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Abatimiento del nivel freaticoTRANSCRIPT
1. Capilaridad en aguas freáticas
Se conoce el proceso de capilaridad como el ascenso de un líquido por un
tubo capilar. Este tubo debe poseer diámetros pequeños. Si analizamos el
suelo como un conjunto de orificios de diámetro pequeño conectados entre
sí, podemos analizar el suelo como una red capilar de gran tamaño. Esto
permite la presencia de capilaridad para aguas freáticas.
Cuando el agua asciende por el tubo capilar, esta genera unos esfuerzos
de tensión en la parte superior del agua que está dentro del tubo. Esto se
explica teniendo como origen la presión atmosférica. Esta es la presión en
la superficie del agua (no dentro del agua capilar) debe ser cero. Si
bajamos en profundidad, las presiones van aumentando linealmente. Pero
si subimos desde la superficie de agua, hacia donde está el agua que subió
por capilaridad esta presenta esfuerzos de tensión. Esto genera que el
agua capilar produce esfuerzos de tensión, lo que genera la compresión del
suelo.
Se debe realizar una aclaración sobre el efecto de capilaridad en el suelo.
Como la capilaridad está definida como el ascenso del agua por un tubo
capilar que posee diámetro pequeño, el efecto de capilaridad en suelos solo
se presenta en suelos finos. En suelos con gravas gruesas, los orificios
entre las partículas son muy grandes para que se produzca la capilaridad.
Por eso para los constructores, los suelos gruesos son apetecidos en caso
de poseer niveles freáticos altos.
2. Problemas de capilaridad en la construcción
El proceso de capilaridad puede genera varios problemas en las
construcciones. Un problema es que al momento de que el agua sube
mediante capilaridad, humedece el suelo. Esto provoca la corrosión del
acero de refuerzo. Además de esto en casos que los niveles freáticos son
altos y suben por capilaridad, alcanzan a humedecer las paredes de la
edificación, produciendo problemas en los ladrillos de las edificaciones y en
los acabados de estas mismas.
Para solucionar estas problemáticas una solución es cambiar el suelo de
fundación por un suelo más grueso. Esto generaría que el proceso de
capilaridad no se diera y así los problemas se vieran solucionados. Otra
solución es la adición de aditivos al concreto para crear impermeabilidad
ante el agua. Aditivo como inclusores de aire o mortero para recubrir
estructuras (Sika 101) generan impermeabilidad a la estructura.
3. Contracción de suelos finos por efecto de la capilaridad
Si tenemos un suelo totalmente saturado, al agua hará que las partículas de
suelo se separen entre sí (Presión Hidrostática). Cuando el suelo se seca
ya sea por la evaporación generada por la radiación solar. De esta manera,
el nivel de agua baja, generando una presión capilar dentro del suelo lo que
produce unos esfuerzos de compresión en el suelo. El suelo en este
proceso pasa de presión hidrostática a un esfuerzo de tensión superficial.
Hay que tener en cuenta que para todo este proceso, el suelo debe ser fino
para que se produzca el fenómeno de capilaridad. El proceso de retracción
del suelo no se hace simultáneamente en toda la masa de suelo, debido a
que los poros del suelo no son del mismo tamaño, esto produce tubos
capilares de diferente diámetro. El agua baja más rápidamente por los
poros de mayor tamaño.
4. Muros de retención y el nivel freático
Los muros de retención son usados en la ingeniería civil para contener
tierra confinada a un espacio sin que este se derrumbe. Para el diseño de
los muros de retención se debe analizar todas las fuerzas que actúan sobre
este para poder diseñar un muro de retención lo suficientemente resistente
a las cargas que actúan y que actuarían en caso de algún cambio en las
fuerzas debido a razones variadas y que no falle el muro. Las fuerzas que
actúan en el muro son: El peso del mismo, presión que hace el relleno
sobre este, la reacción de la cimentación del muro y el nivel freático. En
esta sección se analizara únicamente las reacciones debidas al nivel
freático.
Fuerzas debidas a aguas tras el muro: Al tener agua tras el muro de
retención, esta genera presiones sobre este, teniéndose en cuenta
la presión que generara el agua freática, a la hora de hacer el
diseño de un muro. Hay que tener en cuenta que el nivel freático
cambia a lo largo del tiempo. Esto genera ciclos de carga y
descarga lo que podría conducir a la falla del muro por fatiga.
Para solucionar esto sin bajar el nivel freático de agua, se realiza un
filtro de agua en la base del muro para permitir que el agua escurra
por el filtro. Otra posibilidad es realizar un muro completamente
permeable (Gaviones). Estos permiten el paso del agua a través del
muro lo que no genera presiones sobre este.
Subpresiones: Al momento de tener agua bajo el muro, se puede
almacenar agua en esta zona. Produciéndose una presión de aguas
freáticas bajo el muro, lo cual puede llevar a la falla del muro por
volcamiento. Para esto se debe drenar las aguas correctamente.
Heladas: SI poseemos agua detrás del muro y llega una helada,
esta agua se congelara y generara una presión adicional al sistema
lo que puede llevar al colapso de la estructura.
Expansiones por cambio de humedad en el suelo: En suelos como
arcilla o limos, que son susceptibles a los cambios de volumen por
cambios en la humedad del suelo son riesgosos. Debido a que el
nivel freático cambia a lo largo del tiempo. Estos suelos están en
constante cambio de humedad lo que genera cambios de volumen.
Estos cambios de volumen en el suelo generan ciclos de carga y
descarga en muro lo que podría generar la falla del muro por fatiga.
5. Consolidación química
El proceso de inyección de productos químicos o consolidación química es
únicamente aplicable a gravas arenosas y arenas de todas clases excepto
con granulometrías muy finas.
El proceso de consolidación química consiste en transformar el suelo
arenoso en una arenisca débil. Facilitando las excavaciones en las
proximidades de alguna cimentación. Este proceso es de gran ayuda
trabajos de apuntalamiento. Es de gran ayuda para la colocación de
cajones o perforaciones de pozos o túneles.
Los productos químicos con mayor frecuencia para este proceso son el
silicato sódico y el cloruro cálcico que reaccionan conjuntamente formando
un gel bastante duro e insoluble de silicato cálcico que da el nombre de “gel
de sílice” al procedimiento.
En el proceso de “doble fluido” se introducen en el terreno unas tuberías
con una separación de 60cm. Por una de estas se inyecta cloruro de calcio
y por otro silicato sódico que se procede lentamente a la recuperación de
las tuberías en varias etapas.
6. Excavaciones mediante aire comprimido
Los cajones de aire comprimido se usan con mayor preferencia que los
cajones de pozo abiertos. En aquellos casos en que el dragado desde los
pozos abiertos podrían causar una pérdida del terreno alrededor del cajón,
provocando el asentamiento de las estructuras adyacentes.se utilizan
también en el hundimiento a través de terreno variable o que contengan
obstrucciones tales que inclinarían a un cajón abierto o le impedirían
proseguir el hundimiento.
Los cajones de aire comprimido tienen la ventaja de que las excavaciones
puede efectuarse a mano en la cámara “seca” de trabajo, y las
obstrucciones tales como guijarros o troncos de árboles pueden ser
eliminados de la parte baja de la cuchilla perimetral. Además, puede
inspeccionarse el suelo al nivel de cimentación haciéndose directamente
sobre la prueba de apoyo si ello fuera necesario. El hormigón de la
cimentación se coloca en seco en condiciones ideales, mientras que en los
cajones de pozos abiertos la excavación final y el estanquizado de
hormigón se suelen llevar a cabo casi siempre bajo el agua.
Los cajones de aire comprimido tienen la desventaja, en comparación con
los cajones de pozos abiertos, de requerir más equipo y trabajo para sí
hundimiento, siendo bastante menos la velocidad de hundimiento. Existe
también una limitación importante como es la de que los hombres no
pueden trabajar a presiones de aire superiores a los 3,5 kg/cm2, lo cual
limita la profundidad de hundimiento hasta los 36m bajo la capa de agua, a
menos que se utilice algún procedimiento para hacer descender al agua en
la parte externa del cajón. Si se utilizan tales procedimientos para reducir
las presiones de aire en la cámara de trabajo deben ser completamente
eficaces, y los pozo de desagüe habrán de colocarse a una distancia
suficiente del cajón para no ser afectados por el movimiento del terreno
producido por el hundimiento del cajón.
7. Procesos de congelación
Debido a su coste excesivamente elevado, la congelación del terreno para
impedir la afluencia de agua en las excavaciones suele recomendarse
como el último recurso cuando todos los demás han fallado o resultan
impracticables por un motivo u otro. El elevado coste de este proceso se
debe a la necesidad de efectuar una gran cantidad de agujeros poco
espaciados alrededor de la excavación. Estos agujeros deben hacerse con
un alto grado de exactitud en la verticalidad para evitar el riesgo de un
hueco en el cerramiento de un terreno congelado, y la planta de
refrigeración resulta muy cara instalar y mantener. Este sistema presenta
además el inconveniente de que se tarda unos seis meses en taladrar los
agujeros, instalar la planta y congelar el terreno; por otro lado; la
congelación de ciertos tipos de terreno provoca severos levantamientos. Se
suele presentar bastantes dificultades en el funcionamiento de las
herramientas de aire comprimido a las bajas temperaturas que predominan
en la excavación, existiendo también algunos problemas al hormigonar la
obra definitiva. No obstante, en algunas situaciones, la congelación es el
único recurso posible para tratar el agua del terreno, como sucede en las
excavaciones de pozos profundos en donde la presión del agua es
demasiado elevada para permitir que los hombres trabajen sometidos a la
acción del aire a presión, o aquellos lugares en que las fisuras en la roca
son demasiado finas para practicar cualquier tipo de inyección.
Básicamente el sistema supone la realización de un círculo o rectángulo de
taladros con sus centros separados 90 a 120 cm alrededor de la
excavación. Estos talados se revisten con unos tubos de acero de 10 a 15
cm que llevan el fondo cerrado, introduciéndose a continuación un tubo
interior de 3,75 a 7 cm de diámetro, abierto por el fondo. La parte superior
de ambos tubos se conecta a una tubería anular por la que circula salmuera
helada procedente de la planta de refrigeración. Esta salmuera se bombera
hacia los tubos interiores y se eleva por el espacio anular comprendido
entre ellos y el revestimiento exterior, congelando así el terreno;
seguidamente, la salmuera retorna a la planta de refrigeración por la tubería
anular de retorno. Por regla general, se suele tardar de dos a cuatro meses
en congelar el terreno. Cerca del centro de la zona tratada es frecuente
abrir un taladro que actúa de dispositivo de aviso. Este taladro se forra con
tubos perforados. A medida que se va formando y cerrando el muro de
hielo, este va comprimiendo el agua del terreno en el interior del muro.
Cuando el agua se eleva por el tubo de aviso y fluye al nivel del terreno, es
señal de que el muro de hielo ya se ha cerrado, pudiéndose comenzar,
entonces, la excavación.
Lo más importante el utilizar el método de congelación es asegurarse de
que el muro de hielo es continuo, antes de comenzar a escavar. Ellis y
McConnell describen las dificultades que encontraron al excavar en un
muro de hielo incompleto. Mussche y Waddington citan gran cantidad de
ejemplos de la utilización de este método en obras de ingeniería civil. El
proceso de congelación se empleó de forma usual en la construcción de
ferrocarril subterráneo de Estocolmo en 1954-55. Parte de la línea férrea
construida por excavación y relleno pasaba cerca de los edificios y se temió
que el aflojamiento (que normalmente tiene lugar al excavar en zanjas
tablestacadas sin importar el cuidado con que se efectué la entibación)
pudiera provocar el asentamiento de los edificios y de la superficie del
terreno adyacente. Se decidió, por lo tanto, formar una masa solida de
terreno congelado entre las paredes dobles de tablestacas a ambos lados
de la excavación para impedir el aflojamiento interior a medida que se
excavaba el terreno entre las filas de tablestacas.
Las condiciones del suelo eran las siguiente: una capa superficial de relleno
de 3,6 a 7,5m de espesor(a base de grava, trazos de ladrillo, escombro,
materia orgánica y trozos de madera), seguida de 6 a 9m de arcilla blanda
(resistencia a cizalladura comprendida entre 1490 y 2900 kg/m2), y
finalmente 0,90 a 3 m de arena fina por encima de un lecho rocoso de
granito. Se deseaba evitar la peligrosa expansión, por la helada, del estrato
de arcilla blanda, así que las unidades de congelación tenían tan solo 1,8 m
de longitud y fueron descendidas por el interior del revestimiento externo a
fin de mantener un hueco de aire aislante entre la parte superior del
revestimiento y las tuberías de ida y retorno de la salmuera congelada.
Ilustración 1. Esquema de las unidades de congelación para el ferrocarril subterráneo de Estocolmo. Fuente: Tomlinson.
Los pozos de congelación se instalaron con una distancia entre centros de
0,75 m juntos a las tablestacas, a ambos lados de la pared doble.
Primeramente se hicieron los pozos en el interior de la zanja, pero más
tarde se instalaron al exterior. Se hinco una tubería de 9,35 cm de diámetro,
extremo cerrado, y sección grande, hasta alcanzar el lecho rocoso,
utilizando para ello un martillo neumático de doble efecto. Se procedió
entonces al descenso de la unidad congeladora hasta el fondo de la tubería.
Constaba de un cilindro de 6,25 cm de diámetro y 1,80 m de longitud, cuya
tubería de inyección de 1,85 cm de diámetro comenzaba en el extremo
superior del cilindro.
El periodo de congelación duro de cuatro a cinco semanas después de lo
cual se llevó a cabo la excavación entre las tablestacas en longitudes de
13,4 m entre los frentes de estas, colocándose entramados de refuerzo en
las posiciones indicadas.
Ilustración 2. A) Excavación en zanjas tablestacadas; b) Anclajes en el fondo de la tablestaca; c) Eliminación de relleno D) Terminación de la excavación. Fuente: Tomlinson.
8. Asentamiento del terreno próximo a excavaciones debido al drenaje del agua del terreno.
Ya hemos mencionado en las páginas los problemas de asentamiento de la
superficie del terreno próximo a excavaciones debido a la surgencia del
suelo bajo el tablestacado, a la erosión de los lados inclinados de las
excavaciones y a la infiltración de finos en pozos de bombeo sin rejillas
filtradoras. Sin embargo, existe una causa de asentamiento que puede
presentarse en algunos tipos de suelo no importando el cuidado con que se
haya efectuado el drenaje del agua del terreno. Este tipo de asentamiento
se debe a un aumento de la densidad del suelo como consecuencia de un
descenso general de la capa freática.
Ilustración 3. A) Pozo colector; B) Tubo de achique. Fuente: Tomlison
Por consiguiente, en un punto A cerca de una excavación en la que se está
eliminando agua del terreno mediante bombeo desde un pozo colector, o en
un punto B próximo a una cortina de tubos de achique, la presión de
sobrecarga efectiva antes de que descienda la capa freática viene dada
por:
Pe=γsubH+γsat h
Y después del descanso, Pe se convierte en:
Pe=γsat (H+h )
Lo que supone un aumento de la presión de
γsat H−γsubH=(γsub+γw )H−γsubH=γwH
En otras palabras, la presión efectiva en A o B aumenta en una cantidad
equivalente al desnivel de agua que existía por encima de esos niveles
antes del desagüe. Si sobre la capa acuosa existen capas de turba o
arcillas compresibles, el incremento de su peso efectivo hace que se
consoliden, con el consiguiente asentamiento de la superficie del terreno.
Análogamente, el aumento de la presión efectiva en los estratos
compresibles bajo la capa freática cuyo nivel ha disminuido, provocara
también la consolidación de estos estratos con el asentamiento
correspondiente al nivel del terreno.
Aunque los efectos son severos en turbas y arcillas blandas, puede tener
lugar un asentamiento apreciable en terrenos arenosos, sobre todo si son
sueltos y se permite que la capa freática fluctué. Con gravas y arenas
densas deben temerse pocos problemas o incluso ninguno, suponiendo que
el sistema de desagüe del terreno posee unos filtros eficaces que impiden
la perdida de finos del suelo. Debe considerarse la posibilidad de
asentamiento de las cimentaciones de pilotes si estos se apoyan en
materiales compresibles, en el caos en que el descenso de la capa freática
provoque un rozamiento negativo en los pilotes. Si el incremento de carga
en los pilotes es pequeño, y sus extremos se encuentran en arcilla firme o
dura, el asentamiento resultante será despreciable. Sin embargo, si el
incremento de carga es suficiente para rebasar su capacidad, se hace
inevitable un pronunciado asentamiento.
9. Pozos de recarga
Pueden tomarse precauciones contra tales efectos por medio de un sistema
de “pozo de recarga”, es decir, bombeando agua en el terreno próximo a la
excavación para mantener elevada la capa freática. Este procedimiento fue
el que adopto para la excavación del basamento de la Torre Latino
Americana de la cuidad de México. El descenso de la capa freática había
provocado severos asentamientos de las acillas lacustres volcánicas, y se
temía que una extracción con mucha pendiente en los estratos acuosos
superficiales para las excavaciones de los cimientos, ocasionara un serio
asentamiento en las calles y edificios aledaños. La excavación que se había
efectuado hasta alcanzar casi la parte superior de la primera capa de arena
con agua intersticial (a unos 2,4 m bajo el nivel del terreno) se rodeó de un
tablestacado de madera con ensambladuras de caja y espiga y se
instalaron cuatro pocos de bombeo de 34,5 m de profundidad se hizo
descender entonces el nivel del agua hasta por debajo del nivel final de
excavación situado a 12 m, y el agua fue descargada por una zanja de
“absorción” al nivel del terreno para mantener en los depósitos superficiales
las condiciones de agua del terreno. Se hizo llegar también hasta unos
pozos de inyección o recarga para mantener la altura de agua en las capas
permeables más baja. Estos pozos constaban de tuberías perforadas de
7,5 cm a 12, 16, 21 y 28 m en los puntos en que atravesaban las capas
permeables y estabas rodeados de un filtro arenoso de 8,75 cm de espesor.
El proceso de proceso de recarga impidió el asentamiento de las
estructuras cercanas, y, al mismo tiempo, el aumento de la presión efectiva
sobre la capa de arcilla situada bajo el nivel del basamento debido a la
reducción en la capa freática compenso el descenso de la presión de
sobrecarga. Por consiguiente, no se produjo ningún hinchamiento en la
excavación del basamento. El proceso de recarga se utiliza actualmente
con bastante profusión en la cuidad de México.
Ilustración 4. Sistema de bombeo y recarga para basamentos. Fuente: Tomlinson
En las excavaciones para los basamentos de los cinco bloques de vivienda
de Coney Island, Nueva York, se utilizaron también pozos de recarga. Era
necesario construir estos edificios de catorce plantas sobre unas placas de
flotación de 4,8 m de profundidad debido al riesgo de un excesivo
asentamiento en las capas subyacentes de arcillas orgánicas compresibles.
La excavación para los basamentos suponía el descenso de la capa
freática en más de 3 m y se decidió que los métodos de tubos de achique
eran adecuados. Sin embargo, un descenso general de la capa freática en
toda la zona de viviendas iría acompañado por el riesgo de asentamiento
de los edificios adyacentes incluyendo unos de seis plantas. Se previó un
descenso de 2,4 m a 2,7 m bajo estos edificios. Por consiguiente, se adoptó
un sistema de pozos de recarga con los cuales era posible, mediante un
cuidadoso equilibrio de flujo entre los tubos de achique de bombeo y los
pozos de recarga, mantener el nivel de agua por debajo de las edificios, en
las proximidades de los niveles naturales que variaban bajo influencia de
las mareas del océano Atlántico. Este equilibrio es muy necesario, ya que
un exceso de bombeo sobre la recarga habría provocado un descenso de
nivel bajo los edificios, y lo contrario habría dado lugar a unas condiciones
movedizas bajo los cimientos de los edificios con el riesgo de un
asentamiento desastroso.
En la figura se indica el emplazamiento de los pozos de bombeo y recarga,
en la figura b) se muestra unas sección transversal del lugar que pone de
manifiesto de las altura de agua, que tenía un diámetro de 3,15m y una
altura de 7,5m, y que alimentaba las tuberías principales de difusión de
20cm de diámetro que descargaba en 400 tubos de achique con sus
centros a 1,2m de distancia. Las rejillas filtradoras de estos últimos tenían
2,475m de longitud en comparación con las rejillas normales de 0,9m de
longitud de los tubos de achique de bombeo. Una prueba efectuada para
comprobar la eficacia de los tubos de achique de recarga mostró una
progresiva obstrucción de éstos debido a los productos de filtración y
protección catódica. Esta última consistía en unas varillas de cinca con sus
centros a 1,2 o 1,8 m introducidas en las tuberías, y los tubos elevadores de
difusión estaban galvanizados y pintados. El sistema estuvo en
funcionamiento durante tres meses. La velocidad inicial de bombeo para el
desalojamiento de agua fue de 27240 l.p.m. reduciéndose a 20430 l.p.m. en
la última fase, y de estas cantidades se bombearon 13640 l.p.m. en los
posoz de recarga, perdiéndose el agua restante.