rol y la misión del Ejército que es más fácil de entender era la defensa terrestre de la nación contra enemigos externos. Esto fue incluido en términos generales en la Constitución y legislación subsiguiente como “rechazar invasión”. La protección de la frontera contra indios también se incluyó en esta categoría, aunque varios de los primeros documentos expusieron este rol independientemente. Los otros roles y misiones principales del Ejército, si bien nebulosas en los albores de la nación, cobró mayor importancia para la época de la Guerra Civil. “Implementar las leyes de la Unión” y “suprimir insurrección” fueron roles que se hicieron significativos e importantes para el Ejército a mitades del siglo diecinueve.

El Siglo Veinte: Tomando Forma La Guerra Ibero-americana en 1898 marcó un punto divisor para el Ejército. En primer lugar, era una guerra en ultramar, precisando de una aumentada cooperación entre el Ejército y la Marina. Después de la guerra, las nuevas posesiones en ultramar hizo necesario mantener una cooperación entre los Servicios. En segundo lugar, problemas en la administración y movilización del Ejército durante la guerra demostró la necesidad de una reforma. Después de la guerra, el nuevo Secretario de Guerra, Elihu Root, inició una serie de cambios que tuvieron implicaciones extensas.

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La Ley del Estado Mayor General y la Ley de la Milicia, pasadas en 1903, marcaron una nueva época para el Ejército. La primera proporcionó un estado mayor general para el Ejército mientras que la última reorganizó la fuerza de respaldo de la nación. La Ley de la Milicia estableció normas y estructuras para la milicia, llamada la Guardia Nacional, e indicó que el Ejército Regular ayudaría a entrenarla. La ley también expuso el rol y la misión para la Guardia Nacional, con base en su legislación anterior: rechazar invasión, imponer orden público y suprimir rebelión. El Secretario Root también vislumbró más cooperación entre el Ejército y la Marina. En conjunto con el Secretario de la Marina, Root estableció la Junta del Ejército y la Marina. La cooperación iniciada por esta junta impulsó el refinamiento y la clarificación de roles y misiones a medida que los dos Servicios trataban de elaborar una estructura de cooperación. La ayuda proporcionada a los ciudadanos por el Ejército durante tiempos de desastre naturales había aumentado en el siglo diecinueve, pese al pequeño tamaño del Ejército, y hubo preguntas sobre la legitimidad de la participación del gobierno federal. La ley federal dispuso que el Presidente podía usar fuerza militar para respaldar la ley federal o suprimir disturbios y otros desórdenes civiles cuando la legislatura o el gobernador estatal lo solicitara. Sin embargo, no documentaron provisiones legales para la intervención federal militar en desastres naturales. El terremoto y fuego de 1906 en San Francisco cambió todo esto. Para responder al desastre, el comandante militar local, General de Brigada Frederick Funston, movilizó las unidades del Ejército para proporcionar cuidados médicos, combatir incendios, patrullar las calles para evitar el saqueo y proporcionar refugio temporal para los desamparados. Funston había actuado sin una clara autoridad legal para empeñar las tropas, y sólo fue después que el Gobernador de California obtuvo la autoridad del Presidente para empeñar el Ejército. Pero la experiencia del terremoto de San Francisco ayudó a fijar en la mente del público la viabilidad de emplear el Ejército en tiempo de desastre y ayudó así a establecer el patrón para su futura participación. Desde 1906 hasta 1917, el Ejército proporcionó socorro en tiempo de desastre en varias ocasiones cuando hubo inundaciones a lo largo de los ríos Misisipi y Ohio. Los Presidente ordenaba cada vez más al Departamento de Guerra a actuar inmediatamente en estos casos y solicitaban fondos del Congreso después de la acción. De esta manera, el rol y la misión del Ejército para participar en desastres civiles fue establecido. La expedición de los Reglamentos Especiales 67 del Departamento de Guerra, Reglamentos Rigiendo el Trabajo de Socorro durante Inundaciones del Departamento de Guerra, el 2 de octubre de 1917, señaló la aceptación oficial por el departamento de la nueva misión. La legislación haciendo el socorro en tiempo de desastre una responsabilidad federal se pasó después de la Segunda Guerra Mundial y el gobierno estableció una agencia federal civil para administrar la función (llamada la Agencia Federal de Administración de Urgencias), pero el Ejército aún retiene una gran parte de la responsabilidad. El reglamento de 1917 del Departamento de Guerra reconoció que el Ejército era una parte crítica del programa de socorro en tiempo de desastre del gobierno federal. Como resultado de la adquisición de Panamá en 1903, el Ejército fue asignado otro rol y misión. En 1914 una orden ejecutiva del Presidente requirió que el Ejército administrara el Canal de Panamá. Ésta sigue siendo una tarea singular para el Ejército hasta el día de hoy y aparece en la Directiva 5100.1 del DOD. Para responder a la Primera Guerra Mundial y la necesidad de disponer de un plan de seguridad nacional más comprensivo, el Congreso estableció la Ley de Defensa Nacional de 1916. Si bien esta ley no afecto directamente los roles y las misiones del Ejército, integró la

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Guardia Nacional, la Reserva y el Ejército Regular en un solo Ejército de Estados Unidos. Esta legislación importantísima mejoró la capacidad del Ejército para operar en ultramar, eliminando preguntas constitucionales sobre el envío de unidades de la Guardia Nacional al exterior. También recalcó que el Ejército Regular debiera establecer las normas de profesionalismo, adiestrando y equipando las fuerzas de la reserva. Poco después de la Primera Guerra Mundial, la Junta del Ejército y la Marina, al revisar las lecciones aprendidas durante ese conflicto, atendió el problema de las operaciones conjuntas. En octubre de 1919, el Coronel John McAuley Palmer, un miembro del Comité de Planificación Conjunta de la Junta, observó que “la cooperación efectiva entre las fuerzas empleadas en las operaciones conjuntas se podría efectuar mejor mediante la enseñanza de todas las fuerzas en las funciones de las diversas ramas de las Fuerzas Nacionales”. La Junta respaldó la recomendación de Palmer en la publicación de 1920, Acción Conjunta del Ejército y de la Marina en la Defensa Costal, esbozando las diversas funciones de los diferentes Servicios en la defensa costal. Esta publicación resultó insatisfactoria, especialmente para el Ejército ya que no mencionaba las funciones amplias expuestas en legislación anterior. La Junta trató de rectificar la situación con otra publicación comprensiva en 1927 (revisada en 1935) llamada Acción Conjunta del Ejército y de la Marina. Usando terminología que luego sería de uso común, el documento indicó cuatro tareas para el Ejército, llamándolas funciones, y definió una misión común para el Ejército y la Marina con base en la legislación existente. La Acción Conjunta también reconoció el traslapo de algunas funciones, especialmente tratando con los componentes aéreos, porque cada Servicio disponía de su propia rama aérea. El traslapo también ocurrió cuando las operaciones con fuerzas terrestres y marítimas convergieron, más notablemente en la defensa costa y operaciones anfibias. El documento marcó la primera vez que el Ejército y la Marina habían expuesto sus roles y misiones tan detalladamente. Sin embargo, sin un instituto unificado de defensa y la emergente competencia sobre la división de un sólo presupuesto militar, hubo poco debate sobre la división de roles y misiones específicas. Ambos Servicios consideraban la división interna de funciones como algo negociable, cada uno deseando ser flexible, especialmente en cuanto al desarrollo de nueva tecnología. La Gran Depresión asignó al Ejército un nuevo y singular rol y misión. El 31 de marzo de 1933, el Congreso autorizó la formación del Cuerpo de Conservación Civil. El propósito de la fuerza era aumentar el empleo y ayudar la recuperación económica mediante la construcción de obras públicas. Por orden ejecutiva del Presidente, los Departamentos de Agricultura, de Gobierno, de Trabajo y de Guerra recibieron deberes administrativos para el programa. Sin embargo, el Departamento de Guerra fue asignado la tarea crítica de recibir civiles y organizarlos en unidades. Después del inicio del programa, el Ejército fue otorgado un control casi completo de los 500,000 efectivos de la Fuerza de Conservación Civil. Esta enorme empresa entre 1933 y 1942 representó un engrandecimiento significativo del uso tradicional del Ejército en cuestiones civiles. La tarea también demostró la facilidad con que el Congreso y el Presidente pueden designar nuevos roles y misiones que el Ejército debe poder cumplir.

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El Ejército en la Epoca Moderna La Ley de Seguridad Nacional de 1947 definió nuevamente los roles y las misiones del Ejército. La creación de una Fuerza Aérea independiente y un solo Departamento de Defensa acrecentó el debate entre los Servicios mientras ayudó a clarificar y delinear los roles y las misiones de los Servicios. La ley estableció el raciocinio para cada Servicio en los términos claros, generales y precisos que aparecen hoy (con pocas modificaciones) en la Sección 3062 del Título 10 del Código de EE.UU. La ley expuso la composición, el propósito y la responsabilidad para cada Servicio. La Orden Ejecutiva 9877 del Presidente Harry S. Truman, el Acuerdo de Cayo Hueso, el Acuerdo de Newport y la Directivo 5100.1 del DOD, establecieron aún más claramente las funciones de cada Servicio, las cuales han permanecido casi iguales. Esta serie de acuerdos y directivas desde 1947 hasta 1954 desarrollaron los roles y las misiones específicas para cada Servicio. La Orden Ejecutiva 9877 del Presidente Truman fue redactado por oficiales superiores del Ejército y de la Marina que estaban familiarizados con la Acción Conjunta. Hasta el idioma y la estructura de los dos documentos son similares. La relación entre la orden ejecutiva de Truman y la subsiguientes Directiva 5100.1 del DOD también es evidente. La Directiva 5100.1 del DOD originalmente enumeró siete funciones para el Ejército en 1954. Subsiguientemente, siete cambios o revisiones de la directiva han aumentado el número de funciones principales (o roles y misiones específicos) de siete a diez. La mayoría de las funciones no han cambiado, aunque la terminología ha cambiado un poco, normalmente para consolidarlas o clarificarlas. Incorporaciones periódicas trataban de nueva tecnología, doctrina cambiante, actualización del análisis de la amenaza y formulaciones estratégicas. Las actividades en el espacio, por ejemplo, son derivadas de la nueva tecnología que proporcionó un nuevo medio operacional para el Ejército (y un medio en que todos los Servicios han adquirido un rol y una misión). La doctrina, el análisis de la amenaza y la formulación estratégica también incorporaron asuntos como guerra electrónica, operaciones especiales y operaciones sicológicas. El Ejército compitió con los demás Servicios en varias áreas, entre las cuales figuraban defensa aérea, misiles balísticos de alcance medio (IRBM) y aviación. La Ley de Seguridad Nacional de 1947 permitió que el Ejército retuviera recursos de aviación “orgánicos” como aeronaves ligeras de observación. La aviación del Ejército ha crecido del pequeño número de aviones de observación que efectuaban tareas limitadas a una flota de helicópteros desempeñando una variedad de misiones. Surgieron conflictos con la Fuerza Aérea sobre el uso de las aeronaves del Ejército. Los Acuerdos de Pace-Finletter de 1951 y 1952, el Memorándum del Secretario de Defensa Charles E. Wilson en 1956, el Acuerdo de Johnson-McConnell en 1966 y un Memorándum de Entendimiento entre el Ejército y la Fuerza Aérea en 1975 reflejan el creciente uso de aviación del Ejército. Ya que el Ejército no tenía un rol y misión asignados en el espacio aéreo con aeronaves, el debate se centraba entre la percepción de la Fuerza Aérea de la penetración del Ejército en sus roles y misiones específicas. En particular, la función principal (asignada a la Fuerza Aérea) de proporcionar apoyo aéreo cercano para el Ejército ha sido debatido fervientemente desde 1947. El Ejército siempre ha insistido que los helicópteros eran un medio adicional de maniobra y potencia de fuego y no un substituto para el apoyo aéreo cercano de las aeronaves. En cuanto a la defensa aérea, los conflictos con la Fuerza Aérea surgieron sobre el concepto de defensa aérea aislada y defensa aérea de área. La pugna trataba del desarrollo y uso de tecnología de misiles. La Fuerza Aérea buscaba controlar todo el desarrollo de misiles balísticos bajo el manto de su función de guerra aérea estratégica. Para 1956, el Secretario de

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Defensa Charles E. Wilson dividió esta función entre los Servicios, asignando defensa aislada al Ejército y defensa de área a la Fuerza Aérea. La diferencia entre aislada y de área dejó de ser importante cuando en los 1960 el Ejército asumió responsabilidad de todos los misiles de superficie a aire para la defensa aérea. La responsabilidad del Ejército para la defensa aérea permitió el desarrollo de misiles guiados de superficie a aire como los misiles Nike, Hawk, y Patriot. Además, la experiencia con misiles de superficie a aire permitió que el Ejército ofreciera adelantos en los sistemas de defensa de misiles balísticos. El Ejército desarrolló el sistema de defensa Sentinel/Safeguard a principios de la década de 1970 y estuvo a la vanguardia en el desarrollo de sistemas anti-satélites. Para la década de los 1980, la experiencia del Ejército tuvo un papel principal en la iniciativa de defensa estratégica. La tecnología también impulsó el desarrollo de misiles balísticos de alcance medio del Ejército y precisó de la definición clara de ese rol y misión. El punto en cuestión era cuál Servicio controlaría los misiles guiados de superficie a superficie. La Fuerza Aérea buscaba controlar estos misiles bajo su función de guerra aérea estratégica. Sin embargo, el Cuerpo de Pertrechos del Ejército había desarrollado el primer misil guiado para Estados Unidos basado en tecnología V-2 capturado de los alemanes después de la Segunda Guerra Mundial. Además, el Ejército recalcó que misiles de superficie a superficie de alcance limitado era una extensión lógica de la artillería y, por lo tanto, importantes para la batalla terrestre. El Secretario de Defensa Wilson nuevamente arregló la disputa dividiendo la función, inicialmente limitando el Ejército a un misil de alcance limitado. Esto permitió que el Ejército desarrollara los misiles Lance y Pershing. Por lo general, estos conflictos que frecuentemente llegaron a una alta intensidad, han sido resueltos por acuerdos que han permitido que cada Servicio desarrollara sus recursos de acuerdo con pautas generales. La flexibilidad resultante ha permitido la explotación y el desarrollo de la tecnología para el beneficio final de todos los Servicios. En los años recientes, el Ejército y los otros Servicios han tenido una función de apoyo cada vez más importante en la participación de la nación en la interdicción de drogas. La Ley para Controlar el Abuso de Drogas de 1986 autorizó la participación del militar en la interdicción de drogas. En 1988, el Congreso autorizó $300 millones para que el Departamento de Defensa pudiera combatir el narcotráfico y ampliar el rol y la misión de las fuerzas armadas hasta incluir vigilancia de buques y aeronaves sospechados de transportar drogas, así como aumentar las comunicaciones y vigilancia de inteligencia. El Ejército ha proporcionado apoyo de comunicaciones e inteligencia así como unidades de operaciones especiales a este esfuerzo. En 1989, el Congreso designo al Departamento de Defensa como la agencia del gobierno federal encargada de detectar y observar los narcotráficos, pero también dejó claro que el militar no puede aprehender sospechosos en Estados Unidos. El Departamento de Justicia recientemente interpretó nuevamente la Ley de Posse Comitatus para permitir que las fuerzas armadas arrestaran personas sospechadas de envolvimiento con drogas fuera de las fronteras de Estados Unidos. Esto permitió que el Ejército arrestara al dictador panameño Manual Noriega después de la Operación Just Cause. Estos acontecimientos han recalcado que el Ejército tendrá un rol cada vez más importante en la lucha contra el narcotráfico.

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Resumen de los Roles y las Misiones del Ejército de EE.UU. La ley pública por medio de la legislación del Congreso proporciona roles y misiones generales, mientras que todas las demás leyes, especialmente directivas del Departamento de Defensa, definen roles y misione específicas. Los roles y las misiones generales no han fluctuado en gran medida debido a que se requiere legislación para cambiarlos. Además, son lo suficientemente amplios que frecuentemente no requieren nuevas definiciones. Por otra parte, los roles y las misiones específicas pasan por modificaciones y cambios periódicos debido a los debates entre los Servicios y la emergencia de nuevas tecnologías, doctrina y estrategia. En resumidas cuentas, la falta de legislación específica en estas áreas ha aumentado en gran medida la flexibilidad en la evolución y el desarrollo de roles y misiones específicos. A continuación se expone un resumen de los roles y las misiones corrientes del Ejército: A. Generales 1. Seguridad Interna. a. Suprimir insurrección o rebelión. b. Imponer las leyes de la Unión. 2. Defensa Nacional. a. Rechazar invasión. b. Conservar la paz y la seguridad. c. Defender los Estados Unidos, sus territorios,

mancomunidades, posesiones y cualesquier áreas ocupadas por Estados Unidos.

d. Apoyar las políticas nacionales e implementar los objetivos nacionales. e. Superar las naciones responsables de actos agresivos que

perjudican la paz y seguridad de Estados Unidos. f. Estar adiestrado, organizado y equipado principalmente

para el combate inmediato y sostenido concomitante con las operaciones terrestres.

g. Preparar las fuerzas terrestres necesarias para la prosecución efectiva de guerra y la expansión de los componentes del Ejército en tiempo de paz para satisfacer las necesidades de la guerra.

3. Obras civiles.

a. Proporcionar ingenieros para el refinamiento de lanavegación de los

ríos y los puertos, controlar inundaciones y erosión de playas y otras fuentes acuáticas en Estados Unidos y sus territorios y posesiones.

b. Administrar y operar el Canal de Panamá.

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B. Específicos. 1. Organizar, adiestrar, equipar y proporcionar fuerzas para:

a. Derrotar las fuerzas terrestres del enemigo y capturar, ocupar y defender las áreas continentales.

b. Asumir operaciones para el control espacial y defensa aérea y de misiles, según sea requerido, para la defensa estratégica de Estados Unidos.

c. Las operaciones conjuntas anfibias, aerotransportadas y espaciales. d. Apoyar y efectuar operaciones especiales. e. La prosecución efectiva de guerra electrónica. f. Apoyar y efectuar operaciones sicológicas. g. Operar las líneas de comunicaciones terrestres. 2. Proporcionar fuerzas para la ocupación de territorios en el exterior, incluyendo el establecimiento inicial de un gobierno militar. 3. Desarrollar las doctrinas, tácticas, técnicas y equipo aplicables a todos o algunos de los puntos expuestos anteriormente, algunos en conjunto con otros Servicios.

Conclusión Los roles y las misiones del Ejército de EE.UU. se desenvolvieron a lo largo de dos rutas diferentes. Inicialmente fueron desarrollados de un entendimiento común y tradicional del propósito de mantener un ejército. El desarrollo político y cultural de este país dictó la necesidad de incorporar estos roles y misiones en la legislación, reflejando las inquietudes democráticas de que la finalidad principal de un ejército sea limitada. Estos roles y misiones principales se incluyen en el Título 10 del Código de EE.UU. La segunda ruta de evolución de los roles y las misiones fue mediante la regulación administrativa. Al no codificar en leyes las funciones más específicas de los Servicios, el Congreso permitió que los Servicios tuvieran suficiente flexibilidad para desarrollar y formar la tecnología y la doctrina de acuerdo con la época moderna. Y como estos documentos demuestran, el Ejército ha tenido una parte principal en el refinamiento y formación de sus propios roles y misiones. Si bien fueran derivadas de la legislación o administración, los roles y las misiones se desenvolvieron con los cambios de la época. La guerra moderna dictó que hubiera cooperación estrecha entre los ejércitos, las marinas y las fuerzas aéreas. Esta necesidad de trabajar conjuntamente, a su vez, obligó a todos los Servicios a definir sus funciones específicas más detalladamente. La guerra moderna también suscitó que los otros Servicios explotaran la tecnología al máximo para desafiar y extender los roles y las misiones tradicionales. Como resultado de esto, cada Servicio desarrollo ciertas funciones que traslapaban con las de los demás. Estas funciones redundantes frecuentemente fueron valiosas en las guerras pero en tiempos de paz suscitaban debates fervientes entre los Servicios a medida que competían por los escasos fondos, así como las críticas exteriores. Sin embargo, la regulación de la mayor parte de los roles y las misiones específicas por orden administrativa en lugar de legislación permitió que los Servicios desarrollaran la flexibilidad que habían buscado por medio de la Ley de Seguridad Nacional de 1947. Los roles y las misiones del Ejército también se pueden caracterizar de acuerdo con diferentes temas. Por lo general, cinco temas emergen cuando se considera el desarrollo del

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Ejército los últimos 200 años. Esto temas atienden el control civil, diversidad, calidad conjunta, fortalecimiento nacional y tecnología. El primero, control civil, es el más antiguo y significativo. Comenzando con la Constitución y su legislación, los funcionarios civiles han dictado roles y misiones generales para el Ejército. Los jefes del Ejército no han aceptado todas estas misiones con gran entusiasmo. Las cargas de la Reconstrucción después de la Guerra Civil, la administración de los campamentos del Cuerpo de Conservación Civil (CC) en los 1930 y, más recientemente, su participación en la campaña antidrogas fueron tareas desempeñadas con cierto recelo. Sin embargo, nadie ha cuestionado el principio del Congreso dictando los roles y las misiones principales del Ejército. La diversidad es el segundo punto. Los roles y las misiones del Ejército enumerados por el Congreso siempre han sido más variados que los de los otros Servicios. Las funciones básicas de la Marina y la Fuerza Aérea siempre han estado estrechamente vinculadas con la capacidad de su equipo: el buque y la aeronave. Para el Ejército, las responsabilidades han estado vinculadas estrechamente con la flexibilidad y capacidad del soldado. Como resultado de esto, el Ejército siempre ha tenido que desempeñar una mayor variedad de funciones que sus hermanos Servicios. Estas funciones han incluido actividades como obras civiles, administración del Canal de Panamá, la experiencia del Cuerpo de Conservación Civil y la organización de gobiernos militares en territorio ocupado. Quizás los ejemplos más prominentes de sus roles y misiones diversos han sido la supresión de insurrección e implementación del orden público, que incluyen el uso del Ejército en disturbios civiles. Una vez más, el Ejército ha sido singular entre los Servicios al desempeñar este tipo de tarea, ya sea imponiendo la supresión de la segregación en Little Rock, Arkansas, en los 1950 o controlando disturbios civiles durante los 1960. La participación reciente del Ejército en los esfuerzos de socorro en tiempo de desastre, implementación de tratados en Sinai, fortalecimiento nacional en Kuwait y socorro a los kurdos iraquíes refleja aún más la diversidad de los roles y las misiones del Ejército. En áreas militares más tradicionales, las operaciones conjuntas en tiempo de guerra han resultado en una definición aún más marcada de los roles y las misiones específicos de las fuerzas armadas. El proceso comenzó paulatinamente en los siglos dieciocho y diecinueve, pero aceleró a comienzos de este siglo. El Ejército y la Marina han protegido conjuntamente bases navales, terrenos extranjeros ocupados y líneas de comunicaciones. En los años 1920 y 1930, la Junta asignó funciones específicas para cada Servicio. Este proceso siguió después de la Segunda Guerra Mundial por medio de la Ley de Seguridad Nacional de 1947 y diversos papeles y directivas de clarificación. En fin, la necesidad de trabajar conjuntamente obligó a que los Servicios enunciaran roles y misiones específicos claramente y luego evaluarlos periódicamente. En cuanto al lado civil, el crecimiento de la nación también trajo nuevas responsabilidades para el Ejército. A medida que la nación se extendió hacia el oeste en el siglo diecinueve y adquirió posesiones en el exterior en el siglo veinte, el Congreso ha legislado aumentos apropiados en las funciones del Ejército. Entre estos figuraban participación del Cuerpo de Ingenieros del Ejército para refinar los ríos y puertos, así como gobiernos militares establecidos por el Ejército en territorio ocupado. Durante la Gran Depresión de los 1930, el Congreso encomendó al Ejército el programa de CC. Con el crecimiento del abuso de drogas en los años recientes, el Congreso ha obligado al Ejército a participar en esfuerzos de interdicción de drogas. Los roles y las misiones del Ejército han reaccionado a las cambiantes necesidades de una creciente nación. El Ejército también ha ayudado a reconstruir o fortalecer otros países amigos. Aunque Somalia y Kuwait son los ejemplos más recientes, el Ejército tuvo

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una función principal en la reconstrucción de Alemania y Japón después de la Segunda Guerra Mundial. En fin, la tecnología también ha afectado los roles y las misiones específicas del Ejército. El desarrollo de aeronaves ha influido en la división de funciones entre el Ejército y la Marina durante los años entre las guerras y suscitó la creación de una Fuerza Aérea independiente con roles y misiones independientes. Los misiles y los helicópteros han influido en la división y el refinamiento adicional de las funciones de los Servicios. Y, finalmente, la tecnología ha obligado a cada Servicio a atender el área de roles y misiones en vista de nuevos medios operacionales tales como comunicaciones electrónicas y el espacio. Los roles y las misiones del Ejército de EE.UU. se han desarrollado de las inquietudes civiles y militares. Sobre todo, es el liderazgo civil de la nación que ha definido el propósito del Ejército, haciendo que respondiera a los deseos y las necesidades de la República. Sin embargo, en muchas áreas, el liderazgo del Ejército ha tenido cierta flexibilidad para desarrollar roles y misiones específicos para aprovechar las nuevas tecnologías, así como cambios críticos en el ambiente internacional. Esta interacción de propósitos ha mejorado la capacidad de los líderes del Ejército para crear las organizaciones, materiales, doctrinas y estrategias necesarias para cumplir con su propósito fundamental. Este proceso continuará y los roles y las misiones del Ejército inevitablemente cambiarán en algunas formas que se pueden pronosticar y otras que no.

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Fundamentos de la Guerra Operacional C/M/S 500

Lección 5

Lectura G: “Visión…Presencia…Poder” Extractos del Guía a la Marina de EE.UU., Edición de 1999

Prólogo VISION…PRESENCIA…PODER Vivimos en un mundo complicado y cambiante. Si bien el crecimiento de las economías de mercado libre y democracias sigue, el nacionalismo, las desigualdades económicas y las tensiones étnicas también siguen siendo parte de ese mundo. Esto crea un ambiente de seguridad dinámico e inseguro a medida que entramos en el siglo 21. El año pasado más de 50,000 hombres y mujeres estadounidenses se desplazaron diariamente en más de 120 buques, para proteger los intereses de Estados Unidos en el exterior. El Grupo de la Marina e Infantería de Marina respondió a una crisis internacional casi cada tres semanas en 1998—cuatro veces más que durante la Guerra Fría. Es obvio que la movilidad, el alcance global y la autosuficiencia de las fuerzas navales de la nación—libre de la necesidad de tener permiso para edificar bases en el teatro—son cada vez más imprescindibles para proyectar nuestros intereses nacionales. Además, en las postrimerías de 1998, después de la resistencia que Saddam Hussein ofreció a los inspectores de armas de la ONU, las fuerzas navales de Estados Unidos desplazadas estuvieron en posición y listas cuando el presidente ordenó los ataques contra las industrias de armas de destrucción en masa de Irak. TRANSFORMACION ESTRATEGICA El Grupo de la Marina e Infantería de Marina está experimentando una transformación radical que asegurará su eficacia operacional para el próximo siglo. La transformación de una fuerza de la Guerra Fría que enfocaba una amenaza global de una superpotencia a una fuerza estructurada para los requerimientos operacionales del futuro en los litorales del mundo así como en alta mar ofrecerá a las fuerzas navales de Estados Unidos la capacidad de proteger ciudadanos, intereses y amigos de los Estados Unidos en cualquier lugar a cualquiera hora. La Estrategia de Seguridad Nacional para un Nuevo Siglo tiene tres objetivos fundamentales críticos para las fuerzas expedicionarias navales de la nación, tanto en la actualidad como en 25 años:

• Mejorar nuestra seguridad con diplomacia efectiva y fuerzas militares que están listas para luchar y ganar

• Reforzar la prosperidad económica de Estados Unidos • Promover la democracia en el exterior

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La Estrategia Nacional Militar para una Nueva Época de Estados Unidos también identifica tres tareas fundamentales para los Servicios Armados de Estados Unidos:

• Moldear el ambiente internacional

• Responder a la gama entera de crisis

• Prepararse ahora para un futuro inseguro

Un factor crítico para estas estrategias es la necesidad de sostener una potencia militar decisiva en la vanguardia durante tiempo de paz y asegurar su listeza para una reacción inmediata a crisis y guerra. La estructura estratégica de la nación para el siglo 21 permite que los Servicios Armados canalicen sus recursos a las áreas del mundo donde los intereses vitales de Estados Unidos y los desafíos enfrentado convergen. En la mayoría de los casos, la fuerza predilecta para salvaguardar estos intereses vitales e importantes de Estados Unidos es el Grupo de la Marina e Infantería de Marina desplazado a la vanguardia.

Además, la Marina e Infantería de Marina han seguido refinando el concepto estratégico

que fue estipulado primero en …Desde el Mar en 1992 y dos años después en Adelanta…Desde el Mar. La estrategia y política de la Marina explícitamente vinculan las operaciones de presencia avanzada en tiempo de paz de la marina con las necesidades de reacción inmediata en tiempo de crisis y su apoyo integral para las operaciones conjuntas (de múltiples servicios) y combinadas (multinacionales) en conflictos en los teatros principales. En dos publicaciones principales—Maniobra Operacional desde el Mar (1996) y Operación a la Vanguardia...Desde el Mar (1997)—la Marina y la Infantería de Marina recalcaron los requerimientos operacionales y la necesidad de ideas y planificación innovadoras para el futuro. Los esfuerzos siguen agudizando la visión estratégica y los conceptos operacionales de la Marina para el mundo posterior al año 2010, mientras intenta asegurar que su listeza actual y modernización sean apoyadas en una forma económica. Sobre todo, el valor de la presencia singular, reacción a crisis y capacidades de combate del Grupo de la Marina e Infantería de Marina se han recalcado seguidamente a medida que los Servicios Navales definen nuevamente su visión futurista de presencia y poder.

Requerimientos perdurables Por más de 200 años los Estados Unidos han dependido del Grupo de la Marina e Infantería de Marina para promover la paz y estabilidad y derrotar los adversarios cuando fuera necesario. La función principal de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos es la aplicación decisiva del poder militar para disuadir o derrotar la agresión en apoyo de nuestros objetivos nacionales. Los contextos estratégicos de hoy y mañana exigen que Estados Unidos disponga de toda la gama de capacidades para disuadir un conflicto, responder a crisis y luchar y ganar conflictos contra cualquier enemigo desde el mar. Un requerimiento fundamental es el control marítimo y de área. La capacidad de la Marina y la Infantería de Marina para controlar las áreas marítimas críticas y extender este control sobre la tierra es un elemento clave en su capacidad para satisfacer los requerimientos estratégicos y operacionales actuales y futuros. La capacidad de dominar los mares y el espacio aéreo sobre los mismos es imprescindible para la proyección de poder. La proliferación de armas y tecnologías de información aumenta cada vez más el riesgo de sufrir ataques devastadores en puertos, áreas de concentración, campos de aviación, otros

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lugares fijos tierra adentro y concentraciones de fuerzas terrestres. En el futuro, los sistemas de vigilancia y localización de blancos junto con armas de asalto preciso a largo distancia—quizás con ojivas nucleares, químicas o biológicas—podrían representar un problema más complicado y de múltiples niveles de guerra para los planificadores de la defensa. Esto precisa de que las fuerzas navales puedan maniobrar dentro del espacio de batalla marítimo y enfocar las vulnerabilidades críticas de nuestros adversarios sin tener que concentrar fuerzas cerca de las playas. En futuros conflictos y crisis, sin embargo, la negación de acceso a armas podría subir el costo de proyección de poder tanto que Estados Unidos podría verse disuadido de actuar. Esto podría tener graves consecuencias para nuestras relaciones con otras naciones que podrían ser expuestos al chantaje o coerción de agresores regionales. Por lo tanto, debemos tener presente la necesidad de un concepto expandido del control marítimo y de área para dominar el espacio de batalla en el teatro de operaciones. Debemos poder derrotar las capacidades de inteligencia, vigilancia, reconocimiento, mando y control y ataque de cualquier adversario—ya sean sus efectos “convencionales” o “asimétricos”. La Marina está lista para aprovechar las tecnologías sofisticadas y los conceptos de operaciones innovadores para asegurar que las necesidades del futuro sean satisfechas. Necesidad perdurable: Presencia avanzada No podemos sacrificar la listeza y capacidad para salvaguardar nuestros intereses en la actualidad mientras que la Marina invierte en tecnologías, sistemas y plataformas para lograr su visión futurista. El mantenimiento de una presencia de fuerzas expedicionarias navales altamente capacitadas en regiones claves es el medio más efectivo para impedir un conflicto y asegurar la estabilidad y la paz en la región. En cualquier día dado, aproximadamente una tercera parte de nuestras fuerzas están desplazadas en el exterior y otro 20%, más o menos, en ruta de los puertos de pertenencia. Las fuerzas expedicionarias navales están “en posición”, operando día tras día en cada de las regiones principales—el Mar Mediterráneo, el Golfo Árabe, el Océano Índico, el Pacífico Oriental y el Caribe—más de 50,000 hombres y mujeres estadounidenses a bordo de más de 120 buques. Nuestros marineros ayudan a mantener la paz y están listos para responder donde se necesiten. Hay dos factores principales en esta “ecuación” de presencia avanzada. El primer factor es la disuasión nuclear. La Marina contribuye a la disuasión nuclear a nivel estratégico mediante los submarinos de propulsión nuclear de misiles balísticos de tipo Ohio (SSBN-726) Trident. El componente más económico de nuestras fuerzas estratégicas, los SSBN también son invisibles y pocos vulnerables cuando están desplazados. Además, sus armas pueden atacar blancos estratégicos y sus sistemas de mando y control correspondientes son seguros y confiables. La fuerza Trident hace una contribución singular y vital a la capacidad de Estados Unidos de demostrar a cualquier posible adversario la futilidad de tratar de obtener una ventaja nuclear sobre Estados Unidos. Además de nuestra contribución a la disuasión estratégica, la Marina también mantiene una capacidad para desplazar misiles cruceros con ojivas nucleares Tomahawk a bordo de los submarinos nucleares de ataque (SSN). Esta capacidad proporciona a la nación la capacidad para desplazar un arma de disuasión adecuado contra los estados rebeldes con armas de destrucción masiva en diferentes regiones. El segundo factor es la disuasión convencional proporcionada por las fuerzas expedicionarias navales desplazadas a la vanguardia. Estas fuerzas impiden que surjan crisis y conflicto, forman el ambiente de seguridad y sirven como la base para la paz y estabilidad

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regional. Esto es especialmente importante ya que el número de bases estadounidenses en ultramar sigue bajando y nuestro acceso continuo a los que permanecen es cada vez más inseguro. La capacidad de las fuerzas navales para usar los mares sin restricciones de soberanía, de llegar a sus posiciones listos para entrar en acción y permanecer por la cantidad de tiempo necesaria, sin el apoyo de la nación anfitriona, es imprescindible para efectuar una disuasión convencional. Las fuerzas navales desplazadas a la vanguardia proporcionan además garantías de protección a nuestros amigos y aliados en toda la gama de operaciones y permiten el rápido desplazamiento de fuerzas de seguimiento. Los portaaviones, submarinos y fuerzas de superficie de la Marina están en posición y empeñadas, proporcionando una potencia de combate creíble como medio de disuasión y prevención de conflicto. Hoy, esto significa la potencia de asalto de los misiles Tomahawk—mañana incluirá la defensa de misiles balísticos en el teatro de operaciones y fuegos navales de largo alcance en apoyo de un asalto terrestre. Cuando la necesidad surge, como en la Operación Desert Fox a fines de l998, las fuerzas desplazadas de la Marina son las que iniciarán la defensa de los intereses vitales de Estados Unidos. La misión principal de la Marina en tiempo de paz es mantener una robusta presencia avanzada. El grupo de la Marina e Infantería de Marina “porta el estandarte” alrededor del mundo, demostrando apoyo para los intereses de Estados Unidos y reforzando las políticas e iniciativas diplomáticas. Junto con otros elementos de las Fuerzas Armadas, y cada vez más con la Guardacostas, la Marina e Infantería de Marina desempeña operaciones de mantenimiento e imposición de paz, además que una gran variedad de otras misiones y tareas de tiempo de paz—combatir el terrorismo, evacuar no combatientes, proporcionar ayuda humanitaria y socorro en tiempo de desastre y efectuar operaciones contra-drogas. En 1998, por ejemplo, los buques, submarinos de ataque y aeronaves de la Marina documentaron más de 2,300 días en rumbo y 18,000 horas de vuelo en apoyo de las tareas de interdicción de drogas y varios decomisos de drogas. Durante la Guerra Fría y más desde la caída del Muro de Berlín en noviembre e 1989, el Grupo de la Marina e Infantería de Marina ha desempeñado estas importantes misiones y otras. Durante la Guerra Fría, la Marina e Infantería de Marina respondió a unas 190 crisis internacionales (excluyendo las Guerras de Corea y de Vietnam), un promedio de una operación de reacción a crisis cada 11 semanas. Desde 1990 hasta 1997, la Marina e Infantería de Marina respondieron a crisis y combate en casi 80 ocasiones, aproximadamente una operación cada cuatro semanas. En 1998, ese periodo fue reducido aún más: una reacción a crisis cada tres semanas. Desde la evacuación de no combatientes en Somalia en enero de 1991 hasta la reacción en diciembre de 1998 a la resistencia de Irak a inspectores de armas de la ONU, la Marina e Infantería de Marina han demostrado su valor como el arma de reacción más flexible, inmediata y sostenible ante toda la gama de requerimientos políticos y militares. Nuestra preocupación en vista de las limitaciones de recursos que los Servicios Navales enfrentan, es que estas reacciones globales probablemente seguirán desenfrenadamente en el futuro. Además, las contribuciones de las fuerzas navales de Estados Unidos a la estabilidad y paz regional son cada vez más importantes a medida que la economía global se convierte en una economía interdependiente. Las crisis militares y políticas en una región pueden causar incertidumbre y pánico económico en otra región. Por ejemplo, durante la crisis de “Minas de Agosto” en 1984 en el Mar Rojo y Golfo de Suez, la presencia de minas navales y daños a unos 20 buques comerciales causó que se alzaran los costos de seguro marítimo y perjudicó el movimiento seguro del comercio marítimo en esta vía crítica. La rápida reacción de la Marina de Estados Unidos y de las fuerzas multinacionales de contramedidas de minas (MCM) ayudó

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a mitigar las incertidumbres y proteger el comercio marítimo internacional. Durante la crisis en los Estrechos de Taiwan en marzo de 1996, las maniobras navales y pruebas de misiles de China causó que la bolsa de valores de Hong Kong cayeran, afectando la bolsa de valores mundial. Cuando Estados Unidos demostró su dedicación a sus amigos y aliados, enviando dos grupos de portaaviones (CVBG) y submarinos nucleares (SSN) para observar los ejercicios chinos, la crisis se resolvió rápidamente y las bolsas de valores mundiales se ajustaron correspondientemente. La presencia avanzada del Grupo de la Marina e Infantería de Marina también proporciona la base sobre la cual la potencia militar de la nación puede responder a conflictos regionales. Las fuerzas navales en posición aseguran el dominio a través de toda la gama del espacio de batalla en los litorales y aseguran una posición inicial para permitir la entrada de las fuerzas terrestres de seguimiento. Esto se demostró claramente mediante la reacción estadounidense a la invasión de Kuwait por las fuerzas de Irak en agosto de 1990. Las fuerzas navales avanzadas y fuerzas terrestres fueron reforzadas rápidamente por grupos de portaaviones y después por la concentración de la fuerza naval más grande desde la Segunda Guerra Mundial. Esto proporcionó el cimiento para la concentración masiva subsiguiente en el teatro de operaciones de una coalición multinacional que finalmente liberó a Kuwait en la Operación Desert Storm. Además, la seguida presencia de las fuerzas navales y terrestres proporciona la capacidad de responder a las amenazas iraquíes a la paz regional. Dos veces durante 1998, Saddam Hussein desafió hasta cierto punto las resoluciones de la ONU y la determinación de Estados Unidos. La tercera vez, se pasó de la ralla y en diciembre, una fuerza combinada estadounidense e inglés lanzó cientos de asaltos terrestres con misiles Tomahawk y numerosos vuelos que atacaron elementos críticos de las bases políticas y militares de Saddam. Desde entonces una paz frágil ha existido en las zonas de no vuelo iraquíes, y aviones de Estados Unidos y sus aliados, incluyendo los F/A-18 Hornets y F-14 Tomcats basados en portaaviones, patrullan el área continuamente contra aventuras iraquíes, a veces habiendo tiroteo con los pilotos iraquíes. La robusta presencia de las fuerzas expedicionarias navales en áreas importantes del mundo es, por lo tanto, un componente crítico de la seguridad nacional de Estados Unidos. Señala nuestra dedicación a la paz y estabilidad, proporciona capacidades de reacción de crisis y asegura a nuestros aliados y amigos de una firme base para las operaciones de coalición. La presencia avanzada de las fuerzas navales proporciona a la nación la piedra angular sobre la cual confeccionar planes para su empeño en tiempo de paz, disuasión y prevención de crisis y resolución de crisis. Seguiremos dependiendo de nuestras fuerzas navales para reducir las opciones de nuestros adversarios y formar la paz, siendo un elemento tangible de la seguridad local y regional que nuestros amigos y enemigos tendrán que considerar.

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Características perdurables de las Fuerzas Expedicionarias Navales Las fuerzas navales poseen dos características principales que los hace la fuerza idónea para responder a la naturaleza expedicionaria de las estrategias militar y de seguridad de Estados Unidos: flexibilidad y autosuficiencia. Flexibilidad: Los grupos de portaaviones y grupos anfibios comprenden elementos diversos que pueden “estructurarse” y empeñarse para satisfacer los requerimientos de la situación. Los escuadrones de los portaaviones, buques de guerra de superficie y submarinos usan una variedad de armas, incluyendo bombas guiadas de precisión, misiles de ataque terrestre Tomahawk, fuerzas embarcadas de la Infantería de Marina y “fuegos” navales para derrotar a un adversario. Las fuerzas expedicionarias navales son el “reóstato” militar de la nación que se puede subir o bajar en la medida necesaria. Se pueden usar para recopilar inteligencia oportunamente, para efectuar operaciones de interdicción marítima o sencillamente para demostrar la dedicación y apoyo política de Estados Unidos. Los recursos estratégicos de transporte marítimo de no combatientes que proporciona fuerzas para el combate al igual que para efectuar operaciones humanitarias y de socorro en tiempo de desastre y evacuaciones, son importantes elementos para asegurar la flexibilidad operacional. Autosuficiencia: De igual importancia es la capacidad de las fuerzas navales autosuficientes y autosostenibles—expedicionarias—de poder operar en las regiones avanzadas sin necesitar una red extensa de bases terrestres y otras instalaciones de apoyo. La Marina e Infantería de Marina portan consigo su propia infraestructura donde quiera que vayan y llegan a la posición listos para efectuar operaciones inmediatas. Según se demostró en la crisis de sanciones impuestas sobre Irak por la ONU en 1997-1998, un escuadrón de portaaviones tiene no sólo aeronaves, tripulaciones y armas, sino que también proporciona su propio campo de aviación….seguro, con los abastecimientos necesarios y listo cuando y donde se necesite. Un grupo anfibio tiene su propio sistema de mando y control, apoyo aéreo y alojamiento basado en alta mar que es protegido de ataques terroristas y libre de acuerdos del estado de fuerzas y limitaciones de soberanía. Los recursos claves para los servicios de inteligencia, mantenimiento, seguridad y abastecimientos están disponibles en posición cuándo y dónde se necesiten. A medida que el término “expedicionario” se ha convertido en el adjetivo preferido del militar, la Marina e Infantería de Marina siguen proporcionando la definición más precisa y fundamental del término, como ha sido el caso por más de 200 años. Revoluciones Navales en la Actualidad y en el Futuro La Marina está desarrollando nuevos conceptos y capacidades operacionales para enfrentar los requerimientos que se desenvuelven diariamente y para sostener sus sobresalientes capacidades bélicas. Por ejemplo, la proliferación de armas de destrucción masiva (WMD) podrían amenazar nuestra misión de presencia avanzada y cambiar la forma en que atendemos áreas de importancia para Estados Unidos. Seguirán surgiendo nuevas amenazas que emplean tácticas, tecnologías y armas asimétricas de guerra que podrían negar acceso a regiones importantes a las fuerzas militares estadounidenses. Simultáneamente, la reducción de bases en ultramar y las crecientes limitaciones sobre su uso pueden impedir la efectividad de fuerzas no navales. Todos estos factores recalcan la importancia de fuerzas móviles, ágiles y dispersas tierra adentro y el apoyo inmediato desde el mar. Estas fuerzas basadas en el mar y desplazadas a la vanguardia proporcionarán apoyo crítico—defensa aérea del teatro de operaciones, fuegos navales, asalto, contramedidas de minas, operaciones anfibias—para las

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fuerzas navales, conjuntas y aliadas tierra adentro. En fin, el éxito de una guerra de maniobra operacional dependerá de la superioridad de información. Una red abierta de mando y control, comunicaciones, computadoras, inteligencia, vigilancia y reconocimiento (C4ISR) que explota la tecnología más segura y sofisticada disponible, será imprescindible para el éxito de la misión. El Departamento de la Marina está desarrollando una nueva arquitectura para su red que proporcionará concienciación del espacio de batalla, el desplazamiento más rápido y flexible de fuerzas, comunicaciones ininterrumpidas entre las fuerzas conjuntas y combinadas y un sistema de defensa informativa que protegerá la seguridad de toda la información. La publicación del Estado Mayor Conjunto (JCS) Visión Conjunta 2010, definió un dirección común para todos los servicios militares de Estados Unidos para satisfacer los requerimientos de un futuro desafiador e inseguro. Las nuevas tecnologías se combinarán con los conceptos innovadores operacionales para tratar de mejorar la capacidad de Estados Unidos para efectuar operaciones conjuntas a través de toda la gama de misiones de paz, crisis y guerra. La clave para este futuro es la superioridad de información que, junto con la innovación institucional, organizacional, operacional y tecnológica, permitirán que cuatro nuevos conceptos operacionales sirvan como la base para las fuerzas expedicionarias navales del futuro:

• Maniobra dominante es la aplicación en múltiples dimensiones de capacidades de información, empeño y movilidad para colocar y emplear una gran variedad de fuerzas aéreas, marítimas, terrestres y espaciales para cumplir tareas específicas.

• Empeño preciso es un sistema de sistemas que permite que nuestras fuerzas

localicen el objetivo o blanco, proporcionen mando y control respondedor, generen el efecto deseado, evalúen nuestro nivel de éxito y retengan la flexibilidad de empeñarse nuevamente con precisión, de ser necesario.

• Protección de toda dimensión es la capacidad ofensiva y defensiva de múltiples

capas para proteger nuestras fuerzas en todo nivel de ataques enemigos mientras mantienen la libertad de acción durante un despliegue, maniobra y empeño.

• Logística enfocada es la combinación de tecnologías de información, logística y

transporte para proporcionar una reacción inmediata a crisis, para rastrear y transportar recursos en ruta y para entregar paquetes y sostenimiento logísticos específicamente estructurados en el nivel estratégico, operacional y táctico de la operación.

Estructura de la Fuerza del Siglo 21 La estructura de la fuerza de la Marina comprende equipo—buques, aeronaves, armas y sistemas—y, de aún más importancia, personas diestras, motivadas y dedicadas para operar y mantener el equipo en el servicio activo y la reserva. La Revisión Cuadrienal de Defensa (QDR) de 1997 trató de la estructura corriente y proyectada para la fuerza y combinaciones de fuerzas dentro del contexto de la estrategia, conceptos operacionales y amenazas a los intereses estadounidenses. El resultado de la estructura de la fuerza de acuerdo con las evaluaciones de la QDR se enumeran a continuación.

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Metas de la Combinación de Fuerzas Los requerimientos de estructura de fuerzas depende de los roles, las misiones y las tareas que los Servicios Navales deben desempeñar. Después de efectuar evaluaciones minuciosas y comprensivas de las necesidades operacionales corrientes y futuras, la Marina está dedicada a sostener una estructura de fuerzas que incluya:

• 12 grupos de portaaviones. • 10 escuadrones aéreos de portaaviones activos y uno de reserva. • 12 grupos anfibios. • 50 submarinos nucleares de ataque. • 14 submarinos de propulsión nuclear de misiles balísticos estratégicos armados con

misiles balísticos Trident II/D5 y operado en dos océanos. • 116 buques de superficie—108 en la Flota activa y ocho en la Fuerza de Reserva de

la Marina.

El número de submarinos de propulsión nuclear de ataque proporciona una buena ilustración de los desafíos de planificación para la fuerza del futuro. Una fuerza de 50 SSN en el año 2003 permitirá un promedio de 11 años-SSN de desplazamientos para la ejecución de misiones nacionales, tareas en el teatro de operaciones y operaciones de presencia avanzada en tiempo de paz, anualmente. Esto se compara con 16 años-SSN en 1998. La fuerza submarina está entrando en un período de limitados recursos a diferencia del ambiente del pasado, impulsado por los requerimientos. Realmente no hay opción: el número de submarinos disponibles debe aumentar o seguramente se excederá la meta de días desplazados, creando más desafíos para la administración del personal y equipo de la Marina. Esta relación no se puede escapar. Si bien la evaluación en 1991 del Estado Mayor Conjunto sobre el nivel de la fuerza de submarinos concluyó que se necesitaban entre 67 y 71 SSN para satisfacer los requerimientos de posibles reacciones en tiempo de paz y de crisis, los niveles de la fuerza submarina nuevamente están bajo escrutinio en vista de los emergentes requerimientos—desplazamientos rutinarios, operaciones de contingencia frecuentes y empeños operacionales no planificados—en el futuro lejano y no muy lejano.

Una dinámica similar afecta la fuerza de portaaviones de Estados Unidos. La sobresaliente potencia de combate de los portaaviones de la Marina y sus escuadrones de múltiples misiones proporcionan al presidente una amplia gama de opciones para una reacción rápida y efectiva a crisis o conflictos, haciéndolos un componente crítico en las estrategias militares y de seguridad nacional de Estados Unidos. Sin embargo, es necesario disponer de suficientes portaaviones para asegurar que las estrategias de Estados Unidos tengan buen éxito en estas operaciones sin sobrecargar el personal o los buques, las aeronaves o el equipo de la Marina. La experiencia real en las operaciones durante la década de los 1990 y numerosos estudios han demostrado que una fuerza de 15 portaaviones es necesaria para satisfacer el requerimientos de una presencia de tiempo completo en las regiones críticas del mundo. El costo de mantener ese nivel, sin embargo, no se puede sostener en los presupuestos actuales y futuros, y la Marina ha determinado que 12 portaaviones permiten mantener una presencia y capacidad bélica y satisfacer los requerimientos, aunque con cierto nivel de riesgo. Menos de 12 portaaviones significaría que algunas necesidades operacionales no se podrían satisfacer o que el personal y fuerzas serían sobrecargadas. En forma similar, los buques de superficie de múltiples misiones de la Marina están en demanda continua en tiempo de paz y de crisis. El límite de 116 en la fuerza de superficie

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fijada por la QDR representa la cantidad mínima requerida para satisfacer los requerimientos operacionales de los comandantes regionales, especialmente en el área de misiones críticas de Guerra de Asalto, donde el misil Tomahawk se ha convertido en “el arma predilecto” en las recientes operaciones militares. Además, con sólo 12 portaaviones, cada día más requerimientos de presencia avanzada se ha traspasado a la Fuerza de Superficie. Por estas razones, la Marina de Superficie ha pedido un estudio del nivel de fuerza combatiente de superficie para revaluar las necesidades para el futuro. Esta situación ha generado una propuesta innovadora para una “Flota Nacional” compuesta de buques de guerra de superficie y guardacostas pequeño de la Marina y Guardacostas. Por estas razones, los niveles y las combinaciones de fuerzas expuestos por la QDR constituyen la mínima fuerza esencial para satisfacer las necesidades de la estrategia militar y de seguridad de Estados Unidos. Sirven como la base para satisfacer las obligaciones de hoy, a medida que la Marina sigue su transformación para las operaciones del siglo 21. El Personal de la Marina A partir de la Guerra del Golfo Pérsico en 1991, el número de efectivos en servicio activo en la Marina ha sido reducido por casi 188,900, entre oficiales y alistados—una reducción de 33% hasta el año fiscal 1998. Para fines del año fiscal 2003, la reducción estará casi finalizada, incluyendo la implementación de la recomendación de la QDR estipulando la reducción de 18,000 personas más del servicio activo. (La fuerza civil de la Marina también se ha re-estructurado y la QDR estipulaba una reducción adicional de 8,400 empleos civiles.) Contribuciones de la Reserva Naval De conformidad con la tendencia mensurable que ha sido característica de la década de lo 1990, la Reserva Naval ofrece cada vez más apoyo. El veinte por ciento del personal uniformado de la Marina están en la Reserva. El aumentado profesionalismo de la Fuerza de Reserva, la flexibilidad y los requerimientos de la Flota han sido los factores impulsores de la transformación de la Reserva en una fuente de apoyo para satisfacer los requerimientos estadounidenses en tiempo de paz, crisis y guerra. Si bien una pequeña parte de la Reserva Naval, un área que claramente demuestra la aumentada dependencia de la Reserva es el uso de almirantes de la Reserva en posiciones de liderazgo a través de la Marina. Durante el año fiscal 1998, nueve almirantes de la Reserva Naval ocuparon posiciones de liderazgo críticas. Además, la flexibilidad de la Reserva se demostró mediante el destacamento de aviones C-9 de transporte de la Reserva Naval en el Mediterráneo, que entregó 50 Grupos Infantería de Marina de Seguridad de Acción Inmediata (FAST) a Dar Es Salem, Tansanía, dentro de 20 horas después del bombardeo por terroristas de dos embajadas en Africa. Este fue el primer personal militar de Estados Unidos en llegar al país después del bombardeo. Un indicador general es la cantidad de apoyo que la Reserva Naval ha ofrecido a la Flota Activa en el año fiscal 1998—unos 2.3 millones de días laborables de apoyo directo para las misiones. Esto representa un aumento de más del 100% desde 1991, pese a una reducción correspondiente del 40% en personal de reserva. Los reservistas navales se pueden encontrar en casi todo nivel de la Marina. Es más, muchas misiones críticas son efectuadas 100% por reservistas. Estas áreas son: logística aérea de la flota, defensa del puerto y unidades móviles de guerra submarina-playa adentro, aviones caza adversarios y control naval del comercio mercantil. Además, la capacidad para

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muchas misiones reside en la Reserva, incluyendo batallones de construcción, manejo de carga y personal de transporte marítimo militar. Aproximadamente un 70% de reservistas navales están asignados como agregaciones a “comandos activos”, a los cuales proporcionan dotaciones y capacidades adicionales en tiempo de guerra, así como apoyo en tiempo de paz. Casi todas las áreas principales dentro de la Marina disponen de agregaciones de la Reserva. El 30% de los reservistas que quedan están asignados a unidades independientes. Estas unidades incluyen 26 buques, 35 escuadrones aéreos, batallones de construcción, unidades móviles de guerra submarina-playa adentro, hospitales de la flota y batallones de manejo de carga. En todo caso, las unidades agregadas e independientes reciben fondos de patrocinadores de recursos que son responsables de fondos para los programas activos también. Los reservistas navales ya no están “restringidos” al territorio continental de Estados Unidos para desempeñar sus servicios. Por ejemplo, la mitad de las fragatas de misiles guiados clase FFG-7 Oliver Hazard Perry de la Fuerza Naval de Reserva desplazadas el año pasado por más de cuatro meses fueron a operaciones tales como CARAT y operaciones contra-drogas. Esta tendencia seguirá en el futuro. Como resultado de la QDR, la Reserva Naval será estructurada de nuevo, resultando en una reducción de 4,100 personas. Si bien se requerirá personal adicional de reserva para apoyar la transición de los buques de la Fuerza Logística de Combate 8CLF) al Comando de Transporte Marítimo Militar (MSC), otras posiciones de reserva serán eliminadas como resultado de la reducción acelerada de combatientes de superficie y buques de mantenimiento de submarinos, así como el retiro temprano del helicóptero SH-2 del servicio. Además, la Marina ha recomendado reducciones en actividades en el extranjero que reducirá los requerimientos de reservistas asignados en apoyo de bases. Sin embargo, la integración ininterrumpida de las fuerzas activas y de reserva de la Marina no es un concepto distante sino una realidad inmediata que no se ha visto en otros servicios. En 1999, la Reserva Naval es un socio activo y participante en las operaciones mundiales de la Marina y el reservista naval del futuro será una parte realmente imprescindible de la Marina del siglo 21. Conservación de las Capacidades Fundamentales Para maximizar los beneficios de nuestra inversión a largo plazo, la estructura de la fuerza expedicionaria naval de Estados Unidos debe reflejar requerimientos perdurables para las operaciones avanzadas, la emergente visión estratégica naval y el concepto operacional para el siglo 21. Nuevas amenazas a las fuerzas terrestres y nuevos conceptos de maniobra operacionales para las operaciones conjuntas extenderán los requerimientos de la Marina en cuatro formas significativas:

• El éxito de la guerra de maniobra operacional basada en alta mar dependerá, en parte, de la capacidad de las fuerzas navales de establecer y mantener superioridad informativa. La arquitectura crítica de C4ISR y capacidades de sistemas para la campaña terrestre muy posiblemente serán proporcionadas por las fuerzas a flote.

• La proliferación de armas de destrucción masiva y los medios para entregarlas ha

dificultado aún más la concentración de nuestras fuerzas—o de su apoyo de combate—en áreas fijas que pueden convertirse en blancos fáciles. Esto recalca aún más el uso de fuerzas dispersas, móviles y ágiles playa adentro y su apoyo “a pedido” desde el mar. También crea la necesidad de fuerzas navales para

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proporcionar protección—por ejemplo, defensa de misiles balísticos y defensa aérea para el teatro de operaciones—para las fuerzas conjuntas y aliadas sobre el terreno.

• Apoyo de fuego de precisión—incluyendo fuegos navales de largo alcance y asaltos

con misiles—deben ser proporcionados por fuerzas navales desplazadas en la vanguardia para las unidades de maniobra anfibia terrestres a medida que avanzan playa adentro y desempeñan sus misiones, así como para apoyar las fuerzas terrestres una vez introducidas en el teatro de operaciones.

• Igualmente, una vez que las fuerzas sean desplazadas a una crisis o un conflicto,

deben sostenerse en el teatro de operaciones y el éxito de las futuras operaciones dependerá de la capacidad de la Marina para proporcionar todos los elementos del apoyo logístico. Los conceptos de bases en alta mar y apoyo logístico y las capacidades necesarias serán imprescindibles si los conceptos de maniobra operacional innovadores han de ser fructíferos.

Las fuerzas expedicionarias navales proporcionan una gran cantidad de capacidades

esenciales al comandante conjunto. En términos amplios, estas capacidades se dividen en cuatro categorías: Guerra centrado en redes, Control marítimo y de área, Proyección de poder y Desplazamiento y sostenimiento de fuerza. Tecnología de información para la Guerra Centrada en Redes de Comunicación El concepto principal de la Marina para lograr la superioridad informativa revolucionaria en el siglo 21 (IT21) en toda la fuerza y para permitir la ejecución de capacidades operacionales robustas es la tecnología de información. El foco de todo aspecto de la continua primacia operacional de la Marina, la IT21 deriva su potencia de la red robusta y confiable de una fuerza con diversas y dispersas capacidades. Al vincular sensores, disparadores y comandantes en un esquema común de información, IT21 lleva el potencial operacional a un nuevo nivel. Este esquema permite que nuestra fuerza sea más inteligente, fluida y respondedora mediante un conocimiento compartido de la situación, aumentada colaboración, coordinación estrecha y procesos operacionales más rápidos. El esquema de IT21 se considera frecuentemente en niveles de acuerdo con el uso de información o en cuadriculados: Guerra Centrada en Redes de Comunicación que abarca Rastreo y Control, Imagen Táctico Coherente e Imagen Operacional Común, y la Red Interna de la Marina. IT21 proporciona el núcleo de la información y la red interna que facilita el intercambio de información entre los usuarios a flote y en tierra. En pos de satisfacer estos requerimientos, la Marina ha comenzado a distribuir varios programas de C4I. El programa del Sistema de Mando y Control Global—Marítimo (GCCS-M) proporciona el imagen operacional común y planificación de colaboración a corto plazo. “Link 16” proporciona una parte del Imagen Táctico Coherente. La Capacidad de Empeño Cooperativo (CEC) para la defensa aérea y de misiles y el Sistema de Control de Fuegos Navales de Superficie (NSFCS) para ataques de fuegos navales de superficie proporciona partes de sistema de rastreo de blancos y control de armas. La IT21 es el primer paso hacia la implementación de Guerra Centrada en Redes de Comunicación. Los sistemas de información proporcionan la capacidad bélica crítica que extiende de segmentos de computadoras personales (PC) en redes de área local (LAN) conectadas a las redes de área amplia (WAN) y comunicaciones claves entre buque y tierra. Estas comunicaciones proporcionarán las funciones críticas de administración para el sistema

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de información. El núcleo centralizado de la IT residirá en estos puntos y otros Centros de Servicio de Tecnología de Información proporcionarán una infraestructura de apoyo para la Administración de Información/Tecnología de Información. Otros componentes tales como los segmentos espaciales, puntos de entrada en tierra y sistemas de seguridad de redes son necesarios para proporcionar las conexiones requeridas entre las computadoras personales para los usuarios en cualquier parte del mundo. El revolucionario concepto de “Círculo de Fuego” de la Marina es un ejemplo perfecto de NCW, vinculando una variedad de plataformas—aeronaves, buques de superficie y submarinos—en un sólo LAN para el grupo de batalla. El Círculo de Fuego automáticamente coordina las solicitudes de fuego con los recursos disponibles, ahorrando tiempo y personal, mientras asegura que la munición apropiada acierta el blanco en el momento y el lugar necesario. En 1997, por ejemplo, la Tercera Flota de EE.UU. exitosamente probó un prototipo del Círculo de Fuego durante el Experimento de Batalla de la Flota (FBE) Alfa, realizado en conjunto con el Experimento de Combate con el Guerrero Avanzado Hunter de la Infantería de Marina. En FBE Bravo, que se efectuó después en 1997, la Tercera Flota extendió el concepto para incluir aeronaves tácticas y unidades de artillería terrestres de la Infantería de Marina. Bravo también demostró la capacidad del Círculo de recibir información de fuentes externas, tales como la aeronave de vigilancia STARS de la Fuerza Aérea Conjunta. Los Experimentos de Batalla de la Flota se celebran aproximadamente dos veces por año con un enfoque en el desarrollo de capacidades centradas en las redes de comunicación en los ambientes operacionales del área avanzada conjunta. El primer experimento en el área avanzada, FBE Delta, se efectuó en combinación con Foal Eagle ’98, un ejercicio en un teatro de operaciones conjunto y combinado, durante octubre y noviembre de 1998. Los experimentos Delta incluyeron la prueba más futurista de la coordinación de armas combinadas en un teatro de operaciones, usando aeronaves de aviso temprano Hawkeye E-2C, submarinos nucleares, buques de guerra de superficie, Fuerzas de Operaciones Especiales (SOF) y aeronaves F-16 Fighting Falcon de la Fuerza Aérea para recalcar ciertas inquietudes propios del teatro de operaciones: contra SOF, contrafuego y defensa aérea en un teatro conjunto. En FBE Echo, programado para marzo-abril de 199, la Marina e Infantería de Marina explorarán otras operaciones navales en ambientes urbanos, incluyendo sensores navales y fuegos por la red, mando y control y defensa aérea del teatro de operaciones. FBE Echo también atenderá varios nuevos conceptos para la guerra submarina con la intención de enfrentar una gama completa de amenazas asimétricas marítimas. La Marina está avanzando su capacidad de NCW, mejorando sus tecnologías y doctrina para apoyar la Guerra de Información (IW). Esto permite el entorpecimiento, la neutralización y el engaño de las fuerzas enemigas, mientras proporciona a las fuerzas amigas inteligencia superior y defensas robustas contra los sistemas de IW del adversario—en apoyo del concepto de superioridad de información Joint Vision 2010.

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Control marítimo y de área Sólo unos cuantos poderes principales tendrán la capacidad de representar una amenaza sostenida de largo plazo ante la supremacia marítima y desafiar así el concepto de la Marina de una maniobra dominante desde el mar. Sin embargo, adversarios que no disponen de la misma potencia militar que Estados Unidos pueden tratar de intimidar nuestros aliados y amigos regionales antes de que Estados Unidos pueda aplicar todo su poder contra ellos, en un intento de demorar o negar nuestro acceso a las áreas críticas de las operaciones. Además, pueden tratar de bloquear la proyección de potencia militar de Estados Unidos a áreas de crisis, atacando los puertos, áreas logísticas claves y campos de aviación necesarios para las operaciones de las fuerzas terrestres y los buques y aeronaves en tránsito a dichas áreas. Tanto ataques con armas convencionales como con armas de destrucción masiva podrían originar de terroristas individuales o de una gama extensa de fuerzas terrestres, marítimas y aéreas de negación de área. Sin embargo, hasta los adversarios regionales podrían invertir suficiente para extender el alcance de sus fuerzas de negación de área hasta el mar más allá del caos de los litorales, dependiendo de una combinación de sensores dispersos y plataformas de diversas armas, incluyendo submarinos y potencia aérea de largo alcance. Este tipo de escenario demuestra la dependencia del adversario en una guerra asimétrica para infligir daños desiguales contra las capacidades o los amigos de Estados Unidos, con la esperanza de que los lideres estadounidenses opten por no proceder. La amenaza de minas navales en la Guerra del Golfo Pérsico en 1991 ofrece un buen ejemplo de este tipo de escenario. Dos buques de guerra de Estados Unidos, el USS Princeton (CG-59) y el USS Tripoli (LPH-10), sufrieron ataques de minas el mismo día. Los dos buques sostuvieron daños de más de $125 millones, y varios miembros de la tripulación fueron heridos. El Princeton fue inutilizado y tuvo que ser reparado. Si ambos o uno de los buques se hubiera hundido con una gran pérdida de vida, la reacción del público estadounidense pudo haber tenido un efecto político similarmente significativo sobre las decisiones militares subsiguientes, pese a nuestra superioridad. En todo caso, la presencia de más de 1,300 minas navales iraquíes y obstáculos de superficie sirvieron para limitar las alternativas operacionales de la coalición multinacional en el norte del Golfo Árabe. La capacidad de dominar las vías marítimas y aéreas y luego derrotar las capacidades marítimas, aéreas y litorales del adversario por medio de extensas operaciones en el teatro de operaciones será uno de los puntos fuertes de la Marina que fomentará la credibilidad de la presencia avanzada de Estados Unidos. El creciente alcance y mortalidad de los peligros de negación de área requerirá que las fuerzas expedicionarias navales de Estados Unidos puedan asumir el control de la situación contra el adversario en alta mar, en la playa y en el ámbito de información. El control del mar y del área son requerimientos para prevalecer en el espacio de batalla del teatro de operaciones—el núcleo de la guerra naval—y son elementos esenciales de la misión expedicionaria de la Marina. En toda su historia, el Grupo de la Marina e Infantería de Marina se ha destacado en el establecimiento de control marítimo y dominio del espacio de batalla litoral. Esto ha abarcado operaciones en alta mar contra una fuerza adversaria, así como el despejo de minas y supresión de defensas en la playa. Las fuerzas de la Marina e Infantería de Marina niegan acceso a un adversario regional, entorpecen el movimiento de sus abastecimientos y controlan el mar y espacio aérea en los litorales. En el futuro cercano, las fuerzas navales también podrán establecer el mando y control a nivel del teatro de operaciones y encabezar esfuerzos conjuntos para derrotar amenazas hostiles de misiles aéreos, cruceros y balísticos. La Marina asegurará que los refuerzos y abastecimientos lleguen a las fuerzas

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expedicionarias navales en la playa, las fuerzas pesadas terrestres de seguimiento y las fuerzas aéreas. A medida que los conceptos operacionales innovadores se desenvuelven en reacción a la realidad de la región y los posibles peligros globales, el apoyo logístico y operacional de la fuerza terrestre estará cada vez más basada en el mar. Esto sólo será posible si las fuerzas navales de Estados Unidos controlan el espacio de batalla marítimo y litoral. Juntas, estas fuerzas pueden controlar un área que extiende desde el océano hasta la playa y playa adentro al área que puede ser apoyada directamente y defendida del mar. Los portaaviones y sus escuadrones, submarinos y buques de guerra de superficie, fuerzas anfibias y fuerzas navales de apoyo son la espina dorsal de la capacidad militar de Estados Unidos para dominar los espacios de batalla regionales y litorales, que a su vez es el sine qua non de la capacidad de la nación de proyectar una potencia militar creíble desde el mar. Proyección de poder La proyección de poder requiere agilidad, movilidad, flexibilidad y tecnología para proyectar fuerza contra debilidad. La Marina logra esto al implementar estrategias nuevas de guerra de maniobra anfibia y de litoral, doctrinas y conceptos operacionales y mediante el uso de todas las capacidades y los recursos disponibles, incluyendo:

• Portaaviones y poder aerotáctico basado en el mar para atacar blancos críticos y apoyar las fuerzas terrestres en la playa.

• Buques de guerra de superficie proporcionan ataques terrestres precisos con

“fuegos” navales mortales en combinación con asaltos de misiles y defensa aérea de varios niveles contra aeronaves, misiles cruceros y misiles balísticos a base de teatro de operaciones y de área.

• Submarinos de propulsión nuclear para proporcionar inteligencia, vigilancia e

indicaciones clandestinas y aviso; para aterrizar y recuperar tropas de SOF y para lanzar ataques de sorpresa con misiles tácticos de largo alcance.

• Fuerzas Expedicionarias de la Infantería de Marina (MEF) operando desde buques

de asalto anfibio para facilitar la introducción de fuerzas terrestres pesadas y aéreas de seguimiento—en caso de ser necesario.

• Batallones de construcción naval (Seabees) y recursos de Apoyo de Servicio de

Combate Expedicionarios de la Infantería de Marina (CSS) para apoyar fuerzas operando playa adentro.

Las fuerzas expedicionarias navales de la nación pueden proyectar una potencia militar

decisiva desde el mar, aún ante el adversario más determinado. Las operaciones precisas efectuadas desde los buques de guerra de superficie, submarinos de ataque y aeronaves basadas en portaaviones proporcionarán fuegos masivos y sostenibles desde el mar. Las fuerzas navales pueden generar una potencia ofensiva de alta intensidad y la Infantería de Marina puede rápidamente alcanzar objetivos críticos para permitir la introducción de las fuerzas de seguimiento de Estados Unidos y las fuerzas aliadas. Las operaciones conjuntas, usando recursos de asalto de la Marina y de la Fuerza Aérea, se están convirtiendo en un medio para rápidamente lanzar una gran cantidad de potencia de fuego contra blancos

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aislados, como en la operación conjunta Desert Strike en septiembre de 1996 y Desert Fox dos años después. Los sistemas avanzados de información y localización de blancos conjuntos y nacionales multiplicarán el efecto del alcance de los Servicios Navales—un 80% de los centros poblados del mundo en la actualidad pueden ser el enfoque de las operaciones “litorales” de la Marina—y facilitar la concentración de los efectos de fuegos distribuidos pero precisos desde el mar a puntos donde tendrá la mayor influencia sobre los eventos en la tierra. Una nueva dimensión de potencia marítima resultará en campañas navales que combinan operaciones altamente móviles de la Marina contra los litorales con el apoyo cercano aéreo y apoyo de fuego y asaltos de precisión a largo alcance. Esta potencia de fuego enfocada y precisa se podrá sostener completamente desde el mar y ser apoyada por plataformas y conceptos basados en alta mar—cumpliendo los efectos de la potencia de fuego concentrada sin la necesidad de concentrar las fuerzas también. La capacidad de la Marina de mover y sostener fuerzas estadounidenses al exterior mediante el transporte marítimo estratégico es otra función singular. El equipo, los pertrechos y los abastecimientos necesarios para efectuar una proyección de la potencia militar conjunta debe moverse por medios marítimos. Durante la Guerra del Golfo de 1990-1991, casi el 95% de todo el material, abastecimientos y equipo enviados al teatro de combate—y regresado a Estados Unidos al restaurarse la paz—se transportó a bordo de buques. El transporte marítimo es imprescindible para las operaciones regionales del Ejército y de la Fuera Aérea, ya que estos servicios dependen casi totalmente del “puente de acero” de los buques de transporte marítimo para transportar todo lo que una fuerza moderna necesita para cumplir sus misiones. Igualmente, el Escalón de Asalto de Seguimiento de la Infantería de Marina (AFOE) es transportada exclusivamente por transporte marítimo. Los buques desplazados a la vanguardia y buques preubicados siguen siendo una fuerza esencial de alerta, constituyendo un medio valioso para la disuasión así como para un asalto terrestre inicial. El transporte marítimo de seguimiento asegura un desplazamiento oportuno de unidades basadas en Estados Unidos mientras que fuerzas de sostenimiento del transporte marítimo reabastecerán las fuerzas desplazadas hasta que sea necesario. La capacidad de la Marina para proteger las vías marítimas y puertos de desembarco y, por lo tanto, asegurar un flujo ininterrumpido de abastecimientos y equipo, es un factor crítico para el éxito de una operación expedicionaria. A medida que el número de bases estadounidenses en el exterior disminuye, la dependencia en el transporte marítimo aumentará proporcionalmente. La capacidad para mover y sostener fuerzas en áreas avanzadas será cada vez más una medida crítica de la capacidad de la Marina para satisfacer sus obligaciones conjuntas en el exterior.

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Lección 5

Lectura H: Extracto de “Operaciones de Sostenimiento Democrático: El Rol de Elementos de Coordinación

de Operaciones Especiales (SOCOORD) como parte de una Fuerza de Tarea Conjunta” por Teniente Coronel James L. Dunn, Ejército de EE.UU., y

Mayor Jon M. Custer, Ejército de EE.UU. NOTA: Partes del siguiente artículo son obsoletas. Sin embargo, el rol de los elementos de SOCOORD sigue en vigencia. El rol de elementos de SOCOORD como parte del Ejército. El SOCOORD es un nuevo elemento en el Ejército, ideado por el Comando de Operaciones Especiales del Ejército de EE.UU., USASOC, a fines de la década de 1980. Para 1992, se había establecido un SOCOORD en el cuartel general de cada uno de los cuerpos de ejército activos del Ejército. Cada SOCOORD contiene cuatro miembros: el jefe, un teniente coronel de las Fuerzas Especiales (SF), el oficial de planes y operaciones de SF, un mayor de SF, el oficial de planes y operaciones de los Comandos, un capitán de infantería o un mayor con experiencia en un Regimiento de Comandos y el sargento mayor del SOCOORD. El SOCOORD funciona como una división independiente y singular dentro del estado mayor del G-3 del cuerpo de ejército. El concepto del SOCOORD es sencillo: integrar las Fuerzas de Operaciones Especiales del Ejército (SOF), específicamente las Fuerzas Especiales (SF) y los Comandos, a las operaciones convencionales del Ejército. Según el Manual del SOCOORD, publicado por el Centro y Escuela de Guerra Especial John F. Kennedy del Ejército de EE.UU., la misión específica del SOCOORD es: Actuar como asesor principal al comandante del cuerpo de ejército y su estado mayor con respecto a las capacidades y limitaciones de las unidades de SF y Comando del Ejército. El SOCOORD asesora el G3 del cuerpo de ejército sobre los cursos de acción que permite la máxima utilización de las capacidades de las unidades de SF y Comando, y desarrolla selecciones de blancos y requerimientos de la misión para ser enviados al comandante de la fuerza conjunta (JFC), lo cual resultará en la asignación de misiones apropiadas para las unidades de SF y Comando. Si dichas unidades están agregadas o bajo control operacional del cuerpo de ejército (normalmente a base de la misión), el SOCOORD actuará como el punto de contacto en el estado mayor del cuerpo de ejército para coordinar el apoyo necesario (administrativo, logístico o de inteligencia) que las unidades necesitarán del cuerpo de ejército y para sincronizar las operaciones. El SOCOORD del XVIII Cuerpo de Ejército Aerotransportado cumple su misión en varias formas:

• Trabajar conjuntamente con la división de planes del G3 para efectuar revisiones periódicos de los planes de guerra del cuerpo de ejército y redacta los anexos de las SOF en la medida necesaria;

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• Preparar una apreciación de SOF y redacta un anexo de las SOF para cada operación o ejercicio del cuerpo de ejército;

• Coordinar con USASOC para asegurar la disponibilidad de unidades de SF y

Comando para ser integradas en los ejercicios a nivel de cuerpo de ejército y división;

• Coordinar con USASOC la asignación de elementos de mando y control de

operaciones especiales (SOCCE) al cuartel general del cuerpo de ejército o división.

• Servir como el punto de contacto del SOCCE para fines de coordinación e integración dentro del estado mayor del cuerpo de ejército;

• Participar como miembro de la célula de administración de batalla del cuerpo de

ejército para asegurar la utilización máxima de las unidades de SF y Comando y sincronizar con los sistemas de operación en el campo de batalla (BOS) del cuerpo de ejército;

• Servir como miembro del puesto de mando de asalto del cuerpo de ejército;

• Desplazarse con el cuerpo de ejército y establecer un SOCOORD/ SOCCE dentro

del puesto de mando principal, cerca del elemento de apoyo de fuego, la sección de operaciones del G3 y la división de planes del G3;

• Servir como miembro de la célula de coordinación de operaciones profundas del

cuerpo de ejército y

• Asistir a las reuniones de la junta para la selección de blancos del cuerpo de ejército y proporcionar información para las mismas.

¿Cómo pueden estas acciones preparar el SOCOORD para desempeñar su función en

el cuartel general de una Fuerza de Tarea Conjunta (JTF)? Para el personal del Ejército, una organización conjunta puede parecer complicada: la presencia de los componentes y oficiales de estado mayor de diferentes servicios crea un ambiente desconocido. El Ejército recalca la necesidad de que sus manuales sobre la doctrina y las tácticas, técnicas y procedimientos se prepare en conformidad con las publicaciones conjuntas, pero aún hay diferencias que precisan de un entendimiento cabal de la terminología, organización, relaciones de mando y procesos de planificación conjuntos. Sin embargo, debido a que las operaciones especiales son de naturaleza conjunta y a que los miembros del SOCOORD normalmente han experimentado el ámbito conjunto, el SOCOORD es el idóneo para formar parte de una JTF.

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Lección 5

Lectura I: Extracto de “El Elemento de Coordinación de Enlace: Multiplicador de Fuerza para Operaciones de Coalición”

Por el Capitán Chadwick W. Storlie, USA Las fuerzas de la coalición se reunen para llevar a cabo una variedad de operaciones de combate y de apoyo de la estabilidad y el sostenimiento. Pero sea cual fuere su misión, todas hacen frente a retos similares: diferencias de lenguaje, perspectivas militares, adiestramiento, doctrina, arquitectura de mando y control, y relaciones de apoyo. Para reducir al mínimo estos retos y llevar al máximo el poder de la coalición, los comandantes del TO pueden aplicar una opción de economía de fuerza flexible y efectiva, conocida como LCE (elementos de enlace-coordinación). Cuando se emplean, se agregan a unidades de la coalición para ayudar a éstas alcanzar una integración uniforme en la fuerza total. Los LCE no duplican los elementos o las misiones de la unidad apoyada, ni proporcionan elementos adicionales de maniobra de combate. Más bien, mejoran los sistemas de operaciones en el campo de batalla con los cuales la unidad apoyada debe contar con el fin de cumplir su misión. Las actividades de los LCE deben ser transparentes para así no eclipsar los logros de la unidad apoyada. La misión de los LCE es en realidad una tarea para profesionales. Y las destrezas de las Fuerzas Especiales del Ejército de EE.UU. — en adiestramiento, planificación, ejecución de operaciones independientes, operación en diversas situaciones, lenguaje y comunicación intercultural—representan la base para el empleo provechoso de LCE. En años recientes ha habido varias operaciones provechosas con LCE. Durante las operaciones de Escudo del Desierto y Tormenta del Desierto, los LCE (conocidos como equipos de apoyo de la coalición, o CST) ofrecieron enlace, integración de las comunicaciones y apoyo aéreo inmediato, o CAS, para los países de la coalición. Durante la Operación Respaldo de la Democracia en Haití, los CTS proporcionaron conectividad de las comunicaciones y apoyo de enlace que fortalecieron la eficiencia operacional de las unidades de la coalición. Durante las operaciones “Joint Endeavor” y “Joint Guard” en Bosnia-Herzegovina, se emplearon inicialmente LCE con las unidades de la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas. Estos elementos ayudaron en el redespliegue de aquellas unidades o en su integración en la fuerza de cabeza de implementación de la paz, o IFOR, de la Organización del Tratado del Atlántico Norte. En las últimas etapas de IFOR y en la fuerza de estabilización eventual, o SFOR, se agregaron LCE a los ingenieros húngaros. Batallón, o HUBAT; al Batallón de Ingenieros de Rumania, o ROBAT; y a la Brigada Aerotransportada Rusa Independiente, o RUSBDE. Existen cinco tareas de apoyo LCE: proporcionar conectividad de las comunicaciones; proporcionar conectividad de inteligencia; proporcionar capacidad de apoyo aéreo inmediato, o CAS; proporcionar apoyo de enlace; y proporcionar capacidad de evacuación de sanidad, o MEDEVAC. Las tareas esenciales para la misión LCE se enfocan en las tareas de apoyo. A continuación se exhibe la lista de tareas esenciales para la misión, o METL. • Desplegar. • Armonía. • Proporcionar mando, control, comunicaciones e inteligencia, o C3I. • Llevar a cabo operaciones de guiado final.

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• Mantener movilidad. • Redesplegar/recuperarse. Las tareas individuales, colectivas y de instrucción diversificada LCE varían de acuerdo con los niveles de adiestramiento y la misión. Organización de Tarea De acuerdo con los requerimientos de la operación, el LCE consta de 4 a 12 individuos. Con el análisis del personal del destacamento que determina las políticas específicas de movimiento del TO y el efectivo militar de la misión, se determinan la organización de tarea más efectiva y el emplazamiento. Existen dos tipos de LCE: posición estática y posición múltiple. El LCE de posición estática es apropiado cuando la unidad apoyada cuenta con las destrezas tácticas necesarias, pero requiere apoyo adicional en funciones de mando y control a nivel de batallón y superior. Un elemento de 4 hombres con la comandancia de la unidad apoyada puede llevar a cabo un LCE de posición estática mediante coordinación con una comandancia superior establecida. El LCE que fue inicialmente agregado al RUSBDE durante la Operación “Joint Endeavor” era del tipo de posición estática. El LCE de posición múltiple es apropiado cuando la unidad apoyada requiere asistencia al nivel táctico y al nivel de comandancia de batallón o superior. El LCE de posición múltiple que consta de una estación base o de uno o más equipos móviles puede requerir un destacamento de 12 hombres. Durante las operaciones “Joint Endeavor” y “Joint Guard”, los LCE agregados al HUBAT y ROBAT, al igual que el LCE agregado a la RUSBDE durante las postrimerías de “Joint Endeavor” fueron de tipo de posición múltiple. Los LCE agregados al HUBAT y ROBAT brindaron enlace y coordinación con otras unidades de ingenieros, fuerzas de apoyo, unidades IFOR adyacentes y comandancias superiores; y sus equipos móviles brindaron protección para las dotaciones de trabajo. Los equipos móviles LCE de la RUSBDE acompañaron a los equipos de patrullaje de área e inspección de sitios de almacenamiento de armas. El SOTAC (controlador de ataque de operaciones especiales), que es un equipo altamente adiestrado de control del combate con la Fuerza Aérea de EE.UU., proporciona al LCE capacidad de CAS, y adiestra a los componentes del LCE en relación con los procedimientos apropiados de solicitud de CAS de emergencia.

Tipos de Elementos de Coordinación de Enlace LCE DE POSICIÓN ESTÁTICA ESTACIÓN BASE DE LCE DE POSICIÓN MÚLTIPLE

ESTACIÓN BASE Comandante 18A 180A/18Z Comandante Auxiliar de Destacamento 18E Comunicaciones 18D Sanidad SOTAC

ESTACIÓN BASE Comandante 18A 18F Sargento de Operaciones e Inteligencia 18E Comunicaciones 18E Comunicaciones EQUIPO 1 – MÓVIL 180A Comandante del Equipo 1 18B Comandante Auxiliar del Equipo 1 18C Ingenieros 18D Sanidad SOTAC

EQUIPO 2 – MÓVIL 18Z Comandante del Equipo 2 18C Comandante Auxiliar del Equipo 2 18B Armas 18D Sanidad

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Lección 5

Lectura J: “Elemento de Mando y Control de Operaciones Especiales

(SOCCE): Lo Que Todos Debemos Saber” Por el Mayor D. Jonathan White, USA

1. REFERENCIAS. a. FM 31-20, Fuerzas Especiales (SF) b. FM 100-25, Fuerzas de Operaciones Especiales del Ejército (SOF) c. Manual de Referencia de SOF, Versión 2.1, con fecha de enero 98. 2. DOCTRINA. a. Tamaño y Composición. Doctrinalmente, el SOCCE es un Destacamento Operacional de Fuerzas Especiales “B” (Comando de Compañía de SF) o elemento de enlace de comandos que se encuentra con la comandancia de MAGFT (fuerza de tarea aeroterrestre de la infantería de marina). De acuerdo con el borrador inicial del FM 31-20 (Operaciones de SF), con fecha de junio de 1998, a los escalones inferiores a CE se les asignan elementos de enlace de fuerzas especiales (SFLE) y no SOCCE. El efectivo indicado en la TOE del SFOD-B es 10 hombres. b. Tareas y Misiones: El manual de referencia de las SOF, fechado enero de 1998, indica en su página 2-20 la tarea del SOCCE y su relación con el comandante del componente terrestre de la fuerza conjunta (JFLCC) y la comandancia de la MAGFT. La tarea del SOCCE es “servir de punto central para la sincronización y desintensificación de las misiones de las SOF (salvo operaciones cívico-militares y OPSIC) con las operaciones terrestres y marítimas. El SOCCE se encuentra en el puesto de mando del comandante apoyado, y ofrece las funciones de C2 o de enlace indicadas por el JFSOCC (comandante del componente de operaciones especiales de la fuerza conjunta). El SOCCE también puede recibir informes operacionales, de inteligencia y de adquisición de blancos directamente de los elementos de SOF desplegados y pasarlos a la comandancia de la fuerza terrestre”.1 Lo principal es saber si hay elementos de SF desplegados en el área de operaciones (AO) o área de interés (AI) del CE, pero en apoyo del comandante de la fuerza conjunta (JFC), el SOCCE asignado al CE tiene como finalidad desintensificar sus operaciones con las operaciones del CE (por ejemplo, área de seguridad de fuego o área de fuego restringido). Si hay elementos de SF en el área de responsabilidad de CE (AOR) en apoyo del comandante del CE, el SOCCE es el instrumento del comandante de operaciones especiales para asegurar que cumpla sus responsabilidades con el comandante apoyado (generalmente de CE).

1 Manual de Referencia de SOF (enero de 1998), pág. 2-20.

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3. PRÁCTICA. a. Efectivo del SOCCE. En la práctica, el batallón o grupo de fuerzas especiales generalmente complementa el SOCCE con medios adicionales de comunicaciones e inteligencia para la misión. Con frecuencia, se sitúan los SOCCE con la comandancia de los subelementos del CE. En el Centro de Adiestramiento de Listeza Conjunta (JRTC), para operaciones de contingencia tales como la Operación RESTAURACIÓN DE LA DEMOCRACIA, se asignan a las brigadas SOCCE para desintensificar las operaciones de las fuerzas especiales dentro del AOR de la brigada. b. Relación de Mando y Control (C2). El grado de control sobre los elementos SF desplegados en el AOR del comandante apoyado lo determina el JFC conjuntamente con el FFSOCC y el JFLCC o MAGTF apoyado. En la práctica, esta relación es a menudo una en la que el elemento SF desplegado está en TACON con el JFLCC apoyado a través del SOCCE. Se define TACON o Control Táctico como la autoridad de mando sobre las fuerzas o comandos asignados o agregados, o la capacidad militar de las fuerzas disponibles para la asignación de tareas, limitada generalmente a la dirección y control local de los movimientos o maniobras necesarios para el cumplimiento de las misiones o tareas asignadas (énfasis del autor). El control táctico es inherente en el control operacional, y se puede delegar y ejercer en cualquier nivel inferior al nivel de comando combatiente.2 En otras palabras, el comandante que ejerce TACON de elementos SF desplegados no puede alterar la misión de la fuerza de TACON, pero puede controlar el movimiento local del elemento de SF para el cumplimiento de su misión asignada. Las razones de esta limitación se deben a las tácticas, técnicas y procedimientos (TTP) de los elementos SF. El SFODA desplegado para llevar a cabo operaciones de reconocimiento especial no está necesariamente organizado, dotado o capacitado para llevar a cabo una misión de acción directa contra el blanco de reconocimiento. Si el comandante apoyado desea la interdicción del blanco de reconocimiento, él debe asignar esa tarea antes de la infiltración (es decir, reconocimiento especial con una misión de “acción directa a pedido). De lo contrario, el elemento SF debe regresar a la base de operaciones de las fuerzas especiales para planificación y ejercicios adicionales. O, con más probabilidad, el JFSOCC designará e infiltrará un elemento SF independiente para llevar a cabo la misión de acción directa. Las razones son compensar el riesgo de los elementos SF desplegados y responder a las necesidades del comandante del componente terrestre apoyado. Los movimientos frecuentes de los elementos SF desplegados aumentan el riesgo de compromiso y fracaso de la misión. Por estas razones, es el comandante del JFC quien determina el grado de control pasado del JFSOCC al comandante apoyado. Si el comandante apoyado no está satisfecho con el apoyo brindado por los elementos SF, él debe apersonarse al JFC y solicitar una relacion de C2 mas responsiva, o algun otro medio de mejorar el apoyo de los elementos de operaciones especiales en su sector. Los factores que pueden determinar el grado de control delegado del JFSOCC al JFLCC son:

(1) Naturaleza de la mision y las misiones y necesidades del JFSOCC y JFLCC. (2) Medios de comunicaciones de los elementos SF desplegados. Sin entrar en los

TTP de SF, basta decir que algunos medios de comunicaciones permiten mayor flexibilidad que otros.

(3) Riesgo para los elementos SF desplegados. 2 Publicación Conjunta 1-02, 12 de enero de 1998, pág. 428.

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4. OTROS ASUNTOS CON UN SOCCE, a. Logística. El cuartel general del Ejercito de TO tiene responsabilidades Título X para proporcionar apoyo a todas las unidades del Ejercito (por ejemplo, baterías y combustible) desplegadas dentro del TO. Esto incluye proporcionar artículos comunes a las SOF del Ejército. Por lo general, el SOTSE (elemento de operaciones especiales de apoyo del TO) se encuentra situado con el Ejército del TO para coordinar el apoyo de las SOF del Ejército. b. Fusión de Inteligencia. Se desplaza el SOCCE para asegurar que los elementos de operaciones especiales adecuados en el AOR del CE cumplan sus responsabilidades con el comandante apoyado. Quizás el área principal que afecta la eficacia es la barrera (a menudo no intencional) que existe entre dos organizaciones desiguales. Se deben resolver asuntos como OPSEC, división en categorías y falta de familiaridad con el personal exterior, para asegurar el apoyo más eficaz del comandante. Los miembros del G-2 o G2X deben ser tan abiertos con el SOCCE como sea posible y esperar lo mismo de este último. En ocasiones, el SOCCE tendrá una forma distinta de considerar los problemas del CE que puede ser provechosa. “Un equipo, una lucha”. c. Actitud. El SOCCE está situado con el CE para asegurar el debido apoyo. Los soldados de SF a menudo parecen ser distintos, actúan en forma diferente y tienen un modus operandi distinto (en ocasiones incluye una política de protección de fuerza diferente). Estas diferencias pueden ser una fuente de conflicto o un recurso para el comandante del CE. Lo principal es que los soldados del SOCCE forman parte del mismo equipo y laboran en pos de la misma meta. 5. ESTUDIOS DE CASOS. a. En la Operación TORMENTA DEL DESIERTO, la Cía. A del 3er Batallón, 10° Grupo de Fuerzas Especiales (Aerotransportado) se unió al puesto de mando del VII CE como SOCCE, debido a elementos SF desplegados dentro del area de operaciones y area de interes del VII CE. Dentro del AO del CE habían tres grupos de SF llevando a cabo SR en apoyo de los PIR del VII CE. A la vez, dentro del AI del VII CE habían otros equipos de SF llevando a cabo SR en apoyo de los PIR del CINCCENT. El SOCCE coordinó el NFA lo relacionado con la ubicación del equipo de SR, envió inteligencia sobre los PIR al personal del CE y coordinó los medios del VII CE para infiltrar los equipos de SR una vez completada su mision. b. En la Operación RESTAURACIÓN DE LA DEMOCRACIA, habían informes preparados por los SOCCE de los equipos SF desplazados a traves de los sectores de brigada en relacion con las actitudes de los haitianos y cualesquier problemas en el AO de la brigada. En este caso, los conocimientos lingüísticos, la familiaridad cultural, la orientacion regional y las distintas posturas de proteccion de los equipos SF en las aldeas ofrecieron cierto acceso a las actitudes y opiniones locales desconocidas por los soldados de la 10a. Division de Alpinismo.

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FUNDAMENTOS DE LA GUERRA OPERACIONAL C/M/S 500

Lección 6

Lectura A: Extractos de Mando y Control para la Guerra y la Paz

Capítulo 2: “C2: Proceso y Sistemas” Por Thomas P. Coakley

El Ministerio de Defensa define primero el sistema de mando y control como la recopilación de las funciones de mando y, después, como los sistemas de personas, procedimientos y equipo que apoyan al mando. El aspecto de la definición que se enfatice tiene mucho que ver con la clase de interés que tenga determinado observador en el sistema de mando y control; también afectará el énfasis la posición que ocupe el observador en la cadena de mando. Sin embargo, cualquiera que sea el énfasis, la naturaleza entrelazada del sistema de mando y control exige que se tomen en consideración todos los aspectos al tratar de mejorarlo. El Ministerio de Defensa define mando y control de esta forma: El ejercicio de autoridad y dirección por comandantes expresamente nombrados sobre determinadas fuerzas asignadas para el cumplimiento de la misión. Las funciones de mando y control se realizan mediante la organización del personal, el equipo, las comunicaciones, las instalaciones y los procedimientos empleados por un comandante para planificar, dirigir, coordinar y controlar fuerzas y operaciones para el cumplimiento de la misión. Mando y control, en otras palabras, son verbos y sustantivos. Como verbos, son lo que el comandante hace; constituyen un proceso. Como sustantivos, son la “organización” de personas, equipo (inclusive computadoras y programas), y procedimientos que ayudan a los comandantes a hacer lo que hacen; designan un sistema.

ALCANCE DEL MANDO Y CONTROL Para tener una idea del alcance del mando y control, analicemos su analogía con los deportes. A menudo se observa que abundan las semejanzas conceptuales entre el fútbol y la batalla que exceden el vocabulario que comparten, inclusive “bombas”, “ataques terrestres”, “bombardeo aéreo”, “intercepciones”, “devastaciones”, etc. Un ejemplo de esas semejanzas es el apoyo que proporcionan los entrenadores de fútbol, que es lo que más se parece al mando y control perfecto que se pueda encontrar - mucho mejor que el mando y control que los comandantes pueden recibir en situaciones de vida y muerte en el combate real: Imagine que usted es el director del equipo Zebs de Colorado Springs, un equipo de fútbol semiprofesional de la Liga Occidental del Golfo. El propietario de su equipo ha dicho que, en lo que a él concierne, el próximo juego con los Cowpokes de San Antonio es el juego más importante de la temporada. Es obvio este sentimiento en las discusiones diarias que sostienen los dos mientras se preparan para el juego. Usted envía a un asistente de su confianza a observar los dos últimos juegos de los Cowpokes y pide a otro que analice los informes publicados en el diario Lights de San Antonio sobre todos los juegos de los Cowpokes de este año. Personalmente ha examinado las

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escenas del juego transmitidas por una estación de TV en San Antonio que fueron grabadas por un amigo suyo que vive en New Braunfels. Usted está familiarizado con el Estadio Cowpoke y sabe que se encuentra a 400 pies sobre el nivel del mar. Su hija filmó todos los juegos de los Zebs y usted ha continuado su vieja práctica de estudiar detenidamente los juegos más recientes. Una de las cosas que ha observado últimamente es que dos talentosos “halfbacks” con regularidad han confundido sus señales. Al hablar con el entrenador se ha enterado que uno de ellos está saliendo con la exnovia del otro. Basado en lo que ha aprendido sobre el desempeño de los Cowpokes esta temporada, le ha dicho al entrenador de la línea defensiva que dedique bastante tiempo a practicar los “ataques relámpago” contra el “quarterback” del equipo rival; al verse acosado frecuentemente el “quarterback” de los Cowpokes pareciera disgustarse y agitarse, ocasionando deterioro en el juego de su equipo. Por algunos informes se ha sabido que una muñeca lesionada impedirá que el “quarterback” participe en este juego, pero no los ha tomado en serio porque sabe que historias similares relativas a los últimos dos juegos fueron falsas. Le ha ordenado al entrenador de la ofensiva que se adhiera a la táctica diseñada para este juego y haga que los “halfback” traten de penetrar la posición defensiva derecha temprano en el juego. El guardia Cowpoke es nuevo en las filas semiprofesionales y en el equipo y probablemente estará nervioso. Haga los arreglos para que el avión aterrice en San Antonio dieciocho horas antes del juego; con suficiente tiempo para que el equipo duerma, y lo suficientemente cerca de la hora del juego para aprovechar al máximo los beneficios de la altitud. Al comenzar el juego, tiene a sus entrenadores y sus asistentes ubicados estratégicamente en la tribuna de la prensa y en el campo de juego. Cada uno tiene audífonos para comunicarse con usted rápidamente. El dueño del equipo, sentado en una tribuna privada, tiene sus propios audífonos a través de los cuales usted lo mantiene enterado de sus planes y en ocasiones recibe sugerencias de él. Su equipo gana el sorteo y decide recibir la pelota. El receptor de su equipo es derribado en la yarda quince, y pone la pelota en juego desde allí. En las escaramuzas provocadas en las dos primeras jugadas, sus dos “halfback” se atropellan uno al otro y el portador de la pelota pierde terreno. Usted pide tiempo y conversa con sus asistentes y el “quarterback”. Luego reemplaza a uno de sus “halfback”. En la próxima jugada, el otro “halfback” se abre camino por el medio y avanza 25 yardas. Está cumpliendo con su plan.

ALGUNOS PARALELOS El fútbol no es combate y un campo de juego de cien yardas dista mucho de ser un campo de batalla, pero los paralelos entre las actividades del director de equipo y las actividades de los comandantes nos pueden ayudar a comprender mejor el sistema de mando y control. El director del equipo de fútbol, al igual que los comandantes, recibe su misión de un superior al cual se reporta durante el desarrollo del proceso - en este caso, el propietario del equipo.

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Después, el director aprende todo lo que puede sobre su adversario, usando exploradores y analistas de artículos de prensa y de transmisiones televisadas; este es similar a la recopilación de inteligencia de los comandantes militares. El director de equipo incorpora en su plan todo lo que sabe sobre el ambiente del campo de juego - la altitud del estadio Cowpoke - igual que los comandantes incluyen todo lo que saben sobre el ambiente de la misión en sus planes de combate. Cuando el director de equipo estudia los videos de los juegos de su propio equipo y le habla al entrenador sobre el problema de los “halfbacks”, está evaluando sus propios recursos, al igual que lo deben hacer los comandantes. En la misma forma que el director asigna tareas ofensivas y defensivas a sus asistentes, los comandantes dividen la misión en tareas que luego asignan a sus comandantes subordinados. El director, ayudado por sus asistentes, observa el inicio del juego, determina el problema en el desempeño de sus “halfbacks”, decide una acción correctiva basada en la información adquirida sobre ellos, y continúa monitoreando. En forma similar, los comandantes monitorean el desempeño en las tareas asignadas y hacen los ajustes que consideran necesarios. Por último, cuando el director de equipo compara la acción en el campo de juego con su plan de juego para determinar qué más debe hacer, los comandantes igualmente comparan los resultados obtenidos por sus fuerzas con los requerimientos de la misión. Cuando los resultados y los requerimientos no corresponden, los comandantes harán el mismo tipo de análisis que realizó nuestro director de equipo. También modificarán las tácticas o harán cambios en el personal, según sea necesario, para obtener los resultados deseados.

OBSERVACIONES Un beneficio de la analogía con el fútbol es que puede dar origen a algunas observaciones muy útiles. Por ejemplo, pese a todas las instalaciones y facilidades disponibles, los directores de equipo pierden juegos de fútbol. Esto se debe en parte a que aunque la información es buena no es una garantía de que las decisiones que se tomen sean buenas; como tampoco elimina la función que desempeña el factor suerte - desde el sorteo en adelante. Además es un reflejo del hecho de que los directores de equipo “enemigos” tienen sistemas de apoyo comparables a los nuestros. Vale la pena observar que el proceso de mando y control puede existir independientemente de la tecnología: los propietarios, los directores y los asistentes trabajaban juntos bastante bien antes de que aparecieran los audífonos y los sistemas de radio. Lo mismo aplica a los comandantes y sus subordinados. Las cantidades masivas que se están gastando en lo que ampliamente se caracteriza como mando y control no nos debe llevar a asumir que el proceso y el equipo son sinónimos. Al mismo tiempo, debemos recordar que, como los sistemas que permitieron que los entrenadores asistentes se ubicaran estratégicamente en el estadio y continuaran en comunicación con el director de equipo, avances técnicos en el mando y control abren nuevas posibilidades que los comandantes no se deben dar el lujo de pasar por alto. El “plan del juego” del equipo es una parte esencial del sistema de mando y control del director-del equipo de fútbol. Este plan contiene las tácticas que el equipo ha estudiado y

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practicado, inclusive las frases en código para sus jugadores. Cuando el director de equipo dice, por ejemplo, que Ia próxima jugada es “27-derecha”, cuenta con que cada jugador sabe lo que esto significa. El plan del juego, en realidad, contiene los conocimientos que comparte el equipo y se basa en Ia experiencia del director - lo que funciona y lo que no funciona.

LOS PROCEDIMIENTOS DE DOCTRINA Y PRINCIPIOS Los “procedimientos” mencionados en Ia definición de mando y control del Ministerio de Defensa se comparan con el plan del juego de fútbol. Se derivan de Ia experiencia, el sentido común, y las lecciones de la historia militar y Ia teoría; y, constituyen el “conocimiento compartido”, el vínculo común que, idealmente, une las mentes de los comandantes desde abajo hasta arriba en Ia cadena de mando. Los procedimientos incluyen desde las doctrinas del Servicio que norman el uso de los sistemas de armas, hasta los “principios de Ia guerra” que guían a los comandantes en sus alternativas estratégicas y tácticas. Dos de los más conocidos formuladores de los principios de la guerra son Sun Tzu y Karl von Clausewitz. El Arte de Ia Guerra de Sun Tzu y En Guerra de Clausewitz fueron escritos con una diferencia de casi 2,500 años. Las dos obras difieren considerablemente en alcance, énfasis e intención. Sin embargo, a pesar de las diferencias, El Arte de Ia Guerra y En Guerra comparten principios fundamentales. Por ejemplo, aunque recalca Ia maniobra - un aspecto de Ia guerra con el que a menudo se le identifica - Sun Tzu está claro respecto al beneficio de concentrar una cantidad superior de tropas desde el inicio de Ia batalla. Igualmente, Clausewitz, aunque algunas veces ha sido ridiculizado como el “Profeta de Ia Concentración” por algunos críticos apáticos, comprende Ia efectividad del engaño y Ia maniobra contra Ia superioridad de las fuerzas enemigas. En resumen, los principios de Ia guerra han permanecido fundamentalmente inmutables desde los tiempos de Sun Tzu hasta el presente, aunque se han expresado en forma diferente a través de los años. Por ejemplo, en 1921, el Ministerio de Guerra de Estados Unidos enumeró nueve principios “básicos e inmutables” de guerra:

• El “principio de objetivo” requería que el comandante hiciera que el objetivo asignado a Ia unidad fuera Ia base para interpretar órdenes, tomar decisiones y emplear las fuerzas.

• El “principio de Ia ofensiva” recordaba a los comandantes que solamente mediante

una acción ofensiva podía ser decisivo el encuentro con el enemigo, pese a que las operaciones defensivas podían ser útiles en la espera de un momento más propicio o para sacar ventaja del terreno y compensar las debilidades de nuestras fuerzas.

• Incluyendo en “concentración” todo aquello que contribuía a dar “potencia de

combate”- cantidades, armas, destrezas tácticas, capacidad de combate, decisión, disciplina, moral y liderazgo” - el “principio de concentración” establecía Ia concentración de fuerzas “en un esfuerzo principal en el momento y lugar apropiados para el cumplimiento de un propósito definido.”

• Relacionados con el “principio de concentración se encontraban los principios de “economía de esfuerzo” y “de movimiento” que establecían que el comandante moviera las fuerzas empeñadas en esfuerzos que no eran críticos al punto más

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crítico en Ia batalla, o a un punto apropiado para contraatacar en una operación defensiva.

• El importante “principio de Ia sorpresa” podía tomar cualquier forma -“tiempo, lugar,

dirección, fuerza, táctica o arma.” • El “principio de seguridad” cubría cualquier medida emprendida para proteger contra

Ia “observación y Ia sorpresa.” • El “principio de simplicidad” se refería a realizar operaciones sencillas, enunciar las

órdenes directa y claramente, y evitar cambios frecuentes en el plan, y a Ia “unidad de mando.”

• El “principio de cooperación” requería el “trabajo en equipo” de “todos los militares” y

se basaba en una coordinación completa. Estos “principios - como los de Sun Tzu, Clausewitz y otros teóricos, son “inmutables” en el sentido de que se derivan de Ia experiencia y el sentido común y han continuado teniendo éxito a través de los años pese a los dramáticos cambios ocurridos en las armas y en otros aspectos de Ia guerra.

LOS REGLAMENTOS NO GARANTIZAN LA VICTORIA Sin embargo, el hecho de que sean útiles no significa que los principios sean reglamentos que, de acatarse, garantizan Ia victoria en Ia guerra. Nada garantiza el éxito en el combate o en Ia guerra. Goliat perdió contra David; Alejandro el Grande con apenas 30,000 hombres le ganó al Rey Darío Persia que tenía más de 200,000 soldados en lssus; y los Viet Cong y norvietnamitas ganaron Ia batalla de Vietnam. Podemos decir que, en el caso de Goliat y David, la “concentración” como táctica, además del factor “sorpresa” vencieron Ia “concentración” como un bulto. En lssus, Ia concentración” en el sentido de decisión y liderazgo, vencieron sobre Ia “concentración” en términos de números. Se puede afirmar que en Vietnam, Ia “concentración”, como una combinación de decisión y números, ayudó a los Viet Cong y los norvietnamitas a obstaculizar Ia victoria de Estados Unidos.

DESEO DE UNIFORMIDAD Rápidamente se observa que en definiciones tan generalizadas de “concentración” como Ia del Ministerio de Guerra, el principio comienza a perder su significado. Es como unos lentes que al torcerse y ajustarse debidamente, siempre revelan la misma imagen, no importa cuál sea el objeto que a través de ellos se esté mirando. Sugieren que los teóricos militares le dan mayor importancia a Ia uniformidad que a Ia realidad. La verdad es que todos lo hacemos. Un mundo uniforme es un mundo seguro. En un mundo así, sólo necesitamos aprender y jugar según las reglas en vigencia para sobrevivir. Desafortunadamente, desearlo no garantiza que así sea. Si sustituimos Ia realidad por nuestra visión de un mundo seguro y uniforme, nos exponemos nosotros mismos. Cuando suponemos

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que las ramas que hemos definido siempre tendrán aplicación, permitimos que nuestros enemigos usen esas mismas reglas como armas en contra nuestra. Si las reglas dicen, “Jamás combata cuesta arriba” (como en Ia formulación de Sun Tzu), y nuestras fuerzas están en Ia cima del cerro más elevado, bien se podría asumir que estamos seguros o que podemos dedicar todo nuestro tiempo a vigilar el firmamento. En tales circunstancias, si el enemigo es inteligente nos puede sorprender y derrotar escalando el cerro cuando no estemos vigilando, como hizo el general inglés Wolfe al general francés Montcalm en Quebec durante Ia Guerra entre los franceses y la India. Podríamos decir que el General Wolfe dio más importancia a Ia regla de Ia sorpresa que a Ia regla de jamás combatir cuesta arriba.

EQUILIBRAR LAS REGLAS Con frecuencia, las batallas se ganan encontrando un equilibrio adecuado entre las reglas. Los japoneses pudieron haberse desempeñado mejor en Ia Batalla de Midway en Ia II Guerra Mundial si hubieran dado más preponderancia al principio de seguridad y menos al de cooperación. Algunos críticos consideran que Ia invasión de Estados Unidos a Granada habría tenido mucho más éxito si los planificadores hubieran dado más preponderancia al principio de cooperación y menos al principio de seguridad. Desafortunadamente, Ia única forma de determinar a ciencia cierta el “equilibrio adecuado” es mediante un análisis retrospectivo. Los análisis iniciales de Ia posguerra sugieren que Estados Unidos y sus aliados encontraron un equilibrio bastante adecuado en Ia campaña contra las fuerzas iraquíes en Ia Guerra del Golfo en 1991. Con seguridad Ia superioridad técnica de las fuerzas de Ia coalición dirigidas por Estados Unidos fue un factor crítico en Ia rápida y desproporcionada victoria, pero, como demostró Ia experiencia norteamericana en Vietnam y Ia experiencia soviética en Afganistán, tener una amplia superioridad técnica no es garantía de victoria. En Ia Guerra del Golfo, las fuerzas de Ia coalición planificaron el uso de su superioridad técnica con extraordinaria efectividad. Convirtieron su meta de liberar a Kuwait en el objetivo militar de aislar a las fuerzas de ocupación. Alcanzaron ese objetivo obstaculizando al alto mando iraquí casi de inmediato con superioridad aérea y ataques devastadores sobre las instalaciones de mando y control en Iraq y Kuwait. La superioridad aérea que los aliados mantuvieron durante todo el conflicto les permitió realizar libremente operaciones de reconocimiento detallado y a Ia vez limitaba Ia libertad del enemigo de realizar operaciones de reconocimiento. La destrucción de las instalaciones de mando y control limitó Ia coordinación entre las fuerzas iraquíes e impidió que pudieran compartir Ia inteligencia que pudieran haber obtenido. La interdicción del transporte terrestre entre Bagdad y el teatro de operaciones completó Ia operación de aislamiento emprendida contra las fuerzas iraquíes. Con Bagdad “ciega”, detenidas las operaciones aéreas iraquíes y sus fuerzas terrestres aisladas, confusas y desmoralizadas por seis semanas de constante ataque aéreo, empezó Ia ofensiva terrestre de las fuerzas de Ia coalición. En unas 100 horas de combate, hicieron huir a las fuerzas iraquíes con una estrategia que incluyó engaños tácticos tales como el tan esperado ataque anfibio que nunca ocurrió, Ia concentración de fuerzas para atacar a través de las defensas iraquíes por puntos cuidadosamente preparados, y un envolvimiento sorpresivo que interrumpió Ia retirada iraquí hacia Bagdad.

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En pocas palabras, Estados Unidos y sus aliados tuvieron un desempeño excelente. A medida que surjan más detalles sobre el conflicto, iremos descubriendo sin duda que las tinieblas de Ia guerra estuvieron presentes y que no todas las operaciones fueron tan bien como esperábamos o como inicialmente pensamos que habían sido. Esa es Ia fea realidad de Ia guerra. En términos de mando y control, sin embargo, Ia Operación Tormenta del Desierto parece haber tenido un éxito rotundo. Aunque algunos observadores han afirmado que fue gracias al liderazgo y las tácticas superiores, y a las armas de alta tecnología, que Estados Unidos obtuvo esa rápida victoria, su argumento no toma en consideración el hecho de que fueron las armas de alta tecnología las que destruyeron temprano el mando y control del enemigo, dificultándole o imposibilitándole discernir cuáles eran las tácticas de Estados Unidos. Esa tecnología superior, cuyo empleo fue planificado por un mando y control excepcional - inclusive “las tácticas y el liderazgo” Ie dieron a Estados Unidos y a los aliados Ia ventaja necesaria - el balance “adecuado”.

MULTIPLICADOR DE FUERZA La clásica historia moderna de éxito del mando y control, el ejemplo que generalmente se cita cuando se habla del efecto multiplicador de fuerza del mando y control efectivo, es el Comando de Aviones Caza del Mariscal Hugh Dowding en Ia Batalla de Gran Bretaña en 1940. Aunque Ia Fuerza Aérea Alemana tuvo superioridad en fuerzas y tecnología, el Comando de Aviones Caza tuvo un mando y control superior. Y usó ese mando y control para acabar con el plan alemán de bombardear Gran Bretaña hasta que se rindiera. Peter Townsend, uno de los pilotos británicos, describió el sistema británico con estas palabras:

Los “ojos” del Comando de Aviones Caza, el 60º Grupo, incluía una red de cerca de cincuenta estaciones de radar. En ellas se detectaba a los aviones enemigos y se transmitía Ia información al Cuarto de Filtración del Comando de Aviones Caza, en donde era ordenada y transmitida al Cuarto de Operaciones del Comando de Aviones Caza, desde donde nuevamente se transmitía a los cuartos de operaciones del grupo y del sector. El controlador del sector guiaba a los aviones caza para que interceptaran al enemigo. En tierra, el Cuerpo de Observadores reemplazaba Ia función del radar con información de último minuto sobre todo lo que estuviera al alcance de Ia vista o el oído y Ia transmitía directamente a los cuartos de operaciones del grupo.

Los “ojos” a los que Townsend se refería eran radares desarrollados por un equipo británico con el lema “La mejor alternativa actual al mundo del futuro”, que significaba que su meta era algo que se pudiera usar eficazmente de inmediato, en lugar de encontrar el “mejor” sistema aunque no pudiera estar disponible en años. En realidad, no fue Ia superioridad tecnológica británica lo que le dio superioridad a su mando y control contra Ia Fuerza Aérea Alemana. Los radares alemanes, -los sistemas Freya y Wurzburg- eran más sofisticados y capaces que los de los británicos. Fue Ia organización británica -la organización que vinculaba a los radares, los observadores y los pilotos con los cuartos de operaciones - lo que les dio Ia ventaja. Según palabras de Townsend, “Los alemanes conocían Ia existencia de los radares británicos, pero nunca soñaron que lo que los radares “velan” fuese transmitido al piloto del avión caza en el aire a través de un sistema de comunicaciones tan elaborado.”

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La información recogida por los radares y observadores se recopilaba en el panorama general creado en el Cuarto de Operaciones. Los informes iniciales del radar eran transmitidos a través de un “cuarto de filtración”, en donde se le encontraba solución a los conflictos. En el Cuarto de Operaciones, Ia información que había sido filtrada se combinaba con los informes de los observadores y los datos sobre las fuerzas amigas. En este punto, se asignaban los “fantasmas (aviones no identificados) o los “bandidos” (aviones enemigos) a un sector determinado por el comandante del Grupo. El controlador del sector entonces le ordenaba a los aviones asignados hallar el avión enemigo. El “panorama general” en otras palabras, se convirtió en Ia base para decidir cuáles aviones se debía enviar y a dónde. El Comando de Aviones Caza usó las capacidades sin precedentes de su sistema de mando y control para adelantarse a los ataques de Ia Fuerza Aérea Alemana (seguridad), vincular observadores, planificadores y pilotos (simplicidad y cooperación), y mover a todos los aviones disponibles a los puntos críticos (concentración, economía de fuerza, movimiento) a donde sus pilotos sorprendían y atacaban al enemigo (sorpresa, ofensiva). Al hacerlo, el Comando de Aviones Caza destruyó el intento de los alemanes de controlar el espacio aéreo sobre Gran Bretana (objetivo). En retrospección, es claro que Ia Fuerza Aérea Real encontró el “equilibrio adecuado” al aplicar los principios de Ia guerra. Fue un buen mando y control lo que permitió que “pocos” hicieran “tanto”.

PRESENTE Y PASADO Para cada uno de los componentes de los sistemas de mando y control de hoy día, el sistema de Dowding tiene su análogo. Mientras que los comandantes de Ia operación Tormenta del Desierto podían obtener datos de satélites y aviones con sensores al igual que de radares muy sofisticados, el sistema de Dowding dependía de radares primitivos y observadores humanos. En lugar de los centros de fusión computarizados de ahora, el sistema de Dowding tuvo cuartos de operaciones con oficiales muy capacitados que podían identificar los aviones “amigos”, “fantasmas” y “bandidos” gracias a su intuición y a un ingenioso análisis. En lugar de las “ayudas de decisión” modernas y complejas, Dowding tenía mujeres usando marcadores de colores en las mesas cartográficas. El sistema de Dowding tuvo su “doctrina” -reglas sobre cuándo y cómo atacar al avión enemigo-, un sistema de comunicación de enlace radio-telefónico entre tierra y aire; y lo más importante, un comandante -Dowding mismo- que, durante toda Ia batalla, resistió Ia presión de abandonar el objetivo de defenderse contra Ia flota de caza bombarderos alemanes. Básicamente, hay poca diferencia entre el sistema de mando y control que usaron los británicos en Ia Batalla de Gran Bretaña y cualquier otro sistema más moderno. En cuanto a eso, un “modelo” genérico de mando y control, como el propuesto por Joel S. Lawson, probablemente aplicaría a los sistemas de mando y control de un Alejandro o un Napoleón como al sistema de Dowding, o el de cualquier otro comandante en Ia década de los 90.

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PROCESO DE MANDO Y CONTROL DE LAWSON El modelo de Lawson incluye cinco funciones: sentido; proceso comparación, decisión y actuación. La función de sentido reúne los datos sobre el ambiente - el mundo “exterior”, inclusive las fuerzas amigas y enemigas, las fuerzas aliadas, el terreno, las condiciones meteorológicas, etc. La función de proceso une y correlacione los datos para dar al comandante información sobre el ambiente. La función de comparación yuxtapone el estado existente del ambiente - los puntos fuertes y débiles relativos, las posiciones, etc.- con el estado deseado, Ia opinión del comandante sobre cuál debe ser el estado del ambiente. La función de decisión escoge entre los cursos de acción disponibles para reconciliar el estado del ambiente existente con el estado deseado. La función de actuación convierte Ia decisión en acciones. Trabajando con un modelo similar de mando y control, el Coronel John Boyd, piloto y teórico de combate influyente en el llamado Movimiento de Reforma Militar de finales de las décadas de los 70 y 80, combinó lo que sabia sobre Ia guerra aérea con las lecciones de mando y control recopiladas de Ia historia militar para concluir que Ia clave del triunfo militar -no importa el tamaño relativo de las fuerzas contrarias- es poder “entrar” al ciclo de decisiones o al proceso de mando y control de las fuerzas enemigas. En otras palabras, ya sea que estemos en un duelo entre dos aviones o una importante batalla terrestre, para triunfar se deben cumplir con mayor rapidez que el enemigo las funciones en secuencia que constituyen el mando y control. Según establece el manual del Cuerpo de Infantería de Marina, Conducción de Guerra, “Aquel que tome e implemente sus decisiones consistentemente más rápido tiene una ventaja tremenda, que a menudo es decisiva.” Tener procesos de mando y control más rápidos nos da tiempo para figurar qué están tratando de hacer los comandantes enemigos, y tiempo pera obstaculizar sus oportunidades de hacerlo. Nos permite determinar cuáles indicadores guiarán el enemigo y así poderlo manipular y engañar. En resumen, un mando y control rápido es Ia clave para jugar con Ia mente del enemigo. A esto es a lo que se referían los militares en sus presentaciones cuando, durante Ia Guerra del Golfo en 1991, hablaban de “entrar en el ciclo de decisión del enemigo”, aunque algunos miembros de Ia prensa interpretaron esta frase como una referencia a algún tipo de operación de inteligencia.

OBJETIVO: LA MENTE DEL ENEMIGO Este juego con Ia mente del enemigo debe ser Ia meta principal del comandante, según algunos analistas de la guerra. El Teniente General Raymond B. Furlong escribe:

Nuestro objetivo o estrategia en Ia guerra es el comportamiento de una cantidad limitada de personas. Queremos realizar nuestras operaciones de forma tal que estas personas actúen como nosotros preferimos que lo hagan -nuestra meta estratégica es influir en el comportamiento humano en forma favorable a nuestros objetivos. Por lo tanto, sugiero que el objetivo principal de nuestros estrategas debe ser Ia mente del comandante adversario.

Hablar de Ia “mente” del enemigo en este sentido, es igual a hablar de su mando y control. En las guerras antiguas, Ia “mente” del comandante era el centro del mando y control de Ia fuerza. Por ejemplo, al formular sus planes de batalla, Alejandro confiaba en sus propias observaciones y conocimientos del enemigo, en su propia experiencia en Ia guerra, y en su propio ingenio. Gradualmente, sin embargo, el tamaño y Ia complejidad de Ia guerra inducida,

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tal vez, por una norma impuesta por comandantes menos inteligentes que Alejandro ocasionó que las funciones de mando y control se externalizaran en forma de estados mayores.

“MANDO” O “MANDO Y CONTROL” En los tiempos de Alejandro, las funciones de mando y control se conocían como funciones de “mando”. El uso de Ia frase mando y control no se generalizó en lugar de mando hasta después de Ia II Guerra Mundial. Por miles de años, Ia palabra mando incluía todo; el jefe militar realizaba todas las funciones que hoy se conocen como funciones de mando y control. Algunos piensan que todavía es adecuado el uso de Ia palabra mando. Cualquier intento por explicar el cómo y el por qué del origen de mando y control es una especulación. Una teoría relaciona el cambio a Ia evolución de las fuerzas militares. A medida que los ejércitos aumentaban en tamaño y complejidad, se hizo cada vez más difícil para el jefe hacerlo todo. Generalmente, los jefes de las tribus al frente de sus guerreros podían ver al enemigo y tomar decisiones al instante sobre cómo usar mejor a sus hombres para combatir al enemigo. El General Eisenhower, por el contrario, debió hacer frente a una tarea demasiado compleja para realizarla sin Ia ayuda de numerosas organizaciones de adiestramiento, logística, mantenimiento, planeamiento e inteligencia. Aunque mantuvo el mando de todas sus fuerzas, delegó el control de las organizaciones que lo apoyaban. El mando es estratégico -el “panorama general”- mientras que el control es táctico u operacional, dirigido a Ia administración más inmediata de las fuerzas. Desafortunadamente para los que defienden esta teoría, existían muchos ejércitos grandes siglos antes de que el mando fuera mando y cotrol. Según otra teoría, le separación linguistica de mando en mando y control se remonta a los tiempos de Ia automatización de algunas funciones durante y después de Ia II Guerra Mundial. Hacía más sentido decir que alguien controlaba un sistema compuesto por radares o computadoras que decir que alguien estaba al mando de un sistema de este tipo. Se manda a las personas, las cosas se controlan. El problema con esta teoría es que las “cosas”, desde las rocas hasta los misiles, han formado parte de Ia guerra desde que el hombre ha participado en la guerra. Quizá el surgimiento de control sea en respuesta a Ia creciente dependencia en “cosas” en Ia guerra. O quizá haya algo respecto a Ia automatización que evoque un nuevo término -un término para describir Ia relación entre el comandante y algo automatizado; mando y control entró en uso más o menos cuando las computadoras empezaron a desempeñar una importante función en el “control” de los procesos industriales. El deseo de establecer salvaguardas o “controles” para impedir el uso accidental o no autorizado de armas atómicas y nucleares pudo haber sido un factor. Una opinión que frecuentemente se expresa en los círculos militares es que el concepto de “control” se originó con el deseo de las autoridades civiles de tener voto en Ia disposición de las fuerzas militares, especialmente de aquellas que tenían algo que ver con las armas nucleares; estando fuera de Ia cadena de mando militar, los civiles “inventaron” Ia palabra control como un sinónimo del tipo de administración que trasciende Ia cadena de mando y que se impone sobre ella desde arriba. En cualquier caso, Ia frase mando y control (y otros adornos que explicaremos después) se usa hoy día cuando antes servía Ia palabra mando.

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Algo similar a las variadas teorías sobre Ia unión de control y mando son las opiniones sobre lo anterior que tienen los diferentes servicios militares. En el Ejército, control pareciera considerarse un aspecto de Ia organización: ¿Tiene el Comandante A control operacional o control administrativo (o ambos) sobre Ia Fuerza B? En Ia Fuerza Aérea, control pareciera ser una aplicación del mando: al dirigir a un avión hacia un blanco, el controlador de armas está aplicando una orden del comandante. La persona sentada frente a Ia pantalla del radar puede ser Ia que le esté diciendo al piloto lo que debe hacer, pero ningún piloto aceptaría eso como un caso de mando. La Marina pareciera tener una opinión más negativa de control que el Ejército y Ia Fuerza Aérea -lo considera una limitación. Probablemente esto tiene algo que ver con que Ia palabra control surgió casi al mismo tiempo en que los capitanes de los barcos perdían parte de su autonomía - los tiempos en que los adelantos tecnológicos de las comunicaciones empezaron a estrechar más los vínculos entre Ia costa y el barco. En otra opinión - relacionada con un servicio en particular - al control se le considera el conocimiento que tiene el comandante sobre su propia fuerza, una “inteligencia amiga”. En determinado momento durante Ia Crisis Misilera en Cuba, el Presidente Kennedy le ordenó al General Maxwell Taylor averiguar si Ia Fuerza Aérea de Estados Unidos había cambiado la formación vulnerable de sus aviones en el sudeste. Tenían una formación completamente cerrada (ala con ala). Las fotos de los aviones U-2 habían revelado que no habían cambiado dicha formación. El empleo que el Presidente Kennedy dio a las fotos de reconocimiento en este caso se pudo haber considerado como un ejercicio de control.

DICOTOMÍA ENTRE HALAR Y EMPUJAR Puede ser conveniente combinar algunas de estas opiniones y considerar el mando y control en términos de una división entre halar y empujar: el mando envía o empuja a las fuerzas al campo a hacer algo; el control las hala o reprime, ya sea monitoreando o imponiendo límites respecto a cuán lejos pueden ir al cumplir su misión. En esta supersimplificación, el control funciona como una correa. Cuando un rey inglés en Ia época medieval enviaba a su ejército a luchar en el continente europeo, lo hacía sin preocuparse mucho por Ia suerte de sus soldados o el resultado que tuvieran en determinadas batallas. Estaba ejerciendo mando al enviarlos fuera, pero no tenía ningún control sobre ellos una vez que se alejaban a cierta distancia desde su dominio. Solo con gran dificultad podía halarlos o hacerlos regresar o enterarse de lo que estaban haciendo. La tecnología actual da a los jefes de estado, así como al Presidente de Estados Unidos, Ia habilidad de ejercer mando y control sobre las fuerzas. Respecto a las armas nucleares, el “control” (mediante cierres electrónicos llamados “Vínculos de Acciones Permisivas”) ha hecho posible establecer una diferencia entre Ia “posesión” de un arma y Ia habilidad para usarla. El arma nuclear puede estar en posesión de una unidad militar, pero el Presidente retiene el control sobre la misma hasta que envíe una señal en código que “abra el cierre”.

MAYOR RESPONSABILIDAD, MAYOR CONTROL Normalmente, los presidentes no ejercen control sobre las fuerzas convencionales (no nucleares); lo delega a los comandantes militares. El hecho de que en algunas ocasiones ejerzan control se debe a la creciente posibilidad de que se les responsabilice por las acciones

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de sus fuerzas así como por los adelantos tecnológicos que aumentan su capacidad para controlarlas. La misma tecnología que permite que el presidente se comunique directamente con el soldado en Ia trinchera permite que el pueblo de Estados Unidos sepa casi de inmediato lo que está sucediendo en esa trinchera o en cualquier otro lugar del mundo. Cuando muere un soldado que -además es un ciudadano y el querido hijo, hermano o cónyuge de alguien, - al presidente le pueden hacer un sinnúmero de preguntas respecto a su responsabilidad por Ia muerte del soldado. ¿Estaba el soldado adecuadamente adiestrado? ¿Equipado? ¿Protegido? ¿Era realmente necesaria Ia misión? Si en algún momento los monarcas medievales debieron responder a tales preguntas, debió ser solo en los casos de Ia completa destrucción de sus fuerzas. Aun en esos casos, las preguntas se habrían hecho tanto tiempo después de Ia devastación que habrían perdido su significado, especialmente en los casos en donde el monarca permanecía en palacio mientras su ejército estaba en tierras lejanas. Sería justo decir que los presidentes del siglo XX dieron a sus comandantes “correas” más cortas porque Ia ciudadanía misma le dio a los presidentes correas más cortas. Sin duda en un mundo amenazado por armas nucleares, las correas cortas pueden ser las más apropiadas, aunque es improbabIe que lleguen a ser populares entre los que ellas controlan. También hay una creciente tendencia al empleo de correas más cortas al descender en Ia cadena de mando.

CAUSA PERDIDA En el análisis final, Ia diferencia entre mando y control es imprecisa aunque el uso Ia ha establecido. Es una diferencia importante para algunas personas, indiferente para otras. En igual forma, control tiene un significado para algunas personas, y otro significado para otras. Las señales sobre su significado en determinado caso se originan del contexto en que se usa. Si fuera posible volver a los tiempos en que Ia mayoría usaba mando en lugar de mando y control, sería favorable hacerlo, por el bien de Ia simplicidad. Sin embargo, hoy por hoy pareciera quijotesco evitar el uso de mando y control. Aunque linguísticamente carece de elegancia, mando y control tiene Ia connotación de complejidad, al igual que de un aspecto matemático o de “alta tecnología”. Dada Ia naturaleza del mando en el mundo modeno, ambos son probablemente apropiados.

ANALOGÍA ENTRE EL CEREBRO, EL SISTEMA NERVIOSO, EL COMANDANTE YMANDO Y CONTROL

Como se mencionó anteriormente, Ia analogía que por lo general se usa para el mando y control es el sistema nervioso que apoya al cuerpo humano. Los nervios sensores detectan lo que está sucediendo dentro y fuera del cuerpo y envían sus resultados al cerebro. El cerebro interpreta los resultados, compara Ia condición existente con Ia condición deseada, decide el curso de acción y envía las órdenes apropiadas a los músculos a través de los nervios motores.

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Al igual que algunos consideran que el cerebro es parte del sistema nervioso y otros consideran que es algo separado del sistema pero que lo dirige, hay debates respecto a que si el comandante es o no es parte del sistema de mando y control. Una forma de enfocar este asunto es volviendo a Ia dicotomía de sistema-proceso. Se podría decir que el Comandante A está separado del sistema de mando y control que lo apoya, aunque es parte del sistema de mando y control que apoya a los comandantes superiores. De igual forma, el director del equipo puede considerarse un ente separado de su sistema de entrenadores, aunque es parte del sistema de entrenamiento del equipo. Por otro lado, todos los comandantes son parte de sus propios procesos de mando y control así como de los procesos de mando y control de los comandantes superiores. Hasta el Presidente tiene su correa controlada por el pueblo soberano de Estados Unidos; es parte de nuestro proceso de mando y control democrático.

PROGRAMAS OCULTOS En realidad, el asunto es más que nada de índole territorial. Si los comandantes son parte del mando y control, entonces se deben realizar por lo menos algunas actividades de investigación y desarrollo para determinar cómo funcionan estos componentes humanos bajo distintas circunstancias, cómo toman decisiones, cuál es Ia mejor forma de presentarles Ia información para su uso, etc.; en otras palabras, si los comandantes son parte del mando y control, parte de Ia investigación de mando y control debe pertenecer a los sicólogos, los expertos en comportamiento, los sociólogos y otros dedicados al estudio de los seres humanos. Si los comandantes no son parte del mando y control, entonces Ia mayor parte de las actividades de investigación y desarrollo se pueden asignar a los ingenieros. Entre más grande es Ia actividad, más acalorado es el debate. En Ia Era Informática, Ia actividad de mando y control ha crecido más que nunca. Abundan referencias sobre el mando y control -en discusiones de cualquier evento, desde Ia Iniciativa de Defensa Estratégica del Presidente Reagan hasta el último diseño de tanques- y mejorar el mando y control ha sido una meta proclamada por el Congreso y el Ministerio de Defensa. Entre 1977 y 1986, los fondos asignados a equipo de mando y control subieron en casi un 150%, de menos de 10,000 millones a casi $25,000 millones por año, mientras las computadoras, los sistemas de comunicaciones y los sistemas de vigilancia adquirían una condición comparable a los cazabombarderos y submarinos de más alta tecnología. Además, el creciente interés por el mando y control en un sentido más generalizado fue Ia fuerza impulsora de Ia Ley Goldwater-Nichols de 1986 sobre Ia Reorganización de Ia Defensa. El debate continúa.

TERMINOLOGíA Además de las tenuemente disfrazadas disputas territoriales, cualquiera que desee familiarizarse con el mando y control debe hacer frente a las inconsistencias terminológicas. Cada uno de los diferentes nombres (mando y control, o mando, control y comunicaciones, o mando, control, comunicaciones e inteligencia, etc.) puede justificarse, y ha sido justificado, por el énfasis que le da a un elemento vital del sistema. Por ejemplo, sin comunicaciones el comandante está aislado; sin inteligencia, el comandante está ciego. Algunas veces los elementos están combinados en una base pragmática: Mando, control, comunicaciones e inteligencia, por ejemplo, ganó popularidad en el Ministerio de

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Defensa más que nada por razones fiscales y de personal. Debido a que el mando y control por una parte, y las comunicaciones, por otra parte, involucran equipo similar, parecía tener sentido reunirlos para fines de asignación de fondos; posteriormente, inteligencia se añadió al mando, control y comunicaciones, en parte porque ella también representaba una gran cantidad de computadoras y equipo de comunicaciones, y en parte porque el Ministro de Defensa deseaba asignar responsabilidades de inteligencia sin aumentar el tamaño de su personal. De esta forma, el Subsecretario Suplente del Ministerio de Defensa para Mando, Control y Comunicaciones, pasó a ser Subsecretario Suplente del Ministerio de Defensa para Mando, Control, Comunicaciones e Inteligencia. Las razones para usar el nombre de Mando y Control en este libro son igualmente pragmáticas y filosóficas. Primero, más personas usan mando y control que cualquiera de las otras alternativas. Segundo, mando y control son funciones, desde Ia perspectiva del comandante. Comunicaciones e Inteligencia son elementos que apoyan el mando y control. Si nuestro propósito fuera el de destacar un elemento, como Ia inteligencia, por ejemplo, probablemente habría formas más efectivas que añadirla al mando y control. Además, las agrupaciones de elementos como comunicaciones e inteligencia con las funciones de mando y control contribuyen a dar Ia impresión equivocada de que los problemas de mando y control son esencialmente problemas del equipo. Nada de esto, por supuesto, implica que los asuntos de comunicaciones y de inteligencia no son apropiados en Ia discusión sobre mando y control.

PERSPECTIVAS FUNCIONALES Y JERARQUICAS Muchas de las dificultades descritas hasta ahora -inclusive en lo relativo a las disputas territoriales y debates terminológicos -se relacionan directa o indirectamente con Ia diversidad de grupos relacionados con el mando y control. Históricamente, los servicios militares han parecido ser ansiosos por restarle importancia al equipo de mando y control, enfatizando en su lugar los músculos de Ia defensa - aviones, barcos, tanques y cañones. Frente a Ia escasez cotidiana de armas, personal, repuestos, combustible y municiones, los militares tienden a asumir que el mando y control “estará allí” cuando se le necesite. Al verse frente a un mando y control inadecuado, su atención generalmente se dirige a los músculos de Ia defensa en vez de su sistema nervioso. Algunos críticos sostienen que los miembros de Ia institución militar son miopes en lo que concierne a mando y control. Otros afirman que el proceso presupuestario distorciona las percepciones sobre Ia actitud de los militares hacia el mando y control; comentando sobre Ia naturaleza gordiana del mando y control, el Coronel Harry G. Summers, ex estratega del Ejército y autor de Estrategia: Análisis Crítico de Ia Guerra de Vietnam, sostiene:

Desafortunadamente, el requerimiento constitucional de justificar ante el Congreso las necesidades del Ejército en términos monetarios podría ocasionar que !e pase por alto su complejidad. Al escuchar solamente este testimonio cualquier observador desinformado podría creer, por ejemplo, que el mando y control del Ejército solamente es asunto de telecomunicaciones y equipo electrónico. Lo que no saldría a figurar es Ia función esencial de Ia doctrina, el adiestramiento y las órdenes tipo-misión del mando y control en el campo de batalla.

Los ingenieros naturalmente tienden a enfocar su atención en Ia terminología de mando y control - radios, computadoras, satélites, redes locales, etc. Eso no significa que desconozcan los aspectos humanos del mando y control - como suelen implicar los críticos con calificativos como “cabeza de alambre” o “tecniquitos” al referirse a los ingenieros. Los

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antecedentes de los científicos y los ingenieros predisponen a las personas a pensar sobre mando y control en los mismos términos de equipo, comunicaciones instalaciones de Ia definición del Ministerio de Defensa. El interés de algunos ingenieros sobre el personal se limita a cuidar que los usuarios estén lo suficientemente entrenados para que puedan articular claramente sus necesidades y emplear los sistemas sin dañarlos; algunos consideran que los procedimientos son papeleos o trámites burocráticos que obstaculizan el desarrollo. Sin embargo, como afirmó Robert Watson-Watt, que dirigió el desarrollo del radar “La mejor alternativa actual al mundo del futuro” de Gran Bretaña para Ia II Guerra Mundial, los más experimentados ingenieros de mando y control deben saber que satisfacer las necesidades del comandante es más importante que contar con los más modernos adelantos tecnológicos. Los teóricos enfocan el mando y control con otra perspectiva diferente. Insisten en que el diseño de modelos debe ser el primer paso en el complicado proceso de mejorar el mando y control. Si empezamos con cualquier otro paso nos arriesgamos a perder Ia objetividad de los requerimientos importantes del sistema. Todo se debe mostrar en mapas - cómo trabaja Ia mente del comandante, los pasos que atraviesa Ia mente al tomar decisiones, cómo y dónde se debe conectar el sistema nuevo a los sistemas existentes, etc.- antes de desarrollarlo físicamente. Algunos críticos consideran que los teóricos son inconexos y que se han perdido en sus teorías abstractas; que se dedican a sostener interminables disputas sobre definiciones, modelos y diagramas de alambrados; que escriben artículos indescifrables en revistas inaccesibles a todo aquél que no sea teórico. Sin embargo, Ia mayoría de las personas relacionadas con el mando y control reconocen el valor de Ia “perspectiva inicial” que proveen los teóricos. Un nuevo grupo surgió a comienzos de Ia década de los 80 cuando el Congreso decidió que el organismo de Ia defensa no le estaba prestando suficiente atención al mando y control. Este grupo de notables funcionarios gubernamentales y oficiales militares de alto rango se encontraron a si mismos ocupando posiciones recién creadas en el Ministerio de Defensa y en el Estado Mayor Conjunto - posiciones establecidas para coordinar Ia política de mando y control en el Ministerio de Defensa y entre los servicios militares. Debido a que sus oficinas carecían de autoridad reglamentaria y de control sobre los presupuestos, asumieron funciones de asesores, mediadores y defensores del mando y control. Ante los ojos de algunos observadores, los miembros de este grupo fueron victimas atrapadas entre Ia espada (el Congreso y, en menor grado, los comandantes operacionales - ver a continuación) y Ia pared (la administración gubernamental y los servicios militares). A mediados de los 80, los servicios militares - el Ejército, Ia Marina, el Cuerpo de Infantería de Ia Marina, y Ia Fuerza Aérea - en un arranque de entusiasmo motivado por el interés del gobierno de Carter y de Reagan en el mando y control, empezaron a presentar sus pedidos al congreso repletos de sistemas de comunicaciones y de las tecnologías pertinentes. En este punto, los comandantes en jefe de comandos operacionales o combatientes decidieron que había llegado Ia hora de pasar a tomar parte en Ia acción para no encontrarse a si mismos repletos de equipo nuevo y reluciente que no llenaría las necesidades de sus comandos. Los comandantes en jefe sostenían que las personas que tenían que usar los sistemas debían tener voto en el diseño. Ya que Ia mayoría de los mandos operacionales incluían a más de un servicio militar y frecuentemente a servicios militares de más de una nación, los comandantes en jefe estaban especialmente interesados en el aspecto de Ia interoperabilidad -Ia habilidad de un sistema o un conjunto de procedimientos para vincularse a otro. Por ejemplo, se preocupaban de Ia comunicación que los pilotos de Ia Fuerza Aérea o Ia Marina podrían tener entre sí o con los comandantes en tierra.

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Por su parte, los servicios militares siempre han sostenido que los requerimientos del sistema de radio en un avión difieren considerablemente de los requerimientos de Ia radio a bordo de un barco o el equipo de radio transportado por un soldado de infantería. Mantienen que el mejor enfoque para Ia adquisición de equipo de mando y control es el de permitir que los servicios militares determinen los sistemas que necesitan y luego dejar que los comandantes operacionales determinen Ia “relación” - conexión técnica o de procedimientos - necesaria que permita que un sistema se pueda comunicar con otro. Entre otros grupos que participan en los debates sobre mando y control se incluyen los contratistas de defensa, cuyas opiniones tienden a ser semejantes a las de los ingenieros y los teóricos, aunque sus vínculos más estrechos parecieran ser con las organizaciones de adquisición de los servicios militares; y los políticos, cuyo interés incluye toda Ia gama de asuntos discutidos aquí y los asuntos presupuestarios, y asuntos más regionales relativos a sus electores. Algunas veces los intereses de diferentes grupos se traslapan; otras veces se oponen. La posición que se ocupe en Ia jerarquía también puede afectar Ia perspectiva que se tenga. El hecho de que las comunicaciones modernas le permiten al Presidente hablar directamente con el soldado en Ia trinchera se puede percibir como algo positivo para el Presidente, mientras que para el soldado (o el comandante del soldado) puede ser una distracción. Los servicios militares pueden considerar que el nuevo enfoque sobre adquisición de equipo de mando y control significa modernización, mientras que el Congreso lo puede percibir como una invitación al fraude. La restricción que un oficial de inteligencia considere necesaria para proteger los recursos puede ser considerada un obstáculo para el planeamiento detallado del comandante operacional. Mientras Ia Casa Blanca enfoca su interés en cómo mejorar el flujo de información hacia arriba, desde el campo hasta el comandante en jefe, el militar puede estar mucho más interesado en transmitir Ia información necesaria a su comandante en el campo de batalla. En resumen, los asuntos de mando y control ofrecen muchas oportunidades de desacuerdo entre hombres y mujeres honestos respecto a lo que constituye su mejoramiento.

INTERACCION NECESARIA Aunque Ia variedad de perspectivas puede ser provechosa, para serlo se requiere que los que las conciben conversen entre si. Sin esta interacción, las distintas perspectívas pueden ser motivo de desconfianza, desacuerdo y confusiones innecesarias. En la vieja leyenda de los ciegos y el elefante, cada uno de los ciegos se engañó creyendo que Ia parte del elefante que tenía en su puño era la clave de Ia esencia del elefante y que sus compañeros estaban ciegos literal y metafóricamente. De igual forma en ausencia de un diálogo real, las diferencias en las perspectivas pueden llevar a largas e improductivas búsquedas en múltiples callejones sin salida. Esto es lo que frecuentemente ha sucedido en el campo del mando y control. El desarrollo productivo de ese campo exige Ia participación de los militares - servicios y comandantes en jefe - con sus conocimientos y experiencias sobre las condiciones operacionales; de los ingenieros, con su pericia sobre lo que es posible hacer; de los teóricos, quienes pueden dar información sobre el funcionamiento de los elementos humanos en los sistemas de mando y control, además de presentar un panorama más amplio sobre lo que esos sistemas deben hacer según su diseño y cómo sus elementos deben armonizar; de los

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contratistas, con su conocimiento sobre las realidades económicas; de los políticos, quienes pueden articular los requerimientos tanto políticos como fiscales; y de los contribuyentes, a quienes se les pedirá que paguen las cuentas.

COSTO DEL EGOCENTRISMO La exclusión de una o más de estas perspectivas puede producir fallas trágicas y costosas en el mando y control. Históricamente, muchas de estas fallas han ocurrido, no por Ia falta o fallas del equipo de mando y control, sino por deficiencias en otros aspectos del proceso de mando y control. Hace medio siglo, una “falla de coordinación” en Pearl Harbor costó Ia vida de 3,472 norteamericanos, 18 barcos y cerca de 200 aviones. Tanto el Almirante Husband E. Kimmel, comandante en jefe de Ia Flota del Pacifico de EE.UU., como el Teniente General Walter C. Short, comandante general del Departamento Hawaiano del Ejército de Estados Unidos, fueron hallados culpables de “negligencia en el cumplimiento de sus funciones” por no haber coordinado entre si los preparativos defensivos para Ia isla. Más recientemente, según Raymond Tate, ex director suplente de Ia Agencia Nacional de Seguridad, una falla en Ia coordinación que produjo confusión y mal juicio en múltiples líneas de mando favoreció Ia captura en Corea del Norte del barco Pueblo en 1968, que ocasionó Ia pérdida de vidas y verguenza para Ia nación. En las controversias que rodean el fracasado rescate de rehenes norteamericanos en Irán en 1980, y el bombardeo terrorista en las barracas de los Infantes de Marina en Beirut en 1983, una nota constante se vincula a fallas en el “planeamiento”. Algunos críticos sostienen que el planeamiento para Ia misión de rescate fue innecesariamente complejo, se dice que se debió a que los planificadores querían asegurar que todos los servicios militares participaran en Ia acción, y no tomaron en cuenta las fricciones causadas por Ia guerra. Cualquiera que fuese Ia deficiencia que pudo haber contribuido a Ia pérdida de 230 Infantes de Marina en el bombardeo de Beirut, el no haber tomado en consideración las necesidades de inteligencia y de seguridad fue de suma importancia. Claramente, múltiples factores intervinieron en estos y en otros incidentes, tales como Ia imposibilidad del barco Stark para defenderse contra un ataque iraquí en 1987 y el derribo injustificado por el barco Vincennes de un avión iraní un año después, pero todos fueron en algún sentido fallas de mando y control. En el caso de una confrontación nuclear, el costo de las deficiencias del mando y control probablemente sería muchísimo más grande. El primer paso para evitar estas deficiencias es decidir hacia dónde nos encaminamos. Para esto, este artículo sobre Ia “filosofía” de mando y control escrito por el General John W. Vessey Jr, ex jefe de Estado Mayor Conjunto, expone lineamientos útiles. El valor particular del artículo se encuentra en su implícito reconocimiento del equilibrio necesario en las acciones de mando y control.

Nuestra filosofía de mando y control se rige por el principio fundamental de que las decisiones se toman en el nivel más bajo posible para darle flexibilidad y recursos, autoridad y responsabilidad a quienes puedan usarlos con el mayor beneficio posible - los comandantes en el escenario de los hechos. El empleo disciplinado del mando y control significa proveer Ia información realmente importante y no datos superfluos a las personas apropiadas en forma oportuna, hacia arriba y hacia abajo en Ia cadena de mando, y en forma lateral también. No vinculamos Ia escuadra de infantería a un remoto centro de mando

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solamente porque tenemos Ia capacidad para hacerlo, ni saturamos los canales importantes hasta el punto en que abunde información y falte ejecución. Nuestra filosofía de mando requiere que desarrollemos sistemas, conceptos y procedimientos que provean información crítica a las personas pertinentes en el momento adecuado. Debemos estar lo suficientemente disciplinados para proveer a los comandantes en todos los escalones Ia información y los recursos necesarios, y luego darles “espacio” para explotar las situaciones o resolver los problemas de un sistema en el que las órdenes se dan con descripciones generalizadas del resultado que se desea obtener - en lugar de descripciones percisas de lo que se debe hacer.

Las capacidades técnicas y las necesidades del combate constituyen uno de los balances; información y acción, otro. Uno de los más importantes y más sensitivos es el balance entre el control y Ia autonomía del comandante. Obtener “correctamente” estos balances y muchos otros más, es una lucha continua, en lugar de un ajuste esporádico. Es allí donde radica el verdadero desafio del mando y control.

LA DEFINICION QUE USAMOS Antes de examinar con mayor detenimiento Ia naturaleza de ese desafo debemos hacer un poco de “limpieza. Ya que hemos dedicado este capítulo a hacer malabares y en ocasiones a traslapar opiniones que algunas veces son contradictorias sobre lo que constituye el mando y control, sería útil terminar exponiendo las definiciones de mando y control que usaremos en este libro:

En términos generales, mando y control es todo lo que usa un ejecutivo para tomar decisiones y velar por que se ejecuten; incluye Ia autoridad conferida por su posición y además, personas, información, procedimientos, equipo y Ia propia mente del ejecutivo. El proceso de mando y control es una serie de funciones que incluyen recopilar información, tomar decisiones y monitorear los resultados. El sistema de mando y control es Ia recopilación de personas, procedimientos y equipo que apoyan el proceso de mando y control.

Al igual que Ia definición “oficial” de mando y control en Ia cual se basa, este enunciado es muy generalizado y los especialistas de mando y control que deseen hacerlo no tendrán dificultad en encontrarle faltas. Sin embargo, como hemos visto en el transcurso de este capítulo, es difícil justificar cualquier opinión menos generalizada del tópico.

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Lección 6

Lectura B: “Reunir una Fuerza Multinacional” por Bertand de Saiville de Lapresle

Con base a una presentación hecha por el General de Lapresle, “Gouverneour Militaire des Invalides”, antiguo Comandante de UNPROFOR (Fuerza de Protección de las Naciones Unidas) y antiguo asesor militar a Carl Bildt al RUSI/SACLANT (Comandante Aliado Supremo del Atlántico/Rusia) en la conferencia “Seguridad a través de la OTAN en el Siglo XXI — Visión a la Realidad” llevada a cabo el 10 de octubre en el Instituto. Como antiguo Comandante de UNPROFOR, el General de Lapresle examina de cerca los criterios para una operación exitosa de las fuerzas multinacionales. Él indica la importancia de un mandato claro y preciso para la fuerza, el cual debe ser apoyado y respetado desde los más altos niveles políticos, en vista de que es la base sobre la cual el comandante aceptará el riesgo de parte de los soldados participantes. Él ve la Fuerza de Tarea Conjunta y Combinada de la OTAN como el mejor modelo para una fuerza multinacional, ya que esta fuerza está claramente definida y es aceptada por las naciones participantes. Por último, la fuerza debe estar muy bien preparada para la misión que enfrenta y capacitada para estar en control de la situación. Por lo tanto, el elemento principal de una operación militar multinacional exitosa, son directrices claras y estables, emitidas con una perspectiva precisa de las condiciones de la sociedad local donde la fuerza implementará este mandato.

Es sumamente grato para mí compartir con ustedes algunos de los elementos esenciales que he obtenido de mi experiencia de casi tres años en la antigua Yugoslavia: como de Comandante de UNPROFOR (Fuerza de Protección de las Naciones Unidas) desde marzo de 1994 hasta marzo de 1995, con el apoyo de AFSOUTH (Fuerzas Aliadas, Sur de Europa), entonces al mando del Almirante L. Smith; y posteriormente como Asesor Militar Superior de Carl Bildt, primero en su capacidad como Copresidente de la ICFY (Conferencia Internacional sobre la Antigua Yugoslavia), de junio a diciembre de 1995, incluyendo el periodo de las negociaciones de Dayton, y segundo, en su capacidad como Representante Superior, después de la firma del Acuerdo de París, de diciembre de 1995 a diciembre de 1996.

Reunir una fuerza multinacional es una operación muy delicada, la cual nuestros países han experimentado muchas veces en los últimos años, y como resultado, se han aprendido lecciones importantes.

Este procedimiento tiene que tratar numerosos criterios, todos los cuales tienden a fomentar la credibilidad y eficiencia de la fuerza terrestre.

Estos criterios son de nivel y tipo diferentes: desde político hasta táctico; desde la disposición de las unidades, su adiestramiento, hasta la evaluación de su destreza y competencia profesional. Mi objetivo en este corto artículo es desarrollar algunos de estos criterios, tratar de enumerar, de una forma breve, los asuntos que un comandante militar tiene que tratar para poder reunir una fuerza multinacional exitosa.

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A fin de que los puntos expuestos estén tan claros como sea posible, abordaré

ordenadamente las inquietudes militares políticas, luego las recomendaciones que tratan con la estructura de mando de la fuerza, y por último, algunos puntos vinculados con la preparación de la fuerza. Estructura militar política

Bajo este título, voy a desarrollar brevemente cinco ideas.

El mandato de la fuerza tiene que estar claro y fácil de traducir en tareas militares especificas para las unidades militares. Se supone que el mandato de una fuerza multinacional sea la expresión de una decisión política. Pero por lo general, es un compromiso entre las naciones que contribuyen a la fuerza. Y, como en todo compromiso, puede conllevar una falta de precisión y discrepancias en la definición de los objetivos militares, y ningún comandante general debería de aceptarlo. De hecho, para el comandante de una fuerza multinacional, la más clara definición posible de un mandato es un requisito de suma importancia, ya que esta es la base sobre la cual él aceptará arriesgar a sus soldados y establecer tareas específicas para sus comandantes militares. En el mejor de los casos, el comandante debe tener estrecha participación en la elaboración de este mandato, ya sea una Resolución del Consejo de Seguridad o cualquier otro documento político.

Como asesor militar superior de Carl Blidt, tuve la suerte de trabajar con los pocos oficiales generales que elaboraron el anexo militar del acuerdo de paz en Dayton, y he quedado muy impresionado por la constante y estrecha cooperación entre el Embajador Dick Holbrooke y todos los oficiales generales norteamericanos involucrados, tanto en la elaboración lingüística del mandato como su futura implementación en Bosnia. Comparado con la forma en que se han elaborado las Resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas asociadas con Bosnia, el estilo empleado en Dayton es obviamente la receta adecuada para el éxito.

Con la misma energía, no se debe decidir ningún cambio significativo en el mandato sin el consentimiento especifico del comandante multinacional, y antes de que éste último esté completamente seguro de que las condiciones que él ha establecido antes de aceptar esta modificación del mandato, recibirán una respuesta satisfactoria en el momento adecuado.

Además, se prefiere que el mandato sea apoyado por los mismos grupos integrantes. Y la mejor forma es, una vez más, lo que se logró en Dayton, con la colaboración estrecha de todos los participantes durante la elaboración del mandato.

La responsabilidad de la fuerza militar hacia aspectos estrictamente no militares también debe estar claramente expuesta en la redacción del mandato. Estos aspectos abarcan una amplia gama de temas tales como: ayuda humanitaria, misiones de seguridad pública, protección de la población civil, ayuda para los que decidan regresar, apoyo al proceso electoral, cómo actuar con los que violan los derechos humanos, criminales de guerra, o sepulturas masivas, etc. Estos asuntos estrictamente no militares se deben considerar desde el principio. Y por supuesto, la organización y estructura de la fuerza tiene que ser completamente consistente con todas las tareas relacionadas con estos aspectos estrictamente no militares.

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Se debe respetar la unidad de comando, desde los más altos niveles políticos, inclusive el comando conjunto de la fuerza, hasta el control estratégico. Una autoridad política singular debe estar claramente a cargo de la implementación de todos los aspectos del teatro de operaciones. Y el comandante militar debe actuar bajo las órdenes de esta autoridad política, como uno de los medios en las manos del líder político, para así contribuir al éxito militar, el cual sólo puede ser parte del éxito político general de la operación global.

Permítanme brevemente dar más detalles sobre este punto.

Yo estoy consciente de la delicadeza de los problemas relacionados con una operación multinacional. A un así, estoy convencido que, como en nuestras respectivas organizaciones nacionales, si queremos tener éxito, los componentes militares y civiles de cualquier operación, ya sea ésta una operación multinacional, deben estar bajo un mismo y singular liderazgo político, cualquiera que este sea — ya sea el Consejo de Seguridad o la OTAN, o cualquier organización regional o un cuerpo internacional.

Yo creo que una estrecha cooperación y unión de fuerzas entre todos los componentes de cualquier misión de apoyo de paz, forman parte de los factores esenciales para el éxito de la misión. Por lo tanto, todo debe estar organizado de manera que esta unión de fuerza tenga una estructura de fácil acceso y no dependa de la buena voluntad de las autoridades responsables por las respectivas cadenas de mando paralelas.

Con todo esto en mente, sé que probablemente me van a considerar muy provocador cuando digo que no estoy seguro de que el actual sistema usado entre la SFOR (Fuerza de Estabilización) y las partes civiles del Acuerdo de Paz de la Antigua Yugoslavia es, en su simple principio, un concepto sólido y firme, en comparación al tan repulsado sistema de “doble llave”, al cuál yo personalmente le reconocí el valor cuando UNPROFOR estaba claramente al mando, con el apoyo de CINCSOUTH (Comandante en Jefe de las Fuerzas Aliadas en el Sur de Europa)

Mientras que hay una relación muy compleja entre los aspectos civiles y militares del Acuerdo de Paz de Dayton, estas dos paralelas y separadas cadenas de mano, siguiendo sus propias agendas, pueden crear discrepancias entre las diferentes partes internacionales, las cuales pueden ser muy dañinas para el éxito de la misión.

Actualmente, en Sarajevo, las frecuentes reuniones entre los “Principales”, como ellos se llaman, encargados de los diferentes aspectos civiles y militares del Acuerdo de Dayton, están trabajando, pero este depende de la buena voluntad de todos los participantes, la cual razonablemente no se puede dar por sentada en forma permanente en ninguna operación multinacional. “Una misión, un éxito, un equipo”, era el lema del General George Joulwan.personalmente, yo creo que debemos agregar “un sólo jefe”.

Si bien, esto va mucho más allá de mi responsabilidad y muchas personalidades más eminentes pueden argüir sobre esto mejor que yo. Pero debo decir, que el sistema establecido por UNTAES (Administración de Transición de las Naciones Unidas para Eslavonia Oriental, Barania y Sirmio Occidental) en Eslavonia Oriental, bajo la dirección del Embajador General Jacques Klein, me pareció mucho más apropiado que el esquema conceptual del sistema del Acuerdo de Paz, para esa clase de operación.

Brevemente, mi punto es que las relaciones entre los lideres multinacionales políticos y militares se debe detallar con mucha precisión, de manera que cuando ocurra una crisis

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político-militar, todos los mecanismos para responder con toda la sinergia de las partes política y militar de la misión.

No deben ser de conocimiento público las fechas limites para la presencia militar, aparte de las fechas relacionadas con el éxito general de la operación. Las fechas limites se deben imponer solamente en objetivos en los cuales se puede asegurar el cumplimiento, ya sea militar o mediante otros medios verdaderamente eficientes.

Desde esta perspectiva, es esencialmente importante tener una idea precisa de que militarmente se puede asegurar el cumplimiento y que no, para imponer fechas limites solamente en lo que verdaderamente se puede cumplir o en lo que está relacionado con una amenaza creíble.

Desde la perspectiva militar, la implementación del Acuerdo de Paz de Dayton funcionó muy bien hasta D+120. El mandato estaba bien definido, las tareas eran factibles y estaban determinadas con precisión, la potencia y el equipo de la fuerza eran apropiados, y sobre todo, se podía asegurar el cumplimiento de las principales cláusulas del acuerdo.

Los problemas que confrontaron posteriormente la IFOR (Fuerza de Implementación) y SFOR (Fuerza de Seguridad) fueron más difíciles, como la IFOR no es una SFOR no es capaz de hacer cumplir, diariamente, el acatamiento total voluntarioso del libre movimiento de civiles, el retorno de los refugiados, o la detención de criminales de guerra. Por razones obvias, se puede acelerar la desmovilización de un ejército antes de la fecha limite de un acuerdo, pero no se puede imponer un acuerdo duradero sobre los refugiados en un área donde, como una minoría, ellos son rechazados por la mayoría de la población.

Tenemos que admitir que la fecha limite de un año establecida para la IFOR en los Acuerdos de Dayton, y la decisión posterior concerniente a las fuerzas de seguimiento, han tenido obvios resultados contraproducentes para las instituciones financieras y los empresarios que buscaban una seguridad a largo plazo en Bosnia-Herzegovina antes de invertir su capital, lo mismo que para los refugiados que observaban la situación de seguridad general antes de considerar regresar con sus familias a su patria.

En cuanto a esto, debemos tener cuidado al insistir no solo en la voluntad política de replegar la SFOR antes del 30 de junio de 1998, no más que principalmente en la voluntad política de la comunidad internacional de preservar, a la larga, un ambiente de seguridad general apropiado para fomentar el retorno de los refugiados y la seguridad de las inversiones para las instituciones financieras. Existen, por supuesto, operaciones multinacionales que, aunque no son operaciones de la OTAN, son capaces de tener éxito. Estoy pensando en la reciente intervención de ‘ALBA’. Este ha sido un ejemplo típico donde una nación europea tomó la iniciativa debido a que sus intereses eran tan esenciales que no podía permitir que la inestabilidad de un país se expandiera hacia su propio territorio. En este caso el mandato tenia como base la Resolución 1101 de la ONU. Se creó un ‘comité de iniciativas’ y sólo se reunió una vez para ver que coincidieran los intereses de los países colaboradores y asumir el control sobre la fuerza multinacional ALBA (Albania). Este lo conformaban los CHOD (Jefes de Defensa) y los directores políticos de asuntos exteriores o sus representantes.

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Este comité estaba encargado de negociar los acuerdos políticos con el gobierno local, al igual que el SOFA (Acuerdo sobre el Estado Legal de las Fuerzas), y de definir las reglas de enfrentamiento. Además, el comandante de la operación, el CHOD italiano actuó bajo la dirección del comité de iniciativas.

A pesar de las diferentes interpretaciones que hayan tenido las naciones participantes, este arreglo resultó porque una nación fue claramente puesta al mando por las demás naciones. Por otra parte, la operación en Albania nos proporcionó un buen ejemplo de cooperación estrecha y eficaz entre las fuerzas militares y de policía multinacionales.

Ahora que esta operación militar ha concluido exitosamente, yo pienso que se puede considerar como un ejemplo para las operaciones de paz que pueda llevar a cabo Europa, dentro del marco de una organización como la Unión Europea Occidental.

Habiendo mencionado la noción del Acuerdo sobre el Estado Legal de las Fuerzas, deseo insistir en el hecho que éste tiene que ser firmado y aceptado por todos los participantes antes del arribo de la fuerza al área de responsabilidad. Tales acuerdos son la base legal para el mantenimiento de la paz, y las misiones de imposición de la paz. Su éxito es inducido mayormente por la aceptación de los fundamentos del SOFA par parte de los participantes y la población. Estructura de mando

Al nivel operacional, y una vez el mandato está claro, la mejor forma de organizar la fuerza multinacional es según el modelo de la Fuerza de Tarea Conjunta y Combinada de la OTAN (CJTF NATO)

Esta organización no solo está claramente definida, sino que proporciona un modelo para las naciones individuales que quieran desarrollar la capacidad de llevar a cabo operaciones multinacionales en el ámbito operacional, y ser compatibles con el cuartel general de la OTAN. Por supuesto, esto incluye el establecimiento de estructuras equivalentes a la OTAN, medios de mando y control, y procedimientos de plana mayor como se practican en la CJTF NATO.

Obviamente, esta es la mejor forma de asegurarse de que las unidades y los oficiales de las diferentes naciones son capaces de trabajar juntos lo más pronto posible en una fuerza multinacional, y de que los sistemas de comunicaciones y procedimientos de plana mayor son inmediatamente compatibles.

Por supuesto, en el cuartel general de la fuerza, todos los servicios, todas las ramas y funciones tienen que tener representación. Inclusive el CIMIC (Control Civil-Militar). Pero todas las otras partes, tales como las organizaciones no militares, también deben estar permanentemente representadas por lo menos por un oficial de enlace. Me parece que esta es la única manera de hacer la unidad de acción una realidad a este nivel y de promover la cooperación sincera y fructífera entre personas de diferentes culturas — militares o civiles, soldados o policías, doctores y asistentes humanitarios, etc.

En el ámbito táctico, claramente es preferible consolidar las unidades de naciones que están acostumbradas a trabajar juntas, y preferiblemente de países que se vean estrecha y políticamente afectados por el éxito final de la misión. Por ejemplo, en Bosnia los franceses y los alemanes pusieron la brigada francesa-alemana a la disposición de la OTAN. Esta unidad

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tiene una plana mayor binacional, algunas unidades binacionales y regimientos y batallones franceses y alemanes que trabajan juntos diariamente en tiempo de paz en sus cuarteles comunes.

Los oficiales de la plana mayor de la brigada están tan acostumbrados a trabajar juntos que obtuvieron resultados extraordinarios desde el principio de la misión en Rajlovac. Por otra parte, en mi opinión, su franqueza hacia otras culturas les da mayor capacidad, que otros oficiales franceses y alemanes de otra estructura nacional, de ser inmediatamente eficientes en las organizaciones multinacionales y de cooperar espontáneamente con oficiales de terceras naciones.

Además, todos sabemos que las naciones europeas están acostumbradas a reunir unidades multinacionales, para operaciones de apoyo de paz o para ejercicios, que ya existen en tiempo de paz y que están entrenadas a trabajar juntas. Puedo citar la División Multinacional (Central), la fuerza anfibia de Inglaterra-Países Bajos, EUROFOR (Fuerza Europea), EUROMARFOR (Fuerza Marítima Europea) y por último pero no menos importante el EuroCorps (Cuerpo de Ejército Europeo). Estas fuerzas presentan un fuerte talento, debido a la multinacionalidad de sus cuarteles generales, como parte central de una plana mayor que absorbe rápidamente a los elementos de otras naciones.

Los cuarteles generales de estas CJTF deben recibir adiestramiento exhaustivo en operaciones conjuntas para asegurarse de que se consideran y planean eficientemente todos los aspectos de la operación para las cuales han sido diseñados.

!Todos sabemos que la CNN es el “sexto miembro permanente” del Consejo de Seguridad de la ONU! Chiste aparte, no es necesario recalcar aquí la importancia de las relaciones públicas para los comandantes militares en operaciones de apoyo de paz. Sin embargo, quisiera insistir en el elemento crucial cuando se reúne una fuerza multinacional de un sistema de información pública, sumamente profesional capaz de proporcionar permanentemente los mensajes correctos a los participantes, lo mismo que para los medios noticiosos, en su propio idioma.

Los expertos de la prensa deben estar presentes en todos los niveles, desde los directores políticos hasta la unidad táctica de menor nivel, por la menos al nivel de batallón. A veces para eventos específicos, hemos tenido que reforzar a los comandantes de compañía con un oficial de prensa. Preparación de la fuerza

Cualquier fuerza militar desplazada en campaña en una operación de apoyo de paz debe, sobre todo, estar capacitada para controlar la situación, mantener las armas en silencio, y obligar a las partes a cumplir con los aspectos militares de cualquier cese de fuego o acuerdo de paz. Esta fuerza debe ser lo suficientemente grande y robusta para tener credibilidad y servir de disuasivo. Debe tener la debida proporción de ingenieros, expertos en logística, movilidad aérea y demás, y no solamente mucha infantería heterogénea como era el caso de la UNPROFOR.

Esta debe estar organizada y equipada de manera que tenga superioridad estratégica y táctica sobre cualquier grupo. Para lograr esto, esta fuerza debe aplicar a todos los principios básicos de guerra de la OTAN, para no encontrarse bajo ninguna circunstancia en una situación en que pueda ser arrollada.

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La potencia, el equipo y el adiestramiento de las unidades militares se deben adaptar a

todas las misiones de la fuerza, especialmente si esta incluye tales misiones como la destrucción de equipamiento militar de las partes, supervisión o apoyo a la policía local, lo mismo que mantener la ley y el orden, o llevar a cabo acciones dirigidas a vigilar los medios noticiosos locales (interferencia por ejemplo)

Cabe notar que la superioridad de las armas de guerra convencionales no es siempre el medio apropiado para manejar una situación donde la ley y el orden se ven amenazados en una forma no militar aunque violenta. Nos viene a la mente la unidad especial que Estados Unidos tuvo que enviar a su contingente en Bosnia en las últimas semanas. Es mejor proporcionar este equipo antes de que empiece la misión, junto con el debido adiestramiento asociado con el uso de estos recursos.

Otro punto delicado que no se debe olvidar; todas las unidades terrestres no de la OTAN deben tener a su disposición, la célula adecuada capaz de comunicarse con el apoyo aéreo de la OTAN.

Además la fuerza debe de tener a cada nivel apropiado la debida proporción de información de inteligencia, apoyo logístico, transporte, unidades de mando y control, y la potencia de fuego aéreo y terrestre para permitirle sostener acciones bélicas, aun si solamente son para el mantenimiento de la paz. Esta aseveración se refiere al principio establecido anteriormente de superioridad operacional y táctica.

Por otra parte, todos los rangos, especialmente los oficiales se deben capacitar en las destrezas profesionales específicas necesarias en la misión de apoyo de paz. Tienen que aceptar que no tienen enemigos solamente participes, y ninguna victoria militar que ganar sino proporcionar una contribución militar para alcanzar al éxito político de la misión. Deben estar capacitados para dialogar con las partes. Cada interrupción de este diálogo contribuye a un estancamiento en las negociaciones, la situación en el terreno a confusión y malos entendidos, y eventualmente a tragedia y fracaso. Por lo tanto, este diálogo se debe mantener a todo costo — esta fue la primera instrucción que le di para mis subalternos en UNPROFOR.

Ellos deben también compartir puntos de vistas éticos sobre la misión común. Deben ser capaces de tratar con los grupos de una manera técnica e imparcial, aun si tienen su propia opinión sobre quien es moralmente responsable de la peor tragedia de la guerra que ellos están ayudando a terminar.

Tal comportamiento presupone conocimiento excelente de las facciones combatientes y de sus antecedentes, y esto obliga a estar familiarizado con todos los detalles específicos de la población local (religiosos, sociológicos, históricos y demás) Permítanme agregar un punto que parecería minúsculo, pero mi experiencia me dice que es significativo; las unidades, al nivel local, deben tener los debidos medios para tratar con los reclamos locales, por ejemplo como accidentes de tránsito. Esto no es algo costoso y evita mayores problemas que muy fácilmente pueden degenerar.

Los oficiales de plana mayor deben ser seleccionados par su idoneidad, no su nacionalidad. Este principio, el cual aplica a todas las operaciones, no sufre excepciones en operaciones multinacionales donde el trabajo de la plana mayor es más laborioso que en las nacionales.

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El adiestramiento colectivo para una operación multinacional se debe enfocar, en mi opinión, en las decisiones y estructuras de mando, especialmente al nivel político militar, y en la estructuración de los elementos de la fuerza de manera que puedan cumplir cada requisito especifico del mandato. Esta última tarea es más la responsabilidad de la nación participante, y me parece a mí de mayor interés tratar el primer punto en estrecha relación con la estructura política encargada de la operación global.

La plana mayor se debe capacitar lo suficientemente de antemano para que esté en su mejor nivel el primer día de la misión. Obviamente, es importante para las naciones y organizaciones internacionales mantener, en forma permanente, ejemplos políticos y plana mayor militar capacitada en reunir una fuerza y crear las condiciones necesarias para que sea eficaz. Conclusión

Reunir una fuerza multinacional eficiente y exitosa requiere, coma una precondición esencial, de directrices políticas clara y estables, emitidas con una perspectiva precisa de la condición a la que aspira la sociedad local, a la cual la fuerza va a ayudar a encontrar una estabilidad política aceptable. Además, esta perspectiva debe ser compartida por todas las naciones que contribuyen a la fuerza.

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Fundamentos de la guerra operacional C/M/S 500

Lección 7

Lectura A: “Logística Estratégica” por el LTC Robert D. Walz, (Retirado)

Introducción Durante la Guerra Fría, el sistema logístico estratégico militar de los EE.UU. y los planes de guerra estaban dictados por la amenaza soviética. Establecimos nuestro sistema de movilización y de desplazamiento para enviar diez divisiones en diez días hasta las llanuras de Alemania. Nuestra base industrial y los sistemas de investigación y desarrollo se planificaron para diseñar y luego construir los barcos, aviones y tanques a fin de contrarrestar la amenaza soviética. Se estableció el sistema de personal a fin de reclutar, adiestrar y enviar los reemplazos hasta Alemania en caso de que estallara la guerra con los soviéticos. Por último se diseñaron los servicios y el apoyo de base a fin de disponer lo necesario para los servicios militares en el caso improbable de una guerra con los soviéticos. En 1989, la caída del Muro de Berlín fue una señal para los militares que ya los soviéticos no representaban una amenaza. En los últimos diez años, se han modificado todos los aspectos del Ministerio de Defensa, inclusive el sistema logístico estratégico a fin de ajustar los cambios que han ocurrido en el ambiente estratégico. Este documento considera lo que constituye la logística estratégica y examina cómo ésta ha cambiado para responder al ambiente estratégico actual y la estrategia militar nacional.

Definición de la logística estratégica Cada uno de los servicios define la logística estratégica un poco diferente. Por consiguiente, utilizaremos las tareas de la Lista Universal de Tareas Conjuntas (UJTL) para definir la logística estratégica. Las tareas de la logística estratégica según se incluyen en la UJTL son de la siguiente manera:

• Proporciona sostenimiento, lo cual incluye: - Adquirir y distribuir el personal - Proporcionar servicios y apoyo de base - Disponer lo necesario para el apoyo del personal - Reconstituir las fuerzas y los medios

nacionales • Realizar movilización • Realizar el proceso de Investigación y Desarrolloque se considera

como una subtarea bajo la conducción del desarrollo de la fuerza y adquirir el nuevo equipo que es una tarea que no se incluye en el UJTL, pero ciertamente forma parte de la logística estratégica.

• Realizar desplazamiento y redesplazamiento estratégico. Consideraremos cada tarea a fin de examinar su estructura actual y cómo se ha desarrollado esta estructura para apoyar la estrategia militar nacional. Existe un aspecto de la

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logística estratégica que se debe discutir y que está escondida como una sub-sub tarea de movilización en la UJTL. Esta se conoce como la base de defensa industrial. También consideraremos nuestra base industrial. Esto es solamente un vistazo general a fin de que usted tenga una apreciación de la complejidad de la logística estratégica y el efecto que tiene la logística estratégica en la estrategia militar nacional. Proporcionar sostenimiento La primera subtarea consiste en adquirir y distribuir el personal. Esto es principalmente responsabilidad del servicio. Antes de que se pueda adquirir el personal, se deben determinar los requerimientos. Entonces cuando el personal se ha introducido al servicio, deben recibir adiestramiento. Inmediatamente después de la Guerra Fría, la necesidad de adquirir personal ha disminuido dramáticamente. La tarea de los servicios era reducir el personal que ya había sido adiestrado, mientras se reclutaba nuevo personal. Mientras que la reducción de personal fue algo lamentable para aquellos que se vieron afectados, se pudo lograr sin interrupciones. Al mismo tiempo, el reclutamiento del nuevo personal se pudo llevar a cabo satisfactoriamente. Para 1998, sin embargo, comenzaron a surgir los problemas. El personal que ya había recibido adiestramiento, especialmente los aviadores de todos los servicios y los oficiales de grado intermedio comenzaron a renunciar en grandes cantidades de lo que se podía aceptar. Al mismo tiempo, los cuatro servicios no podían satisfacer sus metas de reclutamiento y retención para su personal alistado. Como resultado, los servicios le pidieron al Congreso que consideraran el sistema de retiro y la pérdida de beneficios del servicio militar. En cuanto a este documento, el Congreso no ha tomado acción. Los servicios también reconsideraron sus campañas de reclutamiento. Se asignaron más recursos para reclutar con resultados indeterminados. El adiestramiento del personal militar es un proceso continuo. Mientras los fundamentos del sistema militar de adiestramiento no ha cambiado, en la década de 1990 se dieron una serie de escándalos que obligaron a los servicios a reexaminar algunos de los detalles en sus procedimientos de adiestramiento. El aspecto más controversial del adiestramiento ha sido el problema con el adiestramiento básico mixto. La segunda subtarea es estipular lo necesario para el apoyo y los servicios de base. Esto incluye:

• determinar los requerimientos de la • infraestructura del apoyo militar nacional • proporcionar abastecimiento y mantenimiento del depósito • controlar los inventarios y movimientos • desarrollar la base de sostenimiento • proporcionar apoyo de operaciones a nivel de la defensa • proporcionar la comandancia de administración • coordinar el apoyo legal a nivel de la defensa • establecer la política de control de prisioneros.

El fin de la Guerra Fría trajo cambios fundamentales en esta subtarea. La reestructuración

y cierre de bases (BRAC) que se llevó a cabo en tres ocasiones redujo el número de bases mundialmente y se ha identificado la necesidad de hacerlo una cuarta ocasión. Simultáneamente con la reducción de bases ha ganado aceptación un movimiento para que se apliquen con más frecuencia las normas de negocios en el Ministerio de Defensa. Como consecuencia muchas funciones de apoyo de bases están abiertas para la contratación o la licitación. Tanto las

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actividades del Ministerio de Defensa como las compañías civiles pueden hacer sus ofertas para las funciones de abastecimiento y mantenimiento. La tercera subtarea es disponer lo necesario para el apoyo del personal. Esto incluye la administración del personal y apoyo a la moral, apoyo religioso y servicios de salud. Los servicios militares también son responsables principalmente de estas funciones. El Ejército desarrolló un nuevo sistema de administración de personal para oficiales que se conoce como OPMS XXI. Los planes que se han llevado a cabo para mejorar las actividades de apoyo a la moral todavía no han tenido los resultados deseados. A mediados de la década de 1990 se sometieron propuestas para proporcionar apoyo religioso y de salud en las bases a nivel del Ministerio de Defensa en lugar de hacerlo en base a los servicios. Estas propuestas no se aprobaron y no es probable que se adopten. La cuarta subtarea consiste en reconstituir las fuerzas y los medios nacionales. Al principio de la década de 1990, durante la reducción de personal, dentro del Ministerio de Defensa existía la preocupación sobre el aumento en la “rivalidad entre los compañeros”. Si resurgía, se tendrían que extender y estipular lo necesario para las fuerzas militares. Como resultado, la reconstitución se convirtió en una de las doctrinas principales de la estrategia militar nacional del 1992. Desde entonces, sin embargo, ha habido poco interés en llevar a cabo una reconstitución. La última subtarea consiste en establecer las prioridades de sostenimiento. Esta subtarea toma la mayor parte del tiempo del J4 del Estado Mayor Conjunto. Mientras cambia la estrategia militar nacional, así también ocurre con la mayoría de las prioridades de sostenimiento. Realizar la movilización Sorprendentemente, la movilización se está llevando a cabo con más frecuencia desde la caída del Muro de Berlín. El General Abrams cuando era el Jefe de Estado Mayor del Ejército, como una reacción a la experiencia que tuvo el Ejército en Vietnam, decidió que el Ejército nunca se enfrentaría a la guerra otra vez sin los elementos de la Reserva. Como resultado, reestructuró la Reserva del Ejército y la Guardia Nacional inclusive las unidades, las cuales se consideraban esenciales para el Ejército poder luchar en una guerra mayor. Después de haber sido reestructurada, la Reserva del Ejército ha incluido mayormente unidades de apoyo de servicio de combate y de apoyo de combate. La Guardia Nacional consta mayormente de unidades de combate. Los otros servicios no reestructuraron sus elementos de la reserva de manera tan drástica. Durante el resto de la Guerra Fría, las unidades del componente de Reserva eran raramente movilizadas y si se hacía era solamente en pequeñas cantidades. Sin embargo, según planificó el General Abrams, grandes cantidades de reservistas de todos los servicios fueron movilizados para las operaciones de DESERT SHIELD y DESERT STORM (TORMENTA EN EL DESIERTO). El rendimiento de los componentes de la Reserva en la Guerra del Golfo validó totalmente el concepto del General Abrams. También se movilizaron tres brigadas complementarias de la Guardia Nacional del Ejército. Su supuesto rendimiento insatisfactorio en el adiestramiento llevó a la controversia, lo cual todavía incomoda al Ejército. Luego de DESERT STORM, mientras los componentes activos de todos los servicios se redujeron y mientras aumentó el ritmo de las operaciones, todos los servicios, pero especialmente el Ejército y la Fuerza Aérea, dependieron de sus componentes de la Reserva para realizar muchas operaciones. Las unidades y el personal de los componentes de la reserva han servido juntamente con las fuerzas activas en Somalia, Rwanda, Haití, Bosnia y el Sinaí y pronto quizás servirán en Kosovo. Antes de entrar en la discusión sobre el proceso de movilización, debemos considerar cómo todos los servicios emplean y estructuran los componentes de la reserva. Tanto

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el Ejército como la Fuerza Aérea cuentan con unidades en la Guardia Nacional y sus respectivas reservas. La Marina de Guerra y el Cuerpo de Infantería de Marina solamente tienen reservas. El Ejército todavía cuenta con la mayoría de su apoyo de combate y apoyo de servicio de combate en la Reserva del Ejército de EE.UU. (USAR). La misión de la Reserva del Ejército es proporcionar adiestramiento y unidades en alerta de apoyo de combate/apoyo de servicio de combate para movilizarlas y desplazarlas rápidamente y proporcionarles adiestramiento y fuerzas de aumento al Ejército. Aunque en la Reserva del Ejército se ha reducido el personal proporcionalmente, muchas unidades, especialmente de operaciones sicológicas y asuntos civiles, han sido movilizadas en tres ocasiones o hasta seis meses en los pasados siete años. La Reserva del Ejército le proporciona al Ejército con el 97% de sus unidades de asuntos civiles, el 75% de sus batallones de guerra química, el 80% de sus grupos de transporte y el 81% de sus unidades de operaciones sicológicas. La Guardia Nacional del Ejército también se está enfrentando a la reducción de personal. Sus divisiones de combate han sido reducidas de 10 a 8, que actualmente no se planifica emplearlas en principales teatros de guerra. Por otro lado, se han creado 15 brigadas de listeza aumentadas para emplearlas en cualquiera de los dos principales teatros de guerra planificados. La Guardia Nacional del Ejército cuenta con el 100% de sus brigadas independientes del Ejército. La Guardia Nacional también cuenta con otras capacidades significativas de combate, apoyo de combate y apoyo de servicio de combate, inclusive 88 batallones de artillería de campaña, 31 unidades de asuntos públicos, 10 batallones de mantenimiento y 29 batallones de transmisiones. La Fuerza Aérea cuenta con numerosos escuadrones de aviones de caza y recursos de movilidad en los componentes de reserva. También cuenta con algunos escuadrones de reserva que están ubicados con los escuadrones activos. Estos escuadrones no cuentan con aviones pero utilizan los aviones de los escuadrones activos. La Fuerza Aérea con frecuencia ha movilizado sus componentes de la reserva a fin de proporcionar ayuda para las operaciones de ritmo acelerado. Las unidades de la Guardia Nacional han participado en las operaciones de JOINT GUARD, PROVIDE COMFORT y SOUTHERN WATCH. En forma combinada, la Reserva de la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional Aérea le proporcionan a la Fuerza Aérea con el 100% de sus aviones de reconocimiento meteorológico, el 100% de sus aviones estratégicos interceptores, el 64% de sus aviones tácticos, el 55% de su capacidad aérea de reaprovisionamiento de combustible/estratégica de los aviones cisternas, el 38% de sus aviones de caza de apoyo aerotáctico, el 30% de sus aviones cazas tácticos y el 27% de sus aviones estratégicos de transporte. La misión de la Reserva del Cuerpo de Infantería de Marina es aumentar y reforzar la fuerza Activa proveyéndole con unidades e individuos calificados en tiempo de guerra u otras emergencias nacionales. En la función de fuerzas de aumento, la Reserva de la Infantería de Marina proporciona unidades adiestradas y equipadas (por lo general tamaño compañía), destacamentos o individuos a los comandos activos a fin de que la estructura de la fuerza alcance el nivel requerido para la guerra u otras emergencias nacionales. Este concepto funcionó muy bien para la Infantería de Marina en el DESERT STORM. En la función de refuerzo, la Reserva de la Infantería de Marina proporciona recursos similares a fin de ofrecer las capacidades de profundidad, reemplazo o de aumento para la fuerza activa. La Marina de Guerra cuenta con varias funciones principales logísticas en la Reserva así como también algunos barcos, pero son los marineros activos los que manejan estos barcos con sus efectivos reducidos. Los marineros de la reserva comparten su adiestramiento junto con los marineros activos. El 100% de las siguientes unidades se encuentran en la reserva naval: guerra móvil submarina cercana a la costa, apoyo logístico, equipos de asesoramiento de embarco naval,

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escuadrones de helicópteros para el apoyo de guerra, grupo móvil de guerra submarina cercana a la costa, escuadras de aviones de caza (con base en los EE.UU.), apoyo logístico pesado (C130) y personal para el control de navegación. El 85% del personal del Comando Militar de Transporte Marítimo se encuentra en la Reserva Naval así como el 60% de los batallones móviles de construcción. También las fragatas (FFG-7) pertenecen a la Reserva Naval. A fin de movilizar estas capacidades, el Secretario de Defensa, con el asesoramiento y las recomendaciones del Comandante de la Junta de Jefes de Estado Mayor (CJCS), los miembros de la Junta de Jefes de Estado Mayor (JCS), los Comandantes Combatientes (CINC) y los secretarios de los servicios hacen sus recomendaciones al Presidente y al Congreso sobre la movilización necesaria para apoyar una operación o contingencia. El Presidente puede ordenar a los miembros de la Reserva en Alerta que pasen al servicio activo para cualquier misión mediante el llamado presidencial a las fuerzas seleccionadas de reserva (PSRC) que establece el título 10 del código de los EE.UU. Los 33,000 soldados que fueron activados para la operación en Kosovo fueron movilizados bajo esta autoridad. Para los conflictos de menor escala, las emergencias domésticas y las operaciones de paz de menor escala, si se requerían las capacidades de los componentes de la Reserva, se le da una mayor consideración a los individuos de los componentes de la Reserva antes de ordenarles a que pasen al servicio activo sin su consentimiento. Muchos reservistas fueron movilizados a Kosovo antes de que el presidente diera la orden de que 33,000 reservistas pasaran al servicio activo. Solamente el Presidente tiene la autoridad de poner en servicio activo a las unidades e individuos del componente de la Reserva en apoyo de las misiones federales. (Los gobernadores de los estados pueden ordenar al servicio activo a las unidades y los individuos de la Guardia Nacional en apoyo de las misiones del Estado). Este proceso por lo general comienza cuando uno de los Comandantes en Jefe (CINCs) combatientes recomienda que se ejecute el plan de operaciones (OPLAN), el plan conceptual (CONPLAN) o el plan funcional, donde se incluyen los requerimientos para el apoyo del componente de la Reserva. El CINC envía el pedido al CJCS para solicitar las fuerzas necesarias para ejecutar el plan. El CJCS valida los requerimientos, hace las coordinaciones necesarias con los servicios y de ser necesario hace las recomendaciones al Secretario de Defensa de que se movilicen las fuerzas del componente de la Reserva. Si el Secretario está de acuerdo él le recomendará al Presidente cuál es la autoridad de movilización que debe ejercer. Bajo la autoridad de una orden ejecutiva y consultando el Congreso, el Presidente podría autorizar que se llamaran involuntariamente las unidades y los individuos del componente de la Reserva. Los servicios lograrán lo siguiente:

• La preparación para la movilización que incluye:

1. Desarrollar y evaluar los planes, la política, los procedimientos y los sistemas de la instalación relacionados con la movilización

2. Desarrollar y ejercer los planes de movilización individual y de las unidades del componente de reserva (RC)

3. Planificar las operaciones conjuntas a fin de apoyar la movilización 4. Aumentar la listeza del personal clave de movilización 5. Brindar mantenimiento al estado de listeza operacional de las unidades.

• Fuerzas en alerta para la movilización. A fin de lograr esto los servicios deben: 1. Alertar a las unidades y los individuos sobre la movilización 2. Preparar la guarnición de origen y la estación de movilización para recibir las

unidades y los individuos que han sido activados 3. Activar el personal clave 4. Realizar actividades preparatorias administrativas, logísticas, médica y de

listeza

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• Movilizar en la guarnición de origen. Esto incluye:

1. Reunir las fuerzas e informar el estado 2. Realizar adiestramiento específico 3. Solicitar adiestramiento para la estación de movilización y los requerimientos

de apoyo 4. Transferir las propiedades de la estación de origen y prepararse para el

movimiento a la estación de movilización.

• Trasladarse a la estación de movilización que incluye:

1. Desarrollar los requerimientos y planes de movimiento desde la guarnición de origen hasta el punto de movilización o de embarco

2. Proporcionar la transportación para las unidades e individuos que han sido movilizados

3. Proporcionar control de movimiento

• Los servicios deben preparar las unidades y los individuos en la estación de movilización para el desplazamiento. Esto incluye:

1. Recibir y proporcionar apoyo de base y de operaciones para las unidades y

los individuos 2. Autorizar las unidades del RC para el desplazamiento 3. Redistribuir el personal y el equipo 4. Brindar adiestramiento a las unidades e individuos hasta que se encuentren

en un nivel mínimo de listeza operacional y el estado de preparación de reemplazos para su traslado a ultramar (POR)

5. Garantizar el permiso para las unidades en desplazamiento no autorizadas • A fin de poder lograr lo que se ha mencionado anteriormente los servicios deben

requerir que se movilicen las bases de sostenimiento en CONUS. Esto puede incluir algunos o todos los siguientes puntos:

1. Expansión de las estaciones de movilización 2. Expansión de las bases de adiestramiento 3. Expansión del apoyo logístico 4. Expansión del apoyo de servicio de salud 5. Expansión del sistema de transporte 6. Expansión de otros apoyos 7. Planificación y mantenimiento de la preparación de la base industrial (que se

discute a continuación) Realizar la investigación y el desarrollo y adquirir equipo En términos de fondos, este es el mayor aspecto de la logística estratégica. Es también uno de los más escudriñados por el Congreso. En parte como resultado del premio Golden Fleece del Senador Proxmire (uno de los premios fueron asientos de inodoros por $700), el Congreso ha recomendado una reforma y que se redacten leyes detalladamente lo cual ha hecho que el sistema sea más complejo. Durante la Guerra Fría existía un factor que determinaba la adquisición de equipo para todos los servicios, la amenaza de los soviéticos. Por eso era relativamente fácil determinar los requerimientos para nuevos equipos. Si era necesario vencer a los soviéticos,

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dábamos inicio a la investigación y el desarrollo (R&D) y por lo general adquiríamos el nuevo equipo basado en ese R&D. El cambio en el ambiente junto con las demandas del congreso para la reforma ha cambiado dramáticamente la manera en que realizamos las investigaciones, el desarrollo y la adquisición. Dirigido por el Consejo Conjunto de Supervisión de Requerimientos (JROC), que se menciona en la lección 3, el sistema es más conjunto, más profesional (las reformas del Departamento de Defensa requiere oficiales de adquisición dedicados a un solo propósito) y se espera que cuente con capacidad de reacción inmediata. La primera tarea es realizar una investigación básica. Esto se lleva a cabo en laboratorios militares dirigidos por los servicios. Sin embargo, algunas investigaciones básicas ahora están contratadas a las universidades civiles de investigación e industrias privadas o el Departamento de Defensa adquiere el equipo “comercial” lo cual está basado en investigaciones sufragadas por empresas privadas. La segunda tarea y la más crítica consiste en integrar las capacidades y colocar en orden de prioridad los programas de investigación y desarrollo o de adquisición. Es en esta tarea donde el JROC deja sentir su influencia. A través del proceso de Evaluación Conjunta de las Capacidades de Guerra (JWCA), el JROC considera las concesiones entre los programas de los servicios y toma las decisiones para continuar, combinar o descontinuar los programas importantes. Por esto se crean los programas de los servicios a fin de satisfacer las necesidades de conducción de la guerra conjunta en lugar de satisfacer los deseos parroquiales de los servicios. La próxima tarea en realidad consiste en una serie de subtareas. Primero los administradores y los contratistas del programa desarrollan nuevos artículos del equipo y realizan demostraciones sobre la eficacia de los prototipos de los nuevos equipos. Si tienen éxito, el programa entra en la fase de desarrollo de ingeniería donde los contratistas se reorganizan para la producción. Por último los nuevos artículos entran en la fase de producción total. En cada paso del procedimiento, se realiza la tarea final, la prueba, a fin de garantizar que el nuevo artículo satisface los requerimientos que se han especificado. Tradicionalmente, este proceso toma mucho tiempo. Por años los críticos han desaprobado la duración y la naturaleza burocrática excesiva del proceso de adquisición. Esto ha resultado en algunas reformas tales como la profesionalización de los cuerpos de adquisición de todos los servicios. También ha resultado en la adquisición de más equipos comerciales. Sin embargo, la mayoría de los artículos acabados que utilizan los servicios no están disponibles en los comercios, así que todavía seguimos utilizando el proceso con todos sus defectos. Base industrial del Departamento de Defensa Como resultado de la reducción del personal militar luego de haber concluido la Guerra Fría, han ocurrido mayores cambios en la base industrial del Departamento de Defensa. Ya que los servicios se están enfrentando a una reducción en el presupuesto, se necesitan menos artículos del equipo. Al mismo tiempo esos artículos que se siguen comprando son de mayor complejidad y costo. Esto ha traído como resultado tres tendencias principales en la base industrial. La primera incluye la conversión. Muchos de los contratistas del Departamento de Defensa se han negado a competir por los fondos limitados de la defensa y han perdido el negocio o han cambiado a la producción civil. La segunda tendencia es el aumento diversificado de las fuentes para los componentes críticos de los artículos acabados. Como ha ocurrido en muchos aspectos de la economía americana, estas fuentes han migrado a ultramar. Según se demostró en la Guerra Fría, los Estados Unidos tenía que depender en los suministradores extranjeros para recibir muchos de los componentes críticos. Muchos de estos suministradores extranjeros no estaban tan dispuestos como las corporaciones americanas para cambiar la producción de los

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componentes militares. La tercera tendencia es la combinación de los contratistas principales del Departamento de Defensa. Posiblemente el mejor ejemplo es la combinación de las compañías Boeing y McDonnell Douglas. Esto representa implicaciones para el futuro de las competencias en la producción de la defensa. Realizar desplazamiento y redesplazamiento estratégico Debido a los cambios en la estrategia militar nacional de una defensa avanzada a una presencia apoyada con la proyección de poderío, ha habido una mayor dependencia en la capacidad militar para realizar en forma flexible el desplazamiento y redesplazamiento estratégico. Por eso, esta lección se concentra en el comando unificado que se le ha asignado llevar a cabo esta tarea crítica, el Comando de Transporte de EE.UU. (TRANSCOM). Con esta lectura se expondrán los puntos básicos de la tarea y las lecturas subsiguientes serán más detalladas. La tarea estratégica se divide en dos subtareas, las cuales se subdividen más adelante. La primera subtarea es para determinar la infraestructura y los recursos de transporte. Para poder llevar a cabo esto se debe lograr lo siguiente:

• Determinar la disponibilidad de transporte y apoyo • Coordinar e igualar los recursos y requerimientos de transporte • Determinar las posibles horas de cierre • Proporcionar apoyo y permisos en ruta • Determinar el impacto de la amenaza, el clima y la geografía en el desplazamiento

Una vez se han llevado a cabo los puntos mencionados anteriormente entonces se puede realizar la segunda tarea, desplazamiento y redesplazamiento. A fin de llevar a cabo esta tarea se debe hacer lo siguiente:

• Integrar los sistemas de desplazamiento • Proporcionar fuerzas y recursos de movilidad • Proporcionar operaciones terminales • Proporcionar transporte al punto de embarco (POE) y a los servicios de apoyo en el

puerto • Transportar las fuerzas desde el punto de embarco hasta el puerto de desembarco

(POD) • Brindar acarreo de regreso al personal y al equipo desde el teatro de operaciones • Coordinar el reaprovisionamiento de combustible estratégico global • Proporcionar transporte y evacuación aeromédica global a los pacientes

En esta lectura hemos definido la logística estratégica y se han introducido las funciones básicas de logística estratégica. Se espera que usted demuestre un entendimiento básico de las funciones y la capacidad para analizar las ventajas y desventajas de la logística estratégica militar de los EE.UU. a la luz del ambiente estratégico actual y la estrategia militar nacional. Las demás lecturas se concentrarán en la tarea más crítica para el comandante en jefe de la conducción de guerra, que es el desplazamiento y el redesplazamiento estratégico.

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(ESTA PÁGINA SE HA DEJADO EN BLANCO INTENCIONALMENTE).

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Fundamentos de la Guerra Operacional C/M/S 500

Lección 7

Lectura B: “Manteniendo a Nuestras Fuerzas Listas Durante Tiempos de Paz y de Guerra”

Un Repaso General de la Agencia de Logística del Ministerio de Defensa

La Agencia de Logística del Ministerio de Defensa ofrece apoyo de abastecimientos, servicio de administración de contratos y servicios técnicos y de logística, a todas las ramas militares y a varias agencias civiles. Compra abastecimientos y suple a los servicios militares, y apoya la adquisición de armas y otro material de los servicios. Este apoyo empieza en el planeamiento conjunto de los servicios, para adquirir partes para nuevos sistemas de armas, se extiende durante la producción y concluye con la disposición de material obsoleto, desgastado o que ya no es necesario. Ubicada en el Fuerte Belvoir, Virginia, la agencia desempeña su misión mundial de logística, con una cantidad de personal civil y militar de 50,000 personas. Sus instalaciones abarcan desde centros de abastecimiento que emplean más de 1,000 empleados cada uno, hasta residencias establecidas con contratistas del Ministerio de Defensa y oficinas de reaprovechamiento de propiedad, administradas por menos de 10 personas. La Agencia de Logística del Ministerio de Defensa es la fuente para casi todo artículo de consumo, no importa sin son para uso en las operaciones de listeza de combate, el estado de preparación de emergencia o de uso diario. Incluye además:

• Una selección de más de 4.1 millones de artículos. • Un sistema de distribución. • Servicios especializados de administración de contratos, desde antes hasta después

del contrato. • Servicios mundiales de disposición de propiedad e información sobre propiedad en

exceso disponible del Ministerio de Defensa. • Servicios mundiales de disposición de material peligroso e información sobre el

manejo de materiales peligrosos. • La información logística más actualizada del Sistema Federal de Catálogos,

incluyendo fuentes, descripción y precio de los artículos.

• Servicios logísticos técnicos, tales como evaluación de productos especializados. La agencia provee una gran porción del apoyo y servicios mundiales de logística, esenciales para las fuerzas armadas, a través de dos áreas principales de la misión: el manejo de material, que consta de abastecimiento, distribución, adquisición, reaprovechamiento, y la administración de información de logística, que comprende la administración de contratos. De la revista Defensa 97, “Manteniendo a Nuestras Fuerzas Listas Durante Tiempos de Paz y Guerra”, No. 1, páginas 4-13, Ministerio de Defensa.

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Administración de Abastecimientos Los cinco puntos de control de inventario de la Agencia de Logística del Ministerio de Defensa, administran y compran artículos usados por todos los servicios militares y algunas agencias civiles, incluyendo combustible, alimentos, ropa, suministros de sanidad, material de construcción y artículos electrónicos y reparación, que se emplean en el mantenimiento y reparación del equipo militar. Estos puntos de control son: el Centro de Abastecimiento de Combustible en el Fuerte Belvoir, Virgina, el Centro de Abastecimiento Industrial y el Centro de Apoyo de Personal, ambos en Filadelfia, el Centro de Abastecimientos en Columbus, Ohio, y el Centro de Abastecimientos en Richmond, Virgina. Los consumidores militares, determinan sus requerimientos de material y establecen sus prioridades. Los puntos de control obtienen cantidades de abastecimientos suficientes y emplean diversos métodos de adquisición para satisfacer las necesidades proyectadas de los servicios. Esta función es una tremenda tarea y es crítica para el mantenimiento de la listeza de las fuerzas armadas. Muchos artículos adquiridos por la agencia son enviados directamente desde el distribuidor comercial mediante prácticas comerciales comprobadas, como por ejemplo, el comercio electrónico que reduce el tiempo y el costo de la transacción y la necesidad de mantener un inventario disponible. Los artículos restantes, se almacenan y distribuyen a depósitos por toda la nación. La agencia apoya más de 1,400 sistemas de armas. En total, la agencia compra el 86% del total de artículos usados por el Ministerio de Defensa y procesa más de 20 millones de solicitudes anuales, representando ventas a los consumidores militares de más de $11 billones anuales. La Agencia de Logística del Ministerio de Defensa está evolucionando de ser un administrador de abastecimientos, a un administrador de suplidores. La visión para el apoyo del combatiente del futuro abarca ofrecer acceso mundial al cliente militar y a los inventarios comerciales, y la capacidad de manufacturación a solicitud a través del acceso electrónico. Con el tiempo, la agencia aspira trabajar con los servicios militares, la Agencia de Proyectos Avanzados de Investigación del Ministerio de Defensa y otras organizaciones, con el fin de establecer acceso de tiempo real a la información de exigencias y deficiencias, para permitir un mejor planeamiento y reacción , mientras se reduce el inventario de propiedad del Ministerio de Defensa. En la actualidad, la agencia busca identificar los posibles problemas en el apoyo de requerimientos en tiempo de guerra, mediante el empleo de un objetivo de almacenamiento en tiempos de paz. La agencia ha desarrollado un modelo de apoyo de artículos consumibles integrados, que ofrece la capacidad para evaluar continuamente, su habilidad para suplir los requerimientos de apoyo de artículos comunes para los servicios militares, durante contingencias regionales principales y otros escenarios de gran exigencia. El modelo, que actualmente está en su fase de desarrollo, está siendo auspiciado por el Estado Mayor Conjunto, para que sea establecido en el Sistema de Apoyo de Combate. En la actualidad, el modelo de apoyo evalúa los artículos de reparación críticos definidos para el servicio, combustibles, y artículos de apoyo de sanidad y mantenimiento. El modelo cuenta con poder manejar todos los artículos esenciales para marzo de 1997 y permitir a la Agencia de Logística del Ministerio de Defensa y a sus puntos de control de inventario, anticipar los problemas de apoyo de contingencia y mejorar el apoyo en tiempo de paz.

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Apoyo de Distribución El Análisis de Administración del Ministerio de Defensa estableció un sistema singular de distribución de abastecimientos unificado, administrado por la Agencia de Logística del Ministerio de Defensa. La consolidación de las funciones de distribución de los depósitos de los servicios militares y la agencia empezó en 1990 y se completó en 1992. Dos oficinas regionales, el Depósito de Distribución del Ministerio de Defensa de la Región Oriental en Nueva Cumberland, Pennsylvania y de la Región Occidental en Stockton, California, administran una red de depósitos de distribución dentro de sus respectívos sectores demográficos. Estos depósitos reciben, almacenan y distribuyen mundialmente material al por mayor y al por menor y reciben y distribuyen más de 31 millones de mercancía anualmente. Los depósitos están localizados estratégicamente en nódulos claves de transporte, que incluyen aeropuertos y autopistas, y administran casi 6 millones de artículos para los servicios militares, con un valor de $100 millones. Su capacidad de almacenamiento bajo cubierta combinada sobrepasa los 586 millones de pies cúbicos. Algunos depósitos de distribución son extremadamente automatizados y han sido diseñados específicamente para ofrecer apoyo global de artículos esenciales generales. Otros depósitos suplen los requerimientos de los consumidores a nivel regional u ofrecen apoyo global para el material que requiere equipo, instalaciones o adiestramiento especial. Además de la misión principal de recibir, almacenar y distribuir material, los depósitos de la Agencia del Ministerio de Defensa ofrecen otros servicios. Servicios semejantes incluyen, pero no están limitados a, el almacenaje refrigerado, la renovación de cilindros, la reparación de tiendas de campaña, el ensamblaje de unidades de sanidad, mantenimiento simple, la pintura de vehículos y el ensamblaje o desensamblaje de equipos. Los depósitos están consagrados a la entrega eficiente y a tiempo de material y a brindar servicio de calidad a sus clientes. Aunque las instalaciones de distribución de la agencia son un vínculo de gran trascendencia entre los manufactureros y los consumidores, ciertos artículos se entregan directamente a cliente desde el distribuidor. La Agencia de Logística del Ministerio de Defensa está aumentando al máximo la entrega directa del distribuidor, en lugares donde los inventarios del sector comercial son lo suficientemente fuertes como para apoyar el influjo de requerimientos, tanto en tiempo de paz como en tiempos de guerra. Este esfuerzo resulta en un ahorro considerable para nuestros clientes, debido a que reduce los inventarios de propiedad del Ministerio de Defensa. Actualmente, 32% de las ventas que hacen la agencias, son distribuidas a sus clientes mediante el sistema de entrega directa del distribuidor. Administración de Contratos La Agencia de Logística del Ministerio de Defensa administra los contratos que otorga, al igual que los contratos concedidos por los servicios militares, la NASA y muchas otras agencias federales, asimismo como los contratos con ciertos gobiernos extranjeros. El Comando de Administración de Contratos del Ministerio de Defensa, localizado en el Fuerte Belvoir, es responsable por la administración de estos servicios. El comando consta de tres distritos de Administración de Contratos del Ministerio de Defensa: en el sector oriental, Boston; en el sector occidental, El Segundo, California; y en el

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sector internacional, el Fuete Belvoir. Estos distritos administran más de 100 sucursales subordinadas a través de todo mundo. El personal profesional del Comando de Administración de Contratos del Ministerio de Defensa, consta del adiestramiento y la experiencia necesaria para manejar la gran cantidad de requerimientos legales y reguladores de la administración de contratos del Ministerio de Defensa. El comando es responsable por garantizar la calidad satisfactoria y la entrega a tiempo del material. El Comando de Administración de Contratos del Ministerio de Defensa el responsable por casi 70 funciones, entre ellas: planeamiento y adquisición de contratos, selección de la fuente de contratistas, revisión de la capacidad del contratista y la proposición, apoyo técnico y del programa, vigilancia de producción estable y garantía de calidad, análisis de administración de contratos y de propiedad, negociación de las modificaciones del contratista, y liquidación de contratos. El comando, un socio valioso en el proceso de adquisición, participa en paneles de estrategia de adquisición, juntas de selección de fuentes y en la negociación de contratos. Encabeza la Iniciativa de Proceso Individual del Ministerio de Defensa, la que ha logrando reducir los costos, mediante el reemplazo de especificaciones y normas militares con procesos y prácticas comerciales. El comando ofrece administración de contratos para la adquisición de una diversidad de líneas de productos, tales como aviones, vehículos lanzamisiles espaciales y astronaves, artículos de sanidad y subsistencia, artículos esenciales electrónicos, vehículos militares, municiones, químicos y para petróleo y madera. En un año regular, el comando de Administración de Contratos del Ministerio de Defensa administra 380,000 contratos de producción, valorados en más de $950 billones y que involucran más de 24,000 contratistas. Servicios de Logística Además de sus funciones de suministro, distribución y administración de contratos, la Agencia de Logística del Ministerio de Defensa también consta de centros de servicios especializados, cuya responsabilidad es asistir al cliente con necesidades específicas de logística. Estos centros son: El Centro de Servicios de Logística del Ministerio de Defensa en Battle Creek, Michigan, administra el Sistema Federal de Catálogos, que abarca más de 6.5 millones de artículos de abastecimiento activos. Además, el sistema federal de información logística ofrece a los clientes, acceso continuo las 24 horas al día, a una variedad de información esencial. El sistema procesa más de 150,000 transacciones al día, mientras los usuarios buscan: número nacional de existencias, fuentes de abastecimientos, manufactureros, número de pieza, códigos comerciales y gubernamentales, precios, información de empaque, e instrucciones de envío y disposición. Los compradores gubernamentales pueden obtener acceso al sistema, mediante la Red de Usuarios de Logística a Distancia.

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El catálogo federal (FED LOG), que consta de información federal de logística en disco compacto, es otro medio a través del cual los clientes gubernamentales pueden obtener información esencial de logística, incluyendo todos los artículos disponibles en la Agencia Federal de Logística. La información de pedidos que abarca el FED LOG incluye el número nacional de existencias, la unidad de distribución, precio, y datos característicos del artículo. Consta de una característica de ayuda automatizada y un manual para el usuario. El producto mensual se puede obtener desde el Centro mediante subscripción. Esta subscripción ofrece información de productos adaptados a la necesidad de los clientes, y mantiene una línea de servicio para asistir al cliente. El Centro de Servicios de Reaprovechamiento y Mercadeo del Ministerio de Defensa, cuyo cuartel general está ubicado en Battle Creek, Michigan, administra y dispone de la propiedad en exceso de los servicios militares y las agencias federales. 180 oficinas, localizadas en instalaciones militares principales o ciudades adyacentes alrededor del mundo, realizan la misión de Reaprovechamiento y Mercadeo del Ministerio de Defensa. Los artículos que ellos administran consisten desde aires acondicionados hasta automóviles, desde camas hasta bombarderos, y desde tiendas de campaña hasta máquinas de escribir. Primero, el servicio busca los medios dentro del Ministerio de Defensa, en que se pueda volver a usar la propiedad, transferir a otras agencias federales o donar la propiedad a los gobiernos locales y estatales y otras organizaciones calificadas. Después de agotar estos esfuerzos, cualquier propiedad sobrante se vende al público como existencias excedentes, a través de ventas internacionales, regionales o ventas al por menor. El servicio también administra la disposición de material de consunción y desechos peligrosos para las actividades del Ministerio de Defensa. La propiedad de consumo peligroso se administra de acuerdo a las mismas prioridades que otras propiedades: reuso, transferencia, donación o venta pública. La propiedad de consumo peligroso que no se vuelve a usar o no se vende, se dispone a través de contratos de servicio comercial, que deben cumplir con las leyes y reglamentos ambientales federales, estatales y locales. Un programa intensivo de acatamiento y vigilancia garantiza la seguridad ambiental de la disposición de propiedad. El servicio es responsable por el Programa de Recuperación de Metales Preciosos. En ocasiones, la propiedad sobrante contiene oro, plata y otros metales valiosos. El servicio contrata personal para recuperar y refinar estos metales que se podrán volver a utilizar. El servicio también apoya a las comunidades militares a través de su Programa de Reciclaje y Recuperación de Recursos. A través del Internet y otros medios de comunicación, los clientes pueden examinar y solicitar propiedad, y comprar o presentar ofertas de la propiedad, vía electrónica. El Centro Nacional de Acopio de Existencias en el Fuerte Belvoir, mantiene materiales críticos y estratégicos, con el fin de mantener al mínimo, la dependencia de la nación en fuentes de abastecimiento extranjeras, durante emergencias nacionales. El acopio de existencias almacena más de 90 artículos esenciales en varios sitios alrededor de los Estados Unidos, colectivamente valorados en $6 billones. El acopio de existencias adquiere y dispone material, según sea necesario. Debido al requisito de almacenamiento, muchos de estos artículos han disminuido. El Congreso aprobó la venta de una gran cantidad de estos artículos esenciales almacenados por el acopio de existencias.

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El Centro de Delineación de Sistemas de la Agencia de Logística del Ministerio de Defensa en Columbus, Ohio, diseña, desarrolla y mantiene los sistemas automatizados, esenciales para el mantenimiento de muchas funciones de abastecimientos de la agencia. Una sección del centro, la Oficina del Sistema de Dirección Automática del Ministerio de Defensa, recibe y transmite solicitudes de abastecimiento automatizadas, y provee a los usuarios, el estado actual de sus solicitudes. El Centro de Apoyo Administrativo de la Agencia de Logística del Ministerio de Defensa en el Fuerte Belvoir, ofrece 90 productos y servicios en las áreas de administración financiera, recursos humanos, contratación, comunicación visual y agencias de comunicación de mercadeo, actividades especiales y protocolo, administración de instalaciones, informática, asesoría legal y oportunidad de igualdad, al Ministerio de Defensa, agencias y otras organizaciones gubernamentales. Estos servicios se ofrecen en base reembolsable, bajo un acuerdo de costo por servicio, que la organización desarrolló, en su capacidad como laboratorio de reinvención del Análisis Nacional de Desempeño. El Servicio de Imprenta Automatizado del Ministerio de Defensa en el Fuerte Belvoir, se trasladó el 1 de Octubre de 1966, desde el Comando de Sistemas de Abastecimientos Naval, hacia la Agencia de Logística del Ministerio de Defensa. El servicio de imprenta provee al Ministerio de Defensa, servicios de imprenta, duplicación y conversión/automatización de documentos. La Agencia de Logística del Ministerio de Defensa también ofrece una variedad de otros servicios especializados, que han evolucionado a través de los años, según las necesidades del cliente. Entre estos encontramos: los exámenes de laboratorio, instalación y reparación de maquinaria industrial, educación en las transacciones electrónicas del comercio, y modernización y desarrollo de sistemas para el almacenamiento, caducación y empaquetamiento. Manteniendo el paso con la tecnología emergente, la Agencia de Logística del Ministerio de Defensa mantiene su dirección electrónica en el Internet en: http://www.dla.mil. Todos los componentes principales de la agencia tienen sus propias páginas en la Web, destinadas a ofrecer a sus clientes, acceso las 24 horas del día, información detallada y más que antes, métodos de comunicación y cómo negociar electrónicamente vía el Internet. La Agencia de Logística del Ministerio de Defensa contribuye a los esfuerzos del Ministerio de Defensa, de mantener o mejorar la listeza militar mientras reduce significativamente el costo. Como suplidor principal de mercancía y servicios a las fuerzas armadas, la agencia opera en base competitiva como la entidad comercial mejor administrada en Estados Unidos. Siempre se esfuerza por mejorar la calidad, costo, disponibilidad y capacidad de reacción inmediata. En la actualidad, la Agencia de Logística del Ministerio de Defensa es una de las organizaciones más orientada al cliente en el gobierno federal, manteniendo la listeza en tiempos de paz y guerra de las fuerzas armadas de Estados Unidos, y con expectativas de seguir apoyando las fuerzas militares en el futuro.

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Lección 7

Lectura D: Actualización de AMMP en el 98 Sección Dos “OPERACIONES”

OPERACIONES GLOBALES DEL AMC Como hemos visto a partir del final de la Guerra Fría, podemos esperar que nuestras fuerzas móviles estén en alerta y en acción diariamente . . . hasta donde podamos vislumbrar.

General Ronald R. Fogleman Durante la Guerra Fría, una época de relaciones mundiales bi-polar, nuestra Estrategia de Seguridad Nacional (NSS) enfocaba una amenaza monolítica: la potencia del Bloque Soviético. Nuestra política nacional recalcaba la competencia económica, la disuasión nuclear y la prevención de propagación soviética en las naciones del Tercer Mundo. Bajo el riesgo de una guerra nuclear en cualquier momento, la implementación de esta política precisó de una reacción graduada, usando todos los instrumentos no militares y no letales del poder nacional antes de librar guerra. Durante este período, la movilidad aérea fue el instrumento militar preferido del poder nacional para efectuar una reacción no letal graduada. Algunos ejemplos incluyen asistencia humanitaria a víctimas de desastres, naturales o provocados por el hombre, evacuación de civiles no combatientes de posibles zonas de guerra y distribución de armas y equipo militares a naciones aliadas o amigas envueltas en conflictos regionales. La entrega de materiales de guerra esenciales a Israel durante la Guerra de Yom Kippur en 1973 fortaleció las relaciones con naciones aliadas y no alineadas, demostrando la intención de Estados Unidos de apoyar países alineados. De haber fallado los instrumentos no militares del poder nacional, nuestra reacción letal hubiera dependido de una rápida movilidad global. Nuestra reacción a regiones problemáticas se basaba en la rápida movilidad global de tropas de mantenimiento de paz y fuerzas aéreas estadounidenses antes de Escalar la situación. Cuando Estados Unidos se empeñaba en la intervención armada, la movilidad aérea global era responsable del abastecimiento para las fuerzas de reacción inicial y el sostenimiento crítico para la misión. Si la disuasión fracasaba, nuestros bombarderos nucleares dependían de las fuerzas de reabastecimiento aéreo de combustible para darles el alcance necesario para acertar sus blancos y regresar para un segundo asalto. Durante la Guerra Fría, nuestros líderes políticos y militares pudieron neutralizar exitosamente la amenaza soviética mediante una estrategia de Contención, cuyo componente más crítico era la defensa avanzada. Esta estrategia dependía del estacionamiento de grandes números de fuerzas militares en el exterior, listas para disuadir las acciones de los agresores empeñándose contra el enemigo y rechazando sus fuerzas, de ser necesario, en caso de una guerra. El final de la Guerra Fría trajo consigo una nueva estrategia de presencia avanzada. Debido a que grandes números de fuerzas de combate tendrían que ser desplazadas rápidamente para enfrentar posibles amenazas, la movilidad aérea cobró aún más importancia. La nueva realidad mundial es cada vez más caótica a medida que las crisis regionales, nacionales y étnicas han aumentado en número e intensidad. Hoy, los conflictos frecuentemente sólo se pueden evitar mediante el desplazamiento rápido de una fuerza de combate capaz de disuadir la agresión y mantener una paz amena. La implementación de la

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Estrategia Nacional Militar precisa de capacidades de la rápida movilidad global que sólo la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF) puede proporcionar. La capacidad que la movilidad aérea proporciona a nuestra nación es imprescindible para efectuar operaciones en el exterior a medida que la estructura de nuestra fuerza en ultramar es reducida. Al transportar fuerzas y equipo de Estados Unidos para ayudar en desastres naturales, aliviar sufrimiento humano o conservar la paz, la USAF es el elemento central de la capacidad de nuestra nación para responder a cualquier tipo de crisis oportunamente. Durante la operación DESERT SHIELD, las fuerzas de movilidad aérea efectuaron el movimiento más concentrado y más grande de carga y pasajeros en toda la historia. La movilidad aérea permitió el rápido desplazamiento de fuerzas de combate para impedir el avance de fuerzas iraquíes, negándoles entrada a los campos petroleros de Arabia Saudita y recalcando a las naciones del Consejo de Cooperación del Golfo nuestras intenciones. Después, la aumentada concentración de fuerzas en el teatro de operaciones que fue posible por la movilidad aérea hizo posible el éxito de DESERT STORM. En este caso, la movilidad aérea fue un instrumento de poder nacional, ofreciendo a las autoridades nacionales de mando (NCA) la capacidad de proyectar su poder a la región y efectuar operaciones al grado y alcance necesarios para apoyar los objetivos nacionales. La movilidad global se logra mediante el uso óptimo de aeronaves militares y fuerzas de reabastecimiento aéreo de combustible, y es complementado por la Flota Aérea de la Reserva Civil (CRAF) durante las operaciones principales. La esencia de la movilidad global es el rápido movimiento de grandes cantidades de personal, equipo, fuerzas de combate y abastecimientos de Estados Unidos al teatro de operaciones, entre los diferentes teatros de operaciones y desde puertos de embarcación en el teatro de operaciones hasta los puntos más cerca posible del destino final. Cualquier movimiento se efectúa como un proceso singular ininterrumpido, proporcionando visibilidad al comandante de las operaciones de movilidad aérea y a los clientes un solo “punto de contacto” para sus requerimientos de movilidad aérea. La subdivisión del proceso en “partes” individuales reduce el uso óptimo de los recursos de movilidad aérea y la efectividad del sistema de movilidad aérea global. Algunas tropas y cargas serán entregadas usando entrega directa, lo que elimina el punto de traspaso de embarcación intermedia en el teatro de operaciones. Este concepto de operaciones no se limita al apoyo de las operaciones de combate o a las contingencias principales; también aplica a toda la gama de Contingencias Pequeñas (SSC). Junto con el transporte aéreo, la capacidad proporcionada por el reabastecimiento aéreo de combustible hace la rápida movilidad global posible para todos los Servicios y constituye un elemento principal de la estrategia de proyección de poder en la actualidad. En 1986, la Operación EL DORADO CANYON que fue una incursión estadounidense contra Libia, fue posible por el apoyo de reabastecimiento aéreo de combustible para las fuerzas atacantes. Los aviones petroleros fueron imprescindibles para lograr los objetivos de la misión, pese a las restricciones del espacio aéreo y políticas. Cinco años después, los B-52 que operaban de Estados Unidos demostraron la capacidad de reacción estratégica global permitido por el reabastecimiento aéreo de combustible. Volando alrededor del mundo, los B-52 lanzaron misiles cruceros contra las defensas aéreas iraquíes en los primeros momentos de DESERT STORM. Los aviones petroleros los permitió efectuar una misión en el “teatro de operaciones” comenzando desde el puesto de pertenencia en la Base Aérea Barksdale, Luisiana. De forma semejante, la rápida movilidad global permite nuestra estrategia de Presencia Global. En 1994, los puentes aéreos de los aviones petroleros fueron críticos para distribuir abastecimientos humanitarios a los refugiados de Ruanda durante SUPPORT HOPE. Una

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gran cantidad de las fuentes de agua en el país había sido contaminada debido a enfermedad, dejando a los refugiados sin agua potable. Un C-5 transportó un sistema de purificación de agua a Goma en 22 horas—una misión de 10,000 millas hecho posible por tres reabastecimientos aéreo de combustible. En 1995, las fuerzas de movilidad aérea operaban en todas las naciones del mundo, menos siete. El reabastecimiento aéreo de combustible puede aumentar significativamente el alcance, la resistencia y la carga de la mayoría de los recursos aéreos—pese al Servicio o nacionalidad—y extender así las opciones disponibles a los comandantes cuando efectúan operaciones en apoyo de los teatros de operaciones o los objetivos nacionales. Las fuerzas de reabastecimiento aéreo de combustible pueden apoyar operaciones dentro de un teatro de operaciones o entre un teatro de operaciones y otro. El reabastecimiento aéreo dentro del teatro de operaciones apoya el movimiento de largo alcance de fuerzas aéreas de transporte aéreo, combate y apoyo de combate. Este movimiento normalmente se efectuará entre Estados Unidos y un teatro de operaciones o entre diferentes teatros de operaciones. Este concepto de un flexible “puente aéreo” mejora la capacidad de proyección de fuerza de nuestra nación en forma eficiente. El puente aéreo funciona como un “multiplicador de fuerza”, acelerando el ciclo de desplazamiento y reduciendo la dependencia de las bases de escalonamiento avanzadas y el apoyo de la nación anfitriona. Durante la Operación RESTORE HOPE, las fuerzas de tareas de aviones petroleros (TTF) en posiciones intermedias en el Atlántico y Europa permitieron que los C-5, C-141 y KC-10 volaran ininterrumpidamente a los puertos aéreos dentro del área de responsabilidad mediante el reabastecimiento aéreo de combustible sobre el Océano Atlántico. Las TTF también pueden apoyar los desplazamientos de aviones caza, operaciones de bombardeo intercontinental o requerimientos de ejercicios y de adiestramiento. En 1995, las TTF permitieron que Estados Unidos desplazaran F-117, F-111, F-16, F-15, F-4, U-2, RC-135, OA-10, E-3 y EC-130 al Medio oriente en reacción a la amenaza de la fuerza iraquí durante VIGILANT WARRIOR. Cuando los movimientos de las tropas iraquí amenazó una segunda invasión de Kuwait, esta inmediata reacción estadounidense, facilitada por el reabastecimiento aéreo de combustible flexible y robusto dentro del teatro de operaciones, ayudó a impedir un segundo conflicto principal en el área. El reabastecimiento aéreo entre los teatros de operación actúa como “multiplicador de fuerza”, extendiendo el alcance, carga y tiempo de estadía de las fuerzas de combate y de apoyo de combate. El aumentado alcance permite que los aviones caza y bombarderos ataquen blancos estratégicos y tácticos en la profundidad de las defensas enemigas. El alcance casi sin límite permitido por el reabastecimiento aéreo contribuye en gran medida al principio de sorpresa, aumentando la complejidad de los requerimientos de defensa del enemigo. El aumentado alcance ofrecido por los aviones petroleros implementa el principio de seguridad, resolviendo problemas de escalonamiento complicados que expondrían los recursos aéreos al ataque enemigo en las bases. Con el reabastecimiento aéreo, las aeronaves de combate pueden basarse fuera del alcance de misiles y aeronaves enemigas mientras poseen la capacidad de atacar todos los blancos en el área de responsabilidad. Las capacidades de apoyo de la nación anfitriona también pueden afectar el escalonamiento y alojamiento de aeronaves. Es posible que no haya suficiente pista de despegue y aterrizaje cerca del área de operaciones que permitan la ejecución de operaciones de combate sin reabastecimiento de combustible. Las restricciones políticas también pueden impedir el alojamiento adecuado de aeronaves. En DESERT STORM, los asaltos contra los iraquíes por los B-52 se lanzaron

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desde Diego García y Estados Unidos con múltiples reabastecimientos aéreos de combustible antes y después de los ataques. Los aviones petroleros asignados a los teatros de operación frecuentemente tendrán que proporcionar apoyo a las aeronaves de transporte aéreo dentro del teatro de operaciones que operan en el puente aéreo. Limitaciones máximos de aeronaves en tierra (MOG) en los campos de aviación del teatro de operaciones pueden impedir el reabastecimiento de combustible para aeronaves de transporte aéreo sin tener un efecto adverso sobre el flujo de desplazamiento y sostenimiento. Para evitar esta situación, los aviones petroleros asignados a los teatros de operaciones reabastecerán los recursos de transporte aéreo inmediatamente después de despegar para permitir que lleguen a las bases de escalonamiento afuera del área de responsabilidad. Para la mayoría de las aeronaves, el máximo peso bruto al despegar requiere conocer la relación entre la carga y el combustible (que significa alcance y tiempo de estadía). Con el reabastecimiento aéreo, las aeronaves de combate y apoyo de combate se pueden despegar con la máxima carga y reabastecerse en el aire para obtener el máximo alcance y tiempo de estadía. Esta capacidad le da al comandante más opciones en cuanto a paquetes de fuerzas. Sin el reabastecimiento aéreo de combustible, el tamaño de los paquetes de asalto sería limitado por el tiempo que toma despegar la aeronave y formarse, lo que significa la cantidad de combustible consumido. La carga se puede cambiar por combustible, pero eso reduce la efectividad general del paquete. Con el reabastecimiento aéreo de combustible, las aeronaves se pueden despegar con una carga máxima y reabastecerse para tener un tiempo de estadía casi ilimitado, luego formar un paquete de asalto que proporciona suficiente masa y economía de fuerza para los requerimientos de la misión. Este principio se demostró dramáticamente durante ELDORADO CANYON y los asaltos aéreos casi simultáneos de la marina en DESERT STORM. El reabastecimiento aéreo de aeronaves en paquetes de asalto por aeronaves petroleras permitió que concentraran su máximo poder de fuego contra blancos enemigos. Esto eliminó la necesidad de efectuar vuelos de seguimiento y aumentó las pérdidas de capacidades y fuerzas principales por el enemigo. El aumentado alcance, carga y tiempo de estadía ofrecido por el reabastecimiento aéreo también apoya los principios de economía de fuerza y maniobra, proporcionando al comandante una máxima flexibilidad en la asignación y cambio de asignación de los recursos aerotransportados. El aumentado tiempo de estadía es especialmente importante para los recursos de apoyo de combate como el Sistema de Aviso y Control Aerotransportado (AWACS), vigilancia conjunta, sistema de radar de ataque de blancos (JSTAR), RC-135, centro de comando y control del campo de batalla aerotransportado EC-130 y aeronaves de Llamada de Brújula (COMPASS CALL). Estos son recursos limitados con largos tiempos de regeneración. Al extender el tiempo de estadía de estos recursos, se reducirá el número de misiones que se deben generar y, finalmente, el número de aeronaves, por tipo, requeridas en el área de responsabilidad. El reabastecimiento aéreo también permite que el comandante asigne o reasigne las aeronaves de transporte aéreo a blancos de prioridad más alta a medida que la inteligencia es actualizada. Durante la Guerra de Vietnam, donde se desarrolló el concepto de aeronaves petroleros apoyando las operaciones de combate aéreo diariamente, frecuentemente se gastaba munición en blancos que ya habían sido destruidos debido a la inhabilidad de obtener y transmitir información de evaluación de daños de bombardeo confiable. En otras instancias, las municiones se descargaban en el Mar de China del Sur porque el bombardero, por diferentes razones, no podía llegar al blanco asignado. Con el reabastecimiento aéreo, los comandantes disponen del tiempo para desviar o reasignar los

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recursos de transporte aéreo a medida que la batalla progresa, se recibe inteligencia o las condiciones meteorológicas cambian. La USAF dispone de la fuerza de reabastecimiento aéreo de combustible más grande y experimentada en el mundo. Con la capacidad de la probeta de abastecimiento y la probeta flexible de abastecimiento, los aviones petroleros de la USAF pueden abastecer todas los aviones y helicópteros que pueden ser abastecidos en ruta. Esta capacidad permite que los aviones petroleros de la USAF apoyen todas las campañas aéreas conjuntas y combinadas. Esta capacidad, sin embargo, requiere que las tripulaciones de los aviones petroleros de la USAF reciban adiestramiento en los procedimientos de otros países y Servicios y que los procedimientos se practiquen en los ejercicios conjuntos y multinacionales. El otro componente de la movilidad aérea es el transporte aéreo. Es la capacidad de rápidamente transportar personal, equipo, fuerzas de combate y abastecimientos en medios aéreos a cualquier parte del mundo y constituye un instrumento imprescindible de la política y de la guerra. El transporte aéreo ofrece a sus clientes cierto grado de velocidad, alcance y flexibilidad que ningún otro medio de transporte puede ofrecer. Las demandas puestas en las fuerzas de transporte aéreo de la nación no se pueden pronosticar, son numerosas y abarcan el mundo entero. Durante la operación DESERT STORM, el transporte aéreo respondió a la amenaza de misiles SCUD de Irak contra Israel mediante el transporte de baterías de misiles Patriot a Tel Aviv en sólo horas. Esta rápida reacción mitigó la tensión de la situación política y ayuda a conservar la frágil alianza. Durante la operación JOINT ENDEAVOR, el sistema de transporte férreo y terrestre de la región no pudo distribuir el equipo tiendepuente del Ejército en forma oportuna a la inundación causada por el río Savba. El transporte aéreo demostró su flexibilidad cuando los C-17 fueron desviados de otras misiones operacionales para transportar secciones de puentes de la base de operación principal en Rhein Main al ambiente austero de Tazar, Hungría. La versatilidad y reacción demostradas por los medios de transporte aéreo en estas y un sinnúmero de otras operaciones recientemente, han convertido este recurso limitado y vital en un recurso ganador de guerras. Las fuerzas de transporte aéreo efectúan operaciones dentro del teatro y entre los teatros de operaciones. La diferencia entre el transporte aéreo dentro del teatro y entre los teatros de operaciones es, en gran medida, algo artificial y tiene poco que ver con la capacidad de la aeronave empleada o diversos requerimientos de mando y control (C2) o aeropuertos. La misión de transporte aéreo dentro del teatro y entre los teatros de operaciones comparte el mismo mando y control básico y los requerimientos de aeropuertos. El transporte aéreo eficiente y respondedor es un sistema caracterizado por una red de mando y control mundial que se vincula con organizaciones de aeronaves, tripulaciones aéreos, mantenimiento y abastecimiento y con operaciones de aeropuerto para servir al usuario. Además, proporciona la unidad de mando y administración necesarias para enfrentar las diversas demandas impuestas en unos recursos valioso y escaso de la nación. Las misiones de transporte aéreo entre los teatros de operaciones mueve pasajeros y carga entre Estados Unidos y un teatro de operaciones o entre los teatros de operaciones. Desde una posición dentro del teatro de operación, estos recursos pueden (1) reciclarse para misiones subsiguientes entre los teatros de operaciones o (2) agregarse al sistema de transporte aéreo dentro del teatro de operación mediante el sistema de agregación de vuelos. Cuando se efectúa una agregación, las aeronaves de transporte aéreo, habiendo efectuado un vuelo al teatro de operación, efectúan por lo menos un vuelo dentro del teatro de operación antes de reanudar las operaciones entre los teatros de operaciones. Esta capacidad de

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agregación es adicional a las asignaciones de recursos de transporte aéreo efectuando operaciones dentro del teatro de operación. Por ejemplo, durante la operación JOINT ENDEAVOR, la posición principal de desembarco para las misiones de transporte aéreo entrante era la base aérea Rhein Main en Alemania, que era el centro para el transporte aéreo dentro del teatro de operación y una base de escalonamiento. Desde esa posición central, los C-5, C-17 y C-141 tenían una función “cambiante”: efectuaban misiones de regreso al punto de partida en Estados Unidos (las bases áreas de Dover, McGuire, Charleston, respectivamente) o eran asignadas a efectuar transportes dentro del teatro a posiciones en Italia, Hungría y los estados de la anterior república de Yugoslavia. Otras misiones entre teatros de operaciones abarcaban vuelos directos de Estados Unidos a posiciones en Italia y Europa Oriental. Las misiones de transporte aéreo dentro del teatro de operación llevaban pasajeros y carga, pero las operaciones normalmente se efectuaban dentro o cerca de un teatro de operación específico (según definido por el Plan de Mando Unificado). Estas misiones de transporte aéreo proporcionaban al comandante la capacidad de reaccionar oportunamente, lo que posiblemente fuera crítico para el cumplimiento de los objetivos de la operación. Durante DESERT STORM, las misiones de transporte aéreo dentro del teatro de operación aumentaron para rápida y discretamente desplazar el 18o. Cuerpo Aerotransportado a una posición al oeste de la faja defensiva principal de las fuerzas iraquíes (la maniobra “Ave María”), antes de la guerra terrestre. Esto proporcionó a la coalición un elemento de sorpresa cuando atacaron al enemigo y también le dio una gran ventaja numérica contra el flanco de una fuerza mal alineada iraquí que no sospechaba nada. Las misiones de transporte aéreo dentro del teatro de operaciones proporcionó la capacidad para aumentar la cantidad de transporte, aumentar la flexibilidad y aumentar la capacidad para completar un ciclo de transporte (partida, entrega, regreso) rápidamente—lo cual permitió que casi se destruyera toda la fuerza terrestre iraquí. Si bien la distribución aeroterrestre es el método preferido de distribución desde aeronaves, el lanzamiento aéreo de tropas y equipo es una capacidad crítica que sigue siendo una parte integral de la doctrina conjunta de combate. Este método de empleo y reabastecimientos de fuerzas de combate se usa cuando la opción aeroterrestre no está disponible. El lanzamiento aéreo de combate también se puede efectuar durante las misiones dentro del teatro de operaciones o entre varios teatros de operaciones; sin embargo, es una misión sumamente especializada que requiere mucho adiestramiento y preparación de la tripulación. Un ejemplo de un lanzamiento aéreo es la capacidad de lanzamiento aéreo estratégico de brigada que la Fuerza Aérea proporciona para el Ejército. En esta función la Fuerza Aérea ha trabajado con el Ejército para proporcionar una capacidad de reacción inmediata para desplazar fuerzas aerotransportadas directamente al combate en cualquier parte del mundo. La espina dorsal de la movilidad global es el sistema en ruta (ERS). Las operaciones de movilidad en gran escala deben disponer de un sistema integrada de fuerzas de apoyo en posición para asegurar el mantenimiento de las aeronaves, descanso de la tripulación y manejo apropiado de pasajeros y carga. El ERS es una red global de efectivos, materiales e instalaciones que proporcionan mando y control, logística y servicios de aeropuerto a las fuerzas de movilidad aérea. Constituye la capacidad de proyección de poder de nuestra nación a cualquier parte del mundo. Si bien las operaciones de puente aéreo se usan para proyectar poder inicialmente, no se pueden sostener indefinidamente. Las operaciones prolongadas, tales como DESERT SHIELD, sólo se pueden efectuar con una red robusta y capacitada en diferentes posiciones en la ruta.

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La rápida movilidad global proporciona no sólo a la Fuerza Aérea sino también a todo el Departamento de Defensa y la nación su alcance global y recalca nuestra función como una potencia global. La capacidad de moverse rápidamente a cualquier punto del globo cerciorará que mañana, al igual que en la actualidad, la nación podrá responder rápida y decisivamente a los desafíos inesperados a sus intereses. La Fuerza Aérea de EE.UU. proporciona a nuestra nación la capacidad de desplazar fuerzas rápidamente a cualquier parte del mundo mediante la nueva Fuerza Expedicionaria Aérea (AEF), una fuerza de proyección desplegable que depende en gran medida de la movilidad aérea. Esta fuerza puede ser letal o no letal, proporcionando así toda la gama de opciones a las NCA. Las fuerzas de movilidad pueden comprender una AEF no letal que proporciona transporte aéreo y reabastecimiento aéreo de combustible esenciales para las misiones efectuadas a través de toda la gama de SSC. Por consiguiente, y pese a las fuerzas que comprenden la AEF o su misión, las fuerzas de movilidad aérea proporcionarán la capacidad esencial para proyectar la influencia estadounidense a cualquier parte del mundo. La capacidad de Estados Unidos de empeñarse globalmente y en situaciones no letales como socorro en tiempo de desastre y operaciones humanitarias, es posible usando la movilidad aérea como un instrumento de poder nacional. Los eventos que para nuestra nación serán críticos se desenvolverán y desarrollarán con cada vez más celeridad y la transición de un estado de tensión a una conflagración ocurrirá casi simultáneamente en un corto período de tiempo. Para que las personas que elaboran la política estadounidense puedan disponer de toda la gama de posibles reacciones, nuestra nación debe poder proyectar y establecer una presencia militar rápida y efectivamente, bajo condiciones hostiles y de incertidumbre. Esto precisa de una capacidad de movilidad aérea que mantenga un alto estado de listeza y esté siempre alerta para proporcionar una aumentada capacidad contra todas las amenazas convencionales y no convencionales. Las amenazas quizás no se desarrollen en secuencia sino simultáneamente. Como resultado de esto, la movilidad aérea puede tener que efectuar varios desplazamientos a la vez. La movilidad aérea proporciona la capacidad de colocar fuerzas en cualquier parte del mundo, de manera que nuestra nación pueda responder decisivamente a cualquier desafío a sus intereses nacionales. Por ende, en el ambiente de múltiples contingencias, o en cualquiera condición que resulte en un alto ritmo operacional (OPTEMPO), la capacidad de aumentar la infraestructura en ruta corriente y establecer una presencia en ruta en bases básicas de antes será crítico para satisfacer los requerimientos de apoyo de movilidad aérea de los clientes. Esta infraestructura debe poder atender un alto volumen de aeronaves bajo condiciones de tensión para todos los servicios de campo de aviación. Al considerar el futuro ambiente de operación, la movilidad aérea es un recurso valioso en alta demanda y proporcionará una aumentada capacidad fundamental para asegurar que Estados Unidos pueda mantener su rol de líder global.

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OPERACIONES POR TODA LA GAMA DEL CONFLICTO Operaciones de tiempo de paz La movilidad aérea es absolutamente esencial para las operaciones por toda la gama del conflicto. Además, la movilidad aérea ha cobrado una importancia dramática desde el final de la Guerra Fría por su papel principal de las otras operaciones militares (OOTW). Estas operaciones incluyen mantenimiento de paz, concertación de paz, imposición de paz, ayuda humanitaria y en tiempo de desastre, actividades contradrogas, asistencia de seguridad, contrainsurrección y ayuda a las autoridades domésticas, entre otras. Las tareas para la movilidad aérea en tiempo de paz abarcan un proceso estructurado y minucioso diseñado para obtener la mayor satisfacción del cliente. Las solicitudes fluyen del usuario al USTRANSCOM y luego al AMC. Según se expuso anteriormente, el TACC se encarga de la misión desde ese punto hasta su finalización. Pese al tipo de misión, hay que pasar por a siguiente secuencia de eventos:

• Requerimientos confirmados por USTRANSCOM se pasan al AMC vía el TACC. • Las misiones se pasan a la célula apropiada de planificación del TACC (canal,

SAAMs, JA/ATT, Coronet, etc.). • Requerimientos confirmados y en orden de prioridad son programados por los

directores del transporte aéreo estratégico, también conocidos como “maestros de tambores”, que luego asignan los escuadrones individuales. Las misiones se programan basadas en su prioridad, delicadeza y urgencia.

• Las misiones son dirigidas y ejecutadas por el TACC hasta su finalización. Las

misiones a veces se cambian durante la ejecución para responder a taras no previstas tales como evacuación aeromédica, solicitudes del departamento de estado, etc. Éstas se identifican como misiones “selectas dentro del sistema”.

En caso de tareas de SIOP de petroleros, el Comando Estratégico de EE.UU.

(USSTRATCOM) asigna los escuadrones de reabastecimiento aéreo de combustible y al TACC simultáneamente, pasando por alto al USTRANSCOM. El USSTRATCOM continúa asignando tareas directamente a los escuadrones individuales u ordena al TACC a programar y ejecutar misiones de SIOP según las instrucciones del USSTRATCOM. Con el advenimiento del USTC/MCC, esto podría cambiar. El MCC tendrá su propia función de Acción de Urgencia (EA) y probablemente supervisará la asignación de tareas de SIOP. La excepción a esta cadena son las Misiones Aéreas Especiales (SAM), ya que solicitudes fluyen del usuario al Cuartel General, USAF/CVAM (programación de SAM), luego al 89o. Escuadrón de Transporte Aéreo. Los procedimientos más especializados para cada tipo de misión de movilidad se describen a continuación. A través del Comando

• Ejercicios: Los ejercicios patrocinados por CJCS se efectúan durante todo el año para que las fuerzas estadounidenses mantengan la ventaja, e incluyen aeronaves de transporte aéreo y de abastecimiento aéreo de combustible. El TACC programa

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estos ejercicios de las conferencias de planificación patrocinado por el CINC apoyado a que todos los participantes asisten.

• Adiestramiento: Las misiones para mejorar la eficiencia de las tripulaciones aéreas

y para actualizar el adiestramiento son programadas por los escuadrones individuales basándose en las aeronaves y el tiempo de vuelo asignados por el AMC.

• La Fuerza Expedicionaria Aérea (AEF): Una fuerza designada para proporcionar a

los CINC varias opciones de potencia aérea para satisfacer las necesidades específicas del teatro de operaciones y son capaces de cubrir toda la gama de opciones de reacción militar desde ayuda humanitaria al combate. Esta fuerza incluye no sólo transporte aéreos y aviones petroleros sino también aviones caza, bombarderos, operaciones especiales y otros recursos, según los requerimientos.

Transporte aéreo

• Servicio de canal: Este es una misión programada regularmente sobre una ruta fija en que todos los clientes disponen de esta capacidad. Se emplean aeronaves civiles o militares orgánicos. La mayoría de las misiones de sostenimiento entre teatros de operaciones caen en esta categoría. Los dos tipos de servicios de canal, basados en requerimientos y basados en frecuencia, pasan por la organización apropiada de servicio, el USTRANSCOM y el TACC para ser confirmados. Debido a que los requerimientos normalmente exceden la capacidad, se emplea un sistema de prioridad para asignar los recursos.

• Misiones de Transporte Aéreo para Asignaciones Especiales (SAAM): Las misiones

operadas por el AMC (que no son efectuadas por el 89o. Escuadrón de Transporte Aéreo Militar) para satisfacer un requerimiento de recogida y entrega especial en diferentes posiciones que aquéllas establecidas dentro de la estructura aprobada de canales o para satisfacer un requerimiento que necesita una consideración especial debido al número de pasajeros, el peso o tamaño de la carga, urgencia o delicadeza del movimiento u otros factores especiales. El USTC/MCC confirma los requerimientos de la misión y ordena el AMC a planificar y ejecutar la misión. El sistema de prioridad del JCS se emplea para asignar los recursos para las misiones de SAAM, así como las misiones de canales.

• Transporte Aéreo de Apoyo Operacional (OSA): El 1 de octubre de 1996, el

USTRANSCOM asumió responsabilidad de programar y ejecutar estas misiones. El Centro Conjunto para el Transporte Aéreo de Apoyo Operacional (JOSAC) TCJ3-OJ, desempeña estas funciones a la vez que todos los servicios confirman las solicitudes de las misiones de OSA.

• Adiestramiento Conjunto de Transporte Aéreo y Transportabilidad (JA/ATT): Este

es un programa dirigido por el CJCS y administrado por el AMC para proporcionar adiestramiento básico de transporte aéreo y de capacitación para el lanzamiento aéreo, asalto aeroterrestre, carga estática de aeronaves y abastecimiento aéreo de combustible en un ambiente conjunto. Representantes de clientes y grupos/escuadrones de movilidad aérea asisten a las sesiones de trabajo de JA/ATT mensuales efectuadas por el TACC. Los usuarios establecen sus

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requerimientos de aeronaves que son apoyados basado en su prioridad de adiestramiento. Los representantes de los escuadrones entonces “compran” misiones e identifican sus necesidades adicionales de apoyo.

• Evacuación aeromédica (AE): La nación tiene la responsabilidad moral capital de

garantizar el sistema de evacuación más humano y rápido posible para sus fuerzas armadas. Esta garantía aumenta la moral de las tropas en campaña y del público estadounidense. La aumentada moral significa más resistencia en el campo de batalla y en los hogares familiares.

Evacuación aeromédica El 93% de la presente estructura de la fuerza de AE está incorporada en las unidades de la Guardia y de la Reserva. Cuatro escuadrones de AE de servicio activo proporcionan una capacidad de apoyo básico para la transición a contingencias y operaciones urgentes, de prioridad y rutinarias cotidianas en Europa, el Pacífico, Estados Unidos y en alta mar. La Guardia y la Reserva apoyan estas unidades de servicio activo, proporcionando tripulaciones para la AE en el 85-90 por ciento de las misiones de AE entre los teatros de operaciones, 100 por ciento de las misiones de AE en alta mar (v.gr., Alaska y Panamá) y aproximadamente 25 por ciento de las misiones en Estados Unidos. La plana mayor del AMC/SG está revisando los documentos AMC OMNIBUS, Instrucciones de la AF y la Investigación de AE para reflejar el regreso de recursos de AE en el teatro de operaciones al AMC. El AMC sirve como el Mando Principal de AE. Evacuación aeromédica del teatro de operaciones. La AE del teatro de operaciones abarca el movimiento de pacientes dentro del teatro de operaciones de las instalaciones de evacuación aeromédica móviles ubicadas cerca del frente a las instalaciones de escalonamiento aeromédico en la retaguardia. La AE del teatro de operaciones normalmente se lleva a cabo con aeronaves C-130 y C-9. Aunque las aeronaves C-130 normalmente no están programadas para misiones de AE en tiempo de paz, pueden proporcionar apoyo a las aeronaves C-9A. Sin embargo, las C-130 serían los medios principales para mover bajas de la zona de combate durante operaciones de contingencia. Evacuación aeromédica estratégica. La fase de evacuación que proporciona transporte aéreo para llevar pacientes del área de operaciones a un área de apoyo principal. Las aeronaves C-141 efectúan misiones estratégicas de AE semanalmente en apoyo de USEUCOM, USPACOM, USCENTCOM y USSOUTHCOM. La aeronave C-17 proporcionará apoyo estratégico de subsiguiente a medida que la flota de C-141 es retirada y también puede apoyar AE dentro del teatro de operaciones, de conformidad con el concepto de operaciones para el teatro. Las aeronaves C-5, KC-10, KC-135, C-21 y C-12 son otros medios de transporte de AE. Además de esta capacidad orgánica, el Departamento de Defensa depende de la capacidad del segmento aeromédico de CRAF, compuesto de aeronaves comerciales de pasajeros Boeing-767, que se pueden configurar con diseños especiales para la evacuación aeromédica. Operaciones de AE: Las operaciones de AE dentro de los teatros de operaciones son administradas por el Componente Aéreo, normalmente ejecutado por medio de un Centro de Coordinación de Evacuación Aeromédica (AECC) en coordinación con el Centro de Operaciones Aéreas (AOC). El Cirujano del Componente Aéreo y el estado mayor designado servirán como consejeros médicos para el sistema de AE. Las operaciones de AE entre los

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teatros de operaciones son administrados por el TACC. El control operacional de las fuerzas de AE empleadas en un teatro de operaciones para proporcionar AE dentro del teatro normalmente es proporcionado por el AOC o el Director de Fuerzas de Movilidad (DIRMOBFOR). Un representante superior de AE será asignado para apoyar al Director del AOC, o el DIRMOBFOR, en el empleo de fuerzas de AE en el teatro de operaciones, administración de los aspectos médicos de las misiones de AE, y otros asuntos que pueden afectar las operaciones de AE. Las aeronaves empleadas para las AE serán administradas por el Elemento de Movilidad Aérea (AME) para las misiones dentro del teatro de operaciones y el TACC para las misiones de AE entre los teatros de operaciones. Véase el Apéndice 7 al Anexo N del OPLAN Omnibus del AMC. Abastecimiento aéreo de combustible El TACC también administra centralmente las misiones de abastecimiento aéreo de combustible para los aviones petroleros asignados al AMC. Cada trimestre, el TACC patrocina una conferencia de programación de abastecimiento aéreo de combustible. Durante la conferencia, los planificadores de unidades de abastecimiento aéreo de combustible y clientes tales como el Comando de Combate Aéreo (ACC) se reúnen para coordinar los vuelos disponibles con las solicitudes. La flexibilidad es algo que se incorpora al sistema mediante la implementación de un sistema de prioridades enumerado en AFI 11-221. Los siguientes tipos de misiones de abastecimiento aéreo de combustible se incluyen en este programa trimestral:

• Adiestramiento Periódico de Abastecimiento Aéreo de Combustible: Estas misiones componen la mayor parte del programa y apoyan las necesidades educativas, de actualidad y de eficiencia de la comunidad usuaria.

• Coronets: El desplazamiento de unidades de aviones caza de combate al exterior

es un requerimiento principal de la proyección de poder de Estados Unidos. Las solicitudes se ponen en orden de prioridad, usando un sistema similar al que se usa para las solicitudes de transporte aéreo.

• Fuerza de Tarea de Aviones Petroleros (TTF): Las TTF se forman en reacción a

actividades de contingencia o de tiempo de paz cuando es imprescindible disponer de apoyo de abastecimiento aéreo de combustible para la misión y no hay una presencia de petroleros establecida. El concepto de Desplazamiento de Unidades Petroleras Integrales del AMC (ITUD) se implementa en casi todas las posiciones de TTF. Algunos ejemplos son: desplazamientos de aviones caza, operaciones de movilidad aérea, operaciones de bombarderos intercontinentales o requerimientos de adiestramiento y ejercicios.

• Esfuerzo Comercial: Cuando se requiere el apoyo de abastecimiento aéreo de

combustible por un período corto para apoyar los requerimientos específicos de abastecimiento aéreo de una unidad, se programa un esfuerzo comercial. Por lo general se desplaza un avión petrolero y una tripulación por una semana.

Las operaciones de abastecimiento aéreo de combustible de contingencia se asignan

en una forma similar, frecuentemente combinando varios de los procesos expuestos anteriormente.

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OPERACIONES DE CONTINGENCIA Concepto de la Fuerza Expedicionaria Aérea La dedicación del AMC a la visión de la Fuerza Aérea para el Empeño Global en el Siglo 21 es obvio en el ámbito operacional. Una de las capacidades imprescindibles para realizar esta visión es la capacidad de ataque global en una época de reducidos recursos y reducidas posiciones permanentes en la vanguardia. El AMC ha abogado por la Fuerza Expedicionaria Aérea (AEF) con la finalidad de proyectar la presencia y el poder de Estados Unidos en un período de limitados recursos. De acuerdo con el concepto, la AEF proporciona a los CINC regionales un poder aéreo y espacial rápido y respondedor, estructurado para satisfacer las necesidades del teatro de operaciones a través de todas la posibles reacciones, desde ayuda humanitaria hasta operaciones de combate. Las AEF normalmente responden a crisis con capacidades estructuradas para lograr objetivos claramente enunciados. Estas fuerzas están diseñadas para ser ligeras, livianas y altamente capacitadas, desplazándose y empléandose rápidamente para aumentar los puntos fuertes de la potencia aérea—la velocidad, el alcance y la flexibilidad. Determinadas fuerzas de AEF se mantendrán listas para pasar rápidamente de operaciones en tiempo de paz a contingencias en apoyo de un CINC en un teatro de operaciones. Una pauta general sería que CONOPS preparará a las AEF para comenzar operaciones a más tardar 48 horas después de recibir una Orden Ejecutiva. Esta pauta se basa en la premisa que las unidades designadas reciban 24 horas de aviso estratégico antes de tomarse la decisión. El ímpetu para el concepto creció en 1995 a medida que la AEF se consideró como un medio para disuadir la posible agresión iraquí: una pequeña pero poderosa fuerza desplazada rápidamente que podría tener el mismo valor disuasivo que una fuerza más grande reunida tras un período de tiempo más prolongado. A partir de 1995, el AMC ha refinado el concepto, identificando los requerimientos de transporte aéreo, aviones petroleros y de apoyo necesarios para lanzar y sostener una AEF. Ha producido además un manual de prueba para un despliegue de una AEF a un área específica en el Medio Oriente, identificando los recursos necesarios para apoyar el despliegue y un concepto de operaciones que permite la ejecución de operaciones iniciales dentro del tiempo deseado. Se están efectuando planes para desarrollar similares conceptos para AEF de bombarderos, ayuda humanitaria, en el teatro de operaciones del Pacífico y AFSOC. Para mediados de 1997, el AMC implementó los aspectos del concepto de la AEF en cuatro desplazamientos de bombarderos:

• AEF I: Bahrain, octubre-diciembre de 1995 • AEF II: Jordania, marzo-julio de 1996 • AEF III: Qatar, junio-septiembre de 1996 • AEF 97-1: Qatar, febrero-julio de 1997

Estos desplazamientos han ayudado a refinar el concepto de la AEF e inculcar

confianza en que las operaciones de movilidad facilitarán la capacidad de las AEF de atacar dentro de 48 horas, siempre que las unidades reciban 24 horas de aviso estratégico antes de tomarse la decisión.

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Asalto en el Desierto Mientras que el AMC ha seguido refinando su papel en el desarrollo de la AEF, ha demostrado la función del rápido apoyo de movilidad global durante el asalto global de la Operación DESERT STRIKE. Durante agosto de 1996, las fuerzas iraquíes violaron las resoluciones de las Naciones Unidas, entrando en el norte de Irak para intervenir en una guerra civil entre las facciones curdas. Estados Unidos respondió con un ataque contra las defensas aéreas iraquíes. La parte del asalto efectuada por la Fuerza Aérea se realizó con B-52, que volaron sin parar desde la Base Aérea Barksdale en Luisiana hasta la posición avanzada en la Base Aérea Andersen en Guam. De Guam, los bombarderos volaron a la región del Golfo Pérsico, lanzaron sus misiles y regresaron a Guam después de una misión de 34 horas y 13,700 millas. En ambos tramos de la misión, los bombarderos dependieron del abastecimiento aéreo de combustible de KC-10 y KC-135. Catorce aviones petroleros abastecieron 760,000 libras de combustible para el desplazamiento, mientras que 15 aviones petroleros se desplazaron para descargar 1,360,000 libras de combustible para el asalto aéreo. Además, el avión C-5 transportó personal de apoyo para los B-52 a Guam. La sincronización de la operación demostró la capacidad del comando para responder a la situación. La orden de desplazamiento llegó el 31 de agosto y ese mismo día los aviones petroleros comenzaron a moverse a sus posiciones. El ataque se lanzó el 2 de septiembre y se terminó el 3 de septiembre. A la postre de DESERT STRIKE, Estados Unidos desplazó fuerzas adicionales a la región del Golfo Pérsico para disuadir una reacción iraquí al ataque. El AMC proporcionó transporte aéreo y abastecimiento aéreo de combustible para desplazar los aviones “stealth” F-117. Los operadores de las baterías de misiles Patriot y 3,000 tropas de infantería figuraban entre las fuerzas transportadas por el AMC al área durante un período de alta tensión. Aplicaciones No Letales de la Movilidad Aérea Global El personal y aeronaves del AMC apoyan varios objetivos nacionales. Por ejemplo, a nombre de los tratados de reducción y limitación de armas, las aeronaves de movilidad aérea han transportado inspectores representando Estados Unidos y las repúblicas de la anterior Unión Soviética. Las aeronaves petroleras y de transporte han participado en la campaña contra el narcotráfico de drogas ilícitas. Por lo general, el AMC participa en una variedad de misiones humanitarias en todo el mundo. Por medio de un programa continuo llamado PROVIDE HOPE, el AMC transportó carga humanitaria a las repúblicas de la anterior Unión Soviética, efectuando la 500a. misión de este tipo en junio de 1997. Las acciones iraquíes contra los curdos en agosto de 1996 también suscitó una reacción humanitaria por el gobierno de Estados Unidos apoyada por el AMC. Los curdos que trabajaban para agencias no gubernamentales de Estados Unidos contra los intereses del gobierno de Saddam Hussein corrían un riesgo grave. Para proteger estos aliados de Estados Unidos y sus familias, el Departamento de Estado contrató un transporte aéreo para mover unos 5,000 curdos a Guam, donde se quedaron hasta poder mudarse a Estados Unidos como refugiados civiles. En una operación llamada PACIFIC HAVEN, el AMC ayudó a desarrollar la infraestructura requerida para atender los refugiados, desplazando un hospital transportable, ranchos de campaña y policía de seguridad. Después del bombardeo de las Torres Khobar por terroristas—la residencia en Dhahran, Arabia Saudita, que alojaba tropas estdounidenses en apoyo de la Operación

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SOUTHERN WATCH—el AMC demostró su capacidad de efectuar operaciones humanitarias de rápida movilidad. El día del ataque, 25 de junio de 1996, un C-141 llevó un grupo médico e investigadores de bombas de Estados Unidos a Dhahran en un vuelo de 15 horas que requirió dos abastecimientos aéreos de combustible. Tres aeronaves más del AMC llegaron en Dhahran el 26 con un grupo quirúrjico de trauma, tripulaciones de evacuación aeromédica y unidades de manejo de estrés. El día siguiente, las bajas se evacuaron a Alemania mientras que un C-5 llegó a Estados Unidos con los restos de los que perecieron en el bombardeo. En agosto de 1996, aeronaves del comando evacuaron dependientes militares a Estados Unidos de Arabia Saudita ante la continua amenaza terrorista. Los recursos del AMC también se emplearon para ayudar a los ciudadanos en Estados Unidos. En enero de 1997, un C-141 transportó 40,000 libras de ropa de invierno de California a Dakota del Sur para ayudar a las personas viviendo en la Reserva de los Sioux del Río de Cheyenne. Y cuando el Río Rojo del norte inundó el área de Grand Forks, Dakota del Norte y comunidades vecinas, las aeronaves del comando ayudaron a la Agencia Federal de Administración de Urgencias a transportar equipos de socorro en tiempo de desastre y equipo de apoyo de urgencia a Dakota del Norte y Minesota. En los años recientes, Africa ha sido el destino de varias misiones humanitarias del AMC, según se expone a continuación. “Assured Response” En abril de 1996, durante una guerra civil en Liberia, el AMC participó en la Operación ASSURED RESPONSE, la evacuación de no combatientes—ciudadanos estadounidenses y de otros países extranjeros de la Embajada de Estados Unidos en Monrovia. Las aeronaves de transporte aéreo y petroleras del comando ayudaron a colocar fuerzas que transportaron estas personas a áreas seguras. El apoyo del AMC se centró en Freetown, Sierra Leone, y Dakar, Senegal. Una vez en Freetown, varios de los evacuados fueron transportados a Dakar en aeronaves del AMC, donde abordaron aeronaves comerciales en ruta a otros destinos. Para el 6 de mayo de 1996, la misión del AMC estaba terminando: 94 misiones se habían efectuado para transportar 2,153 pasajeros y 2,148 toneladas cortas de carga. “Guardian Assistance” Para 1996, las hostilidades étnicas, rivalidades regionales y guerra civil habían azotado a los refugiados Hutu que habían salido de Ruanda en dirección de Zaire en 1994. Preocupación por su bien estar suscitó un esfuerzo humanitario para salvarlos. El AMC respondió con la Operación GUARDIAN ASSISTANCE, una contingencia rápidamente planificada que demostró una vez más la capacidad de las fuerzas para moverse rápidamente a cualquier parte del mundo. El concepto de operaciones para GUARDIAN ASSISTANCE incluía vuelos con abastecimiento aéreo en ruta desde Estados Unidos hasta Europa. La Base Aérea Rhein-Main en Alemania se designó como una posición de escalonamiento y una fuerza de tarea de aviones petroleros fue establecido en la Base Aérea Morón en España. Después de ser reabastecidos con combustible sobre el Mediterráneo, los transportes aéreos descargarían en Africa central. Una vez descargadas, las aeronaves procederían a Mombasa, Kenia, para reabastecerse de combustible antes de regresar a Europa. El plan para GUARDIAN ASSISTANCE era similar al plan para la Operación SUPPORT HOPE, que había ayudado a los refugiados Hutu en 1994. Este también se había estructurado en el concepto de escalonamiento en Europa, desembarco en Africa central y vuelos de regreso desde Africa oriental. El personal del AMC comenzó a desplazarse a Entebbe,

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Uganda, y Mombasa el 19 de noviembre de 1996. Miembros del Elemento de Control de Transportes Aéreos Petroleros (TALCE) fueron asignados la tarea de administrar las operaciones de movilidad aérea desde Kigali, Ruanda, una posición principal para el desembarco. Los miembros del TALCE esperaron en Mombasa mientras que el gobierno de Ruanda aprobara las operaciones aéreas en Kigali. Para fines de noviembre, más de 200 personas del TALCE se había desplazado a Africa. Pero cuando no hubo aprobación diplomática para las operaciones en Kigali, el AMC redujo las fuerzas desplazadas, removiendo las últimas personas de Africa antes de las Navidades. El regreso ordenado de cientos de miles de refugiados Hutu a Ruanda puso coto a la necesidad de implementar GUARDIAN ASSISTANCE. Aunque no se efectuaron misiones directamente en apoyo de los refugiados Hutu en 1996, la rápida movilidad global habiá construido el puente aéreo requerido para sostener un posible esfuerzo humanitario en gran escala y mover fuerzas rápidamente a partes lejanas del mundo en apoyo de los objetivos de la política nacional. “Guardian Retrieval” A fines de marzo de 1997, se necesitó una vez más la rápida movilidad global en Africa. En Zaire, una guerra civil amenazaba la seguridad de ciudadanos estadounidenses residiendo en el área. En la Operación GUARDIAN RETRIEVAL, las Autoridades Nacionales de Mando (NCA) pidieron que el AMC desplazara fuerzas alrededor de Zaire en caso de que fuera necesario evacuar a los ciudadanos estadounidenses. Con la ayuda de una flota de aviones petroleros desplazados a la Base Aérea Morón en España, el AMC transportó una “fuerza inicial” compuesta de una Fuerza de Tarea Conjunta y fuerzas de operaciones especiales a Brazzaville, Congo y Libreville en Gabón. Para facilitar el movimiento, los grupos de AMC se desplazaron no sólo a Morón, Brazzaville y Libreville, sino también a la Isla de Ascensión, Bruselas en Bélgica y Yaoundé en Camerún. Para el término de la Operación GUARDIAN RETRIEVAL el 17 de abril, el AMC había efectuado más de 115 vuelos, transportando más de 1,200 pasajeros y 2,400 toneladas cortas de carga.

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Fundamentos de la Guerra Operacional C/M/S 500

Lección 7

Lectura E: “Comando Militar de Transporte Marítimo” Misión La misión del Comando Militar de Transporte Marítimo (MSC) es la de proporcionar transporte oceánico de equipo, combustible, abastecimientos y munición para sostener las fuerzas estadounidenses en tiempo de paz y de guerra según los requerimientos operativos dicten. Durante una guerra, más del 95 por ciento de todo el equipo y abastecimientos necesarios para sostener el militar estadounidense se transportan por medios marítimos. Las numerosas crisis internacionales en la década de los 1990 han recalcado la función vital del Comando Militar de Transporte Marítimo como el contribuidor principal en la ejecución de nuestra estrategia nacional. El comando opera buques para el apoyo de la flota de la Marina de Estados Unidos; proporciona apoyo de agencias gubernamentales estadounidenses mediante misiones oceánicos especiales; preubica abastecimientos y equipo militar estadounidense en alta mar y proporciona transporte de carga de defensa, tanto en tiempo de paz como en tiempo de guerra. Cinco Programas del MSC En tiempo de paz, el MSC opera aproximadamente 130 buques. El comando se organiza en torno a cinco programas principales:

• Fuerza Auxiliar de la Flota Naval

• Misión Especial

• Preubicación

• Introducción de Buques

• Transporte Marítimo Estos programas representan las operaciones principales del comando, en función de módulos independientes—cada uno estructurado de acuerdo con las necesidades de su propia base de clientela. PM 1: Fuerza Auxiliar de la Flota Naval La Fuerza Auxiliar de la Flota Naval o NFAF, dispone de más de 35 buques y proporciona apoyo directo para los buques combatientes de la Marina, permitiendo así que permanezcan en camino por períodos extendidos. Los buques de la NFAF desempeñan servicios de reabastecimiento en ruta para los grupos de batalla de la Marina y distribuyen comida, combustible, repuestos y munición. Algunos buques de la NFAF proporcionan servicios de remolque y de recuperación. Los buques de la NFAF son dotados por marineros

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del servicio civil y cada buque contiene departamentos de la Marina compuestos de entre cuatro y 45 personas. Las dotaciones civiles operan los buques y desempeñan el reabastecimiento en ruta, proporcionando además otros servicios logísticos a la flota. El personal militar proporciona apoyo de comunicaciones, coordinan operaciones de abastecimiento y efectúan operaciones con helicópteros militares. Además de las operaciones logísticas, la NFAF dispone de dos buques de hospital—USNS Comfort y JSNS Mercy—diseñados para proporcionar cuidados médicos de urgencia en posición para nuestras fuerzas participando en una contingencia o guerra. Estos grandes buques contienen 12 salas quirúrgicas y 1,000 camas. Por lo general, los buques de hospital se mantienen en un estado de limitada operación, pero pueden activarse, dotarse y desplazarse dentro de cinco días. Cuando tienen su elemento completo, cada buque dispone de 1,200 personal médico de servicio activo más 70 marineros del servicio civil. PM 2: Misiones Especiales El Programa de Misiones Especiales es el más pequeño de los cinco programas del MSC, compuesto de aproximadamente 30 buques. Los buques desempeñan una gran variedad de misiones altamente especializadas, incluyendo estudios oceanográficos, rastreo de misiles, estudios costaneros, apoyo de rescate de sumersión profunda y otras operaciones propias de la Marina. Los buques de misiones especiales incluyen buques que pertenecen al gobierno de Estados Unidos y naves contratadas, operadas por marineros del servicio civil o marineros empleados por compañías contratadas por el MSC. Los científicos y técnicos militares y civiles desempeñan las misiones singulares de los diversos buques. Los buques de misiones especiales proporcionan apoyo sumamente especializado para sus clientes y frecuentemente trabajan en las áreas más aisladas del mundo. PM 3: Preubicación El despliegue exitoso de fuerzas militares estadounidenses depende de la capacidad para reaccionar inmediatamente. En un mundo inestable donde las hostilidades regionales pueden estallar en cualquier momento, los buques preubicados del MSC ofrecen apoyo para una reacción militar rápida y poderosa por fuerzas estadounidenses en cualquier parte del mundo. El Programa de Preubicación dispone de 32 buques colocados estratégicamente y cargados de equipo y abastecimientos militares para las fuerzas del Ejército, Fuerza Aérea, Marina e Infantería de Marina de Estados Unidos.

• Doce buques del MSC comprenden la Fuerza Preubicada de Combate o CPF del Programa de Preubicación del MSC. Los buques portan suficiente equipo, comida, agua y otros abastecimientos para apoyar los elementos de dos divisiones pesadas del Ejército—hasta 34,000 personas—por hasta 30 días. Los buques de la CPF están ubicados cerca de Diego García, cerca de Guam y en el Golfo Árabe.

• Trece buques preubicados del MSC están específicamente diseñados para

transportar abastecimientos y equipo de la Infantería de Marina de EE.UU. Conocidos como Buques Marítimos Preubicados, se dividen en tres escuadrones.

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Cada escuadrón puede portar todo lo necesario para proporcionar apoyo de 30 días para una Brigada Expedicionaria de la Infantería de Marina con 17,300 efectivos de la Fuerza de Tarea Aeroterrestre de la Infantería de Marina.

• Siete buques comprenden el último componente principal del Programa de

Preubicación del MSC. Los Buques Preubicados de Logística contienen equipo para apoyar el combate de la Fuerza Aérea, un hospital de campaña de la Marina y los requerimientos de combustible de los servicios militares de Estados Unidos. Estos buques preubicados están asignados a los tres escuadrones de Buques Marítimos Preubicados.

Además de sus buques activados y a flote, el Programa de Preubicación del MSC supervisa dos buques de apoyo logístico de aviación, SS Wright y SS Curtiss. Estos buques proporcionan instalaciones móviles de mantenimiento para las aeronaves de la Infantería de Marina. Tanto el Wright como el Curtiss se mantienen en un estado de limitada operación y pueden activarse completamente dentro de cinco días. PM 4: Introducción de Buques El Programa de Introducción de Buques es responsable de supervisar las adquisiciones de buques del MSC, incluyendo traspasos de la flota Naval combatiente, nuevas construcciones y conversiones de buques existentes. Este programa es especialmente importante a medida que el MSC sigue adquiriendo buques de la Fuerza Logística para el Combate de operaciones Navales del servicio activo, adquisiciones en los cuales figuran 19 nuevos buques grandes para carga rodante, de mediana velocidad, conocidos como LMSR, para el año 2001. Los nuevos LMSR son parte de un programa de refinamiento estratégico del transporte marítimo en curso. En 1992, después de la Guerra del Golfo Pérsico, el Estudio de Requerimientos de Movilidad del Departamento de Defensa ordenado por el Congreso indicó la necesidad de unos 3 millones de pies cuadrados adicionales de transporte marítimo y 2 millones de pies cuadrados de transporte marítimo preubicado. Los 19 LMSR compensarán por esta deficiencia. Cinco LMSR son conversiones de buques comerciales y los otro 14 serán de nueva construcción. El Programa de Introducción de Buques también administra el programa de Rastros de Defensa Nacional (NDF) del Departamento de Defensa que extiende y mejora las capacidades marítimas militares de la nación. El programa de NDF aprobado por el Congreso costea la instalación de rasgos útiles militares en los buques de carga comercial bajo la bandera estadounidense—características como rampas y cubiertas reforzadas para la carga rodante y grúas de carga. En compensación por los fondos recibidos, los buques deben estar a la disposición del Departamento de Defensa, de ser necesario, durante una urgencia nacional. PM 5: Transporte Marítimo El Programa de Transporte Marítimo es responsable de una flota de petroleros y buques de carga seca que transportan carga del Departamento de Defensa durante tiempo de paz y de guerra. Además, el programa supervisa la activación y operación por el MSC de otros buques en reserva, incluyendo ocho Buques de Transporte Marítimo Inmediato y más de 90 buques de la Fuerza de Reserva en Alerta.

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Para el transporte marítimo durante sobrecargas repentinas, el MSC primero busca contratar buques de acuerdo con los mandatos de la ley. De no disponer de buques comerciales adecuados bajo la bandera de Estados Unidos, los Buques de Transporte Marítimo Inmediato o buques de la Fuerza de Reserva en Alerta pueden activarse. Los Buques de Transporte Marítimo Inmediato del MSC son los buques de carga más rápidos del mundo. Casi el largo de un portaaviones, los buques de carga rodante pueden ir a una velocidad de 30 nudos. En combinación, los ocho buques pueden portar el equivalente del equipo para una división mecanizada del Ejército. Dichos buques se mantienen en un estado de limitada operación y se pueden activar y zarpar en 96 horas. La Fuerza de Reserva en Alerta (RRF) comprende una flota de 94 buques de reserva mantenidos y dotados por la Administración Marítima y que puede activarse en cuatro, cinco, 10 o 20 días. Cuando han sido activados, los buques de la RRF caen bajo el control operacional del Comando Militar de Transporte Marítimo. La RRF incluye buques de carga rodante, buques de transbordo, barcazas, buques de grúas auxiliares, petroleros y dos buques de transporte de tropas para los requerimientos marítimos de sobrecarga repentina. Debido a sus configuraciones, los buques de la RRF están capacitados para manejar equipo militar sobre tamaño. La carencia de buques de carga rodante en el mercado comercial de Estados Unidos da aún más importancia a la RRF. Se espera que la RRF aumente su total a 100 buques con la adición de cinco buques de carga rodante adicionales y un buque de grúa auxiliar para el año 2000. Los buques de la RRF se ubican alrededor de Estados Unidos, cerca de puertos de carga militar para proporcionar reacciones rápidas a los requerimientos de la fuerza militar. El MSC administra el movimiento de carga seca durante operaciones en tiempo de paz con aproximadamente 12 buques comerciales contratados de la industria privada. En tiempo de guerra o crisis, el MSC puede contratar más buques de carga seca para extender las capacidades del transporte marítimo. El movimiento de combustible durante tiempo de paz también es llevado a cabo por buques contratados. Aproximadamente 10 petroleros contratados portan combustible del Departamento de Defensa a los depósitos militares de Estados Unidos alrededor del mundo y el MSC programa la distribución de combustible a las instalaciones del gobierno federal en partes aisladas del mundo que normalmente no reciben abastecimientos de petroleros comerciales. Por casi 40 años, el MSC ha proporcionado combustible a la Estación McMurdo de la Fundación de Ciencia Nacional en Antártica, donde uno de los petroleros contratados del MSC es escoltado por el buque rompehielos de la Guardacostas Estadounidense. El proyecto petrolero del MSC también proporciona servicios de combustible para las instalaciones gubernamentales federales en Alaska, contratando remolques y barcazas que entregan combustible a secciones aisladas del estado en grandes bolsas plásticas flotantes.

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Cada año, aproximadamente 6 millones de toneladas de productos de petróleo se distribuyen a las instalaciones y buques del Departamento de Defensa alrededor del mundo. El MSC expone más información sobre la organización en su página cibernética www.msc.navy.mil/default.htm.

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(ESTA PÁGINA SE HA DEJADO EN BLANCO INTENCIONALMENTE).

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Lección 7

Lectura F: “Transporte Marítimo: Equilibrio entre Estrategia y Capacidad”

por Teniente Coronel Bradley E. Smith, Ejército de EE.UU.

De ser “la guerra sólo la continuación de la política usando otros medios” según Carl von Clausewitz, entonces se puede considerar que la capacidad de emplear “otros medios” (la guerra) debe ser cónsona con la política del estado para evitar un desastre. Si una nación tiene una política de desplazamiento avanzado, como es el caso para Estados Unidos, la capacidad para librar guerra debe incluir unidades de combate y la capacidad para desplazarlas al frente y sostenerlas cuando lleguen allí. En la actualidad, Estados Unidos no tiene esa capacidad en la magnitud requerida. Carece de suficiente transporte marítimo. Por consiguiente, la política estadounidense se debería cambiar o la capacidad bélica—incluyendo transporte—se debería aumentar para conformar con la política. El transporte aéreo no es una solución. Más del 95 por ciento de la carga seca y el 99 por ciento de la carga líquida requeridos para sostener las fuerzas de combate deben transportarse en medios marítimos. Hasta que podamos definir cuáles serían esos medios, a nuestra diplomacia le falta dientes. Los desequilibrios entre las obligaciones y las capacidades han existido durante toda la historia de Estados Unidos. Nuestros líderes desarrollaron una política extranjera y el militar respondió con estrategias—a veces sin recursos—para apoyar los objetivos. Por consiguiente, nuestras Fuerzas Armadas se han empeñado en guerras sin estar preparadas y la nación ha pagado un alto precio por ello. Antes de las Guerras Mundiales y la Guerra de Corea, Estados Unidos persiguió iniciativas diplomáticas agresivas y a veces provocativas, aun cuando nuestros líderes sabían que no estabamos capacitados para responder inmediatamente con las fuerzas militares. Vietnam fue una anomalía—teníamos la superioridad en cuanto a la potencia de fuego pero carecíamos de voluntad. Durante la Guerra Fría, lo hicimos bien. Nuestra obligación diplomática conformaba con la capacidad militar. Suscitó el colapso económico y político de la infraestructura soviética. En la actualidad, Estados Unidos está cada vez más involucrado en situaciones alrededor del mundo, pero nuestra capacidad militar no está al par de las obligaciones. En ningún otro momento ha estado el ritmo de las operaciones de tiempo de paz más alto y las buenas intenciones de las misiones de ayuda nos han involucrado profundamente en los asuntos de otras naciones, más de lo que habíamos considerado. Nos retiramos de Somalia después de que el preció subió demasiado. Estabamos supuestos a estar en Bosnia por menos de un año, sin embargo, todavía estamos allí y existe una posibilidad de que la situación escale. Nuestra reducida estructura de fuerza y reducción de otros recursos naturales, tal como la marina mercante, en comparación con las aumentadas obligaciones diplomáticas alrededor del mundo, han creado una dicotomía de política y medios. Con una reducida presencia avanzada, debemos aumentar nuestra capacidad para movilizar la fuerza basada en Estados Unidos. De no ser éste el caso, es posible que la pérdida de vidas inicialmente sea extensa y el pueblo estadounidense no lo toleraría.

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Hace poco tiempo, Estados Unidos era una potencia marítima comercial formidable. El gobierno dependía de la marina mercante para la proyección de poder, como una cuarta extensión de nuestra defensa nacional. A partir de septiembre de 1996, el segmento marítimo de nuestra marina mercante comprendía solamente 281 buques activos entre las 12.7 millones de toneladas de carga bruta. Estados Unidos ocupaba el 11o. lugar en el mundo en cuanto a toneladas de carga bruta y el 24o. lugar en cuanto al número de buques. En 1995, nuestra flota cargaba sólo el 3.2 por ciento de todo el comercio marítimo al exterior. Estas cifras son sumamente inquietantes en vista de que en 1950 teníamos una flota de 1,224 buques, o sea, una reducción de más del 77 por ciento a la postre de la Guerra de Corea. No debemos pensar que otros países van a satisfacer nuestros requerimientos de transporte estratégico ni que van a luchar con nosotros hombro a hombro. La Operación Desert Storm demostró que otros países nos permitirán intervenir cuando es beneficioso para ellos, pero algunas naciones que dependían del petróleo árabe no hicieron mucho para defender sus intereses. Debemos poder proteger nuestros propios intereses y esto precisa de más buques. Se requiere una metodología equilibrada para considerar la estructura de la fuerza, incluyendo la capacidad de aumentar el transporte, para prestar credibilidad a nuestra estrategia de seguridad nacional. Si seguimos demostrando que podemos hacer más de lo que realmente podemos hacer, los posibles adversarios descubrirán nuestras vulnerabilidades y las explotarán. Debemos administrar las estrategias militar y diplomática de manera que sean cónsonas. Los Peligros Más Adelante Las amenazas a los intereses vitales de Estados Unidos en el siglo 21 son numerosos y muchos de ellos pueden ser imprevistos. Las vulnerabilidades de nuestra infraestructura de información son cada vez más obvias. El terrorismo, junto con la proliferación de armas de destrucción y entorpecimiento masivas y la propagación del nacionalismo extremista musulmán en el Medio Oriente y otras partes del mundo, son algunos ejemplos de esto. El futuro de Rusia está rodeado de incertidumbre y la seguridad de los sistemas de misiles balísticos intercontinentales desatendidos de la anterior Unión Soviética es cuestionable. Las relaciones de Estados Unidos y la China están llenas de puntos altos y bajos, parecidas a una montaña rusa, en un momento en que la China está gozando del crecimiento económico y está moviéndose hacia un estado de superpotencia. Los desacuerdos sobre las fronteras e islas a través de Asia Oriental crean posibles situaciones volátiles. Corea sigue siendo una bomba a punto de estallar. Ya hemos estado involucrados en Africa y el Caribe. Este no es el momento para dejar que nuestra política exceda nuestros recursos. Nuestros líderes están vacilando entre cumplir con las obligaciones domésticas o cumplir con las obligaciones en el exterior. La prosecución de la agenda de la política exterior de Estados Unidos “en forma barata” significa que perjudicamos nuestros intereses a medida que tratamos de sobreextendernos a niveles sumamente altos de riesgos inaceptables. En el pasado, justificamos esta sobreextensión haciendo más con menos—una metodología que no fue fructífera antes de las Guerras Mundiales y la Guerra de Corea. Debido a la falta de transporte, hoy enfrentamos una situación similar. Rompimiento con el Pasado

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Estados Unidos está en un punto fundamental en su historia. Nuestra política diplomática no debe verse frustrada por limitaciones militares. El militar sólo puede aumentar la potencia de combate existente hasta cierto punto sin enfrentar gastos presupuestarios adicionales. Los ahorros en la infraestructura debido al cierre de bases para financiar los esfuerzos de modernización necesarios para nuestra futura seguridad son limitados y sujetos a los intereses políticos locales. Son nuestros líderes civiles que deben decidir el tamaño y tipo de fuerza que podemos mantener políticamente y organizar la estrategia de seguridad nacional de acuerdo con la fuerza. Esto es un asunto de políticos, que deben considerar los asuntos más grandes de prioridades de fondos, estrategias económicas y prosperidad doméstica, aunque las fuerzas militares deberían asumir la función importantísima de asesor. Debemos generar los medios con los cuales se emplea la potencia militar en apoyo de nuestra diplomacia. Sin embargo, un aumento en las misiones de mantenimiento de paz y fortalecimiento nacional, por ejemplo, precisan de una mayor capacidad logística en la política nacional y al final exigirán cambios en nuestra estructura militar. Empero, está claro que debemos abandonar la idea de que las divisiones de por sí significan potencia de combate. Las consideraciones estratégicas, incluyendo la capacidad para un aumento de transporte, son imprescindibles para el empleo de la potencia de combate. La estructura de nuestra fuerza durante la Guerra Fría estaba diseñada para contrarrestar exitosamente la amenaza soviética, pero ahora enfrentamos retos más diversos y nebulosos a nuestros intereses vitales. Necesitamos fuerzas militares que son móviles para responder en cualquier momento y lugar, pero no demasiado enfocado o estacionario. Las fuerzas basadas en la vanguardia y el equipo preubicado en la playa o a flote son enunciados políticos de la determinación política, pero pueden no estar en el lugar apropiado o tener la fuerza suficiente para cumplir con la tarea. El poder global no existe sin el alcance global. Debemos recordar que una gran parte del combate es el transporte estratégico. Sin ello no podemos lograr una maniobra predominante estratégica ni mover nuestras fuerzas del puesto al pozo de tirador. Si bien es cierto que en septiembre de 1996 20 vuelos transportaron una brigada pesada (dos batallones blindados y un batallón de infantería mecanizada) a Kuwait en 96 horas, el equipo blindado ya se encontraba ubicado en el país. Éste no siempre será el caso. El transporte aéreo no puede satisfacer los requerimientos singularmente. Debemos desarrollar una capacidad de sobrecarga repentina para transportar un Cuerpo de Ejército además de dos Fuerzas Expedicionarias de la Infantería de Marina (MEF) en un solo transporte a cualquiera parte del mundo. Las 82a. y 101a. divisiones pueden satisfacer este requerimiento con medios aéreos pero requerirán sostenimiento de medios marítimos. Esto requerirá cambios en las prioridades presupuestarias. La capacidad de desempeñar una proyección de poder tiene un valor inherente de disuasión que puede equilibrar en parte la existencia de una fuerza militar más pequeña. Los programas preventivos de defensa no conservarán la paz si no podemos colocar una potencia de combate superior sobre el terreno rápidamente o por lo menos amenazar hacerlo con credibilidad. El transporte masivo dará a los líderes de nuestra nación una ventaja no nuclear. Puede constituir la ventaja diplomática que necesitamos. La capacidad visible de efectuar desplazamientos masivos con rapidez puede prevenir una guerra, instando precaución en los posibles adversarios. Durante momentos de crisis o conflictos inminentes, el despliegue de una fuerza superior es un indicio de intención. Será difícil convencer a las potencias soberanas formidables si no podemos desplegar la fuerza con los buques disponibles.

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El método estadounidense de librar guerra ha sido uno de concentración y maniobra. Napoleón recalcó la importancia de lograr superioridad de potencia de combate en el momento y la hora críticos. La concentración de fuerza precisa del movimiento. Quizás tengamos que luchar contra un enemigo superior en cuanto al número de efectivos, pero aún así podemos lograr superioridad local en las áreas críticas. Sin embargo, primero debemos llegar a esa área crítica en el teatro de operaciones con suficiente fuerza para establecer los términos de la batalla. El resultado final del proceso de “determinar el tamaño apropiado” es poder disponer de las tropas y el equipo apropiados y, de mayor importancia, poder desplazarlos inmediata y simultáneamente. De esa manera puede ser que no tengamos que luchar. Esa es la lección estratégica. Debemos siempre parecer demasiado fuerte para que nos reten—y eso no se debe solamente a cantidad de efectivos y esfuerzos modernos y sofisticados, sino que debe incluir el aumento de nuestras capacidades marítimas para permitir el empleo inmediato de la estructura de fuerza que exista en cualquier momento dado. Las opciones flexibles de disuasión dependen del transporte estratégico. De dos MEF, cada una puede consistir en un escuadrón aéreo, un grupo de apoyo de servicio de la fuerza y una división con tres brigadas. La 3a. División de Infantería de Marina en Okinawa dispone de sólo cuatro batallones de infantería en una estación pero con el costo de una división de tamaño regular. Las MEF efectúan desembarcos desde el mar y pueden ser seguidas por el Ejército. Por esa razón, debemos retener la capacidad para efectuar asaltos anfibios con por lo menos una MEF en un sólo transporte. El Ejército debe tener la capacidad para mover, simultáneamente, por lo menos cinco divisiones pesadas, dos comandos de apoyo de cuerpo de ejército (COSCOM) y dos cuarteles generales de cuerpo de ejército, además de la inserción inicial de divisiones aerotransportadas y aeromóviles. Debemos retener las divisiones aerotransportadas y aeromóviles en la estructura de la fuerza, pero sólo necesitamos una división ligera adicional. Debemos recordar las lecciones aprendidas en Mogadishu—debemos poder colocar equipo blindado en cualquier terreno adecuado para vehículos de oruga. De haber dispuesto de suficientes medios de transporte durante la Guerra del Golfo Pérsico, la 82a. Aerotransportada no hubiera estado aislada por tanto tiempo. Podemos transportar fuerzas ligeras rápidamente con medios aéreos para demostrar nuestra intención y dedicación nacional, pero las fuerzas pesadas que demuestran superioridad deben llegar en medios marítimos poco después o nuestros posibles adversarios no vacilarán antes de atacar a nuestras fuerzas ligeras. Las tres brigadas divisionarias de infantería ligera se pueden usar para fines de apoyo humanitario o paz y como agregaciones para las fuerzas pesadas de seguimiento. El despliegue de helicópteros por medios aéreos estratégicos es posible pero requiere el empleo de escasos recursos críticos y es vulnerable a ataques por medios blindados hasta que se finalice la concentración de fuerzas. El método preferido de despliegue es el portaaviones, que puede llevarlos lo suficientemente cerca del teatro de operaciones para permitir un despliegue a las áreas tácticas de concentración. Otros medios de transporte pueden proporcionar apoyo aéreo adicional solicitado por tropas de la Infantería de Marina y soldados en la playa. Sin embargo, aún necesitamos el tipo y número apropiado de buques para poder desembarcar los medios blindados rápidamente, en alta concentración, y sostenerlos. Además del transporte adicional, la Marina requiere un buque arsenal para proporcionar fuegos en profundidad para las fuerzas terrestres o asaltos punitivos. También necesitamos numerosos buques más pequeños para efectuar bloqueos y para escoltar buques logísticos en aguas peligrosas. La Marina debe mantener su hospital flotante, construir más barreminas de

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aguas de poca profundidad y desarrollar más submarinos anti-diesel eléctricos para áreas de aguas de poca profundidad. Dados los intereses domésticos rivales, el Departamento de Defensa (DOD) puede disponer de menos recursos en el futuro. Los recortes no pueden seguir indefinidamente. En cualquier área del mundo donde tenemos fuerzas militares empeñadas, es difícil imaginar tener menos de dos cuerpos de ejército y dos MEF para controlar situaciones volátiles en dos regiones geográficas diferentes. Esto es lo mínimo que podemos tener, en cuanto al tamaño de la fuerza disponible, para poder desplazarla rápidamente en medios marítimos. Transporte de la Fuerza Los dos cuerpos de ejército ficticios—consistiendo en tres divisiones blindadas, dos divisiones de infantería mecanizada y dos COSCOM—junto con las divisiones aerotransportada y aeromóvil y dos MEF no se pueden desplazar en un solo despliegue con los buques disponibles en la actualidad. El Estudio de Requerimientos de Movilidad ordenado por el Congreso para desplazar “una brigada ligera en cuatro días; una división ligera en 12 días; una brigada a flote en 15 días; dos divisiones pesadas en 30 días y un cuerpo de ejército de contingencia con cinco divisiones en 75 días” a cualquiera parte del mundo puede ser un ejemplo de muy poco, muy tarde. Sin embargo, para poder hacer eso, se requiere un mínimo de ocho buques rápidos de transporte marítimo (FSS), 19 buques de velocidad media de carga rodante (LMSR) y 21 buques de carga rodante (RORO) para transportar la fuerza al teatro de operaciones. Estas metas probablemente no se lograrán en el futuro cercano, dadas las limitaciones presupuestarias corrientes y futuras. Un metodología sistemática que identifica todos los requerimientos de transporte marítimo para las fuerzas terrestres, y el total de los recursos marítimos en existencia resulta en conclusiones menos optimistas, según se expone a continuación:

• Los requerimientos de carga seca durante períodos de sobrecarga repentina se deben calcular para la fuerza ficticia de cinco divisiones pesadas del Ejército, dos COSCOM y dos MEF. Los requerimientos son reglamentarios en términos de buques LMSR y contenedores de apoyo de sostenimiento (NSSCS).

• Las capacidades marítimas existentes deben contarse y convertirse en cifras

equivalentes a los LMSR y NSSCS para fines de comparación. Debido a que hay poca uniformidad en la construcción de buques en Estados Unidos, es necesario disponer de estos equivalentes. Además, la Infantería de Marina debe disponer de transportes anfibios para efectuar operaciones de entrada forzosa y éstos se deben incluir en las capacidades de transporte estratégico.

• Los requerimientos de petróleo a granel se deben examinar.

La metodología corriente tiene varias deficiencias. Parece poner en términos fáciles de entender un sistema logístico complicado e interdepediente sin analizar minuciosamente todos los factores. La metodología presume la disponibilidad de 100 por ciento de los buques, lo cual no es práctico ya que habrá pérdidas por inutilización mecánica, sabotaje o interdicción enemiga. Además, el sostenimiento subsiguiente no se cuantifica. Es verdad que los buques empleados para la sobrecarga repentina se pueden descargar y regresar, pero eso toma tiempo. Una gran parte del Programa de Seguridad Marítima (MSP)—los buques de contenedor—es idónea para el sostenimiento desde el comienzo.

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Hasta este punto, este artículo no se ha referido a las necesidades de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Los medios estratégicos aéreos pueden operar desde la base de pertenencia y no necesitan transporte repentino. El apoyo aerotáctico inicial será provisto por los escuadrones de la Infantería de Marina y de los portaaviones. Las necesidades del apoyo aerotáctico subsiguiente dependerá de la hora y posición de su inserción, pero realmente no podría consistir en menos de cinco escuadrones y tendría que ser calculado por la Fuerza Aérea, de acuerdo con su doctrina. Sin embargo, está claro que requeriría una capacidad significativa de carga seca y petróleo a granel adicional. Cálculo de los Requerimientos de Carga Seca para la Sobrecarga Repentina Después de calcular estos requerimientos, se necesita el equivalente de 52 LMSR y tres NSSCS para mover en un transporte los dos cuerpos de ejército ficticios del Ejército. Los buques podrían cargarse para el combate para mantener la integridad de la división, pero el equipo de COSCOM tendría que dividirse entre los buques para obtener el 75 por ciento de la capacidad de carga. Los requerimientos de transporte para las dos MEF ficticias incluyen el transporte anfibio requerido para el asalto de playa. En la actualidad, la Marina dispone de 36 buques anfibios en la estructura de la fuerza, lo que casi puede apoyar los asaltos de playa de una MEF. Además, el equivalente de 25 LMSR y dos NSSCS se necesitarían para el movimiento del escalón de seguimiento. El total de los requerimientos de transporte para mover las fuerzas ficticias del Ejército y de la Marina es el equivalente de 77 LMSR, 36 buques anfibios y cinco buques de contenedor. Se necesitaría más del doble de buques anfibios si dos fuerzas expedicionarias fueran a efectuar operaciones de asalto de playa. El próximo paso en calcular la deficiencia del transporte es calcular las capacidades existentes. Cálculo de las Capacidades de Transporte Marítimo Existentes El transporte marítimo disponible en la actualidad y útil para fines de sobrecarga repentina es el equivalente de 35 LMSR y ocho NSSCS, según se demuestra en la figura. El MSP proporciona subvenciones a 10 transportes comerciales para mantener 47 buques disponibles en tiempo de guerra y emergencia nacional—similar al programa de la Flota Aérea de la Reserva Civil (CRAF) con las aerolíneas. De estos 47 buques, 41 son buques de contenedor de tamaño mediano y grande y lanchones a bordo del buque (LASH). Debido a su gran volumen, son equivalentes a 84 NSSCS. Los buques de contenedor proporcionan una capacidad de sostenimiento subsiguiente y los lanchones son ideales para portar municiones. Depósitos marítimos se podrían usar en células de contenedores para crear cubiertas para los vehículos de oruga y carga rodante, pero otros buques de contenedor serían necesarios para el reabastecimiento. El resto del MSP cuenta con tres RORO y tres transportes de camiones y carros que tienen la capacidad del equivalente de cinco LMSR. Los transportes de camiones y carros no son buenos desde la perspectiva del combatiente—sus cubiertas bajas y limitaciones de peso por pulgada cuadrada restringen en gran medida el tipo de equipo que se puede cargar. Los transportes absorben todos los camiones y remolques ligeros del cuerpo de ejército y crean un gran desafío para los medios de mando y control en el teatro de operaciones. La integridad de la unidad es destruida y es imposible embarcar la fuerza en una configuración de combate.

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Las unidades que participaron en Desert Storm enfrentaron estos problemas y también durante el redespliegue del VII Cuerpo de Ejército en tiempo de paz a Europa. Debemos abandonar los transportes de camiones y carros. La Administración Marítima mantiene 219 buques no activos en su Flota de Reserva para la Defensa Nacional (NDRF). Salvo por los 94 buques en la NDRF que se mantienen en alto estado de mantenimiento y llamados la Fuerza de Reserva en Alerta (RRF), la NDRF es inútil para fines militares. Lo normal abarca condiciones de mantenimiento deficientes y generadores de energía tan antiguas que sería difícil encontrar dotaciones capaces de trabajar con ellos. Lo más que se puede esperar es que sirva como un punto flotante para la canibalización de repuestos. Sin las consideraciones de dotación o mantenimiento, la RRF idealmente puede proporcionar el equivalente de 16 LMSR. La RRF se mantiene en un estado más alto de listeza—capaz de activarse en cuatro, cinco, 10 y 20 días. Sin embargo, no se dispone de la capacidad entera. En primer lugar, Desert Storm recalcó el hecho que la RRF no se está manteniendo de acuerdo con las normas. Mantenimiento sin fondos de años pasados resultó en desplazamientos tardes para 33 de las 44 activaciones. En segundo lugar, algunos de los buques tienen poco valor militar, tales como los transbordadores y transportes de tropas anticuadas designadas para el uso de la Agencia Federal para la Administración de Urgencia en caso de crisis domésticas. En tercer lugar, no hay suficientes marineros estadounidenses para dotar la flota mercante y la RRF. Durante Desert Storm, sólo 42 de los buques se pudieron activar debido a las limitadas de tripulaciones. Sin embargo, la RRF tiene gran valor militar. Los buques de grúa y de transporte pesado se deben mantener para las contingencias que requieren desembarco mar adentro, logística en la playa y desembarco en puertos desarrollados/dañados/destruidos. Los buques más útiles para la mayoría de los escenarios serían los 31 RORO y los 10 buques petroleros, que fueron los que se pudieron dotar hace siete años. En la actualidad se dispone de menos hombres para dotarlos. En condiciones ideales, la RRF podría contribuir el equivalente de 14 LMSR con el RORO y proporcionar el apoyo valioso de petrolero. El Comando Militar de Transporte Marítimo (MSC) controla 13 buques en Escuadrones Marítimos Preubicados (MPSRON 1, 2 y 3), ocho buques rápidos de uso común y 12 buques en la Reserva de Guerra del Ejército (AWR-3) preubicados a flote, o sea, el equivalente de 16 LMSR y 8 NSSCS. La otra parte de la flota activa del MSC directamente apoya las operaciones de la Marina de EE.UU. y no está disponible para apoyar los desplazamientos de fuerzas terrestres. Requerimientos de Petróleo a Granel El petróleo a granel presenta ciertos desafíos significativos. En primer lugar, los únicos buques petroleros dedicados a la sobrecarga repentina para el teatro de operaciones y al sostenimiento son los 10 petroleros en la RRF con una capacidad total de 2.1 millones de tambores—suficiente para sostener la fuerza terrestre ficticia por sólo 14 días. No podemos contar con abastecimientos preubicados porque pueden estar en otro lugar. Los buques anfibios portan algunos combustibles a granel para la Infantería de Marina, pero estos abastecimientos no durarán por mucho tiempo. La Marina dispone de buques petroleros, pero su misión principal es dar apoyo a las operaciones en alta mar. De desviar buques petroleros comerciales para apoyar las operaciones militares, podría haber resistencia por embarcadores, transportadores y clientes. El comercio mundial sería afectado.

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Para sostener la fuerza terrestre ficticia que consume 153,700 tambores de petróleo a granel por día, es necesario disponer de una flota de petroleros capaces de transportar 4.9 millones de tambores, dado un ciclo de 32 días para cargar, ir, descargar y regresar. En la actualidad, sólo existe un 43 por ciento de esta capacidad en la RRF. Bajo condiciones ideales, podríamos encontrar refinerías más cerca del teatro de operaciones, lo cual reduciría el tiempo de ida y vuelta y los requerimientos de transporte líquido, pero no podemos contar con esta condición. Una flota de petroleros que puedan cargar 4.9 millones de tambores es la cantidad mínima requerida. Esto no incluye una capacidad perdida debido a daños, destrucción o inutilización de los buques. También se basa en la premisa de buenas condiciones meteorológicas para que los buques puedan llegar a tiempo. Los cálculos para la Fuerza Aerotáctica no se han incluido en estos cálculos. Finalmente, la distribución sincronizada requiere que se establezcan depósitos de combustible temprano para permitir la ejecución de operaciones ofensivas. Eso requiere una capacidad de sobrecarga repentina que no existe en el presente. No sería de ningún beneficio que el equipo llegara al teatro de operaciones a tiempo cuando no hay combustible para apoyar y sostener las fuerzas terrestres. Aún con suficiente apoyo de buques petroleros, puede haber demoras en escenario táctico sobre la playa. Si bien la Marina activa efectúa ejercicios regularmente con sus sistemas de descarga de petróleo mar adentro, su homólogo en el Ejército, cuya misión es recibir el petróleo en la playa y almacenarlo en terminales tácticos de petróleo, ha transferido sus capacidades a la Reserva del Ejército de EE.UU. (USAR). Aunque la USAR puede desempeñar sus misiones asignadas, se pierde tiempo esperando la decisión política en cuanto a su activación y luego su preparación para el despliegue. Esta limitación demorará las operaciones en el teatro de operaciones. El Transporte Estratégico y la Estrategia Militar Nacional La comparación de requerimientos marítimos para mover la fuerza terrestre ficticia a los recursos existentes revela que necesitamos el equivalente a 77 LMSR pero sólo disponemos de 35, o sea, un 46 por ciento de nuestras necesidades serían satisfechas. La Infantería de Marina sólo dispone de la mitad de buques anfibios que necesitan para desembarcar dos MEF simultáneamente. Hay suficiente transporte de contenedores. La contribución principal del MSP es la capacidad de contenedores que proporciona, permitiendo el transporte de recursos de sostenimiento. Sin embargo, todavía carecemos de recursos para transportar petróleo a granel y descargarlo en la playa en teatros de operaciones austeras, donde se nos niega acceso a oleoductos comerciales. La solución de corto plazo para corregir las deficiencias del transporte marítimo es la compra del equivalente de 25 LMSR más de los 17 incluidos en los planes actuales de construcción, y debemos más que doblar la capacidad de transporte de petróleo a granel. Los críticos dirían que esto es excesivo. Pero estos buques se podrían usar regularmente y relevar alguna de la carga impuesta en los C-130, C-141, C-5 y C-17 de la Fuerza Aérea, ya que están poniéndose cada día más viejos estos aviones. Debido a que los costos de transporte en la superficie son más baratos por libra que el transporte aéreo, los ejercicios conjuntos y combinados alrededor del mundo y el ensayo de grandes unidades serían posibles nuevamente, y más frecuentes. Para facilitar el acceso de los comandantes tácticos a estos buques, el MSC podría desarrollar un programa similar a los procedimientos de la Misión

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Especial de Transporte Aéreo del Comando de Movilidad Aéreo (AMC), que han respondido bien a las situaciones cambiantes. La adecuada capacidad de transporte marítimo daría a las Autoridades Nacionales de Mando la opción de ordenar embarcaciones antes de una segunda guerra en un teatro de operaciones principal. Por lo tanto, una inquietud del Estado Mayor Conjunto—visibilidad total de recursos—sería cobrar credibilidad. En el presente, el problema es la supervisión de la concentración de poder de combate a medida que entra en el teatro de operaciones. Con la metodología de “un sólo transporte”, la fuerza llegaría a la playa casi simultáneamente. Cursos de Acción Alternos La solución ideal a largo plazo es la resurrección de nuestra marina mercante comercial como la cuarta rama de la defensa nacional. El Almirante Alfred T. Mahan recalcó que las grandes naciones son potencias de comercio mercante—no sólo por razón del comercio sino que también por sus aplicaciones militares. El renacimiento de nuestras industrias de mercantes comerciales es improbable en el futuro cercano, dados los factores complicados que existen en el mercado global. Por lo tanto, debemos proporcionar transporte estratégico con los buques bajo el control militar. Otra forma de garantizar acceso militar al transporte comercial sería seguir los pasos del AMC con el transporte aéreo para el transporte marítimo. La CRAF ha sido una empresa exitosa en los últimos años con más transporte aéreo disponible de lo que los planes de guerra indicaron necesario. La clave de este éxito fue la consolidación de todo transporte gubernamental bajo la Administración de Servicios Generales. La Ley “Fly America” reserva este comercio para las aerolíneas estadounidenses. Cualquier línea aérea que quería participar en esta empresa tenía que dedicar por lo menos el 30 por ciento de su flota (el doble del requerimiento anterior) a la CRAF antes de competir por rutas específicas. La empresa se convirtió en algo tan lucrativo que ninguna aerolínea pudo hacer caso omiso de ella. Nuestro gobierno también ha establecido leyes de preferencia marítima—la Ley de Transporte Militar de 1904—que da a los buques estadounidenses primera preferencia a toda la carga adquirida por el Departamento de Defensa. La Ley de Carga Predilecta de 1954 requiere que por lo menos el 75 por ciento de la carga gubernamental se transporte a bordo de buques estadounidenses, y la Resolución Pública 17 del 73o. Congreso reserva toda la carga del Banco de Exportación-Importación. Sin embargo, hay tantas excepciones a la legislación que el efecto y los beneficios para los transportes estadounidenses ha sido diluido. Necesitamos una ley de “Sail America” que no permite excepciones y vincule toda la carga gubernamental de Estados Unidos transportada por medios marítimos con la obligación de apoyar a nuestras fuerzas militares cuando sea necesario. La Ley de Seguridad Marítima de 1996 estableció el Programa de Acuerdos Voluntarios de Transporte Marítimo, lo cual fue un paso en la dirección apropiada, pero no fue suficiente. Un Grupo de Asesores para la Planificación Conjunta promueve el uso militar de la flota estadounidense y refina los vínculos cívico-militares, pero no incluye una obligación legal de dedicar los buques para fines de combate en cambio por acceso a carga gubernamental. La Marina podría adoptar una metodología similar a la de la Fuerza Aérea para instar que empresas privadas dediquen sus buques para servir los intereses de la nación. La política exterior (los fines) y las capacidades militares (los medios) deben estar equilibrados para que existan elementos de diplomacia y disuasión creíbles. Sólo el Congreso

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y el presidente pueden mitigar las diferencias entre “los fines” y “los medios” y sólo ellos pueden determinar el tamaño y tipo de fuerza que se puede sufragar. Si bien el DOD no puede confeccionar la política exterior, sí puede ayudar a definir los medios por los cuales se implementa la diplomacia. En primer lugar, maximiza la capacidad combatiente, asignando recursos y reduciendo así la brecha entre “los fines” de la política exterior y “los medios” militares. El aumentado transporte marítimo como parte integral del paquete para la división permitirá que se maximice la potencia de combate para transportar divisiones pesadas rápidamente y en grandes concentraciones. La proyección de poder aumenta la opción militar, aún con las reducciones adicionales de la fuerza que son inevitables. El DOD puede identificar los desequilibrios que existen entre las unidades de combate y el transporte estratégico requerido para obtener una verdadera potencia de combate. La Infantería de Marina ha logrado vincular sus requerimientos con sus pedidos presupuestarios mucho mejor de lo que el Ejército ha podido hacer. Sin embargo, ambos servicios deben proporcionar al Congreso propuestas más comprensivas para sus presupuestos que incluyan el transporte marítimo necesario para todos sus paquetes divisionarios o de MEF. En realidad, ¿cómo pueden justificar fondos para una división pesada que no llegará al teatro hasta seis meses después del inicio de hostilidades? Los funcionarios elegidos deben poder vislumbrar el futuro para las fuerzas terrestres. Cuando se vota por una capacidad completa, el efecto que tendrá sobre las obligaciones estará más claro. Los legisladores entonces tendrán mejor entendimiento de lo que están comprando. Las decisiones presupuestarias pueden ser más razonables si los tomadores de las decisiones permanecen enfocados en la entidad y no en las partes de la entidad. Cuando el DOD ofrece una multitud de diferentes programas, ningunos de los cuales tienen una relación obvia con los demás, los legisladores suelen recortar los programas porque no tienen un buen entendimiento de cómo un programa depende de otro. Se han recortado áreas de diferentes programas tanto en el pasado que ahora el meollo de estos programas está amenazado. Si la estructura de la fuerza debe reducirse mientras que sigue habiendo un desequilibrio entre la asignación de recursos, el país tendrá muchos problemas. La nación puede ganar de una defensa más fuerte que puede ser fortalecida no al distribuir más recursos sino al distribuir los recursos en forma diferente. Las obligaciones que hemos aceptado como un país requieren una estructura de fuerza más robusta, aunque eso es poco probable en la actualidad. Debemos compensar por esto proporcionando una capacidad de transporte. Ese será el primer paso para cambiar la forma en que nuestras estrategias nacional militar y de seguridad se desarrollan e implementan en el futuro.