memoria, nº 054, mayo 1993

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  • 5/13/2018 Memoria, n 054, mayo 1993

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    Director: Arnoldo Martinez Verdugo Mayode 1993 No. 54 N$7.00

    "a 0, emocraciay Iovim ie __os Soc"alesen Arne ica Latina>Atilio A. Boron

    >Pablo Gonzalez Casanova ,...Arnoldo Martinez Verdugo

    Julio F'rieto: San Jorge ye/Drag6n, 1974

    yLewis Coser, Jaime Estay R., Daniel GarciaBlanco,Nazim Hikmet, Jorge Legorreta, Ana Maria Martinez de la Escalera,Jaime Massardo, Alejandro Miguel, PedroJoel Reyes,Raquel libol, Gregorio Urias, Maria EugeniaValdez Vega.

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    Numero54Maya de 1993

    Direc torArnalda Martinez Verdugo

    EditorGeraIliG Unzueta

    Consejo de redacclonJavier Aguilar Garcia

    JOI:geAJi;insoFabio BarbosaArnaldo COrdovaSergio d e Ia p efla

    Leclano L6pez ZamudioGerardo Peiaelli RamosJaime Tamayo Radriguez

    Raquel TibolSecrao r io de redaccion

    Alejandrn MiguelAdmillistrac;;;jll J 1 vensas~ """"".cio. Baldovinos

    Memor ia es una public3Gion mensual del Cen-tro de Estudios del Movimiento Obrero yScciallsra, A. C. Suscripciones ycoJ1:espon-dencia: Monterrey 159, Golonia Roma,Delegacion Cuauhtemoc, CP 06700, Mexico,D. F. Telefonos 564 64 49 y 564 94 42.

    Las ideas y puntos de vista verti-dos en cada articulo so n responsa-bilidad de sus autores,

    ISSN:-0186-1395Certifieado de Licitud de-Titulo No. 6330.Certifi~do deLicitud de Conlenioo No. 5008.Ambos otorgades el 13 de mayo de 1992Precio del ejemplar: N$7.QONUmeros fuera de ci(Culacion: NSI0.00Suscripci6n 12 numeros:En el pais, N$70.00-Norte 'ICentro America, 45 d61ares USAEuropa 60d61aI~ W;SAAfri.ca y Oceania 70 dolares USADiog1!omacio l l : Antonio CarmonaFonnacion en computadora: FedeTico Valdo-vinos TapiaImpresion J I E"cuademacioll: GrMka Color,S.A. de C. V. Chimalpopoca 38, (";.01. Obrera.Yelcfonos 578 96 71 Y588 81 74.Distribucion: En.rique G6mez Cerchado.Humboldt 47, Qentro. DelegacionCuauhte-moe, 06050, Mexico, D. F. Locales cerrados einterior del pais: Publicaciones CITEM, S. A.de C. V, Av. Taxquena 1798. COL Paseos dcT ax 'lu en a, C P 0 45 "0 .Telefono 549 7 3 2 9.

    La Escuela de las Artes del Libro~Raquel Tibol 4

    Estado, democracia ymovimientos socialesen America Latina>-AtilioA. Boron 50.

    La democracia de los de abajoy los movimientos sociales>-Pablo Gonzalez Casanova 20

    Movimientos y crisis de] partidlsmo ,~Amoldo Martinez Verdugo 23

    Ante Clinton: las incertidumbres de la relacirin~Jaime Estay R. 25

    Formas y reformas polfticas para el DF~Jorge Legorreta 28Viaje a Barcelona en el barco de Yusuf el desgraciado

    Nazim Hikmet 31Bias Galindo, de la fuerza creadora de Mexico

    Daniel Carcia Blanco 32Farsa del comico difunto~Alejandro Miguel 34

    EI narcotrafico, su naturaleza, sus consecuencias~Gregorio Urias 35

    Una experiencia sindical: la huelga del SME en 1987>-Mar ia Eugenia Valdez Vega 39

    - .Marx, nuestro conternporaneo~Lewis Coser 45

    Formacion del. imaginario politico de Recabarren",..Jaime Massardo 51Memoria de libros

    55Memoria documental

    57IlustracionesSeleccion de Raquel Tibol

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    E n193Q, I aEs . cue laNacio: r; la l d e Be ll as A r te sJ ?ep r-~ la-ensefianza G Ii'1a g rifica con el~ table~. . c im i en to d e t re s. ta ll ere s d~erentes: 0 .1d e m eta lgued6 a cargo d e G ;a rlo s ~Ivaraclo La_i:!~ 0.1de lPaderacon Francisco D faz Be Leon y e . : l de lito gr} uia c en Em ilioAmero, LOs primer as contaetos i3.ecFrancisco Dfaz dtLeon conel faseinante mundo ' S T a n c o se dieren en sunatal Aguascalientes, danae el llberal Jast Mana Chli~vez habla iniciado e n su irnprenta HI E sfrie rz o u na tra-dieioncentinuada pOI 5U sobrino J0Se Trinidad Pedro-Z8 0 maest ro de Jos6 Guadalupe Posada. En 1921, JeanCharlot inicia Ia praotica del gJ!abado en la.Eseuela dePinrura al Aire Libre de Coyoacan, Ahf.Dfaz deLeon sec on vi ert e e n. su emulo Enj :l ls ias ta . .E I impulso innovadgrque vivfa el .meQ io cultural mexicane Ueva a Diaz d e,L ~ 6 n a re aliz ar-e n 1 9 24 , e n la Es cu ela d eJ~ '~ Jltu ra ;a LA :ireLibne de C hu ru bu sco , lo s p rim em s g rab ad os ea l in61eQque se hide-ron en M~ J dCo, De se :a ba l! ::Oot ap ar a los,eslUdiaIl,te~de art6s plasticas. el aJ;IlOT per los iQ ipres OSbleoIisefiados ylas revistas y'libfos bien organlzaooS.En 1929, logr6 abrir en l a ,EsGlJeJa Nacienal de ArtesPlasl icas,untaUer espee ia l izado! a t que puse par DumbreArtes(1I.ei Libra, verdadero anrecendeare de 18Escuelade las Actes del Libra" fundada en 1938 yconverridaen1951 e n E s c ue la Nacional de Artes Gnificas.,La Bscuela de-las Artes del Libro ab ri 6 su s.pue rt asel~ deabrilde 1 93 8; E n 1942, se dispuso q ue laEscuela,que habfa logrado sobrevivir gracias a la sa lu da ble ter-quedad de Diaz de L~6n,guedara incorporada a 1 De-partamento Editmjal y de .Publlcidad de laSecretaefa de

    Naranjo; Re rr ar v d e Jose Guadq{upet :Posada

    La Escuelade lasArtesdelLibro' -:Raque l T ibo l

    Educa.ci6n" cuyo jefe era entonces el poeta Miguel N'.Lira, quien per su Jarg a. experioocia en promocionescUltW':alesy publicadones compcendi6la impoptergable,n ec es id ad d e. ap oy ar un programa de.estudios m as com -p le to . P uc entonces.cuande 56 c re ar on .n ue vo s ta lle re sentre ellea e l . ? ~dibuje d e c o r - a l i v o " encargado-por ~i~de Leona Fel iCIano pena. Postenicrsrentese-abrio el dedibujo de~ : ilust rac i6n d~llibFQI deleuaI se hlciero~cargaFeli ci an o . Pe ii a y ' Ju~o Prieto; este (pintQI" dib:ujante.,i lustradgr,es'c;: ;en6grafo, mae"SUQ, ~&cci to 't ) se fomi6co-InO g ;"aba,dQ rjunto a D faz de L~ ,O n.A m ed td a q u . 1 ; la Eseu.cla de la s /U: tes, del Ubro fu ecr.eclendoi :reuni6 en suseno, C O m o prolesores a e s t u ~diantes;a. unllU;m.et0So~U,po de grabadores en activo.E Ua.s q uerfaa d iw Jg ar sus traba:j0s y estimular ' tanto 'e leenoclmiento de la gra f i ea como el desarrollo de suproducci6n. Animaron aotros colegas yen 19.47erearonla Socied'adMexicana de Grabado re s. A : lc ons ti tu ir se nocontaban can mas recurses que Ia ohra y eI entusiasm~;,pere en la B se ue la d is .p on ia n d e ta lle re s y prensas, y su sIdeas sobre el eultive de las tecnicas eran mas 0 meno 'safines; Elgrupp fundaderde Ia Soeiedad Mexicana de'Grabadores estuvI integra dopor Carlos AlvaradoLallg, Celia CaJder6b~ Pedro Castelsr, Francisto Dla-zcleLe6n,ManueJ Bchauri"GabrieIFernandezLedesm.'a,Qscar Fri as ; RaulGamboa,AJberto Garda MaldonaUo,~geJ Navarretc! ,. Susana Neve, Ma riano P ar;ed es, P eli~~amr! P en a , Rafael Pefia, Julio Prieto, .Agapi to Rin6nPwa, IgnacIo Rivera Ruano, 'Peodorc Ri~er(jll, J o s eJu1io 'Rodri gu .e z, C a rlo s S an dova l, C a rl os S au ced o, G us-tavo$avi'n, K6 10m an S ok ol, Franciseo Vaz qu es , Em ilioVera,. Mauricio Yfuiez yi'\ngel Zamarrlpa, .En la asam blea del 23 , d e octubre de ':I;95 .31n la queFelioiano Pefiafue aombrado presidente y Eraneisce J'Vazquez secretaria, quedaron ap robadQs loses ta tu to sde IaS~G: TodQS L2.smiembras . fund .adores par tieipa-ton en Julu \) de 1 948c en la pritnera e;~p.osici6n.d e le :m ism a.presearada en.la A .so daci6 .nM ~ C ana de P erio-l1ista~.~PQftantes c )g J0 s ie io ne s s e pr.omavi.eron luegoen .disUn(as partes del pais. En 'uno de las catalegosFe licianm P6ii :a,es f fib iO ' : 'lUna de los prop5sitosqu~p ersig ue esta S o c i e . : d a U de Grabadores . a : l espone r Laob~a.de. sus socioses el de Interesar a l publico, en la sac t i v i dades d el g ra ba do que como mani fe st ac ion artfs-tiea, tanto por su tr.adicl6Dc9mo par 1a obr-a queseproduce aetualmeate, tiene granimpodancia,en nuesteepais". C asi ted os lo s ooiem bro~ de la..s~Gcela:borarollenla reyIsta Att~ delLibro,publicc;i6n tie la eseuela,d e l a~ q l! lemu~h()s fueron maestros a alamnos. y que losaglut1Do g rem la lment e . . tt l '

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    1 La izquierda y fa cuestion. democrdti-c a e n A me ric a La tin aa ) L a c on ce pc io n "m in im a lista "d e la d emo c ra ci a

    Lslaboriosos avances dela de-mocracia en America Latina han

    veniclo acompanados po r un sa-ludable resurgimiento del. interes pordiscutir larica multiplicidad de signifi-cados conrenidos en Ia propuesta de-mocnUica.1Algunos ~ entre los queseinduye un segmento muy importantede la izquierda Iatineamericana - seadhirieron a una concepcion que sos-tiene que Ia democracia es un proyectoque se agota en la mer a "normaliza-ci6n" de las instituciones polfticas, Paraqu.ienes son tributaries de esta perspec-tiva, la gigantesca empress de instaurarla democracia se reduce a la creaci6n einstitucienalizacion de un puro ordenpelftico ~ es decir, un sistema de reglasdel juego que hare abstraccion de suscontenidos etices y de la naturaleza pro-funda de los antagonismos sociales - yque.solo plantea problemas de goberna-bilidad y eficacia administrativa.Asombra comprobar como algo aprimera vista tan sencillo y razonable,como sugieren las partidarios de esatesis, haya podido despertar, a 1 0 largode lit historia, pasiones tan desbordan-tes y preci pitado resistencias tan encar-nizadas, provocando en los mas diver-sos tipos d e s oc ie da de s . re v ol uc io ne s ycontrarrevolucicnes, sangrientas gue-rras civiles, prolongadas luchas reivin-dicativas y salvajes represiones.2Par eierto que las simples y desluci-das imagenes que ofrecen quienes hoysostienen esta concepcion rninimalistade ladem:ocracia poco tiene que vercon la que nos legaron algunas de lasmas grandes cabezas d e Ia te orfa politi-cal desde Platen hasta Marx, pasaadopor Tocqueville y muchos otros, Ade-mas, el "relata" clasico -si se nos per-mite utilizar un termino poco apreciado EI presents texto corresponde al informe pre- 'l iminar del Seminario-taller, reatizado a con-vocatoria del Foro de Sao Paulo las Mas del 25all7 de marzo en la Ciudad de Mexico. Representante del Frcnte por laDemocraciaAvanz ada , n rgan iz a ei dn po lt ti ca argentina.1. Una diseusion semejante, acerca de la natura-leza de los regfmenes autoritarios, ocupe abuena parte de la iarelecruatidad latinoameri-cana e n la s S e le nta s. Vease, al respecto, nues -tro Estado . capi ta/ i rma y democrac i a til Ami -

    Estado, democraciay movimientos sociales

    en America Latina *....-AtilioA. Boron="

    Celia Calder6n:RetralO de 1 0 r UM N lc oltn , 1 95 4

    2. Esta vision minimalista y politicista de ladernocracia puede encemrarse en Manuel An-tonio Garre.t6n:RecoIISmlir l apo lt ti c a. T r ans i-cion )' t;Olls-olidacioll deinOimir{ca en Chile(Editorial Andante. Chile, 1987); en AngelFlisfisth, Norbert Lechner y Tomas MouHan:, Problemas de la dernocracia 'J 13polftica d e -moer at tc a e n America La ti na ", e n VanDS: D e-mocrac i a y desar ro l lo e l lA lT ,I c r icaLlllillo(GELAIgtntina, 1985). EI volumea colectivo campi-lado par Guillermo O'Donnell. Philtipe

    r ic a L a ti na (Imago Mundi. Argentina. 1991),pp.11-64. Un perceprivo balance de esta discu-s i an sc encuentra en Enrique' Baloyra: "Lat ra ns ic io n d el a ur or it ar ismo a laderrrocracia enel Sur-de Europa y en Ame.nca Latina: proble-mas te6ricos y bases de comparac.i6n', en Ju-Jilin Santamaria (compilador): Transitioll a /0d em o cr ac ia e n e l S ur de &ropa y Ame ric a L a-t ina (Centro de Investigaciones Soci916gicas.Espana, 1982) pp.287-345.

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    por los profetas de 1a posmoderni-dad - gosa de una venlaja decisiva: losdatos emanados de la voluminosa h is -toriografia re la tiv e a l proceso de esta-blecimiento de Ia democraeia en lassoeiedades moderaas - y de la cuallaobra de Barrington Moore constituyeuna sintesis ejemplar-, Ie asignan ina-3 .pelablemente la raz6n.En todo caso.ysin entrar a eonside-rar un tema que escaparfa de los lfmitesdel presente trabajo, conviene tamarnota de la s perniciosas ~plicacioneste{)J:ieas y pohtice-ideolegicas de estetriunfo contundente -ann dentro deciertas fuerzas prqg:re_sistas- de lascencepciones schumpeterianas que re-ducen la democracia anna cnestioa dem ero de, a ex pensas de las fo rm nlacio -nes c lasicas , en l as c ua le sl a d emoc ra ci aes, antes que un metodo para formar ung ob ie rn o, u na condici6n de la sociedad'vil4Cl Para quieaes comparten esta Ultimaperspective, Ia posibilidad de que larefundacion del orden democratico eoAmerica Latina se agote en la purarestrueturacien de J regimen pcllrice esmotivo de bonda preocupacian. Enefecto, areemos que no se puede com-prenderel significade que tiene Ia re-cuperacioa de la democraeia 5 1 no se laconeibe como un proyecto ines.cindibleque reposa sobre dos exigencias: poruna parte, un conjunto de reglas "cier-tas" de1jnego que permita instituciona-lizar - y provisoriamente resolver=-los antagonismos sociales-y llegar a re-Schmitter y . U;wren(le ' Wi thehe ;ad , Tt ; lTnsicio-fllZ.desdeWi gobiema aUforiJprio (paidOs. Ar-gentina, 1988) contiene nemerosos trabajoSque s e in sp ira n e n e sta t ra dicie n, a un cU ii.ljd oes Jlrec~ subtayar que De toilos se J ldh iere l le on ig ua l entusiasmo a sus premisas, mientrasqueorres se apartan pruden t emen t e de S I , I $f6rmulacion eSmas radicales, La mas CKpLfdtay elaborada justificad6n de esta perspectivarea.li~d~ en eJ l!mbito di la oieneia polfticalatinoamericana se encucntra en laobra deCar los S t raSser : Para ui lO leon a de l ~ de l1 l oc ra -c ia pasible. Jdealizaciolles y Iwrfa pa1Jlita(GEL. Axgenti~, 1990) yPara' Imp (eQrla delo s donocrada posible. La de mo cr ada y I(i'democr6t ic -G. (GBL,1~1).3. Barringt,on Moore, Jr.: Sodal Origills o f Dic-Ul10rship. an d l 1emoc racy (Beacon PresS. EO .1%6).4. Hemos examinad-o iii dl'cnso &ste punto ennuestro &tado, Capltalislno y Democrac.iaenAmerica Lat1n.a, citado en la nota 1, cps. 25.CE.J~h Scbumpetet: Capila / ism, Socialismand Dempcracy (31. Ed. Ha1'J?Cf , : ferebb06k!i.pU, 1950), c p s . 2023.

    sultades "inciertos" y provisor ios, elid ec ir , n o s iemp re 'n i necesariamente fa -vorables a IfS iatereses de las clasesdominantes .:Por otra parte) la democracia tam-bien contiene una definicitin de la"buena sDcie ._dad". : .n las eoneepcionesliberales esta visian significa la coosa-gracion del capitalismo como puato fi -na l de Lahistoria,en e l c ua l la democra-cia n o. s erfa o tra c os a q ue e lre ve rs o delimperio del libre mercado.6Para qnienes se adhieren a la tram-eien seeialista, en cambio, la c onc ep -ci6n. de L a "buena soeiedad" rematadialeeticamente en el soeialismo, Estapostulaai6n se articula en tom 0a dos. eje s: 1 a ig ua ld ad oonoreta de los _pro-ductores y la llbertad efectiva de losciudadanos- de los cuales se derivanno s6 10 la im agen de una "utopia posi-t iv a ", e se nc ia l e n cualquier proyecto detransformacion social, ~ino~rq,bieDuna propuesta de reforma social ques up rima l as f la gr an te s i nju st ic ia s d el c a--pitalisme y oriente a los agentes socia-les de la transformaciea en los traieio-neros Jaberiatos de la coyuntura. Solopar esa via habra de superarse el hiatoque separa la ciudadanfa polftioa .abs-tracta, que la demoeraeia burguesa t~-lera en nuestras sociedades de Ia des-ciudad anta social coucret a quecaracteriza a las sociedades eapitalistasde la periferia ..N o es u na co nsid eracio n se eu nd ariaagregar que esta c on ce pc io n in te gra lde Ia : demeerae ia no s610 es te6rica-mente correcta -por cuanto, a dire-reacia de las otras, desmitifica su natu-r aleza y permite comprender lasvicisitudes hist6ricas de sn constitu-. . . - _5. Vea,se A d am Paeworski: CQ{Ji lol ismo y s o - ~cialdemocracia (Alian2.a Editorial. Espal'la,~988),pp.1S9-168, para U T l o \ ! discusiQo scbreelpapel de la siempre 'relat.iva "incerridumbre"de resultados er, laconstitllCi6n dell1democ~-eta capitallsta. Creo .que la rormulaci6ndeRrzewors~i setia ma s satisfactaria sise t l c j a r ae n cI.a ro que en' cierto tipo de conIlictos lademocra_eia capitallsta no 3l:imite ningiin lipode incertidumbre e n cuanto a su desenlac ..i,D6n:de esta el plebiscito popular eo el que Sel J a )' J Iv o la d o , Ia propiedad p r i vada d.e los me -djos de produccio'l. 0lacread6n de un eitrcj[oprofesjonal-? ~!,a;s son ~uestione5 que ni si-quiera se disculen. Tomando un c a s o mucrbom as sen cillo, i.en qu 6 P lIiS de Amen t a Latinae.1pueblo {ue convecadopara.r.esolver mediante un p le b is ci to 5 1S debe 0no pagar la deudaextema?6. Hem~examinado e.ste punto en .Es~ado,Capi(al imlo y Dtunocrac ia el l Ammca :Larilla,__

    ci6n, crisis y recomposicien en las so-ciedades conremporaneas -, sino que,en terminus practices, es la-unica quepermite legitimar al regimcndemQCr&-tico en una regi6n del planeta en I a cuallas improntas autoritadas del capitalis-mo se han m anlfe ;stad o co n u na sing u-lar iotensidad?Qu e J a t ra ns ic io n poUtlca de.Ameri-caL arlnacu lm ine en uno u otto modelode democracia no es una cuestion bala-rli. Es justamente debida a eso que,despues de sefialar con justeza que enAmerica del Sur una democracia ge-nuina nnncaexistio, Jos6 Nun planteaeon claridad Ies alcances practices dedos concepciones que. h Q Y apareeenenfrentadas en nuestro continente:"Sucede que una cesa es coneebir ala demoeraciacomeun metoda para laformulacion y oma de decisiones en el

    ambito estatal; y otra bien distinta ima-gin-aria como una forma d e vida, comoun modo cotidiano de relacion entrehombres y mujeres que orienta y quere gu la a ] conjunto de la s actividades deuna comunidad. Estey aludiendo ... alcontraste entre una democracia gober-nada y una democraeia gobemante, esdecir, genuina,,_8Se comprende entonces que ast co -m a b asta h are muy p oco se b ab Jab a d elaurerirarism estatal - y de sus efectosd es tr uc ti vo s s ob re la sociedad.c ivil y losfnigiles mecanismos d e i nt eg ra ci on deleis capitalismos dependientes -, en laactualidad los nuevas .y viejos sujetossociales de Ja reconstruccion del ordenpolitico se empefian en desentrafiar laspo si bi li da d es p ra ce ic as que uno u otrotipo de democracia ofrecen a sn prota-gonismo. Por eso 1adelimitaci6n de losproblemas de Ia tt:an.siei6n y la consoli-daci6n de esc regimen politico al espa-. cie restringido de 10 que podriamosUamar la "ingenieria polItica"-esde-

    cir, el gebierno - constituye un serioequivoco ..Esto es asf, dado que erige,por un capricho del cpncepto, esa arti-ficialmuralla e .ntres:oc:iedad, ecooomfay polftica que provoc6 La penetranfe

    7 < . Acerca de este tema vease aJose Marla Ma-ravaU: "Las razenel' del re(orplismo. Demo,cracia y poUtita social", en Leviman. No. 35,E spa Da , pr ima ve .ta d .c 1 98 9i 'ITll. lestro E$tado),Capittil imlo y:lklnOCI"ocia ell Ame r ic .a La ti na ,C a E . 5S. G r . J o se : Nun.:Lan:beli6f,del coro. SlUmQSsabre to roc ionaiMLJd po/ltica y eJ sauido (10-nuin (Nueva VisiOn. Argentina, 1989),p. 61.

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    cntica fild joven Marxal fetichismo delEst ado burgues y la impugnaciongramsciana de Ia rfgida centrap0.iici6nliberalentre 10 p ub lico y 1 0 privado.9 Yaenotra oportuIiidad nos referimQs.alasI ns an ab le s lim i ta cio ne s d e esra coneep-{ ; i6n schumpeEeriana de la demoeracia,que la . reduce '3un s imple metodo parala coastitucien de la antoridad publica,y por esa razon no vamos a insistir una'. 10 Cvez mas en este punto. . .. olIVl .eneem-pero expresar nuestra preocupaci6nante el hecbo de que Ja imprescindiblerevalorizaeion de Ia demoeracia parparte de la izquierda latinoamericana- }3'roducida alealor de una derrotaq ue en.m nchos casas l:ambien h a sig ni-f icado unaeapirn lac ion ideol6gica ta nsuperflua como inadmisib1e- ha llega-do t an l ejo s como para, en cierroscasos,hacerla adherirse aerfticamente a unavision empobrecedora ya la postre sui-cida. de la misma, y que no se compa-Ieee con los, desarrollos teoricos y :p ra ctice s q ue Ia democracia ha experi-mentado en mnchos pafses.u9'.V6ase,principalmente-, Karl Marx, "Sobrelaeuesncn JudIa" y "E n tcrno ala. cri!iea de laf l_ 1o so ff a - d. cld er ec ho d e H e g el y o tr os e ns ay os ,lnltoducei6n".,cn Karl MaD( y F.ri.e4TithEn-geJs, LP Sagrado Familio (Grijalbo. Mexico,1958), pp. 3-38; AnlQnio Gramsei: Nate SillMachia'PJili, Jut la po/ ir i ca eS! .! .l Io sIQto.modeh.!O(Eina.udi. Italla, 19(6), pp. Z9-62; 125 13 .3 .1.0.cr . '' E. nt re H o bb es y Friedman: l ib~ra! ismoecoaomleo y d es po tismo b ux gu es e n Am~ ric aI;ati~", e n ml E$ zot ip , C: i1p i la l i s~ lI Ioy Democra c ia e n Am~ca L at in a ..Cap. 2.11 . V ease, por cjemplo, el irabijo de DavidHeld , Mode,1s o f Demoo.racy (Standford Uni-" ,em ily P re ss . E t! , 1 9 87 ) y [a s pJa.nol;aJ:efle,xio-

    Manuel Eehauri: Pa lsa je ; 1954 -1955

    F ue p rec isam en te par esto queA g :!ls tin C u ev a considero n e ce s ar io r e-futar esta teadenoia a considerar a lademocracia como una categorfa exclu-s ivameote"poul ' ica" j referid a tan s6 10a u n tip oesp eeffico d e relaciones entreel Bstado ylaseciedad eivilearaeteri-zado par el imperio de la libertad, elpluripartidismo, la s elecciones periedi-ca s y e1imperio de Ia ley y cnya efecti-vidad se supone que esta apriorfstiea-mente garantizada mas alla de suscondiciones particulares de existeneia,De. ah f queeste autor eoncluya queestas reglas del juegndemoeratico" . .. en s f rn isma s me parecen PQ$itivas;pero con la salvedad de que nunca Inn-cion an d e man era indererminada, 0seacon independencia de su lnsereionenciertaestructura mM compleja que esIa que Ie s infunde una y otra orienta-" ,,12cIOn. .ne s C B . Maq ph e -r so n en T he life a nd. t im es o Jl ib e ra l 'deml1 ,c raey (D~foro University Press.BU, 1977) Yde Garole Pareman, Par:l icipmiOlIamtDcmacrt1iic Theory ( C a. m In i d ge U .n iv en it yPress. EU, 1970), las cuales inrroduecn una. s er ie d 'enecesar ias ysa ludabtes co;.mplcji tacio-nesen eJ [flltamicnto'di: la cl!esti6.n de la d e -mOC't ac ia .Cabc oon si gn ar qu e simi lares prece-sos de deslcmbramiento Se ha producidoenralaci6ncon el "met~a.do!'. investidcen estenuevo elima ideo16glco que nes a'brum~ deca.raclcnsliclI"S magieas hasta ahora desconod-dasen ta hjstoria I

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    tiempo despues habrfan de cobrar unmuy' a'lto precio ante semejante 05a-.l~ 13wa.Deesta forma, los alentadores avan-ces politicos .registrados en los ochen-tas fnernn acompaiiados par un marca-do empeoramiento de Las condicionesde vida de las grandes mayorfas nacio-nales, r edo 1 0 oual no puede sino en-sombreesr el futuro de Ia democraciaen rmestros parses. Las tendencias re-gresivas en la distribuci6n del ingreso yla riqueza y la cafda de los consumospopulates son rasgos que no solo estanpresentes en las economfas latinoame-ricanas que todavfa no han completadosu "ajuste estructural" 0que han fra-casado en dicho.enrpefio, sino tambienen paises como Chile yMexico, que enla literatura neoliberal aparecen como10:;moCielos a, imitar", A diferencia de10 oeu rr ido en p re via s o le ad as demo-cratizadoras - en la inmediata posgue-zra, par ejemplo - , en donde las trans-formaciones pollticas integraren avastos sectores soeiales previamenteexeluidos y postergados, en AmericaLatina la redemocratizaai6n vineacompafiada por Ja pauperizacion deextensas franjas de la sociedad civil.E l interrogante crucial es el siguien-te: l.basta quepunto puede progresar yconsclidarse la democracia, ann unad em ocra cia ca p ita list a, en un cu ad ro.de inmiseracion generalizada comoelque hoy 'en dfa afeota a las nacientesdemocracias de America Latina. quecareome la c iudadan ia sust an ti va de lasmaorias naciouales pr ecisamentecuando mas se ensalza su emancipa-ci6n politica? Esta democraeia preten-de integrar polfticamente a las masas y ,simultaneamente, aplica diligentemen-13.F.sla suttestimad6n de lo,econ6jnico, conde-nado in-iota earno mere "eccnomicismo" en -contro en ciertas eorrientes de las eiencias 59 -dales norteamericanas abundantes fuentes deinspiraciOn. FaJ; t icularmentc irifluyente [\Ie laobra de Theda Skocpol ,prineipalmente su E s-la tWs Y r~oluc io"e .s sociales (Fo~.dode Cui tu E :3Econ6mica. Mexico, ,19.86)ysu contribucien alvolumen c!)lcctivo co",pilaElQ pOT I.a m,smaTheda SkocpeJ, Peter Evans y Dietrich Ru.es-chmeyer. Br i ng i n g t h e $ t a. t~ b a c k in (CambridgeUniVCI;$i tx Pre~ 19$5) . "Bringing the StateBack: In: Strategies of Analysis in Current Re-,searcb",pp. 3-37. Una critica a los excesos del"po li ti c ismo" p l .l ede 'vers e en nues tr o "E st a. do -lattfa y t eon as lestadOcentrioas': notas sabrealgunos amilisis del &ralio ~n el ~pitalismo~ontemJ!Ol 'I in .eo",en E1 Cicio p ar A sa lt o (V.ol.I, N 0. 1 . :A'rgentina, VCl" II no e 1 . 990 - 1991 ), f i P .97-124.

    te "polftieas de ajuste" que Ias.excluyeay la s marginan; se reafirma ret6rica-mente el valor delEstado como ambitode la justieia y como instaocia .deredis-tribuci6n de ingresos Y reeu rso s 'y, alm ism o tiem po, se 1 0 saerifica y desman-tela en aras del reforzamiento darwi-niano del mercado.. Es indudable, pues que el estudiode los correlates econ6micos de la de-mocracia, asf como del. desempefioeconomico de Jos reglmenes democra-ticos, es un asunto de tanta trascenden-cia cemo el adecuado disefio del.siste-rn a politico y de l o s mecanismos derepresentacien popular. La democra-cia no convive pacffieamente con losextremes: Ia gen_eralizaci61,lde la po-breza extrema y su contra parte, el for-taleeimiente de la plutocracia, son in-compatibles con suefectivofuneionamientn. Cuando las pobres setransform an en indigentes y los ricos enmagnates, sucumben la libertad y la de-moeracia. La primera no puede sobre-vivir alli donde uno est. dispueste avenderla "per un, plate de lentejas" yotro disponga de la riqueza suficientecomo para comprarla a su anrejo; lasegunda se eonvierte en un rito farsic6pr ivade de t od o c on te ni do , abriendo elcamino al "sineeramiento" entre eeo-nomfa, sociedad Y polftica par la vfa de1arestauraeion plebiscitaria de la dicta-dura_14 '.Pero, esta preocupacion por las ba-se s y las c on sc cu en eia s ec on em ie as d ela demoer ae ia , l si gn if ic a acaso que lostemas "clasicos" del discurso democra-tico -la soberania popular, la repre-sentaci6n politica, la division de pode-res, e1imperio del derecho, el ejerciciode las libertades 'I f las alcances de laigualdad - son irrelevantes en la Iaseactual de nuestra vida polftica? Nadade ese: 1 0 que ocurre es que estas cues-

    tiones no pueden ser abordadas en suparcialidad y en su disgregaci.6n, sinarticularse como los fragmenros de unnuevo discurso que integra en un soloargumento la s reivindicaciones totali-14. Cf. Jean-Jacques Rousseau, D e l CQnrra lOSoc ia l (Alian,~ Editorial. Madrid, 1980). p.57..81 ginebrino se hall(:eeo de las paIabras dePlatpn en Repribl iCfJ (EUDEBA.Ar~n t ina ,1963), parngrafo 552, en cuyo inciso d) S6cca-tts afitma que "una ciudad -en dande veasmendigt: ls andaran ocultns iadrones, rnteros,saqueado.res de u,mpl9s y"elincuen res de todaespecie".

    zanres - es decir, pohtieas y sociales-de laeiudadanfa, Lanovedad de l pe ri e-do de transici6n abierto en IQS ocbentaseousistio precisamente en el heebo d eque las lu ch as p op ulares fu eren p lan-teadas teniendo eem o eie principal lo stemas fundantesdela teoda demoera-tic? c la sic a, p ee o complementandoloscon las nuevas preocupaeiones par lajnsticia y Ia equidad que, gracias a las ec ul ar I uc ha de l as c la ses subal te rn a s,S6 convirtieron en compenentes esen-eiales de las nuevas rewmdicecionesd~moqnitj~s.15 Una vasta y eemplejaserie de demandas sptialeS, a vecesva-gamente formuladas, otras veces ape-n as p re se ntid as, m as que raeionalmen-te elaboradas, parecfan slntetizarse enla aspirad6n d emoc ra ric a, t ra ns fo rma -da ahara en una eficaz "idea fuerza"capaz de movilizar a vastos sectores de13 sociedad civil en su lucha contra eldespotismo politicoyJa creaci6n -0ala recuperaci6n, alii d oa de tu vie ra sen-tido bablar de ello- de la demeera-ci~.16.La. inesperada "resurreccion" de lasociedad civil un fen6meno que, sacn-

    die a los despotismos dominantesmientras celebraban animada y prema-turamente las exequias de sus' eaemi-gos, replanted radicalmente los termi-nos de Ia cuesti6n democrat ica, i.Porque? Sencillamente perque en su for-muJaciID:Oonv~Qcionalesta se eircuns-cribfa a una sene de cuestionamientosy dem andas que se r ef e rf an exe ln s iv a -m ente a . la naturaleza del orden politi-co. No franqueaban el hiato que eI jo -ven Marx habfa idenrificado en latradici6n Iib er al- bu rg ue sa , q ue s ep ara -b a a rtific io sam en re e l bowgeo i s del c i-. to ye n :1 7 Es que el supuesto impllcito en. to da s las elaboraclones que arrancabande la matsiz lockeana era que s6lo elpropietario podia aspirar a.la ciudada-IS . &[~ tem a es exrensam ente tra tado en Sa-muel Bowles y Herbo. r t Gin tis: Democroq ( l fu iC ap it4 /# m . P ro pe rty , C Q rn n wn iJ y and t ht! C o n -tradictions o f Modem Social Though (BaSicB,oo~. EU, l~). A~~de1papel d'el movi-mient0obrero en csta ro:rm.idab"leampliaci6nIf re&finicion del prpyec lo democxati co, veaseRalph Miliband: "El nuevo revisionismo e nGran Bretala' ' '~e.n CuadernosP.ol l t1cos , No.44',Merico, j",lio-dicie.rnbre de l"9&5.'pp. 2 ( } . i 3 S .16 . G f . Pema1'lijo Hen riq ue C a ra os o; "La demo~cracia en las sociedades contemparaneas",enCrf#c, y l/ lo p la No.6. Argentina, 1982,y "LaDemncracia:- .en..Am.erll:a Latin~ en f'wI.to de .Vis/a. No. 23. Argentina, ,23de abrill985.17.K.Marx: o. c. en laDota 9.

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    nfa: esta era la condicion que permitiaarmonizar la existeneia "terrenal" deuna sociedad .- elasista y profunda-mente desigual - con la jgu .aldad ciu-dadana que imperaba.en el "eiele poll-tieo", y que consagraba el liberalismo yeJ.dem oeratism o de un E stade cuya ba-se soeialno traseendfa eluniverse de lasclases prcpietarias, Las luchas popula-res que jalona:ron la evolucianhistmieade la s sociedades burgue-s as ba rr ie ron co n e sa p r:e -rnisa, y ya desde 13primeraguera mundial y la GranDepresi6n el Estado capi-talista solo podia reclamarpara sf el titulo de demo-eratico a eendicion de quereposara sobre una basede masas que era iaeonce-bible e n la teona conven-cional,c) V ita r efo r ma i nt eg r al

    En la vulgata.seudomarxista se pro-cedia sin mas tramitea la cancelaeionde esas- libertades "formales" pretex-tando -su caracter irreductiblementeburgues, como si eI habeas corpus, laIibertad de expresion y asociacj6n e elpredominio de la mayo rf a r epugn as e Jia la teena y la practiea pobtica de la sclases populares, i.0 es que, ta t comecorrectam ente se pregunt6 NorbertaBobbio, una asamblea deobreros elige sus repre-sentantes por 0 1 veto ealifi-cado de susmiembros, oapelando a. un principioteocratico?19 Rosa Luxem-

    burgo, porel contrario,acertadamente sostentaque la demeeracia socialis-ta exigfa lamas rotunda ra -tificaci6n y extension deesas libertades - Iormaless610 en apariencia - me -diante la democratizacion"sustantiva" de la t a b r i c a , laeseuela, la 'familia; en fin,del conjllnto de la socie-dad?O .Todo 1 0 anterior planteados problemas que' dada suenvergadura, apenas si noslimitaremos .aenunciar, 00-jando reservado so trata-miento para otra ocasion,Primero, i.hasta que punto130p le na d emoe ra ti za ci onFflIncis.co O(al: deLeen: Diseiio para 1.0 Bntja, del Estado capitalista pile-

    de iY a vielll: GqrgeiW'MParza! de .saturar el hiato entre laigualdad " ce le stial" d el re ,..girnen politico y la desigualdad "mate-rial" que reprodueen incesantementelas relaciones butguesas de produc-e,ien? Es obvio que el programa de Iademoeratizacion se encuentra aqui CQD-cscollos insalvab les. N o se trata do des-mereeer los grandes adelantes-ebteni-

    dos con la democratizacion de los capi-talismos europeos desde La primeraguerra mundial, ni de minimizar los al-cances del Estado .keynesiano de bie-n esta r d esd e le s.an os treintas: impulsa-das por las Iuchas populares, lasdemocracias burguesas introdujeron

    La permanente validez de la cnticasecialista a las inconsisteneias de unregimen cuyos p r ed i cados igualitaristasy democr4ticos son incongmentes consus premisas practices elasistas y auto-ritarias sigue siende atin hoy irrefuta-ble. Vease, si n o . , el desolador panora-ma ,de nuestras democracias , que semantienen precariamente de pie sobresoeiedades estrucruralmente iejustas,

    Estas novedades estimula-rem un replanteamientoradical de Ia cuestion de-mocratical a resultas delcualla tradieional concep-c i6n "garan ti sta" y exelusi-vista emergi6 coma unarespuestasocialmentein-suficiente. Esto no signifi-ca que l o s v i ej os p r in e ip - io salIf codificados pier dan suvalor, transformandose elldesdefiables ({ormalida-des" que tanto la izquierdadogmatica como todo el pensamientode la derecha reaccionaria corporati-vista se regocijaron en menospreciar,Todo 1 0 contrario, aquellas libertades,dereehes y garantlas individuales si-guen siendo condiciones necesarias pa-ra una demeeracia secialista, Esttl fuereconocido con singular agudeza parun personaje hist6rico de La ralla deRosa Luxemburgo, quien pese a su op-ci6n revolucionaria jamas sucumbioante Ia tentaci6n - que tantos estragoshize en Laizquierda - de denostar alademocracia bur~e~a porser exclusiva-mente "formal", '818.Recue.rdese el intenso debate suscitado poIlas tesis de Rosa Luxemburge a ,pro~sito dela revoluci6n rusaysus ensehanzas, Cf.su 'TheRussian, R evolution'\ en Rosa LuxemburgSpeaks (Pathfinder Press. EU, 1970).pp, 365-395, en dondc;,larevolpc,c;lnaria polaeacadvierte

    que eondenan eada dia a millones depersonas a la marginalidad y e l d esam -paro, Claro esta que, siguiendo el de-rrotero trazado por Rosa Luxemburge.,es importante comprender que el argu-menta de Ia democraoia socialista nadatiene que ver con 1a codificacien queaquel sufri6 a manos del estalinismo ysus acel it os .las implicaciones auroritarias de largo plazo deeier tas decisiones r om ad a s e n I ls ,m es e s ,inicia.Iesde la revoluci6n rosa, Casi veinre afios an-tes, en S U cmeb.re contribuci6n al Bemste; ' I-De baue, Luxemburgo habra planteado enReformo 'Q ReroluCiof l -reprooucida en Obr(l ,SEscogidlls , T orno 1 1(Ed. B r a, M e x ic o, '1 9 7 8) -una aguda dcfensa de . la d em ocr3 cia co mocomponenre impreseindible del prayects so-c ia li st ihU na forml,llad6n actual d e e sta te sts se~ncuentta en Raymond Williams: "Hacia mu-chos soclalis tnes ' ', enE} C i e/ o po r A sa lt o (A M1,No"3 1991)

    19 . Norberta Bobbie: 'Quali alternative a~lade-mocrazia.reppresenransa", en Federico Coen:l b mar .x i smo e 1 .0S ta e II d ib o l ti lo op e r /a milias ir fi .r cY ai ia tla na s ul l t es i d i Norbe r ta Bobbio(Mondoperano. Itatia, 19,"l6), pp. 19-37.2.0.R.LulC,emburg9: "The Russian Revolution",en o. c. en nota 1$, !!p. 393-395,

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    una sene de reformasque mejoraronollj.etivamente las eendiciones de exist-encia de las clases subordinadas, Sinembargo, esto nopuede llevar a ignerarque. aquellas, tnaasformasloaes halla-TOll SUS lfmites en el despotism o que elcapital manruve inc61ume en el terrened e la produccion, liEs solucionable laeentradiecion capitalist a entre demo-eracia polftica y aurocracia economica?No -paTece; almen as, no hay cas o s his-t6ricos que avalen respuestas optimis-tas, Siendo esto < J . S f , surge inmediata-mente una segunda cuesrion: i .esposible eoncebir 'el transite desdeunademooracia capitalista a una demccra-cia soeialista 0 "poscapitalista " comoun deslizamiento gradual y sin rupturasentre dos polos de U Q _ mismo eje? EIpaso d eI a u na . a la o tr a i,e s sim p le rn en teuna cuestion acumulativa 0implica unareformulaci6n cualitativa? La respues-ta en ambos casas es negativa, y la ex-perieneia historica enseilla que el posi-ble trAnsito desde UDa democraciaoapita:l.ista a otra de tipe secialista esunpensable sin r ep la nt ea r, s imU i1 ra n. ea -mente, el tema de la r eve lue lon, es de-cit, la pro fundizaeio n d e Ia democraciay de su eventual remate en alguna for-lila de democracia "poseapitalista" aposteriori de haber ferrnalado algunahi:p6tesis sobre Laestabilidad a largo'plazo de la.sociedad capitalista 0sabrelos factos que precipiten su descompo-.sicien.En resumen, los problemas realesque-aeosan la marcha de la demooraeiaen America Latina trascienden helga-d am e ate a qu ello s referidos a la exclu-sivamecanica del regime 1 1 . politico. Es-tas cuestiones son rnuy importantes,'pero conservarlos encerrados en unaconcepcion "politicista" de la demo-cracia obnubila nuestra visi6n y . es eJcamino mas segure para cooperar con0 1 restablecimieato d el a ut or it ar ismoen la regien.Lo que satisfacta al ideariodemocnaticoen la Grecia clasica, en lasciudades Iihres del medievo europeo 0en lacivilizad60 surgida oon el adveni-miente de Iamodernidad y el industria-lismo constituyehoy en dia n.ad~ m a s-.pero tambien nada m enqs - que laplataforma bist6rica desde la cuallospueblos pugnan por nuevas y mas fe-cundas formas de participacion y deconstrucci6n del poder politico. La de-mocracia ltprotectiva" de los denmhosindividuales. 0 del '

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    de Ia s clases dominantes y resignandograd os importantes de soberania nacio-nalante Ia porencia imperialista y losgrandes actores transnacionales, Parotra parte, a su crisis estructural - suraquitismo y regresiviclad tributarias.Iairracionalidad del gasto, Ia sangria de ladeuda externa, suhipertrefia burocra-rica - 5e aiiade un discurso ideologicoautoincriminatorio que iguala todo 10e st at al c an laineficiencia, la corrupci6ny el despilfarro, mientras que la "inicia-tiva privada" aparece sublimada comola esfera de la eficiencia, la probidad yla austeridad.Esas imagenes dicotomicas de 10"publico" y 10 "privado" DO resisten elmenor analisis, aunque sea por el hechoelemental de que la otra cara de la co-rrupci6n y Ia ineficiencia del "estatis-mo" es el empresario privado que co-

    Francisco Vazquez; Sflllbolo

    rrompe al funcionario estatal, En todocaso, la arnalgama de la crisis estructn-ral del Estado con eldiscurso sataniza-dor del sector publico haacrecentado :su incapacidad para formular y ejecutarpolnicas, La burguesfa, que en el pasa-do apoy6 S1 1 aeumulacion privada enlagesti6n estatal, hoy e desvive per am-putar al Estado todas sus.porencialida-des transformadoras. Su estraregia dedominacion, articulada a escala globalcan la de las fracciones hegemonieasdel capital imperialista la induce a lan-z ar u na o f en s iv a fro nta l, a se gu ra nd os ela reaprop.iaci6n de las empresas esta-tales y de los servicios ptiblicos masrentables. De este modo, los capitalis-tas locales y sus socios metropolitanosobtienen varias ventajas: primero, re~fuerzan considerablemente su controlde la economfa; segundo, garantizan e1

    pago de la deuda externa destinando atales efectos recursos y propiedadesque antes eraa de caracter publico; ter-cere, modifiican a su favor, y de maneradecisiva, fa correlaci6n entre 0 1 me rca-do y el Estado, condicionando de estemodo las posihilidades efeetivas de ac-ci6n que pueda tener algim futuro go-bierno animado pOI una vocacientransformadora.No caben dudas pues,de que J a ta re a m as urgente qu e e nf re n-taran los paises de America Latina en.los alios por venir sera la reconstrue-cion del Estado,a) La cruzada "privatista"La fusion de la crisis f iscal con el dis-curse autoincriminatorio del Estadoque propagan los voceros del neolibe-ralismo ha impulsado a diversos gobler-nos de la region a adoptar polfticas tansalvajes como Imprudentes -y, en al~gunos casos altamente corruptas - dedesmantelamiento de agencias y em-presas estatales a paraestatales, cuyosresultados, en terminos de la provisicnde bienes ptiblicos, SOD has ta aharafrancamente negatives. La "muerte sti-bita" del Estado constituye una asom-brosa novedad, por cuanto significa 1apendular reversion de una tendenciaque habia side enflltica:mente sefialadaen los sesentas y en Las setentas, y quetuvo como- consecuencia elreforza-miento del Estado en casi todos losparses de 1a region. Una somera revi-si6n de La Iiteratura de la epoca de-muestra que el Estado se hahfa trans-formado ell un cemponente central delfamoso "trio" deminante -junto conlas burguesias "interiores" y el capitalmonop6lico transnacional- en los es-tados burocratico-autoritarios y l as d ie -tadurasmilitares de nuevo tipo que, p O Taquellos alios, se ensefiorearen de laregion, ibien su poderio no podriaeqnipararse a l que caracterizaba al=so-cio principal" de esta alianza, el capitaltransnacional, la pujanza de las estruc-turas esratales, la diversidad de empre-sas de distinro tipo que posefa y admi-nistraba, y el enorme volumen de susoperaciones hacian del Estado unagente economico y polftioo de primerorden. A demas , no s . 6 1 0 podia dictarciertas condiciones a las burguesias lo-cales, sino que, en.algunos cases, pudonegociar can el capitalisrno metropoli-tano desde un a po si ci on que Ie penuiti6

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    - como enBrasil, Mexico, eaparte Ve-nezuela- mtrcducir estrictas regula-ciones a sus. neg ec io s e inc lu siv e d ictar{ e ye s d e n ac io o al iz ac i6 n de firmas ex-franjeras,Basta recor dar, para ealibrar lamagnitud de l a ! i transformaciones e x -p erim entad as-e n eso s afio s, q ue la PJiO-blematica de aquella epoca erala de la snac iena lizac ioaes, mientras que hoy.e nCU ala v oz d e ord en es la de l as p r iva ti -zaeiones. No hace mucho se pensaba enla ~parrsi6n del sector publico y.lase,mpresas estatales; hoy en cU:ala orto-d ox ia d om in an te a co nseja "achicar" elEstado, rematar sus empresas - can 1 afuria y el dogmatismo de los CODVet-SQS- ellfunGi6il de esrasnuevas ideas.Esra violenta osoiiacicn en el "climaideo16g ico" del capitalismo tiene, si nduda, .enorme significacion desde e1p un to de vista de la capacidad efectivadid Estado paraintervenir en la vidaeconomica, EI "papel rector" que se leasignaba en la ideologfa desarrellistade la po sgu erra b a side significativa-menrerecertado; sus recur os tambien,Bn consecuencia, sus posibilidadesderegular lo s mercados, neutralizar losefectos desquiciantes del cielo econo-mica y producir los satisfaetores soda-les que requiere la peblacion se ha nvisto tajantemente meneseabades,Entiendase bien: no estamos propo-niendo que la izq uierda latineamerica-na articule una dogmatica apologia delmodele estatal vigente en el antiguoregimen social de acumulaci6n. Aquelera un Estado que, visto desde la pers-pectiva de hoy) ciertamente que apare-ce come sobredimensionado, cernpro-metide inne cesariamente en unai nf in id ad ,de j ur isd ic c iones y marcadopor profundas rendencias deficitarias.Sin embargo, dada la naturaleza "esta-docentrica' del viejo patran de acumu-lacion capitalista, estas deficiencias BOle irnp idiero n desem peaar u n relevantepapel desde Ia segunda posguerra has-ta lacrisis del petroleo: tal como decfa-mos mas arriba.Ias economias latinoa-mericanas crecieron a un -promedioanual snperior a155 % y un vigorQSoproooso de indu st ri al iza ci6n transfor-m6 radicalmente Duestras sociedades.AdeO l i1 s , c uando la s cond ic .i o .oe spo li li -~ 10 permitJan, el impulso de la s 1u-ehas populares MO que el "Stado 10 -t&rvenciOnista." _redistr i1; luyerh.ingresosyriquezas, i nt eg ra se po li ti camen ,t e'a l as

    capas y elases populares, y se les prove-yera de eiertos bienes y servicios ~sa-lud, educaci6n, vivienda, agua potable,transpertes, una legislacion social, et-ce'ter a- a' los cuales prebablemearejam~ habrian accedidosi hnhieran te-aide queesperar lo s beneficios delmercado.23Agotado el modelo. de acumulacionq ue m stalaba al E stado en una po sicionrectora - y sobre el eual se asentabaademas. el. dinamismo deJ proceso decrecimiento->, los defectos e insufi-cieneias del viejo erden estatal adqui-r ie ron .un ear ac te r groresce. En el.enra-recido .clima pr e ducidc por laembriaguez neoliberal, las razonablesiniciativas tendlentes a reformar el Es-tado se transformaron - como en laArgentina menemista - en una irracio-nal cruzada purificadora, Ofuseadosporsu afan deser "mas papistas que elPapa" ydeseosos de probar en los he-ehos su intensa adhesion a los.dogmasd el Cons ea so de Washingtcm, en L ugarde erradicar al "estatism o" - como de-fotmaci6n viciosa de una instituci6nque es necesaria y sa1udable-, variesgobiernos de la region se dieron a 1atarea d~ destruir atEstado, En Argen-tin a, s e privatizarou las empresas publi-cas perc transflriendo escandalesa-mente, a precios irrisorios ysin los m a selementales recaudos - que en el Rei-no Unido, por ejemplo.tomo MargaretThatcher - , su patrirnonio a la an tigua"patria ontratiSla", a multinacionalesprivadas 0 a monopolies estarales ex -tranjeros; se desregularon muchas aeti-vidades economicas, pero preservandociertos "cotes d e c az a' p a ra o l igopol io samigos y amparando i:nnecesariamentefuneiones legitimas de fiscall~aci6n \(por ejemplo, sobre la industria fartna-ceutica 0la alimentaci6n) que elEsta-do desempefiaba con razonable efica-cia desde hacfa media siglo; se redujoel deficit fiscal, pero privando al sectorpublico de los recursos mas elementa-les para interveair con efieacia en la23 , U na suge,(ente discusi6'n sob,re el auge y lac. r is is de los modelos de acumulacion "estado-ce:nlricos" puede ve~ en Paramio. VlSasetambien Ricardo Lagos: "~is. or8SO neol.i-bera] y et rei :del Estado", 1 1 ; 0 Pe;lIsamiell tolbcroamerrcallo No . .5 " eoero.junia de 19.84,pp. '6 l- 1S 8. Y ~artclo. Cava ro zz i: " B eyEl ndtra.nsitions to de-m0cr~9', in Latul"America",ponenc iap rc s. el lt .a 9 :a a l XV Cong te soMund ia lde la A:secriad6n lruemarional de Ciencia PO"Htica.Argentina. julio de 1991 .

    vida econ6mica y social y ahuyentandtcon sus miserrimos sueldes a sus r n ahonestos y leales serYjdores.24b) Las po/ {t iC (J8 s oc ia ie sy la s 'rill/asdel mer cado"Ahora bien, es evidente que, ante I:magnitud d el d esa fio que plantea]Jrapida prepagaci6n de L a po breza 61todo el Continente , el Estado debe e lisefiar un.cenjunto de politicas socialeque neatralicen y corrijan los desquieiantes efectes de las "fal1as" del mercado, que en America Latina ha demosrrado una colosal ineptitud par,resolver lo s problemas de. edueaeionv iv ie nd a, s al ud , s eg u ri da d s oc ia l.m ed i,ambiente y crecimiento ecenemico, pafa rio citar s in o alg uno s e je mp lo s ma6(menos ilustres, 'EI 0St-o de no bater nada, pagandttribute al dogma neoliberal, sera in :mensa, no slllo en terminos de surri,miento humane, sino tambien de de .sempefio economico 'a m ed ian o y .l rg {plazosy de estabilidad democratica , Se on tin ua n la s re nd en cia s m an ife sta da ren l o s ochen ta s , los pafses de 1 a regi61c erre n s erie s rie sg os de q ue las m od ificaciones regresivas que tuviernn lugai

    en el pasado inmediato se profundicery eensoliden definitivamente, dando lugar a un n ue vo tip o de estructura sooiacaracterizada POI su polarizaeioa, be ,terogenerdad y desequ ilib rios, co n ex -tremos de pobreza e .indigencia queconviven - co n ereelente dificult~d-co n otros de riqueza y opulencia, No escon una mano de obra pauperizadahambrienta, cada vez menos educadacarente de Una adecuada atenci6n sa-nitaria, mal vestiday peor a lo ja da c omonu es tr os p af se s podran insertarse en la'ec on om fa in terna cio nal. L as nac io nesque han sobresalido en este empeilchan heche exactamente 10 conrrarioiinvertir consistectementc en e I capitalhumane, 1 0 que ba nevada a reducir lapobfe~ y a constrnir sociedades m a sjustas.2.:}24. Una estimulanterec0l'ilaci6n d e tmbajo5sobre estos temu puede verse en Danjet Muchnjk;EcD1wmlay VidaCotidianaenlaAf.gf:lItina, y e. n Arnald'o Bacco y Naum Minsburg;compiladores: P r iva li za c ion e s. R e s ta u ra c i6 '1de l Escado y TaSo c ie t it uj . D e l P {a ll Pined/} a " l 6 . sAIsopay,i (Buenos Aires: LetJ;a Bue na , 1 99 1)25.Cl CEPAL: Tr 'anS fomWc i6 i t ptoiJuctivo celliequidad (Santiago, 1990) ..

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    For otra parte, a nadie eseapa queuna situacion social de ese tipo -10queciertes economistas brasilefios han da-do eallamar el modele de Belindia: unamezcla tenebrosa de la pobreza de In-dia con Ja opulencia belga - ofrece unterrene eseasamente propicio para laestabilizacion y funcionamiento de unorden democratice. Para gue a s - t o so-breviva, se requiere que en la sociedadprevalezca un cierto grade minima dejusticia distributiva: nuestros paises no5610 se encuentran per debajo d e .es eumbral, sino que - embelesados par elmito neoliberal - rnarchan resuelta ydespreocupadamente en sentido con-trario, No hace falta insistir demasiadoen Ia significacion que este negativedesempefio de la economia tiene sobrela estabilidad democratica y 13 solidezde sus prineipios de legitimidad. Bastecon recordar Quesemej ante pesforman-c e se encuentra en las antfpodas de 10que fuera el rasgo distintivo de la re-censtruccion dernocratica y economicade la Europa de posguerra.26 Los re-cientes acontecimientos de Peru y Ve-nezuela, la erftiea inestabilidad politicade Brasil, la ininterrumpida suprema-cia militar en Chile -apenas disimula-da por Ia Instalacion de ungobiernocivil- )las dificulrades eon que tropic-zan los avances democraticos en Mex i -co, los avatares de la demeeracia enHaiti y los alarmantes sintomas de ladescomposicion de un precario ardenestata1 en Colombia son omioosos re-cordatorios de la fragilidad de las de-mocracias larinoamericanas, aun cuan-do sea buena recordar que est as no sontan fragiles como se temia y que hanres istid a - basta ahara - el peso deuna t r emenda crisis economica ,-Sin embargo, seria conveniente nocaer en un imprudente optimismo, Un-to de la subestirnacion de los factoresque tienden a erosionar la estabilidaddel orden pclftica. Un r6.gimen demo-CTaticO que, merced a las polfticas de"ajuste salvaje", afio a afio empobrecea un mimero cada vez mayor deciuda-danos; 0que transforma en tetra muer-ta la separacion de poderes e que neu-traliza par completo los debilesimpulses participativos desdela base;26. Sobre la experiencia de Europa occidental,VCr nuestro Es t ado , capitalismo y democraciae n A mir ic a L atin a (Imago Mundi. Argentina,1991) - ,cap if \l los 5 y 6 .

    un regimeaen definitiva, que caneelala "ciudadanfa polltica" lograda par lareinstauracion de la demoeracia con la"desciudadanizacion econ6mica y so-cial" provocada par e1apogee del neo-liberalism a puede proyectar una super-ficial impresion de establlidad, hastaque de snbito se produce el derrumbe.La progresiva deslegit imacion de lasnuevas democracias, producto de suineficacia para mejo;rar Ia suerte de lasgrandes mayorias, diffcilmente puedeser consider ada como un elernento po-sitivo en su estabilizaeion y convendrfameditar sabre el impaero desquiciantede ciertas politicas que, en el mediano

    parlamentaria. Sin embargo, 1 0 que seeculta cuidadosamente es que tan de-plorabJe simacion de la s cuentas fisea-les se origina en una cr6nica incapaci-dad de nuestro gohier nas paraexpandir SU S in gre so s p or la v ia t ri bu t a-ria y no enla desmesura del gasto, Con-trariamente a 1 0 que predican algunosde los mas ferVOfQSOS exegetas delneoliberalismo, el "tamafio" del Esta-do en America Latina, medido par laproporci6n del gasto publico sabre elPBI, es sustancialmenre menor que elde los pafses in dustrializados. Decir,par 1 0 tanto. Que estamos en crisis por-que gastamos mas de-Io que debiera-

    plaza, p'ueden destruir nuestras demo-. 27cracras.P ero retornem os el h ilo principal denuestro argumento: ante 1a reileradacomprobacien de que el mercado nohara sino agravar los problemas de 1apebreza y la inequidad social, se aduceque el Estado se encuentra en banca-nota y que, en cnnsecuencia, carece delos recurs os necesarios para financiar .una agresiva politica social que a l me-nos neutralice lamasa de pauperizadosque afio a ana genera la aplicacion delas pelfticas neoliberales.Es evidente que el Estado en la rna-yaria de los pafses de Ia region se en-cuentra en bancarrota, "de rodillas"ante sus acreedores, para utilizar la gra-fica imagen de uno de los ministros delpresidente Menem ante una comision27,.Karen L. Remmert "The political impact ofeconomic crisis in Latin Arne-rica in tch 80's"en AmerkQI I rolilic:~'S ci en c e R e vi ew , Vo\. B . 1 i ,No.3. septiembre de 1991, pp. 777~800.

    JeanCharlot: D o s r na /in ch e s e n c om b ats , 1 96 7

    DlQS - ocultando e] becho de que, en.relacion can el PHI. gastamos muchomenos que Francia.Alemania.Canada,Estados Unidos y muehos gigantes dela economfa mundial- equisale a fa l -tar gravemente a la verdad, M as de lamitad de las economtas industrialesm a s importantes del Mundo destine en1985 mas del S9%de su productn brutoa J gasto publico y, ademas, esto no hacesado de sub ir en L aenayorfa de- loscasos.2 8 La predica de sus Iuncionarios,ministros y b an qu er os seQ in co ng ru en -re s con sus praeticas polfticas, Por elcontrario, en America Latina el ajustefiscal redujo el gas-to publico a los efec-tos de canalizar recursos para el pagode Ia deuda v controlar 1a inflad6n. Afinales de los ochentas, el gasto publicocomo par ciento del.Plf era de 32.8 %en Argentina, 31.2 en Brasil, 36.4 enChile, 31.1 en Mexico y 27.0 en Vene-28 . Ver. cif ras e n ,m iE st ad o , C a piM llsm oJ l D emo -emola, pp. 221-226.

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    z ue la , e s d ec i: r, c if ra s eguivalentes a la sde hace unes veinte aDos;los reeorresen 10$ "gastes sociales" fueron los m assignifieativos.29 Estos guarismos, parotto lade; se eolocaa escasamente porenema de la mitad de lo s valores pro--pins de lo s ca pitalism o s desarrollados,por loenal dif'icilmente podria hablar-se, con seriedad, de que nuestros Esta-des han registradoun c re cim ie nto a be -rranre 'en terminos internacionales. Unreeiente esrud io del Banco Mnndial re-vela que 105 pafses de "bajos ingresos"tienen una proporcion de gasto publicos oh re .e l P IB de123 % , m ientras que lasllamadas "economfas industrial~8 demercado" se situan en el 40.0 %. EnAmtrica Latina, ~I gate publico deGuatemala, Peru yParaguay es del11.6, 13.6 y 14.6 % de sus respectivosproduetos brutes, Las casas son biendistintas a como las pintan los tecno-cratas del Consenso de Washington,c) La inequidad ell et sistema trlbutarioLa anterior no significanegar .que e1gasto _publico en los pafses de La regionno,se administre de Ia manera rnasefi-cjente posible, ni el alto grado de ce-rrl1pci6n =fenomeno que no es sinomucho mas grave Y ' extenso en lo s eapi-talismos desarrollados - que eviden-eian nuestros .apararos estatales, Estoes verdad, pero tambiea 1 0 es que elga sto publ ic o de nuestros pafses es m e-rrer que el de los parses industrializa-des.Pretender "ajustar" las cuentas f is-cales reduciendo aun mas el ga topublico es una polftiea profundamente. irreal y condenada inexorablemente alfracaso. En IArgen Una. par ejernplo, yan o q ue da pe r donde a ju st ar g a sto s, consalaries en el sector publico del ordende los 150 6200 dolares mensuales, consueldos para personal docente quefluctUanen torno a l os 2 5 0 dolares y co njubilaciones que oscilan en.tre120 y 15fld61ares no dejan mucho margen paraun "ajuste" cuando una canasta de bie-nes y serzicios para una familia tipo"osci1a .alrededor d e los 9 00 d61ares. Ung6bierno que paga esos sueidos, qlJecond'ena a sus asalariados y pensiona-dos a la .incligencia, que ba renunciado2.9_CEPAL,>()'. c . . , p. 95 .30. Wadd Bank: World Deve lopmem Report,1991 .1 '1n : Che l l en [ l ;,o / :Deve l opmem (Oxfotd:Ox fo ro Un iv er si ty P re sS , 1 9 9 1) , p. 139 .

    casi par complete a haeer obras pUbli-cas, que se "retira" de 1a salud y laeducacion, que cierra ramales ferrovia-rios y que no invierte ni siquiera parasustiruir los bienes amortizados.iun go-bierno, ea sum a, que ha abdieado de suresp ensa bilid ad so cia l.sc ua l es el g astoque 3dn Ie queda par comprimir?Nadie duda que es necesario equili-brar las cuentas fiscales y producir unareforma integral del Estado. Esta habrade ser, sin duda alguna, una de la s gran-des tareas eon que habra de'enfrentar-se Ia i:zquierda en America Latina. Peroel talon de 4\quiles de 1a.crisis fiscal noradiea en la desmesura del gasto, sinoen la iacapacidad extractiva de nues-t ro s gob ie rno s, y en su debilidad politi-ca paTa doblegar el "veto contribctivo"que las clases dominantes han rmpues-to a las diferentes fuerzas poUticas -democraticas 0 autoritarias - que tu -vieron a so.cargo el eentrol del Estadoen los divers as parses de Ia region. Esrafragilidad, ela-complicidad esJat_a1conlos rices, queda en evidencia cuando secornpara Ia supuesta "alta presion tri-butaria" de.1Estado en America.Latinacon las cifras reales de IQque se pagaen im p ue sto s, A q ui encontramos el he -cho de que, contrariamente a la ideolo-g ia d om ina nte , n ue stra p re sio n im po si-tiva es aproximadamente la mitad de laq ue e xisre en l os pa is c s de la OECP , " Jmuchfsirno mas cereana a Ia que exisre,como promedie, en Africa: a Asia 'que'a la .intensidad del esfuerzo impositivoprevaleciente en las nacienes industria-lizadas,En efecro, rnientras que en 1989 lapresion tributaria (medida CUIDO por-cenraje delPBI) de los patses mas des-arrollados de America Latina oscilabaen tome al17 % y la de Pe ru , P a ra guayy Guatemala giraba alrededor del 8 % "en Africa llegaba a 15.4 % y , en Asia al14.6'%. Par contraposicion, en el con-junto d e lo s p aise s industrializades eracomo prcmedio e137.5 %, excluyendoen todos los casas las contribuciones.por conceptos de seguridad social,31Provee el eje,mplo mas elocuente elanaJisisde las ciftas del irnpuesto direc-to en relacion a 1 PIB: mieotras que elnivel promedio para 10 pai~trS de laOEeD gira en tomo a114 % del PIB,31 Cf. CEPAL: EquidodyTransformaci(m Pto"duct iva . Un En/oquf! }rftegiQdo(CEFAL Chi-I ,e,1992, p. 92).

    apenas s i I le ga b a a1 5 % en M exico; 4eIJ.Brasil y Colombia; 3 en Argentina,Chile, Costa Rica, lJruguayy Ecuador;2 en Paraguay. Peru - y Guatemala; y,1en Bolivia. Estes Estados eapitalisras,que fneron 10 suficientemeote fuer~tes" come para desmantelar sus empre-sas publicas, amputar sUSagencias ad-ministrativas, privatizar tcda clast deservicios yrecertar salvajemente presn-pues to s f is ca le s y gastossociales apare-ce n cemo sorprendentemente d eb iles ala bora de organizar un .regimen tribu-tario mfnimamenre equitativo, 10 quecontrasta con.lo ocurrido entre los 'pal-ses del sudeste asiatica y ,. naJ;llralmente,de la OECp.32 'En segundo lugar, nuestra estruetu-fa im pesitiva es. altam ente 'reg resiva einjusta: mientras que en los paises in -dustrializados los impuestos directos

    - que gravan al capital, las ganancias ylas manifestaciones de riqueza - rep-resentan las dos tereeras partes de Iosingresos tributaries, en America Latinaconstituyen alga as ! como la terceraparte. Par consiguiente, elgrueso de los.ingresos fiscales proviene de.impuestosal consumo, el trabajo y el comercio,$ :i las autoridades estuvieran dis-puestas a producir u na r ef orm a funda-mental de l al eg is la c ion t ri bur ar ia , estaswaves distorsiones desaparecertan enun plazo relativamente breve. Mientras

    tanto, 1a incapacidad del B~tado paradoblegar el "veto contributive" de losgrandes capitalistas y para controlar lafenomenal rasa de ev:asiQDyelusian,im-positive despoja ales distintos 6rganosdel Estado de teda posibilidad de inter-veni r e fi eazment e en la coyuntura, EnArgentina, lo s recursos genuinos cap-tad0S por la via impesitiva parecen in-capaces de perforar el bajo techo en-que .se encuentran acrualmente, y lainequidad de la estructura tributarialJega a tales niveles de perversion queUI.relaeion entre el total de ingresostributados, mediante impnestos direc-tos 0indirectos; yel.ingreso personal delo s dos deciles. de menores ingresQS esmas eleva do que la n;lI~dia.Ysuperiorinclusive en relaci6n: con el deqil de'tnayor~ ingresos. Mientras en 1986 eldecil inferior destinaba 0 1 2030 % deliqgreso familiar a1 pago de impuestos yel siguiente decil destinaba el 27.30 %,la media nacjon,aJ de~caba a tales fInes

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    32 . E.quidady r r am /o rma c ion p r odu c ri v a . _ , . p . , 92.

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    los pafses que mejor tespondieron alacrisis de los ochentas fueron aquellosque reaccionaron mas cautelosamente,y se abstuvieron dea_plicar Iasreccaiea-daciones del Consenso de Washingtonyde arrojar por.la bordal:a anatemizadaherencia del Welfare State.III. Clases sociales y movimientosso c ia le s e n e l c a pit ali sm otatmaamericanoQuisieramos abordar, para Iinalizar,uno de los grandes temas del momentoactual: la relacien de los nuevos movi-mientos sociales con la izquierda y lademocracia en Ameriea Latina. Lamagnitud de los cambios generados porlas transfortnaciones del capitalismodesde Ia segunda posguerra es de talenvergadura que plantea urgentementela necesidad de reexaminar ciertas pre-misas que hasta hace pocos alios eranaoeptadas sin demasiadas discusiones.La descomposici6n y fragmentationdel antigu a proletariado y la reconstitu-cion compleja de las c1ases subaltemasmica esta condenada al fracaso.34 constituyen fen6menos perceptibles aLa crisis del Estado benefactor, in- simple vista, tanto en los capitalismoselusive de sus limitadas expresiones en metropolitanos como en los de 1aperi-fa periferia, es u.nasunto queesta fuera feria. Ninguna fuerza pohtica papillarde discasien. La incapacidad del neoli- puede ignorar 0 subestimar )81 trascen-beralismo para ofrecer una respuesta dencia de estas mutaciones. Como erasatisfactoria, en tenninos econ6micos, de esperar, estas fueron acompafiadas

    scciales y politicos, es asimismo eviden- pOT el auge de una verdadera pletora de(e. Lo que resulta mucho menos clare, teorfas e interpretaciones que difundie-y parece que este es uno de los grandcs ron la"buena nueva", celebrando candesafios CO D que tropieza la izquierda una placentera mezcla de alivio y saris-eo America Latina, es c6mo y can que. faccion el progresivo eclipse del arne-vaa ser reemplazado.35 Las ilusiones de nazante proletariado industrial. De ahfque' el mercado haria mejor y a menor que rapidamente se pusiese de moda elcosta la reasignacion de recursos queestudio- no exente d.e encendidoshacfa el Estado keynesiano se han disi- arrebatos apoJogeticos- de los nuevaspado por complete despues del fraoaso movimientos seeiales y su descollantedel experiments neoliberal en Estados .' papel en la dinamica de las sociedadesUnidos y el Reino Unido. No en vano Iatinoamericanas, ala asombrosa haza-fia consumada por algunos te6ricos dela posmodemidad que con mejor suer-te que los esforzados alquimistas de laEuropa preburguesa, descubrieron enlas entrafias del eapitalismo tardio laf6rmula portentosa que permite "in-ventar" actores sociales a partir de ladialectica del discurso.36

    Diselio y e labor at ion d 'e i 'n u ii erQSpa ra iY v ie ne G re go rio E sp an a/POt Gabriel Fernandez Ledesma y Franciseo Dfaz de Leonel26.l0 % y el deeil superior, el de losmas ricos, canalizaba en esa direccionel 27.00 % de sus ingresos, Desafortu-nad am ente, u na situaci6n como Lades-crita esta lejos de ser una anomalia; sereproduce en casi todos los pafses de laregi6n.33Es evidente que una estructura de'este tipo es insostenible, a la luz de lasexigeneias de 1aetica _poHticay su preo-cupaci6n por lajusticia, como tambiendesde el punta de vista de los imperati-va s de zaeionalidad macroecon6micaque demanda el proceso de ajuste capi-talista actualmente en curse. La otracaradel necesario proceso de recons-trueeion del Estado benefactor es laconcreci6n de un nuevo "pacta fiscal".que ponga fi n a las aberrantes inequi-dades contenidas en el regimen tributa-rio. En ese sentido, sera precise teneren cuenta que no s610 se trata de unnuevo acuerdo entre c1ases y sectoressociales sino entre las diversas instan-cias del Estado: el gobierno nacional,los gobiernos estatales y provinciales yfina lmen te , lo s municipios, Si esta tareano esencarada urgentemente, cual-quier tentativa de introducir un ciertoorden racional en nuestra vida econ6-

    33 . I b. , COil b ase e n da tos d e S antic re (1 98 9), o . c.

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    34. Cf. Ricardo Cardofi:La d t8 a r l; c ul ac i tm de lp ac ta fis ea t. U na i nt er pr eta ai on s ab re /0 evokd611 de l se cto r pub lic o arg em i1 1'o e n las do sa lli m as d 4 ca da s. (CErAL, Doc. de TrlIbajoNo. 36. Argentina, 1990).35. cr . Claus OCre: Conrrat i i er ions ol the WallareStare (MIT P re ss. E U, 1 98 4) Y s u D i s o rg an iz edCapiro/ ism (MIT Pres. EU, 1985). Vease asi-mism"! LudoLfo Paramio: T ra s e l Diluvio . Laizqlliada allle t/ fill desig lo (Siglo)OCl Espana,1(88); Adam Przewerski: Capi to i i smo y Social demoeracia (Alianza. Espana, 1988); Emesto!suani, Ruben LoVuoloy Emilio Tenti Fanta-ni:E l E s ta do B e ne fa c to r : 1 4 . " paradigma CJI crisis(M ino , Oav il a/C IEPP . Argentina, 1991).

    36. Vease, por ejemplo, la obra de Ernesto La-clau y Chantal Mouffe, 'imuyespecialmcnte suHegemo l l (o y estralegia soeiai i s ta. Bacia WIDradicalizacion de 1 0 democrae i a l (Siglo XXI.Espaiia.1987). De.spuesae anunciar -CGn 11m3

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    Es~ censideeaoioaes son relevan-tes por euante, a partir de la tan publi-citada "crisis del marxism 0'; ,'se ha di-vulgado la op.in io.n de. que lasproposiciones t undamen ta les de esatradicien terica babjan si~o '~de .smen-tidas" per l~s hechos.Bn.eonseeuencia,se'Pro~dio.a despachar c o i l alarm antedesaprensiou algunos .temas "elasicos"de esa eorriente, entre los que sobresa-le la euestien de las elases seciales ..IIIl I a c l e teorico-practico dyjade " P C ) ] ' estaverdadera eutanasia de las' clases foecompensado por Iasimetrica exalta-c ion de los nuav~5 aeteres coleotivos; fap re su nta e K tin c.i6 n de la s primer-as seconvi rt i6 e l' ll a. oonditi6fi . de po s ib i li dadde los .segundcs.Ahora hien al reconstruir somera-mente 1a historia .del capitalismo.en e1siglo XX, se comprueba facilmente queS1bien la clase obrera oceidental Iraca-. mqc .! eS l ja n opr ec is amen tc franeiseana- all ec to r b is p an opa l' lan le 'q , :! c I ~ ,P rimc ra ediciond e &te l ibrc, a pa -re cid o e n lengua in gle sa e n'1985

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    a) l Queda a/gUnp ap e/ p ar a/a c la se o br er a?Convendrfa recorder que las leyes demovimiento de una sociedad no desa-parecen pOI un capricho del concepto,Los diligentes teologos medievales seprodigaron durante siglos para demos-trar que la tierra era inmovil y que ocu-paba el centro d el u niv ers e. S u g eo ce n-trismo "casualmeate' remataba en laprimacfa temporal del papado: onmundo inm6vil requerfa una autoridadiamutable, que DO podia ser otra que ladel obispo de Roma. Sin embargo, biensabemos que sus tortuosas lucubracio-nes no lograron alterar en 10 mas mini-mo las pautas reguJarizadas de rotaci6ny traslacion de nuestro planeta, Delrnismo modo; Ia proliferaci6n de acto-res sad ales no decreta la abolici6n delas leyes de movimiento de la sociedadde clases: significa, eso s f, que la escenasocial Ypohtica se ha complejizado, EIaumento en el ntrmero - as! como 1adiversificacion de la calidad y la com-posicion - de los actores sociales deninguna manera supone Ja desapari-ci6n de las clases sociales ni el oeasode su conflicto como e I eje dinamicofundamental de las sociedades capita-listas.4 oPor otra parte, parecerfa ocioso te-ner que recordarque 1acentralidad deJproleteriado como sujeto de 1",revolu-ci6n .nada tiene que vercon una cues-ti6n estadfstica. La c1ase obrera no estal1amada a crear una nueva sociedad enfunci6n de insondables atributos meta-ffsicos 0por el heche banal de su volu-men cuantitativo. Ludolfo Paramio seequivoca euando sugiere que Marx eraun pensador tan superficial como parahaber cafdo en 1a trampa de formula-ciones simplistas y reduccio.nistas.4:J La40. En esre sentido valdrfa la pt;na destacar laposture de un liberal hicido'com0 pecos RalphDahrendnrf, quien en un reciente trabajo re oafirma el caracter central -pero no excluyen-te - del conflicto de clases en las sociedadescaplralistas, Esta aetitud contrasta notable-mente con la tradieienal estrechczmental delos liberales argentinos y latineamericancs,muchos de los cuales son, en realidad, censer-vadores recalcitranres, Cf. Ralph Dahrendorf:The modem social conflict. An e,tSoy on m ep oli ti cs o f l ibeny . Berkeley and Los Angeles,UniveISity of California Press, 1988.41. "Siguiendo la visi6n reduecionista de Marx,el proJe:tariado se organiza e , n un partido decla,secuya toma del poder,de forma revolucio-naria debe abrir las puertas de una ep6ca his-

    centralidad del proletariado se des-prende del lugar que esa clase desem-pefia en elproceso de produccion y , porconsiguiente, en el sistema de contra-dicciones que caracreriza a la sociedadt6rica". en o. c.. p. 173, ada mas ajeno alpensamiento marxista que este silogismo se-gun el cual de 13elasese pasa automaticamcnteal partido y dcsde aM, en forma inexorable, ala revoluei6n. La rnenos que seIe puede exigira quienes fulminan los errores reoricos delmarxisrno es que se tomcn la moleslia de eX3-minar alg:iinotroescrite aparte dc l -Moni j iC:SIQd e l P a r ti da C omun is ta , que, como [ados sabe-mos, fue apenas u n panfleto de divulgacion.Hay pOI 10 menos una docena de rexros demayor espesor teerieo, comenzando par EIDiec ioc luj Bmmario de Luis Bonaparte, dondetanto Marx como Engels discuten lanaturalezadialectica yprobabilfstica de la secuencia quesus criti cos recon struye n - desoy;end0sus rei-teradas adve rtencias en conrrario -en clavereduccionlsta y determinists. i.Po que set;i?

    Celia C31der6n:EII tlrla

    burguesa, Que el proletariado constitu-ya una clase mayoritaria es un dateaccesorio al argumento rnarxiano. Enciertas etapas h isto ricas eso fu e a sf, p e-ro esto DO constituye un componentenecesario de su razonamiento teorico,La centralidad de la clase obrera earraiga en su singular inserei6n en elproceso productive y su irremplazablepapcl en la valorizaci6n del capital, 10cual hace que s610 esa clase pueda- eventualmente - reunir las condi-ciones necesarias para subvertir el or-den burgues, Que para el cumplimientode su mision historica necesita del con-curso de otras clases y grupos soelaleses tan evidente que ya, desde us tiem-pos del Manijiesto del Partido Comun i s -ta, Marxy Engels seencargaron dede-jarlo claramente planteado, Pensar de

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    _ que oeasionaron Ia crisis desus es-tructuras tradicionales de mediaci6n:partidos y sindlcatos=- se comprende-ran las 'razorres que expliean la emer-gencia de los nuevas movimientos so-ciales .. 'Estos expresan UDa realidaddistinta, pero DO contradicteria, a l con-tinuado protagonismo de la s c la se s s o-ciales, y Ia e or re cta a pr ec ia ci on de su spotencialidades transformadas no lie-ne por que hacerse sobre la base desubestimar las poslbilidades que toda-via conservaa las segundas, Las neivin-dicaciones de Ios v ec in os d ela s b arria -das populates, de las mujeres, de losjrrvenes, de los e co lo gis ta s, d e lo s p ac i-fistas y de los defensores de los dere-cbos humanos no puedeo ser plena-mente comprendidas, si ne se lasintegra al marco mas comprehensivedel eonflicto social y 1a. dominacionburguesa, Tode este no 5ign ifica que suproductividad polftica pueda ser redu-cid a a u n .eje clasista que La determinay condiciona. .Estos movimientos noson un mero espejismo, un fugazepife-nomeno de la Iueha de clases, sino queexpresan nuevas tiPQS de contradiceio-nes yreivindicaeienes generadas por la or en ov ad a c omp le jid ad y eonflictividaddela sociedad eapitalista.Pero 1&dinamiea de lo s movimientossoeialesserfa praoticamente indesei-fra ble , s i DO la s itu aramo s e n e l e en te xtom a s global- de la s relaeiones de clase ysus contradicciones e$tructurales.lC6-.mo comprender a las agmpaciones ve -cinales que demandan luz y agua, sintomar en cueota que el modo en que laburgnesfa ha acumulado y dominadoba sido el que conden6 a millones deIa tin oam erican os a vivir en la i n d igen -cia? iC6mo interpretar las demandasde los organismos defensores de losderechos humanos, si olvidaramos porun instante que, en estes paises, la bur-guesta y eJ imperialismo reiteradamen-te respaldaron polfticas represivas para . preservar un orden social escandalosa-42. Sobreesto veanse Ioseselarecedores ttabaJGS ..? ,d .e Claus Offe:Disorgrmized Copi!a(i.r,"I. Cam. mente ID JUs t O . t.Como ~nte~der el Te-

    bridge, Ma ssa ch us etts _M IT P re ss , 1 9& 5,pp. . chazo que lo s empresanos slenten por10-~ Y 129 -15p . Y . Charles F. ~~el, W ork and los "verdes", s. i desconocieramos quePo,UlICS.The'~lslOn o f la b ~r m mdu3try. Cam su p ro pu esta co nserV ac itm ista es pro-bndgc;, CambIldge U.~lIvem~ Pl"ess, 1982 . Una . . .. .. .'e s tQ p e n da r efl ex i6 n , a _prop6sito d e l caso [TII.I'I- ~ndameDte an._tagol)lca ~on.la raC1~Da-ces p ue cle v erS e en Mi jc hd A ,g 1 ie tta y Anton lidad predatoIla del capltahsmo? t.C6-~nder.LeMttamorphusesdeIQSQCltr~Solil' mo disociar la explotaci6n de la mujern~/e. Pads,. ~Jmann-l..evr,'~984. V:ease t a J ? l - de los mecanismos .gJobles de domina-bl~n Ygo Plfll tOne: 1 capl /Dl tSmO q u . t : combw . ". .Mexico, ERA, 1 98 6., p p. 74~1l4, Un balanCe c16n,clastSta, cuando el machismo esgene rc a i s e 'eneuGnt ra en Giddens; o. C O l pp . preclsamente 'U p compm~ente de- 1a198~222. ideologfa dominante? Unl11timo ejem-

    otra manera el papel del proletariados ig nific arla p os tu la r la aatomatica ine-xorabilidad de Ia revelueion.sccialista,alga completamenre ajeno al espiritudel marxisme.Dicho esto, es precise admitir que lafisoDomfa actual d e la clase obrera d is -[amncho deser la queMarx conoein enso epoca. La fragmentacion del prole-tariado, su empequefiecimiento y ulte-.rior recemposicicn eonstituyen datosinsoslayables, sabre t040 en Jo s capita-lismos metropelaaaos, no tanto as! enla periferia. Pero hablar, sin mas tranii-tes, dela progresivadesaparieicn de lasclases resulta par 10 menos una conje-tura un tanroapresurada. No obstante,contrariamente a )0 que sostiene unaizquierda aficionada a las ortodoxias,es mrposible deseonocer que es necesa-rio proceder a unarevisi()n bastanteprofunda del coneepto de proletariadoutilizado por la tradiciea elasica delm_arxismo. DigAlnaslo de una vez: esaconcepcion, y la correspondiente am-pliacion leninista formulada e n Latesisde la "aristoeracia obrera", ya es insu-ficiente para dar cuenta de las.repercu-siones que los grandesdesarrolles tee-nol6gicos exper imentados en 10'5tiltimos quince 0veinte aiios han t e n idosobreel universe asalariado, Las radi-cales modificaciones sufridas por e1preeeso productivo y l as moda lidadesde valorizacion del capital impcnen lanecesidad de repensar crfticameate lanaturaJeza de Laolase obrera y, POI', su-puesto, de todo el vasto universe for-mado por las heterogeneas clases po ..pularesdel capitalismo tardfo.42La reorganizaeien exclusionista deleapita li smo, impulsada por la c ris is delo s anos setentas, provoc6 la margina-ci6n social y econemica de grandes sec-teres de la sociedad civil. Si a ello afia-.dimas las muruaciones observables en1 a anatomia de la s clases subalternas

    pro: las transiciones politicas latinoa-mericanas, En un oomienzo se eonsti-tuyo un consenso bastante amplio entrelos espec ial is ta s , que subrayab a la cen-tralidad de los nuevas movimientos 50-dales en la marcha desde el autoritaris- .IJlO b acia 1 3 .d em oe racia, A p oco andar,sin embargo,la evidencia demostr6 quequienes estaban desempeiiando Iospa-peles protagonieos de la transicion noeran sino 108viejos actores elasistas: lo sempresaoios, el capital imperialista"organizado" par Ia banea acreedora,el movimiento obrero, etcetera. Losmevim ie nto s s oe ia le s e ed ie ro n rapida-wente so lugar a los actores clasistascayo certifieado de defunci6n babfa si-do extendido prematUtamente.43Un examen, por breve qne sea, de 1aestructura y el funcionamiento de la ssociedades comemporaneas =-en Es-tados Unldos, Europa 0America Lati-na - .es sufieiente para comprobar queni las clases han desaparecido ni lo sa nt ag oni smo s e la si sr as se h an es fuma-do . N o o bstante , 10 anterior jamas au-torizaria a,coneluir que lo s (micas acto-resrelevantes son la s clases sociales-10 que aparte de ser falso es unaflagrante distorsi6n de la teorfa deMarx- y que la lucha de clases es laI1 nic a c ea tra die cio n re le va nte para 1acomprensi6n de n ue stra s s oe ie da de s,La preliferacien sin precedentes de su-jeres sociales constituye, pues, un datonovedoso. de los 'capitalismos contem-poraneos, que requiere un exameaatento y minucioso, Una parte impor~tante de estos nuevos aeteres ha coatri-buido con su s demanclas e iniciativas asocavar la esrabilidad de la dominaci6nburguesa, y su COl1C.C- so .habra de ser~mportantfsimo p a-la'tranStonnaci6nde Ia sociedad actual. La erecienrecemplejidad de los capitalismos con-temporaneos ha creado ,nueva,s Uneasde conflicto, que coexistea artieulada-mente con el antago,nismo de clases, Yeste sigue siendo, tanto en los capitalis-mos centrales comO en la p eriferia delsistema, la "fallageo16gica" fundamen-tal de nuestras s6ciedad~.En relaci6n a 10anterior, Ypara noprolongar excesivamente estas co~en-43 . H~moselabOrado a l~ n os

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    tarios, quisiera concluir acudiendo auna esplendida reDexi6n de Ralph M i-liband:"De ninguna manera quiere esto de-cir que los movimientos de mujeres,n eg ro s, p ac if is ta s, e co lo g is ta s, h omose -xuales y Otr05 no sean impertantes, 0nopuedan tener efeeto, 0que debanrenundar a su identidad aparte. De ningunamanera, S610 significa que el principal(no el tinico) sepulturero del capitalis-rna sigue siendo Ia clase obrera organi-zada, Esta es el necesario, indispensa-ble 'instrumento de c amb io h is to ri co '.Y si, como se dice constantemente, laclase obrera organizada se rehusa.a en-cargarse de la tarea, entonees la tareaDO se hara .....Nada ha suoedidoen elMundo del capitallsmo avanzado y en elMundo de Ja clase trabajadora que au-torice a unavisi6n de tal futuro." 44Por 10 tanto, la presunta extinci6n delas elases Y su reem plazo par nuevos,aetores sociales ba sido un producto.maailusorio que real, que refleja la vul-nerabilidad de una cierta izquierda Ia -tinoamericana ante los cantos de sirenadel pensamiento neoconservador ,Tampoco es algo nuevo, porque a me-4 4. M iJ ib and , R alp h: "H I nu ev o re visio nism o e nGran Bretaha" o, c. p. 26.

    diados de los cincuentas tambien se di-fundieron teorias bastante elaboradasque hablaban, precisamente, del" fin delas ideologfas", la progresiva desapari-cion de la clase obrera y el agotamienrode la lueha de clases. Ya sabemos 10quepaso despues: codas esas formulacionesfueron barridas par las turburlenciassociales de los anos sesentas, y esasformulaeiones supuestamente definiti-vas acerca de la estabilizaoi6n del capi-talismo fueron discretamente archiva-das, Las misrnas ideas reaparecenahara con distintos ropajes, y mas pron-to que tarde cor r eran la misma suerte.,Por consiguiente, lo que caracteriza al .capitalismo contemporaneo es la mul-tiplicaci6n de los "sepultureros' quecolaboran can el mas antiguo e impor-tante ell e1soeavamiento de las estruc-turas de la sociedad bnrguesa, Esta seenfrenta, as), a la negatividad de unconj unto muygrande y diversificado desectores - que en algunos casos plan-tean demandas puntuales, en otros ca-sas reivindicaciones globales-> y cuyocontrol pOI las clases dominantes resul-ta crecientemente problematico. Laconsternaci6n de los principales te6ri-cos de "la crisis de la democracia" ilus-tra adeeuadamente esta preoeupaci6n.En efecto, mas alla de la posible ra-

    Jose Guadalupe Posada: Calave ra de DOTi' Qui j o l e

    dicalizacion de estas exigeneias de au-tonomia e identidad, de la afirmacionde las intereses sectoriales y de Iapro~pagacion de ideologtas puntualmentean tisistemicas, I simple pro liferacienen el mimero de grupos y sectoressociales excluidos 0 marginados im-plica, en terminos practices, en au-menta en los niveles de conflictividaddel capitalismo en un conrexto signa-do par Ia declinanre eficacia y efecti-vidad de los aparatos estatales y unaerosion en sus margenes de Iegitimi-dad. Toda esto no hacesino estimulare 1 circulo vicioso de la ingobernabili-dad, cuyas consecuencias exigen departe del Estado y . de 1a sociedadeivilrespuestas rouy' contundentes: 0bienuna reafirmaci6n de la estruetura quecoagula la desigual distribueion de lariqueza del poder - y ahf estan losdolientes experimentos neoconserva-dares de Estados Unidos, Americ ;a_Latina y Europa -; 0, per el contra-rio, una innovaci6n radical en los con-tenidos y en las formas de Ia po1itic:aque, a J fundarse en cl protagonismode la sociedad civil, conduce al forta-lecimiento gradual pero significativode las tendencias bacia una profundatransformaci6n socialista del capita-lisrno contemporaneo. t/

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    Voya fommlar algunaspreguntasen :elaci60 a l ? s : mov~e.ntossociales en.America Latina,EI primer problema que Quietaplantear se refiere a! objetivo central,tei5"rico-politico, delos mov imien tosso -ciales en Am erica L atina, yme r efie roa.losviejos 'j a los nuevos mnvimientoss ec ia le s. Yo - cr eo que el problema cen-tral es la organizacion de la sociedadc iv il ~ de las democracias, no 5 6 1 0 "des-de abajo", como.dirla Jorge G. Casta-neda, sino "d e la s democracias de losde abajc"; como me parece que es ur-genre Iormularlo para replantear eJproblema profunda de la alteruativa,Las dos expresiones OD relative-tnenteeoincidentes, perofijamos en lademeeracia de los de abajo, en la de-moenac ia en e l interior de los movi-:mient6s alternatives pareee el retoprincipalque nos plantea toda esta his-toria de fracases de mevimientos popu-lares que .s e volvieron populistas, y demovi:mientos socialistas que se volv ie -IOm: estalinistas.Bste es el rete: central para mi: laorganizaoien de la soeiedad civil y de lademocraeia de los de abajo, en las. or-ganizaeiones de los de abajo para que,desde su interior, desde el demos;" 0-ciedad civil" 0 "pueblo' se p lan ree lademocracia como forma de domina-cion del sistema social y el sistema po-litico, del Estado yel gobieruo.A ese objetivo central, esencial, semade otro, y es la artieulacion demo-cratica de la soeiedad civil tanto encontra de la atomizaci6n particularistacomo de Iaarticulacien autoriraria,Los dos peligros que enfrentan losgrandee m evim ientos seeiales son elque se atomicen, como 1 0 estames vien-do en tantas regienes del mundo, parejemplo, con demandas etnicas 0 de.sectas religiosas - en que Ia gente setribaliza yse fanatiza en pequefias co-munidades - o-el de que se unan, peroen formas autoritarias, COil prcyectosbonapartistas, populistas-clientelistas yhastafascistoides.Junto a estes objetivos, tambien te-nemos que piante ar cuales son los gran-des problemas polemicos que los movi-mientos sociales, ban despertado en e1nivel de la investigaci6n social y de losproyee~ospoifticos.w liIterveoci6u en eJ Seminarie-taller del Foro( 'Ie s a o Paulo . C iudad de M e x i c o , 25 3 1 27 demarzo deW9 3 ,

    Creo que en primer Ingar debemosluchar contra la transformaoion de losproblemas seciales y de los proyeetossociaLes e n m e ro s p ro blem as y proyectosindividuales, que es un fen6menoal quee s tamos asi st iendo en todas partes conl as po li ti ea s e i neent ivos excluyent es odeso lid arid ad fo ca liz ad a, d e c oo pta cio n so -cial limitada, i ne lu so ma s limitada que ladeLosregUnenespopulis~.En el neoliberalisme reinante, ya ca-si todos estamos ocupados de nuestrosproblemas individuales que sustituyena los problemas soeiales, Para enfren-ta r la neoatornizaeien que vivimos 56hace necesario realizar un nuevo es-

    ehos civiles, scciales y , cnlturales, unos.mas directamente caracterfsticos de lasclases y otros de los movimientos,La otra opcion, polemica es entremovimientos 0partidos, planteadosco-mo excluyentes yepuesros, en que bayquienes optan por los partidos "a laantigua" y quienes eptan pOT los movi-m ientos "a la medema" .Aqnitambiene x is t e n o p e s ic io n e s muyfuertes y com-binaciones muy deseables. En partidosy movimientos, aparecen virtndes que0.0 se pueden negar y que SOD. funda-mentales desde e l punta d~ vista de la'accion y la teorfa; la disciplina pollticay la disciplina intelectual de lO s parti-

    La democracia de los de abajoy los movimientos sociales"

    > -P ab lo G o nza le z C asa no vafuerzo teorico, politico y de concienciaque permita darnos.cuenta que los pro-blemas individuales, los que tiene cadauno son problemas. seeiales, sen pro-blemas de muchos.k partir de esse tipo de plantea-miente y de una p olem ic a, d ig amo s ex-te rn a fren te a l in dlYidualismo hegem6-nico, me parece que se plantean otraspolemieas no menos importanres queno debemos dejar de lade.L~ primera e aquella que coloca a10s movirnientos sociales freate a lasclases sociales, como si hubiera unaoposicion neeesaria, y una opci6n obli-gatoria entre clases movimientos, 0entre Iucha de clases y lucha de movi-mientos, esta .superior a aquella, SU -puestamente m a s real y m a s modema.En este y en muchos cases no debe-mos ver la oposici6n u opci6n que se da,sino tam bien ver la combination que seda 0que puede ' d a r se , Hoy exist en pro-blemas, distintos de agrupamiento y s.e-, paraci6n demovimienros y clases, perenocabe optar en forma excluyente p O Tunos para abandonar a las otras. Bsnecesario combiner el analisis de luchade c1ases, oIueha contra la explotacien,con las luchas de los movimientos, 50-b re ' to do si se quiere explicar mas afonda los fen6menos de marginacion,exclus i6 -n, pobre? :3 y pObr ez a e xtr em a ,ysu vinculacion ala luch.a por los den,,-

    dos son una virtud innegable; el plura-Iismo ideolegieo de losmovimientos esla fuerza que esta en la base de coati-ciones y bloques. Los partidos - en susentide clasico - potencian la virtud 0fuerza con su tend encia ale hom9ge-neo, y los movimientos ron su tenden-c ia a. u n ir 1 0 p lu ra l. 6 A c;aso , n o spt) lo sdos muy importantes en la.democraeiade los de abajq, yen e:l gran preyectodemecratieo alternative? El problemano s610 es politico ni solo ideologicosino cultural. Desde el punta de V i s t adel conocimiento y laaccion, cortes-ponde ados objetivosinreleotuales delhombre, ambos . importanttsimos; uno.es la sistematizacien de los conoci-mientos; otro es eJ diaIogo de intereses,experiencias, creencias, ideologtas,proyectos y formas de alcanzarlos,EI "espiritu del sistema" y la "cultu-raj dialogal" sondos victorias del hom-bre. Aquel Uev6 en el siglo XVIII a losfil6sofos a elaborar los grandes, siste-mas, y eulmino enel' siglo XIX con lossistemas de Hegel yMarx. Hoy , corres-ponde tambieu a una gran corriente de-anal isis de sistemas. complejos que v in -cula los elementos conceptuales y em-p ir ico s, cua li ta ti vo s y cuantitativos,EI analisis de sistemas es un objetrvomuy importante para: Qrganiza;t eJ pen-samiente y laaccien de una maneracoherente, aonsistente, entre v.irleda-

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    des y diferencias; pero bay OtTO, no me-nos importante, yque ha cobrado granrelieve en los nuevos movimientos 50-ciales, y que tiene un significado enor-me para el futuro; es el que correspon-de 'a la cultura dialogtstica, alpluralism a ideologico que exige el res-peto ala gente que piensa de distintamanera que uno.La soLuci6n dialogal del discurso en-riqneee a los.sistemas can las contradic-ciones respetadas y aumenta la cohe-si6n de universes sistemicos, abiertos,Corresponds al gran proyecto civiliza-torlo de la unidad en la diversidad,Estos dos objetivos, el de sistemati-zar en un cuerpa a un conjunto de pro-posieiones que presenten una gran co-herencia, y el otr o, no me nosimportanre, que ha cobrado tanto relie-ve despues de la s g ra nd es e xp er ie nc ia sdel siglo xx, de haeer de la toleranciauno de los fen6menos politicos esencia-les para la cohesion de los nuevos mo-vimientos soeiales, a nivel local, nacio-nal I) mundiaI, plantean problemasteerico-pohticos y de organizacion pro-gramatiea que no se pueden negar conel argumento de que el pluralisrno seenfrenta al sistema, y el sistema a l plu-ralismo, en apciones excLuyentes. Losnuevas partidos-movimientos, en todoeaso, deberan alclanzar ambos objeti-

    F ranc is co Vazquez: La T~mi6T1

    vas a partir de planteamientos progra-maticos y estrategicos que respeten 1apluralidad de teorias y de utopias.El siguiente problema, con una po-lernica impllcita, que las mas de la s v e-ces no es abierta, es ei que se da entrelo s movimientos q ue h re ha n nada maspor el poder politico y los que luchantambien par el poder del Estado. Aqufhay una tendencia muy frecuente, y na-tural en la polis contem