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BRIGADA 21 Publicación trimestral JUNIO 2013 TOMO 2 NÚMERO 5 DEPÓSITO LEGAL CO-1629-2006 ISSN 1888 - 329X EDITA: Asociación Cultural Audiovisual y Cine-Forum FORAJIDOS ma, pero aún así cuando el director de- cía “preparados, rezando, plañideras.... ¡ACCIÓN¡”, allí estábamos con el trave- ling pasando ante nuestros ojos y cum- pliendo con nuestro cometido, muy ner- viosos por dentro pero transmitiendo dolor y pena por fuera, que es de lo que se trataba en un velatorio. Para nosotros que esta- mos acostumbrados a ac- tuar encima de un esce- nario en directo y con el público de frente, era complicado hacer una es- cena sin saber lo que acababa de ocurrir, ni lo que vendría detrás, de forma que teníamos a la difunta de cuerpo pre- sente en nuestra escena y en la escena siguiente hablando con su marido, pero aún así para La Ce- pa fue una experiencia maravillosa e inolvidable. Tras semanas de rodaje pudimos apren- der que el cine es así, muchísimas horas de trabajo, muchas personas detrás de las cámaras, muchos sinsabo- res, cansancio, ratos buenos y menos buenos, todo para que los espectadores disfrutemos de un trabajo bien hecho desde nuestra butaca. Gracias Pablo . LOLA NAVARRO VILLATORO GRUPO DE TEATRO LA CEPA Fue en el año 2009, cuando mi padre, Amadeo Navarro, nos comentó que en Montilla se iba a rodar un cortometraje y que intentaría por todos los medios in- formarse a fin de ofrecer a su director, la colaboración del Grupo de Teatro La Ce- pa. Dicho y hecho, habló con Pablo Ca- sas (q.e.d) así como con el productor y les encantó la idea. Llegamos el primer día de rodaje, Pepe Contarini, Mª Jesús Marín, Chena, Anto- ñi López, Mª Carmen Tre- nas (q.e.d), Paqui Delga- do, Inma Salas, Inmacula- da Márquez, Lourdes Ruz y mi padre, todos muy nerviosos ante nuestra primera experiencia cine- matográfica y esperando ver que papelito nos asig- naban y si tendríamos texto, pero nuestra sor- presa fue que no tendría- mos que estudiar ni mu- cho ni poco, vamos nada, ya que haría- mos de “figurantes” y nuestro cometido sería rezar el rosario y llorar en un vela- torio, pero bueno, saldríamos en una película. Nosotros como buenos “profesionales” empezamos a ensayar por nuestra cuen- ta, tanto los rezos como las caras que teníamos que poner en una situación, a la que en La Cepa no estábamos muy acostumbrados, porque nuestra línea co- mo sabéis es la comedia más que el dra- UNA CEPA DE BUEN TEATRO Ha querido el azar, y un sentido artículo de nuestro amigo Manuel Bellido Mora (periodista vocacional y cinéfilo), que este ejemplar que contaba con un gran núme- ro de artículos sobre el fallecido Ray Harryhausen, esté finalmente dedicado al TEA- TRO (con mayúsculas) que se hace aquí en Montilla. Así pues, el recuerdo que Mª. Dolores Navarro Villatoro, integrante del Grupo de Teatro La Cepa, realiza de la co- laboración que el Grupo de Teatro, tuvo en el rodaje del cortometraje “Ángel” de Pablo Cantos en Montilla, es la excusa perfecta para felicitar a La Cepa por su trigé- simo aniversario, y agradecerles los buenos ratos que nos han hecho pasar. Concluyo esta presentación, agradeciendo a Amadeo Navarro Panadero las fotos que nos ha cedido sobre el rodaje de “Ángel”; y a todos aquellos que nos han remi- tido artículos, los emplazo al próximo número de Brigada 21, donde con el espacio suficiente, podremos disfrutarlos. JMRC

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Page 1: Revista brigada 21 t2 n5

BRIGADA 21 Publicación trimestral

JUNIO 2013 TOMO 2 NÚMERO 5

DEPÓSITO LEGAL CO-1629-2006 ISSN 1888 - 329X

EDITA: Asociación Cultural Audiovisual

y Cine-Forum FORAJIDOS

ma, pero aún así cuando el director de-cía “preparados, rezando, plañideras.... ¡ACCIÓN¡”, allí estábamos con el trave-ling pasando ante nuestros ojos y cum-pliendo con nuestro cometido, muy ner-viosos por dentro pero transmitiendo dolor y pena por fuera, que es de lo que se trataba en un velatorio.

Para nosotros que esta-mos acostumbrados a ac-tuar encima de un esce-nario en directo y con el público de frente, era complicado hacer una es-cena sin saber lo que acababa de ocurrir, ni lo que vendría detrás, de forma que teníamos a la difunta de cuerpo pre-sente en nuestra escena y en la escena siguiente hablando con su marido, pero aún así para La Ce-pa fue una experiencia maravillosa e inolvidable.

Tras semanas de rodaje pudimos apren-der que el cine es así, muchísimas horas de trabajo, muchas personas detrás de las cámaras, muchos sinsabo-res, cansancio, ratos buenos y menos buenos, todo para que los espectadores disfrutemos de un trabajo bien hecho desde nuestra butaca.

Gracias Pablo .

LOLA NAVARRO VILLATORO GRUPO DE TEATRO LA CEPA

Fue en el año 2009, cuando mi padre, Amadeo Navarro, nos comentó que en Montilla se iba a rodar un cortometraje y que intentaría por todos los medios in-formarse a fin de ofrecer a su director, la colaboración del Grupo de Teatro La Ce-pa. Dicho y hecho, habló con Pablo Ca-sas (q.e.d) así como con el productor y les encantó la idea. Llegamos el primer día de rodaje, Pepe Contarini, Mª Jesús Marín, Chena, Anto-ñi López, Mª Carmen Tre-nas (q.e.d), Paqui Delga-do, Inma Salas, Inmacula-da Márquez, Lourdes Ruz y mi padre, todos muy nerviosos ante nuestra primera experiencia cine-matográfica y esperando ver que papelito nos asig-naban y si tendríamos texto, pero nuestra sor-presa fue que no tendría-mos que estudiar ni mu-cho ni poco, vamos nada, ya que haría-mos de “figurantes” y nuestro cometido sería rezar el rosario y llorar en un vela-torio, pero bueno, saldríamos en una película. Nosotros como buenos “profesionales” empezamos a ensayar por nuestra cuen-ta, tanto los rezos como las caras que teníamos que poner en una situación, a la que en La Cepa no estábamos muy acostumbrados, porque nuestra línea co-mo sabéis es la comedia más que el dra-

UNA CEPA DE BUEN TEATRO Ha querido el azar, y un sentido artículo de nuestro amigo Manuel Bellido Mora (periodista vocacional y cinéfilo), que este ejemplar que contaba con un gran núme-ro de artículos sobre el fallecido Ray Harryhausen, esté finalmente dedicado al TEA-TRO (con mayúsculas) que se hace aquí en Montilla. Así pues, el recuerdo que Mª. Dolores Navarro Villatoro, integrante del Grupo de Teatro La Cepa, realiza de la co-laboración que el Grupo de Teatro, tuvo en el rodaje del cortometraje “Ángel” de Pablo Cantos en Montilla, es la excusa perfecta para felicitar a La Cepa por su trigé-simo aniversario, y agradecerles los buenos ratos que nos han hecho pasar. Concluyo esta presentación, agradeciendo a Amadeo Navarro Panadero las fotos que nos ha cedido sobre el rodaje de “Ángel”; y a todos aquellos que nos han remi-tido artículos, los emplazo al próximo número de Brigada 21, donde con el espacio suficiente, podremos disfrutarlos.

JMRC

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PABLO CANTOS: CINE EN LAS ALAS

La repentina muerte del director y guionista Pablo Cantos, a los 46 años, nos ha arrebatado a un cine-asta sensible, que amaba con pa-sión infinita la literatura y las pelí-culas. Era de Granada y vivía en Málaga desde pequeño, pero en su aún breve e inacabada filmo-grafía había una llamativa co-nexión con Montilla, pues aquí rodó, íntegramente, su primer cor-tometraje: Ángel, una cinta de cui-dada estética campesina que fue propuesta por Kodak España a la selección del Festival de Cannes. En aquella historia, un áspero dra-ma rural en plena campiña, se hablaba del azar y la redención. Había una niña, una madre enfer-ma y un padre desesperado que, rodeado por el infortunio, escogía una salida terrible. Pero su hija, alguien que él vislumbró como un ángel, se interpuso en el avance implacable de la desgracia. “Es una historia de tierra, gente y sentimientos, de niños y mayores, también de cine hacia dentro. La estética que se ha escogido es la que mejor se adecua a aquello que se está contando, se ha escogido un ritmo lento en el que destacan los valores de la fotografía y la di-rección artística”. Pablo Cantos, que de esta forma resumía su intención en los crédi-tos del filme, escribió el guión a medias con Miguel Torres López de Uralde. La idea del corto la tomó de un relato de éste, era un cuento que pensaba incluir en su primera novela. Después, la carre-ra literaria de Miguel ha crecido mucho y ya tiene cinco novelas publicadas. Ambos eran amigos desde niños. “Lo conocía desde que tenía 6 años. Fuimos compa-ñeros en los Maristas y estábamos muy unidos. Hemos echado la vida juntos. Ha sido un palo terrible”. Miki, como se le conoce familiar-mente, se acercó a Montilla para vivir de cerca el rodaje y cuenta maravillas. “Yo alucinaba. Veía de pronto cómo los personajes que había imaginado en el papel eran ya de carne y hueso. Fue todo muy

bonito. La entrega de la gente y de los técnicos, su generosidad infinita, porque nadie cobró. To-do el mundo trabajó con mucho empeño, y eso se notaba en el acabado de la película”. Marcos Reina Segovia, que se ocupó de todos los detalles de la producción, también recuerda con agrado la experiencia. El trato afectuoso de Pablo fue el mayor antídoto contra el can-sancio. Y su entusiasmo sin ta-sa, que dio energía y valor a to-do el equipo para unas duras y complicadas sesiones de trabajo durante una semana, con mu-chas escenas nocturnas.

Después de cada jornada de fil-mación, se volvía al Hostal Belli-do, que se reservó casi al com-pleto. De ese trámite, el aloja-miento, también se ocupó Mar-cos, que se implicó a fondo en todo lo concerniente al rodaje. Incluso participó su madre, que se encargó del atrezo, la costura y la cocina. “Fue apasionante. A mi me gus-ta dibujar y Pablo me pidió que hiciera el story board de la pelí-cula. Y de ahí todo lo demás. Hice la preproducción, prepara-mos decorados, se hizo ropa, vestuario a medida, toquillas y

pañuelos negros de luto”. A Montilla se llegó por una serie de casualidades. Se buscaba una casa de campo con viñas alrede-dor. Y un cordobés, Ismael Man-silla, director artístico de la pelí-cula, resolvió el problema. Su padre, que es ingeniero agróno-mo, sugirió la finca Los Reme-dios, en la Sierra, ya que conocía a los propietarios, la familia Jiménez Carrera, que la prestó sin contraprestación alguna. En pocas horas, Marcos, lo arregla-ba todo. Apenas tenía 25 años, pero trabajando al lado de Pablo se soltó en este oficio y actuaba con diligencia, tacto y seguri-dad. Los Remedios no podía te-ner un nombre más apropiado para aquel aprendizaje urgente, un curso práctico para un puña-do de jóvenes cineastas que se adentraban así en este complejo mundo. “Yo hablé con ellos y conveni-mos en que la dejaríamos igual que estaba. Ten en cuenta que hubo que envejecerla y hacer al-gunas modificaciones para adap-tarla a las necesidades del rela-to, con algunos decorados hechos a propósito para la oca-sión. De modo que unos días después de terminar, volvimos para pintarla y la devolvimos tal cual la recibimos”. El escenario no es el único ingre-diente local de Ángel. También participaron, como extras, siete integrantes del grupo de teatro La Cepa. Amadeo Navarro, su entonces director, se enteró del rodaje por María Eloísa Jiménez Carrera, propietaria de la casa, y por su marido, Antonio Palma Varo. Que el inesperado falleci-miento de éste y el de Pablo hayan sucedido casi en las mis-mas fechas no puede tomarse sino como una cruel casualidad. O como algo mucho peor, como una conspiración de la fatalidad. Lola Navarro Villatoro estaba en el reparto. Le tocó hacer de pla-ñidera, como el resto de figuran-tes de La Cepa. “Pablo no olvidó

MANUEL BELLIDO MORA

IMAGEN DE PABLO CANTOS EN 2008

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detalle alguno. Era un encanto de persona. No se le pasó nada. En los créditos del corto da las gracias a Remedios Jiménez Ca-rrera, dueña de Los Remedios, a Amadeo Navarro Panadero y al grupo de teatro La Cepa. Tam-bién figura rodada en la finca Los Remedios y sus alrededores en abril de 2000.” Para ella, acostumbrada a traba-jar en el teatro, fue todo un des-cubrimiento ver los entresijos del cine. “Era sorprendente asis-tir a los cambios de decorado y comprobar la exigencia con que se hacía cada una de las tomas, todo con exquisita profesionali-dad. Hubo muy buen ambiente, aunque a veces el ritmo del ro-daje resultaba cansino, por los frecuentes parones y los tiempos muertos para planificar la siguiente escena. Pero eran inevitables para adaptarse a las necesidades técnicas, con el uso del trávelin, la iluminación y otros artilu-gios Fue estupendo y Pablo nos felicitó.” En los días que estuvo en Montilla, Pablo Cantos se ganó a todo el equipo con sus maneras afables y su trato cordial y siempre res-petuoso. Con él venía Txe-ma Blasco, protagonista del corto, uno de esos actores de reparto que, por su apa-rición en muchas grandes películas y teleseries (Vacas, Tie-rra, Alas de Mariposa, Aida, Águila Roja), resulta un rostro familiar. Vino con su mujer con la única condición de que se le consi-guiera una caja de puros de su gusto y que se le diera una habi-tación adecuada. Quería trabajar con gente nueva, es lo que más le importaba. Ricardo Joven, Clea Granados y Blanca Rodrí-guez completaban el cuadro de protagonistas. Rodada en 35 milímetros, Ángel tuvo una amplia difusión, espe-cialmente porque se emitió en el programa Versión Española, de la 2 de TVE, aunque también fue seleccionada en varios festivales nacionales. Pero pese al éxito, Pablo tardó

en hacer otra película y mientras tanto siguió ganándose la vida como profesor de lengua y lite-ratura en el Instituto de Ense-ñanza Secundaria Pablo Picasso, de Málaga. Su siguiente oportunidad llegó en 2005, cuando conoció al di-rector y productor César Martí-nez Herrada, por medio de un amigo común, el articulista y no-velista Pablo Aranda (con él hizo un inolvidable curso de cinema-tografía en Valladolid), cuya no-vela La otra ciudad, de actuali-dad aquellos días, estuvo a pun-to de adaptarse al cine. Fue un encuentro al que los dos parecían predestinados, porque César se había quedado prenda-do con el pase televisivo de Ángel.

“Era una excelente carta de pre-sentación, un corto que llamaba la atención. Y está claro que me gustó mucho, pero sobre todo me agradó la personalidad de Pablo, que al momento se veía cómo amaba la literatura y el cine”. Pablo Aranda recuerda que sur-gió una rápida complicidad en-tre Pablo y César, que desde en-tonces han colaborado en varios proyectos, entre ellos Imagina-rio, el primer largo de Cantos y dos documentales, Tientos y Sa-yonaras y Gato por Goya. Objeto encontrado, con guión de Pablo, fue lo último que terminaron juntos. Otros muchos proyectos ya no podrán realizarse. “Es terrible. He perdido a una persona muy cercana. Porque

más allá de lo profesional, era un gran amigo. Y ha sido una amistad que ha ido creciendo en solidez y confianza mutua. De hecho estábamos escribien-do un nuevo largo, Tierra enci-ma, que espero que finalmente salga adelante, para que sea un homenaje a él. Se ha ido física-mente, pero lo llevo conmigo.” César Martínez Herrada, pro-ductor de La Mula y autor de Arena en los bolsillos, tenía otros planes muy concretos pa-ra Pablo. Estaban especialmente motivados con un documental sobre el cantante gaditano Ja-vier Ruibal. Residían en ciuda-des diferentes y apartadas: César en Madrid y Pablo, en Málaga, pero tenían gustos muy similares y entre ellos no había

barreras. “Era un tipo fuera de se-rie. En esta profesión co-noces a mucha gente, pe-ro pocos como él. Siem-pre intentaba agradar, se prestaba y nunca fa-llaba. Era muy entrega-do. Es muy jodido lo que ha pasado. No hay con-suelo”. Nos queda su imagen sonriente, cercana y cáli-da. La última vez nos en-contramos a la puerta del cine Albéniz. Estaba con sus dos hijos y yo, en plena actividad frenética

del festival, iba con prisa. Pero tuvimos tiempo de darnos un abrazo. Pablo siempre te abra-zaba. Y esto no lo digo yo solo. Antonio Javier López, periodista del diario Sur, lo corrobora: “Pablo Cantos siempre te salu-daba con un abrazo. Por eso su ausencia deja un frío enorme.” Las despedidas se han sucedido con palabras sinceras, para amortiguar la pena. Paco Griñán en su columna del Sur Patio de butacas resumía su carácter en una línea, “era un tipo sin boato en un mundo de vanidades” y Pablo Aranda, casi sin poderse sobreponer a la triste noticia, escribió “además de por sus películas y su amistad, lo recor-daré por su integridad en un mundo difícil”.

MONTILLA TELEVISIÓN INFORMÓ DEL RODAJE

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BRIGADA 21 es una publicación plural, y abierta a la participación, cuyo único obje-tivo es la divulgación de la cultura audio-visual, que no hace necesariamente su-yas las opiniones de sus colaboradores. La Asociación “FORAJIDOS” carece de animo de lucro, y distribuye BRIGADA 21 de manera gratuita.

BRIGADA 21 EDITA:

Asociación Cultural Audiovisual y Cine-Forum FORAJIDOS

DIRECCIÓN SOCIAL: Beato Juan de Ávila, 4-2º

14550 Montilla Imprime

IMPRENTA GRÁFICA MC

CONTENIDO BRIGADA 21

Una cepa de buen teatro

1

Pablo Cantos: cine en

las alas

2,3

Paquito de Osca

4

La viñeta de JKNO 4

Los artículos publicados en BRIGADA 21 son propiedad de sus autores, que han autorizado a la Asociación “FORAJIDOS” para que los publique. Se prohíbe la utilización, y repro-ducción, total o parcial, de la publi-cación BRIGADA 21, sin autoriza-ción expresa de la Asociación “FORAJIDOS”.

Como hemos dicho en mu-chas ocasiones, en Brigada 21 solemos reivindicar acto-res y actrices que cuando mueren, nadie les dedica un solo párrafo. Cuando Anto-nio Pérez, productor de ci-ne, entre otras películas de SOLAS, FUGITIVAS, estuvo en Montilla para entregarle

el Premio BERNABÉ FERNÁNDEZ Y CANIVELL de cine, a propuesta del grupo de cinéfilos FORAJI-DOS, tuve la oportunidad de pre-guntarle por un actor que había visto en unas breves escenas de la película SOLAS, que me había llamado la atención y, por qué no decirlo también, la emoción. Se trataba de PAQUITO DE OSCA, un hombre que venía para dobla-dor de cine, lo que lograría con sobresaliente, y terminó siendo primer actor cómico en compa ñía de revista y de teatro. Como quiera que yo sabía que el cine a Paco no le agradaba mucho, a pesar de haber protagonizado muchas películas, como por ejemplo LA HUIDA de ISASI ISAS-MENDI, ¿cómo lo has consegui-do?, inquirí a Pérez. “Me ha cos-tado lo mío -respondió el pro-ductor- ya que Paco estaba reti-rado, y no estaba por la labor, pero a base de ser una gota de agua pude obtenerlo para hacer el papel de marido opresor de MARIA GALIANA”. Pero es que también lo consiguió para un pe-queñito papel en FUGITIVAS (de camarero) rodada en parte por MORILES. Aquello se lo pregunté porque, allá por el año 1974, se presentó en Montilla con la compañía de la reina de la revista, la puerto-

rriqueña ADDY VENTURA. Le acompañaban en el elenco de cómicos Blas de Almenara y Luis Calderón, conocidos en nuestra ciudad por haber actuado con varios de los artistas de la época, como JUANITO VALDERRAMA, MARIFÉ DE TRIANA o RAFAEL FA-RINA. En un “sketch”, en el que PAQUITO DE OSCA quería ense-ñar a su hijo (a la sazón LUIS CALDERON) como estrenarse en un lupanar, se equivocan de lu-gar y se meten en una casa don-de ADDY VENTURA daba clases particulares de literatura. La risa de los espectadores llegaba has-ta el Paseo de Abajo, eso sí con una categoría y finura, no exenta de picardía, que ahí quedó, y ahí queda. PAQUITO DE OSCA murió al poco del rodaje de FUGITIVAS, víctima de una dolencia cardiaca, pero los que tuvimos la oportunidad de verle en el teatro, no le vamos a olvidar fácilmente, como tam-poco le olvidó ANTONIO PEREZ con su vista de lince para la cine-matografía. Loor pues a PACO, y loor a aquellos cómicos como KELO, KITO, CAMILIN, RAMPER, ANGELITA Y FUNES, ANITA Y RA-MA, ECT., que pasaron por Mon-tilla para alegrar la vida de sus ciudadanos.

PAQUITO DE OSCA JOSÉ PÉREZ MERINO