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BOLETÍN MENSUAL MARZO 2010 Nº 54 www.ir-pv.com [email protected]

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BOLETÍN MENSUAL MARZO 2010 Nº 54 www.ir-pv.com [email protected]

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stimados amigos ponemos en vuestras las haremos llegar. como ley de iniciativa legislativa manos un nuevo número de nuestro bole- popular. Es de un gran mérito el tín republicano de ámbito autonómico y ambiando de tema, el investigador trabajo realizado. Lo puedes con- que corresponde al mes de marzo. de Derecho Penal Internacional de la sultar en un enlace incluído en la

Universidad de Castilla-La Mancha, página 7, donde también puedes omo podrás comprobar hay un par de leer su nuevo artículo. temas específicos del PV como son el in- Ahora entre todos tenemos que tento de arrasar el barrio del Cabañal y darle la máxima difusión posible. la construcción de un monolito sobre una fosa común de republicanos, -en un claro na y otra vez vemos como utili- intento de igualar a los golpistas y a los zan la crisis para despedir a traba- defensores de la legalidad democrática y jadores que en otra situación no republicana-, imposibilitando así que los sería planteable, además ahora se familiares puedan de una vez enterrarlos está empezando a quitar la careta dignamente, que abordamos de forma es- el PP y en clara connivencia con pecial. los grandes empresarios ya están

hablando claramente de su propu- emos tenido en los últimos meses una esta para solucionar el paro, y no intensa actividad política en Izquierda Re- es otra que la de abaratar los des- publicana. Comenzó a finales de año con pidos… Es decir que una crisis el Congreso Extraordinario celebrado en Miguel Ángel Rodríguez Arias que es provocada por los grandes capita- Alicante que renovó la Ejecutiva de IRPV y autor del libro "El caso de los niños les de bancos y multinacionales se continuó con la refundación de la Agrupa- perdidos del franquismo: crimen arregla con nuestros impuestos, y ción provincial de Valencia, que está de- contra la humanidad" ha preparado el paro generado por ella se solu- sarrollando una labor muy meritoria. un anteproyecto de "ley de verdad, ciona si nos despiden por menos… Actualmente estamos trabajando en la justicia y reparación para las vícti- Ya les vale. ¿Y las grandes fortu- realización de propuestas concretas que mas del genocidio y la dictadura nas que han crecido un 25%? aporten soluciones a los problemas de la franquista y el posterior período de Nos toman por tontos, y lo seremos mayoria de los ciudadanos. En breve os impunidad" para que se tramite si siguen saliendo elegidos. Izquierda Republicana es un partido político que defiende el

republicanismo de izquierdas como forma de pensamiento y práctica política que haga avanzar la sociedad reduciendo las desigualdades sociales y creando una estructura estatal en la que las nacionalidades y regiones puedan convivir sin recortes en su desarrollo y donde la Educación y la Cultura carezcan de supersticiones religiosas, dando lugar a que los ciudadanos de hoy y mañana dispongan de un pensamiento racional y libre.

Un republicanismo que frente a una monarquía impuesta por el dictador Franco exige que la Igualdad se cumpla en todos los ámbitos de la vida política, comenzando por la Jefatura del Estado que debe ser también elegida por libre Sufragio. Un presidente electo para una República parlamentaria en la que la separación de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial sea estricta, buscando la máxima participación de los ciudadanos en los procesos de elección de sus miembros. Izquierda Republicana se fundó como partido el 3 de abril de 1934 eligiendo como presidente a Manuel Azaña, que fue Presidente de la República de 1936 a 1939. IR formó parte de todos los gobiernos hasta el final de la Guerra Civil. El último presidente de IR en el exilio fue el alicantino Carlos Esplá, que falleció en México en 1971. Con la reinstauración de la monarquía IR fue postergada de tal manera que no fue legalizada en las primeras elecciones, sino cinco meses después, imposibilitándonos el poder presentarnos. En cambio otros partidos totalitarios sí pudieron presentarse. Así se aseguró la dictadura y la mal denominada transición que IR y el republicanismo no fuera una opción democrática a la que pudieran votar los ciudadanos. Pese a esto IR continuó sus actividades políticas como miembro de la Mesa por el Referéndum OTAN en 1984 y participando en la creación de Izquierda Unida en 1986 hasta marzo de 2002, comenzando a partir de entonces una nueva andadura en solitario.

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El 23 de enero tuvo lugar el Comité Político Federal,

máximo órgano de IR entre congresos, presidido por

Ángel Verdura, secretario general de Izquierda Republi-

cana, con la participación de más de una quincena de

afiliados que acudieron en representación de las distin-

tas federaciones republicanas. En la reunión se evaluó

el contexto político actual, con la crisis económica co-

mo principal problema que afrontar, así como otras

cuestiones de primer orden. Se realizó un balance del

último semestre del 2009 y se determinó la estrategia

política a seguir en los próximos meses.

También se habló de los asuntos judiciales que tiene abiertos IR, que han llevado a interponer denuncias por falsedad docu-

mental y apropiación indebida contra una cuadrilla de ex-militantes, que se han autodenominado representantes del partido

de forma fraudulenta, progresando adecuadamente ambas reclamaciones tanto por la vía civil como por la penal.

Alrededor de 30.000 personas, según los organizadores, (¡¡ 3.000,

según la policía de Rita !!), asistieron a la manifestación que se

convocó en contra de las intenciones del gobierno autonómico y mu-

nicipal del Partido Popular de prolongar la avenida de Blasco Ibáñez

a través del barrio del Cabanyal.

La manifestación fue convocada por: Plataforma Salvem el Cabanyal, Associació de Veins del Cabanyal-Canyamelar y Asso-

ciació de Veins Paviimar. Contó con la adhesión de Izquierda Republicana, PSPV-PSOE, Bloc, Esquerra Unida, los sindicatos

CCOO-PV, UGT-PV, STEPV y decenas de entidades cívicas y culturales, entre ellas, Acció Cultural del P.V. En resumen, todos

menos el PP inmovilista-inmobiliario.

"El Cabañal es nuestro y lo queremos entero y vivo"

El Ayuntamiento de Valencia está realizando obras en la fosa común de la Sección 7ª Derecha para instalar sobre la misma un monolito “en memoria de todos los que dieron su vida por la España que creían mejor”, es decir, se utilizan a los miles de víctimas del franquismo en ella enterradas para hacer un monumento a sus asesinos, criminales implicados en el golpe de estado de 18 de julio de 1.936, causantes de la muerte de cientos de miles de personas por la guerra, el hambre, los fusilamientos, las torturas, las epidemias, la cárcel, las enfermedades…, delitos tipificados como de crímenes contra la humanidad. Desde el descubrimiento de las 6 fosas comunes del cementerio de Valencia, que ocupan entre todas ellas una superficie de 41.020m2, Rita ha intentado ocultar y destruir la única fosa que queda, construyendo encima 1.030 nichos, llevando los restos de las víctimas junto a los escombros y la tierra, para ser utilizados en las obras de acondicionamiento de los alrededores de la muralla del castillo de Sagunto. Suponemos que los antecedentes familiares-militares de Rita tendrán algo que ver… Incluso para desviar la atención la iglesia católica intentó correr una cortina de humo construyendo la “Basílica de los Santos Mártires” conocida popularmente como el “macrosantuari”, para rendir homenaje permanente, según ella, “a 233 víctimas inocentes de la Santa Cruzada”. Siempre igual.

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La Placa Laureada de Madrid fue la más preciada condecoración militar concedida por la República Española durante la Guerra Civil, sustituyendo a la Cruz Laureada de San Fernando. Se concedió únicamente en cuatro ocasiones siendo los galardonados Vicente Rojo Lluch, Luis González de Ubieta, José Miaja Menant y Leocadio Mendiola.

Autor: Jesús Bastante Fuente: Periodista Digital

El Estado paga la mitad de la visita del Papa en 2011, que costará 50 millones de euros A cambio del apoyo, Rouco se compromete con De la Vega a reducir las críticas al Gobierno.

La futura visita de Benedicto XVI a Madrid en agosto de 2011 para la Jornada Mundial de la Juventud contará con el "total apoyo" del Gobierno, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento, según aseguraron los responsables del evento. Un encuentro eminentemente religioso y "privado" (no es una visita de un Jefe de Estado, sino del líder de una religión) que costará alrededor de 50 millones de euros. La mitad será pagada con los impuestos de todos por instituciones estatales, mientras que el resto correrá por cuenta de grandes empresas. Entre las que ya han dado el sí se encuentran Telefónica, el Santander y El Corte Inglés. La principal colaboración del Gobierno está en declarar la visita del Papa "evento de interés especial", al mismo nivel que la Ocean Volvo Race o los Juegos Olímpicos. Esto supone que las empresas que financien la misma contarán con beneficios fiscales, que podrían alcanzar el 80% de los fondos. El Ejecutivo socialista ya ha presentado una enmienda en este sentido a la Ley de Presupuestos de 2010.

La "sacristía", en el Ayuntamiento A su vez, el Gobierno ha asegurado dar una "total facilidad" a los visados, y alquilará -para ceder de forma gratuita- el Palacio de Congresos de Castellana, que será la sede del Centro de Prensa. También se cederá el aeródromo de Cuatro Vientos, sede principal de la JMJ, junto a la plaza Cibeles. El centro de Madrid acogerá un Via Crucis y la misa de bienvenida de Benedicto XVI, que contará para la ocasión con una "sacristía" de lujo, en la que se vestirán cerca de un millar de obispos: el Ayuntamiento de Madrid. La seguridad, los transportes y la sanidad también formarán parte de la aportación del Estado, a través de las tres administraciones (Ayuntamiento, Comunidad y Gobierno). La seguridad del evento, la logística y la limpieza también correrán a cargo del erario público, así como los gastos del séquito papal y de la Familia Real. "La acogida por parte de todas las Administraciones públicas ha sido excelente", indicó a este diario Yago de la Cierva, responsable de Comunicación de la JMJ. La colaboración "será total, porque la visita del Papa será el escaparate internacional de España en 2011. Es un proyecto de todos, cultural, religioso y turístico, y todos queremos que salga bien".

Complicidad con Aguirre, De la Vega y Gallardón Cuando aún restan dos años para el evento, el cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, se ha asegurado la complicidad de Gobierno, Comunidad y Ayuntamiento. En las últimas semanas, el purpurado ha mantenido reuniones bilaterales con la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. Como subrayó el propio Rouco, "se han acordado todo tipo de facilidades y ayudas para el desarrollo con éxito del evento". Con todo, las negociaciones se llevan a cabo a través de una Comisión Mixta, que ya se ha reunido y de la que forman parte, entre otros, el subsecretario de Presidencia, Juan José Puerta Pascual; la teniente de alcalde y concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, Ana Botella y el consejero de Presidencia, Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados. En la misma, se acordó la creación de 20 subcomisiones, con presencia de responsables de los ministerios de Interior, Exteriores, Salud o Administraciones Públicas.

Menos crítica al Gobierno La total colaboración del Gobierno, sin embargo, tendrá una contrapartida, al comprometerse el cardenal Rouco a mantener un "perfil bajo" en sus críticas a las políticas del Ejecutivo socialista. De hecho, y pese al deseo de muchos obispos, el criterio del cardenal de Madrid se impuso en la manifestación antiabortista, prohibiendo a los prelados acudir a la misma y no ofreciendo valoración oficial alguna sobre el éxito o fracaso de la misma.

Según confirmaron fuentes eclesiales, durante el encuentro con De la Vega, Rouco Varela insistió en que el objetivo principal es que la visita del Papa -que se dará al mismo tiempo en que el cardenal cumple 75 años, edad canónica para su jubilación- sea un rotundo éxito, y deje poso en la sociedad española. Por ello, se espera que en los próximos meses la ofensiva episcopal contra el Ejecutivo socialista se vea notablemente rebajada.

Desde IR apoyamos la iniciativa de manifestar nuestra oposición a través de las redes sociales como Facebook: http://www.facebook.com/group.php?gid=89630627489

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La decisión acerca de si se puede admitir o no la presencia de crucifijos en las aulas está tomada. Es una decisión que adoptó el constituyente de 1978 al redactar el artículo 16 de la Constitución en los términos en que lo hizo. El Estado español es un Estado aconfesional y, en consecuencia, "nadie podrá ser obligado a declarar sobre su... religión o creencias" (art. 16.2) y ninguna "confesión tendrá carácter estatal" (art. 16.3). No nos encontramos ante una decisión que tengan que tomar los consejos escolares, o las consejerías de Educación de las comunidades autónomas o el Ministerio de Educación, porque la decisión ya la tomó el constituyente. Desde el 29 de diciembre de 1978 cada ciudadano, y subrayo lo de cada ciudadano, es titular del derecho fundamental a la libertad religiosa y ese derecho tiene que serle respetado por los poderes públicos y por los demás ciudadanos sin excepción, ya que, como dice el artículo 9.1 CE, "los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución". Ni siquiera las Cortes Generales podrían tomar la decisión de que hubiera crucifijos en las escuelas, pues en el supuesto de que aprobaran una ley en ese sentido la ley sería anticonstitucional. En mi opinión, ni siquiera mediante la revisión de la Constitución contemplada en el artículo 168, que sería la vía apropiada para reformar el artículo 16, se podría tomar esa decisión, ya que la no confesionalidad del Estado pertenece al núcleo esencial del Estado constitucional, que dejaría de serlo en el caso de que se convirtiera en un Estado confesional. Estado constitucional y Estado confesional es una contradicción en los términos. Pero, en todo caso, para tomar la decisión de que hubiera crucifijos en las escuelas habría previamente que revisar la Constitución, esto es, adoptar la decisión por mayoría de dos tercios de ambas Cámaras en dos legislaturas consecutivas y someter la decisión después a referéndum. Desde el 29 de diciembre de 1978 debería haberse procedido de oficio a la retirada de todos los crucifijos de las escuelas. La retirada o no retirada de los crucifijos no es asunto que pueda ser sometido a discusión, ya que ello obligaría a que quienes participan en la discusión tengan que hacer públicas "su religión o sus creencias" y esto es algo que está expresamente vedado por la Constitución. La simple formulación de la pregunta ya sería anticonstitucional. Lo que, a su vez, quiere decir que a nadie tendría que ponérsele en la tesitura de tener que hacer una reclamación para que se retiren los crucifijos y, menos todavía, que tenga que interponer un recurso ante los tribunales de justicia para que se ordene la retirada. Esto ya supone una vulneración del derecho a la libertad religiosa de la persona que reclama o recurre. Los derechos fundamentales son derechos de los individuos. Los consejos escolares no son titulares del derecho a la libertad religiosa y, en consecuencia, no pueden decidir ni por mayoría ni por unanimidad si quieren mantener o no los crucifijos en las escuelas. Mantener esa postura es desconocer de la manera más completa qué son los derechos fundamentales y qué lugar ocupan en nuestro ordenamiento constitucional. De ahí que no se pueda aceptar los términos a los que se está intentando llevar el debate en nuestro país tras la reciente sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre la incompatibilidad del derecho a la libertad religiosa y la presencia de los crucifijos en las aulas. La decisión de retirar los crucifijos no puede hacerse depender de que lo soliciten o dejen de solicitar un mayor o un menor número de padres, sino que dicha decisión tiene que ser adoptada de oficio por los poderes públicos competentes, ya que el primer elemento definitorio de los derechos como derechos fundamentales en nuestra Constitución es la vinculación de los mismos a todos los poderes públicos. Así lo dice taxativamente el primer inciso del primer apartado del artículo 53 de la Constitución, que es en el que se definen los elementos que hacen que los derechos puedan ser calificados de fundamentales: "Los derechos y libertades (...) vinculan a todos los poderes públicos". Tras la sentencia dictada por unanimidad por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre la violación de la libertad religiosa por parte del Estado italiano por no haber procedido a la retirada del crucifijo de un instituto no puede caber duda de que libertad religiosa y crucifijos en las aulas son términos incompatibles y, en consecuencia, todos los poderes públicos están obligados a ordenar la retirada de tales símbolos religiosos porque, insisto, todos están vinculados por los derechos fundamentales.

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o creemos que sea ético que la familia real (como si las nues-

tras fueran imaginarias) acepte la donación o herencia de un particular. Y tenemos serias dudas incluso de que sea legal puesse considera actualmente a esta familia una institución estatal.A ver si va a ser que con los casi nueve millones de euros quetienen para gastar a su libre disposición, más el resto de dinero

que va incluído -disimulado- en otras partidas hasta una cifrade casi 30 millones de euros, no tienen bastante para pasar elaño. El hecho de que inmediatamente no hayan rechazado esa

herencia, es más que significativo. Va a ser eso, que no les llega… Ya les vale. No es de recibo que en la actual situación de crisis donde millones de familias españolas lo están pasando muy mal (ya se han alcanzado los cuatro millones de parados) a ellos se les permitan todos los caprichos y no hagan ni el más mínimo gesto de reducir su más que lujoso tren de vida. Todo su esfuerzo es el de recibir la misma cantidad que el año anterior, que no les suban su sueldo de nueve millones de euros que pueden gastar sin dar cuentas a nadie.

Debe ser la leche cobrar esa nómina sabiendo que no pagarás ni luz, ni gas, ni agua, ni teléfono, ni viajes de ocio, ni hipoteca, ni coche, ni el personal a su servicio. Tampoco debe estar mal lo de tener a su hijo colocado en un buen puesto, con un buen "pisito" y todo tipo de lujo y servicios. Sobretodo debe ser muy gratificante saber que no tienes que rendir ningún tipo de cuentas a tus pagadores y que puedes gastártelo todo según te apetezca. Partiendo de la base que los españoles no hemos po- dido elegir entre Monarquía o República y que fue designado por un dictador golpista colaborador de nazis y fas- cistas, creemos que es un insulto a todos los ciudadanos el que se nos obligue a mantener a los borbones y sus adláteres sin poder elegir si queremos seguir haciéndolo o no. Parece que nuestro derecho sea sólo el de pagarlo todo y calladitos… Ya les vale. Los colaboradores del dictador se aseguraron que en el referéndum celebrado tras su muerte la Monarquía y su bandera se impusieran sin posibilidad de que los españoles se pronunciaran. Y así hasta hoy. Para tener una auténtica democracia y librarnos de funestas herencias del pasado no podemos seguir así, cuando fallezca Juan Carlos debemos ser los ciudadanos españoles los que decidamos si queremos seguir manteniendo una desfasada Monarquía o por el contrario una democracia completa, es decir, la República. Al fin y al cabo seremos nosotros los que tendremos que pagarlo, por lo que lo mínimo es poder elegir si queremos o no hacerlo. Si por el contrario, se escoge el sostenella y no enmendalla, continuando con la dinastía borbónica sin que los españoles puedan opinar, no se hará otra cosa que retrasar la solución y mantener la voluntad de un dictador sobre generaciones futuras, continuando la ilegitimidad democrática actual. No es ese el camino. Cualquier persona con valores democráticos prefiere que su opción esté avalada por unas elecciones y no sea impuesta a los demás sin derecho a opinar. Cae por su propio peso.

En cuanto al tema de las condiciones leoninas que impone la actual Constitución monár- quica para poder conseguir convertir a España en una República, haciendo que sea en la práctica poco menos que imposible, la mejor opción es el referéndum. Si ganaran los monárquicos conseguirían la legitimidad que ahora no tienen, y si ganáramos los re- publicanos Felipe Borbón debería acatar la opinión refrendada por la mayoría y abdicar. Secretaría de Comunicación IR Alicante

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José Alfonso Martínez es también miembro de la Ejecutiva de IRPV y miembro

del Comité Político Federal de Izquierda Republicana

Recalcitrante, casposa en su actualidad de vieja alacena fermentada al jugo del ayer que no abandona; impregnada de olor a húmeda sacristía y podrida bota herrada, por más que lo intente, la derecha no muda su camiseta; no puede. Aparenta lavarla, pero no la muda. Clausuremos el lavadero; no sirve. Refirió Ramiro, del Partit Republicà d´Esquerra, que las miras de nuestra Izquierda Republicana habían de partir desde el presente -nuevos tiempos- hacia el futuro, cuasi desprendidas del ayer. Ramiro lleva razón. Asienta bien los pies en el suelo y, pisando fuerte, perdonando, clava la mirada en el mañana. Sana envidia tengo a Ramiro. Quisiera. Debiera de ser, pero no. No es que no quiera, que sería deseable, sino que no me dejan; no nos dejan. Al parecer, la ecuanimidad es una utopía y no se nos permite alcanzar la línea cero, el preciso punto desde el que partir en atención a la normalidad; a lo que debiera de ser. Unos y otros, aún desde distintas ópticas, afirmamos a menudo que la historia sólo es eso, sinónimo de pasado, ignorando o no el peso de la afirmación, dependiendo de la circunstancia en que se produce, casi atolondrados si la cuestión es vana o se prefiere el olvido voluntario, pretendiendo anécdota sin reproche en la personal iniciativa. Nada que objetar en tal caso. Deportivamente. Otra cosa es el olvido impuesto desde la soberbia y el autoritarismo, con la connivencia de los poderes fácticos afines. ¿Deportivamente? Cuando esto ocurre, la línea de salida es difícil de alcanzar por más que se intente. Preparados ya para la carrera, situados y prestos, al pronto, erigiéndose en juez indiscutible, alguien determina que el punto de partida es otro... más allá, más lejos; y una vez ahí, nuevamente preparados, resultará que tampoco. Pareciera que la elección del lugar idóneo fuese antojo y desembocase en barrizal, cuando en derecho propio correspondiera y reclamada fuese por los atletas, pista llana y apta. Aburre y cansa, cómo no, la cuestión de la memoria histórica. A unos, por conveniencia; a otros, por impotencia. En tanto quienes acotan aboguen por una supuesta fraternidad fruto del olvido impuesto, los otros, quienes reclaman, contemplarán -humillados en el hastío- cómo se desdeñan, manipulan o tergiversan lícitas peticiones emanadas del personal derecho, una y otra vez, otra, y tres más. No puede ser, pues viene a ser lo mismo que la charla barriobajera: "Si, amigo... te quité una peseta. Pero... porque tú eres mi amigo ¡si no te conociese! No, no... No te la pienso devolver, pero no te enfades conmigo. Los amigos no se enfadan y tú, ¡tú eres mi amigo! Devuélvase la peseta y una vez así, noble el corazón del robado, perdonado el ladrón, quede el abrazo. Pero no. Al parecer, se impone lo primero; el olvido forzado y, en macabra y soez escena apuntillada en el recochineo ruín y barato de la nueva ilustración a que nos tienen acostumbrados los buenos varones -y alguna doña- mal disimulados. No es nuevo. No hay posibilidad, no ya de avanzar, sino de partir. Que se lo pregunten a los sorprendidos descendientes de los represaliados por el franquismo quienes, después de una lucha sin fin; de mil avatares sufridos ante la inmisericorde y reaccionaria actuación de la derecha municipal valenciana encabezada por su ilustrísima Na -doña- Rita Barberá y el fatídico pacto de silencio de adláteres cabizbajos, se encuentran ante la terminante iniciativa de tal corporación, de levantar un monolito sobre la fosa común de la Sección 7ª Derecha del cementerio de Valencia en donde yacen miles de represaliados, menospreciados y fusilados por el régimen anterior, un monumento "en memoria de todos los que dieron la vida por la España que creían mejor", o lo que es lo mismo, se pretende homenajear a los criminales verdugos sobre la fosa de las víctimas. Extramuros, goteo constante de mártires y beatos entronizados en todo tiempo y lugar, la bicolor cercana. Chitón.

No se puede avanzar, no. No se puede partir cuando, por ejemplo, en el manual elaborado por la Generalitat que se entrega a los inmigrantes con el fin de facilitar el arraigo de quienes arriban a nuestras tierras, se evita calificar el franquismo como dictadura ("De 1939 a 1975 se instaura un período conocido como franquismo...") -sic- sin más, y relativo a la II República, se la retrata tan escueta como sanguinaria ("quema de edificios religiosos y asesinatos...") -sic-. No se puede partir. No pueden disimular su casposa soberbia.

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ACCEDE A ESTE ENLACE: http://www.memoriaylibertad.org/Anteproyecto_LVJRVF_MAR.pdf

“Cuando haya sangre en las calles, compra propiedades”, ya lo decía el Barón de Rothschild allá por el año 1757. Aunque a nuestros victoriosos cruzados patrios que, efectivamente, hicieron correr la sangre por las calles de toda España, ni siquiera les hizo falta comprar nada. Simplemente cometieron la práctica totalidad de los crímenes contra la humanidad, de guerra y contra la paz que existen y, después, despojaron a sus víctimas de cuantos bienes se les antojó. Mejor dicho, utilizaron los resortes del nuevo “Estado”, la absoluta impunidad que el mismo les brindaba, para robar, durante años, a las familias de quienes habían defendido nuestra República. Al igual que los propios nazis, apropiaciones de inmuebles, de tierras, de instalaciones industriales, de obras de arte y otros bienes, requisas coactivas de papel moneda, imposición arbitraria de tipos de cambio abusivos en zonas fronterizas y explotación empresarial de mano de obra esclava, fueron buena parte de sus hazañas redentoras de la cristiandad. Todo ello a pesar de que ya desde el derecho de la Haya de 1907 estuviese prohibido someter a la población civil a saqueo, y se estableciese, además, que la propiedad privada debía ser en todo caso respetada, sin que pudiese ser confiscada ni objeto de pillaje. A pesar de que no sólo es imprescriptible el enjuiciamiento de los verdugos, sino también lo es el derecho de las víctimas a la restitución y la reparación de los perjuicios causados. O tal y como señalan los principios ONU de protección de los Derechos Humanos mediante la lucha a la impunidad: “la amnistía y otras medidas de clemencia no afectan al derecho de las víctimas a reparación (…) y no menoscabarán el derecho a saber”. Lo que no sólo es aplicable a la restitución del patrimonio histórico de partidos y sindicatos, como sí que hemos hecho, sino también al patrimonio de las familias perseguidas. Fuera de España casos como el de la Ley de restitución de tierras a los descendientes de sus legítimos propietarios hecha por el Presidente Mandela en Sudáfrica tras el apartheid – incluida la expropiación a las familias blancas que se beneficiaron del robo a partir de 1913 y la creación del tribunal especial de reivindicación de tierras –, son otro buen recordatorio. Sin olvidar tampoco la expresa prohibición de la cesión de penados “a particulares, compañías o personas jurídicas de carácter privado” derivada del Convenio OIT contra el trabajo forzado – ratificado por España en 1931 – ; ni el propio antecedente del juicio a los empresarios de Hitler en Nuremberg y todos los posteriores procesos judiciales en Alemania relativos al pago de indemnizaciones, como fue el caso de las empresas del Cartel IG Farben, responsable de campos de trabajo como el de la filial IG Auschwitz. A los empresarios de Franco, en cambio, el negocio les salió redondo y nadie les ha pedido, todavía, responsabilidades por las distintas violaciones de derechos humanos de los “esclavos de Franco” – prisioneros de guerra con derechos, según la Convención de Ginebra de 1929 – y de cuya explotación sacaron, ilegalmente, buen provecho, tal y como queda de manifiesto en el punto 67 del Balance de Crímenes denunciado por el Consejo de Europa en 2006. También recogida, en su punto 71, la "privación de bienes" por parte de la legislación franquista en contra de los "considerados republicanos". Como dice irónicamente Jean Ortiz en uno de sus poemas de Mi guerra civil, “El carro de mi abuelo se lo robaron…/y no se lo devolvieron”. Y ya sabemos por el drama abierto de los desaparecidos, de las fosas clandestinas, de los niños perdidos, – a los que ninguna institución busca todavía, por mucha vergüenza que dé hasta el mencionarlo – lo muy poco que le ha importado al actual Gobierno del PSOE cumplir en este tema con nada de lo que haya dicho Naciones Unidas, ni el Convenio Europeo, ni nada que se le parezca. Mientras tanto, ya se sabe, en la España post genocidio los crímenes económicos del franquismo, como todos los demás, van a misa. Con la imprescindible ayuda del velo de impunidad tejido por nuestras autoridades. Qué duro resulta constatar también esto último. La España post genocidio que viene de ser Ruanda o la antigua Yugoslavia, con todas las consecuencias familiares, sociales, económicas, políticas, culturales, que aún perduran entre nosotros, todavía no es capaz de soportar su propio reflejo, ni mirar de frente a los miles de muertos insepultos que salen a la luz con tan sólo rasgar unos centímetros de tierra o de memoria. “Verdad, justicia y reparación”, por tanto, también a los registros de la propiedad, hasta lo más oscuro de los balances contables de los empresarios de Franco, porque los responsables del franquismo, al igual que los del nazismo, fueron en primer lugar genocidas, sí, pero también fueron ladrones. Y nuestro Estado de Derecho no puede reconocer validez jurídica alguna a ninguno de sus crímenes, ni a su posterior saqueo del país. No podemos seguir llamando “derecho” al botín de guerra. El disfrute de las rentas de todo ello debe dejar de engrosar las cuentas de las familias de los genocidas para pasar a los descendientes de sus legítimos propietarios: víctimas robadas y exterminadas por haber sido defensores de la Constitución y la República española, dejadas de lado por nuestra transición ejemplar de las fosas clandestinas y, finalmente, desamparadas por las ilegalidades internacionales de un Gobierno que ha defraudado todas nuestras esperanzas de justicia y derechos humanos para estas personas. ¿Por qué?.

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Pedro Luis es autor de un nuevo libro: "La República en Mexico. Con plomo en las alas"

Es sabido de todos que la mayoría de los títulos nobiliarios europeos provienen del uso de la fuerza por parte de los más desaprensivos contra aquellos que no concebían el asesinato dentro de sus parámetros de conducta ni de sus métodos de ascenso social. Partiendo del ejemplo más cercano, pero que en buena medida es aplicable a todos los países del “viejo continente”, la mayoría de los aristócratas peninsulares lograron tal condición matando campesinos que no podían pagar los impuestos por ellos determinados, matando moros por razones económicas, políticas y religiosas, judíos, indios, negros, holandeses, protestantes o cualquier cosa que se moviera y no llevase el sello de los monarcas más católicos que en el mundo han sido. Eso, antes y después de la unión de reinos que tuvo lugar tras el matrimonio de Isabel y Fernando el espíritu impera. La mal llamada reconquista, que no fue otra cosa que una sucesión secular de guerras y paces entre los hombres más poderosos de la Península para ampliar su poder sin hacer asco a ningún tipo de alianzas de conveniencia, sirvió para seleccionar a los señores de la guerra, quienes agradecidos a sus vasallos más fieles, encontraron en la concesión de títulos nobiliarios una fórmula para fidelizar apoyos. En el siglo XIV, cuando las monarquías portuguesa, castellana y aragonesa comenzaron a tomar cuerpo al calor de la consolidación de sus conquistas, tal concesión se fue haciendo más selectiva recayendo en muchas ocasiones en miembros de la propia familia real, hijos, hermanos, sobrinos y amigos supuestamente libres de toda sospecha. Así fueron surgiendo los condados de Ribagorza, Ampurias, Prades, Urgel, Girona, Cervera, Denia, Trastámara, Alburquerque, Vizcaya, Benavente, Niebla, Carrión o Medinaceli. Era el primer paso hacia la monarquía absoluta en la que todo el poder residiría en un solo hombre apoyado en sus fieles servidores y en la protección de Dios Todopoderoso. Reyes, nobles y monjes armados establecieron un sistema impositivo tan injusto como cruel, pues todas las cargas recaían sobre quienes trabajaban, de tal modo que, gracias a la fuerza bruta, unos y otros fueron enriqueciéndose a través de los años gracias al dinero que los campesinos les entregaban por miedo, o al que les era incautado a sangre y fuego cuando se resistían o alegaban ruina. Los guerreros de toda laya nunca se hartaban de matar y acumular riquezas en nombre de Dios, sin embargo, en las ciudades fue surgiendo una nueva clase social que intentaba escapar a la tiranía de los nobles y a los corsés que imponían a su actividad económica. Fue en las ciudades del norte de Italia y de los Países Bajos dónde apareció de forma incipiente una nueva clase social que fundaba su riqueza en la artesanía, el préstamo y el comercio. Se trataba de una clase mucho más dinámica y activa que pugnaba con la anterior por ocupar el vértice de la pirámide. Mientras que en España, los duques de Alba, la familia más noble del mundo a tenor de los títulos que detenta, apenas fue capaz de acumular otra cosa que miles de hectáreas de tierra, dinero y unas cuantas docenas de lienzos, en Italia, los Medici, los Pitti, los Visconti, los Strozzi, dedicados a la usura, al comercio de ventaja y a la explotación, construyeron fastuosos palacios que asombraron al mundo, reunieron colecciones de pintura que ridiculizan la de cualquier noble español y, a su modo, impulsaron el renacer de las artes y de otras formas de pensar y de vivir. No sería hasta la revolución francesa cuando esa burguesía urbana, enarbolando las banderas de la libertad y la igualdad, logró movilizar al pueblo, en su mayoría dedicado a labores agrícolas, para desplazar a los hombres del antiguo régimen y poner los cimientos del nuevo, en el que ellos, los burgueses, que no tardarían en unir sus fortunas a los blasones, diseñarían un nuevo modelo de Estado a su imagen y semejanza en el que la explotación, el privilegio y la ventaja estaban garantizados por el monopolio de la fuerza bruta. El Estado burgués, con sus idas y venidas, no acabaría de consolidarse hasta bien avanzado el siglo XIX y no de forma uniforme en toda Europa. Se puede afirmar que el burgués supuso un avance respecto al régimen feudal pero en ningún caso que sirviese para superar las desigualdades ni los abusos de los más poderosos sobre quienes no lo eran. Empero, de sus entrañas salió la pequeña burguesía, una “subclase” social formada por profesionales, pequeños artesanos y comerciantes que además de ambición dineraria, tenía otras preocupaciones como la educación de los hijos, la lectura, el amor a la naturaleza o cierta preocupación por la justicia social. De ella surgieron los ideólogos de la emancipación de la clase trabajadora. Hijos de pequeño-burgueses fueron la mayoría de los socialistas utópicos, de los pensadores marxistas y anarquistas. Las luchas de los obreros por conseguir la mejora de sus condiciones laborales, por escapar a la explotación, acceder a la cultura y conseguir un mundo más justo para todos, cubren la historia del mundo occidental desde 1848 hasta 1973, y si no lograron todo lo que se propusieron pese a la mucha sangre derramada en la batalla, no se puede negar que el mundo descrito por Charles Dickens no se parece en nada al que se organizó en Europa después de la Segunda Guerra Mundial: Un obrero concienzudo de finales del XIX jamás pudo pensar en tener un salario medianamente digno, escuela y sanidad gratuitas, una pensión en caso de accidente o jubilación, vacaciones pagadas o una jornada laboral de cuarenta horas. Tras las catástrofes de las dos guerras mundiales, en la última de las cuales se incluye la guerra civil española, todo parecía encarrilado. Vencida o apartada la nobleza baturra, la burguesía codiciosa e insaciable vio asomar las orejas del lobo soviético y pareció comprender que la única manera de evitar la expansión del comunismo era acceder a las peticiones de los trabajadores de sus países con la intención de crear una amplia clase media que se apartase de las veleidades revolucionarias anticapitalistas: Un sistema que accede paulatinamente a todas nuestras demandas y que nos permite vivir mejor no es tan malo como lo que había antes y además es susceptible de ser mejorado. Con el tiempo, esas clases medias fueron acomodándose, es decir dejaron de saber en qué lado de la barricada estaban, incluso pensaron que ya no había barricadas, perdieron el espíritu crítico y de su interior dejó de salir cualquier idea progresiva diferente a la de su interés personal o familiar. Fue ese el caldo de cultivo, en el contexto de la crisis del petróleo de 1973, que marca el nacimiento de una nueva era que llega a su cenit con la caída del imperio soviético, hecho que propició la vuelta al poder absoluto de alta burguesía, una clase en la que se amalgamaba la vieja nobleza baturra con los descendientes de los primeros burgueses y los defensores a ultranza del neoliberalismo, una clase que muchos creyeron desaparecida dadas las conquistas obtenidas por los trabajadores pero que estaba al acecho, durmiente, esperando la ocasión para recuperar el tiempo perdido, cancelando todos aquellos logros sociales que le fueron arrancados a la fuerza por “desarrapados” que nunca tuvieron la delicadeza de respetar las normas sacro-santas e inmarcesibles que rigen el libre mercado. Hoy, quien parece dormida es la difuminada clase trabajadora. Dividida en cien mil castas, en tantas como individuos hay, temerosa de perder lo que ya ha perdido, incapaz de cualquier gesto solidario masivo, de dar una respuesta contundente a quienes han apretado el acelerador de la explotación y no están dispuestos a soltar la presa de sus fauces, los trabajadores de todas las clases yacen narcotizados por una droga de efectos destructores: El individualismo soberbio, inculto y cretino. No se pueden esperar muchas cosas, mas no estén tan seguros quienes ahora cantan de nuevo victoria al contemplar que en el campo de batalla no hay enemigo alguno: Quizá, en su codicia enfermiza y destructora, no se hayan parado a pensar cuantas patadas en el hocico aguanta un perro, quizá esos cabrones que disponen las leyes del abuso y la injusticia no sospechen que del abuso y la injusticia nacen las revoluciones que dan la vuelta a la sartén. Es cuestión de tiempo, puede que de poco tiempo: No hay dinero ni armas suficientes para detener a un pueblo oprimido que despierta del letargo y, al contemplarse y contemplar a los que le rodean, decide asaltar los palacios de invierno, y de verano.

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BOLETÍN MENSUAL MARZO 2010 Nº 54 www.ir-pv.com [email protected]