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Materia: Seminario de Cultura Popular y Cultura Masiva Cátedra: Alabarces. Teórico Nº 2 Profesor: Pablo Alabarces. Fecha: 23/03/11PA: Y ese era Palito Ortega haciendo la “Canción del Jacarandá”…¿cómo va eso? ¿Se escucha? Nos pusieron los parlantes, ¿se fijaron? En cualquier momento tenemos red y podemos conectarnos a Yahoo directamente en la clase. Buenas noches a todos. Hubo un salpicado de cosas: lo que ustedes estuvieron escuchando, lo primero de todo fue “Plegaria para un niño dormido” deTRANSCRIPT
Materia: Seminario de Cultura Popular y Cultura Masiva
Cátedra: Alabarces.
Teórico Nº 2
Profesor: Pablo Alabarces.
Fecha: 23/03/11
PA: Y ese era Palito Ortega haciendo la “Canción del Jacarandá”…¿cómo va eso?
¿Se escucha? Nos pusieron los parlantes, ¿se fijaron? En cualquier momento tenemos
red y podemos conectarnos a Yahoo directamente en la clase. Buenas noches a todos.
Hubo un salpicado de cosas: lo que ustedes estuvieron escuchando, lo primero de todo
fue “Plegaria para un niño dormido” de Almendra (habíamos puesto la vez pasada “Las
manos de Fermín”, ¿se acuerdan?), con lo cual Almendra nos permite ver…nos pone en
conexión físicamente, en el mismo disco, los niños y los locos. Y también estaba una
versión de “Orquesta de señoritas”, una de las canciones de MEW pero interpretada por
Joan Manuel Serrat. “Orquesta de señoritas”, los primeros versos dicen algo así
como…si me permiten un segundito…acá está: en los primeros versos de “Orquesta…”
MEW dice “Quién no fue mujer ni trabajador, piensa que el de ayer fue un tiempo
mejor”. Les pido que retengan este texto: “Quién no fue mujer ni trabajador, piensa que
el de ayer fue un tiempo mejor”. Y luego pusimos, por supuesto, “El reino del revés” y
“El twist del mono liso” en la versión de Liliana Vitale y Verónica Condomí, la
hermana de Lito Vitale y la ex mujer de Lito Vitale, respectivamente, en una época
miembro del grupo MIA; y luego también vimos a MEW en persona cantando
“Manubrio azul”, una canción de su etapa de canciones para adultos, y que es una de las
pocas imágenes en las cuales…que se puede conseguir todavía de MEW cantando sus
canciones. Si ustedes hacen un rastreo por Youtube van a encontrar que por lo general
lo que hay son las versiones, las reinterpretaciones o las escenificaciones –es decir,
canciones infantiles a las que algún gil le hace algún tipo de escenificación con
muñequitos, con animación o con cosas por el estilo. Pero no aparece MEW cantando
en persona, salvo en estos fragmentos (vamos a ver otros más adelante) que son de una
película que filmó en 1971 que se llamó “Juguemos en el mundo”. El guión
cinematográfico es de la propia MEW, la dirección fue de María Herminia Avellaneda –
a la sazón, todavía su pareja. Y los personajes que guían la acción –la película es
bastante mala, gracias a dios– son Doña Disparate y Bambuco, dos de los famosos
personajes de MEW de su etapa de literatura infantil. La que hace de Doña Disparate es
Perla Santalla, a la que quizá alguno haya visto en como mala en alguna telenovela
argentina, igual bastante distante, ya debe estar muy viejita Finalmente, lo que pudimos
ver era Palito Ortega interpretando una canción que es de su autoría junto a MEW, esto
es: la compusieron juntos. Cada uno grabó su propia versión –por supuesto que ha sido
reversionada un infinidad de veces– y me interesaba la de Palito Ortega porque una de
las cosas en las que insistimos bastante a lo largo de la reunión pasada era que si
estábamos con MEW era porque nos permitía pensar cuestiones de la cultura de masas,
nos permitía pensar cuestiones de la industria cultural y entre otras su alianza, sin
ningún tipo de problemas, con Palito Ortega, que, a fines de los ’60, era un tipo
minuciosamente execrado por los ámbitos intelectuales y más o menos progresistas. No
estaba claro todavía que Palito Ortega era un facho chupacirios. No era tan claro. Esto
se va a poner mucho más claro después de…uy, hoy es 23 de marzo. Después del 24 de
marzo de 1976, donde Palito Ortega le siguió cantando al ejército, a la marina, a la
fuerza aérea… “Me gusta el mar, tengo alma de marinero”, “Yo tengo fe que un día…”
etc. Pero igualmente, antes de declararse un derechista convencido, Palito Ortega era un
tipo muy resistido por los ambientes intelectuales, por los ambientes más o menos
progresistas…El mundo del rock…para el mundo del rock Palito Ortega era…se
imaginan. La quintaesencia del mal, el demonio hecho persona. Y sin embargo MEW
no tiene problemas en producir esta alianza (por supuesto efímera) y grabar esta canción
que había producido con Palito Ortega. La versión de Palito Ortega es tan odiosa como
todo lo que ha hecho a lo largo de su dilatada carrera. Pero también es interesante que, a
diferencia de la propia obra de MEW dedicada a los chicos, donde los chicos aparecen
en las letras, en los universos representados (volveremos sobre esto en un segundo), en
la canción de Palito aparecen los chicos como voces. ¿Se fijaron que cada dos versos
hay un coro infantil que repite el verso –la la la la-? Un coro angelical de niños que
repite “la la la la”. Los chicos entran en escena de la mano de Palito como no lo hacen
con María Elena, pero lo hacen solamente con función de comparsa, en función de un
coro que repita y repita lo que la voz adulta está sosteniendo. Y esto es apenas una señal
–volveremos sobre esto a lo largo del curso– pero yo, sinceramente, tiemblo. Alguna
vez con un compañero de la cátedra aquí presente decía que a Charly García había que
obligarlo a volver a drogarse…Bien, la cosa no es solamente porque el pobrecito ya no
puede cantar, sino porque además en cualquier momento estamos, muchachos y
señoritas, estamos frente al disco tributo rockero a Palito Ortega, me cago en dios. Que
ya se haya hecho con Sandro, vaya y pase. Vamos a hablar de Sandro a lo largo del
curso. ¿Pero se imaginan un disco tributo a Palito Ortiga donde Divididos haga “La
felicidad”, por ejemplo? Y sin embargo, este reacomodamiento de cargas a los que los
tiempos modernos, o posmodernos, llámenlos como quieran, nos obligan, pareciera que
hay cierta reivindicación en el aire de Palito Ortega. Dios no lo permita, y en ese caso
no tendremos más remedio que dedicarle una clase entera a Palito Ortiga, por favor que
dios no lo permita.
Jóvenes, y jóvenas, nuestro primer teórico ya está colgado, está colgado desde ayer,
este es el plazo habitual, vamos a tratar de que esté todos los martes. Vamos a tratar de
acortar ese plazo para la fecha del parcial, del que hablaremos en apenas segundos,
porque para aquellos que no pueden venir al teórico siempre va a existir ese desfasaje.
No puedo tener el teórico desgrabado al día siguiente, pero vamos a hacer el esfuerzo de
esa semana en particular, que el domingo esté colgado para que lo puedan ver antes del
parcial, pero si no el ritmo seguramente va a ser este. El teórico creo que está muy bien
desgrabado, está corregido, pueden confiar en él, aunque aclaro algo: un teórico no es
un texto. Ustedes tienen una serie de módulos donde se recopila la bibliografía
obligatoria de la cátedra. Los teóricos no son bibliografía obligatoria; los teóricos son
un lugar donde venimos a trabajar, a pasarla bien, a provocar y ser provocados, como he
dicho, a discutir los temas, etc., etc. Pero no son un texto, ¿de acuerdo? No citen el
teórico. “Dice Alabarces, 2011” ¡No! Paren. Eso no es un texto. Más: tratamos de que
esas grabaciones se autodestruyan cinco segundos después de terminado el teórico, para
que nadie pueda usarlas como prueba jurídica. Ahora bien, lo que me permiten las
desgrabaciones es corregirlo. Van a ver en la desgrabación del teórico varias notas al
pie…varias…unas pocas, una central, una bastante importante es una metida de pata.
Yo a lo largo de la clase dije varias veces “Rythmes” pensando que estaba usando la
palabra inglesa “Rythmes”, que significa ritmos. ¿Qué pasó? Confié en Pujol. En el
texto de Pujol está como dice al comienzo “r-y-t-h-m-e-s” y yo pensé que eso era
correcto, cuando en realidad le falta otra “H” más, y es la palabra inglesa “ritmos”. Pero
en realidad, esto no es un error de Pujol, es un error del corrector del libro, y es un error
de este pelotudo que no fue a chequear que en realidad la palabra correcta era “rhymes”,
es decir rimas. Es decir que cada vez que yo decía –dije dos veces- “Nursery rythmes”
pensando que quería decir ritmos, era “Nursery rhymes”, es decir rimas, versos para
chicos. El otro error, más de bocón y apresurado era cuando escuchábamos Don Enrique
del Meñique y dije un corrido…¡Alabarces! Es una ranchera, no un corrido. Es una
ranchera, también ritmo mexicano. Igualmente no contradice el argumento en el sentido
de que MEW trabaja con ritmos y melodías bastante variados que tienen que ver con
proveniencia folklórica, canción popular latinoamericana, la canción española, etc.
Ahora voy a hacer un pequeño paréntesis, porque esto era el cierre de la clase pasada,
y entonces queda como comienzo de la actual, y es que nos metimos, como decían los
latinos, en media res, en el medio de la cosa, apuntamos directamente a los contenidos
de la clase, pero dejamos de lado, y lo quise retomar al final, varias observaciones
respecto a “buenas tardes, esto es una cátedra, soy el profesor titular, hay un equipo, una
serie de ayudantes”, así que necesito detenerme unos minutos y decir “bueno,
bienvenidos, esto es una cátedra, esto es una materia, esto es lo que ustedes van a tener
que aprobar al final del cuatrimestre” y dos o tres cosas al respecto son importantes. La
primera, por ejemplo, no es menor, y la urgencia del tema me hubiera obligado a decirlo
la vez pasada. Estamos en un momento complicado, no de la toma de la facultad, que
nos reestructuró de manera muy drástica el año pasado. Esperemos que no ocurra de
nuevo, pero bueno…no le esquivaremos el bulto al debate. El punto es que nuestros
salarios están intocados, no porque no los usemos sino porque no nos los aumentan,
desde hace muuuchos meses. Y el gobierno nacional, en un gesto de generosidad que lo
enaltece, nos acaba de ofrecer un 15%. Luego reforzado con un 1,6% en el mes de
agosto. Hasta los gremios kirchneristas hasta los huevos dijeron “nos están cargando”.
Se rieron. Entonces se paró la negociación y se volvió a ella esta semana. El gobierno
nacional demostró su generosidad, con una tesorería llena de plata, de mucha caja y dijo
“16%”. Quiero decir, estamos con riesgo de paro. Objetivamente, si me preguntan mi
opinión personal, yo no hubiera empezado el cuatrimestre. Así como los maestros
forzaron la negociación en la última semana de febrero para empezar las clases, yo
hubiera hecho exactamente lo mismo. En estas condiciones…esto es, nuestro salario ha
mejorado, no cabe duda, no le hagan caso a ciertos bombos kirchneristas que andan
diciendo que ganamos el 1000% más…No. También es cierto que arrancamos tan abajo
que la herencia del menemato-aliancista fue tan gravosa que cualquier tipo de aumento
era importante y nuestros salarios se han incrementado. Pero les puedo asegurar que no
estamos en la riqueza, con salarios ubérrimos ni mucho menos. Entonces estamos en un
momento complicado, y con esto no quiero amenazarlos, “va a haber paro”. Es una
situación concreta de negociación salarial en la que estoy confiado, en la que espero que
haya buenas noticias, y además lo espero como usuario cotidiano de ese salario. Vivo de
esto, mis compañeros viven de esto también, así que esperemos que esto se solucione.
Pero: actitud frente a los paros. La cátedra no es un organismo gremial, es una
estructura académica, no toma decisiones gremiales; cada compañero decide qué hace
frente a una situación de paro. Lo único que tenemos acordado es que no hacemos paros
domingueros, no nos vamos a casa, venimos al aula y explicamos, “miren, hoy es un
paro activo, vamos a discutir la situación, vamos a dar parte de clase…” pero vamos a
estar siempre acá. Eso lo vamos a hacer todos los integrantes de esta cátedra. Y luego
trataremos, de ser necesario, de comunicarnos a través del órgano de comunicación que
ustedes ya han testeado, que es nuestra web.
Y aquí ya entro, ahora sí, en información de la cátedra. Ya todos saben que tenemos
una web, entran por las cátedras de la facultad, que todos ya conocen. ¿Alguien tiene
alguna duda? Nuestra dirección es muy larga, www.sociales.uba.ar/catedra/alabarces
creo que es algo así, pero es muy fácil acceder. La página la administramos nosotros y
la mantenemos muy al día, por ejemplo ayer estaba colgado el teórico, ahí tienen textos
complementarios, indicaciones, la usamos de cartelera de noticias. No tenemos
facebook. Hay uno muy divertido para eso…hay dos. ¿Saben que hay una aplicación de
facebook que cuando ustedes clickean dispara una frase mía? Esa es la razón por la cual
vamos a borrar los teóricos. Y hay otra que se llama “Alabarces enano pedante, te
bancamos a muerte”. Yo no fui su organizador, obviamente. Pero no tenemos facebook,
nuestro medio de comunicación es solamente la página. Todos los ayudantes les han
pedido sus direcciones de mail, lo cual nos permite en caso necesario disparar un mail a
todos los alumnos, pero la información la centramos en la página web. Presten atención,
pónganla en su barra de marcadores, porque les conviene tenerla a lo largo del
cuatrimestre. El programa está tanto en los módulos que hemos impreso como en la
página; todos los apuntes los saca el centro de estudiantes, por una cuestión de
principios. Desde que soy titular de esta cátedra, jamás le dimos los apuntes a alguien
que no fuera el centro de estudiantes…digo, los negocios privados, problemas de los
privados. Para nosotros es algo básico que son los estudiantes los que tienen que
administrar los apuntes, todo lo que necesiten va a estar ahí. Una compañera me hacía la
observación de cómo en el programa figura que para la próxima semana hay dos textos
que no se reproducen en apuntes. Porque la verdad, reproducir el “Martín Fierro” era
una ridiculez. Eso es lo que ocurre con apenas esos pocos textos, una selección que
hicimos del “Martín Fierro” para que hagan una lectura en diagonal y sepan de qué trata
(habla de un gaucho)… y lo mismo pasa con “El matadero”; cuento celebérrimo de la
literatura argentina que todos ustedes vieron en algún momento de la secundaria. Si
estaban en el recreo problema de ustedes, pero digo… “El matadero” está colgado en
mil lados en la web y lo pueden leer por su cuenta. Todo el resto está dentro de los
módulos de apuntes. Como les dije, les pido por favor que lean. Fui a buscar el material
a apuntes, para tener una copia, y me encuentro con una larga fila de gente que dice
“¿me das Alabarces? ¿Me das Alabarces?” Más allá de lo que significa como
significante “Me das Alabarces”, es muy gracioso, no deja de llamarme la atención que
una semana después de que empezaron las clases van a comprar los textos…entiendo.
“Me pagaron ayer, boludo, qué querés que haga…” Pero se acuerdan que cerré la clase
diciendo “lean para la próxima”…Entonces van y lo buscan cinco minutos antes para
hacer esa lectura en diagonal…
No me jodan, es importante, lean antes de venir a clase. Porque esto es lo más
importante de lo que tengo que decir ahora, es el contrato de trabajo que tenemos que
establecer de acá hasta junio. Sobre esta cátedra hay muchos mitos. Uno de ellos es “son
terribles, son durísimos”; “en los teóricos te cagás de risa y después te hacen mierda”,
una de las frases más usuales. Ustedes están asistiendo, en realidad, a una cátedra nueva.
Saben que la vieja cátedra Alabarces, que duró del 2000 al 2010, se subdividió, y ahora
hay una cátedra Alabarces y una cátedra Rodríguez. María Graciela era la adjunta de la
cátedra; partimos la cátedra en dos y entonces quedaron dos equipos. Uno va a dar en el
primer cuatrimestre y otro va a dar en el segundo cuatrimestre. Esto es fantástico, y
todos aquellos que dicen que esta cátedra no vale un bledo, recursan en el segundo y
van a ver cuánto valemos nosotros. Esas son competencias boludas en las que no nos
vamos a meter. Pero lo cierto es que estamos estrenando cátedra, estamos estrenando
equipo de ayudantes, todos venían de antes por supuesto. Bueno, es esto, son los nervios
del estreno. Pero lo que se mantiene en pie son los principios que ordenaban nuestro
trabajo durante los diez años anteriores, y es que esto nos lo tomamos en serio, hasta los
chistes nos los tomamos en serio Nosotros creemos en ese viejo asunto según el cual
esta es la Universidad, una Universidad pública, y eso es un privilegio, porque las clases
populares están casi minuciosamente expulsadas de la universidad argentina, y a ella
solamente llegan las clases medias y medias-altas. Y entonces, aunque sabemos que
esto no es gratuito, porque no en vano desfilan por los pasillo y pagan apuntes y pagan
los boletos de colectivo, y tienen que morfar…igualmente esta es la universidad
gratuita, y la Universidad de Belgrano, la Universidad del Salvador, la Católica, San
Andrés, la de la Empresa y tantas otras que andan por ahí, nunca contarán con nuestra
presencia. Ustedes tienen ese privilegio. Estamos acá y estamos para trabajar con
ustedes. Y nos la creemos, pero nos la creemos no en el sentido de nos ponemos
pedantes, orgullosos y soberbios –que también lo somos. Nos la creemos en el sentido
de que trabajamos en función de ese mito. Este es nuestro trabajo. Vamos a cerrar el
curso haciendo mucho hincapié en el goce que este trabajo significa para nosotros y en
el goce que queremos transmitir. Ustedes van a leer, además de laburo, pasión, alegría,
buen humor, mucho goce en este trabajo. Pero también un compromiso fantástico, eso
de que en esta cátedra la gente no falta, si se enferma buscamos como suplirlo, somos
puntuales, preparamos las clases, etc. ¿Qué pedimos a cambio? Exactamente lo mismo,
nada más. No falten, no se enfermen, lean, laburen. El secreto de esta materia es
solamente leer antes de la clase, leer después lo hace cualquiera. La gracia es leer antes,
porque eso les permite discutir con más potencia en los teóricos y en los prácticos. Y a
eso se reduce todo.
El mito del final…en esta cátedra se realizan dos parciales, uno presencial en la
comisión de trabajos prácticos y uno domiciliario y en grupos, lo van a tener al final del
cuatrimestre, pero todo eso ordena un régimen de promoción con final. Aquel que saque
entre 4 y 10, va a dar un final oral, el que saca menos de 4, lo lamento, pero recursa. El
final…sobre el final se han construido muchos mitos que, cada vez termina un final,
saco las cuentas, digo “a ver a cuántos bochamos”, y la cifra es siempre 12%. Esto
es…ni Campolongo, ni Mastrini, ni lo que se les ocurra, tenemos un porcentaje estable
y además la facilidad con que sus compañeros y compañeras se aplazan a sí mismas
realmente es digna de envidia. No necesita nuestra intervención; se sientan, tiemblan y
dicen “¿sabés qué? Aplazame”. Así que olvídense de eso, si no producen esa frase y la
reemplazan con laburo…y el laburo es lectura y discusión, lectura y discusión, no hay
más secreto que ese. Y la última cuestión sobre esto…perdón, dos más. Como les había
dicho, nuestro cronograma incluye dos evaluaciones; la primera, su versión presencial
en los trabajos prácticos se va a producir en la semana del 2 al 6 de mayo, en la primera
semana de mayo ustedes van a dar su primer parcial. Y luego, en la semana…un mes
después, la semana del 6 al 10 de junio en las comisiones les van a dar las consignas
para el segundo parcial, que van a entregar una semana después. Tanto el primero como
el segundo tienen una instancia de recuperatorio, para ausentes y para aplazados, que va
a ser el miércoles 29 de junio, a las 19hs, en este lugar. Es el único momento en que
unificamos la evaluación. El recuperatorio para ausentes y aplazados del primero o del
segundo es el miércoles 29 de junio en este lugar, una semana después de terminadas
estas clases –el último teórico lo vamos a estar dando el 22 de junio y una semana
después tomamos el recuperatorio. Sí, es así: un recuperatorio, así que no pueden
aplazar y faltar a los dos parciales. Y ambos parciales tienen también un plus agregado,
y es que tienen una parte de prácticos y una parte de teóricos, y ustedes tienen que
aprobar, por lo menos, las dos. Un 10 en la parte de prácticos, un 0 en la parte de
teóricos se traduce en un 2. Tenemos una matemática personal que nos permite ese tipo
de juegos. No especulen, no se jueguen a “los teóricos son copados, leo de eso y no veo
los prácticos” porque ahí sí, eso es el “me siento y le pido que me aplace”. Esos son los
únicos trucos, códigos que manejamos con respecto a las evaluaciones. De cómo es el
final hablaremos, por supuesto, al final. Pero con eso entonces terminamos nuestro
capítulo burocrático y volvemos las cosas más interesantes, tales como qué pasa con los
niños.
Cerramos la vez pasada haciendo una referencia a cómo la cuestión de la infancia
puede aparecer de distintas maneras en la cultura de masas. Podía aparecer, por ejemplo,
como esos niños estimuladitos, llenos de inteligencia, que se podían relacionar con las
canciones de MEW, y que podían aparecer representados en las canciones de MEW.
“Osías el osito en mameluco” por ejemplo, esta teatralización de un niño, por ejemplo,
que entra a una tienda y dice “no quiero cuentos a botón, quiero una abuela en camisón,
que me cuente, que me lea”. Estos niños que aparecen representados en las canciones de
MEW son niños plenos de inteligencia, de audacia, de creatividad, de verdad, como
dijimos, niños y locos siempre dicen la verdad. Entonces esas canciones intentan evitar
el disciplinamiento y fomentar la creatividad y ese tipo de infancia es lo que se
representa. “Representa”. Palabra a la cual vamos a volver obsesivamente a lo largo de
la clase y a lo largo del curso. Porque inmediatamente pegamos un salto y vemos cómo
en Favio hay otro tipo de infancia en un texto contemporáneo, se acuerdan de “Crónica
de un niño solo”, de 1965. Entonces los niños que se representan y los modos que los
representan son otros. Frente al color figurado, metafórico de MEW, lo que aparece es
el blanco y negro de un Favio. Claro, además buena parte del film está narrado adentro
de un reformatorio, adentro de una institución, entonces los colores son necesariamente
negros, grises, muy opresivos. Pero además esos niños son niños marcados por una
situación de clase; la clase social en MEW está absolutamente esfumada, absolutamente
elidida; no hay nada en toda la obra de MEW que nos permita pensar en la clase social.
La clase desaparece como algún tipo de articulación; lo que aparece como una
articulación clara en los textos sobre niños es la articulación de edad, etaria. Niños por
un lado, adultos por el otro. En la obra para adultos, política, va a aparecer otro tipo de
articulación, que es la articulación de género. La cuestión hombre-mujer en la obra para
adultos de Walsh desplaza a la otra, pero la clase sigue sin aparecer, salvo en esos
versos que les recordaba al comienzo: “Quién fue mujer y fue trabajador, no puede
pensar que el tiempo pasado fue mejor”. Y fíjense cómo ahí aparecen dos
articulaciones: género y clase. ¿Se entiende lo que quiero decir con articulación? La
manera cómo determinada posición en la estructura social aparece representada en el
texto. Una articulación de género: quien fue mujer; una articulación de clase: quien fue
trabajador. Ninguno de ellos puede pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Pero,
en general, lo que aparece muy fuerte en la obra de Walsh (y más que en la obra, en su
propia posición biográfica) es la cuestión de género. En Favio, en cambio, en “Crónica
de un niño solo”, la clave es la clase social. Estos son chicos hijos de la clase obrera, de
las clases populares. Cuando Piolín se escapa del reformatorio, vuelve a la villa miseria,
y ahí claramente está inscribiendo esa pertenencia de clase tan presente en Favio que,
vuelvo a insistir como en la clase pasada, no implica, no está explicada por una
condición biográfica. No es que Favio tiene que filmar chicos de la villa metidos en un
reformatorio porque él personalmente es un cabecita de la villa metido en un
reformatorio. No hay esa transferencia. No es que Favio está condenado a narrar
historias de gronchos y MEW a narrar historias de lesbianas. ¿Está claro esto? La
biografía no determina. Condiciona, incide; hay algo que se llama el habitus. ¿Les
suena? Y la relación del habitus con la biografía y la condición de clase más o menos
todos la conocemos y algo verán al respecto en los prácticos. Pero lo cierto es que por
fuera de esa determinación, ambos producen textos distintos: en Favio entonces la
articulación central es la articulación de clase, la que permite poner en escena a esos
niños de determinada manera y no de otra. No es solamente en el cine donde esto
aparece, quiero que escuchen algo que ustedes deben conocer, no creo que sea nada
radicalmente nuevo:
(suena “Hay un niño en la calle”, en la versión de Mercedes Sosa y Calle 13 en
Cantora).
¿Lo conocen? En realidad son dos canciones: la primera, “Canción para un niño en la
calle”, de Amando Tejada Gómez en una versión de Mercedes Sosa, inigualable, como
todo lo que ella hace, y esa es la primera estrofa; pero de pronto aparece otra voz, y esta
grabación es del disco “Cantora”, pero en “Cantora” por lo general son duetos de
Mercedes Sosa con otros autores latinoamericanos, y acá no hay dueto. Acá cada
uno….en realidad no es que cada uno graba su parte, acá Mercedes Sosa no regraba su
propia versión original, sino que sobre su versión aparece la de Calle 13, que mantiene
la melodía, la cadencia, le agrega un bandoneón para hacerlo más tangueado, no
llega…no lo transforma en reggaeton evidentemente. ¿Pero qué aparece en la letra? Lo
que aparece en la letra es la perseverancia de la descripción, cuarenta años después.
¿Qué quiere decir que hay un niño en la calle? Lo que decíamos antes de la articulación
de clase: estos chicos son chicos pobres, y están en la calle, y son sometidos a la
explotación, al abandono, están en clara situación de dominación, pero no por su
condición de niño, por su condición subalterna de edad, sino duplicado por su condición
subalterna de clase. Cuarenta años después, lo que nos dice Calle 13 es que nada ha
cambiado, todo sigue igual. Ese niño sigue estando en la calle; es el mismo chico que
cuarenta años después puede pronunciar exactamente las mismas palabras. Estos textos
también son de la época, no es solamente el de Favio el que nos habla de otra niñez.
También en la cultura de masas puede aparecer esta canción de Tejada Gómez
interpretada por Mercedes Sosa…vamos a ver más adelante en el programa cómo esto
responde de manera muy clara a un fenómeno que es el Movimiento del Nuevo
Cancionero Argentino, de fines de los ’60, donde Tejada Gómez, César Isella, Mercedes
Sosa, el por entonces marido de Mercedes Sosa, Matus, el Partido Comunista, por
supuesto, tienen un protagonismo muy importante. Entonces los niños son esos chicos
juguetones de MEW pero también esos chicos de la explotación, la dominación, que
tenemos en Favio y que tenemos en Tejada Gómez. Ahora bien…cada vez que diga
“todos ustedes leyeron para hoy” pueden reírse. Todos ustedes leyeron para hoy otra
posibilidad, una posibilidad inclusive bastante más dura:
“Desde que empieza a dar sus primeros pasos en la vida, el niño proletario sufre las
consecuencias de pertenecer a la clase explotada. Nace en una pieza que se cae a pedazos,
generalmente con una inmensa herencia alcohólica en la sangre. Mientras la autora de sus días
lo echa al mundo, asistida por una curandera vieja y reviciosa, el padre, el autor, entre vómitos
que apagan los gemidos lícitos de la parturienta, se emborracha con un vino más denso que la
mugre de su miseria. Me congratulo por eso de no ser obrero, de no haber nacido en un hogar
proletario.”
Y frente a esto, pareciera que la representación de la niñez estalla. Pero no estalla en
mil pedazos, estalla en una sola dirección, en una dirección muy dura. Una dirección de
violencia libidinizada. Todos ustedes que han leído el texto saben cómo termina
Estropeado, el niño se llama Stroppani, y los compañeritos malvados a Estropeado lo
que hacen es... entre ¿tres o cuatro? Lo que hacen es –tres, gracias-, entre tres, es
someterlo, golpearlo, violarlo. Y entonces la representación del niño proletario que
estaba en la calle o estaba en el reformatorio del barrio, de pronto estalla con pura
violencia, pura dominación y pura muerte. La dominación estalla, en el sentido de pura
violencia, pura sexualidad y pura muerte. Y ahí entonces, caramba, qué está queriendo
decir Osvaldo Lamborghini en este texto, bueno, puede decir muchísimas cosas, pero
una de las que me aparece como prioritarias es que justamente, lo que Lamborghini está
poniendo en cuestión acá es la representación de los niños como catálisis, por decirlo de
alguna manera, de la representación de las clases populares. Que es una larga serie en la
cultura argentina que arranca en “El canillita” de Florencio Sánchez y pasa por toda la
literatura boedista o puede pasar por Favio, o puede pasar por Tejada Gómez. El niño
pobre se pone en escena para denunciar la situación del niño pobre, para denunciar la
explotación del niño pobre y de esa manera alcanzar la redención, porque lo que estos
textos musicales o literarios nos permiten leer es el deseo del intelectual de la redención.
¿Para qué nos sirve el niño pobre, trabajador, proletario? Para redimirlo. Para que salga
de esa situación de marginalidad, de pobreza. Para denunciar la explotación, la
marginalidad, la miseria, la pobreza, y entonces podamos alcanzar un horizonte más
promisorio, más democrático. Lamborghini clausura eso. Lamborghini dice “el niño
proletario está para ser sometido, violado, está para ser exterminado”. Esto, por
supuesto, Lamborghini no es que dice...no es una mezcla falaz de Macri, González Oro
y Eduardo Feinmann. Por favor... Yo soy un tarado. Desde la semana pasada que tenía
esto para mostrarles, y es un grado máximo en la representación de la niñez. Para esto
también sirven los chicos pobres, para hacer un lanzamiento de campaña. Este es otro
modo de relación con la representación de la niñez y la pobreza.
Vuelvo: Lamborghini no está postulando “salgamos a matar a los niños proletarios”.
Por favor, pongamos distancia con los textos, esto es literatura. La literatura produce
operaciones de representación; no es un espejo. No es que está traduciendo el deseo del
escritor, “matemos niños proletarios de ser posible con una buena garompa en el orto”.
No, chicos, por favor. En la parodia... ¿parodia? Se acuerdan cuando Lamborghini dice
un poquito más abajo, “Estropeado, pantalón cortito con un solo tirador”. Y entonces
ahí es cuando tuvo que resonar “Chiquillada”. Bien, lo que hace Lamborghini es
justamente parodiar la literatura y la cultura que representa a los niños proletarios, a los
niños pobres. En la parodia, Lamborghini señala el límite de esa representación. Lo que
Lamborghini dice es “cuando los intelectuales, o la clase media bien pensante, cuando
los sectores progresistas representan a los niños pobres, lo que hacen es auto-exculparse,
apostar a una redención que no va a llegar. En realidad, esos niños son sometidos a la
violencia, a la sexualidad y a la muerte”. Y es ahí donde estalla la representación.
Lamborghini está señalando todo el tiempo el límite. Al reunir todos los tópicos, todos
los estereotipos... ¿cómo son los niños pobres? Y… el padre es alcohólico, a la madre se
la trincan, el conventillo sucio, la miseria, el alcoholismo y todos los chicos se burlan de
él. Al juntar todos los estereotipos, de esa manera te señala el límite de ese estereotipo.
La parodia lo que hace con los estereotipos es cancelarlos. Es como si Lamborghini
dijera “déjenme de romperme las pelotas con los chicos pobres, a los chicos pobres, se
los quieren cojer, los quieren matar, los quieren anular”. Y es un texto del año 1969.
Hoy es 23 de marzo, mirá vos. Lamborghini anuncia en el ’69 que la violencia
dominante se va a volver violencia de clase libidinizada, se va a volver pura violencia,
violación, desaparición y muerte. Es un texto que al clausurar el esteorotipo, también
está anunciando algo, es un texto muy profético. Dice una comentarista, Amelia Barona,
que es un texto que por un lado, representa la separación de clase pero además la
libidinidiza, la sexualiza. La redención se vuelve violación en la muerte de Estropeado.
Fíjnse que además ese chico, Estropeado, en el cuento no habla. Acá el cuento extrema
la crítica de Lamborghini al estereotipo redentorista de la literatura: este chico no habla,
abre la boca para que le introduzcan un falo, pero no puede hablar. El resultado, dice
Amelia Barona, es esta escritura estallante, que clausura todas las representaciones
anteriores de la miseria preocupadas por la reparación. Lo que aparece, lo que se pone
en escena, es la voz libidinosa del odio de clase. Frente a la posibilidad, como decíamos,
redentorista, esperanzada, evangélica, “hay un niño en la calle, dale tu mano y ayúdalo a
salir de la miseria”, frente a eso Lamborghini dice “se los van a coger a todos, y no va a
quedar ninguno”. Siete años antes de que no quede ninguno.
Claro, esto no puede estar en la cultura de masas; esto lo puede decir la literatura.
¿Por qué no puede estar en la cultura de masas? ¿Se imaginan un corto de ficción “El
niño proletario”? No puede circular. ¿Se entiende lo que quiero decir? Léanlo,
imagínenselo fílmicamente, ese texto no puede existir. Ese texto no puede entrar en la
cultura de masas porque está en el límite de aquello que puede ser representado, y los
problemas de los que estamos hablando, de los que vamos a hablar todo el cuatrimestre,
son los problemas de qué puede ser visto, qué puede ser representado, qué puede ser
dicho, quién puede decirlo. Este texto, la cultura de masas no lo puede decir, no lo
puede ver, no lo puede poner en escena. Esta violencia libidinizada de clase no puede
ser representada. Por eso tiene que circular por otro circuito como es la literatura. Ni
mejor ni peor: otro. La literatura puede decir cosas que la cultura de masas no puede
decir. No es el mismo caso del texto que supongo ya conocían y que habrán visto para
hoy, el texto de Rodolfo Walsh, que también circula por la literatura, pero podría
circular por la cultura de masas. ¿Por qué? En “Un oscuro día de justicia”, a la sazón el
último cuento escrito por Walsh, la última ficción escrita por Walsh... Hay una clase que
nos va a ocupar aproximadamente...fines de mayo si no recuerdo mal, en la que vamos a
volver sobre esto, la representación de lo popular en su obra, y ahí volveremos sobre
esto. Es interesante, este texto, escrito en 1967, es decir, contemporáneo a todo lo que
estamos diciendo, es el último texto de ficción de alguien que en adelante solo va a
escribir periodismo... como si el periodismo no fuera ficción. Volveremos sobre eso.
Pero este es el ultimo cuento. En el texto de Walsh, al final, todos recuerdan la trama.
Tiene que ver con lo que se llama “la serie de los irlandeses”, son tres cuentos, “Los
oficios terrestres”, “Irlandeses detrás de un gato” y “Un oscuro día de justicia”, son tres
cuentos que cuentan historias de chicos en un colegio internado para irlandeses. En
parte una clave autobiográfica –Walsh estuvo en su infancia internado en uno de esos
colegios-, lo cierto es que en este cuento uno de los chicos, verdugueado por el celador,
empieza a hablar de “ya van a ver cuando venga mi tío Malcolm”. Todos preguntan
“quién es tu tío Malcolm”. “mi tío Malcolm es graaande, es más grande que un puma”.
Los va a venir a cagar a palos, digamos. Y después el celador lo verduguea al pibe, y el
pibe dice “lo voy a llamar al tío Malcolm”. Y los compañeros le empiezan a dar manija,
“dale, que venga el tío Malcolm”. Y un día aparece el tío Malcolm. Y en la última
escena el tío Malcolm llega, están todos los chicos ahí en el prado, aparece el celador y
el celador, conciente de su destino ineluctable, va a enfrentarse a los golpes con el tío
Malcolm. El tío Malcolm se arremanga, se saca el saco, y lo entra a cagar a piñas de una
manera vergonzosa. Pum, pam, una maravilla; lo está fajando al celador y de pronto
Malcolm saluda. No, claro, los chicos lo ovacionan, “Malcolm, lo estás cagando a
palos”. Y Malcolm como un boludo dice “hey hey” y como dice Walsh, “qué necesidad
tenía de saludar”.
“Allí acabó la felicidad, tan buena mientras duraba, tan parecida al pan, al vino y al amor.
Recuperado Gielty sacudió al saludante Malcolm con un mazazo al hígado, y mientras Malcolm
se doblaba tras una mueca de sorpresa y de dolor, el pueblo aprendió, y mientras Gielty lo
arrastraba en la punta de sus puños como en los cuernos de un toro, el pueblo aprendió que
estaba solo, y cuando los puñetazos que sonaban en la tarde abrieron una llaga incurable en la
memoria, el pueblo aprendió que estaba solo y que debía pelear por sí mismo y que de su propia
entraña sacaría los medios, el silencio, la astucia y la fuerza, mientras un último golpe lanzaba al
querido tío Malcolm del otro lado de la cerca donde permaneció insensible y un héroe en la
mitad del camino.”
Es una acumulación perfecta, tiene ese ritmo maravilloso de la escritura walshiana:
“el pueblo aprendió; el pueblo aprendió que estaba solo; el pueblo aprendió que estaba
solo y que debía pelear por sí mismo; el pueblo aprendió que estaba solo y que debía
pelear por sí mismo y que de su propia entraña sacaría los medios, el silencio, la astucia
y la fuerza”. Y entonces estos chicos golpeados se vuelven metáfora clásica: los chicos
son el pueblo, son el pueblo que no tiene que esperar un héroe providencial. Las
interpretaciones difieren: el texto es contemporáneo de la muerte del Che. Hay otros que
dicen que sería Perón: la idea del que viene de afuera, modelo político si los hay, el que
llega para salvar, para conducir y frente a eso Walsh propone “no, nosotros mismos
debemos aprender a sacar la astucia, la fuerza”, etc. Pero todo esto aparece representado
–insisto con la palabrita-, representado en este mundo infantil. Los niños son el lugar
donde experimentar estas posibilidades redentoristas, que Lamborghini, por el contrario,
clasura de manera drástica y radical.
La mayoría de estas cosas están ausentes en la obra de MEW. Hacia 1968 MEW
estrena un espectáculo para adultos, que se llama “Juguemos en el mundo”, y entonces
las posibilidades de que la obra de María Elena se cruce con lo político son mucho más
fuertes. Los textos que podemos llamar políticos o que hacen una referencia al mundo
cotidiano, político, legal, histórico, son estos, los posteriores a 1968. Sin embargo,
vamos a ver que en esos textos la clase sigue afuera, la violencia sigue afuera, la
sexualidad sigue afuera, no la hay en esos textos de MEW. Sino que,
fundamentalmente, lo que aparece organizando la cosmovisión de MEW es el género.
Esto es: amén de toda una serie de retóricas más o menos progresistas, el texto clave de
MEW es aquel que nos habla de una posición de género. Esto aparece, como decíamos,
en sus textos, en su obra, pero va a aparecer con mucha más fuerza en pocos testimonios
periodísticos. MEW siempre fue muy pudorosa a la hora de hablar de su sexualidad.
Algo dijimos la semana pasada. Siempre alegaba un pudor anglosajón. El lesbianismo
de MEW era una especie de secreto a voces, y mucho más a voces después de los ’80,
cuando, por ejemplo, como dijimos, con María Herminia Avellaneda y Susana Rinaldi,
famosas lesbianas, pone el programa “La cigarra”. Pero, en general, la homosexualidad
de MEW era una dato escamoteado, que acepta en un par de ocasiones, en una larga
entrevista ya en los últimos años de su vida. Dice MEW: “El amor entre hombres está
más liberado, porque ellos son piolas y liberan todo a su favor”, muy buena frase: “El
amor entre hombres está más liberado, porque ellos son piolas y liberan todo a su favor,
pero a las mujeres nos cuesta más, y cuando nos sancionan nos dan con todo. Yo no veo
mal con tener una cuota de secreto; no creo que haya que andar ventilando las
cuestiones íntimas o hacer de la sexualidad una pancarta”. Esta es la clave que le
permite, la habilita a escamotear la homosexualidad; la cual no le impide por el
contrario, mantener una fuerte militancia feminista en sus posiciones públicas, con
cosas tales como: “vivimos en una sociedad machista, y además intensa,
románticamente homosexual: los varones insisten en crear conflictos bélicos porque
adoran vivir entre ellos, sin mujeres, confinados en las fuerzas armadas y luciendo
coquetos uniformes y hermosas condecoraciones. Sacralizan el deporte porque nada les
gusta más que abrazarse y manosearse después del partido. Hasta son capaces de ganar
en todo con tal de premiarse con esos arrojos viriles”. No voy a desviarme demasiado,
porque esto ha sido objeto de una vulgarización por parte del inefable Juan josé Sebreli,
que sostiene que la demostración de la homosexualidad latente que existe en el fútbol
consiste en esas tocaditas de culo que abundan en todos los partidos, y esto es una
vulgarización ya bastante excesiva. Pero es cierto que el homoerotismo masculino es
una cosa muy notoria, muy clara y que habla... no habla de la tolerancia, sino que habla
de un machismo tan exacerbado que dice que los machos son fantásticos hasta cuando
se la ponen. ¿Se entiende lo que quiero decir? En cambio, dice MEW, “a nosotras todo
nos cuesta más”. Dije la vez pasada, de manera bastante estentórea, “puto es cualquiera,
pero para ser lesbiana hay que bancársela”. Entonces esta clave, que tiene que ver con la
diferencia de género, en MEW es muy constante y muy presente, pero tampoco aparece
exhibida en su producción en la cultura de masas.
Lo que aparece en esas canciones por un lado es un punto de contacto... ¿qué quiero
decir con un punto de contacto? La producción de María Elena Walsh desde el ’68 en
adelante, las canciones para adultos, hacen serie, sintonizan con lo que era el
movimiento de la nueva canción argentina, que no es el Movimiento del Nuevo
Cancionero, al mismo tiempo que Tejada Gómez, Mercedes Sosa, Isella y tantos otros
andaban dando vueltas por el nuevo cancionero, otro grupo de intelectuales, de
cantantes, de poetas, pero todos ellos porteños, abordan una Nueva Canción Argentina.
¿Quiénes eran esos hombres? Bueno, Jorge Schusseim, Jorge de la Vega, Marikena
Monti o la inefable, a la que todos deben conocer...¿conocen esta voz, no es cierto?
(suena “Soldadito boliviano” interpretado por Nacha Guevara)
Y ahí aparece la clave de esto: el Che Guevara...¡bravo! ¡bravo! Liberación...¡bravo!
¡bravo! Proletario...¡bravo! ¡bravo! En fin, una serie de palabras fetiche que arman un
campo semántico progresista, denuncista, comprometido, pero además...y a
propósito...¿ya saben quién era? Nacha Guevara. ¿Cómo era? Clotilde Acosta, ¿No?
Cuando fue la diputada estrella que duró...15 segundos, ¿se acuerdan? En la lista de las
bonaerenses del 2009. Bueno, Nacha Guevara fue quizás la más notoria de las
integrantes de este movimiento de la Nueva Canción Argentina. ¿Quién es el que está
con un BlueTooth tratando de meterse en mi computadora? No van a encontrar nada
extraño, eh. No están las preguntas del parcial, por ejemplo. Decía: además de ese
énfasis denuncista, del énfasis comprometido de esas clases medias progresistas de los
’60, esto, insisto, no está exento tampoco del humor, que también abunda en MEW:
(suena “El tiempo no tiene nada que ver”)
“El tiempo no tiene nada que ver”, de Nacha Guevara y Alberto Favero, por ese
entonces su pareja y pianista. Este tipo de rasgos, es decir, el compromiso, la denuncia,
el progresismo y el humor, aparecen en la MEW de los años ’60 de la que ustedes
conocerán esto:
(suena “Los ejecutivos”)
Es un valsecito. “Tienen la sartén por el mango y el mango también”. Sergio Pujol,
en un texto que escribe sobre “Los ejecutivos”, que como dije es una de las canciones
más famosas de ese recital y de ese disco, señala la… fíjense que no digo paradoja, pero
lo que MEW denuncia, con humor y con gracia, con una melodía agradable, con cierto
cinismo, que es “los ejecutivos como dueños del mundo” se transforma cuarenta años
más tarde –Pujol escribe el libro en el 2010-. Dice “Cuarenta años después, la población
argentina vota ejecutivos”, en clara referencia a Macri y De Narvaez. Aquello que
aparece como objeto de la crítica y el cuestionamiento, cuarenta años después aparece
como objeto del deseo, y eso nos habla de varias transformaciones culturales, políticas,
económicas y sociales. Lo cierto es que en estas canciones, algunas muy lindas, bueno,
tengo todos los discos, si quieren las escuchamos todas, pero nos va a llevar mucho
tiempo, en estas canciones María Elena se ocupa de ciertos lugares comunes de la
crítica ilustrada, esto es: los ejecutivos, la policía... tiene un foxtrot que se llama “The
kana”: “ella me cuida, ella vela por mi vida”...y uno no tiene más que recordarla cuando
se encuentra con acontecimientos como el del domingo pasado, cuando la Federal cuidó
con ahínco, dedicación y cariño la vida del pobre hincha de San Lorenzo. Son, no voy a
decir lugares comunes, estos lugares comunes se inventan en ese momento, y MEW
contribuye a inventar esos lugares comunes de la crítica ilustrada política. Más
interesante es lo que ocurre con la politización que recibe la obra de Walsh por fuera de
su propia producción original. Hay un caso que a mí siempre me fascinó, que algunos
deben conocer, y que es esta película de 1985:
(se proyecta el final de La historia oficial)
Este es el final, es la última escena. ¿Conocen esta escena? Es la escena final de “La
historia oficial”. Lo que tenemos es a Héctor Alterio, el malvado que se ha apropiado de
esta niña, y Norma Aleandro, esa mujer llena de entereza que toma conciencia de que el
marido es un reverendo hijo de puta y que la hija que tiene es apropiada. La película,
como corresponde...las películas argentinas que ganan el Oscar, por definición, son una
cagada. Lo comprobamos el año pasado. Esta también la era, una historia que tributaba
a la teoría de los dos demonios, esto es: estaban Alterio por un lado y estaba Chunchuña
Villafañe, que era la amiga exiliada de Norma Leandro, cuyo marido había sido
guerrillero, y entonces en un momento Chunchuña le dice a Alterio: “vos y mi marido
son la misma mierda” –teoría de los dos demonios acá está, se las presento- y todo se
reducía a –hay que reconocer que es la primera vez que las Abuelas de Plaza de Mayo
ingresan a la ficción cinematográfica- esta mujer de clase media que llega a la
conciencia de que “algo habrán hecho, algo habrá pasado”. Pero a pesar de la mierda
que es la película, lo interesante es el cierre. La nena pasa toda la película intentando
aprender “En el país del nomeacuerdo”. La va intentando, la va a ensayando... Es una
nena apropiada, insisto, “hija de subversivos”1, y toda la película trata de aprender “En
el país del nomeacuerdo”, y en la escena anterior se la canta al padre por teléfono, y
cierra la película cantándola después. La canción organiza la película, “En el país del
nomeacuerdo” de MEW. Una canción para chicos que, sin embargo, organiza la primera
película estallante que está hablando de los efectos de la dictadura en la sociedad
argentina. Fíjense cómo todos conocen la letra:
En el país de Nomeacuerdo
doy tres pasitos y me pierdo.
Un pasito para aquí,
no recuerdo si lo di.
Un pasito para allá,
¡Hay que miedo que me da!
Un pasito para atrás,
y no doy ninguno más.
Porque ya, ya me olvidé
donde puse el otro pie.
La idea del “nomeacuerdo” está ligada con la cuestión de la memoria, y la memoria
está, en ese momento, sólidamente instalada junto a la cuestión de los derechos
humanos. Esto no está originalmente en la obra de Walsh, y sin embargo su obra es tan
potente que permite este tipo de capturas. Como dijimos la vez pasada, lo mismo ocurre
con la canción que da título a esta clase: “Como la cigarra”, cuenta Pujol que cuenta
MEW, fue una canción del ’74, anterior a la dictadura y que hablaba de situaciones más
o menos personales. Pero claro, a comienzos de los ’80 una canción que dice “tantas
veces me morí, tantas desaparecí, a mi propio entierro fui, sola y llorando” no tenía más
remedio que llenarse de otros sentidos. Claro, ¿por qué puede cargarse de otros
sentidos? Porque hay potencia, porque hay potencia metafórica, hay calidad estética, no
es Belén Francese, para ser muy exagerado, pero no es tampoco Alejandro
Lerner...bueno sigo siendo exagerado, ¿alguien menos boludo que esos dos me pueden
decir? Arjona, ahí está, no es Arjona tampoco, eso de que vos sos un tampón… hay
potencia estética, hay creatividad, hay inteligencia, y entonces esa capacidad metafórica
puede ser retomada, cargada de nuevos sentidos y puede ser transformada como ocurre
en “Como la cigarra”, en un, como dice Pujol, “himno de recuperación democrática”.
1 Este es el momento en que los alumnos y alumnas deben reponer un sentido irónico que aparece claro en la oralidad pero no tanto en la escritura.
Pujol señala también que hay una versión posiblemente suprema de esta canción, que
tiene muchas versiones, pero esta es lo único que voy a pasar completo en este curso. La
mejor versión de “Como la cigarra”. Tomémonos tres minutos. Como en misa.
(se escucha el tema en la versión de
http://www.youtube.com/watch?v=h0QFkpUhBFo)
Acá los boludos de Zupay terminaban a los gritos “yaayaayaya”; Mercedes en
cambio lo cierra, ¿no es cierto? No prolonga la frase, no abunda en el vibrato. Dice
Pujol dos cosas, una: “la canción parece haberse escrito para ella”, cosa que lo sabemos,
no fue así -la versión de Mercedes Sosa es bastante posterior, de fines de los ’70, ya en
el exilio-. Y dice otra cosa maravillosa, Pujol: su dominio vocal es absoluto, tan
perfecto que duele oirlo. Y es una versión muy despojada, la guitarra y ella, la guitarra
de “Colacho” Brizuela, que es descomunal, y le hace además el corito, se fijaron ese
saltito sincopado antes de entrar al estribillo, como que la guitarra juguetea antes de
entrar al estribillo... La versión es perfecta, duele de tan perfecta que es. ¿Estoy
exagerando?... Me chupa un huevo, ¿qué quieren que les diga? Sigue siendo una versión
única, increíble, pero además, claro, el condimento de verla a ella viva, tan joven, hace
30 años, la Negra tenía 40 años, cantaba parada, podía moverse, y es una voz perfecta.
Pero no es sólo una voz perfecta, no es solamente técnica, hay risa, hay juego, se ríe
mientras canta. Vamos a ver más adelante como esto…
Alumna: ¿Dónde es eso?
PA: es una grabación en Suiza, de una serie de actuaciones que hizo en Lucerna,
Suiza, mientras estaba en el exilio. Es un público no-nativo. Incluso...hay varias cosas
en Youtube...
Alumno: (inentendible)
PA: Lo dije, “Colacho” Brizuela, fue el guitarrista de Mercedes mucho tiempo. ¿Y
qué quiero decir con esto? No solamente el dominio de la técnica, la voz de Mercedes
Sosa era perfecta, pero esa perfección está al servicio de la interpretación...Mercedes
Sosa piensa cada frase, cada sílaba, y abre y cierra, y matiza y modula. ¿Y qué quiero
decir con esto, chicos? Esto también es cultura de masas. Esto no es cultura culta, no es
Mozart, ni siquiera es jazz, que es la música culta de los últimos 40 años... Esto es
música popular, es cultura de masas. Esto es una aparición en público de una cantante
popular que no hace otra cosa que grabar discos y dar recitales. No hace otra cosa. Esto
es cultura de masas. Entonces nos permite seguir pensando sobre las cosas que
queremos discutir a lo largo del cuatrimestre. ¿Qué es la cultura de masas? También es
el juicio estético. Esto es bueno, esto es supremo, es perfecto, no se puede volver a
cantar así. No es que “le gusta a la gente”. Me chupa un huevo si le gusta a la gente, me
chupa un huevo si les gusta a ustedes o no les gusta a ustedes, esto es perfecto, esto es
bueno, esto tiene calidad. Y es cultura de masas. Es música popular. Y no lo estoy
juzgando por la vara de la música culta, no lo estoy juzgando como qué diría Adorno
sobre esto. Adorno sabía mucho sobre muchas cosas, pero sobre el final le chiflaba el
moño, y todo esto le parecía mierdaaaaa. Y entonces no estoy tratando de pensarlo
desde Adorno; lo trato de pensar desde el lugar de la cultura de masas, y esto desde la
cultura de masas es perfección. Esto es valioso, esto es bueno. Venía escuchando la
radio viniendo para acá y en el programa de María O’Donell estaban discutiendo a
Soledad. Vamos a hablar de Soledad la clase próxima seguramente, y cuando uno
compara, no compara a Soledad con...ya que está de moda, con Plácido Domingo. La
compara con Mercedes Sosa. Y entonces uno dice: en un lado tenemos apuesta estética,
rigor, cuidado, técnica, pasión; y del otro lado tenemos una mina que grita. Entonces
podemos decir: “esto es bueno, esto es malo”. Lo podemos discutir toda la vida, pero la
cultura de masas también es juicio estético. La cultura de masas no es “qué lindo, le
gusta a la gente, cómo me emociona, qué bueno que es esto”. Tengo un ejemplo
bastante reciente de la publicidad argentina...acá está:
(se proyecta la publicidad http://www.youtube.com/watch?v=omcExnAY5TY)
Gracias a Coca-Cola que acaba de cerrarnos la cátedra. No tenemos nada que hacer
acá, necesitamos menos críticos y más emoción. Entonces, frente a la cultura de masas,
parece que la voz de la emoción, “me toca acá”, lo que fuere, eso es lo valioso. Y
entonces, trabajando con la cultura de masas decimos, no, momentito, la emoción por
supuesto que tiene un lugar, ¿por qué? Porque la cultura de masas también tiene que
ver, por supuesto que sí, con el deseo, con el placer. El deseo en el sentido
psicoanalítico: aquello que falta, aquello que está ausente. La cultura de masas también
nos habla de aquello que falta, y en consecuencia también nos habla de deseo, y en
consecuencia también nos habla de su satisfacción, que es el goce. Y vamos a hablar
mucho de cómo la cultura de masas funciona, y con mucha fuerza en el universo de las
clases populares, como espacio del placer. Y está muy bien. Nos colgaremos con
morochitas que bailando tango encuentran las puertas del cielo, por ejemplo, dentro de
tres o cuatro clases; o nos colgaremos con cumbieritas que bailan chochas de la vida
“Laura se te ve la tanga te vamos a romper el orto”, y felices de la vida, manifiestan una
femineidad con cierta autonomía en el mismo momento en que el machismo dominante
está intentando forzarla. En la cultura de masas hay grandes espacios de deseo y de
satisfacción de ese deseo. Por supuesto que sí, pero no por eso tenemos que ceder a ese
chantaje por el cual “ah, si le gusta a la gente, cerrá el orto”. “A mí me emociona”
“Bueno, pero esto es una mierda” “Ay, pero a mí me emociona, callate” “Hay razones
del corazón que la razón no entiende”. Y entonces cerramos la cátedra, cerramos la
Facultad y nos vamos a la mierda. Si venimos acá para decir “Eh, pero a mi vieja le
gusta”...y bueno loco, estudiá con tu vieja, ¿qué querés que te diga? No estoy
poniéndome... creo que está claro después de esta reunión... casi dos que llevamos
encima... No estoy diciendo que vamos a leer la cultura de masas desde una posición
elitista. A Adorno no lo dejaron entrar. Vino la semana pasada al edificio nuevo y le
dijeron “no macho, universidad populista, acá no entrás”, le dijeron. Entonces no vamos
a leer la cultura de masas desde el gesto adorniano, el gesto apocalíptico, desde el gesto
que sanciona “cosa de negros”. No, vamos a leer la cultura de masas desde la cultura de
masas, pero sometida al análisis y la crítica, y rodeada e iluminada por la teoría.
Para eso sirve la teoría, para eso me reí mucho en la desgrabación porque en un
momento yo digo “dice Bourdieu” y el desgrabador pone “se escucha ruido de
“daaaaale””. Claro, todos veníamos de joda...María Elena, Manuelita, y de pronto
Bourdieu, ¿qué hace Bourdieu acá? Justamente Bourdieu, como están leyendo a Bajtin,
como van a leer a Thompson, y van a leer a Gramsci, y van a leer a los clásicos y van a
revisarlos y releerlos y discutirlos... la teoría, que no nace de un repollo, sino que se
alimenta de la práctica y la práctica se alimenta de la teoría… la teoría nos permite
ejercer la crítica, y entonces entender... ¿entender qué? Para qué está la cultura de
masas, cómo funciona, por qué lo puede transformar a este humilde pelotudo en un tipo
que escucha a Mercedes Sosa y dice “sshhhh, silencio, canta La Negra”. Y muchos
ejemplos más en los cuales no pienso desbarrancar y sin embargo desbarranqué. Insisto:
contar la experiencia biográfica satisface al narcisimo, pero también con los ejemplos
que contaba de mi vida con MEW, de lo que hablaba –y lo dije- es que nuestras vidas,
nuestras subjetividades están profundamente entramadas por la cultura de masas, y hoy
la subjetividad de masas en la sociedad contemporánea está profundamente y
minuciosamente entramada con la cultura de masas. Entonces tenemos que desmontarla
y deconstruirla, someterla a crítica y análisis, para lo cual necesitamos la teoría, para lo
cual necesitamos las categorías. A lo largo de estas dos reuniones hemos hablado de
representación, subalternidad, folklore, auntenticidad, sexualidad, política, resistencia,
peronismo –que no es una categoría sino que es la vida misma, ¿no es cierto?-. Pero lo
cierto es esas categorías son las que necesitamos poner en juego y someter a crítica y
examen para poder leer como es debido la cultura de masas contemporánea.
Todo esto, todas estas categorías pueden y deben leerse en la cultura de masas
contemporánea, y acá debería aparecer uno de ustedes y decirme “pero profe, esta
materia se llama Cultura Popular, de la que no ha hablado ni media palabra”. El nombre
del seminario es bastante extraño; no dice cultura de masas, dice masiva. No puede
encontrar todavía quién tuvo la feliz idea de llamar “Seminario de Cultura Popular y
Cultura Masiva”. No lo sé, alguien que la inventó allá por el ’83 y le puso masiva a lo
que era de masas. “Cultura popular”, en cambio, era una categoría que por aquellos años
no permitía discusión. Por ejemplo, en 1973 Aníbal Ford, en un texto que se titula
“Cultura dominante y cultura popular” decía: “el trabajo crítico debe ser un trabajo de
afirmación de la conciencia nacional y popular; una forma de enfrentamiento con la
cultura oligárquica y el imperialismo”. Más adelante Ford pasa revista a cuáles son los
objetos de la cultura popular y enumera esta serie más o menos atrabiliaria que junta “la
producción de los marginados a los pensadores nacionalistas y revisionistas; las lecturas
de los medios de comunicación que hace el proletariado industrial y las manifestaciones
populares; los payadores anarquistas y radicales y los ídolos de la etapa peronista; el
proteccionismo cultural y la producción de los pensadores marginados insertos en el
grupo cultural; la vida cotidiana y las organizaciones de barrio y carbón y la tiza; el
periodismo obrero y el periodismo de liberación; el cine populista y el cine de
liberación; y tanto otros fenómenos en los cuales se va articulando, muchas veces de
manera precaria y contradictoria, una respuesta ante la cultura dominante directa o
indirectamente unida a las luchas populares”. No la tengo a mano, no voy a pasar la
marcha, pero claramente este es un texto peronista. Hace poco menos de cuarenta años
la afirmación de la existencia indubitable de la cultura popular como algo que estaba
junto, inserto, cruzado, articulado, penetrado, desviado en la cultura de masas, era
absolutamente indiscutible. Había algo llamado cultura de masas y había algo más,
llamado cultura popular. Esto, hasta los años ’80, y por eso en el año ’83 la aparición
del título de la materia es entendible, es coherente, se pensaba así: está la cultura
popular y está la cultura de masas. Los anglosajones no se hacen esos problemas, los
anglosajones llaman “popular” a todo. “Popular culture”, “pop culture”, y no dicen
cultura de masas como algo distinto. En cambio la tradición latinoamericana divide: la
cultura de masas es una cosa, la cultura popular es otra. Y entonces estos estudios sobre
cultura popular aparecen ligados a esa dicotomía, aunque lo popular también puede
aparecer en la cultura de masas –fíjense que Ford dice en un momento “la lectura que el
proletariado industrial hace de los medios de comunicación”. Ahí hay una clave que en
Ford es muy inaugural. En 1983, lo que Ford nos está diciendo que lo que se viene es la
recepción. Nos está profetizando que quince años después todo el mundo se iba a llenar
la boca hablando de la recepción activa. Esto ustedes lo saben muy bien: Stuart Hall de
“Encoding/decoding”, la invención de la escuela de Birmingham; esto en el ’73 Ford
dice “guarda: la lectura que la clase obrera hace de los medios”. Pero en ese amasijo que
está siempre, la cultura popular y la de masas como dos cosas distintas.
Bourdieu en cambio –y no me digan daaaale- dice, en el texto que leyeron para hoy:
“lo popular es ante todo una de las apuestas de lucha entre los intelectuales”. ¿Qué es lo
popular entonces? ¿Un repertorio, una serie de contenidos? No, lo popular es una
apuesta: soy menos popular, soy más popular. Y eso, en el campo intelectual rinde
menos, en el campo político rinde más. En el campo intelectual, mal que le pese a
Ricardo Forster, no paga. Intelectual-popular...medio oxímoron, ¿no? Un artista popular
vale en la cultura de masas, pero el mundo cultural...cuántas facturas le habrán pasado al
“gordo” Soriano, por ejemplo, que vendía libros a lo pavote. “Si vende libros, seguro no
es bueno”. El argumento popular en el campo intelectual paga poco, en el campo
político paga mucho. Un político popular es un político exitoso, que seguramente en esa
ficción de la representación va a tener éxito democrático. Lo popular aparece como
argumento más rentable en el campo político que en el campo intelectual. Y entonces
ahí aparece otra categoría que vamos a recuperar largamente a lo largo y a lo ancho de
este curso, y es la categoría de populismo. Dice Bourdieu: ¿qué es entonces un
populista? Aquel que reivindica determinados contenidos, prácticas, repertorios, bienes,
formas culturales, formas simbólicas, tradicionalmente llamadas populares para afirmar
que son valiosas. Un populista es aquel que dice “esto es bueno porque es popular”.
Dice Bourdieu: “lo que hace esto es escamotear la situación de dominación a la que
están sujetos los bienes populares”. A ver si me entienden con este ejemplo: no es que
algo es popular porque es bueno. Ni tampoco algo es bueno porque es popular. Algo es
popular porque está sometido a un régimen de dominación, que hace que algo sea
popular y otra cosa no lo sea. Ahora sí con un ejemplo, el que usa Bourdieu, el ejemplo
de la lengua: si yo tuviera un vocabulario de 200 palabras, me comiera las eses, etc.,
estaría hablando una lengua vulgar. ¿Por qué lengua vulgar? Porque hay clases
dominantes, sectores de poder que dicen que eso es vulgar. La lengua legítima, en
cambio, es el español florido de no se cuántos miles de palabras que debe hablarse en la
academia. ¿Qué dice el populista? “¡No! La lengua vulgar está bien, loco, y me la
banco” y entonces, lo que hace esa afirmación populista es olvidar, desplazar,
escamotear una dominación política, cultural, económica, de clase, etc., que ha
transformado en vulgar, en carencia, esto que el populista afirma como valioso. Vamos
a ver pero mucho más adelante cuando hablemos de la cumbia villera...la cumbia villera
afirma esa condición subalterna exasperad:a “Cheto puto, cheto puto” y entonces
muestra, dice Bourdieu, la paradoja del dominado, en ese presunto gesto de resistencia,
en realidad consolida, convalida su dominación. En el momento en que el villero...esto
por favor, entre todas las comillas que se les ocurra... en el momento en que la cumbia
villera dice cheto puto, lo que hace es reproducir, afirmar, esa situación de dominación;
no la combate, no la resiste. En el momento en que en cambio...voy a hacer una
paráfrasis de Bourdieu totalmente alabarcesiana. En el momento en que el villero dice
“¡Oh tú, clase dominante! ¡oh tú, opositor de clase, clase dominante que concentra los
medio de producción y que intenta reproducir y perdurar la situación de explotación a la
que está condenada la clase obrera, vamos a perforar tu ano!”...en ese momento, ese
gesto sumiso de aceptar el lenguaje del otro funciona como resistencia. Esto es una
exageración, y al primero que cita esto en un parcial, tendremos el enorme placer de
aplazarlo. Pero, ¿se entiende, a grandes rasgos, lo que esto nos plantea en el tratamiento
de las cuestiones que nos están ocupando? Voy a cerrar entonces, porque hice la
referencia a Ford, diciendo con todo esto: “Y entonces, ¿de dónde venimos, y entonces
a dónde vamos?”
Alumna: hay algo que no entendí en la paradoja de Bourdieu…
PA: dice Bourdieu: “la sumisión puede ser liberadora, y la resistencia puede ser
alienante”, es decir: en el momento en que reproducís el lenguaje con el cual sos
marcado como dominado, reproducís la situación de dominación. En el momento, en
cambio, en que aceptás el lenguaje de otro, es decir, mantenés una actitud sumisa, podés
en cambio liberarte. Por supuesto, esto es apenas esquemático, discutiremos a lo largo
del curso varios ejemplos que disparan en varias direcciones, pero la idea es que ahí
tenemos, antes que lo popular como un repertorio de bienes, lo popular como un campo
de problemas.
“¿De dónde venimos?”, decía, y con esto vamos a ir terminando. Estos son Aníbal
Ford, Eduardo Romano y Jorge Rivera.
Lamentablemente ustedes no los han conocido, pero los tres fueron profesores de
esta facultad. Eduardo Romano, sin ir más lejos, fue el fundador de esta cátedra. En
1989 se tenía que abrir esta materia, y en ese momento el centro de estudiantes lo había
ganado el peronismo, cosa que le hicieron un juego de pinzas a Alicia Entel y le dijeron
“Alicia, peronizanos el staff”. Entonces viene Aníbal Ford a dar Comunicación 2 como
cátedra paralela a lo que era la cátedra de Schmucler, que termina siendo hoy cátedra
Mangone (la cátedra Ford es hoy la cátedra Martini). Lo llaman a Jorge Rivera a dar
Historia de los Medios, y fue titular hasta su muerte, la cátedra que tiene hoy Mirta
Varela. Y Eduardo Romano inaugura la cátedra de Cultura Popular y Cultura Masiva en
1988. Yo ya venía trabajando con él y entro a trabajar en la cátedra en el ’89...y...acá me
tienen. Y de acá me van a tener que sacar. Pero fueron profesores de la casa los tres.
Nadie los llegó a conocer, nadie puede haber cursado, salvo recursantes...no te quiero
señalar pero...
Alumna: Cursé Teoría del periodismo con él.
PA: Ford daba Teoría del Periodismo...en los ratos libres, no era que se mataba
dando, lo agarraste viejo seguramente...Aníbal murió en el 2009..
Alumna: el año pasado.
PA: no, en el 2009, murió 45 días después de mi viejo así que no me puedo olvidar.
Jorge en cambio falleció mucho atrás, en el 2005, joven todavía. Eduardo es el único
sobreviviente de esta tríada, tríada que en 1985 editó “Medios de comunicación y
cultura popular”, un libro inaugural. El primer libro que propone explícitamente dónde
leer la cultura popular. En la comunicación de masas, dicen Ford/Rivera/Romano.
Ustedes van a leer...ustedes deberían haber leído....ustedes en algún momento leerán un
texto que escribí junto a dos compañeras, una de la cátedra actual y una de la anterior
cátedra, sobre la invención que estos tres tipos hicieron de los estudios en cultura
popular en la Argentina. Invención que no tenía más remedio que ser populista, una
invención que no tenía más remedio que ser peronista. Los tres...bueno Eduardo sigue
siendo peronista con una tozudez digna del mejor mérito. Tenían que inventarse en ese
contexto, los estudios sobre cultura popular; tenían que inventarse en clave peronista,
tenían que inventarse en clave populista que recupera mucho a Gramsci, y no estoy
diciendo nada raro porque ya lo están leyendo a Gramsci. Ese Gramsci de las
“Observaciones sobre el folklore” alimenta esa invención, y en esa serie es que esta
cátedra y este tipo se inscribe. Pero inscribirse no significa suscribirse: esta es nuestra
tradición, pero ya no somos estos. Entre otras cosas porque ese texto del ’73 de Aníbal
Ford ya no puede ser pronunciado sino con una sonrisa, esta idea de “la cultura popular
enfrentada a la oligarquía y al imperialismo”. Piénsenlo y vayan a decírselo a Tinelli y a
Ricardo Fort. Piensen esto como un ejemplo un poco exasperado: ¿podemos seguir
leyendo en la cultura de masas rastros de lo popular como rastros de lo subalterno, de lo
dominado, lo resistente, lo impugnador? Bueno, tenemos quince semanas para hacerlo.
En realidad, y termino con esto, el truco es que estas clases van a ser trece y no quince.
Una por un feriado, el 25 de mayo, el único feriado inamovible nos cae miércoles, y la
primera semana de mayo yo voy a estar afuera, no va a haber teórico. Van a ser trece, de
las cuales hemos consumido dos...y ustedes no han leído una mierda. Entonces, lean
algo. Los espero la semana que viene, buenas noches.
Desgrabación: S.A.V.
Versión corregida: P.A.