alfredo torero - los dialectos quechuas

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Torero, Alfredo A. (2003 [1964]). «Los dialectos quechuas». En Fabla, año 2, Ng 2, pp. 9-61. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos Nota a la presente reedición de Los dialectos quechuas de Alfredo Torero M i artículo Los dialectos quechuas, que ahora reedita la revista Fabla, órgano del Instituto de Investigaciones Lingüísticas (INVEL) de la Facultad de Letras y CC.HH. de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, tuvo su primera publicación hace 40 años, o casi, en la revista Anales Científicos de la Universidad Agraria La Molina. Esa primera, y hasta ahora única, aparición era la culminación de unos veinte años de investigación, de estudio y búsquedas en libros y archivos y de trabajos de campo por diversos lugares de los Andes, virtualmente de distrito a distrito en la región central y norcentral de la sierra peruana. La debo a los pobladores andinos, que supieron acogerme y brindarme el conocimiento de sus hablas. Las principales conclusiones alcanzadas y las nuevas vías de investigación abiertas por Los dialectos quechuas, aunque sólidamente sustentadas, eran tan novedosas y contradecían tan directamente algunas ideas muy arraigadas acerca de la historia y la realidad sociocultural de los pueblos andinos, que íueron recibidas con recelo, y aun rechazo, por algún tiempo. Hoy, pasados varios decenios, durante los cuales se han publicado nuevos trabajos míos así como de otros autores, pienso que las aguas se han calmado y que las propuestas contenidas en Los dialectos quechuas han hecho su camino y son admitidas. Por eso este artículo se reedita tal como apareció en 1964, con sus aciertos y también sus carencias, como un testimonio de época; se conservan las referencias de entonces (v.gr., la mención de la provincia de Chancay, que hoy se halla fragmentada en tres provincias: Huaral, Huaura y Barranca); sólo se corrigen las erratas de la edición original. 9

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Alfredo Torero - Los Dialectos Quechuas (2003-1964)

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  • Torero, Alfredo A. (2003 [1964]). Los dialectos quechuas. En Fabla, ao 2, Ng 2, pp. 9-61. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos

    Nota a la presente reedicin de Los dialectos quechuas de A lfredo Torero

    Mi artculo Los dialectos quechuas, que ahora reedita la revista Fabla, rgano del Instituto de Investigaciones Lingsticas (INVEL) de la Facultad de Letras y CC .H H . de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, tuvo su primera publicacin hace 40 aos, o casi, en la revista Anales C ien tficos de la Universidad Agraria La Molina. Esa primera, y hasta ahora nica, aparicin era la culminacin de unos veinte aos de investigacin, de estudio y bsquedas en libros y archivos y de trabajos de campo por diversos lugares de los Andes, virtualmente de distrito a distrito en la regin central y norcentral de la sierra peruana. La debo a los pobladores andinos, que supieron acogerme y brindarme el conocimiento de sus hablas.

    Las principales conclusiones alcanzadas y las nuevas vas de investigacin abiertas por Los dialectos quechuas, aunque slidamente sustentadas, eran tan novedosas y contradecan tan directamente algunas ideas m uy arraigadas acerca de la historia y la realidad sociocultural de los pueblos andinos, que ueron recibidas con recelo, y aun rechazo, por algn tiempo.

    Hoy, pasados varios decenios, duran te los cuales se han publicado nuevos trabajos mos as como de otros autores, pienso que las aguas se han calmado y que las propuestas contenidas en Los dialectos quechuas han hecho su camino y son admitidas. Por eso este artculo se reedita tal como apareci en 1964, con sus aciertos y tambin sus carencias, como un testimonio de poca; se conservan las referencias de entonces (v.gr., la mencin de la provincia de Chancay, que hoy se halla fragmentada en tres provincias: Huaral, Huaura y Barranca); slo se corrigen las erratas de la edicin original.

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  • \ 'l!:, ' / Al I KlDO ToRliRO

    Cabe aqu hacer una breve enum eracin de los planteos innovadores que el artculo implic:

    a) Puso en evidencia la gran diversidad dialectal que existe alinterior del dominio lingstico que se conoce bajo el nombre comn de quechua , dominio que zonific y delimit geogrficamente.

    b) Reconstruy la fonologa y los rasgos gramaticales bsicos delquechua antiguo (protoquechua) y mostr su evolucin hasta llegar a los dialectos actuales, y clasific el conjunto de sus hablas modernas en dos grupos amplios, Quechua I (Q.I) y Quechua II (Q.II), subdivididos a su vez en subgrupos menores.

    c) A la vista de la diversidad dialectal del quechua reconocidaya desde el siglo XVI, principalmente por las obras del fraile dominico Domingo de Santo Toms, determin que el protoquechua haba iniciado su expansin muchos siglos antes del surgim iento del Imperio Incaico.

    d) En base al principio de que el sitio de partida original de unalengua debe buscarse de preferencia en la zona ms dialectalizada de su actual dominio, estableci que el hogar original del quechua estuvo, con mucha probabilidad, no en la comarca del Cuzco, sino en algn lugar de la costa y la sierra centrales del Per, esto es, en el hoy territorio de Q.I y la franja costea adyacente.

    e) Seal que ninguna de las hablas modernas del quechuapuede servir para cubrir la comunicacin en todo su dominio lingstico, pero recomend que, si tuviese que recurrirse a un solo dialecto dentro del Per, la eleccin recayese en el ayacuchano, intercomprensible con el cuzqueo y con aptitud para alcanzar al mayor nmero de usuarios del quechua.

    f) Mantuvo como linajes lingsticos diferentes al quechua y alcauqui-aymara (aru), si bien subray la fuerte interpenetracin de uno y otro, evidente sobre todo en los dialectos cuzqueo-bolivianos; sostuvo que el aymara tuvo su origen al norte del Altiplano del Collao.

    Alfredo Torero F. de C.Amsterdam, 10 de diciembre de 2003

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  • LOS DIALECTOS QUECHUAS

    A lfredo Torero

    RESUMEN

    Con elpropsito d e zonificary clasificar los dialectos quechuas modernos, e l autor estudia en el presente artculo, situndolos geogrficam ente, los rasgosfonolgicos y algunos morfemas d e esas hablas. En sus conclusiones, se ordenan los dialectos actuales d e Amrica d e l Sur en dos grupos amplios, Quechua I y Quechua II, a los que d istingue esencia lm ente e l manejo p o r e l prim ero d e la can tidad voclica fonolgica , qu e e l segundo desconoce.

    Quechua I se halla, bastante subdialectalizado, en los departamentos peruanos deAncash, Hunuco, Pasco y Jun n ; las provincias d e Cajatambo y Chancay y algunos distritos d e la provin cia d e Yauyos, en e l departamento de Lima. Quechua II se subdivide en A, B y C. El subgrupo IIA es e l ms prximo lingsticamente d e las hablas d e Q uechua I, en tanto que I IC (que comprende a l dialecto d e l Cuzco) es e l ms distante. IIA y IIB tienen sus territorios a l norte d e l departamento peruano d e Huancavelica, hasta e l sur d e Colombia, y IIC , desde e l departamento d e Huancavelica hasta la p rovin cia argen tina d e Santiago d e l Estero.

    Las projundas divergencias entre los grandes grupos d e estos dialectos llevan a l autor a concluir asimismo que la extensin y la fragm entacin d el quechua prim itivo se produ jo mucho antes d e la form acin d el Imp er io Incaico, y a sostener que e l centro d e expansin in icia l d e la lengua estuvo en la costa y la sierra centrales d e l Per.

    H B U , N 2 , 2003 : pp. 11-61 I nstituto de I nvestigaciones L ingsticas

    U niversidad N acional M ayor de S an M arcos

  • r v.:5r x / A u rido T ori ko

    0. In trod u cc in

    Exponemos en este artculo parte de los resultados que hemos obtenido en el estudio de los dialectos quechuas, en particular los referentes a la determinacin de las variaciones fonticas y fonolgicas de rea en rea y la clasificacin de los dialectos actuales segn caractersticas fonolgicas y gramaticales bsicas. Nos proponemos, asimismo, fundamentar la hiptesis de que la costa y la sierra centrales del Per han sido la zona de expansin inicial de esta lengua.

    Deseamos atraer la atencin sobre la urgente necesidad de investigaciones profundas y completas de los dialectos quechuas, en todos sus aspectos, y no slo por su inters lingstico en s, que es de suyo enorme, sino, adems, por la importancia que sus resultados tendrn para establecer cules variedades de este idioma son ms adecuadas para la comunicacin y la enseanza, y para dilucidar la relacin de estos dialectos entre s y con otras diversas lenguas a fin de comprender mejor el movimiento de los pueblos en el Per y la Amrica antiguos.

    1. Fuentes

    El quechua es hablado en la actualidad por unos cinco millones de personas en cinco pases sudamericanos: Colombia (Intendencia de Caquet, Comisara de Putumayo y, posiblemente, departamento deTolima); Ecuador (valles interandinos y el Oriente, principalmente en las provincias de Imbabura, Chimborazo, Caar, Azuay y Napo-Pastaza); Per (en casi todos sus departamentos, salvo Tumbes, Piura, La Libertad que no ha sido explorado suficientemente, Tacna y Madre de Dios); Bolivia (en los departamentos de Cocha- bamba, Chuquisaca y Potos y el norte del departamento de La Paz provincias de Bautista Saavedra, Muecas y Caupolicn) y Argentina (principalmente, en la provincia de Santiago del Estero y en el

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  • Los 1)1 Al I C IOS 01 I .C II l \s

    norte de la provincia de Jujuy). El Per, Bolivia y Ecuador tienen el mayor nmero de hablantes; en Argentina, Ricardo L. J. Nardi los cifra en unos 150,000 para Santiago del Estero y de 10,000 a 20,000 para el norte de Jujuy; en Colombia hay, al parecer, slo unos pocos millares.

    El material lingstico que manejaremos lo hemos obtenido casi totalmente en trato directo con los usuarios de la lengua en lo que se refiere al Per; en lo que toca a Ecuador y Bolivia, nuestra informacin ha sido sobre todo bibliogrfica; para Colombia y Argentina slo hemos tenido acceso a la fuente escrita. En nuestro intento de reconstruccin del quechua antiguo y de algunos estados de la evolucin de los dialectos recurrimos tam bin al examen de documentos histricos: gram tica, vocabularios, crnicas, literatura diversa. Los principales autores consultados sern indicados en la seccin de B ibliografa.

    2 . Procedimientos

    El estudio y la comparacin de numerosos sitios de habla quechua nos han permitido hacer, simultneamente, una reconstruccin del protoidioma (naturalmente, an parcial y tentativa porque lo gigantesco de la tarea desborda las posibilidades de un individuo), y el deslinde entre aquellos rasgos fonolgicos y gramaticales que, en cada sitio, se deben a una evolucin local del quechua antiguo y aquellos que han sido adquiridos por contacto, ya entre dialectos que haban dado un tratamiento diferente a los protofonemas y protomorfemas, ya de hablas quechuas con otros idiomas indgenas o el castellano. Como nuestra intencin principal es aqu la de zonificar y clasificar los dialectos modernos, nuestra exposicin llevar un curso hasta cierto punto inverso al de la investigacin que nos condujo a la reconstruccin: sealaremos en primer trmino las caractersticas fonolgicas que atribuimos al protoidioma y la suerte corrida por ellas en todo el territorio quechua del cual tenemos informacin; consideraremos despus los nuevos fonemas adquiridos

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  • t Toriro

    por las hablas locales; examinaremos seguidamente algunos elementos morfolgicos y lxicos que distingan reas de tratamiento particular de lengua, y propondremos, por ltimo, un ordenamiento de grupos y subgrupos dialectales de acuerdo con los criterios resultantes de la comparacin.

    Por limitaciones de orden tipogrfico, en la transcripcin de fonemas se utilizar un alfabeto prctico, cuyas letras y combinaciones de letras tendrn los valores fonticos habituales para los lectores del castellano, salvo en los signos que se indican a continuacin:

    c palatal africada retroflexa sorda h glotal aspirada sorda o velar fricativa sorda 11 palatal lateral sonora, palatal fricativa sonora o palatal

    africada sonora, segn los lugares q uvular, oclusiva sorda, vibrante simple sorda o sonora,

    o fricativa sorda, segn los lugares s alveolar fricativa sibilante sorda, predorsal o apical sh palatal fricativa sibilante sorda ts alveolar africada sorda

    El apstrofo simple () y el apstrofo doble o comillas () tras una consonante indican que sta es glotalizada o aspirada, respectivamente.

    Dos puntos (:) puestos a continuacin de una vocal significan que sta se pronuncia con mayor longitud relativa.

    Letras maysculas sealan neutralizacin de oposiciones.El acento intensivo se marca con la tilde sobre la vocal acentuada. Dos barras oblicuas encierran las transcripciones fonolgicas. Por otra parte, el asterisco alto antepuesto a una forma indica

    que sta es reconstruida.

    3. Comparacin de fonologa de las hablas quechuas modernas:

    3.1. Evolucin de los fonemas del protoquechua. El quechua antiguo posea veintids fonemas: catorce consonantes, dos semivocales y seis vocales, que eran:

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  • LOS DIALIXTOS OI I C'IIUAS

    3.1.1. */p/. Bilabial oclusiva sorda. Se ha sonorizado en interior de monema tras consonante nasal en las hablas de Ecuador y las provincias peruanas de Cajamarca, Ferreafe y Lamas. En el norte del Ecuador se ha sonorizado en todas las posiciones. La sonorizacin tras nasal ocurri tambin en el extinto dialecto de la costa central del Per, descrito en 1560 por fray Domingo de Santo Toms, y en el de la provincia de Ucayali, departamento de Loreto, recogido en la localidad de Cashiboya a principios del presente siglo por fray Manuel Navarro. En las dems regiones quechuas se conserva sorda. Un caso especial ser indicado en 3.2.1.

    3.1.2. */1/.- Dental oclusiva sorda. Se sonoriza o se mantiene sorda en las circunstancias y lugares sealados para */p/. Vase igualmente el caso especial de 3.2.1.

    3.1.3. */ch/. Palatal africada sorda. La distincin entre */ch/ y */c/, otra africada protoquechua (ver 3.1.4.), se ha perdido: desde el departamento de Huancavelica, salvo las localidades de Moya y Vilcas, hasta el oeste de una lnea que trzase de norte a sur por la ciudad de Abancay, departamento de Apurmac; en la provincia de Pachitea, gran parte de las de Ambo y Hunuco y los distritos de Baos y Rondos de la provincia de Dos de Mayo (Hunuco); en el Oriente peruano provincias de Ucayali (Loreto) y Lamas (San M artn) y en las hablas quechuas de Ecuador, Colombia y Argentina (Santiago del Estero). En su lugar se halla un solo fonema, de articulacin palatal africada sorda. Casosespecialesse vern en 3.2.1., 3.2.2. y 3.3.1.

    El quechua de la costa central peruana (de Lima a Chincha), del cual nos informa fray Domingo de Santo Toms, parece no haber distinguido tampoco esos protofonemas. En Cajamarca (que retiene la distincin) y en Ecuador, las africadas que estamos examinando se sonorizan tras /n/.

    En las reas que no han confundido, la articulacin de */ch/ se presenta como sigue: 1) es palatal africada sorda al norte y al noroeste del departamento de Huancavelica, incluyendo la provincia de Yauyos, departamento de Lima, y los departamentos de Junn y Pasco, exceptuados en este ltimo los pueblos que bordean

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  • r V!f, < / Ai l ki.ixi Toui un

    la quebrada de Chaupihuaranga (ro Yanahuanca); despus de esa rea continua, que se interrumpe en torno al pueblo de San Rafael, provincia de Ambo (Hunuco), reaparece el mismo tratamiento fontico en las provincias de Sihuas (Ancash), Ferreafe (Lam- bayeque) y Cajamarca (Cajamarca). 2) Es alveolar africada asibila- da sorda en los distritos de Paccho, Checras y Santa Leonor, de la provincia de Chancay (Lima), en la quebrada de Chaupihuaranga, departamento de Pasco; en las provincias de Dos de Mayo (con excepcin de los distritos de Baos y Rondos), Huamales y Maran, del departamento de Hunuco y en el departamento de Ancash, excluidas la provincia de Sihuas y la quebrada del ro Chiquin, provincia de Bolognesi. 3) Es predorsoalveolar sibilante sorda en el valle alto del ro Chancay, provincia de Canta, en el distrito de Ambar, provincia de Chancay y en toda la provincia de Cajatambo, divisiones del departamento de Lima; en la quebrada del ro Chiquin, provincia de Bolognesi (Ancash) y en una franja que va de Llata a Arancay y desciende por el ro Monzn hacia el ro Huallaga, en la provincia de Huamales (Hunuco); en este tratamiento se confunde fonolgicamente con la realizacin actual de */s/ en las contadas situaciones en que este protofonema no ha sufrido transformaciones en las reas aludidas (ver 3.1.10.). (Vase mapa 1).

    3.1.4. */c/. Palatal africada retroflexa sorda. Como tal es pronunciada al norte de la frontera de los departamentos de Junn y L im a con el departam ento de H uancavelica, salvo algunas interferencias de zona en este ltimo departamento (localidades de M oya y Vilcas, principalmente). Se la encuentra as en las provincias de Yauyos y Canta, los distritos de Checras y Santa Leonor en la provincia de Chancay, el distrito de Oyn, provincia de Cajatambo (Lima), los departamentos de Junn y Pasco, el distrito de San Rafael, provincia de Ambo (Hunuco), las provincias de Sihuas y Corongo (Ancash), la provincia de Cajamarca (Cajamarca) y las serranas de la provincia de Ferreafe (Lambayeque). Se realiza como palatal africada sorda en las restantes reas quechuas que no han confundido los protofonemas /ch/ y I d . (Vase mapa 2).

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  • r v ij r v /Ai f k i ix > T( miro

    3.1.5. */k/. Velar oclusiva sorda. En las reas quechuas del Ecuador, Colombia y el Oriente peruano, */k/ y */q/ (ver 3.1.6.) se hallan reducidas a un solo fonema, que se realiza como velar oclusiva sorda en inicial absoluta, se sonoriza tras consonante nasal (y tambin en posicin intervoclica en el norte de Ecuador) y tiende a hacerse fricativa sorda en final de slaba. La m isma reduccin de la oclusiva uvular a la velar parece haber ocurrido segn los textos de Domingo de Santo Toms en el desaparecido quechua de la costa central peruana, en el cual se advierte igualmente la sonorizacin de /k/ tras consonante nasal.

    Cuando se mantiene distinto de /q/, IkJ se articula uniformemente como velar oclusiva sorda, salvo un fenmeno de sonorizacin tras consonante nasal en Cajamarca, un caso especial que veremos en 3.2.1. y un proceso de palatalizacin tras la vocal /i/ o la semivocal /y/ en interior de monema (incluso mediando /n/) en las provincias de Cajatambo y Chancay (Lima) y Daniel Carrin (Pasco). Este proceso de palatalizacin ha dado por resultado: 1) en el d istrito de Cajatambo, provincia de Cajatambo, la conversin de /kJ en /y/ o su eliminacin (*/mikuy/ > /miyuy/ comer, */rikay/ > /riyay/ ver, */-yki/ > /-y/ tuyo, de ti, */tinku/ > /tinyu/ encuentro, confluencia); 2) en los distritos de Oyn, provincia de Cajatambo, Santa Leonor, provincia de Chancay, Chacayn, Vilcabamba y Tusi, provincia de Daniel Carrin (que no realizan como palatal africada /ch/ ni I d protoquechuas), la aparicin de la palatal africada sorda (*/mikuy/ > /michuy/ comer, */-yki/ > /-ychi/ tuyo, de t i) que estimamos un nuevo fonema local por cuanto el proceso se ha detenido y no se palatalizan ya los lexemas y morfemas que han ingresado ulteriormente en el habla con el grupo /-ik-/ o /-yk-/; 3) en el distrito de Huancapn, provincia de Cajatambo, la confluencia del sonido proveniente de dicha palatalizacin con la realizacin local de */c/ como palatal africada sorda. En varios otros distritos de estas provincias el proceso se ha detenido simplemente en la realizacin de una variante palatalizada de IkJ tras /i/ o /y/.

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  • r v ;r.. V / Ai i ki do Tom-.uo

    3.1 .6 . */q/.- Uvular oclusiva sorda. Es articulada as desde Cajacay, provincia de Bolognesi, hacia el norte, por el Callejn de Huaylas, ambas vertientes de la Cordillera Negra y las vertientes occidentales de la C ord illera B lanca, hasta Caraz y H uaylas (Ancash); asimismo, en Alis, provincia de Yauyos (Lima). En las dems regiones su realizacin fontica sufre variadas transformaciones: 1) en torno de Pacaraos, provincia de Canta, y Lincha, provincia de Yauyos (Lima), en los departamentos de Huancavelica (salvo la regin de Ticrapo, provincia de Castrovirreina), y Ayacucho y la m itad occidental del departamento de Apurmac, es uvular fricativa sorda; en algunos sitios dispersos (Huanta, localidades prximas a Andahuaylas) se confunde esta realizacin con la de */h/ por desplazamiento del punto de articulacin de este ltimo protofonema; 2) en el departamento de Ancash excluidas las zonas ya mencionadas, en los departamentos de Hunuco y Pasco, en las provincias de Cajatambo y Chancay (Lima) y Junn, Yauli y Tarma (Junn), y en torno de Ticrapo, provincia de Castro- virreina (Huancavelica) se la encuentra como uvular vibrante simple, habitualm ente sorda, pero sonorizable en posicin intervoclica; en bilinges castellano-quechuas se da con frecuencia la identificacin de este sonido con el velar sonoro, oclusivo o espirante, del fonema castellano g; 3) en la provincia de Jauja (Junn) se realiza como velar fricativa o glotal aspirada, confundida con la articulacin dada localmente a */h/; 4) en la mayor parte de la provincia de Huancayo (Junn) se lo descubre como oclusiva glotal conservando su funcin distintiva en in icial de slaba interior; 5) en la provincia de Concepcin y al noroeste de la provincia de Huancayo (Junn) ha desaparecido en todas las posiciones, arrastrando a su suerte a /n/ cuando la preceda (*/sinqa/ > /sia/ nariz, */mikunqa/ > /mikua/ com er; esta desaparicin de */q/ y de /-nq-/ ha causado encuentro directo de vocales, como acabamos de ver, y nuevas vocales largas: */maqay/ > /ma:y/ pegar, */maqanqa/ > /ma:a/ pegar; */chuqllu/ > /chudlu/ choclo, elote); 6) en Cajamarca, se la halla como uvular, oclusiva

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  • Los i j i .m .i c ros o r m i i AS

    sorda en inicial de palabra y en interior tras consonante no nasal, oclusiva sonora tras /n/, vibrante sonorizable entre vocales y vibrante sorda en final. En 3.2.1. examinaremos un caso especial.

    La poca en que se produjeron estas transformaciones fonticas de */q/ no la podemos determinar, pero quiz sea antigua, y d testimonio de ello el nombre mismo de la ciudad de Lima: en efecto, los espaoles, que vinieron a fundar la Ciudad de los Reyes despus de haberse asentado en Jauja y el Valle del Mantaro, pudieron haber escuchado all el nombre de ese lugar costeo pronunciado, no como */rimaq/, sino con la alveolar palatal en lugar de la alveolar vibrante simple en inicial del nombre, variacin fontica que registra ya Santo Toms (ver 3.1.12.), y, en lugar de la uvular oclusiva final, una leve aspiracin, una oclusin glotal, un mero alargamiento de la ltima vocal, o nada. Al lado de esta pronunciacin del Valle del Mantaro, el nombre que los costeos del lugar daban al sitio escogido por los hispanos para nueva capital qued para designar slo a su ro, aunque con cambio de r simple en mltiple por adecuacin al fonetismo del castellano.

    All donde conserva su articulacin uvular, /q/ aumenta la abertura de las vocales prximas a ella en la palabra.

    3.1.7. */m/.- Bilabial nasal sonora. No sufre cambios, salvo en posicin final en la regin quechua que empieza al este de Abancay, aproximadamente en una lnea de sur a norte, y termina en el sur de Bolivia. All se neutraliza la oposicin m/n que subsiste en las dems posiciones, y su arquifonema se realiza como velar nasal sonora.

    3 .1.8. */n/.- Alveolar nasal sonora en inicial de slaba; posiblemente velar nasal sonora en cierre de slaba. En la provincia de Concepcin y parte de la de Huancayo (Junn) desaparece con */q/ en el grupo */-nq-/, como vimos en 3.1.6. En las dems regiones se mantiene. Ver 3.1.7. En algunos dialectos, como ya hemos visto, /n/ sonoriz las oclusivas que la seguan en interior de monema. Este fenmeno explica posiblemente la fontica de palabras como tambo, cndor, inga que consignaron los primeros cronistas espaoles, quienes tuvieron sus contactos iniciales en esta parte de Amrica con

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  • V " ,t . S / A l I Kl III I l ' l IK I 1(1 I

    gentes de Ecuador, del norte peruano y, poco ms tarde, de la costa central peruana, que hacan tal sonorizacin.

    3.1.9. *//.- Palatal nasal sonora. Nunca aparece en final. Ha perdido su calidad palatal, confundindose con la alveolar nasal sonora (ver 3.1.8.) en una amplia regin del Per central, que comprende, de norte a sur, desde el departamento de ncash hasta las provincias de Junn, Yauli y Tarma, departamento de Junn, pero excluidos: 1) los territorios que quedan al oriente de la Cordillera Blanca, desde la provincia de Corongo al norte hasta una lnea que, partiendo de la Cordillera Blanca, pasa aproximadamente entre los pueblos de San Luis de Huari y Huari y va hacia el este dejando fuera al pueblo de Llamelln, todava en ncash, e incluyendo al de Pinra, ya en el norte del departamento de Hunuco; 2) las provincias de Hunuco, Ambo y Pachitea, del departamento de Hunuco; 3) los distritos de Baos y Rondos, provincia de Dos de Mayo (Hunuco); 4) varios distritos en torno a Pacaraos (provinciade Canta, Lima). En algunos lugares en los que no se ha producido el cambio *// > /n/, como en Cajamarca y Pacaraos, se observa, sin embargo, /n/ en la inicial de */uqa/ yo, lo que puede deberse a una despalatalizacin condicionada por la proximidad de la uvular abridora /q/. Finalmente, en otros sitios que despalatalizan regularmente se encuentran casos aislados de nasal palatal, casos que atribuimos aprestamos introducidos una vez cumplido el proceso de despalatalizacin. (Vase mapa3).

    3 .1 .10. */s/. Predorsoalveolar fricativa sibilante sorda. Este protofonemay */sh/ (ver 3.1.11.) han confluido en toda el rea quechua que se extiende desde el departamento peruano de Huancavelica exceptuadas las localidades de Moya y Vilcas, que distinguen- hasta el sur de Bolivia, y en el dialecto Ingano de la Comisara de Putumayo, Colombia. El fonema nico resultante se articula generalmente como apicoalveolar fricativo sibilante sordo.

    Cuando no ha habido confusin de */s/ y */sh/, */s/ ha corrido variada suerte: 1) se ha conservado inalterada en todas las posiciones en Ecuador, las provincias peruanas de Cajamarca (Cajamarca) y Lamas (San Martn) y en varios distritos de la provincia de Jauja

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  • t; V j > r v / A11 r i -1 >o T( >r i. ro

    (Junn); 2) en inicial absoluta, se ha convertido en glotal aspirada sorda (confundindose con la realizacin de */h/) en el departamento de Ancash -excluidas las provincias de Corongo, Sihuas, Huaylas y Yungay-, y en los departamentos de Hunuco, Pasco, Lima y Junn salvo los distritos de la provincia de Jauja que han retenido */s-/, y ha desaparecido totalmente (coincidiendo con la elim inacin de */h/) en las provincias de Corongo, Sihuas, Huaylas y Yungay (Ancash). En un reducido nmero de races, */s/ se ha conservado en esta rea, particularmente cuando preceda a /u/ reforzada por un fonema labial; v.g.: /supay/ diablo, ngel malo; /sumaq/ hermoso; /suwa/ ladrn; 3) entre vocales, se ha convertido en glotal aspirada sorda en las provincias de M aran (Hunuco), Pomabamba, Mariscal Luzuriaga y norte de Huari (Ancash) y ha desaparecido en las de Huaylas, Yungay, Carhuaz, Huaraz, Aija, Recuay, Bolognesi, Antonio Raymondi y sur de Huari (Ancash), Huamales y Dos de Mayo (Hunuco), Cajatambo, Chancay y Canta (Lima), Junn, Yauli y Tarma (Junn) y en el departamento de Pasco, excluida una franja que va desde Cerro de Pasco y Huariaca hacia Hunuco por la provincia de Pasco y el noroeste de la provincia de Daniel Carrin; 4) en interior postconsonante ha desaparecido en aquellas hablas que en intervoclica la han convertido en glotal aspirada o en cero. En posicin final no ha sufrido modificacin notable.

    Al sur de la frontera de los departamentos de Huancavelica y Junn, en zona que ha confundido */s/ y */sh/, se encuentran algunos monemas que empiezan con una glotal aspirada que parece proceder de */sh/: Ayacucho /hamuy/ venir, /hia/ as, /huk/ uno, que son en Ecuador, respectivamente, /shamuy/, /shina/, /shuk/. En realidad, estos monemas excepto /hamuy/, que quiz responda a una base diferente de /shamuy/ deben provenir de dialectos hablados al norte del departamento de Huancavelica que han tratado a */s/ como aspiracin glotal, y haber sido introducidos como prstamos en el sur. La */s/ pas algunas veces a /sh/ en Ecuador y otros lugares ante las vocales cerradas /u/ e /i/. (Vase mapa 4).

    3.1.11. */sh/. Palatal alveolar fricativa sibilante sorda. Normalmente de articulacin dorsal en las regiones donde se mantiene

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  • j. \.!5f I / Au ui;do Toki ri >

    diferente de /s/, se la encuentra, sin embargo, tanto dorsal como apical retroflexa en las provincias de Huancayo, Concepcin y Jauja (Junn) y algunos sitios del departamento de Huancavelica fronterizos con esas provincias. En ciertos lugares la eleccin se hace de manera al parecer libre, y, en otros, realizando la dorsal en slaba que contiene /i/, y la retroflexa en las dems situaciones. Estas alternancias y los entrecruzamientos de zona bien podran desembocar en la fonologi- zacin de la fricativa retroflexa y en la escisin de la actual /sh/ en dos fonemas.

    3.1.12. */r/.Alveolar vibrante simple sonora. En algunas races y en lugares dispersos ha pasado a alveolopalatal fricativa retroflexa sonora, posiblemente por influjo de rr hispana que es articulada de tal modo en el castellano de la sierra del Per y en los prstamos de este idioma al quechua. En las provincias de Jauja, Concepcin y Huancayo (Junn) y un rea en torno de las localidades de Cacra y Hongos, provincia de Yauyos (Lima), se ha convertido en alveolar lateral sonora, cambio ya antiguo segn testimonio de Domingo de Santo Toms.

    3.1.13. */ll/. Palatal lateral sonora. Se ha conservado como tal, excepto en las zonas que se indican: 1) es alveolar lateral sonora en las provincias de Cajatambo, Chancay y Canta (Lima), Junn, Yauli y Tarma (Junn), todo el departamento de Pasco y una parte del departamento de Hunuco comprendida en una lnea que, partiendo de la frontera de los departamentos de Ancash y Lima, se dirigiese hacia el ro Maran pasando sobre la localidad de Queropalca, bordease luego la margen izquierda de este ro sin tocar Baos, Rondos ni La Unin, entrase seguidamente tierra adentro en torno de Shunqui y Llata, y volviese finalmente hacia el sudeste dejando encerradas en la estrecha franja as formada las localidades de Chavi- nillo, Jivia, Jess y Chauln, entre otras, hasta tocar con el departamento de Pasco entre Huariaca y San Rafael; 2) palatal africada sorda en un pequeo sector en torno de M ito y Orcotuna, provincia de Concepcin (Junn); 3) palatal africada sonora en la provincia de Lamas (San Martn) realizacin fontica que coincide con la del

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  • L o S DI A l . l . T O S OI I .CII l AS

    fonema castellano 11 en la misma zona; 4) palatal fricativa sonora en las provincias peruanas de Cajamarca y Ferreafe (departamentos de Cajamarca y Lambayeque, respectivamente), en las provincias ecuatorianas de Chimborazo e Imbabura y en la argentina de Santiago del Estero; 5) con bastante regularidad, alveolar lateral sonora con races que contienen un fonema del orden uvular, en hablas de la regin del Cuzco y de Bolivia. Hemos registrado casos aislados de realizacin de */ll/ como palatal africada sonora en las provincias de Huaylas, Yungay y Carhuaz (Ancash), donde normalmente es palatal lateral sonora. (Vase mapa 5).

    3 .1 .14. */h/. Glotal aspirada sorda o velar fricativa sorda. Se daba en inicial absoluta y, en contados lexemas, en posicin intervoclica, donde parece haber sido en realidad un recurso para evitar el encuentro entre dos vocales del mismo timbre y abertura, y entre la vocal ms abierta /a/ y las ms cerradas /u/ e /i/ (cf. /w/ e /y/ intervoclicas).

    Este protofonema ha desaparecido en posicin absoluta en varias hablas actuales como en las provincias de Ferreafe, Cajamarca y Lamas (que retienen la distincin s/sh), el distrito de Coracora y otros puntos de los departamentos de Ayacucho y Abancay (que han confundido s/sh), y las provincias de Yungay, Huaylas, Corongo y Sihuas del departamento de Ancash (donde */s/ ha corrido la misma suerte, despus de pasar a aspiracin glotal).

    En una extensa zona de la Sierra del Per, */h/ y */s/ se han identificado en ciertas situaciones, como puede verse en 3.1.10. En algunos puntos, la identificacin ha sido con */q/ (ver 3 .1.6.). En 3.2 .1 . examinaremos un caso de aparicin autom tica de aspiracin en inicial absoluta.

    3.1.13. */w/. Labiovelar semivocal sonora. Entre la vocal /u/ y las vocales /i/ y /a/ era al parecer un recurso para evitar el hiato. Nunca se ha dado ante lu . Ha desaparecido en la provincia argentina de Santiago del Estero cuando se hallaba entre dos vocales de timbre /a/.

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  • r *jr. ( / Ai i kMKiToki.no

    3.1 .16. * l y l - Palatal semivocal sonora. Entre la vocal /i/ y las vocales /u/ y /a/ apareca para evitar el hiato. Nunca se presentaba ante /i/. Ha desaparecido en sitios dispersos en los departamentos de Ancash y Lima entre dos vocales /a/.

    3 .1.17. Vocales - Los dialectos del rea norte de la sierra central del Per poseen series de vocales en las que interviene la cantidad relativa como rasgo de oposicin. Vamos a examinar con alguna detencin este punto, antes de atribuir o rehusar al protoquechua el manejo de esta posibilidad fonolgica.

    Sealaremos en primer lugar que, en dichos dialectos, las vocales largas -por lo dems, de relativamente baja frecuencia- no aceptan, o no aceptaban originalmente, el ser trabadas por consonante ni semivocal. Esta limitacin, que no existe en el caso de las vocales breves, lleva a pensar que el alargamiento proviene justamente de la extensin de la calidad y el timbre propios de una vocal a cierto segmento fnico que la trababa.

    Ahora bien, comparando un habla que conoce la longitud voclica, como la de Pomabamba (Ancash), con otra que la ignora, como la de Cuzco (Cuzco) encontramos que: a Pomabamba /urna:/ mi cabeza, /maki:/ mi mano, /kiru:/ mi diente, /yawarni:/ mi sangre (con el aumento /-ni-/ que veremos en 4.1.1.), /muna:man/ yo querra o quisiese, /kapti:/ siendo yo, corresponde Cuzco con /umay/, /makiy/, /kiruy/, /yawarniy/, /munayman/, /kaQtiy/.

    Estos ejemplos, como todos los dems que contienen el morfema de primera persona (ver 4 .1 .1 .), muestran una correspondencia de alargamiento voclico a l -y l y podran mover a sospechar que tal alargamiento procede de la asimilacin de una antigua l y l en grado de abertura y en timbre por la vocal precedente.

    Descartamos, sin embargo, esta sospecha; de un lado, porque tal cambio slo habra tenido alguna probabilidad de producirse si sobre l y l hubiesen actuado de manera permanente factores abridores (como una /q/ subsiguiente o un rgimen acentual especial), factores que nada puede indicar hayan existido como tales; de otro lado, porque la secuencia /ay/ permaneci inalterable en los dos dialectos

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  • r; v ; . i ( / A i i-k h x i T o k i .k ')

    tomados como tipos en el mayor nmero de palabras -que en principio habran tenido que ser afectadas tambin-, como todos los infinitivos y todos los imperativos, que terminan en vocal ms /y/, todas las races como /pay/ l, /kay/ ste, /chay/ se, /aycha/ carne, /qillay/ metal, acero en Cuzco y plata en Poma- bamba, etc., etc.

    Podemos suponer tambin el proceso contrario; esto es, que /y/, al menos en final de tema, proviene del ltimo segmento, descendente, de las vocales largas: /i:/ > /iy/, por reduccin del grado de abertura del segmento final; /a:/ > /ay/, por el mismo fenmeno, a travs de un momento ae; /u:/ > /uy/, por analoga con los cambios anteriores o por disim ilacin del segmento descendente.

    Esta hiptesis, en cuanto implica una confluencia del ltimo segmento de las vocales largas con l - y l ya existente en la lengua, no suscita el problema de la primera hiptesis acerca de las l - y l que habran permanecido intactas.

    Con la expresin de la primera persona verbal, cuando es marcada tambin por vocal larga en el norte de la sierra central peruana (Pomabamba: /mua:/ yo quiero), pudo suceder en los dems sitios el cambio en l - y l (Pacaraos: /munay/ yo quiero) o prevalecer quiz inicialmente como variante regional el recurso al aumento /-ni-/, al que se transfiri finalmente la expresin de la primera persona verbal (Cuzco: /munani/ yo quiero).

    En todo caso, la oposicin de cantidad voclica parece haberse dado originalmente slo en la marca de primera persona actora o poseedora, en final de tema, y haberse extendido luego a interior de monemas por cada de elementos consonnticos entre vocales (Pomabamba /qa:ra/, Cuzco /qayara/ una especie de cabuya).

    De lo anterior, estimamos que se puede sostener que el proto- quechua posea dos series de vocales oponibles entre s por su cantidad relativa, breve o larga: i/i:, u/u:, a/a:. Cada una de las series estaba compuesta por tres unidades que definiremos fonolgicamente: /i, i:/ anteriores de abertura mnima (cavidad mnima de resonancia),

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  • L o s di a i.i . i os i.u ; c m vs

    /u, u:/posteriores de abertura mnima (cavidad mnima de resonancia), /a, a:/ centrales de abertura mxima.

    La distincin entre estas dos series se ha conservado nicamente en los departamentos de ncash, Hunuco, Pasco y Jun n , las provincias de Cajatambo y Chancay y los distritos de Alis, Tomas, V itis, Cacra y Huangscar, en Yauyos (Lima). Sin embargo, la oposicin entre ellas, que en Ancash es sin duda de breves a largas con la longitud como marca de la correlacin, parece convertirse en otros dialectos del Per central en una oposicin de no intensas a intensas. En dialectos de los departamentos de Pasco y Junn particularmente, las vocales de la serie larga se profieren realmente con duracin mayor que la normal en slaba interior de palabra y aun en slaba final de palabra en interior de un enunciado emitido con aforo continuo; pero con duracin a veces slo normal y, en cambio, gran fuerza articulatoria cuando preceden inmediatamente a una pausa efectiva. En relacin con este punto, examinaremos en 3 .1 .18 . la posibilidad de la aparicin de un acento libre en las hablas de estos dos departamentos.

    Por otra parte, en toda el rea quechua que las posee, las vocales largas efectivas se articulan habitualmente con un movimiento meldico descendente, que tal vez coadyuve eficazmente en habla rpida para el reconocimiento de la vocal larga como tal.

    Adems, en la m itad de esta extensa zona: gran parte del departamento de ncash y las provincias de Cajatambo y Chancay (Lima) y Dos de Mayo (Hunuco) las vocales largas tradicionales son ms abiertas que las breves.

    A su vez, las vocales breves, especialmente en los dialectos en que podemos definirlas como no intensas, tienden a ensordecerse y centralizarse en el habla rpida, a menos que su posicin o ciertas contingencias prosdicas las refuercen; ante pausa, su reduccin y debilitamiento puede llegar hasta la extincin.

    En las provincias del departamento de ncash situadas al oeste de la Cordillera Blanca, y en la de Antonio Raimondi en torno a la localidad de Llam elln, los grupos constituidos en protoquechua

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  • t ur. ( / A i.i ki i> ToiiiKii

    por la vocal /a/ trabada por l y l y /w/ se han convertido en vocales largas. Estas vocales resultantes han confluido al norte del Callejn de Huaylas con la realizacin local de /i:/ y /u:/ antiguas; en cambio, en el habla de Huaraz, que no abre la articulacin de /i:/ ni de /u:/ tradicionales, se han establecido al parecer como dos nuevos fonemas largos /e:/ y /o:/, fonticamente de abertura media, anterior y posterior respectivamente. La oposicin i:/e: se da all con /ishki:/ caigo, /ishke:/ dos; no hemos hallado un par mnimo satisfactorio para la oposicin u:/o:, pero el sufijo de com paracin /-no:/ se distingue bien de la ltim a slaba de /ashnu:/ mi burro.

    A continuacin se dan algunos casos de oposicin por cantidad voclica. En interior de tema, la oposicin a/a: parece haber sido originalmente la nica. Estos ejemplos son vlidos en cuanto se acomoden a la norma acentual de cada dialecto (ver Prosodia, 3 .1 .1 8 .) y, naturalm ente, a las correspondencias fonticas y fonolgicas locales: /piqa/ o /urna/ cabeza, /piqa:/ o /urna:/ mi cabeza; /shimi/ boca, /shimi:/ mi boca; /qallu/ lengua, /qallu:/ mi lengua; /cakrata/ a la chacra, /cakra:ta/ a mi chacra; /calcita/ al pie, /caki:ta/ a mi pie; /qiruta/ al madero, /qiru:ta/ a mi madero; /qara/ piel, cuero, /qa:ra/ una especie de cabuya; /takuy/ mezclar, /ta:kuy/ sentarse; morfemas /-paku-/, que indica accin en lugares diversos, de modo no permanente y en beneficio del actor, y /-pa:ku-/ que indica accin conjunta o, en ncash, accin mutua o reflexiva.

    3.1.18. Prosodia Estimamos que las caractersticas prosdicas del protoquechua eran aproximadamente las de los dialectos modernos del departamento de ncash y de las provincias de Cajatambo y Chancay, departamento de Lima.

    Para ilustrar este punto, examinaremos en primer lugar el habla de Huaraz (ncash). En este dialecto, cada slaba es proferida con una fuerza y una altura condicionadas por su posicin en la palabra y su composicin fonemtica, que hacen de ella una slaba breve o

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  • Los 01 V I ( l o s (Jl ICMI AS

    una larga. Es slaba larga la no final trabada o acabada en vocal larga; es breve la que no se ajusta a esta definicin.

    La slaba larga destaca dinmica y meldicamente en la palabra, mxime si contiene vocal larga; si hay varias largas, puede destacar la ltima o la que posee vocal larga, o repartirse la intensidad articulatoria entre ellas de modo tal que se pronuncien con fuerza y altura sensiblemente iguales. Si todas las slabas son breves, lleva el relieve la slaba inicial u, ocasionalmente, la final terminada en vocal larga; estas slabas se comportan as como de intensidad media. Cuando una slaba llega a destacar ntidamente, en las que la preceden o la siguen pueden aparecer relieves secundarios con ritmo binario.

    Estas indicaciones son tambin vlidas, en lo esencial, para el dialecto de Cajatambo (Lima), aunque en ste la slaba final acabada en vocal larga, y aun la trabada, destaca cuando las dems de la palabra son breves, y puede llegar a ser articulada con fuerza y altura similares a las de las slabas que hemos definido como largas.

    Esto mostrara la existencia en estas hablas de dos o, inclusive, tres niveles de intensidad articulatoria determinados por la cantidad prosdica y la posicin de las slabas en la palabra. En Huaraz, /piqa:/ mi cabeza se pronuncia dando mayor intensidad a la slaba in icial; /piqa:ta/ a mi cabeza con mayor intensidad en /- qa:-/ (donde hay, adem s, el relieve debido al m ovim iento meldico propio de la vocal larga), intensidad media en /pi-/, y fuerza y altura menores en /-ta/. En Cajatambo, /miyunanpa:/ para que l coma presenta los tres niveles: /mi-/ el intermedio, /-yu-/ el inferior, /-nan-/ el superior, y /-pa:/ el intermedio o el superior.

    En todo caso, este esquema no es rgido, y una slaba normalmente sin relieve puede ser destacada segn una intencin comunicativa particular o un nfasis expresivo.

    El dialecto quechua de la costa central peruana que describi fray Domingo de Santo Toms no difera mucho en este punto de las hablas actuales de Ancash y el nordeste del departamento de

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  • i \ sr. \ / Ai i m i >n Te mi i
  • Los DIAU.C'IOS l i * ' l l l i \ S

    como en el dialecto de Huaraz /piqata/ a la cabeza, con acento automtico en /pi-/, no puede oponerse a /piqa:ta/ a mi cabeza, con el acento en /-qa:-/.

    Debemos sealar que la oposicin de breves a largas se da indudablemente en cualquier posicin no final, bajo el acento o no; vg. (marcando, para el caso, con la tilde la slaba acentuada): /qra/ piel, cuero, /q:ra/ una especie de cabuya; /tkun/ l mezcla, /t:kun/ l se sienta; /umta/ a la cabeza, /um:ta/ a mi cabeza; /qaryki/ tu piel, tu cuero, /qarryki/ tu cabuya; /taknki/ t mezclas, /tarknki/ t te sientas; /uryapak/ o /uryapak:/ yo trabajo en tierra de otros para mi beneficio, /uryapark/ o /uryapark: / *nosotros trabajamos juntos.

    Por otro lado, si se pronuncia urna: con vocal larga pero sin acentuar ninguna de sus slabas, el interlocutor quechua comprender mi cabeza, aunque confirmar diciendo um o um :. Aqu cabe anotar que buena parte de nuestros informantes de hablas que conocen la cantidad voclica fonolgica designaron como acento lo que era en realidad mayor duracin de la vocal larga, tal vez percibiendo el movimiento meldico propio de sta. Dijeron as de /qara/ piel y /qa:ra/ cabuya, ambas con relieve dinmico en la slaba inicial, que se diferenciaban en que la segunda era acentuada y la primera no lo era.

    Finalmente, cuando se trata de sufijar a una palabra como /urna:/ (o /um/) con un morfema que presenta variante, como /-shi/ o /-sh/ (comentario sobre un hecho del que no se est seguro o no se posee informacin directa), dicha palabra no acepta la forma abreviada, /sh/, que es, en cambio, la nica posible cuando una palabra acaba en vocal no intensa.

    Dejamos abierta esta cuestin hasta que estudios ms precisos pongan en claro si es la longitud voclica el rasgo sentido por el hablante quechua como el dominante ante pausa efectiva, o s, al menos para una parte de los usuarios de estos dialectos, existe un acento dinmico con posibilidades fonolgicas en las circunstancias que hemos definido, mientras en las dems situaciones es la duracin

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  • >
  • Los DI M ic ro s CJl I ( III AS

    al oeste y el sur del lago Titicaca en fecha que, al parecer, no era muy lejana cuando llegaron all los espaoles.

    Es cierto que, como ya lo han sealado varios autores, hay un elevado porcentaje de vocablos con fonemas glotalizados y aspirados en el quechua cuzqueo que no son comunes con el aymara actual y que, por ello, no pueden ser explicados por prstamos. A esta observacin puede quiz responderse considerando, por un lado, que el o los idiomas aymaras que influyeron en el quechua no tuvieron necesariamente el caudal lxico de los dialectos aymaras hoy conocidos, y, por otro, que la lengua eliminada, ms que hacer prstamos, pudo provocar en la lengua vencedora, como parte de la reestructuracin de la fonologa del protoquechua, el desplazamiento del punto de articulacin y el reacondicionamiento fontico de ciertos protofonemas, como las africadas /ch, c/, hasta que stos tomaron su ubicacin actual en las series y los rdenes de las oclusivas orales del cuzqueo-boliviano.

    Antes de detallar algo ms este punto, tenemos que sealar que encontramos una seria limitacin en este dialecto quechua en cuanto a la distribucin de las glotalizadas y aspiradas: stas slo aparecen en inicial de slaba de los radicales de tema o base y, adems, la realizacin de cualquier oclusiva (o africada) oral en el radical implica la no aparicin subsiguiente de glotalizada ni aspirada.

    Tal limitacin, que no existe en aymara, muestra que el quechua cuzqueo-boliviano ha ofrecido resistencia al establecimiento de la triple serie y que glotalizadas y aspiradas han sido en l como un injerto de cuerpo extrao. Sin embargo, posiblemente la regla restrictiva que hemos anunciado arriba no tena validez unos siglos atrs: en el vocabulario de Diego Gonzlez Holgun quien, al parecer, no pudo distinguir entre glotalizadas y aspiradas encontramos algunos trminos cuyas grafas hacen pensar que en ese entonces apareca al menos la glotalizacin, si no la aspiracin, despus de una oclusiva oral. El examen del quechua ecuatoriano, como veremos en 3.3.1., nos afirma en esta idea. Las glotalizaciones (y aspiraciones) aceptadas en un principio en esas posiciones han debido ulteriormente ser

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  • r. \ i;r \ / A l.1 Ki l)o T ukiro

    eliminadas o, mas frecuentemente, transferidas a la primera oclusiva oral inicial que la palabra contena.

    Volviendo a los pro tofonemas /ch/ y I d encontramos que una elevada proporcin de las races que en protoquechua posean I d en posicin interior se encuentran en cuzqueo-boliviano con glotalizacin, sea en la africada (*/mica/ > /micha/ mezquino, */ hicay/ > /hichay/ derramar, */sucu/ >/suchu/ tullido, */waci/ > /wachi/ flecha, dardo, */saca/ > /sacha/ rbol, etc.), sea en la oclusiva inicial del tema si la hay (*/qicuy/ > /qichuy/ despojar, */qica/ > /qicha/ diarrea, */puncaw/ > /punchaw/ da).

    De cualquier modo, es necesario un estudio mucho ms detenido para confirmar o negar que haya existido tal tendencia a convertir la retroflexa en glotalizada, o para lograr una formulacin correcta que tenga en cuenta las excepciones que se presentan.

    Por otra parte, hemos escuchado de informantes cuzqueos, cuando ponamos intencionalmente en duda la glotalizacin o la aspiracin en ciertas palabras, argumentaciones que recurran a la onomatopeya para aseverar la existencia de aqullas: en /qasuy/ y en / panay l apalear hay glotalizacin porque se hace el ruido brusco del garrote al golpear; en cambio, en /qasuy/ rasgar, desgarrar, hay aspiracin porque se hace el ruido prolongado de la rasgadura. No creemos totalmente descartable la posibilidad de que racionalizaciones de este tipo hayan determinado la presencia de glotalizacin o aspiracin en algunos vocablos o la permuta de la una por la otra.

    En final de slaba interna se neutralizan las oposiciones de llanas, glotalizadas y aspiradas, y los arquifonemas se articulan, segn el contorno, como oclusivas en algunas contadas realizaciones de los rdenes labial y dental y como fricativas en la mayor parte de situaciones; el orden palatal africado desaparece en esta posicin, confundido con la realizacin de Isl final. En posicin final absoluta, el cuzqueo-boliviano responde a /p/, IkJ y /q/ de otros dialectos con un sonido aspirado velar o postvelar, que representaremos con /-H/.

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  • Los DIALECTOS CJlimiUAS

    Cuando aparece un fonema glotalizado en posicin interior, la palabra empieza automticamente con aspiracin a falta de cualquier otra de las consonantes entonces posibles en la posicin inicial absoluta.

    3.2.2. Otro caso de influjo por sustrato de una lengua indgena, no identificada, nos lo ofrece el quechua de Cuenca, Ecuador, segn examen del Diccionario Quichua de Luis Cordero. Tal influjo ha tenido por efecto ms notable el de acrecentar el inventario de los fonemas del dialecto cuencano con las consonantes /b, d, g, z, zh, 1/; es decir, de dotarlo con los correlatos sonoros de las oclusivas /p, t, k (en la que han confluido */k/ y */q/)/ y de las fricativas sibilantes /s, sh/ provenientes del protoquechua y con la lateral sonora alveolar 11/ distinta de la lateral sonora palatal 711/ que ya exista en el quechua. Los vocablos en que se dan los fonemas as adquiridos por este dialecto designan principalmente especies de la fauna y la flora de la regin. En la obra de Cordero se encuentran pares mnimos de casi homnimos que ilustran satisfactoriamente la independencia fonolgica de dichas consonantes, como los siguientes (guardando la ortografa del autor del Diccionario):

    p/b: pian cierto arbusto / bian larva de ciertos insectos; t/d: tucu especie de alacena / ducu un rbol de los montes subandinos; k/g: cuzu larva de algunos insectos / guzu charca; s/z: sip i ahorcamiento, conflicto, apuro / zipi agrietado; s/sh/zh/ch: suru una planta de la familia de las gramneas / shuru una cesta tosca / zhuru persona marcada por las viruelas / churu caracol; z/zh: cuz(u) larva de algunos insectos / cuzh(a) nido de cualqu ier ave, (j) iz i risueo / izh i neblina, guzu (ya)n a convertirse en cinaga / guzhuna gozar; zh/y: cuzhana anidar las aves / cuyana amar; 1 /11/y: mulu plato rstico de barro / m ullu chaquira, cuentas de barro, vidrio, etc. / m uyu semilla de cualquier planta; 1/r: tu lu talego o bolsa / turu lodo, barro.

    En el dialecto de Cuenca, las oclusivas sordas protoquechuas se han sonorizado tras los sonidos nasales en interior de nlonema (y, en un caso, mediando la juntura: /kampa/ camba de ti, tuyo).

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  • i (!;r < / A i i r iix i T ori ko

    Lo mismo ha sucedido con la africada resultante de la confluencia de */ch/ y */c/, aunque Cordero escribe entonces -zh-, lo que puede deberse a una transcripcin incorrecta como a una efectiva convergencia de la africada sorda con la fricativa sonora tras la nasal: punzha, de */puncaw/ da, chunzhulli, de */chunchulli/ tripa. Sin embargo, se encuentran vocablos en los cuales no se ha producido la sonorizacin tras nasal: yanta lea, chunta tronco de ciertas especies de palmas, -manta desde, manchana temer, cancha cercado, ucanchi nosotros; janea cojo, chanca cosa medio molida o quebrantada, etc. Inclusive, cancha es distinguible decanzha afuera, y chanca lo es de changa pierna, por oposicin de sorda a sonora, indiscutible en el ltimo ejemplo de par mnimo. Estos hechos se deben tal vez a la accin de otros dialectos o lenguas cuando el proceso de sonorizacin tras nasal estaba ya terminado en el habla cuencana.

    3 .3 . Modificacin de estructuras fonolgicas por influjo de superestrato o adstrato.

    3 .3 .1 . Consultando fuentes escritas sobre quechua del Ecuador, en particular la obra de Luis Cordero, Julio Paris, Juan M. Grimm, Gabriel Sala, M . Guzmn y M anuel Moreno M ora, hallamos una veintena de vocablos, en gran parte comunes con otras hablas quechuas, en los cuales no se ha respondido a las africadas del protoid iom a del modo regu lar que caracteriza al d ia lecto ecuatoriano, esto es, fundiendo */ch/ y */c/ en un solo fonema palatal africado sordo. En tales vocablos advertimos, en cambio, o una africada probablemente asibilada alveolar sorda en Paris, Grimm, Sala, Guzmn y Moreno, o una fricativa sibilante predor- soalveolar sorda en Cordero, confundida entonces con la realizacin cuencana de la /s/ tradicional. Paris, quien transcribe el sonido con zz, indica que en algunos puntos la ch se reemplaza por zz: zzahuar por chahuar, cabuya, y aade: la pronunciacin es ms o menos suave segn las provincias. Grimm seala que ch y tz se cambian aveces mutuamente. Moreno Mora, al designar la palabra luzay (sic) puado de algo blando, dice que esta palabra debe

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  • Los oiAi.i.rros Qin-ciiL as

    ser propiamente del dialecto Chinchaysuyu, puesto que propio de l es el cambio fontico de ch en zz, cuya pronunciacin es como la zz en italiano o z en alemn. Sala -quechua de algn lugar no muy alejado de Quito escribe zz, tz o ts pero no da ninguna explicacin. Tampoco da explicacin Guzmn, quien emplea tz. Cordero no nos descubre que aquella s cuencana corresponde a una africada en hablas de otras regiones ms norteas. En todo caso, el tratamiento divergente que estudiamos no es general en todas las fuentes mencionadas, y algunos de los vocablos se hallan anotados tambin con la ch regular en uno u otro autor.

    Comparando estas palabras con sus cognadas en otros dialectos, se encuentra que en la mitad de los casos se corresponden con trminos del quechua cuzqueo-boliviano que poseen /ch/ o, una vez, /k/ en inicial absoluta y /ch/ en principio de slaba interior. As, cotejando principalmente los vocablos que consignan Pars, Grimm y Cordero tenemos:

    cuzzi (Pars), cusi (Cordero); Cuzco /kuchi/ activo, ligero, mizza (Paris), m isa (Cordero); Cuzco /micha/ avaro, mezquino, tzuntzu (Grimm) andrajoso; Cuzco /chuNchu/ salvaje, incivil, zzacma (Paris) bofetada; Cuzco /chaQla/ bofetada y /saQma/

    puetazo.zzahuar (Paris); Cuzco /chawar/ cabuya, zzarqi (Paris); Cuzco /charki/ tasajo, zzia (Paris); sia (Cordero); Cuzco /chia/ liendre, zzungana (Paris), sungana (C ordero ); Cuzco /chuNqay/

    chupar .zzutu (Paris) nudo; Cuzco /chutu/ borde grueso, labio

    carnoso y saliente.zzuyuna (Paris) amanecer; Cuzco /chuya/ difano, claro,

    transparente.El hecho de que ms de la m itad de las cognadas referidas

    contengan en el dialecto del Cuzco un fonema glotalizado nos lleva a pensar que el sonido que estudiamos en el quechua ecuatoriano fue introducido por el habla cuzquea y responde a la /ch/ de sta.

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  • F!>M. / Au ;rii> Torro

    Otra correspondencia interesante con el Cuzco nos la ofrece Luis Cordero cuando en su libro sobre quechua cuencano anota con zh cuatro vocablos que poseen en el cuzqueo la africada palatal aspirada /ch/: zharpa, Cuzco /charpa/ spero; zharpina, Cuzco /charpay/ quebrantar el maz; zhima, Cuzco /chima/ maz color perla; zhuru picado de viruela, Cuzco /churuy/ picar el ave. Una vez, a la zh o la z cuencanas, el lenguaje cuzqueo responde con /ch7: zhapra y zap ra ho jarasca, maraa; Cuzco /chaPra/ arbusto ramoso, lea de arbustos.

    Por otra parte, W illiam D. Reyburn ha hallado en el dialecto de la localidad de Colta, provincia de Chimborazo, Ecuador, una triple oposicin entre oclusivas aspiradas y no aspiradas sordas y oclusivas sonoras, en los rdenes bilabial, dental y velar. Los ejemplos de oclusivas aspiradas que nos sum inistra parecen corresponder en parte a las oclusivas aspiradas del dialecto cuzqueo- boliviano, y estimamos el hallazgo de sumo inters. Lamentamos, no obstante, que dichos ejemplos sean escasos y no permitan establecer pares mnimos de casi homnimos que dejen slidamente sentadas las oposiciones entre las tres series de oclusivas.

    3 .3 .2 . En varios sitios quechuas que realizan los protofonemas */ch/ y */c/ como alveolar fricativa o africada asibilada sorda y como palatal africada retroflexa sorda, respectivam ente, se emplean, sin embargo, vocablos que poseen la palatal africada sorda, por evidente influjo de hablas quechuas vecinas y del castellano. En Yanacocha, provincia de Daniel C arrin, esta africada se comporta como fonema independiente de /ts/ y de / c/, segn lo muestran las oposiciones /kuchi/ cerdo, /kuci/ pulga; /pacha/ m undo, /patsa/ suelo, /paca/ barriga.

    Asimismo, casi todos los sitios que articulan regularmente como lateral alveolar la /ll/ del quechua antiguo han adquirido un fonema lateral palatal por contacto con hablas vecinas. As, en Cajatambo, /tulu/ cuerpo, salud y /tullu/ flaco, persona o animal enjuto; /ilan/ l se ausenta, /illan/ su amuleto. Hemos

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  • L()S IJIAl.HtTOS QUECHUAS

    registrado esta nueva /ll/ como palatal fricativa sonora en sitios dispersos de las provincias de Cajatam bo (Lima) y Pasco (Pasco).

    // ha sido readquirida igualmente por las hablas que despala- talizaron la // antigua.

    Por una accin similar a travs de bilinges, el aym ara y el castellano han favorecido la aparicin en el quechua cuzqueo de la lateral alveolar, cuya existencia negaba todava Diego Gonzlez Holgun a principios del siglo XVII. Jorge A. Lira recoge hoy / lulu/ caricia, halago; /llullu/ tierno, no maduro, /ruru/ fruto. En la actualidad, quiz todos los dialectos conocen la lateral alveolar, por transformacin de la /ll/ tradicional o por prstamos.

    La alveolar vibrante mltiple rr del castellano ha penetrado en muchos dialectos quechuas y es realizada generalmente como fricativa. As se la encuentra, no slo en hispanismos (/karru/ carro distinguible de /karu/ lejos), sino, en algunos casos, reemplazando establemente a la /r/ quechua tradicional, particularmente en inicial absoluta.

    La aceptacin por los dialectos quechuas de las consonantes b, d, g, f y j; de los grupos formados por consonante ms lquida o semivocal ante vocal, y del sistema voclico de tres grados de abertura del castellano, es un punto sumamente delicado que deber estudiarse detenidamente en los ms diversos sitios y con gentes de diferentes grados de aculturacin. Es importante sealar, en todo caso, que las hablas quechuas que conocen la oposicin de cantidad voclica suelen tomar como largas, en sus prstamos del castellano, las vocales no trabadas que en este id iom a estn bajo el acento : /wa:ka/ vaca, /to:ru/ o /tu:ru/ toro, /se:na/ o /si:na/ cena, /papa:/ pap, padre. Los vocablos as adoptados se ajustan, por lo dems, a la norma acentual propia de cada dialecto; vg.: en Yanacocha, provincia de Daniel Carrin (Pasco), el trmino pltano ha sido acogido en el quechua local como /pla:tanus/ con acento en la penltima slaba por no tener esta palabra vocal larga en la slaba final (ver Prosodia, 3.1.18.). Los hispanismos tendrn, de esta manera,

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  • r 11;r, v / Au ki do Toki.ro

    la virtud de afianzar, y hasta de acrecentar, el inventario de vocales largas de dichas hablas.

    4. Comparacin de algunos elementos gramaticales de las hablas quechuas modernas.

    4 .1 . Morfemas personales. Personas poseedoras y personas actoras de presente.

    4 .1 .1 . Referencias personales:Primeras personas: hay coincidencia en la expresin de la

    poseedora y la actora en el quechua de los departamentos de ncash, Hunuco, Pasco y Junn, las provincias de Cajatambo, Chancay y Canta y el rea en torno a los pueblos de Alis, Cacra y Huangscar, provincia de Yauyos, departamento de Lima. El procedimiento consiste: 1) para las hablas de los departamentos de ncash, Hunuco, Pasco y Junn, las provincias de Cajatambo y Chancay y el rea indicada de Yauyos, en el cambio de la ltima vocal breve del tema o base por la vocal larga de timbre ms prximo. En parte de la provincia de Huancayo (Junn), la vocal larga en final de tema nominal marca tanto la posesin por primera persona como la particularizacin y la determinacin de la persona o cosa designada por el tema; cuando se siente necesario indicar sin ambigedad la persona poseedora, se aade el morfema vaco o aumento /-ni-/ con o sin vocal larga (ver ms adelante). Hemos registrado igualmente, en un informante de San Pedro de Cajas, provincia de Tarma (Junn), el empleo de dicho aumento como variante de morfema para marcar la primera persona actora o poseedora; 2) para los distritos en torno a Pacaraos, provincia de Canta (Lima), en el sufijo /-y/ y la acentuacin de la ltima slaba temtica. En las dems regiones quechuas no hay coincidencia de sufijos, y la primera persona poseedora se distingue de la actora como se indica: 1) en Ecuador, -cero o -y / -ni; 2) en la provincia de Lamas (San M artn), -yni / -ni; 3) en la de Ucayali (Loreto), -y o -yni / -ni; 4) en las de Ferreafe (Lambayeque) y Cajamarca (Cajamarca), el distrito de Lincha, provincia de Yauyos

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  • Los uiAi.i-rms u n c iu as

    (Lima) y toda la zona quechua austral desde el departamento peruano de Huancavelica hasta la provincia argentina de Santiago del Estero, -y / -ni, como anot tambin fray Domingo de Santo Toms para el quechua de la costa central peruana a mediados del siglo XVI.

    Segundas personas: slo hemos hallado coincidencia en la expresin de ambas en sitios de la provincia de Cajatambo (Lima), como Copa y Gorgor; la forma comn, el sufijo /-yki/ o /-y/, quiz se deba a interferencias con el habla del distrito prximo de Caja- Otambo, aunque ya Juan de Figueredo comprobaba el hecho en 1700, al referirse al quechua del Chinchaysuyo. En las dems regiones los morfemas de la persona poseedora y de la actora son diferentes: para el distrito de Cajatambo, -y / -i, -ni o -nyi; para los distritos de Oyn, Caujul y Huancapn, provincia de Cajatam bo, y Jucul, provincia de Chancay (Lima), -ychi / -nchi; para los distritos de Vilcabamba, Chacayn y Tusi, provincia de Daniel Carrin (Pasco), -ychi / -nki; paralas restantes hablas quechuas no mencionadas, -yk i / -nki, formas que atestigua igualmente Domingo de Santo Toms.

    Terceras personas: hay coincidencia, con el morfema /-n/, en todas las hablas que hemos estudiado, aunque el quechua de Ecuador emplea raramente el sufijo posesivo.

    Un morfema vaco, el aumento /-ni-/, se intercala entre los sufijos posesivos y las bases nominales cuando stas acaban en consonante, semivocal o vocal larga. La vocal de este morfema se cambia por /i:/ para expresar la primera persona poseedora en las hablas ya mencionadas que emplean este recurso gramatical.

    4.1.2. Plural personal. Desde el departamento peruano de Huancavelica, la zona quechua austral expresa el plural de persona poseedora o actora con el sufijo /-ku/ ligado a los morfemas de primera y tercera personas y el sufijo /-chik/ (/-chis/ en el Cuzco y Santiago del Estero y /-chis/ o /-chiH/ en Bolivia) ligado al morfema de segunda persona. En el dialecto cuzqueo-boliviano, el plural de primera persona supone el cambio del morfema de persona actora

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  • l i / Al.l KI.IK) T oKI.ro

    de /-ni/ en l -y l . Un cuadro similar presentan los dialectos descritos por Domingo de Santo Toms (Costa central peruana) y Manuel Navarro (provincia de Ucayali), excepto que Ucayali hace el plural de tercera persona con /-kuna/ y no /-ku/. Ecuador no distingue el plural de primera persona del plural general, que veremos en 4 .1.3., ha puesto al parecer en completo desuso el de segunda persona (/-chik/) y el de tercera (/-kuna/, que subsista slo para la persona actora).

    En las dems hablas quechuas, slo se expresa por sufijo el plural de persona actora, del siguiente modo: 1) todo el departamento de Ancash y el noroeste del departamento de Hunuco emplea /-ya-/ precediendo a los morfemas de persona; 2) el sur del departamento de Hunuco, las provincias de Cajatambo y Chancay (Lima), y los departamentos de Pasco y Junn utilizan /-rka-/, aunque de modo poco frecuente. En esta misma zona se halla el morfema /-pa:ku-/ como pluralizador especial que indica accin conjunta; 3) el valle alto del ro Chancay, provincia de C anta (Lima) pluraliza con /-ri-/ que precede a los morfemas personales; 4) la provincia de Lamas (San M artn ) lo hace con el sufijo /-sapa/ puesto inmediatamente despus de los morfemas de persona.

    4 .1 .3 . Plural exclusivo y plural inclusivo. - Todos los dialectos quechuas, menos el de Ecuador, poseen, al lado del plural de primera persona ya expuesto, que excluye al interlocutor o los interlocutores posibles del hablante, un plural ms universal, totalizador, por cuanto incluye al hablante y a quienes ste se dirige. T radicionalm ente, estos dos tipos de plural han sido designados como exclusivo e inclusivo respectivamente. En algunos sitios quechuas, el exclusi-vo no se distingue de la primera persona singular sino por el empleo de bases nominales o pronominales independientes normalmente provistas de un sufijo pluralizador y, tratndose de la persona pose-edora, del monema funcional de genitivo. V. g .: en Cajamarca/munani/ quiero, /nuqaykuna munani/ nosotros querem os; /llaqtay/ mi pueblo, /nuqaykunapa llaqtay/ nuestro pueblo.

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  • LOS DIAI.ECTUS QUECHUAS

    El plural inclusivo se expresa, en cambio, siempre por un sufijo, complejo, analizable en dos componentes: un morfema /-n-/ de origen obscuro (quiz el de tercera persona ya estudiado) y un sufijo pluralizador cuya forma en el protoidioma fue probablemente /-chile/, pero ha sufrido diversas transformaciones locales.

    Estimamos, con Bernard Pottier, que el inclusivo debe ser considerado un plural general o universal, que no se inserta en la flexin personal regular, como s lo hace el exclusivo. Adems, la formacin del morfema de este plural general se remonta notoriamente al protoquechua, en tanto que los plurales de primera (exclusiva), segunda y tercera personas se han constituido ulteriormente de diversa manera, cuando existen. Poniendo ejemplos de flexin verbal, tenemos: Cajatambo, munarca: o nuqakuna mua: /munantsi; Cajam ar- ca, nuqaykuna m unani / m unanchiq; Cars, m unaya: /munantsi; Pacaraos, munary / munansi; Lamas, munanisapa / munanchi; Ayacucho, munaniku / munanchik; Cuzco, munayku / munanchis: (yo y los mos, no Uds.) queremos / (todos, yo, y Uds. inclusive) queremos.

    4 .2 . De los morfemas de derivacin exam inarem os aqu nicamente un sufijo verbal: el durativo, que expresa accin que se prolonga en el tiempo. Es altamente frecuente y se lo encuentra, segn las regiones, bajo las formas siguientes: (1) /-chka/ en los departamentos de Huancavelica, Ayacucho y la m itad occidental del de Apurmac. (2) /-sya-/ en la m itad oriental del departamento de Apurmac, en los departamentos de Cuzco, Puno y Arequipa y en diversos sitios de Bolivia. (3) /-cha-/ en torno a Chuquibambilla, capital de la provincia de Grau (Apurmac); esta forma, al darse en un habla que posee las caractersticas fonolgicas del dialecto cuzqueo, infringe la regla restrictiva indicada en 3 .2 .1 ., por cuanto /ch/ puede aparecer en el sufijo durativo aunque en slaba anterior de la palabra se haya presentado una oclusiva o una africada: /kachani/ estoy siendo, /muchach ani/ estoy desgranando, etc. (4) /-ska-/ y (5) /-sha-/ (segn Eugene A. Nida) en diferentes sitios de Bolivia; ignoramos la distribucin geogrfica

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  • F V!5t V / Au ki:i)() Toriro

    de estas formas y la de /-sya-/ en el quechua boliviano. (6) /-shka-/ en la provincia argentina de Santiago del Estero. Estas seis primeras formas proceden de una antigua /-chka-/. (7) /-ku-/ en Ecuador y en Ingano de Colombia. (8) /-yka-/ en Cajam arca (Cajamarca), Lamas (San M artn) y Ucayali (Loreto) y en las dems hablas existentes al norte del departamento de Huancavelica, con las excepciones que se indican a continuacin. (9) /-ya-/ en las serranas de la provincia de Ferreafe (Lambayeque); localidades del sudeste de la provincia de Yauyos; las provincias de Junn, Yauli y Tarma y algunos distritos de las de Huancayo, Concepcin y Jau ja (Junn). (10) /-yya-/ en algunos distritos de la provincia de Cajatam bo (Lima) y en torno a la localidad de Yanacocha, provincia de Daniel Carrin (Pasco). (11) /-ycha-/ en los distritos de Oyn, C auju l y Huancapn, provincia de Cajatam bo, Jucul, provincia de Chancay (Lim a), V ilcabamba, Chacayn y Tusi, provincia de Daniel Carrin (Pasco). Las cuatro ltimas formas proceden de una an tigua /-yka-/.

    En Domingo de Santo Toms no hallamos la expresin del durativo. En su Arte el morfema ms prximo es -ycacha-, que indica habitualidad: rim ay hablar, rimaycachay andar hablando.

    4.3. Sufijos de caso. Para los fines de la zonificacin dialectal, nos interesa examinar principalmente los que indican:

    4.3 .1 . localizacin (en, dentro). Las formas de los dialectos actuales provienen probablemente de /-caw/, /-pa/ y /-pi/. Se encuentra /-chaw/ en su forma original (como la consigna Figueredo hacia 1700) en las regiones de Checras, provincia de Chancay, y Pacaraos, provincia de Canta (Lima); se lo halla con variantes debidas a evoluciones fonticas y fonolgicas locales en las dems hablas de los departamentos de ncash, Hunuco, Pasco, Junn y Lima, aunque en este ltimo no alcanza a la localidad de Lincha, sudeste de la provincia de Yauyos. Se registra /-pa/ en el sudoeste de Yauyos y /-pi/ en las restantes hablas.

    4.3.2. procedencia, materia, causa (desde, de, por). Se emplea el morfema /-manta/ en todas las hablas quechuas, exceptuadas las

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  • Los m.M.hrms o i .ciiu as

    de los departamentos dencash, Hunuco, Pasco, Junn y Lima, en las que se registran: /-paq/ en Lincha, provincia de Yauyos; /-piq/ en el Callejn de Huaylas desde Huaraz hacia el norte (Ancash), en Pacaraos, provincia de Canta, y en parte de la provincia de Huancayo (con la forma /-pi/); /-pita/ en los restantes lugares de los departamentos mencionados.

    4 .3 3 . lm ite en el tiem po o el espacio (hasta). Se registra /-kama/ en toda el rea quechua, salvo el departamento de Ancash y norte del de Hunuco, donde tenemos /-yaq/, aunque alternando con /-kama/ en algunos sitios.

    4.4. Sufijos enftico-conectivos. Expondremos solamente dos:4 .4.1. El quechua posee un morfema que se aade a las frases

    interrogativas o negativas y que procede de la forma protoquechua /-chu/; slo se exceptan las hablas del departamento de Ancash, el noroeste del de Hunuco y casi toda la provincia de Cajatambo, departamento de Lima, en las cuales las frases interrogativas se marcan con un sufijo diferente, /-ku/.

    4 .4.2. Un morfema conectivo, con el valor de y, tambin, an, se registra en todas las hablas quechuas, bajo las siguientes formas: (1) /-pas/ en el rea austral del quechua peruano, desde el departamento de Huancavelica hasta el de Puno; la misma forma fue sealada por Domingo de Santo Toms. (2) /-pis/ o /-pish/, fluctuando con /-pas/ en Argentina y en la provincia peruana de Ucayali, y con exclusividad en Ecuador y las restantes hablas del Per, con las excepciones que se indican a continuacin. (3) /-si/ en San Luis de Huari, provincia de Huari (Ancash) y en Alis, provincia de Yauyos (Lima); en este ltimo lugar tiene la variante /-s/ tras vocal. (4) /-p/ tras vocal, /-pa/ tras consonante y semivocal, en Pacaraos, provincia de Canta (Lima); coincide aqu con las formas del sufijo de caso posesivo: /nuqp mikurqy/ yo tambin com, /nuqp kapaman/ yo tengo (lit. de m hay), /nuqp kanmi; paypp kanmi/ yo tengo, l tambin (lit. de m hay, de l tambin hay).

    4 .3. De los sufijos de subordinacin que marcan la relacin entre la clusula subordinada y la principal, estudiaremos un

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  • V. Alte V / Al.l Rl IK) T o riro

    morfema subordinador que denota accin previa o simultnea (cuando, si, porque) con el mismo actor en ambas clusulas. Este sufijo proviene de una forma /-shpa/ en la mayor parte de los dialectos incluido el descrito por Santo Toms; de las formas /-shpa/ y /sh/, con fluctuacin, en las localidades en torno a Pacaraos, provincia de Canta (Lima), en la provincia de Santiago del Estero y en el desaparecido dialecto de las provincias de Catamarca y La Rioja (Argentina) y en la provincia de Azuay (Ecuador), segn testimonio de Luis Cordero; de una forma /-r/ en los departamentos de Ancash, Hunuco y Junn y las provincias de Cajatambo y Chancay y el distrito de Alis, provincia de Yauyos, en el departamento de Lima; en algunos puntos de Ancash y Hunuco /-r/ flucta con /-shpa/.

    5. Discusin y con clu siones

    Manejando como criterios de separacin de zonas los elementos fonolgicos y gramaticales examinados en las pginas anteriores, podemos hacer una prim era clasificacin de todas las hablas quechuas actuales de Amrica del Sur en dos grupos amplios, que llamaremos aqu Quechua I y Quechua II. Aparta estos grupos esencialmente la utilizacin por Quechua I de la cantidad voclica con fines distintivos -que Quechua II desconoce- (ver 3.1.17.) y del sufijo subordinador /-r/ (ver 4.3.). Desechamos como principio para nuestra clasificacin el de la posibilidad o la imposibilidad de intercomprensin de las diversas hablas, por haberlo hallado no suficiente ni decisivo.

    Gary J. Parker, en su artculo La Clasificacin Gentica de los Dialectos Quechuas (1963), emplea las designaciones Quechua A y Quechua B para lo que nosotros catalogamos respectivamente como Quechua II y Quechua I. Nuestras designaciones buscan destacar el hecho de que los dialectos de la sierra central norte peruanos (Quechua B para Parker y Quechua I para nosotros) facilitan por sus numerosos arcasmos la reconstruccin del protoidioma e ilustran bien, por su variedad, las etapas cumplidas por la lengua

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  • L o s DI.NUCIOS (JU.OIII' .NS

    hasta desembocar en los dialectos de Quechua II. Lamentamos, sin embargo, que una y otra de las clasificaciones encubran la relativa continuidad de zonas de Quechua I a Quechua II que se da en la vertiente martima de la Cordillera Occidental, dentro del departamento de Lima, donde los hablantes del dialecto de Checras (Q.I) se comprenden con los del dialecto vecino de Pacaraos (Q.II).

    5.1. El territorio de Quechua I -enm arcado a l norte y el oeste por el castellano y al este por lenguas de la selva- abarca casi totalmente los departamentos de Ancash, Hunuco, Pasco y Junn, toda la provincia de Cajatambo, el extremo nordeste y el este de la provincia de Chancay, los distritos de Alis, Tomas y V itis, Cacra y Huangscar, de la provincia de Yauyos, en el departamento de Lima. Este sector del quechua est bastante subdialectalizado, y es difcil hacer la separacin en subgrupos porque buena parte de los rasgos fonolgicos y gramaticales diferenciadores presentan reas de difusin no coincidentes. Estimamos, sin embargo, que la suma de los rasgos lingsticos examinados para la zona da fisonoma propia a ciertas hablas y autoriza agruparlas en los siguientes dialectos: Huaylas (oeste de la Cordillera Blanca: provincias de Huaylas, Yungay, Carhuaz, Huaraz, Aija, Recuay y noroeste de la de Bolognesi, en el departamento de Ancash).

    Conchucos (este de la Cordillera Blanca: provincias de Corongo, Sihuas, Pomabamba, Mariscal Luzuriaga, Antonio Raimondi y Huari, en el departamento de Ancash; provincia de Maran y norte de la de Huamales, en el departamento de Hunuco).

    Huayhuash occidental (sudeste de la provincia de Bolognesi, en el departamento de ncash; provincia de Cajatambo, excepto de su extremo sudeste, y distritos de Ambar y Paccho de la provincia de Chancay en el departamento de L im a).

    Huayhuash medio (extremo sudeste de la provincia de Caja- tambo y distritos de Checras y Santa Leonor, de la provincia de Chancay, en el departamento de Lima, y extremo noroeste del departamento de Pasco -vertientes del ro Chaupihuaranga o Yanahuanca).

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  • f l!>r. v. / Al.l-KI-.DO ToRI-.RO

    Huayhuash oriental (departamento de Pasco, excepto su extremo noroeste; provincias de Junn, Yauli y Tarma, en el departamento de Junn).

    Valle del Man taro (provincias de Jauja, Concepcin y Huancayo, en el departamento de Junn; distritos de Alis, Vitis y Tomas, Cacra y quiz Huangscar, de la provincia de Yauyos, departamento de Lima). El dialecto del valle del Man taro es llamado comnmente wanka .

    H unuco-M aran y H unuco-H uallaga (respectivamente, provincia de Dos de M ayo y sur de la de Huamales, y provincias de Ambo, Hunuco y Pachitea, en el departamento de H unu- co).

    Huaylas, Conchucos y Huayhuash han tenido ntima relacin histrica; varios morfemas son exclusivos de los tres o de dos de estos dialectos, con evidente centro de irradiacin en Huaylas: los tres poseen el interrogativo /-ku/ (ver 4.4.1.); Huaylas, Conchucos y el norte de Huayhuash occidental emplean el pluralizador /-ya-/ (ver 4 .1.2.); Huaylas y Conchucos conocen el sufijo de caso /-yaq/ (ver 4.3.3.)- La reduccin de las secuencias protoquechuas /aw/ y /ay/, una de las caractersticas principales del dialecto de Huaylas (ver 3-1-17-)> se ha difundido a algunos puntos dispersos del dialecto Conchucos.

    Entre H uayhuash medio, H uayhuash oriental y Valle del Mantaro se advierte igualmente una relacin histrica cercana, aunque menos notoria que la sealada entre los tres primeros d ia lectos m encionados. A su vez, H uayhuash occidental y Huayhuash medio, por su contigidad geogrfica, poseen tambin rasgos comunes que no presentan otros dialectos. Hunuco-Maran y Hunuco-Huallaga son zonas de encuentro de los dialectos vecinos; las hemos reunido aqu en un solo subgrupo por sus notables conexiones, pero podran ser consideradas aparte igualmente, por la diversidad de las influencias que han recibido, principalmente de Conchucos y Huayhuash occidental para Hunuco-Maran y de Huayhuash medio y Huayhuash oriental para Hunuco-Huallaga.

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  • Los d i a i .i c i o s o r m i i AS

    5.2. Quechua II .- Este grupo amplio de dialectos ha tenido mayor fortuna en expansin territorial que Quechua I. Se lo encuentra actualmente tanto al norte de Q. I de manera no continua, hasta en sitios del sur de Colombia, como al sur desde la provincia de Canta, departamento de Lima y el departamento de Huancavelica, hasta la provincia argentina de Santiago del Estero, con dos soluciones de continuidad geogrfica: en el Altiplano Per-Boliviano y en el norte de la sierra argentina. Histricamente ocupaba tambin la costa central del Per, en una extensin todava indeterminada, de la cual ha sido desplazado por el castellano.

    Se distinguen en Quechua II tres subgrupos: A, B y e .5 .2 .1 . Q uechua II A es en cierto modo, lingsticam ente

    hablando, un eslabn entre Quechua I y las restantes hablas de Quechua II. Caracteriza al subgrupo, dentro de Q. II, el no haber confundido */ch/ y */c/ en un solo fonema africado (lo que s hacen II B y II C), conservando I d como palatal africada retroflexa; el mantener distintos Ikl y /q/ (que II B hace confluir en una oclusiva velar) y el retener Isl y /sh/ (que II C ha confundido en fecha histrica). No conoce los paralizadores personales /-ku/ y /-chik/, que emplean II C y parte de II B. Usa /-yka-/ o /-ya-/ < /-yka-/ para el durativo.

    Hemos estudiado tres dialectos de II A:5.2.1.1. Pacaraos. Se habla en el valle alto del ro Chancay,

    provincia de Canta (Lima). Como diversos dialectos de Q.I vecinos a su territorio, Pacaraos aspira */s/ en posicin inicial absoluta y la elimina en inicial interior, torna en Isl la */ch/, despalataliza */ll/, usa un mismo morfema para la primera persona actora o poseedora, y maneja el locativo /-caw/. Por otra parte, hace el sufijo de acusativo-directivo con /-k/ cuando se aade a vocal y con /-ta/ cuando se aade a consonante o semivocal: /aysk ksuy/ corta la carne, /wachk rsaq/ ir a Huacho; /qm ta qushqyki/ te dar, /yacyta m uny/ quiero saber, /limqta riyky/ estoy yendo a Lima. El lugar en que incide el acento es fonolgico (ver 3 .1 .18 .).

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  • !'. vM .. V / A i .i ki:do T okiro

    5.2.1.2. L incha.- Se habla en el distrito de este nombre, en el sudeste de la provincia de Yauyos (Lima). Lincha aspira */s/ en posicin in icial absoluta en algunas races. Por lo dems, ha conservado in alteradas en su fontica las consonantes del protoquechua, salvo /q/, que hace fricativa. Indica el lugar con /-pi/, como Cajamarca (II A) y como II B y II C, y la procedencia con un morfema que le es propio, /-paq/. En el distrito de Laraos, nordeste de la misma provincia de Yauyos, se utiliza un dialecto semejante al de Lincha, que no hemos tenido ocasin de estudiar suficientemente.

    5.2.1.3. C ajam arca.- Se habla en la provincia de Cajamarca, con ligeras diferencias en los distritos. Este dialecto ha conservado el consonantismo del protoidiom a, con algunas alteraciones, principalmente: elim ina */h/, convierte la lateral palatal */ll/ en palatal fricativa sonora, y sonoriza tras /n/ en interior de monema las oclusivas y africadas orales, que eran sordas en quechua antiguo. Sus morfemas de caso son comunes con II B y II C.

    Un dialecto similar al de Cajamarca es usado en las serranas de la provincia de Ferreafe (Lam bayeque). Es probable que se emparenten tambin estrechamente con el cajamarquino las hablas de sitios dispersos a lo largo del ro Huancabamba, que separa las provincias de Cutervo y Jan (C ajam arca), y las de algunas poblaciones no lejanas de la ciudad de Chachapoyas, capital del departamento de Amazonas.

    De las comparaciones con los dems dialectos, creemos poder sostener que el quechua cajamarquino ha tenido geogrficamente su punto de partida en la provincia de Huarochir o la de Yauyos, departamento de Lima; o algo ms al sur, en el departamento de Huancavelica, si suponemos, por la ausencia de formas dialectales intermedias entre esos dos departamentos, que variedades de II A han sido eliminadas de Huancavelica por un avance de II C.

    5.2.2. Quechua II B es, en lo fonolgico y gramatical, un paso entre II A y II C. Sus caractersticas principales se indicaron cuando se lo cotej con IIA (ver 5.2.1.). Adems, ha sonorizado generalmente

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  • L o s DIA l. r iT O S OI l ( IH AS

    las oclusivas y africadas orales protoquechuas tras /n/ en interior de monema.

    Examinaremos brevemente sus dialectos siguientes:5.2.2.1. Lam as.- Se habla en la provincia del mismo nombre,

    en el departamento de San Martn. A las caractersticas fonticas y fonolgicas de su subgrupo, agrega la de elim inar */h/ y hacer de la lateral palatal una africada palatal sonora. Pluraliza con sufijo slo la persona verbal: morfema /-sapa/. Hace el durativo con /-yka-/.

    5.2.2.2. Ecuador.- Se habla en los valles interandinos y el Oriente ecuatorianos. Tiene numerosas variedades cuyas caractersticas separadoras no conocemos suficientemente. Ha puesto en desuso los morfemas de persona poseedora que expusimos pginas antes, maneja slo un morfema de plural personal, sin distincin de inclusivo y exclusivo (ver 4 .1 .3 .). Para el durativo emplea el morfema /-ku-/.

    Parecen estar cercanamente emparentadas con los dialectos ecuatorianos las hablas de Colom bia (donde el Ingano no distingue */s/ y */sh/), y, tal vez, las de la provincia peruana de Maynas (Loreto) utilizadas a lo largo del ro apo.

    5.2.2.3. U cayali.- De este dialecto slo poseemos los datos recogidos en el primer cuarto de este siglo por fray Manuel Navarro en la localidad de Cashiboya, provincia de Ucayali (Loreto). En lo gramatical, la proximidad de este dialecto a los de II C es mayor que la de las hablas de II B arriba examinadas, especialmente en lo tocante a los pluralizadores de persona. Hace, sin embargo, el durativo con /-yka-/, como lo hacen Lamas (II B) y -con o sin modificaciones fonticas- todas las hablas de IIA y de Quechua I.

    5.2.2.4. El desaparecido dialecto de la costa central peruana descrito por fray Domingo de Santo Toms era posiblemente el hablado en Lima y zonas prximas del litoral peruano. Es cierto que Santo Toms estuvo en varios lugares de la costa y la sierra centrales como Chincha, Chancay, Huaylas y Conchucos desde que lleg al Per, en 1540, pero sus mayores experiencias del quechua debi obtenerlas en Lima o sus inmediatos contornos, regin dentro

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    de la cual se movi casi exclusivamente de 1544 a 1550, como lo seala Ral Porras Barrenechea.

    Este dialecto se muestra muy prximo de las hablas de II C en lo gramatical. Su prosodia, en cambio, lo acerca mucho a los dialectos que hemos llamado Huaylas, Conchucos y Huayhuash occidental (Quechua I). En cuanto a la indistincin de /k/ y /q, creemos que era efectivamente practicada por esta habla, pese a las contradicciones que se dan en el Lexicn, contradicciones provenientes con seguridad de las mltiples fuentes dialectales que sirvieron a Santo Toms para elaborarlo.

    Los dialectos de Ecuador y del Oriente peruano parecen proceder de la regin litoral del centro del Per o de comarcas muy vecinas, por su similitud con el dialecto descrito por Domingo de Santo Toms en su Arte de la lengua general.

    5.2.3. Quechua II C es el ms distante lingsticamente de las hablas de Quechua I. Varias de sus caractersticas principales han sido ya indicadas, por contraste, en los prrafos precedentes. Para el durativo, usa de /-chka-/, con variantes locales. Sus morfemas de caso, entre los estudiados en el apartado 4.3., son /-pi/ en, dentro, comn con los dialectos de II A, excepto Pacaraos, y II B; /-manta/ de, desde, por, comn con Cajamarca (II A) y las hablas de II B; / -kama/ hasta, que los d istingue nicam ente de H uaylas y Conchucos (Q.I).

    II C tiene las siguientes variantes:5.2.3.1. El quechua ayacuchano, hablado desde el departamento

    de Huancavelica hasta, aproximadamente, el oeste del ro Pachachaca, que atraviesa el departamento de Apurmac.

    5.2.3.2. El quechua cuzqueo, que se emplea desde el este del ro Pachachaca hasta el sur de Bolivia, y aun en la provincia argentina de Jujuy, segn indica Ricardo L. J. Nardi. El cuzqueo ha sido intensamente influido en su fontica y su fonologa por el idioma aymara (ver 3.2.1.).

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    el fonetismo. ste es ms sencillo en el ayacuchano y puede ser dominado sin gran esfuerzo por un hablante del castellano. El cuzqueo, en cambio, por sus consonantes glotalizadas y aspiradas, es de difcil aprendizaje. Por esto, estimamos que, si se tuviera que escoger uno de ellos para la comunicacin en quechua con el sur del Per, la eleccin debera recaer en el ayacuchano. Este dialecto permitira inclusive una buena comprensin con Bolivia y una mediana con Caj amarca, el nororiente del Per y el Ecuador. Para cubrir el rea del Quechua I puede recurrirse al habla de Yanahuanca o de Huariaca, del departamento de Pasco. El quechua wanka, del sur del departamento de Junn, un dialecto de pequea rea y muy diferenciado de todos los dems, es el nico utilizable para su zona.

    Es un hecho indiscutible que grandes sectores del Per antes densamente quechuas estn sufriendo un acelerado proceso de castellanizacin. Ante la penetracin del comercio y la industria moderna y el endurecimiento de las condiciones de vida en el medio rural, el castellano es la lengua de la supervivencia. Pero este proceso es brutal porque se da en condiciones de opresin. Observamos casos en que hasta padres de familia que tienen al quechua como lengua nica o principal tratan de que sus hijos no aprendan una sola palabra quechua, de lo que resulta un doloroso empobrecimiento cultural e intelectual en individuos que, privados de la experiencia acumulada por generaciones en el mundo indgena, no logran a cambio acceso pleno a la cultura occidental.

    El Per necesita de transformaciones rpidas y profundas. Los cambios en el mundo exterior slo pueden hacerse efectivos ganando el nimo y la mente de los hombres. Requisito primordial para el entendimiento entre los hombres es que empleen un mismo lenguaje. A los cientos de miles de peruanos de expresin predom inantem ente quechua (o aym ara), que deben ser llevados prontamente a los conocimientos y las tcnicas modernas, es indispensable hablarles en su idioma vernacular. La castellanizacin vendr para ellos simultneamente o en los niveles ms altos de su formacin. El castellano es una lengua de alcance mucho ms

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  • L o s D I A I . I C I O S n i I X l l l AS

    universal y de atesoramiento cultural enorme, ventajas de las cuales de ningn modo se debe privar a nadie. Esto no se contradice, sin embargo, con el mantenimiento ulterior del quechua. Bien puede esta lengua ser cultivada con fines literarios u otros, y establecerse finalmente en el Per un bilingismo (o plurilingismo) armonioso por tiempo indefinido.

    SUMMARY

    In this article the author presents the results of studies made on the geographical distribution and classification of modern Quechua dialects. This distribution is based on the phonological and morphological features that characterize the dialects spoken in the different areas. The author has classified these dialects into two broad groups, Quechua I and Quechua II, the first one malees use of vowel quantity contrasts which the second one ignores. Quechua I, which has several sub-dialects, is found in the peruvian departamentos of Ancash, Hunuco, Pasco and Junn, and the provincias of Cajatambo and Chancay, and some distritos of Yauyos (this last in thie departamento of Lima). The author divides Quechua II into sub-group