especializaciÓn en psicologÍa clÍnica con Énfasis en...
Post on 23-Jul-2020
3 Views
Preview:
TRANSCRIPT
ARTICULO DE REVISION
REVISIÓN SOBRE LA DEPRESIÓN Y RENDIMIENTO ESCOLAR EN NIÑOS Y
ADOLESCENTES
Trabajo de grado presentado para optar al título de especialista en
psicología clínica con énfasis en psicoterapia con niños y adolescentes
Erney Arias Valencia
María Salomé Ortiz Hincapié
Asesor: Jaime Humberto Moreno Mendez
ESPECIALIZACIÓN EN PSICOLOGÍA CLÍNICA CON ÉNFASIS EN
PSICOTERAPIA CON NIÑOS Y ADOLESCENTE
PEREIRA
2015
2
Resumen
El presente artículo realiza una revisión teórica de 29 artículos empíricos desde el
año 2002 hasta el 2014 y una guía práctica, consultando base de datos como: Scopus,
Proquest, Elsevier, Latindex, Scielo y Pubmed, tiene como objeto encontrar relación entre
rendimiento académico y depresión en niños, niñas y adolescentes (NNA); problema que ha
cobrado importancia en los últimos tiempos, debido a la incidencia en la población infantil
que anteriormente se creía exenta de este trastorno, y cuyos síntomas afectaban su desarrollo
alterando el estado de ánimo y emociones, causando malestar psicológico, estos era
considerados propio a la edad del menor. Las hipótesis revisadas presentan discrepancia con
respecto a la relación y la asociación de la escolaridad que se afecta a causa de la depresión,
los resultados no son concluyentes, los síntomas depresivos son frecuentes en estudiantes
adolescentes de estrato bajo; no obstante, no guardan relación con el rendimiento
académico; se necesita mayor investigación en esta área porque si bien las condiciones
económicas precarias no están íntimamente ligadas a la depresión las dificultades
económicas si inciden en ella.
Palabras Claves: Depresión Infantil, alteración psicológica, procesos cognitivos,
biopsicosocial, rendimiento escolar.
Abstract
This article is a theoretical review of 29 empirical articles from 2002 to 2014 and a
practical guide, database consultation as Scopus, ProQuest, Elsevier, Latindex, Scielo and
Pubmed, it aims to find a relationship between academic achievement and depression in
children and adolescents (NNA); problem that has gained importance in recent times due to
the impact on children than previously thought free of the disorder, whose symptoms
affecting their development by altering mood and emotions, causing psychological distress,
these were considered itself to the child's age. The revised assumptions have discrepancy
with regard to the relationship and partnership that affects schooling because of depression,
the results are inconclusive, depressive symptoms are common among adolescent students
from the lower strata; however, unrelated to academic performance; more research is
needed in this area because although the precarious economic conditions are not closely
linked to depression if economic difficulties affecting it.
Keywords: childhood depression, psychological distress, cognitive processes,
biopsychosocial, school performance.
3
Introducción
El concepto de depresión ha vivido dos momentos, inicialmente el reconocimiento de
la depresión infantil como una realidad que se puede definir, diagnosticar y tratar, otro
momento son los métodos utilizados para su explicación, reconociendo que es un trastorno
del estado de ánimo que se puede manifestar en cualquier edad y puede afectar de manera
global el funcionamiento personal, principalmente la esfera afectiva, disminuyendo el
interés para realizar las tareas y funciones cotidianas, donde las obligaciones escolares
representan unas de las mayores responsabilidades, las cuales pueden verse comprometidas
en el rendimiento académico en niñas, niños y adolescentes (NNA) ya que al alterarse el
estado de ánimo del menor consecuentemente perderá su motivación para rendir
académicamente. Los menores con depresión están permanentemente desmotivados por
sus actividades habituales, y por sus responsabilidades académicas, por lo que su
rendimiento escolar es bajo y no logran dimensionar y sopesar sus capacidades y sus
potenciales para recuperarse, no logran visualizar los recursos de que disponen para
nivelarse con sus notas académicas y esto fácilmente aumenta sus frustraciones. (Herrera
2012).
Las causas de la depresión infantil, son multifactoriales, las de orden familiar,
escolar, social, genéticos, psicológicos, afectivos y culturales es decir todo el contexto
donde se produce el proceso evolutivo del niño, por tal razón, si se encuentran ante la
presencia de un niño con depresión habrá que revisar inicialmente el contexto donde se
desarrolla el niño. Con el reconocimiento y aceptación de la depresión infantil como
trastorno, las investigaciones se han centrado en buscar las causas, origen, factores de
riesgo, comorbilidad con otros trastornos, aplicando instrumentos de medición para así
tener un diagnóstico más acertado (Herrera 2007).
Considerando la problemática social en Colombia, la falta de oportunidades, la
desigualdad e injusticia social, la discriminación, el desempleo, el alto consumo de
sustancias psicoactivas (SPA), el conflicto armado, la violencia intrafamiliar, la violencia
de género, el hacinamiento en las familias de tipología extensa, el maltrato físico,
psicológico y el abuso sexual; situaciones del que son víctimas familias completas que
4
desencadenan altos niveles de preocupación, estrés y consecuentemente la depresión;
debido a los muchos factores precipitantes a los que son sometidos los niños y adolescentes
(Barragan, 2013).
Los responsables de la supervivencia del grupo familiar son quienes finalmente
terminan transmitiendo toda su angustia y preocupación a los demás miembros de la
familia; si son víctimas directas del conflicto armado terminan siendo desplazados de sus
propiedades, y deben emigrar a las capitales en busca de otras posibilidades todo esto
contribuye y precipita la depresión infantil, porque estas familias llegan a las capitales sin
recursos financieros para engrosar los cinturones de miseria y los niños pertenecientes a
estas realidades son más vulnerables a la depresión por no poder satisfacer sus necesidades
básicas, esto deja en claro el alto grado de vulnerabilidad en que se encuentran los menores
del país, especialmente los que asisten a Instituciones Educativas de carácter público
porque su situación económica no les permite el acceso a la educación privada, no quiere
decir esto que los hijos pertenecientes a los estratos sociales altos no sean vulnerables a
este trastorno. (Torres 2012).
Desde una perspectiva económica, Ortega, Mendoza & Ballesteros (2014). Señalan
que los estratos socioeconómicos donde la madre no trabaja y está de tiempo completo al
cuidado de sus hijos presentan bajos niveles de depresión, esto se debe en parte a la
tranquilidad que les provee la seguridad económica por el patrimonio familiar; otro
elemento, íntimamente vinculado al anterior y posiblemente complementario, es el relativo
conformismo que esta tranquilidad económica genera; un tercer elemento de relativa
protección psicológica en contra de la depresión para este grupo lo constituye su conducta
actuadora, que opera como una válvula de escape de las tensiones emocionales, ya sea a
través de la participación de estos jóvenes en actividades auto-estimulantes, tales como
carreras de carros, de motos, riñas, vandalismo, o por su automedicación a través de
alcohol, tabaco u otras sustancias.
Cuando se está frente a un sujeto con depresión, niño o adulto, se encuentra que
tienen una mirada distorsionada de la vida y respecto a ellos mismos; viendo el futuro con
5
un pensamiento anticipativo negativo, negándole lugar a cualquier experiencia positiva,
(De la Garza 2007).
Antecedentes
Históricamente se ha presentado una resistencia en la aceptación de las alteraciones
en la salud mental; en especial en américa latina, no se logran implementar estrategias para
enfrentar las alteraciones de la salud mental, más aún si se trata de niños y adolescentes;
porque siempre se negó a los niños este sentimiento de angustia y dolor emocional, solo era
reconocido en los adultos especialmente en el género femenino. Colombia no es la
excepción; en la actualidad se encuentran dificultades por parte del personal misional
médico, para realizar una buena atención a los usuarios que asisten con alguna
sintomatología en trastorno de salud mental mayor, centrándose en la sintomatología
fisiológica, ignorando la importancia que la salud mental amerita, solo con la publicación
de la ley 1616 del año 2013 se empieza a expresar claramente los derechos en la salud
mental de manera integral e integrada, buscando mejorar el bienestar del ser humano
especialmente el de los NNA; a partir de esta ley, se empiezan a crear estrategias, donde no
solo se da a conocer al personal de la salud en general estos derechos, sino también a
empoderar a la comunidad sobre los mismos y las rutas de atención señaladas según la
normatividad vigente, frente a cualquier situación que amerite una intervención en la esfera
emocional y mental, creando un impacto en la población con la estrategia de ofrecer los
servicios en salud a los cuales tienen derecho y de manera gratuita, haciendo uso de sus
derechos, el usuario mismo reclama directamente sin acudir a ningún tipo de mecanismo
jurídico.
Los estudios investigativos en Colombia, sobre depresión infantil son muy pocos;
uno de los antecedentes más recientes y cercanos es la investigación de Moreno, Escobar,
Vera, Calderón & Villamizar (2009), realizada en la ciudad de Bogotá en Usaquén con un
grupo de niños entre los ocho y los once años de edad escolarizados de Básica Primaria,
con ellos se utilizó el Inventario de Depresión de Kovacs CDI-S, y la sub escala de
depresión de la Lista de Chequeo de la Conducta Infantil – Formato para Padres de
Achenbach y Edelbrock (CBCL), además, se realizó la revisión del boletín escolar de los
6
niños para determinar su rendimiento académico con el fin de establecer si existía
asociación entre depresión y rendimiento académico. Como resultado de esta investigación
se encontró que pese a que no se logró establecer dicha asociación, es de suma importancia
considerar los indicadores de sintomatología depresiva obtenidos, encontrando un mayor
porcentaje en el género masculino que en el femenino.
Así mismo, se observó que el nivel de rendimiento académico de esta población es
bajo, de acuerdo con la investigación realizada por Campo, González, Sánchez, Rodríguez,
Dallos & Díaz (2005) quienes utilizaron el cuestionario VESPA del Sistema de Vigilancia
Epidemiológica para el Uso indebido de Sustancias Psicoactivas (SPA), el cual fue
diligenciado de forma anónima por una muestra aleatoria de 560 estudiantes entre 15 y 19
años de edad. El cuestionario VESPA incluyó un ítem para el informe del rendimiento
académico en forma de categorías durante el último mes; Los Síntomas Depresivos con
Importancia Clínica (SDIC) fueron medidos con la escala para depresión de Zung.
Encontrándose una prevalencia de SDIC de 39,5%. El rendimiento académico (RA) fue
informado como excelente por 114 (20,4%) estudiantes, como bueno por 255 (45,5%),
como regular por 137 (24,5%) y como malo por 54 (9,6%). Se observó una asociación
significativa entre RA y SDIC.
Otra investigación realizada es la Asociación entre síntomas depresivos con
importancia clínica y rendimiento académico en estudiantes de Cartagena en Colombia por
Cogollo & Campo (2007) obteniéndose que el 45.3% de los estudiantes mostró síntomas
depresivos con importancia clínica, mientras el 30.7% tenía un pobre rendimiento
académico, según la evaluación docente; el rendimiento académico resultó independiente
de los síntomas depresivos con importancia clínica, aún después de controlar por otras
variables.
Existen muchos estudios que han revisado el trastorno de depresión en NNA, pero
pocas veces se ha indagado sobre la relación entre la depresión y el rendimiento académico,
esto limita para crear un concepto claro y comparativo de los resultados, concordando con
algunos conceptos emitidos por la OMS en la que expresa como la falta de una adecuada
salud mental en las primeras etapas de la vida, puede llevar a trastornos mentales con
7
consecuencias en el largo plazo (Del Carmen, Hinestrosa, Paredes, Guzmán & Granados
2011).
La Organización Panamericana de la Salud en América Latina y el Caribe, refiere
que cerca de 17 millones de niños padecen trastornos psiquiátricos que requieren
intervención sin que estos servicios se les presten. La OMS considera que tanto en los
países desarrollados como en vías de desarrollo, existe carencia de políticas adecuadas y
suficientes para atender a niños y adolescentes con trastornos emocionales y conductuales,
(Del Carmen, et al 2011).
Equivocadamente se ha creído que el coeficiente intelectual (CI) de los NNA es el
que determina el rendimiento académico, Campo, et al (2005) plantean que hay factores de
orden contextual e individual que inciden notablemente en el rendimiento escolar, refieren
como otros estudios revelan resultados que muestran una estrecha relación entre el
rendimiento académico y los síntomas de ansiedad y depresión; sugiriendo que el
rendimiento académico es un factor causal independiente, que predice el síntoma depresivo.
Como se ha dicho antes, el trastorno de depresión infantil solo ha cobrado especial
interés en los últimos tiempos, los niños con trastorno depresivo no llegan a ser
diagnosticados debido a que las manifestaciones en ellos son diferentes de las
manifestaciones en los adultos, los menores tienen poco conocimiento de las emociones y
se les dificulta manifestar dicha sintomatología, sumando a esto, los adultos no admiten que
los menores presenten este trastorno porque asumen que admitirlo es un fracaso (Pinto &
Álvarez 2010).
Justificación
“La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que para el año 2020 la
depresión será la segunda causa de incapacidad del mundo, lo que pone a este trastorno
anímico y mental en un lugar bastante preocupante, más si se considera que las
consecuencias de sufrirla se hacen palpables no solo en la vida personal y profesional, sino
que también, en algunos casos, puede terminar en tragedias mayores si se le permite
prosperar” (OMS, 2011)
8
La familia es el eje principal en el que se forma el niño y dependiendo de las
herramientas que le den los padres para confrontar la vida y dar respuesta a sus momentos
de frustración que le darán elementos suficientes para desarrollar un adecuado autoestima y
poder desarrollar habilidades para la vida, son los padres los encargados de mantener el
equilibrio emocional de los miembros del grupo para garantizar mayor funcionalidad en un
ambiente amónico; un entorno de violencia y hostilidad, es el más propenso a
desencadenar poca tolerancia a la frustración y a la depresión (Garibay, Jiménez, Vieyra,
Hernández & Villalón 2014).
El problema se ha afrontado desde distintos perspectivas, en la esfera del modelo
social, es necesario revisar los aspectos que enmarcan a la familia, si hay una
desestructuración de ésta, con poca comunicación y diálogo, ausencia de alguna figura
representativa, violencia intrafamiliar, sin direccionamiento de pautas y normas, abusos,
negligencias, para los que no se puede aplicar un modelo que explique el origen del
trastorno, los procedimiento se deben integrar y no son excluyentes, se puede decir que
existe mayor o menor predisposición para sufrir este trastorno ante factores
desencadenantes de menor o mayor dimensión y en cualquier punto de la vida se está
vulnerable a la activación de una depresión (Pardo, Sandoval & Umbarila 2004).
La depresión es una de las graves consecuencia con repercusiones psicológica a causa
de abuso sexual infantil, considerado como problema grave de salud pública que interfiere
de manera negativa en el adecuado desarrollo del niño, los estudios realizados sobre el tema
explican la dificultad que se presenta para el desarrollo de programas eficaces de
tratamiento y destacan la dificultad para conseguir una amplia muestra de víctimas, no es
este un problema nuevo, los malos tratos y abusos de todo orden a los que se han visto
sometidos los menores durante el desarrollo de la historia en cada sociedad y cultura es un
problema mundial que son los que finalmente desencadenan una depresión y en muchos
casos la muerte (Beltran, 2009).
Las condiciones de injusticia social, falta de oportunidades, desempleo, juegan un
papel determinante en el proceso de formación y desarrollo del niño, por no poder
9
satisfacer las necesidades básicas primarias, estos niños que creen en este entorno son niños
en desventajas con los demás niños, en la escuela o colegio no reflejarán alegría, pues van a
carecer de los materiales requeridos por los docentes para el desempeño escolar y por ende
el rendimiento será bajo, no poseen herramientas de trabajo; y estos hijos del desempleo,
tiene unos padres que no disponen de los recursos económicos para suplir las necesidades
de sus insumos escolares (García & Siverio 2005).
Cuando el rendimiento escolar se ve afectado por la inatención del niño a quien
académicamente se exige sin revisar las causas por las que éste se presenta y que se asocian
con la falta de voluntad, de compromiso, desmotivación y agresividad del menor, que no
son más dificultades de aprendizaje en comorbilidad con trastornos conductuales tales
como el trastorno disocial, síndrome oposicionista desafiante, ansiedad de aprendizaje que
causa un impacto negativo en la interacción del menor son los síntomas del Trastorno por
Déficit de Atención (TDA) y estos niños terminan siendo víctimas de rechazo escolar y
aislamiento social que desemboca en una depresión infantil (Calvillo 2004).
la depresión actualmente está afectando a uno de cada 33 niños y uno de cada ocho
adolescentes, esta enfermedad puede tener manifestaciones diferentes, desde sentimientos
leves de tristeza hasta grados de depresión severa que pueden llevar al suicidio, muchas
veces los distintos estados de ánimo en los jóvenes pasan inadvertidos, por lo que es
muy importante estar atentos ante los cambios emocionales o de comportamiento. “Salud
Mental”, “Observatorio de la Salud Pública” y “Psicología Salud y sociedad”
En los últimos tiempos el suicidio presenta un alto incremento en las poblaciones más
jóvenes a causa de la depresión que cada vez cobra mayor importancia; considerándose un
problema de salud pública que si no se previene puede provocar “casi la mitad de todas las
muertes violentas y se traduce en casi un millón de víctimas al año, además de unos costos
económicos cifrados en miles de millones de dólares” (OMS). Las estimaciones realizadas
indican que en 2020 las víctimas podrían ascender a 1,53 millones y de 10 a 20 veces más
personas realizarán intentos de suicidio, es decir aproximadamente una muerte cada 20
segundos y un intento cada 1-2 segundo Cañón (2011)
10
En la actualidad hay investigaciones como las que realizaron Hinostroza, Huashuayo,
Navarro, Torres y Matos (2009), Loubat, Aburto y Vega (2008), Maquet y Valencia (2012),
entre otras, direccionadas a la salud mental de los niños y adolescentes, se han revisado los
aspectos neurológicos, familiares, culturales, sociales, y estilos de vida saludables. De
forma concreta, este artículo, está organizado a partir de la exploración, discriminación,
elección y consulta de material bibliográfico, apoyados en publicaciones de artículos
científicos de orden investigativo, teórico y reflexivos que abordan el tema de interés. En
los artículos se encontró información relacionada con la depresión como una realidad
infantil y la influencia en el rendimiento académico; hallándose que factores de diferente
orden familiar, neurológico, socio-cultural, entre otros son de alto riesgo de influencia en el
estado emocional del niño y/o adolescente que causan la depresión infantil. Se revisaron los
artículos que hacen referencia al tema de interés y se extrajo la información más
significativa del material seleccionado.
Marco Teórico
La depresión infantil es un trastorno del afecto con manifestaciones de tristeza que
tiene mayor fuerza y duración cuando lo experimentan los niños, ha sido reconocido como
un síndrome depresivo en 1970 y como patología en 1975, lo que deja ver que su
reconocimiento es relativamente nuevo y evolucionado ya que anteriormente se
contemplaba que el trastorno depresivo solo lo padecían los adultos (Loubat & Vega
(2008).
Cuando se acepta la existencia de la depresión infantil, con la posibilidad de ser
diagnosticada con los mismos criterios del adulto, reconocer la necesidad e importancia
que tiene el poder detectar los problemas de salud mental en los niños y especialmente con
síntomas de depresión, es la tarea que se establece para los profesionales de la salud desde
la Organización Mundial de la Salud (OMS 1992), lo que pretenden es prevenir problemas
individuales y sociales y buscar la posibilidad de hacer de este proceso de desarrollo
evolutivo del menor una adaptación al entorno en un ambiente placentero e integral
(Zuluaga, Hoyos & Galvis 2012).
11
Para precisar, siempre se ha considerado como un paso transicional doloroso y difícil
el cambio de la niñez a la adolescencia, satanizándola considerándola como una etapa
crítica en el desarrollo del individuo pero este resultado de esta transición depende mucho
del contexto familiar, que juega un papel preponderante, una familia bien constituida, que
cuente con figuras de autoridad y aplicación de normas y acuerdos de accesible aplicación,
pueden direccionar a la introyección de los valores que se reflejan en el desempeño
escolar, garantizando resultados positivos en la vida del niño. En las generaciones pasadas
no se reconocía la adolescencia como una de las etapas del desarrollo, teniendo en cuenta
que el proceso educativo era corto, solo existía la básica primaria; posteriormente se
institucionalizó la básica secundaria hasta cuarto (4º) de bachillerato y con este nivel
académico se consideraban jóvenes aptos para desempeñarse laboralmente y por ende para
conformar su grupo familiar, (Acosta, Mancilla Correa, Saavedra, Ramos, Cruz y Niconoff
2012).
Aspectos Neurológicos que Inciden en la Depresión Infantil
Estudios neuropsicológicos sobre la depresión en los niños escolarizados arrojan
resultados respecto al bajo rendimiento académico que muestran los menores. En el
municipio de Itagui (Antioquia) se realizó un estudio para establecer el perfil
neuropsicológico de niños diagnosticados con trastorno del estado de ánimo y trastorno de
ansiedad, encontrándose que los niños y adolescentes con depresión y/o ansiedad tienen
mayor déficit atencional, como también se evidenció que se afecta la memoria inmediata y
a corto plazo, estudios con neuro imágenes en poblaciones deprimidas muestran fallas en la
corteza dorso lateral y ventromedial de las áreas prefrontales (Maquet & Valencia 2012).
El DSM IV (1978) y EL DSM 5 (2013) definen el episodio depresivo mayor como un
estado de ánimo disfórico (se especifica que para el caso de los niños el estado de ánimo
puede ser irritable) o una pérdida de interés o placer en casi todas las actividades durante
casi todo el día por un período mínimo de dos semanas, más la presencia de otros síntomas
de tipo fisiológico, cognitivo y conductual, la organización mundial de la salud OMS
afirma que la depresión es la principal causa psiquiátrica de discapacidad (OMS, 2008) y
12
para el año 2020, la depresión grave podría ocupar el segundo lugar en morbilidad (OMS,
2011).
Actualmente se calcula que en todo el mundo de 100 a 150 millones de personas en
general y solo un 20% de esta población equivalente a niños y adolescentes, presentan cada
año un cuadro depresivo clínicamente diagnosticable, con una prevalencia mayor en
mujeres, desde lo biológico, la mayoría de las depresiones se producen por desequilibrios
en los niveles cerebrales de ciertos neuro- transmisores, especialmente por una reducción
en los niveles de serotonina, norepinefrina y dopamina. La investigación ha demostrado
que estos desarreglos pueden ocurrir en respuesta a factores ambientales como los
acontecimientos estresantes, en especial, aquellos que suponen la pérdida de algo que el
infante considera importante (Rivera, García, Iriarte, Lozano, Salgado & Moriñigo 1990).
Aspectos Socioculturales Factores Familiares de Riego o Protección
La depresión infantil se ha asociado a diversos factores precipitantes como son los
factores psicosociales contextuales, familiares y neurológicos y sin embargo, aun cuando
se trata de una enfermedad multifactorial se han identificado algunos elementos
predisponentes como: el familiar, escolar y social, desde siempre se ha concebido la familia
como el núcleo de la sociedad, donde se incuban todos los aprendizajes del sujeto para
interactuar en sociedad y donde los padres se convierten en moldeadores y modeladores de
la estructura cognitiva, emocional y conductual del hijo, es en el interactuar del niño donde
pone en evidencia que tan funcional o no fue su núcleo familiar, es por esto que la familia
cumple un papel representativo en el desarrollo del ser humano Pardo, Sandoval, y
Umbarila (2004).
Es en la familia donde se cruzan importantes aspectos precipitantes en el desarrollo de
la depresión en la infancia, ya que del núcleo familiar derivan todos los aprendizajes de
orden positivo o negativo, debido a que son los padres quienes se convierten en modelos
durante la convivencia; proporcionando y desarrollando en los hijos habilidades y
capacidades de supervivencia, cubriendo toda necesidad emocional; para recrear esos
aprendizajes básicos como el afecto, buen manejo del lenguaje, motivaciones, identidad,
13
reconocimiento que se verán reflejados en el desempeño futuro en los diferentes espacios
de la vida (Ison & Morelato 2008).
Aproximación al diagnóstico de un niño con depresión
Para identificar si un NNA tiene depresión inicialmente se debe elaborar una historia
clínica, donde se haga el seguimiento con el grupo interdisciplinario que intervenga en las
evaluaciones pertinentes para dar una evaluación diagnóstica (De Cossíoa, & Jiméneza
2007)
La depresión infantil se ha relacionado a diferentes aspectos predisponentes y
precipitantes, Ministerio de Salud. Guía Clínica para el Tratamiento de Adolescentes de 10
a 14 años con Depresión. Santiago: MINSAL, 2013. Establece lineamientos homogéneos,
como es la clasificación Internacional de Enfermedades CIE -10, el DSM- 5 y diseñó la
ruta de atención para proporcionar a los profesionales recomendaciones prácticas para el
abordaje y la detección diagnóstica; con unas definiciones claras y precisas, descritas por
ciclos vitales, conduciendo a una mejor identificación de la problemática, para ofrecer
alternativas terapéuticas idóneas en cada proceso acorde a las teorías. Primeramente el niño
y adolescente debe ser valorado a través de la consulta inicial donde se registra en la
historia clínica todos los procesos y procedimientos médicos y paramédicos de manera
cronológica del paciente; el médico valora el caso, revisando signos y síntomas que lo
conduzca a determinar una impresión diagnóstica, la cual direcciona al médico a realizar la
interconsulta con el especialista para la valoración y canalización del servicio de apoyo Un
punto importante que se debe tener en cuenta en esta ruta es realizar Es importante aclarar
que los estudios realizados muestran el nivel de dificultad para realizar una evaluación
diagnóstica a niños menores de 8 por la dificultad que tienen de expresar sus experiencias
emocionales. (Álvarez, Atienza, De las Heras, Fernández, Ferrer & Goicoechea 2009).
Durante todo el proceso de desarrollo evolutivo del ser humano la esfera emocional
es esencial, los problemas y dificultades que se presenten a lo largo de este proceso,
tendrán un efecto en el desarrollo afectivo, social y cognitivo que se verán reflejados en el
desempeño futuro si no fueron tratados y superados durante la infancia desencadenarán
14
trastornos de ansiedad, alteraciones de la conducta y depresión (Esparza & Rodríguez
2009).
La sana interacción con el padre, es determinante para el desarrollo de la autonomía
del niño, el manejo del apego y el buen direccionamiento fortalecerá el autoestima del
menor y las respuestas emocionales esa disposición frente al acompañamiento que hace la
figura representativa o acompañador genera positivas respuestas emocionales como es la
aceptación y el amor. (González & Méndez 2005).
Discusión
El objetivo de esta revisión es determinar la relación entre rendimiento académico y la
depresión en NNA. Se encontró una discrepancia, al respecto argumentan que el síntoma
clínico de la depresión guarda una relación significativa con el consumo de cigarrillo y
alcohol, “Un primer elemento que puede explicar la diversidad de los resultados obtenidos
en Colombia, son diferencias metodológicas utilizadas para cada uno de los casos”
(Herrera, Losada, Rojas, & Gooding 2009).
Se encontró que los niños y adolescentes con depresión y/o ansiedad tienen mayor
déficit atencional, como también se evidenció que se afecta la memoria inmediata y a corto
plazo (Maquet et al 2012)
Estudios con neuro imágenes en poblaciones deprimidas muestran fallas en la corteza
dorso lateral y ventromedial de las áreas prefrontales (Maquet, et al 2012)
Con referencia a la relación entre depresión y rendimiento académico se ha
encontrado que no existe una asociación entre depresión y rendimiento académico los
resultados de revisar las variables depresión, rendimiento académico, género y grado
escolar, no presentan ninguna asociación significativa, y así el bajo rendimiento académico
no es un factor “causal”, sino una variable independiente que no predice síntomas
depresivos, y que es modificado por factores emocionales individuales, expresan en su
artículo de revisión (Moreno, et al 2009).
15
Para Campo, et al (2005) concluyeron que hay una asociación entre rendimiento
académico (RA) y el Síntoma Depresivo con Incidencia Clínica (SDIC) y que guarda
relación significativa con el consumo de cigarrillo y el patrón de consumo de alcohol.
Feldman, Goncalves, Chacón, Zaragoza, y De Pablo (2008) encontraron que las
asociaciones entre el apoyo social y el estrés académico varían de acuerdo con el género y
la fuente de apoyo social. Además que el mayor apoyo social está vinculado con una menor
intensidad del estrés académico, según la cual el apoyo social es un factor protector, porque
en sí mismo aumenta el bienestar personal. De la misma manera, puede funcionar como
moderador de los efectos del estrés sobre la salud y el bienestar, y constituye un recurso
para afrontar más apropiadamente las situaciones estresantes. Finalmente señalan que los
niveles de apoyo social están claramente asociados con buena salud mental y la relación de
ese apoyo social y el estrés académico, proviene principalmente de la familia, ya que
constituyen la figura más cercana e importante con las cuales el estudiante realmente
comparte sus problemas, tanto académicos como personales.
Ferrel Vélez y Ferrel (2014) afirman que la depresión puede ser causa y consecuencia
de un deficiente rendimiento escolar según las circunstancias; los niños deprimidos
presentan dificultades para atender en clase, para ejecutar tareas de clase y presentan más
muestras de fatiga y tristeza que sus compañeros no deprimidos. El estudio realizado en
Chía, Cundinamarca, por Del Carmen, et al (2011). Sobre síntomas de ansiedad y depresión
en adolescentes escolarizados de 10 a 17 años, muestran que hay prevalencia de los
síntomas de ansiedad y depresión y que son frecuentes en adolescentes.
Otros estudios encontraron que la relación entre la salud física y la salud mental es
multicausal, una persona que no tenga salud mental siempre va tener el riesgo de padecer
enfermedades transmisibles y no transmisibles, y simultáneamente contribuyen a las
lesiones intencionadas o no; y generalmente son consecuencias de una depresión y al
aumento de padecer trastornos mentales. (Zuluaga, Hoyos, & de Galvis 2012)
Conclusiones
En el marco de la historia y del reciente reconocimiento a la depresión infantil, los
estudios efectuados en Colombia sobre el tema son insuficientes, los resultados de las
16
investigaciones realizadas no son concluyentes, con respecto de la existencia de la depresión
infantil en los niños. En varias de las investigaciones realizadas, se encontró que se presenta
una divergencia en los resultados relacionados con las causas de la depresión, los síntomas
depresivos son frecuentes en estudiantes adolescentes de estrato bajo; no obstante, no
guardan relación con el rendimiento académico; se necesita mayor investigación en esta área
porque si bien las condiciones económicas precarias no están íntimamente ligadas a la
depresión las dificultades económicas si inciden en ella.
La presencia de síntomas depresivos con importancia clínica (SDIC) se relaciona
significativamente con el rendimiento escolar (RA) a mayor puntación en SDIC es menor el
RA. Es importante establecer la relación causal entre síntomas depresivos con importancia
clínica SDIC y el rendimiento escolar RA en adolescentes, la identificación de síntomas
depresivos con importancia clínica SDIC en forma temprana podría mejorar los logros
escolares de estudiantes adolescentes colombianos. Los componentes que inciden en la
presencia de la depresión infantil; son de orden multifactorial como los socioculturales,
neurológicos, contextuales y familiares, entre otros que para este artículo no se revisaron,
pero que de manera simultánea tienen una impronta altamente reveladora; ya que cualquiera
de estos factores pueden ser precipitantes o predisponentes al trastorno y que a la luz del
tratamiento tienen mayor compromiso para la intervención clínica.
Teniendo presente los factores familiares que afectan la conducta de un niño con
depresión, se pensará en la intervención para la prevención de la psicopatología de los
padres que presentan el trastorno de depresión, libre de transmisión genética; para que a
través de la técnica de moldeamiento y modelamiento desde temprano, se establezcan
estándares de formación sanos para los niños, así se intervendría directamente en la
dinámica familiar fortaleciendo y mejorando toda su estructura. Cabe aclarar que los NNA
con trastorno de depresión mayor cuyos factores son de orden genético, no tendrán
posibilidad de ser intervenidos psicológicamente por su misma condición fisiológica, que
obligadamente requiere medicación para regular las sustancias químicas de los
neurotransmisores. En los factores que obedecen a lo contextual, que son ajenos a la
voluntad personal del menor, porque se escapan del propio control y manejo; como es la
muerte de un ser querido, la separación de los mismos, pérdidas y frustraciones en general se
17
podrá intervenir con un entrenamiento en el manejo de las emociones a los cuidadores del
menor, para el proceso de elaboración de duelos, las situaciones que consiguen tratarse a
nivel preventivo o terapéutico garantizarán un pronóstico positivo para la salud mental de
los niños, niñas y adolescentes.
En el proceso de revisión de los artículos, entre los antecedentes de la depresión
infantil se halló un elemento valioso, la Guía sobre Depresión en niños y Adolescentes
Álvarez, et al 2009), donde se contemplan las rutas de abordaje para los organismos de la
salud y educación, sirviendo como base para que los profesionales en sus disciplinas logren
identificar los factores de riesgo a nivel familiar, revisar los posibles problemas
psicológicos, la salud mental de los padres de éstos menores y adolescentes, y determinar las
acciones que se llevarán a cabo para aplicar la técnica que más favorezca al menor, en
cumplimiento del objetivo terapéutico que podría ser una restructuración cognitiva. A la luz
de los trastornos de depresión, revisando la influencia de los factores a nivel familiar se
encontró que hay un alto riesgo cuando en la estructura tipológica familiar, uno de los padres
es depresivo, considerando el vínculo materno como el más fuerte, por la conexión que se da
desde el vientre, se confirma que hay mayor riesgo para desarrollar depresión infantil,
cuando la madre del menor es depresiva. También es importante señalar que las familias
disfuncionales, con ausencia de autoridad, ambivalencia en las pautas de crianza, maltrato
físico, psicológico, emocional y el abuso sexual, la violencia intrafamiliar, la promiscuidad
sexual, la falta de acompañamiento de los padres al niño que presente timidez, el exceso de
protección, el divorcio, abandono de los padres. La depresión es un trastorno, una alteración
de la salud mental, que no es selectivo ni con el género, ni con la edad ni la clase social y
que existen unos factores predisponentes y precipitantes biopsicosociales que enmarcan la
aparición del trastorno, y que los niños con depresión infantil tienden a reaccionar con las
manifestaciones de orden fisiológico y reacciones motoras, poco control de esfínteres, rabia
e impulsividad, llanto incontrolado.
Una de las dificultades que se presentaron para la realización del artículo fue que la
bibliografía hallada del trastorno de depresión infantil; es limitada y no es reciente, se
concluye la necesidad urgente de ampliar estudios e investigaciones sobre el tema de interés,
en especial en Colombia donde los estudios muestran que la edad mínima de diagnóstico es
18
de 8 años, de donde surge la pregunta qué pasa con la emocionalidad de los niños menores
de esta 8 años de edad. Se considera que en Colombia hay todo un foco de incubación a los
trastornos de depresión infantil, debido a la problemática social desigualdad social, conflicto
armado desempleo, entre otras los estudios realizados hasta el momento en el país son
pocos. El tema ha sido poco investigado, por esto no hay métodos de prevención del
trastorno de depresión infantil.
Referencias
Acosta-Hernández, M. E., Mancilla-Percino, T., Correa-Basurto, J., Saavedra-Vélez, M.,
Ramos-Morales, F. R., Cruz-Sánchez, J. S., & Niconoff, S. (2011). Depresión en la
infancia y adolescencia: enfermedad de nuestro tiempo. Archivo de Neurociencia,
16(1), 20-25.
Álvarez M, Est; Atienza G, De las Heras E, Fernández R. Ferrer E, Goicoechea A. (2009).
Guía de Práctica Clínica sobre la depresión mayor en la infancia y en la
adolescencia. Madrid, Espeña
Barragan Rojas, L. M. (2013). Identificación de trastornos depresivos en niños y niñas de
7 a 12 años víctimas de maltrato infantil atendidos en la comisaria primera de
familia en Florencia- Caqueta.
Calvillo, M. E. N. (2004). Depresión en niños con trastorno por déficit de atención con
hiperactividad. Revista Reflexiones, 83(1).
Campo-Arias, A., González, J., S., Sánchez, Z., Rodríguez, D. C. Dallos, C., & Díaz-
Martínez, L. (2005). Percepción de rendimiento académico y síntoas depresivos de
estudiantes de media vocacional de Bucaramanga, Colombia. Archivos de Pediatría
del Uruguay, 76(1), 21-26.
Cañón, S. (2011). Factores de riesgo asociados a conductas suicidas en niños y
Adolescentes. Archivos de Medicina, 62-67.
Cogollo, Z., & Campo - Arias, A. (2007). Asociación entre síntomas depresivos con
importancia Clínica y rendimiento académico en estudiantes de Cartagena,
Colombia. Revista Ciencia de la Salud, 5(1), 33-39.
19
Del Barrio, V. (1990). Aspectos socioculturales de la depresión infantil. Epidemiologia de
la depresión infantil. Barcelona: Espaxs.
De Cossíoa, Á. R., & Jiméneza, O. G. (2007). Trastornos Depresivos en la infancia y
adolescencia. Revista Clínica de Medicina de familia, 1(6), 270-271.
Del Carmen Ospina-Ospina, F., Hinestrosa-Upegui, M. F., Paredes, M. C., Guzmán, &
Granados, C. (2011). Síntomas de ansiedad y depresión en adolescentes
escolarizados de 10 a 17 años en Chía, Colombia. Revista de Salud Pública, 13(6),
908-920.
De la Garza, F. (2007) Depresión en la infancia y adolescencia. Editorial Trillas, S.A. de
C.V.
Esparza, N., & Rodríguez, M. (2009). Factores contextuales del desarrollo infantil y su
relación con los estados de ansiedad y depresión. Universidad de la Sabana,
Bogotá, Colombia. 47-65.
Feldman, L., Goncalves, L., Chacon-Puignau, G., Zaragoza, J., Bagés, N., & De Pablo, J. (2008).
Relaciones entre estrés académico, apoyo social, salud mental y rendimiento académico
en estudiantes universitarios venezolanos.Universitas Psychologica, 7(3), 739-752.
Ferrel, F., Vélez J., & Ferrel, L. (2014). Factores psicológicos en adolescentes
escolarizados con bajo rendimiento académico: depresión y autoestima. Revista
Encuentros, 12(2), 35-47.
García, M. D., & Siverio, M. Á. (2005). La tristeza en niños, adolescentes y adultos: un
análisis comparativo. Infancia y aprendizaje, 28(4), 453-469.
Garibay, J., Ramírez, A., Jiménez, C., Garcés, A., Vieyra, P., Hernández, A., Villalón, J.,
& López, B. (2014). Disfunción familiar y depresión en niños de 8-12 años, La
depresión en la infancia, Rv. (Magazine) Certified Positive Discipline Parenting &
Classroom, Educ.
González, L., & Méndez, L. (2006) Relación entre Autoestima, Depresión y Apego en
Adolescentes Urbanos de la Comuna de Concepción. Terapia Psicológica, 24, 1, 5–
14.7
20
Herrera, E. (2007). La depresión infantil en Colombia. Presentación en VI Congreso
Colombiano de Psicología de la Salud, Neiva, Colombia.
Herrera E. (2012). Elementos conceptuales y tendencias investigativas en la depresión
infantil. Encuentros, 1, 153-160.
Herrera M, E., Losada, Y., Rojas, L., & Gooding, P., (2009). Prevalencia de la depresión
infantil en Neiva (Colombia) Avances en Psicología Latinoamericana 27(1), 154-
164.
Hinestroza G., Huashuayo, C., Navarro, S., Torres, C., & Matos, L. (2009). Dinámica
familiar y manifestaciones de depresión en escolares de 13 a 15 años de edad.
Enferm Herediana 4(1), 12-19.
Ison-Zintilini, M. S., & Morelato-Giménez, G. S. (2008). Habilidades socio-cognitivas en
niños con conductas disruptivas y víctimas de maltrato.Universitas
Psychologica, 7(2), 357-367.
Loubat, M., Aburto, M., & Vega, M. (2008). Aproximación a la Depresión Infantil por
Parte de Psicólogos que Trabajan en COSAM de la Región Metropolitana. Terapia
Psicológica, 26(2) 189-197.
Maquet, Y. G., & Valencia, M. B. (2012). Aspectos neuropsicológicos asociados a la
presencia de síntomas depresivos en niños escolarizados. Acta Colombiana de
Psicología, 15(1), 111-118.
Ministerio de Salud. Guía Clínica para el Tratamiento de Adolescentes de 10 a 14 años con
Depresión. Santiago: MINSAL, 2013. 1ª edición.
Moreno Méndez, J. H., Escobar Altare, A., Vera Maldonado, A.,Calderon, T., & Villamizar,
L. F. (2009). Asociación entre depresión y rendimiento académico en un grupo de
niños de la localidad de Usaquén. Psychologia: Avances de la Disciplina, 3(1), 131-
156.
OMS (2008-2011)
21
Ortega, F. R. F., Mendoza, J. V., & Ballestas, L. F. F. (2014). Factores psicológicos en
adolescentes escolarizados con bajo rendimiento académico: depresión y
autoestima. Revista Encuentros, 12(2).
Pardo, G., Sandoval, A., & Umbarila, D. (2004). Adolescencia y depresión. Revista
Colombiana de Psicología, 13(1), 13-28.
Pinto, B., & Álvarez E. (2010). Terapia Breve y Depresión infantil. Ajayu, 8(1), 87-106.
Rivera, J. M., García-Bragado Dalmau, F., Iriarte, L. M., Lozano Gutiérrez, F., Salgado
Nevado, V., Andreu, J., & Moriñigo Domínguez, A. (1990). Síndrome neuroléptico
maligno: análisis de 9 casos. Medicina clínica, 94(4), 121-125.
Torres, M. (2012). Factores de riesgo de la depresión en infantes afrocolombianos con
edades comprendidas entre los 7 y 11 años que residen en un asentamiento de la
ciudad de Armenia. Tesis de Maestría, Universidad de Manizales.
Zuluaga, E. H., Hoyos, M. L., & de Galvis, Y. T. (2012). Factores de Riesgos y de
Protección de la Depresión en los Adolescentes de la ciudad de Medellín
International Journal of Psychological Research, 5(1), 109- 121.
top related