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    n.o48/2011

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    REDES SOCIALESCmo influyen en nuestro comportamiento y emociones

    9

    7

    7

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    6

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    8

    NUEVAS TECNOLOGAS

    INTELIGENCIA 2.0

    EDUCACIN

    POR QU FALTAN A CLASE?

    PSICOLOGA

    VIOLENCIA DE GNERO

    NEUROCIENCIA

    SINAPSIS DURMIENTES

    PSICOBIOLOGA

    LA ADICCIN

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    Disponible en su quiosco el nmero de mayo

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    www.investigacionyciencia.es

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    SUMARIO

    EDUCACIN

    16NOVILLOS ESCOLARES

    Margrit Stamm

    Casi todos los jvenes dejan alguna vezde ir a clase. Los motivos no deben bus-carse exclusivamente en los alumnos:los maestros y las escuelas tienen granparte de responsabilidad.

    PSICOLOGA SOCIAL

    20VIOLENCIA DE GNERO

    Francisca Expsito

    La asimetra social en las relacionesentre mujeres y hombres favorece laviolencia de gnero. Es necesario abor-dar la verdadera causa del problema: sunaturaleza ideolgica.

    DROGAS Y CEREBRO

    26 LA TRAMPA DE LA ADICCIN

    Christian Lscher

    Drogas como la cocana y la herona blo-quean, a travs de mecanismos neuro-nales aprendidos, la capacidad de tomardecisiones con conocimiento de causa.Qu ocurre en las neuronas?

    PLASTICIDAD NEURONAL

    32SINAPSIS DURMIENTES

    Mark Hbener

    Montar en bicicleta, tocar la guitarra,leer en francs. Con facilidad logramosreactivar capacidades que creamosperdidas. Aunque no utilicemos lasconexiones nerviosas correspondientesdesde hace largo tiempo, una vez anuda-das, permanecen.

    MIMETISMO

    48CAMALEONES SOCIALES

    Arnd Florack y Oliver Genschow

    La capacidad inconsciente de imitar ellenguaje, los ademanes o los gestos deotras personas nos facilita la relacincon los dems; tal mimetismo tambinpuede influir en nuestros hbitos deconsumo.

    CONTAGIO SOCIAL

    54 JUNTOS SOMOS DIFERENTES

    Nikolas Westerhoff

    Familia, compaeros de trabajo, vecinos,amigos. Cada persona participa en di-versas redes sociales, las cuales influyenen los pensamientos, sentimientos ycomportamientos de cada uno, inclusoinvaden la vida privada.

    Mayo / Junio de 2011 N 48

    48 MIMETISMO SOCIAL

    78 CIBERACOSO

    INTELIGENCIA Y TECNOLOGA68

    MALOS TRATOS20 SINAPSIS Y APRENDIZAJE32

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    REDES SOCIALES

    60 COMUNIDADES VIRTUALES

    David Disalvo

    Facebook, Myspace, Twitter, Tuenti yotras redes sociales en Internet hanevolucionado en pocos aos hacia unfenmeno global. Cmo influyen estetipo de relaciones en la psique de losusuarios?

    SECCIONES

    5 Encefaloscopio Creatividad... Estados de nimo...

    Sociabilidad... Subconsciencia... Relaciones

    afectivas... Neurociencias... Neuroimagen.

    9 Retrospectiva Desde el manicomio a la psiquiatra

    comunitaria

    36 Punto de vista Psicoterapia a partir del escner cerebral?

    40 Mente, cerebro y sociedadBioelectricidad cerebral

    y patologas neurolgicas.

    Red de protenas en el alzhimer.

    Origen prenatal de la esquizofrenia.

    Adiccin a Internet.

    84 Syllabus Movimiento de masas

    90 Ilusiones Dos ojos, dos visiones

    94 Libros Potenciacin radical

    tica y naturaleza

    COGNICIN

    68INTELIGENCIA 2.0

    Christian Wolf

    Navegar en Internet y jugar a videojue-gos aumenta la inteligencia visuoespa-cial y la atencin. Sin embargo, su usorelega el desarrollo de otras facultadescognitivas esenciales.

    ISTOCKPHOTO

    /NATALIASILYCH

    REDESSOCIALES54 JUNTOS SOMOS DIFERENTES

    60 COMUNIDADES VIRTUALES

    66 GLAMOUREN FACEBOOK

    ENTREVISTA

    75 CAMBIO FUNDAMENTAL EN LAS

    ESTRUCTURAS DE PENSAMIENTO

    Desde hace dcadas crece el prome-dio de cociente intelectual en todo elmundo. El psiclogo Heiner Rinder-mannaclara la razn del fenmeno yla funcin que desempean en ello losnuevos medios.

    CONDUCTA

    78MOBBING 2.0

    Dieter Krowatschek

    Desde SMS ofensivos hasta alusionesridculas en Internet. El cyberbullying, oacoso ciberntico, supone una variantede violencia entre los jvenes. Qu cau-sas originan el fenmeno? Cmo debenactuar padres y maestros para evitarlo?

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    LUISBOU:Encefaloscopio,Ilusiones;F. ASENSI:Novillos escolares,Punto de vista,Mobbing 2.0; M.aDOLORESESCARABAJAL: Violencia de gnero;IGNACIONAVASCUS:

    La tramp a de la adiccin , Sinapsis durmientes; ROLF GSER: Camaleonessociales; NOELIADELATORRE:Juntos somos diferentes; BRUNOMORENO: Glamouren Facebook; S IXTOJ . C ASTRO: Inteli gencia 2.0 ,Cambio fundamental en lasestructuras de pensamiento; MARSANZPREVOSTI: Syllabus

    COLABORADORES DE ESTE NMERO

    ASESORAMIENTOYTRADUCCIN:

    Portada: Dreamstime / Luba V Nel

    DIRECTORA GENERAL Pilar Bronchal GarfellaDIRECTORA EDITORIAL Laia Torres CasasEDICIONES Yvonne Buchholz

    Anna Ferran Cabeza

    Ernesto Lozano TellecheaPRODUCCIN M. Cruz Iglesias Capn

    Albert Marn GarauSECRETARA Purificacin Mayoral MartnezADMINISTRACIN Victoria Andrs LaiglesiaSUSCRIPCIONES Concepcin Orenes Delgado

    Olga Blanco Romero

    EDITA

    Prensa Cientfica, S. A. Muntaner, 339 pral. 1.08021 Barcelona (Espaa)Telfono 934 143 344 Telefax 934 145 413www.investigacionyciencia.es

    Gehirn & Geist

    CHEFREDAKTEUR:Dr. Carsten Knneker (verantwortlich) ARTDIRECTOR:Karsten Kramarczik REDACTIONSLEITER:Dipl.-Psych. Steve Ayan REDAKTION: Dr. Katja Gaschler, Dipl.-Phych. Christiane Gelitz,

    Dipl.-Biol. Anna von Hopffgarten, Dr. Andreas Jahn(Online-Koordinator), Dipl.-Theol. Rabea Rentschler

    FREIE MITARBEI T: Joachim Marschall SCHLUSSREDAKTION:Christina Meyberg, Sigrid Spies,

    Katharina Werle BILDREDAKTION:Alice Krmann, Anke Lingg, Gabriela Rabe REDAKTIONSASSISTENZ:Petra Mers VERLAGSLEITER:Richard Zinken

    GESCHFTSLEITUNG:Markus Bossle, Thomas Bleck

    Copyright 2011 Spektrum der Wissenschaft Verlagsgesellschaft mbH, D-69126 Heidelberg

    Copyright 2011 Prensa Cientfica S.A. Muntaner, 339 pral. 1. 08021 Barcelona (Espaa)

    Reservados todos los derechos. Prohibida la reproduccin en todo o en parte por ningn medio mecnico, fotogrficoo electrnico, as como cualquier clase de copia, reproduccin, registro o transmisin para uso pblico o privado,

    sin la previa autorizacin escrita del editor de la revista.

    ISSN 1695-0887 Dep. legal: B. 39.017 2002

    Imprime Rotocayfo (Impresia Ibrica) Ctra. N-II, km 600 - 08620 Sant Vicen dels Horts (Barcelona)

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    MENTE Y CEREBRO 48 / 2011 5ENTE Y EREBR 4 1

    CREATIVIDAD

    El cerebro del artista

    Pruebas fisiolgicas sobre la relacin entre la inventiva y el trastorno mental

    L a creencia popular de que los artistas y pensadores origi-nales poseen algn ramalazo de locura se encuentra muyarraigada. Los mulos de Vincent van Gogh o Sylvia Plathhan hecho pensar que la creatividad y la locura van de la

    mano. En el pasado, ciertas investigaciones establecieron una

    correlacin entre ambas: estudios epidemiolgicos indicaban

    que en las familias de individuos sumamente creativos era

    ms frecuente la enfermedad mental,

    lo que indicaba un vnculo gentico. Un

    estudio realizado en Suecia expone un

    mecanismo biolgico: individuos sanos

    y creativos comparten con las personas

    con esquizofrenia ciertos rasgos en su

    qumica cerebral.

    Un equipo de investigadores del Insti-tuto Karolinska de Estocolmo ha estudia-

    do un grupo de trece personas de ambos

    sexos, todas ellas creativas. Como indi-

    caban en su artculo publicado en PLoS

    ONE, otros cientficos haban observado

    con anterioridad que en el pensamiento

    divergente (la capacidad de escapar del

    marco) interviene el sistema dopamni-

    co del cerebro. El equipo determin, mediante tomografa por

    emisin de positrones, la abundancia en estos individuos crea-

    tivos de un sensor, esto es, de cierto receptor de dopamina enel tlamo y en el estriado, regiones cerebrales que procesan y

    clasifican la informacin antes de que se torne en pensamiento

    consciente, y que tambin se relacionan con la esquizofrenia.

    El equipo observ que los individuos que exhiban menor

    actividad talmica del receptor obtenan

    mayores puntuaciones en las pruebas de

    pensamiento divergente: daban mlti-

    ples soluciones a un problema.

    Trabajos anteriores haban demos-

    trado que los sujetos con esquizofrenia

    exhiben, asimismo, una actividad infra-

    normal en el receptor de dopamina. Estallamativa semejanza pone de manifies-

    to un vnculo clave entre la creatividad

    y la psicopatologa. Para salirse del

    marco puede ser conveniente no tener-

    lo completamente intacto, escribe el

    autor principal, Fredrik Ulln, experto

    en cognicin del Karolinska.

    Elizabeth King Humphrey

    Aunque a muchos de nosotros nosrepelen los trabajos intiles, queacabamos realizando sin prestar aten-

    cin, tales tareas pueden mejorar nues-

    tro estado de humor, siempre y cuando

    exista una excusa para desarrollarlas.

    Psiclogos de las universidades de Chica-

    go y Jiaotong de Shanghi ofrecieron a

    sus probandos la posibilidad de elegir

    entre rehacer una pulsera de cuentas o

    sentarse sin hacer nada durante quince

    minutos. La mayora prefiri la segunda

    opcin, salvo si se les permita reordenar

    las cuentas del brazalete a su gusto. En

    otro experimento, los probandos deban

    cumplimentar un cuestionario; despus

    podan optar entre entregrselo a un

    ayudante que se encontraba en la sala y

    esperar a que empezase la segunda parte

    del experimento, o bien matar el tiem-

    po con una caminata hasta otro edificio

    para entregar el documento y volver. En

    todos los casos se recompensaba a los

    estudiantes con un dulce al depositar su

    ejercicio. Los probandos solo optaron por

    el paseo si las golosinas en uno y otro

    lugar eran diferentes.

    Ambos experimentos parecen indi-

    car que cuando existe una justificacin,

    como expresarse de forma artstica u

    obtener una recompensa distinta, las

    personas prefieren ocuparse en alguna

    actividad. De hecho, quienes optaron

    por la versin ms activa de la situacin

    informaron de promedio sentirse al fi-

    nal de la prueba de mejor humor que

    aquellas que permanecieron desocupa-

    das. Sirva de consejo: la prxima vez que

    deba esperar por algn motivo, piense en

    alguna actividad que le mantenga ocu-

    pado. Incluso acciones sencillas, como

    pasear u organizar un armario, pueden

    mejorar el estado de nimo.

    Allison Bond

    ESTADOS DE NIMO

    Excusas para ocuparse

    Quienes encuentran razones para ocupar su tiempo son ms felices

    ENCEFALOSCOPIO

    GETTYIMAGES

    ISTOCKPHOTO/PRILLMEDIENDESIGN&FOTOGRAFIE

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    6 MENTE Y CEREBRO 48 / 2011

    SOCIABILIDAD

    Ayuda hormonal para el autismo

    La administracin de oxitocina parece aumentar las destrezas sociales

    En las interacciones sociales ntimas es probable que inter-venga la oxitocina, la llamada hormona de la confianza,fundamental para establecer relaciones normales. Incluso unavariante sinttica podra reforzar los sentimientos de seguri-

    dad. La oxitocina podra corregir, asimismo, algunas de las

    deficiencias interpersonales que experimentan las personas

    autistas.

    En un estudio publicado en losPro-

    ceedings of the National Academy of

    Sciences USA, trece adultos autistas de

    gran capacidad participaron en un vi-

    deojuego que requera ir pasando un

    baln entre tres personajes ficticios

    controlados por el ordenador. Algu-

    nos de los jugadores apenas coope-raban, por lo que para triunfar en el

    juego era necesario identificarlos y no

    pasarles la pelota. Tras administrarles

    un placebo, los voluntarios autistas se

    manifestaban incapaces de discrimi-

    nar unos de otros jugadores, situacin

    que cambiaba si reciban oxitocina:

    los probandos lograban puntuaciones similares a las que re-

    gistraban los individuos no autistas, gracias a que favorecan

    a los jugadores ms cooperativos.

    Bajo los efectos de la oxitocina, los autistas no solo partici-

    pan ms en las actividades sociales, sino que logran comprender

    las conductas de otros y responder de forma acorde, explica

    Angela Sirigu, coautora del estudio y directora de investigacin

    en el Centro de Neurociencia Cognitiva de Bron en Francia.En estudios anteriores se haba observado que la oxitocina

    refuerza la capacidad de los autistas adultos para percibir emo-

    ciones en el habla y amortiguar el comportamiento repetitivo,

    otro sntoma que se da con frecuencia en dicha enfermedad. El

    compuesto ayuda tambin a los nios

    autistas a discernir mejor las inten-

    ciones de otras personas a travs de

    lo que expresa su mirada.

    Tales estudios apenas son compro-

    baciones iniciales pero inducen a pen-

    sar que la oxitocina, si se administra

    al poco de un diagnstico de autismo,podra facilitar las interacciones so-

    ciales tempranas y orientarlas a favor

    de un desarrollo ms normal. No obs-

    tante, sern necesarios muchos ms

    ensayos antes de que sea aprobado un

    frmaco. No contamos con un gran

    nmero de medicamentos para tratar

    los sntomas centrales del autismo, incluso podra sostenerse

    que no disponemos de ninguno, explica Thomas R. Insel,

    director del Instituto Nacional de Salud Mental de EE.UU., as

    que si este posee algn efecto, valdra la pena ensayarlo.

    Nikhil Swaminathan

    Aveces resulta fcil saber cundo unarelacin romntica va a fracasar. Siresulta preferible ordenar calcetines que

    tener una cita con la pareja o si a ningu-

    no de los dos se le ocurre nada que decir,

    parece que el asunto decae. Otra mala se-

    al es que conscientemente o no se

    asocie al ser amado con palabras como

    muerteo ataque.

    En un estudio basado en asociacin de

    palabras, psiclogos de la Universidad

    de Rochester solicitaron a 222 personas

    de ambos sexos, todas ellas casadas, pro-

    metidas o con relaciones estables, que

    clasificaran las palabras que les presenta-

    ba un ordenador. Los probandos deban

    emparejar los nombres o peculiaridades

    de sus parejas con trminos que evocaban

    ideas gratas (paz, atencino cario) o, por

    el contrario, negativas (fastidioy crtica);

    todo ello con la mayor rapidez posible.

    Dicha prueba est diseada para des-

    cubrir en los sentimientos implcitos de

    las personas prejuicios que no se saben o

    no se quieren reconocer de forma expl-

    cita. Los resultados del test demostraron

    que cuanto ms erraban los probandos

    en aparear palabras asociadas a sus pare-

    jas con palabras de significado positivo,

    mayor era la probabilidad de que se sepa-

    raran al cabo de un ao; incluso al tener

    en cuenta variables como satisfaccin

    o conflicto en la relacin. Tras efectuar

    SUBCONSCIENCIA

    Pensamiento delator

    Un test de prejuicios ocultos pronostica el declive de una relacin

    CORBIS/JOHN-FRANCISBOURKE

    DREAMSTIME/MARCINPAWINSKI

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    MENTE Y CEREBRO 48 / 2011 7

    RELACIONES AFECTIVAS

    No sin mi madre

    El vnculo maternal da forma a decisiones y estados de nimo

    L os fuertes lazos emotivos entre ma-dres e hijos aumentan la disposicinde los nios a explorar el mundo. Un efec-to que se ha observado en humanos, mo-

    nos e incluso en araas. Cuanta mayor se-

    guridad tenemos en nuestro vnculo con

    mam, ms proclives somos a ensayar

    cosas nuevas y a asumir riesgos, efecto

    que perdura hasta la edad adulta. La mera

    evocacin de una caricia de la madre o su

    voz por telfono bastan para cambiar el

    estado de nimo y las opiniones de los hi-

    jos; tambin afecta en forma mensurable

    las decisiones de los vstagos.

    En un estudio publicado en lnea enPsychological Science, un grupo de estu-

    diantes de economa deba elegir entre

    apostar sobre seguro o arriesgarse en op-

    ciones inciertas, por ejemplo, entre bonos

    con una rentabilidad anual garantizada

    del cuatro por ciento o una participacin

    en acciones con retornos mucho ms fluc-

    tuantes. En la mitad de los casos, los ex-

    perimentadores dieron a los participantes

    una palmadita en el hombro de un segun-

    do de duracin al tiempo que les propor-

    cionaban verbalmente instrucciones para

    la prueba. Los estudiantes de uno y otro

    sexo tocados por una experimentadora

    eligieron con mucha mayor frecuencia la

    opcin ms arriesgada, en comparacin

    con aquellos alentados por un hombre o

    quienes no contaron con tal aliento en ab-

    soluto. El contacto alentador de una mujer

    pudo evocar asociaciones afectivas muy

    tempranas, inspirando la misma dispo-

    sicin por explorar que la que se observa

    en los nios pequeos cuyas madres son

    afectuosas, segn explica Jonathan Levav,

    profesor de economa en la Universidad

    de Columbia y autor del estudio.

    Para confirmar que el contacto feme-

    nino vincula sentimientos de seguridad

    con la adopcin de riesgos, se pidi a un

    grupo distinto de estudiantes que efec-

    tuasen decisiones financieras despus de

    realizar un ejercicio escrito. Una mitad

    de los probandos deba redactar expe-

    riencias en las que se sintieron seguros y

    respaldados, mientras que la otra mitad

    de los participantes deba escribir sobre

    momentos de soledad e indecisin. La

    evocacin de sentimientos de inseguri-

    dad torn a los estudiantes del segundo

    grupo receptivos a los toquecitos alen-

    tadores de las experimentadoras y les

    dispuso mucho ms a asumir un riesgo,

    al igual que un nio que participa en

    una excursin escolar puede buscar el

    abrazo tranquilizador de su madre antes

    de subir al autobs.

    Sin embargo, no es el contacto fsico

    la nica fuente de confortacin mater-

    na. En un estudio publicado tambin en

    lnea en Proceedings of the Royal Socie-

    ty B, investigadoras de la Universidad

    de Wisconsin-Madison estresaron a un

    grupo de nias de siete a doce aos: les

    exigieron que realizasen ejercicios de

    matemticas y que hablasen en pblico.

    Despus, algunas nias se reunieron con

    su madre; otras solo pudieron hablar con

    ella por telfono. Las ltimas liberaron

    iguales dosis de oxitocina, la hormona

    que induce vnculos sociales, que aque-

    llas abrazadas por mam. Ambos grupos

    presentaban similares niveles bajos de

    cortisol (hormona del estrs), lo que po-

    dra explicar por qu tantas personas,

    sean jvenes o adultas, llaman a su ma-

    dre cuando se sienten tristes.

    Se trata de un fenmeno con carcter

    muy fundamental, afirma Levav. En el

    fondo, se reduce a que nuestra madre fue

    la primera en abrazarnos. Los efectos de

    ese vnculo perduran.

    Ferris Jabr

    FOTOLIA/SMAILHODZIC

    dos experimentos que utilizan clases

    de palabras ligeramente diferentes, los

    participantes que puntuaron por deba-

    jo de la media en asociaciones positivas

    con su pareja y por encima de la media

    en las negativas presentaban una pro-

    babilidad de un 70 o un 75 por ciento

    de romper en el plazo de un ao, frente

    a valores del 11 al 14 por ciento de los

    otros voluntarios.

    Los resultados demuestran que las

    actitudes negativas implcitas hacia un

    compaero sentimental pueden reflejar

    confusiones o quejas demasiado sutiles

    como para reconocerlas de forma cons-

    ciente o lamentables para admitirlas.

    Mas no es posible ignorar por siempre

    jams el propio subconsciente.

    Siri Carpenter

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    8 MENTE Y CEREBRO 48 / 2011

    Entre los miles de millonesde neuronas de nuestrocerebro corren sin cesar im-pulsos elctricos que generan

    campos elctricos, que a su vez

    lo envuelven como una nube

    invisible. Un estudio publica-

    do en lnea en Neuron conje-

    tura que el campo elctrico

    del encfalo no constituye un

    subproducto pasivo de su acti-

    vidad neuronal, como se crea.

    Este campo puede contribuir

    a regular de forma activa el

    funcionamiento del cerebro,sobre todo durante el sueo

    profundo. Se saba desde hace

    tiempo que las fuentes exter-

    nas de electricidad (como la

    terapia por electrochoque)

    pueden alterar la funcin ce-

    rebral; ahora se dispone de la

    primera indicacin directa de

    que el campo elctrico nativo

    del cerebro modifica la forma

    de conducta del mismo.

    En el estudio, dos neuro-

    bilogos de la Universidad de

    Yale, David McCormick y Fla-

    vio Frhlich, envolvieron un

    corte, vivo todava, de cerebro

    de hurn en un campo elctri-

    co que remedaba al que pro-

    duce un encfalo intacto dedicho mustlido en la fase

    de ondas lentas del sueo. El

    campo aplicado amplificaba y

    sincronizaba la actividad neu-

    ronal que todava exista en el

    corte. Tales resultados indican

    que el campo elctrico gene-

    rado facilita las mismas reac-

    ciones neuronales que crea-

    ron el campo en un inicio, al

    igual que la nube de entusias-

    mo que envuelve a una mul-

    titud de espectadores cuando

    animan a su equipo incita al

    gento a seguir animndolo.Dicho de otro modo, el campo

    elctrico cerebral no constitu-

    ye un subproducto: se trata

    de un bucle de retroalimen-

    tacin.

    Se saba que los perodos

    de elevada actividad neuro-

    nal sincronizada (como la del

    sueo profundo) revisten una

    importancia crucial para el

    mantenimiento del funcio-

    namiento normal del cere-

    bro, pero nunca estuvo claro

    de qu forma se coordinaban

    esas fases estables, ni por quse descarriaban en trastornos

    como la epilepsia. El estudio

    apunta la posibilidad de obte-

    ner algunas respuestas sobre

    la funcin del campo elctrico

    del encfalo, que es sorpren-

    dentemente activo.

    Se trata de un descubri-

    miento muy nuevo e intere-

    sante, afirma Ole Paulsen,

    neurocientfico de la Univer-

    sidad de Cambridge, quien notom parte en la investiga-

    cin. Sabamos que campos

    elctricos dbiles podan in-

    fluir en la actividad cerebral,

    pero nadie haba comprobado

    con anterioridad que los cam-

    pos generados por el cerebro

    pudieran influir en su propia

    actividad.

    Frhlich contempla asi-

    mismo posibles aplicaciones

    teraputicas, sobre todo en el

    perfeccionamiento de la esti-

    mulacin transcraneana por

    corriente continua (tDCS, por

    sus siglas inglesas). Dicha tc-

    nica se basa en la aplicacin de

    campos elctricos dbiles sobre

    el cuero cabelludo con el obje-

    to de tratar la depresin o los

    dolores crnicos, entre otras

    dolencias. En su aplicacin

    tradicional, la tDCS se centra

    en campos elctricos estndar,

    que no varan mucho, a dife-

    rencia de los dinmicos utili-

    zados en el presente estudio

    para remedar un cerebro vivo.

    El paso lgico siguiente con-

    sistira en utilizar estas formas

    de onda ms complejas en un

    contexto clnico y comprobar

    si mejoran el tratamiento,

    opina Frhlich.

    Ferris Jabr

    NEUROCIENCIAS

    Retroalimentacin neuronal

    El cerebro genera campos elctricos que influyen en su propia actividad

    NEUROIMAGEN

    Tres son multitudLa estructura del cerebro podra explicar

    la dificultad de efectuar varias tareas a la vez

    Si hemos de realizar dos cosas al mismo tiempo,

    nuestro cerebro escinde, en sentido estricto, la

    tarea en dos. As se afirma en un estudio publicado

    en Science. Los investigadores midieron la actividad

    cerebral en tareas de emparejamiento de letras.

    Cuando los probandos tenan que habrselas con

    dos ristras de letras y realizar al mismo tiempo

    dos tareas de emparejamiento, la actividad de una

    mitad del cerebro corresponda a una de las tareas,

    mientras que el trabajo de la otra mitad, a la otra

    labor. Ello podra explicar nuestra notoria torpeza

    para llevar a cabo tres o ms tareas a la vez. Cuan-

    do las actividades son ms de dos... nos quedamos

    sin hemisferios.

    Graciela Flores

    DREAMSTIME/KTS

    DREAMSTIME/ARNE9001

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    MENTE Y CEREBRO 48 / 2011 9

    RETROSPECTIVA

    R egresemos a los aos cincuenta delsiglo XX,en el sanatorio psiquitricoprovincial Nuestra Seora de la Fuencisla

    en Segovia. Durante mi etapa adolescente

    comenc a frecuentar este manicomiosituado en el bello paraje serrano entre

    Segovia y La Granja de San Ildefonso. All

    trabajaba mi padre, el tambin psiquiatra

    Agustn Jimeno Cattaneo, siguiendo las

    normas asistenciales de La psiquiatr a

    activade H. Simon: todos los enfermos,

    incluso los catatnicos, deban estar ac-

    tivos. En Segovia, las mujeres en corro,

    en el patatero de la cocina, pelaban len-

    tamente patatas, algunas faenaban en la

    alpargatera, otras en el costurero donde

    bordaban en la mejor artesana segovia-

    na preciosos manteles y juegos de sba-

    nas. Los hombres se empleaban en las

    vaqueras, en la labranza, en el cuidado

    de cerdos y gallinas. Mi padre llevaba fi-

    chas de cada uno de los pacientes en la

    laborterapia, nombre por aquel enton-

    ces todava en desuso. El hospital no solo

    era autosuficiente, sino que abasteca al

    Hospicio, y al Hospital Provincial. En una

    limpia aunque pobre enfermera se admi-

    nistraban electrochoques y curas de Sakel

    de insulina, como se haca en los mejores

    centros sanitarios. Hoy sin embargo nos

    horrorizaramos de las precarias condi-

    ciones de aquellos tratamientos.

    Exista en la finca paludismo endmi-

    co, herencia de las tropas de regulares que

    se albergaron all durante la Guerra Civil.

    Mi padre realiz observaciones sobre el

    paludismo espontneo en los esquizofr-

    nicos a semejanza de las curas eficaces

    con paludismo que empleaba J. von Jau-

    regg para el tratamiento de las parlisis

    cerebrales. De este modo constat que lafiebre produca una disminucin mera-

    mente sintomtica de la agitacin y la

    ansiedad, aunque solo durante los abs-

    cesos de fiebre.

    Las instalaciones recientes y relativa-

    mente pequeas del sanatorio permitan

    evitar las peores lacras de los asilos ma-

    nicomiales. Se hallaba en una magnifica

    finca de la diputacin provincial, propie-

    dad anterior de los condes de Mallada

    denominada ya en ese entonces Quita-

    pesares por encontrar all solaz la reina

    regente Mara Cristina y su marido mor-

    gantico, Muoz.

    Unidad de agudosMuy pocos hospitales generales en Espa-

    a contaban por entonces con una uni-

    dad de psiquiatra de agudos. La diferen-

    cia entre esta y una unidad de crnicoshaba marcado trayectorias biogrficas

    y posiciones doctrinales en Alemania y

    Francia; es decir, en la psiquiatra dirigen-

    te de la poca. Una de las escasas unida-

    des de agudos en Espaa se hallaba en el

    Clnico de Madrid, donde trabajaron Ro-

    drguez Lafora, B. Llopis y J. J. Lpez Ibor,

    entre otros. Las salas se encontraban en

    un magnfico edificio, hoy el Museo Reina

    Sofa. All, como asistente voluntario y

    alumno de doctorado, asist a la aparicin

    de nuevos frmacos, a las psicosis agudas

    del alcoholismo y al kif(lase marihuana,

    a la que eran adictos antiguos militares

    DESDE EL MANICOMIOA LA PSIQUIATRA COMUNITARIAUna biografa profesional y personal resume 60 aos de la historia psiquitrica

    en Alemania y Espaa

    AGUSTN JIMENO VALDS

    AGUSTN JIMENO

    en el Instituto Max Planck de Mnich en 1960. TODASLASFOTOGRAFASDEESTEARTCULO:CORTESA

    DELAUTOR

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    10 MENTE Y CEREBRO 48 / 2011

    que haban prestado servicios en Marrue-

    cos), y tambin a brotes agudos de psico-

    sis endgenas. Todo ello en pacientes

    casi todos indigentes, asistidos por la

    Beneficencia Provincial.

    En 1960 continu mi formacin en

    calidad de mdico interno en la Casa de

    Salud Valdecilla de Santander, otro de

    los centros en Espaa que contaban con

    unidades de agudos. En el pabelln 20

    se encontraban las tres unidades: una de

    psiquiatra de hombres, otra de mujeres

    y una tercera de pacientes neurolgicos.

    No estaba claro el concepto asistencial.

    Haba casos de ataxia de Fridreich y demiotona de Thomsen. La neurociruga

    tambin era bastante elemental, pues en

    esos aos no se contaba con la posibilidad

    de realizar angiografas. Sin embargo, bajo

    la direccin de J. M.aAldama Truchuelo se

    llevaba a cabo una asistencia individual

    con la mxima calidad de la poca: tc-

    nicas de sugestin, de narcoanlisis, de

    electrochoques, as como curas con los

    psicofrmacos disponibles.

    Con la apertura por las hermanas hos-

    pitalarias de un hospital para mujeres enCueto, en las laderas de El Sardinero, se

    produjo una innovacin asistencial im-

    portante. All se traslad a las enfermas

    procedentes de Santander que se hallaban

    dispersas por Espaa, sobre todo en los

    grandes hospitales de Palencia. La apertu-

    ra de un centro especfico para hombres

    tuvo que esperar algunos aos; con todo,

    la coordinacin entre ambos centros era

    muy buena, pues el doctor J. M.aAldama

    Truchuelo era tambin director del centro

    de Cueto. Empezamos a trabajar y a hacer

    guardias, lo que nos proporcion, amn

    de un modesto estipendio econmico, el

    estudio simultneo de pacientes agudos

    y de crnicos, adems del seguimiento

    parcial de las escasas altas. Se iniciaba la

    colaboracin asistencial entre psiquiatrade agudos y de crnicos.

    La casa de salud Valdecilla ofreca enor-

    me experiencia, aunque escasa formacin

    docente y nula posibilidad de desarrollar

    una tesis doctoral. Ello contrastaba con

    su magnfica trayectoria en los aos an-

    teriores a la guerra, perodo en el que tra-

    bajaron all Lpez Albo y Lorente de No,

    uno de los primeros investigadores que

    dise redes neuronales con capacidad de

    desarrollar funciones complejas.

    Experiencia en AlemaniaTras terminar en junio de 1962 la tesis

    doctoral en el Instituto Max Planck de

    psiquiatra de Mnich, trabaj como asis-

    tente mdico de la Clnica Universitaria de

    Neuropsiquiatra en Giessen (Nervenkli-

    nik), puesto anlogo al del MIR, durante

    cuyo desempeo se adquira el ttulo de

    especialista en enfermedades nerviosas

    y mentales. El lugar permita conocer las

    RESUMEN

    poca de reforma

    1En los aos sesenta del siglo XX,

    muy pocos hospitales generales

    en Espaa contaban con una unidad

    de psiquiatra de agudos.

    2Los servicios psiquitricos alema-

    nes ofrecan mayor posibilidad

    para la formacin, adems de un

    ejemplo a seguir para el cambio ne-

    cesario en la asistencia de los centros

    espaoles.

    3El Sanatorio de Conjo, en Santia-

    go de Compostela, fue uno de

    los primeros en Espaa en adoptar

    mejoras en el sistema asistencial delos enfermos mentales.

    HOSPITAL PSIQUITRICO DE HEILIGENHAFEN

    El centro dispona de un servicio especializado en alco-

    holismo y toxicomanas. Como todo hospital alemn, el

    personal iniciaba la jornada con el intercambio de informa-

    cin sobre cada paciente.

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    caractersticas asistenciales tradicionales

    de la psiquiatra en Alemania.

    A mediados de los aos sesenta, se divi-

    dieron las ctedras y sus servicios en neu-

    rologa y psiquiatra. Sin embargo, el ttulo

    de especialista comprenda ambas discipli-

    nas, por lo que la formacin obligaba a ro-

    tar por ambos servicios, al menos dos aosen cada uno. En neurologa tom el cargo

    de direccin F. Erbslh, quien falleciera de

    manera trgica asesinado por la madre de

    uno de sus pacientes. Erbslh era un espe-

    cialista de fama mundial en enfermedades

    neurodegenerativas. El responsable de psi-

    quiatra era A. Derwort, interesado, sobre

    todo, en neurofisiologa cerebral.

    El trabajo asistencialLa clnica universitaria de Giessen careca

    de Aufnahmepflicht; es decir, obligacinde ingresar. Durante las guardias sufr

    en ms de una ocasin el acoso de pa-

    cientes, familiares, urgencias y mdicos

    de familia que demandaban por telfono

    o en la puerta el ingreso del enfermo. Si

    haba cama disponible, ingresaba siempre

    a los pacientes ante la tremenda dificultad

    que supona discutir en mi alemn toda-

    va precario. La estancia me permiti un

    amplio trabajo docente y de investigacin

    sobre todo en psicopatologa.

    Ya con el ttulo de especialista bajo el

    brazo, me traslad al Hospital Psiqui-

    trico (Landeskrankenhaus) de Heiligen-

    hafen, un pueblo remoto en las orillas

    del mar Bltico, perteneciente al Land

    de Schleswig Holstein. Ello me permiti

    conocer de primera mano una reforma

    asistencial. Se trataba de un manicomio

    tradicional albergado en un magnfico y

    antiguo cuartel de la marina alemana que

    tena sus arsenales en la cercana ciudad

    de Kiel. El hospital creaba entonces un

    servicio especializado en alcoholismo y

    toxicomanas al que me incorpor con el

    jefe de servicio (Oberarzt) H. Derwort.

    Como en todas las clnicas alemanas, la

    jornada comenzaba a primera hora con una

    reunin de todo el personal para comentar

    e intercambiar informacin de cada uno de

    los pacientes. Tambin se realizaban dos

    veces por semana y en cada unidad reunio-

    nes a modo de terapia grupal.

    Dichas terapias cumplan dos objetivos:

    por un lado, el de recoger informacin so-

    bre el enfermo; por otro, de conversacin

    libre para los enfermos, quienes podan

    exponer su caso sin sentirse presionados.

    Se intentaba excluir toda atmsfera emo-

    cional o pseudo mstica, a diferencia de

    como es frecuente hoy en algunos grupos

    y comunas en el tratamiento de toxic-

    manos. Los familiares apenas existan.

    Adems, el hospital se encontraba lejos

    de los centros urbanos.

    La mayor parte de los pacientes asis-

    tan a los talleres. La organizacin del

    personal del hospital se prestaba para

    comprender la organizacin funcionarial

    alemana, la cual no resultaba tan patente

    en la Universidad de Giessen por primar

    all la organizacin acadmica. El funcio-

    nariado alemn en general constaba de

    tres carreras (Laufbahn): alta, media e

    inferior; cada una de ellas con jerarquas

    diferentes, con sus correspondientes suel-

    dos y denominaciones. En cada carrera

    se ascenda por antigedad y mritos.

    Sin embargo, el cambio de una carrera a

    otra exiga pruebas especficas. As pues,

    el hospital mantena la organizacin y el

    funcionamiento tradicional de antes de

    las reformas psiquitricas. Todo ello me

    recordaba al cursus honorumde la Rep-

    blica Romana, en el que seguramente se

    inspir Federico de Prusia para establecer

    tal organizacin funcionarial. Como anc-

    dota, se refiere que despus de la Guerra,

    los militares de EE.UU. ocupantes no lo-

    graban aclararse en ese bosque de deno-

    minaciones que los alemanes tan puristas

    intentaban perpetuar. En tal coyuntura se

    dice que los estadounidenses arreglaron el

    asunto llamando a todos Herr Doktor.

    Sin embargo, la dificultad mayor en el

    trabajo del da a da consista, como tan-

    tas veces despus volv a experimentar,

    en la adecuada actitud y colaboracin del

    personal. Es decir, en su transformacin

    desde la actitud paternalista y autoritaria

    a la tcnica y de colaboracin en los trata-

    mientos teraputicos.

    Actividades extrahospitalariasAl margen de las estrictas obligaciones en

    el hospital, contactamos y colaboramos

    con diversos grupos activos en la lucha

    A finales de los sesenta,los servicios psiquitricos alemanes se organizaban en

    tres tipos de centros que, aparte de su propio personal de plantilla, reciban

    investigadores becados alemanes y de todos los pases, as como psiquiatras

    que gozaban de un ao sabtico que dedicaban a la investigacin. Estos cen-

    tros eran:

    Las clnicas universitarias de agudos.Desde finales del siglo XIXcasi todas las

    escuelas de medicina mantenan unidades psiquitricas o neuropsiquitricas,

    puesto que englobaban a la neurologa. Dirigidas por el catedrtico u ordinario,

    no estaban adscritas a un rea geogrfica ni tenan obligacin de ingresar:

    podan escoger a sus pacientes en razn a su inters para la investigacin o

    para la docencia.

    Los grandes asilos o manicomios (Landeskrankenhaus).Como en todas partes

    a mediados del siglo XX,eran instituciones fundamentalmente de beneficencia,

    cerradas y con numerosos ingresos judiciales. Tales centros tenan obligacin de

    ingreso, fuese por orden de las autoridades mdicas, judiciales o policiales, o

    por su rea de referencia, generalmente muy amplias. Los directores no eranprofesores, ni los centros se utilizaban para la docencia.

    Centros de Investigacin pura. Los ms famosos eran los acogidos a la de-

    nominacin de la posguerra de Institutos Max Planck que sucedieron a los

    institutos Kaiser Wilhelm (Emperador Guillermo). El de Mnich fue fundado

    por E. Kraepelin y sufragado por la Fundacin Rockefeller americana.

    Centros psiquitricos en Alemania

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    antialcohlica. Los nombres de estas ins-

    tituciones son anlogos a los de las ONG

    actuales: alcohlicos annimos, orden de

    los Buenos Templarios, la Cruz Azul (orga-

    nizacin dependiente de la iglesia evangli-

    ca y con potentes medios) y la Cruz de Oro

    (organizacin de la Iglesia Catlica).

    En Heiligenhafen aprend las tcnicasintra y extrahospitalarias de tratamiento

    y prevencin del alcoholismo, experiencia

    que facilit el contacto con los equipos es-

    paoles dedicados al tema. En concreto,

    con J. Santodomingo y F. Alonso Fernn-

    dez. Estos contactos me ayudaron a volver

    a Espaa en 1968, ao en que F. Soto Yarri-

    tu me apoy para conseguir una plaza de

    jefe de servicio en el Hospital Psiquitrico

    San Francisco Javier de Pamplona. El cen-

    tro psiquitrico se hallaba en el barrio de

    la Rochapea. Se trataba de un edificio in-menso, casi escurialense. Con un enorme

    cuadrado de pasillos y trnsitos anchsi-

    mos y altsimos de techo; con ventanas

    solo en lo alto, de forma que el exterior era

    invisible. A la mitad de uno de los lados,

    la entrada principal; a la derecha, todas las

    unidades de hombres, a la izquierda, las de

    mujeres. Una gran capilla haca de lmite,

    de tal forma que los y las pacientes no se

    mezclaban ni vean.

    Los pabellones, unos veinte, colgaban,

    por as decir, de los trnsitos que forma-

    ban los lados del cuadriltero. Todos ellos

    La reforma del Sanatorio de Conjo, en Santiago de Compostela, ofrece un

    ejemplo de los avances que la asistencia psiquitrica estaba viviendo en Espaa

    entre los aos sesenta y setenta del siglo pasado. Consisti en tres grandes

    mejoras:

    Instalaciones.La transformacin arquitectnica supuso la dotacin de espacios

    de intimidad, con mdulos de ocho a diez camas como mximo por sala. Tam-

    bin se instalaron salas de estar, agua caliente, servicios higinicos suficientes

    y accesibles, calendarios, televisores y espejos. Adems, se dot a los pacientes

    de vestimenta adecuada.

    Funcionamiento mdico y social.Se instaur la revisin y puesta al da de todos

    los pacientes (DNI, actualizacin de posibles derechos, pensiones o ayudas).

    Asimismo se asign a cada paciente una cartilla de ahorro en la que se ingre-

    sara el dinero procedente de la laborterapia u otras ayudas. Se empezaron a

    aplicar tratamientos psicoteraputicos (terapia ocupacional o laboral, reunio-

    nes de grupo), actividades ldicas dentro y fuera del sanatorio (romeras, baile,salidas a la ciudad, al cine o a la playa, entre otras). Por otro lado, se puso

    nfasis en la formacin y seleccin del personal, transformando los celadores

    y cuidadores en auxiliares sanitarios, supervisores de unidad, etctera.

    Sistema asistencial.Se decidi por la cancelacin del sistema manicomial y la

    sectorizacin. Cada provincia se hara cargo de sus pacientes. As, se desarro-

    llaron servicios extrahospitalarios crendose una red de dispensarios por La

    Corua y zonas limtrofes de la provincia. Tambin se realiz un intenso esfuerzo

    por disminuir el censo de pacientes ingresados y suprimir camas (entre 1972 y

    1978 se pas de 1400 a 800 camas en el Sanatorio de Conjo). En el sistema de

    financiacin se incluyeron los servicios ambulatorios esenciales para mantener

    a los enfermos en la comunidad.

    Transformacin de un sanatorio espaol

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    disponan de diversos patios y dependen-

    cias. Las instalaciones de servicios, como

    cocinas y roperas, se situaban de forma

    anloga respecto a los trnsitos. Cada pa-

    belln contaba con servicios de comedor,

    patios, salas de estar y dormitorios.

    Los pabellones ostentaban en la entrada

    su nombre oficial, que, como era habitual,corresponda al de algn santo: San Fer-

    mn, San Francisco... Sin embargo, en la

    vida cotidiana la alusin a los grupos de

    pacientes se sustitua por descripciones

    ms expresivas y funcionales: sucios,

    agitados, trabajadores, tranquilos,

    tontos o epilpticos. Haba unos 600

    enfermos. Muchos de ellos activos en las

    dependencias del hospital o con permisos

    de salida en rgimen custodial. En resu-

    men, se trataba de un ejemplo de lo que

    no deba ser un hospital de acuerdo conlas normas de rehabilitacin psiquitrica

    que haba aprendido en Alemania y que

    deba poner en prctica en el centro psi-

    quitrico de Pamplona.

    La verdad es que dentro de su contex-

    to y poca, el Hospital era magnfico. Se

    trataba de un manicomio, pero se haban

    hecho algunos esfuerzos de renovacin.

    En concreto, la construccin de un pabe-

    lln de agudos totalmente nuevo delante

    del vestbulo principal antiguo y de ar-

    quitectura moderna y ms adecuada, con

    despachos que albergaban las oficinas ad-

    ministrativas; tambin reproduca en par-

    te las separaciones por sexos del Hospital

    antiguo, con dos reas de 30 camas cada

    una. Aun as, parece que las discrepancias

    respecto al personal ms las divergencias

    del director respecto a la administracin

    y a la Comunidad de Religiosas (de la Ca-

    ridad) del Hospital retras su puesta enfuncionamiento.

    Falto de ayudas oficiales, no pudo avan-

    zarse prcticamente nada en la reforma

    asistencial del hospital ni en la instalacin

    de psicoterapias y tcnicas de rehabilita-

    cin, motivo por el cual me centr en el

    problema del alcoholismo. En el Hospital

    me hice cargo de todos los alcohlicos, con

    un seguimiento despus del alta. Tambin

    prediqu la lucha antialcohlica por

    toda Navarra, en gran parte con la inesti-

    mable ayuda de las ctedras ambulantesde la Seccin Femenina.

    Reforma en GaliciaEl Sanatorio (manicomio) de Conjo, en

    Santiago de Compostela, tambin fue uno

    de los pocos centros de Espaa que experi-

    ment en los aos setenta un plan asisten-

    cial moderno. J. M.aHernndez Cochn, a

    la sazn director del Instituto de Sanidad,

    y J. L. Montoya, procedente del Hospital

    Psiquitrico de Oviedo, encabezaron la ini-

    ciativa, en la que me integr tras el corres-

    pondiente concurso, como jefe de servicio.

    El Sanatorio estaba instalado en el barrio

    de Conjo. Los edificios, el sanatorio como

    institucin, el personal y todo el resto

    pertenecan a la mitra, es decir, el arzo-

    bispado poderoso y magnfico de la gran

    sede arzobispal de Santiago. La mitra ha-

    ba arrendado el Sanatorio a una sociedad

    mercantil. El arzobispo cardenal QuirogaPalacios decidi, en valiente criterio, que la

    situacin no poda continuar as, por lo que

    conmin a que se disolviera la sociedad y

    vendiera el centro a la Diputacin Provin-

    cial de La Corua, organismo que habra de

    proceder a las necesarias reformas.

    El plan de construccin consista en un

    nuevo sanatorio con 2000 camas para Gali-

    cia, Len y el norte de Portugal. La primera

    lucha de Montoya y nuestra fue frenar esa

    tcnica del ladrillo y convencer a todos de

    que el plan consistira en la descentraliza-cin, la supresin del manicomio, el de-

    sarrollo de dispensarios y la obligacin de

    que cada provincia gallega se responsabili-

    zase de sus enfermos y de su psiquiatra.

    El estado del sanatorio de Conjo era la-

    mentable: unos 1500 asilados, abundancia

    EL SANATORIO DE CONJO

    Los enfermos se hacinaban en los patios y las

    celdas. El centro careca de cuidadores y cela-

    dores suficientes. Abundaban las infeccionespor sarna, piojos y, sobre todo, tuberculosis.

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    La culminacin en el centro de Conjo se

    produjo entre el 2 y el 7 de julio de 1975,

    con una huelga general salvaje: abandono

    de los puestos de trabajo bajo las presiones

    de los piquetes y que resolvi el presiden-

    te de la Fundacin con la supresin de la

    docencia y la expulsin de responsables

    en puestos superiores. En los meses si-guientes, con nuevas convocatorias de

    especialistas y residentes, volvi poco a

    poco el centro a recuperar los niveles asis-

    tenciales anteriores y continu la reforma.

    El 7 de julio de 1976 se declar un terrible

    incendio en el Hospital, en el que fallecie-

    ron siete pacientes y quedaron destruidas

    200 camas. Aunque nada pudo probarse,

    todos aceptamos que aquel incendio fue

    provocado.

    Cuando el centro recuper su ritmo,

    con la ayuda de V. Conde Lpez, pudetrasladarme en mayo de 1978 al Hospital

    Clnico y Facultad de Medicina de la Uni-

    versidad de Valladolid como jefe de sec-

    cin responsable de la unidad de agudos

    y profesor adjunto interino en la Facultad

    de Medicina, posteriormente profesor ti-

    tular numerario hasta mi jubilacin. Co-

    menzaba el sistema de las autonomas. En

    Valladolid existan las consultas de neu-

    ropsiquiatra, los centros de diagnstico

    de Sanidad y el antiguo Hospital Psiqui-

    trico Doctor Villacin. En esos primeros

    aos nos esforzamos en que la unidad de

    agudos del centro recibiera a los pacientes

    difciles de toda Castilla y Len. De esta

    manera, recibiramos pacientes de toda

    la comunidad autnoma, ya que, por otra

    parte, no existan unidades de agudos en

    ningn otro lugar, salvo en Salamanca.

    Posteriormente cada provincia fue con-

    tando con sus centros y en Valladolid

    mismo se crearon dos sectores o reas, de

    las cuales una pas a ser responsabilidad

    nuestra en el Hospital Clnico.

    Quo vadispsiquiatra?En el futuro cabe esperar que cada vez

    ms los trastornos menores y los snto-

    mas psicolgicos individuales sean asu-

    midos por no mdicos. El psiquiatra

    se transformar de esta manera en su-

    perespecialista capaz de aplicar tcnicas

    de condicionamiento y aprendizaje, o de

    administrar medicamentos bajo anlisis

    genticos o de liberar el producto exac-

    tamente en las clulas diana; o de actuar

    como electrofisilogo y cirujano cerebral

    y capaz de realizar sutiles investigaciones

    en neuroimagen, neuroqumica y neuro-

    electrofisiologa en tiempo real; as como

    implantar marcapasos o controlar Hol-

    ters (registros electrocardiogrficos) que

    supervisen en todo momento conductas,

    pensamientos, emociones y deseos del

    paciente.

    Puede que muchos se estremezcan ante

    tal descripcin, quizs exagerada, de la

    manipulacin de las funciones humanas,

    pero en la psiquiatra se trata precisamen-

    te de eso, de manipulacin, modificacin

    e intervencin para curar, de la misma

    manera que un cirujano manipula una

    pierna o un ojo extirpndolo. Lo impor-

    tante y esencial, aunque por desgracia

    escasamente logrado, es que todo ello se

    realice bajo frreas normas morales. Kon-

    rad Lorenz, uno de los padres de la etolo-

    ga, ya advirti que el problema central

    de nuestra civilizacin es el enorme auge

    de la tcnica frente al enorme atraso de

    la moralidad y la ley a escala mundial. En

    este camino, la funcin de la psiquiatra

    resultar cada vez ms relevante.

    Agustn Jimeno Valdsestudi medicina en

    Valladolid. Desde 1978 hasta su jubilacin en

    2005, ha sido jefe de la Unidad de Hospita-

    lizacin de psiquiatra del Hospital Clnico de

    Valladolid y profesor titular de psiquiatra de su

    universidad.

    BIBLIOGRAFA COMPLEMENTARIA

    ALCOHOLISMO EN NAVARRA. EPIDEMIOLO-

    GA 1969, 1970, 1971.A. Jimeno Valds

    enArchivos de Neurobiologa, vol. XXVI,

    n.o 5, pgs. 393-410, 1973.

    CINCO AOS DE PSIQUIATRA SECTORIAL

    A PARTIR DEL SANATORIO PSIQUITRICO

    DE CONJO EN SANTIAGO DE COMPOSTE-

    LA.A. Jimeno Valds en Archivos de

    Neurobiologa, vol. XLII, n.o 2, pgs. 87-

    114, 1979.

    LA CASA DEL TEJADO COLORADO.

    MEMORIA GENERAL DEL MANICOMIO DE

    NAVARRA.L. J. Lizarraga Larrin. Depar-

    tamento de Salud, Gobierno de Navarra;

    Pamplona, 1992.

    SETENTA AOS DE VALDECILLA.Coordina-

    do por J. M. Izquierdo. Caja Cantabria;

    Santander, 1999.

    CONCIENCIA HISTRICA DE LA PSIQUIA-

    TRA. PRIMERA ENTREGA.Coordinado

    por J. Santodomingo Carrasco. Colegio

    de Psiquiatras Emritos. KRK Ediciones,

    coleccin Delirema; Oviedo, 2009.

    Tres aspectoscaracterizaban a la psiquiatra en ese perodo:

    Poco experimental:Exista un distanciamiento de la psicologa experimental, a

    pesar de los esfuerzos de Kraepelin, discpulo de Wundt. Ello fue consecuencia

    de los espectaculares triunfos en la identificacin de la parlisis cerebral y de la

    enfermedad de Alzheimer que dirigieron la investigacin a la neuropatologa.

    Poco psicodinmica:Alejamiento asimismo de las corrientes psicodinmicas.

    Demasiado filosfica:Contaminacin, tras el rechazo del psicoanlisis por muy

    doctrinal y poco cientfico, por conceptos holsticos, humansticos, filosficos

    (existencialismo) y aun religiosos, situacin que la alejaba de los paradigmas

    cientficos puros necesarios para su progreso. Casi todas las monografas de

    los mejores profesores, sobre todo en Europa, revelaban ms reflexin que

    investigacin.

    La psiquiatra a mediados del siglo XX

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    16 MENTE Y CEREBRO 48 / 2011

    R esponda con la mano en el corazn: nuncase escabull de ir a clase cuando era nio?Algunos piensan que haberlo hecho ocasional-

    mente es motivo de prestigio y hablan a favor

    de la autoafirmacin de los alumnos. Estamos,por tanto, ante un delito de caballeros?

    Si hacemos caso a los medios de comunica-

    cin, la respuesta es: no. Suele leerse que en Ale-

    mania medio milln de alumnos hace novillos

    por sistema y que este nmero va creciendo de

    forma alarmante. En realidad no existen datos

    fiables que lo confirmen. Tambin suele decir-

    se que quien hace novillos tiene ms probabi-

    lidades de caer en la criminalidad o de seguir

    cualquier otro descarriado camino. Los padres,

    preocupados, se preguntan: los novillos son

    algo balad o constituyen un problema que hay

    que tomar en serio? O tambin: qu ha movido

    a huir de clase a los nios y jvenes que lo han

    hecho?

    Por desgracia es difcil encontrar estudios

    amplios que se ocupen de este complejo pro-

    blema. Para disponer de ms informacin sobre

    el absentismo escolar en Suiza, hemos realizado

    una encuesta por todo el pas y hemos entre-

    vistado a casi 4000 alumnos de entre 13 y 17

    aos, escogidos al azar. Por un lado, constata-

    mos que el fenmeno est muy difundido; por

    el otro, llegamos a la conclusin de que no es

    posible definir un prototipo de alumno que

    hace novillos.

    El 95 por ciento de los escolares reconocen

    haberse ausentado de clase al menos una vez.

    Pero menos de la mitad de ellos lo hace de vez en

    cuando. En los seis meses anteriores a la encues-

    ta estos alumnos que hacen ocasionalmente

    novillos no se ausentaron injustificadamente

    de clase ms de una vez. Alrededor del 13 por

    ciento de todos los alumnos declararon hacer

    novillos muy a menudo (por ejemplo: durante

    RESUMEN

    Absentistas,por qu?

    1Los motivos por los

    que los jvenes se

    ausentan de clase son

    mltiples: desde el can-

    sancio o desinters esco-

    lar hasta evitar exmenes

    o profesores.

    2

    No existe un vnculo

    claro entre absentis-

    mo y rendimiento escolar:

    muchos de los alumnos

    absentistas sacan buenas

    notas.

    3Sin embargo, una

    ausencia prolongada

    de la escuela puede de-

    sembocar en un abandono

    completo de los estudios.

    Novillos escolaresCasi todos los jvenes dejan alguna vez de ir a clase. Los motivos no deben buscarse

    exclusivamente en los alumnos: los maestros y las escuelas tienen gran parte de responsabilidad

    MARGRIT STAMM

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    MENTE Y CEREBRO 48 / 2011 17

    QUIN FALTA?

    La mayora de padres y maes-

    tros creen que solo hacennovillos los malos alumnos.

    Los resultados de las investiga-

    ciones indican lo contrario: no

    hay relacin alguna entre las

    notas obtenidas y el absentis-

    mo escolar.

    el perodo de la encuesta se ausentaron toda o

    media jornada escolar ms de cinco veces).

    Una encuesta de 2004, centrada en los jve-

    nes alemanes y dirigida por el socilogo de la

    Universidad de Colonia Michael Wagner, arroj

    cifras similares. Se llega a la conclusin de que

    en ambos pases hay un volumen nada despre-

    ciable de alumnos que faltan a clase; entre ellos,el sexo masculino es predominante. En nuestra

    encuesta, los alumnos hacan el doble de novi-

    llos que las alumnas. En el estudio de Colonia

    tambin se observ una clara diferencia.

    Los motivos por los que los jvenes adoptan

    esta conducta son mltiples. Las respuestas ms

    frecuentes se refieren al cansancio escolar o al

    desinters por la enseanza. Otros dicen que no

    van a clase porque no quieren asistir a ciertos

    exmenes, porque necesitan tiempo para hacer

    los deberes domsticos o porque quieren alejar-

    se de determinados profesores.

    Rechazo a las horas iniciales y finalesTan variadas como los motivos son las estrate-

    gias seguidas para hacer novillos. Algunos se au-

    sentan de las desagradables clases del comienzo

    o del final de la jornada escolar, otros huyen de

    determinada asignatura. Segn los resultados

    de nuestro estudio, la mayora pertenecen a los

    GEHIRN

    &

    GEIST/MANFREDZENTSCH

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    20/100

    18 MENTE Y CEREBRO 48 / 2011

    que huyen de las horas marginales o de asig-

    naturas poco gratas. Tambin se dan aquellos

    que prolongan las vacaciones por su cuenta y seausentan del primer o del ltimo das de clase.

    Tan solo uno de cada diez llega a faltar varios

    das a la escuela.

    Es, de hecho, muy corriente que los escolares

    se ausenten de clase al menos de forma ocasio-

    nal. Supone, por tanto, un problema que no ha-

    bla solo de un grupo de alumnos flojos. En los

    institutos son precisamente las clases iniciales y

    finales, as como determinadas asignaturas, las

    que experimentan ms ausencias, incluso por

    parte de muchos estudiantes buenos. Es, por

    ende, falso que el absentismo represente una

    seal de alarma que delate problemas escolares,

    en contra de lo que muchos padres, profesores

    e incluso investigadores creen?

    Es probable que sean justo los mejores alum-

    nos quienes se ausenten reiteradamente de clase

    porque se sientan exigidos por debajo de sus po-

    sibilidades. Dado que aprenden ms rpidamen-

    te y con mayor autonoma, los adolescentes ms

    dotados pueden obtener rendimientos iguales

    o incluso superiores a los de sus compaeros.

    Es posible que para ellos los novillos supongan

    simplemente una inteligente estrategia para al-

    canzar sus objetivos con el mnimo esfuerzo?

    Hemos investigado tal interrogante en otro

    estudio centrado en la comparacin entre el

    absentismo y el rendimiento escolar de los

    alumnos altamente dotados y el del resto de sus

    compaeros. El resultado muestra que no puede

    establecerse relacin alguna entre la inteligencia

    y la frecuencia de absentismo escolar.

    Muchos de los alumnos altamente dotados

    pertenecen a un grupo al que denominamos

    alumnos con tendencia a hacer novillos. Se

    trata de jvenes con un alto perfil intelectual

    que solo de forma ocasional se ausentan de cla-

    se. Es el caso, por ejemplo, de un alumno que

    dijo: Cuando tengo muchas cosas que hacer,

    necesito imperiosamente disponer de un par de

    horas libres. O tambin: Algunas asignaturas

    son tan aburridas que seguro que no me pierdo

    nada si no voy a clase. Este tipo de alumnos al-canzan un buen rendimiento escolar y no parece

    que vaya a tener problemas en el futuro.

    Sin embargo, tambin para los alumnos alta-

    mente dotados es cierto que una ausencia que al

    principio parece no suponer ningn problema

    puede desembocar de forma paulatina en un

    gran distanciamiento que lleve a malos rendi-

    mientos escolares e incluso, finalmente, a una

    completa ruptura con la escuela, pese a disponer

    de buenas condiciones intelectuales para una

    carrera exitosa.

    Algo as resulta problemtico en el grupo dealumnos que podemos tipificar como distan-

    ciados. Son jvenes que, con frecuencia, obtie-

    nen varios suspensos, a pesar de tener buenas

    dotes. En los tests de inteligencia consiguen

    buenas calificaciones. Pero tienen poco inters

    por aprender y obtienen unos rendimientos es-

    colares inferiores a la media.

    Quien falta a clase sale perdiendoHay distintas razones que explican dicho fe-

    nmeno: al principio ciertos alumnos pueden

    permitirse el lujo de saltarse alguna clase, mas

    luego fracasan en asignaturas concretas y tienen

    que repetir todo el curso. De esta forma, pier-

    den el inters por otras materias supuestamente

    fciles, de las cuales se ausentan cada vez con

    mayor frecuencia. Otros alumnos muestran ya

    en primer o segundo curso una conducta absen-

    tista, en algunos casos justificada incluso por los

    padres, so capa de enfermedad.

    Nuestro estudio anterior ya haba mostrado

    cmo el absentismo frecuente pone en peligro

    el posterior desarrollo de nios y jvenes. En

    comparacin con los alumnos que faltan a clase

    en contadas ocasiones, quienes no asisten con

    asiduidad obtienen peores notas y repiten curso

    con casi el doble de frecuencia. El pronstico a

    largo plazo tambin les es desfavorable: aquellos

    que faltan con reiteracin tienen especial peligro

    de no conseguir el certificado escolar final, con

    lo que disminuyen sus posibilidades de acceder

    a una plaza de capacitacin superior.

    Fuera de la escuela, estos alumnos con ausen-

    cias frecuentes tienen ms probabilidades de

    entrar en conflicto con la ley. El 51 por ciento de

    Por qu los alumnos faltan a clase

    64%

    42%

    40%

    31%

    20%

    19%

    22%

    19%

    7%

    Falta de motivacin:ningn inters por la escuela

    Querer dormir ms

    Enseanza aburrida

    Evitar los exmenes

    Preparar los exmenes en casa

    Hacer los deberes

    No entenderse bien con el maestro

    Hacer novillos junto a otros amigos

    Acoso y violencia por partede compaeros de escuela

    El factor

    clave para

    la prevencin

    de los novillos

    escolares es una

    relacin de

    plena confianza

    entre maestros

    y alumnos

    (Datos de Margrit Stamm)

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    MENTE Y CEREBRO 48 / 2011 19

    ellos ya ha cometido delitos de lesiones corpora-

    les, mientras que solo el 23 por ciento de los que

    se ausentan ocasionalmente han perpetrado ta-

    les actos. Quienes hacen novillos con frecuencia,

    sobre todo si son varones, se encuentran ms

    involucrados en delitos de robo, participan con

    mayor frecuencia en delitos de daos a la pro-

    piedad y cometen ms falsificaciones de firmaso de certificados.

    Trabajos realizados por cientficos que desde

    hace tiempo se ocupan del problema en otros

    pases obtienen datos semejantes. Ya en los aos

    noventa del pasado siglo, el investigador y peda-

    gogo Ken Reid, de la Universidad Metropolitana

    Swansea de Gales, demostr que el absentismo

    escolar va emparejado con una elevada delin-

    cuencia juvenil. Segn Reid, aun no tratndose

    de una relacin constante, el absentismo escolar

    es un factor de riesgo para el abandono de la

    enseanza y la cada en la delincuencia.Hace tiempo que los investigadores indagan

    las causas de los novillos escolares en la persona-

    lidad de los jvenes y en sus relaciones familia-

    res. Se extiende la opinin de que el absentismo

    supone no tanto un problema individual como

    un problema del que tiene que responsabilizar-

    se la escuela. Dicho crudamente: las escuelas

    con unas elevadas cuotas de absentismo estn

    negando a sus alumnos el derecho a recibir for-

    macin.

    Puede que la razn del absentismo escolar

    resida en la enseanza? Habla a favor de ello el

    hecho de que el nmero de ausencias a clase

    vara mucho de unos colegios a otros, incluso

    cuando el nivel educativo y social de los padres

    es anlogo. En un mismo barrio suele haber

    escuelas con elevadas y otras con bajas cifras

    de absentismo. De ah que algunos expertos

    tiendan a pensar que la cuota de absentismo

    constituye un ndice de la calidad de las escue-

    las, lo mismo que lo es el resultado del informe

    PISA. Hay buenas razones para suponer tal cosa,

    puesto que un bajo absentismo puede elevar el

    rendimiento global de los alumnos. Los maes-

    tros necesitaran, entonces, invertir menos tiem-

    po en alumnos problemticos; todo el clima

    escolar mejora.

    Oficializar los novillos?Algunos cantones suizos intentan afrontar el

    problema mediante los llamados das como-

    dn. Se trata de das del curso escolar que los

    alumnos pueden tomarse libre de forma com-

    pletamente oficial. Es dudoso, sin embargo, que

    con esta medida se consiga reducir las faltas a

    clase, pues los proyectos modelo todava no per-

    miten demostrar la repercusin que estos das

    comodn puedan tener en el absentismo.

    Qu ms pueden hacer las escuelas? En pri-

    mer lugar han de tomar el problema en serio.

    Para ello, conviene que empiecen formando a

    los maestros. En nuestra encuesta, la mayora de

    ellos no conocan la magnitud del absentismoen su centro. Dos terceras partes de los docen-

    tes tenan la impresin de que en sus clases no

    se haca en absoluto novillos. Solo un ocho por

    ciento crea que entre sus alumnos haba algu-

    nos que hacan novillos con elevada frecuen-

    cia. Parece ser que este porcentaje depende en

    gran medida de la conducta de cada maestro en

    particular. Lo esencial para la prevencin de los

    novillos es una relacin de confianza entre los

    profesores, los alumnos y los padres, adems

    de que todos se propongan afrontar las causas

    del problema.Conocer la magnitud del absentismo esco-

    lar es una premisa necesaria. En Inglaterra, a

    ciertos investigadores de la educacin que tra-

    bajan con proyectos modelo les ha resultado

    una buena experiencia mantener un registro

    homogneo y centralizado. En l, los profesores

    inscriben las ausencias de todos sus alumnos,

    tambin aquellas que supuestamente se deben

    a enfermedad. Cuando las faltas llegan a un de-

    terminado nmero, hablan del problema con

    los padres. Solo este hecho, incluso cuando se

    presentan dificultades de contacto, suele pro-

    ducir una mejora.

    En Oer-Erkenschwick (Renania del Norte-

    Westfalia, Alemania) se ha dado un paso ms.

    En enero de 2009, el ayuntamiento puso en

    marcha un discutido proyecto centrado en las

    familias de los alumnos que se ausentan de la

    escuela. Los padres de escolares que faltan con

    frecuencia a clase disponen de una especie de

    tarjeta en la que registran cundo sus hijos se

    presentan puntualmente a clase y cundo acu-

    den al mdico. Al final del curso escolar pueden

    canjear estos puntos por objetos de un valor de

    hasta cien euros.

    Resta por ver que este proyecto de recompen-

    sa repercuta en un cambio de conducta. En todo

    caso parece una medida ms inteligente que las

    reacciones de la mayora de las escuelas ante las

    ausencias en clase: esperar, hacer la vista gorda

    y, a lo sumo, realizar controles espordicos de

    absentismo.

    Margrit Stammdirige el departamento de ciencias de la

    educacin de la Universidad suiza de Friburgo.

    PALABRAS CLAVE

    Novillosy absentismoescolar

    Por hacer novillos suele

    entenderse un rechazo

    consciente de las reglasque siguen los adultos.

    El absentismo escolar hace

    referencia sobre todo a

    casos ms difciles: estos

    objetores son nios con

    problemas emocionales y

    de conducta que, a menudo

    con el conocimiento de los

    padres, abandonan por

    completo la asistencia a cla-

    se. En ocasiones, el miedo

    o la fobia a la escuela juegaun papel importante [vase

    Absentismo escolar, por

    Gerd Lehmkuhl; MENTEYCE-

    REBRO, n.o31]. Sin embargo,

    no pocas veces el rechazo o

    incluso el abandono escolar

    comienza con unos inocen-

    tes novillos.

    BIBLIOGRAFA

    COMPLEMENTARIA

    DIE PSICOLOGIE DES SCHU-

    LESSCHWNZENS: RAT FR

    ELTERN, LEHRER UND BILDUNS-

    POLITIKER.M. Stamm. Huber.

    Berna, 2008.

  • 8/10/2019 #48 - Redes sociales.pdf

    22/100

    20 MENTE Y CEREBRO 48 / 2011

    La definicin ms aceptada de violencia degnero es la propuesta por la ONU en 1995:

    Todo acto de violencia sexista que tiene como

    resultado posible o real un dao fsico, sexual

    o psquico, incluidas las amenazas, la coercin o

    la privacin arbitraria de libertad, ya sea que

    ocurra en la vida pblica o en la privada.

    En este marco conceptualizamos la violencia

    como la coaccin fsica o psquica ejercida so-

    bre una persona para viciar su voluntad y obli-

    garla a ejecutar un acto determinado. Puede

    adoptar formas diferentes: fsica, verbal, psqui-

    ca, sexual, social, econmica, etctera. Unas for-

    mas de coaccin que se han ejercido, en mayor o

    menor medida, a lo largo de la historia.

    Un binomio inseparableLa violencia de gnero ha ido impregnndose

    con el tiempo de significado social, adulterando

    de esa manera su definicin original basada en

    el binomio inseparable de violencia y gnero.

    As, de satisfacer una necesidad de superviven-

    cia se ha convertido en una conducta instru-

    mental que introduce desigualdad en una rela-

    cin interpersonal o mantiene una desigualdad

    subyacente y estructural. Es precisamente en

    este sentido que la violencia y el gnero se con-

    vierten en un binomio inseparable, ya que la

    primera se usa como mecanismo para conseguir

    un plus de presencia o influencia respecto a lo

    segundo.

    Para explicar la conducta del maltratador se

    ha apelado con frecuencia a la existencia de una

    serie de psicopatologas: carcter agresivo, falta

    de control de la ira o una infancia marcada por

    experiencias de malos tratos. Dichas explicacio-

    nes tienden a buscar una causa externa, por loque reducen el grado de responsabilidad de la

    persona que lleva a cabo la accin.

    As, los principales modelos tericos sobre

    violencia de gnero proponen teoras asenta-

    das en problemas de tipo individual, investigan

    alteraciones de la personalidad, disposiciones

    biolgicas o experiencias violentas a temprana

    edad que puedan explicar tales reacciones. Las

    teoras basadas en la dinmica familiar asumen

    que la violencia es el resultado de problemas

    derivados de una interaccin inadecuada en la

    familia y de los patrones desadaptativos de re-

    solucin de problemas de pareja o familiares (o

    ambos) inherentes en sus relaciones. Las teoras

    sociales y culturales, por su parte, abogan por la

    existencia de valores culturales que legitiman

    el control del hombre sobre la mujer.

    Tales hiptesis surgen precisamente ante la

    necesidad de explicar el fenmeno emergente

    de la violencia de gnero. Mas tal enfoque, en

    el que las mujeres aparecen a menudo como

    las vctimas y los hombres como los victima-

    rios, no seala a las disposiciones biolgicas o

    de interaccin como factores que aclaran por

    s solos la violencia de gnero: ni las mujeres

    nacen vctimas ni los varones estn predeter-

    minados para actuar como agresores. De hecho,

    los estereotipos sobre cmo unos y otras deben

    comportarse, las experiencias que refuerzan la

    conducta estereotpica y la estructura social que

    apoyan la desigualdad de poder entre gneros

    ha contribuido a que se originen patrones de

    violencia a lo largo de nuestro ciclo vital.

    En las sociedades en las que no existe una

    jerarqua formal de privilegios de unos grupos

    Violencia de gneroLa asimetra social en las relaciones entre mujeres y hombresfavorece la violencia de gnero. Es necesario abordar la verdadera causa

    del problema: su naturaleza ideolgica

    FRANCISCA EXPSITO

    RESUMEN

    Agresinencubierta

    1La cultura ha legiti-

    mado la creencia de

    la posicin superior del

    varn, lo cual ha facili-

    tado que las mujeres se

    sientan inferiores.

    2

    El agresor acta de

    forma coherente con

    su propio objetivo de su-

    misin y control, por lo

    que no existe un nico

    perfil de maltratador.

    3Al tratarse de manio-

    bras habituales, no

    parecen dainas. Las vc-

    timas deben reconocer

    el maltrato y rechazarlo.

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    ISTOCKPHOTO/MAFALDITA

    NI AGRESIVOS NI PSICPATAS

    La violencia es un recurso que

    la sociedad y la cultura pone a

    disposicin de los hombres para

    su uso en caso de necesidad.

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    sobre otros, donde hombres y mujeres ejercen el

    mismo poder, los niveles generales de agresin

    y de violencia contra la mujer son inferiores. En

    cambio, el sistema social del patriarcado inte-

    gra un mensaje claro que afirma que los ms

    poderosos se hallan en su derecho de dominar

    a los menos poderosos y que la violencia se

    contempla como una herramienta vlida y ne-cesaria para ello. Hasta hace poco, un artculo

    del cdigo penal espaol recoga la forma de

    proceder de los hombres (maridos o padres),

    otorgndoles derecho pleno sobre las mujeres

    en determinadas circunstancias: El marido que,

    sorprendiendo en adulterio a su mujer, matare

    en el acto a los adlteros o a alguno de ellos,

    o les causare cualesquiera lesiones graves, ser

    castigado con la pena de destierro. Si les produ-

    jera lesiones de otra clase, quedar exento de

    pena. Estas reglas son aplicables, en anlogas

    circunstancias, a los padres respecto de sus hijasmenores de veintitrs aos y sus corruptores

    mientras aquellas vivieren en la casa paterna.

    El contenido de este artculo no es ms que el

    reflejo de una sociedad en la que las relaciones

    entre hombre y mujer se articulaban en torno

    a la relacin de gnero y poder.

    Objetivo: sumisin y control

    El ejercicio del poder tiene dos efectos funda-

    mentales, uno opresivo (uso de la violencia para

    conseguir un fin) y otro configurador (redefine

    las relaciones en una situacin de asimetra y

    desigualdad). El sometimiento se convierte en

    la nica salida posible para mantener la nueva

    situacin. La cultura ha legitimado la creencia

    de la posicin superior del varn, reforzada a su

    vez a travs de la socializacin. Todo ello ha

    facilitado que las mujeres se sientan inferiores

    y necesiten la aprobacin de los hombres para

    sentirse bien consigo mismas y con el papel en

    la vida para la que han sido educadas.

    La asimetra de poder de un gnero sobre otro

    ampara las diferencias y configura el diseo

    apropiado de proceder en las relaciones: los

    varones ofrecen la proteccin a las mujeres a

    cambio de la obediencia y el sometimiento. Ellos

    ocupan as una posicin de control y dominio.

    El carcter sutil y encubierto de dicho tipo de

    sexismo (sexismo benvolo) dificulta su de-

    teccin al tiempo que obstaculiza las reacciones

    de rechazo por parte de las afectadas.

    Si la violencia de gnero es una cuestin cul-

    tural que resulta de un proceso de socializacin,

    cabra preguntarse entonces si todos los hom-

    bres son maltratadores o si existe una psicolo-

    REGALOS ENVENENADOS

    En la fase de remisin o luna

    de miel, el agresor refuerza a

    su vctima con regalos o signos

    de arrepentimiento, para man-

    tenerla junto a l.

    ga del maltratador. Segn la bibliografa y mi

    experiencia profesional, no se trata de hombres

    agresivos ni de psicpatas. La violencia es un

    recurso que la sociedad y la cultura ponen a dis-

    posicin de los hombres para su uso en caso de

    necesidad, dejando a criterio de cada uno cun-

    do surge ese requerimiento. No es posible, por

    tanto, establecer un perfil nico de maltratador:cada cual representa el papel de forma distin-

    ta y se comporta de manera diferente. Existen

    formas diversas de ejercer la violencia contra las

    mujeres. La cuestin estriba en poner nfasis en

    la clave del problema: quin agrede y por qu?

    El agresor acta de forma coherente con su ob-

    jetivo de sumisin y control, lo que contribuye

    a que no exista un nico perfil del victimario,

    ya que cada uno experimenta el poder y la ame-

    naza de forma distinta y acta en consecuencia.

    As, solo podemos inferir que el elemento nico

    en comn entre los maltratadores masculinoses su condicin de varn.

    Pese a la dificultad para determinar un perfil

    concreto, existen una serie de rasgos comunes

    de comportamiento en todos los hombres que

    maltratan a sus parejas o ex parejas. Responsa-

    bilizan a la mujer de la situacin. Ellos son las

    vctimas, arguyen. De hecho, con frecuencia

    se escucha en los grupos de tratamiento con

    hombres maltratadores comentarios como:

    [...] ella saca lo peor de m; [...] lo hace para

    provocarme. O se aferran a ideales masculi-

    nos tradicionales. La violencia resulta para ellos

    una conducta aprendida y legtima, as como una

    forma de simbolizar su poder. Muchos afirman

    que es la nica manera de calmarla y ponerla

    en su sitio.

    A los anteriores rasgos se suman una empata

    pobre, una necesidad elevada de reafirmacin,

    una intolerancia a no situarse a la altura de su

    papel, un pensamiento rgido, la creencia de te-

    ner siempre la razn en sus actos ([...] lo hago

    por tu bien) y una minimizacin de las con-

    secuencias de su comportamiento, adems de

    sentimientos de autoestima baja, inseguridad,

    dependencia y celos. Estos ltimos suponen una

    actitud posesiva ms all del aspecto puramente

    sexual, ya que sirven de mecanismo para conse-

    guir el aislamiento social de la vctima.

    Nuestro estudio cuestiona los estereotipos

    relacionados hasta ahora con la conducta y los

    rasgos del maltratador (como el consumo de

    alcohol y drogas, las vivencias traumticas en

    la infancia, la violencia inherente al varn, los

    problemas psquicos) y destaca, en cambio, la

    normalidad del agresor.

    Uno de losprincipales

    sntomasque

    experimenta

    la vctima de

    malos tratos

    es elsndrome

    del estrs

    postraumtico

    ISTOCKPHOTO/NULLPLUS

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    Sndrome de la mujer maltratadaTal como mantiene Luis Bonino, psiquiatra y

    director del Centro de estudios de la condicin

    masculina, existe una serie de micromachismos

    que dificultan la visualizacin del fenmeno del

    maltrato. Se trata de maniobras normalizadas

    que desarrollan los varones y que prcticamente

    aceptan las mujeres. Los micromachismos sir-

    ven para mantener el dominio y la superioridad

    de los hombres frente a las mujeres, para recu-

    perar la dominacin ante la que se rebela o para

    poner resistencia al aumento de poder personal

    o interpersonal del sexo femenino actual. En po-

    cas palabras, el denominador comn es atentar

    contra la autonoma de la mujer.

    Al tratarse de maniobras habituales, en oca-

    siones encubiertas, no parecen dainas. Incluso

    se presentan antes de que afloren las situaciones

    de violencia. Entre tales maniobras destacan la

    insistencia abusiva (el varn persiste en imponer

    su punto de vista hasta que la mujer cede por

    cansancio) o la intimidacin (el autor insina

    que si no se le obedece, puede suceder algo).

    Asimismo, las actuaciones encubiertas pueden

    producirse durante la situacin abusiva o de vio-

    lencia, de tal manera que la mujer muestra difi-

    cultades para interpretarlas de forma correcta.

    Es el caso del paternalismo protector (el hombre

    argumenta actuar siempre por el bien de la mu-

    jer; porque la quiere), las maniobras de desau-

    torizacin (descalifica cualquier trasgresin del

    papel tradicional) o incluso el impedimento de

    que la vctima busque ayuda para poner fin a

    una relacin abusiva, mediante estrategias de

    lstima (el hombre se muestra incapaz de cui-

    darse solo, se abandona fsicamente) o con m-

    ritos (regalos, promesas de cambio y conductas

    de seduccin).

    Sin embargo, la violencia domstica es una

    interaccin. Qu sucede con la mujer? Existe

    un perfil para la vctima? Desde que la psicloga

    Leonor Walker describiera en 1984 el sndrome

    de la mujer maltratada, se han llevado a cabo

    mltiples estudios en torno al tema.

    Variables sociolgicas como la edad, el estado

    civil, la ocupacin y la distribucin del trabajo

    domstico aparecen como algunos factores de-

    finitorios en el maltrato a la mujer. No obstan-

    te, de igual forma que en el intento de definir

    una psicologa del maltratador, la insistencia

    de un perfil concreto para la vctima dificulta

    la comprensin del proceso. Resulta ms eficaz

    estudiar los obstculos de las mujeres afectadas

    para terminar con una relacin de abuso.

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    Pretratamiento Postratamiento

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    Patrn

    Final mortal

    De enero a abril de 2011

    han fallecido un total de

    19 mujeres en Espaa vcti-

    mas de violencia de gnero.

    Solo 5 de ellas solicitaron

    medidas de proteccin y

    presentaron denuncia. La

    franja de edad de las afecta-

    das y los victimarios oscilaba

    en un 31,6 por ciento de los

    casos entre 41 y 50 aos.

    Un 68,4 por ciento de las

    mujeres viva en convivencia

    y un 52,6 por ciento en

    relacin de pareja.

    (Fuente: Ministerio de Sanidad,

    Poltica Social e Igualdad)

    Maltratadores normales

    No existe un perfil nico de maltratador.Tampoco se trata de hombres agresivos ni de psicpatas. Nuestro estudio pone en

    cuestin los estereotipos relacionados hasta ahora con la conducta y los rasgos del maltratador, como puede ser el consumo

    de sustancias txicas y de alcohol, la vivencia de experiencias traumticas en la edad infantil o los problemas psquicos. En este

    ltimo aspecto, los datos del patrn de personalidad de un grupo de maltratadores basados en el inventario clnico multiaxial

    Millon-II sealan a la compulsividad como rasgo ms destacado de estas personas; no obstante, el percentil no supera el gradode normalidad, por lo que se descarta la posibilidad de una psicopatologa. Otros rasgos, como la esquizofrenia, la personalidad

    lmite, paranoide o la neurosis depresiva, muestran un percentil an menor (a). De todos modos, el tratamiento psicolgico

    contribuye a que la sintomatologa especfica de los maltratadores mejore, segn demuestran los datos del inventario SCL-

    90-R aplicado en un grupo de maltratadores. Este cuestionario indica, asimismo, la normalidad en los rasgos de personalidad

    de los victimarios (b).

    a b

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    Normalizacin de las conductas

    Con frecuencia nos preguntamos cmo una

    mujer puede permanecer en una relacin de

    maltrato. La respuesta es multidimensional.

    Por una parte, interviene la idea que las mu-

    jeres tienen del maltrato. Al tratarse de un

    fenmeno cultural, muchas de ellas estn

    socializadas en la aceptacin de patrones deconducta abusivos sin ser conscientes de ello.

    Segn un estudio reciente, en torno al 90

    por ciento de las entrevistadas consideraba la

    agresin fsica como nica forma de maltrato

    y las participantes de mayor edad asociaban en

    menor medida el hecho de sufrir golpes con la

    idea de malos tratos. Los resultados reflejan la

    normalizacin de determinadas conductas

    en las relaciones de pareja.

    El ciclo de la violencia descrito por Walker no

    solo constata las diversas fases del fenmeno

    (tensin-agresin-remisin), sino que tambinrecoge las principales sintomatologas de la

    mujer maltratada, de tal manera que revela la

    trampa en la que muchas mujeres caen y per-

    manecen hasta incluso morir.

    En la fase de remisin (o luna de miel), el

    agresor refuerza a su vctima con regalos o

    signos de arrepentimiento para mantenerla jun-

    to a l y evitar que acte, de manera que elude

    las denuncias y el abandono de la relacin. Se

    trata de una ideologa ambivalente que com-

    bina refuerzos y castigos, y dificulta a la mujer

    detectar la situacin y actuar. Si el marido se

    muestra unas veces hostil y otras benevolente,

    la esposa tiende a pensar que su propia conducta

    precipita el maltrato, por lo que se atribuye la

    responsabilidad de lo ocurrido. La frecuencia

    y peligrosidad de dicho ciclo aumenta con las

    reincidencias. De cada recad