biodiversidad del parque nacional malinche
DESCRIPTION
COmTRANSCRIPT
COMPILADORES JESÚS A. FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ JUAN CARLOS LÓPEZ-DOMÍNGUEZ
BIODIVERSIDAD DEL
PARQUE NACIONAL MALINCHE TLAXCALA, MÉXICO
BIODIVERSIDAD DEL
PARQUE NACIONAL MALINCHE TLAXCALA, MÉXICO
COMPILADORES JESÚS A. FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ JUAN CARLOS LÓPEZ-DOMÍNGUEZ
Agradecemos especialmente a la Coordinación General de Ecología del Gobierno del Estado de Tlaxcala el valioso apoyo que hizo posible la publicación de este libro. Primera Edición. 2005 ISBN 970-94333-0-X Impreso en México.
C O N T E N I D O Lista de participantes ……………………………………………........ III
Agradecimientos …………………………………………………........ VI
Presentación …………………………………………………………...
Roberto Acosta Pérez
1
Descripción del Parque Nacional La Malinche ……………………..
Juan Carlos López Domínguez y Roberto Acosta Pérez
3
Myxomycetes ……...…………………………………………………..
Mercedes Rodríguez Palma, Arturo Estrada-Torres y Laura V.
Hernández Cuevas
25
Hongos Macroscópicos ………………………………………………
Alejandro Kong Luz, Adriana Montoya y Arturo Estrada-Torres
47
Plantas …………………………………………………………………
Juan Carlos López Domínguez, Roberto Acosta Pérez y Alonso Irán
Sánchez Hernández
73
Anfibios y Reptiles ……………………………………………………
Claret Sánchez Aguilar
101
Aves ……………………………………………………………………
Juan Carlos Windfield Pérez
115
Mamíferos ……………………………………………………………..
Jesús A. Fernández Fernández
137
Pulgas .....................................................................................................
Roxana Acosta Gutiérrez y Jesús A. Fernández Fernández
157
Conservación ………………………………………………………….
María del Carmen Corona Vargas
175
I
El papel ecológico de los Lagomorfos: Interacciones
interespecíficas, biología reproductora y comportamiento ………...
Armando Jesús Martínez Chacón, Emmanuel Rivera Téllez, Jorge
Vázquez Pérez, María Luisa Rodríguez Martínez y Margarita
Martínez-Gómez
199
Estudio de las Interacciones Planta – Ave en la Malinche …………
Carlos Lara
211
II
PARTICIPANTES
Adriana Montoya
Centro de Investigaciones en Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de
Tlaxcala.
Alejandro Kong Luz
Laboratorio de Sistemática, Centro de Investigaciones en Ciencias Biológicas,
Universidad Autónoma de Tlaxcala.
Alonso Irán Sánchez Hernández
Instituto de Investigaciones Biológicas, Universidad Veracruzana.
Armando Jesús Martínez Chacón
Centro Tlaxcala Biología de la Conducta, Universidad Autónoma de Tlaxcala.
Arturo Estrada Torres
Laboratorio de Sistemática, Centro de Investigaciones en Ciencias Biológicas,
Universidad Autónoma de Tlaxcala.
Carlos Lara
Laboratorio de Ecología del Comportamiento, Centro Tlaxcala Biología de la
Conducta, Universidad Autónoma de Tlaxcala.
Claret Sánchez Aguilar
Departamento de Agrobiología, Universidad Autónoma de Tlaxcala.
III
Emmanuel Rivera Téllez
Facultad de Ciencias Exactas, Universidad Nacional Autónoma de México
Jesús A. Fernández Fernández
Departamento de Zoología, Colección Nacional de Mamíferos, Instituto de
Biología, Universidad Nacional Autónoma de México.
Jorge Vázquez Pérez
Centro Tlaxcala Biología de la Conducta, Universidad Autónoma de Tlaxcala.
Juan Carlos López Domínguez
Coordinación General de Ecología, Gobierno del Estado de Tlaxcala.
Juan Carlos Windfield Pérez
Departamento de Zoología, Colección Nacional de Anfibios y Reptiles,
Instituto de Biología, Universidad Nacional Autónoma de México.
Laura V. Hernández Cuevas
Laboratorio de Sistemática, Centro de Investigaciones en Ciencias Biológicas,
Universidad Autónoma de Tlaxcala.
María del Carmen Corona Vargas
Departamento de Agrobiología, Universidad Autónoma de Tlaxcala.
María Luisa Rodríguez Martínez
Centro Tlaxcala Biología de la Conducta, Universidad Autónoma de Tlaxcala.
IV
Margarita Martínez-Gómez
Unidad Periférica Tlaxcala, Instituto de Investigaciones Biomédicas,
Universidad Nacional Autónoma de México.
Mercedes Rodríguez Palma
Laboratorio de Sistemática, Centro de Investigaciones en Ciencias Biológicas,
Universidad Autónoma de Tlaxcala.
Roberto Acosta Pérez
Coordinación General de Ecología, Gobierno del Estado de Tlaxcala y
Departamento de Agrobiología, Universidad Autónoma de Tlaxcala.
Roxana Acosta Gutiérrez
Departamento de Biología Evolutiva, Museo de Zoología “Alfonso L.
Herrera”, Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México,
Colección de Siphonaptera.
V
AGRADECIMIENTOS
Nuestro más sincero agradecimiento a las siguientes personas, que gentilmente
accedieron a revisar los diferentes capítulos de los que está compuesto este
libro:
Dr. Armando Martínez Chacón, Centro Tlaxcala de Biología de la Conducta,
Universidad Autónoma de Tlaxcala.
Dr. Carlos Lado, Jardín Botánico de Madrid, España.
Dr. Fernando A. Cervantes Reza, Departamento de Zoología, Instituto de
Biología, Universidad Nacional Autónoma de México, Curador de la
Colección Nacional de Mamíferos.
Dr. Joaquín Cifuentes Blanco, Herbario de la Facultad de Ciencias,
Universidad Nacional Autónoma de México.
Dr. Juan José Morrone Lupi, Departamento de Biología Evolutiva, Museo de
Zoología “Alfonso L. Herrera”, Facultad de Ciencias, Universidad Nacional
Autónoma de México, Curador De la Colección de Escarabajos.
Biol. Noemí Chávez Castañeda, Departamento de Zoología, Instituto de
Biología, Universidad Nacional Autónoma de México, Colección Nacional de
Aves.
VI
Dr. Oscar A. Flores Villela, Departamento de Biología Evolutiva, Museo de
Zoología “Alfonso L. Herrera”, Facultad de Ciencias, Universidad Nacional
Autónoma de México, Curador de la Colección de Anfibios y Reptiles.
Biol. Oscar Sánchez Herrera, Consultor ambiental independiente.
VII
PRESENTACIÓN
Hace 16 años cuando llegue a Tlaxcala para iniciar el inventario florístico del Estado y la
construcción del Jardín Botánico Tizatlán, supuse que: por la situación geográfica de esta
entidad, la existencia de universidades importantes en la región, así como ser un paso
obligado de coleccionistas, investigadores y naturalistas, el conocimiento sobre la
biodiversidad de los recursos naturales del Estado y en particular del Parque Nacional la
Malinche, se encontraban concluidos y lo único que quedaba por hacer era realizar estudios
de grupos de interés en particular que permitieran aportar conocimientos para su
protección, conservación, manejo o aprovechamiento; cosa que no fue así, ya que en ese
entonces había poca información y disgregada. Afortunadamente ahora dicho vacío y
gracias a la suma de esfuerzos de los investigadores de la Universidad Autónoma de
Tlaxcala, Universidad Veracruzana, Universidad Nacional Autónoma de México y del
Gobierno del Estado de Tlaxcala, queda cubierto con esta obra titulada: “Biodiversidad del
Parque Nacional Malinche”; ya que con el conocimiento aportado hará posible lo que
hace 16 años atrás no lo fue, el implementar programas de manejo integrales que permitan
tanto conservar especies bajo estatus de protección, así como un manejo sustentable de los
recursos naturales de esta tan importante montaña y área natural protegida, que representa
la identidad de los Tlaxcaltecas.
La presente obra esta integrada de 11 capítulos y cuyos temas son: Descripción del Parque
Nacional Malinche, Myxomicetes, Plantas, Hongos, Anfibios y Reptiles, Aves, Mamíferos,
Ectoparásitos (pulgas), Conservación, El papel ecológico de los lagomorfos y Estudios de
las interacciones planta-ave. La biodiversidad que se reconoce para la Malinche es de 937
especies, 2 subespecies y 2 variedades, así como 6 tipos de vegetación y 4 asociaciones; de
dichas especies cabe destacar que 22 especies son endémicas del eje neovolcánico
transversal, 27 son exclusivas del volcán la Malinche, 25 especies se encuentran bajo
estatus de protección, 14 bajo protección especial y 10 amenazadas; respecto a los
myxomicetos el 60% de las especies son consideradas raras y 15 se han recolectado en una
sola ocasión; en cuanto a los hongos el 42% de las especies que se reportan no habían sido
citadas para la Malinche y muchas de las especies de macromicetos que crecen allí
1
representan taxa aún no descritos para la ciencia; el Parque Nacional alberga el 40% de las
aves y el 50% de los mamíferos registrados para el Estado.
El volcán la Malintzi, Malinche o Matlalcueyatl, considerado como uno de los elementos
volcánicos más antiguos de nuestro país; la zona natural protegida más grande del Estado;
refugio de grupos indígenas como los nahuas que habitan en San Miguel Canoa, San Isidro
Buen Suceso y San Francisco Tetlanohcan y los otomí que habitan en San Juan Ixtenco; la
biodiversidad que alberga y que allí existen 6 de los 9 tipos de vegetación reportados para
el Estado, incluyendo al Páramo de Altura, ecosistema que solo en la Malinche existe.
Todo lo anterior hace de este cono aislado un escenario único en su tipo a nivel local y
nacional, aspectos que nos obligan a sumar esfuerzos para su conservación, donde
gobiernos, pueblos y universidades garanticemos que los procesos ecológicos y evolutivos
continúen y este sistema tan complejo se sustente por siempre… Hacerlo posible depende
de todos.
Biol. Roberto Acosta Pérez
Coordinador General de Ecología
3 /Enero/2005
2
Descripción del Parque Nacional Malinche
DESCRIPCIÓN DEL PARQUE NACIONAL MALINCHE
Juan Carlos López-Domínguez1, Roberto Acosta Pérez1, 2
1Coordinación General de Ecología, Gobierno del Estado de Tlaxcala
Antiguo Camino Real a Ixtulco s/n, Jardín Botánico Tizatlán. Tlaxcala, Tlax. 2Departamento de Agrobiología, Universidad Autónoma de Tlaxcala.
Km. 10.5, Autopista Texmelucan-Tlaxcala, Ixtacuixtla, Tlaxcala, 90120, México.
[email protected], [email protected]
RESUMEN
En este apartado se da a conocer la ubicación georeferenciada de los sitios que delimitan al
Parque Nacional Malinche elaborada a partir del Decreto publicado en 1938 en el Diario
Oficial de la Federación. Se proporciona información sobre la superficie del área natural
protegida y la de su zona de influencia. Se señala el número de municipios y localidades
distribuidos en la región de interés.
Por otra parte se describen las características climáticas, fisiográficas, hidrológicas,
geológicas y edafológicas. Así mismo se hace una descripción de cada uno de los tipos de
vegetación existentes.
GEOGRAFÍA
El Parque Nacional Malinche (PNM), conocido también como Malintzi o Matlalcuéyatl
(“la de faldas azules”), se ubica en los territorios de los estados de Tlaxcala y Puebla
(Figura 1), en la zona centro-oriente de México formando parte de la cordillera
3
López-Domínguez y Acosta, 2004
neovolcánica y se considera la montaña aislada más significativa del país. Fue declarado
como Parque Nacional mediante la publicación del Decreto en el Diario Oficial de la
Federación el día 6 de octubre de 1938.
El PNM tiene una superficie de 46,093 ha, de las cuales 33,161 ha corresponden al Estado
de Tlaxcala y 12,932 ha al Estado de Puebla. Se localiza entre los 19º 06´ 30¨ - 19º 20´ 19¨
Latitud Norte y los 97º 55´ 32´´ - 98º 09´ 55´´ de Longitud Oeste; con un rango altitudinal
que va de 2,300 msnm., considerando la altura promedio del valle, hasta los 4,461 que es la
cima de la montaña. El área de influencia, misma que circunda el Parque Nacional, abarca
una superficie de 47,433 has, cifra que sumada las 46,093 ha del polígono da un total de
93,526 ha.
Dentro de la poligonal del PNM están distribuidos los municipios de: San Pablo Zitlaltepec,
San Juan Ixtenco, Huamantla, San José Teacalco, San Francisco Tetlanohcan, Santa Ana
Chiautempan, Contla de Juan Cuamatzi, Santa Cruz Tlaxcala, Acuamanala de Miguel
Hidalgo, San Luis Teolocholco, San Pablo del Monte, Mazatecochco, Puebla, Amozoc,
Tepatlaxco y Acajete. El número total de municipios y localidades distribuidos en el PNM
se muestra a detalle en el cuadro 1.
Conforme al decreto de su creación, el Parque Nacional la Malinche esta delimitado por la
poligonal que tiene sus vértices en los puntos indicados en el cuadro 2 y Figura 2.
CLIMA.
Corresponde a la región de estudio un clima templado subhúmedo de manera dominante,
combinado en el caso del municipio de Puebla, con semifrío, con lluvias en verano que
tienen su mayor intensidad entre los meses de junio a septiembre.
El Subgrupo de climas templados presenta una temperatura media anual entre 12 y 18º C, la
del mes más frío oscila entre 3 y 18º C. El subgrupo de climas semifríos presenta un
4
Descripción del Parque Nacional Malinche
régimen térmico medio anual menor de 12º C. Los tipos de vegetación que comúnmente se
desarrollan en estas condiciones son bosques y praderas de alta montaña.
Los principales tipos de clima presentes, según la clasificación de García (1988), son:
C(w1)(w). Clima templado subhúmedo con lluvias en verano. Temperatura media anual
entre 11 y 17º C, temperatura del mes más frío entre 3 y 18º C. Porcentaje de precipitación
invernal con respecto a la anual menor de 5. Se presenta en la parte meridional de la región.
C (e) (w2) (w). Clima semifrío y subhúmedo con lluvias en verano. Temperatura media
anual entre 5 y 12º C. Temperatura del mes más frío entre -3 y 18º C, precipitación del mes
más seco menor de 40 mm; porcentaje de precipitación invernal con respecto a la anual
menor de 5. Se presenta en las faldas superiores de La Malinche.
E (T) H. Clima frío. Temperatura media del mes más caliente menor de 6.5º C.
Temperatura media anual entre 2 y 5º C, temperatura del mes más frío menor de 0º C, se
presenta en la cumbre de La Malinche.
Si consideramos los diferentes niveles de altitud, entre los 2000 y 2500 msnm, se tiene un
clima templado semiárido con lluvias en verano y con menos de 51 mm de precipitación en
invierno; precipitación media anual entre 600 y 800 mm; la temperatura media anual oscila
entre 14 y 16° C; los vientos dominantes son del sureste durante el otoño e invierno, y del
noroeste en primavera y verano (contra alisios y alisios, respectivamente) en la zona.
Predomina una vegetación inducida (pastizales y zacatonales) y vegetación de cultivos
agrícolas. Este tipo de clima se localiza en la mayor parte del municipio de Huamantla y
San Juan Ixtenco.
A esta misma altitud, pero en la parte noreste de la montaña, se tiene un clima templado
subhúmedo, el más húmedo de los templados subhúmedos C(W1 )(w), en donde se
localizan los municipios de San Luis Teolocholco, Miguel Hidalgo, la Magdalena
Tlaltelulco, Santa Ana Chiautempan, San Francisco Tetlanohcan, Contla de Juan Cuamatzi
5
López-Domínguez y Acosta, 2004
y Santa Cruz Tlaxcala. La temperatura media anual oscila entre 12 y 16°; los meses más
calurosos se tienen entre marzo y junio; la precipitación media anual oscila entre 800 y
1000 mm; los meses más lluviosos se dan entre mayo y septiembre; la frecuencia de
heladas es de 40 y 60 días; y la dirección de los vientos generalmente de norte a sur
predomina una vegetación perturbada por el hombre y cultivos agrícolas.
De los 2500 a 3000 msnm, predomina el clima templado subhúmedo C(W1 )(w), en donde
se localizan los demás municipios de la región : Mazatecochco, San Pablo del Monte, San
Pablo Zitlaltepec, San José Teacalco, Acajete, Amozoc, Tepatlaxco de Hidalgo y Puebla.
La temperatura media anual varía entre 10 y 16° C, siendo los meses de marzo o julio los
más calurosos; la precipitación media anual oscila entre 700 y 1000 mm; los meses más
lluviosos son de mayo a octubre y otras veces sólo a septiembre; y con un rango de
frecuencia de heladas que va de 40 a 60 días, sobre todo en invierno, causando daños sobre
las zonas agrícolas; con vientos dominantes del noreste y noroeste en primavera y verano, y
del sureste en el otoño e invierno, predomina una vegetación de pino-encino, sobre todo a
los 3,000 m. de altitud, el clima tiende a ser semifrío, con una temperatura media anual de
11° C.
Entre 3000 y 3500 msnm, predomina un clima semifrío subhúmedo con lluvias en verano y
con menos del 5 % de precipitación invernal C(e)(W2 )(w); con una temperatura media
anual de entre 6 y 8° C; una precipitación media anual entre 800 y 1000 mm, con 100 y 120
días con heladas moderadas y fuertes, sobre todo en invierno; en esta zona predomina el
bosque de pino-oyamel y se localiza en los extremos de los municipios cuyo territorio
incluye las laderas más altas y la cima del volcán La Malinche, tales como: Teolocholco,
Chiautempan, Huamantla, Contla de Juan Cuamatzi y San Pablo Zitlaltepec, Tepatlaxco de
Hidalgo, Acajete y Puebla.
De los 3500 a 4000 msnm, predomina un clima frio-semihúmedo E(T)H con temperaturas
que oscilan entre los 4 y 6° C. Excepto en los meses de invierno donde se presentan bajo
cero y con la presencia de nieve. La precipitación media anual se presenta en un rango que
va de 1000 a 1200 mm. La vegetación está formada por bosques de Pinus hartwegii y,
6
Descripción del Parque Nacional Malinche
además, se presentan 195-360 días con heladas; los vientos dominantes provienen del
noreste y escasamente del suroeste, estas condiciones climáticas extremas han permitido el
establecimiento del páramo de altura.
FISIOGRAFÍA.
Puebla y Tlaxcala quedan comprendidos en su totalidad dentro de la Provincia del Eje
Neovolcánico y la Subprovincia de los Lagos y Volcanes de Anáhuac. Esta última esta
integrada por grandes sierras volcánicas o volcanes individuales, de los cuales La Malinche
es considerada como una ruina volcánica, el muñón erosionado de lo que fuera en otros
tiempos un gran volcán. Sus faldas inferiores se tienden radialmente con pendientes poco
pronunciadas, en tanto sus laderas centrales, a partir de unos 3,300 msnm., son muy
pronunciadas y se levantan hasta los 4,461 metros de altitud (INEGI, 1986).
Entre las características más notables están: la presencia de una gran barranca localizada al
oriente y que es conocida como Barranca Grande; un rasgo circular al este de la cima
llamado Octlayo e identificado como antiguo cráter; destaca la prominencia que alcanza
3,800 msnm, sobre la ladera sur; huellas de acción glacial y rotura de roca por hielo y el
cerro Xalapazco, al pie del volcán (INEGI op. cit.)
HIDROLOGÍA.
Las condiciones del suelo y subsuelo y las fuertes pendientes, dan lugar a un drenaje
muy rápido, registrándose principalmente corrientes temporales.
7
López-Domínguez y Acosta, 2004
Debido al fuerte escurrimiento, son muy escasos los manantiales en esta región. El único
recurso lacustre en esta zona lo constituye la Laguna de Acuitlapilco, alimentado por
escurrimientos provenientes de la montaña la Malinche. Esta laguna se ubica en la ladera
occidental de esta montaña, a unos 7 kilómetros aproximadamente al sur de la ciudad de
Tlaxcala, sobre la carretera Tlaxcala-Puebla. Así mismo, esta montaña aporta volúmenes
considerables de agua subterránea a la presa Manuel Ávila Camacho (Valsequillo, Puebla),
es importante señalar, que en la zona poniente de la montaña se localiza un manantial que
abastece a la población de San Juan Ixtenco, Tlaxcala.
El nivel freático de las aguas subterráneas es relativamente poco profundo, sobre todo a
altitudes menores de 3000 msnm. Debido a que el material consolidado de los suelos tiene
un alto grado de permeabilidad; por el contrario, a altitudes mayores, el material
consolidado tiene un bajo grado de permeabilidad.
Además, por el régimen de lluvias que posee, es una zona muy húmeda. Así, el gradiente de
humedad mayor es desde la cumbre de la montaña, tanto por la mayor precipitación como
por las menores temperaturas reinantes, por lo cual se tiene un déficit mínimo de agua, o
inexistente, permaneciendo húmedo el suelo al menos 8 o 10 meses al año; y disminuye
hacia las faldas de la montaña, en donde se presenta déficit de unos 100 a 200 m3 anuales.
Las fuentes de abastecimiento y el volumen de extracción promedio de agua potable en los
estados de Tlaxcala y Puebla, nos demuestran la gran importancia que tiene esta región de
la Malinche como abastecedora del vital líquido, sobre todo a partir de los mantos freáticos.
En 1976, la SARH calculaba que la precipitación pluvial de la zona de La Malinche
(considerando las partes de Tlaxcala y Puebla) provocaba un escurrimiento anual de
aproximadamente 430 m3 /Ha. Estas aguas llenan los mantos freáticos en una cantidad que
se evalúa en unos 150 millones de m3 al año, sin embargo, a medida que se desforesta,
disminuye esta infiltración y, por el contrario, aumenta el arrastre y la erosión del suelo.
8
Descripción del Parque Nacional Malinche
GEOLOGÍA
La siguiente información se basa en INEGI (1986).
La Malinche, por el periodo de formación, es considerada como una de las primeras
montañas que conformaron la cordillera Neovolcánica. Los grandes volcanes del centro del
país como la Malinche comenzaron a formarse a mediados del periodo terciario, hace más o
menos 35 millones de años.
Las formaciones del mioceno son la base de los paisajes, la mayoría de estas, se calcula que
sean originarias del Pleistoceno. Por lo general se trata de andesitas en la Sierra Nevada
adicionalmente encontrándose dazitas en La Malinche.
El material eruptivo, consistente en carbonatos del cerro Xalapazco, se ha encontrado
dentro del área abanicos de aluvión; esto indica que los mencionados sedimentos también
se encuentran en las partes bajas de la montaña.
Mucho más recientes en contraposición son las capas siguientes de cenizas de pómez del
Popocatépetl y de varios volcanes pequeños dentro del área de alcance de La Malinche.
Relativamente resistentes a la meteorización se muestran los sedimentos claros arenosos
volcanoclásicos que se encuentran sobre las laderas superiores del volcán explicándose su
existencia por una erupción del cráter del Octlayo, situado al oriente de la cima. En este
último se trata también de tobas hornablenda; en los materiales del Tláloc se encuentran
sustancias de nubes ardientes de tipo dacítico riolítico para los cuales se presupone que su
formación fue hace 40 mil años.
Los sedimentos del Holoceno se encuentran distribuidos al pie de la ladera de La Malinche
que fueron descargados en cantidades considerables de material arenoso y gravoso.
En la petrología de las rocas volcánicas, se reconoció la presencia de rocas del Cuaternario
en la cual éstas presentan contenidos minerales y una composición química de la siguiente
9
López-Domínguez y Acosta, 2004
manera: Dazitas, leuco-cuarzo-latiancitas, leuco andesitas, minerales típicos con
hornablenda y biotita.
Depósitos lacustres, rocas volcánicas, aluvión y depósitos volcánicos. Existen materiales
aprovechables como rocas ígneas y rocas explotables como arcilla, limo, arena, grava,
caliche y diatomitas.
Sobre la cima se encuentran rocas ígneas extrusivas, del tipo de las andesitas y sobre sus
faldas predominan rocas sedimentarias como brecha sedimentaria; además se encuentran
tobas y cenizas volcánicas del Cuaternario del grupo Chichinautzi, así como aluviones y
domos volcánicos.
SUELOS
Los suelos existentes en el volcán se originaron a partir de las erupciones efectuadas por
los cráteres satélites durante el Pleistoceno y Holoceno, que aportaron el material para la
actual formación de la capa edáfica superior.
Dentro de los estudios edafológicos realizados para la región tenemos el de Patiño (1942),
donde hace un reconocimiento de la erosión en los suelos de la porción central y sureste del
Estado de Tlaxcala, abarcando La Malinche, por otra parte Allende (1968), realiza un
estudio preliminar sobre los suelos derivados de cenizas volcánicas , así mismo Haine y
Haide (1973), presentan un comunicado sobre la estratigrafía del Pleistoceno reciente y del
Holoceno en el volcán y región vecina; por ultimo, en base a la carta edafológica 1: 1’
000,000 del INEGI, los suelos predominantes en La Malinche son los que se especifican en
el cuadro No. 3.
10
Descripción del Parque Nacional Malinche
TIPOS DE VEGETACIÓN
Para la descripción de este apartado se tomaron como base los trabajos de Acosta et al
(1991a) y Acosta et al (1991b).
La mayor parte del territorio mexicano queda incluido dentro del reino neotropical y solo
una fracción de la superficie del país queda inscrita al reino holártico. El PNM queda dentro
del reino neotropical, ubicado en la región xerófita mexicana y en la provincia de la
altiplanicie, la cual se extiende desde Chihuahua y Coahuila hasta Jalisco, Michoacán,
Estado de México, Tlaxcala y Puebla (Rzedowsky, 1978).
Los tipos de vegetación localizados en la montaña son: Bosque de pino, Bosque de oyamel,
Bosque de encino y las asociaciones de Bosque de pino-encino, de encino-aile, de pino-
encino-oyamel, de pino-encino-aile, así como pastizal natural, chaparral, páramo de altura,
agricultura de temporal y agricultura de riego (Figura 3).
Bosque de Pino: Esta vegetación se caracteriza por la dominancia de especies arbóreas
pertenecientes al genero Pinus (Pinaceae). Los pinares, en general, son comunidades muy
características de las montañas de México y se les encuentra también en varias partes de los
estados de Puebla y Tlaxcala.
Esta comunidad se encuentra en la montaña a altitudes que van desde los 2500 msnm a
4200 msnm, aunque en algunos casos tiende a ocupar altitudes más bajas. Según Werner
(1988), esta vegetación se desarrolló sobre suelos del todo Andosol, los cuales se
caracterizan por ser suelos bien desarrollados con una profundidad media a profundos,
muy sueltos y muy susceptibles a la erosión.
11
López-Domínguez y Acosta, 2004
Aunque los pinares presentan una fisonomía característica, las especies que lo constituyen
se distribuyen en los diferentes flancos del volcán según las condiciones ecológicas
existentes, incluso pueden encontrarse varias especies cohabitando en una misma área, o
bien se pueden presentar manchones monoespecíficos como se ha observado en ocasiones a
Pinus teocote, P. montezumae y P. hartwegii.
A altitudes menores de los 2500 msnm, los pinares son casi exclusivamente dominados por
Pinus leiophylla. Aunque en la mayoría de los casos se trata de un bosque mixto y casi en
su totalidad se encuentra desplazado por la agricultura de temporal, existiendo solo en
pequeños remanentes situados en algunas barrancas y zonas donde el suelo carece de
vocación agrícola. Además de la especie citada es posible observar Quercus crassipes,
Juniperus deppeana, Prunus serotina y Buddleia cordata, entre otros.
Entre los 2500 y 3100 msnm, impera el bosque de Pinus montezumae, este es
moderadamente alto (20-30 m), denso y con frecuencia bastante puro formando un cinturón
continuo entre dicho rango altitudinal, aunque en ocasiones entran en su composición Pinus
pseudostrobus, P. teocote, Alnus jorullensis, Abies religiosa, Quercus laurina, Q. crassipes
y Arbutus xalapensis. Es muy frecuente observar árboles de Pinus montezumae y P.
pseudostrobus parasitados por Arceuthobium vaginatum; P. teocote por A. gilli y Alnus
jorullensis por Phoradendron velutinum.
Los pinares de mayor altitud son los dominados por Pinus hartwegii; se desarrolla por lo
común entre los 3500 y 4200 msnm, el cual está restringido a la parte alta y fría de la
montaña. Este bosque constituye el limite altitudinal superior de la vegetación arbórea,
ubicándose en los limites con el páramo de altura. Es un bosque bajo (8-20 m) y más bien
medianamente densos a francamente abiertos, sobre todo cerca del límite de la vegetación
arbórea. En general es un bosque puro. El estrato arbustivo está constituido por pinos
inmaduros de la misma especie (Pinus hartwegii), salvo en algunos sitios rocosos como la
Peña del Águila donde se presenta Juniperus monticola.
12
Descripción del Parque Nacional Malinche
En esta comunidad podemos decir que el estrato herbáceo de los pinares, se compone
principalmente de gramíneas, algunas de las cuales también se presentan en el páramo de
altura. Entre las principales especies se encuentran Stipa ichu, Festuca tolucensis y
Muhlenbergia macroura.
El estrato arbustivo se compone en algunos casos de pinos inmaduros de la misma especie
del estrato arbóreo. Se destaca también Senecio cineraroides, S. salignus y frecuentemente
Baccharis conferta en sitios perturbados.
Bosque de oyamel: Esta es una comunidad bien definida desde los puntos de vista
fisonómico, ecológico y florístico (Rzedowski, 1978). Se presenta en altitudes que van
desde los 2800 y 3500 msnm, a veces sobrepasando un poco estos límites, casi siempre
sobre suelos derivados de sedimentos aluviales, poco desarrollados profundos y gravosos,
localmente con bloque de roca.
Esta comunidad se encuentra formando manchones representativos en las barrancas
situadas alrededor del volcán, tales como: Cañada Grande, Barranca Nexa, Barranca
Briones y Barranca Huetziatl entre otras.
En la mayoría de los casos se trata de un bosque monoespecífico con un estrato arbóreo
donde como único componente se encuentra Abies religiosa. Por lo general la altura del
bosque oscila entre 10 y 25 m, pero en ocasiones se han observado árboles viejos de hasta
35 m, con un grosor de casi un metro de diámetro a la altura del pecho. De otras especies
arbóreas presentes se pueden mencionar: Alnus jorullensis, Arbutus xalapensis, Prunus
serotina, Pinus montezumae y P. hartwegii.
La densidad de la cubierta arbustiva y herbácea es escasa en condiciones naturales, pero
aumenta con el disturbio. El estrato arbustivo se encuentra formado por individuos
inmaduros de Abies religiosa así como Salix paradoxa, Buddleia parviflora, Salix oxylepis
y Ribes ciliatum.
13
López-Domínguez y Acosta, 2004
En el estrato herbáceo dominan una gran cantidad de musgos que a menudo revisten casi
totalmente al suelo, lo cual le imprime una característica muy distintiva al sotobosque, pero
además existen Symphoricarpus microphyllus, Senecio angulifolius, Senecio platanifolius,
S. barba-johannis, Acaena elongata, Salvia elegans, Senecio callosus, Cirsium ehrenbergii
y Solanum stoloniferum, entre otras.
Esta comunidad constituye el único tipo de vegetación más exigente en cuanto a la
humedad ambiental.
Bosque de Encino: Los encinares guardan relaciones estrechas con los pinares con los que
comparten afinidades ecológicas, por lo que es común encontrar bosques formados por
ambos elementos. Esta comunidad habita desde los 2200 msnm, hasta los 2800 msnm, de
altitud y no es del todo continua ya que en algunas partes, dominan únicamente los pinares
debido por un lado a las condiciones microclimáticas y edáficas y por el otro a la
intervención del hombre.
En altitudes por debajo de los 2500 msnm, los árboles dominantes son con frecuencia
Quercus laurina y Q. crassifolia. A menudo Pinus leiophylla forma parte de la asociación.
Estos encinares en su mayoría se encuentran fuertemente perturbados y sólo se les
encuentra habitando en pequeñas barrancas.
Entre la cota de 2500 msnm, el bosque de Quercus rugosa y Q. laurina es el más
característico. A este bosque frecuentemente se le asocia Pinus montezumae, P. teocote P.
pseudostrobus y Garrya laurifolia. En la mayoría de los casos se trata de un bosque
perturbado debido a que sus troncos son empleados para elaborar carbón, por lo que es muy
común observar brotes a partir de tocones, en general podemos decir que se trata de una
comunidad cuya altura oscila entre los 5 y l0 m, cuyos troncos son delgados y muy
ramificados.
14
Descripción del Parque Nacional Malinche
Los encinares tienden a desarrollarse sobre suelos de tipo andosol, el cual se ha formado a
partir de cenizas volcánicas, tienen una capa de color café grisáceo, son sueltos y muy
susceptibles a la erosión.
Pastizal Natural (Zacatonal): Bajo el rubro de pastizales se consideran los tipos de
vegetación en el que predominan las gramíneas. Indudablemente se trata de una comunidad
secundaria favorecida por el disturbio, ésta formación vegetal se presenta en forma de
manchones relativamente pequeños en altitudes de los 2600 a los 3800 msnm, siendo más
frecuente encontrar a esta comunidad ocupando los claros en medio del bosque de pino y
oyamel, en general tiende a ocupar suelos profundos y ricos en materia orgánica. Las
especies más comunes son: Festuca tolucensis, Muhlenbergia macroura y Stipa ichu.
Todos estos pastizales, durante la época seca del año, están sometidos a incendios,
inducidos por los ganaderos con el propósito de estimular y acelerar el desarrollo de follaje
nuevo, mismo que es más apetecible y aprovechado por el ganado.
Chaparral: Esta comunidad, se trata más bien de una agrupación densa de encinos bajos
y delgados que brotaron a partir de tocones, siendo el más común Quercus laurina. Así
como otras especies arbustivas tales como: Ceanothus coeruleus, Arctostaphylos discolor y
Baccharis conferta, solo por citar algunos.
Este chaparral sólo se encontró ocupando una pequeña porción al sur de la montaña a los
3300 msnm, perteneciente al estado de Puebla. En general podemos decir que se trata de
una comunidad secundaria que surgió después de una tala total y un incendio que dejó la
superficie desprovista de vegetación y propició las condiciones para el establecimiento de
dicha comunidad.
Páramo de Altura (zacatonal alpino): Este tipo de vegetación se presenta en las partes
más altas de la montaña, entre los 4000 y 4300 msnm, constituyendo la vegetación de la
cima, donde la insolación y el viento son intensos, por lo que la evaporación es alta, la
temperatura extremosa, el suelo arenoso y pobre en materia orgánica con abundantes
15
López-Domínguez y Acosta, 2004
afloramientos rocosos que hacen de este paraje un lugar inhóspito, siendo la baja
temperatura el factor limitante más importante, el cual constituye un filtro que pocas
especies pueden resistir.
El páramo es una comunidad exclusivamente herbácea, donde se desarrollan plantas de
talla baja (15-50 cm.), con porte amacollado, cespitoso o arrosetado, sin ningún elemento
arbóreo, con excepción del cedrillo enano (Juniperus monticola) arbusto que presenta
hábito rastrero, comúnmente crece sobre sitios rocosos.
Los pastos (gramíneas) son las especies más abundantes y que imprimen la fisonomía a la
vegetación, siendo las especies principales por su abundancia Festuca tolucensis,
Calamagrostis tolucensis, Enneapogon sp, Hilaria cenchroides, así como Plantago
tolucensis, Senecio mairetianus, Arenaria repens, Drava nivicola, Cirsium nivale y
Castilleja tolucensis entre otras.
Otro elemento importante lo constituyen los musgos y líquenes que se encuentran sobre
sitios muy inclinados y rocosos.
Asociaciones: Existen en la montaña varias comunidades que resulta difícil de agruparlas
en alguno de los tipos de vegetación antes descritos, debido a que estas son el resultado de
la traslapación que se da entre dos o más elementos que caracterizan a una comunidad en
particular, así como a las condiciones ecológicas imperantes, dando como resultado una
ecotonía más diversa en cuanto al número de especies arbóreas.
Por otra parte resulta difícil poder describir las diferentes asociaciones de vegetación que se
reconocieron para el PNM, siendo éstas: asociación de pino-aile-oyamel, asociación de
encino-aile, asociación de encino-pino-oyamel y asociación de pino-encino-aile.
Dichas asociaciones se desarrollan entre los 2800 y 3600 msnm, cuya superficie va a
depender de la tolerancia de las especies a las condiciones ecológicas imperantes, tales
como temperatura, vientos, suelo, fisiografía, exposición, etc.
16
Descripción del Parque Nacional Malinche
PARQUE NACIONAL MALINCHE
PARQUE
NACIONAL
ÁREA DE
INFLUENCIA TOTAL
TLAXCALA
No. de Municipios 12 15 27
No. de Localidades 34 106 140
Superficie (Hectáreas) 33,161 34,405 67,565
PUEBLA
No. de Municipios 4 0 4
No. de Localidades 32 37 69
Superficie (Hectáreas) 12,932 13,028 25,961
Numero Total De
Municipios 16 15 31
Numero Total De
Comunidades 66 143 209
Superficie Total (ha) 46,093 47,433 93,526
Cuadro 1. Municipios y localidades del Parque Nacional Malinche y su área de
influencia en los Estados de Tlaxcala y Puebla, México.
17
López-Domínguez y Acosta, 2004
COORDENADAS GEOGRÁFICAS COORDENADAS UTM SITIO SEGÚN LEVANTAMIENTO
TOPOGRÁFICO Longitud
Oeste Latitud Norte
ALTITUDmsnm
(Aprox.) X Y
1.- Ex hacienda Totolquexco 98° 03’ 04.47772’’ 19° 20’ 19.35361’’ 2,627 599657.7770 2138451.0510
2.- San Bartolomé
Cuahuixmatla 98° 08’ 53.36244’’ 19° 17’ 38.74323’’ 2,443 589501.7100 2133461.2900
3.- Iglesia Acxotla 98° 09’ 55.39904’’ 19° 15’ 03.41088’’ 2,423 587713.9890 2128677.9740
4.- Exhacienda Espíritu
Santo 98° 39’ 35.51198’’ 19° 13’ 06.68942’’ 2,467 588311.9210 2125093.0700
5.- Jagüey Xaltelulco
(Exhacienda) 98° 08’ 24.91337’’ 19° 10’ 27.88081’’ 2,491 590397.5340 2120221.7910
6.- Puente Buen Suceso -
Canoa 98° 06’ 15.92577’’ 19° 08’ 59.88512’’ 2,581 594178.9630 2117535.9880
7.- Capilla Cuauhtenco 98° 00’ 53.45792’’ 19° 06’ 30.48748’’ 2,523 603625.2020 2112994.5380
8.- Acajete Tepulco 97° 59’ 13.76514’’ 19° 06’ 57.17763’’ 2,580 606533.5790 2113831.5710
9.- Exhacienda del Pinar 97° 56’ 08.26113’’ 19° 09’ 36.10125’’ 2,603 611924.2540 2118748.8340
10.- San Bernardino 97° 55’ 33.96786’’ 19° 12’ 29.23200’’ 2,655 612893.2640 2124076.7980
11.- Exhacienda Xalapasco 97° 55’ 32.90583’’ 19° 14’ 40.56858’’ 2,656 612899.3520 2128114.1340
12.- Los Pilares Acueducto 97° 56’ 51.07683’’ 19° 16’ 02.14552’’ 2,698 610601.7620 2130607.7520
13.- Exhacienda La
Natividad 97° 57’ 28.57140’’ 19° 17’ 52.83909’’ 2,685 609486.7310 2134003.7430
14.- Exhacienda Santa
Barbara 98° 00’ 39.57823’’ 19° 20’ 04.70317’’ 2,647 603888.5380 2138024.3960
EQUIPO EMPLEADO Y REFERENCIAS CARTOGRÁFICAS: Sistema GPS, de 12 canales Pro XRS, con TSC1 de 2 MB, Trimble
N/P, 2975 (libreta de datos) y accesorios; Proyección Universal Transversa de Mercator Datum Horizontal NAD 27 México Zona 14
Norte
Cuadro No. 2. Vértices del Parque Nacional Malinche, elaborado a partir del Decreto
publicado en el Diario Oficial de la Federación de 1938.
18
Descripción del Parque Nacional Malinche
UNIDAD DE
SUELO NOMBRE DESCRIPCIÓN
I/2 Subunidad
litosol de textura
media
Litosol.- Suelo de distribución muy amplia, sin desarrollo, con profundidad menor
de 10 cm. Tienen características muy variables, según el material que los forma. Su
susceptibilidad a la erosión depende de la zona donde se encuentren pudiendo ser
desde moderada hasta alta.
(Th+Rd)/1 Asociación
Andosol Húmico
con Regosol
Dístrico de
textura gruesa
Andosol.- Se ha formado a partir de cenizas volcánicas. En condiciones naturales
tienen vegetación de pino, abeto, encino, etc. Muy susceptibles a la erosión.
La subunidad Andosol Húmico (Th) tiene presencia de materia orgánica en fase de
descomposición (humus), debido al tipo de vegetación que presenta el paisaje.
Regosol.- Se caracteriza por no presentar capas distintas, son claros y se parecen a la
roca que les dio origen, se pueden presentar en muy diferentes climas y con diversos
tipos de vegetación. Su susceptibilidad a la erosión es muy variable y depende del
terreno en el que se encuentre.
La subunidad Regosol Dístrico (Rd) es de baja fertilidad (infértiles) debido a una
baja saturación de bases.
(Je+Lo)/1 Asociación
Fluvisol Eutrico
con Luvisol
Ortico de textura
gruesa
Fluvisol.- El fluvisol se forma por materiales de depósito aluviales recientes, están
constituidos por material suelto que no forma terrones y son poco desarrollados,
cercanos a zonas de acarreo por agua. La subunidad Fluvisol Eútrico (Je) son suelos
con una buena fertilidad debido a que presentan una alta saturación de bases.
Luvisol.-El luvisol tiene acumulación de arcilla en el subsuelo, son rojos o claros,
moderadamente ácidos. Son suelos de susceptibilidad alta a la erosión.
La subunidad Luvisol Ortico (Lo) son suelos con presencia de un horizonte
superficial pálido (claro).
Cuadro No.3 Clasificación edafológica del Parque Nacional Malinche, Tlaxcala,
México.
19
López-Domínguez y Acosta, 2004
LITERATURA CITADA
Acosta-Pérez, R., J. L. Delgado Montoya y
P. Cervantes Saldaña, 1991a. La vegetación
del Estado de Tlaxcala. México. Folleto
Divulgativo No. 6. Gobierno del Estado de
Tlaxcala-Jardín Botánico Tizatlán.
Acosta-Pérez, R., y A. Kong. 1991b. Guía
de las Excursiones botánicas y micológicas
al Cerro de El Peñón y Cañada Grande del
Estado de Tlaxcala. Folleto Divulgativo No.
8. Gobierno del Estado de Tlaxcala-Jardín
Botánico Tizatlán.
Allende, Lastra, R. 1968. Introducción al
estudio de suelos derivados de cenizas
volcánicas o de Ando de volcán “La
Malinche”. Tesis Facultad de Ciencias,
UNAM., México, D.F.
Departamento Forestal y de Caza y Pesca.
1938. Decreto que declara Parque Nacional la
montaña Malinche o Matlalcueyatl. Publicado
en el Diario Oficial de la Federación el 6 de
octubre.
García, E. 1988. Modificaciones al sistema
climático de Koppen, SIGSA, México.
Heine, K., y H. Heide-Weise. 1973.
Estratigrafía del pleistoceno reciente y del
holoceno en el volcán de La Malinche y
región vecina. México; Puebla. CFAIC,
Comunicaciones No. 7
INEGI. 1986. Síntesis geográfica de
Tlaxcala. Secretaría de programación y
presupuesto. México.
Patiño, L. R. 1942. Reconocimiento
preliminar de los efectos de la erosión en los
suelos de la porción central y sureste del
Estado de Tlaxcala abarcando “La
Malintzin”. Comisión Nacional de irrigación,
Dirección de Agrología, Depto. de
Conservación de Suelo, México D.F.
Rzedowski, J. 1978. La vegetación de
México. Limusa, México, D.F.
SARH. 1994. Inventario Nacional Forestal
Periódico, 1992-1994 México, D.F.
Werner, G. 1988. Los suelos en el Estado de
Tlaxcala. Altiplano Central Mexicano.
Gobierno del Estado de Tlaxcala,
Universidad Autónoma de Tlaxcala. México.
20
Descripción del Parque Nacional Malinche
±
Figura 1. Localización del Parque Nacional Malinche
21
López-Domínguez y Acosta, 2004
±
Figura 2. Poligonal del Parque Nacional Malinche
22
Descripción del Parque Nacional Malinche
±
Figura 3. Vegetación y uso de suelo en el Parque Nacional Malinche
23
López-Domínguez y Acosta, 2004
24
Myxomycetes
25
MYXOMYCETES (PROTISTAS)
Mercedes Rodríguez Palma, Arturo Estrada Torres, Laura V. Hernández Cuevas
Laboratorio de Sistemática, Centro de Investigaciones en Ciencias Biológicas,
Universidad Autónoma d e Tlaxcala
Km. 10.5 carr. Tlaxcala-San Martín Texmelucan, Ixtacuixtla Tlaxcala. C.P. 90122
[email protected]; [email protected]; [email protected]
RESUMEN
Los mixomicetes, también conocidos como hongos mucilaginosos, son un grupo de organismos
eucariotas con aproximadamente 900 especies en todo el mundo. En México se conocen 285
especies y 11 variedades. Más de la mitad de dicha riqueza se ha encontrado en el Estado de
Tlaxcala, con 161 especies y 3 variedades, de las cuales 127 especies y 2 variedades se han
registrado para el bosque de Abies-Pinus del Volcán La Malinche. Muchas de las especies de
mixomicetes conocidas de esta zona, incluyendo los géneros Prototrichia y Diacheopsis, no se
han registrado de otras localidades del país. Por lo anterior, es de suma importancia la
conservación de tal enclave, ya que de él se conoce la mayor riqueza de mixomicetes del país.
Asimismo, el 60% de las especies se han considerado como raras de acuerdo con su frecuencia
de aparición y 15 de ellas se han recolectado en una sola ocasión dentro del parque. Estos datos
son indicativos de la importancia que este ecosistema tiene para el desarrollo de los mixomicetes,
los que a su vez podrían representar uno de los grupos funcionales del mismo, tal como se ha
sugerido para otros grupos de microorganismos. En razón de ello es deseable y necesario
implementar estrategias de conservación de los bosques de la zona, ya que el deterioro o
desaparición de este último, podría vulnerar la existencia en el estado de muchas especies de
mixomicetes características de los bosques de coníferas de las altas montañas del centro de
México.
Rodríguez et al., 2004
26
I. INTRODUCCIÓN
Los mixomicetes conforman un grupo sumamente controvertido que debido a sus características
morfofisiológicas se han clasificado como hongos, protozoarios o protistas, dependiendo de la
fase en el ciclo de vida que el taxónomo enfatice (Fig. 1). Comprenden organismos desnudos en
todas sus fases vegetativas, ya que carecen de pared celular. Son aerobios, carecen de clorofila y
su nutrición es heterótrofa (Herrera y Ulloa, 1990).
En una parte de su ciclo de vida, el comportamiento de estos organismos es muy parecido al de
los protozoos, ya que la germinación de una espora, origina una o más (hasta cuatro) mixamebas
o células flageladas (Fig. 1A, B). En esta etapa, la nutrición del organismo es principalmente
fagotrófica, alimentándose de bacterias, levaduras o esporas de hongos. Las mixamebas se
dividen por mitosis y originan una extensa población de células (Fig. 1C). Dos mixamebas o
células flageladas compatibles se fusionan (Fig. 1D) y dan origen a un cigoto (Fig. 1E). Por
divisiones mitóticas sucesivas y sincronizadas, los cigotos originan un plasmodio, el cual es una
masa protoplasmática acelular y multinucleada (Fig. 1F, G). Los plasmodios presentan corrientes
protoplasmáticas que les permiten desplazarse y eliminar los residuos de las sustancias
empleadas como alimento. Cuando la humedad ambiental disminuye o hay poco alimento, los
plasmodios sufren una compleja transformación morfológica y dan origen a los esporóforos y
esporas (Fig. 1I, J, K), los que se asemejan a algunas de las estructuras formadas por los hongos
verdaderos. En condiciones adversas, las fases móviles pueden transformarse en estructuras de
resistencia (microquistes o esclerocios) (Fig. 1H).
Myxomycetes
27
Figura 1. Ciclo de vida de un mixomiceto (Tomado de Alexopoulos y Mims, 1979)
Rodríguez et al., 2004
28
Estos organismos se encuentran en ambientes muy diversos desde zonas áridas (Evenson, 1961;
Blackwell y Gilbertson, 1980; 1984; Mosquera et al., 2000; 2003), hasta ecosistemas de tundra
(Stephenson y Laursen, 1993) o lugares pantanosos (Martin et al., 1983); sin embargo, prosperan
principalmente en hábitats donde la materia orgánica de origen vegetal es muy abundante y en
donde la temperatura y humedad son adecuadas para su desarrollo, siendo éstos los factores que
determinan su presencia, distribución y abundancia en la naturaleza (Martin y Alexopoulos,
1969; Farr, 1976; Stephenson y Studlar, 1985). Algunas especies llegan a presentar un alto grado
de especificidad para desarrollarse sobre algún tipo de sustrato como hojas, ramas o cortezas de
árboles vivos, e incluso llegan a ser exclusivas de restos vegetales particulares (Stojanowska,
1983a; Ing, 1994), como las plantas suculentas (Lado et al., 1999; Mosquera et al., 2000; 2003;
Estrada-Torres et al., 2001), por esta razón, si los ecosistemas son alterados en alguna medida,
las especies de plantas o la cantidad y tipos de sustratos se verán modificados, limitando también
el crecimiento de algunas especies.
En México, el primer registro de un mixomicete corresponde con Stemonitis ferruginea Rostaf.
(Massee,1892). Para el Estado de Tlaxcala, Licea minima Fr. fue la primera especie citada,
obtenida sobre ramas de pino procedentes de la localidad de Calpulalpan (Braun y Keller, 1976).
Los primeros registros para el Parque Nacional La Malinche (PNM) corresponden con Arcyria
ferruginea Sauter, citada por Keller y Braun (1977) y Reticularia lycoperdon Bull. (como
Enteridium lycoperdon (Bull.) M. L. Farr) citada por González (1987) y Villarreal (1990). En
1988, se inició el estudio intensivo de estos organismos en la zona del Volcán La Malinche, en
donde se llevaron a cabo muestreos en forma sistemática y dirigida hacia diferentes grupos
taxonómicos y tipos de sustratos. A partir de entonces se han analizado el orden Stemonitales
(Rodríguez-Palma, 1992), la familia Trichiaceae del orden Trichiales (Galindo-Flores, 1993), la
familia Physaraceae del orden Physarales (Hernández-Cuevas, 1993), el Orden Liceales
(Rodríguez Palma, 1996) y la familia Didymiaceae del Orden Physarales (Rodríguez Palma,
2003), así como las especies corticícolas de este Parque Nacional (Varela-García, 2000;
Rodríguez-Palma et al., 2002). En estos estudios, se citaron un número elevado de especies,
incrementándose hasta 285 y 11 variedades registradas de México, si tomamos en cuenta los
Myxomycetes
29
trabajos de Illana et al. (2000), Mosquera et al. (2000; 2003), Estrada-Torres et al. (2001; 2003),
Lado et al. (2003), Pérez-Silva et al. (2001), en los que se aportan nuevos datos para otros
estados.
II. DIVERSIDAD TAXONÓMICA
A nivel mundial se conocen alrededor de 900 especies de mixomicetes (Lado, 2001). En México
se conocen 285 especies y 11 variedades, casi la tercera parte del censo mundial. Más de la mitad
de dicha riqueza se ha encontrado en el estado de Tlaxcala con 161 especies y 3 variedades, de
las cuales 127 especies y 2 variedades habitan en el bosque de Abies-Pinus del Volcán La
Malinche (Anexo). Las especies encontradas en este parque nacional, se agrupan en 6 órdenes,
12 familias y 36 géneros (Cuadro 1).
Todos los órdenes y familias reconocidos en el mundo están representados en el PNM. En cuanto
a los géneros, se han encontrado el 60 % de los que se conocen mundialmente y el 80% de los
conocidos para México. El número de especies de La Malinche representa el 14% de las que se
conocen en el mundo y el 45% de las registradas para el país. De ellas, 27 especies, así como los
géneros Diacheopsis, Elaeomyxa y Prototrichia, no se han reportado de otros ecosistemas en
nuestro país. El género mejor representado es Physarum con 20 especies, seguido de Cribraria
con 11, Didymium y Trichia con 9 especies cada uno, Arcyria y Licea con 8 cada uno, Diderma
y Stemonitis con 7 y el resto de los géneros con menos de 5 especies cada uno (Anexo).
* Martin et al. (1983), excluyendo Schenellaceae
Órdenes Familias Géneros Especies
Mundo 6* 12* 60** 900**
México 6 12 45 285
Volcán La Malinche 6 12 36 127
** Lado 2001, incluyendo Erionema
Cuadro 1. Mixomicetes registrados en La Malinche, México y el mundo.
Rodríguez et al., 2004
30
La comunidad de especies del PNM es relevante por ser una de las de mayor riqueza conocida a
nivel mundial. Así, en algunas de las regiones mejor inventariadas en el mundo, se reporta menor
número de especies. En la región de los Sudetes, Polonia, con bosques de latifoliadas se han
registrado 112 especies de mixomicetes (Stojanowska, 1983b); en los bosques deciduos con
Quercus y Acer del suroeste de los Montes Apalaches en Estados Unidos, se conocen 110
(Stephenson et al., 1993), y en la localidad de Wicklow, Irlanda con bosques mixtos, se han
registrado 116 (Ing y McHugh, 1988). En las zonas tropicales de México, se han registrado 63
especies de la región de Los Tuxtlas, Veracruz, y 76 de El Edén, Quintana Roo (Lado et al.,
2003). De hecho, el número de especies conocidas de La Malinche sobrepasa el de las especies
registradas en todo el Estado de Veracruz (115: Illana et al., 2000; Lado et al., 2003), el cual se
considera uno de los mejor explorados del país en cuanto a su mixobiota.
III. IMPORTANCIA
Estos organismos son fundamentales en los ecosistemas terrestres ya que participan en las redes
tróficas. Los plasmodios y los esporóforos, sirven de hospedaje y alimento a ácaros y a insectos
como colémbolos y coleópteros. De igual forma, los mixomicetes son atacados por algunos
hongos ascomicetes o hifomicetes (Samuels, 1973; Rogerson y Stephenson, 1993). Por otro lado,
las fases somáticas de los mixomicetes, tanto plasmodios como mixamebas, se alimentan del
micelio de algunos hongos filamentosos (Howard y Currie, 1932a, b), o de sus esporas, así como
de levaduras y bacterias (Martin y Alexopoulos, 1969).
Las mixamebas, que constituyen el 95% de las poblaciones de protozoarios de algunos suelos
(Stephenson y Cavender, 1996), representan el grupo más importante que consumen bacterias y
hongos en dichos ambientes. Su influencia directa sobre la estructura de las comunidades
microbianas del suelo, hace que las mixamebas jueguen un papel importante en el ciclo de los
nutrimentos.
Myxomycetes
31
Desde el punto de vista científico y experimental, los mixomicetes son un importante material
biológico para la investigación ya que el plasmodio constituye una célula gigante que puede ser
utilizada para estudios de morfogénesis, fisiología celular, genética, bioquímica y biofísica. Por
ejemplo, Physarum polycephalum Schwein. ha sido utilizado para estudiar el ciclo mitótico
durante la división sincrónica de los núcleos de sus plasmodios, con el objeto de extrapolar los
resultados obtenidos hacia las investigaciones que tratan de explicar los procesos de
multiplicación de las células cancerosas, derivados de alteraciones en los mecanismos de la
mitosis (Herrera y Ulloa, 1990).
De igual forma, la exploración, aislamiento, cultivo, identificación y caracterización química de
productos naturales derivados de las mixamebas o plasmodios, pueden conducir al
descubrimiento de nuevos compuestos antimicrobiales. Sobels en 1950 (in: Considine y Mallette,
1965) reportó que la secreción mucosa de los plasmodios inhibe el crecimiento de algunas
bacterias y levaduras. Por su parte, Mayberry et al. (1962) probaron extractos de Physarum
gyrosum Rostaf. y observaron que presenta actividad inhibitoria contra Staphylococcus aureus y
Pseudomonas aeruginosa. Considine y Mallette (1965) también han probado que las sustancias
producidas por P. gyrosum podían inhibir un amplio espectro de bacterias, sobretodo, gram-
negativas. Se ha reportado la producción de enzimas exocelulares, principalmente en Physarum
polycephalum, tales como fosfatasa ácida, ribonucleasa, diferentes proteasas, ß-galactosidasa,
varias glucosidasas, carboximetil celulasa (Blackwell, 1984) y enzimas agarolíticas (Marugan et
al., 1996). De esta forma, los mixomicetes podrían servir como productores potenciales de
enzimas, proteínas e incluso antibióticos.
En el caso particular de La Malinche, Fuligo septica, una de las especies que forman
fructificaciones de grandes dimensiones, es consumida por los pobladores de la localidad de Los
Pilares, Mpio. de Huamantla, cuando las fructificaciones se encuentran en estado inmaduro
(Montoya-Esquivel, 1992). Esta especie que es conocida como “hongo de palo”, se prepara
combinándola con huevo y se fríe con manteca o aceite. También se ha reportado como
comestible en los estados de Michoacán y Veracruz (Mapes et al., 1981). Otra especie similar en
tamaño, Reticularia lycoperdon, también se encuentra en el PNM y, aunque no hay datos sobre
Rodríguez et al., 2004
32
su consumo en esta área, es utilizada como alimento en el Estado de Veracruz (Villarreal, 1983;
Villarreal y Pérez-Moreno, 1989)
IV. SITUACIÓN DEL GRUPO
Es claro que no todas las especies de mixomicetos son igualmente abundantes en el PNM. De
acuerdo con Rodríguez-Palma (2003) las especies más características de las comunidades del
bosque de Abies-Pinus de esta zona son Trichia decipiens, Physarum album, Diderma radiatum,
Didymium megalosporum, Craterium minutum y Lycogala epidendrum. Cerca del 60% de las
especies son raras y de éstas, 15 han sido recolectadas dentro del parque en una sola ocasión.
Además, 27 especies y 2 géneros son conocidos en México exclusivamente de este lugar.
Muchas de estas especies podrían ser vulnerables a la alteración severa de los bosques de Abies
del Volcán La Malinche, si no son capaces de desarrollarse en otros ambientes, poniéndose en
riesgo su sobrevivencia al menos en el territorio estatal.
Hasta ahora, ninguna especie de mixomiceto ha sido considerada en alguna categoría de riesgo
en la Norma Oficial Mexicana (NOM-059-ECOL-2001) (SEMARNAT, 2001). Esto se debe
básicamente a dos razones:
a) Como con otros grupos de microorganismos, es difícil establecer si una especie es endémica,
de distribución restringida o si su subsistencia se encuentra amenazada, ya que a diferencia de
plantas y animales, la cuantificación de sus poblaciones conlleva fuertes limitaciones. En la
mayoría de los casos, se desconocen además los requerimientos ecológicos que las especies
necesitan para su desarrollo, pero cabría esperar que muchas especies que se encuentran en el
PNM, podrían sobrevivir en cualquier otro sitio del país en donde las condiciones ecológicas y
ambientales fueran similares.
b) En nuestro país todavía existen grandes áreas en las que no se han realizado estudios sobre
este grupo de organismos, por lo que aún se carece de datos confiables y completos sobre la
distribución de la mayoría de las especies. De hecho, en el PNM se ha estudiado principalmente
Myxomycetes
33
la mixobiota del bosque de Abies-Pinus y sólo ocasionalmente se han recolectado especies
asociadas con otros tipos de vegetación como el bosque de pino o de encino. No obstante, la
modificación de cualquier ecosistema traerá consecuentemente la desaparición de muchas de sus
poblaciones.
En el caso particular de La Malinche, la fragmentación del bosque de encino y la extracción de la
madera muerta en el bosque de pino, podrían ser factores que estén limitando la disponibilidad
de sustratos para el desarrollo de muchas especies. En los bosques de encino, las capas de
hojarasca son un sustrato muy importante para el establecimiento de diversas especies de
mixomicetes. Las capas profundas de hojarasca son fundamentales para que las mixamebas y los
plasmodios lleven a cabo sus funciones vitales, en tanto, las capas superficiales permiten la
formación de las estructuras que contienen las esporas. Este tipo de ambientes es particularmente
rico en especies de las familias Didymiaceae y Physaraceae, grupos que presentan un gran
número de especies foliícolas. No obstante, la fragmentación del bosque impide la acumulación
de hojarasca, la que es arrastrada por el viento, al mismo tiempo que favorece que las capas de
hojas que llegan a formarse bajo los árboles remanentes estén expuestas a fuertes procesos de
insolación y desecación. En el caso de los bosques de pino, muchas especies dependen de los
troncos, tocones o ramas en diferentes estados de degradación para establecerse y completar su
ciclo de vida, así que la simple extracción de madera limitará a sus poblaciones.
V. CONCLUSIÓN GENERAL
El PNM es una de las zonas con mayor riqueza de especies de mixomicetes en México y en el
mundo. Esta riqueza se ha encontrado principalmente en el bosque de Abies-Pinus; sin embargo,
existen otros ambientes que no han sido explorados extensivamente como los bosques de pino,
los de encino y los pastizales. Por esto, se espera que al explorar estos ecosistemas, el número de
especies conocidas para el parque se incremente. Asimismo, existen muchas especies que, por el
hábitat que ocupan o por su tamaño y color, no son detectadas fácilmente por lo que el cultivo en
laboratorio de diversos sustratos, como cortezas de diferentes especies de árboles y arbustos,
hojarasca y ramas, posibilitaría registrar mayor número de especies.
Rodríguez et al., 2004
34
Por la elevada riqueza de especies de mixomicetes que existen en el PNM, por su exclusividad y
por el relevante papel ecológico que se asume tienen estos organismos en las redes tróficas, es de
gran importancia tomar medidas conducentes a la conservación de sus hábitats, posibilitando así
su sobrevivencia.
VI. LITERATURA CITADA
Alexopoulos, C. J. & C. W. Mims. 1979.
Introductory Mycology. 2a. ed. John Wiley &
Sons. Nueva York. 632 pp.
Blackwell, M. 1984. Myxomycetes and their
arthropod associates. In: Wheeler, Q. y M.
Blackwell. Fungus-insect relationships.
Perspectives in ecology and evolution. Columbia
University Press. Nueva York. 514 pp.
Blackwell, M. & R. L. Gilbertson. 1980.
Sonoran desert myxomycetes. Mycotaxon
11:139-149.
____________ & _____________. 1984.
Distribution and sporulation phenology of
Myxomycetes in the Sonoran Desert of Arizona.
Microbial Ecology 10:369-377.
Braun, K. L. & H. W. Keller. 1976.
Myxomycetes of Mexico I. Mycotaxon 3:297-
317.
Considine, J. & M. F. Mallete. 1965.
Production and partial purification of antibiotic
materials formed by Physarum gyrosum.
Applied Microbiology 13:464-468.
Estrada-Torres, A, C. Lado & M. Rodríguez-
Palma. 2001. Two new species of myxomycetes
from a tropical deciduous forest of Mexico.
Mycologia 93:744-750.
Estrada-Torres, A, M. Ramírez-Ortega & C.
Lado. 2003. Calonema foliicola a new
myxomycete from Mexico. Mycologia 95:354-
359.
Evenson, A. E. 1961. A preliminary report of
the myxomycetes of southern Arizona.
Mycologia 53:136-144.
Farr, M. L. 1976. Myxomycetes. In: Flora
Neotropica. Monografía No. 16. The New York
Botanical Garden. Nueva York. 334 pp.
Galindo-Flores, G. 1993. Estudio taxonómico y
biogeográfico de las especies de la familia
Trichiaceae (Trichiales-Myxomycetes) que se
desarrollan en el estado de Tlaxcala. Tesis de
Licenciatura. ENEP Iztacala, UNAM,
Tlalnepantla. 152 pp.
González, F. I. 1987. Los hongos del estado de
Tlaxcala. Contribución al conocimiento
de la micoflora regional. Tesis de
Myxomycetes
35
Licenciatura. ENEP-Iztacala,UNAM.
Tlalnepantla, México. 64 pp.
Hernández-Cuevas, L. 1993. Estudio
taxonómico y biogeográfico de las
especies de la familia Physaraceae
(Physarales-Myxomycetes) que se
desarrollan en el estado de Tlaxcala.
Tesis de Licenciatura. ENEP Iztacala,
UNAM, Tlalnepantla, México. 190 pp.
Herrera, T. & M. Ulloa. 1990. El reino de los
hongos. Micología básica y aplicada.
UNAM-Fondo de Cultura Económica.
México, D.F. 522 pp.
Howard, F. L. & M. E. Currie. 1932 a.
Parasitism of myxomycete plasmodia on
the sporophores of Hymenomycetes. J.
Arn. Arb. 32: 270-283.
_____________ & _____________. 1932 b.
Parasitism of myxomycete plasmodia on
fungus mycelia. J. Arn. Arbor. 32: 438-
447.
Illana, C., G. Moreno & M. Lizárraga. 2000.
Catálogo de myxomycetes de México.
Stapfia 73:167-186.
Ing, B. 1994. The phytosociology of
myxomycetes. New Phytologis 126:
175-201.
_________ & R. McHugh. 1988. A revision of
Irish myxomycetes. Proccedings Royal
Irish Academy 88:99-117.
Keller, H. W. & K. L. Braun. 1977.
Myxomycetes of Mexico II. Bol. Soc.
Mex. Mic. 11:167-180.
Lado C. 2001. Nomenmyx. A nomenclatural
taxabase of myxomycetes. Cuadernos de
trabajo de Flora Micológica Ibérica 16:1-
221.
________ , Mosquera J., Beltrán-Tejera E.
1999. Cribraria zonatispora, development
of a new myxomycete with unique spores.
Mycologia 91: 157-165.
______ , Estrada-Torres A., Stephenson SL.,
Wrigley de Basanta D. 2003.
Biodiversity assessment of myxomycetes
from two tropical forest reserves in
Mexico. Fungal Diversity 12:67-110.
Mapes, C., G. Guzmán & J. Caballero. 1981.
Etnomicología purépecha. El
conocimiento y uso de los hongos en la
cuenca de Pátzcuaro, Michoacán.
Cuadernos de etnobiología 2. Dir. Gral.
de culturas populares. Sociedad
Mexicana Micología y U.N.A.M.,
México, D.F. 79 pp.
Martin, G. W. & C. J. Alexopoulos, 1969. The
Myxomycetes. Univ. Iowa. Academic
Press. Iowa. 561 pp.
_____________, _____________ & M. L.
Farr. 1983. The genera of
Myxomycetes. University of Iowa
Academic Press. Iowa. 102 pp.
Marugan, M., N. Mubarak, C. S. Skaria & I.
Kalyanasundaram. 1996. Agarolytic
activity of the myxomycete Fuligo
septica. Mycologist. 10:21-22.
Rodríguez et al., 2004
36
Masse, G. 1892. A monograph of the
Myxogastres. Methuen & Co. Londres.
367 pp.
Mayberry, J. M., C. L. Fergus & M. F.
Mallette. 1962. Pure culture of the slime
mold Physarum gyrosum. Mycologia
54:580-581.
Montoya-Esquivel, A., 1992. Análisis
comparativo de la etnomicología de tres
comunidades ubicadas en las faldas del
volcán La Malintzin, estado de Tlaxcala.
Tesis de Licenciatura. E.N.E.P. Iztacala,
U.N.A.M., Tlalnepantla, México. 155
pp.
Mosquera, J., C. Lado, A. Estrada-Torres &
E. Beltrán-Tejera. 2000. Trichia
perichaenoides, a new myxomycete
associated with decaying succulent
plants. Mycotaxon 75:319-328.
___________, _______, ________________,
________________ & Wrigley de
Basanta D. 2003. Description and
culture of a new myxomycete, Licea
succulenticola. Anales Jard. Bot. Madrid
60:3-10.
Pérez-Silva, E., T. Herrera, M. Esqueda, C.
Illana & G. Moreno. 2001.
Myxomycetes of Sonora, Mexico. I.
Mycotaxon 77:181-192
Rodríguez-Palma, M. 1992. Estudio
taxonómico y ecológico de las especies
del Orden Stemonitales (Myxomycetes-
Fungi) del Volcán La Malintzin, Mpio.
de Ixtenco, Tlaxcala.Tesis de
Licenciatura. ENEP Iztacala, U.N.A.M.,
Tlalnepantla, México. 137 pp.
__________________. 1996. Consideraciones
ecológicas y patrones de distribución de
las especies del orden Liceales
(myxomycetes), presentes en el bosque
de Abies-Pinus del Volcán La Malintzi,
Tlaxcala, Tesis de Maestría, Facultad de
Ciencias, U.N.A.M., México. 155 pp.
___________________. 2003. Estudio
monográfico de los myxomycetes del
estado de Tlaxcala, Tesis Doctoral,
Facultad de Ciencias, U.N.A.M.,
México. 190 pp.
________________, A. Varela-García & C.
Lado. 2002. Corticolous myxomycetes
associated with four tree species in
Mexico. Mycotaxon 81:345-355.
Rogerson, C. T. & S. L. Stephenson. 1993.
Myxomyceticolous fungi. Mycologia
85:456-469.
Samuels, G. J. 1973. The myxomyceticolous
species of Nectria. Mycologia. 65:401-
420.
SEMARNAT, 2001. Norma Oficial Mexicana
NOM-059-ECOL-2001. Protección
ambiental-Especies nativas de México
de Flora y Fauna silvestres-Categorías
de riesgo y especificaciones para su
Myxomycetes
37
inclusión, exclusión o cambio-lista de
especies en riesgo. 190 pp.
Stephenson, S. L. & G. A. Laursen. 1993. A
preliminary report on the distribution
and ecology of myxomycetes in Alaskan
tundra. In: Artic and Alpine Mycology
3. Biblioth. Mycology 150:251-257.
_____________ & S. M. Studlar. 1985.
Myxomycetes fruiting upon bryophytes:
coincidence or preference?. Journal of
Bryology 13:549-562.
_____________ & J. Cavender. 1996.
Dictyostelids and Myxomycetes. En: G.
S. Hall. 1996. Methods for the
examination of organismal diversity in
soils and sediments. CAB
INTERNATIONAL, IUBS y UNESCO.
UK. 307 p.p.
________________, I. Kalyanasundarum &
T. N. Lakhanpal. 1993. A comparative
biogeographical study of myxomycetes
in the mid Appalachians of eastern
North America and two regions of India.
Journal of Biogeography 20: 645-657.
Stojanowska, W. 1983a. Myxomycetes of the
litter. Acta Mycologica 19:21-30.
______________ 1983b. Myxomycetes of the
Sudetes I. Acta Mycologica 19:207-243.
Varela-García, A. 2000. Estudio comparativo
de myxomycetes corticícolas de cuatro
especies arbóreas. Tesis de Licenciatura.
Escuela de Biología, Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla.
Puebla, México. 43 pp.
Villarreal, L. 1983. Algunas especies de
myxomycetes no registradas para el
estado de Veracruz. Bol. Soc. Mex.
Mic.18:153-164.
____________. 1990. Estudio sobre los
myxomycetes de Mexico I. Nuevos
registros. Mycol. Neotrop. Apl. 3:67-79.
____________ & J. Pérez-Moreno. 1989. Los
hongos comestibles silvestres de
México, un enfoque integral. Micología
Neotropical Aplicada 3:67-79.
Rodríguez et al., 2004
ANEXO LISTA DE ESPECIES DE MIXOMICETES DEL VOLCÁN LA MALINCHE ORDEN FAMILIA ESPECIE CERATIOMYXALES CERATIOMYXACEAE Ceratiomyxa fruticulosa (O. F. Müll) T. Macbr
ECHINOSTELIALES CLASTODERMATACEAE Barbeyella minutissima Meyl.
Clastoderma debaryanum A. Blytt
ECHINOSTELIACEAE Echinostelium apitectum K. D. Whitney E. minutum de Bary
LICEALES CRIBRARIACEAE Cribraria argillacea (Pers. ex J. F. Gmel.) PersC. atrofusca G. W. Martin & Lovejoy
C. mirabilis (Rostaf.) Massee C. oregana H. C. Gilbert *C. piriformis Schard. …C. purpurea Schard. C. rubiginosa Fr. C. rufa (Roth) Rostaf. * C. splendens (Schrad.) Pers. * C. violacea Rex C. vulgaris Schrad. * Lindbladia tubulina Fr.
RETICULARIACEAE Lycogala epidendrum (L.) Fr. L. exiguum Morgan L. flavofuscum (Ehrenb.) Rostaf. Reticularia intermedia Nann.-Bremek. R. lycoperdon Bull. R. olivacea (Ehrenb.) Fr. *R. splendens var. jurana (Meyl.) Kowalski *
Tubifera casparyi (Rostaf.) Lado *
T. ferruginosa Jacq. T. microsperma (Berk. & M. A. Curtis) Lado
LICEACEAE Licea biforis Morgan L. castanea G. Lister L. minima Fr. L. nannengae Pando & Lado *L. parasitica (Zukal) G. W. Martin L. pusilla Schrad. * L. pygmaea (Meyl.) Ing * L. scyphoides T. E. Brooks & H. W. Keller *
TRICHIALES DIANEMACEAE Calomyxa metallica (Berk.) Nieuwl.
TRICHIACEAE Arcyria cinerea (Bull.) Pers. A. denudata (L.) Wettst. A. ferruginea Saut. A. globosa Schwein
38
Myxomycetes
A. incarnata (Pers. ex J. F. Gmel.) Pers. A. obvelata (Oeder) Onsberg A. oerstedtii Rostaf. A. pomiformis (Leers) Rostaf. Hemitrichia clavata (Pers.) Lado H. leiocarpa (Cooke) Lado H. serpula (Scop.) Lado Metatrichia floriformis (Schwein) Nann.-Bremek. Perichaena corticalis (Batsch) Rostaf. *
Prototrichia metallica (Berk.) Massee * Trichia affinis de Bary T. botrytis (J. F. Gmel) Pers. T. decipiens (Pers.) T. Macbr. T. erecta Rex T. favoginea (Batsch) Pers. T. lutescens (Lister) Lister T. persimilis P. Karst. * T. scabra Rostaf. T. varia (Pers. ex. J. F. Gmel.) Pers.
PHYSARALES DIDYMIACEAE Diderma asteroides (Lister & G. Lister) G. Lister D. chondrioderma (de Bary & Rostaf.) G. Lister D. cingulatum Nann.-Bremek. * D. haemisphaericum (Bull.) Hornem. D. radiatum (L.) Morgan *D. testaceum (Schrad.) Pers. * D. umbilicatum Pers. * Didymium crustaceum Fr. D. difforme (Pers.) Gray D. iridis (Ditmar) Fr. D. megalosporum Berk. & M. A. Curtis D. melanospermum (Pers.) T. Macbr. D. nigripes (Link) Fr. D. serpula Fr. *
D. squamulosum (Alb. & Schwein.) Fr. D. verrucosporum A. L.Welden * Lepidoderma tigrinum (Schrad.) Rostaf. Mucilago crustacea F. H. Wigg.
ELAEOMYXACEAE Elaeomyxa cerifera (G. Lister) Hagelst.
PHYSARACEAE Badhamia affinis Rostaf. B.goniospora Meyl. B. versicolor Lister * B. utricularis (Bull.) Berk. C. leucocephalum (Pers. ex J. F. Gmel) Ditmar C. minutum (Leers) Fr. Fuligo intermedia T. Macbr. F. megaspora Sturgis F. septica (L.) F. H. Wigg. Leocarpus fragilis (Dicks.) Rostaf. Physarum album (Bull) Chevall P. bitectum G. Lister P. bogoriense Racib. P. brunneolum (W. Phillips) Massee P. carneum G. Lister & Sturgis * P. cinereum (Batsch) Pers. P. citrinum Schumach. P. compressum Alb. & Schw. P. contextum (Pers.) Pers. P. decipiens M. A. Curtis *
39
Rodríguez et al., 2004
P. leucophaeum Fr. P. melleum (Berk. & Broome) Massee P. penetrale Rex P. pusillum (Berk. & M. A. Curtis) G. Lister P. rubiginosum Fr. P. spectabile Nann.-Bremek. P. tropicale T. Macbr. P. virescens Ditmar P. viride (Bull.) Pers.
STEMONITALES STEMONITACEAE Collaria lurida (Lister) Nann.-Bremek. * C. rubens (Lister) Nann.-Bremek. Colloderma robustum Meyl. Comatricha laxa Rostaf. C. nigra (Pers. ex J. F. Gmel.) J. Schröt. Diacheopsis insessa (G. Lister) Ing * Enerthenema papillatum (Pers.) Rostaf. Lamproderma columbinum (Pers.) Rostaf. L. gulielmae Meyl. Paradiacheopsis fimbriata (G. Lister & Cran) Hertel
ex Nann.-Bremek.Stemonitopsis hyperopta (Meyl.) Nann.-Bremek. S. hyperopta var. landewaldii Bossel. * S. microspora Ing * S. subcaespitosa (Peck) Nann.-Bremek. Stemonitis axifera var. axifera (Bull.) T. Macbr. S. axifera var. smithii (Macbr.) Hagelst. S. fusca Roth S. herbatica Peck S. nigrescens Rex S. pallida Wingate S. splendens Rostaf. Symphytocarpus confluens (Cooke & Ellis) Ing & Nann.-Bremek.
* Especies que hasta el momento sólo se conocen para el Volcán La Malinche
40
Myxomycetes
Figuras 1-7. 1. Faneroplasmodio. 2. Esporóforos inmaduros de Leocarpus fragilis. 3. Esporóforos inmaduros de Trichia sp. 4. Esporóforos inmaduros de Stemonitis sp. 5. Esporóforo de Barbeyella minutissima. 6. Esporóforo de Echinostelium apitectum. 7. Esporóforo de Cribraria purpurea.
41
Rodríguez et al., 2004
Figuras 8-13. 8. Esporóforos de Lycogala epidendrum. 9. Esporóforos de Calomyxa metallica. 10. Esporóforos de Arcyria cinerea. 11. Esporóforos de Arcyria ferruginea. 12. Plasmodiocarpo de Hemitrichia serpula. 13. Esporóforos de Prototrichia metallica.
42
Myxomycetes
Figuras 14-19. 14. Esporóforos de Trichia affinis. 15. Grupo de esporóforos de Trichia botrytis. 16. Esporóforos de Trichia decipiens. 17. Grupo de esporóforos de Diderma asteroides. 18. Esporóforos de Diderma asteroides. 19. Esporóforos de Didymium iridis.
43
Rodríguez et al., 2004
Figuras 20-26. 20. Esporóforos de Lepidoderma tigrinum.21. Pseudoetalio de Mucilago crustacea. 22. Esporóforos de Elaeomyxa cerifera . 23. Esporóforos de Badhamia goniospora. 24. Esporóforos de Badhamia versicolor. 25. Esporófoross de Craterium minutum. 27. Pseudoetalio de Fuligo septica.
44
Myxomycetes
Figuras 27-34. 27. Esporóforos de Leocarpus fragilis. 28. Esporóforo de Physarum brunneolum. 29. Esporóforo de Physarum carneum. 30. Esporóforo de Physarum rubiginosum. 31. Esporóforo de Physarum tropicale. 32. Esporóforo de Lamproderma columbinum. 33. Esporóforos de Collaria lurida. 34. Esporóforos de Stemonitis fusca.
45
Rodríguez et al., 2004
46
Hongos macroscópicos
HONGOS MACROSCÓPICOS
Alejandro Kong 1, Adriana Montoya 2 y Arturo Estrada-Torres 3
Laboratorio de Sistemática
Centro de Investigaciones en Ciencias Biológicas
Universidad Autónoma de Tlaxcala
Km 10.5 autopista San Martín Texmelucan-Tlaxcala
San Felipe Ixtacuixtla, Tlaxcala, 90120, México 1 [email protected], 2 [email protected], 3 [email protected]
RESUMEN
El presente capítulo tiene como objetivo dar a conocer las especies de hongos macroscópicos que
crecen de manera silvestre en el Parque Nacional La Malinche y que han sido identificados hasta
el momento. Se incluyen 226 especies que representan sólo una pequeña fracción del total de
macromicetos que se desarrollan en el área. De los ejemplares identificados, 18 especies son
Ascomycetes y 208 Basidiomycetes. A partir de la información que se tiene, se puede decir que
los grupos de macromicetos con mayor número de especies son los Agaricales, Russulales,
Boletales, Gomphales y Pezizales, con 88, 38, 20, 14 y 13 especies respectivamente, las cuales
representan el 77% de los macromicetos hasta ahora conocidos en la zona. Este listado aporta
información general sobre los nombres tradicionales que se aplican a los hongos en la región y su
estatus de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana para las especies en peligro de extinción,
amenazadas, raras y sujetas a protección especial. El grupo de los Basidiomycetes y en particular
el de los Agaricales es en donde se encuentra el mayor número de especies consideradas como
comestibles por los pobladores de las comunidades aledañas al Parque Nacional.
47
Kong et al, 2004
I. INTRODUCCIÓN
A pesar de que los hongos son un grupo de organismos muy diversos que incluyen a los mohos,
levaduras, líquenes, royas y carbones, entre otros, en este capítulo se abordará únicamente a los
hongos que se pueden observar a simple vista o macroscópicos, también llamados macromicetos.
Se calcula que existen cerca de 1.5 millones de especies de hongos en todo el planeta,
ubicándolos como el segundo grupo de seres vivos más diverso después de los insectos, sin
embargo, hasta el momento se han catalogado en todo el mundo menos del 10% de las especies
estimadas (Hawksworth, 1991). Guzmán (1998) señaló que para México se conocen
aproximadamente 6500 especies de hongos y éstas representan el 3.3% de las 200 mil que
probablemente crecen en todo el país. Esto significa que el conocimiento que se tiene sobre los
hongos que se desarrollan en México y en varias partes del mundo, aún es muy limitado. El
estado de Tlaxcala no es la excepción, ya que se conoce muy poco sobre los hongos que se
desarrollan en la entidad. Estrada-Torres et al. (1991) realizaron un listado preliminar sobre los
hongos de Tlaxcala y reportaron 177 especies, de las cuales 167 (94%) correspondían a
macromicetos. También, señalaron que era muy probable que este número representara menos
del 5% de las especies que se desarrollan en el territorio tlaxcalteca.
Se desconoce el número de especies de hongos que potencialmente crecen en el Estado. No
obstante, se puede hacer una estimación tomando como referencia el índice propuesto por
Hawksworth (1991), el cual señala que por cada especie de planta existen 6 especies de hongos.
Acosta et al. (1991) mencionaron que para Tlaxcala existen alrededor de 2000 especies de
plantas. Por lo tanto, una estimación probable para el estado es de 12 mil especies de hongos.
Cifuentes et al. (1997) realizaron un estudio sobre la diversidad de macromicetos que se
desarrollan en diversos bosques de pino-encino en el Eje Neovolcánico y encontraron que existe
una proporción de 3.5 especies de macromicetos por cada especie de planta. Utilizando esta
proporción para Tlaxcala, la estimación resultante en el caso de los macromicetos es de 7000
especies (Kong, 1998).
El Parque Nacional Malinche (PNM) es una de las áreas de la entidad en donde se han realizado
un mayor número de estudios sobre los hongos de Tlaxcala. Sin embargo, éstos aún no son
48
Hongos macroscópicos
suficientes como para conformar un catálogo representativo de los macromicetos de la zona y se
carecen de datos precisos para realizar una estimación del numero de especies de hongos que
crecen en el área.
Uno de los primeros hongos registrados del PNM fue Psilocybe aztecorum, hongo alucinógeno
que se desarrolla dentro de los bosques de pino de alta montaña (Pinus hartwegii) y que
probablemente fue utilizado con fines religiosos por los grupos indígenas de la región en épocas
anteriores a la conquista (Guzmán, 1983). Posterior a este registro se han publicado varios
trabajos (Montoya-Bello et al, 1987; Santiago-Martínez et al., 1990; Acosta y Kong, 1991; Kong
y Estrada-Torres, 1994; Estrada-Torres, 1995; Cifuentes, 1996; Redhead et al., 2000; Montoya et
al., 2002, 2003; Montoya y Bandala, 2003) en donde se han dado a conocer 121 especies de
macromicetos para la zona, de los cuales 12 pertenecen a la clase de los Ascomycetes y 109 a la
de los Basidiomycetes.
II. DIVERSIDAD TAXONÓMICA
Dentro del reino Fungi la mayor diversidad de especies se encuentra en la clase de los
Ascomycetes (57.2%), seguida de los Basidiomycetes (39.5%) y en menor proporción los
Zygomycetes (1.9%) y Chytridiomycetes (1.4%). No obstante, dentro del PNM, al igual que en
otras regiones boscosas de clima templado del país, los macromicetos se encuentran mejor
representados por los Basidiomycetes y pocos Ascomycetes. Dentro de los Basidiomycetes, los
órdenes mejor conocidos en la zona son los Agaricales, los Boletales y los Russulales, que
corresponden con los hongos que producen estructuras reproductivas agaricoides, es decir en
forma de sombrilla o paraguas, y el orden Gomphales, en donde la mayoría de las especies
forman estructuras reproductivas de forma coraloide o ramificada.
En el Anexo se presenta la lista de las especies hasta ahora conocidas para el PNM. Como ya se
mencionó, este catálogo dista de ser completo debido a que varios grupos de macromicetos aun
no han sido estudiados. Se registran 226 especies, de las cuales 97 (42%) no habían sido citadas
previamente del Parque Nacional. Del total de los macromicetos incluidos en el Anexo, 18
especies pertenecen a los Ascomycetes y 208 a los Basidiomycetes.
49
Kong et al, 2004
Dentro de los Ascomycetes, el orden más rico en especies es el de los Pezizales con 13 y de éstas
destaca el género Helvella de la familia Helvellaceae, con 6 especies. Entre los Basidiomycetes,
el orden de los Agaricales fue el que presentó mayor riqueza con 87 especies, de las cuales 26
pertenecen a la familia Tricholomataceae, 17 a Cortinariaceae y 12 a Amanitaceae. En este orden
sobresale el género Amanita con 12 especies.
Después de los Agaricales, el orden en importancia por número de especies son los Russulales,
con 38 especies de la familia Russulaceae, de las cuales 21 pertenecen al género Russula y 16 a
Lactarius. En el orden Boletales se conocen 20 especies, 14 de ellas pertenecen a la familia
Boletaceae, siendo Boletus el género de mayor riqueza, con 8 especies. El orden de los
Gomphales se encuentra representado por 14 especies, de las cuales 12 pertenecen al género
Ramaria, de la familia Ramariaceae.
A un nivel de orden, la mayor diversidad taxonómica hasta ahora conocida se encuentra en los
Agaricales, Poriales, Boletales, Pezizales y Cantharellales, con 33, 10, 8, 7 y 5 géneros
respectivamente. De igual forma, los ordenes Agaricales, Boletales y Cantharellales son los que
presentaron un mayor número de familias, con 9, 6 y 5 respectivamente. En la familia
Tricholomataceae, del orden Agaricales, se conocen hasta el momento 15 géneros y 6 en la
familia Coriolaceae, del orden Poriales. Los géneros con mayor diversidad de especies conocidas
son Russula, Lactarius, Ramaria, Amanita, Inocybe, Boletus y Tricholoma, con 21, 16, 12, 12, 9,
8 y 7 especies respectivamente. Cabe señalar, que muchas de las especies de macromicetos que
crecen en el PNM representan taxa aún no descritos para la ciencia y al menos 4 especies han
sido descritas con base en materiales recolectados de la región: Lactarius mexicanus (Kong y
Estrada-Torres, 1994), Ramaria bonii (Estrada-Torres, 1995), Flammulina mexicana (Redhead et
al., 2000) y Lactarius atroviolaceus (Montoya y Bandala, 2003).
III. IMPORTANCIA DEL GRUPO
La característica más importante de los hongos es su capacidad para convertir o degradar
enormes cantidades de celulosa y lignina que constituyen la mayor parte de la biomasa vegetal.
Este atributo es utilizado a través del mundo para producir hongos con un alto valor alimentario a
50
Hongos macroscópicos
partir de desechos agrícolas y forestales que a menudo son inadecuados para otros usos.
Dependiendo de la especie, los hongos pueden ser utilizados en la medicina, lo cual ha sido
documentado en tratados muy antiguos sobre medicina en India y China. Actualmente son usados
en la medicina homeopática de muchas culturas alrededor del mundo. Estos organismos son
potentes productores de metabolitos secundarios y muchas drogas y antibióticos se obtienen a
partir de ellos (Petersen y Hughes, 1999). Gran cantidad de hongos están siendo estudiados
actualmente por sus propiedades antibacteriales, antifúngicas, antivirales y anticancerígenos. Un
número de hongos agrupados juntos como alucinógenos han sido usados en muchas partes del
mundo en ritos tribales y de acuerdo con Cooke (1977), hay suficientes evidencias de que las
estructuras reproductivas de algunos hongos han jugado un papel fundamental en el origen,
mantenimiento y difusión de algunas religiones (Kaul, 1997).
Algunos de los hongos que crecen en el PNM tienen un gran potencial a nivel biotecnológico, ya
que son susceptibles de ser cultivados a pequeña o gran escala para alimento humano. Entre las
especies más apreciadas en este sentido debido a su sabor, se encuentran los hongos del género
Morchella, conocidos tradicionalmente en las zonas aledañas como chipotles, morillas u
olonanácatl; éstas pueden ser cultivadas en el laboratorio a partir de esporas o del tejido de la
estructura reproductiva. No obstante que, su cultivo a escala comercial no ha tenido mucho éxito,
sí se ha logrado el aumento de la producción natural de los cuerpos fructíferos con la adición de
sustratos ricos en humus. Además, en diversas partes de nuestro país, se han realizado intentos
para el cultivo comercial de hongos como Ustilago maydis (parásito de las mazorcas de maíz)
conocido tradicionalmente como cuitlacoche, cuyo potencial en la industria alimentaria es muy
amplio, sin embargo, aún se requiere de más estudios para lograr su domesticación. Algunas
especies del género Auricularia son cultivadas a nivel industrial en países orientales como China,
Japón y Taiwán, no obstante que, en México la cultura para su consumo no es tan amplia como
en aquellos países y en el PNM no se ha registrado información del consumo de este tipo de
hongos.
Desde el punto de vista alimentario, las sustancias más importantes en la biomasa de los hongos
son aminoácidos (incluyendo los aminoácidos esenciales), carbohidratos, vitaminas (tiamina,
riboflavina, niacina, ácido fólico, ácido pantoténico y calciferol) y minerales como potasio,
51
Kong et al, 2004
fósforo y hierro, por lo que su valor nutrimental es considerable. Se estima la existencia de al
menos 2000 especies de hongos macroscópicos comestibles a nivel mundial (Kaul, 1997). Para
México, se ha documentado la presencia de al menos 204 especies comestibles silvestres
(Villarreal y Pérez-Moreno, 1989) y para el Estado de Tlaxcala se ha reportado la existencia de
73 (Montoya, 1998), aunque actualmente se sabe que, en particular para el PNM hay al menos 91
especies, de las cuales, 74 son utilizadas como alimento por los habitantes de las comunidades
aledañas (Montoya et al., 2004). En otras comunidades, como Tepulco y Santa Isabel Tepetzala
ubicadas en el Estado de Puebla, también conocen y utilizan al menos, 33 especies de hongos
silvestres (Lira-Franco, 2002; Reyes-López, 2003). El uso más importante de los hongos en el
PNM es precisamente el alimentario ya que se consumen una gran diversidad de especies, lo que
proporciona además una importante fuente de ingresos económicos al ser vendidas ya sea en
mercados locales o a nivel nacional. Los hongos son utilizados de manera tradicional con otros
propósitos como el cosmético (Ustilago maydis), el ornamental (Fomitopsis pinicola), el
combustible (Fomitopsis pinicola), el medicinal (Lycoperdon perlatum y Ustilago maydis), y el
insecticida para matar a las moscas (Amanita muscaria) (Montoya et al, 2002).
Los hongos tienen un gran potencial en ingeniería ambiental. Pueden encontrarse en asociación
con las raíces de casi todas las clases de plantas. La combinación hongo-raíz es denominada
micorriza (Moor-Landecker, 1996). En los ecosistemas forestales, como es el caso del PNM, la
asociación hongo-raíz que predomina es la llamada ectomicorriza, que se forma principalmente
con árboles forestales de las familias Pinaceae, Fagaceae, Betulacea y Salicaceae, y hongos
agaricoides de las familias Amanitaceae, Cortinariaceae, Boletaceae y Russulaceae,
principalmente. Varios de los hongos que forman ectomicorriza son comestibles, por ejemplo,
Amanita caesarea, Boletus pinophilus, Cantharellus cibarius y Laccaria trichodermophora, entre
otras, y se requiere de más estudios para poder lograr su cultivo en medios artificiales o para
lograr el aumento de su productividad natural. En el caso de los hongos de este tipo, se han
realizado algunos estudios con fines de reforestación, cuyo objetivo ha sido inocular plántulas de
Pinus para su posterior transplante y hasta el momento se han aislado varias especies de hongos
que crecen en los bosques del PNM.
52
Hongos macroscópicos
IV. SITUACIÓN DEL GRUPO
Debido a los pocos estudios que se han realizado sobre la biología y ecología de los hongos
dentro del PNM, se sabe poco respecto a la situación actual de este grupo de organismos. En la
mayoría de los casos, no se sabe con certeza que especies o grupos son los más abundantes o
raros en la región. Por su misma biología, la presencia de una especie generalmente se establece
con base en la recolección y estudio de la estructura reproductiva y en la mayoría de los casos
estas estructuras son estacionales, es decir, sólo aparecen en una determinada época del año.
Además, no todos los años los hongos producen estructuras reproductivas. Por lo tanto, es muy
difícil establecer la situación actual sobre la mayoría de los hongos que crecen dentro del PNM.
Sin embargo, en términos generales se puede decir que las estructuras reproductivas de los
hongos son más abundantes en los bosques de Abies con respecto a los bosques de Pinus. Pero
sucede lo contrario con el número de especies, los bosques de Pinus son más ricos en
comparación con los de Abies.
Con base en la Norma Oficial Mexicana para la protección de especies (clave NOM-059-ECOL-
2001), Amanita muscaria, Morchella elata, M. esculenta y Psathyrella spadicea se consideran
como amenazadas. Mientras que Psilocybe aztecorum ha sido catalogada como rara. Las especies
incluidas en la categoría de amenazadas son comestibles y aprovechadas por los habitantes de la
región, con excepción de A. muscaria. Las dos especies de Morchella son de los hongos más
apreciados y recolectados. Datos preliminares sugieren que su producción natural de estos hongos
en los bosques de coníferas (Abies y Pinus) del PNM es poco abundante (Hernández, 1998). Por
otra parte, Psilocybe aztecorum es una especie con propiedades alucinógenas y hasta el momento
sólo existe un registro de su presencia dentro del Parque (Guzmán, 1983) y A. muscaria es una
especie relativamente abundante en la región.
V. CONCLUSIONES GENERALES
Los hongos y en particular los macromicetos son uno de los grupos de organismos más
importantes de los recursos naturales que se pueden encontrar dentro del Parque Nacional La
Malinche. Un gran número de especies son aprovechadas por los habitantes de la región como
53
Kong et al, 2004
alimento y otras, contribuyen en gran medida a mantener el equilibrio ecológico del bosque, tanto
como simbiontes mutualistas asociados con los árboles, como degradadores de la materia
orgánica en descomposición o parásitos de diversos organismos. Sin embargo, en pocas
ocasiones son considerados dentro de los planes de manejo, aprovechamiento, conservación,
restauración o sustentabilidad de los recursos naturales.
El conocimiento que se ha generado sobre los hongos macroscópicos de la región aun es limitado
y es posible que esta carencia halla contribuido en gran medida a no ser incluidos dentro de
dichos planes. No obstante, son un elemento importante dentro de los ambientes que constituyen
el PNM.
Los tipos de vegetación mejor explorados son los bosques de Pinus y los de Abies. En los
bosques de Pinus se presentan una mayor riqueza de especies con respecto a los de Abies, sin
embargo, la abundancia de estructuras reproductivas es relativamente baja. En los bosques de
Abies sucede lo contrario, la riqueza de especies es baja y la abundancia de estructuras
reproductivas es relativamente mayor que en los de Pinus. Otros tipos de vegetación como lo son
el bosque de Quercus y el páramo de altura han sido poco explorados.
El estudio sistemático de los diferentes ambientes que se encuentran dentro del PNM revelará un
mayor número de especies a las presentadas en este trabajo, sin embargo, se espera que la
información aquí vertida sea de utilidad para comprender mejor la importancia que tiene este
grupo de organismos en los ecosistemas.
54
Hongos macroscópicos
LITERATURA CITADA
Acosta, R. y A. Kong. 1991. Guía de las
excursiones botánicas y micológicas al Cerro El
Peñón y Cañada Grande del Estado de Tlaxcala.
IV Congreso Nacional de Micología. Gobierno
del Estado de Tlaxcala, Universidad Autónoma
de Tlaxcala, Jardín Botánico Tizatlán, Tlaxcala,
82 pp.
___________, G.L. Galindo y L. V.
Hernández. 1991. Listado preliminar de la flora
fanerogámica. Gobierno del Estado de Tlaxcala,
Jardín Botánico Tizatlán, Tlaxcala, 44 pp.
Cifuentes, J. 1996. Estudio taxonómico de los
géneros hidnoides estipitados (Fungi:
Aphyllophorales) en México. Tesis, Doctor en
Ciencias, Facultad de Ciencias, UNAM, México
D.F. 286 pp.
Cifuentes, J., M. Villegas, J.L. Villarruel y S.
Sierra. 1997. Diversity of macromycetes in
pine-oak forests in the Neovolcanic Axis,
Mexico. Pp. 111-121, En: Palm, M.E. y I.H.
Chapela (eds.). Mycology in Sustainable
Development: Expanding Concepts, Vanishing
Borders: Parkway Publishers, Inc. Boone.
Cooke, R. C. 1977. Fungi, man and his
environment. Longman Group Ltd., London, 198
pp.
Estrada-Torres, A. 1995. Ramaria bonii sp.
nov., a new species in subg. Laeticolora from
Central Mexico. Doc. Mycol. 25(98-100): 167-
172.
_____________, A. Kong, A. Montoya y G.
Santiago-Martínez. 1991. Listado preliminar de
la micobiota del estado de Tlaxcala. Pp. 45-79
En: Listado preliminar de la flora fanerogámica
y micológica del estado de Tlaxcala. Gobierno
del estado de Tlaxcala, Universidad Autónoma
de Tlaxcala, Jardín Botánico Tizatlán, Tlaxcala,
México.
Guzmán, G. 1998. Análisis cualitativo y
cuantitativo de la diversidad de los hongos en
México. Pp. 111-175 En: Halffter, G. (comp.).
La Diversidad Biológica de Iberoamérica II.
Volumen Especial. Acta Zoológica Mexicana,
nueva serie. Instituto de Ecología, A.C., Xalapa,
México.
Guzmán, G. 1983. The genus Psilocybe. Beih.
Nova Hedwigia 74: 1-439.
Hawksworth, D.L. 1991. The fungal dimension
of biodiversity: magnitude, significance and
conservation. Mycological Research 95: 641-
655.
Hawksworth, D.L., P.M. Kira, B.C. Sutton y
D.N. Pegler. 1995. Ainsworth & Bisby’s
Dictionary of the Fungi. Eighth ed., CAB
International, Wallingford, 616 pp.
Hernández, L. 1998. Evaluación de la
productividad de los hongos comestibles
silvestres en el Volcán La Malintzi, Estado de
Tlaxcala. Tesis, Licenciatura en Biología
Agropecuaria, Departamento de Agrobiología,
Universidad Autónoma de Tlaxcala, 74 pp.
55
Kong et al, 2004
Kaul, T. N. 1997. Introduction to Mushroom
Science (Systematics). Science Publishers Inc.
Enfield, New Hampshire, 198 pp.
Montoya-Bello, L., V.M. Bandala-Muñóz y G.
Guzmán. 1987. Nuevos registros de los hongos
del estado de Veracruz IV. Agaricales II (con
nuevas colectas de Coahuila, Michoacán,
Morelos y Tlaxcala). Revista Mexicana de
Micología, 3: 33-107.
Kong, A. 1998. Ectomycorrhizal Agaricales of
Tlaxcala, Mexico. McIlvainea 13(2): 13-24.
_______. y A. Estrada-Torres. 1994. A new
species of Lactarius from Mexico. Mycotaxon
52(2): 443-466.
Moor-Landecker, E. 1996. Fundamentals of the
Fungi. Fourth ed. Prentice-Hall, Upper Saddle
River, 574 pp. Lira-Franco, N. 2002. Etnomicología de San
Juan Tepulco, Municipio de Acajete, Puebla.
Tesis de Licenciatura, Escuela de Biología,
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla,
88 pp.
Petersen R., H. y K. W. Hughes. 1999. Species
and speciation in mushrooms. Bioscience, 49
(6): 440-452.
Redhead, S. A., A. Estrada-Torres, R. H.
Petersen. 2000. Flammulina mexicana, a new
Mexican species. Mycologia 92 (5): 1009-1018.
Montoya, A. 1998. Ethnomycology of Tlaxcala,
Mexico. McIlvainea 13(2): 6-12.
___________, A. Estrada-Torres y J.
Caballero. 2002. Comparative
ethnomycological survey of three localities from
La Malinche Volcano, Mexico. Journal of
Ethnobiology, 22(1): 103-131.
Reyes-López, R.C. 2003. Estudio
etnomicológico en Santa Isabel Tepetzala,
Municipio de Acajete, Puebla. Tesis de
Licenciatura, Escuela de Biología, Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla, 62 pp.
___________, O. Hernández-Totomoch, A.
Estrada-Torres A. Kong y J. Caballero. 2003.
Traditional knowledge about mushrooms in a
Nahua community in the state of Tlaxcala,
Mexico. Mycologia 95: 793-806.
Santiago-Martínez, G., A. Kong, A. Montoya
y A. Estrada-Torres. 1990. Micobiota del
estado de Tlaxcala. Revista Mexicana de
Micología, 6: 227-243.
Villarreal, L. y J. Pérez-Moreno. 1989. Los
hongos comestibles silvestres de México, un
enfoque integral. Micología Neotropical
Aplicada, 2: 77-114.
____________, A. Kong, A. Estrada-Torres, J.
Cifuentes y J. Caballero. 2004. Useful wild
fungi of La Malinche National Park, Mexico.
Fungal Diversity (en prensa).
Montoya, L. y V.M. Bandala. 2003. Studies on
Lactarius: a new combination and two new
species from Mexico. Mycotaxon 85: 393-407.
56
Hongos macroscópicos
ANEXO
A continuación se presenta el listado de las especies de macromicetos hasta ahora conocidas
dentro del área del Parque Nacional La Malinche. Los especimenes de referencia se encuentran
depositados en el Herbario del Centro de Investigaciones en Ciencias Biológicas de la
Universidad Autónoma de Tlaxcala (TLXM). El arreglo sistemático de las especies listadas sigue
la clasificación propuesto por Hawksworth et al. (1995), con ligeras modificaciones. Los
nombres de las especies en negritas representan nuevos registros para el Parque Nacional La
Malinche. El nombre común es el designado por los hongueros de la región. El estatus
corresponde a las categorías de la Norma Oficial Mexicana (clave NOM-059-ECOL-2001) para
las especies en peligro de extinción (P), amenazadas (A), raras (R) y sujetas a protección especial
(Pr).
Clase Ascomycetes
Orden Elaphomycetales
Familia Especie Nombre común Estatus
Elaphomycetaceae Elaphomyces muricatus Fr.
Orden Hypocreales
Familia Especie Nombre común Estatus
Clavicipitaceae Cordyceps canadensis Ellis & Everh.
Hypocreaceae Hypomyces lactifluorum (Schwein.) Tul. Chilnanácatl
Orden Leotiales
Familia Especie Nombre común Estatus
Leotiaceae Chlorociboria aeruginascens (Nyl.) Kanouse ex C.S.
Ramamurthi, Korf & L.R. Batra
Leotia viscosa Fr.
Orden Pezizales
Familia Especie Nombre común Estatus
57
Kong et al, 2004
Helvellaceae Helvella crispa (Scop.) Fr. Gachupi
Helvella elastica Bull.
Helvella infula Schaeff. Oreja de padre roja
Helvella lactea Boud.
Helvella lacunosa Afzel. Charronanácatl,
Obispo, oreja de padre
negra
Helvella macropus (Pers.) P. Karst.
Morchellaceae Morchella elata Fr. Chipotle, morilla,
olonanácatl
A
Morchella esculenta (L.) Pers. Chipotle, morilla,
olonanácatl
A
Otideaceae Aleuria aurantia (Pers.) Fuckel
Humaria hemisphaerica (F.H. Wigg.) Fuckel
Otidea onotica (Pers.) Fuckel
Scutellinia scutellata (L.) Lambotte
Pezizaceae Sarcosphaera crassa (Santi) Pouzar Oreja de cochino
Clase Basidiomycetes
Orden Agaricales
Familia Especie Nombre común Estatus
Agaricaceae Agaricus campestris L. Hongo de pasto
Agaricus luteomaculatus (F.H. Møller) F.H. Møller
Agaricus praeclaresquamosus A.E. Freeman
Agaricus silvicola (Vittad.) Peck
Agaricus subrutilescens (Kauffman) Hotson & D.E.
Stuntz
Cystoderma amianthinum (Scop.) Fayod
Cystoderma fallax A.H. Smith & Singer
Cystoderma granulosum (Batsch) Fayod
Lepiota clypeolaria (Bull.) Quél.
58
Hongos macroscópicos
Amanitaceae Amanita bisporigera G.F. Atk.
Amanita caesarea (Scop.) Pers. Amarillo, ayoxóchitl
Amanita franchetii (Boud.) Fayod Yemita
Amanita fulva (Schaeff.) Fr. Venadito
Amanita lanei (Murrill) Sacc. & Trotter
Amanita muscaria ssp. flavivolvata Singer Citlalnanácatl, hongo
de mosca
A
Amanita pantherina (DC.) Krombh.
Amanita rubescens (Pers.) Gray Mantecado,
mantequilla
Amanita tuza Guzmán
Amanita vaginata (Bull.) Vittad.
Amanita volvata (Peck) Lloyd
Amanita xylinivolva Tulloss, Ovrebo & Halling
Coprinaceae Coprinellus micaceus (Bull.) Vilgalys, Hopple &
Johnson
Coprinus comatus (O.F. Müll.) Gray
Psathyrella spadicea (Schaeff.) Singer A
Cortinariaceae Cortinarius collinitus (Pers.) Fr.
Cortinarius glaucopus (Schaeff.) Fr.
Cortinarius pulchellus J.E. Lange
Cortinarius semisanguineus (Fr.) Gillet
Cortinarius varius (Schaeff.) Fr.
Galerina marginata (Batsch) Kühner
Hebeloma crustuliniforme (Bull.) Quél.
Hebeloma mesophaeum (Pers.) Fr. Ocoxal, xolete de
ocoxal
Inocybe asterospora (Quél.) Quél.
Inocybe curvipes P. Karst.
Inocybe geophylla (Sowerby) P. Kumm.
Inocybe geophylla var. lilacina Gillet
Inocybe glabripes Rick
Inocybe lanuginosa Cooke
Inocybe napipes J.E. Lange
Inocybe rimosa (Bull.) P. Kumm.
59
Kong et al, 2004
Inocybe tarda Kühner
Entolomataceae Entoloma clypeatum (L.) P. Kumm. Rosita
Hygrophoraceae Hygrocybe conica (Scop.) P. Kumm.
Hygrophorus chrysodon (Batsch) Fr. Huevito,
xilonananácatl
Hygrophorus hypothejus (Fr.) Fr.
Hygrophorus immutabilis Peck
Hygrophorus pudorinus (Fr.) Fr.
Hygrophorus purpurascens (Alb. & Schwein.) Fr. Camarón
Hygrophorus russula (Fr.) Kauffman
Pluteaceae Pluteus atromarginatus (Konrad) Kühner
Pluteus cervinus (Schulzer) P. Kumm.
Strophariaceae Hypholoma capnoides (Fr.) P. Kumm.
Hypholoma fasciculare (Huds.) Quél.
Pholiota albocrenulata (Peck) Sacc.
Pholiota highlandensis (Peck) Quadr. & Lunghini
Pholiota lenta (Pers.) Singer
Pholiota lubrica (Pers.) Singer
Pholiota squarrosa (Weigel) P. Kumm.
Psilocybe aztecorum R. Heim R
Psilocybe coprophila (Bull.) P. Kumm.
Stropharia coronilla (Bull.) Fr.
Stropharia semiglobata (Batsch) Quél.
Tricholomataceae Clitocybe squamulosa (Pers.) Fr. Izquilonanácatl,
tejamanilero
Clitocybe fragrans Sowerby
Collybia cookei (Bres.) J.D. Arnold
Cyptotrama chrysopeplum (Berk. & M.A. Curtis)
Singer
Flammulina mexicana Redhead, Estrada & R.H.
Petersen
Floccularia albolanaripes (G.F. Atk.) Redhead
60
Hongos macroscópicos
Gymnopus dryophilus (Bull.) Murrill Porotitos, señorita,
Gymnopus fuscopurpureus (Pers.) Antonín, Halling &
Noordel.
Hohenbuehelia petaloides (Bull.) Schulzer
Laccaria amethystina Cooke Xocoyulado
Laccaria trichodermophora G.M. Muell. Xocoyulado
Laccaria striatula (Peck) Peck
Leucopaxillus gentianeus (Quél) Kotl.
Lyophyllum decastes (Fr.) Singer Blanquito, clavo,
hongo blanco, xuletl
Lyophyllum fumosum (Pers.) P.D. Orton Cuaresmeño
Melanoleuca melaleuca (Pers.) Murrill Ruleta
Rhodocollybia butyracea (Bull.) Antonín & Noordel.
Rhodocollybia maculata (Alb. & Schwein.) Singer
Tricholoma equestre (L.) P. Kumm. Cailita
Tricholoma imbricatum (Fr.) P. Kumm.
Tricholoma moseri Singer
Tricholoma vaccinum (Schaeff.) P. Kumm.
Tricholoma virgatum (Fr.) P. Kumm.
Tricholoma zelleri (D.E. Stuntz & A.H. Sm.) Ovrebo
& Tylutki
Tricholomopsis rutilans (Schaeff.) Singer
Xeromphalina tenuipes (Schwein.) A.H. Sm.
Orden Auriculariales
Familia Especie Nombre común Estatus
Auriculariaceae Auricularia auricula-judea (Fr.) J. Schröt.
Orden Boletales
Familia Especie Nombre común Estatus
Boletaceae Boletus atkinsonii Peck Pante cimarrón,
Tlapalxotoma
Boletus fraternus Peck
Boletus luridiformis Rostk. Pante malo
Boletus luridus Schaeff.
61
Kong et al, 2004
Boletus miniatopallecens A.H. Sm. & Thiers
Boletus pinophilus Pilát & Dermek Pante, xotoma
Boletus pulverulentus Opat.
Boletus variipes Peck
Leccinum aurantiacum (Bull.) Gray
Suillus brevipes (Peck) Kuntze Pancita, popuso
Suillus cothurnatus Singer
Suillus granulatus (L.) Snell Pancita, popuso
Suillus pseudobrevipes A.H. Sm. & Thiers Pancita, popuso
Suillus tomentosus (Kauffman) Singer Pancita venenosa
Gomphidiaceae Chroogomphus jamaicensis (Murrill) O.K. Mill. Tlapaltecosa
Hygrophoropsidaceae Hygrophoropsis aurantiaca (Wulfen) Maire
Paxillaceae Omphalotus mexicanus Guzmán & V. Mora
Strobilomycetaceae Chalciporus piperatus (Bull.) Bataille
Xerocomaceae Xerocomus coniferarum Singer
Xerocomus chrysenteron (Bull.) Quél.
Xerocomus porosporus Imler
Orden Cantharellales
Familia Especie Nombre común Estatus
Cantharellaceae Cantharellus cibarius Fr. Tecosa, tecusa
Clavariadelphaceae Clavariadelphus truncatus (Quél.) Donk Chichitas, deditos
Clavulinaceae Clavulina coralloides (L.) J. Schröt.
Clavulina cinerea (Bull.) J. Schröt.
Hydnaceae Hydnum repandum L.
Scutigeraceae Albatrellus ovinus (Schaeff.) Kotl. & Pouzar
62
Hongos macroscópicos
Orden Dacrymycetales
Familia Especie Nombre común Estatus
Dacrymycetaceae Calocera viscosa (Pers.) Fr.
Dacrymyces palmatus (Schwein.) Burt
Orden Gautieriales
Familia Especie Nombre común Estatus
Gautieriaceae Gautieria mexicana (E. Fisch.) Zeller & C.W. Dodge
Orden Gomphales
Familia Especie Nombre común Estatus
Gomphaceae Gomphus floccosus (Schwein.) Singer Corneta de oyamel,
tlapitzal
Ramariaceae Kavinia alboviridis (Morgan) Gilb. & Budington
Ramaria abietina (Pers.) Quél.
Ramaria apiculata (Fr.) Donk Escobeta,
xelhuasnanácatl
Ramaria bonii Estrada Escobeta,
xelhuasnanácatl
Ramaria cystidiophora (Kauffman) Corner Escobeta,
xelhuasnanácatl
Ramaria fennica var. griseolilacina Schild. Escobeta,
xelhuasnanácatl
Ramaria flavobrunnescens (G.F. Atk.) Corner Escobeta,
xelhuasnanácatl
Ramaria gracilis (Pers.) Quél.
Ramaria myceliosa (Peck) Corner
Ramaria rasilispora var. scatesiana Marr & D.E.
Stuntz
Ramaria rubiginosa Marr & D.E. Stuntz Escobeta,
xelhuasnanácatl
Ramaria rubrievanescens Marr & D.E. Stuntz Escobeta,
xelhuasnanácatl
63
Kong et al, 2004
Ramaria rubripermanens Marr & D.E. Stuntz Escobeta,
xelhuasnanácatl
Orden Hericiales.
Familia Especie Nombre común Estatus
Auriscalpiaceae Auriscalpium vulgare Gray
Lentinellaceae Lentinellus omphalodes (Fr.) P. Karst.
Orden Hymenochaetales.
Familia Especie Nombre común Estatus
Hymenochaetaceae Coltricia perennis (L.) Murrill
Phaeolus schweinitzii (Fr.) Pat.
Orden Lycoperdales
Familia Especie Nombre común Estatus
Geastraceae Geastrum pectinatum Pers.
Geastrum quadrifidum DC.
Geastrum triplex Jungh.
Radiigera fuscogleba Zeller
Lycoperdaceae Calvatia cyathiformis (Bosc) Morgan
Lycoperdon candidum Pers.
Lycoperdon perlatum Pers. Pedo de coyote,
xiteburonanácatl
Lycoperdon periforme Schaeff.
Orden Nidulariales
Familia Especie Nombre común Estatus
Nidulariaceae Crucibulum leave (Huds.) Kambly
Cyathus stercoreus (Schwein.) De Toni
64
Hongos macroscópicos
Orden Phallales
Familia Especie Nombre común Estatus
Hysterangiaceae Hysterangium separabile Zeller
Trappea darkeri (Zeller) Castellano
Orden Platygelales
Familia Especie Nombre común Estatus
Platygloeaceae Phyllogloea herrerae S. Sierra & Cifuentes
Orden Poriales
Familia Especie Nombre común Estatus
Coriolaceae Climacocystis borealis (Fr.) Kotl. & Pouzar
Fomitopsis pinicola (Sw.) P. Karst.
Gloeophyllum sepiarium (Wulfen) P. Karst.
Hapalopilus nidulans (Fr.) P. Karst.
Heterobasidion annosum (Fr.) Bref.
Trametes versicolor (L.) Lloyd
Trichaptum abietinum (Dicks.) Ryvarden
Lentinaceae Pleurotus opuntiae (Durieu & Lév.) Sacc. Hongo de maguey,
menanácatl
Polyporaceae Cryptoporus volvatus (Peck) Shear
Polyporus arcularius (Batsch) Fr.
Orden Russulales
Familia Especie Nombre común Estatus
Russulaceae Cystangium pineti Singer
Lactarius alnicola A.H. Sm.
Lactarius atroviolaceus Montoya & Band.-Muñoz
Lactarius chelidonium var. chelidonioides (A.H.
Sm.) Hesler & A.H. Sm.
Lactarius deliciosus (L.) Gray Enchilado
Lactarius indigo (Schwein.) Fr. Azul, cacaxnanácatl
65
Kong et al, 2004
Lactarius lacteolutescens Montoya, Band.-Muñoz &
G. Moreno
Lactarius luculentus Burl.
Lactarius maculatus Peck
Lactarius mexicanus A. Kong & Estrada
Lactarius oculatus (Peck) Burl.
Lactarius pseudomucidus Hesler & A.H. Sm.
Lactarius rubrilacteus Hesler & A.H. Sm.
Lactarius salmonicolor R. Heim & Leclair Enchilado
Lactarius scrobiculatus var. puebescens A.H. Sm.
Lactarius subvellereus var. subdistans Hesler &
A.H. Sm.
Lactarius vinaceorufescens A.H. Sm.
Russula acrifolia Romagn.
Russula albonigra (Krombh.) Fr.
Russula americana Singer
Russula basifurcata Peck
Russula brevipes Peck Corneta blanca,
cuatecax, pata de
cabra
Russula cyanoxantha (Schaeff.) Fr.
Russula delica Fr. Corneta blanca,
cuatecax, pata de
cabra
Russula densifolia Secr. ex Gillet
Russula clavipes Velen.
Russula drimeia Cooke
Russula foetentula Peck
Russula griseascens (Bon & Gaugué) Marti
Russula murrillii Burl.
Russula nigrodisca Peck
Russula occidentalis Singer
Russula olivacea (Schaeff.) Fr. San Pablero
Russula pectinatoides Peck
Russula romagnesiana Shaffer
Russula sanguinea (Bull.) Fr.
Russula vinacea Burl.
66
Hongos macroscópicos
Russula xerampelina (Schaeff.) Fr.
Orden Sclerodermatales
Familia Especie Nombre común Estatus
Sclerodermataceae Scleroderma areolatum Ehrenb.
Sphaerobolaceae Sphaerobolus stellatus Tode
Orden Stereales
Familia Especie Nombre común Estatus
Hyphodermatales Hyphodontia arguta (Fr.) J. Erikss.
Stereaceae Stereum ostrea (Nees) Fr.
Orden Thelephorales
Familia Especie Nombre común Estatus
Bankeraceae Phellodon niger (Fr.) P. Karst.
Telephoraceae Boletopsis subsquamosa L.
Hydnellum ferrugineum (Fr.) P. Karst.
Sarcodon leucopus (Pers.) Maas Geest. & Nannf.
Orden Tremellales
Familia Especie Nombre común Estatus
Exidiaceae Pseudohydnum gelatinosum (Scop.) P. Karst.
Tremellaceae Guepinia helvelloides (DC.) Fr.
67
Kong et al, 2004
1 2
3 4
5 6 Figuras 1-6. Hongos del Parque Nacional La Malinche, Tlaxcala, México. 1-2. Ascomycetes: Pezizales. 1. Helvella lacunosa (Charronanácatl, obispo, oreja de padre negra). 2. Morchella elata (Chipotle, morilla, olonanácatl o). 3-6. Basidiomycetes: Agaricales. 3. Amanita muscaria ssp. flavivolvata (Citlalnanácatl, hongo de mosca). 4. Amanita rubescens (Mantecado o mantequilla). 5. Psathyrella spadicea. 6. Hebeloma mesophaeum (Ocoxal, xolete de ocoxal).
68
Kong et al, 2004
8
7
9 10
11 12
Figuras 7-12. Hongos del Parque Nacional La Malinche, Tlaxcala, México. Basidiomycetes: Agaricales. 7. Entoloma clypeatum (Rosita). 8. Hypholoma fasciculare. 9. Pholiota highlandensis. 10. Clitocybe squamulosa (Izquilonanácatl, tejamanilero). 11. Gymnopus dryophilus (Porotitos, señoritas). 12. Laccaria trichodermophora (Xocoyulado). .
69
Kong et al, 2004
13 14
15 16
17 18 Figuras 13-18. Hongos del Parque Nacional La Malinche, Tlaxcala, México. Basidiomycetes. 13-15. Agaricales. 13. Lyophyllum decastes (Blanquito, clavo, hongo blanco, xuletl). 14. Melanoleuca melaleuca (Ruleta). 15. Tricholoma moseri. 16. Auriculariales: Auricularia auricula-judea. 17-18. Boletales. 17. Boletus atkinsonii (Pante cimarrón, tlapalxotoma). 18. Suillus pseudobrevipes (Pancita, popuso).
70
Kong et al, 2004
19 20
21 22
23 24
Figuras 19-24. Hongos del Parque Nacional La Malinche, Tlaxcala, México. Basidiomycetes. 19-20. Boletales. 19. Chalciporus piperatus. 20. Xerocomus coniferarum. 21. Gautieriales: Gautieria mexicana. 22. Gomphales: Ramaria bonii (Escobeta, xelhuasnanácatl). 23. Hericiales: Lentinellus omphalodes. 24. Poriales: Climacocystis borealis.
71
Kong et al, 2004
25 26
27 28
29 30 Figuras 25-30. Hongos del Parque Nacional La Malinche, Tlaxcala, México. Basidiomycetes: Russulales. 25. Lactarius salmonicolor (Enchilado). 26. Lactarius lacteolutescens. 27. Lactarius mexicanus. 28. Russula olivacea (San Pablero). 29. Russula griseascens. 30. Russula murrillii.
72
Plantas
PLANTAS
Juan Carlos López Domínguez1, Roberto Acosta Pérez1,2 y Alonso Irán Sánchez
Hernández3
1Coordinación General de Ecología, Gobierno del Estado de Tlaxcala
Antiguo Camino Real a Ixtulco s/n, Jardín Botánico Tizatlán. Tlaxcala, Tlax. 2Departamento de Agrobiología, Universidad Autónoma de Tlaxcala.
Km. 10.5, Autopista Texmelucan-Tlaxcala, Ixtacuixtla, Tlaxcala, 90120, México. 3Instituto de Investigaciones Biológicas, Universidad Veracruzana.
Apartado Postal 294, Col. Centro, C.P. 91000, Xalapa, Ver.
[email protected], [email protected], [email protected]
RESUMEN
Por primera ocasión se da a conocer un listado preliminar de la Flora del Parque Nacional
Malinche. En este capítulo se registran 404 especies de flora fanerogámica, agrupada en 209
géneros y 69 familias. Las familias con mayor número de especies registradas son: Compositae,
Gramineae, Leguminoseae, Caryophyllaceae y Rosaceae. Los géneros con mayor número de
especies son: Senecio, Eupatorium, Quercus, Bidens y Muhlenbergia.
Se reporta el uso medicinal de 67 especies. Resalta el uso con fines económicos de Pinus spp. ,
Abies sp. y Quercus spp.
Se registran tres especies en categoría de protección especial de acuerdo con la normatividad
aplicable: Dalia scapigera, Juniperus monticola, Comarostaphylis discolor.
I. INTRODUCCIÓN
Puede afirmarse con toda seguridad que el hombre depende de las plantas para su supervivencia,
ya que nos proporcionan alimento y una gran variedad de productos necesarios para la salud y
bienestar en general. Además, nos proveen de diversos servicios ambientales tales como
73
López-Domínguez et al, 2004
producción de oxígeno, captura de dióxido de carbono, propician la recarga de mantos acuíferos,
evitan la erosión y el valor paisajístico para su disfrute.
En relación a la riqueza de la flora fanerogámica de México se calcula en 220 familias, 2,410
géneros y 22,000 especies; su mayor concentración se ubica en un área que abarca Chiapas,
Oaxaca y hacia el centro de Veracruz y por otro lado la región formada por Sinaloa y Durango
(Rzedowsky, 1998). La importancia de la diversidad de flora en el país se puede resumir de la
siguiente forma: 1). Prácticamente todos los tipos de vegetación existentes en el mundo se
encuentran en el territorio mexicano, 2). Existe una gran variedad de formas biológicas, 3). La
riqueza florística del país lo ubica entre los primeros lugares, 4). La procedencia de las especies
existentes es tanto boreal como meridional. 5) Se tiene registrado un elevado número de
endemismos, 6). El país es centro importante de domesticación de plantas.
El presente trabajo presenta un primer listado de la flora fanerogámica del Parque Nacional La
Malinche (PNM) a partir de la colecta e identificación realizada por los autores y de una revisión
de la bibliografía existente. Se ha seguido el arreglo propuesto por Rzedowsky et al., 2001.
II. ANTECEDENTES
A pesar de la importancia que representa la Malinche no existe un estudio integral de la totalidad
del Parque sobre su flora y vegetación. No obstante, dentro de los escasos trabajos que de una u
otra manera mencionan o describen (de manera general) la vegetación, se encuentra el de Sosa
(1927), donde describe los bosques de la Malinche; Ern (1976) realiza una descripción de la
vegetación montañosa del Estado de Puebla y Tlaxcala, y Fernández (1987) efectuó un estudio
sobre la ecología del bosque de Abies religiosa, en el cual hace una breve reseña sobre la
vegetación. Acosta y Kong (1991), elaboraron una guía excursoria Botánica y Micológica para la
Cañada Grande situado al este del volcán y Acosta (1992) reporta las coníferas presentes en el
Parque Nacional. Acosta, et al., (1992), describe la vegetación del Estado de Tlaxcala y
mencionan algunos aspectos sobre la vegetación de la Malinche; Hernández, et al. (l992)
estudiaron los muérdagos enanos (Arceuthobium spp.) en los bosques de pino, donde además
hacen una breve descripción de la vegetación; Martínez y Pérez (1999) en su trabajo de las
74
Plantas
gramíneas del Estado reporta varias especies para la Malinche y Sánchez-Tamayo y Martínez y
Pérez (2001) registraron diversas especies que son utilizadas por lo pobladores del municipio de
Ixtenco y por último Santacruz y Espejel (2004) mencionan y describen en su trabajo de los
encinos del Estado, las especies que se encuentran en el Parque Nacional.
Finalmente en el Sistema Nacional de Información sobre la Biodiversidad (SNIB) que maneja la
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), se encuentran
los registros de ejemplares colectados en la Malinche, en los siguientes trabajos: Cárdenas
(1997), Gutiérrez (1999), Lorea (2000), Aragón (2001), Cuevas (2002) y Villaseñor (2002).
III. DIVERSIDAD TAXONÓMICA.
Con base en la colecta de campo y la revisión bibliográfica realizadas se ha estructurado un
listado de 404 especies de flora fanerogámica, agrupada en 209 géneros y 69 familias (Cuadro
1). Del total de las especies corresponden el 97% a las angiospermas y el 3 % a las gimnospermas
(Cuadro 2). Así mismo de las 404 especies el 79 % se ubican dentro de las dicotiledóneas y el 21
% restante dentro de la monocotiledóneas (Cuadro 3).
Las cinco familias con mayor número de especies registradas son: Compositae con 106 en 38
géneros, Gramineae con 62 en 33 géneros, Leguminoseae con 22 en 11 géneros, Caryophyllaceae
con 13 en siete géneros y Rosaceae con 12 en siete géneros (Cuadro 4). Rzedowsky (1998)
menciona que las tres primeras familias son de los grupos taxonómicos mejor representados en la
flora actual de México.
Los cinco géneros con mayor número de especies son: Senecio con 18, Eupatorium con 11,
Quercus con 10, Bidens con nueve y Muhlenbergia con ocho (Cuadro 5).
IV. IMPORTANCIA.
El hombre siempre ha hecho uso de las plantas con diferentes fines, ha ido generando el
conocimiento necesario para cubrir sus necesidades alimenticias, medicinales, rituales,
75
López-Domínguez et al, 2004
ornamentales y de protección contra diversos elementos naturales. Para el caso de la Malinche,
Sánchez-Tamayo y Martínez y Pérez (2001) reportan el uso de 67 especies, en su mayoría
silvestres, el principal uso es de tipo medicinal para enfermedades respiratorias y digestivas. Por
un lado dan a conocer plantas de importancia histórica, cultural y económica, destacando los
siguientes especies: Senecio salignus, S. cineraroides y Bacharis conferta. Por otro lado, la
Malinche tradicionalmente ha sustentado la supervivencia de un gran número de pobladores de la
montaña, los cuales extraen leña, carbón, vigas, tablas, morillos, ocoxal (hojas de los pinos) y
plantas para forraje. De los principales recursos vegetales que son extraídos del PNM se
encuentran las pináceas, en particular las del género Pinus de las que se elaboran diversos
productos como son: tablas, vigas y polines. De la especie Abies religiosa (oyamel), se obtienen
morillos principalmente, y de las especies de Quercus (encinos) se elabora carbón y en ocasiones
excepcionales para esta misma actividad se utilizan dos especies más como el aile Alnus
jorullensis y el madroño Arbustus xalapensis (Coordinación General de Ecología, 2003).
De acuerdo con la misma información el carbón es el producto de la ignición controlada de los
tallos de encino. El morillo es un tallo desprovisto de corteza y ramas de un árbol joven de
oyamel de aproximadamente 10 años de edad, con un diámetro basal de 15 centímetros y una
longitud de 6 metros. La viga, es un tallo de pino u oyamel, generalmente labrado a mano, de una
base rectangular de 13 X 25 cm. y una longitud de 6 metros. La tabla, es un tallo de pino u
oyamel, de 25 cm. de ancho, 2.5 cm. de grueso y 3.0 metros de longitud. El polín, es un tallo de
pino u oyamel labrado a mano en forma de postes cuadrangulares de 10 X 10 cm. de base por 3
metros de largo.
V. ESTADO DE CONSERVACIÓN.
De conformidad con la Norma Oficial Mexicana que determina las especies de flora y fauna que
se encuentran en alguna categoría de riesgo (Semarnat, 2002) existen tres especies bajo la
categoría de protección: Dalia scapigera, Juniperus monticola, Comarostaphylis discolor. Esto
significa que podrían llegar a encontrarse amenazadas por factores que inciden negativamente en
su viabilidad. Por lo que se determina la necesidad de hacer estudios autoecológicos para su
conservación (Cuadro 6).
76
Plantas
VI. CONCLUSIONES.
En el presente trabajo se registra la presencia de 404 especies de flora fanerogámica en el Parque
Nacional Malinche, agrupada en 209 géneros y 69 familias. Las familias con mayor número de
especies registradas son: Compositae, Gramineae, Leguminoseae, Caryophyllaceae y Rosaceae.
Los géneros con mayor número de especies son: Senecio, Eupatorium, Quercus, Bidens y
Muhlenbergia. No obstante esta riqueza florística reportada, se recomienda continuar con la
realización de estudios que contribuyan a incrementar este inventario. Así mismo se recomienda
la elaboración de una guía ilustrada que difunda la diversidad de la flora del Parque Nacional.
Es necesario también promover la generación de conocimientos en el uso sustentable de las
especies florísticas, así como sobre el manejo de las tres especies que se encuentran en la
categoría de “protección especial” de acuerdo a la normatividad.
Finalmente cabe hacer mención que la generación del conocimiento botánico de la Malinche es
de gran importancia si se consideran además los siguientes factores: 1) Esta área representa casi
una tercera parte de los bosques de la entidad y sólo aquí existe “páramo de altura” o “zacatonal
alpino”, 2) Es la única área natural protegida con categoría de Parque Nacional en el Estado, 3)
Existe presión social histórica sobre los recursos naturales, en particular sobre las especies de los
géneros Pinus, Abies y Quercus.
77
López-Domínguez et al, 2004
VII. LITERATURA CITADA.
Acosta Pérez, R. 1992. Algunas coníferas del
Estado de Tlaxcala. Folleto No. 14 Jardín
Botánico Tizatlán- Gobierno del Estado de
Tlaxcala. 36 pp.
Acosta-Pérez, R., J. L. Delgado Montoya y P.
Cervantes Saldaña. 1992. La vegetación del
Estado de Tlaxcala. México. Folleto Divulgativo
No. 6. Gobierno del Estado de Tlaxcala-Jardín
Botánico Tizatlán. 31 pp
Acosta-Pérez, R. y Kong, A. 1991. Guía de las
Excursiones botánicas y micológicas al Cerro de
El Peñón y Cañada Grande del Estado de
Tlaxcala. Folleto Divulgativo No. 8. Gobierno
del Estado de Tlaxcala-Jardín Botánico Tizatlán.
82 pp.
Aragón, A. L. 2001. Etapa Final de la captura y
catalogación del Herbario del Instituto de
Ecología, A. C. Instituto de Ecología, A. C.
Bases de Datos SNIB-CONABIO proyecto Q
017. México D. F.
Cárdenas, R. F. 1997. Catálogo para la
utilización, conservación y disponibilidad de
Phaseolus. INIFAP. Bases de Datos SNIB-
CONABIO proyecto P 047. México D. F.
Coordinación General de Ecología. 2003.
Programa de Manejo del Parque Nacional
Malinche. Inédito. Tlaxcala. México. 98 pp.
Cuevas, S. J. A. 2002. Computarización de la
base de datos del Banco Nacional de
Germoplasma Vegetal – Fase 2. Universidad
Autónoma Chapingo. Bases de Datos SNIB-
CONABIO proyecto T 031. México D. F.
Ern., H. 1976. Descripción de la vegetación
montañosa de los Estados mexicanos de Puebla
y Tlaxcala. Ed. Müller. Chile. 70 Pp.
Fernández, G. M. T. E. 1987. Estudio
ecológico del Bosque de Abies religiosa
(H.B.K.) Schl. et Cham; En el Parque Nacional
“La Malintzi” en el Estado de Tlaxcala, México.
Tesis de Licenciatura. UNAM. México D.F. 74
pp.
Gutiérrez, G. M. V. 1999. Sistematización del
Herbario Nacional Forestal “Biol. Luciano Vela
Gálvez”. INIFAP. Bases de Datos SNIB-
CONABIO proyecto P 140. México D. F.
Hernández, Cuevas L., Acosta-Pérez R., G.L.
Galindo Flores. 1992. Los muérdagos enanos
(Arceuthobium spp.) En los bosques de pino del
volcán La Malintzi, Estados de Tlaxcala y
Puebla. Folletín divulgativo No. 15. Gobierno
del Estado de Tlaxcala-Jardín Botánico Tizatlán.
58pp.
Lorea, H. F. 2000. Actualización de las bases de
datos del Herbario del Instituto de Ecología, A.
C. (XAL). Instituto de Ecología, A. C. Bases de
Datos SNIB-CONABIO proyecto K 004.
México D. F.
Martínez y Pérez, J. L. 1999. Flora genérica de
las gramíneas del Estado de Tlaxcala. CICB,
UAT. Bases de Datos SNIB-CONABIO
proyecto H 148. México D. F.
Sánchez-Tamayo, V. y J. L. Martínez-Pérez.
2001. Plantas útiles en el municipio de Ixtenco,
78
Plantas
una comunidad otomí del estado de Tlaxcala.
Centro de Investigaciones Interdisciplinarias
sobre el Desarrollo Regional, UAT. Tlaxcala,
México. 88 pp.
Santacruz García, N. y A. Espejel R. 2004.
Los encinos (Quercus) de Tlaxcala, México.
Centro de Investigaciones Interdisciplinarias
sobre el Desarrollo Regional, UAT. Tlaxcala,
México. 83 pp.
Rzedowsky, G. C. de, J. Rzedowsky y
colaboradores, 2001. Flora Fanerogámica del
Valle de México. 2ª. ed., Instituto de Ecología A.
C. y Comisión Nacional para el Conocimiento y
Uso de la Biodiversidad, Pátzcuaro (Michoacán),
1406 pp.
Rzedowsky, J. 1998. Diversidad y orígenes de
la flora Fanerogámica de México. Pp. 129-145.
En Rammaoorthy, T.P., R. Bye, A. Lot, y J. Fa.
(eds.), Diversidad biológica de México, orígenes
y distribución. México, D. F. UNAM.
Semarnat. 2002. Norma Oficial Mexicana
NOM-059-ECOL-2001., Protección ambiental-
Especies nativas de México de flora y fauna
silvestres-Categorías de riesgo y
especificaciones para su inclusión, exclusión o
cambio-Lista de especies en riesgo. Publicada
en el Diario Oficial de la Federación el 6 de
marzo.
Sosa, A. 1927. Los bosques de La Malinche.
Méx. For. 5: 9-10 México.
Villaseñor, R. J. L. 2002. Actualización de las
bases de datos de los proyectos M056, P089 y
Q069 y la familia Asteraceae en México Fase II.
Instituto de Biología, UNAM. Bases de Datos
SNIB-CONABIO proyecto U 004. México D. F.
79
López-Domínguez et al, 2004
FLORA DEL PARQUE NACIONAL MALINCHE FAMILIA
(DIVISIÓN / CLASE) ESPECIE
AMARANTHACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Amaranthus hybridus L.
Gomphrena pringlei Coult. & Fisher. G. serrata L. (G. decumbens Jacq.) Alternanthera caracasana H. B. K. Guillemina densa (Willd.) Moq.
ANTHERICACEAE (ANGIOSPERMAE / MONOCOTYLEDONEAE) Echeandia mexicana Cruden
APOCYNACEAE
(ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Vinca major L.
ASCLEPIADACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Asclepias linaria Cav.
A. notha W. D. Stevens A. oenotheroides Cham. & Sclecht.
AGAVACEAE (ANGIOSPERMAE / MONOCOTYLEDONEAE) Agave salmiana Otto ex Salm-Dyck
BEGONIACEAE
(ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Begonia gracilis H. B. K.
BETULACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Alnus jorullensis H. B. K.
BORAGINACEAE
(ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Hackelia mexicana Schlecht. et. Cham.
BROMELIACEAE (ANGIOSPERMAE / MONOCOTYLEDONEAE) Tillandsia macdougallii L. B. Smith.
CAMPANULACEAE
(ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Lobelia irasuensis Planch. & Oerst.
CAPRIFOLIACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Symphoricarpus microphyllus H. B. K.
CARYOPHYLLACEAE
(ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Arenaria ixcopodroides Willd. Ex Schl. A. bourgaei Hemsl.
80
Plantas
A. lanuginosa (Michx.) Rohrb. in Mart. A. lycopodioides Willd. Ex Schlecht. A. reptans Hemsl. Cerastium ramigerum Bartl. In Presl (C. lithophilum Greenm) C. nutans Raf. Corrigiola andina Triana. & Planch. Drymaria glandulosa Bartling. Silene gallica L. S. laciniata Cav. Spergula arvensis L. Stellaria cuspidata Willd.
CHENOPODIACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Chenopodium ambrosioides L.
Ch. graveolens Willd.
CISTACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Helianthemum patens Hemsl.
H. glomeratum (Lag.) Lag.
COMMELINACEAE
(ANGIOSPERMAE / MONOCOTYLEDONEAE) Gibasis pulchella (H. B. K.) Raf.(Aneilema pulchella (HBK) Woods.
Commelina coelestis Willd. C. tuberosa L. Tradescantia crassifolia Cav. Tinantia erecta (Jacq.) Sclecht.
COMPOSITAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE)
(Tribu Anthemideae)→ Achillea millefolium L.
(Tribu Inuleae)→ Acmella repens (Walter) Rich (Spilanthes oppositifolia (Lam.) D' Arcy
(Tribu Eupatorieae)→ Ageratum corymbosum Zucc.ex Pers.
(Tribu Astereae)→ Archibaccharis hieracieoides (Blake) Blake (A. hieracilifolia var.glandulosa (Blake) Jackson)
(Tribu Anthemideae)→ Artemisa ludoviciana Nutt. (Tribu Astereae)→ Aster potosinus A. Gray (Tribu Astereae)→ Astranthium reichei Rzedowski (Tribu Astereae)→ A. xanthocomoides (Less.) Larsen (Tribu Astereae)→ Bacharis conferta H. B. K. (Tribu Astereae)→ B. pteronioides DC. (Tribu Astereae)→ B. salicifolia (Ruiz & Pavón) Pers.
(Tribu Heliantheae)→ Bidens anthemoides DC. Sherff. (Tribu Heliantheae)→ B. aurea (Ait.) Sherff (Tribu Heliantheae)→ B. bigelovii A. Gray
81
López-Domínguez et al, 2004
(Tribu Heliantheae)→ B. ferulifolia (Jacq.) DC. (Tribu Heliantheae)→ B. lemmonii A. Gray (Tribu Heliantheae)→ B. odorota Cav. (Tribu Heliantheae)→ B. ostruthioides (DC.) Sch. Bip. (Tribu Heliantheae)→ B. pilosa L. (Tribu Heliantheae)→ B. serrulata (Poir.) Desf. (Tribu Eupatorieae)→ Brickellia nutuanticeps Blake
(Tribu Cardueae)→ Cirsium acantholepis (Hemsl.) Petrak (Tribu Cardueae)→ C. ehrenbergii Sch. Bip. (Tribu Cardueae)→ C. jorullense ssp.lanosum Petrak. (Tribu Cardueae)→ C. jorullense (H. B. K.) Spreng. spp. jorullense (Tribu Cardueae)→ C. raphilepis (Hemsl.) Petrak (Tribu Astereae)→ Conyza canadensis (L.) Cronq. (Tribu Astereae)→ C. confusa Cronq. (Tribu Astereae)→ C. coronopifolia H. B. K. (Tribu Astereae)→ C. filaginoides (DC.) Hieron (Tribu Astereae)→ C. schiedeana (Less.) Cronq. (Tribu Astereae)→ C. sophiifolia H. B. K.
(Tribu Heliantheae)→ Cosmos bipinnatus Cav. (Tribu Mutisieae)→ Chaptalia runcinata H. B. K.
(Tribu Heliantheae)→ Dahlia cococinea Cav. (Tribu Heliantheae)→ D. merckii Lehm. (Tribu Heliantheae)→ D. scapigera (A. Dietr.) Knowles & Westc.
(Tribu Tageteae)→ Dyssodia papposa (Vent.) Hitchc. (Tribu Astereae)→ Erigeron galeottii (A. Gray) Greene (Tribu Astereae)→ E. janivultus Nesom (Tribu Astereae)→ E. karvinskianus DC (Tribu Astereae)→ E. pubescens H. B. K.
(Tribu Eupatorieae)→ Eupatorium brevipes DC. (Tribu Eupatorieae)→ E. deltoideum Jacq. (Tribu Eupatorieae)→ E. glabratum H. B. K. (Tribu Eupatorieae)→ E. hidalgense Rob. (Tribu Eupatorieae)→ E. isolepis Rob. (Tribu Eupatorieae)→ E. oligocephalum DC. (Tribu Eupatorieae)→ E. pazcuarense H. B. K.
(Tribu Eupatorieae)→ E. pichinchense H. B. K. (Ageratina pichinchensis) H. B. K. King. & Rob.
(Tribu Eupatorieae)→ E. pulchellum H. B. K. (Chromolaena pulchella H. B. K.) King. & Rob.
(Tribu Eupatorieae)→ E. ramireziorum Esp. (Tribu Eupatorieae)→ E. rubricaule H. B. K.
(Tribu Helenieae)→ Florestina pedata (Cav.) Cass. (Tribu Heliantheae)→ Galinsoga parviflora Cav.
(Tribu Inuleae)→ Gnaphalium arizonicum A. Gray.
(Tribu Inuleae)→ G. conoideum H. B. K. (Pseudognaphalium conoideum H. B. K.) Anderb
82
Plantas
(Tribu Inuleae)→ G. liebmannii Sch. Bip. ex Klatt (Tribu Inuleae)→ G. viscosum H. B. K. (Tribu Inuleae)→ G. americanum Mill. (Tribu Inuleae)→ G. oxyphyllum DC. var. oxyphyllum (Tribu Inuleae)→ G. semiamplexicaule DC.
(Tribu Astereae)→ Haplopappus venetus (H.B.K.) Blake (Tribu Astereae)→ Heterotheca inuloides Cass.
(Tribu Eupatoreae)→ Oxylobus adscendens (Sch. Bip. ex Hemsl.) Rob. & Greenm (Tribu Eupatoreae)→ O. arbutifolios (H. B. K.) A. Gray
(Tribu Lactuceae)→ Pinnaropappus roseus (Less) Less. (Tribu Eupatorieae)→ Piqueria trinervia Cav.
(Tribu Helenieae)→ Schkuria pinnata (Lam.) O. Kuntze (Tribu Heliantheae)→ Sanvitalia procumbens Lam.
(Tribu Senecioneae)→ Senecio amplexicaulis H. B. K. (Tribu Senecioneae)→ S. angulifolius DC (Tribu Senecioneae)→ S. argutus (H. B. K.) (Tribu Senecioneae)→ S. barba-johannis DC (Tribu Senecioneae)→ S. bellidifolius (H. B. K.) (Tribu Senecioneae)→ S. callosus Sch. Bip. (Tribu Senecioneae)→ S. cineraroides H. B. K. (Tribu Senecioneae)→ S. gerberifolius Sch. Bip. ex Hemsl. (Tribu Senecioneae)→ S. mairetianus DC. (Tribu Senecioneae)→ S. multidentatus Sch. Bip. ex Hemsl (Tribu Senecioneae)→ S. orizabensis Sch.Bip.ex Hemsl. (Tribu Senecioneae)→ S. parayanus García - Pérez (Tribu Senecioneae)→ S. platanifolius Benth (Tribu Senecioneae)→ S. procumbens H. B. K. (Tribu Senecioneae)→ S. roseus Sch. Bip. (Tribu Senecioneae)→ S. salignus DC. (Tribu Senecioneae)→ S. sinuatus H. B. K. (Tribu Senecioneae)→ S. toluccanus DC (Tribu Heliantheae)→ Simsia amplexicaulis (Cav.) Pers. (Tribu Heliantheae)→ S. multidentatus Sch. Bip. Ex Hemsl
(Tribu Lactuceae)→ Sonchus oleraceus L. (Tribu Eupatorieae)→ Stevia jorullensis H. B. K. (Tribu Eupatorieae)→ S. monardifolia H. B. K. (Tribu Eupatorieae)→ S. pilosa Lag. (Tribu Eupatorieae)→ S. serrata Cav. (Tribu Eupatorieae)→ S. subpubescens Lag. var. subpubescens (Tribu Eupatorieae)→ S. tomentosa H. B. K.
(Tribu Tageteae)→ Tagetes coronopifolia Willd. (Tribu Tageteae)→ T. filifolia Lag. (Tribu Tageteae)→ T. lunulata Ort. (Tribu Tageteae)→ T. micrantha Cav.
(Tribu Lactuceae)→ Taraxacum officinale Weber.
83
López-Domínguez et al, 2004
(Tribu Heliantheae)→ Tithonia tubiformis (Jacq.) Cass. (Tribu Heliantheae)→ Tridax coronopifolia (H. B. K.) Hemsl. (Tribu Heliantheae)→ Verbesina parvifolra (H. B. K.) Blake (Tribu Heliantheae)→ Wedelia acapulcensis var. hispida (H. B. K.) Strother
CONVOLVULACEAE
(ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Ipomoea purpurea (L.) Roth I. stans Cav.
CRASSULACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Echeveria secunda Booth
Sedum bourgaei Hemsl. S. prealtum ssp. parvifolium Clausen Villadia misera (Lindl.) Clausen (V. parviflora (Hemsl.) Rose)
CRUCIFERAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Brassica rapa L. (B. campestris L.)
Capsella bursa-pastoris (L.) Medic. Descurainia impatiens (Cham. & Sclecht) O. E. Schulz Draba jorullensis H. B. K. D. nivicola Rose Eruca sativa Mill. Lepidium schaffneri Thell. L. virginicum L.
CUCURBITACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Sicyos laciniatus L.
S. microphylla H. B. K.
CUPRESSACEAE (GYMNOSPERMAE / CONIFERAE) Cupressus benthamii Endl.
C. lusitanica Mill. (C. lindleyi Klotzch.) Juniperus deppeana Steud. J. monticola f. compacta Martinez.
CYPERACEAE (ANGIOSPERMAE / MONOCOTYLEDONEAE) Cyperus esculentus L.
C. hermaphroditus (Jacq.) Standl. C. seslerioides H. B. K. Fimbristylis complanata (Retz) Link.
ERICACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Arbutus xalapensis H. B. K.
Arctostaphylos pungens H. B. K Comarostaphylis discolor (Hook) Diggs
84
Plantas
Gaultheria lancifolia Small Monotropa uniflora L.
Pernettya prostrata (Cav.) DC. (P. ciliata (Schlecht. & Cham.) Small.
Pterospora andromedea Nutt. Pyrola secunda L. Vaccinium caespitosum Michx. (V. geminiflorum H. B. K.)
EUPHORBIACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Acalypha phleoides Cav.
Croton dioicus Cav. Euphorbia furcillata H. B. K. E. prostrata Ait. Stillingia zelayensis (H. B. K.) Muell.
FAGACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Quercus candicans Née.
Q. crassifolia Humb. et Bonpl. Q. crassipes Humb. et Bonpl. Q. dysophylla Benth. Q. laeta Liebm. Q. laurina Humb. et Bonpl. Q. mexicana Humb. et Bonpl. Q. microphylla Née Q. obtusata Humb. et Bonpl. Q. rugosa Née.
GENTIANACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Halenia brevicornis (H. B. K.) G. Don
H. crassiuscula Rob. & Seat
GERANIACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Erodium cicutarium (L.) L'Hérit.
Geranium seemannii Peyr. G. potentillifolium DC.
GRAMINEAE (ANGIOSPERMAE / MONOCOTYLEDONEAE) Aeopogon cenchroides Humb. ex Bonpl. ex Willd.
Agropyron repens (L.) Beauv. A. subpatens Hitchc. A. perennans (Walt.) Tuckerm. A. tolucensis H. B. K. Aristida laxa Cav. (A. lagascae Henr.) A. schiedeana Trin. & Rupr. Bouteloua chondrosioides (H. B. K.) Benth.
85
López-Domínguez et al, 2004
B. curtipendula (Michx) Torrey var. caespitosa Gould & Kapadia
Bothriochloa barbinodis (Lag.) Herter. Brachypodium mexicanum (Roemer et Schultes) Link. Briza subaristata Lam. B. minor L. Bromus anomalus Rupr. ex Fourn. B. carinatus Hook. & Arn . B. exaltatus Bernh. Calamagrostis pinetorum Swallen C. tolucensis (H. B. K.) Trin. Chloris submutica H. B. K. Cenchrus incertus M. A. Curtis Cynodon dactylon L. Pers. Deschampsia flexuosa Eleusine multiflora Hochst. ex A. Rich Eragrostis curvula (Scrad.) Nees. E. mexicana (Hornem.) Link. Festuca amplissima Rupr. ex Fourn F. arundinacea Schreber F. cartagana E. Aleks F. lugens (Fourn.) Hitchc. ex Hernández X. F. tolucensis H. B. K. Hilaria cenchroides H. B. K. Lolium arundinaceum L. L. perenne L. Lycurus phalaroides H. B. K. L. phleoides H. B. K. Muhlenbergia distans Swallen M. implicata (H. B. K.) Kuntch. M. macroura (H. B. K.) Hitchc. M. nigra Hitchc. M. ramulosa (H. B. K.) Swallwen M. utilis (Torr.) Hitchc. M. peruviana (Beauv.) Steud. M. rigida (H. B. K.) Kunth Nasella mexicanana (Hitchc.) R. Pohl N. mucronata (H. B. K.) R. Pohl N. tenuissima (Trin.) Barkworth Panicum bulbosum H. B. K. Piptochaetium seleri (Pilger) Henr. Piptochaetium virescens (H. B. K.) Parodi Poa annua L. Polypogon interruptus H. B. K. Rhynchelytrum repens (Willd.) Hubb.
86
Plantas
Setaria parviflora (Poir.) Kerguélen Sporobolus atrovirens (H. B. K.) Kunth S. indicus (L.) R. Br. Stipa ichu (Ruiz & Pavón) Kunth Trisetum altijugum (Fourn.) Scribn. T. deyeuxioides (H. B. K.) Kunth T. kochianum Hernández T. T. spicatum (L.) Richt. Vulpia bromoides (L.) S. F. Gray Zea mays L.
GROSSULARIACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Ribes ciliatum Humb. & Bonpl.
GUTTIFERAE
(ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Hypericum silenoides Juss. var. silenoides
HYDROPHYLLACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Phacelia coulteri Greenm.
P. platycarpa (Cav.) Spreng.
IRIDACEAE (ANGIOSPERMAE / MONOCOTYLEDONEAE)
Sysrynchium sacbrum Sclecht. & Cham. (S. angustifolium Mill.)
JUNCACEAE
(ANGIOSPERMAE / MONOCOTYLEDONEAE) Juncus aemulans Liebm.
LABIATAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Agastache mexicana (H. B. K.) Lint. & Epl.
Cunila lythrifolia Benth Lepechinia caulescens (Ort.) Epl. L. schiedeana (Schlecht.) Vatke. Marrubium vulgare L. Prunella vulgaris L. Salvia elegans Vahl. S. polystachia Ort. S. tiliifolia Vahl. Stachys agraria Cham. & Schlecht. S. nepetifolia Desf.
LEGUMINOSAE, LOTOIDEAE Crotalaria rotundifolia (Walt.) Gmelin (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Dalea minutifolia (Rydb.) Harms
D. obovatifolia Ort. var. obovatifolia Willd.
87
López-Domínguez et al, 2004
D. reclinata (Cav.) Willd. D. sericea Lag. D. versicolor Zucc. Desmodium sp. Eysenhardtia polystachya Sarg. Indigofera densiflora Mart. & Gal. I. miniata Ort. (I. hartwegii Rydb.) Lupinus montanus H. B. K. L. bilineatus Benth L. leptophyllus Slecht. & Cham. Medicago polymorpha L. Melilotus indica (L.) All. Phaseolus formosus HBK P. heteropyllus Willd. P. pedicellatus Benth. P. vulgaris L. Trifolium amabile H. B. K. T. goniocarpum Lojac.
LEGUMINOSAE, MIMOSOIDEAE Calliandra grandiflora (L'Hér) Benth.
LENTIBULARIACEAE ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE Pinguicula moranensis H. B. K.
LOGANIACEAE
(ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Buddleia cordata H. B. K. B. parviflora H. B. K. B. perfoliata H. B. K.
LORANTHACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Arceuthobium abietis-religiosae Heil.
A. gilli Hawksworth & Wiens A. globosum Hawksworth. & Wiens. Phoradendron minutifolium Urban P. tomentosum (D. C.) Oliver
LYTHRACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Cuphea jorullensis H. B. K.
MALVACEAE
(ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Malva parviflora L.
MELANTHIACEAE (ANGIOSPERMAE / MONOCOTYLEDONEAE) Stenanthium frigidum (Cham. & Slecht.) Kunth
88
Plantas
MYRTACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Eucaliptus camaldulensis Dehnh.
NYCTAGINACEAE
(ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Mirabilis jalapa L.
ONAGRACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Epilobium cilliatum Raf.
Fuchsia microphylla H. B. K. F. thymifolia H. B. K. Gaura coccinea Pursh. Lopezia racemosa Cav. Oenothera pubescens Willd. ex Spreng O. purpusii Munz. O. rosea L´Her. ex Ait
ORCHIDACEAE (ANGIOSPERMAE / MONOCOTYLEDONEAE) Platanthera limosa Lindl. (Habenaria limosa (Lind.) Hemsl.
Spiranthes aurantiaca (Lex.) Hemsl. S. aff. pyramidalis Lindl.
OROBANCHACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Orobanche dugesii (S. Wats) Munz
OXALIDACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Oxalis albicans HBK.
O. alpina (Rose) Knuth. O. curniculata L. O. lunulata Zucc.
PAPAVERACEAE (NGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Argemone platyceras Link & Otto.
PHYTOLACCACEAE
(ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Phytolacca icosandra L. P. rugosa A.Br. & Bouche
PINACEAE (GYMNOSPERMAE / CONIFERAE) Abies religiosa (H. B. K.) Cham. & Schlecht.
Pinus ayacahuite Schlecht. P. hartwegii Lindl. P. leiophylla Schlecht. & Cham. P. montezumae Lamb. P. patula Schlecht. & Cham.
89
López-Domínguez et al, 2004
P. pseudostrobus Lindl. P. teocote Schlecht. & Cham.
PIPERACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Peperomia sp. Ruiz & Pavón
PLANTAGINACEAE
(ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Plantago nivea H. B. K.(P. linearis var. mexicana (Link) Pilger. P. tolucensis Pilger.
POLYGALACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Monnina ciliolata DC. (M. schlechtendaliana D. Dietr.)
POLYGONACEAE
(ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Rumex acetosella L. R. mexicanus Meisn.
PORTULACACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Talinum lineare HBK.
RANUNCULACEAE
(ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Ranunculus dichotomus Moc. & Sessé ex DC.
R. petiolaris var. arsenei (Benson) Duncan (R. macranthus var. arsenei Benson)
R. thalictrum pubigerum Benth
RESEDACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Reseda luteola L.
RHAMNACEAE
(ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Ceanothus coeruleus Lag.
ROSACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Acaena elongata L.
Alchemilla pringlei Fedde. A. procumbens Rose. A. velutina S. Wats A. vulcanica Schlecht. & Cham.
Crataegus mexicana Moc. & Sessé ex DC. (C. pubescens) Presl.
Fragaria mexicana Schlecht. Potentilla candicans Humb. & Bonpl. P. richardii Lehm. P. staminea Rydb. Prunus serotina Ehrh.
90
Plantas
Rubus caudatisepalus Calderón
RUBIACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Bouvardia ternifolia (Cav.) Schlecht.
Crusea diversifolia (H. B. K.) Anderson Didymaea alsinoides (Schlecht. & Cham.) Standl. Galium aff. praetermissum Greenm. G. aschenbornii Schauer G. seatonii Greenm G. sphagnophilum (Greenm.) Dempster
G. microphyllum A. Gray (Relbunium microphyllum (Gray) Hemsl.)
SALICACEAE
(ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Salix paradoxa H. B. K.
SCROPHULARIACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Castilleja scorzonerifolia H.B.K.
C. tenuiflora Benth. C. tolucensis H. B. K. Penstemon gentianoides (H. B. K.) Poir. P. roseus (Sweet) G. Don Sibthorpia repens (Mutis ex L. F.) O. Kuntze
SMILACACEAE (ANGIOSPERMAE / MONOCOTYLEDONEAE) Smilax moranensis Mart. & Gal.
SOLANACEAE
(ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Cestrum thyrsoideum H. B. K. Datura stramonium L. Physalis chenopodiifolia Lam. var. chenopodiifolia
P. coztomatl Moc. & Sessé ex Dunal (P. stapelioides) Bitter
Solanum americanum Mill. S. cervantesii Lag. S. nigrescens Mart. & Gal. S. rostratum Dunal S. stoloniferum Schlecht.
UMBELLIFERAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Arracacia atropurpurea (Lehm) Benth. & Hook .
Eryngium aff. serratum Cav. E. proteiflorum Delar E. carlinae Delar
91
López-Domínguez et al, 2004
E. monocephalum Cav.
URTICACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Urtica chamaedryoides Pursh.
U. dioica L. U. subincisa Benth.
VALERIANACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Valeriana clematitis H. B. K.
V. sorbifolia H. B. K.
VERBENACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Verbena bipinnatifida Nutt.
V. carolina L. V. teurcriifolia Mart. & Gal.
VIOLACEAE (ANGIOSPERMAE / DICOTYLEDONEAE) Viola humilis H. B. K.
V. painteri Rose & House
Cuadro 1. Familias, divisiones, clases y especies de flora del Parque Nacional
Malinche.
92
Plantas
FLORA DEL PARQUE NACIONAL MALINCHE
DIVISIÓN FAMILIAS GENEROS ESPECIES % DE
ESPECIES RESPECTO AL
TOTAL GYMNOSPERMAE 2 4 12 2.97 ANGIOSPERMAE 67 205 392 97.03
TOTAL 69 209 404 100
Cuadro 2. Diversidad florística del Parque Nacional Malinche, por división.
FLORA DEL PARQUE NACIONAL MALINCHE
CLASE FAMILIAS GENEROS ESPECIES% DE
ESPECIES RESPECTO AL TOTAL
MONOCOTYLEDONEAE 11 48 81 20.66 DICOTYLEDONEAE 56 157 311 79.34
TOTAL 67 205 392 100
Cuadro 3. Diversidad florística del Parque Nacional Malinche, por clase.
93
López-Domínguez et al, 2004
FLORA DEL PARQUE NACIONAL MALINCHE
ESPECIES No. FAMILIAS GENEROS NUMERO % DEL TOTAL
1 COMPOSITAE 38 106 26.24 2 GRAMINEAE 33 62 15.35 3 LEGUMINOSAE 11 22 5.45 4 CARYOPHYLLACEAE 7 13 3.22 5 ROSACEAE 7 12 2.97 6 LABIATAE 6 11 2.72 7 FAGACEAE 1 10 2.48 8 ERICACEAE 9 9 2.23 9 SOLANACEAE 4 9 2.23 10 ONAGRACEAE 5 8 1.98 11 RUBIACEAE 4 8 1.98 12 CRUCIFERAE 6 8 1.98 13 PINACEAE 2 8 1.98 14 SCROPHULARIACEAE 3 6 1.49 15 COMMELINACEAE 4 5 1.24 16 EUPHORBIACEAE 4 5 1.24 17 LORANTHACEAE 2 5 1.24 18 UMBELLIFERAE 2 5 1.24 19 AMARANTHACEAE 5 5 1.24 20 CRASSULACEAE 3 4 0.99 21 CUPRESSACEAE 2 4 0.99 22 CYPERACEAE 2 4 0.99 23 OXALIDACEAE 1 4 0.99 24 GERANIACEAE 2 3 0.74 25 ORCHIDACEAE 2 3 0.74 26 RANUNCULACEAE 1 3 0.74 27 VERBENACEAE 1 3 0.74 28 ASCLEPIADACEAE 1 3 0.74 29 LOGANIACEAE 1 3 0.74 30 URTICACEAE 1 3 0.74 31 CISTACEAE 1 2 0.50 32 CUCURBITACEAE 1 2 0.50 33 GENTIANACEAE 1 2 0.50 34 HYDROPHYLLACEAE 1 2 0.50 35 POLYGONACEAE 1 2 0.50 36 PHYTOLACCACEAE 1 2 0.50 37 PLANTAGINACEAE 1 2 0.50 38 CHENOPODIACEAE 1 2 0.50 39 CONVOLVULACEAE 1 2 0.50 40 VALERIANACEAE 1 2 0.50 41 VIOLACEAE 1 2 0.50 42 ANTHERICACEAE 1 1 0.25 43 APOCYNACEAE 1 1 0.25
94
Plantas
44 BEGONIACEAE 1 1 0.25 45 BETULACEAE 1 1 0.25 46 BORAGINACEAE 1 1 0.25 47 BROMELIACEAE 1 1 0.25 48 CAMPANULACEAE 1 1 0.25 49 CAPRIFOLIACEAE 1 1 0.25 50 GROSSULARIACEAE 1 1 0.25 51 GUTTIFERAE 1 1 0.25 52 IRIDACEAE 1 1 0.25 53 JUNCACEAE 1 1 0.25 54 LENTIBULARIACEAE 1 1 0.25 55 LYTHRACEAE 1 1 0.25 56 MELANTHIACEAE 1 1 0.25 57 MYRTACEAE 1 1 0.25 58 NYCTAGINACEAE 1 1 0.25 59 OROBANCHACEAE 1 1 0.25 60 PAPAVERACEAE 1 1 0.25 61 PIPERACEAE 1 1 0.25 62 POLYGALACEAE 1 1 0.25 63 PORTULACACEAE 1 1 0.25 64 RESEDACEAE 1 1 0.25 65 RHAMNACEAE 1 1 0.25 66 SALICACEAE 1 1 0.25 67 SMILACACEAE 1 1 0.25 68 AGAVACEAE 1 1 0.25 69 MALVACEAE 1 1 0.25 69 T O T A L 209 404 100
Cuadro 4. Especies y géneros del Parque Nacional Malinche, por familia.
95
López-Domínguez et al, 2004
GENEROS CON MAYOR NUMERO DE ESPECIES
ESPECIES GENEROS
NUMERO % DEL TOTALSenecio 18 4.46Eupatorium 11 2.72Quercus 10 2.48Bidens 9 2.23Muhlenbergia 8 1.98Pinus 7 1.73Gnaphalium 7 1.73Conyza 6 1.49Stevia 6 1.49Arenaria 5 1.24Cirsium 5 1.24Festuca 5 1.24Dalea 5 1.24Galium 5 1.24Solanum 5 1.24
Cuadro 5. Géneros del Parque Nacional Malinche con mayor número de especies.
96
Plantas
FLORA DEL PARQUE NACIONAL MALINCHE
FAMILIA GENERO ESPECIE CATEGORIA DISTRIBUCION Compositae Dahlia scapigera Pr endémica Cupressaceae Juniperus monticola Pr no endémica Ericaceae Comarostaphylis discolor Pr no endémica
Pr = protección
CUADRO 6. ESPECIES DEL PARQUE NACIONAL MALINCHE BAJO ALGUNA
CATEGORÍA DE RIESGO DE ACUERDO CON LA NORMA OFICIAL
MEXICANA NOM-059-ECOL-2001
97
López-Domínguez et al, 2004
H)
8) 9) 7)
4) 5) 6)
3) 1) 2)
1) Salvia elegans Vahl, 2) Bouvardia ternifolia (Cav.) Schlecht., 3) Castilleja tenuiflora Benth, 4) Penstemon roseus (Sweet) G. Don, 5) Penstemon gentianoides (H. B. K.) Poir., 6) Eryngium proteiflorum Delar, 7) Viola painteri Rose & House, 8) Arbutus xalapensis H.B.K., 9) Oxalis alpina (Rose) Knuth.
98
Plantas
21)
20) 19)
16) 17) 18)
13) 14) 15)
10) 11) 12)
10) Oxalis corniculata L., 11) Oenothera rosea L' Her. ex Ait., 12) Pinus montezumae Lamb., 13) Lupinus montanus H.B.K., 14) Malaxis ehrenbergii (Reichb. f.) Kuntze., 15) Physalis coztomatl Moc. & Sessé ex Dunal 16) Oenothera rosea L' Her. ex Ait. 17) Bacharis conferta H.B.K. 18) Arenaria bourgaei Hemsl. 19) Echeveria secunda Booth., 20) Phacelia platicarpa (Cav.) Spreng. 21) Buddleia parviflora H.B.K.
99
López-Domínguez et al, 2004
100
Anfibios y reptiles
ANFIBIOS Y REPTILES
Claret Sánchez Aguilar
Departamento de Agrobiología.
Universidad Autónoma de Tlaxcala.
Km. 10.5, Autopista San Martín Texmelucan-Tlaxcala
San Felipe Ixtacuixtla, Tlaxcala, 90120, México.
RESUMEN
El presente capitulo reúne los estudios realizados en el Parque Nacional Malinche y nos permite
llenar un vacío de información sobre las especies de anfibios y reptiles que se encuentran en el
Parque. También muestra la diversidad de especies que hasta el momento se tienen registradas,
su importancia tanto económica como científica y da un panorama general de la situación que
tiene actualmente este grupo de organismos que aunque es objeto de mitos y destrucción de su
hábitat, aún se encuentra una gran cantidad de taxones importantes. Se presenta un listado de los
nombres comunes, categoría de conservación y de endemicidad, así como una lista sistemática de
las especies presentes en el Parque. La información fue fruto de una recopilación bibliográfica
sobre el tema, de la consulta de colecciones científicas y de un año de trabajo en campo y
laboratorio; lo que ha dado como resultado un total de 21 especies: 7 de anfibios y 14 de reptiles,
de estos el 57.1 % están en alguna categoría de conservación y el 71.4 % son endémicas de
México.
I. INTRODUCCIÓN
La anfibios y reptiles en el Estado de Tlaxcala, y en particular en el Parque Nacional Malinche
(PNM) han sido relativamente poco estudiados, los primeros datos que se tienen, provienen del
Field Museum of Natural History de Chicago, recolectados en el año de 1938, las especies
registradas son: Sceloporus aeneus y S. grammicus disparilis. Posteriormente están los de la
101
Sánchez, 2004
colección de la University of Illinois, Museum of Natural History, que tiene registros del año de
1955, de dos especies de lagartijas: Sceloporus aeneus y S. grammicus microlepidotus y una
especie de serpiente Thamnophis scalaris. En 1971, investigadores del Museum of Comparative
Zoology de la University of Harvard efectuaron recolectas en algunas localidades de Tlaxcala,
específicamente en el PNM colectaron 17 especímenes de Sceloporus grammicus en la ladera
norte.
Finalmente, es hasta 1978 en que aparece la primera referencia impresa a la herpetofauna del
PNM, Sánchez de Tagle en su tesis de licenciatura registró nueve especies de reptiles y anfibios
para el PNM, mismas que se enlistan a continuación: Anfibios: Pseudoeurycea gadovii, P.
leprosa; Reptiles: Sceloporus bicanthalis, S. grammicus microlepidotus, Phrynosoma orbiculare
cortezi, Barisia imbricata, Thamnophis scalaris, Crotalus triseriatus triseriatus y Sistrurus ravus
(ahora dentro del género Crotalus según Murphy et al., 2002).
Posteriormente en 1980, Oscar Sánchez también realiza recolectas en el PNM pero como parte
de un estudio realizado para conocer las especies de anfibios y reptiles de todo el Estado de
Tlaxcala, por lo tanto no da un listado exclusivo para el parque, aunque sí proporciona una lista
preliminar para todo el Estado, compuesta de 28 especies: 8 anfibios y 21 reptiles.
En años más recientes, en la colección del Museo de Zoología “Alfonso L. Herrera” de la
Facultad de Ciencias (MZFC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (U.N.A.M.), se
tienen registros para el Estado de Tlaxcala, pero solamente 2 especies para el PNM, recolectadas
en 1992: 13 ejemplares de Sceloporus bicanthalis y un solo ejemplar de Barisia imbricata,
algunos registros de las recolectas en el parque y en otras localidades de Tlaxcala se pueden
consultar en la publicación de Flores-Villela et al., (1991). Así mismo, en la Colección Nacional
de Anfibios y Reptiles (CNAR) del Instituto de Biología de la U.N.A.M., se encuentran
depositados ejemplares de 8 especies: Spea multiplicata, Pseudoeurycea gadovii, P. leprosa,
Chiropterotriton sp. (en esta colección esta referido el ejemplar a la especie Ch. chiropterus, sin
embargo, el estudio genético de Parra-Olea del año 2003 indica que esta especie sólo se
distribuye en Veracruz, y deja varias poblaciones del género Chiropterotriton como especies por
describir, por lo que en el listado final lo manejaremos como Chiropterotriton sp., Sceloporus
102
Anfibios y reptiles
aeneus, S. grammicus, Thamnophis scaliger, Crotalus triseriatus y C. ravus, recolectadas en los
años 70´s y 80´s.
En la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) del Instituto Politécnico Nacional
(I.P.N.) se encuentran depositados también ejemplares referidos al PNM, en su mayoría fueron
recolectados en 1988, aunque existen escasos registros de 1968 y 1987, las especies recolectadas
son: Pseudoeurycea cephalica, P. gadovii, P. leprosa, Eumeces brevirostris, Phrynosoma
orbiculare, Sceloporus aeneus, S. grammicus, Thamnophis scalaris, un ejemplar de serpiente de
cascabel cuya identificación solamente es a nivel de género (Crotalus sp.) y 2 culebras sin
identificación taxonómica.
Vargas en 1997 registra para el PNM 16 especies de anfibios y reptiles, mismos que
corresponden a 5 y 11 especies respectivamente; es importante mencionar que el registra a
Pseudoeurycea gadovi como endémica de la región.
A partir del año 1998, en el Departamento de Agrobiología de la Universidad Autónoma de
Tlaxcala (UAT), como parte de las prácticas de campo correspondientes al programa de
licenciatura, se comienzan a realizar colectas de anfibios y reptiles en diferentes localidades del
Estado, y en el año 2001 con el apoyo financiero brindado por el United States Fish and Wildlife
Service (US-FWS) para el proyecto “Herpetofauna de Tlaxcala”, se reanudan las colectas en todo
el Estado, resultado de esto se encuentran depositados en la colección del Departamento cerca de
100 ejemplares recolectados en el PNM, que representan 15 especies, esto significa 71 % del total
reportado aquí para el parque. Es especialmente importante resaltar que aunque el número de
ejemplares depositados en la colección de la UAT es pequeño, es muy probable que en ninguna
otra colección de México y posiblemente del extranjero exista una mejor representación de los
anfibios y reptiles que se pueden encontrar en el PNM. Resultado del proyecto mencionado es el
reporte más reciente de Fernández et al., (enviado) que mencionan como nuevos registros para el
estado y como recolectadas en el PNM al género Chiropterotriton y a la culebra Storeria
storerioides.
103
Sánchez, 2004
Por último, vale la pena mencionar que otros autores como Windfield (2001) y León-Pérez et al.,
(2003) comienzan a efectuar estudios relacionados con aspectos etnozoológicos dentro del PNM.
El primero hace un listado de la fauna silvestre de acuerdo al uso que se le da por parte de los
pobladores así como de los nombre en otomí, dónde incluye un listado de la herpetofauna de la
parte oriental de la Malinche (Municipio de San Juan Ixtenco), y León-Pérez y colaboradores
exploran el papel que tienen diferentes grupos de vertebrados respecto a dos comunidades
nahuas.
II. DIVERSIDAD TAXONÓMICA.
La diversidad faunística que tiene el PNM se explica por dos factores principalmente: a que se
encuentra en el territorio donde convergen las dos regiones biogeográficas de nuestro continente:
la Neártica y la Neotropical, y a que también forma parte de una región sumamente accidentada
topográficamente como lo es el Eje Neovolcánico Transversal, esta región se caracteriza por ser
una de las zonas de México que presenta más especies endémicas en grupos como anfibios,
reptiles y mamíferos. La alta diversidad se refleja en que, de las 54 especies que reporta para el
Estado Fernández (2002), el PNM cuenta con cerca de la mitad, 21: 7 de anfibios y 14 de reptiles.
Esto representa el 38.8 % del total estatal, porcentaje que la coloca entre las áreas más diversas y
ricas del Estado, aunque probablemente también de las más estudiadas dentro de Tlaxcala.
Es preciso hacer notar que en esta publicación registramos 5 especies más que lo reportado por
Vargas en 1997, y 12 más que Sánchez de Tagle (1978), se destacan como nuevos registros para
el PNM las siguientes especies: Hyla sp., Pseudoeurycea belli, Eumeces lynxe, Sceloporus
megalepidurus, Sceloporus scalaris y Storeria storerioides. De los anfibios tenemos
representantes de 3 familias y 4 géneros, siendo la familia Plethodontidae (salamandras) la que
cuenta con un mayor número de especies; de los reptiles tenemos 5 familias y 7 géneros, y en
este caso la familia Phrynosomatidae (camaleones y lagartijas) y la Colubridae (culebras) están
mejor representadas (Anexo).
De las 21 especies, más de la mitad (57.1 %) están en alguna categoría de conservación dentro de
la NOM-059-ECOL 2001 (Diario Oficial de la Federación, 2002), como por ejemplo, de las 5
104
Anfibios y reptiles
especies de salamandras que se encuentran en el PNM (géneros Chiropterotriton y
Pseudoeurycea), 2 están en categoría de Protección especial y 2 como amenazadas (género
Pseudoeurycea), y del representante del género Chiropterotriton se desconoce su estado de
conservación; en cuanto a los reptiles, tenemos 5 especies con protección especial y 2
amenazadas, aquí destacan el llamado escorpión (Barisia imbricata) y la serpiente de cascabel
enana (Crotalus ravus), que, sin embargo, son localmente abundantes (Anexo).
Respecto al endemismo, tenemos que la gran mayoría de especies son exclusivas de la República
mexicana, y algunas incluso son exclusivas de la Región del Eje Neovolcánico Transversal
(Cuadro 1, Anexo). En total, tenemos el 71.4 % de las especies como endémicas, y solamente
Spea multiplicata, Pseudoeurycea cephalica, Sceloporus grammicus y S. scalaris extienden sus
zonas de distribución más allá de los confines de México. Endémicos Categoría de protección
Anfibia 4 5
Reptilia 11 7
Total (%) 15 (71.4 %) 12 (57.1 %)
Cuadro 1. Especies de anfibios y reptiles del Parque Nacional Malinche, Tlaxcala:
endémicos a México, y bajo alguna categoría de protección.
III. IMPORTANCIA.
Los anfibios y reptiles juegan un papel muy importante en los ecosistemas ya que algunos actúan
como controladores de plagas (roedores, insectos) y muchas otras especies son alimento de otros
animales, es decir se encuentran a la mitad de la cadena alimenticia. En caso de que sus
poblaciones disminuyen drásticamente o se extinguieran se provocaría un desequilibrio muy
grave en los ecosistemas.
105
Sánchez, 2004
Desde el punto de vista científico son un grupo que en Tlaxcala ha sido pobremente estudiado,
los trabajos mencionados arriba sólo se limitan a listados taxonómicos y algunos aspectos
etnozoológicos y no existen otros tipos de estudios sobre su biología, por lo que existe la
necesidad de hacer investigación de otros aspectos como reproducción, ecología y biogeografía
entre otro. Sin embargo su importancia no termina aquí, los pobladores de las comunidades de las
faldas de la Malinche los utilizan ya sea para comer como a las víboras de cascabel (Crotalus
sp.), con fines medicinales como las víboras de cascabel y los camaleones (Crotalus sp. y
Phrynosoma orbiculare) o por el simple gusto o por la creencia equivocada de que todos son
peligrosos, es el caso de las ya mencionadas víboras de cascabel, culebras, lagartijas, escorpiones,
y lincer. Esta actitud cultural se debe a que se han ido pasando ciertos mitos de generación en
generación hasta hoy día. Por ejemplo se cree que el llamado escorpión (Barisia imbricata) y el
lincer (Eumeces brevirostris y E. lynxe) son extremadamente venenosos. En el caso del primero,
se cree que puede brincar hacia atrás y morder. Esto es falso, pero por esta razón es común
encontrar en el área del Parque individuos de esa especie decapitados por la gente que sube a
pastorear a sus animales o a leñar. En el caso de las víboras de cascabel y de los camaleones estos
representan un medio para obtener ingresos económicos, pues son vendidos ya sea como
productos medicinales o como mascotas lo que provoca que pongan en riesgo a las poblaciones
de estas especies, a pesar de estas presiones, la autora al realizar trabajo de campo ha encontrado
abundantemente a B. imbricata, E. brevirostris, E. lynxe y a C. ravus, sin embargo, Crotalus
triseriatus no es común encontrarle.
IV. SITUACIÓN Y CONSERVACIÓN
Actualmente a pesar de ser un área natural protegida, la explotación de los recursos por parte de
los pobladores de los pueblos aledaños es continua, ya que aún ven a la montaña como una fuente
de ingresos para su subsistencia. Lo anterior, aunado a catástrofes naturales como los incendios,
abuso en el aprovechamiento del hábitat y los mitos generalizados de los reptiles hacen que este
grupo se encuentre en graves problema. Los reptiles son un grupo muy susceptibles a los cambios
en su hábitat natural y a la contaminación, aunando a esto su poca capacidad de desplazamiento
provoca que la mayoría de los reptiles de la Malinche se encuentren en alguna categoría de
riesgo.
106
Anfibios y reptiles
Su conservación radica principalmente en detener o mitigar el proceso de deterioro del hábitat, al
tiempo que se refuerzan las acciones con la educación sobre la importancia de los anfibios y
reptiles y su conservación.
V. CONCLUSIÓN
En el PNM se distribuyen 21 especies de anfibios y reptiles, pertenecientes a 12 géneros: 4 de
anfibios y 7 de reptiles; 8 familias: 3 de anfibios y 5 de reptiles; y 3 ordenes. Se encuentran
representadas el 38.8 % del total de especies de herpetofauna reportadas para el Estado. Los
órdenes mejor representados son en primer término el Squamata: suborden Lacertilia seguido de
Caudata. Del total de especies, 12 (57.1 %) se encuentran en alguna categoría de conservación y
15 (71.4 %) son endémicas a México y en especial al Eje Neovólcanico Transversal. En el Parque
se utilizan 6 especies por los habitantes de las poblaciones aledañas, y se cazan y capturan con
diversos fines, como el medicinal y de alimentación.
Agradecimientos especiales a Oscar Flores-Villela, Oscar Sánchez y Jesús A. Fernández quienes
gentilmente ayudaron con la elaboración y revisión de este capitulo. También a María del
Carmen Corona Vargas, Arturo García Cardozo, Juan Carlos Windfield Pérez, Silvia Araceli
Montes y Pablo Dolores por su ayuda en el trabajo de campo.
VI. LITERATURA CITADA
Fernández, F. J. A. 2002. Reptiles de Tlaxcala,
México. En: Memorias de la III Exposición de
Recursos Bióticos. Universidad Autónoma de
Tlaxcala, Tlaxcala, México.
________________, O. Sánchez y O. Flores-
Villela. New records of amphibians and reptiles
from Tlaxcala, México. Enviado.
Flores-Villela, O. A. 1993. Herpetofauna
Mexicana. Lista anotada de las especies de
anfibios y reptiles de México. Cambios
taxonómicos recientes, y nuevas especies.
Carnegie Museum of Natural History, Special
Publication 17. 1-73 pp.
_________________. 1998.Herpetofauna de
México: distribución y endemismo. En:
Ramamoorthy, T. P., R. Bye, A. Lot y J. Fa
(eds.). La diversidad biológica de México:
Orígenes y distribución. Universidad Nacional
Autónoma de México. México, D. F. Pp. 251-
278.
107
Sánchez, 2004
__________________, E. Hernández G. y A.
Nieto Montes de Oca. 1991. Catálogo de
anfibios y reptiles. Serie catálogos del Museo de
Zoología “Alfonso L. Herrera” No. 3.
León-Pérez J., G. Gómez A. y S. R. Reyes G.
2003. Clasificación tradicional de los
vertebrados terrestres en dos comunidades
nahuas de Tlaxcala, Mexico. Etnobiología, 3:1-
19.
Murphy, R. W., J. Fu, A. Lathrop, J. V.
Feltham y V. Kovac. 2002. Phylogeny of the
rattlesnakes (Crotalus and Sistrurus) inferred
from sequences of five mithochondrial genes.
En: Schuett, G. W., M. Höggren, M. E. Douglas
y H. W. Greene (eds.). Biology of vipers, Tagle
Mountain Pub., Eagle Mountain. Pp. 69-92.
Parra-Olea, G. 2003. Phylogenetic
relationships of the genus
Chiropterotriton (Caudata:
Plethodontidae) based on 16S ribosomal
mtDNA. Canadian Journal of Zoology,
81: 2048-2060.
SEMARNAT. 2002. INE. NOM-059-
ECOL-2001, Protección ambiental-
Especies Nativas de México de Flora y
Fauna Silvestres-Categorías de riesgo y
Especificaciones para su inclusión,
exclusión o cambio- Lista de Especies en
Riesgo.
Sánchez de Tagle, C. 1978.
Contribución al Conocimiento de la
Fauna Herpetológica del Parque
Nacional La Malinche. Tesis de
Licenciatura, Facultad de Ciencias,
Universidad Nacional Autónoma de
México. México, D.F. 91 pp.
Sánchez, H.O. 1980. Diagnosis
Preliminar de la Herpetofauna de
Tlaxcala, México. Tesis de Licenciatura,
Facultad de Ciencias, Universidad
Nacional Autónoma de México. México,
D.F. 155 pp. 168.
Vargas, M. F. 1997. Parques Nacionales
de México. Vol. I: Zonas Centro,
Occidente y Oriente. INE. SEMARNAT.
Pp. 272-285.
Windfield, P. J. C. 2001. Diagnostico
de la Avifauna en la Región Oriente del
Parque Nacional Malintzi a través de un
Estudio Ecológico y del Conocimiento
Tradicional. Tesis de Licenciatura,
Depto de Agrobiología, Universidad
Autónoma de Tlaxcala, Tlaxcala,
México. 96 pp.
108
Anfibios y reptiles
ANEXO
Listado de especies del Parque Nacional La Malinche (Clasificación tomada de Flores-
Villela, 1993), nombre científico, nombre común y categoría de conservación (De acuerdo
con la NOM-059-ECOL 2001), endemismo de acuerdo con Flores-Villela (1993)..
Nombre Científico Nombre Común Categoría de conservación Endemismo
CLASE AMPHIBIA
ORDEN ANURA
Familia Hylidae
Hyla sp. Ranita arborícola
Familia Scaphiopodidae
Spea multiplicata Sapito de espuelas No endémica
ORDEN CAUDATA
Familia Plethodontidae
*Chiropterotriton sp. Salamandra Protección especial Endémica
Pseudoeurycea belli Salamandra Amenazada Endémica
P. cephalica Salamandra Amenazada No endémica
P. gadovi Lagartija flaca Protección especial Endémica
P. leprosa Salamandra Amenazada Endémica
CLASE REPTILIA
ORDEN
SQUAMATA
109
Sánchez, 2004
SAURIA
Familia Anguidae
Barisia imbricata Escorpión Protección especial Endémica
Familia Phrynosomatidae
Phrynosoma orbiculare Camaleón Amenazada Endémica
Sceloporus aeneus Lagartija --- Endémica
S. bicanthalis Lagartija ---- Endémica
S. grammicus Lagartija común Protección especial No endémica
S. g. microlepidotus Lagartija
S. megalepidurus Lagartija escamosa Protección especial Endémica
S. scalaris Lagartija No endémica
Familia Scincidae
Eumeces brevirostris Lincer, eslaboncillo Endémica
E. lynxe Lincer, eslaboncillo Protección especial Endémica
SERPENTES
Familia Colubridae
Storeria storerioides Caracolera Endémica
Thamnophis scalaris Jarretera Amenazada Endémica
Familia Viperidae
Crotalus triseriatus Víbora de cascabel Endémica
C. ravus Víbora de cascabel
enana
Protección especial Endémica
* Esta especie aún no se encuentra identificada debido a cambios taxonómicos de Parra-
Olea (2003).
110
Anfibios y reptiles
1 2
3 4
6 5 Figuras 1-6. Anfibios y Reptiles del Parque Nacional La Malinche, Tlaxcala, México. 1. Hyla sp; 2-3. Chiropterotriton sp.; 4. Pseudoeurycea cephalica; 5-6. Pseudoeurycea leprosa.
111
Sánchez, 2004
7 8
9 10
11 12 Figuras 7-12. Anfibios y Reptiles del Parque Nacional La Malinche, Tlaxcala, México. 7. Pseudoeurycea leprosa; 8. Barisia imbricata; 9. Phrynosoma orbiculare; 10. Sceloporus aeneus, 11. Sceloporus bicanthalis; 12. Sceloporus megalepidurus.
112
Anfibios y reptiles
13 14
15 16
1817 Figuras 13-18. Anfibios y Reptiles del Parque Nacional La Malinche, Tlaxcala, México. 13-14. Eumeces sp.; 15. Storeria storerioides; 16. Crotalus triseriatus; 17-18. Crotalus ravus.
113
Sánchez, 2004
114
Aves
AVES
Juan Carlos Windfield Pérez
Departamento de Zoología, Instituto de Biología, U.N.A.M.
Ap. Postal 70-153, Coyoacán, C. P. 04510, México D. F. México.
RESUMEN
Los estudios y registros sobre aves del Parque Nacional Malinche han sido documentados
desde los años 50's, todos los ejemplares colectados desde entonces han quedado
depositados en tres colecciones nacionales y una extranjera. A principios de los 80's se
reanudaron los estudios de aves y en 1984 el número de especies colectadas se
incrementó para la región norte del Parque y a finales de los 90's para la región oriente,
los trabajos realizados en ambos sitios aunado a las colectas iniciales constituyen el
conocimiento de los aspectos ecológicos y de riqueza de la avifauna con que se cuenta
hasta el momento y cuya información quedó reunida en cuatro tesis de licenciatura, cinco
resúmenes en congresos nacionales y dos informes inéditos. La recopilación de esta
información ha permitido determinar un total de 111 especies de aves: de ellas, 59
especies están representadas en 4 colecciones, el resto de las especies (50) se han
reportado a través de censos y registros indirectos. Estacionalmente de dividen en 78
residentes, 23 migratorias y 10 permanecen sin datos, 6 son endémicas, 4 se encuentran
en alguna categoría de protección por las leyes mexicanas y quince tienen alguna utilidad
o uso por parte de los habitantes asentados en las faldas de este volcán.
I. INTRODUCCIÓN
Las aves siempre se han considerado como un recurso del cual se obtienen múltiples
beneficios, por ejemplo el faisán y la codorniz son una fuente de alimento y su venta
como carne o como ejemplar en especie y sus derivados juegan un papel importante en la
economía de las familias que comercian con ellas. Otras especies de aves como los patos
115
Windfield, 2004
(Género Anas) son un buen ejemplo de aves que sirven de entretenimiento en actividades
como cacería, que en ciertas regiones y bajo control generan una fuerte derrama
económica en la temporada de caza. Las aves canoras y de ornato se han clasificado en la
categoría de valor estético, éstas aves son muy apreciadas por su canto y los vistosos
colores de su plumaje, por ejemplo el Clarín (Género Myadestes), cuyo canto es uno de
los más hermosos que existen, llega a costar hasta 800 pesos en el mercado municipal de
Tlaxcala. Y por último, el valor medicinal o curativo, que en ciertas regiones de nuestro
país y en especial del Parque aún subsiste y refleja parte de las costumbres y tradiciones
de nuestros pueblos.
Además de los beneficios que el hombre obtiene de las aves, éstas juegan un importante
papel ecológico como polinizadoras (colibríes), reguladoras de insectos (mosqueros y
garrapateros) y roedores (búhos, lechuzas y águilas), consumidoras de organismos
muertos (zopilotes) y dispersoras de semillas (frugívoras y granívoras).
La variedad de bienes y servicios que de las aves obtenemos se debe a la gran diversidad
de especies que existen en nuestro planeta, hasta el día de hoy se han estimado
aproximadamente 10 500 especies de aves (Peterson y Chalif, 1987), de esa riqueza
mundial, nuestro país alberga 1007 especies de aves tanto residentes como migratorias
(Escalante et al., 1998). En Tlaxcala se han registrado 213 especies (Fernández, 2000) lo
que representa el 15% de la avifauna mexicana, desafortunadamente el deterioro y
destrucción de los hábitats, cambio de uso de suelo y otros factores como la
contaminación y la cacería ilegal han contribuido en gran medida a que muchas de las
especies de aves del Estado de Tlaxcala y de otros lugares del país queden confinadas en
áreas como Parques Nacionales o Reservas y sólo las pocas especies de aves que tienen
requerimientos generales de alimentación y anidación sobreviven a tales condiciones de
deterioro ambiental, desafortunadamente, las poblaciones de estas aves pueden llegar a
crecer a tal magnitud que algunas se han convertido en plagas generando serios daños
principalmente a cultivos.
116
Aves
Por otro lado, dentro de las principales áreas con vegetación natural del Estado de
Tlaxcala, el Parque Nacional Malinche (PNM) es considerada como una de las más
importantes ya que alberga cerca de la mitad de especies de aves registradas hasta el
momento para el Estado. En esta zona, se han realizado diversos estudios publicados en
forma de tesis y resúmenes de congresos, lamentablemente la distribución de estos textos
es limitada y por tanto de difícil acceso. Es por ello que surge el interés de generar un
documento de consulta que incluya la lista total de especies registradas para el PNM, las
colecciones donde se albergan ejemplares, aspectos sobre su reproducción, estatus de
conservación, situación poblacional y una breve reseña de las obras y autores que han
hecho valiosas aportaciones al conocimiento de las especies de aves del Parque. Es
importante mencionar que el presente trabajo además de enfocarse a personas interesadas
en el campo de la ornitología, también esta dirigido a los pobladores de la región y
visitantes del PNM.
II. RESEÑA DE COLECTAS Y TRABAJOS REALIZADOS EN EL PARQUE
NACIONAL MALINCHE.
En agosto de 1954, investigadores extranjeros colectaron aves en el PNM, entre ellas se
encuentran los registros de Lampornis clemenciae (Chupaflor garganta azul), Eugenes
fulgens (Chupaflor magnífico), Lanius ludovicianus (Verdugo), Aphelocoma
coerulescens (ahora A. californica) y A. ultramarina (Urraca azulejo y Azulejo), Poecile
sclateri (Mascarita mexicana) y Carpodacus mexicanus (Gorrión mexicano). Los
ejemplares fueron depositados en la Colección Ornitológica de la Universidad de Cornell
(Cornell Ornithology Collection), en Estados Unidos.
En 1980, se colectaron ejemplares de la especie Thryomanes bewickii (Salta pared
tepetatero) éstos se depositaron en el Instituto Politécnico Nacional. Durante el periodo
de 1984-1987 el grupo de vertebrados de la Facultad de Ciencias de la UNAM realizaron
estudios en la región norte del PNM, los ejemplares se encuentran en el Museo de
Zoología “Alfonso L. Herrera” (MZFC) de la misma institución (Navarro et al., 1991).
Colibri thalassinus (Verdemar), Psaltriparus minimus (Sastrecito), Sitta pygmaea
117
Windfield, 2004
(Saltapalo enano), Certhia americana (Trepadorcito) y Thryomanes bewickii (Saltapared
tepetatero) son algunas de las especies.
Más adelante entre 1985 a 1988, se depositaron en la Escuela Nacional de Ciencias
Biológicas del Instituto Politécnico Nacional (ENCB) los ejemplares de aves que
pertenecen a la especie Archilocus colubris (Chupaflor rubí), Troglodytes aedon
(Matraquita) y Catharus guttatus (Mirlillo solitario), así mismo en la Colección
Ornitológica de Cornell fueron depositados espécimenes de Sialia mexicana (Ventura
azul).
Para 1993, Reyes realizó un estudio sobre la densidad de la población, reproducción, uso
de la vegetación y hábitos alimenticios de Ergaticus ruber (Orejas de plata). En ese
mismo año Gómez et al. (1993), presentan en congreso la ponencia Fauna Silvestre del
Parque Nacional Malintzi, donde señalan la existencia de 77 especies de aves en la ladera
norte, observadas y/o capturadas en áreas de cultivo, ecotono, bosque de pino y bosque de
pino-aile. Goméz et al., en 1995, estudian la estructura de las comunidades de aves y la
vegetación, correlacionando riqueza, dominancia, abundancia y diversidad de especies
con la altura del follaje, área basal y densidad de árboles arbustos y gramíneas
presentándolo como conferencia.
Fernández (2000), en su tesis de licenciatura, hace mención a algunas especies de aves
colectadas en el PNM, así como del historial detallado de las colectas y ejemplares
depositados en los museos nacionales y extranjeros, proporcionando además una lista de
213 especies para el Estado de Tlaxcala.
Windfield (2001) presenta un diagnóstico de la avifauna de la región oriente del PNM,
mencionando 89 especies de aves de las cuales se adicionan dos nuevos registros para el
Estado de Tlaxcala, se consideró también el conocimiento tradicional que sobre la
avifauna tiene la gente de la región oriente del PNM, identificándose los usos y
potencialidades del recurso.
118
Aves
Por último Hommer (2002), registra en su trabajo 30 especies para la región oriente del
PNM, de las cuales tres son nuevos registros para esta zona en particular y deposita ocho
ejemplares en el MZFC de la UNAM. Durante el trabajo se estima la abundancia relativa
de las especies de aves que fue determinada indirectamente a través de su frecuencia, la
diversidad se estimó por cada comunidad vegetal y para cada estrato altitudinal determina
que la comunidad vegetal con mayor diversidad fue el zacatonal y la mayor abundancia
de aves fue observada a los 3100 m snm.
III. DIVERSIDAD TAXONÓMICA.
Se tienen para el PNM un total de 111 especies de aves (Anexo) lo que representa la
mitad (51%) de la avifauna reportada por Fernández (2000) para el Estado de Tlaxcala,
sin embargo según estudios recientes, se estiman cerca de 262 especies de aves para el
Estado (Fernández et al., en prep.), considerando estos últimos estudios, en el PNM se
puede observar el 40% de la avifauna Tlaxcalteca.
Del total de especies (111), 61 han sido colectadas y depositadas en las colecciones de
cuatro universidades. Las 50 especies restantes se reportaron por observaciones durante
censos y avistamientos .
Es relevante acotar que una colección regional como la Colección de Vertebrados del
Laboratorio de Recursos Faunísticos de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, (UATX)
cuenta con 35 especies representadas. De las colecciones con ejemplares de todo el paìs
tenemos al Museo de Zoología “Alfonso L. Herrera” (MZFC) con 49 especies, la
colección que resguarda la ENCB cuenta con ejemplares de 9 especies y por último 19 se
encuentran en la Colección Ornitológica de la Universidad de Cornell en Estados Unidos
(Fig. 1).
119
Windfield, 2004
0
5
10
15
20
25
30
35
40
45
50
CORNELL ENCB MZFC UATX
No.
de
espe
cies
repr
esen
tada
s
Institución
Figura 1. Instituciones que cuentan con ejemplares de aves del PNM
Existen dos zonas del PNM donde se ha colectado la mayoría de los especímenes, estas
son:
La región Norte, que incluye el albergue del IMSS, pertenece al municipio de Huamantla;
la colección del MZFC contiene una gran parte de especies representadas con ejemplares
de este sitio, y sólo 19 especies se encuentran en la Colección Ornitológica de la
Universidad de Cornell. Y en la región Oriente, también conocida como Cañada Grande
que corresponde al municipio de San Juan Ixtenco la mayoría de los especímenes de éste
localidad se han depositado en la colección de la UATX y algunos en la colección del
ENCB y del MZFC.
Cabe señalar que los registros (tanto visuales como de captura) de estas aves,
corresponden a diversos tipos de vegetación como el bosque de pino, bosque de pino
encino, bosque de pino con aile, pastizales y cultivos que se encuentran dentro o aledaños
al PNM.
IV. ESPECIES ENDÉMICAS
120
Aves
Están registradas para el PNM seis especies cuya distribución natural corresponde
solamente a México:
Empidonax affinis (Mosquerito pinero), esta especie es residente, se localizó en la
vegetación boscosa de la región oriente, muy cerca de los cultivos (2700 a 2900 m snm)
por lo general en el estrato medio, se alimenta de insectos voladores, algunos de ellos
mosquitos, es poco común encontrarlo (Navarro, 1986; Windfield, 2001). Poecile sclateri
(Mascarita mexicana), especie residente, es poco común observarla y por lo general se
encuentra en el estrato medio de la zona de bosque, bordo y en algunos árboles junto a
cultivos, es un ave residente y sus hábitos alimenticios son insectívoros; Catharus
occidentalis (Chepito serrano) es un ave residente, insectívora y considerada como poco
común para la región oriente donde se registró en la vegetación de transición constituida
por árboles y matorrales; Geothlypis nelsoni (Verdín enmascarado) se ha observado en la
región oriente (zona 2) del Parque durante el mes de mayo, en la vegetación arbustiva
aledaña a los cultivos que se encuentran dentro del PNM, su dieta principal la constituyen
insectos y a pesar de ser residente es poco común observarla; Ergaticus ruber (Orejas de
plata), es residente y se encuentra de manera común en el estrato superior de vegetación
poblada con árboles de Oyamel (Abies religiosa) y bosques de Pino (Pinus hartwegii y
P. pseudostrobus), por tanto su distribución en el parque es acorde con este tipo de
vegetación, se considera una especie residente e insectívora (Reyes, 1993); Oriturus
superciliosus (Zorzal rallado), es residente y se puede encontrar de manera común entre
los zacatonales que existen en el bosque y entre el bosque y el cultivo. También se le ha
visto entre los cultivos en el mes de septiembre. Para todas las especies endémicas existen
ejemplares voucher, excepto para G. nelsoni.
V. ESPECIES PROTEGIDAS POR LA NORMA OFICIAL MEXICANA NOM-
059-ECOL-2001 .
121
Windfield, 2004
Existen para el PNM cuatro especies cuyas poblaciones podrían llegar a encontrarse
amenazadas por causas que afectan su viabilidad de manera negativa, motivo por el que
se encuentran en la categoría de Protección especial, estas especies son:
• Accipiter cooperii (Gavilán pollero), es invernante, se encuentra depositado un
ejemplar en la colección del MZFC (Hommer, 2002).
• Cyrtonyx montezumae (Codorníz arlequín o moctezúma), es residente y se
considera poco común para la zona oriente del PNM, puede encontrarse entre los
zacatonales de bosque ralo, también se observado y colectado en la zona norte
(Gómez et al., 1987) y es una de las especies consideradas con un uso estético y
cinegético.
• Myadestes occidentalis (Clarín jilguero) es un ave residente, se registró en los
meses de junio y julio entre el bosque de A. religiosa-P. hartwegii en la región de
la Cañada Grande (Hommer, 2002).
• Picoides stricklandi stricklandi (Carpintero de Strickland), únicamente se
observó y capturó en la región norte del PNM (Goméz et al., 1987). Se considera
raro.
VI. ESTACIONALIDAD
Se encontro que 23 especies de aves migratorias utilizan la vegetación nativa del PNM
como sitio de descanso, forrajeo y refugio, para estas especies se ha determinado que la
mayoría de ellas son insectívoras (especies del género Dendroica) y nectarívoras
(FAMILIA: TROCHILIDAE), la importancia de estas aves es su contribución al regular
los grupos de insectos que pueden causar graves daños al bosque y en caso de los
nectarívoros contribuyen en la polinización de especies vegetales. Es importante señalar
que las especies Catharus guttatus, Vermivora ruficapilla y Selasphorus rufus que se
consideran migratorias, algunas de sus poblaciones han sido observadas durante los
122
Aves
meses de junio y julio aunque la parte importante de las poblaciones llega durante la
migración en el invierno.
Las especies residentes suman 78, y en este caso se debe tomar en cuenta para su
conservación que no presentan la capacidad de dispersarse tan lejos como lo harían las
aves migratorias. Siendo las aves residentes las más afectadas en una escala local, sobre
todo en lugares con serio deterioro y recursos alimenticios limitados como sucede con el
PNM, por consiguiente, son el grupo más afectado en la fragmentación del bosque
(Bender et. al, 1998).
Para ocho especies registradas para el PNM por Gómez et al, (ver dirección de internet en
bibliografía citada) no se cuenta con ningún tipo de información excepto su nombre
científico.
VII. GREMIOS ALIMENTICIOS
Se tiene información en esta categoría para 88 especies de aves del PNM. Las especies
insectívoras conforman el grupo más grande con 45 especies, seguido de las aves
granívoras con 23 especies, 8 son nectarívoras, 7 carroñeras y 5 son omnívoras. Es
importante señalar que las aves se han agrupado en estas categorías de acuerdo a sus
preferencias alimenticias más frecuentes.
VIII. ABUNDANCIA
De acuerdo con Windfield (2001), nueve especies son las más abundantes del PNM y por
tanto con una posibilidad muy alta observarlas cualquier día y conformado grupos
grandes (más de 15 individuos), algunos ejemplos son Zenaida macroura (Paloma huilota
común), Columbina inca (Tortolita), Carpodacus mexicanus (Gorrión). Las aves
comunes (20 sp.) se pueden observar diariamente pero en números más bajos y en grupos
pequeños o pocos grupos de 10 a 15 individuos entre los que se encuentran Caprimulgus
vociferus (Tapacamino gritón), Aphelocoma ultramarina (Azulejo). La mayoría de las
123
Windfield, 2004
especies del PNM son poco comunes (52 sp.), pudiéndose observar pocos individuos, y
generalmente no todos los días. Las 11 especies observadas no diariamente y en números
bajos fueron catalogadas como raras en el PNM y dos de estas especies se encuentran
protegidas por la Norma Oficial Mexicana. La especie Geococcyx californianus
(Correcaminos) se consideró ocasional debido a su baja frecuencia durante el muestreo.
Finalmente 16 especies registradas para el Parque por Gómez et al. (ver dirección de
internet en bibliografía citada) carecen de datos relacionados con su abundancia.
IX. IMPORTANCIA DEL GRUPO
En el mundo, muchos de los lugares donde se realiza conservación de especies de aves,
son también sitios que aún contienen riqueza cultural como el lenguaje, la región de la
Malinche no es la excepción ya que de las 11 comunidades asentadas en sus faldas, siete
son de origen náhuatl y una es de origen otomí (INEGI, 1998). Los datos existentes para
el uso del recurso aves sólo se tienen para esta última comunidad que reconoce al menos
27 especies de aves entre las que destacan Cathartes aura (Zopilote), Aphelocoma
ultramarina (Azulejo), Buteo jamaicensis (Águila), Zenaida asiatica (Paloma de alas
blancas), Bubo virginianus (Tecolote), Icterus sp. (Calandria) y Mimus polyglottos
(Cenzontle, posiblemente esta especie es confundida por los pobladores con el
Cuitlacoche, Toxostoma curvirostre) que se encuentran en su zona de influencia dentro
del PNM (Cuadro 1).
124
Aves
Nombre en español Nombre en otomí Nombre científico
Azulejo, azul, tordo Bóndêhé Aphelocoma ultramarina
Águila Nxuní ---- Calandria nbohña, thadiza Icterus
Colibrí Tzth ---- Codorniz Tûtû Cyrtonyx montezumae
Cuitlacoche mané tzh Turdus migratorius Coquita o tortolita Chiqhóngó Columbina inca
Golondrina Cahay Irundo rustica Gorrión thangueña, dohqne Carpodacus mexicanus Gavilán Pantzu ---- Lechuza Qhuxqhuay Tito alba
Pájaro carpintero n--yáphí Falco sparverius Cardenal Pájaro rojo mixi, * tjan ntzh Ergáticur ruber
Paloma silvestre Tûthû Zenaida asiatica Paloma torcaz Tóyógâ Zenaida macroura
Salta pared xîtihîâ, phando ---- Tecolote Tuhcrú ----
Tigrillo Zate ntzh Pheuticus melanocephalus
Cenzontle Têhiâ ---- Zopilote Xópda Catartes aura
Cuadro 1. Lista de especies que los pobladores de San Juan Ixtenco, Tlaxcala
reconocen.
La gente de esta comunidad hace uso de nueve especies de aves del parque que considera
con utilidad estética (canoras y de ornato), cinco se utilizan como alimento, una es
medicinal y el resto no tiene un uso aparente (Cuadro 2). De acuerdo con algunos
estudios poblacionales basados en diversidad y abundancia realizados en la región oriente
por Windfield (2001) existen al menos ocho especies de aves conocidas por la gente de la
zona que pudieran ser potencialmente aprovechadas, ya que su mayor densidad
poblacional se encuentra en las áreas de cultivo fuera de los límites establecidos por la
poligonal, generándose así una propuesta de uso potencial que puede beneficiar a la gente
de la región (cuadro 3).
125
Windfield, 2004
(Aves) Alimenticio Medicinal Estético Cacería Zopilote ---- ---- ---- ----
Azulejo, azul, tordo o caxco ---- ---- xx ----
Águila ---- ---- ---- ---- Gorrión xx
Chupamirto o colibrí ---- xx ---- ----
Pájaro carpintero ---- ---- ---- ---- Tigrillo ---- ---- xx
Cuitlacoche ---- ---- xx Correcaminos ---- ---- ---- ---- Paloma de alas
blancas xx ---- xx ----
Codorniz xx ---- ---- ---- Coquita o tortolita xx ---- ---- ----
Tecolote ---- ---- ---- ---- Primavera xx ---- ---- ---- Gavilán ---- ---- ---- ----
Pájaro rojo ---- ---- xx ---- Paloma torcaza xx ---- ---- ----
Pájaro saltapared ---- ---- ---- ---- Dominico ---- ---- ---- ---- Calandria ---- ---- xx ---- Jilguero ---- ---- xx ----
Pájaro amarillo ---- ---- ---- ---- Cardenal ---- ---- ---- ---- Cenzontle ---- ---- xx ---- Copetonas ---- ---- ---- ----
Hilama ---- ---- ---- ---- Lechuza ---- ---- ---- ----
Cuadro 2. Uso que la gente de la región da a las aves del PNM (Windfield 2001).
Nombre común de la región
Nombre Otomí Nombre científico
Categoría de aprovechamien
to
126
Aves
Gorrión Thangueña, dohqne
Carpodacus mexicanus Canora
Paloma torcaz Tóyógâ Zenaida macroura Cacería
Tigrillo Zate ntzh Pheuticus melanocephalus Canora
Paloma silvestre Tûthû Zenaida asiatica Cacería Primavera ----------- Turdus migratorius Ornato
Clarín ----------- Myadestes obscurus Canora y de ornato
Cuitlacoche Mané tzh Toxostoma curvirostre
Canora y de ornato
----------- ----------- Ptilogonis cinereus Ornato ----------- ---------- Guiraca caerulea Ornato Coquita Chiqhóngó Columbina inca Ornato
Cuadro 3. Especies de aves con potencialidad para su aprovechamiento en la región oriente del PNM.
En lo referente a las comunidades restantes de origen náhuatl, se puede consultar a Nutini
(1976) que hace una mención muy pobre a la utilidad de las especies de aves en la zona,
refiriéndose principalmente a los chupamirtos (Apodiformes: Trochilidae) usados por
curanderos para resolver cuestiones románticas de sus pacientes.
X. CONCLUSIÓN GENERAL
De acuerdo con lo expuesto no es difícil percibir la alta riqueza de especies presentes en
el PNM con respecto a las registradas para el Estado de Tlaxcala, lo que refleja su
importancia como refugio de aves endémicas, residentes y migratorias, y el papel especial
que juega para las especies cuyas poblaciones presentan problemas de supervivencia y
requieren de protección. También es evidente que son muy pocos los estudios de
ornitología realizados y que existe un vacío de información para los tipos de vegetación
que se encuentran en la región poniente y el páramo de altura.
Por otro lado no hay parque natural que no sea frecuentado por visitantes, ni explotado
por la gente de la región que hace uso de alguno o varios recursos como: agua, madera,
musgo, hongos, etc., o simplemente recreación. Sin embargo, el abuso sobre estos y
principalmente el cambio de uso de suelo (provocado por tala clandestina, incendios,
127
Windfield, 2004
expansión de la frontera agrícola, por mencionar algunos ejemplos) suelen acelerar el
deterioro de la vegetación y modificar drásticamente los hábitats propiciando la extinción
local de especies. Por ello se recomienda realizar estudios principalmente de ecología y
etnobiología que permitan conocer de una mejor manera el recurso aves, tanto a la
comunidad científica, como a los visitantes y gente del lugar; además del establecimiento
de programas que involucren a la gente de las comunidades aledañas al cuidado de las
áreas naturales ya que ellos son el actor principal en la permanencia del Parque y de sus
especies.
XI. LITERATURA CITADA
Bender, D. J., T. A. Contreras y L.
Fahrig. 1998. Habitat loss and population
decline: a meta-analysis of the patch size
effect. Ecology 79: 517-533.
Birkenstein, L. y R. E. Tomlinson. 1981.
Native names of mexican birds. Fish and
Wildlife Service. Resource Publication 139.
U.S.A. 159 pp.
Escalante, P. P., A. G. Navarro S. y A. T.
Peterson. 1998. Un análisis geográfico,
ecológico e histórico de la diversidad de aves
terrestres de México. Pp. 279-304. En T. P.
Ramamoorthy, R. Bye., A. Lot y J. Fa
(Comps). Diversidad Biológica de México:
Orígenes y distribución. Instituto de Biología,
Universidad Nacional Autónoma de México,
México D. F.
Listado de nombres comunes de las aves de
México. CONABIO. Sierra Madre.
(http://www.ibiologia.unam.mx/zoologia/lista
do.pdf), actualización 1998.
Fernández, F. J. A. 2000. Avifauna del
estado de Tlaxcala. Tes. Prof. Universidad
Autónoma de Tlaxcala, Tlaxcala, México,
99 pp.
Gómez A. G., P. Chalico A. 1987. Estudio
de la avifauna en los volcanes La Malinche
y Popocatepetl. Memorias del V Simposio
sobre Fauna Silvestre, Facultad de Medicina
Veterinaria y Zootecnia. UNAM, México,
D. F.
Gómez A. G., R. S. Reyes G., G. Matínez
G. y R. Terán O. 1993. Fauna silvestre del
Parque Nacional la Malintzi, Tlaxcala.
Memorias del Primer Congreso sobre
Parques Nacionales y Áreas Naturales
Protegidas de México. pasado, presente y
futuro, Tlaxcala, Tlax, México, pp. 40-42
Gómez A. G., R. S. Reyes G., A. Duran D.
y R. Terán O. 1995. Relación entre la
estructura de las comunidades de aves y la
vegetación del volcán Malinche, Tlaxcala.
Resúmenes IV Congreso y X Simposio
Nacionales de Ornitología, pp 19. Tuxtepec,
Oaxaca. México.
128
Aves
Hommer. D. Y. 2002. Estudio preliminar de
aves y mamíferos en la cañada “grande”, en
el Parque Nacional Malinche”, Tlaxcala.
Tesis de licenciatura , Facultad de Ciencias,
UNAM. México, D. F. 134 pp.
Peterson, T. R. y E. L. Chalif. 1989. Aves
de México: Guía de campo. Editorial Diana,
México, D. F., 475 pp.
Reyes G. R. S., 1993. Densidad de
población, reproducción, uso de vegetación
y hábitos alimenticios del chipe orejas de
plata Ergaticus ruber (Aves:Emberizidae) ,
en el volcán Malinche, Tlaxcala. Tesis
profesional, Facultad de Ciencias UNAM.,
México D. F.
INEGI. 1998. Los Municipios de Tlaxcala,
monografías. Gobierno del Estado,
COPLADE, Tlaxcala.
Navarro S. A. G., M. G. Torres C. y B. P.
Escalante P. 1991. Catálogo de aves
(VERTEBRATA: AVES). Serie de
catálogos del Museo de Zoología " Alfonso
L. Herrera". Catalogo No. 4. UNAM.
México, D. F. 305 pp.
Windfied P. J. C. 2001. Diagnóstico de la
avifauna de la región oriente del Parque
Nacional Malinche a través de un estudio
ecológico y del conocimiento tradicional.
Tes. Prof. Universidad Autónoma de
Tlaxcala, Tlaxcala, México, 96 pp.
Nutini, H. G. 1989. Los pueblos de habla
náhuatl de la región Tlaxcala y Puebla.
Consejo Nacional para la Cultura y las
Artes. No. 10. México. 465 pp.
Lista de especies registradas para el PNM, la clasificación de acuerdo con A.O.U.,
1998. ε Especie endémica; * Especie catalogada en alguna categoría de protección de
129
Windfield, 2004
acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001. C. = Indica si la especie
cuenta con ejemplares depositados en alguna colección.
ESPECIE
Estatus Hábitat Estrato Abundancia Dieta Región del Parque C. Autor que
registró CICONIIFORMES CATHARTIDAE
Zopilote Cathartes aura Residente Aéreo Dosel Rara Carnívora
carroñera Oriente No Windfield, 2001
FALCONIFORMES ACCIPITRIDAE
Gavilán ratonero *Circus cyaneus Migratoria ND ND ND ND Norte Si Gómez et al. 1986
Gavilán pollero *Accipiter cooperii Migratoria Bosque,
Transición ND Rara
Carnívora, aves y
mamíferos pequeños
Oriente Si Hommer, 2002
Aguililla ratonera *Buteo jamaicensis Residente Aéreo,
Transición Generalista Poco común Carnívora Norte, Oriente No Gómez et al.
Windfield, 2001 FALCONIDAE Cernícalo chitero
Falco sparverius Residente Transición, Cultivo Generalista Común Carnívora Norte,
Oriente Si Gómez et al. Windfield, 2001
GALLIFORME ODONTOPHORIDAE
Codorníz moctezuma *Cyrtonyx montezumae Residente Bosque,
Pastizales Suelo Poco común Granívora Norte, Oriente Si Gómez, 1987
COLUMBIFORMES COLUMBIDAE
Paloma de alas blancas Zenaida asiatica Residente
Bosque, Cultivo Suelo Común Granívora Oriente No Windfield, 2001
Huilota común Z. macroura Residente Cultivo Suelo Abundante Granívora Norte,
Oriente Si Gómez, 1987 Windfield, 2001
Coquita común Columbina inca Residente
Cultivo; Zacatona/A.
religiosa Suelo Abundante
Granívora; Semillas, Frutos e Insectos
Oriente Si Windfield, 2001 Hommer, 2002
Tortola Columbina passerina Residente ND ND ND ND Norte No *Gómez et al.
CUCULIFORMES CUCULIDAE
Correcaminos californiano Geococcyx californianus
Residente Transición Suelo Ocasional Omnívora Norte, Oriente No *Gómez et al.
Windfield, 2001
STRIGIFORMES TYTONIDAE
Lechuza de campana Tyto alba Residente Bordo de
cultivos Sotobosque
superior Poco común Carnívora Norte Oriente No *Gómez et al. Windfield, 2001
STRIGIDAE Tecolotito de flámulas
Otus flammeolus Residente Bosque Sotobosque medio Poco común Carnívora Oriente Si Windfield, 2001
Tecolotito manchado Megascops trichopsis Residente ND ND ND ND Norte No *Gómez et al.
Tecolote cornudo Bubo virginianus Residente Bosque Sotobosque
superior Poco común Carnívora Oriente No Windfield, 2001
Tecolotito cabezón Aegolius acadicus Residente ND ND Abundante ND Norte Si
Cornell Gómez et al.,
1985-87 CAPRIMULGIFORMES CAPRIMULGIDAE
Tapacamino gritón Caprimulgus vociferus Residente
Transición A. religiosa y P.
hartwegii Suelo Común
Insectívora; Principalmen
te insectos nocturnos
Norte Oriente Si *Gómez et al.
Windfield, 2001 Hommer, 2002
APODIFORMES TROCHILIDAE
Verdemar Colibri thalassinus Residente Bosque Sotobosque
inferior Poco común Nectarívora Norte Oriente Si Gómez et al.,
1984-86 Windfield, 2001
Chupaflor orejiblanco Hylocharis leucotis
Residente
Bosque, transición,
cultivo; Pinus hartwegii, Zacatonal
Sotobosque inferior Común
Nectarívora; y pequeños artropodos
(arañas)
Norte Oriente Si *Gómez et al.
Windfield, 2001 Hommer, 2002
Chupaflor de berilo Amazilia beryllina Residente ND ND Rara Nectarívora Norte Si Gómez et al.,
1986
130
Aves
Chupaflor garganta azul Lampornis clemenciae
Residente Bosque Sotobosque inferior Poco común Nectarívora Norte Oriente Si
Gómez et al., 1984
Windfield, 1999 Chupaflor magnífico
Eugenes fulgens Residente Transición ND Poco común Nectarívora Norte Oriente Si
Gómez et al., 1984, 85
Windfield, 1999 Chupaflor rubí
Archilochus colubris Migratoria Cultivo ND Poco común Nectarívora ND Si ND
Chupaflor cola ancha Selasphorus platycercus
Migratoria Transición Cultivo
Sotobosque inferior Común Nectarívora Norte Oriente Si Gómez et al.,
1985, 86
Chupaflor dorado S. rufus Migratoria Bosque Cultivo Sotobosque
inferior Poco común Nectarívora Norte Oriente Si Gómez et al. 1986
Windfied, 1999 PICIFORMES PICIDAE
Carpintero encinero Melanerpes formicivorus Residente
Transición Cultivo; Pinus
hartwegii
Sotobosque superior Común
Insectívora; Insectos
voladores, de corteza, savia hormigas y
bellotas
Oriente No Windfield, 2001 Hommer, 2002
Chupasavia nuca roja Sphyrapicus nuchalis Migratoria Cultivo Sotobosque
superior Rara Insectívora Oriente No Windfield 2001
Chupasavia cabeza roja S. ruber
Residente ND ND ND ND ND ND Gómez et al.
Carpintero listado Picoides scalaris Residente ND ND Abundante ND Norte Si Gómez et al.,
1985 Carpintero ocotero
P. villosus Residente Bosque Sotobosque medio Poco común Insectívora Oriente Si Windfield, 2001
Carpintero de Strickland P. stricklandi
Residente ND ND ND ND Norte Si *Gómez et al.
Carpintero de alas rojas Colaptes auratus
Residente Transición,Abie
s religiosa, Pinus hartwegii
Sotobosque medio Común
Insectívora; Insectos
voladores, de corteza, savia hormigas y
bellotas
Norte Oriente Si
Gómez, et al., 1987; Windfield, 2001; Hommer,
2002
PASSERIFORMES TYRANNIDAE
Tengofrío grande Contopus pertinax
Residente Transición,
Abies religiosa, Pinus hartwegii
Sotobosque medio Poco común
Insectívora; Insectos
voladores Oriente Si
Windfield, 2001 Hommer, 2002
Tengo frío común C. sordidulus Residente Cultivo Sotobosque
inferior Rara Insectívora Oriente Si MZFC Windfield, 2001
Tengo frío tropical C. cinereus Residente ND ND Abundante ND Norte No Gómez et al.
Mosquero gargantiblanco Empidonax albigularis
ND ND ND ND ND ND No Windfield, 2001
Mosquerito pinero ε E. affinis Residente Bosque Cultivo Sotobosque
Inferior Poco común Insectívora Oriente Si Gómez et al.,
1986 Windfield, 2001
Mosquerito barranqueño E. difficilis
ND ND ND ND ND ND No Windfield, 2001
Mosquerito occidental E. occidentalis ND ND ND ND ND ND Si Cornell
Mosquerito canelo E. fulvifrons Resiente
Bosque, Transición
Cultivo ND Poco común Insectívora Norte Oriente Si Gómez et al.,
1985-86
Papamoscas boyero Sayornis saya Migratoria Bosque
Abies religiosa y Zacatonal
Poco común Insectívora;
Insectos voladores
Oriente Si Hommer, 2002
Copetón viajero Myiarchus crinitus Migratoria Cultivo Sotobosque
inferior Rara Insectívora Oriente Si Fernández, 2001
Tirano Tyrannus vociferans Residente Cultivo Sotobosque
inferior Poco común Insectívora Norte Oriente Si Gómez, et al., 1985-86
LANIIDAE Verdugo
Lanius ludovicianus Residente Cultivo Sotobosque inferior Poco común Insectívora Norte Oriente Si
Gómez et al., 1986
Windfield, 2001 VIREONIDAE Vireo aceitunado
Vireo bellii ND ND ND ND ND Oriente No Windfield, 2001
Vireo oliváceo V. huttoni Residente Bosque Sotobosque
medio Poco común Insectívora Norte Oriente Si
Gomez, et al., 1986
Windfield, 2001 CORVIDAE
131
Windfield, 2004
Urraca Azulejo Aphelocoma californica Residente Bosque Dosel Poco común Omnívora Norte Oriente Si
Gómez, et al. , 1986; Windfield, 2001; Hommer,
2002 Azulejo
A. ultramarina Residente Transición Cultivo
Sotobosque medio Común Omnívora Oriente Si Windfield, 2001
ALAUDIDAE Alondra cornuda
Eremophila alpestris ND ND ND ND ND Oriente Si Cornell
HIRUNDINIDAE Golondrina verde
Tachycineta thalassina Residente Bosque Transición
Sotobosque medio Común Insectívora Oriente Si Windfield 2001
Golondrina pueblera Petrochelidon fulva ND ND ND Abundante ND Norte No Gómez et al.
Golondrina común Hirundo rustica Migratoria Cultivo Sotobosque
medio Común Insectívora Norte Oriente No Gómez et al.
PARIDAE Mascarita mexicana
εPoecile sclateri Residente Bosque
Transición Cultivo
Sotobosque medio Poco común Insectívora Norte
Oriente Si Windfield, 2001
AEGITHALIDAE Sastrecito
Psaltriparus minimus Residente Bosque Cultivo Sotobosque
medio, Inferior
Poco común Insectívora Norte Oriente Si Windfield, 2001
Hommer, 2002
SITTIDAE Saltapalo blanco
Sitta carolinensis Residente Bosque Sotobosque superior Poco común Insectívora Norte Oriente Si Windfield, 2001
Hommer, 2002 Saltapalo enano
S. pygmaea Residente Bosque Transición
Sotobosque medio, inferior
Poco común Insectívora Norte Oriente Si Windfield, 1999
Hommer, 2002
CERTHIIDAE
Trepadorcito Certhia americana Residente Bosque
Transición Sotobosque
medio Poco común Insectívora Norte Oriente Si
Gómez, et al. 1984; Windfield, 2001; Hommer,
2002 TROGLODYTIDAE Saltapared tepetatero
Thryomanes bewickii Residente Bosque
Transición Cultivo
Sotobosque inferior Común Insectívora Norte
Oriente Si Gómez, et al.
1985-86; Windfield, 2001
Matraquita Troglodytes aedon Residente
Bosque Transición
Cultivo
Sotobosque inferior Común Insectívora Norte Oriente Si
Gómez, et al. 1985-86;
Windfield, 1999 REGULIDAE Reyezuelo de oro
Regulus satrapa Residente Bosque Sotobosque medio Poco común Insectívora Norte Oriente No Windfield, 2001
Hommer, 2002 Reyezuelo de rojo
R. calendula Migratoria Transición Cultivo
Sotobosque inferior Poco común Insectívora Norte Oriente Si Windfield, 2001
Hommer, 2002 SYLVIIDAE Perlita común
Polioptila caerulea Residente Bosque Sotobosque inferior Poco común Insectívora Oriente No Windfield, 2001
TURDIDAE Ventura azul
Sialia mexicana Residente Bosque
Transición Cultivo
Suelo Común Insectívora Norte Oriente Si
Gómez, et al. 1986
Windfield, 1999 Hommer, 2002
Jilguero común Myadestes occidentalis Residente Bosque ND Poco común Insectívora Oriente No Windfield, 2001
Hommer, 2002 Chepito serrano
εCatharus occidentalis Residente Transición Sotobosque medio Poco común Insectívora Norte
Oriente Si
Gómez, et al. 1986
Windfield, 1999 Hommer, 2002
Mirlillo solitario C. guttatus migratoria Bosque Sotobosque
medio Poco común Insectívora Norte Oriente Si
Gómez, et al. 1986
Windfield, 1999 Primavera real
Turdus migratorius Residente Transición Sotobosque inferior Común Insectívora-
granívora Norte
Oriente Si Gómez, et al. 1984-1987;
Windfield, 2001 MIMIDAE Cuitlacoche común
Toxostoma curvirostre Residente Transición Cultivo
Sotobosque medio inferior
Poco común Insectívora Norte Oriente Si Gómez et al. 1986
Hommer, 2002
PTILOGONATIDAE Capulinero gris
Ptilogonys cinereus Residente Transición Sotobosque superior Poco común Granívora-
Insectívora Oriente No Windfield, 2001
Capulinero negro Phainopepla nitens ND ND ND ND ND Oriente No Windfield, 2001
PEUCEDRAMIDAE Verdín olivaceo
Peucedramus taeniatus Residente Bosque Transición
Sotobosque medio Poco común Insectívora Norte
Oriente Si Gómez, et al. 1986-1987;
132
Aves
Windfield, 2000 PARULIDAE Gusanero cabecigrís
Vermivora celata Migratoria Bosque Sotobosque inferior Poco común Insectívora Norte Oriente Si
Gómez, et al. 1986; Windfield,
2001 Gusanero de coronilla
V. ruficapilla Migratoria Cultivo Sotobosque inferior Poco común Insectívora Oriente Si Windfield, 2001
Chipe coronado Dendroica coronata Migratoria Cultivo Sotobosque
superior Poco común Insectívora Norte Oriente Si Gómez, et al. 1984-1987;
Windfield, 2001 Verdín negriamarillo
D. townsendi Migratoria Cultivo Sotobosque inferior Poco común Insectívora Norte
Oriente No Windfield 2001
Verdín coronado D. occidentalis Migratoria Cultivo Sotobosque
inferior Poco común Insectívora Norte Oriente Si Gómez et al. 1986
Windfield 2001 Verdín pinero
D. graciae ND ND ND ND ND Oriente No Windfield, 2001
Reinita trepadora Mniotilta varia Migratoria ND ND ND ND Norte No Gómez et al.
Tapaojito común Geothlypis trichas Residente ND ND Rara ND Norte No Gómez et al.
Verdín enmascarado εG. nelsoni Residente Transición Sotobosque
inferior Rara Insectívora Oriente No Windfield, 2001
Pelucilla Wilsonia pusilla Migratoria
Bosque Transición
Cultivo
Sotobosque inferior Poco común Insectívora Norte Oriente Si
Gómez et al. 1984 Windfield, 2001 Hommer, 2002
Orejas de plata εErgaticus ruber Residente Bosque
Transición Sotobosque
superior Común Insectívora Norte Oriente Si Gómez et al. 1984 Windfield, 2001 Hommer, 2002
Pavito selvatico Myioborus miniatus Residente Bosque
Transición Sotobosque
superior Común Insectívora Norte Oriente Si Gómez et al. 1986 Windfield, 2001 Hommer, 2002
THRAUPIDAE Tángara encinera
Piranga flava Residente Cultivo Sotobosque inferior Poco común Granívora Norte Oriente Sif Windfield, 2001
EMBERIZIDAE Pico chueco
Diglossa baritula Residente ND ND Abundante ND Norte No Gómez et al.
Saltón hierbero Atlapetes pileatus Residente ND ND Rara ND Norte No Gómez et al.
Toquí pinto Pipilo maculatus Residente
Bosque Transición
Cultivo
Sotobosque medio Poco común Granívora
insectívora Norte Oriente Si Windfield, 2001 Hommer, 2002
Ilama Pipilo fuscus Residente Transición
Cultivo Suelo Poco común Granívora insectívora Norte Oriente Si
Gómez et al. 1985-86
Windfield, 2001 Zacatero corona
rojiza Aimophila ruficeps
ND ND ND ND Granívora Oriente No Windfield, 2001
Zorzal rallado εOriturus superciliosus Residente
Bosque Transición
Cultivo
Sotobosque medio Común Granívora Norte Oriente Si
Gómez, et al. 1984-86
Windfield, 1999 Hommer, 2002
Chimbito común Spizella passerina Migratoria Bosque Sotobosque
inferior Poco común Granívora Norte Oriente Si Gómez, et al.
1985-87 Hommer, 2002
Chimbito pálido S. pallida Migratoria ND ND ND Granívora Norte Si Gómez, et al.
1986 Chimbito llanero
S. pusilla Migratoria Cultivo Suelo Poco común Granívora Oriente Si Windfield, 2001
Chimbito carbonero S. atrogularis Residente Transición Suelo Poco común Granívora Oriente No Windfield, 2001
Chindiquito Chondestes grammacus Migratoria Bosque Sotobosque
inferior Poco común Insectívora granívora Oriente Si Hommer, 2002
Gorrión zanjero Passerculus sandwichensis
Residente Cultivo Sotobosque inferior Poco común Granívora Oriente Si Gómez et al. 1987
Windfield, 2001
Zorzal cantor Melospiza melodia Residente Cultivo Sotobosque
inferior Poco común Granívora Oriente Si Windfield, 1999
Zorzal de lincoln M. lincolnii Migratoria ND ND ND ND Norte Si Gómez, et al.
1985-86 Ojos de lumbre
mexicano Junco phaeonotus
Residente Bosque
Transición Cultivo
Suelo Común Granívora insectívora
Norte Oriente Si
Gómez et al. 1987 Windfield, 2000 Hommer, 2002
CARDINALIDAE Tigrillo
Pheucticus melanocephalus
Residente Transición Cultivo
Sotobosque medio Común Granívora Norte Oriente Si
Gómez et al. 1986-88
Windfield, 2000 Picogordo azul
Passerina caerulea Residente Cultivo Suelo Poco común Granívora Norte Oriente Si Gómez et al. 1988 Windfield,1999
ICTERIDAE
133
Windfield, 2004
Tortilla con chile Sturnella magna Residente Transición Suelo Rara Insectívora Norte Oriente No Gómez et al. ??
Windfield, 2001 Zanate
Quiscalus mexicanus Residente Cultivo Suelo Común Omnívora Oriente No Windfield, 2001
Tordo ojirojo Molothrus aeneus ND ND ND ND ND Oriente Si Windfield, 2001
Calandria cañera Icterus galbula
Calandria tunera Icterus parisorum Residente ND ND ND Insectívora
granívora Oriente No Gómez, et al ?? Hommer, 2002
FRINGILLIDAE
Gorrión mexicano Carpodacus mexicanus Residente
Bosque Transición
Cultivo Suelo Abundante Granívora Norte Oriente Si
Gómez et al. 1986-88
Windfield, 2000 Hommer, 2002
Picocruzado Loxia curvirostra Residente Transición Sotobosque
superior Poco común Granívora Oriente Si Windfield, 2001
Dominiquito pinero Carduelis pinus Residente Transición Sotobosque
medio Poco común Granívora Norte Oriente Si Gómez et al. 1985, 1987
Windfield, 2001 Dominico
C. psaltria Residente Transición Cultivo
Sotobosque inferior Poco común Granívora Norte Oriente Si
Gómez et al. 1985,
Windfield, 2001 Picogrueso norteño
Coccothraustes vespertinus
Residente ND ND Rara ND ND No Gómez et al.???
PASSERIDAE
Chillón Passer domesticus Residente Cultivo Pueblo ND Abundante Omnívora Oriente No Windfield, 2001
Nota: Los comentarios en cursiva, señalados en las categorías de hábitat y alimentación corresponden a especificaciones señaladas por Hommer, 2002.
134
Windfield, 2004
6 5
4 3
2 1
Figuras 1-6. Aves del Parque Nacional La Malinche, Tlaxcala, México. 1. Peucedramus taeniatus; 2. Sialia mexicana; 3. Oritorus superciliosus; 4. Toxostoma curvirostre; 5. Ergaticus ruber; 6. Turdus migratorius.
135
8 7
9 10 11 12 Figuras 7-12. Aves del Parque Nacional La Malinche, Tlaxcala, México. 7. Tachycineta thalassina; 8. Myioborus miniatus; 9. Junco phaeonotus; 10. Pheucticus melanocephalus; 11. Dendroica townsendi; 12. Otus flammeolus.
136
Mamíferos
MAMÍFEROS
Jesús A. Fernández Fernández
Departamento de Zoología, Instituto de Biología, U.N.A.M.
Ap. Postal 70-153, Coyoacán, C. P. 04510, México D. F. México.
RESUMEN
En el Parque Nacional La Malinche se distribuyen 37 especies de mamíferos, de 26 géneros, 15
familias y 7 órdenes. Representan poco más del 50 % del total de las especies para el Estado. Los
ordenes mejor representados son Rodentia, Carnívora y Chiroptera. Presentan especialmente
afinidad Neártica. En el parque se utilizan 16 especies por los habitantes de los pueblos cercanos,
con diversos fines como la caza, alimento o medicinales. Del total de especies sólo tenemos una
que se encuentra Amenazada; y 5 son taxones endémicos a México.
I. INTRODUCCIÓN
Los mamíferos son probablemente el grupo de vertebrados más estudiado, este hecho se explica
por su amplia diversidad de formas de vida que incluye especies voladoras, planeadoras,
acuáticas, fosoriales y cursoriales; a la gran variedad de ecosistemas donde se distribuyen como
bosques, selvas, desiertos, y ambientes acuáticos (Eisenberg, 1981); a que se encuentran en casi
cualquier parte del mundo (cosmopolitas); a las diversas interacciones que desarrollan con el ser
humano (plagas, controladores de éstas, alimento); a su utilización por motivos recreacionales en
forma de cacería y ornato, lo cual es sumamente común actualmente; como elementos de
experimentación en ciencias Biomédicas; y finalmente, por supuesto, a que el mismo ser
humano, pertenece a este grupo de animales (Feldhamer et al., 1999; Vaughan et al., 2000).
El estudio de los mamíferos ha incluido muchas áreas del conocimiento, y actualmente involucra
profesionales de muy diversas ramas como a zoólogos de vertebrados (taxonomía y
137
Fernández, 2004
distribución); fisiólogos (hibernación, metabolismo); físicos e ingenieros (ecolocación y
locomoción); paleontólogos y geólogos (evolución); ecólogos y psicólogos que se encargan de
estudiar el comportamiento, y parasitólogos, enfocados a estudiar la interacción de los mamíferos
con sus parásitos, y con el ser humano (Feldhamer et al., 1999; Vaughan et al., 2000).
El conocimiento de los mamíferos en cuanto a su distribución geográfica, por lo que respecta a
algunas regiones zoogeográficas o continentes, es bien conocida, como es el caso sobretodo de la
región Paleártica y Neártica que corresponde a Europa y América del Norte; en cambio, aún
existen amplios huecos en el conocimiento de otras regiones como América Latina,
especialmente en la parte que corresponde a la región Neártica y particularmente al Neotrópico,
de México hacia el sur (Mares, 1982; Arita, 1993).
La mastofauna en México es excepcionalmente rica en diversidad y endemismos, estas
características se han atribuido a la historia geológica, zoogeografía, climas, topografía y los
distintos tipos de vegetación (Ceballos et al., 2002; Ceballos y Navarro, 1991), y podemos
encontrar hasta 489 especies nativas o más, según el autor consultado, de las cuales un alto
porcentaje son endémicas (Ceballos et al., 2002; Villa y Cervantes, 2003). Sin embargo, pese a
ser organismos muy conocidos, aun existen espacios en la geografía de la República Mexicana
en los que se desconoce su distribución, como es el caso de Tlaxcala, y en particular del Parque
Nacional Malinche (PNM).
En esta contribución se presenta por primera ocasión un listado de los mamíferos cuya presencia
ha sido registrada en la Malinche, su diversidad taxonómica, distribución y estado de
conservación.
II. ANTECEDENTES
Tlaxcala, aunque se encuentra cerca de la capital del país, y es un Estado muy bien comunicado,
el estudio de su mastofauna no ha sido tan extensivo como el de otras entidades, y esto se refleja
en las escasas referencias bibliográficas que existen.
138
Mamíferos
Las primeras citas bibliográficas que conocemos de los mamíferos que habitan el Estado,
provienen de textos publicados en los primeros 30 años del siglo XX. Existen algunas referencias
en las primeras monografías que contienen las descripciones de ciertos géneros de ratones y
ardillas. Más adelante en la segunda mitad del mismo siglo, el panorama no se modifica
demasiado, solo se encuentran algunas citas aisladas en estudios taxonómicos de varias especies
de ratones y tuzas; en concreto para el PNM, existen algunas publicaciones aisladas de estudios
taxonómicos de unas pocas especies de roedores como Peromyscus boylii (Smith, 1990), P.
boylii levipes (Bradley y Schmidly, 1987; Bradley et al., 2000; Castro-Campillo et al., 1999;
Rennert y Kilpatrick, 1987); P. alstoni (Williams et al, 1985); y tuzas del género Thomomys
(Castro-Campillo y Ramírez-Pulido, 2000; Honeycutt y Williams, 1982), que citan material
colectado en Tlaxcala, en las que se menciona el estudio de ejemplares procedentes de la entidad.
De manera más general, existen recopilaciones para los mamíferos de México, donde se enlistan
los mamíferos reportados para el Estado, como las de Arita (1993); Ceballos y Galindo (1984);
Flores-Villela y Gerez (1994); Ramírez-Pulido y Castro-Campillo (1990); Ramírez-Pulido et al.,
(1986, 2000).
Es necesario resaltar que la descripción original de un ratón (Peromyscus boylii levipes)
realizada por C. H. Merriam (1898), esta basada en un ejemplar colectado por E. W. Nelson en la
Malinche (No. 536739), depositado en el Museo Nacional de Historia Natural de Washington D.
C. en los Estados Unidos, y es de las pocas especies descubiertas originalmente en Tlaxcala, que
actualmente tiene rango específico.
III. DIVERSIDAD TAXONÓMICA.
El PNM, probablemente es la localidad dentro de Tlaxcala, que más ha sido visitada por los
mastozoólogos mexicanos y de otros países. Después de la revisión bibliográfica, de colecciones
científicas y de trabajo en campo, se ha recopilado un listado de 37 especies de mamíferos,
agrupadas en 26 géneros, 15 familias y 7 ordenes (Anexo 1). Representa el 55.2 % de las
especies de mamíferos registrados para el Estado, el 60.4 % de géneros y el 88.2 % de familias
(Cuadro 1).
139
Fernández, 2004
ORDEN FAMILIA GÉNERO ESPECIE
LA MALINCHE 7 15 27 38
TLAXCALA 7 17 43 67
MÉXICO 12 42 186 489
Cuadro 1. Diversidad taxonómica de los mamíferos del Parque Nacional Malinche, en relación a
Tlaxcala, y a México (los datos para la mastofauna de México se toman de Villa y Cervantes, 2003;
y los datos totales para el estado de Tlaxcala se toman de Fernández et al, en prep.).
Los órdenes representados en la Malinche son 7 (Cuadro 2), en los que se encuentran el mayor
número de especies en orden decreciente son Rodentia, con 18 (ardillas, tuzas, ratas y ratones de
campo), Carnívora con 8 (coyote, zorra, gato montes, oncita, mapache, tejón y cacomixtle), y
Chiroptera con 5 (murciélagos). Generalmente, la mayor cantidad de especies se concentra en el
orden que agrupa a los roedores, y es seguido por los murciélagos; en el caso de la Malinche no
es así, esto podría explicarse por dos razones: la primera es que posiblemente no se ha
muestreado adecuadamente, y la segunda es que al ser una zona de clima templado-frío con una
heterogeneidad ambiental baja, no se encuentran demasiadas especies de quirópteros de acuerdo
con lo planteado por Arita (1993).
ORDEN ESPECIES
DIDELPHIMORPHIA 1
XENARTHRA 1
INSECTIVORA 2
CHIROPTERA 5
CARNÍVORA 8
RODENTIA 18
LAGOMORPHA 2
TOTAL 37
Cuadro 2. Ordenes de mamíferos con mayor número de especies del Parque Nacional
Malinche, Tlaxcala, México.
140
Mamíferos
La familia en la que encontramos la mayor cantidad de especies es la de los roedores múridos
(Muridae, 13 especies), los géneros representados son Neotoma, Neotomodon, Microtus,
Peromyscus y Reithrodontomys, las familias que le siguen son Vespertilionidae, Procyonidae y
Sciuridae, que son murciélagos, mapaches y cacomixtles y ardillas respectivamente, con 3
especies cada una (Cuadro 3).
FAMILIA ESPECIES
DIDELPHIDAE 1
DASYPODIDAE 1
SORICIDAE 2
MORMOOPIDAE 1
PHYLLOSTOMIDAE 1
VESPERTILIONIDAE 3
CANIDAE 2
FELIDAE 1
MUSTELIDAE 2
PROCYONIDAE 3
SCIURIDAE 3
GEOMYDAE 1
HETEROMYIDAE 1
MURIDAE 13
LEPORIDAE 2
TOTAL 37
Cuadro 3. Diversidad taxonómica de los mamíferos por familia en el Parque Nacional
Malinche, Tlaxcala, México.
141
Fernández, 2004
Para explicar la gran riqueza de los mamíferos de México, se ha argumentado que se debe a la
confluencia de las dos regiones biogeográficas del continente, la afirmación anterior se encuentra
sujeta a debate, pero es innegable que en su composición mastofaunística existen elementos cuya
afinidad se encuentra en una de las dos regiones, o incluso son parte de elementos con desarrollo
independiente. La mastofauna de la Malinche se caracteriza en su composición por tener una
mayoría de elementos de afinidad biogeográfica Neártica, es decir por taxa cuyo origen se cree
que se ubica en América del Norte; seguida por elementos de distribución tanto Neártica como
Neotropical, y en menor medida por un elemento autóctono o endémico, es decir, que no se
encuentra en ningún otro lugar del mundo; y finalmente uno de distribución mesoamericana, o de
diferenciación en la región de América central y las regiones tropicales de México (Cuadro 4).
Es preciso mencionar que algunos autores consideran incluso a este último elemento como
perteneciente a una tercera región biogeográfica, diferenciada con claridad de las dos
tradicionalmente conocidas (Flores-Villela y Goyenechea, 2002).
Algunos de los taxones con afinidad claramente neártica son el coyote (Canis latrans), gato
montes (Lynx rufus), roedores como las ardillas del género Spermophilus, la tuza (Thomomys
umbrinus), el ratón espinoso de abazones (Liomys irroratus), el metorito (Microtus mexicanus),
entre otros roedores; por otra parte, los taxa que son afines con la región Neotropical por ejemplo
son los tlacuaches (Didelphis virginiana), armadillo (Dasypus novemcinctus), 3 murciélagos
(Mormoops megallophylla, Eptesicus fuscus, Lasiurus cinereus), y el coatí (Nasua narica);
finalmente, el elemento autóctono esta representado por musarañas (Sorex ventralis), ratones
(Neotomodon alstoni, Peromyscus difficilis, y Reithrodontomys chrysopsis), y una especie de
conejo (Sylvilagus cunicularius).
AFINIDAD NEARTICA NEOTROPICAL
FAMILIA
Didelphidae ***
Dasypodidae ***
Soricidae ***
Phyllostomidae ***
142
Mamíferos
Vespertilionidae ***
Mustelidae ***
Procyonidae ***
Canidae ***
Felidae ***
Sciuridae ***
Geomydae ***
Heteromyidae ***
Muridae ***
Leporidae ***
Cuadro 4. Afinidad biogeográfica de mamíferos por familia en el Parque Nacional
Malinche, Tlaxcala, México (la afinidad geográfica para las familias se toma de Villa y
Cervantes, 2003) .
IV. IMPORTANCIA.
Los mamíferos han tenido históricamente una amplia relación con el ser humano, asignándoseles
papeles positivos o negativos según la interacción que desarrollen con la gente. Pueden tener
valor para los pobladores como alimento, como medicina, o ser causantes de perjuicios, como
plagas o consumidores de animales domésticos, o simplemente como objetos de persecución
para la cacería.
Los que habitan la Malinche no son excepción, y han tenido una interacción muy estrecha con
los pobladores de los pueblos aledaños, esta relación abarca aspectos muy diversos, y van desde
la caza de subsistencia, hasta la recreacional. Sabemos que se utilizan o matan un total de 16
especies (Windfield, 2001) de las que cinco son atrapados para alimento, siete con fines de
recreación/cacería, siete como medicinales, y cinco se cree que son perjudiciales (Cuadro 5). En
tanto León-Pérez et al. (2003) menciona que los pobladores de dos pueblos en las faldas de la
Malinche reconocen al menos 24 vocablos para designar los diferentes mamíferos del PNM,
143
Fernández, 2004
siendo las características morfológicas, de comportamiento y de onomatopeya las que más
influyen para la designación de los nombres (Cuadro 5). Así mismo, reportan que los clasifican
principalmente por su morfología, hábitos, hábitat y cualidades que ellos les designan o que han
identificado en las diferentes especies.
Dentro de la cacería de subsistencia, algunas especies son utilizadas como alimento como es el
caso de los tlacuaches, armadillos, ardillas y conejos, mientras que otras sólo se cazan como
actividad “recreativa”, este es el caso de zorras, coyotes, gatos monteses, y oncitas,
principalmente. Por otra parte también es común la utilización de especies como el zorrillo y el
coyote como un supuesto producto medicinal.
Mención aparte merecen aquellas especies que se considera pueden ser perjudiciales para la
agricultura cuando sus poblaciones se incrementan desmesuradamente como es el caso de ratas y
ratones de campo que se alimentan de los brotes tiernos y del maíz; y las tuzas, que comen las
raíces; o para la ganadería de susbsistencia como los coyotes, que se pueden alimentar de chivos
y borregos pequeños, o los cacomixtles y las oncitas, que tienen fama de ser devoradores de aves
de corral.
Nombre común Género y especies Uso Vocablo (nahuatl)
Tlacuache Didelphis virginiana Alimento, medicinal Tlacuach, Tlacuatl
Armadillo Dasypus novemcinctus Alimento, medicinal
Murciélago Mormoops, Dermanura,
Eptesicus, Lasiurus,
Myotis
__________ Quimichpatla
Coyote Canis latrans Cacería, perjudicial,
medicinal
Coyote
Zorra Urocyon Cacería Chiquita
144
Mamíferos
cinereoargenteus
Gato montes Lynx rufus Cacería Mizto
Zorrillo Mephitis macroura Alimento, medicinal Yepatl
Onza Mustela frenata Cacería, perjudicial Cohza, Costal
Cacomixtle Bassariscus astutus Perjudicial Chiquina, Cuamiz,
Cacomixtle
Tejón Nasua narica __________
Mapache Procyon lotor __________ Alamatl
Ardilla Sciurus, Spermophilus Alimento, cacería,
medicinal
Techalotl
Tuza Thomomys Perjudicial __________
Ratón de campo Liomys, Microtus,
Neotomodon,
Peromyscus,
Reithrodontomys
Perjudicial, medicinal Quimich, quimichi,
quimitza
Conejo Sylvilagus Alimento, cacería Tochtli
Cuadro 5. Nombre común, género, uso de los habitantes y vocablos para las especies que
reconocen los habitantes del Parque Nacional Malinche, Tlaxcala, México (Basado en
Windfield, 2001 y León-Pérez et al., 2003).
V. ESTADO DE CONSERVACIÓN
En el PNM no se tienen especies endémicas al volcán, ni se encuentran especies exclusivas del
Estado, pero si se pueden encontrar especies endémicas del Eje Neovolcánico Transversal y al
territorio mexicano en general. Un ejemplo de la primera categoría es el ratón de los volcanes
(Neotomodon alstoni); ejemplos de la segunda categoría son la musaraña de San Felipe (Sorex
145
Fernández, 2004
ventralis), el ratón orejudo de pedregal (Peromyscus difficilis), el ratón dorado (Reithrodontomys
chrysopsis) y el conejo montes (Sylvilagus cunicularius).
En cuanto a las especies que se pudieran encontrar en alguna categoría de conservación de las
señaladas en la Norma Oficial Mexicana (Semarnat, 2002), y es el llamado ratón de campo
Peromyscus maniculatus, que se encuentra listada como Amenazada, aunque localmente parece
ser abundante; es necesario mencionar que existen otros tres taxa, cuyas subespecies se
encuentran amenazadas con la extinción pero que no se distribuyen en el PNM, y ni siquiera en
Tlaxcala y son: Peromyscus leucopus cozumelae, Bassariscus astutus saxicola, Nasua nasua
nelsoni.
VI. CONCLUSIONES.
En el PNM se distribuyen 37 especies de mamíferos, pertenecientes a 27 géneros, 15 familias y 7
órdenes. Se encuentran representadas más del 50 % del total de las especies reportadas para el
Estado.
Los órdenes mejor representados son en primer término Rodentia, Carnivora y Chiroptera. Las
especies de mamíferos tienen principalmente afinidad Neártica, siendo escasas las especies que
presentan afinidad Neotropical.
En el parque se utilizan 16 especies por los habitantes de las poblaciones cercanas, los cuales se
cazan o se capturan con diversos fines, como el de alimento y el medicinal. Del total de especies
solamente se encuentra una que esta en peligro de extinción; y 5 son taxones endémicos a la
República Mexicana.
VI. LITERATURA CITADA
Arita, T. H. 1993. Riqueza de especies de la
mastofauna de México. Pp. 109-128 en R. A.
Medellín y G. Ceballos eds. Avances en el
Estudio de los Mamíferos de México.
Publicaciones Especiales, Vol. 1, Asociación
Mexicana de Mastozoología, A. C., México, D.
F.
Bradley, R. D. & D. J. Schmidly. 1987. The
glans penes and bacula in Latin american taxa of
146
Mamíferos
the Peromyscus boylii group. Journal of
Mammalogy, 68(3): 595-616.
____________., I. Tiemann, C. W. Kilpatrick
& D. J. Schmidly. 2000. Taxonomic status of
Peromyscus boylii sacarensis: inferences from
DNA sequences of the mitochondrial
cytochrome b gene. Journal of Mammalogy,
81(3):875-884.
Castro-Campillo A. & J. Ramírez-Pulido.
2000. Systematics of the smooth-Toothed
pocket gopher Thomomys umbrinus in the
Mexican trans-volcanic belt. American Museum
Novitates, 3297: 1-37.
________________., H. R. Roberts, D. J.
Schmidly & R. D. Bradley. 1999. Systematic
status of Peromyscus boylii ambiguous based on
morphologic and molecular data. Journal of
Mammalogy, 80(4): 1214-1231.
Ceballos, G. G. & C. Galindo L. 1984.
Mamíferos silvestres de la cuenca de México.
LIMUSA-MAB, México, D. F., 300 pp.
_____________. & D. Navarro L. 1991.
Diversity and conservation of mexican
mammals. Pp. 167-198 en Mares M. A. y D. J.
Schmidly eds. Latin american mammalogy.
University of Oklahoma Press, U.S.A.
_____________., J. Arroyo-Cabrales y R. A.
Medellín. 2002. The mammals of México:
composition, distribution, and conservation
status. Occasional Papers, Museum of Texas
Tech University 218: 1-27.
Eisenberg, J. F. 1981. The mammalian
radiations: An analysis of trends in evolution,
adaptation, and behavior. University of Chicago
press, 610 pp.
Feldhamer, G. A., L. C. Drickamer, S. H.
Vessey & J.F. Merritt. 1999. Mammalogy:
Adaptation, diversity and ecology. Mc Graw
Hill, U.S.A., 573 pp.
Fernández J. A., F. Cervantes y M. C. Corona
V. En prep. Lista de los mamíferos de Tlaxcala:
diversidad y conservación.
Flores-Villela, O. & P. Gerez. 1994.
Biodiversidad y conservación en México:
Vertebrados, vegetación y uso del suelo.
CONABIO-U.N.A.M., México, D. F., 439 pp.
_______________. & I. Goyenechea. 2003.
Patrones de distribución de anfibios y reptiles en
México. Pp. 289-296, en Morrone J. J. y J.
Llorente B. eds. Una perspectiva
Latinoamericana de la biogeografía.
CONABIO, U.N.A.M., Las Prensas de Ciencias,
U.N.A.M. Posgrado.
Honeycutt, R. L. & S. L. Williams. 1982.
Genic differentiation in pocket gophers of the
genus Pappogeomys, with comments on
intrageneric relationships in the subfamily
Geomyinae. Journal of Mammalogy, 63(2):
208-217.
León-Pérez, J., G. Gómez A. y S. R. Reyes G.
2003. Clasificación tradicional de los
vertebrados terrestres en dos comunidades
nahuas de Tlaxcala, México. Etnobiología, 3: 1-
19.
Mares, M. A. 1982. The scope of south
american mammalian biology: perpectives on a
decade of research. Pp 1-26, In Mares M. A.
147
Fernández, 2004
and H. H. Genoways eds. Mammalian biology
in south America. Special Publication Series,
Pymaunting Laboratory of Ecology, Vol. 6.
University of Pittsburgh.
Merriam, C. H. 1898. Descriptions of twenty
new species and a subgenus of Peromyscus from
México and Guatemala. Proceedings of the
Biological Society of Washington Vol. XII:115-
125.
Ramírez-Pulido, J., A. Perdomo, Claire B. M,
& A. Castro-Campillo. 1986. Guía de los
mamíferos de México. Referencias hasta 1983.
Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad
Iztapalapa, México, D. F., 720 pp.
_______________ & A. Castro-Campillo.
1990. Bibliografía reciente de los mamíferos de
México 1983/1988. Universidad Autónoma
Metropolitana-Unidad Iztapalapa, México, D. F.,
120 pp.
____________________________________,
M. A. Armella, & A. Salime-M. 2000.
Bibliografía reciente de los mamíferos de
México 1994-2000. Universidad Autónoma
Metropolitana-Unidad Iztapalapa, México, D. F.,
280 pp.
Rennert, P. D. & C. W. Kilpatrick. 1987.
Biochemical systematics of Peromyscus boylii.
II. Chromosomally variable populations from
eastern and southern México. Journal of
Mammalogy 68(4): 799-811.
SEMARNAT. 2002. Norma Oficial Mexicana
NOM-059-ECOL-2001., Protección ambiental-
Especies nativas de México de flora y fauna
silvestres-Categorías de riesgo y
especificaciones para su inclusión, exclusión o
cambio-Lista de especies en riesgo. Publicada el
6 de marzo.
Smith, S. A. 1990. Cytosystematic evidence
against monophyly of the Peromyscus boylii
species group (Rodentia: Cricetidae). Journal of
Mamalogy, 71(4): 654-667.
Vaughan, T. A., J. M. Ryan & N. J.
Czaplewski. 2000. Mammalogy. 4th edition.
Saunders College Publishing, U.S.A. 563 pp.
Villa, R. B. & F. Cervantes. 2003. Los
mamíferos de México. Instituto de Biología-
U.N.A.M.-Iberoamericana-México, D. F.
Williams, S. L., J. Ramírez-Pulido, & R. J.
Baker. 1985. Peromyscus alstoni. Mammalian
species 242: 1-4
Wilson D. E. & D. A. Reeder. 1993. Mammal
species of the world. A taxonomic and
geographic reference. Smithsonian Institution
Press. 1207 pp.
Windfield P. J. C. 2001. Diagnostico de la
avifauna de la región Oriente del Parque
Nacional Malintzi a través de un estudio
ecológico y del conocimiento tradicional.
Universidad Autónoma de Tlaxcala,
Departamento de Agrobiología, Tesis
Licenciatura, 96 pp.
148
Mamíferos
ANEXO
Mamíferos de La Malinche, Tlaxcala, México: Clasificación, nombre científico, nombre
común; el arreglo taxonómico sigue a Wilson y Reeder (1993), y el nombre común se basa
en Villa y Cervantes (2003).
Orden Familia Subfamilia Género y
Especie
Nombre común
Didelphimorphia Didelphidae Didelphinae Didelphis
virginiana Kerr,
1792.
Tlacuache,
zarigüeya
Xenarthra Dasypodidae Dasypodinae Dasypus
novemcinctus
Linnaeus, 1758
Armadillo de
nueve bandas
Insectivora Soricidae Soricinae Sorex saussurei
saussurei
Merriam, 1892
Musaraña de
Saussure
S. ventralis
Merriam, 1895
Musaraña de San
Felipe
Chiroptera Mormoopidae Mormoops
megallophylla
(Peters, 1864)
Murciélago
espantajo
Phyllostomidae Stenodermatidae Dermanura
azteca (Andersen,
1906).
Murciélago
zapotero azteca
Vespertilionidae Vespertilioninae Eptesicus fuscus
(Beauvois, 1796).
Gran murciélago
moreno
149
Fernández, 2004
Lasiurus cinereus
(Beauvois, 1796)
Murciélago
canoso
Myotis lucifuga
(Le Conte, 1831)
Murcielaguito
moreno
Carnivora Canidae Canis latrans,
Say, 1823
Coyote
Urocyon
cinereoargenteus
(Schreber, 1775)
Zorra gris
Felidae Felinae Lynx rufus
(Schreber, 1777)
Gato montes,
lince
Mustelidae Mephitinae Mephitis
macroura
Lichtenstein,
1832
Zorrillo
encapuchado
Mustelinae Mustela frenata,
Lichstenstein,
1831
Oncita, comadreja
Procyoninae Bassariscus
astutus
(Lichteinstein,
1830)
Cacomixtle
Nasua narica
(Linnaeus, 1766)
Tejón solitario
Procyon lotor
(Linnaeus 1758)
Mapache
Rodentia Sciuridae Sciurinae Sciurus
aureogaster F.
Ardilla negra,
gris, pinta
150
Mamíferos
Cuvier, 1829
Spermophilus
mexicanus
(Erxleben, 1777)
Ardilla terrestre
mexicana
S. variegatus
(Erxleben, 1777)
Moto, ardilla
terrestre
Muridae Sigmodontinae Neotoma
mexicana Baird,
1855
Rata montera
mexicana
Neotomodon
alstoni Merriam,
1898
Ratón de los
volcanes
Peromyscus
difficilis (J.A.
Allen, 1891)
Ratón orejudo de
pedregal
P. gratus
Merriam, 1898
Ratón piñonero
P. leucopus
(Rafinesque,
1818).
Ratón montero de
patas blancas
P. levipes
Merriam, 1898
Ratón de la
Malinche
P. maniculatus
(Wagner, 1845)
Ratón de campo
P. melanotis J. A.
Allen y Chapman,
1897
Ratón montañero
151
Fernández, 2004
Reithrodontomys
chrysopsis
Merriam, 1900
Ratón dorado
R. fulvescens J. A.
Allen, 1894
Ratón silvestre
moreno
R. megalotis
(Baird, 1858)
Ratón silvestre
orejudo
R. sumichrasti
(Saussure, 1861)
Ratón silvestre de
tierras altas
Arvicolinae Microtus
mexicanus
(Saussure, 1861)
Metorito, ratón
alfalfero
mexicano
Geomydae Thomomys
umbrinus
(Richardson,
1829)
Tuza de dientes
lisos
Heteromyidae Heteromyinae Liomys irroratus
(Gray, 1868)
Ratón espinoso
mexicano
Lagomorpha Leporidae Sylvilagus
cunicularius
(Waterhouse,
1848)
Conejo montes
S. floridanus (J.
A. Allen, 1890)
Conejo
castellano,
serrano
152
Fernández, 2004
1 2
3 4
5 6 Figuras 1-6. Mamíferos del Parque Nacional La Malinche, Tlaxcala, México. 1. Didelphis virginiana; 2. Dasypus novemcinctus; 3-4. Sorex sp.; 5. Eptesicus fuscus; 6. Lasiurus cinereus (Fig. 1, 2, 5, 6 tomadas de http://www.animaldiversity.ummz.edu; Fig. 3, 4 Arturo Estrada Torres).
153
Mamíferos
7 8
9 10
11 12 Figuras 7-12. Mamíferos del Parque Nacional La Malinche, Tlaxcala, México. 7. Canis latrans; 8. Mustela frenata; 9. Mephitis macroura; 10. Bassariscus astutus; 11. Procyon lotor; 12. Sciurus aureogaster (Fig. 7-12 tomadas de http://www.animaldiversity.ummz.edu).
154
Fernández, 2004
13 14
15 16
17 18 Figuras 13-18. Mamíferos del Parque Nacional La Malinche, Tlaxcala, México. 13. Neotomodon alstoni; 14. Peromyscus gratus; 15-16. Peromyscus levipes; 17. Peromyscus maniculatus; 18. Peromyscus melanosis (Fig. 13-18 Arturo Estrada Torres).
155
Mamíferos
19 20
21 22
24 23 Figuras 19-22. Mamíferos del Parque Nacional La Malinche, Tlaxcala, México. 19. Reithrodontomys fulvescens; 20. Reithrodontomys megalotis; 21. Reithrodontomys chrysopsis; 22. Microtus mexicanus; 23. Thomomys sp; 24. Sylvilagus floridanus (Fig. 19-22 Arturo Estrada Torres; Fig. 23, 24 tomadas de http://www.animaldiversity.ummz.edu).
156
Pulgas (Insecta: Siphonaptera)
PULGAS (INSECTA: SIPHONAPTERA)
Fauna de pulgas asociada a mamíferos
Roxana Acosta1 y Jesús A. Fernández2
1Museo de Zoología, Departamento de Biología Evolutiva, Facultad de Ciencias, UNAM,
Apdo. Postal 70-399, 04510 México D. F., México.
2Departamento de Zoología, Instituto de Biología, UNAM.
Apdo. Postal 70-153, Coyoacán, C. P. 04510, México D. F. México.
[email protected]; [email protected]
RESUMEN.
La fauna de sifonápteros del Parque Nacional La Malinche del Estado de Tlaxcala se encuentra
representada por dos subespecies y 11 especies de pulgas, las cuales pertenecen a ocho géneros y
tres familias de las siete que se están presentes en México, estas pulgas se encuentran parasitando
a seis especies de roedores y un conejo, con esto solo se encuentra representado el 18.42 % de la
fauna de mamíferos del parque, con respecto al conocimiento de la fauna de pulgas que
presentan. En general predominan aquellas especies de pulgas que tienen un patrón de
distribución neártico.
Los resultados que se obtuvieron hasta el momento muestran que pulga la Plusaetis
apollinaris esta asociada a un mayor número de especies de roedores al igual que Pleochaetis
paramundus, sin embargo en el caso del conejo vemos que se encuentra exclusivamente
parasitado por dos especies de pulgas Cediopsylla inaequalis interrupta y Euhoplopsyllus
glacialis affinis.
I. INTRODUCCIÓN
Los insectos que forman el orden Siphonaptera obtienen su nombre del griego siphon (tubo) y
aptera (sin alas). Está constituido por insectos sin alas que se caracterizan por contar con un
aparato bucal modificado para picar y succionar sangre en el cual, las mandíbulas están ausentes
y los palpos maxilar y labial son tetra o penta segmentados en la mayoría de las especies; las
157
Acosta y Fernández, 2004
antenas son cortas y claviformes, localizadas a los lados de la cabeza; los machos, generalmente
tienen las antenas más largas y las utilizan para sujetar a la hembra durante la cópula. Las pulgas
no poseen ojos compuestos, sino sencillos cuando se presentan. Poseen un cuerpo comprimido,
de tamaño pequeño (1-9 milímetros), en la cabeza y tórax pueden existir ctenidios, que no son
más que filas de sedas engrosadas cuya función es la de anclarse en el pelo del huésped. Las patas
son fuertes, las coxas grandes, especialmente las posteriores, y los tarsos son pentámeros (Fig, 1).
Al ser organismos holometábolos, los sifonápteros presentan cuatro estadios de desarrollo:
huevo, larva, pupa y adulto. Estos organismos son comúnmente conocidos como pulgas o niguas,
parásitos de mamíferos y aves, aunque en estas últimas sólo se han registrado en el 5% del total
de las especies.
Cuando el huésped muere, las pulgas abandonan el cuerpo al enfriarse, y buscan uno nuevo.
Muchas especies están aparentemente confinadas a una sola especie de huésped, mientras que
otras pueden parasitar a diferentes especies, por lo cual en algunos casos no forman una relación
tan estrecha (Autino y Lareschi, 1998).
II. ANTECEDENTES
Llorente et al., (1996) mencionan que el número de especies de insectos que se tienen registradas
en general para algunas de las familias de esta clase en el Estado de Tlaxcala es muy bajo, tan
solo 81 especies de insectos. Incluso muestra datos donde se puede advertir que la distribución y
el conocimiento de la riqueza de especies de la fauna de artrópodos del país, para cada uno de los
estados de la República, es desigual o desequilibrado, y esta situación es una consecuencia
histórica de las limitadas exploraciones e inventarios bióticos de numerosas áreas de México. Si
ahora hacemos referencia al estudio de los insectos ectoparásitos de mamíferos para el país,
notamos que es incluso más bajo, esto lo podemos observar en el número de trabajos realizados
en Tlaxcala, hasta el momento solo se contaban con algunos registros de colecta realizados por
diferentes investigadores, en los municipios de Tlaxco y Calpulalpan, en la época de los 50’s
(Ayala-Barajas et al., 1988). Por otra parte, Ponce y Llorente (1996) mencionaban que para el
Estado de Tlaxcala, se conocían solo 12 especies de pulgas hasta ese momento, y hacen notar que
en general es uno de los estados de la República con menos especies de insectos registradas.
158
Pulgas (Insecta: Siphonaptera)
Los trabajos realizados para este grupo de insectos ectoparásitos en el país son básicamente
acerca de nuevos registros, descripción de especies e inventarios para algunas de las regiones del
país o algún Estado de la República, como los realizados por Barrera (1953); Traub (1950); Pérez
(1976); Morales y Llorente (1986); Morrone et al., (2000); y Acosta (2003), por mencionar
algunos. Si es difícil que haya estudios de este tipo, ahora encontramos que casi no existen
trabajos donde se haga referencia a ectoparásitos de mamíferos en general, y dentro de parques
nacionales, sólo conocemos el realizado por Ponce y Rodríguez (1993), donde hacen referencia a
la fauna de ectoparásitos de mamíferos para el Parque Ecológico Estatal Omiltemi, en el Estado
de Guerrero.
Creemos que estos trabajos son de carácter preliminar, pero ofrecen un panorama muy amplio
para el estudio de los insectos ectoparásitos, en este caso pulgas de mamíferos y otros
vertebrados, así como su distribución y su relación parásito-huésped, por citar sólo algunos
ejemplos. A continuación se presentan datos preliminares de un estudio más amplio para el
Estado de Tlaxcala.
III. DIVERSIDAD TAXONÓMICA
Acosta y Morrone (2003) mencionan que para México se conocen hasta el momento 138 especies
de sifonápteros, sin embargo aún faltan muchas áreas del país por estudiar para que este grupo
sea bien conocido en aspectos de distribución y taxonomía. Se ha señalado que la distribución de
los sifonápteros está fuertemente influida por el clima y especialmente por el tipo de vegetación,
principalmente por los requerimientos ecológicos de sus fases inmaduras determinados por los
hábitos de sus huéspedes (Barrera, 1968).
Como resultado de la recopilación de datos y de trabajo preliminar por parte de los autores en la
Malinche, se obtuvieron 141 individuos, los cuales se encuentran depositados en la colección de
Siphonaptera del Museo de Zoología de la Facultad de Ciencias de la U.N.A.M., representan 11
especies y dos subespecies de pulgas, que pertenecen a tres de las siete familias que están
presentes en el país (cuadro 1). Los ectoparásitos (pulgas) fueron extraídos de un total de 51
ejemplares de mamíferos (hasta el momento roedores y lagomorfos únicamente), depositados en
159
Acosta y Fernández, 2004
la colección Regional de Vertebrados del Departamento de Agrobiología de la Universidad
Autónoma de Tlaxcala. Fernández (2004) menciona que en la Malinche se encuentran 18
especies de roedores y 3 de conejos y liebres, de las cuales en este estudio hemos registrado seis
de roedores y a un solo conejo (cuadro 2) que presenten pulgas. Los roedores son los huéspedes
preferidos por las pulgas (Traub, 1985) y en este caso, la mayoría de los mamíferos que
presentaron pulgas fueron roedores. Como sabemos, la fauna de mamíferos que encontramos en
el Eje Neovolcanico Transversal es fundamentalmente de afinidad boreal, en la que el elemento
neártico a nivel de especies predomina sobre el neotropical en cuanto a los ectoparásitos y sus
huéspedes (cuadros1, 2).
Familia Género Especie Subespecie Tipo de
distribución
Pulicidae Euhoplopsyllus Glacialis affinis Holártico
Cediopsylla inaequalis interrupta Neártico
Pulex irritans Holártico
Ctenophthalmidae Ctenophthalmus tecpin Neártico
Strepsylla villai Neártico
Strepsylla taluna Neártico
Ceratophyllidae Pleochaetis paramundus Neártico
Plusaetis apollinaris (aztecus) Neotropical*
Plusaetis mathesoni Neártico
Jellisonia hayesi breviloba Neártico
Plusaetis parus Neártico
*El género es considerado Neártico con representantes en la región Neotropical.
Cuadro 1.- Tipo de distribución de las especies de pulgas encontradas en el Parque
Nacional Malinche, Tlaxcala, México.
160
Pulgas (Insecta: Siphonaptera)
La especie más abundante de pulga fue Plusaetis apollinaris, que se encontró sobre seis especies
de roedores y de la cual también se tienen datos de la mayor cantidad de individuos reportados
sobre el huésped en el área de estudio (cuadro 2). P. apollinaris (aztecus) también ha sido
colectada en las faldas del volcán Popocateptl, a 3,100 m de altitud, sobre Peromyscus
maniculatus labecula (holotipo), y el alotipo es de La Venta, D. F., a 2,800 m sobre el mismo
huésped. Mientras que las pulgas que se presentaron en un menor número de huéspedes fueron
Plusaetis mathesoni y P. parus, Jellisonia hayesi brevilova y Strepsylla taluna, en un solo
huésped, esta representación quizá se deba a que existen pocos datos de este grupo para la zona.
Pulgas / Ratones
Núm
ero
de in
divi
duos
Sciu
rus a
ureo
gast
er
Sper
mop
hilu
s mex
ican
us
Sper
mop
hilu
s var
iega
tus
Pero
mys
cus s
p.
Neo
tom
a m
exic
ana
Neo
tom
odon
als
toni
Pero
mys
cus d
iffic
ilis
Pero
mys
cus g
ratu
s
Pero
mys
cus l
euco
pus
Pero
mys
cus l
evip
es
Pero
mys
cus m
anic
ulat
us
Pero
mys
cus m
elan
otis
Reith
rodo
ntom
ys c
hrys
opsi
s
Reith
rodo
ntom
ys fu
lves
cens
Reith
rodo
ntom
ys m
egal
otis
Reith
rodo
ntom
ys su
mic
hras
ti
Mic
rotu
s mex
ican
us
Thom
omys
um
brin
us
Liom
ys ir
rora
tus
Lepu
s sp.
Sylv
ilagu
s cun
icul
ariu
s
Sylv
ilagu
s flo
rida
nus
Cediopsylla inaequalis
interrupta 16
16
Ctenophthalmus tecpin 8 3 1 1 3
Euhoplopsyllus glacialis affinis 16 16
Jellisonia hayesi breviloba 1 1
Pleochaetis paramundus 27 21 6
Plusaetis apollinaris 50 12 1 10 9 8 10
Plusaetis mathesoni 2 2
Plusaetis parus 3 3
Pulex irritans 5 7
Strepsylla taluna 1 1
Strepsylla villai 6 2 1 1 1
Cuadro 2.- Especies de sifonápteros por especies de roedores en el Parque Nacional
Malinche, Tlaxcala, México.
Las pulgas presentan varios grados de especificidad. La asociación de estas y sus huéspedes
representa un importante aspecto ecológico. Algunas especies de pulgas son huéspedes estrictos,
mientras que otras muestran una preferencia muy baja o nula. El hecho es que la especificidad
marcada de huéspedes se puede indicar como un rasgo que reduce el grado de supervivencia, de
161
Acosta y Fernández, 2004
manera que no es prevalente en Siphonapteros (Méndez, 1977). A continuación se discute
brevemente las especies de pulgas encontradas en relación con su huésped.
Familia Pulicidae
La especie Pulex irritans (Figs. 2 y 3) fue encontrada únicamente sobre el conejo Sylvilagus
cunicularius, sin embargo sabemos que tiene una distribución amplia, que se trata de una especie
cosmopolita, y la podemos encontrar en una gran variedad de huéspedes, ya que no tiene
especificidad alguna. Ayala-Barajas et al., (1988) la reportan en varios países incluido México.
En el caso de las pulgas parásitas de conejos, Euhoplopsyllus glacialis affinis (Figs. 4 y 5) y
Cediopsylla inequalis interrupta (Figs. 6 y 7), estas solo se encontraron sobre un huésped, y
según la literatura, son huéspedes específicos de este orden de mamíferos (Lagomorpha).
Hopkins y Rothschild (1953) registran el género Cediopsylla sobre conejos silvestres (género
Sylvilagus), y para México el reporte es similar (Ayala-Barajas et al., 1988); lo mismo se
presenta para el género Euhoplopsyllus que parásita solo al género Sylvilagus. Hopkins y
Rothschild (1953) y Ayala-Barajas et al., (1988) lo reportan para S. floridanus, no sobre S.
cunicularius que se localiza en lugares boscosos, con altitudes de entre los 2600 y 4000 m.
Barrera (1968) menciona que Cediopsylla interrupta y Euhoplopsyllus glacialis affinis se
encuentran parasitando a Sylvilagus en toda la cordillera del Eje Neovolcánico Transversal.
A partir de esto, estas pulgas se podrían considerar como parásitos primarios de lagomorfos. En
esta ocasión éste es el segundo registro para el Eje Neovolcanico Transversal, ya que la Malinche
forma parte de esta provincia biogeográfica. Ponce y Llorente (1986) reportan la presencia de
Euhoplopsyllus glacialis affinis para el volcán Popocatépetl.
Familia Ctenophthalmidae
La pulga Ctenophthalmus tecpin (Figs. 8 y 9) en esta ocasión se encuentra asociada con cuatro
géneros de roedores: Microtus mexicanus, Neotomodon alstoni, P. gratus, y Reithrodontomys
chrysopsis y R. megalotis. Morrone et al., (2000) mencionan la presencia de esta especie de pulga
162
Pulgas (Insecta: Siphonaptera)
por primera vez en México en la localidad de El Potosí, en Nuevo León, sobre Microtus sp., y
Acosta (2003), la reporta por segunda ocasión en el estado de Querétaro en la parte de noreste, lo
que correspondería a la parte media de la Sierra Madre Oriental, sobre Oryzomys chapmani y
Peromyscus furvus. Para este género los huéspedes primarios pertenecen al género Microtus,
según Machado (1960), sin embargo Morrone et al., (2000) señalan también como huéspedes
ocasionales de esta pulga a especies de insectívoros y en general otras especies de roedores.
En el caso de la pulga Strepsylla villai (Figs. 10 y 11) fue reportada por primera vez para el
Estado de Tlaxcala en la localidad de Tlaxco sobre Peromyscus difficilis (Ayala-Barajas et al.,
1988), y en esta ocasión la estamos reportando para la Malinche por segunda ocasión, sobre
Peromyscus sp., P. melanotis y Reithrodontomys sp.
Strepsylla taluna, (Fig. 12) esta especie de pulga se encontró sobre el género Peromyscus, ya
anteriormente había sido reportada para la zona del Eje Neovolcanico Transversal, en los Estados
de México y Morelos, y también en el Popocatépetl sobre Neotomodon alstoni, Peromyscus
melanotis, Reithrodondomys chrysopsis, y Romerolagus diazi en altitudes de más de 2800 m
sobre el nivel del mar (Ayala-Barajas et al., 1988).
Familia Ceratophyllidae
La familia Ceratophyllidae cuenta con géneros característicamente mesoamericanos con afinidad
neártica (cuadro 1), como Jellisonia, Kohlsia, Pleochaetis y Plusaetis, cuyos principales
huéspedes son roedores (especialmente múridos) con los cuales llevan una estrecha relación.
Entre ellos se encuentra el género Peromyscus, que es típicamente mesoamericano, diversificado
en México y con la mayoría de las especies de distribución mesoamericana (Ponce, 1991).
Jellisonia hayesi breviloba (Fig. 13) está sobre Neotomodon alstoni, esta pulga ya había sido
reportada para Tlaxcala por T. Álvarez en la localidad de Tlaxco, sin embargo presenta una
amplia distribución en el país, y es reportada en la mayoría de las ocasiones sobre especies del
género Peromyscus (Ayala-Barajas et al., 1988).
163
Acosta y Fernández, 2004
Pleochaetis paramundus (Fig. 14) se puede encontrar en una gran cantidad de huéspedes (Acosta,
2003). En esta ocasión solo se observó sobre dos especies de roedores, Neotomodon alstoni y
Reithrodontomys chrysopsis, anteriormente había sido reportada para Tlaxcala por Barrera en la
localidad de Calpulalpan sobre el género Neotomodon; Barrera (1968) también la reportó para el
volcán Popocatépetl sobre varias especies de ratones como Microtus mexicanus, Neotomodon
alstoni, Peromyscus melanotis, P. maniculatus, Reithrodontomys chrysopsis y R. megalotis.
Plusaetis apollinaris (Fig. 15). Esta especie fue una de las que se encontró en una mayor cantidad
de huéspedes en la Malinche: Microtus mexicanus, Neotomodon alstoni, Peromyscus gratus, P.
melanotis, Reithrodontomys chrysopsis y R. megalotis. Barrera (1954) menciona que en las faldas
del volcán Popocatéptl a una altitud de 3100 m y en La Venta, D. F. sobre los 2800 m de altitud,
la presencia de la subespecie Plusaetis apollinaris aztecus como nueva sobre Perosmyscus
maniculatus labecula.
Plusaetis mathesoni (Fig. 16). Esta pulga se encontró sobre un solo huésped (Neotomodon
alstoni) en esta ocasión, sin embargo, también Barrera (1968) y Ayala-Barajas et al., (1988) la
han reportado para Tlaxcala y el Popocatépetl, sobre varias especies de roedores de la familia
Muridae (Microtus mexicanus, Neotomodon alstoni, Peromyscus melanotis, P. maniculatus, P.
difficilis, Reithrodontomys chrysopsis y R. megalotis).
Plusaetis parus (Fig. 17) se encontró sobre una sola especie de roedor: Neotomodon alstoni, que
es también la especie que tuvo la mayor cantidad de especies de pulgas registradas. También esta
reportada esta especie de pulga para Tlaxcala en el municipio de Calpulalpan, colectada por
Barrera, y ha sido colectada en otros estados del centro del país en lo que correspondería a la
zona del Eje Neovolcanico Transversal, y lo que seria la cuenca del Balsas. Colectada sobre
Microtus mexicanus, Peromyscus melanotis, P. maniculatus, P. difficilis, P. truei,
Reithrodontomys chrysopsis, R. megalotis, Sigmodon y Liomys sp. (Ayala-Barajas et al., 1988).
Barrera (1968) menciona que la composición faunística de las pulgas varía de piso a piso
altitudinal, no solo por la ausencia de especies comunes al piso inmediato inferior, sino por la
presencia de otras especies exclusivas en cada uno de ellos. Nosotros creemos que este patrón se
164
Pulgas (Insecta: Siphonaptera)
repite, pero debido a que los registros que se tienen para este trabajo no abarcan grandes
diferencias altitudinales no se puede apreciar, sin embargo comparando la fauna de las cotas
altitudinales de entre los 2800 y los 3500 m de altitud, encontramos un gran parecido en cuanto a
las especies citadas por Barrera (1968) y las que encontramos.
IV. IMPORTANCIA
Históricamente, la importancia que ha revestido este grupo de insectos está basada en su aspecto
sanitario, ya que las pulgas han fungido como vectores de enfermedades que han marcado el
desarrollo de la humanidad. Debido a sus hábitos ectoparásitos hematófagos en su fase adulta, y a
su capacidad de infestar diferentes huéspedes, las pulgas han sido las responsables de grandes
epidemias de peste bubónica, principalmente en Europa. Además, estos organismos son
responsables de la transmisión de fiebre tifoidea, toxoplasmosis, salmonelosis y tripanosomiasis,
entre otras enfermedades que producen, al transmitir diversos tipos de virus, bacterias y hongos a
sus huéspedes, sin mencionar las molestias y alergias derivadas de su picadura (Fig. 18). Esto ha
ocasionado que la mayoría de los estudios referentes a este orden hayan sido enfocados
principalmente a su relación con el hombre y con organismos transmisores de enfermedades, más
que al hecho de esclarecer su evolución, filogenia y biogeografía. Por todas estas razones se hace
necesario el incremento de estudios sobre la fauna de pulgas y de las relaciones con sus
huéspedes, así como la interacción de estos con los pobladores de la Malinche en este caso, con el
objeto de saber si representan actualmente un problema sanitario, o si representan focos
potenciales de infección.
Por otra parte, como se ha mencionado anteriormente, hasta el momento no se contaba con
prácticamente ninguna información de Siphonapteros para el Estado, y en particular para el
Parque Nacional Malinche, por lo tanto, este primer reporte, representa un importante paso
rumbo al conocimiento de este grupo de insectos, y su relación con los mamíferos, por lo que es
fundamental conocer la distribución de estos últimos para poder entender la de los primeros.
Además, la Malinche al pertenecer al Eje Neovolcánico Transversal, que es un área de gran
importancia en cuanto a riqueza y endemismo de diferentes grupos animales y vegetales, el
165
Acosta y Fernández, 2004
estudio de las relaciones huésped-parásito, como el de la asociación pulgas-mamíferos, es muy
importante para desarrollar estudios acerca de coevolución y biogeografía, sin olvidar el aspecto
sanitario.
V. ESTADO DE CONSERVACIÓN
El estudio de los sifonápteros en México es muy reciente, si se compara con otros grupos de
animales o incluso dentro del mismo grupo, si se compara con otros países (Morales y Llorente,
1986). De igual manera se sabe muy poco del estado de conservación de los artrópodos en
general para México. Sin embargo, ha habido estudios en los cuales se han ido incrementando el
conocimiento de las distribuciones y otros aspectos importantes de las especies.
Las pulgas al estar asociadas con mamíferos, y al tener un alto grado de especificidad (algunas
especies menos), correrán la misma suerte que les depare a estos. Por ello, es necesario conocer la
distribución y el estado de las poblaciones de mamíferos para poder implementar programas de
conservación y manejo, de esta manera, la fauna de sifonápteros, como integrante de la
diversidad biológica del parque, se vera protegida. Cabe mencionar que de 1950 hasta la fecha, se
han venido sumando pruebas de que varias especies de sifonápteros, sobre todo de los géneros
Ctenophthalmus, Strepsylla, Pleochaetis y Jellisonia, están representadas en la cordillera por
diferentes subespecies Barrera (1968), y que esta es una razón más para estudiar las especies de
pulgas de la Malinche.
Hasta el momento no hay datos o informes sobre especies de pulgas amenazadas o en peligro de
extinción, dentro de la NORMA OFICIAL MEXICANA NOM-059-ECOL-2001 (Semarnat,
2002). Considerando la especificidad que existe en algunas pulgas respecto a sus huéspedes,
deberíamos entonces enfocarnos a la protección de aquellas especies de huéspedes que se
encuentran amenazadas o en peligro de extinción, para de esta manera poder proteger a estos
insectos parásitos.
166
Pulgas (Insecta: Siphonaptera)
VI. CONCLUSIONES
Como se mencionó en un principio, este es uno de los primeros trabajos sobre pulgas que se
llevan a cabo para la Malinche y para el Estado de Tlaxcala, sin embargo hace falta todavía un
mayor esfuerzo para la obtención de datos, ya que solo se ha muestreado un 18.42 % de las
especies de mamíferos reportadas para el parque (Fernández, 2004), por lo que creemos que la
diversidad de pulgas que hay en la zona es mayor a la que se reporta en este estudio.
Hasta el momento se obtuvieron datos de 11 especies y dos subespecies de pulgas, que
pertenecen a tres de las siete familias que están presentes en el país, las cuales se encuentran
parasitándo a seis especies de roedores y un conejo.
Es importante conocer la distribución de las especies de pulgas y sus huéspedes para poder tener
un control de las poblaciones de estos parásitos que en determinadas condiciones podrían llegar a
volverse un problema serio de infestaciones por este organismo y transmitir enfermedades.
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos el apoyo económico del subsidio 36488 de CONACYT, al Dr. Juan José Morrone Lupi, por
los comentarios a este trabajo, a la Colección de Siphonapteros del Museo de Zoología “Alfonso L.
Herrera”, de la Facultad de Ciencias, de la Universidad Nacional Autónoma de México; y a la Maestra
Carmen Corona Vargas del Departamento de Agrobiología de la Universidad Autónoma de Tlaxcala por
el préstamo de trampas para la colecta de mamíferos, y las facilidades otorgadas dentro del Parque
Nacional Malinche, por los miembros de la Coordinación General de Ecología del estado de Tlaxcala.
167
Acosta y Fernández, 2004
VIII. LITERATURA CITADA
Acosta, G. R. 2003. Sifonapterofauna de
roedores del estado de Querétaro. Tesis de
Maestría, Facultad de Ciencias, U.N.A.M.,
México, D. F., 107 pp.
Acosta, G. R. & J. J. Morrone. 2003. Clave
ilustrada para la identificación de los taxones
supraespecíficos de Siphonaptera de México.
Acta Zoológica Mexicana, n. s. 89: 39-53.
Autino A. & M. Lareschi. 1998.
Siphonaptera. Pp 279-290. En: J. J. Morrone
& S. Cascaron (eds). Biodiversidad de
Artrópodos Argentinos. Ediciones Sur.
Ayala-Barajas, R., J. C. Morales, N.
Wilson, J. E. Llorente-B. & H. E. Ponce.
1988. Catálogo de las pulgas (Insecta:
Siphonaptera) en el Museo de Zoología,
Facultad de Ciencias, Universidad Nacional
Autónoma de México. 1: Colección Alfredo
Barrera. Serie de Catálogos del Museo de
Zoología “Alfonso L. Herrera” 1:1-102.
Barrera, A. 1953. Sinopsis de los
sifonápteros de la Cuenca de México (Ins.,
Siph.). Anales de la Escuela Nacional de
Ciencias Biológicas 7 (1-4): 155-245.
___________. 1954. Notas sobre
sifonápteros. VIII.- Nuevas localidades de
especies conocidas y nuevas para México Y
diagnosis de Pleochaetis apollinaris aztecus
subsp. nov. Ciencia XIV (7-8): 137-139.
___________. 1968. Distribución cliserial de
los Siphonaptera del Volcán Popocatéptl, su
interpretación biogeográfica. Anales del
Instituto de Biología, Universidad Nacional
Autónoma de México, (Ser. Zool.) 39 (1): 35-
100.
Fernández, F. J. A. 2004. Mamíferos. Pp.
121-134. En J. A. Fernández F. y J. C. López
D. (Comp.). Recursos Naturales del Parque
Nacional Malinche.
Hopkins, G. H. & M. Rothschild. 1953. An
illustrated catalogue of the Rothschild
collection of fleas (Siphonaptera) in the
British Museum (Natural History) I.
Tungidae and Pulicidae. British Museum
(N.H.): 1-361.
Linardi, M. P. 1981. Polygenis Jordan, 1939
(Siphonaptera: Rhopalopsyllidae): estudos
morfológicos, zoogeográficos, fenéticos,
filogenéticos e relación hospedero / parasito.
Tesis de Doctorado. Belo Horizonte Mina
Gerais – Brasil. 291 pp.
Llorente-B., J. E., A. N. García, Enrique
González S. & C. Cordero. 1996. Breve
panorama de la taxonomía de artrópodos en
México. Pp. 3-14 en Llorente-B., J. E., A.N.
García & E. González (eds.). Biodiversidad,
taxonomía y biogeografía de artrópodos de
México: Hacia una síntesis de su
conocimiento. Instituto de Biología-
U.N.A.M., CONABIO y Facultad de
Ciencias-U.N.A.M., México, D. F.
Machado, A., C. E. 1960. Microtus
mexicanus mexicanus (De Saussure, 1861),
su biología, ectoparásitos y otras formas
animales ecológicamente relacionadas. Tesis
168
Pulgas (Insecta: Siphonaptera)
de Licenciatura, Facultad de Ciencias,
U.N.A.M., México, D. F. 105 pp.
Méndez, E. 1977. Mammalian –
Siphonapteran associations, the environment,
and biogeography of mammals of
southwestern Colombia. Quaestiones
Entomologicae, 13: 91- 182.
Morales J. C. & J. E. Llorente. 1986.
Estado actual del conocimiento de los
Siphonaptera de México. Anales del Instituto
de Biología, UNAM (Ser. Zool), 2: 497-554.
Morrone, J. J., R. Acosta & A. L.
Gutiérrez. 2000. Cladistics, biogeography,
and host relationships of the flea subgenus
Ctenophthalmus (Alloctenus), with the
description of a New Mexican species
(Siphonaptera: Ctenophthalmidae). Journal of
New York Entomology Society 108 (1-2): 1-
12.
Pérez, O. T. 1976. Distribución de
Siphonaptera en el derrame lávico del
Chichinautzin, Morelos: Su interpretación
ecológica y biogeográfica. Tesis Profesional,
Facultad de Ciencias, U.N.A.M., México, D.
F., 156 pp.
Ponce H. E. 1991. Siphonaptera
(Arthropoda: Insecta) asociada a roedores en
el bosque mesófilo de montaña de la Sierra de
Juárez, Oaxaca: Una interpretación
biogeográfica. Tesis de maestría. Facultad de
Ciencias U.N.A.M. 116 pp.
______________. & G. Rodríguez. 1993.
Insectos ectoparásitos de mamíferos. Pp. 387-
407 en Luna, V., I. y J. E. Llorente-B. (eds.).
Historia Natural del Parque Ecológico
Estatal, Omiltemi, Chilpancingo, Guerrero,
México. CONABIO – U.N.A.M.
__________. & J. E. LLorente. 1996.
Siphonaptera. Pp. 553-565 en Llorente-B, J.
E., A. N. García y E. González (eds.).
Biodiversidad, taxonomía y biogeografía de
artrópodos de México: Hacia una síntesis de
su conocimiento, Instituto de Biología-
U.N.A.M., CONABIO y Facultad de
Ciencias-U.N.A.M. México, D.F.
Semarnat. 2002. Norma Oficial Mexicana
NOM-059-ECOL-2001., Protección
ambiental-Especies nativas de México de
flora y fauna silvestres-Categorías de riesgo y
especificaciones para su inclusión, exclusión
o cambio-Lista de especies en riesgo.
Publicada el 6 de marzo.
Traub, R. 1950. Siphonaptera of Central
America and Mexico. A morphological study
of Aedeagus with descriptions of new genera
and species. Fieldiana Zoology, I: 1-127.
________. 1985. Coevolution of Fleas and
Mammals. Pp. 295-437 en Kim, K. Ch. ed.
Coevolution of Parasitic Arthropods and
Mammals. Wiley-Inter-Science.
169
Acosta y Fernández, 2004
Figu
ra 1
.- M
orfo
logí
a ex
tern
a (p
ulga
hem
bra)
: Pul
ex ir
rita
ns (A
dapt
ado
de H
opki
ns &
Rot
hsch
ild, 1
953)
170
Pulgas (Insecta: Siphonaptera)
171
Figu
ra 1
8.- C
aden
a ep
idem
ioló
gica
: 1 –
Tra
nsm
isió
n de
Yer
sini
s pes
tis a
l hom
bre
por l
a pi
cadu
ra d
e Xe
nops
ylla
che
opis
, 2 –
Pes
te ru
ral o
si
lves
tre, Y
. Pes
tis e
sta
cont
enid
a en
tre lo
s roe
dore
s silv
estre
s y se
tran
smite
el b
acilo
al h
ombr
e po
r la
pica
dura
de
Poly
geni
s spp
. (o
casi
onal
men
te e
sta
cade
na e
s int
erru
mpi
da);
3 –
Tran
smis
ión
de la
pes
te d
e ro
edor
es si
lves
tres a
los d
omic
ilios
. (A
dapt
ado
de L
inar
di &
Pulgas (Insecta: Siphonaptera)
2 3
4 5
6 7
Figuras 2-7. Sifonápteros de mamíferos del Parque Nacional La Malinche, Tlaxcala, México. 2-3. Hembra y macho, Pulex irritans; 4-5. Macho y hembra, Euhoplopsyllus glacialis affinis; 6-7. Macho y hembra, Cediposylla inequalis interrupta.
172
Acosta y Fernández, 2004
8 9
10 11
1312 Figuras 8-13. Sifonápteros de mamíferos del Parque Nacional La Malinche, Tlaxcala, México. 8-9. Macho y hembra, Ctenophthalmus tecpin; 10-11. Hembra y macho, Strepsylla villai; 12. Macho y hembra, Strepsylla tuluna; 13. Macho, Jellisonia hayesi breviloba.
173
Pulgas (Insecta: Siphonaptera)
14 15
16 17 Figuras 14-17. Sifonápteros de mamíferos del Parque Nacional La Malinche, Tlaxcala, México. 14. Hembra, Pleochaetis paramundus; 15. Macho, Plusaetis apollinaris; 16. Macho Plusaetis mathesoni; 17. Hembra, Plusaetis parus.
174
Conservación
CONSERVACIÓN DEL PARQUE NACIONAL MALINCHE
María del Carmen Corona Vargas
Departamento de Agrobiología. Universidad Autónoma de Tlaxcala
Km 10.5 Autopista Texmelucan-Tlaxcala, Ixtacuixtla.
RESUMEN.
Es común en estos días hablar de conservación de los recursos naturales desde los niveles
escolares hasta las altas esferas de la política internacional. Sin embargo ¿qué sabemos de la
conservación? ¿qué conservar y cómo conservar? La conservación de los recursos no es un tema
exclusivo de los biólogos, ni el problema estricto de un sitio o una nación, nos compete a todos y
la problemática se presenta a escala mundial. Por ello se presentará primero un panorama general
sobre la biodiversidad y su conservación, posteriormente la situación de los recursos bióticos en
México y finalmente la situación del Parque Nacional Malinche (PNM).
I. BIODIVERSIDAD Y SU CONSERVACIÓN
El concepto más simple de biodiversidad se refiere a la amplia variedad de especies (plantas,
animales, hongos, microorganismos y todas las formas vivas) que habita en nuestro planeta,
aunque en realidad la biodiversidad incluye la variación genética, específica, estructural,
ambiental y ecosistémica. A lo largo de la existencia de la Tierra, la vida aparece apenas hace
unos 500 millones de años y una de sus características ha sido su dinámica, así es, la vida ha
cambiado, evolucionado y ha dado lugar a cientos de nuevas formas no siempre de manera
continua y lenta; hay registros de épocas en las que se presentaron explosiones de diversidad
donde aparecieron muchas especies a la vez. No obstante y a pesar de que la vida se originó hace
ya millones de años, la diversidad de especies no se ha acumulado, muchas de ellas han
desaparecido, algunas de manera lenta, otras abruptamente y también se han presentado épocas
de extinciones masivas (Cuadro 1). Las especies que conocemos actualmente según McNeelly y
colaboradores (1990) se estiman entre 5 y 50 millones o más, aunque a la fecha sólo se han
175
Corona, 2004
descrito alrededor de 1.4 millones, que son solo algunas de las sobrevivientes, antes hubo
muchas más que no pudieron alcanzar esta época.
Causas Época Extinciones
Primera extinción: Cambio climático. Hace unos 440 millones de años al final del Período Ordovícico.
El 25% de las familias desapareció.
Segunda extinción: Puede o no haber sido el resultado de cambios climáticos globales.
Hace unos 370 mda, cerca del final del Período Devoniano.
Desapareció el 19% de las familias.
Tercera extinción: Una amalgama compleja de cambio climático posiblemente enraizado en los movimientos de las placas tectónicas. También hay evidencias recientes del impacto de un bólido.
Hace unos 245 mda, al final del Período Pérmico
El 54% de las familias desapareció
Cuarta extinción mayor: Todavía es difícil de definir sus causas precisas.
Hace unos 210 mda, evento al final del Período Triásico.
El 23% de las familias desapareció.
Quinta extinción: causado por una (posiblemente múltiple) colisión entre la Tierra y un bólido, probablemente cometario. Sin embargo, algunos geólogos apuntan al evento volcánico que produjo las trampas de Deccan en la India como parte de la cadena de eventos físicos que perturbó a los ecosistemas tan severamente como para causar la rápida extinción de muchas especies terrestres y marinas.
Hace unos 65 mda): ocurrió al final del Cretáceo.
Se perdió el 17% de las familias.
Cuadro 1. Cinco mayores extinciones que se han presentado durante la historia de nuestro
planeta (Eldredge, 2001).
Ciertamente las extinciones siempre han existido y tienen una fuerte aportación a la evolución,
ya que a través de ellas se han seleccionado las especies mejor adaptadas, se liberan nuevos
nichos ecológicos que pueden albergar nuevas especies, se reducen presiones sobre otras, lo que
permite la mayor diversificación (radiación) y con ello el incremento de especies o simplemente
dejan descendientes más aptos. Ehrlich y Ehrlich (1981) estimaron que se han extinguido
alrededor del 98% del total de las especies que han existido en la Tierra. Sin embargo nunca
antes se habían perdido tantas especies a la velocidad que lo están haciendo actualmente, lo que
176
Conservación
convierte a este fenómeno en la más grande extinción que se ha registrado en toda la historia de
la vida (Halffter, 1992). Este tipo de extinción no es selectiva ni tiene ninguna de las ventajas
evolutivas que en las otras se han dado. Lo más sorprendente de este acontecimiento es que toda
ella ha sido provocada de forma directa o indirecta por una sola especie: la nuestra.
Como especie hemos logrado grandes avances en el conocimiento de nuestro entorno y cómo
manejarlo para nuestro beneficio, así la medicina nos ofrece una mayor esperanza de vida,
contamos con métodos que nos permiten disponer de alimentos suficientes, todo ello nos
proporciona una mejor calidad de vida que se ve sustentada por todos los avances tecnológicos.
Pero esto también ha provocado un crecimiento poblacional incontrolado que demanda cada vez
más satisfactores, que genera mayor cantidad de desechos y que ocupa mayores porciones de la
superficie terrestre. Todo esto está ejerciendo una fuerte presión sobre los recursos naturales,
superior a la que pueden soportar; el resultado es el agotamiento, pérdida de la calidad y
extinción de algunos, así como el riesgo para otros por efectos tanto directos como secundarios.
El deterioro se está dando sobre todos los recursos, desde el aire, agua potable, suelo y recursos
vivos. Los ejemplos sobran, tal es el caso de la deforestación que a escala mundial alcanza los
9.4 millones de hectáreas al año (FAO, 2001) principalmente por cambio de uso de suelo hacia la
agricultura (ONU, 2003a). Por otra parte se ha estimado que menos del 1% de los recursos de
agua dulce del mundo están disponibles para el consumo y la demanda aumentará en un 40%, de
manera que para el 2025 dos tercios de la población mundial sufrirá de escasez moderada o
severa (ONU, 2003b). La extinción de las especies es del orden de 30 000 al año lo que se puede
traducir en tres especies por hora (Eldredge, 2001), también nos enfrentamos al calentamiento
global y erosión de suelos así como la transformación de nuestro entorno por la industrialización,
urbanización, agricultura y ganadería extensiva.
Parece paradójico que nosotros la única especie que puede razonar, que es capaz de percibir el
tiempo, recordar y aprender del pasado para planear a futuro, no se haya dado cuenta que el
destino que nos espera al continuar destruyendo el entorno y los recursos, nos pone en peligro a
nosotros mismos.
El desafío de la humanidad es cambiar el curso de estos acontecimientos y lograr mantener los
recursos naturales, sus procesos y su calidad. Precisamente una meta de la conservación es
177
Corona, 2004
asegurar opciones presentes y futuras de la diversidad biológica a nivel de genes, especies,
poblaciones y ecosistemas (Mangel et al., 1996). Sin embargo la conservación se debe
transformar en una forma de vida ya que las Áreas Naturales Protegidas (ANP) no pueden
conservar toda la biodiversidad ya que sólo abarcan el 3% de la superficie terrestre del planeta
(Toledo, 1994) y tampoco han podido cumplir con sus objetivos pues únicamente se han tomado
en cuenta intereses políticos. La conservación no puede ser una decisión unilateral ni con una
visión exclusivamente ecológica o política, sino debe ser una empresa con visión integral e
interdisciplinaria capaz de entender a la naturaleza y a la sociedad como un sistema cuyos
múltiples componentes han desarrollado sus propias historias de cambios y adaptaciones que no
se han dado de manera aislada, sino que al interactuar han permitido que se manifiesten de forma
particular en cada localidad, por lo que se requiere entender esta complejidad y hacer propuestas
que permitan conciliar los procesos biológicos y ecológicos con los intereses económicos y
sociales desde diversos aspectos.
En el ámbito académico los ecólogos han generado información teórica, técnicas, mecanismos y
modelos de simulación que puedan contribuir en una forma más acertada al manejo y
conservación de los recursos (Mangel et al., 1996; Doak y Scott, 1994; Pease y Fowler, 1997;
Schemske et al., 1994; Tambutti et al., 2002) Por otra parte se han sentado las bases científicas
para la conservación que permitan diseñar estrategias adecuadas en la selección de áreas a
conservar con base en el análisis biogeográfico (Toledo, 1988), el tamaño de las poblaciones por
estudios genéticos (Eguiarte y Piñero, 1990) así como la influencia del ambiente exterior en las
áreas protegidas (Jansen, 1983).
Además de las aportaciones académicas debe considerarse la confección de buenas políticas de
conservación, ya que como sistema dinámico la población humana está en constante crecimiento,
demandando recursos, empleos, salarios y generando desperdicios. Las actividades agropecuarias
e industriales se expanden ocupando mayores superficies, exigiendo energía e insumos y las
áreas protegidas también reclaman su espacio y recursos económicos (Shafer, 1992), por lo tanto
dentro de las políticas de conservación deberá considerarse la planeación del crecimiento
poblacional con responsabilidad, educación y conciencia social y ecológica. Otro aspecto de gran
importancia es el reconocimiento de las poblaciones humanas nativas o autóctonas que habitan
178
Conservación
cerca o dentro de las áreas protegidas para incluirlas en los programas de conservación.
Generalmente ellas conocen y desarrollan formas de producción más ecológicas y menos dañinas
al ambiente y que podrían operar como aliadas de la protección biológica (Halffter, 1994).
Este breve panorama nos permite visualizar que hablar de conservación conlleva una serie de
acciones tanto académicas como políticas, económicas y sociales, no podemos desligar la
conservación de la problemática social. Si la pérdida de recursos naturales es un problema
complejo, se requiere del concurso de varias disciplinas que permitan ver todos los enfoques en
la tarea de conservación.
II. LA CONSERVACIÓN EN MÉXICO
La tarea de conservación es un compromiso importante para aquellos países que cuentan o con
mayor diversidad o con un mayor número de especies exclusivas o endémicas y México se
encuentra entre ellos (CONABIO, 1998). El término “países megadiversos” se refiere a las
naciones del mundo que albergan entre el 60 y 70% de la biodiversidad. Mittermeier y Goettsch
(1992) y Neyra y Durand (1998) consideran que los países que por su riqueza de especies, de
endemismos y de ecosistemas podrían reconocerse como megadiversos son Brasil, Indonesia,
Colombia, Australia, México, Madagascar, Perú, China, Filipinas, India, Ecuador, Venezuela,
República Democrática del Congo, Papua, Nueva Guinea, Estados Unidos de América, Sudáfrica
y Malasia. En particular nuestro país aporta el 10% de las especies que existen actualmente en el
planeta, ocupando a escala mundial el cuarto lugar en diversidad biológica y el segundo lugar en
cuanto a diversidad de ecosistemas (Cuadro 2). Cabe mencionar que México ocupa en el mundo
el 2° lugar en diversidad de reptiles, el 4° en anfibios, el 5° lugar en cuanto a especies de
mamíferos y también en plantas vasculares (Cuadro 3); en cuanto a especies de aves cuenta con
cerca de 1,054 especies (Navarro y Benítez, 1993; Flores-Villela y Gerez, 1994).
179
Corona, 2004
Concepto Lugar mundial
Superficie (km2) 1 953 162 8
Longitud de costas (km) 11 953
Población (hab)
~94 275 000 (1997) 7
Densidad de población (hab/km2)
48.1 115
Esperanza de vida al nacer (años)
hombres 66.5 (1995)
mujeres 73.1 (1995)
Índice de sustentabilidad ambiental*
51.5% 29
Componentes de la biodiversidad:
Ecosistemas
8 tipos 2
Especies de fauna, flora y hongos
~65 000 4
Cuadro 2. Algunos aspectos de México relacionados con la conservación (Tomado de
CONABIO, 2000).
* Según informe de la Yale University al Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, enero de
2000.
Lo más importante de nuestra riqueza biológica no es sólo el número de especies con que
contamos, sino las especies exclusivas (endémicas) de nuestro territorio, por ejemplo en México
se localiza el 10% de las especies de plantas del planeta y más del 40% de ellas son habitantes
exclusivas del territorio nacional, en cuanto a los reptiles representan el 11% de las especies
conocidas en el planeta y de ellas el 52% son endémicas; los mamíferos que se encuentran en 5°
lugar con 450 especies equivalen al 12% mundial y de ellos 29% son endémicos; las especies de
anfibios de México representan aproximadamente el 7% mundial y de ellas 64% son endémicas
del país (CONABIO, 2000).
180
Conservación
Grupo País y número de especies
Plantas vasculares Brasil Colombia Indonesia China México
53 000 48 000 35 000 28 000 26 000
Anfibios Colombia Brasil Ecuador México China 583
517 402 284 274
Reptiles Australia México Colombia Indonesia Brasil 755
717 520 511 468
Aves Colombia Perú Brasil Ecuador Indonesia 1 815
1 703 1 622 1 559 1 531
Mamíferos Brasil Indonesia China Colombia México
524 515 499 456 450 Cuadro 3. Países con mayor diversidad de especies de plantas vasculares y vertebrados
terrestres (según Mittermeier y Goettsch, 1992; CONABIO, 2000).
A pesar de este gran legado tenemos poca conciencia de él y su importancia, quizá no nos
percatamos de la importancia de los reptiles, de los insectos o algunas plantas en el intrincado
ecosistema, ni pensamos en que todos los organismos son los sobrevivientes de largos proceso
evolutivos, mutaciones y adaptaciones de los que podemos aprender mucho. Para algunos son
solamente una mercancía y los venden sin escrúpulos, para otros son un estorbo y hay quienes
consideran que no valen la pena y se están perdiendo de manera irremediable. Tampoco somos
conscientes de los servicios que nos prestan los ecosistemas como sumideros de bióxido de
carbono y generadores de oxígeno, captadores y filtradores de agua o formadores de suelo, por
mencionar algunos ejemplos.
Particularmente en nuestro país las zonas montañosas son los sitios que captan la mayor cantidad
de lluvias y es ahí donde nacen todos nuestros ríos pero desafortunadamente, también son las que
tienen más problemas en cuanto a conservación ya que se reclaman para fines agrícolas y
ganaderos, aunque no tienen capacidad para ello (Gómez-Pompa, 1985). Los desmontes para la
agricultura han provocado también erosión, el pastoreo consume los renuevos de los bosques y
las especies silvestres cada vez se encuentran confinadas en áreas más pequeñas. La reducción de
la capa vegetal impide la filtración y percolación del agua de lluvia lo que reduce los volúmenes
181
Corona, 2004
de este líquido en el subsuelo y con ello la baja disponibilidad para agua potable; las grandes
cantidades de suelo removido llegan a los ríos provocando desbordamientos e inundaciones así
como azolve de presas que quedarán inservibles como generadoras de electricidad.
Nuestro país registró un atraso de la gestión del gobierno para administrar y regular el
aprovechamiento de los recursos de flora y fauna silvestre y en aspectos ambientales
(SEMARNAP, 1997) pero a partir de 1995 se ha logrado un gran avance. Actualmente se cuenta
con la Ley General del Equilibrio Ecológico y de Protección al Ambiente, se han elaborado,
emitido y puesto en marcha 87 normas oficiales mexicanas (NOM), de las cuales más de 50%
atienden aspectos del control de la contaminación del agua; 31% tiene que ver con la
contaminación atmosférica (como la emisión de contaminantes, su medición, y la calidad de los
combustibles) y sólo poco menos de 5% tratan aspectos relacionados con la conservación de los
recursos naturales (Galindo y Loa, 1998) y con la creación de la CONABIO (Comisión Nacional
para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad) México se ubica en una situación de
vanguardia en el conocimiento de la problemática de conservación y uso correcto de la
biodiversidad en el mundo (Toledo, 1994). Pero a pesar de los grandes esfuerzos realizados en
términos de legislación en materia ambiental, nuestro país aún tiene una gran incultura en
aspectos de conservación.
Se requiere una mayor investigación sobre los recursos bióticos, incrementar la información de
los inventarios de biodiversidad, la formación de cuadros de profesionales específicos en materia
de conservación y manejo de recursos, educación ambiental y equidad social.
Respecto a la creación de áreas protegidas se comienza en el siglo XX; el primer Parque
Nacional decretado se realizó en 1917 y a partir de esa fecha se han creado otros; el actual
Sistema de Áreas Protegidas reconoce ocho categorías que son Reserva de la Biosfera, Parque
Nacional, Monumento Natural, Área de Protección de Recursos Naturales, Área de Protección de
Flora y Fauna, Santuarios, Parques y Reservas Estatales, así como Zona de Preservación
Ecológica de los Centros de Población. Sin embargo si vemos todas las áreas protegidas que se
han establecido en nuestro país, son sólo pequeños puntos dispersos en una gran extensión
territorial, se pueden comparar a pequeñas islas en un mar de cultivos, zonas ganaderas,
182
Conservación
ciudades, industrias, carreteras y tierras yermas a causa de la sobreexplotación. En la década
pasada se estimó que el 70% del territorio nacional tenía algún grado de desertificación y más del
50% de la cubierta vegetal original del país se había perdido, provocando la reducción drástica
de hábitat (SEMARNAP, 1997).
Un gran error en el quehacer de conservación, fue la creación de áreas protegidas sin un
concepto claro sobre su manejo, propósitos y obligaciones, lo que ha desencadenado una serie de
problemas en cascada que a la fecha pueden ser irreversibles. La descripción de estos problemas
es similar aunque no en todas, sí en la mayor parte de nuestras áreas protegidas ya que sólo se
consiguió la restricción legal del uso de la tierra; ni se expropió ni se enseñó a las comunidades
dueñas de las áreas a administrar los recursos y conservarlos ya que no había un programa claro
de lo que se quería. Los propietarios continuaron con el uso de los recursos, pero las presiones de
la creciente población los obligó a sobreexplotarlos lo que provocó la pérdida de especies,
erosión, pérdida de fertilidad de los suelos, agricultura pobre, baja calidad de vida de los
pobladores, pobreza y con ello más presión sobre los recursos, convirtiendo a las áreas
protegidas en el peor ejemplo de conservación.
Eso deja claro que la conservación no se logra solamente a través de decretos, sino que se
requiere de una buena planeación para localizar las áreas adecuadas, definir su tamaño y una
política social que considere acciones de gestión integral e incorporación de las comunidades
rurales que hagan uso de los recursos a través de metodologías sustentables.
La decisión de decretar un área protegida también debe considerar los patrones de distribución de
las especies. Para nuestro país se pueden distinguir dos patrones de distribución vegetal: las áreas
húmedas ubicadas en su mayor parte en el sur tienen las máximas riquezas de especies y en las
áreas secas están las zonas más ricas en endemismos (Toledo, 1988). Para la fauna existen
también ciertos patrones de distribución de endemismos, por ejemplo una parte importante de
especies endémicas de mamíferos se distribuye en el eje neovolcánico y varias islas, en el caso
de los anfibios y reptiles los principales centros de endemismo son el eje neovolcánico y la sierra
Madre del Sur. Con base en estos patrones derivados del análisis biogeográfico se podrán asignar
183
Corona, 2004
prioritariamente áreas protegidas en las zonas o de mayor diversidad o de especies endémicas
como lo está haciendo actualmente la CONABIO.
Debido a la fuerte fragmentación de hábitat que se presenta en el país, otro de los factores que
deberán ser tomados en cuenta al establecer un área protegida, es la conservación de corredores
biológicos que permitan el intercambio entre las poblaciones de especies silvestres aisladas en
cada área, conformando redes de hábitat naturales que garanticen la supervivencia de las
especies. No podemos hablar de conservación mientras tengamos una o pocas áreas protegidas o
que se encuentren alejadas.
Así mismo se requiere tomar en consideración las formas productivas de las comunidades
nativas cercanas a las áreas protegidas. Esta propuesta coincide con la de conservar también los
agroecosistemas tradicionales campesinos para conservar in situ la diversidad genética de las
especies de importancia económica que también se encuentran amenazadas por la agricultura
moderna con la liberación de híbridos, variedades y transgénicos.
Recordemos que nuestro país cuenta con una amplia diversidad de culturas entre las poblaciones
rurales, por lo que es necesario incluirlas en las políticas de conservación, ya que estas
poblaciones rurales han pasado muchos años de convivencia estrecha con su entorno natural y lo
conocen y cuidan mejor que personas ajenas a ellos. Como menciona Toledo (1988) “podemos
asegurar que la diversidad cultural de un país surgió a consecuencia de la diversidad ecológica de
sus espacios, de suerte que el binomio naturaleza cultura es inseparable”.
Debemos ver también la conservación como una actividad productiva en el presente y de
inversión para el futuro, dando a los recursos un valor biológico, ecológico y económico lo que
nos permitirá por una parte establecer programas de desarrollo económico sustentable en las
comunidades rurales o indígenas que están dentro o cercanas a las áreas protegidas y no ver la
conservación como una barrera al desarrollo; por otra parte garantizará la posesión de recursos
para el futuro, asegurando la independencia económica, cultural y política de nuestro país.
184
Conservación
Uno de los factores desencadenantes de la problemática de conservación, reside en que se ignora
la importancia ecológica de los diversos ecosistemas y sus interacciones con los sistemas
sociales. Se hace necesaria por tanto una concientización real de lo que implica la conservación
para establecer políticas adecuadas que consideren tanto los argumentos políticos como los
académicos, sociales y económicos en la resolución de este problema.
III. EL PARQUE NACIONAL MALINCHE
En la época prehispánica se veneraba a esta montaña, en ella se adoraba a la diosa
Chalchihuitlycue o Matlalcuéye frecuentemente llamada la esposa de Tláloc, fue una deidad
acuática, los antiguos tlaxcaltecas se percataron que en esta elevación se originaban las lluvias
que regaban los alrededores y por ello la tuvieron como un lugar sagrado. En esta época no se
registraron asentamientos humanos en ella, la entrada a la montaña era temporal (Montero, 1998)
Posteriormente los pobladores de Tlaxcala continuaron obteniendo beneficios de este volcán,
además de obtener de ella agua (lluvia y manantiales), también tuvieron suelo, leña, materiales
de construcción, madera, plantas medicinales, hongos, animales de caza y ornamentos.
En la época en que llegaron los españoles a territorio Tlaxcalteca, se calculaba que el área
boscosa de la Malinche era de 75,000 hectáreas, que se vio disminuida hasta 30,000 en 1938 y
actualmente se ha reducido a 17,000 hectáreas (Sangri, et al. 1976 citado en Acosta y Kong,
1991). Las principales causas de la deforestación fueron la demanda de combustible para las
industrias de Puebla y Tlaxcala, pero según Fabila et al. (1955 citado por Werner 1986) la
deforestación tanto de la Malinche como de la Sierra de Tlaxco se incrementó a principios del
siglo XX con la llegada del ferrocarril, pues se requerían durmientes, pilotes para los puentes y
leña para las locomotoras. Espejel (1996) analiza detalladamente la problemática de los bosques
de la Malinche y los esfuerzos realizados por las diversas administraciones de Tlaxcala para
resarcir los daños, haciendo notar que no obstante esos esfuerzos, la tala clandestina y con ella la
erosión continuaron, por lo que el presidente Cárdenas toma la decisión de declararlo zona de
reserva.
185
Corona, 2004
El Parque Nacional Malinche, fue decretado como tal el 6 de octubre de 1938. En el artículo
quinto del Decreto se establece que “los terrenos que resulten afectados con la declaratoria del
Parque Nacional, quedan en posesión de sus antiguos dueños hasta en tanto no cumplan con las
disposiciones que sobre el particular dicte el Servicio Forestal”. Como en la mayoría de las áreas
protegidas, el objetivo de decretar a La Malinche como Parque Nacional fue únicamente por su
gran belleza natural y por ser un atractivo turístico.
“Sin embargo, a casi 66 años del Decreto Presidencial Cardenista, ..... la categoría jurídica de
Parque Nacional, no ha evitado el deterioro ambiental, la reducción de la biodiversidad, ni ha
permitido elevar el nivel y calidad de vida de las poblaciones humanas asentadas dentro del
Polígono del Parque” (Castro, 2004). Dentro de la problemática ambiental continúa la erosión de
los suelos, reducción de la captación de agua y pérdida de biodiversidad.
Respecto a la deforestación, desde 1942 la Comisión Nacional de Irrigación, a través del
Departamento de Conservación de suelos perteneciente a la Dirección de Agrología, hacía
énfasis en el grave problema de destrucción del volcán La Malinche urgiendo su atención para
evitar que eso se convirtiera en un páramo. Los principales problemas encontrados fueron la tala
inmoderada, destrucción de renuevos para sacar carbón, desmonte para cultivos agrícolas, quema
de vegetación herbácea y pastoreo. Una de las propuestas para el control de estos problemas fue
la formación de la Comisión La Malinche en 1968 fundada por decreto del Presidente de la
República el 18 de abril de 1961, quedando definidos sus objetivos en la ley.
Actualmente existe una pérdida del 45% del bosque del Parque en 70 años (de 30 000 hectáreas
en 1938, a 13 500 hectáreas en el año 2000) lo cuál ha reducido drásticamente el hábitat de
múltiples especies de animales silvestres, ha generado procesos erosivos considerables, limita la
capacidad de la montaña para proveer recursos y servicios ambientales a las poblaciones
humanas, y ha disminuido su capacidad para asimilar los desechos sólidos y los contaminantes
líquidos que se depositan en los suelos y barrancas, o son vertidos en los cauces y cuerpos de
agua (Castro, 2004). En la década pasada el uso del suelo dentro del Parque era agrícola en un
30%, pecuario 21%, forestal 42% y otros usos 7%; presentaba el 77% de su vegetación
deteriorada 19% de bosque y 4% de áreas perturbadas (Díaz, 1992).
186
Conservación
La reducción de la capa vegetal del bosque que absorbía las precipitaciones pluviales ha traído
como consecuencia que muchos manantiales se hayan secado y la corriente de los arroyos sólo se
presente en la temporada de lluvias; esta agua corre superficialmente sobre la tierra desnuda
arrastrando el suelo, azolvando los cauces de arroyo y provocando inundaciones (Werner, 1976).
El arrastre del suelo ha provocado que la montaña presente una erosión acelerada que se produce
en forma laminar en las vertientes y acanalada con desprendimiento de grandes volúmenes de
tescales que se depositan en las barrancas y que son transportados por las fuertes avenidas (INE,
1997). Werner (1986) clasifica la erosión de la cumbre del Parque como muy grave.
Este deterioro ecológico se debe en gran medida al incremento de la presión sobre los recursos
que hacen los habitantes de la montaña, sobre todo porque muchos de los dueños de predios no
cuentan con otras fuentes de trabajo y se dedican a la agricultura y a la extracción de productos
forestales; además de que los nuevos colonizadores de los alrededores no nativos de la montaña,
pero que han sido desplazados y reubicados ahí por políticas agrarias de reparto de tierras, hacen
uso indiscriminado de los recursos de esta Área Natural Protegida.
Tan solo con observar los datos estadísticos de los censos poblacionales (Cuadro 4), uno se
puede percatar del crecimiento poblacional dentro del parque y en sus alrededores. En la década
de los 30’s cuando fue decretado Parque Nacional, dentro quedaron 8,723 habitantes y cincuenta
años después la población había aumentado más del doble, por su parte la población total que
influye en el Parque pasó de los 29,967 habitantes en los años 30’s a 123,367 en el año 2000.
Castro (2004) menciona que existen 20,450 pobladores asentados en los cuatro municipios que
corresponden al estado de Puebla, lo que representa 450 habitantes por kilómetro cuadrado y una
tasa de crecimiento poblacional del 3.2%. Él mismo analiza la problemática social de esa zona en
donde resalta que los habitantes de las localidades dentro del parque carecen de servicios básicos
de agua potable, drenaje, luz eléctrica, así como de salud (sólo 10% tienen acceso a los servicios
institucionales) y educación (el porcentaje de población analfabeta es cercano al 20%).
Considera también que las actividades productivas campesinas (agricultura minifundista de
temporal, ganadería de traspatio y venta de productos maderables, afectadas por sus propias
187
Corona, 2004
limitaciones e inmersas en dinámicas regionales y nacionales desfavorables), no han permitido
que la gente eleve sus ingresos y sus condiciones materiales de vida, propiciando por el
contrario, el incremento de la pobreza y generando fenómenos de proletarización y emigración.
Resalta que las comunidades indígenas que se asentaron en el área antes de que fuera emitido el
decreto presidencial que lo convirtió en Parque, son vistas por los citadinos poblanos, como
pueblos “atrasados”, ignorantes y violentos. Con los cuales se establecen claras diferencias
lingüísticas , de indumentaria, costumbres y creencias.
Localidad 1930 1980 1990 1995 2000
San Isidro Buen Suceso 736 2319 4042 5365 6253San Miguel Canoa 4412 6527 9811 11598 12896Tepatlaxco 3007 11063 12083 14147 13865San Miguel Baez 96 4 23 27 21Los Pilares 121 460 845 977 1025Altamira 0 165 288 254 305Francisco Javier Mina 351 606 878 998 979D
entro
del
Par
que
Mal
inch
e
TOTAL 8,723 21,144 27,970 33,366 35,344Mazatecocho 1680 5171 6320 7374 8259Teolocholco 2533 5725 11670 13718 14462Tlaltelulco 2751 6259 8409 12174 13697Cuauhtenco 553 1102 1186 1671 1839Aztatla 677 1782 1957 1961 2200San José Teacalco 100 3 104 153 175Zitlaltepec 1958 5755 6419 6478 6268La Resurrección 2013 5903 6123 6991 7749Concepción Capulac 181 1022 948 1641 1863Acajete 2992 5628 12164 15419 16608Ixtenco 3888 5980 5356 5681 5840Tetlanohcan 1918 4582 6609 8414 9063Zo
na d
e in
fluen
cia
del P
arqu
e M
alin
che
TOTAL 21,244 48,912 67,265 81,675 88,023POBLACIÓN TOTAL QUE
INFLUYE EN EL PARQUE LA MALINCHE
29,967 70,056 95,235 115,041 123,367
Cuadro 4. Incremento poblacional en las localidades cercanas al Parque Nacional Malinche
(INEGI, 2004).
188
Conservación
En la parte tlaxcalteca, existe un conflicto por el agua potable entre los pobladores de San Juan
Ixtenco y Los Pilares, además de la extrema pobreza de esta última localidad. Por su parte, en la
comunidad otomí de San Juan Ixtenco se observa una alta tasa de emigración y abandono de
tierras (Hernández C. comunicación personal). La agricultura tiene rendimientos mínimos debido
a que muchas parcelas se encuentran rebasando el límite climático para los cultivos (a 3,000
msnm) y a la avanzada erosión (Werner, 1976), y los saqueos de madera todavía se presentan en
algunos sitios.
A mediados de la década de los noventas, se hace un nuevo intento para conservar esta ANP a
través de la transferencia de la administración del PNM a los gobiernos de Tlaxcala y Puebla,
firmando el acuerdo de coordinación el 18 de octubre de 1995. Quedando establecido que los
gobiernos de los estados se harán cargo de la reforestación y conservación de los recursos
naturales que se encuentran en el Parque. La administración está en manos de estos dos estados a
partir del 27 de febrero de 1996 lo cual implicó como primeros pasos, la creación de los
organismos coordinadores de las acciones de conservación, educación, investigación y
recreación a desarrollar en el Parque, y la elaboración de un Programa de Manejo Integral (INE,
1997). Un detallado análisis de la administración del Parque Nacional Malinche por parte de
Puebla y Tlaxcala se puede revisar en Castro (2004) donde se ve que ambos estados han
manejado los programas dentro del Parque de una forma totalmente distinta, pero los resultados
respecto a conservación son más evidentes en Tlaxcala pues ha involucrado a los pobladores del
Parque, aunque aún hacen falta otros programas para que participen también los visitantes y
demás beneficiados con los servicios ambientales de esta montaña (Cuadro 5). Concluye que la
política social por parte de las autoridades tlaxcaltecas (se ha reglamentado el aprovechamiento
forestal artesanal con un volumen anual por debajo de los 4,500 metros cúbicos de madera rollo
total árbol, datos de la Coordinación General de Ecología del Estado de Tlaxcala) provocó que
las autoridades federales analicen proponer un nuevo status legal a esta ANP. Por su parte las
autoridades poblanas no han considerado a los habitantes del territorio Malintzi y no han podido
frenar el deterioro ambiental ni el empobrecimiento de las comunidades. Menciona también el
poco apoyo a la investigación, educación ambiental actividades recreativas y proyectos
productivos alternos denunciando que el reducido pago de los servicios ambientales (200 a 300
pesos anuales por hectárea) no parecen ser una alternativa suficiente para que los usuarios del
bosque modifiquen sus prácticas extractivas.
189
Corona, 2004
Aspectos de la política ambiental de las
dependencias encargadas de la administración del
Parque
Tlaxcala Puebla
Funcionamiento de los Comités Técnicos
La Coordinación General de Ecología asume su papel de Secretario Ejecutivo y centraliza las acciones de administración del Parque.
Se aprecia falta de coordinación interinstitucional, la intervención del ejecutivo parece excesiva y ante la falta de Reglamento interno, las atribuciones legales de cada dependencia son confusas.
Programa de Manejo Integral
Aunque no ha sido aprobado por la CONANP, al incluir un componente sobre aprovechamiento de recursos, la probación local de un Reglamento para el manejo y administración del Parque, ha permitido desarrollar acciones de conservación sostenida y paz social, sin necesidad de tomar bajo su responsabilidad la creación de opciones productivas alternas.
Ante la falta de aprobación de este instrumento, las dependencias estatales han optado por apegarse a las restricciones de la LGEEPA, y las sugerencias de la Delegación Estatal de la SEMARNAP. Esta política no ha frenado la deforestación ilegal, y ha generado un clima de tensión social en tanto que no ha brindado alternativas productivas consistentes.
Acciones de Conservación
Cuenta con casetas de vigilancia, a través de credenciales regula el uso forestal, ha logrado que la gente tome como compromiso solidario la reforestación gratuita del bosque , con programas PET realiza obras de conservación de suelo y retención de agua.
No tiene casetas de vigilancia, tiene que pagar a leñeros para que éstos participen en campañas de reforestación, y las dependencias estatales tienden a duplicar inversiones y acciones de conservación de suelo y captación de agua.
Investigación
Convenios interinstitucionales para realizar estudios biológicos. Los inventarios forestales han sido hechos por INIFAP.
Convenios interinstitucionales para realizar estudios biológicos. Los inventarios forestales han sido hechos por INIFAP.
Educación ambiental
Limitada a campañas comunitarias con la CONAFOR.
Limitada a campañas desarrolladas en escuelas de nivel básico e intermedio, de los municipios del Parque.
Recreación
No parece tener un lugar importante en su política de planeación. Es ejecutada por el IMSS a través de albergues y centros recreativos.
De manera incipiente, y a petición de los grupos organizados, se empiezan a generar proyectos ecoturísticos.
Financiamiento
No dispone de un Fideicomiso. Opera con un presupuesto anual.
El Fideicomiso para la Malinche, se replanteó como Fideicomiso Ambiental, pero no se ha aperturado ante la falta de aportaciones.
Cuadro 5. La política gubernamental para el manejo del Parque Nacional “La Malinche” (Tomado de
Castro, 2004).
190
Conservación
A pesar de su larga historia poco afortunada en términos de conservación, la Malinche sigue
teniendo una gran importancia ambiental, biológica, económica y cultural.
En el aspecto ambiental esta montaña es reguladora del clima, así como sumidero de bióxido de
carbono y formadora de oxígeno, captadora de agua, ahí se recarga el agua de los mantos
acuíferos para satisfacer las necesidades de agua potable y riego en Tlaxcala y Puebla; su capa
vegetal evita la erosión de sus suelos y con ello el azolve de barranca y ríos evitando
inundaciones.
Biológicamente constituye un hábitat para numerosas especies, muchas de ellas endémicas. La
biodiversidad del Parque Nacional Malinche ha sido estudiada por varias instituciones entre las
que sobresalen la Universidad Nacional Autónoma de México, Universidad Autónoma
Metropolitana, Universidad Autónoma de Tlaxcala y Benemérita Universidad Autónoma de
Puebla. Desafortunadamente los estudios no se han hecho en forma sistemática ni homogénea y
de ello depende la información con la que se cuenta actualmente. A la fecha se han registrado un
total de 519 especies reportadas en ocho grupos estudiados, entre ellos sobresalen por su
abundancia los macromicetos, mixomicetes, y las aves. Del total de especies el 4.2 % se
encuentra bajo alguna categoría de protección según la Norma Oficial Mexicana NORMA
OFICIAL MEXICANA NOM-059-ECOL-2001, además el 5.18 % se consideran endémicas del
Eje Neovolcánico Transversal (Cuadro 6).
Este primer diagnóstico nos permite observar por una parte que la riqueza biológica del Parque
Nacional Malinche es importante a pesar del deterioro que ha sufrido; el número de endemismos
con que cuenta, la ubican como un área prioritaria en los programas y políticas de conservación.
Por otro lado, la información con la que se cuenta actualmente nos hace ver la carencia de
investigación respecto a otros grupos taxonómicos, por lo que hace falta continuar con los
inventarios bióticos, además de estudios sobre las relaciones ecológicas de los organismos y la
situación actual de sus poblaciones desde los aspectos genéticos hasta demográficos. Toda esta
información se hace necesaria en los programas de manejo del ANP, lo que permitirá la
191
Corona, 2004
conservación de la biota como un conjunto, garantizando que los procesos ecológicos y
evolutivos continúen y el sistema se sustente por largo tiempo.
Grupo taxonómico
Total Endémicas del Eje
Neovolcánico
Exclusivas del volcán
N-059-
ECOL-
2001
Protección especial
Amenazadas
Myxomycetes1 127 27* 0 Macromicetos6 226 5 5 Plantas7 404 3 3 Siphonaptera2 11 2 0 Anfibios3 7 4 5 2 3 Reptiles3 14 10 7 5 2 Aves4 111 1 4 4 Mamíferos5 37 5 1 T O T A L 937 22 27 25 14 10
Cuadro 6. Relación de especies por grupos taxonómicos identificados en el Parque Nacional
Malinche. 1 Rodríguez et al, 2004
2 Acosta y Fernández, 2004
3 Sánchez, 2004
4 Windfield, 2004
5 Fernández, 2004
6 Kong et al., 2004
7 López-Domínguez et al, 2004
En el aspecto económico, esta ANP también tiene gran importancia ya que los pobladores que
ahí habitan practican la agricultura de subsistencia, y como se mencionó anteriormente, muchos
de sus habitantes extraen productos maderables y no maderables como hongos, plantas
alimenticias y medicinales, “carne de monte”, así como materiales pétreos, que les ayudan en su
economía.
Finalmente el aspecto cultural es otro dato importante que deberá tomarse en consideración en la
conservación de esta zona ya que dentro del parque y su área de influencia habitan comunidades
indígenas nahuas como las de San Miguel Canoa, San Isidro Buen Suceso y San Francisco
Tetlanhocan, así como una comunidad otomí en San Juan Ixtenco. Estas y otras más son en su
192
Conservación
mayoría comunidades campesinas que resguardan una gran riqueza cultural entre la que se
encuentra la comprensión y cuidado de su entorno, historias y tradiciones de este volcán,
aprovechamiento eficiente del agua y otros recursos, así como el resguardo de una gama de
germoplasma vegetal de especies cultivadas. De no hacerse algo por rescatar ese conocimiento y
de no incluirlos en los programas de conservación, éste se perderá irremediablemente.
Frente a este panorama es necesario realizar acciones que nos permitan la conservación de los
recursos naturales sin detrimento de la calidad de vida de los pobladores. Se deben concientizar
los diversos sectores de la población y de los gobiernos sobre la importancia de esta área
protegida, primeramente como un ecosistema que presta gran cantidad de servicios ambientales.
Por otra parte debe verse la importancia evolutiva de la biota que habita este parque ya que el
volcán es un elemento de los más antiguos del Eje Neovolcánico Transversal que por su historia
geológica ha aislado poblaciones tanto de fauna como de flora que han especiado dando origen a
endemismos.
Es importante también considerar que este Parque Nacional para el Estado de Tlaxcala es el área
protegida de mayor importancia tanto por su extensión como por su diversidad, y sería una pena
que no fuéramos capaces de plantear un programa adecuado de gestión para el uso sustentable y
conservación de esa gran riqueza. Así mismo se debe evitar que continúe la reducción del área
boscosa ya que se reduce el tamaño de las poblaciones lo que pone en peligro la variación
genética y propicia la extinción. Este parque es una unidad biogeográfica que no debe quedar
aislada del resto de la Provincia del Eje Neovolcánico Transversal por lo que se hace necesario
planear las políticas de conservación en sus alrededores para propiciar la presencia de corredores
biológicos entre otras áreas naturales de la región, lo que garantizará que sus poblaciones puedan
mantener la diversidad genética y continúen con los procesos evolutivos y ecológicos.
Dentro de los planes de manejo de esta ANP deberá considerarse también el impulso a la
investigación científica tanto en las áreas naturales como sociales, la educación ambiental como
una estrategia que genere procesos sociales orientados a la formación de una cultura equitativa
en lo social y sustentable en lo ambiental, donde se consideren proyectos de desarrollo
comunitario, producción de bienes con los recursos existentes, turismo recreativo de bajo
193
Corona, 2004
impacto, establecer principios de equidad social y fomentar una cultura de cuidado de los
recursos (Maldonado, 2003).
Finalmente debemos reflexionar sobre nuestro papel como habitantes temporales de este planeta
y como otros miembros más de la naturaleza. ¿Acaso nuestro paso por este mundo sólo sirvió
para ayudar a que otras especies se extinguieran? ¿No pudimos poner nada de nuestra parte para
evitarlo? No podemos olvidarnos definitivamente que también nosotros formamos parte de la
naturaleza y que por eso dependemos en gran medida de ella a pesar de los grandes avances
tecnológicos y científicos, si comprendemos eso, entenderemos que el uso de los recursos
naturales es legítimo mas no lo es su destrucción, somos de la naturaleza, no es que la naturaleza
sea nuestra.
Ya que una parte importante en la conservación se inicia con la divulgación del conocimiento,
una publicación como ésta que da a conocer la gran riqueza biológica, debe servir de motivación
a la población en general y como una base científica para los tomadores de decisiones que les
permita establecer programas de conservación.
IV. LITERATURA CITADA
Acosta, P. R. y A. Kong L. 1991. Guía de las
excursiones botánicas y micológicas al cerro
el Peñón y Cañada Grande del Estado de
Tlaxcala. IV Congreso Nacional de
Micología. Universidad Autónoma de
Tlaxcala. Jardín Botánico Tizatlán. México.
82 pp.
Acosta G. R. y J. A. Fernández F. 2004. Pulgas
(Insecta: Siphonaptera). Fauna de pulgas
asociada a mamíferos. Pp. En Fernández y
López (Comp.) Biodiversidad del Parque
Nacional Malinche.
Castro, P. F. 2004. Estrategias culturales para el
fortalecimiento de la identidad étnica nahua
y la restauración ecosistémica en la
Malintzi. Pp. 1-27. En: Décimo Congreso
Bienal de la Asociación Internacional para el
Estudio de la Propiedad Colectiva (IASCP)
Los recursos de uso común en una era de
transición global: retos, riesgos y
oportunidades. Organizada por el Instituto
de Investigaciones Sociales de la
Universidad Nacional Autónoma de México.
Oaxaca, México, 9 – 13 Agosto 2004
disponible en:
http://www.iascp2004.org.mx/tabla_nombre.
html
194
Conservación
CONABIO. 1998. La diversidad biológica de
México: Estudio de País, 1998. Comisión
Nacional para el Conocimiento y Uso de la
Biodiversidad. México. Disponible también
en:
http://www.conabio.gob.mx/institucion/coop
eracion_internacional/doctos/estudio_pais.ht
ml
_______. 2000. Estrategia nacional sobre
biodiversidad de México. Comisión
Nacional para el Conocimiento y Uso de la
Biodiversidad, México. Disponible también
en:
http://www.conabio.gob.mx/institucion/coop
eracion_internacional/doctos/estrategia.html
Díaz, O. E. V. 1992. Informe del Parque Nacional
Malinche. Jefatura del Programa Forestal de
Tlaxcala. Oficio 729-03.03.-0040. Dirigido
al Ing. Jaime González Hernández. 21 de
septiembre.
Doak, D. F. y L. Scott M. 1994. A useful role for
theory in conservation. Ecology 75(3): 615-
626.
Eguiarte, L. E. y D. Piñero. 1990. Genética de la
conservación: leones vemos, genes no
sabemos. Ciencias No. Esp. 4: 34-47.
Ehrlich, P. y A. Ehrlich. 1981. Extintion: The
cause and consequences of the
disappearances of species. Ballantine Books,
New York. 305 pp.
Eldredge, N. 2001. La Sexta Extinción. American
Institute of Biological Sciences. Actino
Bioscience.org 6 Disponible en:
http://www.gc.cuny.edu/directories/faculty/
E.htm
Espejel, R. A. 1996. La Malinche: una visión
retrospectiva de su deterioro y conservación.
Gaceta Ecológica INE-SEMARNAP 41: 14-
21.
FAO. 2001. Global Forest Resources Assessment
2000: main report. FAO Forestry Paper No.
140. Rome. (disponible en:
http://www.fao.org/forestry/fo/fra/main/inde
x.jsp
Fernández, F. J. A. 2004. Mamíferos. Pp. En
Fernández y López (Comp.) Biodiversidad
del Parque Nacional Malinche, Tlaxcala,
México.
Flores-Villela, O. y P. Gerez. 1994. Biodiversidad
y conservación en México: vertebrados,
vegetación y uso del suelo.
UNAM/CONABIO. México. 439 pp.
Galindo, J. J. M. y E. Loa L. 1998. Marco jurídico
e institucional para el uso y la conservación
de la biodiversidad. En CONABIO. 1998.
La diversidad biológica de México: Estudio
de País, 1998. Comisión Nacional para el
Conocimiento y Uso de la Biodiversidad.
México. Disponible también en:
http://www.conabio.gob.mx/institucion/coop
eracion_internacional/doctos/estudio_pais.ht
ml
Gómez-Pompa, A. 1985. Los recursos bióticos de
México (Reflexiones). Instituto Nacional de
Investigaciones sobre Recursos Bióticos. Ed.
Alhambra Mexicana S. A. de C. V. México.
195
Corona, 2004
Halffter, G. 1992. Diversidad biológica y cambio
global. Ciencia No. Esp., 43: 45-48.
_________. 1994. Conservación de la
biodiversidad y áreas protegidas en los países
tropicales. Ciencias No. 34: 4-13.
INE. 1997. Programa para la Minimización y
Manejo Integral de Residuos Industriales
Peligrosos en México. Dirección General de
Materiales, Residuos y Actividades
Riesgosas. Pp.
INEGI. 2004. Archivo Histórico de Localidades.
Disponible en:
http://mapserver.inegi.gob.mx/dsist/ahl2003/
index.html?c=424&c=134
Janzen, D. H. 1983. No park is an island: Increase
in interference from outside as park size
decreases. Oikos 41: 402-410.
Kong, A., A. Montoya y A. Estrada-Torres. 2004.
Hongos macroscópicos. Pp. En Fernández y
López (Comp.) Biodiversidad del Parque
Nacional Malinche, Tlaxcala, México.
López, D. J. C., R. Acosta P y A. I. Sánchez H.
2004. Plantas. En Fernández y López
(Comp.) Biodiversidad del Parque Nacional
Malinche, Tlaxcala, México.
Maldonado, S. T. N. J. (Comp.). 2003. Espacios de
educación ambiental. Líneas para diseñar un
programa educativo en centros de recreación
y cultura ambiental. SEMARNAT -
CECADESU. México. Pp. ???
Mangel, M., L. M. Talbot, G. K. Meffe, M.
Agardy y D. L. Alverson. 1996. Principles
for the conservation of wild living resources.
Ecological Applications 61(2): 338-362
McNeelly, J. A., K. R. Miller, W. V. Reid, R. A.
Mittermeier and T. B. Werner. 1990.
Conserving the world’s biological diversity.
IUCN, Gland, Switzerland. 193 pp.
Mittermeier, R. y C. Goettsch. 1992. La
importancia de la diversidad biológica de
México. Pp. 57-62, En: México ante los
retos de la biodiversidad. Conabio , México.
Montero, G. I. A. 1998. Matlalcuéye: su culto y
adoratorio prehispánico. Pp. 71-86 En:
Coloquio sobre la Historia de Tlaxcala.
Gobierno del Estado de Tlaxcala.
Navarro, A. y H. Benítez. 1993. Patrones de
riqueza y endemismo de las aves. Ciencias,
No especial, 7: 45-54.
Neyra, L. y L. Durand. 1998. Biodiversidad EN:
CONABIO. 1998. La diversidad biológica
de México: Estudio de País. 1998.
Disponible también en :
http://www.conabio.gob.mx/institucion/coop
eracion_internacional/doctos/estudio_pais.ht
ml
NOM – ECOL – 059 – 2001. 2002. Protección
ambiental-Especies nativas de México de
flora y fauna silvestres-Categorías de riesgo
y especificaciones para su inclusión,
exclusión o cambio-Lista de especies en
riesgo. Diario Oficial de la Federación 6 de
marzo de 2002.
ONU. 2003a. State of the World’s Forest. Part I.
The situation and recent development in the
forest sector. Forest resources. Pp. 168.
196
Conservación
____. 2003b. Agua para Todos, Agua para la Vida.
Informe de las Naciones Unidas sobre el
Desarrollo de los Recursos Hídricos en el
Mundo. World Water Assessment
Programme (WWAP). Pp. ???
Pease, C. M. y N. L. Fowler. 1997. A systematic
approach to some aspects of conservation
biology. Ecology 78(5): 1321-1329.
Rodríguez, P. M., A. Estrada T., L. V. Hernández
C. 2004. Myxomycetes (Protistas). Pp. En
Fernández y López (Comp.) Biodiversidad
del Parque Nacional Malinche, Tlaxcala,
México.
Sánchez, A. C. 2004. Anfibios y Reptiles. Pp. En
Fernández y López (Comp.) Biodiversidad
del Parque Nacional Malinche, Tlaxcala,
México
Schemske, D. W., B. C. Husband, M. H.
Ruckelshaus, C. Goodwillie, I. M. Parker
J. G. Bishop. 1994. Evaluating approaches
to the conservation of rare and endangered
plants. Ecology 75(3): 584-606.
SEMARNAP. 1997. Programa de conservación de
la vida silvestre y diversificación productiva
en el sector rural 1997-2000. México.
Semarnat. 2002. Norma Oficial Mexicana NOM-
059-ECOL-2001., Protección ambiental-
Especies nativas de México de flora y fauna
silvestres-Categorías de riesgo y
especificaciones para su inclusión, exclusión
o cambio-Lista de especies en riesgo.
Publicada el 6 de marzo.
Shafer, C. L. 1992. ¿Por qué debemos ver más allá
de los linderos de los parques? U. S.
National Parks Service. EN: Unión Mundial
para la Naturaleza Disponible en:
http://www.sur.iucn.org/ces/index.cfm?toi=l
ista_docs&passcodtema=6&numeroRevista
=7
SPP. 1987. Carta estatal Climas. Tlaxcala.
Tambutti, M., A. Aldama, O. Sánchez H., R.
Medellín y J. Soberón. 2002. La
determinación del riesgo de extinción de
especies silvestres en México. Gaceta
Ecológica 61: 11-21.
Toledo, V. M. 1988. La diversidad biológica de
México. Ciencia y Desarrollo 81: 17-30.
___________. 1994. La diversidad biológica de
México. Nuevos retos para la investigación
en los noventas. Ciencias 34: 43-59.
Vargas, M. F. 1984. Parques Nacionales de México
y Reservas Equivalentes. Pasado, presente y
futuro. Colección: Los Grandes Problemas
Nacionales. Serie: Los Bosques de México.
Instituto de Investigaciones Económicas.
UNAM.
Werner, G. 1976. La desforestación en el volcán
“La Malinche” y sus consecuencias en el
desarrollo de los suelos así como en sus
propiedades ecológicas. Proyecto Puebla-
Tlaxcala Comunicaciones 13: 19-24.
________. 1986. Los suelos en el estado de
Tlaxcala. Altiplano central mexicano.
Gobierno del Estado de Tlaxcala.
Universidad Autónoma de Tlaxcala.
197
Corona, 2004
198
El papel ecológico de los lagomorfos
EL PAPEL ECOLÓGICO DE LOS LAGOMORFOS: INTERACCIONES
INTERESPECÍFICAS, BIOLOGÍA REPRODUCTORA Y COMPORTAMIENTO
Armando Jesús Martínez Chacón1, Emmanuel Rivera Téllez2, Jorge Vázquez Pérez1, María
Luisa Rodríguez Martínez1 y Margarita Martínez-Gómez3
1Centro Tlaxcala Biología de la Conducta, Universidad Autónoma de Tlaxcala, México.
Carretera Tlaxcala-Puebla, Km. 1.5 s/n Tlaxcala. CP 90070, México
[email protected], [email protected], [email protected] 2Facultad de Ciencias Exactas, Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad Universitaria
s/n., México. [email protected] 3Unidad Periférica Tlaxcala, Instituto de Investigaciones Biomédicas, UNAM., México.
RESUMEN
Las interacciones ecológicas entre lagomorfos y hábitat juegan un papel primordial en
distintos tipos de ambientes y comunidades. La desmedida tasa de deforestación y perturbación a
áreas naturales promueve en gran medida la pérdida de sitios idóneos para la investigación
ecológica y con fines de fomentar el conocimiento básico que sean útiles en las estrategias de
conservación y manejos de especies silvestres como el conejo montés Sylvilagus cunicularius.
En este capítulo hacemos una breve reseña del papel de los herbívoros y las distintas líneas de
investigación de las que han sido objeto, lo cual ha fomentado la implementación de proyectos
bajo estas vertientes en el Parque Nacional La Malinche. Este bosque templado es un ecosistema
idóneo debido a sus características bióticas y abióticas, en donde se ha realizado poca
investigación en general de los vertebrados. Asimismo, resaltamos la importancia de conocer el
papel ecológico que desempeñan los Lepóridos de esta zona y cómo la información sobre los
efectos de la herbivoría, dispersión de semillas, comportamiento de alimentación, gasto de
energía y reproducción, son la plataforma para comprender la complejidad de las interacciones
ecológicas y la dinámica poblacional de los protagonistas involucrados.
199
Martínez et al., 2004
I. INTRODUCCIÓN
La importancia de las interacciones ecológicas no radica solamente en el papel que
pueden jugar en la estructura de comunidades y el mantenimiento de la biodiversidad, sino
también en el tiempo y en las condiciones en que han evolucionado dichas interacciones. La
interacción planta-animal no se dan en las mismas proporciones en todos los ecosistemas y por lo
tanto es factible pensar que esta variabilidad es el objeto de diversos estudios bajo distintas
visiones de la biología. Así, el papel de los mamíferos como los herbívoros terrestres más
notables (Crawley, 1983) ha sido motivo de diversos trabajos en gran parte de los ecosistemas,
ello debido a que en general son polífagos y pueden consumir una amplia variedad de plantas
(Danell y Bergström, 2002), característica diferente a la mayoría de los insectos (el grupo más
conspicuo de herbívoros en la mayoría de los ecosistemas terrestres) que suelen ser monófagos u
oligófagos. En buena parte del impulso inicial de los estudios modernos sobre ecología de las
interacciones planta-animal, se debe a las investigaciones realizadas para conocer los
mutualismos entre planta, dispersante en ambientes tropicales (Howe 1993), pero también al
interés por las relaciones planta-herbívoro, ya que tales sistemas se han estudiado bajo diferentes
enfoques así como en distintas escalas y niveles de complejidad. Los herbívoros pueden causar
cambios en la diversidad vegetal en ambientes tropicales, templados y desiertos, y modificar el
crecimiento de las plantas ya que pueden tener efectos negativos al reducir la supervivencia y
fecundidad de muchas especies vegetales (Crawley, 1983), pero además pueden impulsar la
heterogeneidad espacio-temporal en los hábitat (Huntly, 1991).
El grupo de los Lepóridos es un excelente modelo para investigación de interacciones herbívoro-
planta, parásito-hospedero, comportamiento de forrajeo y biología reproductora. Así, los conejos
silvestres de Tlaxcala son un grupo de mucho interés debido a su papel como herbívoros y su
importancia ecológica en las redes tróficas de los ambientes templados de esta entidad. No
obstante, y a pesar de contar con tres especies del género Sylvilagus de las nueve registradas para
la Republica Mexicana, no se cuenta con suficiente información sobre los aspectos de biología y
ecología de Sylvilagus cunicularius Waterhouse 1848(Leporidae) la cual está en la Red List 2000
200
El papel ecológico de los lagomorfos
IUCN, The World Conservantion Union como especies bajo situación de amenazadas, pero no ha
sido incluida en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001.
El objetivo de este capitulo es describir algunos aspectos del estudio que nuestro grupo desarrolla
sobre las características de las interacciones ecológicas de los conejos silvestres en el Parque
Nacional La Malinche (PNM), y sus implicaciones en la dinámica poblacional.
En el inicio de este capítulo se hace referencia a la herbivoría, después se ejemplificarán las
distintas clases de respuestas en la interacción planta-animal en distintos ambientes y contextos
ecológicos. Además, se plantea la importancia del comportamiento de alimentación, gasto
energético, tamaño corporal y reproducción en los conejos. Finalmente se concluirá con algunas
perspectivas y puntos más sobresalientes sobre los estudios que actualmente se desarrollan en La
Malinche.
II. LA HERBIVORÍA Y DISPERSIÓN DE SEMILLAS
El grupo de los herbívoros, es el más diverso en muchos de los ecosistemas y su
importancia radica en que son el complejo de especies que actúan como el principal vínculo entre
los productores primarios y la ruta de flujo de energía en la mayor parte de estos sistemas
(Huntly, 1991). Dicha interacción se ha estudiado bajo diferentes enfoques y escalas y ello se
debe a que son precursores de cambios como la reducción y aumento de la diversidad vegetal en
distintos tipos de comunidades. Lo anterior es consecuencia de que muchos animales herbívoros
son consumidores de estructuras reproductivas de las plantas como flores, frutos y semillas,
además de tejido vegetativo como raíces, tallos y hojas (Louda y Potvin, 1995; Krupnick y Weis,
1999). No obstante, sobre la herbivoría de tallos y hojas tratan la mayor parte de las
investigaciones de interacción planta-animal. Por ejemplo, se conoce que el consumo de tejido
foliar por vertebrados causa variaciones en su tasa fotosintética y con ello modificaciones
fisiológicas (Crawley, 1983). En este sentido, muchas de las investigaciones que se han realizado
se han dirigido a cómo las plantas responden a la herbivoría por distintas especies de animales, ya
que dependiendo del daño y la etapa de desarrollo en que se encuentre la planta afectada, serán
las respuestas estructurales (Bryant, 1981; Crawley, 1983; Strauss 1991, Strauss y Zangerl, 2002)
201
Martínez et al., 2004
como el cambio de tamaño y química de las plantas. Lo anterior se ha documentado para ver el
efecto que tienen animales como el castor, la jirafa y el alce que remueven los tallos de platas de
ambientes áridos (Du Toit et al., 1990). También se han observado modificaciones
arquitectónicas donde los herbívoros originan que los árboles se desarrollen en forma arbustiva o
cespitosa (McNaughton 1984; McGinley y Whitham, 1985; Whitham et al., 1991; Danell et
al.,1994; Martínez y López Portillo 2003). El aumento en la producción de compuestos químicos
que funcionan como defensa en contra de los herbívoros es un tipo de interacción que se ha
abordado desde la ecología evolutiva (Coley et al., 1985; Karban y Baldwin 1997).
Un ejemplo que describe una interacción en donde el herbívoro es un lagomorfo es el estudio de
Ernest (1994) que explica que la liebre Lepus californicus (Leporidae) ramonea sobre plantas de
Larrea tridentata (Zygophyllaceae), escenario en el cual la respuesta del vegetal depende de la
intensidad del daño histórico y de la mayor o menor resistencia al corte de tallos como
consecuencia de las defensas constitutivas. Además de las respuestas químicas, también hay
modificaciones a nivel físico como lo observado por Gibson et al. (1993), que determinaron que
las espinas de Rubus vestitus aumentan como producto del daño. Otros ejemplos de efectos es el
caso de las acacias en África donde hay cambios en densidad y tamaño (Cooper y Owen-Smith,
1986; Young, 1987; Gowda, 1996; Gowda, 1997; Cooper y Ginnett, 1998) y en Prosopis de
zonas semiáridas de México (Martínez y López-Portillo, datos no publicados).
El ramoneo y apacentamiento por lagomorfos es un escenario idóneo en el cual se pueden poner a
prueba distintas hipótesis relacionadas con los aspectos antes citados. Por ejemplo, la
investigación de Palmisano y Fox (1998), documenta cómo el conejo S. bachmani consume
plantas de Cirsium occidentale (Asteraceae) y con ello modifica los aspectos demográficos de esta
especie que habita ambientes costeros. En el caso de ambientes de regiones boreales, se ha
documentado la susceptibilidad de los estados de desarrollo de plántulas y juveniles de árboles y
arbustos deciduos al ramoneo por la liebre L. americanus, aunque posterior al daño se producen
tallos adventicios extremadamente impalatables como consecuencia de los altos contenidos de
resinas y terpenoides (Bryant, 1981; Bryant y Kuropat 1980; Bryant y Raffa, 1995). Pero también
las investigaciones han demostrado que cuando las plantas perennes son adultas suelen ser
202
El papel ecológico de los lagomorfos
también susceptibles a la herbivoría por grandes vertebrados, como se documenta en el libro
“Herbivory: The Dynamics of Animal-Plant Interactions” de Crawley (1983). Otra línea de
investigación que sobresale debido a lo notable de la respuesta y que ha sido tema de mucho
debate científico, es sobre si las plantas compensan o sobrecompensan el tejido vegetativo
dañado (Belsky 1986; Paige y Whitham 1987), lo cual, en el contexto de la herbivoría por
lagomorfos resulta ser un aspecto relevante, debido a que los conejos S. floridanus y S.
cunicularius son consumidores de distintas especies de pastos y herbáceas (Hudson et al., 2005).
Este es un campo de investigación factible de abordar en el área del PNM. El enfoque es útil para
probar hipótesis a nivel experimental, puesto que hay poca investigación sobre la herbivoría de
conejos sobre herbáceas y pastos en ambientes templados. Asimismo, la interacción entre
lagomorfos y plantas no sólo se puede visualizar como consumo de hojas o tallos, sino que
también se han descrito escenarios donde conejos y liebres consumen frutos y pueden ser
dispersores de semillas. Ejemplo de ello es la investigación realizada por Izhaki y Ne’eman
(1997), en donde explora algunas de las cualidades de la liebre Lepus ssp. como agente dispersor
de Retama raetam (Fabaceae), una importante especie de ecosistemas costeros. Por otro lado,
también se cuenta con datos de que el conejo europeo Oryctolagus cuniculus (Leporidae) en Islas
Canarias integra una dieta con semillas de la planta Mesembryanthemum sp. (Aizoaceae) y de
Aizoon canariense (Aizoaceae) (Martín et al., 2003). Además, con la misma especie de Lepórido,
Calviño-Cancela (2002, 2004), evalúa el efecto de la frugivoría sobre Corema album
(Empetraceae) y las consecuencias sobre la viabilidad y germinación de las semillas que pasan
por el tracto digestivo.
En los conejos silvestres de Tlaxcala estamos desarrollando estudios sobre el papel que pueden
desempeñar como dispersores. Los resultados sugieren que son varias las especies de cactáceas y
árboles cuyos frutos son consumidos por S. floridanus y S. cunicularius los cuales defecan sus
semillas (Sainos y Martínez datos no publicados). La dieta de los lagomorfos es un componente
determinado por los hábitos alimenticios, esto es, su comportamiento de alimentación.
203
Martínez et al., 2004
III. COMPORTAMIENTO DE ALIMENTACIÓN Y REPRODUCCIÓN DE CONEJOS
Los patrones de herbivoría están relacionados con el tipo de especies consumidas y la
respuesta de las plantas a este tipo de daño así como el papel de los Lepóridos como dispersores
de semillas. No obstante, estos procesos están afectados por factores como la estructura, la
composición vegetal y las condiciones climáticas del micro hábitat, elementos que regulan la
abundancia de recursos. Utilizando análisis micro histológicos de la dieta de S. floridanus en
distintos tipos de hábitat se ha encontrado que las principales especies vegetales de las cuales se
alimenta son pastos y herbáceas (Hudson et al., 2005).
La misma metodología se ha utilizado en La Malinche con el conejo montés S. cunicularius. La
información obtenida permite discutir aspectos sobre las decisiones que deben tomar los animales
para “forrajear”, lo cual se relaciona con la abundancia y calidad del alimento que implica
inversión de energía para cada una de las conductas del herbívoro y que puede afectar su
supervivencia y reproducción.
En el PNM también se han estudiado indicadores reproductores del conejo montés, observándose
que hay temporalmente mayor abundancia de hembras reproductoras en el período de abril a
julio, lo cual se asocia con parámetros climáticos (Rodríguez et al., 2004). Es muy posible que
dentro de los distintos tipos de hábitat de esta área protegida los conejos varíen en cuanto a la
abundancia y estructura demográfica en relación a la disponibilidad de alimentos. Ello es uno de
los puntos de interés de nuestro grupo de investigación.
IV. GASTO DE ENERGÍA, TAMAÑO CORPORAL Y REPRODUCCIÓN
Los conejos silvestres están sujetos a los cambios en la disponibilidad temporal de los
recursos que utilizan y además, sus requerimientos energéticos cambian en función de su edad y
condición reproductora. Por ello, se esperaría que los periodos de abundancia de alimento en el
ambiente y demanda la energía de los animales deberían estar balanceados para que la interacción
se desarrolle de forma favorable. En condiciones de vida libre, los organismos invierten energía
204
El papel ecológico de los lagomorfos
en las actividades fisiológicas y conductuales que realizan. Recientemente, en el mismo sistema
de estudio del PNM, hemos caracterizado los requerimientos energéticos de S. cunicularius en
relación a sus distintos estados reproductores. A partir de su tamaño corporal, estimamos la tasa
metabólica de campo (TMC). Los resultados sugieren que las hembras reproductoras requieren en
promedio más kilos joules por día. Dichos resultados coinciden con la literatura, ya que los
mayores niveles de consumo y gasto de energía en las hembras de mamíferos ocurren durante la
lactancia (Thompson y Nicoll 1986; Antinuche y Busch 2000). Asimismo, las diferencias en la
TMC son consecuencia de la estructura de tamaños corporales y, a su vez, de que la reproducción
sea un proceso energéticamente costoso, por lo que puede tener implicaciones en el tamaño de la
camada (Calder, 1984). En este sentido, la distribución de pesos corpóreos del conejo montés
indican que hay mayor abundancia de individuos capturados con sesgadas a categorías de pesos
mayores a los 1600 g como se observa en la Figura 1 (datos tomados de Rivera 2005). Esto
coincide con lo esperado, dado que el incremento en tamaño se asocia con el aumento de gasto de
energía, lo cual es producto de la adquisición y la asimilación de alimentos. Tal argumento
destaca la importancia de la conducta de los conejos por el cómo resuelven las necesidades
indispensables para la reproducción y supervivencia ya que, por otro lado, tienen que enfrentar el
riesgo a ser depredados lo que causa restricciones al momento de alimentarse.
V. CONCLUSIONES
El Laboratorio de Ecología y Evolución del Comportamiento del Centro de Biología de la
Conducta, cuenta con líneas de investigación sobre las poblaciones del conejo montés S.
cunicularius enfocándonos en obtener conocimiento sobre la dinámica poblacional de este
Lepórido en el PNM. Esto es consecuencia de la necesidad de incrementar la información sobre
distintos aspectos de la biología y ecología de la especie, ya que a pesar de que es un lagomorfo
considerado amenazado (Red List 2000 IUCN, The World Conservantion Union), aún es
insuficiente la información biológica básica. Estudios a corto y largo plazo son indispensables
para implementar planes de manejo y conservación de la especie, que es sometida a la cacería
deportiva y al consumo familiar en las áreas colindantes a La Malinche. Bajo este panorama, es
importante incorporar información sobre la condición física del conejo montés y en este respecto,
205
Martínez et al., 2004
la tesis de maestría de Vázquez (2005), documenta la interacción de ectoparásitos con las
distintas categorías reproductoras de S. cunicularius.
En este capitulo se han planteado brevemente importantes temas de ecología, mencionando cómo
las liebres y los conejos silvestres al ser vistos como principales herbívoros vertebrados,
constituyen un importante elemento en la dinámica de los distintos ecosistemas y hábitat. Los
esfuerzos de investigación están dirigidos a abordar y conocer el estado ecológico de este conejo
endémico, así como evaluar la densidad poblacional, ámbito hogareño, uso de hábitat,
comportamiento y fisiología asociada a los cambios en las etapas reproductoras. La línea ha
permitido el desarrollo de tesis de licenciatura y maestría, en las que se han planteado nuevas
hipótesis y perspectivas más específicas con fines de conservación y manejo sustentable de los
conejos silvestres.
Agradecimientos
Se agradece a Juan Carlos López Domínguez su gentil invitación a participar en la
elaboración de este libro. Asimismo, a los miembros del laboratorio de Ecología del
Comportamiento UAT-UNAM y la colaboración de Bernardo Romero, Jessyca González,
Monserrat Reyes, Humberto Pérez y a una larga lista alumnos que han apoyado en las distintas
labores logísticas y trabajo de campo. También al personal de la Coordinación de Ecología del
Estado de Tlaxcala y la Caseta # 5 por las facilidades. Al financiamiento otorgado por el proyecto
PROMEP UATLAX-PTC-27 y FOMIX TLAX-2003-C02-12328 CONACYT.
VI. LITERATURA CITADA
Antinuche, C. D. y C. Busch. 2000. Metabolic
rates thermoregulatory characteristics of Akodon
azarae (Rodentia: Sigmodontinae). Revista
Chilena de Historia Natural, 73:100-109.
Belsky, A. J. 1986. Does herbivory benefit
plants: a review of the evidence. American
Naturalist, 127:870-892.
Bryant, J. P. 1981. Phytochemical deterrence of
snowshoe hare browsing by adventitious shoots
of four Alaskan trees. Science 313:889-890.
206
El papel ecológico de los lagomorfos
___________ y P. J. Kuropat. 1980. Selection
of winter forage by subarctic browsing
vertebrates: The role of plant chemistry. Annual
Review of Ecology and Systematics, 11:261-285.
___________ y K. F. Raffa. 1995. Chemical
antiherbivore defense. In B. L. Gartner (ed.).
Plant stems: Physiology and functional
morphology. 1 Ed. Academic Press, Inc. San
Diego, California. pp. 365-381.
Calder, W. A. III. 1984. Size, function, and life
history, Harvard University Press. Cambridge,
Massachusetts, USA. Pp 431.
Calviño-Cancela, M. 2002. Spatial patterns of
seed dispersal and seedling recruitment in
Corema album (Empetraceae): the importance of
unspecialized dispersers for regeneration.
Journal of Ecology, 90:775–784.
__________________. 2004. Ingestion and
dispersal: direct and indirect effects of frugivores
on seed viability and germination of Corema
album (Empetraceae). Acta. Oecologica. 26:55-
64.
Coley, P.D., J. P. Bryant y F.S. Chapin. 1985.
Resource availability and plant antiherbivore
defense. Science, 230:895-899.
Cooper, S. M. y N. Owen-Smith. 1986. Effects
of plant spinescence on large mammalian
herbivores. Oecologia, 68:446-455.
___________. y T. F. Ginnett. 1998. Spines
protect plants from browsing by small climbing
mammals. Oecologia, 113:219-221.
Crawley, M. J. 1983. Herbivory: The dynamics
of animal-plant interactions. Blackwell Scientific
Publications, Oxford. Pp 437.
Danell, K., R. Bergström y L. Edenius. 1994.
Effects of large mammalian browsers on
architecture, biomass, and nutrients of woody
plants. Journal of Mammalogy. 75:833-844.
________ y R. Bergström. 2002. Mammalian
herbivory in terrestrial environments. In C. M.
Herrera y O. Pellmyr (eds.). Plant-Animal
Interactions: an Evolutionary Approach. 1 Ed.
Blackwell Scientific Ltd. Oxford. pp. 107-131.
Du Toit, J. T., J. P. Bryant y K. Frisby. 1990.
Regrowth and palatability of Acacia shoots
following pruning by African savanna browsers.
Ecology, 71:149-154.
Ernest, K. A. 1994. Resistance of creosotebush
to mammalian herbivory: temporal consistency
and browsing-induced changes. Ecology,
75:1684-1692.
Gibson, D., D. R. Bazely y J.S. Shore. 1993.
Responses of brambles, Rubus vestitus, to
herbivory. Oecologia, 95:454-457.
Gowda, J. H. 1996. Spines of Acacia tortilis:
what do they defend and how? Oikos, 77:279-
284.
____________. 1997. Physical and chemical
response of juvenile Acacia tortilis trees to
browsing. Experimental evidence. Functional
Ecology, 11:106-111.
Howe, H. F. 1993. Specialized and generalized
dispersal systems: where does ‘the paradigm’
stand? In T.H. Fleming y A. Estrada (eds.).
207
Martínez et al., 2004
Frugivory and seed dispersal: ecological and
evolutionary aspects. Kluwer, Dordrecht,
Holanda. pp. 3-13.
Hudson, R., M. L. Rodríguez, H. Distel, C.
Cordero, V. Altbacker y M. Martínez-Gómez.
A comparison between vegetation and diet
records from the wet and dry season in the
cottontail rabbit Sylvilagus floridanus at
Ixtacuixtla, central México. Acta Theriologica
(Sometido).
Huntly, N. 1991. Herbivores and the dynamics
of communities and ecosystems. Annual Review
of Ecology and Systematics, 22:477-503.
Izhaki, I. y G. Ne’eman. 1997. Hares (Lepus
spp.) as seed dispersers of Retama raetam
(Fabaceae) in a sandy landscape. Journal of Arid
Environment, 37:343–354.
Karban, R. y I. T. Baldwin. 1997. Induced
Responses to Herbivory. Chicago University
Press. Pp 319.
Krupnick, G. A. y A. E. Weis. 1999. The effect
of floral herbivory on male and female
reproductive success in Isomeris arborea.
Ecology, 80:135-149.
Louda, S. y M.A. Potvin. 1995. Effect of
inflorescence-feeding insects on the demography
and lifetime fitness of a native plant. Ecology,
76:229-245.
Martín, M. C., P. Marrero y M. Nogales.
2003. Seasonal variation in the diet of wild
rabbits Oryctolagus cuniculus on a semiarid
Atlantic island (Alegranza, Canarian
Archipelago). Acta Theriologica, 48:399–410.
Martínez, A. J. y J. López-Portillo. 2003.
Growth and architecture of small honey
mesquites under jackrabbit browsing:
overcoming the disadvantage of being eaten.
Annals of Botany, 93:1-11.
McGinley, M.A. y T.G. Whitham. 1985.
Central place foraging by beavers (Castor
canadensis), a test of foraging predictions and
the impact of selective feeding on the growth of
cottonwoods (Populus fremontii). Oecologia,
66:558-562.
McNaughton, S. J. 1984. Grazing lawns
animals in herds, plant form, and coevolution.
American Naturalist, 124:863-886.
Paige, K. N. y T. G. Whitham. 1987.
Overcompensation in response to mammalian
herbivory: the advantage of being eaten.
American Naturalist, 129:407-416.
Palmisano, S. y L. R. Fox.1998. Effects of
vertebrate and insect herbivores on the dynamic
of a native thistle (Cirsium occicentale) in
coastal dunes. Oecologia, 111:413-421.
Rivera, T. E. 2005. El peso corporal y su
relación con el estado reproductor de Sylvilagus
cunicularius: Estimando la tasa metabólica del
conejo montés en el Parque Nacional La
Malinche, Tlaxcala. Tesis de Licenciatura,
facultad de ciencias UNAM, México D. F. Pp 45
Rodríguez, M. L., A.J. Martínez, A. Bautista,
R. Hudson y M. Martínez-Gómez. 2004.
Seasonal reproduction in the Mexican rabbit
Sylvilagus cunicularius in mount Malinche
National Park. 41 st Annual Meeting of the
208
El papel ecológico de los lagomorfos
Animal Behauvior Society. Oaxaca, México. Pp.
123
Strauss, S. Y. 1991. Direct, indirect, and
cumulative effects of three native herbivores on
a shared host plant. Ecology, 72:543-558.
_____________. y A. R. Zangerl. 2002. Plant-
insect interactions in terrestrial ecosystems. In C.
M. Herrera y O. Pellmyr (eds.). Plant-Animal
Interactions: an Evolutionary Approach. 1 Ed.
Blackwell Scientific Ltd. Oxford. pp. 77-106.
The World Conservation Union IUCN. www.
redlist. org
Thompson, S. D. y M. E. Nicoll. 1986. Basal
metabolic rate and reproduction in therian
mammals. Nature, 321:690-693.
Vazquez, P.J. 2005. Correlatos fisiológicos de
la carga de parásitos en el conejo endémico de
México Sylvilagus cunicularius. Tesis de
Maestría del Instituto de Neuroetología de la
Universidad Veracruzana. Pp 60
Whitham, T. G., J. Maschinski, K. C. Larson
y K. N. Paige.1991. Plant responses to
herbivory: the continuum from negative to
positive and underlying physiological
mechanisms. In P. W. Price, T. M. Lewinsohn,
G. W. Fernandes y W. W. Benson (eds.). Plant-
Animal Interactions: Evolutionary ecology in
tropical and temperate regions. John Wiley &
Sons, Inc. New York. pp 227-256.
Young, T. P. 1987. Increased thorn length in
Acacia drepranolobium an induced response to
browsing. Oecologia, 71:436-438.
209
Martínez et al., 2004
Peso corporal (g)
400
600
800
1000
1200
1400
1600
1800
2000
2200
2400
2600
0369
1215182124
Núm
ero
de in
divi
duos
0369
12151821240369
1215182124
400
600
800
1000
1200
1400
1600
1800
2000
2200
2400
2600
2000 2001
2002 2003
2004
Figura 1. Distribución de frecuencias del peso corporal de los individuos capturados de S.
cunicularius para el período de captura mayo 2000 a abril 2004 abril (datos tomados de
Rivera 2005).
210
Interacciones Planta-Ave
ESTUDIO DE LAS INTERACCIONES PLANTA-AVE EN EL PARQUE NACIONAL
MALINCHE, TLAXCALA
Carlos Lara
Laboratorio de Ecología del Comportamiento, Centro Tlaxcala de Biología de la Conducta UAT-
UNAM
Carretera Tlaxcala-Puebla, Km 1.5 s/n Tlaxcala Tlaxcala, Tlaxcala 90070 México
RESUMEN
Las aves juegan un papel ecológico fundamental si consideramos su función como polinizadores
y dispersores de una gran diversidad de plantas. Sin embargo, estos beneficios ecológicos están
en riesgo debido al acelerado deterioro de su hábitat, alterando por consecuencia el resultado de
su interacción con las plantas. El Parque Nacional Malinche es particularmente importante en
este sentido, pues al tratarse de la única zona protegida del estado de Tlaxcala, el conocimientos
sobre la gama de interacciones planta-ave que se generan a su interior, aportara el conocimiento
necesario para entender las dinámicas poblacionales tanto de aves como de sus plantas. En este
capitulo mostramos a través de algunos estudios que actualmente desarrollamos en el parque, que
la conservación o restauración de interacciones planta-ave en La Malinche requiere del
entendimiento entre otras cosas de (1) la fenología de las interacciones entre plantas y sus
polinizadores y/o dispersores de semillas a través del espacio, (2) la relación entre fragmentación
y disponibilidad de sitios de nidificación y recursos alimentarios (flores y frutos), (3) el nivel de
redundancia dentro de los compartimentos, (4) la vagilidad de los polinizadores, dispersores de
semillas y depredadores y su habilidad para moverse a través de ambientes desfavorables, (5) la
identificación de recursos claves en ambientes nativos y aquellos que se generan en paisajes
producidos antrópicamente y (6) la inclusión de medidas de sensitividad en programas de manejo
y conservación a diferentes escalas en tiempo y espacio.
I. INTRODUCCIÓN
211
Lara, 2004
La continua alteración humana a los ecosistemas de nuestro planeta ha provocado
impactos sin precedente en las últimas decadas, por lo que fenómenos como la fragmentación de
hábitat, el uso de pesticidas y la introducción de especies exóticas han generado una crisis
biológica, que desafortunadamente se ha convertido en uno de los nuevos retos de la biología de
la conservación.
La fragmentación del hábitat puede afectar directamente la distribución y abundancia de las aves,
llevando incluso a eventos de extinción local despues de varias décadas de generada la
fragmentación (Kattan et al., 1994). Aunque los efectos de la alteración del hábitat no siempre
son detrimentales, puesto que algunas especies de aves nectarívoras, frugívoras y granívoras
pueden responder favorablemente a estos cambios en el paisaje (Loiselle & Blake 1992; Kattan et
al. 1994; Ornelas & Arizmendi 1995; Gordon & Ornelas 2000), en los últimas años hemos sido
testigos de varios casos de extinción de polinizadores, sobre todo de aquellos que viven en islas
(Cox & Elmqvist 2000), resaltando la escases de estudios realizados en áreas continentales.
Se ha propuesto que las interacciones planta-ave pueden ser modificadas por procesos asociados
a la fragmentación, llevando a las contrapartes en la interacción a una potencial extinción
(Rathche & Jules, 1993). Por ejemplo, Aizen & Feinsinger (1994a, 1994b) observaron una
relación positiva entre la reducción en el tamaño de un fragmento de vegetación, y la reducción
en los niveles de polinización y producción de frutos y semillas en el Chaco Argentino. Estos
resultados sugieren que la escala puede jugar un papel importante en la magnitud del efecto de la
fragmentación sobre las interacciones. Asimismo, es importante considerar que las especies
difieren en cuanto a dependencia de un tipo de hábitat, a pesar de que algunas se comporten como
generalistas en el uso de recursos en ese hábitat. Esta distinción es muy importante si
consideramos que los esquemas de priorización en la conservación de la biodiversidad global se
establecen utilizando restricción del hábitat (p. ej. especies endémicas, especies que se
distribuyen en ambientes fuertemente fragmentados o disminuidos) como un indicador de
susceptibilidad ecológica, lo cual puede llevar a subestimar regiones y ecosistemas que contienen
una alta proporción de especialistas crípticos de hábitat (p. ej. migrantes altitudinales) (Gordon &
Ornelas 2000).
212
Interacciones Planta-Ave
En este capítulo presento la complejidad de las interacciones planta-ave y los retos para su
conservación en el parque nacional La Malinche, delineando los puntos más sobresalientes del
tema y los estudios que actualmente se realizan en la zona.
II. INTERACCIONES EOLÓGICAS ENTRE PLANTAS Y AVES
Una interacción biótica conlleva generalmente una amplia gama de interconexiones a
nivel de comunidades (Jordano, 1987). Por lo tanto, la extinción local de una especie puede
acarrear consecuencias difícilmente previsibles debido principalmente al desconocimientos de
aspectos básicos de su historia natural. Cada especie en una lista de biodiversidad añade en
promedio dos interacciones en sistemas de polinización y tres en sistemas de dispersión de
semillas (Jordano 1987). Sin embargo, debido al carácter mutualista de las interacciones
incluidas, estas cifras están subestimadas al ignorar la contribución de los antagonistas (por
ejemplo, robadores de néctar, florívoros, depredadores de semillas) (Ornelas & Lara, 2003; Lara
2004). De esta manera, es importante cuidar la “permanencia” de las interacciones en el tiempo,
ya que la extinción de especies provoca “efectos dominó,” mismos que aceleran la pérdida de
especies adicionales. Estos efectos negativos deben sumarse y son superiores a los que cabría
esperar sólo como consecuencia de la fragmentación. La perspectiva de que al perder una especie
de planta se pierde una especie de animal via extinción ligada y viceversa, debe abandonarse por
simplista.
Una propuesta de integración reconoce que la naturaleza ecológica de las interacciones planta-
ave radica en la riqueza de interconexiones que varían en tiempo y espacio, dependiendo del
contexto ambiental. Para ilustrar esto, describimos a continuación las interconexiones que se dan
en una interacción planta-ave objeto de nuestro interés de investigación en el Parque Nacional
Malinche (PNM), misma que sugiere a los estudiosos de la conservación dirigir su atención a las
sutilezas y complejidad que ofrecen estos sistemas.
III. INTERCONEXIONES EN UN SISTEMA PLANTA-POLINIZADORES
En el PNM, se puede encontrar de forma muy abundante de julio-noviembre a la planta
213
Lara, 2004
Penstemon roseus (Sweet) G. Don. (Scrophulariaceae). Esta especie es protándrica, es decir
presenta una separación temporal de las funciones sexuales. Las flores protándricas funcionan
durante el inicio de su vida como machos (fase estaminada) y terminan su desarrollo funcionando
como hembras (fase pistilada). De esta forma, podemos encontrar en una población plantas cuyas
flores se exhiben como machos (donadoras de pólen) y como hembras (recepción de pólen). Las
plantas con esta separación temporal de la función sexual son típicamente polinizadas por
animales (Darwin, 1877). Se ha demostrado que una transferencia asimétrica de los granos de
polen, puede provocar un éxito reproductivo diferencial entre plantas (Contreras & Ornelas 1999;
Ornelas et al. 2004a) y ello puede promover especialización de género (función macho o
hembra).
Desde 2003 estamos estudiando dos poblaciones de Penstemon roseus; una en el PNM, en una
zona cercana a la caseta 5, y otra en la capital del estado. Esta planta es abundante en áreas
perturbadas del bosque de pino, encino y oyamel, se distribuye desde Sinaloa y Chihuahua hasta
Oaxaca, México. Sus inflorescencias ofrecen flores tubulares de color púrpura que duran varios
días. Esta planta típicamente florece desde julio hasta noviembre (C. Lara datos no publicados).
Ocho especies de colibríes (Hylocharis leucotis, Colibri thalassinus, Archilochus colubris,
Eugenes fulgens, Lampornis clemenciae, Selasphorus platycercus, S. rufus y S. sasin), abejorros
y mariposas visitan las flores de P. roseus en La Malinche, y cuatro especies en la población de la
capital (Hylocharis leucotis, Eugenes fulgens, Cynanthus latirostris y Calothorax lucifer).
Nuestras observaciones sugieren que los colibríes no territoriales y de picos cortos son los
polinizadores más efectivos (C. Lara datos no publicados). El promedio de néctar producido y el
porcentaje de flores dañadas por robadores de néctar (abejorros) es distinto entre flores pistiladas
y estaminadas (C. Lara datos no publicados). Flores en fase estaminada producen menos néctar y
con menor concentración de azúcar que en la fase pistilada. Los frutos maduran de agosto a
diciembre.
A la fecha hemos documentado la existencia de costos asociados a la intensidad de remoción de
néctar y al tipo de polinización recibida (C. Lara datos no publicados). Es posible que asimetrías
en rasgos como la cantidad de néctar y concentración de azúcar entre las fases florales
modifiquen diferencialmente las decisiones de los visitantes mutualistas y antagonistas,
214
Interacciones Planta-Ave
dependiendo de los recursos que anden buscando.
Para investigar dicha posibilidad, hemos monitoreado desde el 2003 el desempeño de los
visitantes al forrajear flores de cada fase sexual. Nuestra hipótesis de trabajo es que los colibríes
forrajearan diferencialmente en tiempo y espacio las flores de esta especie. Resultados
preliminares demuestran que los colibríes más comunes forrajean de acuerdo a la presentación de
las recompensas en el tiempo; sin embargo, la presentación del néctar es asimétrica durante el día
provocando que el flujo de polen sea mayor en plantas con más flores en fase pistilada que
estaminada.
Aunque nuestro conocimiento del sistema se restringe a solo dos poblaciones, ha sido evidente
hasta ahora que la composición y función de los ensamblajes de polinizadores, así como la
identidad de los antagonistas y la magnitud de sus efectos pueden variar en el tiempo y en el
espacio. Nuestro sistema de trabajo al menos ilustra la complejidad de interconexiones que se
pueden dar en interacciones planta-ave (Figura 1); sin embargo, estamos muy lejos de entender
cómo las perturbaciones naturales y antropogénicas modifican las dinámicas ecológicas y
evolutivas aquí descritas.
La complejidad de interconexiones existentes en el mutualismo Penstemon roseus-colibríes-
antagonistas se puede abordar como un problema de compartimentalización. Este término se ha
propuesto para abordar el flujo de energía en cadenas alimenticias, pero es posible adaptarlo a
sistemas mutualistas de polinización (Jordano 1987; Herrera 1999; Corbet 2000). De acuerdo con
ello, las interacciones que ocurren en nuestro sistema podrían verse como compartimentos de
acuerdo al papel que juegan cada una de las especies de colibríes que visitan esta planta. Éstos
podrían formarse en función de la morfología del pico de los colibríes, en donde especies con
picos cortos (por ejemplo Archilochus colubris) y especies con picos largos (por ejemplo
Lampornis clemenciae), remueven y depositan cantidades diferentes de polen o lo transfieren
asimétricamente de uno de los morfos florales al otro por sus diferencias en tácticas de forrajeo.
Estos compartimentos podrían a su vez ser subdivididos en términos energéticos; es decir, los
colibríes colectan volúmenes diferentes de la recompensa de acuerdo con sus necesidades y
restricciones, puesto que conforme aumenta el tamaño del colibrí aumentan también sus
215
Lara, 2004
demandas energéticas. Aunque el grado de dependencia de los colibríes sobre especies
particulares de plantas es generalmente bajo, algunas especies de plantas pueden ser
fundamentales para su sobrevivencia (especies clave). Es probable que la presencia de P. roseus
explique parte de la diversidad local de nectarívoros y frugívoros.
En zonas de cultivo y pastoreo donde el sotobosque es reemplazado en su totalidad, las
interacciones descritas aquí desaparecen. Aunque es posible que aparezcan nuevas interacciones
en este tipo de sistemas, esta observación pudiera retar el discurso reduccionista de algunos
conservacionistas que señalan que la diversidad de aves se mantiene o es más alta en zonas
altamente perturbadas. De esta manera, es importante dedicar más atención en La Malinche, a
aquellas especies de plantas de las que dependen muchas especies mutualistas (nectarívoros y
frugívoros) y antagonistas (robadores de néctar), en particular el mantenimiento y conservación
de ciertos compartimentos vulnerables. Actualmente estamos realizando el seguimiento de
interacciones planta-colibríes en La Malinche (Figura 2).
IV. EFECTO DE LAS PERTURBACIONES SOBRE LAS INTERACCIONES
Hasta aquí hemos discutido cómo las perturbaciones pueden afectar a las plantas y cómo
esos cambios podrían modificar las conductas de sus visitantes y los resultados de la interacción.
Sin embargo, las aves pueden a su vez afectar los patrones de distribución espacial de las plantas,
particularmente aquellas plantas que dependen de vectores para dispersar sus propágulos en los
sitios correctos y que por alguna razón son más sensibles a los cambios en las condiciones
microambientales.
Los muérdagos (Loranthaceae) son parásitos que para dispersar sus semillas requieren de cierta
precisión por parte del vector, ya que es necesario que éstas sean depositadas en la rama y
hospedero correctos. Se sabe además que los muérdagos son indicadores sensibles de las
condiciones ambientales (agua y minerales) debido a su dependencia del hospedero y de las aves
como vectores. Estas características hacen del sistema hospedero-vector-parásito un excelente
modelo para abordar preguntas sobre distribución espacial, en donde los factores de perturbación
podrían ser evaluados a nivel metapoblacional y con un enfoque experimental.
216
Interacciones Planta-Ave
A partir del 2004 planteamos analizar algunos aspectos sobre la interacción muérdagos-aves
frugivoras en la La Malinche. Muérdagos enanos del género Arceuthobium afectan de forma
importante algunas zonas de bosque de pino y oyamel en La Malinche (Hernández-Cuevas et al.
1992). En la zona, los frutos de estas plantas hemiparásitas son consumidos y dispersados por
aves, como Ptilogonys cinereus y Turdus migratorius. Se ha demostrado en otras especies de
loranthaceaes que el comportamiento de forrajeo de sus dispersores, determina en gran medida
los patrones locales de distribución y abundancia de estas especies. Por ello, el estudio detallado
de los patrones de forrajeo de las aves que diseminan semillas de Arceuthobium en La Malinche,
generará información valiosa para el entendimiento ecológico, manejo y control de estas especies
en el parque.
V. CONSERVACIÓN DE INTERACCIONES PLANTA-AVE
Los esfuerzos por realizar investigación científica que relacione la ecología de las
interacciones planta-ave y la conservación, han sido realmente escasos (Janzen 1974; Kevan
1975; Howe 1984; McClanahan, 1986; Feinsinger 1987). Algunos estudios han evidenciado que
la fragmentación de hábitat naturales y la extensión de ambientes modificados puede afectar
profundamente aspectos esenciales de las interacciones planta-ave tales como (1) la estructura y
dinámica de las poblaciones interactuantes y (2) eventualmente la microevolución de dichas
poblaciones (p. ej., su estructura genética) (Feinsinger 1987; Aizen & Feinsinger, 1994a, 1994b).
Si esto es cierto, la fragmentación podría estar actuando a nivel de comunidad como fuerza
selectiva para las plantas, ya que el reclutamiento de nuevos individuos puede cambiar al
afectarse las dinámicas de sus sistemas reproductivos y la relación con sus polinizadores y
dispersores de semillas. Esto es particularmente importante cuando se piensa a nivel
metapoblacional, en donde las dinámicas entre poblaciones dependen de cómo los interactuantes
se mueven en el espacio. Debido a que los polinizadores pueden ser sensibles a estos cambios en
el paisaje (Bronstein 1995), se pueden generar cambios en los movimientos de los granos de
polen a través del espacio, mismos que repercuten en los niveles de entrecruzamiento y éxito
reproductivo de las plantas. Se ha postulado que la extinción de un mutualista casi siempre se
debe a cambios drásticos provocados en su ambiente y a la reducción en el número de individuos
217
Lara, 2004
del otro componente del mutualismo (Norton 1991). Sin embargo, no existe información de cómo
ocurre el proceso y cómo las aves podrian reaccionan antes de la extinción a los cambios que las
plantas sufren a partir de la fragmentación. Por ejemplo, sería interesante investigar si la calidad
de las recompensas que las plantas ofrecen a sus polinizadores se modifica ante cambios en el
paisaje y cómo estos cambios alteran los patrones de forrajeo de las aves y su adecuación.
VI. CONCLUSIONES
La lentitud con que se está generando información sobre la historia natural de
interacciones planta-ave, en particular, datos científicamente verificables sobre abundancia de
polinizadores y/o dispersores de semillas y efectos rigurosamente identificados de procesos como
la fragmentación sobre las interacciones, representa una seria amenaza para conservar los
sistemas de polinización y/o dispersión de semillas ante las presiones de tiempo, disponibilidad
de recursos e incremento en las tasas de deforestación y fragmentación. Los sistemas de
polinización y dispersión de semillas deben ser estudiados en sus propios términos, incluyendo
diferencias entre individuos en cuanto a experiencias de forrajeo (Bronstein 1995; Ornelas &
Arizmendi 1995), abundancia o escasez de sitios de nidifi-
cación, extensión de las áreas de forrajeo (Renton 2001), picos de floración y estrategias
oportunistas (Lara & Ornelas 2001). Por esto, es necesario poner atención a cómo los cambios en
el paisaje promueven a su vez cambios en el éxito reproductivo de las plantas, selección de flores
y frutos, calidad de recompensas y servicios, germinación de semillas, sobrevivencia de plántulas
y rutas migratorias (Roubik 2000).
En conclusión, pensamos que la conservación o restauración de interacciones planta-ave requiere
del entendimiento de la reacción de cada uno de los sistemas a múltiples factores interconectados.
Aunado a lo que señalan Kremen & Ricketts (2000), pensamos que nuestra aproximación futura
al estudio de las interacciones planta-ave y su conservación debe considerar (1) la fenología de
las interacciones entre plantas y sus polinizadores y/o dispersores de semillas a través del espacio,
(2) el papel de los antagonistas y las interacciones de tres niveles, (3) la relación entre
218
Interacciones Planta-Ave
fragmentación y disponibilidad de sitios de nidificación y recursos alimentarios (flores y frutos),
(4) el nivel de redundancia dentro de los compartimentos, (5) la vagilidad de los polinizadores,
dispersores de semillas y depredadores y su habilidad para moverse a través de ambientes
desfavorables, (6) la identificación de recursos claves en ambientes nativos y aquellos que se
generan en paisajes producidos antrópicamente y (7) la inclusión de medidas de sensitividad en
programas de manejo y conservación a través del tiempo y espacio y a diferentes escalas. Esta
aproximación requiere de un esfuerzo monumental a través de varias escalas, paisajes y fronteras.
Solo así se podrán implementar soluciones reales a la llamada crisis de los polinizadores
(Buchmann & Nabhan 1996) y análogamente a la de los dispersores de semillas y nos permitirá
evaluar en su contexto, de manera integral, el papel de los depredadores de flores y semillas y el
de los antagonistas como los robadores de néctar y/o patógenos.
Agradecimientos
Este capítulo se escribió gracias al apoyo y trabajo de mucha gente. Las ideas expresadas
aquí se han enriquecido en discusiones con varios miembro de nuestro laboratorio. En particular
agradezco el apoyo y colaboración de Jessyca González, Monserrat Reyes, Anaid Díaz, Fabiola
Azpeitia, Cecilia Díaz, Jorge Vázquez, Luisa Rodríguez y Armando Martínez. Agradezco la
inspiración de Citlalli Castillo y el apoyo del Centro Tlaxcala de Biología de la Conducta UAT-
UNAM, así como a la Coordinación de Ecología del Estado de Tlaxcala por las facilidades para
la realización de los proyectos de investigación.
219
Lara, 2004
LITERATURA CITADA
Aizen, M. A. & Feinsinger, P. 1994a. Forest
fragmentation, pollination and plant
reproduction in a Chaco dry forest, Argentina.
Ecology 75: 330-351.
Aizen, M. A. & Feinsinger, P. 1994b. Habitat
fragmentation, native insect pollinators, and
feral honeybees in Argentine “Chaco Serrano”.
Ecol. Appl. 4:378-392.
Bronstein, J. L. 1995. The plant/pollinator
landscape. Pp. 256-288 En L. Fahrig, L.
Hansson & G. Merriam (eds.). Mosaic
landscapes and ecological processes. Chapman
and Hall. Nueva York.
Buchmann, S.. L. & G. P. Nabhan. 1996.
The forgotten pollinators. Island Press.
Washington, D.C. 292 p.
Contreras, P. S. & J. F. Ornelas. 1999.
Reproductive conflicts of Palicourea padifolia
(Rubiaceae) a dystilous shrub of a tropical
cloud forest in Mexico. Plant Systematics and
Evolution 219:225-241.
Cox, P. A. & T. Elmqvist. 2000. Pollinator
extinction in the Pacific Islands. Conservation
Biology 14:1237-1239.
Corbet, S. A. 2000. Conserving compartments
in pollination webs. Conserv. Biol. 14: 1229-
1231.
Darwin, C. 1877. The different forms of
flowers on plants of the same species. John
Murray. Londres, Reino Unido. 312 p.
Feinsinger, P. 1987. Approaches to
nectarivore-plant interactions in the New
World. Revista Chilena Hist. Nat. 60: 285-319.
Gordon, C. E. & J. F. Ornelas. 2000.
Comparing endemism and habitat restriction in
the Mesoamerican tropical deciduous forest
avifauna: implications for biodiversity
conservation planning. Bird Conserv. Int. 10:
289-304.
Hernández-Cuevas, L., R. Acosta & G.
Galindo. 1995. Los muérdagos enanos
(Arceuthobium spp.) en los bosques de pino
del volcan la Malintzi, estados de Tlaxcala y
Puebla. Boletin No. 15. Jardín Botánico
Tizatlán. Tlaxcala, Tlaxcala.
Herrera, C. M. 1999. Daily patterns of
pollinator activity, differential pollinating
effectiveness, and floral resource availability,
in a summer-flowering Mediterranean shrub.
Oikos 58: 277-278.
Howe, H. F. 1984. Implications of seed
dispersal by animals for tropical reserve
management. Biol. Conserv. 30: 261-281.
Janzen, D. H. 1974. The deflowering of
Central America. Nat. Hist. 83: 48-53.
Jordano, P. 1987. Patterns of mutualistic
interactions in pollination and seed dispersal:
connectance, dependence asymmetries, and
coevolution. Am. Nat. 129: 657-677.
Kattan, G. H., H. Alvarez-López & M.
Giraldo. 1994. Forest fragmentation and bird
extinctions: San Antonio eighty years later.
Conserv. Biol. 8:138-146.
Kevan, P. G. 1975. Pollination and
environmental conservation. Environ.Conserv.
2: 293-298.
Kremen, C. & T. Ricketts. 2000. Global
220
Interacciones Planta-Ave
perspectives on pollination disruptions.
Conserv. Biol. 14: 1226-1228.
Lara, C. & J. F. Ornelas. 2001. Nectar
“theft” by hummingbird flower mites and its
consequences for seed set in Moussonia
deppeana. Funct. Ecol. 15: 78-84.
Lara, C. 2004. Risks and costs of interactions
between plants and hummingbirds. Ornitología
Neotropical 15:199-204
Loiselle, B. A. & J. G. Blake. 1992.
Population variation in a tropical bird
community: implications for conservation.
BioScience 42: 838-845.
McClanahan, T. R. 1986. Pollen dispersal
and intensity as criteria for the minimum
viable population and species reserves.
Environ. Manag. 10:381-386.
Norton, D. A. 1991. Trilepidea adamsii: an
obituary for a species. Conser. Biol. 5: 52-57.
Ornelas, J. F. & M. C. Arizmendi. 1995.
Altitudinal migration: implications for
conservation of avian Neotropical migrants in
western Mexico. Pp. 98-112 En M. H. Wilson
& S. A. Sader (eds.). Conservation of
Neotropical migratory birds in Mexico. Maine
Agricultural and Forest Experiment Station
Miscellaneous Publication 727, Orono, Maine.
Ornelas, J. F. C. González, L. Jiménez, C.
Lara & A. J. Martínez. 2004. Reproductive
ecology of distylous Palicourea padifolia
(Rubiaceae) in a tropical montane forest. II.
Attracting and rewarding mutualistic and
antagonistic visitors. American Journal of
Botany 91:1061-1069.
Ornelas, J.F. & C. Lara. Conservación de
interacciones planta-ave. Pp. 195-223 En H.
Gómez de Silva & A. Oliveras de Ita (eds.).
Conservación de aves: experiencias en
México. National Fish & Wildlife Foundation
y Conabio. México, D.F.
Rathcke, B. J. & E. S. Jules. 1993. Habitat
fragmentation and plant-pollinator interactions.
Current Science 65: 273-277.
Renton, K. 2001. Lilac-crowned parrot diet
and food resource availability: resource
tracking by a parrot seed predator. Condor
103:62-69.
Roubik, D. W. 2000. Pollination system
stability in tropical America. Conserv. Biol.
14: 1235-1236.
221
Lara, 2004
Figura 1. Diagrama que ilustra la complejidad de las interconexiones entre Penstemon roseus (Scrophulariaceae) y las aves a lo largo de un año y en sólo un punto de su distribución geográfica. Esta planta establece relaciones mutualistas (+) con ocho especies de colibríes (Trochilidae). Los resultados de cada una de estas interacciones no se conocen aún, ni en el tiempo ni en el espacio. Sin embargo, imagine el número posible de interacciones planta-colibrí, colibrí-planta, colibrí-colibrí y las interconexiones que se pueden dar a lo largo de los cinco meses en que las plantas ofrecen néctar en sus flores a estos visitantes. La planta también establece relaciones antagonistas (–) con especies de abejorros que roban su néctar, desconociendose el impacto sobre la adecuación de la planta.
222
Interacciones Planta-Ave
1 4
2 5
3 6
Figura 2. Los colibríes: 1) Eugenes fulgens, 2) Selasphorus rufus, 3) Lampornis clemenciae, y sus recursos florales en La Malinche: 4) Penstemon roseus, 5) Salvia elegans, 6) Bouvardia ternifolia
223
Lara, 2004
224