ana rosa ·- .,ll,. - .:: revista de comercio exterior

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* Profesora e investigadora del Departamento de Estudios Regionales del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas, Universidad de Guadalajara <[email protected] >. La autora agradece los comentarios de Gonzalo Escribano Francés, profesor de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, en Madrid, España, así como a Daniel Álvarez Garín por el procesamiento de la información. 510 COMERCIO E XTERIOR, VOL. 56, NÚM. 6, JUNIO DE 2006 ANA ROSA MORENO PÉREZ* ·- . ,ll, . 'F "' E n este trabajo se analizan las relaciones entre la inversión extranjera directa (IED) y la equidad salarial por medio de una variable con alto contenido social, las remuner acio- nes al trabajo. Se revisaron estas relaciones a la luz de lo ocurrido en México en dos momentos: 1993, un año antes de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y 1998, el último censo económico con que se cuenta. Además se calculan e interpretan indicado- res de desigualdad salarial por rama de actividad y entidad federativa con el propósito de mostrar la brecha de ingresos entre industrias con participación de capital extranjero y sin ella. De esta forma se pretende comprobar que los objetivos de apertura a la inversión extranjera no son los esperados en términos de beneficios sociales.

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Page 1: ANA ROSA ·- .,ll,. - .:: REVISTA DE COMERCIO EXTERIOR

* Profesora e investigadora del Departamento de Estudios Regionales del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas, Universidad de Guadalajara <[email protected]>. La autora agradece los comentarios de Gonzalo Escribano Francés, profesor de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, en Madrid, España, así como a Daniel Álvarez Garín por el procesamiento de la información.

510 COMERCIO EXTERIOR, VOL. 56, NÚM. 6, JUNIO DE 2006

ANA ROSA

MORENO PÉREZ*

·-.,ll,. 'F

~, ~¡_ "'

En este trabajo se analizan las relaciones entre la inversión extranjera directa (IED) y la equidad salarial por medio

de una variable con alto contenido social, las remuneracio­nes al trabajo. Se revisaron estas relaciones a la luz de lo ocurrido en México en dos momentos: 1993, un año antes de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y 1998, el último censo económico con que se cuenta. Además se calculan e interpretan indicado­res de desigualdad salarial por rama de actividad y entidad federativa con el propósito de mostrar la brecha de ingresos entre industrias con participación de capital extranjero y sin ella. De esta forma se pretende comprobar que los objetivos de apertura a la inversión extranjera no son los esperados en términos de beneficios sociales.

Page 2: ANA ROSA ·- .,ll,. - .:: REVISTA DE COMERCIO EXTERIOR

El trabajo contribuye a la discusión actual sobre cuán deci­

siva ha sido la política de inversión ex tranjera en la ampliación de la desigualdad de ingreso entre los sectores manufactureros. Esta política se considera parte fundamental en la nueva estra­tegia de crecimiento de M éx ico aplicada desde mediados de

los años ochenta. Se parte del supuesto de que quienes cuentan con este tipo de inversión presentan no sólo una mayor varie­dad sa larial que otros sectores, sino también un promedio de

ingresos más alto debido sobre todo a la mayor productividad laboral que esta inversión promueve.

La liberalización comercial y los cambios de la Ley de In­

versión Extranjera fueron las reformas estructurales quizá más importantes , y de mayor alcance, de todas las que se

aplicaron en los años ochenta en M éx ico, como señala Nora Lustig. 1 La autora afirma también que aunque no existe un

cálculo de su efecto sobre la pobreza y la desigualdad en ge­neral, hay estudios sobre la brecha sa lar ial entre trabajado­res especializados y no especializados en las manufacturas.

Pues to que, por lo menos en apariencia , lo que abunda en México es el trabajo no especializado, en teoría la reducción de las barreras al comercio debería impulsar una mejor alter­nativa salarial, como señala el teorema de Stolper-Samuelson: "Un aumento en el precio relativo de un bien incrementa en términos relativos la retribución real del factor utilizado in­tensivamente en la producción del bien y reduce, en términos

de ambos bienes, la retribución rea l del otro factor ". 2 Esto implica que cuando disminuye el precio relativo del trabajo, disminuye el precio relativo del bien intensivo en trabajo. Sin

embargo, no fue así, pues la brecha entre los trabajadores cali­ficados y los no calificados aumentó de manera considerable

después de 1985. Los estudios de Lustig sobre esta proble­mática señalan que la reducción de los aranceles y la elimi­nación de los requisitos de licencias de importación pueden explicar 23% del aumento del salario relativo del trabaja­

dor calificado de 1986 a 1990. 3 En este caso, contrario a lo establecido por la teoría, México brindaba una protección relativamente elevada a las industrias intensivas en mano

de obra no calificada durante el periodo en que la economía se desarrolló con el modelo proteccionista de sustitución de importaciones. Por consiguiente, al levantarse las barreras, ése fue el sector más golpeado.

1. Nora Lustig, México hacia la reconstrucción de una economía, El Colegio de México y Fondo de Cultura Económica, México, 2002.

2. La utilización de estos teoremas neoclásicos puede criticarse en la actualidad ante las nuevas exp licaciones teóricas sobre el comercio internacional ; sin embargo, no resul ta ocioso destacar que su uso se debe a que corresponden casi de manera escolar con la visión gubernamental que dirigió la política comercial en esos años.

3. Gordon Hanson y Ann Harrison, "Trade, Technology and Wage lnequality", Documento 511 O, National Bureau of Economic Research, Cambridge, 1994, y Nora Lustig, op. cit.

Otro estud io revisado por Lustig seña la que las plantas industriales extranjeras y los exportadores pagaban retri­

buciones algo mayores a sus trabajadores cali ficados. Estas plantas, puesto que están en mejor situación para compe­tir en la economía mundial, han crecido y seguirán en cre­cimiento a m edida que avance el proceso de integración económica iniciado en 1994 con la puesta en marcha del

TLCAN. En consecuencia, se espera que la demanda y los ingresos de los trabajadores ca lificados sigan en aumen­

to, lo que habrá de ensa nch ar aún más la brecha con los

no calificados. En líneas genera les, afirm a es ta autora, "algunos resulta­

dos sugieren que, a menos que México se aboque mediante

un serio esfuerzo a impulsar la especia li zación de su pobla­ción trabajadora , es probable que el proceso de integración comercia l se vea acompañado de un alza en la desigualdad

de los ingresos". Las anteriores y otras afirmaciones al respecto motivan

la búsqueda de una aproximación cuantitativa de la brecha

sa larial entre sectores ca lificados y no calificados. Esto pue­de trasladarse a los sectores exportadores y no exportadores, pero sobre todo a la relación que guardan estas diferencias salariales con la actua l política comercia l y de inversión ex­tranjera, incluida en el TLCAN, en virtud de que el comer­cio ex terior de México se concentra cada vez más en Estados

Unidos (95% del total) .

LAS POLÍTICAS COMERCIAL Y DE INVERSIÓN EXTRANJERA:

PILARES DE LAS REFORMAS ESTRUCTURALES EN MÉXICO

Los objetivos de la libera li zación comercia l que empren­dió México a mediados de los ochenta se enfocaron en

estimular las exportaciones no petroleras, frenar la inflación

y promover la eficiencia económica. Sin embargo, no se en­cuentra una conexión clara entre la liberalización comercial

y los precios. Las exportaciones petroleras crecieron con rapidez (de

5 500 millones de dólares en 1981 a 16 000 millones en 1990), aunque sobre todo en las empresas transnacionales, que aprovechan mejor las redes de distribución internacional y el cambio de régimen comercial. Las ventas externas manu­factureras no sujetas a la liberalización comercial tuvieron

un crecimiento mayor, en particular en las industrias auto­

movilísticas y de computación. En esta época, la liberalización comercia l y la desregula­

ción empezaron a ser parte integral de la política económi­ca . Como para competir con éxito México debía concentrar esfuerzos en la generación de mano de obra calificada y la

511

Page 3: ANA ROSA ·- .,ll,. - .:: REVISTA DE COMERCIO EXTERIOR

La IED podrá participar en

cualquier proporción en el capital

social de las sociedades mexicanas, así

como abrir y operar establecimientos

sólo con las excepciones o limitantes

que la propia ley establece. Como

resultado de la aplicación de esta

regla general, más de 90% de las

actividades económicas de México se

encuentran abiertas por completo a la

participación de la inversión foránea

difusión de conocimientos, hubo grandes cambios en las res­tricciones a la inversión extranjera. El gobierno mexicano, además de necesitar la IED para sus metas macroeconómicas ,

consideraba que un régimen propicio para éstas estimularía la competencia y aumentaría el acceso a la nueva tecnología, lo que incrementaría la productividad.

Para atraer la IED se dieron pasos en términos de disciplina

fiscal, desregulación, liberalización comercial y eliminación de restricciones a la propiedad extranjera. En suma, a partir de 1984 el marco regulador se hizo cada vez menos restric­

tivo. En 1989 se publicó un nuevo reglamento para la IED. La Ley de Inversión Extranjera de 1973 no se modificó, pero el nuevo reglamento expandió el conjunto de actividades en que se permitía 100% de propiedad extranjera.

También se crearon mecanismos que permitían a la IED entrar mediante la bolsa de valores y además hubo reformas a la Ley de Protección de la Propiedad Intelectual (1991).

Este punto es importante y controversia! en las relaciones internacionales, pues recompensa la inversión en investiga­ción y desarrollo. Para un país que no produce tecnología ,

512 INVERSIÚN EXTRANJERA Y EQUIDAD SALARIAL

esto sirve para arrae r inversion es. Además, la protecc ió n proporciona un grado de poder monopólico durante la vi­

gencia de la patente. Como se ha mencionado en varios foros, el TLCAN sólo

formal izó un modelo de ape rtura que ya estaba dado co n anterioridad. En dicho acue rdo, el capítulo XI se refiere a la inve rsión, con una parte susta ntiva - principios y reglas

generales en materia de inversión- y una parte adjetiva re­lativa a procedimientos de solución de controversias, la que más falta hacía.

La actual Ley de Inversión Extranjera se revisó en 1993 y se sujetó a varias modificaciones poste riores. Su interés prin­

cipal es establecer una regla general de apertura sectorial en su articulo IV, la cual señala que la IED podrá partici­par en cualquier proporción en el capital social de las socie­

dades mexicanas, así como abrir y operar establecimientos sólo con las excepciones o limitantes que la propia ley es ta­blece. Como resultado de la aplicación de esta regla gene­ral, más de 90% de las actividades económicas de México

se encuentran abiertas por completo a la participación de la inversión foránea.

APERTURA COMERCIAL, INVERSIÓN EXTRANJERA,

DESARROLLO Y EQUIDAD

La vinculación entre el comercio exterior, el empleo y la distribución del ingreso en México es de particular interés

por varias razones. Durante los últimos decenios, el desa­rrollo industrial mexicano dependió bastante del comercio

exterior. Éste ha sido vital en la formulación de la política económica, por ejemplo cuando a finales de los años seten­ta el régimen comercial de México parecía acercarse a un momento crítico.

El doctor Kwam Kim escribió: "Sin duda alguna desde 1976 cuando México inició su movimiento de liberalización

comercial se esperaba una mejor remuneración a los emplea­dos del país, así como una distribución más equitativa del ingreso para obtener una mejor calidad de vida, pero la si­tuación económica ha resultado casi una contradicción". 4

No se trata desata ni zar el papel de la IED en los países en desarrollo, o en México, sino de aclarar los efectos posibles

por ingresos mayores de lEO para que la sociedad actúe en consecuencia. Por desgracia, la política de corte neoclásico

4. Kwam Kim y Gerardo Turrubiate, " Estructura del comercio exterior y sus efectos en el contenido de los factores, el empleo y la distribución del ingreso en México", El Trimestre Económico, octubre-diciembre de 1983, pp . 2173-2190.

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seguida por el país oculta las debilidades de un sistema que se encarga de manera recurrente de hacer sentir su rigor.

El aumento de la desigualdad salarial se observa tanto en los países desarrollados como en aquellos en desarrollo. Las explicaciones varían de un caso a otro. En términos genera­les , la literatura al respecto señala como principales causas los cambios en la demanda o en la oferta relativa de mano de

obra calificada, así como las modificaciones inst itucionales en el mercado laboraJ.5

En México hay desde mediados de los ochenta un con­senso sobre la tendencia creciente de la dispersión salarial. Las explicaciones se orientan más hacia los cambios en la de­

manda relativa de mano de obra calificada motivados por la apertura comercial que se inició a mediados de los ochenta.

En ese momento el crecimiento del sector exportador generó mayor demanda de mano de obra calificada en detrimento del sector importador, lo cual incrementó la brecha salarial

entre ambos sectores. Sin embargo, el aumento en las expor­taciones se basó en elementos ajenos a la productividad, y no, como señala la teoría tradicional del comercio internacional,

en el aprovechamiento de ventajas comparativas (diferencia­les de productividad). 6 A su vez, esta relación de causalidad inversa impidió el incremento de los salarios reales. Este au­

mento en las exportaciones resultó en gran parte del aumento en la lEO, lo que implica en muchos casos la importación de maquinaria con tecnología avanzada que requiere mano de obra más calificada, proceso que induce una mayor demanda.

Otras explicaciones sobre los cambios en la demanda relati­va como causas de la mayor dispersión salarial se refieren a la tasa de retorno de la educación superior, mayor flexibilidad

del mercado laboral, mayor participación de la mujer en este mercado y la elasticidad de cada grupo laboral, calificado o no calificado. 7

Por otra parte, la estrategia de las empresas transnacio­

nales en América Latina durante los dos últimos decenios se orientó a establecer operaciones de ensamblaje para cons­truir una plataforma exportadora hacia Estados Unidos y

el mercado mundial. En México esa es trategia ha sido muy

5. Willy Cortez, "Desigualdad sa laria l por entidad federativa en México, 1984-1998. Un análisis de sección cruzada", en Víctor Acevedo y José César Len in (coords.), Economía y desarrollo regional en México, Academia Mexicana de Ciencias Económicas-Universidad de Guadalajara y Universidad Michoacana de San Nico lás de Hidalgo, México, 2002.

6. Kurt Unger estudió la relación entre productividad y exportaciones en la industria manufacturera y encontró que la productividad está en función de las exportaciones y no a la inversa, como la teoría postula. Véase Kurt Unger, "Productividad y desarrollo tecnológico en las manufacturas mexicanas", Economía Mexicana, núm. 1, México, 2001.

7. Actis di Paquale y Ana Julia Atucha, "Brechas sa laria les: discriminación o diferencias de productividad ", Momento Económico, núm. 126, marzo-abril de 2003, pp . 23 -33.

ex itosa en las industrias automovilística, de autopartes, de

plástico, electrónica y de ropa y confección. El TLCAN implicó un compromiso entre el gobierno y

las fuerzas económicas que veían en la integración una pa­lanca importante para ampliar sus mercados y sus zonas de operación e influencia, así como para maximizar sus bene­ficio s. En lo fundamental , ese compromiso lo impulsaron

los grupos y empresas más global izados del capital financie­ro de Estados Unidos, así como los grupos y empresas más

poderosos de Canadá y México. El capital financiero estadounidense más globalizado

(las empresas transnacionales, los bancos y las sociedades

financieras), es decir, el capital que opera con una lógica de mercado mundial, entendía el TLCAN como un instrumen­

to para elevar sus grados de competitividad en relación con otras regiones del mundo (sobre todo Europa y Asia) y para

llevar a la práctica un conjunto de reglas (la propiedad inte­lec tual , los servicios) que el gobierno de Estados Unidos impulsa en los foros multilaterales y trata de aplicar en esca­la mundial. Las grandes empresas canadienses y mexicanas, por su parte, buscaban reconvertirse y modificar sus estrate­

gias para reorientadas al mercado exterior e incorporarse así a una economía mundial cada vez más globalizada.

Si las empresas rransnacionales de Estados Unidos y los

grupos y empresas canadienses y mexicanos más grandes fueron los que impulsaron y definieron la integración con el apoyo de sus respectivos gobiernos, no sorprende que sean esas grandes corporaciones las principales beneficiarias del TLCAN. En la esfera social, los efectos del Tratado son más difíciles de evaluar porque en el comportamiento de varia­

bles como el empleo o los salarios se mezclan diversos fenó­menos, con independencia de los acuerdos de integración. Tanto los argumentos presentados por diversos grupos, antes de la firma del TLCAN, cuanto los balances son muy diver­

sos y contradictorios. 8 Por ejemplo, las declaraciones ofi­ciales de Estados Unidos y México presentan a la opinión pública resultados positivos en términos de saldos sociales. La representación comercial de Estados Unidos considera

que el acuerdo permitió a su país crear más empleos y mejor

pagados: de 1998 a 1993 un crecimiento de 34% de nuevos empleos y salarios 16% más altos en los sectores exportado­res.9 Por su parte, el Banco Nacional de Comercio Exterior

de México presentó ante el Senado de la Repúb lica un in­

forme en que destaca que las empresas que exportan más de

8. Sydney Weintraub, El TLC cumple tres años. Un informe de sus avances, Fondo de Cultura Económica e Instituto Tecnológico Autónomo de México, México, 1997.

9. Representación Comercial de Estados Unidos, NAFTA Overview<www.ustr. gob>, sin fecha.

COMERCIO EXTERIOR, JUNIO DE 2006 513

Page 5: ANA ROSA ·- .,ll,. - .:: REVISTA DE COMERCIO EXTERIOR

60% de su producción pagan salarios 37% superiores a las que no exportan.

Otro efecto del TLCAN es la baja de los salarios reales en Estados Unidos debido a que los empleos que se trasladan a México son sobre todo calificados (en ramas manufactureras

como la automovilística y la electrónica), lo que disminuye

el poder de negociación de los trabajadores estadounidenses que permanecen en esos sectores. En una encuesta efectuada entre grandes empresas que enfrentaban problemas laborales

y de organización sindical se encontró que la mitad amenazó con cerrar y trasladarse a México. De esas empresas cerraron 15%, con lo cual resultó una proporción tres veces mayor a

la que había antes de la firma del TLCAN. 10

En México no se puede atribuir a ese acuerdo una mejo­ría en el empleo y los salarios reales. La evaluación adecuada

de un tratado de libre comercio requiere un lapso de tiempo razonable. A 10 años comienzan a revenirse los logros que el gobierno mexicano presumía en términos de empleo. En

primer lugar, los empleos se generaron sobre todo en el sec­tor de las maquiladoras, que pagan a obreros no calificados unos 10 dólares por ocho horas de trabajo al día. De 2000 a

2003 la industria maquiladora perdió 252 710 empleos, lo que significa, de acuerdo con cálculos del Consejo Nacio­nal de la Industria Maquiladora de Exportación (CNIME),

que desapareció uno de cada cinco empleos de los que había en las maquiladoras al terminar el gobierno del presidente

Ernesto Zedillo. Durante el mismo periodo, 310 empresas (cerca de 10% de las maquiladoras establecidas en el país) cancelaron sus programas de producción. La caída de esta derrama salarial afectó sobre todo la situación económica de

las entidades de la frontera norte. Baja California, Sonora, Tamaulipas, Chihuahua y Nuevo León son los estados con más empleos perdidos, según informes del Instituto Nacio­nal de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).

Este sector fue uno de los más dinámicos de la economía mexicana hasta 2000. Muchas empresas trasladaron sus lí­neas de producción a países como China, Brasil, Costa Rica

y Nicaragua, además de que se han cancelado programas de maquila en los dos últimos años. Un trabajador de la maqui­

la gana cerca de 40 000 pesos anuales, unos 3 800 dólares. Si se multiplica esta cantidad por el n{¡mero de plazas per­didas en los últimos años, resulta que se dejaron de recibir cerca de 1 000 millones de dólares.

La crisis de la industria maquiladora en escala mundial, o su restructuración, ha hecho tambalear los postulados socia-

1 O. Secretariado de la Comisión para la Cooperación Laboral de América del Norte. septiembre de 1996, citado por Arturo Guillén Romo, "Flujos co­merciales en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte", Comercio Exterior, vol. 51, núm. 6, México, junio de 2001.

514 INVERSIÓN EXTRANJERA Y EQUIDAD SALARIAL

les en que se sostenían los defensores del TLCAN. También hizo evidente la gran vulnerabilidad a nuevas estrategias y

políticas de la inversión extranjera y de las grandes empre­sas mundiales. El texto del acuerdo no se ha modificado; los patrones de inversión y comercio lo comienzan a hacer, al

menos en México. El empleo formal no maquilador no registra los resul­

tados esperados. Los salarios reales no han mejorado; por el contrario, disminuyeron 18% de 1994 a 2004. Labre­

cha salarial entre México y Estados Unidos se ensancha en vez de reducirse . Los salarios manufactureros promedio en México representan en la actualidad menos de una décima

parte de los que se pagan en Estados Unidos. Mientras en 1980 los salarios por hora en México equivalían a 22% de los correspondientes a aquel país, en la actualidad represen­

tan sólo 9.6%. Estos resultados van en contra de las teorías convencionales del comercio internacional (modelo Hecks­cher-Ohlin-Samuelson), que predicen una convergencia, es

decir, la tendencia a la igualación de los precios de los bienes dada la igualación de los precios de los factores, en este caso de los salarios. Sería ingenuo esperar que la teoría gestada

por y para los países desarrollados se aplicara en el caso del comercio norte-sur; no obstante, como los argumentos para la apertura comercial y la misma firma del TLCAN iban en este sentido, también así se deben evaluar sus resultados.

Lo anterior se caracteriza por una mayor productividad

laboral que promueve la inversión extranjera. Se comprueba en este trabajo que las empresas que cuentan con inversión extranjera pagan salarios más altos debido sobre todo a la mayor productividad laboral que esta inversión promueve.

La misma información que sirvió para calcular los coeficien­tes de Gini en este trabajo permiten saber que en 1993 de 53 ramas de actividad de la industria manufacturera, 38 tenían

participación de capital extranjero y su productividad era ma­yor que las que no lo tenían. Incluso en 26 de esas 38 ramas la productividad se duplicaba. Para 1998 la productividad en las ramas de actividad con inversión extranjera presentó

una situación similar. Puede decirse que las empresas con capital extranjero son en promedio 70% más productivas que las que no lo tienen.

En la medida que la liberalización económica ha reduci­do algunas rigideces institucionales en el mercado laboral, se espera que las diferencias salariales entre regiones se hayan

eliminado. Uno de estos cambios institucionales es, por ejem­plo, la disminución significativa del poder de negociación salarial de los sindicatos. Esto se debe, entre otras cosas, a la

reducción significativa de trabajadores sindicalizados cau­sada por la venta de empresas públicas al sector privado y el

establecimiento de programas especiales de contratación de

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C U A D R O 1

MÉXICO: COMPARACIÓN DE LA PRODUCTIVI DAD DE LAS EMPRESAS CON INVERSIÓN EXTRANJERA Y LAS QUE NO LA TIENEN ,

POR RAMA DE ACTIVIDAD {1993-1998)

Rama

3111 Productos cárnicos

3112 Industrias de productos lácteos

31 13 Producción de conservas alimenticias

3114 Beneficio y molienda de productos agrícolas

311 S Producción de pan, galletas y similares

3 11 6 Producción de masa de nixtamal y tortillas de maíz

3 11 7 Producción de grasas y aceites comestib les

3119 Producción de chocolates, dulces y chicles

3121 Producción de otros alimentos de consumo humano

3122 Producción de alimentos preparados para animales

31 30 Producción de bebidas

3 140 Beneficio y fabricación de productos de tabaco

3211 Preparación, hilado y tejido de fibras duras naturales

32 12 Preparación, hilado y tejido de fibras blandas

3213 Confección de artículos texti les {excepto prendas de vestir)

3214 Tejido de artícu los de punto

3220 Confección de prendas de vesti r

3230 Curtido, acabado y talabartería de cuero y piel 3240 Producción de ca lzado

3311 Productos de aserradero y conservación de madera

3312 Producción de otros artículos de madera

3320 Producción de muebles y similares principalmente de madera

34 1 O Producción de papel, cartón y sus productos 3420 Ed itoria les, imprentas y composición tipográfica

3S 12 Producción de químicos básicos

3S 13 Producción de fibras y filamentos sintéticos y artificiales

3S21 Producción de farmacéuticos y medicamentos

3S22 Producción de químicos secundarios

3S40 Producción de coque, asfalto y lubricantes

3SSO Producción de artículos de hule

3S60 Producción de artículos de plástico

3611 Producción de artículos cerámicos no estructura les

3612 Producción de artículos a base de arcilla para la construcción

3620 Producción de vidrio y sus productos

3691 Producción de otros bienes a base de minerales no metálicos

371 O Industrias básicas del hierro y el acero

3720 Industrias básicas de metales no ferrosos

3811 Fundición y moldeo de piezas metálicas

38 12 Producción de estru cturas metálicas, tanques y calderas

38 13 Producción de muebles, principa lmente metálicos

38 14 Producción de otros artículos metálicos

382 1 Producción de maquinaria de uso agropecuario e industria l

3822 Producción de maquinaria no asignable a una actividad específica

3823 Producción de equ ipo informático y de oficina

383 1 Producción de equipos, aparatos y accesorios eléctricos

3832 Producción de equipos, aparatos y componentes electrónicos 3833 Producción de enseres domésticos

3841 Industria automovilística

3842 Producción de otros equipos de transporte 38SO Producción de instrumentos profesionales y técnicos

3900 Otras industrias manufactureras

Media aritmética

Fuente: elaboración prop ia con base en los censos industriales 1994-1999, INEGI, México.

1993

O.S3

4.26

2.1 1

2.92 1.1 7

1.26 0.74

1.66

8.16

1.8S

2.34

1.86

2 .16

2.14

2.01

3.97

0.93

1.01

0.89

3.90

1.70 0.96

1.42 1.74

1.90 1.20

1.84

2.7S

0.83

1.62

1.1 2

1.S8

1.30

0.69

0.70

2.40

1.1 S

1.34

3.87

0.86

1.10

1.66

1.47

0.6S

0.72

0.88

1.1 S 1.07

1.87 1.11

1.34

1.76

1998

2.47

1.S4

3.68

4.06

2.00

4 .00

1.10

1.22

0.80

0.68

0.41

3.S9

1.26

1.16

0 .78

0 .86

1.10 1.14

O.SO

2.32

1.7S

1.80 2.SS

1.69

1.76 n.d

2.68 S.94

2 .62

1.88

3.19

1.94

1 10

2.14

1.72

O.SS

1.34

1.18

1.27

0.23

0.20

1.60

0.68

1.13

1.19

0.98

1.67 1.16 1.79

1.31

1.70

COMERCIO EXTERIOR, JUNIO DE 2006 515

Page 7: ANA ROSA ·- .,ll,. - .:: REVISTA DE COMERCIO EXTERIOR

mano de obra en apoyo de las empresas exportadoras. Estas consideraciones sobre el mercado laboral se traducen enton­ces en flexibilidad a la baja de los salarios reales, así como rigidez y falta de eficiencia en el manejo de otros elementos de la relación de trabajo (contratación, despido, jornada la­boral, días de descanso, capacitación y adiestramiento, for­mas de pago y marco de negociación colectiva).

DESIG UALDADES REG IONALES EN EL MARCO DEL TLCAN

U no de los logros económicos que se atribuyen al gobier­no mexicano es el dinamismo exportador del sector

manufacturero desde hace más de una década, que se con­sidera también el medio exitoso para insertar el país en los flujos mundiales de comercio. El aumento en las ventas al exterior ha coincidido con un incremento en las corrientes de inversión extranjera directa, cuyos montos en la primera mitad de los noventa se multiplicaron por cinco en relación con 1980. No obstante, es difícil admitir que el dinamismo exportador manufacturero sea un éxito.

Son ya numerosas las opiniones en el sentido de que sus beneficios se han exagerado, que sus exportaciones se con­centran en un reducido número de empresas, productos, ciudades o regiones, y que se sustenta en las empresas trans­nacionales más que en la capacidad productiva nacional, lo cual se refleja en un sector industrial desarticulado en su interior y con los demás sectores, además de marcado por desigualdades agudas.

En la industria nacional ha crecido la desigualdad en las capacidades productiva y competitiva de las ramas. Ésta se concentra en el norte y el centro del país, mientras el sur ha quedado aún más relegado. Un estudio de Olivera funda­menta lo anterior y plantea que los desafíos para el desarro­llo sustentable del país se deben basar en la elaboración de políticas con un enfoque territorializado, que atienda las necesidades específicas por región.

Por su parte, Messmacher analiza si las recientes re­formas estructurales y la firma del TLCAN aumentaron la desigualdad regional en México. 11 En general, consi­dera que dichos cambios estructurales pueden beneficiar en mayor medida a los estados del norte, dado que son los de mayores ingresos per cápita. Lo anterior generaría más desigualdad entre las regiones. Mediante regresiones de

11 . Miguel Messmacher Linartas, Desigualdad regional en México. El efecto del TLCAN y otras reformas estructurales, Documento de Investigación, núm. 2000-4, Dirección General de Investigación Económica, Banco de México, diciembre de 2000.

516 INVERSION EXTRANJERA Y EQUIDAD SALARIAL

convergencia e indicadores de dispersión con datos de pro­ducto per cápita de 1993 a 1999, se encontró un aumento en la desigualdad absoluta a partir de 1993, aunque la dis­pers ión relativa no aumentó. Sin embargo, estos indicado­res generales de dispersión no permiten analizar las causas de los cambios.

INVERSIÓN EXTRANJERA Y REMUNERACIONES

Como este trabajo se refiere a una sola de estas reformas, la aplicada a la política de inversión extranjera, ésta se

relacionó con datos sobre las remuneraciones al trabajo.12 Las ramas con participación de capital externo pagan salarios más altos; un indicador sería contar con las remuneraciones por obrero en las ramas de actividad con participación de capital extranjero, aparte de si tienen poca o mucha parti­cipación. Sin embargo, no se puede conocer la proporción de participación de las empresas porque la información censal cuida su confidencialidad. Los dos últimos censos econó­micos (1993 y 1998) confirman que las empresas con capital extranjero son las que pagan salarios más altos. Por ejemplo, en 1993 estas empresas pagaban el equivalente a 6.4 salarios mínimos mensuales por obrero, mientras que las empresas sin participación extranjera pagaban sólo cuatro salarios mínimos. En 1998 también fueron más elevados los salarios en las empresas con participación extranjera, pues pagaban 4.6 salarios mínimos mensuales por trabajador, en compa­ración con 2.5 salarios mínimos pagados en las empresas sin inversión extranjera. La dinámica salarial disminuyó en esos años, marcados por la crisis financiera de 1994 que afectó a toda la economía. Por tanto, aunque en términos de salarios mínimos se observa una disminución, permanece la carac­terística de que en las empresas con capital externo se pagan salarios más altos: 60% más en 1993 y 84% en 1998. Grosso modo se puede afirmar que al incrementarse los montos de inversión extranjera directa a partir de la firma del TLCAN, se ensanchó la brecha salarial entre los trabajadores que laboran en empresas con este tipo de inversión y los que laboran en otras que no la recibieron (véase el cuadro 2).

12 . Para realizar este estudio se compraron tabulados especiales en el Inst ituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI). La información se refiere a las principales características (unidades económicas, personal ocupado, valor agregado, formación de capital fijo y remuneraciones) de la industria manufacturera por entidad federativa (32 estados del país), rama de actividad, y si dichas actividades contaban o no con participación de capital externo. Esta última variable no se publica, por lo que se hizo la solicitud expresa. La información se obtuvo de los Censos Económicos 1994 (que tienen información de 1993)y los Censos Económicos 1999 (con información de 1998).

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C U A D R O 2

MÉXICO: REMUNERACIONES POR PERSONAL OCUPADO EN LA INDUSTRIA MANUFACTURERA CON LA PARTICIPACIÓN DE CAPITAL EXTRANJERO

Y SIN ELLA, 1993 Y 1998

Personal ocupado Remuneraciones (pesos)

Número de salarios mínimos

Con capital extranjero

1993 1998 Sin capital extranjero 1993 1998

25 18322 4 990 227

727 729 1 276 932

Total

480 499 038 000 126 693 840 000

22155917000 60 335 712 000

Personal

19 079 .78 25 388.39

30 445 .28 47 250.52

Personal mensual

1 589 .98 2 11 5.69

2537. 10 3 937 .54

4.0060 2.5097

6.3923 4.6709

Fuente : elaboración propia con base en datos de los Censos Económicos 1994 y 1999, INEGI, México.

DESIGUALDADES EN LOS ESTADOS

Los coeficientes de Gini calculados para la industria manu­facturera de los 32 estados federales de México muestran

niveles de concentración bajos, aunque hay diferencias al considerar el personal ocupado y las remuneraciones recibi­das en las ramas de actividad económica que en cada estado cuentan con capital extranjero y las que no lo tienen. 13 Dada esta división de las ramas de actividad económica, estos resultados no son comparables con los de todo el país. De acuerdo con la OCDE, a mediados de los noventa México registró un coeficiente de Gini de 0.526, el más elevado de los 21 países de la OCDE, muy por encima del coeficiente de Gini promedio (0.293) de los otros 20 países.14

De 1993 a 1998 la concentración disminuyó en las ra­mas de actividad con participación de capital ex tranj ero y sin ella. Sin embargo, en ambos años la concentración es apenas mayor en las ramas con participación ex tranjera. Es decir, las industrias sin inversión extranjera en los estados presentan grados de equidad más altos que las que sí tienen esa clase de inversión. Este hecho sugiere que las remune­raciones salariales por sector de participación de capital se

13. El coeficiente de Gini es un indicador de la desigualdad distributiva. Dicho coeficiente tendrá va lores de entre O y 1 (O: distribución completamente igualitaria, 1: distribución de máxima desigualdad). El estudio gráfico del grado de equidistribución de una variable se realiza por medio de la curva de concentración o curva de Lorenz. que es la representación de las masas parciales acumuladas en porcentajes (Qi) en función de las frecuencias acumuladas en porcentajes (Pi). Relaciona los porcentajes acumulados del total de ingresos recibidos con los porcentajes acumulados de individuos o familias que reciben dichos ingresos, comenzando con los más pobres.

14. M. Forsters, "Trends and Driving Fadors in lncome Distribution and Poverty in the OECD Area". Labour Market and Social Policy, Occasional Paper, núm. 42, OCDE, París. Tomado de Cuevas Ahumada y Torres. " Reforma laboral, competit ividad internacional y desigualdad social en México" , en Magaña y Larios (comps.), Eva luación de las políticas públicas: redefinición o conti­nuidad, Universidad Autónoma Metropolitana, lztapalapa, México, 2004, pp. 237-278.

están igualando, pero dicha igualación es a la baja y puede explicarse por la maquilización del sistema productivo que generó la entrada de empresas extranjeras a partir de la fir­ma del TLCAN. Es decir, los salarios se están igualando a la baja, y los empleos son menos calificados. Estas conclusiones, que se fundamentan más adelante, representan la evidencia de una política que no ha log~ado lo esperado y muestran la contribución de la inversión ex tranjera para la pérdida de eficiencia de la economía. En apariencia se está logrando una menor desigualdad entre empresas con inversión extranjera y sin ella, pero en el conjunto de la economía se intensifica la polarización de los ingresos, como lo demues tran los da­tos de la OCDE sobre el coeficiente de Gini. El estudio de las consecuencias de la influencia de la distribución del ingreso en la integración económica y viceversa ha recibido menos atención que otros temas, pero puede tener importantes re­percusiones. En este sentido, Cáceres argumenta que la des­igualdad afecta de manera adversa la propensión a invertir del sector privado, lo que repercute en la demanda agregada en el área de integración. 15

Otros trabajos apoyan estas conclusiones. Por ejemplo, Islas y Cortez señalan: "Los resultados indican que un mayor número de ciudades convergen (en los salarios) hacia el pro­medio nacional en los grados educativos inferiores , mientras que para los superiores el número decae de manera significa­tiva". 16 Para estos autores ello se puede deber a la migración de trabajadores con grados educativos bajos, migración mayor que la de los trabajadores con educación superior. Si como se mencionó no se logra la convergencia salarial entre México

15 . Luis René Cáceres, "Distribución del ingreso e integ ración económica", El Trimes tre Económico, num. 266, México, abril-junio de 2000, pp. 301 -319.

16. Aleja ndro Islas (amargo y Willy Cortez, "Convergencia sa larial entre las principales ciudades mexicanas: un análisis de cointegración". EconoQuan­tum, Universidad de Guada lajara, vol. 1, núm. O, México, primer semestre de 2004, pp. 25-48.

COMERCIO EXTERIOR, JUNIO DE 2006 517

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518 INVERSIÓN EXTRANJERA Y EQUIDAD SALARIAL

y sus principales socios, tampoco la hay en las ciudades del país. La convergencia se observa ent re los grados inferiores de educación asociados en general con empleos no ca lifica­dos y de baja remuneración. La movilidad internacional de los factores de la producción, rrabajo (migración) y capita l (inversión extranjera o empresas rransnacionales), está lo­grando mayor igualdad salarial sólo en los grados inferiores de la pirámide de ingresos.

El coeficiente de Gini calculado para toda la indusrria manufacturera indica también una disminución en la des­igualdad. Hay que indagar entonces si es óptimo el hecho de que se elimine o, dadas las condiciones en que se está re­duciendo, puede incluso agrava r la situación del empleo. Es un caso similar a cuando se plantea si la desigualdad de la distribución del ingreso es benéfica o perjudicial para un país. Hay opiniones diferentes sobre la distribución ópti­ma: algunos consideran, por ejemplo, que el índice de Gini debería ser cercano a 25% (como en Suecia); otros, a 40% (como en Estados Unidos). Una distribución muy aproxi­mada a la igualdad absoluta puede resultar negativa para la eficiencia económica -por ejemplo, la experiencia soviéti­ca-, mientras que la desigualdad excesiva afecta la calidad de vida de la gente y aumenta la pobreza.

En el caso de la inversión extranjera y las remuneracio­nes, la distribución óptima indicaría que los sectores de este tipo de inversión impulsan a los demás sectores. Pero dada la estructura de la IED, los sectores en que se encuentra y su forma de operación, más parece que se adapta a la estructu­ra salarial interna y sólo la aprovecha.

Podría argumentarse que ante el alto grado de desempleo en México, incluidos trabajadores calificados y profesionis­tas, es posible que haya una disminución de los salarios de los trabajadores calificados y no necesariamente empleos menos calificados. Por ejemplo, la industria electrónica, donde la inversión en maquiladoras se triplicó en los últi­mos 10 años, paga más que en el resto de la manufactura sólo al personal directivo y administrativo, no a obreros ni a profesionistas o técnicos, quienes representan la mayor proporción del empleo de esta industria (véase el cuadro 3). Las plantas grandes del resto de la manufactura pagan sa­larios más elevados que los de la industria electrónica, que pasó de 0.82 a 0.94 por ciento de1994 a 2002. En los demás estratos la poca participación de la industria electrónica le resta importancia a estas diferencias (véase el cuadro 4). En promedio, esta industria paga mejor a los trabajadores con grados educativos inferiores que al resto de la manufactura (60% de los contratados). A mayores grados educativos, el resto de la manufactura paga salarios más elevados que la electrónica (véase el cuadro 5).

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C U A D R O 3

M~XICO : TASA DE SALARIO ENTRE LA INDUSTRIA ELECTRÓN ICA Y EL RESTO DE LA MANUFACTURA.' POR PUESTO, 1994·2002

1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 Promed io

Directivos 1.20 0 .95 0.84 0 .99 1.15 1.26 1.51 1.02 1.11 1.16

Profesionistas y técnicos 0 .83 0 .78 0.72 0 .85 0.85 0.85 0 .89 0 .86 0.92 0 .85 Administrativos 0 .89 0.96 0.95 1.07 1.27 1.11 1.07 1.10 1.23 1.09

Obreros 0.90 0.89 1.02 1.07 1.07 1.06 1.02 0 .97 0 .96 0 .99 Otros 1.10 1.07 1.68 1.10 0.88 0 .86 1.19 0 .92 1.16 1.13

Total 0.92 0.85 0.93 1.00 1.07 1.04 1.05 0.99 1.07 1.00

1. Cociente del sa lario de la industria electrónica entre el sa lario del resto de la manufactura en las seis áreas metropolitanas.

Fuente: elaboración propia con base en datos de la Encuesta Nacional de Empleo Urbano, INEGI, 1994 y 2002, México.

C U A D R O 4

M~XICO: TASA DE SALARIO ENTRE LA INDUSTRIA ELECTRÓN ICA Y EL RESTO DE LA MANUFACTURA, ' POR TAMAÑO DE LA EMPRESA, 1994-2002

1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 Promedio

Micro 1.02 0 .64 1.60 0 .87 1.23 0.94 1.04 1.03 1.07 1.04

Pequeña 0.94 0 .69 0 .85 0 .90 0.97 0 .83 1.08 1.50 0 .91 0.97

Mediana 0.89 0.69 0.80 1.03 1.44 0 .99 1.12 1.29 1.26 1.06

Grande 0.82 0 .79 0.77 0 .84 0 .91 0.91 0.89 0 .86 0.94 0 .86

Total 0.92 0.85 0.93 1.00 1.07 1.04 1.05 0.99 1.07 0.99

1. Cociente del salario de la industria electrónica entre el sa lario del resto de la manufactura en las seis áreas metropolitanas.

Fuente: elaboración propia con base en datos de la Encuesta Nacional de Empleo Urbano, INEGI, 1994 y 2002, México.

C U A D R O 5

M~XICO : TASA DE SALARIO ENTRE LA INDUSTRIA ELECTRÓN ICA Y EL RESTO DE LA MANUFACTURA, ' POR NIVEL EDUCATIVO, 1994-2002

1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 Promedio

Sin educación formal 0 .95 0 .94 1.06 0.85 1.08 1.22 1.02 1.14 1.05 1.03

Primaria 0 .84 0 .87 1.03 1.03 1.11 1.05 1.00 1.02 1.0 1 0.99

Secundaria 0.97 0.91 1.03 1.09 1.05 1 07 1.02 0.99 0 .97 1.01

Preparatoria 0.75 1.00 0.92 0.98 0.97 1.14 0.96 0.98 1.11 0.97

Licenciatura 0 .96 0 .73 0 .76 0 .88 1.10 0.94 1.04 0.99 1.10 0.94

Posgrado 0.45 1.10 0 .71 0 .93 0.55 0.88 1.10 0.75 0 .81 0 .79

Total 0.92 0.85 0.93 1.00 1.07 1.04 1.05 0.99 1.07 0.99

1. Cociente del sa lario de la industria electrónica entre el sa lario del resto de la manufactura en las seis áreas metropolitanas.

Fuente: elaboración propia con base en datos de la Encuesta Nacional de Empleo Urbano, INEGI, 1994 y 2002, México.

Estas evidencias no son concluyentes o definitivas para afirmar que en la industria electrónica se pagan salarios más altos que en el resto de la industria manufacturera, pero los

cálculos realizados apoyan la disminución de la desigua l­dad sa laria l en sectores con inversión extranj era y sin ell a con tendencia a remuneraciones bajas. En este sentido , el

trabajo de Fuji, Candaudap y Gaona concluye que co mo los sa larios del sector maquilador influyen mucho en la de­terminación de los del resto de la manufactura, en la medi-

da que los salarios bajos relativos de la industria maquiladora constituyan una de las bases de su competitividad, presionarán

hacia la baja salarial del resto de la manufactura.17 Aunque este trabajo es reciente queda, igual que muchos otros, a la espera

de una industria maquiladora productiva que presione al alza las remuneraciones del conjunto de la economía.

17. Gerardo Fuji i, Eduardo Candaudap y Claudia Gaona, "Sa larios, product ivi­

dad y competitividad de la industria manufacturera mexicana", Comercio Exterior, vol. 55, núm. 1, México, enero de 2005, pp. 16-28.

COMERCIO EXTERIOR, JUNIO DE 2006 519

Page 11: ANA ROSA ·- .,ll,. - .:: REVISTA DE COMERCIO EXTERIOR

C U A D R O 6 las remuneraciones más bajas del sector, además de Tabasco

y Si na loa ese año. Las bajas re-MÉXICO: COEFICIENTES DE GINI EN LA INDUSTRIA MANUFACTURERA EN 1993 Y 1998 (PORCENTAJES)

1993 1998

Con participación de capital externo

24.29 13.72

Sin participación de capital externo

20.18 13. 13

Fuente. cálcu los propios con base en datos de los Censos Económicos 1994 y 1999, INEGI.

En las curvas de Lorenz se obse rva que los sec tores con participación ex tranjera es tán más alejados de la línea hi ­

po tética de la igualdad absoluta que la correspondiente al sector sin participación extranjera, lo que significa que en el primero la desigualdad es mayor.

Respecto al sector con participación ex rranjera en 1993 del personal ocupado más pobre, 11 % se encuentra en los es­tados de Zacatecas , Yucatán, Baja California Sur, Guerrero y Quintana Roo, que reciben menos de 6% de las remunera­

ciones rotales del país pagadas en la industria manufacturera. Por el contrario, en Veracruz, el Distrito Federal y el Estado de México, los obreros reciben remuneraciones más altas .

En 1998 de nuevo son Zacatecas, Yucatán, Quintana

Roo , Guerrero y Baja California Sur los estados que reciben

G R Á F 1 CA 1

MÉXICO: DISTRIBUCIÓN SALARIAL CON PARTICIPACIÓN EXTRANJERA

Y SIN ELLA, 1993

Remuneraciones totales

1.00

0.80

0.60

0.40

0.20

0.00

o 0.5

Persona l ocupado

520 INVERSION EXTRANJERA Y EQUIDAD SALARIAL

Total de la industria

19.7 5 16 .13

muneraciones en estos estados guardan correspondencia con su bajo grado desarrollo, aun­

qu e ser ía necesa rio ana li za r a l es tado para determin ar las causas de estos bajos sa lar ios,

ya q ue otras entidades ig ua l o m ás pobres , como Oaxaca

o C hiapas, presentan mejo res remuneraciones.

En 1993, de las remunerac io nes pagadas por empresas con inversión ex tranjera, 45% se concenrraban en el Es tado de M éxico, el Distrito Federal y Nuevo León . Para 1998la

participación de es tas tres entidades bajó a cerca de 32% . Asi­mismo, la proporción de las remuneraciones en sectores con capita l ex terno en los tres es tados bajó en promedio de 30 a 27 por ciento del total de remuneraciones de cada estado.

Para este rrabajo se se leccionaron cuatro es tados: Jalisco, Nuevo León, el Es tado de M éxico y Aguascalientes. Los tres primeros son los puntales de la producción interna bruta del país, aunque Jali sco tiene una vocación más comercial que los otros dos. Se incluye Aguasca lientes por su dinamismo acelerado, que guarda relación con la política de promoción

G R Á F 1 CA 2

MÉXICO: DISTRIBUCIÓN SALARIAL CON PARTICIPACIÓN EXTRANJERA

Y SIN ELLA, 1998

Remuneraciones tota les

1.00

0.80

0.60

0.40

0.20

0.00

o 0.5

Personal ocupado

Page 12: ANA ROSA ·- .,ll,. - .:: REVISTA DE COMERCIO EXTERIOR

de la inversión extranjera aplicada por sus gobiernos loca­les .18 Además, este estado presentó el crecim iento más alto

en cuanto a la proporción que representan las remuneracio­

nes en sectores con participación extranjera respecto al to­tal de remuneraciones del estado . De 1993 a 1998 hubo un

incremento de 235 por ciento.

bio, las que retribuían más altos salarios eran las industrias

llamadas modernas, productoras de equipo informático, de fibras sintéticas, de tabaco y de beneficio y molienda de pro­

ductos agrícolas. En 1998las industrias electrónica y de informática eran

las que pagaban salarios más bajos, mientras que las indus-trias tradicionales, como las

C U A D R O 7 de lácteos y bebidas, pagaban

los más altos. El cambio de una entidad con un perfil más co-MÉXICO: COEFICIENTE DE GINI POR ENTIDADES SELECCIONADAS, INDUSTRIA MANUFACTURERA, 1993 Y 1998

(PORCENTAJES)

Con participación de capital extranjero

1993 1998

Nuevo León 19.68 19.88 Jalisco 21.77 50.68 Estado de México 17. 15 73 .65 Aguascalientes 36. 52 22.84

Sin participación de capital extranjero

1993 1998

27.08 29 .39 23. 19 36 .39 21.96 25 .06 83.13 33 .00

mercial a uno de maquila y de inversiones extranjeras en las

Fuente : calculas propios con base en datos de los Censos Económicos 1994 y 1999, IN EG I, México.

industrias tradicionales es tá

ampliando las desigualdades entre ambos sec tores. El esta­

do no se encontraba preparado para enfrentar las nuevas in­versiones extranjeras, de modo

que reorientó su producción y sobre todo su fuerza laboral.

Nuevo León . Las desigualdades son mayores cuando no

participa el capita l extra nj ero, co ntrario a los resultados globales. En cinco años la estructura de la desigualdad se mantuvo. En cambio, la participación de cada rama en las remuneraciones por obrero se alteró de manera significati­

va. Es decir, hubo cambios notorios entre las industrias que pagaron menores y mayores salarios. En 1993, entre las in­dustrias que pagaron sa larios más altos destacan las de lu­

bricantes, químicos secundarios y estructuras metálicas , mientras que en 1998lo hacían las de alimentos preparados para animales, maquinaria y lubricantes. Las ramas tradi­

cionales reciben la menor proporción de ingresos. j alisco. En el lapso de estudio la concentración de las re­

muneraciones en el sector con participación extranjera au­

mentó de manera considerable. En el sector sin participación extranjera no hubo cambios en su distribución, menos con­centrada que la que cuenta con capita l externo.

La distribución de los sa larios por rama de actividad es en particular interesante en este estado. Hubo cambios drás­

ticos en su estructura. En 1994 las ramas con participación de capital extranjero que menos pagaban eran las de mue­bles, textiles y calzado, ramas muy tradicionales. En cam-

18 . En los últimos años se asentaron en Aguasca lientes empresas im portantes,

como Nissan, Xerox y Texas lnstrument . La industria automovilística puede considerarse la más dinámica , pues a la parque Nissan se instalaron empresas

de autopartes que generaron importa ntes fuentes de empleo.

En una competencia imper­

fecta, el hecho de creer que la mano de obra puede tener movilidad completa es un error

que implica reajustes dolorosos. Estado de México. En este caso se observa una situación

similar a la de Jalisco, donde la concentración se ag udizó en el sector de participación externa para los años en cuestión.

Este estado es el centro económ ico, político y socia l del país en la medida que colinda y se une con el Distrito Federal, además de tener una importante diversificación industrial,

comercia l y de servicios. También como en Jalisco se obser­varon muchos cambios en la estructura de la distribución: en

1994las actividades que pagaban los menores salarios eran las tradicionales: pan , galletas y madera ; los sectores que pagaban salarios altos eran los de lubricantes, electrónicos,

químicos, farmacéuticos y textiles. Para 1999 pagaron los más bajos salarios la industria de pan y ga lletas y la de texti­les. En el lado opuesto se encuentran la industria editorial, de productos de hule, lácteos y de alimentos tanto para an i­

males como para consumo humano. Los textiles pasaron a los últimos lugares en 1999, mien­

tras que las industrias tradicionales como al imentos y lác­

teos ocuparon los primeros. Sucede entonces que el capital extranjero se viene ubicando en los sectores tradicionales con mayores remuneraciones por obrero, lo cual no quiere

decir que dentro de esta rama se eleven los salarios o haya una mayor equidad sala rial. Sería necesario calcular cada

caso. El índice de G ini que se calculó en este trabajo puede servir para la industria de lácteos en todo el país. En las em-

COMERCIO EXTERIOR, JUNIO DE 2006 521

Page 13: ANA ROSA ·- .,ll,. - .:: REVISTA DE COMERCIO EXTERIOR

presas con capital extranjero el índice pasó de 24 a 41 por

ciento de 1993 a 1998 . Aguascalientes. En este estado donde la inversión extran­

jera tiene ya una participación importante, el coeficiente de Gini disminuyó 10 puntos porcentuales de 1993 a 1998. En los sectores sin capital extranjero disminuyó 50 puntos porcentuales. Esta entidad es más pequeña que las demás

en términos geográficos y económicos; de ahí que los gi­ros en los que ha incursionado el capital externo muestren poca variedad. Aunque el sector automovilístico no sea el

que paga salarios más altos por obrero, constituye un pilar en el desarrollo del estado y contribuye a regular el nivel de salarios actuando como referente, ya que incluso pudo haber contribuido también a disminuir las desigualdades entre los

sectores sin capital extranjero.

CONCLUSIONES

S e confirmó que las industrias con lEO pagan salarios más

altos y también presentan una concentración mayor, aun­que ésta disminuyó en cinco años, de 1993 a 1998, de acuerdo con la información de los últimos censos económicos. Sin em­

bargo, la brecha en términos de salarios mínimos promedio pagados ha aumentado, lo que sugiere que la disminución en

la concentración se acompaña por disminuciones salariales en los sectores con inversión extranjera directa.

Si esto está ocurriendo se cuestionan aún más los bene­

ficios que se esperan de la lEO, dado que uno de los obje-

522 INVERSIÓN EXTRANJERA Y EQUIDAD SALARIAL

tivos de la política de inversión extranjera era incrementar la eficiencia del aparato productivo, pero calificando al mismo tiempo a su personal ocupado, lo que llevaría a in­crementar salarios, no a lo contrario. Con el modelo de ma­

quila, en su apogeo en 1998, parece que sucedió el efecto no esperado por el gobierno. En la actualidad, la estrate­gia de la industria maquiladora se está modificando y re­

orientando por la geografía. Esto ha traído consecuencias en términos de generación de empleo, de su movilidad, calificación y salarios.

Los coeficientes de Gini calculados por estados indi­

can que la concentración en los sectores con lEO estaba disminuyendo. Sin embargo, el análisis por rama de acti­vidad señala una concentración mayor. Esto se podría ex­

plicar por la diversificación que la lEO ha experimentado en los estados del país , ya que la política respectiva actual se caracteriza por dar márgenes de maniobra a los gobier­

nos estatales para atraer y promover inversión extranjera, política que en algunos casos, como el de Aguascalientes,

resultó muy exitosa. Ante la exageración de los logros del modelo de desarrollo

hacia afuera y a más de 1 O años de experiencias, el gobierno mexicano está reconociendo la necesidad de volver los ojos al mercado interno para ser menos vulnerables a los vaivenes

del mercado mundial. .. o estadounidense. Los encargados de la política económica deben examinar las implicaciones

específicas que se derivan de adoptar otros regímenes de co­mercio exterior posibles en relación con la creación de em­pleo y la distribución del ingreso. @

Page 14: ANA ROSA ·- .,ll,. - .:: REVISTA DE COMERCIO EXTERIOR

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