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ALATRISTE MIGUEL CASTULO Abuelo de Máximo, Aquiles y Carmen Serdán. Nace en Puebla en marzo de 1820, durante sus años mozos, trabaja en la sastrería del padre. Estudia becado la carrera de abogado en el colegio del estado y recibiéndose en 1843. Fue catedrático de derecho canónico en el colegio de San Juan de Letrán de México; se dio de alta en el batallón “Hidalgo”, obteniendo el grado de capitán de la 5ª compañía y pelea contra los norteamericanos en 1847. Fue fiscal primero del supremo tribunal de justicia, capitán de la 2ª compañía del batallón de Iturbide de la guardia nacional; juez de letras de Acatlán; alcalde segundo del ayuntamiento de Puebla; alcalde de la ciudad de Puebla, gobernador del estado de Puebla en 1857. El 13 de febrero de 1861 es nombrado general, título que le es concedido por el ministro de guerra, Jesús González Ortega. Apoyó a Juárez en la lucha contra el clero. Juárez le concedió diplomas por su sentido patriótico. Fue segundo jefe del general González de Mendoza. Combatió en el cerro del Calvario, ya herido cayó prisionero el 10 de abril de 1861 y fue fusilado al día siguiente. Benito Juárez lo nombró “benemérito de la patria”. ALMONTE JUAN NEPOMUCENO (El hijo pródigo de Morelos) Fue el hijo incómodo del Siervo de la Nación, el niño que fue héroe; general con tan sólo 12, peleó en el Álamo y fue partidario de que Maximiliano viniera a Página 1 de 65

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Biografias de personajes de la epoca de la Reforma en Mexico

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ALATRISTE MIGUEL CASTULO

Abuelo de Máximo, Aquiles y Carmen Serdán. Nace en Puebla en marzo de 1820, durante sus años mozos, trabaja en la sastrería del padre. Estudia becado la carrera de abogado en el colegio del estado y recibiéndose en 1843. Fue catedrático de derecho canónico en el colegio de San Juan de Letrán de México; se dio de alta en el batallón “Hidalgo”, obteniendo el grado de capitán de la 5ª compañía y pelea contra los norteamericanos en 1847. Fue fiscal primero del supremo tribunal de justicia, capitán de la 2ª compañía del batallón de Iturbide de la guardia nacional; juez de letras de Acatlán; alcalde segundo del ayuntamiento de Puebla; alcalde de la ciudad de Puebla, gobernador del estado de

Puebla en 1857. El 13 de febrero de 1861 es nombrado general, título que le es concedido por el ministro de guerra, Jesús González Ortega. Apoyó a Juárez en la lucha contra el clero. Juárez le concedió diplomas por su sentido patriótico. Fue segundo jefe del general González de Mendoza. Combatió en el cerro del Calvario, ya herido cayó prisionero el 10 de abril de 1861 y fue fusilado al día siguiente. Benito Juárez lo nombró “benemérito de la patria”.

ALMONTE JUAN NEPOMUCENO(El hijo pródigo de Morelos)

Fue el hijo incómodo del Siervo de la Nación, el niño que fue héroe; general con tan sólo 12, peleó en el Álamo y fue partidario de que Maximiliano viniera a México. Se parecía a su padre: tez morena, nariz ancha y labios gruesos con rasgos de indio y negro. Fue el hijo de José María Morelos y Pavón y su primera mujer, Brígida. Nació el 15 de mayo de 1803. Dicen que escogió su nombre (apellido) porque cada vez que preguntaban a dónde lo escondían, Morelos contestaba: al monte. Como brigadier peleó en el sitio de Cuautla con un grupo de muchachos que seguían a Morelos. En una batalla fue herido y Morelos lo mandó a estudiar a Estados Unidos. En sus memorias; cuenta la convivencia con su progenitor de

los últimos cinco años en la Nueva España, antes de partir, en 1815, a Nueva Orleans, Estados Unidos, enviado por su padre para protegerlo y que estudiara. “Contaba”, escribe, “con 10 años de edad y comandaba una sección de adolescentes que tomaron parte en el sitio de Cuautla”, que su padre llamó “Los Emulantes”, cuyos padres eran guerreros por la independencia. El sitio de Cuautla lo dejó impactado; su escrito centra la

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mayor parte de sus recuerdos en este acontecimiento de 1812. Evoca, horrorizado, el estruendo del cañón que ensordeció a Narciso García Mendoza. El soldado que lo hirió cayó sin lograr impedir que el joven de 13 años detonara la pieza de artillería. Los estragos que causó el cañonazo al ejército realista fueron graves y confundidos, perseguidos por las tropas insurgentes reorganizadas, los alejaron de la calle principal que ya habían tomado. “Hermenegildo Galeana”, prosigue, “y sus hombres, rechazaron a las tropas españolas y Cuautla siguió en poder de los rebeldes” y reconoce a Narciso: “sin duda, el muchacho brindó un gran servicio a la causa emancipadora. Esto sucedió el 19 de febrero de 1812”. El Niño Artillero, a Almonte, le recuerda esa época cuando era capitán de la agrupación militar, creada por su padre e integrada por niños que puso bajo sus órdenes con la mira de emular a los mayores. Su subordinado, Narciso García Mendoza, pertenecía a la sección llamada “Los Costeñitos”. Después de romper el sitio de Cuautla, el 2 de mayo de 1812, se registró la masacre de inocentes por parte del ejército realista. Es seguro que José María Morelos y Pavón pensó en el futuro de su hijo de 10 años y a dónde habría de mandarlo para mantenerlo alejado del peligro. Rafael Valdovinos fue el primer aliado de importancia que encontró después de su partida de Carácuaro el 25 de octubre de 1810, con 25 hombres a cumplir el encargo de Miguel Hidalgo y Costilla para extender la rebelión en las costas del sur. En cada pueblo se le unían adeptos pésimamente armados con cuchillos cuando mucho. Al llegar a Zacatula, hoy Guerrero, Valdovinos que era el jefe de las milicias y su personal armado con rifles se unieron a la causa y ello provocó una profunda emoción a Morelos, que se transformó en agradecimiento y confianza. Por eso, en 1814, Morelos envió a su hijo a Nueva Orleáns, fue Rafael Valdovinos quien tuvo el encargo del cuidado personal de Juan Nepomuceno, y el cura José Álvarez de Toledo el responsable de buscar apoyo de los empresarios del gobierno norteamericano. Para este efecto pidió al congreso insurgente medio millón de pesos, suficiente para la educación y estancia total de su hijo, su guardián y para las gestiones de Álvarez de Toledo que con frecuencia insistía en que le enviara más dinero. Juan tenía 15 años cuando se enteró que su padre Morelos había sido fusilado en Ecatepec, hoy Estado de México, y los días se fueron y se convirtieron en años y Almonte permanecía en la Unión Americana hasta la proclama del plan de Iguala, el 24 de febrero de 1821. Ya lograda la independencia, regresó a México en búsqueda de algún puesto político, pero se regresó a Estados Unidos al coronarse Agustín de Iturbide, y caído el imperio volvió a la república. Acompañó al embajador José Mariano Michelena a Londres para lograr con Inglaterra el primer tratado comercial con México. Se sumó al golpe de estado con Vicente Guerrero en 1828. Almonte fue uno de los militares que ayudaron a Santa Anna durante la guerra de independencia de Texas, combatiendo en la batalla del Álamo. Apeló por la vida de los defensores del Álamo, entre ellos Davy Crockett; llego a hasta general brigadier. Aunque se declaró partidario de las ideas liberales como las de su padre… se afilió al partido conservador oponiéndose a la Ley de Expropiaciones del Clero. En 1824 el gobierno lo envió a Londres y fue secretario y encargado de negocios; ocupó muchos cargos en el gobierno mexicano hasta

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que el presidente Anastasio Bustamante lo nombró Secretario de Guerra y Marina (1839-1841), tenía 39 años. Era un consumado diplomático, dominaba el inglés y el francés, y se llevaba con la realeza europea. Juárez lo declaró traidor al firmar el tratado Mon-Almonte donde se cedían privilegios a España. Se exilió en París, Francia, donde aseguraba que sólo una monarquía ayudaría a poner en orden las cosas en México. Participó con un grupo de notables que dictaminaron “que era la voluntad de México” una monarquía con un emperador católico. Regresó a México, pero esta vez traía atrás la bola: el ejército francés, inclusive se autoproclamó jefe supremo de la nación, pero fue desconocido. Ocupó la regencia del imperio en 1864 y fue nombrado lugarteniente… con el encargo de recibir a Maximiliano I y Carlota en Veracruz. Se sentía con el derecho de gobernar por ser el hijo del héroe independentista. Cuando llegó Maximiliano, no dejó de adularlo. Lo nombraron Mariscal del Imperio y Caballero de la Orden del Águila Mexicana. Pero nunca pasó de ser un segundón de la corte. En 1866 partió a París con la emperatriz Carlota para tratar de convencer a Napoleón III que dejara sus tropas en México y los apoyaran económicamente. A él, nunca le concedieron audiencia. Murió en 1869, aún con el emperador Napoleón III en el poder, al que consideraba un traidor, igual que la ya totalmente demente Carlota, por el fracaso de Maximiliano en México. Se ganó la crítica de la historia de México como un traidor a los ideales de su padre. Los historiadores intentan explicar la conducta de Juan Nepomuceno Almonte, que entre los lectores de todo el mundo resulta confusa para unos, desatinada para otros y hay quienes la justifican. No deja de ser paradójico que el hijo de José María Morelos y Pavón (el militar nato que superó con creces en esa materia a su jefe Miguel Hidalgo y Costilla) se haya inclinado por la monarquía como medio de solución para el país. Además de promover que México fuera invadido, luego de participar en la imposición de un emperador proveniente de Francia y formar parte de ese gabinete representante de un gobierno exterior. Pero sin caer en una posición radical hay que tomar en cuenta el punto de vista de la tesis “Juan Nepomuceno Almonte, de la república a la monarquía, ¿transición o traición?” En esa tesis, formulada por el facultado Raymundo de la Fuente Marcos, se plantea precisamente su formación y el por qué la diferencia entre el padre y el hijo; Morelos era el estandarte de los liberales de la época y Nepomuceno proclive a los conservadores. El autor afirma que las razones fueron diversas, como el rechazo hacia la forma de gobierno estadounidense, desde entonces con tendencia al extensionismo, así como a la inestabilidad incesante en el país y, por último, a la convicción de que la monarquía era la mejor forma de gobierno debido a la idiosincrasia del mexicano. Juan Nepomuceno Almonte, hijo de José María Morelos y Pavón, jugó sus cartas con los conservadores, perdió su bando y los triunfadores lo colocaron en el lugar que a juicio de éstos mereció ser: “traidor a la patria”.

ALTAMIRANO IGNACIO MANUEL

Escritor mexicano al que se considera padre de la literatura

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nacional y maestro de la segunda generación romántica. Nacido en el seno de una familia indígena, cerca de Tixtla, Guerrero, el 13 de noviembre de 1834; siendo sus padres Francisco Altamirano y Gertrudis Basilio, ambos indios puros; el primero había tomado el apellido del español Juan Altamirano que había bautizado y era padrino de uno de sus ancestros. Cumple sus catorce años sin hablar todavía castellano, lengua de la cultura oficial, y por lo tanto, sin saber leer ni escribir. Ignacio Manuel aprendió a hablar español hasta que su padre fue nombrado alcalde del pueblo. Inicia un proceso de alfabetización que sorprende por su rapidez, revelándose como un estudiante aventajado, y consigue, en 1849, ganar una beca para estudiar en el Instituto Literario de Toluca para los niños de escasos recursos que supieran leer y escribir, donde imparte sus enseñanzas Ignacio Ramírez, “el Nigromante”, intelectual mulato y librepensador, futuro ministro con Porfirio Díaz, abogado, periodista, miembro de la academia de Letrán y diputado del congreso constituyente, cuyo interés por la juventud indígena le convierte en mentor, amigo y más querido e influyente maestro de Altamirano. Cursó estudios en el Instituto Literario de Toluca, y más tarde en el Colegio de Letrán de la ciudad de México. La influencia de su maestro prende rápidamente en el joven, que pronto va a dar pruebas del doble amor que dirigirá y determinará las opciones más relevantes de su vida. Altamirano llegó a ser encargado de la biblioteca del instituto, devoró tanto a clásicos como a modernos, empapándose también en el pensamiento enciclopedista y en los tratados juristas liberales. Estudiante de derecho en el colegio de San Juan de Letrán de la ciudad de México, se lanza a la palestra política; en 1854 interrumpió sus estudios, y se alinea con los revolucionarios de Ayutla. Altamirano se fue al sur de Guerrero y se puso bajo las órdenes del general Juan Álvarez. Comenzaba así su carrera política y el vaivén de estudiar y combatir y volver a los estudios. Una vez terminada la revolución, retomo sus estudios de jurisprudencia, pero hubo de dejarlos de nuevo en 1857, cuando volvió a estallar la guerra en México, esta vez combate a los conservadores en la guerra de reforma, que inició la división ideológica clásica del siglo XIX, entre conservadores y liberales. En 1859 se tituló como abogado, y más tarde, tras ponerse decididamente al lado de los juaristas, es elegido en 1861 diputado del Congreso de la Unión, donde se reveló como uno de los mejores oradores de su tiempo, en varios discursos famosos y encendidos; ahí pronuncia su famoso discurso contra la amnistía a los enemigos de la reforma. Lucha contra el imperio de Maximiliano y la invasión francesa, alcanzando en 1865, el grado de coronel por su participación en las batallas de Tierra Blanca, Cuernavaca y Querétaro. Es citado en la orden general del ejército por su comportamiento “como un héroe” en el sitio de Querétaro. Altamirano se casó con Margarita Pérez Gavilán, oriunda de Tixtla también e hija de una supuesta hija natural de Vicente Guerrero: Dolores Catalán Guerrero, que tenía más hijos de otro matrimonio. Estos niños, hermanos de Margarita (Catalina, Palma, Guadalupe y Aurelio) fueron adoptados por el maestro, que les dio su apellido, convirtiéndose en verdaderos hijos de Altamirano ya que éste y Margarita nunca tuvieron hijos propios. En 1867 se retiró para siempre de las armas; alguna vez declaró que le agradaba la carrera militar pero lo

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inspiraba más bien el ideal renacentista del “hombre de armas y letras”. Una vez restaurada la república, declaró: “mi misión con la espada ha terminado” y se consagró enteramente a las letras. Su espíritu de tolerancia en el campo de las letras quedó expresado en la exhortación que hizo, en conciliar a los intelectuales de todos los bandos. Fue así como Altamirano fue el puente entre la generación del liberalismo ilustrado, representado por Ignacio Ramírez, Francisco Zarco, Guillermo Prieto, Vicente Riva Palacio y la generación de los jóvenes escritores como Justo Sierra, Manuel Acuña, Manuel M. Flores, Juan de Dios Peza y Ángel de Campo. Funda junto a su maestro Ignacio Ramírez y Guillermo Prieto, “El correo de México”, publicación que le sirve para exponer y defender su ideario romántico y liberal; en 1868, había publicado “Clemencia”. Fundador de la revista literaria “El Renacimiento”. Fue profesor de la escuela nacional preparatoria, la escuela de comercio, la de jurisprudencia, la nacional de profesores y otros establecimientos docentes; así, tanto por su vida como por su incesante magisterio, Altamirano se gano a pulso el título de “maestro” que tantos le otorgan. Cultivó la novela y la poesía, el cuento y el relato, la crítica, la historia, el ensayo, la crónica, la biografía y los estudios bibliográficos. Sus obras más importantes son: “Rimas”, donde tradujo la belleza del paisaje mexicano y las novelas: “Clemencia”, considerada por los estudiosos como la primer novela mexicana moderna y donde plasma su experiencia como coronel en su lucha contra Maximiliano de Habsburgo, “Julia”, “La navidad en las montañas”, “Cuentos de invierno”, “Antonia”, “Beatriz”, “El zarco”, publicada póstumamente y que cuenta las aventuras de un bandido, miembro de la banda de “Los plateados”, “Episodios de la vida mexicana en los años 1861-1863” es editada póstumamente en el año de 1901, y “Atenea” (inconclusa). Los dos volúmenes de “Paisajes y leyendas” reúnen sus trabajos del género costumbrista, como crónicas y relatos. En la última fase de su vida inició una serie de viajes que lo llevaron a ocupar los consulados mexicanos, por comisión de Porfirio Díaz, de las ciudades europeas de Barcelona y París y a realizar un postrer periplo por Italia, país del que no regresará nunca. El 13 de junio de 1889 fue nombrado cónsul general de España, con residencia en Barcelona y posteriormente en Francia (18 de febrero de 1890). Visita Italia y Suiza. Enferma; se traslada a San Remo, Italia. El maestro Altamirano falleció el lunes 13 de febrero de 1893 en San Remo. Atendiendo a su voluntad, y tras ser incinerados, sus restos fueron trasladados a México y depositados en la Rotonda de las Personas Ilustres. Joaquín Casasús, yerno de Altamirano escribió una despedida bastante famosa que se publicó después. Su concepto del hombre y de la patria, su incansable actividad cultural, su defensa de los valores indigenistas, su decidida apuesta por las ideas de progreso justifica que se le haya comparado con una de las figuras míticas de la historia de México, al afirmar que fue el apóstol de la cultura como Juárez lo fue de la libertad mexicana. Se esforzó por crear e impulsar una literatura de contenido y acentos nacionales, pero con raíces en las ideas universales. Su obra educativa fue también notabilísima, y puede afirmarse que, la cultura mexicana se habría visto notablemente empobrecida. En 1934, al celebrarse el centenario de su nacimiento, el Congreso de la Unión acordó que sus cenizas fueran trasladas del Panteón Francés a la

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Rotonda de las Personas Ilustres.

ARRIAGA PONCIANO

Nació el 18 de noviembre de 1811 en San Luis Potosí, hijo de padres españoles. Cursó estudios en leyes y posteriormente se inició en la política como secretario del general Esteban

Moctezuma. Fue regidor, diputado al congreso local y secretario de gobierno y jefe del partido liberal. De 1843 a 1846 diputado al Congreso de la Unión y nombrado ministro de Justicia y Negocios Eclesiásticos, en el gobierno del presidente Mariano Arista. En 1847, Ponciano Arriaga, entonces diputado local en San Luis Potosí, propuso al Congreso

la creación de una Procuraduría de los Pobres. Según el libro “150 (CL) aniversario de la creación de la Procuraduría de los Pobres 1847-1997”, Arriaga hizo su “proposición” ante el Congreso estatal el 7 de febrero de aquel año. En ella, el diputado lamentaba que en el país, los pobres sufrieran un tratamiento discriminatorio. Fue perseguido por Antonio López de Santa Anna por sus ideas liberales, viajó a los Estados Unidos, donde conoció a Benito Juárez, Mata, Ocampo, Arrioja y Cepeda Peraza, con los que fundó la junta revolucionaria, que derrocó a los conservadores. Reunido el Congreso Constituyente, el 16 de octubre de 1855, siete

distritos electorales lo nombraron representante y presidió la primera junta preparatoria, el 15 de febrero de 1856, así como la Cámara. Formó parte de la comisión que presentó el proyecto de constitución. Falleció en su ciudad natal el 12 de julio de 1865.

BATALLON DE SAN PATRICIO

El 12 de septiembre se celebra en varios países de habla inglesa el día de San Patricio, el Santo Patrón de Irlanda; sin embargo en México se da otro tipo de celebración: el recuerdo del heroico batallón de San Patricio. Es un día para recordar a un grupo de hombres originarios de Irlanda que tomó como suya una guerra y una suerte, la suerte de México en la guerra más absurda de los Estados Unidos (1845-1847). “Los patricios” como eran conocidos, dirigidos por John Riley, inmigrante irlandés, desertan de las filas norteamericanas y se unen al ejército mexicano. El ejército gringo derrotó a la división del norte mexicana en la batalla de Palo Alto, y masacraban mujeres y niños sin importarles nada ya que según ellos lo del Álamo había sido una masacre para sus compatriotas, tengan en cuenta que esas atrocidades que le hacía a los civiles mexicanos era la milicia norteamericana es decir gente corriente, ladrones y asesinos. El capitán irlandés de artillería John Riley no estaba de acuerdo en declararle la guerra con razones

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expansionistas a un país católico como México, además de ver como se negaba la libertad injustamente y que poco podían hacer los soldados mexicanos ante tal ejército conquistador pero que luchaban valientemente y sin éxito. John Riley fue el primer desertor del ejército norteamericano para unirse a la causa de México que poco a poco empezaba a obtener soldados norteamericanos (en su mayoría irlandeses). Los soldados irlandeses se pusieron a sí mismos “El batallón de San Patricio” embanderados con “ERIN GO BRAGH” (Irlanda para siempre). Participaron en 5 importantes batallas defendiendo con honor la causa mexicana. Una de sus más

grandes batallas se dio durante la defensa de Monterrey, el 21 de septiembre de 1846. Durante la incursión del ejército norteamericano a la ciudad de México el 20 de agosto de 1847 (la defensa de Churubusco), son apresados, azotados y marcados con hierro candente en la cara, con la letra “D” de desertores, y sentenciados a trabajos forzados, fue su última batalla, casi todos murieron ahí. Los soldados mexicanos trataban de rescatarlos al igual que trataban también de impedir que bajaran su bandera pero sin éxito. Los que entraron al ejército mexicano tras la declaración de guerra, fueron ahorcados en masa como traidores, viendo de frente el sitio de la batalla de Chapultepec, el 13 de septiembre de 1847. Por orden del general Winfield Scott, fueron ejecutados precisamente en el momento en que la bandera de Estados Unidos reemplazó a la de México en lo alto de la ciudadela. Hoy los restos de estos más de 200 heroicos hombres descansan en el lugar donde murieron, detrás de la iglesia de San Jacinto, en San Ángel, en un muy sencillo monumento de ladrillo rojo que dice: “En memoria de los soldados irlandeses del heroico batallón de San Patricio, murieron por la patria de un México imperial”.

COMONFORT IGNACIO

José Ignacio Gregorio Comonfort de los Ríos, presidente constitucional de México (1855-1857), nació en Amozoc, Puebla, el 12 de marzo de 1812. Estudió en el colegio Carolino de su ciudad natal, el que tuvo que dejar para ponerse al frente de su familia por la muerte de su padre. En 1832 se alistó en el ejército al lado de Santa Anna para luchar contra el gobierno dictatorial de Anastasio Bustamante. Terminada la campaña se le nombró comandante de la guarnición de la plaza de Izúcar de Matamoros, pero por haberse unido a una rebelión fue dado de baja y se dedicó al comercio. Vuelto a llamar al servicio fue nombrado comandante militar de Tlapa, en el actual estado de Guerrero. Fue diputado al congreso en 1842, 1846 y combatió en el Valle de México en la guerra contra Estados Unidos, en 1847. En 1848 fue nuevamente diputado del congreso y senador hasta 1851. En 1853 fue nombrado administrador de la Aduana de Acapulco, cargo del que fue cesado por orden del general López de Santa Anna, aunque Juan Álvarez, gobernador y comandante del departamento de Guerrero, lo hizo jefe de la

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guarnición de Acapulco y cuando el coronel Villareal proclamó el Plan de Ayutla, el 1° de marzo de 1854, fue secundado el día 11 por el coronel Comonfort. Junto con Juan Álvarez, condujo la revolución contra Santa Anna en una campaña por el sur y resistió el asedio sobre Acapulco. Luego marchó a Estados Unidos, donde un negociante llamado Gregorio Ajuria le prestó 60,000 pesos, con la condición de que al triunfo de la revolución se le darían 250,000 pesos en oro. Santa Anna, al ver lo incontenible de la revolución y que está se extendía por todas partes, abandonó el país el 9 de agosto de 1855 y el general Juan Álvarez asumió la presidencia, nombrando al general Comonfort ministro de Guerra, cargo que desempeño del 10 de octubre al 10 de diciembre de 1855. Como Álvarez renunció a la presidencia, quedó el general Comonfort como presidente interino, del 11 de diciembre de 1855 al 30 de noviembre de 1857. Su administración fue el preludio de la guerra de Reforma. El 5 de febrero de 1857 había sido promulgada una nueva constitución, que contenía disposiciones agresivas contra las posesiones y privilegios de la iglesia católica. Se hicieron elecciones y eligiéndose presidente de la república al general Comonfort, el 1° de diciembre; el presidente de la Suprema Corte de Justicia era Benito Juárez. El 17 de diciembre el general Félix Zuloaga proclamó el Plan de Tacubaya, por el cual cesaba de regir la constitución. Comonfort, desconociendo las bases legales en que estaba asentado su gobierno, aceptó tal estado de cosas; hizo re-aprehender al licenciado Juárez y a Isidro Olvera, así como a varios legisladores que se oponían a ese golpe de estado. Una brigada se levantó en 1858 nombrando a Zuloaga como nuevo presidente, por lo que Comonfort quiso regresar a la constitución y al liberalismo, pero sus amigos lo abandonaron y tuvo que huir a los Estados Unidos. El licenciado Benito Juárez, presidente de la suprema corte de justicia, de acuerdo con la constitución de 1857 asumía el cargo de presidente interino de la república mexicana. Después de algún tiempo Comonfort regresó al país. El gobierno libró orden de aprehensión en su contra, pero Santiago Vidaurri no la acató. Cuando se produjo la invasión francesa Comonfort ofreció sus servicios al gobierno y le fueron aceptados, nombrándosele comandante del llamado Ejército del Centro. Comonfort se hizo cargo de proteger Santiago de Querétaro, pero un día, de camino a Celaya, fue herido de muerte el 13 de diciembre de 1863, y murió al otro día, en una emboscada que le tendió el imperialista Sebastián Aguirre.

CORTINA JUAN NEPOMUCENO

Juan Nepomuceno Cortina Goseacochea nació el 16 de mayo de 1824 en Camargo, Tamaulipas, más conocido como Juan Cortina o por sus sobrenombres “Cheno Cortina” o “el ladrón rojo del río grande”; fue un ranchero, político, líder militar, forajido y héroe popular. Es famoso por dirigir una fuerza mexicana de forajidos y soldados irregulares que mantuvo una guerra de guerrillas primero contra la república de Texas y luego contra los Estados Confederados de América, mejor conocidas como las “guerras de Cortina”. Entre 1842 y 1846, fue parte de una facción secreta de grandes rancheros

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mexicanos que se resistieron al intento de la república de Texas de anexionarse su región meridional. Juan Nepomuceno Cortina tenía las características de los rebeldes, pero con dos condiciones adicionales: era un hombre muy rico y su lucha era política. Juan Nepomuceno Cortina Goseacoche, se enfrentó con las armas en la mano para defender sus ideales y propiedades contra el imperio naciente de Estados Unidos de América y el claudicante gobierno mexicano de aquel entonces, que no pudo o no quiso defender los derechos de este connacional, que a base de valor indómito protegió lo suyo y al país. Se dice que Pancho Villa fue el único en el mundo que atacó militarmente suelo norteamericano, sin embargo Juan Nepomuceno Cortina es un ejemplo de que no es así, además de Joaquín Murrieta, Rodolfo Espronceda y Segundo Garza1.

DE LA BARRERA JUAN(Niño héroe)

Nació el 25 de junio de 1828 y murió en la ciudad de México el 13 de septiembre de 1847. Fue hijo de una familia numerosa. Sus padres fueron el general de división y fundador de la fábrica de pólvora de Santa Fe, Fausto de la Barrera y Dolores Valenzuela. A los 12 años ingresa al colegio militar, aunque no tenía la edad necesaria para ingresar, fue admitido gracias al grado militar de su padre, fue estudiante distinguido y dedicado, decidió estudiar ingeniería militar. Participó en el levantamiento que se conoció como Plan de Regeneración Política, fue nombrado subteniente de artillería. Al salir del colegio fue inscrito en el batallón de zapadores, pero no estaba satisfecho, ya que deseaba continuar sus estudios, pero debido a la carga de

trabajo no podía dedicarle el tiempo necesario al mismo aunque aspiraba a ser un oficial facultado y verdaderamente científico, esto lo explicó al jefe del batallón, pero se hizo caso omiso a su solicitud. A pesar de la desilusión de que fue objeto no desistió y siempre fue entregado a sus tareas militares. En 1847, cuando tenía 19 años con grado de teniente de zapadores, recibió la orden de construcción de fortificaciones en defensa contra los invasores norteamericanos. El 13 de septiembre llegó a la fortificación el general estadounidense Quitman y dejó caer sobre ella una descarga de proyectiles en donde murió Juan de la Barrera. En honor a él y a todos los jóvenes cadetes del colegio militar que murieron en defensa de su patria, se levantó el monumento a los Niños Héroes, ubicado en Chapultepec.

DÍAZ PORFIRIO

1 Investigación desprendida del corrido de Juan Nepomuceno Cortina cuya letra y música es de Rafael Elizondo.

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Porfirio Díaz-o don Porfirio, como mucha gente lo recuerda-tuvo una gran importancia política en la historia de México, pues fue el presidente de la república durante 31 (o 34) años, entre 1876 y 1911, excepto de 1880 a 1884, periodo en el que Manuel González ocupó el cargo. Fue tan largo el lapso que gobernó y tan grande su influencia, que su propio nombre sirve para denominar esa etapa de la historia de México: Porfirismo o Porfiriato. Su nombre completo era José de la Cruz Porfirio Díaz Mori, nació en la ciudad de Oaxaca, Oaxaca, el 15 de septiembre de 1830. Hijo de José Cruz Díaz, mestizo, y Petrona Mori, indígena, ambos de

origen mixteco, aprendió a leer y escribir en la “Escuela Amiga” de su estado. Como su padre murió cuando él era pequeño, Porfirio tuvo que trabajar desde joven. Debido a la difícil situación que se dio en su familia, Díaz se convirtió en bolero, después en ensamblador de rifles, carpintero, profesor interino y mejoró su situación económica. Aunque su madre quería que fuera sacerdote, prefirió estudiar para abogado. Precisamente, en la escuela conoció a Benito Juárez, quien influyó, al igual que otros profesores, en su forma de pensar, inclinándose por las ideas liberales. Ingresa al seminario y poco después lo abandona para alistarse en el ejército. Reanuda sus estudios en la facultad de derecho (estudio derecho romano), los cuales no concluye porque entra a la academia de artillería (en 1850). Se incorpora en 1854 a la revolución de Ayutla, movimiento insurgente, influido por Benito Juárez y en contra del régimen dictatorial de Santa Anna, quien estaba por décima ocasión en el poder. Su carrera militar inició con Juan Álvarez, quien estaba al mando del ejército de la revolicón de Ayutla. Siendo soldado se enfrenta a los conservadores en la guerra de Reforma durante dos años. Al concluir su brillante actuación militar, llena de aventuras y triunfos, contra los ejércitos españoles, franceses e ingleses es nombrado general. Participó en la batalla de Puebla de 1862. Al año siguiente fue derrotado y hecho prisionero logrando escapar. Regresó al ejército liberal tomando Taxco. Se convirtió en gobernador de Oaxaca por espacio de dos meses, durante su estancia recibe a representantes de Maximiliano de Austria quien lo invita a convertirse en su colaborador, sin embargo se niega y es obligado a entregarse en 1865 quedando preso nuevamente. Vuelve a escapar y regresa a la lucha armada en Tehuitzingo teniendo una sorprendente victoria. A partir de este momento se acumulan muchos triunfos hasta conquistar Oaxaca, vuelve a ser gobernador de su estado natal y diputado, pero ambicionaba ser presidente de la república. Su mayor logro fue expulsar a los franceses del país y se le conoció como el Héroe del 2 de Abril. Para contender por la presidencia, enarboló la frase: “Sufragio Efectivo no Reelección” En 1867 se postula como candidato a la presidencia perdiendo ante la reelección de Juárez por lo que se retira un tiempo, pero en 1871 se levantó en armas contra él. Luego con el Plan de La Noria proclamó la renuncia de Benito Juárez a la presidencia, la suspensión del orden

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constitucional y la creación de una Junta de Notables que reorganizara el país. Al morir Juárez se postula otra vez como candidato a la presidencia teniendo como contrincante a Sebastián Lerdo de Tejada, que buscaba una reelección. Para derrocar a Lerdo de Tejada presenta (y promulga) el Plan de Tuxtepec, en Villa de Ojitlán, municipio de San Lucas en Tuxtepec, Oaxaca, en el que pugna por una no reelección y se levanta en armas derrotando a Lerdo, lo hizo huir hacia Zihuatanejo y le quedo el campo libre para la presidencia. Asumió provisionalmente la presidencia de la república el 28 (o 29) de noviembre de 1876, que deja ocho días después (el 6 de diciembre) para tomar legítimamente el puesto presidencial a la siguiente elección. Juan Nepomuceno Méndez ocupó su lugar y gobernó algunos días; del 18 de febrero de 1877 al 30 de noviembre de 1880. Le sucedió Manuel González, y Díaz regresó al poder el 1° de diciembre de 1880 al 30 de noviembre de 1884. Cumplido el protocolo, Díaz es designado presidente en 1877 y concluye en 1880. Estando al mando del poder ejecutivo realiza reformas promoviendo la no reelección, combate el bandolerismo, limita el poder de gobernadores en sus estados y mantiene el orden público. Después ocupa la Secretaría de Fomento y regresa a la gubernatura de Oaxaca. Introduce la luz eléctrica, construye un puente sobre el río Atoyac, funda una escuela de artes y oficios, inaugura una sucursal del Banco de Piedad, hace cambios en la guardia nacional, promueve la construcción del ferrocarril y sanea la hacienda pública. Retoma la presidencia en 1884 reformando la constitución a fin de reelegirse indefinidamente y eliminando las libertades políticas para controlar las elecciones, realizó grandes obras materiales y de control ciudadano. Durante su mandato (del 1° de diciembre de 1884 al 25 de mayo de 1911), Porfirio Díaz se preocupó por mantener la paz para favorecer las actividades económicas. Con el mismo objetivo, fomentó la construcción de vías ferroviarias y el mejoramiento de puertos, además de que amplió la red telegráfica y se instalaron los primeros cables telefónicos en México. Logró mejorar el crédito nacional en el extranjero e impulsó inversiones para crear nuevas industrias en el país. Sin embargo, para que las ganancias de los empresarios fueran abundantes, las condiciones de vida de los trabajadores eran muy malas (bajos salarios y jornadas de trabajo muy largas). En 1909 el pueblo empieza a sentirse descontento, ya que quería cambios públicos de saneamiento, estallando así la revolución, encabezada por Francisco I. Madero el 20 de noviembre de 1910, para recobrar las libertades perdidas. Cuando el movimiento armado ganó terreno, Porfirio Díaz decidió pactar un arreglo de paz, renuncia a su puesto y sale del país con rumbo a Francia muriendo en París el 2 de julio de 1915, ciudad en la que está sepultado, pues sus restos no han podido ser trasladados a México debido a que hay opiniones encontradas sobre él. Murió a la edad de 81 años, luego de 4 años de ostracismo; se dice que cuando llegó a París ya no quería saber nada de política, lo que más deseaba era encontrar quien le redujera su dolencia, pues vivió los últimos años de una manera muy dura en medio de terribles dolores de encías y muelas que lo tuvieron postrado hasta el final, sin que los médicos pudieran ubicar la causa. Algunas personas consideran que fue un mal gobernante, otras sostienen que fue el conductor del México moderno, Porfirio Díaz es hasta nuestros días una

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polémica.

DOBLADO MANUEL

Manuel Doblado Partida, nació en San Pedro, Piedra Gorda, Guanajuato, el 12 de junio de 1818. Era maestro de geografía y derecho en la Facultad de Guanajuato. Fue elegido gobernador de su estado, pero por no tener la edad requerida por la ley, no le fue posible aceptar el cargo. Desempeño el puesto de diputado ante el Congreso reunido en Querétaro en 1847. Al ser propuesto el tratado de paz con los invasores norteamericanos, fue Manuel Doblado el más tenaz

oponente a que se llevaran a cabo dichos tratados. Siendo el gobernador de Guanajuato renunció por no estar de acuerdo con el levantamiento de Comonfort en 1861. Demostró su gran sentido diplomático como Ministro de Relaciones en las pláticas que sostuvo con el general Prim, dando por resultado que las fuerzas inglesas desistieran de la invasión del territorio mexicano. Peleó con el grado de general en la campaña de Querétaro contra los franceses. Gobernó el estado de Jalisco en 1863 y al año siguiente formó parte de la escolta de Benito Juárez. Ya en el norte del país, se enfermó dirigiéndose hasta New York, Estados Unidos, en donde se agravó su enfermedad, muriendo el 19 de junio de 1865.

ESCOBEDO MARIANO

Mariano Escobedo de la Peña, ilustre hijo de Galeana, Nuevo León. Caudillo de las Guerras de Intervención y de Reforma, militar y político mexicano. Nace en San Pablo de (los) Labradores, hoy Galeana, Nuevo León, el 16 de enero de 1826. Sus padres fueron Manuel Escobedo y Rita de la Peña, era el más pequeño de los seis hijos del matrimonio. Recibió la educación elemental en su entidad y se dedicó a la agricultura. Tres oficios aprendió el en su niñez, se dedicó a la agricultura, al comercio y la arriería. Durante su juventud, se especializaba principalmente en el traslado de ganado de San Pablo a Matehuala y Saltillo. Tomó parte de una batalla contra indígenas aborígenes que aún asolaban la región, es ahí cuando Mariano comienza a demostrar su valor y experiencia en la milicia, ya que para ese entonces era conocido en el pueblo como un experto jinete. A la edad de 20 años (1846) ante la invasión de los norteamericanos (1846-1847 o 1848, guerra contra Estados Unidos, que provocó su anexión de Texas, hasta esa fecha territorio mexicano), responde al llamado de la patria, se alistó como soldado raso ingresando a la guardia nacional (o como alférez en el ejército según otros biógrafos), y marcho a Monterrey con un puñado de hombres que se aprestaron a la lucha y que procedían de Galeana y de los municipios de Iturbide y Rayones a quienes capitaneaba Francisco Martínez Salazar. Participó en los combates de la Purísima y Cerro del Obispado, para después combatir en la Batalla de la Angostura y en la acción del

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Caño de Santa Rosa y de los fuertes de las Tenerías y Rincón del Diablo. El arrojo y valor de Escobedo en la defensa de la plaza quedaron demostrados y ocupada Monterrey, volvió con los suyos a Galeana. En el mes de diciembre, asaltó un cuerpo del ejército yanqui comandado por el coronel Nay y destinado por el general Taylor para hostilizar los pueblos del sur del estado de Nuevo León, aterrorizando a su indefenso vecindario. Cerca de Galeana, sorprendiendo a los estadounidenses, Escobedo se encargó de capturar a 37 norteamericanos a quienes condujo a la hacienda del Potosí, lugar donde los entregó al gobierno del estado. Durante el tiempo que duró la invasión norteamericana se mantuvo Escobedo con las armas en la mano, participando en diversas acciones, siendo la más notable la célebre batalla de la Angostura, los días 22 y 23 de febrero de 1847. Aunque el enfrentamiento bélico con Estados Unidos acabó con la pérdida de buena parte del territorio mexicano, la actuación en batalla de Escobedo le valió ser ascendido al grado de teniente. En 1854, cuando la tranquilidad de la república se tornó en agitación por el gobierno despótico del general Antonio López de Santa Anna, surge en Ayutla, Guerrero, una rebelión que tuvo repercusión notable en Nuevo León: el movimiento de la revolución de Ayutla que tenía como fin frenar los abusos y arbitrariedades de Santa Anna, líder de las fuerzas conservadoras; Mariano Escobedo siendo capitán a las ordenes José Silvestre Aramberri organizó las fuerzas de Galeana que tras practicar operaciones en Matehuala y otros pueblos del interior, secundaron el plan restaurador de Santiago Vidaurri del 13 de mayo de 1855. En Saltillo asistió a la batalla en la que fue derrotado el general Güitián. Escobedo contuvo las fuerzas santanistas del general Valentín Cruz, gobernador de Coahuila y por este triunfo recibió su ascenso a comandante de escuadrón. Vuelto a Monterrey, marchó a las órdenes de Zuazua al interior de la república, hasta hacer triunfar (septiembre de 1855) el plan de Ayutla. Combatió a Parrodi, luchó en Nuevo León, San Luis Potosí y Zacatecas. Siguió prestando sus servicios a su estado combatiendo a los indios bárbaros que asaltaban haciendas y ranchos. Vencido Santa Anna, ocupó la presidencia Ignacio Comonfort (1855-1858), quien, tras promulgar una nueva constitución, en la que abolían los privilegios eclesiásticos y militares, se enfrentó a los conservadores, provocando la Guerra de Tres años o de Reforma (1857-1860). En esta ocasión, Escobedo, que en 1856 había sido nombrado teniente coronel de caballería del ejército liberal, volvió a empuñar las armas a las órdenes de Vidaurri. Siempre en las filas liberales; con Vidaurri combatió en Carretas, Zacatecas, Lagos y Atetenique, destacándose por su valentía. En un ataque a México entró a la Garita de San Cosme. Marchó a Guadalajara y rechazó a los gobernadores en Juanacatlán. Se retiró hacia el norte y estuvo en Monterrey; volvió al interior y fue derrotado por el general Woll en Irapuato. De nuevo en la frontera se distanció de Vidaurri. Comandante del distrito de Catorce, en Río Verde lo hizo prisionero Tomás Mejía; escapó y siguió luchando contra los conservadores. Tras la victoria liberal, conseguida, en parte, gracias al apoyo de Estados Unidos, asumió la presidencia Benito Juárez (1858-1872). La decisión de este último de suspender el pago de la deuda externa provocó la reacción de Francia, que invadió México e impuso el segundo imperio (1864-1867), sentando en su trono a

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Maximiliano I. Al ocurrir la Intervención Francesa Escobedo combatió en las cumbres de Acultzingo, Puebla, y organizó una brigada con la que participó en la batalla del 5 de mayo de 1862, valiéndole su comportamiento y valor el grado de coronel graduado el 3 de julio de ese año. Estuvo en 1863 en el sitio de esta ciudad y fue hecho prisionero. Se fugó en Orizaba y se unió al general Porfirio Díaz, a quien ayudó a organizar el ejército de oriente con grado de general de brigada (o general brigadier). Después de la rendición de Oaxaca se trasladó a la frontera, en donde organizó el ejército del norte, con el que fue recuperando gran parte del territorio nacional. Derrotó en Santa Gertrudis a los franceses y dio la batalla de San Jacinto, donde también resultó vencedor. Llegó al grado de general (brigadier), organizó y recibió el mando del ejército republicano a la vista de la ciudad de Santiago, Querétaro en marzo de 1867, el cual luchó contra las tropas invasoras de México. Siguió su marcha hacia el sur y con tal carácter puso sitio al ejército imperialista de Maximiliano I de México y gracias a la traición del coronel Miguel López, tomó la plaza el 15 de mayo de 1867. El emperador Maximiliano se rindió, fue condenado a muerte junto a sus generales Miramón y Mejía, y un mes más tarde fueron fusilados en el cerro de las Campanas, a las siete de la mañana del 19 de junio de 1867. Siendo presidente Benito Juárez (1858-1872) lo nombra general en jefe de las operaciones (otros dicen que fue nombrado comandante general de la zona del norte de México. Ágil en las batallas pero rechazó muchas veces los sueldos que le ofrecían. Después de la caída de Querétaro, derrotar al imperio y al restaurarse la república, siendo general de división desde el 2 de noviembre de 1866, fue dos veces gobernador de San Luis Potosí, en los años de 1869 a 1873 y su labor en aquella entidad puso de manifiesto su capacidad y acendrado amor al progreso; también fue gobernador de Nuevo León en 1865 y 1866. Elevó entonces a la categoría de constitucionales las Leyes de Reforma; dio especial atención a la instrucción pública; abriéndose durante su administración muchos caminos y la realización de acueductos. En el aspecto cultural, la obra de su gobierno se significó por la reparación y reforma completa que hizo del instituto científico y literario del cual la sociedad potosina recogió óptimos frutos. Continuó sirviendo en los gobiernos de Juárez y Lerdo de Tejada. Fue presidente de la Suprema Corte de Justicia Militar. Durante el mandato presidencial de Sebastián Lerdo de Tejada (1872-1876), de quien era íntimo amigo, fue nombrado senador y ministro (o secretario) de Guerra en 1875 (o 1876), combatió los levantamientos porfiristas en 1877. Al triunfo del general Díaz, y derrocado Lerdo de Tejada, Escobedo se expatrió; Porfirio Díaz impuso una dictadura que se prolongó hasta 1911. Trató de luchar en contra del gobierno porfirista, pero fue hecho prisionero en 1878, fracasando en su intento de restaurar a Lerdo de Tejada. Un plebiscito abierto por el periódico “El diario del hogar” en 1900, hizo que el pueblo mexicano lo reconociera como el general más ameritado de esa época. Radicado en México, Escobedo fue designado diputado al congreso general. Tenía ese cargo cuando murió en Tacubaya, Distrito Federal, el 22 de mayo de 1902, a la edad de 76 años. La Cámara suspendió sus sesiones tres días y se le tributaron grandes honores póstumos. Dos días después de su deceso fue inhumado en la hoy Rotonda de las Personas Ilustres. La casa donde nació

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Escobedo está en las calles San Luis Potosí y Diego de Montemayor en la cabecera del municipio de Galeana, Nuevo León. En la casa hay 2 placas. Una dice: “En este lugar, el 16 de enero de 1826, nació el que más tarde fue ilustre general Mariano Escobedo. El pueblo agradecido le rinde fervoroso homenaje. Mayo 15 de 1964”. Y en la otra placa dice una frase dicha por Escobedo en 1866: “Hay que fundar escuelas en las que se inspiren a la juventud ideas de patriotismo y amor a los héroes”.

ESCUTIA JUAN(Niño héroe)

Héroe nacional nacido en la ciudad de Tepic, Nayarit, en 1828. Se desconoce el nombre de sus padres por la pérdida de los archivos del colegio militar durante el ataque al castillo de Chapultepec. Ingresó al colegio como cadete en 1847, poco antes de llevarse a cabo la invasión norteamericana. Después lo nombraron subteniente de artillería. Cuando el ejército de Estados Unidos entraba al castillo de Chapultepec, donde funcionaba el colegio militar, Juan Escutia a pesar de haber escuchado la orden de desalojo del instituto se negó a salir con la finalidad de defenderlo. Era el más joven de todos. Su cadáver se encontró en el lado Este del cerro, junto al cadete

Francisco Márquez, el 13 de septiembre de 1847. Sus restos reposan en la cripta de cristal junto a los otros 5 niños héroes en el monumento que lleva su nombre.

GONZÁLEZ MANUEL

Manuel González Flores (1833-1893). Político y militar, participó en la guerra de Reforma en el bando conservador. Ocupó cargos diversos durante los gobiernos de Benito Juárez y Porfirio Díaz, quien lo nombró jefe del Estado Mayor. Fue presidente de la república del 1° de diciembre de 1880 al 30 de noviembre de 1884. Nació el 18 de junio de 1833 en el Barrio de Bajo de la ciudad de Heroica Matamoros, en el estado de Tamaulipas y pasó su infancia en el rancho El Moquete, a orillas del río Bravo de la misma jurisdicción municipal; con sus padres Fernando González y Eusebia Flores de la Garza. Recibió la educación primaria siendo un alumno brillante y después entró a servir como dependiente y cantinero en el comercio que tenía un tío suyo. Se alistó en la milicia para combatir a unos filibusteros, en 1851. Continuó en la carrera de las armas y a partir de 1853 consiguió varios ascensos llegando a teniente en 1855, siempre en las filas del ejército de Santa Anna. Así, en sus orígenes el general Manuel González figura como militar entre las fuerzas conservadoras tomando parte contra el Plan de Ayutla cuya meta era la destitución de su alteza serenísima, Antonio López de Santa Anna junto con los generales Leonardo Márquez y José María Cobos. Durante la intervención francesa éste

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ofrece sus servicios a Benito Juárez alejándose del bando de los conservadores ingresando en el ejército liberal, debido a un recuerdo suyo de la intervención estadounidense, en que su padre fue asesinado por las tropas norteamericanas. Este incidente le hizo cambiar de bando ante la nueva invasión extranjera. En el Ejército de Oriente se pone bajo las órdenes de Porfirio Díaz con quien comienza una estrecha amistad que perdurará hasta su muerte. Asistió al sitio de Puebla en 18623 en donde se distinguió por su temerario valor. Fue herido y cayó prisionero, logrando escapar para presentarse al gobierno de Juárez y volver a combatir por la república. Con las tropas de Oaxaca al mando del general Díaz, participó de manera decisiva en las batallas de Miahuatlán y La Carbonera. En 1867, al mando de una brigada, tomó parte en el sitio de

Puebla, González recibió una herida de bala en el brazo derecho que le fue amputado en el asalto de la plaza el 2 de abril. Todavía convaleciente peleó en el sitio de la ciudad de México. En septiembre de ese año, después de que el presidente Juárez restableció los supremos poderes en México, el general González fue nombrado gobernador del Palacio Nacional y comandante militar del Distrito Federal. Durante su gobierno, Manuel González impulsó la creación del Ferrocarril Central Mexicano, terminó su línea troncal de la ciudad de

México al Paso del Norte, dio concesiones para la creación de la primera red de telégrafos en el país y la fundación del Banco Nacional de México (Banamex), se puso en servició el de México a Morelia y el de México a Celaya. La comunicación submarina entre Veracruz-Tampico-Brownsville permitió la comunicación de México con todo el mundo. También por decreto del 20 de diciembre de 1882, se estableció que a partir del mes de enero de 1884 se usaría exclusivamente el sistema métrico decimal en toda la república. Al morir en su hacienda de Chapingo, Estado de México, el 18 de junio de 1893, cumplía su tercer periodo consecutivo de gobernador de ese estado, donde fue muy popular.

GUERRA DONATO

Nació en Teocuitatlán de Corona, Jalisco, el 22 de octubre de 1832, fue hijo de José María Guerra y Sebastiana Orozco. Consta en los archivos del ministerio de guerra, que se halló el joven capitán militando en 1864, a las órdenes del general Ramón Corona en el estado de Sinaloa. Obtuvo el grado de capitán de caballería, el 8 de octubre de 1864, en la campaña contra los franceses en el estado de Sinaloa, bajo las órdenes del general Corona. Fue fiel al presidente Benito Juárez, se unió al ejército de oriente en 1867, durante esa época conoció a Porfirio Díaz y simpatizó con él. Cuando en 1871 Juárez fue reelecto presidente, Donato Guerra solicitó su baja del ejército pues creyó en el plan de la Noria que proclamaba la no reelección, sin embargo atendió las órdenes de Juárez sometiendo al grupo de sublevados en la ciudad de México para después unirse a la causa

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porfirista. En 1876 nuevamente se unió a las tropas de Porfirio Díaz durante la revolución de Tuxtepec, tras diferentes derrotas que lo obligaron a replegar las fuerzas que comandaba murió en batalla el 19 de septiembre de 1876 en el rancho de Avalos, cuando enfrentaba a las fuerzas defensoras del entonces presidente de la república Lerdo de Tejada. Años más tarde, y tras el triunfo de Díaz, los restos mortales de Donato Guerra fueron trasladados a la rotonda de las personas ilustres, de manera póstuma se le concedió el grado de general de división, en reconocimiento a su labor

militar.

JUÁREZ BENITO

El 21 de marzo de 1806 nace en el pueblo de San Pablo Guelatao, ubicado en la sierra de Ixtlán, Oaxaca, Benito Juárez García, inquieto estudiante, gran pensador y patriota incorruptible. Leal a los derechos de la gente y de las naciones, perseveró por el respeto irrestricto a la justicia y a la soberanía de México. Honesto y dinámico funcionario público, desempeñó desde modestos cargos hasta la presidencia de la república en las más críticas situaciones del país. Con denodado esfuerzo, perseverancia, sacrificios y peligros múltiples, sostuvo a las instituciones republicanas, primero, ante las fuerzas oscurantistas de los conservadores traidores a la propia patria y, después contra la bota invasora francesa y la consecuente implantación del imperio de Maximiliano de Habsburgo, a quien derrotó finalmente en Querétaro, el 15 de mayo de 1867. La patria agradecida lo premió al nombrarlo “el más patriota de los presidentes de México”, lo cual fue confirmado por el respeto mostrado a su patriota, actuación que muchos países del mundo, entre ellos, la misma Francia a la que venció y la hermana república de Colombia, que lo denominó Benemérito de las Américas. Juárez dejó a la posteridad, como ejemplo universal de derecho el filosófico e indiscutible axioma: “el respeto al derecho ajeno es la paz”. Sus padres, Marcelino Juárez y Brígida García, eran de origen zapoteca. Cuando apenas tenía 3 años de edad queda huérfano y a cargo de sus abuelos paternos junto con sus hermanas María Josefa y Rosa. Su hermana menor, recién nacida, María Longinos, pasara a vivir con su tía Cecilia García. A la muerte de sus abuelos, su tío Bernardino López asume su tutela, quien parece que se emborrachaba habitualmente y se dedicaba al pastoreo de ovejas, tratándolo con energía y dureza, le encarga trabajos en el campo y luego el de pastor de un rebaño de ovejas. Fue en este ambiente donde Juárez aprendió el laboreo y las tareas campesinas, si bien su tío le enseñó a leer y el idioma castellano, que consideraba esencial para prosperar económica y socialmente. Dos hechos se entrecruzan en su decisión de establecerse en Oaxaca. Uno es la necesidad de completar su formación y otro es un descuido en la realización de sus labores, lo que le hizo temer el castigo de su tío. Así, a la edad de 12 años sale de su pueblo y llega a la

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ciudad de Oaxaca. Durante quince días vive en la casa de la familia Maza donde su hermana Josefa trabajaba como cocinera. Esta misma le consigue trabajo como mozo del sacerdote Antonio Salanueva; aprendió también un oficio de encuadernador en el taller del sacerdote, lo que le permite también aprender mediante la lectura de autores como Feijóo o Plutarco. Inicia su educación aprendiendo la lengua castellana, y a leer y escribir. Durante esta etapa, gracias a su hermana y a la propia familia Maza, consigue incrementar sus estudios y vive unos años de estabilidad. Con todo este bagaje puede ingresar en el seminario como alumno externo, el 18 de octubre de 1821, el mismo año en que México declara su independencia. A los quince años ingresa al seminario y cursa filosofía. Al no querer estudiar teología sale del seminario en 1828 y entra al Instituto de Ciencias y Artes donde obtuvo su título como abogado en 1831. Ese mismo año formó parte del grupo liberal. Fue: regidor del ayuntamiento de Oaxaca (1831), diputado a la legislatura local (1833) donde presentó dos iniciativas de ley, abogado y juez civil y de hacienda, secretario de gobierno de Oaxaca y gobernador interino durante cinco años en los que procuró la estricta aplicación de la ley, el respeto a las personas y el orden en la vida pública. En 1834 obtiene su licenciatura en Derecho y ya tiene encaminada su carrera política, tras ser en los dos años anteriores diputado por Oaxaca. Contrae matrimonio con Margarita Maza en 1843. En 1846 ya es miembro del Congreso, siendo entre 1847 y 1852 gobernador de Oaxaca. Por sus ideas liberales que defendió con pasión y lealtad, es perseguido por el gobierno de Santa Anna, régimen dictatorial iniciado un año más tarde. Encarcelado y hecho prisionero en San Juan de Ulúa, es deportado a La Habana y después a Nueva Orleans donde establece lazos de amistad con otros liberales como: Ocampo, Mata, Arriaga y Montenegro; juntos planean retomar a México y darle a su país un gobierno más justo. Comienza su lucha contra el clero y el ejército a su retorno a México en 1854, ocupando el Ministerio de Justicia. Desde su puesto emprendió una profunda labor legislativa con dos líneas principales: la reforma agraria y la sumisión del ejército y la iglesia al gobierno civil. Durante el mandato presidencial de Ignacio Comonfort, Juárez se encargó de la presidencia de la Suprema Corte de Justicia y al mismo tiempo de la vicepresidencia de la república. Su cuerpo legislativo se plasmó en la constitución liberal moderada de 1857. El 17 de diciembre de 1857, Félix María Zuloaga, lanzó el Plan de Tacubaya que desconocía la Constitución y convenció a Comonfort volviéndose éste un dictador. Juárez desaprobó esta acción por lo que fue encarcelado, pero Comonfort no pudo contrarrestar los movimientos y revueltas, abandonando el país no sin antes liberar a Juárez. Perseguido, hubo de exiliarse en Panamá, volviendo a México en mayo de 1858 y estableciéndose en Veracruz. Al quedar vacante la presidencia, Juárez la tomó por legítimo derecho ya que era vicepresidente y establece su gobierno en Veracruz el 4 de mayo de 1858 siendo reconocido por Estados Unidos al año siguiente, iniciando entonces todo el proceso político conocido como la Reforma. Su programa suponía una radicalización de la constitución de 1857, al incluir la nacionalización de los bienes eclesiásticos, la eliminación de las órdenes monásticas, la creación del registro civil y la separación de la iglesia y el estado. La victoria de San

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Miguel Calpulalpan en 1860 le dio el triunfo definitivo al gobierno constitucional de Juárez, si bien la suspensión del pago de la deuda externa, decretada por Juárez, tensó hasta un clima prebélico las relaciones con Francia, Gran Bretaña y España. En enero de 1861 regresa a la capital del país reconocido ya constitucionalmente como presidente de la república. Durante este periodo se presentan fuertes luchas entre liberales y conservadores. Expide las leyes de Reforma y decreta la suspensión de pagos de las deudas públicas, incluidas las del extranjero. Francia, España e Inglaterra inician una guerra armada contra México por lo que se llega a un pacto de paz. Sólo las tropas francesas reinciden en la lucha y toman la ciudad de Puebla estableciendo ahí la

monarquía a cambio de Maximiliano de Austria. En 1865 al querer adueñarse de México son derrotados. Juárez manda fusilar a Maximiliano de Austria y regresa a la capital después de cuatro años de guerra y ausencia. Así, el triunfal sitio de Querétaro (1867) acabo con el fusilamiento de Maximiliano el 19 de junio en el Cerro de las Campanas. Reelegido presidente, su mandato conoció innumerables problemas. La contestación popular cundió incluso entre sus propias filas, dando como resultado la deserción de Porfirio Díaz, militar destacado en la lucha contra Maximiliano, y de

Lerdo de Tejada, quien fundó su propio partido. La presión de Porfirio Díaz sobre Juárez, al que acusaba de dictador, acabó en una revuelta cuya propuesta principal era impedir la reelección de los presidentes de la república. Tras reprimir este último levantamiento, muere en cumplimiento de su deber el 18 de julio de 1872 en la ciudad de México siendo presidente de la república, de un ataque al corazón, dolencia que sufría desde tiempo antes.

LERDO DE TEJADA MIGUEL

Miguel Lerdo de Tejada Corral y Bustillos nació en el puerto de Veracruz, México, el 6 de julio de 1812. Su padre fue un español oriundo de Muro de Cameros, La Rioja, España. Descendía del muy antiguo e ilustre Solar de Tejada. Fue el hermano mayor del presidente de México: Sebastián Lerdo de Tejada. Político mexicano de ideología liberal, fue regidor (1849) y presidente del ayuntamiento de la ciudad de México en 1852 llevando a cabo iniciativas de salubridad, vías públicas, hacienda, beneficencia e instrucción pública. Representó a los liberales federalistas, integrando la comisión que fue a Cartagena de Indias (Colombia) a llamar a Antonio López de Santa Anna para que abandonara el exilio. Sirvió como oficial mayor de la Secretaría de Fomento del 26 de abril de 1853 al 9 de agosto de 1855, bajo el mando de Santa Anna. En siete ocasiones ocupó el cargo de Secretario de Estado a lo largo de cinco periodos presidenciales: con Martín Carrera, Secretario de Fomento, del 15 de agosto al 12 de septiembre de 1855; con Rómulo Díaz de la Vega, Secretario de Fomento, del 12 de

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septiembre de 1855 al 4 de octubre del mismo año; con Juan Alvarez, Secretario de Fomento, del 4 de octubre al 11 de diciembre de 1855; fue Ministro de Relaciones Exteriores, con Ignacio Comonfort, desde el 13 de noviembre hasta el 24 de diciembre de 1856, y Secretario de Hacienda, desde el 20 de mayo de 1856 hasta el 3 de enero de 1857; finalmente, con Benito Juárez, Secretario de Hacienda, del 3 de enero al 15 de julio de 1859 y del 19 de diciembre de 1859 al 31 de mayo de 1860. El 26 de junio de 1856 promulgó la Ley de Desamortización de Fincas rústicas y Urbanas, conocida como la Ley Lerdo, que afectó a los bienes de la iglesia y de los pueblos indígenas, y desencadenó la denominada Guerra de Reforma, donde participó activamente al lado del presidente Benito Juárez. Esta ley obligaba a las corporaciones civiles (ayuntamientos, cofradías, etcétera) y eclesiásticas a vender las casas y terrenos que no estuvieran ocupando a quienes los arrendaban, y a las comunidades indias a repartir entre sus miembros, en propiedad individual, sus terrenos colectivos, para que esos bienes produjeran mayores

riquezas, en beneficio de más personas. Fue magistrado de la suprema corte de justicia en 1860. Cuando el Plan de Tacubaya, al ocupar la capital los conservadores, Miguel Lerdo de Tejada buscó refugio en la legación de Estados Unidos, de la que logra salir para reunirse en Veracruz con el presidente Juárez, quien le designa Ministro de Hacienda. Tomó parte activa en la guerra de reforma y su política financiera y diplomática suscitó enemistades, entre ellas, la de Ocampo. Rompió con Juárez al proponerle éste la suspensión del pago de la deuda externa, y renunció al Ministerio en 1861. Se perfilaba como el más factible candidato a la presidencia por parte del grupo avanzado liberal. Falleció el

22 de marzo de 1861 en la ciudad de México Autor de los “Apuntes históricos de la heroica ciudad de Veracruz”, “Comercio exterior de México desde la conquista hasta hoy”, “Cuadro sinóptico de la república mexicana”, y de la “Memoria de hacienda” de 1857.

LERDO DE TEJADA SEBASTIAN

Nació en Jalapa (o Xalapa), Veracruz, el 24 de abril de 1823. Sus primeros estudios los realiza en Jalapa. Estudia gramática con el sacerdote Francisco Ortiz de Loza. Posteriormente, obtiene una beca en el Seminario Palafoxiano de la ciudad de Puebla, Puebla, en donde se recibe en las órdenes menores. Sin embargo, en 1841, renuncia a la carrera eclesiástica para trasladarse a México e ingresar al colegio de San Ildefonso, donde más tarde, obtiene el grado de bachiller y el título de abogado. En el periodo de 1852 a 1863 es rector del colegio. De ahí, es nombrado en 1855 fiscal de la Suprema Corte de Justicia, por el general Antonio López de Santa Anna. Ingresó al Partido Liberal Mexicano, en el que Miguel, su hermano mayor, ocupaba un lugar

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destacado. Su brillante participación en la política hizo que formara parte del gabinete presidencial de Ignacio Comonfort. Fue fiscal de la Suprema Corte de Justicia y ministro de Relaciones Exteriores. La indecisión política del presidente Comonfort, ante las presiones de conservadores y liberales, fue un factor determinante para que, renunciara a su puesto en el gobierno de la república. Sus recomendaciones al Partido Liberal de apoyar con decisión la Constitución de 1857 no encontraron eco en Comonfort, el cual finalmente cede el poder a Zuloaga. Se inicia la llamada Guerra de los Tres Años, etapa en la que destaca la figura de Benito Juárez, quien finalmente asumirá el poder. Durante la guerra de tres años, Lerdo permanece alejado de la política y regresa a la rectoría del colegio de San Ildefonso, pero más tarde ingresó como diputado al Congreso de la Unión. Da inicio a la intervención francesa, apoyada por los conservadores que aspiraban a que un soberano europeo para que gobernara México. Sebastián se mantiene firme en la defensa del país. A la caída de la ciudad de Puebla en manos de los invasores franceses, es nombrado ministro de Justicia en el gobierno de Benito Juárez. Lerdo se transforma en el hombre de confianza de Juárez. Los sacrificios y esfuerzos que desplegaron al lado del pueblo mexicano culminaron en el triunfo republicano sobre los conservadores. El fusilamiento de Maximiliano y de los traidores a la patria fue una decisión de Juárez. Al triunfo de la república, redacta la convocatoria para nuevas elecciones. El voto favoreció a Benito Juárez para que ocupara la presidencia y Sebastián Lerdo de Tejada la vicepresidencia. Meses después, Benito Juárez muere víctima de angina de pecho.

Sebastián lo sustituye como presidente interino y tiempo después, el Congreso lo eligió presidente. Durante su gobierno, en enero de 1873, se inauguró el ferrocarril de México a Veracruz; fue pacificado el estado de Nayarit; se abrieron institutos científicos y se mejoró a economía del país. En 1876 intentó hacer modificaciones legales para permitir su reelección y Porfirio Díaz aprovechó la situación para levantarse en armas con el Plan de Tuxtepec, que se resumía en su frase “Sufragio Efectivo, No Reelección”. Esta vez, la rebelión triunfó y Lerdo se vio en la necesidad de renunciar y abandonar el país en enero de 1877; en su lugar quedó José María Iglesias, pero sólo fue reconocido por algunos estados.

Sebastián Lerdo de Tejada murió el 21 de abril de 1889, en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos. Sus restos fueron trasladados a México por el general Mariano Escobedo y sepultados en la Rotonda de los Hombres Ilustres, en el panteón de Dolores.

MARISCAL IGNACIO

Pertenece a la generación de liberales que llegaron al poder en 1854, con la salida definitiva de Antonio López de Santa Anna de la presidencia. Nace en la ciudad de Oaxaca el 5 de julio de 1829. Fue ministro de Relaciones Exteriores. Existen pocos datos

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sobre su familia, sólo se sabe que sus padres pertenecieron a la clase media que le permitió estudiar con cierta holgura. Estudio en el instituto de artes y ciencias de la ciudad de Oaxaca entre los años 1851 y 1854, donde obtuvo el título de abogado, otros dicen que se graduó en 1949. En Oaxaca fue procurador fiscal de Hacienda. De ideas liberales combatió al santanismo, por lo que se le desterró de Oaxaca. Emigra a la ciudad de México en 1854, pertenece a la colonia oaxaqueña de liberales que arribarán al poder, entre ellos Matías Romero y Benito Juárez. Su amistad con el presidente Juárez llevará a que sea nombrado asesor jurídico para la aplicación de la Ley de Desamortización de los Bienes del Clero en 1861. Partidario del Plan de Ayutla, y debido a sus conocimientos en materia jurídica, fue propuesto como diputado por el estado de Oaxaca al Congreso Constituyente de 1856 y 1857, participando en los debates que procedieron a la Constitución de 1857 y en la redacción de la Constitución, particularmente en los artículos vinculados a la separación iglesia-estado. Siguió con liberales, y con el inicio de la guerra de reforma, viaja junto con el presidente Juárez hasta establecerse en Veracruz. Con el triunfo del bando liberal, retorna a la ciudad de México fungiendo como asesor del presidente Juárez. Nuevamente es diputado federal y en vísperas de la intervención francesa se le designa ministro de la Suprema Corte de Justicia. En 1863 se le nombra Oficial Mayor de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Es designado consultor jurídico de la legación mexicana en Washington, D.C. En 1871 es nombrado por primera vez secretario de Relaciones Exteriores. En 1873 es nombrado como ministro de México ante el gobierno de Washington, D.C. En julio de 1877 la administración de Porfirio Díaz lo nombra magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Distrito y Territorios Federales y luego ocupa la dirección de la Escuela Nacional de Jurisprudencia. Después pasa como secretario de Justicia e Instrucción Pública. Estudió la reforma de las leyes procesales y una nueva organización de los tribunales, publicando a finales de 1880 el Código de Procedimientos Civiles reformado y el reglamento de organización de tribunales y promulgando por primera vez el Código de Procedimientos Civiles. En 1880 (o 1881) es nombrado por segunda ocasión secretario de Relaciones Exteriores, cargo que ocupará por más de 26 años. Entre sus servicios se encuentra el tratado con Guatemala respecto a límites. En 1882 publica su primer libro: “Historia de las dificultades entre México y Guatemala”, ese mismo año es nombrado miembro de número de la academia mexicana de la lengua, ocupó la silla XVI. En 1883, y hasta 1884, es nombrado ministro plenipotenciario de México en Londres; interviene en la reanudación de las relaciones con ese país. Poeta, en 1909, es elegido presidente de la Academia Mexicana de la Lengua, al morir José Ma. Vigil. Cabe mencionar de su producción literaria: “Don Nicolás Bravo o clemencia mexicana”, “Episodio en la vida de Juárez”, “Biografía del Sr. Lic. Ignacio Mariscal”, poesías, etcétera. Muere en la ciudad de México el 17 de abril de 1910.

MÁRQUEZ LEONARDO(El Tigre de Tacubaya)

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Peleó en la intervención estadounidense, la de Reforma y en el imperio de Maximiliano. Pero será recordado por ser el cruel asesino, el Tigre de Tacubaya. El apodo lo obtuvo en la guerra de la Reforma, el 11 de abril de 1859, cuando el general liberal Santos Degollado trataba de tomar la ciudad de México Márquez lo derrotó en el poblado de Tacubaya. Pero entre los prisioneros no sólo había militares liberales, sino también doctores y enfermeros que curaban a los caídos. Incluso, el poeta Juan Díaz Covarrubias. Sin pensarlo mucho, mandó fusilar a todos. Murieron 800 personas ese día en Tacubaya. Los muertos fueron conocidos como “los mártires

de Tacubaya” y su asesino fue “El Tigre” Márquez. Posteriormente Márquez explicaría que sólo seguía órdenes del presidente. Miguel Miramón siempre negó la acusación. Leonardo Márquez nació en 1820, e ingresó en el ejército como cadete de la compañía permanente de caballería en Lampazos, Nuevo León. Siendo joven, combatió en la guerra de Texas y contra la invasión estadounidense en 1847. Siempre fue un hombre que buscó su bien propio. Sus inclinaciones políticas eran sólo llevadas por la avaricia y poder. Apoyó a Santa Anna… y luego a Miguel Miramón, fue presidente de la república. Durante este período, ordenó el asesinato del estadounidense Orlando Chase, que provocó un incidente diplomático. Al subir Benito Juárez al poder, permaneció peleando en su contra. Fusiló al renombrado liberal Melchor Ocampo para luego colgarlo en Tepic. El asesinato del pensador conmocionó tanto al gobierno de Juárez que el mismo general Santos Degollado decidió buscar al Tigre de Tacubaya y vengar su muerte. Pero también resultó muerto en una batalla por uno de los hombres de Márquez. Juárez mandó al joven general Leandro Valle para vengar las bajas. El resultado fue el mismo. Terminó fusilado. Se unió a la causa de los franceses ofreciendo sus servicios, ayudando al establecimiento del poder de Maximiliano como emperador. En 1864, el emperador le dio una misión extraordinaria en Constantinopla, pero realmente era para alejarlo del país pues nadie lo apreciaba. Cuando los franceses se retiraron, Maximiliano lo nombró general en jefe del imperio y jefe del estado mayor. Acompaño a Maximiliano en Querétaro y le propuso que él fuera a la ciudad de México, so pretexto de buscar refuerzos. En lugar de ello, concibió el plan de establecer un gobierno independiente de México en los estados del sur, con Puebla como la capital. Pero fue derrotado el 2 de abril de 1867 por las tropas del general Porfirio Díaz antes de que pudiera alcanzar esa ciudad. Huyó de ésta entre pieles de vaca, luego se disfrazó de arriero para fugarse a La Habana, Cuba. Desde ahí se dedicó a escribir para limpiar su nombre, pero sus fechorías eran muchas. Porfirio Díaz le dio el indulto para regresar, pero como fue duramente criticado por la prensa, regresó a morir a Cuba, odiado por todos en México. Murió en 1913.

MARQUEZ FRANCISCO

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(Niño héroe)

Francisco Márquez Paniagua nace en Guadalajara, Jalisco, en 1834, en el seno de una familia humilde. Sus padres fueron José Márquez y Micaela Paniagua. A muy temprana edad quedó huérfano de padre, tiempo después su madre contrae matrimonio con el señor Francisco Ortiz. Francisco realiza sus primeros estudios en Guadalajara y a los 12 años llega a la ciudad de México para ingresar al colegio militar. Era un muchacho inteligente, brillante y de gran disciplina, por lo que formó parte de la primera compañía de cadetes. Combatió heroicamente contra las fuerzas militares de los norteamericanos, quienes después de obtener el dominio de gran parte del Valle de México atacan el castillo de Chapultepec donde se encontraba el colegio militar a cargo

del general Nicolás Bravo. Ante tal acontecimiento y conocedor de la escasa artillería que poseían, el general Monterde ordenó a los jóvenes cadetes salvaguardarse en sus casas. Sin embargo varios de ellos, incluido Francisco, desobedecieron la orden y se enfrentaron al combate tomando en cuenta que con esto defendía a su patria. El ejército norteamericano dominó pronto la batalla a tal grado que algunos soldados mexicanos no tuvieron tiempo de disparar su fusil. A pesar de ello, los jóvenes cadetes lucharon valientemente y ofrecieron su vida por la nación. Sus restos también descansan bajo el monumento a los Niños Héroes, localizado en una avenida céntrica de la ciudad de México, cerca del castillo de Chapultepec.

LOS MARTIRES DE TACUBAYA

La promulgación de la Constitución liberal de 1857 agudizó los conflictos políticos en el país, al provocar una fuerte reacción de los conservadores, que exigían la desaparición del nuevo código legal restaurador de la república federal, representativa y democrática. Incapaz de gobernar con una Constitución que le parecía demasiado radical, en 1858 el presidente Comonfort la suprimió, renunció a su puesto y lo entregó a Benito Juárez, presidente de la Suprema Corte de Justicia, cargo que equivalía al de vicepresidente. Después de recibir el poder ejecutivo, Juárez salió inmediatamente hacia el occidente de México; allí

instaló su gobierno, formó su gabinete y publicó un manifiesto por el cual restablecía el gobierno constitucional. Comonfort se rindió a los conservadores y salió del país. A su vez, Félix Zuloaga tomó posesión del Palacio Nacional y fue reconocido como presidente

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del grupo conservador. De esta manera, la república tenía dos gobiernos; uno conservador en la capital, con Zuloaga como presidente y otro liberal, en provincia, con Juárez al frente del ejecutivo. La guerra civil era entonces inevitable para decidir cuál de los dos grupos habría de regir la nación. Así empezaría la Guerra de Reforma o de Tres Años (1958 a 1961), lapso en el que coexistieron los dos gobiernos, cada uno de los cuales defendía su ideología e imponía sus leyes y exigencias. El gobierno de Zuloaga contaba con la ayuda de la iglesia y el ejército, puesto que defendía los intereses de estas dos poderosas instituciones. Para costear los gastos de guerra, el clero puso a disposición de los conservadores parte de su riqueza y ayudó además con la amenaza de excomunión a quienes siguieron a los liberales. El gobierno de Juárez, en cambio, tuvo que improvisar un ejército con una mayoría de civiles, aunque algunos liberales notables eran militares. La llamada “república itinerante”, fue albergada por los estados de Guanajuato, Jalisco y Veracruz. Durante el primer año de la guerra de Reforma, el ejército liberal al mando del general Santos Degollado, intentó tomar la ciudad de México; el 11 de abril de 1859, las fuerzas republicanas al mando del general Santos Degollado, se encontraban en Tacubaya, con instrucciones del gobierno de Benito Juárez de atacar la ciudad para distraer las tropas que sitiaban las ciudades de Veracruz donde se hallaba el gobierno federal, los combates en esta fecha eran muy reñidos y resultaron favorables a los conservadores. Santos Degollado fue derrotado y dejó en el campo de batalla cantidades considerables de heridos y muertos, así como doscientos soldados que cayeron prisioneros. De estos el general Leonardo Márquez, entonces gobernador de Jalisco, recibió órdenes del presidente conservador general Miguel Miramón de pasar por las armas a la oficialía, pero en un exceso de fuerza, mandó fusilar a oficiales y civiles, entre los que se hallaban médicos, enfermeros y hasta un extranjero que al ser herrero fue llevado por los republicanos para reparar los cañones, entre estos estaban varios vecinos del pueblo como el poeta veracruzano Juan Díaz Covarrubias, pionero de la novela histórica en México y uno de los máximos representantes del romanticismo mexicano. Por esta acción a Leonardo Márquez se le conoce como el “Tigre de Tacubaya” y a las víctimas, los “Mártires de Tacubaya”. Esto ocurrió en el ex-arzobispado y fueron enterrados en un panteón que fue destruido al ampliarse la avenida Revolución.

MAZA DE JUÁREZ MARGARITA

Nació en la ciudad de Oaxaca, Oaxaca, el 8 de marzo de 1826. Sus padres (se presume adoptivos) fueron Antonio Maza y Petra Parada, que acogieron a un niño indígena que no hablaba español. Ese niño fue Benito Juárez, que tenía 20 años más que Margarita. Contrae matrimonio con Benito Juárez el 31 de julio de 1843, cuando ella había cumplido 17 años y el 37. Tuvieron muchos hijos (fueron padres de 11): Manuela en 1844, Felicitas en 1845, Margarita en 1848,

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María Guadalupe 1849-1852, Soledad 1850, Amada 1851, Benito 1852, las gemelas María de Jesús y Josefa 1854, José 1857-1864, Francisca 1859 y Antonio 1864-1865. Durante el destierro que sufre Juárez por orden del general Antonio López de Santa Anna en 1853, Margarita y sus hijos se esconden en diversos lugares de la sierra. Un año después tuvo que huir, embarazada y con seis hijos. Se establecen en Etla con un tendajón, apoyada por su compadre Ignacio Mejía. Así sostiene a sus hijos y ayuda a Juárez que se encontraba exiliado en Nueva Orleans, con quien finalmente se reunió en Veracruz tras ser perseguida por bandidos que pretendían raptarla. Se unen en 1856 tras el triunfo de la revolución y se separan con el golpe de estado organizado por Comonfort. Al concluir la guerra se une a su esposo viviendo en el palacio nacional de la ciudad de México. Al inicio de la intervención francesa realiza actividades de recolección de fondos (organiza obras de teatro) para el hospital de sangre y los familiares de las víctimas de la guerra. Tras las presiones y acontecimientos de guerrilla que sufría el país se traslada a Estados Unidos estableciéndose en Nueva York (otros dicen que tuvo que radicarse en Washington). Vuelve a México al triunfo de la república a bordo de un barco que el presidente de la república puso a su disposición. Cuando Juárez llega a la presidencia de la república, ella se convierte en la primera dama de México y cumple con sus funciones filantrópicas, pese a las penurias de aquellos años. Margarita Maza de Juárez falleció en la ciudad de México el 22 de enero 1871. Su nombre fue inscrito en la Cámara de Diputados en 1966.

MELGAR AGUSTÍN(Niño héroe)

Nació en la ciudad de Chihuahua, Chihuahua, en 1829 y murió en la ciudad de México en 1847. Su nombre completo era Agustín María José Francisco de Jesús de los Ángeles Melgar de Sevilla, hijo del teniente coronel Estaban Melgar y de la señora María de la Luz Sevilla. Huérfano a muy temprana edad quedando al cuidado de su hermana Merced, a los 17 años ingresa al heroico colegio militar, pero al poco tiempo fue dado de baja por no asistir a una revista militar que el colegio realizó el 4 de mayo de 1847 y fue considerado un desertor. Siguió insistiendo para su reincorporación lográndola 3 meses después, al presentarse con el general Monterde, director del colegio, quien ante la situación provocada por la invasión de Estados Unidos lo

aceptó; se le dio de alta en 1847 junto con Juan Escutia, Hilario Pérez de León y José Arias Caballero, en calidad de cadete agregado, por el delito de deserción que había cometido. Ante la grave situación de la invasión de los norteamericanos, el director del colegio pensó que el castillo de Chapultepec sería uno de los lugares principales que

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atacaría el enemigo, es por eso que ordenó a los alumnos irse a sus casas ya que eran menores de edad en su mayoría, pero como Agustín Melgar no tenía familia en la ciudad, decidió quedarse en el castillo. Agustín Melgar quiso detener al enemigo que se acercaba por el lado norte, matando a uno, y esto alertó a los norteamericanos. Escondido en uno

de los dormitorios seguía disparando pero pronto fue herido y llevado al hospital donde le amputaron la pierna derecha, murió a las 3 de la tarde del día siguiente debido a la gravedad de sus heridas. Sus restos descansan junto a los de sus compañeros en la defensa de México en el monumento dedicado a ellos ubicado en Chapultepec.

MIRAMON MIGUEL

Miguel Gregorio de la Luz Atenógenes Miramón y Tarelo nació el 29 de septiembre de 1831 (o 1832), en la ciudad de México en el seno de una familia acomodada. De origen

francés, en 1847 ingresó al colegio militar, un hecho poco de extrañar, sobre todo en una familia en donde todos eran militares; como cadete participó en la defensa del Castillo de Chapultepec el 13 de septiembre de ese mismo año contra los norteamericanos. Su padre, el general Bernardo Miramón, había pertenecido al ejército de las tres garantías de Agustín de Iturbide. Sus hermanos mayores, Bernardo y Joaquín, eran ya oficiales del ejército mexicano. Militó en las filas conservadoras, dentro de las cuales fue el más distinguido elemento, bajo el mando del general Osollo. Muerto éste, en 1854, le fue confiado el mando de las tropas del norte. En 1858, instalado el gobierno conservador en México, en virtud del pronunciamiento del 17 de diciembre de 1857 en Tacubaya y el golpe de estado de Comonfort, tomó posesión de la presidencia de la república el general Félix Zuloaga, el 11 de enero de ese año, y enseguida el general Manuel Robles Pezuela, por haberse sublevado contra el anterior. Este entregó el poder al general José Mariano Salas, quien poco después lo habría de dar al general Miguel Miramón. Zuloaga ofreció el puesto a Miramón, el 23 de diciembre de 1858; pero el joven general no lo aceptó, porque consideró inoportuna la insurrección que trataba de deponer a Zuloaga, a quien repuso y sostuvo en el mando. Zuloaga volvió a dimitir el 2 de febrero de 1859, y por decreto del 31 de enero de ese año Miramón fue nombrado presidente de la república para un primer periodo, del 31 de enero al 12 de agosto de 1860, y después para un segundo lapso, del 15 de agosto de 1860, al 24 de diciembre del mismo año. Miramón tenía 27 años cuando asumió la presidencia, ejerciendo el mando desde el campo de batalla. En su mandato, venció a los liberales en las batallas de Puerto de Carretas, Barranca de Atenquique y Ahualulco; a partir del 6 de marzo de 1859 sitia y ataca el puerto de Veracruz, donde se refugiaba el gobierno de Benito Juárez, pero la intervención de la marina estadounidense, que captura dos buques mexicanos en aguas mexicanas, le impide consumar la victoria, regresó a la ciudad de México y fue derrotado en Calpulalpan por el

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general Jesús González Ortega, teniendo que entregar la ciudad al partido triunfante. Huyó entonces al extranjero, donde permaneció hasta la institución del segundo imperio, el de Maximiliano. De La Habana, Miramón se trasladó a Europa, primero a Francia, lo recibió Napoleón III, y en España, la reina Isabel II. Marcho a Italia y luego regresó a México, al mismo tiempo que la expedición europea. El almirante inglés le impidió desembarcar en Veracruz, por lo que volvió a Europa. Las tropas francesas ocuparon la ciudad de México en 1863, y el país el 28 de julio de ese año; Miramón volvió nuevamente y entró por el norte, llegó a la capital en julio para ofrecer sus servicios al imperio. Al siguiente año se estableció el imperio de Maximiliano, quien alejo a Miramón al principio y lo envió a Berlin, Alemania, para que estudiara táctica militar, nombrándolo después gran mariscal de sus ejércitos. Con ese grado hizo la defensa del imperio, contra el gobierno republicano de Benito Juárez. En 1866, cuando el emperador Maximiliano, viéndose abandonado por las tropas francesas, estuvo próximo a abdicar, fue Miramón quien lo disuadió de sus propósitos, peleando bravamente en su defensa, hasta llegar al heroico sitio de Querétaro, en que Maximiliano y sus principales generales, se vieron cercados por las tropas del general Mariano Escobedo. Miramón fue nombrado jefe de uno de los tres grandes cuerpos en que se dividió el ejército imperial. Realizó el ataque contra Zacatecas, en el que estuvo a punto de aprender a Juárez. En Querétaro mandó un cuerpo del ejército y defendió con toda valentía la plaza hasta su caída en junio de 1867. Tomó parte en las batallas de Casa Blanca y Cimatario, que fueron las más importantes de Querétaro. Maximiliano fue apresado junto con el general Tomás Mejía y pronto fue detenido también Miramón, quien al enterarse de la traición, se dirigió al centro de la plaza y encontró una fuerza enemiga; registrándose un tiroteo, en el que resultó herido en la cara y en un dedo de la mano izquierda, se refugió en la casa del doctor Licea, quien lo tortura durante dos horas pretendiendo extraer una bala que había salido y ya indefenso, fue delatado y aprehendido ese mismo día. Fue juzgado y sentenciado al mismo tiempo que Maximiliano y Mejía, y ejecutados en el cerro de las Campanas, el 19 de julio de 1867. Miramón y Mejía fueron fusilados por un pelotón de soldados republicanos del ejército del general Escobedo. Maximiliano le cedió el centro, como lugar de honor. Su cuerpo se trasladó a la ciudad de México y se le enterró en el panteón de San Fernando, para ser trasladado a la catedral de Puebla en 1896.

MONTES DE OCA FERNANDO(Niño héroe)

Fernando Montes de Oca Rodríguez hijo de José María Montes de Oca y Josefa Rodríguez, nace en la ciudad de México en 1829. Huérfano de padre a temprana edad, solicita a los 17 años su ingreso al colegio militar el 24 de enero de 1847, pues siente una gran inclinación por defender a su patrio que se encuentra bajo el yugo de los invasores norteamericanos. Pertenecía a la primera compañía de cadetes, donde comenzó su entrenamiento militar el cual duró poco tiempo, debido al combate sufrido contra el

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ejército de los Estados Unidos, que pretendía apoderarse del colegio militar. Fernando Montes de Oca fue uno de los alumnos que desobedecieron la orden del general Monterde de salir del recinto y refugiarse en sus casas con el fin de protegerse de la agresión norteamericana el 13 de septiembre de 1847, no se dio cuenta de que el ejército

invasor tenía dominada la plaza, él salió en ayuda de los soldados amigos, saltando por una azotea que daba al rancho de Anzures envuelto en la bandera de la Guardia Nacional y fue presa de las balas quedando su cuerpo tendido a la intemperie. Su cadáver estuvo abandonado por más de 3 días para después ser recogidos sus restos y depositados junto con los demás soldados muertos en defensa de su patria. Se le rindió homenaje junto a los otros niños héroes en una gran ceremonia y sus restos fueron colocados en una cripta de cristal y plata bajo el monumento dedicado a su memoria construido a la entrada del bosque de Chapultepec de la ciudad de México.

NEGRETE MIGUEL

Nace en Tepeaca, Puebla, en 1825. Combatió contra Estados Unidos en 1847. Perteneció al grupo del Plan de Ayutla, En 1857 se opuso al golpe de estado de Comonfort. Luego, en 1858, se pasa al bando de los conservadores. En 1860 estuvo bajo las órdenes de Miguel Miramón. Tuvo a su cargo la defensa del fuerte de Loreto en la batalla de Puebla del 5 de mayo de 1862. Fue gobernador de Puebla en 1863, dirigiendo la segunda división de infantería del ejército de oriente; tras su derrota lo aprehendieron y trasladaron a Veracruz, pero escapó. Fungió como secretario de Guerra y Marina de 1864 a 1865 cuando Benito Juárez era presidente

constitucional del país. Tomó las armas en innumerables ocasiones con el ejército. En 1868 apoyó a los campesinos en su insurrección. En 1869 tomó los fuertes de Loreto y Guadalupe en Puebla, y más tarde Cholula y Tepeji: derrotado y preso fue condenado a muerte pero la sentencia no se cumplió gracias a la influencia de Porfirio Díaz. Posteriormente impulsó la rebelión de Juan Francisco Lucas y en 1872 estuvo a favor del Plan de la Noria. En 1876 se incorporó al Plan de Tuxtepec. En 1879, acusó a Díaz por medio de un manifiesto, de traición a la Constitución. Se adhirió al Plan Socialista de Sierra Gorda, donde también fue derrotado. Se retiró de la vida pública y murió en la ciudad de México en 1897.

NIÑOS HEROES DE CHAPULTEPEC

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Los niños héroes es el nombre con que se les denomina a los principales defensores del Colegio Militar de México durante la invasión norteamericana el día 13 de septiembre de 1847. Juan de la Barrera, Juan Escutia, Agustín Melgar, Fernando Montes de Oca, Vicente Suárez, y Francisco Márquez eran estudiantes del colegio militar y tenían todos entre 13 y 17 años. Durante la guerra declarada a México por Estados Unidos con el fin de obtener los territorios de Alta California y Nuevo México, el ejército estadounidense, bajo el mando del general Winfield Scott, atacó el castillo de

Chapultepec donde se encontraba situado el Colegio Militar. Los jóvenes cadetes, niños y adolescentes casi todos, que formaban el batallón a cargo de Nicolás Bravo, dieron muestra de valentía al resistir la agresión y peleando inclusive cuerpo a cuerpo. Sin embargo, al final, los norteamericanos tomaron el castillo. Juan Escutia al ver la inevitable derrota tomó la bandera nacional y desde una de las torres del castillo se lanzó al vació, hacia una muerte segura, para evitar que el lábaro patrio cayera en manos del enemigo. Al final de la guerra México fue derrotado y perdió la mitad de su entonces territorio, superficie similar a su tamaño actual (2 millones de kilómetros cuadrados, que incluían a los actuales estados de California, Nuevo México, Arizona, Nevada, Colorado y Utah). En 1906 se construyó un monumento en homenaje a los niños héroes en las faldas del castillo de Chapultepec, tomando a 6 de ellos como sus máximos exponentes, aunque en realidad fueron más.

OCAMPO MELCHOR

Nació en Pateo, Michoacán, el 3 de enero de 1814; fue un hombre de grandes conocimientos y cultura. Estudió en el Seminario de Morelia donde se graduó de bachiller, luego estudió la carrera de abogado en la ciudad de México. A los 19 años, en 1833, establece su despacho de leyes, y luego regresa a su natal Michoacán para administrar su hacienda. A los 26 años viaja por Europa y regresa a México para iniciar su carrera política. En 1842 es electo diputado y cuatro años después gobernador de Michoacán. Durante la presidencia de Juan Álvarez se desempeña como Ministro de Hacienda,

puesto donde su proceder causa un gran conflicto entre liberales y conservadores. Ocupa por segunda ocasión la gubernatura de Michoacán, pero Santa Anna lo destierra y huye a Nuevo Orleáns. Aquí conoce a otros grandes liberales, entre ellos Benito Juárez. Después del triunfo del Plan de Ayutla, regresa a México en 1854 y ahora es Ministro de Relaciones Exteriores. En 1856, siendo presidente del Congreso, forma parte de la

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comisión para elaborar una nueva Constitución. En 1859, en representación del gobierno de Juárez y buscando apoyo económico, firma con los Estados Unidos el tristemente famoso tratado McLane-Ocampo, con el cual México otorgaba a los Estados Unidos los derechos de transito en el istmo de Tehuantepec. El Congreso norteamericano nunca ratificó este tratado. Melchor Ocampo fue uno de los redactores de las Leyes de Reforma, con las que se logra separar la iglesia del Estado. Es famosa una de sus cartas, la llamada “Epístola de Melchor Ocampo”, que se acostumbraba leer en los matrimonios civiles. Ya habiendo triunfado el ejército liberal en 1860, decidió retirarse de la vida política. Se retira a su hacienda de Pomoca. Pero en mayo de 1861, soldados conservadores al mando de Leonardo Márquez y Félix Zuloaga, lo hacen prisionero y lo fusilan en Tepeji del Río el 3 de junio de 1861. Las informaciones sobre la fecha y el lugar de nacimiento de Melchor Ocampo son imprecisas y obscuras, lo mismo ocurre con la identidad de sus progenitores y, de igual manera, también son desconocidas las causas por las que se le impuso y sobre quién le impuso el único apellido que ostentó durante su vida. Uno de sus biógrafos, Nicolás León en “Hombres ilustres y escritores michoacanos”, afirma que nació en la ciudad de México, el 5 de enero de 1814, según acta de bautismo que aparece en el Libro IV de Bautismos de Expósitos y de hijos de Padres no Conocidos de todas las calidades, de la parroquia de San Miguel Arcángel de la ciudad de México. En este documento se asienta que el bautizado recibió los nombres de José Telésforo Juan Nepomuceno Melchor de la Santísima Trinidad y que para tal acto fue presentado por su madrina la señorita María Josefa González de Tapia. Sin embargo, este documento nunca ha sido validado por los investigadores, se trata sólo de una mera conjetura. Otra de las versiones sugiere que nació un 6 de enero, y dado que se tenía la costumbre de poner el nombre del santo que se festejaba al nacer, lo nombraron como el rey mago Melchor.

PRIETO GUILLERMO

Nació el 10 de febrero de 1818 en la ciudad de México, hijo de José María Prieto Gamboa y Josefa Pradillo y Estañol. Escritor mexicano, novelista, cuentista, poeta romántico popular, cronista, periodista, ensayista y político ocupó diversos cargos en el gobierno, le tocó vivir las épocas de la independencia, la guerra de Texas, la intervención francesa y el imperio de Maximiliano. Es creador junto con otros escritores mexicanos de diversos periódicos y academias literarias, entre ellas la Academia de Letrán en el año de 1836, con el decidido intento de mexicanizar la literatura, de la cual era director Andrés Quintana Roo, sus fuertes críticas contra el dictador

Antonio López de Santa Anna le ocasionan persecuciones y su apoyo a Juárez, el ser desterrado. Pasó su niñez en el Molino del Rey, a un lado del bosque de Chapultepec, donde su padre, José María Prieto Gamboa, administraba el molino y la panadería. Con la

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muerte de su padre y quebrantada salud mental de su madre, queda prácticamente desamparado a la edad de 13 años. Tras desarrollar algunos oficios menores, Andrés Quintana Roo, al darse cuenta de que Guillermo posee una clara inteligencia, se convierte en su protector y pudo así continuar con sus estudios. Su benefactor le ayuda a obtener un trabajo en la aduana, lo que le permite a Guillermo continuar sus estudios en el colegio de San Juan de Letrán. En 1836, bajo la dirección de Andrés Quintana Roo, fundó la Academia de Letrán junto con Manuel Toussaint, y los hermanos José María y Juan Lacunza, cuya característica primordial, era la “tendencia a mexicanizar la literatura”. Sus primeras poesías fueron publicadas en el “Calendario Galván” y en la revista “El mosaico mexicano” durante 1837. Empezó como periodista y crítico teatral escribiendo “Los san lunes de Fidel”. Trabajó en “El monitor republicano”. Junto con Ignacio Ramírez creo el periódico satírico “Don Simplicio”. Participó en la rebelión de los polkos (1847), conservadores, pero luego ingresó en las filas de los liberales. Desde muy joven se afilió al partido liberal, y siempre criticó el gobierno de Antonio López de Santa Anna. Fue ministro de Hacienda con Mariano Arista, al encontrarse en Guanajuato, se adhirió al Plan de Ayutla en 1854. Al terminar la revolución de Ayutla, fue nombrado Administrador General de Correos y fue ministro de Hacienda de Juan Álvarez, Arista (1855) y Juárez (1857), se opuso al intervencionismo estatal. Ministro de Relaciones Exteriores durante el gobierno de José María Iglesias. Fue secretario particular de Valentín Gómez Farías y de Bustamante. Participó como diputado del congreso constituyente que elaboró la constitución de 1857. Una vez consumado el golpe de estado contra el gobierno de Ignacio Comonfort, propiciado por Félix de Zuloaga con el plan de Tacubaya, se unió a la causa liberal de Benito Juárez. En Guanajuato, Juárez lo nombró ministro de Hacienda, cargo que ejerció en el gobierno republicano itinerante, durante la guerra de reforma. “¡Alto! ¡Los valientes no asesinan!” fueron las palabras con las que Guillermo Prieto se interpuso entre un grupo de sublevados, salvándole la vida a Benito Juárez en Guadalajara, símbolo de la defensa y restitución de la república. El 11 de abril de 1858 se embarcó en el puerto de Manzanillo junto con Juárez y su gabinete en el vapor John L. Stephens para a través del canal de Panamá, dirigirse a La Habana y Nueva Orleans. Después se embarcaron en el vapor Tennessee, con destino al puerto de Veracruz. En San Juan de Ulúa se estableció el gobierno republicano de Juárez. Guillermo Prieto participó en la emisión de las leyes de Reforma. Al terminar la guerra de Reforma, continuó ejerciendo su nombramiento de ministro de Hacienda y fue diputado federal de 1861 a 1863. Separado de su cargo como ministro, acompaño a Juárez hacia el Paso del Norte. En 1866 apoyó a Jesús González Ortega en sus pretensiones de dar término al periodo presidencial de Juárez y asumir el cargo, pero éste negó la realización del cambio de gobierno por encontrarse en tiempos de guerra. Debido a este motivo, González Ortega y Guillermo Prieto se exiliaron a Estados Unidos. Una vez restaurada la república, Prieto regresó a México y fue elegido diputado federal durante cinco legislaturas sucesivas de 1867 a 1877. Durante el porfiriato fue diputado durante nueve legislaturas seguidas de 1880 a 1896. En 1890 el periódico “La República” abrió un concurso para determinar

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quién era el poeta más popular, el escrutinio favoreció a Prieto. Usó en sus escritos frecuentemente el seudónimo de “Fidel”. Nombrado por Ignacio Manuel Altamirano “El poeta mexicano por excelencia” y también “El poeta de la patria”. Bajo el pseudónimo de “Fidel” cultivó todos los géneros literarios y fue, además, cronistas y poeta popular de las gestas nacionales. Literalmente adscrito al romanticismo, es autor de numerosos artículos costumbristas publicados en “El siglo XIX” y recopilados en “Los san lunes de Fidel” (1923). Sus “Memorias de mis tiempos” son una sustanciosa crónica de la vida social, política y literaria del siglo XIX mexicano. Publicadas póstumamente (1906), comprende en sus dos volúmenes episodios de 1828 a 1853. Además de textos sobre historia nacional, compuso las piezas dramáticas “El alférez” (1840), “Alonso de Ávila” (1842) y “El susto de Pinganillas” (1843), entre otras. Su obra poética se divide en composiciones patrióticas y versos populares inspirados en el folklore. “El romancero” poema épico en octosílabos, celebra la gesta de la independencia, el autor concibió esta obra a imitación de la poesía épica popular española, en la que quiso exaltar los hechos culminantes de la lucha del pueblo mexicano por su libertad. Publicada en 1885, encierra el ciclo de la independencia a partir de los movimientos iníciales de 1808-“Romance de Iturrigaray”-hasta la entrada del ejército trigarante en 1821. Completan su producción poética “Poesías escogidas” (1877), “Versos inéditos” (1879) y “Musa callejera” (1883). Otras de sus obras son: “Romancero nacional”, “Compendio de historia universal”, “A mi padre” (monólogo). Su estilo se caracteriza por el desaliñado y el tono popular. Vivió en Cuernavaca durante sus últimos años debido a que sufrió una lesión cardiaca. Regresó a la capital para asistir a los funerales de su hijo. Murió en Tacubaya, D.F., el 2 de marzo de 1897 en compañía de su segunda esposa Emilia Golard. Los restos de este valiente y honesto liberal reposan en la Rotonda de los Hombres (o las Personas) Ilustres.

RIVA PALACIO MARIANO

Político liberal nacido en la ciudad de México, el 4 de noviembre de 1803. Diputado y senador en el Congreso de la Unión en 12 ocasiones. En diciembre de 1844 fue designado ministro de Justicia, cargo que dejó a mediados del siguiente año para ocupar la titularidad de la Secretaría de Hacienda. Fue gobernador constitucional del Estado de México entre 1851 y 1852, entidad en la que llevó a cabo importantes reformas sociales, como la construcción de mercados, hospitales y cárceles. Tras el triunfo de la revolución de Ayutla colaboró estrechamente con el régimen de Juan Álvarez. El 29 de junio de 1857 la legislatura local lo nombró nuevamente gobernador constitucional del Estado de México, cargo del que se separó al iniciar la guerra de Reforma. Su reputación le valió que Maximiliano de Habsburgo le ofreciera la cartera de Gobernación, pero por sus ideales republicanos rechazó esa oferta. Sin embargo, aceptó defenderlo al ser derrotado el imperio en el cerro de Las Campanas, junto con los licenciados Rafael Martínez de la Torre y Jesús María Vázquez. Durante la república restaurada presidió la Cámara de Diputados. En 1876 dirigió el Nacional Monte de Piedad, último cargo

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público que desempeño. Murió en la ciudad de México, el 20 de febrero de 1880.

RIVA PALACIO VICENTE(El general poeta de Juárez)

Fue uno de los grandes militares mexicanos, pero también uno de los más grandes escritores del siglo XIX, que además de sus novelas fue creador de “El zorro”. Vicente Florencio Carlos Riva Palacio y Guerrero nació en la ciudad de México el 16 de octubre de 1832; fue hijo de Mariano Riva Palacio, reconocido abogado liberal a quien Maximiliano escogió como su defensor en Querétaro, y nieto por línea materna, del general insurgente Vicente Guerrero, su madre fue Dolores Guerrero, y traía en sus venas el espíritu de justicia y libertad. Estudió en el colegio de San Gregorio y se recibió de

abogado en 1854. Fue diputado en 1856 y 1861. Se identifica con el grupo liberal. Al triunfo de la revolución de Ayutla, fue regidor del ayuntamiento de México. Estuvo como diputado en el Congreso que escribió la Constitución de 1857. Al año siguiente, cuando la guerra de intervención, con tan sólo 15 años de edad, armó por su cuenta una guerrilla para unirse al general Zaragoza, tomó parte en varias acciones militares. Al terminar, comenzó a escribir en periódicos liberales como “La orquesta” y “La chinaza”, siempre con un humor satírico característico. Al darse cuenta de que la intervención francesa era inminente, creó su propia guerrilla; aunque sus soldados eran campesinos, los profesionalizó y les enseño a leer. Se puso a las órdenes del general Ignacio Zaragoza, y demostró su inteligencia militar en la batalla de Barranca Seca y en Puebla. Entre 1858 y 1859 es encarcelado por causa de sus ideas liberales, pero al triunfo de la guerra de Reforma, en 1862, es nombrado diputado y rehusó aceptar la cartera de Hacienda (Ministerio de Hacienda) que le ofrecía el presidente Benito Juárez. En 1863 fue nombrado gobernador del Estado de México y se estableció en Zitácuaro, plaza que al fin conservó contra el ataque de las fuerzas enemigas. En ese mismo año sirvió como escolta para que el presidente Juárez se refugiara en San Luís Potosí, huyendo de las bayonetas francesas. En 1865 fue nombrado gobernador del estado de Michoacán, y a la muerte del general José María Arteaga quedó como general en jefe del ejército republicano del centro. En lugar de fusilar a los prisioneros, los canjeaba por los suyos con el enemigo, insistiendo en que fueran tratados de la mejor manera. Con su tropa, logró grandes avances con sorpresivos ataques de guerrillas, llegó a tomar Toluca y participó en el sitio de Querétaro. Maximiliano ordenó a sus generales que si Riva Palacio era atrapado, no lo fusilaran, a diferencia del resto de los generales republicanos. Cuando Maximiliano fue derrotado, se ordenó a Riva Palacio que lo resguardara, Maximiliano siempre lo respetó y admiró por su reconocida fama de hombre justo, hasta le regaló su caballo y su silla de montar en agradecimiento por el trato recibido mientras fue su prisionero. Riva Palacio

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compuso en tono de burla la canción “Adiós mamá Carlota” cuando la emperatriz Carlota dejó México en busca de apoyo europeo para el imperio. Treinta mil chinacos la cantaron a la entrada de Querétaro, mientras Maximiliano era dirigido al convento de La Cruz para ser fusilado. A la caída del imperio de Maximiliano y la victoria juarista, vuelve a la ciudad de México y renuncia al mando de las tropas y al gobierno de Michoacán, y pidió amnistía para los intervencionistas. Decían que en sus años de lucha llevaba una espada en la mano y un libro en la otra. Intentó ser vicepresidente, pero perdió la elección, luego actuó como magistrado de la Suprema Corte de Justicia en 1867. En 1874 publicó contra la labor del gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada sus famosos periódicos satíricos “El Ahuizote”, “El Constitucional” y “El Radical”. Sus diferencias con Sebastián Lerdo de Tejada lo llevan a apoyar a Porfirio Díaz, y contribuye a su ascenso en el gobierno. Durante el gobierno de Díaz fue Ministro de Fomento en los dos primeros periodos de gobierno de Díaz y con Juan N. Méndez. Rescata las ruinas de Palenque, establece el Observatorio Astronómico Nacional y termina de construir el Paseo de la Reforma. En 1883 (o 1884) es detenido y encarcelado en la prisión de Santiago por atacar al gobierno del presidente Manuel González, allí escribió buena parte del segundo volumen de “México a través de los siglos”. En 1885, tras la publicación de su libro “Los Ceros”, se da la pérdida de su prestigio personal y desaparecen las aspiraciones presidenciales que tenía, queda desterrado “honorablemente” por Porfirio Díaz y se le nombra ministro de México en Portugal y España. Murió en Madrid, España, el 22 de noviembre de 1896 y sus restos trasladados al país en el año de 1936 para ser depositados en la Rotonda de las Personas Ilustres. Hombre de múltiples actividades y aptitudes; se le considera uno de los mejores exponentes de la literatura mexicana por su destacado trabajo en los diversos géneros en que incursionó, fue novelista, poeta, dramaturgo, historiador, crítico, orador, periodista, escritor satírico. Como poeta fueron famosos sus versos de combate que los liberales entonaban como canto de guerra. Su libro de poemas, “Flores del alma”, fue justamente celebrado. “Los cuentos del general” tal vez sea lo mejor de su obra narrativa. Su espíritu mordaz y punzante bulle en las páginas de “El Ahuizote” y muy singularmente en su “Galería de contemporáneos” que publicó con el título de “Los ceros”. Fue el más importante escritor de aventuras del siglo XIX en México, escribió la vida de William Lamport, un soldado irlandés que vivió en México en el siglo XVII, junto con varios bandidos de California, sirvió de inspiración para la creación del personaje “El zorro”. Hábil narrador folletinesco que inventó la imagen que tenemos de la colonia (“Martín Garatuza”, “Los piratas del golfo”), autor teatral, cronista de la violencia mexicana (“El libro rojo”), historiador (“México a tráves de los siglos”), prisionero de Tlatelolco, decidió apoyar a Porfirio Díaz, quien lo nombró Ministro de Fomento que trajo el teléfono, remodeló el paseo de la Reforma y durante su mandato desenterró y rescató las ruinas Palenque, amante de la ciencia, estableció el observatorio nacional, representante de México en España enviado por Porfirio Díaz para evitarle más conflictos, célebre en las tertulias madrileñas, dignificador de la narración breve como género artístico (Cuentos del general)… presenta varias personalidades distintas: el poeta

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popular que da a los chinacos “Adiós, mamá Carlota”, “El canto de guerra” con el que tomaron Querétaro en 1867, el nacionalista que en colaboración con Juan de Dios Peza escribe “Tradiciones y leyendas mexicanas”.

ROMERO JUANA CATALINA

A principios del siglo XIX nació el mito de una mujer legendaria. La historia de Juana Catalina Romero no puede verse apartada con el desarrollo cultural, educativo, económico y espiritual en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, que tuvo desde finales de los años 1800, hasta los primeros del siglo XX. Juana Cata se inició vendiendo tabaco en las hojas de mazorca que ella misma preparaba. Su niñez y juventud fueron marcadas por las limitaciones que forjaron su carácter tenaz y emprendedor, fundó en el barrio de San Sebastián, en Istmo, su primer comercio: la tienda “La Istmeña” y posteriormente se dedicó a la exportación de la gana, el añil y el azúcar. Llegó a ganar premios

internacionales. En su mocedad, jugaba billar, vendía cigarros, era libre, pasional e industriosa. Se hizo respetar por su altivez bravía y el dominio de las armas de fuego. Juana Catalina Romero, mujer legendaria, es la heroína de la identidad istmeña que llegó a ser la más influyente e importante en la zona, cuya relación no dejó nada que desear con el entonces presidente Porfirio Díaz. Sus lazos con hombres liberales como Benito Juárez e Ignacio Mejía, le dieron el poder en Tehuantepec y dispuso de tierra, personas y dinero en abundancia. Audaz, atrevida, trabajadora y perseverante, a Juana Catalina Romero se le conoce que no se casó ni tuvo hijos propios. En su vida sentimental aparecen dos hombres a los que se les relaciona sin que hasta el momento haya pruebas contundentes. Remigio Toledo, liberal que defendió a México contra los franceses en la batalla de Puebla, pero que en 1864 se pasó al bando de los imperialistas galos. Y el otro, Porfirio Díaz, joven capitán que fue nombrado jefe político de Tehuantepec en 1858. Porfirio, el legendario, el héroe, el enamorado… el villano de México.

SANTIAGO XICOTÉNCATL FELIPE(Comandante de los Niños Héroes)

Nace posiblemente en San Pablo Apetatitlán, Tlaxcala, en 1804, y muere en el castillo de Chapultepec de la ciudad de México en 1847. Es nombrado teniente de infantería por el presidente Vicente Guerrero. Formó parte de las fuerzas sanitarias que en 1832 derrotaron al gobierno golpista de Anastacio Bustamante. En 1839 participó en la expedición

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que el gobierno centralista organizó para reprimir el levantamiento independiente de Santiago Imaz en Yucatán. Por su participación militar ascendió a capitán. En septiembre de 1847, durante la guerra contra Estados Unidos, fue nombrado comandante del batallón activo guardacostas de San Blas. Al iniciarse el bombardeo del cerro y el castillo de Chapultepec el 12 de septiembre, su línea de defensa se estableció desde la calzada de

Santo Tomás hasta la entrada del bosque. Se enfrenta al comando dirigido por el general Quitman en las faldas del cerro de Chapultepec y recibe 14 proyectiles muriendo en combate. El 27 de noviembre de 1952 son depositados sus restos junto a los de los Niños Héroes en el monumento que se localiza en la entrada del bosque de Chapultepec.

SUÁREZ VICENTE(Niño héroe)

Vicente Suárez Ferrer nace en la ciudad de Puebla, Puebla, el 3 de abril de 1833. Ingresa al colegio militar a los 13 años de edad. Esta institución sólo aceptaba a jóvenes de 14 a 18 años, sin embargo fue aceptado debido posiblemente a que era hijo de Miguel Suárez, 1er ayudante de caballería. Provenía de una familia muy pobre por lo que solicitó apoyo económico al colegio militar y después de gran insistencia se le otorgaron 6 pesos para su subsistencia. Antes de ingresar como cadete, Vicente había estudiado gramática y aritmética en su ciudad natal. Cuando inició el ataque del ejército norteamericano al castillo de Chapultepec, Vicente se

encontraba en el mirador teniendo a su cargo la función de centinela del castillo. Mostró tal valor que por momentos hizo dudar al invasor, sin embargo fue uno de los primeros en morir en defensa de la patria, contando con tan solo 14 años y sin haber logrado obtener grado militar alguno. Sus restos fueron identificados dentro de los valerosos niños héroes por lo que yace en una cripta de plata y cristal en el monumento a los Niños Héroes de Chapultepec construido para glorificar su noble hazaña.

ZARAGOZA IGNACIO

Nació el 24 de marzo de 1829 en Bahía de Espíritu Santo, Texas, cuando esta provincia aún pertenecía a México. Militar mexicano (Espíritu Santo, Texas 1829-Puebla, 1862). Su padre era militar, originario de Veracruz, de nombre Miguel Zaragoza, su madre María de Jesús Saguín, oriunda de San Antonio Béjar, Texas. Debido al trabajo de su padre cambiaban su residencia constantemente, por lo que inicia sus estudios en Matamoros, después ingresa al seminario de Monterrey y posteriormente a Tamaulipas,

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sin concluirlos. Se dedicó al comercio. En 1853 ingresó, con el grado de sargento primero, en la guardia nacional de Nuevo León durante la guerra contra Estados Unidos, que fue incorporada al ejército por disposición del presidente Santa Anna. Promovido a capitán, apoyó la revolución de Ayutla y participó en la toma de Saltillo en 1855, desde aquel momento militó al lado de los liberales. Se enfrentó a los santanistas en Saltillo en 1855. Ascendido a coronel, participó en la defensa de Monterrey en 1856. Cuando el presidente Comonfort fue derrocado, Zaragoza se hallaba en la ciudad de México y, liberal convencido, emprendió la defensa de la constitución de 1857 y de sus principios reformistas. Luego marchó al norte uniéndose a Santiago Vidaurri, y cuando fue nombrado el nuevo gobernador, Aramberri, Zaragoza se apoderó de Monterrey (1859). En 1860 siendo comandante de los liberales de Jalisco se une a Pedro Ogazón y derrotan a Leonardo Márquez en Sinaloa. Durante la guerra de reforma, los ejércitos liberales de Zaragoza y de José López Uraga tenían como propósito tomar Guadalajara; la sitiaron por primera vez en mayo de 1860. Durante la batalla cayó herido López Uraga y su puesto fue ocupado por Zaragoza, aunque tuvieron que retirarse ante la proximidad de las fuerzas de Miguel Miramón. Tras detener a los conservadores en el camino a Manzanillo, se unió a las fuerza de Jesús González Ortega. Ambos ejércitos se dirigieron de nuevo a Guadalajara, pero en Silao se enfrentaron con el de Miramón, al cual lograron diezmar. Sitiaron la ciudad, que estaba en manos del general Leobardo Márquez, y la tomaron en octubre de 1860. A finales de ese año Zaragoza fue ascendido a general y marchó junto con González Ortega hacia Calpulalpan, en donde obtuvieron un sonado triunfo, con lo cual se puso fin a la guerra de reforma. El presidente Benito Juárez nombró a Zaragoza ministro (o secretario) de Guerra y Marina del 13 de abril al 22 de diciembre de 1861. Zaragoza renunció a su cargo para participar en la guerra contra los franceses al frente del recién formado ejército de oriente, a quienes enfrentó primero en las cumbres de Acultzingo y después los espero en Puebla, en sus cuarteles de los fuertes de Loreto y Guadalupe. Ahí venció a las fuerzas del conde de Lorencez (5 de mayo de 1862), tras rechazar a los invasores tres veces y lanzar a la caballería al remate, haciendo que los franceses se retiraran, infringiendo así una terrible humillación al orgulloso invasor. Zaragoza se trasladó rápidamente a la ciudad de México. Desgraciadamente, el general Zaragoza sobrevivió poco a su triunfo, pues murió de tifo en la ciudad de Puebla el 8 de septiembre de 1862 mientras intentaba reorganizar las fuerzas mexicanas. Su cuerpo descansa en la ciudad de México en el panteón de San Fernando. El gobierno lo nombró “Benemérito de la Patria”.

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