1 trazando el mapa de una ciudad...

18
Trazando el mapa de una ciudad imaginaria Siempre aparecen cadáveres por aquí. Francisco Guerrero, “El Chalequero”, testigo de la corte, 1908. E n julio de 1908, El Imparcial, un diario de la Ciudad de México, publicó una serie de artículos sobre La Bolsa, un vecindario pobre ubicado al noreste en las afueras de la ca- pital. Al igual que el contaminado Río del Consulado, La Bolsa mantenía una reputación terrible entre las clases altas del porfi- riato. Al mismo tiempo, los lectores, que tenían cierta fascinación por ese barrio, consumían ávidamente los reportes sobre los re- cientes crímenes pasionales ocurridos allí. Esperando capitalizar este mórbido interés, el diario envió a un reportero a esta colonia. La siguiente serie de reportajes arrojó un interesante material de lectura. El reportero anónimo comenzó su viaje describiendo, con un tono de suspenso, su entrada en La Bolsa. Como si estuviera descendiendo por los círculos exteriores del infierno, el viajero urbano notó que los edificios se veían más decrépitos mientras más se internaba en el vecindario. Tras ahuyentar a un grupo de niños hambrientos logró hacerse por fin de los servicios de un guía. En- tonces llegó el momento crucial: hacer contacto con los residentes. El reportero entrevistó a varios de ellos, enfatizando el evidente estado rudimentario de sus condiciones de vida y el lenguaje or- dinario que usaban. Al final, a pesar de las objeciones hechas por uno de los residentes, concluyó que La Bolsa era un foco de “in- fección, mal e infamia” y que debía ser demolido. 21 1

Upload: others

Post on 06-Apr-2020

11 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: 1 Trazando el mapa de una ciudad imaginarias3.amazonaws.com/bajalibros_samples/9786071122735_l_sample_3… · Trazando el mapa de una ciudad imaginaria Siempre aparecen cadáveres

���

Trazando el mapade una ciudad imaginaria

Siempre aparecen cadáveres por aquí.

Francisco Guerrero, “El Chalequero”,testigo de la corte, 1908.

E n julio de 1908, El Imparcial, un diario de la Ciudad de México, publicó una serie de artículos sobre La Bolsa, un vecindario pobre ubicado al noreste en las afueras de la ca-

pital. Al igual que el contaminado Río del Consulado, La Bolsa mantenía una reputación terrible entre las clases altas del porfi -riato. Al mismo tiempo, los lectores, que tenían cierta fascinación por ese barrio, consumían ávidamente los reportes sobre los re-cientes crímenes pasionales ocurridos allí. Esperando capitalizar este mórbido interés, el diario envió a un reportero a esta colonia. La siguiente serie de reportajes arrojó un interesante material de lectura. El reportero anónimo comenzó su viaje describiendo, con un tono de suspenso, su entrada en La Bolsa. Como si estuviera descendiendo por los círculos exteriores del infi erno, el viajero urbano notó que los edifi cios se veían más decrépitos mientras más se internaba en el vecindario. Tras ahuyentar a un grupo de niños hambrientos logró hacerse por fi n de los servicios de un guía. En-tonces llegó el momento crucial: hacer contacto con los residentes. El reportero entrevistó a varios de ellos, enfatizando el evidente estado rudimentario de sus condiciones de vida y el lenguaje or-dinario que usaban. Al fi nal, a pesar de las objeciones hechas por uno de los residentes, concluyó que La Bolsa era un foco de “in-fección, mal e infamia” y que debía ser demolido.21

1

El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 33El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 33 6/9/08 11:15:42 AM6/9/08 11:15:42 AM

Page 2: 1 Trazando el mapa de una ciudad imaginarias3.amazonaws.com/bajalibros_samples/9786071122735_l_sample_3… · Trazando el mapa de una ciudad imaginaria Siempre aparecen cadáveres

34

� El lado oscuro del porfi riato

La expedición, casi como de safari, que realizó el reportero a La Bolsa, similar al viajero de El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad, presenta una mirada convincente no sólo de los márgenes de la Ciudad de México en la última parte del periodo porfi rista, sino también de la mentalidad de la élite urbana. El articulista, sin conocer la verdadera naturaleza de La Bolsa, un refugio para in-migrantes desolados por la pobreza provenientes del México rural, creó una imagen que se ajustaba a las necesidades y a la voluntad de la clase alta de la capital, quienes solían ver a los pobres como la fuente de una epidemia imaginaria; y, a las colonias del tipo de La Bolsa, como cloacas —literalmente— de vicio y perdición. A los ojos del reportero, la ubicación de La Bolsa correspondía al “otro lado”; una idea que se había fi jado en la conciencia pública por más de 20 años.

Sin embargo, ¿de dónde vino esta idea? En general, las élites del porfi riato veían a las colonias populares como si fueran sólo parte de un mundo más grande parcialmente oculto. Para fi nales del siglo XIX, la Ciudad de México contaba con docenas de vecin-darios de gente de clase obrera y con cientos de pulquerías, ve-cindades, burdeles, fondas y albergues para vagabundos. Estos recintos sociales sirvieron como refugio para una subclase urbana que las élites vieron cada vez con mayor temor. Sin embargo, para los pobres, éstos eran espacios donde las relaciones sociales se establecían y reafi rmaban. Los distintos cementerios de la ciudad, así como sus principales prisiones, Belén y Lecumberri, funcio-naban de esta misma manera a pesar de las objeciones de algunos críticos provenientes de la élite. Aunque la gente pobre de la ciu-dad veía y utilizaba esta topografía social tanto para la recreación como para tejer una red social, la élite de la ciudad la percibía de modo distinto. Los periódicos de la Ciudad de México hicieron popular esta percepción, reforzada por numerosos informes guber-namentales y relatos de viajeros. Como resultado, las élites inven-taron un mundo criminal subterráneo y lo colocaron entre y dentro del mundo de la pobreza citadina.

El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 34El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 34 6/9/08 11:15:43 AM6/9/08 11:15:43 AM

Page 3: 1 Trazando el mapa de una ciudad imaginarias3.amazonaws.com/bajalibros_samples/9786071122735_l_sample_3… · Trazando el mapa de una ciudad imaginaria Siempre aparecen cadáveres

35

Trazando el mapa de una ciudad imaginaria �

El centro del imperio

Para el gobierno porfi rista, la Ciudad de México no sólo funciona-ba como la red del poder nacional, sino también como el centro del orden y el progreso. Por lo mismo, las élites de la capital lu-charon por tener el control de la clase baja emergente. El régimen, por ejemplo, mantuvo la división tradicional de la Ciudad de Méxi-co en ocho territorios principales o distritos. Cada distrito contenía numerosas colonias o vecindarios, algunos ofi ciales y otros no. Fuera de la ciudad, pero todavía dentro del Distrito Federal, uno podía ubicar toda suerte de pequeñas aldeas y pueblos conectados a la capital a través de una red de caminos y vías del tren. Sin embargo, esta topografía ofi cial no coincidía con la verdadera ciu-dad: un mosaico de colonias y barrios pobres bien conocidos por sus habitantes. Era ésta ciudad la que le preocupaba a la clase de la élite.22

Historia, inmigración y sabiduría popular se habían combinado para formar las bases del submundo citadino. En busca de oportuni-dades económicas o por placer, la clase baja deambulaba a voluntad por la Ciudad de México, desafi ando constantemente a las autorida-des. De la misma manera que los reformistas coloniales de la Casa Borbón, quienes trataban de controlar el comportamiento de la gen-te, las élites porfi rianas creían que regulando las pulquerías y otros lugares frecuentados por la clase trabajadora limitarían efi cazmente las actividades sociales de la clase baja.23 Éstas sólo eran buenas intenciones. La gente pobre de la Ciudad de México desobedecía con frecuencia las leyes que regían su comportamiento o manifes-taba abiertamente su desconocimiento de tales restricciones.

La inmigración de la gente del campo a la ciudad intensifi có las preocupaciones principales de la élite. Tras varias décadas de desarrollo económico, la población de la Ciudad de México había aumentado a 12 millones en 1895, la fecha del primer censo confi able. Aunado a esto, los desplazamientos económicos al interior del país habían alimentado una ola de inmigración a

El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 35El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 35 6/9/08 11:15:43 AM6/9/08 11:15:43 AM

Page 4: 1 Trazando el mapa de una ciudad imaginarias3.amazonaws.com/bajalibros_samples/9786071122735_l_sample_3… · Trazando el mapa de una ciudad imaginaria Siempre aparecen cadáveres

36

� El lado oscuro del porfi riato

la capital. En 1877, por ejemplo, la población de la Ciudad de México era aproximadamente de 230 mil habitantes. En 1900 era de 344 721 y para 1910, al fi nal de la época porfi riana, era de 471 066. Un porcentaje considerable de la población de la capi-tal (40 por ciento) se conformaba por personas menores de 30 años de edad. Las élites porfi rianas veían esta tendencia como algo preocupante.24

Por lo tanto, el gobierno intentó tomar el control de la situa-ción instalando subestaciones de policía en cada uno de los ocho distritos. De forma muy parecida a los métodos de sus homólo-gos coloniales en Asia y África, los administradores municipales confi aban en dividir un espacio geográfi co en zonas reguladas, facilitando la tarea del gobierno.25 Aunque la ubicación de cada subestación cambiaba, la red de distritos obedecía a una distribu-ción caprichosa. Por ejemplo, la cuadrícula del mapa comenzaba con el primer distrito, que estaba ubicado en el sector noreste de la capital. El tercer, cuarto, quinto y séptimo distritos estaban ubicados al oeste. Del mismo modo, a lo largo de la parte sur, el segundo distrito estaba en el este, con el cuarto, sexto y octavo al oeste. El tamaño y la forma de cada distrito era irregular, herencia de antiguas divisiones coloniales y de fronteras prehispánicas. Co-mo resultado, no se podía clasifi car una sección completa ni como segura ni peligrosa; por ejemplo, la parte norte del tercer distrito era considerada de riesgo, pero la sección de la parte sur, que llegaba al centro de la ciudad, era relativamente segura gracias a las numerosas patrullas de la policía apostadas en las esquinas de las calles del centro.26

Las autoridades municipales hicieron todo lo posible para regular el desarrollo de las colonias urbanas que conformaban cada distrito, creyendo que algunas eran fuentes constantes de crimen y desorden. En 1875, el concejo de la Ciudad de México aprobó una ley en la que se establecía que cualquiera que intenta-ra formar un nuevo vecindario debía solicitar primero un permiso y proporcionar la información acerca de la viabilidad del proyecto.27

El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 36El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 36 6/9/08 11:15:43 AM6/9/08 11:15:43 AM

Page 5: 1 Trazando el mapa de una ciudad imaginarias3.amazonaws.com/bajalibros_samples/9786071122735_l_sample_3… · Trazando el mapa de una ciudad imaginaria Siempre aparecen cadáveres

37

Trazando el mapa de una ciudad imaginaria �

Las normas de 1875 representaban el primer intento por imponer un sentido de orden en el desarrollo de los vecindarios, ya que varios de los existentes habían crecido de manera informal a lo largo del siglo XIX. Mientras algunas colonias eran planeadas, otras eran antiguos patrimonios que se desarrollaron a partir de las par-celas indígenas o barrios. Conforme la capital fue creciendo, estos barrios fueron absorbidos y urbanizados lentamente, pero su ca-rácter tradicional permaneció. La estabilidad política, el traslado de la gente adinerada del centro de la ciudad a vecindarios recien-temente planeados, la inmigración de la gente del campo a los sectores pobres, y lo más importante, la llegada de la “moderni-dad” porfi riana, fueron todos factores que contribuyeron a la crea-ción de las colonias de la Ciudad de México.28

La “modernidad” urbana del porfi riato se traducía en avances tecnológicos como el alcantarillado y el agua corriente en lugar de las letrinas al aire libre que se encontraban comúnmente en los barrios más pobres ubicados sobre todo en las zonas este, noreste y sureste de la ciudad; varios de ellos se encontraban en la peri-feria donde la ciudad lindaba con el campo. En un sentido, estas colonias no formaban parte de la metrópoli; estaban fuera de su modernidad social y más bien pertenecían al campo, aunque de manera informal. En contraste, los desarrollos más nuevos y segu-ros se encontraban en el ala oeste de la ciudad, a lo largo del Pa-seo de la Reforma, donde un majestuoso bulevar era frecuentado por la gente adinerada. La protección de la policía era buena en esta zona al igual que en el área del centro, lugares considerados generalmente como las áreas más “bellas y culturales” de la ca-pital. Sin embargo, en las zonas de pobreza la policía escaseaba y a veces desaparecía por completo. Mientras que los historiadores generalmente han identifi cado a las colonias modernas de la Ciu-dad de México (la Roma y la Condesa) como características del desarrollo porfi riano, también debemos considerar un producto de él a los barrios pobres como La Bolsa, ya que fueron resultado directo de las políticas económicas del régimen.29

El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 37El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 37 6/9/08 11:15:43 AM6/9/08 11:15:43 AM

Page 6: 1 Trazando el mapa de una ciudad imaginarias3.amazonaws.com/bajalibros_samples/9786071122735_l_sample_3… · Trazando el mapa de una ciudad imaginaria Siempre aparecen cadáveres

38

� El lado oscuro del porfi riato

La historia del “otro lado”

El primer distrito, ubicado cerca del lago de Texcoco (que para fi nes del siglo XIX estaba casi seco y ya no era ni la sombra de lo que había sido), albergaba colonias como La Bolsa, y era conside-rado por las élites como la zona más peligrosa e insalubre de la capital. En el primer relato, el intruso que visitó La Bolsa se en-contró con lo que los observadores contemporáneos decían que era la cuna del crimen. Los viajeros describían las calles del barrio como polvorientas y sin pavimentar, propensas a inundaciones y lodazales en la época de lluvias. Fue llamado “gueto autóctono” por al menos una guía de viajeros, y a los visitantes se les reco-mendaba enérgicamente evitar sus “calles sucias y llenas de mi-crobios”, donde se decía que “vistas repulsivas y olores del mal” ofenderían a la gente decente, y donde chozas improvisadas do-minaban el paisaje. Las condiciones en La Bolsa eran considera-das inferiores a las del resto de la ciudad, pero los planes para remediar esa situación eran bastante vagos. En 1903, algunos re-sidentes pidieron al concejo de la ciudad que pavimentara las calles y se instalara alumbrado público. El concejo no aprobó la petición bajo el argumento de que, en principio, nunca había sido aprobado el desarrollo mismo de la colonia.30

El Paseo de la Reforma hacia 1900.

El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 38El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 38 6/9/08 11:15:43 AM6/9/08 11:15:43 AM

Page 7: 1 Trazando el mapa de una ciudad imaginarias3.amazonaws.com/bajalibros_samples/9786071122735_l_sample_3… · Trazando el mapa de una ciudad imaginaria Siempre aparecen cadáveres

39

Trazando el mapa de una ciudad imaginaria �

La ubicación de La Bolsa y sus relativamente baratos costos de vida, hicieron de ella un destino natural para los mexicanos recién llegados al Distrito Federal. Sin embargo, el aislamiento del barrio y el carácter de esos mismos inmigrantes crearon la percepción de que las actividades criminales eran un lugar co-mún. Las élites imaginaban lo peor. Por ejemplo, el periodista de El Imparcial describe una extravagante pulquería llamada Los Templados. Supuestamente, las paredes del edifi cio estaban de-coradas con murales que plasmaban escenas de peleas, asesinatos y campesinos heridos. Las pulquerías, ubicadas por lo regular en las esquinas y pintadas con murales coloridos, provocaban fre-cuentemente el enojo de las élites, quienes las califi caban de fuen-tes del crimen y la prostitución. Los Templados pudo o no haber existido, pero como representación del crimen mantuvo un lugar importante en la imaginación ofi cial. Las élites de la ciudad in-cluyeron en sus opiniones a los habitantes de La Bolsa; utilizaban términos como “indigente”, “borracho” y “de apariencia siniestra” para defi nir al habitante promedio. Un crítico, por citar un ejem-

Los Templados. El Imparcial, 3 de julio de 1908.

El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 39El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 39 6/9/08 11:15:43 AM6/9/08 11:15:43 AM

Page 8: 1 Trazando el mapa de una ciudad imaginarias3.amazonaws.com/bajalibros_samples/9786071122735_l_sample_3… · Trazando el mapa de una ciudad imaginaria Siempre aparecen cadáveres

40

� El lado oscuro del porfi riato

plo, registró que las mujeres de La Bolsa parecían brujas y tenían nombres como “Mujer loba” y “La mula”. Además, en la colonia uno podía encontrar lugares de esparcimiento con nombres como “El trinche del diablo”, “El pequeño retoño” y “La casa blanca”. Por la noche, se encendía todo aquello que funcionaba con gas y electricidad, y la música comenzaba a salir de los antros de la zona.31

Las élites porfi rianas, al referirse a La Bolsa, construyeron una descripción contraria a la idea nacional de orden y progreso. Sin embargo, esos relatos sirvieron al mismo propósito: validar la idea de la ciudad ideal al tachar a los barrios pobres y sus habi-tantes como propensos al crimen y la enfermedad. Por ejemplo, El Imparcial comentó que La Bolsa se creó a principios de la década de 1880 como un campo de trabajo para los trabajadores ferroca-rrileros pero, conforme pasó el tiempo, la colonia se convirtió en un nido del crimen. La Bolsa representaba los peligros a los que se enfrentaría el orden porfi rista. Desde sus orígenes enraizados en la modernidad (el ferrocarril), esa colonia se había convertido en un refugio para ladrones y asesinos, quienes se oponían al progreso. Tales descripciones eran muy frecuentes. Anne McClintock afi rma que los novelistas y escritores londinenses transformaron el barrio del este de Londres en un panorama colonial habitado por gente sin pasado. Los exploradores citadinos que viajaban por el distrito se sentían seguros de su superioridad moral frente a la fétida re-putación de aquel chiquero. Las élites porfi rianas tenían una ac-titud similar y utilizaron los mismos términos al describir los edifi cios, calles y residentes de La Bolsa.32

La historia de La Bolsa fue contada una y otra vez con des-cripciones ofi ciales de otras colonias de las afueras, incluyendo La Maza, Valle Gómez, Morelos, Del Rastro y los antiguos barrios indígenas de Tepito, San Sebastián y Carmen, entre otros. Tepito, cuyo nombre original era Mecamalinco, data de la época de la Colonia. Para la década de 1880, el barrio había cambiado su nombre indígena, pero había conservado la pobreza, transformán-

El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 40El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 40 6/9/08 11:15:44 AM6/9/08 11:15:44 AM

Page 9: 1 Trazando el mapa de una ciudad imaginarias3.amazonaws.com/bajalibros_samples/9786071122735_l_sample_3… · Trazando el mapa de una ciudad imaginaria Siempre aparecen cadáveres

41

Trazando el mapa de una ciudad imaginaria �

dolo en una zona peligrosa a los ojos de los observadores de la ciudad. Conformado por miles de migrantes rurales, quienes vi-vían en moradas a punto de caerse o en vecindades, Tepito adqui-rió una reputación exótica, un aura de criminalidad a pesar de que la mayoría de sus residentes eran artesanos de la clase trabajado-ra. Incluso conserva esa fama hasta el día de hoy.33

En relación con las otras colonias del distrito, la historia fue la misma. Valle Gómez, por ejemplo, contaba con muy pocos o nulos servicios, ya que la colonia se desarrolló sin permiso ofi cial y por ello los padres de la ciudad se libraron de proveerla de ser-vicios básicos como agua corriente y drenaje. Aunque se había apostado un destacamento de policía montada en las proximida-des, el crimen continuaba desenfrenado. En 1899, particularmen-te en un horrible incidente, dos trabajadores, Alberto Zúñiga y Camilo Mimbera, sorprendieron a cinco hombres robando sumi-nistros de un campo de trabajo. Tontamente, Zúñiga y Mimbera intentaron impedir el robo, y por ello fueron atacados inmediata-mente por un grupo de hombres armados. Ambos hombres huyeron

Tipos populares. Óleo. Escena que muestra la vida en un barrio popular.

El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 41El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 41 6/9/08 11:15:44 AM6/9/08 11:15:44 AM

Page 10: 1 Trazando el mapa de una ciudad imaginarias3.amazonaws.com/bajalibros_samples/9786071122735_l_sample_3… · Trazando el mapa de una ciudad imaginaria Siempre aparecen cadáveres

42

� El lado oscuro del porfi riato

a lo largo de un pútrido canal cercano, pero Mimbera resbaló. Los ladrones le cayeron encima y lo destriparon furiosamente a golpes de cuchillo. Cuando por fi n llegó la policía, Mimbera estaba muer-to; sus intestinos, de acuerdo con el informe del periódico, fl otaban sobre el agua contaminada.34

El lenguaje fuerte usado por la élite para describir a las colo-nias populares en términos violentos también incluía un tono mora-lista. El periodista de El Imparcial lo resumió de la mejor manera cuando afi rmó que La Bolsa era “moralmente un mal lugar porque sus calles sucias y casas en ruinas estaban hechas especialmente para el crimen”. La mirada colonial era evidente. Al describir La Bolsa y sus vecindarios hermanados en esos términos, las élites porfi rianas califi caban a los pobres de la ciudad como moralmente corruptos y al mismo tiempo se elevaban ellos como jueces superio-res. Las inquietudes del gobierno relacionadas con la higiene pro-piciaron este pensamiento. Las autoridades del gobierno, al igual que los editores de los periódicos, creían que si los pobres fuesen más limpios, serían menos propensos a cometer crímenes. La si-tuación económica de pobreza era ignorada; el gobierno se con-centró en lo que estaba mal con los mexicanos pobres, no en lo que estaba mal con la sociedad mexicana.35

Las descripciones ofi ciales del Tercer Distrito también con-denaban a los pobres y su mundo. Considerado como peligroso e infestado de crímenes, este distrito albergaba dos de las colo-nias más peligrosas de la capital: Peralvillo y Santa Ana. Peral-villo estaba situada al extremo norte del distrito, a lo largo del fétido Río Consulado, y sirvió de locación de innumerables asal-tos y asesinatos. El vecindario cobró fama en la década de 1880 como la guarida de Francisco Guerrero, un asesino serial tam-bién conocido como “El Chalequero”. Su relativo aislamiento geográfi co y político contribuyó sustancialmente a la realización de los crímenes de Guerrero, que incluían violaciones y asesi-natos de varias mujeres. Un observador declaró que Peralvillo estaba “lleno de todos los vicios y miserias que la capital podía

El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 42El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 42 6/9/08 11:15:45 AM6/9/08 11:15:45 AM

Page 11: 1 Trazando el mapa de una ciudad imaginarias3.amazonaws.com/bajalibros_samples/9786071122735_l_sample_3… · Trazando el mapa de una ciudad imaginaria Siempre aparecen cadáveres

43

Trazando el mapa de una ciudad imaginaria �

producir”. Más aún, Peralvillo y Santa Ana eran centros de pros-titución bien conocidos. Confi rmando algunas de las fantasías de la élite, las prostitutas sacaban provecho de las numerosas pul-querías de la región, así como de lugares aislados, como las cer-canas llanuras de Alcanfores; un campo en el que uno podía escaparse de las miradas curiosas. En esta zona había una mez-cla singular de lo sagrado y lo moderno. Eso se notaba, por ejem-plo, en las terminales de los ferrocarriles Nacional e Hidalgo; en los Misterios, con su serie de monumentos religiosos alineados al borde del camino que conducía al pueblo Guadalupe-Hidalgo; y en la pista del antiguo hipódromo de Peralvillo. Quizá respon-diendo las preocupaciones del gobierno por el crimen, la pista fue trasladada en 1910 a la más segura colonia Condesa. Mientras que la Terminal Nacional de ferrocarriles era considerada segura, la estación de trenes de Hidalgo, que llevaba a los pasajeros al es-tado de Hidalgo y lugares intermedios, tenía una reputación peli-

Vista de una estación de trenes de la época.

El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 43El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 43 6/9/08 11:15:45 AM6/9/08 11:15:45 AM

Page 12: 1 Trazando el mapa de una ciudad imaginarias3.amazonaws.com/bajalibros_samples/9786071122735_l_sample_3… · Trazando el mapa de una ciudad imaginaria Siempre aparecen cadáveres

44

� El lado oscuro del porfi riato

grosa entre la gente educada, quien solía culpar a la clientela rural por los crímenes ahí cometidos.36

Los distritos restantes en el área norte, el quinto y sexto, eran considerados, por lo general, como más seguros por los observado-res. La colonia Guerrero, de clase trabajadora, estaba ubicada en el quinto distrito. Siendo ésta uno de los vecindarios más grandes de la ciudad, comenzó primero como un barrio de artesanos y trabaja-dores e incluso allí vivían algunos miembros de la clase media en las partes que colindaban con el parque Alameda. La colonia alber-gaba un gran número de vecindades y pulquerías. Por estar al lado de la Alameda, algunos residentes contaban con la protección de la policía, pero los ofi ciales estaban concentrados principalmente cer-ca de los sitios arbolados del parque, no en las calles alejadas. Cerca, en el séptimo distrito, estaba el enorme depósito de trenes de la Central Mexicana al igual que la colonia Santa María la Ribe-ra. A diferencia de la Guerrero, la colonia Santa María estaba for-mada, en su mayor parte, por gente de clase media y había sido originalmente hogar de muchos gobiernos. El viejo dicho “al otro lado de las vías”, literalmente quedaba bien en este caso, con las dos colonias separadas tan sólo por las vías de la estación del tren que crecían sin orden alguno.

Próxima ahí estaba la colonia Chopo y, en el extremo oeste del distrito, las colonias Tlaxpana, Santo Tomás y Santa Julia, to-das pertenecientes a la municipalidad de Tacuba.37

Durante el porfi riato, Santa Julia tuvo muy mala acogida por la prensa debido a las hazañas de Jesús Negrete, “El tigre de Santa Julia”; un bandido, mujeriego y asesino que deambulaba por el Distrito Federal en la primera década del siglo XX. La co-lonia Santa Julia era el lugar favorito de paseo de Negrete, ya que varios de sus habitantes le daban refugio con cierta frecuencia. La colonia tenía mala reputación; se le consideraba una fuente del crimen, convirtiéndola, en efecto, en la contraparte oeste de La Bolsa. En 1909, por ejemplo, los informes de la prensa exa-geraron la historia de una mujer que había abandonado la casa

El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 44El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 44 6/9/08 11:15:46 AM6/9/08 11:15:46 AM

Page 13: 1 Trazando el mapa de una ciudad imaginarias3.amazonaws.com/bajalibros_samples/9786071122735_l_sample_3… · Trazando el mapa de una ciudad imaginaria Siempre aparecen cadáveres

45

Trazando el mapa de una ciudad imaginaria �

de sus padres en busca de una aventura, sólo para terminar muer-ta en las turbias aguas del río San Joaquín, un afl uente localizado en el extremo sur de la colonia. La policía supuso que la mujer había caído presa de varios hombres en la Alameda de Anzures, una gran extensión de parque natural cerca del castillo de Cha-pultepec. Los asaltantes no identifi cados habrían matado a la víc-tima en el parque y habrían arrojado su cuerpo al río, según la policía. Unos trabajadores que se dirigían a las haciendas aleda-ñas descubrieron el cuerpo. Aunque nunca se encontró a los ata-cantes, la policía concluyó que los asesinos provenían de la clase baja; por lo tanto, los agentes distribuyeron fotografías del cuerpo en las pulquerías con la esperanza de que alguien identifi cara a los asesinos.38

Los predios y colonias del sur también tenían una reputación combinada. En la esquina sureste estaba el segundo distrito que correspondía a San Lázaro, Santa Anita, Candelaria de los patos, La Soledad, La Palma, San Pablo, San Pedro, y Santa Cruz. Como uno puede adivinar a partir de los nombres, la mayoría de estas colonias crecieron alrededor de las iglesias. San Lázaro, por ejem-plo, comenzó siendo una ciudad colonial, pero conforme creció la capital se convirtió en un suburbio para la clase trabajadora. En 1900, la Penitenciaría Nacional, la primera prisión moderna de México, abrió sus puertas en la colonia. Cerca de ahí también estaba el Hospital Juárez, un destino recurrente para las víctimas del crimen. Asimismo, la tendencia de la clase media a conver-tirla en terrenos de uso industrial le añadieron una atmósfera insalubre, como un matadero de cerdos que producía manteca, velas y jabón. Además de que, más al sur, en Zoquipa, estaba el tiradero de basura.39

El canal de la Viga fue un elemento muy importante en esta área. Nacía en Xochimilco y servía como una ruta para traer a la ciudad productos agrícolas de los alrededores del valle, pero tam-bién funcionaba, en algunas partes, como un desagüe al aire libre. Sin embargo, esta función no era tan importante para la clase

El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 45El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 45 6/9/08 11:15:46 AM6/9/08 11:15:46 AM

Page 14: 1 Trazando el mapa de una ciudad imaginarias3.amazonaws.com/bajalibros_samples/9786071122735_l_sample_3… · Trazando el mapa de una ciudad imaginaria Siempre aparecen cadáveres

46

� El lado oscuro del porfi riato

Penitenciaría de la Ciudad de México, inaugurada por Porfi rio Díaz en 1900.

Canal de la Viga.

El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 46El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 46 6/9/08 11:15:46 AM6/9/08 11:15:46 AM

Page 15: 1 Trazando el mapa de una ciudad imaginarias3.amazonaws.com/bajalibros_samples/9786071122735_l_sample_3… · Trazando el mapa de una ciudad imaginaria Siempre aparecen cadáveres

47

Trazando el mapa de una ciudad imaginaria �

trabajadora fue más que nada una zona de recreo. Tradicionalmen-te, los mexicanos adinerados siempre habían disfrutado de un pa-seo por el pintoresco canal. Muchos pueblos formaban parte del curso del canal, el más famoso era Santa Anita, con sus múltiples tiendas, restaurantes y pulquerías, todas llenas de gente comiendo tamales y bebiendo pulque de sabores en temporada de vacaciones. Sin embargo, durante el porfi riato, Santa Anita y el canal adquirie-ron una desagradable reputación como un lugar donde se llevaban a cabo peleas sangrientas. Un observador apuntaba que una mane-ra de saber si Santa Anita había estado concurrida o no un domin-go, era leer en los periódicos del lunes el número de peleas que se habían desatado. En 1896, la policía comenzó, aparentemente, a implementar cierta ley y orden en las cercanías previniendo peleas y restringiendo la venta de pulque. Como resultado, gente de “ma-yor razón” comenzó a frecuentar Santa Anita. Aun así, esto no cambió la reputación ordinaria de la zona, y el canal continuó atrayendo sobre todo a familias de clase trabajadora.40

Las élites porfi rianas se sentían más cómodas en el centro de la capital, con su conjunto de tiendas y restaurantes de moda. La parte norte del cuarto distrito, por ejemplo, abarcaba el Zócalo y el distrito de negocios de la calle Plateros. Éste era el corazón del gobierno; con ofi cinas tanto del gobierno nacional como municipal, así como la jefatura de policía ubicada en la zona. Durante el por-fi riato, el Zócalo era una explanada llena de árboles rodeada de carriles para los tranvías. Pero en la noche, prostitutas y parejas de amantes frecuentaban el área. Dado que había varios hoteles, negocios y ofi cinas de gobierno el área del centro era patrullada constantemente, pero eso no detuvo a los pobres ni, como veremos más adelante, a los elementos criminales para reclamar los espa-cios públicos.41

La Ciudad de los Palacios todavía poseía un gran número de edifi cios coloniales durante la última parte del siglo XIX, y varios de ellos se encontraban en el sexto distrito. Durante el porfi riato esta región creció rápidamente. A mediados de la década de 1880,

El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 47El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 47 6/9/08 11:15:46 AM6/9/08 11:15:46 AM

Page 16: 1 Trazando el mapa de una ciudad imaginarias3.amazonaws.com/bajalibros_samples/9786071122735_l_sample_3… · Trazando el mapa de una ciudad imaginaria Siempre aparecen cadáveres

48

� El lado oscuro del porfi riato

Campo Florido, el cementerio para gente de clase baja, marcó sus límites al sur, pero para 1910 habían añadido, más hacia el sur, nuevas calles que llegaban al Panteón Francés. Varios monumen-tos y lugares conocidos estaban ubicados en este distrito, inclu-yendo las colonias Hidalgo y San Antonio Abad, la Ciudadela, la fuente de Salto del Agua y la cárcel municipal Belén. También las tabernas y casas de huéspedes públicas, conocidas como me-sones, eran frecuentes en ciertas zonas consideradas peligrosas. Una de ellas era el barrio del Niño Perdido. Algunos contempo-ráneos describieron este vecindario como lleno de “miasmas pes-

El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 48El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 48 6/9/08 11:15:47 AM6/9/08 11:15:47 AM

Page 17: 1 Trazando el mapa de una ciudad imaginarias3.amazonaws.com/bajalibros_samples/9786071122735_l_sample_3… · Trazando el mapa de una ciudad imaginaria Siempre aparecen cadáveres

49

Trazando el mapa de una ciudad imaginaria �

tilentes” que producían una atmósfera “asfi xiante”. Debido a que las vecindades eran comunes, los observadores, fascinados con las vidas de los pobres, las describían en términos tristes aunque exóticos: familias viviendo amontonadas con niños desnudos co-rriendo por todos lados. Los residentes, hurgando entre los nu-merosos montones de basura de la zona, iban acompañados, por lo regular, de perros hambrientos, cerdos y los siempre presentes zopilotes o buitres. Un espectador común declaró que “tan lejos de la infl uencia de la civilización, la mano del gobierno no toca ese lugar” refi riéndose a Niño Perdido y sus vecinos. Asimismo,

Zócalo de la Ciudad de México.

El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 49El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 49 6/9/08 11:15:47 AM6/9/08 11:15:47 AM

Page 18: 1 Trazando el mapa de una ciudad imaginarias3.amazonaws.com/bajalibros_samples/9786071122735_l_sample_3… · Trazando el mapa de una ciudad imaginaria Siempre aparecen cadáveres

50

� El lado oscuro del porfi riato

existían otros barrios en el distrito que tenían nombres exóticos como Tlaxcoaque y Santa Cruz Acatlán, recuerdos de un pasado indígena.42

A lo largo de los límites del suroeste de la ciudad quedaba el futuro de la Ciudad de México, o al menos eso querían creer las élites. Aunque algunas colonias en el octavo distrito eran de clase media baja, como la colonia San Rafael, los vecindarios ubicados en Paseo de la Reforma y la avenida Veracruz (hoy Insurgentes Sur) eran claramente desarrollos modernos. Las colonias Cuauhté-moc, Juárez, Roma y Condesa se encontraban ahí; su diseño era una mezcla de arquitectura de estilo europeo y de sueños porfi ria-nos. Las calles elegantes y las casas espaciosas de los ricos podían verse desde el castillo de Chapultepec, contrastando con los ho-gares escuálidos de Santa Julia o con los adobes rurales del mu-nicipio de Tacubaya, un pueblo cercano que estaba en proceso de convertirse en un lugar de descanso para la clase alta. Los resi-dentes de estas colonias tenían poco que temer del crimen y de la clase baja, excepto por los mendigos y la servidumbre que robaban a los dueños de las casas.43

Antros de placer

Para la clase baja de la ciudad, la vida presentaba retos constan-tes pero también fuentes interminables de placer. Mientras que la enfermedad, el desempleo, el hambre y el crimen constituían los peligros; la bebida, la prostitución y las apuestas eran formas de escapar de las presiones de la vida citadina. Aunque las élites también bebían, cruzaban apuestas y frecuentaban burdeles, su versión de estas actividades no era condenada. En lugar de eso, ellos criticaban a los pobres por beber pulque y gastar su salario en juegos de cartas y prostitutas. Para las élites, estas actividades no eran modernas en el sentido porfi riano sino actividades poten-cialmente peligrosas.44

El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 50El lado oscuro del porfiriato 02_3as.indd 50 6/9/08 11:15:47 AM6/9/08 11:15:47 AM