¡ARRANCA EL PERIÓDICO DE BELAGUA !

COLEGIO MAYOR BELAGUA FASE 1

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DIARIO DE BELAGUA

TEMAS

• Economía y Comunicación

• Derecho y Humanidades

• Ciencias

• Arquitectura y Arte

• Belagua

• ¿Y qué decir de…?

28 DE ENERO DE 2012

SE HABLA DE . . .

Estudiantes del “Bridge year” que han descubierto al fin dónde se encuentra la sala de estudio...

DIARIO DE BELAGUA

EL PORQUÉ DE ESTE PERIÓDICO

Mucho ha pasado desde el inicio de curso. Abstractamente, tiempo y más concretamente, una cosecha de alegrías, buenos momentos, horas de estu-dio…todo aquello que podéis leer en folletos pu-blicitarios de este colegio mayor. ¿Todo? A partir de ahora, no. Pues un ente nuevo ha nacido entre no-sotros. Sus orígenes se re-montan a la convivencia de segundo en Belabarce, don-de residentes de un amplio abanico de carreras consti-tuimos durante un fin de semana una universidad en medio de la naturaleza, como si de una urbaniza-ción de guiris o un resort de aguas termales se tratase. Imbuidos del espíritu del político- caracterizado por una postura sedente, con los labios en elocuente ex-presión y los brazos obsti-nadamente cerrados- pro-pusimos una lluvia de inte-resantes ideas que dejaron pocos frutos. Hasta hoy.

De esa universidad entre la naturaleza donde discípulos de Galeno (médicos), Francisco de

Vitoria (juristas), Adam Smith (economistas) o Saussere (filológos) com-partían sus conocimientos- bueno, más bien las cartas del “asesino”-, de ese am-biente tan intelectualmente selecto –y quien estuvo allí probablemente pensará con estas palabras que no ha estado- nace este periódico.

El objetivo de éste es pretencioso: fundar una universidad en pocas pági-nas. Porque universidad proviene obviamente de universal, que si bien puede entender como internacio-nal, o mejor dicho, “anacional”, también puede entenderse como totalidad. Totalidad de conocimientos y ésa es el motivo de este periódico. Queremos ex-primir esa atmósfera uni-versitaria que debe ambien-tar un colegio mayor, apro-vechar la diversidad para saber un poco más de todo y conseguir que ese todo nos interese. Así, este es el p e r i ó d i c o d e l a “universidad” de Fase I en el que todos los residentes nos hemos de sentir implicados y, como consecuencia de lo primero, orgullosos.

Hay diversas formas de implicarse. Están las

teorías de la implicación de la gallina y el cerdo, que no especificaré aquí.

Pero la implicación que permite este periódico es especial. Todos podemos vernos publicados en él, simplemente redactando un artículo sobre los temas universitarios que nos inte-resen. Ésta es una buena oportunidad – y alguien con malicia e ignorancia de vuestras capacidades diría que es la única- para publi-car.

En cuanto a la sis-temática de este ambicioso proyecto, el periódico constará de 12 páginas es-tructuradas por materias, a saber; Economía y Comunica-ción, Derecho y Humanidades, Arquitectura y Arte, Belagua,

y un último apartado; ¿Y qué decir de…? a disposición del di-rector y donde se tratarán temas diversos.

Eso es todo por el mo-mento, esperamos que sea del agrado de todos.

Una iniciativa loable de sus coordinadores Juan Ángel Soto, Fernando Guerra y Sergio Navarro.

ECONOMÍA Y COMUNICACIÓN

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AMANCIO ORTEGA E INDITEX Todo comienza el 28 de marzo de 1936 en León. Por la fecha podríais pensar en Franco, pero no, hablamos de

Amancio Ortega, el protagonista de la historia de INDITEX.

Con solo 14 años, (¿Qué hacíais vosotros con 14 años?), nuestro personaje comenzó su aventura como trabajador incansable en una pequeña ciudad llamada A Coruña. De esta ciudad provienen grandes hombres, como nuestro querido Javier Fajardo, así que ya os imagináis lo crack que prometía ser. En cuanto a su vida familiar, cabe mencionar que Aman-cio tuvo un hijo llamado Marcos con una grave discapacidad de nacimiento, y que a raíz de eso el empresario promovió la creación de la Fundación Paideia (institución de apoyo a menores con deficiencias), que dirige su ex mujer Rosalía Mera.

Volviendo a nuestra historia, Amancio creó en 1963 la compañía Confecciones GOA, S.A. (sus iniciales en sentido inverso), dedicada a la fabricación de batas. Su filosofía era la de ser no sólo los vendedores del producto, sino también sus fabricantes y distribuidores, con la idea de abaratar costes. Esta es una de las claves de su éxito a día de hoy, así como “ofrecer moda a bajo precio”. En 1975, nuestro incansable compañero fundó la marca Zara en la calle Juan Flórez de A Coruña, donde comenzaría a vender ropa de hombre, mujer y niño. Por aquel entonces, Amancio estaba en su salsa, entre telas, tijeras, agujas, su familia y un reducido número de empleados que se convertirían en el primer equipo colaborador de Ortega. Sin embargo, él no se conformaba con la pequeña tienda de A Coruña.

Entre 1976 y 1984 se extiende un período de aceptación en el mercado, en el cual las ideas de Amancio, sus prendas y su filosofía experimentarán una gran acogida social, lo que le permitirá extender su red de tiendas por las principales ciudades españolas. Finalmente, en 1985, Amancio Ortega constituye el grupo INDITEX (Industrias de Diseño Textil S.A), actualmente famoso en todo el mundo empresarial. Como veis, pequeños lectores, nuestro aventurero progresa adecuadamente.

Fernando Guerra Pérez

DESOLATION ROAD España no va bien. La cola del paro llega a Fran-cia, nuestros niveles de com-petitividad son muy bajos y los tipos de contratos labora-les en el país no ayudan en absoluto. Para salir del frega-do, es fundamental solucionar los tres factores que acabo de mencionar, pero estos son temas estructurales en los que hay que actuar hoy para que veamos sus frutos a largo pla-zo.

Ahora bien, que pa-sará a corto plazo, es decir, en menos de un año? Para que a un país le vayan bien las cosas necesita que su balanza de pagos sea positiva. En una balanza de pagos intervienen varios factores, pero me cen-traré en la balanza comercial (la más importante, exporta-ciones menos importaciones).

Este es claramente uno de los motores de crecimiento. Véa-se Alemania; a principios de 2010 ya tiraba del carro euro-peo después de un par de años

de recesión generalizada en el continente, y sencillamente porque se trata de una poten-cia exportadora muy fuerte.

Entonces, la pregun-ta es, ¿cómo salimos del défi-

cit de nuestra balanza comer-cial? Viendo la ecuación, exis-ten dos vías; subiendo las ex-portaciones o bajando las im-portaciones. Claramente, y

este es el punto que me gus-taría dejar más claro, el pro-blema español reside en nues-tra capacidad para gastar lo que no tenemos. Hay que consumir acorde con nuestras

capacidades, con lo que con-seguiremos reducir las impor-taciones. Nuestro déficit de balanza comercial es el segun-do mayor del mundo, por detrás de los EEUU (otra so-ciedad que consume por enci-ma de sus capacidades). En lugar de incentivar el consu-mo con políticas fiscales cuyo interés ya estamos pagando todos los españoles (el gobier-no ha convertido una crisis en otra crisis de deuda aún peor gracias al famoso “Plan E”), sería mejor incentivar el aho-rro (ya sabéis que, como buen catalán, iba a llegar a esta con-clusión).

Es comprensible que la gente con alto poder adqui-sitivo no quiera bajar su nivel de vida, pero estos son los únicos capaces de ahorrar en estos tiempos.

Para subir las ex-portaciones a corto plazo hay que ser competitivos en pre-cio, es decir, bajar los pre-cios de nuestros productos. ¿Cómo?... Esto, a largo pla-zo, se hace incrementando nuestra productividad, pero a corto plazo, se hace dismi-nuyendo los salarios. La ma-nera correcta sería pedirle a los ciudadanos españoles si

les importa un descenso en su nomina. Como ya sabe-mos la respuesta, sólo queda la otra vía: despedir a más gente. El paro seguirá su-biendo.

Me indignaba ayer al leer un artículo escrito desde Asia en el contexto de la llamada de Sarkozy a Hu Jin Tao (presidente de Chi-

na) pidiendo dinero para repagar deuda Griega. El autor del artículo vaticinaba el final de la unión europea, diciendo que los países del sur de Europa nunca llegarán a entenderse con los del nor-te. Es para mi todo un orgu-llo formar parte de esta Unión, que nos pone al lado de nuestros colegas america-nos y asiáticos, y nos permite

estar en la vanguardia de la innovación y el desarrollo.

Por lo tanto, no tiraremos la toalla, aunque el panorama que se vislumbra para este año sea desolador, de ahí el titulo que encabeza el artículo, inspirado en una composición del poeta de Minnesota.

Pau Pujol- Xicoy

DE LAS REFORMAS QUE ESPAÑA NECESITA Cuando se me propuso participar en esta sección de economía me pareció interesante comenzar con un artículo que hablase sobre los problemas actuales de nuestro país. Como no soy ningún experto en economía, y más aun, se poco sobre economía, me di cuenta que necesitaría leer mucho acerca de los temas sobre los que iba a escribir. Habiendo elegi-do el tema del artículo, los problemas actuales de España, comencé a leer sobre esto. Uno de los primeros lugares donde leí algo interesante fue el blog “elpenultimoliberal”. Este blog, que recomiendo vivamente su lectura, es de pensamiento liberal y conservador. En una de sus últimas entradas su autor propone una descentralización fiscal apoyándose en las tesis de un Nobel de economía, James M. Buchanan. El objetivo de esta descentralización, como explica el artículo reproducido a continuación, es reducir el poder del Estado, fomentar la competencia entre las administraciones y llegar a una situación en la que las administraciones no gasten más de lo que ingresan. Al querer escribir sobre este mismo asunto, y después de haber leído la entrada de blog de “elpenultimoliberal”, todo intento por mi parte de escribir un artículo original sería algo casi imposible porque me vería muy influenciado por la entrada del blog, y además no encontraría mejores palabras que las que a continuación se reproducen: elpenultimoliberal.blogspot.com James M. Buchanan y la reforma que España necesita. El pacto fiscal para Cataluña, que tanto pregonan unos y que tanto denuestan otros, es, en realidad, la solu-ción a gran parte de nuestros problemas. Me explicaré. Lo que sucede es que lo que los políticos catalanes, en su habitual actitud, reclaman como privilegio exclusivo para Cataluña, debería ser aplicable a todas las Comunidades Autónomas y aun a los Ayuntamientos. Resulta sorprendente que, en un Estado que se ha convertido, de facto, en un Estado Federal, la descentralización no se haya producido precisamente en uno de los ámbitos en que más falta hacía: en el sistema fiscal. Nuestro sistema fiscal incentiva la más irresponsable prodigalidad y es en gran medida responsable del desmedido crecimiento de la Administra-ción a todos los niveles. Urge una reforma fiscal profunda que nos lleve al federalismo fiscal, esto es, a un modelo en que los Ayuntamientos y las Comunidades Autónomas tengan autonomía fiscal para poder recaudar los impuestos necesa-rios para cubrir sus propios gastos. En este sistema, debería existir una legislación tributaria común a todos, pero lue-go sería cada ayuntamiento o cada Comunidad los que decidirían el nivel concreto de tributación. Este modelo es más co-herente con el papel subsidiario que el Estado ha de tener en una sociedad libre y fomentaría un hoy inexistente control en el gasto y una sana competencia entre administraciones. Sirva el texto que se reproduce a continuación, del premio Nobel James M. Buchanan, para ilustrar las bondades del modelo que estoy proponiendo: «El federalismo político ofrece un medio para limitar las bases imponibles, los tipos impositivos, los presupuestos totales, así como la amplitud y el ámbito de la actividad reguladora del Gobierno. En la medida en que los poderes fiscal y de reglamentación puedan ser ubicados en unidades gubernamentales de ámbito geográfico más pequeño que el tamaño efectivo de la economía interdependiente, y con un número mínimo de unidades políticas, la competencia entre tales unidades políticas constituirá una garantía contra la explotación indebida de los ciudadanos, sin necesidad de controles constitucionales explícitos. Los derechos de los ciudadanos a emigrar libremente, a votar con sus pies o con sus recursos movibles, limitarán la medida en la que sus demandadas de bienes y servicios suministrados por el Gobierno puedan ser ignoradas por las unidades gubernamentales, independientemente de las proclividades personales de los políticos. Si fuera posible poner límites constitucionales a la amplitud de las funciones del Gobierno central, de la entidad política cuya área ge-ográfica coincide con la economía (y que, en virtud de esta coincidencia, asume un cierto papel en la vigilancia de la propia economía, capaz de asegurar el libre comercio y la migración en las subunidades políticas y territoriales), entonces tal vez no sean necesarias las restricciones fiscales explícitas». Por lo tanto, si lo que dice Buchanan es cierto, la descentralización de la estructura fiscal podría suponer un límite al poder político y una garantía de la libertad personal mucho más eficaz que muchos preceptos constitucionales.

Íñigo Navarrete Oehling

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UNA M IRADA DESDE EL SUR

D IARIO DE BELAGUA

Aprende a enseñar: en-señando aprenderás

Q uerido lector: Frío. Quizá esa es la sensación que sien-tes la primera vez

que duermes en esta ciudad. Desenfreno. Posiblemente esta sea la idea que te surge como novato en el traslado de verano al nuevo curso. Prisa. Circunstancia vital que tuviste el primer fin de se-mana para poder llegar al apetecible colegio mayor antes de que cierren la puer-ta... y como estos tres ejem-plos, podría llenar una hoja entera, obviando el más im-portante. Desde el momento en el que bajas del coche, tren o avión, querido lector, ese sonido que retumba en tu interior, la idea de orgullo y satisfacción, la sonrisa chu-lesca e incluso la noción de sentirte esencial en el mun-do, se podría recoger en una simple expresión: eres UNI-VERSITARIO. Mucho se dirá a partir de esos prime-ros días y nada conseguirá que asimiles el complejo, completo e infinito ser que engloba esa palabra. Yo, querido lector, que solo soy un simple novato, como bien me recuerdan mis estimados veteranos, no puedo ofrecer-te una explicación de todo lo que engloba esas sílabas uni-das, pero sí voy a intentar que después de esta breve lectura, algo en tu mente de “universitario” cambie.

Escuché hace algún tiempo una anécdota que podrás leer a continuación, y que versa acerca de un hecho real, y no por ello menos creíble. Pri-meramente, somos unos

críos; más tarde, crecemos hasta ser niños; luego, segui-mos siendo críos, pero nos creemos mayores por estar en la ESO y el culmen llega en el temido-querido (estudio-fiesta) bachiller, cuando aparentamos ser jóvenes, aunque algunas ac-tuaciones dejen en entredi-cho nuestro reflejo físico. En todas estas etapas, sincera-mente, y con todo el respeto que profeso hacia los anima-les en general y los papaga-llos en particular, lo que todos somos es eso, simples papagallos. A lleva a B, B lleva a C (porque lo dice el libro), C se desarrolla en D (porque me acabo de copiar del empollón de turno) y D lleva al aprobado. Así un año tras otro, memorizando, soltando en el examen y pasando de curso...querido lector, desde estos inicios del segundo semestre, te invito a que ese ideal de tra-bajo cambie y se transforme. Lo importante no es soltar lo poco que se sabe, sino en saber lo poco que soltemos. Entre otras cosas, en eso consiste ser universitario, y si no, que se lo pregunten a estos personajes a los que les cedo la palabra. Ellos son un joven estudiante de física y un profesor.

Sir Ernest Rutherford, presi-dente de la Sociedad Real Británica y Premio Nobel de Química en 1908, contaba la siguiente anécdota:

“Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega. Estaba a punto de poner un cero a un estudiante por la respues-ta que había dado en un pro-blema de física, pese a que

este afirmaba con rotundidad que su respuesta era absolu-tamente acertada. Profesor y estudiante acordaron pedir arbitraje de alguien imparcial y fui elegido yo. Leí la pre-gunta del examen:

‘Demuestre cómo es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro’.

El estudiante había respondi-do: ‘”leve el barómetro a la azotea del edificio y átele una cuerda muy larga. Des-cuélguelo hasta la base del edificio, marque y mida. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio”.

Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con la resolución del ejercicio, porque había respondido a la pregunta correcta y completamente. Por otro lado, si se le con-cedía la máxima puntuación, podría alterar el promedio de su año de estudios, obte-ner una nota mas alta y así certificar su alto nivel en física; pero la respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera ese nivel. Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seis minutos para que me res-pondiera la misma pregunta pero esta vez con la adver-tencia de que en la respuesta debía demostrar sus conoci-mientos de física.

Habían pasado cinco minutos y el estudiante no había es-crito nada. Le pregunté si deseaba marcharse, pero me contestó que tenía muchas respuestas al problema. Su dificultad era elegir la mejor de todas. Me excusé por

interrumpirle y le rogué que continuara. En el minuto que le quedaba escribió la siguiente respuesta: coja el barómetro y láncelo al suelo desde la azotea del edificio, calcule el tiempo de caída con un cronómetro. Des-pués aplique la fórmula altu-ra = 0,5 A por T2 y así ob-tendremos la altura del edifi-cio. Asombrado por la res-puesta (nada esperada) le pregunté por aquellas otras que había calibrado.

‘Bueno – respondió – hay muchas maneras. Por ejem-plo, coges el barómetro un día soleado y mides la altura del barómetro y la longitud de su sombra. Si medimos a continuación la longitud de la sombra del edificio y apli-camos una simple propor-ción, obtendremos también la altura del edificio’.

-Perfecto – le dije – ¿y de otra manera?

-Sí – contesto – este es un procedimiento muy básico para medir un edificio, pero también sirve. En este méto-do, coges el barómetro y te sitúas en las escaleras del edificio en la planta baja. Según subes las escaleras, vas marcando la altura del baró-metro y cuentas el número de marcas hasta la azotea. Multiplicas al final la altura del barómetro por el núme-ro de marcas que has hecho y ya t ienes la a ltura. -Este es un método muy directo.

-Por supuesto, si lo que quiere es un procedimiento más sofisticado, puede atar el barómetro a una cuerda y moverlo como si fuera un

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Si calculamos que cuando el barómetro está a la altura de la azotea la gravedad es cero y si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad al descender el barómetro en trayectoria circular al pasar por la per-pendicular del edificio, de la diferencia de estos valores, y aplicando una sencilla fórmu-la trigonométrica, podríamos calcular, sin duda, la altura del edificio. En este mismo estilo de sistema, atas el barómetro a una cuerda y lo

descuelgas desde la azotea a la calle. Usándolo como un péndulo puedes calcular la altura midiendo su periodo de precisión. En fin – con-cluyó – existen otras muchas maneras. Probablemente, la mejor sea coger el baróme-tro y golpear con el la puerta de la casa del conserje. Cuando abra, decirle: ‘Señor conserje, aquí tengo un boni-to barómetro. Si usted me dice la altura de este edificio, se lo regalo’. En este mo-mento de la conversación, le

pregunté si no conocía la respuesta convencional al problema (la diferencia de presión marcada por un barómetro en dos lugares diferentes nos proporciona la diferencia de altura entre ambos lugares) dijo que la conocía, pero que durante sus estudios, sus profesores habían intentado enseñarle a pensar y no a repetir las pala-bras que venían en sus ma-nuales de estudio.

El estudiante se llamaba Niels Bohr, físico danés,

premio Nobel de Física en 1922, más conocido por ser el primero en proponer el modelo de átomo con proto-nes y neutrones y los elec-trones que lo rodeaban. Fue fundamentalmente un inno-vador de la teoría cuántica.”

¿Sorprendido? Querido lec-tor, haz tuyo el ejemplo. Un saludo, sonríe y bosteza.

Jesús Álvarez Frías

MEMORIAS DE ÁFRICA

“Yo tenía una granja en África, al pie de las colinas de Ngong”. Así comienza el libro de Isak Dinesen Out of Africa, que sería llevado al cine espléndidamente por Sydney Pollack con Meryl Streep y Robert Redford como protagonistas bajo el título en español de Memorias de África. La granja de Karen Blixen se encuentra situada a unos quince kilómetros al suroeste de Nairobi y pude visitarla anteayer acompañado de dos buenos amigos. La casa está convertida hoy en un museo cautiva-dor para el lector de Dinesen, pues devuelve a la vida las imágenes del libro —y de la película— atesoradas en la memo-ria. De hecho, muchos de los muebles de época empleados en la filmación han quedado allí.

En particular, me gustó sentarme en la veranda donde al ponerse el sol ella solía descansar, mirando a las azules colinas de Ngong, no muy lejanas. A Karen Blixen —y a mí con ella— le impresionó de Kenia, sobre todo, el aire, abrasador al me-diodía —está en el ecuador—, pero fresco, relajante y límpido tanto al amanecer como al caer la tarde. La salida del sol y el crepúsculo en Nairobi, con su brisa suave y sus sombras alargadas, me han parecido realmente maravillosos. Aunque quizá a los naturales del país les parezca que es así en toda la tierra, a mí me han llevado a pensar en el paraíso.

Me han cautivado también los rostros de los kenianos, hermosos, sonrientes, amables siempre: “Hakuna matata” dicen en swahili, esto es, “no hay problema”, aunque estén casi siempre al borde del caos. En especial me han impactado las muche-dumbres que, a primera hora de la mañana y más bien elegantemente vestidas —me dicen que con ropa de segunda ma-no—, se dirigen andando afanosamente a sus lugares de trabajo por los arcenes de tierra de las maltrechas carreteras como si se tratara de la Quinta Avenida de Nueva York. Millares de kenianos emplean dos o tres horas cada día en esos desplaza-mientos a pie. Apenas pude asomarme a Kibera donde viven hacinadas un millón de personas en míseras condiciones: se trata del slum más grande de África. Tuvo su origen a principios del siglo XX y no ha dejado de crecer desde entonces. Retumbaba en mi cabeza la afirmación aprendida de Juan Pablo II: “Los pobres son pobres, porque los ricos son ricos”. Y esto vale para los países y para las personas singulares. El experto Silvano Borruso —que lleva cincuenta años en Kenia y me acompañaba— me explicaba: “La pobreza es un arma política”. Ni a los ricos de aquí les interesa que los pobres dejen de ser pobres, ni a los países ricos de allá les interesa que este país y tantos otros dejen de ser pobres. Los políticos del país —añadía— no desean la educación y el progreso de su gente porque eso les restaría poder. Me resisto de todo corazón a creer que esto pueda ser verdad, aunque quizá por ello renuncié a los honorarios convenidos por mi docencia en la Strath-more University.

Cuenta Isak Dinesen que cada día al despertarse y aspirar el aire fresco de la mañana descubría que aquí era el lugar donde debía estar. En mi caso, al percibir tan graves necesidades en los ojos de tanta gente y comprobar a la vez su amable sonrisa a pesar de la injusticia en la que viven, me dije que no podía llevarme dinero de este país, que mis clases habían de ser mi mejor regalo a quienes me habían escuchado. Me parecía además una forma inmediata de apoyar a la Strathmore Universi-ty que está volcada en la transformación de Kenia a través de la educación. Me aseguraba una experta en cooperación in-ternacional que hacerlo público tiene una función pedagógica. A mí simplemente me pareció que era lo que debía hacer.

Jaime Nubiola

DERECHO Y HUMANIDADES

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CUMBRES BORRASCOSAS

C umbres Borrascosas es la obra maestra de Emily Brontë y también la única. Pero Cumbres Borrascosas no es sólo el título de la novela, sino el nombre de la casa donde suceden los hechos que la menor de las hermanas Brontë, todas ellas escritoras, narra con la voz del ama de llaves. A mi juicio, la unidad de lugar, manteniendo un mismo ambiente de fondo en la novela, es una de las líneas vertebrales que sustenta la maestría de la obra. Y es que nada

más empezar a leer las primeras páginas el lector puede respirar el ambiente de la casa centenaria y encontrarse con uno de los personajes más siniestros de la literatura: Heathcliff.

La historia de Cumbres Borrascosas es la historia del destructivo amor entre Heathcliff y Catherine, y la venganza de éste al no poder hacer realidad ese amor. Los orígenes de Heathcliff son desconocidos, pero el señor Earnshaw, padre de Catherine, se apiadó de él cuando era un niño huérfano de Liverpool y lo acogió en su casa. Catherine y Heathcliff, viviendo juntos desde pequeños, serán compañeros de juegos, pero la muerte del padre hará que su hijo mayor se convierta en cabe-za de familia, quien no soportorá la presencia del joven huérfano y su amistad con su hermana. La atmósfera de la casa em-pieza a crisparse con la ausencia del señor Earnshaw y los continuos enfrentamientos entre Heathcliff y Earnshaw hijo. Con el paso del tiempo, a raíz de escuchar una conversación entre Catherine y el ama de llaves, cree imposible su amor con Cat-herine y durante tres años se ausentará de la casa; forjando un capital importante, una cierta hidalguía, una inteligencia si-niestra y brillante y una oscura venganza.

Para mi gusto, el triunfo de la novela se basa en la creación de dos monumentos literarios: Heathcliff y Cumbres Bo-rrascosas, personaje y lugar memorables. Sin embargo, para poder hablar de Heathcliff es necesario desvelar demasiados aspectos de la trama, y como lo que pretende esto es animar a la lectura de esta maravillosa y accesible novela, sería contra-rio a mi propósito despojar a la novela de la expectación que levanta la venganza de Heathcliff y el amor de Catherine. Des-cubriréis y conoceréis a Heathcliff cuando la leáis.

El libro parece encerrar el aire que se respira en la homónima casa y cuando abrimos sus páginas, sentimos un olor a cerrado, a madera vieja y a chimenea. Poco a poco, conforme recorremos sus páginas, el oscuro ambiente de la casa va em-briagando nuestros sentidos. Nos llegan en el aroma la tensión, los fantasmas del deseo amoroso que no se realiza; la ira, el odio y el rencor del corazón de Heathcliff; el dolor como un huella que demasiado clara señala la presencia de la muerte… Y al final, como si se abrieran las ventanas y puertas de Cumbres Borrascosas y entrara una bocanada de aire de una limpia ma-ñana, arrastrando fuera de la casa en su corriente al odio y los fantasmas, una imagen esperanzadora, un poco de luz en las tinieblas del hogar.

Sergio Navarro Ramírez

REGALO BLACKBERRY... A quien me sepa decir a cuen-to de qué se aprobó la Ley 34/2006, de 30 de octubre, sobre el acceso a las profesiones de Abogado y Procurador de los Tribunales... lo que todos cono-cemos como el “Máster de Acceso a la Abogacía”.

Básicamente, esta ley exige que tanto los que nos licenciamos en Derecho este año como las próximas promociones tengan que cursar un máster específico como antesala a la colegiación. ¿Y qué supone? En térmi-nos matemáticos, resulta en un año y medio más de formación (60 ECTS) si se cuenta con la “suerte” de ser admiti-do en los poquísimos centros que a día

de hoy lo ofertan. En términos profe-sionales, se “elitiza” –no en cuanto a nivel social, sino en lo referente a la preparación– la labor del abogado y del procurador.

La Facultad de Derecho de la UNAV lleva preparando desde tiempos inmemorables su respuesta frente a la ley. Lejos de reducirse a la letra de la norma, el producto final se presenta bastante interesante. El título lo dice todo: “Doble Máster de Acceso a la Abogacía”. Es Doble porque en un año y medio, los alumnos cursarán el Máster de Acceso a la Abogacía y el Máster en Derecho de Empresa o en Asesoría Fiscal así como seis meses de prácticas. Parece una propuesta ambi-

ciosa y original que aprovecha ese año y medio obligatorio para ampliarlo con conocimientos más profundos en em-presa o fiscalidad compaginándolo con unos mesecillos de prácticas en grandes despachos.

En fin, está claro que el asunto está abierto a polémica -aunque yo sigo ofreciendo una BlackBerry a quien me explique por qué no se nos indulta a la última promoción de licenciados no bolonios-.

José Luis Lucena Rebollo

C IENCIAS DE LA SALUD

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RECUPERAR LA FORMA FÍSICA TRAS LAS VACACIO-NES

Tras la inactividad navideña y los excesos asociados, es fundamental que la actividad física vaya aumentando paulatinamente tanto en tiempo como en intensidad, de manera que no aparez-ca fatiga ni lesiones provocadas por so-brecarga en el aparato musculo-esquelético. Podemos poner un ejem-plo: tras el verano, los deportistas de alta competición tardan entre 5 y 6 se-manas en lograr una forma física ade-cuada. Aunque no podamos considerar-nos como “deportistas de élite”, pode-mos intuir la gravedad de los efectos verano-navideños en nuestro cuerpo.

El principal objetivo es la recu-peración del tono muscular, que nos permitirá evitar lesiones tales como desgarros musculares debidos a la debi-lidad post-vacacional del músculo. Esta recuperación se realiza de forma gra-dual, adquiriendo especial importancia la carrera continua y los ejercicios de flexibilidad o estiramientos.

En el caso concreto del fútbol también es conveniente fortalecer los músculos abdominales para evitar las

pubalgias. Simplemente con estos ejer-cicios reducimos de forma drástica el riesgo de lesiones, a corto plazo por debilidad muscular, y a largo plazo por desarrollo irregular de los distintos músculos.

Recomendaciones alimentarias:

Para favorecer esta recuperación es ne-cesario aportar al músculo los nutrien-tes necesarios. La estrategia nutricional de este periodo tiene como objetivos principales aumentar la masa muscular y disminuir el peso corporal graso super-fluo. Para conseguirlo, las pautas son:

• Realizar cinco comidas diarias (desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena).

• Limitar la ingesta de azúcares refina-dos.

• El 65-70% de las calorías deben pro-ceder de hidratos de carbono compues-tos, como cereales integrales, verduras, pasta, arroz y algunas frutas.

• El 20% tienen que aportarlo las pro-teínas que se encuentran en la carne de pollo, de ternera o en los huevos.

• El 10-15% restante de las calorías deben ser grasas.

Las lesiones más frecuentes son las contracturas y tendinopatías agudas a consecuencia del sobreesfuerzo de los miembros inferiores. También aumenta el riesgo de sufrir lesiones más impor-tantes como roturas fibrilares y tendino-patías crónicas. La incorporación de ejercicios de coordinación con balón y gestos específicos de un deporte, tam-bién aumenta las lesiones de tipo articu-lar como los esguinces de tobillo o rodi-lla, y lesiones tendinosas típicas, como pubalgias, debido en el caso del fútbol, a la sobrecarga física previa al comienzo de la temporada.

Óscar Clavería García

EL TENIS Y LAS LESIONES La lesión más frecuente en el mundo del tenis es la denominada “codo de tenista” que consiste en una inflamación muscular en el epicóndilo del codo; más conocida como tendinitis.

Esta lesión suele producirse por una acumulación importante de partidos durante la temporada. Pero la causa más común es por falta de preparación desde un inicio. Por eso es muy importante hacer ejercicios para reforzar esta parte del cuerpo y sobretodo realizar un buen calentamiento antes de comenzar el entrenamiento previo al partido.

Una de las lesiones típicas y más conocidas, por el caso de Rafa Nadal, es la lesión de la rodilla. En su caso y en el de algún otro tenista es ocasionada por el desgaste que se produce en esta región durante toda la temporada. El circuito pro-fesional es muy exigente y si hablamos de Nadal bastante más que para otros jugadores, por el simple hecho de estar entre los mejores del mundo. Nadal, a raíz de dolores sufridos en la rodilla tuvo que cambiar radicalmente su estilo de juego ya que era un jugador muy defensivo y eso le provocaba, sobretodo en pistas duras, un sufrimiento en las rodillas. Por eso, a lo largo de estos últimos años ha empleado un juego más ofensivo pero tratando de mantener su estilo característico, que desde sus inicios ha sido sostenido por su físico portentoso.

Ángel Ruíz-Cotorro Sagastizábal

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ARQUITECTURA Y ARTE

BAJAR DE LA NUBE

Leía el otro día sobre el pro-yecto “The Cloud” del estudio holandés MVRDV. Dicho proyecto consiste en dos torres (de 260 y 300 metros de altura) conectadas entre sí mediante una serie de volúmenes (prismas, cu-bos etc. para los de la LOGSE) que al estar entrelazados, nos recuerdan a la forma de una nube.

A pesar de la existencia de numerosas críticas y sensibilidades heridas debido al parecido de esta construcción con el momento álgido del ataque terrorista a las Torres Ge-melas (WTC) de Nueva York, es preci-so destacar lo que “The Cloud” personi-fica. En palabras del crítico Freddy Massad “es la culminación de un pro-ceso ideológico que comenzó tras la Caída del Muro y que hizo anular a la arquitectura su ideario social y huma-no en pos de una doctrina mercantili-zada”.

“The Cloud” es sólo un ejem-plo más de lo que sucede actualmen-te. Estamos ante proyectos cada vez más egoístas que buscan el lucimiento de su autor mediante formas y cons-trucciones imposibles.

“Existe una necesi-dad progresista de romper barreras” La idea principal en la que se han basado los creadores de estas “obras faraónicas” ha sido el deseo de plasmar el afán escultural contem-poráneo.

De esta forma se convierte el verdadero sentido de la arquitectura –servir al hombre de la mejor manera y a la vez adecuarse al entorno– en una cuestión meramente complementaria y de relleno. Sin embargo, y mientras no toque temas emotivos, esta nueva visión es la que tiene más aceptación

popular. El motivo de esta acogida no es otro que el bajo nivel cultural que nos rodea y la necesidad progresista de romper barreras, en este caso for-males, atentando contra lo que gracias a algunos podemos seguir llamando Arquitectura.

Joaquín M. Muñoz Juan-Dalac

Infografía del proyecto “The Cloud”, para Séul, del estudio holandés MVRDV

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HABLAMOS CON JORGE LATORRE

BELAGUA

Uno de nuestros reporteros tiene una tarea increíblemente ar-dua...entrevistar a Jorge Latorre, uno de nuestros más emblemáticos residen-tes y al que muchos consideran como el gran baluarte de este Colegio Mayor.

La dificultad de conseguir un rato a solas para charlar es harto compli-cado, no por que Jorge sea reacio a hablar ante los medios (al contrario, es una persona pacífica y agradable) sino que la complicación reside en el poco tiempo del que dispone nuestro estima-do Jorge. El siempre tiene mil cosas que hacer y no podemos esperar para hablar porque es posible que mañana esté en paradero desconocido dando conferen-cias en algún país de Europa del Este.

No, con Jorge hay que vivir según su lema, el mítico “ahora o nun-ca” y así se lo deja ver nuestro valiente periodista, conocido como “Maestro” entre sus amigos y admiradores al asal-tarle por uno de los pasillos del Mayor.

-Jorge, buenas tardes, comenza-mos la entrevista. ¿Qué es lo pri-mero que haces al levantarte por las mañanas?

R: Despertarme.

-A ver, siguiente pregunta; ¿Duermes con calcetines?

R: Noo, que horror.

- ¿Tinto de verano o cerveza?

R: Zurracapote.

-Dinos, ¿Tienes alguna manía en

especial?

R: Lo normal es la excepción.

-Tres películas para la Historia.

R: El espíritu de la colmena, Blade Runner (versión del Director) y Antes de la llu-via.

-¿Qué aconsejaría a esta juventud de hoy?

R: El tiempo se encargará de solucio-narlo.

- ¿Qué se llevaría a una isla desier-ta?

R: Un mapamundi.

- ¿Cuál es el mejor lugar del mun-do?

R: Bilbao, por supuesto.

- ¿Qué haría en un fin de semana sabático?

R: Trabajar tranquilo.

- Un momento para recordar de su vida en el Colegio Mayor.

R: Mi cuarenta cumpleaños.

- Termina la frase: “Reconozco que me pongo borde…”

R: Con demasiada frecuencia.

- Color favorito.

R: El rojo malva.

- Lo que más te llame la atención de Belagua.

R: La confraternidad viajera.

- Algo que mejorarías de Belagua.

R: El Polo.

- Un sueño.

R: Que Rafa y yo cambiemos.

- Bueno Jorge, esto es todo por hoy, esperamos tenerte muy pronto con nosotros y te desea-mos la mejor de las suertes en tus viajes y proyectos por el mundo.

Y aquí se despide también nuestro queridísimo Fernando López (“Maestro”) hasta la próxima entrevista que se le encomiende. Nos vemos el

mes que viene ■

“Lo normal es la excepción.”

CRÓNICAS Trofeo Rector de Fútbol Once. El lunes 16 de enero fue el debut del equipo de Fase I en el Trofeo Rector de Fútbol Once de la Universidad de Navarra, en el que se enfrentó contra Mendaur. No era un partido fácil. Los de Mendaur contaban con Álva-ro Castiella, jugador del Osasuna promesas, Eduard Puigvert que jugó durante algunos años en las categorías inferiores del Girona y con Javier Trigo, titular indiscutible en el equipo de Fútbol Sala de la Universidad. Además, Mendaur es el actual subcampeón, y en la final del año pasado, Álvaro Castiella había conseguido un hat-trick, y uno de aquellos goles después de regatearse —y no exagero— a medio equipo de Torre II.

El planteamiento de nuestro equipo fue sencillo: parar a Castiella y a partir de ahí buscar los desmarques de Oliver, Fernando Benzo y Xavi Enrí-quez. Para ello había que jugar muy concentrados en el centro del campo y serios en la defensa. Fernando Guerra y Asís se encargaron de cortar la mayoría de los recortes de Castiella y de evitar su conexión con Trigo. Y la defensa formada por Álvaro Clavería, Alberto Varela, Aarón Domínguez y Jorge Teixeira, de tapar todos los huecos. El marcador no cambió en la primera parte. Habíamos cumplido casi a la perfección el primer objetivo, pero no supimos resolver las ocasiones que tuvimos. Apartado especial merecen los porteros, no solo el de Mendaur que tuvo una tarde fantástica, sino también Berni que hizo alguna estirada para grabar. La segunda parte fue tan intensa como la primera. Los de Mendaur se adelantaron mediante un dudoso fuera de juego. A pesar del cansancio acumulado y la falta de rodaje de los nuestros en partidos de Fútbol Once, no nos vinimos abajo. Habían entrado en el campo, José Manuel Simón Palomita, Pau Cassany y Óscar Cla-vería. Las ocasiones se sucedieron pero no era el día de los delanteros de Fase I: palos, tiros a las manos del portero, rema-tes por encima del larguero… En una segunda jugada, también iniciada en un discutible fuera de juego, el delantero de Mendaur se quedó solo frente a Berni y sentenció el partido. Todas las miradas y algo más también, se dirigieron al árbitro. Y aunque no dejamos de pelear —fruto de ello llegó el gol de Fernando Benzo— no había tiempo para más. El marcador reflejaba la realidad de un partido muy igualado, en el que la falta o acierto de definición en los últimos metros fue la clave.

M.M

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A LA SOMBRA DEL CASTAÑO

Cuando Juan Ángel Soto, di-rector del periódico, me ofreció la po-sibilidad de rellenar un espacio del pri-mer ejemplar de lo que sin duda será una gran herramienta de información al alcance de este Colegio Mayor no sabía muy bien que poner. Me encargó algo parecido a “Reflexiones de un recién llegado”. ¿Acaso es fácil llevar a cabo esta tarea? Vivimos anclados en un mundo que proporciona enormes canti-dades de información, atados constan-temente al último resonar de la socie-dad pero, ¿realmente reflexionamos sobre todo lo que absorbemos? Cuanto más lo pienso más me parece que reci-bimos una información cargada por fuera pero vacía de significado por de-ntro. Aún así, la reflexión no se en-cuentra negada del todo, esta capacidad inherente al ser humano aparece cuan-do menos te lo esperas y te muerde, y a pesar de todos los intentos que realiza-mos para tratar de aliviar ese mordisco y ponernos algo nuevo, la marca ya está ahí e inesperadamente la recordamos.

Basta con un pequeño parón, ya sea en el autobús o de camino a recoger la servilleta en el comedor. Es entonces cuando te haces consciente de tu inter-ior y no puedes evitar que varias pre-guntas bombardeen tu cabeza.

Es por ello que decidí aceptar la tarea de Juan Ángel y tratar de re-flexionar de lo acontecido hasta el mo-mento. Pensar por ejemplo en todas las personas que he conocido, mejor di-cho, que hemos conocido todos noso-tros en los últimos meses, cada una con algo especial que descubrir. Pensar por ejemplo en todos los de primero, cómo nuestra vida ha dado un giro de 180 grados, cómo la responsabilidades se van haciendo presentes poco a poco. Pensar en los de segundo curso, que han pasado de ser los “novatos” a los más cercanos consejeros nuestros, quizá impulsados por un recuerdo del pasado año porque ellos saben mejor que nadie cómo te sientes el primer día en la “uni”, o la primera vez que tienes que hacer la bolsa de la ropa. Y después están los becarios, el ejemplo vivifica-

do, los encargados de que todo salga bien desde la sombra. Aquellos que tienen que hablar cuando todos callan y saber callar cuando alguien quiere decir algo, los que en último término tienen que saber transmitirnos todo esto para que a su vez, algún día, nosotros poda-mos aportar al Mayor tanto como nos ha dado. Por último, no me parece justo olvidar a los profesores, dirección y administración pero Juan Ángel ha sido muy estricto con el espacio reser-vado a mi artículo y ya me estoy pasan-do (por lo que únicamente diré de ellos que nada sería posible sin su presencia).

A quien sí que no puedo olvi-dar antes de cerrar este artículo es al Corazón del Colegio Mayor, al Resi-dente número uno, al más antiguo y a la vez el más joven, ese residente que nos acompañará durante nuestros años aquí y también una vez dejemos Bela-gua. Cómo no, me refiero al Residente que vive en medio de nosotros.

Jaime Fuertes de Arredondo

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“JOSE Y RAFA” by “Javo” Sellán

¿ERES TAN LISTO COMO CREES?

¿Y QUÉ DECIR DE…? LO QUE NOS DEJÓ EL 2011

U n año acaba y otro nuevo empieza. El 2011 fue un año malo, malísimo, peor imposible…aunque, en reali-dad hay mucha gente que discrepa de esto último; en concreto, dos grupos.

Por un lado están las personas que hacen depender su felicidad de lo material y puramente económico; aspecto este último que, para el que no se haya dado cuenta todavía, no va demasiado bien (y menos aún en

nuestro país). Estas personas son fácilmente reconocibles, se trata del prototipo hombre/mujer materialista hasta la médula que sólo vive para tener. Ellos van a pasarlo mal, muy mal en este 2012 que, para su desgracia, es bisiesto y tiene 366 días. Es este grupo de gente el que vaticina un año de mayores penurias económicas si cabe, una posible quiebra del euro etc. Poco menos que el Apocalipsis. Y con este último término nos acercamos a su vez al segundo grupo de perso-nas que creen que este 2012 que empieza puede ser mucho peor, de hecho, puede ser fatal ya que está convencido de que, allá por el 21 de diciembre de este mismo año (permítanme aquí queridos lectores que emplee un término al que recurre muy a menudo Arturo Pérez-Reverte, de quien me confieso un gran admirador) nos iremos todos “al carajo”. Sí, así es, los Mayas ya nos lo avisaron hace miles de años y lo siento pero nos ha tocado. También es mala suerte que sea ahora, a mitad de la carrera universitaria, en la flor de la vida, tanto estudiar para nada, totalmente en vano. En fin, pues ese grupo de la población es muy sencillo de reconocer también. Es tan fácil como asomarse a la ventana el mismo 21 por la mañana y ver a unos cuantos energúmenos correteando por las calles como si el cielo se les fuera a caer sobre las cabezas (para más detalles gráficos véase cualquier cómic de Astérix). Como consejo personal de este humilde servidor se recomienda pasar de ambos grupos de personas, sobretodo del segundo, que puede llegar a ser agresivo, sumamente histérico y, como se dice por aquí, “rayante”.

Sin embargo, una vez descritos estos dos grupos que podríamos definir como un conjunto enfermizo de mate-rialistas-paranoides que, en mi opinión es una definición más que válida (con el permiso de nuestros más eminentes lin-güistas; Sergio Navarro and company) llegamos a un sector de la población diferente, no raro sino casual como se dice por ahí. Se trata de un grupo escaso, un grupo que en un futuro no muy lejano podría quedar extinto. No me refiero a una banda callejera ni a un grupo heavy, punk y demás. No, me refiero a la gente normal. Estas personas pueden ser a su vez más pesimistas u optimistas (allá en mi tierra todavía no saben pasar de pesetas a euros por lo que una posible crisis del euro no es algo que les quite el sueño), pero en general, se trata de gente observadora y realista. Además, estas personas ven más allá del aspecto puramente económico y por lo tanto, no viven en una continua y profunda depresión.

Yo me considero parte de este tercer grupo de personas y antes de juzgar observo que este 2011 ha sido un año como otro cualquiera, un año en el que ciertamente han ocurrido cosas malas, cosas que podrían haber sucedido de otra forma, que podrían haber ido mejor. Y es que el 2011 empezó con la guerra de Libia y el desastre nuclear de Fukushima en marzo… Además, continuaron los conflictos con Corea del Norte, las tensiones con Irán, surgió la “Primavera Ára-be”. Hemos asistido al inicio del movimiento del 15M, observamos cómo la Unión Europea se estremecía agonizante bajo el peso de la crisis, vimos cómo ésta dejaba a cinco millones de españoles sin trabajo… en fin, la lista de desgracias es muy larga…Sin embargo, también lo es, tanto o más, la de cosas buenas, cosas para estar agradecidos que han sucedi-do en este 2011. Porque este año nos ha dejado la independencia y nacimiento de un nuevo país; Sudán del Sur y hemos observado el fin de la guerra de Iraq. También hemos visto en nuestro país el final del uso de la violencia por parte de la banda terrorista ETA, la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud que tuvo lugar en Agosto en Madrid, congre-gando a dos millones de jóvenes de todo el mundo y en la que estuvimos presentes muchos de nosotros…

En definitiva, a pesar las apariencias y aunque en los medios de comunicación queden eclipsadas las buenas noti-cias por las catástrofes y la mala fortuna, sigue habiendo bien en este mundo y por ello (lamentablemente para los para-noicos del segundo grupo) tenemos planeta para rato… Yo estaré aquí, al pie del cañón, comentando este 2012 que pro-mete, para bien o para mal. Y no os preocupéis, todo seguirá igual; el Caldo se mantendrá inamovible los lunes por la noche y habrá carne para comer...y para cenar también, pero con ensalada. Un saludo y feliz año.

Juan Ángel Soto Gómez

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