brigada 21 nº 46

4
El pasado 26 de septiembre fallecía en su casa de Connecticut uno de los últimos protagonistas del Hollywood clásico, Paul Newman. Pocas estrellas nos quedan ya de esos años dorados de la Meca del cine: Kirk Douglas o Lauren Bacall, quizás. Paul Newman comenzó su andadura interpretativa a los 26 años, en 1951, cuando ingresó en la Escuela de Interpretación de Yale. De ahí pasó al mítico Actor’s Studio para completar su formación, donde coincidió con otras futuras estrellas como Marlon Brando, James Dean o Joanne Woodward, con quien más tarde se casaría. Tras un exitoso paso por Broadway, a mediados de los años 50 Paul Newman da su salto a la gran pantalla. Sus primeros años en Hollywood vienen caracterizados por una serie de papeles protagonistas en los que interpreta a personajes de carácter fuerte y atormentado y en los que también destaca su atractivo físico. Marcado por el odio, El zurdo, La gata sobre el tejado de zinc , La ciudad frente a mí , El largo y cálido verano, Éxodo, El buscavidas, Dulce pájaro de juventud o Hud son algunos de los títulos que lanzaron a Paul Newman al estrellato durante la segunda mitad de los años 50 y la primera mitad de los 60. A partir de ahí, el actor, ya cuarentón, comienza a recibir otros papeles de protagonista más maduro, menos impulsivo, más experto, pero no por ello exento también de carácter y personalidad. Paul Newman se consolida como gran y polifacético intérprete en títulos como El premio, Cortina rasgada, Harper, investigador privado o La leyenda del indomable, los filmes que lo llevan hasta las dos películas cumbre de su carrera cinematográfica, Dos hombres y un destino (1969) y El golpe (1973), ambas dirigidas por George Roy Hill y coprotagonizadas por Robert Redford. Después de esto, la carrera de Paul Newman comienza a languidecer, con títulos menos destacados y papeles menos importantes. A la misma vez, el actor debuta como director en proyectos más personales y menos comerciales. Homenaje a Paul Newman Sin embargo, si algo hay destacable en la trayectoria cinematográfica de Paul Newman en estos años es su vuelta en 1986, de la mano de Martin Scorsese, al papel de Eddie Felson, el fracasado jugador al que ya dio vida en El buscavidas , en la cinta El color del dinero. Una interpretación, que tras años de injusto olvido por la Academia de Hollywood, le supuso su único Oscar como actor principal. Además de por su calidad como actor, Paul Newman también ha sido un caso extraño en Hollywood por su carácter y forma de ser: demócrata progresista declarado, filántropo que donó la enorme fortuna ganada con unas salsas de tomate que llevan su nombre a obras de caridad por completo, amante de los deportes, la velocidad y el riesgo que nunca se dejaba doblar en las escenas de acción, casado felizmente en segundas nupcias con Joanne Woodward en 1958 hasta el fin de sus días,… En definitiva, todo un grande del mundo del celuloide, como actor y como persona, que nos ha dejado pero al que siempre mantendremos vivo a través de sus películas. José Alfonso Rueda Jiménez 1 Paul Newman 2 El Drácula cordobés 3 El castañazo 3 Espartaco 4 La animación, un mal menor (II) 46 Noviembre 2008

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Revista de la Asociacion Cultural Forajidos. Noviembre-Diciembre 2008.

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Page 1: Brigada 21 nº 46

El pasado 26 de septiembre fallecía en

su casa de Connecticut uno de los

últimos protagonistas del Hollywood

clásico, Paul Newman. Pocas estrellas

nos quedan ya de esos años dorados

de la Meca del cine: Kirk Douglas o

Lauren Bacall, quizás.

Paul Newman comenzó su andadura

interpretativa a los 26 años, en 1951,

cuando ingresó en la Escuela de

Interpretación de Yale. De ahí pasó al

mítico Actor’s Studio para completar su

formación, donde coincidió con otras

futuras estrellas como Marlon Brando,

James Dean o Joanne Woodward, con

quien más tarde se casaría.

Tras un exitoso paso por Broadway, a

mediados de los años 50 Paul Newman

da su salto a la gran pantalla. Sus

primeros años en Hollywood vienen

caracterizados por una serie de papeles

protagonistas en los que interpreta a

personajes de carácter fuerte y

atormentado y en los que también

destaca su atractivo físico. Marcado por

el odio, El zurdo, La gata sobre el

tejado de zinc, La

ciudad frente a mí, El largo y cálido

verano, Éxodo, El buscavidas, Dulce

pájaro de juventud o Hud son algunos

de los títulos que lanzaron a Paul

Newman al estrellato durante la segunda

mitad de los años 50 y la primera mitad

de los 60.

A partir de ahí, el actor, ya cuarentón,

comienza a recibir otros papeles de

protagonista más maduro, menos

impulsivo, más experto, pero no por ello

exento también de carácter y

personalidad. Paul Newman se consolida

como gran y polifacético intérprete en

títulos como El premio, Cortina

rasgada, Harper, investigador privado o

La leyenda del indomable, los filmes que

lo llevan hasta las dos películas cumbre

de su carrera cinematográfica, Dos

hombres y un destino (1969) y El golpe

(1973), ambas dirigidas por George Roy

Hill y coprotagonizadas por Robert

Redford.

Después de esto, la carrera de Paul

Newman comienza a languidecer, con

títulos menos destacados y papeles

menos importantes. A la misma vez, el

actor debuta como director en proyectos

más personales y menos

comerciales.

Homenaje a Paul NewmanSin embargo, si algo hay destacable en

la trayectoria cinematográfica de Paul

Newman en estos años es su vuelta en

1986, de la mano de Martin Scorsese,

al papel de Eddie Felson, el fracasado

jugador al que ya dio vida en El

buscavidas, en la cinta El color del

dinero. Una interpretación, que tras años

de injusto olvido por la Academia de

Hollywood, le supuso su único Oscar

como actor principal.

Además de por su calidad como actor,

Paul Newman también ha sido un caso

extraño en Hollywood por su carácter y

forma de ser: demócrata progresista

declarado, filántropo que donó la enorme

fortuna ganada con unas salsas de

tomate que llevan su nombre a obras de

caridad por completo, amante de los

deportes, la velocidad y el riesgo que

nunca se dejaba doblar en las escenas

de acción, casado felizmente en

segundas nupcias con Joanne

Woodward en 1958 hasta el fin de sus

días,…En definitiva, todo un grande del mundo

del celuloide, como actor y como

persona, que nos ha dejado pero al que

siempre mantendremos vivo a través de

sus películas. José Alfonso

Rueda Jiménez

1 Paul Newman2 El Drácula cordobés

3 El castañazo3 Espartaco

4 La animación,un mal menor (II)

Continuando con el artículo que comenzé en el númeroanterior, cruzamos el charco, y pasamos por EstadosUnidos.De Disney no hay mucho que hablar, puesdesde que se creara el ambicioso proyecto«Blancanieves» (1937), que marcó el camino a seguirpor la industria mundial de la animación, Disneycontinuó en sus trece aterrorizando alpúblico infantil con películassentimentales, en las que cualquieranimalito del bosque podría ponersea cantar en cualquier momento.

La gran factoria Disney empezó atambalearse con el cambio de siglo,ellos más preocupados en elmarketing y la venta de figuras,camisetas y hasta papel higiénico decualquiera de sus películas, cambiaronel arte por una calculadora y salvo algún«genio» como Tim Burton, del resto de sustrabajadores sólo salieron buenos dibujantes (algunosde ellos, de los mejores). Cualquier persona que hatrabajado en Disney, y yo he conocido a unos cuantos,podría contaros una historia parecida a esta que osacabo de contar aquí.

Respecto a Tim Burton, que creó el fascinantemusical «Pesadilla antes de navidad» (1993),y que en 2005 intentó autoplagiarse sin éxitocon «La novia cadáver». Sin éxito para mi, yaque al público en general le fascinó y a loscríticos parece que también , ya que le dieron

el Oscar en el mismo año. Este hombre ademostrado dos cosas: primero que suestética gótica, copiada de Eduard Gorey,ha influenciado a toda una generación,y sus fantasias de serie «Z» lascompartimos una inmensa minoría depersonas alrededor del mundo, ysegundo que debería de dedicarse sóloa la creación de personajes y ambientes,por que cuando dirige hace cagadascomo «El planeta de los simios» (2001),por ejemplo.

Que nadie se piense que me he olvidado dePixar animation, que creó las geniales «Toystory» (1995), «Bichos», «Monstruos S.A». y«Buscando a Nemo» (2003) (para mi la mejorhasta la fecha). Otras películas que consideromenores, no de presupuesto, sino de creación,

son «Cars» (2006) o«Ratatouille» (2007), aunquequizás esta es la mejor desdeque se asociaron con Disney.

Por otra parte, Spielberg y sugallina de lo huevos de oro creanDreams Woks Animation, quecagada tras cagada, consiguenlevantar cabeza con «Shrek»(2001).Quiero hacer una menciónespecial a «El Gigante de hierro»de Brad Bird (1999) para laWarner Bros. La película es unareferencia de obligadavisualización para cualquierpersona a la que le interese laanimación, es tremenda, en miopinión una de las mejorespelículas de animación de todoslos tiempos. Este hombretambien dirigió para Pixar, «Losincreíbles» (2004) y «Ratatouille»(2007), casi nada.

Juan A. Pérez Gama

La animación, un mal menor (II)

BRIGADA 21 es una publicación cuyo objetivo es la divulgación de la cultura audiovisual, que no hace necesariamente suyas las opiniones de sus colaboradores

46

BRIGADA 21Edita: Asociación Cultural Audiovisual y Cine-Forum FORAJIDOSColabora: Excmo. Ayutamiento de Montilla.Área para la Igualdad y el Desarrollo Social y Cultural

Tirada: 300 Ejemplares. (Bimestral)Imprime: Imprenta San Francisco Solano SLDEPÓSITO LEGAL CO-1629-2006ISSN 1888 - 329X TOMO 1 NÚMERO 12

Noviembre 2008

ww

w.fo

rajid

os.e

s

Page 2: Brigada 21 nº 46

Si yo tuviera un héroe queelegir lo haría con Espartaco,un símbolo de la lucha por lalibertad y contra la esclavitud.El héroe tracio fue llevado ala pantalla por Stanley Kubricken la que fue y sigue siendola mejor película sobre el género por encima depastiches nuevos como Gladiator o Troya. Perotiene su pequeña y curiosa historia.La novela escrita por Howard Fast, con guión delgenial Dalton Trumbo, represaliado por la ignominiade McCarthy y sus acólitos, como Adolph Menjou oGary Cooper, o Ronald Reagan, fue comprada para

llevarla al cine por un actor que esun símbolo del cine: Yuli BorisovichBrynner. Pero he aquí que acamarón que se duerme lacorriente se lo lleva y, como losderechos tenían fecha decaducidad, llega Issur DanielovichDemsky y, por un solo dólar, se hacecon los derechos. El elenco, connada menos que Charles Laughton,Lawrence Oliver, Tony Curtis, JeanSimmons, etc, era insuperable. La

Espartaco película fue unarevolución desde que seestrenó en 1960.Issur Danielovich, hijo deun trapero, hizo unai n t e r p r e t a c i ó nmemorable del gladiadortracio (hoy seriabúlgaro). Y suscompañeros de repartono le fueron a la zaga.

Recuerdo que en la reposición de estapelícula en nuestro Teatro Garnelo, allá porel año setenta y dos, hubo un momento en elque se dio un descanso, pero la gente creyóque había terminado y abandonaron la salarefunfuñando porque no habían visto lapalabra fin. Los más versados en el temaaconsejaron que volvieran a sus asientospara terminar de degustar, porque estaspelículas se degustan el resto del film.¿Qué quien era Issur Danielovich Demsky?Pues nada más y nada menos que KIRKDOUGLAS, que ha llevado al cine apistoleros, mafiosos, asesinos, vikingos,boxeadores, pintores, conquistadores sinescrúpulos, con escrúpulos, ect. Todo unnúmero uno, como diría James Stewart, solosuperado por otro monstruo, Henry Fonda.

José Pérez Merino

el Castañazo

¿El bosque? Másbien El jardín debe-ría haberla tituladoShyamalan, expertoen crear espectativasy defraudarlas.Tras El sexto sentido,Shyamalan tendría quehaberse retirado.Película tramposa queni concediéndole la ma-

yor de las licencias deja dedecepcionarnos. Una chicaciega, enviada por un puebloa cruzar un bosque lleno demonstruos para conseguirmedicinas y salvar a uno desus habitantes, es una perfec-ta metáfora de en qué se haconvertido la carrera de estedirector, que cuenta con una le-gión de incondicionales onlineque aplauden hasta cuandoplanta un pino.

Andrés Núñez Ruz

En los primeros años del cine sonoro era práctica común que de aquellaspelículas que tenían perspectivas de éxito se hicieran versiones en varios idio-mas. El motivo era que Hollywood no deseaba perder terreno en el extranjerofrente a la competencia que pudiesen ofrecer las producciones locales. A menu-do lo único que cambiaba era los actores, siendo el guión y los decorados losmismos. Seguramente no se había caído en la cuenta del doblaje como un trucocinematográfico más (el cine lo que hizo fue descubrir desde el primer momentocómo trucar la realidad; véase Méliès). Así, no era extraño que pudiesen rodarseversiones con lengua y reparto español, francés o italiano, con vistas a su estre-no en los países correspondientes. Este es el caso de Drácula, en que resultaincluso curioso comprobar cómo se mezclan diversos acentos, según la nacio-nalidad de los actores (México, Argentina, España), así como la inclusión dealgunos cambios sutiles, pero que delatan las diferencias de cultura y mentali-dad de los públicos a los que estaba dirigido cada film.

La película Drácula, de Tod Browning, es un título de la Universal Pictures(1931) de suma importancia, ya que fue una de las primeras producciones fan-tásticas de la época sonora y la primera película norteamericana que presentala figura del vampiro, partiendo de la novela de Bram Stoker. Mientras Browningrodaba por la mañana, la versión hispana se hacía por la tarde, en este caso acargo de George Melford, utilizando los mismos decorados y el mismo guión.

Sería interesante comparar ambas versiones, en la que la censura hizo tam-bién su trabajo, más en la versión original que en la española. Ésta última seaprovechó de las experiencias del rodaje de la mañana para hacer algunas pe-queñas correcciones que la mejoraran. Fueron suprimidas las imágenes dondeel vampiro mordía a sus víctimas, ofreciendo un fundido en negro antes del mo-mento cumbre o tapando con la capa la aproximación., En la versión de Browning,Drácula muerde a Renfield, en cambio, la escena es diferente en la versiónhispana, donde son sus concubinas vampiresas quienes muerden a este agenteinmobiliario, desterrando así cualquier ambigüedad sexual por parte del conde.No fue tan conservadora la versión hispana al promover un mayor grado de ero-tismo femenino, notable en el vestuario, las transparencias y vaporosos saltos

de cama que lucen Lupita Tovar (Mina, que aquí se llama Eva), quien llega a decir enuno de sus diálogos: A la mañana siguiente, me sentí tan débil como si hubieseperdido la virginidad.

Aunque el guión es excesivamente teatral, lo es aún más exagerado en la versiónespañola, en la que los actores gesticulan hasta la saciedad. Melford era un directorque no hablaba español. Quizás por eso tendría que soportar irremisiblemente lapesadez de la actuación de los actores más histriónicos de toda la historia del cinede habla hispana. Aunque las dos películas tienen el mismo guión, la versión espa-ñola dura media hora más; en parte por la lentitud tediosa de la dicción de estosactores, que gustaban de hacer una pausa cada tres o cuatro palabras y enfatizarhasta los diálogos más banales. La mirada hipnótica de Lugosi contrasta con lasextrañas muecas de malvado de opereta, ciertamente risibles del vampiro español.

Nuestro Bela Lugosi era el cordobés Carlos Villarías. Nació en la ciudad de laMezquita el 7 de julio de 1892. Muy pronto emigró a los Estados Unidos y México enbusca de mejores oportunidades como actor, junto a otros compañeros suyos delmundo del teatro. Murió el 27 de abril de 1976 en Los Ángeles. Dejó a sus espaldasun total de 85 películas. Entre su primer film, Valiente, que data de 1930, y el último,Decameron nights (conocida en España por Tres historias de amor), de 1953, seextiende su amplia filmografía, la mayoría rodadas en Estados Unidos, primero, y enMéxico, después; en idioma español, y en algún caso en inglés. Toca todos losgéneros: drama, aventuras, comedias western, terror, misterio. He encontrado artí-culos sobre este personaje en la prensa americana, sobre todo de Texas, desde1918 hasta 1930. En el intento de seguirle la pista, no he hallado el nombre deVillarías en Córdoba; cierto es que en algún caso aparece escrito como Villar. En laactualidad ese apellido sólo existe dentro de Andalucía en Málaga, pero sin cons-tancia de que haya relación con el califa transilvano.

La versión de Browning se estrenó el 14 de febrero de 1931, día de San Valentín,y fue publicitada como la historia de amor más extraña de todos los tiempos. Laadaptación hispana fue estrenada en La Habana, el 11 de marzo de 1931, y enMadrid el 20 de marzo del mismo año. Desgraciadamente, la película se dio porperdida durante varias décadas, hasta su descubrimiento en la Filmoteca de LaHabana en 1984, y su posterior proceso de restauración en 1992.

Lorenzo Marqués

El Drácula cordobésEl Bosquede M. Night Shyamalan

Page 3: Brigada 21 nº 46

Si yo tuviera un héroe queelegir lo haría con Espartaco,un símbolo de la lucha por lalibertad y contra la esclavitud.El héroe tracio fue llevado ala pantalla por Stanley Kubricken la que fue y sigue siendola mejor película sobre el género por encima depastiches nuevos como Gladiator o Troya. Perotiene su pequeña y curiosa historia.La novela escrita por Howard Fast, con guión delgenial Dalton Trumbo, represaliado por la ignominiade McCarthy y sus acólitos, como Adolph Menjou oGary Cooper, o Ronald Reagan, fue comprada para

llevarla al cine por un actor que esun símbolo del cine: Yuli BorisovichBrynner. Pero he aquí que acamarón que se duerme lacorriente se lo lleva y, como losderechos tenían fecha decaducidad, llega Issur DanielovichDemsky y, por un solo dólar, se hacecon los derechos. El elenco, connada menos que Charles Laughton,Lawrence Oliver, Tony Curtis, JeanSimmons, etc, era insuperable. La

Espartaco película fue unarevolución desde que seestrenó en 1960.Issur Danielovich, hijo deun trapero, hizo unai n t e r p r e t a c i ó nmemorable del gladiadortracio (hoy seriabúlgaro). Y suscompañeros de repartono le fueron a la zaga.

Recuerdo que en la reposición de estapelícula en nuestro Teatro Garnelo, allá porel año setenta y dos, hubo un momento en elque se dio un descanso, pero la gente creyóque había terminado y abandonaron la salarefunfuñando porque no habían visto lapalabra fin. Los más versados en el temaaconsejaron que volvieran a sus asientospara terminar de degustar, porque estaspelículas se degustan el resto del film.¿Qué quien era Issur Danielovich Demsky?Pues nada más y nada menos que KIRKDOUGLAS, que ha llevado al cine apistoleros, mafiosos, asesinos, vikingos,boxeadores, pintores, conquistadores sinescrúpulos, con escrúpulos, ect. Todo unnúmero uno, como diría James Stewart, solosuperado por otro monstruo, Henry Fonda.

José Pérez Merino

el Castañazo

¿El bosque? Másbien El jardín debe-ría haberla tituladoShyamalan, expertoen crear espectativasy defraudarlas.Tras El sexto sentido,Shyamalan tendría quehaberse retirado.Película tramposa queni concediéndole la ma-

yor de las licencias deja dedecepcionarnos. Una chicaciega, enviada por un puebloa cruzar un bosque lleno demonstruos para conseguirmedicinas y salvar a uno desus habitantes, es una perfec-ta metáfora de en qué se haconvertido la carrera de estedirector, que cuenta con una le-gión de incondicionales onlineque aplauden hasta cuandoplanta un pino.

Andrés Núñez Ruz

En los primeros años del cine sonoro era práctica común que de aquellaspelículas que tenían perspectivas de éxito se hicieran versiones en varios idio-mas. El motivo era que Hollywood no deseaba perder terreno en el extranjerofrente a la competencia que pudiesen ofrecer las producciones locales. A menu-do lo único que cambiaba era los actores, siendo el guión y los decorados losmismos. Seguramente no se había caído en la cuenta del doblaje como un trucocinematográfico más (el cine lo que hizo fue descubrir desde el primer momentocómo trucar la realidad; véase Méliès). Así, no era extraño que pudiesen rodarseversiones con lengua y reparto español, francés o italiano, con vistas a su estre-no en los países correspondientes. Este es el caso de Drácula, en que resultaincluso curioso comprobar cómo se mezclan diversos acentos, según la nacio-nalidad de los actores (México, Argentina, España), así como la inclusión dealgunos cambios sutiles, pero que delatan las diferencias de cultura y mentali-dad de los públicos a los que estaba dirigido cada film.

La película Drácula, de Tod Browning, es un título de la Universal Pictures(1931) de suma importancia, ya que fue una de las primeras producciones fan-tásticas de la época sonora y la primera película norteamericana que presentala figura del vampiro, partiendo de la novela de Bram Stoker. Mientras Browningrodaba por la mañana, la versión hispana se hacía por la tarde, en este caso acargo de George Melford, utilizando los mismos decorados y el mismo guión.

Sería interesante comparar ambas versiones, en la que la censura hizo tam-bién su trabajo, más en la versión original que en la española. Ésta última seaprovechó de las experiencias del rodaje de la mañana para hacer algunas pe-queñas correcciones que la mejoraran. Fueron suprimidas las imágenes dondeel vampiro mordía a sus víctimas, ofreciendo un fundido en negro antes del mo-mento cumbre o tapando con la capa la aproximación., En la versión de Browning,Drácula muerde a Renfield, en cambio, la escena es diferente en la versiónhispana, donde son sus concubinas vampiresas quienes muerden a este agenteinmobiliario, desterrando así cualquier ambigüedad sexual por parte del conde.No fue tan conservadora la versión hispana al promover un mayor grado de ero-tismo femenino, notable en el vestuario, las transparencias y vaporosos saltos

de cama que lucen Lupita Tovar (Mina, que aquí se llama Eva), quien llega a decir enuno de sus diálogos: A la mañana siguiente, me sentí tan débil como si hubieseperdido la virginidad.

Aunque el guión es excesivamente teatral, lo es aún más exagerado en la versiónespañola, en la que los actores gesticulan hasta la saciedad. Melford era un directorque no hablaba español. Quizás por eso tendría que soportar irremisiblemente lapesadez de la actuación de los actores más histriónicos de toda la historia del cinede habla hispana. Aunque las dos películas tienen el mismo guión, la versión espa-ñola dura media hora más; en parte por la lentitud tediosa de la dicción de estosactores, que gustaban de hacer una pausa cada tres o cuatro palabras y enfatizarhasta los diálogos más banales. La mirada hipnótica de Lugosi contrasta con lasextrañas muecas de malvado de opereta, ciertamente risibles del vampiro español.

Nuestro Bela Lugosi era el cordobés Carlos Villarías. Nació en la ciudad de laMezquita el 7 de julio de 1892. Muy pronto emigró a los Estados Unidos y México enbusca de mejores oportunidades como actor, junto a otros compañeros suyos delmundo del teatro. Murió el 27 de abril de 1976 en Los Ángeles. Dejó a sus espaldasun total de 85 películas. Entre su primer film, Valiente, que data de 1930, y el último,Decameron nights (conocida en España por Tres historias de amor), de 1953, seextiende su amplia filmografía, la mayoría rodadas en Estados Unidos, primero, y enMéxico, después; en idioma español, y en algún caso en inglés. Toca todos losgéneros: drama, aventuras, comedias western, terror, misterio. He encontrado artí-culos sobre este personaje en la prensa americana, sobre todo de Texas, desde1918 hasta 1930. En el intento de seguirle la pista, no he hallado el nombre deVillarías en Córdoba; cierto es que en algún caso aparece escrito como Villar. En laactualidad ese apellido sólo existe dentro de Andalucía en Málaga, pero sin cons-tancia de que haya relación con el califa transilvano.

La versión de Browning se estrenó el 14 de febrero de 1931, día de San Valentín,y fue publicitada como la historia de amor más extraña de todos los tiempos. Laadaptación hispana fue estrenada en La Habana, el 11 de marzo de 1931, y enMadrid el 20 de marzo del mismo año. Desgraciadamente, la película se dio porperdida durante varias décadas, hasta su descubrimiento en la Filmoteca de LaHabana en 1984, y su posterior proceso de restauración en 1992.

Lorenzo Marqués

El Drácula cordobésEl Bosquede M. Night Shyamalan

Page 4: Brigada 21 nº 46

El pasado 26 de septiembre fallecía en

su casa de Connecticut uno de los

últimos protagonistas del Hollywood

clásico, Paul Newman. Pocas estrellas

nos quedan ya de esos años dorados

de la Meca del cine: Kirk Douglas o

Lauren Bacall, quizás.

Paul Newman comenzó su andadura

interpretativa a los 26 años, en 1951,

cuando ingresó en la Escuela de

Interpretación de Yale. De ahí pasó al

mítico Actor’s Studio para completar su

formación, donde coincidió con otras

futuras estrellas como Marlon Brando,

James Dean o Joanne Woodward, con

quien más tarde se casaría.

Tras un exitoso paso por Broadway, a

mediados de los años 50 Paul Newman

da su salto a la gran pantalla. Sus

primeros años en Hollywood vienen

caracterizados por una serie de papeles

protagonistas en los que interpreta a

personajes de carácter fuerte y

atormentado y en los que también

destaca su atractivo físico. Marcado por

el odio, El zurdo, La gata sobre el

tejado de zinc, La

ciudad frente a mí, El largo y cálido

verano, Éxodo, El buscavidas, Dulce

pájaro de juventud o Hud son algunos

de los títulos que lanzaron a Paul

Newman al estrellato durante la segunda

mitad de los años 50 y la primera mitad

de los 60.

A partir de ahí, el actor, ya cuarentón,

comienza a recibir otros papeles de

protagonista más maduro, menos

impulsivo, más experto, pero no por ello

exento también de carácter y

personalidad. Paul Newman se consolida

como gran y polifacético intérprete en

títulos como El premio, Cortina

rasgada, Harper, investigador privado o

La leyenda del indomable, los filmes que

lo llevan hasta las dos películas cumbre

de su carrera cinematográfica, Dos

hombres y un destino (1969) y El golpe

(1973), ambas dirigidas por George Roy

Hill y coprotagonizadas por Robert

Redford.

Después de esto, la carrera de Paul

Newman comienza a languidecer, con

títulos menos destacados y papeles

menos importantes. A la misma vez, el

actor debuta como director en proyectos

más personales y menos

comerciales.

Homenaje a Paul NewmanSin embargo, si algo hay destacable en

la trayectoria cinematográfica de Paul

Newman en estos años es su vuelta en

1986, de la mano de Martin Scorsese,

al papel de Eddie Felson, el fracasado

jugador al que ya dio vida en El

buscavidas, en la cinta El color del

dinero. Una interpretación, que tras años

de injusto olvido por la Academia de

Hollywood, le supuso su único Oscar

como actor principal.

Además de por su calidad como actor,

Paul Newman también ha sido un caso

extraño en Hollywood por su carácter y

forma de ser: demócrata progresista

declarado, filántropo que donó la enorme

fortuna ganada con unas salsas de

tomate que llevan su nombre a obras de

caridad por completo, amante de los

deportes, la velocidad y el riesgo que

nunca se dejaba doblar en las escenas

de acción, casado felizmente en

segundas nupcias con Joanne

Woodward en 1958 hasta el fin de sus

días,…En definitiva, todo un grande del mundo

del celuloide, como actor y como

persona, que nos ha dejado pero al que

siempre mantendremos vivo a través de

sus películas. José Alfonso

Rueda Jiménez

1 Paul Newman2 El Drácula cordobés

3 El castañazo3 Espartaco

4 La animación,un mal menor (II)

Continuando con el artículo que comenzé en el númeroanterior, cruzamos el charco, y pasamos por EstadosUnidos.De Disney no hay mucho que hablar, puesdesde que se creara el ambicioso proyecto«Blancanieves» (1937), que marcó el camino a seguirpor la industria mundial de la animación, Disneycontinuó en sus trece aterrorizando alpúblico infantil con películassentimentales, en las que cualquieranimalito del bosque podría ponersea cantar en cualquier momento.

La gran factoria Disney empezó atambalearse con el cambio de siglo,ellos más preocupados en elmarketing y la venta de figuras,camisetas y hasta papel higiénico decualquiera de sus películas, cambiaronel arte por una calculadora y salvo algún«genio» como Tim Burton, del resto de sustrabajadores sólo salieron buenos dibujantes (algunosde ellos, de los mejores). Cualquier persona que hatrabajado en Disney, y yo he conocido a unos cuantos,podría contaros una historia parecida a esta que osacabo de contar aquí.

Respecto a Tim Burton, que creó el fascinantemusical «Pesadilla antes de navidad» (1993),y que en 2005 intentó autoplagiarse sin éxitocon «La novia cadáver». Sin éxito para mi, yaque al público en general le fascinó y a loscríticos parece que también , ya que le dieron

el Oscar en el mismo año. Este hombre ademostrado dos cosas: primero que suestética gótica, copiada de Eduard Gorey,ha influenciado a toda una generación,y sus fantasias de serie «Z» lascompartimos una inmensa minoría depersonas alrededor del mundo, ysegundo que debería de dedicarse sóloa la creación de personajes y ambientes,por que cuando dirige hace cagadascomo «El planeta de los simios» (2001),por ejemplo.

Que nadie se piense que me he olvidado dePixar animation, que creó las geniales «Toystory» (1995), «Bichos», «Monstruos S.A». y«Buscando a Nemo» (2003) (para mi la mejorhasta la fecha). Otras películas que consideromenores, no de presupuesto, sino de creación,

son «Cars» (2006) o«Ratatouille» (2007), aunquequizás esta es la mejor desdeque se asociaron con Disney.

Por otra parte, Spielberg y sugallina de lo huevos de oro creanDreams Woks Animation, quecagada tras cagada, consiguenlevantar cabeza con «Shrek»(2001).Quiero hacer una menciónespecial a «El Gigante de hierro»de Brad Bird (1999) para laWarner Bros. La película es unareferencia de obligadavisualización para cualquierpersona a la que le interese laanimación, es tremenda, en miopinión una de las mejorespelículas de animación de todoslos tiempos. Este hombretambien dirigió para Pixar, «Losincreíbles» (2004) y «Ratatouille»(2007), casi nada.

Juan A. Pérez Gama

La animación, un mal menor (II)

BRIGADA 21 es una publicación cuyo objetivo es la divulgación de la cultura audiovisual, que no hace necesariamente suyas las opiniones de sus colaboradores

46

BRIGADA 21Edita: Asociación Cultural Audiovisual y Cine-Forum FORAJIDOSColabora: Excmo. Ayutamiento de Montilla.Área para la Igualdad y el Desarrollo Social y Cultural

Tirada: 300 Ejemplares. (Bimestral)Imprime: Imprenta San Francisco Solano SLDEPÓSITO LEGAL CO-1629-2006ISSN 1888 - 329X TOMO 1 NÚMERO 12

Noviembre 2008

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