alégrate y goza, jerusalén, oh, jerusalén, elegida del señor,

2
Oremos con la alegría propia de quienes saben que el Señor mantiene su fidelidad perpetuamente. 1.- Por la Iglesia: para que en medio de la injusticia de este mundo, sepa anunciar al que viene -el “Señor-nuestra-justicia”- con un mensaje de esperanza y alegría. R. al S. 2.- Por los gobernantes: para que, procurando el bien común, defiendan los derechos de todos, principalmente de los más débiles. R. al S. 3.- Muchos siguen preguntándose si es Cristo el que ha de venir o hemos de esperar a otro. Por los que buscan sin fe: para que el mismo Cristo los ilumine con su mensaje y no se sientan defraudados. R. al S. 4.- Por todos los que, física y espiritualmente sufren la violencia de la pandemia: enfermos afectados, familias, fallecidos en el anonimato, personal sanitario y tantos colaboradores: para que se sientan fortalecidos en tan dura prueba y confíen en los frutos de su dedicación. R. al S. 5.- Por todas las familias, especialmente las de nuestra comunidad: para que la crudeza de los reclamos consumistas y la dura realidad de las medidas gubernativas, no empañen la armonía y alegría familiar de estos días. R. al S. 6.- Por nosotros que aguardamos la venida del Señor: para que seamos testigos de su presencia saliendo a su encuentro en su Palabra, en los sacramentos y en los hermanos. R. al S. MONICIÓN DE ENTRADA Bienvenidos hermanos a la celebración de esta santa Misa en el III Domingo de Adviento, llamado de "Gaudete" o de "alegría", ante la cercana venida del Señor; y que desborda en el cántico de Isaías -la segunda figura del Adviento- el ungido enviado para dar la buena noticia a los pobres, para proclamar el año de gracia del Señor. Alegría porque Dios viene en persona y nos salvará. La profecía de Isaías se cumple plenamente en Jesucristo: Él es el Mesías esperado a quien el Bautista preparó el camino. Acojamos esta voz profética que nos invita a la esperanza y a la alegría, basadas en la buena noticia de que Dios ha querido entrar en nuestra historia para siempre. Como María, con el corazón desbordante de gozo en el Señor, recibámosle en el mensaje de su Palabra y en el Pan compartido con los hermanos. Alégrate y goza, Jerusalén, mira que viene tu rey; no temas Sión que está cerca tu salvación. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas, su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo Tiempo de espera tiempo de esperanza. Es el Señor que llega. ¡ven a salvarnos, Señor! 1.Tú que sueñas otros días otros cielos otra tierra. Se han cumplido ya los tiempos es la hora del Señor. Oh, Jerusalén, elegida del Señor, resplandece de alegría, porque llega el salvador. 1.Ven Jesús no tardes más, te esperamos, ven Señor. Eres luz de nuestras vidas, muéstranos tu eterno amor. 2. Ven Señor, ven, oh Mesías, te espera la humanidad, Y tu eterna luz derrama, Pon en nuestro mundo paz. Se acerca el reino de Dios, ya se acerca el reino de Dios. Se acerca la salvación, ya se acerca la salvación. Preparad los caminos, preparad los caminos al Señor. La colecta de Cáritas para la campaña de Navidad fue de 2600 euros. Gracias también por los donativos que se están recibiendo para nuestra Caritas parroquial. Muchas gracias www.santotomasdevillanueva.parroquias.net.

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Page 1: Alégrate y goza, Jerusalén, Oh, Jerusalén, elegida del Señor,

Oremos con la alegría propia de quienes

saben que el Señor mantiene su fidelidad

perpetuamente.

1.- Por la Iglesia: para que en medio de la

injusticia de este mundo, sepa anunciar al que

viene -el “Señor-nuestra-justicia”- con un

mensaje de esperanza y alegría. R. al S.

2.- Por los gobernantes: para que, procurando el

bien común, defiendan los derechos de todos,

principalmente de los más débiles. R. al S.

3.- Muchos siguen preguntándose si es Cristo el

que ha de venir o hemos de esperar a otro. Por los

que buscan sin fe: para que el mismo Cristo los

ilumine con su mensaje y no se sientan

defraudados. R. al S.

4.- Por todos los que, física y espiritualmente

sufren la violencia de la pandemia: enfermos

afectados, familias, fallecidos en el anonimato,

personal sanitario y tantos colaboradores: para

que se sientan fortalecidos en tan dura prueba y

confíen en los frutos de su dedicación. R. al S.

5.- Por todas las familias, especialmente las de

nuestra comunidad: para que la crudeza de los

reclamos consumistas y la dura realidad de las

medidas gubernativas, no empañen la armonía y

alegría familiar de estos días. R. al S.

6.- Por nosotros que aguardamos la venida del

Señor: para que seamos testigos de su presencia

saliendo a su encuentro en su Palabra, en los

sacramentos y en los hermanos. R. al S.

MONICIÓN DE ENTRADA

Bienvenidos hermanos a la celebración de esta santa Misa en el III Domingo de Adviento,

llamado de "Gaudete" o de "alegría", ante la cercana venida del Señor; y que desborda en el

cántico de Isaías -la segunda figura del Adviento- el ungido enviado para dar la buena noticia a los

pobres, para proclamar el año de gracia del Señor. Alegría porque Dios viene en persona y

nos salvará. La profecía de Isaías se cumple plenamente en Jesucristo: Él es el Mesías

esperado a quien el Bautista preparó el camino. Acojamos esta voz profética que nos invita a la esperanza y a la alegría, basadas en la buena

noticia de que Dios ha querido entrar en nuestra historia para siempre. Como María, con el corazón desbordante de gozo en el Señor,

recibámosle en el mensaje de su Palabra y en el Pan compartido con los hermanos.

Alégrate y goza, Jerusalén,

mira que viene tu rey;

no temas Sión

que está cerca tu salvación.

Cantad al Señor un cántico nuevo,

porque ha hecho maravillas,

su diestra le ha dado la victoria,

su santo brazo

Tiempo de espera

tiempo de esperanza.

Es el Señor que llega.

¡ven a salvarnos, Señor!

1.Tú que sueñas otros días

otros cielos otra tierra.

Se han cumplido ya los tiempos

es la hora del Señor.

Oh, Jerusalén, elegida del Señor, resplandece de alegría, porque llega el salvador. 1.Ven Jesús no tardes más, te esperamos, ven Señor. Eres luz de nuestras vidas, muéstranos tu eterno amor. 2. Ven Señor, ven, oh Mesías, te espera la humanidad, Y tu eterna luz derrama, Pon en nuestro mundo paz.

Se acerca el reino de Dios, ya se acerca el reino de Dios. Se acerca

la salvación, ya se acerca la salvación. Preparad los caminos, preparad los caminos al Señor.

La colecta de Cáritas para la campaña de Navidad fue de 2600 euros. Gracias también por los donativos que se están recibiendo

para nuestra Caritas parroquial. Muchas gracias

www.santotomasdevillanueva.parroquias.net.

Page 2: Alégrate y goza, Jerusalén, Oh, Jerusalén, elegida del Señor,

Para ver esta película, debedisponer de QuickTime™ y de

un descompresor TIFF (sin comprimir).

EL Espíritu del Señor, Dios, está sobre mí, porque el Señor me ha ungido.

Me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres, para curar los corazones desgarrados,

proclamar la amnistía a los cautivos, y a los prisioneros la libertad; para proclamar un año de

gracia del Señor. Desbordo de gozo en el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha puesto

un traje de salvación, y me ha envuelto con un manto de justicia, como novio que se pone la

corona, o novia que se adorna con sus joyas. Como el suelo echa sus brotes, como un jardín

hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Lc 1, 46b-48. 49-50. 53-54 (R/.: Is 61, 10b)

V/. Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;

porque ha mirado la humildad de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones. R/.

V/. Porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí:

su nombre es santo,

y su misericordia llega a sus fieles

de generación en generación. R/.

V/. A los hambrientos los colma de bienes

y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,

acordándose de la misericordia. R/.

HERMANOS:

Estad siempre alegres. Sed constantes en orar. Dad gracias en toda ocasión: esta es la voluntad

de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros. No apaguéis el espíritu, no despreciéis las

profecías. Examinadlo todo; quedaos con lo bueno. Guardaos de toda clase de mal. Que el

mismo Dios de la paz os santifique totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, se

mantenga sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.

El que os llama es fiel, y él lo realizará.

Palabra de Dios.

SURGIÓ un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo,

para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. No era él la

luz, sino el que daba testimonio de la luz. Y este es el testimonio de Juan,

cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a que le preguntaran:

«¿Tú quién eres?». El confesó y no negó; confesó: «Yo no soy el Mesías».

Le preguntaron: «¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?». Él dijo: «No lo soy».

«¿Eres tú el Profeta?». Respondió: «No». Y le dijeron: «¿Quién eres, para que

podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?».

Él contestó: «Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanad el camino del Señor”,

como dijo el profeta Isaías». Entre los enviados había fariseos y le preguntaron:

«Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?». Juan

les respondió: «Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis,

el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia».

Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan estaba bautizando.

Palabra del Señor.

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo.

Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato,

fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos,

subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso. Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica la comunión de los santos, el perdón de los pecados,

la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén