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La revolución en 3 y 2 La ofensiva contrarrevolucionaria, la expropiación de Éxito y las perspectivas y tareas para el 2010 La suspensión de emisiones de RCTV está siendo utilizada por la derecha venezolana e internacional para lanzar una nueva ofensiva contra la revolución bolivariana. Distintas marchas, protagonizadas fundamentalmente por estudiantes contrarrevolucionarios de clase media y alta, se han sucedido a lo largo de la geografía nacional durante los últimos días desembocando en varios casos en acciones violentas. En Mérida, una de estas acciones condujo al brutal asesinato del joven estudiante y militante del PSUV Yosimir Carrillo, de tan sólo 15 años, a manos de los pistoleros fascistas. Posteriormente, en un clima de enfrentamientos entre contrarrevolucionarios y defensores de la revolución, era anunciada la muerte de otro joven de 28 años partidario de la oposición: Marcos Rosales. La nueva campaña contrarrevolucionaria Los medios de comunicación burgueses de todo el mundo están presentando estos acontecimientos como si se tratase de acciones de represión del gobierno contra estudiantes que se manifiestan pacíficamente. Al mismo tiempo achacan la suspensión de emisiones de RCTV a una supuesta represalia de Chávez por “no emitir sus discursos”. Intentan de este modo fomentar una imagen absolutamente falsificada de Venezuela, según la cual en nuestro país existiría una dictadura en la que todos los ciudadanos deben obedecer la voluntad personal del Presidente. Olvidan, estos “democráticos”, “independientes” y por supuesto muy ecuánimes e imparciales “informadores”, que la empresa privada RCTV, en manos del conocido ultra- derechista Marcel Granier, ha utilizado durante años (hasta el fin de su concesión en 2007) el espacio radioeléctrico público para calumniar e insultar al Presidente Chávez, democráticamente elegido por el pueblo

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La revolucin en 3 y 2

La revolucin en 3 y 2

La ofensiva contrarrevolucionaria, la expropiacin de xito y las perspectivas y tareas para el 2010

La suspensin de emisiones de RCTV est siendo utilizada por la derecha venezolana e internacional para lanzar una nueva ofensiva contra la revolucin bolivariana. Distintas marchas, protagonizadas fundamentalmente por estudiantes contrarrevolucionarios de clase media y alta, se han sucedido a lo largo de la geografa nacional durante los ltimos das desembocando en varios casos en acciones violentas. En Mrida, una de estas acciones condujo al brutal asesinato del joven estudiante y militante del PSUV Yosimir Carrillo, de tan slo 15 aos, a manos de los pistoleros fascistas. Posteriormente, en un clima de enfrentamientos entre contrarrevolucionarios y defensores de la revolucin, era anunciada la muerte de otro joven de 28 aos partidario de la oposicin: Marcos Rosales.La nueva campaa contrarrevolucionaria

Los medios de comunicacin burgueses de todo el mundo estn presentando estos acontecimientos como si se tratase de acciones de represin del gobierno contra estudiantes que se manifiestan pacficamente. Al mismo tiempo achacan la suspensin de emisiones de RCTV a una supuesta represalia de Chvez por no emitir sus discursos. Intentan de este modo fomentar una imagen absolutamente falsificada de Venezuela, segn la cual en nuestro pas existira una dictadura en la que todos los ciudadanos deben obedecer la voluntad personal del Presidente.

Olvidan, estos democrticos, independientes y por supuesto muy ecunimes e imparciales informadores, que la empresa privada RCTV, en manos del conocido ultra-derechista Marcel Granier, ha utilizado durante aos (hasta el fin de su concesin en 2007) el espacio radioelctrico pblico para calumniar e insultar al Presidente Chvez, democrticamente elegido por el pueblo venezolano, y colaborar en cuanta tentativa desestabilizadora y golpista contra el Gobierno Bolivariano ha tenido lugar. De manera muy conveniente, estas damas y caballeros tambin olvidan que RCTV, en su nueva etapa de emisin por cable, se niega a acatar la Ley de Responsabilidad Social para radio y televisin aprobada por la Asamblea Nacional, rgano legislativo que tambin ha elegido democrticamente el pueblo venezolano. Qu pasara en otros pases si un canal de televisin se negase a acatar las leyes y llamase a desconocer y derrocar al jefe de estado?

Los capitalistas y sus lacayos mediticos presentan la decisin de obligar a RCTV a cumplir la ley como una violacin de la libertad de expresin. En cambio, cuando gobiernos pro-imperialistas como el colombiano o peruano cierran canales, prohben sus emisiones por criticarles o persiguen, encarcelan e incluso asesinan a periodistas y luchadores sociales, vemos a esos mismos paladines de de la libertad de expresin guardar un elocuente y cmplice silencio. El colmo del cinismo en esta ceremonia de la confusin orquestada por la burguesa han sido las declaraciones de la patronal venezolana, Fedecmaras, acusando a Chvez de cercenar libertades cuando hace bien poco su presidente reclamaba ante las cmaras de la propia RCTV una solucin militar a los problemas de Venezuela.

Un ao de agudizacin de la lucha de clases

Esta nueva acometida contrarrevolucionaria no es casual. Con las elecciones a la Asamblea Nacional del 26 de septiembre en el horizonte, 2010 ser un ao determinante para el futuro de la revolucin. Las contradicciones acumuladas en la sociedad venezolana estn alcanzando el punto crtico y, como consecuencia de ello, los prximos meses y aos -pese a quien pese- no sern de conciliacin y calma sino de agudizacin an ms intensa de la lucha de clases en el pas.

El combate entre revolucin y contrarrevolucin, que se prolonga desde hace aos, slo puede resolverse de dos formas: o con la victoria de la revolucin -lo que forzosamente significa que la direccin de la sociedad y la economa deben pasar de manos de la burocracia y los capitalistas a la clase obrera y el resto del pueblo-; o con un triunfo de la contrarrevolucin capitalista, que aplaste la organizacin y movilizacin popular y devuelva el control pleno y efectivo del gobierno y el estado a quienes lo han tenido durante las ltimas dcadas: la burguesa venezolana y las multinacionales imperialistas.

El resultado de esta lucha est completamente abierto. Tanto la mayor de las victorias como la ms trgica de las derrotas siguen siendo posibles. El que una u otra se imponga depende del desarrollo de la lucha de clases no slo en Venezuela sino a escala mundial. La decadencia estructural del sistema capitalista, que en este momento se expresa en la recesin ms profunda desde 1929, est golpeando duramente a todos los pases. Antes o despus, el ciclo econmico capitalista har que la actual recesin deje paso a una recuperacin pero incluso los economistas burgueses ms optimistas ya han explicado que la misma se caracterizar por la necesidad de contencin de los gastos sociales, disciplina salarial y ms flexibilizacin laboral. Traducido al lenguaje de la vida cotidiana de las masas esto supone ms recortes sociales y ataques a la salud y educacin pblica, bajos salarios, alto desempleo y trabajo precario y sin derechos. Esto es lo nico que el capitalismo puede ofrecer en esta etapa histrica. En el caso de Venezuela eso, como ms adelante veremos, significa que los ataques de los empresarios a las condiciones de vida de la clase obrera y su sabotaje contra cualquier intento de poner coto a sus beneficios continuarn y se vern intensificados. Esa, y no otra, es la causa de la enorme polarizacin que vive la sociedad venezolana; lo que ha dado origen a la revolucin bolivariana y tambin es lo que hace que sta slo se pueda resolver de un modo: o con la victoria de la burguesa o con la de la clase obrera. Una solucin intermedia que contente a ambas clases sociales est descartadaLa revolucin a medio camino

La crisis capitalista mundial ya est amenazando las polticas de redistribucin ms justa de la riqueza, incremento del gasto social y mejora paulatina de las condiciones de vida de los sectores populares que intenta desarrollar el gobierno bolivariano. Aunque las polticas sociales aplicadas por el gobierno bolivariano de Hugo Chvez desde su primera victoria electoral en 1998 han conseguido avances importantes, la revolucin est lejos de haber cumplido sus objetivos y satisfacer las necesidades de su base social. La pobreza en el pas se ha reducido de 54,1% en 1997 a 31,5% en 2008 y la extrema pobreza de 23,4% hasta 9,1%. La revolucin bolivariana ha garantizado, asimismo, el acceso de millones de personas a la educacin y salud pblicas y erradicado el analfabetismo. Adems, Chvez impidi la privatizacin de PDVSA (petrolera estatal de la que dependen las finanzas pblicas) y ha nacionalizado empresas clave privatizadas por gobiernos anteriores como la siderrgica SIDOR, la telefnica CANTV y otras, as como varias fbricas cerradas por los empresarios, salvando miles de empleos.

Sin embargo, la gran mayora de empresas siguen en manos capitalistas y el estado burgus no ha sido sustituido por un estado revolucionario dirigido por los trabajadores. El resultado es que los capitalistas boicotean y paralizan la economa. Segn las propias organizaciones empresariales Fedecmaras y Conindustria, el nmero de empresas privadas se ha reducido a la mitad desde 1998. La causa principal es el parasitismo que ha caracterizado a la burguesa venezolana desde su mismo nacimiento. A ello se une, desde 1998, el sabotaje contra la revolucin.

La quinta columna burocrtica

Una grave amenaza que mina desde dentro a la revolucin bolivariana es la existencia de una burocracia dentro del aparato estatal, formada por miles de funcionarios y cargos pblicos que repiten el discurso revolucionario del Presidente pero boicotean cualquier medida anticapitalista e impiden la participacin de los trabajadores. Un sector de esta burocracia ha tendido a fusionarse con la burguesa. Esta quinta columna burocrtica representa en estos momentos el principal peligro para la revolucin y para la continuidad del propio Chvez en el gobierno. Un ejemplo es lo que est ocurriendo en lagunas empresas nacionalizadas como las contratistas que trabajaban para PDVSA en Zulia o en las empresas de la CVG en Guayana. En el Zulia miles de jvenes que trabajaban tercerizados por las contratistas privadas bajo la forma de cooperativistas, o sin ser reconocidos por aquellas como trabajadores fijos, no han sido incorporados a las empresas nacionalizadas sino que han quedado desempleados. El resultado es que la nacionalizacin, que tena que fortalecer el apoyo a la revolucin en este estado clave fronterizo con Colombia, para estos trabajadores y sus familias est suponiendo hasta el momento -gracias a la burocracia de PDVSA- un empeoramiento de sus condiciones de vida. En la CVG miles de trabajadores que estaban tercerizados y esperaban que la nacionalizacin supusiese su paso a fijos y la mejora tanto de sus salarios como de sus condiciones de trabajo siguen esperando. Las decisiones por parte de los gerentes y directores de toda una serie de empresas respecto a los recortes en la produccin ocasionados por la situacin de racionamiento elctrico estn siendo otra fuente de descontento en un estado fundamental para la revolucin debido el peso econmico que tienen estas industrias y el hecho de que en ellas se concentran los batallones pesados del proletariado venezolano. Los trabajadores esperaban que, siguiendo los criterios planteados por el Presidente Chvez en su discurso del 21 de Mayo de 2009 acerca del control obrero, se les consultase su opinin y tuviesen participacin en la toma de decisiones respecto a cmo organizar esta contingencia. No obstante son los gerentes quienes estn decidiendo que hornos se apagan y cules no y que lneas de produccin se mantienen y cuales son recortadas o temporalmente paralizadas. Sectores de trabajadores revolucionarios han denunciado que estas decisiones gerenciales se estn tomando de modo que privilegian a las multinacionales en detrimento de la produccin destinada a alimentar la industria nacional, una poltica que contradice abiertamente las propuestas que est realizando el propio Presidente Chvez.El mantenimiento y extensin de la tercerizacin no slo en la empresa privada sino tambin dentro del sector pblico, a pesar de las exhortaciones en sentido contrario del Presidente Chvez, representa otra bomba de tiempo contra la revolucin. La burocracia estatal utiliza figuras como las fundaciones o las cooperativas para adscribir a ellas a toda una serie de trabajadores cuyos salarios son ms bajos y carecen de toda una serie de derechos. Segn distintas fuentes, y aunque es muy difcil obtener datos concluyentes, se podra cifrar la tercerizacin de la mano de obra venezolana en ms de un 30%. Si esta situacin se prolonga, tras el paso adelante inicial que represent para muchos de estos trabajadores encontrar empleo, el resultado ser el de generar frustracin y erosionar la base social de la revolucin. Un agravante de esta situacin es la actitud desptica que no pocos gerentes y directores muestran con los trabajadores y empleados. La crisis econmica y las ltimas medidas del Gobierno

La cada del ingreso por exportaciones petroleras ha significado un duro golpe para la economa venezolana. Chvez ha mantenido los gastos sociales, pero el PIB ha cado un 2,9% en 2009 y la inflacin cerr el ao en 25%. El sector manufacturero privado, principal generador de empleo despus del estado, redujo un 9% la produccin. La burguesa, y ese sector de la burocracia que ve sus intereses cada vez ms fusionados con ella, est cargando adems la crisis mundial del capitalismo sobre los hombros de los trabajadores, empeorando sus condiciones de vida, incrementando la represin de los conflictos obreros y obstaculizando su derecho a organizarse y movilizarse.

El gobierno ha implantado un cambio dual bolvar-dlar. El dlar oficial ha pasado de representar 2,150 bolvares a 2,60 para importaciones de alimentos y medicinas y 4,30 para el resto de productos. El objetivo planteado por el gobierno es aumentar los ingresos que proporciona la exportacin de petrleo para mantener el gasto social y desarrollar la industria nacional sustituyendo importaciones (ahora ms caras) por productos fabricados en el pas. Se ha hablado de reducir en un 40% las importaciones en los prximos aos y el Presidente Chvez ha anunciado un nuevo plan para el reimpulso productivo en una reunin con empresarios y sindicalistas. El Gobierno ha creado el Fondo Bicentenario, que iniciara su camino con 1.000 millones de dlares, para subvencionar a los empresarios dispuestos a acometer proyectos de sustitucin de importaciones.

En un artculo posterior entraremos en detalle en el anlisis de estas medidas, sus posibles efectos y sobre todo en cul debera ser, desde un punto de vista marxista, la alternativa. Por el momento baste decir que, si vemos la experiencia de todos los planes parecidos al actual que se han aplicado a lo largo de los ltimos aos (y han sido unos cuantos), el resultado en todos los casos ha sido el mismo: el estado entreg grandes cantidades de recursos a los empresarios privados pero la inversin productiva y la creacin de empleo por parte de aquellos brill por su ausencia.Esto no es nada nuevo. Los empresarios venezolanos llevan dcadas saqueando al estado y evadiendo capitales del pas. Se podra decir que es algo que ya forma parte de su naturaleza. No existe ningn sector progresista, patritico ni mucho menos socialista entre ellos, como defienden los sectores reformistas que existen dentro del movimiento bolivariano. Un ejemplo es el del empresario Alejandro Uzctegui (presidente de la asociacin de empresarios socialista y bolivariana Empresarios por Venezuela Empreven-), quien ahora se encuentra prfugo y fuera del pas.

Nuevas expropiaciones

A todos los problemas causados por la crisis mundial del capitalismo y sus efectos sobre Venezuela, as como por el sabotaje capitalista y burocrtico, se ha unido estos ltimos meses el del racionamiento elctrico por causa de la sequa ocasionada por el cambio climtico y expresiones particulares de ste como el fenmeno llamadoEl Nio. La pertinaz sequa que sufre Venezuela ha reducido la capacidad productiva de la central hidroelctrica de Guri, abastecedora del 83% del pas. La oposicin contrarrevolucionaria utiliza el descontento con los apagones diarios para, sumndolo a los problemas econmicos y sociales creados por el capitalismo que se mantienen (precariedad laboral, dficit de viviendas, corrupcin, burocratismo, inseguridad ciudadana) resquebrajar el apoyo a la revolucin. La crisis elctrica, en cualquier caso, pone de manifiesto la falta de planificacin e inversiones en el sector durante dcadas y plantea un nuevo reto al gobierno que slo podr resolver una economa socialista planificada democrticamente.

Todas las contradicciones que hemos analizado generan inquietud en las bases chavistas y empujan a la vanguardia hacia la izquierda. Tambin han llevado al comandante Chvez a decretar nuevas expropiaciones. Respondiendo a la crisis, sabotaje y especulacin capitalistas, el Gobierno nacionaliz varios bancos en diciembre y en enero ha sido expropiada una de las principales cadenas de supermercados: xito, de propiedad franco-colombiana.

Los marxistas apoyamos esta expropiacin y defendemos que debe continuar con la expropiacin de todas las grandes cadenas distribuidoras y empresas agroalimentarias, as como del conjunto de los bancos y principales empresas. Tambin explicamos que el nico modo de que las empresas nacionalizadas funcionen es ponindolas bajo control democrtico de la clase obrera y del resto de los explotados mediante la organizacin de sindicatos revolucionarios y Consejos de Trabajadores elegibles y revocables. Si una expropiacin tan emblemtica como la de xito, como ocurri con otras empresas expropiadas, queda aislada en medio de una economa capitalista, en manos de la burocracia y con un estado que en esencia sigue siendo burgus, acabar transformndose en su contrario.

La trampa de la economa mixta

Uno de los problemas que enfrenta la revolucin es que la gran mayora de asesores y ministros que rodean al Presidente estn completamente imbuidos de ideas reformistas segn las cuales es posible una alianza con los llamados empresarios patriticos. Segn esta concepcin, en lugar de estatizar los medios de produccin bastara con construir un sector estatal de la economa hegemnico que discipline al sector privado, ponga lmites y controles a su actuacin y, al cabo de varias generaciones, acabe domesticndolo y convirtindolo milagrosamente en socialista.

La realidad, como hemos demostrado en distintos artculos, es que la economa mixta y el llamado socialismo petrolero lejos de ser una va especfica, venezolana, al socialismo son una trampa para los revolucionarios. Mientras se repite a las masas que estamos construyendo el socialismo, en la prctica lo que ocurre es que siguen funcionando las leyes del capitalismo y, por consiguiente, tambin siguen mantenindose todos los problemas sociales y contradicciones que este sistema genera.

En lugar de ser el sector estatal de la economa el que absorbe al privado ocurre precisamente todo lo contrario. Las leyes del capitalismo siguen dominando y operando en todo el conjunto econmico y social, disolviendo y destruyendo cualquier intento de planificar la economa o de establecer criterios sociales, de solidaridad o de equidad -como les gusta decir a los promotores de la economa mixta- en la misma. Esto fue lo que ocurri en Nicaragua y en otros pases que intentaron este modelo.

Los empresarios -sean pequeos, medianos o grandes- no invertirn significativamente. No lo han hecho durante dcadas, cuando el aparato del estado, estaba totalmente bajo su control y tenan paralizado y desmovilizado al movimiento obrero y las masas, menos an lo harn en un contexto revolucionario, en el que los trabajadores se ven estimulados por la propia revolucin a luchar por mejorar sus salarios, derechos y condiciones de vida y el gobierno bolivariano impone trabas como controles de precios, control de cambios, inamovilidad laboral, etc.

El propio Presidente de Fedecmaras y otros empresarios han respondido al Presidente Chvez diciendo que no basta con que les llame a invertir ya que el discurso que utiliza, hablando de revolucin y socialismo y llamando a los trabajadores y dems oprimidos a organizarse, contradice ese objetivo y genera inquietud entre los empresarios. Por no hablar de nuevas expropiaciones como la de xito o las amenazas al sector bancario si sigue sin arrimar el hombro para desarrollar el pas. Los propios empresarios que se autodenominan bolivarianos como Miguel Prez Abad han pedido en reiteradas ocasiones al gobierno la flexibilizacin de los controles gubernamentales e incluso una suspensin temporal de la inamovilidad laboral.

O expropiacin de los capitalistas o nuevos avances de la contrarrevolucin

Esto no es accidental. Como explicbamos anteriormente, estamos en medio de la mayor crisis capitalista desde 1929 y los empresarios slo pueden mantener sus beneficios reduciendo empleos, salarios y derechos laborales, es decir: cargando el peso de la crisis sobre las espaldas de la clase obrera. El Gobierno Bolivariano no puede intentar contentar a empresarios o trabajadores. Ms pronto que tarde va a tener que elegir de manera definitiva: o solucionar los problemas de su base social obrera y campesina expropiando a los capitalistas o, si no se decide a tomar ese camino, acabar defraudando -independientemente de cul sea su intencin- a las masas que sostienen la revolucin.

La redistribucin del ingreso petrolero en el sentido de mantener o incrementar los gastos sociales, los constantes vaivenes de los precios petroleros en medio de las turbulencias del mercado mundial, pueden hacer que la solucin a esta contradiccin se d de un modo ms rpido o ms lento pero de ningn modo pueden cambiar una ley histrica que, por otra parte, se ha manifestado en todas las revoluciones. All donde la direccin revolucionaria acometi la expropiacin de la banca, las principales empresas y la tierra e instaur una economa planificada -como en la revolucin rusa, china o cubana- las masas experimentaron un primer cambio cualitativo en sus vidas que sirvi para fortalecer el apoyo a la revolucin por todo un perodo y derrotar a la contrarrevolucin burguesa.

Las contradicciones posteriores que fruto del aislamiento de la revolucin socialista en un slo pas han sufrido estos pases son materia de otros artculos, pero lo que resulta irrebatible es que estas revoluciones consiguieron mantenerse durante dcadas y mostrar la superioridad de una economa estatizada y planificada sobre la economa capitalista: mejorando significativamente los niveles de vida, extendiendo el acceso a la educacin, la salud, la vivienda y el empleo, desarrollando en pases econmicamente muy atrasados una industria moderna y convirtindolos en potencias econmicas...

Por el contrario, all donde la revolucin se qued a medio camino y los dirigentes reformistas o estalinistas de la misma no abordaron la expropiacin econmica y poltica de la burguesa (en Chile, en Nicaragua, en la propia Espaa revolucionaria de los aos 30, en la revolucin de los claveles portuguesa y, desgraciadamente, en muchos otros casos), el resultado fue desaprovechar la oportunidad revolucionaria y que la contrarrevolucin finalmente se impusiese. Un ejemplo paradigmtico es el la revolucin sandinista en Nicaragua. La direccin sandinista cay en la trampa de la economa mixta y el resultado fue un desencanto y desmovilizacin crecientes entre las masas. Tras 11 aos de revolucin sin que sus problemas encontrasen solucin la consecuencia fue la traumtica derrota electoral del 25 de Febrero de 1990, de la que este mes se cumplen 20 aos. Una derrota que, dicho sea de paso, cay como un mazazo no slo sobre los activistas y militantes de izquierda nicaragenses sino de toda Latinoamrica.Cmo garantizar el triunfo de la revolucin?

La base social de la revolucin: la clase trabajadora, las comunidades, los campesinos pobres; ha mostrado una y otra vez desde 1998 -como tambin lo mostraron en Nicaragua y en todos los casos anteriormente citados- su disposicin a ir hasta el final. La propuesta del comandante Chvez de romper con el capitalismo y construir el socialismo ha sido apoyada masivamente por el pueblo venezolano en distintas convocatorias electorales y con movilizaciones multitudinarias en la calle. Chvez en algunos de sus ltimos discursos incluso ha planteado la necesidad del control obrero y se est reclamando marxista.

Pero la clave de la revolucin est en que estas palabras se conviertan en hechos y que lo hagan lo antes posible. Lo que necesita la revolucin de manera urgente es actuar: un plan de accin que resuelva los problemas de las masas y transforme de manera decisiva sus condiciones de vida. Un plan que sustituya la economa informal y el empleo tercerizado y precario por puestos de trabajo estables, con salarios y condiciones laborales dignas; que desarrolle un sector industrial fuerte desde el estado para generar empleo, acabar con la dependencia petrolera y avanzar hacia la soberana productiva; un plan que reemplace los ranchos por casas dignas y acabe de una vez por todas con el dficit habitacional creando una empresa estatal de construccin (tal como plante hace meses el presidente y ha impedido hasta el momento la burocracia) que construya 400.000 nuevas viviendas cada ao; unn plan en definitiva que acabe con la corrupcin y la burocracia y cree las condiciones sociales que permitan erradicar la inseguridad...

Las elecciones a la AN y las perspectivas a medio plazo La Asamblea Nacional ha estado totalmente en manos del chavismo durante los ltimos 4 aos. Mediante esta mayora absoluta y mecanismos como la ley habilitante el gobierno podra haber aprobado una batera de leyes que dieran el tiro de gracia al capitalismo en Venezuela, nacionalizando la banca para dar crditos a precios solidarios, expropiando la Polar y dems empresas del sector alimentario y las grandes cadenas de distribucin para luchar contra la especulacin y desabastecimiento, etc. Esto habra empezado a dar soluciones concretas a los principales problemas de las masas y habra servido para demostrar con hechos a las masas, y en especial a sus sectores menos ideologizados de stas, en qu consiste el socialismo y porqu este representa una mejora respecto al capitalismo. Esta actuacin como explicamos entonces desde la CMR en numerosos artculos- habra sido el mejor modo de cortar de raz la campaa contrarrevolucionaria de 2007 y ganar el referndum de la enmienda constitucional. Este todava sigue siendo hoy el mejor modo de garantizar una victoria en las prximas elecciones a la Asamblea.Lamentablemente, estos cuatro aos de control bolivariano de la AN no se han traducido ni mucho menos en la destruccin de la legislacin burguesa y su sustitucin por leyes socialistas. El descontento entre las bases chavistas con los diputados es grande. Si no hay acciones concretas durante los prximos meses por parte de la AN y el gobierno que supongan un cambio claro y un revulsivo para las masas, y si adems los candidatos a diputados como ya han planteado varios dirigentes bolivariano- no son elegidos por las bases y muchos de los actuales repiten, este malestar aumentar. La posibilidad de un avance importante de la derecha en la Asamblea Nacional es un peligro real. Incluso la eventualidad de una derrota no puede ser descartada si no se toman las medidas anteriormente comentadas, la desmovilizacin entre la base social de la revolucin contina y los contrarrevolucionarios consiguen dejar a un lado sus luchas internas y se presentan unidos. En todo caso, tanto una victoria relativamente ajustada del PSUV como un empate o una victoria contrarrevolucionaria no resolveran de manera decisiva la situacin. Especialmente si se diese el segundo caso, el resultado -que obviamente supondra un enorme peligro para la revolucin- agudizara todas las contradicciones que hemos comentado.La burguesa intentara utilizar su poder en el parlamento para sabotear cualquier medida progresista y paralizar totalmente la accin del Gobierno, como hicieron en Chile con Allende. Su objetivo sera desde el primer momento tumbar a Chvez ya fuese en una nueva convocatoria electoral o muy probablemente, sobre todo si -como es previsible- la lucha de clases se agudizase en la calle, mediante un nuevo golpe militar. Los sectores de la burocracia estatal ms a la derecha y ms vinculados con la burguesa giraran hacia posturas abiertamente antimarxistas y antisocialistas y probablemente no faltaran entre ellos partidarios de unirse a la contrarrevolucin y sacar a Chvez. Sin embargo, incluso en esta situacin hipottica tan amenazante para la revolucin nada estara decidido. Las masas intentaran resistir y giraran a la izquierda. El resultado sera un enconamiento sin precedentes de las contradicciones y la polarizacin social en toda la sociedad y dentro del propio movimiento bolivariano, empezando por el propio PSUV. En cierto sentido se tratara de un retorno al 2002 pero sobre un terreno abonado por la experiencia acumulada a lo largo de todos estos aos tanto por la clase obrera como por la burguesa. Rumores de golpeLa posibilidad de que los capitalistas, y tambin un sector de la propia burocracia del estado que se declara bolivariana pero no cree en la revolucin, ante la posibilidad de nuevas medidas a la izquierda de Chvez intentase sacar a ste del poder mediante un nuevo golpe de estado es una amenaza real ante la que debemos estar permanentemente vigilantes.Durante las ltimas semanas los rumores acerca de posibles movimientos en los cuarteles contra Chvez se han extendido de un modo que no se vea haca tiempo. Como decamos al inicio de este artculo, el propio Presidente de Fedecmaras pidi en RCTV una solucin militar. Aunque finalmente parece que estos rumores estaban infundados, la preocupacin que despertaron entre miles de activistas revela un instinto de clase correcto. La idea planteada por muchos dirigentes del movimiento bolivariano y del PSUV de que todos los golpistas y reaccionarios han salido de la FAN y sta est completamente inmunizada frente al virus golpista y cuadrada con la revolucin ha sido contestada por nosotros en diferentes anlisis. En el documento de nuestro ltimo Congreso de la CMR, en Mayo de 2009, explicbamos:Reflejando la correlacin de fuerzas enormemente favorable a la revolucin que ha existido durante los ltimos aos, y que todava se mantiene en parte, la gran mayora de los soldados e incluso sectores significativos de oficiales se identifican con la revolucin. Tambin se han tomado algunas medidas que vinculan algo ms la base del ejrcito al pueblo, como la extensin de la reserva. Sin embargo, en este terreno -an ms que en el resto- las medidas a medias tampoco son suficientes.

El nico modo de construir un ejrcito genuinamente revolucionario al servicio de los trabajadores y el pueblo es construyendo Consejos o Comits de Soldados y Oficiales Revolucionarios y Batallones del PSUV en los cuarteles. Esto permitira agrupar y organizar a los revolucionarios en el seno de la FAN, ideologizarlos, vincularlos orgnicamente al conjunto del movimiento obrero y popular y aislar a los sectores contrarrevolucionarios. Al mismo tiempo es fundamental el desarrollo de milicias obreras y populares bajo el control de las organizaciones obreras, campesinas y juveniles revolucionarias que garanticen que de verdad avanzamos hacia un ejrcito revolucionario formado por el pueblo en armas.

Durante los ltimos aos los sectores burgueses, contrarrevolucionarios y corruptos que existen en la FAN y la polica han tenido que adoptar un perfil bajo en sus intervenciones pblicas o incluso camuflarse bajo un discurso pseudo-revolucionario. Pero una gran parte de oficiales estn imbuidos de una ideologa reaccionaria y anticomunista. Por otra parte, esas mismas prcticas de corrupcin, vinculacin a la burguesa a travs de un montn de negocios legales e ilegales que hemos descrito en relacin a la burocracia del estado, estn igual o incluso ms desarrolladas en el seno del ejrcito y la polica. Eso significa que, si la burguesa y muchos de estos sectores afines a ella enquistados en el aparato del estado ven sus intereses de clase amenazados, no dudarn en enfrentarse al avance de la revolucin con todos los medios a su alcance.

En abril de 2002 vimos como muchos jefes militares que eran considerados amigos, leales o institucionalistas ,a la hora de la verdad, traicionaron a Chvez y al pueblo. Una situacin similar (intentos de golpe, magnicidio, etc.) podra repetirse si los contrarrevolucionarios se viesen obligados a ello y encontrasen fuerza y margen suficiente para hacerlo. Ya tuvimos un aviso con Baduel, que se pas con todos los hierros a la contrarrevolucin cuando pocos meses antes funga nada ms y nada menos que como Ministro de Defensa y era presentado como leal, antiimperialista e incluso revolucionario. Cuntos Baduel quedan en el interior del ejrcito y todava no han brincado la talanquera?No podemos predecir ni el ritmo ni la forma o el momento exacto de un nuevo choque abierto entre revolucin y contrarrevolucin, slo podemos decir que la nica manera de evitar ste, o en todo caso de garantizar que se da en las mejores condiciones posibles para ganarlo con el menor coste posible, es aprovechar la actual correlacin de fuerzas, todava sensiblemente favorable a la revolucin, para noquear a los capitalistas y la burocracia y tomar real y efectivamente el poder basndose en la movilizacin y organizacin de los trabajadores y los dems explotados.

En 3 y 2

La revolucin, como siempre hemos explicado los marxistas, no se decidir por la aritmtica electoral o parlamentaria. Ganar las elecciones a la AN del 26 de septiembre o cualquier otra convocatoria electoral es muy importante ya que facilita la tarea de transformar la sociedad. Esto es obvio y resulta un deber elemental para todos los que militamos en el PSUV y apoyamos la revolucin dar la pelea a lo largo de todo este ao por conquistar todos los votos posibles y conseguir una nueva victoria electoral. Pero si algo demuestra la experiencia de estos ltimos 11 aos es que lo que decidir el destino de la revolucin finalmente ser lo que ocurra en los centros de trabajo, los barrios y los pueblos de todo el pas. Eso fue lo que derrot las tentativas contrarrevolucionarias de abril y diciembre de 2002. Fue tambin con la movilizacin y organizacin de las bases como se gan la batalla de santa Ins en 2004. Utilizando un smil beisbolstico podramos decir que la revolucin venezolana est en 3 y 2. Si Chvez desmantelase el actual estado (con sus leyes, estructuras y organismos burgueses y su burocracia), disolviendo las alcaldas, gobernaciones y dems organismos procedentes de la IV Repblica y desarrollase las Comunas Socialistas basndose en los trabajadores para construir un genuino estado revolucionario mediante la extensin y unificacin a nivel local, estadal y nacional de Consejos de trabajadores y Comunales elegibles y revocables; si junto a ello expropiase la banca, las grandes empresas y la tierra para ponerlas bajo control obrero y popular, tendra el apoyo entusiasta de la poblacin. Muchos de los que hoy manifiestan sntomas de cansancio y escepticismo seran los primeros en echarse a la calle entusiasmados a defender estas medidas. Los contrarrevolucionarios quedaran totalmente aislados y el capitalismo estara definitivamente ponchao en Venezuela.

Por el contrario, si la propuesta de construir el socialismo formuladas por el Presidente y refrendada ya en varias convocatorias electorales por la mayora de la poblacin no se traduce de manera urgente y decidida en acciones concretas que instauren una economa estatizada y planificada democrticamente que empiece a resolver de manera concluyente las contradicciones que hemos analizado el resultado ser el opuesto. El escepticismo y frustracin que ya se observa entre sectores de las masas crecern y el peligro de que la contrarrevolucin conquiste nuevas bases de apoyo, avance posiciones e incluso pueda derrotarnos es un peligro cada vez ms real.

Los incidentes en Mrida. Cmo enfrentar a la contrarrevolucin?

En el seno de todas las organizaciones revolucionarias bolivarianas: PSUV, JPSUV, organizaciones sindicales, estudiantiles y campesinas comprometidas con la revolucin, vemos desarrollarse una inquietud creciente entre las bases ante esta situacin de ofensiva contrarrevolucionaria e impasse dentro de la revolucin.

Lo ocurrido en Tchira, donde la contrarrevolucin utiliza desde hace tiempo a paramilitares procedentes de Colombia para amenazar y atacar a activistas de izquierda, y a bandas fascistas o semifascistas de jvenes contrarrevolucionarios para imponer paros en la comunidad educativa, atacar emblemas del chavismo como la UBV o intentar amedrentar a las bases revolucionarias, es un aviso. Tambin lo es lo ocurrido estos ltimos das de acometida contrarrevolucionaria en Mrida, donde sectores de estudiantes de izquierda -tras el asesinato del joven militante del PSUV Yosimir Carrillo por los contrarrevolucionarios- atacaron instalaciones de los organismos universitarios actualmente controladas por la oposicin como oficinas del rectorado o algn centro de estudiantes.

Si toda la energa revolucionaria de las masas fuese encauzada siguiendo un plan de lucha nacional unificado y debatido con todos los activistas en los centros de estudio, fbricas y barrios, organizando asambleas y movilizaciones masivas de los estudiantes revolucionarios y coordinando estas con movilizaciones en defensa de la revolucin de las comunidades, los campesinos y la clase obrera, se ganara inmediatamente la calle y se impedira que las bandas fascistas aprovechen las marchas de estudiantes contrarrevolucionarios para organizar nuevos ataques y provocaciones.

En ausencia de una orientacin en ese sentido, de una direccin y un plan de lucha unificados a escala nacional, la ofensiva contrarrevolucionaria ha sido contestada en muchos casos por sectores de las bases revolucionarias pero esta respuesta ha sido descoordinada y desorganizada, pudiendo en algunos casos desembocar en acciones desesperadas y ultraizquierdista.Los flujos y reflujos en la movilizacin de las masas y el papel de la direccin

Entre una capa de activistas revolucionarios hay preocupacin y se debate si estamos ante un reflujo del movimiento revolucionario. Ciertamente, hace tiempo que no se ve una de esas marchas magnficas, en las que el tsunami rojo bolivariano inunda Caracas con su fuerza y su pasin. La participacin en las ltimas marchas y actos de masas, aunque sigue siendo bastante superior a las movilizaciones contrarrevolucionarias, s confirma lo que ya comentamos en otra parte de este artculo: que sectores importantes del movimiento estn cansados de discursos y lo nico que puede volver a movilizarlos y entusiasmarlos son acciones concretas. En definitiva que se le vea el queso a la tostada del socialismo.

Como explicaba Len Trotsky en su libro A dnde va Francia?:la conciencia de la propia fuerza es uno de los principales elementos constitutivos de esa fuerza Y quin tiene que hacer consciente al movimiento de toda su fuerza y permitirle desplegarla? La direccin con una poltica, un programa y un plan de accin correctos. Cuando los estalinistas en medio de una situacin pre-revolucionaria en Francia en los aos 30 hablaban de reflujo, de insuficiente preparacin o disposicin a la lucha de las masas Trotsky les responda explicando que en una situacin prerrevolucionaria como la que en aquel momento exista en Francia la clave de la revolucin es la interrelacin dialctica entre la direccin y las masas. En esta relacin el factor decisivo es la actuacin de la direccin. La situacin en su totalidad inspira en los trabajadores la idea de que son necesarias las acciones revolucionarias para cambiar todas las condiciones de existencia. Pero, precisamente porque se trata de una lucha decisiva, que debe abarcar a millones de hombres, la iniciativa recae naturalmente sobre las organizaciones dirigentes () De ellos deben partir un programa claro, consignas, movilizaciones de combate. () Pero las organizaciones dirigentes no tienen el coraje de hacerlo. El PC arroja sus tareas y sus responsabilidades sobre las masas. Exige que millones de hombres a los que ha dejado sin direccin revolucionaria emprendan combates dispersos por reivindicaciones parciales y muestren as a los burcratas escpticos que estn dispuestos a encarar la lucha (A dnde va Francia, Fundacin F. Engels, p.78)En la misma obra en otra parte Trotsky explica: Es precisamente porque el proletariado, como resultado de la historia ms que centenaria de sus luchas, ha creado sus organizaciones polticas y sindicales, que le es difcil, casi imposible, llevar la lucha contra el capital sin ellas o contra ellas. Y sin embargo eso que ha construido como resorte para la accin se ha convertido en un peso muerto o en un freno (op.cit.p.78). La conclusin de todo este anlisis es clara: Una situacin revolucionaria se forma por la accin recproca de factores objetivos y subjetivos. Si el partido del proletariado se muestra incapaz de analizar a tiempo las tendencias de la situacin prerrevolucionaria y de intervenir a tiempo en su desarrollo, en lugar de una situacin revolucionaria surgir inevitablemente una situacin contrarrevolucionaria.(op.cit.p.72)Este anlisis que haca Trotsky en la situacin prerrevolucionaria que viva Francia en los aos 30 es an ms cierto en una situacin revolucionaria como la que vivimos hoy en Venezuela en la que el poder est al alcance de las manos y slo falta un plan de accin por parte de los dirigentes polticos y sindicales de la revolucin para llevar esta hasta el final.

Por un plan de accin que acabe con el capitalismo y la burocracia y permita derrotar definitivamente a la contrarrevolucin

Las juventudes del PSUV y los dirigentes del movimiento estudiantil revolucionario deben sacar lecciones de lo ocurrido en 2007 o durante los ltimos das y proponer de manera urgente un plan de lucha revolucionario. Hay que organizar asambleas en cada centro de estudios y coordinarlas a nivel local, estadal y nacional para conformar un Frente nico de todas las organizaciones juveniles y estudiantiles revolucionarias, y aprobar un plan de accin en defensa de la revolucin que corte de raz la nueva ofensiva contrarrevolucionaria.

Este plan no puede limitarse solamente a la convocatoria de movilizaciones en apoyo al gobierno bolivariano y en defensa de la revolucin sino que debe presentar tambin al gobierno propuestas para culminar la revolucin expropiando a los capitalistas e instaurando una economa planificada democrticamente. Como hemos explicado anteriormente, este es el nico modo de resolver los problemas de la poblacin, fortalecer el apoyo entusiasta de las masas obreras, estudiantiles y campesinas a la revolucin y aislar, desmoralizar y desmovilizar a la base social de la contrarrevolucin.

La experiencia de los ltimos aos y de las anteriores ofensivas contrarrevolucionarias demuestra que los sectores reformistas o burocrticos del movimiento bolivariano lejos de sacar la conclusin de que es urgente radicalizar y acelerar la revolucin insisten en moderar y frenar el ritmo de sta. El nico que parece sentir la inquietud existente en la base del movimiento es el propio Chvez. Pero un hombre slo -como tambin ha demostrado todo el desarrollo de nuestra revolucin desde 1998- no puede acometer las tareas que en este momento son necesarias. Y menos todava si no tiene un programa acabado y un mtodo basados en el marxismo, es decir: el socialismo cientfico, y no existe una direccin formada por cuadros revolucionarios forjados en esas mismas ideas y mtodos, y sometidos de forma permanente al control de las masas capaces de concretar, sintetizar y expresar los anhelos de estas. El desenlace de la revolucin venezolana depende de que la clase obrera, agrupando a los campesinos, las comunidades y los estudiantes revolucionarios, se ponga al frente de la revolucin y proponga y lleve a cabo ese plan.El papel de la clase obrera y las tareas de los militantes de la UNETE y el PSUV

El reciente Congreso Extraordinario de la central sindical revolucionaria UNETE confirma que los sectores ms avanzados del movimiento obrero ven claramente la amenaza contrarrevolucionaria que representan no slo la burguesa sino tambin la burocracia, y estn dispuestos a enfrentarla y derrotarla. El espritu combativo, y la confianza en sus propias fuerzas que reflejaban la inmensa mayora de trabajadores que intervinieron, contrastan vivamente con el ambiente de desconfianza que se observa entre algunos sectores pequeoburgueses y reformistas del movimiento.

Los dirigentes de la UNETE tienen una enorme responsabilidad ante s: deben organizar a la clase trabajadora para ponerla al frente de la movilizacin en apoyo a las medidas revolucionarias del gobierno (expropiaciones, etc.) al mismo tiempo que van ms all, presentando al conjunto del movimiento chavista un plan de accin que partiendo de la resolucin de los problemas ms inmediatos de las masas plantee la estatizacin de los medios de produccin y la construccin de un estado de los trabajadores y el pueblo.

Los sindicatos revolucionarios deben organizar asambleas en los centros de trabajo para discutir y aprobar ese plan y ocupar las empresas para impedir la especulacin y el sabotaje, poniendo a funcionar aquellas que sean cerradas bajo control obrero al tiempo que plantean al Presidente Chvez y el gobierno la estatizacin de la banca y las principales empresas bajo control obrero y social. Por un PSUV y una UNETE con un programa y un plan de lucha para acabar con el capitalismo y el burocratismo y hacer realidad el socialismo

Todas las contradicciones que hemos analizado a lo largo de este artculo ya estn provocando un debate creciente dentro del propio movimiento bolivariano. Las bases del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) estn intentando convertir a ste en una herramienta para enderezar el rumbo de la revolucin y acabar definitivamente con el capitalismo. Los sectores burocrticos tambin estn intentando incrementar su presencia dentro de las filas y estructuras del partido con el fin de sofocar la participacin protagnica de las masas obreras y campesinas dentro del partido y frenar la revolucin. Los cuadros y activistas obreros y populares ms avanzados debemos organizarnos para construir una corriente marxista de masas para luchar por este mismo plan de accin y programa que hemos propuesto dentro del PSUV, la UNETE y el conjunto del movimiento bolivariano

Esta lucha tendr inevitablemente una expresin tambin en el seno de la direccin. Los delegados al Congreso y dirigentes del Partido ms a la izquierda deben luchar por una propuesta de programa en las lneas anteriormente comentadas que sirva para completar la revolucin y satisfacer las necesidades de las masas populares. Sobre todo, estos sectores deben insistir en que una idea que hemos planteado a lo largo de este artculo: la clave de la revolucin en estos momentos est en que los discursos y propuestas que el Presidente Chvez ha realizado sobre el control obrero, como los formulados en el Encuentro con los trabajadores de Guayana del 21 de mayo de 2009 y otros, sean aplicados de manera inmediata en todas las empresas pblicas y vayan acompaados por la expropiacin de las principales empresas y bancos bajo control democrtico de la clase obrera venezolana y el resto del pueblo trabajador .Si la revolucin bolivariana se completase expropiando a la burguesa y ofreciendo solucin a los problemas de las masas obreras y populares el resultado no sera el aislamiento o la intervencin del imperialismo, como profetizan de manera catastrofista los reformistas, sino animar la movilizacin revolucionaria en todo el mundo, empezando por Latinoamrica. La crisis internacional del capitalismo tiende a agudizar las contradicciones sociales y la lucha de clases en todos los pases. A un ritmo u otro, segn las condiciones especficas de cada sociedad, el fantasma de la revolucin no slo volver a recorrer Europa sino el mundo entero. Un avance decisivo hacia el socialismo en Venezuela acelerara todo este proceso y extendera la llama revolucionaria al resto del subcontinente y del mundo, abriendo el camino a la posibilidad de una transformacin socialista de la sociedad a escala internacional.

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