11 de noviembre 1887 y emma goldman. recordatorio y homenaje

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El 11 de noviembre de 1887 y Emma Goldman. Recordatorio y Homenaje El infortunio crea a los políticos, dijo Horacio Gonzalez . Esto vale para Emma Goldman y ella misma cuenta en su libro, Viviendo mi vida, el acontecimiento. Hace ciento veinte y ocho años, al mediodía del 11 de noviembre de 1887 sus carceleros los vinieron a buscar para llevarlos a la horca. Los cuatro (Spies, Engel, Parsons y Fischer) compañeros de lucha y de sueños emprendieron el camino entonando La Marsellesa Anarquista en aquel día que después fue conocido como el viernes negro. «Salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro... Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: "la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora». Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable». (Relato de la ejecución por José Martí, corresponsal en Chicago del periódico La Nación de Buenos Aires)

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El modo en que ciertos acontecimientos verdaderamente trágicos tienen en las personas efectos positivos para su desarrollo de una actitud política. Valor y sentido del anarquismo.

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Page 1: 11 de Noviembre 1887 y Emma Goldman. Recordatorio y Homenaje

El 11 de noviembre de 1887 y Emma Goldman. Recordatorio y Homenaje

El infortunio crea a los políticos, dijo Horacio Gonzalez . Esto vale para Emma Goldman y ella misma cuenta en su libro, Viviendo mi vida, el acontecimiento.

Hace ciento veinte y ocho años, al mediodía del 11 de noviembre de 1887 sus carceleros los vinieron a buscar para llevarlos a la horca. Los cuatro (Spies, Engel, Parsons y Fischer) compañeros de lucha y de sueños emprendieron el camino entonando La Marsellesa Anarquista en aquel día que después fue conocido como el viernes negro.

«Salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro... Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: "la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora». Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable». (Relato de la ejecución por José Martí, corresponsal en Chicago del periódico La Nación de Buenos Aires)

El infortunio crea a los políticos, dijo Horacio González en el Parque Lezama hace algunos años. Esto vale para Emma Goldman.

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Así relata Emma Goldman en 1931 en su libro Living My Life el impacto emocional que significó para ella este acontecimiento en que los anarquistas inocentes fueron colgados. En ese momento, tenía 18 años y carecía de una ideología definida.

Todos hablaban sobre los eventos de Chicago. Yo estaba enteramente absorbida por lo que sentía como una pérdida. Entonces escuche la risa de una mujer. En voz alta y finita se burló: “¿Por qué lamentarse ahora? Son asesinos. Está bien que los hayan colgado.” Le salté a su garganta. “Esta chica se ha vuelto loca”, dijeron y me separaron. Tomé un vaso de agua y se lo arroje a la cara. “¡Fuera, fuera!”, grité, “o te voy a matar” […] A la mañana siguiente me levanté como convaleciente de una larga enfermedad… un gran ideal, una ardiente fe, la decisión de dedicarme a la memoria de mis compañeros martirizados, de hacer su causa la mía, para que el mundo conociera sus vidas y su muerte heroica.